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Astrología occidental

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Este aviso fue puesto el 9 de noviembre de 2019.
Fresco de la Sala de Justicia del castillo de Angera, en Varese, Italia
Castillo de Angera en Varese (Italia). Fresco en la sala de justicia donde aparecen
los signos del zodiaco del verano (Leo y Cáncer) y sus astros regentes (El Sol y la
Luna, respectivamente).
La astrología occidental —llamada así porque ha sido desarrollada principalmente
dentro de la cultura occidental, especialmente entre el Oriente Próximo y Europa—
es una disciplina de conocimiento considerada no científica por los baremos
actuales de lo que se reconoce como ciencia, aunque incluye dentro de su
metodología ciertos estudios científicos, como la astronomía y la geometría. El
objetivo de la astrología es, básicamente, la relación entre los astros y los actos
y sucesos que afectan a la Tierra, especialmente a los seres humanos.

Índice
1 Historia
2 Diferentes corrientes
3 La carta astral y sus elementos de "estudio"
4 Los astros y puntos sensibles
4.1 Los astros principales
4.2 Otros astros
4.3 Puntos sensibles destacables
5 Los signos
5.1 Clasificación de los signos
5.1.1 Clasificación por dualidad
5.1.2 Clasificación por cualidades o modalidades
5.1.3 Clasificación por elementos
5.1.4 Observaciones
5.2 Apuntes diversos sobre los signos
6 Las casas
7 Referencias
8 Bibliografía
Historia
Dibujo de un bajorrelieve escenificando una fiesta dedicada a Assurbanipal
Fiesta de Asurbanipal. Dibujo de un bajorrelieve expuesto en el British Museum.
Los primeros testimonios escritos sobre el estudio de la astrología son de origen
mesopotámico, hace unos 2600 años de antigüedad aproximadamente, encontrados entre
los restos de la famosa librería de Nínive, creada bajo las órdenes del rey asirio
Asurbanipal, aunque todo parece indicar que de hecho se tratarían de copias de
fuentes muy anteriores, probablemente de origen sumerio. En todo caso se trataba de
un estudio bastante alejado de la forma moderna de astrología que se practica hoy
en día y estaba dirigida de forma exclusiva hacia los monarcas ya que se
consideraba que su destino estaba íntimamente ligado al de su pueblo.

Los egipcios, a lo largo del segundo milenio antes de Cristo, perfeccionaron en


gran medida los cálculos astronómicos necesarios y fueron los que sentaron la
configuración actual de los signos del zodiaco. Pero donde se hicieron grandes
pasos fue con la llegada de los griegos. Los astrólogos helenos dotaron a la
disciplina de una dimensión mucho más humana y no tan divina permitiendo que el
objeto de estudio fuera aplicable a cualquier persona y no sólo a reyes y
similares. De hecho la gran aportación griega a la astrología fue la de profundizar
sobre las razones de su funcionamiento y en sus manos recibió una enorme influencia
del pensamiento holístico.
Johannes Kepler en 1610.
Durante el Imperio romano el desarrollo de la astrología fue más bien lento ya que
los estudiosos romanos se dedicaron, sobre todo, a recopilar los conocimientos
esencialmente de origen griego y egipcio. Tampoco sufrió muchos avances en tiempos
de los primeros siglos de cristianismo a raíz del debate abierto sobre si la
astrología tenía cabida o no aunque generalmente los doctores cristianos siempre
fueron prudentes a la hora de juzgarla. En este sentido uno de los más importantes
excepciones fue San Agustín el cual fue especialmente crítico.1

En cambio, los árabes sí la estudiaron profundamente y aportaron algunos cálculos


matemáticos de cierta complicación usando la álgebra aplicables a la astrología a
partir de los conocimientos adquiridos de los antiguos griegos creando lo que se
conoce como las partes arábigas . Con el contacto de la cultura árabe y la
cristiana durante la Baja Edad Media hubo un resurgimiento de la astrología en
Europa, sobre todo a partir del siglo XIV, que hizo elevar su estudio como
"ciencia" , algo comprensible si se tiene en cuenta que en aquel momento aún no
existía el método científico y por tanto no existía la definición que se usa hoy en
día sobre lo que se puede considerar científico y lo que no.

El siglo XVII fue clave con la consecución de la llamada revolución científica que
dio luz a la ciencia moderna sometida al método científico citado antes. La
astrología propiamente dicha, por no superar las pruebas pertenecientes al
respecto, se separó de la astronomía y fue perdiendo prestigio acabando, así,
degradándose su percepción hasta ser visto al final, a ojos de los científicos y
consecuentemente por la población en general, como un puñado de supersticiones sin
fundamento racional. Uno de sus últimos defensores de prestigio más firmes de esta
época fue Johannes Kepler2

Hacia mediados del siglo XIX se inició una cierta voluntad dentro de la cultura
anglosajona para revitalizar la astrología e intentar restituirle el prestigio
perdido procurando eliminar la imagen ocultista que tenía ante los profanos. El
movimiento de rehabilitación de la astrología no paró de crecer a lo largo de la
segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX culminando en las
afirmaciones del prestigioso psicólogo Carl Gustav Jung que defendía la astrología
como un compendio del conocimiento psicológico de la antigüedad.3Se puede decir que
la enorme influencia que realizó Jung sobre la utilidad de la astrología dio pie a
que ésta se "refundara" como astrología moderna en contraposición de la astrología
clásica practicada hasta mediados del siglo XX la cual era marcada por los
principios de determinismo y moralidad propios de la influencia cultural
judeocristiana.

Diferentes corrientes
Hoy en día la astrología es estudiada desde múltiples enfoques que, con el paso de
los años, han ido conformando diversas corrientes, algunas de ellas en estrecho
contacto con otras disciplinas. A continuación se exponen las más generalizadas:

Astrología esotérica: utiliza conceptos vinculados con la teosofía y la cábala,


entre otras disciplinas. Uno de sus máximos exponentes es Alice Bayley.
Astrología heliocéntrica: basa sus interpretaciones en posiciones dentro del
Sistema Solar utilizando como centro el Sol en lugar de la Tierra, tal como hace la
astrología tradicional.
Astrología humanista o de la personalidad: usa conceptos psicológicos modernos
junto con elementos filosóficos de Oriente y Occidente e intenta realizar análisis
globales que incluyan el estudio de los ciclos de la vida. Dentro de esta rama
destaca especialmente la astrología psicológica, que concibe la astrología como
herramienta de auto-conocimiento y la que ha vivido una enorme expansión en los
últimos años a través de las obras de autores como Liz Greene, Howard Sasportas y
Louise Huber.
Astrología kármica: se centra en las implicaciones kármicas en el estudio
astrológico y su análisis da una especial relevancia a ciertos puntos concretos.
Entre sus autores más conocidos está Martin Schulman.
Astrología racional: considera la astrología como una ciencia del determinismo
cósmico y reivindica la obra del astrólogo y matemático del siglo XVII Jean-
Baptiste Morin de Villefranche.
Astrología uraniana: es un sistema creado por Alfred White, de la Escuela
Astrológica de Hamburgo. Se basa en el estudio de puntos medios y ciertos planetas
hipotéticos entre otros factores.
La carta astral y sus elementos de "estudio"
carta natal
Ejemplo de carta natal.
Del objeto resultante con la aplicación de los cálculos astrológicos sobre una
fecha, momento y lugar determinados se llama una carta astral la cual puede recibir
diferentes denominaciones en función de cuál es el objetivo por el que se estudia:
si se refiere al nacimiento de una persona se le llama carta natal, si, en cambio,
se centra en un determinado momento a lo largo de la vida de una persona entonces
se denomina horóscopo. Aparte de eso una carta astral también puede ser estudiada
para analizar un momento histórico local o mundial entre otros usos posibles. Otra
aplicación sería, por ejemplo, la sinestría la cual consiste en la comparación de
las cartas natales de dos personas diferentes con el objetivo de encontrar el grado
de compatibilidad/incompatibilidad independientemente de qué tipo de relación
tengan (amistosa, amorosa, laboral, familiar, por ejemplo).

La carta astral, conceptualmente, se puede considerar una imagen esquemática desde


un enfoque geocéntrico del cielo en el momento y lugar exacto que se ha propuesto
estudiar, aunque sería más preciso decir que la imagen corresponde a la franja del
cielo cerca de la eclíptica donde coinciden tanto el plano de las órbitas de la
mayor parte de los astros del Sistema Solar así como el cinturón de constelaciones
del zodiaco las cuales tuvieron, en su momento, un origen común con los signos de
los mismos nombres.

Dentro de una carta astral existen varios elementos que, combinados entre sí,
facilitan de entrada una información básica dentro de su estudio. Estos elementos
se dividen entre los astros y puntos sensibles, los signos y las casas.

Los astros, también llamados planetas (una denominación que no debe confundirse con
el término astronómico para planeta), representan las diferentes facetas, o grupos
de facetas relacionadas entre sí, de personalidad posibles; en cambio, los signos
son diferentes modelos, o arquetipos, como los definió Jung, de personalidad
general, mientras que las casas delimitan los diferentes ámbitos de la vida en que
uno se puede mover. La idea consiste en que la coincidencia de un determinado
planeta en la zona de un determinado signo y de una determinada casa dará
información sobre la tendencia de actuación y/o reacción de esa persona u objeto de
estudio. Para decirlo resumidamente: los planetas son el qué, los signos el cómo y
las casas el dónde o cuándo.

Los astros y puntos sensibles


Por norma general, son objeto de estudio como astros principales el Sol, la Luna y
los planetas del Sistema Solar (incluyendo el recientemente redefinido como planeta
enano Plutón) aunque últimamente existen numerosos astrólogos que usan también
otros cuerpos celestes menores tales como Quirón o algunos de los más importantes
conocidos ubicados en el cinturón de asteroides como Ceres, Palas, Juno o Vesta.

Los astros principales estudiados se dividen en diferentes grupos en función de los


tipos de facetas que marcan. El Sol y la Luna se consideran, en conjunto, el núcleo
central de personalidad. Mercurio, Venus y Marte son los planetas personales;
Júpiter y Saturno son los planetas sociales; y Urano, Neptuno y Plutón, los
planetas generacionales o transpersonales. Por otra parte, estos astros tienen
vínculos con los signos llamados dignidades los cuales son siempre cuatro: caída,
exilio, exaltación y regencia. Esta última es considerada la más importante y más
estudiada en la interpretación de una carta astral ya que la regencia (también
denominada domicilio) otorga un vínculo armónico de características entre astro y
signo lo que, según los astrólogos, hace especialmente significativa su lectura si
coinciden en la misma posición el planeta regente con su signo regido
correspondiente.

Los astros principales


☉ El Sol: El astro rey por excelencia del Sistema Solar representa, en términos
astrológicos, el yo más intrínseco, la naturaleza más íntima y auténtica de la
personalidad y, como tal, también representa los deseos y motivaciones en la vida.
Psicológicamente también muestra la figura paterna deseada así como también la
individualidad como personas. El signo que regenta es Leo.
☾ La Luna: Nuestro satélite representa el otro lado principal del núcleo central de
la personalidad: las emociones. Así como todo lo relacionado con ellas: el instinto
de protección, la memoria y el inconsciente. Al igual que el Sol representa la
figura paterna la Luna representa la figura materna deseada, de la misma forma
también muestra la voluntad de formar parte del entorno más íntimo, así como el
diario transcurrir y la vida más cotidiana. Regenta el signo de Cáncer.
☿ Mercurio: El planeta más cercano al Sol representa las capacidades de intelecto y
comunicación. Indica el interés por el aprendizaje y la enseñanza de conocimientos
adquiridos así como el grado de riqueza comunicativa, especialmente oral y/o
escrita. Al ser el planeta más cercano al Sol y de mayor velocidad, se co-relaciona
con el carácter de la persona así como el pensamiento rápido y las habilidades
motrices, con frecuencia se haya cerca del Sol en la carta astral y se dan muchos
casos incluso de aspecto Sol conjunción Mercurio, lo más alejado que puede llegar a
estar del Sol es a un signo de distancia respecto al signo solar (es decir, en
alguno de los signos adyacentes). Psicológicamente da una imagen de qué tipo de
hermanos y primos se desearían tener. Regenta dos signos: Géminis y Virgo.
♀ Venus: El planeta gemelo de la Tierra representa, en gran medida, la sociabilidad
y muy determinadamente las relaciones tanto amistosas como amorosas (con un
especial énfasis en estas últimas), también determina el gusto estético así como lo
que se desea y qué no se puede tener en el entorno de uno mismo. Es por ello que se
lo considera el planeta de la feminidad por excelencia. Psicológicamente, para
algunos astrólogos, define qué tipo de amante se desea tener (si la carta es de un
hombre) o se desea ser (si la carta es de una mujer). Al igual que Mercurio,
también regenta dos signos a la vez: Tauro y Libra.
♂ Marte: El planeta rojo, en contraposición a Venus, representa la esencia de la
masculinidad y marca, como facetas más importantes, las capacidades de
determinación e iniciativa así como también los instintos de defensa y
autoprotección. Psicológicamente también realiza la misma función que Venus pero
con los papeles intercambiados: en la carta de una mujer representa el amante que
desea tener y en la de un hombre el amante que desea ser. Antiguo regente de
Escorpio, actualmente sólo lo es de Aries.
♃ Júpiter: El primero de los grandes gaseosos es un planeta social al igual que
Saturno y como tal representa la capacidad de expansión personal en todos los
ámbitos y la necesidad de ampliar horizontes así como el sentido ético y de
justicia. Considerado el gran benefactor por los clásicos se suele relacionar con
la suerte y la prosperidad así como también con los viajes. Fue el antiguo regente
de Piscis mientras qua ahora sólo regenta a Sagitario.
♄ Saturno: Históricamente ha sido visto como un planeta que trae malos augurios y
antiguamente su paso por los horóscopos se interpretaba como portador de
catástrofes y calamidades. Actualmente se considera que representa la capacidad de
autoexigencia y el sentido del deber moral y social. También indica cuál es el
grado de constancia y ambición en los proyectos y tareas de uno. En cierto modo, se
podría equiparar con el término freudiano del superyó. Es regente actual de
Capricornio si bien antiguamente también había regido a Acuario.
♅ Urano: El primero de los planetas generacionales (llamados así porque sus ciclos
orbitales son tan largos que no marcan a un pequeño grupo de personas concretas
dada la su fecha de nacimiento sino a toda una generación al completo en un largo
periodo de tiempo) representa la genialidad y capacidad de inventiva así como
también el grado de compromiso para romper con las normas establecidas y, por
tanto, el espíritu de independencia y rebeldía. Muestra cuan excéntrico puede ser
el individuo estudiado y hasta qué punto le interesa lo fuera de lo común.
Representa la Octava Superior del planeta Mercurio. Desde su descubrimiento regenta
a Acuario.
♆ Neptuno: Este planeta se identifica básicamente con la espiritualidad y la
capacidad de imaginación. Determina el grado de deseo para disolver los límites y
cómo se vive el contacto con todo lo relacionado con lo extrasensorial y el más
allá. Se considera la Octava Superior del planeta Venus. Actualmente es el regente
moderno de Piscis.
⯓ Plutón: El último de los 10 astros importantes en una carta es, quizás, el de
representación más abstracta de todos. Plutón marca la capacidad de auto-
regeneración, de transformación a partir de las crisis personales. Ayuda a
desprenderse de lo viejo dentro de uno que no sirve para crecer. Es el destructor
de los límites autoimpuestos y su designación dentro de una carta puede ser muy
poderosa, no en vano Plutón rige la energía nuclear así como también marca bastante
como es la sexualidad. Debido a todo lo anterior, Plutón precisa la Octava Superior
de Marte. El signo regido modernamente por este planeta es Escorpio.
Otros astros
Como se mencionó anteriormente aparte de los astros clásicos y los planetas extra-
saturnianos también muchos astrólogos en los últimos años consideran otros cuerpos
menores en una carta aunque las facetas que representan son matices de actuación
muy puntual en la personalidad (pero presentes a lo largo de la vida).

⚷ Quirón: Es un cuerpo celeste de muy poco tamaño que forma parte del grupo
llamado centauros. Fue descubierto en 1977 y su órbita alrededor del Sol se sitúa
entre las de Saturno y Urano. Astrológicamente representa el afán de superación
ante lo que haya producido una profunda herida en la manera de ser como puede ser,
por ejemplo, algún trauma psicológico o fisiológico, a la vez también indica de que
se le da miedo sentirse rechazado. Por todo ello se le suele considerar un elemento
muy importante en la carta de personas discapacitadas. Debido a la ubicación de su
órbita también se le considera un puente entre las posturas aparentemente
irreconciliables de la limitación férrea saturniana y la disposición uraniana a
superar estos límites.
⚳ Ceres, ⚴ Palas, ⚵ Juno y ⚶ Vesta: Se tratan de los cuerpos menores más
destacados ubicados dentro del cinturón de asteroides que hay entre Marte y
Júpiter. Ceres por su considerable tamaño es considerado un planeta enano mientras
que los otros tres, de dimensiones más reducidas, son definidos como simples
asteroides. Desde el punto de vista astrológico representan, de forma esquemática y
en conjunto, diferentes estadios de la vida de una mujer. También representan
facetas puntuales que complementan otras más destacables representadas en otros
astros aunque, dada la naturaleza simbólica de estos astros, se tiende a prestar
más atención en la carta de las mujeres que en la de los hombres. Actualmente se
está debatiendo en otorgarle la regencia de Virgo a Ceres.
⯰ o ⯱ Eris: Es un planeta enano que fue descubierto en el año 2005. Tarda 500 años
en dar la vuelta al Sol (más del doble que Plutón) y es un poco más grande. En un
primer momento, se le denominó Xena, como la heroína de televisión, pero al ser un
planeta enano de tamaño considerable y no un asteroide, se le cambió el nombre por
uno perteneciente a la Mitología Griega. Se optó por nombrar a este planeta con el
nombre Eris, la diosa de la discordia. Eris puede ser considerada como un Plutón o
Marte femenino. Es un planeta transpersonal y lo habitual de este cuerpo celeste es
en representar un conflicto que se está produciendo a nivel colectivo, generando
caos para encontrar la concordia o la armonía. Está en debate la regencia de Eris
sobre Libra.
Puntos sensibles destacables
Además de los astros existen otros elementos equiparables en su categoría que
también son estudiados y que se tratan de puntos imaginarios en el cielo dados por
la geometría astronómica. Incluso hay puntos sensibles que son de mayor
consideración en una carta que algunos astros. Estos en son los más significativos:

Ascendente El ascendente: Se trata del punto exacto sobre el horizonte donde,


hipotéticamente, se levantaría el Sol en el momento estudiado de la carta (se
necesita conocer la hora exacta en la que nace el individuo, tal y como apareció en
el acta de nacimiento). Su trascendencia radica en que es el punto de referencia a
partir del cual se distribuyen el conjunto de casas y como tal es el punto inicial
de la Casa I (también llamado cúspide). En este sentido su importancia es tal que
el eje ascendente/descendente es lo que marca la disposición gráfica de la carta,
normalmente siempre en posición horizontal con el ascendente a la izquierda y el
descendente, por tanto, a la derecha. En una carta natal de una persona indica,
sobre todo, dos cosas: su apariencia física y la forma en como se muestra en el
exterior y, por tanto, como le ven los demás. Se puede decir que, junto el Sol y la
Luna, es uno de los elementos definidores más importantes dentro de una carta
natal.
El Descendente: Como se puede deducir por el nombre se trataría del punto opuesto a
el ascendente y, por tanto, la cúspide de la Casa VII. Indica la capacidad para
incluir "otro" dentro del universo personal de uno mismo: como combinan el espacio
íntimo y personal de uno con el de otra persona y cómo se intenta comprenderla.
Medio cielo El medio cielo o Medium Coeli: Consiste en el punto medio superior
donde el meridiano sitúa a la persona u objeto de estudio de la carta en el momento
que se corta con el plano de la eclíptica y coincide con el punto donde se inicia
la Casa X. Normalmente se encuentra en una relación angular de cerca de 90º con el
ascendente (y así de exacto sería si se encontrara en el ecuador) pero por norma
general esta relación se desvía considerablemente a medida que el punto terrestre
estudiado donde nace el individuo se sitúa más o menos cerca de los polos. En
términos astrológicos se relaciona con la conciencia personal y con el crecimiento
espiritual. También se puede ver un estrecho vínculo con la vocación profesional y
a lo largo de los signos enmarca su desarrollo.
El fondo de cielo o Imum Coeli: Es el punto opuesto al medio cielo y la cúspide de
la Casa IV. Representa las raíces, la cuna y la parte más oculta del individuo.
Esquema de la diferencia de planos de la órbita terrestre respecto a la lunar
La Tierra y la Luna tienen planos de órbita con 5º de diferencia de inclinación lo
que genera los nodos lunares.
Los nodos lunares: Consisten en los dos puntos donde se interceptan la órbita de la
Luna alrededor de la Tierra con la de la Tierra alrededor del Sol. El nodo lunar
ascendiente es conocido como nodo lunar norte o cabeza del dragón (símbolo: nodo
lunar norte) mientras que del descendiente se llama nodo lunar sur o cola del
dragón (símbolo: nodo lunar sur). Ambos se encuentran diametralmente opuestos. En
un sentido kármico representan el pasado (el nodo lunar sur) y el futuro (el nodo
lunar norte) en vidas pasadas y venideras respectivamente, lo que a uno le hace
sentir cómodo para que ya lo ha vivido y lo que lo tira hacia las nuevas
experiencias de las vidas futuras y como abordarlas. Desde una perspectiva
psicológica se ve más como las experiencias de los primeros años de vida que han
marcado más y definido la actitud, por lo que respecta al nodo lunar sur, y lo que
podría dar sentido en el futuro a la vida, en referencia al nodo lunar norte.
Lilit o Luna negra: Lilit es un punto sensible dentro de la carta astral que se
consigue mediante un relativamente complicado cálculo utilizando como referencias
los ejes de la órbita elíptica de la Luna. La historia del personaje de Lilit que
da nombre a este punto ofrece la pista sobre lo que representa astrológicamente. En
gran medida identifica algunas trazas del lado más oscuro y tenebroso de la
personalidad. En la carta de los hombres puede representar, también, el tipo de
mujer que teme.
Los signos
Lo que hoy en día conocemos por signos del zodiaco occidental nacieron ya en los
inicios de la astrología en Mesopotamia confundiéndose su función con las
constelaciones que los representaban. Diciéndolo de otra forma: signos y
constelaciones eran esencialmente lo mismo o, como mínimo, la constelación daba
razón de ser al signo. Hoy en día esta fusión de términos es considerada
mayoritariamente obsoleta y, en cambio, se prefiere ver los signos, con un cierto
sentido esotérico, como algún tipo de manifestación energética vinculada con el
tramo de cielo de donde proviene más que con la constelación que ocupa dicho tramo.
Esta definición desvinculando ambos términos ha venido por la demostración empírica
de que, dado el desplazamiento inexorable de las constelaciones debido al fenómeno
conocido como la precesión de los equinoccios, la interpretación astrológica es más
fiable considerando la ubicación original de los signos, es decir, constelaciones
de hace más de 4000 años, en los inicios de los estudios astrológicos, no contando
la ubicación actual de las constelaciones. A pesar de ello, hoy en día todavía hay
astrólogos que prefieren trabajar sobre esta situación actual de las constelaciones
(ya que creen que el vínculo con los signos sí existe) si bien se trata de una
corriente minoritaria. A raíz de esto se puede optar, pues, por dos formatos de
zodiaco a usar en el estudio de una carta: el sideral que usa de referente el
recorrido del Sol para definir el punto vernal (o sea: el punto de partida de la
rueda zodiacal en el equinoccio de primavera) y por tanto coincide con la posición
actual de las constelaciones, y el tropical, el más utilizado actualmente, que
reconoce como punto de partida de la rueda zodiacal un punto fijo en el espacio
situado entre las constelaciones de Aries y Piscis y dispone los signos por doce
porciones iguales sobre el cielo sin tener en cuenta las constelaciones ni en
ubicación ni en porción de espacio que ocupan, sino únicamente la eclíptica
terrestre, que se divide en 12 porciones iguales.

En un sentido estrictamente psicológico los signos son arquetipos de personalidad;


es decir: encarnan modelos básicos de comportamiento personal no equiparables entre
sí aunque pueden compartir algunos rasgos puntuales. Al tratarse de arquetipos es
casi imposible que exista ninguna persona real que pueda ser "completamente" de un
signo determinado. Es aquí donde interviene la combinación de planetas y puntos
sensibles con los diferentes signos, junto con las diferentes casas, donde son
ubicados cada uno de ellos para definir la manera única e intransferible de ser de
todos y cada uno de los seres vivos existentes, que han existido o que existirán en
el futuro.

Clasificación de los signos


manuscrito árabe de fecha incierta (quizás del s. XVI o XVII)
Manuscrito de origen árabe con un dibujo de la rueda del zodiaco, de fecha incierta
(quizás del s. XVI o XVII).
Por orden cronológico/espacial, los doce signos del Zodiaco son:

Aries symbol (fixed width).svg Aries


Taurus symbol (fixed width).svg Tauro
Gemini symbol (fixed width).svg Géminis
Cancer symbol (fixed width).svg Cáncer
Leo symbol (fixed width).svg Leo
Virgo symbol (fixed width).svg Virgo
Libra symbol (fixed width).svg Libra
Scorpius symbol (fixed width).svg Escorpio
Sagittarius symbol (fixed width).svg Sagitario
Capricornus symbol (fixed width).svg Capricornio
Aquarius symbol (fixed width).svg Acuario
Pisces symbol (fixed width).svg Piscis
Los signos se pueden clasificar de acuerdo a tres maneras diferentes que se
superponen entre sí dotando a todo el conjunto de un sentido armónico y coherente.
De hecho, el orden de los signos no es fruto del azar y se encuentra supeditado a
este esquema de clasificaciones.

Clasificación por dualidad


Según esta clasificación, los signos se dividen en dos grupos de seis signos cada
uno:

Signos de energía positiva/masculina/diurna (también llamados más modernamente de


energía yang): Se caracterizan por tender a ser extrovertidos y exteriorizar su
forma de ser, consecuentemente son sociables y divulgadores y buscan fuera aquello
que les dé la razón de ser. Los signos de esta energía son: Aries, Géminis, Leo,
Libra, Sagitario y Acuario; es decir, los signos alternativos impares siguiendo el
orden del zodiaco.
Signos de energía negativa/femenina/nocturna (conocidos últimamente como de energía
ying): A diferencia de los anteriores, tienden a interiorizar su personalidad,
buscan a menudo la introspección y suelen disfrutar de un mundo interno muy rico.
En cierto modo son "receptores" de la energía positiva/masculina/diurna. Los signos
de esta energía son: Tauro, Cáncer, Virgo, Escorpio, Capricornio y Piscis; es
decir, los signos alternativos pares siguiendo el orden del zodiaco.
Clasificación por cualidades o modalidades
Con esta clasificación los signos quedan agrupados en tres conjuntos de cuatro
signos cada uno: los signos cardinales, los signos fijos y los signos mutables.
Existe una estrecha relación entre esta clasificación y el paso de las estaciones
del año ya que la disposición de los períodos solares de los signos está
coordinada.

Signos cardinales: Se trata de signos iniciadores de tareas y proyectos, que, en


mayor o menor grado, toman la iniciativa y generalmente no permiten que alguien
decida por ellos, lo que les otorga un cierto espíritu independiente. Los cuatro
signos cardinales son: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio; es decir, los primeros
signos de cada estación del año.
Signos fijos: Estos signos tienen como fin conservar, mantener, perdurar y sostener
las ideas y proyectos impulsados por los signos cardinales. Tienden a ser
constantes y obstinados y el orgullo suele ser un rasgo común entre los cuatro. Los
signos fijos son: Tauro, Leo, Escorpio y Acuario; es decir, los signos situados en
medio de cada estación del año.
Signos mutables: Son signos adaptables y que tienden a buscar el cambio. Preparan
el terreno a los signos cardinales para embarcarse en nuevos proyectos suavizando
la rigidez de los signos fijos. Algunos rasgos en común entre ellos son la
inquietud y tendencia a la nerviosidad, entre otros, y por naturaleza se muestran
dispuestos a ofrecer un servicio a los demás y establecer conexiones personales.
Los cuatro signos mutables son: Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis; es decir, los
últimos signos de cada estación del año.

Clasificación por elementos


La tercera manera de clasificar los signos es según los elementos y consiste en
agruparlos en cuatro conjuntos de tres signos cada uno. Los signos de cada elemento
comparten ciertas características, especialmente de mentalidad y manera de ver y
abordar el mundo. Siguiendo el orden de los signos en la formación de la rueda
zodiacal se agrupan entre ellos los que siempre se encuentran distanciados de
cuatro en cuatro.

Signos de fuego: Son signos unidos por una mentalidad expansiva, impositiva, viva,
valiente, volátil y llamativa. El concepto clave fueguino por delante de cualquier
otro es la vitalidad. Los signos de fuego son: Aries, Leo y Sagitario.
Signos de tierra: Los une una mentalidad práctica, material, pragmática, asentada,
estructurada, realista y funcional. La tangibilidad es el núcleo del pensamiento
terráqueo. Los signos de tierra son: Tauro, Virgo y Capricornio.
Signos de aire: Tienen en común una mentalidad abstracta, idealista, teórica,
cognitiva y etérea. El motor capital de los signos aéreos es, sin lugar a dudas, la
mente. Los signos de aire son: Géminis, Libra y Acuario.
Signos de agua: Los caracteriza por igual una mentalidad emotiva, sensitiva,
afectiva, profunda y soñadora. El gran conductor acuático es prioritariamente la
emotividad. Los signos de agua son: Cáncer, Escorpio y Piscis.
Observaciones
Como se puede comprobar todos y cada uno de los signos tienen una combinación única
y personal de los agrupamientos por las tres clasificaciones: hay un signo de cada
calidad para cada elemento y un signo de cada elemento por cada calidad. En cuanto
la clasificación por energías duales se puede ver detenidamente cómo agrupa los
signos de los elementos Fuego y Aire dentro de los de energía
positiva/masculina/diurna y los de los elementos Tierra y Agua con los de energía
negativa/femenina/nocturna. El motivo de esta disposición se debe a que las
características que albergan cada tipo de clasificación, combinadas en un signo
concreto, da la información básica sobre cómo es el arquetipo de personalidad que
presenta dicho signo.

Fuego Tierra Aire Agua


Cardinal Aries Capricornio Libra Cáncer
Fijo Leo Tauro Acuario Escorpio
Mutable Sagitario Virgo Géminis Piscis
Apuntes diversos sobre los signos
Un compendio de conocimiento que nunca se contradice y resulta siempre acumulativo
como es la astrología ha dado pie a una cantidad casi inalcanzable de información
extraíble en todos y cada uno de los conceptos estudiados. En el caso de los
signos, por ejemplo, el orden establecido también ha servido para ver una lógica
equiparando cada signo con los diferentes estadios de la vida de una persona. Así,
Aries sería el bebé recién nacido que sólo es consciente de sí mismo y tal solo
sabe reivindicar sus necesidades, Tauro simbolizaría el bebé de unos pocos meses
que espera paciente a que le hagan todo, Géminis el niño que descubre el mundo y
aprende a hablar, Cáncer el niño que aprende qué es el miedo y se refugia en la
seguridad de sus padres y la familia, etcétera.

Otro planteamiento interesante se encuentra en dotar de un significado filosófico y


místico a los seis ejes de signos opuestos entre sí. Por ejemplo: el primer eje es
el que conforman los signos de Aries y Libra los que simbolizarían la dicotomía yo-
tú; es decir: el individualismo excluyente de Aries contra el reconocimiento y
valoración de los demás de Libra. De hecho con la astrología moderna se contempla
una clasificación independiente de las clásicas citadas antes donde los seis
primeros signos, es decir: de Aries a Virgo, son esencialmente individuales y
centran sus motivaciones en sí mismos mientras que los seis restantes, de Libra a
Piscis, tienden a usar más la contraposición con los otros para asentar su propia
identidad.

Las casas
El sistema de casas es una estructuración geométrica del espacio alrededor de la
persona u objeto estudiado en la carta dividiéndolo en doce porciones (no
necesariamente iguales) donde cada porción, según su ubicación angular respecto al
punto del ascendente, tendrá un significado concreto. Al igual que los signos
también se pueden clasificar en grupos de varias maneras otorgándole un significado
colectivo a cada grupo aunque las clasificaciones más importantes son tomando como
líneas divisorias los ejes ascendente-descendente y medio cielo-fondo de cielo, de
esta forma, por ejemplo, se contemplan los hemisferios: si se usa de separador del
eje ascendente-descendente se tienen en la parte inferior de la carta del
hemisferio nocturno y en la parte superior el hemisferio diurno, si en cambio se
utiliza el eje medio cielo-fondo de cielo aparecen el hemisferio del yo (el
occidental) y el hemisferio del tú (el oriental).

Como se ha citado antes cada casa representa un ámbito de la vida donde signos y
planetas actúan de una forma específica. Estos son los ámbitos que afectan a cada
casa:

Casa I. La apariencia y los inicios: Esta casa viene marcada por el punto del
ascendente, por lo tanto todo planeta que se encuentre así como el signo que la
habite delimita la forma de mostrarse al mundo del individuo así como su apariencia
física. Simboliza, pues, el concepto de yo soy.
Casa II. Los valores, la sustancia, los talentos: La segunda casa se encuentra
relacionada con todo aquello que el individuo ve atractivo y le da importancia así
como también marca las posesiones materiales, como las consigue y para qué se
decanta. Los planetas y signo que la habiten dan información sobre qué le da
seguridad y estabilidad. También describe las capacidades innatas y los talentos.
Simboliza el concepto de yo poseo.
Casa III. El entorno inmediato, la comunicación, el aprendizaje: La casa tercera
indica la relación del individuo con su entorno más cercano (hermanos, parientes,
amistades, etcétera) así como también el ámbito de la comunicación personal y todo
lo relacionado con el pensamiento lineal y racional. Es por todo ello que simboliza
el concepto de yo me expreso.
Casa IV. La familia, las raíces, la herencia emocional: Esta casa está ligada a las
experiencias de la infancia, el hogar y las raíces familiares. También afecta al
mundo más profundo e íntimo del individuo y, por tanto, la esfera emocional más
interior. El concepto que simboliza es yo siento.
Casa V. La libre expresión creativa, los niños, la diversión: La quinta casa habla
sobre la herencia creativa (que se deja para la posteridad, tanto como expresión
artística, proyectos materiales o descendientes), la firmeza de la individualidad y
el mundo de la diversión y el ocio. Su concepto simbolizado es yo me reivindico.
Casa VI. La salud y el trabajo: La última casa del llamado hemisferio nocturno se
relaciona con la salud del individuo y con su ámbito de trabajo, con especial
atención al desarrollo de su rutina. También es la casa de los colegas, empleados y
mascotas. Simboliza el concepto de yo me cuido.
Casa VII. Los contactos, las relaciones: La primera casa del hemisferio diurno se
concentra en las relaciones personales. El signo ubicado en esta casa, junto con
los planetas que la habiten, indica qué tipo de relación se busca al igual que
también qué tipo de gente se siente atraída por el propietario de la carta. También
habla sobre el ámbito de pareja y el desarrollo de las relaciones amorosas. El
concepto que simboliza, así pues, es yo me relaciono.
Casa VIII. La transformación, los cambios profundos, el proceso de dejarse ir
participando en la totalidad: Esta casa abarca los procesos metamórficos de una
persona a través, sobre todo, de las crisis personales. Antiguamente se le asociaba
con la muerte en un sentido físico pero no con el momento de la muerte del
individuo en cuestión. Actualmente se prefiere verla relacionada con la "muerte"
simbólica que vincula todo proceso de transformación personal donde se dejan atrás
cosas y personas antes significativas en la vida personal. Simboliza el concepto de
yo renazco.
Casa IX. La búsqueda del sentido de la vida, los viajes largos físicos y mentales,
la visión del mundo: La novena casa trata sobre las motivaciones en buscar un
sentido a la vida especialmente a través del conocimiento de otras culturas y
visiones del mundo, es por eso que también tiene un estrecho vínculo con los viajes
de largo alcance y el afán de ampliar horizontes al igual que también se relaciona
con la ética y la percepción personal de la justicia y la ley. Por todo ello el
concepto que simboliza es yo reflexiono.
Casa X. La vocación, los objetivos en la vida, las ambiciones profesionales: La
casa décima se encuentra marcada por el medio cielo y, por tanto, se centra en el
ámbito profesional: en qué campos se desarrollará mejor y tendrá más éxito. Esto
también conduce a indicar el reconocimiento social, las metas personales y el
alcance de las responsabilidades hacia los demás. El concepto simbolizado en esta
casa es yo ambiciono.
Casa XI. Colectivos, grupos y amigos: La undécima casa aborda el ámbito de los
grupos de pensamiento común e ideología análoga. Afecta, pues, la postura social
del individuo y, en un sentido más global, su posición dentro de la sociedad, su
disposición a colaborar con el colectivo y su grado de compromiso para mejorar los
mecanismos sociales existentes. Simboliza el concepto de yo contribuyo.
Casa XII. La retirada, la trascendencia, la espiritualidad: La última casa se
relaciona con el retiro, voluntario o no, de uno mismo del contacto social y las
consecuencias que se desprenden ligadas al sufrimiento así como también abarca el
sentido espiritual y trascendental. Las experiencias místicas y de comunión con los
demás e incluso con la totalidad también se ven reflejadas. Por todo ello el
concepto simbolizado en esta casa es yo sufro.
Referencias
Universidad de Málaga Archivado el 10 de diciembre de 2013 en Wayback Machine., un
estudio sobre San Agustín muestra la ambigüedad del cristianismo primitivo frente a
la astrología.
La astrología de Kepler (Pasajes Seleccionados)
La psicología de Carl Gustav Jung en la astrología
Bibliografía
ALCOBA, María Emilia, AZICRI, Claudia y MOLINA, Cristina: Curso de astrología Tomo
I . Kier, Buenos Aires, 2005 ISBN 950-17-4201-6
MOLINA, Cristina y AZICRI, Claudia: Curso de astrología Tomo II . Kier, Buenos
Aires, 2007 ISBN 978-950-17-4203-9
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