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El arqueólogo alemán Georg Ebers en 1874 dio a conocer su descubrimiento en una tumba de
Tebas, Egipto. Era un papiro (papiro Ebers) que describía una enfermedad caracterizada por la
abundante eliminación de orina y se recomendaba como tratamiento el uso de extractos de
plantas. Esta es la primera referencia escrita sobre la diabetes y está fechada aproximadamente en
el año 1550 a.C.
Solo hasta el siglo XIX se demostró que la elevación de la glucosa en la sangre es la principal
característica de la diabetes. Tras estudio y descarte se pensó que el páncreas segregaba una
sustancia capaz de regular el metabolismo del azúcar.
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Dicha sustancia es la INSULINA, y fue descubierta por los jóvenes científicos Banting y Best en
1921. Con el descubrimiento, producción y uso adecuado de la insulina, millones de personas de
todo el mundo han podido llevar una vida prácticamente normal en una enfermedad que por siglos
fue rápidamente mortal.
CLASIFICACIÓN
Las dos mas amplias categorías de DM son designadas como tipo 1 y tipo 2. Tipo 1A resulta de la
destrucción autoinmune de las células beta, el cual usualmente lleva a deficiencia de insulina. Tipo
1B es también caracterizado por deficiencia a la insulina además de una tendencia a la cetosis. Sin
embargo, individuos con DM 1B no poseen marcadores inmunológicos que señalen un proceso
destructivo autoinmune de las células beta. El mecanismo que lleva a la destrucción de las células
beta en estos pacientes es desconocido. Relativamente pocos pacientes con DM tipo 1 caen en la
categoría idiopática 1B y muchos de esos individuos son de ascendencia Asiática o Africana.
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4. Diabetes lipoatrófica
C. Enfermedades del páncreas exocrino (pancreatitis, pancreatectomía, neoplasia, fibrosis
quística, hemocromatosis, fibrocálculos, pancreatopatía)
D. Endocrinopatías (acromegalia, síndrome de Cushing, glucagonoma, feocromocitoma,
hipertiroidismo, somatostatinoma, aldosteronoma)
E. Inducida por drogas o químicos (Vacor, pentamidina, ácido nicotínico, glucocorticoides,
hormona tiroidea, diazoxido, agonistas G-adrenergicos, tiazidas, fenitoina, G-interferon,
inhibidores de proteasa, clozapina, beta bloqueadores)
F. Infecciones (rubeola congenita, citomegalovirus, coxsackie)
G. Formas no comunes de diabetes por mediación inmune (syndrome de "stiff-man" o el hombre
duro, anticuerpos contra el receptor insulínico)
H. Otros síndromes geneticos algunas veces asociados con diabetes (Down, Klinefelter, Turner,
Wolfram, Friedreich, Corea de Huntington, Laurence-Moon-Biedl, distrofia miotónica, porfiria,
Prader-Willi)
IV. Diabetes mellitus gestacional (GDM)
NOTA: MODY, maturity onset of diabetes of the young o Diabetes Juvenil de Inicio Tardío, DJIT (no
se usa el término en español)
SOURCE: Adaptado de la Asociación Americana de Diabetes, 2000
Una segunda diferencia es que la edad no es más usada como criterio en la nueva clasificación.
Aunque la DM tipo 1 mas comúnmente se desarrolla antes de los 30 años, un proceso destructivo
autoinmune de las células beta se puede desarrollar a cualquier edad. De hecho, se estima que
entre 5 y 10% de individuos que desarrollan DM después de los 30, tienen DM 1A. De la misma
forma, aunque DM tipo 2 se desarrolla mas típicamente con la edad, también ocurre en niños,
particularmente en adolescentes obesos.
OTROS TIPOS DE DM
DM puede resultar de enfermedad del páncreas exocrino, cuando la mayoría de los islotes están
destruidos (>80%). Muchas endocrinopatías pueden llevar a DM como resultado de secreción
excesiva de hormonas que antagonizan la acción de la insulina. Son notables en este grupo la
acromegalia y la enfermedad de Cushing, ambos pueden coexistir con DM. Infecciones virales han
sido implicadas en la destrucción de los islotes pancreáticos, pero son causa muy rara de DM. La
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rubéola congénita incrementa mucho el riesgo de DM; sin embargo, la mayoría de estos individuos
también tienen marcadores inmunológicos que indican destrucción autoinmune de las células beta.
EPIDEMIOLOGIA
Hay considerable variación geográfica en la incidencia de ambos tipos de DM. Por ejemplo, La
península Escandinava tiene la tasa mas alta de DM tipo 1 (en Finlandia, la incidencia es
35/100.000 por año). La rivera pacifica tiene una tasa mucho mas baja (en Japón y China, la
incidencia es 1 a 3/100.000 por año) de DM tipo 1; Europa del Norte y EEUU comparten una tasa
intermedia (8 a 17/100.000 por año). Mucho de ese riesgo incrementado en DM tipo 1 se cree
debido al reflejo de la frecuencia del alelo HLA de alto riesgo entre los grupos étnicos en las
diferentes localizaciones geográficas.
En 1998, cerca de 16 millones de individuos en los EEUU tenían los criterios diagnósticos para DM.
Esto representa ~6% de la población. Casi 800.000 individuos desarrollan DM cada año. La vasta
mayoría de estos (>90%) tienen DM tipo 2. El numero de individuos con DM se incrementa con la
edad de la población, desde una incidencia ~1.5% en personas entre 20 y 39 años a ~20% de
individuos con mas de 75 años. La incidencia de DM es similar en hombres y mujeres en todas las
edades pero ligeramente mayor en hombres después de los 60 años. La prevalencia de DM es
aproximadamente el doble en Negros, Hispanos y Nativos americanos que en Caucásicos, y el
inicio en DM tipo 2 ocurre en promedio, a una edad mas temprana en estos grupos también. La
incidencia en estos grupos esta incrementándose rápidamente también. Las razones de estas
diferencias no son claras aun. Se calcula que la prevalencia de diabetes mellitus en América Latina
aumentará en 250% en los próximos 20 años, con lo que se incrementará también la frecuencia de
sus complicaciones, como la ceguera, la insuficiencia renal crónica y el pie diabético.
DIAGNOSTICO
Los criterios diagnósticos para DM han sido establecidos por consenso de un panel de expertos del
Grupo Nacional de Datos sobre Diabéticos y la OMS. Estos reflejan nueva evidencia
epidemiológica y metabólica y están basados en las siguientes premisas: (1) el espectro de la
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glicemia en ayunas y la respuesta a una carga oral de glucosa varia en individuos normales, y (2)
DM definida como el nivel de glicemia a la cual las complicaciones especificas de la diabetes son
detectadas y no el nivel de tolerancia a la glucosa desde un punto de vista basado en poblaciones.
Por ejemplo, la prevalencia de retinopatía en Nativos Americanos (Indios Pima) comienza a
incrementarse con glicemias en ayunas de 116 mg %.
Los criterios revisados para el diagnostico de la DM enfatizan la glicemia en ayunas como la mas
confiable y conveniente prueba para el diagnostico de la DM en personas sintomáticas. Una prueba
de glicemia aleatoria con resultado de 200 mg % acompañada de síntomas clásicos de DM
(Poliuria u orina frecuente, Polidipsia o sed y perdida de peso) es suficiente para diagnosticar DM.
La prueba de tolerancia a la carga de glucosa, aunque aun un mecanismo de diagnostico valido, no
es recomendado como prueba rutinaria.
Algunos investigadores han recurrido a la hemoglobina A1c (Hb A1c o hemoglobina glucosilada)
como prueba diagnostica. A pesar de haber una fuerte relación entre la elevación de la glucosa
sanguínea y la Hb A1c, la relación entre la glucosa postpandrial y la Hb A1c en personas con
tolerancia normal a la glucosa o mediana intolerancia a la glucosa es menos claro y el resultado no
esta estandarizado o al menos no lo tenemos disponible.
El diagnostico de DM tiene implicaciones profundas para una persona tanto en el aspecto medico
como en el económico. Por ello, el prestador de servicio medico debe estar seguro de cumplir
dichos criterios completamente antes de diagnosticar DM a un individuo. El criterio diagnostico
corregido también permite el retiro del diagnostico en situaciones donde la glucosa post prandial ya
no cumple los parámetros para el criterio. Anormalidades en el test deben ser repetidos antes de
dar el diagnostico definitivo de DM, a menos que trastornos metabólicos agudos se presenten o
elevación exagerada de glucosa plasmática este presente.
EVALUACION
El amplio uso de la glucosa post prandial como test de evaluación para DM tipo 2 es fuertemente
recomendado por: (1) un numero grande de individuos que cumplen los criterios para DM no son
concientes de que padecen la enfermedad, (2) estudios epidemiológicos sugieren que la DM tipo 2
puede estar presente por hasta 20 años antes de ser diagnosticada, y (3) casi el 50 % de las
personas con DM tipo 2 tienen una o mas complicaciones especificas de la DM al momento del
diagnostico. El comité de expertos sugiere evaluar todos los individuos. 45 años cada 3 años y
evaluar individuos asintomáticos con factores de riesgo a edades mas tempranas. En contraste a
personas con DM tipo 2, es raro encontrar personas con hiperglicemia asintomática por largos
periodos de tiempo en DM tipo 1 no diagnosticada. Están disponibles un numero de marcadores
para DM tipo 1, pero su uso no esta recomendado mientras se encuentra el beneficio de
intervención clínica en individuos con alto riesgo de desarrollar DM tipo 1.
BIOSINTESIS
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La insulina es sinteti8zada en las células beta de los islotes del páncreas. Es inicialmente
sintetizada como un precursor polipéptido de cadena simple de 86 aminoácidos, llamado
preproinsulina. Procesos proteolíticos subsecuentes remueven el péptido de señal amino-terminal,
originando la proinsulina. La proinsulina es estructuralmente relacionada a los factores de
crecimiento I y II similares a la insulina, los cuales se unen débilmente a los receptores de insulina.
División de un fragmento interno residual de 31 aminoácidos de proinsulina origina el péptido C y
las cadenas A (21 aminoácidos) y B (30 aminoácidos) de insulina, las cuales se encuentran unidas
por enlaces bisulfuro. La molécula inmadura de Insulina y el péptido C son almacenados juntos y
secretados juntos a partir de gránulos secretorios en las células beta. A causa de que el péptido C
es menos susceptible que la insulina a degradación hepática, es usualmente un marcador de
secreción de insulina y permite la discriminación de la insulina endógena y exógena en la
evaluación de Hipoglicemia. La Insulina Humana es actualmente producida por tecnología
recombinante de DNA, Alteraciones recombinantes en uno o mas residuos son muy útiles para
modificar sus características físicas y farmacológicas.
SECRECION
La glucosa es la llave para la regulación de la secreción de Insulina por las células beta
pancreáticas, aunque los aminoácidos, cetonas, algunos nutrientes, péptidos gastrointestinales y
neurotransmisores también influyen en la secreción de insulina. Niveles de glucosa de 70 mg %
estimulan la síntesis de insulina, inicialmente por mejora en la traducción y proceso de las
proteínas y también por inducción de la secreción de insulina. La glucosa estimula la secreción de
insulina a través de una serie de pasos reguladores que comienzan con transporte adentro de las
células beta por el transportador de glucosa GLUT2. La fosforilación de la Glucosa por la
Glucoquinasa es el paso controlador para la secreción de insulina regulada por glucosa.
ACCION
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Grafica 1. Efecto metabólico de la insulina
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PATOGENESIS
Disparado r
Inmune
Anormalidades Inmunológicas
Predispo sición
Genética Daño progresivo
masa de células beta (% de la masa)
De la liberación de Insulina
Manifestación de la diabetes
Periodo de
“luna de Miel”
No diabetes
Diabetes
Individuos con susceptibilidad genética tienen una masa celular beta normal al nacer, pero
comienzan a perder células debido a destrucción autoinmune que ocurre de meses a años. Este
proceso autoinmune es considerado ser disparado por una infección o estimulo medio ambiental y
se sostiene por una molécula específica de las células beta. En la mayoría de individuos, los
marcadores inmunes aparecen después del evento disparador pero antes de que la Diabetes se
manifieste. La masa celular beta comienza a disminuir y la secreción de insulina se altera
progresivamente, a pesar de mantener una tolerancia normal a la glucosa. El ritmo de pérdida de
masa en las células beta varía ampliamente entre individuos, con personas que evolucionan
rapidamente a diabetes y otros que se manifiestan más lentamente. Las características clínicas de
la diabetes solo se hacen manifiestas cuando la mayoría de las células beta son destruidas
(~80%). En este punto, las células beta residuales aun funcionan, pero son insuficientes en numero
para mantener la tolerancia a la glucosa. Los eventos que dispararon la transición de intolerancia a
la glucosa a diabetes en pleno son a menudo asociados con requerimientos incrementados de
insulina, como puede ocurrir durante infecciones o en la pubertad. Siguiendo a la aparición clínica
inicial de la DM tipo 1A, una fase de “luna de miel” puede aparecer requiriendo bajas dosis de
insulina para controlar la glicemia o incluso en pocos casos no se requiere insulina. Sin embargo,
esta breve fase de producción de insulina endógena por las células beta remanentes desaparece
cuando el proceso autoinmune destruye las células restantes y el individuo llega a ser
completamente insulina deficiente.
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CONSIDERACIONES GENETICAS
La mayoría de los individuos con DM tipo 1A tienen haplotipo HLA DR3 y/o DR4. Refinamientos en
la localización de los haplotipos han mostrado que los DQA1*0301, DQB1*0302 y DQA1*501,
DQB1*0201 tienen la mas fuerte asociación con DM tipo 1A. Estos haplotipos están presentes en
40% de los niños con diabetes tipo 1A comparado con el 2% en el resto la población normal en
USA de.
Además de la asociación con MCH clase II, al menos 17 diferentes locus genéticos pueden
contribuir a la susceptibilidad a la DM tipo 1ª. Por ejemplo, Polimorfismo en la región del gen
promotor de la insulina parece contabilizar por un 10% de la predisposición a la DM 1A. Los genes
que confieren protección contra el desarrollo de la enfermedad también existen. Por ejemplo, los
haplotipos DQA1*0102, DQB1*0602 están presentes en 20% de los Norteamericanos, pero son
extremadamente raros en individuos con DM tipo 1A (<1%).
Aunque la DM tipo 1A esta claramente asociada con ciertos genotipos predisponentes, la mayoría
de los individuos con esos haplotipos no desarrollan DM. Además, la mayoría de individuos con
DM tipo 1ª no tiene un familiar en primer grado con este desorden. De cualquier forma, el riesgo de
desarrollar DM tipo 1ª en familiares de individuos con la enfermedad es considerablemente alto
comparado con el riesgo de la población general.
Factores Autoinmunes. Aunque otras células de los islotes [células alfa (productoras de insulina),
células delta (productoras de somatostatina) o células PP (productoras de polipéptido pancreático)]
son funcional y embriológicamente similar a las células beta y manifiestan muchas de las mismas
proteínas de las células beta, ellas están inexplicablemente excluidas de los procesos inmunes.
Patológicamente, los islotes pancreáticos son infiltrados con linfocitos (en un proceso llamado
insulinitis). Luego de que todas las células beta son destruidas, el proceso inflamatorio termina, los
islotes se atrofian y los marcadores inmunes desaparecen. Estudios de los procesos de insulinitis y
autoinmune en humanos y modelos animales de la DM tipo 1ª (ratón NOD y rata BB) han
identificado las siguientes anormalidades en ambos ramos del sistema inmune, celular y humoral:
(1) Anticuerpos de las células de los islotes; (2) Linfocitos activados en los islotes, nodos linfáticos
peripancreaticos, y circulación sistémica; (3) linfocitos T que proliferan cuando se estimulan con
proteínas de los islotes; y (4) Liberación de citoquinas adentro de la insulinitis. Las células beta
parecen ser particularmente susceptibles a los efectos tóxicos de algunas citoquinas (factor α de
necrosis tumoral, interferón G, e interleukina 1). El mecanismo preciso de muerte de las células
beta no se conoce pero puede incluir formación de metabolitos de oxido nítrico, apoptosis, y
toxicidad directa de las células T CD8+. Los anticuerpos de los islotes no se consideran envueltos
en el proceso destructivo, pues dichos anticuerpos generalmente no reaccionan con la superficie
de las células de los islotes y no son capaces de transferir diabetes a los animales.
Las moléculas de los islotes pancreáticos afectadas por los procesos inmunes incluyen insulina,
acido glutámico descarboxilasa (GAD; la enzima biosintética para el neurotransmisor GABA), ICA-
512/Ia-2 (homologo con la tirosina fosfatasas), y fogrin (proteína granular secretora de insulina).
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Otros menos claramente definidos auto antígenos incluyen un gangliosido del islote y la
carboxipeptidasa H. Con la excepción de la insulina, ninguno de los auto antígenos son específicos
de las células beta, lo cual origina la pregunta de cómo las células beta son selectivamente
destruidas. Las teorías actuales están a favor de la iniciación de un proceso autoinmune a una
molécula de las células beta, el cual luego se esparce a otras moléculas de los islotes cuando las
células beta se destruyen y crean una serie de auto antígenos secundarios. Las células beta de
individuos que desarrollan DM tipo 1A no difieren de las células beta de individuos normales, pues
los islotes transplantados son destruidos por la recurrencia del proceso inmune de la DM tipo 1A.
Marcadores Inmunes Los anticuerpos de las células de los islotes (ICAs) son compuestos por
diferentes anticuerpos dirigidos a las moléculas de los islotes tales como GAD, insulina, IA-
2/ICA512, y un gangliosido del islote y sirve como marcador del proceso autoinmune de la DM tipo
1A. Las pruebas para ICAs pueden ser muy útiles en la clasificación de la DM tipo 1 A y en
identificar individuos no diabéticos con riesgo de desarrollar DM tipo 1 A. Los ICAs están presentes
en la mayoría de individuos (>75%) diagnosticados con establecimiento de la DM tipo 1 A, en una
significante minoría de individuos recientemente diagnosticados como DM tipo 2, y ocasionalmente
en individuos con DM Gestacional (<5%). Los ICAs están presentes en 3 a 4% de los familiares en
1er grado. En asociación con la secreción inadecuada de insulina en la prueba de tolerancia a la
glucosa, ellos predicen >50% del riesgo de desarrollar DM tipo 1 A en 5 años. Sin este daño en la
secreción de insulina, la presencia de ICAs predice un riesgo menor del 25% a 5 años. Basados en
estos datos, el riesgo de un familiar en primer grado de desarrollar DM tipo 1 A es relativamente
bajo, y aun individuos con ICA no están destinados a desarrollar diabetes. En el presente, los ICAs
son usados predominantemente como herramienta de investigación y no en practica clínica, en
parte por la naturaleza técnica de la prueba pero también porque ningún tratamiento ha sido
probado ser efectivo para prevenir la progresión de la DM tipo 1 A.
Factores Ambientales Numerosos eventos medio ambientales han sido propuestos como
disparadores de los procesos autoinmunes en individuos genéticamente susceptibles; sin embargo,
ninguna ha sido de forma concluyente vinculado a diabetes. La identificación de un disparador
medioambiental ha sido difícil porque el evento puede preceder la aparición de DM por varios años.
Posibles disparadores medioambientales incluyen viruses (coxackie y rubéola), exposición
temprana a proteína s de la leche bovina, y compuestos de urea. Estudios epidemiológicos han
notado una asociación entre la ingesta leche bovina y la DM tipo 1 A. Los estudios están dirigidos a
la posible relación entre la exposición a la leche bovina y el proceso autoinmune de la DM tipo 1 A.
DM TIPO 2
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CONSIDERACIONES GENETICAS
La DM tipo 2 tiene un fuerte componente genético. A pesar de que los principales genes que
predisponen a este desorden no han sido aun identificados, es claro que la enfermedad es
poligénica y multifactorial. Varios locus genéticos contribuyen a la susceptibilidad, y factores
medioambientales (tales como nutrición y actividad física) posteriormente modulan las expresiones
fenotípicas de la enfermedad. La concordancia de DM tipo 2 en gemelos idénticos esta entre el 70
y 90%. Individuos con un padre con DM tipo 2 tienen un riesgo aumentado de diabetes; si ambos
padres tienen DM tipo 2, el riesgo en sus hijos puede alcanzar el 40%. La resistencia a la insulina,
como se demuestra por reducción de la utilización de glucosa por el músculo esquelético, esta
presente en muchos familiares de primer grado no diabéticos, de individuos con DM tipo 2. Sin
embargo, la definición de anormalidades genéticas de DM tipo 2 permanece siendo un reto porque
los defectos genéticos en la secreción de insulina o acción puede no manifestarse en si misma a
menos que un evento medioambiental u otro defecto genético tal como obesidad sea
sobreimpuesto.
Anormalidades Metabólicas
Resistencia a la Insulina esta es causada por la habilidad disminuida de la insulina para actuar
efectivamente sobre tejidos blanco periféricos (especialmente músculo e hígado) y es una
característica prominente en DM tipo 2. Esta resistencia es relativa, pues los niveles supernormales
de insulina circulante se normalizara la glucosa plasmática. La curva dosis respuesta de la insulina
muestra una desviación a la derecha, indicando sensibilidad reducida, y respuesta máxima
reducida, indicando un descenso general en la utilización máxima de glucosa (30 a 60% menor que
en individuos normales). La resistencia a la acción de la insulina daña la utilización de glucosa por
los tejidos sensibles a esta e incrementa la salida hepática de glucosa, ambos efectos
contribuyendo a la hiperglicemia de la diabetes. La producción de glucosa hepática aumentada
cuenta predominantemente para los niveles aumentados de FPG, mientras el uso disminuido de
glucosa hepática resulta en hiperglicemia postprandial. En el músculo esquelético, hay un mayor
daño en el uso de glucosa no oxidativo (formación de glucógeno) que en el metabolismo oxidativo
de glucosa a través de la glucólisis. El uso de la glucosa en tejidos no dependientes de insulina no
se disminuye en DM tipo 2.
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El preciso mecanismo molecular de resistencia a la insulina en DM tipo 2 tiene aun que ser
aclarado. Los niveles de receptores de insulina y actividad de tirosin quinasa en músculo
esquelético están reducidos, pero esas alteraciones son al parecer secundarias a hiperinsulinemia
y no son un defecto primario. Por lo tanto, defectos de post receptores se cree juegan papel
predominante en la resistencia a la insulina. El polimorfismo en la resistencia a la insulina puede
estar asociado a la intolerancia a la glucosa, elevando la posibilidad de que el polimorfismo en
varias moléculas post receptoras se pueda combinar para crear un estado de resistencia a la
insulina.
Otra teoría emergente proponen que niveles elevados de ácidos grasos, una característica común
en obesidad, puede contribuir a la patogénesis de la DM tipo 2 en diferentes vías. Los ácidos
grasos libres pueden dañar la utilización de glucosa en músculo esquelético, promover la
producción de glucosa por el hígado, y dañar la función de las células beta.
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Síndromes de Resistencia a la Insulina Parece que la condición de resistencia a la insulina
compromete un espectro de desordenes, con hiperglicemia representando uno de las mas
diagnosticadas características. El Síndrome X es un término usado para describir una constelación
de alteraciones metabólicas que incluyen resistencia a la insulina, hipertensión, dislipidemia,
obesidad central o viceral, disfunción endotelial, y enfermedad cardiovascular acelerada. La
evidencia epidemiológica sostiene la hiperinsulinemia como marcador para riesgo de enfermedad
arterial coronaria, pero un papel etiológico no ha sido aun demostrado.
Un número de formas de resistencia a la insulina severa puede ser asociada con un fenotipo
similar a aquel de la DM tipo 2 o IGT. Acantosis nigricans y signos de hiperandrogenismo
(hirsutismo, acne, y oligomenorrea) son características físicas comunes. Además de los raros
síndromes genéticos vistos en infancia temprana, dos distintos síndromes de severa resistencia a
la insulina han sido descritos en adultos: (1) tipo A, el cual afecta mujeres jóvenes y es
caracterizado por hiperinsulinemia severa, obesidad, y características de hiperandrogenismo; y (2)
tipo B, el cual afecta mujeres de edad media y esta caracterizada por hiperinsulinemia,
características de hiperandrogenismo, y desordenes autoinmunes. Individuos con el síndrome de
resistencia a la insulina tipo A tienen un defecto indefinido en las vías de señalización de insulina;
individuos con el síndrome de resistencia a la insulina tipo B tienen anticuerpos dirigidos a los
receptores de insulina. Esos anticuerpos para receptores pueden bloquear la unión a insulina o
pueden estimular el receptor de insulina, llevando a hipoglicemia intermitente.
Varias formas mongénicas de DM han sido recientemente identificadas. MODY comprende un sub-
grupo heterogéneo fenotípica y genotipicamente de DM. El inicio de la enfermedad típicamente
ocurre entre los 10 y los 25 años. Cinco variantes diferentes de MODY, debido a mutaciones en
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genes que codifican factores de trascripción de células de los islotes o glucoquinasa, han sido
identificados, y son todos transmitidos como desordenes autosómicos dominantes. MODY 2, la
variante más común, es causada por mutaciones en el gen de la glucoquinasa. La glucoquinasa
cataliza la formación de glucosa -6-fosfato desde glucosa, una reacción que es importante para la
percepción de la glucosa por las células beta y por la utilización de glucosa por el hígado. Como
resultado de las mutaciones en la glucoquinasa, niveles altos de glucosa son requeridos para
solicitar respuestas secretorias a la insulina, alterando así el nivel para secreción de insulina.
MODY 1, MODY 3, y MODY 5 son causados por mutaciones en los factores de trascripción nuclear
del hepatocito HNF-4α, HNF-1α, y HNF-1ß, respectivamente. Como sus nombres implican, estos
factores de trascripción son expresados en el hígado, pero también en otros tejidos, incluyendo los
islotes pancreáticos. Los mecanismos por los cuales tales mutaciones llevan a DM no son bien
entendidos, pero parece ser que esos factores afectan el desarrollo0 de los islotes o la trascripción
de los genes que son importantes en la estimulación de la secreción de insulina. MODY 4 es una
variante rara causada por mutaciones en el factor promotor de insulina (IPF-1), el cual es un factor
de trascripción que regula el desarrollo pancreático y el gen de trascripción de la insulina.
Mutaciones inactivantes homocigóticas llevan a agenesia pancreática, mientras mutaciones
heterocigóticas resultan en aparición temprana de DM. Estudios de poblaciones con DM tipo 2
sugieren que mutaciones en el gen de la glucoquinasa y varios factores de trascripción de las
células de los islotes no son contables para la DM tipo 2 común. Sin embargo, la clarificación de la
genética molecular de estas raras formas de DM han sido importantes en identificar los pasos
críticos en el control de la función de las células beta pancreáticas.
Dislipidemia Individuos con DM pueden tener varias formas de dislipidemia. A causa del riesgo
cardiovascular aditivo de la hiperglicemia e hiperlipidemia, anormalidades en los lípidos deben ser
agresivamente detectados y tratados como parte como parte del cuidado de la diabetes. El patrón
más común de dislipidemia es la Hipertrigliceridemia y los niveles reducidos de colesterol HDL. DM
por si sola no incrementa los niveles de LDL, pero las poco densas partículas de LDL encontradas
en la DM tipo 2 son mas aterogénicas pues ellas son mas fácilmente glicosiladas y susceptibles a
la oxidación.
Basados en las guías de la ADA y la American Heart Association, el orden de las prioridades en el
tratamiento de la hiperlipidemia es: (1) bajar el colesterol LDL, (2) elevar el colesterol HDL, y (3)
disminuir los triglicéridos. La estrategia del tratamiento depende del patrón de las anormalidades de
las lipoproteínas. La terapia inicial para todas las formas de dislipidemia debe incluir cambios en la
dieta, como también cambios en el estilo de vida recomendados en no diabéticos (parar de fumar,
control de la presión arterial, perdida de peso, incremento de la actividad física). Un adecuado
control en la glicemia baja los triglicéridos y puede elevar levemente la HDL. El acido nicotínico (Vit
B3) puede empeorar el control glicémico y aumentar la resistencia a la insulina, por lo tanto la
nacían es relativamente contraindicada en diabéticos que reciben hipoglicemiantes orales.
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TRATAMIENTO A LARGO PLAZO
PRINCIPIOS GENERALES
La meta de la terapia para la DM tipo 1 o tipo 2 son: (1) eliminar los síntomas relacionados a la
hiperglicemia, (2) reducir o eliminar las complicaciones diabéticas a largo plazo micro y
macrovascular. Y (3) permitir al paciente una vida tan normal como sea posible. Para alcanzar
estas metas, el medico debe establecer el nivel de glicemia deseado para cada paciente,
proporcionar al paciente la educación y los medicamentos necesarios par alcanzar este nivel y
monitorear/tratar las complicaciones relacionadas con la DM. Los síntomas de la diabetes se
resuelven usualmente cuando los niveles plasmáticos de glucosa son menores de 200 mg %, y aun
así la mayoría de los tratamientos para DM se centran en los puntos 2 y 3.
Al igual que cualquier otra persona no diabética, el tipo de alimentación que hay que seguir
tiene que tener estos rasgos básicos: alimentación sana, variada y equilibrada.
o Los alimentos aportan las substancias nutritivas que el organismo necesita para
funcionar correctamente. En la alimentación habitual se debe incorporar alimentos
de los grupos de: LÁCTEOS, FARINÁCEOS, ALIMENTOS PROTEICOS, LAS
VERDURAS, LAS FRUTAS Y LAS GRASAS.
o Estos alimentos se deberían tomar en cantidades necesarias para ir bien
alimentado y mantener un buen estado de salud.
o Prevenir enfermedades relacionadas con el consumo excesivo de grasas
(enfermedades cardiocirculatorias, aumento del colesterol, obesidad),
o Se recomienda moderación en el consumo de grasas porque el exceso puede
conducir a la obesidad y a aumentar los niveles de colesterol.
o Ayudar a regular el nivel de azúcar en la sangre (glucemia), junto con los
demás tratamientos de la diabetes (pastillas o insulina, ejercicio...).
o Los alimentos que contienen hidratos de carbono, llamados también carbohidratos,
glúcidos, azúcares, son aquellos que hay que controlar mejor.
o Estos alimentos, una vez realizada la digestión, son transformados por el
organismo en glucosa. De ahí viene su relación directa con la glucemia.
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• TRATAMIENTO CON INSULINA O ANTIDIABÉTICOS ORALES (PASTILLAS):
La elección del tratamiento para la diabetes dependerá de las reservas de insulina que la
persona tiene y sobretodo de la edad de inicio de la enfermedad.
La diabetes del adulto (DM2) se trata, en principio, con régimen y ejercicio físico. Si con
estas medidas no se consigue un buen control, entonces se puede comenzar el
tratamiento con antidiabéticos orales o con insulina.
Se conoce como antidiabéticos orales los comprimidos o cápsulas utilizadas para disminuir
el nivel de azúcar de la sangre. Existen los siguientes tipos: las Sulfamireas, que
estimulan el páncreas para que libere la insulina y favorezca su acción sobre los tejidos;
las Biguanidas, que ayudan a las células del organismo a utilizar la glucosa, haciendo que
la poca insulina existente sea más efectiva; y la Acarbosa que reduce la velocidad de paso
de las féculas y los azúcares del aparato digestivo a la sangre.
La insulina no es activa cuando se toma por vía oral, ya que se destruye en el estómago.
Por este motivo se debe inyectar.
• EJERCICIO FÍSICO:
El ejercicio forma parte del tratamiento de la diabetes ya que una actividad física adecuada
ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre, favorece la pérdida de peso,
disminuyen los riesgos de enfermedades cardiovasculares y aporta efectos psicológicos
positivos.
El mejor ejercicio para las personas con diabetes as aquel que se practica regularmente
(cada día y a la misma hora, si es posible), evitando los excesos.
Cada persona puede elegir el tipo de ejercicio según sus gustos y preferencias. Un
ejercicio mal programado puede descontrolar la diabetes. Y en el caso de que haya una
descompensación de la diabetes (glucemias superiores a 300 mg/dl, presencia da acetona)
es totalmente desaconsejado que se practiquen deportes.
El ejercicio es un potente estimulador del consumo de glucosa por parte del tejido
muscular, también estimula el sistema simpático, el cual en respuesta, provoca una rápida
inhibición α-adrenérgica de la secreción de insulina, y como se mencionó antes, los niveles
plasmáticos de insulina disminuyen al tiempo que se produce un incremento de los niveles
plasmáticos de las hormonas contrarreguladoras (epinefrina, norepinefrina, glucagón,
hormona del crecimiento, cortisol). La pequeña cantidad de insulina remanente es
insuficiente para prevenir la gluconeogénesis, la glucogenolisis y la lipólisis, pero facilita la
utilización de glucosa en el músculo activo.
16
Epinefrina Estimula la glucogenolisis muscular y en menor medida la hepática
Moviliza ácidos grasos del tejido adiposo
Norepinefrina Estimula al hígado a producir glucosa desde sus precursores
Glucagón Estimula la hidrólisis de glucógeno hepático y la gluconeogénesis
Hormona de Estimula directamente el metabolismo de las grasas e indirectamente la
Crecimiento disminución en la utilización de glucosa
Cortisol Moviliza aminoácidos y glicerol como precursores de la glucosa hepática
Parte fundamental de la persona diabética que realiza ejercicio es manejar adecuadamente los
riesgos a que se expone durante este y eso incluye el tener alimentos disponibles en caso de
emergencia (hipoglicemia), comer regularmente, reconocer y manejar cambios en los niveles de
insulina durante el ejercicio, enfermedad o infección.
Muchos de los primeros estudios que investigaron los efectos del entrenamiento sobre diabetes no
pudieron demostrar mejorías en la glucosa plasmática en reposos, y niveles de insulina o tolerancia
a la glucosa. Sin embargo, en muchos de estos estudios es cuestionable si los programas de
entrenamiento fueron adecuados o no.
En el paciente con diabetes, los niveles de insulina no están determinados por la respuesta
fisiológica del ejercicio, sino por el momento y la dosis de insulina aplicada, los procesos no son tan
armónicos. La respuesta metabólica y hormonal en esta forma de diabetes esta determinada por
numerosos factores que incluyen:
17
El mayor determinante de la respuesta glicérica es la disponibilidad de insulina. Por eso, la clave
esta en comenzar con la cantidad de insulina adecuada. Es importante entender los efectos de la
insulina sobre la glucosa plasmática cuando se planifica el uso de esta simultánea con ejercicio. L
a secuencia en la utilización de los sustratos energéticos, en el sujeto con diabetes con dosis
insulínica correctas, esta gobernada por los mismos mecanismos que en una individuo sano. A
continuación se grafica lo que sucede en un déficit insulínico.
18
El ejercicio practicado durante la mañana usualmente ejerce menos disminución sobre la glucosa
sanguínea que el mismo ejercicio realizado por la tarde. Esto se debe a la alta circulación de
cortisol y las hormonas hiperglicemiantes, además la insulino resistencia es mayor durante la
mañana, junto con niveles más bajos de insulina.
Los individuos con DM entrenados tienen una sensibilidad a la insulina más alta que los
sedentarios, pudiendo requerir adaptaciones de la insulina y de la ingesta. Sin embargo, esta
situación después de un periodo (a veces de 1 o 2 días) sin ejercitarse, disminuye.
Es importante que los deportistas con DM tipo 1 aprendan de sus respuestas individuales al
ejercicio; esto se logra con la práctica. Una buena idea es llevar anotaciones durante las sesiones
iniciales de ejercicio sobre el nivel de la glucosa en sangre, la dosis de insulina, la hora de
aplicación y la ingesta de carbohidratos hasta lograr determinar cual es la combinación adecuada.
Dentro de los beneficios a corto plazo, el aumento del consumo de glucosa como combustible por
parte del músculo en actividad, contribuye al control de la glucemia, ya que este efecto puede
prolongarse por horas y hasta días después de terminado el ejercicio. Sin embargo, esta respuesta
metabólica normal ante un ejercicio puede verse alterada durante estados de extrema deficiencia
de insulina o exceso de la misma, lo que determina un mayor riesgo de hipoglicemia y/o
hiperglicemia y desarrollo de acidosis.
Se requiere una adecuada terapia insulínica para permitir todos los beneficios de la actividad
muscular en la asimilación de la glucosa. Solo bajo estas condiciones, la adaptación metabólica al
ejercicio en los diabéticos es del mismo orden que la observada en los no diabéticos. De todas
maneras, el incremento en la tasa de remoción de la glucosa durante el ejercicio continua luego
que haya cesado la actividad muscular, y ello podría manifestarse en una hipoglicemia post-
ejercicio. Para prevenirla, se sugiere consumir una colación después de terminar el ejercicio si la
glicemia es normal, controlar nuevamente la glicemia antes de acostarse y si es menor de 120
mg%, consumir otra colación.
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Ejercicio en Hiperinsulinemia
En la DM tipo 1, los niveles de insulina plasmática no disminuyen durante el ejercicio. Esto podría
causar hipoglicemia severa, púes el músculo que esta en actividad consume glucosa al tiempo que
la insulina extra bloquea la producción hepática de glucosa y la liberación de ácidos grasos desde
el tejido adiposo. La hipoglicemia puede ocurrir si la insulina alcanza su pico máximo de acción
durante el ejercicio o bien si se inyectó en la zona protagonista del ejercicio, aumentando su
absorción.
Hay un mayor riesgo de hipoglicemia severa en aquellos sujetos con una pobre respuesta al
glucagón y adrenalina a los niveles disminuidos de glucosa en sangre. Además, la falta de
respuesta de la adrenalina impide que estos pacientes se anticipen a episodios hipoglicémicos.
Ejercicio en Hipoinsulinemia
20
Durante ejercicios muy intensos, la hiperglicemia puede producirse por una excesiva descarga de
hormonas contrarreguladoras. Ellas pueden estimular un excedente de producción hepática de
glucosa más allá de los límites de utilización periférica. Esto puede ocurrir en DM tipo 1, aunque
haya presencia de insulina.
Si la ingesta dietética y la dosis de insulina son ajustadas apropiadamente, esta situación también
puede ser evitada.
El estudio Da Ping en 577 pacientes con IGT realizado a 6 años compara los resultados al
revertirse los síntomas y/o curación en 33% con solo dieta, 47% con solo ejercicio y
paradójicamente en 38% al combinar estos dos.
Otro estudio en el cual implementan un programa de prevención para diabetes en 3234 pacientes
con IGT, IMC mayor a 24, se les hizo seguimiento a 2.8 años y comparan cambios en el estilo de
vida vs Metformina vs consejos. La incidencia en DM se redujo en 58% con cambios en el estilo de
vida y solo en 31% con metformina. En conclusión, de cada 10 individuos que serian diabéticos, en
6 fue posible evitarla con dieta y ejercicio y en 3 con metformina.
• EDUCACIÓN DIABETOLÓGICA:
La Educación Diabetológica forma parte del tratamiento integral del paciente y constituye
una de las armas más eficaces para conseguir una buena compensación y evitar
complicaciones.
No sólo va dirigida a la persona diabética sino que también debe incluirse a sus familiares
y toda la gente de su entorno.
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EDUCACION DEL PACIENTE SOBRE LA DM, NUTRICION, Y EJERCICIO
A continuación colocamos una tabla con alimentación sugerida para el control de la DM tipo 1
antes, durante y después del ejercicio.
Las metas de la TNM en DM tipo 2 son ligeramente diferentes y se dirigen a la gran prevalencia
incrementada en factores de riesgo cardiovasculares (hipertensión, dislipidemia, obesidad) y
enfermedades en esta población. La mayoría de estos individuos son obesos, y la perdida de peso
es fuertemente estimulada y debe permanecer siendo una meta importante. El tratamiento medico
de la obesidad es un área de de compromiso inmediato. Dietas hipocalóricas y perdidas leves de
peso a menudo resultan en rápido y dramático descenso de la glucosa en individuos con aparición
reciente de DM tipo 2. De todas formas, numerosos estudios documentan que perdida de peso a
largo plazo es poco común. Por lo tanto, TNM actual para DM tipo 2 debe enfatizar en reducción de
calorías, actividad física incrementada, y reducción de la hiperlipidemia e hipertensión. Consumo
incrementado de Fibra soluble puede mejorar el control glicémico en individuos con DM tipo 2.
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El ejercicio, es un componente integral del cuidado diabético que puede tener múltiples beneficios
(beneficios cardiovasculares, presión sanguínea reducida, mantenimiento de la masa muscular,
reducción de la grasa corporal, perdida de peso, etc.). Para individuos con DM tipo 1 y tipo 2, el
ejercicio es además muy útil para bajar la glucosa plasmática (durante y después del ejercicio) e
incrementa la sensibilidad ala insulina.
A pesar de sus beneficios, el ejercicio presenta muchos retos en el individuo con DM a causa de la
falta del mecanismo glucoregulatorio. El músculo esquelético es un sitio de alto consumo de
combustible durante el reposo, y la actividad física aumentada durante el ejercicio vigoroso, y
aeróbico incrementa notablemente los requerimientos de combustible. Individuos con DM tipo 1
tienen tendencia a hiperglicemia o hipoglicemia durante el ejercicio, dependiendo de la glucosa
plasmática pre-ejercicio, el nivel de insulina circulante, y el nivel de catecolaminas inducidas por el
ejercicio. Si el nivel de insulina es muy bajo, el aumento en las catecolaminas puede incrementar la
glucosa plasmática excesivamente, promover la formación de cuerpos cetónicos, y posiblemente
llevar a cetoacidosis. Contrariamente, si el nivel de insulina es excesivo, esta relativa
hiperinsulinemia puede reducir la producción hepática de glucosa (disminuida gluconeogénesis,
disminuida glucogenolisis) e incrementar la entrada de glucosa al músculo, llevando a hipoglicemia.
Para evitar hiper o hipoglicemia relacionada con el ejercicio, los individuos con DM tipo 1 deben: (1)
monitorizar la glucosa antes, durante, y después del ejercicio; (2) demorar el ejercicio si la glicemia
es mayor de 250 mg %, menor de 100 mg %, o si cuerpos cetónicos están presentes; (3) comer
entre 1 y 3 horas antes del ejercicio y tomar carbohidratos suplementarios al menos cada 30
minutos durante el ejercicio vigoroso o prolongado; (4) disminuir la dosis de insulina (basados en
experiencia previa) antes del ejercicio y aplicar la insulina en área que no se vaya a ejercitar; y (5)
aprender la respuesta individual a diferentes tipos de ejercicio e incrementar la ingesta de
alimentos por hasta 24 horas después del ejercicio, dependiendo de la intensidad y duración del
ejercicio. En individuos con DM tipo 2, la hipoglicemia relacionada con el ejercicio es menos común
pero puede ocurrir en individuos recibiendo insulina o sulfonilureas.
A causa de que la enfermedad cardiovascular aparece a una edad mas temprana en ambos tipos
de diabetes, un test formal de tolerancia al esfuerzo debe ser aplicado en los siguientes casos:
edad >35 años, larga duración de DM tipo 1 (20 a 25 años de duración), complicaciones
microvasculares de DM (retinopatía, microalbuminuria, o nefropatía), enfermedad vascular
periférica, otros factores de riesgo de enfermedad arterial coronaria, o neuropatía autonómica.
Retinopatía proliferativa no tratada es una contraindicación relativa para el ejercicio vigoroso, pues
este puede llevar a hemorragia vítrea o desprendimiento de retina.
El monitoreo optimo del control glicémico incluye mediciones de la glucosa plasmática por el
paciente y una valoración de largo plazo por el medico (medición de la Hb A1c y revisión de las
mediciones del propio paciente en la glucosa plasmática). Estas mediciones son complementarias:
las mediciones del paciente proporcionan una imagen del control glicémico a corto tiempo,
mientras la Hb A1c refleja el control glicémico promedio sobre los previos 2 a 3 meses. La
integración de ambas medidas proporciona una valoración precisa del control glicémico alcanzado.
Como con cualquier terapia, los beneficios de los esfuerzos dirigidos hacia el control deben ser
sopesados contra los riesgos del tratamiento. Efectos colaterales del tratamiento intensivo incluyen
aumento de la frecuencia de episodios de hipoglicemia severa, ganancia de peso, incremento en
los costos y mayores demandas sobre el paciente. En estudios control, la calidad de vida del
paciente en terapia intensiva y aquellos con terapia regular es muy similar. La complicación mas
23
seria de la terapia para DM es la hipoglicemia. Ganancia de peso ocurre en muchos casos
(insulina, insulina secretagogos, tiazolidinediones) pero no en todas (metformin e inhibidores de la
α-glucosidasa) las terapias que mejoran el control glicémico debido al efecto anabólico de la
insulina y la reducción de la glucosuria. En estudios control también, individuos con la mayor
ganancia de peso mostraron también elevación en el colesterol fracción LDL y en los Triglicéridos,
además de aumento en la Presión Arterial (diastólica y sistólica) similar a esos individuos con DM
tipo 2 con resistencia a la insulina. Estos efectos podrían incrementar el riesgo de enfermedad
cardiovascular en pacientes manejados de forma intensiva. Como se discutió previamente, mejoras
en el control glicémico es ocasionalmente acompañada de por un empeoramiento transitorio de la
retinopatía o la neuropatía diabética.
Como con cualquier enfermedad crónica debilitante, el paciente con DM encara una serie de
desafíos que afectan todos los aspectos de la vida diaria. La persona con DM debe aceptar que
puede desarrollar complicaciones relacionadas con la DM. Aun con considerable esfuerzo, la
normoglicemia puede ser una meta elusiva y algunas intervenciones que empeoran el control
glicémico pueden no ser fáciles de identificar. El paciente debe verse a si mismo como miembro
esencial del equipo de cuidado diabético, y no como alguien a quien el equipo cuida. El estrés
emocional puede ocasionar un cambio en el comportamiento haciendo que el paciente no se
adhiera a la dieta, el tratamiento o el programa de ejercicios. Esto puede llevar a la aparición de
hiper ó hipoglicemia. La depresión y los desordenes de alimentación (en mujeres) son mas
comunes en pacientes con DM tipo 1 o tipo 2.
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