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socialista en México.
1.- Introducción
Porque más allá del falso debate de si eran valientes, o no, los jóvenes
combatientes de la llamada guerrilla mexicana, vale la pena conocer cuáles
eran sus motivaciones, objetivos y como impactaron en el México
contemporáneo.
Una parte del pueblo de México, al observar las pugnas internas que se
desataron en el otrora monolítico PRI, irrumpió de lleno en el escenario
electoral, poniendo al candidato que acababa de romper con el PRI, a
Cárdenas, a la cabeza del proceso electoral en unos cuantos meses.
Gracias al pueblo cansado del régimen del PRI, Cuauhtémoc Cárdenas ganó
las elecciones de 1988, triunfo que por supuesto no le fue reconocido por el
régimen del PRI, pues todo el discurso de Reforma Política, era sólo eso, un
discurso. Sin embargo, al asumirlo el pueblo, o una parte importante del
pueblo, modificó sustancialmente la correlación de fuerzas políticas en el
país, aunque originalmente fuera de mentiritas. Decía mi padre algo que yo
no del todo compartía, pero que en 1988 se cumplió, “Si quieres vivir en la
democracia, actúa como si vivieras en la democracia”, eso precisamente
hizo el pueblo, y con ello empezó el desmadramiento histórico del PRI.
Pero unos son los que corretean la liebre y otros son los que la llevan al
sartén. El priísta, Cárdenas, se convirtió en el “líder moral de la izquierda”, el
triunfo electoral del pueblo se convirtió en “un triunfo de la Izquierda”
(izquierda de la reforma política, que como ya vimos solo obtuvo el 2% del
padrón electoral) y el pueblo inconforme con el PRI-gobierno, se convirtió
automáticamente en la base social del FDN y más tarde del PRD. A partir de
1988 se puede decir que hay elecciones en México, no libres, no
transparentes, no honradas, no respetadas por el gobierno, pero elecciones
al fin y al cabo, lo cual no se presentaba en México desde 1952, con la
masacre contra el movimiento Enriquista.
1988 fue el año en el que el sistema priísta cayó en su propia trampa, había
ideado e implementado una apertura democrática, una reforma política y
una nueva ley de procedimientos electorales (LEPE) como mecanismos de
contra-insurgencia, como un mecanismo para contrarestar el crecimiento de
los grupos armados de izquierda, de la guerrilla, con la plena convicción de
que con todo el poder económico, mediático, policial y militar le permitía
darse el lujo de compartir algunos puestos políticos con una izquierda
electoral siempre dispuesta a negociar y siempre dispuesta a llegar hasta
donde le daban permiso, pero ahora, la irrupción masiva de la gente del
pueblo en el proceso electoral había convertido a la farza electoral en
jornada electoral sin prescedentes inmediatos y la reforma política había
pasado a ser de un sucedáneo para la izquierda electoral, en un mecanismo
utilizable para la sociedad descontenta con su gobierno.
Quienes afirman que este régimen es igual o semejante al régimen del PRI
que prevalecía en los años sesentas y setentas, no vivieron la guerra sucia en
México, no se enteraron de ella, o mienten descaradamente.
No.
A riesgo de generalizar, puedo decir que los objetivos comunes de cada una
de las organizaciones revolucionarias que se sumaron a la llamada Guerrilla
son tres.