Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Vinicius de Moraes
Pablo Picasso(1908)
Aún pacientes jóvenes son capaces de acompañar su relato verbal con dibujos, como
aconteció recientemente con un paciente que ilustraba, de ese modo, la escenografía y
los desplazamientos de los personajes del sueño que me estaba contando, o me
anticipaba el diseño de un tatuaje que planeaba hacerse. Y otros pueden mostrarnos de
este modo algún personaje de sus ensoñaciones o, incluso, de sus alucinaciones
visuales.
Como los trazos dibujados perduran como una imagen detenida se genera, con los
dibujos, la ilusión de algo configurado establemente y preservado del paso del tiempo. En
los tratamientos en los que éstos se conservan, si el paciente así lo dispone, un tiempo al
menos, la carpeta que los contiene se presenta al modo de un archivo disponible y
controlable; como material mnémico, funciona como una fuente histórica visual fija.
Pero también son testimonios de una realidad que se constituye en una situación analítica
determinada. Es un registro de algo que acontece en el campo transferencial y capaz de
constituir tanto al que dibuja como a quien el dibujo va dirigido, al entrevistador o
terapeuta que testimonia su producción, que le da un sentido , que lo interroga y expone
como una ilustración de un co-pensar, de una reflexión compartida. Su vigencia no estriba
en tener algún valor probatorio, sino en que”…arma la realidad de la cual es
testimonio”(C.Correa,2003).
Un gráfico suele dibujarse en forma individual, sólo ocasionalmente es producido por más
de un sujeto. El dibujo de la jirafa, realizado por el padre y por Juanito, es un ejemplo de
esta posibilidad. El squiggle de D.Winnicott ,como un diálogo lúdico gráfico, es otro.
Por su temática manifiesta también puede el dibujo incluir a más de un individuo, como
cuando se le solicita a un entrevistado que dibuje dos personas ,o a su familia. Estas
posibilidades son diferenciables, como se verá más adelante, del dibujo del conjunto, que
el terapeuta ofrece, como una conjetura interpretativa, en la clínica vincular. Es éste un
elemento técnico específico,que particulariza el trabajo en vínculos con niños y
adolescentes(sesiones diádicas o familiares).La vigencia de esta lectura plantea al dibujo
como producido por el acontecimiento que liga ,en un momento clínico dado, a los
distintos integrantes del conjunto.
Quiero plantear una opción teórica-clínica que produce una comprensión específica y
particular del dibujo, cuando es efectuado en una sesión vincular, y que puede
suplementar a la clásica, recién mencionada. La línea interpretativa tradicional será
escogida, desde luego, por aquellos que consideren el análisis del dibujante en presencia
del conjunto y que soslayen las dinámicas intersubjetivas.
El contexto en el que estos dibujos se elaboran, el modo en que son tomados en cuenta,
las asociaciones al mismo-espontáneas o solicitadas por el terapeuta- van dando los
elementos que permiten armar y presentar las intervenciones con las que nos referimos a
ellos.
El valor del dibujo es usualmente desestimado por los adultos que privilegian el discurso
verbal, y suelen pasar desapercibidos o alcanzar una aprobación cortés formal. Pero
pueden llegar a contener un núcleo metafórico, punto del entramado que ilustra y
condensa lo que está aconteciendo. Como expone las inconsistencias y situaciones
problemáticas del vínculo pueden tomarse como un punto privilegiado a considerar en una
intervención terapéutica. Es el nudo del hilván que permite ligar o enlazar elementos y que
procura alterar, marcar, transformar, a los integrantes del conjunto, buscando producir una
configuración inédita.
S.Kleiman(2005)le dio ese uso en una sesión, en la que los distintos integrantes de una
familia cruzaban reproches y denuncias, en un clima tumultuoso y caótico; uno de ellos
hizo un dibujo, el de un semáforo. La terapeuta lo expuso a la consideración general.(fig.
1)
La madre comentó que era porque la hija estaba aprendiendo ese tema en el colegio.
Pero otro integrante observó:”No se sabe cuál de las luces está prendida”. La terapeuta
les dijo:”Si está verde, amarillo y rojo al mismo tiempo no se sabe qué hacer, si seguir,
parar, esperar. Pareciera que las señales son algo importante que hay que captar, y la
impresión es que entre ustedes, no es muy sencillo entenderse las señales”.
Es el discurso gráfico el que señala la interacción que están llevando adelante; el que ,al
modo del niño, dice:”El rey está desnudo”.
Hay una tensión dialéctica, entonces, entre lo producido y lo reproducido en cada sesión.
Si comparásemos al dibujo con un sueño recordaríamos que, para la clínica
psicoanalítica, el sueño no es lo que alucinó el soñante en un momento determinado, y
que queda sellado, instituído y cerrado, sino es el relato verbal que el paciente establece
en un cierto momento en su sesión, de lo que recuerda haber soñado. No hay una lectura
unívoca y ultraclara de ese contenido manifiesto, y ajena al clima transferencial en que el
sueño es evocado, como tampoco lo hay del gráfico que produce una familia en una
sesión.
Como se advierte,en mis comentarios no destaco los aspectos formales del dibujo,ni
aludo a los materiales con los que fue elaborado,ni al mundo imaginativo latente del que
lo produjo,elementos que sí tendría en cuenta en mis intervenciones en un análisis
individual.Mis intervenciones se basan en la situación del conjunto, en el momento en el
que el dibujo es realizado y en el entramado verbal del grupo familiar que toma,como
punto de partida asociativo,la producción gráfica.En un trabajo reciente(F.Urman,2011)
ofrezco un ejemplo de una intervención de este tipo en una sesión con una familia
severamente perturbada.
De acuerdo al modelo 1,el vínculo es entendido como una relación entre yoes.Hay un
lugar en el sistema de parentesco y funciones que le son atribuídas ( como, en S.Freud,
”madre nutriz”, “padre protector”).Importan las identificaciones, el pasado, el origen como
génesis y causa de lo que pasará luego. Habría fantasías inconscientes articulables con
el mundo de los integrantes del conjunto. Hay acuerdos y pactos que buscan mantener
,con diverso resultado, la aceptación de las diferencias entre ellos, y un ideal que tiene, en
el enamoramiento, su paradigma de integración armónica de semejanzas y
complementariedades. Importa la angustia de desamparo y su contención por objetos
amparadores(el adulto, el que domina, el que ostenta un saber(pito),etc.). Hay un proceso
anticipable y alguna pautación de mojones naturalizados. Opera la transferencia
entendida como pura repetición(clishé) o como elaboración(re-edición corregida y
actualizada),que inviste ambivalentemente sus objetos, de acuerdo a los conceptos de
S.Freud(1905).
Daría la impresión que en el modelo 2 las diferencias evolutivas y de género, entre los
distintos sujetos,importan menos que la productividad con la que son capaces de operar
para resolver las situaciones problemáticas por las que asisten a la sesión.
Ambos modelos pueden ser simultáneos, pero trabajan con determinaciones diferentes y
producen efectos y configuraciones distintos. Aunque puedan dar lugar a nuevas
subjetividades, tal vez trabajen estas estrategias reflexivas diferenciables sobre distintas
capas del entramado del discurso vincular. Cada modelo, al incluir sus elementos
específicos, seleccionados, deja de lado, excluye otros. Como en ciertos dibujos o
pinturas en los que, alternadamente, uno podría descubrir una u otra imagen en la misma
composición, dependiendo del modo en que ésta sea observada.
Se podría acercar esta distinción a algunos conceptos que plantea Régis Debray.La
primera lectura enfatizaría el aspecto idólico del dibujo,al predominar la figuración,la
búsqueda ostensible de la semejanza o el parecido con el objeto aludido;la segunda
acentuaría su carácter icónico, al plantear una interioridad que sólo metafóricamente está
sugerida en la imagen contemplable,y esto “invisible a los ojos” es capaz de tener un
efecto sobre los que participan perceptivamente de esta producción.
Veamos algunos ejemplos clínicos en los que podamos plantear ambas posibilidades.
Si uno interpretara señalando la subordinación del niño al padre, el modo en que éste
encuentra “natural” que el hijo adopte su criterio, la ansiedad del niño que lo lleva a
eliminar un posicionamiento que considera peligroso, la incomodidad del padre al ver
cómo el hijo pintó su dibujo, etc. estaríamos dentro del modelo 1.
Si uno planteara que ambos querrían verse como en una postal en que coincidan en
todo, como un único cielo azul que los uniera, aludiríamos todavía al primer modelo, al
mostrar la necesidad de propagandizar que son “un solo corazón”(unidad narcisista)
preambivalente. Esta necesidad de sostener que ven e imaginan las cosas del mismo
modo es afín a lo que han planteado G.Seiguer y R.Moguillansky acerca de la ilusión de
tener la misma ilusión. Si uno agregara:” Lo cierto es que aparecen nubes blancas y
nubes azules y ahora tienen que ver cómo se las van a arreglar con esa posibilidad, con
la tentación de hacer desaparecer una de las opciones”, uno estaría más cerca del
modelo 2.
Veamos otro ejemplo, esta vez de una díada formada por una madre y una hija. La madre
le anuncia que le confirmaron que en pocos días comenzará su primer trabajo. Tratará de
no modificar la rutina que estableció con ella, pero tiene miedo. La hija, que está
dibujando, se pregunta para qué lado dibujará la casa. La terapeuta, la Lic. E.Dryzun,
señala que quizás tengan miedo las dos. La hija termina esa parte del dibujo, agregando
otro personaje, y se pone sobre el regazo de su madre y simula llorar. Luego aclara
(fig.2)que hizo una casa palacio y al lado una casa. La madre comenta la figura próxima:
“Y éste es un oso hormiguero”. La hija responde: “No, es una nena a la que le tiraron un
pastel en la cabeza. Es la que vive en la casa de al lado. Va a jugar al palacio.”
Siguiendo el modelo 1 podríamos centrarnos en la semejanza de ambas casas, en la
fusión o en la simbiosis del vínculo, en las ansiedades relacionadas con la anunciada
separación entre ambas,en la vulnerabilidad de la hija que la lleva a apegarse
regresivamente,etc.
Podríamos tener en cuenta las palabras y los actos con las que los padres expresan su s
diferencias, y cómo estas discusiones generan dolor y tensiones en los hijos. Ellos
pueden sentirse invadidos y sobrepasados por las peleas de sus padres y , como el dibujo
lo sugiere, buscan alivio y apoyo entre ellos, deseando tener, en su indefensión, la
protección y el amparo que ilustra el gráfico. O ver cómo logran, en ese momento, la
complementariedad que quisieran encontrar en el equipo parental.
Y, podría añadirse a esta lectura cercana al modelo 1,otra, próxima al modelo 2.En ese
caso podría señalarse que así como el entrevistador es de otro planeta para ellos, uno
también está empezando a tratar con personas desconocidas, no identificables.
¿Pueden en su planeta pensar lo que está pasando tratándose de ese modo?¿Habría
otros modos posibles de ver qué pueden hacer juntos?¿O no habría otra salida que
insistir en una guerra para sacar o dominar a los que no piensan como uno?.Más que la
rebeldía fraterna contra el clima autoritario y el fallido control disciplinario parental, en el
modelo 2 se acentuaría la producción de operaciones de cuidado, contención y
subjetivación para todo el conjunto.
En síntesis, el dibujo puede ser leído, cuando se produce en una entrevista o sesión
vincular, de muchos modos. Podrían acentuarse las determinaciones individuales del que
lo realiza, y eso contribuiría al análisis del dibujante(niño o adolescente)en el conjunto. No
es éste el vértice que elijo. Prefiero considerar las determinaciones vinculares del mismo,
es decir, la ecuación que reúne los aspectos identitatrios de los individuos que lo integran
con el hacer entre los sujetos que quedan ligados o enlazados por estas incidencias y
acontecimientos.
BIBLIOGRAFÍA