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1.4.- El alfabeto:
Es un gran problema actualmente el descifrar todos los alfabetos existentes
en la Península antes de la llegada de los romanos.
Las inscripciones no latinas en nuestra Península hacen que puedan
establecerse varios grupos:
« Ibérico de Levante
« Meridional
« Alfabeto del Suroeste
« Alfabeto fenicio
« Alfabeto grecolatino
« Alfabeto libio-fenicio
En lo que se refiere a los poblados de esta zona, hay unos que se habitaron
durante todo el tiempo, en este grupo encontramos los poblados de Sagunto, Játiva
o Lliria. En este último se han excavado más de 130 casas, estando dispuestas
sobre terrazas artificiales. Sus materiales atestiguan el inicio de vida sobre el
cerro en el siglo V a.C. finalizando bruscamente en el año 76 a.C.
Un segundo grupo de poblados fueron abandonados poco antes de la llegada de
los romanos. Estos dan a la fase ibérica prerromana un estado puro. Se encuentran
en la parte meridional del país. Podemos poner como prototipo al de la Bastida. Es
un poblado que forma un cinturón defensivo entre Hemeroskopeion y Akra Leuka. Fue
abandonado antes de las guerras púnicas.
Un tercer grupo de formación tardía, nacidos en el siglo III dan el panorama
del iberismo contemporáneo de la ocupación romana en la segunda etapa de la
historia ibérica. Se podría poner como ejemplo el del Tosal de la Cala de
Benidorm. En este vivieron durante el siglo II y I a.C. a la manera ibérica, pero
una buena parte de los objetos de uso diario eran de fabricación romana.
Cada una de estas dos fases que hemos señalado tienen una personalidad
propia. La primera de ellas, los siglos V y IV con una asimilación de influencias
griegas en unos aspectos e impermeabilidad en otros. Es el momento de la gran
plástica ibérica, y es ahora cuando cabe atribuir la escultura de mejor calidad:
Dama de Elche o figuras en piedra de grandes dimensiones. La cerámica de esta
época fue decorada sobriamente con motivos geométricos y vegetales.
El gran momento de la escultura es la época antigua, entre el siglo V y III
a.C. Esta escultura está al servicio de la religión. Se han encontrado un gran
cantidad de terracotas en un santuario de Alcoy, siendo la colección más
importante de toda la coroplástica ibérica, ya que exvotos similares en Murcia y
Andalucía son en bronce.
En la cerámica, tras el estilo geométrico, aparecen en el periodo reciente
el de Oliva - Lliria. Este está caracterizado por la presencia de escenas
representando motivos de la vida de la comunidad: cacerías, danzas, luchas. Es la
cerámica más famosa y conocida. Su cronología parece basarse en el parecido con
los vasos áticos de figuras negras y rojas de los siglo VI y V. De todas formas no
se ha podido encontrar más que en la segunda etapa ibérica. Por esto es por lo que
debemos clasificarlos entre los siglos III y I a.C.
La región catalana presenta una personalidad especial debido al contacto con
las colonias griegas de Ampurias y de Rosas que constituyen los últimos jalones de
la serie de colonias griegas en la costa Norte del Mediterráneo occidental, cuyo
centro fue Marsella.
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Sobre un poderoso sustrato de “campos de urnas” y de elementos
orientalizantes aislados, la influencia griega aparece vigorosa y da nacimiento a
núcleos muy helenizados como el de Ullastret que constituye un fenómeno sin
paralelo en otras zonas de la Península. Su forma es triangular, cubriendo un
extensión de unas cuatro hectáreas. Para proteger el recinto, cubriendo con
excitación. En el recinto se encuentra protegido por una muralla de más de tres
metros de grosor.
La técnica y la planta de su muralla tienen paralelos en los
establecimientos griegos del Mediterráneo occidental hasta fines del siglo IV a.C.
Otro gran centro catalán de esta época fue Emporion. Su estratigrafía indica
una fecha dentro de la mitad del siglo IV para la muralla de Neápolis, aunque hay
pruebas de una muralla más antigua; la fecha del siglo IV a.C. debe coincidir con
la de la ciudad o poblado de Indika. Parece ser que en su origen fue una ciudad
doble, indikete y griega, se paradas por una muralla.
Vemos pues que la población ibérica de Cataluña está asentada sobre poblados
fortificados que ya iniciaron su desarrollo en las zonas costeras en el periodo
anterior, igual que en la región de Valencia.
Las formas cerámicas se van transformando bajo el influjo del torno rápido y
de las importaciones griegas. Aparece la cerámica ibérica de tipo Fonscaldes
(Tarragona), pero de simple ornamento geométrico. Sólo en una fase fina (del 200
al inicio de la Era) se desarrolla la cerámica ibérica con ornamentación floral
estilizada, caracterizándose estas regiones ibéricas catalanas por el dato de que
casi nunca produjeron vasos con motivos animales o escenas humanas.
Nos falta manifestación plástica, aunque el tesoro de Tivisa (siglo IV al
III), con sus ricos vasos de plata y sus inscripciones ibéricas, nos ofrece el
gusto por la riqueza y ostentación artística.
El resto de las regiones interior ofrecen un gran número de elementos
célticos, venidos del otro lado de la Pirineos, y más arcaicos en razón del
alejamiento de los centros coloniales, cuya influencia creciente dará nacimiento a
las culturas mixtas que llamaremos celtibéricas.
La zona septentrional vasco - cantábrica - galaica, ofrece un carácter más
arcaizante, pues prácticamente a ellas no llegan las influencias coloniales hasta
la conquista romana, después de la que surge el fenómeno progresivo de la
romanización que representa el fin de la Edad del Hierro en la Península Ibérica.