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Caso Matrimonio
Caso Matrimonio
I. Antecedentes
I 1) Demanda
A fojas 19/25 se presenta H. O. V., por derecho propio, con el patrocinio
letrado del doctor M. A. G., y promueve demanda por nulidad de matrimonio
contra A. J. C. L.
Solicita por ello que se resuelva declarar la nulidad del matrimonio celebrado
en Paraguay, toda vez que existía un ligamen anterior indisoluble previo a la
celebración de aquél, con impedimento de ligamen.
Dice que su esposo abandonó el hogar y, desde entonces, han tenido conflictos
en relación a los alimentos que el actor debe colaborar para la manutención de
sus hijos. Que en el año 2003 inició acciones legales sobre alimentos,
obteniendo sentencia favorable y obligando a su esposo depositar la suma
mensual de $ 700 a favor de cada uno de sus hijos.
Por último solicita se decrete el divorcio vincular en los términos del artículo
214, inciso 1º, del Código Civil por las causales de adulterio e injurias graves.
A fojas 61/68 el actor contesta la reconvención. Niega los hechos relatados por
la demandada, en especial niega ocultamiento de su matrimonio anterior.
Resalta que con posterioridad a la celebración del matrimonio en Paraguay, en
la escritura de adquisición del inmueble de la calle Seguí, las partes
consignaron su correcto estado, divorciado el actor y soltera la demandada.
A fojas 83/84, se celebra la audiencia prevista por el artículo 360 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación (CPCC) y se proveen las pruebas
ofrecidas, sobre cuya producción certifica el Actuario a fojas 265.
I - 3) Sentencia.
II - 2) Agravios de la demandada.
III. Solución.
En primer lugar, haré una breve reseña de dos de las posturas que existen en
relación a los segundos matrimonios celebrados en el extranjero en fraude a la
ley argentina.
Dentro de esta corriente, Vidal Taquini, sostiene que la ley sólo se refiere a
nulidad de matrimonio, que clasifica en absoluta y relativa; ignora que los
matrimonios puedan ser eficaces o ineficaces, por lo cual los matrimonios son
válidos o nulos, destacando que la ausencia de impedimentos es un elemento
esencial para la validez del acto matrimonial, y no un elemento de eficacia
(conf. Vidal Taquini, Carlos H., Matrimonio civil, Buenos Aires, Ed. Astrea,
1991).
En el sub lite el actor inició demanda para que se declare nulo el matrimonio
celebrado en la República del Paraguay el 8 de julio de 1981, por encontrarse
viciado de nulidad absoluta por existir impedimento de ligamen anterior.
Por ello –como lo hace el señor Fiscal de Cámara, con quien, insisto, coincido-
estimo es de aplicación el Tratado de Derecho Civil Internacional de
Montevideo de 1940, que dispone que los juicios sobre nulidad de matrimonio
se iniciarán ante los jueces del domicilio conyugal y se regirían por el derecho
del lugar en donde se hubiesen celebrado” (CSJN, in re “R. L., M. c. D’A. s.
recurso de hecho”, del 10/10/2000).
En suma, no puede hablarse de cónyuge de buena fe, pues no hay duda que la
demandada conocía el estado civil del actor, y la inhabilidad nupcial de éste
para contraer “nuevo matrimonio”.
No desconozco decisiones contrarias a las que postulo pero, aún en relación a
la doctrina plenaria “Martínez”, coincido con la antes citada sentencia de la sala
M de esta Cámara: “Asimismo aquélla fue receptada en el plenario “Martínez
González de [Z]anotti” de noviembre de 1973.
“IV.- En el art. 159 el Código Civil argentino, adopta la regla tradicional del
derecho argentino en materia de matrimonio, sometiendo su validez formal y
sustancial a la ley del lugar de celebración: “Las condiciones de validez
intrínsecas y extrínsecas del matrimonio se rigen por el derecho del lugar de su
celebración, aunque los contrayentes hubiesen dejado su domicilio para no
sujetarse a las normas que en él rigen”.
IV. Conclusión
Por lo expuesto, voto por: a) admitir las quejas del actor, modificando la
sentencia recurrida, decretando la nulidad del matrimonio celebrado en la
República del Paraguay entre H. O. V. y A. J. C. L., el día 8 de julio de 1981,
rechazándose entonces la reconvención y declarándose que las dos partes no
revisten la buena fe pretendida, encomendando a la señora juez de grado el
libramiento de los oficios correspondientes para poner en conocimiento, en el
país vecino y donde corresponda, la presente resolución; b) en caso de ser mi
voto compartido corresponde imponer las costas de esta instancia en el orden
causado en razón de los antecedentes contradictorios y las particularidades del
caso (arts. 68, segunda parte, y concs. del CPCC). Deberemos considerar los
recursos por honorarios y regular los correspondientes a esta instancia en el
Acuerdo.
Así lo voto.