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Imagina que vas en tu auto y observas cómo el conductor de al lado comienza a tirar
dólares por su ventana. ¡No lo puedes creer! Esta persona está loca. Cada cinco
minutos, otro billete vuela por su ventana.
Probablemente nunca has visto eso. Pero seguro has visto a alguien tirando cinco
minutos por la ventana.
Eso no está tan mal durante los primeros minutos. Pero la caja registradora comienza a
marcar cada vez más tiempo perdido. ¡Ding! ¡Ding!
Para llegar a ser un gran ser humano deberás utilizar tu mente constantemente, hasta
que esto impregne cada fibra de tu ser.
Todo empieza con una decisión, un compromiso. Trata de decir en voz alta: "La vida es
una oportunidad. Quiero usar mi cabeza, y avanzar constantemente hacia mi meta".
Es posible que encuentres cierta resistencia y escuches una voz que protesta
internamente: "¡De ninguna manera! ¿¡Puro trabajo y nada de diversión!? ¡Te
convertirás en una persona triste! ¡Mejor vamos a matar el tiempo o a mirar televisión!".
¿Esto significa que debes ser un trabajólico obsesivo? Claro que no, ¡también
necesitas dormir!
Clarifiquemos esto. "Trabajar constantemente" significa que cuando duermes para ser
más productivo, entonces el dormir se transforma en parte de tu trabajo. Y es lo mismo
con la comida o el ejercicio.
Para superar ese dolor, enfócate en los beneficios. Cuando estás constantemente
consciente, cada experiencia se convierte en una lección para la vida. Por ejemplo, si
estás esperando en el consultorio del dentista, puedes utilizar ese tiempo para llegar a
un sinnúmero de conclusiones cruciales:
"Tengo suerte de tener dientes. Una vida sin dientes sería mucho menos
placentera".
"Si existe una cosa como la higiene dental, debe existir también un concepto de
higiene espiritual. Me pregunto, ¿cuál será?".
"Si no fuera por el dolor del torno, mis dientes se habrían caído. Probablemente
otras dificultades en la vida también me ayudan a lograr cosas buenas".
Siempre que persigas un objetivo específico, debe ser sin interrupción alguna. En
realidad, es mejor estudiar una hora seguida que dos horas con interrupciones. Las
interrupciones rompen nuestra concentración y limitan nuestra habilidad de retener
información. Le quitan el poder a nuestro estudio.
Determina algún espacio de tiempo en el que dejes todo lo demás afuera, en el que no
te desvíes de la actividad en la que estés concentrado. Que no ocurra que te sientas, e
inmediatamente te paras a abrir la ventana. Y luego vas por un vaso de bebida. Y luego
te paras nuevamente a cerrar la ventana. Y después enciendes la radio.
Fija la idea en tu cabeza: "voy a hacer la actividad ‗X‘ por una hora seguida. ¡Sin
interrupciones!". Por 15 minutos completos, no te detengas. No te cambies de lugar, no
tomes ninguna bebida, ¡no interrumpas ese momento a menos que sea algo de vida o
muerte!
Luego, al final de los 15 minutos, aprecia cuán bien empleaste el tiempo. De otra forma,
éste hubiera sido desperdiciado...
El Gaón de Vilna, un gran estudioso judío del siglo XVIII, decía que las primeras tres
horas con 59 minutos son como preparar el horno. Para la cuarta hora, la olla estará
hirviendo.
Y no te detengas. Porque si remueves la olla del fuego —aunque sólo sea por algunos
minutos— tendrás que recalentarla otra vez desde el principio.
Al cuerpo humano le encantan los patrones. Inclusive los retos más desalentadores se
hacen más fluidos cuando tienen una rutina. Esto significa hacer la actividad en el
mismo lugar, a la misma hora y de la misma forma (dentro de lo posible).
Es por eso que el judaísmo tiene ciertas actividades preestablecidas cada día. Por
ejemplo, cuando nos levantamos decimos: "Gracias Dios porque estoy vivo". Es un
momento de apreciación consciente por tener otra oportunidad, otro día. Esta
conciencia nos permite levantarnos con el pie derecho y empezar nuestro día de buena
manera.
Cuando se trata de alcanzar alguna meta, haz que cierto tiempo del día sea ―sagrado‖.
Ya sea mucho o poco tiempo, haz un compromiso y sé consecuente cada día. Hay
poder en ese compromiso. Sabes que vas a cambiar. Tu vida será diferente.
Inténtalo. Comprométete los 365 días del año, por el resto de tu vida: Cuando te
levantes en la mañana, ¡aprecia estar vivo!
Cualquiera que sea el tema que escojas, siempre habrá más para aprender. Inclusive
cuando te muevas hacia otras áreas del conocimiento, tienes que estar alerta para
tomar información pertinente a los temas previos. Esto permite hacer referencia
cruzada y, como consecuencia, genera un entendimiento más profundo.
Esto significa repasar constantemente lo que uno aprende de una forma u otra.
La repetición verbal es muy poderosa. Clarifica una idea y la trae a la realidad. Esa es
la razón por la cual repetimos dos veces al día el Shemá, y por la que repasamos la
Torá año tras año. Los Sabios del Talmud repetían 40 veces cualquier pensamiento
innovador, y una idea vital 101 veces.
Para eso, puedes resumir las ideas en algún lema que recuerdes; por ejemplo, podrías
recordar este artículo con una frase como ―haz que cada segundo cuente‖ o ―vive al
máximo‖. Cualquier cosa que te mueva y te llene de energía, repítela una y otra vez.
Hazlo tu refrán, tu música de fondo. Cuando ya hayas agotado una frase, inventa otra.
Cualquier cosa que funcione tiene poder.
Exactamente, ese es mi punto. Cuando sumas las horas de una vida, gastas más
tiempo durmiendo que siendo un abogado.
Pregúntale a una mujer con cuatro hijos: "¿Quién eres?". Ella te contestará: "Soy una
madre". Pero, ¿ese es el único aspecto de quién ella es (aunque sea el más
importante)? Ella también es amiga, voluntaria comunitaria, educadora, cocinera,
enfermera, psicóloga de niños, pensadora, buscadora de información y de la verdad, y
mucho más.
Esto nos lleva a una pregunta aún más básica: ¿la vida tiene un propósito? Si no lo
tiene, entonces no hay razón para no perder el tiempo, porque de cualquier forma nada
importa. Pero si crees que existe un propósito en la vida, ¿por qué querrías perder
aunque sea un poco de ella? Deberías querer entender cada aspecto de la vida, para
hacer lo máximo con el limitado tiempo con el que cuentas.
Los seres humanos fueron creados para deleitarse. Adán y Eva fueron puestos en el
jardín del Edén. En hebreo Edén significa "deleite".
Cuando te comprometes a cumplir con el propósito por el cual el hombre fue creado —
una vida de deleite— irás en búsqueda de los máximos placeres. En el camino,
distinguirás entre comodidad y placer, entre dolor necesario y sufrimiento en vano. Y en
el proceso, descubrirás el significado real de la vida.
La Torá dice: "Abraham era viejo y vino con sus días". Mucha gente puede envejecer
sin tener sus días, porque sólo pueden experimentar crecimiento de año en año. Pero
Abraham y Sara experimentaban un crecimiento diario. Ellos obtuvieron lo máximo
posible de la vida.
Comprométete a descubrir los placeres más profundos de la vida. Esto puede marcar la
diferencia entre una vida útil y una vida desperdiciada.
1. Planea qué es lo que quieres lograr. Si sabes por qué estás luchando, lo
buscarás con más vitalidad.
3. Para comenzar el día con el pie derecho, levántate 10 minutos más temprano y
recita el Shemá.
4. Repasa tu día. Observa cuáles fueron los obstáculos que tuviste. Haz una
estrategia para evitarlos en el futuro. Repasa lo que estudiaste en las últimas 24
horas.
5. Atrápate a ti mismo soñando despierto al menos una vez al día y analiza: ¿Qué
estoy haciendo ahora, y cómo podría utilizar este momento de forma más
efectiva?
10. Planea a futuro. ¿Qué quieres estudiar? ¿Qué necesitas para lograr tus
ambiciones? ¿Cómo quieres crecer?
¿Estuviste alguna vez en una conversación importante y sentiste que no podías dar a
entender tu punto de vista? Comenzaste a gritar: "¿¡Escuchas lo que digo!? No estás
prestando atención. ¿¡Me escuchas!?".
A todos nos ha pasado. ¿Cuántas veces creemos escuchar a la otra persona, para
luego darnos cuenta que nuestra mente estaba en otro lado? Antes de decidir si
aceptar o rechazar una idea, antes de discutir, de hacer comentarios y de negarla,
debes asegurarte que estás siendo objetivo. De otra forma, estarás expresando un
prejuicio emocional y no una opinión inteligente.
1. Escucharlaspalabras.
2. Entender el mensaje.
3. Ponerlo en acción.
Define tustérminos
Una vez, estaba hablando con un turista en su primera visita a Israel. Él parecía estar
desencantado.
"¿Le llaman a esto Tierra Santa?", me dijo. "He estado en el norte, en el sur, en
Jerusalem, en Masada y en el resto de los lugares, y no hay nada santo en este
lugar".
"Ahá”, lo detuve. “¿Y qué es santidad? ¿Son acaso ángeles aleteando sus alas por
las calles?".
Hablamos sobre conceptos, pero muchas veces nuestros pensamientos son vagos y
carecen de fundamento. Sin una definición objetiva, no podemos empezar ningún
proceso intelectual.
"¡Claro que soy bueno! ¿Qué tipo de pregunta tan insolente es esa?".
Si realmente deseas ser una buena persona, necesitas más que sentimientos para
determinar si estás logrando tu objetivo o no. Necesitas tener una forma clara de
medirlo. De otra manera, la gente puede hacer lo que le parezca bien y creer que son
"buenos". Inclusive Hitler tenía supuestamente una meta de "hacer el bien", liberar al
mundo de los parásitos judíos. Pero en alguna parte, algo estaba mal.
Una vez que tengas una definición objetiva, entonces puedes determinar si tu vida es
consistente con esa definición. Es verdad, una persona puede tergiversar lo que sea.
Pero cuanta más claridad tengamos, más difícil será de tergiversar.
El juego de "yo-tú-él"
Eres el pasajero en un auto que está recorriendo una montaña llena de curvas a 90
kilómetros por hora. Mientras te agarras fuertemente temiendo por tu vida, volteas
hacia el conductor y le dices: "¿No estás siendo un poco arriesgado?".
Mediante trabajar con definiciones objetivas, podemos evaluar la situación sin que las
emociones se interpongan en el camino:
1. "Valiente" = es tomar un riesgo necesario por un propósito que vale la pena (por
ejemplo, entrar a un edificio en llamas para salvar a unos niños que están
atrapados adentro).
2. "Arriesgado" =es quien toma un riesgo innecesario por una causa noble (por
ejemplo, entrar a salvar a los niños, pero sin el equipamiento adecuado).
3. "Tonto imprudente" = es quien toma un riesgo innecesario por un propósito
que no vale la pena (por ejemplo, entrar al edificio sólo para ver cómo las llamas
destruyen el lugar).
Eso es ser un intelectual. Dirigir con tu cabeza, en lugar de guiarte por la vida basado
solamente en emociones. De otra forma, siempre quedarás estancado en el nivel de:
"Yo soy valiente, él es un tonto imprudente".
Regresa a lo básico
Para que tus definiciones sean rectas, debes comenzar con lo básico. Piensa en los
conceptos que usas todo el tiempo, los fundamentos sobre los cuales has construido tu
vida. No utilices palabras hasta que tengas una definición. Te sorprenderás de cuánto
has asumido sobre alguna idea en particular, y de cómo esa suposición ha guiado tu
vida.
Toma el ejemplo del libre albedrío. El judaísmo dice que libre albedrío es la decisión
entre lo que "quieres‖ hacer y lo que "tienes ganas" de hacer. Por ejemplo, si le haces
daño a alguien, sabes que "quieres" pedirle perdón. Claro, es lo correcto y harás las
paces. Pero no "tienes ganas" de hacerlo, porque puede ser desagradable y
vergonzoso.
Salvo raras excepciones, nadie escoge conscientemente hacer el mal por hacer el mal
en sí mismo "¡Oh, quiero ser malo e infligir sufrimiento!". No es así. Escogemos hacer
el mal porque en el corto plazo, es una manera menos dolorosa de lidiar con una
situación difícil. Hacemos lo que "queremos hacer" porque es más fácil.
Aplica esta definición de libre albedrío a tu vida. ¿Quieres ser grandioso? ¡Claro! Pero
no tienes ganas de realizar el esfuerzo. Te dan ganas de posponerlo, de perder tiempo
y de evadir el asunto.
¿Tienes una meta? Tú sabes que lo puedes lograr, sólo que es demasiado doloroso.
Toma la decisión y nada te detendrá. Eso es usar tu libre albedrío. ¿Lo ves?
Discusión objetiva
Algunas veces no prestamos atención. Podemos hablar por horas y ni siquiera saber
por qué estamos discutiendo.
La ley judía sigue la opinión de BeitHillel. ¿Por qué? Porque en cualquier desacuerdo,
BeitHillel siempre escuchaba primero la opinión de BeitShamai y sólo después
planteaba su postura. De esta forma, la posición de BeitHillel era considerada como
más objetiva y reflejaba una verdad que estaba en algún lugar intermedio. Es por eso
que la ley judía sigue a BeitHillel.
La próxima vez que te encuentres en una discusión, analiza la situación de forma clara.
No tomes ninguna idea por sentada, inclusive si crees que entiendes lo que significa.
Escucha el mensaje detrás del mensaje. Frecuentemente la pelea es sobre algo
completamente diferente de lo que pensabas que era. Quizás, la otra persona está
sintiendo que "él no me respeta" o que "no me valora". Capta el mensaje, no sólo las
palabras. Pregunta: "¿Cuál es su punto? ¿A qué se refiere? ¿Qué es lo que quiere?".
No te dediques a preparar tu respuesta mientras la otra persona está hablando. Por
medio del cuestionamiento, encontrarás que siempre hay algo más profundo.
Pregúntale a la otra persona: "¿Quieres decir que...? Por favor dime si te entendí
correctamente". De esta manera, al menos vas a saber que están discutiendo sobre el
mismo asunto.
Una vez que creas que entendiste la idea, haz el esfuerzo de repetirlo en tus propias
palabras. Asimismo, utilizar un ejemplo propio para ilustrar lo que los demás te están
diciendo te forzará a concentrarte en la esencia de la idea. Es una buena prueba para
ver si entendiste el mensaje. Te ayudará a integrarlo y recordarlo.
No seas un zombi
La pereza nos impide avanzar. Los animales utilizan sus mejores herramientas de
forma efectiva: sus alas, garras o pico. Pero el hombre frecuentemente fracasa en
utilizar su mejor instrumento, la mente. Una persona es capaz de hacer todo tipo de
cosas para evitar pensar. Puedes leer el periódico por unas cuantas horas y después...
nada, ¡vacío! Es una gran sensación, pero ¿qué significado tiene? ¿Qué aprendiste de
eso?
Pero no es eso lo que deberían aprender. ¡Lo que deberían aprender es la importancia
de estudiar las claves para tener una carrera exitosa antes de obtener un trabajo!
La Sabiduría de la Torá
Si Dios te está hablando, entonces debes entender exactamente qué te está diciendo.
Cuando hablamos de Torá, estamos hablando de Dios y de eternidad. No podemos
tolerar errores en esta área de la vida. Un error al entender la Torá es un error para la
eternidad. Es como enviar un cohete a la luna. Si lo mandas hacia determinada
dirección, pero desvías la puntería en una pequeña fracción por un error de cálculo,
entonces estarás perdido en el espacio.
Veamos un ejemplo. La Torá dice que hay un mandamiento que te pide "saber que
existe un Dios". Entonces deberás preguntarte: "¿Cuál es ese mandamiento? ¿Qué
significa "saber"? ¿Quién es Dios? Define tus términos, de forma tal que puedas
comprender a cabalidad el mensaje y descubrir ideas profundas para la vida.
Decodifica la clave.
Y el último paso es que siempre debes preguntarte: "Ahora que lo entiendo, ¿qué voy a
hacer al respecto?".
Todo es cosa de costumbre. Una persona del campo encuentra difícil dormir en la
ciudad, porque hay mucho ruido. De igual forma, una persona de la ciudad que visita el
campo también encuentra difícil dormir, ¡porque el silencio es enloquecedor!
El Camino #3 es Arijatsefataim, que significa literalmente 'articúlalo con tus labios'. Para
obtener más claridad y sabiduría, intenta decir las cosas en voz alta.
A veces uno ve a alguien caminando por la calle muy concentrado, hablando consigo
mismo. ¿Recuerdas haber hecho esto tú mismo? ¿Cuándo? ¿Por qué? Es una
poderosa técnica de concentración.
¿Notas la diferencia? Hablar de nuestras creencias en voz alta nos ayuda a descubrir
cuán fieles somos a nuestros principios para la vida y si éstos realmente nos hacen
sentido.
Todos queremos ser felices, exitosos, lograr cosas. Todos queremos utilizar nuestro
potencial. No queremos perder siquiera un poco de éste. Todos queremos ser amables.
Queremos cercanía. Queremos estar en la realidad. Queremos ser eficientes.
Queremos todo lo bueno para nosotros, para nuestros seres amados y para toda la
humanidad.
Si esto es cierto, di en voz alta: ―Quiero ser grandioso‖. Repite esto para ti mismo,
quizás en una grabadora. Escucha cómo suenas. Descubre si lo dices con suficiente
intención o no. Las palabras son efectivas como ―balas‖: si dices algo, entonces lo
piensas; si piensas algo entonces lo eres. Lo que sale de la boca de una persona indica
su ―balance‖ real entre cuerpo y alma.
Articula lo que estás pensando, lo que estudias, lo que sabes sobre la vida. No dejes
que se quedé ahí, en el fondo de tu cabeza. Cuando sea que escuches una idea sabia,
transfórmala en una resolución, porque si no lo sacas hacia afuera, es inservible.
De potencial a real
El habla es una característica única que poseen los seres humanos. Cuando quieres
traducir algo desde la realidad espiritual hacia la realidad física, el habla es el método
para hacerlo.
Cuando tengas una pregunta o un problema, utiliza tu voz. Te forzará a lidiar con la
extrañeza y la vaguedad. Llevar un problema de tu mente a tu boca lo traslada del
potencial a la realidad. Cuando lo decimos en voz alta, el pensamiento permanece, se
transforma en algo inamovible.
El alma quiere crecer, pero el cuerpo la detiene. Es por eso que debes articular las
ideas de tal forma que sean convincentes, para poder así ingresar la idea al cuerpo.
Sentimos gran responsabilidad de cumplir con lo que decimos, mucho más que con lo
que pensamos.
La articulación cierra la brecha que hay entre las demandas del cuerpo y los elevados
conceptos del alma.
Esto tiene una aplicación práctica en nuestra vida diaria en la sinagoga. Durante el rezo
silencioso de la “Amidá”, los labios de la gente se mueven, pese a que sus voces
permanecen silenciosas. Y en IomKipur, la confesión llamada “Vidui” se dice
suficientemente fuerte como para que uno mismo se pueda escuchar.
Ten un diálogo
Supón que tomas cierta decisión, pero te das cuenta que te estás resistiendo a llevarla
a cabo. Háblate a ti mismo sobre el tema. Juega a ser tu propio abogado del diablo.
―Voy a trabajar más tarde en mi proyecto”.
―No te creo. Convénceme. La última vez que dijiste eso, al final no terminaste el
proyecto”.
Dite a ti mismo lo que vas a hacer a continuación: ―Voy a tomar esta pista de esquí
ahora…‖
Obviamente todo poder puede ser mal utilizado, y hay muchos locos ahí afuera
hablando solos. Por lo tanto, es mejor no hacer esto en público. En vez de eso,
enciérrate en tu cuarto y deja que la gente piense que estás ensayando para una obra
teatral. Discútelo contigo mismo. Llámate con distintos nombres. Lo principal es que al
estar articulando tus ideas respecto a la vida, estarás obteniendo claridad.
También debes estar atento a las palabras que son contraproducentes. No digas ―no
soy bueno, soy tonto, no voy a entender, soy un fracaso, no puedo cambiar‖. Ya que si
lo haces, prontamente comenzarás a creerlo realmente. Te derribarás a ti mismo y te
sentirás como que fueras nada.
La idea no es volverte loco ni hacer que los otros piensen que estás al borde de la
locura. La idea es sacar a la superficie tus racionalizaciones, de forma tal que puedas
tener una visión más clara de la realidad. Es una manera de poner las distintas ―partes‖
de ti sobre la mesa, de hacerlas trabajar en conjunto, y de eliminar los obstáculos que
te impiden avanzar.
Palabras inspiradoras
Si tienes suficiente dinero, puedes incluso contratar a alguien para que te diga palabras
inspiradoras. También puedes hacer un pacto con algún amigo para darse ánimo
mutuamente. ¡O simplemente puedes hablarte a ti mismo!
Cada noche dite a ti mismo: ―Mañana voy a saltar de la cama con energía y alegría‖, o
―No me voy a enojar‖. Dite a ti mismo por qué lo vas a hacer, cómo lo vas a hacer y el
placer que vas a obtener por hacerlo.
Por medio de revisar el asunto en voz alta (o en papel), podrás definir cuáles son las
dificultades. Esto te forzará a buscar una solución. En cierto sentido, serás capaz de
desempeñar dos roles simultáneamente: de profesor y estudiante.
Luego, una vez que hayas tomado la decisión, no des por hecho que la vas a llevar a
cabo. Esto no es así. A veces tomamos una decisión y luego ni siquiera lo intentamos.
Sólo estamos engañándonos a nosotros mismos.
No confíes en el solo hecho de que tomaste una decisión. Cuando sea que tomes una
decisión importante, dísela a un amigo y ve si te cree o no. Cuando trates de
vendérsela a alguien más, él puede simplemente decir: ―¡Puras tonterías! ¡No te creo!‖.
Imagina que has tomado una decisión: ―Mañana voy a hacer X. Realmente voy a
obtener lo que quiero de la vida‖. ¿Cómo te asegurarás de lograrlo? Dilo en voz alta,
con convicción. Convéncete de que realmente lo deseas. Tú eres quien manda. Si
quieres que así sea, entonces así será. Tienes la fuerza de voluntad para lograrlo.
Cuando eres persistente, nadie te puede hacer cambiar de parecer. No hay forma. Ya
has tomado una decisión. Ahora hazlo. ¡Ya estás en camino!
Concretiza en palabras tus experiencias del día. ¿Qué significa? ¿Qué voy a hacer al
respecto? Y si no voy a hacer nada al respecto, ¿por qué no? Lidia con estos asuntos.
Menciona en voz alta los eventos importantes que ocurren en tu vida. Después de una
boda, un funeral o una graduación, di en voz alta: "¿Qué aprendí de esto?". Intenta
entender todas las experiencias, tanto antes como después de vivirlas. Eso te dará más
control sobre tu vida, y hará que esos eventos estén más integrados en tu conciencia.
También trata de decir en voz alta las bendiciones que hay en tu vida. Una dosis extra
de gratitud es una herramienta sumamente poderosa para aumentar nuestro nivel de
alegría en el día a día.
La gente paga muchísimo dinero sólo para escucharse a sí mismos hablar. Cuando le
pagas a un psiquiatra 200 dólares la hora, debes hablar muchísimo para que el dinero
valga la pena. Si alguien se sentara contigo, te hiciera preguntas y te escuchara hablar,
sería fantástico. Entonces, habla contigo mismo, ¡gratis!
¿Te es difícil hablar en voz alta contigo mismo? Prueba entonces escribiendo. Ten un
diario de vida. Así es como puedes comenzar: toma un pedazo de papel y ponlo en la
mesa, frente a ti. ¡El papel está pidiendo que escribas algo en él!
Revisa la lista de los ―48 Caminos‖. Básicamente se trata de una serie de eslóganes.
El eslogan más famoso del judaísmo es el Shemá: ―Escucha Israel, Hashem es nuestro
Dios, Hashem es Uno‖. Más que un rezo, es un recordatorio del propósito mismo de la
vida.
El mundo se mantiene por la Torá, por el rezo y por los actos de bondad.
Dios es bueno.
Dios me ama.
Para aumentar tu foco en la vida, intenta decir estas frases… en voz alta… una y otra
vez.
Si eres realmente serio respecto a la vida, pregúntate a ti mismo: ―¿Para qué estoy
viviendo?‖. Luego, has un eslogan de la respuesta, para que puedas mantenerte
enfocado en todo momento.
Mientras más sentidos tengas trabajando de forma simultánea, mayor será la huella
que quedará. Decir algo en voz alta quiere decir que estás utilizando todo tu ser. Estás
utilizando tu diafragma, tu cerebro, tus oídos, tus labios, tus dientes y tu lengua. Trata
de estar consciente de involucrar cada fibra de tu ser. Cuando dices ―Escucha Israel,
Hashem es nuestro Dios, Hashem es Uno‖, haz que sea desde los dedos de tus pies.
Eso dejará una gran huella. Eso es vivir con todo lo que tienes.
Decir las cosas en voz alta te ayuda a aclarar las ideas difusas.
Nunca digas ―no puedo‖. Porque entonces no podrás, a pesar de que en realidad
podrías.
Decir las cosas en voz alta evita que te quedes dormido y que sueñes despierto.
No vayas por la vida haciendo suposiciones sobre quién eres. Tómate un tiempo
para conocerte, antes de que una crisis te obligue a hacerlo.
¿Alguna vez tomaste un tren hacia algún lugar y luego te diste cuenta que lo habías
tomado en la dirección equivocada?
Lo mismo puede ocurrir en la vida. Nos ponemos metas y hacemos planes, pero a
veces descubrimos que estamos ―en el tren equivocado‖.
Mucha gente va por la vida haciendo suposiciones sobre quiénes son. Nunca se toman
el tiempo para conocerse a sí mismos. No tengas miedo de descubrir que el ―verdadero
tú‖ quizás es diferente al ―tú actual‖.
Por lo tanto, no esperes hasta la crisis. La vida es demasiado corta como para tomar el
tren equivocado.
Comenzando
Piensa en alguien a quien te fascinaría conocer, alguien sobre quien te encantaría
saber cuáles son sus intereses y pasiones.
Ahora, debes darte cuenta que la persona más fascinante que podrías llegar a conocer
es… ¡tú mismo!
Vuelve a lo básico. Quieres ser rico. Quieres ser famoso. Quieres ser bueno. Quieres
lograr cosas. Quieres obtener significado. Quieres ser creativo. Pero, ¿por qué quieres
todas esas cosas? ¿Qué es lo que te motiva? ¿Qué quieres obtener realmente de la
vida?
Suena como una pregunta simple, pero a muchos les avergüenza preguntarla. Una voz
en nuestro interior dice: ―Nah, ¿para qué hacer una pregunta tan básica?‖. Nos
resistimos porque sabemos que requiere mucha introspección. Pero cuando llegues a
conocerte a ti mismo, habrás cambiado. Habrás cambiado tu relación contigo mismo y
con el mundo.
Confianza en la toma de decisiones
La verdad es que el no tomar decisiones es uno de los errores más grandes de la vida.
Imagina un mendigo que recibe una carta que dice que ha heredado 1 millón de
dólares. Si él no lee la carta, ¿es rico o no?
De forma similar, Dios nos dio libre albedrío para tomar decisiones en la vida y alcanzar
de esta forma la grandeza. Pero si no estamos conscientes de nuestro libre albedrío,
entonces no lo tenemos realmente. Y luego terminamos culpando a otros cuando las
cosas no resultan bien – a pesar de que sabemos que la decisión está en nuestras
manos.
Cuando analizas un tema a fondo, entonces puedes tomar decisiones sabias con
confianza.
Identifica dónde te falta confianza. ¿Qué te pone nervioso? ¿Qué situación impide que
seas tú mismo? ¿Por qué no puedes tomar decisiones? ¿Es porque no sabes cómo
tomar decisiones? ¿O es porque dudas sobre tus decisiones una vez que las has
tomado? ¿O quizás simplemente no tienes ganas de tomar decisiones?
Disfruta el tomar decisiones. Involúcrate con el mundo en el que vives. Eso es amar la
dinámica de la vida.
Cuando se te haga difícil alcanzar una meta, deberás descubrir qué es lo que te está
deteniendo.
Escribe cuáles son tus ―bloqueos‖ en un pedazo de papel. Eso es dar un paso en la
dirección correcta. Al ser capaz de aislar los obstáculos específicos, los convertirás en
desafíos concretos que requerirán de una solución.
Pregúntate a ti mismo:
Las características personales negativas son la raíz de nuestros problemas. Haz una
lista de tus características negativas e identifica cuándo te ves más afectado por ellas.
Luego, analiza qué cosas desencadenan esas reacciones en ti. Finalmente, formula un
método efectivo para enfrentarlas.
Trabajar en esto toma tiempo. ¿Pero tienes algo mejor para hacer ahora mismo?
Descubre por qué estás enojado. ¿Qué o quién te está presionando? ¿Es un problema
interno o externo? Identifícalo.
Una vez que hayas identificado la causa de tus sentimientos negativos, ajústate para
minimizar el impacto. Puedes intentar evitar ese tipo de situaciones, o bien puedes
prepararte a ti mismo para enfrentarlas cuando aparezcan.
Y no sólo eso. También debes rastrear las motivaciones negativas que corrompen tu
comportamiento. Digamos por ejemplo que das dinero a caridad. ¿Por qué? Una
motivación posible es ayudar a la humanidad. Otra es el placer de ser constructivo. Una
tercera opción es el deseo de hacer lo correcto. Todas estas son motivaciones
positivas. Una motivación negativa para dar dinero de caridad podría ser: ―quiero que la
gente me admire‖. Eso te corrompe. ¿Me entiendes?
La próxima vez que des dinero a caridad, hazlo de forma anónima. Elimina las razones
negativas. Éstas son destructivas.
Lo mismo ocurre con las emociones positivas. Debes estar consiente de cómo tu
estado emocional afecta tus decisiones. Por ejemplo, no compres una radio nueva
cuando estés eufórico. Espera. Piénsalo de nuevo. Eres susceptible.
Identifica qué es lo que te hace feliz. Puedes obtener más alegría cada día por medio
de establecer algunas aplicaciones prácticas. Te levantas en la mañana, es un
hermoso día y te sientes genial. Te sientes con energía. Ahora, toma ese sentimiento y
enséñate a ti mismo cómo levantarte con el pie derecho – ¡todos los días!
Otro ejemplo: Hiciste un buen trabajo y recibiste una felicitación de tu jefe. Ahora
enfócate: ¿Necesitas un jefe que te diga que hiciste un gran trabajo? ¡No! Crea tu
propio placer cuando hagas un buen trabajo.
Todos desean grandeza. Queremos honor, poder, fama. Queremos lograr cosas, ser
fuertes, hacer lo correcto e inclusive salvar el mundo.
Sin embargo, al mismo tiempo, tenemos un sentimiento opuesto, que nos hace querer
escapar de la responsabilidad, que nos hace querer meternos en la cama y
escondernos bajo las sábanas.
Alguien puede decir que ―la vida es hermosa‖, pero puede no sentirlo. Sus emociones
lo detienen, y él va por la vida pensando ―Ugh, la vida es agobiante‖.
Reconoce el gran conflicto que se desarrolla en tu interior: Está lo que ―quieres‖ hacer,
versus lo que ―tienes ganas‖ de hacer. Éste es el conflicto entre el cuerpo y el alma.
Una vez que te des cuenta de la dicotomía, podrás identificar en todo momento si es tu
cuerpo o tu alma la que está hablando. Esto hace posible vivir con sanidad y escoger lo
correcto.
El siguiente paso es hacer las paces entre ambos lados. La forma más simple sería
eliminar tu deseo de ser grandioso. Pero la vida no se trata de tomar el camino fácil. El
hecho de que te sientas incómodo con una idea no quiere decir que sea incorrecta para
ti. Es difícil romper los hábitos, y crecer puede ser atemorizante.
Por ejemplo, ¿preferirías ser rico o feliz? Está bien, preferirías ser feliz. Ahora imagina
el siguiente diálogo:
―Me encantaría, pero no puedo ahora. Me es imposible. Tengo un vuelo que tomar”.
¿Te das cuenta de la importancia de detectarlo? Debes identificar al animal con el que
estás peleando. ―El temor al cambio‖.
Si estás alerta, verás al enemigo. Puedes luchar contra él. Puedes perder una batalla
contra el cuerpo, pero al menos tendrás confianza en ti mismo. ―Sé lo que hago‖.
Convence al cuerpo
Ponte en contacto con tu núcleo espiritual. Descubre qué es lo que te motiva. No dejes
que el libre albedrío sea algo subconsciente. Tú quieres alcanzar la grandeza. Pero el
cuerpo dice que eso es demasiado esfuerzo.
Para intentar convencer al cuerpo, debes identificar el beneficio tangible. ―¿Por qué es
necesario? ¿En qué me va a ayudar?‖. Debes llevarlo al plano de la comprensión
emocional. ―¿Qué tengo para perder? ¿Qué tengo para ganar?‖. Sólo entonces la idea
tendrá poder y podrás convencer a tu cuerpo.
Para evitar una reacción negativa, tus emociones deben sentirse cómodas con los
cambios que hagas. Aprende a relajar y tranquilizar a tu cuerpo. Engatusa a tu cuerpo y
dile: ―No va a ser tan malo. ¡Recuerda cuán bien te sentiste la última vez que hiciste un
esfuerzo!‖. Dale aliento a tu cuerpo y recompénsalo cuando tengas éxito.
No creas que sólo porque entiendes algo estarás viviendo acorde a eso. Es posible
creer en algo y sin embargo actuar de otra manera. Nos ocurre a todos
constantemente. Puedes creer que es importante comer comida saludable y sin
embargo atiborrarte de papas fritas y tarta de chocolate.
Mucha gente cree en Dios, pero hay muy pocas personas que viven con Dios. ¿Hace
eso sentido? Debes asimilar algo que has aceptado como verdad. Debe convertirse en
parte de ti.
Claridad absoluta
Debes conocerte a ti mismo de forma objetiva, tal como sabes que tienes 5 dedos en la
mano. ¿Cómo sabes que estás en el camino correcto? ¿Cómo sabes que no estás
cometiendo un error ahora mismo?
Para desarrollar esta claridad, debes articular los principios más importantes que guían
tu vida. Por ejemplo, en el judaísmo decimos que amar es una obligación. ¿Es esto
lógico? Piensa en ello:
¿Ves la contradicción? En un nivel intuitivo, sabes que el amor es una obligación. Pero
el concepto no está tan claro como para que puedas articularlo.
Puede ser desagradable pensar sobre algunos de estos temas. Si es así, ¿por qué es
desagradable? Rastréalo.
No repitas como un perico las cosas que has escuchado. Debes saber por qué estás
haciendo lo que estás haciendo. De otra forma, será solo la sociedad la que estará
hablando. Es posible que hayas adoptado cosas de la sociedad sin haber analizado su
validez. Revísalas.
Trabaja los distintos temas hasta que tengas claridad absoluta. Una persona que sabe
lo que quiere, lo obtendrá, a como dé lugar. Es como un misil teledirigido. Si lo
programas adecuadamente, llegará a su destino.
Imagina que estás parado en el borde del Gran Cañón, frente a un atardecer
majestuoso en el que una mezcla de tonalidades de naranja y púrpura colma el cielo.
Te quedas inmóvil por una hora, y luego miras el asombroso firmamento. Esta
experiencia te transforma, te eleva, te asombra.
Cuando miramos el firmamento, vemos poder, belleza, armonía. Nos damos cuenta
que cada pequeña estrella es en realidad un gran sol. Y frente a esta tremenda fuerza,
nos sentimos insignificantes. Tomamos conciencia de nuestras propias debilidades, de
nuestra pequeñez, de nuestra mortalidad.
Sin embargo, sorprendentemente, esto no nos deprime, sino que nos inspira. Porque
nos fusionamos con el gran todo. Esa comprensión que hemos alcanzado puede ser
una gran fuente de energía positiva. Y si conoces el secreto del asombro y lo utilizas de
forma efectiva, puedes liberar activamente su poder en la vida diaria.
Capturando el momento
Todos vivimos momentos sorprendentes: Podemos ver el enorme poder que tiene un
huracán, un tornado, una avalancha, las grandes olas del mar. O estar en la presencia
de un asombroso líder político o cultural.
Sin embargo, solemos dejar esta asombrosa experiencia y volver a nuestras vidas
rutinarias sin haber sido afectados mayormente.
El secreto es capturar la experiencia de forma tal que puedas volver a utilizar su
energía en el futuro.
Ganando perspectiva
Imagina que alguien te dice que eres un tonto. O que estás atrapado en medio de una
gran congestión vehicular. O que tu jefe te está fastidiando.
¿La solución? Tómate un momento para salir y caminar bajo las estrellas. Cuando
atestigües la inmensidad del universo, pondrás las cosas en perspectiva. Cuando
vuelvas, estarás energizado. Dirás, ―lo siento. Olvidémonos de este asunto y
continuemos‖.
El asombro nos ayuda a liberarnos de los límites del cuerpo. De pronto te encuentras
en un mundo de dimensiones diferentes, eres transportado hacia la eternidad de la
belleza, el poder y la majestuosidad. Ahora tu perspectiva se ha expandido. Ya no es
―yo contra ti‖. Todos somos uno. Por lo tanto, ¿por qué enojarse?
El asombro nos lleva más allá de nosotros mismos. En épocas de guerra y tragedia —
así como en épocas de prosperidad y alegría— la gente ―crece‖. Se tratan mejor los
unos a los otros. Olvidan las pequeñeces.
Cuando estés atrapado en la rutina, sácate a ti mismo de allí. Sal a caminar bajo las
estrellas. Esto va a liberar el poder que está encerrado. No puedes estar aburrido o
preocupado por pequeñeces cuando estás en un estado de asombro.
El “wow” de la calma
Cuando pensamos en la simple belleza de la vida, nos elevamos, nos conectamos, nos
transportamos más allá de nosotros mismos.
Entonces, ¿por qué no sentimos este asombro de forma constante? Porque lo que ayer
fue novedad, hoy es aburrimiento. Fíjate cómo los niños pequeños encuentran que todo
es excitante y fascinante. Pero al poco tiempo, se acostumbran a las cosas a las que
tienen acceso constante – personas, lugares, ideas. Y la vida simplemente parece ser
mundana.
En lugar de tomar por sentado las cosas que te rodean, detente y enfócate. Cuando
veas a un ser humano, aprecia el milagro que hay en él. Considera, por ejemplo, el
habla humana: la coordinación de los labios, dientes, lengua, laringe. Todo esto
mientras el cerebro recuerda, formula y transforma pensamientos en movimientos
musculares, los cuales de alguna forma producen ondas de sonido. Y todo esto no es
más que un montón de electrones girando casi a la velocidad de la luz, conectados a
protones a través del mágico poder de la fuerza de gravedad.
No necesitas viajar a través del mundo para vivir momentos de asombro. Éstos están
disponibles para nosotros constantemente. Si tan sólo abrimos nuestros ojos los
encontraremos. Cada vez que ves una locomotora, un océano, una flor. No hay nada
mundano acerca de la existencia. Nada. Un bosque entero puede haber germinado de
una sola semilla…
La ―lucha por la vida‖ es ser sensibles y estar conscientes. Mantén tus ojos abiertos,
aunque sea de manera forzosa, mientras avanzas por la vida; no estés nunca aburrido,
no seas mundano, no vivas una existencia simple. Siempre pregúntate qué es la vida,
quiénes somos nosotros, qué estamos haciendo acá.
Pero los humanos son más asombrosos aún. Tienen un potencial espiritual. Cada ser
humano es creado a imagen y semejanza de Dios. Tenemos poderes divinos.
Podemos alcanzar la grandeza por medio de emular a Dios. Eso hace que cada ser
humano sea asombroso.
―Cuando miro los cielos, y veo el trabajo de Tus dedos, pienso en el hombre. Y
digo: ‗¿Qué es el hombre, que Tú lo recuerdas? ¿Qué es la humanidad, que Tú la
notas?‘ Y sin embargo, Tú lo hiciste levemente inferior que Dios mismo‖.
Asómbrate de ti mismo así como te asombrarías con un volcán en erupción. Hay una
gran cantidad de energía disponible. Tan sólo debes acceder a ella. Tú eres poder
latente que espera ser materializado. Nunca pierdas esto de vista.
No te menosprecies. Deja de mirar lo que eres. Mira lo que puedes ser. Tú puedes
resolver los problemas de la humanidad, en lugar de simplemente aceptarlos y sufrir.
Tú puedes destruir o crear el mundo entero. De eso estamos hablando.
Utiliza este poder proactivamente. Si tienes un plazo final que cumplir, o si estás
preparándote para hablar frente a una gran audiencia, sal a caminar bajo las estrellas.
Te despertará y te hará ver las cosas desde la perspectiva correcta. No hay razón para
estar nervioso. Un mundo de oportunidades te espera. Ahora, debes ponerte en
posición y golpear la pelota lo más lejos posible.
Debes estar siempre consciente del asombroso poder que hay en ti, y en todo ser
humano. Trata a todos con reverencia, cuidado, respeto, admiración. Y trátate a ti
mismo de la misma manera.
El verdadero origen del asombro
Cuando sabemos que hay un Dios —un Creador, Sostenedor y Supervisor de todo—
entonces estamos a la vanguardia en el juego. Todo se ve distinto. Nos da una nueva
perspectiva. Vemos nuevas posibilidades, nuevas dimensiones.
Y Él es un Dios personal. Está consciente de nosotros. Estamos frente a Él. Nos está
poniendo atención. Dios se está comunicando con nosotros a través de su mundo lleno
de belleza y diseño. Él está aquí, y está disponible. El omnipotente Creador de este
universo te está diciendo: ―Mi hijo, te amo. Te creé para que disfrutes. Ven, exploremos
el mundo juntos‖.
La Torá es el mensaje personal de Dios para sus hijos. Trátala con respeto. Imagina si
hubieras recibido un mensaje secreto desde el espacio. ¡Sería genial! Averiguarías
quién te envió el mensaje, y buscarías entender la profundidad de su significado.
Ya sea que lo sepamos o no, cada uno de nosotros está buscando una experiencia
trascendental. Estamos realmente viviendo por ese momento de reconocimiento, por
ese momento de contacto con Dios.
Anda por la vida de esta manera, con tu cabeza en los cielos y tus pies en la tierra.
La vida tiene el potencial de ser una emoción tras otra, si entiendes el poder de
cada momento.
Utiliza las cosas asombrosas del día a día para relacionarte con el Creador.
Sal a caminar bajo las estrellas. Experiencias como ésta te pondrán de vuelta en
el camino correcto.
Montañas rusas y películas de terror... gastamos mucho dinero para que nos
asusten. Aprende a aprovechar la energía del "miedo" para fines positivos
La palabra hebrea irá significa tanto 'tener miedo' como 'ver'. El Camino #6 Irá, nos
enseña que la elección fundamental de la vida es abrir nuestros ojos ante las
oportunidades disponibles, y temer las consecuencias de evitar esa realidad.
El miedo a las consecuencias puede ser un gran motivador para cumplir con nuestro
deber de forma rápida y eficiente.
Pídele a un adolescente: "Por favor saca la basura". Su respuesta será: "¡Más tarde!".
Ahora, díselo de esta forma: "Si no sacas la basura, olvídate de utilizar el auto". ¿Cuál
será su respuesta? ¡Irá corriendo a sacar la basura!
El miedo es como cualquier otra emoción, tiene tanto aspectos positivos como
negativos. El miedo negativo es debilitante. El miedo positivo es estimulante. La
adrenalina hace que la sangre corra por tus venas. Te da el poder para lograr lo que
quieras. Si estás caminando y te encuentras con una serpiente, el miedo te impulsará a
correr a gran velocidad y serás capaz de saltar la cerca como un atleta olímpico. Con
miedo, estás fuera del mundo de los sueños y cien por ciento en la realidad.
Hacer la elección correcta es una constante lucha humana. Tenemos una tendencia a
tomar el camino más fácil e ignorar las consecuencias que vendrán a continuación.
"¿Ver o no ver?", esa es la pregunta que hace el judaísmo.
Ese programa es una metáfora de la vida. Hay consecuencias eternas. Cada momento
puede ser vivido al máximo, o puede ser desperdiciado. La vida es un asunto serio.
El mayor miedo humano es vivir una vida sin sentido. Todos queremos causar un
impacto, ayudar a otros, cambiar el mundo. Trata de decir en voz alta las siguientes
palabras: "Soy feliz siendo mediocre". ¡Uno no puede decir eso!
No te escapes. Ten miedo de ser mediocre. Ten miedo de no tener amor propio. Ten
miedo de despertar una mañana y decirte a ti mismo: "¿Qué he hecho con mi vida?".
Utiliza ese miedo a para averiguar qué es lo más importante de la vida. Y luego, ¡ve por
ello!
El miedo a la mortalidad
Todos sabemos que vamos a morir algún día. Pero nos engañamos a nosotros mismos
pensando que los que mueren pertenecen a un grupo separado de la humanidad.
"Ellos son los mortales. Nosotros somos inmortales". En el fondo, todos tenemos esta
ilusión.
¿Alguna vez tuviste un amigo que murió? Quizá él tenía 17 años y falleció en un
accidente de motocicleta. ¿Cómo reaccionaste? "¡Pero si yo hablé con él ayer! ¡No
puede ser! ¡No puede estar muerto de verdad! ¡Él estaba tan lleno de vida!".
¿Qué significa "no puede ser"? Lo que estamos diciendo en realidad es que es
demasiado cercano como para que nos sintamos cómodos. Yo no estoy en el grupo
mortal. Y ahora, mi amigo está muerto. Eso es demasiado cercano. No puede ser.
Date cuenta que cada uno de nosotros podría morir en cualquier momento. No
necesitas un avión que se estrelle contra el techo. No necesitas tener un problema
cardiaco. Todo lo que se necesita es un coágulo de sangre y... ¡bang! Así es la vida.
Pero no tenemos ganas de ver esta realidad. "Yo soy inmortal. Otras personas son
atacadas, otras personas son las que mueren. ¡Pero yo no!".
Echa un vistazo a la historia de tu vida. Mira hacia atrás y evalúa cuán bien has
utilizado tu tiempo. A menudo, nuestro pasado se ve borroso, y esto va aumentando a
medida que nos hacemos más viejos.
Algunos judíos tienen la costumbre de visitar sus futuros lotes en el cementerio una vez
al año, generalmente antes de RoshHaShaná. ¿Por qué? No es morbosidad. Es para
aclarar la idea: "Yo soy mortal, y aquí es donde voy a terminar. Entonces, ¿qué es lo
que quiero que esté escrito en mi tumba?".
Vive cada día como si fuera el último, porque algún día lo será. Tic, tac, tic, tac...
Utiliza esta conciencia para corregir la forma en la que vives tu vida. Elimina las
pequeñeces, irritaciones, ilusiones, trivialidades.
¿Cómo eliminar las pequeñeces? Imagina que estás peleando con tus padres o
hermanos, y luego te enteras de que tienes sólo un día más de vida. ¿Qué vas a decir?
O si ellos estuvieran muriendo, ¿qué les dirías? Solemos no apreciar lo que tenemos
hasta que lo perdemos. Cuando mueren, decimos: "Yo debería haberlos tratado mejor.
Debería haber llamado más a menudo".
Si vives con esa realidad, no pelearás con tus padres nunca más. No le guardarás
rencor a tu hermano. Si tuvieras una enfermedad terminal, tratarías distinto incluso a un
extraño. No perderías tu tiempo discutiendo con alguien que no respetó la hilera en el
banco. La vida es demasiado valiosa como para ser insignificante.
Motívate con el miedo de perder algo valioso. Imagínate perder la vista. Camina con los
ojos vendados durante una hora.
Imagina que vas a morir mañana. ¿Qué harías hoy? ¿Perderías tu día en cosas
frívolas, o tratarías de lograr algo más duradero, más significativo, más eterno?
Temor a Dios
Una de las obligaciones principales del judaísmo es temer a Dios. Cumplimos con esta
mitzvá al prestar atención a la realidad y ver las consecuencias de nuestras acciones.
Imagina que hubiera cámaras ocultas que monitorearan tu progreso a través de la vida.
Todo el mundo te está mirando. La gente aplaude cuando tienes éxito y abuchean
cuando fallas.
Con toda esa gente mirando, ¿no tendrías cuidado con cada movimiento? ¿No
aumentaría enormemente tu motivación por tener éxito?
Ve por la vida con una conciencia constante de Dios. Todo queda grabado en video.
¿Estamos maximizando la oportunidad que nos da la vida o la estamos perdiendo? Un
día vamos a tener que rendir cuentas por nuestras acciones.
Es un error pensar que el miedo es doloroso. Sí, el miedo es incómodo, pero te puede
dar un gran placer. Cuando saltas de un avión, antes de que el paracaídas se abra, te
olvidas de todos los disparates de este mundo. El roce con la muerte te hace apreciar
cuán bueno es estar vivo. Te reconectas con la realidad. ¡De pronto la vida vuelve a ser
emocionante!
Céntrate en el lado positivo del miedo para neutralizar el malestar que te causa: ¡cada
momento es vivido de forma consciente y con emoción! Reúne tus poderes. Utiliza tu
potencial. Que el miedo te motive. ¡Tener miedo es muy emocionante!
Pero si haces frente a los matones y logras que se vayan (o incluso si luchas y sales
herido), disfrutarás de ese momento por el resto de tu vida. Tenías miedo, pero te
mantuviste firme. Hiciste lo correcto. Eso es placer verdadero.
Evitando el desafío
Con demasiada frecuencia perdemos una oportunidad para sobresalir porque decimos:
"No puedo. Es demasiado esfuerzo". Por ejemplo, imagina que te piden que memorices
una página de la guía telefónica en 24 horas. "¡Imposible!", dirás.
He aquí un ejemplo práctico. ¿Quieres levantarte de la cama con mucha energía por la
mañana? Claro, pero es demasiado esfuerzo. ¿Qué tal si yo viniese con un arma cada
mañana? ¡Te levantarías enérgicamente sin lugar a dudas!
Ahora, ¿cuánto pagarías para despertar así todos los días por el resto de tu vida?
¿$5.000 dólares? ¿$10.000? ¡Ciertamente quieres levantarte así! ¡Así que vamos!
¡Levántate!
Aprovecha el poder del miedo como un instrumento para hacer frente a todos tus "no
puedo". Haz una lista de los "no puedo" y ponles precio. ¿Cuál es la recompensa y cuál
es la consecuencia? Tener esta claridad te convertirá en un ser humano muy eficaz.
La gente piensa que si cierta acción es correcta, deberías hacerla por el simple hecho
de que es correcta, y no por el miedo a las consecuencias de no hacerla. Parece
humillante actuar en base al miedo.
Entonces, ¿por qué hay una mitzvá especial de temer a Dios? ¿No deberíamos obtener
toda nuestra motivación de nuestro amor a Dios?
Sí, alguien que sirve a Dios por amor está en un nivel mucho más alto. Y deberíamos
esforzarnos para hacer lo correcto simplemente porque es correcto, y no porque te va a
―llevar al cielo‖. Pero también tenemos que ser realistas. El amor suele ser una
motivación insuficiente para hacer el bien. Si recibir un pago de $100.000 dólares te
ayuda a ser más efectivo y a hacer lo correcto, ¡es mejor que tomes el dinero y hagas
lo correcto!
Imagina que hay un programa que acoge a quienes no tienen hogar en un alberge
comunitario. Idealmente, deberías hacer esto de forma gratuita. Pero si te ofrecieran
$100 dólares por cada persona sin hogar que llevases al albergue comunitario,
probablemente llevarías mucha más gente. ¿Acaso la ―recompensa‖ te corrompió? No.
Simplemente te dio una motivación más fuerte para hacer lo que ya sabías que era
correcto.
Y hay una cosa más que debes considerar. Es probable que el hacer algo por temor te
lleve eventualmente a hacerlo por amor.
Todos nacemos con la capacidad de sentir dolor. Si nos clavamos una aguja o nos
quemamos con fuego, retraemos nuestra mano de forma instintiva. Pero alguna gente
nace sin una sensibilidad al dolor. No sienten nada si ponen su mano al fuego.
Seguro, es agradable no sentir dolor. Pero alguien que no siente dolor está en
constante peligro. Él podría poner su mano en el fuego y decir ―¿Hueles algo
quemado? ¡Hey, es mi mano!‖, pero el problema es que sería demasiado tarde.
Imagina que estás hablando con alguien y de pronto, la persona comienza a hablar
chismes. Tú sabes que está mal escuchar, pero evalúas: ―Quizás me debería quedar
acá, por respeto, tan solo unos minutos…‖. Pero si alguien estuviera dispuesto a
pegarte con un palo en la cabeza cada vez que escuchas chismes, dirías
inmediatamente: ―¡Lo siento! ¡Yo me voy de aquí!‖. No comenzarías a hacer cálculos.
Simplemente harías lo correcto.
El miedo al castigo es como el reflejo del dolor. Evita que hagamos cosas que nos
dañarían más adelante. Te ayuda a llegar donde quieres estar.
Y tal como a ti te motiva el miedo, haz lo mismo por tu familia, por tu comunidad y por
toda la humanidad.
Ves divorcios. Ves padres que maltratan a sus hijos. Ves personas con depresión,
personas que son llevadas a un hospital psiquiátrico, personas que se dañan unas a
otras. Vemos esto constantemente. ¿Y qué hacemos? Actuamos como una avestruz.
Vemos pero no vemos. Decimos: ―No me va a pasar a mí, yo nunca voy a abusar de
mis hijos. No me va a pasar a mí, yo nunca voy a estar deprimido. No me va a pasar a
mí, yo nunca me voy a divorciar‖.
¿Realmente crees que eres tan diferente? ¡Sé realista! ¡También te puede pasar a ti!
Donde sea que veas una tragedia, aprende a evitarla. Si escuchas que alguien fue
asaltado en cierto lugar, no vayas allí. No importa lo que sea, extrae una lección.
Cuando veas un divorcio, ten temor a la posibilidad de que esto te podría pasar a ti.
Eso se llama ―ser realista‖.
Lo mismo aplica al pueblo judío. En 1967, todos sabían que el estado judío peligraba
con ser borrado del mapa. Entonces, la gente se acercó a las organizaciones que
apoyaban a Israel y ofrecieron su ayuda: dinero, tiempo, contactos o activismo. El
miedo, la amenaza, los llevo a darse cuenta de cuánto les importaba en realidad el
pueblo judío.
¿Cómo te sentirías si, Dios no lo quiera, Israel fuera borrado del mapa?
Tómate en serio las consecuencias de la vida. No necesitas una montaña rusa. Todo lo
que tienes que hacer es salir a la calle a media noche. O recordar que hay villanos con
un gran poder militar. Mira a tu alrededor y lee los titulares. Es un mundo amenazante.
Lleva el miedo contigo y utilízalo como un motivador para alcanzar la grandeza.
Ten miedo de una vejez sin sentido. Si vives como si siempre hubiese un
mañana, entonces nunca aprovecharás al máximo el día de hoy.
Una estrella de cine entra en una fiesta con un caminar pomposo, engreído y con la
cabeza en alto. Su forma de actuar dice: ―Soy genial, y todos lo saben‖. La gente
observa con un silencio reverencial. ¡Carisma!
El Camino #7 enseña que la forma para obtener verdadero carisma es Be Anavá, 'con
humildad'.
Por otro lado, una persona arrogante está preocupada principalmente por su propio
ego, su propio orgullo, su propio dinero. Por lo tanto, a pesar de que parezca ser
amistoso y encantador, realmente está manipulando las cosas para servir sus propios
intereses.
Fuera de su suave exterior, una persona arrogante es, irónicamente, alguien inhibido y
restringido que no expresa su ―verdadero yo‖. ¿Cómo podría ser ―él mismo‖, siendo que
está constantemente preocupado con cómo se ve ante los ojos del resto?
La Torá nos dice que la persona más humilde de todos los tiempos —Moshé— era
también la más carismática, y esto no es una mera coincidencia. En su rol de ser quien
enseñaba Torá, Moshé debía tener bastante confianza en que su causa era justa. Él no
se inquietaba ante los rebeldes o ante las quejas. Y esa es precisamente la razón por
la cual era sumamente respetado.
Él sabe cuál es su lugar, y ayuda a otros a encontrar el de ellos. Él hace que todas las
personas se sientan importantes. Porque con la persona humilde, si los otros son
exitosos, no hay problemas de celos o el riesgo de una crisis de ego.
¿Has conocido alguna vez a una persona así? ¡Te atrae como un magneto! ¿No te
gustaría tener un poco de ese carisma?
Podemos ver que la gente está en búsqueda de un sentido en la vida. Casi todos
quieren ayudar a los necesitados, a los pobres, a los hambrientos y a quienes no tienen
hogar. Y mucha gente elige carreras profesionales en las que pueden ―ayudar a otros‖,
mediante trabajo social o cuidados medicinales. El dinero por sí solo no genera
suficiente placer como para dedicarse sólo a eso durante toda la vida.
Por desgracia, a menudo los asuntos mundanos de la vida diaria nos desvían. En
medio de todas las diligencias, reuniones y correos electrónicos, perdemos la claridad
sobre qué es realmente significativo.
Una forma de volver a enfocarse es preguntarse a uno mismo: ―¿Para qué estoy
viviendo? ¿Estoy comiendo para vivir, o viviendo para comer? ¿Trabajo para vivir, o
vivo para trabajar?‖.
Todos los días debes volver a preguntarte esto. Te ayudara a mantener tu trabajo,
relaciones interpersonales y metas generales en perspectiva.
Entonces, ¿para qué estás viviendo? Haz una búsqueda. Ve si tus ―metas de vida‖ son
realmente significativas, o si son simplemente una noción abstracta.
Si escuchas una voz que te dice: ―no hay ningún propósito verdadero que sea objetivo
en la vida‖, entonces verifica si es verdad antes de asentir. No te rindas tan fácil. No te
comportes como los cínicos. El que haya un sentido para la vida es algo demasiado
vital como para ignorarlo. Tu salud depende de él tanto como del agua y la comida.
Haz lo correcto
Hacer lo correcto suele ser difícil, ya que no siempre lo percibimos como una fuente de
placer.
Pero si lo piensas bien, te darás cuenta que en realidad no hay mayor placer que éste.
Los placeres materiales son necesarios y agradables, pero no se comparan con los
grandes placeres del amor y de una vida con sentido. Imagina que te ofrecen 10
millones de dólares a cambio de uno de tus hijos. Luego de declinar la oferta, ¡te
sentirías abrumado con el gran valor que tiene realmente ese niño para ti! Puede que
siempre hayas conocido su valor en un nivel intelectual, pero ahora se ha vuelto real
para ti.
Pese a que ese escenario es un poco extremo, revela algo muy profundo acerca de la
psiquis humana: ser bueno es tan importante que estamos dispuestos incluso a morir
por ello.
¿Cuál es tu causa?
Llevemos esto un paso más allá. Si estarías dispuesto a morir con tal de ser ―bueno‖, el
corolario es que no hay una mayor meta en la vida que ser bueno.
Todos estamos dispuestos a morir por alguna causa. Ya sea la paz mundial, salvar a
las ballenas o una reforma política, todos estamos dedicados a algo. La única pregunta
que queda es: ―¿Cuál es tu causa?‖.
Siéntate y averigua por qué estarías dispuesto a morir. Lee discursos fúnebres. Estos
te darán una buena dosis de humildad. Te ayudarán a entender el significado de la
vida. Intenta escribir tu propio obituario. ¿Cómo te gustaría ser recordado? Esto te dará
objetividad y perspectiva.
Una vez que hayas encontrado una causa tan significativa que estarías dispuesto a
morir por ella, entonces tendrás la respuesta a la pregunta más importante: para qué
estás viviendo.
Y cuando en realidad estés viviendo por esa causa, entonces tendrás un poder,
propósito y placer sin paralelos.
Ahora, haz un plan para implementar esto en tu vida diaria. Comienza lentamente,
dando un pequeño paso a la vez, de forma que no te sientas abrumado. Mantén tu
vista en el objetivo y mide tu progreso de forma continua.
Conectarte con tu propósito de vida es un gran proyecto. Pero no hay un mejor uso
posible para tu tiempo y energía.
―Hacer lo correcto‖ es un gran nivel, pero hay un nivel incluso más alto. Debes hacer lo
correcto por la razón correcta, es decir, ―porque es lo correcto de hacer‖. Si haces lo
correcto por motivaciones egoístas, como por ejemplo, para poder presumir de tus
logros, terminarás sintiéndote muy mal contigo mismo.
Cuentan la historia de un gran rabino que, en su lecho de muerte, estaba rezando con
gran intensidad. Sus discípulos estaban reunidos alrededor suyo y le preguntaron:
―Rav, ¿qué está pensando en este momento?‖.
Él les respondió: ―Una pequeña voz en mi interior está diciendo ‗reza con gran
intensidad para que tus estudiantes estén impresionados‘‖. Incluso en el momento de
su muerte, ¡este gran sabio estaba batallando con su ego!
En la búsqueda de un logro significativo, ¿qué hace que una persona logre un mayor
impacto, actuar en base a una opinión subjetiva (la cual puede cambiar en cualquier
momento) o actuar en base a un estándar exterior objetivo? Obviamente es más
significativo lograr lo que es objetivamente correcto.
La Torá llama a Moshé ―el más humilde de los hombres‖ porque se paró frente a Dios
con sumo respeto, de forma reverencial. Moshé sabía cuál era su lugar. Cualquier otra
actitud niega la presencia divina. Por eso el Talmud relaciona la arrogancia con la
idolatría; ambas alejan la presencia de Dios.
En cualquier situación, debes preguntarte a ti mismo: ―¿Qué quiere Dios de mí?‖. Haz
lo que Él dice, y siempre estarás haciendo lo que es correcto.
Nuestros sabios plantean una pregunta fundamental: ¿Por qué la Torá fue entregada
en el desierto? Y responden que es porque el desierto es un lugar que está vacío. Esto
significa que para adquirir Torá —para recibir la sabiduría de Dios— debemos primero
estar dispuestos a abrir un espacio en nuestro interior.
Una forma de lograr más objetividad es dar consejos a un tercero. Enfrentar problemas
externos te ayudará a ver tu propia situación de forma más clara.
Hasta que no sepas por qué estás dispuesto morir, no habrás comenzado a vivir
¿Recuerdas la emoción de anotar un gol? ¿De salir de clases el último día de escuela?
¿De montar tu bicicleta nueva? Saltaste de alegría. ¡Fantástico!
La alegría te da energía y te hace sentir genial. Puedes lograr todo tipo de cosas que
de otra forma parecerían demasiado difíciles de alcanzar. Con alegría, no tienes miedo
de hablarle al tipo que está sentado al lado tuyo en el avión. ¡No hay problema! Tienes
energía, dinamismo. ¡Estás vivo!
El Camino #8 es Be Simjá, 'con alegría'. Es posible que algunas personas tengan una
alegría más ―natural‖. Pero la alegría puede ser estudiada y dominada como cualquier
otra herramienta.
Cuando tienes alegría, puedes hacer lo que sea de mejor manera, más rápido y más
fuerte. Tu memoria es mejor. Tu desempeño en el campo de golf es mejor. Vendes
más. Todo es mejor.
No estarás utilizando todo tu potencial sino hasta que tengas alegría. No importa
cuánta experiencia tenga un deportista de alto rendimiento, siempre necesita un aire
nuevo, el apoyo del público, un poco de inspiración. De otra manera, su juego sería
demasiado plano; estaría jugando de forma rutinaria.
Lo mismo ocurre en la vida. Cuando tienes alegría, tu vida tiene un ímpetu distinto. Las
personas alegres son energéticas y ambiciosas. Nunca tienen suficiente tiempo para
hacer todo lo que quieren hacer.
Alegría falsa
¿Es eso lo que se supone que debería generar la alegría? ¿Esa gente tenía realmente
alegría? ¿Qué salio mal?
Hay que aprender a diferenciar entre la alegría real, la cual te da el poder de lograr
cosas, y la alegría ilusoria, cuya explosión inicial se desvanece luego en un bajón.
Alegría ilusoria es celebrar toda la noche en año nuevo. ―¡El mundo es perfecto y los
amo a todos!‖. Pero luego hay un bajón. Más que cualquier otro día, la noche de año
nuevo tiene la tasa más alta de suicidios.
Una persona que gana 100 millones de dólares en la lotería salta de alegría. ¿Qué es
lo que ellos esperan? Viajar por el mundo, ser importantes. ―Ahora voy a hacer lo que
yo quiera por el resto de mi vida. Soy libre, dueño de mi propio destino. No más trabajo,
no más preocupaciones, no más de nada. ¡100 millones de dólares!‖.
¿Cuánto dura esa sensación? Sabes muy bien que puedes tener mucho dinero y ser
tremendamente miserable. Es posible que el ganador de la lotería no sepa qué es lo
que quiere lograr con su vida. Entonces, la alegría es una ilusión. Luego de un año, él
estará de vuelta en la universidad, será el estudiante universitario de los cien millones
de dólares. ¿Por qué? ―Quizás la filosofía me interese…‖
Si sabes qué es lo que quieres en la vida, entonces podrás ir tras ello incluso si no
tienes 100 millones de dólares. Un sorbo de alegría y estarás listo para partir. ¿Puedes
ver cómo esto te da poder para vivir?
El placer de crecer
Antes, cuando querían retratar alegría eufórica en una película, filmaban una escena en
donde le contaban a un hombre que sería papá. Éste bailaba de un lado a otro,
delirante de alegría, y corría por la calle cuesta abajo poniendo cigarros en la boca de
todo el mundo.
Hoy en día, cuando el doctor le dice a un hombre que va a tener un hijo, él comienza a
pensar en todos los problemas: despertarse en las noches para alimentarlo, ahorrar
para pagar sus estudios, etc. ¿Qué pasó con la alegría?
Haz cosas significativas y obtendrás más alegría. Si estás peleando por una causa
quiere decir que estás causando un impacto en el mundo. Eres intenso. Eres eterno.
Encuentra cuál es tu causa, sea cual sea, y trabaja por ella. Para el judaísmo, servir a
Dios es la causa suprema.
Interno, externo
Por ejemplo, los estudios muestran que sonreír cuando estás triste puede mejorar tu
estado de ánimo. Hay una correlación directa entre activar los músculos físicos y tu
estado emocional.
Haz cosas que fomenten la alegría, y serás más alegre. Por ejemplo:
Visteropaslindas.
Come comida deliciosa.
Canta.
Da un paseo por la playa.
Pasa tiempo con tus amigos.
Haz actos de bondad por otros.
Reflexiona sobre cuán maravilloso es estar vivo.
Llama a tus padres y agradéceles por haberte dado la vida.
Una vez que sientas alegría, canalízala en una dirección productiva. No te sientes
simplemente a disfrutar de esa alegría. Ahora tienes la energía para ir allá afuera y
hacer algo fantástico. Ayuda a alguien necesitado. O ve por un trabajo que de otra
forma no podrías afrontar.
Una forma de incrementar la alegría es esperar con ansias el placer que vendrá.
Cuando esperas con ansias algo hermoso, es más probable que lo veas como tal. Y la
alegría que obtendrás será más electrizante, más excitante, más real.
Sientes alegría con el mero hecho de expresar tus ansias. ¿Lo ves?
¿Vas al trabajo? No te enfoques en las cosas negativas: ―Estoy cansado…‖, ―mi jefe es
impaciente…‖. En vez de eso, aférrate a las cosas positivas: ―Voy a hacer algo
productivo…‖, ―voy a ganar dinero para pagar mis cuentas…‖.
Utiliza esta herramienta en todo. ¿Vas a un museo hoy? ¿Qué esperas obtener? Di en
voz alta los beneficios y placeres de forma anticipada. Eso te va a dar un flujo
constante de alegría.
Estado mental
La gente cree que está loco. ¡Nadie puede estar tan feliz si no es porque se ganó un
millón de dólares!
Aprecia lo que tienes. Dios nos creó para que tengamos placer. ¿Cuál es el placer de
estar vivos? ¡Tus manos! ¡Tus pies! ¡Tu mente! Aprende a sentir el placer. Estará
contigo siempre, donde sea que estés.
Siente el placer de simplemente existir, la alegría de estar vivo. Así, tendrás una base
para crecer más, y más y más. De otra forma, es sólo una sensación, un sueño, una
ilusión. ¿Qué te dará un auto nuevo? ¿Qué te dará un millón de dólares? Sólo te darán
una forma de escapar de la vida, de soñar, de sentirte cómodo…
El estado natural
La alegría es el estado natural del ser humano. Los niños la tienen y disfrutan de sus
vidas en la más simple de sus formas. Una zanahoria, una pelota, la luna. Pero
nosotros los adultos aprendemos a ser miserables. Las razones para ser felices no han
desaparecido. Es simplemente que la carga de las responsabilidades diarias nos
distrae.
Por eso las plegarias matutinas comienzan con una serie de bendiciones en las que
agradecemos a Dios por lo simple y obvio:
Gracias Dios por darme vida.
Gracias Dios porque puedo ver.
Gracias Dios porque puedo usar mis manos y pies.
Gracias Dios porque puedo pensar.
Más allá de esto: Cuando nosotros somos felices, entonces Dios está alegre (por así
decir) y nos llena de bendiciones. En otras palabras, si disfrutamos lo que Dios nos ha
dado, Él nos dará más.
Es por esto que el Rey David dijo: ―Sirve a Dios con alegría‖. Él no quiere gente con
caras melancólicas a su alrededor. Es nuestra obligación servirlo con alegría.
Es más, la Torá dice que seremos castigados ―porque no servimos a Dios con alegría‖.
Puedes cumplir con todas las obligaciones que existen —como honrar a tus padres y
ayudar a la humanidad— pero si no lo haces con alegría, entonces Dios te hará rendir
cuentas. ¿Por qué? Porque Él quiere que tengamos el máximo placer posible.
¿No disfrutas de tus manos y de tus pies? ¿No crees que el mundo es hermoso?
Entonces estás sirviendo al Dios equivocado. Él tomará de vuelta esas cosas de ti, ¡ten
cuidado!
Y no sólo eso, sino que debes aprender a relacionarte incluso con tus problemas de
forma alegre. ¿Cómo es posible hacer esto? Míralos como oportunidades para crecer;
desafíos que te ayudarán a desarrollar el carácter.
Por definición, la vida tiene sus desafíos. La pregunta es si estos desafíos van a hacer
que aumente tu nivel de alegría o que disminuya. Si te dejas atrapar por pequeñeces,
entonces tu alegría se verá disminuida. Cuando te encuentres preocupado por un
problema, pregúntate a ti mismo: ¿vale la pena tener toda esta energía negativa? La
decisión es tuya.
El libro OrjotTzadikim (siglo XV) dice: ―La alegría reside en el corazón de la persona
cuando no se enfoca en las dificultades‖. Si puedes alejar tu foco de las dificultades,
entonces tu estado natural será de alegría.
Existe una diferencia entre prestar atención a un problema y preocuparse por él.
―Preocuparse‖ significa que tus problemas te consumen, incluso cuando no tienes nada
que hacer al respecto. ―Prestar atención al problema‖ significa buscar soluciones para
el problema, pero sin que éste te deprima.
No sufras por padres que te regañan, niños quejumbrosos, un jefe insoportable, malos
empleados o profesores irracionales. Incluso en los momentos tristes o dolorosos,
acéptalos como una realidad. No te rindas hasta que encuentres algo positivo en lo
cuál puedas enfocarte. Cuenta las bendiciones que hay en tu vida. ¡¿Qué importa si tus
hijos están llorando?! Es una buena señal, ¡significa que están vivos!
Cuando estás alegre, eres alguien que resuelve los problemas, y no alguien que los
sufre. Imagina que eres el dueño de un negocio y un cliente va donde ti a quejarse. Si
eres miserable, él también se irá siendo miserable, ¡y al día siguiente lo tendrás
protestando frente a tu puerta!
¿Qué pasa cuando, Dios no lo quiera, alguien sufre una tragedia? El rezo del kadish,
que es recitado luego de la muerte de un pariente cercano, no es un rezo por el muerto,
sino una afirmación de que la vida es increíble, hermosa, fantástica. No se espera de ti
que saltes a la tumba tras el muerto. La historia de Romeo y Julieta no representa la
visión judía de la vida. El mayor tributo que le podemos dar a quien falleció es afirmar el
sentido y la alegría que tiene la vida misma. Ese es el propósito de la muerte, hacer
que el resto de nosotros apreciemos el sentido de la vida.
La alegría de la sabiduría
La sabiduría es una gran fuente de alegría. Con sabiduría, podemos entender el mundo
que nos rodea y nuestro rol en él.
El judaísmo dice que la esencia de la alegría es la Torá. ¿Por qué? Porque la Torá nos
enseña cuál es el sentido de la vida. Nos enseña cómo conectarnos con Dios, cómo
vivir de acuerdo a Su voluntad.
Por eso en TisháB‘Av, el día nacional de duelo del pueblo judío, no está permitido
estudiar Torá. Porque Torá es alegría. El gran cabalista conocido como el Arizal (siglo
XVI, Israel) dijo que ―la alegría abre las puertas para alcanzar grandes niveles de
sabiduría‖. Mientras más sabiduría adquieras, más feliz serás.
Hay una alegría natural relativa a adquirir sabiduría, incluso si uno no aplica esta
sabiduría, ya que habrás expandido tu existencia.
Cuando estudies una pieza de sabiduría, analiza cómo puedes mejorar tu vida desde
un punto de vista práctico con ella. Si levantas una piedra y ves que es un diamante,
bailarás por las calles hasta llegar donde el joyero. Pero si coges un diamante y
comienzas a jugar a las canicas con él, probablemente terminarás perdiéndolo.
Nuestros sabios utilizan una cruda metáfora para esto. Dicen que estudiar Torá y
olvidarla es como enterrar a tus propios hijos. Habrás perdido un pedazo de realidad,
una conexión con la eternidad.
Haz el siguiente ejercicio: Tomate 10 minutos y escribe una lista de todos los
momentos en los que danzaste de alegría. ¿Un impresionante logro atlético? ¿Reunirte
con un amigo luego de muchos años de separación? ¿Lograr superar una difícil
enfermedad? ¿El nacimiento de tu primer hijo?
Ahora estudia tu lista e identifica cuál es el factor común que gatilla tu alegría. Al lograr
aislar la ―causa‖ habrás obtenido el arma secreta que te permitirá salir de cualquier
estado de humor negativo.
Busca una manera de expandir tu lista de alegrías. Pídele a otros que te describan sus
más grandes alegrías.
Es natural sentir alegría, pero los humanos solemos pasarla por alto.
¿Por qué esperar hasta estar cercano a la muerte para apreciar cuán buena es
la vida?
El atleta olímpico está allí, totalmente inmóvil, repasando el salto una y otra vez en su
mente: comienza a correr, se aproxima, se impulsa, vuela por los aires y aterriza. Él
está 100% enfocado. La meta está definida. La mente está pura. El tiempo se detiene.
El Camino #9 es Be Tahará, 'con pureza'. Cuando nos concentramos completamente,
alcanzamos gran pureza intelectual y emocional.
El ser humano utiliza sólo una pequeña fracción de su capacidad mental. En el mundo
de los deportes, la diferencia que hay entre los competidores desde el punto de vista
atlético es mínima; ganar depende 90% de la concentración mental. Así, para lograr
más en la vida, debes enfocar tu atención. Saca a relucir tu poder latente y utilízalo.
Tal como necesitas ―cuidar tu lengua‖ para no decir palabras en vano, asimismo debes
―cuidar tus pensamientos‖ para dirigirlos en la dirección correcta.
Entra en contacto con tu mente. Ella está flotando por cualquier parte. Congela el
momento: ¿En qué estás pensando ahora? ¡Te estás preguntando que habrá de cenar!
Una noche, él sueña que muere por causa de su duro trabajar. El sueño es tan
sobrecogedor, que cuando se despierta, se levanta de la cama, mira el espejo y ve a
un hombre anciano y con el pelo gris. Inmediatamente se va a la sala de estar y
comienza a leer libros de filosofía.
Su esposa se da cuenta que él no está en la cama. ―¡Son las 3:30 de la mañana! ¿Qué
estás leyendo a esta hora que es tan importante?‖.
―Querida, ¿te das cuenta que podría morir en cualquier momento, y habría gastado los
mejores años de mi vida en la tienda? He decidido que desde hoy no voy a ir a trabajar
sino hasta el mediodía. Voy a dedicar mis mañanas a estudiar sabiduría‖.
―¿Estás loco? ¡No puedes hacer eso!‖, exclama su esposa. ―¿Qué le voy a decir a los
clientes?‖.
―¿Qué le vas a decir al ángel de la muerte cuando venga por mí? ¿Que los clientes
están esperando? Por tres horas cada mañana, ¡considera que estoy muerto!‖.
Por supuesto que no es simple tomarse un tiempo libre. Pero lo que sea que hagas,
cuando sea que lo hagas, hazlo estando completamente inmerso y envuelto en ello.
Actúa como si estuvieras ―muerto para el mundo‖. Por ese período de tiempo, que nada
te aleje de la significativa tarea en la que estás enfocado. Nada más existe.
El judaísmo dice que la mente tiene 70 ―caminos‖. Esto puede sonar extraño, pero la
realidad es que todo el tiempo estamos utilizando múltiples caminos de forma
simultánea.
Ahora, piensa en todas las actividades que eres capaz de hacer hoy en día mientras
manejas: enciendes la radio, planeas tu día, hablas por teléfono, disfrutas del paisaje,
buscas estacionamiento - ¡y también manejas el automóvil!
Una vez que hayas dominado el uso de un ―camino‖, entonces podrás expandirte hacia
los otros 69 caminos de tu mente.
Limpia tu mente
Somos lo que pensamos. Nuestras ideas determinan la realidad. Si alguien piensa que
hay personas persiguiéndolo, entonces no importa si esto es verdad o no, él estará
asustado. O si un niño inteligente piensa que es tonto, ésta se convertirá en su
realidad.
Pureza intelectual significa elegir tus ideas. Distingue cuáles son verdad, y cuáles son
falsas; cuáles hacen sentido, y cuáles son tontas. Y luego, limpia tu mente; saca la
―basura‖, de forma que no se mezcle con el resto de las ideas que hay en el interior de
tu cerebro.
Entra en contacto con tu mente. ¿En qué estás pensando? Cuando articules una
afirmación, pregúntate a ti mismo; ―¿Realmente creo eso?‖. Si una idea falsa es
repetida muchas veces, puede convertirse en tu realidad, incluso si en un principio no
creías en ella.
Clarifica tus ideas. Por ejemplo, todos están de acuerdo que es malo dañar a otros.
Pero, ¿es verdad que uno nunca debería dañar a alguien?
¿A qué te refieres con nunca dañar a alguien ―sin una buena razón‖? Si él te daña
primero, ¿la venganza es una buena razón?
Tienes que obtener claridad, para que de esta forma realmente sepas lo que ya sabes.
Haz una lista de las 100 cosas de las que estás convencido. ―Mis padres me aman.
Tengo 10 dedos en las manos. La tierra es redonda‖. No pongas estas cosas en el
mismo cesto junto con ideas que no están claras, porque si lo haces, las ideas que no
están claras contaminarán toda la cesta.
Finalmente, relaciónate con las ideas como si fueran reales. Una vez que decidas que
cierta idea es correcta, tradúcela a una idea concreta. Por ejemplo, toma el sentimiento
de ―no quiero perder mi tiempo‖, y transfórmalo en la idea de ―la vida es preciosa‖. El
siguiente paso es llevarla desde tu mente a la acción. Ignorarla y seguir adelante con tu
vida es una actitud esquizofrénica.
Pureza emocional
Todos hemos visto cómo corre un equipo de fútbol al campo de juego luego de
escuchar una charla motivadora. Ellos están frenéticos. ¡Muévanse del camino! O
cuando el jefe de ventas da su charla motivadora de los lunes por la mañana: ―¡Vamos
a agarrar esos teléfonos y vamos vender 100 pólizas hoy!‖. Si tú eres el pobre tipo al
cual llaman primero, vas a haber comprado cinco pólizas antes que te des cuenta qué
te atropelló.
Tal como necesitas tener una pureza de mente, necesitas también tener una pureza de
corazón, ―una emoción a la vez‖. Puede que te invadan diferentes emociones en un
momento inoportuno, y si no estás claro, serás empujado hacia muchas direcciones
distintas.
Ser empujado hacia distintas direcciones causa parálisis. Hay un antiguo dicho que
dice ―el burro murió porque no podía decidirse entre dos fardos de heno‖.
Antes de entrar en una determinada situación, decide qué emoción quieres elegir. Si
vas a ir a una boda y es importante tener alegría, no te desvíes hacia temas que te
alejen de esa emoción, como ―¿Qué harán para mantenerse a sí mismos? ¿Cómo se
ve mi cabello? ¿Qué voy a elegir, salmón o carne?‖. En vez de eso, enfócate en la
emoción específica que elegiste y dite a ti mismo: ―Voy a estar alegre, ¡y nadie me va a
detener!‖.
En realidad, el judaísmo dice que uno debe guardar siempre uno de los ―caminos‖ para
la alegría. ¿Acaso no es buena la vida? Siente alegría constantemente y siempre
tendrás energía para todo. Cuando te levantes en la mañana, enciende ese interruptor.
¿Qué emoción quieres tener hoy día? ¡Alegría! Cuando abras tus ojos, agradécele a
Dios y decide que la vida es buena y que será un gran día. Sin dolores de cabeza, sin
problemas, sin complicaciones. La alegría es la pieza clave para tu día.
Bloquéalas
Si sientes una emoción negativa, debes darte cuenta que tienes la habilidad de ―dejarla
ir‖ y sentirte reanimado en tan sólo un momento. Es sólo el orgullo herido el que dice:
"Tengo que poner mala cara un rato más antes de que pueda salir de ésta". La energía
negativa no le está haciendo daño a nadie más que a ti mismo. Tú tienes el poder del
libre albedrío para elevarte y salir de allí.
Imagina un cirujano que se pelea con su esposa por la mañana. Él está enojado, y
ahora va a operar. ¿Cómo es posible que se concentre? Él es un profesional
entrenado. Él bloqueará el enojo.
Imagina que logras obtener un gran ascenso en el trabajo, pero eso significa tener que
mudarte de ciudad. Eso es tener emociones mezcladas. O si un pariente cercano
fallece y te deja una gran herencia. Tendrás muchas emociones dentro tuyo de forma
simultánea.
Una vez que definas tu emoción, podrás controlar el interruptor. Si estás en una buena
racha en el trabajo, y recibes una llamada urgente de tu esposa, no vas a decir ―un
minuto, tengo que cerrar este negocio primero‖. Vas a pararte y a atender esa llamada.
Tiempo privado
Utiliza una venda en los ojos para conectarte con tus emociones más profundas
relativas a Dios, la vida, la humanidad, tu familia, el sufrimiento, etc.
Para meditar, intenta decir una sola palabra en voz alta, y concéntrate en su
significado. Luego de 10 minutos, tu mente estará totalmente enfocada.
Una vez que hayas desarrollado las reglas de la pureza emocional e intelectual, el paso
siguiente es la ―pureza integrada‖, poniendo todo junto.
Por ejemplo, para el judaísmo, cuando vas a batear una pelota de béisbol, incluso la
forma en que te paras afecta el cómo utilizas tu mente para dar el golpe. Como dijo el
Rey David en los Salmos: ―Con todos mis huesos, digo que no hay ninguno como Tú,
Dios‖. Sólo cuando te involucras en un 100% en el acto estarás completamente
enfocado.
El sentimiento de falta de propósito suele venir por no tener claros los objetivos
personales. Debes saber cuáles son tus metas y prioridades en todo momento, y tener
un plan sobre cómo alcanzarlas.
Lo más importante es que sepas por qué estás viviendo, es decir, cuál es tu objetivo
principal. Si estás dispuesto a morir por algo, eso es bastante decir. ¿Quieres ser una
buena persona? Toda persona está dispuesta a morir con tal de ser una buena
persona. ¿No es cierto?
Una vez que tengas una meta, necesitas enfocarte. Todos necesitan alguien que les dé
ánimo, y no hay mejor persona para eso (que esté disponible de inmediato) que tú
mismo. Intenta darte a ti mismo una charla de motivación, como si fueras un entrenador
de fútbol: ―Voy a lograr cosas hoy. Voy a concentrarme. Voy a ir en búsqueda de la
verdad y nada me detendrá. La próxima vez que alguien comparta conmigo una pieza
de sabiduría, voy a escucharla, apreciarla, pensar sobre ella y aplicarla‖.
Haz de tus metas algo real. Tienes poco tiempo para lograr todo lo que quieres en la
vida. Comienza ahora y entrégate por completo.
Bloquea la demencia.
Imagina que te contratan para construir un gigantesco puente. Te proveen de todas las
herramientas, equipamiento y mano de obra, y te ofrecen un exorbitante salario de 10
millones de dólares. Pero hay una sola condición: Tú eres el único ingeniero que puede
participar en el trabajo. Sin embargo, tú no sabes nada acerca de cómo construir un
puente, y a la humanidad le tomó miles de años dominar las técnicas necesarias para
esto. ¿Cómo harías para lograr tu objetivo?
―Bueno, planeo ir a ver distintos puentes. Los voy a mirar, y voy a caminar por
sobre ellos. Y luego voy a intentar un poco de prueba y error, quizás si entierro
algunos palos en la tierra...‖
Nadie se embarca en un proyecto importante sin estar entrenado. Entonces, ¿por qué
elegimos una carrera profesional, nos casamos y criamos hijos sin ningún tipo de
entrenamiento? Nos defendemos diciendo que ―voy a tomar las decisiones sobre la
marcha‖, pero luego, cuando las cosas salen mal, nos lamentamos y comenzamos otra
vez desde cero. ¿Es esta la forma de vivir?
A los seres humanos nos gusta la independencia. Odiamos admitir que necesitamos a
otros. La mayoría de la gente preferiría aprender de sus propios errores antes que
aprender de otros. Creemos que ―sabremos qué hacer‖ cuando sea necesario. ―Sé que
soy inteligente. Puedo arreglármelas‖.
Vemos gente que hace esto todo el tiempo. Los estudiantes universitarios viajan por
Europa para ―aprender de la vida‖. Puede que conozcan mucha gente en la calle, pero
hay maneras muchísimo más eficientes para aprender de la vida. Si realmente lo
deseas, entonces harás un plan y buscarás quien te enseñe.
Imagina que pudieses viajar en el tiempo 10 años hacia el pasado, y que pudieses
enseñarte a ti mismo una lección importante. ¿Escucharías la lección? ¿Sería un error
no escucharla?
Ahora, ve y conversa con alguien que sea 10 años mayor que tú. Pregúntale: ―¿Alguna
vez cometiste un error?‖. Él seguramente ha aprendido de la vida. ¿Hace sentido eso?
Date cuenta que tienes un recurso de sabiduría en casa: tus padres. Ellos no son los
―viejos anticuados‖ que tú crees que son. Como solía decir Mark Twain: ―Cuando fui a
la universidad, mi padre era un tonto. Cuando volví, cuatro años después, ¡estaba
sorprendido de cuán sabio se había vuelto!‖.
¿Quieres darle un poco de placer a tus padres? Pídeles un consejo sobre algún tema
importante – como por ejemplo sobre matrimonio o sobre tu carrera profesional. Eso los
hará realmente felices. Y a la vez, tú podrás obtener sabiduría que te habría tomado 20
años alcanzar por ti mismo.
Una forma de comenzar este proceso es pensar en la siguiente pregunta: ―Si pudiera
conocer a alguien que esté vivo hoy en día, ¿a quién sería y qué le preguntaría?‖.
Ahora haz el proceso inverso y busca a alguien que pueda ayudarte a lograr tu
propósito en la vida. Y no dejes de buscar sabiduría hasta que la alcances.
Asiste al sabio
Nosotros deberíamos hacer lo mismo con una persona sabia. Pararnos cuando entra al
cuarto, ayudarlo, prestarle atención. Como dicen nuestros sabios: ―servir al sabio es
incluso más grandioso que estudiar Torá‖, más que cualquier clase o libro de estudios.
Servir a tu mentor te hace ser más cercano a él. Vas a estar más alerta y dispuesto a
escuchar sus consejos. Vas a tener más respeto por su sabiduría. Vas a entender qué
es lo que hace que tu mentor sea distinto del resto.
Si aprendieras todo de todos, serías una de las personas más sabias del mundo. Pero
eso no es práctico, por lo que debes priorizar tus ―necesidades de sabiduría‖.
Comienza con una lista de temas importantes en la vida, como matrimonio y crianza de
los hijos. Luego agrega temas más globales.
Ahora sal de compras con tu lista. Pregúntale a la gente: ¿Eres un experto en este
tema, o sabes de alguien que lo sea? Lleva tu lista contigo, de forma que siempre estés
preparado para preguntarle al sabio.
En la escuela primaria, uno generalmente tiene una maestra nueva cada año. Tan
pronto como te familiarizas con una maestra, es tiempo de pasar de grado y conocer a
la siguiente maestra.
En nuestra vida adulta, tenemos que adoptar una postura diferente. Idealmente,
deberías intentar encontrar un solo mentor que te acompañe a lo largo de tu vida.
La clave para encontrar un buen mentor es desarrollar una confianza fuerte y una
buena comunicación. Es difícil aceptar críticas, pero ciertamente es más fácil hacerlo
cuando las críticas vienen de alguien en quien confías, alguien que tiene conocimiento
y sabiduría, alguien que sabes que busca solamente tu bien. Elige a alguien que te
entienda, y que conozca tus antecedentes y tu historia familiar.
Por sobre todo, asegúrate que el mentor esté disponible para ti. Porque puedes tener el
mejor mentor del mundo, pero si no puedes hablar con él, no sirve de nada.
Siempre debes estar en búsqueda y no debes rendirte hasta que encuentres al maestro
adecuado.
El factor de la lealtad
Dile: ―Si me ves haciendo algo mal, por favor dime. Prometo prestar atención‖.
Entonces, si él ve que estás haciendo determinado error —por ejemplo, siendo
improductivo— debes escucharlo. Incluso si no estás de acuerdo, no tienes permitido
desechar lo que él te dice como diciendo ―tú has de tu forma y yo haré de la mía‖. Le
debes respeto a tu maestro. Has aceptado esa responsabilidad.
Esto no quiere decir que debas seguir a tu maestro ciegamente. No tienes que estar
necesariamente de acuerdo con él, pero sí estás obligado a intentar entender su
posición. Trabajen juntos las discrepancias. Descubran quién es el que está
cometiendo el error. Dile: ―debes convencerme o estar de acuerdo conmigo‖.
Más aún, los humanos somos sumamente subjetivos respecto a nosotros mismos.
Torcemos la realidad y no somos capaces de vernos realmente. Un maestro te da una
visión objetiva. Él reduce tu capacidad de racionalizar. Sientes que debes rendirle
cuentas a alguien y piensas dos veces antes de actuar. ―¿Qué diría mi maestro si yo
hiciera esto?‖. Si no puedes obtener una buena respuesta a esa pregunta, entonces
mejor no lo hagas.
Para comenzar, ve y pregúntale a tres personas: ―¿Qué recomiendas que haga en tal
situación?‖. Obtén un consejo, y si no estás de acuerdo, discútelo respetuosamente.
Inténtalo.
Los seres humanos somos subjetivos. Necesitamos que alguien nos ayude
dándonos objetividad.
En todas partes hay gente luchando. Luchas religiosas, luchas nacionalistas, luchas
familiares. Algunos incluso están dispuestos a morir porque piensan que están en lo
correcto. ¿Cómo vamos alguna vez a reunificar este mundo?
El Camino #11 es dikdukjaverim, que significa literalmente 'afínalo con tus amigos'. Ve
la importancia de sentarse y razonar juntos. No asumas que tu punto de vista es el
correcto. Ábrete a las ideas de los demás. "No hace falta que me mates. Si me
convences que tienes razón, entonces me uniré a ti".
Necesitamos amigos de verdad, alguien en quien puedas confiar y con quien puedas
discutir tus planes, sentimientos y ambiciones. Con un amigo, no estarás preocupado
de sumar puntos o de ganar algún concurso de ego. Un buen amigo escuchará los
puntos a favor y los puntos en contra, y te dará su opinión de forma recta y honesta.
Esto es especialmente importante con decisiones como: ¿Debería casarme con tal
persona? ¿Debo aceptar esta oferta de trabajo? ¿Debería moverme a ese barrio? Todo
el mundo tiene ideas diferentes. Entre mucha gente encontrarás muchas soluciones.
Algunos caminos pueden recorrerse solo, pero el camino de la vida no debe ser uno de
ellos. Ve con un amigo.
Sin embargo, por lo general nuestros amigos son el resultado de las circunstancias:
vecinos, colegas, compañeros de cuarto. "Jugamos al tenis en la misma cancha, luego
compartimos una pizza y ahora somos amigos". No es tan simple como eso. Una
buena pareja para jugar tenis podría no seguir siendo tan buen amigo una vez que tu
interés por el tenis se desvanezca. Pregúntate a ti mismo: "¿Cómo va a ser este amigo
en 20 años?".
Sé proactivo y ve en búsqueda del amigo correcto. Un amigo debe ser de por vida.
Elige un amigo que busque la verdad, y cuyos objetivos de vida y valores respetes.
La definición de amistad es lealtad. Lealtad significa que a pesar de que sus caminos
se separen, no te desharás simplemente del otro. Compartes una identidad, una
cercanía. Sabes que él está de tu lado, y que tú estás de su lado. Siempre harás lo que
puedas para ayudar.
La Torá nos dice que "dos son mejor que uno". ¿Por qué? Porque podemos ser más
objetivos sobre los errores de otros que sobre los nuestros. Si le gritas a tus hijos, tu
amigo te dirá que estuvo mal lo que hiciste; si él le grita a sus hijos, tú le dirás a él.
Ustedes deben elevarse mutuamente y criticarse constructivamente el uno al otro para
corregir los errores.
No te pelees, ¡discute!
―¿Pena capital?‖. La voz sube de tono. ―No tienes idea de lo que estás hablando.
¡Estás loco!‖.
Los temas más importantes a explorar son aquellos relacionados con el sentido de la
vida. Si crees que hay un Dios, entonces entra en una discusión con un ateo.
Pregúntale: "¿Cuál es tu evidencia? ¿Por qué has llegado a esa conclusión?".
Para mantener la calma, recuerda que las otras personas son tan apasionadas como tú
respecto a sus propias posiciones. Tal como tú no aceptas automáticamente la otra
posición, tampoco la rechaces automáticamente. El otro tipo tiene un punto de vista
que está basado en algún tipo de evidencia. Ésta podría estar errada, pero al menos
debe ser respetada. ¡Hay algo respaldando su locura!
Expone tu punto de vista y luego escucha: "Ya veo. Te entiendo". Suponiendo que tú
no estés en desacuerdo con todo lo que la otra persona te diga, valida antes de mostrar
tu desacuerdo. "Tienes un buen punto, pero ¿qué pasa con...?".
Conclusiones comunes
Una discusión exitosa se basa en la máxima: "Las personas con buena voluntad que
razonan juntas llegarán a una conclusión común".
¿Cómo haces que el otro tipo también cumpla con esto? Recuérdale: "Quiero saber la
verdad, tal como tú quieres saber la verdad. Tú crees que tienes pruebas, y yo creo
que tengo pruebas. Así que vamos a comparar. Si estoy en un error, por favor,
muéstramelo. Estoy dispuesto a cambiar. ¡Convénceme o únete a mí!".
En lugar de apegarse a los hechos, las personas suelen terminan atacándose los unos
a los otros. Cada vez que entres en una discusión con alguien que sea insultante o
antagónico, paren y enfóquense en tener una "buena voluntad". Definan juntos sus
términos. Lleven la conversación a términos racionales. De lo contrario, quedarán
encasillados en sus respectivas posiciones y no tendrá sentido discutir.
Las personas que entran en discusiones como ―abogados‖ sólo están interesadas en
ganar la discusión. Puede que escuchen a la otra persona, pero no están realmente
―escuchando‖. Ellos sólo escuchan lo que quieren oír.
Es una forma totalmente distinta de lidiar con los problemas: un clima de comunicación
diferente. Tendrás altas posibilidades de voltear a un cliente beligerante, un padre
iracundo, o a un hijo rebelde. Tenemos la capacidad de razonar juntos.
Como dice el Talmud: La manera de saber si una discusión es sincera, es ver si las dos
personas salen amándose más el uno al otro después de la discusión. No es fácil, pero
vale la pena.
Búsqueda de la verdad
Para sacar el máximo provecho de tus discusiones, ten una lista de temas importantes
preparada (ya sea en papel o de forma mental). Tómate un descanso en el almuerzo y
en vez de discutir sobre el mercado de valores, habla en cambio sobre ideas
importantes. Al principio puede ser difícil hacer que tus amigos se interesen, pero una
vez que lo logres, ellos te lo agradecerán.
Los temas más importantes a tratar son aquellos que forman nuestra perspectiva
básica, por ejemplo, la existencia de Dios, por qué existe el sufrimiento, el libre
albedrío, el propósito de la vida.
Rabí Iojanán les dijo: "Él es de hecho un erudito. Es más, es tan brillante que puede
encontrar 24 maneras de probar que lo que yo estoy diciendo es correcto. Pero cuando
estudiaba con ReishLakish, él me traía 24 pruebas de que yo estaba equivocado. ¡Y
eso es lo que extraño! Quiero una pareja de estudios que me critique y que me
cuestione. De eso se trata el estudio de Torá".
Si quieres alcanzar la grandeza, necesitas trabajo en equipo. Así que pon tus ideas en
el mercado. Todas las cosas importantes de este mundo se han logrado mediante
trabajo en equipo: la llegada a la luna, Internet, los derechos civiles. Si resulta que
estabas en lo cierto, habrás ganado poco. Pero si te demuestran que estabas
equivocado, habrás ganado mucho; conocerás la verdad.
Conviértete en el tipo de persona que busca la verdad, que quiere "hacer lo correcto".
Esa es la manera de comunicarse con los demás.
Los amigos son demasiado importantes como para dejarlos al azar. Elige un
amigo con quien puedas cumplir tus objetivos de vida.
Discute ideas con otras personas que pueden ser más objetivas de lo que
somos nosotros con nosotros mismos.
Uno es afectado por los amigos y por el medio ambiente. Si ellos quieren
sabiduría, tú querrás sabiduría.
Si te encuentras en una pelea necia, recuerda que las personas de buena
voluntad que razonan juntas pueden alcanzar una conclusión común.
Una de las metas principales de la vida es corregir tus errores. No tengas miedo
de enterarte si has cometido algún error
No dejes que tu idea sea sólo una noción confusa en tu mente. Transmítesela a
otros y transfórmala en una realidad.
Tener que explicar la idea a otros te fuerza a clarificarla para ti mismo. Te obliga a
examinar todo de forma más minuciosa: los detalles, la progresión lógica, etc. Y te hace
estar motivado con la idea. Como dicen nuestros sabios: ―Aprendí mucho de mis
maestros. Aprendí aún más de mis colegas. Pero más que de todos, aprendí de mis
alumnos‖.
Mientras no compartas una idea, ésta no será tuya; será sólo una noción confusa en tu
mente. Transmitir una idea a los demás la convierte en algo real. Habrás transformado
el potencial en algo real. Al enseñar a otros te estarás enseñando a ti mismo.
La obligación de enseñar
Enseñar es también una profunda obligación moral. ¿Por qué? Imagínate que alguien
conoce la cura para el cáncer y no quiere compartirla con nadie. Él está feliz con dejar
que todos sufran. ¿Cómo lo llamaríamos? ¡Asesino!
Ahora debes saber que la peor enfermedad —la más destructiva, la más dolorosa y la
más contagiosa de todas— es la ignorancia. La ignorancia pervierte a la gente y los
lleva a tener vidas contraproducentes. La ignorancia conduce a una vida de sufrimiento,
causa que la gente arruine a sus propios hijos, tenga conflictos con sus parejas y sufra
en un trabajo sin sentido toda la vida. Todo esto es provocado por la ignorancia.
La necesidad de comunicar
¿Sabes cómo se juega al béisbol, verdad? Si vez a alguien agarrando el bate al revés,
¿qué haces? Ves cómo esta persona batea mal una vez, y luego otra. Entonces te
acercas y le dices: "Perdóname, no te estoy criticando, pero si tomas el bate del otro
lado podrás batear mejor. ¿Por qué no lo intentas y ves si funciona?". ¡Le enseñas lo
que sabes porque te duele observar a alguien perdiendo el tiempo, incluso si está en el
equipo contrario!
Enseñar es una manera de crear un lazo eterno con otra persona. ¿Recuerdas cuando
tu tío te enseñó a silbar? Debes saber que esa satisfacción es mucho mayor cuando
compartes un poco de sabiduría sobre la vida con otra persona.
Piensa en experiencias de vida que te hayan cambiado. Probablemente hay algo que te
hizo madurar, o que te ha ayudado a enfrentar los problemas de mejor manera, a ser
más independiente, o a ser más tolerante. Si esa experiencia quedó grabada en tu
memoria, entonces vale la pena compartirla con los demás.
Creando el deseo
Imagina que hay un niño que está enfermo con una extraña enfermedad. Si fuera
alguien conocido, probablemente dirías: "Oh, que terrible. ¡Es una lástima!".
Pero si fuera tu propio hijo, harías todo lo que estuviera en tus manos.
No había ninguna garantía de que tendrían éxito. Pero dado que se trataba de sus
propios hijos, no tenían más alternativa que intentarlo. Luego de seis años,
desarrollaron una enzima sintética que era capaz de tratar efectivamente la condición, y
sus hijos se transformaron en las primeras personas del mundo en tener un pronóstico
esperanzador.
Debe importarte.
No aburras a tu audiencia
―Ooooaaahh (bostezo), qué aburrimiento... aquí viene de nuevo con otro monólogo‖.
Quizás quieras comenzar con un chiste o con una historia que atraiga la atención de la
audiencia.
Motiva a tus estudiantes a hacer preguntas que revelen la esencia del mensaje.
Cuando alguien hace una pregunta, es una señal de que está en ―modalidad de
aprender‖. Pero cuando están meramente escuchando una charla, sus mentes pueden
divagar, ¡y no volver hasta que sea hora de ir a casa!
Nunca pierdas de vista a tu audiencia. Debes ―sentir‖ cómo están reaccionando a tu
mensaje. La gente por lo general está dispuesta a escuchar lo que sea, siempre y
cuando esto sea dicho de una forma en que ellos puedan apreciarlo y entenderlo.
Clarifica tu objetivo
Imagina que tienes 12 años y que tu hermano pequeño está desordenando tu cuarto.
"¡Más te vale que no desordenes mi cuarto o voy a tener que romperte la cara!". ¿Es la
amenaza de violencia lo que quieres comunicar? ¡No! Lo que realmente quieres es que
él sepa que es una falta de educación el desordenar el cuarto de otra persona y que si
lo hace sufrirá las consecuencias. Ese es el punto, ¿verdad?
Deja de gritar, deja de pelear. Comienza a enseñar, comienza a conectarte con el otro.
Enseña, no prediques
"¡Yo no soy un predicador! ¿Quién soy yo para decirle a la gente qué hacer?".
Predicar es dar información con fuego y azufre, sin prestar atención a lo que la
audiencia está sintiendo. Un predicador ordena: "Yo soy la autoridad... Yo te
enderezaré... Acepta lo que yo digo... No preguntes... Apaga tu mente... Escúchame...
¡Obedéceme!".
Hazlo real
Repasa tu material hasta saberlo a la perfección. Antes de comunicar una idea, repasa
los puntos importantes. Esto fortalece tu confianza, para que en el momento de
enseñarlo, puedas enfocarte menos en el contenido y más en la presentación.
No puedes recitar notas muertas. Incluso si has enseñado el mismo material 100
veces, éste debe ser real para ti. Tiene que estimularte. De esta manera, algo mucho
más sincero saldrá de ti. Como dicen nuestros sabios: "Lo que sale del corazón, entra
al corazón".
Lo mejor es repasar en forma rutinaria, por lo menos una vez al año. ¡El Talmud dice
que inclusive Dios repasó la Torá cuatro veces antes de transmitírsela a Moshé!
Inspira acción
Es posible estar expuesto a una idea, creer que la entiendes e igualmente estar
perdiendo casi por completo la idea esencial. Es por eso que a veces la gente es
inconsistente —e incluso contradictoria— en su actuar.
Las ideas impactan a la gente. Las ideas cambian la manera en que la gente piensa, y
les otorga las herramientas para cambiar su forma de actuar.
Desarrolla un plan para enseñar buenas clases. Trabaja sobre los pasos para hacer
que la gente realmente implemente lo que enseñas.
Enseña cuando sea que puedas. Cuanto más practiques, mejor serás en ello.
Imagina que estás caminando sobre una cuerda por encima de las Cataratas del
Niágara. Vas avanzando lentamente y de pronto ves que un loco viene persiguiéndote.
Ahora no sólo estás preocupado de no caerte hacia los lados, ¡sino que también debes
asegurarte de que el loco no te atrape!
Así es la vida. Cada paso que damos tiene consecuencias reales, y a pesar de eso,
debemos seguir moviéndonos hacia adelante.
Por otro lado, otros pueden pensar sus decisiones durante demasiado tiempo por
miedo a tomar la decisión incorrecta.
De cualquier manera, las decisiones que tomamos pueden regresar para intimidarnos.
Entonces nos preguntamos: "¿Por qué no pensé sobre esto con más detenimiento?".
Toma nota de la manera en la cual tomas tus decisiones. ¿Analizas y sopesas las
alternativas cuando se trata de un asunto importante? ¿Eres impulsivo y no piensas en
las consecuencias? ¿O simplemente encoges tus hombros y tomas una decisión
basada en tu ignorancia respecto al tema?
El Camino #13 es beishuv que significa literalmente 'mediante el sentarse'. En la vida
debemos tomar decisiones constantemente. No seas apresurado. Ve con calma.
Examina todos los aspectos. Reflexiona. Medita.
Toma las mejores decisiones que puedas, sin que te de miedo comprometerte con una
decisión final.
Tomar una decisión implica evaluar ideas, sucesos, puntos de vista; cualquier cosa que
encontremos en la vida. Deja que las cosas reposen un momento y después vuelve a
analizarlas.
Nuestros sabios nos dicen que cualquier idea nueva que encontremos debemos
estudiarla cuatro veces. Este proceso se compara metafóricamente con la acción de
cultivar, porque la sabiduría es para el alma lo que la comida es para el cuerpo.
Sembrar: La primera vez que te encuentras con una idea debes tratar de
entenderla. Eso es como ―hacer el hoyo en la tierra‖.
Digerir: La cuarta vez es cuando integras la idea a tu vida. Digieres la idea, ella
―nutre‖ tu alma y pasa a formar parte de ti.
Todos queremos lograr cosas increíbles con el mínimo esfuerzo. Un gran sabio solía
decir: ―El hombre quiere volverse grandioso en una sola noche, ¡pero también quiere
dormir bien esa misma noche!‖. Debes darte cuenta que el verdadero crecimiento es un
proceso lento. Por eso analizar tus decisiones es una herramienta importante, porque
te obliga a disminuir la velocidad, ejercitar tu paciencia y aumentar el límite de tus
fuerzas.
Dado todo lo que quieres lograr —y dado el tiempo limitado del cual dispones—
tomarte un tiempo para analizar tus decisiones es la mejor inversión que podrías
hacer.
Las 6 herramientas para el análisis de tus decisiones
Haz esto con constancia durante el resto de tu vida. Piensa sobre lo que has hecho en
el pasado y sobre lo que quieres hacer en el futuro. Si no lo haces, estarás corriendo
sin rumbo por la vida; eventualmente acabarás en algún lugar, pero no serás feliz ni
sabrás cómo llegaste allí.
La próxima vez que obtengas claridad sobre alguna idea, detente. Congela el
momento. No te muevas. Piensa sobre el significado de esta idea en el esquema
general de las cosas. Y descubre cómo llevarla a la práctica.
Imagina que ves el sufrimiento de los pobres y te conmueves hasta las lágrimas. Si
quieres ayudarlos, entonces deberás estructurar un plan sumamente cuidadoso y
detallado. De otra manera, todas tus buenas intenciones no serán capaces de lograr
nada.
Todos tenemos altos y bajos, buenos y malos días. Las reacciones precipitadas son un
mecanismo de defensa, y usualmente no son la forma más efectiva de actuar. Si no
estamos en guardia, podemos terminar actuando de forma impulsiva.
La crítica se mete bajo nuestra piel y nos hace atacar a la fuente de dicha crítica. Por lo
tanto, antes de reaccionar, date una oportunidad de analizar qué significa realmente el
comentario que te han hecho, y quizás verás que éste sí tiene alguna validez. Como
decía el Rey Shlomó: ―No te apresures en responder‖.
Si no vale la pena reflexionar sobre determinada idea, quiere decir que no vale la pena
ni siquiera comenzar a estudiarla. Porque al final de cuentas, toda esa información
puede simplemente terminar confundiéndote en vez de ayudándote a obtener claridad.
Cuando escuchas o lees algo, aprende a identificar y a resumir la idea esencial en unas
cuantas palabras. Si no te tomas el tiempo para analizar lo que acabas de estudiar,
estarás siguiendo ciegamente las ideas de otra persona.
Luego, examina las implicancias de lo que has leído o escuchado. Ayuda mucho tener
una lista de preguntas estándar. Por ejemplo:
¿La fuenteesobjetiva?
¿Cuál es la evidencia citada?
¿Qué parte no entiendo?
¿Cuáles son las implicancias o las consecuencias de esto para mi vida?
Luego, toma una hoja y escribe los puntos a favor y los puntos en contra. Esto te
encaminará en una dirección constructiva.
A pesar de que parezca que este proceso te hará avanzar más lento, una vez que
domines la técnica, ésta se convertirá en algo más automático. Y luego serás capaz de
analizar las cosas a la velocidad de la luz y de tomar mejores decisiones.
¿Alguna vez te ocurrió que te fuiste a dormir teniendo un problema y te despertaste con
la solución?
Con el tiempo, obtenemos las respuestas que necesitamos. ¡Así que no desesperes!
Aconséjate con otras personas. Pídele ayuda a Dios. La claridad finalmente vendrá a ti.
Cuando te encuentres con una dificultad, haz una pausa y analiza la situación.
Enfrenta el problema. No busques una solución fácil y rápida.
Una reflexión cuidadosa genera una respuesta mucho más sabia que una
reacción impulsiva.
Para saber por qué estás viviendo, tómate el tiempo para pensarlo. De otra
forma, podrías terminar viviendo una vida sumamente superficial.
El pueblo judío tiene tanto una serie de "instrucciones escritas para la vida", llamadas
Torá Escrita, como una serie de "instrucciones orales para la vida", llamadas Torá Oral
o Talmud.
Los Profetas - Dios habló con varios profetas (Isaías, Jeremías, Ezequiel, etc.) -
quienes transmitieron mensajes que fortalecían el compromiso del pueblo judío
con la Torá.
La Torá es el libro más vendido de todos los tiempos y ha causado un enorme impacto
en la sociedad occidental. Todo el mundo debería estudiar la Torá al menos una vez en
la vida.
―Ama a tu prójimo como a ti mismo”, lo dijo primero la Torá. La famosa visión profética
de la paz de Isaías adorna las Naciones Unidas. Y hay muchos otros ejemplos de cómo
ha influido la Torá escrita en la sociedad occidental.
En un nivel más profundo, la tradición judía dice que la Torá es algo así como los
"planos de la creación". Todo lo que existe en la vida puede ser encontrado en la
Torá… si haces las preguntas correctas y si posees las herramientas adecuadas.
Comunicación intergaláctica
La Torá es la palabra de Dios, que fue comunicada al pueblo judío en el Monte Sinai. Si
alguna parte de la Torá no parece hacer sentido, no las pases por alto como si fuese
irrelevante. Sigue preguntando, buscando, profundizando.
Estudia con profundidad lo que te está diciendo cada frase de la Torá. Todas las
historias y mandamientos son en realidad mensajes filosóficos que están esperando
ser revelados por mentes intelectualmente activas. El diluvio, la torre de Babel, la
apertura del mar, todos estos hechos contienen una profunda sabiduría para la vida.
Incluso las fechas, nombres, números, eventos y linajes están allí para enseñarnos
algo. El mensaje está generalmente entrelíneas. Y cuando el mensaje parece ser
obvio, hay mucho más debajo de la superficie.
Veamos un ejemplo. En el capítulo 18 del libro de Génesis, Abraham está en el medio
de una conversación con Dios. Entonces, pasan tres extraños y Abraham corre
inmediatamente a servirles. En este punto, el lector atento debería preguntarse: ¿Por
qué Abraham dejaría de conversar con Dios solamente para servir a 3 extraños? No
hace sentido. ¡Incluso un ateo admitiría que hablar con Dios es una experiencia
superior!
De acá podemos aprender una profunda lección espiritual: Incluso más importante que
hablar con Dios, es ser como Dios.
Dios creó el mundo para que tengamos placer. Todo lo que Él puso aquí —deliciosos
frutos, nuestras manos, el amor— son manifestaciones de Su bondad. Este mundo es
un gran hotel de hospitalidad. Por lo tanto, cuando tú tomas el rol de anfitrión, de servir
a tu prójimo, estás siendo como Dios. Abraham era rico y famoso, pero a pesar de eso,
servía a extraños. Él había comprendido la lección.
Lee la Torá de forma inteligente. La Torá es la fuerza motriz detrás de los logros del
pueblo judío, y es tan válida hoy en día como lo era 3.500 años atrás. No descartes su
validez sin hacer primero un esfuerzo por estudiarla. Respeta la Torá. Es un tesoro
escondido, un mensaje especial que viene directamente de Dios.
El original
Si quieres entender la Torá escrita, debes aprender hebreo. No hay forma de entender
correctamente la Torá por medio de una traducción.
Por ejemplo, la Torá utiliza diez nombres diferentes para referirse a Dios. Cada uno de
estos ―nombres‖ hace referencia a un aspecto único de la esencia de Dios:
omnisciente, omnipotente, existencia primigenia, piadoso, etc. Pero en español, todos
estos nombres son traducidos igual, con lo cual se pierde toda la profundidad
contenida.
Peor aún, las traducciones de la Torá llevan a concepciones erróneas. Por ejemplo, si
estás leyendo una traducción, de pronto te encontraras con la palabra ―pecado‖.
Pecado, mal, castigo. Pero la palabra en hebreo ―jet‖ no significa pecado. ―Jet” aparece
en la Torá en referencia a una flecha que erra su objetivo. No hay nada inherentemente
―malo‖ con la flecha (o con el arquero). Simplemente se ha cometido un error por falta
de foco, concentración o habilidad.
De aquí aprendemos que los seres humanos son esencialmente buenos. Nadie quiere
pecar. Ocasionalmente cometemos un error, perdemos el foco, y no le apuntamos al
blanco. Pero en esencia siempre queremos hacer el bien. Esta es una gran lección
para la autoestima. ¡Simplemente debes ajustar la puntería y volver a intentarlo!
Con la traducción, el mensaje se pierde. De hecho, han nacido nuevas religiones
basadas en traducciones erróneas. Para entenderlo correctamente, debes aprender
hebreo.
Ideas preconcebidas
Una vez vi una revista que hablaba de un grupo de hippies que pasaban su día leyendo
el libro bíblico llamado ―Cantar de los Cantares‖. Dicho libro está escrito en forma de
poema, es una canción de amor entre un hombre y una mujer que simboliza la relación
que hay entre Dios y la humanidad. El mensaje es tan profundo y hermoso que el
pueblo judío llama a este libro ―lo más santo de lo santo‖.
Este grupo de hippies se juntaban y los hombres leían las líneas correspondientes a los
hombres, y las mujeres leían las líneas correspondientes a las mujeres. La revista
decía que ellos leían el ―Cantar de los Cantares‖ y tenían una experiencia fantástica.
Luego, las mujeres proclamaron que finalmente habían encontrado una porción en la
Torá que había sido escrita por una mujer, porque ningún hombre podría alguna vez
entender los sentimientos de una mujer de forma tan profunda y expresarlos de forma
tan potente. Ellas concluyeron que sólo un hermafrodita podría haber escrito la Torá.
¿Pero Dios? No, eso era inconcebible.
Sin embargo, nosotros sabemos por tradición que 3 millones de hombres, mujeres y
niños se pararon a los pies del Monte Sinai y escucharon la Torá directamente de Dios.
Y por los 3.300 años siguientes, ninguna otra religión ha proclamado algo como eso,
simplemente porque un hecho como ese es imposible de inventar.
Naturaleza y milagros
¿Cómo explica este libro el Maná que recolectaban los judíos cada mañana durante los
40 años que estuvieron en el desierto? Dice que después de que el cometa pasó,
partículas de petróleo quedaron suspendidas en la parte alta de la atmósfera. Éstas
eventualmente se quemaron y se mezclaron con el rocío. Luego el rocío se combinó
con una microbacteria que digiere el petróleo y lo convierte en proteínas.
Y esto explica como cada mañana, por 40 años, la nación judía recogió maná, ―rocío
que contenía proteínas predigeridas por microbacterias‖. Los viernes, había doble
porción, pero él no explicó eso…
El momento es ahora
Puede que tu educación académica haya terminado, y que hayas llegado a un punto en
que eres tan buen ―profesional‖ como necesitas ser. Pero el estudio de Torá comienza
en una edad temprana y continúa a lo largo de toda la vida. A medida que tu madurez y
tu conciencia de la realidad aumentan, tu entendimiento de conceptos que pensabas
que comprendías también irá aumentando.
Todo judío debe repasar la porción semanal de la Torá tres veces durante la semana, y
luego deben oírla nuevamente en la sinagoga en Shabat. Repasamos, hacemos
preguntas, discutimos los temas. ―¿Qué ves? ¿Qué es difícil? ¿Qué no entiendes?‖.
Luego de estudiar una porción de la Torá, organízala para que esté al alcance de tu
mano. Por ejemplo, los cinco libros de Moshé están divididos en 54 porciones
semanales y 674 capítulos. Luego de estudiar un capítulo, haz una pausa y asígnale
una palabra clave o frase al capítulo. Así tendrás un mecanismo de acceso a la
sabiduría que estos contienen.
Algunas personas se excusan diciendo ―soy muy viejo para comenzar a estudiar‖. Pero
el sabio talmúdico Rabí Akiva no aprendió ni siquiera el abecedario sino hasta que
tenía 40 años. ¡Y este es el mismo Rabí Akiva que se convirtió en el más grande sabio
de su generación y que llegó a tener 24 mil alumnos!
Algunas personas no quieren estudiar Torá porque piensan que nunca podrán
convertirse en grandes eruditos, y por lo tanto ―para qué comenzar‖. Este es un
pensamiento erróneo. Cada gota de estudio de Torá es preciada y eterna.
El árbol de la vida
Hay dos maneras de adquirir sabiduría: mediante la experiencia de vida, o por medio
del estudio de Torá.
El judaísmo dice que es mejor obtener la sabiduría por medio del estudio de Torá. ¿Por
qué? Porque a pesar de que puedes aprender de la experiencia, ésta tiene un efecto
residual negativo. Es verdad, una mujer que experimenta una serie de relaciones
amorosas fallidas terminará aprendiendo eventualmente cuáles son las cualidades de
un buen marido. Pero si ella hubiese estudiado con anterioridad, se podría haber
evitado muchos dolores de cabeza innecesarios.
Aprendemos esta lección del Jardín del Edén. Allí hay una historia que pareciera ser un
verdadero cuento de hadas: hay dos árboles en el medio del jardín, y Dios le instruye a
Adam que el árbol de la vida (que simboliza la obtención de la sabiduría por medio del
estudio de Torá) fue hecho para comer, mientras que el árbol del conocimiento (que
simboliza la obtención de sabiduría por medio de la experiencia) es mejor evitarlo.
¿Cuál fue el error de Adam? Él comió del árbol del conocimiento.
No digas ―cuando tenga tiempo voy a estudiar‖, porque quizás nunca tendrás el tiempo.
Hablando de forma realista, una vez que seas promovido a vicepresidente de la
compañía, ¿crees que tendrás más tiempo libre o menos tiempo libre?
La Torá es un ―árbol de vida‖ para quienes se apegan a él. Cuando estudiamos Torá,
no estamos estudiando un texto abstracto y arcaico del mundo antiguo, sino que
estamos descubriendo la esencia de nosotros mismos.
Lee la Torá de principio a fin. Si aún no has aprendido hebreo, compra una
traducción autentica judía.
Estudia Torá. Descubre las instrucciones de Dios para la vida. No esperes a que
tu vida esté casi acabada.
Entiende la Torá. Es el libro que cambió el mundo. Haz preguntas hasta que
entiendas el mensaje en detalle.
Integra la Torá a tu vida. Haz que las ideas que contiene sean parte de tu
realidad. Rabí Akiva decía que un judío sin Torá es como un pez sin agua.
La mayoría de la gente está familiarizada con la Torá Escrita, los Cinco Libros de
Moshé. Pero muchos no saben que hace 3.300 años, el pueblo judío recibió también la
Torá Oral, la Mishná.
De hecho, la Torá Oral precedió a la Torá Escrita. En el Monte Sinai, Dios le transmitió
a Moshé las 613 mitzvot junto con una explicación detallada de cómo cumplirlas. En
aquel tiempo, las enseñanzas eran completamente orales. No fue sino hasta 40 años
después, justo antes de entrar a la tierra de Israel, que se hicieron copias escritas de
los Cinco Libros de Moshé y fueron repartidas al pueblo judío.
El Camino #15 es be mishná, las instrucciones orales para la vida. La palabra mishná
proviene de la palabra leshanén, que significa 'repasar'. Al igual que cualquier otra
porción de sabiduría, debes repasarla y repasarla hasta que la sepas de memoria. Esa
es la forma de vivir. Esa es la forma de crecer. Esa es la forma para llegar a ser
grandioso.
Imagina que deseas casarte. Hay muchos errores que podrías cometer, pero una vez
que te cases desearás que todo resulte bien. Entonces, debes hacer una lista antes de
casarte. ¿Qué cualidades personales son indispensables para un matrimonio
duradero? ¿Cuál es la diferencia entre enamoramiento y amor? ¿Qué es lo que buscas
realmente en un matrimonio? ¿Alguien que te prepare la cena, o alguien que sea tu
alma gemela?
En un avión 747 el piloto pasa media hora revisando su lista antes de llevar el avión
hacia la pista (y si por alguna razón sabes que no lo hizo, ¡no te subas a ese avión!).
De la misma forma, necesitas una lista para la vida. Memorízala y llévala contigo en
todo momento. De eso se trata la Mishná.
El proceso de transmisión
¿Tienes una enciclopedia? ¿Cuándo fue la última vez que la usaste? La abres de
forma ocasional para buscar algo específico y, fuera de eso, no es más que un adorno
en el librero.
La Torá no es un libro de referencia que fue escrito para quedarse en el librero. La Torá
fue diseñada para ser vivida e internalizada. En la Torá Escrita está lo básico, pero todo
lo restante debe ser aprendido de forma oral. El intercambio entre maestro y alumno
nos motiva a discutir, clarificar y repasar las cosas una y otra vez.
Por miles de años, las instrucciones orales fueron traspasadas de maestro a alumno. El
estudiante tomaba notas, y después repetía y repasaba hasta saberlo de memoria. Por
la naturaleza de la transmisión oral, el repaso constante es la mejor manera de
mantener su integridad. El sistema de miles de personas estudiando la misma
información nos garantiza que no se infiltren errores en la transmisión.
Pero hace casi 2.000 años, cuando los romanos capturaron Jerusalem y enviaron a los
judíos al exilio, Rabí YehudáHaNasí, el jefe del Sanedrín, vio que la estructura de
maestro-alumno estaba en peligro y por eso decidió escribir la Torá Oral —la Mishná—
para prevenir que fuese olvidada.
A medida que pasaron las generaciones, más información fue escrita para explicar la
Mishná; esta información es conocida como Talmud. Hoy en día, las leyes básicas
están publicadas en el Código Legal Judío (llamado ―ShuljánAruj‖). Pero gran parte de
la Torá aún se preserva de manera oral, y es transmitida de maestro a alumno.
Dios, con Su sabiduría infinita, ideó un sistema para transmitir la Torá a través de las
generaciones. Y este sistema no es sólo una Torá Escrita o sólo una Torá Oral, sino
que ambas.
¿Por qué necesitamos la Torá Oral?
La Torá Escrita enumera los mandamientos del diario vivir y la Torá Oral explica cómo
llevarlos a cabo. De hecho, la Torá Escrita es una especie de resumen de la Torá Oral.
Por ejemplo:
Los Totafot (mejor conocidos como Tefilín) están mencionados en la Torá Escrita: "Y te
pondrás los Totafot entre tus ojos". Pero, ¿cómo sabemos qué son los Totafot? ¿De
qué color son? ¿Qué tamaño tienen? ¿Qué forma? ¿Cuántos compartimientos tienen?
¿Qué pergaminos van dentro de ellos? ¿Cómo deben ser utilizados? ¿Quién debe
ponérselos? ¿Cuándo?
Nada de esto está escrito en la Torá Escrita. Para saber estos importantes detalles,
necesitamos la Torá Oral.
¿Ha sido transmitido exitosamente este mensaje? Solamente tenemos que observar un
par de Tefilín, los cuales han sido utilizados por todo hombre judío a lo largo de la
historia judía. Si el mensaje no hubiese sido transmitido claramente, una persona
estaría poniéndose un zapato entre los ojos, otro una cinta adhesiva azul, y otro...
Niveles de profundidad
Una sola palabra en la Torá puede encerrar una infinidad de entendimientos —si sabes
cómo aplicar las herramientas adecuadas—. La Torá puede ser entendida en cuatro
niveles:
Estos cuatro niveles forman la palabra "PaRDeS" que significa "huerto". La Torá está
llena de deliciosas frutas espirituales esperando ser recolectadas y saboreadas.
De hecho, esta es la razón por la cual Dios nos creó con la necesidad de comer. Es
una señal de que necesitamos sabiduría para poder crecer. No puedes decir: "Ya comí
ayer" o "ya comí hace unos años y ahora no necesito comer". Rezamos tres veces al
día, lo cual es un paralelo a las tres comidas diarias. Tienes que crecer diariamente,
para alimentar el alma.
Más aún, cuando comes, tienes que masticar y luego eventualmente eliminar los
desechos. De la misma manera, al obtener sabiduría tienes que pensar las cosas
cuidadosamente y eliminar las partes venenosas. De otra manera, éstas terminaran
contaminando todo.
La experiencia judía
Cuando un ingeniero tiene que resolver un problema, revisa sus tablas logarítmicas.
Cuando un abogado tiene que enfrentar un caso, revisa casos similares. Un doctor
tiene revistas de medicina. Y un judío tiene la Mishná.
A veces, parece que la Torá y la Mishná se contradicen. Una dice "erradica el mal del
mundo" y la otra dice "ama a la humanidad". ¿Realmente se contradicen?
Si quieres sentir lo que sentían tus antepasados judíos, lee un capítulo de Mishná y
apréndelo de memoria. Esa es la raíz de la cultura judía. Eventualmente encontrarás la
belleza en esto. Apreciarás la Torá, y entenderás lo que es realmente el pueblo judío.
Aplica tu sabiduría
¿Cuántos años tienes? A lo largo de los años, ¿has aprendido cosas sobre la vida?
¿Puedes enumerar 10 cosas que hayas aprendido?
Generalmente, tu sabiduría está ahí, pero no puedes articularla. Debes darte cuenta
que la sabiduría es tu bien más preciado. Deberías memorizarla y ser capaz de
acceder a ella en cualquier momento.
En este mismo instante, toma un papel y un lápiz y haz una lista de las 10 cosas más
importantes que has aprendido en tu vida. Haz un compromiso de repasar la lista cada
día y memorízala para el resto de tu vida.
¿Qué sabes acerca de lidiar con tus padres? ¿Qué sabes sobre conocer nuevos
amigos? Lo que sepas, memorízalo. Regístralo. Es una tontería tener sabiduría e
ignorarla.
Cada noche debes repasar tu día. ¿Qué aprendiste ese día? Escríbelo en un cuaderno.
Luego, cada comienzo de mes, repasa tu mes. ―¿Qué es lo que gané? ¿Qué aprendí
sobre la vida?‖.
La Torá es sabiduría para la vida. Cuanta más Torá sepas, más completo
estarás.
La Torá Oral es tan absoluta como la escrita. Una no puede ser entendida sin la
otra.
Domina la Mishná y descubrirás un nuevo mundo de entendimiento y
comprensión.
Obtén una parte de la sabiduría que el pueblo judío ha acumulado a través del
tiempo.
Para que un negocio sea competitivo debe funcionar de manera muy eficiente. Aplica
estos mismos principios a tu vida espiritual.
Nadie puede comer chocolate todo el día sin aburrirse. ¿Peroaburrirse del dinero? Uno
puede ver a menudo gente que es consumida por sus carreras profesionales. ―Tengo
un millón de dólares, pero quiero diez‖. ¿Por qué? Porque el dinero es un símbolo de
placer. Nos seduce prometiéndonos lo inimaginable.
¿Qué preferirías, ser rico o sabio? Obviamente sabio. ¿Entonces por qué vas tras el
dinero con mayor entusiasmo? Porque el dinero es más real para nosotros. La clave es
tomar esa motivación por el dinero, y aplicarla a aspectos más significativos de la vida
como relaciones interpersonales o espiritualidad.
Si tu negocio lo vale, ¡entonces de seguro tu vida también lo vale! Trata contigo mismo
como si fueras un ―gran negocio‖. Examina cómo lo haces para ganar dinero y ve tras
la sabiduría de la misma forma. Aplica los principios de los negocios a la vida.
Opera eficientemente
Para ser competitivo en el mercado, un negocio debe funcionar con máxima eficiencia.
Imagina un trabajador que ejecuta 10 pasos para dar vueltas a un tornillo, cuando
podría haberlo hecho en 2. Multiplica eso por 1.000 trabajadores, 8 horas al día, y
obtendrás una gran pérdida de dinero.
Aplica esa idea a tu vida. Cuando te despiertas en la mañana, ¿dónde están tus
zapatos? ¡Donde los pusiste! Si no eres organizado, podrías perder cinco minutos cada
día. ¿Cuánto tiempo de tu vida gastas siendo un buscador de zapatos?
¿La solución? Si esto fuera un negocio, crearías un sistema de archivo y tendrías una
carpeta que se llamaría ―zapatos‖. Entonces, haz lo mismo acá, designa un lugar
específico para poner tus zapatos cada día.
Aplica esto a todas tus actividades. ¿Tienes una cita con el doctor? Planifica con
anticipación y lleva contigo algo significativo para hacer en la sala de espera. De otra
manera, estarás tirando por la borda una hora de tu vida.
La vida es un gran negocio. Organízate. Ten tu tiempo bajo control. Tendrás menos
estrés y lograrás más cosas.
―¿De qué hablan? ¡Yo viene acá para convertirme en un ingeniero y ganar mucho
dinero!”.
A este tipo lo llevarían al manicomio. ¿Por qué? Porque todos saben que si quieres ser
un ingeniero, primero tienes que aprender sobre el negocio.
―Negocios‖ y ―riesgo‖ van de la mano. Para tener éxito en los negocios, debes estar
dispuesto a tomar riesgos.
Cuántas veces has escuchado ―¿Qué? ¿Tomarme tiempo para estudiar Torá? ¡¿En
esta etapa de mi vida?!‖.
Todos necesitamos más goce en la vida. Date cuenta que hay un costo para obtenerlo.
No intentes jugar el juego de la felicidad y decir inmediatamente ―no funcionó‖. Si es
suficientemente importante, lo intentarás 3, 4 o incluso 10 veces. Si logras ser feliz por
el resto de tu vida, entonces la inversión habrá valido la pena.
Todos sabemos que para tener éxito en los negocios, debes mantenerte a la
vanguardia respecto a las tendencias e innovaciones del mercado. En la vida, debes
mantenerte en la vanguardia respecto a las más avanzadas técnicas de sabiduría.
Anda a seminarios. Lee libros. Toma cursos suplementarios. Todo esto te ayudará a
seguir creciendo, y te mantendrá alejado de la ignorancia y de la apatía.
Cuando tu jefe habla, tú escuchas. Date cuenta de lo mucho que debes soportar para
poder avanzar en tu carrera. Es un largo camino hacia la cima. Si tu jefe te asigna un
trabajo poco placentero, lo harás, porque tu paga y tu ascenso dependen de ello.
Similarmente, cuando luchas para alcanzar niveles más altos de placer, no te debes
dejar seducir por la gratificación instantánea. Debes estar dispuesto a entrenar, invertir
tiempo y dedicación y hacer sacrificios. Cuando encuentres a un mentor, pon atención
y sigue sus instrucciones.
Imagina que tienes un cliente que es un poco desagradable, ¿lo echarías de la tienda?
¡No! Si alguien puede ayudarte a obtener utilidades, entonces dicha persona no tiene
que ser necesariamente la persona más encantadora del mundo. Si la tarifa es la
correcta, tú puedes lidiar con prácticamente cualquier cosa.
Planeamiento estratégico
Un negocio exitoso debe desarrollar estrategias a corto y largo plazo. Nadie diría: ―Hey,
hagamos una fábrica en China. Que alguien vaya allá y compre un edificio‖. No.
Primero invertirían 6 meses investigando. ¿De dónde proviene la materia prima?
¿Cómo es la mano de obra? ¿Cuáles son los costos impositivos y de exportación?
Una buena vida demanda una buena planificación. Porque si no sabes cuál es tu
objetivo, entonces nunca llegarás allí.
En el corto plazo, debes saber cómo utilizarás el día de mañana. ¿A qué hora te
levantarás? ¿Cómo re-energizarás tu cuerpo en el almuerzo? ¿Cómo nutrirás tu alma?
En el largo plazo, la gente exitosa tiene planes a 1 año y a 5 años. ¿Qué cosas debes
lograr para que cuando mires hacia atrás en 5 años, sientas que fue un éxito? Estos
planes son cruciales para mantener el foco. Y deberías revisarlos, actualizarlos y
modificarlos constantemente.
Debes saber cómo priorizar los placeres. Nadie cambiaría el placer de tener éxito por
un plato de comida china. Dale a cada placer un valor. ¿Te quedarías soltero toda tu
vida? Compara eso con el placer de tener una familia. ¿Cuánto vale ese placer? Esa es
la forma inteligente de tomar decisiones.
Cuando el gerente general de una empresa firma un contrato, llama a los mejores
abogados para revisar la letra chica. ―¿Cómo se entiende este punto? ¿Cómo nos
afectara este otro punto?‖.
La vida es demasiado corta como para encaminarse en una dirección sólo para
descubrir más tarde que estás obteniendo algo totalmente diferente. Lee la letra chica y
define los términos: ¿Qué es la felicidad? ¿Qué es el placer? Ésta es la única manera
de asegurarte que más tarde no llegarás a ser responsable por incumplimiento de
contrato, contigo mismo.
Contabilidad
También es crucial hacer un plan para el día siguiente. ¿Cómo te vas a levantar? ¿Vas
a buscar tus zapatos? Entonces escríbelo: 10 minutos de buscar mis zapatos. ¿Luego
vas a gruñir camino a la ducha? Está bien, anota eso también. ¡Qué día te espera!
O mejor aún, intenta estar determinado a tener un buen inicio. Salta de la cama y
alístate en dos minutos para salir. ¡Es genial estar vivo!
¿Eso es lo que te gustaría hacer? ¡Ahora escríbelo y haz un plan! Ciertamente pondrás
tus zapatos en el lugar adecuado.
Asimismo en la vida, cada momento es una oportunidad para crecer, para cosechar,
para mejorar la calidad de tu vida. ¿No tienes ganas hoy? Empújate a ti mismo un poco
más allá. Realiza un control de calidad sobre tu vida. Asegúrate de que lo que sea que
hagas, nunca esté por debajo del nivel de tus habilidades y metas.
Acá hay una pequeña lista con características personales que son necesarias para
alcanzar el éxito: Asertivo, consistente, decidido, eficiente, orientado a objetivos,
honesto, leal, abierto a la crítica, optimista, organizado, paciente, confiable, con buena
autoestima, con autodisciplina, con sentido del humor, capaz de trabajar en equipo,
tolerante.
¿Quieres más placer? ―No gracias, soy suficientemente feliz‖. Nadie diría eso. Imagina
un inversionista que va a una gran empresa.
―Tengo un gran negocio con el que ganarían 200 millones de dólares este año”.
Cuando haces una inversión, debes tomar en cuenta los beneficios que obtendrás a lo
largo de la vida. Mientras más profundas sean las metas que persigas, más duradero
será el placer. Por ejemplo, si inviertes 10 horas en aprender cómo ser feliz, vas a ser
un mejor amigo, un mejor padre, un mejor esposo, un mejor empleado. Aprecia cuánto
vale eso en su totalidad.
Puede parecerte que ―lo tienes todo‖: un matrimonio fuerte, hijos maravillosos, un
negocio exitoso. Pero no te detengas allí. Haz que esos placeres sean más profundos y
más amplios. ¿Hay maneras en las que puedes ayudar a tu comunidad? ¿Puedes
mejorar la educación de tus hijos?
Prueba de mercado
Antes de tomar cualquier decisión importante en la vida —como moverte a una nueva
ciudad, casarte o escoger una profesión— asegúrate de hacer un análisis exhaustivo
sobre su viabilidad a largo plazo.
Haz un análisis de mercado para tus ideas. No asumas que tu punto de vista es el
correcto. Comparte tu plan con otros. Consigue un grupo de amigos que respondan de
forma honesta y abierta. Discute tus ideas con ellos. Consigue a alguien que encuentre
las fallas en tu idea. Al tener diversos puntos de vista podrás saber si estás en el
camino correcto o no. (Para más detalles sobre este tema, revisa el Camino #11).
El gerente general de una compañía aceptaría gustoso los consejos del encargado de
limpieza si estos lo ayudaran a obtener más ganancias con el negocio. ¡Sin embargo
este mismo gerente podría llegar a ignorar los consejos de su propia esposa!
Control de inventario
¿Te pasó alguna vez que fuiste a una ferretería y preguntaste: ―¿Tiene clavos número
9?‖, y el dueño te respondió: ―Espera, déjame revisar en mi inventario‖? ¡Obvio que no!
El dueño de un negocio pequeño suele tener una asombrosa habilidad para conocer su
inventario a la perfección. Si hay 5.000 artículos en la tienda, él sabe con exactitud la
locación y precio de cada uno de ellos.
Tú tienes el potencial de volverte una persona sabia. ¿Te sabes los 48 Caminos a la
Sabiduría de memoria? No. ¿Por qué no? ¿Son demasiados ítems? Si son valiosos
para ti, los memorizarás y los llevarás contigo siempre.
Ten claro cuáles son tus recursos disponibles. Debes conocer tus fortalezas,
debilidades, talentos y habilidades. Haz una lista detallada.
Esto es fundamental para tomar decisiones sabias. No quieres darte cuenta 20 años
más tarde, que todo este tiempo has estado negando una parte esencial de ti mismo.
De lo contrario, estarás destinado a sufrir una ―crisis de la mediana edad‖.
Eliahu y el pescador
La motivación de una persona por los negocios es un gran indicador de cuánto podría
alcanzar esa persona en su vida personal. ¿Acaso no tiene sentido que el mismo Dios
que te dio los medios para ser un experto en los negocios te dio también los medios
para ser un gran ser humano?
―No‖, respondió el pescador. ―No soy más que un hombre simple. No tengo ningún tipo
de talento o inteligencia. No puedo entender la Torá. ¡Es culpa de Dios!‖.
―Bueno‖, dijo el hombre, ―la verdad es que es bastante complicado. Primero debo
seleccionar la cuerda adecuada, y después, tejo la red con un patrón específico para
asegurarme que tenga un balance apropiado entre fuerza y flexibilidad. Es toda una
ciencia‖.
―Oh, eso también es muy complejo. Hay muchos factores involucrados: la época del
año, la hora del día, el tipo de pez y la locación. También tomo en cuenta la
profundidad, la temperatura del agua y la velocidad de la corriente. He pasado años
perfeccionando estas técnicas, por lo que soy capaz de ganar suficiente dinero como
para vivir bien gracias a mi pesca‖.
―Cuando llegues al cielo‖, le dijo Eliahu, ―vas a querer argumentar que no estudiaste
Torá porque eres un hombre simple, sin ningún talento o inteligencia especial. Todos
intentan decir eso para defenderse. ¡Pero tú eres un exitoso pescador! Tus acciones
desacreditan tu argumento. Tú sí tienes lo necesario para llegar a ser grande‖.
A veces, todos caemos en una modalidad de autocompasión. ―Si tan sólo supiera
cómo, habría logrado más cosas. Habría sido un mejor padre, un esposo más
preocupado y cariñoso. Pero Dios, ¡Tú no me diste las herramientas adecuadas!‖.
La verdadera pregunta es, una vez que obtengas todo ese dinero, ¿cómo lo utilizarás?
No puedes comprar amor. No puedes comprar felicidad. El dinero tiene que ser
utilizado en algo significativo. Comprométete. Cuando minimizas tu participación en los
negocios y maximizas tu crecimiento, estás haciendo una afirmación sobre qué es
valioso en realidad.
Si puedes trabajar duro para ganar dinero, entonces puedes trabajar igual de
duro para tener una buena vida.
Nunca nadie dijo en su lecho de muerte: ―me gustaría haber pasado más tiempo
en la oficina‖.
El deseo sexual es una fuerza sumamente poderosa, la cuál es superada sólo por
el instinto de supervivencia. Utilízalo sabiamente.
El deseo sexual es una fuerza sumamente poderosa, la cuál es superada sólo por el
instinto de supervivencia. Sin embargo, la sociedad lo utiliza para vender películas,
cigarrillos y automóviles.
Es tan poderoso que incluso puede hacer que nos comportemos como verdaderos
orangutanes. Puede ser peligroso, a tal punto que podría llegar a destruir familias
enteras. Es por eso que es sumamente importante tenerlo bajo control.
Negativo: Demasiada actividad sexual te hará mal. Cuando las hormonas están
a cargo, dejamos de ser libres.
Equilibrio: Tu mente debe controlar tus acciones. Controla tus deseos. Utiliza la
intimidad correctamente en el momento correcto.
La ilusión es que mientras más satisfagas tus deseos, más satisfecho estarás. Pero en
realidad, mientras más alimentes un deseo, más vas a querer.
Antes de casarte, debes saber de qué se trata el matrimonio. ¿Es un contrato entre dos
partes? ¿Un romance de larga duración? ¿Una forma de obtener una rebaja en los
impuestos? Debes estar atento. La manera en que definas el matrimonio determinará
qué clase de pareja elegirás.
Decimos que cuando un hombre muere, ―sólo muere realmente para su esposa‖ y
asimismo cuando una mujer muere, ―sólo muere realmente para su marido‖. Las demás
personas se entristecen con su muerte, pero la vida de la pareja queda destrozada. Si
tenían un matrimonio fuerte, el integrante de la pareja que queda vivo tendrá que
reconstruir su existencia por completo.
El deseo sexual no es un deseo como cualquier otro. Está reservado para el propósito
de formar una unicidad con la pareja. Debe contener amor, ya que de lo contrario no
significa nada.
Esto es obvio con respecto a una relación íntima aislada, pero incluso en el contexto de
una relación a largo plazo; sin el compromiso del matrimonio, siempre existe la opción
de abandonar la relación. Como resultado, el grado de conexión se enfrentará
constantemente a una barrera. Eventualmente se terminará haciendo presente la
frustración y finalmente se erosionarán las bases de la relación.
¿Cómo deberías escoger a tu pareja? ¿Acaso vas a elegir a la que tenga mejor
apariencia? ¿La que tenga más vitalidad? ¿La que tenga más dinero?
Debes pensar a largo plazo. Considera a alguien que tenga potencial, decencia,
fortaleza. Busca a alguien que tenga dignidad y que sea un buen ser humano; una
persona generosa, preocupada por los demás y modesta.
¿Sabes cómo hacer que termine un gran romance? ¡Cásate! ¡En dos semanas se
estarán gritando el uno al otro! Ellos se llevaban fantástico, pero justo después de que
se casaron, de pronto… ―No me preparaste la cena… No llegaste a casa a la hora…
¿Qué hiciste con el dinero?...‖ ¡Bum!
Esto no quiere decir que haya que eliminar el romance. Es simplemente que el mundo
occidental ha invertido el orden. Primero uno debe enfocarse en buscar las cualidades
espirituales de la persona y luego, una vez que te hayas comprometido, podrás
enamorarte todo lo que quieras y disfrutar de la relación. Después de todo, ¡tendrás la
mejor pareja del mundo!
El judaísmo opina que la relación sexual con la pareja es uno de los actos más
sagrados que uno puede realizar. De hecho, la palabra hebrea para la ceremonia
nupcial, kidushin, viene de la palabra kadosh, que significa sagrado.
El judaísmo dice que el placer físico más grande es aquel que se realiza por una razón
espiritual. Es por eso que nuestros sabios dicen que Shabat, el día más sagrado de la
semana, es el momento apropiado para que las parejas estén juntas de manera íntima.
Es importante entender cómo este anhelo por cercanía física te impulsa y te da
energía. Es algo muy profundo. Entenderlo le dará más significado a tu matrimonio.
El ―Cantar de los Cantares‖, escrito por el Rey Shlomó, es una canción de amor entre
un hombre y una mujer. Sin embargo, el Talmud lo llama "KodeshKodashim" – el texto
bíblico más sagrado. ¿Por qué? Porque la relación íntima es realmente una expresión
de nuestro profundo deseo de alcanzar la suprema unicidad: conectarnos con Dios.
El versículo "yo soy para mi amado y mi amado es para mí" (Cantar de los Cantares
6:3) se refiere a nuestro deseo de unidad con Dios.
Lazo eterno
La Torá llama al matrimonio basar ejad, ―ellos serán una sola carne‖. Un matrimonio no
es una sociedad, ni una compañía. Es una unidad. Es un lazo espiritual. Hay una
fuerza que los une. En lo más profundo de los instintos humanos, hay un lazo que une
a la pareja.
Tal como tu hijo es parte de ti, cuando te casas tu pareja se vuelve parte de ti. Ese lazo
sagrado hace que sean uno parte del otro por toda la eternidad. Nunca más estarás
solo.
Cada vez que tienes una relación íntima estás entregando una parte de ti para siempre.
Por lo tanto, ¡asegúrate de entregarle estas "partes de ti" a la persona con quien
quieres tener una unión eterna!
Esto es cierto tanto en el sentido físico como en el sentido metafísico. ¿Te acuerdas del
primer chico o chica con quien tuviste una relación íntima? ¿Puedes recordar la magia
del momento?
¿No debería esa magia estar reservada sólo para tu pareja? Imagina que hubiese sólo
un hombre/mujer en el mundo. Si tú pudieras casarte con el único hombre/mujer del
mundo, ¿entiendes cuán preciada sería tu relación? Ese es el poder del cual estamos
hablando.
Si te unes a otros de forma descuidada, cada vez será más difícil que te cases y que te
mantengas casado/a. Siempre compararás a tu pareja: ―A ella le falta esto. A él le falta
aquello‖. No tendrás al único hombre/mujer del mundo.
Sopesa tus acciones con cuidado, ya que éstas afectarán tus relaciones de pareja por
siempre.
Evita las tentaciones dañinas
Cualquier cosa que sea valiosa debe ser cuidada. Por lo tanto, no es ninguna
coincidencia que mientras más promiscua y rebelde se torna una sociedad, peor es la
calidad de las relaciones de pareja y el compromiso con el matrimonio que hay en ella.
Entonces, dado el bombardeo que recibimos constantemente por parte de los medios
de comunicación, ¿cómo podemos evitar ver las relaciones íntimas como algo barato,
fácil y degradante?
Una de las mejores maneras de evitar cualquier abuso es crear una barrera protectora.
Si estás haciendo una dieta para perder peso, entonces intentarás alejarte de lugares
en los que se sirve comida que engorda. De la misma forma, si quieres que tu mente y
tus ojos estén donde deben estar, evita ir a lugares donde encuentres una tentación
constante.
En especial, debes evitar soñar despierto o tener fantasías sobre estos temas. Es
destructivo y contraproducente. Gastar el poder de tu mente en ilusiones es
desperdiciar tu potencial.
El fantasear crea ficciones que tú y tu pareja nunca podrán vivir realmente; te llevarán a
estar buscando siempre en otro lado.
Tener una relación íntima por el simple hecho de tenerla es algo degradante.
El matrimonio es un acto sagrado de unión que nos ayuda a elevarnos hacia una
conexión con Dios.
Pese a que el placer físico es algo esencial para disfrutar de la vida, es importante
saber cómo controlarlo. El Camino #18 es bemiuttaanug, 'minimizando los placeres'. No
puedes pasar el día entero comiendo barras de chocolate. Eso no es vivir.
Los seres humanos somos buscadores de placer. El placer es energía. Descubre cómo
transformar una mera sensación física en un profundo placer, como el amor, el sentido,
la creatividad. No te preocupes, no perderás el placer físico, sino que en realidad lo
potenciarás y lo apreciarás más.
Vida gourmet
Imagina que estás comiendo un bife con papas fritas. La primera mordida, te enfocas
intensamente en el placer.
¿Pero qué ocurre después? Antes de que te des cuenta, comienzas a engullir lo que
queda.
Cuando un catador de vinos toma una copa de vino, el ―tomar‖ mismo es tan sólo uno
de los aspectos de su disfrute. Primero lo huele, después se pone un poco en la boca y
lo mueve, chequeando su frutosidad y aroma. Sólo si pasa la prueba lo tomará.
La próxima vez que tomes una gaseosa, pregúntate a ti mismo: ―¿Cómo me afecta
esto? ¿Qué hace esto por mí?‖. Para la mayoría de nosotros, el 90% de la gaseosa va
directo al estómago, sin pasar por las papilas gustativas. No la disfrutamos realmente.
Lo importante es que identifiques e intensifiques los placeres. Define con exactitud qué
es placentero. ¿Qué hace que tenga buen sabor, que se vea bien, que huela bien, que
se sienta bien? Por ejemplo:
El judaísmo toma el camino intermedio: Dios no creó un mundo físico para que nos
sintamos frustrados, sino que lo creó para que disfrutemos. La vida debiese ser
hermosa y atractiva. La espiritualidad judía no se alcanza meditando durante muchos
años en la cima de un monte o ayunando en reclusión en un monasterio. La
espiritualidad judía se alcanza lidiando con el mundo de forma tal que éste sea
elevado. En la noche del viernes, levantamos una copa de vino y la utilizamos no para
emborracharnos, sino para hacer kidush y santificar el día de Shabat. La
espiritualidad —dice el judaísmo— se encuentra en la cocina, en la oficina, y sí, incluso
en el dormitorio.
Dios creó este mundo para que nosotros tengamos placer. El Talmud dice que si una
persona tiene la oportunidad de probar un nuevo fruto y se rehúsa a hacerlo, entonces
tendrá que rendir cuenta por sus acciones en el mundo venidero. ¿Qué hay de especial
en los frutos? Dios pudo haber creado una avena que contuviese todas las vitaminas y
minerales necesarios para nuestra supervivencia. Pero los frutos son el postre que creó
Dios. Son una muestra de amor; fueron creados simplemente para nuestro placer.
Rehusar probarlos muestra una falta de apreciación.
Nuestros Sabios enseñan también que una persona anciana debe sentarse al sol. No
importa cuánto aprecies la sabiduría y el conocimiento, igualmente debes tratar bien a
tu cuerpo. E incluso cuando la fortaleza física ha disminuido, uno aún puede disfrutar
del calor del sol.
La Torá también nos ordena recitar una bendición de agradecimiento antes de comer o
beber cualquier alimento, e incluso al presenciar fenómenos naturales como un
relámpago o un arcoíris. Decir una bendición nos da tiempo para pausar y reflexionar;
para recordar que todo es un regalo de Dios.
Toma nota de cuántas oportunidades tienes cada día para obtener placer. El
amanecer, un chapuzón en el agua, una brisa refrescante. ¿Estás prestando atención o
estás dejándolas pasar?
Un medio, no un fin
Imagina que invitas a alguien a una cena elegante. Primero les sirves un aperitivo y
ellos, después de comerlo, te agradecen y se levantan de la mesa.
―¿Adónde van? Apenas estamos comenzando. ¡Lo mejor está aún por venir!‖.
Esa es la visión judía del placer físico. Si haces del aperitivo la parte principal de tu
dieta alimenticia, ésta nunca te proveerá de todos los nutrientes que necesitas para
estar sano y satisfecho. Similarmente, el materialismo es simplemente el aperitivo de la
existencia. No cometas el error de levantarte después del aperitivo, ya que nunca
estarás satisfecho.
Cuando lo utilizamos con sabiduría, el placer físico es un trampolín hacia placeres más
elevados. Cuando estamos disfrutando de cosas hermosas, nuestros cuerpos se
sienten relajados, y por lo tanto, estamos más preparados para encarar los problemas
más profundos de la vida. Lidiar con problemas —violencia, desempleo, guerra—
requiere de una inmensa fortaleza emocional, y el propósito del placer físico es
generar esa fortaleza.
Ponte en contacto con el deseo de trascendencia que tienes adentro. Corremos tras el
placer físico, pero la verdadera satisfacción no se encuentra en tus papilas gustativas.
Es un deseo del alma. Queremos trascendencia. Queremos significado.
Cuando obtienes energía a través del cuerpo, ésta puede ayudar a que el alma se
abra. Este es el placer de Shabat. Es un día hermoso. Comida deliciosa. Comes con
calma. El placer físico es un incentivo. Estás llevando al cuerpo contigo. Entonces
puedes abrir tu alma y acercarte a Dios.
Debes distinguir un tipo de placer del otro. Esta es una manera de saber si estás
experimentando un simple placer físico o un placer espiritual más profundo.
Transitorio.
Tedejadeprimido.
Es un fin en sí mismo.
No tesatisfacecompletamente.
Permanente.
Energizante.
Un medio y no un fin.
Tedespierta.
El auto y el conductor
Toda persona que tiene un automóvil sabe que debe hacerle un mantenimiento
mecánico y que debe ponerle gasolina de calidad. Si abusas del automóvil, entonces
éste no te llevará donde quieres ir. Y para hacer que se siga viendo bien, es posible
que ocasionalmente tengas que lavarlo y limpiar su interior.
Lo mismo ocurre con el cuerpo y el alma. El cuerpo es el vehículo del alma. Debes
estar en control. Por otro lado, no quieres ser un tirano. Para dominar al cuerpo, la
clave es la autodisciplina, no la opresión. Lo importante es controlar las cantidades, y
utilizarlas adecuadamente en los momentos correctos.
A veces debes mimar a tu cuerpo para que tu alma pueda lograr más. Luego de haber
completado un proyecto complicado, por ejemplo, quizás quieras premiarte a ti mismo
con una cena en un restaurante lujoso. Pero debes mantener las cosas en perspectiva.
Debe haber un balance entre disfrutar y mimarte en demasía. No te confundas y creas
que esa cena es el objetivo de todo.
―Disfruta‖ el placer, pero sin llegar a ―necesitarlo‖. Ya que si no, querrá decir que eres
adicto, que estás esclavizado.
Debes estar atento a las artimañas del cuerpo. Cada vez que intentas controlar los
placeres físicos, una pequeña voz en tu interior declara: ―Esto es opresivo, aburrido,
antinatural. ¡Voy a tener un colapso nervioso!‖.
Tal como debiste aprender a conducir un automóvil, asimismo debes aprender cómo
conducir esta máquina llamada cuerpo. Tú sabes que tiene un tremendo potencial.
Tienes 48 engranajes, 48 herramientas para maximizar tu vida. ¿Estás teniendo
suficiente placer?
Para evitar el abuso, debes decidir de antemano: ¿Cuánto placer voy a tomar de esto?
Generalmente, la gente come hasta que ya no pueden tomar otro bocado. Pero el
ShuljanAruj, el Código de Ley Judía, nos instruye a comer sólo dos tercios de nuestra
capacidad. Detenernos antes de que el medidor diga ―lleno‖ es una forma más sana de
actuar desde todos los puntos de vista: digestión, cintura, autoestima.
Toma una decisión: ―Esto es lo que voy a comer y me voy a apegar a ello‖. No puedes
cambiar de opinión después. Incluso si calculaste mal y ―una papa frita más estaría
bien‖, lo siento, no puedes ceder. ¡La próxima vez haz tu estimación calculando una
papa frita más! Pero ahora, no hay vuelta atrás, porque tu juicio está nublado. Nos
confundimos por cómo nos sentimos durante la actividad, a expensas del sentimiento
que tendremos después de ella. Por lo tanto, establece un límite firme con anterioridad
y apégate a él. Ya que de no ser así, podrías terminar yendo más allá de los límites y
podrías arrepentirte.
Esto no sólo aplica a comer, sino que a cualquier forma de estimulación sensorial, tal
como ir a ver una película o un partido de fútbol. Debes saber cuándo es suficiente, y
no perder tiempo preciado en ello.
El mimarse materialmente puede ser utilizado como un escape. ―Me subí a la balanza y
me di cuenta que peso demasiado. Voy a ir al refrigerador y tomaré una gran tajada de
torta de chocolate para sentirme mejor‖.
No utilices el placer como un escape a los problemas. ¿Por qué lo estás haciendo?
¿Para obtener energía o para escapar de la vida? Escapar es atractivo. Pero quién
escapa hoy deberá escapar también otro día. Si una persona se consuela a sí misma
por ser obesa por medio de comer más, tendrá que comer aún más para consolarse del
extra peso que ha ganado. Es un ciclo vicioso.
Debes notar que cualquier hábito —sin importar cuán desagradable sea o cuán
determinado estés— es difícil de cambiar.
Haz un plan. Desarrolla una estrategia de crecimiento que sea acorde con lo que
pretendes lograr, y luego sube la vara un poco más alto.
Una manera de romper un mal hábito es conseguir un ―nudnik‖ amistoso. Por ejemplo,
si estás tratando de apegarte a una dieta, pídele a un amigo que te indique cada vez
que saques mucho pastel o que tomes un bocadillo entre comidas.
Incluso puedes establecer un sistema de multas. Dile al nudnik: ―Si me ves comiendo
caramelos, te pagaré 50 dólares‖. A un costo de 50 dólares por bocadillo, romperás tu
mal hábito antes de romper tu cuenta de banco.
El propósito de dormir
Obviamente dormir tiene un aspecto positivo: ¡Nuestros cuerpos necesitan dormir para
funcionar! El sueño te da la oportunidad de recuperar energías. Te quita la tensión y te
ayuda a estar bien, tanto física como emocionalmente.
Sin embargo, nunca debes considerar el dormir como un fin en sí mismo. No veas el
hecho de dormir como una recompensa por un día difícil de trabajo. Debes ver el
dormir como la forma de recargar tus baterías para un nuevo día de crecimiento.
Encuentra el equilibrio adecuado. En general, duerme tan poco como sea necesario.
Minimiza el sueño y maximiza tu conciencia.
La emoción de vivir
Dormir puede ser una ilusión. La prueba es que cuando estás lleno de excitación y
energía, simplemente no puedes dormir. ¿Alguna vez te despertaste a las 4 de la
mañana para escalar una montaña antes del amanecer? No estabas dormido. Estabas
despierto y lleno de excitación, frescura, ¡fantástico!
Si tu vida es aburrida, entonces tienes más ganas de dormir. Alguien que ama la vida
no quiere irse a dormir en la noche, sino que simplemente sigue haciendo cosas hasta
que se queda dormido, y luego se levanta al día siguiente como un león.
Los niños son el ejemplo perfecto. Desde el momento en que un bebé abre los ojos, se
levanta como una bala. ―Otro día... nuevas aventuras... nuevas cosas que descubrir...
¡Waaaah! ¡Sáquenme de mi cuna!‖.
¿Alguna vez has tratado de poner un bebé a dormir? De ninguna manera, tiene miedo
de perderse toda la emoción.
Para captar este entusiasmo de vivir, necesitas enfocarte en el sentido más profundo
de la existencia. Busca actividades fascinantes y significativas. Aprende a vivir con
alegría, en vez de esperar simplemente a que ―ocurra‖. Cuando estés excitado y
esperando con ansias un nuevo día, entonces estarás realmente alerta.
¿Por qué los adultos ansían dormir? Sentimos el peso de las obligaciones. Queremos
meternos en nuestra cama y escondernos bajo nuestras sábanas para tener un poco
de tranquilidad.
Más allá de todo, ¿crees realmente que es bueno estar vivo? ¿O simplemente estás
tratando de esquivar los problemas? Si estar vivo es bueno, entonces dormir es un
escape.
Maimónides escribe que ocho horas es lo máximo que una persona debe dormir, a
menos que esté enferma. Si te entrenas para dormir menos, mucho mejor.
Vas a tener más tiempo para lograr cosas, leer y hacerte más sabio. El Gaón de Vilna,
el rabino más importante de los últimos 500 años, dormía sólo cuatro intervalos de 30
minutos cada día, un total de dos horas de sueño en cada período de 24 horas.
Napoleón solía dormir tan sólo 4 horas por noche. Él decía: ―Cada momento que estoy
despierto puedo disfrutar de la gloria de ser el rey. Pero cuando estoy durmiendo,
pierdo la experiencia. ¡Qué lástima perdérsela!‖.
Hay muchas técnicas para mantenerte despierto. Ponte de pie en lugar de estar
sentado, o pon tus pies en agua fría o sobre el suelo frío. Mi padre sólo dormía una vez
a la semana en la cama, el viernes por la noche.
Presiónate para dormir menos. No tengas miedo. No te morirás. ¿Qué es lo peor que
puede pasar? ¡Si estás cansado te quedarás dormido!
Temprano por la mañana, trata de animar a tu cuerpo para que salga de la cama:
―Vamos... ¡levántate! De otra manera nos perderemos la fantástica experiencia de
[rellena el espacio]‖.
Un cuerpo que está cómodo tiene problemas para levantarse de la cama. El arrancar
las sábanas hará que te levantes inmediatamente. Algunas personas eligen incluso
dormir en el piso, pues una persona no se aferra a un piso duro de la misma forma que
a una cama.
Cada mañana cuando te levantes, vuelve a pensar, analiza y reevalúa lo que pasó
ayer. Aprende de tus errores. Anticipa un comienzo fresco. Vas a estar más excitado de
estar despierto.
El segundo aire
¿Alguna vez estuviste involucrado en un proyecto tan absorbente que te tuviste que
quedar despierto toda la noche? A pesar de que te comenzaste a sentir cansado, te
forzaste para seguir adelante. Eventualmente, obtuviste un segundo aire, un nuevo
despertar, un punto en el que tu mente se volvió clara, fresca y alerta nuevamente.
El segundo aire viene sólo cuando uno está involucrado profundamente en una
actividad. Cuando yo era estudiante, nos desafiábamos los unos a los otros a
quedarnos despiertos toda la noche del jueves estudiando. Trata de comprometerte
con una actividad como esa. Es una zona de prueba para ver cómo luchar contra el
sueño.
Ten cuidado de vivir como un zombi. No camines con ―nada‖ en tu cabeza. Algunas
veces estás esperando en la línea del supermercado y tu cabeza está completamente
muerta, sin ningún pensamiento en tu mente. Agita tu cabeza para mantenerte
despierto. Dite a ti mismo: ¿Qué estoy haciendo? ¿A dónde estoy yendo? ¿Por qué
estoy yendo hacia allá?
Quieres grandeza. Quieres ser bueno. Quieres ayudar a la humanidad. ¿Qué harás al
respecto? Enfrenta los asuntos importantes y obtén respuestas verdaderas.
Pregúntate: ―¿Para qué vivo y qué quiero hacer por el resto de mi vida?‖.
No pienses sólo sobre mañana o el año siguiente, sino que debes hacer una predicción
a largo plazo: ¿Qué quiero que inscriban en mi tumba? ¿Que me gradué de la
universidad, gané un millón de dólares y que era dueño de una casa grande? ¿O que
ayudé y me preocupé por la humanidad?
Date cuenta del placer de estar vivo. Si tus ideales son elevados y difíciles de alcanzar
no querrás dormir. No querrás abandonar este juego de vivir. Tú quieres ser grande.
Reconoce eso. Claro, vivir es una lucha. ¡Pero es sumamente excitante!
Puedes cambiar
Estos pensamientos están pasando por tu mente. Pero unos minutos más tarde, estás
de nuevo dormido. ¿Verdad?
No importa qué tan viejo seas, puedes cambiar. Puedes encontrar la verdad y actuar en
base a ella.
Hoy en día la gente está más ocupada que nunca. Tener una conversación es
cada vez menos frecuente... ¿Aló? ¿Alguien me está escuchando?
"No quiero tu dinero", dice el hombre con la pistola. "Toda mi vida he querido que
alguien se siente a platicar conmigo. Ahora voy a hacer que me escuches durante
una hora".
Esta historia refleja un aspecto muy penoso de la condición humana. Hoy en día, la
gente está más ocupada que nunca, trabajando, viajando, comprando. Pero al final, el
tiempo de conversación está disminuyendo. ¿Quién tiene tiempo para hablar?
Construyendo relaciones
La Torá dice que Dios creó al hombre como un "ente hablante" (ver TargumOnkelos,
Génesis 2:7). El habla es, consecuentemente, lo que diferencia a los seres humanos de
las demás criaturas. La gente suele centrarse en sí misma y cerrarse. La conversación
es una manera de salir de esta absorción.
Hoy en día, cada uno está en su pequeño rincón luchando consigo mismo.
Necesitamos pasar tiempo con los demás, pero no para ver televisión, sino para estar
juntos y comunicarnos. Sin esto te sofocas en tu propio mundo. Te aíslas en tu propia
opinión. Te aíslas en tu propio hogar.
Una gran conversación es una oportunidad para explorar mundos enteros. A diferencia
de una película, este mundo es real, no imaginario. Y la relación resultante es
infinitamente más valiosa.
Empieza cambiando tu actitud. ¿Alguna vez te has sentado por varias horas en un
avión? Lees todas las revistas y ves la película proyectada. No hay nada más que
hacer. Trata de hablarle a la persona que está a tu lado.
Tienes que preparar el ambiente. Empieza diciendo: ―Hola‖. Después pregunta algo
simple, no hagas preguntas amenazantes. "¿De dónde eres? ¿Cuál es tu nombre?".
Sólo estás intercambiando credenciales. Sin daño. Sin armas.
Sí, es difícil, porque no sabes adónde se dirigirá la conversación. Pero, ¿de qué te
preocupas? ¿Acaso se levantará y anunciará a todos los pasajeros: ―¡Hey, atención,
estoy sentado al lado de una persona aburrida!‖?
No tengas miedo a que te rechacen o a no tener nada inteligente que decir. No te vas a
morir. Vas a aprender cómo hacerlo. Las buenas conversaciones deben ser cultivadas
y producidas. ¿Te hace sentido?
No confundas “discusión” con “conversación”
Este es nuestro error más común. Cuando hablas con la persona en el avión, no le
digas al final del viaje cuántos trofeos has ganado y cuánto dinero has ganado en la
bolsa de comercio. Tampoco preguntes acerca de quién ganó el partido de fútbol o del
precio del dólar. Eso no es una conversación, eso es el mesón de informaciones.
Intenta traer el tema a una realidad más emocional. Pregúntale a la otra persona cómo
está lidiando con las cosas que le molestan. Tal como cuando hablas con tu esposa/o
después de un largo día, la conversación debe ser: ―¿Cómo te sientes? ¿Qué te
molestó en el día? ¿Qué te dio alegría?‖.
Si experimentas dificultad para hacer que el otro hable, construye confianza hablando
sobre tus propias experiencias y sentimientos. No seas el ―señor sabelotodo‖. Cuando
presentes una idea, di: ―Llegar a un equilibrio entre la familia y la carrera ha sido difícil
para mí. Veo la situación de esta forma. Me gustaría realmente conocer tu experiencia
y cómo te sientes al respecto‖. Al informarle al otro acerca de tu reacción ante una
situación, el otro también sentirá deseos de informarte acerca de su reacción.
Si encuentras que tener ―fascinación‖ no es fácil para ti, haz un análisis interno. Intenta
averiguar por qué. Generalmente el problema es la indiferencia, es decir, ―¿por qué
debería importarme esta persona?‖.
Para enfocarte, toma conciencia de que todo ser humano es un misterio increíble,
creado a imagen y semejanza de Dios. Puede que cometamos errores, pero cada
persona es única y sagrada, llena de ideas, experiencias y una sabiduría especial.
Cuando estás fascinado, la gente comienza a hablar sin parar. Explora la vida. ¿Te das
cuenta que ésta es una herramienta para la vida? ¡Es ridículo no utilizarla!
¿Cuál es tu nombre?
Un ser humano es real sólo cuando sabes su nombre. Frecuentemente nos olvidamos
del nombre de alguien y después le hablamos sin identidad. Nos sentimos incómodos.
El ambiente no está bien y arruina toda la conversación.
Pregunta los puntos que no entiendes. Trata de entender realmente. Construye una
atmósfera de confianza que te posibilitará expresar tu opinión más tarde.
Emite constantemente señales de que estás escuchando para demostrar interés. Utiliza
el contacto visual o un gesto de reconocimiento. Utiliza palabras simples de
retroalimentación como por ejemplo: ―Sí, interesante‖, o ―Eso debe haber sido
increíble‖. Una persona que sabe conversar puede decir unas cuantas palabras… y
construir una relación sumamente fuerte.
A veces nos aburrimos de vivir. Entonces hacemos una llamada y charlamos para
pasar el rato.
Haz que cada palabra cuente. Considera tus palabras como joyas preciosas, que
deben ser utilizadas con moderación. Habla con precisión, con claridad y propósito.
Piensa antes de hablar. Asegúrate de decir lo que querías decir, y de hacerlo de la
mejor manera posible. Limita tus palabras. Conecta tus palabras con tu mente en lugar
de dejar que tu lengua hable sola.
El habla innecesaria entorpece tu mente. Un uso eficiente de las palabras hace que
estés en control de tu mente.
Hay un dicho antiguo que dice: ―La gente pequeña habla sobre otra gente. La gente
mediana habla sobre lugares y cosas. La gente grande habla sobre ideas‖. Las
palabras que escoges determinan el tipo de persona que serás.
Existe una antigua tradición judía llamada taanitdibur, un 'ayuno de palabras'. Cuando
la gente se encuentra a sí misma hablando demasiado, se abstienen de toda
conversación fuera del estudio de Torá. De la misma manera, en la sinagoga no debe
haber diálogos externos, sólo tú y Dios.
La Torá dice que Dios utilizó la palabra para crear el mundo. ("Y Dios dijo: Que haya
luz").
Por otro lado, el habla también puede ser utilizada para destruir. Palabras como: ―No
vales nada, eso es terrible‖, acaban con la autoestima de una persona. El famoso dicho
―Palos y piedras pueden quebrar mis huesos, pero las palabras nunca me dañarán‖ es
una mentira.
Nunca digas nada negativo o derogatorio sobre otra persona, inclusive si es verdad. El
chisme causa conflicto y destruye relaciones, familias e incluso comunidades enteras.
Como dijo el Rey Salomón. ―La vida y la muerte están en manos de la lengua‖
(Proverbios 18:21).
La lista de comediantes judíos es muy extensa. El Talmud dice que inclusive cuando el
gran sabio Rav dictaba clases a miles de estudiantes acerca de temas serios de Torá,
siempre empezaba con un chiste. ¿Por qué?
Los chistes tienen el poder de atrapar nuestra atención y enfocar nuestra mente. La
risa puede sacarnos de la melancolía, poner las cosas nuevamente en perspectiva y
proveer el escenario apropiado para sacar el máximo provecho de la vida.
No hay manera de salir de allí, por lo que el hombre mira hacia al cielo nuevamente
y grita: "¡Dios, por favor ayúdame!".
El Camino #21 es Bemiut tzjok, que literalmente significa ‗minimizar la risa‘. Debes
entender la dinámica de la risa y utilizarla sabiamente. La risa es una espada de doble
filo. Cuando la utilizas inapropiadamente —por ejemplo, insultando o burlándote de
alguien— la risa puede ser destructiva.
La risa surge cuando ocurre lo inesperado. Si un niño pequeño se pone los zapatos de
su padre, nos reímos. Si al presidente se le olvida lo que tiene que decir en su discurso,
nos reímos. Cuando dos elementos contrarios se yuxtaponen, la sorpresa repentina
nos agarra desprevenidos. Y cuanto más inesperado, más chistoso es.
La risa es una parte integral de nuestra salud emocional. No tienes que ver la TV para
quitarte la tensión. Sólo necesitas recordar un buen chiste o tener sentido del humor
para ver lo absurdo en la vida diaria y... ¡listo! Estás sonriendo, y ahora puedes
convertir ese positivismo en movimiento, crecimiento y energía para algo significativo
que necesites hacer.
¿Alguna vez has visto a un niño caer, obtener un pequeño raspón y después soltarse a
llorar? ¿Qué tal si vieras al niño y le dijeras: "¡Oh!, ¡creo que tenemos que ir al
hospital!?".
El niño se reiría pues reconoce que el raspón es una preocupación muy pequeña como
para ir al hospital.
Tener sentido del humor es una señal de madurez, porque demuestra un sentido de
proporción sobre lo que realmente es importante.
Los niños no tienen un sentido de proporción. Lloran por cosas triviales y guardan
rencor por cosas pequeñas. Un adulto que hace lo mismo está actuando como un niño.
"Alguien pisó mi sombra, o alguien me insultó". Está fuera de proporción.
Trata de reírte de tus complejos y de tus idiosincrasias. Cuando es claro cuán ridícula y
absurda es nuestra situación, somos capaces de reírnos de nosotros mismos.
"Reírte de tus problemas" no significa ignorarlos. Eso sería ser irresponsable. Claro que
tienes que lidiar con la fuente de tu depresión. Pero cuando estás metido en un
problema, tratar de analizar las razones del problema te deprimirá aún más. Si puedes
reírte de haber hecho que algo trivial sea demasiado grande, entonces te habrás
alejado lo suficiente de tus problemas; eso te dará la energía y la perspectiva para lidiar
con la verdadera causa.
Cada día debe ser algo nuevo. No vengas con nociones preconcebidas. La risa te
ayuda a limpiar el aire. Entonces ríete. Disfruta la vida. No te quedes ahí sintiendo
lástima de ti mismo.
Libera la tensión
¿Por qué las niñas de la preparatoria se ríen cuando los niños pasan caminando? ¿O
por qué en la "casa de los sustos" de un parque de diversiones la gente ríe cuando
aparecen los fantasmas?
Utiliza la risa conscientemente para romper la tensión que hay en ti mismo y en otros.
En el mundo moderno, todos están preocupados por la economía, los misiles
nucleares, los impuestos, los despidos. Estas preocupaciones nos han tensionado
tanto que mucha gente camina alrededor de nosotros como bombas de tiempo, listas
para explotar.
Ríete para liberar el vapor y para levantar tu ánimo. No te darás cuenta con cuánta
tensión caminas diariamente hasta que hayas experimentado una buena risa para
desahogar esa tensión.
Cuando le estés hablando a alguien que está tenso, ríete y cuéntale un chiste.
Seguramente alguna vez te ha pasado que estabas en una terrible discusión con un
amigo —con todo tipo de malas vibraciones y sentimientos— cuando de repente
comenzaste a reír. Algo te pareció ridículo. Todos los malos sentimientos
desaparecieron y pudiste ver cuán absurda era toda la pelea.
O si estás nervioso por un examen, ríete y di: "¡Y qué si repruebo! ¡Tal vez romperé el
record del examen con más baja calificación!". Ese tipo de bromas te relajarán y te
ayudarán a visualizar que lo más probable es que sí pases el examen.
Es más, el puro hecho de sentir la risa puede elevar tu espíritu y relajarte. Lleva
siempre contigo un chiste favorito que te haga reír en cualquier momento. Recuerda
esa broma y comienza a reírte. ¡Reírte cuando no sientes ganas de hacerlo puede ser
en sí mismo muy chistoso!
Ríete de la incoherencia
Cuando nos reímos de algo, ya sea de una idea, de una persona o de una cosa
absurda, la destruimos. Y al igual que cualquier arma poderosa, la risa debe ser dirigida
sólo hacia un objetivo apropiado.
Obviamente es cruel reírse de una persona loca. Pero sí puedes reírte de ideas locas.
Por ejemplo, ríete de la idea de "ser exitoso". Piensa en lo absurdo que es ver a tantas
personas perdiendo sus vidas en la persecución de posesiones materiales, incluso
cuando ya hace mucho que no las necesitan. Ríete del mal y de la idolatría de los
valores artificiales. Eso te distanciará de aquellos valores e impedirá que quedes
atrapado en ellos.
Ríete de los celos, trivialidades y peleas. Cuando sea que estés rodeado de
incoherencia, ríete y no caerás en su hechizo.
Ríete de las absurdas formas en que la gente pierde el tiempo. En un largo vuelo,
cientos de personas se sientan con los ojos pegados a una pantalla, viendo una
película aburrida por la cual no pagarían ni un centavo para verla en casa. Pero ya que
están atorados en el avión, se quedan viéndola. ¿No es una manera absurda de perder
preciosas horas de vida? En lugar de eso, la persona podría estudiar, pensar o
mantener una conversación productiva.
Analiza tus "objetivos de vida" y toma conciencia del poco tiempo que estás invirtiendo
para alcanzarlos. ¿No es absurdo?
No todas las risas tienen que ser risas felices; sin embargo, todas proveen igualmente
perspectiva. En el mundo existe la cantidad necesaria de comida para alimentar a
todos por lo menos durante una década, y sin embargo, miles de personas pasan
hambre. ¿Por qué? Por política y ambición. ¡Es absurdo! El primer paso es
reconocerlo. Tenemos que reírnos sólo para reconocer lo absurdo de la situación, y así
podremos tomar acción al respecto.
Cuando veas estás cosas tan ridículas, ríete de ellas para que no quedes atrapado en
ellas. Cuando veas incoherencia a tu alrededor, asegúrate de reírte y te salvarás.
Abusos de la risa
a) Ridiculizar
Ríete "con" la gente, no "de" la gente. Ridiculizar a alguien hiere su alma. Es
vergonzoso y lo hace sentir inútil. "Eres un payaso, no eres nada". Ridiculizar es la
manera más terrible de herir a otro ser humano. La gente siente esto muy profundo.
Entonces, la próxima vez que ocurra algo "chistoso", asegúrate de no dirigir tu risa
hacia esa persona, sino a lo que hizo.
b) La risa excesiva
Reír por reír es sólo un escape. Los chistes por sí solos no se comparan a la felicidad,
y demasiada risa otorga un sentimiento artificial de felicidad. Puedes pasarla muy bien
en el show de un comediante, e igualmente sentir un vacío cuando éste termine. Esto
es porque pese a que subiste tu estado de ánimo, dicha alza no era algo real. Y la
realidad siempre regresa.
c) La risa negativa
d) Fuera de límites
Hay un dicho antiguo que dice: "Nunca te rías de una madre o de Dios". Esto quiere
decir "no seas irrespetuoso riéndote sobre temas serios".
Nunca te rías del idealismo. Si alguien está dejando a un lado sus deseos materiales
para servir las necesidades de los demás, no digas: "los buenos se quedan atrás", ya
que lo único que lograras es inyectar energía negativa a la sociedad. Esto es algo serio
y tú también debes ser serio al respecto.
La risa y Dios
En un nivel más profundo, la risa nos enseña cómo interactúa Dios con el mundo.
El día oficial de la "risa judía" es Purim. Nos disfrazamos con disfraces chistosos y
hacemos actuaciones absurdas, lo cuál es sumamente sorprendente, ¡ya que la historia
de Purim es sobre la aniquilación inminente del pueblo judío!
Pero la historia tomó un vuelco inesperado. Los judíos pasaron de ser el objeto de
aniquilación, a ser los héroes y vencedores. Hamán fue colgado y los judíos fueron
rescatados. Fue un milagroso giro de 180 grados que cambió nuestra historia para
siempre. Aquel que piensa que está en peligro y de pronto descubre que estaba a
salvo, se ríe fuertemente al sentirse aliviado. Aquel que piensa que vive en un mundo
hostil y de repente se da cuenta que Dios existe, se ríe fuertemente de alegría.
Los seres humanos vemos el mundo desde una perspectiva finita. Dado que estamos
atados al mundo físico por nuestros cuerpos, estamos forzados a vivir con la ilusión de
lo que percibimos.
La risa es una oportunidad de trascender los límites que nos impiden ver a Dios
claramente. Incluso cuando las cosas se ven mal, incluso si estamos sufriendo,
sabemos que todo es para bien, pues hay un Dios benevolente detrás de todo que está
manipulando los eventos para nuestro beneficio.
El Talmud dice que en los tiempos del Mesías, "entonces, nuestras bocas se llenarán
de risa". ¿Por qué entonces y no ahora? Porque hoy el mundo está acosado por celos,
ambición, violencia, intolerancia y fraude. Sospechamos de nuestros vecinos y somos
cínicos con nuestros líderes. Manipulamos y buscamos sacar ventaja a expensas de
los demás. En lugar de cooperar, competimos.
Pero en la era mesiánica todo se va a voltear. Como dice el profeta: "El venado se
acostará con el león... y los niños pequeños jugaran en el nido de una cobra" (Isaías
11:6). En ese tiempo, cuando toda la verdad sea revelada, "entonces, nuestras bocas
se llenarán de risa".
Utiliza la risa para mantener tus problemas en proporción. Date cuenta de que
no son tan malos como parecen. La vida no es un conjunto de problemas, sino
de oportunidades.
La risa disipa la melancolía, la depresión y el dolor. ¡Utilízala como una manera
rápida de volver a la acción!
La risa destruye todo lo que se interpone en su camino, para bien y para mal.
Imagina que acabas de comprar un auto deportivo y que lo estás utilizando por
primera vez. Te vas acercando al semáforo y ves que cambia a color amarillo, por
lo que bajas la velocidad cuidadosamente y te detienes. De repente, alguien te
choca por atrás. Y como si esto fuera poco, el mismo conductor retrocede y te
vuelve a chocar. ¡Ahora estás furioso! ¡Han destrozado tu precioso y flamante auto
deportivo que te costó un año de salario!
Saltas enfadado hacia afuera del auto, listo para saldar cuentas con el tipo que te
hizo esto... cuando de pronto, un tipo enorme de dos metros de alto sale del otro
auto.
"Eee... disculpe señor", comienzas a decir, con un tono mucho más bajo que el que
originalmente pensabas utilizar. "Parece que accidentalmente chocó mi auto, ¿está
usted bien? ¿Tiene seguro?".
El Camino #22 es Erej hapaim, que significa literalmente ‗amplias fosas nasales‘. ¿Te
das cuenta de cómo se ensanchan las fosas nasales de una persona cuando está
enojado? Una herramienta para llevar una vida saludable es conquistar esta
frustración.
Una persona enojada actúa como un animal salvaje: deja a un lado toda la moderación,
cierra la puerta con fuerza y grita obscenidades. No evalúa las consecuencias de sus
acciones. Se ha dejado llevar por la frustración.
El primer paso para controlar el enojo es reconocer cuán contraproducente es. Cuando
sientas que la frustración está creciendo y una voz interna te dice: "Vamos a gritarle a
esa persona tan fuerte que se escuche del otro lado del mundo", pregúntate: "¿Qué
beneficio tendré? Sólo me avergonzaré a mí mismo y luego estaré arrepentido de mis
acciones".
Si pudiéramos ver un vídeo de nosotros mismos cuando nos enojamos, ¡la humillación
nos podría curar del enojo por el resto de nuestras vidas!
¿Alguna vez quisiste aprender una nueva habilidad —como un lenguaje diferente o un
instrumento musical— y al final renunciaste?
"Renunciar" es otra forma de dejarse llevar por la frustración. Debes darte cuenta que
vivimos en un mundo difícil y que tenemos que ser persistentes para poder lograr
cosas. Nunca des marcha atrás a medio camino. Sigue hasta el final.
¿Cómo reparamos esta falta? Mira la lista de las cosas a las que has renunciado.
Escoge una y decide llevarla a cabo. Y por el resto de tu vida, una vez que decidas
realizar algo, nunca renuncies. (A menos que estés objetivamente seguro de que "no
vale la pena"; por ejemplo, si calculaste equivocadamente la cantidad de esfuerzo
requerido en relación al pago final).
Perder la confianza
Además del resultado obvio de renunciar (es decir, no lograr tu objetivo), existe un
terrible efecto secundario, el hecho de perder la confianza en ti mismo. Si renunciamos
una vez, entonces la próxima vez que planeemos un proyecto, no confiaremos en
nuestra habilidad para llevarlo a cabo.
Para darte cuenta de lo destructivo que puede ser este patrón, haz una lista de los
proyectos que alguna vez pensaste, pero que nunca empezaste porque creíste que
nunca los podrías lograr. Ve cuán poca credibilidad tienes a tus propios ojos. Después
de unos cuantos fracasos, ¡obviamente esperas que eso siga pasando!
Cuando una persona deja de creer en sí misma, ha llegado a un callejón sin salida. De
ese punto en adelante, la persona comienza a aceptar la idea de que está bien ser
―mediocre‖. Y esa es una actitud autodestructiva.
Toma una decisión: de hoy en adelante, cuando sea que estés considerando un
proyecto, te sentarás y calcularás cuanto tiempo, energía y esfuerzo te exigiría dicho
proyecto. Después de eso, decidirás si vale la pena o no. Si concluyes que sí vale la
pena, entonces empezarás con confianza, y no te permitirás renunciar a menos que
ocurra algo fuera de tu control.
Cuando algo se torne difícil y una voz diga: "¡No vale la pena!", debes decirte a ti
mismo: "¡Sí vale!".
Para evitar renunciar, engáñate a ti mismo: Una maratón de tres horas puede ser casi
imposible de correr, pero 10 tramos de 18 minutos cada uno es más razonable. Divide
la meta en objetivos pequeños y realizables. Después, cuando estés en medio del
proyecto y sientas que ya no puedes seguir, sólo dite a ti mismo: "otros cinco minutos y
luego renuncio".
Cuando se acaben los cinco minutos, puedes regatear otros cinco minutos.
No importa cuál sea el resultado, cada paso exitoso mejora tu confianza en ti mismo y
te mantiene en el camino hacia el éxito.
La frustración de perder tiempo
La gente dice: "Lo único que quiero hacer es tomarme unas vacaciones y recostarme al
sol". Pero, ¿qué ocurre después de unas cuantas horas de estar sentados en la playa,
pensando, "Ahh... esto es vida"? Empiezas a sentirte inquieto e incómodo. Empiezas a
pensar en qué cosas constructivas podrías estar haciendo. Después de dos días en la
playa, ¡ya no sabes qué hacer!
Dios creó la frustración para motivarnos a lograr cosas con nuestra vida.
La vida es un desafío
¿Es razonable asumir que nunca experimentarás frustración y que tu vida será siempre
fácil? ¡Obviamente no!
En el libro de Proverbios, el Rey Salomón dice: "La persona justa cae siete veces y
luego se levanta. La persona malvada cae sólo una vez". Vemos que no se define a la
persona justa como alguien que nunca comete un error, sino que por el contrario, la
persona que logra obtener grandeza es aquella que lo intenta una y otra vez. Es
aquella que ve la frustración como una molestia pasajera y que por lo tanto nunca se
rinde. De hecho, ¡el caer siete veces puede ser precisamente la forma en la que se hizo
grande!
Tienes que distinguir entre lo que "esperas que pase" y lo que "probablemente pasará".
La vida inevitablemente tiene altos y bajos; momentos de relajación y tiempos de
tensión. Cuando aceptes esta realidad, estarás un paso más cerca de ser capaz de
lidiar con la frustración de una forma más sana.
La próxima vez que surja la frustración, sólo debes recordarte a ti mismo: "¡Así es la
vida!".
Disfrutando la frustración
Ser capaz de tolerar la frustración es una manera de lidiar con ella. Un nivel más
elevado —generalmente característico de aquellos que llegan a la grandeza— es
decidir amar la frustración y trabajar con ella.
En realidad, mientras más grande el desafío, más alto nos podremos elevar al
superarlo. Considera una persona muy enferma cuyo sufrimiento es intolerable. Él
puede decidir no dejar que el sufrimiento le robe más calidad de vida de la necesaria.
Puede decidir trabajar con el dolor, en lugar de trabajar en contra de él. En el instante
en que toma la decisión, logra reducir notablemente el sufrimiento, si no físicamente, al
menos emocionalmente.
Creyendo en ti
Hay dos tipos de problemas: Aquellos que sabes que pueden ser resueltos, y aquellos
que no estás seguro si pueden ser resueltos o no.
El primer tipo es obviamente mucho más fácil de manejar. Cuando sabes que puede
ser resuelto, tienes más ganas de luchar en contra de la frustración.
Siempre debes tratar de mover tus problemas a la categoría "conocida" de frustración.
Cuando primero aprendiste a andar en bicicleta, probablemente tenías miedo de caerte
y romperte la cabeza. Pero observaste a tu alrededor y viste a los otros niños que no
perdían el equilibrio. Ver a otros teniendo éxito te da confianza para realizarlo. (¡Si
nunca hubieras visto a alguien andar en uniciclo, pensarías que es totalmente
imposible!).
Deshazte de la actitud de "no puedo hacerlo". Eso te derrota y es una excusa para ni
siquiera intentarlo.
La sabiduría es una de las cosas más difíciles de obtener, y por lo tanto está sujeta a
muchas frustraciones. La próxima vez que estés estancado, mira a otros que han
tenido éxito. Sabemos que si ellos pudieron lograrlo, entonces nosotros también
podremos. Creer eso es tener la mitad de la batalla ganada.
Similarmente, para aquellos que creen que Dios le habló a la humanidad en el monte
Sinaí, y que le dio la Torá al pueblo judío, todos los problemas se mueven
automáticamente a la categoría "conocida" de frustración. Si Dios nos dijo que estamos
obligados a ayudar a la humanidad, a trabajar en conjunto y a amarnos los unos a los
otros, entonces, eso significa que estas cosas sí son realizables. Dios no es sádico. Si
no pudiese ser realizable, no nos hubiera ordenado hacerlo.
Es por eso que el judaísmo sostiene que el enojo y la frustración son equivalentes a la
idolatría. Porque decir "no puedo hacerlo", es como decir que Dios no está involucrado
en nuestras vidas. "No puedo" significa que no creo que Dios me pueda ayudar. Y eso,
es idolatría.
Los que se rinden nunca ganan, y los ganadores nunca se rinden. Si pierdes tu
temperamento significa que te rindes fácilmente.
Cuando sabemos que Dios es quien provee el desafío, entonces sabemos que
podemos lograrlo.
Dentro de nosotros hay una lucha interna entre dos inclinaciones opuestas:
actuar correctamente o ser egoístas.
Todos queremos ser buenos, pero no es fácil. Si le preguntas a una persona malvada y
a una persona bondadosa la misma pregunta: "¿Eres una buena persona?", quién
crees que diría: "¡Obvio que soy bueno!" ¿La persona malvada o la persona
bondadosa?
La respuesta es, ¡la persona malvada! El malvado puede insultar a su propia madre y
aún así pensar que es bueno. Si le dijeras: "¡Eso es terrible! ¿Cómo puedes hacerle
eso?", él probablemente racionalizaría y te diría: "Tú no entiendes. Ella me pidió que
saque la basura. Si saco la basura, ¿quién sabe qué otra cosa me pedirá después?,
¡Esto podría seguir así eternamente!".
El hombre bueno saca la basura. Tú le dices: "¡Veo que eres una buena persona!".
Él te responde: ―No, en verdad no soy tan bueno. ¿No te diste cuenta que mientras
sacaba la basura insulté a mi madre?".
El Camino #23 es Be lev tov, que significa literalmente ‗con un buen corazón‘.
La lucha por hacer el bien deriva de dos inclinaciones opuestas que hay en cada ser
humano. Una persona tiene dos corazones: uno que ama hacer lo correcto, y otro que
prefiere ser egoísta. Debes esforzarte por desarrollar una conciencia respecto a la
lucha que ocurre en tu interior. Por ejemplo:
Este es en realidad el conflicto entre cuerpo y alma. Tu alma eterna quiere hacer lo
correcto: amar a la humanidad, buscar justicia, ser altruista, sensible, honorable y
responsable. Tu alma lucha por alcanzar su potencial.
Por otro lado, tu cuerpo, que está destinado a la tumba, busca satisfacciones
momentáneas. Se siente atraído por la comida, la comodidad y la lujuria.
Incluso mientras lees esto, tu alma te está diciendo: ―Presta atención, ¡esto te ayudará
a ser grandioso!‖. Pero tu cuerpo la contradice: ―Todo este trabajo duro es demasiado
difícil. ¡Estoy bien como estoy!‖.
Ante cada decisión, los dos corazones se enfrentan y crean un dilema. Para triunfar en
la batalla debes enfocarte en tu deseo innato de ser bueno. Hazlo parte de tu modo de
pensar y verás un efecto apreciable a lo largo de tu día. Tomarás decisiones de forma
más madura y efectiva.
Distingue entre los dos corazones
Establecer qué corazón te está hablando en determinado momento puede ser muy
confuso.
―Ok, dame una semana de tu tiempo y te garantizo que puedo mostrarte cómo ser
feliz‖.
A menos que hagas el esfuerzo para diferenciar entre lo que quieres y lo que deseas, y
para clarificar qué aspecto está influenciando tus acciones, entonces probablemente
perderás oportunidades valiosas para alcanzar tus metas.
Hazte dos preguntas para aclarar el conflicto: ¿Qué quiero hacer versus qué tengo
ganas de hacer? Lo que quieres hacer es generalmente lo correcto, mientras que lo
que tienes ganas de hacer suele ser la opción más cómoda.
Definiendo “bueno”
Una definición apropiada de ―bueno‖ es el comienzo para todo lo que haces en la vida.
Obviamente no puedes inventar tu propia definición de ―bueno‖.
Debes investigar en fuentes confiables y luego analizar cuál describe de mejor manera
la condición humana y la realidad.
En Gaza, la definición de ―bueno‖ podría ser alguien que está dispuesto a atarse una
bomba al cuerpo para detonarla en algún lugar concurrido de Israel.
Una definición constante que tiene el mundo occidental sobre ―bueno‖ es el éxito
financiero. La gente cae en depresión si no son exitosos. ―¿Qué está mal conmigo? ¡No
puedo conseguir un trabajo gerencial! Debo estar mal. ¡Necesito un terapeuta!‖.
Si no nos mantenemos atentos podemos ser ricos y famosos, pero de todas formas
podemos estar atrapados en las drogas y sumidos en la depresión. ¿Por qué la típica
imagen de una estrella de cine es la de alguien que está lleno de disputas legales, que
no puede mantener un matrimonio funcionando y que gasta cientos de horas en el
psicoanalista?
Para el judaísmo, la definición de bueno está en la Torá. La Torá detalla cómo debe
actuar una persona buena con sus amigos, con su familia y con la sociedad como un
todo. Bondad es generosidad, justicia, verdad y lealtad a Dios.
Por lo tanto, debes tener cuidado y buscar la definición correcta. De otra forma, podrías
terminar descubriendo que has perdido 20 años con una mala definición.
Apégate a tu definición
Una vez que encuentres una definición correcta, debes apegarte a ella. El resto de la
gente siempre tratará de cambiar tu definición de ―bueno‖, especialmente cuando ésta
los hace sentir incómodos respecto a su propio comportamiento. Vas a necesitar
mucha convicción para mantenerte apegado a tu definición incluso si el resto se burla
de ti.
¿Por qué alguien jugaría a la ruleta rusa? Por miedo a que se burlen de él, a que lo
llamen cobarde. ¿Pero quién es el verdadero cobarde? ¡El que no tiene el coraje para
pararse firme frente a quienes se burlan de él! Al final, en vez de vivir como un cobarde,
muere como un cobarde. Es la mayor ironía: la percepción vence a la realidad.
Imagina que eres un exitoso cirujano. Eres famoso, rico, tienes una hermosa
esposa e hijos maravillosos. Eres presidente de tu sinagoga, y fuiste recientemente
nominado para recibir un doctorado de una prestigiosa universidad. ¡La vida es
grandiosa!
Ahora, vas viajando por el lejano oriente con amigos. Una noche, mientras tus
amigos están en el cine, la policía secreta va a tu dormitorio y dice: ―Tus
compañeros de viaje han sido clasificados como peligrosos espías. ¡Dinos dónde
están o te mataremos!‖.
¿Qué harías?
Obviamente, traicionar a tus amigos es algo terrible. Por otro lado, tú no quieres morir,
y nadie se enteraría de que delataste a tus amigos. Aún puedes ser un exitoso cirujano,
tener tu hermosa familia, ser rico y famoso, ¡e incluso podrías volver a casa a tiempo
para tu graduación de la universidad!
¿Qué harías?
No.
Este escenario revela algo muy profundo sobre todo ser humano: Ser bueno es tan
importante que incluso estaríamos dispuestos a morir por ello. (E incluso si fueses
capaz de matar a los 1.000 niños, probablemente después de eso volverías a casa y te
pegarías un tiro).
Si estás dispuesto a sacrificar tu vida por ser ―bueno‖, entonces probablemente no hay
una meta más alta en la vida que esa.
Entonces, ¡ve allá afuera y vive por ello! Aprovecha aquella fuerza que hay en tu
interior. Haz de la bondad tu meta de vida. Debes estar dispuesto a darlo todo. No le
estás haciendo un favor a nadie con ser bueno, sino que simplemente estás haciendo
lo que tu ―yo‖ interno quiere. Cuando haces lo correcto, siempre saldrás ganando.
En realidad, nuestro deseo de ser buenos no es más que la punta del iceberg. La
verdad es que todos nosotros queremos ir más allá del simple hecho de ser buenos,
queremos ser ―grandiosos‖.
Nadie quiere ser una persona promedio. Intenta decir: ―Quiero ser mediocre‖. ¡Ni
siquiera puedes pronunciar esas palabras! Eso es porque queremos ser grandiosos, y
no nos conformamos sólo con ser buenos.
¿Te gustaría descubrir la cura para el cáncer o eliminar la amenaza nuclear? ¡Obvio! A
todos nos gustaría liberar al mundo de sus problemas y unir a la humanidad en paz y
armonía. Ese es el concepto judío de Mesías. Él unirá al mundo nuevamente.
Una vez le pregunte a una clase: ―Díganme honestamente. En sus anhelos más
profundos, ¿quién desea ser el Mesías?‖.
Este es un profundo secreto espiritual: El alma, la chispa de divinidad que hay en cada
uno de nosotros, desea unirse con la fuente de toda la vida, Dios todopoderoso. Y es
por eso que todo ser humano, en el fondo de su ser, no estaría satisfecho ni siquiera
siendo el Mesías. Nuestras almas desean ser como Dios mismo.
De hecho, una de las mitzvot de la Torá es ser como Dios, emular sus caminos.
―¿Cuáles son las probabilidades de que haya una guerra nuclear en los próximos
20 años?‖.
Obtendrás una amplia gama de respuestas. Algunos dirán 90%, y otros dirán 20%.
¡Todo!
Bueno, te tengo buenas noticias: Dios te está apoyando. Dios dice: ―Si tú lo intentas, yo
te ayudaré. Quiero que endereces el mundo‖. Esa es la misión nacional judía de “tikún
olam”, de reparar el mundo. Si eludimos nuestra responsabilidad, tendremos que rendir
cuentas por ello.
No existe rendirse. Tú quieres ser grandioso, tú puedes ser grandioso, y tú tienes que
ser grandioso. Así que ve y hazlo. Aprovecha tu poderoso deseo de alcanzar grandeza.
Te está guiando por la vida, te guste o no.
Recuerda diariamente que quieres ser bueno. En general nos distraemos con la
rutina y olvidamos la importancia de esto.
Una vez que entiendas el conflicto interno, será mucho más fácil decidir
conscientemente.
Ante cada decisión pregúntate lo siguiente: ¿Qué quiere mi alma? ¿Qué desea
mi cuerpo?
Si vale la pena morir por hacer el bien, entonces también vale la pena vivir para
hacer el bien.
Hay una mitzvá de emular a Dios. Eso es lo que todos nosotros deseamos.
Hay mucho que aprender acerca de la vida. Quizás puedes descubrir todo solo, pero
eso es tonto y consume demasiado tiempo.
Para ser sabio, no basta con toparte ocasionalmente con sabiduría; debes perseguir la
sabiduría de forma activa. Mientras más sabiduría tengas, más vida, placer y
significado tendrás. La sabiduría es el mayor valor. Como dijo el Rey Shlomó: "¡Si
deseas la sabiduría como deseas el dinero y los tesoros enterrados, entonces la
encontrarás!".
¿Alguna vez has conocido a alguna persona que se fascine con cada palabra que dice
la otra persona, sin importar con quien esté hablando? ¡Esa es una vida rica! Como
dicen nuestros Sabios: "¿Quién es sabio? Aquel que aprende de todas las personas".
Aceptar consejos de las personas equivocadas, sin embargo, puede ser desastroso.
Piensa en cuánto cuidado tendrías antes de confiar tu dinero a otra persona. ¿No
deberías ser aún más cuidadoso con respecto a aceptar consejos sobre cómo vivir tu
vida?
Tomarse la sabiduría en serio significa apreciar cómo cada gota engrandece tu vida. La
gente comete generalmente el error de esperar que eventos grandiosos marquen una
diferencia en sus vidas, lo que significa que todo lo demás es tratado como "mundano".
No tienes por qué esperar una gran idea para cambiar tu vida dramáticamente. Incluso
un conjunto de ideas pequeñas y menos impresionantes podrían hacer un impacto
significativo en tu vida. Cuando escuches una pequeña idea, analízala e intenta extraer
su esencia.
Particularmente, cuando escuches una idea que no te hace sentido, no la deseches tan
rápidamente. Quizás tiene un mensaje más profundo que no has entendido todavía.
Obviamente no debes aceptar nada ciegamente, pero sé respetuoso y fíjate en quién
es la fuente de esa "sabiduría": si la persona tiene experiencia de vida, entonces existe
una probabilidad bastante decente de que lo que te está diciendo sea verdad.
Similarmente, cuando escuches una idea que sí te haga sentido, no te conformes con
eso solamente. ¡Regresa por más!
Para adquirir sabiduría, lo primero que debes hacer es decidir firmemente que lo que
quieres en la vida es la verdad y que no te vas a conformar con menos. Comienza a
buscar sabiduría ahora, y no esperes a llegar a alguna crisis para hacerlo.
Las personas sabias no son pseudo filósofos, son algo real. Lidian con asuntos como
"el propósito de la vida" y "el potencial de la persona para obtener grandeza". Están
constantemente involucrados en el estudio de la sabiduría y viven con la realidad de
esas enseñanzas.
Hay muchas ideas ahí afuera, y cada persona tiene una manera distinta de ver las
cosas. Cada credo, sociedad y religión cree que tiene la verdad; comunistas,
republicanos y demócratas, judíos, católicos, protestantes o musulmanes. Las
personas que crecen con estas ideologías generalmente aceptan lo que se les ha
enseñado. Entonces, ¿quién tiene razón? ¿Cómo sabemos dónde está la verdad?
No siempre es fácil llegar a una conclusión de forma inmediata, por lo que debes
evaluar lo que escuchas o lees. El factor determinante es ver si la ética que ellos
proponen ha creado una mejor sociedad. Si no es así, entonces debes buscar un
sistema de valores que sí beneficie a la sociedad, incluso si eso significa ir en contra de
las ideas con las que creciste.
La prueba de fuego
¿Cómo puedes juzgar si un mentor te está ofreciendo sabiduría verdadera o si son sólo
fórmulas vacías? He aquí algunos métodos para evaluar críticamente si debes creer en
aquella persona o no:
Uno de los aspectos más importantes del sistema educacional de la Torá es que los
rabinos a veces dicen cosas carentes de lógica para calibrar las mentes de los
estudiantes. Quieren chequear si los estudiantes están aceptando las cosas sin pensar
o si están escuchando con un oído crítico.
Conocimiento versus fe
¿Cómo puede saber una persona si un conjunto de ideas están basadas en una
evidencia sólida o en pura fe?
Antes que nada, vamos a definir nuestros términos. ¿Qué es fe? El diccionario define fe
como "una creencia sin prueba". ¿Qué es el conocimiento? "Verdad, hechos o
principios obtenidos a través de la investigación o evidencia".
La fe es por lo general un producto del deseo. ¿Alguna vez te han dado un consejo de
inversiones en la bolsa de valores que te garantizaba triplicar tu dinero en un mes? Es
difícil desechar este tipo de ofrecimientos, porque todos queremos ganar dinero
rápidamente. Muchas personas inteligentes han fracasado porque antepusieron sus
emociones a la evidencia.
Por otro lado, el conocimiento está basado en evidencia. Sabemos que existe un lugar
llamado China porque tenemos muchos productos en nuestra casa que dicen "hecho
en China". Existe mucha evidencia de que China existe, a pesar de que muchos de
nosotros nunca hayamos ido.
En otras palabras, ver es tan sólo una de las maneras de creer en algo. Hay muchas
otras formas de recolectar evidencia y llegar a conclusiones.
Ahora, ¿cuál de estas dos definiciones crees que describe con más precisión la base
del judaísmo? ¿La fe o el conocimiento?
Ésta es una manera sensata de vivir. Imagínate que llevas tu auto al mecánico.
Vuelves después de una hora y él te dice que necesitas un nuevo carburador. Cuesta
300 dólares (¡sin incluir la mano de obra!). Tú estás un poco enojado, por lo que le
preguntas: ―¿Cómo determinaste que necesito un nuevo carburador?‖. Él te responde:
"Muy simple, encendí el motor, puse mis manos sobre el volante y ‗sentí‘ que el auto
necesita un carburador nuevo".
Nadie va a gastar 300 dólares porque un mecánico "siente" que debe cambiarse.
Queremos pruebas concretas. Esa es la única forma de tomar una buena decisión. ¿No
es obvio entonces que debemos utilizar nuestra cabeza para tomar las decisiones
importantes de la vida?
Los 48 Caminos nos dicen: Escucha a la persona sabia, pero no aceptes sus palabras
incondicionalmente. Sé crítico. Si ves contradicciones, pregunta. Pero al menos debes
escuchar las respuestas. Considera sus palabras, incluso si van en contra de tus
prejuicios. Resuelve lo que no entiendas. Y luego, vive en base a la sabiduría que te
han enseñado.
Una fuente escondida: Tus padres
Nosotros por lo general asumimos que, a menos que una persona sea reconocida
como un estudioso o un hombre de negocios exitoso, carece de sabiduría. Pero la
verdad es que cualquiera que tuvo experiencia de vida posee una gran sabiduría.
Pensemos por ejemplo en tus padres. Aunque ellos quizás no te podrían enseñar sobre
cómo funcionan los computadores, sí saben mucho sobre la vida. Pese a que la moda
y la tecnología puedan cambiar, los aspectos profundos de la vida nunca cambian:
Puedes sorprenderte de cuánto saben tus padres acerca de los asuntos con los que
estás teniendo que lidiar actualmente. Como dijo Mark Twain: "Estuve cuatro años en la
universidad, ¡y me sorprendí de ver cuán sabio se volvió mi padre mientras estuve
lejos!".
No sólo ganarás sabiduría al consultar con tus padres, sino que además ganarás una
relación eterna que apreciarás ahora mismo y por muchos años más después de que
ellos hayan dejado este mundo.
Una parte esencial de la creencia del judaísmo es la idea de que Dios le confió Su
mensaje a los Sabios. Las personas sabias de los tiempos Talmúdicos estaban en un
nivel espiritual muy diferente de cualquier cosa que nos podamos imaginar hoy en día.
Eran personas grandiosas que estaban constantemente conectados a las esferas
metafísicas.
La Torá quiere que utilicemos nuestro cerebro. Esto significa: Debes creer en los
rabinos, pero no hagas que tu cabeza deje de pensar. Si bien los sabios no son
infalibles, aún así son la mejor fuente de verdad que tenemos disponible hoy en día.
Ellos entienden la palabra de Dios. ¡Aprende de ellos!
¿Por qué la búsqueda de la sabiduría es un camino a la sabiduría?
Todos han aprendido de sus experiencias. Pregúntate: ¿Qué sabe esta persona
de la vida que pueda ser valioso para mí?
Antes de aprender cualquier cosa, debes primero saber para qué vives. La gente
sabia sabe. Escúchalos.
Si eres judío, tiene sentido que busques en el judaísmo para obtener sabiduría.
Por más que todos tratan de minimizar el dolor en la vida, la verdad es que el dolor es
inevitable. Todo tiene sus altibajos. Por lo tanto, si queremos tener éxito en la vida, la
clave no es eliminar el dolor por completo (ya que eso es imposible), sino tratar de
entenderlo y aceptarlo.
El Camino #25 es: Be kabalat haisurim, que significa literalmente ‗aceptando el dolor‘.
Los 48 caminos dicen: El dolor es el precio que pagamos para obtener placer. Todos
los placeres duraderos de la vida —buenas relaciones, carreras exitosas, búsqueda de
significado— requieren de mucho dolor y esfuerzo para ser alcanzados.
Un ejemplo de dolor/placer
No es un accidente que el placer más grande de los padres sea al mismo tiempo su
fuente de dolor más grande. Porque cuanto más grande es el placer, más esfuerzo se
requiere.
Además de esto, mientras mayor es el dolor que experimentamos cuando nos dirigimos
hacia una determinada meta, más disfrutaremos el éxito de alcanzarla. En otras
palabras: mientras más pagamos, más lo apreciamos.
Eso suena lógico. Entonces les digo: "Está bien, no te preocupes por el dinero, te
ofrezco un millón de dólares por una de tus hermanas. Tienes tres, no extrañarás si te
falta una de ellas. Le voy a dar todas las oportunidades. No le pasará nada malo. Sólo
que no la volverás a ver nunca más".
"¿Estás loco? Estás hablando de mi hermana. ¡No aceptaría ni diez millones de dólares
por ella!".
¿Ves? Si te alejas de las dificultades o del esfuerzo, estarás realmente huyendo del
placer.
Miedo al dolor
Comúnmente, el miedo al dolor es peor que el dolor mismo. Una vacuna dura un
segundo, pero la anticipación al dolor puede durar horas.
El miedo es la mayor restricción que hay. Si tienes miedo de viajar, nunca irás a ningún
lado. Si tienes miedo de hacer un esfuerzo físico o emocional, entonces no lograrás
nada, no crecerás, no encontrarás la verdad.
Todos tenemos una decisión que tomar: pagar el dolor de intentarlo o pagar el dolor
emocional de saber que eres demasiado débil para intentarlo. Por ejemplo: si no
buscas trabajo, evitarás el dolor al rechazo, pero tendrás el dolor de ser un cobarde el
resto de tu vida. Y ese dolor siempre te perseguirá.
¿Qué es lo que pasa por la cabeza de alguien que decide suicidarse? ¿Qué es lo que
lo motiva a tomar una pistola para poner fin a su vida?
En las palabras de Shakespeare: "Ser o no Ser, esa es la cuestión. Ya sea soportar los
tiros y las flechas de la monstruosa fortuna, o tomar armas en contra del destino... para
acabarlo todo".
Cuando confrontes situaciones difíciles recuerda: "El dolor es pasajero, los resultados
son duraderos". De hecho, el dolor suele ser algo que debemos atravesar para poder
acceder a un mundo de placer. Un buen ejemplo es un dentista. El torno y el relleno de
la muela llevan una hora, y el dolor se sentirá por dos horas más. Pero el relleno
prevendrá que se caiga el diente y te permitirá comer por muchos años más.
Miedo a la realidad
El miedo más grande que tiene la gente, y el más difícil de superar, es el miedo de
enfrentar la realidad. La gente prefiere vivir en una ilusión antes que despertar a la
realidad.
¿Por qué? Porque si la realidad resulta ser diferente a lo que estamos acostumbrados,
entonces eso significa que debemos cambiar nuestro rumbo en la vida, y eso duele.
Todos escogemos escapar, ahora y después, por el esfuerzo que involucra alcanzar las
metas y ambiciones que tenemos en la vida. Todos queremos grandeza; todos
queremos cambiar el mundo. Sólo que no siempre tenemos ganas de esforzarnos.
Entonces nos distraemos y escapamos de lo que realmente somos y de lo que
queremos lograr.
Los 48 caminos dicen: Duele mucho más cuando la realidad nos confronta,
especialmente cuando es demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Como ejercicio, haz una lista de las metas que te encantaría alcanzar si no hubiera
ningún dolor de por medio. Después, al lado de cada meta, escribe la cantidad de dolor
que piensas que tendrías que experimentar para alcanzar esas metas.
Después, escribe qué es lo que hace que tu meta valga la pena. Ahora compara las
dos columnas. Si una meta realmente vale la pena, entonces te darás cuenta
instantáneamente de cómo tu miedo al dolor te está impidiendo alcanzar esa meta. ¡Y
te mostrará también que en realidad sí estás dispuesto a pagar el precio del dolor para
alcanzarla!
Ahora bien, ¿qué pasaría si les pidieras que realicen el siguiente experimento?:
¿Cuánto tiempo crees que podrían soportar? Tal vez cinco minutos. Porque sin la
pelota no hay placer que los distraiga del dolor. ¡Cada paso se transforma en un gran
esfuerzo!
Imagínate a un niño pequeño jugando a la pelota con sus amigos. Se cae, se raspa la
rodilla y empieza a llorar. Pero cuando sus amigos gritan "¡miren cómo llora el bebé!",
él rápidamente se reincorpora y sigue jugando.
Una hora después el niño llega a casa, entra por la puerta, le enseña la rodilla a su
madre, ¡e inmediatamente empieza a llorar!
Nuestro disfrute de la vida tiene mucho que ver con la manera en la que lidiamos con el
dolor. Mucha gente ha aprendido a decir: "¿¡Y qué!?", y toman el dolor de forma liviana.
Otros se enfocan en su dolor y se atoran en un nudo de quejas y autocompasión.
Mucha gente comete el error de enfocarse en sus faltas en lugar de enfocarse en sus
fortalezas. Esto causa dolor y angustia sin sentido. Todo ser humano ha sido creado
con talentos y un potencial maravilloso. Por lo tanto, obsesionarte con tus faltas es
igual de absurdo que ir a un delicioso restaurante, el cual tiene una hermosa vista y una
bella decoración… y a continuación inquietarse por el hecho de que no haya sal. ―¡NO
HAY SAL! ¡¿Cómo puede ser?! ¡Es una falta de respeto!‖. Lo que podría haber sido
una velada encantadora se transforma en una pesadilla para ti y para quienes te
acompañan.
Aquellos que alcanzan grandes cosas son los que tienen la capacidad de soportar el
dolor más grande. ¿Detendrías una revolución porque tienes una astilla en el dedo?
¿Dejarías de obtener sabiduría por un dolor de cabeza?
Aprende a enfocarte en lo bueno dentro del dolor y descubrirás la bondad que la vida
tiene para ofrecer.
El dolor de otros
Las reglas son diferentes cuando se trata del dolor de otros. No ignores su dolor.
Cuando vayas a visitar a un amigo al hospital no empieces a predicarle que vea el "lado
positivo de las cosas". La compasión y el entendimiento ayudarán a aliviar su dolor.
Son pocos los que van más allá de sí mismos para buscar soluciones reales a los
problemas.
Dios pudo crearnos como robots automáticos. Pero en lugar de eso, nos dio a cada uno
de nosotros una serie de desafíos, y el potencial para superarlos. Así es como
crecemos y "reparamos nuestras almas".
Cada momento que estamos vivos utilizamos nuestro libre albedrío para escoger entre
la vida y la muerte, realidad o fantasía. Es una elección constante. Estamos tomando la
decisión de soportar el dolor y crecer, o estamos renunciando.
Esto no quiere decir que deberíamos desviarnos de nuestro camino para buscar
dificultades. Pero si hay un proceso que debemos enfrentar, entonces es absurdo
evitarlo. Comúnmente nos ocupamos con distracciones para escaparnos de la
confrontación con la realidad. Pero ésta siempre nos termina confrontando de igual
forma. Porque es parte de nuestra razón de existir, es parte del plan Divino.
El esfuerzo es un proceso que cada uno de nosotros debe atravesar. Hay lecciones
cruciales en la vida que debemos aprender, y precisamente esa es la razón por la cual
nuestras almas tienen que venir a la tierra en primer lugar. Nuestra grandeza es utilizar
nuestro libre albedrío para resolver conflictos, para luchar y avanzar. Para enfrentar los
problemas, y no para escapar.
Si saltas del barco cuando las aguas se ponen agitadas, no llegarás a la costa.
Acepta el dolor de confrontar la realidad y de encontrar la verdad.
Lidia con las dificultades de la vida mediante encontrar placer en medio del
dolor.
Toda persona tiene una contribución única que hacer en este mundo. Descubre
quién eres y cuál es tu lugar dentro del gran esquema.
El Camino #26 es Ha-makir et mekomó, que literalmente significa ‗el que conoce su
lugar‘. ¿Sabes dónde estás parado en relación a los demás? Evalúa tus fortalezas y
debilidades de manera realista.
Al aprender cómo calcular esto serás capaz de evaluar si eres el más capacitado para
determinado trabajo o no. Si lo eres, entonces no debes detenerte a causa de la falsa
modestia. Es tu obligación dar un paso hacia adelante y tomar el liderazgo. Por otro
lado, también significa saber cuándo son otros quienes están más capacitados para
realizar el trabajo y ser capaz de dar un paso al costado.
A veces, el silencio es muy preciado. El Talmud enseña que "una persona no debe
hablar en la presencia de alguien más sabio que él". No te apresures en mostrar lo
poco que sabes.
Puedes creer que eres lo mejor que hay, hasta que entras a un cuarto que está lleno de
genios y te das cuenta que aún tienes mucho por aprender. O puede que no tengas
muy buena opinión de ti mismo, hasta que entras a un cuarto lleno de fracasados y te
das cuenta que no eres tan malo después de todo.
Nuestros sabios nos enseñan que debemos llevar constantemente con nosotros dos
pedazos de papel, uno en el bolsillo derecho y otro en el bolsillo izquierdo. En un papel
debe decir: "Todo el universo fue creado sólo para mí" (Talmud, Sanedrín 38a). Y en el
otro deben estar escritas las palabras de Abraham: "No soy sino polvo y cenizas"
(Génesis 18:27).
Debes conocer tu lugar. Antes de comenzar a hablar, piensa un segundo: ¿Es este un
momento indicado para hablar, o es mejor callar?
Tu rol especial
Cada uno de nosotros tiene un rol especial que desempeñar en este mundo. Cada ser
humano posee una combinación única de personalidad, talentos y circunstancias.
Nuestro papel depende de muchos factores, no sólo de nuestros talentos innatos, sino
también de las necesidades de la época.
La Torá nos cuenta que un día Moshé vio a un egipcio agrediendo a un judío.
"Y Moshé observó a su alrededor y vio que no había ningún otro hombre, y actuó"
(Éxodo 2:11-12).
¿Por qué la Torá nos dice que "no había ningún otro hombre‖? Porque Moshé estaba
revisando si había algún otro hombre disponible, alguien que estuviese más capacitado
para el trabajo. Porque si buscas liderazgo cuando no es necesario, entonces significa
que lo quieres por motivos personales y no por las necesidades del pueblo. Sólo
cuando Moshé vio que no había nadie más calificado que él, entonces decidió actuar.
Evalúa la fuente
Para evitar costosos errores de juicio, debes aprender cómo evaluar las opiniones de
los demás. Generalmente asumimos que alguien sabe más que nosotros sólo porque
es mayor, porque tiene más experiencia o porque ocupa una posición más elevada.
Pero esto no necesariamente es así. Sólo porque alguien es exitoso en los negocios no
significa que pueda aconsejarte acerca de cómo tener un matrimonio feliz.
Cuando alguien exprese un punto de vista, ponlo en perspectiva: ¿Esta persona sabe
de qué está hablando? ¿O no es más que un sabelotodo?
Por otro lado, cuando tu conocimiento no es suficiente, no dejes que tu ego te engañe.
A todos nos gusta pensar que tenemos suficiente sentido común como para saber qué
es lo que debemos hacer en la vida. Pero a veces necesitas la ayuda de los demás.
Si estás pensando en casarte, busca una persona sabia y pregúntale: ¿Cómo me debo
preparar para el matrimonio? ¿Qué cualidades internas debo buscar en una pareja?
¿Cómo puedo saber si encontré a la persona "adecuada"?
A veces carecemos de confianza en nosotros mismos, ya que, ¿quién puede decir qué
punto de vista es el correcto?
Los 48 caminos dicen: La claridad absoluta sí es posible. Por ejemplo, tienes claridad
absoluta de que tienes cinco dedos en tu mano. Nadie te puede convencer de que
tienes 75 dedos. Tú puedes contar esos cinco dedos en tu mano. Hay tanta evidencia
para apoyar tu declaración que eso la transforma en una convicción inamovible.
El judaísmo dice que tenemos que tener ―claridad de cinco dedos" sobre nuestras
creencias y valores.
Una forma de ganar confianza es definir las cosas. Te vas a casar. ¿Amas a la
persona? ¿Qué es el amor? ¿Cómo se diferencia el amor del enamoramiento?
Asume responsabilidad y sé consecuente con tus decisiones. Eres responsable por tus
actitudes y tus acciones, en lo que sea que estés involucrado. Las cosas no se
―arreglan solas‖. Tienes que hacer el esfuerzo apropiado para evaluar tus decisiones y
para entender en qué se basan. Pregúntate: ¿Cuál es mi posición en este asunto?
¿Realmente sé de qué estoy hablando? ¿Tengo definiciones? ¿Tengo evidencia que
apoye mi posición? ¿Soy yo el que está hablando o estoy repitiendo algo que escuché
o leí?
Ser sensible es uno de los pasos más importantes para conocer tu lugar. No debes
solamente "estar" con la gente. Toma conciencia de ellos. ¿En qué son fuertes y en
qué son débiles? Eso te ayudará a entender mejor dónde estás parado.
Analiza tus relaciones con la gente que es importante para ti. ¿Tu relación es de
maestro-alumno? ¿Padre-hijo? ¿Amistad? ¿O una combinación?
Por otra parte, podrás descubrir que algunas de tus relaciones son una lucha de poder,
una constante lucha por obtener el control.
A veces, los padres pueden tratar a sus hijos de 25 de la misma forma que cuando
tenían 15, y viceversa. (Similarmente, los adultos pueden tratar a sus padres como
cuando eran niños). Corrige esto.
Un elemento básico para conocer tu lugar es poner tu relación con Dios en perspectiva.
La primera cosa que un judío debe decir en la mañana al despertarse es el rezo de
"Modé aní".
Cuanto más elevada es la persona espiritualmente, más humilde es. Cuanto más nos
acercamos a Dios, más realistas nos volvemos respecto de nuestras propias
limitaciones, vulnerabilidad y mortalidad. Internalizamos que la realidad de cada ser
humano es pasajera y que sólo Dios es eterno.
Moshé fue llamado "el hombre más humilde" porque al estar parado frente a Dios sabía
cuál era su lugar. Cualquier otra actitud evita que Dios se manifieste. Esa es la razón
por la cual el Talmud compara la arrogancia con la idolatría; ambas alejan la presencia
de Dios.
Cuando somos humildes frente a Dios, sentimos la unidad del mundo, en vez de sentir
la energía negativa. Estamos más relajados y calmados, y somos más flexibles. Y esto
influye en todas nuestras relaciones interpersonales: en nuestro trabajo, matrimonio,
comunidad y en la construcción de nuestro pueblo.
Moshé se transformó en el líder del pueblo judío porque se vio a sí mismo meramente
como un servidor del pueblo y de Dios. Era capaz de valorar las necesidades y anhelos
de todo el pueblo.
¿Por qué conocer tu lugar en el mundo es un camino a la sabiduría?
Cuando estés en presencia de alguien más sabio, piensa dos veces antes de
hablar.
Una vez vino un joven a visitarme a Jerusalem. Él tenía una actitud inusualmente
alegre, por lo que le pregunté cuál era su secreto. Él me contestó:
"Mientras estaba tirado sangrando, me di cuenta de que tendría que vivir el resto
de mi vida sin una pierna. ¡Qué deprimente! Pero luego me di cuenta de que el
hecho de estar deprimido no me devolvería mi pierna. Entonces decidí que desde
ese momento, no perdería mi vida viviendo en la desesperanza".
"Desde ese momento, veo a mis amigos enojarse por cosas insignificantes: el
autobús llegó tarde, tuvieron una mala calificación en la escuela, alguien los
insultó. Yo, en cambio, simplemente disfruto de la vida".
A la edad de 11 años, este joven obtuvo la claridad necesaria para entender que
enfocarte en lo que te falta es una pérdida de energía. La clave de la felicidad es
disfrutar lo que ya tienes.
¿Suena simple, verdad?
Obtienes el automóvil. ¿Qué pasa entonces? Durante toda una semana te sientes en
las nubes. Pero después de esa semana, vuelves directamente a tu estado de
infelicidad.
El Talmud dice: "¿Quién es rico? Aquel que aprecia lo que tiene". (Pirkei Avot 4:1).
Es por eso que en los rezos matutinos comenzamos agradeciéndole a Dios por lo
simple y obvio:
Una vez que logres dominar el arte de darte cuenta de las cosas, de apreciarlas y de
disfrutar conscientemente lo que ya tienes, entonces siempre serás feliz.
—Umm… No hay problema señor. Que tenga un buen viaje. ¿Quiere decir sus
últimas palabras?
—Señor, cierre sus ojos por un minuto e imagínese que es ciego. No puede
apreciar los colores, los niños jugando, los campos de flores o las puestas de sol.
Ahora imagínese que de repente ocurre un milagro. Usted abre sus ojos y ¡ha
recuperado la visión! ¿Usted saltaría o se quedaría una semana más para disfrutar
de su visión?
Un ojo vale por lo menos 5 millones de dólares. ¿Tienes dos? ¡Entonces eres
enormemente rico!
Si realmente apreciaras tus ojos, entonces todos los demás problemas serían
insignificantes para ti.
Sin embargo, si das todo por sentado, entonces nada en la vida te brindará felicidad.
Concepción errónea #1: "Una vez que conozca las herramientas para ser feliz,
entonces seré feliz instantáneamente".
De hecho, muchas personas pueden escoger estar cómodos y ser infelices, en lugar de
soportar la incomodidad de cambiar sus hábitos.
Al igual que para aprender cualquier nueva destreza necesitas esfuerzo, para lograr
una verdadera felicidad también necesitas invertir mucho esfuerzo.
Concepción errónea #2: "Si me conformo y estoy satisfecho con lo que tengo,
voy a perder la motivación para lograr más".
La gente feliz es ambiciosa y está llena de energía. Nunca hay suficiente tiempo para
hacer todo lo que quieren hacer.
Tienes una obligación de estar feliz cuando tu estado de ánimo afecta negativamente a
los demás. No les arruines la diversión.
Todos tratamos de poner una cara alegre cuando estamos en una fiesta. ¿Pero qué
hay de cuando estamos en casa, o con nuestros hijos? ¿O cuando llegamos a la oficina
un lunes por la mañana?
Al igual que un agujero en medio de la calle, una actitud amarga es una amenaza
pública. Ser feliz es ser considerado con las personas que nos rodean.
Para comenzar a apreciar la vida, identifica algunas de las cosas por las cuales estás
extremadamente agradecido y repásalas cada mañana durante un lapso de un mes.
Por ejemplo: tus ojos, tus manos, tus hijos, tu gato.
Fija un tiempo cada día para reflexionar sobre estas cosas. Siente gratitud por ellos.
Este ejercicio puede cambiar el estado de ánimo de incluso el más miserable de
nosotros.
La próxima vez que visites a tu tía (esa que siempre se queja), dile respetuosamente:
—Tía, hoy vine a sufrir contigo. Pero antes de que te quejes y de que suframos
juntos, es justo que también compartas conmigo 5 cosas placenteras que te han
ocurrido el día de hoy.
—Sí.
No la dejes librarse tan fácil con esa simple respuesta. Trata de que comparta
contigo el placer.
—¿Era dulce? ¿Estaba caliente? ¿El aroma era agradable? ¿Te dio energía?
(Seguro que querrá quejarse pues para eso te invitó).
—¿Te lavaste la cara al levantarte? ¿Fue placentero? ¿El agua estaba tibia? ¿Fue
agradable? Revivan juntos esos pequeños placeres. Luego otro más.
Después de que ella te describa 5 cosas placenteras, sus quejas no serán tan terribles.
Para trabajar realmente en esto, siéntate con tu pareja (o compañero de cuarto) cada
noche y hablen sobre una cosa placentera que tuvo cada uno en su día. Al final,
¡tendrás una pareja o compañero de cuarto más feliz!
Incorpora esto a tu rutina familiar para que tus hijos puedan apreciar sus placeres
diarios.
Tómate una hora y escribe todas las cosas por las cuales estás agradecido.
Mucha gente vuela en los primeros 15 minutos. Durante los siguientes 15 minutos la
pluma se mueve más lentamente. Los siguientes 15 minutos se hacen más difíciles,
pero puedes lograrlo si incluyes tus pestañas y tus calcetines...
Una vez que la lista esté completa, agrega diariamente una pequeña bendición que
haya en tu vida sobre la cual estés agradecido.
El poder de este ejercicio es claro: tienes que estar consciente de todas las
bendiciones que hay en tu vida para ser capaz de apreciar las bendiciones que se te
presenten en el futuro.
Comparar las distintas bendiciones de tu vida te fuerza a entender las sutilezas de los
diferentes aspectos de cada una y a cuantificar cuanto placer te da cada una de ellas.
El Camino #28 es Haosé siyag lidevarav, que significa ‗hacer un cerco protector‘. Si
encuentras un "hoyo" en tu vida, entonces necesitas un cerco para evitar caerte y
herirte a ti mismo y a los demás. Tienes que encontrar métodos que te ayuden a evitar
caer en errores.
La vida es demasiado corta como para esperar a que el daño esté hecho para construir
un cerco. Empieza ahora haciendo una lista de las debilidades que debes corregir,
como por ejemplo: gastar más allá de tu presupuesto, descuidar a tu esposa e hijos, o
siempre llegar tarde.
El Rey David dice en los Salmos: "Mis errores están frente a mí constantemente".
Mantén una lista con tus errores, repásalos cada día y asegúrate de no volver a caer en
ellos.
Cuando tomes una resolución, comprométete con ella. Establece una fecha en la cual
pondrás tu plan en acción, y escríbela en tu calendario. Ponte metas y monitorea tu
progreso.
A medida que se desarrolla tu estrategia, visualiza las posibles caídas que puedan
ocurrir y desarrolla un plan para evitarlas. Haz una estrategia de cómo sobreponerte a
los obstáculos. Después, si los obstáculos se presentan realmente, recuerda: ¡sólo
fueron puestos en mi camino para que yo los sobrepase, para fortalecerme y para
ayudarme a crecer!
Los hombres de negocios tienen que tener un sistema de control de calidad. Cualquier
negocio perdería rápidamente participación de mercado si algunos de sus productos
fuesen de mala calidad, inclusive si los otros fuesen perfectos.
Y es ahí donde los cercos entran en juego. Sin límites claros de demarcación, los seres
humanos utilizan todo tipo de lógicas retorcidas para racionalizar lo que quieren hacer.
Por ejemplo: "Mi caso es una excepción", "Eso no me afectará a mí", etc.
Los cercos son necesarios principalmente en aquellas áreas donde los impulsos físicos
pueden superar nuestra objetividad.
Idea un método que te asegure que sin importar lo que hagas, nunca caerás bajo un
estándar que sea acorde a tus habilidades y metas. Establece estándares de
excelencia y atente a ellos.
Protege tu confianza
Cada vez que fracasas en llevar a cabo una decisión o una idea, sufres no sólo la
pérdida de tiempo, sino también la falta de confianza que eso crea. Desgasta tu
credibilidad. Después de un tiempo, ya nunca más harás siquiera el esfuerzo.
Pregúntate a ti mismo en qué punto sueles perder la inspiración para llevar a cabo tus
decisiones. Luego, diseña un sistema que te dificulte echarte hacia atrás.
Para crear confianza, escoge cosas de tu lista de "cosas por hacer", incluso algunas
cosas pequeñas que no consuman mucho tiempo. El hecho de completar 10 cosas
pequeñas levantará tu confianza mucho más que una sola cosa grande. ¡Y tu éxito con
las cosas pequeñas te dará más confianza para llevar a cabo las grandes!
El mejor cerco para evitar desperdiciar tu vida es el Jeshbón Hanefesh, ‗la contabilidad
espiritual‘. Necesitas un sistema regular para evaluar tus acciones y tomar conciencia
de dónde estás parado.
Cada noche antes de dormir, repasa los eventos del día y evalúa lo que ganaste y lo
que perdiste. Después, haz un plan para que el día siguiente sea más productivo.
Pregúntate:
Si vas a viajar a Europa, lo primero que harías sería leer una guía de turismo para
determinar los lugares que visitarás. No quieres ir sin un plan, ¡ya que probablemente
te perderías todos los lugares de interés y las distintas experiencias que hay!
"Planear con anticipación" también significa ver el futuro distante. Nuestros sabios
enseñan que "los ojos del sabio están frente a él". Esto significa que una persona sabia
no pierde su tiempo obsesionado con los errores pasados, sino que mira hacia
adelante y busca estrategias para corregirlos. Cuando tengas 70 años y mires hacia
atrás, ¿qué es lo que quieres ver que lograste? Si supieras que sólo te queda un día de
vida, te preguntarías: "¿Quién soy? ¿De qué se trata la vida?".
No estamos solos. Muchas personas han transitado exactamente por los mismos
caminos. Algunos han tenido éxito en sobreponerse a los obstáculos, mientras que
otros siguen luchando. Pero todos tienen experiencias y consejos de los cuales nos
podemos beneficiar, y generalmente la gente se siente feliz de ayudarnos.
Una buena manera para construir un cerco es contratar a un nudnik amigable. Pídele a
un amigo que te llame la atención cada vez que comas más de un pedazo de pastel,
que comas entre comidas o que pases cualquier límite que te propusiste no pasar.
Nuestros sabios nos enseñan: "Dos son mejor que uno. Cuando uno cae, el otro lo
levanta". Cuando las cosas se ponen difíciles, busca un sistema de apoyo.
Parte de ser libre es tener la habilidad de elevarnos a nosotros mismos por sobre el
denominador común. Todos hemos visto la agresión sensorial que hay en la publicidad,
las modas inmodestas y la violencia que hay en la televisión.
Antes de comer, una persona se lava las manos para asegurarse de no consumir tierra
ni gérmenes. De la misma forma, alguien que se preocupa por su bienestar espiritual
selecciona todos los tipos de consumo: qué películas ver, con qué amigos pasar el
tiempo, qué estándar de ética llevar en el negocio, etc.
Las calles están repletas de una multitud de opciones. Pero no debemos consumir
indiscriminadamente. Evita los errores que la humanidad comete. Por ejemplo, muchas
personas:
Los 48 caminos dicen: Ponte límites. Piensa antes de consumir. La verdadera libertad
es tener la posibilidad de decir: "¡Escojo no formar parte de eso!".
¿Por qué la construir cercos es un Camino a la Sabiduría?
Enfrenta la guerra con estrategias. Haz un plan para saber hacia dónde te
diriges.
Distingue entre orgullo ("soy mejor que los demás") y placer ("soy afortunado").
Imagínate que ganas la lotería. ¡No cabrías en ti de alegría! ¿Pero acaso atribuirías tu
nueva fortuna a tu increíble inteligencia y habilidad? ¡Por supuesto que no! Por otro
lado, si inventas un producto que te hace ganar un millón de dólares, es probable que
empieces a creer que eres mejor que los demás.
Existe un sentimiento positivo —justificado, por cierto— que se genera al lograr algo.
Pero los 48 caminos dicen: Cuando logramos algo, debemos distinguir entre orgullo y
placer.
Orgullo significa: "Lo logré. Por lo tanto, soy mejor que los demás".
Placer significa: "Gracias a Dios se me dio esta oportunidad para disfrutar y lograr
algo. No soy mejor, sólo soy afortunado".
El Camino #29 es Einó majzik tová leatzmó, que significa literalmente ‗no atribuirse
méritos a uno mismo‘. Reflexiona por algunos minutos y piensa en algo de lo cual estés
realmente orgulloso. ¿Te hace sentir más agradecido o más arrogante?
Sin embargo, la gente suele presumir de tales cosas. ¿Te sucedió alguna vez que
estabas en cama con un resfrío terrible y un visitante te dijo con orgullo "yo nunca me
enfermo"? Si hubieras tenido fuerzas, ¡lo habrías tomado del cuello!
En definitiva, todo lo que poseemos es un regalo de Dios. A los arrogantes les cuesta
reconocer esta realidad. No quieren aceptar que Dios los ha ayudado, porque no están
dispuestos a renunciar al orgullo que acompaña a sus logros.
La próxima vez que sientas orgullo por una habilidad natural, pregúntate: "¿Acaso hice
algo para conseguirla?".
¿Tuviste alguna vez un amigo que repentinamente se volvió rico o alcanzó el éxito
profesional y ahora apenas te dirige la palabra?
Es común que nos volvamos arrogantes por las cosas que logramos mediante nuestro
esfuerzo, porque es entonces cuando una persona realmente siente que "lo logró".
La manera de cuidarte ante esta clase de orgullo consiste en sentirte agradecido por
las ideas que tuviste y con las personas que te ayudaron a alcanzar tu meta. Nunca
lograríamos nada si no fuera por nuestros padres y maestros, o si no fuera por las
personas que trazaron el camino antes de nosotros. Es bueno disfrutar de nuestros
logros, ¡pero no al extremo de pensar que eso nos hace superiores a los demás!
Por ejemplo, tú sabes como utilizar una computadora. Tus abuelos probablemente
nunca utilizaron una computadora, a pesar de que no son menos inteligentes que tú.
Tus destrezas computacionales sólo son posibles gracias a la época en la que vives. Y
la siguiente generación sin duda poseerá habilidades tecnológicas que hallarás
igualmente intimidantes.
Debemos enfocarnos bien. La próxima vez que empieces a sentirte orgulloso de algo,
pregúntate: "¿Acaso controlé todas las circunstancias que me colocaron en el lugar
indicado y en el momento preciso para gozar de esta maravillosa oportunidad?".
Mantente alerta de los presumidos
Los presumidos son prepotentes. Tienen muy poca paciencia con quienes no tienen
idénticos logros a su haber.
Por otro lado, los padres que se sienten agradecidos por su éxito son pacientes con las
personas que no tienen determinadas habilidades – especialmente si son sus propios
hijos.
¿Escuchaste alguna vez a alguien decir "nunca le hice mal a nadie"? Esa sería una
gran proeza si fuese verdad. Sin embargo, es muy poco probable que nunca haya
insultado a algún familiar o amigo.
Además, siempre hay niveles superiores de "bondad", como por ejemplo luchar por la
justicia social. No debes presumir ni ser arrogante por las cosas buenas que hayas
logrado, porque no existen límites con respecto a lo que podemos lograr.
¿Acaso las personas religiosas piensan que son mejores que los demás? Es verdad
que creer que posees la palabra revelada de Dios puede llevarte a la complacencia y a
la arrogancia. Pero es por ese motivo que las personas religiosas intentan esforzarse al
máximo por ser humildes.
La arrogancia en la sociedad
Siéntete agradecido hacia tus maestros. Es arrogante decir: "Esto es sencillo, siempre
lo supe". Si alguien invierte tiempo para enseñarte algo, reconoce su esfuerzo,
independientemente de si piensas que has aprendido algo o no.
Debes darte cuenta del daño que puede provocar el orgullo. Si alguien se te acerca y
cuestiona algo de lo cual te sientes orgulloso, entonces lo tomarás como un ataque
personal, te pondrás a la defensiva y esto te impedirá poder seguir prestando atención.
Pero si alguien te dice que estás haciendo algo mal y dejas el orgullo de lado, entonces
escucharás con atención. "¡Si obtuve tanto placer de hacer lo que yo creía que estaba
bien, entonces cuánto mayor será el placer que podré obtener por hacer algo que
realmente esté bien!".
La gente comete el error de pensar que tienen que pregonar su éxito para sentirse bien
al respecto. Pero la verdad es que el no atribuirse méritos suele traer como resultado
un mejor sentimiento, porque de esa manera hacemos el bien sencillamente porque es
lo correcto y no por la fama que nos pueda ofrecer.
¿Qué le pasa a una persona arrogante cuando entra alguien más importante que él a la
habitación? Se queda misteriosamente callado.
La mejor medicina contra la arrogancia es darse cuenta que Dios nos puso en este
mundo para lograr grandes cosas. Todos queremos ser el que mete el gol ganador del
partido. Si reconoces esta necesidad de alcanzar la grandeza, entonces te darás
cuenta que no importa lo que hayas logrado, aún no haz ni siquiera comenzado a
desarrollar todo tu potencial.
Un antiguo dicho dice que ―un gato gordo no puede correr‖. Si te conviertes en alguien
que esta satisfecho con lo logrado, entonces probablemente no progresarás hacia
logros aún mayores. ¡Te volverás complaciente y quedarás atrapado en ese nivel por
siempre!
Cada vez que sientas que te estás volviendo demasiado orgulloso, recuérdate a ti
mismo que significa la verdadera grandeza y cuán lejos estás de alcanzar tu verdadero
potencial. Esto te bajara de vuelta a la tierra. Luego, detente a disfrutar de cuán lejos
has llegado. ¡Esto te devolverá el balance!
A veces exhibimos una actitud que pareciera decir: "¡No necesito a nadie! ¡Soy
autosuficiente!".
El Camino #30 es Ahuv, que significa literalmente ‗ser amado‘. Porque ya sea en el
ámbito de las relaciones familiares, comerciales o sociales, el ser humano tiene una
necesidad profunda y natural de ser amado. Es tan necesario como el aire que
respiramos.
Obviamente el amor debe ser merecido. El Rey Salomón dijo: "Tal como el agua refleja
un rostro, así también lo hace el corazón de una persona". En otras palabras, si
proyectas frialdad, despertarás frialdad; si proyectas calidez, despertarás calidez.
Cuando las personas te aman, desean ayudarte para que alcances sabiduría y
prosperidad. Te invitan a eventos sociales y te ayudan con los negocios. Te dan
consejos acertados y con gusto aceptan tus consejos. Tendrás éxito en todas las áreas
de la vida.
Comencemos definiendo amor: "Obtener placer de las virtudes del otro". De ahí nace la
expresión "conocer es amar".
Redacta una lista de las personas que amas. Estúdiala y pregúntate: ¿Qué es lo que
me complace de ellas? Después de conocer las virtudes, tendrás los fundamentos para
desarrollar una verdadera relación afectiva.
Asimismo, para ser amado por los demás debes volverte virtuoso ante sus ojos. Haz
por ellos lo que te gustaría que hicieran por ti. Esto te identificará como una fuente de
placer, ¡y todos aman a quienes les dan placer!
Una regla general consiste en estar siempre contento y optimista. Resulta agotador
estar con personas depresivas que se quejan por cualquier pequeñez. Si rebosas de
felicidad y vitalidad, ¡sin duda serás amado!
Transmitiendo amor
Todo padre ama a sus hijos. Entonces, ¿por qué tantos hijos se sienten rechazados?
Porque "sentir" amor hacia los demás es tan sólo una parte del proceso. También
debemos "transmitir" ese amor. Muchos hijos sólo captan el enfado y las críticas de sus
padres, y por lo tanto captan un mensaje equivocado.
Para transmitir amor, debes demostrar que entiendes, valoras y que te es placentera la
esencia de la otra persona. Detente y analiza las cosas positivas que ellos hacen, y
deja de centrarte en sus defectos. ¡A menudo somos más corteses y atentos con los
extraños!
Esfuérzate por mostrarles a los demás que los aprecias. Ensaya frases como "me
gustó lo que dijiste", "me alegro que hayas venido", "lo hiciste a la perfección", etc.
Sin embargo, no debes confundir los cumplidos con la adulación (es decir, alabanzas
insinceras). El judaísmo prohíbe la adulación porque es engañoso y manipulativo.
Debes asegurarte que el aprecio que expreses sea sincero, y que no sea sólo un medio
para ganarte la estima del otro.
La clave es dar
La manera más efectiva para ser amado es dar a los demás. Cuando das placer físico,
material, emocional o espiritual —sin condiciones de por medio— los otros sin duda te
amarán.
Hay quienes dicen: "Sólo puedo dar a quien amo". Eso es un error. En hebreo, la raíz
de la palabra ‗dar‘ —que se dice hav— es la misma que la de la palabra ahavá, que
significa ‗amor‘. El judaísmo sostiene que dar es lo que conduce al amor. Cuando yo te
doy, invierto una parte de mí mismo en ti. Entonces, te vuelves más apreciado ante mis
ojos y te amo.
Es por eso que un padre ama a sus hijos por sobre todas las cosas. Son su mayor
inversión.
Decide tanto intelectual como emocionalmente que el ayudar a los demás formará
parte de tu filosofía de vida.
Tu placer es su placer
Darle placer a los demás nos proporciona una enorme fuente de placer. Dar placer
imbuye nuestra vida con propósito y significado, porque podemos apreciar el impacto
positivo que somos capaces de generar.
Sal de tu pequeño mundo personal. Extiende una mano. Un simple "hola" es capaz de
levantar el ánimo de una persona, y además es una muestra de que te preocupas por
él o ella. ¡Las cosas sencillas pueden marcar una enorme diferencia!
En el matrimonio, el dar representa el pilar de la relación. Cuando dos personas se
concentran en entregar, la relación fluye en ambas direcciones, conectando, uniendo y
forjando los lazos interpersonales. Pero cuando ambos se afanan en tomar para sí
mismos, entonces la dinámica los empuja en direcciones opuestas, generando fatiga y
tensión.
Amor y admiración
Debes distinguir entre "amor" y "admiración". Ser admirado significa que se nos respeta
por nuestros logros. Pero ser amado significa que se nos aprecia por la esencia de
quienes somos, incluyendo nuestros defectos.
Pese a que tus logros pueden conseguirte la admiración de los demás, eso no te
llevará al amor. Todo quien se afana por conseguir la admiración de los demás, por lo
general la pierde. Pero el amor de los demás es para toda la vida.
Temor a la intimidad
1. Una persona puede tener miedo a ser herido. (Una vez que bajas tus defensas,
te pueden herir).
2. Una persona puede tener miedo de conocerse mejor a sí mismo. (Si los demás
se nos acercan demasiado, fuerzan a que salgan algunos temas a la superficie).
Si sientes que tienes alguno de esos problemas, entonces tu mayor prioridad debería
ser resolverlos. Hasta que eso no suceda, ahuyentarás el amor de los demás.
De ahora en adelante, cuando sea que oigas alguna perla de sabiduría, piensa en
cómo podrías utilizarla para darle placer a otra persona.
No te olvides de "envolver para regalo" esa sabiduría, es decir, céntrate en la persona
con quien estés hablando y haz esa sabiduría relevante para él. No aburras ni ofendas
a los demás, ni te limites a pronunciar las palabras en forma fría y directa. Incluso si
estás repitiendo una idea "antigua", transmítela con el mismo entusiasmo que sentiste
la primera vez que la oíste.
Al menos, no les provoques dolor a los demás. No critiques ni digas: "Es por tu propio
bien". Trata a los seres humanos como personas reales. Piensa en quienes son ellos y
en qué es lo que necesitan. Sé amistoso. Ayúdalos. Comparte sus problemas.
Asimismo, si realmente quieres adquirir más sabiduría, debes aprender a ser un buen
alumno. Presta atención y crece como persona. Eso le dará placer a tu maestro, quien
de esa forma querrá enseñarte más.
Ver las virtudes de los demás es una de las mayores virtudes que puedes
mostrar. Si amas a los demás de esta forma, ellos también te amarán a ti.
Todos hemos tenido alguna vez momentos en los cuales nos sentimos impresionados
por el esplendor de la vida, ya sea con el nacimiento de un bebé, con el cielo
estrellado, con una magnífica pieza musical o con una espectacular puesta de sol.
Estas vivencias nos energizan y nos calman al mismo tiempo. Nos permiten ir más allá
de nuestras propias limitaciones y fusionar nuestro ser (relativamente) diminuto e
insignificante con la Unidad Infinita y Trascendente.
Si las creaciones de Dios pueden generar tal grado de impacto en nosotros, cuánto
más impacto podría generar una experiencia con el Creador mismo. Debes darte
cuenta que lo que realmente deseas es conectarte con aquello que abarca todos los
placeres existentes.
Imagina a alguien que se dedica a viajar por el mundo entero buscando experiencias
emocionantes. Ahora dile que, en el cuarto contiguo, ¡puede sentarse a hablar con Dios
durante una hora!
Todos los demás placeres son insignificantes comparados con amar a Dios. Podemos
tener una deliciosa pizza, muchísimo dinero, amor y poder. Pero los seres humanos
anhelan trascender la rutina del diario vivir. Es por ello que el misterio, la magia y los
milagros atrapan nuestra imaginación.
En definitiva, nadie puede sentirse verdaderamente satisfecho a menos que vaya más
allá de su existencia material y se conecte con la dimensión trascendental e infinita.
Pues nada que sea limitado y que esté arraigado en este mundo puede siquiera
compararse con el infinito.
Gratitud.
Para amar a Dios, debes aprender a valorar todo lo bueno que ha hecho por ti. Eso
significa desechar la fantasía de que tú eres el responsable de tus logros, y admitir que
todo lo que tienes es un obsequio de Dios.
¿Por qué nos resulta tan difícil ser agradecidos? El ego de la persona está siempre
deseoso de reconocimiento e independencia y, por ello, rehúsa la noción de sentirse en
deuda con un Poder Superior. ¡Preferimos creer que logramos todo con nuestro propio
esfuerzo!
Pensar que alguien más satisface tus necesidades significa tener una falsa relación con
Dios. Si piensas que tu carrera o tu pareja representan la máxima satisfacción, te
equivocas, pues todas esas cosas pueden desvanecerse. ¡Sólo Dios posee poder
absoluto y sólo Él es eterno!
Para apreciar cuán valioso es el obsequio de Dios, debes darte cuenta que todas tus
carencias no son nada si las comparas con lo que ya posees. Analicemos por ejemplo
tus ojos. No podrías comprar un ojo ni por un millón de dólares. Sin embargo, Dios te
dio en forma absolutamente gratuita un par de ojos que funcionan con mayor precisión,
rapidez y eficacia que los más sofisticados dispositivos electrónicos de visión digital.
Amar a Dios es algo relativamente sencillo, ya que todo lo que tiene que ver con Dios
es virtuoso. En realidad, todos los placeres de este mundo se relacionan con la esencia
de Dios, que es la fuente de todo placer. Por ejemplo:
Fomentar nuestro amor por Dios significa apreciar el increíble regalo que es la vida. Si
puedes identificar cuando tienes una experiencia como esa, entonces sabrás como
tenerla nuevamente. Trabaja conscientemente para apreciar el placer o incluso para
apreciar las cosas sencillas como el sentido del gusto, el respirar, la gravedad, etc.
Pregúntate, "¿cómo podré incorporar esta experiencia como un factor constante en mi
vida?".
Una vez que valores los placeres de la vida, entonces podrás identificar a Dios como la
fuente invisible de todo eso. Tal como cada pincelada que dio Picasso en sus lienzos
lleva su marca personal, así también todo lo que se encuentra en este mundo tiene la
marca personal de Dios. Tan sólo debes saber identificarla.
Por eso, debes ser consecuente. Si quieres que tu vida esté llena de significado y
trascendencia entonces tienes que mantener en mente que Dios se encuentra en todas
partes a cada instante, y que está prestándote atención a ti... esperando a que tú le
prestes atención a Él.
De hecho, esta es la máxima meta para la cual el hombre fue creado. Fuimos enviados
a este mundo para vencer la ilusión y para utilizar nuestro libre albedrío para forjar una
relación con Dios. Él podría haber fabricado robots, pero no es eso lo que Dios desea.
Él quiere una relación real, lo que significa que nosotros tenemos que decidir tenerla.
Dado que este nivel es difícil de alcanzar, la vida judía cotidiana incorpora varios
recordatorios. Por ejemplo, colocamos una mezuzá en el marco de nuestra puerta. Hay
quienes piensan que se trata de un ritual supersticioso para ahuyentar los fantasmas.
Pero si abres una mezuzá y lees lo que se encuentra en su interior, aprenderás sobre
uno de los mayores placeres de la vida; Dios es Uno, Él es un Dios personal que se
preocupa por nosotros y hace todo exclusivamente por nuestro beneficio. Reflexiona
sobre lo que está escrito adentro. Bésala cuando entres y cuando salgas, para estar
siempre enfocado en cuál es el objetivo de la vida.
También decimos el Shemá, una vez por la mañana y otra por la noche. ¿Qué dice el
Shemá? "Amarás a Hashem, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todos
tus recursos" (Deuteronomio 6:5).
Existen tres caminos para desarrollar nuestro amor por Dios, que corresponden a los
tres aspectos enumerados en el versículo: corazón, alma y recursos. Examinémoslos
uno por uno...
Si observas la naturaleza y reconoces que todo lo que Dios puso en este mundo es un
obsequio, llegarás a amarle. Y mientras más analices la genialidad, belleza y simetría
fenomenal de la naturaleza, más apreciarás la perfección y la bondad del Creador. Con
el correr del tiempo, la ciencia ha realizado cada vez más hallazgos, sin embargo,
apenas ha escarbado la superficie de las maravillas que esconde la naturaleza.
Observa cómo la naturaleza fue diseñada para satisfacer todas nuestras necesidades,
tanto físicas como emocionales. Por ejemplo, los alimentos no se limitan a proveernos
un sustento alimenticio, sino que incluyen un sinnúmero de beneficios adicionales.
¡Cada fruta posee su belleza, sabor, forma, color y olor singular!
Contempla las cosas que Dios ha hecho por ti. Te dio la vida y te sostiene
permanentemente. Permite que respires y que tus órganos funcionen correctamente.
Te dota con toda la fuerza y las habilidades que posees.
Así es como interactúa Dios con nosotros. Él nos da obsequios sin cesar y, asimismo,
hará algo para despertarnos si dejamos que nuestra vida se maneje por la inercia. Él
no nos castiga; tan sólo quiere despertarnos: "¡Hey! Soy Yo, Dios. ¡Te extraño!".
Analiza tu historia personal. No se trata de tu lucha por sobrevivir a pesar de todo. Por
el contrario, Dios te ha dado la oportunidad de crecer. Él organiza los sucesos de tu
vida, según tu conjunto especial de circunstancias, para enseñarte y guiarte en cada
momento y etapa.
Amor a Dios significa maximizar nuestro anhelo de estar cerca de Dios. No te quedes
sentado esperando a que ocurra, búscalo con perseverancia. Hazlo con inteligencia.
Debes estar dispuesto a invertir tiempo y esfuerzo en obtener este placer.
Si no hay límites en el esfuerzo que inviertes para servir a Dios, significa que has
logrado "amar a Dios con toda tu alma".
3) Amar a Dios a través de la Torá
¿Cómo podemos descubrir la senda hacia una vida llena de significado? A través del
estudio de la Torá. La Torá es el mensaje de Dios para el mundo. Por eso, mientras
más Torá estudies, más podrás amar y apreciar la sabiduría de Dios, que es la máxima
e infinita fuente de sabiduría. Y, a la vez, podrás establecer una mejor relación con Él.
Cuando realmente empiezas a estudiar Torá, te das cuenta de que si algo parece no
tener sentido, debes romperte la cabeza para dar con la respuesta... porque sabes que
la Torá es intrínsecamente perfecta. Entonces, cada vez que logras resolver una
dificultad en el estudio, el placer que obtienes te motiva a desear más y más.
¿Qué te haría cambiar para seguir a Dios en vez de seguir tus deseos?
Si te identificas con tu alma, entonces perseguirás esta meta toda tu vida. Eso significa
"amar a Dios con todo tu corazón".
Cuando amas a Dios y observas a otras personas que quedan atrapadas en toda clase
de trivialidades, te duele. ¿Por qué? Porque te duele ver cómo otro ser humano pierde
la oportunidad de gozar un placer tan increíble. Entonces, si te llena de entusiasmo
estar cerca de Dios, querrás que toda la humanidad pueda tener esa relación también.
La gente evade a Dios porque temen que se sentirán sofocados. Sin embargo,
están dispuestos a escalar montañas enteras en busca del máximo placer
trascendental.
Los artistas piensan que son lo máximo, pero no es verdad. Dios es la verdadera
experiencia estética.
Ama a Dios por los obsequios que te da: manos, piernas, ojos, etc.
Imagina que nunca antes has visto un ser humano. ¡Qué creación más fantástica!
Imagina que estás en una isla desierta y que nunca antes has visto a otro ser humano.
Cuando te encuentras con uno por primera vez, estás emocionadísimo. Él camina,
habla y piensa. Te das cuenta de que es un hermoso e increíble reflejo de Dios.
Cuán irónico es el hecho de que si te topases con esa misma persona en tu ciudad,
probablemente serías indiferente.
Nuestro error es que damos a las personas por sentado. Hay tantas, que nos
aburrimos.
El Camino #32 es Ohev et habriot, que literalmente significa ‗amar a las creaciones‘.
Más específicamente, esto nos enseña a amar a los seres humanos, que son el
pináculo de la creación. Eso no implica que tengamos que ignorar todo lo demás. Por el
contrario, si amamos a las personas, entonces de ahí fluirá naturalmente el amor hacia
los animales, árboles y el resto de la creación.
Podemos conectarnos con todos los seres humanos y amarlos. Aprecia la belleza de la
habilidad humana para comunicar, lograr y crear. Esto es parte integral de todo ser
humano. ¡Son creaciones absolutamente fantásticas!
La definición de amor es "el placer de identificar a las personas con sus virtudes".
Para poder enfocarte en el objetivo de apreciar la belleza de cada ser humano, intenta
hacer una lista de virtudes. Mientras más sean las virtudes potenciales de las que estés
consciente, más apreciarás a los demás.
Comienza con las virtudes obvias y luego intenta avanzar hacia las más difíciles. Una
buena idea es observar a las personas que te agradan, que te complacen, y analizar el
por qué de ese sentimiento positivo. De esta forma, conseguirás tener una lista
exhaustiva que te ayudará a amar a toda clase de personas.
Por último, asigna prioridades a tu lista: Identifica qué virtudes son más importantes
que otras. No puedes amar a todos por igual. Conviértete en un ‗experto'. Distingue
entre una virtud y otra.
(Lista adaptada del libro ―Comienza ahora nuevamente”, de Rav Zelig Pliskin)
La lista de afectos
Cuando piensas en todo el placer que da el amor, ¿no es una pena que nuestra lista no
incluya a las miles de personas que conocemos durante nuestras vidas?
Nuestra tarea es buscar lo bueno en todos los seres humanos. Porque mientras no
sepamos hacer esto, sólo amaremos a un ínfimo porcentaje de personas. Date cuenta
de cuán larga sería tu lista si empezaras a concentrarte conscientemente en las
virtudes de las personas y no en sus defectos. En cada oportunidad que tengas,
concéntrate en las virtudes de tus vecinos, familiares, jefe, empleados, clientes, etc.
Todas las personas poseen al menos una virtud en común: un alma Divina, que fue
creada a imagen y semejanza de Dios.
Sin importar cuán bajo haya caído una persona o cuán odioso sea, aún le queda una
enorme virtud. Todo ser humano es en realidad un ser intelectual, con libre albedrío y
con un profundo deseo de asemejarse a Dios.
Todo depende del foco. Los padres aman a sus hijos a pesar de sus defectos. A pesar
de que se hagan en los pañales. A pesar de que se peleen. A pesar de que sean
egoístas. ¿Qué es lo que aman de ellos? Que son inteligentes y que están llenos de
potencial y vitalidad. ¡Que están vivos!
La verdad es que todo ser humano quiere ser bueno y moriría por ese ideal. Imagina a
una persona grosera y egoísta. Si le dijeras "mata a estos 1.000 niños o te mataremos",
él te respondería: "mátenme". Esa es la esencia de un ser humano.
Para llegar a amar a la humanidad, sé sensible ante aquellas virtudes que son
comunes a todas las personas. Todos buscan la bondad y la verdad. Es esta chispa
Divina la que nos distingue de los animales y la que nos dota con el máximo potencial:
el libre albedrío. (¡Que no es una virtud pequeña, por cierto!).
Amar o ser amado
Amar es el mayor placer. Porque cuando percibes las profundas virtudes de otra
persona —ya sea su honestidad, su compasión o su inteligencia— eres capaz de
compartir esa belleza.
En las raíces de nuestra eterna lucha por amar subyace un conflicto entre el cuerpo y el
alma. El alma quiere amar a los demás, porque dar amor es uno de los más profundos
placeres que el alma puede sentir. El alma quiere trascender y conectarse con todas
las otras almas.
En un nivel más profundo, el amar a las demás personas es una forma de contactarnos
con el amor de Dios. Esto es así porque en la dimensión espiritual no existen límites
convencionales entre las entidades. Todo es uno.
El cuerpo, por otro lado, prefiere recibir amor. Esto es menos exigente, es más
cómodo.
Chequéate a ti mismo. Si buscas atención, significa que el cuerpo tomó las riendas de
tu ser.
Intenta conectarte conscientemente con el anhelo del alma de amar a los demás. Al
principio es difícil y debes esforzarte para que tu cuerpo acepte. Pero después de que
te acostumbres a ver las virtudes de los demás, ¡te será más fácil amar a toda clase de
personas!
La unidad universal
El incienso en el Templo Sagrado era una mezcla de varias especias. Todas las
especias eran fragantes excepto una, cuyo aroma era penetrante y desagradable. Si el
incienso era preparado sin la totalidad de sus ingredientes, incluyendo el que olía
fuerte, era inutilizable. De la misma forma, cada judío es parte integral del conjunto y
nadie es prescindible.
Cuando nos damos cuenta que somos un solo pueblo, entonces el herir al otro —
"pagarle con la misma moneda"— es tan ridículo como auto inferirte una herida. Es por
eso que la Torá nos ordena amar al prójimo "como a ti mismo". Herir a otra persona es
tan tonto como cortarte la otra mano con el cuchillo.
Obviamente la realidad es que nuestros cuerpos son unidades independientes. Cuando
una persona está comiendo, los demás no se nutren de su acción. Si te enfocas en los
aspectos "corporales" de los demás, eso es inherentemente divisivo.
En cambio, si eres un hombre rico, eso hace que a mí me sea más difícil volverme un
hombre rico. Esa es la diferencia entre lo espiritual y lo físico.
Las almas son una unidad. Es como cuando dos hombres van viajando en un bote y
uno comienza a perforar el piso. "¿¡Qué haces!?", le grita su amigo. "No te preocupes",
responde el primero. "¡Sólo estoy perforando debajo de mi PROPIO asiento!".
No le creas a nadie que diga que "ama a la humanidad" pero que tiene una pésima
relación con su propia familia. Si una persona es incapaz de ver virtudes en su propio
hermano, ¿cómo podría entonces verlas en los demás?
Para llegar a amar a la humanidad, debemos comenzar con nuestra propia familia. Una
progresión sicológicamente sana consiste en primero amar a nuestros padres, luego a
nuestros hermanos, cónyuges e hijos. De ahí, la meta consiste en amar a los demás en
la misma forma que un padre ama a su hijo: nada se interpone.
Existe un amor, sin embargo, que debe preceder a todo. La Torá dice que debes amar
a tu prójimo como "a ti mismo". Por ello, no es realista amar a tu prójimo a menos que
primero te ames a ti mismo. Si te sientes insatisfecho contigo mismo, no podrás amar al
resto. Para que el amor sea verdadero, debe fluir desde ti hacia el exterior.
Una técnica sencilla consiste en enfocarte en tus virtudes. Cada día, felicítate por tus
características positivas. ¿Eres un buen amigo? ¿Un trabajador esforzado?
¿Ambicioso? ¿Sincero? Siéntete contento con tus puntos fuertes.
Revisa tu medidor
El Talmud relata que el sabio Hilel era acosado constantemente por una persona en
particular. Hilel respondía: "Hijo mío, ¿cómo puedo ayudarte?". Hilel siempre decía "hijo
mío" para crear un vínculo emocional, como si hubiera procreado a esa persona.
Cuando hablas con los demás como si fuesen extraños, eso es todo lo que serán. Pero
si te acostumbras a dirigirte a las personas como amigos o hermanos (sin un tono de
superioridad), entonces, amarlos será mucho más fácil.
Piensa en tres cosas que harías si descubrieras que tu vecino es realmente tu hermano
perdido, y llévalas a cabo. (Verás que las personas responden de forma muy positiva
cuando se transforman en objetos de tu afecto).
Empieza a tratar a toda la gente con más consideración y respeto. Cada vez que te
topes con una persona difícil, intenta pensar: "Si fuera mi hijo, ¿cómo lo trataría?".
Una vez, dos hermanos heredaron una granja. Durante muchos años trabajaron la
tierra juntos y se tenían mutuamente un gran amor fraternal. Después de un tiempo,
uno de ellos contrajo matrimonio, así que los hermanos se dividieron la granja. El
casado construyó un nuevo hogar y vivió ahí con su esposa, mientras que el soltero
permaneció en la vieja casona. Los hermanos siguieron trabajando sus granjas y tenían
un buen pasar.
El hermano casado tuvo eventualmente una familia muy numerosa compuesta por 10
hijos. El otro hermano aún seguía soltero.
Un día, el soltero pensó: "Tengo toda esta granja y todo este dinero, pero sólo debo
preocuparme de mí. Mi hermano tiene 12 bocas que alimentar". Por lo tanto, en medio
de la noche, tomó algunos manojos de trigo, trepó la colina que separaba ambas
granjas y dejó el trigo en el granero de su hermano.
Una noche, el hermano casado se puso a pensar: "Tengo una esposa e hijos
maravillosos. Soy una persona afortunada. Pero mi hermano está solo. Todo lo que él
tiene es su trigo". Por lo tanto, en medio de la noche, tomó un manojo de trigo, subió la
colina y colocó secretamente el trigo en el granero de su hermano.
Así siguieron comportándose ida y vuelta cada uno de los hermanos. Cada noche, los
hermanos —cada quien por su cuenta— trepaban furtivamente la colina y dejaban trigo
en el granero del otro.
Y fue precisamente en ese sitio que Dios escogió edificar el Templo Sagrado, porque
cuando un ser humano ama a otro, Dios los acompaña. Porque de eso se trata la vida
en realidad.
Los 48 caminos dicen: "Lo externo despierta lo interno". Esto significa que incluso si te
es difícil amar a los demás, puedes realizar acciones que demuestren amor,
entendiendo que a la larga, eso transformará tu mundo interior.
He aquí una breve lista de ideas para ayudarte a amar a los demás:
Amar a los demás te conecta con el mundo, con todas las facetas de la creación.
El amor te ayuda a salir de los confines del "yo" e ingresar al extenso campo del
"nosotros".
Los seres humanos son buscadores de placer. La mayoría de la gente busca placer en
el trabajo, en automóviles y en mansiones. En nuestra generación, muchos se quejan
de que las obligaciones son una tremenda incomodidad. Quizás por eso la gente
espera tanto para casarse. ¡Imagínense verse abrumados con responsabilidades e
hijos que mantener!
Esa es una actitud superficial. Ciertamente es muy difícil cumplir con las obligaciones,
pero al mismo es muy placentero. En realidad, uno puede verse incluso energizado por
la idea de asumir obligaciones, es algo intrínseco en nuestra naturaleza. Así
materializamos nuestro potencial. Nos da un propósito verdadero, un placer verdadero.
El Camino #33 es Ohev et ha tzedakot, que literalmente significa ‗ama la justicia‘. Una
vez que te das cuenta del placer implícito que hay en cumplir con tus obligaciones,
resulta mucho más sencillo llevarlas a cabo. Y si de todas formas vas a tener que
realizarlas, ¡es mejor que las disfrutes!
Acá hay un ejemplo sobre cómo cumplir con una obligación puede ser placentero y no
sólo una pesada responsabilidad:
¿Cómo te sientes?
La lección es que si hay placer en cumplir con una obligación sencilla, ¡entonces el
placer de cumplir con las obligaciones difíciles debe ser enorme!
A los cuerpos les disgustan las obligaciones, porque requieren de esfuerzo. El cuerpo
prefiere estar de vacaciones.
A las almas les fascinan las obligaciones, pues dan una sensación de importancia,
dignidad y eternidad.
¿Por qué tenemos un impulso tan fuerte de ser "buenos"? Porque el hecho de
percibirnos a nosotros mismos como "buenas personas" es una necesidad
fundamental. Es la base del respeto por uno mismo y de la autoestima. Y eso nos
proporciona la energía necesaria para vivir. Si una persona no piensa que es buena,
pierde una buena parte de su voluntad para vivir.
Piénsalo: cuando ayudas a una anciana a cruzar la calle, no importa cuánto beneficio
obtenga ella de eso, ¡la satisfacción que tú sentirás será muchísimo mayor! Si piensas
en la energía que obtienes al hacer una buena acción, ¡es difícil entender por qué la
gente no está corriendo de un lugar a otro para ayudar a los demás!
Ahora, 30 años más tarde, ¿cuáles fueron tus vacaciones más memorables? ¡La
vez que ese hombre se cayó por la borda y le salvaste la vida!
Luego, después de completar la tarea, detente un minuto y disfruta del placer. "¡Se
siente bien!". Y asegúrate de registrar ese sentimiento, de forma que puedas recordarlo
la próxima vez.
Un consejo práctico es que planifiques realizar buenas acciones. Llama a algún amigo
que necesite ánimo, ofrécete para hacer la compra del supermercado para una persona
enferma o intenta ayudar a alguien a conseguir empleo. Al hacer estas cosas, ¿acaso
no se eleva el respeto que sientes por ti mismo?
Un par de generaciones atrás, la idea del deber cívico era parte fundamental de la
sociedad occidental. Pero ahora vivimos en una sociedad donde todos parecen
preocuparse de sus derechos: "¿Qué provecho sacaré de esto? ¿Qué tajada me
corresponde?".
La perspectiva judía, por otro lado, consiste en enfocar las cosas desde el punto de
vista de las responsabilidades. Por ejemplo, cuando el Talmud analiza los daños a la
propiedad, siempre enuncia la ley en términos de "Fulano está OBLIGADO a pagarle a
Zutano", en vez de "Zutano tiene el DERECHO de cobrarle a Fulano".
Nuestros sabios dicen: "Más grande es quien actúa obligado que quien actúa en forma
voluntaria". ¿Por qué? Porque cuando nos sentimos obligados, nuestra inclinación
natural hace que nos resistamos a la obligación. Por ello, si logramos sobreponernos a
esa tendencia y realizamos una buena acción, entonces seremos mejores personas por
ello.
Es importante educar a los niños desde pequeños a cumplir con sus obligaciones. Para
asegurarte que crezcan a partir de sus experiencias, acércate al niño después de que
haya realizado una buena acción y pregúntale cómo se siente. Después de eso,
pregúntale: "¿Renunciarías a este placer?". ¡De ninguna manera! Eso le demostrará el
verdadero valor de hacer buenas acciones.
Redacta una lista. Cuáles son tus obligaciones con la humanidad, Dios, la sociedad, la
familia, los amigos, los maestros y contigo mismo. Y luego, ¡disfruta cumpliéndolas!
El judaísmo dice que nuestra mayor obligación es alcanzar la grandeza. Dios nos
entregó las herramientas y no podemos desaprovecharlas.
Por eso la sabiduría es una obligación. La sabiduría es el agua que nos ayuda a crecer.
Sin ella, nos estancaríamos. Para muchas personas, la principal lucha no consiste en
"hacer lo correcto", sino que tienen dudas sobre qué es lo correcto.
Imagínate cómo te sentirías si tus padres o amigos estuvieran siempre tristes. ¿Acaso
no te deprimirías? Por lo tanto, debes esforzarte para darles a los demás la misma
felicidad que te gustaría que los demás te den a ti.
¿Por qué cumplir con tus obligaciones es un camino a la sabiduría?
Para ser una persona buena, debes disfrutar el hecho de ser bueno.
Las obligaciones son más sencillas de cumplir cuando logras sentir el placer de
hacer lo correcto.
Las obligaciones son una parte inevitable de la vida, ¡así que más te vale
disfrutarlas!
odos queremos hacer lo correcto. Nadie se despierta por la mañana diciendo ―quiero
ser malo‖. Incluso un criminal puede justificar su conducta como ―buena‖.
Sin embargo, si todos dicen hacer el ―bien‖, ¿cómo podemos saber objetivamente si
nosotros estamos haciendo el bien o no?
No podemos simplemente observar cuál es la norma social para saber qué está bien y
qué no lo está. Tenemos que verificarlo por nuestra propia cuenta. Necesitamos un
conjunto básico de leyes éticas que nos guíen. Pero eso no es suficiente. Dado que las
circunstancias cambian constantemente, no se pueden promulgar leyes que cubran
cada caso imaginable. Por ello, debemos cultivar un sentimiento interno de qué es lo
correcto.
Antes de nacer, cuando aún estamos en el vientre materno, Dios envía un ángel
para que se siente junto a nosotros y nos enseñe toda la sabiduría que
necesitaremos saber acerca de cómo vivir. Entonces, justo antes de nacer, el ángel
nos propina un golpecito debajo de la nariz (formando el surco nasolabial, la
depresión que todos tenemos bajo la nariz), y olvidamos todo lo que el ángel nos
enseñó.
Podemos mirar en nuestro propio interior para entender de qué se trata la vida.
Enterrado en nuestro subconsciente, en los rincones más recónditos de nuestra
memoria, guardamos el conocimiento de todo lo que necesitamos saber para vivir: el
propósito de la vida, cómo amar, cómo explotar nuestro potencial. Nuestra tarea
consiste en traspasar ese conocimiento desde nuestro subconsciente a nuestra mente
consciente, es decir, ¡esforzarnos por recordar!
Esa es la visión que tiene el judaísmo de la educación. Nadie puede enseñarte algo
nuevo. Tan sólo pueden ayudarte a recordar lo que ya sabes por intuición que es
verdadero.
"Educación" significa extraer lo que ya se encuentra dentro del alumno. Cuídate de los
educadores que intenten imponer su opinión sobre ti.
Todos tenemos una conciencia innata, una sabiduría natural que Dios programó en
nuestro interior. Por eso, lo primero que piensa una persona —su reacción instintiva—
es a menudo la respuesta correcta.
Para evitar esa trampa, pregúntale a la gente que te conoce: ―¿Crees que tiendo a
racionalizar mi forma de ver las cosas?‖. O bien, dí en voz alta tus racionalizaciones,
como si se tratara de la situación de otra persona, no de la tuya.
Después de tomar cualquier decisión, haz una pausa. Si has elegido en forma correcta,
descubrirás que sientes una ola de placer. No hay 'dudas' que te carcomen, no hay
'agendas ocultas'. Te sientes limpio.
Utiliza el poder de tu conciencia antes de tomar una decisión. Pregúntate: ¿Qué sentiré
después de hacerlo? ¿Placer o desagrado? Preguntarte eso te ayudará a enfocarte en
distinguir entre el bien y el mal.
Una de las racionalizaciones más comunes está en las palabras: ―No puedo‖. ¿Cuántas
veces has oído (o dicho) ―Me gustaría ayudar, pero no puedo…‖?
Si cambias "no puedo" por "no quiero", estarás asumiendo responsabilidad por tus
decisiones. ―No puedo‖ significa que soy incapaz de hacer lo correcto. ―No quiero‖
significa que tengo la capacidad, pero que estoy optando por no hacerlo. (En otras
palabras, ―no me da la gana…‖).
Cuidado con las excusas (los ―peros‖) que intentan bloquear tu impulso para hacer lo
correcto. Cada vez que oigas un ―pero‖ —una justificación para no hacer lo correcto—
desafíalo frontalmente. Destruye esos ―peros‖ y empieza a tomar las riendas de tu vida.
Sorpresivamente, el técnico presentó una demanda contra el Sr. A., exigiendo que
éste le pagase por el tiempo trabajado. ¿Cuál fue el veredicto del juez? ¡El Sr. A.
tenía que pagar! El juez dijo que el tema del sueldo —al cual el técnico tenía
derecho— no tenía nada que ver con los perjuicios que el Sr. A. había condonado.
Este ejemplo demuestra que el Sr. A. pensó que estaba haciendo lo correcto —
perdonándole los daños— pero realmente estaba violando su obligación de pagarle el
sueldo.
Veamos ahora el ejemplo de la caridad. El Talmud dice que le puedes dar caridad a un
pobre y destruirlo al mismo tiempo. Todo depende de cómo lo hagas. Si una persona
pobre llega a tu puerta, le arrojas un billete en el rostro y le cierras la puerta en la nariz,
entonces técnicamente habrás ―cumplido con tu deber‖, ¡pero también lo habrás
avergonzado y humillado!
Por ejemplo, los padres se esfuerzan por criar a sus hijos y van más allá del mínimo. Y
puesto que deciden hacerlo así voluntariamente, no existe una obligación ―legal‖ de
retribuirles. Sin embargo, si tus padres envejecen y necesitan que los cuides, lo
correcto es estar a su lado.
Si quieres hacer lo correcto, tendrás que vencer tu inclinación por exigir tus derechos.
Evita expresiones tales como ―no es mi turno de sacar la basura‖, o ―no estoy obligado
a renunciar a mi asiento en el autobús‖. Ajusta tu actitud y haz lo correcto, incluso
cuando no estás obligado.
Aprende a entregar a los demás, ¡y verás lo lejos que eso te puede llevar! Para
comenzar a avanzar en esa dirección, haz una lista de las personas con quienes
tengas "deudas no contractuales":
Padres
Hermanos
Cónyuge
Amigos
La sociedad
Tu pueblo
Dios
Tú mismo
¿Amas la crítica? Probablemente no. La mayoría de las personas ven la crítica como
un ataque personal que activa todo tipo de mecanismos de defensa.
El Camino #35 es Ohev et hatojajot, que significa literalmente ‗ama la crítica‘. ¿Te
suena ridículo? En realidad, ¡las empresas pagan grandes sumas de dinero para
contratar consultores que les dicen qué están haciendo mal! También instalan "buzones
de sugerencias", ¡e incluso las palabras del conserje son escuchadas por el presidente
de la compañía si existe la posibilidad de mejorar las ventas!
Entonces, ¿por qué ese mismo presidente se enoja cuando llega a casa y escucha las
sugerencias de su esposa? El problema es que él está enfocado en ganar más dinero,
pero quizás no está enfocado en convertirse en una mejor persona.
Debes darte cuenta que cada error acarrea una consecuencia negativa. La crítica
puede salvarte de las pérdidas futuras al ayudarte a identificar el defecto de
personalidad que causó el error. Tu amigo te dirá cuando tengas un poco de espinaca
entre los dientes; ¡tu enemigo sonreirá y te dirá que te ves fantástico! Como dicen
nuestros sabios: ―Es preferible la crítica de un amigo que el beso de un enemigo‖.
¿Piensas que eres perfecto? ¡Por supuesto que no! Si quieres alcanzar tu potencial,
debes buscar proactivamente las críticas constructivas. Cuando una persona está
decidida a alcanzar un objetivo, aceptará increíbles cantidades de críticas, acoso e
insultos. ¡Piensa en lo que un atleta olímpico soporta voluntariamente de sus
entrenadores!
Cuando vemos los beneficios, nos damos cuenta que en realidad nos gusta la crítica.
Imagina que olvidaste tu billetera en el correo y que alguien te grita: ―¡Oye! ¡Se te olvidó
tu billetera!‖. En lugar de ponerte a la defensiva por la crítica, dirías: ―Muchas gracias.
La próxima vez seré más cuidadoso‖.
Una de las razones por las cuales tenemos dificultades para aceptar las críticas es
porque no estamos preparados emocionalmente para recibirlas. Nos encuentran con la
guardia baja. Por otro lado, cuando eres tú quien solicita las críticas, estás en una
posición que te permite lidiar de mejor manera con ellas, ya sea para aceptarlas o para
desechar la información. Asimismo, el hecho que las solicites significa que has elegido
una fuente más confiable, y por lo tanto es más probable que las tomes en serio.
Además… ¡es una buena forma de practicar para aquellos momentos en los cuales las
recibirás inesperadamente!
No esperes tener una crisis para buscar la crítica. Anticípate a los problemas. Si
quieres tener un matrimonio exitoso, pide consejos. Si quieres criar hijos sanos, pide
consejos.
La crítica no significa que no eres lo suficientemente bueno. Significa que "eres bueno,
pero así es como podrías ser aún mejor".
Una manera de lidiar con la crítica es tomarla como algo abstracto y no como algo
personal. Abstráete de la situación y piensa: "¿Cómo aconsejaría a un amigo que ha
recibido esta crítica?".
Tomar conciencia de nuestros errores es doloroso, pero es más doloroso ir por la vida
repitiendo esos mismos errores. La crítica es como una inyección. Puede que duela,
pero el dolor pasa, y los resultados te beneficiarán por el resto de la vida.
Ayuda a otros
Entonces, ¿por qué somos reacios a criticar? Porque queremos ser amados, y
pensamos que la gente se va a molestar por nuestras críticas.
Si vieras a una persona a punto de caerse por el hueco de un ascensor, ¿no correrías
para indicarle su error? Si tu hijo o hija se rehusara a tomar su medicina, ¿acaso te
darías media vuelta y dirías: "Yo quiero que me ame, así que no insistiré en que se
tome esta desagradable medicina"? (Obviamente sería mejor que aprendieras a
dársela con mucha azúcar).
Cuando vemos claramente las consecuencias de los errores, nos sentimos obligados a
ayudar. La Torá nos dice que cualquier amor que no incluye crítica es falso. Si de
verdad te preocupa, hallarás la manera de ayudar, aunque esa persona no sepa que
necesita ayuda. No actúes despreocupadamente. Si alguien está sufriendo, haciendo
algo mal, sintiéndose miserable o actuando de una manera autodestructiva, no te
quedes de brazos cruzados. Debes darte cuenta que tarde o temprano tendrá que
pagar por sus errores. Preocúpate. Ayúdalo.
Es fácil ser tolerante con los errores de otras personas cuando eres indiferente. Pero
mientras más ames a una persona, más te dolerá verla viviendo una vida equivocada.
Por eso los padres —las personas que más te aman— son por lo general quienes
formulan más críticas. Es precisamente porque te aman que no pueden simplemente
darse vuelta y decir, "Está malgastando su vida pero no me importa".
Para ayudar a alguien a cambiar, no es necesario tirar piedras o gritar más fuerte que
los demás. El objetivo no es tan sólo expresar lo que te molesta.
Debes apreciar cuán difícil es aceptar la crítica, y utilizar esa sensibilidad para saber
cómo debes criticar a los demás. Antes de criticar a alguien, pregúntate a ti mismo:
"¿Cómo me sentiría yo si estuviera del otro lado? ¿Cómo me gustaría que me dijeran
eso?".
Dado que la crítica es muy valiosa, pero tiene al mismo tiempo mucho potencial para
causar daño, es fundamental criticar sabiamente. Si tu crítica crea animosidad o
resentimiento, entonces es mejor no decir nada.
El primer paso para corregir a los demás es amarlos. Si la persona siente que estás
velando por tu propio interés —y no por el suyo— no escuchará lo que le digas.
Debes entregar 10 partes de amor por cada parte de crítica. Debes entregar amor
antes, durante y después de la crítica. Tranquiliza a la persona asegurándole que te
importa y que estás de su lado. Muchos padres cometen el error de pensar que pueden
criticar a sus hijos sin recordarles cuánto los aman.
"¿En serio? ¿Qué hiciste?", te pregunta tu compañero de cuarto sin darse cuenta.
"Sabes una cosa, ahora que lo mencionas, yo también dejé mis platos sucios sin
lavar toda la noche. Creo que yo también voy a empezar a lavarlos más seguido".
Misión cumplida, sin herir sentimientos. Obviamente no todas las situaciones son
iguales, y tampoco es fácil esconder tus intenciones. Pero si eres lo suficientemente
listo, encontrarás la manera de decir lo que tengas que decir manteniendo la paz.
¡Compruébalo!
La palabra hebrea para crítica, tojajá, viene de la misma raíz que la palabra hojajá, que
significa ‗prueba‘.
La mejor manera de lograr que tu vecino cambie no es a través de una dura
reprimenda, argumentación o persuasión intelectual. La única manera de convencer a
alguien es utilizando pruebas claras y obvias. La persona debe ver por sí misma lo que
está haciendo mal.
"Bueno", dijo el hombre, "es bastante complicado, a decir verdad. Primero tengo
que seleccionar el calibre correcto de cuerda, y luego tengo que tejer la red en un
diseño especial para asegurarme de que tenga el equilibrio correcto entre fuerza y
flexibilidad".
Todos queremos obtener lo más que podamos de la vida. Pero los seres
humanos somos inherentemente subjetivos. Pídele retroalimentación a tus
amigos.
La lucha por la vida es la lucha por la cordura. La crítica nos permite ver
nuestros errores con claridad.
El pueblo judío es una unidad. Si un judío sufre, todos los judíos deberían
sentirlo. Ayudar a otro judío es ayudarte a ti mismo.
El Talmud nos dice que Jerusalem fue destruida porque la gente no se corregía
mutuamente.
El Rey Shlomó dijo: "¡Critica a una persona sabia y te amará!". (Proverbios 9:8).
Conocí a un joven que siempre hablaba con la cabeza ligeramente ladeada, porque
alguien le había dicho alguna vez que tenía el perfil de un actor famoso. La mayoría de
la gente no pensaba que tenía el perfil de un actor famoso, ¡pensaban que le faltaba un
tornillo!
Esto es lo que ocurre cuando dejamos que nuestro deseo por impresionar a los demás
determine nuestras acciones. Si estamos orgullosos de algo, queremos que los demás
lo sepan. La próxima vez que converses con alguien, fíjate cuánto tiempo pasa hasta
que la otra persona (¡o tú mismo!) empieza a mencionar sus logros personales.
¿Por qué tenemos esa necesidad de impresionar a los demás? Los seres humanos
estamos sedientos por significado. Pero a veces no alcanzamos el nivel que
deberíamos. Por eso, necesitamos compensar dicha falta con un espaldarazo artificial
de los demás.
Si los demás te dicen que eres magnífico, podrías llegar a creértelo. Una estrella de
cine que cree en lo que dicen sus admiradoras, está en graves problemas. ¿Por qué?
Porque se está elevando en base a ilusiones, y cuando se caiga, caerá fuerte.
El Camino #36 es mitrajek min hakavod, que significa literalmente ‗aléjate del honor‘.
Esto nos enseña a no acudir a los demás para obtener reconocimiento, sino a
encontrarlo en nosotros mismos. Descubre qué cosas tienen importancia en la vida y
utilízalas para impulsarte y llegar a ser verdaderamente grande. Quienes están
satisfechos consigo mismos no necesitan del reconocimiento público para sentir que
valen algo.
Este es un clásico conflicto entre cuerpo y alma. El cuerpo está feliz con la ilusión de
que los demás piensan que somos importantes. Pero el alma busca lo que es
verdaderamente significativo. El cuerpo dice: ―Seamos importantes ahora‖. El alma
dice: ―Hagamos que perdure‖. El cuerpo vacila ante las incomodidades que esto
involucra. El alma sabe qué es lo correcto.
Si dependes de las opiniones de los demás para decidir cuán bueno eres, quiere decir
que no eres más que una hoja en el viento, te mueves en la dirección en la que soplan
las opiniones de los demás y las modas pasajeras.
Si confías en tu propio valor, serás capaz de seguir tus propias opiniones y no las de la
sociedad.
Dios llama a los judíos "un pueblo testarudo". Ser testarudo es tanto bueno como malo.
Es malo porque te hace ser porfiado y renuente al cambio. Pero es bueno porque te
aferras a tus creencias a pesar de las modas y tendencias. Se dice que si los judíos no
fueran testarudos, no habrían sobrevivido hasta la actualidad.
Todos queremos tener éxito y alcanzar la grandeza, y realmente debemos buscar estas
cosas. Pero no debemos vivir para los demás. No debemos elegir una profesión o un
cierto tipo de vida basándonos exclusivamente en lo que nos da estatus. Si quieres ser
grande, entonces haz algo verdaderamente grande. No porque te haga merecedor del
respeto de los demás, sino porque tú mismo quieres vivir una vida llena de significado y
materializar tu potencial, independientemente de cuánta atención captes de los demás.
Asegúrate de que tus elecciones sean en base a qué es mejor para ti y no en base a
impresionar a los demás. Siempre debes preguntarte: ―¿Cuál es mi verdadera
motivación?‖. Por ejemplo, si planeas unas vacaciones en Europa, ¿es porque
realmente quieres ir a Europa? ¿O es porque esperas impresionar a todos con tus
nuevas historias de aventuras?
1. Haz una lista de cosas a través de las cuales la gente busca la admiración de los
demás: riqueza, fortaleza, habilidades, educación, inteligencia, profesión, salud,
condición física. ¿Puedes mencionar otras cosas que correspondería incluir en
esta lista?
2. Haz una lista de las cosas que tú haces para impresionar a los demás. ¿Qué
tienen estas cosas que te hacen sentir importante?
3. Pregúntate por qué sientes la necesidad de impresionar al resto. ¿Qué esperas
lograr?
¿Estás impresionado?
El judaísmo sostiene que quien hace una buena acción y presume de ella, pierde la
recompensa correspondiente. Supongamos por ejemplo, que te enteras de una viuda y
sus hijos que apenas tienen para comer. Les llevas comida, les brindas apoyo y los
encaminas hacia la autonomía financiera. Apenas empieces a presumir de ello, habrás
transformado un bellísimo acto en una herramienta para inflar tu propio ego.
El judaísmo sostiene que cuando realizas una buena acción, los únicos que deben
enterarse de ella son tú y Dios. Haz el bien en forma anónima. No te preocupes, Dios
hallará la forma de que seas ampliamente recompensado.
Actuaciones
Analiza las diversas formas en que te proyectas e intenta describirlas. Puede que
incluso te des cuenta que actúas en papeles contradictorios. Esto es peligroso, porque
al cambiar nuestros papeles constantemente, es fácil perder de vista quiénes somos
realmente.
La capacidad de actuar tiene su lado positivo: puede hacer florecer un potencial al cual
quizás no tendríamos acceso de otro modo. Porque cuando actuamos exteriormente de
forma positiva, eso despierta nuestra parte interna.
Elige un papel que te sea beneficioso y permite que comience a afectar tu conducta
diaria. Supongamos que decides que quieres ser auténticamente feliz. Entonces,
comienza a actuar como una persona alegre, sonriente y amistosa a quien le gusta
estar con otra gente. Al actuar en ese papel, el cuerpo entrará en la sintonía
correspondiente, ¡y el personaje cuyo papel "representas" se convertirá en el verdadero
tú!
Quizás te estás preguntando: ¿Acaso hay alguna diferencia entre engañar a los demás
y engañarte a ti mismo? La respuesta es que actuar en ciertos papeles para hacer
aflorar nuestro potencial es algo bueno, mientras que hacerlo para provocar los elogios
de los demás no lo es. La prueba de fuego para saber por qué estás actuando es la
siguiente: si lo estás haciendo para engañar a los demás, te sentirás pésimo después;
si lo estás haciendo para mejorar tu carácter, terminarás sintiéndote mejor contigo
mismo.
Una última aplicación positiva de nuestra capacidad para actuar: puedes desarrollar
una estrategia sobre cómo actuar frente a una situación difícil. Por ejemplo, si vas a
hablar en público, practica frente al espejo hasta que te salga perfecto. O si sabes que
tiendes a discutir con tu jefe, entonces practica cómo alivianar la tensión. Te ahorrará a
ti y a los demás mucho sufrimiento.
Si necesitas de los demás para reafirmar tu importancia quiere decir que llegó el
momento de examinar tu nivel de autoestima.
Cuando actúas para impresionar a los demás, te sientes vacío por dentro.
"Ya sé eso… lo he oído mil veces… esas cosas viejas son aburridas".
Imagina que pierdes la vista por un año y que luego la recuperas repentinamente. Tu
felicidad no tendría límites. Cada "imagen" sería interesante y fascinante.
La gente generalmente se cansa de la vida cuando sus ideas se vuelven fijas. Los 48
Caminos dicen que aquellos que siempre estén dispuestos a crecer conocen la fórmula
de la juventud eterna. Cualquiera sea tu edad, ocupación o etapa en la vida, ¡haz que
te fascine aprender!
Cuando nos acostumbramos a algo, tendemos a pasar por alto su belleza intrínseca.
Pierde su brillo y resplandor. El Camino #37 es Lo maguís libó betalmudó, ‗Nunca te
sacies de conocimiento‘. Es decir, no caigas en la autocomplacencia.
No asumas que tu punto de vista sobre algo es el único punto de vista correcto. Puede
que hayas escuchado una idea miles de veces, pero de repente viene alguien y te la
presenta de una forma ligeramente diferente y dices, "Eso es increíble, ¡nunca antes
había pensado en eso!". Pon atención a cada concepto como si lo estuvieras
escuchando por primera vez. Te sorprenderás con la cantidad de niveles de
profundidad que te quedan por descubrir.
No importa cuánto sepas, aún hay mucho más para aprender acerca del amor, del
significado de la vida, del placer. Nunca te satisfagas con tu nivel. Mientras más
aprendas, ¡más te darás cuenta de cuánto te falta por aprender! Tan sólo utilizamos un
pequeño porcentaje de nuestro potencial.
Aprecia la vida
Mira a tu alrededor: tu ropa, tu casa, tu trabajo. Intenta recordar lo que sentías cuando
todo era nuevo. ¡Recupera ese mismo entusiasmo y siéntelo hoy!
Dar las cosas por sentado es una tendencia humana. Tómate cinco minutos y haz una
lista de los aspectos sorprendentes de la creación: el ecosistema, la tecnología, la
fuerza de gravedad, el respirar, el cerebro humano. Aprecia los pequeños placeres de
la vida: el cantar de un pájaro, la risa de un niño, el sol brillando. Abre tus ojos a las
impresionantes bellezas de la vida cotidiana.
Despiértate en la mañana con gratitud por el regalo de la vida. Los rezos judíos diarios
le agradecen a Dios por nuestra habilidad para pensar, por el correcto funcionamiento
de nuestros órganos, por tener ropa para vestirnos. Decir estos rezos trasformará por
completo tu manera de enfrentar cada día.
Otra manera de refrescar tu visión acerca del mundo consiste en renovar tu apreciación
por la gente que quieres. Replantea tu forma de actuar con tus padres, con tu pareja y
contigo mismo. Busca nuevos puntos de vista. Renueva el misterio y la química.
Nunca digas: "No puedo". Si es lo correcto de hacer, entonces puedes hacerlo. Debes
darte cuenta que cada vez que decimos "no puedo", estamos frenando nuestro propio
crecimiento.
Haz una lista de todas las cosas que "no puedes" hacer. Por ejemplo, "no puedo
encontrar a mi alma gemela", o "no puedo conseguir el trabajo de mis sueños". Todo el
mundo tiene cientos de estos "no puedo" flotando a su alrededor.
Ahora clasifica tu lista. Distingue entre "no puedo" y "no tengo ganas". Noventa y nueve
por ciento de los "no puedo" son en realidad una excusa para "no tengo ganas". ¿Te
estás restringiendo porque se requiere mucho esfuerzo? ¿O es porque no tienes la
confianza suficiente de que tendrás éxito?
Revisa cada punto de tu lista. Comprométete a cambiar el "no puedo" por un "lo voy a
hacer". La vida se pone emocionante cuando hacemos activamente que las cosas
sucedan en lugar de ser pasivos y dejar que las cosas nos pasen.
No pierdas la esperanza. Lucha con tus problemas, tus ambiciones, tus actitudes. Haz
un plan para lograr las cosas. No te preocupes por los errores del pasado, ¡mira hacia
el futuro!
Aplica nuevas ideas a la vida cotidiana. Imagina que estás aburrido con la rutina de la
limpieza del hogar, pero que no puedes darte el lujo de contratar una empleada
doméstica. ¿Qué deberías hacer? Investiga el mundo de los quehaceres domésticos y
desarrolla el método más rápido, fácil y estimulante para hacerlo todo. Conviértelo en
un juego. Ponte la ropa para hacer ejercicio, prepara tu aspiradora, ajusta tu
cronómetro, y luego haz el trabajo volando. Es muy buen ejercicio, ¡y el reto convertirá
un trabajo monótono en algo emocionante!
Una manera segura de volver a sentir pasión por un tema es enseñarle a otros.
Supongamos que sabes cómo hacer un pastel, o cómo hacer malabarismos con tres
balones. Cuando te preparas para enseñarle a otra persona, necesitas emocionarte tú
mismo. El puro hecho de prepararte te dará nuevas perspectivas, y las preguntas de
los demás le darán más profundidad y vitalidad al tema.
Decir esto es muy peligroso. Porque cuando decimos que no podemos saber algo, nos
damos por vencidos en la búsqueda de su respuesta. Nunca digas: "No puedo saber la
verdad". (Y el hecho de que millones de personas no sepan algo, no significa que eso
no pueda saberse).
Por ejemplo, es un fundamento del judaísmo el hecho de que hay un Dios que ama a
cada uno de nosotros personal e individualmente. Él escucha nuestros rezos, quiere
tener una relación con nosotros y nos guía y cuida.
Puede que digamos que "lo sabemos", pero a menos que estemos viviendo con esa
realidad, no lo sabemos realmente. Sólo estamos hablando por hablar.
El método para "saber" algo es a través del entendimiento. Embárcate en el estudio de
quién es Dios y de por qué actúa de la manera en que lo hace. Como dice Rabeinu
Bejaye (España, siglo XI) en su libro Deberes del Corazón:
"La Torá explícitamente nos pide reflexionar y ejercitar nuestro intelecto en estos
temas… Debes investigar con tu razón, entendimiento y juicio hasta que la verdad
esté clara para ti y las ideas falsas desaparezcan; como está escrito, „Sabrás en
este día y lo implantarás en tu corazón que el Eterno, Él es Dios‟ (Deuteronomio
4:39). Este aviso se refiere a todo método racional de investigación que pueda ser
utilizado”.
Una vez que empecemos a lidiar con la pregunta sobre la participación de Dios en
nuestras vidas, entonces podremos llegar a saber verdaderamente que Él nos ama. Y
desdé ese punto, se nos abrirá todo un mundo por delante.
No dejes que te engañen con un detergente que dice ―¡Ahora! ¡Nueva fórmula!‖.
Algunas personas piensan que las decisiones son cosas que uno toma de vez en
cuando, cuando surge algún asunto importante. Pero en realidad, toda la vida —cada
momento consciente— es una decisión. Desde el instante en que despertamos,
comenzamos a decidir: ¿Qué voy a desayunar? ¿Cómo voy a saludar a mi jefe hoy?
Incluso si bostezamos, nos damos vuelta y volvemos a dormir, eso también es una
decisión.
El impacto acumulativo de las decisiones, aunque cada una sea pequeña por sí misma,
es lo que determina nuestra calidad de vida en términos generales. El Camino #38 es
Eino sameaj Evora, que significa ‗no tomes las decisiones a la ligera‘.
En cuanto a vivir, tómatelo en serio. Pregúntate: ¿Qué voy a hacer hoy? ¿Esta
semana? ¿Este año? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Cuáles son mis
posibilidades? ¿Qué puede lograr un ser humano?
Quienquiera que diga que no hay respuestas para las preguntas filosóficas importantes
de la vida, es porque probablemente no ha hecho las preguntas correctas a las
personas correctas. Debes saber que no investigar esos temas tiene consecuencias.
Mucha gente toma decisiones de vida o muerte sin pensarlas. Si tomar una decisión es
incómodo, generalmente optamos por hacer caso omiso del asunto y lo sacamos de
nuestras mentes. Podemos no cuestionar a un doctor por miedo a ofenderlo. O
podemos elegir nuestro grupo de amigos en base a motivos frívolos, sin tomar en
cuenta las consecuencias de esto. Debes estar atento de no caer en esa trampa.
Tómate un tiempo para hacer una introspección. Clarifica tus decisiones importantes.
¿En qué te basaste para llegar a esas conclusiones? Puede que te sorprendas del
poco cuidado que has tenido al tomar algunas decisiones que han tenido un impacto
dramático en tu vida.
Decidir qué hacer con tu vida es igual de serio que decidir si someterte o no a una
operación del corazón. ¿Decidirías una cirugía echándolo a la suerte? ¡Por supuesto
que no! Entonces no tomes las decisiones importantes (ni expreses tu opinión) hasta
no haber pensado bien el tema.
Toma decisiones de una manera responsable. Antes de abordar cualquier tema, debes
investigarlo rigurosamente. Obtén toda la información necesaria.
Toma las precauciones necesarias cuando vayas a tomar una decisión. Considera las
distintas opciones y sus respectivas consecuencias. ¿Sería una buena idea comprar
esa casa? ¿Contraer matrimonio con esa persona? Porque si tomas las decisiones sin
la debida precaución, puedes llegar a cometer costosos errores en tu vida.
Similarmente, al ayudar a los demás debemos estar conscientes de que hay una
delgada línea divisoria entre enseñarle a alguien y tomar decisiones por él. Si alguien te
pide un consejo, no te precipites a dar instrucciones a menos que estés seguro de lo
que dices. Imponer tu opinión es una solución artificial: no será provechoso y
eventualmente la otra persona guardará resentimiento.
Hay un pasatiempo muy popular llamado "Entrenador del lunes por la mañana". Es la
forma en que los fanáticos del fútbol cuestionan a posteriori la forma en que el
entrenador debería haber mejorado su estrategia durante el partido del día anterior.
Todos tienen una opinión brillante… ¡sobre las decisiones de otros!
Cuando discutas con otras personas, aprende a decir: "No sé". Incluso cuando estés
seguro, di: "A mí me parece". Porque de otra forma, una vez que te hayas
comprometido con cierto punto de vista puedes sentirte demasiado avergonzado como
para retractarte y terminarás defendiendo firmemente un punto de vista al que ya no te
adhieres.
En realidad, decir ―no sé‖ no es una razón para avergonzarse. Ser honesto respecto a
tus limitaciones te ayudará a percatarte de las lagunas que hay en tu conocimiento.
Además, no causarás que otros se equivoquen, y la gente llegará a respetarte más
debido a tu honestidad.
Es poca la gente que es capaz de admitir que no sabe algo. Pregúntale a cualquier
persona cuál es la definición de una buena persona o como ser feliz. Es poco probable
que admita nunca haber pensado en eso.
La decisión más importante que tomarás es: "¿Para qué estoy viviendo?".
Mientras más informado estés, mejores serán tus decisiones. No tomes ninguna
decisión que no estés calificado para tomar.
Para vivir de una manera racional y significativa, debes estar dispuesto a admitir
cuando no sabes algo.
Ser más sensible al dolor de los demás te brindará más claridad para vivir.
Cuando has estado deprimido, ¿alguna vez alguien te dio una palmada en la espalda y
te dijo "¡Anímate, tienes toda la vida por delante!"? Probablemente quisiste darle un
golpe en la mandíbula. ¿Por qué? Porque a pesar de que estaba tratando de ayudarte,
en realidad no estaba sintiendo lo que tú estabas sintiendo.
El Camino #39 es Nosé beol im javeró, que literalmente significa ‗carga con el pesar de
tu amigo‘. En otras palabras, toma conciencia y comparte el dolor de los demás. No
puedes ir por la vida como si fuera una carrera de obstáculos: ―Cuidado, he aquí un ser
humano, manipúlalo, empújalo, obtén un punto, ponte por encima de los demás‖. Esa
no es la manera de hacerlo; debes compartir el dolor.
Cuando alguien está herido físicamente, todos corren a ayudarlo. Pero cuando el dolor
es emocional o espiritual, si alguien está deprimido o sufriendo, no sabemos qué hacer.
Por lo tanto, evitamos la situación. Sin embargo, esos son los momentos en los que
debiésemos ir más allá de nosotros mismos e intentar compartir el dolor de otros,
porque un corazón roto es peor que un brazo roto.
Debes estar consciente de que todo el mundo tiene docenas de cargas emocionales
con las que lidiar (estén o no conscientes de ellas): problemas con el respeto por sí
mismos, planes inconclusos, fracasos, dudas, ineptitudes. Todo eso es parte del
desafío de vivir.
Ponte en su lugar
El primer paso para compartir el dolor de los demás es ver a los demás como personas
de verdad, y no como objetos. Saludar a la gente diciéndoles ―Hola, ¿cómo estás?‖ es
una conducta social aceptada, pero a decir verdad, ¡lo último que queremos oír es
cómo se sienten realmente!
Sé observador. ¿Esta persona está feliz o triste? ¿Débil o con fuerzas? ¿Temerosa o
segura de sí misma? Aprecia que los problemas, esperanzas, aspiraciones y sueños
del resto son tan reales como los tuyos. Enfócate en esto por medio de preguntarte a ti
mismo: "¿Cuál es su dolor?". Utiliza tu imaginación para sentir cómo esto los puede
estar abrumando.
A pesar del dolor, muchas veces la gente oculta sus verdaderas emociones. No
asumas que lo que se ve en el exterior es un reflejo del interior. Alguien puede verse
fuerte y disciplinado, pero por dentro puede estar terriblemente confundido.
Ponte en sus zapatos. ¿Cómo se siente ser anciano? ¿Débil? ¿Tener problemas de
audición? ¿No tener dientes? ¿Perder un padre? ¿Cómo se siente en su primer día de
trabajo? ¿Cómo se siente mudarse a un nuevo vecindario? Pregúntate: Si yo fuera él,
¿cómo me sentiría? El hombre que trabaja en el correo tiene un trabajo difícil. ¿Qué
está sintiendo? O si alguien te empuja en el autobús, piensa que quizás está bajo
mucha tensión.
Concéntrate y siéntelo de verdad. Por ejemplo, cuando hables con un anciano, trata de
imaginártelo como una persona creativa y dinámica que alguna vez fue tan joven como
tú. ¿Y qué hay de los niños? Es fácil tratarlos como juguetes y olvidar que en realidad
son muy perspicaces y sensibles.
Todos nos enfrascamos en discusiones con otras personas y nos preguntamos cómo
es posible que piensen de esa manera. Por eso debemos aprender a ver el mundo
desde el punto de vista de quienes nos critican.
Supongamos por ejemplo que tus padres te están sermoneando acerca de cómo estás
malgastando tu vida. (En otras palabras, ¡no estás haciendo lo que ellos esperan de ti!)
No respondas de mala manera, no intensifiques la pelea y no intentes ganarles con
insultos. En lugar de eso, ponte en sus zapatos. Siente su ansiedad. Reflexiona sobre
cómo te sentirías si tuvieras un hijo que te preocupara. ¿Qué les molesta? Están
preocupados por mí. Están ansiosos, piensan que estoy desperdiciando mi vida y se
sienten mal por ello.
Todas las personas son un mundo entero por sí mismas, y tienen una visión de las
cosas distinta a la tuya. Tómate el tiempo para introducirte en su mundo y ver qué es lo
que piensan. No te apresures en tratar de imponer tu opinión; pregúntales la suya.
Escucha.
Ver las cosas desde el punto de vista de otro por lo menos reducirá tu enojo y
aumentará tu empatía.
¿Cómo discutir de manera sensible?
Tienes que sentir dónde se encuentra atrapado tu amigo. No quiere admitir que
cometió un error, así que no lo presiones. Probablemente no le gusta la conclusión
porque lo pone incómodo. Relájalo.
Esto va también para ti. Cuando tienes un profesor que está comunicando
conocimientos, anda más allá de sus palabras. Trata de darte cuenta de lo que significa
para él a nivel personal. Te estás metiendo en una nueva dimensión. Esa es la forma
de aprender la sabiduría.
Comparte el dolor
Para poder apreciar los problemas que tiene una persona ciega, intenta estar con los
ojos vendados por un día. O ve al hospital y visita pacientes que han perdido alguna de
sus extremidades. Eso convierte al dolor de los demás en algo más real, y serás más
receptivo cuando otros necesiten ayuda.
Cuando una persona sabe que entiendes lo que está sintiendo, el dolor se aliviana en
forma instantánea. Imagínate que el padre de un amigo acaba de morir. Ve a visitarlo y
aunque él no quiera hablar, el solo hecho de sentarte a su lado hará que su dolor sea
más soportable. Él sabe que estás ahí compartiendo su dolor.
Esto también se aplica a los enfermos. Tu visita puede hacerlos sentir mejor e incluso
más saludables. Si te tomas el tiempo y el otro sabe que sientes su dolor, habrás
alivianado su carga. Puede que no te des cuenta, pero ayuda.
Yendo más allá, no sientas sólo empatía. Ve si hay alguna manera de involucrarte
directamente para ayudar a alivianar el dolor. Por una persona enferma podría ser
abrirle la ventana, un masaje de pies o el rezar por él.
Tú ya has estado ahí
A veces, una persona pobre se vuelve rica, y desde ese momento, evita a propósito el
contacto con la gente pobre. Los recuerdos son demasiado dolorosos.
El judaísmo dice lo contrario: Siempre que hayamos pasado por lo mismo que otra
persona está sufriendo, tenemos la obligación especial de demostrar empatía.
Por eso la Torá dice: "Amarás al forastero porque fuisteis forasteros en Egipto". La
experiencia judía en Egipto nos hace más sensibles a las dificultades de los demás. Lo
podemos sentir porque hemos estado en esa situación. Aunque hayan sido nuestros
ancestros, nuestra memoria colectiva nacional crea una obligación especial de ser
sensibles.
El primer lugar para implementar estas ideas es con la familia y los amigos. Una falta
de entendimiento y empatía es la razón principal por la que las familias pelean. Cuando
llegues a casa, ponte en el lugar de tu cónyuge para saber por lo que está pasando.
Siente lo que tiene que soportar cada día para lograr que la familia marche bien. Habla
acerca de ello y muéstrale que reconoces cuán duro trabaja. Descubre nuevas formas
de ayudar.
Tu mayor responsabilidad de cuidado es con tus hijos. Los amas. ¿Pero puedes sentir
cuál es su punto de vista? Eso a veces puede llegar a ser lo más difícil, porque implica
darnos cuenta que son entidades independientes. Y eso significa que debes dejar de
pensar en tu propio dolor, motivado por el fracaso de no lograr lo que quieres para
ellos.
Lamentablemente, millones de padres se pelean con sus hijos. Aman a sus hijos más
que a nadie pero transmiten desdicha y odio. ¿No es horrible? Y es sólo porque no
sienten lo que siente la otra persona.
¡Mira cuán destructivo es no tener un poco de sabiduría!
Tarde o temprano tendrás que expandir tus horizontes. Tienes que sentir el dolor de los
demás, inclusive de quienes no conoces. Cuando escuches en las noticias que alguien
fue herido, siente dolor por él. Siente cómo es estar enterrado en casa y no poder
moverte. Siente cómo es ser pobre y qué significa eso para la autoestima. Siente dolor
por aquellos que son más vulnerables: las viudas y los huérfanos.
Siente dolor por las víctimas de la sociedad. Por las víctimas del crimen. Por las
víctimas de la edad. Por las víctimas de la discriminación. Siente el sufrimiento de la
gente que nunca conocerás, por las situaciones difíciles que atraviesan algunas
personas del otro lado del mundo.
Cuando compartimos el dolor con alguien que está deprimido, nos vacunamos contra
esto nosotros mismos. Comenzaos a ver la vida de forma más objetiva. Y nos
confortamos con el conocimiento de que otra gente puede estar sintiendo y
experimentando lo mismo que nosotros.
Puedes caminar por ahí diciendo que eres una buena persona... y puedes hablar de
ello... pero a menos que lo sientas en tu interior, no estarás tratando con la realidad.
Sensibilidad a lo Divino
Cuando tienes hijos, te das cuenta que no puedes obligarlos a ser obedientes. No
puedes deshumanizarlos. Debes dejar que cometan sus propios errores, por su propio
bien. Tienen que ser independientes.
Los seres humanos cometemos muchos errores y Dios (por así decirlo) sufre con
nuestra demencia. Siente el dolor de Dios. Él creó un mundo hermoso, lleno de
potencial, y sufre viendo tanto desperdicio, sufre cuando ve a Sus hijos confundidos.
Compartiendo la felicidad
Imagina que acabas de tener un bebé y no hay nadie a quien contarle. O que tu novia
te acaba de decir ―sí, quiero‖ y no hay nadie a quien contarle. Caminas por la calle y...
¡Oigan! ¡Estoy comprometido! ¿A alguien le importa? Es doloroso no poder compartir la
alegría.
En una boda judía, todos son partícipes de la felicidad de los novios. ¿Por qué?
Compartir la felicidad la hace real, la hace completa. Entonces cuando vayas a una
boda, no vayas sólo a comer.
A la larga, incluso cuando compartimos las cargas negativas de otros, compartimos una
sensación de felicidad. ¿Por qué? Porque ayudar a la gente es, en efecto, un placer. Y
cuando nuestro amigo supera su problema, su nueva alegría es nuestra al igual que
suya.
Para tratar con las personas de una manera eficaz debes saber cuál es su punto
de vista.
Donde sea que te encuentres —ya sea en clases, en el trabajo, o en una reunión
social— presta atención a la gente que te rodea. Apréndete sus nombres, habla
con ellos, observa sus estados de humor y escúchalos.
Sabes que te importa. Entonces, ¿qué vas a hacer para ayudarlo? Si él te preguntara:
"¿Por qué no debo saltar?", ¿qué le dirías? ¿Tienes derecho de intentar detenerlo si es
que él realmente quiere saltar?
No es suficiente con sólo "sentir" los problemas de los demás. Tienes que hacer algo
para ayudarlos. Lucha contra la tendencia de quedarte de brazos cruzados, criticando y
meneando la cabeza al ver los errores de los demás. El Camino #40 es Majrió lekaf
zejut, que literalmente significa ‗juzgar favorablemente‘. Debemos ayudar al resto a
cambiar sus vidas y a volver al camino correcto.
Como seres humanos, nos importa lo que pase con los demás y queremos ayudarlos.
Tú harás todo lo posible para detenerlo. Nunca te perdonarías a ti mismo si te quedaras
a un lado sin hacer nada.
Hazte responsable
Para poder ayudar a los demás, debes asumir responsabilidad. Una de las primeras y
más importantes lecciones del judaísmo es que "somos los cuidadores de nuestros
hermanos". Todos vivimos juntos en este mundo. Es fácil asumir responsabilidad
cuando alguien está en peligro físico. Sin embargo, tenemos la misma obligación
cuando alguien está en peligro espiritual.
Antes de darte por vencido con alguien —ya sea un alcohólico, un empleado flojo o un
amigo que te traicionó— otórgale el beneficio de la duda. Haz todo esfuerzo que te sea
posible para devolverle la sanidad. Trata al menos 10 formas de ayudarlo antes de
darte por vencido. ¿No te gustaría que otros tuviesen la misma consideración por ti?
Uno de los pasos más importantes para poder ayudar a los demás es tener un plan. Y
no sólo un plan, ¡sino que varios planes de respaldo! Si un plan no tiene éxito, entonces
prueba con el siguiente. Si le das suficiente valor a la vida humana, entonces tendrás la
paciencia de encontrar el mejor método que puedas.
Sé creativo.
Busca soluciones.
Ten determinación, no te detengas hasta que tengas éxito.
Motiva a otros
Haz lo que esté dentro de tus posibilidades para motivar a otros a tener una vida más
productiva. Para lograr esto, deberás enfocarte en su problema específico, como por
ejemplo la falta de confianza, arrogancia, etc.
Por ejemplo: Si sabes que alguien está deprimido, eso usualmente proviene del
sentimiento de que su vida no tiene sentido. Entonces, enséñale cómo ser feliz
mediante hacer que entre en contacto con todo lo que realmente tiene.
Demuestra un interés real. Mostrar interés te hará ganar la confianza de los demás y de
esa forma te contarán sus problemas. Incluso si no les dices directamente cómo
mejorar sus vidas, el puro hecho de que te preocupes por ellos hará que su admiración
por ti crezca y les permitirá aprender de tus buenos hábitos.
Cuando alguien cometa un error, puedes asumir que le falta información sobre la vida.
Revisa si existe una falta de información que puedas arreglar. Tienes que averiguar
cuál es el problema. Por ejemplo, ¿qué causa la infelicidad en nuestra generación?
Decadencia, egoísmo, querer soluciones rápidas y fáciles, etc. Deduce cuál es la mejor
manera de ayudar. En el peor de los casos, el esfuerzo de haberlo intentado te hará ser
una mejor persona.
¿Alguna vez compraste algo en una tienda y después descubriste que otra tienda de la
ciudad lo estaba vendiendo a mitad de precio? ¡Cuán enojado debes haber estado con
la primera tienda!
Cuando veas a alguien hacer algo incorrecto, está bien tener sospechas. Pero no
saques conclusiones hasta que hayas examinado los hechos. Lo que ocurrió podría no
ser más que un simple error, o podría haber algún factor que pasamos por alto.
Recordar esto nos ayudará a mantener nuestro temperamento y nuestras críticas
dentro de ciertos límites.
Como ejercicio, intenta juzgar a tus padres de manera favorable. Quizás no siempre
hacen las cosas exactamente como tú quieres, pero sin lugar a dudas te aman y
quieren lo mejor para ti. Sé paciente y dales el beneficio de la duda.
En el fondo, todos queremos ser buenos. Por lo tanto, cuando alguien comete un error
y actúa de manera incorrecta, a quien más daña es a sí mismo. Darte cuenta de esto te
ayudará a reducir tu enojo hacia él.
Para ser un buen ser humano, tienes que preocuparte por los demás. Sus vidas
y su sufrimiento son igual de reales que los tuyos.
Dale a los demás las preciosas ideas que has aprendido. Cuando escuches un
poco de sabiduría, pregúntate: ¿Cómo podría ayudar esta idea a mi amigo?
Las personas se necesitan las unas a las otras. Haz todo lo que esté en tus
manos para ayudar.
Siéntete responsable.
Hoy en día, demasiada gente vive en una ilusión. Se escapan al mundo ficticio que
crean las películas o al mundo de la realidad virtual.
¿Pero acaso la realidad más hermosa no es aquella que es real? ¿No es mejor ver un
fantástico atardecer que una película? ¿No preferirías sentir la emoción de la aventura
en vez de simularla en un parque de diversiones? ¿No preferirías alcanzar la grandeza
en vez de alucinar que eres Cleopatra?
Entonces, ¿por qué hay tanta gente desdichada? Se debe a que no están enfocados
en la realidad. Una persona puede fingir que tiene todo bajo control, cuando en realidad
se está engañando a sí mismo. La realidad es absoluta. En todo momento es de día o
de noche. Puedes vivir la realidad durmiendo y decidir no relacionarte con ella, pero la
realidad seguirá estando ahí.
Existen muchas teorías acerca de cuál es el "significado de la vida". Eso nos muestra
cuán fácil es engañarse a uno mismo. Tienes que saber en qué se basa tu "significado
de la vida". Las decisiones inteligentes están basadas en evidencias. ¿Cuál es la fuente
de tu información? ¿Cuál es tu evidencia?
Dos personas pueden ser vecinos por años, jugar golf juntos, cenar juntos,
considerarse mejores amigos y sólo estar en desacuerdo en un tema: Dios. El tema
más fundamental en la vida —el cual determina nuestro pensar sobre prácticamente
todas las cosas— ¡y estos dos ni siquiera están de acuerdo en si existe o no!
Lucha contra esa locura que habita en tu propio interior y en los demás. Debemos
confiar en que existe la verdad y en que puede ser encontrada. Ese es el punto de
partida de toda realidad.
Todos tus sentidos y tu experiencia previa te dicen conjuntamente que tienes 10 dedos
en las manos. Es una convicción inquebrantable.
Ahora probemos con un ejemplo más difícil. ¿Qué es más importante, ser feliz o ser
rico? La mayoría de la gente diría "ser feliz". Y que pasa si viene alguien y te dice:
"Está bien sentirse miserable y solitario, ¡siempre y cuando tengas mucho dinero!".
¿Quién está bien y quién está mal? ¿Acaso lo sabes?
¿Qué pasaría si hubieras nacido en Alemania y te hubieran dicho ―mata a los judíos,
son una plaga para la humanidad‖? Cuando te pusieran en juicio por crímenes de
guerra, ¿podrías declararte inocente diciendo que tu opinión es tan válida como
cualquier otra? ¿Por qué no? Porque sabemos que ciertas cosas están objetivamente
mal. Y todo ser humano tiene la responsabilidad de conocer esa realidad.
Reúne evidencia clara para estructurar tu actitud frente a la vida. Te ayudará a evitar
que te conviertas en una víctima de las modas pasajeras… o de cosas peores.
Cambio de actitud
Imagina una mujer joven que viaja a una ciudad distante para ir a la boda de su amiga.
Tiene un hermoso vestido, diseñado especialmente para la ocasión. Entonces, justo
antes de irse del hotel rumbo a la boda, un torpe camarero le da vuelta una bandeja
con comida encima del vestido. ¡Qué desastre!
Si decides que "el mundo es un desastre y es horrible tener que estar aquí", entonces
así es como vivirás. Pero si decides que "la vida es buena y es un placer estar aquí",
¡así es como vivirás!
Una vez que conozcas tu razón para vivir, no habrá qué te detenga. Cada mañana
saltarás de la cama con el asombro de un niño ante la emoción de vivir.
Si hay cosas malas en el mundo, tienes dos opciones: puedes quejarte o puedes
ayudar a mejorarlas. El secreto está en tu actitud. No te quedes ahí sentado diciendo,
"Ojala el mundo fuera diferente". Lo hermoso de esta vida es que podemos cambiar las
cosas malas. Tienes el potencial, sólo tienes que decidir usarlo. Siempre hay un
sinnúmero de caminos para escoger. La vida es tu decisión. Nadie más decidirá por ti.
Pregúntate: ¿Estoy usando todo mi potencial? ¿Por qué no? ¿Qué me está
deteniendo?
La gente acepta las cosas más ridículas sólo porque los demás las aceptan. La moda y
la mercadotecnia de masas funcionan basadas en este principio.
¿Cuál es la mejor manera de sobrevivir en un hospital psiquiátrico? ¡Cura a los otros
enfermos! Ya que si no lo haces terminarán influenciándote.
Busca la raíz
Para alinear a alguien con la realidad, no busques soluciones cosméticas. Debes llegar
a la raíz del problema. Busca cuál es la falta de conocimiento que lo lleva a esa acción
negativa. ¿Cuál es el problema de fondo que lo detiene en su avance? Busca cuál es la
movida estratégica que le dará un giro a su vida, liberará su potencial y hará que
comience a avanzar en la dirección correcta. Eso hará que tus soluciones sean más
eficaces y duraderas.
Imagina al padre de un adolescente que está frustrado porque su hijo no escucha sus
consejos. Constantemente hay tensión y peleas. ¿Cuál es la solución? Haz que el
padre se dé cuenta de un principio básico: "Nunca le puedes decir a otro qué tiene que
hacer. Sólo le puedes mostrar por qué es significativo y le es beneficioso‖. De esta
manera, ayudarás al padre a replantearse su forma de enfrentar el problema.
¿Y cómo ayudas al hijo, que está convencido de que sus padres lo odian? Dale el
siguiente ejemplo:
Debes darte cuenta que no existen las soluciones estandarizadas. Tal como cada
persona es única en su apariencia, de igual manera cada persona tiene motivaciones y
necesidades diferentes. Una persona puede verse impulsada por el idealismo, otra
necesita seguridad, otra quiere bienes materiales y otra está en búsqueda del honor.
Así que, aunque hayas encontrado una solución, puede que ésta no sea aplicable en
todos los casos.
(Por otro lado, existen ciertos motivadores universales: el deseo de ser mejor, de
alcanzar nuestro potencial, de ayudar al prójimo, etc.)
La mejor solución a un problema es aquella que cada uno ingenia por su propia cuenta.
Porque cuando alguien entiende a nivel personal los obstáculos que interfieren con su
autorrealización, se entregará más a esa solución.
Por ello, encarrilar a una persona en el camino correcto no significa ser un "mago de
las soluciones" que le diga qué hacer. Significa ser un guía que puede ayudar a otros a
ver sus errores y que guía sus exploraciones personales hacia las respuestas
correctas.
No olvides enfrentar tus propios problemas. Para poder lograr que alguien viva en la
realidad, primero tienes que entenderla tú mismo. Por lo tanto, lucha para resolver tus
propios problemas, para liberarte y para poder ver más allá de tus problemas
personales. Y mientras más "perfecto" seas, mejor líder serás para los demás.
Vas caminando y de repente ves un niño corriendo hacia la calle para buscar su pelota.
Un automóvil da un frenazo para poder alcanzar a detenerse. El conductor grita por la
ventana, llamándole la atención al niño por su insensatez. Algunos transeúntes menean
la cabeza, otros apuntan al niño con un dedo acusatorio. Pero una persona corre tras el
niño, lo persigue por 5 cuadras, lo agarra y le de una palmada en el trasero. ¿Quién es
esta persona? ¡Su padre! Las demás personas dicen, "Algún día se va a matar, que
terrible". Pero sólo al padre le importa lo suficiente como para procurar darle un gran
susto de modo que no vuelva a hacer algo semejante.
Dios se preocupa del pueblo judío más de lo que cualquier padre se preocupa por su
hijo. El pueblo judío es el transmisor de los valores de la Torá, y Dios no va a permitir
que desaparezcamos. Por eso Dios tiene que mantenernos en contacto con la realidad.
Incluso si nosotros decimos: "No nos importa ser judíos, queremos asimilarnos", Dios
dice: "De ninguna manera. Tengo un trato con Abraham y ustedes son demasiado
valiosos como para dejar que se pierdan. Aprenderán aunque sea Yo mismo quien
tenga que mostrarles la diferencia".
Dios nunca "castiga". Siempre es de manera instructiva, encarrilándonos en el camino
de la realidad.
Además, Dios no se venga de Sus hijos. Imagina que tu hijo hace cosas muy malas,
poniendo su vida en peligro y causándote un sufrimiento intolerable. Entonces, un día
vuelve y dice: "Papá, lo siento. Lo que hice fue horrible. Por favor, discúlpame". ¿Ahora
qué vas a decir? ¿―Espera, tengo que vengarme por lo que me has hecho”? ¿O
llorarás, lo abrazarás y celebrarás?
Nunca dejes de preguntarte: ¿Es bueno estar vivo? ¿Para qué estoy viviendo?
Debemos ser buenos. Ayudar a los demás a transitar por el camino correcto no
es sólo otra parte de nuestra vida; es de lo que se trata la vida.
Toma decisiones acerca de la sabiduría que adquieres: "¿Voy a vivir con ella o
la voy a ignorar?".
Incluso si el mundo exterior esta sumido en caos, nosotros podemos tener paz
interior. Para adquirir ese equilibrio, enfócate en las necesidades de tu alma.
Todo el mundo es partidario de la paz. Pero cuando los judíos se saludan unos a otros
con el famoso "Shalom Alejem" (‗Paz sobre ustedes‘), realmente se refieren a un deseo
de paz interior. Porque todos los placeres del mundo son sólo un camino hacia la paz
interior.
La palabra en hebreo para paz, shalom, deriva de shalem, que significa completitud,
perfección y plenitud. La verdadera paz es mucho más que el cese de la guerra. De
hecho, la paz interior es independiente de las circunstancias externas. El mundo puede
estar sumido en la confusión, y pese a eso, la persona puede estar en paz consigo
misma. Y viceversa: el mundo puede estar en paz, pero la persona puede estar
intranquila interiormente.
¿Qué es paz interior?
Todos hemos sentido alguna vez que tenemos un conflicto interno, lo cual
generalmente ocurre cuando debemos tomar alguna decisión moral. Cuanto más
grande sea la decisión moral, más grande será el conflicto.
Por otro lado, el alma desea significado, logros, permanencia, grandeza, realidad y
verdad.
Estas dos fuerzas chocan. Nosotros queremos ser firmes, pero nos sentimos como
malvaviscos. Queremos ser grandiosos, pero no tenemos ganas de hacer el esfuerzo.
Queremos ser independientes, pero nos sentimos seducidos.
E incluso cuando no nos damos cuenta, este conflicto se desata dentro de nosotros. La
paz y la tranquilidad sólo vienen cuando nosotros resolvemos la lucha interna.
¿Quieres grandeza o quieres ser mediocre? ¡Despierta!
El Talmud enseña: "El justo le habla a sus deseos físicos, mientras que los malvados
dejan que sus deseos sean quienes les hablen a ellos". La pregunta es: ¿Quién dirige
el espectáculo? ¿Quién dictaminará lo que harás?
Los hedonistas creen que debemos dedicarnos al cuerpo y seguir sus deseos. Pero un
placer mundano no dura mucho tiempo, y generalmente deja una sensación amarga.
Cada vez que te rindes ante los deseos de tu cuerpo —cuando pierdes la calma,
cuando fracasas en defender tus creencias o cuando sucumbes ante la lujuria—, el
buen sentimiento dura tan sólo un momento y luego de eso terminas sintiéndote
deprimido y enojado contigo mismo.
El auto respeto, que es la única paz verdadera, proviene de cuando seguimos lo que
desea nuestra alma.
Entonces, ¿cuál es la meta? Provocar que el cuerpo desee lo que el alma quiere, ya
que no hay manera de que logres tener paz siguiendo los deseos del cuerpo. Tu alma
no se rendirá. Nunca.
Pero el cuerpo puede aliarse con el alma. Por supuesto que "duele" un poco alejarse
de un placer inmediato, pero podemos sobrevivir sin él.
Entrenamiento corporal
Hacer que tu cuerpo esté de acuerdo con tu alma no significa que debas romper tu
cuerpo.
El deseo del cuerpo es una fuerza positiva que debe ser aprovechada. La clave está en
enseñarle al cuerpo a proporcionar la misma energía y entusiasmo cuando busque
"sentido" como lo hace cuando busca un dulce. El cuerpo está donde está la pasión,
donde está el poder. Llévalo a que se una a tu acción.
Entrena tu cuerpo para que esté a tono con tu alma. Cuando sientas la resistencia del
cuerpo, háblale. Convéncelo. Tranquilízalo.
Imagina a un corredor que corre por primera vez una larga carrera. El cuerpo protesta
diciéndole: ―No seas masoquista… tendrás un ataque cardíaco… no llegarás más lejos
que esa esquina… ¡Detente ya!‖.
Sólo un firme poder de voluntad puede quebrantar la resistencia del cuerpo y hacer que
acepte. ¿Cómo? Recuérdale constantemente el gran valor que tiene estar en forma,
delgado y saludable. "Esto es lo que realmente quieres… imagina lo bien que te
sentirás… serás respetado… vivirás más años…".
Averigua qué es lo que quieres y gobierna sobre tu cuerpo. Píntale las cosas de buena
forma hasta que logres reducir la ansiedad del cuerpo. Continúa hasta que la
resistencia de tu cuerpo se debilite y se convierta en el socio de la voluntad de tu alma.
Tal como en el ejemplo de salir a correr, tú puedes medirlo: ¿Cuánto llevará hasta que
el cuerpo siga mi meta? Puede llevar un tiempo hasta que el cuerpo se ajuste… pero
cada vez será más fácil.
Utiliza la disciplina. No dejes de avanzar. Ten agallas para perseguir tus metas más
altas y haz que la pasión de tu cuerpo se hunda en los deseos de tu alma.
Cuando estás encerrado en una batalla moral y ambas opciones son igualmente
tentadoras, ¿cómo puedes saber qué "voz" está hablando?
El alma quiere ser buena y ayudar a otros. Ten cuidado con las personas que viven en
ilusiones de paz. Puede que te digan: "Yo quiero hacer lo correcto", pero
probablemente sean demasiado histéricos como para sentarse a discutir los temas. El
cuerpo teme perder el control de sí mismo.
Las personas que poseen paz interior dicen: "Ven, pensemos juntos". El alma no tiene
miedo.
Una de las mejores maneras de hacer que tu cuerpo desee significado espiritual es
tener una causa.
La gente necesita enfocar sus vidas alrededor de una causa que sea más grande que
ellos mismos. De esta manera, el cuerpo se pondrá del lado del alma. Cuando
luchamos por algo sobre lo cual creemos, el conflicto entre el cuerpo y el alma
prácticamente se termina. Estamos dispuestos a llegar donde sea, pues la voz del
cuerpo está sumergida en una causa abrumadora.
Esa es la ironía. Cuando una nación está luchando por su supervivencia, hay un
sentimiento de paz interior. Las personas no se preocupan sobre pequeñeces como el
auto nuevo del vecino o que la mucama puso demasiado almidón a las camisas. ¡Hay
algo más importante! Escuchamos cuidadosamente cualquier idea. Dejamos que
cualquier persona capacitada nos lidere. Nos elevamos por la grandeza de la causa.
Obviamente hay muchas otras maneras más constructivas de lograr este efecto. Como
arreglar el mundo, por ejemplo. ¿Acaso no es esa la mayor causa de todas? Bueno,
casi...
La mayor causa de todas
Cuando las personas luchan por una causa, ¿qué es lo que buscan realmente? ¿Cuál
es el deseo más grande del alma?
Dios es Uno. Esa es la verdadera causa a la cual todos aspiran llegar. Salvar a la
humanidad es algo pequeño comparado con hacer la voluntad de Dios. Esa es la
mayor causa de todas.
Los judíos se ponen en contacto con esto cada mañana y noche, al recitar el rezo del
Shemá: "Escucha Israel, Hashem es nuestro Dios, Hashem es Uno". Nosotros estamos
enfocados en lo que más quiere el alma.
Una vez que hayas logrado alcanzar algún nivel de paz interior, ayuda a otros a hacer
lo mismo. De la misma manera que tú pasaste por distintas etapas para reconocer tus
conflictos internos, ayuda a otros a que puedan recorrer el mismo camino.
Obviamente la siguiente pregunta es, ¿cómo haces que alguien sea grande?
Muchas personas están tan acostumbradas al conflicto interno que lo aceptan como un
status quo. Aceptan la mediocridad como una forma de vida, como si la grandeza fuera
sólo para "grandes personas". La gente generalmente no sabe lo que realmente quiere
de su vida. Y si no saben qué es lo que realmente vale la pena perseguir, entonces
perderán la motivación para intentarlo.
Enséñale a la gente a tener metas y a averiguar qué metas son valiosas. Pregúntales
una y otra vez: "¿Qué quieres?‖. Ayúdalos a enfocarse: ―¿Puedes ser realmente feliz si
eres mediocre? ¿Puedes estar en paz si no te sientes realizado?".
Si inspiras a otros, eso te dará una dimensión distinta sobre el poder de la sabiduría.
Pues al trabajar objetivamente para ayudar a que otros sean poderosos, nosotros
también llegamos a serlo.
Además, si tienes éxito en desarrollar el potencial de otros, tú mismo habrás alcanzado
la grandeza. Pues el mejor regalo que una persona puede dar a otra es paz interior y
tranquilidad. Y ahora, tú compartirás cada uno de sus logros.
Si alguien no sabe por qué vive, entonces quiere decir que está en una guerra
consigo mismo.
La causa suprema que anhela el alma es llegar a ser uno con Dios.
Los niños viven en un estado natural de asombro. Para recuperar esa energía,
persigue tus metas con incansable fascinación.
Todos hemos experimentado en algún momento algo tan fascinante que nos sentamos
en la punta de nuestros asientos. Puede haber sido un paseo en la montaña rusa, un
conferencista brillante o un paisaje sobrecogedor. En ese momento, estábamos
totalmente comprometidos con la emoción de vivir.
Es por eso que una crisis —a pesar de que produce miedo— es tan estimulante.
Porque demanda de nosotros un 100% de atención, la fusión de la mente y el corazón.
Imagina si pudieras reproducir esa sensación cada día de tu vida, ¡sería increíble!
El Camino #43 es Mityashev libó betalmudó, ‗asienta los estudios en tu corazón‘. Esto
significa que cuando comienzas cualquier actividad, no sólo debes llevar a tu cuerpo,
sino que debes asegurarte que tu mente y corazón también estén allí. Debes conectar
tus necesidades emocionales con tu apreciación intelectual, ya que de otra manera,
todo lo que obtendrás de la vida será una experiencia a medias.
Debes estar completamente absorto en lo que sea que estés haciendo. No importa si
estas estudiando geometría, cocinando la cena o educando a tus hijos, ¡debes
fascinarte! Porque cuando estamos fascinados, tenemos una mayor captación y
retención, y al final haremos un mejor trabajo.
¿A quién le importa?
Fíjate cómo nos detenemos a leer una propaganda que dice: ―Gana un millón de
dólares. Garantizado‖. Ciertamente prestaremos atención, ¡estamos interesados!
Entonces, la próxima vez que alguien te presente alguna información nueva, no digas:
―¿A quién le importa?‖. En lugar de eso, conéctala con tus deseos. Define: ¿Por qué
quiero saber acerca de eso? ¿De qué manera eso es relevante en mi vida? ¿Cómo
puedo integrar esa idea en forma práctica?
Una vez que te comprometes a aplicar la sabiduría, verás cuán fascinante puede llegar
a ser.
La fórmula de la fascinación
La clave es descubrir cómo la idea intelectual le habla a tus emociones. Hay verdades
espirituales sumamente profundas en la biología, como por ejemplo la simetría artística
de los organismos, la unidad holística de la naturaleza, etc. Entonces, no te limites
solamente a la información intelectual. Ve un paso más adelante y descubre las
realidades metafísicas que son paralelas a tu mundo diario.
Esto funciona incluso con los aspectos más mundanos de la vida. ¿Alguna vez te
fascinó podar el césped? Hasta que una vez, de repente, ¡comienzas a hacer dibujos
en el césped! Descubre qué fue lo que ocurrió. ¿Qué te atrapó? ¿Estabas en un estado
de ánimo en particular que sentiste que querías jugar con eso? ¿Había algún
significado básico de la vida que sacaste de eso?
Como ejercicio, piensa acerca de dos ocasiones en las cuales quedaste fascinado con
algo que generalmente no te interesaba. Averigua por qué repentinamente diste un
vuelco. Ahora toma la respuesta y utilízala para la vida. Si encuentras que la vida es
aburrida, esto hará que tu creatividad fluya de nuevo. Si funcionó una vez, puede
funcionar de nuevo.
Ve lo fascinante de la vida
Los niños viven en un estado natural de asombro; piensan que todo en la vida merece
atención y que de todo se puede aprender algo. Para recuperar ese asombro de niño,
averigua qué es lo que más te fascina en la vida. ¿La tecnología? ¿La naturaleza?
¿Las relaciones interpersonales? ¿La sociedad? Haz una lista de las diez cosas que
más te fascinan.
Sé proactivo y busca situaciones fascinantes. Una persona que está buscando oro
tiene más posibilidades de encontrarlo que alguien que simplemente está escalando
una montaña. Si estás buscando fascinación es más probable que la experimentes.
Podemos aprender mucho al observar lo que le fascina a otros. ¿Qué clase de película
es un éxito garantizado? Noventa asesinatos en una sola película, ¡Wow! ¡Eso es un
asesinato por minuto! ¿Por qué todos sintonizan CNN para ver un avión estrellándose,
un tornado o casas derrumbadas? La gente ama las historias de guerra, terror, fama,
detectives. ¿Por qué tanta fascinación por eso? ¿Cuál es el denominador común?
¿Qué es lo que esto nos dice acerca de la naturaleza humana?
Esto no es una aprobación de esos temas, sino que es más bien una observación
sobre cuáles son las cosas que capturan la fascinación del mundo occidental moderno.
Ahora compara esto con tu propia lista. ¿Qué cosas te estás perdiendo? ¿Cómo
puedes evitar las trampas en las que otros están cayendo?
Fascinación con personas reales
Fascínate con cada ser humano al menos por un momento. Un enigmático misterio de
la vida está pasando justo a tu lado. ¡Presta atención!
No trates a las personas como objetos. Si consideras que el vendedor del negocio es
un elemento cuya función es facilitarte la compra, eso no te inspirará mucho interés. En
lugar de eso, desarrolla tu sentido de la curiosidad y elabora algunas preguntas
amigables. ¿Te gusta tú trabajo? ¿Hace cuánto tiempo trabajas aquí? ¿Ha sido un día
ocupado? ¿Estás al comienzo o al final de tu turno?
Si alguien se fascina más con películas y novelas que con la vida misma, es una señal
de que algo está mal. Él está viviendo indirectamente, escapándose de sí mismo y de
su potencial. Es una pena estar más fascinado con los personajes de una novela que
con los verdaderos seres humanos. Para que tu vida valga realmente la pena,
¡fascínate con la realidad!
Debes darte cuenta que la mayoría de las cosas a las que prestamos atención son
ilusiones. No nos enseñan nada acerca de la vida. Un programa de TV, una novela o
incluso un diario. ¿Qué aprendes realmente? ¿Puedes aplicar algo de esto a tu vida?
Terminas la novela y dices: ¡Esos personajes eran fascinantes! Piensas que tu vida ha
cambiado, pero ¿cuánto te enseñó realmente acerca del significado de la existencia? El
libro fue fascinante, pero ¿has aprendido sabiduría para vivir? No necesariamente.
Intenta canalizar tu curiosidad natural hacia una conexión con personas reales. La vida
misma es más fascinante que cualquier juego de vídeo. ¡Sólo necesitas aprender cómo
funciona!
Una buena manera de estar fascinado es conociendo a la persona más interesante que
jamás hayas visto. ¿Sabes quién es? ¡Tú! Entonces, siéntate y conversa contigo
mismo. Pregúntate: ¿Para qué vivo? ¿Hacia dónde estoy yendo?
Imagina a alguien que tiene una gran ambición de ser médico. En la secundaria toma
cursos introductorios, lee muchas revistas de medicina, es voluntario en el hospital
local y se hace amigo de muchos médicos. Está totalmente enfocado. Cuando termina
la secundaria, ya habla como un doctor, entiende los procedimientos básicos y ha
desarrollado un hábito de atención y visita de pacientes, ¡todo esto mucho antes de
ingresar a la escuela de medicina!
Si una persona sabe lo que realmente quiere de la vida, entonces encontrará los
caminos y medios para llegar hasta allí. Y se fascinará con cualquier cosa que esté
remotamente relacionada con esa meta.
Ten una dirección clara. Conoce lo que quieres. Repasa el itinerario de tu vida. Tu
deseo es dominar la vida, no andar por ella a tropezones. Recuerda, eres ambicioso,
deseas grandeza. Ese es tu anhelo interno. Las horas que pasas divirtiéndote están
robando tu grandeza. Seguro que es divertido, pero sabes que no es el camino hacia la
grandeza.
Cultiva tus intereses naturales. Si no estás decidido acerca de qué carrera estudiar,
toma la opción que más te llame la atención.
Nuestros sabios dicen: ―La persona siempre debe estudiar lo que su corazón desea‖. Si
aprecias el tema, entonces estudiarlo se convertirá en una experiencia agradable. Es
más, el entusiasmo por un tema se pasa a otro y te ayuda de esa forma a que sea más
fácil estudiar los temas menos fascinantes.
¿Tienes dificultad para abrir un libro? Observa el índice y elige un capítulo que te
motive. Utiliza tu deseo natural como una vía de entrada para involucrarte en algo que
de otra manera sería un tema demasiado denso.
Para poder fascinarnos con la verdad y la sabiduría, debemos entender que nuestra
esencia es un alma, no un cuerpo. Esto te ayudará a no perder el tiempo en
frivolidades. Comer está bien —obviamente tienes que alimentar al cuerpo y ―el sabor‖
es sin duda un placer maravilloso—, pero no te pierdas en la comida. Sabes que eres
un alma, a la que le fascina la sabiduría, la vida y el misterio de la existencia. Abre el
próximo capítulo. ¿Qué será? Eres un alma encerrada en un cuerpo. ¡Qué emoción!
Una persona real es más fascinante que lo que cualquier personaje de TV jamás
podría ser.
Los 48 Caminos dicen: Rodéate de personas que hayan dominado al arte de las
preguntas. Un experto en preguntas puede identificar la base del asunto, revisar los
factores pertinentes, determinar qué información adicional es necesaria y llegar a una
conclusión. ¡Eso es poder para vivir!
Para entender los eventos necesitas preguntar: ¿Cuál es la esencia del problema?
¿Por qué la gente difiere? No confíes en analistas para que te den su opinión
predigerida. Tú eres quien tiene que hacer el trabajo. Involúcrate y participa en las
noticias inteligentemente.
Hay un dicho judío: ―Nunca nadie murió por una pregunta‖. Esto significa que no debes
tener miedo de preguntar. No hay nada ilustre en permanecer callado… e ignorante.
Alguien que no aprende el arte de las preguntas perceptivas es susceptible a todo tipo
de manipulaciones. En el mundo actual, siempre hay alguien deseoso de engañarnos
para que compremos algo que no necesitamos.
La mejor defensa en contra del abuso es cuestionar lo que ves. Cuando te encuentres
con una nueva idea o producto, pregúntate: ¿Por qué necesito esto? ¿Cuál es la
motivación de la persona al promover esta idea? Esto te sensibilizará, te protegerá, y te
hará más sabio.
Las ideas valen muy poco cuando están flotando en el vacío. Pero cuando son
yuxtapuestas emergen a la superficie sutiles distinciones. Un aspecto clave de la
sabiduría es ver las relaciones que hay entre los conceptos, y concentrarse en las
áreas de similitud y contradicción. Es por esto que es tan importante estudiar historia,
para adquirir un sentido de contexto.
Por ejemplo: ¿Puede Dios hacer una roca tan pesada que ni siquiera Él pueda
levantar?
Esta pregunta implica una limitación en el poder de Dios: O bien es incapaz de crear
una roca así de pesada, o bien es incapaz de levantarla.
La respuesta es que hay una falla fundamental en la pregunta. La pregunta asume que
las cosas infinitas —una roca infinitamente pesada y un Dios infinito— son
comparables. Pero como debiéramos saber de las clases de matemática de
secundaria, dos infinitos no son comparables.
Todos tenemos una mochila llena de preguntas sin contestar. Y a pesar de que
aparentemente no nos molestan, en un nivel más profundo sí lo hacen. Aquí hay
algunas molestas preguntas que todos tenemos:
Siéntate, reflexiona y ve qué preguntas importantes aún no has resuelto. Si hay algo
que te molesta, no lo dejes ahí tirado. Ponlo en una lista y llévala contigo. Mantén estas
preguntas en mente, disponibles para cuando encuentres a alguien que podría tener la
capacidad de ayudarte a responderlas.
Averigua de qué se trata el matrimonio. ¿Es un acuerdo? ¿Un contrato? ¿Un refugio de
impuestos? ¿Ayuda doméstica? ¿Una compañía? ¿Una forma más económica de
vivir? ¿Un ritual para satisfacer a los padres?
Hay padres que bañan en bronce el primer par de zapatos de sus hijos. Es un
recordatorio de cuando el bebé alcanzó un cierto nivel de madurez e independencia. En
el judaísmo inmortalizamos otra cosa: la primera pregunta analítica de un niño, la
primera vez que descubrió una contradicción. ¡Eso es independencia!
En el Séder de Pesaj, alentamos a los niños a que hagan las famosas ―Cuatro
Preguntas‖. El Séder también habla acerca de cuatro hijos: uno sabio, uno malvado,
uno simple y uno que no sabe preguntar. Cada uno se define en base al tipo de
preguntas que hace.
Una Ieshivá es una escuela para aprender la habilidad de analizar y hacer preguntas
sagaces. El libro guía es el Talmud, el manual de preguntas y respuestas más grande
del mundo. El Talmud está construido en base a una búsqueda de contradicciones, y
con el correr de los años los judíos fueron desarrollando esto hasta transformarlo en un
fino arte.
Algunas veces el texto de la Torá es muy conciso. ¿Por qué? Para motivarnos a hacer
preguntas analíticas. La Torá requiere gran esfuerzo para entenderla por nuestra
cuenta, y mientras más estudiamos, más afinamos nuestras herramientas para el
análisis independiente.
Pero, ¿por qué habría de ir a visitarlos? Los Steinberg solamente tienen hijas mujeres,
por lo que probablemente él es uno de los yernos. Pero si lo es, ¿con cuál hija se
casó? Sara se casó con ese simpático abogado de Budapest, y Ester se casó con un
hombre de negocios de Zhadomir. Así que este debe ser el esposo de Sara, por lo que
su nombre es Alexander Cohen, si no me equivoco.
Pero si viene de Budapest, con todo el antisemitismo que hay ahí probablemente debe
haber cambiado su nombre. ¿Cuál es el equivalente Húngaro de Cohen? Kovacs.
Pero si cambió su nombre, entonces probablemente debe tener algún estatus especial.
¿Qué podrá ser? Un doctorado de la universidad.
En este momento, el estudioso se dirigió al joven y le dijo: ―¿Cómo está usted Dr.
Kovacs?‖.
―Muy bien gracias‖, respondió el sorprendido pasajero. ―¿Cómo es que usted sabe mi
nombre?‖.
Contrasta un concepto con otro para ver si surge alguna contradicción sobre
algo que solías asumir como verdadero.
Cuando aprendas algo de sabiduría, extrae lo que sea relevante para tu vida.
Extrae sus conclusiones más profundas y vive con ellas.
La información llega a nosotros proveniente de muchas fuentes distintas. Pero, ¿en qué
momento la idea de otra persona se convierte en algo que podemos llamar nuestro?
A todos nos ha sucedido. En la excitación de oír una nueva gran idea, damos un
inspirado salto y hacemos diversas asociaciones con otras ideas. Se siente maravilloso
ya que sentimos literalmente cómo se están expandiendo nuestros horizontes.
Cuando escuches una idea, asegúrate de llegar hasta el fondo. No tomes la idea en su
valor nominal. Desglósala en sus componentes. Define cada parte para asegurarte que
la entiendes completamente. Pregunta para aclararla. Escribe tus observaciones.
Ahora, prueba la idea. Proyéctala al futuro. Trata de trazar el camino de la idea, con
todas sus implicancias y consecuencias. Esto te permitirá descubrir su profundidad y
darte cuenta de cualquier aspecto que pueda ser falso.
Escuchar una nueva idea significa mucho más que sólo oírla con tus oídos. Escuchar
significa absorber la idea en un nivel que te impacte y llevarla a tu corazón. Cuando
una idea alcanza tu corazón, entonces te ves empujado a la acción.
Cuando escuches una idea, muévela un poco y hazla tuya. Mover la idea a otra
dimensión la transforma en algo totalmente diferente, algo real, vivo y funcional. Y esto
es parte de tener ―libre albedrío‖.
Que no te baste con sólo leer el periódico. Conviértete en parte del proceso. Saca
conclusiones. Deriva nuevas ideas a partir de ellas. Esa es tu creatividad, ese eres tú.
De otro modo, sólo serás una figura pasiva —un peón de las noticias— y no estarás
verdaderamente prestando atención.
No esperes que estos momentos de inspiración vengan por sí mismos. Descubre cómo
formalizar el proceso, como tomar cualquier idea y llevarla un paso más adelante,
abrirla y ver sus múltiples dimensiones.
Sin embargo los seres humanos tendemos a ser flojos. Sabemos que deberíamos
examinar las cosas en profundidad, pero a menudo evadimos el esfuerzo que se
requiere y nos contentamos con explicaciones superficiales. Contrarresta esa
tendencia.
Suele ocurrir que las ideas nos impactan sólo de forma superficial y no nos molestamos
en hacer nada al respecto. Por eso que hay tanta inconsistencia en el mundo moderno.
Las ideas rebotan en la gente en vez de ser adquiridas. No te quedes ahí como un
bulto. ¡Corre con la pelota! ¡Persigue la máxima sabiduría! ¡De esta manera podrás
descifrar los misterios de la vida en vez de tan sólo lloriquear por ellos!
Por ejemplo tomemos el concepto de, ―Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico
19:18).
3) Conclusiones: Si Dios dice: ―Ama a los seres humanos‖, entonces quiere decir que
los humanos son intrínsicamente seres que pueden ser amados. El hecho de que casi
todos tienen al menos dos personas que los aman —sus padres— confirma esto. Por lo
tanto, si tienes problemas con amar a alguien, entonces deberás preguntarte a ti
mismo: ―Si yo fuese su madre, ¿qué amaría de esa persona?‖. Esto te abrirá una nueva
y sorprendente dimensión. Cada ser humano es espléndido, ¡simplemente nos falta
darnos cuenta!
4) Derivaciones: ¿Qué es lo que puedes amar de los seres humanos? Debe haber
algo que sea común a todos los seres humanos, y es que fueron creados a imagen de
Dios.
5) Extensiones: Dado que tenemos un mandamiento de amar a los demás, eso
significa que amar es algo que puede ser ordenado. Esto va en contra de la percepción
común de que pese a que es bonito amar a otros, el amor no puede ser obligatorio.
Pero el judaísmo dice lo contrario, lo cual te lleva a reflexionar: ¿Quién me puede
enseñar el secreto de cómo amar a todas las personas?
6) Paralelos: Si Dios nos ordenó amar a otros, entonces debe significar que Él nos
ama a nosotros. ¿Cómo sabemos eso? Porque cuando amamos a alguien, también
queremos que los otros amen a esa persona. Como Dios nos ama, entonces también
quiere que nosotros nos amemos los unos a los otros.
7) Corolarios: Proteger de los daños es parte de amar a alguien. Por eso, ―amar al
prójimo‖ también significa luchar por los derechos humanos, trabajar en contra de la
injusticia, detener la violencia.
9) Apreciación: Mira hacia atrás en el tiempo, hasta la época de los griegos, babilonios
o egipcios, quienes asesinaron, esclavizaron y torturaron en grandes cantidades. La
historia muestra que fue el judaísmo —con su innovadora declaración de amar a la
humanidad porque todos fuimos creados a imagen de Dios— el que introdujo e inspiró
los derechos civiles y la justicia en el mundo. Los judíos dijeron: ―Todos fuimos creados
a la imagen de Dios, y tú tienes que amar a toda la humanidad‖. Esta idea fue exitosa
porque la Torá especifica leyes detalladas de cómo traducir ese amor en acción.
Gradualmente, el mensaje judío llegó a ser aceptado por toda la humanidad. ¡Increíble!
Mantente enfocado
Debes tener mucho cuidado cada vez que vayas a través de este proceso de
asociaciones. Imagina que estás construyendo una torre, poniendo un ladrillo arriba de
otro. Si la primera capa de ladrillos se corre apenas un centímetro, no es tan grave. La
tercera capa de ladrillos se va a poder sostener. Pero si los ladrillos no estaban
perfectamente alineados ¡entonces en la decimoquinta corrida va a colapsar toda la
estructura!
Lo mismo es cierto respecto a las ideas. Cuando sacamos una conclusión tras otra y
tras otra, si en la primera conclusión estábamos un poquito corridos, entonces todas las
conclusiones subsecuentes estarán equivocadas cada vez en mayor grado ¡y podrías
terminar con algunas ideas extrañas y peligrosas!
Por ejemplo, mucha gente cree que no existe la "verdad absoluta". Dicen que ―la
verdad‖ es diferente para cada uno.
¿Y que hay de cuando tu hijo llega de la escuela y alega porque alguien lo golpea en el
patio? Si la moralidad es relativa, entonces nunca podrás decir que algo es injusto.
Para el abusador, golpear a niños pequeños es parte de su sistema moral personal.
¿Cómo podrías condenarlo?
¿Suena absurdo? ¡Por supuesto! Por eso es importante llevar las ideas a su conclusión
lógica. Si hay una falsa percepción, entonces al desarrollar el tema un poco podrás ver
el error de la premisa original. También podrás ver cómo esta idea podría estar
contradiciendo otra idea en la que crees. De esta manera, serás capaz de determinar
qué ideas son verdaderas y qué ideas son falsas.
Durante el curso del día solemos estar muy ocupados como para considerar las ideas y
sus implicancias. Por lo tanto, debes tomarte al final de cada día el tiempo necesario
para reflexionar sobre las nuevas ideas que escuchaste aquel día.
Piensa cuidadosamente. Leíste algo, fuiste a pasear, asististe a una reunión. Puedes
aprender muchas cosas nuevas. Pero a menos que repases tus experiencias diarias,
no vas a poder internalizarlas.
Como ejercicio, toma cinco de tus piezas de sabiduría favoritas, aquellas que
consideres que son las herramientas más importantes para la vida. Luego, profundiza:
encuentra un corolario, una consecuencia, una derivación, etc.
Esta aproximación por etapas te generará una cadena potencialmente infinita de
conclusiones. De hecho, nuestros sabios dicen que uno podría teóricamente deducir
las 613 mitzvot a partir de cualquier mitzvá de la torá si hace un seguimiento lógico de
las consecuencias, derivaciones, etc. (Obviamente esto sólo lo puede ser alguien que
sea un erudito…)
Cuando aprendas algo —ya sea de un libro, de una clase o de una experiencia de
vida— apréndelo con el objetivo de compartirlo con otros. Si fue algo fascinante,
entonces pregúntate: ¿Cómo te cambió? ¿Qué te enseñó sobre la vida? ¿Cómo
puedes transmitir esa idea a otros?
El Camino #46 es Halomed al menat lelamed, que literalmente significa ‗el que aprende
para enseñar‘. No crezcas sólo para ti mismo. Si vale la pena, compártelo.
Haz que esto sea un proceso automático, de forma que cuando aprendas algo nuevo
pienses instantáneamente en cómo transmitirlo.
Si vale la pena aprenderlo, vale la pena compartirlo
Comienzas a evaluar, pensar, analizar y enfocarte… ¡todo porque tienes una audiencia
que está esperando tus palabras!
Luego pregúntate: ¿Quién más se beneficiaría con este concepto y cómo se lo puedo
enseñar?
Ensaya. Haz como que tuvieras que enseñarlo en una clase a 1.000 personas. ¿Cómo
resumirías los puntos principales? ¿En qué estás de acuerdo o en desacuerdo?
Estás en un avión sentado junto a un extraño. ¡Todos sabemos lo aburrido que puede
ser eso! Sin embargo, es una excelente oportunidad para discutir tu perspectiva sobre
algún asunto importante. Obviamente tienes que preparar la conversación. Intenta esta
técnica: Comparte una dificultad que estés teniendo con el asunto y pide un consejo.
Cuando estás en la calle y debes pedirle a un extraño directivas para ubicarte, ¡eso no
te complica en absoluto!
Di: ―Estaba pensando en este asunto. ¿Me podrías ayudar a entenderlo?‖. A todo el
mundo le gusta dar consejos. Y a continuación, podrás explicar tus ideas ¡y de paso
podrías aprender algo a cambio!
Anticipa las oportunidades para enseñar, ya sea que estés en la cola del banco o
almorzando con amigos. Incluso puedes invitar a gente con el propósito expreso de
tener una conversación significativa. Sé creativo. Las posibilidades son infinitas.
Esto no quiere decir que debas convertir a todos tus amigos y a tu familia en conejillos
de indias. Pero sí significa que debes reconocer de antemano cómo puedes impactar a
otros de manera positiva.
Los mejores profesores cometen errores; más al comienzo, menos después. Es como
andar en bicicleta o manejar un auto: cuanto más lo haces, más fácil se torna. Nadie se
convirtió en un gran maestro sin equivocarse algunas veces.
Tal como un artista necesita estudiar de los grandes maestros, un profesor necesita
estudiar los métodos de grandes educadores. Si tienes un profesor favorito (o
periodista, actor, etc.) presta atención a sus técnicas para comunicar el mensaje.
Pero no esperes hasta ser perfecto, ¡porque eso está bastante lejos todavía!
Simplemente comienza y enseña lo mejor que puedas. Te ayudará muchísimo a
clarificar tu propio punto de vista.
Podrías decir ―esperaré hasta que la gente me pida un consejo y entonces les
enseñaré‖.
No pasarías por el lado de alguien que se está desangrando sin detenerte. Cuando
alguien está deprimido es exactamente lo mismo.
Para hacer que el concepto sea más real, intenta escribir un testamento ético. ―Querido
hijo: ahora que he cumplido X años me gustaría transmitirte algunas cosas importantes
que he aprendido sobre la vida…‖.
Imagina que la CNN te está entrevistando sobre las cosas más importantes que has
aprendido en la vida. ¿Qué responderías? Busca dentro de ti cuáles son las cinco
cosas más importantes que sabes. Es un proceso doloroso, pero es crucial para
entenderte a ti mismo.
Formaliza el proceso
Cada día aprendemos una gran cantidad de ideas. Sin embargo, dado que no estamos
en contacto con el valor intrínseco de ellas, por lo general las terminamos perdiendo.
Nos quedamos atrapados en un montón de tonterías, permanecemos como zombis y lo
bueno termina yéndose por la alcantarilla.
Para ayudarte a separar la harina de la paja, escribe las cosas, como una especie de
diario. Hay diferentes maneras de escribir un diario. Hay personas que describen
eventos: ―David se cayó de su bicicleta hoy‖. Otros escriben como si estuviesen
comunicándoselo a un amigo imaginario: ―Querido Diario: Hoy me sentí muy
insultado…‖.
La idea de llevar un diario es para clarificar: ¿Cómo crecí hoy? ¿Cómo se lo puedo
transmitir a otra persona?
Cuando aprendes para enseñar obtienes una mayor claridad sobre lo que está
dando vueltas por tu mente.
Saber que tendrás que enseñar te da más poder para entender, analizar, poner
atención y motivarte. ¡Utilízalo!
Enseñar sabiduría es la misión de la nación judía de ser ―una luz para las
naciones‖.
Cuando se trata de poder y dinero, la gente se siente atraída por la sabiduría. Pero
cuando se trata de lecciones de vida, generalmente no prestan mucha atención.
¿Entonces por qué hay tanta gente que dedica sus vidas a volverse ricos a pesar de
los daños a su vida familiar, problemas de salud, compromisos morales y otros
sacrificios en su felicidad que vienen por causa de sus esfuerzos por enriquecerse?
Enfoca tu atención en esta contradicción. Proviene de la incapacidad de trasladar un
concepto intelectual a la realidad práctica. Si una idea tiene sentido y al aplicarla
obtendrías una vida más efectiva, pero a pesar de eso no la implementas, entonces
eso se llama ―locura temporal‖. Es como estar viviendo en dos niveles diferentes,
desconectado de la realidad.
Nuestros sabios dicen que cuando una persona comente un error está "temporalmente
loco". Gente que pierde el tiempo, que pelea con sus propios hijos, que vive en
depresión y miseria. Eso es una locura.
El Camino #47 es halomed al menat laasot, que literalmente significa ‗aprender para
hacer‘. Todo el trabajo de vivir es poner en práctica lo que sabes. Esa es la diferencia
entre ―filosofía‖ y ―sabiduría‖. Puedes aprender las ideas más lindas del mundo y
predicar sobre ellas todo el día. Pero si no las aplicas, eres un gran meshugene (loco).
Obviamente lo ideal es cuando una persona se conduce sólo por entusiasmo. Pero a
veces tiene que funcionar en la dirección contraria: Un ritual puede llevarte a hacer
cosas incluso cuando no tienes ganas de hacerlas e incluso antes de obtener un total
entendimiento de por qué deberías hacerlas. Una vez que nos involucramos en la
actividad correcta, la conexión emocional se produce después.
Por ejemplo, les enseñamos a nuestros hijos a cepillar sus dientes desde una edad
temprana, y lo hacemos como un ritual. Les enseñamos a comportarse educadamente
—―Por favor pásame la sal… muchas gracias… discúlpame‖— como un ritual.
Hacemos esto incluso antes de que entiendan la razón. Y confiamos en que cuando
crezcan reconocerán el valor del buen comportamiento y de lavarse los dientes.
Tener rituales es una de las bases del judaísmo. Las mitzvot no son acciones vacías
para mantenernos ocupados, sino que nos ayudan a poner en práctica determinados
ideales. Por ejemplo, encender las velas de Shabat trae calidez, calma y paz al hogar.
O poner una mezuzá en la puerta nos ayuda a enfocarnos en las dulces palabras que
están escritas adentro. No es magia.
Utiliza los ―hábitos‖ a tu favor. Toma algo que hayas aprendido y conviértelo en un
ritual. Por ejemplo, hazte un hábito diario de articular cinco cosas placenteras que
hayas experimentado en las últimas 24 horas. Enfócate en ellas, cuéntalas, siéntelas.
¿Quieres ser una persona que se preocupa más por los demás? Por ahora, hasta que
estés listo para pensar como una persona más preocupada por los demás, actúa como
tal.
Cuando comiences un nuevo ritual, no te preocupes si no es tan placentero. Tan sólo
hazlo. Luego verás maravillosos resultados. Te convertirás en alguien más sensible y
civilizado. Te transformará.
Haz una lista de cinco ideas que te gustaría integrar a tu vida. Enfócate en una idea
específica cada día. Define un plan de cómo implementarla. Te sorprenderás de cuán
sistemático será tu crecimiento. Un día, una oportunidad.
Empieza con pasos pequeños y trabaja hasta llegar a los más difíciles. Por ejemplo, en
la idea de ―amar a tu prójimo como a ti mismo‖, un aspecto específico es ser amistoso
con los demás. Un pequeño y práctico paso podría ser por ejemplo atender el teléfono
con voz alegre en vez de decir bruscamente ―aló‖. El siguiente paso podría ser hacer
pequeños favores voluntarios, como ofrecer café a un compañero de trabajo o de
dormitorio. Y luego puedes continuar construyendo a partir de allí...
Empújate hacia adelante. Pregúntate cada noche, ¿qué aprendí hoy? Después aplica
esa lección a uno de los ítems de tu lista. Incluso el esfuerzo más pequeño hará crecer
tu ímpetu. Haz algo con los conocimientos que haz aprendido. Con cada pequeño
esfuerzo crecerás otro poco.
Debes estudiarlo
Nada ayuda a la integración de las ideas más que el estudio profundo. Cuanto más
entendemos, más deseamos implementar una idea en nuestras vidas.
1. ¿Qué he aprendido?
2. ¿Qué significa?
3. ¿Por qué es importante para mi vida?
4. ¿Cuáles son las consecuencias?
5. ¿Cómo traslado esto a la práctica?
Aplica este modelo constantemente, ya sea que estés teniendo una conversación o
incluso mientras lees esto. ¿Qué deberías estar haciendo? Internalizando las ideas que
están aquí y trabajando sobre un método para integrarlas a tu vida. Recuerda: ¡Los 48
caminos son más que un ejercicio intelectual!
Al preguntarte "¿Qué estoy haciendo? ¿Cómo debo hacerlo? ¿Qué voy a hacer al
respecto?", podrás evitar muchos errores. Tan pronto te conectas con la realidad del
pensamiento, del conocimiento, de las definiciones y haces lo que es correcto, la locura
desaparece. Se evapora.
Evitando errores
Para aumentar tu poder para vivir, debes estar atento a lo que sucede a tu alrededor,
apreciar su significado, y aprender de ello. Como dice el dicho: ―Un tonto aprende de
sus errores, pero una persona sabia aprende de los errores de los demás‖.
Por ejemplo, considera la idea del matrimonio en la sociedad moderna. Cada pareja
que se casa dice que está enamorada. Pero la mitad de los matrimonios terminan en
divorcio. ¿Qué sucedió?
Investiga las causas y aprende cómo minimizar las posibilidades de que fracase tu
propio matrimonio. Luego de eso comprométete a llevar a la práctica lo que aprendas.
Porque si no trabajamos en cómo amar, podemos terminar desenamorándonos
rápidamente.
Si cometes un error, no andes por ahí acomplejado pensando “No valgo nada, soy un
idiota, no sirvo para nada”. La autocompasión es algo muy desagradable. Una persona
llena de culpa repite sus errores una y otra vez. La culpa es la forma que tiene el
cuerpo de engañar al alma para que piense que hizo algo al respecto: ―No valgo nada,
no soy bueno. ¿Ves?, ¡me hice cargo de mi error!‖.
Obviamente no debes negar lo que sucedió. Analiza por qué cometiste el error. Porque
si incluso un tonto aprende de sus propios errores, entonces no aprender de los errores
es doblemente tonto.
Pon tu energía en eso. Aprende de ello y comprométete a no volver a hacerlo nunca
más. Perfecto. La vida es buena. Ahora sigue avanzando.
Hazlo hoy
Hay muchas cosas que nos prometemos a nosotros mismos pero que nunca hacemos
realmente. Nos engañamos pensando que hemos adquirido un compromiso, pero no es
cierto. ¿Te quedaste dormido hoy? Es porque no fuiste serio con el compromiso. Si
hubieras tenido una gran oportunidad de negocios y hubieras tenido que despertarte a
las 5 AM, ciertamente te habrías levantado.
Aplica esta idea a las grandes metas de la vida. Si no empiezas hoy, quizás nunca lo
hagas. Incluso si no tienes el tiempo ahora, por lo menos escribe tus buenas ideas
antes de que se pierdan para siempre. Ponlas en tu calendario. Eso te obligará a
revisar tus prioridades periódicamente y te dará una segunda oportunidad para ponerte
en acción. Porque la diferencia entre un sueño y una meta es tener un plazo.
Depende de ti
Hazte responsable de ti mismo. Como dicen nuestros sabios: ―Si yo no estoy para mí
mismo, ¿quién va a estar para mí?‖.
Sabes que hay muchas cosas que te atraen. ¿Quieres felicidad, buena vida, grandeza,
ser disciplinado, vivir en la realidad? Te atormenta el cerebro. ¡No te rindas! Si
realmente crees en algo, ¡ve y lógralo!
Depende completamente de ti. Decide tomar el control de tu vida. Puedo hacerlo. Creo
en mí. Voy a lograrlo. Nadie puede entrar en tu cerebro y vivir por ti. Nadie va a
―hacerte‖ grandioso. Nadie puede detenerte y nadie puede ayudarte. Esa es tu
responsabilidad.
Obviamente el juez final es Dios. Pero ese es Su dominio. Nosotros tenemos que hacer
nuestro mejor esfuerzo.
Tomar la decisión de crecer es utilizar tu libre albedrío, el poder esencial del ser
humano.
Los vendedores ganan experiencia cada vez que un cliente les plantea una nueva
pregunta, lo cual desafía al vendedor a mejorarse cada vez.
No a los loros
Obviamente cuando desafíes a algún maestro (o a alguno de tus padres) debes hacerlo
de forma respetuosa. Utiliza expresiones como: ―Discúlpeme, no entiendo cómo llegó a
esa conclusión, pero me parece que es incorrecta‖.
Otro aspecto sobre ―hacer sabio a tu maestro‖ es relacionarte con él como una persona
sabia. Para aprender de un maestro, tienes que tomar sus enseñanzas con seriedad,
ya que de no ser así no funcionará. Acepta el hecho de que él tiene algo que decir.
Tiene credenciales. Dale una oportunidad a sus ideas.
Nunca descartes algo que dice tu maestro calificándolo como ―ridículo‖. Considera su
punto de vista incluso si tienes la sensación de que ―es imposible, es un error, yo sé
que no es verdad‖. No lo descartes de inmediato. Dale otra oportunidad de explicar, y
luego piénsalo otra vez.
Pero —dirás tú—, ¡tal vez el profesor en realidad está equivocado! Si esa es la
conclusión a la que llegaste, entonces comunícaselo. Pero sólo después de haber
analizado el tema. Que no sea simplemente una protesta. Descubre por qué crees que
está equivocado. ¿Cuáles son tus fundamentos?
Por ejemplo: Tu profesor te da una definición de ―amor‖. ¿Hay algo malo en definir el
amor? ¿Tal vez a ti no te gusta la idea de limitarlo a una definición? ¿O quizás no crees
que sea posible definir una emoción?
Siente tu resistencia
Pon atención cuando sientas un deseo de distanciarte de las palabras de otros. Puede
ser que te estés poniendo a la defensiva (porque no estás tan seguro de tu propia
posición). O puede ser que tengas flojera intelectual, miedo a las implicaciones o algún
prejuicio arraigado.
Analiza qué es lo que te molesta. Rastréalo y ponlo en la mesa de discusión. Identifica
si es parte de tus prejuicios, si va en contra de tu opinión, en contra de tus inclinaciones
o en contra de tus deseos.
¡En realidad es más importante escuchar el punto de vista del otro precisamente
cuando no estás de acuerdo! Por lo general la cosa que más necesitamos es
precisamente aquella que mantenemos lejos de nosotros. Si rechazas una idea desde
el comienzo, entonces probablemente se trate de un mecanismo de defensa. Y es
precisamente ahí donde tienes un espacio para crecer; por lo tanto, debes poner la
máxima atención posible. Ese es el poder de la esquizofrenia en nosotros. Llamamos a
algo ―ridículo‖ incluso cuando tenemos la leve sospecha de que aquello tiene el poder
de transformarnos de manera positiva.
Piensa una y otra vez lo que dicen tus maestros. Ciertamente esto se aplica cuando no
los entiendes completamente o cuando no estás de acuerdo con ellos. Pero incluso
cuando concuerdas con la idea, no estés tan seguro de que has captado el mensaje
completo.
Incluso cuando algo te parece obvio, trata de verlo desde otra perspectiva. Muchas
veces te sorprenderás de encontrar nuevos aspectos que antes pasaron
desapercibidos.
Llegar a entender una idea puede tomar mucho tiempo. De hecho, ¡nuestros sabios
dicen que toma 40 años!
Aplica esta técnica siempre que tengas una discusión. Es excelente para aminorar el
distanciamiento, especialmente cuando los combatientes están tensos y
emocionalmente disgustados. Puedes decir: ―Mira, realmente quiero entender lo que
estás diciendo, así que acá hay algunas razones de por qué creo que podrías estar en
lo correcto. ¿Te molestaría decirme algunas razones por las que yo podría estar en lo
correcto?".
Ninguna discusión puede perdurar bajo estas condiciones. ¿Te das cuenta?
¿Qué es lo peor que podría resultar de todo esto? Es posible que todavía no estén de
acuerdo, pero al menos van a entenderse el uno al otro y van a construir respeto
mutuo. Y no sólo eso, ¡sino que incluso podrías descubrir la verdad y cambiar tu punto
de vista!
Aplica esta técnica de ―mirar desde el otro punto de vista‖ a todos los temas serios de
tu vida. Por ejemplo, antes de que una persona judía se case con una persona no
judía, esa persona debería dar 10 razones de por qué es importante ser leal al
judaísmo. No deseches el judaísmo por tu experiencia a los 13 años. El pueblo judío le
ha entregado una base moral al mundo y ha prosperado en contra de todos los
pronósticos. Es una herencia que vale la pena investigar.
De la misma forma, antes de sacar a Dios de tu vida debes dar 10 razones de por qué
es importante tener una relación con Él. Dios es nuestro creador, nuestro maestro.
¡Démosle un poco de crédito!
Las ideas incómodas son la mejor oportunidad que tenemos para crecer.
Imagina una oficina en donde el papeleo fluye cada día. La única manera de que todo
sea accesible es tener un buen sistema de archivo. Buscas un documento urgente… la
frustración crece mientras luchas por información que sabes que está ahí, pero que no
puedes encontrar. ¡Está enterrada bajo un montón de papeles!
Por eso los 48 Caminos tienen como agregado el Camino 49, Hamejavén et shmuató,
lo cual significa ‗piensa sobre lo que has escuchado‘. Crea un archivador mental.
Cuando escuches un nuevo fragmento de sabiduría, colócalo automáticamente en el
archivador apropiado de forma que esté disponible para su posterior uso. La sabiduría
necesita ser accesible y aplicable, y mientras más organizado seas, más poder tendrás
para vivir.
Siempre debes buscar cuál es el flujo lógico. Por ejemplo, cuando tomas un libro, lee
primero el índice para desarrollar un sentido general de la estructura. Luego, tómate
unos cuantos minutos para imaginar qué se discutirá en cada capítulo. Cuando
comiences a leer, esto te ayudará a ver en qué se diferencia un aspecto del siguiente y
cómo se conecta todo el material entre sí.
En vez de que te expliquen una idea, intentar mejor entender la idea tú mismo, buscar
sus implicaciones por tu cuenta. De esta forma estarás enfocándote, transformándote
en parte del proceso y analizando la información mientras avanzas. Esto graba la idea
en tu mente mucho mejor que cuando simplemente te la explican. Y de esta forma
tendrás una mejor base para llegar a una conclusión acerca de la credibilidad del
material.
En el estudio judío, le damos a cada sección de la Torá y del Talmud un nombre que
define su esencia, y luego escribimos frases de resumen para cada sección. Por
ejemplo, los 48 Caminos son "esencias definidas", una especie de índice de materias
para alcanzar la sabiduría.
Pon atención, ve la conexión. Esto hace que la información sea infinitamente más
manejable y te ayuda a recordarla y a aplicarla en el camino. Prueba este método en lo
que sea que estudies. Vale la pena invertir un tiempo en esto.
El sistema lógico
Lo mismo ocurre con la sabiduría para vivir. Cada día aprendes mucho acerca de la
vida y, a menos que lo organices, los pedazos aislados de sabiduría te desalentaran y
deprimirán. Esto matará tu optimismo y tu deseo de crecer y cambiar, ya que
probablemente pensarás ―he olvidado otras ideas en el pasado, probablemente
también olvidaré esta‖.
¿Cuál es el valor de memorizar esta lista? Esto te proporciona 613 archivadores en los
cuales puedes poner cualquier nuevo fragmento de sabiduría. Por ejemplo, si
adquieres entendimiento acerca de la armonía de la naturaleza, puedes archivarlo bajo
la mitzvá de saber que Dios es uno. O si encuentras una nueva forma de ayudar a las
personas sin hogar, puedes archivarlo bajo la mitzvá de tzedaká, ‗caridad‘.
Con este método entenderás la vida de una forma completamente diferente. Verás la
genialidad de cómo se conecta una pieza con la otra. Y esa herramienta te beneficiará
para siempre.
También hay otros métodos. Algunas personas tienen cientos de tarjetas, organizadas
alfabéticamente por temas. Cuando reciben una nueva información, la escriben en una
tarjeta. Utilizando la computadora, este sistema es fácil de implementar, e incluso
puedes armar una red de hipervínculos de información personal.
Sabiduría accesible
Antes de comenzar cualquier proyecto importante, abre un nuevo archivo para guardar
información. Ya sea administración de dinero o reparaciones domésticas, sé diligente
en organizar tu información. Cuando te encuentres con algún buen artículo, no lo metas
simplemente en un cajón por ahí.
Por ejemplo, si estás comenzando una familia, recopila una serie de herramientas útiles
para la educación de niños. Quieres que sean sanos física, emocional y
espiritualmente. ¡Pero aprender a lo largo del camino puede ser demasiado tarde!
Un método clave es extraer el principio que hay detrás de cada idea. Esto es mucho
más fácil de memorizar que un montón de detalles. Nuestros sabios lo comparan con
llevar dinero de papel en vez de un gran saco de monedas. Una vez que tienes el
principio, puedes aplicarlo en una variedad de situaciones.
Mecanismos de memoria
Saber que existe una idea no es suficiente. Para realmente ―poseer‖ la idea tienes que
saberla de memoria. La memorización es tremendamente poderosa, tiene la capacidad
de poner la idea ―en tu bolsillo‖ y la hace inmediatamente accesible.
¿Cuál método es mejor? El número dos. Supón que quieres memorizar todos los
huesos del cuerpo humano. Utilizando el método #1 memorizarías el nombre de todos
los huesos en orden alfabético. Utilizando el método #2, la forma lógica, comenzarías
por la cabeza e irías bajando hasta los dedos de los pies. Mientras recorres el cuerpo,
cada hueso te daría una pista para el siguiente.
Hay un gran bloqueo mental para memorizar cualquier cosa, pero una vez que
comienzas a hacerlo, es fácil y divertido. Para comenzar, intenta memorizar los
nombres de los 48 Caminos y repásalos mientras caminas por la calle. Anota estas
―palabras clave‖ en un pequeño pedazo de papel y tenlo contigo en todo momento.
Esto te dará un punto de referencia constante.
Evalúa y elimina
Planes y prioridades
2. Asuntos entre yo y otros. ¿Qué sé sobre la relación que uno debe tener con sus
amigos, padres, colegas y sociedad? ¿Qué me hace tener problemas en las
relaciones? ¿Qué es lo que más les gusta a otros sobre mí?
3. Asuntos entre yo y Dios. ¿Qué sé sobre la verdad, amabilidad y sobre por qué
fue creado este mundo? ¿Cuáles son los derechos que me dio Dios y cuáles son
mis obligaciones?
Ahora, prioriza estas ideas en una colección de planes de vida. Deberías tener un plan
diario, un plan semanal, uno mensual y uno anual, con metas a 5 años, a 15 años, y
metas de toda la vida.
¿Qué quieres que diga en tu lápida? Hacer esta pregunta es algo muy poderoso. Y
muy doloroso.
Mantén tus prioridades en el orden correcto. Todo ser humano está dispuesto a morir
por hacer lo correcto. ¿Podrías matar a 1.000 niños inocentes para salvar tu vida?
Seguro estarías dispuesto a dar tu vida antes que a hacer tal cosa.
Si estamos dispuestos a morir por hacer lo correcto, entonces eso nos dice algo
profundo acerca de nuestras prioridades. Cuando te despiertes por la mañana,
recuérdate: ―Quiero hacer lo correcto, quiero ser una buena persona‖. Obviamente es
posible que te olvides de ello durante el día. Pero al menos sabrás que es importante.
Y tarde o temprano puede que hagas algo al respecto.
Cuando algo interesante viene a ti, archívalo en tu mente para que puedas
acceder a ello cuando lo necesites.
Mientras tu cabeza esté confusa, sentirás el dolor del caos que hay allí arriba.
Reconoce los regalos que tienes y sé agradecido con quien te los dio.
Después de escuchar una buena historia, un chiste o una idea, solemos estar ansiosos
de repetirla a otros. Pero al hacerlo, la tendencia es presentarla como nuestra propia
invención.
Haomer davar beshem omró, significa literalmente ‗dilo en nombre de quien lo dijo‘.
Cuando cites algo siempre debes mencionar la fuente. En otras palabras, ―no te robes
el crédito de los demás‖.
Entonces, la próxima vez que estés listo para compartir una jugosa historia, no te
olvides de mencionar: ¿De dónde la sacaste?
El regalo de la sabiduría
Para poder apreciar algo de forma adecuada, primero debemos tasar su valor. Por eso
cuando alguien nos da un regalo material por lo general no tenemos ningún problema
en mostrar gratitud.
Como ejercicio, haz una lista de las ideas que regularmente apoyas junto con las
fuentes originales de donde las escuchaste. Piensa en personas que te han dado
sabiduría para vivir. ¿Acaso un amigo te puso en tu lugar por haber hecho determinada
cosa? ¿Acaso tu hermano te salvó de hacer cosas estúpidas? ¿Acaso un empleador te
dio un buen consejo en relación a tu carrera?
Reconoce que recibiste el regalo. Si alguien te quitó la venda de tus ojos, es fantástico,
es una vida diferente. Dite a ti mismo: ―Ahora estoy consciente de una cosa muy
importante a la cual no le estaba prestando atención‖. Dilo en voz alta. El puro hecho
de hacerlo será suficiente para que sientas verdadera gratitud.
Ahora, haz que la fuente sepa cuánto lo aprecias. Considera como si el ―gracias‖ fuera
el pago por la buena idea. Disfruta pagando la cuenta, no aborrezcas pagarla. El placer
que le darás a la otra persona es una pequeña retribución por un enorme regalo.
Un buen lugar para empezar es por tus padres. Haz una lista de todos los regalos que
te han dado, tanto materiales como éticos: tu sentido de honestidad, la disciplina, el
deseo de la verdad, la bondad con las personas. Aprecia cuán valioso es cada uno de
ellos. ¿Qué obtuviste de tus padres? Averígualo.
Después de eso, escríbele una carta a tus padres agradeciéndoles por todos esos
regalos. Suena un poco melodramático, pero es asombrosamente poderoso.
¿Entiendes el enorme placer que les vas a dar, además del placer que tendrás tú
mismo al darles a ellos ese placer?
Valora la fuente
Cuando reconoces la fuente no pierdes, sino que ganas. Nunca serás capaz de valorar
un poco de sabiduría, una reflexión sobre la vida, a menos que estés dispuesto a
reconocer el regalo. Porque al negar el regalo estás degradando su valor y por lo tanto
no lo aplicarás seriamente, ya que para ti no tiene valor.
También tendrás la capacidad de guiar a otros hacia la fuente. Haz que todos sepan.
Hacer que otra persona esté feliz no te roba felicidad, sino que por el contrario;
mientras más gente sea feliz, más fácil será para ti ser feliz.
Cuando hay más sabiduría a tu alrededor, la vida se torna mejor para todos.
Señales de alerta
¿Por qué la gente tiene tantos problemas para reconocer a otra persona como la fuente
de una idea?
¿Qué nos dice esto? Cuando sientas la necesidad de recibir reconocimiento por el
trabajo de otro, deberían sonar campanas de alarma. Es una señal de alerta de
inseguridad. Porque a pesar de que puede ―hacernos quedar bien‖, es realmente un
sustituto barato para la verdadera superación personal.
Si quieres obtener reconocimiento por una buena idea, ¡piensa en una tú mismo!
Pero hay una dinámica aún más sutil que está en juego aquí. Algunas veces tomamos
ideas prevalentes en nuestra sociedad y vamos por el mundo presentándolas como
nuestras propias conclusiones.
Haz una lista de tus opiniones en relación a temas como libre albedrío, verdad
absoluta, evolución y aborto, entre otras. Sigue el rastro hasta la fuente de cada una de
ellas. ¿Son tus propias ideas? Si no es así, ¿de dónde vienen? ¿Leíste un artículo en
una revista o te las comentó un amigo? ¿Cómo llegaste a tu conclusión?
Por ejemplo, puede que creas que ―no hay una verdad absoluta‖. En vez de eso, trata
de replantearlo: ―La gente dice que no hay una verdad absoluta‖. De esta forma serás
libre para investigar sobre esta idea de una manera objetiva, sin estar encerrado en
una posición.
Ahora haz la pregunta un poco más profunda: ¿Por qué decidiste en un principio
identificarte con esta idea en particular?
La próxima vez que escuches una discusión sobre un tema controversial, resístete a la
tentación de aceptar una idea sólo para sentir que has ―resuelto los temas difíciles de la
vida‖. Evita sacar una conclusión hasta que no hayas escuchado toda la evidencia, ya
que en caso contrario no estarás haciendo más que pretender y fingir en lugar de vivir
realmente.
¿Puedes estar seguro de una conclusión? ¡Sí! Los 48 caminos dicen: Aprende la
dinámica de la claridad y estudia cómo funciona la dimensión del conocimiento.
Entonces sentirás la seguridad cuando venga.
Haz una lista de los tesoros de la sociedad: monoteísmo, justicia para todos, educación
universal, dignidad individual, el valor de la vida. Todos estos valores centrales del
mundo civilizado provienen de la Torá.
Antes de que se entregara la Torá, la gente construía sus vidas sobre un concepto
subjetivo del "bien y el mal". Luego, en el Monte Sinai, la historia de la humanidad tuvo
un gran cambio. Las personas entendieron que hay un Dios y que este tiene
expectativas morales. No puedes simplemente vivir como te plazca; hay una autoridad
superior a quien le debes rendir cuentas.
A pesar de que los judíos nunca fueron más que una pequeña fracción de la población
mundial, estas ideas se convirtieron en la base del mundo civilizado. Por ejemplo,
¿conoces la fuente de la idea "ama a tu prójimo como a ti mismo"?
El pueblo judío es una empresa ilustre de más de 3.500 años de antigüedad. No somos
algo que se generó de la noche a la mañana. El mundo utiliza nuestros productos bajo
diferentes marcas y lo da por hecho. Considera lo que la humanidad le debe al pueblo
judío.
Gratitud a Dios
Pero más que nada, dale crédito a Dios. Él nos dio un cerebro para entender y apreciar
la sabiduría. Otros maestros nos iluminan, pero el maestro original es Dios. Él nos
implantó la intuición necesaria para descubrir todo lo que se requiere para vivir.
Dios nos está llenando de regalos todo el tiempo. Comida, aire, ojos, dientes. La vida
misma. Él nos programó con una antena para la sabiduría. Nada es posible sin Dios.
El problema es que no queremos estar en deuda con Él, y por lo tanto negamos los
regalos. Nos negamos a creer que Él nos ama.
Es como un hijo que no quiere reconocer que le han regalado un nuevo Porsche cero
kilómetro. Va a decir que es el color equivocado, que tiene una abolladura, que gasta
mucha gasolina. Va a encontrar algo malo en el regalo porque no quiere reconocer la
deuda.
Para poder conectarte con Dios debes aprender a apreciar todo lo bueno que ha hecho
por ti. Eso significa dejar de lado la ilusión de que sólo tú eres responsable por tus
logros. Todo es un regalo de Dios. Tal como cada pincelada de Picasso tiene su firma
en ella, todo en este mundo tiene la firma de Dios. Tenemos que aprender a apreciarlo.
Si haces el esfuerzo de apreciar los regalos que te ha dado Dios, entonces tendrás una
conciencia de la presencia de Dios tan refinada que todo lo que hagas irá acompañado
de Su amor y Su guía. Estarás sorprendido, mucho más allá de cualquier otro placer
posible.
Haz una lista de las cosas que citas. Averigua la fuente y dales reconocimiento.
Las herramientas para vivir son más valiosas que cualquier auto, equipo de
música o viaje alrededor del mundo. Reconoce la deuda.
Ponte en el lugar del otro: si hubiera sido tú idea, ¿no te gustaría recibir
reconocimiento por ella?
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