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DE ESCUELA
SABÁTICA
para el primer semestre 2013
Conociendo
mejor a Jesús
Revisión y edición de contenidos
a cargo del Departamento Ministerial de la Asociación General
Publicadas por la
Asociación General
Sociedad Misionera Internacional
Iglesia Adventista del Séptimo Día
eMail : info@sda1844.org
Internet : www.ims1914.org
Contenido
Conociendo Mejor a Jesús
Introducción.........................................................................................................5
1. El Hijo de Dios.............................................................................................6
2. El Hijo del Hombre......................................................................................9
3. El Rey de Gloria.........................................................................................14
4. Mesías y Salvador......................................................................................17
5. El Príncipe de Paz......................................................................................21
6. Nuestro Hermano.......................................................................................24
7. El Buen Pastor............................................................................................27
8. El Cordero de Dios.....................................................................................30
9. Nuestro gran Sumo Sacerdote....................................................................33
10. Intercesor y Sustituto.................................................................................37
11. Testigo, Juez y Abogado............................................................................41
12. Cristo nuestra Justicia................................................................................44
13. El Novio.....................................................................................................48
Informe Misionero de los Países Árabes...................................................52
1
Sábado, 5 de Enero 2013
El Hijo de Dios
“Dios es el Padre de Cristo; Cristo es el Hijo de Dios. A Cristo ha sido dada una posición
exaltada. Ha sido hecho igual al Padre. Todos los consejos de Dios están abiertos para su Hijo”
(Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 266).
Su preexistencia
1. ¿Dónde encontramos testimonios en las Escrituras relacionados con la pre-
existencia del Hijo de Dios? Juan 1:1, 2; Miqueas 5:2; Colosenses 1:16.
2. ¿Qué declaraciones confirman que Jesús es Hijo de Dios? Lucas 3:22; Salmo
2:7; Hebreos 1:5.
“Las Escrituras indican claramente la relación que hay entre Dios y Cristo, y hacen
resaltar muy claramente la personalidad individual de cada uno.
“‘Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los
padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, ... el cual siendo
el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las
cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por
Un don incalculable
3. ¿Cómo expresó Dios su amor supremo por la raza humana caída? Juan
3:16; 1 Juan 4:9, 10, 14.
“Pero luego se llenó del orgullo de su propia gloria. Volvió a su deseo de supremacía,
y nuevamente dio cabida a su envidia hacia Cristo.… ¿Por qué –se preguntaba el poderoso
ángel– debe Cristo tener la supremacía? ¿Por qué se le honra más que a mí?” (Patriarcas
y Profetas, pág. 16).
“Si la confianza de Cristo en Dios podía ser quebrantada, Satanás sabía que obtendría
la victoria en todo el conflicto. Vencería a Jesús. Esperaba que bajo el imperio de la deses-
peración y el hambre extrema, Cristo perdería la fe en su Padre, y obraría un milagro en
su propio favor. Si lo hubiera hecho habría malogrado el plan de salvación” (El Deseado
de Todas las Gentes, pág. 94).
“En ocasión del bautismo y de la transfiguración, se había oído la voz de Dios procla-
mar a Cristo como su Hijo…
6. ¿A quién le fue dado conocer y creer que Jesús era el Hijo de Dios? Juan
1:49; Mateo 16:15-17; 14:33.
“Jesús hizo entonces una segunda pregunta relacionada con los discípulos mismos:
‘Y vosotros, ¿quién decís que soy?’ Pedro respondió: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente.’
“Desde el principio, Pedro había creído que Jesús era el Mesías.… Él no esperó que
los honores regios coronasen a su Señor, sino que le aceptó en su humillación.…
“La verdad que Pedro había confesado es el fundamento de la fe del creyente. Es lo
que Cristo mismo ha declarado ser, vida eterna” (El Deseado de Todas las Gentes, págs.
379, 380).
Condenado a muerte
7. Habiéndose declarado a sí mismo Hijo de Dios, ¿qué le esperaba a Jesús?
Mateo 26:63, 64; Juan 10:36; 19:7.
“Cristo no podía callar ante esta demanda. Había tiempo en que debía callar, y tiempo
en que debía hablar. No habló hasta que se le interrogó directamente. Sabía que el contes-
tar ahora aseguraría su muerte” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 653).
“Y así, por la tercera condena de las autoridades judías, Jesús había de morir” (El
Deseado de Todas las Gentes, pág. 661).
“El enemigo esperaba que tanta burla y violencia arrancara del Hijo de Dios alguna
queja o murmuración; o que manifestara su poder divino y se librara de la multitud y que
de esa manera fracasara el plan de salvación” (La Historia de la Redención, pág. 220).
Meditación
“Los que con irrisión dijeron: ‘Confió en Dios: líbrele ahora si le quiere: porque
ha dicho: Soy Hijo de Dios,’ no pensaron que su testimonio repercutiría a través de los
siglos. Pero aunque fueron dichas en son de burla, estas palabras indujeron a los hombres
a escudriñar las Escrituras como nunca lo habían hecho antes. Hombres sabios oyeron,
Estudio personal
• 2 Pedro 1:16-18
• Juan 12:28-30; 11:27; 5:36, 37
“Era igual a Dios, infinito y omnipotente… Es el Hijo eterno y existente por sí mismo”
(El Evangelismo, pág. 446).
“El Padre obró por medio de su Hijo en la creación de todos los seres celestiales.
‘Porque por Él fueron criadas todas las cosas,… sean tronos, sean dominios, sean principa-
dos, sean potestades; todo fue criado por Él y para Él’(Col. 1:16)” (Patriarcas y Profetas,
pág. 12).
***
2
Sábado, 12 de Enero 2013
“Hace casi dos mil años, se oyó en el cielo una voz de significado misterioso que, par-
tiendo del trono de Dios, decía: ‘He aquí yo vengo.’ ‘Sacrificio y ofrenda, no los quisiste;
empero un cuerpo me has preparado... He aquí yo vengo (en el rollo del libro está escrito
de mí), para hacer, oh Dios, tu voluntad.’ En estas palabras se anunció el cumplimiento
del propósito que había estado oculto desde las edades eternas. Cristo estaba por visitar
nuestro mundo, y encarnarse. Él dice: ‘Un cuerpo me has preparado.’ Si hubiese apare-
Su filiación
3. Durante su infancia, ¿a quién reconoció Jesús como su Padre? Lucas 2:49.
“El Hijo de Dios descendió del cielo para manifestar al Padre. ‘A Dios nadie jamás le
ha visto: el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer’ (S. Juan
1:18). ‘Ni al Padre conoce nadie, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar’
(S. Mateo 11:27). Cuando uno de sus discípulos le dijo: ‘Muéstranos al Padre’, Jesús
respondió: ‘Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, ¿y todavía no me conoces, Felipe?
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre: ¿Cómo pues dices tú: Muéstranos al Padre?’ (S.
Juan 14:8, 9)” (El Camino a Cristo, pág. 9).
“Por su humanidad, Cristo tocaba a la humanidad; por su divinidad, se asía del trono
de Dios. Como Hijo del hombre, nos dio un ejemplo de obediencia; como Hijo de Dios,
nos imparte poder para obedecer” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 16).
“‘El Hijo del hombre es Señor aun del sábado.’ Estas palabras rebosan instrucción y
consuelo. Por haber sido hecho el sábado para el hombre, es el día del Señor. Pertenece a
Cristo. Porque ‘todas las cosas por Él fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue
hecho.’ y como lo hizo todo, creó también el sábado. Por Él fue apartado como un monu-
mento recordativo de la obra de la creación. Nos presenta a Cristo como Santificador tanto
como Creador. Declara que el que creó todas las cosas en el cielo y en la tierra, y mediante
quien todas las cosas existen, es cabeza de la iglesia, y que por su poder somos reconci-
liados con Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 255).
“Jesús vino para ‘deshacer las obras del diablo.’ ‘En Él estaba la vida,’ y Él dice: ‘Yo
he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.’ Él es un ‘espíritu
vivificante.’ Y tiene todavía el mismo poder vivificante que, mientras estaba en la tierra,
sanaba a los enfermos y perdonaba al pecador. Él ‘perdona todas tus iniquidades,’ Él ‘sana
todas tus dolencias’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 236).
“Los ángeles de Dios pasan siempre de la tierra al cielo, y del cielo a la tierra. Los
milagros de Cristo, en favor de los afligidos y dolientes, fueron realizados por el poder de
Dios mediante el ministerio de los ángeles. Y es por medio de Cristo, por el ministerio
de sus mensajeros celestiales, como nos llega toda bendición de Dios. Al revestirse de
la humanidad, nuestro Salvador une sus intereses con los de los caídos hijos e hijas de
Meditación
“‘Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito’. Lo dio no
solamente para que viviese entre los hombres, no sólo para que llevase los pecados de
ellos y muriese como su sacrificio; lo dio a la raza caída. Cristo debía identificarse con
los intereses y necesidades de la humanidad. Él que era uno con Dios se ha unido con los
hijos de los hombres con lazos que jamás serán quebrantados. Jesús ‘no se avergüenza
de llamarlos hermanos’ (Hebreos 2:11). Es nuestro Sacrificio, nuestro Abogado, nuestro
Hermano, lleva nuestra forma humana delante del trono del Padre, y por las edades eter-
nas será uno con la raza que ha redimido: es el Hijo del hombre. Y todo esto para que el
hombre fuese levantado de la ruina y degradación del pecado, para que reflejase el amor
de Dios y participase del gozo de la santidad” (El Camino a Cristo, pág. 12).
Estudio personal
• Marcos 2:28
• Mateo 9:6
***
El Rey de Gloria
“‘Mi reino no es de este mundo –dijo:– si de este mundo fuera mi reino, mis servidores
pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos: ahora, pues, mi reino no es de aquí.
Díjole entonces Pilato: ¿Luego rey eres tú? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo
para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo
aquel que es de la verdad, oye mi voz’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 675).
“Desde su elevada posición, Cristo, el Rey de gloria, la Majestad de los cielos, vio
la condición de los hombres. Tuvo compasión de los seres humanos, débiles y pecado-
res, y vino a la tierra para mostrar lo que Dios es para el hombre. Dejando su corte real,
revistiendo su divinidad con los velos de la humanidad, vino personalmente al mundo para
labrar en nuestro favor un carácter perfecto. No eligió morada entre los ricos de la tierra”
(Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 383).
“El Rey de gloria se rebajó a revestirse de humanidad. Tosco y repelente fue el am-
biente que le rodeó en la tierra. Su gloria se veló para que la majestad de su persona no
fuese objeto de atracción. Rehuyó toda ostentación externa. Las riquezas, la honra mun-
danal y la grandeza humana no pueden salvar a una sola alma de la muerte; Jesús se pro-
puso que ningún halago de índole terrenal atrajera a los hombres a su lado” (El Deseado
de Todas las Gentes, pág. 29).
2. Como hombre, ¿en qué se convirtió el Rey de gloria? Mateo 20:28; Lucas
22:27; Juan 13:4, 5.
“‘El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se ensalzare, será
humillado; y el que se humillare, será ensalzado.’ Repetidas veces Cristo había enseñado
que la verdadera grandeza se mide por el valor moral. En la estima del cielo, la grandeza
de carácter consiste en vivir para el bienestar de nuestros semejantes, en hacer obras de
amor y misericordia. Cristo, el Rey de gloria, fue siervo del hombre caído.…
“Poniendo a un lado el manto exterior que habría impedido sus movimientos, tomó
una toalla y se ciñó. Con sorprendido interés, los discípulos miraban, y en silencio espe-
raban para ver lo que iba a seguir. ‘Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los
pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido.’…
“El que siempre había rechazado los honores reales iba a entrar en Jerusalén como el
prometido heredero del trono…
“Nunca antes había visto el mundo tal escena de triunfo.…
“Los ciegos a quienes había restaurado la vista abrían la marcha. Los mudos cuya
lengua Él había desatado voceaban las más sonoras alabanzas. Los cojos a quienes había
sanado saltaban de gozo y eran los más activos en arrancar palmas para hacerlas ondear
delante del Salvador. Las viudas y los huérfanos ensalzaban el nombre de Jesús por sus
misericordiosas obras para con ellos. Los leprosos a quienes había limpiado extendían a
su paso sus inmaculados vestidos y le saludaban Rey de gloria. Aquellos a quienes su voz
había despertado del sueño de la muerte estaban en la multitud. Lázaro, cuyo cuerpo se
había corrompido en el sepulcro, pero que ahora se gozaba en la fuerza de una gloriosa
virilidad, guiaba a la bestia en la cual cabalgaba el Salvador” (El Deseado de Todas las
Gentes, págs. 523, 526).
4. ¿Qué contestó Jesús cuando Pilato le preguntó si era un rey? Juan 18:33, 36,
37.
“Pero cuando venga Jesús, concederá la inmortalidad a su pueblo; y luego los llamará
a poseer el reino, del que hasta aquí sólo han sido presuntos herederos.…
“‘El reino, y el señorío y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo’ van a ser
dados a los herederos de la salvación y Jesús va a reinar como Rey de reyes y Señor de
señores.…
“Dicha indecible estremece todos los corazones, y cada voz se eleva en alabanzas de
agradecimiento. ‘Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, y
nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; a Él sea gloria e imperio para siem-
pre jamás.’ (Apocalipsis 1:5, 6.)
Meditación
“En aquel día los redimidos resplandecerán en la gloria del Padre y del Hijo. Tocando
sus arpas de oro, los ángeles darán la bienvenida al Rey y a los trofeos de su victoria: los
que fueron lavados y emblanquecidos en la sangre del Cordero. Se elevará un canto de
triunfo que llenará todo el cielo. Cristo habrá vencido. Entrará en los atrios celestiales
acompañado por sus redimidos, testimonios de que su misión de sufrimiento y sacrificio
no fue en vano” (Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 432).
Estudio personal
“Allí estaba el Hijo de Dios, llevando el manto de burla y la corona de espinas. Des-
nudo hasta la cintura, su espalda revelaba los largos, y crueles azotes, de los cuales la
sangre fluía copiosamente. Su rostro manchado de sangre llevaba las marcas del agota-
miento y el dolor; pero nunca había parecido más hermoso que en ese momento.… Cada
rasgo expresaba bondad y resignación y la más tierna compasión por sus crueles verdugos.
Su porte no expresaba debilidad cobarde, sino la fuerza y dignidad de la longanimidad”
(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 684).
“Pronto presenciaremos la coronación de nuestro Rey. Aquellos cuya vida quedó
escondida con Cristo, aquellos que en esta tierra pelearon la buena batalla de la fe, res-
plandecerán con la gloria del Redentor en el reino de Dios” (Joyas de los Testimonios,
tomo 3, pág. 434).
***
4
Sábado, 26 de Enero 2013
Mesías y Salvador
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos” Hechos 4:12.
En el Antiguo Testamento
1. ¿Cómo presenta el Antiguo Testamento al Redentor? Job 19:25; Isaías
59:20. ¿Cómo sabían los patriarcas acerca de su venida? Génesis 3:15.
En el Nuevo Testamento
2. ¿Quiénes fueron los primeros informados acerca de la venida a la tierra del
Salvador? Lucas 2:8-11.
“En los campos donde el joven David apacentara sus rebaños, había todavía pastores
que velaban. Durante las silenciosas horas de la noche, hablaban del Salvador prometido,
y oraban por la venida del Rey al trono de David. ‘Y he aquí el ángel del Señor vino sobre
ellos, y la claridad de Dios los cercó de resplandor; y tuvieron gran temor. Mas el ángel les
dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.’
“Al oír estas palabras, las mentes de los atentos pastores se llenaron de visiones glo-
riosas. ¡El Libertador había nacido en Israel!” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 31).
“Andrés trató de impartir el gozo que llenaba su corazón. Yendo en busca de su her-
mano Simón, exclamó: ‘Hemos hallado al Mesías.’…
“En su nuevo gozo, decían a la mujer: ‘Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros
mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente Éste es el Salvador del mundo, el
Cristo.’
“Los samaritanos creían que el Mesías había de venir como Redentor, no sólo de los
judíos, sino del mundo” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 113, 163).
“Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así ‘también fue el Hijo del
hombre… levantado, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna’ (Juan 3:14, 15). Si estáis conscientes de vuestros pecados, no dediquéis todas
vuestras facultades a lamentaros por ellos, sino mirad y vivid. Jesús es nuestro único Sal-
vador, y aunque millones que necesitan ser curados rechacen su misericordia ofrecida,
nadie que confía en sus méritos será abandonado para perecer. Al paso que reconozcamos
5. ¿Qué gran labor realizó Jesús como Redentor del mundo? 1 Pedro 2:24;
Efesios 1:5-7; Romanos 3:24.
“Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo;
y ‘Él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino tam-
bién por los de todo el mundo.’ ‘Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para que
nos perdone nuestros pecados y nos limpie de toda maldad.’ Las condiciones para obtener
la misericordia de Dios son sencillas y razonables. El Señor no requiere que hagamos algo
doloroso a fin de obtener el perdón. No necesitamos hacer largas y cansadoras peregrina-
ciones o ejecutar penitencias penosas para encomendar nuestras almas a Él o para expiar
nuestra transgresión. El que ‘confiesa y se aparta’ de su pecado ‘alcanzará misericordia’
(Prov. 28:13)” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 441).
“Ha [Satanás] declarado que… los hombres pueden acudir a Cristo, no para ser salva-
dos de sus pecados sino en sus pecados” (Fe y Obras, pág. 93).
7. Así como los fieles esperaban la primera venida del Salvador y lo comuni-
caron a sus semejantes, ¿qué harán los fieles que le esperan por segunda
vez? Filipenses 3:20; 2 Corintios 5:20; 2 Pedro 2:9.
“Hay que amonestar al mundo. Velad, esperad, orad, trabajad, y no permitáis que
nada se haga con rivalidad y vanagloria.… Hay que llevar a cabo una gran obra aún, y hay
que realizar todo esfuerzo posible para revelar a Cristo como el Salvador que perdona los
pecados, a Cristo como el portador del pecado, a Cristo como la brillante estrella matutina,
y el Señor nos dará su apoyo frente al mundo hasta que hayamos hecho nuestra obra” (El
Evangelismo, pág. 53).
Estudio personal
• 1 Timoteo 4:10
“Sólo Jesús puede limpiarnos de todo pecado. Él no nos salva mediante la ley, pero
tampoco nos salvará en desobediencia a la ley” (Fe y Obras, pág. 99).
“La santa ley de Dios es la única cosa por la cual podemos determinar si estamos
caminando de acuerdo con Él, o no. Si somos desobedientes, nuestros caracteres no están
en armonía con la norma de gobierno moral de Dios, y es una falsedad que digamos:
‘Estoy salvado’. No está salvado ningún transgresor de la ley de Dios, la cual es el funda-
mento del gobierno divino en el cielo y en la tierra” (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 369).
***
5
Sábado, 2 de Febrero 2013
El Príncipe de Paz
“El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra
de muerte, luz resplandeció sobre ellos… Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado,
y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios
Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” Isaías 9:2, 6.
El Evangelio de paz
1. ¿Cuáles son las buenas nuevas que Jesús proclamó y qué debemos dar a
conocer? Siguiendo su mensaje, ¿qué experiencia hacen los creyentes? Efe-
sios 2:17; 6:15.
“‘Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran esfuerzo;
y gran gracia era en todos ellos’ (Hech. 4:33). Gracias a sus labores se añadieron a la igle-
sia hombres elegidos, quienes, recibiendo la Palabra de vida, consagraron su existencia a
la obra de comunicar a otros la esperanza que había llenado su corazón de paz y gozo”
(Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 210).
2. Sin embargo, ¿qué declaró Jesús mismo? ¿Cómo se entiende? Mateo 10:34;
Lucas 12:52, 53.
“Jesús declaró: ‘No he venido para traer paz, sino espada’. ¿Por qué? Porque los hom-
bres no recibirían la palabra de vida; porque combatirían contra el mensaje que les era
enviado para proporcionarles gozo, esperanza y vida.
“Consideramos que los judíos no tienen excusa porque rechazaron y crucificaron a
Cristo. Pero los mensajes que el Señor envía hoy con frecuencia son recibidos de una
manera similar a la forma en que los judíos recibieron el mensaje de Cristo. Si la ense-
ñanza del Señor no armoniza con las opiniones de los hombres, la ira domina a la razón
y los hombres le facilitan el juego al enemigo oponiéndose a los mensajes que envía el
Señor. Satanás los usa como afilados instrumentos para oponerse al progreso de la verdad”
(Comentario Bíblico Adventista, tomo 5, págs. 1064, 1065).
“De una manera más amplia, estaba entrando en el conflicto de su vida. Aunque era el
Príncipe de Paz, su venida iba a ser como el acto de desenvainar una espada” (El Deseado
de Todas las Gentes, pág. 85).
“‘Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hom-
bres.’ (S. Lucas 2:14.) Hay contradicción aparente entre estas declaraciones proféticas
y las palabras de Cristo: ‘No vine a traer paz, sino espada’ (S. Mateo 10:34. V.M.). Pero
si se las entiende correctamente, se nota armonía perfecta entre ellas. El Evangelio es un
mensaje de paz. El cristianismo es un sistema que, de ser recibido y practicado, derramaría
paz, armonía y dicha por toda la tierra. La religión de Cristo unirá en estrecha fraternidad
a todos los que acepten sus enseñanzas. La misión de Jesús consistió en reconciliar a los
hombres con Dios, y así a unos con otros; pero el mundo en su mayoría se halla bajo
el dominio de Satanás, el enemigo más encarnizado de Cristo. El Evangelio presenta a
los hombres principios de vida que contrastan por completo con sus hábitos y deseos, y
por esto se rebelan contra Él. Aborrecen la pureza que pone de manifiesto y condena sus
pecados, y persiguen y dan muerte a quienes los instan a reconocer sus sagrados y justos
requerimientos. Por esto, es decir, por los odios y disensiones que despiertan las verdades
que trae consigo, el Evangelio se llama una espada” (El Conflicto de los Siglos, págs. 50,
51).
“La paz que Cristo denomina su paz y la que Él legó a sus discípulos no es la que
evita todas las divisiones, sino es la paz que se brinda y se disfruta en medio de las disen-
siones. La paz que siente el fiel defensor de la causa de Cristo es el conocimiento de que
está haciendo la voluntad de Dios y reflejando su gloria por medio de las buenas obras.
Es una paz interna, más bien que externa. Afuera hay guerras y luchas por la oposición
de enemigos declarados, y aun la frialdad y desconfianza de los que afirman ser amigos”
(Alza tus Ojos, pág. 218).
“Los que aceptan la palabra de Cristo al pie de la letra, y entregan su alma a su cus-
todia, y su vida para que Él la ordene, hallarán paz y quietud. Ninguna cosa del mundo
puede entristecerlos cuando Jesús los alegra con su presencia. En la perfecta aquiescencia
hay descanso perfecto. El Señor dice: ‘Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento
en ti persevera; porque en ti se ha confiado’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 298).
5. Si deseamos esta paz, ¿qué debemos hacer? Mateo 11:28, 29; Isaías 26:3;
Salmo 119:165.
6. ¿Es posible perder esta paz celestial? ¿Cómo? En un caso tal, ¿cómo se
puede encontrar de nuevo? Isaías 59:1, 2; 1 Juan 2:1; Romanos 5:1.
“La vida de cada hombre testifica acerca de la verdad de las palabras de la Escritura:
‘Los impíos son como la mar en tempestad, que no puede estarse quieta.... No hay paz,
dijo mi Dios, para los impíos.’ El pecado ha destruido nuestra paz. Mientras el yo no está
subyugado, no podemos hallar descanso” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 302).
“El sentimiento del pecado ha envenenado las fuentes de la vida; pero Cristo dice: ‘Yo
llevaré vuestros pecados; yo os daré paz. Os compré con mi sangre. Sois míos. Mi gracia
fortalecerá vuestra voluntad debilitada; os libraré del remordimiento de vuestro pecado.’
Cuando os asalten las tentaciones, cuando os veáis envueltos en perplejidad y cuidados,
cuando, deprimidos y desalentados, estéis a punto de ceder a la desesperación, mirad a
Jesús y las tinieblas que os rodeen se desvanecerán ante el resplandor de su presencia.
Cuando el pecado contiende por dominar vuestra alma y agobia vuestra conciencia, mirad
“Los seguidores de Cristo son enviados al mundo con el mensaje de paz. Quienquiera
que revele el amor de Cristo por la influencia inconsciente y silenciosa de una vida santa;
quienquiera que incite a los demás, por palabra o por hechos, a renunciar al pecado y
entregarse a Dios, es un pacificador.
“‘Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios’. El
espíritu de paz es prueba de su relación con el cielo. El dulce sabor de Cristo los envuelve.
La fragancia de la vida y la belleza del carácter revelan al mundo que son hijos de Dios.
Sus semejantes reconocen que han estado con Jesús” (El Discurso Maestro de Jesucristo,
pág. 28).
Meditación
“‘Bienaventurados los pacificadores.’ La paz de Cristo nace de la verdad. Está en
armonía con Dios. El mundo está en enemistad con la ley de Dios; los pecadores están en
enemistad con su Hacedor; y como resultado, están en enemistad unos con otros. Pero el
salmista declara: ‘Mucha paz tienen los que aman tu ley; y no hay para ellos tropiezo.’ Los
hombres no pueden fabricar la paz. Los planes humanos, para la purificación y elevación
de los individuos o de la sociedad, no lograrán la paz, porque no alcanzan al corazón. El
único poder que puede crear o perpetuar la paz verdadera es la gracia de Cristo. Cuando
ésta esté implantada en el corazón, desalojará las malas pasiones que causan luchas y
disensiones” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 270).
Estudio personal
• Isaías 32:17
“Han de seguir ‘lo que hace a la paz,’ pero la verdadera paz no puede obtenerse traicio-
nando los buenos principios. Y ningún hombre puede ser fiel a estos principios sin excitar
oposición. Un cristianismo espiritual recibirá la oposición de los hijos de la desobediencia.
Pero Jesús dijo a sus discípulos: ‘No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no
pueden matar.’ Los que son fieles a Dios no necesitan temer el poder de los hombres ni la
enemistad de Satanás” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 322, 323).
***
Nuestro Hermano
“El que es ‘santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores,’ no se avergüenza de
llamarnos hermanos. En Cristo, la familia de la tierra y la familia del cielo están ligadas.
Cristo glorificado es nuestro hermano. El cielo está incorporado en la humanidad, y la
humanidad, envuelta en el seno del Amor Infinito” (El Deseado de Todas las Gentes, pág.
17).
“Mientras Jesús estaba todavía enseñando a la gente, sus discípulos trajeron la noticia
de que su madre y sus hermanos estaban afuera y deseaban verle. Él sabía lo que sentían
ellos en su corazón, y ‘respondiendo Él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre y
quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi
madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hiciere la voluntad de mi Padre que está en
los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y madre.’
“Todos los que quisieran recibir a Cristo por la fe iban a estar unidos con Él por un
vínculo más íntimo que el del parentesco humano. Iban a ser uno con Él, como Él era uno
con el Padre. Al creer y hacer sus palabras, su madre se relacionaba en forma salvadora
con Jesús y más estrechamente que por su vínculo natural con Él. Sus hermanos no se
beneficiarían de su relación con Él a menos que le aceptasen como su Salvador personal”
(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 292).
4. ¿En qué ocasión se refirió Jesús a esta relación especial con sus discípulos?
Mateo 28:10; Marcos 16:7.
“Pero ahora, con su propia voz familiar, Jesús le dijo: ‘¡María!’ Entonces supo que no
era un extraño el que se dirigía a ella y, volviéndose, vio delante de sí al Cristo vivo. En su
gozo, se olvidó que había sido crucificado. Precipitándose hacia Él, como para abrazar sus
pies, dijo: ‘¡Rabboni!’ Pero Cristo alzó la mano diciendo: No me detengas; ‘porque aun no
he subido a mi Padre: mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre,
a mi Dios y a vuestro Dios.’ Y María se fue a los discípulos con el gozoso mensaje.…
“La primera obra que hizo Cristo en la tierra después de su resurrección consistió en
convencer a sus discípulos de su no disminuido amor y tierna consideración por ellos. Para
probarles que era su Salvador vivo, que había roto las ligaduras de la tumba y no podía
ya ser retenido por el enemigo de la muerte, para revelarles que tenía el mismo corazón
lleno de amor que cuando estaba con ellos como su amado Maestro, les apareció vez tras
vez. Quería estrechar aun más en derredor de ellos los vínculos de su amor. Id, decid a
mis hermanos –dijo,– que se encuentren conmigo en Galilea” (El Deseado de Todas las
Gentes, págs 734, 736).
“Si llamáis a Dios vuestro Padre os reconocéis hijos suyos, para ser guiados por su
sabiduría y para darle obediencia en todas las cosas, sabiendo que su amor es inmutable.
Aceptaréis su plan para vuestra vida. Como hijos de Dios, consideraréis como objeto de
vuestro mayor interés, su honor, su carácter, su familia y su obra. Vuestro gozo consistirá
“El Señor desea que sus siervos escogidos aprendan cómo unirse en un esfuerzo
armonioso. Puede parecerles a algunos que el contraste entre sus dones y los dones de
sus colaboradores es demasiado grande para permitirles unirse en un esfuerzo armonioso;
pero cuando recuerden que hay variedad de mentes que alcanzar, y que algunos rechaza-
rán la verdad como la presenta algún obrero, sólo para abrir sus corazones a la verdad de
Dios como la presenta de diferente manera otro obrero, se esforzarán llenos de esperanza
por trabajar juntamente en unidad. Sus talentos, aunque diversos, pueden estar bajo el con-
trol del mismo Espíritu. En toda palabra y acto, se revelarán bondad y amor; y a medida
que todo obrero ocupe fielmente el lugar que le ha sido señalado, la oración de Cristo por
la unidad de sus seguidores será contestada, y el mundo sabrá que éstos son sus discípulos”
(El Evangelismo, pág. 77).
“‘Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios’ (Sal.
103:13; 1 Juan 3:1). ¡Cuán precioso privilegio es éste, que seamos hijos e hijas del
Altísimo, herederos de Dios y coherederos con Jesucristo!” (Joyas de los Testimonios,
tomo 2, págs. 108, 109).
“Dios ama a sus hijos obedientes. Tiene un reino preparado, no para súbditos des-
leales, sino para sus hijos que Él ha probado y purificado en un mundo maleado y co-
rrompido por el pecado. Como hijos obedientes tenemos el privilegio de tener relación con
Dios. ‘Si hijos –dice Él– también herederos’ de una herencia inmortal... Cristo y su pueblo
son uno” (Comentario Bíblico Adventista, pág. 1077).
Meditación
“Los que aceptan a Cristo como su Salvador personal no son dejados huérfanos, para
sobrellevar solos las pruebas de la vida. Él los recibe como miembros de la familia celes-
tial, los invita a llamar a su Padre, Padre de ellos también. Son sus ‘pequeñitos,’ caros al
corazón de Dios, vinculados con Él por los vínculos más tiernos y permanentes.…
Estudio personal
“A los que le reciben les da potestad de ser hechos hijos de Dios, para que al fin
Dios los reciba como suyos, a fin de que vivan con Él por toda la eternidad. Si durante
esta vida permanecen leales a Dios, al fin ‘verán su cara; y su nombre estará en sus
frentes.’(Apocalipsis 22:4.) ¿Y en qué consiste la felicidad del cielo sino en ver a Dios?
¿Qué gozo mayor puede haber para el pecador salvado por la gracia de Cristo que el de
contemplar la faz de Dios y conocerle como Padre?” (El Ministerio de Curación, pág.
328).
“Dios nos ama como ama a su Hijo. Es lo que dijo Jesús en su postrera oración en
favor de sus discípulos: ‘Los has amado a ellos como también a mí me has amado’” (El
Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 89).
• Hebreos 1:2
***
7
Sábado, 16 de Febrero 2013
El Buen Pastor
“‘El que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.’ Cristo es la puerta y también
el pastor. Él entra por sí mismo. Es por su propio sacrificio como llega a ser pastor de las
ovejas. ‘A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz: y a sus ovejas llama por nombre,
y las saca. Y como ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le
siguen, porque conocen su voz’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 444).
“Cristo, el gran ejemplo para todos los predicadores, se compara a un pastor. ‘YO
SOY el buen pastor: Declara Él – el buen pastor su vida da por las ovejas. Yo soy el buen
pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, y yo
conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.’ Como un pastor terreno conoce sus
ovejas, así conoce el Pastor divino su grey que está dispersa por todo el mundo. ‘Vosotras,
“El profeta Isaías había aplicado esta figura a la misión del Mesías, en las alentadoras
palabras: ‘Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sión; levanta fuertemente tu voz,
anunciadora en Jerusalem; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Veis aquí el
Dios vuestro!... Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo cogerá los corderos, y
en su seno los llevará.’ David había cantado: ‘Jehová es mi pastor; nada me faltará.’ El
Espíritu Santo había declarado por Ezequiel: ‘Y despertaré sobre ellas un pastor, y Él las
apacentará.’ ‘Yo buscaré la perdida, y tornaré la amontada, y ligaré la perniquebrada, y
corroboraré la enferma.’ ‘Y estableceré con ellos pacto de paz.’ ‘Y no serán más presa de
las gentes, … sino que habitarán seguramente, y no habrá quien espante’” (El Deseado de
Todas las Gentes, pág. 442).
“Cristo es la puerta del redil de Dios. Por esta puerta todos sus hijos, desde los más
remotos tiempos, han hallado entrada. En Jesús, como estaba presentado en los tipos,
prefigurado en los símbolos, manifestado en la revelación de los profetas, revelado en las
lecciones dadas a sus discípulos, y en los milagros obrados en favor de los hijos de los
hombres, ellos han contemplado al ‘Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo,’
y por Él son introducidos en el redil de su gracia. Se han presentado muchos otros obje-
tos de fe en el mundo; se han ideado ceremonias y sistemas por los cuales los hombres
esperan recibir justificación y paz para con Dios, y hallar así entrada en su redil. Pero la
única puerta es Cristo, y todos los que han interpuesto alguna otra cosa para que ocupe el
lugar de Cristo, todos los que han procurado entrar en el redil de alguna otra manera, son
ladrones y robadores” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 443).
4. ¿Es animador saber que Jesucristo conoce su rebaño? Ezequiel 34:31; Isaías
43:1; 49:16, primera parte.
“Como un pastor terrenal conoce sus ovejas, así el divino Pastor conoce su rebaño,
esparcido por el mundo. ‘Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo
6. Así como bala alegremente la oveja perdida al ser encontrada por el pastor,
¿qué ocurre en el cielo cuando un alma perdida es encontrada? Lucas 15:7.
“‘Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido’ (Luc. 15:6).
Así también, cuando un extraviado es encontrado por el gran Pastor de las ovejas, los
ángeles celestiales responden a la nota de gozo del Pastor. Cuando el perdido es encon-
trado, el cielo y la tierra se unen en agradecimiento y regocijo. ‘Habrá más gozo en el
cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de
arrepentimiento’ (Luc. 15:7)” (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 398).
“¿A cuántos de los errantes, tú, lector, has buscado y llevado de vuelta al redil?
Cuando te apartas de los que no parecen promisorios ni atractivos, ¿te das cuenta de que
estás descuidando las almas que está buscando Cristo? En el preciso momento en que te
apartas de ellos, quizá es cuando necesiten más de tu compasión. En cada reunión de culto,
Meditación
“¿Estáis vosotros, los que veis este ejemplo, cooperando con el que está tratando de
salvar a los perdidos? ¿Sois colaboradores con Cristo? ¿No podéis soportar por su causa
sacrificios, padecimientos y pruebas? Hay oportunidad de hacer bien a las almas de los
jóvenes y de los que yerran. Si veis a alguno cuyas palabras o actitud demuestran que está
separado de Dios, no le culpéis. No es obra vuestra condenarle, sino acercaros a su lado
para darle ayuda. Considerad la humildad de Cristo, su mansedumbre y sumisión, obrad
como Él obró, con el corazón lleno de ternura santificada” (Joyas de los Testimonios, tomo
2, pág. 408).
Estudio personal
“Recordemos que Jesús nos conoce individualmente, y se compadece de nuestras
flaquezas. Conoce las necesidades de cada una de sus criaturas, y la pena oculta e inex-
presada de cada corazón. Si se perjudica a uno de los pequeñuelos por los cuales murió, lo
ve y pedirá cuenta al ofensor. Jesús es el buen Pastor. Él se interesa por sus ovejas débiles,
enfermizas y errabundas. Las conoce a todas por nombre. La angustia de cada oveja y de
cada cordero de su rebaño conmueve su corazón de amor y simpatía; y llega a su oído el
clamor que pide ayuda” (Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 115).
“Gracias a Dios, Él no ha presentado a nuestra imaginación el cuadro de un pastor que
regresa dolorido sin la oveja. La parábola no habla de fracaso, sino de éxito y gozo en la
recuperación. Aquí está la garantía divina de que no es descuidada o dejada al desamparo
ni aun una de las ovejas descarriadas del aprisco de Dios. Cristo rescatará del hoyo de la
corrupción y de las zarzas del pecado a todo el que tenga el deseo de ser redimido” (Pala-
bras de Vida del Gran Maestro, pág. 147).
***
El Cordero de Dios
“Juan había quedado profundamente conmovido al ver a Jesús postrarse como supli-
cante para pedir con lágrimas la aprobación del Padre. Al rodearle la gloria de Dios y
oírse la voz del cielo, Juan reconoció la señal que Dios le había prometido. Sabía que era
al Redentor del mundo a quien había bautizado. El Espíritu Santo descendió sobre Él, y
extendiendo la mano, señaló a Jesús y exclamó: ‘He aquí el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 87).
“El sacrificio de animales fue ordenado por Dios para que fuese para el hombre un
recuerdo perpetuo, un penitente reconocimiento de su pecado y una confesión de su fe en
el Redentor prometido. Tenía por objeto manifestar a la raza caída la solemne verdad de
que el pecado era lo que causaba la muerte. Para Adán el ofrecimiento del primer sacrificio
fue una ceremonia muy dolorosa. Tuvo que alzar la mano para quitar una vida que sólo
Dios podía dar. Por primera vez iba a presenciar la muerte, y sabía que si hubiese sido
obediente a Dios no la habrían conocido el hombre ni las bestias. Mientras mataba a la
inocente víctima temblaba al pensar que su pecado haría derramar la sangre del Cordero
inmaculado de Dios. Esta escena le dio un sentido más profundo y vívido de la enormidad
de su transgresión, que nada sino la muerte del querido Hijo de Dios podía expiar.…
“Trajo la víctima inmolada, la vida sacrificada, y así reconoció las demandas de la
ley que había sido quebrantada. En la sangre derramada contempló el futuro sacrificio, a
Cristo muriendo en la cruz del Calvario; y al confiar en la expiación que iba a realizarse
allí, obtuvo testimonio de que era justo, y de que su ofrenda había sido aceptada” (Patriar-
cas y Profetas, págs. 54, 55, 59, 60).
El Cordero pascual
3. En el tiempo adecuado, ¿quién sería el Cordero pascual? Éxodo 12:5, 6, 11;
1 Corintios 5:7.
“En el aposento alto de una morada de Jerusalén, Cristo estaba sentado a la mesa con
sus discípulos. Se habían reunido para celebrar la Pascua. El Salvador deseaba observar
esta fiesta a solas con los doce. Sabía que había llegado su hora; Él mismo era el verdadero
cordero pascual, y en el día en que se comiera la pascua, iba a ser sacrificado. Estaba por
beber la copa de la ira; pronto iba a recibir el bautismo final de sufrimiento” (El Deseado
de Todas las Gentes, pág. 598).
“La pascua había de ser tanto conmemorativa como simbólica. No sólo recordaría la
liberación de Israel, sino que también señalaría la liberación más grande que Cristo habría
de realizar para libertar a su pueblo de la servidumbre del pecado. El cordero del sacrificio
representa al ‘Cordero de Dios,’ en quien reside nuestra única esperanza de salvación.
Dice el apóstol: ‘Nuestra pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros’ (1 Cor. 5:7)”
(Patriarcas y Profetas, pág. 281).
“Cristo se hallaba en el punto de transición entre dos sistemas y sus dos grandes fiestas
respectivas. Él, el Cordero inmaculado de Dios, estaba por presentarse como ofrenda por
el pecado, y así acabaría con el sistema de figuras y ceremonias que durante cuatro mil
años había anunciado su muerte. Mientras comía la pascua con sus discípulos, instituyó en
su lugar el rito que había de conmemorar su gran sacrificio. La fiesta nacional de los judíos
iba a desaparecer para siempre. El servicio que Cristo establecía había de ser observado
por sus discípulos en todos los países y a través de todos los siglos” (El Deseado de Todas
las Gentes, pág. 608).
“Las ceremonias relacionadas con los servicios del templo, que prefiguraban a Cristo
en símbolos y sombras, fueron quitadas en el tiempo de la crucifixión, porque en la cruz
el símbolo se encontró con la realidad simbolizada [‘tipo’ y ‘antitipo’] en la muerte de la
verdadera y perfecta ofrenda, el Cordero de Dios” (Comentario Bíblico Adventista, tomo
6, pág. 1115).
“Dios les indicó expresamente que toda ofrenda presentada para el servicio del santua-
rio debía ser ‘sin defecto’ (Éxo. 12:5). Los sacerdotes debían examinar todos los animales
que se traían como sacrificio, y rechazar los defectuosos. Sólo una ofrenda ‘sin defecto’
podía simbolizar la perfecta pureza de Aquel que había de ofrecerse como ‘cordero sin
mancha y sin contaminación’ (1 Ped. 1:19)” (Patriarcas y Profetas, pág. 363).
“Las ofrendas presentadas al Señor debían ser sin mácula. Estas ofrendas represen-
taban a Cristo, y por ello es evidente que Jesús mismo estaba exento de toda deformidad
física. Era el ‘cordero sin mancha y sin contaminación.’ Su organismo físico no era afeado
por defecto alguno; su cuerpo era sano y fuerte. Y durante toda su vida vivió en conformi-
dad con las leyes de la naturaleza. Tanto física como espiritualmente, era un ejemplo de
lo que Dios quería que fuese toda la humanidad mediante la obediencia a sus leyes” (El
Deseado de Todas las Gentes, pág. 34).
“Juan vio un Cordero sobre el monte de Sión, y con Él 144.000 que tenían el nombre
de su Padre escrito en sus frentes. Llevaban el sello del cielo. Reflejaban la imagen de
Dios. Estaban llenos de la luz y de la gloria del que es Santo. Si queremos tener la imagen
y la inscripción de Dios en nosotros, debemos apartarnos de toda iniquidad. Debemos
abandonar cada mala práctica, y entonces colocar nuestro caso en las manos de Cristo.
Mientras estemos ocupados en nuestra salvación con temor y temblor, Dios producirá en
nosotros así el querer como el hacer por su buena voluntad” (Comentario Bíblico Adven-
tista, tomo 7, pág. 988).
Meditación
“Fije el pecador arrepentido sus ojos en ‘el Cordero de Dios, que quita el pecado
del mundo;’ y contemplándolo, se transformará. Su temor se trueca en gozo, sus dudas
en esperanza. Brota la gratitud. El corazón de piedra se quebranta. Una oleada de amor
inunda el alma. Cristo es en él una fuente de agua que brota para vida eterna. Cuando
vemos a Jesús, Varón de dolores y experimentado en quebrantos, trabajando para salvar a
los perdidos, despreciado, escarnecido, echado de una ciudad a la otra hasta que su misión
fue cumplida; cuando le contemplamos en Getsemaní, sudando gruesas gotas de sangre, y
muriendo en agonía sobre la cruz; cuando vemos eso, no podemos ya reconocer el clamor
del yo. Mirando a Jesús, nos avergonzaremos de nuestra frialdad, de nuestro letargo, de
nuestro egoísmo. Estaremos dispuestos a ser cualquier cosa o nada, para servir de todo
corazón al Maestro. Nos regocijará el llevar la cruz en pos de Jesús, el sufrir pruebas,
vergüenza o persecución por su amada causa” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 407).
Estudio personal
“En el templo, el sacrificio matutino y el vespertino señalaban diariamente al Cordero
de Dios; sin embargo, ni aun allí se habían hecho los preparativos para recibirle. Los sa-
cerdotes y maestros de la nación no sabían que estaba por acontecer el mayor suceso de
los siglos” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 30).
“El carnero ofrecido en lugar de Isaac representaba al Hijo de Dios, que había de ser
sacrificado en nuestro lugar. Cuando el hombre estaba condenado a la muerte por su trans-
gresión de la ley de Dios, el Padre, mirando a su Hijo, dijo al pecador: ‘Vive, he hallado un
rescate’” (Patriarcas y Profetas, pág. 150).
“Mientras el pueblo estaba reunido en Jerusalén para celebrar la Pascua, Él, el ver-
dadero Cordero de Dios representado por los sacrificios simbólicos, se puso aparte como
una oblación. Iba a ser necesario que su iglesia, en todos los siglos subsiguientes, hiciese
de su muerte por los pecados del mundo un asunto de profunda meditación y estudio.…
“Habían traído para matarlo el cordero que representaba a Cristo.… Todo era terror
y confusión. El sacerdote estaba por matar la víctima; pero el cuchillo cayó de su mano
enervada y el cordero escapó. El símbolo había encontrado en la muerte del Hijo de Dios
la realidad que prefiguraba. El gran sacrificio había sido hecho. Estaba abierto el camino
que llevaba al santísimo. Había sido preparado para todos un camino nuevo y viviente.…
Ahora terminan todos los sacrificios y ofrendas por el pecado” (El Deseado de Todas las
Gentes, págs. 525, 705).
“El cordero había de prepararse entero, sin quebrar ninguno de sus huesos. De igual
manera, ni un solo hueso había de quebrarse del Cordero de Dios, que iba a morir por
nosotros (Éxo. 12:46; Juan 19:36). En esa forma también se representaba la plenitud del
sacrificio de Cristo” (Patriarcas y Profetas, pág. 282).
***
“Cristo no se glorificó a sí mismo al ser hecho Sumo Sacerdote. Dios lo designó para
el sacerdocio. Debía ser un ejemplo para toda la familia humana. Él se calificó para ser no
sólo el representante de la raza humana, sino su Abogado, de modo que cada alma, si así
lo desea, pudiera decir: Tengo un Amigo en el tribunal. Es un Sumo Sacerdote que puede
conmoverse con el sentimiento de nuestras flaquezas” (Comentario Bíblico Adventista,
tomo 7, pág. 942).
El nuevo pacto
2. ¿Sobre que base se estableció el nuevo pacto por medio del cual Jesús se
convirtió en el mayor Sumo Sacerdote para el ser humano? Hebreos 8:5, 6;
7:21, 22.
“Aunque este pacto fue hecho con Adán, y más tarde se le renovó a Abrahán, no pudo
ratificarse sino hasta la muerte de Cristo. Existió en virtud de la promesa de Dios desde
que se indicó por primera vez la posibilidad de redención. Fue aceptado por fe no obstante,
cuando Cristo lo ratificó fue llamado el pacto nuevo. La ley de Dios fue la base de este
pacto, que era sencillamente un arreglo para restituir al hombre a la armonía con la volun-
tad divina, colocándolo en situación de poder obedecer la ley de Dios.…
“El nuevo pacto se estableció sobre ‘mejores promesas’, la promesa del perdón de los
pecados, y de la gracia de Dios para renovar el corazón” (La Maravillosa Gracia, págs.
133, 136).
“Jesús se interesa en cada uno como si no hubiese otra persona en toda la tierra. Como
Dios, ejerce gran poder en nuestro favor, mientras que como Hermano mayor nuestro,
siente todas nuestras desgracias. La Majestad del cielo no se mantuvo alejada de la huma-
nidad degradada y pecaminosa. No tenemos un Sumo Sacerdote tan ensalzado y encum-
brado, que no pueda fijarse en nosotros o simpatizar con nosotros, sino que fue tentado
en todas las cosas como nosotros, aunque sin pecar” (Joyas de los Testimonios, tomo 2,
págs. 115, 116).
“Así también Cristo, el gran Sumo Sacerdote, al ofrecer su sangre ante el Padre
en favor de los pecadores, lleva sobre el corazón el nombre de toda alma arrepentida y
creyente. El salmista dice: ‘Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí’ (Sal.
40:17)” (Patriarcas y Profetas, pág 363).
En el santuario celestial
4. ¿Cuándo entró Jesús en el santuario celestial para desarrollar su cargo
como Sumo Sacerdote? Marcos 16:19; Hebreos 8:1, 2.
“Cuando termine el mensaje del tercer ángel la misericordia divina no intercederá más
por los habitantes culpables de la tierra.… Entonces Jesús dejará de interceder en el san-
tuario celestial. Levantará sus manos y con gran voz dirá ‘Hecho es,’… Cristo ha hecho
propiciación por su pueblo y borrado sus pecados.…
“Ahora, mientras que nuestro gran Sumo Sacerdote está haciendo propiciación por
nosotros, debemos tratar de llegar a la perfección en Cristo.…
“Cuando Cristo deje de interceder en el santuario, se derramará sin mezcla la ira de
Dios de la que son amenazados los que adoran a la bestia y a su imagen y reciben su marca
(Apocalipsis 14:9, 10)” (El Conflicto de los Siglos, págs. 671, 680, 685).
Meditación
“Los que vivan en la tierra cuando cese la intercesión de Cristo en el santuario celestial
deberán estar en pie en la presencia del Dios santo sin mediador. Sus vestiduras deberán
estar sin mácula; sus caracteres, purificados de todo pecado por la sangre de la aspersión.
Por la gracia de Dios y sus propios y diligentes esfuerzos deberán ser vencedores en la
lucha con el mal. Mientras se prosigue el juicio investigador en el cielo, mientras que los
Estudio personal
• Hebreos 5:9
• Efesios 1:20
“Así como el sumo sacerdote ponía a un lado sus magníficas ropas pontificias, y
oficiaba en la ropa blanca de lino del sacerdote común, así también Cristo tomó forma
de siervo, y ofreció sacrificio, siendo Él mismo a la vez el sacerdote y la víctima” (El
Deseado de Todas las Gentes, pág. 16).
“Los sacrificios y las ofrendas del ritual mosaico señalaban siempre hacia adelante,
hacia un servicio mejor, el celestial. El santuario terrenal ‘era figura de aquel tiempo pre-
sente, en el cual se ofrecían presentes y sacrificios’ (Heb. 9:9) y sus dos lugares santos eran
‘figuras de las cosas celestiales’ (Heb. 9:23) pues Cristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, es
hoy ‘ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no
hombre’ (Heb. 8:2)” (Profetas y Reyes, pág. 505).
“Todos pueden acercarse a Dios ahora por medio de los méritos de Cristo. Debido a
que el velo ha sido rasgado, los hombres pueden acercarse a Dios. No necesitan depender
ni de sacerdote ni de sacrificio ceremonial. Se da libertad a todos para ir directamente a
Dios por medio de un Salvador personal” (La Maravillosa Gracia, pág. 155).
“Ojalá comprendieran todos que toda obediencia, todo arrepentimiento, toda alabanza
y todo agradecimiento deben ser colocados sobre el fuego ardiente de la justicia de Cristo.
La fragancia de esa justicia asciende como una nube en torno del propiciatorio” (Mensajes
Selectos, tomo 1, pág. 404).
“Cristo es la fragancia, el incienso santo que hace aceptables nuestras peticiones ante
el Padre” (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 390).
***
10
Sábado, 9 de Marzo 2013
Intercesor y Sustituto
“El Redentor del mundo poseía el poder de atraer a los hombres hacia Él, de aquietar
sus temores, de disipar su lobreguez, de inspirarlos con esperanza y valor, de capacitarlos
para creer en la buena voluntad de Dios de recibirlos mediante los méritos del Sustituto
divino. Como objetos del amor de Dios, siempre debiéramos estar agradecidos porque
tenemos un mediador, un abogado, un intercesor en las cortes celestiales, que suplica por
nosotros ante el Padre” (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 302).
“Cristo fue designado como Mediador desde la creación de Dios, designado desde
la eternidad para ser nuestro sustituto y garantía. Antes de que fuera hecho el mundo, se
dispuso que la divinidad de Cristo estuviera revestida de humanidad” (Mensajes Selectos,
tomo 1, pág. 293).
“Desde que pecaron nuestros primeros padres, no ha habido comunicación directa
entre Dios y el hombre. El Padre puso el mundo en manos de Cristo para que por su obra
mediadora redimiera al hombre y vindicara la autoridad y santidad de la ley divina. Toda
comunicación entre el cielo y la raza caída se ha hecho por medio de Cristo” (La Maravi-
llosa Gracia, pág. 43).
Nuestro Intercesor
2. ¿Qué hace posible que las oraciones sean contestadas? Juan 16:26, 27;
15:16.
“Orar en nombre de Jesús es más que una mera mención de su nombre al principio
y al fin de la oración. Es orar con los sentimientos y el espíritu de Jesús, creyendo en sus
promesas, confiando en su gracia y haciendo sus obras” (El Camino a Cristo, pág. 100).
“Cristo es el vínculo de unión entre Dios y el hombre. Él prometió su intercesión per-
sonal. Coloca toda la virtud de su justicia de parte del suplicante. Intercede por el hombre,
y el hombre, que necesita ayuda divina, intercede por sí mismo en presencia de Dios,
usando la influencia de Aquel que dio su vida por la vida del mundo. Mientras recono-
cemos delante de Dios nuestro aprecio por los méritos de Cristo, nuestras intercesiones
cobran fragancia. Mientras nos acercamos a Dios por la virtud de los méritos del Redentor,
Cristo nos atrae cerca de sí, rodeándonos con su brazo humano, mientras que con su brazo
divino traba del trono del Infinito. Pone sus méritos, como suave incienso, en el incensario
que tenemos en la mano, a fin de alentar nuestras peticiones. Él promete oír y contestar
nuestras súplicas” (Joyas de los Testimonios, tomo 3, págs. 93, 94).
“Este capítulo contiene la oración intercesora que Cristo ofreció a su Padre poco antes
de su enjuiciamiento y crucifixión. Esta oración es una lección acerca de la intercesión que
el Salvador llevaría a cabo dentro del velo, cuando se hubiera completado su gran sacrifi-
cio a favor de los hombres: la ofrecida de sí mismo. Nuestro Mediador dio a sus discípulos
esta instrucción de su ministerio en el santuario celestial en favor de todos los que vengan
a Él con mansedumbre y humildad, despojados de todo egoísmo y creyendo en el poder de
Cristo para salvar” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 5, pág. 1119).
“… está en el cielo como nuestro abogado, para interceder por nosotros. Siempre
hemos de cobrar consuelo y esperanza al pensar en esto. Él está pensando en los que están
sujetos a las tentaciones de este mundo. Piensa en nosotros individualmente, y conoce cada
una de nuestras necesidades. Cuando seáis tentados, decid: Él cuida de mí, Él hace interce-
sión en mi favor, Él me ama, Él ha muerto por mí. Miraré sin reservas a Él. Entristecemos
el corazón de Cristo cuando vamos condoliéndonos de nosotros mismos como si fuéramos
nuestro propio salvador. No; debemos encomendar la guarda de nuestras almas a Dios
como a un Creador fiel. Él siempre vive para interceder por los probados y tentados”
(Testimonios para los Ministros, pág. 397).
Substituto y Seguridad
5. ¿Cómo, en beneficio del ser humano, Dios encara las exigencias de su santa
ley? Romanos 8:3, 4.
“Dios no podía alterar una jota ni una tilde de su santa ley a fin de ir al encuentro del
hombre en su condición caída; porque esto habría producido descrédito sobre la sabiduría
de Dios al hacer una ley por la cual habían de gobernarse el cielo y la tierra. Pero Dios
podía dar a su Hijo unigénito para que llegará a ser el Sustituto y Garante del hombre, para
que sufriera la penalidad que merecía el transgresor y para que impartiera al alma peni-
tente su perfecta justicia. Cristo vino a ser el sacrificio inmaculado en favor de una raza
caída, convirtiendo a los hombres en prisioneros de esperanza, de manera que, mediante
el arrepentimiento ante Dios por haber quebrantado su santa ley, y por medio de la fe en
Cristo como su Sustituto, Garante y Justicia, pudieran ser traídos de vuelta a la lealtad a
Dios y a la obediencia a su santa ley” (Fe y Obras, pág. 121).
“El sustituto y garantía del hombre debía tener la naturaleza del hombre, un entronque
con la familia humana a quien había de representar, y, como embajador de Dios, debía
participar de la naturaleza divina, debía tener una unión con el Infinito a fin de manifestar
a Dios ante el mundo y ser un mediador entre Dios y el hombre” (Mensajes Selectos, tomo
1, pág. 301).
“En la oración intercesora que Jesús elevó a su Padre, afirmó que había cumplido con
las condiciones que el Padre había dispuesto como obligatorias, respecto al hombre caído,
para que Cristo las cumpliera conforme al contrato hecho en el cielo. Él oró: ‘He acabado
la obra que me diste que hiciese’. [Es decir, había forjado en la tierra un carácter justo
“Pronto será vindicada la justicia de Dios delante del Universo. Su justicia requiere
que el pecado sea castigado; pero su misericordia hace posible que éste sea perdonado
mediante el arrepentimiento y la confesión. El perdón puede obtenerse solamente por
medio de su Hijo unigénito; sólo Cristo puede expiar el pecado, y únicamente cuando
el pecador se arrepiente y lo abandona. El hombre cortó su conexión con Dios y su alma
quedó paralizada y débil por el veneno mortal del pecado. Pero hubo un tiempo cuando
se proclamó en las cortes celestiales: ¡He encontrado la redención! Se dio una vida divina
como rescate por el hombre; Uno igual al Padre llegó a ser el sustituto del ser humano”
(Alza tus Ojos, pág. 47).
Meditación
“Todo el que desee librarse de la esclavitud y del servicio de Satanás y quiera estar
bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emanuel, será protegido por las intercesiones
de Cristo. Cristo, como nuestro Mediador a la diestra del Padre, siempre nos tiene en
cuenta, pues es tan necesario que nos guarde mediante su intercesión como que nos haya
redimido con su sangre. Si Él deja de sostenernos por sólo un momento, Satanás está listo
para destruirnos. A los que han sido comprados con su sangre los guarda ahora mediante
su intercesión” (Comentario Bíblico, tomo 6, pág. 1078).
Estudio personal
• Juan 17:1-3, 14-16
“En cuanto existió el pecado, hubo un Salvador. Cristo sabía que tendría que sufrir
y, sin embargo, se ofreció como sustituto del hombre. En cuanto Adán pecó, el Hijo de
Dios se ofreció como garantía de la raza humana, con tanto poder para evitar la sentencia
pronunciada sobre el culpable, como cuando murió en la cruz del Calvario” (La Fe por la
Cual Vivo, pág. 77).
“Al salir Jesús del lugar santísimo, oí el tintineo de las campanillas de su túnica. Una
tenebrosa nube cubrió entonces a los habitantes de la tierra. Ya no había mediador entre
el hombre culpable y un Dios ofendido. Mientras Jesús estuvo interpuesto entre Dios y
el pecador, tuvo la gente un freno; pero cuando dejó de estar entre el hombre y el Padre,
desapareció el freno y Satanás tuvo completo dominio sobre los finalmente impenitentes.
Era imposible que fuesen derramadas las plagas mientras Jesús oficiase en el santuario;
pero al terminar su obra allí y cesar su intercesión, nada detiene ya la ira de Dios que cae
***
11
Sábado, 16 de Marzo 2013
“Una cosa se comprenderá con certeza por el estudio del Apocalipsis: que la relación
entre Dios y su pueblo es estrecha y decidida. Juan escribe: ‘Gracia sea con vosotros, y
paz del que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su
trono; y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes
de la tierra’” (Testimonios para los Ministros, pág. 111).
“El mensaje para la iglesia laodicense es aplicable para todos los que han tenido gran
luz y muchas oportunidades, y sin embargo no las han apreciado” (Comentario Bíblico
Adventista, tomo 7, pág. 972).
“El Testigo fiel dice de una iglesia fría, sin vida y sin Cristo: ‘Yo conozco tus obras,
que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío
“Oíd el consejo del Testigo fiel: Comprad oro afinado en el fuego, a fin de que seáis
ricos, ropas blancas para que estéis vestidos, y colirio a fin de que veáis. Haced algún
esfuerzo. Estos tesoros preciosos no descenderán sobre nosotros sin esfuerzo alguno de
nuestra parte. Debemos comprar, ser celosos y arrepentirnos de nuestro estado de tibieza.
Debemos despertarnos para ver nuestros males, buscar nuestros pecados y arrepentirnos
celosamente de ellos” (Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 42).
“Hagamos caso del consejo del Testigo fiel. Ninguno de nosotros esté lleno de
prejuicios como estuvieron los judíos, de modo que la luz no entre en nuestro corazón.
Que no sea necesario que Cristo diga de nosotros como dijo de ellos: ‘No queréis venir a
mí para que tengáis vida’ (Juan 5:40)” (Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 419, 420).
“Y Dios ‘le ha dado potestad de ejecutar juicio, por cuanto Él es Hijo del hombre.’
Porque gustó las mismas heces de la aflicción y tentación humanas, y comprende las debi-
lidades y los pecados de los hombres; porque en nuestro favor resistió victoriosamente las
tentaciones de Satanás y tratará justa y tiernamente con las almas por cuya salvación fue
derramada su sangre, por todo esto, el Hijo del hombre ha sido designado para ejecutar el
juicio” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 181).
“Cristo se humilló para encabezar a la humanidad, para afrontar las tentaciones y
sobrellevar las pruebas que los hombres deben arrostrar y soportar. Debía conocer lo que
la humanidad debe arrostrar de parte del enemigo caído, a fin de saber cómo socorrer a
los que son tentados.
“Y Cristo ha sido hecho nuestro Juez. No es el Padre el Juez. Tampoco lo son los ánge-
les. Nos juzgará Aquel que se revistió de nuestra humanidad y vivió una vida perfecta en
este mundo. Él solo puede ser nuestro juez” (Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 383).
“Pero la misión de Cristo no era juzgar, sino salvar. ‘No envió Dios a su Hijo al mundo
para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por Él.’ Y delante del Sane-
drín, Jesús declaró: ‘El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna;
y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida.’…
“Satanás está a nuestra diestra para acusarnos, y nuestro Abogado está a la diestra
de Dios para rogar por nosotros. Él nunca ha perdido un caso que le ha sido entregado.
Podemos confiar en nuestro Abogado porque presenta sus propios méritos en favor de
nosotros” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, pág. 960).
“En todos nuestros actos de verdadera devoción fijamos los ojos de nuestra fe en
nuestro Abogado, que intercede entre el hombre y el trono eterno, y quien espera para
tomar nota de todo esfuerzo nuestro y para ayudarnos por su Espíritu a lograr un cono-
cimiento más perfecto de Dios” (Testimonios para los Ministros, pág. 121).
Meditación
“Cristo intercede por la raza perdida mediante su vida inmaculada, su obediencia y
su muerte en la cruz del Calvario. Y ahora, no como un mero suplicante, intercede por
nosotros el Capitán de nuestra salvación, sino como un Conquistador que reclama su vic-
Estudio personal
“El mensaje a la iglesia de Laodicea es una denuncia sorprendente y se aplica al actual
pueblo de Dios.
“… Aunque aquellos a quienes se dirige el mensaje del Testigo Fiel se lisonjean
de que se encuentran en una exaltada condición espiritual, dicho mensaje quebranta su
seguridad con la sorprendente denuncia de su verdadera condición de ceguera, pobreza y
miseria espirituales. Este testimonio tan penetrante y severo no puede ser un error porque
es el Testigo Fiel el que habla y su testimonio debe ser correcto” (Joyas de los Testimonios,
tomo 1, págs. 327, 328).
***
12
Sábado, 23 de Marzo 2013
“La fe es la condición por la cual Dios ha visto conveniente prometer perdón a los
pecadores; no porque haya virtud alguna en la fe que haga merecer la salvación, sino
porque la fe puede aferrarse a los méritos de Cristo, el remedio provisto para el pecado.
La fe puede presentar la perfecta obediencia de Cristo en lugar de la transgresión y la
apostasía del pecador. Cuando el pecador cree que Cristo es su Salvador personal, enton-
ces, de acuerdo con la promesa infalible de Jesús, Dios le perdona su pecado y lo justifica
gratuitamente. El alma arrepentida comprende que su justificación viene de Cristo que,
como su Sustituto y Garante, ha muerto por ella, y es su expiación y justificación” (Fe y
Obras, pág. 104).
“Para poder hacer frente a los requerimientos de la ley, nuestra fe debe aferrarse de la
justicia de Cristo, aceptándola como su justicia. Mediante la unión con Cristo, mediante
la aceptación de su justicia por la fe, podemos ser hechos idóneos para realizar las obras
de Dios, para ser colaboradores con Cristo. Si estáis dispuestos a ser llevados a la deriva
con la corriente del mal y a no cooperar con los instrumentos celestiales para restringir la
transgresión en vuestras familias y en la iglesia, a fin de que pueda enseñorearse la justicia
eterna, no tenéis fe. La fe obra por el amor y purifica el alma. Mediante la fe, el Espíritu
Santo obra en el corazón para producir allí la santidad. Pero esto no puede hacerse, a
menos que el instrumento humano colabore con Cristo. Sólo podremos ser hechos idó-
neos para el cielo mediante la obra del Espíritu Santo en el corazón, pues debemos tener
la justicia de Cristo como nuestro salvoconducto si hemos de tener acceso al Padre. A fin
de que tengamos la justicia de Cristo, necesitamos ser transformados diariamente por la
influencia del Espíritu para ser participantes de la naturaleza divina. La obra del Espíritu
Santo es elevar los gustos, santificar el corazón, ennoblecer a todo el hombre” (Mensajes
Selectos, tomo 1, pág. 438).
Justicia, fe y obras
4. ¿Qué producirá la fe en el creyente justificado? Santiago 2:24, 17; Colo-
senses 1:10.
“Pero al paso que Dios puede ser justo y sin embargo justificar al pecador por los
méritos de Cristo, nadie puede cubrir su alma con el manto de la justicia de Cristo mientras
practique pecados conocidos, o descuide deberes conocidos. Dios requiere la entrega com-
pleta del corazón antes de que pueda efectuarse la justificación. Y a fin de que el hombre
retenga la justificación, debe haber una obediencia continua mediante una fe activa y vi-
viente que obre por el amor y purifique el alma.…
“A fin de que el hombre sea justificado por la fe, la fe debe alcanzar un punto donde
domine los afectos e impulsos del corazón; y mediante la obediencia, la fe misma es hecha
perfecta.…
“El apóstol dice: ‘Con el corazón se cree para justicia’ (Rom. 10:10). Nadie puede
creer con el corazón para justicia y obtener así la justificación por la fe mientras continúe
en la práctica de aquellas cosas que prohibe la Palabra de Dios, o mientras descuide cual-
quier deber conocido” (Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 428, 464).
Arrepentimiento
6. ¿Qué se encuentra vinculado a la fe al recibir la justicia de Cristo? Hechos
20:21; 13:38, 39; Ezequiel 18:31.
“El arrepentimiento, tanto como el perdón, es el don de Dios por medio de Cristo.
Mediante la influencia del Espíritu Santo somos convencidos de pecado y sentimos nues-
tra necesidad de perdón. Sólo los contritos son perdonados, pero es la gracia de Dios la que
hace que se arrepienta el corazón. Él conoce todas nuestras debilidades y flaquezas, y nos
ayudará” (Fe y Obras, págs. 37, 38).
“Ningún arrepentimiento que no obre una reforma es genuino. La justicia de Cristo
no es un manto para cubrir pecados que no han sido confesados ni abandonados; es un
principio de vida que transforma el carácter y rige la conducta. La santidad es integridad
para con Dios: es la entrega total del corazón y la vida para que revelen los principios del
cielo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 507).
***
13
Sábado, 30 de Marzo 2013
El Novio
“En vista del acontecimiento de la pronta venida de Cristo, debemos trabajar con
vigilancia para preparar nuestras propias almas, para mantener nuestras lámparas bien
acondicionadas y brillando, y para presentar a otros la necesidad de prepararse para la
venida del Esposo. Velar y actuar deben ir juntos. La fe y las obras deben estar unidas, o
nuestro carácter no será simétrico y bien equilibrado, perfecto en Cristo Jesús” (Mensajes
Selectos, tomo 1, pág. 161).
“Juan había quedado profundamente conmovido al ver a Jesús postrarse como supli-
cante para pedir con lágrimas la aprobación del Padre. Al rodearle la gloria de Dios y
oírse la voz del cielo, Juan reconoció la señal que Dios le había prometido. Sabía que era
al Redentor del mundo a quien había bautizado. El Espíritu Santo descendió sobre él, y
extendiendo la mano, señaló a Jesús y exclamó: ‘He aquí el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo’…
“Juan se representó a sí mismo como el amigo que actuaba como mensajero entre
las partes comprometidas, preparando el matrimonio. Cuando el esposo había recibido a
la esposa, la misión del amigo había terminado. Se regocijaba en la felicidad de aquellos
cuya unión había facilitado” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 87, 151).
El novio es quitado
2. ¿Permanecería el novio con sus discípulos? Mateo 9:15; Lucas 9:51; Juan
14:2, 3.
“‘Vendrán días –les dijo,– cuando el esposo les será quitado: entonces ayunarán en
aquellos días.’ Cuando viesen a su Señor traicionado y crucificado, los discípulos llora-
rían y ayunarían. En las últimas palabras que les dirigiera en el aposento alto, dijo: ‘Un
poquito, y no me veréis, y otra vez un poquito, y me veréis. De cierto, de cierto os digo,
que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará: empero aunque vosotros
estaréis tristes, vuestra tristeza se tornará en gozo’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág.
243).
“Había llegado el tiempo en que Cristo había de ascender al trono de su Padre. Como
conquistador divino, había de volver con los trofeos de la victoria a los atrios celestiales”
(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 768).
“El servicio del sacerdote durante el año en el primer departamento del santuario,
‘adentro del velo’ que formaba la entrada y separaba el lugar santo del atrio exterior, re-
presenta la obra y el servicio a que dio principio Cristo al ascender al cielo.… Así es como
Cristo ofrece su sangre ante el Padre en beneficio de los pecadores, y así es como presenta
ante Él, además, junto con el precioso perfume de su propia justicia, las oraciones de los
creyentes arrepentidos.…
“Hasta allí siguieron los discípulos a Cristo por la fe cuando se elevó de la presencia
de ellos.…
Este ministerio siguió efectuándose durante dieciocho siglos en el primer departa-
mento del santuario. La sangre de Cristo, ofrecida en beneficio de los creyentes arrepenti-
dos, les aseguraba perdón y aceptación cerca del Padre” (El Conflicto de los Siglos, págs.
473, 474).
La parábola de la boda
4. ¿Qué ocurrió al inicio del Movimiento Adventista cuando el séptimo ángel
empezó a sonar la trompeta? ¿Cómo se representa la boda? ¿Qué parábola
se refiere a este evento? Apocalipsis 11:15; Mateo 25:1-13.
“Así también Cristo sólo había terminado una parte de su obra como intercesor
nuestro para empezar otra, y sigue aún ofreciendo su sangre ante el Padre en favor de los
pecadores.…
“Cristo había venido, no a la tierra, como ellos lo esperaban, sino, como estaba sim-
bolizado en el símbolo, al lugar santísimo del templo de Dios en el cielo.…
“La proclamación: ‘¡He aquí que viene el Esposo!’ en el verano de 1844, indujo a
miles de personas a esperar el advenimiento inmediato del Señor. En el tiempo señalado,
vino el Esposo, no a la tierra, como el pueblo lo esperaba, sino hasta donde estaba el
Anciano de días en el cielo, a las bodas; es decir, a recibir su reino. ‘Las que estaban pre-
paradas entraron con Él a las bodas; y fue cerrada la puerta.’ No iban a asistir en persona
a las bodas, ya que éstas se verifican en el cielo mientras que ellas están en la tierra. Los
discípulos de Cristo han de esperar ‘a su Señor, cuando haya de volver de las bodas’ (S.
Lucas 12:36, V.M.). Pero deben comprender su obra, y seguirle por fe mientras entra en la
presencia de Dios. En este sentido es en el que se dice que ellos van con Él a las bodas” (El
Conflicto de los Siglos, págs. 482, 477, 480).
La fiesta de boda
6. ¿Cuándo vendrá el novio para llevar a los santos con Él a la cena de las
bodas del Cordero? ¿Cómo se engalanará? Apocalipsis 19:16; Mateo 24:44.
“Vi entonces que Jesús, quién había estado oficiando ante el arca de los diez man-
damientos, dejó caer el incensario, y alzando las manos exclamó en alta voz: ‘Consumado
es.’
“Todos los casos habían sido fallados para vida o para muerte. Mientras Jesús ofi-
ciaba en el santuario, había proseguido el juicio de los justos muertos y luego el de los
justos vivientes. Cristo, habiendo hecho expiación por su pueblo y habiendo borrado sus
pecados, había recibido su reino. Estaba completo el número de los súbditos del reino,
y consumado el matrimonio del Cordero. El reino y el poderío fueron dados a Jesús y a
los herederos de la salvación y Jesús iba a reinar como Rey de reyes y Señor de señores”
(Primeros Escritos, pág. 280).
“La venida del esposo ocurrió a medianoche, es decir en la hora más oscura. De la
misma manera la venida de Cristo ha de acontecer en el período más oscura de la historia
de esta tierra” (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 340).
“El examen que de los convidados a la fiesta hace el rey, representa una obra de juicio.
Los convidados a la fiesta del Evangelio son aquellos que profesan servir a Dios, aquellos
cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.…
“El vestido de boda de la parábola representa el carácter puro y sin mancha que
poseerán los verdaderos seguidores de Cristo. A la iglesia ‘le fue dado que se vista de lino
fino, limpio y brillante’, ‘que no tuviese mancha, ni arruga, ni cosa semejante’. El lino fino,
dice la Escritura, ‘son las justificaciones de los santos’. Es la justicia de Cristo, su propio
carácter sin mancha, que por la fe se imparte a todos los que lo reciben como Salvador
personal.…
***
Los países árabes tuvieron el gran privilegio de poder ver la mano de Dios dirigiendo
a su pueblo durante los tiempos bíblicos. El pueblo de Israel salio de Egipto y entro en la
tierra prometida bajo la poderosa mano de Dios. Dentro de las menciones bíblicas de los países
árabes encontramos en 2 Crónicas 9:14 que los reyes de Arabia reconocieron la sabiduría de
Salomón y el poder de Dios llevando presentes a Jerusalén “ … y también todos los reyes de
Arabia y los príncipes de la tierra traían oro y plata a Salomón.”
Con el correr de los años, especialmente a partir del siglo VII, la luz de la verdad de
Dios fue oscurecida por fuerzas musulmanas que persiguieron cruelmente al cristianismo exter-
minándolo casi por completo. Hoy muy pocos cristianos son tolerados en algunos de los países
árabes.
Los países árabes cubren un extenso territorio que va desde el océano Atlántico en el
oeste hasta el mar Arábigo en el Este, desde el Mediterraneo en el norte hasta el cuerno de
África y el océano Indico en el sur. Este extenso territorio tiene una población aproximada de
340 millones de habitantes en unos 22 países cubriendo el norte de África y Oriente Medio.
Gran parte de estos países reconocen el árabe como una de sus lenguas oficiales.
Por obra de Dios el mensaje de la Reforma ha logrado establecer las primeras almas en
este territorio que es un gran desafio para alcanzar al mundo árabe.
En el año 2010 se abrió la primera puerta a través de la obra de la pagina web de la Aso-
ciación General alcanzando Sudán. Después de establecer contactos por correo electrónico y de
contar con visitas de alumnos de la Escuela Misionera de Kenia a Sudán bajo el asesoramiento
de los pastores P. Shirima y S. Moyo se lograron los primeros bautismos y el establecimiento
de la iglesia en dicho país.
En el mes de Febrero 2012 Dios abrió otra puerta a través de la pagina web de la Aso-
ciación General en Yemen. Un nuevo interesado en la verdad presente, Ahmed solicito mate-
riales y ayuda para desarrollar el cristianismo en Yemen. Se enviaron materiales de estudio y
también se coordinó para que visitara el seminario para obreros organizado en Etiopía en el
mes de Abril 2012 considerando las limitaciones del cristianismo en Yemen. El Señor obró
grandemente en la vida de Ahmed tomando la decisión por la verdad. Inmediatamente decidió
dedicar sus talentos a traducir los Principios de Fe, Manual para Estudios Bíblicos y Lecciones
de Escuela Sabática para distribuir entre otros contactos cristianos en Yemen. Ahmend no solo
está colaborando para extender el mensaje de la verdad en Yemen sino también con sus amigos
y conocidos en Egipto, Jordania, Arabia Saudita, Katar y otros países árabes.
También el Señor ha permitido que por medio de la pagina web se pueda contactar con
otra persona en Somalia que ha solicitado ayuda espiritual.
Dios está obrando con su espíritu y abriendo puertas ante las limitaciones del hombre.
Pero todo es un llamado para que su pueblo pueda unirse en alcanzar a tantos que se encuentran
en densas tinieblas espirituales y apoyar con nuestras ofrendas a aquellos que están dispuestos
a arriesgar sus vidas para que Cristo y su verdad sea proclamada.
Pablo Hunger
–Secretario de la Asociación General
14
Sábado, 6 de Abril 2013
El Sol de Justicia
“Aquel cuyo corazón ha respondido al toque divino, buscará lo que aumente su cono-
cimiento de Dios, y refine y eleve su carácter. Como una flor se torna al sol para que sus
brillantes rayos le den bellos colores, así se tornará el alma al Sol de justicia, para que la
luz del cielo embellezca el carácter con las gracias del carácter de Cristo” (El Deseado de
Todas las Gentes, pág. 433).
“El Sol de justicia no apareció a la vista del mundo para deslumbrar los sentidos con
su gloria. Escrito está de Cristo: ‘Como el alba está aparejada su salida’ (Oseas 6:3). Suave
y gradualmente raya el alba, disipando las tinieblas y despertando el mundo a la vida.
Así también nacía el Sol de justicia, trayendo ‘en sus alas ... salud’ (Malaquías 4:2).” (El
Ministerio de Curación, pág. 21).
“Como los rayos del sol penetran hasta los remotos rincones de la tierra, así la luz del
Sol de justicia brilla sobre toda alma” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 429).
2. ¿Qué harán aquellos que reciben los rayos del Sol de justicia? Filipenses
2:15; Daniel 12:3.
“Necesitamos la iluminación del Espíritu Santo para discernir las verdades de la Pala-
bra de Dios. Las cosas hermosas del mundo natural no se ven hasta que el sol, disipando
las tinieblas, las inunda con su luz. Así los tesoros de la Palabra de Dios no son apreciados
hasta que no sean revelados por los brillantes rayos del Sol de Justicia.
“El Espíritu Santo, enviado desde los cielos por la benevolencia del amor infinito
toma las cosas de Dios y las revela a cada alma que tiene una fe implícita en Cristo. Por
su poder, las verdades vitales de las cuales depende la salvación del alma son impresas en
la mente, y el camino de la vida es hecho tan claro que nadie necesita errar en él. Mientras
estudiamos las Escrituras, debemos orar para que la luz del Espíritu Santo brille sobre
la Palabra, a fin de que veamos y apreciemos sus tesoros” (Palabras de Vida del Gran
Maestro, págs.84, 85).
4. ¿Por qué debemos abrir nuestra alma al Sol de Justicia? Salmo 51:12;
2 Corintios 7:1.
“Cada sala del templo de su alma ha llegado a estar más o menos contaminada, y
necesita limpieza. Ha de entrarse al aposento de la conciencia lleno de telarañas. Las ven-
tanas del alma han de ser cerradas hacia la tierra y abiertas de par en par hacia el cielo a
fin de que los brillantes rayos del Sol de justicia tengan libre acceso a ella. La memoria ha
de ser refrescada por los principios bíblicos. La mente ha de ser mantenida limpia y pura
a fin de que pueda distinguir entre el bien y el mal. Al repetir la oración que Cristo enseñó
a sus discípulos, y luego procurar contestarla en la vida diaria, el Espíritu Santo renovará
la mente y el corazón y le dará fuerzas para llevar a cabo propósitos elevados y santos”
(Mente, Carácter y Personalidad, tomo 1, pág. 335).
“Benditos y benéficos son los rayos de luz del Sol de Justicia que están ahora de-
rramándose –luminosos y curativos– sobre todo el que abre las ventanas del alma hacia el
Cielo” (Alza Tus Ojos, pág. 255).
7. Así como el sol tras las nubes, ¿podemos ver siempre la luz del Sol de justi-
cia? Salmos 102:1, 2; 27:9; 6:2, 3.
***
15
Sábado, 13 de Abril 2013
El Camino
1. ¿Cómo se rifirió Jesús acerca de sí mismo en respuesta a una pregunta de
sus discípulos? Juan 14:6.
“No hay muchos caminos que llevan al cielo. No puede cada uno escoger el suyo.
Cristo dice: ‘Yo soy el camino.... Nadie viene al Padre, sino por mí.’ Desde que fue
predicado el primer sermón evangélico, cuando en el Edén se declaró que la simiente de
la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente, Cristo ha sido enaltecido como el camino, la
verdad y la vida. Él era el camino cuando Adán vivía, cuando Abel ofreció a Dios la sangre
del cordero muerto, que representaba la sangre del Redentor. Cristo fue el camino por el
cual los patriarcas y los profetas fueron salvos. Él es el único camino por el cual podemos
tener acceso a Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 618).
“Dios se acerca al hombre por medio de Jesucristo, el mediador, único medio por
el cual perdona los pecados. Dios no puede perdonar los pecados en menoscabo de su
justicia, su santidad y su verdad. Pero, perdona los pecados y lo hace plenamente. No
hay pecados que no perdonará por medio del Señor Jesucristo. Esta es la única esperanza
del pecador, y si descansa en ella con fe sincera, puede estar seguro del perdón pleno y
gratuito. Hay sólo un canal y éste es accesible a todos y por medio de este canal el alma
penitente y contrita recibe abundante perdón y hasta los pecados más negros son lavados”
(Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, pág. 912).
La Verdad
3. ¿Quién es el fundamento de toda verdad? Juan 14:6; 18:37; 1:14.
“Los que pretenden ser amantes de la verdad tienen los medios para ser mansos y
humildes de corazón, como fue el gran Maestro. Los que han estado trabajando diligente-
mente en las minas de la Palabra de Dios y han descubierto el precioso mineral en las ricas
vetas de verdad, en los divinos misterios que han estado ocultos durante siglos, ensalzarán
al Señor Jesús, la Fuente de toda verdad, revelando en sus caracteres el poder santificador
de lo que creen. Jesús y su gracia deben ser entronizados en el santuario más íntimo del
alma. Entonces Él será revelado en palabras, en oración, en exhortación, en la presentación
de la sagrada verdad, pues éste es el gran secreto del éxito espiritual” (Mensajes Selectos,
tomo 1, págs. 473, 474).
La Vida
6. ¿En quién se encuentra, también, la preciosa energía de la vida? Juan 1:1-4;
5:26; 1 Juan 5:11.
“‘En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres’ (Juan 1:4). No se especifica
aquí la vida física, sino la inmortalidad, la vida que es exclusivamente la propiedad de
Dios. El Verbo, que estaba con Dios y que era Dios, tenía esta vida. La vida física es
algo que recibe cada individuo. No es eterna ni inmortal, pues la toma de nuevo Dios, el
Dador de la vida. El hombre no tiene dominio sobre su vida. Pero la vida de Cristo no era
prestada. Nadie podía quitársela. ‘Yo de mí mismo la pongo’ (Juan 10:18), dijo Él. En Él
estaba la vida, original, no prestada, no derivada. Esa vida no es inherente en el hombre.
Puede poseerla sólo mediante Cristo. No puede ganarla; le es dada como un don gratuito
si cree en Cristo como su Salvador personal. ‘Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado’ (Juan 17:3). Esta es la fuente de
vida abierta para el mundo” (Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 348, 349).
“Jesús declaró: ‘Yo soy la resurrección y la vida.’ En Cristo hay vida original, que no
proviene ni deriva de otra. ‘El que tiene al Hijo tiene la vida.’ La divinidad de Cristo es la
garantía que el creyente tiene de la vida eterna” (La Fe por la Cual Vivo, pág. 189).
7. Cuando el Príncipe celestial entregó su vida por los pecadores, ¿la iba a
perder? ¿Cuál es el don gratuito de Dios para el pecador arrepentido? Juan
10:17, 18; 20:31; Romanos 6:23.
“Cuando la voz del poderoso ángel fue oída junto a la tumba de Cristo, diciendo: ‘Tu
Padre te llama,’ el Salvador salió de la tumba por la vida que había en Él. Quedó probada
la verdad de sus palabras: ‘Yo pongo mi vida, para volverla a tomar.... Tengo poder para
ponerla, y tengo poder para volverla a tomar.’…
“Para el creyente, Cristo es la resurrección y la vida. En nuestro Salvador, la vida que
se había perdido por el pecado es restaurada; porque Él tiene vida en sí mismo para vivifi-
car a quienes Él quiera. Está investido con el derecho de dar la inmortalidad. La vida que
Él depuso en la humanidad, la vuelve a tomar y la da a la humanidad.…
“La vida está oculta con Cristo en Dios y ‘cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare,
entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria’” (El Deseado de Todas
las Gentes, págs. 729-731).
Meditación
“Mas vanos son los sueños de progreso de los hombres, vanos todos sus esfuerzos
por elevar a la humanidad, si menosprecian la única fuente de esperanza y amparo para la
Estudio personal
“El Consolador es llamado el ‘Espíritu de verdad.’ Su obra consiste en definir y man-
tener la verdad. Primero mora en el corazón como el Espíritu de verdad, y así llega a
ser el Consolador. Hay consuelo y paz en la verdad, pero no se puede hallar verdadera
paz ni consuelo en la mentira. Por medio de falsas teorías y tradiciones es como Satanás
obtiene su poder sobre la mente. Induciendo a los hombres a adoptar normas falsas, tuerce
el carácter. Por medio de las Escrituras, el Espíritu Santo habla a la mente y graba la
verdad en el corazón. Así expone el error, y lo expulsa del alma. Por el Espíritu de verdad,
obrando por la Palabra de Dios, es como Cristo subyuga a sí mismo a sus escogidos” (El
Deseado de Todas las Gentes, págs. 624, 625).
***
16
Sábado, 20 de Abril 2013
El Pan de Vida
“La sabiduría que proviene de Dios es el pan de vida. Son las hojas del árbol de la vida
las que se usan para la sanidad de las naciones. La corriente de vida espiritual estremece
al alma cuando las palabras de Cristo se creen y se ponen en práctica. Así es como somos
hechos uno con Cristo. La experiencia débil y enfermiza se vuelve fuerte. Significa la vida
eterna para nosotros, si mantenemos nuestra confianza firme desde el comienzo hasta el
final.
“Toda verdad ha de recibirse como la vida de Jesús. Ella nos purifica de toda impureza
y prepara el alma para la presencia de Jesús. Cristo, la esperanza de gloria, se forma en el
interior” (Alza tus Ojos, pág. 222).
El pan de la presencia
1. ¿Qué simbolizaba el pan de la presencia en los servicios del santuario?
Éxodo 25:30.
“El pan de la proposición se conservaba siempre ante la presencia del Señor como una
ofrenda perpetua. De manera que formaba parte del sacrificio diario, y se llamaba ‘el pan
de la proposición’ o el pan de la presencia, porque estaba siempre ante el rostro del Señor
El Pan vivo
2. ¿Cómo se llamó Cristo a sí mismo cuando las personas estaban interesadas
en seguirle para obtener alimento temporal? Juan 6:35, 51.
“El que había dado el maná estaba entre ellos. Era Cristo mismo quien había condu-
cido a los hebreos a través del desierto, y los había alimentado diariamente con el pan del
cielo. Este alimento era una figura del verdadero pan del cielo. El Espíritu que fluye de
la infinita plenitud de Dios y da vida es el verdadero maná. Jesús dijo: ‘El pan de Dios es
aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.’
“Pensando todavía que Jesús se refería al alimento temporal, algunos de sus oyentes
exclamaron: ‘Señor, danos siempre este pan.’ Jesús habló entonces claramente: ‘Yo soy el
pan de vida’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 349).
“Toda promesa de la Palabra de Dios nos pertenece. Hemos de vivir de ‘toda palabra
que sale de la boca de Dios.’ Cuando nos veamos asaltados por las tentaciones, no mire-
mos las circunstancias o nuestra debilidad, sino el poder de la Palabra. Toda su fuerza es
nuestra.…
“La vida de Cristo, que da vida al mundo, está en su palabra. Fue por su palabra como
Jesús sanó la enfermedad y echó los demonios; por su palabra calmó el mar y resucitó
los muertos; y la gente dio testimonio de que su palabra era con autoridad. Él hablaba la
palabra de Dios, como había hablado por medio de todos los profetas y los maestros del
Antiguo Testamento. Toda la Biblia es una manifestación de Cristo, y el Salvador deseaba
fijar la fe de sus seguidores en la Palabra. Cuando su presencia visible se hubiese retirado,
la Palabra sería fuente de poder para ellos. Como su Maestro, habían de vivir ‘con toda
palabra que sale de la boca de Dios’” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 99, 354).
“El Salvador dijo: ‘Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el
desierto, y son muertos. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de el co-
miere, no muera. Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de
Santa comunión
5. ¿En qué ocasión invitó Jesús a sus discípulos a comer pan? ¿Qué represen-
taba el pan de la cena del Señor? 1 Corintios 11:23, 24.
“¡Y cuánto más ciertas son las palabras de Cristo en cuanto a nuestra naturaleza espiri-
tual! Él declara: ‘El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna.’ Es recibiendo
la vida derramada por nosotros en la cruz del Calvario como podemos vivir la vida santa.
Y esta vida la recibimos recibiendo su Palabra, haciendo aquellas cosas que Él ordenó.
Así llegamos a ser uno con Él. ‘El que come mi carne –dice Él,–y bebe mi sangre, en mí
permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo
el que me come, él también vivirá por mí.’ Este pasaje se aplica en un sentido especial a
la santa comunión. Mientras la fe contempla el gran sacrificio de nuestro Señor, el alma
asimila la vida espiritual de Cristo. Y esa alma recibirá fuerza espiritual de cada comunión.
El rito forma un eslabón viviente por el cual el creyente está ligado con Cristo, y así con
el Padre. En un sentido especial, forma un vínculo entre Dios y los seres humanos que
dependen de Él” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 615, 616).
6. ¿Qué significa comer la carne y beber sangre de Jesús? Juan 6:52-54, 40, 47;
1 Corintios 11:26.
“La oración por el pan cotidiano incluye no solamente el alimento para sostener el
cuerpo, sino también el pan espiritual que nutrirá el alma para vida eterna. Nos dice Jesús:
‘Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece’.
‘Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre’.
“Hemos de orar día tras día para que, mientras leemos su Palabra, Dios nos envíe su
Espíritu con el fin de revelarnos la verdad que fortalecerá nuestras almas para las necesi-
dades del día.
“Al enseñarnos a pedir cada día lo que necesitamos, tanto las bendiciones temporales
como las espirituales, Dios desea alcanzar un propósito para beneficio nuestro. Quiere que
sintamos cuánto dependemos de su cuidado constante, porque procura atraernos a una
comunión íntima con Él” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 96).
“El acto de Cristo al suplir las necesidades temporales de una muchedumbre ham-
brienta, entraña una profunda lección espiritual para todos los que trabajan para Él. Cristo
recibía del Padre; Él impartía a los discípulos; ellos impartían a la multitud; y las personas
unas a otras. Así, todos los que están unidos a Cristo, recibirán de Él el pan de vida, el
alimento celestial, y lo impartirán a otros” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 337).
Meditación
“Así como nuestra vida física es sostenida por el alimento, nuestra vida espiritual es
sostenida por la palabra de Dios. Y cada alma ha de recibir vida de la Palabra de Dios para
sí. Como debemos comer por nosotros mismos a fin de recibir alimento, así hemos de
recibir la Palabra por nosotros mismos. No hemos de obtenerla simplemente por medio
de otra mente. Debemos estudiar cuidadosamente la Biblia, pidiendo a Dios la ayuda del
Espíritu Santo a fin de comprender su Palabra. Debemos tomar un versículo, y concen-
trar el intelecto en la tarea de discernir el pensamiento que Dios puso en ese versículo
para nosotros. Debemos espaciarnos en el pensamiento hasta que venga a ser nuestro y
sepamos ‘lo que dice Jehová’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 354).
Estudio personal
“No hay agente humano que pueda proporcionar lo que satisfaga el hambre y la sed
del alma. Pero dice Jesús: ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y
abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo’. ‘Yo soy el pan de vida; el que a
mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás’.
“Así como necesitamos alimentos para sostener nuestras fuerzas físicas, también
necesitamos a Cristo, el pan del cielo, para mantener la vida espiritual y para obtener
energía con que hacer las obras de Dios. Y de la misma manera como el cuerpo recibe
constantemente el alimento que sostiene la vida y el vigor, así el alma debe comunicarse
***
17
Sábado, 27 de Abril 2013
El Agua de Vida
“Se extiende la invitación ‘a todos los sedientos: Venid a las aguas.’ Y esta invitación
se repite en las últimas páginas de la santa Palabra. El río del agua de vida, ‘resplandecien-
te como cristal,’ emana del trono de Dios y del Cordero; y la misericordioso invitación
repercute a través de los siglos: ‘El que tiene sed, venga: y el que quiere, tome del agua de
la vida de balde’ (Isa. 26:4, V.M.; 32:2; 41: 17; 44:3; 35:6; 55:1; Apoc. 22:17)” (Patriarcas
y Profetas, pág. 438).
“Al modo como el viajero fatigado que, hallando en el desierto la buscada fuente,
apaga su sed abrasadora, el cristiano buscará y obtendrá el agua pura de la vida, cuyo
manantial es Cristo.…
“Las palabras de Dios son las fuentes de la vida. Mientras buscamos estas fuentes
vivas, el Espíritu Santo nos pondrá en comunión con Cristo. Verdades ya conocidas se
presentarán a nuestra mente con nuevo aspecto; ciertos pasajes de las Escrituras revestirán
nuevo significado, como iluminados por un relámpago; comprenderemos la relación entre
otras verdades y la obra de redención, y sabremos que Cristo nos está guiando, que un
Instructor divino está a nuestro lado” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 22).
2. ¿Qué será esta agua para todo aquel que la beba, creyendo en el Señor?
Juan 4:13, 14.
“Cristo vino como el Gran Médico para sanar las heridas que el pecado había hecho
en la familia humana, y su Espíritu, trabajando por medio de sus siervos, imparte al ser
humano enfermo por el pecado y doliente, un gran poder sanador que es eficaz para el
cuerpo y el alma. ‘En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para
los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia’ (Zacarías
13:1). Las aguas de esta fuente contienen propiedades medicinales que sanarán las enfer-
medades físicas y espirituales” (Consejos sobre la Salud, pág. 206).
4. ¿En qué ocasión Jesús reiteró este simbolo del agua viva? Juan 7:37-39.
“El Salvador utilizó este servicio simbólico para dirigir la atención del pueblo a las
bendiciones que Él había venido a traerles. ‘En el postrer día grande de la fiesta’ se oyó su
voz en tono que resonó por todos los ámbitos del templo, diciendo: ‘Si alguno tiene sed,
venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán
de su vientre.’ ‘Y esto –dice Juan– dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen
en Él’ (Juan 7:37-39). El agua refrescante que brota en tierra seca y estéril, hace florecer
el desierto y fluye para dar vida a los que perecen, es un emblema de la gracia divina que
sólo Cristo puede conceder, y que, como agua viva, purifica, refrigera y fortalece el alma.
Aquel en quien mora Cristo tiene dentro de sí una fuente eterna de gracia y fortaleza. Jesús
alegra la vida y alumbra el sendero de todos aquellos que le buscan de todo corazón. Su
amor, recibido en el corazón, se manifestará en buenas obras para la vida eterna. Y no sólo
bendice al alma de la cual brota, sino que la corriente viva fluirá en palabras y acciones
justas, para refrescar a los sedientos que la rodean” (Patriarcas y Profetas, págs. 437, 438).
“El clamor que Cristo dirige al alma sedienta sigue repercutiendo, y llega a nosotros
con más fuerza que a aquellos que lo oyeron en el templo en aquel último día de la fiesta.
El manantial está abierto para todos. A los cansados y exhaustos se ofrece la refrigerante
bebida de la vida eterna. Jesús sigue clamando: ‘Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.’
‘Y el que tiene sed, venga: y el que quiere, tome del agua de la vida de balde.’ ‘Mas el
que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le
daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna’” (El Deseado de Todas las
Gentes, pág. 418).
Estudio personal
“El sacerdote había cumplido esa mañana la ceremonia que conmemoraba la acción
de golpear la roca en el desierto. Esa roca era un símbolo de Aquel que por su muerte haría
fluir raudales de salvación a todos los sedientos. Las palabras de Cristo eran el agua de
vida. Allí en presencia de la congregada muchedumbre se puso aparte para ser herido, a fin
de que el agua de la vida pudiese fluir al mundo. Al herir a Cristo, Satanás pensaba destruir
al Príncipe de la vida; pero de la roca herida fluía agua viva. Mientras Jesús hablaba al
pueblo, los corazones se conmovían con una extraña reverencia y muchos estaban dis-
puestos a exclamar, como la mujer de Samaria: ‘Dame esta agua, para que no tenga sed’”
(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 417).
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18
Sábado, 4 de Mayo 2013
“Dios es luz; y en las palabras: ‘Yo soy la luz del mundo,’ Cristo declaró su unidad
con Dios, y su relación con toda la familia humana. Era Él quien al principio había hecho
‘que de las tinieblas resplandeciese la luz.’ Él es la luz del sol, la luna y las estrellas. Él
era la luz espiritual que mediante símbolos, figuras y profecías, había resplandecido sobre
Israel. Pero la luz no era dada solamente para los judíos. Como los rayos del sol penetran
hasta los remotos rincones de la tierra, así la luz del Sol de justicia brilla sobre toda alma”
(El Deseado de Todas las Gentes, pág. 429).
“‘Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús’. Si os esforzáis
con toda humildad por comprender cuál es el sentir de Cristo, no seréis dejados en oscuri-
dad. Jesús dice: ‘El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida’”
(Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, pág. 915).
“Debemos andar en la luz que resplandece sobre nosotros. De otra manera esa luz
se trocará en tinieblas. Dios exige que manifestemos al mundo, por medio; de nuestro
carácter y nuestras obras, una medida del espíritu de unión que esté de acuerdo con las ver-
dades sagradas que profesamos, y con el espíritu de las profecías que se están cumpliendo
en estos postreros días. La verdad que hemos comprendido y la luz que ha resplandecido
sobre nuestra alma nos juzgarán y condenarán si nos apartamos de ellas y nos negamos a
ser guiados por ellas” (Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 91).
“No es Dios quien ciega los ojos de los hombres y endurece su corazón. Él les manda
luz para corregir sus errores, y conducirlos por sendas seguras; es por el rechazamiento de
esta luz como los ojos se ciegan y el corazón se endurece. Con frecuencia, esto se realiza
gradual y casi imperceptiblemente. Viene luz al alma por la Palabra de Dios, por sus sier-
vos, o por la intervención directa de su Espíritu; pero cuando un rayo de luz es despre-
ciado, se produce un embotamiento parcial de las percepciones espirituales, y se discierne
menos claramente la segunda revelación de la luz. Así aumentan las tinieblas, hasta que
anochece en el alma” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 289).
“Existe sólo una verdadera religión, sólo un camino al cielo, sólo una luz para ilu-
minar la senda a medida que los peregrinos avanzan de prisa. En tanto prosigamos en el
conocimiento del Señor, reconoceremos a cada paso que Cristo es la ‘Luz del mundo’, que
Él es ‘el Camino, la Verdad, y la Vida’; y veremos que la senda por la que nos pide que
transitemos es ‘como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto’
(Prov. 4:18)” (Alza tus Ojos, pág. 231).
“Se necesitan vigilancia constante y ferviente y amante devoción. Pero ellas se presen-
tarán naturalmente cuando el alma es preservada por el poder de Dios, mediante la fe. No
podemos hacer nada, absolutamente nada para ganar el favor divino. No debemos confiar
absolutamente en nosotros mismos ni en nuestras buenas obras. Sin embargo, cuando
vamos a Cristo como seres falibles y pecaminosos, podemos hallar descanso en su amor.
Dios aceptará a cada uno que acude a Él confiando plenamente en los méritos de un Sal-
vador crucificado. El amor surge del corazón. Puede no haber un éxtasis de sentimientos,
pero hay una confianza pacífica permanente. Toda carga se hace liviana, pues es fácil el
yugo que impone Cristo. El deber se convierte en una delicia, y el sacrificio en un placer.
La senda que antes parecía envuelta en tinieblas se hace brillante con los rayos del Sol de
Justicia. Esto es caminar en la luz como Cristo está en la luz” (Mensajes Selectos, tomo
1, pág. 415).
“Los seguidores de Cristo han de ser más que una luz entre los hombres. Son la luz
del mundo.… Como Cristo era el medio de revelar al Padre, hemos de ser los medios de
revelar a Cristo. Aunque el Salvador es la gran fuente de luz, no olvidéis, cristianos, que
se revela mediante la humanidad. Las bendiciones de Dios se otorgan por medio de instru-
mentos humanos. Cristo mismo vino a la tierra como Hijo del hombre. La humanidad,
unida con la naturaleza divina, debe relacionarse con la humanidad. La iglesia de Cristo,
cada individuo que sea discípulo del Maestro, es un conducto designado por el cielo para
que Dios sea revelado a los hombres.…
“De igual manera han sido puestos los discípulos de Cristo como portaluces en el
camino al cielo. Por su medio, la misericordia y la bondad del Padre se manifiestan a
un mundo sumido en la oscuridad de una concepción errónea de Dios. Al ver sus obras
buenas, otros se sienten inducidos a dar gloria al Padre celestial; porque resulta manifiesto
que hay en el trono del universo un Dios cuyo carácter es digno de alabanza e imitación”
(El Discurso Maestro de Jesucristo, págs. 37, 38).
Meditación
“¿Qué es la luz? Es piedad, bondad, verdad, amor; es la revelación de la verdad en
el carácter y en la vida. El Evangelio depende de la piedad personal de los creyentes para
su poder agresivo, y Dios ha hecho provisión por medio de la muerte de su Hijo amado,
para que toda alma fuera ampliamente equipada para toda buena obra. Toda alma ha de ser
una luz brillante, que muestre las alabanzas de Aquel que nos ha llamado de las tinieblas a
su luz maravillosa. ‘Porque nosotros coadjutores somos de Dios.’ Sí, colaboradores; esto
significa realizar ferviente servicio en la viña del Señor. Hay almas que deben ser salvadas,
almas en nuestras iglesias, en nuestras escuelas sabáticas y en nuestro vecindario” (Servi-
cio Cristiano, pág. 27).
***
19
Sábado, 11 de Mayo 2013
El Gran Médico
“Dios es el único que puede sanar. Aquellos cuyas mentes y cuerpos están enfermos
han de ver en Cristo al restaurador. ‘Porque yo vivo –dice,–y vosotros también viviréis’ (S.
Juan 14:19). Esta es la vida que debemos ofrecer a los enfermos, diciéndoles que si creen
en Cristo como el restaurador, si cooperan con Él, obedeciendo las leyes de la salud y pro-
curando perfeccionar la santidad en el temor de Él, les impartirá su vida. Al presentarles
así al Cristo, les comunicamos un poder, una fuerza valiosa, procedente de lo alto. Esta es
la verdadera ciencia de curar el cuerpo y el alma” (El Ministerio de Curación, pág. 187).
“Este mundo es un vasto lazareto, pero Cristo vino para sanar a los enfermos y procla-
mar liberación a los cautivos de Satanás. Él era en sí mismo la salud y la fuerza. Impartía
vida a los enfermos, a los afligidos, a los poseídos de los demonios. No rechazaba a nin-
guno que viniese para recibir su poder sanador. Sabía que aquellos que le pedían ayuda
habían atraído la enfermedad sobre sí mismos; sin embargo no se negaba a sanarlos. Y
cuando la virtud de Cristo penetraba en estas pobres almas, quedaban convencidas de
pecado, y muchos eran sanados de su enfermedad espiritual tanto como de sus dolencias
físicas. El Evangelio posee todavía el mismo poder, y ¿por qué no habríamos de presenciar
hoy los mismos resultados?” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 763).
“El mismo poder que Cristo ejerció cuando andaba entre los hombres se encuentra en
su Palabra. Con ella curaba las enfermedades y echaba fuera demonios; con ella sosegaba
el mar y resucitaba a los muertos; y el pueblo atestiguó que su palabra iba revestida de
poder. El predicaba la Palabra de Dios, la misma que había dado a conocer a todos los
profetas y maestros del Antiguo Testamento. La Biblia entera es una manifestación de
Cristo.…
“En sus milagros, el Salvador manifestaba el poder que actúa siempre en favor del
hombre, para sostenerle y sanarle. Por medio de los agentes naturales, Dios obra día tras
día, hora tras hora y en todo momento, para conservarnos la vida, fortalecernos y restau-
rarnos. Cuando alguna parte del cuerpo sufre perjuicio, empieza el proceso de curación;
los agentes naturales actúan para restablecer la salud. Pero lo que obra por medio de estos
agentes es el poder de Dios. Todo poder capaz de dar vida procede de Él. Cuando alguien
se repone de una enfermedad, es Dios quien lo sana” (El Ministerio de Curación, págs.
84, 75, 76).
“El amor que Cristo infunde en todo nuestro ser es un poder vivificante. Da salud
a cada una de las partes vitales: el cerebro, el corazón y los nervios. Por su medio las
energías más potentes de nuestro ser despiertan y entran en actividad. Libra al alma de
culpa y tristeza, de la ansiedad y congoja que agotan las fuerzas de la vida. Con Él vienen
la serenidad y la calma. Implanta en el alma un gozo que nada en la tierra puede destruir:
el gozo que hay en el Espíritu Santo, un gozo que da salud y vida. “Las palabras de nuestro
Salvador: ‘Venid a mí,… que yo os haré descansar’ (S. Mateo 11:28), son una receta para
curar las enfermedades físicas, mentales y espirituales. A pesar de que por su mal proceder
los hombres han atraído el dolor sobre sí mismos, Cristo se compadece de ellos. En Él
pueden encontrar ayuda. Hará cosas grandes en beneficio de quienes en Él confíen” (El
Ministerio de Curación, págs. 78, 79).
6. ¿Cuál es la prescripción del Médico divino para la salud del cuerpo, mente
y alma? ¿Qué motivará a otros a buscar este Médico? Juan 6:51; Jeremías
15:16; Romanos 10:14.
“Al curar las enfermedades, Cristo decía muchas veces a los enfermos: ‘No peques
más, porque no te venga alguna cosa peor’ (S. Juan 5:14). Así les enseñaba que habían
atraído su dolencia sobre si al transgredir las leyes de Dios, y que la salud no puede con-
servarse sino por medio de la obediencia.
“El médico debe enseñar a sus pacientes que han de cooperar con Dios en la obra de
restauración. El médico echa cada vez más de ver que la enfermedad resulta del pecado.
Sabe que las leyes de la naturaleza son tan ciertamente divinas como los preceptos del
Decálogo, y que sólo por la obediencia a ellas puede recuperarse o conservarse la salud. Él
ve que muchos sufren los resultados de sus hábitos perjudiciales cuando podrían recobrar
la salud si hiciesen lo que está a su alcance para su restablecimiento. Es necesario ense-
ñarles que todo hábito que destruye las energías físicas, mentales o espirituales, es pecado,
y que la salud se consigue por la obediencia a las leyes que Dios estableció para bien del
género humano” (El Ministerio de Curación, págs. 76, 77).
Meditación
“El único remedio para los pecados y dolores de los hombres es Cristo. Unicamente
el Evangelio de su gracia puede curar los males que azotan a la sociedad… Solamente Él
Estudio personal
“El Salvador asistía tanto al alma como al cuerpo. El Evangelio que enseñó fue un
mensaje de vida espiritual y de restauración física. La salvación del pecado y la curación
de la enfermedad iban enlazadas” (El Ministerio de Curación, pág. 75).
• Mateo 20:32
• Lucas 18:41
“Así sucede con la lepra del pecado, tan profundamente arraigada, tan mortífera,
tan imposible de curar por el poder humano. ‘Toda cabeza está enferma, y todo corazón
doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa ilesa, sino herida,
hinchazón y podrida llaga’ (Isaías 1:5, 6.) Pero Jesús, al humanarse, no se contamina. Su
presencia es virtud curativa para el pecador. Cualquiera que se postre a sus pies, diciéndole
con fe: ‘Señor, si quisieras, puedes limpiarme,’ oirá esta respuesta: ‘Quiero: sé limpio’ …
“El renunciar a la satisfacción dañina de los apetitos impone sacrificios. Pero al fin se
verá que, si no se le pone trabas, la naturaleza desempeña su obra con acierto y los que
perseveren en la obediencia a sus leyes encontrarán recompensa en la salud del cuerpo y
del espíritu” (El Ministerio de Curación, págs. 45, 89).
***
20
Sábado, 18 de Mayo 2013
El Maestro Divino
“Cristo fue el mayor Maestro que el mundo conoció jamás. Vino a esta tierra para
difundir los brillantes rayos de la verdad, a fin de que los hombres pudiesen adquirir ido-
neidad para el cielo. ‘Para esto he venido al mundo –declaró–, para dar testimonio a la
verdad’ (Juan 18:37). Vino para revelar el carácter del Padre, a fin de que los hombres
pudiesen ser inducidos a adorarle en espíritu y en verdad” (Consejos para los Maestros,
Padres y Alumnos, pág. 246).
“El niño Jesús no recibió instrucción en las escuelas de las sinagogas. Su madre fue
su primera maestra humana. De labios de ella y de los rollos de los profetas, aprendió las
cosas celestiales. Las mismas palabras que Él había hablado a Israel por medio de Moisés,
le fueron enseñadas sobre las rodillas de su madre. Y al pasar de la niñez a la adolescencia,
no frecuentó las escuelas de los rabinos. No necesitaba la instrucción que podía obtenerse
de tales fuentes, porque Dios era su instructor.…
“Puesto que Él adquirió saber como nosotros podemos adquirirlo, su conocimiento
íntimo de las Escrituras nos demuestra cuán diligentemente dedicó sus primeros años al
estudio de la Palabra de Dios. Delante de Él se extendía la gran biblioteca de las obras de
Dios. El que había hecho todas las cosas, estudió las lecciones que su propia mano había
escrito en la tierra, el mar y el cielo. Apartado de los caminos profanos del mundo, adquiría
conocimiento científico de la naturaleza” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 50, 51).
Sus enseñanzas
2. ¿A qué libro se refirió Jesús como auténtico y con autoridad? ¿Qué usaba, a
menudo, en sus enseñanzas? Lucas 24:27; 10:26; Mateo 13:34, 35.
“Empezando con Moisés, alfa de la historia bíblica, Cristo expuso en todas las Escritu-
ras las cosas concernientes a Él.…
“Así el mensaje evangélico, tal como lo daba el Salvador mismo, se basaba en las
profecías” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 739, 200).
“El gran Maestro puso a sus oyentes en contacto con la naturaleza, para que oyeran
la voz que habla en todas las cosas creadas, y a medida que sus corazones se hacían más
sensibles y sus mentes más receptivas, les ayudaba a interpretar la enseñanza espiritual de
las escenas que contemplaban sus ojos. Las parábolas, por medio de las cuales le gustaba
enseñar lecciones de verdad, muestran cuán abierto estaba su espíritu a las influencias
de la naturaleza y cómo le agradaba extraer la enseñanza espiritual del ambiente en que
transcurría la vida diaria” (La Educación, pág. 102).
“Jesús veía en toda alma un ser que debía ser llamado a su reino. Alcanzaba el corazón
de la gente yendo entre ella como quien desea su bien. La buscaba en las calles, en las
casas privadas, en los barcos, en la sinagoga, a orillas del lago, en la fiesta de bodas. Se
encontraba con ella en sus ocupaciones diarias y manifestaba interés en sus asuntos secu-
lares. Llevaba sus instrucciones hasta la familia, poniéndola, en el hogar, bajo la influencia
de su presencia divina. Su intensa simpatía personal le ayudaba a ganar los corazones” (El
Deseado de Todas las Gentes, págs. 125, 126).
4. ¿Qué se puede decir acerca de su enseñanza? ¿Cuál era su doble clave para
tener éxito como Maestro? Juan 5:39; 15:10, última parte, 13:15.
“Su enseñanza abarcaba las cosas del tiempo y la eternidad, las cosas visibles en
su relación con las invisibles, los incidentes pasajeros de la vida común, y los solemnes
sucesos de la vida futura.
“Establecía la verdadera relación que existe entre las cosas de esta vida, como subor-
dinadas a las de interés eterno, pero no ignoraba su importancia. Enseñaba que el cielo y
la tierra están ligados, y que el conocimiento de la verdad divina prepara mejor al hombre
para desempeñar los deberes de la vida diaria.…
“El que trata de transformar a la humanidad, debe comprender a la humanidad. Solo
por la simpatía, la fe y el amor, pueden ser alcanzados y elevados los hombres. En esto
Cristo se revela como el Maestro de los maestros: De todos los que alguna vez vivieran en
la tierra, Él sólo posee una perfecta comprensión del alma humana.
“Practicaba lo que enseñaba.… Así, las palabras de Cristo tuvieron en su vida una
ilustración y un apoyo perfectas. Y más aún, Él era lo que enseñaba. Sus palabras no sólo
eran la expresión de la experiencia de su propia vida, sino de su propio carácter. No sólo
enseñó la verdad; Él era la verdad. Eso fue lo que dio poder a su enseñanza” (La Edu-
cación, págs. 82, 78).
El verdadero Rabino
5. ¿Qué enseñó Jesús a evitar a sus seguidores con el fin de no atraer la aten-
ción a sí mismos? Mateo 23:7, 8.
“Antes, todas sus obras hacen para ser mirados de los hombres; porque ensanchan sus
filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asientos en las cenas,
y las primeras sillas en las sinagogas; y las salutaciones en las plazas, y ser llamados de
los hombres Rabbí, Rabbí. Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es
vuestro Maestro, el Cristo; …
“También reprendió la vanidad manifestada al codiciar el título de rabino o maestro.
Declaró que este título no pertenecía a los hombres, sino a Cristo. Los sacerdotes, escribas,
gobernantes, expositores y administradores de la ley, eran todos hermanos, hijos de un
mismo Padre. Jesús enseñó enfáticamente a la gente que no debía dar a ningún hombre un
título de honor que indicase su dominio de la conciencia y la fe” (El Deseado de Todas las
Gentes, págs. 564, 565).
“No sólo hablaba para toda la humanidad, sino a ella misma. Su mensaje alcanzaba al
niñito en la alegría de la mañana de su vida; al corazón ansioso e inquieto de la juventud;
a los hombres, que en la plenitud de sus años llevaban la carga de la responsabilidad, a los
ancianos en su debilidad y cansancio. Su mensaje era para todos; para todo ser humano,
de todo país y toda época” (La Educación, pág. 82).
“Acerca de la enseñanza de Cristo se dice: ‘Y gran multitud del pueblo le oía de buena
gana’ (Mar. 12:37). ‘¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!’ (Juan 7:46),
declararon los alguaciles enviados a apresarlo. Sus palabras reconfortaban y bendecían a
los que anhelaban la paz que Él solo podía dar. Había en sus palabras algo que elevaba a
sus oyentes a un nivel más alto de pensamiento y acción” (Consejos para los Maestros,
Padres y Alumnos, pág. 246).
Meditación
“Los que siguen a Jesús le agradan cuando muestran que, aunque humanos, son
partícipes de la naturaleza divina. No son estatuas, sino hombres y mujeres vivientes. Su
corazón, refrigerado por los rocíos de la gracia divina, se abre y expande bajo la influencia
del Sol de justicia. Reflejan sobre otros, en obras iluminadas por el amor de Cristo, la luz
que resplandece sobre ellos mismos” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 127).
“Los cristianos son las gemas de Cristo, compradas a un precio infinito. Deben res-
plandecer brillantemente para Él, reflejando la luz de su hermosura. Y han de recordar
siempre que todo el lustre que posee el carácter cristiano proviene del Sol de Justicia”
(Alza Tus Ojos, pág. 370).
***
La niñez de Jesús
1. ¿Qué se conoce acerca de la niñez y juventud de Jesús? ¿Por qué puede ser
el Amigo de niños y jóvenes? Lucas 2:40.
“Cuando los niños recogían las flores silvestres que crecían tan abundantemente a su
alrededor y se apiñaban para presentárselas como pequeñas ofrendas, las recibía alegre-
mente, les sonreía y expresaba su gozo al ver tanta variedad de flores.
“Estos niños eran su herencia. Sabemos que vino para rescatarlos del enemigo me-
diante su muerte sobre la cruz del Calvario. Les habló palabras que guardaron en sus
corazones. Se sintieron gozosos al pensar que apreciaba sus dones y les hablaba en forma
tan amorosa.
“Cristo observaba a los niños en sus juegos, y a menudo expresaba su aprobación
cuando obtenían una victoria inocente en alguna cosa que estaban decididos a hacer.
Entonó cantos para esos niños utilizando palabras dulces y benditas. Ellos sabían que los
amaba. Nunca les frunció el ceño. Compartió sus gozos y tristezas infantiles. A menudo
recogía flores y después de señalarles su belleza, se las dejaba como regalo. Él había hecho
las flores y se deleitaba en señalar su hermosura.
“Cuando venían las madres a Él con sus pequeñuelos, los discípulos las miraban con
desagrado. Pensaban que esos niños eran demasiado tiernos para recibir beneficio de
una visita a Jesús, y concluían que su presencia le desagradaba. Pero los discípulos eran
quienes incurrían en su desagrado. El Salvador comprendía los cuidados y la carga de
las madres que estaban tratando de educar a sus hijos de acuerdo con la Palabra de Dios.
Había oído sus oraciones. Él mismo las había atraído a su presencia.…
“Así se reunieron varias madres, con sus pequeñuelos. Algunos de los niños ya habían
pasado de la infancia a la niñez y a la adolescencia. Cuando las madres expresaron su
deseo, Jesús oyó con simpatía la tímida petición.…
“Tomó a los niños en sus brazos, puso las manos sobre ellos y les dio la bendición que
habían venido a buscar” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 472).
4. ¿De qué otro modo demostró Jesús cuidado especial por los niños? Mateo
17:18; 15:28; Juan 4:51, 52.
5. ¿Cuándo y de qué modo especial los niños sanados alabaron a Jesús, más
tarde? Mateo 21:9, 15, 16.
“Los niños eran los primeros en regocijarse. Jesús había sanado sus enfermedades; los
había estrechado en sus brazos, había recibido sus besos de agradecido afecto, y algunos
de ellos se habían dormido sobre su pecho mientras Él enseñaba a la gente. Ahora con
alegres voces los niños pregonaban sus alabanzas. Repetían los hosannas del día anterior
y agitaban triunfalmente palmas ante el Salvador” (El Deseado de Todas las Gentes, pág.
542).
“Las madres de hoy han de recibir sus palabras con la misma fe. Cristo es tan cierta-
mente un Salvador personal hoy como cuando vivió como hombre entre los hombres. Es
tan ciertamente el ayudador de las madres hoy como cuando reunía a los pequeñuelos en
sus brazos en Judea. Los hijos de nuestros hogares son tanto la adquisición de su sangre
como lo eran los niños de entonces.
“Jesús conoce la preocupación del corazón de cada madre. Él que tuvo una madre
que luchó con la pobreza y la privación, simpatiza con cada madre en sus trabajos.… En
todo pesar y en toda necesidad, dará consuelo y ayuda” (El Deseado de Todas las Gentes,
pág. 473).
7. ¿Qué pueden hacer los niños y jóvenes, sabiendo que su mejor Amigo está
listo para escucharles y contestar sus oraciones? 1 Juan 5:14, 15; Efesios
3:20.
“Los niños y jóvenes pueden acudir a Jesús con sus cargas y perplejidades y saber
que Él respetará sus súplicas y les dará precisamente lo que necesiten. Sed fervientes; sed
resueltos. Presentad la promesa a Dios, y luego creed, sin una duda. No esperéis sentir
emociones especiales antes que os parezca que el Señor contesta. No indiquéis ningún
modo particular en que el Señor deba obrar por vosotros antes de creer que recibiréis las
cosas que le pedís, sino confiad en su palabra y dejad todo el asunto en manos del Señor,
con la plena fe de que vuestra oración será honrada y recibiréis la respuesta en el momento
exacto y en la forma precisa en que vuestro Padre celestial crea que es para bien vuestro;
luego poned en práctica vuestras oraciones. Andad humildemente, y seguid avanzando”
(Mensajes para los Jóvenes, pág. 121).
Meditación
“En los niños allegados a Él, veía el Salvador a hombres y mujeres que serían un día
herederos de su gracia y súbditos de su reino, algunos, mártires por su causa. Sabía que
aquellos niños le escucharían y le aceptarían por Redentor con mejor voluntad que los
adultos, muchos de los cuales eran sabios según el mundo, y duros de corazón. Al enseñar-
les, se colocaba al nivel de ellos. Él, la Majestad de los cielos, respondía a sus preguntas y
simplificaba sus importantes lecciones para que las comprendiera su inteligencia infantil.
Plantaba en la mente de ellos la semilla de la verdad, que años después brotaría y llevaría
fruto para vida eterna” (El Evangelismo, pág. 422).
Estudio personal
“‘Díceles: Apartaos, que la muchacha no es muerta, mas duerme. Y se burlaban de Él.
Y como la gente fué echada fuera, entró, y tomóla de la mano, y se levantó la muchacha’
(S. Mateo 9:24, 25).
22
Sábado, 1 de Junio 2013
La Escalera Vinculante
“Jesús es la escalera hacia el cielo… y Dios nos invita a subir por ella. Pero no
podemos hacerlo mientras estemos cargados de los tesoros terrenales” (Signs of the Times,
1 de febrero, 1899).
Visión de la escalera
1. ¿En qué visión encontramos la escalera conectando la tierra al cielo? Géne-
sis 28:10-13.
“Aquí está el hombre que había perdido toda relación con Dios, y el Dios del cielo
lo contempla y consiente en que Cristo salve el abismo abierto por el pecado. Podríamos
haber mirado y dicho: Anhelo el cielo, ¿pero cómo puedo alcanzarlo? No veo ningún
camino. Eso es lo que pensó Jacob, y por eso Dios le mostró la visión de la escalera, y esa
escalera conecta la tierra con el cielo, con Jesucristo. Un hombre puede subir por ella, pues
la base descansa sobre la tierra y el peldaño superior llega hasta el cielo...” (Comentario
Bíblico Adventista, tomo 1, pág. 1109).
“Cristo es la escalera que Jacob vio, cuya base descansaba en la tierra y cuya cima
llegaba a la puerta del cielo, hasta el mismo umbral de la gloria. Si esa escalera no hubiese
llegado a la tierra, y le hubiese faltado un solo peldaño, habríamos estado perdidos. Pero
Cristo nos alcanza donde estamos. Tomó nuestra naturaleza y venció, a fin de que nosotros,
tomando su naturaleza, pudiésemos vencer” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 278).
“La escalera mística que se le mostró en su sueño, fue la misma a la cual se refirió
Cristo en su conversación con Natanael. Dijo el Señor: ‘De aquí adelante veréis el cielo
abierto, y los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre’ (Juan
1:51). Hasta el tiempo de la rebelión del hombre contra el gobierno divino, había existido
libre comunión entre Dios y el hombre. Pero el pecado de Adán y Eva separó la tierra del
cielo, de manera que el hombre no podía ya comunicarse con su Hacedor. Sin embargo,
no se dejó al mundo en solitaria desesperación. La escalera representa a Jesús, el medio
señalado para comunicarnos con el cielo. Si no hubiese salvado por sus méritos el abismo
producido por el pecado, los ángeles ministradores no habrían podido tratar con el hombre
caído. Cristo une el hombre débil y desamparado con la fuente del poder infinito” (Pa-
triarcas y Profetas, págs. 183, 184).
“Los ángeles de Dios que ascienden y descienden por la escalera que Jacob vio en
visión, ayudarán a toda alma que quiera ascender hasta el más elevado cielo. Ellos están
guardando al pueblo de Dios y observando cómo da cada paso. Los que ascienden por el
camino iluminado serán recompensados; entrarán en el gozo de su Señor” (Mensajes para
los Jóvenes, pág. 36).
“Los ángeles de Dios están ascendiendo, y llevando las oraciones de los menesterosos
y angustiados al Padre celestial, y al descender, traen bendición y esperanza, valor, ayuda
y vida a los hijos de los hombres” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 116, 117).
La escalera de Pedro
4. ¿Qué ilustración presenta el apóstol Pedro acerca del progreso cristiano al
ascender la escalera peldaño tras peldaño? 2 Pedro 1:5-11.
“Estas palabras están llenas de instrucción, y dan la nota tónica de la victoria. El após-
tol presenta a los creyentes la escalera del progreso cristiano, en la cual cada peldaño re-
presenta un avance en el conocimiento de Dios, y en cuya ascensión no debe haber deten-
ciones. Fe, virtud, ciencia, temperancia, paciencia, piedad, fraternidad y amor representan
los peldaños de la escalera. Somos salvados subiendo escalón tras escalón, ascendiendo
paso tras paso hasta el más alto ideal que Cristo tiene para nosotros. De esta manera, Él es
hecho para nosotros sabiduría y justificación, santificación y redención” (Los Hechos de
los Apóstoles, págs. 422, 423).
“El cristiano que progresa tiene gracia y amor que sobrepasa el conocimiento, porque
la contemplación del carácter de Cristo transforma profundamente sus afectos. La gloria
“Al empezar no se tendrán presentes todos estos pasos sucesivos, ni se los contará;
pero fijando la mirada en Jesús, y teniendo sólo en vista la gloria de Dios, progresaréis. No
podéis alcanzar en un día la plenitud de la medida de la estatura de Cristo, y os sumiríais
en la desesperación si pudieseis contemplar todas las dificultades que hay que afrontar y
vencer. Tenéis que contender con Satanás, quien tratará por toda estratagema posible, de
apartar vuestra mente de Cristo.
“Dando un paso después de otro se puede subir la más elevada cuesta y llegar al fin
a la cima del monte. No os sintáis abrumados por la gran cantidad de trabajo que tenéis
que hacer en el espacio de vuestra vida, pues no se requiere de vosotros que lo hagáis todo
a la vez. Aplicad toda facultad de vuestro ser a la tarea del día, aprovechad toda preciosa
oportunidad, apreciad las ayudas que Dios os da y avanzad paso a paso por la escalera del
progreso. Recordad que habéis de vivir sólo un día a la vez, que Dios os ha dado un día, y
los registros celestiales mostrarán cómo habéis valorado sus privilegios y oportunidades.
Ojalá aprovechéis cada día que Dios os ha dado de modo tal, que al fin hagáis decir al
Maestro: ‘Bien, buen siervo y fiel’” (Mensajes para los Jóvenes, pág. 43).
6. ¿Hay algun riesgo que impedirá nuestro ascenso en la escalera? ¿Qué con-
suelo se da para prevenir el retroceso o la caída? Filipenses 3:13, 14; Mateo
26:41; 1 Pedro 5:8.
“Nuestro Salvador es la escalera que Jacob vio, cuya base descansaba en la tierra, y
cuya cúspide alcanzaba a los altos cielos. Esto revela el señalado método de salvación.
Si alguno de nosotros se ha de salvar finalmente, será por haberse aferrado a Jesús como
a los peldaños de una escalera. Para el creyente, Jesús es hecho sabiduría y justificación,
santificación y redención. Nadie se imagine que es una cosa fácil vencer al enemigo, que
puede ser llevado a una herencia incorruptible sin esfuerzo de su parte. Mirar atrás es sentir
vértigo; soltarse es perecer. Pocos aprecian la importancia de luchar constantemente para
vencer. Cesan en su diligencia, y como resultado se vuelven egoístas y sensuales. No creen
esencial la vigilancia espiritual. No dedican a la vida cristiana el fervor de los esfuerzos
humanos” (Joyas de los Testimonios, tomo 2, págs. 211, 212).
Meditación
“Cristo puede salvar hasta lo último a todos los que vienen a Él. El que viene a Jesús,
coloca los pies en una escalera que va de la tierra al cielo. Enseñe con la pluma y la voz que
Dios está encima de la escalera. Los brillantes rayos de su gloria brillan en cada peldaño.
Está mirando con bondad a todos los que ascienden penosamente, dispuesto a enviarles
ayuda, ayuda divina, cuando la mano parece aflojar y tiemblan los pies. Sí, diga esto,
dígalo con palabras que ablanden el corazón, que nadie que persevere subiendo por la
escalera fracasará en su entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Los que creen en Cristo, nunca perecerán, ni nadie los arrebatará de su mano” (Mensajes
Selectos, tomo 1, pág. 213).
“Debemos poner en tensión todo nervio y músculo espirituales... Dios... no desea
que sigan siendo novicios. El desea que usted alcance peldaño más alto de la escalera, y
después pase de allí al reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (Mente, Carácter y
Personalidad, tomo 2, pág. 837).
Estudio personal
“Dios nos exhorta a subir por ella. Pero no podemos hacerlo mientras nos cargamos
con tesoros terrenales. Nos perjudicamos cuando preferimos nuestra conveniencia y ven-
tajas personales a las cosas de Dios. No hay salvación en las posesiones o recursos te-
rrenales. Un hombre no es exaltado a la vista de Dios ni considerado bueno por él, porque
posee riquezas terrenales. Si nos hacemos expertos en el arte de subir, aprenderemos que
a medida que ascendemos debemos abandonar todo estorbo. Los que suben deben afirmar
bien los pies en cada peldaño de la escalera” (Signs of the Times, 1 de febrero, 1899).
“Con cada peldaño que suben, se están aproximando paso a paso al compañerismo
con los sufrimientos de Cristo y se están moldeando a la semejanza divina. Los ángeles de
Dios están constantemente ascendiendo y descendiendo por esta gloriosa escalera. Ellos
no les permitirán caer si mantienen su vista fija en la gloria de Dios, que está en el extremo
de la misma” (Alza tus Ojos, pág. 254).
***
La Vid Fructífera
“Cristo señaló la vid y sus pámpanos: les doy esta lección para que puedan compren-
der mi relación con ustedes y la de ustedes conmigo. Sus oyentes no tenían la más mínima
excusa para tergiversar sus palabras. La ilustración que usó fue como un espejo sostenido
delante de ellos, para que pudieran comprender su conexión con ellos” (Alza tus Ojos,
pág. 180).
Vida en Cristo
1. ¿Por qué es esencial estar conectados a Cristo? 1 Juan 5:11, 12.
“Esta lección se repetirá hasta los confines de la tierra. Todos los que reciben a Cristo
por la fe llegan a ser uno con Él. Los pámpanos no están ligados a la vid por medio de un
proceso mecánico o artificial. Están unidos por las raíces de la vid. De la misma manera,
quienes reciben a Cristo por la fe llegan a ser uno con Él en principio y en acción. Están
unidos a Él, y la vida que viven es la vida del Hijo de Dios. Deben su vida a Aquel que
es vida.…
“El corazón debe estar unido con el corazón de Cristo, la voluntad debe estar su-
mergida en su voluntad. La mente debe llegar a ser una con su mente, los pensamientos
deben sujetarse a Él. Un hombre puede bautizarse y su nombre ser escrito en los registros
de la iglesia, pero con todo, puede ser que el corazón no haya cambiado. Las tendencias
heredadas y cultivadas pueden estar todavía obrando mal en el carácter” (Alza tus Ojos,
pág. 180).
“La unidad cristiana consiste en que las ramas estén en el mismo tronco materno: el
poder vitalizador central que sostiene los injertos que se han unido a la Vid. Debe haber
una identidad con Cristo, una constante participación de su vida espiritual, en pensamien-
tos y deseos, en palabras y hechos. La fe debe aumentar con el ejercicio. Todos los que
viven cerca de Dios comprenderán lo que Jesús es para ellos y ellos para Jesús. A medida
que la comunión con Dios vaya dejando su impresión en el alma y vaya brillando en el
rostro como una luz resplandeciente, los inmutables principios del santo carácter de Cristo
se reflejarán en la humanidad” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 5, pág. 1117).
4. ¿Por qué es imposible tener una relación intermitente con Cristo? ¿Qué
peligro existe para aquel que desvia su atención de caminar continuamente
con Él? Juan 15:2, primera parte, 6.
“El hombre regenerado tiene una unión vital con Cristo. Como el pámpano obtiene
su sustento del tronco paterno y por esto puede llevar mucho fruto, de la misma manera
el verdadero creyente está unido con Cristo y revela en su vida los frutos del Espíritu.
El pámpano llega a ser uno con la vid. La tormenta no puede arrancarlo. Las heladas no
pueden destruir sus propiedades vitales. Ninguna cosa es capaz de separarlo de la vid. Es
un pámpano viviente, y lleva los frutos de la vid. Así ocurre con el creyente. Mediante
su conversación y buenas obras revela el carácter de Cristo. Como el pámpano extrae su
nutrimento de la vid, así también todos los que están verdaderamente convertidos extraen
vitalidad espiritual de Cristo” (Alza tus Ojos, pág. 180).
6. ¿Qué fruto se producirá en aquellos unidos a la Vid viva? Gálatas 5:22, 23.
“El que está unido con Cristo y participa de la savia y la nutrición de la vid, realizará
las obras de Cristo. Debe estar en él el amor de Cristo, o no puede estar en la Vid. El
amor supremo hacia Dios, y el amor hacia nuestro prójimo, igual al que tenemos para con
nosotros mismos, es la base de la verdadera religión.…
“Así como el pámpano debe permanecer en la vid para obtener la savia vital que lo
hace florecer, los que aman a Dios y guardan todos sus dichos deben permanecer en su
amor. Sin Cristo no podemos subyugar un solo pecado ni vencer la menor tentación.…
Todos los que están realmente en Cristo experimentarán el beneficio de esta unión. El
Padre los acepta en el Amado, y se transforman en el objeto de su solicitud y tierno y
amante cuidado. Esta relación con Cristo resultará en la purificación del corazón, y en una
vida circunspecta y un carácter sin tacha. El fruto que llevará el árbol cristiano es ‘caridad,
gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza’” (Joyas de los
Testimonios, tomo 1, págs. 514, 516).
7. ¿Qué hará el Viñador divino a cada rama para dar más fruto? Juan 15:2,
última parte.
“Con solemne ternura, Jesús explicó el propósito del labrador. La poda causará dolor,
pero es el Padre quien la realiza. Él no trabaja con mano despiadada y corazón indiferente.
Hay ramas que se arrastran por el suelo; y tienen que ser separadas de los apoyos terrenales
en que sus zarcillos se han enredado. Han de dirigirse hacia el cielo y hallar su apoyo en
Dios. El follaje excesivo que desvía de la fruta la corriente vital, debe ser suprimido. El
exceso de crecimiento debe ser cortado, para que puedan penetrar los sanadores rayos del
Sol de justicia. El labrador poda lo que perjudica, a fin de que la fruta pueda ser más rica y
abundante” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 631).
Meditación
“El Espíritu Santo, que procede del unigénito Hijo de Dios, une al ser humano,
cuerpo, alma y espíritu, con la perfecta naturaleza de Cristo divino - humana. Esta unión
está representada por la unión de la vid y los sarmientos. El hombre finito está unido con la
fortaleza de Cristo. Mediante la fe, la naturaleza humana queda asimilada con la naturaleza
de Cristo. En Cristo, somos hechos uno con Dios” (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 294).
Estudio personal
“Las ramas de la vid no pueden mezclarse unas con otras, están separadas individual-
mente; y sin embargo cada rama debe estar unida en compañerismo con todas las otras
si están unidas en el mismo tronco matero.Todas ellas obtienen su alimento de la misma
***
24
Sábado, 15 de Junio 2013
Refugio y Fortaleza
“Vivamos en contacto con el Cristo vivo, y Él nos asirá firmemente con una mano
que nos guardará para siempre. Creamos en el amor con que Dios nos ama, y estaremos
seguros; este amor es una fortaleza inexpugnable contra todos los engaños y ataques de
Satanás. ‘Torre fuerte es el nombre de Jehová; a Él correrá el justo, y será levantado’” (El
Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 101).
Ciudades de Refugio
1. ¿Qué simbolizaban las ciudades de refugio establecidas durante la distribu-
ción de Canaán? Salmo 46:1; 9:9.
2. ¿Por qué es tan peligroso posponer a Jesús como nuestro refugio? Hebreos
3:14, 15; 3:6.
“El que huía a la ciudad de refugio no podía demorarse.… No tenía tiempo para des-
pedirse de los seres amados. Su vida estaba en juego y debía sacrificar todos los intereses
para lograr un solo fin: llegar al lugar seguro.…
“El pecador está expuesto a la muerte eterna hasta que encuentre un escondite en
Cristo; y así como la demora y la negligencia podían privar al fugitivo de su única opor-
tunidad de vivir, también pueden las tardanzas y la indiferencia resultar en ruina del alma.
Satanás, el gran adversario, sigue los pasos de todo transgresor de la santa ley de Dios, y
el que no se percata del peligro en que se halla y no busca fervorosamente abrigo en el
refugio eterno, será víctima del destructor” (Patriarcas y Profetas, págs. 553, 554).
“El prisionero que en cualquier momento salía de la ciudad de refugio era abando-
nado a la voluntad del vengador de la sangre. En esa forma se le enseñaba al pueblo a
seguir celosamente los métodos que la sabiduría infinita había designado para su seguri-
dad. Asimismo no basta que el pecador crea en Cristo para el perdón de sus pecados; debe,
mediante la fe y la obediencia, permanecer en Él. ‘Porque si pecáremos voluntariamente
después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el
pecado, sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios.’ (Heb. 10: 26, 27)” (Patriarcas y Profetas, pág. 554).
“Por el plan de salvación, Jesús está quebrantando el dominio de Satanás sobre la
familia humana, y rescatando almas de su poder. Todo el odio y la malicia del jefe de los
rebeldes se encienden cuando contempla la evidencia de la supremacía de Cristo, y con
poder y astucia infernales trabaja para arrebatarle el residuo de los hijos de los hombres
que han aceptado su salvación” (Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 173).
“Preguntaréis, tal vez: ‘¿Cómo permaneceremos en Cristo?’ Del mismo modo en que
lo recibisteis al principio. ‘De la manera, pues que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, así
andad en Él’. ‘El justo... vivirá por la fe’ (Colosenses 2:6; Hebreos 10:38). Habéis profe-
sado daros a Dios, con el fin de ser enteramente suyos, para servirle y obedecerle, y habéis
aceptado a Cristo como vuestro Salvador. No podéis por vosotros mismos expiar vuestros
pecados o cambiar vuestro corazón; mas habiéndoos entregado a Dios, creísteis que por
causa de Cristo Él hizo todo esto por vosotros. Por la fe llegasteis a ser de Cristo, y por la
fe tenéis que crecer en Él dando y tomando a la vez. Tenéis que darle todo: el corazón, la
voluntad, la vida, daros a Él para obedecer todos sus requerimientos; y debéis tomar todo:
a Cristo, la plenitud de toda bendición, para que habite en vuestro corazón y para que sea
vuestra fuerza, vuestra justicia, vuestra eterna ayuda, a fin de que os dé poder para obede-
cerle” (El Camino a Cristo, pág. 69).
“El poder omnipotente del Espíritu Santo es la defensa de toda alma contrita. Cristo
no permitirá que pase bajo el dominio del enemigo quien haya pedido su protección con fe
y arrepentimiento. El Salvador está junto a los suyos que son tentados y probados. Con Él
no puede haber fracaso, pérdida, imposibilidad o derrota; podemos hacer todas las cosas
mediante Aquel que nos fortalece. Cuando vengan las tentaciones y las pruebas, no espe-
réis arreglar todas las dificultades, sino mirad a Jesús, vuestro ayudador” (El Deseado de
Todas las Gentes, pág. 455).
Estudio personal
• Salmos 7:1; 34:8, 22
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25
Sábado, 22 de Junio 2013
La Roca en profecía
1. ¿En qué sentido se refiere el Antiguo Testamento a Jesús como la Roca
de protección y refugio? De acuerdo al Espíritu de Profecía, ¿Quién es
representado por las expresiones “Roca de Israel” y “Roca de mi for-
taleza”? 2 Samuel 23:3; Salmo 94:22; Deuteronomio 32:4.
“Siglos antes del advenimiento del Salvador, Moisés había señalado la roca de la
salvación de Israel. El salmista había cantado acerca de ‘la roca de mi fortaleza’” (El
Deseado de Todas las Gentes, pág. 381).
“Las mismas figuras, bellas y expresivas, se conservan en toda la Biblia. Muchos
siglos antes que viniera Cristo, Moisés le señaló como la roca de la salvación de Israel
(Deut. 32:15); el salmista cantó sus loores, y le llamó ‘roca mía y redentor mío,’ ‘la roca
de mi fortaleza,’ ‘peña más alta que yo,’ ‘mi roca y mi fortaleza,’ ‘roca de mi corazón y
mi porción,’ la ‘roca de mi confianza.…’ Isaías lo describe como ‘la Roca de la eternidad,’
como ‘sombra de gran peñasco en tierra calurosa’ (Isa. 26:4, V.M.; 32: 2)” (Patriarcas y
Profetas, pág. 438).
3. ¿Por qué es tan importante el fundamento elegido para nuestra fe? ¿Quién
es el único elegido por el Señor? 1 Corintios 3:11; Hechos 4:12.
“Cristo es una ‘piedra probada.’ Nunca chasquea a los que confían en Él. Él ha
soportado la carga de la culpa de Adán y de su posteridad, y ha salido más que vencedor
de los poderes del mal. Ha llevado las cargas arrojadas sobre Él por cada pecador arrepen-
tido. En Cristo ha hallado alivio el corazón culpable. Él es el fundamento estable. Todo el
que deposita en Él su confianza, descansa perfectamente seguro.
“En la profecía de Isaías se declara que Cristo es un fundamento seguro y a la vez una
piedra de tropiezo. El apóstol Pedro, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo,
muestra claramente para quiénes es Cristo una piedra fundamental, y para quiénes una
roca de escándalo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 549).
“Los grandes principios de la ley, que participan de la misma naturaleza de Dios, están
entretejidos en las palabras que Cristo pronunció sobre el monte. Quienquiera que edi-
fique sobre esos principios edifica sobre Cristo, la Roca de la eternidad. Al recibir la Pala-
bra, recibimos a Cristo, y únicamente los que reciben así sus palabras edifican sobre Él.
‘Porque nadie puede poner otro fundamento, que el que está puesto, el cual es Jesucristo’.
‘No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos’. Cristo,
el Verbo, revelación de Dios y manifestación de su carácter, su ley, su amor y su vida, es
el único fundamento sobre el cual podemos edificar un carácter que permanecerá” (El
Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 125).
“Cristo, el verdadero fundamento, es una piedra viva, su vida se imparte a todos los
que son edificados sobre Él. ‘Vosotros también como piedras vivas, sed edificados como
casa espiritual’. Y ‘todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo
en el Señor’” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 126).
“Pedro mismo, escribiendo por inspiración, aplica esta profecía a Jesús. Dice: ‘Si
habéis gustado y probado que es bueno el Señor. Allegándoos a Él, como a piedra viva,
rechazada en verdad de los hombres, mas para con Dios escogida y preciosa, vosotros
también, como piedras vivas, sois edificados en un templo espiritual’” (El Deseado de
Todas las Gentes, pág. 381).
“De la roca que Moisés hirió, brotó primeramente el arroyo de agua viva que refrescó
a Israel en el desierto. Durante todas sus peregrinaciones, doquiera fuese necesario, un
milagro de la misericordia de Dios les proporcionó agua. Pero las aguas no siguieron
fluyendo de Horeb. Dondequiera que les hacía falta agua en su peregrinaje, fluía de las
hendiduras de las rocas y corría al lado de su campamento.
“Cristo era quien, por el poder de su palabra, hacía fluir el arroyo refrescante para
Israel” (Patriarcas y Profetas, pág. 436).
“Esa roca era un símbolo de Aquel que por su muerte haría fluir raudales de salvación
a todos los sedientos. Las palabras de Cristo eran el agua de vida. Allí en presencia de la
congregada muchedumbre se puso aparte para ser herido, a fin de que el agua de la vida
pudiese fluir al mundo. Al herir a Cristo, Satanás pensaba destruir al Príncipe de la vida;
pero de la roca herida fluía agua viva. Mientras Jesús hablaba al pueblo, los corazones se
conmovían con una extraña reverencia y muchos estaban dispuestos a exclamar, como la
mujer de Samaria: ‘Dame esta agua, para que no tenga sed’” (El Deseado de Todas las
Gentes, pág. 417).
“La roca herida era una figura de Cristo, y mediante este símbolo se enseñan las más
preciosas verdades espirituales. Así como las aguas vivificadoras fluían de la roca herida,
de Cristo, ‘herido de Dios y abatido,’ ‘herido...por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados,’ fluye la corriente de la salvación para una raza perdida. Como la roca fue herida
una vez, así también Cristo había de ser ‘ofrecido una vez para agotar los pecados de
muchos’” (Patriarcas y Profetas, pág. 436).
Quebrantado en la Roca
7. Así como las olas rompen en las rocas, ¿qué debe hacerse con el “yo”?
Encontrandonos al borde de la segunda venida de Cristo, ¿por qué es tan
importante quebrantarnos en la Roca? Mateo 21:42, 44; Gálatas 2:20.
“‘He aquí –había dicho Simeón,– Éste es puesto para caída y para levantamiento de
muchos en Israel; y para señal a la que será contradicho.’ Deben caer los que quieren
volverse a levantar. Debemos caer sobre la Roca y ser quebrantados, antes que podamos
ser levantados en Cristo. El yo debe ser destronado, el orgullo debe ser humillado, si que-
remos conocer la gloria del reino espiritual” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 39).
“Para todos los que creen, Cristo es el fundamento seguro. Estos son los que caen
sobre la Roca y son quebrantados. Así se representan la sumisión a Cristo y la fe en Él.
Meditación
“La pregunta que debe preocuparnos a cada uno de nosotros es: ¿Sobre qué funda-
mento estoy edificando? Tenemos el privilegio de luchar por la vida inmortal; y es de la
mayor importancia que cavemos hondo, eliminemos todos los escombros, y edifiquemos
sobre la roca sólida, Cristo Jesús. Él es el fundamento seguro. ‘Porque nadie puede poner
otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo’ (1 Cor. 3:11). Solamente en
Él se halla nuestra salvación. ‘No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en
que podamos ser salvos’ (Hech. 4:12)” (Consejos para los Maestros, Padres y Alumnos,
págs. 60, 61).
Estudio personal
• Isaías 26:4
• Salmo 31:3
“Todos los días estamos edificando el carácter. Edifiquemos sobre la Roca, Cristo
Jesús. Este fundamento seguro permanecerá para cada uno de nosotros” (Alza tus Ojos,
pág. 245).
“‘Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesu-
cristo.’ ‘Sobre esta piedra –dijo Jesús,– edificaré mi iglesia.’ En la presencia de Dios y de
todos los seres celestiales, en la presencia del invisible ejército del infierno, Cristo fundó
su iglesia sobre la Roca viva.…
“Durante seis mil años, la fe ha edificado sobre Cristo. Durante seis mil años, las tem-
pestades y los embates de la ira satánica han azotado la Roca de nuestra salvación; pero
ella sigue inconmovible” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 381, 382).
“La clase representada por las vírgenes fatuas no está formada de hipócritas. Sus com-
ponentes manifiestan respeto por la verdad, la han defendido, y son atraídos hacia aquellos
que la creen; pero no se han rendido a si mismos a la obra del Espíritu Santo. No han caído
sobre la Roca, Cristo Jesús, y permitido que su vieja naturaleza fuera quebrantada. Esta
clase se halla simbolizada también por los oyentes representados por el terreno rocoso.
Reciben la palabra con prontitud, pero no asimilan sus principios. La influencia de la pala-
bra no es permanente. El Espíritu obra en el corazón del hombre de acuerdo con su deseo y
consentimiento, implantando en él una nueva naturaleza. Pero las personas representadas
por las vírgenes fatuas se han contentado con una obra superficial. No conocen a Dios. No
han estudiado su carácter; no han mantenido comunión con Él; por lo tanto no saben cómo
confiar en Él, cómo mirarlo y cómo vivir” (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 338).
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26
Sábado, 29 de Junio 2013
“No presente nadie la idea de que el hombre tiene poco o nada que hacer en la gran
obra de vencer, pues Dios no hace nada para el hombre sin su cooperación. Tampoco
se diga que después de que habéis hecho todo lo que podéis de vuestra parte, Jesús os
ayudará. Cristo ha dicho: ‘Separados de mí nada podéis hacer’ (Juan 15: 5). Desde el prin-
cipio hasta el fin, el hombre ha de ser colaborador con Dios. A menos que el Espíritu Santo
actúe sobre el corazón humano, tropezaremos y caeremos a cada paso. Los esfuerzos del
hombre solo no son nada sino inutilidad, pero la cooperación con Cristo significa victo-
ria. Por nosotros mismos, no tenemos poder para arrepentirnos del pecado. A menos que
aceptemos la ayuda divina, no podemos dar el primer paso hacia el Salvador. Él dice: ‘Yo
soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin’ (Apoc. 21:6) en la salvación de cada alma”
(Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 446, 447).
“Por consiguiente, jamás digamos que podemos arrepentirnos por nosotros mismos,
y entonces Cristo perdonará. No, por cierto. Es la gracia de Dios la que perdona. Es el
favor de Dios lo que nos conduce mediante su poder al arrepentimiento. Por lo tanto, todo
proviene de Jesucristo, todo pertenece a Él, y uno quiere simplemente dar gloria a Dios.
¿Por qué no responden más cuando se encuentran los unos con los otros en las reuniones.
“Cuando sus palabras de instrucción han sido recibidas y han tomado posesión de
nosotros, Jesús es para nosotros una presencia permanente que gobierna nuestros pensa-
mientos, ideas y acciones. Somos imbuidos de la instrucción del mayor Maestro que el
mundo conoció jamás. Un sentido de responsabilidad humana y de influencia humana da
carácter a nuestros puntos de vista con respecto a la vida y a los deberes diarios.
“Cristo Jesús lo es todo para nosotros; el primero, el último, el mejor en todas las
cosas. Jesucristo, su espíritu, su carácter, da color a todas las cosas; es la trama y la urdim-
bre, la misma textura de nuestro ser entero. Las palabras de Cristo son espíritu y son vida.
No podemos, pues, concentrar nuestros pensamientos en el yo; no somos ya nosotros los
que vivimos, sino que Cristo vive en nosotros, y Él es la esperanza de gloria. El yo está
muerto y Cristo es un Salvador vivo. Al continuar mirando a Jesús reflejamos su imagen
hacia todos los que nos rodean. No podemos detenernos a considerar nuestros desalientos,
o aun a hablar de ellos, pues un cuadro más agradable atrae nuestra vista: el precioso amor
de Jesús. Él vive en nosotros por la palabra de verdad” (Testimonios para los Ministros,
págs. 395, 396).
4. ¿Por qué es tan importante contar con la aprobación del Señor en todo lo
que hacemos? Colosenses 3:23, 24; Efesios 6:6-8.
“Cristo no nos exime de la necesidad de esforzarnos, pero nos enseña que en todo le
hemos de dar a Él el primer lugar, el último y el mejor. No debemos ocuparnos en ningún
negocio ni buscar placer alguno que pueda impedir el desarrollo de su justicia en nuestro
carácter y en nuestra vida. Cuanto hagamos debe hacerse sinceramente, como para el
Señor” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 84).
Cristo en el hogar
5. ¿Qué lugar debemos conceder a Jesús, sí deseamos su bendición en nuestro
hogar? Efesios 5:2, 22, 25; 6:1; 1 Timoteo 5:8.
Cristo en la educación
6. ¿Quién, solamente, debe ser nuestro Maestro como fuente de toda sabi-
duría? Apocalipsis 1:11, primera parte, 17; 1 Corintios 1:24.
“En el Maestro enviado de Dios halla su centro toda verdadera obra educativa. De
la obra de hoy, lo mismo que de la que estableció hace mil ochocientos años, el Salvador
dice: ‘Yo soy el primero y el último’. ‘Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin’
(Apoc. 1:17; 21:6).
“En presencia de semejante Maestro, de semejante oportunidad para obtener edu-
cación divina, es una necedad buscar una educación fuera de Él, esforzarse por ser sabio,
aparte de la Sabiduría; ser sincero, mientras se rechaza la Verdad; buscar iluminación
aparte de la Luz, y existencia sin la Vida; apartarse del Manantial de aguas vivas, y cavar
cisternas rotas que no pueden contener agua” (Consejos para los Maestros, Padres y
Alumnos, pág. 18).
“Cristo crucificado, Cristo resucitado, Cristo ascendido al cielo, Cristo que va a volver,
debe enternecer, alegrar y llenar de tal manera la mente del predicador, que sea capaz de
presentar estas verdades a la gente con amor y profundo fervor. Entonces el predicador se
perderá de vista. y Jesús quedará manifiesto” (El Evangelismo, pág. 139).
“Todas las grandes verdades de las Escrituras se centralizan en Cristo; debidamente
comprendidas todas conducen a Él. Preséntese a Cristo como el alfa y la omega, el prin-
cipio y el fin del gran plan de redención. Presentad a la gente temas tales que fortalezcan
su confianza en Dios y en su Palabra y la induzcan a investigar sus enseñanzas por sí
misma. Y a medida que los hombres avancen paso a paso en el estudio de la Biblia, estarán
mejor preparados para apreciar la hermosura y la armonía de estas preciosas verdades” (El
Evangelismo, pág. 354).
Meditación
“Cuando los estudiantes de la profecía se dediquen de corazón a conocer las verdades
del Apocalipsis, se darán cuenta de cuánta importancia tiene esa búsqueda. Cristo Jesús es
el Alfa y la Omega, el Génesis del Antiguo Testamento y el Apocalipsis del Nuevo Testa-
mento. Ambos se reúnen en Cristo. Adán y Dios son reconciliados por la obediencia del
Estudio personal
“Cada mensajero debería sentir la preocupación de exponer la perfección de Cristo.
Cuando no se incluye el don gratuito de la justicia de Cristo, los discursos resaltan secos
e insípidos; y como resultado las ovejas y los corderos no son alimentados. Pablo dijo:
‘Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino
con demostración del Espíritu y de poder’ (1 Cor. 2: 4). En el Evangelio hay sustancia y
fecundidad. Jesús es el centro viviente de todas las cosas. Poned a Cristo en cada sermón.
Espacios en las excelencias, la misericordia y la gloria de Jesucristo hasta que Cristo se
forme interiormente como la esperanza de la gloria” (El Evangelismo, pág. 140).
“El que quiera transformarse en un hermoso edificio para el Señor, debe cultivar cada
actitud de su ser. Unicamente empleando debidamente los talentos es posible desarrollar
armoniosamente el carácter. Así ponemos como fundamento lo que en la Palabra se re-
presenta como oro, plata, piedras preciosas: material que resistirá la prueba de los fuegos
purificadores de Dios. Cristo es nuestro ejemplo en nuestra edificación del carácter” (La
Conducción del Niño, pág. 152).
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–Alfred Ngwenya
Asistente del Departamento de Evangelismo de la Asociación General