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Batalla de Junín

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Batalla de Junín

Campañas del Sur; Independencia del Perú


Parte de Independencia de Perú y guerras de independencia
hispanoamericanas

Batalla de Junín - Óleo de Martín Tovar y Tovar

Fecha 6 de agosto de 1824

Lugar Pampa de Junín, Junín, Perú

Coordenadas 11°12′53″S 75°58′26″OCoordenadas: 
11°12′53″S 75°58′26″O (mapa)

Resultado Victoria decisiva independentista.

Beligerantes
 República del Perú  Imperio español
 Gran Colombia

Comandantes
Simón Bolívar José de Canterac
Antonio José de Sucre Ramon Gomez de Bedoya
Guillermo Miller Juan Antonio Monet
Mariano Necochea
José María Cordova
Jacinto Lara
José de La Mar

Fuerzas en combate
Ejército Unido Libertador del Ejército Real del Perú:
Perú: 1300 jinetes15
1000 jinetes1234

Bajas
148 soldados muertos y heridos 254 muertos y heridos
80 prisioneros

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Independencia del Perú
1811-1824

Levantamientos autónomos

Tacna (1.°)

Huánuco

Tacna (2.°)

Cuzco

Corriente Libertadora del Sur

Expedición Libertadora

Paracas

Campaña de Arenales (1.°)

Aznapuquio

Campaña de Arenales (2.°)

Ataura

Quiapata

Campaña de Miller

Expedición de Santa Cruz

Ica

Paras

Caucato
Campaña de Intermedios (1.°)

Callao (1.°)

Corriente Libertadora del Norte

Guerra de Independencia de Maynas

Campañas grancolombianas del Sur

Balconcillo

Campaña de Intermedios (2.°)

Rebelión de Olañeta

Zepita

Arequipa

Alzuri

Junín

Bellavista

Corpahuaico

Ayacucho

Campaña de Sucre

Callao (2.°)

Guerra de Iquicha

Guerra naval

Expedición de Brown

Campaña de Cochrane

Expedición de Guruceta

Callao (naval)

La batalla de Junín fue uno de los últimos enfrentamientos que sostuvieron


los ejércitos realistas y patriotas en el proceso de la independencia del Perú, el 6
de agosto de 1824.

Índice
Antecedentes[editar]
Simón Bolívar fue Libertador y presidente de la República de Colombia continuó la
guerra de emancipación del Perú emprendida por él desde 1823. En el
año 1824 los realistas se sostenían aún en la sierra central y el Alto Perú. Bolívar
tenía en su ejército más de 10 000 hombres, en su mayoría colombianos y
peruanos, menos de 1000 chilenos y una centena de jinetes rioplatenses. Su
número era equivalente al número de realistas, pero las fuerzas realistas estaban
dispersas entre el valle del Mantaro y Alto Perú.
Esto fue debido a la sublevación en el Alto Perú del general realista Olañeta que
fracturó la defensa del virreinato, y obligó al virrey a mandar sobre el Alto
Perú parte importante de sus ejércitos al mando de Jerónimo Valdés, unos 5000
regulares que tenían su base en Puno, denominado "Ejército del Sur" para
asegurar la base andina de recursos militares, a pesar del desacuerdo de
Canterac, veterano de la guerra en Venezuela, que advertía de los peligros de
dividir y desgastar sus fuerzas y dar tiempo a Bolívar.
Bolívar, conocedor de esta ventaja, aprovechó la oportunidad, y en junio de 1824
enfiló su ejército hacia la sierra central del Perú para aislar a las solitarias
fuerzas realistas del general José de Canterac, denominado "Ejército del Norte".
La fuerza que alcanzó a cruzar la cordillera andina fue de 8.000 soldados y a ellos
hay que añadir unos 1500 montoneros que formaron una pantalla de guerrillas.

Desarrollo[editar]
La batalla se desarrolló en la pampa de Junín o también llamada la Meseta de
Bombón, situada en el centro del Perú en el actual departamento de Junín a orillas
del lago llamado Junín o Chinchaycocha que está situado a 4000 msnm. La
planicie está ubicada en la región natural de la puna o altoandina, entre los
distritos de Junín, Óndores y Carhuamayo de la región Junín y el distrito de
Ninacaca de la región Pasco.
Orden de batalla[editar]
El combate de Junín fue con armas blancas y caballería, en apariencia con
escasas bajas, tuvo sin embargo gravísimas consecuencias en esta campaña que
ocupa la contramarcha desde Cerro de Pasco hasta el Cuzco, con la casi
desaparición del ejército realista del norte a consecuencia de las deserciones y la
enorme perdida de material de guerra durante su retirada.
Orden de batalla
Ejército Unido Libertador Ejército del Norte nota 1
Comandante en Jefe

Comandante en Jefe

José de Canterac.

 José de Canterac
Simón Bolívar
Caballería (Gómez de Bedoya)

 General en Jefe Simón Bolívar


Caballería (Mariano Necochea)   3 escuadrones de Dragones de La Unión

  1 escuadrón de Húsares de Fernando VII


  2 escuadrones de Granaderos de Colombia   4 escuadrones de Dragones del Perú
  3 escuadrones de Húsares de Colombia Infantería

  1 Escuadrón de Granaderos a Caballo de  1º División de infantería (Maroto)


los Andes

  3 escuadrones de Húsares del Perú  Batallón Real Infante (ex-Real de Lima)


 Batallón Burgos
Infantería
 Batallón Cantabria
 1º División de Colombia (Lara)  Batallón 1º Imperial Alejandro (ex-Extremadura)

 2º División de infantería (Monet)


 Batallón Vencedores, jefe Ignacio Luque
 Batallón Batalla Pantano de Vargas, jefe José
Trinidad Moran  Batallón Castro (de Chiloé)
 Batallón Rifles, jefe Arthur Sandes  Batallón Victoria (ex-Talavera)
 Batallón Guías del General (del Alto Perú)
 2º División de Colombia (Córdova)  Batallón Centro (ex-Azángaro)
 Batallón 2º Cuzco
 Batallón Bogotá, jefe León Galindo
 Batallón Voltígeros, jefe Pedro Guash
 Batallón Pichincha, jefe Manuel León
 Batallón Caracas, jefe José Leal

 División del Perú (La Mar)

 Batallón de Línea número 1, jefe Francisco de


Paula Otero
 Batallón de Línea número 2 (Trujillo), jefe
Ramón Gonzales
 Batallón de Línea número 3 (Callao), jefe
Miguel Benavides
 Batallón de la Legión Peruana, jefe José María
Plaza

La batalla[editar]

Obelisco de Chacamarca, ubicado en la Provincia de Junín Perú.

Preludio[editar]
El 2 de agosto Simón Bolívar pasó revista a su ejército, compuesto por 7900
soldados de infantería, 1000 de caballería y seis piezas de artillería, en el llano de
Rancas dirigiéndole estas elocuentes palabras:
¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de
salvar un mundo entero de la esclavitud.
¡Soldados! Los enemigos que van a destruir se jactan de catorce años de triunfos. Ellos, pues serán
dignos de medir sus armas con las de ustedes que han brillado en mil combates.
¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de ustedes la paz, hija de la victoria, y aún la Europa
liberal les contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿la
burlaran? No. No. ustedes son invencibles.
Simón Bolívar

El 6 de agosto el ejército de Canterac, formado por 1300 jinetes, y entre menos de
60006- 7000 infantes y nueve piezas de artillería, 7 marchaba apresuradamente
alrededor del lago Junín tratando de evitar el combate con Bolívar. Esa tarde el
Ejército Unido había cruzado el río Grande a la altura de Rumichaca, al llegar a
una elevación pudieron observar al ejército realista en retirada acercándose a la
llanura de Junín.
Sin perder tiempo, Bolívar ordenó a 900 jinetes de su caballería intentar detener a
los realistas mientras la infantería, que aún se encontraba a 5 kilómetros de
distancia los alcanzaba. Viendo esto, Canterac ordenó a su infantería continuar la
retirada y poniéndose el mismo a la cabeza de sus hombres, desplegó su
caballería en batalla ordenando que los "Húsares de Fernando VII" y los
"Dragones del Perú" formaran una sola línea teniendo a los "Dragones de la
Unión" en columna a los dos flancos para favorecer el envolvimiento de la
caballería patriota.
El terreno era difícil, la caballería destacada por Bolívar marchaba en columnas
por un espacio angosto entre un cerro y un pantano. El mando general de toda ella
lo ejercía el general Mariano Necochea, el de la caballería colombiana el
coronel Lucas Carvajal y el de la peruana el general Guillermo Miller.8
Encabezando la formación iba el regimiento de Granaderos de Colombia
comandado por Felipe Braun, seguido por el escuadrón de Granaderos de los
Andes al mando de Alejo Bruix, el regimiento de Húsares del Perú del
coronel Antonio Placencia, y el regimiento de Húsares de Colombia del
coronel Laurencio Silva. La caballería independentista salió del trecho por el que
venía y comenzó a desplegarse en la pampa, pero cuando únicamente los
"Granaderos de Colombia" habían formado en batalla y el tercer escuadrón de
"Húsares del Perú" aguardaba en la quebrada de Chacamarca su turno para
entrar en la línea, fue cargada por la caballería realista.
Inicio de la batalla[editar]
Los "Granaderos de Colombia" recibieron a pie firme el choque de la caballería
española enrristrando sus largas lanzas a modo de picas, desconcertando a sus
contrarios con esta estrategia y deteniendo durante un instante el ataque realista.
El general Miller que conducía a 250 "Húsares del Perú" con la misión de
desbordar la derecha de Canterac no pudo ejecutar esta maniobra por lo
precipitado del ataque realista y hubo de cargar de frente siendo envuelto junto a
los "Granaderos de los Andes" y los "Húsares de Colombia" que mandaba el
general Necochea quien herido y desmontado fue hecho prisionero, únicamente
una parte de los "Granaderos de Colombia" al mando del mayor Braun lograron
abrirse paso entre las filas contrarias quedando en posición ventajosa mientras
que el resto de la caballería patriota se replegaba perseguida por la realista. Al
presenciar crítico momento, el general Bolívar, que junto a su estado mayor había
estado presenciando el combate sobre una loma a orilla del lago con grave peligro
para su persona, se retiró a retaguardia preocupándose en reunir los dispersos de
su caballería y acelerar la marcha de la infantería siendo alcanzado en dicho lugar
por el general (Jacinto Lara) que conducía la primera de las divisiones patriotas
ocurriendo el siguiente diálogo entre ambos según refiere el coronel Manuel
Antonio López, en ese entonces ayudante del estado mayor, en sus recuerdos
sobre la campaña:
(...)Cuando el general reunía nuestros maltrechos jinetes, llegó el general (Lara) y le pregunto:
-¿Que hay, general?
-Que ha de haber, respondio el Libertador, que nos han derrotado nuestra caballería.
-¿y tan buena así es la del enemigo?
-Demasiado buena, cuando ha derrotado la nuestra, replico Bolívar.
-¿Quiere usted que yo vaya a dar una carga con esta caballería? (propuso (Lara) señalando a los
arrollados)
-No, (concluyo el Libertador) porque eso sería quedarnos sin caballería para concluir la campaña.(...)
La Batalla de Junín, Recuerdos Históricos del coronel Manuel Antonio López 9

Obelisco de Chacamarca, ubicado en la Provincia de Junín Perú.

Empeñados todos los escuadrones realistas en la persecución de un enemigo al


que creían derrotado perdieron su cohesión inicial sin percatarse que aún quedaba
sin entrar en batalla el primer escuadrón de "Húsares del Perú" al mando del
coronel Isidoro Suárez, quien advirtió el flanco expuesto que los realistas
presentaban a su izquierda, en ese preciso momento el mayor José Andrés
Rázuri comunicó a su superior una falsa orden de Bolívar de cargar a la caballería
realista que galopaba en persecución de los patriotas. 10 Ordenada y dirigida la
carga por Suárez los realistas fueron tomados completamente desprevenidos,
momento en el cual el grueso de la caballería patriota al mando de Miller quien
había tomado el mando general por la captura de Necochea volvió grupas para
regresar al ataque, distinguiéndose en esta parte de la batalla el coronel Silva
quien rápidamente reorganizó a los "Húsares de Colombia" impidiendo que los
realistas lograran envolverlo.
Ya los independientes habían sido arrollados; a pesar de su arrojo y decisión no habían podido resistir al
terrible impulso de la caballería de los realistas; ya estos empezaban a entonar el himno de la victoria
cuando dos escuadrones enemigos que estaban a retaguardia al mando del teniente coronel Suarez, se
lanzaron sobre los vencedores que se hallaban asimismo en el mayor desorden y confusión mezclados
con los vencidos. Reunidos estos con aquella masa de bronce que se hallaba en perfecta formación,
cayeron de nuevo sobre los diseminados realistas, los acuchillaron horrorosamente, los obligaron a
ponerse en pronta retirada, y les arrebataron el campo de batalla.
Historiador español Mariano Torrente11

Atacados de flanco y por retaguardia los realistas se desmoralizaron y volvieron


grupas, sin que el general Canterac que en ese momento se encontraba al frente
de sus jinetes pudiera advertir el motivo de este contraste que se realizaba
"inesperadamente, sin que pudiera imaginar cual fue la razón" según informó
después al virrey. Arrojados a la llanura y dispersos en grupos aislados los
realistas fueron derrotados tras un encarnizado combate librado solamente con
armas blancas (sables y lanzas), sin que se registrase durante la acción disparo
alguno. Las compañías de infantería que Bolívar había mandado llamar arribaron
al campo cuando la lucha había concluido.
Final de la batalla[editar]
Los jinetes de Canterac fueron perseguidos hasta las filas mismas de su
infantería, donde desoyendo las opiniones de algunos de sus oficiales como la del
coronel Dionisio Marcilla, quien había comandado la derecha y padecido menos,
que sugerían reagruparse y volver al ataque, el general Canterac ordenó continuar
la retirada con tal celeridad que en los veteranos e intactos batallones españoles
se introdujo el más sensible desaliento. El entonces brigadier Andrés García
Camba diría años más tarde que en Junín la brillante y engreída caballería del
ejército real perdió todo el favorable prestigio y la ventajosa reputación que había
sabido adquirirse en las gloriosas campañas anteriores.12
El Ejército Unido obtuvo una importante victoria. El resultado de esta batalla fue de
254 muertos y heridos y 80 prisioneros13 para el bando realista y de 148 soldados
muertos y heridos (145 según el parte oficial) para el bando independentista 14 y
que según parte del general Andrés de Santa Cruz, Jefe del Estado Mayor del
Ejército Unido, se encontraban divididos de la siguiente manera: 15

 Granaderos de Colombia: 13 muertos y 26 heridos.


 Idem de los Andes: 8 muertos y 17 heridos.
 Húsares de Colombia: 2 muertos y 9 heridos.
 Primer Regimiento del Perú: 21 muertos y 46 heridos.
 Muerto un oficial edecán del general Miller.
 Total 45 muertos y 99 heridos.
En reconocimiento a la brillante acción de la caballería peruana, que tuvo el
46.5% de las bajas totales, el general Bolívar le cambió el nombre de Húsares
del Perú por el de Húsares de Junín.
Todo el enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos a una
altura de 4100 metros sobre el nivel del mar. El triunfo en la Pampa de Junín
haría renacer la moral entre el Ejército Unido.

Consecuencias[editar]
El ejército realista había sido sorprendido en su contramarcha desde cerro de
Pasco al Cusco y la destrucción de la caballería realista en las pampas de
Junín forzó una retirada desordenada del Ejército del Norte, con las
consecuentes pérdidas masivas en hombres y material, hasta poder alcanzar a
duras penas los márgenes del río Apurimac, y en consecuencia se produjo en
la retirada a consecuencia de la campaña de Junín la práctica destrucción de
sus unidades militares a su llegada al Cuzco.

Cita del parte oficial de la batalla de Sucre


destacando algunos oficiales[editar]
Escudo honorífico otorgado a los oficiales que participaron en la Campaña de Perú en 1823-24.

S. E. el Invasor, testigo del valor heróico de los bravos que se distinguieron en el día de
ayer, recomienda á la admiracion de la América al señor General Necochea, que se
arrojó á las filas enemigas con una impetuosidad heróica, hasta recibir siete heridas, al
señor General Miller, que con el primer regimiento del Perú flanqueó al enemigo con
mucha habilidad y denuedo: al señor Coronel Carvajal, que con su lanza dio muerte á
muchos enemigos: al señor Coronel Silva, que en medio de la confusión del combate
rehízo parte de su cuerpo, que estaba en desórden, y rechazó los escuadrones que lo
envolvían: al señor Coronel Bruix, que con el Capitán Pringles, algunos oficiales y
Granaderos de los Andes, se mantuvo firme en medio de los peligros: al Comandante
del primer escuadrón del regimiento de caballería de línea del Perú, Suárez, que
condujo su cuerpo con la destreza y resolución que honrarán siempre á los bravos del
Perú: al Comandante Sowersby, del segundo escuadrón, que gravemente enfermo, se
arrojó á las lanzas enemigas hasta recibir una herida: al comandante Blanco, del tercer
escuadrón: al Mayor Olavarría y al Capitán Allende, del primer escuadrón del mismo
regimiento: al bravo Comandante Medina, Edecan de S. E.: al Capitán Camacaro, de
Húsares de Colombia, que con su compañía tomó la espalda de los escuadrones
enemigos y les cortó el vuelo de su instantáneo triunfo: á los Capitanes Escobar y
Sandoval, de Granaderos; y á los Capitanes Jiménez y Peraza, de Húsares de
Colombia: á los Tenientes Segovia y Tapia, y Alférez Lanza, que con el Mayor Braun
persiguieron los escuadrones enemigos hasta su infantería.

Proclama de Simón Bolívar a los peruanos[editar]


Primera parte de la proclama de Bolívar a los peruanos 16
¡Peruanos! La campaña que debe completar la libertad ha empezado bajo los auspicios
más favorables.El ejército del general Canterac ha recibido en Junín un golpe mortal,
habiendo perdido, por consecuencia de este suceso, un tercio de sus fuerzas y toda su
moral.
Los españoles huyen despavoridos abandonando las más fértiles provincias, mientras el
general Olañeta ocupa el Alto Perú con un ejército verdaderamente patriota y protector
de la libertad.
¡Peruanos! Bien pronto visitaremos la cuna del Imperio peruano y el templo del Sol. El
Cuzco tendrá en el primer día de su libertad más placer y más gloria que bajo el dorado
reino de sus Incas."
Cuartel General del Ejército Unido de Huancayo, 13 de agosto de 1824.

Información adicional[editar]
 El general Necochea, que había caído prisionero, fue rescatado por los
patriotas, sin embargo la gravedad de sus heridas le impidieron participar
de la batalla de Ayacucho.
 Entre los muertos en el ejército patriota estuvo el comandante Carlos
Sowersby del segundo escuadrón de húsares, oficial alemán de la Grande
Armée de Napoleón, veterano de la batalla de Borodino en Rusia, que
falleció pocos días después a causa de sus heridas.
 Hasta el año 2013 el Glorioso Regimiento Húsares de Junín, del Ejército del
Perú, ejerció la función de escolta del Presidente de la República.
Actualmente, es uno de los regimientos históricos del Ejército del Perú.
 Luego de la batalla, el general José de La Mar, jefe de la división peruana,
mandó llamar al mayor José Andrés Rázuri y tras amonestarle duramente
por su indisciplina le dijo: "Debería usted ser fusilado, pero a usted se le
debe la victoria".17
 Refiere el general Miller en sus memorias que por la altitud de la llanura de
Junín, el frío fue tan intenso durante la noche del combate casi todos los
heridos de ambos bandos perecieron. 18

La batalla de Junín en la literatura[editar]


 El poeta ecuatoriano José Joaquín de Olmedo, de Guayaquil, escribió un
famoso poema sobre la batalla.
 El escritor argentino Jorge Luis Borges escribió un poema sobre el coronel
Suárez.19
 El escritor peruano Ricardo Palma escribió una tradición referente a la
batalla de Junín en su obra Tradiciones Peruanas llamada "El clarín de
Canterac".
 El himno nacional de Colombia, escrito por Rafael Núñez, menciona esta
batalla en la sexta estrofa.
Campañas del Sur
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Campañas del Sur

Parte de Guerras de independencia hispanoamericanas


     Gran Colombia en 1821      Territorio anexado a la Gran

Colombia      Perú, independizado en 1823-1824.       Bolivia, independizado

en 1825.

Fecha 1820-1826

Lugar Actuales territorios


de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile

Resultado Victoria independentista

Consecuencias  Consolidación de la soberanía al sur de


la Gran Colombia
o Anexión de la Provincia de Quito a
la Gran Colombia
o Anexión de la Provincia Libre de
Guayaquil a la Gran Colombia

 División del Virreinato del Perú


o El Bajo Perú

 Consolidación de la
independencia del Perú

 Intervención grancolombiana
en Tumbes, Jaén y Maynas
o El Alto Perú

 Creación de un estado pro-


grancolombiano en Bolivia

 Expulsión de los españoles en los


territorios liberados

Beligerantes

Independentistas Realistas

 Gran Colombia  Imperio español


 Guayaquil
 República Peruana
 República de Bolívar
Respaldados por

 Chile

Comandantes

Simón Bolívar Melchor Aymerich


Antonio José de Sucre Agustín Agualongo

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Las Campañas del Sur es el nombre con que se conoce a una serie de


campañas militares que emprendió la Gran Colombia al sur de su territorio
entre 1821 y 1826 contra el dominio español en la América del Sur y que tuvieron
una importancia decisiva para la independencia de las actuales repúblicas
de Ecuador, Perú y Bolivia.
La definición de qué hechos comprendieron las campañas del Sur varía, tal que
algunos historiadores llaman así a las campañas libertadoras de Quito y Pasto
entre 1820 y 1822, mientras que otros se refieren a las operaciones militares
desde 1821 hasta 1826 cuando capituló la fortaleza de El Callao. Sin embargo, se
puede decir a ciencia cierta que las campañas del Sur tuvieron por objeto finalizar
la guerra de independencia americana, y como resultado el auge de la influencia y
el poder de la Gran Colombia que bajo la presidencia de Simón Bolívar buscaba la
unión de los nuevos estados.

Índice

Campaña de Quito[editar]
Operaciones de Sucre en Ecuador..[editar]

El Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.

Tras la revolución del 9 de octubre de 1820 la ciudad de Guayaquil se había


constituido como un estado independiente, la Provincia Libre de Guayaquil, pero
pronto se encontró en una delicada situación militar luego de ser derrotados los
guayaquileños en la Primera Batalla de Huachi y la Batalla de Tanizagua. José
Joaquín Olmedo solicitó ayuda militar a la Gran Colombia para defender la ciudad
y para liberar la Real Audiencia de Quito. Bolívar envía a su mejor
General, Antonio José de Sucre a principios de 1821 a Guayaquil en remplazo del
general José Mires. Sucre llegó el 6 de mayo de 1821 con unos 650 soldados
colombianos a los que sumó unos 1.400 ecuatorianos. 1 Las instrucciones de Sucre
eran: tomar el mando de las tropas que se encontraban en Guayaquil, asegurar la
incorporación de la provincia a Colombia y preparar en conjunción con el
Libertador las operaciones que habrían de liberar Quito.2 Quito estaba fuertemente
guarnecida, a pesar de que las tropas realistas habían disminuido a la mitad en los
últimos años, de cuatro a dos mil.34
Las fuerzas que guarnecían Guayaquil en 1820 eran 1.500 defensores: 5 por orden
de José Fernando de Abascal 2506-300 marineros que operaban siete lanchas
cañoneras (el puerto era el principal arsenal y astillero en el Pacífico español), 67
600 soldados de infantería del batallón Granaderos de Reserva 7 originarios de
Cuzco,8 200 voluntarios7 del medio9 Batallón Milicias de Guayaquil, 150 jinetes del
escuadrón Caballería de Daule, y 200 artilleros de la brigada de Artillería. 710 La
ciudad tenía una población de 14.000 personas y dominaba una provincia de
71.000 almas, 12.000 de las cuales eran europeos. 11 En total, la Real Audiencia de
Quito contaba con 3500 soldados al mando del mariscal Melchor Aymerich.6
Al llegar Sucre a Guayaquil se dedicó a organizar y entrenar las tropas. 12 El 15 de
marzo firmó un convenio con la Junta de Gobierno de la ciudad, el cual estipulaba
que la Provincia de Guayaquil quedaría bajo la protección y tutela de Colombia,
anulando así el tratado firmado con los agentes peruanos. Sucre colocó a sus
tropas en Samborondón y Babahoyo para bloquear la entrada a la provincia a los
realistas. El 17 de julio de ese año ocurrió una rebelión anticolombiana y pro-
realista que fue reprimida con éxito.
Los realistas al conocer la rebelión se dispusieron a apoyarla, el gobernador
Aymerich marchó al sur con 2.000 hombres, mientras que el coronel González
marchó desde Cuenca hacia Guayaquil amenazando las comunicaciones de
Sucre quien se dirigía a combatir a Aymerich. Enterado Sucre del movimiento
retrocedió para enfrentar a González y lo batió el 12 de agosto en la Batalla de
Yaguachi, tras lo cual Sucre volvió al norte a enfrentar a Aymerich pero este se
retiraba al norte. El ejército persiguió a los realistas un largo trecho pero la
situación política en Guayaquil obligó a Sucre a regresar.
Tras calmarse la situación política en la ciudad Sucre se dirige de vuelta a la
cordillera con 900 infantes y 70 jinetes, en busca de Aymerich. Durante varios días
maniobra en contra de este, atraviesa el Chimborazo y llega el 11 de septiembre al
Valle Alto del río Ambato. Sucre es renuente a bajar de la cordillera por la ventaja
numérica de la caballería española, pero hostigado por sus compañeros
desciende el 12 a Santa Rosa ocupando posiciones defensivas mientras que
Aymerich avanzaba hacia Ambato. Ambos ejércitos se enfrentaron en la Segunda
Batalla de Huachi, Sucre dispuso una sólida formación defensiva pero al atacar los
realistas el general Mires se adelantó a la contraofensiva y tras ser rechazado su
ataque el ejército patriota fue envuelto, derrotado y casi destruido.
De regreso a Guayaquil Sucre necesita urgentemente refuerzos para reponerse de
la derrota de Huachi, para lo cual solicita a Santander el envío de tropas pero este
prefiere reforzar a la división de Pedro León Torres quien debía dirigirse por tierra
vía Popayán-Pasto-Quito. En tales circunstancias Sucre dirige una carta al
Protector del Perú José de San Martín reclamando el batallón Numancia,
excelente unidad formada en Venezuela en 1813 y enviada por Morillo al Perú
en 1816, en 1820 se había pasado a las fuerzas del Protector y deseaban volver a
casa. San Martín no deseaba renunciar al Numancia que era el mejor batallón del
que disponía y en su lugar mando a algunas fuerzas al mando del coronel Andrés
de Santa Cruz. La división de Santa Cruz fue reorganizado en los batallones No. 2
y 4 o Piura, los escuadrones Cazadores del Perú y Granaderos de los Andes y un
piquete de artillería,13 contabilizando 1.62214 a 1.69315 plazas.
Con las fuerzas de Santa Cruz y la leva impuesta, Sucre volvió a contar con unos
1.200 efectivos aunque en su mayoría sin ninguna experiencia militar exceptuando
el batallón Trujillo con algo de instrucción y el escuadrón de Granaderos a Caballo
de 90 hombres veteranos al mando de Lavalle.
Sucre decidió reanudar la campaña desde el sur de Guayaquil, para lo cual envió
pequeños destacamentos en varias direcciones con el fin de desinformar a los
realistas de la ruta que tendría su ofensiva mientras que él se embarcaba con el
ejército en Guayaquil y se dirigía por mar hacia Machala. Luego de desembarcar a
sus tropas marchó hacia Saguro, donde se reunió con los peruanos de Santa
Cruz, tras lo que marchó a Cuenca, llegando a está el 23 de febrero de 1822,
donde esperó la fecha acordada por Bolívar para iniciar la ofensiva. Mientras tanto
aumentó sus fuerzas con algunos refuerzos llegados de Guayaquil.
Llegada la autorización de Bolívar, Sucre avanzó hacia Alausi a principios de abril.
Disponía ahora de unos 2.000 infantes y 400 de caballería. 16 Las fuerzas realistas
eran unos 2.000 soldados de línea, 17 además de centenares de milicianos. A
mediados de ese mes, los republicanos sumaban 3000 hombres bajo el mando de
Sucre en diversas guarniciones, incluyendo chilenos y argentinos en las unidades
montadas.18 El 20 de ese mes fueron emboscados por los españoles pero estos
fueron rechazados. Al día siguiente se toparon con que los realistas habían
fortificado el camino por lo que Sucre flanqueo dicha posición y ofreció batalla pero
los españoles prefirieron retirarse. Sucre ordenó al coronel Diego Ibarra que
atacara con su caballería a los realistas quienes se encontraban retirándose de la
villa de Riobamba, los españoles a su vez enviaron a su caballería para proteger
su retirada.
El ejército partió de Riobamba el 28 de abril hacia Latacunga ciudad a la que
llegaron el 2 de mayo, y donde se incorporaron 200 hombres del
batallón Magdalena del coronel José María Córdoba que venían desde el Cauca.
El resto del Magdalena (unos 400) se encontraban en Guayaquil y en Cuenca
enfermos y cansados. Los realistas se encontraban en Machachi con unos 2200
infantes de Nicolás López y unos 300 de caballería dirigidos por el coronel Tolrá
que cubrían los pasos de Jalupana y la Viudita.

En el volcán Pichincha se decidiría la independencia de Ecuador.

Sucre decidió evadir la posición realista por la derecha. El 13 marchó por el


camino de Limpiopongo, ascendió a las faldas del volcán Cotopaxi donde acampó.
El 17 descendió al valle de Chillo. El coronel Nicolás López, al tanto de estos
movimientos, retrocedió el 16 hasta Quito.
El 20 cruzó la colina de Puengasí y al día siguiente descendió al llano de
Turubamba, ofreciendo batalla en un terreno favorable a los españoles pero estos
no la aceptaron. Luego de varias maniobras para atraer a los realistas, Sucre
flanqueó a los españoles por la derecha y se colocó en el pueblo de Pasto. Sucre
comenzó la marcha en la noche del 23 y a las 08:00 del 24 se encontraba en las
alturas del Pichincha desde donde dominaba la ciudad de Quito. Los españoles, al
verse rodeados, subieron a su vez el volcán. Por la dificultad del terreno, ambos
ejércitos se ven obligados a combatir por oleadas. Tras la victoria patriota en
la batalla de Pichincha Quito es ocupada por el Ejército Libertador y el Ecuador
queda en manos de los independentistas. Pocos días después de la capitulación
española, el 29 de mayo la Municipalidad de Quito proclamó la integración de la
antigua Real Audiencia de Quito a Colombia.
Entre septiembre de 1821 y mayo de 1822 el gobierno de la Gran Colombia había
enviado 137 oficiales y 7.314 soldados a apoyar las operaciones del Libertador,
excluyendo los contingentes enviados a Guayaquil para auxiliar a Sucre, pero solo
2.000 estaban activos y otro tanto hospitalizados.19
Operaciones de Bolívar contra Pasto[editar]

Campañas de independencia en Venezuela, Nueva Granada y Ecuador entre 1821 y 1823.

Luego de Carabobo, el Congreso Constituyente de Cúcuta nombró a Bolívar


Presidente de la República, y a Santander como Vicepresidente.20 Bolívar realiza
los preparativos ese mismo año: organiza un ejército de cuatro mil soldados,
encarga la Presidencia a Santander y marcha al sur. 21 Inicialmente
el Libertador quería transportar la tropa por mar en tres bergantines; cuando se
encontraba embarcándose por el puerto de Buenaventura, apareció una escuadra
española enviada por Juan de la Cruz Mourgeon y Achet desde la actual costa
septentrional del Ecuador, estaba conformada por una corbeta, cuatro goletas y
tres transportes.22 La debilidad de la armada colombiana en el Pacífico en
comparación a la española lo obliga a tomar la ruta terrestre, más ardua por la
dificultad del terreno que presenta los Andes, que junto a las enfermedades
producen mayores bajas en el ejército de lo previsto y que no puede reponer con
los contingentes que encuentra en el camino. Al llegar a Popayán, se refuerza con
1.200 hombres, pertenecientes a la división del General Pedro León Torres.
Espera en la provincia de Popayán refuerzos que había pedido al gobierno, pero al
no serles concedidos sigue hacia Pasto.
El Libertador deseaba evitar Patía y Pasto, conocedor de los desastres sufridos
por otros comandantes en los años anteriores. Prefería atacar Quito transportando
por mar su ejército hasta Guayaquil.23 También esperaba contar con el apoyo del
gobierno chileno24 y de San Martín25 para liberar Quito. En una carta fechada el 24
de agosto de 1821 y dirigida a San Martín, considerando que los realistas
venezolanos, aplastados en Carabobo pronto encontrarían su fin en Puerto
Cabello, se podrían destinar los recursos a que la poderosa escuadra chilena
de Lord Cochrane transportara su ejército.26 En octubre de ese año 4.000
soldados colombianos zarparían de Santa Marta rumbo a Panamá donde se les
uniría otro tanto de efectivos, de ahí ambos contingentes navegarían hasta
Guayaquil, donde 3000 republicanos estaban acantonados. Por último, más de
4.000 unidades saldrían de Buenaventura para reforzar el actual puerto
ecuatoriano, con dos o tres millares de fusiles de reserva. La fuerza contabilizaría
un total de 10.000 a 12.000 elementos. 21 Sin embargo, la lejanía de las costas
peruanas y ecuatorianas de sus bases impedía actuar a Cochrane. 27 Finalmente,
Bolívar se conformó, abandono sus planes y empezó a idear el avance de unos
4.000 hombres sobre Patía y Pasto.28
La ciudad de Pasto había sido un bastión realista desde el comienzo de la
emancipación neogranadina. El territorio entre Quito y Popayán estaba en poder
de las guerrillas pastusas, quienes en el pasado habían destruido varios ejércitos
neogranadinos enviados a pacificar la región. La resistencia de la población, unida
a la dificultad del terreno, hacían a la región una posición de gran capacidad
defensiva donde las guerrillas realistas conducidas por el general mestizo
pastuso Agustín Agualongo lograron mantener su resistencia por mucho tiempo. A
manera de ejemplo, tras la batalla de Boyacá (7 de agosto de 1819) el
comandante realista Sebastián de la Calzada que guarnecía la ciudad de Santa Fe
de Bogotá se retiró a los dos días hacia Pasto donde logró organizar un ejército de
4.000 hombres y atacó Popayán (24 de enero de 1820).29 Tras algunos
enfrentamientos en el Valle del Cauca Calzada fue relevado de su mando y
enviado a Venezuela mientras que los pastusos continuaron la resistencia.
Perdiendo los realistas la ciudad de Popayán de forma definitiva el 14 de
julio de 1820. Con la entrada del general Juan Manuel Valdez.
Luego de cruzar el río Mayo, el ejército se desvió del camino de Berruecos (el más
directo a Pasto) y tomó en su lugar el de la derecha, con el objetivo de flanquear
las posiciones de los españoles, ubicadas detrás del río Juanambú. Luego de
varios cruces falsos, los colombianos lograron cruzar el río por el paso del Burrero
casi sin resistencia, tras lo que acamparon en el Pañol, zona abundante en
productos agrícolas y en la que aprovecharon para reorganizar sus fuerzas.
El 2 de abril, el ejército siguió la marcha, y acosado por las guerrillas realistas
cruzaron la quebrada de Molinos de Aco, acampando en Cerro Gordo. El ejército
se había reducido por las bajas y las guarniciones a 2100 efectivos.
Luego de un día de descanso, Bolívar reanudó la marcha el 4 de abril por el
camino hacia Pasto, pero al llegar a la Cumbre cerca de Genoy, en donde los
realistas habían fortificado el camino, convergieron a la derecha hacia Mombuco.
El mismo día fueron atacados por guerrillas realistas, pero estas fueron abatidas
por el batallón Bogotá y se encerraron en las fortificaciones de Genoy. Al día
siguiente se repitieron los ataques de las guerrillas, luego de repelerlos el ejército
siguió por el Trapiche de Matacuchos y acamparon el 6 en el pueblo de Consacá
muy cerca de Pasto, mientras el batallón Bogotá acampo como vanguardia más
adelante, en la hacienda de Bomboná.
El 7 de abril se produce la batalla de Bomboná. A pesar de las desfavorables
condiciones Bolívar decidió atacar pues quería llegar a tiempo a Quito donde lo
estaría esperando Sucre para librar la batalla decisiva. Los realistas al mando
de Basilio Garcia, en una sólida posición infligieron grandes pérdidas a los
colombianos. El resultado de esta batalla fue parejo, con grandes pérdidas para
ambos bandos.
Las pérdidas en Bomboná obligaron a Bolívar a esperar en Cariaco, hasta recibir
refuerzos. El 16 de abril, aún sin noticias de algún refuerzo, Bolívar emprende la
retirada. Al día siguiente es atacado por un nutrido grupo de guerrillas mientras
marchaba por el camino de Genoy pero fueron rechazadas por los colombianos.
En la tarde del 19, las guerrillas volvieron a atacar y fueron de nuevo repelidas.
El 20 de abril, habiendo repuesto sus pérdidas, el comandante español presenta
batalla en el sitio de El Peñol. El combate dura una hora, tras lo que los realistas
se retiran. García se retira a Pasto mientras Bolívar cruza el río Mayo y acampa en
la altura denominada Trapiche. Allí recibe refuerzos, y sus fuerzas alcanzan
nuevamente los 2.000 hombres.
Con el ejército colombiano reforzado de vuelta a la ofensiva y la noticia de la
derrota en Pichincha, el comandante Basilio García capitula ante Bolívar el 8 de
junio al entrar el ejército colombiano a Pasto. Benito Boves huye con gran parte de
la población hacia las montañas. El Libertador ofrece la paz a los pastusos, entre
los términos estaban el respeto a su religión y la exención al servicio militar y al
pago de gabelas obligatorios para el resto de los colombianos. 30 El camino entre
Quito y Bogotá está abierto. La causa realista estaba pérdida, sus últimos
defensores estaban aislados de España en la Sierra bajo peruana y en el Alto
Perú por el ejército de San Martín, en Bogotá se esperaba que pronto
capitularan.31
Rebelión de Pasto[editar]
Hallándose Bolívar y Sucre en Quito, los pastusos se rebelan bajo la dirección de
Boves. Bolívar envía a Sucre a sofocar la insurrección pero los rebeldes derrotan a
Sucre el 24 de noviembre de 1822 en la 1ª Cuchilla del Taindalá. Sucre se retira
perseguido por Boves, pero luego de reorganizarse Sucre se vuelve y derrota a los
pastusos en la 2ª Cuchilla del Taindalá y en la Quebrada de Yacuanquer.
Boves se retira de vuelta a Pasto, y prepara sus defensas para resistir hasta el
final. En la noche del 24 de diciembre de 1822, el mariscal Sucre toma por asalto
la ciudad, aprovechando la aparente calma de Navidad. Los habitantes
de Pasto no se encuentran preparados para dicho combate, y de forma
despiadada el Batallón Rifles comete todo tipo de excesos, asesinando a más de
cuatrocientos civiles, entre mujeres, ancianos y niños, y recluta por la fuerza a mil
trescientos hombres. Además, se dio la orden de ejecutar secretamente a catorce
ilustres personajes de la ciudad, siendo capturados, atados por la espalda y
arrojados por un precipicio al río Guáitara, siendo este uno de los episodios más
oscuros y menos conocidos en las guerras de independencia colombianas. 3233 De
esta manera, el antiguo fortín de la región de Pasto queda doblegado, y la rebelión
se ve aplastada de forma casi definitiva.
Anexión y Entrevista de Guayaquil[editar]
Artículo principal: Entrevista de Guayaquil

San Martín y Bolívar en la entrevista de Guayaquil.

La ciudad de Guayaquil sería la manzana de la discordia entre ambos


Libertadores, y en ella se daría el encuentro que abriría el camino para la
intervención colombiana en la lucha por la independencia peruana.
Al finalizar la campaña por la liberación de Ecuador, la ciudad de Quito y las
demás provincias con excepción de la de Guayaquil constituida como Provincia
Libre desde 1820, habían declarado su anexión a la República de Colombia. En
Guayaquil la opinión pública permanecía dividida entre partidarios de la anexión,
fuera al Perú o a Colombia, y los que deseaban permanecer independientes de
cualquier poder extranjero.
Tanto el Protector como el Libertador deseaban la anexión de la Provincia a sus
estados, pero fue Bolívar el que actuaría con decisión, ocupando militarmente la
ciudad el 13 de julio y proclamando dos días después la anexión de Guayaquil a
Colombia.
Bolívar y San Martín se entrevistaron el 26 de julio, donde debieron tratar los
temas sobre la soberanía de Guayaquil y la guerra en el Perú. Poco tiempo
después de la entrevista, San Martín renuncia al protectorado. No tardaría mucho
tiempo para que el Perú y Colombia se viesen en necesidad de emprender juntos
la guerra contra los realistas y asegurar sus respectivas independencias. Como
parte de los acuerdos logrados, Bolívar comprometió el envío de seis soldados
colombianos a Perú, el primer contingente de tres mil hombres llegaría en abril del
siguiente año al Callao.34 Con esto el Libertador contaba con siete a nueve mil
hombres en Perú.35

Campañas en el Perú[editar]
Antecedentes[editar]
Luego del impulso que significaron para el proyecto emancipador americano las
campañas de José de San Martín en el sur del continente a finales de la década
de 1810 la situación en el cono sur era en extremo preocupante: en las Provincias
Unidas del Río de la Plata los conflictos entre las provincias y Buenos
Aires empezaban a tomar fuerza y los caudillos tendrían rienda suelta tras
la batalla de Cepeda; el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve comenzaba una
agresiva política de expansión hacia el sur que por su carácter monárquico
representaba un peligro para la independencia americana y sus nacientes
democracias; en el Perú San Martín buscaba una solución política para la guerra
con la coronación de un príncipe europeo en América, pero las disputas de poder
entre los caudillos, las ambiciones políticas de la oligarquía y el potente ejército
que los españoles mantenían en el país estaba a punto de desembocar en la
mayor de las anarquías. Todas estas condiciones habían dislocado al movimiento
emancipador en pequeños centros de poder en los cuales las clases dominantes
mantenían celosamente el poder, resultando en una peligrosa atomización del
poder que sería incapaz de resistir un avance de los españoles desde el Perú,
menos aun de atacarlos.36
En el norte por el contrario, habiendo superado las desuniones y aglutinado en
buena parte las distintas clases sociales e intereses al movimiento emancipador
bajo la dirección de Simón Bolívar, dándole un carácter colectivo que rompiera con
los tiempos en que solo interesaba a la aristocracia por mantener su poder y a
la burguesía por alcanzar dicho poder, habían, tras varias campañas, liberado
buena parte del territorio del antiguo Virreinato de Nueva Granada, que había sido
reorganizado como república, la Gran Colombia, desde la que Bolívar deseaba
completar su sueño americanista de unir a los antiguos dominios españoles en
una sola república que tuviera la fuerza para resistir cualquier intento de
recolonización española o de cualquier otra potencia.

Batalla de Carabobo.
Luego de la Batalla de Carabobo en 1821, el territorio grancolombiano quedó en
buena parte asegurado aun cuando la guerra duraría
hasta 1823 en Venezuela con la caída de Puerto Cabello en manos republicanas
del general José Antonio Paez y proseguirían algunas guerrillas realistas
en Nueva Granada y Venezuela.
Perú solicita la ayuda colombiana[editar]
Tras la retirada de San Martín, el Congreso Constituyente nombró al Presidente de
la Junta de Gobierno al general José de La Mar. Este comprometió buena parte
del ejército en campañas ambiciosas que fracasaron en las batallas
de Torata y Moquehua, dejando al gobierno peruano en una delicada condición
militar. Tanto así, que tras saber de la victoria de Pichincha San Martín escribió a
Sucre el 24 de junio de 1822 solicitando la devolución de la división de Santa Cruz
más otra de 1.500 a 2.000 combatientes para finiquitar al Ejército Real del Perú.37
Sin embargo, los esperados refuerzos no podrían salir de los recursos quiteños,
como se había especulado, la provincia estaba destruida por la guerra. 38 El 13 de
julio San Martín acepta los ofrecimientos de ayuda colombiana. 39
El 31 de julio de 1822 el Ejército Libertador acantonado en Lima contaba con
7.491 plazas y 397 jefes y oficiales listos para iniciar campaña bajo las órdenes del
general Alvarado. Estaban organizados en el regimiento Artillería de Chile, la
compañía Artillería de los Andes, los batallones No. 2, 3, 4, 5 y 11, Numancia,
Cazadores del Ejército y Legión Peruana, y los regimientos Río de la Plata,
Granaderos a Caballo y Húsares de la Legión o de la Guardia. 40 Era el mayor
ejército reunido en la capital virreinal desde los tiempos de Amat, durante
la Guerra de los Siete Años organizó las milicias cívicas para levantar una hueste
de cinco mil infantes y dos mil jinetes que resguardara los territorios españoles de
posibles ataques ingleses o portugueses. 41 En las sierras había ocho montoneras
que sumaban 649 hombres armados encabezadas por cinco capitanes, dos
tenientes y sargento mayor (en la estimación no se incluyen las partidas de los
comandantes Juan Evangelista Vivas en Jauja y Isidoro Villar en Cerro de Pasco).
También estaban las milicias cívicas que sumaban 21.288 «pobladores
suficientemente armados» y organizados en una fuerza para los departamentos
del norte (Trujillo y la Costa) y otra para la provincia de Lima. La primera sumaba
una compañía, tres regimientos y cuatro batallones de infantería, y siete
regimientos (dos de dragones) y cuatro escuadrones de caballería provienientes
de Huara, Chalaco, Amotae, Querocotó, Pacasmayo, San Pablo, Huambos,
Chota, San Marcos de Ferreñafe, Trujillo, Moyobamba, Piura, Huamachuco, San
Antonio de Cajamarca y Lambayeque. En total 13.970 hombres. La segunda se
dividía en los batallones Peruanos Leales, Patriotas y Legión Peruana, el
regimiento de línea de la Guardia Cívica, zapadores, la brigada de artillería de la
4a. compañía de 1a. Creación y cía. de Morán Leales y de caballería en el
regimiento de Caballería Leales y Escuadrón de Pardos. En total 5.584 infantes y
1.734 artilleros y jinetes (7.318 plazas).42
También se esperaba el próximo retorno de la división de Santa Cruz, que debido
a las bajas y reemplazos había quedado en 1.604 hombres organizados en el
batallón No. 2 (712 hombres), el batallón Piura (477), granaderos a caballo (123),
cazadores a caballo (277) y piquete de artillería (15), considerándose que habían
sufrido 89 bajas.43 A ellos se sumarían 1.656 veteranos enviados por Bolívar y que
habían sido extraídos de los batallones Vencedores de Boyacá, Vencedores de
Pichincha y Yaguachi. Se los esperaba para septiembre. Así San Martín
dispondría de unos 10.647 soldados de línea y más de 22.000 milicianos para
enfrentar a los 9.530 soldados que según sus fuentes le quedaban al virrey en la
sierra. Por último, estaba la Armada: fragata Protector, corbetas Limeña y
O'Higgins, bergantines Belgrano, Balcarce y Nancy y goletas Cruz, Castelli y
Macedonia, sumaban 126 cañones y 642 tripulantes. 44 En comparación, en 1805
las fuerzas virreinales sumaban 23.802 milicianos disciplinados y 27.816 urbanos
en Lima, Arequipa, Cuzco, Trujillo y Chiloé.45
Las derrotas militares y las pugnas políticas entre los patriotas peruanos
debilitaron las fuerzas independentistas peruanas. El gobierno de Riva Agüero fue
presionado por la opinión pública para que solicitara la intervención de Bolívar,
interesado en intervenir en el Perú, para lo cual era necesario crear el ambiente
para su llamamiento. El Libertador, que se encontraba en Guayaquil vigilando los
acontecimientos en Perú, envió a las primeras solicitudes peruanas los 6.000
hombres que ya tenía preparados en Ecuador en dos expediciones sucesivas de
3000 hombres, con el general Sucre al mando de las fuerzas y encargado de
negociar con el Perú los términos en que Bolívar intervendría en la guerra.
A finales de febrero de 1823 las fuerzas realistas se componían de 18.000
hombres: 5.000 del Ejército del Norte al mando de Canterac en el valle del Jauja,
4.000 de la división de Olañeta con la guarnición de Santa Cruz de la Sierra, 3000
en Charcas, 3000 del Ejército del Sur situados entre Puno y Arequipa, 1.000 en
el Cuzco y 2.000 en otras guarniciones.46 Los dirigentes revolucionarios, en
particular Bolívar, creían que el ejército realista peruano en 1822 era más
poderoso que dos años atrás; en esos momentos se esperaba que con cinco o
seis mil soldados pudieran vencer a los monárquicos. 16
Durante esas fechas el Libertador prometió a los gobiernos limeños de 4.000 o
4.500 efectivos en apoyo, no los tenía pero esperaba reunirlos en Ecuador, sin
embargo, pronto se dio cuenta de que la devastada región no podría aportarle ni
3000 hombres reclutados a la fuerza, además el ejército reunido en Quito y
Guayaquil apenas alcanzaba los 3000 combatientes, tendría que contentarse
enviando 1700 refuerzos.47 Según el general John Miller, hermano de William
Miller, Bolívar había capturado Quito gran cantidad de prisioneros, que reclutados
a la fuerza elevaban su ejército a 9.600 efectivos, pero como no eran de fiar solo
podía apoyar a Lima con 1.070 unidades.48 Se contemplaba también la posibilidad
de darse el caso en que el ejército peruano era vencido por los realistas antes de
arribar los refuerzos, pues los restos se retirarían al norte para unirse a los
colombianos.49
Tratando de cumplir sus promesas Bolívar solicitó a Santander el envío de 3000
soldados el 29 de octubre de 1822 y el 15 de abril de 1823. 50 Tampoco podía dejar
desguarnecidas las provincias de Loja, Cuenca, Quito, Pasto y hasta Guayaguil,
donde el apoyo a la causa real aun era fuerte, podía haber levantamientos. 51 Fue
el alzamiento de los pastusos y la resistencia realista en Puerto Cabello los
argumentos para negar nuevos apoyos. 52 El 29 de agosto Bolívar finalmente cesa
sus peticiones, el proyectado refuerzo de 4.000 hombres era imposible de
mantenerlo una vez llegado en Perú, donde la mayoría enfermaría o desertaría
(especialmente, según él, los reclutas provenientes de Venezuela, el Istmo y
Cartagena), y aun si fueran la mitad era posible que los necesitaran más en
Venezuela,53 dicha tropa solo sería enviada cuando no la necesitara Caracas. 54
Por otra parte, los peruanos estaban temerosos de que Bolívar reuniera un ejército
demasiado poderoso y terminaron rechazando el ofrecimiento de ayuda. 55
Segunda Rebelión de Pasto[editar]
A mediados de 1823, con la región sur de Colombia desguarnecida de efectivos
militares, por encontrarse estos en Perú o embarcándose para allá, los líderes de
la resistencia pastusa Estanislao Merchancano como jefe civil y Agustín
Agualongo como jefe militar, se alzaron en Pasto en favor de la causa del Rey.
Los pastusos fueron derrotados varias veces, entre ellos en Ibarra, pero tras ser
derrotados se retiraban a las montañas donde rehacían sus fuerzas y volvían a
atacar. Finalmente la rebelión acabaría en julio de 1824 con la captura y
fusilamiento de Agualongo.
Sucre Jefe Militar Supremo[editar]
Al llegar la primera expedición colombiana al puerto de El Callao (3000 entre
lanceros venezolanos, granaderos neogranadinos y fusileros mercenarios
escoceses, ingleses, alemanes, rusos e irlandeses),56 Santa Cruz y Gamarra se
encontraban en una ofensiva cerca de La Paz con casi todas las fuerzas
peruanas. Lima había sido dejada casi desguarnecida por el ejército peruano,
situación que aprovechó el brigadier José Canterac para organizar un ejército de
8.000 hombres en Jauja con el que marchó sobre la capital, entrando en Lima
el 18 de junio. El congreso nombró a Sucre general en jefe, quien contando el 18
de junio con solo 3.700 hombres, evacuó la ciudad para El Callao. Los días
siguiente hubo varios encuentros entre las avanzadas de ambas fuerzas,
incluyendo un sangriento combate en el Carrizal y la Legua el 1 de julio. El 21 de
junio el congreso peruano proclamó a Sucre Jefe Supremo Militar.
El período de 1822-1823 fue uno de constante crisis para la revolución en Perú. 57
Expedición a Intermedios[editar]
Véase también: Primera Campaña de Intermedios
Campañas de independencia en Ecuador, Perú y Bolivia entre 1823 y 1826.

En una junta de guerra Sucre recomendó enviar una expedición de 4.000 hombres
a reforzar las fuerzas peruanas que se hallaban en el Altiplano y para obligar a
Canterac a evacuar Lima.58 El congreso aceptó el proyecto y Sucre designó como
jefe al general Rudecindo Alvarado, quien partió del Callao el 13 de julio hacia
Intermedios con la brigada de Jacinto Lara compuesta por tres batallones
colombianos, y la brigada del general Pinto de dos batallones chilenos.
Bolívar y San Martín consideraban la campaña demasiado arriesgada, 58 pero sus
promotores esperaban con una doble ofensiva de 8.000 soldados aniquilar los
últimos enclaves realistas.59 La tropa republicana era demasiado pequeña en
comparación a las fuerzas enemigas, estimadas en un total de 19.000 a 20.000
hombres que fácilmente podía concentrar diez o doce millares en cualquier sitio
específico.60
Enterado Canterac de la expedición evacuó Lima el 16 de julio y se dirigió
vía Jauja y Huancavelica hacia el sur, a detener los progresos de Santa Cruz y
evitar una unión de los ejércitos peruanos y colombianos.
Sucre salió del Callao el 20 de julio y llegó al puerto de Chala el 2 de agosto.
Llevaba consigo 4.500 hombres mientras 11.000 veteranos quedaban
guarneciendo Lima.61 Allí buscó la cooperación de Santa Cruz, pero las
desavenencias entre ambos cortaron cualquier esperanza de actuar en conjunto.
De Quilca siguió Sucre hacia Arequipa ciudad que tomó el 18 de agosto, la
guarnición española se retiró a Apo.
Mientras tanto, en la sierra, las fuerzas de Jerónimo Valdés y el Virrey se habían
reunido. Santa Cruz evitó el combate y se dirigió hacia Oruro a reunirse con
Gamarra. Allí recibieron noticias de que el general Olañeta había llegado
desde Potosí a incorporarse al ejército del virrey.
Sucre recibió un oficio de Santa Cruz el 12 de septiembre invitándolo a reunirse
con él, pero para cuando llegó a Apo tuvo conocimiento de la retirada de Santa
Cruz y Gamarra. Tras dirigirse a Puno, conoció allí que el ejército peruano se
retiraba a la costa y Sucre. Retrocediendo, llegó a Cangallo, punto situado en la
vía de Moquegua, de donde volvió a Arequipa el 29 de septiembre.
Arribo de Bolívar[editar]
Bolívar partió de Guayaquil el 6 de agosto de ese año en el
bergantín "Chimborazo" y tras 25 días de navegación en contra de la corriente del
sur atraco el Chimborazo en el puerto de El Callao el 1 de septiembre, y entró
seguidamente a Lima el 10 en medio de grandes celebraciones. El Congreso
peruano lo nombró Director Supremo de la Guerra. En los días que siguieron
continuaron arribando refuerzos colombianos al Callao.
Enfrentamiento con Riva Agüero[editar]
Bolívar tuvo que hacer frente a las intrigas del expresidente José de la Riva
Agüero, quien destituido por el Congreso, se había retirado antes del arribo de
Bolívar a Trujillo con su ejército de 3000 hombres y se negaba a someterse a la
autoridad del nuevo presidente Torre Tagle.62 Ya al día siguiente de su
desembarco en Perú el Congreso había autorizado a Bolívar para que terminara
con las disensiones entre el gobierno presidido por Torre Tagle y Riva Agüero. El
4 Bolívar dirigió una carta a Riva Agüero increpándole a someterse al Congreso.
Ya con la suprema autoridad militar que le confirió el Congreso el 10 de ese mes
Bolívar tuvo la suficiente amplitud de acción como para tomar las medidas
necesarias tanto políticas como militares.
Bolívar nombró una comisión compuesta por el diputado José María Galdeano y el
general de brigada Luis Urdaneta para tratar con Riva Agüero. El 11 de
septiembre llegaron al cuartel general en Huaraz sin lograr un acuerdo aceptable
con el disidente pues este esperaba noticias favorables del ejército de Santa Cruz
y de las negociaciones que llevaba con los españoles.
Bolívar invitó varias veces a Riva Agüero a sumar sus hombres a los 3000
hombres que el disponía en Paseo con el fin de abrir la campaña que el conduciría
contra los españoles. Mientras tanto Sucre buscaba acercar a Santa Cruz y así
cortar el apoyo de este a Riva Agüero. Bolívar se enteró entonces de la disolución
del ejército de Santa Cruz junto con las alarmantes noticias de que Riva Agüero
buscaba un acuerdo con el Virrey. Agotados los recursos diplomáticos el
Libertador inicio los preparativos para reducir a Riva Agüero por la fuerza.
Para finales del mes la situación militar era la siguiente: los realistas estaban
divididos en el Ejército del Norte (6.000 hombres) en la comarca de Cusco al
mando del Virrey y el Ejército del Sur (3000) en el Alto Perú al mando
de Gerónimo Valdés mientras que los republicanos, al mando de Bolívar, les
quedaban alrededor de 7.000 soldados de los 9.000 a 10.000 con los que habían
iniciado la campaña.46 Estas numerosas bajas no eran nuevas, entre mediados de
1818 y junio de 1822 más de 22.000 colombianos habían sido reclutados pero
apenas 600 seguían activos, el resto había muerto, estaba enfermo o herido o
había desertado.63
Bolívar expresaría su opinión de la caótica situación peruana (tres gobiernos, Riva
Agüero en Trujillo, Torre Tagle en Lima y La Serna en Cuzco):
Los Pizarro y Almagros pelearon; peleó La Serna con Pezuela; peleó Riva Agüero con el Congreso,
Torre Tagle con Riva Agüero, y con su patria Torre Tagle; ahora, pues, Olañeta está peleando con La
Serna y, por lo mismo, hemos tenido tiempo de rehacernos y de plantarnos en la palestra armados de
los pies a la cabeza.
Carta de Bolívar a Santander, Huamachuco, 6 de mayo de 1824. 64

Campaña militar contra Riva Agüero[editar]


Los rebeldes se hallaban en Huaraz y Trujillo y el Virrey en Jauja y Cerro de
Pasco. Bolívar decidió enfrentar a ambos ocupando el territorio entre ambos
ejércitos e impedir así que unieran fuerzas. Sucre se había negado a tomar parte
en la campaña contra los rebeldes peruanos, pues creía que no debían
inmiscuirse en los asuntos de dicha nación. Por tanto Bolívar los destino a
contener a los españoles en Jauja y Pasco. La campaña en el sur contra las
fuerzas de Santa Cruz había movilizado muchos hombres de los que disponía el
Virrey en el norte, dejando unos pocos en la zona en donde Bolívar y Sucre
operaban.
Salí a interponerme entre Riva Agüero y los godos del Jauja, porque este malvado, desesperado de
triunfar, estaba tratando de entregar su patria a los enemigos, para salir con más provecho aunque
menos lucido.
Bolívar a Santander, Pallasca, 8 de diciembre de 1823. 65

Los republicanos suman quince mil hombres, distribuidos así a comienzos de


septiembre: 6.000 con Santa Cruz en La Paz, 3000 con Sucre en Arequipa, 4.000
en los alrededores de Lima y 2.000 siguiendo a Riva Agüero en Trujillo, además
se esperaban 2.000 refuerzos de Chile.66 Las fuerzas realistas eran dieciocho mil:
8.000 con Canterac en Jauja, 3000 con Valdés entre Puno y Arequipa, 4.000 con
Olañeta en Charcas, 1.000 con el virrey en Cuzco y 2.000 en otras zonas. 67 Pero
la necesidad de enfrentar a Santa Cruz obligó debilitar las fuerzas del norte,
quedando 3000 en Jauja e Ica, concentrando 4.000 en Arequipa. Sucre estaba
obligado a evitar enfrentar fuerzas superiores, debía retroceder hacia Lima o a
unirse a Santa Cruz.68
Con las tropas colombianas, 3000 soldados, 69 Bolívar ascendió desde la costa
hacia la Cordillera Negra, siguiendo por los valles de Pativilca y las fortalezas;
atravesando la Cumbre, descendió al callejón de Huaylas. El grueso del ejército
marchó hacia Huaraz, en donde se incorporó Sucre y su división. A Sucre se le
encargó cruzar la cordillera con algunos cuerpos selectos, y dirigirse al sur para
enfrentar a los españoles que se hallaban en las regiones de Huánuco y Pasco;
mientras tanto, Bolívar se dirigía al norte directamente contra Riva Agüero quien
se había retirado a Trujillo. Mientras en la sierra se desarrollaba la campaña, en la
costa el almirante Guisse se pronunció a favor de Riva Agüero, y estableció el
bloqueo de toda la costa peruana desde Cobija hasta Guayaquil.
Riva Agüero evitó el combate con las tropas colombianas, hasta que el 25 de
noviembre fue destituido junto con su segundo, el general Ramón Herrera, por sus
mismos subalternos que estaban en contra de los tratos con los españoles que
llevaba el expresidente. El general La Fuente arrestó a Riva Agüero en Trujillo,
mientras que en Santa hizo lo mismo el coronel Ramón Castilla, prendiendo al
general Ramón Herrera. Bolívar permaneció en la cordillera occidental
persiguiendo a los subalternos de Riva Agüero, que se habían retirado
al Marañón y se iban rindiendo por donde pasaba Bolívar.
Al finalizar la campaña, el ejército se encontraba desgastado, cansado de marchar
por las altas cordilleras y con su equipo gastado y sin posibilidades de reponerlo.
Bolívar pidió refuerzos a Colombia, pero estos solo empezarían a llegar cuando la
guerra ya estaba prácticamente acabada.
Rebelión de las fuerzas argentinas[editar]
Artículo principal: Sublevación del Callao

El 5 de febrero de 1824 se rebelaron en El Callao los soldados del Regimiento del


Río de la Plata, junto con algunas unidades chilenas y peruanas, motivados por
los retrasos en sus pagos. Estos apresaron a sus oficiales, entre ellos el general
Alvarado, gobernador de las fortalezas de la ciudad. Los rebeldes liberaron al
coronel realista español José de Casariego y le dieron el mando de sus fuerzas.
Pocos días más tarde, los Granaderos a Caballo se sumaron a la rebelión
desde Lurín. Un centenar de ellos protestaron la acción y al mando de José Félix
Bogado lograron reunirse al ejército del Libertador, formando un escuadrón que
luchó en Junín y Ayacucho, regresando luego a Buenos Aires.
Inmediatamente, Bolívar ordenó sacar de Lima todos los cuerpos militares y
logísticos que se pudiera antes de que llegara el ejército español para apoyar a los
rebeldes del Callao. Ante la grave situación militar el Congreso en resolución
del 10 de febrero lo nombra Dictador con facultades ilimitadas.
Situación militar[editar]
Véase también: Caos de Junio

El ejército se componía entonces de tan solo 5.000 hombres, de los cuales 4.000
eran colombianos y 1.000 peruanos; además de ello, unos 750 colombianos se
hallaban enfermos por las largas marchas y el "soroche". Para el 30 de marzo los
cuerpos principales del ejército colombiano se hallaban en la costa y el callejón de
Huaylas. Del otro lado de la Cordillera Blanca, un batallón y un escuadrón
colombiano y dos cuerpos peruanos protegían la entrada como avanzada. Al norte
de Trujillo se encontraban tres batallones peruanos y dos colombianos. El ejército
español se hallaba al otro lado de la cordillera, en los valles de Jauja y Tarma,
dando así el frente a las fuerzas colombo-peruanas. Mientras tanto seguían las
deserciones en varias unidades peruanas, y Lima, desocupada por el Ejército
Libertador fue ocupada por los realistas el 18 de junio y la guarnición
independentista se refugiaba en el Callao. 7071 Esta situación caótica del gobierno
peruano duraría hasta el 16 de julio, cuando la capital fue ocupada por Sucre tras
la evacuación de los soldados y partidarios del realismo comenzada el día primero
de ese mes. La guarnición hasta entonces asediada en el Callao salió y entró en la
ciudad.72 Cuatro días más tarde Sucre saldría de Lima para ayudar a Santa Cruz
en la Segunda Campaña de Intermedios.

Reorganización del Ejército Libertador[editar]


Ante la caótica situación político-militar Bolívar actuó con energía para evitar el
colapso del estado peruano que parecía inminente. Las deserciones continuaban
entre las fuerzas peruanas, e incluso el expresidente Torre Tagle se unió a los
españoles. Mientras tanto Bolívar reorganizaba sus fuerzas en base al ejército de
Colombia y solicitó refuerzos a Bogotá mientras el permanecía a la ofensiva.
Sucre y Bolívar discutían sobre la estratega militar a seguir; Sucre deseaba
realizar un ataque preventivo tomar Jauja y llegar hasta el valle de Izcuchaca y
Bolívar prefería ahorrar sus fuerzas hasta recibir refuerzos, y se oponía a ocupar
terreno que no pudiesen consolidar. Los refuerzos enviados
por Páez desde Venezuela llegarían en mayo.
En total, el Libertador había solicitado hasta 37.000 refuerzos durante la campaña
peruana a Bogotá (3000 el 3 de marzo de 1823, 6.000 el 4 de agosto, 12.000 el 22
de diciembre y 16.000 el 9 de febrero de 1824), llegando solo 2.500 (llegaron 500
en diciembre de 1823, 900 el 27 de marzo de 1824 y 1.100 el 22 de mayo). 73 Esta
diferencia entre las peticiones y los envíos puede hallarse desde Carabobo, más
de 20.000 hombres se deseaban movilizar en Nueva Granada pero el ejército
republicano era de apenas 6.400.63 Otro ejemplo es que principios de 1822 Bolívar
solicitó a Santander 2.000 refuerzos para tener 4.000 hombres con los que
avanzar desde Popayán a Quito,74 como nunca los consiguió el Libertador se
conformó con 2.000 combatientes.75 Las razones estaban en el poco apoyo del
Congreso colombiano y el peligro que representaba Francisco Tomás Morales,
como señalaba en una carta del 29 de abril de 1823 donde acusaba a los políticos
colombianos de abandonar a su suerte «los 15.000 hombres de cuatro naciones»
que combatían en Perú.76
Por otra parte, solicitó constantemente el apoyo de los gobiernos de Santiago,
Buenos Aires, México y Guatemala.73 Solo Chile aporto económicamente con un
millón de pesos al Perú, pero también con una tropa auxiliar durante la Segunda
Campaña de Intermedios.77 Bolívar le solicitaría al gobierno chileno de Ramón
Freire el envío de 3000 soldados para conquistar el norte del Callao, desde Supe a
Huanchaco, e impedir la victoria realista en el Perú, lo que afectaba directamente
a Santiago, como relata en una carta del 18 de enero de 1824, sumados a los
refuerzos que esperaba de Colombia la victoria sería segura, pero ni Freire tenía
los recursos ni el Congreso chileno estaba dispuesto a involucrarse en la lucha de
facciones que se vivía en el Perú.78

Disidencia de Olañeta: ofensiva colombiana[editar]


Artículo principal: Rebelión de Olañeta
En Potosí se sublevó el general Olañeta, contrario a las tendencias liberales del
virrey La Serna. El virrey decidió que Bolívar era la menor de las amenazas y
creyendo que éste seguiría esperando refuerzos sin moverse envió a Jerónimo
Valdés a acabar con Olañeta lo que casi consiguió tras su victoria en la batalla de
Lava. Las fuerzas realistas estaban mortalmente divididas y todo acabaría para
ellas en Ayacucho. Por entonces, el Ejército Unido del Perú sumaba 8.080
combatientes (5.123 infantes y 589 jinetes grancolombianos y 1.727 infantes, 519
jinetes y 25 artilleros con algunas piezas por los peruanos). 79 Las fuerzas patriotas
en Perú sumaban un total de 8.000 grancolombianos y 5.000 peruanos a finales
de 1824.80

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