Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
BLACK
FEMINISM
TEORIA CRÍTICA,
VIOLENCIAS Y RACISMO
1
UNIVERSIDAD
NACIONAL
DE COLOMBIA.
BOGOTÁ D. c., 2 o I 9
CATALOGACIÓN EN LA PUBLICACIÓN UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Davis, Angela Yvonne, 1944-
Black feminism : teoría crítica, violencias y racismo / Angela Davis, Gina Dent ;
Mara Viveros Vigoya, editora. -Primera edición. - Bogotá : Universidad Nacional
de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, Vicetrectoría de Investigación.
Editorial, 1019.
164 páginas : ilustraciones en blanco y negro.
Incluye referencias bibliográficas e índice
ISBN 978-958-783-831-1 (rústica). -ISBN 978-958-783-831-9 (e-book). -
ISBN 978-958-783-833-6 (impresión bajo demanda)
1. Davis, Angela Yvonne, 1944- -Pensamiento polltico y social 1. Dent, Gina, 1966- -Pensamiento
político y social 3. Feminismo negro 4. lnterscccionalidad 5. Feministas - Condiciones sociales -
Estados Unidos
6. Discriminación racial 7. Movimientos de mujeres negras 8. Feminismo -
Condiciones sociales -Colombia l. Dent, Gina, 1966- 11. Viveros Vigoya, Mara,
1956-, editor III. Título
CDD-13 305-48896073 / 1019
BIAc/,ftminúm:
teoría crítica, violencias y racismo
111
Blackfominism e interseccionalidad de género, raza y clase
Angela Davis y Gina Dent
lil
El color de la violencia contra las mujeres
Angela Davis y Gina Dent
liil
Racismo de Estado y complejo industrial de las prisiones
Angela Davis
IIJIJ
Dilemas conceptuales en el Blackfeminism
Gina Dent
llll
Entrevista a Francia Márquez Mina
Blackfeminism y solidaridad transnacional
Mara Viveros Vigoya
IDI
Discurso de recepción del Premio Goldman Environmental
Francia Márquez Mina
[lli
Epílogo
Ochy Curiel y Franklin Gil Hernández
Presentación
11
Aunque generalmente se sitúa el surgimiento
del B/ackfrminism en la segunda mitad de la década
del setenta en los Estados Unidos, la historia de este
movimiento hunde sus raíces en las luchas libradas
por las mujeres negras estadounidenses durante
el siglo xrx, que incluyen su participación en las
redes clandestinas que organizaron la huida de los
esclavos desde los estados surefios hacia el norte
del país y en las campañas por el derecho al voto
para la población afroamericana y para las mujeres.
En la década de los ochenta esta corriente política
re-elaboró su propia genealogía, identificando los
puentes que la conectaban con estos movimientos y
luchas decimonónicas y sistematizó sus bases con
ceptuales alrededor del interrogante planteado por
la exesclavizada Sojourner Truth en 1851, "¿Acaso no
soy una mujer?". Mediante esta pregunta, formulada
de manera insistente al auditorio que la escuchaba
en la Convención de Mujeres en Akron, Ohio, el
29 de mayo de 1851, Truth confrontó la concepción
burguesa de la feminidad con su propia experiencia
como mujer negra, trabajadora incansable y madre
de muchos hijos vendidos como esclavos.
En 1981, bell hooks retomó esa pregunta en su
libro Ain't I a Woman?: B/ack Women and Feminism
que examina los efectos del racismo y el sexismo en
12
las mujeres negras y que sefiala cómo el movimiento
feminista de los setenta fue un asunto de mujeres de
clase media y alta en su mayoría blancas que, al no
articular al movimiento las necesidades de las mu
jeres pobres y no blancas, reforzaron el sexismo, el
racismo y el clasismo. La categoría "mujeres", sujeto
político del feminismo, fue socavada por el racismo
de ciertas militantes feministas que al considerar
que las luchas de las mujeres eran prioritarias res
pecto a las de las personas negras confirmaban que
las luchas por los derechos de las mujeres tenían un
sesgo blanco, mientras que las luchas por los derechos
de la gente negra tenían un bies masculino. Así lo
describe el título de la antología editada en 1982 por
Gloria Hull, Patricia Bell Scott y Barbara Smith: A/l
the Women Are White, A/l the Blacks Are Men, But
Some of Us Are Brave: Black Womens Studies (Todas
las mujeres son blancas, todos los negros son varones,
pero algunas de nosotras somos valientes: estudios
sobre mujeres negras).
Este antagonismo de intereses resurgió como un
lugar de tensión frente a la propuesta de sororidad
del movimiento de liberación femenina de los afios
setenta y ochenta, cuando, parafraseando el título
provocador de un texto de Hazel Carby, "¡Mujer
blanca, escucha!", las mujeres feministas africanas-
13
americanas exigieron que se reconociera el racismo que
operaba en sus relaciones con las feministas blancas.
Y al buscar construir herramientas para entender la
forma en que las opresiones de género, raza y clase
determinan las experiencias de las mujeres negras, el
proyecto del Blackfeminism constituyó un verdadero
giro teórico-político para el feminismo estadounidense.
En este contexto, surgieron propuestas como las del
documento pionero del Combahee River Collective,
uno de los grupos más activos del Blackfeminism de
los años setenta que rechazaba toda esencialización y
toda biologización (de sexo o color) de las políticas de
identidad, a favor de un análisis político-económico
de la dominación.
En ese mismo orden de ideas, el libro de Davis
titulado Mujeres, raza y clase, publicado por primera
vez en 1981, es una referencia insoslayable. Este libro
documenta con rigor los esfuerzos de las mujeres
negras por articular sus luchas y sus demandas con
los movimientos políticos que protagonizaron la
historia estadounidense desde comienzos del siglo
XIX. Este periodo abarca hechos tan diversos como la
implantación del sistema esclavista, los debates en el
seno del movimiento abolicionista, la cruzada contra
los linchamientos de hombres negros percibidos como
presuntos violadores, la campaña por el sufragio
femenino, las luchas obreras anteriores a la Segunda
Guerra Mundial y la segunda ola feminista. En este
trabajo Davis analizó con perspicacia los límites y
e:
las contradicciones internas que llevaron a muchos •O
***
El nombre de Angela Davis evoca distintas rea
lidades y temporalidades. La de la figura icónica del
movimiento del orgullo negro de los años setenta; la
de una teórica feminista que ha escrito algunos de los
textos más inquietantes y vigentes del pensamiento
feminista de los últimos treinta años; y la de la inves
tigadora y militante que ha participado desde 1997
en las actividades de la organización estadounidense
Critica} Resistance, dedicada al desmantelamiento
del complejo carcelario-industrial.
A Angela Davis se le han dedicado muchos es
critos y canciones. Para los jóvenes de la década del
17
setenta ella fue la destinataria de la "Canción para
Angela Davis" que compuso el cantautor cubano
Pablo Milanés en 1971, de "Sweet BlackAngel" de los
Rolling Stones en 1972 y de 'J\.ngela" de John Lennon
y Yoko Ono en el mismo año. Para los jóvenes de hoy
ella es la mujer a quien Yannick Noah, el extenista y
cantante francés, rinde homenaje con una canción
y un videoclip, titulados simplemente 'J\.ngela". Sin
embargo, lo que pocos saben o recuerdan es que un
escritor colombiano también le rindió homenaje a
su vida y obra, haciendo de ella un personaje de su
última novela. Se trata de Manuel Zapata Olivella,
uno de los más importantes representantes de la li
teratura afrocolombiana, autor de la novela Changó,
el gran putas, galardonada con distintos premios
internacionales. En la quinta parte de esta novela,
titulada "Los ancestros combatientes", Zapata Olivella
narra la gesta libertaria de los africanos-americanos,
la participación de sus líderes en las luchas populares
y los esfuerzos de sus poetas, músicos y escritores
por conquistar una autonomía espiritual y estética.
A lo largo de este capítulo desfilan los personajes
históricos que dan cuenta del papel de los Estados
Unidos en la diáspora del pueblo africano durante el
siglo xx. Los grandes héroes y las grandes heroínas
del pueblo negro, como Nat Turner, Sojourner Truth,
18
Harriet Tubman, Frederick Douglas, Booker Wash
ington, W. Dubois, Paul Robeson, Langston Hughes,
Marcus Garvey y Malcom X, son fabulados por el
narrador para dar voces de aliento y comunicar el •O
"ü
anhelo de la libertad a la protagonista, Agne Brown,
u
"'
un personaje mítico inspirado en Davis, y a sus con u
u"'
posición política, ha demostrado que no es exclusivo u
ni excluyente, y que por el contrario, fue una de las
primeras corrientes feministas que invitó a entender
y a percibir el racismo como una cuestión feminista.
Ya lo señalaba en 1979 Barbara Smith:
u
"'
como las que se dieron entre la Escuela de Estudios u
de Género y el movimiento social de mujeres negras,
afrocolombianas, raizales y palenqueras. Uno de los
mayores logros políticos de este evento fue haber
conseguido que cerca de cien mujeres de estos mo
vimientos y organizaciones de diferentes lugares de
Colombia (Atlántico, Bolívar, Cauca, Chocó, Caldas,
Nariño y Valle del Cauca), pudieran participar en
esta cátedra, beneficiándose académicamente de ella
y visibilizando al mismo tiempo sus aportes al mo
vimiento social de mujeres en Colombia. Me parece
importante reconocer y enfatizar la importancia que
tuvo la presencia de Davis y Dent para que estos
puentes fueran tendidos y transitados. Sus enseñanzas
fueron muy útiles para renovar los sueños de cambio
y para remozar los deseos compartidos de un mundo
mejor, más justo y amable para todas y todos.
Para la Escuela de Estudios de Género fueron im
portantes tanto las aportaciones académicas de Davis
y Dent como su curiosidad por nuestras realidades
sociales. Ellas nos hicieron partícipes desde el inicio
de estas jornadas de su compromiso de acompañar el
proceso de las comunidades de La Toma, Suárez, en el
departamento del Cauca para apoyar sus acciones en
defensa de su territorio ancestral. Este fue un ejemplo
concreto de sus perspectivas interseccionales y de
los vínculos que se pueden tejer entre las múltiples
violencias, como el sexismo, el racismo y la desterri
torialización de las comunidades negras colombianas.
A través de esta publicación, queremos compartir
el testimonio de una experiencia que erosionó las
fronteras entre lo académico y lo político, y renovó
el sentido de nuestras perspectivas académicas, po
líticas y éticas. En nueve años se han producido
cambios en lo que respecta al movimiento de mujeres
afrocolombianas, negras, raizales y palenqueras. El
conflicto armado y la depredación capitalista induda
blemente han afectado a todas las mujeres colombianas;
sin embargo, las mujeres negras han pagado costos
más altos en términos de desplazamiento, violencia
sexual, asesinatos selectivos y persecución política,
debido a su participación activa en la defensa de sus
tierras ancestrales. Esto es cierto especialmente en la
región del Pacífico colombiano, que dejó de ser una
zona periférica exenta de violencia para convertirse
en el escenario estratégico de un conflicto armado
que aún no termina. Estas circunstancias enfatizan
la importancia de considerar las especificidades de
las experiencias de las mujeres afrodescendientes que
..
e
el feminismo negro ha subrayado desde sus inicios. •O
·¡:¡
Al mismo tiempo, es un hecho que las mujeres w
e
afrodescendientes participan cada vez más en las "'uu
distintas movilizaciones sociales y políticas, formu
lando demandas precisas que transforman su estatus
de género dentro del movimiento afrocolombiano,
en toda su diversidad. Hoy, las mujeres negras, afro
colombianas, raizales y palenqueras tenemos una
presencia y una voz en la universidad que antes no
teníamos y reivindicamos nuestro propio espacio en los
discursos académicos para hablar de nosotras, desde
los conocimientos acopiados en nuestras múltiples
prácticas sociales y políticas.
Perseverar en este proyecto editorial me ha per
mitido prolongar el eco de una experiencia que fue
importante para mí y que desearía que les fuera útil
y placentera a mujeres y hombres jóvenes que se están
descubriendo hoy como "negras" y "negros". Estoy
convencida de que el encuentro con el pensamiento
de estas dos autoras, visionarias y poderosas, puede
propiciar y catalizar estos procesos y búsquedas de
referentes, tanto identitarios, en términos personales
y colectivos, como políticos.
29
Agradecimientos
Sin duda, una de las grandes satisfacciones de haber
podido realizar la cátedra inaugural de los estudios
de posgrados en Estudios de Género de la Univer
sidad Nacional de Colombia y esta publicación es
haberla hecho con un grupo de personas a las que
me vinculan múltiples afectos y convicciones. La
cátedra "Black feminism: teoría crítica, violencias y
racismo" no habría podido ser efectuada sin el trabajo
constante y el entusiasmo de un equipo convencido,
como yo, de la importancia y del significado de estos
eventos. Voy a acudir a una metáfora musical, la de
la orquesta de jazz, para hablar del trabajo colectivo
que se hizo en aquella ocasión, porque me siento
identificada con ese modelo de organización del
trabajo y con ciertas formaciones orquestales como
las que se utilizan en muchos estilos musicales de
la cultura afroamericana. La cátedra exigió, como
en los conciertos de jazz, acopio de imaginación y
capacidad de improvisación para utilizar saberes
y destrezas de modos inusuales. Así puede ser
descrito el trabajo del equipo organizador de este
evento, que como una buena orquesta de jazz tuvo
excelentes solistas, capaces de invención. Por eso
quiero nombrar y reconocer sus contribuciones: a
Ochy Curiel y a Franklin Gil quiero agradecerles
30
una vez más su trabajo, porque sin ella y sin él, el
evento no habría tenido el swing que lo caracterizó.
Extiendo mi reconocimiento al equipo de la Escuela
de Estudios de Género de ese momento, por sus
distintos aportes para que esta orquesta de jazz
pudiera tocar en buenas condiciones.
Para la compilación de este trabajo me beneficié
del trabajo de traducción simultánea de las dos
conferencias magistrales hecho por Laia Ribera; de
la traducción y transcripción del texto "El color de
la violencia contra las mujeres" por parte de Lorena
Aristizábal Farah; del trabajo de finalización de
traducciones incompletas, revisión y preparación del
primer borrador de este texto, efectuado por Mariana
Calderón Jaramillo; de la generosidad y solidaridad
"ancestral" de Francia Márquez Mina al brindarnos
la entrevista incluida en este volumen y compartirnos
el discurso que impartió cuando recibió el Premio
Goldman Environmental; de la transcripción de la
entrevista a Francia Márquez realizada por Jenny
Roncando; del epílogo escrito por Ochy Curiel y
Franklin Gil; del empeño y entusiasmo del equipo
editorial de la Facultad de Ciencias Humanas de la
Universidad Nacional de Colombia para que este
libro pueda ser publicado. ¡Que todas y todos se
sientan reconocidos y agradecidos!
31
Referencias
Brown, W. 1995. States of injury: Power and
freedom in late modernity. Princenton:
Princeton University Press.
Carby, H. V. 1997. White Women Listen!
Black Feminism and the Boundaries of
Sistcrhood. In Black British Feminism, ed.
H. S. Mirza, 45-53. London: Roudedge.
Combahee River Collective. [1977] 1988. Una
declaración feminista negra. En Estepuente,
mi espalda: voces de mujeres tercermundistas
en los Estados Unidos, ed. C. Morraga. San
Francisco: ISM Press.
Davis, A. [1981] 2004. Mujeres, raza y clase.
Madrid: Akal.
--. 2005. Abolition Democracy. Beyond Empire,
Prisons and Torture. New York, Toronto,
Londres, Melbourne: Seven Stories Press.
hooks, b. [1981] 2015. Ainí I a Wóman? Black
women andfeminism. New York, Londres:
Roudedge.
Hull, G., Scott, P. y Smith B. 1982. Ali the
Wómen Are White, Al/ the Blacks Are Mm,
But Some of Us Are Brave: Black Wómens
Studies. New York: The Feminist Press.
32
Rich, A. 1979. On Líes, Secrets and Silence.
Selected Prose I966-I978. Londres: W W
Norton & Co Ltda.
Smith, B. [1979] 1982. Racism and Women's
Studies. En Ali the �men Are White, Ali
the Blacks Are Men, But Some of Us Are
Brave: Black �mens Studies, ed. G. Hull,
P. Scott y B. Smith, 48-51. New York: The
Feminist Press.
33
ANGELA DAVIS
Q
uiero comenzar evocando la vida y obra de una
feminista negra, poeta, activista y escritora de los
Estados Unidos, me refiero a June Jorclan'. Cuando
ella se encontraba con alguien que estaba dispuesto a
apoyar el movimiento y las ideas antirracistas, y quizá
también las estrategias antisexistas, pero que vacilaba
en apoyar y expresar solidaridad con las campañas
en contra de la homofobia, ella siempre afirmaba de
manera tajante: "La justicia es indivisible. La justicia
es indivisible" . Y dado que la justicia indivisible no
puede reservarse para algunos y negársele a otros, no
existen -señaló a lo largo de su vida- jerarquías en
la justicia y en la igualdad. Cualquiera que adopte una
37
¡.,
zlll
o
z< lucha por la justicia de una comunidad debe asumirla
> de la misma manera por todas las comunidades.
"'
La justicia para las personas subordinadas por
el racismo no puede aislarse de la justicia para las
lll
\:1
z< personas que son objeto de discriminación en virtud
de su nacionalidad, su género o su sexualidad. Así, la
justicia para las personas desplazadas está relacionada
con la justicia para las personas indígenas, y esta se
relaciona con la justicia para la comunidad LGTBIQ,
que está relacionada con la justicia para el pueblo
palestino, etcétera, etcétera, etcétera.
Déjenme entonces repetir una vez más que no
existen jerarquías en la justicia. Nuestro marco teórico
y práctico de interpretación sobre la libertad debe ser
lo suficientemente amplio para incluir a todas y cada
una de las comunidades de seres vivos. Y quiero decir,
tanto los humanos como los no humanos.
Al respecto del Blackftminism quiero comenzar
por señalar que las teorías académicas asociadas a
este, y a aquello a lo que nos referimos en la academia
norteamericana como el feminismo de las mujeres de
color, han estado siempre profundamente asociadas
a las estrategias de activismo del feminismo. Creo
que puedo destacar este argumento de manera más
convincente contándoles la siguiente historia, y voy
a comenzar por mí misma: estuve presa por cargos
lll
>
de secuestro y conspiración. Enfrenté la pena de <
N
,e
muerte por estos cargos y la gente de todo el mundo, �
incluyendo la de Colombia, estuvo involucrada lll
z
en la campaña por mi liberación. Mientras estaba •llll
llll
encarcelada, alguien me llevó un periódico creado Q
Q
recientemente por un grupo de mujeres radicales de <
Q
:¡
color. Era 1970, el año de la guerra de Vietnam -es <
z
importante señalar la fecha-. El grupo que produjo o
u
el periódico se llamaba Third World Women Alliance .,
lll
1111
lll
(Alianza de Mujeres del Tercer Mundo). El nombre ¡...
del periódico era Triple ]eopardy (Peligro Triple) y en lll
�
la parte de arriba estaba escrito: "Racismo, sexismo e l:?
�
imperialismo". Por supuesto, el triple peligro al que �....
hacía referencia el eslogan era la subyugación del ra ti
cismo, la discriminación del sexismo, la explotación :s
del capitalismo y la dominación del imperialismo. Ya
en la década de los setenta el objetivo de este grupo
era considerar la interconexión e imbricación de todas
estas formas de dominación. Lo que resulta impor
tante porque ocurrió mucho antes del surgimiento
del concepto "interseccionalidad ,,. en la academia.
39
Ahora, como mencioné, el año en el que se fundó
el periódico Triple]eopardy fue 1970. Quiero presentar
algunos elementos sobre el contexto de este periódico
y la organización con la que era asociado. Para esto
tenemos que devolver el reloj aún más. Tenemos que
volver a la década del sesenta, especialmente a 1964.
En este año se declaró el Verano de la Libertad. Fue
el verano en el que un gran número de estudiantes y
trabajadores de los Estados Unidos decidieron pasar
sus vacaciones organizándose en contra del racismo.
Se organizaban, específicamente, en torno al derecho
al voto en Alabama -estado en el que nací-,
Georgia, Mississippi y Luisiana. Las mujeres eran las
principales organizadoras, tanto en el movimiento
estudiantil que se llamaba el "Comité no violento
de coordinación", como en la Organización Martin
Luther King, que era un escenario de confluencia de
varias organizaciones. Ahora, todo el mundo conoce
el nombre de Martin Luther King, ¿verdad? Pero,
¿quién sabe algo de Ella Babar, o de Ruby Doris
Smith Robinson, o de Jo Ann Robinson, quien fue la
mujer que realmente organizó el primer gran evento
en el movimiento de los derechos civiles, el boicot
42
cuando así lo escogieran las mujeres. Y como lo señalé,
la campaña de esterilización en Pueno Rico coincidía
con el desarrollo de las compañías farmacéuticas que es
taban experimentando con las pastillas anticonceptivas;
muchas de las pastillas que toman ahora numerosas
mujeres en el mundo son producto de la experimen
tación sobre los cuerpos de mujeres puenorriqueñas.
Así, la pregunta que estaban enfrentando en este
momento las activistas feministas negras y del tercer
mundo era cómo poner juntos todos estos asuntos.
Ellas no asumían, como sí lo hacían otras activistas,
que la única manera de llevar a cabo campañas exi
tosas era mediante la separación de problemáticas y
de pensar en un solo problema a la vez. Esa era la
manera de pensar de, por ejemplo, las organizaciones
del movimiento de liberación de las mujeres, quienes
declaraban: "nuestro énfasis debe ser en las mujeres".
Pero, (de qué mujeres estaban hablando? "Tienes que
escoger -yo misma recuerdo que muchas veces me
dijeron esta frase-, tú debes escoger si eres una mujer
o si eres negra, si quieres luchar en contra del sexismo,
o si quieres luchar en contra del racismo". Entonces, lo
que era tan interesante de este nuevo enfoque es que
estas activistas estaban diciendo "Nosotras no vamos
a escoger. De hecho, lo que queremos es encontrar la
manera de pensar todos estos problemas en conjunto
43
zOl
f-,
Q
<
z y de luchar en contra de todos estos asuntos a la vez".
:,. La gran pegunta era entonces la de las interconexiones
CI)
GINA DENT
47
afirmación puede ser tomada muy frecuentemente
como una excusa para la autoindulgencia y para esa
mirada autorreferente del feminismo que se concentra
en contar siempre las historias propias. Y esto es muy
complicado cuando lidiamos con un marco interpre
tativo interseccional; cuando tratamos de percibir el
horizonte no solo de aquellas opresiones de las que
solemos hablar, sino también de aquellas que hasta
ahora estamos comenzando a ser capaces de articular.
Entonces, la idea de que "lo personal es político" puede
llegar a ser muy importante en el proceso de permitir
que ciertas personas puedan hablar y manifestarse
en público, pero también puede enmascarar otras
experiencias o prácticas de dominación. Y tenemos
que estar atentos ante ambas posibilidades.
Quiero retar esta idea de que lo personal es po
lítico y reflexionar de qué otras maneras podemos ser
políticos. Podemos movernos desde nuestras propias
experiencias, pero también tenemos que considerar
aquellas experiencias que no hemos tenido; espe
cialmente tenemos que intentar reconocer lo que en
el lenguaje académico llamamos "lo subalterno", la
perspectiva subalterna. A veces se hace un uso de esta
categoría desde los aportes de Antonio Gramsci, y la
feminista de la que hemos recuperado esta categoría
desde Gayatri Spivak, una de mis maestras favoritas.
"'
lll
u
>
Ella usó el término "subalterno" para marcar aquello <
N
que no podemos ver. Escribió un muy famoso ensayo, �
o
"'
hace más de veinte años, llamado "¿Puede hablar el lll
z
sujeto subalterno?". Como sabrán, mucha gente está •llj
l.?
lll
confundida con este artículo, algunos creen que lo o
o
que ella quiso decir es que el subalterno no puede <
o
hablar. Pero lo que estaba intentando expresar es :i<
z
que el dominante no permite que el subalterno sea o
u
escuchado, y es nuestro trabajo, especialmente en la
"'
"'
lll
lll
universidad, como dominantes, hacer que sea posible
empezar una conversación con el subalterno. Esta lll
49
¡.,
:z:Jll
Q
<
:z: principalmente porque también parece derivada de
>< la práctica colonial, era una manera equivocada de
"'
Q
llamar algo relacionado con las mujeres de Estados
Unidos, aun cuando quería preocuparse por las mujeres
Jll
IJ
:z:< de otras partes del mundo, especialmente las del Sur.
Así que ahora no usamos mucho este término, a no
ser que dé cuenta de una solidaridad real con otras
luchas de las mujeres en el sur global, relacionadas con
lo que ahora llamamos el feminismo transnacional.
El feminismo transnacional se conoce por muchas
prácticas diferentes y diálogos académicos; algunas
veces es un concepto que está mal visto, dado que por
lo general son las élites del feminismo conversando
entre sí: podrían ser las Naciones Unidas o podrían
ser profesoras viajando a otros países para conocerse
entre ellas, lo que por supuesto es maravilloso. Sin
embargo, esto no es exactamente lo mismo que la
articulación entre activistas que, muy frecuentemente,
no gozan de esas mismas libertades para viajar;
cuando la lucha por representar sus preocupaciones
es mucho más difícil.
Así que quise empezar por estas primeras notas
porque por supuesto quiero celebrar mi feminismo, me
siento orgullosa de venir de esta tradición que incluye
mujeres extraordinarias, quienes transformaron cier
tamente a los Estados Unidos, y de muchas maneras
so
a otras partes del mundo. Pero a la vez quiero ser una
aprendiz, quiero ser una espectadora y poder tener
esas conversaciones que son las más difíciles de tener.
La conversación que es más difícil de sostener, a la
que no me referiré ahora pero sí más adelante, es la
conversación sobre las religiones y las diferencias entre
ellas. Especialmente, las diferencias entre la tradición
musulmana y el cristianismo, que están en el centro de
los problemas de los Estados Unidos y, por supuesto,
cada vez más, del resto del mundo. Esas diferencias
no se refieren sólo a las prácticas religiosas distintas,
sino también a las diferencias en la definición de
qué es lo no secular. Existen diferentes culturas del
secularismo atadas a diferentes comunidades, y estas
son, primordialmente, las comunidades que están
en conflicto. Esto no sólo determina las prácticas
propiamente religiosas sino también aquellas que
tienen que ver con el ejercicio de la política. Creo
que este feminismo del que hablo trata entonces de
propiciar esos diálogos con las experiencias y luchas
de otros y otras.
Me gustaría mencionar otras mujeres negras que
han contribuido a la formación y difusión de estas
ideas, mis ancestras, no de sangre, sino del feminismo
negro. La mayoría de ellas son escritoras, aunque no
51
...z
Ol
Q
<
z las voy a mencionar a todas porque no todas han sido
:,.
igual de importantes para mí.
Barbara Christian, por ejemplo, quien fue mi
maestra, profesora de estudios africano-americanos
Ol
t,
z< en la Universidad de California, en Berkeley. Con
su trabajo pionero sobre la literatura feminista negra
estableció las bases para el desarrollo del estudio
académico del feminismo negro. Christian se com
prometió por muchos años con la enseñanza de los
trabajos literarios de muchas mujeres de color y del
Caribe, en un momento en que el trabajo de estas
escritoras era muy poco conocido, y solo podía encon
trarse si se sacaba una fotocopia de sus libros, porque
habían dejado de imprimirse. También menciono a
otras feministas negras como Audre Lorde, Kimberlé
Crenshaw, Patricia Wtlliams, Dorothy Roberts, Isabelle
Gunning y Cheryl Harris. Me detengo en Harris,
aunque podría mencionar otros nombres, porque ella
publicó exclusivamente en medios académicos relacio
nados con el derecho y es poco conocida por fuera de
ellos. Harris escribió un artículo bastante influyente,
publicado por primera vez hace casi veinte años, que
se titula "Whiteness as property" (La blanquidad
como propiedad), sobre el cual me gustaría hablarles.
Se trata de un artículo largo que inicia con un
relato en primera persona de la historia de su abuela,
52
"'<
111
,-1
>
una mujer que lograba "pasar" por blanca, dado que su <
N
color de piel era bastante claro: su abuela era alguien
que podía "pasar" por blanca, aun en los Estados 111
z
Unidos, donde rige la regla de la gota de sangre (para -111
111
proteger la pureza racial) y puede percibirse cualquier Q
Q
gota de sangre negra. Entonces, su abuela se hacía <
Q
:¡
pasar por blanca, pero no por razones familiares o <
z
sociales sino porque era la única manera de obtener o
u
un trabajo decente para sostener a su familia. Así
"'
"'
111
111
que durante el día ella trabajaba en una tienda en
la que era considerada blanca y al anochecer volvía 111
�
a su casa con su familia, a vivir en un barrio negro. �
Sé que esto puede ser considerado por algunas de
"'
ustedes como una historia de negación, pero puedo
asegurarles la dura realidad de muchas personas que
vivieron esas experiencias.
Para Harris era muy importante, como miembro
de un grupo que se conformó durante ese tiempo, más
conocido como el grupo de la "teoría crítica racial ",
hablar no solo de nuevos temas, sino explicarlos a
través de una perspectiva y metodología nuevas. Ella
empieza este artículo sobre el carácter blanco de la
propiedad en los Estados Unidos con un relato en
primera persona sobre su propia abuela, y a través
de este integra todos los argumentos y proporciona
evidencia de la vida real para apoyar sus argumentos
53
¡..
zIOl
Q
<
z al respecto. Sin embargo, como esto podría ser insu
¡;
> ficiente para explicar el tema, se extiende para hablar
"'
sobre la historia de las leyes de propiedad en los Estados
Unidos, desde el periodo colonial hasta el presente,
IOl
t.,
z que era en ese entonces el principio de la década de
<
los noventa, y explica por qué es necesario que en su
país haya acciones afirmativas. Harris escribió este
artículo en un momento en el que muchas personas
en los Estados Unidos experimentaban el racismo,
pero en cual también se consideraba que se debían
desmantelar las acciones afirmativas, porque ya no
eran necesarias, dado que ya teníamos todo tipo de
privilegios, sobre todo interpersonales: podíamos
usar el mismo baño, ir al mismo banco, transitar la
misma calle que las personas blancas.
Ahora, cuando se habla del presidente Barack
Obama como el mandatario del fin del racismo,
deberíamos volver a analizar cuál es el espíritu del
racismo. ¿Creen ustedes que el hecho de que tengamos
un presidente negro significa que el racismo ha dejado
de existir? Volviendo a Harris, ella argumenta que
estos cambios y ansiedades que despiertan las acciones
afirmativas en la sociedad actual no tienen que ver
con los aspectos más importantes del racismo, los
que se relacionan con la historia de los derechos de
propiedad de los blancos en Estados Unidos. Sus
54
derechos a comprar y vender personas negras provi
nieron del hecho de ser blancos, y ellos asumieron
que, como tales, tenían derecho a hacerlo. Ese derecho
significó que ellos (los blancos) tuvieran acceso a más
riquezas, a industrias, y pudieran ser capaces de tener
eso que han mantenido por muchas generaciones, una
mayor riqueza con respecto a los demás; pero significó
también la imposibilidad de las personas negras para
lidiar con la pobreza de la misma manera en que las
personas blancas lo hacían. Porque cuando ganas un
salario pero tienes que mantener a muchas personas,
a muchas generaciones, no puedes tener tanta riqueza
como tus vecinos o incluso como la persona sentada
al lado tuyo en un salón de clases, si es alguien que
recibe un ingreso y no sostiene a sus padres.
Era necesario que alguien explicara, como lo hizo
Harris, por qué las teorías sociológica y económica
habían estado tan equivocadas, por qué la teoría
cultural estaba equivocada y no estaba respondiendo
por la carga que dejó la historia de la propiedad. Esa
superioridad económica, social y política de los blancos
tiene una historia. Así que quisiera terminar introdu
ciendo este concepto de la blanquidad (whiteness) no
como algo que tiene una persona. De forma individual,
sino como una forma de propiedad que se acumula
y puede ser utilizada como ventaja. Quiero terminar
f-,
z
¡¡¡
<
z señalando que la referencia de Harris a la blanquidad
> no es una referencia a lo que es personal o individual,
"'
al estilo de decir "yo soy blanca", en caso de que lo
fuera (blanca), sino por el contrario es una forma de
¡¡¡
� mencionar algo que es una forma de propiedad, la
z
<
blanquidad, y que como tal puede ser intercambiada
por otras formas de propiedad. Esto, me parece, es
un aspecto muy poco tenido en cuenta, aunque es
muy importante para la teoría del feminismo negro
que conozco. Y me parece increíblemente importante
tenerlo en consideración, dado que aquí en Colombia
la desterritorialización, la pérdida de la propiedad,
son temas que requieren ser pensados, y corresponden
a algunas de las preguntas que se encuentran en el
núcleo mismo, en el corazón, del feminismo negro.
ANGELA DAVIS
59
¡..
z¡,¡
<
z Empezaré por explicar por qué tantas activistas y
> académicas sintieron en ese momento la necesidad de
"'
desarrollar una conversación sobre la violencia en ex
tenso. El movimiento de mujeres que emergió durante
¡,¡
\!I
z< finales de los sesenta, específicamente en 1967, 1968
y 1969, que en esos días era llamado el movimiento
de liberación de las mujeres (Women's Liberation
Movement) fue, en gran medida, una respuesta a
dos temas de gran envergadura que involucraban la
violencia infligida a los cuerpos de las mujeres. El
primero era la violencia doméstica y el segundo era
la violación, y otras formas de abuso sexual. Ambas,
la violencia doméstica y la sexual, eran consideradas
en esa época asuntos a ser resueltos en el ámbito
privado, eran asuntos personales. Claramente, el
eslogan del movimiento feminista, "lo personal es
político", emergió en gran medida de un esfuerzo
por politizar estas dos formas de violencia contra los
cuerpos de las mujeres.
60
"'lll
"'lll
De manera que las primeras demandas de este "'
movimiento giraron alrededor de lo que se consi
:i
deraba una necesidad: criminalizar la violencia contra z
ou
las mujeres. Eso es, que estas formas de violencia
debían ser reconocidas como crímenes que debían ü
zlll
ser combatidos por el sistema judicial y las cortes. Y ,.¡
o
este es quizás uno de los ejemplos más dramáticos de
>
:i
lo que se quería decir con el eslogan "lo personal es lll
o
político". Por ejemplo, frecuentemente, en los casos en "'
o
que las mujeres eran golpeadas por sus compañeros, ou
,.¡
sus esposos o sus novios, se llamaba a la policía, y lll
61
...
¡..
z
Q
<
z de lidiar con los límites de este tema, las demandas
> del movimiento feminista exigían la criminalización
"'
de la violencia sexual.
Ahora, ¿por qué fueron tan pocas las mujeres
...
�
z negras involucradas en estas campañas en sus co
<
mienzos? ¿Por qué las mujeres negras se negaban a
aceptar un movimiento que exigía más intervención
policial? Las feministas negras en ese tiempo, hacia
finales de los sesenta y principios de los setenta, a
menudo argumentaban que necesitábamos un aná
lisis mucho más profundo de la violencia. De hecho,
con respecto a la violencia sexual y a la violación,
señalábamos que la tradición que había surgido de
la esclavitud le daba el derecho al amo de la esclava a
infligir violencia sexual en su cuerpo. En realidad, no
era tanto una dinámica "privada" o "personal", sino
que, de hecho, era una dinámica institucionalizada
en la esclavitud. En ese periodo también señalábamos
que el cargo de violación usado en contra de los
hombres negros era a menudo una forma grave de
racismo. El vasto número de hombres negros que fue
liberado en el periodo posterior a la esclavitud fue a
menudo víctima de la afirmación de haber violado a
una mujer blanca. De este modo, el uso racista del
cargo de violación complicaba aún más nuestro en
tendimiento de la violencia sexual hacia las mujeres.
En la conferencia "The color of violence" (2000)
argumenté algunas de estas cuestiones, de las que :l
retomo el siguiente planteamiento2 : :z:
uo
Necesitamos un análisis que no profundice :z:111
el proceso conservador de secuestrar millo .¡
o
nes de hombres de color de acuerdo con los >
:l
mandatos contemporáneos del capital globa 111
Q
¡,¡
<
z GINA DENT
>
"'
Q
uiero hacer una transición a partir del término
<
..,¡ de Angela Davis del contínuum de castigo,
¡,¡
z<
t.,
desarrollado en su conferencia "The color of violen
ce". Este fue un concepto diseñado para ayudar a
expresar teóricamente la conexión entre dos formas
de violencia: la violencia interpersonal, que a menudo
se entendía, en especial antes del feminismo, como
violencia "privada'', y la otra clase, incluyendo la
violencia de Estado, que tendemos a pensar como
pública. Para conectar estas dos, Davis se refería a
ellas como un contínuum, en el que ambas están ínti
mamente relacionadas entre sí. Así, en la perspectiva
feminista tenemos que considerar todo el espectro
de la violencia, por lo que la noción del contínuum
del castigo ayuda a desestabilizar el racismo dentro
de las prácticas feministas, así como a perturbar el
sexismo y el patriarcado dentro de los movimientos
antirracistas y antiviolencia.
Para entender el significado de este contínuum
resulta provechoso conectar en el pensamiento propio,
en las luchas activistas y en la investigación académica,
los dos polos o clases de violencia. De manera que
introducir el contínuum del castigo es expresar la
conexión entre, por un lado, la violencia interper-
68
sonal, y por el otro, otras formas de violencia, ya "'
<
sean las de Estado u otras, que incluyen la guerra o
el abuso policial, o aquellas a las que están expuestas z
ou
las comunidades tradicionalmente afectadas por el
sistema judicial. ü
z
Entonces, este es un término que necesitamos ...,
¡,¡
o
utilizar porque no nos permitirá olvidar el otro polo.
>
:i
Así que, si nos centramos por ejemplo en la violación, ¡,¡
Q
"'
recordaremos la guerra. Si nos concentramos en la o...,
violencia doméstica, recordaremos que los guardias ou
...,
en las prisiones a menudo abusan de las prisioneras. ¡,¡
71
Así que la pregunta que nos estamos haciendo,
junto con las mujeres involucradas en juicios inter
nacionales, es si esta es o no la forma de justicia que
queremos. Queremos el reconocimiento de estas
violencias, pero también queremos una transición
hacia una forma menos retributiva de justicia, una
que restaure el equilibrio. Esta lucha internacional es
también doméstica para nosotras en los Estados Unidos,
y está incorporada incluso en nuestras leyes nacionales.
Por ejemplo, contamos con la ley "Violence
Against Women Act'' (Acta de la violencia contra
las mujeres) que fue desarrollada y aprobada como
resultado de numerosas luchas activistas en los úl
timos veinte años. Una ley federal que fue diseñada
supuestamente para proteger a las mujeres de formas
específicas de violencia, algunas de las cuales están
hiperbólicamente representadas o sobrerrepresentadas
-es importante reflexionar sobre esta ideología de
proteger a las mujeres, basada en la noción de que
las mujeres siempre deben ser protegidas, y lo que
significa en términos de cómo son percibidas-. Por
ejemplo, hay una sección de la Ley que se enfoca en la
mutilación genital femenina, específicamente, como
el resultado de un problema muy complicado que
afecta mayoritariamente a las mujeres inmigrantes,
principalmente de África y de Oriente Medio, donde
72
esta práctica es representada como la forma más ex
trema de violencia y como una experiencia que va en :i
contravía del carácter estadounidense. Al respecto, z
o
Isabelle Gunning3 escribió un excelente artículo, u
"Female Genital Surgeries and Multicultural Fe u
lllz,-l
minism: The Ties That Bind; The Differences That o
Distance" (1995), en el que presenta una perspectiva >
:i
analítica balanceada sobre este tipo de violencia a lll
o
partir de una reflexión feminista multiculcural que .,=
o,-l
busca dilucidar lo que une y lo que separa a las mu o
u
,-l
jeres de diversos orígenes. Es importante reconocer lll
que efectivamente existe violencia en este acto de las
mutilaciones genitales, pero también, que es necesario
aterrizar este reconocimiento en un contexto de mayor
amplitud cultural. Por ejemplo, llama la atención
que se mencione este tipo particular de violencia
en una ley estadounidense, lo que hace pensar que
esta referencia específica juega un rol muy extraño
en ella. La mención de este acto particular en una
ley de Estados Unidos constituye una declaración
73
racial y cultural muy particular, porque muchas
otras formas de violencia, como el abuso policial, no
se mencionan, no se señalan, mientras que hay una
sobrerrepresentación de ciertas formas de violencia,
como por ejemplo, la esterilización.
De la misma manera que ocurre en la situación
que describía anteriormente, con el derecho inter
nacional, en los Estados Unidos también encaramos
esta lucha; nos organizamos para contrarrestar la
idea de que solo esas formas de violencia, como
la mutilación genital, son significativas para las
mujeres y para señalar que lo que necesitamos no
es el fortalecimiento de las funciones policiales, ya
que una de las mayores consecuencias de esta ley
es que muchos departamentos de policía recibieron
fondos adicionales para fortalecerse. Además, como
afirma Davis, sabemos que hay muchas razones por
las que, como mujeres negras, y como muchos otros
tipos de personas, no quisiéramos un aumento en la
financiación y apoyo a la policía. Así que estas son
algunas de las muchas razones por las cuales estamos
en esta campaña promovida por el colectivo Incite!
74
Referencias "'
Davis, A. 2000. The Color of Violence Against
:s
;:¡
Women. By Angela Davis, keynote address f-,
z
o
at che Color of Violence Conference in Sanca u
<
Cruz, Colorlines. Disponible en http://www. ü
z
¡,:¡
harcford-hwp.com/archives/45a/582.hcml ,_¡
>
o
Gunning, l. R. 1995. Fema! Genital Surgeries and
:s
Mulciculcural Feminism: The Ties That Bind; ¡,:¡
Q
75
ANGELA DAVIS
79
el Estado ha relegado a los márgenes extremos de la
sociedad, sino que también puedo aprender impor
tantes aspectos sobre la forma en que la violencia
estatal funciona en ese país. Además, hay una razón
personal para visitar las prisiones en tantos lugares
del mundo como me sea posible: el 13 de octubre es
el aniversario de mi encarcelamiento en 1970, cuando
fui fraudulentamente acusada de arresto, secuestro y
conspiración -tres crímenes capitales-. A pesar de
que era inocente de esos cargos, sabía que me había
convertido en un objetivo político del gobierno, para
enviar un mensaje de terrorismo de Estado contra
las mujeres jóvenes, en especial contra las mujeres
negras jóvenes.
Mi encarcelamiento y juicio duraron 18 meses.
Pero difícilmente pasa un día en el que yo no piense
en dónde podría estar ahora, si no hubiera sido por
el hecho de que millones de personas alrededor del
mundo se unieron en un movimiento para demandar
mi libertad. Y se me ha dicho que aquí, en la Uni
versidad Nacional de Colombia, fueron muchos los
estudiantes que de manera militante exigieron mi
libertad. Así que quisiera aprovechar esta oportunidad
para agradecerle a todos los colombianos, a aquellos
que todavía están con nosotros, y a aquellos que ya
fallecieron, por el papel que jugaron en el vasto mo-
80
"'111
z
o
;;;
vimiento de solidaridad internacional que permitió ;.¡11,
"'
mi liberación. :i
111
Menciono esto porque quiero que sepan que no Q
..i
me he olvidado de quienes he dejado atrás. No me he <
;.¡
olvidado de los 9,25 millones de personas que están "'::>
¡..
Q
tras las rejas en el mundo. No me he olvidado de �
o
los 2,4 millones de personas tras las rejas en Estados ;;¡,
..i
Unidos, y de las más de 75.000 personas que están
11,
:g
tras las rejas aquí en Colombia'. Así que tomaré uo
:,.
as
La razón citada para la construcción de estas
nuevas cárceles es aliviar el hacinamiento. Cual
quiera que alguna vez haya estudiado las cárceles
y las prisiones sabe que construir nuevas cárceles y
prisiones solo lleva a la construcción de nuevas cár
celes y prisiones. Primero se alivia el hacinamiento,
y luego, esa misma facilidad empieza a presentar
hacinamiento, entonces construyes otra cárcel y esa
también empieza a tener hacinamiento. Esta es la
razón por la cual en los Estados Unidos hay ahora 2,4
millones de personas encarceladas, la vasta mayoría
de las cuales son negras o de color.
Ahora bien, antes de continuar, quisiera citar
un comunicado que los presos políticos colombianos
publicaron hace un año en el Día Internacional de
la Mujer:
Q
�
o....
Ellos continúan señalando el impacto particular lll
,.¡
11,
de las mujeres y dicen que: J
ou
>
88
"',.¡
"'
Nos describimos colectivamente como aboli ¡;¡"
"'
cionistas del siglo XXI. Ahora bien, el abolicionismo
,.¡
del siglo XIX apuntaba hacia la eliminación legal de Q
,.¡
<
la esclavitud, lo que no quiere decir que todos los ¡;¡
aspectos de la esclavitud fueran abolidos. De hecho, "'
Q
en Estados Unidos y en otras partes del hemisferio, z
o....
incluida Colombia, si no estoy mal, vivimos perse ,.¡
,.¡
guidos por el fantasma de la esclavización, por los J
ou
sedimentos de la esclavización y los poderosos vestigios >
de la colonización que permanecen muy presentes en o
Q
o
Pero el punto que quiero argumentar es que la >
vigilancia racializada tiene más relación con quienes o
o
están tras las rejas que con actos criminales. Muchos "'lll
lll
estudios señalan que la raza es un determinante muy o
o
poderoso de quién va a prisión y quién no. "'
De manera que mientras exploramos la estructura
de lo que llamamos el complejo industrial peniten
ciario, es importante reconocer cuán rentable se ha
vuelto el encarcelamiento. El castigo es una industria
vasta que genera enormes rentas para un gran número
de corporaciones. Si la esclavitud racializada fue tan
rentable que resultó ser el factor clave en el surgimiento
del capitalismo industrializado6 , entonces también
podemos decir que las prisiones en el siglo XXI son
tan rentables que se han convertido en la base de
91
una compleja red de instituciones que llamamos el
complejo industrial penitenciario. El racismo ayuda
a generar ganancias.
Sin embargo, la relación entre el racismo y la
ganancia no es simple. Para entender por qué este
sistema industrial penitenciario global, que está com
plejamente impulsado por el racismo, ha surgido desde
finales del siglo xx y principios del XXI, tenemos que
analizar los cambios en la estructura del capitalismo
durante este mismo periodo. No es un accidente
que la era que presenció la expansión de las institu
ciones de encarcelamiento desde 1980 en adelante,
a la que llamamos la era Reagan-Bush -el primer
Bush, George H. W. Bush- sea también la era de
la desindustrialización, en la que la manufactura se
transportó desde los continentes del norte hacia los
del sur. Fue también la era del desmantelamiento del
Estado de bienestar y del ajuste estructural en África,
Latinoamérica y otras partes del sur global. Estos
procesos económicos dejaron a una gran cantidad de
personas sin acceso al trabajo y a la educación; fue
el inicio del proceso de privatización del mundo, a
través de la globalización del capital y de la producción
y reproducción de sujetos e ideas neoliberales. Por
ejemplo, a medida que la salud se ha privatizado, una
creciente cantidad de personas ha perdido el acceso
92
"'lll
"'
a los medios necesarios para mantenerse saludable, ¡;¡
"'
física y mentalmente.
lll
Entonces, ¿cuál es el destino de la gente? Sin Q
,.¡
93
También son las personas obligadas por las cir
cunstancias a encontrar otras formas, a veces ilegales,
de sobrevivir. En Estados Unidos, así como en otros
países, el desmantelamiento del Estado de bienestar
y de otros servicios sociales dejó a muchas mujeres
pobres, sobre todo a mujeres de color en circunstancias
mucho más graves. La población de mujeres en las
cárceles aumentó como consecuencia de estos procesos.
Ahora, este fue el caso de Estados Unidos, en países
del sur global, sujetos al ajuste estructural, nuevas
cárceles y prisiones empezaron a llenar el paisaje.
Este fue entonces el escenario para el desarrollo de
un enorme complejo industrial penitenciario global.
No hemos explorado, sin embargo, cuán ren
table terminó siendo lo anterior. Estas son ganancias
similares a las de aquellas compañías que reciben
contratos militares, y que se benefician con la gran
dísima cantidad de dinero proveniente de la guerra.
Estamos familiarizados con el complejo industrial
militar, y podríamos hablar de Blackwater y las firmas
de seguridad en lrak, así como de la privatización
de la guerra en Irak y en Afganistán. Lo que quiero
decir es que se ha venido moldeando una formación
similar a lo que por años hemos llamado el com
plejo industrial militar. Ahora debemos hablar de la
rentable empresa del castigo, del proceso de ganar
94
"'lll
z
o
;;;
grandes cantidades de dinero a partir de la violencia ¡;¡c.
"'
del encarcelamiento, y de cómo este proceso se genera
lll
y reproduce a sí mismo. Más prisioneros significan Q
,.¡
<
más ganancias para la empresa de arquitectos, para las ¡;¡
empresas constructoras, para las empresas privadas de "'
¡..
:;¡
Q
salud que proveen los servicios médicos a los prisio
o
neros, para las compañías que proveen servicios a los ;;¡-
,.¡
c.
prisioneros -comida, uniformes, jabones, llamadas ::E
telefónicas-, y podríamos continuar. Así, creo que uo
>
entienden por qué las prisiones se pueden volver o
Q
95
Ahora bien, las prisiones no solamente secuestran
a seres humanos, sino que devoran los recursos que
deberían usarse para educación, vivienda y salud, a
la vez que actúan como un paraíso para ideologías
retrógradas. Pero sobre todo, el racismo ha encontrado
un refugio en las prisiones, tanto en los Estados Unidos
como en el resto del mundo. El us Bureau of Justice
Statistics (Agencia Estadounidense de Estadísticas
Judiciales) concluyó hace poco que un hombre negro,
nacido en 2001, tiene una probabilidad del 39 % de ir a
la cárcel; los hombres latinos tienen una probabilidad
del 17 % y los hombres blancos tienen una probabilidad
del 6 %. A pesar de que la juventud negra representa el
16 o/o de la población joven, también representan el 28 %
del arresto juvenil, el 30 % de los jóvenes encarcelados
y el 58 % de jóvenes enviados a prisiones de adultos.
Entonces, Estados Unidos es el país líder mundial en
encarcelamientos, y aunque tenemos a un hombre
negro en la White House (Casa Blanca), tenemos a
más de un millón de hombres negros en la Big House,
que es como llamamos a las cárceles.
De manera que este es el racismo estructural que
impulsa al complejo industrial penitenciario y que se
ha extendido desde Estados Unidos hacia el resto del
mundo, hasta convertirse en la principal estrategia de
tratar, o mejor de no tratar, los problemas de pobreza
"'¡.¡
o
sentido falso de seguridad, y sé que aquí en Colombia >
la seguridad es un tema constante -creo que en o
o
ningún otro país he tenido que abrir mi bolso tantas "'¡.¡
veces para que vieran lo que hay en él y para que lo o
¡.¡
o
olieran los perros-, pero de cualquier manera, estaba
hablando del falso sentido de seguridad que crean
las prisiones. Estas generan la impresión de que la
gente mala está tras las rejas y que la gente buena es
la que habita el "mundo libre".
Para concluir, considero que necesitamos urgen
temente alternativas al encarcelamiento, necesitamos
desmantelar el complejo industrial penitenciario. Las
personas cuyas condiciones económicas y sociales
las llevan por trayectorias que guían a la prisión
necesitan mejores oportunidades. Y para lo anterior,
necesitamos nuevas sociedades que no estén basadas
en la noción capitalista de la ganancia, sino en el
propósito de servir a las necesidades de todos los seres
97
¡..,
zlll
Q
<
z
¡:; humanos: hombres, mujeres, personas trans, pobres,
> negros, otras personas de color, comunidades LGBTIQ,
CI)
:i
lll
pañeros no humanos, así como de nuestro ambiente,
1.:1
z< con todo lo que ello incluye. Hago un llamado para
unir nuestras manos, nuestros corazones y nuestras
voces en la lucha por un mundo mejor.
GINA DENT
<
z feministas del que provengo es necesario considerar
¡;
la historia, la literatura, la sociología, la antropología,
el derecho, así como muchas otras disciplinas. Por
supuesto, también debo observar el texto no escrito,
las cosas que sé o que puedo aprender de otros, las
experiencias que las personas han vivido y que quizá
no tuvieron la oportunidad escribir, pero que pueden
convertirse en un nuevo tema dentro de este contexto.
Pero muchas veces las universidades no reciben
con buenos ojos estos nuevos campos, y una forma
en que nos hacen difícil hacer nuestro trabajo es
manteniéndose firmes en cuanto a las fronteras de las
disciplinas. Una de las cosas que me ha emocionado
del encuentro con la academia y el activismo negro
en Colombia es que hemos estado juntas en las aulas;
no se nos ha separado entre estudiantes, profesores
y activistas, y como lo expresa Angela Davis en su
conferencia "Racismo de Estado y complejo industrial
de las prisiones", hemos sido afortunadas de hablar
aunque fuera por poco tiempo con las mujeres de la
Cárcel Distrital, por eso me siento conectada con
muchas capas de la sociedad colombiana.
Quisiera hablar un poco de mi trabajo sobre las
prisiones y la cultura popular. Estudio las prisiones
no solamente a partir de las maneras en las que sé
que éstas han sido estudiadas en los últimos años
1 02
�
�
z(lj
porque mucho del entendimiento que podemos tener "'
111
en nuestras discusiones políticas sobre las prisiones
tiene que ver con lo que hemos escuchado, visto u 1-
l>o
u
(lj
zlll
Sé que muchas personas no se identifican como "'lll
feministas o feministas negras, pero eso no es para ..,<
mí de gran importancia. Lo que me resulta muy rele ..
::i
¡...
lll
u
vante es poder expresar la herencia robusta, vibrante e z
ou
importante del Blackfeminism que, con suerte, podrá "'
<
abrir un mundo de pensamiento diferente respecto ::!!
..,
lll
107
del gobierno como de los actores al margen de la
ley, que trabajaban conjuntamente para despojar a
la gente negra, no solo de sus vidas, sino también de
sus propiedades y de su dignidad.
La campaña que ella desarrolló en contra del lin
chamiento es ahora legendaria en los Estados Unidos
y algunos la reconocen como una de las mujeres más
importantes en nuestra historia. Aquellos que la
nominan como una de sus figuras más importantes
son con quienes queremos estar en solidaridad. Y
espero, algún día, poder nombrar a tantas mujeres
afrocolombianas en la historia de este país como puedo
nombrar mujeres estadounidenses; espero algún día ver
en los libros de historia nombres como los de Francia
Márquez Mina. He venido preguntando ¿quiénes son
las feministas negras de la historia colombiana? He
oído el nombre de Agustina•, de Ana María Matamba3
:z. Conocida como "La negra Agustina", füe una esclava du
rante la Colonia en el municipio de Tadó, Chocó, quien
después de sufrir numerosos abusos por parte de su escla
vista, incendió su casa y lideró una lucha con las mujeres
esclavizadas. Su historia inspiró la película Chocó (:z.014) del
realizador colombiano Jhonny Hendrix Hinestroza.
3 Ana María Matamba fue una esclava afrodescendiente na
cida en Honda, Tolima. En los diferentes oficios con los
que buscó su libertad, en un intento por validar un acuerdo
entre su madre y el esclavista Justo Layos, firmó con su ape
llido Matamba, a pesar de las correcciones de los jueces que
108
�
i:'.?
:'.;
�t.;
en el palenque y de Paula de Eguiluz4 • ¿Cuántos
tí
colombianos conocen estos nombres? �
Vuelvo a Wells y a otras mujeres que todavía no ,-l
lll
zlll
han sido nombradas y que se han concentrado en la .,,lll
lucha contra la violencia del Estado como una tarea ,-l
<
::,
del Blackfominism. Me enfoco en esta violencia porque ¡.,"'
o
,-l
que pensemos también sobre lo que está en nuestros
corazones y en aquello a lo que hemos estado expuestos.
En la Cárcel Distrital de Bogotá compartí con una
mujer joven llamada Lorena Hillon5 , quien nos dijo
que nunca había estado dentro de una prisión y nos
109
¡..
z
¡,¡
<z
¡; describió la fuerte impresión que esta experiencia
causó en ella. Creo que es importante que la gente
se tome el tiempo para visitar las prisiones, si acaso
tienen amigos, familiares o colegas que están dentro;
pero también que demanden visitar y tener acceso a
ver lo que hay dentro de las prisiones, porque como
afirma Davis, ver sus prisiones es entender un país.
Estar dentro de una cárcel puede desestabilizar
algunas de las imágenes que tenemos de las prisiones;
pero al mismo tiempo, esas imágenes pueden no ser
tan fáciles de desestabilizar, y este último asunto es
el tema de mi trabajo. A menudo, cuando doy una
conferencia sobre las prisiones, intento enfocarme en
películas y programas de televisión de ficción, y la gente
me pregunta ¿por qué? Después de todo hay muchos
documentales que nos dejan ver lo terribles que son
las prisiones. Pero me concentro en películas, libros y
programas de ficción, porque son estos lugares donde
a menudo las ideas que tenemos sobre las prisiones
se arraigan más fuertemente. De hecho, incluso en el
ejercicio de investigación es muy difícil imaginarse una
prisión sin acudir a las imágenes mentales que tenemos
de estos lugares. Así que quisiera usar el feminismo
para reconsiderar la epistemología de estas categorías
de la experiencia; es decir, quiero usar el feminismo
para que nos ayude a pensar por qué, desde una
1 10
�
�
�
perspectiva que se enfoca en la experiencia, podemos �
t:3
también cuestionar cómo se teoriza la experiencia. �
El Blackfominism se ha descrito frecuentemente ..i
lll
zlll
como una forma de teoría que atiende sobre todo a la "'lll
experiencia, que debe basarse en la experiencia; que, ..i
<
::,
con el propósito de no alejarse de las mujeres negras, ¡.,
c.
lll
debe atender a la experiencia de quienes han vivido su u
z
ou
vida como mujeres negras. Esta es una característica "'<
muy importante, pero conlleva algunas cosas más bien J
lll
..i
incómodas que tienen que ver con la imposibilidad
de establecer la autoridad únicamente a partir de la
experiencia. Por lo tanto, me voy a referir a la prisión
como frontera. La prisión es una frontera en el sentido
en el que a menudo se la ha comparado con el tercer
mundo. Y estando aquí, en el sur global, quisiera que
evaluáramos las implicaciones de que se compare al
tercer mundo con las prisiones.
La mayoría del tiempo, cuando esto se discute
en los Estados Unidos, se aborda como si el tercer
mundo no fuera el tema del debate, enfocándose en
la prisión, así que es una analogía formulada con
tremenda irresponsabilidad. Sin embargo, hay otra
forma de pensar en esto; de hecho, podemos considerar
a la prisión como una frontera en muchos sentidos:
podemos pensar sobre las maneras en que la prisión
es vista como un tercer mundo. Nuestras referencias
111
en los Estados Unidos a las condiciones del tercer
mundo fueron diseñadas tanto para sorprender como
para avergonzar, y tienen una efectividad política
importante; muy rápidamente, estas descripciones
adquieren la textura del complejo industrial peni
tenciario, que sexualiza y racializa las relaciones eco
nómicas en un patrón familiar relacionado también
con el precario sistema de salud, el limitado acceso
a esta, el hacinamiento y la explotación del trabajo.
En nuestra cultura digital, en nuestras películas y en
la televisión, esto se traduce en ciertas producciones
que muestran a una gran masa negra de caos, como
un obstáculo para el potencial, pero siempre posible,
desarrollo de los protagonistas o de los personajes,
quienes son el centro de la historia.
Ahora bien, las prisiones no son todas iguales
pero, como en el análisis del Estado, la prisión se
distingue por una serie específica de funciones que se
están globalizando y universalizando; cada vez más las
prisiones son más efectivas que quizá cualquier otro
espacio en reproducir economías raciales y sexuales, y
las tecnologías que han permitido esto requieren que
se les preste una atención especial, incluso por parte
de aquellos que no consideran a las prisiones como
puntos centrales, o por aquellos que las consideran
como un ejemplo extremo, en la periferia de su marco,
ll2
incluso mientras continúan implementándose nuestras
descripciones de las intersecciones entre raza, género,
sexo y clase con las nuevas formaciones rituales que
la prisión ayuda a describir.
Quiero sugerir entonces que es significativo
considerar una forma de narrar el mundo, desde una
perspectiva en que se pueda ver a la prisión como
opuesta al mundo libre. Aquellos de nosotros que
somos activistas en las prisiones y muchos prisioneros,
nos referimos al mundo fuera de la prisión como un
"mundo libre". Es muy importante ser capaces de
pensar la relación entre el mundo libre y la prisión
a través de la comprensión de las relaciones entre el
primer y el tercer mundo. Es una manera de empezar
a pensar sobre qué tipo de frontera realmente tenemos.
Para las feministas, este borde particular de las prisiones
es especialmente importante, porque es también un
espacio de subalternidad, en el que aquellos que están
adentro no pueden ser vistos. Esto no significa que
no pueden ser vistos en el sentido de que no los po
demos mirar, sino en el sentido de que cada imagen
de la prisión es inmediata, debe ser generada a través
del Estado, incluso si ha sido obtenida desde nuestro
propio pensamiento y experiencia.
De manera que estudiar la prisión es de suprema
importancia para los intelectuales, no solo porque hay
II}
millones de personas tras las rejas, sino también porque
necesitamos cuestionamos nuestra propia complicidad
con este hecho, y nuestra responsabilidad respecto
a este. Como feministas negras, es importante que
siempre nos movamos hacia los límites de nuestra
visibilidad. Cuando los académicos se refieren a aquel
que es subalterno, se están refiriendo al que es más
oprimido, al más lejano de nuestra vista, a aquel que
para nosotros es el más difícil de ver, y en este sentido,
los prisioneros son en extremo sujetos subalternos.
Sin embargo, si queremos acabar con el hábito de
usar las prisiones para resolver, de forma aparente, los
problemas de nuestra sociedad, esto no significa que
tenemos que pensar sólo en términos del despliegue
de las imágenes más horríficas y de las terribles con
diciones existentes dentro de las prisiones. Debemos
hacer más que esto, debemos encontrar también formas
de abrazar la humanidad de quienes están adentro,
y este es el tipo de ejercicio imaginativo con el cual
usualmente no nos comprometemos. La experiencia
del B/ackfeminism me enseña a prestar igual atención
al dominio de la degradación y al dominio del placer;
a enfocarme, no solo en cómo somos oprimidos, sino
también en cómo podemos ser felices; se trata de un
proyecto político diferente porque es uno que nos lleva
a vernos en nuestra integridad como seres humanos y
114
i
�....
como seres que no quieren seguir siendo subalternos.
tí
La subalternidad no es algo que deseamos, no es una �
condición que debe ser preservada; es una condición ....
o¡
zo¡
que debe ser superada, y no puede ser superada por un "'o¡
individuo solo, sino que necesitar estar en solidaridad
con los demás. ¡..
I>,
o¡
Quisiera leerles un pasaje del ganador del premio u
z
o
Nobel, Imre Kertész, de la novela Fatelessness6, en u
"'
<
su traducción al inglés desde el húngaro; este título o¡....
logra ir lejos en la escritura de las narrativas del
internamiento, el título mismo nos permite pensar
en el problema del destino y en el de determinar el
destino de alguien por medio de su virtud. Gyuri,
el personaje principal, es liberado de un campo de
concentración en Buchenwald, quien hacia el final
de la novela describe este lugar de una manera inusi
tadamente bella, inapropiada en sus afectos, y en un
estilo que no parece encajar en las maneras en que
se suponen deben ser representados los lugares más
degradados de nuestra sociedad.
115
En el fragmento mencionado, Gyuri es abordado
por un periodista, él está hablando con alguien en el
tren que le pregunta sobre su experiencia, y el texto
en la novela se alterna entre las respuestas de Gyuri y
sus pensamientos respecto a esas respuestas. Él usa el
término "natural" cuando responde a las preguntas del
periodista y el periodista le pregunta, "¿Hijo, vienes
de Alemania?", él dice "Sí", y el periodista pregunta,
"¿Vienes de los campos de concentración?", a lo cual
Gyuri responde, "Naturalmente". Su voz calmada
y modulada, que carece de la tristeza y el desespero
apropiado, perturba al periodista, quien trata de relegar
el espacio del campo ya sea al asentimiento natural
con la cabeza o al infierno. Aunque sé que estamos
teniendo problemas con la triple traducción7, lo que
estoy tratando de sugerir a través de esta novela, escrita
en un estilo poco usual en una tradición de escritura
que a menudo se concentra en la desesperación, es
que quizá no solamente lo que debe ser representado,
y que es importante para Gyuri hacerle ver al perio
dista, es lo ordinario, cotidiano, rutinario y natural
que es para alguien como él estar en un campo de
concentración.
1 16
�
�
�
Esto no quiere decir que a él no le perturbaba ....
t3
esa experiencia, sino que él estaba también dentro de �
sí mismo, enfocado en otra cosa. Voy a citar nueva ,.¡
lll
zlll
mente la novela, el periodista pregunta: "¿Podemos "'lll
imaginar un campo de concentración como algo que ,.¡
<
:J
no sea el infierno?", y Gyuri contesta: ¡.,
c.
lll
u
z
ou
Mientras yo removía pequeños círculos con "'<
el talón del zapato en el polvo debajo de mi ::E
lll
o
,.¡
pie, cualquiera podía pensar lo que quisiera
del campo, pero en lo que a mí respecta, yo
solo podía imaginarme el campo de con
centración, dado que era de cierta forma lo
único con lo que estaba familiarizado, pero
no el infierno. 8
1 17
parte y después explicando algo más, de tal forma que
tengamos más tiempo para el debate y las preguntas.
La novela termina con una afirmación mucho más
provocativa y coloquial:
118
Sugiero esto porque, como tal vez Lorena aprendió
de su visita, nosotros sabemos que la prisión es un
lugar difícil, creo que todos lo sabemos, pero pienso
que nuestra cultura popular no suele mostrar lo or
dinario que hay en lo extraordinario de la prisión, y
qué tan conectados debernos sentirnos con aquellos
que permanecen dentro. Algunas veces, corno en
nuestra visita, la prisión fue también un lugar para la
risa; una mujer que conocimos allí, y que se presentó
a sí misma corno Érika, estaba muy feliz de conocer
a Angela Davis, y muy entusiasmada con tornarse
fotos con nosotras, con disfrutar, porque claro, eso
también es parte de lo que sucede adentro. Propongo
esto porque necesitarnos movernos hacia una cultura
que se rehúse a deshumanizar a los prisioneros, y
si nosotros querernos llegar a ese punto en el cual
podamos imaginar una solución aparte de las pri
siones, necesitamos movernos hacia un lugar donde
podamos crear representaciones de la vida adentro,
llena de complejidades, humanidad y, a veces, alegría.
Quisiera pensy en esto corno un proyecto feminista
porque al imaginar un nuevo mundo, no podernos solo
enfocarnos en lo terrible, el pasado ha sido terrible.
Es difícil comprometerse con las personas en una
causa en la que no existe alegría, y el Blackfeminism
lo sabe bien, es parte del trabajo de este feminismo
1 19
¡..
z..i
o
<
z
t.,
no solo revelar las cosas terribles de este mundo, sino
también permitirnos ver las cosas más alegres.
1 20
F rancia Márquez Mina nació en la vereda Yolombó,
ubicada al norte del departamento del Cauca en
el municipio de Suárez, en el suroccidente colombia
no. A sus 36 años ha liderado una lucha incansable y
valiente en contra de la minería ilegal desarrollada por
grupos criminales que han intimidado y desplazado
a sus comunidades. Francia ha emprendido batallas
legales en contra de la asignación de títulos mineros
a las multinacionales que pretenden practicar la
actividad en territorios ancestrales del norte del de
partamento del Cauca -zona con gran presencia de
comunidades indígenas y afrodescendientes- y ha
movilizado comunidades enteras, en especial grupos
de mujeres, que reclaman la atención del Estado.
Pocos días después de la entrevista, el 23 de abril
del 2018, Francia recibió el Premio Goldman Environ
mental, el reconocimiento más importante del mundo
al trabajo comunitario de líderes ambientales que
defienden sus territorios y sus actividades tradicionales.
123
***
Mara Viveros: Buenos días Francia, cuéntanos
cómo se articuló contigo la visita de Angela Davis y
Gina Dent a la Universidad Nacional de Colombia,
en septiembre del 2010, y cómo fue recorrer La Toma
con ellas. Hagamos este ejercicio de memoria.
Francia Márquez: En el año 2009 nosotras empe
zamos con el problema del desalojo de La Toma. En
el marco del conflicto armado y violando el derecho
fundamental a la consulta previa, se entregaron títulos
de explotación minera a empresas multinacionales
como la Anglo Gold Ashanti y a personas foráneas
como el señor Héctor Sarria y el señor Raúl Fernando
Ruiz. Estas dos personas empezaron a solicitar amparos
administrativos, órdenes de desalojo de la comunidad
y nosotros empezamos a hacer todo un proceso de
resistencia para no dejarnos sacar del territorio. La
primera vez que fui a Estados Unidos creo que fue
en febrero del 2012, no, del 2008, o algo así, bueno
no me acuerdo muy bien, yo fui a San Francisco en
ese mismo año que estábamos en la lucha contra el
desalojo de La Toma, a finales del 2009, más o menos.
MV: De acuerdo, ¿y esa relación con San Fran
cisco cómo se dio?
FM: Yo había conocido antes a una compañera
que se llama Tiana Paschel. Ella había estado aquí
124
en Colombia haciendo un estudio en el marco de su
doctorado sobre los movimientos sociales en América
Latina. Había ido a Brasil, Cuba y había venido a
Colombia, y yo la conocí a ella en un encuentro de
jóvenes estudiantes afrocolombianos que se hizo en
Buenaventura. Yo no era estudiante, fui porque me
invitaron los jóvenes estudiantes, y pues ahí digamos
que pasó algo en ese evento que como que a ella le
impactó y es que los jóvenes estaban hablando mucho
de cosas que para mí como que no tenían lógica.
Entonces yo les hice un llamado de atención muy
fuerte. Les dije como que, "¡Ey!, la comunidad negra
tiene las esperanzas en ustedes; espera que ustedes se
eduquen para que ayuden a generar condiciones de
vida dignas para la gente; a mi comunidad la están
desplazando de allá y lo que uno esperaría es que es
tudiantes como ustedes, que tienen más conocimiento
que nosotros, puedan responder a lo que requiere la
comunidad negra y no estén peleando aquí por cosas
que no tienen mucho fondo. Los papás de ustedes
que los mandan a estudiar, los mandan porque tienen
la esperanza de que ustedes con su estudio ayuden".
Eso como que le impactó mucho a ella, entonces
después me llamó y nos hicimos amigas y empezamos
a hablar mucho y a encontrarnos mucho, y bueno
hoy somos como hermanas, casi, nos vemos como
125
dos hermanas. Ella fue quien organizó una gira para
que yo fuera y visibilizara la problemática de lo que
estaba pasando en La Toma. Entonces, la primera
vez que fui a Estados Unidos, fue a San Francisco,
California, cuando ella estaba estudiando en la
Universidad de Berkeley. Entonces ahí organizamos
una cita con Angela Davis, para mí eso fue como,
¡wow! [risas], fue lo máximo haber podido conocer
a una mujer que luchó por los derechos civiles allí
en Estados Unidos, que estuvo cerca de las Panteras
Negras y como que ahí está la resistencia, ¿no?
Tuve muchas reuniones en distintas universi
dades en otras partes, fue una gira como larguita,
pero para mí ese encuentro con Angela Davis fue
lo más impresionante. Yo no lo podía creer, que
yo estuviera con una mujer tan reconocida a nivel
mundial, una mujer negra de talla mundial, y en
tonces empezamos a hablar y ella me contó toda la
historia de cómo fue que le tocó en su infancia en
Alabama y de cómo quemaban las casas donde vivía la
gente negra y cómo su mamá también era una mujer
activista que luchaba por los derechos civiles, y su
familia. Me dijo que ella vio todas esas injusticas y
desde ahí empezó a meterse en los distintos procesos
políticos, hasta que visitando a los hermanos Jackson,
a quienes apresaron injustamente también, por todo
126
ese complot de criminalización de la gente negra en
Estados Unidos, además de la segregación racial que
había, entonces entendí como mucho de eso. Eso es
lo mismo que nos está pasando en Colombia, ¿no? Yo
me lo decía entre mí, y entonces me dijo: "yo estuve
presa, me cogieron presa injustamente; yo me vinculé
al movimiento de la lucha por los derechos civiles y
nosotros, en un momento determinado, pensamos
que las armas eran una opción para liberarnos de toda
la violencia. Al ver cómo quemaban a la gente, cómo
colgaban a la gente negra, tomamos esa decisión.
A muchos jóvenes los metían presos por cosas que
no eran significativas". Ella me contaba que ese era
el caso del hermano Jackson y que después, el otro
hermano más joven, dolido, había entrado al juicio y
había disparado y todo eso, y que a ella la terminaron
haciendo responsable del arma que llevaba George
Jackson cuando fue ametrallado en la prisión. Ella
fue encarcelada y condenada a muerte . . .
Yo le dije: vengo a buscarla porque sé que usted
tiene una voz internacional y que su voz se escucha
y el gobierno de Colombia está desplazando a mi
comunidad, nosotros llevamos desde 1636 en nuestro
territorio, y quiero saber que su voz está en solidaridad
con nosotros; como que usted va a hacer algo para ayu
darnos. Porque yo me sentía desesperada y frustrada,
127
entonces ella dijo, "usted no me tiene que pedir eso,
porque la solidaridad salvó mi vida, la solidaridad
internacional. Yo estaba condenada a pena de muerte
y fueron los movimientos internacionales los que me
salvaron. Yo tengo una deuda histórica y de vida con
las distintas luchas en el mundo, porque fueron ellos
quienes me salvaron", entonces ahí yo le dije que
sería bueno que viniera y visitara mi comunidad y
ella respondió que lo iba a pensar. Pero yo no sabía
que ustedes [en la Escuela de Estudios de Género],
la habían invitado, y yo se lo dije así, aun sabiendo
que teníamos muchas limitaciones también. Esto me
marcó mucho y yo me identifiqué muchísimo con
su lucha y sentí que en distintas partes del mundo
siempre como comunidad negra nos toca la misma
historia y las mismas situaciones. Y eso que pasó en
los años sesenta y setenta se repite en pleno siglo XXI,
todavía se repite la misma historia . . . Desde ese mo
mento, ella me inspira mucho. Yo no he tenido una
comunicación fluida con ella porque no hablamos el
mismo idioma y eso es una limitación, pero bueno
yo creo que sí es muy importante.
Y algo importante, yo le pregunté a ella, y es
algo que nunca se me ha olvidado, ¿y ahora que
Barack Obama está en el gobierno, qué significa
Obama para usted?, y ella me dijo: "Para los negros
128
de aquí, el que Obama esté ahí en la Casa Blanca es
importante simbólicamente porque sabemos los pasos
que se han tenido que dar para llegar ahí, para que
un hombre negro se pare ahí. Sin embargo, Obama
no representa a los miles de negros que hoy se están
pudriendo en las cárceles, incluso negros que lucharon
por los derechos civiles aquí, que todavía están en las
cárceles, muriéndose allá, entonces Obama es un negro
en la Casa Blanca, pero no representa a los miles de
negros que están en las cárceles de Estados Unidos".
Y eso me enseñó que ahora que estoy en esto de la
política, debo ser muy cuidadosa, porque el hecho de
que haya una cara negra no significa que esa persona
está representando y revindicando los derechos de
los negros. Ella me dijo que Obama no hubiera sido
presidente si nosotros y los ancestros no hubiéramos
hecho la lucha que hicimos, porque, aunque Obama
no representa a la gente negra, él sí tiene la piel negra
y por el hecho de tenerla, si esa lucha no se hubiera
dado, él hoy no estaría ahí en la Casa Blanca. Cien
años atrás, si esa lucha no se hubiera dado, él no habría
podido estar ahí, entonces, la lucha de nosotros sí
ayudó para que él estuviera ahí, pero él no revindica
la lucha nuestra, porque hoy todavía tenemos todos
unos desafíos, y como que esas cositas me dejaron
enseñanzas. . . Y pues ahora yo he visto gente negra
1 29
a la que ponen en el gobierno y dicen: "yo soy el
representante de la comunidad negra", pero eso no
es así. No es así porque representan una cara negra,
pero responden y obedecen a otros intereses, de la
misma supremacía blanca, por así decirlo, entonces
eso es frustrante también.
Y yo creo que, si uno aspira a meterse en cosas
políticas y a meterse en el Estado, pues tiene que tener
eso claro, ¿sí?, creo que eso lo aprendí de Angela Davis.
Después de eso, me di cuenta del encuentro que
ustedes hicieron acá y ahí sí me dijo Roosbelinda
Cárdenas, "Francia, Angela Davis va para Colombia
porque la invitó la Universidad Nacional, ¿por qué no
aprovechamos que ella va allá y de una vez le exten
demos la invitación para que vaya a La Toma? Porque
no vamos a tener plata para traerla directamente para
La Toma". A Roosbelinda la conocí por Juan Mejía, su
esposo. Cuando nos estaban desalojando de La Toma
él fue a hacer un documental allá para visibilizar la
problemática y por eso fue que nos conocimos. Roos
belinda se conocía con Carlos Rasero, que es también
antropólogo y fue así como terminamos haciendo
unas hermandades ahí. Fue así que aprovechemos ese
espacio para ir de una vez a La Toma.
Nosotras la recogimos en el aeropuerto de Cali
y en el camino a La Toma yo le fui explicando sobre
130
los cultivos de la caña de azúcar, le fui contando que
estos territorios eran de la gente negra y que después
de la Revolución cubana se expandió el monocultivo
de caña de azúcar acá. Le dije, allá en Suárez, en
Buenos Aires, se construyó una represa para regular
el agua, para poder avanzar en el monocultivo de
caña de azúcar acá, y esa ha sido una forma de ex
propiación de la tierra a la gente negra de esta región,
y después le expliqué lo de las minas ancestrales. Le
dije que nosotros hemos estado en estos territorios
históricamente y hoy el subsuelo es del Estado, y el
Estado bajo esa premisa nos está quitando, sacando
del territorio, cuando nosotros hemos habitado por
muchos años en ese territorio. Hay una lucha ancestral,
los mayores nos dijeron a nosotros que esas tierras las
compraron con trabajo en las minas y en las haciendas
esclavistas y hoy esas tierras se han ido expropiando
por los intereses económicos. Entonces empezamos
a hablar del modelo económico, sobre la represa de
Salvajina que se construyó en nombre del desarrollo
de la gente, pero que generó más empobrecimiento.
Cuando íbamos subiendo, muchas mujeres par
ticiparon, el encuentro fue con mujeres de La Toma
y hubo algunas "mayoras", que yo creo que le im
pactaron mucho a Angela Davis, cuando las escuchó
hablando. Y bueno la gente bailó "fuga", ella bailó
131
con la gente y ahí hablamos del modelo económico,
de cómo estaban explotando y sacando a la gente del
territorio. Pero algo nuevo que Angela nos dijo y de
lo que nos hizo caer en cuenta es que en la ribera del
Cauca se está construyendo la cárcel más grande de
América Latina, que es la cárcel de Jamundí. Ella
nos dijo "esa cárcel que se está haciendo ahí es para
ponerlos presos a ustedes; esa cárcel es para ustedes
que están resistiendo, ahí los van a colocar a todos,
porque eso es parte de una estrategia global; las
cárceles no están para resocializar a la gente, están
para encerrar a la gente que lucha y que resiste y a la
gente que ha sido víctima de ese sistema". Entonces
como que, ¡uy!, nosotros no habíamos pensado en
eso, y empezamos a mirarlo y, efectivamente, hay
muchos jóvenes negros, gente nuestra, que está en
las cárceles. Aquí en Colombia nosotros no hemos
estudiado sobre eso, no hemos investigado porque
como que no nos importa, por decirlo así, lo que
le pasa a la gente nuestra que termina en la cárcel,
¡muchas mujeres negras incluso! Eso fue tema del
conversatorio y después fuimos a las minas con ella,
la metimos en esos huecos [risas] y ella se dio cuenta
cómo era, y después nos terminó diciendo que ella
sentía que haber ido a La Toma fue como haber ido
al territorio en el que ella creció, porque era como la
132
misma tierra roja del lugar doQde ella creció. Nos dijo
que la comunidad le había enseñado mucho a ella, y
que ella aprendió mucho de la comunidad. Eso fue
entonces lo que hicimos allá y esa fue la experiencia
de haber estado ahí, con una mujer tan significativa
para el pueblo afrodescendiente como ella, en esta
historia . . .
Ese día no fueron todos, fueron más mujeres que
hombres y eso también fue porque yo creo que la gente
no dimensionaba quién estaba llegando al territorio,
la gente oyó hablar de que Angcla Davis estaba allá,
pero... ¿y quién es esa señora [risas] ? La gente no tenía
una idea de que esa señora es una señora histórica,
un referente, entonces las que fueron allá fueron más
mujeres, algunos líderes y artistas, los que fueron y
tocaron música; ese no fue un encuentro masivo
porque la gente no tiene conciencia de la historia.
Eso es parte de lo que pasa, que la gente nuestra no
conoce las historias de las referentes de la lucha del
pueblo negro, no tiene esos referentes . . .
MV: A propósito de tu comentario, después de
que ellas se fueron de La Toma, ¿qué quedó en tu
memoria y en la memoria de la gente? Te has referido
a lo que quedó en tu propio proceso y en tu propio
pensamiento. Y también en la visibilización que se
hizo a nivel internacional del proceso político de La
Toma. Creo que eso también fue muy importante,
Francia, porque mucha gente bogotana no conocía
de sus luchas. Así como la gente de La Toma se
preguntaba quién era esa señora, mucha gente bo
gotana que participó en el evento organizado por la
Universidad y que las oyó a ellas mencionar a menudo
a La Toma, se dijo, y ¿qué es eso de La Toma? Nos
ignoramos mutuamente . . .
FM: Así es, muchísimo. Para mí personalmente
quedó esa historia de mucho aprendizaje, de orgullo
también de saber que había podido encontrarme con
una mujer referente de nuestra historia. Lo digo porque
sé que de alguna manera la gente negra de América
Latina mira como referente la lucha de Estados Unidos.
La lucha de la gente negra de Estados Unidos sigue
siendo un referente para nosotros. Aunque a mí me
gustaría tener otros referentes también, de la lucha
en África, por ejemplo. Algo que siempre me ha pre
ocupado es que no hay un vínculo entre Colombia
y África, no hay unos vínculos de encuentro que sí
se dan entre Brasil y África; con el Caribe y África
un poco más, pero entre nosotros no. Es que aquí
ni siquiera tenemos una embajada que tenga relación
con algún país de África y eso es un problema porque
estamos aislados de la historia del territorio de donde
vinimos. Lo que más conocemos es sobre las luchas de
1 34
Mandela, pero estoy segura de que hay otras luchas
en África de gente que no conocemos. De pronto
los académicos sí conocen, pero la gente negra del
común no los conoce y entonces para mí eso es una
pena. Hoy uno le habla a un joven de Malcom X, de
Martín Luther King, y mínimamente ellos saben que
esos eran los negros de Estados Unidos que lucharon
frente al racismo, pero no tienen referentes en África.
Si nosotros lográramos articular esas luchas tal vez
nuestros procesos avanzarían mucho más en términos
colectivos. En América Latina no estamos articulados
como lucha afro y la gente negra que se ha intentado
articular lo hace desde la visión institucional, y no
desde la visión comunitaria y organizativa -lo hacen,
por ejemplo, en el marco de la conmemoración del
decenio afrodescendiente, pero de manera muy ins
titucional-. No hay una articulación del pueblo
negro desde la base, desde la comunidad, y eso hace
parte de los desafíos que tenemos y de las pelas que
debemos darnos.
MV: ¿Qué tanta articulación hay en el movi
miento negro del Cauca, en el proceso más cercano
a tus luchas?
FM: También tenemos esas dificultades nosotros.
En La Toma empezamos como la comunidad de La
Toma, después nos fuimos juntando con las comuni-
135
dades de Buenos Aires, que tenían la misma proble
mática, y hoy se han creado 41 consejos comunitarios
en el norte del Cauca. Desde ahí nos articulamos para
algunas acciones, aunque todavía hay mucho por
aprender y mucho por tejer, porque el colonialismo
hizo una mella profunda en nosotros. Nuestra gente
ve los liderazgos más desde la institucionalidad, desde
lo institucional y se organiza también en función de
cómo pueden acceder a la institucionalidad y no en
función de lo comunitario y lo organizativo porque
eso no genera lucro, cambiar esa mentalidad es un
desafío. Y con la costa caucana no tenemos tantas
relaciones, no nos encontramos mucho, a veces en
algunos eventos institucionales, pero no desde nosotros
mismos y entiendo que eso hace parte también de las
limitaciones que tenemos y de lo que hay que hacer,
aunque sí creo que hemos avanzado en términos de
articulación de algunos procesos. Para mí, el paro de
Buenaventura en 2017, por ejemplo, fue una expresión
de que si nos juntamos como pueblo negro podemos
hacer transformaciones importantes, que van a tardar
mucho tiempo, pero que ese es el camino. Más allá
de los acuerdos que se hagan con el Estado, para mí
lo importante es que haya un pueblo en movimiento,
que esté ahí haciendo cosas para fortalecerse en la
espiritualidad, pero también pensando en la resistencia
136
porque esto también viene desde el corazón, y si uno
no está convencido de esto, si uno no se identifica
con esa lucha, pues no pasa es nada.
MV: Y en relación con esa lucha, ¿qué papel juega
un feminismo negro en Colombia, qué anclaje local
puede tener?
FM: He tenido muchas prevenciones en general
con el feminismo [risas] y me acuerdo una vez que
fui a un evento en la Casa Cultural del Chontaduro.
Ahí estaba Ochy Curiel, y yo dije en la reunión: "es
que yo no sé si el feminismo es también una forma de
dominación". Porque yo no me siento identificada con
el feminismo, porque no creo que el asunto sea una
visión de separar a los hombres de las mujeres; creo
que lo importante es otra cosa y quizá lo digo porque
yo crecí en una comunidad rural y allá como que la
gente vive junta y ya. ¡Yo entiendo que hay mucho
machismo, profe!, o sea, si vemos la historia de una
mujer, del día de una mujer de mi comunidad, vemos
que la mujer se levanta a las cinco de la mañana o a
las cuatro de la mañana a hacer el desayuno, a orga
nizar los hijos para que se vayan al colegio; el hombre
quizás se levanta ya a las seis a coger el tinto, va y afila
el machete o de pronto raja leña y después los dos se
van juntos para la mina a trabajar y trabajan igual,
o para la finca y trabajan igual, y cuando llegan, la
1 37
mujer llega a cocinar y a lavar la ropa de los hijos y a
organizar la casa, o a veces antes de irse deja su casa
organizada y el hombre llega a hacer otras cosas que
no es a compartir el cocinar o a compartir el limpiar
la casa, no, porque como que esa no es la tarea de los
hombres. Eso yo lo sé y es machismo y lo he vivido
en mi comunidad; yo no he compartido en una
relación de pareja porque yo tuve dos hijos y el papá
no respondió, y a mí me toco criarlos sola, entonces
he hecho todo sola y yo entiendo eso, pero también
siento que a las mujeres de las comunidades no les
llega el tema del feminismo porque no lo sienten,
no se identifican, de ahí mi propia experiencia, yo
lo que siento es que aquí lo que importa es construir
comunidad.
MV: ¿Pero quiénes son las que construyen comu
nidad? ¿No son precisamente las tantas mujeres con
hijos de padres ausentes?
FM: Exactamente, profe, el construir comunidad
lo hemos hecho las mujeres, pero no somos conscientes
de eso; no somos conscientes de que las parteras, por
ejemplo, que le salvan la vida a la gente, porque no
hay acceso a la salud, dan nacimiento a los hijos,
porque cuando una mujer está sola, ellas son las que
van y la atienden y todo eso, y ahí están construyendo
comunidad; o la autoridad de los padrinazgos, de
las madrinas que cumplen esa función de cuidado
comunitario y todo eso, yo sé que eso es construir co
munidad, pero lo que ellas no entienden es el lenguaje
académico e institucional, entonces ellas sienten que
eso no es feminismo, sino otra cosa. A mí alguien me
dijo, "¡ay!, usted dice que no es feminista, pero quién
va a ser más feminista que usted si mantiene haciendo
cosas comunitarias y defendiendo los derechos de las
mujeres. Y cuando cuida el territorio, está cuidando
también la vida de las mujeres y todo eso". Pero en
la comunidad no lo vemos así. . .
En mi infancia, a mí no me gustaba eso de
comunidad y yo sentía vergüenza de ser una mujer
negra por todos los estereotipos que hay y yo quería
tener un hombre blanco al lado y mejorar la raza,
porque eso nos lo dicen en la casa misma; la hija
mayor de mi mamá es clarita; mi mamá tuvo su hija
con un hombre más mestizo y yo que soy la otra hija
mujer, era la negra, y en mi casa mis tías le decían a
mi mamá, "usted empezó bien y luego desmejoró la
raza" [risas]. Yo estaba chiquitica, pero eso me tocaba,
como que yo era la oveja negra [risas], algo así. Y yo
también era una mujer alborotada, a mí me gustaba
mi rumba, mi paseo, todo eso; de comunidad, nada;
me parecía muy aburrido también, hasta tal punto que
yo conocí un hombre mestizo y me enamoré de ese
1 39
hombre mestizo y a los 15 años ya estaba embarazada
de un hombre mestizo que me embarazó y chao,
se fue y me dejo ahí. Y yo creo que fue ahí que fui
aprendiendo yo . . . Mi mamá me ayudó, estuvo ahí
conmigo, fue mi partera. Yo no tuve que ir al médico,
yo trabajé en la mina hasta el último día en que iba
a parir mi hijo; entonces, yo sé lo que eso significa y
entiendo, pero lo que no sé es cómo tener un lenguaje
que pueda llevar a mi comunidad para que la mujer
entienda que lo que hacemos es feminismo y que es
feminismo negro . . .
FRANCIA MAR UEZ MINA
1 43
quienes conservan la esperanza por un mejor vivir,
de aquellas mujeres que usan el amor maternal para
cuidar su territorio como espacio de vida. De quienes
alzan la voz para detener la destrucción de los ríos,
de los bosques y los páramos, de quienes suefian, en
que un día, como seres humanos, vamos a parar el
modelo económico de muerte, para dar paso a la
construcción de un modelo que garantice la vida.
Ustedes pueden quedarse tranquilos y pensar
que nada está sucediendo, mientras el planeta, la
casa común, se destruye. O podemos juntarnos para
realizar las acciones necesarias que frenen el calenta
miento global, ¡es hora de actuar! Enfriar el planeta
es nuestra responsabilidad.
Gracias a la familia extensa, al Consejo Comuni
tario de La Toma, a la Movilización de Mujeres Negras
por el Cuidado de la Vida y los Territorios Ancestrales,
a la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte
del Cauca (ACONC) y al Proceso de Comunidades
Negras (PCN). Gracias a la Fundación Goldman por
este premio, que no es un reconocimiento exclusivo
a Francia Márquez, sino a todas y todos los que
resisten por defender el medio ambiente, a quienes
han muerto por ello. Gracias a Bertha Cáceres que
nos sigue acompafiando.
1 44
,.¡
�
zlll
l
Libertad para las lideresas y líderes sociales z
�
judicializados en Colombia. >z
¡Viva la Colombia Humana! e,¡
z
<
l
Q
"
,.¡
San Francisco y Washington D. C. o
Estados Unidos o
illl
23 de abril del 2018 "'
IO,
,.¡
11,l
Q
z
-o
ü
IO,
11,l
u
::l
11,l
Q
oU)
"'
::,
u
U)
145
Epílogo
OCHY CUIUEL PICHAllDO
FRANKLIN GIL RERNÁNDEZ
z
:l
w
z La Cátedra, de donde vienen las conferencias aquí
"' recogidas, contó con foros, seminarios y encuentros
>
,.¡
lll entre mujeres negras, afrodescendientes y raizales.
;
::i
u
Este encuentro sirvió para posicionar la perspectiva
> del feminismo negro, que propone analizar las rela
:i:
u
o ciones de poder considerando género, raza, clase y
sexualidad de forma imbricada, no sólo en Bogotá
sino también en otros lugares de Colombia.
Aunque desde finales de la década de los setenta
han existido pensamientos y prácticas que problematizan
las relaciones sociales considerando esta imbricación,
propuestas por pensadoras y activistas afrolatinoameri
canas y afrocaribeñas, sin duda, la tradición feminista
afroestadounidense ha tenido aportes e incidencias
significativas en nuestro pensamiento y nuestra práctica
política, por lo que la presencia de Davis, la más re
conocida pensadora y activista del feminismo negro
norteamericano, y con ella Gina Dent a quien no co
nocíamos, pero que abrió nuevas perspectivas teóricas
y políticas, realmente fue una inolvidable experiencia.
Ver los auditorios repletos, la presencia de di
ferentes actores y sectores en las actividades, no
solo de mujeres racializadas como mujeres negras y
afrodescendientes, fue tal vez una de las más grandes
satisfacciones de esa jornada. Esperamos que esta
publicación permita prolongar la emoción que nos
produjo ver esos auditorios repletos y que sea un medio
para que llegue a muchas más personas esta provo
cación, pues el feminismo negro no es una propuesta
que se centra exclusivamente en identidades raciales
y de género, aunque no las descarta. Su principal
potencial es ofrecer una mirada no fragmentada de
las relaciones sociales, por tanto, sirve a cualquier
proyecto de transformación social.
La consigna teórica y política de que la " justicia
es indivisible", como podemos leer aquí en una de
las charlas de Davis, citando a June Jordan, es quizás
uno de los aportes más preciados de este legado. Es
una forma de entender y de actuar que no sólo nos
conmina a evitar las jerarquías entre las injusticias
para determinar cuál es la más importante, sino que
rompe con la epistemología occidental que nos invita
a separar las partes para entender el todo. El femi
nismo negro, como lo entendemos, no es un legado
autocontenido, atrapado en visiones monolíticas de
identidad, sino que tiene una vocación universalista.
Esto no significa que sea neutro, no conflictivo o in
coloro, ya que él mismo demanda reconocer los lugares
situados desde los que hablamos y los privilegios que
cada quien tenga de clase, raza, sexualidad o género,
de los cuales hay que hacerse cargo, y que la apuesta
de transformación implica que no existan más.
1 49
De las cuestiones que nos parecen más nove
dosas e interesantes del feminismo negro, y que son
abordadas por Davis y Dent en las conferencias aquí
recogidas, es la relación entre la lucha por la abo
lición de la esclavitud en el siglo XIX, la lucha contra
la segregación racial en el siglo xx y la lucha por la
abolición del sistema carcelario en el siglo XXI. Los
diversos textos de Davis sobre el sistema carcelario y
su relación con el racismo, el clasismo y el sexismo,
unidos a las reflexiones planteadas por ella y por Dent
en esta publicación, nos permiten reflexionar colec
tivamente sobre salidas "otras" para la reparación de
daños, crímenes y violencia distintas a la cárcel. Este
tipo de justicia alternativa cobra un particular valor,
pero también se vuelve un desafío en un contexto
como el colombiano, caracterizado por un conflicto
armado de larga data donde se han cometido tantos
crímenes de lesa humanidad, y en los que muchos
sectores esperan una justicia tradicional que tiene como
centro la cárcel. Davis y Dent develan la relación del
sistema industrial con la era industrial neoliberal en
la que se construyen prisiones, en detrimento de la
educación y la salud para la explotación y la violencia,
cuya víctima principal es la población afroamericana.
Las miradas que nos ofrecen las conferencias
aquí recogidas muestran el potencial del feminismo
o
o,.¡
(,:,
z
:¡
natal y de la tecnología anticonceptiva contra las
1111
z
mujeres negras, pero también contra las mujeres
:,.
,-1
lll puertorriqueñas en los años sesenta en los Estados
¡;¡
u:;¡ Unidos, implicaba pensar la agenda contra el aborto
:,.
:eu de otra manera, no solo en su apuesta liberal por la
o autonomía corporal. Esta experiencia es muy cercana
al contexto latinoamericano y caribeño, donde diversas
campañas de control de natalidad y esterilizaciones
forzadas de mujeres indígenas, negras y de sectores
populares, mostraron cómo la revolución que implicó
la tecnología reproductiva para muchas mujeres tenía
una contracara racista y violenta. En esta agenda, el
derecho a la autonomía demandaba también la re
flexión por el derecho a la maternidad y el derecho a la
reproducción de pueblos que querían ser aniquilados.
Un acierto de la jornada que dio lugar a esta
publicación fue el encuentro entre mujeres negras,
afrocolombianas, raizales y palenqueras de diversos
lugares de Colombia, aprovechando la presencia de
Davis y Dent. Así como pensamos que era necesario
un encuentro político y solidario entre mujeres
racializadas desde el no privilegio, que desde sus
comunidades, barrios y organizaciones están lide
rando diversas luchas políticas que concretan ciertas
apuestas del feminismo negro, esperamos que este
texto prolongue esas conversaciones y que los saberes
1 52
o
t.,
o,-J
1 53
Si con esta publicación y con el encuentro orga
nizado pudimos mediar en un proceso de diálogo de
saberes y aportar un poco en esa nueva sensibilidad
política el saldo es más que positivo. Si esta ha sido
la oportunidad de dar a conocer una tradición in
telectual y política en un medio que no se conocía
o que no se valoraba suficientemente, el resultado
entonces es muy satisfactorio. Nos sentimos contentos
con la tarea realizada y agradecemos a Mara Viveros
la invitación generosa a hacer parte del proceso que
dio a luz ese encuentro, nueve años atrás, y que ahora
permite que quede un testimonio y una memoria de
este cruce de caminos.
1 54
Sobre las autoras y los autores
155
Other Difficult Dialogues (2012); Herbert Marcuse,
Philosopher of Utopia: A Graphic Biography (2019).
1 S7
norte del departamento del Cauca, madre cabeza
de familia y estudiante de derecho en la Universidad
Santiago de Cali. En el año 2009 inició un proceso
de lucha y resistencia para evitar que las comunidades
afrodescendientes del Consejo Comunitario de La
Toma en el municipio de Suárez fueran desalojadas
forzosamente de su territorio ancestral. Después de
que varios de sus líderes y lideresas fueran declarados
objetivo militar por parte de grupos paramilitares,
Francia instauró una acción de tutela, resuelta me
diante la sentencia T1045A de diciembre del 2010. En
2014 lideró la Marcha de los Turbantes para exigir al
gobierno nacional avanzar en la titulación colectiva de
sus tierras, y cumplir los requerimientos de la sentencia
T1045A. Su trabajo como lideresa ha sido reconocido
por la organización sueca Diakonía, que le otorgó
el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos
Humanos en Colombia en 2015, y en abril del 2018
fue ganadora del Premio Goldman Environmental.
Actualmente es miembro del Consejo Nacional de Paz
y Convivencia, instancia creada para el seguimiento
al cumplimiento de los acuerdos de paz.
1 59
sexuales y de género; relaciones raciales y racismo;
relaciones entre género, raza, clase y sexualidad; género,
sexualidad y deporte. Última publicación: "Lecturas
entrecruzadas del poder: feminismos negros, diáspora
epistemológica y experiencias políticas y académicas en
Colombia" (2018). En F. Gil y T. Pérez-Bustos (comps.)
Feminismos y estudios de género en Colombia: un
campo académico y político en movimiento.
r 6o
Índice
B D
blanco (a): 10, 13, 42, 53-56, 62, derechos: 11-13, 40, 42, 52,
70, 96, 107, 129-130, 139. 54-55, 62, 66, 73-74, 79,
blanquidad: 10, 52, 55-56. 84, 89, 101-102, 124, 126-
127, 129, 139, 152, 155, 157
e -al voto: 12, 40.
castigo: 64-66, 68, 83, 89-91, -civiles: 11, 40, 73, 89, 126-127,
94, 155. 129, 155.
clase: 11, 13-14, 21, 25, 27, 35, -de las mujeres: 13, 42, 139.
42 n. 3, 81, 113, 148-149, -humanos: 11, 84, 86.
1 57, 160.
Colombia: 9, 10 n. 2, 15, 22- E
23, 27, 30, 44, 47, 56, 65, Escuela de Estudios de
80-81, 83-85, 88-89, 91, Género: 9-10, 16-1 7, 19, 27,
95, 97, 102, 109 n. 3 y 31, 128.
5, 123-125, 127, 130, 132, Estado: 20-21, 61, 64, 66-70,
134, 137, 145, 147-148. 80, 92, 94, 102, 106, 109,
color: 14, 25, 31, 38-39, 52-53, 57, 112-113, 123, 130-131, 136,
59, 63, 68-69, 86, 94, 97. 151, 153.
complejo industrial: 21, 63- estatal: 7 0, 80, 107.
64, 77, 88, 91, 93-94, Estados Unidos: 12, 18, 20, 3 7,
96-97, l0 2, 104, 112, 155. 40-42, 47, 49-51, 53-54,
comunidad: 28, 38, 51, 59 n. 65, 69-74, 81-84, 86, 88-
1 , 67, 69, 7 9, 88, 90, 93, 90, 93-94, 96, 104, 106-
161
108, 111-112, 124, 126-127,
129, 134-135, 152, 155.
1
industria: 41, 55, 63, 91.
experiencia: 11-12, 14, 24, 28-
interconexiones: 23, 44, 66.
29, 45-48, 51, 53, 73, 102,
interseccionalidad: 21, 39-40,
110-111, 113-114, 116-118,
44-45.
133, 138, 147-148, 151-152.
J
F justicia: 11, 19, 21, 23, 37-38,
feminismo: 10-11, 13-14, 25, 45, 71-72, 79, 84, 143,
29, 38, 42, 44-52, 56, 149-151, 156.
68, 105-106, 109-110,
L
119, 137-140, 147-1 53,
La Toma {Cauca): 28, 67, 124,
155-157, 159-160.
126, 130-135, 144, 158.
-negro: 42, 44, 46, 51-52, 56,
libertad: 19, 38, 40-41, 79-80,
105-106, 109-110, 137,
83-84, 86, 90, 108 n. 3,
140, 147-153, 1 55-156,
143, 145.
160.
G M
género: 11, 14, 21, 25, 27, 29, mina: 131-132, 137, 140, 143.
37-38, 44, 63, 66-67, minería: 67, 123.
70, 86, 88, 97, 105, 113, movimientos: 12, 14-15, 20,
148-149 . 22, 24, 26-27, 68, 125,
128.
H -políticos: 14-15.
hombre: 14, 29, 41, 61-67, -sociales: 20, 24, 125.
70, 82-83, 87, 96-97, mujeres negras: 11-15, 27-29,
104, 107, 129, 133, 137- 41-42, 44, 49, 51, 62-63,
140, 153. 74, 79-80, 111, 132, 144,
-negro: 14, 62, 96, 104, 107, 129. 148, 152-153.
162
o s
Obama, Barack: 54, 128-129. sexual (-idad) : 22, 25, 28, 38,
opresión (-nes) : 11, 14-15, 24, 60-62, 82, 88, 148-149,
26-27, 44, 48, 151. 151, 157, 160.
p T
personal: 29, 47-48, 56, 60- tercer mundo: 42-43, 49, 90,
62, 80. 111-113.
policial: 62, 64, 69, 74. territorio: 28, 123-124, 127,
político: 13-15, 20, 22, 25-29, 131-134, 1 3 9 , 143-144,
47-48, 60-61, 80, 83, 86- 153, 158.
87, 104, 114, 126, 133,
152-153, 160. V
prisión(-es): 11, 21-22, 66, 69, vigilancia: 85, 90-91, 93.
79-86, 88-91, 94-97, 102- violación: 60-62, 69, 71, 91,
105, 109-114, 119, 1 27, 107.
150-151. violencia: 21-22, 28, 31, 59-69,
privado: 60-61, 64, 66-67, 84- 71-74, 80, 94, 107, 109,
127, 150-151, 153.
R
racismo: 10, 12-14, 21, 23-25,
28, 30, 38-40, 43-44, 54,
62, 68-69, 89, 91-93, 96,
102, 135, 143, 150, 153,
159-160.
raza: 11, 14, 21, 25, 27, 37 n.
1, 42 n. 3, 63, 66, 91, 113,
139, 148-149.