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En Los pasos del escorpión y otros ensayos (2017) de Julio César Londoño se

puede encontrar una gran variedad de temas fascinantes. Es un libro escrito con
una armonía peculiar, que engancha al lector en medio de las letras y la narración
pintoresca de Julio César. Cada ensayo del libro posee grandes cantidades de
creatividad. Esa creatividad provoca que el libro no sea el típico motón de letras
aburridas, sino que sea un banco de historias interesantes que un día pueden
ayudar en una discusión de cóctel. Los pasos del escorpión es un libro único en su
especie y que tiene mucho por descubrir.
Ahora, entre diversos temas diferentes que se encuentran en el libro, resalta uno
en particular. Un tema que a simple vista parece obvio, pero al escuchar la postura
de Londoño, nuestra perspectiva da un giro radical. Es que, ¿A quién se le ocurre
decir que solo existe un solo sentido? Es chocante e intrigante al mismo tiempo,
leer algo que está fuera de una perspectiva común y hasta “lógica”. El ensayo de
Los sentidos es un reto para comenzar a ver de diferente manera ciertas cosas.
También, el ensayo es un llamado para abrir más los ojos (o, mejor dicho, la piel)
hacia los detalles de la vida.
En el ensayo se puede analizar la descripción de los 5 sentidos de una forma
atractiva. Al principio del ensayo se encuentra el sentido del tacto, se recalca la
función tan importante que tiene la dermis; Los diminutos corpúsculos de
Meissner; Los corpúsculos de Pacini; Los órganos de Ruffini; Los discos de Merkel
y los propioceptores, todos estos elementos se complementan y gracias a ellos
tenemos el tacto.
En segundo lugar, se encuentra la visión. Este fragmento va pasando por la
producción de los colores a través de los rayos que entran al globo ocular por la
pupila y llegando a la explicación del proceso estimulante de los conos y los
bastones. En un tercer plano llega el olfato, como un sentido que cuesta
verbalizar, ya que el lenguaje no logra captar los olores.
En cuarto lugar, El escritor oriundo de Palmira-Valle muestra una cualidad muy
bella del sentido auditivo. Y esta es la habilidad para saber de dónde provienen los
sonidos. Un dilema que seguramente cuando se resuelva hará del mundo un lugar
más tranquilo. Julio resalta algo característico del oído: El equilibrio. Estos dos se
relacionan ya que el oído es el asiento del equilibrio. Y para finalizar el ensayo se
visita a la lengua, la cual está llena de metáforas inspiradas en el gusto. Metáforas
que el autor ejemplifica de la siguiente manera: “Un mal momento lo llamamos
trago amargo, y cuando una persona es bondadosa la llamamos dulce”.
Algo que se le agradece a Londoño es la pasión con la que escribió este ensayo,
ya que no hay texto que nos describa de manera tan bella y precisa a los sentidos.
Es una canción de amor al cuerpo y las sensaciones que capta; Es un poema al
funcionamiento biológico del ser humano y es, por último, un curioso y muy bien
argumentado punto de vista. Algo que caracteriza al libro es la narración
entretenida. Y en el ensayo de Los sentidos, tal cualidad se ve, degusta, olfatea,
escucha, tacto, etc.
Para concluir, este ensayo es la presentación magnifica y romántica de los cinco
sentidos. Relacionando cosas del común y hasta el lenguaje que usamos con el
fascinante proceso que es sentir. En comparación con otros ensayos académicos
escritos por médicos, el ensayo que reside en Los pasos del escorpión y otros
ensayos explica algo más importante que una clase de anatomía, explica las
razones por las cuales debemos admirar la belleza de nuestro cuerpo.

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