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Los Cimientos Casa Imaginaria Yolanda Reyes
Los Cimientos Casa Imaginaria Yolanda Reyes
Yolanda Reyes*
* Escritora y pedagoga. Directora del proyecto cultural Espantapájaros y asesora de proyectos sobre lectura y primera infancia. Direc-
ción: yolandareyesv@gmail.com
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frase podemos inferir que –junto con su perentorio. Para los niños de esa edad, el
torre– Emilio estaba construyendo las hecho de querer-necesitar a sus mamás es
bases para emprender proyectos ambi- argumento más que suficiente para vencer
ciosos a lo largo de su vida. Si más tarde a cualquier enfermedad.
decide hacer rascacielos, si se inclina por
la investigación, por la carpintería o por
las artes, los mundos posibles que cons-
truya tienen ancestros en esa y en tantas
frases que decía mientras jugaba. En otras
palabras, las piezas esenciales para armar
su casa imaginaria las recogió desde su
infancia. ¿Dónde las encontró y quiénes
se las entregaron? Seguramente, además
Yolanda Reyes
de cubos de madera, su pensamiento y
su imaginación fueron alimentados, y no
sólo con un par de cuentos de dragones.
En las frases de los niños podemos ver,
como en la gota de sangre analizada en un “Pajarito muerto” es otro ejemplo
laboratorio, la riqueza o la pobreza de su típico de los poderes mágicos (catárticos,
nutrición emocional y cognitiva. rituales, terapéuticos) de las palabras. El
Veamos ahora tres ejemplos que co- poder simbólico del que se valen todas las
lecciona la mamá de Paula María, en esa culturas humanas ante la muerte ya ha
caja de tesoros que todas las mamás tene- sido incorporado a la experiencia de esta
mos y que fueron recogidos entre los 4 y niña. La tumba decorada y la necesidad de
los 5 años. La mamá reporta que su hija grabar, de conservar en el lenguaje lo que
aprendió a leer y escribir “un buen día, sin no se pudo conservar en la naturaleza, nos
darse cuenta y sin que nadie le enseñara”. permiten inferir que hubo conversaciones
Por supuesto, eso sucedió antes de su in-
greso a la escuela formal.
En la tarjeta “Mejórate mamá”, he-
cha a los 4 años, no sólo vemos un diálogo
entre texto e imagen y una preocupación
compositiva, sino también una preocupa-
ción emocional que recurre al arte y a la
escritura para expresar esa mezcla de deseo
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Yolanda Reyes
dores”. Una charla sobre calentamiento
global y animales en vías de extinción, la
motiva a escribir. Aunque todavía no en-
tienda del todo los límites de las palabras
(dónde termina una y dónde comienza la de cero a seis en el Proyecto Espantapá-
otra), que es una de las diferencias visibles jaros de Bogotá,1 que estudia desde una
entre el lenguaje oral y el escrito, Paula ya perspectiva teórica y práctica el tema de
entendió una función esencial de la escri- la lectura y el acceso a los lenguajes en la
tura para participar en la vida de la so- primera infancia, he ido llenando, igual
ciedad: para comunicar preocupaciones, que las mamás, una enorme caja de teso-
para exigir y para hacer propuestas altruis- ros. El hecho de verlos dar sus primeros
tas. Esta experiencia como ciudadana que pasos entre los libros de la bebeteca y de
usa el poder de las palabras para fijar una asistir a esos días en los que dicen má, o
posición, seguramente le permitirá seguir pasan los dedos por las hileras negras de
participando en la vida de su comunidad. las letras fingiendo que saben leer, me ha
Que luego elija ser diputada o miembro permitido documentar –sin que por ello
de Greenpeace o que simplemente es- deje de maravillarme– las estrechas co-
criba para reclamar sus derechos, no lo nexiones entre la lectura y la construcción
sabemos. Lo que sí sabemos es que esta de sus casas imaginarias2 y me ha llevado
niña ya tiene una idea clara de la escri- a descubrir la incesante y fluida conversa-
tura como herramienta para establecer un ción entre lenguaje y pensamiento. Preci-
diálogo con la cultura y para asumir un samente lo que nos enseñan los primeros
lugar, deliberante, creativo y no pasivo, en lectores es esa relación apasionante y de
el mundo de lo simbólico. doble vía entre el lenguaje y el pensa-
Después de compartir casi 20 años miento: ese movimiento de vaivén, como
de asombro y de trabajo con los niños una especie de río y cauce, que forma la
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http://www.espantapajaros.com
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Muchos de los conceptos de esta conferencia han sido tomados de otros textos que he escrito en los últimos años sobre lectura y
primera infancia. Ver, por ejemplo, La casa imaginaria. Lectura y literatura en la primera infancia, Bogotá, Grupo Editorial Norma,
2007, Colección Catalejo.
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ble, 90% probable, que X no haya tenido
a alguien que dedique tiempo a contarle
historias. Cualquier maestra promedio
podría dar su diagnóstico: el niño X “no
tiene bases” para aprender a leer. Entre que se aprende en las rodillas de quien
esa niña que crece rodeada de voces, de les va mostrando el ancho mundo en un
historias y de libros y ese otro que crece pequeño libro de cartón.
en un entorno poco estimulante y que Uno de los mayores problemas de
descubre las letras en la cartilla escolar la educación en Latinoamérica es esa
hay una brecha difícil de subsanar, que inequidad en las bases educativas y –di-
no depende de los esfuerzos de los alum- gámoslo claramente– en las bases de la
nos, sino de lo que su ambiente social y alfabetización en un sentido amplio, que
cultural les ha brindado o negado duran- crea brechas insalvables desde el comien-
te esos años cruciales. Como en la gota de zo de la vida. Si Emilio y Paula María tie-
sangre que mencionaba, es fácil ver, en la nen unidades de medición tan ambiciosas
manera como un bebé o un niño toma para emprender proyectos y si pueden es-
un libro, el capital simbólico que tiene. tablecer un diálogo creador con la cultura
Al lado de los cajones llenos de frases y es factible predecir, no simplemente que
de imágenes como las que les mostré, aprenderán con facilidad o que podrán ir
quienes recorremos nuestros países se- a las universidades que elijan, sino que
guimos encontrando a diario niños con participarán como ciudadanos deliberan-
la mirada vacía y asustada, niños casi sin tes en la vida cultural, política y social de
voz, que se limitan a repetir un repertorio los países reales y posibles en donde ha-
limitado de palabras y que se acercan a biten. El potencial para aprender y para
los libros sin saber cómo se abren ni qué seguir desarrollando sus proyectos de vida
ocultan sus páginas: sin esa familiaridad les ha sido dado como una segunda piel
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y les permite “aprender sin darse cuenta”. funcionales, parece que no pudiéramos
En el otro extremo, el grupo control –ése extrapolar las teorías al campo de “las
que perversa o negligentemente no ha aplicaciones pedagógicas” y, aunque hoy
recibido intervención– está condenado, compartimos un saber que no teníamos
con escasas excepciones, a la repetición, claro hace 20 años, seguimos enseñando
en tanto que carece de dispositivos esen- a leer y a escribir con antiguos paradig-
ciales para construir esos mundos posi- mas. Es como si, sabiendo lo que hoy se
bles del pensamiento y la imaginación. El sabe en medicina, los médicos siguieran
drama del analfabetismo funcional es que curando la neumonía sin antibióticos.
no ofrece ese equipaje básico de nutri- Desde la perspectiva de una “maes-
ción emocional y cognitiva al que hemos tra de lenguaje” que ha intentado docu-
aludido: ese capital simbólico inicial que mentar lo que aprenden los más peque-
parece tan natural como una segunda ños sobre la lectura, pretendo mostrarles
piel cuando se tiene, pero cuya carencia algunos aprendizajes cruciales que se dan
resulta tan difícil de subsanar. Y el otro durante la primera infancia. Recurro a su
drama, el de la inequidad, es el contraste colaboración para que ustedes determinen
de tamaño entre el grupo control (apabu- si exagero al afirmar que todo eso que los
llante mayoría) y el reducido grupo que niños podrían aprender espontáneamente,
“recibe intervención”. con los estímulos adecuados, dista mucho
A pesar de los discursos y de las de lo que aún se les enseña en la mayoría
campañas en torno al fomento de la lec- de nuestras escuelas.
tura, parece que no hemos documentado
con suficiente rigor en qué consiste su 1. El itinerario de un lector
poder. Aún hablamos más de decodi-
ficación que de interpretación, más de Sin duda, los bebés y los niños pe-
dispositivos inmutables que de procesos queños han sido hoy más estudiados que
psíquicos, como si no pudiéramos in- nunca y ahora contamos con herramientas
corporar lo que nos dice la investigación teóricas para aproximarnos a la compleja
en neurociencias, psicología, pedagogía actividad psíquica que despliegan desde
y lenguaje. Nuestros currículos siguen la gestación. Existe evidencia suficiente
reduciendo el problema de la lectura a para afirmar que el cerebro se desarrolla
la enumeración de cuatro habilidades mediante una continua interacción entre
básicas: escuchar, hablar, leer, escribir, el capital genético y los estímulos brin-
en un sentido instrumental, olvidando dados y que la calidad de esos estímulos
que el lenguaje es la herramienta básica resulta decisiva para desarrollar las capa-
para pensar, sentir, armarse por dentro cidades presentes y futuras de los niños.
y seguir construyendo el mundo al lado Esta interacción, iniciada antes del naci-
de los otros. Al igual que analfabetos miento, construye la arquitectura cerebral
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Guadalupe Monroy
Nuestra concepción sobre el de-
sarrollo infantil también se ha transfor-
mado. Ahora sabemos que se trata de
un proceso complejo y continuo que no
siempre ocurre en línea recta, al estilo de El reconocimiento de las enormes
las gráficas de talla; que no se registra en posibilidades interpretativas de los niños
una sucesión idéntica de etapas escalo- y de las relaciones que establecen con el
nadas y que las relaciones de ida y vuelta mundo de lo simbólico ha replanteado
que los bebés establecen con sus primeros nuestras ideas sobre la comunicación y, por
cuidadores son dinámicas, lo cual indica consiguiente, sobre la lectura. Si sabemos
que no son una tabla rasa, sino sujetos que el contacto con el lenguaje es anterior
activos, con un temperamento y unas al nacimiento y que aquellos momentos
características singulares. La sensibilidad trascendentales en los que un bebé pro-
que demuestran frente a su entorno y la nuncia sus primeras palabras o en el que
fuerza con la que ellos mismos configuran un pequeño descubre que puede leer su
ese entorno parece demostrarnos que la nombre, son simplemente la parte visible
“con-versación” entre niño y adulto está de un continuum, lo que está en juego en la
presente desde la génesis del ser humano. primera infancia es el mito fundacional de
Todo ese conocimiento que tenemos so- la lectura como proceso de interpretación.
bre el mundo de los bebés, nos ha situado Esbozar que el acercamiento al
frente a otra paradoja: al saber más sobre lenguaje es un proceso continuo implica
ellos, nos aproximamos a la complejidad cuestionar rótulos como pre-lectura, pre-
de sus interacciones y, por consiguiente, a escritura o aprestamiento, aún presentes
los misterios que enmarcan las relaciones en la terminología escolar, para otorgarle
humanas y que no pueden reducirse a una al niño un estatus de lector y escritor ple-
lista de habilidades homogéneas. no, en tanto que descifra y que se expresa
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a través de diversos lenguajes desde el co- ras, la madre humana lee las pataditas del
mienzo de la vida. Sin embargo, resulta bebé desde el útero o sus ciclos de sueño
igualmente cierto que la relación con el y de vigilia, y al tratarlo como si entendie-
lenguaje se transforma durante los prime- ra, establece un diálogo con él. Incluso,
ros años y evoluciona hacia una comuni- si ha tenido otros hijos, puede diferen-
cación cada vez más sofisticada, en la que ciar rasgos de un temperamento distin-
podemos identificar ciertos hitos, como to, lo que demuestra que en ese primer
veremos a continuación: encuentro comunicativo, no todo está
puesto del lado de ella, sino que el bebé
Habitación en penumbra aporta señales que pueden ser leídas. Por
supuesto, también desde el comienzo de
Las coordenadas entre las que se la relación, hay sentidos menos explícitos
construye la historia particular de cada y más subjetivos: las expectativas reales
ser humano son coordenadas de lengua- e imaginarias que los futuros padres
je. A diferencia de otras madres mamífe- imprimen en sus hijos, sus temores, sus
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Desde una perspectiva
científica, los avances en mo-
nitoreo fetal confirman lo que
las madres siempre hemos sa-
bido: que el bebé escucha antes de nacer, experiencia estética que lo conecta con
puesto que el desarrollo de su audición la sonoridad de las palabras: más con su
se remonta al último trimestre de gesta- música, que con su letra.
ción. Se ha comprobado que los estímu-
los auditivos provocan cambios en la tasa La voz y la madre poesía
cardiaca del feto y producen respuestas
motrices, lo cual indica que los bebés Si bien hemos afirmado que es po-
pasan mucho tiempo escuchando con- sible rastrear operaciones de construcción
versaciones y respondiendo a ellas. “El de significado desde la vida intrauterina,
mundo del feto está inundado por una también es evidente que el momento del
cacofonía de gorjeos y quejidos proce- parto plantea un desafío para la comuni-
dentes del cuerpo de la madre, junto con cación de ese nuevo ser, ahora separado de
el ritmo constante de sus latidos [...] Sin su madre. El llanto es el primer texto que
embargo, lo más estimulante de todo son aporta el bebé y que la mamá debe apren-
los sonidos filtrados del lenguaje”, afir- der a leer; lloras porque tienes hambre: te
man las investigadoras Karmiloff (2005), voy a dar de comer, le dice ella al bebé, y
quienes señalan cómo el feto emplea su luego, frente a otro llanto similar, respon-
tiempo de vigilia procesando estos soni- de con otros actos y otras palabras: ahora
dos lingüísticos. La cadencia y el ritmo tienes frío o sueño… o te voy a arrullar…
parecen ser las primeras huellas poéticas Por ser sujeto de lenguaje, la madre huma-
que se inscriben en el ser humano y no na no se limita a satisfacer las demandas
sólo lo preparan para prestar atención fisiológicas del hijo, sino que “traduce” su
especial al habla y para reconocer la voz llanto con palabras y le otorga al niño un
de su madre, sino que le ofrecen una lugar en la cadena del significado. Todos
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sobra y poco de lo que basta y quizás Reyes, Yolanda (2008), La casa imaginaria.
estamos empezando demasiado tarde. Lectura y literatura en la primera infancia,
Por eso resulta urgente pasar del discurso Bogotá, Grupo Editorial Norma.
teórico a las aplicaciones pedagógicas,
en cada aula y en cada comunidad en las Reyes, Yolanda (2008), “La biblioteca
que nuestros bebés comienzan a formar- para los que ‘no saben leer’: acceso a li-
se. La pedagogía de la lectura, en un sen- bros y lecturas en la primera infancia”,
tido amplio, está en mora de incorporar en Bonilla, E., D. Goldin y R. Salabe-
lo que hoy sabemos: que los niños son rria, coords., Bibliotecas y escuelas. Retos
lectores y que escriben su propia historia, y desafíos de la sociedad del conocimiento,
con la historia que les entregamos, desde México, Océano Travesía.
el comienzo de la vida.
Stern, Daniel (1990), Diario de un bebé.
Referencias bibliográficas Qué ve, siente y experimenta el niño en sus
primeros cuatro años, Barcelona, Paidós.
Karmiloff, Kyra y Karmiloff-Smith,
Annete (2005), Hacia el lenguaje. Del feto Vygotsky, Lev, S. (1996), Pensamiento y
al adolescente, Madrid, Morata. lenguaje, Buenos Aires, Ediciones Fausto.
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