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La pérdida del ecosistema marítimo

El océano, junto con nuestros mares han representado el pilar del surgimiento
de todas las formas de vida que han pisado la tierra en este mundo, los recursos que
hemos extraído de sus playas nos han alimentado como población, sin cobrarnos nada,
más la moneda que le hemos dado como pago de tan generosa acción fue contaminar y
alterar los grandes cardúmenes de peces que, nadaron dando vida al océano, las
manadas de ballenas y delfines que tanto simbolismo le otorgan a ese horizonte azul,
masacradas para alumbrar nuestras noches con velas, la situación es preocupante y
presentarlo al público para exponer los atropellos que se cometen a este ecosistema y
tratar de corregir el daño, es primordial para realizar un cambio en el mundo entero.

Según La Organización de las Naciones Unidas: “alrededor de 13 millones de


toneladas de plásticos son vertidas en los océanos cada año”. Estas alarmantes cifras
no solo se han sumado a la contaminación en los mares, sino que además, ha contribuido
a la creación de concentraciones de desechos que se ven retenidos por los vórtices
oceánicos que se producen en el océano Pacífico, atlántico, el océano Índico y algunos
otros mares de nuestro planeta, cuyas acumulaciones han sido denominadas como:
“Islas de plástico” de las cuales existen 5 actualmente. La BBC news estima que: “la
isla de residuos plásticos más grande flota en el océano pacifico con 1,6 millones de
Km2, es decir, casi tres veces el tamaño de Francia y contiene cerca de 80,000 toneladas
de plástico” y si comparamos el tamaño de dicha isla con nuestro país, equivale a un
aproximado de 76 veces El Salvador.

Todas nuestras acciones han llevado a la contaminación y destrucción de nuestros


océanos, ya que, no solo se pueden observar diversos desechos de plásticos, sino que
además, se presentan químicos que se ven expuestos al agua desde compuestos
nocivamente tóxicos como derrames de petróleo o desechos industriales, hasta
productos químicos utilizados en nuestro diario vivir como: detergentes, pesticidas,
germicidas, entre otros. Estos últimos van a parar a los océanos por medio de las aguas
negras que cada uno de nuestros hogares produce, de hecho, en El Salvador todas estas
aguas tienen como destino el rio Acelhuate el que actualmente se encuentra en un
estado de contaminación altamente peligrosa debido a la cantidad de componentes
nocivos que se encuentran en dicho rio y la peor parte es que todo esto desembocará
finalmente en el océano Pacífico.

De seguir de esta forma la Organización de las Naciones Unidas declaró que: “En
el año 2050 habrá más plástico que peces en el mar”. Además del problema de la
contaminación nos enfrentamos con la destrucción de los arrecifes de coral como otro
factor importante para la existencia de la vida en el mar.

Los arrecifes de coral ocupan un 0,1% del área total de los océanos, espacio
donde comerciantes desarrollan sus actividades económicas y animales compiten por
comida y refugio. Estos espacios más que bellos paisajes, ayudan a que las olas no
erosionen de forma rápida las playas. El cambio climático ha elevado la temperatura
de los océanos, arrecifes como el de Los Cóbanos, presente en El Salvador, ha
demostrado un debilitamiento, perdiendo sus colores pardos, volviéndose blanco, este
fenómeno documentado en diferentes playas del mundo significa que el coral a muerto.

Una de las principales causas de estos sucesos se debe a la pesca por arrastre
que agrava el cambio climático, al arrasar todo el lecho marino, destruyes las algas y
corales, además extraen los peces que excretan fertilizantes para la flora marina.
Contrario a lo que se cree, las algas marinas y los corales liberan la mayor cantidad de
oxígeno a la atmósfera, no las selvas tropicales como Las Amazonas, al punto que, el
incendio producido Brasil, 2019, no representó una perdida significativa en el oxígeno
de nuestro planeta. Por eso la pesca de arrastre atenta contra el 50% y 80% de la
producción total de nuestro oxígeno.

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