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El síndrome de Vietnam
La guerra de Vietnam es vista tradicionalmente como el ejemplo paradigmático de cómo la
acumulación de bajas genera un amplio rechazo de la población a una intervención. Entre
1965 y 1973, Estados Unidos perdió unos 58.000 soldados. Según estas interpretaciones
más extendidas, los medios de comunicación, y en especial la televisión, llevaron la guerra
a los hogares americanos, mostrando imágenes de los muertos en combate y haciendo un
discurso derrotista.
Para analizar la cuestión de la percepción de bajas elevadas en Vietnam, es interesante
tener en cuenta la comparación con un conflicto como Corea (1950-1953), y que estaba
vivo en la memoria colectiva de la época. La sociedad estadounidense veía muchos
paralelismos entre ambos conflictos (contener al comunismo en Asia, compromiso del país
para con sus aliados…). Pese al amplio apoyo a ir a la guerra en el Sudeste asiático, solo 4
de cada 10 estadounidenses estaba dispuesto a asumir más bajas de las sufridas en Corea
(unos 33.000 muertos), según el estudio del think-tank estadounidense Rand Corporation,
Casualties and Consenssus. Esta cifra de bajas se superó entre 1968 y 1968, paralelamente
a cuando crecían las dudas sobre la manera de la Casa Blanca de llevar la estrategia bélica.
Pero para explicar el rechazo hay que tener en cuenta muchas más cosas. Por ejemplo, la
visión tradicional de la Ofensiva del Tet (entre el 30 de enero y el 28 de marzo de 1968)
que se considera el punto de inflexión de la guerra. Pese a que EEUU y sus aliados
sudvietnamitas rechazaron el ataque sorpresa nordvietnamita, la opinión pública
estadounidense comenzó a ver la guerra como un conflicto muy complejo, las bajas fueron
muy elevadas y la prensa se mostró muy crítica con la estrategia estadounidense.
El historiador William Hammond, uno de los grandes expertos sobre el conflicto
vietnamita, ha cuestionado esta habitual interpretación de los efectos de la Ofensiva del
Tet, surgida a posteriori del conflicto. El investigador considera que la erosión al apoyo de
la guerra tardó en llegar y fue un fenómeno más paulatino. Para apoyar sus teorías se basa
en el análisis de los sondeos que se realizaron en 1968. Los estadounidenses seguían
apoyando la estrategia militar, incluso en ese año que fue el más sangriento para sus tropas
durante el todo el conflicto con 16.000 muertos en combate.
La erosión comenzó a hacerse más patente a partir de 1969s, y en especial de 1970. Pero no
se debe a una simple cuestión de aumento del número de bajas El descontento por la
guerra englobaba muchos otros factores, como la estrategia poco clara que comenzaron a
demostrar los líderes del país para conseguir la victoria final en un plazo de tiempo
razonable. Esta crítica de la población se tradujo en una creciente demanda para que se
retirasen las tropas y lograr un acuerdo para liberar a los prisioneros de guerra. Una
política que finalmente asumió el presidente Richard Nixon.
Fuentes
BERINSKY, Adam J. In time of War, Understanding American Public Opinion from
World War II to Iraq, University of Chicago Press, 2009.
EVERTS, Philip y ISERNIA, Pierangelo (Ed.), Public Opinion and the International Use of
Force, Routledge/ECPR Studies in European Political Science, 2001.
LARSON, Eric Victor, Caualties and Consessus. The Historical Role of Casualties in
Domestic Support for U.S. Military Operations, RAND Corporation, 1996.