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FEDERACIÓN MEXICANA DE PSICOLOGÍA

SEDE: MATRIZ

“COVID-19 como factor principal para el desarrollo e incremento de


complicaciones y trastornos mentales en adultos jóvenes.”

PSIC. JOSÉ RAMÓN FRAGOSO RINCÓN

CERTIFICACIÓN EN: PSICOPATOLOGÍA Y ANÁLISIS DE LA CONDUCTA

ARTÍCULO PARA OBTENER CERTIFICACIÓN


COVID-19 como factor principal para el desarrollo e incremento de
complicaciones y trastornos mentales en adultos jóvenes.

Resumen.

El COVID-19 es un nuevo virus, el cual fue descubierto a finales de 2019 y


alcanzando su máximo esplendor en el 2020, aunque su función y objetivo
en primera instancia, es atacar el sistema respiratorio, es decir que arremete
a nivel biológico; nadie se esperaba que sus consecuencias y secuelas no
se quedarán este nivel, pues las personas, sobre todo los adultos jóvenes,
que no lo padecieron, que tuvieron algún familiar que lo desarrollo e incluso
falleció o bien personas que lo padecieron con síntomas leves o incluso
fueron sobrevivientes a síntomas más severos, desarrollaron síntomas
psicológicos, los cuales no solo se manifestaron en estos síntomas, sino que
en casos más severos se desarrollaron trastornos tales como: Trastorno de
ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno depresivo mayor,
trastornos relacionados con traumas y factores de estrés, entre otros. Así
mismo podemos asegurar que a partir de este evento social, algunos de
estos trastornos tengan que reformularse.

Palabras claves: Trastornos, síntomas, adultos, comorbilidad, complicaciones.

Introducción.

Antes de hablar sobre las consecuencias psicológicas debemos recordar


que es la COVID-19. Según la OMS (2020) La COVID-19 es la enfermedad
causada por el nuevo coronavirus conocido como SARS-CoV-2.

La cual tuvo noticia por primera vez de la existencia de este nuevo virus el
31 de diciembre de 2019, al ser informada de un grupo de casos de
«neumonía vírica» que se habían declarado en Wuhan (República Popular
China). Así mismo los síntomas de esta enfermedad, también mencionados
por la OMS (2020) son:

Los síntomas más habituales de la COVID-19 son:

• Fiebre
• Tos seca
• Cansancio

Otros síntomas menos frecuentes y que pueden afectan a algunos


pacientes:

• Pérdida del gusto o el olfato


• Congestión nasal
• Conjuntivitis (enrojecimiento ocular)
• Dolor de garganta
• Dolor de cabeza
• Dolores musculares o articulares
• Náuseas o vómitos
• Diarrea
• Escalofríos o vértigo

Entre los síntomas de un cuadro grave de la COVID-19 se incluyen:

• Disnea (dificultad respiratoria)


• Pérdida de apetito
• Confusión
• Dolor u opresión persistente en el pecho
• Temperatura alta (por encima de los 38° C).

Tomando como punto de partida podemos comenzar mencionando lo


siguiente, si bien esta enfermedad muchas veces no era o no fue mortal,
pocos fueron los que se han salvado de padecerlo o bien ver a sus seres
queridos enfermarse y en le peor de los casos perdieron la batalla y
terminaron por sucumbir ante esta terrible enfermedad. Todo esto no solo
desencadeno secuelas en la salud biológica de las personas, también en su
salud mental, pues algunas personas que han tenido contacto directa o
indirectamente con la COVID-19 también desarrollaron síntomas mentales y
de conducta logrando que existiera una desadaptación en su contexto.

Lo curioso fue que esta enfermedad, como todos creen erróneamente, no


inicio una alteración o una desadaptación a su entorno, si no todo lo
contrario, la enfermedad solo fue “el empujón” que necesitaban estás
personas para desarrollar o en su defecto incrementa síntomas que ya
existían y que solo estaban cubiertos de tal modo que no fueran vistos por
los demás.

Es preciso destacar que las personas que desarrollaron síntomas no son


exclusivamente adultos mayores (como también se cree
equivocadamente) también afecto a adultos jóvenes, adolescentes y niños,
tal vez los últimos fueron afectados más por el factor estrés del encierro
cualquier otro factor o trastorno que hablaremos y describiremos más
adelante. En cambio los que fueron blanco de reaccionar y expresar más
síntomas, alteraciones en conductas, emociones y procesos mentales,
fueron los adultos jóvenes, ya que sus vidas, en un sentido general, son
mucho más movidas que la de los niños y adolescentes, pues algunos
buscaban la forma de seguir creciendo ya sea educativamente o
económicamente y otros luchaban por una estabilidad personal, en el caso
de las personas que no tenían compromisos, y una estabilidad con su familia,
quienes apenas iniciaban su propia familia o quienes ya tenían una familia
construida. Además, son personas que cognitivamente y psicológicamente
hablando están mejor centradas, hablando generalmente, puesto que su
que tras el paso de que cada etapa fue forjando que querían en su futuro
inmediato, de ahí que el impacto de un cambio tan drástico afecto
totalmente su rutina, su entorno, sus actividades y claro sus tres esferas, la
biológica, psicológica y social, volviéndose personas con des adaptaron a
su entorno y a su contexto, teniendo como consecuencias, problemas en el
trabajo, problemas con la familia, con la pareja, alteración en la
percepción, síntomas somáticos asociados a la enfermedad, síntomas de
ansiedad, miedos irracionales, y en casos graves, generando trastornos.

¿Quién es el adulto joven o emergente? (Arnett, 2000, 2004, 2006;


Furstenberg et al, como se citó en Papalia 2017) la adultez emergente.
Representa una etapa durante la que los adultos tempranos determinan
quiénes son y quiénes quieren ser. En esencia, es un periodo durante el cual
la gente joven ya no es adolescente, pero todavía no se han asentado en
los roles adultos.

Desarrollo.

En términos generales el adulto joven está terminando el proceso de la


adolescencia; sus objetivos ya no son los mismos, teóricamente son personas
más centradas que buscan, básicamente, una estabilidad, cumplir metas y
proyectos, a corto y mediano plazo. Aun no alcanzan la madurez
totalmente, pero están en busca de esta.

Así como Papalia refiere sobre esta etapa también Erickson hace mención
en su teoría sobre las “ocho etapas del desarrollo”. Erickson refiere que el
adulto joven se encuentra en la etapa “intimidad vs aislamiento” y van
encaminados a la siguiente que es “generatividad vs estancamiento”. En la
primera etapa Erickson se refería al proceso de maduración que
comenzaba a nacer en el adulto emergente, así mismo con la perspectiva
diferente que desarrollaba totalmente diferente a la del adolescente, la
diferencia principal radicaba en conocer su sentir, determinar objetivos, un
análisis más preciso en la toma de decisiones y en las relaciones sociales
estrechas que desarrolla. Es decir, el adulto emergente, ha dejado, al menos
intenta, comportamientos erráticos, y se alinea mejor a las normas sociales,
hablando específicamente del joven mexicano, su interés radica en la
independencia y la productividad de su tiempo, así como la búsqueda de
relaciones estables y un crecimiento económico. En cuanto a la segunda
etapa mencionada, se refiere a que el adulto joven (ya más adulto que
joven) busca seguir generando, una forma de vida estable y de crecimiento,
además busca una forma de cumplir objetivos centrados en crear una
familia o en su defecto mantener y dar una calidad de vida optima a su
familia, existe una lucha constante por no quedarse estancado y
mantenerse apegado a un proyecto de vida que, teóricamente, tienen
desarrollado desde la etapa anterior. En resumen, el objetivo del adulto es
llegar a un equilibrio total en sus tres esferas, hablando del adulto joven, su
deseo principal es mantener una forma de generar dinero para tener un
estilo de vida medianamente aceptable y claro poder darle a su familia,
que va a iniciar o que ya tiene, una calidad de vida aceptable, además es
preciso decir que el trabajar es su prioridad y de una u otra forma es su
medio de escape de problemas que lleguen a suscitarse en el núcleo
familiar.

Tipos de mexicanos y su relación al ser propensos a trastornos por


causa de la pandemia

Sabemos gracias a Papalia y Erickson, que es la etapa del adulto joven y


cuales son sus objetivos, también hablamos de manera muy general como
estas características encajan con el mexicano actual, pero para precisar
mucho mejor y explicar detalladamente por que estas personas que se
sitúan en esta etapa son propensas a desarrollar trastornos después de
traumas o eventos catastróficos que alteren sus esferas, como es el caso de
la COVID-19.

Rogelio Díaz-Guerrero (1999) Menciona y explica la existencia de tres tipos


de mexicanos, en este caso solo hablaremos de dos, los cuales son los más
comunes.

El primero que menciona Díaz-Guerrero es el mexicano pasivo y obediente-


afiliativo. El cual en un sentido general es el típico mexicano que se afilia a
las normas y que en esencia tiende a ser sumiso, puesto que la crianza en su
contexto siempre fue el respetar a las figuras de autoridad. Por otro lado,
tenemos al mexicano con control interno activo, quien desarrolla una
actitud de buscar sobre salir y no depender de su contexto y mucho menos
de su entorno familiar. Nos vamos a enfocar en estos dos tipos, porque son
los que mejor encajan a la hipótesis de ser propensos a desarrollar síntomas
y signos de algún trastorno o desarrollar el trastorno mismo.

Como se ha descrito anteriormente el mexicano tiene como esencia ser una


persona sumisa, y apegarse rápidamente a las reglas y normas que se
establecen en la sociedad. Por ende, enfocándonos en el rol de trabajador,
esta característica hace que consigan un empleo más rápido, normalmente
en un rol de empleado, pues su prioridad no es destacar sino en tener
empleo y sostener medianamente a sí mismo y a su familia, estas personas
tienen como prioridad principal y única ser bueno empleados.

Centrándonos en este primer tipo propongamos la pregunta principal ¿Por


qué este tipo de personas son propensas a desarrollar síntomas o trastornos?
Bien, recordemos rápidamente, estas personas no buscan destacar, solo
seguir órdenes y tratar de hacer correctamente sus labores, más que
metódicos, se vuelven mecánicos y rutinarios. Es justamente está ultima
característica mencionada donde podemos sustentar el porque son
propensos.
La rutina de este tipo de persona, normalmente es la siguiente, salir a
trabajar, desarrollar sus actividades, volver a casa, estar un breve tiempo
con la familia, descansar y nuevamente se repetirá este ciclo. El lapso entre
el trabajo y la familia tiende a ser muy largo por ello casi no hay convivencias
largas con la familia. Cuando ocurren circunstancias que le dan un giro de
180º a esta dinámica para este tipo de personas, que cabe resaltar otra
característica de estas es que tiene rasgos “obsesivos”, tienden a desarrollar
fácilmente síntomas de ansiedad, pues el impacto es sumamente
impresionante. La ansiedad no es solo un rasgo que se observará en ellos si
no también el factor estrés y e irritabilidad.

La pandemia suscitada por el COVID-19, ha sudo hoy en día uno de los


eventos mundiales que más han impactado a la sociedad en general; en el
mexicano, y específicamente en el tipo pasivo obediente, puesto que sus
rutinas totalmente cambiaron, pasando de ser dinámicas o ser más
cuadradas. Su rasgo obsesivo es el primero en verse afectado y, por ende,
de manera automática se desprenden los síntomas, antes mencionados,
aunado a ellos, también encontramos rasgo de melancolía, desesperación,
poco control de impulsos, mal manejo de las emociones y angustia. Todos
estos síntomas bien encajarían en principios de algún trastorno (pero esto le
veremos más adelante). Rápidamente y de manera muy general podemos
mencionar que los trastornos que se observan este tipo de personas son:
trastorno depresivo mayor, trastorno de ansiedad generalizada, estrés post-
trumatico, trastorno obsesivo compulsivo, entre otros.

Ahora hablemos del segundo tipo mencionado por Díaz-Guerrero, el cual


resumiendo sus características podemos decir lo siguiente, son personas que
tienden a ser más independientes, la búsqueda de objetivos más ambiciosos
los hacer buscar empleos donde puedan crecer y no solo se queden en un
rol de empleado y no sólo seguir órdenes, además sus objetivos están
destinados a un crecimiento social, laboral, profesional. Es decir, estas
personas tienden incluso a desarrollar sus propias ideas y propios proyectos
de empleo (hoy llamado emprender). Pero ¿cómo este tipo de personas
pueden desarrollar síntomas e incluso trastornos? Simple, recordemos que su
fin es sobre salir, para ellos la palabra “fracaso” no existe, más bien lo que
existe en su vocabulario es emprender y no quedarse estancados. Esto
ultimo es justamente donde la pandemia afecto su rendimiento y su sentir,
pues en primera instancia, al recurrir a un encierro total, estas personas
asociaban a cerrar es igual a perder dinero que esto a su ves es igual a
perder una estabilidad por la que tanto se luchó, por la que tanto se sufrió,
esto desencadena síntomas de ansiedad, así mismo otros de los trastornos
que se han manifestado gracias a la pandemia, son: trastorno depresivo y
trastorno de ansiedad generaliza y trastorno obsesivo compulsivo.

Para poder explicar mejor el como es que encajan estos tipos de personas
con diferentes síntomas o diferentes trastornos, debemos recordar la
definición de los trastornos más importantes, que se pueden dar a esta edad,
así como sus criterios para evaluar. Hasta aquí debemos comprender que
estos dos tipos de personas son propensos justamente por su estilo de vida y
sus características que los hacen únicos en comparación con los otros tipos
de personas que propone Diaz-Guerrero.

Trastornos desarrollados por la pandemia del COVID-19, según DSM-5

Trastornos, hay y seguirá habiendo “n” cantidad, debido a múltiples


factores. Estos están agrupados y especificados en dos manuales muy
importantes: DSM-5 y CIE-11. Estos manuales nos van ayudar para conocer
no solo el trastorno mismo, si no también sus características y sus criterios para
poder identificarlos y diagnosticarlos o bien diferenciarlos de otros trastornos.
Dicho lo anterior debemos preguntarnos las siguientes preguntas ¿Cualquier
persona es propensa a padecer algún trastorno? En un sentido general, la
respuesta es un si rotundo cualquiera puede desarrollar, claro alguno más
que otros. La segunda pregunta que nos viene a la cabeza es ¿Qué factores
deben existir para la existencia de cualquier trastorno? Si podemos englobar
los factores en dos categorías principales estos factores, podríamos decir
que los factores más importantes que colaboran a que exista algún trastorno
son: factores sociales y biológicos. Por último, debemos preguntar lo que nos
llevo a desarrollar esta investigación ¿Cuáles trastornos fueron los que más
se desarrollaron, potencializaron y prevalecieron en los adultos jóvenes de
nuestro en México? Pocos son los estudios que se han realizado sobre este
tema debido a que en esencia aun no termina esta pandemia, así mismo,
los pocos estudios que existen, no refieren existencia de trastornos, lo cual
pareciera que no hay aun interés por profundizar, o bien prefieren no
alarmar a la gente, pero siendo conscientes y honestos, decir que solo hay
rasgos o solo existencia de estrés, pareciera quedarse corto, con respecto
al impacto que ocasiono este problema social.

Enfocándonos y centrándonos mejor en la pregunta, podemos argumentar,


con base en los manuales antes mencionados, que en efecto, si están
desarrollando trastornos las personas (en este caso nos enfocaremos solo en
adultos jóvenes), los cuales, podemos investigarlos y analizarlos (gracias al
DSM-5 y CIE-11) de una perspectiva empírica, esperando que esto solo sea
en un primer momento y que posteriormente salgan investigaciones a fondo
no solo para describirlas sino para desarrollar métodos de intervención y por
su puesto campañas para reducir dichos problemas.

Los trastornos que (seguramente) se están desarrollando son los siguientes:


Trastorno de depresión mayor.

DSM-5 (2013) Refiere los siguiente. El rasgo principal del episodio depresivo
mayor es un período de tiempo de al menos dos semanas durante el cual
existe ánimo depresivo o pérdida del interés o del placer en casi todas las
actividades (Criterio A). El paciente debe experimentar además al menos
cuatro síntomas adicionales de una lista que incluye cambios en el apetito
o el peso y en la actividad psicomotora, energía disminuida, sentimientos de
inutilidad o de culpa, dificultades para pensar, para concentrarse o para
tomar decisiones, y pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida,
o planes o intentos de suicidio.

Mencionar todos los criterios sería redundar y haría esta investigación, por
ende, usaremos breves definiciones del diagnóstico, claramente tomadas
de del DSM-5.

Retomando lo mencionado anteriormente nos da pauta a explicar, en


efecto, las personas y sobre todo los adultos jóvenes están presentado
episodios de este trastorno, debido no solo a la enfermedad como tal, si no
al confinamiento que se dio a consecuencia de esta pandemia. Esto debido
a que, estas personas ya estaban desarrollando sus objetivos, sus proyectos
y claro creciendo y al verse estancados (es decir encerrados sin poder seguir
creciendo) comenzaron sus síntomas, en un primer inicio, de ansiedad,
frustración y estrés, y conforme paso el tiempo fueron invadidos por la
desesperación que los encamino a un profundo sentimiento de derrota.

Es preciso decir que no todos desarrollarán este trastorno, y que uno de los
factores para que esto se cumpla es posiblemente su red de apoyo, y claro
la posición socioeconómica. Este ultimo es el actor principal de que su
desesperación crezca, pues recordemos (según Papalia, 2007) en esta
etapa uno de sus objetivos es cuidar a su familia y proveer a los mismos. De
ahí que este trastorno sea uno de los principales que se puedan desarrollar.
Trastorno de ansiedad generalizada.

La característica esencial del trastorno de ansiedad generalizada es una


ansiedad y una preocupación excesivas (anticipación aprensiva) acerca
de una serie de acontecimientos o actividades. La intensidad, la duración o
la frecuencia de la ansiedad y la preocupación es desproporcionada a la
probabilidad o al impacto real del suceso anticipado. Al individuo le resulta
difícil controlar la preocupación, y el mantenimiento de los pensamientos
relacionados con la misma interfiere con la atención a las tareas inmediatas.
(APA, 2013).

Como es mencionado en esta definición del trastorno, estos síntomas


aparecen debido a preocupación excesiva por un evento que previamente
ya los altero, lo vivieron cerca o bien, simplemente son influenciados por la
sociedad, en el caso de la pandemia, o también por los medios de
comunicación.

En el caso de este trastorno, los jóvenes que desarrollaron este trastorno se


debieron a que las, muchos de ellos son obstinados y obsesivos, estas
características los hacen ser metódicos y ser rutinarios, recordando también
el tipo de mexicano que se vio anteriormente (Díaz-Guerrero 1999). Cuando
esta forma tan única y particular en esta etapa se ve drásticamente
modificada o alterada se generan síntomas de ansiedad, que, así como es
mencionado en el DSM-5, cuando existe ya una cierta duración estamos
hablando de la existencia y permanencia de un trastorno. Este trastorno sin
duda alguna es el que más se ha desarrollado y el que más prevalencia
tendrá hasta que esta pandemia llegue a su fin, la pregunta es ¿Qué pasara
con tantas personas que refieren este trastorno?
Trastorno fóbico o fobia especifica.

Una de las características de las fobias especificas es que la exposición al


estímulo fóbico provoca casi invariablemente una respuesta de ansiedad
inmediata (Criterio B). Por lo tanto, una persona que se pone ansiosa sólo de
vez en cuando al ser confrontada con la situación o el objeto (p. ej., se pone
ansiosa cuando viaja en uno de cada cinco vuelos de avión) no sería
diagnosticada de fobia específica. Sin embargo, el grado de temor o
ansiedad expresado puede variar (desde la ansiedad anticipatoria hasta
una crisis de pánico completa). (APA, 2013)

DSM-5 menciona y describe como debieran clasificarse, pero la pregunta es


¿Podemos clasificar el miedo al COVID-19 como una fobia especifica? Si
bien se puede clasificar en alguna categoría es importante partir de esta
pregunta y determinar si en algún momento, este acontecimiento desarrolle
un nuevo tipo de fobia.

Regresando al tema principal, los jóvenes que tienden a sugestionarse en


demasía, debido a no tener una fortaleza mental o un control emocional, es
fácil que desarrollen este trastorno, pues lamentablemente a raíz de esta
situación se desarrollo un miedo irracional a enfermarse, incluso también se
desarrollaron síntomas hipocondriacos, creyendo que en cualquier
momento podían enfermarse o bien que ya estaban enfermos, esta misma
situación desencadeno que algunos jóvenes, literalmente prefirieran el
encierro que salir a interactuar con la preocupación de que pudieran
enfermarse y enfermar a sus familias o incluso pensar en que pudieran
perecer debido a este miedo irracional. Lamentablemente este es otro
trastorno que se esta desarrollando más no solo en jóvenes sino en todas las
personas que comparten las características que se explicaron al inicio.
Trastorno obsesivo compulsivo.

Según DSM-5 (APA, 2013) Muchas personas con trastorno obsesivo-


compulsivo (TOC) tienen creencias disfuncionales. Estas creencias son un
sentido exagerado de la responsabilidad, la tendencia a sobrestimar las
amenazas, el perfeccionismo, la intolerancia a la incertidumbre, otorgar
excesiva importancia a los pensamientos (p. ej., la creencia de que tener un
pensamiento prohibido es tan malo como el realizarlo) y la necesidad de
controlar los pensamientos.

Los individuos con TOC varían en el grado de conocimiento que tienen sobre
la exactitud de las creencias que subyacen a los síntomas obsesivo-
compulsivos. Muchas personas tienen una comprensión buena o razonable
de las creencias (p. ej., el individuo cree que la casa definitivamente no se
quemará, probablemente no se quemará, o quizás se queme o no si no
comprueba 30 veces que se apagó la estufa).

Considerado por algunos como el “primo hermano” del trastorno fóbico,


este trastorno desencadena comportamientos irracionales y
desadaptativos, muchas veces desarrollados por algún evento traumático
y de gran magnitud. Tomando esto como punto de partida, podemos
deducir que los jóvenes que desarrollaron este trastorno, fue precisamente
por el gran impacto que ocasiono la pandemia, no el sentido estar
encerrado sino en ver como la población, y estos casos, y sus familias se
contagiaron y lamentablemente algunos perecieron, provocando así una
angustia profunda y miedo excesivo, dando paso al desarrollo de este
trastorno.

Este trastorno tal vez es el que menos se desarrolle, pero debemos poner
atención a síntomas alunados a este trastorno, como miedos recurrentes,
limpieza excesiva, rituales comprobatorios, entre otros más.
Trastorno de estrés postraumático

La característica esencial del trastorno de estrés postraumático (TEPT) es el


desarrollo de síntomas específicos tras la exposición a uno o más eventos
traumáticos. Las reacciones emocionales al evento traumático (p. ej., el
miedo, la impotencia, el horror) ya no forman parte del Criterio A. La
presentación clínica del TEPT varía. En algunos individuos se basa en la
reexperimentación del miedo, y pueden predominar los síntomas
emocionales y de comportamiento. En otros serían más angustiosos la
anhedonia o los estados de ánimo disfóricos y las cogniciones negativas.

Acompañando a los trastornos de depresión y de ansiedad, este es otro de


los trastornos más comunes que se pueden presentar debido a este
acontecimiento social. Recordemos que, como seres sociales, podemos
adaptarnos a una “nueva realidad” cuando existen algún evento no
esperado, pero cuando el evento es sumamente impactante adaptarse
nuevamente es más difícil. Desarrollando síntomas de este trastorno.

En este caso, hablando de los jóvenes, desarrollaron síntomas después de


tener de cerca a esta enfermedad, logrando que su adaptación sea más
lento, debido a que primeramente debe lidiarse con las ideas irracionales
que dieron a causa de este evento, que lamentablemente, no solo vino a
alterar nuestra personas, sino todas nuestras esferas, causando estragos
importantes en la cotidianeidad y en la sociedad en general, puesto que
ahora las personas deben lidiar múltiples síntomas y luchar nuevamente
para poder adaptarse y sanar.
Conclusiones.

Sin duda alguna la pandemia es un evento social que dejo, esta dejando y
seguirá dejando secuelas, no solo a nivel fisiológico, si no también a nivel
psicológico. Muchos creen que esta pandemia solo es pasajera y que no
tendrá mas que malos recuerdos, pero nosotros quienes nos dedicamos al
ámbito de la psicoterapia, podemos asegurar que es falsa esa creencia,
pues lamentablemente los problemas psicológicos han salido a relucir lo
frágil que somo en realidad, así como también mostrar la poca resiliencia
que en realidad tenemos.

Aún faltan muchos estudios que deben realizarse para corroborar si


verdaderamente desarrollan o están desarrollando alguno de los trastornos
que se describieron anteriormente. Como se menciono al inicio no podemos
quedarnos solo con el pensamiento de que la pandemia solo dejará
síntomas psicológicos, debemos comenzar a creer que hay algo más que
solo síntomas y empezar a profundizar en que es eso o que trastornos se
están desarrollando.

Cuando logremos llegar a esta conclusión y analicemos los factores que


están logrando que los jóvenes padezcan estos trastornos, podemos
intervenir y evitar que nuestro país se enferme, psicológicamente hablando,
y ayudar a que puedan a readaptarse nuevamente a su entorno. También
debemos de ser realistas no será la primera, ni la ultima y mucho menos la
única vez que ocurra algún evento así y realmente debemos estar listos,
fortalecer nuestra resiliencia y promover la salud mental, así como se
promueve la salud física.
Referencias.

1. Organización Mundial de la Salud. (2020, 10 noviembre). Información


básica sobre la COVID-19.
https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-
2019/question-and-answers-hub/q-a-detail/coronavirus-disease-
covid-19
2. Papalia, D. E., & Martorell, G. (2017). Desarrollo Humano (13.a ed.).
McGraw-Hill Education.
3. Sollod, R., Wilson, J. P., & Monte, C. F. (2009). Teorías de la Personalidad.
Debajo de la máscara (8.a ed.). McGraw-Hill Education.
4. Díaz-Guerrero, R. (1999). Psicología del mexicano. Descubrimiento de
la etnospsicología (Reimpresión ed.). Trillas.
5. American Psychiatric Association (APA). (2013). Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales (7.a ed.). Editorial Médica
Panamericana.

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