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INTRODUCCIÓN
El actual crecimiento económico asociado al incremento de la población en áreas urbanas va
estrechamente ligado al incremento de residuos sólidos generados por una sociedad de consumo.
la insuficiente capacidad, sobre todo de capital, para recoger los residuos. La aparición de
tiraderos clandestinos, es uno de los problemas que acarrea un mal manejo de rutas de
recolección y ello se convierte en potenciales focos de infección y transmisión de enfermedades
en las ciudades. Tanto la capacidad de los camiones, las distancias, y el crecimiento acelerado de
nuevos centros de población, aunado al mal diseño de las rutas contribuye a que eI servicio de
recolección no cumpla con las expectativas esperadas de este servicio.
La recolección es el eje troncal alrededor del cual giran todos los demás servicios. La
organización racional del sistema de recolección de residuos de una localidad, y en especial de
una ciudad de gran población, es un problema de ingeniería aplicada. El rendimiento y eficacia
de un sistema de recolección depende de la correcta armonía de una serie de factores que se
entrelazan, tendientes a conseguir una recolección sanitaria efectiva con un desarrollo estético
compatible con actividades de este tipo, tales como el tamaño de los vehículos de recolección,
número de hombres por vehículo, tipo de residuos por recolección, número de viajes por día al
lugar de disposición final, magnitud del sector que sirve cada vehículo, entre las más relevantes.
Para una eficiente gestión de recolección se requiere un área o departamento que tenga la
responsabilidad total del problema y que cuente con el personal técnico debidamente capacitado
a fin de que se garantice el costo mínimo posible de explotación. Normalmente, la
responsabilidad recae en los respectivos departamentos de las municipalidades, y en algunos
casos, en el servicio de aseo. Sin embargo, cualquiera que sea la solución, los servicios de aseo
estatales tienen a su cargo la supervisión y control sanitario tanto de la recolección como del
transporte y disposición final de los residuos de la localidad.
Ingresando a lo que es la organización del sistema de recolección, éste se puede dividir en cuatro
etapas, como lo son el manejo interno y domiciliario; la recolección propiamente tal; el
transporte y la descarga. En lo que respecta al manejo interno y domiciliario, éste sería acerca del
manejo interno en edificios, hospitales, industrias, entre otros, aunque es responsabilidad de los
usuarios del servicio, la municipalidad debe regularlo para proteger la salud pública y para
facilitar el servicio de recolección.
En las casas de habitación, el usuario se las arregla para acumular su basura internamente y el
municipio sólo debe regular su presentación para la recolección que debe incluir según el caso:
Prohibiciones.
En el caso viviendas multifamiliares se deberán especificar las obligaciones del usuario de llevar
la basura hasta los puntos de recolección y si hay contenedores, cómo deben usarse. Por ejemplo,
si la basura se pone embolsada o a granel. En caso de recolección selectiva se deberán
especificar qué contenedores deberán usarse para cada componente y que días. El manejo interno
en los hospitales debe prever la separación en el origen de los residuos peligrosos de los no
peligrosos. La importancia de la capacitación del personal es muy importante por la diferencia de
los costos de la recolección y trata amiento de una tonelada de residuos comunes y una tonelada
de residuos peligrosos de hospitales.
Cuando se habla de recolección, esta etapa abarca el tiempo empleado por el personal desde el
momento que se inicia el vaciamiento del primer recipiente hasta que el último se ha descargado
en el camión. La evaluación de la operación puede expresarse de varios modos, tales como:
porcentaje del tiempo total empleado en cada viaje, hombres minuto por viaje, u hombres-minuto
por unidad de residuos recolectados (tonelada, servicios o recipientes). La unidad más empleada
para evaluar la recolección propiamente dicha corresponde a los hombres minuto por tonelada de
basura recolectada. Esto supone que el tiempo requerido para esta operación de recolección, en
las mismas condiciones, es proporcional al peso de los residuos recolectados. Se pueden
reconocer diferentes tiempos según el tipo de actividades que realiza el personal recolector en la
recolección propiamente dicha. Ellos son:
En espera, tiempo utilizado por el empleado en espera del camión durante la operación de
carga, y
La operación de transporte corresponde al tiempo empleado por el camión desde el momento que
recibió la basura del último recipiente hasta que se vacía la basura del primer recipiente del
siguiente viaje de recolección, excluyendo el tiempo empleado en la operación de descarga en el
sitio de disposición final.
En todas estas etapas se debe considerar la operación llamada “fuera de ruta”. Ella incluye las
actividades relacionadas con el personal de la recolección, que no son productivas en relación
con su trabajo, pero sí esenciales e inherentes al sistema, como, por ejemplo, el tiempo empleado
por horas de comida, momento de descanso, atenciones menores del vehículo, abastecimiento de
combustible, reuniones con supervisores, entre otros. Es de interés destacar que el tiempo medio
dedicado a la operación de recolección varía de 6 a 8 horas por día, incluyendo el tiempo de
almuerzo.
Bibliografía
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