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El carbunclo azul

El 27 de diciembre, el Doctor Watson visita a su amigo el


detective privado Sherlock Holmes en 221 B Baker Street.
Watson ve a Holmes con un viejo sombrero de fieltro a su lado.
Holmes explica que Peterson, el recadero de un hotel cercano,
le trajo el sombrero en el día de Navidad. A las cuatro de la
madrugada del 25 de diciembre, Peterson intentó ayudar a un
hombre atacado por unos brutos. El hombre desapareció,
dejando caer de sus manos el sombrero y un ganso. Una tarjeta
atada al ganso decía, "Para la señora de Henry Baker" y en el
interior del sombrero hay las iniciales "H.B."
Ningún anuncio acerca del sombrero y el ganso ha salido en los
periódicos. Holmes decidió que más valía comer el ganso mal
conservado sin retrasos innecesarios. Lo dio a Peterson. Holmes guardó al sombrero como objeto para una
diversión intelectual. Al examinar el sombrero, Holmes ha deducido el nombre, la edad, la situación financiera y
algunos detalles de la vida privada del propietario. Holmes explica a Watson como llegó a sus conclusiones.
Watson se ríe. Piensa que Holmes ha perdido su tiempo, dado que el sombrero no tiene nada que ver con
ningún delito.-

Peterson entra de prisa en el apartamiento de Holmes


para mostrarle algo que su mujer encontró en el buche del
ganso. Es una joya brillante. Holmes identifica la joya como
el carbunclo azul y dice que fue robado de la habitación de la
Condesa de Morcar en el hotel Cosmopolitan hace cinco
días. Un fontanero llamado John Horner, quien había
sufrido una condena anterior por robo, fue acusado del
robo de la joya y detenido. James Ryder, el jefe de servicio
del hotel, declaró que condujo a Horner a la habitación de la
condesa. Permaneció un rato junto a Horner pero tuvo que
ausentarse. Al volver a la habitación, Ryder vio que Horner
había desaparecido, que el escritorio había sido forzado y
que la caja de joyera de la condesa estaba vacía. Catherine
Cusack, la doncella de la condesa, corroboró la historia de Ryder.
Sherlock Holmes dice que sus pequeñas deducciones han adquirido de pronto un aspecto mucho más
importante y menos inocente. Dice a Peterson que tiene que poner anuncios en todos los periódicos principales
de la tarde que dicen que el señor Henry Baker puede recuperar su sombrero y su ganso si viene a 221 B Baker
Street a las 6:30 de la tarde. Holmes dice a Peterson también que tiene comprar otro ganso igual de tamaño
que el ganso que ya ha comido. Cuando Henry Baker llega al apartamiento de Holmes, Watson ve que es
exactamente como Holmes ya le había descrito. Holmes dice a Baker que han comido su ganso y le ofrece otro
fresco. Baker acepta el segundo ganso fresco con mucho gusto. Holmes dice que han guardado las plumas, las
patas y el buche del primer ganso pero a Baker no le interesa nada tomar esas cosas. Es evidente que no sabe
nada de la joya robada que estaba en el ganso.
Holmes pregunta a Baker donde compró el primer ganso. Baker dice que es
miembro del "Club del Ganso" del mesón Alpha. Los miembros del "Club del
Ganso" pagan unos pocos peniques al patrón del mesón Alpha cada semana del
año y reciben un ganso para Navidad. Holmes y Watson van inmediatamente al
mesón Alpha. El patrón les dice que compró sus gansos de un vendedor llamado
Breckinbridge. Holmes y Watson van al mercado y encuentran a Breckinbridge
en su puesto. Cuando Holmes pregunta a Breckinbridge acerca de los gansos
vendidos al mesón Alpha, el vendedor se enfada y se niega a decir nada de la
procedencia de las aves. Otra persona ya le había preguntado acerca de los
gansos. Con tono indiferente, Holmes dice, "la apuesta se queda en nada."
Explica que había apostado cinco libras esterlinas que el ganso que comió fue
criado en el campo. Cuando Breckinbridge dice que el ganso fue criado en
Londres. Holmes dice que no le cree y apuesta un Soberano de Oro. Con mucho
gusto, Breckinbridge muestra a Holmes la lista de sus proveedores. Según la lista, todos los gansos vendidos al
mesón Alpha eran de una señora Oakshott en Londres. Holmes da el Soberano de Oro a Breckinbridge con aire
de quien está tan fastidiada que le faltan las palabras. A los pocos pasos del puesto de Breckinbridge, Holmes
se echa a reír. Es orgulloso de haber deducido que Breckinbridge es aficionado de los juegos de azar.
Sherlock Holmes pregunta a sí mismo si debe visitar a la señora Oakshott inmediatamente o dejar la vista para
el día siguiente. En aquel momento, Holmes y Watson oyen un ruido que viene del puesto de Breckinbridge. Un
hombre pregunta otra vez al vendedor acerca de sus gansos. Breckinbridge, muy agitado, grita, "¡Largo de
aquí!" Holmes y Watson acercan al hombre. Holmes le dice que ya sabe todo lo de los gansos de la señora
Oakshott. Holmes pide al hombre que le dice su nombre antes de discutir los asuntos con él. De mala gana, el
hombre dice que se llama James Ryder. Es el jefe de servicio del hotel Cosmopolitan.
James Ryder va a Baker Street con Holmes y Watson. Al llegar a su
apartamiento, Holmes dice a Ryder que sabe que él robó el carbunclo azul.
Ryder, muy asustado, pide perdón. Jura que nunca hizo nada malo antes y
que no hará nada malo en el futuro. Promete abandonar Inglaterra para no
presentarse al tribunal de Jack Horner y dar evidencia contra el fontanero.
Holmes pregunta a Ryder como la piedra preciosa acabó en el interior de
un ganso vendido en el mercado. Ryder le cuenta su historia.
Cuando John Horner fue detenido, Ryder fue a la casa de su hermana, la
señora Oakshott quien se dedica a engordar gansos. Tenía miedo de que
alguien encontraría la joya en sus bolsillos y fue necesario esconderla en
algún sitio. Al ver los gansos y al recordar que su hermana le había
prometido uno para Navidad. Atrapó un gran ganso blanco con una franja
negra en la cola. Le abrió el pico y metió la piedra tan abajo como pudo
llegar con los dedos. Luego el ave volvió a los demás gansos. La hermana
de Ryder le dio el ganso que quiso. Ryder llevó el ganso a un hombre quien
había dicho que pudo convertir la joya en dinero. Al abrir el ganso muerto,
descubrían que la joya no estaba en su buche. Ryder volvió a la casa de su hermana. La señora Oakshott dijo
que había otro ganso blanco con una franja negra en la cola. El otro ganso había sido vendido al señor
Breckinbridge. Ryder fue al puesto de Breckinbridge en el mercado pero el vendedor no quiso decirle nada.
Ryder se pone a llorar. Después de un rato, Holmes abre la puerta y dice a Ryder que puede irse. Ryder
desaparece. Holmes asegura a Watson que John Horner ya no está en peligro porque Ryder no dará evidencia
contra el fontanero en su tribunal. Holmes dice también que Ryder está demasiado asustado para hacer nada
malo en el futuro. Luego el detective dice a Watson, "Además, estamos en época de perdonar.

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