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Trabajo Final de Profetas menores

Marcelo E. Pérez Victor D. Romero

Índice
Introducción a los profetas.............................................Pág. 2
I- Óseas...........................................................................Pág. 4
A. Introducción.....................................................Pág. 4
B. Datos Principales.............................................Pág. 4
C. Llamado del Profeta........................................Pág. 5
D. Condición de su Ejercicio................................Pág. 9
E. Bosquejo del Contenido...................................Pág. 11
II- Amós..........................................................................Pág. 12
A. Introducción.....................................................Pág. 12
B. Datos Principales.............................................Pág. 12
C. Llamado del Profeta........................................Pág. 13
D. Condición de su Ejercicio................................Pág. 15
E. Bosquejo del Contenido...................................Pág. 16
III- Abdías.......................................................................Pág. 17
A. Introducción.....................................................Pág. 17
B. Datos Principales.............................................Pág. 17
C. Llamado del Profeta........................................Pág. 18
D. Condición de su Ejercicio................................Pág. 19
E. Bosquejo del Contenido...................................Pág. 21
IV- Jonás.........................................................................Pág. 22
A. Introducción.....................................................Pág. 22
B. Datos Principales.............................................Pág. 22
C. Llamado del Profeta........................................Pág. 23
D. Condición de su Ejercicio................................Pág. 24
E. Bosquejo del Contenido...................................Pág. 25
Conclusión......................................................................Pág. 26
Bibliografía.....................................................................Pág. 27
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INTRODUCCIÓN A LOS PROFETAS MENORES


El nombre proviene del hebreo: NABIM, que significa “el que habla en
lugar de...”Por lo tanto los profetas son quienes hablan en lugar de Dios.
Algunos profetas no han dejado escritos, como son el caso de Natán (profeta
de David) y Elías y Eliseo (profetas del Reino del Norte). Otros, en cambio,
tienen extensos libros (como Isaías) o escritos más pequeños (como Amós).
Según la distribución de los libros en la Biblia Hebrea, los libros de los
profetas se clasifican de la siguiente manera:
1- Profetas anteriores:
• Josué • Libros de Samuel
• Jueces • Libros de los Reyes
2- Profetas Posteriores:
• Isaías • Ezequiel
• Jeremías • Los doce profetas menores
Los 12 Profetas menores son:
• Oseas • Nahúm
• Joel • Habacuc
• Amós • Sofonías
• Abdías • Ageo
• Jonás • Zacarías
• Miqueas • Malaquías
Otra clasificación tiene que ver con la cronología en que aparecieron los
profetas. Para esto se considera el Exilio en Babilonia como tiempo
significativo.
Así tenemos:
a. Profetas pre-exílicos
• Natán (Reino Unido, • Miqueas
tiempo de David) • Isaías (1ro, Libro)
• Elías – Eliseo (en el • Sofonías
Reino del Norte) • Nahúm
• Amós • Habacuc
• Oseas
• Jeremías
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b. Profetas exílicos
• Ezequiel
• Abdías
• Isaías (2do. Libro)
c. Profetas post-exílicos
• Isaías(3er. Libro)
• Ageo
• Zacarías
• Jonás
• Malaquías
• Joel

A continuacion desarrollaremos el estudio de los Siguientes Profetas


Menores: Oseas, Amos, Adbias, Jonás

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I Oseas
A. INTRODUCCIÓN: Oseas fue llamado por Dios para que se opusiera a esa
inundación de maldad del reino del norte, y para que levantara diques de
reprensión, condenación y súplica: de súplica basada en el eterno amor de Dios
por sus hijos descarriados. Pero los ruegos de Óseas no fueron escuchados por un
pueblo apóstata. La impía nación impenitente e inconversa, se aferró a su rebelde
conducta, y fue llevada al cruel cautiverio del yugo asirio. Óseas dio el
último mensaje de Dios al reino del norte antes de su caída en 723/722 a. C.
B. DATOS ESENCIALES
MARCO HISTÓRICO: Oseas comenzó su ministerio durante el final del
próspero pero moralmente decadente reino de Jeroboam II de Israel (las clases
altas estaban bien, pero oprimían a los pobres). Profetizó hasta muy poco tiempo
después de la caída de Samaria en 722 a.C.
PROPÓSITO: Ilustrar el amor de Dios por su pueblo pecador
AUTOR: Oseas hijo de Beeri
SIGNIFICADO: salvación
DESTINATARIOS: Israel (el reino del norte) y el pueblo de Dios en todas
partes.
FECHA: Aproximadamente en 715 a.C. Narra los hechos de 753–715 a.C.
VERSÍCULO CLAVE: «Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada
de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de
Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas» (3.1).
PERSONAS CLAVE: Oseas, Gomer, sus hijos
LUGARES CLAVE: El reino del norte (Israel), Samaria, Efraín
PALABRAS CLAVE: PECADO,JUICIO,
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: Oseas emplea muchas imágenes de la
vida diaria. Presenta a Dios como esposo, padre, león, leopardo, osa, rocío,
polilla y otros; Israel es ilustrado como esposa, enfermo, viña, uvas, olivo, mujer
parturienta, horno, neblina y humo, por nombrar unos pocos.
TEMA: RETORNO A DIOS

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CRONOLOGÍA:

C. LLAMADO DEL PROFETA


La tarde caía en un humilde hogar del norte de Israel. Un personaje
solitario sollozaba con el rostro hundido entre sus manos. El ser amado había
dejado el hogar y el desconsolado esposo compartía el funeral en su corazón.
¿Por qué había sucedido todo aquello? Esta pregunta obsesionaba la mente
y atormentaba el alma de Oseas, nuestro joven profeta.
a. Luna de Miel que se Vuelve de Angustia. La memoria tomó a Oseas de
la mano y lo condujo hacia atrás por los senderos del tiempo. ¡Cuán vívidamente
recordaba la ocasión en que conoció a la hermosa doncella llamada Gomer! La
escena aparecía de nuevo ante sus ojos. El encanto de la juventud, la belleza
fascinadora... la memoria de aquel momento agitaba y traspasaba su corazón en
esta noche.
Dándose cuenta de su llamamiento, el mozo profeta había orado
intensamente sobre el asunto. La instrucción divina había llegado con la claridad
de una campanada: “Cásate con Gomer.” Y así, un día se unieron en matrimonio.
Muy a pesar de la tragedia subsecuente, Oseas no podía dudar de que Dios le
había indicado que se casara con la mujer que llegó a ser su esposa. Pero, ¿por
qué? ¿Por qué? Esta interrogación resonaba como un lamento por todos los
ámbitos de su alma.
Los primeros años de su matrimonio fueron muy felices. Oseas y su joven
compañera estaban mutua y profundamente enamorados. Como la fragancia de
las lilas en primavera, las brisas de la memoria le traían el aroma de la dulzura de
aquellos primeros días. El aún ardiente enamorado prorrumpió en nuevos
sollozos.
¡Cómo recordaba al primer hijo que había arrullado! Cuando se llenó de
orgullo por tener su primer hijo, le pareció que la copa de su gozo rebosaba.

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Cuando oró sobre ello, se le indicó que llamara al niño Jezreel. El niño era una
señal para Israel de que Dios vengaría la sangre de Jezreel sobre la casa de Jehú.
Pero de pronto apareció un distanciamiento en la vida de la feliz pareja.
Oseas observó con creciente congoja la atención señalada que algunos jóvenes
demostraban para con su esposa. Sus ojos comenzaron a interceptar algunas
miradas veladas, pero acariciadoras. No fue muy difícil descifrarlas. La belleza
misma de Gomer estaba resultando ser una trampa para ella.
Poco tiempo después, otro bebé nació en el hogar, sólo que esta vez fue
una hija. Pero el Entusiasmo de Oseas se enfrió no porque aquel vástago fuera
mujercita, sino porque en las honduras de su corazón se agitaba la negra sombra
de una tremenda incertidumbre— ¿era esta niña realmente hija suya? El
horizonte del profeta se obscureció con una horrible interrogación.
La voz divina le dio muy poco consuelo al indicarle el nombre de la niña:
“Ponle por nombre Loruhama: porque no más tendré misericordia de la casa de
Israel” (1:6). Loruhama—“la no compadecida,” “la no amada.” Lenta, pero
seguramente, la cruz caía sobre sus hombros: la cruz oculta de un temor
indescriptible. La senda del profeta se estaba volviendo una verdadera vía
dolorosa.
Finalmente, otro hijo vino al hogar. En esta ocasión no hubo duda alguna...
tan sólo quedaba una horrible certeza. Dios le dijo: “Ponle por nombre Loammi:
porque vosotros no sois mi pueblo ni yo seré vuestro Dios” (1:9). Loammi—“no
pueblo mío,” “no mi familiar.” Aturdido y ofuscado, Oseas andaba como si
estuviera soñando. Gradualmente, como uno que vuelve en sí, el agudo dolor
regresó. El alma sensitiva del profeta fue bombardeada con la realidad innegable
de la verdad horrible—el niño no era su hijo. Gomer, su esposa, le había sido
infiel.
b. El Pecado Resulta en Separación. Por fin, un día Gomer dejó el hogar.
Cuando el ruido de sus pasos se perdió, un horrendo sentido de vacío y soledad
se apoderó del alma del profeta. Parecía como si la luz del amor se hubiera
apagado en su espíritu. Después, los sentimientos estallaron y Oseas encontró
descanso dejando salir un torrente de lágrimas.
Parecía que muchas horas habían transcurrido ya. Pero en realidad fue a
los cuantos minutos que los niños llegaron corriendo. “¿A dónde va mamacita?
No contestó cuando la llamamos. ¿Por qué se va?” Sí— ¿Por qué? Oseas no
supo qué contestar.
Esa noche, un extraño silencio reinó a la hora de la cena. Todos se daban
cuenta del asiento vacío en aquel círculo familiar. De pronto, la pequeña

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Loruhama levantó su carita y preguntó, “¿Dónde está mamá?” La interrogación


penetró el alma del profeta como un agudo puñal. En vano procuró Oseas
contener las lágrimas. Loruhama se subió a sus rodillas y comenzó a llorar,
mientras repetía, “Yo quiero a mi mamacita.” El profeta puso su cabeza junto a
la de la inocente, y lloró con ella.
Pero comprendió que debía dominarse delante de los niños. En silencio se
reunieron para tener su altar familiar. Con labios temblorosos imploró desde lo
más profundo de su alma: “Bendice a mamá, cuídala, y tráela pronto a casa.”
Cuando los niños se acostaron, Oseas se ocupó en limpiar y arreglar la
casa. Los pequeños dormían profundamente. Entonces, en el rincón más alejado
de aquel hogar que solamente tenía un cuarto, Oseas se echó sobre su rostro y
dio rienda suelta a su dolor. Derramó toda la angustia de su corazón delante de
Dios, el único que podía escucharle. Le pareció que la pesada cruz del
sufrimiento que experimentaba se había plantado y que los clavos más crueles lo
sujetaban a ella. La angustia se volvió agonía, y de los profundos de su
desesperación, clamó: “Dios mío, ¿por qué?”
La respuesta vino de manera inesperada. Agotado por el llanto, el profeta
se había quedado quieto por un momento. Y fue en aquella pausa de silencio que
escuchó un ruido. Sorprendido, levantó la cabeza. No, los niños dormían
profundamente y no tenían alterada la respiración. ¿Qué sería ese ruido?
c. Las Lágrimas de Dios. Una vez más sepultó el rostro entre sus brazos,
pero de nuevo escuchó un ruido. Alguien estaba sollozando—Alguien que estaba
junto a él. ¿Quién podría ser?
Casi sin atreverse a respirar esperó en silencio perfecto. De nuevo se
escucharon los sollozos. En esta vez alcanzó a oír algunas palabras. ¡Escuchad!
“¿Cómo tengo de dejarte, Efraín?... ¿Qué haré de ti, Efraín?” (11:8; 6:4). Era el
sollozo del corazón quebrantado de Dios. Esa noche Oseas aprendió que no
sufría solo. En el centro mismo del universo había un Dios de amor quien sufría
por los pecados de su pueblo. Así como Gomer había sido infiel a su esposo,
Israel había sido infiel a su Dios.
Oseas encontró en el compañerismo del sufrimiento no solamente la
solución a su problema personal, sino también un mensaje nuevo para la nación.
El pecado más grande de Israel era el rechazamiento del amor de Dios; sin
embargo, el amor de Dios, aunque despreciado, permanecía incólume.
Pero el Calvario es sólo el principio de la redención. El precio que se paga
en el sufrimiento no debe quedar sin galardón. El amor debe encontrar un
camino, y lo encontrará.
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d. El Perdón no Conoce Fronteras. Una noche, cuando el profeta estaba


orando, la Voz habló claramente a su corazón: “Ve, ama a una mujer amada de
su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de
Israel” (3: 1).
El día siguiente Oseas envió a los niños a jugar con sus amigos vecinos.
Entonces tomó el mismo camino que Gomer había seguido varios meses antes.
Aquel camino llevaba de su humilde finca campestre a la gran ciudad que
quedaba a unos cuantos kilómetros.
Cuando llegó a las calles de Bethel, Oseas observó los mismos
espectáculos y ruidos que habían escandalizado a Amós algunos años atrás.
Mucha gente vivía aún en medio del lujo, aunque la cubierta de la prosperidad
estaba cayéndose ya.
Oseas atravesó la mejor parte de la ciudad hasta llegar a los barrios bajos.
Todo lo que veía le era novedoso pues nunca había visitado aquel lugar. Pero
indagando llegó hasta el mercado de los esclavos.
Al acercarse le llamó la atención cierta esclava. Estaba vestida en harapos
inmundos y, sin embargo, había algo de familiar en su parecer. En ese instante la
esclava volvió su rostro hacia él; sus ojos se encontraron por un segundo y ella
viró rápidamente la vista en otra dirección. Mas en aquel segundo Oseas captó
una mirada de reconocimiento. Era difícil creerlo, pero era cierto— la esclava
era Gomer.
Mientras su corazón latía agitadamente, Oseas trató con el vendedor:
“Compréla entonces para mí por quince dineros de plata, y un homer y medio de
cebada” (3:2).
Cuando el profeta se acercó para recibir su prenda, aquella mujer que había
sido tan bella ocultó el rostro avergonzado. Se había vendido a sí misma como
esclava al pecado, y ahora se encontraba en la esclavitud literal. No obstante, su
esposo había venido a redimirla.
Oseas la tomó amorosamente de la mano, la dirigió a través de los barrios
bajos y por entre las avenidas donde vivía la gente rica, hasta el campo libre y el
sendero que conducía al hogar.
e. El Amor lo Conquista Todo. Nadie había dicho una sola palabra, pero
ya en el camino las palabras tiernas y amorosas de Oseas produjeron una
conmoción profunda en el alma de Gomer. “Gomer, te amo con todo mi corazón.
Nunca he dejado de amarte. Todos los días he orado por ti y he anhelado tenerte
conmigo. Ni por un instante te he dado por perdida. Ahora te he comprado para
que seas mía para siempre. Todo lo pasado queda perdonado. Debes quedarte
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conmigo y no serme infiel jamás. Estableceremos un hogar feliz y seremos fieles


el uno al otro mientras vivamos.”
Gomer caminaba difícilmente, cegada por las lágrimas. Por fin divisaron la
casita que abrigaba su hogar. ¡Cómo se veía encantadora comparada con las
madrigueras del pecado y el horrible mercado de esclavos! Oseas abrió la puerta
y amorosamente le indicó que entrara.
Cuando Gomer se encontró de nuevo en su propio hogar con su esposo, la
invadió un tremendo sentido de pecaminosidad. Se vio a sí misma como en
realidad era y odió intensamente su yo malvado. Cayendo de rodillas, abrió su
corazón y derramó su alma en confesión y arrepentimiento; llorando y clamando,
imploró perdón. No parecía posible que Dios la perdonara, pero si Oseas le había
perdonado quizá Dios también se compadecería de ella.
Súbitamente, el resplandor del cielo brilló en su corazón entenebrecido.
Levantó sus ojos y a través de sus lágrimas se dejó ver el destello de una sonrisa
radiante. Oseas la estrechó entre sus brazos. De nuevo ella era verdaderamente
su prometida. El amor había encontrado una solución. La esposa pródiga
regresaba al hogar para siempre.
Como producto de la tragedia doméstica acontecida en la vida de Oseas,
encontramos el mensaje más sobresaliente del Antiguo Testamento—la historia
del amor redentor de Dios. Amós había dejado oír su voz en tonos vigorosos de
austera justicia—Oseas imploraba con notas del amor más tierno. ¿A qué se
debió esta diferencia? En parte, al sufrimiento y al quebranto que tocara en
suerte al último profeta.
¡Qué precio tan exorbitante pagó por su ministerio! Pero nadie puede
proclamar el mensaje del Calvario sin haber comprendido primero el significado
de la cruz. Oseas descubrió que sin sufrimiento no hay verdadero amor, y que
mientras más se ama, más se sufre. En la tragedia sin fondo de su propio dolor,
descubrió el secreto del amor expiatorio. Solamente así pudo comprender el
amor redentor, aun cuando rechazado, de Dios. Los ruegos apasionados del
ministerio de Oseas fueron un eco del sollozo que una noche escuchara en la
oscuridad.
D. CONDICIÓN DURANTE SU EJERCICIO PROFÉTICO
a. político: La anarquía política y la falta de gobierno caracterizaron esos
tiempos. Hubo reyes que ascendieron al trono después de matar a sus
predecesores, y a su vez ellos fueron asesinados. Salum asesinó a 910 Zacarías, y
Manahem asesinó a Salum, Peka asesinó a Pekaía, hijo de Manahem; y Óseas, el
último rey de Israel, asesinó a Peka.
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Posiblemente por esta anarquía vergonzosa que se produjo después de Jeroboam


II, éste solo es mencionado por Óseas, y sus sucesores son omitidos (Ose. 1: 1;
ver com. cap. 7: 5; 8: 4); o posiblemente el profeta se fue al sur, a Judá,
después del reinado de Jeroboam.
b. económico: Israel prosperó materialmente y progresó más que en
cualquier otro tiempo desde los reinados de David y Salomón (Ose. 2: 8). Sus
límites por el norte eran casi tan extensos como los que existieron en los días de
aquellos reyes (2 Rey. 14: 25, 28). En los prósperos días de Jeroboam II se
derramaba sangre en abundancia, y se estimulaba el lujo en todas sus formas.
c. religioso: Adulterio espiritual: adoración a los baales. Oseas se refiere varias
veces al culto idolátrico al becerro levantado por
Jeroboam I (1 Rey. 12), como causa principal de la impiedad de Israel. Este
culto al becerro quizá preparó el camino más tarde para un culto más cruento y
más inhumano que se ofrecía en honor de Baal y Astoret: la espantosa
abominación del sacrificio de niños y la inexplicable degradación de una
desenfrenada sensualidad. La adoración a la criatura desplazó la adoración al
Creador
d. social: esta prosperidad externa sólo hacía destacar más la decadencia moral
interior y la declinación espiritual del pueblo. Prevalecían la falta de honradez, la
desconfianza mutua y la falsedad frente a Dios y al hombre. Se pervertía
injusticia y se oprimía a los pobres. Todos los niveles sociales se habían
corrompido y la blasfemia y el escepticismo caracterizaban a la corte real. Los
sacerdotes, entregados enteramente a la idolatría, se unían con el pueblo en su
pecaminosidad, y aumentaban la corrupción que imperaba en el país.
e. profetas contemporáneos: Jonás (793-753), Amós (760-750), Miqueas (742-
687), Isaías (740-681)
f. nación y rey que amonestaba: JeroboamII Reino del norte

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E. BOSQUEJO DEL CONTENIDO

I. Oseas y Gomer 1.1-3.5


A. Oseas se casa con Gomer 1.1-9
1. La escena 1.1
2. El matrimonio 1.2,3
3. Los hijos 1.3-9
B. Matrimonio de Jehová con Israel 1.10-2.23
1. Israel como pueblo de Dios 1.10-2.1
2. Infidelidad de Israel 2.2-8
3. Castigo a Israel por su infidelidad 2.9-13
4. Amor de Dios por Israel 2.14-23
C. Oseas rescata a Gomer 3.1-5
1. Gomer liberada de la esclavitud 3.1-3
2. Israel retorna a Dios 3.4,5
II. Jehová e Israel 4.1-14.9
A. Pecado y juicio 4.1-10.15
1. El estado pecaminoso en que se encuentra Israel 4.1-19
2. Anuncio del juicio 5.1-6.11
3. Se enumeran los pecados de Israel 7.1-8.14
4. Distintos tipos de juicio 9.1-10.15
B. Amor y restauración 11.1-14.9
1. Amor paternal de Dios por Israel 11.1-12
2. Dios en la historia de Israel 12.1-13.6
3. Dios en el futuro de Israel 13.7-16
4. Dios promete la restauración 14.1-9

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II Amós
A. INTRODUCCION: La fecha del terremoto (Amós 1:1) no puede ser
establecida ahora, y portanto no sabemos exactamente cuándo profetizó Amós.
Uzías de Judá reinó de 767-740 a. de J.C. y Jeroboam II de Israel de 782-753 a.
de J.C. y, dentro de estos límites, una fecha alrededor del 760 a. de J.C. es
adecuada para Amós. Jeroboam era un rey enérgico, listo a aprovechar cualquier
oportunidad para la expansión de su país. El tiempo lo favoreció: en 805 a. de
J.C. Adad-nirari de Asiria había conquistado Siria, eliminando así a un enemigo
de Israel de largo tiempo. Entonces, Asiria misma entró en un período de
declinación y así se
abrió el camino para que Jeroboam restaurara su reino a los límites que había
disfrutado bajo Salomón. Esto, a la vez, le dio control de las rutas de comercio,
y por tanto la prosperidad comercial que se reflejó en una opulenta clase
dominante que vivía con gran lujo. Como a menudo sucede, esto fue mano-a
mano con la explotación de los pobres (Amós 5:11; 6:6). La profecía de Amós
contra los excesos de Israel, el reino del norte, fue aún más mal recibida que en
Judá en el sur (Amós 7:10-17). Por lo tanto, aunque hasta entonces la tierra había
conocido sus problemas dentro de esa misma generación (Amós 4:6-11), las
perspectivas parecían buenas. Era posible relegar la ansiedad al futuro remoto
Amós 5:18; 6:3), y olvidar que aunque Asiria podría estar dormida, no estaba
muerta.
B. DATOS ESENCIALES
MARCO HISTÓRICO: El pueblo rico de Israel disfrutaba de paz y prosperidad.
Se sentían autosatisfechos y oprimían a los pobres, incluso los vendían como
esclavos. Pronto Asiria conquistaría a Israel y los ricos pasarían también a ser
esclavos.
PROPÓSITO: Pronunciar el juicio de Dios sobre Israel (reino del norte) debido
a la displicencia, la idolatría y la opresión contra los pobres
AUTOR: Amós
SIGNIFICADO: “carga” o “cargador.”
DESTINATARIOS: Israel, el reino del norte, y todo el pueblo de Dios
FECHA: Tal vez durante los reinados de Jeroboam II en Israel y Uzías en Judá
(alrededor de 760–750 a.C.).

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VERSÍCULO CLAVE: «Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como
impetuoso arroyo» (5.24).
PERSONAS CLAVE:Amós, Amasías, Jeroboam II
LUGARES CLAVE: Bet-el, Samaria
PALABRAS CLAVE: Juicio, rectitud,justicia
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:Amós utiliza metáforas sorprendentes
a partir de su experiencia como pastor y agricultor, un carro lleno (2.13), un león
rugiente (3.8), una oveja despedazada (3.12), unas vacas consentidas (4.1), y un
canastillo de frutas (8.1, 2).
TEMA: El juicio de Dios está a punto de caer sobre israel
HOGAR: Tecoa, una villa de pastores, como dieciocho kilómetros al sur de
Jerusalén.

CRONOLOGÍA:

C. LLAMADO DEL PROFETA

Era medianoche en el desierto de Judá. A la tenue luz de las estrellas


titilantes, una figura solitaria se distinguía apenas acurrucada junto a una colina.
Amós, el pastor, estaba sumido en profunda meditación.
Mientras movía su capa hasta sus hombros para arroparse mejor y protegerse
del helado cierzo nocturno, por la pantalla de su memoria desfilaban una tras otra
una serie de imágenes. Su atención estaba concentrada en escenas indelebles e
inolvidables.
a. Un Viaje a Bethel. Hacía apenas unas cuantas semanas que Amós había
partido de su aldea natal, Tecoa situada en la cumbre de un lomerío desde donde
se divisaba el Mar Muerto. Sobre los lomos de sus asnos había atado las grandes

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pacas de lana, trasquilada de las ovejas que él pastoreaba; animales pequeños y


feos, pero famosos por la excelente calidad de su lana.
Cuando todo estuvo dispuesto, Amós se había despedido de su familia.
Dirigiéndose hacia el poniente, había tomado la vereda que llevaba hasta el
camino principal entre Hebrón y el norte. Una hora más tarde, Amós y sus
acémilas llegaban al camino principal y tomaban el rumbo de la Ciudad Santa.
Como a las diez pasaron por la ciudad de David, Bethlehem, que se encontraba
como diez kilómetros al norte de Tecoa. Ya era mediodía cuando llegaron a las
calles de Jerusalén, a dieciocho kilómetros de Tecoa. Se encontraban a la mitad
del camino.
Caía la tarde cuando divisaron Beth-el, que Jacob llamara “casa de Dios,”
porque allí sintió la presencia divina cuando huía de su hermano Esaú.
Actualmente, el rey Jeroboam había edificado en Beth-el un gran templo para
adorar a un becerro de oro. No obstante, la idólatra población conservaba su
nombre sagrado.
Amós pasó la noche al abrigo de las murallas de la ciudad, y se levantó antes
de que despertara el día. De hecho, el sol lo sorprendió tratando ya con los
compradores en el mercado del pueblo. Siendo buen negociante, y honrado,
pronto vendió su mercadería a buen precio y entonces volvió su atención a la
ciudad.
b. El Pecado de la Ciudad. Las escenas que contemplaron sus ojos
sacudieron las sensibilidades de su alma. Criado en el regazo de la naturaleza y
acostumbrado al aire claro y limpio del desierto, el pastor de Tecoa se asombró
ante los espectáculos y los ruidos de la civilización degenerada de la ciudad. Con
un ojo penetrante y una percepción aguda, Amós abarcó toda la situación. La
idolatría y su hermana gemela, la inmoralidad, controlaban la sociedad de Beth-
el El lujo y el libertinaje eran la orden del día. Por todas partes vio Amós
injusticia y opresión de los pobres, iniquidad y borrachera. Su alma retrocedió
ante aquel espectáculo y resurgió con una reacción tremenda. Indudablemente
que el corazón de un Dios santo se henchiría de indignación al contemplar a los
pecadores de esta ciudad perdida. La justicia exigía un castigo, y los pasos del
morador del de-sierto se encaminaron pesadamente hacia el hogar.
c. EL Llamado del Señor. Todas estas escenas desfilaban vertiginosamente
por la mente del pastor mientras revivía las horas del viaje a Beth-el. La
indignación y el temor se disputaban el dominio de su razón. Unas pocas horas
antes había observado cómo Dios corría el velo de la noche sobre el firmamento
y colocaba diez mil lentejuelas para indicar a sus hijos que los estaba vigilando.
Pero ahora aun la brillantez había desaparecido. Un silencio profundo dominaba
el desierto solitario. El sentido de pavor ante lo infinito se apoderó del espíritu de

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Amós. Las raíces mismas de su alma se cimbraron. Parecía como si Dios mismo
fuera a hablar.
Repentinamente—sin aviso alguno—el silencio de la noche se rompió con un
rugido ensordecedor. Un león merodeaba junto a las ovejas que Amós estaba
vigilando. Probablemente estuviera matando a alguna ovejita, paralizada de
terror. “¿Bramará el león en el monte sin hacer presa?” (3:4).
Mientras el pastor se apresuraba a reavivar el fuego para ahuyentar al
merodeador, tembló a pesar del calor sofocante. El rugido de un león a media
noche estremece el corazón más valeroso. Pero no sólo el león buscaba presa en
esa noche. El Dios de Israel se acercaba para castigar. Amós escuchó en su
corazón el rugido del cielo. El aviso de lo alto había resonado en su alma.
He aquí la probable descripción que el profeta mismo hace de su
llamamiento en aquella noche a la vera de la colina, mientras meditaba en los
pecados de Israel y en los juicios que inevitablemente seguirían: “Bramando el
león, ¿quién no temerá? hablando el Señor Jehová, ¿quién no profetizará?” (3:8).
Fue un momento dramático en la historia de Israel.
A la mañana siguiente, cuando el sol se asomó por sobre las colinas de
Moab, Amós encargó a otros la vigilancia de las ovejas y se dedicó a seguir las
huellas del león, hasta encontrar su guarida. Pero todo lo que encontró de la
ovejita desafortunada fueron los huesos y unos pedazos de piel. Y de nuevo
escuchó la voz divina entregándole un mensaje de Dios para su pueblo: “Así ha
dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas, o
la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel que moran en Samaria en
el rincón de la cama, y al canto del lecho” (3:12).

D. CONDICION DURANTE SU EJERCICIO

a. Política: En estos años el reino del Norte alcanzó su máximo poderío; la


población fue la más numerosa; No hubo guerras ni amenazas, porque aún no
había aparecido el usurpador asirio Teglatpalasar III. Israel, en suma, vive en su
mejor momento como reino

b. Económica: floreció el comercio y la industria textil y del tinte. Un momento


de mucha prosperidad.

c. Religiosa: la degradación religiosa: los santuarios eran frecuentados, pero no


había piedad profunda; algunos llegaron a aceptar cultos paganos de fertilidad y
prostitución sagrada; otros, la mayoría, se limitaban a actos externos de culto.
Por otra parte, las ideas religiosas corrían peligro de deteriorarse, al considerar
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los beneficios antiguos no como acicate de mayor entrega, sino como fuente de
aburguesamiento: el pueblo esperaba el día de Yahweh, es decir, una
intervención prodigiosa de Dios en favor de Israel, pero lo entendían en sentido
material y político, con los ojos puestos en una etapa de mayor bienestar y de
exaltación entre las naciones.
d. Social: Había una enorme descomposición social con diferencias
escandalosas entre ricos y pobres, corrupción de jueces y magistrados,
explotación de los desheredados, etc.
e. Profetas contemporáneos: Jonás 793-753, Óseas 753-715 AC
f. Nación y rey que amonestaba: Jeroboam II Reino del Norte Israel, Uzias
Reino del Sur Judá.
E. BOSQUEJO DEL CONTENIDO

I. Introducción 1.1,2
II. Juicio sobre las naciones 1.3-2.16
A. Damasco 1.3-5
B. Gaza 1.6-8
C. Tiro 1.9,10
D. Edom 1.11,12
E. Amón 1.13-15
F. Moab 2.1-3
G. Judá 2.4,5
H. Israel 2.6-16
III. Oráculos contra Israel 3.1-6.14
A. Juicio sobre el pueblo escogido de Dios 3.1-15
1. Se anuncia el castigo 3.1,2
2. El castigo es merecido 3.3-10
3. Se describe el castigo 3.11-15
B. Juicio sobre el indiferente pueblo de Dios 4.1-13
1. Las mujeres opresoras de Samaria 4.1-3
2. Transgresión sacrificial 4.4,5
3. Fracaso de Israel al no reaccionar a las calamidades 4.6-11
4. Castigo a un pueblo endurecido 4.12,13
C. Juicio sobre el pueblo de Dios que no se ha arrepentido 5.1-6.14
1. Lamento funerario por Israel 5.1-3
2. Llamado al arrepentimiento 5.4-9
3. Enumeración de pecados 5.10-13
4. Segundo llamado al arrepentimiento 5.14,15

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III Abdías
A. INTROCUCCION: La geografía y la historia juegan papeles importantes en
esta profecía, con agudas hostilidades evidentes entre Israel y Edom, su vecino
del sudeste. Estos malos sentimientos tenían raíces profundas. Esaú, el hijo
mayor de Isaac y nieto de Abraham, se sintió engañado por Jacob, su hermano
menor, al perder los privilegios que le correspondían como hijo mayor.
B. DATOS ESENCIALES

MARCO HISTÓRICO: Históricamente, Edom siempre asoló a los judíos. Antes


de que este libro se escribiera, participaron en ataques en contra de Judá. Dadas
las fechas anteriores, esta profecía viene después de la división de Israel en los
reinos del norte y del sur, y antes de la conquista de Judá por Nabucodonosor en
586 a.C.
PROPÓSITO: Mostrar que Dios juzga a los que maltratan a su pueblo
AUTOR: Abdías. Muy poco se sabe acerca de este hombre cuyo nombre
SIGNIFICADO: siervo del Señor o adorador de Jehová
DESTINATARIO: Los edomitas, los judíos de Judá y el pueblo de Dios en todas
partes
FECHA: Tal vez durante el reinado de Joram en Judá, (antes del 587 a.C.)
VERSÍCULO CLAVE: «Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las
naciones; como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu
cabeza» (15).
PERSONAS CLAVE: Los edomitas
LUGARES CLAVE: Edom, Jerusalén
PALABRAS CLAVE: Día, Día del Señor
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: El libro de Abdías utiliza un enérgico
lenguaje poético y está escrito en forma de canto fúnebre por la fatalidad
TEMA: Juicio de Dios sobre Edom

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CRONOLOGÍA:

C. LLAMADO DEL PROFETA

1. Mayordomo a cargo del palacio del rey Acab de Israel (1 R. 18.3–16).


Desde su juventud fue un devoto adorador de Yahvéh. Cuando Jezabel perseguía
a los profetas de Yahvéh, Abdías escondió cien profetas en dos cuevas. Durante
una sequía, cuando Abdías salió en busca de pasto para los caballos y las mulas
del rey, Elías lo encontró y lo persuadió a que concertara una entrevista con
Acab, lo cual dio lugar a la pugna entre Elías y los profetas de Baal. TBTB
Talmud babilónico (Sanhedrin 39b) considera, erróneamente, que se trata del
profeta Abdías. Un antiguo sello heb.heb. hebreo con la inscripción “A Abdías
siervo del rey” puede haber pertenecido a este hombre.
2. Descendiente de David (1 Cr. 3.21).
3. Zabulonita de la época de David (1 Cr. 27.19).
4. Uno de los príncipes que envió el rey Josafat para enseñar la ley en las
ciudades de Judá (2 Cr. 17.7).
5. Un levita, mayordomo de las reparaciones del templo en la época de
Josías (2 Cr. 34.12).
Del 1 – 5 así lo ubica TBTB Talmud babilónico
con el capitán de Ocozías (2 R. 1.13–15), como hace Seudo-Epifanio en
Vidas de los profetas.
Un profeta, supuestamente de Judá (Abd. 1). La Biblia no nos dice nada
sobre su vida en forma directa. Aunque algunos lo ubican antes del exilio, es más
probable que haya vivido en el siglo V a.C.
Si este último parecer es correcto, resulta cronológicamente imposible
considerarlo como el mayordomo de Acab, La tradición talmúdica de que fue un
prosélito edomita es improbable en vista de su dura condena de Edom.

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D. CONDICION DURANTE SU EJERCICIO

a-socio-político:
Esaú, el hijo mayor de Isaac se sintió engañado por Jacob, su hermano
menor, al perder los privilegios que le correspondían como hijo mayor (Génesis
25:27- 34;
27:1-19, véase v. 41), aunque de acuerdo con el escritor de Hebreos, Esaú
mismo fue el que hizo mal Hebreos 12:16). Aunque no exonera a Jacob, el
episodio muestra que una persona pecaminosa aún puede recibir las bendiciones
de Dios (Hebreos 11:9, 21). Durante su vida ambos hermanos recibieron otros
nombres; Esaú también fue conocido como “Edom” (Génesis 36:1, 9) y Jacob
como “Israel” (Génesis 32:22-32). Esos nombres fueron adoptados por las
naciones de las cuales los dos hombres fueron ancestros. El principio de esta
animosidad entre estos dos hermanos continuó también entre las dos naciones.
Después del éxodo de Egipto los edomitas no permitieron que los israelitas
pasaran por su territorio en Transjordania (Números 20:14-21; Jueces11:17, 18).
Su propia conquista fue profetizada por Balaam (Números24:18). El rey Saúl
peleó contra Edom (1 Samuel 14:47), y David lo conquistó (2 Samuel 8:13, 14;
Reyes 11:15, 16). Salomón hizo lo que quiso en Edom (1 Reyes 9:26-28),
aunque sin la aprobación de Edom. Durante el reinado de Josafat (siglo IX a. de
J.C.), Edom, en una alianza militar, invadió Judá (<142001>2 Crónicas 20:1, 2).
Se rebelaron contra Joram, liberándose del yugo de Judá por unos cuarenta años,
hasta finales del siglo (2 Reyes 8:20-22; 2 Crónicas 21:8-10). A principios del
siglo siguiente, Amasías de Judá recuperó Edom con mucho derramamiento de
sangre (2 Reyes 14:7; 2 Crónicas 25:11, 12), entrando a su territorio hasta Sela,
la capital. Las cosas se invirtieron más tarde en ese siglo cuando Edom invadió
Judá, cuando Acaz era rey (2 Crónicas28:17), tomando prisioneros de guerra y
liberándose permanentemente del dominio de Judá.
Edom se convirtió en vasallo de Asiria, y más tarde cayó bajo el dominio de
Babilonia, aunque periódicamente consideró la rebelión (Jeremías 27). Las
fuentes bíblicas y extra bíblicas guardan relativo silencio respecto a las
actividades de Edom durante el tiempo de la destrucción de Judá por los
babilonios en 587 a. de J.C.
En el siglo sexto a. de J.C., Edom mismo se estaba debilitando, según lo
revelan fuentes arqueológicas. Los pueblos eran abandonados y los pobladores
se mudaban. Los árabes obtuvieron el control de esta zona geográfica entre los
siglos VI y IV a. de J.C. (Nehemías 2:19; 4:7; 6:1). Los nabateos, en particular,
desplazaron a los edomitas, forzando a algunos a internarse al sur de Judá, que
llegó a ser conocida con el nombre helenizado de Idumea (1 Mac. 4:29), basado

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en “Edom”, que es hebreo. Este prolongado antagonismo entre Judá y Edom se


hace evidente en Abdías, sirviendo como marco a la profecía.

b. Religioso: El profeta se encontraba en un tiempo donde pueblo se hallaba en


una situación religiosa y espiritual muy lejos de Dios y sumergido en el pecado:

 Orgullo (vv. 3–4).Edom era una nación pequeña, pero se


jactaba de grandes logros. En realidad, Edom estaba labrada en las
rocas; el pueblo literalmente «puso su nido» en ellas (v. 4). La
principal ciudad de Edom, Petra, estaba labrada en las laderas de las
montañas y la fortaleza parecía inexpugnable. Compárese Isaías
14.12–15.

 Alianza (v. 7).En lugar de compartir la carga de sus


hermanos en Israel, los edomitas se aliaron con las naciones
circunvecinas para oprimir a Jerusalén.
 Violencia (v. 10). Los edomitas ayudaron a destruir a
Jerusalén. ¿Cómo? Al no hacer algo para impedirlo y al animar a los
que realmente hicieron el daño. Se pusieron «delante» (v. 11) y
rehusaron ponerse al lado de los judíos.
 Regocijo (v. 12).Edom debía llorar por la calamidad de su
hermano, pero en su lugar se regocijaba y mofaba. Véase
Proverbios 24.17–18.
 Saqueo (v. 13).Se aprovecharon de la suerte de los judíos y
robaron la riqueza de la ciudad. Dios vio este saqueo a pesar de que
los ladrones escaparon.
 Frenan el escape de los judíos (v. 14).Algunos judíos
trataron de escapar y proteger sus familias, pero los edomitas
bloquearon el camino. Incluso ayudaron a capturar a los que
huyeron y los entregaron a los babilonios.
 Embriaguez de celebración (v. 16).Los edomitas echaron
mano a su provisión de vino e hicieron gran celebración. Al final su
enemigo fue derrotado.

c. Económica:Se encontraban en una situación ecoicamente abundante debido a


los robos y saqueos que realizaban.
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d. Profetas contemporáneos: Jonás 793–753 Oseas 753–715


f. Nación y Rey que los amonestaban: babilónicos, Rey Joram
E. BOSQUEJO DEL CONTENIDO

I. Título 1
II. El decreto del Señor 1-14
A. Condenación de Edom 1-4
B. Colapso de Edom 5-9
C. Crímenes de Edom 10-14
III. El Día del Señor 15-21
A. Día de retribución divina 15,16
B. Día de restitución divina 17-20
C. Día del reino divino 21

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IV Jonás
A. INTRODUCCIÓN: El libro de Jonás es la historia de un profeta que resentía
amargamente el hecho de que Dios amara y cuidara de la gente mala. El libro no
enseña que Dios ama a los malos porque son malos, sino más bien porque son
humanos, de un valor intrínseco para él a pesar de su conducta y de su desdén
por el Dios verdadero
B. DATOS ESENCIALES
MARCO HISTÓRICO: Jonás precedió a Amós y profetizó bajo Jeroboam II, el
rey más poderoso de Israel (793–753 a.C.; 2 Reyes 14.23–25). Asiria era el gran
enemigo de Israel, y conquistó a Israel en 722 a.C. El arrepentimiento de Nínive
no debe haber durado mucho, pues fue destruida en 612 a.C.
PROPÓSITO: Mostrar la inmensidad de la gracia de Dios. El mensaje de
salvación es para todos los pueblos
AUTOR: Jonás hijo de Amitai
SIGNIFICADO: “Paloma”
DESTINATARIOS: Israel y el pueblo de Dios en todas partes
FECHA: Aproximadamente 785–760 a.C.
VERSÍCULO CLAVE: «¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad
donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su
mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales? (4.11).
PERSONAS CLAVE: Jonás, el patrón de la nave y la tripulación
LUGARES CLAVE: Jopé, Nínive
PALABRAS CLAVE: Levántate, prepárate, apiádate
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: Este libro es diferente de los demás
libros proféticos porque cuenta la historia del profeta y no enfatiza sus profecías.
Es más, su mensaje al pueblo de Nínive se sintetiza en sólo un versículo (3.4).
Jonás es narración histórica. Jesús lo menciona también como ilustración de su
muerte y resurrección (Mateo 12.38–42).
TEMA: La compasión de Dios por todos los hombres

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CRONOLOGÍA:

C. LLAMADO DEL PROFETA


Jonás fue enviado a este pueblo pagano, pero se resistió a cumplir su
misión. Conocía el amor de Dios lo suficiente como para adivinar que el
arrepentimiento de Nínive tendría como probable consecuencia el perdón de
Jehová. Y no quería que esta metrópoli pagana fuera perdonada; quería que fuera
destruida.
Porque—después de todo— ¿acaso no era Nínive el gran enemigo de la
humanidad, el despiadado opresor del pueblo de Dios? ¿Por qué habría de
permitírsele continuar sus crueles conquistas?
Y así, en lugar de iniciar la prolongada jornada hacia el norte y luego hacia
el este, hasta Nínive, el rebelde profeta se dirigió hacia el poniente. Descendió a
Joppe, el principal puerto marino israelita de aquel tiempo, y abordó un buque
hacia Tarsis. Indudablemente que esta ciudad era Tartessus, en España, no lejos
del estrecho de Gibraltar. Se dirigía hacia el extremo occidental del
Mediterráneo, lo más lejos posible de “la presencia de Jehová” (1:3).
Aparentemente todo salía a pedir de boca. El profeta pagó su pasaje y
descendió a su camarote
En los costados del navío (1:5). Pronto se quedó dormido y roncando,
como agrega la Versión Griega. Evidentemente roncaba tan fuerte que no
escuchó el creciente bramido de la tormenta sobre la mar, ni el rechinido de la
madera al ser azotada por las olas.
Pero pronto despertó de su sueño (el original emplea el mismo término
hebreo para sueño profundo empleado en Génesis 2:21), y encontró sobre sí al
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capitán que lo zarandeaba y le gritaba al oído: “Levántate, y clama.” Más he aquí


que el pobre Jonás huía para esconderse de Dios y no estaba de humor para orar.
La situación se volvió tan desesperada que los marinos dedujeron que
indudablemente había “un Jonás a bordo” como diríamos ahora. De acuerdo con
sus costumbres, echaron suertes para ver quién era el provocador de sus
aflicciones, y de esta manera Jonás se mudó de una nave marina a un camarote
submarino. Arrojado al mar enfurecido descubrió que Dios ya le tenía preparado
un gran pez que le estaba esperando.
No se nos dice que Jonás haya orado en el buque aun por orden del capitán
mismo. Pero ahora, con las olas sobre sí y su cabeza envuelta en algas marinas,
imploró auxilio con desesperación. Cuando obtuvo respuesta a su oración y
estuvo dispuesto a acatar la voz de Dios, el pez lo depositó sano y salvo sobre la
playa.
Dios habló de nuevo y en esta ocasión el profeta obedeció. Aun en sus
mejores momentos los hebreos eran muy malos marineros y Jonás no tenía deseo
alguno de repetir sus hazañas en el mar. De manera que aunque de mala gana, se
encaminó hacia Nínive.
D. CONDICIÓN DURANTE SU EJERCICIO

a. político: Nínive era la ciudad más importante de Asiria y pronto sería la


capital del inmenso imperio asirio. Pero Nínive era también una ciudad
perversa.
b. económica: La prosperidad fue una demostración de lo que la nación
podría alcanzar bajo la bendición del Dios del cielo. gran prosperidad
c. religiosa: Maldad La palabra hebrea también se traduce como «problema»,
«miseria», «dificultad» y «daño». Dios está preocupado por las miserias de
Nínive y sus caminos de maldad. Su situación es lo suficientemente grave
como para llamar la atención de Dios. Nabu (Nebo), el dios de Borsipa,
parece haber sido proclamado como dios único o por lo menos principal.
Algunos ven una posible relación entre esa revolución monoteísta y la
misión de Jonás a Nínive.
d. social: gran angustia nacional (2 Rey. 14:26-27). Todos los reyes que
ocuparon el trono de Israel hicieron el mal a la vista del Señor, y se cernía
el castigo nacional.
e. profetas contemporáneos: Joel 853–796; Amós 760–750
f. nación y rey que amonestaba: Jeroboam II

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E. BOSQUEJO DEL CONTENIDO

I. La huida del profeta 1.1-3


A. «Levántate y vé a Nínive» 1.1,2
B. Jonás escapa a Tarsis 1.3
II. Retorno providencial 1.4-2.10
A. El Señor envía una tormenta 1.4-9
B. Los marineros lo lanzan por la borda 1.10-16
C. El Señor prepara un gran pez 1.17
D. Jonás eleva una oración 2.1-9
E. El pez lo deposita en tierra 2.10
III. Gran avivamiento 3.1-10
A. Una segunda oportunidad de «levantarse e ir a Nínive» 3.1-3
B. Jonás predica 3.4
C. La población se arrepiente 3.5-9
D. Dios se apiada 3.10
IV. Reacción negativa 4.1-11
A. Jonás se disgusta 4.1-5
B. Dios enseña una lección 4.6-11

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CONCLUSION: Al finalizar el estudio sobre los profetas: Óseas, Amós, Abdías


y Jonás, podemos encontrar las siguientes verdades espirituales por las cuales
dios hablo a su pueblo y también nos habla hoy a nosotros.

Al igual que Gomer, podemos ir en pos de otros amores: amor al poder,


al placer, al dinero o al reconocimiento. Las tentaciones de este mundo pueden
ser muy seductoras. ¿Somos completamente fieles a Dios o tenemos otros
amores que han tomado su lugar?. De la misma manera que Óseas fue detrás de
su esposa infiel para hacerla volver, así el Señor nos busca en su amor. Su amor
es tierno, leal, inalterable y eterno. Dios nos sigue amando de todos modos. Si
bien Dios disciplinará a su pueblo por su pecado, alienta y restaura a aquellos
que se han arrepentido. El verdadero arrepentimiento abre paso a un nuevo
comienzo. Dios perdona y restaura.

Un presente que se contenta en sí mismo lleva a un futuro desastroso. No


se congratule por las bendiciones y los beneficios de lo que ahora disfruta. Todo
proviene de Dios. Si se encuentra más satisfecho con usted mismo que con Dios,
recuerde que nada tiene significado sin Él. Una actitud de autosuficiencia puede
provocar su caída. Dios creó a todas las personas; por lo tanto, olvidar al pobre
es olvidar a los que Dios ama y a los que Cristo vino a salvar. Debemos ir más
allá del sentimiento de angustia por los pobres y oprimidos. Debemos actuar con
compasión para detener la injusticia y ayudar a los que padecen necesidad.

Dios juzgará y castigará severamente a todos los que maltratan a su


pueblo. Podemos tener confianza en la victoria final de Dios. Él es nuestro
sostén y podemos confiar en que traerá verdadera justicia. Todos los que son
soberbios algún día serán estremecidos hasta que descubran que nadie está
exento de la justicia de Dios.

En vez de huir de Dios, encomiéndele su pasado, su presente y su futuro.


Decirle no a Dios es desastre seguro. Decirle sí es adquirir una nueva
comprensión de lo que es Dios y su propósito en el mundo. No debemos
limitarnos a nuestra propia gente. Dios quiere que su pueblo proclame su amor
por todo el mundo en palabras y hechos. Quiere que seamos misioneros
dondequiera que estemos, dondequiera que nos envíe.

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BIBLIOGRAFÍAS
 Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN:
Editorial Caribe) 2000, c1996.

 Hayford, Jack W., General Editor, Biblia Plenitud, (Nashville, TN:


Editorial Caribe) 2000, c1994.

 Diccionario bíblico la certeza

 J.T.J.T. J. A. Thompson, B.A., M.Div,MTh.M., Ph.D., Asesor de


investigación, American Bible Society, EE.UU. Diccionario bíblico de
Fredy

 Bosquejos expositivos de la Biblia Nuevo y Antiguo Testamento


Warren W. Wiersbe Editorial Caribe

 Comentarios de Elena g. de White

 Nuevo comentario bíblico siglo veintiuno antiguo testamento g.j.


wenham, j.a. motyer, d.a. carson, r.t. france.

 Conozca los profetas menores por Ralph Earle

 http://rsanzcarrera2.wordpress.com/profetas/

Pág. 27

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