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Si has cogido dos o tres kilos en Navidad, no tienes necesidad de ponerte a dieta. Y no
lo decimos nosotros sino los expertos en nutrición que demuestran que tu peso se
reequilibrará en un par de semanas si sigues sus trucos infalibles.
Los expertos aseguran que no hace falta ponerse a dieta después de Navidad si has
ganado un par de kilos.
No hay nada más normal que engordar unos kilos a finales de diciembre o principios de
enero después de las fiestas. Sin embargo, lejos de ponerte a dieta estricta
como propósito de año nuevo, piénsatelo dos veces porque tenemos poderosas razones
de los médicos y de los nutricionistas para decirte que tu peso se equilibrará de manera
natural en unas pocas semanas.
Siempre se repite la misma historia a comienzos de año. Primero llegan los buenos
propósitos y después el sentimiento de culpa que viene ligado a que hemos ganado
esos kilos de más y la presión que nosotras mismas nos ponemos para adelgazar esos
que hemos ganado para volver a nuestro peso.
Sin embargo, esos kilos de más en tu báscula son más que normales según
los nutricionistas y muy comunes en esta época del año. Pero que sepas que los kilos
desaparecerán solos y sin mucho esfuerzo.
Porque como asegura la psicóloga nutricionista Itziar Digón, "es cierto que los kilos
ganados en Navidad desaparecen naturalmente con buenos hábitos sin necesidad de
ponerse a dieta. Y tiene que ver con recuperar la rutina que hemos perdido durante las
fiestas: desde recuperar horarios, a elaborar platos más sencillos, dejar de hacer esas
sobremesas y comilonas en las que comes por comer sin ser consciente de cuánto estás
comiendo, y de recuperar esa conexión con el estómago cuando hay hambre y dejar de
comer cuando el estómago está tranquilo y satisfecho porque cuando comemos en
Navidad, eso se nos olvida y dejamos de tener presentes las señales que nos manda el
cuerpo".
Nuestro cuerpo se regula de forma natural por sus mecanismos naturales de la saciedad,
lo que significa que automáticamente que tendremos menos hambre después de esta
temporada de comidas abundantes y excesos. Esta regulación puede tardar un tiempo
diferente según cada uno: una semana o dos, un mes o incluso más.
Esas pequeñas ingestas son clave porque tenemos que volver a nuestros hábitos
anteriores y hacer que nuestro estómago, "no se acostumbre a comidas copiosas y
recupere la señal de saciedad con ingestas menores. Con una distensión gástrica
menor el reflejo de saciedad llegará antes, controlaremos el hambre, nos sentiremos
mejor y por supuesto equilibraremos nuestro peso" señala la doctora Mira.
Orden en las comidas, volver a menos cantidades con una mayor frecuencia.
Evitar en las comidas el alcohol y bebidas azucaradas.
Evitar los dulces después de las comidas.
Hacer 5 tomas al día, desayuno, comida y cena como principales y algo de
picoteo a media mañana y media tarde, que no incluya dulces, ni snacks con
mucha sal.
Beber al menos, todos los días, un litro y medio de agua, se
incluyen caldos e infusiones
Ejercicio habitual, al menos 2-3 veces a la semana.
Con todas estas pautas, controlaremos además la sensación de hambre y poco a poco
estabilizaremos nuestro peso sin necesidad de ponernos a dieta.