Está en la página 1de 6

El Renacimiento y el cambio de paradigma del siglo XV

Uno de los factores del cambio de paradigma fue el descubrimiento de América; descubrir
que hay otro mundo más allá. El europeo estaba su sumido dentro de un sistema creado
por la
religión católica, y aquel que salía del sistema era considerado hereje y eliminado. Bajo el
pretexto
de la evangelización, trata de subsumir a los habitantes de América también.
El renacimiento es un cambio paradigmático de desestructuración. En el arte, aparecen los
manierismos, la reaparición de los monstruos en las representaciones pictóricas.
Es el paso de la visión ptolemaica a la copernicana, que también se da este cambio: "No
solo dios no
nos creó solo a nosotros, sino que tampoco nos creó como centro del universo".
Es otra muestra de este cambio la reforma, y sucesivamente, la contra-reforma; y luego la
creación
del protestantismo, que funciona como una alternativa más sobre la religión existente.
También empieza a aparecer en el arte el objeto cotidiano. Importante cambio también
porque además de las representaciones de objetos religiosos, aparecen con la misma
predominancia
los objetos de todos los días; otorgando a la religión y a la cotidianidad el mismo orden de
importancia.
Estos cambios son los que generan el inicio de poder pensar al sujeto burgués, un sujeto
que
se ve a sí mismo de manera autónoma e histórica.
Esto empieza a generar dos posturas: una, la ilustración, empieza a trabajar en una idea de
racionalización; poniendo a la razón como primordial, se comienza a variar desde el relato
mítico al
relato científico. Las preguntas ontológicas comienzan a responderse desde la razón. Se
basa en los
relatos científicos, si no hay relato o no se comprueba de manera científica se deja de lado.
Aquí es
donde comienza el empirismo. La segunda postura es el romanticismo. Con esta postura
aparece el
idealismo. Este, todavía tiene relación con el relato mítico; aquí todavía hay y todavía da
cuenta de
que hay una percepción que puede no ser comprobada científicamente.

Historia de la Estética

Raymond Bayer

Prefacio
Se tomara el término de la estética en el sentido de “reflexión acerca del arte”. La palabra
estética no hizo aparición hasta el sXVIII haciendo referencia a la teoría de la sensibilidad
–aisthesis-,
concepto empleado por Baumgarten. La estética ha estado siempre mezclada con la
reflexión
filosófica, con la crítica literaria o con la historia del arte.
III. La estética francesa en el siglo XVII: el clasicismo.
A. Características generales. La estética de este siglo es el de la cultura. Es el siglo del
Racionalismo. El arte –lo bello- consiste en la presentación más directa, más pura, más
nítida y más
clara de lo verdadero: “nada es bello aparte de lo verdadero, y solo lo verdadero es lo digno
de ser
amado”. En el racionalismo estético, se explica a partir de que en el hombre existen dos
esferas
distintas, la inferior y la superior, sensibilidad y razón correspondientemente. La actitud que
todo
hombre debe observar para pensar bien y actuar bien consiste en subordinar
completamente la
primero a la segunda. La esfera de la sensibilidad es la inferior por ser la esfera de lo
inestable, del
cambio, de lo movedizo y del instinto. La esfera superior, es la de la razón y el
entendimiento, es la
de lo general, lo estable, lo universal, lo masivo, de la regla y la ley.
El arte quedara sometido a reglas y leyes de las cuales jamás intentara salirse, se halla al
servicio del rey, de la ley real, de la moral y de la religión. El arte es el medio por el cual se
corrige,
además de la experimentación de un goce debe corregir la actitud del hombre.
El arte literario estaba caracterizado por la antigüedad clásica en suma con la antigüedad
cristiana, siendo este un siglo cristiano, apasionante y ardiente. El teatro era un arte de
geómetras,

de un jugador de ajedrez, de un mecánico. La comedia es equivalente a la tragedia en


cuanto a sus
raíces.
La idea es la forma misma de toda especie de trabajo racional, intelectual, es la función
misma del entendimiento que tiende a la unidad, a la realidad, al polvo complejo y
multiforme de las
imágenes del exterior.
En las artes plásticas se presenta un estilo noble, grave, majestuoso, impregnado de orden,
mesura, regla y razón. Los grandes pintores imitan la naturaleza.
B. Clasicismo francés y arte literario: comentadores y opositores al clasicismo. En este siglo
no
hay estéticos propiamente dichos. La Poética de Aristóteles es lo que se enseña a lo largo
de este
siglo. A diferencia de Aristóteles, que se dedicaba a describir, lo autores de esta época se
dedican a
preescribir. Consideraban la estética como una ciencia normativa e intelectual, que debe
dictar
leyes. Están convencidos que todo en todo ejercicio artístico hay una parte que es
inconsciente, que
al igual que la razón atiende a las mismas normas. Para ellos el instinto es una razón
adormecida.
La esfera estéticano es únicamente intelectual, en ella hay un elemento racional que es el
que desempeña un papel considerable con sus leyes. Las leyes son muy generales, por lo
que está
permitido tener ciertas fantasías, recayendo sobre estas el interés o, mejor dicho, el genio
de la
obra. Sin el elemento de la imaginación, el ámbito de lo bello seria eternamente uniforme.
El clasicismo está formado por los comentadores y opositores que se oponen o partían de
las enseñanzas aristotélicas. Se plantean dos teorías antagonistas del arte: por un lado el
arte que
consiste en la imitación, en la representación, llamado arte realista de carácter naturalista
que
tiende a imitar la realidad, la naturaleza; y por el otro el arte con objetivo moralizador
destruyendo
por completo el arte realista ya que este no tiene carácter moralizante. El arte verdadero
debe ir
hasta crear la ilusión, en donde lo que se debe imitar es lo que es bueno de objeto no
siendo
necesario que se distinga el objeto en la representación artística.
Descartes(1596-1650), es el primer teórico de los estéticos de este siglo, el mismo, ve en la
imitación de la verdad una misión moralizadora del arte, siendo la razón su instrumento. En
su
Discurso del Método dice que “no hay que aceptar nunca como verdadero lo que con toda
evidencia
no reconocieses como tal, vale decir, que evitaría cuidadosamente la precipitación y los
prejuicios, no
dando cabida a mis juicios sino a aquello que se presente a mi espíritu en forma tan clara y
distinta
que no sea admisible la más mínima duda”. Está convencido que el único criterio de la
verdad es la
verdad misma, solamente las verdades matemáticas y físicas se imponen a nuestro juicio.
En toda la
estética racionalista lo asombroso es lo feo. De su metafísica puede derivarse la teoría de lo
bello,
pensó en lo bello, no en lo sublime y en lo cómico, tampoco en lo feo o en la característica
en que se
encuentran elementos aberrantes. Un objeto es más bello cuanto menos diferentes sean
unos de
otros sus elementos y cuanta mayor sea la proporción entre ellos, siendo esta de carácter
aritmético
y no geométrico.
En cuando a los objetos y cada sentido, dice que el mas deleitable de los objetos y el más
agradable al alma es aquel que no están fácil de ser conocido como para no dejar desear
alguna cosa
a la pasión con la que los sentidos tienen costumbre de comportarse frente a los objetos;
hallándose
este rasgo de lo agradable en contradicción con la ausencia de confusión.
Para aprehender lo bello se necesita cierto esfuerzo, que el objeto sea claro y distinto y que
sin embargo algo quede todavía por desearse, es necesario un mas allá además de nuestro
dominio
sobre el objeto. Lo bello no es exhaustivo, posee un elemento inasimilable, un elemento
diferente. Y
es en aquello en donde la obra de arte sobrepasa la aprehensión completa donde vemos el
gran
genio del artista. En toda creación artística verdadera, como también en la creación
organiza, hay un
elemento inconsciente imposible de reducir íntegramente a la consciencia.
En su teoría de las pasiones, reconoce que todo arte tiene como fin producir placer,
procurar
una atracción de la sensibilidad, un encanto. No solo debe producir placer en sí, sino que la
concordancia entre el objeto exterior y aquello que este exige, es la concordancia entre la
energía y
nosotros mismo lo que debe suscitar en nosotros las diferentes pasiones.

En la estética cartesiana racionalista se identifican los ámbitos de lo bello y lo verdadero. El


placer de los sentidos mismo obedece ya a determinadas leyes y es, en consecuencia,
racional.
Parte de una contradicción y de una antinomia, en donde trata de descubrir el papel que
desempeña el aspecto fisiológico del ser en el proceso estético y psicológico en general.
Dividió al
ser humano en alma y cuerpo, en pensamiento y extensión. La pasión no es la rigurosa
separación
de los dos elementos, sino el fruto de un desbordamiento, y la estética se encuentra ente
los dos
ámbitos. El muro entre alma y cuerpo se destruye y cae, haciendo a los sentidos
inteligentes y
racionales; perteneciendo aquellos sentidos que calculan, que son inteligentes y que no
reaccionan
de manera espontánea, al campo de la razón inconsciente.
Pascal explica las relaciones entre la pasión y el espíritu /pensamiento. Considera que el
amor es apegarse del sentimiento y son únicamente, los grandes espíritus capaces de
gozar pasiones
grandes, porque su pensamiento esta siempre orientado hacia el movimiento y la acción.
Los
espíritusmediocres aman el reposo. Estudia lo bello, y al hombre –como creación de Dios-
portador
de lo bello, y en la naturaleza lo bello es aquello que le parece bello al hombre y que se le
asemeja.
La belleza es la conveniencia y lo agradable.
Con Boileau se visualiza el retroceso del pensamiento estético de esta época. Para este la
primera misión del artista es la racionalidad, el intelectualismo en el arte; siendo la facultad
creadora
la inteligencia pura: la razón. Descartes además de esto había notado que existía un campo
diferente
en la dominación universal de la razón, un campo compuesto por el amor y la sensibilidad.
Boileau
considera que la religió equivale a un intrusión del sentimiento, de lo irreductible a la razón:
la fe.
En el clasicismo se vio un retroceso en los campos de la verdad y del estudio artístico del
natural, la naturaleza no es lo verdadero, es lo verosímil. Lo verdadero esta acomodado a la
debilidad de la razón y a las costumbres sociales de la época.
C. Estética de las artes plásticas en el siglo XVIII. Poussin demuestra que las artes estéticas
Están unidas al arte literario y a la verdad racional, estableciendo en la obra de arte una
concordancia con las leyes de la razón y la naturaleza. Considera que en el ámbito de arte
colaboran
el apetito y la razón. El dominio del apetito se establece a partir de los colores, la luz, es lo
inmediato, lo espontaneo con todo su encanto, en lo que nos irrita y nos conmueve. La
razón –
entendimiento y juicio-, por su parte ofrece las leyes, los patrones y los cañones que
debemos
respetar. Es el ámbito de la esencia, de la sustancia, de la metafísica artística. En la esencia
misma
presiden las leyes. Según él debe revelarse el ser debajo de las apariencias, lo valido es la
intuición y
no el entendimiento. El fin de la pintura es la delectación, más que un simple placer de los
sentidos.
Habla de una delectación del alma que es esencial.
Chambray, reduce todo a lo antiguo y se subleva contra la pintura libertina de los modernos.
Considera que el placer verdadero reside en el entendimiento. La belleza consiste en la feliz
imitación de la naturaleza. El artista puede encaminarse hasta la fantasía, sobrepasando lo
límites de
la naturaleza.
Felibien, expresa sobre la necesidad de la libertad en las arts plásticas. Admite el derecho
de
infringir las leyes para fiarse del instinto. El artista tomara las fuentes de su inspiración – de
su
propio genio- y del estudio de la naturaleza.
Le Brun, expresa que la razón consiste en la conveniencia entre los pensamientos, la
unidad
del sujeto y la regularidad de la composición.
Roger de Piles, expreso que la verdad de la pintura es la imitación de los objetos visibles
mediante la forma y el color. La verdad estética está compuesta por dos elementos: la
verdad simple
es la copia de la naturaleza tal como es observada todos los días, y la verdad ideal es la
selección de
diversas perfecciones que jamásse encuentran reunidas en un modelo solo, sino en el
mundo ideal y
perfecto de la naturaleza. La unión de la verdad particular y de la verdad típica es lo que
produce la
belleza perfecta.
III. La estética inglesa en el siglo XVII
A. Bacon. (1561-1626) Dividió el entendimiento en tres partes: la memoria de la historia, la

imaginación a la poesía y la razón a la filosofía. Critica la belleza reducida a las


proporciones
matemáticas – Durero-.
B. Hobbes (1588-1679). En su concepción del mundo pretende que no existe nada más que
la
materia y el movimiento. Movimiento que afecta a los objetos, que se trasmite al cerebro y
después
al corazón, generando, en sentido inverso, la sensación. Estos movimientos en serie
forman, al
reunirse, en pensamiento y la imaginación. Considera que el espíritu es la materia en
movimiento.
En la imaginación se encuentran las pasiones, la memoria, el don e incluso la filosofía y el
juicio. La
imaginación clasifica y ordena.
C. Locke (1632-1704). Todas las manifestaciones del espíritu se reducen a sensaciones,
sensaciones simples del mundo exterior e interior, y síntesis de estas sensaciones simples
que
constituyen ideas complejas.
D. Berkeley (1864-1753). Ama la naturaleza, es la belleza como representación. La
actividad
artística es la prolongación de la actividad divina, el espíritu creador constituye la garantía
de la
autenticidad de lo real en la armonía. Los fines deben ser buenos y sensatos. Lo bello
reside en la
simetría y la proporción, en la perfección y la fitness. La noción de lo bello es una
elaboración
racional, un conocimiento nocional, es algo concebido. El objeto esta compenetrado de
racionalidad,
pero es el sujeto en su acción espiritual el que le confiere su signifi cación.

También podría gustarte