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Coronel, veintisiete de septiembre de dos mil diecinueve

VISTO Y OIDOS LOS INTERVINIENTES:


PRIMERO: Que, en estos antecedentes Rit N° O-38-2019, Ruc 19-4-
0189089-3, comparece don CRISTIAN MORAGA JEREZ, psicólogo, domiciliado
en Las Margaritas 1444, casa 27, Huertos Familiares, San Pedro de la Paz, quien
interpone demanda laboral por despido injustificado y cobro de prestaciones
laborales e indemnizaciones, en contra de la persona jurídica CORPORACION DE
OPORTUNIDAD Y ACCIÓN SOLIDARIA OPCION, representada por su director
general doña Milagros Neghme Cristi y por la directora subrogante del programa
doña Loreto Hermosilla Moraga, ambos con domicilio en Centro de Protección
Infanto Juvenil CEPIJ, ubicado en Freire 200, Coronel, y expone:
Que ingresó a trabajar el 8 de junio de 2015, como coordinador técnico
para la demandada en el Centro de Protección InfantoJuvenil CEPIJ ubicado en la
comuna de Coronel. Estos servicios se formalizaron a través de un contrato de
trabajo indefinido.
En el mes de enero de 2019 se le designó en el cargo de director
subrogante del programa con un sueldo de $1.102.078 pesos más un bono de
responsabilidad de $391.281 pesos. Conforme su última remuneración mensual en
el mes de abril de 2019, el total de sus haberes alcanzaba la suma de $1.493.359
pesos.
Con fecha 2 de mayo de 2019 se le comunicó verbalmente su despido, a
través de la coordinadora de proyecto Lorena Bojanic, quien le hizo entrega de una
comunicación escrita que correspondía a un finiquito, requiriéndole que fuera
inmediatamente a firmarla a la Notaría de Juan Carlos Maturana en Coronel, la cual
se encuentra frente a las oficinas. Mediante este documento se le informaba que a
partir del mismo día 2 de mayo de 2019 se pondría término al contrato de trabajo
por la causal del artículo 161 inciso primero del Código del Trabajo, esto es,
necesidades de la empresa.
Previo a esta reunión, se había comunicado telefónicamente con la
coordinadora con normalidad, incluso el día 29 de abril conversaron sobre diversos
temas, señalándole que venía el día 2 de mayo a acoger las inquietudes del
equipo, a analizar casos de usuarios y a darles tranquilidad de la continuidad del
equipo en el nuevo periodo del programa. Pero en ningún momento manifestó que

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el real motivo de su visita cual era despedirlo, siendo un hecho absolutamente
sorpresivo para él.
Así fue como el día 2 de mayo concurrió normalmente a su trabajo, y se
reunieron alrededor de las 9.30 horas en las oficinas, al iniciar a tratar los temas de
agenda según lo conversado, le interrumpe y le señala que ella en verdad venía a
despedirlo, frente a lo cual quedó en shock, sin entender su conducta, ni saber que
hacer o decir, finalmente al pedirle el fundamento de tal decisión le señala que no
cumpliría el perfil a pesar de su buen desempeño en el programa ejecutado y que
el nuevo periodo había sido adjudicado considerando su cargo de director en base
a sus antecedentes curriculares.
Es importante mencionar que recientemente, con fecha 26 abril de 2019 se
habían adjudicado la licitación del proyecto por otro periodo, en dicho proyecto
trabajó personalmente en su elaboración y diseño, al cual postularon el grupo de
profesionales con sus antecedentes curriculares. Por tanto, el proyecto adjudicado
consideraba los cargos con los profesionales que eran parte integrante de dichos
antecedentes aportados en el proceso de licitación.
De esta forma, con fecha 2 de mayo de 2019 recibió un documento
denominado FINIQUITO, en el cual se señalaba que el empleador se obligaba a
pagar la suma de $1.493.359 pesos por indemnización sustitutiva, de $5.973.436
por años de servicio, (equivalente a 4 años de servicios), de $240.314 por feriado
proporcional, con un descuento de $1.008.838 por concepto de AFC, arrojando un
total de $6.698.271 pesos.
Debido a las circunstancias de hecho que rodearon esta comunicación de
despido ilegal, procedió a suscribir el finiquito en la Notaría, sin existir una voluntad
exenta de vicios. En este sentido fue objeto de presión y coacción para suscribir de
inmediato el documento, lo cual unido a su desconocimiento determinó que el
finiquito adolezca de un vicio de nulidad que le priva de su efecto liberatorio. En
este sentido se invoca como concurrente el vicio de error y en subsidio el vicio de
fuerza moral.
Los hechos antes relatados motivaron una gran angustia al demandante
frente a su futuro profesional e ingresos para mantener los gastos de vida y su
familia. Ello llevo apresuradamente a suscribir el finiquito. Lo anterior se refrenda
por el hecho que se le insistió concurriera en el acto a firmar el finiquito frente a su

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lugar de trabajo, en ese momento. La notaria está ubicada a menos de 20 metros y
la firma se verifico alrededor de las 10.30 a.m. horas, iniciando la jornada laboral a
las 9.00 horas e iniciando “la reunión de comunicación de despido” a las 10.00
horas.
Que atendida la irrenunciabilidad de los derechos que conceden las
disposiciones contenidas en el artículo 5 y demás pertinentes del Código del
Trabajo, y ante el grave daño que le ocasionaba la conducta del empleador, es que
decidió impugnar la validez del finiquito suscrito en tales condiciones y defender
sus legítimos derechos laborales.
Así las cosas, ese día fue objeto de un despido verbal, invocando una
causal que no se ha configurado o un despido sin causal, incurriendo su
empleadora en diversas infracciones a la ley laboral.
En efecto, primeramente, no se le comunicó el término de la relación
mediante carta aviso de despido indicando la causal legal y fundamentos de hecho
de este. Asimismo, no se contempla el pago de las indemnizaciones y prestaciones
legales que le corresponden por término de contrato. Finalmente, no procede
legalmente el descuento del aporte del empleador por seguro de cesantía.
Que, así las cosas, a la fecha del despido se le adeuda la indemnización
sustitutiva, la indemnización por los 4 años trabajados en forma ininterrumpida para
la demandada, más el recargo legal del 50% por tratarse de un despido sin causal,
en subsidio, el recargo legal del 30% en caso de estimarse un despido injustificado.
Para efectos del cálculo de las prestaciones se debe tener presente que la
última remuneración mensual de $1.493.359 pesos, siendo la suma que debe
tomarse como base de cálculo.
En todo caso, con fecha 2 de mayo de 2019 la demandada procedió a
hacerle entrega de un cheque del banco BCI por la suma de $6.698.271 pesos, al
parecer, porque según el empleador era lo que procedía, desentendiéndose
completamente de lo ilegal de su conducta, al tratar de imponer un común acuerdo
plasmado en un finiquito nulo. En todo caso esa suma no coincide con las
indemnizaciones y prestaciones adeudadas. A la fecha no ha dispuesto de esos
fondos, sin perjuicio de la decisión que pueda adoptar más adelante en el sentido
de atribuirle el carácter de un pago parcial.

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Que, el despido del que fue objeto debe estimarse injustificado, toda vez que
la causal mencionada en el finiquito, esto es las necesidades de la empresa
requiere el cumplimiento de requisitos formales para ser invocada, como la
comunicación que se envía al trabajador, debiendo contener la descripción de los
hechos fundantes de la causal. Nada de eso se cumplió en su terminación, toda
vez que no se le efectuó comunicación salvo la información puramente verbal de su
despido.
Que el finiquito es una convención solemne que extingue las obligaciones
derivadas del contrato mediante el pago de las prestaciones adeudadas. Su
naturaleza de acto jurídico, convención. Dentro de los elementos esenciales del
finiquito encontramos la voluntad o consentimiento, cuya omisión determina que
este no produzca efecto alguno. Dentro de los requisitos de validez se encuentra la
voluntad exenta de vicios, voluntad que debe ser examinada a partir de dos
principios como el de autonomía de la voluntad propio del derecho civil y el principio
protector en materia laboral. La voluntad apta y eficaz para desplegar
consecuencias jurídicas es aquella que no se encuentra viciada.
En este caso, y atendidas las condiciones de terminación señaladas, debe
darse primacía al principio protector, cautelando la irrenunciabilidad de los
derechos laborales, frente al poder liberatorio del finiquito, cuyo efecto natural
produce la extinción de derechos del trabajador.
Alega la nulidad del finiquito suscrito por el trabajador por la existencia de un
vicio de la voluntad, invocando en forma principal la fuerza y subsidiariamente el
error. En efecto, las circunstancias de hecho descritas en los antecedentes de la
demanda han producido una presión moral en la voluntad del trabajador que lo ha
determinado a suscribir el finiquito, en su caso lo ha suscrito con la errónea
creencia de que su suscripción no impedía reclamar sus derechos irrenunciables
como trabajador despedido ilegalmente y reclamar las indemnizaciones laborales y
recargo legal que procedían.
Que en razón de lo reseñado, podemos afirmar que en este caso ha existido
un despido verbal, sin causal, dado que no existe comunicación de despido, o en
su caso, el empleador sin cumplir los requisitos legales ha invocado una causal
infundada y por tanto injustificada. En efecto, conforme los antecedentes coetáneos
al despido, el empleador, por medio de una licitación pública a fines del mes de

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abril de 2019, específicamente 26 de abril de 2019, menos de una semana antes
del despido, se había adjudicado el programa por un nuevo periodo, en el cual
intervine en la elaboración y diseño del proyecto. Esto se contrapone claramente
con el hecho de terminar el contrato de trabajo por necesidades de la empresa, lo
cual denota lo arbitraria e injustificada de su decisión.
Indudablemente si el empleador consideró al trabajador como parte
integrante de un equipo de profesionales con competencias y características
curriculares exigidas por la ley y en base a dichas competencias obtiene una
decisión favorable a su propuesta, no puede acto seguido decidir el despido y
separación de ese mismo trabajador, ya evaluado y aceptado para desarrollar las
funciones encomendadas.
Termina solicitando que en definitiva se acoja la demanda en todas sus
partes, declarando lo siguiente:
1.- Que, el despido del que fue objeto es injustificado por no haberse
invocado causal de terminación alguna o por no ser efectivo que el contrato terminó
por necesidades de la empresa.
2.- Que, el finiquito suscrito con fecha 2 de mayo de 2019 por el trabajador
es nulo por existir un vicio de voluntad que vicia el consentimiento, vicio constitutivo
de fuerza o en su caso error.
3.- Que, se condena a la demandada al pago de la indemnización sustitutiva
por preaviso, que asciende a la suma de $1.493.359 pesos, que corresponde a la
última remuneración mensual que percibía el actor; o a la suma mayor o menor que
se determine.
4.- Que, se condene al pago de la indemnización por años de servicios,
equivalente a $5.973.436 pesos, tomando como base de cálculo la suma de
$1.493.359 pesos, que corresponde a la última remuneración mensual del actor; o
la suma mayor o menor que se determine.
5.- Que, se ordene el pago del recargo del 50% en la indemnización por
años de servicio, equivalente a la suma de $2.986.718 pesos, al no haberse
invocado causal de despido. En subsidio, se ordene el pago del recargo del 30% en
la indemnización por años de servicio, equivalente a la suma de $1.792.031pesos,
al haberse invocado ilegalmente la causal del artículo 161 inciso 1º.

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6.- Que, se ordene el pago del feriado proporcional por los meses del año
2018 hasta el término legal del contrato y que alcanza a $240.314 pesos.
7.- Que, se ordene el pago del descuento indebido del seguro de cesantía,
por un monto de $1.008.838 pesos, toda vez que conforme lo ha resuelto nuestra
jurisprudencia, este sólo es procedente si la separación de ajusta a la causal de
necesidades de la empresa.
8.- Que, las sumas que se ordenen pagar lo sean con los reajustes e
intereses legales.
9.- Que, la demandada debe soportar las costas del juicio.
SEGUNDO: Que, contestando la demanda comparece doña Milagros
Nehgme Cristi, asistente social, en representación de Corporación Opción,
ambas con domicilio en calle Carlos Justiniano N°1123 Providencia, solicitando su
rechazo en todas sus partes y con expresa condena en costas, y expone:
EXEPCIÓN DE FINIQUITO:
Que opone excepción de finiquito, toda vez que con fecha 02 de mayo de
2019, las partes suscribieron finiquito ante don Juan Carlos Maturana Lepeley,
Notario Público de la 1° Notaría de Coronel, conocida como “Notaría Maturana”
ubicada en Calle Sotomayor 520, Coronel, Región del Bío Bío. Que en el citado
instrumento, se cumplió con los requisitos del artículo 177 del Código del Trabajo,
documento en el que no se hizo reserva de derechos de ninguna naturaleza.
Que, el finiquito se suscribió con motivo de la terminación de la relación
laboral y las partes dejaron constancia del cabal cumplimiento que cada una de
ellas dio a las obligaciones emanadas del contrato de trabajo.
Que, el finiquito legalmente celebrado tiene la misma fuerza que una
sentencia firme o ejecutoriada y da cuenta del término de la relación laboral.
Acerca de los vicios de la voluntad expuestos por el demandante:
LA FUERZA: En el caso de dar por ciertas los hechos relatados por el
demandante, no señala de manera alguna de qué fuerza fue objeto por parte de la
coordinadora, al comunicarle que sería despedido y después le solicitara fuera a
firmar finiquito, pese que declara que fue objeto de presión y coacción para hacerlo,
¿De qué manera se puedo (SIC) la coordinadora presionar al demandante para que
concurra libremente a la Notaría a suscribir un finiquito? No lo señala el actor, al
contrario, porque jamás se ejerció la fuerza sobre él, un hombre adulto, con cargo

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de Dirección en la Corporación, que lleva 4 años trabajado en esta institución,
resulta a lo menos improbable que se haya sentido presionado y coartado a
suscribir dicho documento, de acuerdo a lo establecido en el artículo1456 del
Código Civil, esto es, que la fuerza moral o física, que sea de tal envergadura, que
produzca una amenaza de un mal ilegitimo en la persona o sus cercanos, y que
como consecuencia de dicha fuerza infringida ilegítimamente, vicia la voluntad de la
persona realizando un acto jurídico no deseado. En síntesis en la especie, no ha
existido fuerza.
EL ERROR: El demandante alega en subsidio como vicio de su voluntad.
No está alegando un error de hecho sino de derecho, el cual no vicia la voluntad.
En efecto, el actor declara desde un principio que estuvo consciente que el
documento que firmaría era un finiquito y no otro documento. En consecuencia, no
se trata del error de hecho establecido en el artículo 1453 del Código Civil y en este
caso, el demandante sabía el acto que realizaba o identidad del documento.
El actor confunde o intenta confundir, pues omite y tergiversa información
fundamental, como la siguiente:
a) Señala que no hubo carta de despido, sin embargo es lo que él
denomina comunicación de despido, que es la carta que fue lo que se exhibió y
conversó con el actor, en la reunión del 02 de mayo por doña Lorena Bojanic.
Lamentablemente se omitió firmar la carta, dado que hubo acuerdo en la causal y
finiquito, la carta y el finiquito los leyó detenidamente, preguntó los motivos y le
fueron expuestos, tal y como él señala no cumple con el perfil de Director que la
Corporación requiere, en cuanto a que los directores deben ejecutar las directrices
de la Corporación en forma autónoma, lo que no ocurrió. El actor reconoció y
estuvo de acuerdo, razón por la cual y después fue libremente a firmar a la Notaría,
sin que nadie lo presionara ni acompañara.
b) Señala que su despido fue por la causal del artículo 161 inciso primero
del Código del Trabajo, hecho falso, pues la causal de despido como lo expresa
claramente su finiquito y carta de despido, fue la del artículo 161 inciso segundo del
Código del Trabajo, dado que los directores y directores subrogantes, son cargos
de confianza del empleador, y lo representan en cada Programa, por lo que el
empleador puede ponerle término en cualquier momento sin señalar los hechos

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pues al contrario del inciso primero, se entiende que dicha confianza se ha perdido
y el empleador no está obligado por ley a exponer los hechos en que se funda.
c) Finalmente, el actor confunde o intenta confundir los vicios de la voluntad,
establecidos en nuestra legislación con dos hechos: El primero, es que la
comunicación de despido cuando se lleva a cabo, aunque se observen todas las
normas legales, en sí mismo constituye en general, para cualquier trabajador un
hecho traumático, la angustia de la cesantía, de no contar con los ingresos que
aporta a la mantención personal o de su familia, las posibles deudas, etc. Son
todas circunstancias subjetivas, intrínsecas a las que se ven expuestos los
trabajadores, cuando son despedidos, lo que no significa que en el acto del despido
se ejerza fuerza sicológica que vicie la voluntad de las personas. En segundo lugar,
también se confunde el error de hecho con el error de derecho, lo que ya fue
explicado.
Sin embargo, estos fundamentos además carecen de credibilidad absoluta,
pues el actor, tiene 49 años, es profesional universitario, y en el ejercido de su
profesión, por lo menos 5 años en la Corporación, en particular en razón de su
cargo, conoce perfectamente bien los trámites legales del despido, y las
consecuencias jurídicas de la suscripción de un finiquito.
Solicita tener por interpuesta excepción de finiquito solicitando se acoja en
todas sus partes y se rechazase con costas la demanda.
EN SUBSIDIO, CONTESTA DEMANDA.
Por razones de economía procesal da por reproducidos los fundamentos de
hecho y derecho expuestos en la excepción de finiquito.
Nulidad de finiquito: El actor vagamente solicita la nulidad de finiquito
alegando vicios de la voluntad. Sin embargo, no lo expone en la demanda en lo
principal o en la primera parte de la acción, sino que extrañamente, alega el
despido injustificado y arbitrario, exponiendo en los hechos sin circunstancia que
así lo acredite de los vicios de que habría estado expuesta su voluntad al momento
de suscribir el finiquito. Incluso en las peticiones, pide primero se declare
injustificado su despido, para en segundo lugar solicitar se declare nulo su finiquito,
Yerra el actor en su demanda, pues si consideró que al momento de suscribir el
finiquito su voluntad estuvo viciada, debió ser la nulidad su primera solicitud.

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El actor no señala qué amenaza sufrió por parte de la Corporación que vició
su consentimiento y menos qué clase de error es en el que incurrió. Finalmente los
vicios de la voluntad que se denuncien no pueden producirse con posterioridad a la
celebración del contrato o a la ejecución del acto, sino que el vicio debe existir
desde el nacimiento del acto a la vida jurídica; y la especie ambas alegaciones
constituyen de ser efectivas reflexiones posteriores a la suscripción del citado
finiquito pues nunca fueron manifestadas por el demandante antes, durante su
celebración, y el error que alega es posterior a la suscripción del finiquito.
Despido Injustificado: El actor solicita se declare injustificado su despido
en que se habría invocado la causal del artículo 161 inciso primero del Código del
Trabajo, en consecuencia, según sus propios dichos se invocó causal. Sin
embargo, dicha declaración es falsa pues la causal invocada fue la del artículo 161
inciso segundo, del Código del Trabajo, esto es para el caso de funcionarios que
ocupan cargos gerenciales de representación del empleador, es decir, de confianza
del empleador, como son los casos de los directores de programas de la
Corporación, que la representan en cada uno de sus establecimientos. En este
sentido se trata de un despido del todo justificado.
HECHOS CONFORMES: 1.- Fechas de inicio y término de la relación
laboral; 2.- Remuneración del actor al momento del despido; 3.- Que, con fecha 02
de mayo de 2019 el actor suscribió finiquito.
HECHOS CONTROVERTIDOS: 1.- No es efectivo que esta parte haya
ejercido fuerza sicológica o moral en el actor para que suscribiera finiquito; 2.- No
es efectivo que esta parte haya actuado de mala fe al momento de despedirlo; 3.-
No es efectivo que se le adeuden dinero por concepto alguno al actor.
HECHOS CIRCUNSTANCIADOS: a) Con fecha 02 de mayo
aproximadamente a las 09:00 horas, se celebró una reunión entre Lorena Bojanic y
el demandante en el establecimiento de trabajo en el que se desempeñaba,
ubicado en la ciudad de Coronel. Es decir, la coordinadora entre otras funciones
que debía realizar viajó para hablar con él esta decisión de la Corporación
personalmente; b) Que la causal invocada fue la del artículo 161 inciso segundo del
Código del Trabajo, por pérdida de confianza en la implementación de las políticas
institucionales en el programa que dirigía, causal contenida en la carta de despido
que se le entregó y que por equivoco no fue firmada toda vez que el trabajador

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estuvo de acuerdo y en esa misma fecha, suscribió finiquito que señalaba
expresamente la causal invocada.
Hacer presente que esta parte niega cualquier hecho contenido en la
demanda y que no se haya reconocido expresamente en esta contestación.
EN CUANTO A LAS PRETENSIONES DEL DEMANDANTE.
Las indemnizaciones por mes de aviso previo, por años de servicios,
vacaciones legales y proporcionales le fueron pagadas al momento de suscribir el
finiquito. Respecto al recargo del 50% por despido injustificado no resulta
procedente, por tratarse de un despido justificado y además dicho recargo
establecido en el artículo 168 letra b), del Código del Trabajo, para el caso de
aplicación injustificada del artículo 159 del Código del Trabajo, o no se hubiese
invocado causal alguna. Circunstancias que no se condicen con la realidad pues se
invocó causal de término del artículo 161 de la legislación laboral, por lo que el
demandante no estaría alegando un despido injustificado sino, que improcedente
en cuyo caso debió solicitar el recargo del 30% establecido en la letra a) del artículo
168 del Código del Trabajo, solicitando ésta última en subsidio de la primera, es
decir, la pretensión no tiene relación alguna con la demanda.
Finalmente, el actor solicita que no se le descuente el aporte del seguro de
cesantía efectuado, lo que resulta ilegal, pues de acuerdo a lo establecido en la Ley
19.728, el empleador debe descontar de la indemnización por años de servicio la
parte correspondiente al 1,6 % que esta parte ha depositado a la cuenta individual
del trabajador, si el despido se ha efectuado de acuerdo al artículo 161 del Código
del Trabajo.
TERCERO: Que, durante el desarrollo de la audiencia preparatoria se
llamó a las partes a una conciliación, la que no se produjo. Sin embargo, se
establecieron como hechos no controvertidos la existencia de la relación laboral,
la fecha de inicio y término de la misma y el monto de la remuneración del
demandante.
Luego, se recibió la causa a prueba fijándose como hechos a probar, los
siguientes:
1.- Efectividad que el despido del actor fue injustificado. Hechos y
circunstancias.

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2.- Efectividad de adeudarse al demandante las sumas que indican en su
libelo, naturaleza y monto.
3.- Efectividad de la existencia de un finiquito, firmado por el trabajador, en
su caso, montos incluidos en este instrumento y circunstancias que rodearon la
suscripción del mismo, existencia de vicios del consentimiento alegados.
CUARTO: Que la demandante, en favor de sus alegaciones y defensas,
incorporo las siguientes probanzas:
A.- DOCUMENTAL:
1.- Copia de Finiquito del actor de fecha 2 de mayo de 2019.
2.- Copia de Liquidación de sueldo del mes de abril de 2019 del actor.
3.- Anexo Certificación Curricular del actor.
4.- Resolución exenta 1401 de 24 abril de 2019 de SENAME que adjudica
proyecto a corporación OPCION para la Región del Biobío.
5.- Acta Final de Evaluación de SENAME Biobío de 26 de marzo de 2019.
6.- Formulario de Presentación de Proyectos con descripción del equipo.
B.- EXHIBICIÓN DE DOCUMENTOS: Se exhibió en juicio, por el
demandado, copia de Contrato de Trabajo del actor de 08 de junio de 2015 y carta
de despido del actor. No se exhibió comprobante de envío de dicha carta, solicitado
en audiencia preparatoria.
C.- CONFESIONAL: Llamada a estrados doña MILAGROS NEGHME
CRISTI, en representación de la demandada, aquella no compareció.
d.- TESTIMONIAL: Declara por esta parte, previo juramento legal, la testigo
doña INGRID LORENA PALMA LEIVA, cédula de identidad número 12.519.874-0,
trabajadora social, domiciliada en Las Heras 2209, dpto. 404. D-501, Condominio
Piedra Real 2, Concepción.
E.- OFICIOS: Se incorpora el oficio remitido por el Servicio Nacional de
Menores que contiene un formulario de presentación de proyectos (3 archivos) del
programa 2015 y Resolución exenta de pago de subsidio N° 273 A y N° 205 A.
QUINTO: Que, a su turno, la demandada, en favor de sus alegaciones y
defensas, incorporo las siguientes probanzas:
A.- DOCUMENTAL:
1.- Contrato de trabajo del 08 de junio de 2015.
2.- Anexo Director (s) del 01 de enero de 2019.

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3.- Anexo Director (s) del 01 de febrero de 2019.
4.- Certificado de saldo por descuento de seguro de cesantía.
5.- Cartola N°6 de Cuenta Corriente 10659293 BCI de CEPIJ Coronel.
6.- Fotocopia de cheque 4898207 cobrado por Sr. Cristian Moraga.
7.- Finiquito del Trabajador del 02 de mayo de 2019.
8.- Carta de término de relación laboral.
9.- Acta reunión entre Dirección(s) y Coordinadora de Proyectos en que se
decide el término de relación laboral.
B.- TESTIMONIAL: Declaró por esta parte, previo juramento legal, la testigo
doña LORENA BOJANIC SOTO, cédula de identidad número 10.696.421-1,
coordinadora de proyectos, con domicilio en Carlos Justiniano 1123, Providencia,
Santiago.
C.- CONFESIONAL: Llamados a estrados, compareció a prestar declaración
confesional el actor, don CRISTIAN MORAGA JEREZ.
D.- OFICIO: Esta parte se adhirió al oficio N° 366 del Servicio Nacional de
Menores, incorporado como prueba de la contra parte.
EN CUANTO A LA OBJECIÓN DOCUMENTAL:
SEXTO: Que, la parte demandante, en audiencia preparatoria, objetó por
falsos dos documentos ofrecidos al proceso por la contra parte, en particular la
carta de despido de 2 de mayo de 2019, así como también el acta de reunión entre
Dirección y Coordinadora de Proyectos en que se decide el término de la relación
laboral, fechada en la misma época. La incidentista funda su solicitud de exclusión
en que los documentos serían inexistentes y habrían sido fabricados por la parte
empleadora.
La parte demandada solicitó el rechazo del incidente, como consta del
pertinente registro de audio.
SÉPTIMO: Que, para resolver la incidencia pendiente cabe precisar que las
alegaciones formuladas por la parte demandante, resultan ser lógicamente
contradictorias, por cuanto no puede pretender alegar a la vez que el documento no
existe y, al mismo tiempo, que habría sido producido por la parte demandada, pues
esto último supone la existencia. Y si emanan de la parte contraria, malamente la
demandante está en posición de alegar su falsedad.

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En todo caso, la propia parte demandante solicitó durante este
procedimiento a la demandada la exhibición de la carta de despido de 2 de mayo
de 2019, circunstancia que permite entender que conocía de su existencia, siendo
efectivamente exhibido dicho documento en juicio por la parte demandada, como
consta en autos. Y en cuanto al acta de reunión entre Director y Coordinadora de
Proyectos de 2 de mayo de 2019, el documento que se tiene a la vista fue
reconocido por su autora en juicio, doña Lorena Bojanic, quien prestó declaración
como testigo, razón que permite descartar que sea falso.
En consecuencia, descartada la inexistencia alegada respecto de ambos
documentos, procede rechazar el incidente. Y en nada debe llamar la atención a la
demandante que la carta de despido haya sido “producida” por la parte
demandada, pues efectivamente es al empleador a quien corresponde elaborar la
comunicación de despido de todo trabajador, como se desprende del artículo 162
del Código del Trabajo.
OCTAVO: Que, además de lo anterior, debe añadirse que la objeción, más
que a la falsedad de los documentos impugnados, mira al contenido de las
declaraciones efectuadas en ellos por el demandado, lo cual corresponde al
Tribunal analizar soberanamente al ponderar la prueba conforme a las reglas de la
sana crítica a fin de emitir un pronunciamiento de fondo, y no a propósito de este
exordio incidental.
EN CUANTO AL FONDO:
NOVENO: Que, con la prueba rendida por ambas partes, valoradas de
conformidad a las reglas de la sana crítica, o bien por no ser asuntos
controvertidos, se puede dar por establecido en autos los siguientes hechos:
1°.- Que el demandante, don Cristian Moraga Jerez, fue contratado por la
Corporación Opción el 08 de junio de 2015, para desempañarse como “coordinador
técnico”, función que involucraba apoyar la supervisión del director(a) de procesos
de diagnóstico, planificación e intervención que desarrolla el equipo profesional,
según se lee del respectivo contrato aportado al proceso que aparece suscrito por
ambas partes. El trabajador debía desarrollar sus labores en el programa
denominado CEPIJ Coronel ubicado en Freire N°200 de esta comuna. La jornada
pactada era de 40 horas semanales de lunes a viernes de 09:00 a 18:00 horas,
recibiendo como contraprestación la remuneración ascendente a $922.572 pesos

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mensuales. La vigencia del contrato se pactó a plazo fijo hasta el 17 de noviembre
de 2015.
2°.- Que, con fecha 1 de enero de 2019, las partes convinieron un anexo de
contrato de trabajo por el cual el actor fue designado, a contar de tal fecha y hasta
el 31 de enero de 2019, en calidad de “director (S)”, cargo que se describe como de
exclusiva confianza de la dirección y sub dirección de la Corporación Opción,
consistente en dirigir con enfoque de derechos y calidad las áreas política, técnica,
administrativa, financiera y gestión de equipos del programa a su cargo, como se
advierte del documento pertinente. El empleador se comprometió a pagar al
trabajador, a cambio de esta nueva función, un bono de responsabilidad
equivalente a $381.366 mensuales.
3°.- Que, por medio de un nuevo anexo de contrato que fue incorporado al
juicio, las partes acordaron extender lo pactado anteriormente, hasta el 28 de
febrero de 2019, estableciendo que el actor debía continuar cumpliendo las
funciones de “director (S)”, en los mismos términos pactados, salvo el bono de
responsabilidad que se incrementó a $391.281 mensuales.
4°.- Que, con fecha 02 de mayo de 2019 el actor fue despedido en una
reunión que sostuvo con la coordinadora del proyecto, doña Lorena Bojanic en el
establecimiento en que se desempeñaba el demandante, suscribiendo en la misma
fecha un finiquito ante Notario Público de Coronel, don Juan Carlos Maturana
Lepeley de la 1ra Notaría de Coronel.
5°.- Que, la remuneración de Moraga Jerez al tiempo del despido ascendía
a la suma no controvertida de $1.493.359 mensuales.
DÉCIMO: Que, ahora bien, la parte demandante alega que el finiquito
suscrito por las partes el 2 de mayo de 2019 es nulo, pues la voluntad del
demandante fue manifestada por fuerza moral o error, de modo que existió un vicio
del consentimiento en dicho acto. Así, a pesar de tal convención, pretende
cuestionar la causal de despido invocada y el cobro de las prestaciones e
incrementos legales que le corresponden a consecuencia de tal hecho.
La demandada, por su parte, niega la existencia de un vicio del
consentimiento y, por tanto, pide el rechazo de la demanda oponiendo “excepción
de finiquito”.

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Por lo que debe decidirse, en primer lugar, acerca de la validez o nulidad del
finiquito mencionado.
UNDÉCIMO: Que, del finiquito referido consta que don Cristian Moraga
declara recibir a su entera satisfacción, de parte de la demandada, la suma de
$6.698.271 por concepto de feriado legal y proporcional, indemnización por 4 años
de servicios, indemnización sustitutiva del aviso previo, menos el aporte del
empleador al seguro de desempleo, manifestando, además, que durante todo el
tiempo que prestó servicios a la Corporación Opción recibió oportunamente el total
de sus remuneraciones y demás prestaciones que especifica, y que nada se le
adeuda por los conceptos antes indicados, sea de origen legal o contractual
derivado de la prestación de sus servicios, declarando no tener reclamo alguno que
formular en contra de su empleador a quien otorga el más amplio y total finiquito,
declaración que formula libre y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento
de cada uno de todos sus derechos, firmando al pie junto con la representante del
empleador.
Cabe recordar que los incisos 1 y 2 del artículo 177 del Código del Trabajo,
señalan, en lo pertinente, que: “El finiquito, la renuncia y el mutuo acuerdo deberán
constar por escrito. El instrumento respectivo que no fuere firmado por el interesado
y por el presidente del sindicato o el delegado sindical respectivos, o que no fuere
ratificado por el trabajador ante el inspector del trabajo, no podrá ser invocado por
el empleador. El finiquito deberá ser otorgado por el empleador y puesto su pago a
disposición del trabajador dentro de diez días hábiles, contados desde la
separación del trabajador (…)”.
En doctrina, el finiquito se entiende como aquel instrumento emanado y
suscrito por las partes del contrato de trabajo, empleador y trabajador, con motivo
de la terminación de la relación de trabajo, en el que dejan constancia del cabal
cumplimiento que cada una de ellas ha dado a las obligaciones emanadas del
contrato, sin perjuicio de las excepciones o reservas con que alguna de las partes
lo hubiere suscrito, con conocimiento de la otra. Este acuerdo de voluntades
constituye una convención y, generalmente, tiene el carácter de transaccional.
Dado el carácter de convención, su poder liberatorio se restringe a todo aquello que
las partes han concordado y no se extiende a los aspectos en que el
consentimiento no se formó. El finiquito legalmente celebrado tiene la misma fuerza

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que una sentencia firme o ejecutoriada y provoca el término de la relación en las
condiciones que en él se consignan1.
También se ha señalado que “…por finiquito se entiende la convención
celebrada por escrito y firmada por dos partes (en este caso trabajador y
empleador), por medio de la cual el trabajador se da por pagado de todo lo que por
diversos conceptos pudiere adeudársele y renuncia, por tanto, a toda acción judicial
o extrajudicial a su respecto; y el empleador a su vez, reconoce que no tiene cargo
alguno en contra del trabajador” 2. Y en cuanto tal, acto jurídico voluntario que
genera o extingue derechos y obligaciones, es indispensable que las partes hayan
obrado en él por medio de la voluntad libre y exenta de vicios, como lo son el error,
la fuerza y el dolo (artículo 1451 del Código Civil).
DUODÉCIMO: Que, el derecho del trabajo no contiene normas que se
refieran a los vicios del consentimiento, para lo cual, entonces, se hace necesario
acudir a las reglas del derecho común.
A este respecto, debe precisarse que el Código Civil, en su artículo 1456,
estatuye que “La fuerza no vicia el consentimiento, sino cuando es capaz de
producir una impresión fuerte en una persona de sano juicio, tomando en cuenta su
edad, sexo y condición. Se mira como una fuerza de este género todo acto que
infunde a una persona un justo temor de verse expuesta ella, su consorte o alguno
de sus ascendientes o descendientes a un mal irreparable y grave.
El temor reverencial, esto es, el solo temor de desagradar a las personas a
quienes se debe sumisión y respeto, no basta para viciar el consentimiento”.
La doctrina ha dicho que la fuerza en realidad no vicia el consentimiento,
sino el temor o intimidación. Por ello sería mejor hablar de temor en lugar de fuerza.
Se la clasifica en fuerza o violencia física y miedo o violencia moral, y se ha
definido a esta última como “la presión ejercida sobre la voluntad de un individuo
por medios intelectuales, de tal forma que inspira un temor en éste que lo induce a
celebrar el acto o contrato”3.

1
Caamaño Rojo, Eduardo (Director). Código del Trabajo sistematizado con jurisprudencia.
AbeledoPerrot. Tomo III. P. 177. (E.C.S Rol 8316-2010).
2
Lanata F., Gabriela. Contrato individual de trabajo. 3ª edición actualizada. Santiago, Chile.
LegalPublishing, 2009. P. 291.
3
Barcia L., Rodrigo. Lecciones de Derecho Civil Chileno. Del acto jurídico. Tomo I. Editorial
Jurídica de Chile. 2007. Págs. 58-59.

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Los requisitos que se reconocen de la disposición transcrita y que
naturalmente se exigen para que opere la fuerza como vicio del consentimiento,
son que la fuerza sea determinante, es decir debe ejercerse con el objeto de
arrancar el consentimiento, y grave, es decir, capaz de producir una impresión
fuerte en una persona de sano juicio. Además de ser actual o inminente, es decir
coetánea al acto jurídico.
DÉCIMO TERCERO: Que, sin embargo, no debe olvidarse que el contrato
de trabajo no es asimilable a cualquier negocio jurídico civil, pues presenta un
rasgo característico que lo constituye, la subordinación y dependencia en que se
desempeña el trabajador, quien es la parte más débil de la relación laboral y, en
consecuencia, el derecho del trabajo -con el afán de equilibrar los intereses
contrapuestos- se construye sobre la base de principios que le son propios, tales
como el de protección y el de irrenunciabilidad de los derechos laborales.
Entonces, no podemos suponer que el derecho común se aplique sin
mitigación alguna a las causas laborales, sino por el contrario, respetando las
normas y principios del derecho del trabajo. En especial cuando se trata de analizar
las circunstancias de un despido, en que se despliega la mayor facultad
sancionatoria del empleador que sea reconocida por la ley. De modo que el
derecho laboral otorga un prisma que tiende a morigerar las instituciones civiles en
un sentido protector hacia el trabajador. Así, por ejemplo, la Excma. Corte Suprema
acogió una unificación de jurisprudencia y estableció que no procede aplicar la
teoría común de los actos propios en contra del trabajador 4.
En este sentido, la doctrina ha sostenido que “el derecho del trabajo no
puede dar solución a todas las situaciones jurídicas que se presenten en dicho
ámbito, por lo que -teniendo en cuenta la unidad del orden jurídico- en caso de
lagunas en las normas laborales será necesario recurrir al derecho común o al
derecho civil para colmar dichos vacíos”. (Sin embargo), “La aplicación de normas
del derecho común en la disciplina laboral sólo será procedente ante un vacío en la
norma laboral, y siempre que el concepto del derecho común o civil que se
pretende aplicar no vulnere normas, conceptos o principios del derecho del

4
Excma. Corte Suprema. Sentencia de 12 de abril de 2018. Causa Rol N°18304 -2016. La
doctrina ha precisado que la aplicación de esta teoría sí sería posible cuando se trate del
ejercicio abusivo de derechos laborales irrenunciables. V. Gr., López Oneto, Marcos. (2016). LA
TEORÍA DE LOS ACTOS PROPIOS EN EL DERECHO DEL TRABAJO CHILENO. Revista
chilena de derecho, 43(2), 547-571. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-34372016000200008.

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trabajo”5. De modo que se establece que son tres los requisitos para la aplicación
de un principio general o norma del derecho común (o civil) en el derecho del
trabajo, a saber: La existencia de vacío en la norma laboral, esto es, que la
cuestión no se encuentre resuelta por una norma, concepto, o principio del derecho
del trabajo; que la aplicación del principio, norma o concepto del derecho común o
civil no contravenga un principio, norma, o concepto del derecho del trabajo; y que
la aplicación en forma supletoria de una norma del derecho común o civil, se
adapte a las especificidades del derecho del trabajo, es decir, que se desarrollen o
acentúen los particularismos. Es decir, el juez debe “adaptar” la noción civil a las
especificidades del derecho del trabajo, a la cuestión concreta que se va a resolver,
teniendo en cuenta las particularidades de la disciplina especial. Sólo de este
modo, la utilización de la norma o solución del derecho común no va en desmedro
de la especialidad (o de la autonomía) del derecho del trabajo 6.
De tal manera que no debe llamar la atención que en materia laboral se
tienda a cuestionar la validez de un acto jurídico en que los contratantes no han
obrado en igualdad de condiciones, lo que de acuerdo a las circunstancias del caso
podría significar contratar sin plena libertad, pues esa resulta ser la manera
adecuada de dar protección al contratante más débil, en especial cuando nos
encontramos en el ámbito del derecho individual del trabajo, como en la especie, a
diferencia del mayor equilibrio que se podría suponer en una negociación entre
empleador y un colectivo de trabajadores.
Así por ejemplo, a propósito del acto de renuncia del trabajador como causal
de término del contrato de trabajo, la jurisprudencia ha establecido que ésta debe
de ser pura y simple, para que sea una verdadera excepción a la norma general de
permanencia en el trabajo. “Se requiere, pues, que esté exenta de todo hecho o
acto que obstaculice la libre expresión de la voluntad del trabajador”. La misma
sentencia citada en este párrafo argumentó que “la renuncia de la actora no fue
voluntaria”, pues “no cabe duda que la relación laboral concluyó en forma
sorpresiva e inusitada”, concluyendo que la voluntad de la renunciante había sido
obtenida por fuerza o presión, “sin que en esta sede laboral, sean aplicables las
exigencias del Derecho Privado para que la fuerza sea vicio del consentimiento,

5
Mangarelli, Cristina. La vuelta al derecho común o civil ¿La crisis del particularismo del
derecho del trabajo? Revista de Derecho de la Universidad de Montevideo. Págs. 53 a 61.
6
Mangarelli, Cristina. Op. Cit. Págs. 53 a 61.

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merced a los derechos laborales relacionados en los motivos primero y segundo
precedentes (principio tutelar o protector y de irrenunciabilidad de los derechos
laborales)7.
Estimar lo contrario, esto es, que en materia laboral deben aplicarse los
mismos requisitos de la institución civil a la que se acude, significaría, en el caso de
la fuerza como vicio del consentimiento, exigir que la coacción ejercida hacia un
trabajador sea burda para constituir un vicio del consentimiento, lo que se aleja de
la realidad que nos demuestra que la coacción puede ser imperceptible, salvo para
quien la experimenta.
DÉCIMO CUARTO: Que, en la especie, deben advertirse las siguientes
circunstancias:
1°.- Tal como lo declaran las testigos, el actor se desempañaba
originalmente como coordinador técnico, en su calidad de psicólogo. Fue a partir
del anexo de contrato de 1 de enero de 2019, que asumió funciones de director
subrogante del Programa CEPIJ Coronel, ejerciendo tal cargo hasta la fecha de su
despido, como lo reconocen ambas deponentes. Como se indicó, tal cargo era de
exclusiva confianza de la dirección y sub dirección de la Corporación Opción.
2°.- La testigo Lorena Bojanic Soto admitió también que el trabajador estaba
considerado para el proyecto 2019. La demandante acompañó el formulario de
presentación de proyectos presentado por la corporación demandada ante el
Servicio Nacional de Menores, en el que se describe, en la dimensión de “recursos
humanos”, que el equipo estaría encabezado por Cristian Moraga Jerez en el cargo
de director, como responsable de toda la gestión. Se justifica lo anterior con los
documentos adjuntos al currículum vitae del demandante, en que se demuestra que
detenta la calidad de psicólogo universitario y magíster en psicología jurídica y
forense, entre otros antecedentes.
3°.- Se acompañó también la Resolución Exenta N°1401, de 24 de abril de
2019, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que resolvió adjudicar el
código PRM 5373 del concurso público de proyectos para la línea de acción
Programas, modalidad Protección Especializada, específicamente el Programa de
Maltrato y Abuso Sexual (PRM), a la Corporación Opción.

7
Iltma. Corte de Apelaciones de Concepción. Sentencia de 6 de julio de 2007 dictada en causa
Rol Nº 3.684 2006.

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4°.- En el oficio N°366, de 29 de agosto de 2019, remitido por el Sename
Región del Bío Bío, se informa que don Cristian Alonso Moraga Jerez prestaba
servicios en el programa CEPIJ Coronel perteneciente al colaborador Corporación
Opción, al momento de su desvinculación, el 02 de mayo de 2019, y que a esa
fecha se encontraba en ejecución dicho programa.
Lo anterior, conduce a colegir que el trabajador demandante tenía
razonablemente una expectativa de permanecer en el programa al que se
encontraba vinculado, pues a pesar que su cargo era de coordinador técnico, su
empleador lo incluyó en el proyecto 2019 en un rango superior, como director del
proyecto en Coronel, cargo que se encontraba ejerciendo como subrogante al
momento de su despido.
DÉCIMO QUINTO: Que, en el mismo orden, la testigo doña Lorena Bojanic,
quien es coordinadora del proyecto y que fue la persona que viajó desde Santiago
a despedir al demandante, declaró en juicio que efectivamente el actor cumplía
funciones de director subrogante y que estaba considerado también como director
para el proyecto 2019 que iniciaba en mayo de este año. También señaló que el
actor estaba enterado del viaje que ella tenía programado para el 2 de mayo de
2019, aunque se sorprendió cuando le comunicó su despido, es decir, no era algo
que se esperaba. La testigo explicó que el viaje era para entregarle personalmente
la carta de despido y el finiquito, señalando que cuando llegó al establecimiento
subió al segundo piso a conversar con Cristian Moraga y que luego de explicarle
los motivos de su despido en su oficina, en una reunión en la que sólo participaron
ellos dos, le propuso ir a firmar el finiquito a la notaría. Añadió Lorena Bojanic que
luego del trámite en la notaría, regresaron a las oficinas y le propuso que
conversaran con todo el equipo, aunque aseguró que en esa oportunidad Cristian
no quiso hablar. En la contra interrogación, la testigo fue ambigua al referirse
acerca de si el actor tuvo o no la oportunidad de revisar en la oficina, antes de
acudir a notaría, el finiquito que ella mantenía en una carpeta. Sólo mencionó que
“se conversó del finiquito”.
En este punto, cobra relevancia también el acta de reunión de 2 de mayo de
2019, que la testigo Bojanic Soto reconoció de su propia autoría. Esto porque en tal
documento la misma persona deja constancia que la visita que realizó a Coronel
fue con el objeto de informar al director subrogante del término de su contrato con

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la Corporación. Sostiene que a las 9.15 horas de la mañana, aproximadamente,
sostuvo la reunión con Cristian Moraga en su oficina, exponiendo la decisión al
demandante. Reitera nuevamente que “el profesional se muestra sorprendido pero
tranquilo, manifiesta que si bien no está de acuerdo con la decisión, entiende que
fue tomada por la jefatura”. La misma testigo añade que en ese momento le
planteó, para efectos de concluir el proceso, concurrir a la notaría a firmar finiquito,
precisando que “la notaría está al frente del programa”. En dicho lugar, continúa,
Cristian procede a firmar conforme el finiquito “sin realizar comentarios”. Al regreso,
agrega, se reunieron con el equipo “para explicar que se iba”. Cristian se despide
de los trabajadores. Luego de un momento, concluye, “el actor opta por retirarse a
eso de las 11 horas”.
A su turno, la testigo de la demandante, doña Ingrid Palma Leiva, quien se
desempeñaba como dupla sicosocial con el demandante y se encontraba presente
el día del despido, 2 de mayo de 2019, confirmando la dinámica anterior, aseguró
que ese día se presentó Lorena Bojanic a conversar con el equipo, pero cuando
ella llegó, saludó y se dirigió inmediatamente a la oficina de Cristian en el segundo
piso y que luego de unos momentos salieron hacia la notaría, según pudo observar
uno de los profesionales quien los encontró en la escalera mientras ellos bajaban.
Otra compañera, dijo, recibió un mensaje en su celular en que Cristian le comentó
que estaba en la notaría firmando finiquito. Estaban solos Cristian y Lorena. Luego
de esto, explica que regresaron a la oficina y se reunió a todos para informarles del
despido. Lorena Bojanic le agradeció a Cristian pero él prefirió no hablar. Describió
que Cristian en ese momento se mantuvo callado y tranquilo, que se le ofreció
dirigir palabras de despido pero que prefirió no hablar porque lo vio afectado. La
misma deponente también reconoció que ese mismo día se reunieron a almorzar
con el demandante, luego de lo relatado, quien les contó que para él las cosas
pasaron muy rápidas, que se sintió presionado y que no alcanzó a reaccionar a
tiempo. No tuvo tiempo de pensar, concluyó.
DÉCIMO SEXTO: Que, como se observa, el actor desconocía el objeto del
viaje de Lorena Bojanic a Coronel, manifestando ambas testigos que se mostró
sorprendido con la decisión, pues debe recordarse que su continuidad era al menos
esperable producto de que formaba parte del proyecto 2019 que comenzaba recién
en mayo de este año. De modo que la comunicación de despido que le brindó

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Lorena Bojanic no pudo menos que sorprenderlo gravemente, si se considera
incluso que si la causal invocada fue la del artículo 161 del Código del Trabajo,
como lo alega el demandado, el artículo 162 del mismo Cuerpo Normativo
prescribe enviarla con 30 días de anticipación, sin perjuicio de la indemnización
sustitutiva del pre aviso.
Además, hay circunstancias que rodearon el despido que incrementaron el
factor sorpresa impidiendo al actor conducirse soberanamente. Por una parte,
como se declaró, en todo el proceso del despido, desde que se comunicó al actor
hasta la firma del finiquito, sólo tomaron parte Lorena Bojanic y el actor. El actor se
mantuvo aislado del resto de sus compañeros de trabajo, logrando sólo compartir
un escueto mensaje de texto con una de ellas.
La misma testigo reconoció también que una vez que comunicó el despido al
actor, en su oficina, acto seguido le requirió concurrir a la notaría donde se
suscribió el finiquito, notaría que estaba ubicada justo “al frente” de las oficinas. Es
decir, no debió transcurrir un tiempo prudente que permitiera reaccionar al
demandante.
Y a su regreso a la oficina, Cristian Moraga se reunió con los demás
profesionales, al menos una de ellas lo notó visiblemente afectado, razón por la
cual no pudo dirigir palabra alguna a sus compañeros de trabajo.
No debe olvidarse, además, que Lorena Bojanic reconoció en el acta de
reunión que todo el proceso, desde que se informó al actor del despido y hasta su
retiro de las oficinas, no duró más de 2 horas (de 9.15 a 11.00 horas).
Entonces, es posible presumir fundadamente que las circunstancias en que
se firmó el mentado finiquito fueron del todo adversas para el trabajador, quien
atendida la rapidez de los hechos y el factor sorpresa referido, no tuvo tiempo de
revisar con detención su contenido, concluyendo por suscribir una convención en
condiciones desventajosas, lo que a juicio de este sentenciador es constitutivo de la
existencia de una fuerza moral suficientemente grave como para viciar el
consentimiento, pues a razón de ella el trabajador nada menos que renunció a sus
derechos laborales.
DÉCIMO SÉPTIMO: Que, entonces, corresponde acoger la demanda en
cuanto pretendía la declaración de nulidad relativa del acto jurídico finiquito suscrito
por las partes el 2 de mayo de 2019 y, en consecuencia, rechazar la “excepción de

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finiquito” opuesta por la parte demandada, pues esta última supone la validez del
acto, lo que en esta sentencia ha sido descartado.
El efecto propio de la nulidad, contemplado en el artículo 1687 del Código
Civil, permite a las partes ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si no
hubiese existido el acto o contrato nulo. De modo que el trabajador se encuentra en
posición de impugnar el despido sufrido.
DÉCIMO OCTAVO: Que, en relación con el despido, el actor confunde dos
situaciones diferentes. Esto porque alega que el despido habría sido verbal, pues
no se le hizo entrega de la carta de despido. De modo que pretende que el tribunal
estime que el despido es injustificado por no haberse invocado causal alguna y
que, en consecuencia, se condene a pagar al demandado el recargo del 50% sobre
la indemnización por años de servicio, por aplicación del artículo 168 letra b) del
Código Laboral.
Sin embargo, una cosa es no haberse remitido la carta en la forma prevista
en el artículo 162 del Código del Ramo y otra distinta el no haberse invocado
causal alguna para el despido. Y sus consecuencias son diferentes. Pues, para el
primer caso, el artículo 162, inciso octavo, establece que “Los errores u omisiones
en que se incurra con ocasión de estas comunicaciones que no tengan relación con
la obligación de pago íntegro de las imposiciones previsionales, no invalidarán la
terminación del contrato, sin perjuicio de las sanciones administrativas que
establece el artículo 506 de este Código”. Mientras que la no invocación de causal
alguna sí da efectivamente el derecho a reclamar el incremento pretendido por el
actor.
La situación descrita, empero, no es constitutiva de un despido sin causa.
En el caso se invocó la causal del artículo 161 para poner término al contrato del
actor. La propia parte demandante lo reconoce en su demanda al pedir
subsidiariamente que se declare que el despido es injustificado por no ser efectivas
las necesidades de la empresa. Es más, la propia conducta del actor es indicativa
de tal circunstancia, pues el demandante admitió en su declaración confesional que
recibió de parte de su empleador el pago de las sumas consignadas en el finiquito,
que corresponden a las indemnizaciones por años de servicio y sustitutiva del
aviso, previo que corresponde pagar al empleador cuando se invoca para el
término la causal ya referida.

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Además, como se indicó, la testigo Lorena Bojanic explicó que llevaba
consigo la carta de despido al momento de desvincular al trabajador, documento
que se acompañó al juicio.
En consecuencia, no puede sostenerse que en el caso no se haya invocado
causal alguna, sin perjuicio de analizar si la causal invocada se ajusta o no a
derecho, de modo que por el solo hecho de no haber cumplido el demandado con
las formalidades de envío que contempla la ley, no puede resultar aplicable la
sanción o incremento que contempla el artículo 168 letra b) del Código del Trabajo,
pues esta sanción supone que no se hubiera invocado ninguna causa legal.
DÉCIMO NOVENO: Que, ahora bien, la causal invocada en la carta de
despido corresponde a la de “necesidades de la empresa” del artículo 161 inciso
segundo del Código del Trabajo, según se lee en la respectiva carta, pues se
asegura que en su calidad de director subrogante del programa CEPIJ Coronel, se
ha perdido la confianza en su gestión. Además, se informa que en el programa
recientemente licitado no se contempla el cargo de coordinador técnico, y aunque
se había proyectado que asumiera en el cargo de director, esto no podrá ocurrir por
lo ya señalado anteriormente (pérdida de confianza), según se lee de la carta
incorporada.
Dicha causal, empero, no aparece ajustada a derecho, principalmente
porque, como se reconoce en el mismo documento y ha resultado también
establecido en el juicio, el actor al tiempo del despido sólo ejercía la dirección del
programa en calidad de “subrogante”, pues desde un principio ingresó al proyecto
en su calidad de psicólogo como coordinador técnico. De modo que, aun
suponiendo que el cargo de director era de confianza, no resulta justificado invocar
la pérdida de la misma respecto de un funcionario cuyo ingreso no estuvo
determinado por dicha circunstancia, sino por sus capacidades o habilidades
profesionales. De modo que no puede sostenerse que el actor se haya mantenido
exclusivamente por la confianza del empleador, de acuerdo a la naturaleza de sus
servicios.
Además, la causal del artículo 161 inciso segundo del Código del Trabajo,
conocida como desahucio, exige que se trate de trabajadores que tengan poder
para representar al empleador y que, además, estén dotados de facultades
generales de administración, nada de lo cual fue probado en autos.

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Finalmente, la testigo Lorena Bojanic, quien despidió al actor en
representación del empleador, reconoció que en realidad existía otro motivo omitido
en la carta de orden económico, esto es, que las plazas licitadas para 2019 fueron
sólo 75, a diferencia de las 90 licitadas anteriormente (2015), de modo que a su
entender se requerían menos profesionales. Tal situación, dista mucho de la
pérdida de confianza invocada.
En consecuencia, deberá acogerse la demanda de despido improcedente,
debiendo condenarse al demandado al pago del incremento legal que corresponde
del 30% por sobre la indemnización por años de servicio percibida por el actor.
VIGÉSIMO: Que, cabe precisar que el actor también cobra en su demanda
el pago de la indemnización sustitutiva del aviso previo por la suma de $1.493.359,
la indemnización por años de servicio por la cifra de $5.973.436, y el feriado
proporcional ascendente a $240.314. No obstante, el actor en su confesional
reconoció haber percibido a esta fecha tales prestaciones de parte de su ex
empleador, de modo que se desestimará en estos rubros la demanda para evitar un
doble pago.
Debe precisarse que tales pagos no se ven afectados por la nulidad
declarada en relación al finiquito, pues la causa de dichas indemnizaciones es la
ley y, en consecuencia, el empleador ha pagado lo que debía.
VIGÉSIMO PRIMERO: Que, finalmente, el actor reclama también la
restitución del descuento efectuado por el empleador respecto del aporte patronal
al seguro de desempleo, descuento que no ha sido controvertido.
En este sentido, debe señalarse que del finiquito acompañado por ambas
partes, consta que el empleador descontó de las indemnizaciones que debía
percibir el demandante, la suma de $2.767.402, por concepto de “descuento AFC”,
de acuerdo al artículo 13 de la Ley N°19.728 de 2001.
Al respecto, cabe considerar que esto se trata de una materia resuelta por la
Excma. Corte Suprema, quien ha establecido la siguiente doctrina, que este
sentenciador comparte: “Sexto: Que para resolver en qué sentido debe unificarse la
jurisprudencia respecto de la interpretación del artículo 13 de la Ley 19.728, debe
considerarse lo que expresa. Dicho precepto indica que “Si el contrato terminare
por las causales previstas en el artículo 161 del Código del Trabajo, el afiliado
tendrá derecho a la indemnización por años de servicios…” Y el inciso segundo

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indica que “se imputará a esta prestación la parte del saldo de la Cuenta Individual
por Cesantía…”. Del tenor de la regla queda claro que una condición sine qua non
para que opere es que el contrato de trabajo haya terminado por las causales
previstas en el artículo 161 del Código del Trabajo. Luego, lo que cabe preguntarse,
es si el término del contrato por necesidades de la empresa fue considerado
injustificado por el juez laboral, cabe entender que no se satisface la condición o,
en cambio, al haberlo invocado el empleador, eso bastaría por dar satisfacción a la
referida condición. Debe advertirse que la primera interpretación es la más
apropiada, no sólo porque si uno considerara la interpretación propuesta por el
recurrente constituiría un incentivo a invocar una causal errada con el objeto de
obstaculizar la restitución o, lo que es lo mismo, validando un aprovechamiento del
propio dolo o torpeza –nemo auditur non turpidunimen est-, sino que significaría
que un despido injustificado, en razón de una causal impropia, produciría efectos, a
pesar que la sentencia declara la causal improcedente e injustificada. De ahí que
deba entenderse que la sentencia que declara injustificado el despido por
necesidades de la empresa priva de base a la aplicación del inciso segundo del
artículo 13 de la ley ya tantas veces citadas. Todavía cabría tener presente que si
la causal fue declarada injustificada, siendo la imputación válida de acuerdo a esa
precisa causal, corresponde aplicar el aforismo que lo accesorio sigue la suerte de
lo principal. Mal podría validarse la imputación a la indemnización si lo que justifica
ese efecto ha sido declarado injustificado. Entenderlo como lo hace el recurrente
tendría como consecuencia que declarada injustificada la causa de la imputación se
le otorgara validez al efecto, logrando así una inconsistencia, pues el despido sería
injustificado, pero la imputación, consecuencia del término por necesidades de la
empresa, mantendría su eficacia” (Sentencia dictada por la Excma. Corte Suprema
el 10 de diciembre de 2015 en causa Rol N° 2778-15).
Similar criterio se estableció por el mismo Tribunal Superior mediante
sentencia dictada en causa Rol N° 8.435-2017, pronunciada el 29 de noviembre de
2017. Y más recientemente, en sentencia dictada en causa Rol N°1.073-2018, con
fecha 20 de marzo de 2019.
En razón de lo anterior, habiéndose calificado el despido sufrido por el
demandante, como improcedente, cabe ordenar la restitución del descuento
practicado, como aparece reclamado en autos.

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Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1437, 1438, 1445, 1456, 1546,
1681, 1682, 1684, 1687, 1698 y 2446 y 2453 del Código Civil; artículo 160 del
Código de Procedimiento Civil; y artículos 1, 2, 5, 7, 9, 10, 154, 161, 162, 168, 445,
456 y 459 del Código del Trabajo; SE DECLARA:
I.- Que SE RECHAZA en todas sus partes la objeción documental formulada
por la parte demandante en audiencia preparatoria.
II.- Que, SE RECHAZA la excepción de finiquito opuesta por la demandada
y SE ACOGE la demanda interpuesta por don CRISTIAN MORAGA JEREZ, en
contra de la CORPORACIÓN DE OPORTUNIDAD Y ACCIÓN SOLIDARIA
OPCIÓN, representada por doña Milagros Neghme Cristi y por doña Loreto
Hermosilla Moraga, todos ya individualizados, sólo en cuanto se declara:
A.- Que el finiquito suscrito con fecha 2 de mayo de 2019 por el demandante
es nulo.
B.- Que, el despido del actor es improcedente y, en consecuencia se
condena al demandado a pagar al actor la suma de $1.792.030 por concepto del
recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicio.
C.- Que, se ordena el pago al actor del descuento indebido del seguro de
cesantía, por un monto de $1.008.838 pesos.
III.- Que SE DESESTIMA en todo lo demás la referida demanda.
IV.- Que las sumas ordenadas pagar deberán serlo con más los reajustes e
intereses que contemplan los artículos 63 ó 173 del Código del Trabajo, según
corresponda.
V.- Que no se condena en costas al demandado, por no haber sido
totalmente vencido.
Regístrese, notifíquese y archívese oportunamente.
RIT O-38-2019
RUC 19- 4-0189089-3

Proveyó don(a) RODRIGO HERNAN VERA GARCIA, Juez Titular del 2do
Juzgado de Letras de Coronel.

En Coronel a veintisiete de septiembre de dos mil diecinueve, se notificó por


el estado diario la resolución precedente.

A contar del 08 de septiembre de 2019, la hora visualizada corresponde


Rodrigo Hernan Vera Garcia al horario de verano establecido en Chile Continental. Para Chile Insular
Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar 2 horas. Para más
Fecha: 27/09/2019 14:56:39 información consulte http://www.horaoficial.cl
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