Está en la página 1de 15

“CENICIENTA

SUPERSTAR”
de Liliana Cappagli.

“CENICIENTA SUPERSTAR”

(Versión cómico-musical del famoso cuento)

ESCENA 1
1
LA CASA.

COCINA COMEDOR. UNA MESA Y TRES SILLAS. UNA RADIO SOBRE LA MESA, GRANDES
ANIMALES DE PELUCHE DISEMINADOS POR EL PISO.
CENICIENTA LIMPIANDO Y BARRIENDO EL PISO.

CENICIENTA: ¡Que triste estoy! (SUSPIRA) Debe ser por no desayunar. ¡Esta vieja me tiene

harta! ¡Me persigue, pasa el dedo por los muebles después que limpio, me espía, no me

deja ni comer tranquila. ¡Ufa! ¡Suerte que duerme hasta las 12, que si no... !

COME UNA GALLETITA Y ENCIENDE LA RADIO. CANTA Y BAILA, CON EL PLUMERO EN LA


MANO. SUENA “COMO PUEDE SER” TEMA (2) de BANDANA. ENTRA LA MADRASTRA Y LE
APAGA LA RADIO CON VIOLENCIA.

MADRASTRA: ¡Cenicienta!

CENICIENTA: ¡Uy, se despertó Mala Onda!

MADRASTRA: ¿Qué dijiste?

CENICIENTA: Que ya limpié el microondas.

MADRASTRA: ¿Que vas a limpiar? Si estas perdiendo el tiempo, como siempre.

CENICIENTA: Ya hice todo lo que me pidió , señ ora. Lavé la ropa, la tendí en la soga, lustré

el piso del Saló n, hice todo, menos las camas, porque las chicas estaban durmiendo.

MADRASTRA: ¿No pretenderá s que se levanten temprano como vos?

CENICIENTA: No señ ora, ¿para qué se van a levantar, si total nunca hacen nada?

MADRASTRA: ¿Y para qué está s vos? ¿No entendés que está s aquí para servirnos?... Dejate de

soñ ar y ponete a trabajar. (LE EXTIENDE UN GATO DE PELUCHE) Aquí te traigo a mi amado

Lucifer para que le des su leche y su comida preferida. ¿Entendiste?

CENICIENTA: ¡Sí señ ora! (PAUSA) ¿Y yo qué voy a comer?

MADRASTRA: Si sobra algo de Lucifer, lo comerá s… (RIE SOLA). Era una broma. Primero

hacé el desayuno, y luego veremos... Ademá s, está s bien así, ¿Para qué querés engordar?

2
CENICIENTA AGARRA EL GATO DE LA MADRASTRA Y AMAGA AHORCARLO CUANDO SU
AMA NO LA VE.

¡Vení, vení conmigo, gatito! ¡En tu vida hay un perro guardiá n!

PATEA AL GATO QUE SALTA POR EL AIRE Y SALE DE ESCENA. EN OFF SE LO OYE
MAULLAR COMO SI LE PISARAN LA COLA. ENTRAN LAS HERMANASTRAS.

ANASTASIA/DRISELA: Buenos días mamita.

MADRASTRA: Buenos días, mis adorables hijas.

ANASTASIA: ¡Mirá mami, el moñ o hermoso que me puse!

DRISELA: Mami, ella me lo robó , ese moñ o es mío; ademá s a ella le queda horrible.

ANASTASIA: ¡Callate nena! ¿Qué sabes vos de belleza?

DRISELA: Sí que sé, soy la má s linda del pueblo.

ANASTASIA: Ja, ja, ja. Ni soñ ando. La má s linda y agraciada soy yo.

DRISELA: Es lo que yo digo, ¡la mas desgraciada sos vos!

MADRASTRA: ¡Bueno niñ as, basta! Son dos pimpollitos, y listo. ¡A sentarse! ¡Cenicienta,

servinos el desayuno de inmediato!

(ENTRA CENICIENTA. SE OYEN MAULLIDOS)

CENICIENTA: Sí señ ora, ya esta listo. (AL PUBLICO) Y Lucifer también.

MADRASTRA: Bueno, me alegro… ¡Ay chicas, no sé por qué, pero presiento que hoy será un día

especial!

CENICIENTA SIRVE, Y DERRAMA SIN QUERER, EL TE SOBRE DRISELA.

DRISELA: ¡Pero, qué hacés tarada, arruinaste mi vestido favorito!

ANASTASIA: (A LA HERMANA) ¡Ja, ja, ja, está s toda mojada!

CENICIENTA: ¡Ay, perdó n, perdó n, fue sin darme cuenta!

DRISELA: ¿Y ahora qué me pongo, inú til?

ANASTASIA: ¡Cua, cua, parecés un pato!

3
DRISELA: ¡Mamá , mirá lo que me hizo! ¡Y vos no te rías, marmota! (PELEAN)

ANASTASIA: Yo me río todo lo que quiero, ¿sabes? (CANTANDO, SE BURLA)

“Al que quiera nadar un rato


Como el pato, como el pato,
Al que quiera nadar un rato,
como un pato, como un pez.”

“Al agua, pato, pato,


sin los zapatos, pato,
pato, al agua pato, pato,
y al agua, pez”.

MADRASTRA: ¡Bueno, silencio!... (LA TOMA DEL CODO, DESPECTIVA.) Cenicienta, siempre

la misma dormida, no hacés nada bien. Ahora como castigo, lavará s todos los ventanales de

la casa.

CENICIENTA: ¡Pero si los limpié ayer, señ ora!

MADRASTRA: ¡Dije todos, y ademá s, la terraza, el freezer, y el balcó n! No quiero oír una

palabra má s.

CENICIENTA: ¡Ufa, no es justo!

MADRASTRA: ¿Qué dijiste?

CENICIENTA: Dije... sí, señ ora. (AL PUBLICO) ¡La voy a denunciar al Sindicato!

GOLPEAN LA PUERTA, ANUNCIANDO:

VOZ DE LACAYO EN OFF: ¡Abran en nombre del rey!

MADRASTRA: ¡Cenicienta! Andá a atender, para eso está s.

LACAYO ENTRANDO, ALGO AMANERADO.

LACAYO: Vengo a entregar la invitació n para el baile real.

HERMANAS: Un baile, un baile. ¡Que emoció n!

TODOS SE ACERCAN AL PROSCENIO. SE VAN SACANDO LA INVITACIÓ N DE LA MANO, UNA A


LA OTRA, EN EL SIGUIENTE ORDEN: ANASTASIA A LACAYO, DRISELA A ANASTASIA,
LACAYO A DRISELA, Y MADRASTRA A LACAYO.

4
MADRASTRA: ¡Basta, chicas, basta!

LACAYO: ¿Dijo chicas?

(TODAS LO MIRAN)

LACAYO: Bueno, como usted diga, señ ora. ¡Buenos días!

(SALE. LAS CHICAS RIEN.)

MADRASTRA: (LEYENDO) Les dije que iba a ser un día especial. El príncipe nos hace el honor

de invitarnos al baile de esta noche, en el Palacio Real. ¿Qué les parece?

DRISELA: ¡Joya, vieja, joya!

ANASTASIA: ¡Tupun-tupun mamita!

MADRASTRA: Esta es vuestra oportunidad para enamorarlo y salvarnos para toda la cose-

cha… ¿Me comprenden, verdad?... Hace mucho tiempo que esperaba este momento. No po-

demos fallar, tienen que estar perfectas. Iremos de Shopping. (PAUSA) ¡Cenicienta, prepa-

ranos el carruaje que nos vamos al Alto.

ANASTASIA: ¡Mami, esto es maravilloso! ¡Al fin un baile real! ¡El príncipe será mío!

DRISELA: Mío, querrá s decir. (PARA SI) ¿Estará bueno el príncipe?

ANASTASIA: ¿Qué te importa, idiota, si no te va a dar pelota?

DRISELA: ¡A vos no te va a mirar, bigotuda!

ANASTASIA: ¡Bigotuda, las petunias!... Lo voy a conquistar con mis encantos irresistibles…

DRISELA: ¡Ja, ja, ja, con esa careta parece imposible!

ANASTASIA: ¡Mirá mamá lo que dice esta loca!

MADRA: ¡Termínenla!

ANASTASIA: Yo me voy a comprar un vestido de seda...

DRISELA: Aunque la mona se vista de seda, mona queda.

ANASTASIA: ... y zapatos de charol.

5
DRISELA: ¡Comprate la Prestobarba, mejor!

(SALEN DE ESCENA, AGARRANDOSE DE LOS PELOS)

CENICIENTA: ¿Y yo, voy a poder ir al baile, señ ora? (SUPLICANTE)

MADRASTRA: ¿Vos?... Ja, ja. Si terminá s todo lo que te mandé, y tenés algú n trapo razonable,

puede ser que vayas…. ¡Pobre chiruza, al baile real. ¡Ay, que tener vergü enza!

CENICIENTA QUEDA SOLA EN ESCENA.

CENICIENTA: Tengo que apurarme. Pero no. Es imposible que termine, con todo lo que

mandó esa bruja. Ademá s no tengo ningú n vestido de fiesta… ¿Qué voy a hacer? Tengo

tantas ganas de ir... Nunca fui a un baile...

(SE TIRA AL PISO A LLORAR)

ESCENA 2

BAJA LUZ APARECE UN HADA BAILANDO AL RITMO DE LA BANDA DOMINGUERA, TEMA


DE AMAPOLA. DEJA DE SONAR LA MUSICA CUANDO EL HADA HACE EL ADEMAN DE
ESCUCHAR.

HADA: (AL PUBLICO) Me parece que alguien llora... ¿Ustedes, escucharon algo? …Ah, Ahí

está ... (ACERCÁ NDOSE A CENICIENTA.) ¡Mi niñ a, no llores... ¡Mi niñ a, no llores!... ¡Che nena!

No llores má s, que mamita vino a ayudarte.

CENICIENTA: ¿Y vos quién sos?

HADA: Soy tu hada madrina, la que come mandarinas… ¿Por qué llorá s?

CENICIENTA: Esta noche hay un baile en el palacio, y mi madrastra no me deja ir. Tengo

que limpiar todo de nuevo, y ademá s, no tengo nada para ponerme.

HADA: Pero niñ a, con mi varita má gica “VARITAS”, arreglo todo al toque. Preparate.

(TOCA CON LA VARITA MAGICA SOBRE LA CABEZA DE LA JOVEN, MIENTRAS ELLA


CIERRA LOS OJOS, PERO NO FUNCIONA).

CENICIENTA: No pasa nada.

6
HADA: No puede ser. (DA OTRO TOQUE)

CENICIENTA: No funciona, y ¿ahora que hacemos? (ZAMARREANDO AL HADA)

HADA: (MIRANDO CON UN OJO A LA VARITA)

¡Uy, me olvidé de ponerle pilas! … Era una broma... ¡Andá a tu cuarto, que sobre la cama

hay un vestido de fiesta refashion, y unos zapatitos de Ricky Sarcany, espectaculares…

¿Y, qué tul?

CENICIENTA: ¡Sos una genia, hada madrina! ¡Genia total!

LA BESA Y LA HACE DAR VUELTAS, HASTA MAREARLA, LUEGO SALE.

CENICIENTA EN OFF: ¿Ah, pero có mo voy a viajar, Hada Madrina? ¿No trajiste una limu-

sina?

HADA: Esta piba pide demasiado… A ver que tenemos por aquí... Oh, esta calabaza está

perfecta.

(TRAE UNA GRAN CLABAZA QUE SE HALLA EN LA COCINA Y LA MUESTRA AL PUBLICO.)

Vamos a ver có mo esto se convierte en carroza de princesa. A la una, a las dos, y a las...

(TOQUE CON LA VARITA) ¡Uy, cierto que no andaba! ¡Ya sé!... ¡Cenicienta, en el fondo te

dejé la bicicleta. ¡Que te diviertas! ¡Esta noche vas a ser la Diosa del Baile!… ¡Ah, me

olvidaba! A las 12 tenés que volver…. Se rompe el hechizo y yo no me hago cargo, eh...

SUENA EL CELULAR DEL HADA QUE ESTA EN UNO DE SUS BOLSILLOS. ATIENDE.

¡Mandarina producciones!... ¿Quién habla? … ¡Adriá n Suar, ya voy para allá …. ¿Quién me

espera, Floricienta?... No, no. ¡Esta es la auténtica! Si, te lo aseguro. ¡Bye, bye! Pero antes…

COMIENZA A SONAR TEMA DEL HADA, CUANDO APOYA EL CELULAR Y SE SIENTA A LA


MESA. “HAY QUE CERRAR LOS OJOS” DE AMAPOLA. EL HADA CANTA Y BAILA. SE
DESPIDE. BAJAN LAS LUCES.

ESCENA 3

7
PALACIO.
SUENA DE FONDO UN VALS. APARECE EN ESCENA EL PRINCIPE SENTADO EN SU TRONO.
EL LACAYO, DEL OTRO LADO, SE MIRA AL ESPEJO DE MANO, COQUETO.

PRINCIPE: ¡Lacayo, el espejo!... ¡Lacayo, el espejo!... ¡Lacayoooooo!

LACAYO: ¡No me grite, que no soy sordo!

PRINCIPE: (MIRÁ NDOSE AL ESPEJO QUE LE SOSTIENE EL LACAYO. SE PEINA LAS CEJAS)

Bueno lacayo, al fin llegó la gran noche. ¿Invitaste a todas las jó venes del Reino, verdad?

LACAYO: Sí, mi señ or.

PRINCIPE: Espero encontrar a la mujer de mis sueñ os, y así convertirla en mi esposa. Si no

me caso, mi padre me echará del palacio. No quiere mantenerme má s. ¿A vos te parece?

LACAYO: También señ or...

PRINCIPE: ¿También qué?... Apenas tengo 30 añ itos.

LACAYO: Yo también lo espero, señ or. No quisiera quedarme en la calle. ¿Se imagina? El

lacayo en la calle….

PRINCIPE: ¿Qué hora es?

LACAYO: ¡Ay, señ or no sea ansioso! (SUENAN TROMPETAS.) ¿Qué le dije? En este preciso

momento, llegan los invitados…. ¡El lacayo nunca se equivoca!

SE DIRIGE A RECIBIR A LA MADRASTRA E HIJAS.

LACAYO ANUNCIANDO: ¡La familia Moró n Danga!

ENTRA LA MADRASTRA. ANTE EL PRINCIPE Y CON REVERENCIA EXAGERADA.

MADRASTRA: Mi príncipe, es un honor para mí, estar aquí esta noche.

(LE BESA LA MANO QUE EL PRINCIPE LE EXTIENDE).

PRINCIPE: Efectivamente, el honor es suyo.

MADRASTRA: (CON REVERENCIAS EXAGEGERADAS)

Le presento a mis dos hermosas hijas: Anastasia...

8
(ANASTASIA AVANZA HACIA EL PRINCIPE, LUEGO SU HERMANA)

PRINCIPE: ¡Su cara me da gracia!

MADRASTRA: ¡Drisela!

(ELLA LE AGARRA LA MANO PARA BESARLA)

PRINCIPE: (QUITA LA MANO CON ASCO) No me toque, me da viruela.

MADRASTRA: Señ or, ¿me haría el honor de bailar el primer vals con alguna de ellas?

SE PELEAN POR BAILAR CON EL PRINCIPE.

PRINCIPE: (SE APARATA.) ¡A´m sorry, me suena el celular...!

(AMAGA IRSE A ATENDER, PERO ANASTASIA LO TOMA DE UN BRAZO Y LO OBLIGA A


BAILAR, LUEGO DRISELA. SUBE EL VOLUMEN DEL VALS.

ENTRA CENICIENTA.

CENICIENTA: ¡Oh, esto es maravilloso! ¡Qué lugar, qué alfombras, qué lá mparas, mm, y qué

bíceps, digo... ¡Ahí está el príncipe!

EL SE CONGELA AL VERLA Y EMPUJA A ANASTASIA, TIRÁ NDOLA AL PISO. VA EN BUSCA


DE CENICIENTA.

PRINCIPE: (SILBANDOLA) ¿Y tú quién eres, hermosa joven?

CENICIENTA: No puedo decírtelo.

PRINCIPE: Pero dime... (CANTANDO) ¿Cuá l, cuá l, cuá l, es tu nombre?

CENICIENTA: Eso es un secreto.

PRINCIPE: ¿Y de dó nde vienes, si es que puede saberse?

CENICIENTA: A su debido tiempo...

PRINCIPE: (A PUBLICO) ¡Có mo les gusta histeriquear!... ¿Por lo menos bailas?

CENICIENTA HACE FONOMIMICA DEL TEMA DE BANDANA, “GUAPAS”.

CENICIENTA: …”Si tu quieres bailar... “

CENICIENTA CONDUCE AL PRINCIPE AL TRONO, EMPUJANDOLO SUAVEMENTE, LO


SIENTA Y BAILA PARA EL. LAS HERMANASTRAS BAILAN DETRÁ S DE ELLA,

9
QUERIENDO IMITARLA, EN FORMA TORPE. SE EMPUJAN, SE CAEN. QUIEREN
SEDUCIR, SONRIEN SIN DIENTES, ETC. CUANDO LA CANCIÓ N DICE: “¿QUERRAS
BAILAR?” SE ENGANCHA CON “NO SE TU”, DE LUIS MIGUEL. PRINCIPE Y CENICIENTA
BAILAN EL BOLERO. LA MADRASTRA AGARRA A LAS HIJAS DE LAS OREJAS Y LAS
LLEVA HACIA PROSCENIO.

MADRASTRA: ¡Pero qué les pasa, tontas, lerdas, torpes! ¿Có mo van a hacer semejante pape-

ló n delante del príncipe?

HERMANASTRAS: Es que….

MADRASTRA: ¡Vá monos de aquí, estú pidas! Se perdieron el candidato de sus vidas.

HERMANASTRAS: Es que….

MADRASTRA: ¡Vamos les dije!

SALEN DE ESCENA. SUENAN LAS CAMPANADAS.

CENICIENTA: ¡Son las doce!

PRINCIPE: Gracias, tengo reloj.

CENICIENTA: No, es que, es tarde. Debo irme...

PRINCIPE: Pero, bombó n, la noche está en pañ ales.

LACAYO: Lo siento, me tengo que ir.

PRINCIPE: Yo te llevo, muñ eca, con mi poderosa Ferrari roja, cruzaremos el viento a 200 kiló -

metros por hora…

CENICIENTA: ¡Adió s, príncipe!

(CENICIENTA SALE CORRIENDO, DEJANDO EL ZAPATO TIRADO EN EL PISO)

PRINCIPE: ¡No te vayas! ¡Por favor, no te vayas!... ¡Se fue!.... ¿No le gustará la velocidad?...

¿Y ahora, quien podrá ayudarme?

LACAYO: (ENTRA CON CAPITA ROJA Y ANTENITAS FOSFORESCENTES.) Yo, el lacayo

colorado...

(LACAYO Y PRINCIPE CRUZARAN LA ESCENA EN LINEA RECTA, PERO EN SENTIDO


CONTRARIO, MIENTRAS HABLAN.)

10
PRINCIPE: Dejate de bromas, que estoy desesperado. Acabo de perder a la mujer de mi vida.

LACAYO: Má ndele un mail.

PRINCIPE: No, ni siquiera sé su nombre.

LACAYO: ¿Una carta?... Conozco un chico que tiene moto...

PRINCIPE: ¿No te dije que no sé nada de ella?... No sé dó nde vive, ni quien es... Estoy má s

perdido que una aguja en un pajar, que turco en la neblina, que Hansel y Gretel…

LACAYO BUSCA EN EL PISO:

LACAYO: Oh, mire… un zapatito. ¿Será de ella?

PRINCIPE: ¡No, hombre, si va a ser mío!

LACAYO: Bueno, tampoco me agreda.

PRINCIPE OLIÉ NDO EL ZAPATO: Sí, es de ella.

LACAYO: Acá dice Ricky Sarcany. Entonces es de Ricky.

PRINCIPE: No digas pavadas. Te diré qué vamos a hacer... Recorreremos el pueblo, casa

por casa, hasta dar con la dueñ a de este zapatito.

(VA BAJANDO LA VOZ Y SALEN DE ESCENA. BAJAN LAS LUCES.)

Escena 4

CASA DE CENICIENTA. MAÑ ANA SIGUIENTE.


MADRASTRA DE PIE, EN LA CABECERA DE LA MESA, SUMA EN LA CALCULADORA.
LAS HIJAS, JUGANDO A PIEDRA PAPEL Y TIJERA, SENTADAS A LA MESA.

MADRASTRA: Mil quinientos cincuenta y tres pesos, con 13 centavos. ¿Se dan cuenta? ¡Qué

castigo con ustedes!.. ¡Hice de goma las tarjetas de crédito! ¿Para qué? A ver, digan, ¿para qué?

LAS DOS: ¿Para qué?

MADRASTRA: ¡Cierren el pico, marmotas!

ANASTASIA: Pero vos dijiste que digamos...

11
MADRASTRA: Ustedes dos no tienen arreglo ni salvació n… La oportunidad de esfumó de las

manos, cuando ésa cayó del cielo. Me pregunto quién será .

SONIDO DE UN CARRUAJE.

MADRASTRA: Me parece que alguien viene para acá .

PRINCIPE (A LACAYO, EN OFF): ¿Dó nde estará mi Ferrari, lacayo?

VOZ DEL LACAYO EN OFF: Tuvimos que empeñ arla, señ or. Pero el Mateo anda muy bien

¿No le parece?

GOLPEAN A LA PUERTA.

LACAYO EN OFF: ¡Abran, en nombre del rey!

MADRASTRA: ¡Rá pido niñ as, acomoden este desorden, que Cenicienta está castigada. La

mosquita muerta se quedó dormida esta mañ ana.

LAS CHICAS SE LEVANTAS, CORREN, SE CHOCAN. MADRASTRA VA A ABRIR LA PUERTA,


ENTRAN LACAYO Y PRINCIPE.

LACAYO: ¡Buenos días, señ ora! El príncipe busca a la dueñ a de este zapatito para hacerla

su esposa.

MADRASTRA: ¡Pero qué sorpresa, pasen por favor!

PRINCIPE LE EXTIENDE LA MANO PARA EL BESO.

Señ ora Moró n Danga.

MADRASTRA: ¡Mi Señ or, qué honor!

PRINCIPE: El honor es todo suyo.

MADRASTRA: Enseguida vienen mis hijas, seguramente es de alguna de ellas… ¡Hijas! El

príncipe desea verlas.

ENTRAN LAS HIJAS. LE TIRAN BESOS Y GUIÑ AN EL OJO A PRINCIPE.

¡Siéntense, por favor, niñ as!

12
PRINCIPE: Proceda lacayo, proceda.

EL LACAYO PRUEBA A DRISELA.

DRISELA: No busque má s, Milord, el zapato es mío… ¡Ay, no me apriete, que mi pie no es una

empanada!

LACAYO: ¡Pero qué quiere, si usted calza má s que yo!… ¿No quiere probarse el mío?

PRUEBA A ANASTASIA

ANASTASIA: Estoy segura que es mío, yo tenía uno igualito, igualito. ¡Ay, qué nervios!

LACAYO: No hay caso, tampoco entra.

ANASTASIA: ¿Qué no va a entrar? Lo que pasa es que tengo las uñ as largas, y un dedo martillo.

LACAYO: Le falta el clavo, entonces. (SE RIE)

PRINCIPE: No insista, no es suyo.

ANASTASIA: ¿Y si me las corto?

LACAYO: Má s que las uñ as, tendría que cortarse los dedos. (SE RIE)

PRINCIPE: He perdido las esperanzas. Ya no queda nadie a quien probá rselo. Esta es la

última casa del pueblo.

MADRASTRA Y LACAYO CORREN A LA SILLA LIBRE. SE SIENTAN JUNTOS EN LA MISMA


SILLA, Y EXTIENDEN SUS PIES.

MADRASTRA: ¿No quiere que me lo pruebe yo?

LACAYO: ¿Y si me lo pruebo yo?

PRINCIPE: No molesten con pavadas, la primera vez que encuentro a alguien que me inte-

resa, y la pierdo. En fin, será mi destino seguir solo en la vida. ¡Vamos, lacayo, no perdamos

mas tiempo!... Perdó n, señ ora, no volveremos por aquí.

AMAGA SALIR.

LACAYO: ¡Mi señ or!

PRINCIPE: ¡Vamos, te dije!

13
LACAYO: Ahora recuerdo esta casa… Vine en otra ocasió n. Había otra chica. (A MADRAS-

TRA) Señ ora, ¿no falta alguien aquí?

MADRASTRA: Nadie. Somos solitas, las tres. Soy viuda, así que...

PRINCIPE: Te dije que nos vayamos. No seas pesado.

LACAYO: Lo que usted dijo es que debía probarle el zapato a TODAS las mujeres, sin distin-

ció n de credos, razas, ni condició n social...

MADRASTRA: Debe estar confundido de casa... ¿Qué má s quisiera yo, no le parece?

PRINCIPE: ¿Vos ves a alguien, lacayo?… No hay nadie nadie má s. Gracias señ ora Moró n,

esta vez sí, nos vamos.

(AL LACAYO, QUE BAJA LA CABEZA DE MALA GANA)

Saludá a la Señ ora Moró n, y discú lpate con ella.

LACAYO: Hubiera jurado que...

SALEN. SE OYEN GOLPES EN LA PUERTA INTERIOR DE LA CASA Y GRITOS DE CENICIEN-


TA EN OFF.

CENICIENTA EN OFF: ¡Príncipe, aquí, aquí... ¡abran!

PRINCIPE: ¿Y esos gritos?… ¿Hay alguien má s en la casa?

LACAYO: ¿Vio, qué le dije?... ¡El lacayo nunca se equivoca!

MADRASTRA: ¡Ay, milord, es só lo la criada.

PRINCIPE: Déjela salir

MADRASTRA: Milord, pero si es imposible que sea de ella. ¿No cree?

PRINCIPE: En eso tiene razó n.

LACAYO A PRINCIPE (EN SECRETO): No se deje convencer, está mintiendo.

PRINCIPE: Bueno, bueno, déjela salir. Está encerrada esa muchacha. Así no se trata a la gente.

Abrale de todos modos, que quiero hablar con ella.

14
PRINCIPE: Si insiste... Chicas, liberen a Cenicienta, se ve que se quedó encerrada en el bañ o,

pobrecita...

HIJAS: ¡Pero mami...!

MADRASTRA: ¡Abran de una vez, y no se hable má s!

LAS HERMANAS TRAEN A CENICIENTA DE LOS BRAZOS, ENTRE LAS DOS.

CENICIENTA: (CON REVERENCIA) ¡Buenos días, Príncipe!

PRINCIPE: (SE AGACHA, BESA LA MANO) ¡Bongiorno, princhipesa!

(LACAYO TOMA LA MANO DE CENICIENTA Y LA SIENTA SUAVEMENTE, LUEGO LE PRUE-


BA EL ZAPATO, Y CENICIENTA SE PONE EL PAR QUE ESCONDIA EN LA ESPALDA. )

LACAYO: ¿Qué le dije? ¡El Lacayo nunca se equivoca!

PRINCIPE: ¡Al fin te encuentro, mi amor! Quiero que vivamos felices y que comamos perdi-

ces…. ¡Así lo dice el cuento!

CENICIENTA: Felices sí... ¿Pero no podemos comer otra cosa?

HADA: ¡Y colorín colorado, esta historia ha terminado!

TODOS SE TOMAN TODOS DE LA MANO Y SALUDAN AL PUBLICO. BAILE FINAL A TODA


ORQUESTA.

FIN

15

También podría gustarte