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Chispas

- ¡Eyy Mateo! ¿Como andas chabón? Pasa Pasa – gritando saludo Joaquin.
La nariz de Mateo se estremecio un poco al oler la ebriedad en su amigo, algo que hacia
mucho no percibía en alguien. Esto no evito que la pareja de viejos amigos se saludaran
con un abrazo.
- ¿Hace cuanto no nos vemos? – Mateo continuo. La respuesta no importaba, era
para hacer el encuentro mas calido de lo que ya era y aprovechar esos inicios de
conversación en donde romper el silencio no cuesta nada y mas cuando las 2
personas están bajo el efecto de una droga, todo parece fluir mucho mas.
- Ya ni me acuerdo chabón y viendo como estoy anda a saber que otras cosas no me
acuerdo mañana. – Ambos rieron y procedieron a entrar a la casa.
Mateo se adelante ya que Joaquin se quedo cerrando la puerta. Pero incluso antes de
entrar a la casa vio la silueta de alguien mas salir.
- Amigooo! – era Lucho, de repente Mateo sintió esa hermosa sensación en el pecho
llamada amor. Lucho era un hermano del alma de Mateo, desde chiquito se
conocían y solo un hecho tan desafortunado como el de un trauma hizo que
partieran caminos, para luego ser reencontrados en el secundario y después de
unos años de acondicionamiento dejar en donde la dejaron la amistad. Sin decir
nada le saludo.
- ¿Hace cuanto volviste? - le miro con cara interrogativa. Y Mateo hizo una cara de
su reacción automática. ¿Cómo es que la gente no sabía cuando había vuelto? Pero
recordó rápidamente que había tomado la decisión de no decírselo a nadie via
teléfono. Para que solo la gente que quiera lo contacte. Ademas el hecho de que
se había pasado a un celular sin mensajes no ayudaba. Ahora cada deseo de
comunicar significaba llamar a la persona por ende no tenia mucho contacto que
digamos.
- Y ya ni me acuerdo si te soy sincero, hace una bocha. ¿Hara 2 semanas tal ves? –
Aunque sabia que almenos había sido un mes no sabiendo porque Mateo enuncio
ese rango de tiempo. Pero como cualquier pregunta en una fiesta no importaba la
respuesta ya que todo el mundo no estaba tanto para conversar sino que para
gedear.
Luego continuo con Lucho y fue a saludar a las distintas personas que había. Rapidamente
se dio cuenta de que no estaba la gente que una vez considero amigos, que en su
momento fueron sus compañeros de secundario. Sino que solo había gente que había
atendido a cursos mas grandes en su época de escuela y un par de personas que no
conocía, algunas de ellas incluso le generaban algún tipo de interés particular.
Mateo estaba pelado, vestido todo de negro y con un ademan de confianza que no era
usual en su estado de sobriedad. Sus ojos delataban la sustancia que había estado
consumiendo ya que los tenía rojos y achinados.

- Sofiii- exclamo cuando por fin encontró a una cara conocida. La saludo aunque sus
ojos estaban apuntando en modo de contemplación a sus alrededores y la llegada
de Mateo cambio esto por solo 1 segundo, del cual después de saludarlo continuo
mirando a la fiesta. Despues se dirigio a las otras 2 personas que estaban con ella:
- ¿Alguien anda al acecho no? – le dijo a Rama y a Juana. Se rieron y Juana
respondio con una cordialidad de alguien que es dominado por la timidez.
- Eso parece. –

Mateo continuo saludando y charlando con gente de la fiesta. Se podía escuchar


chapuzones en el jardín. Y la casa aunque hermosa parecía mas una casa habitada por
varios jóvenes mas que una residencia de adultos.
Mateo se sento en el único pedazo de mueble que había en la casa que era un gran sillón
en “L” en el medio del living. Y en su estado de plena confianza empezó a observar las
caras de la gente que estaba en la fiesta. Habia pocas caras desconocidas, a casi todos los
tenia de algún lado, hasta había gente que en algún momento lo hubieran querido hablar
a piñas. Pero era tanto el nivel de confianza que tenia esa noche que hasta a aquellos
tenia intención de saludar.
Una de las caras desconocidas le llamo particular atención, una chica morocha con una
campera de cuero pero de facciones delgadas. Un pequeño lunar en sus cachetes y una
sonrisa blancuzca completamente hermosa. Se veía terminando la noche con ella aunque
su pelada que había sido traída por el nuevo comienzo de año no le sumaba puntos estaba
a una edad y madurez que ya no le daba miedo intentar nada.
Habiendo termiando su análisis se levanto y comenzó a caminar. Saludo a esta gente que
en un pasado hubieran aprovechado la ocasión para fajarle, les costo reconocerle en este
nuevo look.

Se acerco a un grupo de personas que reian dentro de los cuales estaba este objetivo.
- …Mica, boluda… - escucho como comentarios en entre esos lapsos de risa
prolongados.
- Mmm Micaela. - Penso Mateo llevándose la mano a la pera casi
inconscientemente. El nombre le quedaba perfecto, tenia cara de Micaela y algo
de ese nombre le encantaba.
- Si estábamos re en una esa noche. - casi gritando enunciaba Joaquin a las chicas.
- ¿No me imagino que peor que hoy no?- dijo Mateo introduciéndose.
- Eee Mateo. – Joaquin dijo como si se hubiese olvidado de que el mismo le había
abierto la puerta. Imito un segundo saludo y después fue a saludar a las damas.
- Y a ustedes no las conozco. - dijo como si ellas debieran conocerle. – Me llamo
Mateo, un gusto.- le gustaba usar un idioma cordial de vez en cuando, era parte de
la magia de su léxico, le encantaba. Micaela no respondio, se la notaba timida.
- Yo … me llamo Lola y ella es Mica. - Lola estaba tan ebria o mas que Joaquin y a
juzgar por la falta de vasos en su mano y el hecho de que estaba tan callada como
monje asumió que Mica estaba sobria como adicto en recuperación.
Mateo no sabia de donde le salía este seductor tan nato pero dijo sin titubear.
- Hola Mica…- y la miro a los ojos agarrándola levemente de la cintura y con una
sonrisa dándole un beso en el cachete. Luego haciendo el mismo acto pero con
mas rapidez y menos cuidado lo repitió con la amiga:
- Y Hola Lola. –
Pasaron varios momentos en donde Joaquin y Lola fueron el evento principal. Y se veía
como Micaela timida forzaba el no ojear al 4to participante que recién había entrado. A
Mateo no le importara que ella este interesada o no, le de señales o no. El iba a intentar a
la minima que el momento se preste y este no tardo mucho en llegar.
- Me voy a servir otro vaso- dijo Joaco medio bailando al son de la música.
- Sabes que voy a hacer lo mismo- dijo Lola, y asi como asi partieron ambos
dejandalos solos a los 2 restantes.
Comenzando a sentir mas la música mientras inevitablemente la mirada ahora finalmente
si fue posada en el. Mateo comenzó a ser movimientos exagerados con los hombros y los
pies mirándola fijamente insinuando que el iba a comenzar a bailar. Paso a paso se fue
acercando a Micaela y ella le sonrio e hizo lo mismo pero con menos entusiasmo y casi
como un gesto cordial. Sabia que estuviese interesada o no en el esta actitud no era a
causa de querer ahuyentarlo sino de que era demasiado timida para continuarle el baile
ridículo que estaba haciendo.
- ¿Bailas? – Sabiendo que era una pregunta retorica Micaela ni le respondio y es asi
como Mateo le agarro una mano dio una vuelta y después la pego mas cerca de ely
la comenzó a guiar.
Mateo era un bailarin un tanto rustico e incluso en su subida confianza el tenia
consciencia de esto, pero cada vez que le aparecía el pensamiento auto incriminatorio lo
borraba de su cabeza bailando con mas intención. Micaela comenzó a reir y de apoco se
iba entregando mas al paso de Mateo.
Si bien no habían intercambiado ni una sola palabra a medida que el baile seguía la
comunicación no hacia falta que fuera verbal. Mateo empezó a entrar mas profundo en el
alma de Micaela y ella como mera expectadora se dejaba guiar, dando la orden al alma de
Mateo de cuando podía pasar ciertos limitos. En cierto punto apoyo la mano sobre su
cachete y lo acaricio suavemente viendo su lunar. Micaela pensó que se le iba a tirar por
un beso y Mateo noto esto y ahí fue cuando el cambio el rol y dejo de atacar. Dandole una
vuelta a la dama la solto y empezó a mirar para los costados dándole la pauta a ella que
debía activar. En este punto sabía que normalmente las mujeres dejaban de tirar, porque
las mujeres son mas maduras hasta que llega el momento de ellas ser vulnerables y
mostrar interés eso les da el triple de pánico que a los hombres. Para su sorpresa apenas
el la soltase no habrían pasado 10 segundos que se le acerco al oído y le dijo:
- Che me canse un toque, vamos al sillón.- si bien estaba mostrando intención lo
intento decir sin entregarse tanto, el tono era casi profesional en el sentido de que
quería hacer claro que si bien ella quería (por lo forzado que era este tono) su
intención primordial era la de descansar.
Los dos fueron al sillón y comenzaron a charlar:

- Y Micaela, le agradaron mis pasos de baile- Mateo insistia con esta cordialidad
estilística intentado de conseguir algún consuelo a su inseguridad de baile.
- Si no sabes como- le dijo con tono ironico. Mateo rio.
Detrás de ellos se encontraba un bajo eléctrico elcual Mateo después de unos momentos
de silencios agarro. No con la intención de tocar, ya que además que seria un pesar para
Micaela no se escucharía nada debido a la naturaleza de ese instrumento cuando no
estaba amplificado y el hecho de que había música al borde de explotar los parlantes. Mas
bien quería observar el instrumento.

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