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ISSN 1409-214X • #244 • Junio 2014

LEGALIZAR LA MARIHUANA PARA


BENEFICIO HUMANO Y ECOSISTÉMICO

Editorial Jesús Méndez Manuel E. Soto


Legalizar la marihuana para ¿Consumidores o monstruos? La legalización de la marihuana en
beneficio humano y ecosistémico Del ethos al pathos en la Uruguay y las lecciones
estigmatización de los para Costa Rica
José M. Rodríguez consumidores de marihuana
Cannabis: efectos, riesgos y beneficios Normas mínimas para la presentación
Daniel Pacheco de artículos a Ambientico
Ernesto Cortés Legalizar la marihuana para
Consumidores de cannabis en Costa humanizar: una salida de
Rica: Información sobre ellos para la cultura de muerte
promover políticas más humanas
LEGALIZAR LA MARIHUANA
PARA BENEFICIO HUMANO
Y ECOSISTÉMICO

Director y editor: Eduardo Mora Ambientico, revista mensual sobre la actualidad


Consejo editor: Manuel Argüello, Wilberth ambiental costarricense, nació en 1992 como re-
Jiménez, Sergio Molina, Luis Poveda vista impresa, pero desde hace varios años tam-
Asistencia y administración: Rebeca Bolaños bién es accesible en internet. Si bien cada volu-
Diseño, diagramación e impresión: Programa men tiene un tema central, sobre el que escriben
de Publicaciones, UNA especialistas invitados, en todos ellos se trata
Fotografía de portada: Pavel Sevela. Cannabis también otros temas. Ambientico se especializa en
sativa (tomada de Wikimedia Commons) la publicación de análisis de la problemática am-
Teléfono: 2277-3688. Fax: 2277-3289 biental costarricense -y de propuestas sobre cómo
Apartado postal: 86-3000, Costa Rica enfrentarla- sustentados en información primaria
Correo electrónico: ambientico@una.cr y secundaria, aunque asimismo se le da cabida a
Sitio web: www.ambientico.una.ac.cr ejercicios meramente especulativos. Algunos abor-
dajes de temas que trascienden la realidad costa-
rricense también tienen lugar.
ISSN 1409-214X. Ambientico 244, Editorial |Pp. 2-3|

Sumario
Legalizar la marihuana
Editorial
Legalizar la marihuana 2
para beneficio humano
para beneficio humano
y ecosistémico
y ecosistémico
José M. Rodríguez
Cannabis: efectos, 4
riesgos y beneficios

S
Ernesto Cortés
Consumidores de cannabis egún informes de la policía y la prensa, los lugares
en Costa Rica: Información 11 de Costa Rica en que se cultiva significativamente
sobre ellos para promover
políticas más humanas marihuana están muy cerca o pertenecen a reservas
indígenas cubiertas de selva virgen, en la cordillera de Ta-
Jesús Méndez
¿Consumidores o monstruos?
lamanca. El volumen del área sembrada no es precisable,
Del ethos al pathos en la 18 debido a lo impenetrable de las extensas montañas en que
estigmatización de los se ubican los pequeños aunque numerosos sembradíos, al-
consumidores de marihuana
gunos tan diminutos como la décima parte de una hectárea.
Daniel Pacheco Eso es en la vertiente Caribe del país, en la parte sur de la
Legalizar la marihuana para
humanizar: una salida de la 24 provincia de Limón.
cultura de muerte Parece que las siembras, las cosechas y el transpor-
te hasta tierras bajas los realizan indígenas reclutados por
Manuel E. Soto
La legalización de la marihuana grupos criminales organizados de carácter local, que les dan
en Uruguay y las lecciones 30 las semillas y les pagan en especie y en metálico. También
para Costa Rica las autoridades policiales han dicho que algunos indígenas
Normas mínimas para la presentación dedicados a esa actividad ilícita no son “reclutados” sino
de artículos a Ambientico 35 simplemente estimulados por tales grupos, que les ofrecen
pago inmediato por cada saco de hierba puesto fuera de la
espesa montaña.
La clandestinidad de los sembradíos, a la vez que im-
pide su conocimiento, imposibilita -¡ni que decir tiene!- el
control de las prácticas agrícolas. Problema al que se suma
el de los incendios que realizan los agentes policiales para
destruir los plantíos. Fácilmente, en un semestre ellos des-
truyen un millón de plantas, que es apenas una fracción,
aunque imprecisable, de la totalidad cultivada. Los estro-
picios ecosistémicos, pues, merecen ser tomados en cuenta.

2
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

Mientras el consumo de marihua- La legalización del cultivo y el co-


na en Costa Rica crece, sin daños signi- mercio de la marihuana en Costa Rica, y
ficativos a la salud de sus practicantes, el control estatal sobre las siembras, redu-
la selva es maltratada, los indígenas son cirían el duro impacto ecológico de estas,
perseguidos y estigmatizados, las peque- restarían medios de vida a grupos crimi-
ñas mafias son engordadas y los recursos nales, podrían apuntalar las raquíticas y
estatales son dilapidados acosando y hu- minúsculas economías indígenas -desasis-
millando a muchachos consumidores, tra- tidas por el Estado- y restituirían el honor
tándolos como apestados a pesar de que arrebatado a tantos jóvenes por fumar una
nadie ha podido probar que perjudiquen droga bastante más inocua que la que co-
a alguien. piosamente bebemos en las bares.

Pavel Sevela. Cannabis sativa (tomada de Wikimedia Commons).

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Editorial
ISSN 1409-214X. Ambientico 244, Artículo 1 |Pp. 4-10|

Cannabis: efectos,
riesgos y beneficios

Biólogo y antropólogo,
experto en José M. Rodríguez
evolución humana
y alucinógenos.
Investigador en
la Asociación
Costarricense

L
para el Estudio a planta de cannabis, o cáñamo, ha sido empleada
y la Intervención por el ser humano desde tiempos inmemoriales, con
en Drogas (jose. fines tanto instrumentales como fraternitarios. Tiene
rodriguezarce@ucr. múltiples usos históricos y contemporáneos, que incluyen la
ac.cr). alimentación con sus hojas y semillas, el uso de sus tallos
fibrosos para hacer cuerdas y ropa, así como la producción de
aceite a partir de sus semillas. Sin embargo, su uso más noto-
rio, y desacreditado, es como fuente de preparados de drogas
psicoactivas (marihuana, hachís), que son consumidas con
distintos propósitos (medicinales, ceremoniales, recreativos)
(Kennedy, 2014). Las propiedades psicoactivas del cannabis
son atribuibles, en gran medida, a la presencia del ∆-9-te-
trahidrocannabinol (THC), que es el principal cannabinoide
que altera la conciencia. Los cannabinoides son compuestos
secundarios únicos al género Cannabis y están presentes en
todos los tejidos vegetales aéreos, si bien se concentran prin-
cipalmente en la resina (Gotenhermen y Russo, 2002).
Mundial y nacionalmente, la marihuana es hoy la
droga ilícita de mayor consumo (Samhsa, 2010; Cortés,
Volver al índice 2012). Interesantemente, a pesar de que la cannabis y sus

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Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

compuestos bioactivos -los cannabinoi- Lamentablemente, el temor irracio-


des- poseen un potencial incomparable nal a la planta de cannabis se ha globali-
como medicina y como herramientas para zado y nuestro país no ha escapado al fe-
avanzar nuestro entendimiento del fun- nómeno. Millones de personas inocentes
cionamiento cerebral (Grinspoon y Baka- han sido encarceladas en todo el mundo,
lar, 1993; Gotenhermen y Russo, 2002), y millones de dólares han ido a parar a
una peculiar demencia cultural o delirio manos de criminales. Y, con todo ello, se
popular -la cannabinofobia- ha hecho que han violado derechos humanos de modo
el avance en estos frentes sea lento y tor- sistemático y se ha creado un mercado ilí-
tuoso. Si bien es cierto que no se puede cito planetario; al mismo tiempo que, iró-
afirmar que el uso recreativo de la mari- nicamente, se desacredita y desaprovecha
huana -o de cualquier sustancia psicoac- el formidable potencial utilitario y saluto-
tiva, en última instancia- está exento de génico de esa maravillosa planta.
riesgos y potenciales efectos adversos en El presente artículo tiene como pro-
la salud, sin duda concordamos con el mé- pósito el ofrecer una breve discusión sobre
dico Lester Grinspoon en que los “futuros los efectos asociados al uso psicoactivo de
historiadores probablemente mirarán la cannabis. Se intenta, además, aportar
esta época y la reconocerán como otra ins- a la tarea de una evaluación objetiva de
tancia de locura de las masas” (Holland, sus riesgos y beneficios.
2010, p. xi); no muy distinta de la tulipo-
manía y las cazas de brujas de épocas an-
teriores. En efecto, muchas de las creen-
cias sobre los peligros de la marihuana, Antes de abordar propiamente los
actualmente instauradas en el sentido cambios que se experimentan en el estado
común, no reflejan la realidad. Asimismo, fisiológico y psicológico luego de la admi-
el enfoque punitivo y persecutorio falla en nistración del cannabis, es necesario tomar
comprender la condición humana; se tor- en cuenta que hay muchos factores que in-
na inhumano al demonizar, vilificar e ile- fluencian los efectos subjetivos de cualquier
galizar una planta ante todo porque hace droga, incluida la marihuana. Tres factores
que la gente se sienta veleidosa y alegre: importantes en los cuales nos concentra-
porque la impele a reír. Y ello, en defini- remos son: la ruta de administración, la
tiva, no refleja otra cosa que una especie historia de uso de marihuana por parte del
de locura, una profunda insensatez, como individuo y el contexto social y cultural en
bien lo señala la psiquiatra Julie Holland el que se consume la sustancia.
(2010) en su excelente libro sobre el rol de En primer lugar, la manera en la
la cannabis en la medicina, la política, la que un individuo consume la marihuana
ciencia y la cultura. -por ejemplo, fumada u oralmente- in-
fluencia fuertemente el curso del tiempo y

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Cannabis: efectos, riesgos y beneficios
Junio 2014. Número 244

la intensidad de los efectos de


la droga. La ruta más usual
de administrar la marihuana
(i.e. las hojas secas y las flores
femeninas de la planta de can-
nabis) es la ruta del fumado,
mediante la cual el humo de
la planta es inhalado y absor-
bido a través de los pulmones.
Dado que los pulmones tienen
una amplia área de superficie
y muchos vasos sanguíneos
que van directo al cerebro, el
inicio de los efectos psicoacti-
vos es rápido y ocurre en cues-
tión de segundos (Kirkpatrick
y Hart, 2010). Debido a este
A. Baltodano. Marihuana.
rápido comienzo, los fumado-
res experimentados pueden fácilmente produce un inicio más lento de los efectos.
valorar su dosis y alcanzar los efectos Dado que la droga no viaja directamente al
subjetivos deseados. Expresado en térmi- cerebro luego del consumo oral, el comien-
nos de los investigadores, “esto le da a los zo de los efectos se ve retrasado. El punto
fumadores una gran cantidad de control máximo de los efectos psicoactivos ocurre
sobre su experiencia aguda con la mari- una hora y media después de la ingestión,
huana, potencialmente maximizando los aproximadamente (Kirkpatrick y Hart,
efectos positivos de la droga y minimizan- 2010). En términos prácticos, ello quiere
do sus efectos negativos” (Kirkpatrick y decir que la persona usuaria es menos ca-
Hart, 2010, p. 12). Típicamente, los efec- paz de valorar y ajustar la dosis tomada.
tos que son generados mediante esta ruta Esto implica que aumenta la posibilidad de
de administración son relativamente efí- efectos subjetivos indeseados, como ansie-
meros y no duran más de una o dos horas. dad y reacciones de pánico. Por otro lado,
En el caso de la marihuana consumi- los efectos se dilatan significativamente, y
da oralmente, los efectos pueden ser bas- a menudo pueden llegar a persistir, sobre
tante similares en términos cualitativos todo en usuarios poco frecuentes, por has-
a los de la droga fumada, pero difieren en ta ocho horas (Curran, Brignell, Fletcher
cuanto a la intensidad, a la rapidez de su et al., 2002).
inicio y a su duración total. Más notoria- En segundo lugar, la cantidad con-
mente, la marihuana ingerida por la boca sumida y la frecuencia de uso influyen

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José M. Rodríguez
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

en los efectos subjetivos de la marihua- efectos son útiles para sus fines persona-
na. Un ejemplo de ello es el hecho de que les; es decir, porque pueden fungir como
muchas personas que fuman cannabis “instrumentos” para fomentar o poten-
por primera vez no experimenten nin- ciar otros comportamientos específicos
gún efecto (Weil, 2004). Parece ser que, que son relevantes para la adaptación y
antes de que los individuos sean capaces el beneficio propio (Müller y Schumann,
de experimentar efectos subjetivos posi- 2011). Así, por ejemplo, en el caso de la
tivos, deben pasar por un proceso en el marihuana, esta puede ser instrumen-
que aprenden a reconocer e interpretar talizada para alcanzar diversas metas o
los efectos psicoactivos producidos por la fines como mejorar la interacción social,
droga (Jay, 2010). Otro ejemplo es el he- facilitar el comportamiento sexual, facili-
cho de que los fumadores frecuentes pue- tar actividades espirituales y religiosas,
den volverse tolerantes a algunos de los aumentar el desempeño cognitivo, facili-
efectos de la marihuana (Holland, 2010). tar la recuperación y el afrontamiento del
La tolerancia implica que se presenta una estrés psicológico, auto-medicarse para
necesidad de incrementar la cantidad de tratar problemas mentales, cultivar la cu-
droga consumida para obtener los efectos riosidad sensorial o expandir el horizonte
deseados. Y quiere decir, simplemente, perceptual, así como por simple euforia o
que quien la utiliza se ha acostumbrado hedonismo (Holland, 2010; Müller y Schu-
fisiológicamente y/o psicológicamente a mann, 2011). Ello implica que los efectos
los potenciales efectos de la marihuana. buscados y experimentados no siempre
Un fenómeno comúnmente observado en son los mismos, sino que varían en función
el laboratorio, que ilustra la relevancia de de la finalidad por la que se busca cambiar
los dos factores mencionados (cantidad y el estado de conciencia, así como en fun-
frecuencia de uso), es que efectos subje- ción del contexto social en que se inscribe
tivos negativos son reportados mayorita- el consumo individual de cannabis.
riamente por fumadores infrecuentes y/o Podemos, ahora, discutir debida-
cuando se usan dosis altas -dosis que en mente los efectos subjetivos de la mari-
usuarios frecuentes tienden a generar un huana. Los efectos fisiológicos agudos (i.e.
estado alterado disfrutable (e.g. euforia, que resultan de una sola dosis) de esta
relajación) (Kirkpatrick y Hart, 2010)-. droga son pocos y no muy significativos.
En tercer lugar, el contexto social Estos incluyen un aumento moderado en
y cultural en el que se usa, así como la la frecuencia cardíaca, enrojecimiento
intención con que se emplea, influencian de la esclerótica de los ojos y sequedad
significativamente los efectos que se ex- en estos y en la boca; efectos que usual-
perimentan al fumar marihuana. En mente pasan desapercibidos por quienes
efecto, parece ser que las personas usan usan marihuana y que no son peligrosos
drogas -incluido el cannabis- porque sus (Weil, 2004). Con respecto a los efectos

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Cannabis: efectos, riesgos y beneficios
Junio 2014. Número 244

psicológicos agudos, no obstante, estamos (Ilan, Gevins, Coleman et al., 2005).


frente a un panorama muy distinto. La Otros efectos subjetivos positivos que
marihuana propicia el surgimiento de aumentan de manera consistente luego
un estado no-ordinario de la conciencia de la administración de la marihuana
en el que la cognición -menos constreñi- son el sentirse “estimulado” así como
da que en su estado usual- está enfoca- “apacible” (Hart, Ward, Haney et al.,
da en el presente. La persona usuaria se 2002). Entonces, en general se puede
siente entusiasmada y curiosa, se torna afirmar que los efectos subjetivos de
propensa al asombro y la espontaneidad. la marihuana típicamente incluyen la
Los pensamientos fluyen rápidamente experiencia de un estado de relaja-
y la memoria a corto plazo se ción, un aumento de la fe-
reduce. Se dan, además, licidad o euforia leve,
cambios marcados alteraciones percep-
en la percepción tuales y sensua-
y en las emocio- les, una profun-
nes: el tiempo dización de los
se ralentiza, procesos del
el mundo se pensamiento,
aprecia de for- alteraciones
mas novedo- cognitivas,
sas y la emo- aumento en
cionalidad se el apetito y
intensifica. la intensifica-
En estu- ción de las ex-
dios de laborato- periencias sen-
rio, cuyos resulta- soriales (Green,
dos son en muchos Kavanagh y Young,
casos consistentes con 2003; D’Souza, Sewell
las descripciones anecdó- Logo del Movimiento Cannabis y Ranganathan, 2009). Del
ticas de los efectos de la Medicinal Costa Rica. lado potencialmente nega-
marihuana, uno de los hallazgos más tivo, la evidencia anecdótica y de prue-
robustos es que la euforia se ve consis- bas científicas controladas sugiere que
tentemente aumentada poco después el uso agudo de cannabis puede resultar
de consumir la droga (Kirkpatrick y en un estado de ánimo cambiado, en un
Hart, 2010). Así, quienes la consumen aumento o disminución en la ansiedad,
reportan puntajes mayores en catego- así como en síntomas psicóticos tran-
rías como “sentirse elevado”, “efecto sitorios -y dependientes de la dosis-
positivo de la droga” y “estar colocado” como paranoia, delirios, pensamiento

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José M. Rodríguez
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

desorganizado y deterioros en la aten- resultar de usar cannabis es el ser arres-


ción y la memoria (D’Souza, Sewell y tado. Otro inconveniente o consecuencia
Ranganathan, 2009). negativa reportada por los usuarios es el
rechazo familiar y social (Cortés, 2014
[en este mismo volumen]), que también
está íntimamente ligado al estado de ile-
El deseo fundamental de alterar la galidad de la droga.
conciencia -de manera significativa, pero Con respecto a sus beneficios, la
controlable- es parte de nuestra humani- marihuana puede ser usada para tratar
dad (Weil, 2004; Jay, 2010). El perseguir los síntomas de muchas condiciones de
estados alterados, si bien es natural, es salud (Grinspoon y Bakalar, 1993; Goten-
una iniciativa inherentemente riesgosa. hermen y Russo, 2002). Inicialmente, ella
No obstante, es fundamental tomar en tiene un efecto estimulante, seguido de
cuenta que muchas de las drogas, ya sean relajación y reducción general del estrés.
de control internacional o no, plantean Suscita, además, un efecto analgésico y
mayores riesgos a la salud que el canna- puede bloquear la migraña. Ayuda a mi-
bis. Esta planta es solo ligeramente tóxi- tigar o controlar los síntomas de la escle-
ca. Para la marihuana nunca se ha podi- rosis múltiple, de lesiones medulares y de
do establecer una dosis letal; jamás se ha la epilepsia. Mejora el sentido del humor
reportado una sobredosis fatal. Asimis- y del bienestar. Asimismo, posee efectos
mo, la probabilidad de tornarse depen- antiflemáticos, expectorantes y broncodi-
diente de esta droga es sumamente baja latadores. La marihuana puede estimular
(Holland 2010). En resumen, la carga de el apetito y reduce la náusea y el vómito.
salud pública del consumo de cannabis es También alivia las articulaciones, es anti-
bastante modesta comparada con la del inflamatorio, ayuda ante la artritis y el
alcohol, el tabaco y otras drogas ilícitas reumatismo y relaja los músculos. Otras
(Hall y Degenhardt, 2009). dolencias para las cuales la marihuana es
Mas lo anterior no quiere decir que útil son: sida, anorexia, ansiedad, asma,
su utilización esté totalmente exenta de varios tipos de cáncer, dolor crónico, de-
riesgos. La irritación pulmonar y los sín- presión, fiebre, glaucoma, insomnio, sín-
tomas psiquiátricos son dos de las preo- drome premenstrual, anemia falciforme,
cupaciones más importantes de su uso, paraplejia y pruritis (Holland, 2010).
y en particular de su abuso. Es sensato Para finalizar, cabe hacer énfasis en
recomendar que las personas con una que una integración saludable de los esta-
historia familiar de psicosis, y las que dos alterados de la conciencia es posible
tienen problemas pulmonares, no fumen y deseable. La exageración de los riesgos
marihuana. Esto nos lleva a reconocer asociados al uso de marihuana, por par-
que el daño más probable que puede te de algunos medios de comunicación,

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Cannabis: efectos, riesgos y beneficios
Junio 2014. Número 244

académicos y autoridades de institucio- Grinspoon, L. y Bakalar, J. B. (1993). Marihuana, the


forbidden medicine. New Haven: Yale University
nes de salud o seguridad, es contraprodu-
Press.
cente. La regulación actual perjudica el
Hall, W. y Degenhardt, L. (2009). Adverse health
entendimiento del funcionamiento del ce- effects of non-medical cannabis use. Lancet 374:
rebro y la mente, al igual que el desarrollo 1383-1391.
terapéutico (Nutt, King y Nichols, 2013); Hart, C. L., Ward, A. S., Haney, M. et al. (2002). Com-
además de que criminaliza a las personas parison of smoked marijuana and oral delta(9)-

usuarias de manera innecesaria. Es tiem- tetrahydrocannabinol in humans. Psychophar-


macology 164: 407-415.
po de reflexionar sobre la cannabinofobia
Holland, J. (Ed.). (2010). The pot book: a complete guide
y sus desastrosas consecuencias en la so-
to Cannabis: its role in medicine, politics, science,
ciedad, la ciencia y la ecología. Es tiempo and culture. Vermont: Park Street Press.
de actuar con sensatez y responsabilidad Ilan, A. B., Gevins, A., Coleman, M. et al. (2005). Neuro-
para poder reincorporar legítimamente physiological and subjective profile of marijuana
en las sociedades modernas la utilización with varying concentrations of cannabinoids. Be-
havioural Pharmacology 16: 487-496.
de esa planta con fines utilitarios, saluto-
Jay, M. (2010). High society: the central role of mind-al-
génicos y fraternitarios.
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mont: Park Street Press.
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Rica: Información sobre ellos para promover po-
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Curran, H. V., Brignell, C., Fletcher, S. et al. (2002).
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acute oral delta 9-tetrahydrocannabinol (THC) in
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Nutt, D. J., King, L.A. y Nichols, D. E. (2013). Effects
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D’Souza, D. C., Sewell, R. A. y Ranganathan, M. (2009).
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10
José M. Rodríguez
ISSN 1409-214X. Ambientico 244, Artículo 2 |Pp. 11-17|

Consumidores de
cannabis en Costa Rica:
Información sobre ellos
para promover políticas
más humanas
Ernesto Cortés
Coordinador del Área
de Incidencia Política
de la Asociación
Costarricense para el
Estudio e Intervención
en Drogas (ecortes@
aceidcr.org).

E
l uso de marihuana (cannabis) se ha incrementado
significativamente en los últimos años en el país, es-
pecialmente entre la población joven. Las razones
de este aumento son variadas, y relativamente inciertas
dado que contamos con muy poca información útil y oportu-
na para poder aventurar una hipótesis al respecto. La ile-
galidad del mercado, la intolerancia social y la ausencia de
un debate abierto y bien fundamentado dificultan la posibi-
lidad de investigar y entender mejor ese fenómeno social y
a las personas que lo protagonizan.
Los usuarios de cannabis no solo están expuestos a
los riesgos físicos y psicológicos asociados al uso proble-
mático sino que, además, son más vulnerables a posibles
daños por rechazo familiar y social. Otros riesgos de im-
portancia se relacionan con la aplicación de las leyes de
control de drogas por los agentes estatales de seguridad
y justicia, y también con las circunstancias propias de la
adquisición y consumo de esta sustancia psicoactiva. El
estigma social con que viven las personas usuarias de dro-
Volver al índice gas, entre estas el cannabis, puede llegar a excluirlas de

11
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental
Junio 2014. Número 244

los espacios socio-afec-


tivos, educativos, labo-
rales y sanitarios, sim-
plemente por consumir
una sustancia cuya co-
mercialización ha sido
declarada ilícita.
Este artículo, que
es un acercamiento al
conocimiento de la po-
blación usuaria de ma-
rihuana en Costa Rica,
apunta a brindar ele-
mentos para generar Getty Images. Tienda de marihuana en Denver, Colorado.
políticas sobre drogas que prevengan los Para dimensionar la cantidad de
riesgos y daños asociados al consumo y personas que usan cannabis de forma
garanticen los derechos fundamentales ocasional o habitual se utiliza algunas de
de los consumidores. las pocas encuestas nacionales en que se
pregunta sobre el consumo de drogas. Las
encuestas realizadas por el Instituto sobre
Alcoholismo y Farmaco-
dependencia en hogares
(Iafa, 2012) y en insti-
tuciones de educación
secundaria (Iafa, 2013),
así como la Encuesta
Nacional de Juventu-
des (Cortés, 2011; CPJ,
2013), muestran un cla-
ro aumento del uso de
cannabis (gráfico 1).
La encuesta a los
adolescentes que se en-
cuentran en el sistema
educativo es la que pre-
senta una prevalencia
más alta, con un au-
A. Baltodano. Muro en San Pedro, San José.
mento de cuatro puntos

12
Ernesto Cortés
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

porcentuales en un periodo de seis años considerado delito, sino solo su comercia-


(Iafa, 2013). En la última versión de esta lización (ley 8204, artículos 58 y 79).
encuesta, del año 2012, la prevalencia El hecho de que las encuestas nacio-
entre los hombres llegó a un 12,3 % y en nales se realicen en hogares y en centros
las mujeres a un 7,2 %. Este consumo es educativos puede provocar que las perso-
mayor en estudiantes de cuarto año de nas usuarias de marihuana no respondan
secundaria, que lo eleva hasta un 21 % sinceramente por temor a ser señaladas o
entre los hombres y a un 8,3 % en mujeres sancionadas. Esto lleva a que los colecti-
que dijeron haber consumido marihuana vos y las personas usuarias de marihuana
en los últimos 12 meses (Iafa, 2013). Pero, puedan ser considerados como “ocultos” o
aun con estos datos, resulta difícil dimen- de “difícil acceso” para su investigación.
sionar la población usuaria de cannabis Por ello, se recomienda realizar estudios
en Costa Rica, debido a que el cultivo, la más puntuales y con poblaciones parti-
importación, la exportación, el tráfico y el culares que se congregan en momentos y
uso de esta planta son prohibidos por la espacios puntuales. Es así que desde la
Ley General de Salud (ley 5379, artículo Asociación Costarricense para el Estudio
127)… aunque la Ley de Estupefacientes e Intervención en Drogas realizamos una
y Psicotrópicos determina que el uso no es encuesta a personas usuarias de canna-
bis que partici-
paron en la Pri-
mera Marcha de
la Marihuana en
Costa Rica, reali-
zada el 5 de mayo
del 2013. En esta
ocasión se reali-
zaron 58 entrevis-
tas cortas entre
participantes (43
hombres y 15 mu-
jeres), con el obje-
tivo de conocer sus
prácticas de con-
sumo, sus modos
de adquisición de
esa droga y otras
sustancias, así
como los riesgos

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Consumidores de cannabis en Costa Rica: Información sobre ellos para promover políticas más humanas
Junio 2014. Número 244

sociales, legales y a la salud que Gráfico No.2 ¿Con qué frecuencia consume marihuana actualmente?
este uso conlleva.
Las edades de las personas 6,90%

entrevistadas oscilaron entre los


18 y los 68 años, siendo el pro- 13,80%

medio de edad de 23,6 años y la Todos o casi todos los días

moda de 22 años. Un 34,5 % de 1 vez por semana

esas personas dijo dedicarse ex- Una vez al mes o menos

clusivamente a estudiar, un 31 % 79,30%


a trabajar, un 29,3 % a estudiar
y trabajar y solamente un 5,2 %
dijo no estudiar ni trabajar. Una
gran mayoría obtuvo un título de
secundaria (72,4 %), una cuarta parte se que dijeron usar marihuana durante el
encontraba estudiando en la universidad mes fue de 23,19 días, siendo la moda 20
(24,1 %) y un 15,5 % ya había alcanzado un de los 30 o 31 días posibles de consumir
título universitario. en un mes.
A la pregunta “¿Con qué frecuencia Entre los entrevistados, el 90 %
consume marihuana actualmente?”, el manifestó consumir marihuana fumán-
79,3 % de las 58 personas entrevistadas dola en un “puro”, un 65 % dijo fumarla
dijo hacerlo todos o casi todos los días, un en pipa, un 29,3 % la come, un 25,9 %
13,8 % indicó realizarlo al menos una vez la vaporiza y solamente una persona dijo
por semana y solamente un 6,9 % mani- que la utiliza en aceite (gráfico 3). La for-
festó que la consumía una vez al mes o ma de administración puede variar de-
menos (gráfico 2). El promedio de días pendiendo de la calidad del cannabis, del
cual se podría afir-
Gráfico No.3 ¿Como acostumbra consumir marihuana?
mar que en el merca-
do costarricense hay
aceite 1,7%
tres tipos: natural,
high grade (high red
vaporiza 25,9%
o jamaiquina) y cri-
py, siendo la segun-
comida 29,3%
da variedad la más
adquirida entre los
pipa 65%
entrevistados (63,8
%). Aun así, más
puro 89,7%
de la mitad (55,2
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %) también suele

14
Ernesto Cortés
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

Gráfico No.4 ¿Cómo suele adquirir la marihuana? meses (gráfico 5). Cabe resal-
tar que un 39,7 % de los entre-
Otro 1,7% vistados mencionó haber senti-
do amenazada su seguridad a
Cultiva 27,6% la hora de comprar marihuana,
principalmente por la posibili-
Punto de venta movil 29,3%
dad de ser asaltado o agredido
físicamente en los lugares don-
Express 36,2%
de se suele expender.
Punto de venta fijo 50,0%
Las principales razones
para utilizar marihuana son:
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% para relajarse (87,9 %), para
aumentar la creatividad (55,1
adquirir la cripy y solamente un 27,6 % %), para fines medicinales (51,7 %), para
dijo comprar la natural. la espiritualidad o meditación (50 %)
La gran mayoría de los entrevista- y por placer (41,4 %). Por otro lado, los
dos adquiere su marihuana mediante dos o principales inconvenientes o consecuen-
más vías: la mitad de ellos la compra en un cias negativas asociadas al consumo de
punto de venta fijo, a un 36,2 % se la lleva marihuana reportadas por los entrevis-
el vendedor a su casa (“express”), un 29,3 % tados fueron el rechazo familiar y/o so-
concreta con el vendedor -sobre la marcha- cial (46,7 %) y la persecución de la policía
una cita en algún lugar, un 27,6 % la culti- (44,8 %). Mientras que consecuencias fí-
va para su consumo personal, y el 17,2 % de sicas como la pérdida de memoria (22,4
los entrevistados la consigue regalada, o in- %) y los efectos del humo en el sistema
vitada, o por canje o, incluso, la encuentra respiratorio (10,3 %) son mucho menores.
casualmente. Cuatro de los entrevistados Un 20,7 % mencionó no percibir o haber
aseguraron no haber comprado
Gráfico No.5 ¿Cada cuanto compra marihuana?
marihuana nunca (gráfico 4).
En cuanto a frecuencia 3% 2%
de compra hubo mayor varia-
7% Nunca
ción en las respuestas. Un 36
14%
% dijo abastecerse al menos Todos o casi todos los días
14%
una vez por semana, un 24 % 1 vez por semana

la adquiere cada 15 días, un Cada 15 días


24%
14 % la compra todos o casi to- 1 vez al mes
36%
dos los días, un igual porcen- Cada 2 meses

taje la compra una vez al mes Sin respuesta


y un 3 % la adquiere cada dos

15
Consumidores de cannabis en Costa Rica: Información sobre ellos para promover políticas más humanas
Junio 2014. Número 244

Gráfico No.6 Principales inconvenientes asociadas que la atención recibida fue


al consumo de marihuana
de mala calidad. Ocho de los
Otros 5,2 entrevistados fueron en algún
momento sancionados, suspen-
En estudio o trabajo 6,9
didos o expulsados del colegio
Sist. Respiratorio 10,3 o instituto por haber utilizado
Niguna 20,7 cannabis, y tres recibieron en
su trabajo ese mismo tipo de
Salud mental/memoria 22,4
trato por igual razón.
Persecusión polcial 44,8 La relación con las auto-
Rechazo Social/familar 46,7
ridades policiales o de seguri-
dad es distinta, ya que un 79,3
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
% indicó haber sido requisado
experimentado ninguna consecuencia ne- por consumir marihuana o portarla para
gativa del consumo (gráfico 6). su propio uso. De ellos, un poco menos de
En relación con el uso de otras sus- la mitad mencionó haber sido amenazado
tancias psicoactivas, una cuarta parte de y/o insultado. Un porcentaje menor fue
las personas entrevistadas dijo no utili- agredido físicamente o arrestado por con-
zar otra droga además del cannabis. El sumir cannabis. Solamente siete de las 58
resto (75 %) dijo haber tomado alcohol al personas indicaron que han sido encarce-
menos una vez en los últimos doce meses, ladas, y solo una señaló haber sido extor-
y de entre ellos un poco menos de la mitad sionada o sobornada (gráfico 7).
también usó tabaco, y una tercera parte Algunas conclusiones de esta prime-
alucinógenos como LSD y hongos. Menos ra encuesta a personas usuarias de can-
de un 15 % del total mencionó haber con- nabis en Costa Rica son las siguientes:
sumido éxtasis o cocaína en Gráfico No.7 ¿Ha sido objeto de alguna acción policial por
el último año. consumir marihuana o portarla para su propio consumo?

Con respecto a la rela- Extorsionaron 1,7%


ción con instituciones esta-
Otro 5,2%
tales, de las 58 personas en-
Encarcelaron 12,1%
trevistadas solo tres habían
Nada 17,2%
recibido algún servicio de
Arrestaron 22,4%
atención en salud relaciona-
do con su consumo de can- Agredieron fiscamente 29,3%

Insultaron
nabis, pero siempre forzadas 36,2%

por un familiar en un centro Amenazaron 37,9%

de salud estatal. Esas mis- Requisaron 79,3%

mas tres personas dijeron 0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90%

16
Ernesto Cortés
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

Mayoritariamente, los consumidores son de salud pública y derechos humanos. Por


jóvenes en edades productivas, con –en ge- lo que, para su elaboración y ejecución, se
neral- buen nivel educativo y/o empleo. En debe incorporar no solo a las instituciones
su mayoría, consumen high grade o cripy estatales de salud, educativas, sociales, eco-
de un modo habitual y casi diario. Lo ha- nómicas y laborales, sino también a las or-
cen principalmente con fines de relajación. ganizaciones de la sociedad civil e incluso a
Utilizan distintos métodos para adquirir las mismas personas usuarias de cannabis.
la sustancia, predominando la compra en Es imprescindible abrir el debate so-
un punto fijo, al menos una vez por sema- bre la posibilidad de regular el cannabis,
na. Eso los expone a mayores riesgos aso- iniciando con la despenalización del auto-
ciados al mercado ilícito, así como a requi- cultivo para consumo personal y sin fines
sas y hasta a amenazas por parte de las de lucro. Esto disminuiría los riesgos a la
agencias policiales, siendo esto el segundo salud y seguridad de las personas usuarias
mayor inconveniente o consecuencia nega- que opten por cultivar, ya que mejoraría la
tiva del uso de cannabis, superado solo por calidad de la sustancia y evitaría tener que
el rechazo social y/o familiar. acceder a los mercados ilícitos, además de
Es por ello que resulta necesario que eliminaría la posibilidad de ser deteni-
modificar las representaciones sociales de do y criminalizado por la policía.
las personas usuarias de cannabis, para
eliminar la discriminación y ver más allá Referencias
Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven.
de la represión. Como bien lo dice la Or-
(2013) Segunda encuesta nacional de juventudes:
ganización de Estados Americanos en el
informe de principales resultados [recurso elec-
Informe publicado en 2013: “En la medi- trónico] / Consejo Nacional de Política Pública de
da que el consumo de drogas está penali- la Persona Joven.
zado o estigmatizado, las poblaciones más Cortés, E. (2011) Consumo de drogas en las personas
vulnerables al consumo problemático se jóvenes costarricenses. En CPJ Simposio 2009:

ven inhibidas de recurrir a la información La Población Joven de Costa Rica a partir de la


I Encuesta Nacional de Juventud: ponencias y
oportuna, a los servicios de salud pública
memoria. San José: Consejo Nacional de Política
y, en general, a los programas de preven-
Pública de la Persona Joven.
ción y tratamiento” (Oea, 2013, p. 79). Iafa (Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia).
Si se desea evitar que el uso de can- (2012) Consumo de drogas en Costa Rica. Encuesta
nabis siga aumentando en la población Nacional 2010: Consumo de cannabis. San José: Iafa.
costarricense y que las personas usuarias Iafa (Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependen-
cia). (2013) Encuesta nacional sobre consumo de
sigan corriendo riesgos, es imperativo pro-
drogas en población secundaria. Costa Rica 2012.
mover políticas que busquen ampliar la
San José: Iafa.
oferta y el acceso a programas de preven- Oea. (Organización de Estados Americanos). (2013) El
ción e intervención en el uso de marihuana; problema de las drogas en las Américas. Wash-
programas orientados desde un enfoque ington: OAS.

17
Consumidores de cannabis en Costa Rica: Información sobre ellos para promover políticas más humanas
ISSN 1409-214X. Ambientico 244, Artículo 3 |Pp. 18-23|

¿Consumidores o
monstruos? Del ethos
al pathos en la
estigmatización de los
consumidores de marihuana
Jesús Méndez
Antropólogo social.
Profesor en la
Universidad de Costa
Rica. Investigador
en el Instituto
sobre Alcoholismo y
Farmacodependencia.

E
xiste en todo el mundo un discurso sobre el fenóme-
no de las drogas que establece caracterizaciones y
clasificaciones de esas sustancias y, a partir de eso,
y valiéndose de prejuicios y estereotipos, estigmatiza a los
consumidores, pasando a concebirlos como monstruos. Para
comprender tal proceso de monstrificación de los consumi-
dores de cannabis sativa, este artículo considera medulares
los conceptos de pathos y ethos, trabajados por diversos au-
tores para atender los análisis de discursos dentro de los
procesos sociales de configuración de aspectos culturales.
En su libro Tristes Tropiques (1955), el antropólogo
Claude Levi-Strauss asegura que toda sociedad se funda-
menta en la conjunción de costumbres e ideales preforma-
dos moralmente en conjunto con un territorio social y un
ambiente natural específico. La unión de estos aspectos,
aunado a una serie de procesos reflexivos, conforman una
especie de guía sobre el orden correcto y adecuado de hacer
las cosas, estableciendo un phatos o, en otras palabras, una
serie de costumbres que estipulan las conductas positivas
Volver al índice al tiempo que se define sanciones para las desviaciones.

18
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

El phatos, según Levi-Strauss, configura ideales, actitudes o creencias que buscan


un modelo ideal de comportamiento. No influir al primero.
obstante, para funcionar necesita la pre- Ahora bien, la monstrificación de
sencia de un ethos, el cual proporciona los consumidores de marihuana la lleva
coherencia y regularidad al aspecto feno- a cabo el discurso estatal-institucional
ménico de la realidad de los individuos. mediante el rescate de modelos prohibi-
En este sentido, y desde muchos cionistas a los que van intrínsecamente
siglos antes, Aristóteles, en su Retórica asociadas imágenes arquetípicas desca-
(1998), subrayó el papel del ethos como lificadoras de aquellos individuos, y esto
un conjunto de atributos que se proyec- tiene que ver con el mencionado ethos. El
tan en los discursos. Definición que am- objetivo es impulsar prejuicios y mitos –a
plió Erving Goffman (1971) al reconocer los que van asociados temores- sobre la
una dimensión fuertemente actitudinal, marihuana y sus consumidores, actuan-
valorativa o motivacional que remite a do así precisamente sobre el pathos de la
las cualidades morales del orador, consi- sociedad costarricense, para cambiar o
derando en ese sentido las disposiciones perpetuar el ideal que se tenga sobre esa
éticas, creencias, pensamientos o inclina- droga y sus consumidores.
ciones que generan conductas, prácticas De la mano de los principios insti-
y acciones. tucionales de estigmatización, ocurre un
Entonces, se tiene dos conceptos proceso afín en los medios de comunica-
complementarios a considerar: por un ción masiva que alimenta y exagera ese
lado el pathos, entendido como los ideales ethos respecto de la marihuana y sus
de comportamiento de un pueblo, comu- consumidores e incrementa el ideal de
nidad o país, que establece las pautas de monstruos que pesa sobre ellos. Desde
acción y la forma de proceder ante deter- la esfera estatal se establecen tres for-
minadas situaciones; y, por otro lado, el mas de catalogar a los consumidores de
ethos, que de manera similar se establece marihuana (del Olmo, 1988), y de parte
como un ideal de vida y de conducta, pero de los medios de comunicación masiva se
que se constituye con el fin de incidir sobre establecen tres estereotipos sobre los con-
las prácticas de comportamiento, sobre el sumidores (González, 1997). Tales formas
pathos. El primer concepto se entiende de catalogación y tales estereotipos son
como algo implícito en la sociedad, con complementarios.
un grado importante de dificultad para Según del Olmo (op. cit.), las tres
comprender su origen, y que, por tanto, formas de catalogar a los consumidores
se reconoce en las acciones; el segundo es se dan a nivel médico, a nivel cultural y a
algo intencional, generado por un conjun- nivel ético-jurídico, respectivamente. En
to de actores que establecen una serie de el primer nivel, el drogadicto se ve como
un paciente y la droga es un virus o una

19
¿Consumidores o monstruos? Del ethos al pathos en la estigmatización de los consumidores de marihuana
Junio 2014. Número 244

Khalid Mahmood. Cannabis de Pakistán (tomada de Wikimedia Commons).

enfermedad que hace más evidente el y traficantes como lo más bajo de la so-
concepto de dependencia; es decir, se tra- ciedad. En el caso de la marihuana, esto
ta de un problema de salud pública. En sucedió claramente en Estados Unidos,
el segundo nivel, el cultural, el drogadic- pues a principios de la década de 1950 a
to es alguien que se opone al consenso; se ella se le asociaba con los mexicanos, ini-
trata de un joven ocioso que busca place- ciándose entonces el estereotipo del lati-
res prohibidos, derivado esto de la falta no drogadicto, delincuente y pandillero
de empleo y actividades sociales. Y, en el (History Channel HD, 2012; del Olmo,
tercer nivel, el drogadicto es un transgre- op. cit.). Fue apenas en 1962 que se ini-
sor, alguien que realiza actividades ilíci- ció el modelo médico-sanitario, cuando la
tas y que, por ende, debe ser castigado. Corte Suprema de Justicia de ese mismo
Cada una de las anteriores formas país ratificó que el consumidor no es un
de catalogación se generó durante un mo- delincuente sino un enfermo (Del Olmo,
mento histórico determinado (Bejarano, op. cit.). Cambio de paradigma que se dio
2006), siendo que antes de la instaura- como respuesta a la generalización del
ción del modelo médico-sanitario era co- consumo de marihuana y otras drogas,
mún que las drogas fueran vistas como resultando consumidores ya no solo indi-
lo negativo y, entonces, los consumidores viduos de minorías étnicas sino también

20
Jesús Méndez
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

A. Baltodano. Muro en San Pedro, San José.

jóvenes de todos los estratos socioeconó- Por su parte, frente al tema del con-
micos y procedencias étnicas. sumo de marihuana y drogas en general,
Los tres modelos de catalogación los medios de comunicación masiva se ma-
propuestos por del Olmo no son excluyen- nejan con base en alguno de los siguientes
tes, sino que en muchos casos la combi- estereotipos: el de la imprecisión del con-
nación de ellos era y sigue siendo posible, cepto de droga, el de la fetichización de
generando ambivalencias a la hora de la droga y el de la subculturización de la
establecer perfiles de los consumidores. droga (González, op. cit.).
En el caso de la marihuana, se forman Con base en el primer estereotipo,
discursos ambiguos y clasistas que aún ellos tergiversan el concepto de droga,
hoy se mantienen, pues si el consumidor implantando el ideal de que todas las
es de clase baja la droga lo hace violen- drogas ilegales tienen efectos idénticos y
to y criminal, pero si es de clase alta lo todas son negativas. Este estereotipo per-
hace vago y apático (del Olmo, op. cit.); petúa la separación entre drogas legales
debiendo aplicarse una medida jurídica e ilegales, declarando que estas últimas
en el primer caso, y una médico-sanitaria conllevan únicamente consecuencias per-
en el segundo. judiciales y, entonces, son mucho más
dañinas que las otras. En consecuencia,

21
¿Consumidores o monstruos? Del ethos al pathos en la estigmatización de los consumidores de marihuana
Junio 2014. Número 244

la marihuana es equiparada con el crack, -supuesta meca de tal droga-, camisetas o


la heroína, la cocaína y el LSD, estable- artículos con fotografías de Bob Marley y
ciendo que el componente activo o THC de hojas de marihuana, etc.).
(Tetrahydrocannabinol) es peor que el al- Los modelos institucionales pro-
cohol o el tabaco, aunque pruebas clínicas puestos por del Olmo, así como los este-
puedan demostrar lo contrario. reotipos impulsados por los medios de
A partir del segundo estereotipo, la comunicación trabajados por González,
droga es vista como un ente mágico con permiten comprender cómo se promueven
propiedades místicas (González, op. cit.), y mantienen las estigmatizaciones sobre
que afecta el cuerpo humano de manera la marihuana y sus consumidores, gene-
epifenoménica, siendo un organismo ex- ralmente con discursos atemporales que
terno a las personas y a la sociedad, que persisten en el ideario colectivo o pathos.
infecta como si fuese un padecimiento, De esta forma, no es extraño ver la combi-
es decir, un ente patológico extraño. En nación de estereotipos institucionales en
consecuencia, el consumo de marihuana medios de comunicación, por ejemplo en
es un mal o enfermedad que infecta a jó- la prensa escrita, donde se afirma lo da-
venes con altas carencias sociales o con ñina que es la droga según estudios médi-
un marcado rechazo a los valores tradi- cos 1, o donde se sostiene la lucha contra
cionales, coincidiendo esto con el modelo la marihuana como lo ideal y se catalo-
médico-sanitario propuesto por del Olmo. ga como éxito la incautación de alijos de
Según el tercer estereotipo, el de la ella 2, o donde, también, se considera a los
subculturización de la droga, la droga es productores como monstruos que hacen
expresión de actitudes individuales o gru- daño a la sociedad y a la naturaleza 3; es-
pales al margen y opuestas a la sociedad, tereotipos estos que contribuyen a esta-
típicas de la juventud. Con este estereoti- blecer estigmatizaciones que perduran en
po es consistente la idea de que el consumo el imaginario colectivo.
de marihuana responde a presiones socia- Derivada de las políticas institu-
les propias de la adolescencia, ayudando cionales y con la ayuda de los medios
al consumidor a satisfacer la necesidad de de comunicación, existe la tendencia a
transgresión y rebelión y permitiéndole juntar a productores y consumidores de
jugar un papel protagónico al convertir-
1 Ver, por ejemplo: http://www.nacion.com/vivir/
se en centro de la atención. Que la mari-
medicina/Consumo-frecuente-marihuana-cambi-
huana fuera expresión de una subcultura ar-estructuras_0_1386061513.html
o contracultura (Goffman, 2005) se vería 2 Ver, por ejemplo: http://www.nacion.com/sucesos/
constatado por la abundante parafernalia narcotrafico/Policia-frena-ingreso-marihua-
na_0_1405859421.html
–como elemento de cohesión– que acom-
3 Ver, por ejemplo: http://www.nacion.com/sucesos/
paña a muchos de sus consumidores (dis- desastres/Incendio-Forestal-Parque-Nacional-Chirri-
tintos objetos con la bandera de Jamaica po_0_1406259502.html

22
Jesús Méndez
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

marihuana dentro de un mismo concepto Concluyendo: Existen clasificacio-


precedido siempre por el prefijo “narco” nes institucionales y estereotipos mediá-
(del Olmo, op. cit.). Así, todo lo relaciona- ticos sobre los consumidores de marihua-
do con esas sustancias siempre va a ser na, y sobre el consumo, que generan en
negativo 4 y forma parte del ethos que las estructuras más elementales de la
busca convertir en monstruos a consumi- sociedad costarricense, pathos, una serie
dores y productores, monstruos que son de ideas que monstrifican a consumidores
enfermos o delincuentes pero que, a final y productores. Si se quiere comprender y
de cuentas, son monstruos que corrompen dar un acompañamiento adecuado a los
las bases éticas y sanitarias de la socie- consumidores para evitar el uso y/o abu-
dad costarricense. so, es necesario dejar de lado varias de
Si bien es cierto que existe un reco- tales concepciones. Y el acompañamiento
nocimiento de que esta monstrificación debe ir de la mano de la comprensión de
tiene fundamentos económicos y políticos los aspectos culturales de esas poblacio-
(del Olmo, op. cit.; Escohotado, 1998), no nes y de la des-estigmatización por parte
cabe duda de que el ethos imperante re- de los medios de comunicación.
lacionado con la marihuana y sus consu-
midores manifiesta que son estos los que Referencias
Aristóteles. (1998). Retórica. Madrid: Alianza.
ponen en juego el orden social (la familia,
Bejarano, J. (2006). Inseguridad ciudadana: realidades y
las costumbres, la salud, etc.). Crimina-
percepciones. San José: Pnud.
lidad, redes de narcotráfico, orgías, agre- Del Olmo, R. (1988). La cara oculta de la droga. Bogotá:
sores, ladrones y caos, todos estigmas Editorial Temis.
con un marcado corte negativo que han Escohotado, A. (1998). Historia General de las Drogas.
pasado a formar parte del pathos de la so- Madrid: Alianza. Séptima edición.

ciedad costarricense, tipificando y sobre Goffman, E. (1971). La presentación de la persona en la


vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu.
todo monstrificando a los consumidores
Goffman, K. (2005), La contracultura a través de los
de marihuana, lo cual ha disminuido la
tiempos. De Abraham al acid-house, Barcelona:
posibilidad de acercamiento a ellos. Acer- Anagrama.
camiento que no solo haría viable una History Channel HD. (2012, 20 de agosto). La Historia de
mejor compresión de sus características la Marihuana. Disponible en: https://www.youtu-
culturales sino también, y más importan- be.com/watch?v=1w6-jWapvBg
González, C. (1991). Legislación simbólica y administra-
te, permitiría un acompañamiento en el
ción del derecho penal: la Penalización del consu-
tratamiento de los consumidores con pro-
mo de drogas. Revista Jueces para la Democracia
blemas graves derivados del abuso de tal 14, pp. 22-26.
sustancia. González, C. (1997). Drogas y control social. Poder y Con-
trol 2.
4 Ver, por ejemplo: http://www.nacion.com/sucesos/
Levi-Strauss, C. (1955). Tristes Tropiques. Paris: Librai-
narcotrafico/Casa-ocultaba-toneladas-marihuana-Li-
rie Plon.
mon_0_1405259516.html

23
¿Consumidores o monstruos? Del ethos al pathos en la estigmatización de los consumidores de marihuana
ISSN 1409-214X. Ambientico 244, Artículo 4 |Pp. 24-29|

Legalizar para
humanizar: una salida de
la cultura de muerte

Daniel Pacheco
Antropólogo social
y teólogo. Profesor
en UMCA y UIA
(zchardin@gmail.com).

L
a cultura de muerte, tétrica expresión acuñada por
Juan Pablo II en su carta Evangelio de la vida, pue-
de ser definida como una “cultura contraria a la so-
lidaridad, activamente promovida por fuertes corrientes
económicas y políticas, portadoras de una concepción de la
sociedad basada en la eficiencia. Una guerra de los pode-
rosos contra los débiles. La vida que exigiría más acogida,
amor y cuidado es tenida por inútil, o considerada como un
peso insoportable y, por tanto, despreciada de muchos mo-
dos. Quien, con su enfermedad, con su minusvalidez o sim-
plemente con su presencia pone en discusión el bienestar y
el estilo de vida de los más aventajados, tiende a ser visto
como un enemigo del que hay que defenderse o a quien eli-
minar” (Juan Pablo II, 1995, apartado 12).
La cultura de muerte se manifiesta de muchas for-
mas cercanas. En Centroamérica han fallecido en años
recientes unas 30.000 personas debido a la violencia. En
Honduras ocurren 92 homicidios anuales por cada 100.000
habitantes, en El Salvador 69 y en Guatemala 39. Son
Volver al índice los países más peligrosos en tiempos de paz del planeta

24
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

(UNODC, 2012). Muchas de estas muer- En el campo de las políticas actua-


tes vienen de actividades vinculadas con les sobre drogas también podrían ope-
el comercio de drogas, principalmente rarse algunos cambios que conducirían
por batallas entre policías, narcotrafi- a claros beneficios sociales. Por ejemplo,
cantes, pandillas, ejércitos y ciudadanos. la legalización del cannabis y la redirec-
Este dolor, muchas veces invisibiliza- ción de recursos de seguridad represiva
do, se une a la emergencia sanitaria de a educación, prevención y tratamiento,
millones de consumidores en estado de disminuirían el dolor, la violencia, la
adicción y de sus familias, quienes su- muerte y la enfermedad que afecta a mi-
fren persecución, cárcel, miseria y vio- llones de personas. Si concretáramos un
lencia ante una enfermedad que debe ser cambio cultural y legal, podríamos elimi-
tratada por profesionales. Ellos pueden nar muchas de las actividades dañinas
ser contados entre los muertos de la ac- vinculadas con la marihuana, como la
tual guerra, fruto de una perspectiva que corrupción de autoridades, el engaño al
prefiere combatir las drogas con balas en consumidor al que se pone en peligro y la
lugar de con medicina y educación (sa- violencia; y regular otras, como el cultivo
bemos que para ciertos sectores es más y el comercio, cobrando impuestos, gene-
lucrativo vender armas que construir rando empleos, impulsando investigacio-
escuelas y hospitales). Al mismo tiempo, nes médicas, etc.
el dinero sucio y la corrupción de auto- La Organización de Estados Ameri-
ridades gubernamentales causan daños canos sugiere modelos de disponibilidad
irreparables en el desarrollo de los paí- que permitan acceder de forma legal a
ses latinoamericanos. ciertas drogas, bajo controles, precios y
Recientemente, en Costa Rica se tasas específicos, solamente para adultos
implementó la prohibición del fumado y prohibiendo tareas como la conducción
de tabaco en áreas públicas, se elevó al de autos y equipo bajo los efectos de dro-
grado de delito la conducción bajo los gas. A partir de este paradigma, la ma-
efectos del alcohol y se aumentaron los rihuana pasaría a estar controlada como
impuestos a estas sustancias para ser lo está el alcohol y el tabaco en muchos
destinadas a fines sociales. Estas accio- países (Oea, 2013).
nes legales, en conjunto con medidas de Los Estados pueden reencausar los
educación y prevención, buscan controlar fondos que se utilizan para juzgar, en-
y reducir el daño que causan a corto pla- carcelar y reprimir a los adictos cróni-
zo (evitando que los conductores ebrios cos y jóvenes distribuidores sin empleo
causen accidentes), a mediano plazo (con o educación, y utilizarlos para financiar
la mejoría de los ingresos fiscales del Go- terapias médicas, dar empleo y sopor-
bierno) y a largo plazo (con la reducción te familiar a esas personas. “Entre los
de enfermedades). casos más frecuentes de violaciones de

25
Legalizar para humanizar: una salida de la cultura de muerte
Junio 2014. Número 244

Director de la Fuerza Pública de Acosta muestra plantas de marihuana (tomada de eljornalcr.com)..

derechos humanos se encuentra la si- 2012. Es decir, las estrategias actuales de


tuación de millones de consumidores que combate al uso de drogas han fracasado
han cometido crímenes vinculados a su absolutamente (ahora hay mayor dispo-
condición. Estos sufren de hacinamiento nibilidad de drogas a diversos precios en
carcelario, falta de atención sanitaria y el mercado de la calle), y económica y so-
educación, vulnerabilidad ante contagios cialmente son contraproducentes, debido
de enfermedades de transmisión sexual, a la violencia, la corrupción y otros nefas-
entre otros” (ibid., pg. 101). tos efectos colaterales que generan (Iafa
Las estadísticas del costarricense 2012, pg. 49).
Instituto sobre Alcoholismo y Farmacode- Por el contrario, una legalización
pendencia (Iafa) confirman lo que vemos regularizada del cannabis tendría efectos
en las calles: el consumo de marihuana positivos en la salud pública: “La situa-
entre adolescentes –la población más vul- ción ilegal de las drogas es la principal
nerable– se ha duplicado, pasando de una causa de las sobredosis, tanto por la in-
prevalencia anual en el consumo de 5,7 % certidumbre acerca de la pureza de lo que
de los adolescentes en 2006 a un 9,7 % en se compra como porque la ausencia de

26
Daniel Pacheco
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

regulaciones alienta el uso de adulteran- crimen o victimización de personas que


tes que pueden por sí mismos provocar comenten ilícitos, sino de llamar la aten-
efectos peligrosos. En un régimen legal ción sobre lo contraproducente e infruc-
regulado, las drogas vendidas serían de tífero de una política que busca reprimir
pureza conocida y sus ingredientes cons- las drogas produciendo mayor pobreza y
tarían en la etiqueta del producto” (Oea, violencia.
2013, pg. 99). Otros daños colaterales aún no
En Costa Rica, si bien la legislación cuantificados los sufre el ambiente por
no criminaliza directamente al consumi- las siembras ilegales. La devastación
dor de drogas, sí existen fuertes estigmas ambiental es causada tanto por los tra-
sociales que lo hacen sufrir, condenándo- ficantes como por las autoridades que
lo al desempleo y al rechazo familiar. La luchan contra la actividad ilícita. “El
represión contra pequeños traficantes y cultivo de drogas de origen vegetal se
consumidores, además de no solucionar realiza en muchos casos en zonas selvá-
realmente los problemas del delito y el ticas de gran valor ecológico, generando
consumo, deja libres a los grandes delin- consecuencias inmediatas para el am-
cuentes que manejan sumas millonarias biente: deforestación, degradación de
que invierten en corrupción de autorida- tierras y contaminación … la aspersión
des y en nuevos delitos. aérea del herbicida glifosato causa un
Un claro ejemplo de violación de impacto negativo en el medio ambiente
derechos humanos por parte de la actual y la salud humana, lo cual ha sido cau-
legislación es el del encarcelamiento de sa de preocupación en regiones de Co-
mujeres por introducir drogas a las pri- lombia donde se emplea este método de
siones, o por colaborar en la distribución control de cultivos ilícitos … Además,
de minúsculas cantidades. Las cárceles los químicos o insumos empleados en la
femeninas están llenas de pequeñas trafi- producción de drogas controladas son
cantes no violentas, que caen en la tenta- resistentes a la biodegradación y son tó-
ción del negocio ilícito por hambre y falta xicos, asimismo tienen altos niveles de
de empleo o por extorsión. Sus hijos, mu- movilidad” (Oea, 2013, pg. 34).
chas veces con ambos padres en prisión, Es más racional un escenario don-
perpetúan el ciclo de pobreza en las nue- de cultivos como la marihuana y el cá-
vas generaciones. “El perfil de las reclusas ñamo sean regulados, cumpliendo es-
condenadas por introducción de drogas tándares agrícolas de cuidado al medio
a un centro penal es el de madres jefas ambiente. Esto, además, permitiría dar
de familia, desesperadas por la pobreza crédito, empleo y seguridad a los agri-
y agobiadas por la necesidad, que nunca cultores e indígenas que se ven forza-
antes habían cometido un crimen (Mata, dos a participar en cultivos ilícitos, mu-
2012). No se trata de hacer apología del chas veces bajo extorsión y siempre en

27
Legalizar para humanizar: una salida de la cultura de muerte
Junio 2014. Número 244

condición de pobreza y falta de seguri- Ciertamente, legalizar el cannabis


dad laboral. Además, los consumidores no es solución sencilla a problemas com-
podrían sembrar sus propias plantas plejos. Cambios en los mercados ocasio-
en armonía con el ambiente, de forma narían mayor disponibilidad y nuevos
segura, sin narcotraficantes interme- problemas, como el aumento del con-
diarios. El cultivo de cáñamo industrial sumo y la mutación del negocio ilegal
tendría efectos positivos en la reducción en otros más violentos como extorsión
del cambio climático. y trata de personas. Es fundamental
Una promesa ambiciosa de los pla- moderar la demanda, priorizar la edu-
nes de legalización es disminuir el actuar cación preventiva y tener planes de con-
violento de los traficantes de drogas, por tingencia en caso de abusos. Sin esto, la
medio del desfinanciamiento de sus acti- legalización de la marihuana podría te-
vidades. Desaparecería así el dinero ilíci- ner efectos devastadores, sobre todo en
to dando lugar a impuestos dedicados a los más jóvenes.
prevención, educación y salud. También Un tema ausente es la reinserción
se ahorraría una serie de inútiles y costo- de millones de traficantes y consumidores
sos esfuerzos policiales y jurídicos. que hoy no tienen más alternativa que

A. Baltodano. Pipa para fumar marihuana.

28
Daniel Pacheco
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

el cementerio, el hospital o la cárcel. Es violencia, exclusión, pobreza y enferme-


posible buscar alternativas sin represa- dad. Debemos añadir a este mismo pro-
lias violentas, con incentivos para la re- blema la irreparable devastación ambien-
construcción y el trabajo. Evidentemente, tal. Un compromiso humano auténtico
quienes tengan cuentas pendientes con la ante el dolor de tantos exige soluciones
sociedad deben someterse a los procesos nuevas y valientes de justicia y paz, ante
penales pertinentes. un problema que lleva décadas desan-
El nuevo paradigma cambiará los grando a los pueblos.
indicadores de éxito de la lucha contra las
drogas. En lugar de considerar triunfos Referencias
Iafa. (2012). Encuesta Nacional sobre Consumo de Dro-
las medidas represivas actuales (arres-
gas en Población de Educación Secundaria. San
tos, decomisos, condenas…), es necesario
José.
un enfoque de acuerdo con el que se vean Juan Pablo II. (1995). Evangelium Vitae. Vaticano: Librería
como éxitos la reducción de la oferta, la Vaticana. Disponible en: http://www.vatican.va/
disminución de la violencia, la baja del holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/
consumo y el descenso de las enferme- hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae_sp.html

dades en las comunidades. Para esto, es Mata, A. (2012, setiembre 2). Libertad empeñada. La Na-
ción. Disponible en: www.nacion.com/2012-09-02/
fundamental revertir las condiciones de
RevistaDominical/Libertad-empenada.aspx.
vulnerabilidad y exclusión de millones de
Oea. (2013). El problema de las drogas en las Américas.
personas en Latinoamérica, mejorando Nueva York: OAS Cataloging-in-Publication
indicadores sociales, económicos, de edu- Data.
cación y salud. Pablo VI. (1965). Gaudium et spes. Roma. Disponible en:
Los cristianos debemos recordar http://www.iglesiacatolica.org.pe/cep_especia-
les/2005/Semana%20Social/documentos_social/
que “nada hay verdaderamente huma-
Gadium%20et%20spes.pdf
no que no encuentre eco en el corazón de
UNODC. (2012). Delincuencia Organizada Transnacio-
la Iglesia” (Pablo VI, apartado 1). Han nal en Centroamérica y el Caribe: Una Evalua-
muerto ya millones y otros sufren junto ción de las Amenazas. Viena.
con sus familias dolorosas situaciones de

29
Legalizar para humanizar: una salida de la cultura de muerte
ISSN 1409-214X. Ambientico 244 Artículo 5 |Pp. 30-34|

La legalización de la
marihuana en Uruguay
y las lecciones para
Costa Rica

Manuel E. Soto
Especialista en
derecho ambiental
y consultor
(memiliosotoa@gmail.
com).

E
l 8 de agosto de 2012, el Poder Ejecutivo de la Re-
pública Oriental del Uruguay, presidido por José
Mujica, remitió al Congreso para su aprobación un
proyecto de ley que establecía que el Estado “asumirá el
control y la regulación de las actividades de importación,
producción, adquisición a cualquier título, almacenamiento,
comercialización, y distribución de marihuana o sus deri-
vados” (artículo 2 de la ley 19172). Y, el 10 de diciembre de
2013, Uruguay se colocó como el primer país latinoamerica-
no en alcanzar la regulación legal del cannabis. El Estado
participa de los beneficios de su producción y regula su co-
mercialización y tenencia.
La preparación de tales cambios legislativos había
conducido al país a un profundo debate que resultó ped-
agógico. En medio de este, se dio una campaña informativa,
dirigida a la población, denominada “Por una legislación
más clara y más justa”. Y, en 2013, se consolidó la campaña
mediática denominada “Por una regulación responsable del
cannabis en Uruguay”.
Volver al índice

30
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

La ley 19172 de Uruguay responde al legalizar la producción, venta y con-


a una política orientada a minimizar los sumo de marihuana. Dijo también que
riesgos y a reducir los daños del uso del el país “no había tomado en cuenta la di-
cannabis; además, promueve la debida mensión del impacto en la salud del uso
información, la educación y la preven- de la droga”. La Unodc recordó que Uru-
ción respecto de las consecuencias y efec- guay es miembro de la Convención sobre
tos perjudiciales del consumo, así como Narcóticos de 1961. “El órgano legislativo
el tratamiento, la rehabilitación y la que ha apoyado leyes y acuerdos inter-
reinserción social de los usuarios prob- nacionales, y un Gobierno que es socio ac-
lemáticos de drogas. Por todo ello, está a tivo en la cooperación internacional y en
la vanguardia como iniciativa armónica el mantenimiento del Estado de derecho,
que busca verdaderas soluciones a la decidieron romper las provisiones legales
problemática de las drogas (artículo 1de acordadas universalmente”, manifestó
la ley 19172). Raymond Yans, presidente de la Junta
Al trasladar la competencia al Es- Internacional de Fiscalización de Estupe-
tado, esa regulación permite no solo una facientes (Onu, 11-12-2013).
política re-socializadora, orientadora y Los órganos como Unodc cuentan
educativa, sino que da un salto hacia una con estatus consultivo dentro de los país-
efectiva prevención más allá de la per- es según el derecho internacional público;
secución, coerción y represión del delito. sin embargo, sus posibilidades coerciti-
Con base en esta política re-socializadora vas, a efectos de sancionar las iniciativas
se funda el Instituto de Regulación y Con- legislativas de los países que son miem-
trol del Cannabis. bros, son reducidas. Permitir que un ór-
Podríamos resumir el caso uruguayo gano supranacional tenga competencias
de la siguiente forma: efectiva estrategia amplísimas dentro de la política legisla-
informativa, clara iniciativa legislativa y tiva de un país constituye una clara in-
regulación de vanguardia. Otro aspecto fracción de los principios de soberanía e
que destaca en la ley es el auto-cultivo y independencia que consolidan los Esta-
los clubes de membresía, que permiten a dos nacionales.
un conjunto de 45 personas tener un mín-
imo de 99 plantas. Asimismo, la venta al
público se realiza exclusivamente en far-
macias (artículos 9 al 12 de la ley 19172). En Costa Rica, el consumo de mar-
Hay detractores fuertes de ese cam- ihuana no se encuentra penalizado. La
bio legislativo, siendo uno de los más cla- Ley sobre Estupefacientes, Sustancias
ros la Oficina de la Onu contra la Droga y Psicotrópicas, Drogas de Uso No Au-
el Delito (Unodc), que afirmó que Uruguay torizado, Actividades Conexas, Legiti-
había violado los tratados internacionales mación de Capitales y Financiamiento

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La legalización de la marihuana en Uruguay y las lecciones para Costa Rica
Junio 2014. Número 244

al Terrorismo (ley 8204) penaliza la y se duplicó del 2001 al 2006. En los últi-
tenencia de drogas si es para el tráfico mos 15 años, se ha reportado una edad
o la venta. La tenencia para el consu- de inicio de 17,6 años, reflejando una leve
mo es considerada una falta contra la disminución en la edad de inicio” (Iafa,
salud pública y, por tanto, de peligro 2006, p. 23).
abstracto. En una persecución policial, Ante este panorama, Costa Rica
el aparente consumidor solo se vería ex- destina recurso policial al comiso y
puesto al comiso de la droga; sin embar- ataque de consumidores locales, quienes
go, dependiendo de la cantidad, podría han sido víctimas antes que victimarios
verse sometido a seguimientos y diver- del mercado subterráneo del narcotráfico.
sas investigaciones con la finalidad de Es fácil presentar datos estadísticos que
determinar su posición en el eslabón de demuestran lo “exitoso” de la lucha con-
la cadena criminal. tra el narcotráfico con base en decomisos
Por otro lado, en la Ley existe cierta y encarcelamientos; no obstante, es noto-
flexibilidad en cuanto al consumo de algu- rio que la legislación actual cierra los ojos
nas drogas de uso no autorizado, con fines a un enfoque de prevención alternativa
medicinales o de investigación (artículo 2). de drogas. Parece ser que la economía
Tal situación confusa y ambigua ocasiona subterránea obtiene réditos y beneficios
una pérdida innecesaria de recursos en la de su penalización y prohibición, pues es
supuesta “lucha contra el narcotráfico”, un mercado libre de todo control y carga
lo que ha generado fuertes críticas pues impositiva del Estado.
agudiza los modelos de represión de deli- Del caso de Uruguay es posible ex-
tos comunes. Modelos que, con el pretexto traer aprendizajes para realizar avances
de luchar contra el narcotráfico, han gen- legislativos que apunten a una política
erado claras violaciones de los derechos preventiva de consumo de drogas. Sigu-
humanos de los consumidores, estigma- iendo los pasos de ese país, se puede de-
tizándolos y convirtiéndolos en víctimas sarrollar una estrategia mediática que
de discriminación, cárcel, rechazo social, politice la discusión al respecto a fin de
familiar y laboral. lograr la despenalización de las activi-
Y es que, según datos del mismo dades de tráfico y venta, y una armoni-
Instituto Costarricense sobre Drogas, la zación normativa que permita que las
marihuana “es la droga ilícita de mayor autoridades de policía puedan canalizar
consumo, es de fácil acceso y de produc- sus fuerzas a la persecución de aquellos
ción local. La prevalencia del consumo ha delitos que generan inestabilidad social.
venido aumentando desde 1995. La prev- Actualmente, en nuestro país, ex-
alencia en hombres desde 1995 se ha in- isten tres tendencias: la de los grupos que
crementado; en las mujeres en el periodo abogan por la represión y sanción, incluso
1995-2001 se incrementó casi tres veces de los consumidores; la de un grupo, en

32
Manuel E. Soto
Revista Mensual sobre la Actualidad Ambiental

Alapoet. Flor femenina de cannabis (tomada de Wikimedia Commons).

marcado crecimiento, que aboga por su Referencias


Asamblea Legislativa de Costa Rica. (2001, diciembre
regulación tomando como ejemplos otros
16). Ley 8204. Reforma integral Ley sobre Estu-
países, y la de otro grupo que promueve la
pefacientes, Sustancias Psicotrópicas, Drogas de
regulación para uso medicinal. Respecto Uso no Autorizado, Actividades Conexas, Legiti-
de esta última tendencia, considero que mación de Capitales y Financiamiento al Terro-
sus demandas bien podrían ser atendidas rismo. Disponible en: http://www.icd.go.cr/porta-
con la legislación actual, buscando reori- licd/index.php/legislacion-uif/ley-8204 .

entar lo que la ley 8204 estipula como Iafa (Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependen-
cia). (2006). Encuesta nacional sobre percepciones
“fines medicinales y de investigación”.
y consumo de drogas en colegiales. San José: Iafa.

33
La legalización de la marihuana en Uruguay y las lecciones para Costa Rica
Junio 2014. Número 244

Garretttaggs55. Detalle de marihuana de alta calidad (tomada de Wikimedia Commons).

Onu. (2013, diciembre 11). Uruguay viola tratados in- Poder Legislativo República Oriental del Uruguay. (2013,
ternacionales al legalizar la marihuana, afirma diciembre 20). Ley 19172. Disponible en: http://
la UNODC. Disponible en: http://www.un.org/ archivo.presidencia.gub.uy/sci/leyes/2013/12/
spanish/News/story.asp?NewsID=28244#. cons_min_803.pdf
U1k01FV5Pt0

34
Manuel E. Soto
ISSN 1409-214X. Ambientico 244, Normas |Pp. 35-36|

Normas mínimas para la presentación


de artículos a Ambientico
1. Modo de entrega …”; o, alternativamente, el nombre de la obra y, después
El artículo ha de ser presentado en Word y entregado vía de una coma, la fecha de publicación. Ejemplo: “… La Na-
internet. ción (2011) …”.
Solo cuando se incluye una cita textual debe indicarse la(s)
2. Tamaño, elementos gráficos y separaciones internas página(s). Ejemplo: “… (Pérez, 1999, p. 83) …”.
El artículo no debiera exceder las 2.000 palabras (se consi-
dera excepciones). 5. Presentación de las obras referenciadas
Cada figura e ilustración que contenga debe ser entregada Al final del artículo, debajo del subtítulo Referencias, ha-
en alta resolución. Es importante que en el texto se señale, brá de consignarse todas las obras referenciadas, en letra de
entre corchetes, los lugares en que deben aparecer. tamaño menor a la del texto.
Asimismo, se requiere una fotografía del rostro del autor.
Los cuadros sí pueden ser incluidos en el mismo archivo del Libro
texto en Word. Primero se anotará el apellido del autor, luego, precedido
Ambientico no usa subtítulos para destacar apartados, sino de una coma, la inicial de su nombre; después, e inmedia-
que, donde claramente se cierra o suspende un tema para pa- tamente luego de un punto, el año de publicación de la obra
sar a otro, se deja un doble espacio antes del párrafo siguiente. entre paréntesis; seguidamente, y en cursivas, el título de
la obra; posteriormente, y después de un punto, el lugar de
3. Citas textuales publicación de la obra (si la ciudad es internacionalmente
Las citas textuales, que se ruega no excedan las 60 palabras, conocida no hace falta señalar el país, pero, si no, solo se
no han de ponerse en cursivas, ni usando sangría ni en pá- consigna el país), y, finalmente, antecedido por dos puntos,
rrafo aparte, sino entrecomilladas, y entreveradas en el texto. el nombre de la editorial. Ejemplo: Pérez, J. (1999) La fic-
ción de las áreas silvestres. Barcelona: Anagrama.
4. Referencias bibliográficas
A partir del Manual de la American Psychological Association Artículo contenido en un libro
(APA) (2010), seguimos los siguientes lineamientos respecto En este caso, se enuncia el apellido del autor seguido de una
a citación de fuentes bibliográficas. Hay dos modalidades de coma, luego se pone la inicial del nombre de pila seguida de
presentación de las referencias bibliográficas intercaladas en un punto; inmediatamente, entre paréntesis, la fecha. Ense-
el texto. En una, el autor/a citado es el sujeto de la oración; en guida ha de ponerse la preposición “En”, y, luego, el apellido
la otra, el autor citado, en tanto tal, no es parte de la oración, seguido de una coma y la inicial del nombre de pila del editor
sino que lo que es parte de la oración es solo lo dicho o aporta- o compilador de la obra; indicando a continuación entre pa-
do por él. Ejemplo del primer caso: “ … Acuña (2008) asegura réntesis “Ed.” o “Comp.”, como sea el caso; inmediatamente
que el sistema de áreas protegidas…”. Ejemplo del segundo: se señala el nombre del libro en cursivas y, entre paréntesis,
“… Los problemas ambientales han resultado el principal las páginas del artículo precedidas por la abreviatura “p.” o
foco de conflicto (Morales, 2009)…”. “pp.” seguido de un punto; posteriormente, el lugar de publi-
cación de la obra, y, antecedido por dos puntos, la editorial.
Obra con un autor Ejemplo: Mora, F. (1987). Las almitas. En Ugalde, M. (Ed.)
Entre paréntesis, se coloca el apellido del autor al que se Cuentos fantásticos (pp. 12-18). Barcelona: Planeta.
hace referencia, separado por una coma del año de publica-
ción de la obra. Ejemplo: “… (Pacheco, 1989) …”. Artículo contenido en una revista
En este caso, se indica el apellido del autor y, luego precedi-
Obra con más de un autor do por una coma, se coloca la letra inicial de su nombre de
Cuando la obra tiene dos autores, se cita a ambos, separados pila; luego de un punto, y entre paréntesis, la fecha; después
por la conjunción “y”. Ejemplo: “… (Núñez y Calvo, 2004) …”. el título del artículo y un punto. Enseguida, va el nombre de
Cuando la obra es de más de dos autores, se cita a todos en la la revista, en cursivas; inmediatamente, se indica el número
primera referencia pero, posteriormente, solo se coloca el ape- de la edición o del volumen separado por una coma de las
llido del primer autor seguido de “et al.”, sin cursiva y con pun- páginas que constituyen el artículo, luego se coloca el punto
to después de la contracción “al.”. Ejemplo: “… (Pérez, Chacón, final. Ejemplo: Fernández, P. (2008, enero) Las huellas de
López y Jiménez, 2009) …” y, luego: “… (Pérez et al., 2009) …”. los dinosaurios en áreas silvestres protegidas. Fauna pre-
histórica 39, 26-29.
Obra con autor desconocido o anónimo
Si la obra carece de autor explícito, hay que consignar en Artículo contenido en un periódico
vez de él, y entre comillas, las primeras palabras del títu- Si la referencia fuera a un diario o semanario, habría de
lo (entre paréntesis). Ejemplo: “… (“Onu inquieta”, 2011) procederse igual que si se tratara de una revista, con la

35
Normas mínimas para la presentación de artículos a Ambientico
Junio 2014. Número 244

diferencia de que la fecha de publicación se consignará com- en que se efectuó la comunicación; finalmente, se pone el pa-
pleta iniciando con el año, separado por una coma del nom- réntesis de cierre. Ejemplo: “… (L. Jiménez, comunicación
bre del mes y el día, todo entre paréntesis. Antes de indicar personal, septiembre 28, 1998) …”.
el número de página, se coloca la abreviatura “p.” o “pp.”. Las comunicaciones personales no se consignan en la sec-
Ejemplo: Núñez, A. (2017, marzo 16). Descubren vida inteli- ción de Referencias.
gente en Marte. La Nación, p. 3A.
7. Notas a pie de página
Material en línea Podrá usarse notas a pie de página para aclarar o ampliar
En caso de que el artículo provenga de un periódico o una información o conceptos, pero solo en los casos en que, por
revista en línea, se conserva el formato correspondiente y, al su longitud, esos contenidos no puedan insertarse entre pa-
final, se coloca la frase “Disponible en” seguido de la dirección réntesis en el texto.
electrónica, sin punto al final. Ejemplo: Brenes, A. y Ugalde,
S. (2009, noviembre 16). La mayor amenaza ambiental: dra- 8. Uso de cursivas y de comillas
gado del río San Juan afecta el río Colorado y los humedales Se usará cursivas –nunca negritas ni subrayado- para enfa-
de la zona. La Nación. Disponible en: http://wvw.nacion.com/ tizar conceptos. Vocablos en otras lenguas no aceptados por
ln_ee/2009/noviembre/16/opinion2160684.html la Real Academia Española de la Lengua, y neologismos,
han de escribirse también en cursivas. Asimismo, irán en
Autores múltiples cursivas nombres de obras de teatro y cinematográficas, de
Cuando el texto referenciado tenga dos autores, el apelli- libros, de folletos, de periódicos, de revistas y de documentos
do de cada uno se separa con una coma de la inicial de su publicados por separado. Capítulos de libros y artículos de
nombre de pila; además, entre un autor y otro se pondrá la publicaciones periódicas se pondrán entrecomillados.
conjunción “y”. Ejemplo: Otárola, A. y Sáenz, M. (1985). La
enfermedad principal de las vacas. San José: Euned. 9. Uso de números y unidades de medida
Tratándose de tres o más autores, se coloca el apellido de Cuando las cantidades sean escritas numéricamente ha de
cada autor separado por una coma de la inicial de su nom- usarse un punto para separar los grupos de tres dígitos en
bre de pila, luego de la que va un punto; y, entre uno y otro la parte entera del número. Antes de los decimales ha de
autor media una coma. Antes del último autor se coloca la usarse coma (¡atención en los cuadros!).
conjunción “y”. Ejemplo: Rojas, A., Carvajal, E., Lobo, M. y Las unidades de medida, en caso de consignarse abreviada-
Fernández, J. (1993). Las migraciones internacionales. Ma- mente, habrán de escribirse en singular y en minúsculas.
drid: Síntesis.
10. Uso de acrónimos
Sin autor ni editor ni fecha Los acrónimos lexicalizados (convertidos en palabra) y
Si el documento carece de autor y editor, se colocará el título devenidos nombres propios (como Unesco y Minae, por
del documento al inicio de la cita. Al no existir una fecha, se ejemplo) se escriben con solo la letra inicial en mayúscula.
especificará entre paréntesis “s.f.” (sin fecha). La fuente se Los acrónimos lexicalizados que son nombres comunes
indica anteponiendo “en”.
(como ovni, oenegé y mipyme, por ejemplo) se escriben con
En caso de que la obra en línea haga referencia a una edi-
todas las letras minúsculas. Los acrónimos no lexicalizados
ción impresa, hay que incluir el número de la edición entre
y que, por tanto, se leen destacando cada letra por separa-
paréntesis después del título. Ejemplo: Heurístico. (s.f.). En
diccionario en línea Merriam-Webster’s (ed. 11). Disponible en do (como UCR y EU, por ejemplo), se escriben con todas las
http://www.m-w.com/dictionary/heuristic . Otro ejemplo: Titu- letras mayúsculas.
lares Revista Voces Nuestras. (2011, febrero 18). Radio Dig-
nidad, 185. Disponible en http://www.radiodignidad.org/index. 11. Información del autor
php?option=com_content&task=view&id=355&Itemid=44 En la página de apertura de cada artículo hay una muy bre-
Puede utilizarse corchetes para aclarar cuestiones de forma, ve presentación del autor con la siguiente información: cam-
colocándolos justo después del título, y poniendo en mayús- po de formación académica, especialidad dentro de ella, ins-
cula la primera letra: [Brochure] , [Podcast de audio], [Blog], titución o entidad donde se labora o con la que se colabora
[Abstract], etcétera. Ejemplo: Cambronero, C. (2011, marzo y cargo que se ejerce. Además, el articulista debe adjuntar
22). La publicidad y los cantos de sirena. Fusil de chispa una fotografía de su rostro (o de cara y hombros) en soporte
[Blog]. Disponible en http://www.fusildechispas.com digital y en buena resolución, y su correo electrónico. En
caso de varios autores, la anterior información debe ser pro-
6. Comunicaciones personales o entrevistas vista para cada uno de ellos. Cuando el autor es institucio-
La mención en el texto de comunicaciones personales o en- nal, en vez de fotografía se envía el logotipo.
trevistas se hará así: luego de una apertura de paréntesis
se consigna la inicial del nombre de pila del entrevistado, 12. Palabras clave
después se coloca un punto y, enseguida, el apellido del en- Si bien Ambientico no publica las palabras clave de cada
trevistado. A continuación, se pone una coma y, posterior- artículo, se le solicitan al autor no más de cinco para usarlas
mente, la frase “comunicación personal”; luego se coloca el en el buscador del sitio web.
nombre del mes y el día, que se separa con una coma del año

36
Normas mínimas para la presentación de artículos a Ambientico

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