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Finalmente
viniste a mí, viniste a vivir aquí
a caminar desde el nogal hasta la mesa de granito
desde la sombra hasta la pila de los troncos
llevando y trayendo
haciendo sonar las hojas secas con tus pisadas
Además no fui yo, fue mi cerebro, que mandó una señal que salió por el cuello,
pasó por debajo del hombro, por el brazo, por el codo, por el antebrazo y por la mano hasta
llegar a este dedo. El índice.
Es verdad que un poco le hice cosquillas antes de matarlo, y que después cuando se cayó
al piso por la risa, le caminé un poco por encima y después si, lo maté
Ay qué terribleeee!! Lo matéee!! (irónico) como si nadie hubiera matado nunca a nadie.
Quién no mató a alguien alguna vez, a ver?
Sea lo que fuere que haya allá afuera, se trata solamente de ponerse en marcha (Caparrós
estúpido pedante)
Lo único que hay allá afuera es L. mi mujer y F. mi hijo. Sus voces, el ruido que hacen con
el agua, las habilidades y los desafíos de F., y L. disfrutando simplemente, recostada en las
escalinatas de la pileta. Hay un poco de viento que levanta el polvo de la calle de tierra ahí
abajo. Escribir es desplegar las velas y esperar. Pero mientras tanto, nada. Desanudar la
mano dibujando cada palabra. Tarde o temprano va a llover. Y eso va a ser pronto. En
Sierra no pasa nada, vos traes tu épica, tu paisaje. Aquí no hay nada salvo espacio y casas
y árboles y dentro de las casas personas con celulares, conectados con cosas que no están
acá.
Qué ha pasado con todo? Adónde se ha ido todo. Incluso la nada que nos ha quedado es la
nada de el todo. Y esta nada es indescriptible porque no tiene ni siquiera palabras, tal vez
solo estas palabras-pasos. Acá las moscas son estúpidas; se dejan matar. Alguien, bajo un
arbolito, dibuja difícilmente el paso del tiempo. Por eso Caparrós es tan dañino.
Lo matarías? A Caparrós? Seguramente! es lo primero que salta. ¿Cómo lo harías? Lo
dejarías sin internet?
Ojalá tengamos limones en algún momento. Por ahora parece que se suben las hormigas
por el pie y se comen las flores, o se las llevan.
Una araña en el fondo de la pileta. Inmóvil. No se si en este caso se dice que la araña se
ahogó. Le mandamos una foto a M. mi hermana. Sacala y hacele respiración boca a boca,
le digo a F.
Estaré enfermo? Imagino a unos supuestos lectores haciendo así con la cabeza.
La araña no reacciona
A esa planta le salen unas ramitas que son como patitas de rana con forma de ramitas
Si vos venís de vacaciones es una cosa, pero si vivis aca es otra cosa
Mucho viento
Ahora F. está con una manguera negra tratando de aplastar a la araña muerta en el fondo
de la mar. Dice que quedó en mil pedacitos.
Ahora me puse en una posición que es más de escriba, de escribiente, un poco mas
inclinado sobre el papel
Mi hermana M. me avisa que hay un tormenton. Está en algún lugar de noche en un micro
en medio de la ruta. Trae a mi mamá N. Yo ya me voy a dormir. No sé muy bien como es
que lo hago pero rezo por ellas.
Tengo que comprar shampoo y tengo muchas cosas por hacer. Tengo que comprar una
carretilla. Tengo que decidir si voy a seguir con el supuesto proyecto de producción de
hongos girgolas. De hecho ya junte dos bolsas de consorcio de chauchas de aromo para
ver si sirve como sustrato, pero tendría que comprar un tambor de plastico para
descontaminar las chauchas. Y comprar el micelio. Aparte tengo que comprar la carretilla.
Pero no me gusta comprar. Es como que soy un poco de quedarme, como dice Lapresa.
Tendría que mejorar un poco mi aspecto.
También hay que hacer cosas con el auto, por ejemplo arreglar el caño de escape. También
habría que arreglar la bomba de agua o comprar una nueva mas moderna
Se va llenando de turistas. Casi seguro que llueve el jueves o el viernes. Todo ejercicios
para soltar la muñeca. No quiero hablar con nadie de política. Pero menos con Pedro, que
es un soldado y estuvo trabajando adentro de un barco, en la parte que queda sumergida,
abajo de todo, que no se como se llama, el me dijo y no me acuerdo. Sierra en algún
sentido no te da nada, tenés que hacerlo todo vos. Como dice Gregorio, hay que castigar el
cuerpo, que no se acostumbre a lo bueno, es lo mismo que dice Nicholas Nassim Taleb.
Capaz que ahora todo se empieza a acomodar. Tengo demasiados frentes, como Alberto.
Pero también muchas cosas a favor.
Te quiero decir acá delante de todos, para que no piensen que me estoy tirando un lance:
sos tan linda, pero tan linda ...
Pasó la bruja calamidad por aquí y fue todo una calamidad. Es una viejita que habla como
una nena. Si hay alguno que no es de la familia ella se enciende y cuenta cosas, cambia los
escenarios de los acontecimientos y también muchas veces la época en que ocurrieron.
Pero le gusta hablar y cautivar -hechizar- a todos. Yo no quiero que me toque. Ella lo sabe y
viene y se me tira encima y me quiere dar besos y yo tengo miedo que me aplaste. Y me
dice “hijito”. En estos días de la bruja calamidad, un dia mi mujer L. perdió la paciencia y me
dijo “andá a cagar” y yo me saqué. Fue justo el día de Navidad, el 25. Yo me saqué. Y
después me enfermé. También estuvo Usarriaga, el hermano del que se fracturó las
muñecas y yo le pregunte si Cafaro seguía tomando merca. Me parece que el lo tomo como
un ataque, o tal vez pensó que yo era un prejuicioso con el tema de las drogas. Me dijo que
un poco, solo los fines de semana. Yo entonces empecé a pensar que muchos se acercan a
Cafaro porque les convida merca. Y que tiene muchos amigos que se le acercan con ese
motivo (no es que su amistad se base en eso, en la conveniencia, sino que es como si
hubiera -otra vez- una especie de hechizo) A mi Cafaro me dice que soy su amigo del alma.
Pero yo ya escribí una cosa sobre eso. El mundo está lleno de fantasmas. Usarriaga me dijo
que el a veces toma con él, con Cafaro. Yo escribo con el cerebro un poco duro, pero no de
merca. Es porque me enojo y me enfermo y eso me dura un par de días. A veces mas.
Cuando escribo es como que voy caminando por un lugar y voy apartando las ramas.
Escribir es como ir apartando las ramas, que son las cosas que cuento. No me importa todo
lo que pasó. Todo eso es la enfermedad, cuando la mente se pone dura, y estoy enojado y
tiemblo un poco mas que antes. A mi me gustaría escribir mas despacio. No tan apurado.
Me mojé la cabeza y una gota que me había quedado colgando de un mechón cayó sobre
el cuaderno y cuando llegue hasta ahí con la letra tuve que dejar un renglón para no escribir
sobre la gota. Todo esto fue por la bruja calamidad, que ahora ya se fué y como yo digo, se
le están yendo los poderes y es peor. Yo quisiera que Alguien se los quite para siempre y la
siente en un rincón en penitencia para que se calme y haya paz en su corazón. No sé qué
tendría que pasar.
Lo que me doy cuenta cada vez más es que a mi ya me tienen bastante resuelto, que estoy
acá como pintado, como dice la gente. La gente dice; bueno, dejá, el es así.
Ahora se nublo por suerte porque se aproxima una tormenta, "hace falta" dice la gente por
aca. Yo se que Hebe Uhart me va a ayudar: ella dice “a media rienda”. Que así es como hay
que escribir y para mi eso es una indicación muy importante, muy concreta. Y además que
hay que tener paciencia consigo mismo. Que si no te sale nada, no importa, seguro que a la
tarde algo te va a salir. Gracias Uriel porque ya se me esta acomodando el trazo, se me
está soltando la muñeca. Hele es la que me habló de Hebe. Porque ella hizo un taller
literario durante mucho tiempo con ella. Y contaba por ejemplo que entre las alumnas
decían que convenía meter un gato en el cuento o en el relato y que entonces a Hebe
empezaba a parecerle interesante.
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El pico de la tetera
Vino Monse y yo le explique que el problema era el conector hembra, que para arreglarlo
hay que desensamblar la máquina y que yo no hacía ese trabajo. Que la podrían llevar a
Bahía Blanca, que hay una casa que se llama Galileo que tiene buena reputación en
Google. Monse dice que se vinieron a Sierra porque su marido Raúl quiso y que ella estaba
medio arrepentida, que se vinieron hace seis meses y que no se adaptaba a la forma de ser
del lugar. Yo le dije: Monse, tiene que tener paciencia, aquí es así, cuesta adaptarse. Y le
conté lo del techista que nos paso un presupuesto, que se lo aceptamos y que al final nunca
vino, y también le dije lo de las clases de computación en el centro de jubilados y que la
gente a veces es un poco inconstante pero que hay que tener paciencia y que yo por
ejemplo tuve suerte que tengo dos vecinos bárbaros, me saque la loteria (Buen día Carlos!
justo salió ...). Me dijo que es Monse de Montserrat yo le dije sí! como Montserrat Caballé
que ya se murió, dije mientras me arrepentía de decir eso, y me dijo que si, que eran de
familia catalana, primera generación de argentinos. Cualquier cosa que precisen, no importa
lo que sea, consúltenme. Si, muchas gracias
Fuimos a Los Angelitos y estaba bárbaro. No teníamos maya pero los varones igual nos
metimos en short o en calzoncillos. El agua estaba ni muy fría ni tibia, así que nos metimos
y tuvimos un respiro. Había una mojarritas que te hacían cosquillas en los pies, y mi hija A.
contó que en Tailandia hay unos estanques que vos metes los pies y miles de pescaditos
diminutos te comen la piel muerta de los pies y es como una sensación de burbujeo. Me
hizo pensar en las pirañas, pero mas benignas. Después tuvimos que meternos en el auto
todos mojados. Encima el auto era un asco, lleno de polvo. Porque acá hasta el gato lo
acariciás y levanta polvo. Por eso estamos esperando la lluvia. Está todo encapotado pero
no quiere llover. El pronóstico te dice que está lloviendo pero acá no cae ni una gota. “Hace
falta” dicen acá. Porque hay muy poca agua en los ríos y se llena de algas y las algas se
llenan de bichos. Por eso si llueve lo suficiente viene una creciente que limpia todo y se
lleva la suciedad. Salvo los Angelitos, ahí el agua corre mas y se forma como un piletón con
cierta profundidad. Pero no está queriendo llover.
También fuimos al Cerro del Amor que es muy chiquito, lo subís en quince minutos y es
como un mirador que se ve todo Sierra. Y te das una idea de donde vivís.
Tenemos unos montoncitos de damascos por todos lados, en platitos, en fuentecitas. Rosa
tiene un árbol de damascos enorme pegado al cerco. Es muy alto y Rosa no lo cosecha.
Muy cada tanto sostienen una sábana por debajo y le dan palazos al tronco y caen algunos.
Pero casi siempre los damascos van madurando y se van cayendo al piso o sino alguna
calandria los picotea un poco y se caen por el picotazo. Caen continuamente, así que a
cada rato vamos y recogemos los que caen de nuestro lado aunque estén un poco
reventados, y después hacemos mermelada. Unos pocos -los menos- están en unas ramas
que se pasan para nuestro lado y algunos están al alcance de la mano. Asi que tambien
vamos juntando algunos sanos.
Es como tener el árbol de la abundancia que en realidad es ajeno y se comparte. Hay una
regla implícita: lo que está o cae de nuestro lado, es nuestro. Igual le damos a Rosa un
frasco cada tanto, porque nosotros nos vemos beneficiados de la abundancia de ella, así
que es una especie de retribución. Para mi el sabor de la mermelada es el sabor de la
mermelada de damasco.
Yo le digo “estar enfermo” o “estar un poco enfermo”. Pero no es como cuando la mente se
pone dura, fija, por así decirlo, vigilante. Es mas bien al revés, es como que te pones tonto,
o también podría decirse inocente, y es cuando la mente es llevada y traída de un lado a
otro, cuando la mente se pone crédula. Yo le digo “estar enfermo”, pero es cuando mejor
me siento, aunque te sentís un poco sin piso, y no querés hacer nada, solamente quedarte
acá y hacer las cosas de la casa, estar a merced de cualquier cosa que podría ocurrir en tu
mente. Yo me encomiendo a ese estado porque es lo mejor para mí y por ende para todos.
Pero tengo una inercia, como la inercia que tuvimos todo este año desde que recién nos
mudamos hasta ahora, cuando ya estábamos viviendo aquí pero a veces nos levantábamos
y las cosas eran como allá aunque fueran las cosas de acá, y eso que tenemos otros
muebles y otras camas, solamente la heladera es la misma. Y de repente todo empezó a
brotar y a mostrarse tal cual es, sin los efectos de la inercia nuestra. Eso empezó a pasar
mas o menos con la primavera. La fuerza de la primavera barrió con nuestra inercia y de
repente nos empezamos a sentir de vuelta como cuando veníamos de vacaciones y
estábamos “verdaderamente” en otro lugar y la verdad es que cuando “verdaderamente”
estás acá, empezás a ver que todo tiene vislumbres de otros lugares. Que todo lo de acá: el
jardín de los frutales del frente, por decirlo así, o el fondo, donde está el nogal, se abre a
otros lugares que no se si son de acá o no, pero se muestran distintos como si no fueran de
acá, como si fueran vislumbres de espacios sin tiempo. Como si recién hubiéramos nacido.
Estábamos aquí mismo en la galería tomando mate y se había puesto muy oscuro, muy
cerrado. Serían las seis de la tarde. Alguien dijo “ahora me parece que sí” pero no era
seguro. Había amagado de llover varias veces y el pronóstico le había pifiado otras tantas.
Estaba muy pesado, el calor no aflojaba.
Empezaron a caer unos gotones, cada vez más tupido, hacían ruido al reventarse contra el
piso, y cuando quisimos acordarnos era una cortina de agua. Ahh qué bueno, hacía falta,
dije yo. Empezaron a aparecer algunas goteras en el alero de la galería. Teníamos que
correr las reposeras pero aparecían mas goteras y nos teníamos que volver a correr pero
llovía cada vez más fuerte y el agua salpicaba por todos lados. Al final nos metimos adentro
porque se habían empezado a formar charcos.
Extraño a la gata, a nuestra gata sin nombre. Mi hermano cuando me la trajo la trajo con
nombre, le habían puesto Antonia. No nos gusto "Antonia". Pero no le pusimos nuevo
nombre. Hubo un par de intentos pero finalmente quedó “Gata”. Estuvo catorce años con
nosotros y se murió un poco antes de la mudanza a Sierra. Creo que se le rompió una
muela, le quedó torcida y no podía comer, pero ya estaba medio viejita. Pero no quiero
hablar de eso.
Llovió mucho. En el patio del nogal que es bastante grande se formó una lagunita. La lluvia
limpia el aire y también limpia el río. Al día siguiente el río tenía mucha correntada y el agua
estaba marrón. Después de un par de días de no llover el agua se va aclarando hasta
quedar limpia. También después de un par de días empieza a crecer un pastito verde
Hay algo inmenso, una nebulosa extendida a sus anchas en su lecho infinito. Sin embargo
no estoy afuera, no estoy mirando el cielo, solo se que está aquí, por todos lados, tan
inmensa es su extensión, tan inmersos estamos en su lúcido sueño, bello y durmiente
firmamento.
Fuimos cargando las reposeras en el baúl del auto La mia es anaranjada y tiene la altura de
una silla, respaldo largo y se inclina unos 150 grados. La de mi hijo F. es como una silla
común pero plegable, no se reclina. La de mi mujer L, es una reposera bastante baja, la
cola te queda muy cerca del suelo y también se reclina bastante. En esa reposera se me
hace muy difícil reincorporarme. Es una reposera que se compró L. hace unos años para
ella. Yo me compre la mía muchos años después y me fije especialmente que no fuera muy
baja. También cargamos un banquito plegable de base circular y otro banquito clásico de
camping que se pliega tipo tijera y tiene una tela de lona.
En las familias son frecuentes las peleas y discusiones por la colaboración o falta de
colaboración en las tareas de la casa. También he visto muy frecuentemente una suerte de
velada competencia por ver quien colabora mas. El que más hace cosas, más poder
acumula porque tiene mas méritos que exhibir que otros que supuestamente colaboran
menos y por supuesto que los que no colaboran nada, También he observado en las
familias lo difícil que resulta cuantificar la colaboración, aparte de que nadie va a admitir que
su capacidad de colaboración tiene un beneficio adicional que consiste en quedar mejor
posicionado en el ranking de mejores colaboradores. Se supone que todos hacemos las
cosas por el bien común y no solo por cumplir y mucho menos para obtener el derecho a
señalar con el dedo a los menos voluntariosos.
Los cables de la luz entran en la casa por cuatro cables que van justo por el linde del
terreno del vecino, a unos tres metros de altura, tal vez un poco más. Van los cuatro cables
paralelos y cada tanto hay un poste de sostén con cuatro taponcitos de cerámica o
porcelana que los mantienen paralelos para evitar que se toquen y se produzca un
cortocircuito. Pero pasan dos cosas: por un lado, que hay arbustos en toda esa linea y hay
que podarlos todo el tiempo porque sino a la larga llegan a tocar los cables (que son cables
sin cobertura o funda, o sea cables pelados) y depende el ángulo en que venga creciendo la
rama, pueden hacer que dos cables se junten, y lo otro es que, yo no sé por qué razón,
esos cables ya no están bien tirantes y entonces se hace una panza en los tramos que
están entre los postes. Además que si hay una rama tocando y llueve, podría haber una
descarga a tierra y eso puede generar mas consumo, además del peligro para las personas
y animales.
Es como esos juegos de cartas en que gana el que más puntos tiene y el que menos puntos
tiene. Los del medio pierden. En una familia ganaría el que es más voluntarioso, el que tiene
más fuerza de voluntad. Éste les puede decir a los demás que se pongan las pilas e incluso
asumir el rol de organizador. Hay uno que, ya se sabe, no hace nada y no le importa perder
ciertos derechos y la pasa bien dentro de todo. Y los del medio son los hijos o a los que el
organizador pretende tenerlos de hijos