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SALUDO.
Sin lugar a dudas, el 27 de febrero es en una de las fechas cívicas más importantes para
todos los ecuatorianos, puesto que se celebra “la “Batalla de Tarqui,”, el “Día del
Civismo,” y el “Día del Ejército Ecuatoriano”.
Hoy quiero rendir un homenaje a este acto histórico y a la decidida participación de esos
valientes hombres que entregaron todo en el campo de batalla, defendiendo nuestro
territorio nacional.
Finalmente el mismo Bolívar se había desplazado hacia el sur para dirigir la campaña
para recuperar Guayaquil. Aún así, la guerra acabó inesperadamente con un golpe de
estado en Lima que derrocó a La Mar. El nuevo gobierno de Agustín Gamarra cesó las
hostilidades y entregó Guayaquil.
También en esta fecha, el presidente del Ecuador Carlos Julio Arosemena Tola, mediante
el decreto ejecutivo 324 declara al 27 de febrero como el día del Civismo.
Por ello, es oportuno reflexionar que el Civismo no es solo uno de los valores más
importantes de la ciudadanía para demostrar el amor y respeto a la Patria, sino también
un modo de comportamiento basado en actitudes de respeto y tolerancia hacia el ejercicio
de los derechos y libertades, al cumplimiento de las obligaciones y deberes como buenos
ciudadanos, aun cuando todos seamos diferentes en etnias, costumbres, moral o religión.
También, se debe resaltar que en la actualidad el Civismo está vinculado con el proceso
de transformación que vive nuestro país, con el sentimiento del rescate de la identidad,
con la valoración de nuestros saberes culturales, y por sobre todo, con la vivencia diaria
de los valores cívicos para motivar a nuestros niños y jóvenes el amor a la Patria, la
veneración a la Bandera, el respeto al Himno Nacional, la evocación al Escudo y el tributo
al Patriotismo de nuestros héroes. Recordemos que cada amanecer representa una
nueva esperanza para que cada uno de nosotros como buenos ecuatorianos, pongamos
la mirada fija en la meta, la mente lista para el combate, el corazón palpitante de emoción
y las manos dispuestas al trabajo para transformar todos los problemas en oportunidades,
las debilidades en fortalezas, la pobreza en abundancia, la tristeza en alegría, y los
fracasos en éxitos. Sin embargo, es trascendental mencionar que es imposible luchar por
algo que no se ama o no se conoce puesto que el Civismo, al igual que el Patriotismo y
Nacionalismo, es mucho más que entonar el Himno Nacional, jurar la Bandera, o marchar
en los desfiles. El Civismo, como un valor auténtico, también nos obliga a convertirnos en
héroes desde nuestras pequeñas trincheras en el trabajo o estudio, al dar lo mejor de
nosotros mismos por nuestras familias, instituciones y país en general. Sólo así podremos
emprender en la construcción de una Patria, grande, altiva y soberana.
¡VIVA EL ECUADOR!