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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÒN SUPERIOR


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“SIMÓN RODRÍGUEZ”
NÚCLEO BARCELONA-ESTADO ANZOÀTEGUI
CARRERA EDUCACIÒN INICIAL
CURSO ETICA Y VISIÒN CODIGO 31906
PERÍODO: 2021-2

ANALISIS SOBRE LA ETICA EN


FUNCIÓN DEL PAIS

FACILITADOR (A): ALUMNA:

LCDA. LUISA SOSA LEIDA PASTOR

C.I: 12.543.214

Barcelona noviembre del 2021


ANALISIS SOBRE LA ETICA EN FUNCIÓN DEL PAIS

Cuando se requiere hablar de Venezuela necesariamente hay que leer el


preámbulo de la Constitución, la cual expresa textualmente lo siguiente:

“El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e


invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro
Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros
antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una
patria libre y soberana; con el fin supremo de refundar la República
para establecer una sociedad democrática, participativa y
protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia,
federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la
independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad
territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras
generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a
la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni
subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las
naciones e impulse y consolide la integración latinoamericana de
acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de
los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos
humanos, la democratización de la sociedad internacional, el
desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos
ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la
humanidad ; en ejercicio de su poder originario representado por la
Asamblea Nacional Constituyente mediante el voto libre y en
referendo democrático, decreta…”

Pensar en el pueblo venezolano es vincularlo con la participación activa y


protagónica, con los valores de libertad, trabajo, igualdad, justicia, convivencia,
integración y paz. Lamentablemente la situación económica, política y social
por la que atraviesa el país; ha generado un clima de tensión y coyuntura que
afectado a todos los estratos sociales y edades sin distinción.

Estos temas no están desligados del mundo de la moral, los valores y la


cultura; primeramente porque es precisamente la situación económica y la
polarización la que ha dado paso a antivalores como la corrupción, la usura, el
acaparamiento, la extorsión, la estafa, el robo, el asesinato, las lesiones, los
daños al patrimonio nacional y privado, todo como antítesis de la ética

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Las instituciones parecen estar inmersas en un letargo que ha llegado a
toda la sociedad, perdiendo valores tan transcendentales como la fe y la
solidaridad que solo podrán rescatarse con voluntad y educación.

Los crímenes como el feminicio, la violación y el estupro contra menores,


trata de blancas que no eran común en nuestra Nación, parecen agudizarse
por el tema de la migración y la cantidad de niños que han sido dejados a cargo
de terceros porque sus padres han salido del país o de sus regiones en
búsqueda de mayores ingresos económicos. Lo mismo pasa con temas como
la prostitución, la deserción escolar o la deprivación cultural de tipo escolar.

Uno de los aspectos más relevantes del preámbulo de la constitución es


la proyección generacional, esto genera una especial alarma por el daño que
han sufrido las nuevas generaciones que han tenido que ver a niños comiendo
de la basura pero con todo no dejamos el consumismo irracional. Mucho nos
tocara hacer para renacer como individuos y como sociedad.

Revisar la conceptualización de la ética y la moral y darle validez histórica


es vital, analizar la percepción que tienen los venezolanos respecto a este
concepto considerando que el proyecto país que se instauro desde el
nacimiento de la primera república, tenía dentro de sus aspiraciones
fundamentales el logro de una patria nueva, no sólo por su riqueza material,
sino por la grandeza del alma y del razonamiento de sus hombres. Para todos
esta debe ser una prioridad, en especial para los nuevos profesionales.

El Libertador Simón Bolívar creía que los valores morales se configuran


como la fuerza propulsora hacia la perfección humana. De ahí su marcada
connotación humanista y dignificadora de sus ideas.

La ética Bolivariana constituye la base fundamental de nuestra educación


e ideología, ambas encaminadas a transformar la realidad social existente en
función de un orden político consecuente y representativo del poder de todos.
Eso lo podemos ver en nuestra Constitución, en donde se rige el Estado y la
sociedad sobre principios irrenunciables porque adquirirlos requirió del sacrifico
y la sangre de nuestros mártires comenzando desde los indígenas
conquistados, hasta nuestros próceres independentistas.

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En el Discurso de Angostura, el 15 de Febrero de 1819, Bolívar atribuyo al
triple yugo de la ignorancia, de la tiranía, y del vicio, el no haber podido adquirir,
ni saber, ni poder, ni virtud. “Por el engaño se nos ha dominado más que por la
fuerza y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición”.

Es impresionante como en la era de la globalización y de la información, y


en pleno siglo XXI estemos hablando de ignorancia. El cumulo de información
que recibimos nos ha convertido en borregos sociales que le dan retuit a
cualquier articulo sin verificar la fuente y somos generadores de
desinformación, desesperanzas y muchas veces falsas noticias.

Bolívar, al analizar la realidad social latinoamericana consideraba a la


educación como una necesidad para el ejercicio de la vida, para a través de
ella potenciar en los ciudadanos una vida con templanza, sabiduría, y valores
morales legítimos. En el Discurso de Bogotá en enero de 1815, dijo lo
siguiente:

“(…) la sabiduría, el valor y la templanza producen en el alma un


orden y una armonía en sus funciones, que Platón llama justicia
interior .La justicia exterior es solo la realización de un orden análogo
en la sociedad. El hombre más justo en sí mismo es también el más
justo en sus relaciones con los demás. La justicia lleva en sí la
beneficencia. Hay que hacer bien a todos los hombres; no hay que
hacer daño a nadie. No se debe volver injusticia por injusticia. (la
justicia es la reina de la virtudes republicanas y con ella se sostienen
la igualdad y la libertad”.

Aquí se hace explícita la concepción de justicia que se articula en la


trilogía Roussoniana: Igualdad, Libertad y Fraternidad, la cual fue acogida y
defendida en su lucha por la emancipación social. Bolívar consideraba la
justicia como la virtud esencial, siendo ésta el establecimiento de un nuevo
orden que ha de tener en su reconocimiento a la igualdad de derechos de
todos los seres humanos, la oportunidad y la condición externa para una buena
vida. Para ello la educación era la respuesta.

El tema de la justicia es uno de los aspectos más relevantes de la


descomposición que vivimos. Las instituciones y el sistema no solo vulneran a
las víctimas, sino que parecer premiar a los victimarios. Como podemos hablar
de armonía si impera la injusticia y cómo podemos hablar de virtud si no

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logramos recibir un trato igualitario y es el dinero un requisito indispensable
para obtener respuestas de un sistema corrupto.

Para una sociedad tan lastimada como la nuestra indiscutiblemente hay


un mañana, hay esperanza y tenemos la oportunidad para generar el cambio.
Esto lo lograremos desde la conducta individual, desde el ejemplo y desde la
constancia.

Hablar de valores es irremediablemente hablar de hábitos para bien. De


acciones concretas, todos somos parte de la transformación que soñamos, del
país que anhelamos y del país que estamos llamados a construir. Solo que
estamos llamados a hacernos responsables. Sigamos las huellas de nuestra
historia y asumamos su carácter para construir nuestro futuro.

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