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El maestro de obras

En memoriam: Jesús Cruz Porras+, alarife

El maestro Jesús vive en toda la casa.

En todas las casas del pueblo.

Vive en sus tejas y muros de adobe,

en pisos de tierra, dentro de los cimientos.

Detrás del fogón y la aldaba.

En cocinas de humo nace Jesús.

Se ve su rostro en las brasas.

En el horno de barro,

en la piedra de moler el nixtamal,

en la batea donde el río nace.

1
Vive en Ojo de Agua,

en la lluvia de oro,

entre Miramar y el Grijalva,

en las fuentes,

en los nichos

y las enormes vigas de la catedral

que él mismo labra.

2
Tumba los pinos en luna llena.

Los trae de 15 metros de largo, 30 x 30.

Jalando con carreta entre la hojarasca

los lleva a lo alto.

3
El maestro llama: los palos y las piedras vienen solos,

arrastrándose por un lodo color sangre.

Jesús en las minas de grava, por Salsipuedes,

en la arena de barranco y cascajo.

En la argamasa, entre los tabiques, vive:

-Con pie de aguardiente se bate la mezcla,

quemada en fuego la cal.

4
Aquí está el maestro en la ermita recién blanqueada por su mano,

en chozas embarradas de lodo en Magdalenas,

en Boca del Cielo,

Na Bolom de Gertrudis,

huesos de Moxviquil

y juncia bajo los pies del Señor de Tila.

5
Un milagro convierte la arcilla en tejería roja.

La resurrección de los árboles.

Jesús carpintero. Hachuela en mano,

marro de encino,

chaflán y cuña,

clavo antiguo en la tabla que nunca se pudre.

6
Su rostro está en el espejo.

En la llama del fósforo

brilla Jesús.

7
En cada café de la mañana está el maestro.

En esta silla de ocote,

en el alféizar de mi ventana,

en la pintura celeste

de una puerta

con dos hojas.

En la bóveda del firmamento. Él está naciendo.

8
Vive en las ruinas de Toniná.

Vive en Huixtla, El Porvenir;

en colonias donde las mujeres trenzan el cabello:

Leñadores, Cuxtitali, Suchiapa.

Jesús está aquí.

Entre nosotros.

Como siempre.

Cargando el Palo de la Vida.

La ceiba sostiene todo.

9
Arriba en el cerro, Jesús almuerza con Amparo y Chusita.

Martín, Fidel, Erasto, Antonio, María Esther, Panchi.

Convida dobladitas de frijol a sus ayudantes.

A todos ayuda.

10
Todo lo arregla: chapopote, brasas de carbón.

El maestro barre,

limpia herrumbre,

remoja babas de nopal y yeso,

destapa la zanja.

11
Desarma un cerrojo...

La llave tan grande como dos manos esculpiendo un ángel.

En cada viruta: Jesús.

12
En el filo de los formones,

en el golpe del cincel y la media cuchara.

Láminas vuelan por la tromba.

Cruz de palma. Una voz en los tapancos,

las fosas, los baúles donde guarda el secreto,

su mirada en el charco. Sus ojos.

Cuidándonos.

Siempre.

Naciendo.

Todos los días.

13
Jesús niño vende peines de madera

el domingo en San Andrés de los Pobres.

Camina tras su madre. Ida y vuelta: cincuenta kilómetros.

A pie. A oscuras. Los empapa el aguacero.

Por Cruz Quemada, aclara.

Van descalzos, con mecapales los dos.

Jesús ayuda a su madre a ofrecer la mercancía:

-Hay para gente con y sin piojos.

14
Toman su chicha

en el mercado

si venden algo

y, si no, también.

Siempre venden un poco,

siquiera para la bebida.

15
Juan, Carmen, Pedro y Jesús van por leña,

son nueve hermanos; cuatro albañiles, dos niños difuntos.

-El dinero no muy se usa.

Juntan guachito para prender lumbre,

agarran conejos o ranas para comerse las ancas

o venderlas, honguillo que brota en el potrero.

Chilca para quemaduras, rezos.

En Semana Santa cuidan las velas,

levantan la cera, juntan tecolumate

y laurel para los indios que bajan de Pozuelo y Saclamantón.

16
Jesús habla tsotsil.

Las marchantas le enseñan:

-¡Chus, toma tu matz, tu pox!

A trabajar, a trabajar, a trabajar.

Vive en Chalam, en Yo´ chib.

Va hasta Tenejapa cargando sus fierros

a la nueva clínica de La Libertad.

Hasta Terán, Berriozábal.

Chiná y Campeche.

17
Jesús peón anda machete y coa.

Vive fuera de lugar.

Garlopa al hombro.

No muy sabe algo

todavía.

18
En Tibó alza la escuela,

carga a la Virgen en todo el camino,

caña, blanquillos, bestias, cajón de piedra.

Pega ladrillo, repella.

A puro pie andando.

19
Jesús albañil levanta de nuevo el templo de Zinacantán,

la torre de la iglesia;

después del gran incendio,

cayó la ceniza del volcán.

Vive en los arcos.

Duerme en los corredores

de San Bartolomé de los Llanos,

Mitontic, San Felipe.

Cura heridas de santos e imágenes.

Resana grietas y capillas.

20
Jesús conoce el terremoto,

el rayo, la inundación.

-Los puentes piden cabezas -dice Chus.

A una casa nueva dale de comer carne y sones de arpa.

21
Siempre trae una mata verde para regalarte

o un gallito negro de nombre «Caldito».

En un bolsillo guarda lija de agua,

paliacates contra el polvo.

Fuma Alas Azules, siempre.

A veces toma, dicen.

Consejos, nunca.

22
El maestro nos cuida

a todos nosotros,

de la polilla, del mal de ojo,

de los malos consejos y del chambón:

-¿Qué es ESO?

-Alguien que trabaja por dinero -explica Chus.

Y luego te pide prestado.

-Para el ataúd de un chiquitío

que se murió en la casa del peón.

23
Puede arrancar la puerta de un mural,

cambiar la pared.

Cerrar cofres y abrir ventanas.

El maestro dibuja con la primera luz.

La última sombra.

24
No sabe escribir,

aunque nunca lo dice

y jamás duda

ser todopoderoso.

25
Abre un hoyo para la buganvilia.

Siembra nísperos, jacarandas, madreselvas.

Crecerán un metro cada mes en su dulce nombre.

¡Mil flores para Jesús!

26
Él es fuerte. Todavía.

Siembra un hueledenoche aquí bajo la luna.

Talla granadas en las puntas del barandal del coro.

Levanta kioscos,

campanarios, palomares.

Cada vez más alto.

Su hiedra alcanza la cruz de los caballetes.

Desde ahí se ve los tejados de todas las casas.

¡Viva Jesús!

27
Pero un San Lunes

(Así nomás sin despedirse.),

sin avisar,,

ni pedir permiso,

(Como si no lo necesitáramos aquí todos los días.),

¡se nos escapa el maestro Jesús!

-¿Qué?

28
Sin terminar siquiera el trastejo. ¡De repente!

Como quien tira la colilla de un cigarro…

-¡Hijo de su machimbrada!

para irse al Otro Lado.

-¡Jesús!

29
El que nace cavando pozos,

viendo las estrellas de día

al fondo de la muerte,

hoy vive arriba de las nubes,

fumando Alas con Tata Dios...

-Me llamaste, jefe? -pregunta Chus.

-Sí, hijo. (Palabra del Señor.)

Quiero restaurar el Universo...

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