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OPORTUNIDAD
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EL CRITERIO DE OPORTUNIDAD
La reforma fue creada y aprobada como consecuencia del supuesto golpe que en
septiembre de 1996 el gobierno le había dado al contrabando aduanero. En esa fecha, algunos
funcionarios hicieron pú blico tal acontecimiento y prá cticamente condenaron ante los medios
de comunicació n masiva y ante el pueblo en general a las personas que se vieron involucradas.
Con el pasar del tiempo se hizo evidente que dichas acusaciones no podían ser respaldadas por
pruebas suficientes para poder lograr sentencias condenatorias en contra de los implicados.
Ante esta realidad, el Ministerio de Gobernació n y el Ministerio Pú blico se vieron en la
necesidad de recurrir al Congreso de la Repú blica, el cual, ampliamente dominado por
miembros del partido gobernante, emitió el Decreto 114-96, mismo que rá pidamente y por
razones obvias fue denominado "Ley Jerez", esto en honor a una de las personas implicadas en
el caso.
Lo que interesa para efectos del desarrollo del presente trabajo es el hecho de que fue
tal la urgencia y necesidad que el gobierno tenía de emitir esa ley, con tal de no verse mal ante
la opinió n pú blica por el alarde que había hecho, que no le importó emitir una ley que corría el
riesgo de violar derechos fundamentales establecidos en la Constitució n.
Es importante tener presente que, si bien es cierto el Decreto 114-96 fue emitido con
mucha urgencia para que el Ministerio Pú blico pudiera usarlo y así suplir su ineficiencia en la
recabació n de pruebas, once meses después dicha norma fue nuevamente reformada por el
artículo 5 del Decreto 79-97. La importancia de esto consiste en que los legisladores esta vez
tuvieron suficiente tiempo para enmendar el error en que habían incurrido, y en vez de
hacerlo, lo reiteraron.
Otro aspecto importante a analizar es la orientació n política que esta reforma posee, y esto
se fundamenta en base a la clase de delitos que se regulan para la aplicació n de este nuevo
supuesto de criterio de oportunidad, ya que todos tienen en comú n que el agraviado es el
Estado. En aquel momento no se incluyó delitos como el secuestro y el asesinato, delitos cuyo
dañ o social era incalculable.
La primera de estas reformas se realizó a través del Decreto 32-96 del Congreso de la
Repú blica, la cual no merece un estudio separado, pues ú nicamente agrega un pá rrafo
por medio del cual se facultó a los jueces de paz para que autorizaran el criterio de
oportunidad en aquellos municipios donde no hubiera juez de primera instancia.
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El criterio de oportunidad originalmente establecido en el artículo 25 del Decreto 51-
92 del Congreso de la Repú blica fue reformado por el artículo 1 del Decreto 114-96, el
cual literalmente establece lo siguiente:
"Se reforma el artículo 25 del Có digo Procesal Penal, Decreto Nú mero 51-
92 del Congreso de la Repú blica, adicioná ndole el numeral 4, el cual
queda así: Que la responsabilidad del sindicado o su contribució n a la
perpetració n del delito sea mínima”.
Durante el trá mite del proceso, aquellas personas no podrá n ser sometidas a
persecució n penal, respecto de los hechos sobre los que presten declaració n, siempre
que su dicho contribuya eficazmente a determinar la responsabilidad penal de los
autores materiales e intelectuales de los mencionados delitos, a criterio y bajo la
estricta responsabilidad del fiscal, lo que se establecerá en la efectiva investigació n del
fiscal. En este caso, el juez está obligado a autorizarlo, aplicá ndose de oficio en esta
oportunidad el sobreseimiento correspondiente.
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El consentimiento del agraviado ya no es un requisito necesario para la aplicació n del
criterio de oportunidad, pues al amparo de esta reforma, el ú nico consentimiento o
aprobació n que se necesita es el del fiscal del Ministerio Pú blico. Una justificació n a
esto podría ser el hecho de que la mayoría de los delitos a los cuales se aplica el criterio
de oportunidad al amparo de esta reforma tienen en comú n que el sujeto pasivo es el
Estado y no un individuo en particular.
La reparació n del dañ o por parte del imputado tampoco es un requisito para poder
aplicar el criterio de oportunidad, ya que la aplicació n de éste só lo queda condicionado
a que el testimonio que preste el có mplice o "encubridor" contribuya eficazmente a
determinar la responsabilidad penal de los autores de los delitos establecidos en dicha
reforma.
2. DEFINICIÓN LEGAL
El có digo Procesal Penal establece en el Artículo 25. (Reformado por los artículos 3 de
Decreto número 32-96, 1 del Decreto número 114-96, 5 del Decreto número 79-97,
todos del Congreso de la república). Criterio de oportunidad. Cuando el Ministerio Pú blico
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considere que el interés pú blico o la seguridad ciudadana no está n gravemente afectados o
amenazados, previo consentimiento del agraviado y autorizació n judicial, podrá abstenerse de
ejercitar la acció n penal en los casos siguientes:
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juez que controla la investigació n, éste puede ser solicitado previa investigació n del caso,
durante la etapa de la investigació n e inclusive hasta antes de comenzar el debate segú n el
Artículo 286 del Có digo Procesal Penal, sin embargo por la naturaleza misma del criterio de
oportunidad lo conveniente es que se aplique lo antes posible ya que los objetivos que
persigue, son resarcir el dañ o ocasionado a la víctima, y descargar de trabajo al sistema
judicial (Ministerio Pú blico, Juzgados, Defensa Pú blica, Policía Nacional Civil y Sistema
Penitenciario.
Por lo que no solo la víctima quedaría satisfecha en el menor tiempo posible sino que el
sindicado tendría oportunidad de trabajar para costear los dañ os ocasionados y el sistema de
justicia sería má s eficaz en otros asuntos de mayor impacto social.
El Manual del Fiscal refiere lo siguiente “La solicitud del criterio de oportunidad es una
facultad del fiscal para abstenerse de ejercitar la acció n penal pero también es un derecho
otorgado a las partes y que tanto el imputado, su defensor o el querellante tienen la facultad de
provocar una audiencia de conciliació n”, en la que incluso podrá mediar el fiscal y podrá
pactarse del resarcimiento del dañ o causado, surgiendo de ésta manera un acuerdo entre las
partes para solucionar el conflicto de una forma menos gravosa para el imputado, por medio
del resarcimiento del dañ o ocasionado.
3. DEFINICIÓN DOCTRINAL
El criterio de oportunidad es conocido en la doctrina como Principio de Oportunidad. En
sentido estricto se puede definir como la facultad de los titulares de la acció n pú blica, para
resolver no investigar o abandonar las investigaciones ya iniciadas de lo que se conoce como
“insignificancia” o “criminalidad de bagatela”, con independencia de que se haya acreditado la
existencia del hecho punible cometido por un autor determinado.
El Principio de Oportunidad en sentido amplio permite introducir criterio para flexibilizar
el principio de legalidad, tales como la selectividad a manera de seleccionar aquellos hechos
que efectivamente van a ser perseguidos, la negociació n y la alternatividad reconociendo, en
este ú ltimo caso, formas alternas al procedimiento distintas a la aplicació n de la pena como la
suspensió n condicional del procedimiento y los acuerdos reparatorios, en los que entraría la
reparació n del dañ o.
Por su parte, Julio Maier, sostiene “oportunidad significa, la posibilidad de que los ó rganos
pú blicos, a quienes se le recomienda la persecució n penal, prescindan de ella, en presencia de
la noticia de un hecho punible o inclusive, frente a la prueba má s o menos completa de su
perpetració n, formal o informalmente, temporal o definitivamente, condicional o
incondicionalmente, por motivos de utilidad social o razones político-criminales.
El mismo autor afirma, que oportunidad y legalidad circulan por veredas distintas. Nos
recuerda que mientras en nuestro régimen, la oportunidad es una excepció n a la legalidad, en
los sistemas anglosajones, la disponibilidad de la acció n por ejercicio del que se trate y la
intensidad con la que se aplique este principio podemos hablar de legislaciones que poseen
este principio como regla, y otros como excepció n.
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También se dice que la oportunidad permite concentrar la actividad requirente y la
erogació n de los gastos pú blicos que ello implica en la actividad persecutoria de hechos
punibles, que afecta má s incisivamente a la sociedad, posibilitando una mayor eficiencia en el
sistema penal. Así mismo , se afirma que la oportunidad permite la descriminalizació n de
hecha de ciertas conductas, reservando la coerció n penal como respuesta a casos de extrema
violencia.
Son varios los criterios de oportunidad que nos ofrece la doctrina, habiéndose incorporado
dichas innovaciones procesales a diversas legislaciones Latinoamericanas, tal como la
peruana, en la que se regula la terminació n anticipada del proceso o los beneficios por
colaboració n eficaz. Aunque un amplio sector de la doctrina sostiene que estos criterios no
responden a la necesidad de luchar contra la delincuencia, sino solucionar problemas de
saturació n de los procesos penales. Lo cierto es que el principio de oportunidad encuentra su
fundamento en consideraciones político- criminales de prevenció n especial, en tanto se espera
que el imputado que se acoja a estos criterios no vuelva a incurrir en alguna infracció n penal.
Para Ore Guardia los fundamentos del principio de oportunidad se resumen en
consideraciones de utilidad pú blica o interés social: la pronta reparació n de la víctima, la
conveniencia de evitar efectos criminó genos de las penas privativas de libertad de corta
duració n y la readaptació n del delincuente al someterse voluntariamente a un proceso
rehabilitador.
Es la facultad que tiene el Ministerio Pú blico, bajo el control del juez, de no ejercer la
acció n penal debido a su escasa trascendencia social o mínima afectació n al bien
jurídico protegido, a las circunstancias especiales en la responsabilidad del sindicado o
cuando el imputado sugre las consecuencias de un delito culposo
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En caso de no existir una persona agraviada o afectada directamente, el Ministerio Pú blico
o quien haga sus veces podrá solicitar al juez la aplicació n del criterio de oportunidad, siempre
que el imputado repare los dañ os y perjuicios causados a la sociedad u otorgue las garantías
suficientes para su resarcimiento en el plazo má ximo de un añ o. En caso de insolvencia, el
imputado deberá retribuir el dañ o social mediante la prestació n de servicio social a la
comunidad en la actividad que el tribunal designe en períodos de diez a quince horas
semanales, durante el lapso de un añ o, en el que deberá observar, ademá s, las normas de
conducta y abstenciones que el tribunal le señ ale. Si desobedeciere las reglas de conducta o
abstenciones impuestas cometerá el delito de desobediencia.
La aplicació n del criterio de oportunidad provocara el archivo del proceso por el término de
un añ o, al vencimiento del cual se extinguirá la acció n penal, salvo que se pruebe durante este
lapso que hubo fraude, error, dolo, simulació n o violencia para su otorgamiento o si surgiere
elementos que demuestren que la figura delictiva era má s grave y que de haberse conocido no
hubiera permitido la aplicació n del criterio de oportunidad.
Para que el Ministerio Pú blico pueda aplicar algú n criterio de oportunidad de los
contemplados en el Artículo 25 será necesario:
“La funció n del juez es, determinar si encuadra la petició n, con los requisitos
procesales, el juez no podrá entrar a valorar la conveniencia o no del criterio, sino si la petició n
es acorde a lo dispuesto por la ley; la conveniencia político criminal de iniciar o suspender el
procedimiento comú n por concurrir la aplicació n de un criterio de oportunidad, es una
potestad exclusiva del Ministerio Pú blico.
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4.2 El consentimiento del agraviado si lo hubiere
A diferencia del imputado, que se ha convertido en el protagonista principal del proceso
penal, el ofendido ha sido en el fondo solamente una figura marginal, que ha visto có mo el
ó rgano estatal encargado de la persecució n penal jueces de instrucció n en el modelo
inquisitivo y Ministerio Pú blico en los modelos acusatorios, lo ha desplazado. Por ello
interviene por regla general, só lo como testigo del hecho cuando no se adhiere a la
persecució n pú blica en cuyo caso actú a como querellante adhesivo o como querellante
exclusivo en los delitos de acció n privada.
El ofendido en el proceso civil, a diferencia del proceso penal, juega un papel decisivo
como “demandante” y la reparació n lograda siempre se realiza para el perjudicado, mientras
que la pena en el proceso penal es para el Estado, por ello, el interés real de la víctima,
generalmente, no es el ejercicio de la persecució n penal, sino, mas bien, una reparació n por las
lesiones o los dañ os causados por el delito. En este sentido, la víctima es un protagonista
principal del conflicto social del cual el poder estatal ha pretendido ocupar su lugar junto con
el autor; sin embargo, en la medida que la víctima no pueda acceder a obtener la reparació n, se
podrá satisfacer una necesidad estatal, pero el conflicto en sí no ha hallado solució n integral.
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criterio de oportunidad es la insolvencia de sus defendidos, quienes en muchas oportunidades
no pueden pagar los dañ os y perjuicios causados.
Son las partes quienes fijan los términos del acuerdo, el cual no debe tomar,
necesariamente en consideració n, los criterios civiles para reparar el dañ o. Si la víctima
considera suficiente una declaració n pú blica de arrepentimiento, o el trabajo a su favor, no
existe ningú n impedimento para que la reparació n se tenga por hecha, el defensor podrá
proponer fó rmulas de arreglo.
Que a juicio del Ministerio Pú blico el interés pú blico o la seguridad ciudadana no estén
gravemente afectados.
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Dentro del término de un añ o, tanto el Ministerio Pú blico como el propio agraviado podrá n
solicitar la anulació n del criterio de oportunidad, demostrando que en el acuerdo de
reparació n existió fraude, dolo, simulació n o violencia para su otorgamiento; en otras
palabras, el simple incumplimiento de las obligaciones civiles producto del acuerdo de
reparació n entre víctima eimputado, no es motivo suficiente para la anulació n del criterio de
oportunidad, pues, como ya se indicó , con la aplicació n del criterio de oportunidad el conflicto
penal queda solucionado, y la ú nica forma de provocar la anulació n y proseguir con la
persecució n penal, es demostrando que existió fraude, dolo, violencia o simulació n, debiendo
de tramitarse conforme al incidente establecido en el Artículo 135 de la Ley del Organismo
Judicial.
Debe tenerse en cuenta que entre las condiciones que se imponen en el Artículo 25 bis del
Có digo Procesal Penal, para no anular, la aplicació n del criterio de oportunidad, está que
durante el término que dura el archivo (un añ o), no surjan elementos que demuestren que la
figura delictiva que sirvió para la aplicació n del criterio de oportunidad era mas grave, y que
de haberse conocido no hubieren permitido su aplicació n.
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Procesal Penal). Ejemplo responsabilidad de conductores establecido en el artículo 157 del
có digo penal y expedició n de moneda falsa recibida de buena fe, establecido en el artículo 318
del có digo penal.
7.4 Que el inculpado haya sido afectado directa y gravemente por las
consecuencias de un delito culposo y la pena resulte inapropiada.
En este caso de procedencia está dedicado a aquellos sindicado que resulten “mas”
afectado que la víctima, tanto en su persona como en sus bienes (vehículo). En ese sentido, la
ley considera que es suficiente “la pena” o “el castigo” del dañ o sufrido, sin necesidad de
imponerle ninguna pena establecida en la ley; para ello debe contar con la avenencia
(convenio, transacció n conformidad) del agraviado, en sentido estricto (quien no tuvo
responsabilidad, pero puede ser instado a perdonar al sindicado).
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8. PROHIBICIONES PARA OTORGAR EL CRITERIO DE OPORTUNIDAD
El Artículo 25 del Có digo Procesal Penal, en su primero y ú ltimo pá rrafo, determina que no
podrá aplicarse el criterio de oportunidad cuando:
A criterio del Ministerio Pú blico, el delito pueda afectar o amenazar gravemente al interés
pú blico y a la seguridad ciudadana, con respecto a esta primera prohibició n, el funcionario de
justicia deberá obviar la utilidad social cuando sea mínima la responsabilidad del imputado,
pues en este caso, el criterio de oportunidad no depende del cará cter utilitario de la pena sino
de la dignidad de la persona humana, que fundamenta el principio de culpabilidad, segú n el
cual la pena no debe sobrepasar el grado de culpabilidad.
Cuando el delito ha sido cometido por funcionario o empleado pú blico con motivo o en
ejercicio de su cargo.
Y en su numeral 6 del artículo en menció n establece los casos que no procede el criterio de
oportunidad: contra la salud, defraudació n, contrabando, contra la hacienda pú blica, la
economía nacional, la seguridad del Estado, contra la Constitució n, contra el orden pú blico,
contra la tranquilidad social, cohecho, peculado y negociaciones ilícitas, así como en los casos
de plagio o secuestro.
La ú ltima variació n, y la má s importante para efectos del desarrollo del presente trabajo,
es la que establece el artículo 1 del Decreto 114-96 al determinar que el criterio de
oportunidad se aplicará a los có mplices o encubridores de determinados delitos. La diferencia
radica en que el criterio de oportunidad originalmente establecido en el artículo 25 del
Decreto 51-92 respetaba en todo momento el status de inocencia del implicado, mientras que
esta reforma lo califica expresamente como có mplice o encubridor sin que exista contra dicha
persona una sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada en la que se le haya
encontrado culpable en el grado de có mplice o como autor del delito de encubrimiento. Sobre
este punto profundizaré má s adelante.
9. DESJUDICIALIZACIÓN
En los artículos 24 al 31 del có digo procesal penal decreto nú mero 51-92, encontramos lo
que en Guatemala conocemos como desjudicializació n, institució n en la que, por su
naturaleza, puede ubicarse el criterio de oportunidad, la conversió n, la mediació n, y la
suspensió n condicional de la persecució n penal. El procedimiento abreviado, al permitir a los
fiscales graduar la solicitud de pena con motivos de la aceptació n de los hechos por parte del
imputado y debido a las circunstancias del hecho delictivo, puede considerarse también como
figura de desjudicializació n, puesto que ademá s responde al propó sito de simplificació n de
casos penales. El ministerio pú blico, de acuerdo con el principio de legalidad establecido en
nuestro có digo, puede disponer de la acció n penal pú blica (abstenerse, paralizarla, transferirla
o graduarla –caso del procedimiento abreviado artículo 464-466 có digo procesal penal-) en
los supuestos establecidos en la ley y bajo control judicial.
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Para que pueda aplicarse una figura desjudicializadora es necesario que concurran una
serie de condiciones, entre ellas:
Como vemos, se trata de una institució n procesal compleja, que obliga a examinar
cuidadosamente caso por caso el nivel de tipicidad de la conducta, el grado de amenaza o
lesió n del bien jurídico, la acció n y la pena atribuida, el resultado y el grado de culpabilidad. El
haber flexibilizado el principio de legalidad no implica la liberació n del Ministerio Pú blico del
principio de investigació n oficial obligatoria, por lo que, para su otorgamiento, se necesita que
el ó rgano acusador del Estado conozca del hecho lo elemental para determinar la procedencia
de una figura de desjudicializació n.
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11. ANÁLISIS DEL TEMA
El ministerio pú blico no puede entender todos los casos que ingresan al Sistema, como
tampoco puede darles un trato igualitario, por lo que debe elegir aquellos que ameritan una
investigació n, el criterio de oportunidad orienta esta selecció n e impide que la persecució n
penal se realice de forma irracional, utilizando los valiosos recursos del estado en casos de
insignificancia social.
Hacia la victima tiene la ventaja de que obtenga una reparació n por lo que sus intereses se
ven satisfechos con mayor prontitud.
El criterio de oportunidad está incluido en la ley ya que es un medio má s que se puede
utilizar para el cumplimiento de la justicia. Del total de los casos que ingresan al sistema en el
ministerio pú blico un 5% de ellos se les podrá aplicar el criterio de oportunidad. El criterio de
oportunidad pretende introducir el protagonismo de la víctima en la resolució n del conflicto, a
través de la terminació n anticipada del proceso atendiendo a la reparació n privada del
conflicto, también se le puede ver como un tipo de mediació n.
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CONCLUSIONES
Luego de realizar un aná lisis sobre el tema del Criterio de Oportunidad, podemos decir que:
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ANEXO
EXPONGO
I.- Ante su despacho se tramita en mi contra el proceso identificado en el acá pite, por los supuestos
delitos de POSESIÓ N PARA EL CONSUMO Y COHECHO ACTIVO, y buscando que se le de solució n a éste
proceso, le ruego a usted, aceptar que se aplique al caso el CRITERIO DE OPORTUNIDAD, ordenando
que se cumpla con los requisitos que nuestro ordenamiento Procesal Penal establece y se dicten las
medidas que sean necesarias para su efectivo cumplimiento. Que su despacho haga del conocimiento
de su aplicació n al juez contralor del proceso para que éste proceda a celebrar la audiencia respectiva
en la que se aplique el mismo.
Téngase presente que me comprometo someterme a las condiciones que se me impongan. No esta
demá s manifestar que mi abogado defensor esta anuente a que se aplique el criterio.
FUNDAMENTO DE DERECHO
Por su parte el artículo 25 del Có digo Procesal Penal, dice: ‘’CRITERIO DE OPORTUNIDAD: Cuando el
Ministerio Pú blico considere que el interés pú blico o la seguridad ciudadana no está n gravemente
afectados o amenazados, previo consentimiento del agraviado y autorizació n judicial podrá abstenerse
de ejercitar la acció n penal…
PIDO:
3.-Que tal y como consta en el proceso que se tramita en mi contra, se me sindica de los delitos de
POSESIÓ N PARA EL CONSUMO Y COHECHO ACTIVO y a dicha imputació n es factible aplicarle el
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Criterio de Oportunidad, que para tal efecto contempla nuestro ordenamiento Procesal Penal vigente,
se aplique su otorgació n y se remita las presentes actuaciones al juez contralor para su autorizació n;
6.- Que el Juez tome nota que acepto los hechos imputados, hay interés de mi parte en reparar la
actitud antijurídica en que he incurrido y ante todo se tome nota que mi abogado Defensor esta
anuente a la aplicació n del criterio.
CITA DE LEYES
f) (del imputado)
En la Ciudad de Guatemala, el diez de agosto del dos mil seis, yo el Infrascrito Notario doy fe que la
firma que antecede es auténtica por haber sido puesta el día de hoy en mi presencia por la señ ora
MALIA VIRGINIA MENDEZ ROBLEDO, quien por no ser persona de mi anterior conocimiento se
identifica con la cédula de vecindad nú mero de orden “A” guió n uno, registro nú mero doscientos
cuarenta y seis mil ciento setenta y cinco la cual fue extendida por el señ or Alcalde de Mixto, de éste
Departamento y quien juntamente con el Infrascrito Notario firma al final de la presente Acta de
Legalizació n.
f) (firma de la imputada)
ANTE MÍ:
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BIBLIOGRAFIA
1. Có digo Penal Decreto Numero 17-73 y sus Leyes Anexas . Guatemala, Centro América. 260
Pá ginas.
Referencias Electrónicas
19
SUSPENSIÓN
CONDICIONAL
DE LA PENA
20
SUSPENSIÓN CONDICIONAL DE LA PENA
DOCTRINA
Es de total relevancia poder considerar a la suspensió n de la pena como una pieza clave
en el sistema de consecuencias penales, de una extraordinaria importancia en orden a la
resocializació n social teniendo en consideració n que lo que se quiere lograr con la aplicació n
de esta medida es poder ayudar al delincuente y establecer su pronta resocializació n en
nuestro á mbito social de manera que no vuelva a cometer ese delito.
Otro punto que también se considera acerca de la suspensió n de la pena es que se trata
de uno de los procedimientos tradicionales de limitació n de las penas cortas privativas de
libertad. Conociéndola con distintas denominaciones, pero las má s admitidas en el derecho
penal comparado son condena condicional y suspensió n de la ejecució n de la pena. Sin
embargo, para un sector doctrinal resulta má s adecuado el término suspensió n de la ejecució n
de la pena, puesto que, señ alan, la condena no es suspendida en sus efectos accesorios o de
indemnizació n civil.
A todo esto, es preciso dar algunas definiciones que consideramos de mera importancia
y en primer lugar denominá ndola como una forma de dejar en suspenso la ejecució n de la
pena privativa de libertad durante un determinado plazo, pasado el cual, sin que el sujeto haya
delinquido nuevamente, se da por no pronunciada la condena.
Por otro lado es preciso acotar que también se toma en cuenta la opinió n dominante de
la doctrina que considera que la suspensió n de la pena es solo una modificació n de la ejecució n
de la pena; y otros autores como MAURACH, KAUFMAN, BOCKELMANN, la consideran como
una medida de correcció n y otros, como JESCHECK, la estiman como un medio autó nomo de
reacció n jurídico-penal que tiene varias acepciones que tiene varias posibilidades de eficacia,
por un lado, es pena, en tanto que se condena a una pena privativa de libertad; y por otro lado,
es un medio de correcció n cuando va unida con determinadas obligaciones sirven para reparar
el ilícito cometido, como multas administrativas y otras prestaciones socialmente ú tiles.
Ademá s se le aproxima a una medida de ayuda social, cuando se dan instrucciones que
afectan al futuro comportamiento del condenado, especialmente cuando se le pone bajo
control y direcció n de una persona encargada de ayudarle durante el periodo de prueba.
La suspensió n de la pena, cabe decir, que tiene origen en la probation anglosajona. Casi
simultá neamente, a mediados del siglo XIX, se desarrollo en Estados Unidos(al comienzo por
iniciativa privada) y en Inglaterra (mediante la prá ctica judicial), la renuncia a la condena del
procesado, luego de declararlo culpable, acompañ ada de su sometimiento a un control durante
un plazo de prueba.
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En los países de Europa continental la probation no fue recepcionada como tal y solo,
en las ú ltimas décadas, se ha acentuado su introducció n de manera diversa por parte de los
legisladores preocupados en adecuarla a sus realidades y necesidades particulares.
Una situació n particular se creó cuando el 23 de noviembre de 1939 y por iniciativa de la Corte
Suprema, se modificaron las disposiciones relativas a la condena condicional, y en la misma
fecha, se promulgo el nuevo Có digo de procedimientos penales, cuyo artículo 286 trata,
también, de la condena condicional. Sin embargo, en ambos casos, la condena condicional fue
definida, en el sentido del Có digo Penal, como la suspensió n de la ejecució n de la pena bajo la
condició n de que el condenado se porte bien durante un periodo de prueba.
El artículo 286 del Có digo de procedimientos penales, aun vigente, que dejo sin efecto la
modificació n de 1939, puede considerarse de origen francés, pero constituyó , en buena cuenta
un retorno al texto original del artículo 53.
Sistema de suspensión
Con respecto a los sistemas de suspensió n, bá sica y doctrinariamente son dos:
El sistema angloamericano
El sistema europeo
Ademá s es oportuno decir, que se aplicó por primera vez en Bélgica por Ley del 31 de
Mayo de 1888, y luego en Francia, por intermedio de la Ley Berenger, del 2 de marzo de 1891,
siendo este sistema el adoptado por nuestro legislador, tanto en el anterior Có digo, como en el
actual Có digo penal.
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Facultad del juez o Tribunal de suspender la ejecució n parcial o total de la pena de
modo condicional (Có digo Procesal Penal de Repú blica Dominicana)
Es dejar en suspenso el cumplimiento de las penas privativas impuestas en sentencia
firme, al delincuente primario autor de un delito menos grave, si el juez o tribunal, si el
juez o tribunal sentenciador valoran como improbable que en el futuro vuelva a
cometer nuevos delitos.
Los requisitos para que se pueda otorgar la suspensió n condicional de la pena se encuentran
regulados en el artículo 72 del Có digo Penal, Decreto 17-73, el cual establece lo siguiente:
Este beneficio se podrá otorgar al momento de dictarse el fallo, o en los casos en que exista
sentencia que haya pasado por autoridad de cosa juzgada cuando el penado cumpla con el
pago antes indicado. La aplicación del beneficio en este último caso corresponderá al Juez de
Ejecución.”1
1
Art. 72 Código Penal, Decreto 17-73
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El tratadista Sebastiá n Solera la define así: “llá mese condicional la condena que el juez
pronuncia dejando en suspenso su ejecució n por determinado periodo de tiempo, de modo
que solo entrará a ejecutarse si se produce cierta condició n que consista en la comisió n de un
delito.”2
Teniendo como base lo anterior, se puede establecer que la diferencia entre éstas, radica
en que la suspensió n de la pena será la suspensió n, interrupció n, pausa temporal o condicional
de la aplicació n de una pena privativa de libertad que no exceda de tres añ os a una persona
que ha sido condenada por un delito. Ahora en relació n a la suspensió n de la persecució n
penal es un mecanismo a través del cual se interrumpe la persecució n penal, sometiendo al
imputado a una serie de condiciones durante cierto tiempo, que si se cumplen producen la
extinció n de la persecució n penal. En caso contrario, se reanudará el procedimiento penal.
Otra diferencia entre estas figuras es que la suspensió n de la pena se aplica a delitos no
mayores de tres añ os y la suspensió n de la persecució n penal se aplica en delitos cuya pena
má xima no exceda de cinco añ os de prisió n, en los delitos culposos y en los delitos contra el
orden tributario.
En cuanto a los requisitos que deben de cumplirse para que sean concedidas son similares,
a excepció n de que en la suspensió n de la pena se requiere que antes de la perpetració n del
delito, el beneficiado haya observado buena conducta y hubiere sido un trabajador constante.
En la suspensió n condicional de la persecució n penal para que sea otorgada el juez de primera
instancia deberá disponer de la misma si el imputado manifiesta conformidad admitiendo la
veracidad de los hechos que se le imputan y si a juicio del juez hubiere reparado el dañ o
correspondiente o afianzare suficientemente la reparació n, incluso por acuerdos con el
agraviado o asumiere o garantizare la obligació n de repararlo, garantía que podrá consistir en
hipoteca, prenda o fianza.
NUESTRA LEGISLACIÓN
2
Soler Sebastián. Derecho Penal Argentino, pag. 421.
3
Carnelutti, Francesco. Derecho procesal Penal, pag. 124.
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Los artículos que se relacionan con la suspensió n condicional de la persecució n penal
en nuestro ordenamiento jurídico son:
Artículo 27, 28, 29, 30, 31, 492 Código Procesal Penal
5) En los delitos contra el Regimrn Tributario a que se refieren los artículos 358 “A”,358
“b” y 358 “C”, si el penado a cumplido con restituir al Estado el valor de los impuestos
retenidos o defraudados, asi como los recargos, multas e interés resarcitorios que
previa liquidación fiscal determine la autoridad tributaria a pedido de juez competente.
Pero para la aplicació n del beneficio, deberá de llevarse a cabo el juicio oral y pú blico,
haber efectuado el recorrido por todo el sistema de administració n de justicia y a su final, ya
en la sentencia contra el imputado, se llega a decidir que se le condena y simultá neamente se
le suspende la ejecució n de la misma.
El juez de Primera Instancia con base en la solicitud del Ministerio Pú blico, deberá
disponer la suspensió n condicional de la persecució n penal si el imputado manifiesta
conformidad admitiendo la veracidad de los hechos que se le imputan y si a juicio del juez
hubiere reparado el dañ o correspondiente o afianzare suficientemente la reparació n, incluso
por acuerdos con el agraviado o asumiere o garantizare la obligació n de repararlo, garantía
que podrá consistir en hipoteca, prenda o fianza.
25
El juez que otorga la suspensió n de la persecució n debe disponer que el imputado,
durante el período de prueba, se someta a un régimen que se determinará en cada caso y que
llevará por fin mejorar su condició n moral, educacional y técnica, bajo control de los
tribunales.
El control del cumplimiento de las condiciones por las cueles se otorga la suspensió n de
la persecució n penal corresponde al Juez de Ejecució n Penal. El imputado podrá ejercer,
durante la ejecució n de la suspensió n de la persecució n penal, todos los derechos y las
facultades que las leyes penales, penitenciarias y los reglamentos le otorgan, planteando ante
el juez de ejecució n todas las observaciones que estime convenientes. Si el imputado se
apartare considerablemente, en forma injustificada, de las condiciones impuestas o cometiere
un nuevo delito, se revocará la suspensió n y el proceso continuará su curso. Si se apartó de las
condiciones puede el juez ampliar el plazo de prueba, hasta el límite de 5 añ os si es que hay
uno inferior. La revocació n de la suspensió n condicional de la persecució n penal no impedirá
la suspensió n condicional de la ejecució n de la pena. Igualmente se suspende cuando, en virtud
de otro proceso, el imputado se encuentre privado de su libertad.
LEGISLACIÓN INTERNACIONAL
Venezuela
Artículo 494 COPP. Suspensió n condicional de la ejecució n de la pena. Para que el tribunal de
ejecució n acuerde la suspensió n condicional de la ejecució n de la pena, deberá solicitar al
Ministerio del Interior y Justicia, un informe psico-social del penado, y se requerirá :
1. Que el penado no sea reincidente, segú n certificado expedido por el Ministerio del Interior y
Justicia;
3.- Que el penado se comprometa a cumplir las condiciones que le imponga el tribunal o el
delegado de prueba;
5. Que no haya sido admitida en su contra, acusació n por la comisió n de un nuevo delito, o no
le haya sido revocada cualquier fó rmula alternativa de cumplimiento de pena que le hubiere
sido otorgada con anterioridad.
Para todos estos beneficios procesales, como se verá , se requiere un pronó stico
favorable sobre el cumplimiento del penado ejecutoriado, de manera especial de su
comportamiento futuro. La SCP (493) significa ausencia de la pena (valor de la pena = 0), pero
condicionado a determinados condiciones, pero debe tomarse en cuenta el Artículo 511.
26
Artículo 511 COPP. Otorgamiento. En el auto mediante el cual el tribunal otorgue cualquiera
de las medidas previstas en este Capítulo, fijará las condiciones que se imponen al condenado.
Este, en el acto de la notificació n, se comprometerá a cumplirlas, y recibirá una copia de la
resolució n. Asimismo, se notificará de esta decisió n al Ministerio Pú blico.
Debe tenerse presente que para la continuidad de cualquiera de estos beneficios, debe
existir el cumplimiento de las obligaciones impuestas, so pena de revocatoria, tal como la
comisió n de un nuevo hecho punible. Esta revocatoria puede ser ejercida de oficio por el Juez,
pero también a solicitud de cualquiera de las partes, por ejemplo, la víctima.
1. Que el penado no sea reincidente, segú n certificado expedido por el Ministerio del Interior y
Justicia;
3.- Que el penado se comprometa a cumplir las condiciones que le imponga el tribunal o el
delegado de prueba;
5. Que no haya sido admitida en su contra, acusació n por la comisió n de un nuevo delito, o no
le haya sido revocada cualquier formula alternativa de cumplimiento de pena que le hubiere
sido otorgada con anterioridad.
Bolivia Con éste Instituto se busca un aprovechamiento má ximo de los recursos humanos de
la administració n de justicia penal en aras de una justicia pronta y cumplida, ya que no se
encontrará con un cú mulo de expedientes que impedían trabajar eficientemente a los
operadores de justicia.
De otro lado ha quedado en evidencia que el Estado punitivo, no logró cumplir con sus
funciones a éste respecto, ya que la sociedad lo que encontraba y percibía era un retardo de
justicia feroz, que hacía que desconfiara definitivamente de la justicia en Bolivia.
27
La suspensió n condicional del proceso que es un novedoso y á gil instituto jurídico
procesal que tiene por objeto suspender definitivamente la acció n penal pú blica a favor de un
imputado previo cumplimiento de reglas que se le imponen en la audiencia oral y pú blica por
parte del Juez de Instrucció n en lo Penal.
1) Que exista la previsibilidad de que al término del juicio, el juez pueda dictar la suspensió n
condicional de la pena en aplicació n del Art. 366 del Código de Procedimiento Penal.
2) Que el imputado no haya sido condenado por un delito doloso en los cinco ú ltimos añ os
3) Que en la audiencia señ alada por el juez se evidencia que el imputado ha reparado el dañ o
ocasionado a la víctima o firmado un acuerdo con la víctima o afianzado suficientemente la
reparació n.
Las reglas que el juez tiene la facultad de imponer en la audiencia pú blica se encuentran
reguladas por el Art. 24 del Có digo de Procedimiento Penal y son las siguientes:
1) Prohibició n de cambiar de domicilio sin autorizació n del juez. Esta regla sirve para notificar
al imputado en su domicilio real, para cualquier actuació n jurisdiccional, de otro lado evita que
en un futuro el imputado cambie de domicilio y no haya forma de ubicarlo.
2) Prohibició n de frecuentar determinados lugares o personas. Esta regla sirve para evitar que
el imputado entre en contacto con determinadas personas que pueden ser los instigadores del
delito o a contrario sensu, vaya a buscar a la víctima, poniendo en riesgo su integridad física o
moral, es decir el juez debe valorar el tipo de delito a efectos de imponer ésta regla.
De otro lado se debe considerar que el juez pudo haber impuesto reglas de
cumplimiento tal cual reza el Art. 24 del Có digo Adjetivo Penal
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Conclusiones
Bibliografía
http://www.mailxmail.com/curso-legislacion-guatemala-9/suspension-condicional-
persecucion-penal-1-3
http://www.monografias.com/trabajos81/suspension-pena/suspension-pena.shtml
http://www.derechoteca.com/jurisprudencia/200005-sala-penal-1-191-suspension-
condicional-de-la-pena
http://www.monografias.com/trabajos81/suspension-pena/suspension-
pena2.shtml#ixzz31YFgcObe
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SOBRESEIMIENTO
30
EL SOBRESEIMIENTO
Si el Ministerio Pú blico estima que no existe fundamento para promover el juicio pú blico del
imputado, solicitará el sobreseimiento o la clausura provisional.
Con el requerimiento remitirá al tribunal las actuaciones y los medios de prueba materiales
que tenga en su poder.
Artículo 328.
1) Cuando resulte evidente la falta de alguna de las condiciones para la imposició n de una
pena, salvo que correspondiere proseguir el procedimiento para decidir
exclusivamente sobre la aplicació n de una medida de seguridad y correcció n.
2) Cuando, a pesar de la falta de certeza, no existiere, razonablemente, la posibilidad
3) de incorporar nuevos elementos de prueba y fuere imposible requerir
fundadamente la apertura del juicio.
Artículo 329
3)Los fundamentos; y
Artículo 330
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HISTORIA
Etimoló gicamente la palabra Sobreseimiento proviene del latín Supersedere ("desistir de la
pretensió n que se tenía"
El sobreseimiento nace en la Legislació n Hispá nica, por lo que bien puede decirse es una
herencia del Derecho Españ ol.
No estaba legislativamente receptado, pero era de prá ctica comú n, que podía dictar
sobreseimiento en las distintas causas livianas , poniendo fin a los procesos
criminales conforme la gravedad del delito.
En Septiembre de 1985 se ordena en forma clara que todo auto de sobreseimiento debe
ser consultado siempre a la audiencia del Territorio para su aprobació n o desaprobació n, sin
perjuicio que el procesado merezca una pena leve o multa. Aquí podemos ver que el
sobreseimiento se dicta en forma de auto, que se valora con amplitud la falta de elementos de
cargo en contra del procesado y que se cierre el proceso dejando constancia que no
perjudicaba la reputació n de la persona sobreseída.
DEFINICION
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aclaramos que esto se dará si no se hubieren solicitado antes. En si el procedimiento
intermedio es la etapa procesal establecida entre el procedimiento preparatorio y la etapa del
juicio.
Es decir que el sobreseimiento se dará cuando un supley), antijurídico (es contrario a la ley),
culpable(es penado por la ley), al faltar uno de estos elementos el hecho o acto reclamado no
es un delito por lo tanto el resultado de la investigació n es negativo para perseguir
penalmente al imputado.
Si el juez contralor admite para su trá mite de requerimiento del MP, se dejará a
disposició n de los sujetos procesales las actuaciones y los medios de investigació n para
que puedan examinarlos hasta la fecha fijada para la audiencia; en el cual el juez
concederá la palabra en su orden al requirente; al sindicado, al abogado defensor; al
querellante adhesivo, al agraviado en ejercicio de la acció n reparadora (si los hubiere) y
resolverá emitiendo un auto que deberá contener lo siguiente:
Es un auto que se dicta durante la fase intermedia o durante la preparació n del debate, forma
de dar por terminada la etapa preparatoria mediante el cual se absuelve a un imputado, cierra
el proceso de forma definitiva y es irrevocable, produce los mismos efectos que una sentencia
absolutoria.
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El sobreseimiento firme cierra irrevocablemente el proceso con relació n al imputado en cuyo
favor se dicta, inhibe su nueva persecució n penal por el mismo hecho y hace cesar todas las
medidas de coerció n motivadas por el mismo. Mientras no esté firme, el Tribunal podrá
decretar provisionalmente la libertad del imputado o hacer cesar las medidas sustitutivas que
se le hubieren impuesto.
El sobreseimiento puede ser total y parcial. Es total cuando cierra la causa respecto de todos
los hechos objeto del proceso y en favor de todos los imputados y es parcial cuando queda
excluido uno de los varios hechos o no favorece a alguno de los imputados. Segú n el caso, el
proceso continuará por el hecho no captado o contra el imputado no favorecido.
En los casos en los que se persiga delitos contra el orden jurídico tributario, no
procederá sobreseimiento, aunque se produzca el pago total de la obligació n tributaria e
intereses, cuando el proceso se refiera a:
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Apropiació n de las retenciones practicadas en la aplicació n del Impuesto Sobre la
Renta (ISR).
En los delitos contra el orden jurídico tributario al que se refiere los artículos:
ANEXOS
NOTA: Puede ser una audiencia individual o mú ltiple; lo cual significa, que en una
audiencia se conoce un solo requerimiento o varios.
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7. Una vez oídas todas las partes, el Juez analiza los medios de prueba y la petició n del
Ministerio Pú blico, y lo declara con lugar o lo deniega. Su resolució n debe contener lo
siguiente:
- Identificació n del imputado.
- La descripció n del hecho que s le atribuye.
- Los fundamentos; y
- La parte resolutiva, con cita de las disposiciones penales aplicables. Artículo 329 CPP,
si la misma es positiva, puede ser de la siguiente forma:
a. “Con lugar el sobreseimiento solicitado por el Ministerio Pú blico a favor del, o de los
procesados…(Nombres)
b. Se ordena el cese de toda medida de coerció n dictada en su contra:
c. Se ordena la inmediata libertad de los procesados, girando las ó rdenes a la
autoridad competente, para su ejecució n. Con la lectura de la presente resolució n
quedan notificadas las partes. Los sujetos procesales deberá n gestionar a donde corresponde
la entrega de su CD, que contiene el desarrollo de la audiencia y resolució n respectiva”.
También puede ser: “Sin lugar el requerimiento formulado por el Ministerio Pú blico”,
resolució n
que el juez debe fundamentar, de conformidad con el artículo 11 bis CPP.
Al emitir la resolució n quedan debidamente notificadas las partes (Arts. 160 y 169 CPP)
CIERRE DE LA AUDIENCIA.
ART. 330 CPP. Valor y Efectos. El sobreseimiento firme cierra y hace irrevocablemente el
proceso con relació n al imputado en cuyo favor se dicta, inhibe su nueva persecució n penal
por el mismo hecho y hace cesar todas las medidas de coerció n motivadas por el mismo.
Mientras no esté firme, el tribunal podrá decretar provisionalmente l libertad del imputado o
hacer cesar las medidas sustitutivas que se le hubieren impuesto.-
Denuncia
Articulo 297 có digo procesal penal: Acto por el cual una persona ofendida o no, sin ejercitar la
acció n penal, comunica a la autoridad competente la comisió n de un hecho presuntamente
delictuoso; puede ser verbal o por escrito. La denuncia se puede presentar ante la policía, el
Ministerio Pú blico o tribunal competente. Consiste en el acto de comunicar ya sea oralmente o
por escrito el conocimiento que se tenga sobre la comisió n de un hecho que tiene las
características de ser delito o falta.
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Querella
Articulo 302 có digo procesal penal: Acto por el cual una persona pone en conocimiento del
ó rgano jurisdiccional la comisió n de un hecho delictivo, solicitando su intervenció n en el
proceso penal como querellante o acusador particular; la querella se puede presentar por
escrito ante el juez que controla la investigació n y éste la remitirá al Ministerio Pú blico para
los efectos de la investigació n. En algunas ocasiones, quien hace una denuncia es directamente
la víctima, y no só lo se limita a dar noticia del hecho, sino que ademá s, solicita intervenir en el
proceso como querellante o acusador particular.
Prevención policial
Articulo 304 có digo procesal penal: Tiene lugar cuando el funcionario del Ministerio
Pú blico, agente de la policía o Juez de Paz (en algunos casos), le consta o tiene
conocimiento de un hecho delictuoso de acció n pú blica, e inicia las investigaciones
preliminares con la finalidad de asegurar, con urgencia, los elementos de convicció n
necesarios, para evitar la fuga u ocultació n de los sujetos sospechosos. Conocimiento que
toma por si mismo, del hecho presuntamente delictuoso, el funcionario o agente de la
policía. Es el tercero de los modos habituales (junto con la denuncia y la querella) para
iniciar un proceso penal, ocurre cuando los ó rganos de persecució n penal toman noticia
directa de un supuesto hecho delictivo. Este es el caso má s comú n de conocimiento de oficio.
Investigación introductoria
En ella el Ministerio Pú blico debe practicar las diligencias necesarias para determinar la
existencia del hecho, establecimiento de los partícipes del mismo, establecimiento de su
identificació n y circunstancias personales para valorar su responsabilidad. En el sistema
acusatorio, el Ministerio Pú blico a través de sus fiscales tiene la obligació n de investigar y los
jueces só lo la responsabilidad de vigilar y controlar dicha investigació n. En la fase
preparatoria o de investigació n, aunque no es contradictoria, deben existir posibilidades
amplias de
Defensa para los sujetos procesales; ello supone la posibilidad de proponer diligencias, de
participar en los actos, de plantear incidentes, etc.
Procedimiento preparatorio.
Acto que sirve esencialmente para recabar los elementos sobre los que habrá de fundar la
acusació n el Ministerio Pú blico, los que só lo pueden ser utilizados como medios de prueba
cuando son conocidos en posterior etapa por el Tribunal de Sentencia. El conjunto de actos,
fundamentalmente de investigació n, orientados a determinar si existe fundamento para
someter a una persona a juicio; la etapa de investigació n es una actividad eminentemente
creativa, en la que se trata de superar un estado de incertidumbre, mediante la bú squeda de
todos aquellos medios que acaben con esa incertidumbre, detectando los medios que servirá n
de prueba.
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Presentación espontánea.
De conformidad con el Artículo 254 del Có digo Procesal Penal: quien considere que puede
ser sindicado en un procedimiento penal podrá presentarse ante el Ministerio Pú blico
pidiendo ser escuchado.
Aprehensión o detención.
Esta debe ser realizada por la Policía Nacional Civil, cuando se refiera a delito flagrante o
persiga a un sujeto, después de la comisió n de un hecho punible o por orden judicial. Se
entiende que hay flagrancia cuando la persona es sorprendida en el momento mismo de
cometer el delito. procederá igualmente la aprehensió n cuando la persona es descubierta
instantes despué s de haber ejecutado el delito, con huellas, instrumentos o efectos del
delito que hagan pensar fundadamente que acaba de participar fundadamente en la
participació n del mismo; la policía iniciara la persecució n inmediatamente del delincuente
que haya sido sorprendido en flagrancia cuando no haya sido posible su aprehensió n en el
mismo lugar del hecho; para que proceda la detenció n en este caso, es necesario que exista
continuidad entre la comisió n del hecho y la persecució n. Artículo 257 del Có digo Procesal
Penal.
Mientras el inculpado solo puede ser detenido y no por má s tiempo que el que establece la
ley. Como procesado queda sujeto a prisió n preventiva. En tal caso solo podrá salir si solicita
la libertad bajo fianza y le es concedida.
Señ ala el art. 274 del Có digo Procesal Penal que después que el juez haya interrogado al
inculpado, lo someterá a proceso, si de los antecedentes resultare:
Que está justificada la existencia del delito que se investiga, y que aparecen
presunciones fundadas para estimar que el inculpado ha tenido participació n en el delito
como autor, có mplice o encubridor. El juez procesara al inculpable por cada uno de los lechos
punibles que se le imputen, cuando concurran las circunstancias señ aladas en los nú meros 1 y
2 anteriormente señ alados.
La resolució n en que el inculpado sea sometido a proceso o mandado poner en libertad será
fundada y expresará si se ha reunido o no las condiciones determinadas en los numerales ya
citados.
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¿COMO RESUELVE SU SITUACIÓN JURÍDICA LEGAL EL IMPUTADO?
1. El imputado
Aquella a quien se endilga un hecho reputado como ilícito, aun cuando no hubiere sido
llamado a indagatoria, tiene derecho a presentarse al tribunal personalmente, con su abogado
defensor, aclarando los hechos e indicando las pruebas que a su juicio, pueden ser ú tiles. En
el proceso penal no se investigan personas sino hechos atribuidos a personas. No basta
con que un sujeto se considere en dicha situació n si el tribunal estima que no se encuentra
incurso en este supuesto, la condició n de imputado no la depara la creencia de quien se tenga
por tal, sino la actividad pesquisitiva cuando alcanza cierta entidad, persecució n encaminada
a una determinada persona, recogida por el tribunal al encarrilarla mediante algú n acto suyo
durante el desarrollo del proceso o bien, directamente, orden judicial de recibirle declaració n
indagatoria.
El juez podrá decretar la incomunicació n del detenido, prorrogable por otras 24 horas
mediante auto fundado, cuando existan motivos para temer que se pondrá de acuerdo con
terceros u obstaculizará de otro modo la investigació n. En ningú n caso la incomunicació n del
detenido impedirá que éste se comunique con su defensor inmediatamente antes de comenzar
su declaració n o antes de cualquier acto que requiere su intervenció n personal. Cuando el
delito que se investigue no esté reprimido con pena privativa de la libertad o parezca
procedente una condena de ejecució n condicional, el juez ordenará la comparecencia del
imputado por simple citació n. Si el citado no se presentare en el término que se le fije
ni justificare un impedimento legítimo, se ordenará su detenció n.
Toda facultad para cercenar la libertad personal tiene que interpretarse en forma restrictiva.
La citació n es la menos intensa de las medidas cautelares personales, cuando se trata del
imputado consiste en el requerimiento formulado a una determinada persona, Será declarado
rebelde el imputado que sin grave y legítimo impedimento no compareciere a la citació n
judicial, o se fugare del establecimiento o lugar en que se hallare detenido o se ausentare,
sin licencia del tribunal, del lugar asignado para su residencia. El proceso penal no puede
desarrollarse íntegramente, sin que para entonces el acusado se encuentre en prisió n
preventiva o en libertad provisoria. En la Guatemala no hay proceso penal en contumacia ya
que violaría la defensa en juicio del artículo 12 de la Constitució n.
2. Indagatoria
Es un simple medio de defensa, los argumentos expuestos, por sí solos, no son susceptibles de
formar convicció n del juzgamiento, sin que tampoco puedan considerarse medios de prueba.
Es la primera posibilidad que tiene el imputado para que se le escuche en el proceso, es una
exposició n espontá nea o provocada por un interrogatorio que cumple facultativamente el
juez. La realizació n del acto que la dispone deviene esencial para el desarrollo del proceso
respecto de determinada persona, aunque el compareciente se niegue a declarar. Está
prohibido que se obligue a declarar en su contra a cualquier habitante de la Nació n.
Debiera comenzar con la libre exposició n sobre el hecho. Es un acto personalísimo. Si el
imputado no se opusiere a declarar, el juez lo invitará a manifestar cuanto tenga por
conveniente en el descargo o aclaració n de los hechos y a indicar las pruebas que estime
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oportunas. Salvo que aquel prefiera dictar su declaració n, se le hará constar fielmente, en lo
posible, con sus mismas palabras. Después de esto el juez podrá formular al indagado las
preguntas que estime convenientes, en forma clara y precisa, nunca capciosa o sugestiva. El
declarante podrá dictar las respuestas, que no será n instadas perentoriamente. Cuando
hubiere motivo bastante para sospechar que una persona ha participado en la comisió n de un
delito, el juez procederá a interrogarla, si estuviere detenida, inmediatamente, o a má s tardar
en el término de 24 horas desde su detenció n. Este término podrá prorrogarse por otro
tanto cuando el magistrado no hubiere podido recibir la declaració n o cuando lo pidiere el
imputado para designar defensor.
3. Procesamiento:
Estabiliza la imputació n al otorgar a quien soporta el proceso la garantía de saber a qué
atenerse, pues solo respecto del hecho por el cual se dicta tiene ya cumplido el paso
imprescindible para ir a juicio. Exige la reunió n de 3 recaudos, uno de índole formal y dos
de índole material. El juez ordenará el procesamiento del imputado siempre que hubiere
elementos de convicció n suficientes para estimar que existe un hecho delictuoso y que
aquel es culpable como partícipe de este.
El procesamiento será dispuesto por autor, el cual deberá contener, bajo pena de nulidad, los
datos personales del imputado, o los que sirvan para identificarlo; una somera enumeració n
de los hechos que se le atribuyan y de los motivos en que la decisió n se funda y la calificació n
legal del delito, con cita de las disposiciones aplicables.
La identificació n del imputado evita que se dicte una orden de prisió n en blanco. La
enunciació n de los hechos estriba en la motivació n del auto. En ella el juez debe meritar
los razonamientos que le conducen a considerar la existencia del hecho indicado,
escrupulosamente, las probanzas de las que surge ese aserto. La calificació n del delito es
elemento relevante a los fines de neutralizar el encierro preventivo pues regula la
procedencia de la libertad provisoria.Una persona a quien se le imputa el cometimiento de
un hecho delictivo, en nuestro ordenamiento jurídico penal guatemalteco, resuelve su
situació n jurídica a través de:
CRITERIO DE OPORTUNIDAD
(Alberto Binder) Es el principio segú n el cual los funcionarios del Estado (fiscales) pueden
prescindir de la persecució n penal y pedir el archivo en ciertos y determinados casos, ya sea
por su poca importancia o gravedad, ya sea por razones de conveniencia para la investigació n.
Es una excepció n al principio de legalidad y se utiliza para economizar recursos y poder
afectarlos a las investigaciones má s graves.
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El SOBRESEIMIENTO
Corresponde sobreseer cuando resulte falta de alguna de las condiciones para la imposició n
de una pena o cuando hay falta de certeza de no existir razonablemente la
posibilidad de incorporar nuevos elementos de prueba y fuere imposible requerir la apertura
a juicio.
El sobreseimiento es un acto procesal que pone fin al juicio; pero le pone fin sin resolver la
controversia de fondo, sin determinar si el acto reclamado es o no contrario a la Constitució n
y, por lo mismo, sin fincar derechos u obligaciones en relació n con el quejoso y las autoridades
responsables.
FALTA DE MÉRITO
Cuando el juez estimare que no hay mérito para ordenar el procesamiento ni tampoco para
sobreseer, dictara un auto que así lo declare, sin perjuicio de proseguir la investigació n y
dispondrá la libertad de los detenidos que hubiere, previa constitució n de domicilio. Tanto
por la angustia engendrada al encaminarse el proceso penal respecto a determinada persona
como por la eventual restricció n de la libertad que comporta, se debe resolver la
situació n del imputado con rapidez.
Los autos de procesamiento y de falta de mérito podrá n ser revocados y reformados de oficio
durante la instrucció n. Contra ellos solo podrá interponerse apelació n sin efecto suspensivo;
del primero por el imputado o el ministerio pú blico y del segundo por éste ú ltimo y el
querellante particular.
LA ETAPA INTERMEDIA
Tiene como objeto principal analizar los medios de convicció n reunidos durante el
procedimiento preparatorio de o de instrucció n y ejercer el control sobre las solicitudes
realizadas por el fiscal y demá s sujetos involucrados en el proceso.
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El procedimiento intermedio se desarrolla después de concluida la etapa de investigació n es
decir despué s de haber recabado todos los elementos, pruebas auténticas que sirvieran para
determinar si es posible someter al procesado a una formal acusació n y si procede la petició n
de juicio oral o pú blico. Esta fase es situada entre al investigació n y el juicio oral, cuya funció n
principal consiste en determinar si concurren los presupuestos procesales que ameriten la
apertura del juicio penal.
Este se caracteriza por ser un tanto breve ya que es un momento procesal en que el juez de
primera instancia, califica los hechos o evidencias en que se fundamenta la acusació n
formulada por el Ministerio Publico, sin decidir sobre la inocencia o culpabilidad del acusado
segú n lo establece el artículo 332 del Có digo Procesal Penal, en el segundo pá rrafo; “La etapa
intermedia tiene por objeto que el juez evalué si existe o no fundamento para someter a una
persona a juicio oral y pú blico por la probabilidad de su participació n en un hecho
delictivo o para verificar la fundamentació n de las otras solicitudes del Ministerio Publico.
A) Dar posibilidad al acusado, su defensor y querellante adhesivo de imponer obstá culos a los
requerimientos del Ministerio Publico, con la finalidad de evitar juicios superfluos.
B) Establecer con precisió n el hecho por el cual se practicara el juicio oral y pú blico e
individualizar a la persona que se le atribuye la comisió n del ilícito penal.
C) Que el acusado sea informado del hecho que se le atribuye y conozca de las pruebas de
las que se fundamenta la acusació n.
LA SENTENCIA
La sentencia en el proceso penal se refiere, al mismo tiempo, un acto jurídico procesal y al
documento en que se consigna el acto.
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FASES DE LA SENTENCIA
Cuatro son las fases que lleva la sentencia como decisió n dad por el juez a un conflicto de
intereses, el examen preliminar del caso, el examen crético de los hechos, la aplicació n del
derecho a los controvertidos y a la decisió n en sí misma.
4) decisión: Una vez hecha la elecció n de la norma aplicable la sentencia entra a su ú ltima
etapa la decisió n.
Esta puede estimar o desestimar la decisió n de la misma.
EFECTOS DE LA SENTENCIA
El efecto fundamental es la cosa juzgada.
Ejecució n de sentencia, una vez concluidos todos los tramites que dan origen a la sentencia lo
que pueda es hacer por un juicio declarada por un juez que se cumpla la decisió n
jurisdiccional.
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Decisió n: Esta puede estimar o desestimar la demanda o la contestació n a la misma, pues el
juez resuelve si deben o no ser acogidas; concluyendo con dictar una resolució n favorable o
adversa al actor o al demandado, pronunciá ndose en definitiva acerca del conflicto de
intereses.
REQUERMIENTO DE SOBRESEIMIENTO
C-02761-02014-00029 SEÑOR JUEZ PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA PENAL
NARCOACTIVIDAD Y DELITOS CONTRA EL AMBIENTE:
EL MINISTERIO PÚBLICO: En el ejercicio de las facultades que le confiere la ley,
actuando a través del suscrito AGENTE FISCAL, comparece respetuosamente ante el señ or
juez, y
EXPONE:
En el proceso instruido en contra de los procesados PANCRACIO LUDOPINO ZAS Y
CARMINA IGNACIA CHACHAGUÁ CHIGUICHÓ N, el agraviado ha renunciado ante el Juez
Contralor, de toda acció n Penal, civil o de cualquier índole, a favor de los procesados, en
virtud de no estar seguro que sean los autores del delito cometido en su contra, ya que
no los reconoció en la fila de personas practicado, manifestando que nunca ha visto a
ninguna de las personas que le mostraron en la diligencia; de igual manera el agraviado
informó a esta fiscalía que tiene en su poder el vehículo mencionado en las actuaciones:
porque nunca se lo llevaron; só lo intentaron quitá rselo, pero fueron otras personas, no los
procesados, y que no tiene a quien señ alar el delito ya mencionado. De la investigació n
practicada por esta fiscalía también se estableció que los sindicados estaban en otro
lugar el día del hecho imputado y que su detenció n se produjo en un momento de
confusió n, tal como lo informaron los Agentes de la Policía Nacional Civil, que
detuvieron a los imputados. Circunstancias por las cuales se estima procedente solicitar al
señ or juez: el SOBRESEIMIENTO del
proceso.------------------------------------------------------------------------------- FUNDAMENTO
LEGAL:
El artículo 328 del Có digo Procesal Penal en su parte conducente señ ala “Corresponderá
sobreseer a favor de un imputado: 1. Cuando resulte evidente la falta de alguna de las
condiciones para imposició n de una pena, salvo que correspondiere proseguir el
procedimiento para decidir exclusivamente sobre la aplicació n de una medida de seguridad y
correcció n”.---------------------------------------------------------------------------------------------------
2. Cuando, a pesar de la falta de certeza, no existiere, razonablemente, la posibilidad ,
de incorporar nuevos elementos de prueba y fuere imposible requerir fundadamente la
apertura del juicio. ---------------------------------------------------------------------------------------------
PETICIÓN:
1. Se admita para su trá mite el presente escrito.
2. Que se tenga por señ alado el lugar para recibir citaciones y/o notificaciones, las oficinas
ubicadas en la quince avenida, quince guió n dieciséis de la zona uno, Barrio Gerona de la
ciudad de Guatemala, tercer nivel.
3. En la fecha para audiencia convocada, se conozca el requerimiento formulado y se
resuelva con lugar la solicitud de SOBRESEIMIENTO del proceso a favor de los procesados
PANCRACIO LUDOPINO ZAS Y CARMINA IGNACIA CHACHAGUÁ CHIGUICHÓ N, por el delito de
robo agravado en grado de tentativa, por las razones expuestas en este memorial. El presente
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memorial se remite en original duplicado y copias de ley. Lugar y fecha, F) Agente Fiscal
Firma y sello de la Fiscalía.
CONCLUSIÓN
Cuando el proceso penal se desarrolla en forma completa concluye con una sentencia
definitiva, que condena o absuelve al imputado. Pero no siempre el proceso llega a esa etapa
final, sino que, en muchas ocasiones, en consideració n a causales de naturaleza sustancial
expresamente previstas en la ley, que hacen innecesaria su prosecució n, se concluye
anticipadamente, en forma definitiva. La decisió n judicial que detiene la marcha del proceso
penal y le pone fin de esta manera, constituye el sobreseimiento. cuando el proceso penal se
desarrolla en forma completa concluye con una sentencia definitiva, que condena o absuelve
al imputado. Pero no siempre el proceso llega a esa etapa final, sino que, en muchas ocasiones,
en consideració n a causales de naturaleza sustancial expresamente previstas en la ley, que
hacen innecesaria su prosecució n, se concluye anticipadamente, en forma definitiva. La
decisió n judicial que detiene la marcha del proceso penal y le pone fin de esta manera,
constituye el sobreseimiento
BIBLIOGRAFÍA
LIBROS
Derecho Procesal Penal Guatemalteco, Autor: Giovanni Orellana, catedrá tico en la
Universidad de San Carlos de Guatemala.
Couture, Eduardo G. Fundamentos de Derecho Procesal Civil. 3ª. Ed. Bs. Rs., De
Palma, 1958.
Diccionario Jurídico Consultor Magno autor Mabel Goldstein .
Osorio, Manuel. Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales Bs. As., Heliasta, 1984.
LEYES
Có digo Penal y Procesal Penal de Guatemala. Constitució n de la Repú blica de Repú blica de
Guatemala.
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