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Acta de fe

Samuel Chamberlain
Un granuja norteamericano durante
“la hora más triste de nuestra historia”
Alejandra Camarena Arochi

S
amuel Chamberlain
(1829-1908) fue un
soldado estadouniden-
se que participó en la
guerra de intervención norteame-
ricana en México. Su nombre, como
el de tantos otros miles de hombres
que combatieron en esta triste-
mente recordada conflagración,
pudo olvidarse, pero no fue así por
dos motivos: escribir sus memorias
a las que tituló My confession: the
recollections of a rogué –título que
podría traducirse como Mi confe-
sión: recuerdos de un granuja– y por
plasmar en pinturas algunas de sus A pesar de que las pinturas son Lo plasmado por Chamberlain en sus
vivencias ocurridas durante el lienzos ha cobrado una especial relevancia
producto de aficionado y por tanto como fuente y material histórico para el
transcurso de este conflicto. no poseen gran calidad artística, estudio de la guerra entre México y Estados
Lo plasmado en sus lienzos ha tienen la virtud de representar he- Unidos. Arriba, una representación de la
cobrado una especial relevancia chos vividos por las tropas y alejados carga del 1° de Dragones contra las tropas
como fuente y material histórico mexicanas.
de las escenas de las “grandes ba-
para el estudio de esta guerra, ya tallas”; algo de lo que se encarga-
que por desgracia se desconoce rían de hacer otros autores, princi- lain, comentaremos sólo sobre al-
alguna obra pictórica realizada por palmente mediante litografías. gunas muestras representativas de
algún miembro de las tropas me- Lo pintado por Chamberlain, que su trabajo. Desde un primer acerca-
xicanas; por lo tanto, para ilustrar abarca desde los principios de esta miento, advertimos que uno de sus
mucho de esta guerra se debe guerra, hasta su consumación en objetivos fue mostrar las dificul-
acudir a testimonios gráficos nor- la Ciudad de México, nos propor- tades, amenazas y peligros a los que
teamericanos. cionan algo más: a hacer el ejer- se enfrentaron los soldados de su
cicio mental de intentar acercarnos, ejército; algo que no es nuevo en
Alejandra Camarena Arochi. Licenciada desde nuestro siglo XXI, y compren- nuestra historia, si recordamos la
en Administración por la Universidad Autó- der cómo era parte de la vida co- obra del soldado-cronista español
noma de Guadalajara. Maestra en historia.
Co autora de Los Pasajes de la historia tidiana de su época. Bernal Díaz del Castillo sobre la
de Atizapán, está dedicada al rescate de Sin ser nuestro objetivo analizar conquista de México, en la cual
la historia de Zona Esmeralda. toda la obra pictórica de Chamber- buscó que fuesen suficientemente
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En la acuarela Paso del diablo, Chamber-
lain representa la marcha del Ejército del
general Wool hacia Parras, ante la
acechanza de guerrilleros mexicanos y un
zopilote que sobrevuela en el horizonte.

nos y, a manera de metáfora, un


acechante zopilote como ave de
mal agüero.
A pesar de que los grupos gue-
rrilleros mexicanos no desempe-
ñaron un papel determinante en el
resultado de esta guerra, como lo
hizo el Ejército, sí causaron serios
dolores de cabeza a los estado-
unidenses, mediante ataques sor-
presivos a tropas poco numerosas
que estaban a cargo de las carretas
que trasladaban los pertrechos
necesarios. El lazo utilizado por
ellos fue un arma muy común y
efectiva a pesar de su sencillez,
Chamberlain se refiere a la reata de
manera despectiva como el “arma
nacional” de los mexicanos, sin
embargo, se ha dicho que le tenía
un gran temor.
Otro aspecto que el soldado tomó
en cuenta tiene que ver con esce-
nas que formaron parte de la vida
diaria durante los meses en que el
ejército de Estados Unidos perma-
neció en el norte de nuestro país. El
papel que desempeñaron las mu-
jeres resulta muy interesante. Las
relaciones que se entablaron con
las mujeres fueron variadas y podría
decirse que ellas fueron benévolas
reconocidos sus méritos como implicó un gran esfuerzo debido a con los invasores. Muchas ofre-
soldado. las fuertes corrientes del río. cieron sus servicios para lavar ropa
A modo de ejemplo podríamos Es en este contexto como nuestro y cocinar; quizás hubo otras que
citar la manera como plasmó la personaje no olvida representar a fungieron como sus espías, como
escena del paso del Ejército nor- los peligrosos “indios bárbaros” del Chapita Sandoval, de quien se dice
teamericano cuando cruzó el río norte, ya sea amenazándolos a todo reportó de manera puntual al Gene-
Grande, después de ganar las galope con sus grandes lanzas, o ral Taylor sobre la posición de las
batallas de La Resaca y Palo Alto. escondidos y espiando los movi- fuerzas del General Arista en
Chamberlain tuvo el cuidado de mientos de su ejército. En su acua- Matamoros.
pintar a los soldados guiando sus rela titulada Paso del diablo, donde Muchos de estos trabajos fueron
caballos con un sólo brazo, ya que se observa la marcha del Ejército bien remunerados económica-
con el otro sostenían sus armas del general Wool hacia Parras, no mente, a tal punto que hubo quien
para que no se mojaran, mantenién- quiere dejar al olvido la presencia consideró que a cambio de ellos
dose erguidos; hecho que sin duda constante de guerrilleros mexica- “habían recibido más dinero en
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secuencias que trae una infidencia
de tal naturaleza”.
Hubo soldados norteamericanos
que dejaron testimonio sobre su
conducta, amable y condolida por
sus padecimientos, muy diferente a
como los veían sus padres, esposos
y hermanos, hombres mexicanos a
quienes llegaron a describir como
“varones oscuros, crueles, grasien-
tos y flojos”. Los llamaban greaser.
A un soldado de Virginia le parecían
tan grasosos “que podían comparar-
se a un trozo de tocino”. Lo que no
ocurrió con muchas mujeres, como
hemos dicho.
La palabra “pobrecito” llegó a pa-
recerle a más de uno hermosa en
sus bocas, al grado de considerarla
como “el sonido más dulce”. Un en-
fermo se expresó de una de ellas
como una mujer de “blancura de
mármol, de mejillas rosadas, de
grandes ojos inundados de negro
acompañados de sus pesadas
pestañas”.
No pocos romances florecieron
entre ellos, un pasatiempo común
lo eran los bailes. Los llamados “fan-
dangos” atraían a muchos soldados,
quienes danzaban por horas con
Un pasatiempo común eran los llamados las penas de los heridos en comba- señoritas de ojos obscuros, acom-
“fandangos” que atraían a muchos solda- te, recordemos el caso de la famosa pañados de la música que emergía
dos, quienes danzaban por horas con las
señoritas mexicanas. Arriba, dos pinturas “Señorita de Monterrey”, quien sin de violines, guitarras y mandolinas.
de Chamberlain que refieren esta diver- hacer distinción de nacionalidades Esta diversión fue tan común que
sión, Young Sam at a fandango (a Mexi- murió mientras atendía a heridos de hubo que imponer algunos im-
can dance) y A fandango hall at Monterey. puestos para limitar su frecuencia y
uno y otro bando. Chamberlain no
olvidó en recordar al sexo femenino no fuese causa de distracciones
efectivo que el que hubieran so- con largas trenzas y faldas, en mo- que afectaran la labor militar.
ñado”. mentos cuando ayudaban a levantar Algunos encontraron a las “sino-
El comercio establecido entre a los heridos en camillas o a lomo returs” [señoritas] mexicanas más
mexicanos que vendían servicios y de mula. sensuales y divertidas que las nor-
comerciaban con los norteame- Estos hechos provocaron que teamericanas que habían dejado
ricanos fue tan exitoso que hubo muchas de ellas fueran castigadas atrás en sus pueblos, muchas de
ciudadanos mexicanos que se e incluso algunas asesinadas lue- ellas educadas bajo la férrea edu-
opusieron a la firma de un tratado go, por considerar que habían co- cación victoriana de la época. Y no
de paz, ya que el estado de guerra metido traición a la patria, ya que el faltó quienes regresaron a su país
les había producido mucha pros- gobernador de Coahuila advirtió a con ellas como esposas, no sin an-
peridad debido al pago de bienes y los pobladores que quienes coope- tes justificar su proceder al señalar
servicios. raran con el ejército norteame- que eran “de pura sangre castella-
También hubo mujeres que ayu- ricano de cualquier forma, por leve na”, algo que no era inusual cono-
daron de manera solidaria a aliviar que fuera, serían “sujetos a las con- ciendo el arraigado racismo impe-

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rante entre los estadounidenses. financieros. Existieron casos donde Chamberlain formó parte del 2º. Re-
Para muchos fue una sorpresa el perdían considerables cantidades gimiento de Voluntarios de Illinois, que
en la pintura de su autoría se forma para
haber encontrado en México a de dinero en cinco minutos; a la vez una revista del General Wool.
algunas mujeres “tan blancas como existía un curioso juego en el que
las norteamericanas”. se empleaban machetes y lo que
Sin embargo, un problema signifi- se apostaba era un sencillo pilon- por Monterrey; por lo tanto, causa
cativo lo fueron las enfermedades cillo de azúcar. extrañeza ver que en las Confe-
venéreas, casi inexistentes en po- Es pertinente recordar que Cham- siones el soldado haya descrito
blaciones pequeñas, mas no así en berlain nació en New Hampshire y cómo “con alegría desafiante era
ciudades más grandes del norte del que, después de fungir como bom- izada la gloriosa [bandera] de las
país como Monterrey y Saltillo, don- bero en Boston y guardián en una Barras y las Estrellas en el Obis-
de se extendieron al punto de que prisión en Connecticut, se unió al pado” de Monterrey, así como su na-
requerían de varios vagones para 2º. Regimiento de Voluntarios de Il- rración de cómo los regiomontanos
apartar a los enfermos infectados, linois en Texas; y en San Antonio fueron perseguidos “cuarto por
a quienes se les trataba mediante formó parte del 1º de Dragones del cuarto mientras exclamaban fero-
la aplicación de una solución ácida Ejército estadounidense bajo las ces gritos y llantos a los que los nor-
–dosis de mercurio– para cauterizar órdenes del General John Wool, a teamericanos no daban tregua”.
sus chancros o úlceras. quien se le encomendó llevar a sus A la vez del adjetivo de “pícaro”,
Por otro lado, un pasatiempo muy tropas a Chihuahua. Las dificulta- habría que añadirle el de un posible
socorrido fue el juego. Samuel des que entrañaban las condicio- gran mentiroso, pues se considera
Chamberlain dedicó algunas de sus nes geográficas impedían el movi- que las escenas pintadas de Mon-
pinceladas al escenario donde apa- miento de la artillería, razón por la terrey fueron a partir de relatos de
recen varias bailarinas amenizando cual se trasladaron hacia Saltillo combatientes que sí participaron en
un juego de tahúres. Fue común ju- para unirse a las fuerzas del Gene- ellas.
gar al poker, seven up, whist, euchre, ral Taylor, después de que éstas Por último, nos referiremos a dos
vin-et-un, y al chuck-a-luck, entrete- tomaron la ciudad de Monterrey. pinturas que reflejan dos aconteci-
nimientos donde los soldados apos- Las fuerzas de Wool, y por ende mientos relacionados al drama de
taban no siempre sus excedentes tampoco Chamberlain, no pasaron esta historia. La primera tiene que
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ver con lo acontecido tras la batalla llamados los saqueadores o Ra- de prisa a la cueva, salvando a las
de la Angostura, donde Chamber- cksackers [atormentadores] masa- personas que aún quedaban vivas y
lain pasó la noche y sobre la cual craron a decenas de civiles mexica- que permanecían rezando, llorando
pintó una escena que describió así: nos, quienes temerosos habían y lamentándose, a la vez que se col-
“la noche era fría, las fugaces nubes buscado refugio en la cueva. gaban de las rodillas de los tortu-
atravesaban la luna que arrojaba su Los llamados “voluntarios” eran radores suplicando misericordia.
misteriosa luz sobre esta lúgubre hombres provenientes de diferentes Este hecho ha quedado plasmado
escena”. Se refería a la imagen de regiones de Estados Unidos, que se para el recuerdo con lujo de deta-
decenas de cadáveres tendidos unieron a su ejército atraídos por la lles: mujeres hincadas suplicando
sobre la tierra, olvidados de sus promesa de su gobierno de una piedad, cuerpos tendidos con el crá-
compatriotas en medio de una buena paga y del otorgamiento de neo sangrante al descubierto y
oscuridad sobrecogedora. tierras de hasta 160 acres. Fueron hombres con cuchillos filosos al
La segunda refiere a la llamada ciudadanos que no siempre se aco- aire. También se observa a un
“masacre de la cueva”, un hecho plaron a la rígida disciplina militar, y hombre señalando a un crucifijo
que aconteció en febrero de 1847 por tanto tuvieron constantes en- mientras parece pedir piedad cris-
al sur de Saltillo. En esta pintura del frentamientos con sus superiores. A tiana a un voluntario. La descripción
Museo de Historia de San Jacinto, los venidos de Arkansas se les co- que hizo su autor fue la siguiente:
una acuarela y lápiz de 19.7x34.3 noció por pendencieros y ya habían “en el suelo de roca ardía un fuego
cms, titulada como Dragoons res- significado un problema al General que proyectaba su luz trémula y
cue survivors of cave massacre, e Wool que los tenía bajo su cargo. exigua sobre el lúgubre escenario:
intitulada en español como Saquea- Lo que protagonizaron en esta cerca de 30 mexicanos yacían ma-
dores en la riña o Saqueadores de- cueva fue muy cruel, ya que pro- sacrados en el piso, la mayoría
senfrenados, se observa cómo un pinaron una muerte lenta a casi 30 había sido escalpada. En las grietas,
grupo de voluntarios de Arkansas, mexicanos indefensos, entre ellos los charcos de sangre se coagula-
mujeres y niños, pues les arran- ban. Un olor nauseabundo invadía
Un grupo de voluntarios masacraron a caron la piel de su cabellera hasta el lugar”.
decenas de civiles mexicanos que habían desangrarse, una costumbre copia- El reporte oficial estableció que
buscado refugio en una cueva. Chamber-
lain llegó de prisa con “un grupo de
da a los indios del sur de Estados asesinaron sólo a dos civiles. No era
valientes” para salvar a las personas que Unidos. Chamberlain declaró que momento para darse el lujo de apli-
aún quedaban con vida. él y un “grupo de valientes” llegaron car castigos apartando a hombres

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Además de plasmar en pinturas algunas
de sus vivencias ocurridas durante el
conflicto, Chamberlain escribió sus me-
morias. En la imagen, Sam en su vejez
recordando la guerra con México.

Esto significó un exitoso negocio


para Glanton en un principio, pero
se llegó un momento en que los
apaches escasearon y quisieron
engañar llevando cabelleras de
pobladores pacíficos, así que el
gobierno de Chihuahua los declaró
fuera de la ley. Por lo tanto, escapa-
ron sin dejar de aterrorizar a las
poblaciones que encontraban a su
paso, también se disfrazaban para
emular apaches, matar granjeros y
seguir manteniendo contratos con
las autoridades.
Todo esto nos lleva a pregun-
tarnos la razón del cambio de acti-
tud de Samuel Chamberlain. Cómo
alguien que se había mostrado sen-
sible a los sufrimientos de otros, in-
cluso salvador de inocentes, formó
parte de un grupo de asesinos que
cometían las mismas atrocidades
que alguna vez él evitó en aquel
paraje de la cueva.
Todo indica que el drama de la
guerra no termina con la firma de
un tratado de paz entre dos países.

Fuentes
Francaviglia, Richard y Douglas
necesarios para la batalla que se Finalmente, nos referiremos a Richmond (coords.), Dueling Ea-
avecinaba. Es sabido que no hay otro hecho que resulta sorpren- gles. Reinterpreting the U.S.-Mexi-
guerra justa, pero cabe preguntarse dente. Tras haber concluido la gue- can War, 1846-1848, Universidad
qué ocasionó este desbordamiento rra y habiéndose firmado los tra- de Texas, 2000.
de odio y ferocidad. Se ha dicho que tados de paz, Samuel Chamberlain Libura, Krystyna, et.al., Ecos de la
durante su estancia en Saltillo, sol- se unió a una conocida banda de Guerra entre México y los Estados
dados norteamericanos molestaron forajidos, encabezada por un hom- Unidos, Conaculta, 2004.
verbalmente a unas muchachas, así bre llamado John Glanton. Fue un Sheridan, Cecilia, “Coahuila y la in-
que algunos buscaron vengarse y grupo que se dedicó a ofrecer sus vasión norteamericana”, en Méxi-
asesinaron a un soldado nortea- servicios a hacendados y autori- co al tiempo de su guerra con Es-
mericano que andaba sólo buscan- dades quienes, cansados de los se- tados Unidos (1846-1848), Secre-
do a su caballo. Al verlo, un grupo rios problemas que causaban las taría de Relaciones Exteriores, El
de mexicanos lo lazaron y arrastra- constantes incursiones de “indios Colegio de México y FCE, 1997.
ron con su caballo hasta ocasio- bárbaros” en sus propiedades y en Winders, Richard, Mr. Polk´s Army.
narle la muerte; al día siguiente los las poblaciones, ofrecían hasta 50 The American Military Experience
compañeros encontraron su cuerpo dólares por cada cabellera de apa- in the Mexican War, Texas A&M
y decidieron tomar represalias. che que les hicieran llegar. University Press, 2005.
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