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La 

batalla de Pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822 en las faldas del volcán Pichincha,


a más de 3000 metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de Quito.
El encuentro, que ocurrió en el contexto de las guerras de independencia
hispanoamericanas, enfrentó al ejército independentista bajo el mando del mariscal
venezolano Antonio José de Sucre y al ejército realista comandado por el
comandante Melchor Aymerich. La derrota de las fuerzas españolas condujo a la liberación
de Quito y aseguró la independencia de las provincias que pertenecían a la Real
Audiencia de Quito, también conocida como la Presidencia de Quito, la jurisdicción
administrativa colonial española de la que finalmente emergió la que hoy conocemos
como República del Ecuador.

Antecedentes[editar]
Podría afirmarse que la campaña militar por la independencia de Quito se inició el 5 de
agosto de 1820, cuando la ciudad costanera de Esmeraldas proclamó su independencia
de España después de una rápida y casi incruenta revuelta contra la guarnición local. Los
líderes de la revuelta, una combinación de oficiales peruanos y venezolanos del Ejército
colonial junto con intelectuales locales y patriotas, formaron un consejo de gobierno y un
ejército con el propósito de defender la ciudad y extender el movimiento independentista a
otras provincias de la Presidencia. Para entonces, el curso de las guerras de
independencia en América del Sur había cambiado en contra de España; la victoria de
Simón Bolívar en la Batalla de Boyacá selló la independencia del Virreinato de Nueva
Granada, mientras que en el Sur José de San Martín, tras haber desembarcado con su
ejército en la costa peruana en septiembre de 1820, preparaba la campaña para la
independencia del virreinato del Perú.

Primeras campañas en la Real Audiencia de Quito[editar]


Artículos principales: Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito,  Provincia Libre de
Guayaquil,  Independencia de Ecuador,  Gran Colombia y Organización territorial de la Gran
Colombia.

Los primeros movimientos empezaron en 1809 con la rebelión de los Criollos contra


el dominio español conocida como Primer Grito de Independencia
Americana. Aunque hay otros precursores como Eugenio Espejo, sabio criollo de
origen mestizo que lanzó las primeras proclamas por escrito en la publicación «El Nuevo
Luciano de Quito». Los sublevados formaron una Junta de Gobierno provisional el 10 de
agosto de 1809 en Quito,sublevando el poder Español y gobernándose autónomamente;
sin embargo los participantes acabaron siendo encarcelados y asesinados en la Matanza
del 2 de agosto de 1810. Este capítulo de la historia ecuatoriana fue tomado como ejemplo
en el inicio de varios procesos libertarios en América Latina. En esa fecha los sublevados
propugnaban el liderazgo de una junta autónoma de gobierno, cambiar las autoridades en
Quito, manteniendo su autonomía utilizando la estrategia de las máscaras de Fernando
VII ; que consistía en jurar una falsa lealtad al cautivo rey Fernando VII con el fin de
mantener la autonomía.10 La historiografía del Ecuador considera este suceso como el
Primer Grito de Independencia Hispanoamericana y el inicio del proceso de emancipación
de la región.Terminado el dominio francés y con la negativa del rey de España, Fernando
VII, de acatar la Constitución de Cádiz, se desencadenaron una oleada de movimientos
independentistas en la América Española.
Extensión territorial de la Provincia Libre de Guayaquil integrada posteriormente a la Gran Colombia.

En 1820 tras la independencia de Guayaquil. El gobierno independiente de Guayaquil


formó un ejército de hombres locales, de tal vez 1800 soldados, y en noviembre lo envió
hacia la región sierra, con el propósito de sumar adeptos a la causa independentista. Tras
algunos éxitos iniciales, como la declaración de independencia de Cuenca el 3 de
noviembre de 1820, los independentistas sufrieron una grave derrota ante el ejército
realista en la Batalla de Huachi, cerca de Ambato, que les obligó a regresar a las regiones
costeras.
En febrero de 1821 Guayaquil ya había recibido refuerzos, armas y provisiones de parte
de Bolívar, quien para entonces era Presidente de la República de Colombia, coadyuvado
desde Santafé por el Vicepresidente Francisco de Paula Santander. En mayo del mismo
año, el general de brigada Antonio José de Sucre, Comandante en jefe de la División Sur
del ejército colombiano y el subordinado de mayor confianza de Bolívar, arribó a
Guayaquil. El debía asumir la dirección del ejército Patriota, y empezar las operaciones
con miras a la liberación de la ciudad de Quito y todo el territorio de la Real Audiencia de
Quito. El objetivo político de Bolívar era incorporar todas las provincias de la Real
Audiencia, incluyendo Guayaquil, a Colombia. Guayaquil, por su parte, no había decidido
si incorporarse a Perú o Colombia, y muchos de sus ciudadanos querían establecer su
propia República. El avance de Sucre a través de los Andes empezó en julio de 1821. Al
igual que en la primera campaña, tras tener algunos éxitos iniciales, Sucre fue vencido por
el ejército Realista el 12 de septiembre, coincidentemente en el mismo lugar donde ocurrió
la anterior Batalla de Huachi. Esta segunda campaña terminó con un armisticio entre los
independentistas y los realistas el 18 de noviembre de 1821.

Orden de batalla patriota[editar]


Ejército Libertador de Colombia[editar]
 Teniente coronel Daniel Florencio O'Leary, edecán de Estado Mayor
División de Colombia[editar]
División del Perú[editar]

Estado Mayor de división

 General José Mires11 Estado Mayor de división


comandante
Infantería  Andrés de Santa Cruz, comandante en Jefe
Unidades y Comandantes
 Batallón Paya, al mando del
Infantería12
teniente coronel José Leal.
 Batallón Alto Magdalena, al
 Batallón Nº 2 de Trujillo,nota 6 al mando del
mando del coronel José
comandante Félix Olazábal
María Córdova.
 Batallón Nº 4 de Piura, al mando del
 Batallón de Yaguachi, al
coronel Luis Urdaneta
mando del coronel Carlos
Caballería
María Ortega.
 Batallón Albión, al mando del
teniente coronel John  Escuadrón Cazadores a Caballo de
MacKinstosch. Trujillo,nota 7 al mando del coronel
Antonio Sánchez
Caballería, al mando del coronel Diego  Escuadrón Cazadores a Caballo
Ibarra. de Paita, también al mando del
coronel Antonio Sánchez
 Escuadrón Lanceros, al
mando del teniente coronel
 Escuadrón del Regimiento de
Friederich Rach.
Granaderos a Caballo de los Andes de
 Escuadrón Dragones, al 96 jinetes,13 al mando del coronel Juan
mando del teniente Lavallenota 8
coronel Gaetano Cestari.nota 5

Planificación

De vuelta en Guayaquil, el General Sucre concluyó que la mejor estrategia para la próxima
campaña sería evitar cualquier intento de avanzar directamente hacia Quito vía Gua-
randa, en favor de un avance indirecto, marchando primero hasta Cuenca antes de
redirigirse hacia el Norte, a través de los Andes, en dirección a Quito. Este plan ofrecía
numerosas ventajas: al recapturar Cuenca se podría impedir las comunicaciones entre
Quito y Lima, y le permitiría a Sucre esperar por los refuerzos que entonces San Martín le
había prometido enviar desde el Perú. Además, un progresivo avance desde la costa y
ascensión a través de las montañas le permitiría a su ejército una gradual adaptación a los
efectos fisiológicos del cambio altitud. Pero fundamentalmente, era la única forma de evitar
un combate directo en condiciones desfavorables con las fuerzas Realistas que venían de
Quito.
La campaña[editar]

Vista desde la cima del volcán Pichincha.

Para enero de 1822 Sucre ya había organizado la nueva campaña. Su ejército constaba


de aproximadamente 1700 hombres, entre veteranos de sus campañas anteriores y
nuevos reclutas. Había hombres de las tierras llanas de la Provincia de Guayaquil y
voluntarios que provenían de la Sierra, como el héroe cuencano Abdón Calderón, cuyo
padre había muerto heroicamente en 1812, defendiendo al Estado de Quito. Los dos
contingentes pronto fueron organizados como el Batallón Yaguachi; también había
soldados neogranadinos y venezolanos enviados por Bolívar, unos cuantos oficiales y
soldados españoles que habían cambiado de bando, un batallón entero de
voluntarios británicos e incluso unos cuantos irlandeses y franceses. El 18 de enero el
ejército Patriota se dirigió a Machala, en el llano. El 9 de febrero, tras haber cruzado los
Andes, Sucre entró en el pueblo de Saraguro, donde su ejército se juntó con los 1200
hombres de la División peruana, el contingente que San Martín había prometido. Esta
fuerza (Expedición Auxiliar de Santa Cruz a Quito) estaba conformada en su mayoría por
reclutas peruanos, existían también chilenos, argentinos y alto-peruanos (bolivianos), tenía
también oficiales argentinos, entre los que destacaban Félix Olazábal, ambos de Infantería
y Antonio Sánchez de Caballería y un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo
de los Andes (argentino) al mando de Juan Lavalle. Al enfrentar esta fuerza multinacional
de alrededor de 3000 hombres, el destacamento Realista de caballería, de unos 900
hombres, que defendía Cuenca se retiró hacia el Norte, siendo perseguido a la distancia
por la caballería Patriota. Cuenca fue entonces recapturada el 21 de febrero de 1822, sin
que se disparara un solo tiro. Durante marzo y abril, los Realistas continuaron marchando
hacia el Norte, logrando con éxito evitar enfrentarse con la caballería Patriota. Sin
embargo, el 21 de abril se produjo un feroz encuentro entre las fuerzas de caballería en
Tapi, cerca de Riobamba. Al final del día los Realistas nuevamente se retiraron, mientras
que el ejército principal de Sucre procedió a capturar Riobamba, quedándose ahí hasta el
28 antes de reanudar su viaje hacia Quito.

Acercamiento a Quito[editar]
El 2 de mayo de 1822, la fuerza principal de Sucre había alcanzado la ciudad
de Latacunga, 90 km al sur de Quito. Ahí Sucre procedió a reorganizar sus tropas,
sumando voluntarios de los pueblos cercanos, mientras esperaba refuerzos, en especial el
Batallón Alto Magdalena (de Colombia) y nuevos informes de inteligencia sobre el
paradero del ejército Realista.
Mientras tanto, Aymerich alistó los puntos de resistencia y posiciones de artillería en los
principales pasos montañosos que dirigían a Quito. Sucre, empeñado en evitar un
enfrentamiento frontal en terreno desfavorable, decidió avanzar paralelamente a los
flancos de las posiciones Realistas, marchando por las laderas del volcán Cotopaxi para
así poder llegar al Valle de los Chillos, en la retaguardia de las posiciones defensivas
Realistas. El 14 de mayo el ejército Realista, intuyendo las intenciones de Sucre, comenzó
a replegarse, llegando a Quito el 16. Dos días después, y tras una muy difícil marcha, el
ejército de Sucre ocupó Sangolquí, siendo recibidos por Rosa de Montúfar en la hacienda
Chillo-Compañía, misma que había heredado de su padre el marqués de Selva Alegre.1415
Maniobras finales[editar]
En la madrugada del 23 de mayo de 1822, el ejército patriota, conformado por 2971
hombres , empezó a ascender por las laderas del volcán Pichincha. En la vanguardia
estaban 200 colombianos del Alto Magdalena, seguidos por el ejército principal de Sucre;
en la retaguardia estaban los británicos del Albión, protegiendo el tren de municiones. A
pesar del enorme esfuerzo de las tropas, el avance por las laderas del volcán fue más
lento de lo que se esperaba, y la llovizna que cayó durante la noche convirtió los senderos
en ciénagas.
Cuando amaneció, para consternación de Sucre, el ejército no había logrado un avance
significativo, hallándose literalmente a mitad del camino, a 3500 metros sobre el nivel del
mar y a la vista de los centinelas Realistas en Quito. A las ocho en punto, ansioso por el
lento avance del Albión, y con sus tropas exhaustas y afectadas por la altitud, Sucre
ordenó a su ejército detener el avance para descansar, pidiendo a sus oficiales ocultar sus
batallones como mejor pudieran. Envió parte del batallón Cazadores del Paya en una labor
de reconocimiento, seguidos por el Trujillo, un batallón peruano. Una hora y media
después, repentinamente, los hombres del Paya fueron golpeados por una descarga, bien
apuntada, de mosquetes. Esta acción dio inicio a la batalla.

Desarrollo de la batalla[editar]

El uniforme de los granaderos, actualmente guardia de honor del palacio presidencial de Quito.

Cuando amaneció, los centinelas posicionados cerca de Quito avistaron a las tropas
patriotas ascendiendo por las laderas del Pichincha. Aymerich, entonces consciente de la
intención de Sucre de flanquearlo por medio del ascenso al volcán, ordenó a su ejército de
1894 hombres ascender la montaña lo más pronto posible, para enfrentar ahí a Sucre. Al
haberse encontrado en un campo de batalla tan improbable, los dos comandantes no
tuvieron otra opción más que enviar gradualmente sus tropas a la batalla. Existía poco
espacio para maniobrar en las empinadas laderas del Pichincha, entre profundos
barrancos y densos matorrales.
Los hombres del Paya, tras recuperarse de la conmoción inicial, se reposicionaron bajo el
fuego enemigo, esperando la llegada del batallón Trujillo. Sucre, esperando que los
españoles estén más cansados que sus propias tropas, envió al batallón Yaguachi,
conformado por ecuatorianos. El batallón Alto Magdalena trató de hacer un movimiento de
flanqueo, pero sin éxito, pues el terreno no se lo permitió. Pronto, los batallones Paya,
Trujillo y Yaguachi (batallones patriotas), sufriendo muchas bajas y con pocas municiones,
comenzaron a replegarse.
Para entonces el destino de la batalla para los Patriotas parecía depender del Albión, que
transportaba las municiones tan necesitadas; y sin embargo se desconocía su paradero. A
medida que el tiempo pasaba, los Realistas parecían ganar el control de la batalla. El
Trujillo fue obligado a retroceder, mientras que el batallón peruano Piura se dispersó antes
de enfrentar al enemigo. En medio de la desesperación, a los hombres de reserva del
batallón Paya se les ordenó cargar contra el enemigo con sus bayonetas. Ambos bandos
sufrieron grandes bajas, pero la situación más o menos se estabilizó para los Patriotas. A
pesar de esto, Aymerich, como parte de su estrategia, durante el ascenso al Pichincha
separó de su fuerza principal al batallón Aragón, ordenándole avanzar hasta la cúspide del
volcán, para así luego atacar a los Patriotas por la retaguarda, rompiendo sus líneas en el
momento indicado.16 El Aragón era el mejor batallón del ejército realista; estaba
conformado por veteranos españoles que habían actuado tanto en Guerra de la
Independencia Española como en otras batallas en América del Sur, y en ese momento se
hallaba sobre los Patriotas y listo para atacar.
Afortunadamente para los Patriotas, cuando el Aragón estaba por cargar sobre la alicaída
línea Patriota, fue detenido en seco por el Albión, que entró inesperadamente en la batalla.
Resulta que el Albión consiguió avanzar a una posición más alta que la de los españoles.
Pronto, el Magdalena se unió a la batalla, y el Aragón tras sufrir fuertes bajas, se
desintegró. Entonces el Magdalena avanzó hasta la línea Patriota para reemplazar al
Paya, y cargó contra la línea Realista, que terminó por romperse.17

El sacrificio de Abdón Calderón[editar]


La Batalla de Pichincha fue el escenario del sacrificio por la patria de uno de los más
destacados héroes ecuatorianos, el cuencano de 18 años Abdón Calderón. Calderón,
quien fue hijo del coronel cubano Francisco Calderón, defensor del Estado de Quito de
1812, vivía en Guayaquil y se enlistó en las tropas de origen ecuatoriano que combatieron
en la Batalla.
Calderón, a pesar de haber recibido 4 heridas de bala, prefirió permanecer inamovible en
la línea de fuego, alentando a todo su batallón y levantando incansablemente la que es
ahora la bandera celeste y blanco de la ciudad de Guayaquil. Al terminar el feroz combate
fue trasladado a la ciudad de Quito, donde murió al cabo de catorce días, el 7 de junio de
1822. Antonio José de Sucre en su escueto parte de la Batalla de Pichincha, fechado el 28
de mayo del aquel año dice: " [...] hago una particular memoria de la conducta del Teniente
Calderón, que habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del
combate. Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá compensar a la
familia los servicios de este oficial heroico".18
Cuando Simón Bolívar llegó a la ciudad de Quito y se enteró de estos hechos, ascendió
póstumamente a Calderón al grado de capitán y decretó que su sueldo fuera entregado a
su madre. La compañía del Batallón Yaguachi a la que perteneció Calderón no tendría
capitán y en las revistas, al mencionarse su nombre, la tropa habría de contestar: "Murió
gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros corazones". La tradición se mantiene
hasta la actualidad en el Ejército ecuatoriano, pues al pasar lista a los batallones de
caballería se lo nombra como dispuso Bolívar.
En la obra "Leyendas del Tiempo Heroico" del escritor Manuel J. Calle se narra la muerte
de Calderón con una serie de hipérboles, destacando que a pesar de sus graves heridas
en las cuatro extremidades, se negó a abandonar el campo de batalla.
La Capitulación de Pichincha[editar]

Capitulación de Quito (1822), óleo sobre lienzo de Antonio Salas Avilés

1. A las doce del día bajo un sol resplandeciente, los soldados de la libertad
en la cima del Pichincha a más de 3000 metros de altura dieron el grito de
victoria. La victoria fue de Sucre, la cual fue completada con la capitulación
que el jefe patriota concedió al Mariscal Aymerich el 25 de mayo del
mismo año.
2. El fortín de El Panecillo sirvió de puesto de comando de los españoles,
quienes inclusive hicieron fuego de artillería contra los patriotas, que
habían ascendido la falda del cercano volcán Pichincha. Al ser derrotados,
los españoles se refugiaron en el fortín.19 Sucre, para evitar el sangriento
asalto al emblemático cerro, envió un emisario a Aymerich para que
capitulara, cosa que el capitán general español aceptó.
Según el acta de Capitulación del 25 de mayo de 1822,20 los españoles, a las 14:00 de ese
día, arriaron su bandera y entregaron sus armas al Ejército de la Gran Colombia, en una
ceremonia especial que tuvo lugar en un puente del fortín colonial. De esta manera, en la
cima del Panecillo tuvo lugar el acto final del Imperio español en Ecuador.
La fortaleza permitía vigilar el norte y el sur, por lo que estaba provista de cañones. Al caer
el fuerte en manos del Ejército libertador de la Gran Colombia, en 1822, se tomaron a los
españoles catorce piezas de artillería.19
Con las operaciones cuyas acciones finales se produjeron en las faldas del Pichincha y en
la ciudad de Quito, Sucre decidió a su favor la vacilante y delicada situación de Guayaquil;
dio libertad al territorio que conforma hoy la República de Ecuador, y facilitó su
incorporación a la Gran Colombia.
El 18 de junio de ese año, Bolívar le asciende a general de división y lo nombra intendente
del departamento de Quito. Ese día, durante la entrada triunfal del Libertador a la Plaza de
la Independencia de Quito, una mujer le arroja desde su balcón una corona de laurel al
rostro, lo que llama vivamente la atención de Bolívar. Esta mujer fue Manuela Sáenz, quien
participó también en las luchas de la independencia y sería nombrada coronela por
Bolívar, que se convirtió en su amante y la llamó "La Libertadora del Libertador".
Al frente de los destinos de Ecuador desarrolla una positiva obra de progreso: funda la
Corte de Justicia de Cuenca y en Quito el primer periódico republicano de la época: El
Monitor. Instala en esa ciudad la Sociedad Económica. De su actividad personal es buena
prueba que, el 6 de septiembre de 1822 expidió y firmó en Quito 52 comunicaciones.
Interesado por la educación se puede afirmar que halló en Cuenca 7 escuelas y dejó 20.

Resultado[editar]
Mapa de la Gran Colombia según Agustín Codazzi. El Mariscal Sucre compartía la visión política
de Bolívar y la unidad de la "Patria Grande".

A pesar de que en el contexto de las Guerras de Independencia de Hispanoamérica la


batalla de Pichincha figura como un conflicto menor, tanto en términos de su duración
como del número de combatientes, sus consecuencias fueron bastante significativas. El 24
de mayo de 1822 Sucre entró con su ejército en la ciudad de Quito, donde aceptó la
rendición de todas las tropas españolas establecidas en el territorio que el gobierno de
Colombia llamaba "Departamento de Quito", al considerarlo como parte integral de la
República de Colombia desde su creación el 17 de diciembre de 1819. Asimismo, cuando
Sucre recapturó Cuenca el 21 de febrero, obtuvo de su Consejo local un decreto en el cual
se proclamaba la integración de su ciudad y provincia a la República de Colombia.
Entonces, con la rendición de Quito, que a su vez puso fin a la resistencia Realista en la
provincia norteña de Pasto, Bolívar pudo entrar en la ciudad, como finalmente lo hizo el 16
de junio de 1822. Entre el entusiasmo general de la población, la antigua Provincia de
Quito fue incorporada a la República de Colombia. Por su parte Guayaquil, que aún no
decidía su futuro, con la presencia tanto de Bolívar como del victorioso ejército
Grancolombiano en su territorio, proclamó forzosamente bajo presión la incorporación de
Guayaquil a la Gran Colombia el 13 de julio de 1822.21

El Templo de la Patria y otros monumentos


conmemorativos[editar]
En la ladera del monte Pichincha en donde tuvo lugar el combate, se levantó en 1922 un
obelisco conmemorativo del primer centenario de la Batalla. El Obelisco, ubicado en un
paraje andino a 3000 metros de altura, recuerda los nombres de los comandantes patriotas
y también tiene una placa dedicada al valor del soldado español.

Los Próceres, Caracas, Venezuela

En los años 70 del siglo XX, la dictadura militar que gobernaba Ecuador decidió construir
en el lugar un monumento de mayores proporciones que el modesto obelisco original.
En el sitio se levantó el llamado "Templo de la Patria" una estructura de hormigón armado
con varios salones cavados en la montaña. El Templo de la Patria, visible desde varias
partes de la ciudad de Quito, está decorado en el exterior con una torre y con un mural en
mosaico de Eduardo Kingman, que evoca los distintos episodios de la lucha por la
independencia del Ecuador, desde los tiempos de Eugenio Espejo, pasando por el Diez de
Agosto.
El Templo tiene varios salones en los que se pueden apreciar algunas armas antiguas,
que, si bien no son en su mayoría de 1822, son de mediados y finales del siglo XIX. Otro
salón muestra los trajes de época de todas las guardias presidenciales y de honor de
Sudamérica, y un diorama que permite seguir las incidencias de la Batalla del Pichincha.
En sendos salones se encuentran estatuas en bronce del Libertador Simón Bolívar y del
Mariscal Antonio José de Sucre, así como un homenaje simbólico a la heroína ecuatoriana
Manuela Sáenz, amante de Bolívar que, aunque no participó en el combate, está enterrada
simbólicamente en el lugar. Otra sala contiene los restos de un soldado desconocido.
El Templo de la Patria integra en su conjunto el antiguo obelisco de 1922 y permite una
vista panorámica del Centro Histórico de Quito.
En el Centro Histórico, se levanta el Monumento a los Héroes Ignotos del Pichincha, una
columna con un cóndor de bronce, en el paseo "24 de Mayo" construido también al pie de
la montaña con ocasión del primer centenario del combate.

Acto cumplido al pie del monumento al Soldado Ecuatoriano con motivo de la recordación de la
Batalla del Pichincha

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