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Batalla de Junín
Fecha 6 de agosto de 1824
Coordenadas 11°12′53″S 75°58′26″OCoordenadas:
11°12′53″S 75°58′26″O (mapa)
Beligerantes
República del Perú Imperio español
Gran Colombia
Comandantes
Simón Bolívar José de Canterac
Antonio José de Sucre Ramon Gomez de Bedoya
Guillermo Miller Juan Antonio Monet
Mariano Necochea
José María Cordova
Jacinto Lara
José de La Mar
Fuerzas en combate
Ejército Unido Libertador del Ejército Real del Perú:
Perú: 1300 jinetes15
1000 jinetes1234
Bajas
148 soldados muertos y heridos 254 muertos y heridos
80 prisioneros
[ocultar]
Independencia del Perú
1811-1824
Levantamientos autónomos
Tacna (1.°)
Huánuco
Tacna (2.°)
Cuzco
Expedición Libertadora
Paracas
Aznapuquio
Ataura
Quiapata
Campaña de Miller
Ica
Paras
Caucato
Campaña de Intermedios (1.°)
Callao (1.°)
Balconcillo
Rebelión de Olañeta
Zepita
Arequipa
Alzuri
Junín
Bellavista
Corpahuaico
Ayacucho
Campaña de Sucre
Callao (2.°)
Guerra de Iquicha
Guerra naval
Expedición de Brown
Campaña de Cochrane
Expedición de Guruceta
Callao (naval)
Índice
Antecedentes[editar]
Simón Bolívar fue Libertador y presidente de la República de Colombia continuó la
guerra de emancipación del Perú emprendida por él desde 1823. En el
año 1824 los realistas se sostenían aún en la sierra central y el Alto Perú. Bolívar
tenía en su ejército más de 10 000 hombres, en su mayoría colombianos y
peruanos, menos de 1000 chilenos y una centena de jinetes rioplatenses. Su
número era equivalente al número de realistas, pero las fuerzas realistas estaban
dispersas entre el valle del Mantaro y Alto Perú.
Esto fue debido a la sublevación en el Alto Perú del general realista Olañeta que
fracturó la defensa del virreinato, y obligó al virrey a mandar sobre el Alto
Perú parte importante de sus ejércitos al mando de Jerónimo Valdés, unos 5000
regulares que tenían su base en Puno, denominado "Ejército del Sur" para
asegurar la base andina de recursos militares, a pesar del desacuerdo de
Canterac, veterano de la guerra en Venezuela, que advertía de los peligros de
dividir y desgastar sus fuerzas y dar tiempo a Bolívar.
Bolívar, conocedor de esta ventaja, aprovechó la oportunidad, y en junio de 1824
enfiló su ejército hacia la sierra central del Perú para aislar a las solitarias
fuerzas realistas del general José de Canterac, denominado "Ejército del Norte".
La fuerza que alcanzó a cruzar la cordillera andina fue de 8.000 soldados y a ellos
hay que añadir unos 1500 montoneros que formaron una pantalla de guerrillas.
Desarrollo[editar]
La batalla se desarrolló en la pampa de Junín o también llamada la Meseta de
Bombón, situada en el centro del Perú en el actual departamento de Junín a orillas
del lago llamado Junín o Chinchaycocha que está situado a 4000 msnm. La
planicie está ubicada en la región natural de la puna o altoandina, entre los
distritos de Junín, Óndores y Carhuamayo de la región Junín y el distrito de
Ninacaca de la región Pasco.
Orden de batalla[editar]
El combate de Junín fue con armas blancas y caballería, en apariencia con
escasas bajas, tuvo sin embargo gravísimas consecuencias en esta campaña que
ocupa la contramarcha desde Cerro de Pasco hasta el Cuzco, con la casi
desaparición del ejército realista del norte a consecuencia de las deserciones y la
enorme perdida de material de guerra durante su retirada.
Orden de batalla
Ejército Unido Libertador Ejército del Norte nota 1
Comandante en Jefe
Comandante en Jefe
José de Canterac.
José de Canterac
Simón Bolívar
Caballería (Gómez de Bedoya)
La batalla[editar]
Preludio[editar]
El 2 de agosto Simón Bolívar pasó revista a su ejército, compuesto por 7900
soldados de infantería, 1000 de caballería y seis piezas de artillería, en el llano de
Rancas dirigiéndole estas elocuentes palabras:
¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de
salvar un mundo entero de la esclavitud.
¡Soldados! Los enemigos que van a destruir se jactan de catorce años de triunfos. Ellos, pues serán
dignos de medir sus armas con las de ustedes que han brillado en mil combates.
¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de ustedes la paz, hija de la victoria, y aún la Europa
liberal les contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿la
burlaran? No. No. ustedes son invencibles.
Simón Bolívar
El 6 de agosto el ejército de Canterac, formado por 1300 jinetes, y entre menos de
60006- 7000 infantes y nueve piezas de artillería, 7 marchaba apresuradamente
alrededor del lago Junín tratando de evitar el combate con Bolívar. Esa tarde el
Ejército Unido había cruzado el río Grande a la altura de Rumichaca, al llegar a
una elevación pudieron observar al ejército realista en retirada acercándose a la
llanura de Junín.
Sin perder tiempo, Bolívar ordenó a 900 jinetes de su caballería intentar detener a
los realistas mientras la infantería, que aún se encontraba a 5 kilómetros de
distancia los alcanzaba. Viendo esto, Canterac ordenó a su infantería continuar la
retirada y poniéndose el mismo a la cabeza de sus hombres, desplegó su
caballería en batalla ordenando que los "Húsares de Fernando VII" y los
"Dragones del Perú" formaran una sola línea teniendo a los "Dragones de la
Unión" en columna a los dos flancos para favorecer el envolvimiento de la
caballería patriota.
El terreno era difícil, la caballería destacada por Bolívar marchaba en columnas
por un espacio angosto entre un cerro y un pantano. El mando general de toda ella
lo ejercía el general Mariano Necochea, el de la caballería colombiana el
coronel Lucas Carvajal y el de la peruana el general Guillermo Miller.8
Encabezando la formación iba el regimiento de Granaderos de Colombia
comandado por Felipe Braun, seguido por el escuadrón de Granaderos de los
Andes al mando de Alejo Bruix, el regimiento de Húsares del Perú del
coronel Antonio Placencia, y el regimiento de Húsares de Colombia del
coronel Laurencio Silva. La caballería independentista salió del trecho por el que
venía y comenzó a desplegarse en la pampa, pero cuando únicamente los
"Granaderos de Colombia" habían formado en batalla y el tercer escuadrón de
"Húsares del Perú" aguardaba en la quebrada de Chacamarca su turno para
entrar en la línea, fue cargada por la caballería realista.
Inicio de la batalla[editar]
Los "Granaderos de Colombia" recibieron a pie firme el choque de la caballería
española enrristrando sus largas lanzas a modo de picas, desconcertando a sus
contrarios con esta estrategia y deteniendo durante un instante el ataque realista.
El general Miller que conducía a 250 "Húsares del Perú" con la misión de
desbordar la derecha de Canterac no pudo ejecutar esta maniobra por lo
precipitado del ataque realista y hubo de cargar de frente siendo envuelto junto a
los "Granaderos de los Andes" y los "Húsares de Colombia" que mandaba el
general Necochea quien herido y desmontado fue hecho prisionero, únicamente
una parte de los "Granaderos de Colombia" al mando del mayor Braun lograron
abrirse paso entre las filas contrarias quedando en posición ventajosa mientras
que el resto de la caballería patriota se replegaba perseguida por la realista. Al
presenciar crítico momento, el general Bolívar, que junto a su estado mayor había
estado presenciando el combate sobre una loma a orilla del lago con grave peligro
para su persona, se retiró a retaguardia preocupándose en reunir los dispersos de
su caballería y acelerar la marcha de la infantería siendo alcanzado en dicho lugar
por el general (Jacinto Lara) que conducía la primera de las divisiones patriotas
ocurriendo el siguiente diálogo entre ambos según refiere el coronel Manuel
Antonio López, en ese entonces ayudante del estado mayor, en sus recuerdos
sobre la campaña:
(...)Cuando el general reunía nuestros maltrechos jinetes, llegó el general (Lara) y le pregunto:
-¿Que hay, general?
-Que ha de haber, respondio el Libertador, que nos han derrotado nuestra caballería.
-¿y tan buena así es la del enemigo?
-Demasiado buena, cuando ha derrotado la nuestra, replico Bolívar.
-¿Quiere usted que yo vaya a dar una carga con esta caballería? (propuso (Lara) señalando a los
arrollados)
-No, (concluyo el Libertador) porque eso sería quedarnos sin caballería para concluir la campaña.(...)
La Batalla de Junín, Recuerdos Históricos del coronel Manuel Antonio López 9
Consecuencias[editar]
El ejército realista había sido sorprendido en su contramarcha desde cerro de
Pasco al Cusco y la destrucción de la caballería realista en las pampas de
Junín forzó una retirada desordenada del Ejército del Norte, con las
consecuentes pérdidas masivas en hombres y material, hasta poder alcanzar a
duras penas los márgenes del río Apurimac, y en consecuencia se produjo en
la retirada a consecuencia de la campaña de Junín la práctica destrucción de
sus unidades militares a su llegada al Cuzco.
S. E. el Invasor, testigo del valor heróico de los bravos que se distinguieron en el día de
ayer, recomienda á la admiracion de la América al señor General Necochea, que se
arrojó á las filas enemigas con una impetuosidad heróica, hasta recibir siete heridas, al
señor General Miller, que con el primer regimiento del Perú flanqueó al enemigo con
mucha habilidad y denuedo: al señor Coronel Carvajal, que con su lanza dio muerte á
muchos enemigos: al señor Coronel Silva, que en medio de la confusión del combate
rehízo parte de su cuerpo, que estaba en desórden, y rechazó los escuadrones que lo
envolvían: al señor Coronel Bruix, que con el Capitán Pringles, algunos oficiales y
Granaderos de los Andes, se mantuvo firme en medio de los peligros: al Comandante
del primer escuadrón del regimiento de caballería de línea del Perú, Suárez, que
condujo su cuerpo con la destreza y resolución que honrarán siempre á los bravos del
Perú: al Comandante Sowersby, del segundo escuadrón, que gravemente enfermo, se
arrojó á las lanzas enemigas hasta recibir una herida: al comandante Blanco, del tercer
escuadrón: al Mayor Olavarría y al Capitán Allende, del primer escuadrón del mismo
regimiento: al bravo Comandante Medina, Edecan de S. E.: al Capitán Camacaro, de
Húsares de Colombia, que con su compañía tomó la espalda de los escuadrones
enemigos y les cortó el vuelo de su instantáneo triunfo: á los Capitanes Escobar y
Sandoval, de Granaderos; y á los Capitanes Jiménez y Peraza, de Húsares de
Colombia: á los Tenientes Segovia y Tapia, y Alférez Lanza, que con el Mayor Braun
persiguieron los escuadrones enemigos hasta su infantería.
Información adicional[editar]
El general Necochea, que había caído prisionero, fue rescatado por los
patriotas, sin embargo la gravedad de sus heridas le impidieron participar
de la batalla de Ayacucho.
Entre los muertos en el ejército patriota estuvo el comandante Carlos
Sowersby del segundo escuadrón de húsares, oficial alemán de la Grande
Armée de Napoleón, veterano de la batalla de Borodino en Rusia, que
falleció pocos días después a causa de sus heridas.
Hasta el año 2013 el Glorioso Regimiento Húsares de Junín, del Ejército del
Perú, ejerció la función de escolta del Presidente de la República.
Actualmente, es uno de los regimientos históricos del Ejército del Perú.
Luego de la batalla, el general José de La Mar, jefe de la división peruana,
mandó llamar al mayor José Andrés Rázuri y tras amonestarle duramente
por su indisciplina le dijo: "Debería usted ser fusilado, pero a usted se le
debe la victoria".17
Refiere el general Miller en sus memorias que por la altitud de la llanura de
Junín, el frío fue tan intenso durante la noche del combate casi todos los
heridos de ambos bandos perecieron. 18
en 1825.
Fecha 1820-1826
Consolidación de la
independencia del Perú
Intervención grancolombiana
en Tumbes, Jaén y Maynas
o El Alto Perú
Beligerantes
Independentistas Realistas
Chile
Comandantes
Índice
Campaña de Quito[editar]
Operaciones de Sucre en Ecuador..[editar]
Campañas en el Perú[editar]
Antecedentes[editar]
Luego del impulso que significaron para el proyecto emancipador americano las
campañas de José de San Martín en el sur del continente a finales de la década
de 1810 la situación en el cono sur era en extremo preocupante: en las Provincias
Unidas del Río de la Plata los conflictos entre las provincias y Buenos
Aires empezaban a tomar fuerza y los caudillos tendrían rienda suelta tras
la batalla de Cepeda; el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve comenzaba una
agresiva política de expansión hacia el sur que por su carácter monárquico
representaba un peligro para la independencia americana y sus nacientes
democracias; en el Perú San Martín buscaba una solución política para la guerra
con la coronación de un príncipe europeo en América, pero las disputas de poder
entre los caudillos, las ambiciones políticas de la oligarquía y el potente ejército
que los españoles mantenían en el país estaba a punto de desembocar en la
mayor de las anarquías. Todas estas condiciones habían dislocado al movimiento
emancipador en pequeños centros de poder en los cuales las clases dominantes
mantenían celosamente el poder, resultando en una peligrosa atomización del
poder que sería incapaz de resistir un avance de los españoles desde el Perú,
menos aun de atacarlos.36
En el norte por el contrario, habiendo superado las desuniones y aglutinado en
buena parte las distintas clases sociales e intereses al movimiento emancipador
bajo la dirección de Simón Bolívar, dándole un carácter colectivo que rompiera con
los tiempos en que solo interesaba a la aristocracia por mantener su poder y a
la burguesía por alcanzar dicho poder, habían, tras varias campañas, liberado
buena parte del territorio del antiguo Virreinato de Nueva Granada, que había sido
reorganizado como república, la Gran Colombia, desde la que Bolívar deseaba
completar su sueño americanista de unir a los antiguos dominios españoles en
una sola república que tuviera la fuerza para resistir cualquier intento de
recolonización española o de cualquier otra potencia.
Batalla de Carabobo.
Luego de la Batalla de Carabobo en 1821, el territorio grancolombiano quedó en
buena parte asegurado aun cuando la guerra duraría
hasta 1823 en Venezuela con la caída de Puerto Cabello en manos republicanas
del general José Antonio Paez y proseguirían algunas guerrillas realistas
en Nueva Granada y Venezuela.
Perú solicita la ayuda colombiana[editar]
Tras la retirada de San Martín, el Congreso Constituyente nombró al Presidente de
la Junta de Gobierno al general José de La Mar. Este comprometió buena parte
del ejército en campañas ambiciosas que fracasaron en las batallas
de Torata y Moquehua, dejando al gobierno peruano en una delicada condición
militar. Tanto así, que tras saber de la victoria de Pichincha San Martín escribió a
Sucre el 24 de junio de 1822 solicitando la devolución de la división de Santa Cruz
más otra de 1.500 a 2.000 combatientes para finiquitar al Ejército Real del Perú.37
Sin embargo, los esperados refuerzos no podrían salir de los recursos quiteños,
como se había especulado, la provincia estaba destruida por la guerra. 38 El 13 de
julio San Martín acepta los ofrecimientos de ayuda colombiana. 39
El 31 de julio de 1822 el Ejército Libertador acantonado en Lima contaba con
7.491 plazas y 397 jefes y oficiales listos para iniciar campaña bajo las órdenes del
general Alvarado. Estaban organizados en el regimiento Artillería de Chile, la
compañía Artillería de los Andes, los batallones No. 2, 3, 4, 5 y 11, Numancia,
Cazadores del Ejército y Legión Peruana, y los regimientos Río de la Plata,
Granaderos a Caballo y Húsares de la Legión o de la Guardia. 40 Era el mayor
ejército reunido en la capital virreinal desde los tiempos de Amat, durante
la Guerra de los Siete Años organizó las milicias cívicas para levantar una hueste
de cinco mil infantes y dos mil jinetes que resguardara los territorios españoles de
posibles ataques ingleses o portugueses. 41 En las sierras había ocho montoneras
que sumaban 649 hombres armados encabezadas por cinco capitanes, dos
tenientes y sargento mayor (en la estimación no se incluyen las partidas de los
comandantes Juan Evangelista Vivas en Jauja y Isidoro Villar en Cerro de Pasco).
También estaban las milicias cívicas que sumaban 21.288 «pobladores
suficientemente armados» y organizados en una fuerza para los departamentos
del norte (Trujillo y la Costa) y otra para la provincia de Lima. La primera sumaba
una compañía, tres regimientos y cuatro batallones de infantería, y siete
regimientos (dos de dragones) y cuatro escuadrones de caballería provienientes
de Huara, Chalaco, Amotae, Querocotó, Pacasmayo, San Pablo, Huambos,
Chota, San Marcos de Ferreñafe, Trujillo, Moyobamba, Piura, Huamachuco, San
Antonio de Cajamarca y Lambayeque. En total 13.970 hombres. La segunda se
dividía en los batallones Peruanos Leales, Patriotas y Legión Peruana, el
regimiento de línea de la Guardia Cívica, zapadores, la brigada de artillería de la
4a. compañía de 1a. Creación y cía. de Morán Leales y de caballería en el
regimiento de Caballería Leales y Escuadrón de Pardos. En total 5.584 infantes y
1.734 artilleros y jinetes (7.318 plazas).42
También se esperaba el próximo retorno de la división de Santa Cruz, que debido
a las bajas y reemplazos había quedado en 1.604 hombres organizados en el
batallón No. 2 (712 hombres), el batallón Piura (477), granaderos a caballo (123),
cazadores a caballo (277) y piquete de artillería (15), considerándose que habían
sufrido 89 bajas.43 A ellos se sumarían 1.656 veteranos enviados por Bolívar y que
habían sido extraídos de los batallones Vencedores de Boyacá, Vencedores de
Pichincha y Yaguachi. Se los esperaba para septiembre. Así San Martín
dispondría de unos 10.647 soldados de línea y más de 22.000 milicianos para
enfrentar a los 9.530 soldados que según sus fuentes le quedaban al virrey en la
sierra. Por último, estaba la Armada: fragata Protector, corbetas Limeña y
O'Higgins, bergantines Belgrano, Balcarce y Nancy y goletas Cruz, Castelli y
Macedonia, sumaban 126 cañones y 642 tripulantes. 44 En comparación, en 1805
las fuerzas virreinales sumaban 23.802 milicianos disciplinados y 27.816 urbanos
en Lima, Arequipa, Cuzco, Trujillo y Chiloé.45
Las derrotas militares y las pugnas políticas entre los patriotas peruanos
debilitaron las fuerzas independentistas peruanas. El gobierno de Riva Agüero fue
presionado por la opinión pública para que solicitara la intervención de Bolívar,
interesado en intervenir en el Perú, para lo cual era necesario crear el ambiente
para su llamamiento. El Libertador, que se encontraba en Guayaquil vigilando los
acontecimientos en Perú, envió a las primeras solicitudes peruanas los 6.000
hombres que ya tenía preparados en Ecuador en dos expediciones sucesivas de
3000 hombres, con el general Sucre al mando de las fuerzas y encargado de
negociar con el Perú los términos en que Bolívar intervendría en la guerra.
A finales de febrero de 1823 las fuerzas realistas se componían de 18.000
hombres: 5.000 del Ejército del Norte al mando de Canterac en el valle del Jauja,
4.000 de la división de Olañeta con la guarnición de Santa Cruz de la Sierra, 3000
en Charcas, 3000 del Ejército del Sur situados entre Puno y Arequipa, 1.000 en
el Cuzco y 2.000 en otras guarniciones.46 Los dirigentes revolucionarios, en
particular Bolívar, creían que el ejército realista peruano en 1822 era más
poderoso que dos años atrás; en esos momentos se esperaba que con cinco o
seis mil soldados pudieran vencer a los monárquicos. 16
Durante esas fechas el Libertador prometió a los gobiernos limeños de 4.000 o
4.500 efectivos en apoyo, no los tenía pero esperaba reunirlos en Ecuador, sin
embargo, pronto se dio cuenta de que la devastada región no podría aportarle ni
3000 hombres reclutados a la fuerza, además el ejército reunido en Quito y
Guayaquil apenas alcanzaba los 3000 combatientes, tendría que contentarse
enviando 1700 refuerzos.47 Según el general John Miller, hermano de William
Miller, Bolívar había capturado Quito gran cantidad de prisioneros, que reclutados
a la fuerza elevaban su ejército a 9.600 efectivos, pero como no eran de fiar solo
podía apoyar a Lima con 1.070 unidades.48 Se contemplaba también la posibilidad
de darse el caso en que el ejército peruano era vencido por los realistas antes de
arribar los refuerzos, pues los restos se retirarían al norte para unirse a los
colombianos.49
Tratando de cumplir sus promesas Bolívar solicitó a Santander el envío de 3000
soldados el 29 de octubre de 1822 y el 15 de abril de 1823. 50 Tampoco podía dejar
desguarnecidas las provincias de Loja, Cuenca, Quito, Pasto y hasta Guayaguil,
donde el apoyo a la causa real aun era fuerte, podía haber levantamientos. 51 Fue
el alzamiento de los pastusos y la resistencia realista en Puerto Cabello los
argumentos para negar nuevos apoyos. 52 El 29 de agosto Bolívar finalmente cesa
sus peticiones, el proyectado refuerzo de 4.000 hombres era imposible de
mantenerlo una vez llegado en Perú, donde la mayoría enfermaría o desertaría
(especialmente, según él, los reclutas provenientes de Venezuela, el Istmo y
Cartagena), y aun si fueran la mitad era posible que los necesitaran más en
Venezuela,53 dicha tropa solo sería enviada cuando no la necesitara Caracas. 54
Por otra parte, los peruanos estaban temerosos de que Bolívar reuniera un ejército
demasiado poderoso y terminaron rechazando el ofrecimiento de ayuda. 55
Segunda Rebelión de Pasto[editar]
A mediados de 1823, con la región sur de Colombia desguarnecida de efectivos
militares, por encontrarse estos en Perú o embarcándose para allá, los líderes de
la resistencia pastusa Estanislao Merchancano como jefe civil y Agustín
Agualongo como jefe militar, se alzaron en Pasto en favor de la causa del Rey.
Los pastusos fueron derrotados varias veces, entre ellos en Ibarra, pero tras ser
derrotados se retiraban a las montañas donde rehacían sus fuerzas y volvían a
atacar. Finalmente la rebelión acabaría en julio de 1824 con la captura y
fusilamiento de Agualongo.
Sucre Jefe Militar Supremo[editar]
Al llegar la primera expedición colombiana al puerto de El Callao (3000 entre
lanceros venezolanos, granaderos neogranadinos y fusileros mercenarios
escoceses, ingleses, alemanes, rusos e irlandeses),56 Santa Cruz y Gamarra se
encontraban en una ofensiva cerca de La Paz con casi todas las fuerzas
peruanas. Lima había sido dejada casi desguarnecida por el ejército peruano,
situación que aprovechó el brigadier José Canterac para organizar un ejército de
8.000 hombres en Jauja con el que marchó sobre la capital, entrando en Lima
el 18 de junio. El congreso nombró a Sucre general en jefe, quien contando el 18
de junio con solo 3.700 hombres, evacuó la ciudad para El Callao. Los días
siguiente hubo varios encuentros entre las avanzadas de ambas fuerzas,
incluyendo un sangriento combate en el Carrizal y la Legua el 1 de julio. El 21 de
junio el congreso peruano proclamó a Sucre Jefe Supremo Militar.
El período de 1822-1823 fue uno de constante crisis para la revolución en Perú. 57
Expedición a Intermedios[editar]
Véase también: Primera Campaña de Intermedios
Campañas de independencia en Ecuador, Perú y Bolivia entre 1823 y 1826.
En una junta de guerra Sucre recomendó enviar una expedición de 4.000 hombres
a reforzar las fuerzas peruanas que se hallaban en el Altiplano y para obligar a
Canterac a evacuar Lima.58 El congreso aceptó el proyecto y Sucre designó como
jefe al general Rudecindo Alvarado, quien partió del Callao el 13 de julio hacia
Intermedios con la brigada de Jacinto Lara compuesta por tres batallones
colombianos, y la brigada del general Pinto de dos batallones chilenos.
Bolívar y San Martín consideraban la campaña demasiado arriesgada, 58 pero sus
promotores esperaban con una doble ofensiva de 8.000 soldados aniquilar los
últimos enclaves realistas.59 La tropa republicana era demasiado pequeña en
comparación a las fuerzas enemigas, estimadas en un total de 19.000 a 20.000
hombres que fácilmente podía concentrar diez o doce millares en cualquier sitio
específico.60
Enterado Canterac de la expedición evacuó Lima el 16 de julio y se dirigió
vía Jauja y Huancavelica hacia el sur, a detener los progresos de Santa Cruz y
evitar una unión de los ejércitos peruanos y colombianos.
Sucre salió del Callao el 20 de julio y llegó al puerto de Chala el 2 de agosto.
Llevaba consigo 4.500 hombres mientras 11.000 veteranos quedaban
guarneciendo Lima.61 Allí buscó la cooperación de Santa Cruz, pero las
desavenencias entre ambos cortaron cualquier esperanza de actuar en conjunto.
De Quilca siguió Sucre hacia Arequipa ciudad que tomó el 18 de agosto, la
guarnición española se retiró a Apo.
Mientras tanto, en la sierra, las fuerzas de Jerónimo Valdés y el Virrey se habían
reunido. Santa Cruz evitó el combate y se dirigió hacia Oruro a reunirse con
Gamarra. Allí recibieron noticias de que el general Olañeta había llegado
desde Potosí a incorporarse al ejército del virrey.
Sucre recibió un oficio de Santa Cruz el 12 de septiembre invitándolo a reunirse
con él, pero para cuando llegó a Apo tuvo conocimiento de la retirada de Santa
Cruz y Gamarra. Tras dirigirse a Puno, conoció allí que el ejército peruano se
retiraba a la costa y Sucre. Retrocediendo, llegó a Cangallo, punto situado en la
vía de Moquegua, de donde volvió a Arequipa el 29 de septiembre.
Arribo de Bolívar[editar]
Bolívar partió de Guayaquil el 6 de agosto de ese año en el
bergantín "Chimborazo" y tras 25 días de navegación en contra de la corriente del
sur atraco el Chimborazo en el puerto de El Callao el 1 de septiembre, y entró
seguidamente a Lima el 10 en medio de grandes celebraciones. El Congreso
peruano lo nombró Director Supremo de la Guerra. En los días que siguieron
continuaron arribando refuerzos colombianos al Callao.
Enfrentamiento con Riva Agüero[editar]
Bolívar tuvo que hacer frente a las intrigas del expresidente José de la Riva
Agüero, quien destituido por el Congreso, se había retirado antes del arribo de
Bolívar a Trujillo con su ejército de 3000 hombres y se negaba a someterse a la
autoridad del nuevo presidente Torre Tagle.62 Ya al día siguiente de su
desembarco en Perú el Congreso había autorizado a Bolívar para que terminara
con las disensiones entre el gobierno presidido por Torre Tagle y Riva Agüero. El
4 Bolívar dirigió una carta a Riva Agüero increpándole a someterse al Congreso.
Ya con la suprema autoridad militar que le confirió el Congreso el 10 de ese mes
Bolívar tuvo la suficiente amplitud de acción como para tomar las medidas
necesarias tanto políticas como militares.
Bolívar nombró una comisión compuesta por el diputado José María Galdeano y el
general de brigada Luis Urdaneta para tratar con Riva Agüero. El 11 de
septiembre llegaron al cuartel general en Huaraz sin lograr un acuerdo aceptable
con el disidente pues este esperaba noticias favorables del ejército de Santa Cruz
y de las negociaciones que llevaba con los españoles.
Bolívar invitó varias veces a Riva Agüero a sumar sus hombres a los 3000
hombres que el disponía en Paseo con el fin de abrir la campaña que el conduciría
contra los españoles. Mientras tanto Sucre buscaba acercar a Santa Cruz y así
cortar el apoyo de este a Riva Agüero. Bolívar se enteró entonces de la disolución
del ejército de Santa Cruz junto con las alarmantes noticias de que Riva Agüero
buscaba un acuerdo con el Virrey. Agotados los recursos diplomáticos el
Libertador inicio los preparativos para reducir a Riva Agüero por la fuerza.
Para finales del mes la situación militar era la siguiente: los realistas estaban
divididos en el Ejército del Norte (6.000 hombres) en la comarca de Cusco al
mando del Virrey y el Ejército del Sur (3000) en el Alto Perú al mando
de Gerónimo Valdés mientras que los republicanos, al mando de Bolívar, les
quedaban alrededor de 7.000 soldados de los 9.000 a 10.000 con los que habían
iniciado la campaña.46 Estas numerosas bajas no eran nuevas, entre mediados de
1818 y junio de 1822 más de 22.000 colombianos habían sido reclutados pero
apenas 600 seguían activos, el resto había muerto, estaba enfermo o herido o
había desertado.63
Bolívar expresaría su opinión de la caótica situación peruana (tres gobiernos, Riva
Agüero en Trujillo, Torre Tagle en Lima y La Serna en Cuzco):
Los Pizarro y Almagros pelearon; peleó La Serna con Pezuela; peleó Riva Agüero con el Congreso,
Torre Tagle con Riva Agüero, y con su patria Torre Tagle; ahora, pues, Olañeta está peleando con La
Serna y, por lo mismo, hemos tenido tiempo de rehacernos y de plantarnos en la palestra armados de
los pies a la cabeza.
Carta de Bolívar a Santander, Huamachuco, 6 de mayo de 1824. 64
El ejército se componía entonces de tan solo 5.000 hombres, de los cuales 4.000
eran colombianos y 1.000 peruanos; además de ello, unos 750 colombianos se
hallaban enfermos por las largas marchas y el "soroche". Para el 30 de marzo los
cuerpos principales del ejército colombiano se hallaban en la costa y el callejón de
Huaylas. Del otro lado de la Cordillera Blanca, un batallón y un escuadrón
colombiano y dos cuerpos peruanos protegían la entrada como avanzada. Al norte
de Trujillo se encontraban tres batallones peruanos y dos colombianos. El ejército
español se hallaba al otro lado de la cordillera, en los valles de Jauja y Tarma,
dando así el frente a las fuerzas colombo-peruanas. Mientras tanto seguían las
deserciones en varias unidades peruanas, y Lima, desocupada por el Ejército
Libertador fue ocupada por los realistas el 18 de junio y la guarnición
independentista se refugiaba en el Callao. 7071 Esta situación caótica del gobierno
peruano duraría hasta el 16 de julio, cuando la capital fue ocupada por Sucre tras
la evacuación de los soldados y partidarios del realismo comenzada el día primero
de ese mes. La guarnición hasta entonces asediada en el Callao salió y entró en la
ciudad.72 Cuatro días más tarde Sucre saldría de Lima para ayudar a Santa Cruz
en la Segunda Campaña de Intermedios.