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LA SABIDURÍA1 inteligencia no basta.

La cultura no basta, la
habilidad no basta, “La sabiduría no puede
Aunque podamos ser eruditos ser ni una ciencia ni una técnica”, subrayaba
por el saber de otro, sólo podemos Aristóteles: se refiere menos a la verdad o a
ser sabios por nuestra propia la eficacia que al bien, para sí mismo y para
sabiduría. los demás. ¿Es un Saber? Ciertamente.
Pedo un saber vivir.

Esto es lo que distingue a la sabiduría de la


La etimología es bastante clara: filosofía, que consistiría más bien en saber
philosophia, en griego, es el amor a la pensar. Pero la filosofía sólo tiene sentido en
búsqueda de la sabiduría. Pero ¿qué es la la medida en que nos acerca a la sabiduría:
sabiduría? ¿Un saber? Éste es el sentido se trata de pensar correctamente para vivir
habitual de la palabra, tanto en los griegos rectamente, y sólo esto es verdaderamente
(sophia) como en los latinos (sapientia), y filosofar. “La filosofía nos enseña a vivir”,
es lo que la mayoría de los filósofos, escribe Montaigne. ¿Acaso no sabemos
desde Heráclito, han confirmado vivir? Ciertamente: ¡necesitamos filosofar
continuamente. Ciertamente, tanto para porque no somos sabios! La sabiduría es la
Plataón como para Spinoza, tanto para los meta; la filosofía, el camino.
estoicos como para Descarte o Kant, tanto
para Epicuro como para Montaigne o Recordemos a Aragon: “Para aprender a
Alain, la sabiduría tiene mucho que ver vivir, ya es demasiado tarde…”. Montaigne
con el pensamiento, con la inteligencia, expresaba una idea similar (“Se nos enseña
con el conocimiento, esto es, con a vivir cuando la vida ya ha pasado”), pero de
determinado tipo de saber. Ahora bien, se forma más estimulante: de este modo el
trata de un saber muy particular, de un autor de los Ensayos no expresaba tanto una
saber que ninguna ciencia expone, que fatalidad de la condición humana cuanto un
ninguna demostración prueba, que ningún error de la educación, un error que podía y
laboratorio puede comprobar o verificar, debía corregirse. ¿Por qué esperar para
que ningún diploma acredita. Y es que no filosofar, si la vida no espera? “Cien
se trata de teoría, sino de práctica. No se escolares habrán contraído la viruela antes
trata de pruebas, sino de experiencia. No de llegar a la lección de Aristóteles sobre la
se trata de experimentos, sino de práctica. templanza…”, escribe maliciosamente
No se trata de ciencia, sino de vida. Montaigne. ¿Acaso la viruela es cosa de la
filosofía? No, ciertamente, en lo que respecta
En algunas ocasiones, los griegos a su remedio o a su prevención. Pero sí lo es
opusieron la sabiduría teórica o la sexualidad, y la prudencia, y el placer, y el
contemplativa (sophia) a la sabiduría amor, y la muerte… ¿Cómo iban a bastarnos
práctica (phronèsis). Pero ambas son la medicina o la profilaxis? “No mueres
inseparables o, mejor dicho, la verdadera porque estás enfermo, mueres porque estás
sabiduría sería su conjunción. La lengua vivo”, leemos en los Ensayos. Así pues,
francesa, que apenas las separa, lo hemos de aprender a morir, aprender a vivir,
expresa perfectamente. “Juzgar y esto es propiamente la filosofía. “Se comete
correctamente para obrar correctamente”, un grave error —continua diciendo
decía Descartes, esto es la sabiduría. Es Montaigne— cuando se la presenta como
probable que unos estén mejor inaccesible para los niños, y con un rostro
capacitados para la contemplación y otros enfadado, altivo y terrible. ¿Quién me la ha
para la acción. Pero ninguna facultad cambiado, quién le ha colocado esa máscara
garantiza ser sabio: éstos deberán pálida y horrible? No hay nada más alegre,
aprender a ver, aquéllos a querer. La más jovial, y hasta me atrevería a decir
juguetón.” Tanto peor para quienes
1 confunden filosofía y erudición, rigor y
Tomado de: Comte-Sponville, André. aburrimiento, sabiduría y vanidad. El que la
Invitación a la filosofía. Traducido del francés
vida sea tan difícil, frágil, peligrosa y valiosa
por Vicente Gómez Ibáñez. Barcelona,
ediciones Paidos 2002. 200p. como efectivamente es, constituye una razón

1
de más para filosofar lo antes posible (“la Pero ¿qué sabiduría? También aquí, como
infancia también tiene algo que aprender en todo, los filósofos discrepan. ¿Una
de ella, como las otras edades”) o, dicho sabiduría del placer, como en Epicuro? ¿Una
de otro modo, para aprender a vivir, en la sabiduría de la voluntad, como en los
medida de lo posible, antes de que sea estoicos? ¿Una sabiduría del silencio, como
demasiado tarde. en los escépticos? ¿Una sabiduría del
conocimiento y del amor, como en Spinoza?
Para esto sirve la filosofía, y por eso ¿Una sabiduría del deber y de la esperanza,
puede ser útil a cualquier edad, al menos como en Kant? Corresponde a cada cual
desde el momento en que se empieza a formarse una opinión al respecto, que podrá
pensar y a dominar la propia lengua. Esos tomar de las distintas escuelas. Por eso
niños que estudian matemáticas, física, hemos de filosofar: porque nadie puede
historia, solfeo, ¿por qué han de privarse pensar ni vivir por nosotros. Pero en lo que
de la filosofía? Esos estudiantes que se los filósofos sí están de acuerdo, al menos
preparan para convertirse en médicos o casi todos, es en la idea de que la sabiduría
ingenieros, ¿por qué ya no estudian se reconoce en cierta felicidad, en cierta
filosofía? Y esos adultos absortos en sus serenidad, digamos que en cierta paz interior,
trabajos o en sus preocupaciones, pero gozosa y lúcida, la cual no es posible
¿cuándo encontrarán tiempo para sin un uso riguroso de la razón. Es lo
introducirse en ella, o para volver a ella.? contrario de la angustia, de la locura, de la
Es obvio que hemos de ganarnos la vida; desdicha. Por eso necesitamos la sabiduría.
pero esto no nos dispensa de vivirla. Por eso hemos de filosofar. Porque no
¿Cómo vamos a hacerlo de forma sabemos vivir. Porque hemos de aprender.
inteligente sin tomarnos tiempo para Porque la angustia, la locura o la desdicha
reflexionar sobre ella, solos o en grupo, nos amenazan constantemente.
sin preguntarnos por ella, sin razonar, sin
argumentar, de la forma más radical y “El mal más contrario a la sabiduría —
más rigurosa posible, sin preocuparnos de escribía Alain— es la estupidez.” Esto nos
lo que otros, más instruidos y más dice, por oposición, hacia qué debemos
capacitados que la mayoría, han pensado tender: hacia una vida lo más inteligente
de ella? Anteriormente, cuando hablaba posible. Pero la inteligencia no basta. Los
del arte, he citado la observación de libros no bastan. ¿De qué sirve pensar tanto,
Malraux: “Es en los museos donde se para vivir tan poco? ¡Cuánta inteligencia hay
aprende a pintar”. Paralelamente, yo diría en las ciencias, en la economía, en la
que es en los libros de filosofía donde se filosofía! Y cuánta estupidez suele haber en
aprende a filosofar. Pero el fin no es la la vida de los científicos, de los hombres de
filosofía misma, ni aún menos escribir negocios, de los filósofos… La inteligencia
libros. El fin es una vida más lúcida, más sólo se aproxima a la sabiduría en la medida
libre, más feliz: más sabia. ¿Por qué no que transforma nuestra existencia, la ilumina,
habríamos de poder progresar por esta la guía. No se trata de inventar sistemas
vía? Montaigne, en “De la formación de filosóficos. No basta con saber manejar
los niños” (Ensayos, I, 26), cita la fórmula conceptos; éstos son solamente medios. El
de Horacio que Kant convertirá en el lema fin, el único fin, es pensar y vivir un poco
de la Ilustración: “Sapere aude, incipe: mejor, o no tan mal.
¡Atrévete a saber, atrévete a ser sabio,
empieza!”. ¿Por qué esperar más? ¿Por Admirable fórmula de Marco Aurelio: “Si los
qué aplazar la felicidad? Nunca es dioses han deliberado sobre mí y sobre lo
demasiado pronto ni demasiado tarde que ha de sucederme, lo han hecho
para filosofar, venía a decir Epicuro, pues sabiamente. Pero aunque no deliberasen
nunca es demasiado pronto ni demasiado sobre nada de lo que nos concierne o
tarde para ser feliz. Efectivamente. Pero, aunque no existieran, yo puedo deliberar
por esta misma razón, es evidente que lo sobre mí mismo y buscar lo que me es útil”.
mejor será que empecemos cuanto antes. La sabiduría no es la santidad. La filosofía no
es ni una religión ni una moral. Lo que he de
salvar es mi propia vida, no la de los demás.

2
Lo que he de defender es mi propio es una forma de engañarse ocultándose a sí
interés, no el de Dios ni el de la mismo la necesidad—, sino amarlo”.
humanidad. Éste es, al menos, el punto de
partida. Es posible que, de camino, Esto no impide la rebelión. Esto no impide la
encuentre también a Dios, o a la lucha. Decir sí al mundo es también decir sí a
humanidad. Pero no por ello voy a la propia rebelión, que es parte del mundo, a
renunciar a esta vida que se me ha dado la propia acción, que es parte del mundo.
ni a mi libertad, ni a mi lucidez, ni a mi Pensad en Camus o en Cavaillès.
felicidad. ¿Transformar la realidad? Esto presupone
conocerla. ¿Hacer realidad lo que todavía no
¿Cómo he de vivir? Ésta es la cuestión es? Esto presupone trabajar con lo que es.
con la que la filosofía se enfrenta desde Nadie puede actuar de otra forma. Nadie
su mismo inicio. La respuesta sería la puede avanzar de otra forma. La sabiduría no
sabiduría, pero una sabiduría encarnada, es una utopía. Ninguna utopía es sabía. No
vivida, en acto: corresponde a cada cual hemos de soñar el mundo, hemos de
inventar la suya. Éste es el punto en el transformarlo. ¿La sabiduría? Es,
que la ética, que es un arte de vivir, se fundamentalmente, cierta relación con la
distingue de la moral, que se refiere verdad y la acción, una lucidez que impulsa a
únicamente a nuestros deberes. Es la acción, un conocimiento en acto, y activo.
evidente que ambas pueden y deben ir Ver las cosas tal como son; saber lo que se
juntas: preguntarse cómo vivir, es también quiere. No engañarse a uno mismo. No fingir.
preguntarse qué lugar hemos de conceder “No interpretar un papel trágico”, decía Marco
a nuestros deberes. Pero no por ello dejan Aurelio. Conocer y aceptar. Comprender y
de ser distintas. La moral responde a la transformar. Resistir y superar. Pues nadie
pregunta: “¿Qué debo hacer?”; la ética, a puede afrontar más que aquello cuya
la pregunta: “¿Cómo he de vivir? La moral existencia ha aceptado primero. ¿Cómo
culmina en la virtud o en la santidad; la puede uno cuidarse, si primero no acepta
ética, en la sabiduría o en la felicidad. ¿No que está enfermo? ¿Cómo puede combatir la
matar, no robar, no mentir? De acuerdo, injusticia, si primero no reconoce que existe?
¿pero quién puede contentarse con esto? La realidad hay que tomarla o dejarla, y nadie
¿Quién puede ver en esto una felicidad puede transformarla si primero no la toma.
suficiente, una libertad suficiente, una
salvación suficiente? “No coger el sida — Es el espíritu del estoicismo: aceptar lo que
me decía un amigo— no es un fin no depende de nosotros; hacer lo que
existencial suficiente.” Evidentemente, depende de nosotros. Es el espíritu del
tenía razón. Pero tampoco lo es no matar, espinozismo: conocer, comprender, actuar.
no robar o no mentir. Ningún “no” es Es, también el espíritu de los sabios
suficiente, y por eso necesitamos la orientales, por ejemplo de Prajnânpad: “Ver y
sabiduría: porque la moral no basta, aceptar lo que es, e inmediatamente, si es
porque el deber no basta, porque la virtud necesario, intentar cambiarlo”. El sabio es un
no basta. La moral ordena; pero ¿quién hombre de acción, mientras que
puede contentarse únicamente con normalmente nosotros sólo sabemos esperar
obedecerla? La moral dice no, pero y temblar. El sabio afronta lo que es,
¿quién puede contentarse únicamente con mientras que normalmente nosotros sólo
sus prohibiciones? El amor es más sabemos esperar lo que todavía no es, y
valioso. El conocimiento es más valioso. echar en falta lo que no es o lo que ya no es.
La libertad es más valiosa. Se trata de Otra vez Prajnânpad: “Lo que acabó es ya
decir sí: sí a uno mismo, sí a los otros, sí pasado, no existe ahora. Lo que ha de llegar
al mundo, sí a todo, y esto es la sabiduría. es futuro, no existe ahora. Entonces, ¿qué
“amor fati”, decía Nietzsche siguiendo a existe? Lo que es aquí y ahora. Nada más…
los estoicos: “No querer nada más que lo Permaneced en el presente: ¡actuad, actuad,
que es, ni en el pasado, ni en el futuro, ni actuad!”. Esto es vivir la vida, en vez de
por los siglos de los siglos; no esperar vivirla. Y salvarse, en la medida en
contentarse con soportar lo ineluctable, que seamos capaces de hacerlo, en lugar de
y aún menos ocultárselo —todo idealismo esperar la salvación.

3
¿Qué es la sabiduría? El máximo de del placer, del gozo, de la acción, del amor. Y
felicidad en el máximo de lucidez. Es la que la suerte no basta.
vida buena, como decían los griegos, pero
una vida humana o, dicho de otro modo, El sabio no ama más la vida porque sea más
responsable y digna. ¿Gozar? Sin duda. feliz que nosotros. Es más feliz porque la
¿Alegrarse? Tanto como se pueda. Pero ama más.
no de cualquier forma. Pero no a cualquier
precio. “Todo lo que da gozo es bueno”, Nosotros, que no somos sabios, que no
decía Spinoza; pero no todos los goces somos más que aprendices de la sabiduría,
son válidos. “Todo placer es un bien”, esto es, filósofos, todavía hemos de aprender
decía Epicuro. Pero esto no significa que a vivir, a pensar, a amar. Nunca se acaba de
todos sean dignos de ser buscados, ni aprender, y por eso necesitamos siempre
que todos sean aceptables. Por lo tanto, filosofar.
hemos de elegir, comparar las ventajas y
desventajas, como decía también Epicuro, Esto implica necesariamente esfuerzo, pero
esto es juzgar. Para esto sirve la también gozo. «En todas las demás
sabiduría. Para esto sirve también, y por ocupaciones —decía Epicuro—, el gozo
la misma razón, la filosofía. No se filosofa sucede al trabajo realizado con esfuerzo;
para pasar el tiempo, ni para lucirse, ni pero en la filosofía, el placer marcha al
para juguetear con conceptos: se filosofa mismo ritmo que el conocimiento; no es
para salvar la piel y el alma. después de aprender cuando gozamos de lo
que sabemos, sino que aprender y gozar van
La sabiduría es esta salvación, pero no en juntos».
otra vida, sino en ésta. ¿Somos capaces
de acceder a ella? No completamente, sin Ten confianza: la verdad no es el final del
duda. Pero ésta no es razón para camino; es el camino mismo.
renunciar a acercarnos a ella. Nadie es
completamente sabio; pero ¿quién puede
resignarse a estar completamente loco?

Si quieres avanzar, decían los estoicos,


has de saber adónde vas. La sabiduría es
el fin; la vida es el fin, pero una vida más
feliz y más lúcida; La felicidad es el fin,
pero una felicidad vivida en la verdad.

Pero no hagáis de la sabiduría un ideal


más, una esperanza más, una utopía más,
que nos separe de la realidad. La
sabiduría no es otra vida que hayamos de
esperar o alcanzar. Es la verdad de esta
vida, que hemos de conocer y amar.
¿Porque es digna de ser amada? No
necesariamente, ni siempre. Pero para
que lo sea.

“El signo más claro de la sabiduría —


decía Montaigne— es uno gozo
constante; el estado que procura es como
el de las cosas situadas más allá de la
luna: siempre sereno”. Asimismo, podría
citar a Sócrates, a Epicuro (“hemos de reír
cuando filosofamos…”), a Descartes, a
Spinoza, a Diderot o a Alain… Todos ellos
han dicho que la sabiduría está del lado

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