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EJERCICIO INTERPRETATIVO DE LA CONVIVENCIA ACADEMICA

FORMADORA DE INGENIEROS CIVILES. ARGUMENTACIÓN TEORICA


ONTOAXIOLOGICA DESDE LAS VOCES DE LOS SUJETOS INFORMANTES

Autora: Olga Moreno


Correo: olgamoreno1959@gmail.com
Línea de Investigación: Comportamiento Organizacional y Productividad

RESUMEN
Esta investigación tiene como objetivo general Develar el componente ontológico de los
roles docente y discente en el contexto formativo de ingeniería civil de la universidad
Rómulo Gallegos.Esta mirada de la convivencia académica, supone admitir que las actuales
prácticas pedagógicas, así como la sociedad en que ocurren, no pueden seguir como están y
que se necesita un cambio. De este modo, la preocupación por la convivencia y la
diversidad en el mundo de la educación, remite finalmente a un planteamiento de cambio,
en la medida en que tengamos capacidad para detectar dónde y cómo cambiar. En atención
a ello, la convivencia académica es una responsabilidad de la praxis docente y está inmersa
en la educación del ser humano, pues ella es una acción que busca facilitar estilos de
aprendizaje, la comprensión y  la adquisición de  valores y habilidades  de un grupo de
personas, utilizando para ello, la discusión, la interacción el ejemplo, la formación o la
investigación. Ya basta, que en la convivencia cotidiana en el aula, la universidad y el
docente sean vistos como instrumentos arcaicos que no reconocen la diversidad para
comprender las características del grupo y valorar las particularidades de los individuos en
sus espacios deformación. De allí que este fenómeno de estudio, es por la necesidad de
ofrecer una convivencia y calidad académica en el escenario de ingeniería civil
sustentándose en el beneficio que obtienen al considerarse como actores principales que
impactan en el proceso formativo universitario. De esta forma, concibo que la convivencia
constituya un apoyo para la formación de los estudiantes de ingeniería civil, a partir de la
expresión de sus inquietudes, necesidades y expectativas tanto personales como formativas.
Ellas son frutos de las interrelaciones de todos los miembros de la comunidad de
aprendizaje, independientemente del rol que desempeñen, de allí que docente y discente
son, no sólo partícipes de la convivencia y calidad académica, sino gestores de éstas, en
este sentido subrayo la idea de que la universidad y sus aulas de clases, además de ser
espacios para transmitir determinados contenidos científicos y culturales, también debe
manifestar un especial interés en educar para la convivencia.Siguiendo el orden de las
ideas, se denota que la docencia o universidad, cualquiera que sea su naturaleza, requiere de
la conjugación de una serie de elementos que entrelazados entre sí, facilitan la acción del
hombre para su adecuada utilización y permanencia en espacios de aprendizaje. Estos
elementos pueden ser, valores y su correcta combinación, pero para ello es necesario el
desarrollo de la convivencia académica.
Descriptores Claves: Convivencia Académica Formadora, Sujetos Informantes.

Reseña Bibliográfica: Olga Suleima Moreno de González, T.S.U en Administración,


Licenciada en Administración, Magister Scientiarium en Gerencia Administrativa con
Mención Honorifica y Publicación, Diplomado en Docencia Universitaria. Fuentes laboral:
MINISTERIO DEL DESARROLLO URBANO MINDUR 1979-1981. ASISTENTE DE
PERSONAL. INSTITUTO DE CAPACITACION AGRICOLA 1981-1983. AUXILIAR
DE CONTABILIDAD. OFICINA CONTABLE 1984-1988. SECRETARIA. MINISTERIO
DE FOMENTO 1988 - 1990. SECRETARIA. CONSTRUCTORA DOSSAN C.A. 1993 -
1997. ASISTENTE ADMINISTRATIVO. MRW 1998 – 2000. ASESORA INTEGRAL
DE COOPERATIVAS. BANCO DEL PUEBLO SOBERANO-MINEP 2006. ASESORA
INTEGRAL DE COOPERATIVAS. BPS CAI 2007. TRABAJO INDEPENDIENTE.
2008 - 2012. ASISTENTE ADMINISTRATIVO IV. INSTITUTO REGIONAL DE
DEPORTE DEL ESTADO BOLIVARIANO DE GUARICO IRDEBG desde 2013 A LA
ACTUALIDAD 2020. DOCENTE CONTRATADO A TIEMPO CONVENCIONAL EN
EL PROGRAMA DE INGENIERIA CIVIL DEL AREA DE INGENIERIA,
ARQUITECTURA Y TECNOLOGIA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL
EXPERIMENTAL ROMULO GALLEGOS (UNERG) DESDE AÑO 2018 A LA
ACTUALIDAD AÑO 2020.
INTERPRETATIVE EXERCISE OF THE ACADEMIC COEXISTENCE FORMING
CIVIL ENGINEERS. THEORETICAL ONTOAXIOLOGICAL ARGUMENTATION
FROM THE VOICES OF THE SUBJECT INFORMANTS

Author: Olga Moreno


Mail: olgamoreno1959@gmail.com
Line of research: Organizational Behavior and Productivity

SUMMARY
This research has the general objective of revealing the ontological component of the
teaching and teaching roles in the training context of civil engineering at the Rómulo
Gallegos University. This view of academic coexistence implies admitting that current
pedagogical practices, as well as the society in which they happen, they cannot continue as
they are and a change is needed. In this way, the concern for coexistence and diversity in
the world of education, finally refers to an approach to change, insofar as we have the
capacity to detect where and how to change. In view of this, academic coexistence is a
responsibility of teaching practice and is immersed in the education of the human being, as
it is an action that seeks to facilitate learning styles, understanding and acquisition of values
and skills of a group of people, using for this, discussion, interaction, example, training or
research. Enough is enough, that in daily coexistence in the classroom, the university and
the teacher are seen as archaic instruments that do not recognize diversity to understand the
characteristics of the group and value the particularities of individuals in their deformation
spaces. Hence, this phenomenon of study is due to the need to offer academic coexistence
and quality in the civil engineering scenario, based on the benefit they obtain by
considering themselves as the main actors that impact the university training process. In
this way, I conceive that coexistence constitutes a support for the training of civil
engineering students, based on the expression of their concerns, needs and expectations,
both personal and educational.They are the fruits of the interrelationships of all the
members of the learning community, regardless of the role they play, hence the fact that
teachers and students are not only participants in academic coexistence and quality, but
their managers, in this sense I emphasize the idea that the university and its classrooms, in
addition to being spaces to transmit certain scientific and cultural content, should also
express a special interest in educating for coexistence. Following the order of ideas, it is
denoted that teaching or university, Whatever its nature, it requires the conjugation of a
series of elements that, intertwined with each other, facilitate the action of man for its
proper use and permanence in learning spaces. These elements can be, values and their
correct combination, but for this the development of academic coexistence is necessary.
Key Descriptors: Training Academic Coexistence, Informant Subjects.

Bibliographic Review: Olga Suleima Moreno de González, T.S.U in Administration,


Bachelor of Administration, Magister Scientiarium in Administrative Management with
Honorable Mention and Publication, Diploma in University Teaching. Labor sources:
MINISTRY OF URBAN DEVELOPMENT MINDUR 1979-1981. STAFF ASSISTANT.
AGRICULTURAL TRAINING INSTITUTE 1981-1983. ACCOUNTING CLERK.
ACCOUNTING OFFICE 1984-1988. SECRETARY. MINISTRY OF DEVELOPMENT
1988 - 1990. SECRETARY. CONSTRUCTORA DOSSAN C.A. 1993 - 1997.
ADMINISTRATIVE ASSISTANT. MRW 1998 - 2000. INTEGRAL COOPERATIVE
ADVISOR. BANCO DEL PUEBLO SOBERANO-MINEP 2006. INTEGRAL ADVISOR
OF COOPERATIVES. BPS CAI 2007. INDEPENDENT WORK. 2008 - 2012.
ADMINISTRATIVE ASSISTANT IV. REGIONAL SPORTS INSTITUTE OF THE
BOLIVARIAN STATE OF GUARICO IRDEBG from 2013 TO PRESENT 2020.
TEACHER HIRED AT A CONVENTIONAL TIME IN THE CIVIL ENGINEERING
PROGRAM OF THE AREA OF ENGINEERING, ARCHITECTURE AND
TECHNOLOGY OF THE UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL A-ROMERO
GALLERO THE PRESENT YEAR 2020.

PROBLEMATIZACIÓN Y GÉNESIS DE LA INCERTIDUMBRE

Ante la situación que atraviesa la universidad venezolana, caracterizada por el


individualismo y la apatía de algunos docentes y estudiantes, la pregunta obligada es ¿qué
debería hacer la universidad para enfrentar con éxito los nuevos retos que plantea la
realidad económica, social, política y científico-tecnológica del siglo XXI? Y la respuesta,
casi obligada es: la universidad debe cambiar, si quiere sobrevivir. Sobre esta aseveración
existe un consenso casi universal, como se desprende de las diferentes consultas
internacionales realizadas por la UNESCO (1998) con relación a este tema. Pero, ¿cuál es
el tipo de cambio que debería adoptar la universidad? Al respecto, se podrían analizar dos
posibles escenarios: uno, referido a cambios, simples y superficiales (o cosméticos), donde
se mueven cosas para que todo quede igual; y dos, cambios sustantivos y profundos,
conducentes a una verdadera transformación de las estructuras universitarias, en función de
una revisión actualizada y actualizable de la visión y la misión de los docentes en los
escenarios de aprendizaje.
Frente a este panorama incierto que impacta en las instituciones universitarias, se ha
insistido al interior de la pedagogía en la necesidad de propiciar nuevos modelos de práctica
formativa centrados en la convivencia y la diversidad, como una respuesta valórica, con un
sentido fuertemente humano y transformador de ese hacer y de ese conocer con el que
participan los actores sociales.
Esta mirada de la convivencia académica, supone admitir que las actuales prácticas
pedagógicas, así como la sociedad en que ocurren, no pueden seguir como están y que se
necesita un cambio. De este modo, la preocupación por la convivencia y la diversidad en el
mundo de la educación, remite finalmente a un planteamiento de cambio, en la medida en
que tengamos capacidad para detectar dónde y cómo cambiar.
En atención a ello, la convivencia académica es una responsabilidad de la praxis
docente y está inmersa en la educación del ser humano, pues ella es una acción que busca
facilitar estilos de  aprendizaje, la comprensión y  la adquisición de  valores y habilidades
de un grupo de personas, utilizando para ello, la discusión, la interacción el ejemplo, la
formación o la investigación.
Es decir, la convivencia académica no solo se produce a través del lenguaje, pues
además están presentes en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Generalmente,
la convivencia y calidad académica se lleva a cabo bajo la dirección de las figuras de
autoridad: docentes, pero los estudiantes también pueden educarse a sí mismos en un
proceso llamado aprendizaje autodidacta.
En esta perspectiva, la convivencia académica aparece como otro espacio necesario
para familiarizarse con la cultura deformación de una determinada comunidad en
formación, mirando métodos y formas de análisis, de argumentación y de discurso
específicos. Dicha convivencia es imprescindible dado que la mayoría de los docentes
universitarios deben formarse continuamente en valores. Entonces, la convivencia
académica se significa como una función de acompañamiento, de orientación y de apoyo al
alumnado en su proceso de personalización de los aprendizajes y del desarrollo de las
competencias, tanto a nivel personal como profesional, a lo largo de su trayectoria, con el
horizonte dinámico del proyecto de vida, un proyecto personal y profesional.
Así pues, la convivencia académica se configura como un proceso estructurado
técnicamente, con el fin de ofrecer a los estudiantes la información y la formación
necesarias para el desarrollo de su carrera y de facilitar su inserción en la sociedad como
ciudadanos y profesionales activos. Para ser efectiva y eficaz, debe practicarse desde la
dinámica de enseñanza-aprendizaje, ya que implica un aspecto gradual y acumulativo de
experiencias que tienen para cada alumno su propia significación personal
Visto así, el protagonismo que la convivencia académica están cobrando en las
universidades se debe, en gran medida, al hecho de que es pieza clave para proporcionar
una atención personalizada al estudiante y orientarle en su desarrollo personal, académico y
profesional. Algunos factores que favorecen la relación de confianza con los alumnos se generan a
partir de brindarles un trato respetuoso, al conocerlos y llamarlos por su nombre, involucrarlos de
manera personal considerando sus opiniones y problemáticas, evitando realizar comentarios
sarcásticos o estereotipados, con el fin de mantener la motivación para participar en las sesiones de
aprendizaje.
Considerando los argumentos anteriores, presento, entre muchos de mis argumentos
cognitivos que la dinámica educativa vive un proceso de cambio y transformación, estas
modificaciones en los últimos años abarcan todas las áreas y afectan o benefician de una u
otra manera, a todas las universidades y dentro de ellas a todos sus grupos sociales. Prueba
de estos cambios, son los estilos y modos de hacer docencia que han surgido, las
transformaciones en el trabajo, en la recreación y en la convivencia misma, son parte, de la
realidad de todos los escenarios de aprendizaje, y ello incide directamente en todas las
formas de organización que se conforman mediante una relación académica social, pues
son quienes día a día batallan con los cambios: tecnológicos, humanos, organizacionales,
culturales, sociales, académicos, entre otros.
Siguiendo el orden de las ideas, se denota que la docencia o universidad, cualquiera
que sea su naturaleza, requiere de la conjugación de una serie de elementos que
entrelazados entre sí, facilitan la acción del hombre para su adecuada utilización y
permanencia en espacios de aprendizaje. Estos elementos pueden ser, valores y su correcta
combinación, pero para ello es necesario el desarrollo de la convivencia académica.
Sin embargo, comprender la convivencia académica es todo un trabajo intelectual
ontológico lleno de implicaciones humanas (emociones, conductas, tensiones, actitudes,
individualismo, colectivismo, otros), que son complejas por naturaleza, que se presentan
como partes y como el todo al mismo tiempo, y que definen el comportamiento humano
como un sistema espontaneo e impredecible, en donde lo obvio no es lo real y más
palpable, sino más bien el rostro de una dinámica y cambiante caracterización axiológica
enmascarada en la personalidad de cada quien, que hace que toda persona sea capaz de
crear, atendiendo a su histórico tradicional y cultural, sus propias estructuras sociales de
convivencia.
CONTEXTUALIZACIÓN, GLOBALIZACIÓN Y COMPLEJIDAD DEL
PROBLEMA
A tal efecto, es sobre el soporte de los argumentos descritos anteriormente que presento
el fin último o el componente teleológico de mi investigación, el cual consiste en generar
un ejercicio interpretativo de la convivencia académica formadora de ingenieros civiles.
Teorización misma que se lograra mediante la construcción gnoseológica de tópicos
centrales diversos, que incluyen la labor de interpretar el componente ontológico de la
práctica docente en el marco del contexto universitario, en consonancia con las reflexiones
sobre el contexto axiológico como proceso social, hasta lograr comprender, desde el punto
de vista ontológico, la convivencia académica de los actores del contexto universitario.
Ahora bien, en las aulas de clase, encontramos la interacción de conglomerados
sociales que se valen de los elementos básicos de la axiología para generar la dinámica de
enseñanza y aprendizaje que permitirá lograr su cometido. Sin embargo, el ejercicio
docente en este caso, no pierde y ni perderá jamás su identidad, pues, seguirá planteándose
como un esquema dinámico en el que un emisor transmite un mensaje a un receptor, con
base en unos canales y medios para contrarrestar su contenido en una retroalimentación.
Así mismo, lo que hace única a la axiología en el contexto universitario, como ya dije, no
son sus elementos constitutivos, sino la convivencia que se desprende de sus actores
sociales: estudiantes, facilitadores.
Imbricado sobre estas ideas, veo que la acción del docente universitario, en sus
diversas modalidades, debe plantearse como un instrumento de ayuda ofrecida al
estudiante, fundamentalmente en el plano académico. Por tanto, estoy convencida de que
dicho ejercicio docente debe caracterizarse por unos objetivos claros, debidamente
programados, y que han de estar coordinados con la programación curricular, ya que
entiendo que la docencia y la convivencia académica son funciones interdependientes que
confluyen en el aprendizaje del estudiante. Pues así lo concibo, la adopción de la
convivencia conlleva un nuevo enfoque de la didáctica que está unida a un sistema de
aprendizaje autónomo e interactivo.
En atención a ello, afirmo como docente universitaria, que en las aulas o escenarios de
aprendizajes universitarios es posible una atención más cercana al alumno, donde se le
brinden oportunidades formativas enfocadas hacia la promoción de competencias
cognitivas y socio afectivas, las cuales son base para el aprendizaje permanente.
En este contexto, comprendo que la respuesta a estos retos de convivencia académica,
demandan o exigen a docentes, alumnos, integrar una comunidad de aprendizaje que tiene
como soporte fundamental el trabajo colaborativo. Para tal fin, este debe llevarse a cabo en
diferentes momentos y entre todos los integrantes de la comunidad de aprendizaje,
poniendo en prácticas valores como: solidaridad, amistad, cooperación, responsabilidad,
entre otros. Esto implica, entre otros argumentos, que los docentes universitarios compartan
información y reflexionen juntos sobre las características de los alumnos; sus intereses,
necesidades, fortalezas, problemas y los retos académicos que les plantea unidad curricular
así como el apoyo que necesitan de manera individual y grupal.
Ahora bien, lo que interpreto de esta literatura anterior es que la convivencia
académica ha estado presente en diferentes épocas, espacios formativos y niveles
educativos, tanto nacionales como internacionales, y se ha considerado que contribuye a la
formación integral del alumnado. El docente, en su carácter de facilitador debe, contribuir
al desarrollo personal, social, afectivo, cognitivo y académico de los alumnos, es decir, a su
formación integral. Por esta razón, convivir académicamente no es un capricho de quien es
responsable de una unidad curricular, tampoco es un periodo para realizar repasos o
asesorías académicas de las asignaturas, ni para desarrollar actividades sin intención
didáctica que desvirtúen su naturaleza.
Adicional también planteo, que la convivencia académica promueve, desde la voz y
acción de los estudiantes, procesos de autoconocimiento, diálogo, reflexión,
autorregulación, desarrollo de habilidades, asertividad, identificación de factores de riesgo
y de protección, es un escuchar activo con sus pares y el profesor, los cuales coadyuvan en
la interacción y la conformación de una identidad o temática en particular. Asimismo, el
espacio de la convivencia académica está destinado para desarrollar actividades de
reflexión, análisis y discusión del grupo en torno a situaciones de su interés. Aprender a
vivir juntos, aprender a convivir con los demás, constituye una finalidad esencial de la
educación, son muchas las razones que hacen que este aprendizaje se considere no sólo
valioso en sí mismo, sino imprescindible para la construcción de una sociedad más
democrática, más solidaria, más cohesionada y más pacífica.
Tal como lo percibo, el gran objetivo de lograr una convivencia académica va a incidir
significativamente en la calidad de vida personal y común de los estudiantes, va a ser un
factor de primera importancia en la formación para la ciudadanía y va a favorecer las
instancias de aprendizaje cognitivo, mejorando logros y resultados. La conflictividad
escolar se inicia cuando se rompe el equilibro de respeto y se dan los problemas de
comprensión mutua, disciplina democrática y atención a la resolución pacífica de los
conflictos. Finalmente, la educación para la convivencia pasa por crear personas que sean
capaces de escucharse y respetarse mutuamente, sin recurrir a la violencia, por eso hay que
educar a los jóvenes de forma simultánea en el campo cognitivo, emocional y moral.
En atención a ello, afirmo que la convivencia académica tienen intención de promover
una educación integral, donde los estudiantes se desarrollen tanto académica como personal
y socialmente, lo que les permite adquirir las herramientas necesarias para lograr vivir una
vida sana y relacionarse armónicamente con los demás en los diversos contextos que se
pueden encontrar tanto dentro como fuera de la universidad. Como institución educacional,
se considera que es una responsabilidad ética el educar a los estudiantes utilizando la
convivencia, tan importantes para el logro del éxito tanto profesional como personal en sus
vidas.
En otras palabras, me responsabilizó al afirmar que la convivencia académica tiene
como propósito fomentar en el grupo vínculos de diálogo, reflexión y acción, con el fin de
fortalecer la interrelación con los alumnos respecto al desempeño académico. En tanto, el
docente debe generar estrategias tanto preventivas como formativas que contribuyan al
logro del perfil de egreso de la Educación Profesional.
Dentro de este contexto, y luego de haber interpretado los argumentos anteriores,
concibo que en la educación universitaria, específicamente en la universidad Rómulo
Gallegos la convivencia es algo deficiente y no está coadyuvando al conocimiento e
interacción de los estudiantes, en lo individual y como grupo, es decir, no se está
practicando o visualizando estas herramientas para lograr que esta prestigiosa universidad
cuente con la credibilidad necesaria que le permita realizar una acción docente con
propiedad y axiología para así prevenir problemáticas complejas que obstaculizan la
formación dentro y fuera de ella.
Ya plasmada este escenario ontológico preocupante para mí, también agrego desde mis
vivencias y lo observado en otros espacios de aprendizajes, que los docentes no estamos
contribuyendo al desarrollo de la convivencia académica, la cual es útil para la vida y
para el aprendizaje, lo afirmo porque por medio de las diferentes acciones de nuestra
cotidianidad académica no favorecemos a los alumnos para que encuentren el sentido de lo
que aprenden cotidianamente y movilicen así los diversos saberes a un contexto específico
en el que se desenvuelven, es decir, acepto que al no practicar la convivencia académica
estamos aislando al estudiante y promoviendo un individualismo que no contribuye con la
resolución de conflictos mediante el diálogo.
Siendo las cosas así, planteo en este recorrido ontológico un vacío o motivación que
me conlleva a realizar este estudio doctoral, pues es muy preocupante para mí , que la
convivencia académica entre docente y discente no promueva, como en efecto ocurre en la
universidad Rómulo Gallegos, el desarrollo de habilidades y actividades que permiten a los
estudiantes, interactuar, acercarse, dialogar revisar y comprender sus procesos de
aprendizaje en los diversos contenidos curriculares, sin siquiera reconocer en dónde tienen
dificultades, qué tipo de contenidos se les facilitan y cómo pueden mejorar, asumir y dirigir
su propio aprendizaje a lo largo de su vida.
En otras palabras, este escenario ontológico lo resumo desde mi mismidad, como un
escenario o aula de clase donde no se representa en su máxima expresión un ambiente de
libertad, amistad, respeto y confianza donde se le dé prioridad a que los estudiantes
expresen dudas e inquietudes respecto a su vida académica, así como a sus emociones y
sentimientos.
Continuando con este hilo discursivo, miro hacia lo conceptual o lo que es lo mismo el
deber ser y afirmo que la idea central de la convivencia académica es permitir a los
estudiantes, valorar las relaciones con los otros como vía para establecer la propia
identidad y reconocer las diferencias individuales, así como la identidad colectiva, que se
construye a partir del establecimiento de motivaciones, tareas y metas de grupo.
Ya basta, que en la convivencia cotidiana en el aula, la universidad y el docente sean
vistos como instrumentos arcaicos que no reconocen la diversidad para comprender las
características del grupo y valorar las particularidades de los individuos en sus espacios
deformación. De allí que este fenómeno de estudio, es por la necesidad de ofrecer una
convivencia y calidad académica en el escenario de ingeniería civil sustentándose en el
beneficio que obtienen al considerarse como actores principales que impactan en el
proceso formativo universitario.

EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CAMINO


De esta forma, concibo que la convivencia constituya un apoyo para la formación de
los estudiantes de ingeniería civil, a partir de la expresión de sus inquietudes, necesidades y
expectativas tanto personales como formativas. Ellas son frutos de las interrelaciones de
todos los miembros de la comunidad de aprendizaje, independientemente del rol que
desempeñen, de allí que docente y discente son, no sólo partícipes de la convivencia y
calidad académica, sino gestores de éstas, en este sentido subrayo la idea de que la
universidad y sus aulas de clases, además de ser espacios para transmitir determinados
contenidos científicos y culturales, también debe manifestar un especial interés en educar
para la convivencia.
Sobre estos argumentos, y como investigadora responsable de lo expresado
anteriormente, expreso que toda esta situación o vivencia me ha generado gran
preocupación, razón por la cual, me planteo las siguientes interrogantes, las cuales me
conllevarían a unos hallazgos propios de cada sujeto para la sistematización del respectivo
ejercicio interpretativo. Es pertinente revelar los propósitos investigativos:
Develar el componente ontológico de los roles docente y discente en el contexto
formativo de ingeniería civil de la universidad Rómulo Gallegos
Comprender el contexto epistemológico de la praxis docente como principal agente
social y educativo promotor de la convivencia académica formadora de ingenieros civiles.
Interpretar los hallazgos sobre la convivencia académica desde la ontología de los
roles docente y discente en el contexto universitario ingeniería civil de la institución
Rómulo Gallegos.
Generar una Teoría educativa axiológica para la convivencia académica formadora de
estudiantes de ingeniería civil.

EN LA CONSTRUCCIÓN DE ASUNCIONES
En la intención de concebir desde mi interior, la importancia de realizar esta
producción intelectual, tengo a bien pasearme por los aspectos más relevantes de mis
propias experiencias, así como de las experiencias de otros en el contexto
educativouniversitario. En primer lugar, es un hecho incuestionable que la docencia debe
aceptar la convivencia como algo que ocurre a lo largo de toda su vida profesional, lo cual
supone particularmente, nuevas exigencias intelectuales, actitudes, valores, competencias
para el ejercicio de tan trascendental rol social.
En este contexto, es necesario que nosotros como docentes comprendamos que la
convivencia y calidad académica es permanente y dependen de la cultura axiológica de los
seres humanos, por lo tanto debemos poseer conocimientos, habilidades, destrezas y
competencias para reconocer virtudes y algunas debilidades académicas que puedan afectar
nuestro desarrollo profesional. La nueva cultura académicaformativaque emerge de la
llamada sociedad del conocimiento, hace un llamado a las nuevas tendencias de aprendizaje
y formación académica, las cuales reclaman una profunda reflexión y restructuración de la
docencia.
Ahora bien, desde el siglo XIX pareciera que las instituciones educativas universitarias
en Venezuela y gran parte del mundo están entrando en una enorme crisis que es necesario
hacerle frente por el bien de toda la humanidad, es decir, no basta con mirar lo que está
aconteciendo cómodamente instalados desde el sillón de la modernidad, hay que atreverse a
caminar en la oscuridad del mundo postmoderno para poder conocerlo en todas sus
dimensiones y plantear alternativas.
Dentro de este marco, los docentesformadores de ingenieros civiles de la universidad
Rómulo Gallegos deben reorientar su rol debido a la realidad social cambiante que avanza a
pasos agigantados sin darnos la oportunidad de poder comprender lo que está pasando, es
decir, es necesario hacer una interpretación y revisión de la praxis docente que hace vida en
ella para no dejarse invadir por la inercia que tanto daño hace a los profesionales en
cualquier ámbito.
Sobre esta situación, se requiere que la educación en el actual contexto socio-histórico,
revise su concepción del conocimiento y de los métodos de enseñanza y aprendizaje,
trascendiendo la visión instrumentalista que hace énfasis en la mera transmisión de
contenidos académicos, hacia una formación integral, digna, libre y valorativo que
dignifique la condición humana y el desarrollo de los pueblos.

REFLEXIONES SURGIDAS
Todo este argumento, me permite desarrollar los siguientes alcances de este ejercicio
doctoral, de la siguiente manera:
Desde el punto de vista humanista, los profesionales de la docencia deben interesarse
por formar personas y profesionales con alto sentido crítico y ético, que tengan una
formación integral, técnica, científica social, y humanística y que sean capaces de dar
respuesta a las crecientes exigencias a las que se enfrentan en su vida profesional como
ciudadanos y seres humanos.
Por todo esto la educación en el presente y el futuro inmediato, requiere centrar sus
esfuerzos en promover el desarrollo de prácticas docentes caracterizadas por la fraternidad
y la participación, de modo que los estudiantes y profesores puedan avanzar e integrarse al
ritmo con el que caminan las otras dimensiones de la vida social.
Visto desde el estrato académico, es urgente y necesario distanciarse de la educación
tradicional que se reduce a memorizar lo que ya se conoce constituyéndose en la
problemática actual más aguda que presenta la enseñanza en estos recintos, debido a que se
realiza de manera pasiva, utilizando como principales métodos de enseñanza los
memorísticos y mecanicistas. Es importante reconocer que la institución
educativauniversitaria, los profesores y el saber pedagógico están sufriendo una de las crisis
más significativas con la aparición del postmodernismo, que no es nada nuevo sino otra
forma de visualizar la educación por el bien de nuestros estudiantes y la sociedad en
general.
En este contexto hablo ahora de ladimensión teórica,pues es importante reconocer que
toda esta situación obedece a la presencia de un paradigma cartesiano que esta dominando
al mundo durante más de 250 años, influenciado además por paradigmas de la
simplificación que en nada contribuyen a la formación de los estudiantes y mucho menos
motivan a los profesores para optimizar o actualizar toda esa epistemología educativa que
le permite hacer vida interactiva en los espacios de aprendizajes.
En lo social, dicho estudio doctoral le da importancia al hecho de que los
docentesuniversitarios, formadores de ingenieros, son los principales protagonistas para
erradicar la crisis epistémica que está golpeando lentamente a la institución educativa
venezolana, pues ellos deben motivar a sus estudiantes a participar, propiciar respeto,
amor y fraternidad para que de manera activa se puedan construir conocimientos sin
necesidad de que esté presente el miedo, el oprimido y el opresor.
En lo institucional, la convivencia académica aportan criterios para la respectiva
innovación de la acción docente sistemática continua, esto representa un estímulo de
desarrollo profesional para los docentes en servicio, pues, permitirá asesorar la formulación
de nuevas acciones a través de la selección de actividades centradas en lo humano y en lo
social.
Así mismo, dicho estudio lo justifico debido a que está inmerso o se inscribe en la
Línea de Investigación referida a: Comportamiento organizacional y productividad.Tal
vinculación la expreso debido a que mi abordaje fenoménico se refiere a la coexistencia
pacífica con corresponsabilidad axiológica de la diada docente discente, es decir, lo que
supone es la existencia de una interrelación positiva entre los actores académicos para el
adecuado cumplimiento de los objetivos o propósitos en un clima que propicia el desarrollo
integral de los estudiantes y aprendizajes exitosos.
Dicho de otra manera, desde esta línea de investigación denominada: Comportamiento
organizacional y productividad , la dinámica académica se concibe como un acercamiento
entre los actores docente y discente para un aprendizaje de calidad, por ello se deben
practicar valores para que la convivencia académica sea vista como unaherramienta
formativa donde prevalecen las interrelaciones de todos los miembros activos de los
escenarios de aprendizaje , independientemente del rol que desempeñen. De allí que todos
son, no sólo partícipes de la convivencia, sino que deben practicarla para que entre todos
ocurra porque no la repedagogizacion. . En este sentido es preciso subrayar la idea de que la
universidad y sus docentes, además de impartir conocimientos, también debe ser un
espacio o un ser para la convivencia y el desarrollo humano. En otras palabras, considero
que la educación para la convivencia debe practicarse cotidianamente, pues con ella se
fomenta la construcción diaria de la responsabilidad, el respeto y la solidaridad entre otros.
Entonces, la idea es aprender a vivir juntos, aprender a convivir con los demás, lo que
constituye una finalidad esencial de la educación. Son muchas las razones que hacen que
este fin denominado convivencia , se considere no sólo valioso en sí mismo, sino
imprescindible para la construcción de aprendizajes y de una sociedad más democrática,
más solidaria, más cohesionada y más pacífica.
En atención a ello, el gran objetivo de lograr este andamiaje teórico va a incidir
significativamente en la calidad de los aprendizajes universitarios y en la vida personal y
común de los docentes y estudiantes, es decir, va a ser un elemento de primera importancia
para el crecimiento profesional y humano, para la calidad académica y para una ciudadanía
que va a favorecer las instancias de aprendizaje cognitivo, mejorando logros y resultados
en una sociedad que está en constante evolución y cambios.

CONSIDERACIONES EPISTE-METODOLOGICAS

Lo ontológico de mi investigación pone de manifiesto como esencialmente existen los


actores académicos en el contexto universitario, existencia misma que planteé en el cómo
conviven socialmente o como constituyen la realidad en la medida en que tales actores
académicos interaccionan entre sí, de allí que lo ontológico del estudio es idealista y
constitutivo a la vez.
Además, la ontología del estudio es interna y relativista, donde el significado es creado
socialmente, mediante la comprensión interpretativa de la realidad, en este sentido
Gadamer, citado por Lugo (2007), expresa que el modo de comprender humano es
típicamente interpretativo, realizando la comprensión constructiva que se esclarece de una
realidad captada a la propia realidad comprendida.
La epistemologíadel trabajo, es subjetiva ya que se basa en un conocimiento que se
genera de la experiencia vivida y expresada verbalmente por los sujetos informantes que
están relacionados directa e indirectamente con el objeto de estudio, al respecto, Martínez
(2004), señala que se da primacía a la experiencia subjetiva inmediata como fundamento
del conocimiento y orientándose a la búsqueda de los significados que los sujetos otorgan a
sus experiencias.
Lo metodológico del trabajo es inductivo, porque interesa comprender los procesos
involucrados en su sentido real, al respecto Husserl citado por Gutiérrez (2004), subraya la
importancia de entender de forma inmediata el mundo del hombre, mediante una visión
intelectual basada en la intuición de la cosa, lo que permite captar los caracteres propios de
la esencia. Adicional a ello, dicha investigación se enmarca en una ciencia pos positivista
que sí y solo si, refleja subjetividades tal cual se convive, es decir, existen unos cimientos
cualitativos de gran relevancia y significación para el estudio de diferentes fenómenos.
Lo teleológicodel estudio se expresa en el logro de los propósitos de la investigación,
es decir, describir e interpretar la experiencia de investigación buscando nuevos
conocimientos; en este sentido Taylor y Bogdan (1999), hacen referencia a aprehender del
proceso de interpretación intentado ver las cosas desde el punto de vista de otras personas.
Esto es garantizado por un acercamiento profundo a la realidad estudiada donde es
innegable el respeto por los valores de los sujetos estudiados, sin embargo, lo que sí quiero
justificar con ello, es que el contraste de los valores con los que conviven los actores
académicos me dará una idea para significar las estructuras sociales que ellos desarrollan
para convivir.
La axiología del trabajo se basa en la criterio del mundo que tiene el investigador y que
incide en qué es importante estudiar; sobre esto, Martínez, citado por Leopardi (2009),
opina que “el investigador nunca puede despojarse de los valores que alimentan, guían y
dan sentido a su ejercicio profesional” (p. 52). Los valores personales, participan de manera
inevitable en la selección de los problemas, en el sustento teórico seleccionado, en los
métodos, técnicas y recursos que se utilizan en su solución, es decir, son los valores
personales los que guían las interpretaciones de los resultados. Además se pretende
proyectar y dar a conocer principios necesarios para la calidad y convivencia académica
Con relación a la dimensión gnoseológica, el acápite teórico que implica esta tesis
doctoral está presupuestado en una comprensión ontológica de la convivencia académica en
el contexto universitario, teoría axiológica que si bien se plantea como sustantiva al campo
educativo, sin manifestar la creación de nuevos aspectos teóricos, sino más bien busca
profundizar los ya existente para develar el por qué aun ocurren vacíos en cuanto a la
convivenciaacadémica desde a praxis docente.

EJERCICIO INTERPRETATIVO
Abordar temas tan humanos como la convivencia las relaciones interpersonales y la
cotidianidad académica universitaria representa un desafío constante lo cual se entiende
desde estas diversas posturas donde los entrevistados consideran importante la promoción
de la educación socioemocional en los estudiantes a partir de la construcción de un vínculo
de afectividad y confianza entre pares y profesores para favorecer autoconceptos sociales
positivos, habilidades comunicacionales en tanto permiten interpretar y valorar las
emociones del sí mismo y del resto, modelaje de relaciones auténticas, prevención de
conflictos, aprendizaje en reconocimiento y expresión emocional, favoreciendo el
desarrollo de la personalidad al solucionar problemas para generar aprendizajes
significativos que los prepare para la incorporación al mundo adulto.

Tejiendo el aspecto de la valoración de los hallazgos, considero que la relevancia


radica en cultivar los estados emocionales que se ha convertido en uno de los factores con
mayor influencia en el sector educativo, sabiendo que a partir del dominio y manejo de las
emociones se pueden transformar las prácticas de enseñanza y aprendizaje de una manera
significativa e integradora.

De allí que si se trabaja adecuadamente con las emociones se estimularía a los


estudiantes universitarios en la aprehensión de aprendizajes tanto para la vida personal
como la vida profesional, es decir en este proceso van a adquirir aprendizajes de calidad.
Asimismo, los aspectos socioemocionales, contribuyen a resolver diversos problemas que
surgen en esta época de cambios y transformaciones, que puedan ir creciendo, además de
trabajar la empatía y el respeto entre pares en sus interacciones.

En el mismo orden de ideas, ser conscientes de nuestras emociones y desarrollar las


competencias Socioemocionales, nos permite desarrollar la resiliencia, y guiar a nuestros
estudiantes con un liderazgo que se caracteriza por la ética, el acompañamiento, la
pedagogía, el apoyo de pares, de manera de favorecer las acciones sociales en todo tipo de
contexto. Sin embargo, para darle contrastación y sentido a este párrafo, Bisquerra (2001),
señala que las repercusiones de la educación emocional pueden dejarse sentir en las
relaciones interpersonales, el clima de la clase, la disciplina y el rendimiento académico.
“Desde esta perspectiva, la educación emocional es una forma de prevención inespecífica,
que puede tener efectos positivos en la prevención de actos violentos, del consumo de
drogas, del estrés, de estados depresivos, entre otros”. (p.11).

Además, la importancia de la educación de la afectividad y las emociones, debe ser


considerada como una condición primaria para el despliegue de la personalidad; por cuanto
constituye parte de un proceso continuo y permanente para lograr el desenvolvimiento de
las competencias emocionales como elementos fundamentales, para lograr el desarrollo
integral de la persona, posibilitándole al individuo capacitarse para mejorar su calidad de
vida, su capacidad de comunicación, aprender a resolver conflictos, tomar decisiones,
planificar su vida, elevar su autoestima, incrementar su capacidad de flujo, y sobre todo,
desarrollar una actitud positiva ante la vida.

Trabajar con los estados emocionales se ha convertido en uno de los factores con
mayor influencia en el sector educativo, sabiendo que a partir del dominio y manejo de las
emociones se pueden transformar las prácticas de enseñanza y aprendizaje de una manera
significativa. De allí que si se trabaja adecuadamente con las emociones se estimularía a los
estudiantes en la aprehensión de aprendizajes tanto para la vida personal como la vida
profesional, es decir en este proceso van a adquirir aprendizajes de calidad.

Todo proceso de enseñanza-aprendizaje depende de factores sociales, académicos y


emocionales. Estos últimos tienen un impacto en lo que aprendemos y en la manera en la
que lo hacemos. Para que los estudiantes aprendan, es importante que la experiencia misma
del aprendizaje les genere bienestar, esto ayuda a entender por qué es tan importante el
ambiente educativo, tanto en el aula como en la institución universitaria.

como docente universitaria por más de veinte años puedo comprender que la
competencia indispensable del docente en la parte Socioemocional, se considera que el
aprendizaje escolar es una actividad social constructiva que realiza el estudiante,
particularmente junto con sus pares y el docente, para lograr conocer y asimilar un objeto
de conocimiento, determinado por los contenidos escolares mediante una permanente
interacción con los mismos, de manera tal, que pueda develar sus diferentes características,
hasta lograr darles el significado que se les atribuye culturalmente promoviendo con ello un
cambio adaptativo es claro que el papel del docente universitario es clave, máxime si a
través del aprendizaje se procura el promover habilidades cognitivas y las capacidades
emocionales, y afectivas que le permitan un aprendizaje autónomo y permanente que
puedan utilizarlo en situaciones y problemas más generales y significativos.

Los docentes universitarios se encuentran día a día en la práctica educativa con


problemas que no sólo tienen que ver con el aprendizaje de conocimientos, sino también
con la desmotivación, actitudes violentas entre participantes y hacia los mismos profesores,
trastornos familiares, psicológicos, emocionales, lo que repercute en la dinámica del
ambiente educativo y actividades planeadas por el profesor en todo el contexto educativo
debido a los diversos fenómenos que ocurren a inicio de esta tercera década del siglo XXI.

Es en la vida diaria del contexto educativo donde los estudiantes y docentes


establecen relaciones con sus acciones verbales y no verbales; es aquí donde se pone en
juego la carga emocional de los actores educativos. Por su parte, Cabello, Ruiz y Fernández
(2010), aduce que la “capacidad de identificar, comprender y regular las emociones es
fundamental por parte de los y las profesores, debido a que tales habilidades influyen en los
procesos de aprendizaje, en la salud física, mental y emocional de los y las educandos y son
determinantes para establecer relaciones interpersonales positivas y constructivas con estos,
posibilitando una elevación en su rendimiento académico” (p.129). Todo esto debido a que,
cuando el profesorado inspira confianza y seguridad, e instruye con dominio y confianza, es
posible que los y las estudiantes asuman una actitud más empática hacia él o la docente y
hacia la disciplina que este o esta imparte.
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