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¿CÓMO ESCUCHAR A UN NIÑO?

La cura viene por añadidura

Juan David Nasio

Les voy a presentar el caso de una señora con fobia; pero, no es cualquier fobia es una fobia
que no la deja vivir, fóbicos hay muchos, pero no todos lo fóbicos consultan, cuando un
fóbico consulta es porque la fobia se le ha vuelto invalidante, es un obstáculo serio para su
vida. ¿Cómo escuchar a esta señora? Lo primero que ella me va a decir, la primera pregunta
que le hago es, tengo una fórmula con la que sirvo a propósito es, yo no le digo “por qué
viene a verme”, porque muchas veces ustedes dicen: ¿Por qué viene a verme? Y el paciente
dice: “y porque ando mal”. Y usted tiene que empezar a saber que significa mal, todo
Buenos Aires anda mal, París, todo París anda mal, todo el mundo anda mal, todo el mundo
anda mal, eso no basta para ir a consultar un psicoanalista, nadie va a consultar un
psicoanalista porque anda mal. Para ir a consultar un psicoanalista realmente hay algo que a
cambiado en la vida del paciente. Entonces yo tengo una fórmula, es una fórmula que es la
siguiente: yo le pregunto siempre: ¿ qué es lo que la decidió a llamarme?, La obligo con esta
pregunta a que me diga el punto más álgido de su sufrimiento, porque lo que la decidió a
llamarme quiere decir que algo pasó que es máximo en su angustia, en el caso de la fobia.
Puede ser: mire mi fobia a los ascensores me ha hecho perder mi trabajo, porque ese trabajo
estaba situado en el séptimo piso o en el quince piso.
Es muy importante entonces primera actitud, es el detalle, las condiciones en las que se
produce el síntoma, el ahora, el tiempo y como decía recién, preguntar, yo soy el analista
que pregunta, yo no soy como dicen los ingleses, no sé si ustedes saben la escuela inglesa
propone no hablar, ciertos autores, no hablar los tres primeros meses, yo no estoy de
acuerdo y pienso que el analista tiene que preguntar, no como un interrogatorio policial,
pero tiene que preguntar con tacto e inclusive tiene que preguntar haciéndose el sonso, ¿qué
quiere decir haciéndose el sonso? En francés hay una linda frase que ustedes deben conocer,
los que leen Lacan que es hacerse la tonta, es decir preguntar como si usted no supiera nada,
cuando en realidad si usted es un profesional, usted sabe muy bien las diferentes respuestas
posibles.
Para preguntar hay que saber, hay que saber mucho, mucho de teoría y tener muy buena
experiencia, no es fácil preguntar, cuando uno tiene experiencia y tiene la teoría pregunta lo
que hace falta preguntar solamente. Entonces preguntar haciéndose el sonso como si
ustedes no supieran lo que él va a responder, pero ustedes están esperando la respuesta,
porque no.
Escuchar entonces con toda atención el síntoma de la fobia, en este caso, pero sabiendo que
yo no me voy a ocupar de la fobia, no voy a hacer nada por la fobia, puede ser que más
tarde hagamos algo, inclusive a la manera cognitiva, como lo hacen los
comportamentalistas, yo siempre me sorprendo porque siempre me dicen los
comportamentalistas, le dan un aprendizaje al paciente fóbico para ver como tienen que
llevar adelante su síntoma, pero llegan tarde, porque los psicoanalistas hace años que
hacemos eso, no hace falta ser comportamentalista para poder enseñarle al paciente o
hablarle al paciente de cómo tiene que superar su fobia poco a poco avanzando. Cuántos
chicos yo he trabajado de este modo en fobias escolares, inclusive a un chico que yo lo he
acompañado personalmente hasta la puerta de la escuela, porque había una fobia a la
escuela, pero esto por supuesto no es solo el único modo que tenemos nosotros, también
tenemos y sobre todo tenemos todo el aparato del psicoanálisis que es la interpretación, la
transferencia, etc.
Segundo, le voy a preguntar a la señora: ¿Por qué piensa que tiene esta fobia? De dónde le viene,
a mí me interesa mucho la teoría que ella tiene, el origen, de dónde le viene, ¿Cuál es su idea
señora? “No sé”, ¿Pero usted piensa que viene desde chica? “No sé”, ¿Usted piensa que tiene que ver con
sus padres? “No sé… ¡ah! sí puede ser, mire mi tío tenía eso mismo”. A mí me no me interesa que me
hable de la familia, a mí la familia no me interesa, lo que me interesa es la teoría personal
que ella tiene de su síntoma, porque es ahí, en esa teoría, ella le da sentido al síntoma. ¿Y
que importancia tiene el sentido del síntoma? La importancia es esta, el sentido que le
damos a porque estamos mal, instala el mal, lo cimienta más que nunca. Por eso hay que
corregir. Si ustedes me preguntaran ¿Qué hace que un síntoma persiste? Respondería: El síntoma
persiste porque el sujeto lo interpreta de tal manera que hace que ese síntoma esté como
soldado al suelo. Allí les vuelvo a repetir no hay que atacar el síntoma directamente, no
ocuparse de la fobia pero si de la interpretación, lo que hay que atacar es la interpretación
errónea que el paciente hace de las causas de su mal.
Y en tercer lugar, escuchar a esta paciente esperando de manera vaga, difusa que el análisis
pueda encaminarse y que si se encamina bien, llegará o llegaremos juntos a realizar una
experiencia decisiva que dará como resultado la eliminación o disminución notable de su
fobia.
Primera conclusión, entonces, de lo que les quiero decir para comenzar nuestra conferencia.
Si queremos obtener la curación de un paciente, es decir la eliminación de los síntomas y la
supresión de las causas, es necesario tener en cuenta los siguientes pasos que le
recomendaría al terapeuta, escuche bien el relato del síntoma, pero no se ocupe de él en un
primer tiempo, propóngale al paciente una nueva teoría del porqué sufre, instale, esto no lo
dije pero forma parte de las buenas condiciones, instale la mejor transferencia posible desde
el inicio, es decir suscite la esperanza, despierte la confianza, instale lo que Lacan llama el
sujeto supuesto a saber. Y trate sobre todo ya más adelante en la cura, de crear las circunstancias
en la que el paciente aprenderá ese gesto de zambullidad psíquica en el interior de sí mismo,
preciso aquí que esa zambullida psíquica del paciente en sí mismo, la autopercepción de las
causas de su sufrimiento, esto que yo llamo una facultad, una nueva facultad obtenida
gracias al análisis es en verdad una facultad, un gesto que el psicoanalista le trasmitió al
paciente. El analizante no llegará jamás a zambullirse en sí mismo si el analista no se lo
enseña y para que el analista se lo enseñe, el analista debe él mismo saber bucear en el
mundo interno del otro. No olvidemos que Freud decía que el psicoanalista es un educador,
le enseña al paciente a practicar el acto de bucear en sí mismo. En una palabra, si todas estas
condiciones se producen, todo esto que acabo de decir, entonces la curación adviene.
Tendríamos que decir con Lacan la curación adviene por añadidura.
Cuando Lacan lanzó esta fórmula, la curación adviene por añadidura, fue alrededor de los años
50, provocó malestar porque hacía creer que el psicoanálisis y los psicoanalistas se
despreocupaban del sufrimiento del paciente y de su alivio, agrego que Freud utilizó muchas
veces esta fórmula en sus obras, Freud no empleaba la palabra añadidura, Freud empleaba la
palabras beneficio anexo. Freud decía que la curación es un beneficio anexo. ¿Anexo a qué?
¿Añadido a qué? Ahora ustedes saben responder: La curación es el añadido, es el derivado
último de un proceso cuyas etapas principales son:
• La rectificación subjetiva del sentido del síntoma.
• La acción del analista de crear la transferencia.
• Bucear en el mundo interno del paciente. Y sobre todo y
lo más importante, que el paciente opere él mismo en sí mismo
la zambullida psíquica. Si este proceso se cumple la curación
adviene por añadidura.
Hoy a la noche me voy a ocupar sobretodo de exponerle esta experiencia de autopercepción
tal como yo la concibo hoy día. Pero antes quisiera recordarles los diferentes enfoques
propuestos por Freud, por supuesto es mi lectura personal.
En efecto Freud no habló de autopercepción, él utilizaba dos fórmulas que resumen
perfectamente la mutación psíquica que el sujeto-analizante debe operar, la primera está
expresada de las palabras que ustedes conocen: hacer consciente lo inconsciente. La
segunda, propuesta después de 1920, que no voy a contar esta noche pero podemos discutir
en el debate: el Yo debe avenir allí donde estaba el Ello. Esas son las dos fórmulas con las
que Freud pensaba definir lo esencial de la experiencia del análisis y pensaba que si esas dos
experiencias podían hacerse, hace consciente lo inconsciente y el Yo debe avenir allí donde
estaba el Ello, la curación viene por añadidura.
Quisiera ver con ustedes las diferentes versiones de esta fórmula freudiana hacer consciente lo
inconsciente. Cada una de esas versiones caracteriza un período en la evolución de la técnica
psicoanalítica. El período CATÁRTICO, el de la ASOCIACIÓN LIBRE y el de la
TRANSFERENCIA.

El período catártico desde los primeros momentos de la epopeya freudiana el método


catártico apuntaba a hacer consciente lo inconsciente se trataba de hacer rememorar al
paciente el acontecimiento traumático olvidado, es decir hacer llegar a la conciencia el
recuerdo del acontecimiento violento, provocar la descarga, la catarsis del dolor vivido en el
momento del trauma y finalmente hacerle describir las circunstancias del trauma. Quisiera
leerles una citación de los estudios sobre la histeria publicados en 1895, dice así: “Hemos
descubierto con gran sorpresa que cada síntoma histérico desaparece inmediatamente y sin retorno cuando se
ha conseguido sacar a plena luz el recuerdo del incidente que ha provocado el síntoma y despertar el afecto
vivido durante el incidente. Es necesario también que el paciente describa el incidente de la manera más
minuciosa posible así como también verbalice el afecto, por lo tanto para curar, para eliminar o atenuar el
síntoma es necesario tres cosas, recordar emocionalmente, emocionarse y narrar con minuciosidad, en una
palabra que la rememoración no sea fría intelectual, sino que sea una reviviscencia, un retorno emotivo del
pasado, para que se produzca la curación es necesario que el paciente tenga un recuerdo nítido del incidente,
sienta una fuerte emoción y llegue a expresar en palabras lo que está viendo y sintiendo. Esta reviviscencia no
se produce en todas las sesiones ni mucho menos, pero quiero decirles que para mí cuando un paciente
recuerda vivamente, se emociona y cuenta en detalle esos tres tiempos conjugados constituyen para mí el
testimonio que ese paciente está comprometido verdaderamente en su análisis.”
Volvamos a lo histórico en Freud, rápidamente Freud se da cuenta de un fenómeno que lo
lleva a modificar el procedimiento catártico constata que el paciente se resiste a evocar las
situaciones penosas vividas durante el incidente traumático, por ejemplo, las impresiones de
vergüenza, de asco, de culpabilidad o de dolor sentidas en el momento del trauma, para
vencer esta resistencia involuntaria Freud, y ustedes lo saben, tiene la idea de aflojar el
paciente pidiéndole que deje desfilar en su espíritu todas las imágenes, pensamientos o
palabras que se le presentan espontáneamente, Freud espera así, es mi manera de
entenderlo, engañar la vigilancia de la censura y atrapar en el río revuelto de las ideas
anodinas la representación reprimida del afecto penoso. Ustedes se dan cuenta que me
refiero al método de la asociación libre. El terapeuta engaña la censura haciendo que la
representación intolerable llegue a la conciencia mezclada entre todas las asociaciones
anónimas. Pero ya sea a través del método catártico o del método de la asociación libre el
objetivo era el mismo, debilitar el olvido, desmontar la represión, hacer revivir al paciente la
emoción en que estaba, hacérsela nombrar, en otros términos lograr la evocación emotiva
del pasado traumático. Si el inconsciente, es decir la emoción en que estaba y su represión
remontan hasta la superficie de la conciencia la curación advendrá por añadidura.
Introduzcamos ahora un nuevo factor, que es este célebre factor que es el agente
terapéutico más eficaz decía Freud, me refiero a la transferencia. La transferencia entendida
como el interés a menudo apasionado que el paciente manifiesta por la persona del analista,
mientras que el terapeuta quiere descubrir el inconsciente en las evocaciones de su paciente,
este más que hurgar en su pasado prefiere saborear el presente de su relación con el
terapeuta, en lugar de recordar prefiere amar a aquel que le invita a recordar y en lugar de
revivir el conflicto infantil prefiere vivir el presente de una relación de amor, de admiración,
de odio o de deseo con su psicoanalista. Pero de dónde viene ese apego sorprendente del
analizante por la persona del terapeuta, Freud propone el concepto de falsa conexión,
conexión que el analizante establece sin sospecharlo entre una persona de su vida pasada
que ha sido objeto de amor y la persona actual del psicoanalista, el pasado se repite en actos
en el presente y el analizante crea así amar u odiar al analista por lo que es en sí sin darse
cuenta que es otro el que es amado u odiado, otro ausente de la escena analítica pero
omnipresente en la escena del inconsciente, así el analizante se equivoca de época, confunde
el presente con el pasado y se equivoca de blanco, confunde al analista con su padre, con la
madre o todo otro elegido, amado, temido, o deseado, ¿Qué es la transferencia entonces? Es
el conjunto de sentimientos que un paciente experimenta hacia su terapeuta sin saber que
son idénticos a lo que sintió por uno u otro de los personajes que marcaron su infancia, se
produce así una traslación de sentimientos del pasado hacia el presente y una
transformación de los afectos inconscientes en afectos conscientes respecto el terapeuta.
Pero lo que importa es que la transferencia en lugar de ser un obstáculo es una ayuda que
favorece la conversión de lo inconsciente en consciente, lejos de oponerse a la reviviscencia
de viejos conflictos la transferencia es un factor favorable para llevar al paciente a revivir su
pasado. Es un factor favorable a condición que el analista muestra al analizante que la
relación de hoy es una repetición de una relación pasada, es decir, que el analista interprete
la transferencia, si la transferencia es interpretada el camino está despejado para que la
reviviscencia se produzca.
Para ilustrar este modo como la transferencia favorece la reviviscencia me oigo decirle a un
paciente imaginario muy avanzado en el análisis las siguientes palabras: usted me identifica
con su padre y yo le digo que no lo soy, ahora depende de usted reencontrar a su padre
dentro suyo, reencontrar la imagen paterna tal como usted la vivió siendo niño haga revivir
a su padre y reviva con él su amor, su odio, su culpabilidad o su reconciliación. Antes de la
interpretación de la transferencia la imagen del padre era inconsciente y patógena, ahora se
ha hecho inconsciente y tolerable.
Catarsis, asociación libre y transferencia, he ahí los tres procedimientos que tienen la misma
finalidad, obtener la reviviscencia de un pasado doloroso y esperar calmamente el efecto
terapéutico.
Reviviscencia entonces hacer consciente lo inconsciente es sinónimo de reviviscencia, quiere
decir que hacer ante todo revivir una emoción olvidada, pero en lugar de emplear el término
de emoción prefiero emplear el término de pulsión. ¿Cuál sería nuestra tarea de analista?
Siempre siguiendo esta perspectiva de Freud, nuestra tarea consiste en debilitar la frontera
que separa la pulsión inconsciente del Yo consciente y el permitirle al Yo recibir la pulsión,
sentirla, simbolizarla e integrarla en lugar de excluirla, ya sabemos que un contenido
inconsciente se hace patógeno cuando está aislado, excluido y no integrado, más la pulsión
soporta la represión, más su capacidad de hacer daño aumenta, a la inversa más si
integramos la pulsión en el Yo tanto más disminuimos su virulencia y menos tendrá
necesidad de exteriorizarse como síntoma, he aquí el mecanismo de la curación según
Freud, mi lectura, de Freud, asimilar, integrar la pulsión en el Yo, nombrarlas con palabras y
de este modo apaciguarla, esto es Freud.
Ahora, quiero exponerle mi propia visión del concepto o del proceso de curación. Para
empezar una precisión, he identificado el contenido del inconsciente con la pulsión,
anteriormente en la época del método catártico, el inconsciente que había que conscientizar
no era el pulsional sino que el recuerdo y la emoción de un real acontecimiento traumático,
ahora acabo de decirles que es la pulsión lo que hay que conscientizar, la pulsión cuyo
impacto es también traumático, no olvidemos que la pulsión puede tener un impacto
traumático más fuerte que el de un acontecimiento exterior, entonces cuando la pulsión
accede a la conciencia bajo la forma de una emoción la hemos llamado reviviscencia, sin
embargo hay que saber que las pulsiones inconscientes se presentan siempre disfrazadas,
jamás en el estado bruto de energía pura, disfrazadas de qué, aparecen bajo la forma de
escenas imaginarias llamadas fantasías en las que intervienen uno o dos personajes a veces
tres, el sujeto frecuentemente un niño y los adultos cercanos, personajes todos ellos que
ejecutan una acción en general con contenidos sexuales perversos, perversos en el sentido
de situaciones de placer corporal diferentes al placer del coito, seducción, abandono,
humillación, etc. Estas fantasías, estas creaciones fantasmales que reinan en el inconsciente
desde la infancia y determinan muchos comportamientos del sujeto, estas creaciones
fantasmales están alimentadas permanentemente por la fuerza pulsional, y a la inversa la
fuerza pulsional encuentra en estas creaciones una satisfacción ilusoria, la fantasía es una
satisfacción ilusoria sustitutiva de la pulsión. No olvidemos que la pulsión jamás se satisface
completamente, solo parcialmente e ilusoriamente, ahora bien, estas escenas fantaseadas que
debemos considerar como manifestaciones de la pulsión son generadoras de sufrimiento,
nos hacen sufrir, porque soportan la presión de una represión extrema, les recuerdo que la
virulencia de un contenido inconsciente es directamente proporcional a la fuerza de la
represión, más una cosa es reprimida más es patógena. Las fantasías son altamente
reprimidas y altamente patógenas por consiguiente todo síntoma, toda fobia, toda cefalea
histérica, toda conducta repetitiva etc., todo síntoma es la expresión de una fantasía ahogada
por la represión. Si ustedes me preguntaran ¿cuál es la causa de un síntoma?, yo respondo la
causa de un síntoma, la causa de un síntoma que será necesaria suprimir para que el síntoma
se desvanezca, es una fantasía ahogada por la represión.
¿Pero que ganamos con introducir el concepto de fantasía? ¿En qué nos ayuda a
comprender mejor el mecanismo de la curación, es decir el mecanismo de la reviviscencia y
la pacificación de las pulsiones? Con la noción de fantasía descubrimos la cara perceptible,
visible de la pulsión, la fantasía es la pulsión que se ofrece a la mirada, no a la mirada de los
ojos sino a la mirada interior. No diremos más que la pulsión se apacigua cuando la
emoción que la traduce es revivida, preferimos decir, y esta es mi manera de entender la
curación, el mecanismo de curación, prefiero decir que la pulsión se apacigua cuando la
fantasía en la que se disfraza es autopercibida por el yo, digamos desde ya que la auto
percepción de la fantasía no se opera de una sola vez sino en múltiples micropercepciones
discontinuas de la misma escena que se presentan bajo diferentes facetas.
Ustedes ven que hay cuatro términos. Está el Yo, he
hecho del Yo un agujero, interpretación analítica,
esto no lo he hablado todavía, intervención del
analista, produce el efecto que el sujeto, el Yo
autopercibe la fantasía, este dibujo así sería la
fantasía. Puse a la izquierda la fórmula de Lacan, ese
barrido rombo pequeño y luego tres imágenes de
sujetos, esa fantasía está, es el disfraz de la pulsión,
entonces tenemos tres términos, el Yo que
autopercibe la fantasía y la fantasía como máscara de
la pulsión, si esto se opera, esto lo vuelvo a repetir,
no de una sola vez pero en una serie de sesiones y
en una cura ya avanzada, el síntoma disminuye o
desaparece. Abajo está escrito, autopercepción de la
fantasía, el ojo del Yo orientado hacia el
inconsciente, percibe la escena fantaseada, la imagen
hace nacer la emoción y la palabra y el síntoma
tienden a esfumarse. La pulsión causa la fantasía, la
fantasía determina el Yo, y el Yo gracias al trabajo
del análisis consigue percibir, autopercibir la escena
fantaseada, así la pulsión se apacigua y la fantasía pierde, se desvitaliza, pierde su poder
patógeno.
¿Cómo concebir que una tal autopercepción pueda traer como consecuencia la eliminación
del síntoma?, Pues bien, porque en lugar de oponer a las escenas fantaseadas la brutalidad
de una represión inapelable se le opone la flexibilidad de un Yo que percibe el cual al regular
permanentemente el flujo pulsional, retira la fantasía su virulencia como acabo de decir la
desvitaliza y consecuentemente debilita el síntoma. Quisiera ser más claro en una fórmula,
autopercibir la fantasía significa visualizar mentalmente la escena fantaseada, describir su
contenido y vincularlo a las circunstancias de la vida real. Si el analizante a lo largo de varias
sesiones llega a representarse y a nombrar la fantasía causa de su malestar, o las fantasías, a
veces hay variantes, es muy probable que se sienta aliviado además de esto deberá realizar el
analizante otra tarea, además de la autopercepción, otra tarea durante las sesiones
posteriores a la autopercepción, me refiero a la elaboración de la experiencia es decir, a la
integración progresiva de los contenidos fantaseados hasta entonces reprimidos, es como si
el psicoanalista después de haber interpretado le hubiera dicho al analizante, ahora que le he
comunicado mi reconstrucción de su fantasía inconsciente, ya vamos a ver del lado del
analista lo que pasa, cuénteme usted la escena que percibe y no dude en volver a ella durante
las próximas sesiones. La autopercepción por parte del analizante y su fantasía se ve
entonces favorecida por la interpretación del psicoanalista, esta interpretación del
psicoanalista es forjada por dos cosas, es decir para que el analista reconstruya la fantasía le
va a proponer al paciente un esbozo de esta reconstrucción, se lo propone progresivamente
por toques, por momentos, por fragmentos, esta reconstrucción por parte del analista
proviene de dos cosas, primero, lo que yo llamo la elaboración del esquema director de la
cura, eso probablemente hablemos progresivamente en el curso de este seminario, el
esquema director de la cura y de la captación de la fantasía del paciente por el inconsciente
del analista, es decir el analista le va a decir al paciente la reconstrucción que en él opera
gracias a dos factores que intervienen en su propio trabajo, uno el esquema director de la
cura, es decir la elaboración que él va haciendo intelectualmente de los fantasmas del
paciente a través de la historia del paciente, de los síntomas y además de la percepción que
el analista pueda tener en su inconsciente de las fantasías del paciente, esto probablemente
para algunos sea nuevo para otros no, algunos de ustedes conoce mi posición, no me puedo
explayar ahora esta noche, quizás lo hagamos en el debate pero lo he tratado en un texto
que se los he presentado acá en Buenos Aires el año 96, y en ese caso que yo relataba se veía
la gestación de la interpretación en el psicoanalista, le comuniqué al paciente una larga
interpretación que resultaba de las hipótesis que había elaborado desde las primeras
entrevistas, esta elaboración que tiene el analista... es todo lo que hace el analista, decimos
que un analista dirige a la cura con Lacan, dirigir la cura significa trabajar, elaborar, pensar,
reconstruir los fantasmas del paciente, hacer lo que Freud llama una construcción y eso se
hace progresivamente a lo largo de la cura, por eso hay que tomar nota, por eso hay que
escribir las sesiones, por eso yo recomiendo siempre a mis colegas analistas más jóvenes que
al finalizar las sesiones hay que dejarse tiempo, sentarse y escribir lo que pasó en la sesión y
los comentarios que el analista hace, esto es una elaboración, es una elaboración que yo
llamo el esquema director de la cura, es un eje, un hilo que va a definir la orientación
respecto del paciente y luego hay, por supuesto, los momentos espontáneos, los momentos
creativos del analista, los momentos verdaderamente de la interpretación, y entre estos
momentos de la interpretación está la interpretación que surge cuando espontáneamente el
analista percibe en su inconsciente la fantasía del paciente que escucha.
Acá tengo otro póster, esquema director de la cura, más percepción, yo la llamo así,
percepción con Freud, ese es un término de Freud, percepción endopsíquica por el analista
o en el analista de la fantasía dominante del paciente o en el paciente. El analista percibe en
él la fantasía del otro, de esto esta noche no he hablado. El analista hace una interpretación
al paciente, esto suscita en el paciente la autopercepción por el analizante
ESQUEMA DIRECTOR DE LA CURA de una escena
fantaseada, el paciente
+ perlabora, quiere decir
que tiene que revenir
PERCEPCIÓN ENDOPSÍQUICA DEL
ANALISTA DE LA FANTASÍA DOMINANTE
muy repetitivamente
DEL PACIENTE (PERCIBE EN ÉL, LA
sobre esta escena
FANTASÍA DEL OTRO) fantaseada y con suerte
y esto pasa, lo que hay
 es una supresión del
síntoma o una
INTERPRETACIÓN ANALÍTICA disminución del
síntoma.Yo lo llamo a
 esto figura 2/ Secuencia de
AUTOPERCEPCIÓN DEL ANALIZANTE DE
la interacción psicoanalista-
UNA ESCENA FANTASEADA
analizante, esto es el
título general que le he
 dado, ahí está
ESQUEMA DIRECTOR
PERLABORACIÓN SUPRESIÓN DEL DE LA CURA más
SÍNTOMA percepción
endopsíquica del
analista, interpretación,
provoca la
Fig.2
autopercepción por al
Secuencia de la interacción psicoanalista - analizante de la escena
analizante fantaseada,
perlaboración y
supresión del síntoma.
Quisiera una precisión importante, respecto de la escena fantaseada, a mí me costó mucho
entender bien esto, les voy a decir que hay que comprender que esta imagen de la escena
fantaseada no posee siempre la escena fantaseada, se acuerdan del primer esquema, bueno
esto yo le he hecho como si fuera una historieta, en el caso la mayor parte de los pacientes
no tienen, no percibe la nitidez de una fotografía o de un dibujo figurativo como es esto que
hay aquí. Es verdad que el analizante percibe su fantasía como una película que desfila ante
sus ojos pero la mayoría de las veces lo que aparece es otro tipo de representación plástica
muy difícil de definir, tan difícil de definir que yo les voy a responder dando un ejemplo de
los ajedrecistas profesionales, si ustedes le preguntan, qué tienen en la mente cuando se
concentran antes de desplazar la pieza responden diciendo que no ven para nada la forma
de la dama o del rey, la imagen figurativa de las piezas en sí le serían más nocivas que útil, lo
que se representan, lo que se representa un ajedrecista profesional cuando está en la partida
no es el aspecto exterior de la pieza sino su potencia, su alcance y su valor en una palabra su
función, un alfil no es un trozo de ébano con una forma más o menos curiosa es una forma
oblicua, es una fuerza oblicua, la torre es un movimiento de avanzar en línea recta, el caballo
una pieza que salta y se desplaza bajo reglas bien precisa y más allá de las piezas el
ajedrecista se representa el conjunto de la partida como una composición de fuerzas o mejor
como un tejido de relaciones complejas entre fuerzas aliadas y hostiles, en suma la actividad
mental de un ajedrecista es un encadenamiento acelerado de representaciones abstractas y
no de representaciones figurativas, esto lo digo porque no podemos escuchar al analizante y
esperar las fantasías como si él nos fuera a describir un cuadro, no hay cuadro no hay
siempre cuadro, a veces sí pero la mayor parte de las veces no, igualmente diremos del
analizante que su visión de su escena fantaseada no es un escena de una imagen pictográfica,
sino más bien una impresión de una situación, una percepción de la dinámica de la acción y
de las intensidades afectivas. Si ustedes aceptan considerar el mecanismo de la curación
como una autopercepción de la fantasía extraerán el corolario siguiente : “ El analizante
orientado hacia su adentro, tenso en su esfuerzo de visión interior repite el gesto mental que
el psicoanalista efectuó el también cada vez que percibió en sí mismo el inconsciente del
analizante”.
Que mejor prueba de una transferencia lograda que ver al analizante ver lo que el analista le
enseñó, captar el inconsciente. Por todo esto se comprende que cuando un análisis ha
llegado a este punto es un análisis didáctico, puesto que el analizante ha aprendido a operar
solo el acto esencial, percibir en sí mismo el inconsciente, y a repetir espontáneamente este
acto en el momento oportuno. Progresivamente se va desarrollando en el analizante una
inteligencia del adentro, una intuición del adentro que no tiene nada que ver con la
introspección obsesiva, la autoobservación paranoide o la sensibilidad hipocondríaca, al
contrario, la intuición del adentro es un acto sereno en el que se conjugan ver, sentir y
nombrar los tres verbos que decía resumen la experiencia catártica, es un acto de repliegue
hacia uno mismo que se repite con toda naturalidad a lo largo de las últimas sesiones y que
prepara al sujeto para que una vez terminado el análisis pueda afrontar las crisis,
separaciones o angustias de la existencia que ocurrirán inevitablemente una vez finalizada la
cura.
Quisiera ilustrar el mecanismo de la curación con un ejemplo clínico extraído de la cura de
un pacientito de 7 años llamado Florencio. En este ejemplo veremos en acto la
autopercepción de la fantasía bajo la forma de un dibujo. Florencio me consulta porque no
duerme bien, le pregunto entonces en qué piensa durante sus insomnios y si le vienen ideas
negras, me responde que no y en ese momento me sorprende verlo deshacerse en lágrimas,
se pone a llorar. ¿Por qué lloras? Le pregunto, fue muy rápido, la primera sesión a los pocos
minutos, “porque me duele aquí”, y curiosamente me señala el hueco de la mejilla, y yo le digo
¿Qué te paso?, Y él me dice, “Marcos y Luis me pegaron ayer en el patio de la escuela”. Poco a poco
descubro que Florencio es un chico triste, maltratado por sus compañeros de clase,
aterrorizado todas las mañanas ante la idea de ir al colegio, finalmente el insomnio no es
sino una manifestación secundaria de su tristeza. Después de este diálogo fuerte con
Florencio, concluyo la primera parte de la sesión diciéndole lo siguiente, yo estaba solo con
él y le digo: “Florencio tu problema no es la falta de sueño es mas bien tu miedo de que los chicos, los
muchachos que no te quieren te peguen y por eso estas triste, por consiguiente, la primera cosa a hacer es
cambiar de colegio y si quieres venir a hablar conmigo hasta que te sientas mejor. Ahora vamos a hacer
pasar a tu padre y a tu madre”. Ahora porque yo digo esto porque yo siempre recibo al chico
solo antes de saber nada y dejo a los padres en la sala de espera que voy a ver luego que
haya visto al niño en la primera parte. Ahora le digo al chico, vamos a hacer pasar a tu padre
y a tu madre y le voy a decir, yo le digo lo que voy a hacer, Florencio, yo le digo a él le voy a
explicar a tu padre y a tu madre: Florencio ya me explicó porque quería verme y ustedes señor y señora
por qué piensan que hacía falta que Florencio me consulte. Y procedí siempre dirigiéndome al niño y
estando los dos solos, vamos a ver que van a decir. Esto lo hago habitualmente con todos
los chicos porque esta manera de proceder permite inmediatamente una muy buena lo que
yo llamo estrechamiento transferencial, puesto que se crea entre nosotros una alianza
espontánea, él y yo somos cómplice frente a la respuesta de los padres. Fui entonces,
después de decirle eso, además el chico le dije: “sentáte en el banquito, vamos a dejar la silla para
tu papá y tu mamá”, me levanto voy a buscar a sus padres a la sala de espera y procedo como
estaba previsto, siempre delante de Florencio pregunté por el motivo de la consulta. Los
padres me respondieron que el problema del hijo era su dificultad para dormir aumentado
por una excesiva timidez, en sus palabras, en las palabras de los padres no apareció nunca la
verdadera causa del sufrimiento del niño a saber el terror de ser golpeado, el desprecio de sí
y la angustia de la escuela. Durante el curso de la entrevista, trasmití a mis padres mis
conclusiones, esto es lo que yo llamo la rectificación subjetiva, y convine con Florencio
iniciar una cura. Debo decirles que el análisis de este niño terminó positivamente porque
Florencio no solo recuperó muy rápido el sueño, sino que se sintió reconocido por nuevos
amigos en su nueva escuela, la cura que duró 6 meses estuvo marcada por una sesión
decisiva en la cual el niño percibió a través de un dibujo la fantasía que a mí entender
provocaba su tristeza.
En efecto en su dibujo apareció un personaje frunciendo el ceño con las manos enormes
llevando un perrito atado con la correa. Esta representación me hizo comprender la
presencia dominante en Florencio de una fantasía masoquista de humillación que le
interpreté. Fue justamente después de esta sesión que el chico recobró su sueño y se sintió
mejor. ¿Qué pasó que, es lo que hizo Florencio que se puso mejor? Pienso que ese dibujo,
fue el hecho... debo decirlo, no es que pienso eso es una precisión, ese dibujo fue hecho
poco después que yo le hablara al chico de una entrevista que yo había tenido con sus
padres. Yo recibo siempre padre y madre separadamente una o dos veces cada uno con el
acuerdo del niño. Ese dibujo fue entonces realizado en los minutos que siguieron a mi
intervención, entre otras cosas le dije que me había dado cuenta que su padre esperaba
mucho de él y que probablemente le era fácil sentirse débil y pequeño ante un padre grande
y fuerte. Fue entonces que sin decir una palabra que Florencio se puso a dibujar el personaje
y su perrito, considero ese dibujo como una verdadera puesta en acto de la percepción de la
autopercepción por Florencio de una fantasía masoquista causa de su tristeza, la
autopercepción en el niño no sigue un movimiento hacia así mismo como podría ser en el
adulto sino un movimiento de proyección de la escena fantaseada sobre la superficie
concreta de una hoja de papel. ¿Por que digo fantasía masoquista? Cuando observé el dibujo
y vi el personaje con grandes manos, tuve la impresión que el niño vivía bajo el imperio de
una fantasía inconsciente de su visión masoquista a un otro sádico, fue entonces que me
identifiqué con el Florencio perrito atado con la correa y sentí que para Florencio ser
amado, es decir, protegido por el otro significaba estar sometido y maltratado, así
identificado con el niño fantasmático, el niño que yo interpreté, pude comunicarle mi
interpretación del dibujo. Le dije que el perro debía estar muy contento con su correa
aunque su dueño parezca muy enojado, me respondió que sí, que en verdad el dueño era
malo pero que el perro lo quería mucho. Ahora bien, bastó con ese diálogo para que
Florencio se diera cuenta que ser amado equivalía para él a ser maltratado como un perrito,
le expliqué entonces que el amor y la humillación eran sentimientos contradictorios y que
normalmente no se ama al que nos rebaja. Como les he dicho después de esta sesión la cura
de Florencio entró en su fase terminal, si la interpretación de mi dibujo tuvo efectos
positivos es porque el niño ya se había autointerpretado haciendo el dibujo, si Florencio no
hubiera hecho su grafismo, es decir sino hubiera abierto la puerta de su inconsciente yo no
habría nunca descubierto la emoción vinculada por la imagen del dibujo, nunca habría
comprendido el deseo de este niño, era un deseo masoquista de ser humillado para ser
amado. Otro factor, quiero decir que jugó a favor de la interpretación es mi propio
sentimiento de terapeuta frente al dibujo. La interpretación que le hice a Florencio fue la
puesta en palabra del sentir, cuál fue ese sentir al ver el perrito triste sentí lo que podía sentir
el Florencio humillado, pasividad y ciega sumisión. Yo no habría podido formular mi
interpretación sin estar identificado con el niño maltratado, es así como yo entiendo, lo digo
de paso para aquello que conocen la teoría de Lacan, es así como entiendo la formula
lacaniana del analista en posición de objeto pequeño a.
El fenómeno de identificación es fundamental en la escucha del analista, una identificación
no con el niño tal como lo veo, temeroso, lloroso y desgraciado sino con el Florencio que
percibo en mi mente humillado y sometido a su verdugo. Esto lo vamos a hablar mañana.
Para terminar diré que el analista en este caso es un intermediario entre el niño del fantasma
que visualizo en mi mente y el pequeño paciente real al que le hablo. Es como si fuera un
puente que une a ambos, soy como un mensajero que comunica al niño presente lo que
comprendí del niño inconsciente.
Quisiera concluir esta conferencia sobre la curación con una fórmula que resume bien lo
que un psicoanalista puede esperar para su paciente, pero antes de decirles la fórmula
quisiera decirles algo que no está presente en todo lo que les he expuesto, cada vez que
abordaba el tema de la curación el problema que surgía era que inmediatamente nos
decíamos, bueno la curación viene por añadidura y con eso con el hecho de decir que el
analista no tiene que buscar la curación resolvíamos el problema, pero lo que me
preocupaba y es lo que intenté hacer esta noche puedo conseguir intentar, vamos a seguir en
el debate, lo que quisiera, lo que yo he querido hacer no es simplemente decir que el analista
no se tiene que preocupar de la curación, eso estaba bien decirlo en la época de Lacan en los
años 50 cuando todo el mundo quería hacer la curación. Pero el hecho de que no nos
preocupemos y que no estemos obsesionados por curar es una cosa muy buena, no nos
impide el tratar de responder a una pregunta muy difícil, que no porque los pacientes van
mal a pesar de 6 años de análisis es por qué los pacientes van bien cuando hay tres o 4 años
de análisis. Lo que me preocupa saber y lo que yo quisiera que tomaran como un camino,
como un paso en esta búsqueda es cómo opera el psicoanálisis. Hoy a la noche e intentado
dar esta respuesta a través de la autopercepción de la fantasía. Es una hipótesis,
probablemente no sea la última pero lo que me anima, lo que me interroga, lo que me tiene
atado es tratar de comprender por qué funciona, no por qué no funciona, por qué no
funciona tenemos muchas otras interpretaciones, la roca de la transferencia, las dificultades
con el analista, las resistencias, etc. , yo lo que quiero saber es por qué funciona, cómo
funciona, qué es lo que hace que un chico como Florencio por ejemplo, que es lo que hace
que un paciente adulto termine su análisis y me agradezca, qué es lo que hace que un
paciente adulto termine su análisis se va, no lo veo más y recibo a los dos años una carta
agradeciéndome por todo lo que le ha pasado en la vida después que terminó el análisis. Yo
quiero entender, quiero que teoricemos cómo funciona el análisis, qué es lo que hace que
los síntomas se modifican, que los síntomas disminuyen o que los síntomas desaparecen,
que es lo que hace que los otros analistas que están frente a otros pacientes, qué hemos
hecho nosotros, nuestro propio análisis, que nos podamos angustiar eso no nos impide, a
mi no me impide la angustia de decirme que gracias al análisis yo puedo estar trabajando
con mis pacientes y estar trabajando en una actitud mental estable y relativamente sana que
probablemente sin mi análisis no lo habría podido hacer. Entonces lo que yo quisiera es
trasmitirle esta incógnita, este enigma, tenemos tantas hipótesis sobre tantas cuestiones es
tan basto, la teoría analítica felizmente, felizmente de todas las terapias nosotros los analistas
somos los que más hemos producido en elaboración, en conceptualización, en
pensamientos, bibliotecas enteras llenas de libros sobre cómo funciona el análisis, pero
nosotros no sabemos responder a esta pregunta ¿cuál es el mecanismo que hace que un
síntoma desaparece o disminuye su padecimiento?. Termino con esta fórmula a partir lo que
el paciente es, esperar lo mejor de lo que puede llegar a ser y favorecer en la medida de lo
posible su facultad de autopercepción de su inconsciente Gracias.

Bien, tenemos tiempo para discutir, hay micrófonos en la sala, sus intervenciones cómo esta
es una ocasión única de vernos, sus intervenciones pueden concernirse, referirse a lo que yo
he dicho esta noche, como a otras cuestiones, no hace falta que nos centremos solo en los
problemas que yo he planteado de la curación.

Pregunta: Quería preguntarle a usted qué relación puede haber entre la percepción inconsciente del fantasma del
analizante y la posición que usted llamó en algún otro texto de forclusión controlada del analista, y en este
sentido que ocurre con el goce de la fantasía del analizante y este vacío que posiblemente la forclusión crea en
el analista y que es trasmitido quizás al paciente, de esta manera sustrayéndole el goce a la fantasía del
paciente.

Nasio: Bueno, es una pregunta muy precisa porque usted introduce un concepto que yo no he
pasado esta noche que es el de forclusión y más aún de forclusión controlada, yo no me
recuerdo si dije controlada o voluntaria, bueno, este término tiene que ver con lo que no
abordé esta noche que es, que la autopercepción de la fantasía por el paciente no se puede
producir si el analista no bucea en el paciente, es decir si el analista no opera el mismo tipo
de autopercepción, pero esta vez no autopercepción de su fantasía sino autopercepción en
sí de la fantasía del paciente. Esto que efectivamente he desarrollado en otros textos y en
otras conferencias y que no he desarrollado esta noche porque tenía que hablar del paciente
y no del analista, en efecto ocurre en el analista para que ocurra este estado que es
espontáneo al mismo tiempo hay una parte en él, que es un estado de preparación
voluntaria en esta autopercepción en sí de la fantasía del paciente. Y eso, él en esa
preparación, en este estado de disponibilidad de la parte del analista y que no ocurre
siempre, entiendo bien efectivamente si miramos con una lupa vamos a ver que ese
momento de autopercepción en el analista de la fantasía del paciente comporta un
mecanismo de forclusión local, de forclusión voluntaria, y digo voluntaria porque el analista
es como si se pusiese en ese estado de querer autopercibir en él, la fantasía de su paciente.
Algunas personas que no conocen esta manera de pensar pueden sorprenderse y decirme
que es esto de autopercepción en el analista de la fantasía del paciente y pueden preguntarse
cómo es posible distinguir que el analista cuando percibe una fantasía no sea la suya propia,
en su propia vida, de sus propios problemas, y de su propio inconsciente. Esto sería largo
de responder, quiero que me hagan confianza que he desarrollado ya en otros momentos en
otras condiciones sería largo de hacerlo ahora, las condiciones que permiten garantizar entre
comillas que la fantasía percibida por el analista es del paciente y no del analista. Bueno pero
usted me ha ido directamente a un tema que es muy, muy preciso, le agradezco porque es
así como avanzamos, hoy he querido plantear más del punto de vista del síntoma, del punto
de vista de la curación.
Pregunta: “A ver, doctor, esta disponibilidad del analista en tanto usted la plantea como posición de pequeño a
¿no es cierto?, y un tanto usted habla de una captación determinada, es un estado de presidencia analítica en
el cual, sería algo así como poner en funcionamiento un inconsciente en común?, ¿Se entiende?, ¿Hay alguna
relación con el inconsciente único en este sentido?
Nasio: Su intervención es un poco del mismo tenor que la del colega, veo que conoce bien el
texto, voy a hablar así, empecemos por lo más general. Le dije al principio de la noche que
mi intención era contarles, darles parte de cómo pienso y de mi propio trabajo y
confrontarlo con el de ustedes, porque pienso que cada uno tiene influencias diferentes,
teóricas, sociales, etc. Primera cosa importante es que un analista escucha su paciente
dividido, esto es Lacan, es el gran maestro que me enseña esto, habla del sujeto dividido,
Freud habló de la escisión, de la división del Yo, pero en Lacan el que va a hablar del sujeto
dividido en el analista. El analista es un ser dividido cuando escucha, hay muchas maneras
de interpretar dividido entre qué y qué, mi interpretación que es una interpretación de
querer reflejar mi práctica y probablemente refleja la práctica de alguno de ustedes, es una
división entre una parte de uno mismo que se abre, que se dispone al analizante, se dispone
a la escucha, se presta a la escucha y otra parte que observa como un profesional que
teoriza, que piensa y que mantiene una distancia, yo siempre pienso en los grandes actores,
para mí un gran actor es ese que hace olvidar que está jugando un rol, sin embargo ese actor
es seguro que esta jugando el rol y al mismo tiempo se está viendo que está jugando al rol,
por eso es un gran profesional, el debutante se da todo entero, cuál es ese que no se da en
nada, el profesional, el profesional que tiene experiencia, que ha estudiado mucho, que ha
visto muchos pacientes, un buen clínico es un ser que se divide, ahora bien. La parte que se
da no es simplemente de querer ser humano, no, hay que ser humano, pero no es esa parte
de la humanidad, no es el Yo, para hacer la diferencia entre Yo e inconsciente, no es el Yo,
es que el analista presta su inconsciente como pantalla de proyección de las fantasías del
paciente, cuando el analista presta su inconsciente como pantalla de proyección qué quiere
decir esta fórmula, quiere decir que en el análisis bien avanzado ocurre que el analista
percibe en sí, como me paso con Florencio verlo humillado, percibe en sí, yo visualizo a
Florencio como un perrito sumiso contento de estar con alguien que lo maltrato, no es
como yo decía, no es como una percepción de una foto, es la percepción de un ambiente de
un estado, como los ajedrecista, no es un cuadro nítido, es una autopercepción en mí de un
Florencio sumiso y pasivo que no tiene nada que ver con el chico que yo veo delante de mí.
Cuando esta diferencia se da, cuando yo tengo al chico, yo tengo a Florencio delante mío
que puede estar bien, que puede estar mal, y adentro de mi cabeza mi inconsciente se me ha
ofrecido, se ha ofrecido como una pantalla de proyección donde yo veo a un chico
fantasmático con cual me voy a identificar, es decir voy a sentir lo que él siente, no el
Florencio que está enfrente sino que el Florencio que está en mi cabeza, es decir que voy a
sentir lo que puede sentir alguien que está sometido y humillado, esa parte es mi parte de
compromiso, ese es lo que yo llamo el inconsciente instrumental del analista, yo considero
que el analista trabaja con su inconsciente como un inconsciente instrumento perceptivo,
perceptual. Si ustedes me preguntaran: dígame ¿Qué está trabajando ahora, cuál es el tema
que le preocupa? El tema de la percepción. Es un tema que ha sido trabajado ya en los
primeros años del desarrollo del psicoanálisis pero no verdaderamente el concepto de
percepción inconsciente, el concepto del ombligo de la percepción, Stakel fue el que decía
eso, decía que en el analista hay un ombligo en la percepción, es decir un lugar opaco,
donde él no puede percibir nada. Ese tema es el tema que me ocupa actualmente. Estoy
pensando, estoy tratando de avanzar en esto porque la práctica me muestra que nosotros
trabajamos o que yo trabajo y que otros trabajan como yo con esta noción, yo propongo
esta noción, yo propongo este término del instrumento de inconsciente instrumental, ahora
ocurre que cuando voy a hablarle al paciente y le voy a decir, le voy a comunicare este
fantasma que yo percibo, es allí y que el paciente lo recibe, es allí que debemos decir que ya
no hay más un inconsciente instrumental propio del analista sino que hay un inconsciente
único propio al análisis. Entonces habría un consciente diferente analista - analizante antes
de la interpretación y un inconsciente único durante el acto de la interpretación.
Pregunta: “Quería volver un minutito sobre Florencio, me llama en la feliz idea de trabajar sobre el perro, por el
lado de los perros dormidos de Freud que de alguna manera representan la pulsión y por el lado de la
posibilidad que esa fantasía de sensibilizarse a lo que es la representación que ha estado trasmitiendo,
pensaba entonces este perrito humillado sujetado el dolor de la mejilla justo donde está el bozal por otro lado
y por otro lado pensaba... por un lado esta percepción de que este perro quería ladrar pues decía que las
dudas había que hacerlas hablar a Florencio había que hacerlo ladrar, ayudarlo a que ladre, por un lado
esta percepción de un perro que está demasiado amordazado y no puede hablar, en este sentido me parece un
trabajo muy interesante sobre esta versión pero a la vez me llama la atención algo que me pareció, que es la
inmediata decisión o propuesta suya de que cambie de colegio, me pareció que allí dio, el timing lo habrá
arreglado usted de acuerdo a esta autopercepción o heteropercepción de lo que estaba pasando allí, habría que
haberle dado, pregunto, a Florencio posibilidad de ladrar en ese corral, desembozarse de alguna manera, esto
le favorecería afirmarse a él, o usted percibió que allí no había posibilidad de esto , la sujeción era extrema,
que la situación no daba y a veces es absolutamente terapéutico entonces y este chico se va para otro lado,
bueno esta es la pregunta.
Nasio: Es una buena pregunta. Quiero decirles que esta es una pregunta importante porque hace
a la modalidad técnica del trabajo del analista. Cuando acá, hay una intervención como
decimos habitualmente, una intervención en lo real, porque yo he propuesto antes al chico y
luego a los padres un cambio importante que es el de cambiar de escuela ¿Por qué? Esto me
lo enseñaron mucho unos chicos, el trabajo con niños, cuando yo trabajaba solo con adultos
durante una cierta época y probablemente debido a mi propia formación, me mantenía en
general muy discreto con respecto a intervenciones en lo real, y creo que todo analista debe
mantenerse siempre muy prudente, muy discreto respecto de intervenciones en lo real, más
aún cuando un analista duda de intervenir o no en lo real por ejemplo, supóngase decirle a
un paciente que tiene que ir a consultar a un médico porque usted tiene la impresión de que
no está bien, cuando uno duda de intervenir o no, no hay que intervenir, frente a la duda no
hay que intervenir, pero cuando uno está claro y no duda que una intervención en lo real es
necesaria y sobre todo con los chicos hay que hacerlo, para mí... este es un tema vamos a
hablar de niños mañana también, cuando un chico, cuando yo recibo chicos con problemas
escolares, y los padres vienen a esperar que el análisis del niño resuelva los problemas
escolares, yo les digo a los padre inmediatamente no es sólo con el análisis que vamos a
resolver los problemas escolares, no es porque el niño se analice que mañana va a ser un
buen alumno y de la misma manera con Florencio yo pueda hacer sesiones magistrales,
luminosas, tener interpretaciones creativas, extraordinarias y si sigue estando en la misma
escuela con los mismos chicos que me lo tienen corriendo y que le siguen pegando mi
trabajo no tiene ningún valor, entonces pienso que es fundamental crear las condiciones
reales para que el trabajo analítico tenga una posibilidad. Cuando yo vi el nivel en que
primero había un problema en Florencio que era un deseo masoquista, él estaba muerto de
miedo pero también necesitaba, era como si necesitar estar con los chicos aunque le
pegaran, era como si dijera, tengo amigos, para tener amigos me tengo que dejar pegar.
Bueno yo estoy consciente que es un deseo masoquista, pero no por eso dejo de pensar que
tengo que cambiar las condiciones exteriores y proponerle primero al chico, porque
empiezo, yo no sé si se dieron cuenta que yo empiezo siempre proponiendo al chico solo,
antes de hablarle a los padres, no le digo a los padres antes lo que hay que hacer y después al
chico, empiezo hablando con el niño, le propongo lo que pienso, le pregunto si está de
acuerdo y después me levanto y voy a reencontrar a los padres la primera vez, los padres
que nunca vi, siempre procedo así, con él procedí de la misma manera y ahí le hice la
proposición que además fue la primera frase, por eso lo dije: “antes que nada hay que cambiar de
escuela”. Además fue, se verificó en la práctica que el cambio de escuela permitió que se
hiciera un buen trabajo porque yo estoy seguro que yo no hubiera podido hacer un buen
trabajo si este niño hubiese seguido estando en la escuela. En una palabra, creo que hay
intervenciones en lo real, que hay que operar a condición de no dudar, quiero decir, de
haberlo pensado bien, de tener experiencia, de haber reflexionado, en fin, toda una serie de
condiciones, si el terapeuta es relativamente joven prefiero que no haga nada. Prefiero que
no proponga nada, que se calle y que espere, si el terapeuta se ha formado y tiene
experiencia que lo haga.
Pregunta: En relación a un terapeuta joven, en relación al primer tema, con el ejemplo de las fobias, en tratar de
posibilitar que el paciente presente su teoría sobre su síntoma y que la cambie, este, me quedan muchas
preguntas sobre que es lo que puede presentar ahí un analista en el sentido o a partir que el paciente muestre
su teoría de su síntoma, cómo podría operar el analista, intentando de que pueda cambiar esa teoría y
presentando qué cosa.
Nasio: Bueno, depende por ejemplo, tomemos de nuevo el caso de Florencio, cuando Florencio
vino, vino con un problema de insomnio, los padres traían a Florencio porque no dormía
bien. A ese era el síntoma, mi intervención modificó completamente, hubo efectivamente
una rectificación subjetiva porque el problema no era el insomnio, el problema era la
tristeza, y de eso no había ninguna conciencia ni en el niño ni en los padres. Rectificación
subjetiva quiere decir proponer una perspectiva diferente de qué sentido tienen los síntomas
en la vida del paciente, puede ser que por ejemplo esta señora imaginaria de la fobia,
supongamos que por la fobia es que esta mujer venga a decirme , que la fobia es el precio
que ella tiene que pagar porque ha cometido una falta, pongámosle, supónganse una
interpretación así que ella pueda hacer de su síntoma, yo diría que la fobia está cimentada en
parte a causa de esta interpretación que la paciente se hace de su propio síntoma. El trabajo
del terapeuta joven, si es posible viejo, seguramente es que al final de la primera sesión
pudiera devolver, restituir otra visión del síntoma y propongo siempre, aquellos que trabajo
les digo, hablen siempre al final de la primera entrevista, vamos a intervenir acá pero antes
quisiera darle mi opinión y le dan la opinión, aunque sea pobre, aunque no sepan, aunque
sea una repetición casi exacta de lo que él dijo, no importa hay que acostumbrarse a
interpretar en el sentido, interpretar el sentido. Dar una visión global, darle al paciente un
eco, eso no es fácil de hacer, es una práctica larga y que hay que empezar como todas las
cosas, hay que empezar a hacerlo aunque uno no sepa que decir, pero siempre hay que decir
algo sea al final de la primera entrevista, sí hay que decir algo al paciente, le tiene que
escuchar la voz y le tiene que escuchar una palabra convencida, es así como se instala la
transferencia. Y puede ser al final de la primera entrevista o puede ser en la segunda o en la
tercera, pero en general es bueno hacer esta restitución de sentido del síntoma.
Pregunta: Quería preguntarle si usted tiene alguna idea, porque yo no, por qué cuando se trabaja en relación a la
escena fantaseada que usted la trabajó como la relación entre el sujeto con el objeto, eso produce efectos a nivel
del síntoma si usted lo está pensando como metáfora o cualquier síntoma, digo qué relación encuentra usted
entre ese trabajo que se hace a través de la escena o la, digamos la construcción de la escena fantaseada como
escena de relación del sujeto con el objeto, por qué piensa que produce efectos a nivel del síntoma como si usted
lo piensa como metáfora en el sentido de la construcción de un sentido nuevo o si lo piensa desde la afección
psicosomática también o sea desde dónde está pensando esa corrección que se hace o esa disminución del
síntoma.

Nasio: A ver, voy a ver si entendí bien, lo que propongo es que la autopercepción de la fantasía
reemplaza la represión en el lugar de la represión, aparece la autopercepción, Freud decía allí
donde está el Yo debe advenir el Ello, yo habría dicho, allí donde está la represión debe
advenir la autopercepción de la fantasía. Es cuando la fantasía es auto percibida que la
represión se libera y que el síntoma se desvanece, disminuye o se esfuma. No sé si le
respondo lo mejor posible a la pregunta que me hace. Con respecto al sujeto y el objeto yo
no he abordado la fantasía en la perspectiva lacaniana del sujeto dividido en relación con el
objeto, se puede hacer, pero ese no es el problema, el problema no es la composición
misma, decir sujeto dividido, objeto, puede ser perfectamente asimilable a la pulsión se
disfraza de la fantasía, habría que hacer una serie de encadenamientos, la pulsión allí sería, la
fuerza de la pulsión sería ese objeto a y el disfraz esa escena quién la cubre con la que la
pulsión se enmascara sería el sujeto dividido. Una parte del sujeto dividido porque
justamente esta dividido, pero a lo que se deriva la pregunta es a la represión tiene que venir
la autopercepción. Este es un tema que habría que elaborar, sí que diferencia hay, por eso yo
introduzco el tema de la forclusión, efectivamente porque si hay forclusión estamos en una
de las formas que yo llamo formaciones del objeto a, es decir hay un elemento alucinatorio,
se puede considerar como un elemento alucinatorio o alucinosis.
Pregunta: Bueno doctor, me pareció muy interesante su ponencia, y quisiera preguntarle esta cuestión del analista
escuchando al paciente dividido, digamos como conceptualizarlo desde Freud y en que medida esto se articula
con el concepto de atención flotante en Freud y si esta cuestión de la percepción inconsciente del analista no
tiene que ver con el concepto que hace Freud de contratransferencia, quería saber como usted lo pensaba.
Nasio: Bueno, en Freud, el problema de la atención flotante, para mí esa expresión ha provocado
muchos problemas, porque la atención flotante es una expresión que ha prevalido o
prevalecido, y que da la impresión que el analista tiene que estar flotando para escuchar casi
como dormido, para mí eso ha sido muy negativo, hay fórmulas de Lacan que son
revolucionarias y extraordinarias, y al revés otras han provocado muchos problemas. Hay
formulas de Freud que también provocan problemas, como la atención flotante. El analista
no esta en atención flotante, la palabra atención flotante justamente yo prefiero usar la
atención dividida, una altísima atención, nada de flotante, muy concentrado,
extremadamente concentrado y al mismo tiempo abierto, casi inocente, casi como virgen,
casi como abierto a lo desconocido, por eso prefiero decir atención dividida, por un lado
extrema lucidez y el otro lado una extrema inocencia, es muy difícil de obtener esta doble
posición. Usted introduce el tema de contratransferencia, y es verdad que habría que
introducir también el deseo del analista. Lacan se opuso a la idea inglesa de la
contratransferencia, como definición de toda expresión de las manifestaciones conscientes o
inconscientes del analista, Lacan prefiere decir contratransferencia solo a las manifestaciones
conscientes del analista no inconscientes. Y el piensa y que es mi lectura que todas las otras
manifestaciones del analista en relación a su paciente, por ejemplo una manifestación
consciente... el paciente que suerte que tiene se fue a pasear a Estados Unidos, Lacan lo
cataloga contratransferencia y todas aquellas manifestaciones inconscientes Lacan las
cataloga deseo del analista, como deseo inconsciente del analista, pues no esta consciente de
ellas, no las controla, no tiene conciencia, si yo tuviera entonces esta autopercepción en el
inconsciente, el inconsciente instrumental formaría parte del deseo del analista y no de la
contratransferencia.
Pregunta: Yo quería volver al tema del dispositivo técnico o la modalidad que utiliza con los niños, bueno, el caso
de Florencio era un niño que podía expresarse por sí mismo, ¿cómo procedería en el caso de que llegara a la
consulta, primero por los padres, de un niño más pequeño, pongámosle 3 años, 3 años y medio y que los
padres consultan por un retraso en la evolución del lenguaje, en donde es un niño que juega, y no puede
expresarse?
Nasio: En general siempre trato de recibir al niño solo en primer lugar, si es de tres años trato,
voy a buscar a la sala de espera, abro la puerta de la sala de espera, abro la puerta de la sala
de espera, entonces le digo “Miguel”, entonces el niño me mira, los padres se levantan del
sillón de la sala de espera y digo: “momentito, yo prefiero verlo a Miguel, yo los llamo a
ustedes después”, y Miguel, le digo: “Entra Miguel”; Si él es pequeño pongámosle 3 años,
Miguel no viene se agarra a la madre entonces le digo: “ven, entra, las puertas están
abiertas”, él me mira, se agarra más a la madre todavía y yo me quedo sin que... Entonces yo
le digo “bueno, mira por lo menos te muestro, mira, mira mi consultorio, ven mira mi
consultorio, está la puerta abierta”, entro yo a mi consultorio voy a la mesa de juegos y
empiezo y hago ruido yo, hago un ruido natural, no es una comedia porque voy ordenando
la caja de los juguetes, pongo los papales y veo si el viene a la puerta a espiarme, y a veces
ocurre que me espía, el chico se acerca mira y no entra y espía a ver que es lo que yo hago,
eso en las mejores condiciones, un chico de 2 – 3 años, a veces estos chicos chiquitos
entran, se sienten en confianza y entran, otras veces no entran, lloran, no quieren saber
nada, entonces le digo a la madre: “Entre señora, entre señor y los recibo a los 3 juntos. Si
es un chico con retardo en el problema de lenguaje eso lo voy a saber después, porque
como yo les dije cuando yo recibo la llamada telefónica de los padres o de la madre para
consultar no pregunto el motivo de consulta, doy la cita y doy la cita de una manera muy
particular, cuando la madre llama yo siempre digo muy bien, fijo la cita, le digo que edad
tiene, como se llama, que edad tiene: 3 años, bueno, muy bien entonces le doy la cita, la
dirección, etc., yo tomo nota de todo el nombre, la dirección, etc., y le digo “Señora, le voy
a pedir un favor antes de cortarle le voy a pedir un favor, le va decir a Miguel que usted
llamo al doctor Nasio para pedir una entrevista, el le va a preguntar por qué, entonces yo le
digo al teléfono la primera vez, cuando él le pregunte por qué, usted le dice con sus palabras
por qué y le quiero pedir que cuando corte a hora lo vaya a ver y le diga por qué, mencione
bien mi nombre y diga Nasio, doctor Nasio, o señor Nasio, o señor Pérez, o quien sea y
usted le va a decir. Como la cita es dentro de 10 días, le pido por favor que dentro de 4 días
usted le diga a Miguel, y todo esto se lo estoy diciendo por teléfono a la señora: “Aha,
Miguel, no te olvides que tenemos una cita con el doctor Nasio”, y luego el día anterior a la
cita a la noche cuando el chico se va a dormir que la madre le diga: “Aha, mañana tenemos
una cita con el doctor Nasio”, y le digo a la señora en el teléfono: “Por favor señora, repita
bien mi nombre cada vez por lo menos 3 veces”. Parece un narcisismo terrible, pero no
tiene nada que ver con el narcisismo, ocurre que cuando el chico viene, lo recibo solo y la
primera cosa que le digo es: “¿sabes cómo me llamo?, y me dicen no sé... muchas veces, a
pesar de que los padres le han dicho Nasio. para mí el nombre es fundamental en la
transferencia, como lo he dicho en algún lado, Lacan también lo ha dicho, la transferencia
es transferencia a un nombre y la primera cosa que ocurre es que no solo estoy creando las
condiciones de la transferencia del niño al terapeuta sino que estoy haciendo algo más
importante que es crear las condiciones de la transferencia con la madre, porque cuando la
madre corta y habló con un terapeuta que le dijo esto, ella se siente ya aliviada porque se
dice: estoy con alguien que sabe lo que hay que hacer, que conoce a los chicos y que sabe
tratar muy bien a un chico, esta madre ya está ella bien y se lo va a trasmitir al chico, ese
teléfono… por eso yo digo la transferencia Lacan, Freud decía que la transferencia
comienza desde el inicio, yo diría la transferencia comienza con el teléfono, el teléfono es
fundamental y muchas veces los terapeutas no saben hablar por teléfono, no saben recibir
mensajes, a veces los respondedores, los contestadores son malos. Yo no sé, me paso el
tiempo en Francia llamando a veces, se me ocurre llamar a un colega y decirle… el
contestador es un desastre, porque un paciente que llame a un terapeuta y escuche mal en el
contestador una música, o se escuche esto, no, no es una recepción, es muy importante el
contestador, si hay contestador, yo no tengo contestador, yo no utilizo jamás contestador,
en mi consultorio yo no contesto con contestador, cuando me llaman y yo estoy respondo,
en general estoy siempre, yo respondo y si no estoy no respondo, yo no quiero contestador,
yo quiero que escuchen mi voz, por favor, o escuchan la voz del terapeuta o hay un
contestador que sea un contestador receptivo, un contestador humano, un contestador
nítido, con una voz acogedora, con una voz que ya comienza a transferencia, es
fundamental, la transferencia comienza allí con el teléfono, entonces esto que les digo es ya
una relación de transferencia con la madre y más allá con el niño. Eso vamos a hablar
mañana con otros casos que voy a presentar.
Pregunta: Yo estoy recién iniciándome en el estudio del psicoanálisis, así que no sé si corresponde la pregunta, lo
que a mí me interesaba saber es en el caso de Florencio que es lo que lleva a saber que esta fantasía
inconsciente es de Florencio y no suya.
Nasio: Correcto, ésta es una de las preguntas que yo decía recién que sería largo de explicar, que
yo dije hacerme confianza, hay varias respuestas, una de ellas, muy importante es que usted
sabe que es de Florencio y no suya porque le aparece a usted Terapeuta de manera
espontánea, se le impone a usted, no controla, no es el resultado de un movimiento mental,
largo; Entiende primero, segundo se confirma que es de Florencio y no mía cuando al
interpretarle a Florencio, Florencio el paciente reacciona con un silencio o con un
sentimiento a lo que el terapeuta le dice. Cuando la fantasía es del paciente y usted se la
comunica al paciente, el paciente reacciona con un… en general si es un adulto dice “¡Ah!,
¡no sabía!”, es típico, y cuando es un niño, usted tiene bien la impresión de que el niño
reacciona sea porque continúa el dibujo o por otras manifestaciones, usted se da cuenta de
que lo que ha visualizado o ha fantaseado, no es algo que le concierna a usted persona
terapeuta, sino que le concierne a él. Pero hay otras respuestas más que le daría, pero esto
para responder por el momento.
Pregunta: Bueno, este me pareció muy ocurrente eso de que no hay atención flotante, ¿no es cierto? Y se empieza
por no ser flotante como voz decías cuando el analista responde a esto es una vieja tradición en Argentina,
vos la conoces bien, decías que se iniciaba la transferencia cuando el analista hablaba con el paciente, bueno
yo voy a tomar otra cosa que me hace pensar en lo que vos decías, el analista siempre está dividido en la
situación analítica. Hay una parte del inconsciente que se ofrece en la escucha. Ahora yo me pregunto si le
damos privilegio a la transferencia, o sea que el analista se ofrece como objeto de transferencia, pero me
preguntaba, ¿Cuándo el analista se ofrece como objeto elegido fantasmal, es decir, en qué modo se entrelaza
fantasma y transferencia? El fantasma fue algo desarrollado por Lacan y muchos lo tomaron como una
formación intrapsíquica, vos lo desarrollaste en el sentido del objeto elegido fantasmático que siempre debe
haber para el fantasma, entonces pienso de qué modo se entrecruza transferencia y fantasma en este enigma
de la cura.
Nasio: La respuesta que yo doy pero que necesitaría desarrollar es que la transferencia es un
fantasma en la que el analista es uno de los personajes o yo diría el objeto mismo del
fantasma, la transferencia es un fantasma en el que el analista hace de objeto, hablamos en
términos analistas.

Apuntes del Seminario ¿Cómo escuchar a un niño? dictado en Buenos Aires, en agosto de 2001.

Trascripción: Paola Arellano, Miriam Valderrama y Marcelo Segovia.

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