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CADAFE SE FORTALECE AL FUSIONARSE CON SUS FILIALES

En reunión reciente del Consejo de Ministros, se aprobaron dos decretos de


vital importancia para el sector eléctrico: el que autoriza fusionar a
CADAFE con sus empresas filiales y el que deroga la privatización del
Sistema Eléctrico de Monagas y Delta Amacuro (SEMDA), así lo informó el
Ministro de Energía y Petróleo y Presidente de Petróleos de Venezuela,
Rafael Ramírez Carreño quien agregó que ambas decisiones están
contenidas en los Decretos 4.492 y 4.491, respectivamente, aparecidos en
la Gaceta Oficial 38.441 del 22 de mayo.
El ministro Ramírez señaló que con la aprobación de la fusión de CADAFE
con sus empresas filiales se ahuyenta de forma definitiva el fantasma de la
privatización, permitiendo de esta manera reducir significativamente la
excesiva e innecesaria burocracia existente actualmente en esta empresa
eléctrica.
“El objetivo del Gobierno Bolivariano es el de fortalecer a las empresas
eléctricas del Estado; por tal razón está llevando adelante una serie de
importantes inversiones que alcanzan los dos mil millones de dólares y
adicionalmente ejecuta el fortalecimiento institucional de CADAFE dotando
de herramientas, sistemas y capacitación del personal que labora en esta
empresa; de manera de enfrentar el reto de ser el pilar fundamental del
crecimiento económico del país;” informó Ramírez.
Cabe recordar que el Ejecutivo Nacional, según Decreto 1.388 de agosto
de 2001 había declarado en reestructuración y ordenó el inició del proceso
de reorganización de la empresa eléctrica estatal, Compañía Anónima de
Administración y Fomento Eléctrico, CADAFE. En virtud de lo anterior, y
por órgano del Ministerio de Energía y Petróleo, hay que darle continuidad
a las referidas decisiones para materializar las acciones que coadyuven en
el proceso de adecuación de la empresa, para que alcance mayores niveles
de rendimiento, mejora del servicio, reducción de costos y mayor
dinamismo en la toma de decisiones. De alli que en relación al Decreto
4.492, se ordena la fusión de Eleoriente, Eleoccidente, Elecentro, Cadela y
Semda, todas filiales de CADAFE., la cual tendrá ahora carácter de
sociedad subsistente.
Entre tanto, las sociedades objeto de fusión en el presente Decreto se
disuelven de pleno derecho conforme a lo dispuesto en el numeral 7 del
artículo 340 del Código de Comercio, y quedan extinguidas sin necesidad
de proceder a su liquidación. El patrimonio de las sociedades a fusionar se
transmitirán en bloque, al patrimonio de CADAFE. Los elementos activos y
pasivos quedarán integrados al patrimonio de ésta, con lo cual se
mantendrá la situación de cualquier acreedor de las sociedades fusionadas.
El MINPET será el órgano de adscripción de CADAFE y ejercerá la
representación de la República respecto a las acciones de su propiedad.
Igualmente éste Despacho realizará los trámites pertinentes para la
elaboración de la reforma y protocolización del Documento Estatutario de
CADAFE.
Los trabajadores de las sociedades Anónimas Eleoriente, Eleoccidente,
Elecentro, Cadela y Semda, continuarán en el goce y disfrute de los
derechos y beneficios adquiridos, conforme a la Ley Orgánica del Trabajo y
la Convención Colectiva. El Decreto ordena realizar las modificaciones
presupuestarias necesarias con relación a la fusión, conforme a la Ley.
El CASO DE SEMDA
Por su parte el Decreto 4491 declara concluido, por no llegar a
materializarse, el proceso de privatización de los bienes que integran el
Sistema Eléctrico de los Estados Monagas y Delta Amacuro, SEMDA, para
la prestación del servicio de transmisión, distribución y comercialización de
electricidad, iniciado mediante el Decreto 2.457 del 18 de marzo de 1998,
publicado en la Gaceta Oficial 36.417 del 19 de marzo de ese año. En
consecuencia, queda derogado el precitado Decreto, así como el Decreto
3.027 del 17 de noviembre de 1998, aparecido en la Gaceta Oficial 36.587
del 23 de noviembre de ese año.
La empresa SEMDA continuará prestando el servicio eléctrico en los
estados Monagas y Delta Amacuro, el cual deberá ajustarse a la brevedad
a lo dispuesto en la Ley Orgánica del Servicio Eléctrico y demás normativa
aplicable.

Con la aprobación de los referidos Decretos, aprobada por el Consejo de


Ministros, CADAFE y el sector eléctrico nacional dan un importante paso
adelante en su proceso de recuperación, inmersa como está en la
actualidad la empresa eléctrica en su proceso de Fortalecimiento de su
Gestión. La acción unificadora va de la mano con el Proyecto de País, que
busca fortalecer las empresas estratégicas que apoyen y contribuyen en el
desarrollo económico y social de nuestro país, En este sentido, el proyecto
de Fortalecimiento de la Gestión de CADAFE que se adelanta, busca dar un
paso firme hacia esta recuperación y alejar en forma definitiva el fantasma
de la privatización del sector eléctrico.
En este orden de ideas, el ministro Rafael Ramírez, recordó en cuanto a la
derogación del Decreto de la privatización del Sistema Eléctrico de
Monagas y Delta Amacuro (SEMDA) que este decreto obstaculizó por
muchos años la ejecución de inversiones en estos estados; causando que
el servicio eléctrico en esta región del país se deteriorara de manera
progresiva.
Con la derogación de este decreto de privatización de SEMDA, el Gobierno
nacional a través de CADAFE iniciará de forma inmediata un plan de
inversiones en distribución y transmisión que para los próximos 18 meses
alcanzará los 120 millones de dólares en los estados Monagas y Delta
Amacuro y, permitirá simultáneamente incorporar al Sistema Eléctrico de
Monagas y Delta Amacuro (SEMDA) al proceso de fortalecimiento de
CADAFE, fusionándola también a esta empresa nacional.
Finalmente el Ministro Ramírez acotó que el MENPET congratula a todos los
trabajadores del sistema eléctrico nacional por ser partes del proceso de
fortalecimiento y protagonistas de este cambio.
PRESIDENTE DE CADAFE
Por su parte, el viceministro de Energía y presidente de CADAFE,
INGENIERO Nervis Villalobos, aprovechó para reiterar el mensaje que ha
venido dirigiendo a nuestros trabajadores: “Actualmente tenemos el apoyo
del estado venezolano a través del propio presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías y del ministro de Energía y
Petróleo, Rafael Ramírez, reflejados en la aprobación de una gran cantidad
de recursos económicos para recuperar la infraestructura de la empresa.
Estas son muy buenas noticias. Pero todo ese apoyo debe traducirse en
acciones y resultados concretos de nuestra parte. Quiero invitarlos a todos
a que participen activamente en este proceso de Fortalecimiento de la
Gestión. Debemos ganarle el juego a la desidia y al pesimismo. Podemos
sentirnos en algún momento cansados y desmotivados, pero este es el
momento para levantarse y concretar con acciones nuestro futuro”.
-Es necesario comprometernos con la recuperación y Fortalecimiento de
nuestra CADAFE. De otra manera nos perderíamos en el desierto de la
incertidumbre, desilusión y desconfianza. Requerimos agilizar y alcanzar
una claridad interna de nuestros procesos, que nos permitan llegar a
donde queremos. Es por esto que la fusión de las Filiales y el logro de ser
una organización auditable, es la vía más segura< para permitir la
transparencia. Así lograremos que nuestro país y nuestra gente confíen en
nosotros como empresa y por ende que nuestra imanten como
trabajadores se revalorice.
TRABAJEMOS PARA SER NUEVAMENTE LA EMPRESA ELÉCTRICA ORGULLO
DEL PUEBLO VENEZOLANO QUE SUPERE SATISFACTORIAMENTE LAS
DIFICULTADES Y DESAFÍOS DEL SIGLO XXI

Fusiones, adquisiciones y quiebra


Indice
1. Introducción
2. Conceptos De Fusión
3. Fusiones Bancarias
4. Mecánica De Las Fusiones
5. Quiebra Y Reorganización
6. Arreglos Voluntarios
7. Conclusiones
8. Bibliografía

1. Introducción

En el área de las finanzas corporativas no existe una actividad más dramática y controversial
que la adquisición de una empresa o la fusión de varias. Son fuente asombrosa de escándalos.
Cuando una empresa adquiere a otra, realiza una inversión que, desde luego, se hace en
condiciones de incertidumbre. En este caso se aplica el principio básico de valuación: una
empresa puede ser adquirida si genera un valor presente neto positivo para los accionistas de
la empresa que hace la adquisición. Sin embargo, toda vez que este valor presente neto de un
prospecto de adquisición es muy difícil de determinar,
las fusiones y adquisiciones son, con todo derecho, temas relevantes y novedosos.
Los beneficios provenientes de las adquisiciones reciben el nombre de sinergias, es difícil
estimar las sinérgicos mediante la utilización de flujo de efectivo descontado. Para ello, existen
complejos métodos contables, fiscales y legales cuando una empresa realiza una adquisición.
Las adquisiciones y fusiones son importantes dispositivos de control para los accionistas. Es
posible que algunas sean consecuencia de conflicto fundamental entre los interesas de los
administradores actuales y de accionistas involucrados; adquiriéndose la empresa los
accionistas pueden cambiar las políticas, modificar la estructura organizativa, entre otros de la
empresa adquirirla.
En ocasiones, las fusiones y adquisiciones implican realizar transacciones no muy amigables,
por ello, es necesario poner en practica un plan completo de las tácticas, estrategias, causas y
consecuencia de una posible negociación entre las partes.

2. Conceptos De Fusión

 La Fusión constituye una operación usada para unificar inversiones y criterios


comerciales de dos compañías de una misma rama o de objetivos compatibles.
 Constituye una Fusión la absorción de una sociedad por otra, con desaparición de la
primera, y realizada mediante el aporte de los bienes de ésta a la segunda sociedad.
 La Fusión puede hacerse igualmente mediante la creación de una nueva sociedad,
que, por medio de los aportes, absorba a dos o más sociedades preexistentes
 La Fusión es la reunión de dos o más compañías independientes en una sola. El
jurisconsulto francés Durand expresa que la Fusión "es la reunión de dos o más sociedades
preexistentes, bien sea que una u otra sea absorbida por otra o que sean confundidas para
constituir una nueva sociedad subsistente y esta última hereda a título universal los derechos
y obligaciones de las sociedades intervinientes.
 Hay Fusión cuando dos o más sociedades preexistentes se disuelven sin liquidarse,
para constituir una nueva, o cuando una ya existente absorbe a otra u otras que, sin liquidarse,
quedan disueltas.
 Roberto Montilla Molina opina que "un caso especial de la disolución de las
sociedades, lo constituye la Fusión, mediante la cual una sociedad se extingue por la
transmisión total de su patrimonio a otra sociedad preexistente, o que se constituye con las
aportaciones de los patrimonios de dos o más sociedades que en ella se fusionan.
 La Directiva creada por el Consejo de Ministros de la Comunidad Económica
Europea, define la Fusión como la "operación por la cual una sociedad transfiere a otra,
seguida de una disolución sin liquidación, el conjunto de su patrimonio, activo y pasivo,
mediante la atribución a los accionistas de la (s) sociedad (es) absorbida(s) de acciones de la
sociedad absorbente".
 Es el acuerdo de dos o más empresas jurídicamente independientes, por el que se
comprometen a juntar sus patrimonios y formar una nueva sociedad. Cualquier combinación
que resulta en una entidad económica a partir de dos o más entidades anteriores a la
combinación.

Características De La Fusión

1. Puesta en común por dos o más sociedades de todos sus activos con la toma del
pasivo, ya produciendo la creación de una sociedad nueva, ya realizando aportes
consentidos a una sociedad preexistente (absorbente) y aumentando su capital en el
caso de que el activo neto exceda su capital suscrito.
2. La desaparición de la (s) sociedad (es) aportante (es) o absorbida (s).
3. La atribución de nuevos derechos sociales a los asociados de las sociedades
desaparecidas.
4. De acuerdo con la opinión del Dr. José Luis Taveras, "la Fusión se caracteriza por:
Disolución de la sociedad absorbida que desaparece en tanto persona moral.
5. Transmisión de la universalidad de los bienes de la sociedad absorbida a la sociedad
absorbente.
6. Los accionistas de la sociedad absorbida devienen en socios de la absorbente.
7. Las Fusiones son operaciones generalmente practicadas en períodos de expansión
económica o de crisis
8. Tomando en cuenta la definición de Fusión dada por la Directiva creada por el Consejo
de Ministros de la Comunidad Económica Europea, pueden establecerse las siguientes
características:

o La transferencia de todo el patrimonio activo y pasivo de las sociedades


absorbidas a la sociedad absorbente o de las sociedades a fusionarse a la nueva sociedad.
 La disolución sin liquidación de las sociedades absorbidas a fusionarse.
 La atribución inmediata a los accionistas o de las sociedades absorbidas o de las
sociedades fusionantes de acciones de la sociedad absorbente o de la sociedad nueva y
eventualmente de una indemnización o compensación en especie que no sobrepase el 10% del
valor nominal de las acciones atribuidas o, en defecto de valor nominal, por su parte contable.

Clasificacion de las fusiones

1. Según el Código de Comercio francés, la Fusión puede ser de dos tipos:

 Fusión Pura. Dos o más compañías se unen para constituir una nueva. Estas se
disuelven, pero no se liquidan.
 Fusión por Absorción. Una sociedad absorbe a otra u otras sociedades que también se
disuelven pero no se liquidan.
1. Según Tellado hijo (1999) considera que la Fusión puede llevarse a cabo de
dos maneras:

o Fusión "Por Combinación". Denominada también Fusión propiamente dicha,


consiste en que dos o más compañías se unen para constituir una nueva. Estas se disuelven
simultáneamente para constituir una compañía formada por los activos de las anteriores,
mediante la atribución de acciones de la compañía resultante a los accionistas de las disueltas.
La disolución de las compañías fusionadas, si es anterior a la formación de la compañía nueva,
se puede convenir bajo la condición suspensiva de la Fusión.
o Fusión "Por Anexión". Una o varias compañías disueltas para ello, aportan su
activo a otra ya constituida y con la cual forman un solo cuerpo. La compañía absorbente ha
aumentado su capital mediante la creación de acciones que atribuye a los accionistas de las
compañías anexadas, en representación de los aportes efectuados para la Fusión. Las
Fusiones pueden reunir sociedades de la misma forma o de formas diferentes. Pero una Fusión
entre una sociedad y una asociación no sería posible.

1. Según la competencia e interés comercial, existen tres tipos de Fusiones:

 Fusión Horizontal. Dos sociedades que compiten ambas en una misma rama del
comercio. Las empresas ocupan la misma línea de negocios, y básicamente se fusionan
porque:
o Las economías de escala son su objetivo natural.
o La mayor concentración en la industria
 Fusión Vertical. Una de las compañías es cliente de la otra en una rama del comercio
en que es suplidora. El comprador se expande hacia atrás, hacia la fuente de materia primas,
o hacia delante, en dirección al consumidor.
 Conglomerado. Estas compañías ni compiten, ni existe ninguna relación de negocios
entre las mismas. Los arquitectos de estas fusiones han hecho notar las economías
procedentes de compartir servicios centrales como administración, contabilidad, control
financiero y dirección general.

Formas básicas de adquisiciones

 Fusión o consolidación: La consolidación es lo mismo que una fusión excepto por el


hecho de que se crea una empresa totalmente nueva, pues tanto la que adquiere como la
adquirida terminan su existencia legal anterior y se convierten en parte de la nueva empresa.
En una consolidación, la distinción entre la empresa que hace la adquisición y la empresa que
adquirida no es de importancia; sin embargo, las reglas que se aplican son básicamente las
mismas que las fusiones. También, en ambos casos, las adquisiciones dan como resultado
diversas combinaciones de los activos y pasivos de las dos empresas.
 Adquisiciones de acciones: consiste en comprar las acciones con derecho a voto
entregando a cambio efectivo, acciones de capital y otros valores. El procedimiento de
compra suele comenzar con una oferta privada afectada por la administración de una
empresa a otra. La oferta es comunicada a los accionistas de la empresa fijada como blanco de
adquisición por medio de anuncios públicos, tales como la colocación de avisos en los
periódicos.
 Adquisición de activos: estas adquisiciones implican la transferencia de títulos de
propiedad. Los procedimientos pueden resultar costosos. Una empresa puede adquirir
otra compañía comprando la totalidad de sus activos y para ello se requerirá del voto formal de
los accionistas de la empresa vendedora.
o Fusión por Incorporación: Es cuando dos o más Instituciones existentes se
reúnen para constituir una Institución de nueva creación, originando la extinción de la
personalidad Jurídica de las Instituciones incorporadas y la transmisión a título Universal de
sus patrimonios a la nueva sociedad.
o Fusión por Absorción: Es cuando una o más instituciones son absorbidas por
otra institución existente, originando la extinción de la personalidad jurídica de las
instituciones absorbidas y donde la institución absorbente asume a título universal de sus
patrimonios a la nueva sociedad.

3. Fusiones Bancarias

Es la Unión de 2 o más entidades bien sea por Incorporación o Absorción, en beneficio de una
nueva sociedad que sustituya a otras ya existentes, o bien se puede decir que es la unión de 2
o más patrimonios sociales cuyos titulares desaparecen para dar nacimiento a uno nuevo o
cuando sobrevive un titular este absorbe el patrimonio de todos y cada uno de los demás; en
ambos casos el ente está formado por los mismos socios que constituían los entes anteriores y
aquellos reciben nuevos títulos en sustitución de los que poseían.
Toda Fusión Bancaria que se realiza en Venezuela emerge como una solución para los
problemas de las Instituciones y del sistema financiero. Estas fusiones son positivas para la
consolidación del sistema financiero el cual se encuentra tan deteriorado y esto hace desde
aproximadamente algunos siete años, ello aún es más notorio en un mercado tan pequeño en
Venezuela si lo comparamos con otros países.
Las fusiones no constituyen ser una solución milagrosa frente a las ineficiencias bancarias. Si
no existe una confiable solidez en las organizaciones que deseen fusionarse quizás apuntarían
solo a la sumatoria de ineficiencias en una organización que al ser mayor, sería redondamente
inmanejable.
Las fusiones resultan convenientes en casos que las entidades exhiban previamente un grado
indispensable de salud en sus balances (es decir, no lo maquillen como muchas veces lo han
hecho y se ha comprobado), efectiva racionalización de los gastos de transformación,
excelente gerencia del riesgo, capacidad para responder apropiadamente con mínimos costos
y máxima efectividad a los cambios del entorno, solidez patrimonial calidad del servicio y
reducción de costos.
Solo entonces puede llevarse a cabo las fusiones traducibles en una estructura eficiente que
racionalice los costos y aporte beneficios al público ahorrista y a la estabilidad del mercado.

Ventajas y desventajas de las fusiones bancarias

Ventajas Desventajas

- Mejora la calidad del Servicio Bancario. - Bajan los Pasivos Laborales (Despidos
Masivos)
o Bajan
los - Dependiendo como este la Economía
costo del país la Fusión será una buena
s de estrategia.
Trans
forma - Creación de monopolios y oligopolios
ción.
o Bajan - Posible pánico y confusiones del público
los
costo
s de La cartera de Crédito en litigio y
opera demorada a la hora de fusionarse.
ción
y
prod
ucci
ón.

- Solidez y Prestigio en el Mercado


Financiero.
- Competitividad en el Mercado Financiero.

- Administración más metódica y fiscalización


centralizada.

Efectos de las fusiones bancarias

1. Creación de una nueva razón social, resultante de la disolución de dos o más


entidades solicitantes de la Fusión, que implique el traspaso en conjunto de
sus respetivos capitales de la entidad con la nueva razón social, la cual
también adquirirá la totalidad de los derechos y obligaciones de las
instituciones fusionadas.
2. Absorción de una o más instituciones por otra, lo cual conllevará la
desaparición de la (s) entidad (es) absorbida (s) y el traspaso de la
universalidad de su (s) capital (es), activos y pasivos a la entidad absorbente.
3. Compra de la totalidad de las acciones de la entidad absorbida por parte de la
entidad absorbente. Como consecuencia de esta operación, y luego de la
comprobación del hecho mediante acta notarial y de haberse cumplido con las
formalidades establecidas en el Código de Comercio y en las disposiciones
legales vigentes, los activos y pasivos de la entidad absorbida se integrará al
capital de la entidad absorbente, quedando la primera disuelta y liquidada de
pleno derecho.

Fuente se sinergia en las fusiones y adquisiciones.


Dentro de las posibles fuentes de sinergia existen cuatro categorías básicas, a
saber:

1. Mejoramiento de los ingresos:

Una razón importante de las adquisiciones es que una empresa


combinada puede generar mayores ingresos que dos empresas
separadas. Los incrementos de ingresos pueden provenir de las
ganancias por comercialización, de los beneficios estratégicos y del
poder de mercado.

a. Ganancias por comercialización: con frecuencia se afirma que


las adquisiciones y las fusiones pueden producir ingresos
operativos mayores como resultado de las actividades de
comercialización. Dichas mejoras pueden hacerse en las
siguientes áreas:

o Sobre la anterior ineficiente programación en los medios de


comunicación y los esfuerzos de la publicidad.
o En las débiles redes de distribución actual.
o En la mezcla de productos no equilibrada.

a. Beneficios estratégicos: algunas adquisiciones presagian una


ventaja estratégica. Esta es una oportunidad para sacar
ventaja el medio competitivo si ciertas situaciones llegan a
materializarse. El beneficio estratégico es más una opción que
una oportunidad de inversión estándar. Michael Power (1985)
utiliza el ejemplo de la adquisición de la empresa Carmín
Paper Company de Procter & Gamble como un punto de
avanzada que le permitió a esta ultima desarrollar un
conglomerado altamente interrelacionado de productos de
papel: pañales desechables, toallas de papel, productos de
higiene femenina y papel de seda.
b. Poder de mercado o monopólico: un empresa puede adquirir a
otra para reducir la competencia. En caso de ser así, los
precios pueden incrementarse para lograr utilidades
monopólicas. Las fusiones que reducen la competencia no
benefician a la sociedad. Las evidencias empíricas no indican
que el creciente poder de mercado sea una razón significativa
de las fusiones. Si el poder monopólico se incrementa a través
de una adquisición, todas empresas de la industria deberían
beneficiarse a medida que aumente el precio del producto
de la misma.
c. Reducción de Costos: Una de las razones básicas para
realizar una fusión es que una empresa puede operar más
eficientemente que dos empresas separadas. De tal modo, por
ejemplo, cuando el Bank of América estuvo de acuerdo en
adquirir la empresa Security Pacific, citó como razón principal
la posibilidad de tener costos más bajo. A través de una fusión
o adquisición, una empresa puede obtener una eficiencia
operativa mayor en diversas áreas o funciones.
d. Economías de escala: Si el costo de producción disminuye a
medida que aumenta el nivel de producción, se dice que se ha
logrado una economía de escala. Las economías de escala
crecen hasta su nivel óptimo. Después de ese punto, se
producen deseconomías de escala, o sea aumenta el costo
promedio una vez superado ese punto.
e. Economías de integración vertical: a partir de combinaciones
verticales así como horizontales, se pueden obtener
economías operativas. El principal propósito de las
adquisiciones verticales es facilitar la coordinación de las
actividades operativas estrechamente relacionadas. La
transferencia de tecnología es otra razón de las
integraciones verticales.
f. Recursos complementarios: algunas empresas adquieren a
otras para hacer un mejor uso de los recursos actuales o
para contar con los elementos que faltan para el éxito.
g. Eliminación de la administración eficiente: existen ciertas
empresas cuyo valor puede aumentar con cambio de
administración. En algunos casos, los administradores no
entienden la naturaleza de las condiciones cambiante, no
pueden abandonar las estrategias y los estilos que han
formulado a lo largo de los años.

1. Ganancias Fiscales:

Las ganancias fiscales pueden ser un poderoso incentivo para realizar algunas adquisiciones.
Entre las mismas se pueden mencionar:

a. Uso de las pérdidas fiscales derivadas de pérdidas operativas netas: algunas


veces las empresas tienen pérdidas fiscales que no pueden aprovechar, éstas
reciben el nombre de pérdidas no operativas netas.
b. Utilización de una capacidad de endeudamiento no usada: debido a que se
produce algún grado de diversificación cuando las empresas se fusionan, es
probable que el costo de la reorganización financiera sea inferior para la
empresa combinada de lo que es la suma de sus valores para las dos
empresas separadas. Por lo tanto, la empresa adquiriente podría incrementar
su razón de deuda a capital después de una fusión, con lo que generaría
beneficios fiscales adicionales y un valor adicional.
c. Empleo de superávit: otra de las lagunas de las leyes se refiere a los fondos
de superávit. Se presenta en el caso de una empresa, por ejemplo, tenga un
flujo de efectivo libre de costos, es decir, disponible después del pago de los
impuestos y después de que se hayan considerado todos los proyectos
con valor presente neto positivo. En esta situación, la compra de valores en
renta fija, la empresa tendría varias formas de gastar ese excedente, como:
pago de dividendos, readquisición de acciones o adquisición de acciones de
otra empresa.
1. Costos de capital:

Con frecuencia el costo de capital se puede


reducir cuando dos empresas se fusionan
debido a que los costos de la emisión de
valores se encuentran sujetos a economías de
escala. Los costos de una emisión tanto de
deudas como de capital son mucho más bajos
tanto para las emisiones más grandes como
para las más pequeñas.

Cálculo De La Sinergia Proveniente De Una


Adquisición
Suponga que la empresa A planea adquirir la
empresa B. El valor de A es VA y el de B es
VB . La diferencia entre el valor de una
empresa combinada (VAB) y la suma de los
valores de las empresas como entidades
separadas es la sinergia que resulta de la
adquisición:
Sinergia = VAB – (VA + VB)
Es común que la empresa adquiriente deba
pagar una prima por la empresa adquirida. Por
ejemplo, si las acciones de la empresa fijada
como blanco de adquisición se negocian a 50
dólares cada una, el comprador pudiese pagar
60, lo cual implicaría una prima de 10 dólares,
es decir 20%. Obviamente, la empresa A
deseaba determinar la sinergia antes de
comenzar las negociaciones con B en lo
referente a la prima. La sinergia de una
adquisición puede determinarse a partir del
modelo general de flujo de efectivo
descontado.
T CFt
Sinergia =
(1 + r)t
t=1

donde CFt es la diferencia entre los flujos de


efectivo en el momento t de la empresa
combinada y la suma de los flujos de efectivo
de las dos empresas separadas. En otras
palabras, CFt es el flujo de efectivo adicional
en la fecha proveniente de la fusión. El término
r es la tasa de descuento ajustada por el
riesgo apropiado de los flujos de efectivo
adicionales. Por lo general, se considera que
ésta es la tasa requerida de rendimiento sobre
el capital contable de la empresa fijada como
blanco de adquisición.
4. Mecánica De Las Fusiones

Para realizar una Fusión bancaria deberá existir un plan de Fusión que contendrá lo siguiente:

a. Cronograma de ejecución del plan de Fusión,


indicando en forma clara y precisa las etapas y lapsos
en que se cumplirá y el responsable de su ejecución.
b. Fundamentos económicos financieros de la Fusión.
c. Análisis del impacto de la Fusión en las áreas legal,
financiera, contable y legal.
d. Diagnóstico y programas de las áreas de
tecnología, recursos humanos, administración
y operaciones.
e. Estados financieros proforma de Fusión, esto es como
se estime comenzar después de realizada la Fusión.
f. Estructura accionaria que tendrá en ente financiero
resultante de la Fusión una vez llevado a cabo este
proceso.
g. Relación de los nexos o vinculaciones de cualquier tipo
incluyendo, parentesco de consanguinidad o afinidad
existentes entre los accionistas.
h. Copia del proyecto de estatutos sociales del ente
resultante de la Fusión.

Acuerdo Base de la Fusión.


Constituye el primer paso para realizar la Fusión. Este deberá ser aprobado mediante el
consentimiento unánime de los accionistas de las sociedades a ser fusionadas; esta
aprobación surge como consecuencia de que la Fusión conlleva el traslado a otra empresa de
los capitales aportados por los accionistas; o por la Junta Directiva, cuando la faculten los
estatutos de la sociedad para ello.
Se deberá hacer un original, de idéntico tenor, por cada sociedad interesada del Contrato Base
de Fusión y también un número de originales necesario para el registro y la publicación.
Proyecto, Ante Proyecto, Tratado Provisional o Protocolo de Fusión. Los pasos de la Fusión
empiezan con la existencia de actos anteriores al acto definitivo propiamente dicho.
Los Administradores o los Directores de las sociedades que participan en la Fusión, habrán de
redactar y suscribir un Proyecto de Fusión, supeditado a la aprobación de la Junta General de
Accionistas de las sociedades a ser fusionadas. Sin embargo, cuando sea aprobada por la
Asamblea Extraordinaria, automáticamente se convierte en el Contrato definitivo de la Fusión.
El Proyecto de Fusión debe cumplir con las formalidades de publicidad y con otras
formalidades exigidas a cualquier modificación estatutaria de las sociedades por acciones. El
contenido del Protocolo de Fusión debe, por lo menos, contener las siguientes menciones y
asuntos:

 Exposición de los motivos a que obedece la operación proyectada, así como el fin , las
condiciones y los fundamentos que persigue la Fusión.
 Tomar en cuenta los balances de los aportes de las sociedades absorbidas, la entrega
de acciones, el aumento de capital de la sociedad absorbente y los términos o plazos que se
prevén para realizar las distintas operaciones.
 Levantamiento del balance del valor de las dos sociedades, incluyendo claramente
sus activos y pasivos, con miras a proteger a los acreedores y los socios.
 Fechas de los estados financieros de las sociedades involucradas.
 Indicar la fecha a partir de la cual las operaciones de la sociedad absorbida deberán
ser consideradas como realizadas por la sociedad absorbente.
 Información a los accionistas sobre la Fusión. Los accionistas deben tener
conocimiento de los siguientes documentos: Proyecto de Fusión, Informes de los
expertos contables sobre el Proyecto de Fusión, Informes de los Administradores o Consejo de
Administración de cada una de las sociedades sobre el Proyecto de Fusión, Balance de cada
una de las sociedades, Proyecto de la nueva constitución y Estatutos vigentes de las
sociedades que participan en la Fusión.

Disolución de las Sociedades Absorbidas.


La Fusión equivale a una disolución anticipada de la sociedad absorbida.
Se requieren los siguientes consentimientos:

 Accionistas. Que toman su decisión en Asamblea Extraordinaria, apoyándose en los


informes del Consejo de Administración y de los Comisarios de la compañía.
 Acreedores.
 Asamblea General. El representante de la sociedad absorbida realizará los aportes
activos de dicha sociedad con el compromiso de pagar su pasivo, si esto es lo pactado, a
condición de una atribución de nuevas acciones de la sociedad absorbente que serán creadas
a título de aumento de capital social. Este aporte constará en un acto auténtico, bajo
declaración notarial, en varios originales y será aprobado provisionalmente por un
representante de la sociedad absorbente.
 Asamblea General Extraordinaria de Accionistas de la sociedad absorbente, deliberará
y decidirá sobre el aumento de capital para la creación de acciones en representación de los
aportes en naturaleza de la sociedad absorbida y votar sobre las modificaciones que tienen
como causa, el aumento del capital.
 Publicación del Aumento de Capital. Se deben observar las formalidades de publicidad
establecidas en los artículos 42, reformado por la Ley 1041, y 46 del Código de Comercio.
Cuando la compañía a ser absorbida tenga inmuebles, su transferencia deberá ser inscrita o
transcrita con las deliberaciones y documentaciones relacionadas con esos aportes.

Fusión Por Absorción. Fase Preparatoria de la Fusión Por Absorción


Formalidades. Cuando la Fusión se realiza por vía de la absorción de una sociedad por
acciones por otra ya existente, se deben aplicar para la compañía absorbente, las mismas
formalidades prescritas por la ley para el aumento de capital, con aporte en naturaleza de una
compañía, que son las siguientes:

 Se convoca una Junta General Extraordinaria, la cual decidirá el aumento y creará las
acciones que serán atribuidas en representación del aporte efectuado por la compañía
absorbida.
 Hará también las modificaciones estatutarias que sean la consecuencia del aumento.
 Las formalidades a cumplir por parte de la compañía que se anexa a la otra, son las
siguientes:

La Junta General Extraordinaria de Accionistas pronuncia la disolución anticipada de la


compañía. Designa los liquidadores y les da poderes para que aporten el activo de la compañía
a la absorbente, mediante la atribución a los accionistas de acciones de la subsistente.

Fusión por la Constitución de una Sociedad Nueva


Formalidades. Cuando la Fusión se realiza por la vía de la creación de una sociedad por
acciones nueva, se debe cumplir las mismas formalidades prescritas por la ley para la
constitución de una sociedad por acciones.

 Acuerdo Base. Acuerdo provisorio que interviene por lo regular entre los Consejos de
Administración o los apoderados de las sociedades a fusionarse. Puede hacerse en forma
auténtica o bajo firma privada. La Asamblea de accionistas puede decidir por los aportes de los
activos y pasivos, que la sociedad quede disuelta y nombrar por adelantado a los liquidadores.
 Proyecto de Fusión. Debe ser redactado por los Administradores de las sociedades a
ser fusionadas y debe ser aprobado por la Junta General de dicha sociedad; de lo contrario, si
los estatutos no le otorgan esa facultad, será necesario el consentimiento unánime de los
accionistas.
 Se puede resolver, además, que por el sólo hecho de la Fusión la compañía quedará
disuelta y la junta designará los liquidadores, o, si es preferible, se puede acordar la disolución
anticipada de la compañía, dándoseles poder a los liquidadores designados para operar la
Fusión. Este Proyecto debe contener, por lo menos, las mismas menciones que para el
Proyecto de Fusión de la Fusión por Absorción.
 Estatutos. Se deberán establecer los estatutos de la nueva sociedad a la cual los
representantes de cada sociedad harán sus aportes a cambio de una atribución de acciones.
Esta compañía estará integrada por los activos de las fusionantes, aportados por sus
representantes mediante la atribución de acciones a los accionistas de las compañías
fusionantes, en la proporción convenida.
 Capital en Numerario. Las acciones representativas de este capital deberán ser
suscritas y libradas en los términos fijados por la ley y las suscripciones y verificaciones
deberán ser constatadas por una declaración notarial.
 Asamblea General. Una Asamblea General de Accionistas nombra los primeros
Comisarios, a menos que los estatutos los nombren. Los liquidadores de las sociedades
disueltas y en liquidación, están calificados para ejecutar los actos de Fusión sin que haya
necesidad de que intervengan los accionistas personalmente.
 Los accionistas de las sociedades fusionadas deberán ser considerados como
accionistas de la nueva sociedad y podrán ser nombrados Administradores.
 Publicación y Registro. La Fusión requiere de la publicidad dispuesta por los artículos
42, modificado por la ley No. 1041, y 46 del Código de Comercio. Al documento constitutivo
de la compañía se anexarán:
 Compulsa del documento otorgado ante notario que acredite la suscripción del capital
social y el pago de las acciones.
 Copia certificada de las deliberaciones acordadas por las Juntas Generales
Constitutivas, verificando la verdad de las declaraciones de los fundadores. Esto según los
artículos 51, 56 y 57 del Código de Comercio.
 Lista nominativa de las suscripciones, certificada.

5. Quiebra Y Reorganización

Las empresas que no pueden cumplir con los pagos contractuales pactados ante los
acreedores o que toman la decisión de no hacer tales pagos tienen dos opciones básicas: la
liquidación o la reorganización.
La liquidación se refiere al finiquito de una empresa como un negocio en marcha: implica la
venta de los activos del negocio a su valor de rescate. Los fondos obtenidos, después de
deducir los costos de los procedimientos judiciales, se distribuyen entre los acreedores en el
orden de las prioridades establecidas.
La reorganización es la opción de mantener a la empresa como un negocio en marcha; algunas
veces implica la emisión de nuevos títulos para reemplazar los títulos antiguos.
La liquidación y la reorganización formal pueden realizarse por medio de una quiebra. La
quiebra es un procedimiento legal que puede realizarse de manera voluntaria cuando la
corporación presenta una petición al respecto o involuntariamente cuando los acreedores
presentan dicho pedido.

Causas Y Síntomas De La Quiebra


Se considera que una compañía esta técnicamente insolvente si se encuentra en imposibilidad
de hacer frente a sus obligaciones actuales; sin embargo, esta insolvencia tal vez sea temporal
y se pueda remediar. Por lo tanto, la insolvencia técnica solo demuestra una falta de liquidez.
Por otra parte, la insolvencia en la quiebra significa que los pasivos de una compañía exceden
sus activos; en otras palabras, el capital contable de la compañía es negativo. El fracaso
financiero incluye la escala completa de posibilidades entre estos extremos.
Los remedios para salvar una compañía en problemas varían en severidad de acuerdo al grado
de dificultad financiera. Si las perspectivas son suficientemente desesperadas, la liquidación
puede ser la única alternativa factible. Con algo de esperanza (y suerte) muchas compañías en
problemas se pueden rehabilitar para beneficio de los acreedores, de los accionistas y de la
sociedad. Aunque el propósito principal de una liquidación o rehabilitación es proteger a los
acreedores, también se toman en cuenta los intereses de los dueños. A pesar de ello, los
procedimientos legales favorecen a los acreedores. De lo contrario, vacilarían en conceder
crédito y la asignación de fondos a la economía no seria eficiente.
Aunque las causas de la dificultad financiera son numerosas, muchos fracasos son atribuibles
en forma directa o indirecta a la administración. Es muy raro que una mala decisión sea la
causa de la dificultad; normalmente la causa consiste en una serie de errores y la dificultad va
evolucionando en forma gradual. Debido a que los avisos de probables problemas son
evidentes antes de que se llegue al fracaso, el acreedor tiene que estar en posibilidades de
tomar acciones correctivas antes de que ocurra el fracaso. Muchas compañías se pueden
conservar como negocios en marcha y pueden realizar una aportación económica a la
sociedad. En ocasiones la rehabilitación es dura, de acuerdo con el grado de la dificultad
financiera. Sin embargo, quizá estas medidas sean necesarias si la empresa desea prorrogar
su vida.

6. Arreglos Voluntarios

Una prorroga no es mas que la posposición por parte de los acreedores del vencimiento de sus
obligaciones. En casos de insolvencia temporal de una compañía que por lo demás es sana.
Los acreedores quizás prefieran resolver el problema con la compañía. Al no forzar el problema
con procedimientos legales, los acreedores evitan importantes gastos legales y la posible
disminución del valor en liquidación.
Más aún, mantienen sus derechos totales contra la compañía de que se trata; no acceden a un
arreglo parcial. La posibilidad de que los acreedores recuperen el valor total de sus derechos
depende por supuesto de que la compañía mejore sus operaciones y su liquidez. En una
situación de prorroga, los acreedores existentes con frecuencia o están dispuestos a conceder
crédito adicional en las nueva ventas e insisten en que las compras actuales se paguen en
efectivo. Es obvio que ningún acreedor va a conceder la prorroga de una obligación si los
demás no lo hacen también. Por consiguiente, normalmente se forma un comité e acreedores
por parte de los principales acreedores para negociar con la compañía y formular un plan que
sea satisfactorio para todos los involucrados.
Ningún acreedor esta obligado a seguir el plan. Si existen acreedores descontentos y sus
derechos son pequeños, quizá los demás les liquiden con el fin de evitar los procedimientos
legales. El numero de descontentos no pueden ser demasiado grande, puesto que los
acreedores restantes en esencia tienen que asumir sus obligaciones. Es evidente que los
acreedores pueden crear controles sobre la compañía que le aseguren una administración
apropiada y aumenten la probabilidad de una recuperación rápida. Además peden escoger
asegurarse si existen activos negociables. La amenaza final por parte de los acreedores es
iniciar los procedimientos de quiebra contra la compañía y obligar a su liquidación. Al conceder
una prorroga muestran una inclinación a cooperar con la empresa.

Composición
La composición incluye una liquidación prorrata de los derechos de los acreedores en efectivo
o en afectivo y pagares. Es necesario que los acreedores estén de acuerdo en aceptar una
liquidación parcial como pago de su derecho total.
Al igual que en la prorroga, todos los acreedores tienen que estar de acuerdo con la liquidación.
Es necesario pagar la totalidad de su adeudo a los acreedores descontentos o ellos pueden
forzar a la compañía a declararse en quiebra. Pueden representar un importante problema y
evitar un arreglo voluntario. En general, los arreglos voluntarios pueden ser ventajosos para los
acreedores, así como para los deudores, pues se evitan los gastos legales y las
complicaciones.

Liquidación Mediante Un Arreglo Voluntario


En ciertas circunstancias, los acreedores pueden sentir que la compañía no se deba conservar
puesto que parece inevitable que se siga deteriorando su situación financiera. Cuando la
liquidación es la única solución realista, se puede llevar a cabo a través de un acuerdo privado
o mediante los procedimientos de quiebra. Es probables que la liquidación privada ordenada
sea mas eficiente y que de cómo resultado un pago bastante mas alto. Este tipo de liquidación
voluntaria se conoce como una cesión. El acuerdo privado también se puede realizar a través
de la cesión formal de activos a un fideicomisario designado. El fideicomisario liquida los
activos y distribuyes los ingresos provenientes de su venta a los acreedores sobre una base de
prorrateo. Debido a que el convenio voluntario tiene que ser acordado por todos los
acreedores, por lo general queda restringido a compañías con un numero limitado de
acreedores y con valores que no estén en poder del publico.
Procedimiento De Reorganización
Lo más conveniente para todos los interesados podría ser reorganizar una compañía en lugar
de liquidarla. Desde un punto de vista conceptual, una empresa se debe reorganizar si su valor
económico como una entidad de operación es mayor que su valor de liquidación. Se debe
liquidar si es cierto lo contrario, es decir, si vale mas muerta que viva. La reorganización es un
esfuerzo por mantener en operación una compañía mediante cambos en su estructura de
capital. La rehabilitación incluye la reducción de los cargos fijos por la sustitución de capital y
valores de ingresos limitados por valores de ingresos fijos.

Procedimientos
El deudor o los acreedores presentan una solicitud y comienza el caso. La idea en una
reorganización es mantener en marcha el negocio. En la mayor parte de los casos, el deudor
continuara dirigiendo el negocio, aunque un fideicomisario pueden asumir la responsabilidad
operativa de la compañía. Una de las grandes necesidades en la rehabilitación es el crédito
provisional.
Si no se nombra un fideicomisario, el deudor tiene el derecho único de elaborar un plan de
reorganización y presentarlo dentro de los 120 días. De lo contrario, el fideicomisario tiene la
responsabilidad de asegurarse que se presente un plan. Puede ser elaborado por el
fideicomisario, el deudor, el comité de acreedores o acreedores individuales y se puede
presentar mas de un plan. Todos los planes de reorganización tienen que ser presentados a los
acreedores y accionistas para su aprobación. El papel del tribunal es revisar la información en
el plan, para asegurar de que la exposición sea completa.
Es una reorganización, el plan tiene que ser justo, equitativo y factible. Estos significa que
todas las partes tienen que ser tratadas de un modo justo y equitativo y que el plan sea
realizable con respecto a la capacidad de obtener utilidades y la estructura financiera de la
compañía reorganizada, así como a la capacidad de la compañía para obtener crédito mercantil
y, quizá, prestamos bancarios a corto plazo.
Cada clase de tenedores de derechos tiene que votar sobre un plazo. Para que sea aceptado
el plan tienen que votar a favor de él mas de la mitad en numero y dos terceras partes en
importantes de los derechos totales en cada clase y los tenedores de derechos pueden aceptar
mas de un plan.
El siguiente paso es que el tribunal de quiebra celebre una audiencia de confirmación. Si los
tenedores de derechos aceptan mas de un plan, el tribunal tiene que seleccionar el mejor.
También puede confirmar un plan que haya sido aprobado por una clase pero no por todas las
clases de tenedores de derechos. En todos los casos el plan de reorganización tiene que
cumplir con ciertos estándares para ser confirmado por el tribunal. Estos estándares tienen que
ver con que sea justo, equitativo y factible. Una vez confirmado el plan por el tribunal de
quiebre, el deudor tiene que desempeñarse de acuerdo con las condiciones del mismo. Más
aún, todos los acreedores y accionistas, incluyendo los descontentos, quedan obligados por el
plan.

Reorganización en estado de quiebra


El aspecto difícil de una reorganización es la reconstrucción de la estructura de capital de la
compañía para reducir la cantidad de cargos fijos. Al elaborar un plan de reorganización existen
3 pasos. Primero, se tiene que determinar la valuación total de la compañía reorganizada. Tal
vez este paso sea el mas difícil y el mas importante. La técnica favorecida por los
fideicomisarios es la capitalización de las probables utilidades.
La cifra de valuación esta sujeta a considerable variación, debido a la dificultad de estimar las
probables utilidades y determinar una tasa de capitalización apropiada. Por lo tanto, la cifra de
valuación no representa mas que el mejor estimado del valor potencial. Aunque la
capitalización de las probables utilidades es el enfoque generalmente aceptado para valuar una
compañía en reorganización, la valuación se puede ajustar hacia arriba si los activos tienen un
importante valor de liquidación. Por supuesto que a los accionistas comunes de la compañía
les gustaría ver una cifra de valuación tan alta como sea posible. Si la cifra de valuación que
propone el fideicomisario se encuentra por debajo en la liquidación de la compañía, los
accionistas comunes insistirán en la liquidación en lugar de la reorganización.
Una vez que se ha determinad una cifra de valuación, el siguiente paso es elaborar una nueva
estructura de capital para la compañía para reducir estos cargos se disminuye la deuda total de
la empresa desplazándola en parte hacia bonos amortizables con utilidades, acciones
preferentes y acciones comunes. Además de reducirla, los términos de la deuda se pueden
cambiar. Se puede ampliar el vencimiento de la deuda para reducir el importe de la obligación
anual del fondo de amortización. Si se estima que la compañía reorganizada necesitará nuevo
financiamiento en el futuro, el fideicomiso puede sentir que se necesita una razón mas
conservadora de deuda a capital con el fin de obtener flexibilidad financiera futura.
Una vez que se ha establecido la nueva estructura de capital, el ultimo paso incluye la
valuación de los antiguos valores y su intercambio por otros nuevos. En general, todos los
derecho garantizados sobre activos tienen que ser liquidados por completo antes de que se
puede liquidar una reclamación sin derechos preferentes. En el proceso de intercambio, los
tenedores de bonos tienen que recibir el valor par de sus bonos en otros valores antes de que
se pueda realizar distribución llego en el paso 1 establece un limite superior sobre el importe de
valores que se pueden emitir.
Los accionistas comunes de una compañía bajo reorganización sufren bajo la regla de prioridad
absoluta, mediante la cual los derechos tienen que ser liquidados en el orden de su prioridad
legal. Desde su punto de vista, ellos preferirían mucho mas que las reclamaciones se liquidaran
sobre una base de prioridad relativa. Bajo esta regla, los valores se asignan sobre la base de
los precios de mercado relativo de los valores. Los accionistas comunes nunca podrían obtener
valores con garantía preferente en una organización, pero tendrían derecho a algunas acciones
comunes si sus acciones actuales tuvieran valor. Debido a que la compañía en realidad no
están siendo liquidada, los accionistas comunes argumentan que la regla de la prioridad
relativa es realmente la mas justa.

7. Conclusiones

Toda Fusión permitirá ampliar su potencial de negocios sin realizar esfuerzos técnico adicional,
cada vez que la misma contará con un portafolio de servicios ampliado obtenido de la
conjunción de los instrumentos de ambas entidades.
Al fusionarse se busca mantener la cartera de clientes y a su vez tratar de captar los mismos,
fortaleciéndose en dicha Fusión, mientras no se presente una atención personalizada a todos
los clientes en un 100%, seguirán siendo más de lo mismo, otro banco en el montón. La
experiencia nos dice que un cliente por muy pequeño que sea, es decir que no sea un cliente
corporativo, que es donde el Banco se enfoca más y tiene la razón, pero esos clientes
pequeños también hay que tratar de mantenerlos contentos y la atención personalizada es lo
primordial.
Una empresa puede adquirir a otra de diferentes maneras. Las tres formas legales de las
adquisiciones son: fusiones y consolidados, adquisiciones por acciones y compra de activos.
Las fusiones y consolidaciones son las menos costosas de acordar desde el punto de vista
legal, pero requieren de un voto de aprobación por parte de los accionistas. Las adquisiciones
por medio de acciones no requieren de ese voto y de ordinario se llevan a cabo a través de una
oferta directa; sin embargo, es difícil obtener el control total mediante una oferta directa. Las
adquisiciones de activos son comparativamente costosas, porque la transferencia de la
propiedad de las acciones es más difícil. Las fusiones y adquisiciones requieren de una amplia
comprensión de diversas reglas fiscales y contables complicadas, debido a que pueden ser
transacciones gravables o exentas de impuestos.
La sinergia proveniente de una adquisición se define como el valor de la empresa combinada
menos el valor de las dos empresas como entidades separadas. Los accionistas de la empresa
adquiriente ganarán si la sinergia proveniente de la fusión en mayor que la prima.

Ley de Reestructuración Empresarial


1. Normas generales
2. Reestructuración de empresas
3. Disolución y liquidación extrajudicial de empresas
4. Quiebra de empresas
5. Disposiciones complementarias
6. Disposiciones transitorias
7. Disposiciones finales
Aprueba la Ley de Reestructuración Empresarial

DECRETO LEY Nº 26116 (*)

CONCORDANCIA : D.S.E N° 037-PCM-93

(*) Derogado por la Primera Disposición Final del Decreto Legislativo N° 845, publicado el 21-
09-96.

POR CUANTO:

El Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional;

Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;

Ha dado el Decreto Ley siguiente:

LEY DE REESTRUCTURACION EMPRESARIAL

TITULO I

NORMAS GENERALES

Artículo 1.- El presente Decreto Ley establece las normas aplicables a la reestructuración
económica y financiera, liquidación extrajudicial y quiebra de empresas.

Para efectos de lo dispuesto en el párrafo anterior, se consideran empresas las establecidas o


constituidas en el país al amparo de cualquiera de las modalidades contempladas en la
legislación nacional.

No están comprendidas en el presente Decreto Ley las entidades sujetas a la supervisión de la


Superintendencia de Banca y Seguros y de Administradoras de Fondos de Pensiones, que se
regirán por las leyes que las regulan.

Artículo 2.- Uno o varios acreedores impagos cuyos créditos superen en total el equivalente a
cincuenta unidades impositivas tributarias vigentes en la fecha de la solicitud, podrán solicitar la
declaratoria de insolvencia del deudor, ante la Comisión de Simplificación del Acceso y Salida
del Mercado a que e refieren la segunda y tercera disposiciones complementarias del presente
Decreto Ley, en adelante la Comisión.

Para efectos de lo dispuesto en el presente artículo, se entiende por acreedor impago a aquel
cuyo crédito exigible se encuentra vencido y no ha sido pagado dentro de los treinta días
naturales siguientes a su vencimiento. Tratándose de créditos que se vencen por armadas o
cuotas, sólo se computarán las armadas o cuotas vencidas por cualquier causa.

Asimismo, el deudor podrá solicitar su declaratoria de insolvencia ante la Comisión, siempre


que acredite tener pérdidas que reduzcan su patrimonio a una cantidad inferior a la tercera
parte.

Artículo 3.- Recibida la solicitud, la Comisión procederá a citar al deudor para que acredite su
capacidad de pago o su insolvencia, según el caso.

Si la Comisión comprueba que el deudor no tiene capacidad de cumplir con el pago de sus
créditos exigibles y vencidos conforme lo determine el Reglamento del presente Decreto Ley, lo
declarará insolvente y citará en el mismo acto a todos los acreedores para que se reúnan en
Junta, que se realizará en el lugar, día y hora indicados en la convocatoria. La citación se hará
por medio de avisos que se publicarán en el diario oficial "El Peruano" y en otro diario de
circulación de la respectiva localidad, por dos días consecutivos, debiendo mediar entre la
publicación del último aviso y la realización de la Junta de Acreedores por lo menos veinte días
hábiles.

Artículo 4.- Sólo tendrán derecho a participar en la Junta convocada conforme al artículo
anterior, los acreedores que hasta el décimo día hábil anterior a la fecha señalada para la
realización de la Junta presenten ante la Comisión los títulos que acrediten la existencia de sus
créditos, se encuentren o no vencidos.

La Comisión reconocerá la titularidad, legitimidad y cuantía de los créditos conforme lo


determine el Reglamento. Si un crédito ha sido reconocido judicialmente, mediante resolución
consentida o ejecutoriada, la discusión sólo versará sobre su cuantía, siempre que no esté
fijada en la sentencia. Asimismo, corresponderá a la Comisión declarar la prelación de los
créditos reconocidos, conforme el artículo 7o.

La empresa deudora podrá asistir a las sesiones de la Junta debidamente representada para
expresar sus puntos de vista.

Los acreedores que concurran a la Junta elegirán de su seno al Presidente y Vicepresidente.


La Junta podrá designar de entre sus miembros a un Comité al cual delegue en todo o en parte
las atribuciones que le confiere este Decreto Ley, excepto la establecida en el numeral 1 del
artículo siguiente.

La Junta de Acreedores podrá invitar a la Comisión para que nombre un representante que
participe en sus deliberaciones, con derecho a voz, pero sin voto.

Artículo 5.- La Junta de Acreedores tendrá las siguientes atribuciones:

1. Decidir el destino de la empresa, que podrá ser:

a) La continuación de la actividad de la empresa, en cuyo caso entrará en proceso de


reestructuración económica y financiera con arreglo al título II;

b) La disolución y liquidación de la empresa, en cuyo caso se procederá a su liquidación


extrajudicial conforme al título III; o,

c) La declaración judicial de quiebra conforme al título IV.

2. Supervisar la ejecución de los acuerdos que haya adoptado conforme al numeral anterior.

Artículo 6.- Los acuerdos de la Junta previstos en el numeral 1 del articulo anterior se
adoptarán con el voto de los acreedores que representen créditos por un importe superior al
70% del monto total de los mismos y en presencia de un representante de la Comisión, que
certificará la existencia del tal acuerdo y que se ha llevado conforme a ley.

Los demás acuerdos se adoptarán por el voto de los acreedores que representen créditos por
un importe superior al 50% del monto total de los mismos.

Los créditos que tengan como origen la falta de pago de remuneraciones y beneficios sociales,
así como los que tengan como origen la falta de pago de tributos, serán considerados en cada
caso como uno solo y los acreedores serán representados por quienes designen el Ministerio
de Trabajo y Promoción Social y el Ministerio de Economía y Finanzas, respectivamente.
La empresa o los acreedores que en conjunto representen créditos de cuando menos el 20%
del monto total de los mismos, podrán impugnar ante la Comisión los acuerdos adoptados en
Junta de Acreedores, dentro de los diez días hábiles siguientes a la fecha en que se puso en
conocimiento el respectivo acuerdo. Dicha impugnación se sujetará a lo dispuesto en el inciso
b) del artículo 19o. y en el artículo 27o. del Decreto Ley Nº 25868 y a las normas que
contemple el Reglamento.

Artículo 7.- El orden de preferencia de los créditos es el siguiente:

1. Los créditos que tengan como origen el pago de remuneraciones y beneficios sociales
adeudados a los trabajadores.

2. Los créditos alimentarios en el caso contemplado en la primera disposición complementaria.

3. Los créditos que tengan como origen tributos.

4. Los créditos garantizados con hipoteca, prenda o anticresis por el deudor, respecto de los
bienes afectos a la garantía.

5. Los demás créditos, según su antigüedad; si tienen la misma antigüedad y constan en un


Registro, según el orden en que han sido inscritos en el mismo; y si no se puede establecer de
manera cierta la antigüedad, se pagarán a prorrata.

La preferencia de los créditos implica que unos excluyen a los otros según el orden establecido
en el presente artículo hasta donde alcancen los bienes de la empresa.

TITULO II

REESTRUCTURACION DE EMPRESAS

Artículo 8.- Cuando la Junta de Acreedores decida la continuación de las actividades de la


empresa porque existen posibilidades reales para su recuperación económica y financiera, la
empresa entrará en proceso de reestructuración por un plazo no mayor de un año, contado a
partir de la fecha del acuerdo de la Junta de Acreedores sobre el destino de la empresa,
prorrogable por acuerdo de la misma Junta.

La Junta de Acreedores acordará el régimen de administración temporal que deberá tener la


empresa en proceso de reestructuración. Para este efecto, podrá acordar:

1. La continuación del mismo régimen de administración; o,

2. La administración de la empresa por un Banco, acreedor o no de la misma, siendo de


aplicación lo dispuesto por el inciso c) del artículo 110o. y demás normas relativas a las
comisiones de confianza del Decreto Legislativo Nº 637 Ley General de Instituciones
Bancarias, Financieras y de Seguros.

Si la Junta de Acreedores opta por la alternativa prevista en el inciso 2), a partir en su


nombramiento y durante el proceso de reestructuración, el administrador designado sustituirá
de pleno derecho en sus facultades, sin reserva ni limitación alguna, a los directores,
representantes legales y apoderados de la empresa, pudiendo celebrar toda clase de actos y
contratos que fueran necesarios para lograr su recuperación económica y financiera, según lo
establezca el acuerdo de la Junta de Acreedores. Durante el proceso de reestructuración
quedarán en suspenso los estatutos de la empresa. El Reglamento precisará los alcances y
efectos de la suspensión.

El administrador deberá solicitar la inscripción del acuerdo de la Junta de Acreedores en el


Registro Público pertinente, dentro de los tres días hábiles siguientes a su expedición.
Artículo 9.- El administrador deberá proponer a la Junta de Acreedores dentro de los sesenta
días naturales siguientes a su designación, el Plan de Reestructuración al que se sujetará la
empresa durante el plazo de duración del proceso de reestructuración, en el que se detallará,
cuando menos, las acciones que se propone ejecutar, el cronograma de pago de los créditos
hasta su cancelación, el financiamiento de la inversión requerida para la continuación de la
actividad de la empresa, la política laboral a adoptarse y el presupuesto que contenga los
gastos y honorarios que demande la administración.

La Junta de Acreedores aprobará el Plan de Reestructuración observando lo dispuesto en el


segundo párrafo del artículo 6o.

Artículo 10.- El administrador deberá presentar al Juez Especializado en lo Civil de turno el


acuerdo adoptado por la Junta de Acreedores relativo a la continuación de la actividad de la
Empresa, dentro de los tres días hábiles siguientes de adoptado dicho acuerdo.

El Juez, dentro de los tres días hábiles siguientes a la presentación de la solicitud, deberá
notificar el acuerdo de la Junta de Acreedores, al Juez, Arbitro o Tribunal Arbitral, ejecutor
coactivo, según sea el caso, que conocen de los procesos judiciales, arbitrales o coactivos
seguidos contra la empresa para que ordene el inmediato levantamiento de los embargos y de
las demás medidas cautelares trabadas sobre los bienes de la

misma. En el caso de que las indicadas medidas hayan sido ordenadas pero aún no trabadas
el Juez, el Arbitro o el Tribunal Arbitral, o ejecutor coactivo, según corresponda, se abstendrá
de hacerlo.

Asimismo, por el mérito de la notificación a que se refiere el párrafo anterior y durante el


proceso de reestructuración, se suspenderán todos los procesos judiciales, arbitrales o
coactivos pendientes que se siguen contra la mencionada empresa, que tengan como objeto la
ejecución de garantías reales, embargos definitivos o cualquier otra medida definitiva ordenada
sobre los bienes de la misma.

Artículo 11.- La notificación a que se refiere el artículo anterior indicará el nombre o la


denominación social de la empresa; el plazo de duración del proceso de reestructuración, con
precisión de la fecha de inicio y término del mismo; y el nombre o la denominación social de
quien ejerza la administración.

Artículo 12.- A partir de la fecha de inicio del proceso de reestructuración que se indica en la
notificación a que se refiere el artículo anterior, se suspenderá la exigibilidad del pago de las
obligaciones que tuvieran pendientes las empresas comprendidas en el indicado proceso con
su acreedores, las que quedarán sujetas al Plan de Reestructuración. El importe de las
indicadas obligaciones podrá convertirse a dólares de los Estados Unidos de Norteamérica, al
tipo de cambio venta promedio ponderado de la cotización de oferta y demanda, publicado por
la Superintendencia de Banca y Seguros el día en que se inicia el proceso de reestructuración.

A partir del día siguiente y hasta que dure la suspensión dispuesta en el párrafo anterior, se
aplicará a las obligaciones pendientes de pago por la empresa la tasa de interés pasiva en
moneda nacional o extranjera que estuviere pactada; en defecto de régimen de intereses
pactados o cuando se hubiere producido la conversión a dólares, se aplicará la tasa de interés
que publica la Superintendencia de Banca y Seguros. En ningún caso correrán intereses
moratorios por los adeudos mencionados.

Artículo 13.- Por decreto supremo con fuerza de Ley se precisarán los casos en que serán
nulos y carecerán de efectos legales los actos y contratos que de alguna manera afecten el
patrimonio de la empresa en proceso de reestructuración, así como las medidas y ejecuciones
comprendidas en el artículo 10o., celebrados o realizadas entre la fecha de la citación que
efectúe la Comisión conforme al segundo párrafo del artículo 3o. y la fecha de la notificación a
que se refiere el artículo 10o.
Artículo 14.- En cualquier momento durante el proceso de reestructuración, el administrador
que considere que no es posible la reestructuración económica y financiera de la empresa,
convocará a Junta de Acreedores para que se pronuncie sobre las alternativas previstas en los
incisos b) y c) del numeral 1 del artículo 5o.

Vencido el plazo de duración del proceso de reestructuración de la empresa, caducarán las


funciones de la Junta de Acreedores y del administrador, y asumirán su administración aquellos
a quienes corresponda según sus estatutos.

En todo caso, vencido el plazo de duración del proceso de reestructuración, quedará


automáticamente sin efecto lo dispuesto en los artículo 10o. y 12o.

TITULO III

DISOLUCION Y LIQUIDACION EXTRAJUDICIAL DE EMPRESAS

Artículo 15.- En caso que la Junta de Acreedores decidiera la disolución y la liquidación


extrajudicial de la empresa, ésta y sus acreedores procederán a celebrar el respectivo convenio
de liquidación extrajudicial de los bienes de dicha empresa, dentro de los diez días hábiles
siguientes a la celebración de la Junta. Para efectos de la celebración del convenio, se
requerirá el acuerdo de los acreedores cuyos créditos representen un monto superior al 70%
del total de los mismos, aplicándose lo dispuesto en el último párrafo del artículo 6o.

En el caso que la empresa no cumpla con celebrar el convenio a que se refiere el párrafo
anterior en el plazo que señale el Reglamento, la Junta de Acreedores se reunirá para optar la
decisión que corresponda conforme a sus atribuciones.

Celebrado el convenio de liquidación extrajudicial caducan las funciones del administrador que
se hubiere designado conforme al título II y quedará automáticamente sin efecto lo dispuesto
en los artículos 10o. y 12o. Corresponde a la Junta de Acreedores comunicar este hecho al
Juez competente.

El convenio de liquidación extrajudicial deberá inscribirse en el Registro Público pertinente.

Artículo 16.- Los convenios extrajudiciales podrán versar sobre:

1. La liquidación de los bienes del deudor.

2. La condonación de parte de sus deudas.

3. La ampliación del plazo de sus obligaciones.

4. La refinanciación de pago de sus obligaciones.

5. Cualquier otro acto que tenga relación con el pago de las obligaciones y la liquidación de los
bienes de la empresa, así como el pago de los gastos y honorarios que ésta demande.

Artículo 17.- La liquidación extrajudicial de los bienes de la empresa se sujetará a las siguientes
reglas:

1. El convenio de liquidación extrajudicial designará el Banco que ejercerá las funciones de


liquidador, conforme la autoriza el inciso b) del artículo 110o. y demás normas relativas a las
comisiones de confianza del Decreto Legislativo Nº 637 Ley General de Instituciones
Bancarias, Financieras y de Seguros. El liquidador podrá ser o no acreedor de la empresa.
2. El liquidador tendrá las facultades que señalan la Ley General de Sociedades, las normas
complementarias del presente Decreto Ley y las que adicionalmente le otorgue el convenio de
liquidación extrajudicial.

3. Para efectos de la titularidad, legitimidad, cuantía y preferencia de los créditos, se observará


lo acordado por la Comisión conforme al segundo párrafo del artículo 4o.

4. El convenio de liquidación extrajudicial aprobado por la mayoría de los acreedores prevista


en el artículo 6o., será obligatorio para la empresa en liquidación y para todos los acreedores,
inclusive para aquellos que no hayan participado en la Junta de Acreedores y para los que
hayan votado en contra.

5. Cualquier modificación del convenio de liquidación extrajudicial requerirá la misma mayoría


exigida para su aprobación,

TITULO IV

QUIEBRA DE EMPRESAS

Artículo 18.- En el caso que la Junta de Acreedores decidiera la quiebra y la disolución de la


empresa, el Presidente de la Junta solicitará ante el Juez Especializado en lo Civil de turno la
declaratoria de quiebra correspondiente. La Solicitud deberá adjuntar copia de los acuerdos
adoptados en Junta de Acreedores a que se refiere el artículo 5o. Asimismo, podrán solicitar la
declaratoria de quiebra las personas a las que las normas complementarias del presente
Decreto Ley les otorgue expresamente esta facultad.

Artículo 19.- El Juez deberá expedir el auto que resuelve sobre la solicitud de declaratoria de
quiebra dentro de los tres días hábiles siguientes a su presentación. El Reglamento del
presente Decreto Ley señalará el contenido del auto.

En caso de declararse la quiebra de la empresa, el auto correspondiente deberá ratificar la


designación efectuada por la Junta de Acreedores, del Banco facultado por el inciso b) del
artículo 110o. del Decreto Legislativo Nº 637 Ley General de Instituciones Bancarias,
Financieras y de Seguros, para desempeñar las funciones de administración, realización y
liquidación de los bienes de la fallida, conforme lo precisen las normas complementadas del
presente Decreto Ley.

Artículo 20.- Son efectos inmediatos del auto que declara la quiebra de la empresa los
siguientes:

1. Produce un estado indivisible entre la fallida y sus acreedores, que comprende todos los
bienes y obligaciones de ésta, aun cuando dichas obligaciones no sean de plazo vencido, salvo
los bienes y las obligaciones que la ley expresamente exceptúa;

2. Los directores, gerentes y otros administradores de la fallida quedan privados del derecho de
administrar los bienes de ésta, salvo los que sean inembargables conforme a ley. El
desapoderamiento no transfiere la propiedad de los bienes de la fallida a sus acreedores, sino
sólo la facultad de hacerse pago de sus créditos con el producto de su realización;

3. La administración corresponde al Banco ratificado por el Juez para el efecto y, en


consecuencia, quienes ejercían la representación legal de la fallida hasta la fecha de la
declaratoria de quiebra, no podrán comparecer en juicio sea la empresa demandante o
demandada;

4. El Banco ratificado administrará los bienes objeto de desapoderamiento a que se refiere el


numeral 2 del presente artículo y también los bienes respecto de los cuales la fallida tenga
derecho de usufructo, cuidando en ambos casos, que los frutos liquidados ingresen a la masa
de la quiebra;
5. Todas las obligaciones de pago de la fallida se harán exigibles, aunque no se encuentren
vencidas, descontándose los intereses correspondientes al plazo que falte para el vencimiento;

6. Quedarán en suspenso, sólo con relación a la masa de la quiebra, el curso de los intereses
de todos los créditos comunes que estuvieron vencidos a la fecha de la declaratoria de quiebra,
pero una vez pagado el valor de dichos créditos, entrarán a participar proporcionalmente en el
remanente por los intereses que se devenguen con posterioridad;

7. No podrá realizarse ninguna compensación que no se hubiere hecho antes conforme a ley,
entre obligaciones recíprocas de la fallida y sus acreedores;

8. Todos los juicios pendientes que se sigan contra la fallida ante otros jueces de cualquier otra
jurisdicción y que puedan afectar sus bienes, se acumularán al juicio de quiebra. Los nuevos
juicios que se inicien contra la masa de la quiebra se sustanciarán ante el Juez que conoce de
la misma. Igualmente, los juicios o procesos arbitrales que afecten los derechos u obligaciones
de la fallida, se seguirán ante el Juez de la quiebra;

9. Los embargos y todas las demás medidas cautelares que se hubieren dictado en los juicios
acumulados quedarán sin efecto a partir de la fecha de declaratoria de quiebra;

10. Los acreedores hipotecarios, prendarios o anticresistas harán efectivos sus derechos ante
el Juez de la quiebra en los bienes que estén especialmente afectos al pago de su créditos. El
Banco ratificado actuará como depositario de dichos bienes.

Artículo 21.- Conforme lo precisen las normas complementarias del presente Decreto Ley, la
declaratoria de quiebra de la empresa produce, retroactivamente, la nulidad de los
gravámenes, transferencias y demás actos y contratos, ya sean a título gratuito u oneroso, que
afecten su patrimonio, celebrados por la fallida dentro de los seis meses calendario anteriores a
la fecha del acuerdo de la Junta de Acreedores que decide la correspondiente quiebra y
liquidación judicial.

El tercero que de buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de la fallida que en el
Registro pertinente aparece con facultades para otorgarlo, no resultará afectado con la nulidad
a que se refiere el párrafo anterior, una vez inscrito su derecho, salvo que se pruebe que actuó
de mala fe.

La acción de nulidad prescribe en el plazo de dos años contados a partir de la fecha del acto o
contrato correspondiente.

Artículo 22.- Por decreto supremo con fuerza de la Ley se establecerán las reglas a las que se
sujetará el proceso judicial de quiebra.

Artículo 23.- Las conductas punibles referidas a la quiebra de las empresas, se sujetarán a lo
dispuesto en el capítulo I del título VI del Libro Segundo del Código Penal.

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS

PRIMERA.- Lo dispuesto en el presente Decreto Ley regirá para las personas naturales no
consideradas empresas conforme al artículo 1o., en lo que les resulte aplicable, según lo
establezcan las normas complementarias del presente Decreto Ley. Asimismo, tales normas
complementarias señalarán los casos en los que dichas personas podrán ser declaradas en
quiebra.

SEGUNDA .- Sustitúyase el artículo 18o. del Decreto Ley Nº 25868 Ley de Organización y
Funciones del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la
Propiedad Intelectual (INDECOPI), por el siguiente:
"Artículo 18.- El INDECOPI tiene siete comisiones destinadas a la protección de la competencia
y de los derechos de los consumidores así como a simplificar el acceso y la salida del mercado
de los agentes económicos que son las siguientes:

"a) La Comisión Multisectorial de la Libre Competencia;

"b) La Comisión de Fiscalización de Dumping y Subsidios;

"c) La Comisión de Protección al Consumidor;

"d) La Comisión Nacional de Supervisión de la Publicidad;

"e) La Comisión de Represión de la Competencia Desleal;

"f) La Comisión de Supervisión de Normas Técnicas, Metrología Control de Calidad y


Restricciones Paraarancelarias; y,

"g) La Comisión de Simplificación del Acceso y Salida del Mercado".

TERCERA.- La Comisión de Simplificación del Acceso y Salida del Mercado a que se refiere el
inciso g) del artículo 18 del Decreto Ley Nº 25868, que forma parte del INDECOPI, tiene por
objeto supervisar que no se impongan barreras burocráticas que impidan u obstaculicen el
acceso o salida de las empresas de la actividad económica, velando por el cumplimiento de las
disposiciones sobre simplificación administrativa contenidas en el título IV del Decreto
Legislativo Nº 757 Ley Marco para el Crecimiento de la Inversión Privada, así como el
cumplimiento de lo dispuesto en el presente Decreto Ley.

La Comisión a que se refiere la presente disposición, podrá delegar sus funciones a las
entidades con las cuales celebre convenios para el efecto, conforme lo establezca el
Reglamento el presente Decreto Ley.(*)

(*)Esta disposición ha sido modificada por el artículo 52º del D.Leg 807, publicada el 18.04.96,
cuyo texto es el siguiente:

"La Comisión de Salida del Mercado es competente para conocer sobre la declaratoria de
insolvencia de los deudores, el reconocimiento de la titularidad, legitimidad y cuantía de los
créditos, la realización de las Juntas de Acreedores y todos los demás asuntos relacionados
con dichos temas, conforme a lo establecido en el presente Decreto Ley."

CUARTA.- El Banco designado conforme a los artículos 17o. o 19o. del presente Decreto Ley,
para la administración, realización y liquidación de la empresa en liquidación extrajudicial o
quiebra, según el caso, podrá cesar a los trabajadores de la empresa correspondiente para
cuyo efecto cursará un aviso notarial con una anticipación de cinco días hábiles a la fecha
prevista para el cese.

QUINTA.- Las disposiciones complementarias que se dicten por decreto supremo precisarán
otras entidades que podrán ejercer la función de administrador o liquidador, según
corresponda, a que se refieren los artículos 8o., 17o., y 19o. y las demás normas pertinentes
del presente Decreto Ley, así como los requisitos y condiciones aplicables para el efecto.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

UNICA.- Los procesos de quiebra que a la fecha de entrada en vigencia del presente Decreto
Ley se encontraran en trámite, se regirán hasta su culminación por las normas legales que
estuvieron vigentes en la fecha en que se iniciaron.
DISPOSICIONES FINALES

PRIMERA.- Por decreto supremo con fuerza de Ley, refrendado por los Ministros de Economía
y Finanzas y de Industria, Turismo, Integración y Negociaciones Comerciales Internacionales,
se aprobarán las normas complementarias y reglamentarias del presente Decreto Ley, en un
plazo que no excederá de sesenta días naturales contados a partir de su publicación en el
diario oficial "El Peruano".

La reorganización empresarial
de los Estados Unidos de América:
El "Chapter 11".

1. Introducción
2. Procesos concursales en la Ley de quiebras
3. Antecedentes del Derecho Concursal.
4. Procesos concursales en los Estados Unidos
5. El proceso de reorganización en los Estados Unidos
6. Conclusión
7. Bibliografía

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo pretende abordar el estudio de los institutos concursales de carácter


preventivo, o más bien de carácter conservativo – reorganizativo, en el sistema jurídico
establecido por medio de la Ley de Quiebras en los Estados Unidos de América. Este estudio
está dirigido a conocer los aspectos más generales de este sistema tan particular, donde el
sistema jurídico sirve de marco entre los intereses de los acreedores frente a los propios del
deudor-empresario, y los mecanismos para conciliar dichos intereses. Resulta sumamente
importante tener un conocimiento general de esta figura, no sólo por la ayuda que nos puede
brindar en el entendimiento del propio sistema costarricense; sino por cuanto los efectos que
produzcan las crisis en las empresas norteamericanas podrían ser amortiguados de mejor
manera por un profesional que comprenda la mecánica concursal en los Estados Unidos de
América.

Es innegable la conexión entre los mercados de los países del continente americano, ya sea en
mayor o menos grado dependiendo del nivel de conexión comercial existente. Los problemas
de depresión económica en una nación como Estados Unidos, México, Canadá y Chile, y otros
mercados importantes podrían tener consecuencias desastrosas en nuestro país;
especialmente en tiempos en que la globalización y los procesos de integración económica
acercan más nuestros sistemas económicos. Todo esto, pone de manifiesto la innegable
importancia de analizar estos institutos jurídicos aplicables a las épocas de crisis empresarial.

El presente trabajo se plantea en primer momento tres objetivos generales, los cuales me
ayudarán a delimitar el tema y enfocarme en aquellos aspectos que considero más relevantes.
El primero de ellos es conocer los procesos concursales previstos en la Ley de Quiebras de los
Estados Unidos de América; en segundo lugar poder identificar los principales elementos del
proceso concursal contenido en el "Chapter 11" de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, y
finalmente estudiar los aspectos más relevantes de la relación entre los acreedores y el deudor.

Con la finalidad de desarrollar dichos objetivos específicamente intentaré identificar ciertos


antecedentes históricos que permitan entender la naturaleza del instituto reorganizativo
estadounidense, y posteriormente las principales diferencias entre los procesos concursales
previstos en los capítulos 7, 11, y 13 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos de América.
Posteriormente determinaré cuales son los requisitos subjetivos y objetivos para poder
presentar una solicitud de reorganización empresarial de conformidad con el capítulo 11 de la
ley norteamericana. Igualmente importante será describir las diferentes fases del proceso de
reorganización empresarial según la legislación estadounidense, todo ello tomando en cuenta
la relación entre el deudor y los acreedores, los aspectos importantes que la afectan. A lo largo
del trabajo, me permitiré realizar comentarios comparativos entre el instituto procesal que se
analiza, y nuestra legislación, de forma tal que un liviano estudio de derecho comparado ayude
a identificar más efectivamente los aspectos de cercanía y lejanía entre ambos sistemas.

El proceso de reorganización en nuestro país, es de reciente introducción, especialmente si se


toma en cuenta que la normativa aplicable a los procesos concursales preventivos fue
incorporada junto con la promulgación del actual Código Procesal Civil en 1989. Normas que
serían reformadas posteriormente en 1996. Con ello lo que trato de dejar planteado desde este
momento es que comparativamente, la historia y el desarrollo de ambos sistemas marca una
primera y muy importante diferencia.

Finalmente, considero necesario hacer la aclaración de que en esta monografía se utilizan


como sinónimos los términos Capítulo 11 y Chapter 11; y en este mismo sentido al referirme a
la legislación norteamericana le llamo Ley de Quiebras, o Código de Quiebras y con ello, estoy
haciendo referencia al Título 11 del Código de los Estados Unidos, que es el cuerpo normativo
que regula los procesos concursales.

SECCION I. PROCESOS CONCURSALES EN LA LEY DE QUIEBRAS DE LOS ESTADOS


UNIDOS DE AMERICA.

Esta primera sección, busca establecer el marco general del trabajo, por lo cual en primer lugar
intentaré destacar algunos elementos históricos que nos permitan conocer los antecedentes
más importantes del derecho concursal vigente, para posteriormente esquematizar las
diferencias más importantes existentes entre los distintos capítulos de la Ley de Quiebras de
los Estados Unidos. Es importante indicar que en la segunda parte de esta sección, no me
limitare únicamente a revisar los procesos concursales preventivos, sino más bien se hará una
descripción general de los procesos concursales en general que resulten más relevantes en la
legislación estadounidense.

A. ANTECEDENTES DEL DERECHO CONCURSAL.

El derecho concursal podría pensarse que es de desarrollo muy reciente, no


obstante sus antecedentes podrían ser ubicados desde épocas muy antiguas.
Sus orígenes podrían ser identificados inclusive en el derecho romano; no
obstante se muestran rasgos más fácilmente identificables a partir de la Baja
Edad Media. Para el jurista José Leyva Saavedra, es posible identificar tres
fases en la evolución del derecho concursal. La primera fase se inicia en la
Baja Edad Media y concluye con la Primera Guerra Mundial, en dicha época
los procedimientos de insolvencia presentes en los diversos sistemas
legislativos consistían, principalmente, en instrumentos de ejecución del
patrimonio del deudor, que por lo general era comerciante, es decir los
procesos concursales tenían una finalidad netamente liquidatoria. En esta
época la situación del deudor comerciante, a diferencia del civil, resulta aún
más grave, ya que su misma Corporación lo sometía, o lo hacía someterse, a
severas medidas de carácter personal quien normalmente huía para evitar
dichos procedimientos. Con el tiempo las distintas legislaciones buscaron velar
por los intereses de la clase de los comerciantes y de los ciudadanos dañados
por el deudor insolvente. Esta época trató de regular conflictos entre
particulares y asegurar una pacífica solución al problema con el único modo
posible: la liquidación del patrimonio del deudor sobre el cual se ejercita la
ejecución colectiva. En esta primera fase se considera la necesidad de contar
con órganos de justicia que permitan garantizar el buen desarrollo de acciones
colectivas manteniendo un balance entre los intereses de los acreedores y del
insolvente. Al acercarse el final del siglo XIX, y término de esta primera etapa
surgen los primeros convenios preventivos judiciales, situados en un momento
anterior a la quiebra, los cuales debían ser aprobados primero por los
acreedores bajo régimen de mayoría para ser luego homologados por el juez.

No obstante es importante destacar que en este período, no va a ser la


viabilidad económica de la empresa lo que delimite la apertura del convenio
frente a la quiebra, sino la aplicación de criterios subjetivos, en el sentido de
valorar la conducta del empresario o comerciante, de manera tal que la figura
del convenio se limitaba al "comerciante bueno pero desafortunado", es decir
se refiere a la forma en que el comerciante ha desarrollado su actividad
económica, de no ser así se procedería directamente con la quiebra.

La segunda fase se ubica temporalmente después de la primera guerra


mundial al darse la crisis industrial, en esta época comienza a sentirse un
especial interés por la conservación de las empresas en lugar de su
liquidación. El sistema jurídico y político en esta fase realiza una valoración del
enfrentamiento o coincidencia de los intereses privados del empresario, quien
podría intentar eludir la quiebra o conservar por los menos la posibilidad de
continuar en el ejercicio de la propia actividad; y los intereses de los
acreedores, quienes eventualmente podrían preferir aceptar las propuestas del
deudor antes que hacer uso de la quiebra, especialmente en los casos en que
la opción liquidadora brindaría un pago muy reducido de los créditos y una
opción distinta brinda una mejor posibilidad de recuperación económica. Dentro
de estos sistemas la quiebra aparece como una opción a la crisis económica
que extingue al deudor y a las deudas frente a los convenios que, como
institutos alternativos a la quiebra, buscan la solución a la crisis por vías
conservativas extinguiendo las deudas mediante arreglos; pero manteniendo
con vida al deudor. Durante esta época los sistemas jurídicos se limitaron a
predisponer ciertos instrumentos jurídicos que tenían la finalidad de servir
como un regulador de conflictos entre los acreedores y el insolvente, no
obstante es importante indicar que en esta época aún no se protegían los
intereses de los acreedores minoritarios en el sentido de que pudieran impedir
arreglos de la mayoría de los acreedores con el deudor insolvente. Inclusive en
varios sistemas procesales se permitió una moratoria de pagos para facilitar
este tipo de arreglos cuando el deudor no conseguía recuperar la capacidad
financiera íntegramente.

La tercera fase se iniciaría en la segunda post guerra. Esta época se


caracterizará por un mayor interés del Estado en las crisis económicas de las
empresas, consecuencia de que las empresas ya no solamente ponen en
riesgo el capital de los socios y de la empresa misma, sino que ponen en
peligro y afectan a una gran masa de inversionistas o ahorristas al recurrir al
crédito y la colocación de valores en el mercado. La aparición de grandes
empresas que acuden a la captación de fondos en el público y de
financiamiento de entidades estatales agrava los efectos perjudiciales de la
insolvencia empresarial. Es posible considerar que en esta fase, la quiebra y
los otros procedimientos liquidatorios, como medios de solución de las crisis de
las empresas, entran en un proceso de crisis ya que:

"Cuando la disgregación de los medios de producción de la empresa insolvente


se considera contraria al interés de la colectividad, es fácil sostener que la
crisis se afronte con otros medios, incluso jurídicos, más eficaces. La quiebra,
pues, a estas alturas deviene en una hipótesis residual: queda destinada a las
iniciativas económicas que no han alcanzado dimensiones e importancia tales
como para implicar el interés público".

Se deben plantear entonces los distintos ordenamientos jurídicos la


problemática la búsqueda de una salida que responda en forma más eficiente a
los intereses de la colectividad, entendiendo por ello la inclusión de intereses
económicos colectivos: la estabilidad del mercado.

Algunas fuentes de Derecho Comparado señalan el sistema norteamericano


como el primero en plantear la necesidad de configurar institutos concursales
preventivos de carácter reorganizativo desde finales del siglo XIX. De esta
forma el primer antecedente en esta materia se ubica en la Ley de Compañías
Ferroviarias de 1867, en la cual se estableció un procedimiento de
reorganización de empresas ferroviarias y que posteriormente fue expandido a
otras formas de organización empresarial, como un procedimiento concursal
tramitado a través de los "Tribunales de Equity".

Estas formas de solución de crisis económicas se ven aceleradas en su


desarrollo institucional luego de la gran depresión económica y la caída de Wall
Street en 1929. Así la legislación norteamericana sentada en esta materia
sobre la base que le daba el Bankruptcy act de 1898, es sometida a
importantes reformas en los años 30’s. En 1934 se modifica el procedimiento
de reorganización de sociedades ferroviarias para ser aplicado en forma
general a todas las sociedades. Pocos años después, en 1938 se introduce
una nueva reforma conocida como "Chandler Act", promulgada de conformidad
con el artículo 1, sección 8 de la Constitución de los Estados Unidos. Esta es
una ley que estaría dirigida a mantener en vida a las sociedades por acciones
y, en efecto, reestructurarlas o reorganizarlas, antes que liquidarlas. En dicha
legislación se estableció un procedimiento especial de reorganización para
sociedades capitalistas, y que constituye el antecedente inmediato de la actual
"Reorganización Empresarial", introducida el 6 de noviembre de 1978. En ese
momento mediante la "Ley de Reforma a la Ley de Quiebras", nace el nuevo
"Bankruptcy Code" que entraría en vigencia el 11 de octubre de 1979,
posteriormente modificado en 1984 y 1994.

A la luz de estos cambios en la legislación norteamericana, que no resulta en


un fenómeno aislado y que luego se extendería al resto de las legislaciones, se
puede hablar de una nueva filosofía concursal. Este nuevo pensamiento
supera aquellas ideas de que ante la insolvencia del deudor como víctima de
las fuerzas del mercado, de su mala suerte, o inclusive de su ineptitud o mala
fe, el sujeto debía ser dejado a una liquidación y desapoderamiento para que
se honrara hasta la medida de lo posible sus obligaciones económicas. Con la
inserción del interés público en los problemas económicos de los comerciantes,
el Estado encuentra razones para buscar el mantenimiento de la empresa
como uno más de los medios de producción del país, es decir, al Estado le
interesa mantener en lo posible la estabilidad económica de aquellos
mecanismos generadores de riqueza, y que forma parte esencial del balance
financiero del país, de la sociedad.

El sistema desarrollado a partir de este pensamiento, intentará dejar como


última opción el desmembramiento del deudor, para buscar soluciones en las
que se puedan satisfacer de mejor manera los intereses de todos aquellos que
se verían afectados por un cese en las operaciones, incluidos los trabajadores,
los terceros, el propio titular, e inclusive los mismos acreedores. Comienza a
nacer aquí un principio moderno del derecho concursal: El principio de
"conservación de la empresa", el cual eventualmente puede llegar a satisfacer
de forma más eficiente los intereses antes indicados. En este sentido
podríamos afirmar junto con Leyva Saavedra que la conservación de la
empresa viable aparece como principio general, rector y medular de la nueva
filosofía concursal existiendo así mayores posibilidades de satisfacción de los
acreedores si la empresa se reorganiza. Los enormes costos que implica la
reasignación total de los recursos, el interés público que se vería afectado por
la eliminación de la empresa en crisis y la esperanza de abaratar los costos
administrativos a través de procedimientos adecuados de conservación, llevan
fácilmente a la conclusión de que la liquidación ha dejado de ser la norma
general y se ha convertido en la norma residual del sistema concursal.

En el derecho norteamericano el "equity receivership" como procedimiento


reorganizativo a través de los tribunales de equidad, consistía en el
nombramiento por parte del juez de un administrador, ante la solicitud de un
acreedor y en el supuesto de que el deudor se encontrara en falta de pago de
obligaciones vencidas. Este acto judicial suspendía de inmediato todas las
acciones ejecutivas contra el deudor. Los acreedores se organizarían en
comités de acuerdo al tipo de crédito que accionarían en contra del deudor
insolvente, para defender en forma grupal los intereses por naturaleza del
título. Estos comités deberían aprobar un plan de reorganización de la empresa
y nombrar los miembros de un comité de ejecución del plan que se encargaría
de llevar a cabo lo dispuesto en el plan.

Normalmente el plan de reorganización preveía la constitución de una nueva


sociedad a la que se transfería el activo de la sociedad deudora, suscribiendo
las acciones de la nueva sociedad los anteriores acreedores, accionistas y
demás terceros que gozaran de alguna obligación en contra del deudor. Para
aquellos acreedores, que a lo interno de su comité no había aceptado el plan,
el comité de reorganización les pagaría lo que la antigua sociedad deudora les
debía mediante la venta judicial de ciertos bienes sobre la base de un precio
mínimo fijado por el juez, combinando de esta forma vías liquidativas con fines
reorganizativos.

Este "equity receivership" que podría ser traducido al español como un


"desapoderamiento justipreciado", tendrá un importante efecto en la evolución
de los concursos preventivos, especialmente en lo que corresponde a los
procesos reorganizativos, en el tanto "plantea la necesidad de coordinar la
reorganización de la sociedad deudora con los derechos preexistentes de
acreedores, accionistas y terceros afectados por la crisis de la empresa,
regulándose así su participación en la futura sociedad reorganizada, lo que,
constituirá una constante en el Derecho Americano. Con esta finalidad se
constituyen en el «equity receivership» comités de acreedores, accionistas y
obligacionistas que asuman separadamente la protección de los intereses no
siempre coincidentes, de estas categorías de sujetos dentro de la sociedad
reorganizada."

En el citado "Bankruptcy Code" están regulados todos los procedimientos


concursales que el sistema norteamericano pone a disposición de los
interesados para la solución de las crisis económica-financieras tanto de las
personas físicas como jurídicas, tenemos así las siguientes opciones : a)
procedimientos liquidativos o "liquidation proceedings" que se regula en el
capítulo 7; b) ajuste de deudas de un municipio o "adjustments of debts of a
municipality" que está definido en el capítulo 9; c) reorganización o
"reorganization" conocido también como capítulo 11; d) ajuste de deudas de
familia granjera con un ingreso anual regular o "adjustments of debts of a family
farmer with regular annual income" localizado en el capítulo 12; y finalmente e)
ajuste de deudas de persona física con ingreso regular o "adjustments of debts
of an individual with regular income" capítulo 13. El primero es un
procedimiento base del que se excepcionan las sociedades de gestión de
ferrocarriles, de seguridad nacional y las instituciones de crédito. Los otros, por
su parte, se presentan como alternativas al primero, aunque el segundo y el
tercero con carácter especial.

Junto a estos típicos procedimientos concursales encontramos los llamados


"friendly adjustments y assignments for the benefit of creditor", que son
procedimientos de liquidación extrajudicial del patrimonio del deudor. Estos
procedimientos se tramitan ante la National Association of Credit Men,
institución que opera a través de un departamento especial compuesto por
expertos concursales. Los bienes del deudor son transmitidos al
"Departamento de Expertos", del Ministerio de Justicia, los que procederán, por
medios extrajudiciales, a su ejecución en beneficio de los acreedores.

Siendo que este trabajo tiene como finalidad adentrarse en el sistema


legislativo norteamericano, y habiendo definido el marco histórico en el cual
evolucionaron los procesos concursales de la Ley de Quiebras de los Estados
Unidos, corresponde analizar 3 de las distintas opciones que ofrece dicho
sistema.

B. PROCESOS CONCURSALES EN LOS ESTADOS UNIDOS

El sistema para atender crisis empresariales en los Estados Unidos, por medio
de la Legislación de Quiebras, intenta mantener un equilibrio que beneficie
tanto al deudor como a los acreedores, buscando solucionar la existencia de
deudas que no pueden ser asumidas por el deudor, mientras que los
acreedores puedan ser pagados mediante aquellos bienes que no son
indispensables para que el acreedor pueda seguir adelante con su actividad.
Los procesos concursales se encuentran regulados por un grupo de normas
federales que en conjunto son conocidas como el Título 11 del "Código de los
Estados Unidos". El título 11 se subdivide en capítulos, algunos regulan
aspectos de manera genérica en cuanto a cuestiones procesales aplicables a
todos los tipos de procesos concursales, mientras que otros capítulos
corresponden a formas específicas de procesos concursales. Por ejemplo, los
capítulos 1 y 3 regulan aspectos aplicables a todos los procesos, como
terminología, plazos, legitimación procesal, entre otros; y los capítulos 7, 11 y
13, establecen procesos concursales específicos.

El Título 11 o "Código de Quiebras", como ley federal tendrá jerárquicamente


un nivel superior en cualquier conflicto que se presente entre éste y la
legislación estatal, por ser una ley especial fundamentada directamente en la
Constitución. Como ya se puso en evidencia en el aparte anterior, existen
básicamente cuatro procedimientos concursales en la Ley de Quiebras que se
analizarán a continuación, no obstante trataré de hacer mención general de
algunos capítulos relevantes en la estructura del Código de Quiebras.

1. NORMAS GENERALES.

En relación con las normas generales en materia de quiebras, éstas


las encontramos en los capítulos primero, tres, y cinco del Título 11 del
Código de los Estados Unidos. En estos capítulo encontraremos un
marco general aplicable a todos los procesos concursales contenidos
en la legislación norteamericana.

i. CAPÍTULO PRIMERO.

El capítulo primero del código contiene regulaciones de


carácter general. Así por ejemplo la sección 101 define los
términos utilizados en el resto de la normativa: ¿Que es un
representante legal?, ¿Qué es una petición? ¿Qué es una
deuda de un consumidor?, ¿Qué es un acreedor?. En
consideración de los juristas norteamericanos, este tipo de
terminología podría parecer evidente, pero este sistema
jurídico opta por establecer definiciones, ya que los términos
simples o amplios podrían prestarse a confusión. De esta
forma, encontramos la definición de "individuo con ingresos
regulares", y que corresponde a "todo aquel cuyo ingreso es
suficientemente estable y regular que le permita a este sujeto
realizar pagos dentro de un plan definido según el capítulo
decimotercero de este título, excluido el corredor de bolsa."
Este término utilizado en el capítulo trece lo define el Capítulo
Primero junto con una serie de regulaciones cuya finalidad es
dar claridad y uniformidad al título 11 en general. Pero el
capítulo primero no se limita únicamente a definiciones
terminológicas, en él encontramos delimitaciones en relación
con la aplicación de normas a algunos de los tipos de procesos
contemplados en este código. En la sección 105 encontramos
la definición de las funciones del órgano jurisdiccional, otro
ejemplo de lo previsto en el Capítulo Primero es la indicación
de la sección 107 en relación con la publicidad de los
documentos sometidos al procedimiento concursal por las
partes y que con pocas excepciones permite a cualquier de las
partes en el proceso tener acceso a la información del deudor,
inclusive la contable. En la sección 109 se define quien puede
gestionar el inicio de un proceso de esta naturaleza y la
sección 110 dispone sobre las acciones de funcionarios para-
judiciales y no abogados.

ii. CAPÍTULO TERCERO.

El Capítulo Tercero del código define el rol de las partes involucradas


en el proceso, tanto las funciones del juez como de los curadores,
depositarios, e inclusive de los acreedores. En este capítulo se define
el proceso en términos generales y los efectos generales de iniciar un
proceso concursal. En las secciones 301 a la 307 se dispone lo
relacionado con la presentación de acciones judiciales voluntarias y no
voluntarias, quiebras grupales, y en general el procedimiento para
iniciar una quiebra, o cualquiera de los restantes procesos
concursales. A lo largo de las secciones 321 a la 331 se instauran los
depositarios, fideicomisarios, curadores, se definen sus obligaciones, y
a quien corresponde la carga financiera del pago de éstos. Igualmente
en dichas secciones se establecen el rol y funciones de los abogados,
así como de otros profesionales que participan en el proceso,
asimismo se incluye lo relativo a honorarios profesionales.

En las secciones 341 a la 350, el capítulo contiene disposiciones


relativas a las reuniones de acreedores, envío de edictos y
notificaciones, las limitaciones de la Quinta Enmienda en lo que
atiende a la auto-incriminación de actos delictivos, las posibilidades de
conversión de un tipo de proceso en otro, la terminación normal y
anormal del proceso. De la sección 361 a la 366 corresponde lo
relativo al uso y destino de los bienes durante el transcurso del
proceso, de forma tal que se definen los parámetros para vender,
arrendar, o mantener activos; de la misma forma se regula lo relativo a
la generación de deudas o préstamos durante el proceso concursal.
Específicamente la sección 362, será la que a partir del momento en
que se ha interpuesto la acción judicial detenga toda otra acción
judicial en contra de los activos del sujeto que se ha sometido al
proceso.

2. TIPOS DE PROCESOS CONCURSALES

En relación con los distintos tipos de procesos concursales, en esta


sección haremos una breve explicación de tres de ellos, me refiero a
los contenidos en los capítulos siete, once y trece. Ello con la finalidad
de dar al lector una visión general de las características generales de
cada uno de ellos.
i. CAPÍTULO 7- LIQUIDACIÓN

El Capítulo 7 del Código o Ley de Quiebras corresponde al


capítulo liquidatorio, y que en ocasiones es identificado como
la "quiebra directa". Este es el tipo más común de proceso de
quiebra utilizado en el sistema norteamericano, y es al que
normalmente se hace referencia al mencionar el término
quiebra. La finalidad del proceso de quiebra comprendido en el
Capítulo 7 es proteger al deudor contra sus acreedores.

Cuando una persona solicita el inicio de un proceso al amparo


del Capítulo 7, su meta es eliminar la mayoría o todas sus
deudas. El proceso contenido en este capítulo es permitido
cuando las deudas en su mayoría se encuentran sin garantía o
cuando no existen posibilidades de ejecución. Este tipo de
proceso opera sobre todo cuando la naturaleza de las deudas
corresponden a préstamos o tarjetas y juicios de crédito,

Este capítulo se sub divide en cuatro Subcapítulos. El


Subcapítulo primero se ocupa de los deberes del
administrador. El Subcapítulo segundo atiende lo
correspondiente a inventarios, liquidación y la distribución de
los bienes del quebrado. El Subcapítulo tercero regula la
liquidación del corredor de bolsa y el Subcapítulo cuarto
corresponde a la liquidación de los "commodity brokers" o
corredores o comisionistas de mercancías futuras.

Para los deudores sometidos a este tipo de proceso el


Subcapítulo II (sección 721 a 728) contiene una serie de
regulaciones de importancia particular a sus intereses, puesto
acá se establece su derecho de continuar operando su negocio
mientras se desarrolla el proceso de quiebra, se establece la
posibilidad de amortización de deudas sobre bienes inmuebles,
el tratamiento de ciertos embargos preventivos, disposición de
activos, descarga de deudas y ciertas disposiciones relativas al
pago de impuestos.

Desde el punto de vista del deudor, la meta es obtener la


liberación de sus deudas mediante un acto de naturaleza
judicial que establece la eliminación de aquellas deudas que
cumplan con los requisitos necesarios para ello. Las deudas
liberadas en este proceso quedarán totalmente extintas como
si nunca hubiesen existido. Existe un límite de temporalidad
periódica en cuanto a la posibilidad de utilizar este recurso. En
este sentido las personas que califican para someterse a este
régimen no pueden iniciar este tipo de proceso más de una vez
cada seis años. La filosofía jurídica que da fundamento a este
proceso es permitir la liberación del individuo de sus deudas
como fundamento del sistema democrático estadounidense.
Ello debe lograr mantener un equilibrio razonable entre los
intereses de los grandes empresarios financieros
(prestamistas) y de los individuos que son a criterio del
legislador quienes colectivamente han construido dicha
sociedad.

El proceso se inicia con la presentación de las


correspondientes fórmulas y documentos. Posteriormente la
autoridad judicial designa a un administrador quien será
responsable del manejo de los bienes del quebrado y de
asegurar el uso correcto y adecuado de la ley.
Aproximadamente cuatro semanas después del comienzo del
proceso, el deudor se reúne con sus acreedores. Si los activos
del deudor están conformados por bienes exentos de ser
liquidados en este proceso de quiebra, la liberación de la
deudas será pronunciada judicialmente alrededor de cuatro
meses después del comienzo del proceso. En caso de que
existan activos susceptible de ser liquidados, la ley autoriza al
administrador para proceder inmediatamente a su venta, para
pagar según corresponda a los acreedores.

En principio cualquier persona física o jurídica puede solicitar


el inicio de un proceso de quiebra al amparo del Capítulo 7, sin
embargo no todo aquel que se someta a este proceso
obtendrá una extinción de sus deudas. Para ello inicialmente el
deudor debe encontrarse en un estado de insolvencia. La
condición de insolvencia se establece en relación con la
incapacidad de poseer ingresos disponibles adecuados para
pagar a los acreedores. Esta condición de insolvencia deberá
ser debidamente demostrada, y con ello el sistema se
garantiza que el beneficio sea recibido únicamente por
aquellos sujetos que efectivamente se encuentren en dichas
condiciones y no exista un abuso por sujetos que no se
encuentren en ese estado.

El Código de Quiebras establece que a partir del momento en


que se presenta un proceso de quiebra bajo el Capítulo 7 se
suspenden todas las acciones y procesos iniciados por los
acreedores contra el deudor. Así como se impide el inicio de
cualquier otra nueva acción legal en dicho sentido. Esto se
conoce como una "cesación automática" y es considerada
una de las disposiciones con efectos más fuertes entre la
normativa federal. Esta cesación automática abarca
prácticamente todo tipo de procesos, desde desahucios, hasta
ejecuciones hipotecarias, el deudor no puede ser demandado,
ni ser objeto de ningún tipo de ejecución patrimonial. Incluso el
gobierno mismo no puede realizar ningún tipo de cobro por
deudas, incluyendo la falta de pago de impuestos.

Cuando se solicita la declaratoria de quiebra, se establece una


figura conocida como "patrimonio del quebrado" que contendrá
la totalidad de los bienes del deudor al momento del inicio del
proceso. El Ministerio de Justicia de los Estados Unidos
nombrará a un curador para que administre el patrimonio del
quebrado, para lo que se le da completo control sobre dichos
bienes. Aproximadamente 4 semanas después de iniciado el
proceso el deudor se deberá reunir obligatoriamente con sus
acreedores, a lo que se le llama "Audiencia del 341" (ya que se
regula en dicha sección del Título 11). Dicha audiencia será
presidida por el curador, y en caso de que el deudor no se
presente el proceso se termina y archiva inmediatamente.

Durante esta única audiencia con los acreedores el deudor


cuenta con la oportunidad de presentar documentos y corregir
o completar cualquier información que se considere necesaria;
así como agregar acreedores o activos que fueron omitidos en
la presentación inicial del proceso.
Una particularidad que merece indicarse es el caso de que
existan créditos con garantías reales sobre bienes muebles o
inmuebles, ello no impide la posibilidad de excluir a dicha
obligación mientras la misma se encuentre al día y el quebrado
se mantenga haciendo el pago de las obligaciones
regularmente a pesar de iniciarse un proceso de quiebra de
conformidad con este capítulo. De esta forma el quebrado no
está obligado a entregar aquellos bienes dados en garantía
real y sobre los cuales aún existe una deuda pendiente,
mientras no hayan saldos vencidos. Existen varias formas de
proceder en un caso como este, una primera opción será la de
comprometerse a continuar haciendo los pagos en los mismos
términos pactados originalmente, otra segunda opción sería
pagar el valor comercial del bien como abono a la deuda, y
dejar la diferencia al régimen normal del concurso preventivo,
claro está que esta opción resulta lógica únicamente cuando el
.valor del bien, no es superior al total de la deuda.

Posterior al inventario de bienes, el curador emitirá un informe


y una recomendación con base en lo cual el órgano
jurisdiccional autorizará la venta de bienes cuando éstos
existan, la forma de distribución y pago entre los acreedores y
dará por extinguidas las deudas no pagadas y los saldos
insolutos.

La duración del proceso resulta aproximadamente en seis


meses, luego de que el administrador ha concluido su labor de
administración, venta de activos, y pago de acreedores, el
proceso se da por terminado. Terminado el asunto se libera al
administrador de sus responsabilidades en cuanto al
patrimonio del deudores y se da por concluida la cesación
automática y cualquier nueva obligación podría ser requerida
a su cumplimiento judicialmente sin ningún problema.

Finalmente es importante hacer algunas anotaciones sobre la


participación del curador y del juez en el proceso. En primer
lugar debemos indicar que el Juez resulta casi invisible para el
quebrado, ya que no habrá contacto directo entre ellos a
menos que exista conflicto entre los acreedores y el deudor, o
entre el curador y el deudor, o bien entre los acreedores y el
curador, de forma tal que el juez deba resolver algún punto
debatido entre ellos; pero de no ser así, por su naturaleza
administrativa la quiebra se desarrolla fuera del ámbito del
juez. En cuanto al curador es posible indicar que el rol que
desempeña el curador dependerá obviamente del tipo de
proceso concursal en el que nos encontremos. Si estamos en
el proceso contemplado en el Capítulo 7, la intervención del
curador es mucho más limitada que en el proceso de
reorganización empresarial del Capítulo 11 en el cual se podría
requerir una mayor participación en las actividades diarias de
la empresa. De esta forma las funciones del Curador se limitan
a la custodia del "patrimonio del quebrado", con excepción de
lo referente a la operación diaria del negocio de la persona
física o jurídica sometida a este proceso de quiebra, la cual
queda en manos del deudor durante el curso del proceso. En
este período, el deudor se ve limitado por la imposibilidad de
realizar actos de enajenación sobre los bienes de la empresa
más allá de los actos regulares relacionados con el giro normal
de la empresa. Pero en general, se puede indicar que
corresponderá al curador la labor de inventario, administración,
venta y liquidación de las deudas a los acreedores.
Normalmente el contacto directo entre el curador y el deudor
es igualmente reducido y en ocasiones se limita al encuentro
en la audiencia con los acreedores definida en la sección 341,
según ya se ha dicho.

ii. CAPÍTULO 11 - REORGANIZACIÓN

El Capítulo 11 del Título 11 del Código de los Estados Unidos,


o Ley de Quiebras, es frecuentemente identificado como el
"Capítulo de la Reorganización". A pesar de que este capítulo
es normalmente utilizado por grandes empresas, nada impide
su uso por parte de individuos particulares o pequeñas
empresas. Dentro de los beneficios que brinda este Capítulo
11 se pueden señalar que el plazo extraordinario o de gracia
para el pago de las deudas ordinarias del sujeto es aplicado
inclusive al pago de impuestos y cualquier otra acreencia
estatal. La mecánica de la reorganización normalmente
permite que el deudor continúe con la operación normal de la
empresa aún durante el período en que la empresa se
encuentra sujeta al proceso contenido en el Capítulo 11.

La filosofía que respalda el proceso de reorganización consiste


en el hecho de que en la mayoría de los casos es más
cuantioso el valor de la empresa como unidad productiva, que
la suma de sus activos valorados en forma individual. La
experiencia norteamericana ha sido más beneficiosa a los
intereses sociales en cuanto a la reorganización, que en el
caso de la liquidación, especialmente si se toma en cuenta el
beneficio de brindar mecanismos para lograr mantener
operando los medios de producción del país. En relación con el
Capítulo 11, prefiero dejar su análisis para la segunda parte de
esta monografía en el tanto es el objeto central del presente
trabajo de investigación, por lo que pasaré de inmediato a
describir en forma genérica el capítulo 13.

iii. CAPÍTULO 13 – AJUSTE DE DEUDAS

El proceso concursal contenido en el capítulo 13 es conocido como "Ajuste de


Deudas de Persona Física con Ingresos Regulares". Este es el segundo tipo
más común de proceso concursal utilizado en los Estados Unidos. El objetivo
buscado en este tipo de proceso es pagar las deudas de una manera ordenada
sin llegar a considerarlas extintas en comparación con lo que sucede en el
capítulo 7.

Resulta lógico preguntarse, para que pagar las deudas, cuando existe la
posibilidad de declararlas extintas bajo los sistemas previstos en el Capítulo 7.
No obstante, existen condiciones en las cuales el Capítulo 7 no ofrece la mejor
solución a los individuos, resultando más conveniente optar por el Capítulo 13.
Estos casos corresponden a aquellas situaciones en las cuales el deudor opta
por pagar en su totalidad las deudas, pero para ello necesita una prórroga
mayor a la que sus acreedores estarían dispuestos a brindarle. La mayoría de
las personas que recurren a este mecanismo, es debido a que se han
retrazado con el pago de sus hipotecas y temen enfrentarse a una posible
ejecución de dicha garantía real. En tales situaciones, este proceso concursal
ofrece la posibilidad a los deudores de contar con un plazo de gracia de hasta
tres años para pagar los montos incumplidos, en el tanto se encuentren en
posibilidad de continuar haciendo los pagos regulares para los saldos no
vencidos.
En vista de que el proceso regulado en el Capítulo 13 es prácticamente un plan
de ajuste de deudas, dicho capítulo se enfoca especialmente en regulaciones
relacionadas con el plan de pagos. Las secciones 1301 a 1307 se relacionan
con temas como el derecho de los codeudores, el curador o administrador, el
derecho del deudor de participar en nuevos negocios, la conversión y el
rechazo de solicitudes. Las secciones 1321 a 1330 se ocupan del plan del
reembolso, su contenido, modificaciones, la audiencia de confirmación, plan de
pagos, y la descarga de deudas sin pagar.

Ante la interrogante de cuando es conveniente presentar una solicitud de


proceso concursal bajo el Capítulo 13, la respuesta dependerá de la naturaleza
de las deudas y de los objetivos perseguidos por el deudor. Si las deudas
corresponden sobre todo a tarjetas de crédito y deudas sin garantía, resultará
más conveniente el proceso establecido en el capítulo 7; pero si el deudor
pretende arreglar una falta de pago de créditos garantizados mediante hipoteca
y necesita varios meses para poder ponerse al día podría ser más conveniente
utilizar el Capítulo 13. Como presupuestos económicos, el sujeto que desee
someterse al proceso deberá tener deudas sin garantía inferiores a
$250,000.00 y deudas con garantía por un máximo de $750,000.00. Es
importante recordar lo indicado en el análisis que se hizo del proceso
liquidatorio del Capítulo 7, en el sentido de que a pesar de que en la Quiebra el
deudor podría proteger aquellos bienes garantizados mediante garantía real,
debe ponerse y mantenerse al día con los pagos, o bien comprar el bien en su
valor comercial; ambas situaciones resultan inconvenientes si de lo que se
trata es de la acumulación de un saldo vencido precisamente por no haber
podido enfrentar un crédito garantizado mediante garantía real.

A diferencia del proceso liquidatorio del Capítulo 7, no existe un límite de


tiempo en la frecuencia en que una persona pueda solicitar un "Ajuste de
Deudas de Persona Física con Ingresos Regulares". Esta situación se
fundamenta en el hecho de que no se pretende dejar de pagar las deudas, sino
readecuarlas dentro de un plan de pago que así lo permita. El proceso
concursal establecido en el Capítulo 13 es muy similar al establecido en el
Capítulo 7 excepto por la existencia del plan de ajuste de deudas, un plan que
deberá ser aprobado por la corte en una audiencia de confirmación.

El proceso se inicia con la presentación de las correspondientes fórmulas y


documentos. Posteriormente la autoridad judicial designa a un administrador o
curador quien será responsable del manejo de los bienes del quebrado y
asegurar el uso correcto y adecuado de la ley. Aproximadamente cuatro
semanas después del comienzo del proceso, el deudor se reúne con sus
acreedores, para la presentación y discusión del plan de reajuste de deudas.
Este plan como ya se ha indicado deberá ser aprobado por la autoridad judicial
a cargo del proceso concursal. Una vez que el plan es aprobado, el deudor
comenzará a realizar el pago de las cuotas a través del administrador o
curador quien hará los desembolsos primero a los acreedores privilegiados y
posteriormente a los acreedores no privilegiados, en caso de que éstos existan
y hayan sido contemplados por el plan. El proceso se dará por terminado una
vez que el plan de reajuste ha sido ejecutado completamente, para lo cual el
lapso estándar es de tres años. En condiciones muy calificadas y en los que
exista buena fe el juez podría considerar la aprobación de un plan por cinco
años, extensión máxima en cualquier caso.

El proceso aquí descrito resulta exclusivo para ser utilizado por personas
físicas. En el caso de personas jurídicas que intenten pagar sus deudas por
encontrarse en un estado de crisis y que pretendan continuar funcionando,
deberán iniciar un proceso al amparo del Capítulo 11. Al proceso de "Ajuste de
Deudas de Persona Física con Ingresos Regulares" se le han establecido
límites en cuanto a la cantidad de deudas garantizadas y deudas sin garantía,
así como el valor del total de pasivos en mora. Los sujetos que excediendo
esos límites se encuentren en crisis deberá optar por un proceso concursal
bajo las regulaciones del Capítulo 7 o del Capítulo 11 en los cuales no existe
ninguna limitación económica.

El Código de Quiebras, al igual que en los otros procesos que ya han sido
comentados establece una "cesación automática" a partir del momento en que
el sujeto inicia el proceso de "Ajuste de Deudas", lo cual impide a todos los
acreedores de iniciar o continuar cualquier esfuerzo legal o de otro tipo, para
cobrar sus créditos; ello les obliga a incorporarse al proceso para ser agregado
su crédito al "Estado de Quiebra". Esta disposición al igual que el proceso
liquidatorio del Capítulo 7 afecta tanto créditos privados como públicos,
incluyendo el pago de todo tipo de impuestos o cargas.

Cuando se solicita la declaratoria de quiebra, se establece una figura conocida


como "patrimonio del quebrado" que contendrá la totalidad de los bienes del
deudor al momento del inicio del proceso. El Ministerio de Justicia de los
Estados Unidos nombrará a un curador para que administre el patrimonio del
quebrado, para lo que se le da control temporal sobre dichos bienes.
Aproximadamente 4 semanas después de iniciado el proceso el deudor se
deberá reunir obligatoriamente con sus acreedores, a los que se le llama
audiencia del 341 (puesto que se regula en dicha sección del Título 11). Dicha
audiencia será presidida por el curador, y en caso de que el deudor no se
presente el proceso se termina y archiva inmediatamente. Posteriormente se
llevará a cabo una audiencia de confirmación del plan ante el juez a cargo del
presente proceso.

Finalmente es importante hacer algunas anotaciones sobre la participación del


curador y del juez en el proceso, las cuales resultan sumamente similares a lo
descrito supra sobre el Capítulo 7. En primer lugar debemos indicar que el
contacto del quebrado con el Juez resulta muy limitada excepto en el caso que
exista conflicto entre acreedores y deudor, o entre el curador y el deudor, o
bien entre los acreedores y el curador, de forma tal que el juez deba resolver
algún punto debatido entre ellos; pero de no ser así, por su naturaleza
administrativa la quiebra se desarrolla fuera del ámbito del juez. En segundo
lugar la participación del juez prácticamente consistirán en confirmar el plan de
reajuste en la audiencia dispuesta para ese efecto. En cuanto al curador es
posible indicar que el rol que desempeña el curador dependerá obviamente del
tipo de proceso concursal en el que nos encontremos, mientras que en el
proceso de reorganización empresarial del Capítulo 11 requiere una gran
participación en las actividades diarias de la empresa, en el proceso
contemplado en el Capítulo 13, su intervención es mucho más limitada. De
esta forma las funciones del Curador se limitan a la custodia del "patrimonio del
quebrado", con excepción de lo referente a la operación diaria del negocio de
la persona física sometida a este proceso de quiebra, la cual queda en manos
del deudor durante el curso del proceso. En este período, el deudor se ve
limitado por la imposibilidad de realizar actos de enajenación sobre los bienes
de la empresa más allá de los actos regulares relacionados con el giro normal
de la empresa. Pero en general, se puede indicar que corresponderá al curador
la labor de inventario, administración del plan y en consecuencia al pago a los
acreedores según el orden que disponen la ley y el plan. Normalmente el
contacto directo entre el curador y el deudor es igualmente reducido y en
ocasiones se limita al encuentro en la audiencia con los acreedores definida en
la sección 341, según ya se ha dicho.

SECCION II. EL PROCESO DE REORGANIZACIÓN EN LOS ESTADOS


UNIDOS

Como ya se ha indicado en la sección anterior el Proceso de Reorganización,


como forma de enfrentar una crisis económica, data en realidad del siglo
antepasado, cuando alrededor de 1867 se establecieron dispositivos legales
para atender las necesidades del sector ferrocarrilero. En ese momento el País
tomando en cuenta la importancia de mantener a las empresas ferroviarias, e
impulsado por ciertos pensadores europeos en materia de derecho concursal,
se aventuró a considerar mecanismos que permitieran en cierta medida la
satisfacción de las obligaciones de los acreedores, y por otro lado evitar la
muerte de la empresa como unidad productiva y de desarrollo. No es de
extrañarse que en la Nación del norte, se realizaran esfuerzos por mantener
con vida una empresa que forjaría el futuro desarrollo de la nación misma. Los
legisladores que aprobarían el "Railway Companies Act" con gran visión
lograron valorar bajo la lupa de la conveniencia los intereses públicos frente al
mantenimiento o la liquidación de empresas de dicha naturaleza.

Años después, esta forma tan particular de reorganizar una empresa en crisis
fue extendida a otras personas jurídicas. El proceso de evolución jurídica, no
tuvo que esperar muchos años para que en 1898 se emitiera el "Bankruptcy
Act", la cual sería reformada en varias ocasiones. En los años treintas como
consecuencia de la depresión económica se buscaron formas de darle
estabilidad al sector empresarial y comercial del país, en esta época aparece el
"Chandler Act" de 1938. Posteriormente en 1978, se introduciría el "Edwards
Act" o "Bankruptcy Reform Act", que vendría a definir tal y como se conoce hoy
el "Bankruptcy Code", y que finalmente recibiría algunas modificaciones
menores en 1986. En la normativa vigente el proceso concursal preventivo de
"Reorganización" es conocido como el "Chapter 11" o "Capítulo 11", por cuanto
el mismo se regula en dicho capítulo del Título 11 del Código de los Estados
Unidos. Actualmente existe planteada una reforma a esta legislación que se
discute tanto en el Senado como en el Congreso.

En esta sección, esta monografía pretende analizar los elementos estructurales


del proceso de "Reorganización" según es concebido en el sistema
norteamericano, es decir los presupuestos subjetivos, objetivos, y definir en
forma genérica las fases del proceso.

A. PRESUPUESTOS SUBJETIVOS

Al identificar los presupuestos subjetivos, deberemos contestar a la pregunta:


¿Quién puede someterse al régimen conocido como Chapter 11?. Es decir
cuales son las características personales que exige la ley para poder autorizar
el inicio de un proceso de esta naturaleza. En cuanto al tipo de deudor que la
ley permite, no existe mayor limitación, es decir en principio son elegibles para
someterse al proceso de reorganización tanto personas físicas en forma
personal o comercial, como también personas jurídicas, en las distintas formas
que puedan existir de acuerdo a la legislación norteamericana.

Esta forma de proceso concursal preventivo no distingue entre grandes o


pequeños empresarios, es decir, no establece un límite respecto de activos,
pasivos, porcentajes adeudados, tipos de deudas que cargue el deudor, etc.
Igualmente este tipo de proceso puede ser solicitado por quienes sufran de una
crisis financiera no en virtud de su actividad comercial ordinaria, sino también
por aquellos que se encuentran soportando grandes cargas impositivas ya sea
estatales o federales. Dichos sujetos deberán tener su residencia, domicilio,
centro de operaciones o bienes en Estados Unidos, de conformidad con la
Sección 109 del Capítulo 1, del Código de Quiebras. En la práctica este tipo de
procesos son más utilizados por grandes e importantes empresas y sociedades
de capital, mientras que el sujeto individual opta por el "Ajuste de Deudas"
previsto en el Capítulo 13, por cuanto le resulta más sencillo y menos costoso,
que la reorganización.
Quedan excluidos de la posibilidad de acudir a este procedimiento las
compañías aseguradoras, entidades de crédito, corredores y agentes
involucrados en el mercado de valores, y los "commodity brokers" o corredores
o comisionistas de mercancías futuras. Para estos dos últimos casos existen
disposiciones específicas en los Subcapítulos 3 y 4 del Capítulo 7 según se
indicó supra. Esta situación es comparable con las exclusiones que en Costa
Rica realiza el artículo 712 del Código Procesal Civil para los bancos, y demás
entidades públicas o privadas sometidas a fiscalización directa de la
Superintendencia General de Entidades Financieras, las que se rigen tanto por
la Ley Orgánica del Sistema Bancario Nacional como por la del Banco Central
de Costa Rica.

En el caso de nuestra legislación los requisitos objetivos son distintos a los


contenidos en la legislación norteamericana en el sentido de que no se permite
la utilización de este tipo de proceso preventivo para el patrimonio personal de
individuos en una situación de crisis. De conformidad con lo establecido en el
artículo 709 del Código Procesal Civil, es posible que el proceso de
Administración y reorganización con intervención judicial sea iniciado tanto por
personas físicas o jurídicas, pero en función de un patrimonio en crisis no
personal sino empresarial. Es decir, no interesa la naturaleza de la persona,
sino del capital o patrimonio que se encuentra en crisis, de forma tal que este
instituto únicamente protege empresas en crisis. Ahora bien en relación con el
tipo de empresas, ello se discutirá más profundamente al analizar los requisitos
de carácter subjetivo. Lo importante es dejar establecido que mientras en
nuestro país no se permite el uso de este tipo de soluciones para una crisis en
el patrimonio personal, en los Estados Unidos ello si es posible. Un aspecto
que merece destacarse es que en nuestro país el artículo 710 del Código
Procesal Civil excluye de someterse al proceso de administración y
reorganización con intervención judicial las empresas cuyos funcionarios,
dueños o socios hayan incurrido en culpa grave o dolo, con el fin de someterse
a dicho proceso.

Es importante aclarar que en la legislación norteamericana, no es necesario


tomar en cuenta consideraciones de tipo económico social, como si sucede en
nuestra legislación. En el caso de Costa Rica, el artículo 709 exige como un
requisito de carácter subjetivo y de valoración obligatoria por parte del juez,
que la desaparición de la empresa pueda provocar efectos sociales
perniciosos, sin posibilidades de fácil sustitución. Para realizar esta valoración
el juez deberá tomar en cuenta entre otros, el número de empleados cesantes,
de proveedores y acreedores afectados, y de los clientes de los cuales la
empresa afectada sea proveedora. Esta decisión el juez la debe tomar
ayudado por un peritaje que analice precisamente dichos aspectos.

Un segundo elemento subjetivo y que resulta similar en ambos sistemas es


que no se establecen requisitos en relación con el tamaño de la empresa o del
capital a reorganizar o intervenir. Indistintamente, de los requisitos adicionales
que pueda establecerse en cuanto a la relevancia de la actividad o rol
desempeñado por la empresa, no existe ningún elemento en ninguno de los
dos sistemas en cuanto al tamaño de las deudas, patrimonio, activos, o
cualquier otro elemento que esté dirigido a clasificar la empresa como grande,
pequeña o mediana. En el caso del Capítulo 11, existe claridad en cuanto a la
irrelevancia de este hecho, no obstante en Costa Rica, en forma indirecta el
juez podría excluir una empresa y aceptar otra en función del tamaño de la
empresa, argumentando razones de relevancia de la empresa.

En relación con el tema de quienes pueden solicitar la apertura de un proceso


bajo el Capítulo 11, ha existido cierta discusión en relación con la posibilidad
de que las figuras denominadas "partnerships" que se encuentran en proceso
de disolución puedan ser sujeto de protección por el Capítulo 11. En relación
con este tema, es necesario destacar las razones que justifican el proceso de
reorganización contenido en el Código de Quiebras norteamericano, y que
consiste precisamente en el beneficio para todas las partes (deudor,
acreedores, empleados, y otros terceros afectados) de proceder a una
reorganización en lugar de proceder a una liquidación, siempre y cuando el
costo sea razonable. Varias resoluciones de Tribunales Federales han resuelto
sobre el tema. Por ejemplo, en el caso de C-TC 9th Avenue Partnership v.
Norton Co. el juez analizó que si bien el Capítulo 11 habla sobre "partnerships"
como posibles sujetos a someterse al proceso de reorganización, no se refiere
nunca al tema de la disolución de éstas, por lo que se debe optar por retomar
la legislación de fondo, y en el tanto este Tribunal consideró que una vez que el
"partnership" entra en un proceso de disolución deja de serlo. Adicionalmente
valoró que en el tanto dicha entidad se encuentra en un proceso de disolución
no tiene ningún sentido permitir la aplicación del Capítulo 11 en el tanto no es
factible pensar en la reorganización de un ente que más bien se encuentre en
proceso de disolución. No obstante, a pesar de ser indiscutible que una entidad
de esta naturaleza y en dichas condiciones no puede ser reorganizada, el
Tribunal Superior Federal de Quiebras estableció que a pesar de la
incapacidad de reorganización, nada impide que este tipo de entidades en
proceso de disolución, realice el proceso de liquidación de deudas y disolución
de la empresa bajo el marco del Capítulo 11, especialmente existiendo la
posibilidad de que a través de este proceso se aumenten las posibilidades de
recuperación para los acreedores. Como conclusión en este asunto, es posible
señalar, que los beneficios de la reorganización son extensibles inclusive a
aquellas formas de organización empresarial que por distintas razones se
encuentran en un proceso de disolución. De esta forma podrían recibir los
beneficios del proceso concursal de reorganización, con la finalidad no de
continuar el ejercicio de la actividad comercial, sino con el objeto de obtener el
beneficio del plazo y poder operar un plan que satisfaga más eficientemente
las obligaciones que deban ser liquidadas. En este caso estaríamos ante una
reorganización con fines liquidatorios, caso contrario del "equity receivership"
en que existía una liquidación con fines de reorganización.

B. PRESUPUESTOS OBJETIVOS

En relación con los presupuestos objetivos, corresponde plantearnos la


interrogante: ¿Cuándo un sujeto puede ser sometido al proceso de
reorganización? ¿Cuál es la condición en que debe encontrarse el deudor para
poder iniciarse un proceso de reorganización?. A este respecto es importante
indicar que el presupuesto objetivo se encuentra delimitado por las secciones
301 y 303.H del Código de Quiebras, y que dichos presupuestos resultan
comunes tanto a los procesos liquidatorios, como a los conservativos. En el
caso de que la reorganización sea solicitada por el mismo deudor, es decir
estemos en el caso de una "solicitud voluntaria", la sola petición constituye una
causa automática de apertura del procedimiento, independientemente de la
situación económica en que se encuentre la empresa. Por esta razón la
doctrina ha considerado que la reorganización es un derecho casi indiscutible
del deudor.

En el caso de que estemos ante una solicitud planteada por un agente distinto
al deudor, será necesario que se cumpla alguna de las condiciones
contempladas en la Sección 303, del Título 11 del Código de los Estados
Unidos. Dicha sección establece dos supuestos bajo los que se puede iniciar
un proceso concursal, cuando lo solicitan los acreedores, el primer caso es el
de falta de pago con carácter general de las deudas a su vencimiento, y el
segundo es el nombramiento dentro de los 120 días anteriores a la fecha de
presentación de la solicitud de apertura de un "Custodian".

En relación con el primer presupuesto objetivo de apertura de la


reorganización, es decir en función de una falta de pago con carácter general,
al momento de aprobar la actual legislación en el Senado de los Estados
Unidos se discutieron distintas propuestas. En el proceso de creación de la
norma se discutió si sería relevante o no el estado de insolvencia en que se
pudiera encontrar el deudor, es decir, si además de la falta de pago se exigiría
que existiese una crisis económica, ya sea que se tratase de un desbalance o
falta de liquidez, y cubrir así inclusive aquellos casos en los que el deudor
hubiese dejado de pagar no por imposibilidad material, sino por una cuestión
simplemente voluntaria. Finalmente el legislador norteamericano optó por
limitar el inicio del proceso concursal a la falta general de pago, con
independencia de la situación económica de fondo subyacente, se alegó en
ese momento que era necesario adelantar el momento de apertura del
procedimiento para facilitar con ello la reorganización.

Un segundo aspecto importante de definir, sería lo relacionado con el nivel o


grado de pagos incumplidos necesarios para considerar si existe una "falta de
pago general" o no. Un sector de la doctrina ha interpretado que el concepto
"general" tiene un sentido numérico, y que por tanto no sería suficiente para la
apertura del proceso que el deudor hubiese incumplido el pago tan solo de una
pequeña parte de sus deudas. Otro sector de la doctrina, considera que lo
relevante no es el número de acreedores insatisfechos, sino la importancia de
las deudas y la relación proporcional con su pasivo. A este respecto y como
bien cita Pulgar: "La Comisión de Derecho Concursal señaló que tal cuestión,
por ser de hecho, debía dejarse a la apreciación de los tribunales, quienes
"habrían de tener en cuenta tanto el número como el importe de las deudas".

El otro presupuesto objetivo de apertura del procedimiento, consiste en el


nombramiento de un "custodian" dentro de los 120 días anteriores a la fecha
en que los acreedores presenten la solicitud de apertura. El concepto
"custodian" es definido por la Sección 101 de la Ley de Quiebras, como el
nombramiento de un sujeto para que se haga cargo de los bienes del deudor, y
ello fue interpretado por el legislador norteamericano como evidencia o
presunción de una situación financiera grave, por lo que resultaba importante
proteger a los acreedores. Resumiendo, se puede apuntar, que el sistema
norteamericano exige una de dos condiciones externas, 1° la cesación de
pagos, o 2° el nombramiento del custodian. Como se ha indicado estos son
hechos o situaciones externas, que nada tiene que ver con la situación
económica del deudor, por lo que ello para el legislador resultó irrelevante. El
sistema americano ha preferido optar por dos condiciones externas que
puedan ser consideradas como indicios de una situación financiera que
implique la existencia de una eventual crisis. El problema, es que se ha
limitado únicamente a estas dos, sin dejar una fórmula abierta que permita
aplicarlo a situaciones análogas de igual sentido en la valoración de una
posible o eventual situación de quiebra. Para corregir este problema la doctrina
norteamericana, ha venido interpretando que el concepto "falta de pago" debe
ser entendido en sentido amplio, abarcando cualquier hecho externo que sea
indicativo de una imposibilidad de pago de las deudas a su vencimiento, este
supuesto incluiría situaciones tales como ocultación del deudor, pagos
preferentes, cesiones fraudulentas de bienes, préstamos ruinosos, cierres de
locales, entre otros.

Es importante destacar que en Costa Rica no existe nada relacionado con la


figura del "Custodian" y que ello consiste en una figura típica del derecho
anglosajón. En nuestro país, se contempla únicamente el presupuesto de falta
de pago. Sin embargo nuestro Código Procesal le ha dado un tratamiento
diferente, ya que de conformidad con su artículo 709, se refiere a los casos en
que la empresa se encuentra en una situación "económica financiera difícil, con
cesación de pagos o sin ella, que sea superable, y que no se haya declarado la
quiebra, el concurso civil, o se encuentre en un procedimiento de convenio
preventivo". Nótese, que en el sistema contenido en el Código Procesal Civil,
expresamente se indica que no es necesario la falta de pago, aunque la
comprende como una posibilidad. De la letra del Artículo 709 se desprende con
claridad, que al legislador costarricense si le interesó la situación económica
subyacente de la empresa. Existe en este artículo una combinación de dos
elementos de importante trascendencia, en primer lugar la situación económica
en crisis y en segundo lugar que dicha situación económica sea superable. Lo
cual no resulta un requisito en la Ley de Quiebras, para poder someterse al
Capítulo 11, de hecho, ya se indicó que en el caso de los "partnerships" en
disolución, según la jurisprudencia de ese país nada impedía que el proceso de
reorganización, fuese utilizado aun cuando el "partnership" estuviese
disolviéndose. Ello deja en duda si interesan las posibilidades de recuperación;
pareciera más bien que interesa determinar si existe posibilidad de ejecución
del plan y los posibles beneficios que ello pueda implicar a favor de los
acreedores.

C. FASES DEL PROCESO

En el caso de la reorganización norteamericana, para lo efectos del presente


trabajo se identificarán dos fases, que son las que considero como principales
en este proceso concursal preventivo. Dichas fases corresponden en primer
lugar a la fase o etapa de apertura o inicio del proceso; y una segunda que
identifico como de ejecución del plan o fase reorganizativa. En la primera fase
trataré de analizar aquellos aspectos relacionados con la gestión de la
solicitud, y el trámite que se le da exclusivamente, por cuanto lo que
corresponde a requisitos objetivos y subjetivos acaba de ser analizado. En
relación con la segunda fase, dirigiré los comentarios a los pormenores de la
aplicación del plan y de la eventual terminación del proceso una vez que se
haya logrado o no ejecutarlo.

1. FASE INICIAL: APERTURA DEL PROCESO.

Como ya se indicó la solicitud de proceso de reorganización debe ser


presentada ante el Tribunal de Distrito con competencia territorial, junto
con una serie de formularios y documentación que debe ser
cuidadosamente preparada. Si la solicitud es presentada directamente
por el deudor, la apertura del proceso resulta automática, como ya
indiqué anteriormente. Normalmente los procesos de reorganización
son gestionados por el deudor, quien deberá presentar un inventario
de activos y pasivos, e identificar los veinte acreedores más cuantiosos
que no gocen de garantías crediticias. El sistema procesal requiere
información completa por parte del deudor, el ocultamiento de
información por parte del deudor podría implicar el archivo del
expediente y posibles sanciones para el deudor.

En el caso de que la apertura sea solicitada por un sujeto distinto al


deudor, el tribunal deberá realizar una doble valoración, por una parte
deberá comprobar que existen los presupuestos legales para la
apertura del procedimiento y en segundo lugar un juicio de oportunidad
en el que valorará si los intereses económicos de los acreedores
estarían más protegidos con la apertura del procedimiento de
reorganización que con el uso de un proceso liquidatorio como el del
Capítulo 7. Según nos indica Juana Pulgar, esta es la primera decisión
de contenido económico que realiza el juez en el proceso de
reorganización, y que se configura como un procedimiento de marcado
carácter judicialista. Debe destacarse además que en el momento de
apertura del procedimiento el tribunal sólo tomará en consideración
intereses privados, lo que es una característica que lo diferencia con
nuestro sistema, en el cual como ya indicamos existe una valoración
de intereses públicos en el sentido de tomar en cuenta el impacto que
pueda tener la desaparición de la empresa. En un segundo lugar, en
nuestro sistema aún cuando la petición la presente el deudor, siempre
existe una valoración económica de la situación financiera de éste. No
será hasta que se verifique que se cumplen los requisitos de ley, que
nuestro juez dicte el auto de apertura del proceso de administración y
reorganización con intervención judicial. Encontramos así dos
diferencias muy importantes entre ambos sistemas.

El deudor continuará manteniendo la posesión, gestión y


administración de sus bienes, pudiendo continuar un desarrollo normal
de sus negocios. Esta forma de operar es lo que se conoce como
"debtor-in-possession" o sea deudor-en-posesión. En situaciones muy
calificadas, el Ministerio de Justicia y a solicitud del juez, designará un
"trustee" figura similar al curador costarricense que realizará ciertos
actos de administración. Esto será posible únicamente en las causales
taxativas enumerados en la sección 1104 del Capítulo 11, en los que el
deudor será sustituido para ciertos actos por el "trustee" o curador.
Dentro de las obligaciones del deudor se destacan 1° la oposición
contra la reclamación de créditos improcedentes, y 2° la actualización
de la información contable y financiera de la empresa mediante
reportes mensuales. El deudor podrá contratar para efectos del
proceso contratar abogados, contadores, peritos, subastadores y otros
profesionales, siempre con la autorización del órgano jurisdiccional..
En el mismo sentido el deudor requerirá autorización judicial para
realizar actos de administración extraordinaria. Todo esto implica,
como ya se ha dicho que luego de la apertura del procedimiento, la
empresa seguirá funcionando en forma normal en manos del deudor y
sólo excepcionalmente será dirigida por el curador.

En relación con los efectos que produce la apertura del proceso,


podemos indicar que al darse por iniciado el proceso de
reorganización, se produce lo que hemos identificado como una
"cesación automática" de todos los cobros. Esto implica que se
paralizan todas las acciones judiciales y administrativas contra el
deudor, incluyendo todo tipo de embargo contra los activos del deudor.
El órgano judicial de oficio deberá constituir un comité de acreedores y
uno de accionistas, de forma que los intereses de los diferentes grupos
involucrados logren estar debidamente representados.

La finalidad de establecer esta cesación automática es que una vez


que el plan de reorganización es aprobado por el órgano jurisdiccional,
se obligue tanto al deudor como a los acreedores, liberando al deudor
de toda acción anterior. Esto concederá un respiro al deudor para
poder así poner en ejecución todos los compromisos que contenga el
plan de reorganización.

2. FASE DE REORGANIZACIÓN: EL PLAN

Una vez declarada la apertura del proceso se inicia inmediatamente con el


proceso de reorganización. De esta forma se empieza a concretar la finalidad
misma del proceso, sea la conservación de la empresa a través de la ejecución
del plan. Este plan, es pues, el centro de gravedad del proceso mismo.

En el caso de que no se haya requerido el nombramiento de un curador, el


deudor tendrá un derecho de exclusividad para la proposición y aprobación del
plan, frente a los demás sujetos que acabo de indicar. Ello implica que durante
los primeros 120 días, luego de la apertura del proceso, solamente el deudor
podrá proponer el plan y obtener su aceptación durante los 180 días siguientes
a esta apertura. Es decir ningún otro sujeto, podrá proponer ni obtener la
aceptación de plan alguno. En caso de que se haya nombrado un curador que
sustituya al deudor a estas alturas del procedimiento, la exclusividad antes
indicada será compartida con el resto de sujetos legitimados, entendiéndose
por ello cualquier interesado, el trustee o curador, el comité de accionistas, el
comité de acreedores y el deudor mismo.

En cuanto al contenido del plan, puede indicarse que éste se regula con mucha
precisión en la sección 1123 de la Ley de Quiebras, en donde se indica cual
debe ser el contenido obligatorio, y que se puede considerar como contenido
voluntario. El contenido obligatorio del plan debe ser homologado por el
tribunal en un acto que se denomina "Confirmation". Este plan deberá contener
disposiciones en dos direcciones: 1° solucionar el cumplimiento de pago de los
pasivos, y 2° lograr la conservación de la empresa a través de la
"Reorganización".

El primer contenido obligatorio mencionado, se refiere a todas las medidas


necesarias para dar un adecuado tratamiento a los pasivos, esto es quitas y/o
esperas que, en el supuesto del deudor sea una sociedad, deberán
concretarse sobre la base del trato que se dará a todos los tipos de acreedores
que existan. La legislación norteamericana presta especial atención en la forma
de afrontar la crisis, y la manera en que se afectarán los intereses y derechos
de todos los acreedores, y los accionistas, debiendo indicarse las vías de
participación de cada categoría en la futura sociedad reorganizada. Por ello el
plan debe ser muy claro en la forma en que se agrupen los acreedores, para lo
cual será necesario la semejanza sustancial entre los derechos de que son
titulares los acreedores, obligacionistas y accionistas a incluir en cada grupo,
según se establece en la Sección 122.a del Código de Quiebras. De igual
forma deberá concretarse quienes se verán afectados, de conformidad con la
sección 1123.a.2 del Capítulo 11, se entiende que un grupo es afectado por el
plan, si éste modifica los derechos del grupo que no puedan ser satisfechos
sus derechos de crédito totalmente (quitas) o a su vencimiento (esperas) o no
puedan ejercitar todos los derechos derivados de la titularidad de las acciones
u obligaciones. Esta afectación no podrá ser discriminatoria entre los
integrantes de cada grupo particular. En el caso de que el deudor sea una
sociedad anónima, el plan deberá prever la inclusión del mismo en el pacto
social, de una prohibición de la emisión de acciones sin derecho a voto, y
garantizando la adecuada distribución del derecho al voto entre los accionistas.
Esta prohibición, tiene por finalidad garantizar que quienes las suscriban, sean
excluidos de una futura participación en la sociedad reorganizada.

En relación con el 2° contenido obligatorio sobre medidas reorganizativas,


encontramos lo dispuesto en la sección 1123.a.5 del Capítulo 11 en dichas
normas se indica que el plan deberá establecer los medios adecuados para su
ejecución, sugiriendo medidas como la retensión de todos o parte de los bienes
de la masa; transferencia de toda o parte de los bienes a una o más
sociedades creadas antes o después de la homologación del plan,
produciéndose la transferencia del activo de la sociedad deudora a la nueva y
la suscripción de las acciones de la nueva sociedad por parte de los sujetos
legitimados en participar en el plan. Entre estas personas se encuentran los
acreedores quienes verán transformados sus créditos en acciones, sobre la
base de la aportación de aquellos a título de desembolso . En otras palabras,
se da una fusión del deudor con sus acreedores, ya sea por absorción o por
constitución de una nueva sociedad. Dentro de las medidas que ha de
contener el plan se deberá incluir cuando sea necesario la venta total o parcial
de los bienes, ya sea que estén o no gravados, o bien la distribución de bienes
entre los acreedores con garantías o privilegios sobre ellos.

En relación con el contenido voluntario del plan, el mismo se regula en la


sección 1123.b del Capítulo 11. En dicha sección se indica que el contenido
voluntario podría estar enfocado a aspectos reorganizativos, así como algunos
modos de arreglo del pasivo. Una vez propuesto el plan, éste deberá ser
aprobado en dos fases obligatorias, la primera consiste en la aprobación por
parte de todos los grupos de acreedores y accionistas, la segunda corresponde
a la homologación del juez.

En cuanto a la aprobación que realizan los acreedores, ésta no se lleva a cabo


en forma individual, sino por el contrario de forma grupal, de conformidad con
las categorías que han sido previamente establecidas. La legislación
norteamericana realiza una distinción, entre los grupos que deberán aceptar
expresamente el plan y aquellos grupos que no es necesario que acepten
expresamente, siendo posible presumirse la aceptación o rechazo del plan. En
el caso de los acreedores se considera que un grupo ha aceptado el plan,
cuando voten favorablemente al menos dos tercios del importe de los créditos
y más de la mitad del número total de créditos reconocidos del grupo que
efectivamente voten. Esta doble exigencia tanto de número de créditos como
del volumen que representen los acreedores, busca garantizar un nivel de
equilibrio entre el factor numérico y el elemento económico. En el caso de
grupos de accionistas y obligacionistas, se entenderá que el plan ha sido
aceptado si es aprobado por dos tercios del importe de los derechos
reconocidos del grupo. Una vez superada esta primera etapa de aprobación
del plan, el mismo deberá ser sometido a la aprobación judicial, a lo que se le
atribuye el término de "Confirmation".

Lo relativo a la homologación se encuentra establecido en la sección 1129.a


del Capítulo 11, y en ella se pormenoriza el contenido, los aspectos
relacionados con los grupos de acreedores, el proponente del plan, la
viabilidad y la ejecución del plan en sí. Durante dicha homologación, el juez
deberá verificar el trato que se la ha dado a cada uno de las partes en el
proceso, tutelando los intereses de éstos. Deberá verificar que el plan cumple
con el contenido obligatorio requerido por la ley, y deberá analizar si el
proponente del plan muestra buena fe en su proposición. Igualmente analizará
los actos previos, entre ellos el proceso mismo de aprobación por parte de los
acreedores y accionistas, pagos por servicios y gastos efectuados con relación
al procedimiento, y el trato que se ha dado a cada grupo de acreedores, entre
otros.

Para la homologación del juez no es indispensable la aprobación por parte de


todos los grupos afectados, por lo que el juez verificará que la aprobación del
plan fue hecha por parte de quienes están llamados a hacerlo, así como cuales
grupos no lo aceptaron. La homologación puede ser viable, aún cuando sólo un
grupo lo haya aprobado, ya que bajo ciertas circunstancias, muy claramente
definidas en la ley, es factible la imposición forzosa del plan a los grupos que
no hayan aprobado el plan. Estas circunstancias se definen en la sección
1129.b del Capítulo 11, y que consisten básicamente en que el plan no
discrimine injustamente a ninguno de los grupos que no apoyaron el plan, de
forma tal que el grupo disidente reciba un trato igual o equivalente al dado a los
aceptantes, y finalmente el plan deberá ser considerado por el juez como justo
y equitativo.

En forma similar, el juez deberá comprobar que el plan protege los derechos de
aquellos que no votaron a favor del plan, a pesar de que su grupo lo haya
aprobado. Para ello, el juez analizará que los miembros del grupo reciban al
menos lo mismo que recibirían en el caso de que en lugar de una
reorganización se hubiera procedido a una liquidación según se dispone en el
capítulo 7. A su vez, el juez deberá verificar si el plan prevé tratamientos
específicos para algunos créditos preferentes o con prioridad; en concreto,
para créditos derivados de gastos de administración, respecto de los que debe
preverse su pago en la fecha en que se homologa el plan, como créditos
tributarios, salarios, créditos por aportaciones a fondos de pensiones en
beneficio de los trabajadores, y créditos de depósitos de consumidores.
El órgano judicial deberá también comprobar su viabilidad y cuestiones
relacionadas con su ejecución. La viabilidad es entendida en el sentido de que
el juez determine que existe capacidad para llevar a cabo el plan, y que las
perspectivas de que la empresa recupere la solvencia luego del proceso
reorganizativo son reales. Se considera que este es el mayor poder de
discrecionalidad que se le otorga al juez en este tipo de proceso concursal. En
cuanto a la ejecución del plan, el tribunal se limita a examinar eventuales
conflictos de intereses o de parentesco entre los directivos, el curador, los
socios en la sociedad reorganizada, frente a los intereses de los acreedores e
intereses públicos.

Este proceso de aprobación del plan, presenta grandes diferencias con nuestro
sistema, en el sentido de que mientras en el proceso norteamericano, se debe
dar una aprobación por parte de las otras partes interesadas y luego una
homologación del juez, en el Código Procesal Civil, únicamente se contempla
la aprobación del plan por parte del juez. En Costa Rica previo a la aprobación
del plan por parte del Juez se les concede a los acreedores la oportunidad de
presentar observaciones al plan propuesto por el deudor, igualmente el
interventor y los miembros del comité presentarán un informe sobre el plan en
el cual emitirán su opinión. En esta fase, el juez eventualmente podrá ordenar
las pruebas que considere necesarias para pronunciarse sobre el mismo.

En relación con los efectos de la homologación judicial, se pueden identificar al


menos tres: a) el carácter obligatorio del plan para todos los interesados, b) el
deudor recobra su gestión, si excepcionalmente la perdió; y c) la liberación del
deudor de todas las deudas reconocidas en el proceso. Luego de que el plan
ha sido homologado tanto por los acreedores, así como por el juez, se deberá
proceder a ejecutarlo, a partir de este momento el deudor ya no será más un
deudor-en-posesión sino que será un deudor reorganizado. La cesación
automática dejará de ser aplicable, aunque la prohibición de acciones judiciales
por deudas anteriores a la entrada en vigencia del plan, se mantendrá
invariable. El deudor se obligará a pagar todas las sumas requeridas por el
plan como parte del proceso de reorganización. El plan definirá las relaciones a
partir de ese momento como un nuevo pacto entre el deudor, sus acreedores, y
sus accionistas.

El proceso de reorganización podrá llegar a término de dos formas: una de


ellas es la ejecución exitosa del plan y la otra corresponde a la imposibilidad de
su ejecución. En este último caso, se debe proceder a la conversión del
proceso de reorganización en un proceso de liquidación con arreglo de lo
dispuesto en el capítulo 7. Dicha conversión se puede producir por el propio
deudor en el supuesto que haya sido él quien inició el proceso; por el curador
en caso de que éste haya sido nombrado, y finalmente por el tribunal en
aquellos casos en los que de los autos se desprende que es imposible
continuar con la ejecución del plan. En los casos en que exista un fraude por
parte del deudor en proceso de reorganización, el órgano judicial revocará el
plan y tomará las medidas necesarias para que estos actos sean debidamente
sancionados.

En la Administración y Reorganización con Intervención Judicial, del Código


Procesal Civil, se contemplan también tres posibles formas de terminar el
proceso. En primer lugar debemos hablar de una conclusión normal del
proceso, tal y como se nos indica en el artículo 738, y que se de una vez
transcurrido el plazo de ejecución del plazo, ejecutado éste, y normalizada la
situación de la empresa. Se entenderá por normalizada la situación de la
empresa cuando a pesar de la existencia de saldos insolutos, éstos puedan
seguirse atendiendo en los mismos términos y condiciones en que fueron
pactados originalmente, aún cuando se trate de créditos posteriores a la
instauración del proceso mismo.
Una segunda posibilidad consistiría en la conclusión normal anticipada del
proceso por solicitud del deudor, o del deudor y el resto de las partes. Esta
opción es prevista por el artículo 739 de nuestro Código Procesal Civil, y
corresponde al caso en que antes de transcurrido el plazo la empresa logre
superar la situación de crisis que justificó el inicio del proceso.

La última de las tres posibilidades se identifica como el fenecimiento anormal


del proceso, y ello sucederá cuando se compruebe que la crisis económica y
financiera de la empresa se ha tornado irrecuperable, cuando el deudor
incumpla las obligaciones impuestas tanto por el Código como por el plan; o
cuando se logre constatar que ha existido un ocultamiento de activos por parte
del deudor, aumentando pasivos, o falseado documentos o información. En
estos casos se deberá proceder según se indique en el artículo 740 del Código
Procesal Civil y decretar la quiebra o concurso civil..

Como podemos ver, existe cierta similitud entre la forma de concluir el proceso
según el Capítulo 11 del Título 11 del Código de los Estados Unidos, y el
Código Procesal Civil de Costa Rica. En el sentido de que, fuera de lo previsto
sobre la terminación normal anticipada, existen dos posibilidades: que el
proceso tenga éxito o que no lo tenga. En caso de que el proceso sea exitoso
se archivaría el proceso, y en caso de que no lo sea se procede a transformar
el proceso conservativo en un proceso liquidatorio, en el caso norteamericano
ello se hace de conformidad con el Capítulo 7, en nuestro caso mediante el
proceso de quiebra o concurso civil, según sea el caso.

D. EL DEUDOR-EN-POSESIÓN FRENTE AL COMITÉ DE ACREEDORES

En general, bajo la sección 1107, el Deudor tiene los derechos y poderes de un curador, y es
autorizado por la ley a continuar controlando la empresa casi normalmente. La idea
fundamental en esta estrategia de la reorganización, es permitir la continuidad en la gestión
empresarial, y evitar el perjuicio que un tercero entre a sustituir la administración del negocio.
Se parte de la premisa que los administradores existentes tendrán una mayor experiencia y
conocimiento para manejar la empresa en una manera eficiente, por lo que se le da una
considerable discreción en la operación de los negocios. Sin embargo esto no implica que no
puedan ser cuestionadas las decisiones del deudor. Los derechos y obligaciones concedidas al
deudor se pueden clasificar en tres categorías: 1) funciones administrativas, lo cual incluye
contratación de personal, presentación de informes relacionadas con la operación del negocio
durante la reorganización; 2) funciones operativas, lo cual incluye la capacidad discrecional de
decidir el uso, venta, o alquiler de activos, obtener financiamiento y continuar con la operación
de la empresa; y 3) funciones protectoras, que abarcan la oposición a créditos, término o
mantenimiento de contratos en ejecución, presentación y preparación del plan . La naturaleza
de estas funciones permite que en el proceso de operación el deudor tome decisiones que
afectarán las distintas categorías de créditos y personas involucradas. Por ello no es de
extrañarse que en una buena cantidad de ocasiones existirá conflicto entre el deudor y el
comité de acreedores.

Por su parte el Comité de Acreedores, está llamado a realizar una serie de funciones, entre
ellas se destacan su participación en la aprobación del plan y su posterior ejecución; solicitar el
nombramiento de un curador o de un auditor en casos que lo amerite, y en general participar
del proceso de reorganización buscando la protección de los intereses de quienes integran el
Comité. El comité está llamado a proteger especialmente los intereses de los acreedores sin
garantías, tanto en la negociación del plan de reorganización como durante todo el proceso
concursal. El Comité deberá desempeñar estas funciones dentro de un marco de completa
fidelidad e imparcialidad hacia los acreedores que representa. De esta forma se busca que el
proceso de reorganización sea suficientemente dinámico entre las partes y así lograr resultados
efectivos y negociados.

En aquellos casos en que las decisiones del deudor no son aceptables para el Comité, el
resultado deviene en una lucha entre ambas partes, aún cuando el resultado esperado por las
partes sea el mismo: lograr una reorganización exitosa. Esta lucha se desarrolla ante el órgano
jurisdiccional, y el juez deberá determinar quien es el contendor que gane dicha lucha.
Normalmente para que las decisiones del deudor sean consideradas inapropiadas, es decir
para que el juez conceda la razón al Comité, éste deberá demostrar con claridad que existe
abuso por parte del deudor, caso contrario no será posible sustituir su voluntad y decisión.

En términos generales, las acciones del deudor pueden ser cuestionadas por el Comité, pero a
menos que se logre demostrar que existe un abuso en las acciones objeto de discusión, el
órgano jurisdiccional no desautorizará la decisión del deudor. El órgano jurisdiccional da en
esta forma un gran poder al deudor en el ejercicio de su administración. En el sistema
costarricense, la administración está sujeta a un estricto control del sistema, la cual podríamos
analizar antes y durante la ejecución del plan. El artículo 725 del CPC nos indica que mientras
se discute y aprueba el plan, la administración de la empresa la ejercerán los órganos previstos
en los estatutos de las personas morales correspondientes, el titular de la empresa, y en casos
excepcionales cuando haya sido necesario separar a los administradores por actuaciones
dolosas o fuera de sus atribuciones, el interventor. Esta administración deberá limitarse a los
actos regulares de gestión de la empresa, indispensables para asegurar su funcionamiento
normal. Quien ejerza la representación y administración de la empresa requerirá autorización
del juez para 1° realizar actos de enajenación que no formen parte del giro normal de la
empresa; 2° ceder, permutar o arrendar inmuebles de la empresa; y 3° realizar actos que
puedan comprometer el estado económico y financiero de la empresa. Es evidente, que en
nuestro país el deudor no tiene tanta libertad de acción como si existe en los Estados Unidos,
la principal diferencia la marca el hecho de que en ese sistema, la intervención judicial sea
únicamente a gestión de parte, mientras que en Costa Rica está claramente requerida la
intervención judicial para los casos indicados. En otras palabras, la discusión ante el órgano
jurisdiccional sólo se lleva a cabo ante el cuestionamiento del Comité de acreedores, y no está
definido taxativamente en una lista. Como ya se indicó, las acciones del deudor sólo podrían
cuestionarse de existir mala fe o abuso en su gestión, caso contrario está en plena libertad de
realizar cualquier tipo de actuación.

Una vez aprobado el plan, éste se deberá ejecutar de conformidad tal y como se indica en los
artículos 733 del CPC, y que lo limita a lo contenido en él. La ejecución estará sujeta a la
fiscalización obligatoria del interventor y de los demás miembros del comité asesor, bajo la
dirección y supervisión del juzgado. Los informes sobre la ejecución del plan, deberán ser
presentados por el interventor y los otros miembros del comité, en forma trimestral, mientras
que según el Capítulo 11 los informes serán presentados por el deudor mensualmente.

CONCLUSIÓN

Esta monografía permite acercar al lector a un sistema concursal preventivo muy interesante, y
cuyas diferencias responden a las características particulares de una sociedad con una política
económica y un sentido de mercado en el cual se da especial importancia al mantenimiento y la
continuidad de la empresa. Hay una serie de aspectos muy especiales que me permitiré
comentar como mecanismo para enriquecer esta conclusión.

En primer lugar, llama poderosamente la atención el desarrollo del "equity receivership" a partir
de los proceso reorganizativos de las compañías ferroviarias del siglo antepasado, y que llegó
a evolucionar incorporándose en el sistema vigente. De forma tal que nos resulta sumamente
curioso, pensar en que el acreedor termina siendo socio de su deudor, mientras él mantiene
control de la empresa. La transformación de créditos en acciones, resulta en una idea extraña
pero interesante, en el sentido de que en tanto el proceso de reorganización tenga éxito logrará
satisfacer los intereses de dichos acreedores. Para poder entender esta medida debemos
ubicarnos en el marco cultural, económico, y financiero de una sociedad en la que el juego del
mercado accionario provoca un efecto directo inclusive en los momentos en que la empresa
entra en crisis. Difícil sería imaginarnos que ello se convierta en una propuesta en nuestra
sociedad, donde posiblemente en primer lugar se alegaría ante la Sala Constitucional una
violación al derecho de libre asociación en el sentido de que estaría obligando al acreedor a
formar parte de una nueva empresa y que además está en crisis.
Un segundo aspecto interesante, es la forma en que nuestro sistema se ha preocupado por dar
la oportunidad de reorganización únicamente a aquellas empresas cuya desaparición cause
efectos perniciosos en la economía. Nuestro sistema concede gran importancia a los efectos
que pueda causar la desaparición de la empresa, mientras que en el sistema cubierto por el
Capítulo 11, no existe tal análisis, y por el contrario, la sola solicitud del deudor da por iniciado
el proceso. En el caso de que la solicitud sea iniciada por los acreedores, entonces se realiza
una valoración económica sobre la situación de la empresa y se daría por iniciado el proceso
en forma involuntaria para el deudor, en caso de que se encuentre en una situación de
incumplimiento de pagos, sin llegar a valorarse ese concepto nuestro de "efectos perniciosos".

Un aspecto igualmente importante de destacar, es el hecho de que el sistema contenido en el


capítulo 11 se aplica tanto a empresas como a individuos; no obstante que por razones de
costo procesal, es más común que los individuos sometan sus problemas patrimoniales al
sistema contenido en el capítulo 13. En todo caso la diferencia es notable, en el sentido de que
en el Código Procesal Civil, si existe una prohibición para que el individuo pueda acudir a un
proceso de reorganización para solventar una crisis económica personal.

Como un último aspecto a resaltar, es la situación en la que se ubica al deudor, frente a sus
acreedores. Creo personalmente que se le ubica en una situación bastante privilegiada, en el
sentido de que sus facultades son sumamente amplias, y permiten que pueda administrar con
total libertad los negocios, el activo, y en general la operación comercial fuente de ingresos. El
contrapeso de esta libertad se sitúa en una obligación de informar constantemente sobre todo
movimiento financiero, contable, y de administración general; de forma tal que el Comité de
Acreedores, pueda verificar sus actuaciones y el cumplimiento del plan. Las decisiones del
deudor-en-posesión y del deudor reorganizado sobre el manejo del negocio resulta casi
incuestionable, a menos que el Comité demuestre que existe abuso por parte del deudor o
mala fe. En dicho caso, los actos del deudor podrán ser revocados y ser sustituido por un
curador para el enderezamiento de cualquier decisión del deudor inconsistente con sus
obligaciones.

Finalmente, parece interesante destacar que a diferencia del proceso preventivo contenido en
nuestro Código Procesal Civil, la participación del juez es mucho más limitada en la
reorganización estadounidense. Existen tres actos judiciales importantes en manos del juez
norteamericano: 1) El trámite de inicio del proceso ya sea voluntario o involuntario; 2) La
homologación del plan; y 3) La conclusión del proceso. Mientras que en nuestro sistema, la
participación del juez es mucho más proactiva, y tiene a su cargo inclusive la evacuación de
prueba a gestión de oficio. Es decir, si se compara la participación del juez en ambos procesos,
el juez costarricense, realiza una labor mucho más constante y participativa en el desarrollo de
proceso como tal.

BIBLIOGRAFÍA

LEY DE REESTRUCTURACION EMPRESARIAL

TITULO I

NORMAS GENERALES

Artículo 1.- El presente Decreto Ley establece las normas aplicables a la reestructuración
económica y financiera, liquidación extrajudicial y quiebra de empresas.

Para efectos de lo dispuesto en el párrafo anterior, se consideran empresas las establecidas o


constituidas en el país al amparo de cualquiera de las modalidades contempladas en la
legislación nacional.
No están comprendidas en el presente Decreto Ley las entidades sujetas a la supervisión de la
Superintendencia de Banca y Seguros y de Administradoras de Fondos de Pensiones, que se
regirán por las leyes que las regulan.

Artículo 2.- Uno o varios acreedores impagos cuyos créditos superen en total el equivalente a
cincuenta unidades impositivas tributarias vigentes en la fecha de la solicitud, podrán solicitar la
declaratoria de insolvencia del deudor, ante la Comisión de Simplificación del Acceso y Salida
del Mercado a que e refieren la segunda y tercera disposiciones complementarias del presente
Decreto Ley, en adelante la Comisión.

Para efectos de lo dispuesto en el presente artículo, se entiende por acreedor impago a aquel
cuyo crédito exigible se encuentra vencido y no ha sido pagado dentro de los treinta días
naturales siguientes a su vencimiento. Tratándose de créditos que se vencen por armadas o
cuotas, sólo se computarán las armadas o cuotas vencidas por cualquier causa.

Asimismo, el deudor podrá solicitar su declaratoria de insolvencia ante la Comisión, siempre


que acredite tener pérdidas que reduzcan su patrimonio a una cantidad inferior a la tercera
parte.

Artículo 3.- Recibida la solicitud, la Comisión procederá a citar al deudor para que acredite su
capacidad de pago o su insolvencia, según el caso.

Si la Comisión comprueba que el deudor no tiene capacidad de cumplir con el pago de sus
créditos exigibles y vencidos conforme lo determine el Reglamento del presente Decreto Ley, lo
declarará insolvente y citará en el mismo acto a todos los acreedores para que se reúnan en
Junta, que se realizará en el lugar, día y hora indicados en la convocatoria. La citación se hará
por medio de avisos que se publicarán en el diario oficial "El Peruano" y en otro diario de
circulación de la respectiva localidad, por dos días consecutivos, debiendo mediar entre la
publicación del último aviso y la realización de la Junta de Acreedores por lo menos veinte días
hábiles.

Artículo 4.- Sólo tendrán derecho a participar en la Junta convocada conforme al artículo
anterior, los acreedores que hasta el décimo día hábil anterior a la fecha señalada para la
realización de la Junta presenten ante la Comisión los títulos que acrediten la existencia de sus
créditos, se encuentren o no vencidos.

La Comisión reconocerá la titularidad, legitimidad y cuantía de los créditos conforme lo


determine el Reglamento. Si un crédito ha sido reconocido judicialmente, mediante resolución
consentida o ejecutoriada, la discusión sólo versará sobre su cuantía, siempre que no esté
fijada en la sentencia. Asimismo, corresponderá a la Comisión declarar la prelación de los
créditos reconocidos, conforme el artículo 7o.

La empresa deudora podrá asistir a las sesiones de la Junta debidamente representada para
expresar sus puntos de vista.

Los acreedores que concurran a la Junta elegirán de su seno al Presidente y Vicepresidente.


La Junta podrá designar de entre sus miembros a un Comité al cual delegue en todo o en parte
las atribuciones que le confiere este Decreto Ley, excepto la establecida en el numeral 1 del
artículo siguiente.

La Junta de Acreedores podrá invitar a la Comisión para que nombre un representante que
participe en sus deliberaciones, con derecho a voz, pero sin voto.

Artículo 5.- La Junta de Acreedores tendrá las siguientes atribuciones:

1. Decidir el destino de la empresa, que podrá ser:


a) La continuación de la actividad de la empresa, en cuyo caso entrará en proceso de
reestructuración económica y financiera con arreglo al título II;

b) La disolución y liquidación de la empresa, en cuyo caso se procederá a su liquidación


extrajudicial conforme al título III; o,

c) La declaración judicial de quiebra conforme al título IV.

2. Supervisar la ejecución de los acuerdos que haya adoptado conforme al numeral anterior.

Artículo 6.- Los acuerdos de la Junta previstos en el numeral 1 del articulo anterior se
adoptarán con el voto de los acreedores que representen créditos por un importe superior al
70% del monto total de los mismos y en presencia de un representante de la Comisión, que
certificará la existencia del tal acuerdo y que se ha llevado conforme a ley.

Los demás acuerdos se adoptarán por el voto de los acreedores que representen créditos por
un importe superior al 50% del monto total de los mismos.

Los créditos que tengan como origen la falta de pago de remuneraciones y beneficios sociales,
así como los que tengan como origen la falta de pago de tributos, serán considerados en cada
caso como uno solo y los acreedores serán representados por quienes designen el Ministerio
de Trabajo y Promoción Social y el Ministerio de Economía y Finanzas, respectivamente.

La empresa o los acreedores que en conjunto representen créditos de cuando menos el 20%
del monto total de los mismos, podrán impugnar ante la Comisión los acuerdos adoptados en
Junta de Acreedores, dentro de los diez días hábiles siguientes a la fecha en que se puso en
conocimiento el respectivo acuerdo. Dicha impugnación se sujetará a lo dispuesto en el inciso
b) del artículo 19o. y en el artículo 27o. del Decreto Ley Nº 25868 y a las normas que
contemple el Reglamento.

Artículo 7.- El orden de preferencia de los créditos es el siguiente:

1. Los créditos que tengan como origen el pago de remuneraciones y beneficios sociales
adeudados a los trabajadores.

2. Los créditos alimentarios en el caso contemplado en la primera disposición complementaria.

3. Los créditos que tengan como origen tributos.

4. Los créditos garantizados con hipoteca, prenda o anticresis por el deudor, respecto de los
bienes afectos a la garantía.

5. Los demás créditos, según su antigüedad; si tienen la misma antigüedad y constan en un


Registro, según el orden en que han sido inscritos en el mismo; y si no se puede establecer de
manera cierta la antigüedad, se pagarán a prorrata.

La preferencia de los créditos implica que unos excluyen a los otros según el orden establecido
en el presente artículo hasta donde alcancen los bienes de la empresa.

TITULO II

REESTRUCTURACION DE EMPRESAS

Artículo 8.- Cuando la Junta de Acreedores decida la continuación de las actividades de la


empresa porque existen posibilidades reales para su recuperación económica y financiera, la
empresa entrará en proceso de reestructuración por un plazo no mayor de un año, contado a
partir de la fecha del acuerdo de la Junta de Acreedores sobre el destino de la empresa,
prorrogable por acuerdo de la misma Junta.

La Junta de Acreedores acordará el régimen de administración temporal que deberá tener la


empresa en proceso de reestructuración. Para este efecto, podrá acordar:

1. La continuación del mismo régimen de administración; o,

2. La administración de la empresa por un Banco, acreedor o no de la misma, siendo de


aplicación lo dispuesto por el inciso c) del artículo 110o. y demás normas relativas a las
comisiones de confianza del Decreto Legislativo Nº 637 Ley General de Instituciones
Bancarias, Financieras y de Seguros.

Si la Junta de Acreedores opta por la alternativa prevista en el inciso 2), a partir en su


nombramiento y durante el proceso de reestructuración, el administrador designado sustituirá
de pleno derecho en sus facultades, sin reserva ni limitación alguna, a los directores,
representantes legales y apoderados de la empresa, pudiendo celebrar toda clase de actos y
contratos que fueran necesarios para lograr su recuperación económica y financiera, según lo
establezca el acuerdo de la Junta de Acreedores. Durante el proceso de reestructuración
quedarán en suspenso los estatutos de la empresa. El Reglamento precisará los alcances y
efectos de la suspensión.

El administrador deberá solicitar la inscripción del acuerdo de la Junta de Acreedores en el


Registro Público pertinente, dentro de los tres días hábiles siguientes a su expedición.

Artículo 9.- El administrador deberá proponer a la Junta de Acreedores dentro de los sesenta
días naturales siguientes a su designación, el Plan de Reestructuración al que se sujetará la
empresa durante el plazo de duración del proceso de reestructuración, en el que se detallará,
cuando menos, las acciones que se propone ejecutar, el cronograma de pago de los créditos
hasta su cancelación, el financiamiento de la inversión requerida para la continuación de la
actividad de la empresa, la política laboral a adoptarse y el presupuesto que contenga los
gastos y honorarios que demande la administración.

La Junta de Acreedores aprobará el Plan de Reestructuración observando lo dispuesto en el


segundo párrafo del artículo 6o.

Artículo 10.- El administrador deberá presentar al Juez Especializado en lo Civil de turno el


acuerdo adoptado por la Junta de Acreedores relativo a la continuación de la actividad de la
Empresa, dentro de los tres días hábiles siguientes de adoptado dicho acuerdo.

El Juez, dentro de los tres días hábiles siguientes a la presentación de la solicitud, deberá
notificar el acuerdo de la Junta de Acreedores, al Juez, Arbitro o Tribunal Arbitral, ejecutor
coactivo, según sea el caso, que conocen de los procesos judiciales, arbitrales o coactivos
seguidos contra la empresa para que ordene el inmediato levantamiento de los embargos y de
las demás medidas cautelares trabadas sobre los bienes de la

misma. En el caso de que las indicadas medidas hayan sido ordenadas pero aún no trabadas
el Juez, el Arbitro o el Tribunal Arbitral, o ejecutor coactivo, según corresponda, se abstendrá
de hacerlo.

Asimismo, por el mérito de la notificación a que se refiere el párrafo anterior y durante el


proceso de reestructuración, se suspenderán todos los procesos judiciales, arbitrales o
coactivos pendientes que se siguen contra la mencionada empresa, que tengan como objeto la
ejecución de garantías reales, embargos definitivos o cualquier otra medida definitiva ordenada
sobre los bienes de la misma.

Artículo 11.- La notificación a que se refiere el artículo anterior indicará el nombre o la


denominación social de la empresa; el plazo de duración del proceso de reestructuración, con
precisión de la fecha de inicio y término del mismo; y el nombre o la denominación social de
quien ejerza la administración.

Artículo 12.- A partir de la fecha de inicio del proceso de reestructuración que se indica en la
notificación a que se refiere el artículo anterior, se suspenderá la exigibilidad del pago de las
obligaciones que tuvieran pendientes las empresas comprendidas en el indicado proceso con
su acreedores, las que quedarán sujetas al Plan de Reestructuración. El importe de las
indicadas obligaciones podrá convertirse a dólares de los Estados Unidos de Norteamérica, al
tipo de cambio venta promedio ponderado de la cotización de oferta y demanda, publicado por
la Superintendencia de Banca y Seguros el día en que se inicia el proceso de reestructuración.

A partir del día siguiente y hasta que dure la suspensión dispuesta en el párrafo anterior, se
aplicará a las obligaciones pendientes de pago por la empresa la tasa de interés pasiva en
moneda nacional o extranjera que estuviere pactada; en defecto de régimen de intereses
pactados o cuando se hubiere producido la conversión a dólares, se aplicará la tasa de interés
que publica la Superintendencia de Banca y Seguros. En ningún caso correrán intereses
moratorios por los adeudos mencionados.

Artículo 13.- Por decreto supremo con fuerza de Ley se precisarán los casos en que serán
nulos y carecerán de efectos legales los actos y contratos que de alguna manera afecten el
patrimonio de la empresa en proceso de reestructuración, así como las medidas y ejecuciones
comprendidas en el artículo 10o., celebrados o realizadas entre la fecha de la citación que
efectúe la Comisión conforme al segundo párrafo del artículo 3o. y la fecha de la notificación a
que se refiere el artículo 10o.

Artículo 14.- En cualquier momento durante el proceso de reestructuración, el administrador


que considere que no es posible la reestructuración económica y financiera de la empresa,
convocará a Junta de Acreedores para que se pronuncie sobre las alternativas previstas en los
incisos b) y c) del numeral 1 del artículo 5o.

Vencido el plazo de duración del proceso de reestructuración de la empresa, caducarán las


funciones de la Junta de Acreedores y del administrador, y asumirán su administración aquellos
a quienes corresponda según sus estatutos.

En todo caso, vencido el plazo de duración del proceso de reestructuración, quedará


automáticamente sin efecto lo dispuesto en los artículo 10o. y 12o.

TITULO III

DISOLUCION Y LIQUIDACION EXTRAJUDICIAL DE EMPRESAS

Artículo 15.- En caso que la Junta de Acreedores decidiera la disolución y la liquidación


extrajudicial de la empresa, ésta y sus acreedores procederán a celebrar el respectivo convenio
de liquidación extrajudicial de los bienes de dicha empresa, dentro de los diez días hábiles
siguientes a la celebración de la Junta. Para efectos de la celebración del convenio, se
requerirá el acuerdo de los acreedores cuyos créditos representen un monto superior al 70%
del total de los mismos, aplicándose lo dispuesto en el último párrafo del artículo 6o.

En el caso que la empresa no cumpla con celebrar el convenio a que se refiere el párrafo
anterior en el plazo que señale el Reglamento, la Junta de Acreedores se reunirá para optar la
decisión que corresponda conforme a sus atribuciones.

Celebrado el convenio de liquidación extrajudicial caducan las funciones del administrador que
se hubiere designado conforme al título II y quedará automáticamente sin efecto lo dispuesto
en los artículos 10o. y 12o. Corresponde a la Junta de Acreedores comunicar este hecho al
Juez competente.

El convenio de liquidación extrajudicial deberá inscribirse en el Registro Público pertinente.


Artículo 16.- Los convenios extrajudiciales podrán versar sobre:

1. La liquidación de los bienes del deudor.

2. La condonación de parte de sus deudas.

3. La ampliación del plazo de sus obligaciones.

4. La refinanciación de pago de sus obligaciones.

5. Cualquier otro acto que tenga relación con el pago de las obligaciones y la liquidación de los
bienes de la empresa, así como el pago de los gastos y honorarios que ésta demande.

Artículo 17.- La liquidación extrajudicial de los bienes de la empresa se sujetará a las siguientes
reglas:

1. El convenio de liquidación extrajudicial designará el Banco que ejercerá las funciones de


liquidador, conforme la autoriza el inciso b) del artículo 110o. y demás normas relativas a las
comisiones de confianza del Decreto Legislativo Nº 637 Ley General de Instituciones
Bancarias, Financieras y de Seguros. El liquidador podrá ser o no acreedor de la empresa.

2. El liquidador tendrá las facultades que señalan la Ley General de Sociedades, las normas
complementarias del presente Decreto Ley y las que adicionalmente le otorgue el convenio de
liquidación extrajudicial.

3. Para efectos de la titularidad, legitimidad, cuantía y preferencia de los créditos, se observará


lo acordado por la Comisión conforme al segundo párrafo del artículo 4o.

4. El convenio de liquidación extrajudicial aprobado por la mayoría de los acreedores prevista


en el artículo 6o., será obligatorio para la empresa en liquidación y para todos los acreedores,
inclusive para aquellos que no hayan participado en la Junta de Acreedores y para los que
hayan votado en contra.

5. Cualquier modificación del convenio de liquidación extrajudicial requerirá la misma mayoría


exigida para su aprobación,

TITULO IV

QUIEBRA DE EMPRESAS

Artículo 18.- En el caso que la Junta de Acreedores decidiera la quiebra y la disolución de la


empresa, el Presidente de la Junta solicitará ante el Juez Especializado en lo Civil de turno la
declaratoria de quiebra correspondiente. La Solicitud deberá adjuntar copia de los acuerdos
adoptados en Junta de Acreedores a que se refiere el artículo 5o. Asimismo, podrán solicitar la
declaratoria de quiebra las personas a las que las normas complementarias del presente
Decreto Ley les otorgue expresamente esta facultad.

Artículo 19.- El Juez deberá expedir el auto que resuelve sobre la solicitud de declaratoria de
quiebra dentro de los tres días hábiles siguientes a su presentación. El Reglamento del
presente Decreto Ley señalará el contenido del auto.

En caso de declararse la quiebra de la empresa, el auto correspondiente deberá ratificar la


designación efectuada por la Junta de Acreedores, del Banco facultado por el inciso b) del
artículo 110o. del Decreto Legislativo Nº 637 Ley General de Instituciones Bancarias,
Financieras y de Seguros, para desempeñar las funciones de administración, realización y
liquidación de los bienes de la fallida, conforme lo precisen las normas complementadas del
presente Decreto Ley.
Artículo 20.- Son efectos inmediatos del auto que declara la quiebra de la empresa los
siguientes:

1. Produce un estado indivisible entre la fallida y sus acreedores, que comprende todos los
bienes y obligaciones de ésta, aun cuando dichas obligaciones no sean de plazo vencido, salvo
los bienes y las obligaciones que la ley expresamente exceptúa;

2. Los directores, gerentes y otros administradores de la fallida quedan privados del derecho de
administrar los bienes de ésta, salvo los que sean inembargables conforme a ley. El
desapoderamiento no transfiere la propiedad de los bienes de la fallida a sus acreedores, sino
sólo la facultad de hacerse pago de sus créditos con el producto de su realización;

3. La administración corresponde al Banco ratificado por el Juez para el efecto y, en


consecuencia, quienes ejercían la representación legal de la fallida hasta la fecha de la
declaratoria de quiebra, no podrán comparecer en juicio sea la empresa demandante o
demandada;

4. El Banco ratificado administrará los bienes objeto de desapoderamiento a que se refiere el


numeral 2 del presente artículo y también los bienes respecto de los cuales la fallida tenga
derecho de usufructo, cuidando en ambos casos, que los frutos liquidados ingresen a la masa
de la quiebra;

5. Todas las obligaciones de pago de la fallida se harán exigibles, aunque no se encuentren


vencidas, descontándose los intereses correspondientes al plazo que falte para el vencimiento;

6. Quedarán en suspenso, sólo con relación a la masa de la quiebra, el curso de los intereses
de todos los créditos comunes que estuvieron vencidos a la fecha de la declaratoria de quiebra,
pero una vez pagado el valor de dichos créditos, entrarán a participar proporcionalmente en el
remanente por los intereses que se devenguen con posterioridad;

7. No podrá realizarse ninguna compensación que no se hubiere hecho antes conforme a ley,
entre obligaciones recíprocas de la fallida y sus acreedores;

8. Todos los juicios pendientes que se sigan contra la fallida ante otros jueces de cualquier otra
jurisdicción y que puedan afectar sus bienes, se acumularán al juicio de quiebra. Los nuevos
juicios que se inicien contra la masa de la quiebra se sustanciarán ante el Juez que conoce de
la misma. Igualmente, los juicios o procesos arbitrales que afecten los derechos u obligaciones
de la fallida, se seguirán ante el Juez de la quiebra;

9. Los embargos y todas las demás medidas cautelares que se hubieren dictado en los juicios
acumulados quedarán sin efecto a partir de la fecha de declaratoria de quiebra;

10. Los acreedores hipotecarios, prendarios o anticresistas harán efectivos sus derechos ante
el Juez de la quiebra en los bienes que estén especialmente afectos al pago de su créditos. El
Banco ratificado actuará como depositario de dichos bienes.

Artículo 21.- Conforme lo precisen las normas complementarias del presente Decreto Ley, la
declaratoria de quiebra de la empresa produce, retroactivamente, la nulidad de los
gravámenes, transferencias y demás actos y contratos, ya sean a título gratuito u oneroso, que
afecten su patrimonio, celebrados por la fallida dentro de los seis meses calendario anteriores a
la fecha del acuerdo de la Junta de Acreedores que decide la correspondiente quiebra y
liquidación judicial.

El tercero que de buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de la fallida que en el
Registro pertinente aparece con facultades para otorgarlo, no resultará afectado con la nulidad
a que se refiere el párrafo anterior, una vez inscrito su derecho, salvo que se pruebe que actuó
de mala fe.
La acción de nulidad prescribe en el plazo de dos años contados a partir de la fecha del acto o
contrato correspondiente.

Artículo 22.- Por decreto supremo con fuerza de la Ley se establecerán las reglas a las que se
sujetará el proceso judicial de quiebra.

Artículo 23.- Las conductas punibles referidas a la quiebra de las empresas, se sujetarán a lo
dispuesto en el capítulo I del título VI del Libro Segundo del Código Penal.

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS

PRIMERA.- Lo dispuesto en el presente Decreto Ley regirá para las personas naturales no
consideradas empresas conforme al artículo 1o., en lo que les resulte aplicable, según lo
establezcan las normas complementarias del presente Decreto Ley. Asimismo, tales normas
complementarias señalarán los casos en los que dichas personas podrán ser declaradas en
quiebra.

SEGUNDA .- Sustitúyase el artículo 18o. del Decreto Ley Nº 25868 Ley de Organización y
Funciones del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la
Propiedad Intelectual (INDECOPI), por el siguiente:

"Artículo 18.- El INDECOPI tiene siete comisiones destinadas a la protección de la competencia


y de los derechos de los consumidores así como a simplificar el acceso y la salida del mercado
de los agentes económicos que son las siguientes:

"a) La Comisión Multisectorial de la Libre Competencia;

"b) La Comisión de Fiscalización de Dumping y Subsidios;

"c) La Comisión de Protección al Consumidor;

"d) La Comisión Nacional de Supervisión de la Publicidad;

"e) La Comisión de Represión de la Competencia Desleal;

"f) La Comisión de Supervisión de Normas Técnicas, Metrología Control de Calidad y


Restricciones Paraarancelarias; y,

"g) La Comisión de Simplificación del Acceso y Salida del Mercado".

TERCERA.- La Comisión de Simplificación del Acceso y Salida del Mercado a que se refiere el
inciso g) del artículo 18 del Decreto Ley Nº 25868, que forma parte del INDECOPI, tiene por
objeto supervisar que no se impongan barreras burocráticas que impidan u obstaculicen el
acceso o salida de las empresas de la actividad económica, velando por el cumplimiento de las
disposiciones sobre simplificación administrativa contenidas en el título IV del Decreto
Legislativo Nº 757 Ley Marco para el Crecimiento de la Inversión Privada, así como el
cumplimiento de lo dispuesto en el presente Decreto Ley.

La Comisión a que se refiere la presente disposición, podrá delegar sus funciones a las
entidades con las cuales celebre convenios para el efecto, conforme lo establezca el
Reglamento el presente Decreto Ley.(*)

(*)Esta disposición ha sido modificada por el artículo 52º del D.Leg 807, publicada el 18.04.96,
cuyo texto es el siguiente:

"La Comisión de Salida del Mercado es competente para conocer sobre la declaratoria de
insolvencia de los deudores, el reconocimiento de la titularidad, legitimidad y cuantía de los
créditos, la realización de las Juntas de Acreedores y todos los demás asuntos relacionados
con dichos temas, conforme a lo establecido en el presente Decreto Ley."

CUARTA.- El Banco designado conforme a los artículos 17o. o 19o. del presente Decreto Ley,
para la administración, realización y liquidación de la empresa en liquidación extrajudicial o
quiebra, según el caso, podrá cesar a los trabajadores de la empresa correspondiente para
cuyo efecto cursará un aviso notarial con una anticipación de cinco días hábiles a la fecha
prevista para el cese.

QUINTA.- Las disposiciones complementarias que se dicten por decreto supremo precisarán
otras entidades que podrán ejercer la función de administrador o liquidador, según
corresponda, a que se refieren los artículos 8o., 17o., y 19o. y las demás normas pertinentes
del presente Decreto Ley, así como los requisitos y condiciones aplicables para el efecto.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

UNICA.- Los procesos de quiebra que a la fecha de entrada en vigencia del presente Decreto
Ley se encontraran en trámite, se regirán hasta su culminación por las normas legales que
estuvieron vigentes en la fecha en que se iniciaron.

DISPOSICIONES FINALES

PRIMERA.- Por decreto supremo con fuerza de Ley, refrendado por los Ministros de Economía
y Finanzas y de Industria, Turismo, Integración y Negociaciones Comerciales Internacionales,
se aprobarán las normas complementarias y reglamentarias del presente Decreto Ley, en un
plazo que no excederá de sesenta días naturales contados a partir de su publicación en el
diario oficial "El Peruano".

SEGUNDA.- Deróganse las siguientes normas legales:

1. La Ley Nº 7566 Ley Procesal de Quiebras, así como sus normas modificatorias,
complementarias reglamentarias.

2. Los Decretos Leyes Nos. 19525 y 20016, así como sus normas modificatorias,
complementarias y reglamentarias.

3. Los Decretos Leyes Nos. 21584 y 22972, así como sus normas modificatorias,
complementarias y reglamentarias.

4. Las demás normas que se opongan a lo dispuesto en el presente Decreto Ley.

TERCERA.- El presente Decreto Ley entrará en vigencia a partir del día siguiente de la
publicación en el diario oficial "El Peruano" de la designación de los miembros de la Comisión
de Simplificación del Acceso y Salida del Mercado a que se refieren la segunda y tercera
disposiciones complementarias.

POR TANTO:

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