De Altamirano y Sarlo nos interesa el planteo respecto al vínculo entre Literatura y
Sociedad, dicho de otro modo qué hay de social en un texto literario. Los autores plantean que todo texto literario es un producto heterogéneo: un cruce entre el uso particular de una lengua, las ideologías presentes en el plano de lo social, que, al pasar a la literatura, son deformadas y violentadas, y las experiencias culturales presentes en la subjetividad del escritor de ese texto y en el entorno de producción. Altamirano y Sarlo presentan el concepto de función -heredado de los formalistas rusos- para “pensar las articulaciones de los materiales literarios”, esto es: con qué está construido un texto y cómo. En tal sentido explican que un texto literario no puede considerarse por sus componentes aislados (de allí que de un poema no podemos señalar, por ejemplo, la metáfora, la metonimia, etc) sino que supone un conjunto de relaciones funcionales ordenadas en base a un principio constructivo. Este principio es un procedimiento, un modo de organizar las palabras dentro de un texto, es lo formal. Mientras que, los materiales son todos aquellos elementos preexistentes que un escritor “toma” de las culturas y la sociedad: ideología, experiencias, discursos, etc. La Función implica la posibilidad que tiene un texto de integrarse a una serie, ya sea sintáctica, fónica o lexical, y además, la posibilidad de la serie de entrar en correlación con otras series textuales y extratextuales. La función produce significados y produce formas. Explican Sarlo y Altamirano: “Las funciones definen un registro que no es estable sino que varía históricamente y en paralelo con la estratificación sociocultural”, ejemplo de esto es una serie lexical que es ironía en una época y ya no lo es en otra. Justamente las palabras que “se usan” en un texto es lo que lo unen a su entrono social, la palabra bataclana en pleno siglo XXI no tiene ningún correlato semántico moral, por ejemplo. Los autores dan el ejemplo de la palabra “gaucho” y sus diversas funcionalidades de acuerdo a los autores que los usaron y los propósitos políticos.
Otro componente del vínculo entre literatura y sociedad es el sistema literario, el
cual implica una regulación, una organización según “pautas literarias y extra literarias que establecen relaciones de jerarquía”. En el sistema se evidencian las rupturas y continuidades, lo hegemónico y lo alternativo, que no es más que una lectura de lo social. La función estética, por su parte, implica que en lo social ese texto literario tiene una jerarquía dada por el hecho estético, se define por ese hecho estético. Y lo estético es en última instancia un carácter otorgado por la sociedad que lee ese texto literario. No todo lo que se lee como literatura en una época lo será en otra y viceversa.