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Descripción general
La influenza es una infección viral que ataca el sistema respiratorio — la nariz, la garganta y los
pulmones. También se conoce como gripe, pero es diferente a los virus al estómago que causan diarrea
y vómitos.
En la mayoría de las personas, la gripe desaparece por sí sola. Pero a veces esta enfermedad y sus
complicaciones pueden ser mortales. Las personas con mayor riesgo de presentar complicaciones de la
influenza son:
Aunque la vacuna anual contra la influenza no sea 100% efectiva, es tu mejor defensa contra esta
enfermedad.
Síntomas
Al comienzo, la influenza quizás parezca un resfriado común con nariz que gotea, estornudos y dolor de
garganta. Pero los resfriados generalmente se presentan lentamente, mientras que la influenza tiende a
aparecer de súbito. Y aunque un resfriado puede ser una molestia, generalmente te sientes mucho peor
con la influenza.
Fiebre
Dolor en los músculos
Escalofríos y sudoración
Dolor de cabeza
Tos persistente o seca
Falta de aire al respirar
Cansancio y debilidad
Nariz congestionada o goteo
Dolor de garganta
Dolor en los ojos
Vómitos y diarrea, pero esto es más común en los niños que en los adultos
Cuándo consultar con el médico
En su mayoría, las personas con influenza pueden hacer tratamiento en casa, y con frecuencia no
necesitan ver al médico.
Si tienes signos y síntomas que indiquen una emergencia, busca atención médica de inmediato. En los
adultos, los signos y síntomas que indican una emergencia pueden incluir:
Los signos y los síntomas que indican una emergencia en niños pueden incluir:
Causas
Los virus de influenza viajan por el aire en gotitas cuando alguien que tiene la infección tose, estornuda,
o habla. Es posible inhalar las gotitas directamente, o contagiarse por medio de un objeto — como un
teléfono o un teclado de computadora — y luego transferir los virus a los ojos, la nariz o la boca.
Las personas que tienen el virus probablemente sean contagiosas aproximadamente desde el día antes a
cinco días después de que se presenten los síntomas. Los niños y las personas con el sistema inmunitario
debilitado quizás sean contagiosos por un tiempo un poco más largo.
Los virus de la influenza están cambiando constantemente, con nuevas cepas que aparecen de manera
regular. Si has tenido influenza en el pasado, tu cuerpo ya produjo anticuerpos para combatir esa cepa
específica del virus. Si los virus futuros de la influenza son similares a los que ya enfrentaste por tener la
enfermedad o por vacunarte, esos anticuerpos pueden prevenir la infección o reducir su gravedad. Pero
los niveles de anticuerpos quizás bajen con el tiempo.
Y los anticuerpos contra los virus de la influenza a que estuviste expuesto antes quizás no te protejan
contra las nuevas cepas que pueden ser muy diferentes de las anteriores.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar los riesgos de contraer la influenza o sufrir complicaciones
relacionadas incluyen los siguientes:
Edad. La influenza estacional tiende a afectar a los niños de entre 6 meses y 5 años, y a los adultos
mayores de 65 años.
Condiciones de vida o de trabajo. Las personas que viven o trabajan en sitios con muchos otros
residentes, como asilos de ancianos y convalecientes o cuarteles militares, tienen más probabilidad
de contagiarse con la influenza. Las personas internadas en un hospital también corren un mayor
riesgo.
Sistema inmunitario debilitado. Los tratamientos para el cáncer, los medicamentos antirrechazo, el
uso prolongado de esteroides, un trasplante de órganos, un cáncer de la sangre, o
el VIH o SIDA pueden debilitar el sistema inmunitario. Esto puede facilitar el contagio de la gripe y
también puede aumentar el riesgo de presentar complicaciones.
Enfermedades crónicas. Las afecciones crónicas, que incluyen enfermedades pulmonares como el
asma, la diabetes, las enfermedades cardíacas y del sistema nervioso, los trastornos metabólicos,
anormalidades en las vías respiratorias, y enfermedades de los riñones, el hígado o la sangre,
pueden aumentar el riesgo de sufrir complicaciones a raíz de la influenza.
Raza. Es posible que los nativos americanos tengan un mayor riesgo de sufrir complicaciones a raíz
de la influenza.
Uso de la aspirina para los menores de 19 años. Las personas menores de 19 años y que se están
haciendo terapia a largo plazo con aspirina corren el riesgo de desarrollar el síndrome de Reye si
contraen la influenza.
Embarazo. Las mujeres embarazadas tienen más probabilidad de presentar complicaciones de la
influenza, particularmente en el segundo y tercer trimestre. Las mujeres tienen más probabilidad de
desarrollar complicaciones relacionadas con la influenza hasta dos semanas después del parto.
Obesidad. Las personas con un índice de masa corporal (IMC) de 40 o más tienen un mayor riesgo
de sufrir complicaciones por la gripe.
Complicaciones
Si eres joven y estás sano, la influenza generalmente no es grave. Aunque quizás te sientas muy mal
mientras la tienes, la influenza generalmente desaparece en una semana o dos sin efectos a largo plazo.
Pero los niños y los adultos en alto riesgo pueden presentar complicaciones que quizás incluyan:
neumonía
bronquitis
brotes asmáticos
problemas de corazón
infecciones del oído
síndrome de dificultad respiratoria aguda
La neumonía es una de las complicaciones más graves. Puede ser mortal para los adultos mayores y las
personas con enfermedades crónicas.
Tratamiento
Generalmente solo necesitarás descansar y tomar mucho líquido para tratar la gripe. Pero si tienes una
infección de gravedad o tienes un mayor riesgo de tener complicaciones, el médico quizás te recete un
medicamento antiviral para tratar la gripe. Estos medicamentos pueden incluir oseltamivir (Tamiflu),
zanamivir (Relenza), peramivir (Rapivab) o baloxavir (Xofluza). Estos medicamentos pueden acortar
aproximadamente un día la enfermedad y ayudar a prevenir complicaciones graves.
Los efectos secundarios de los medicamentos antivirales pueden incluir náuseas y vómitos. Estos efectos
secundarios pueden hacerse más leves si el medicamento se toma con alimentos.
La mayoría de las cepas de influenza que circulan se han vuelto resistentes a la amantadina y
rimantadina (Flumadine), que son medicamentos antivirales más antiguos y que ya no se recomiendan.
Prevención
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan
la vacuna anual contra la influenza para todas las personas a partir de los 6 meses de edad. La vacuna
contra la gripe puede reducir el riesgo y la gravedad de esta enfermedad, así como el riesgo de contraer
enfermedades graves por la gripe y de necesitar hospitalización.
La vacuna contra la gripe es especialmente importante esta temporada, porque la gripe y la enfermedad
por coronavirus 2019 (COVID-19) causan síntomas similares. La vacuna contra la gripe puede reducir los
síntomas que tal vez se confundirían con los de la COVID-19. Al prevenir la gripe y reducir su gravedad y
las hospitalizaciones, también se podría reducir el número de personas que necesitan permanecer en el
hospital.
Es posible recibir la vacuna contra la COVID-19 al mismo tiempo que la vacuna contra la gripe.
Este año, la vacuna contra la gripe estacional brinda protección contra los cuatro virus de influenza que
se espera serán los más comunes durante la temporada de influenza de ese año. Este año, la vacuna
estará disponible en forma de inyección y de atomizador nasal.
No se recomienda el uso del atomizador nasal en algunos grupos, como los siguientes:
La vacuna contra la influenza no es 100 % eficaz, así que también es importante tomar medidas como las
siguientes para reducir el contagio de la infección, lo que incluye:
Lávate las manos. Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón por lo menos durante
20 segundos es una manera eficaz de prevenir muchas infecciones comunes. Si no hay acceso a agua
ni jabón, usa un desinfectante de manos a base de alcohol.
Evita tocarte la cara. Evita tocarte los ojos, la nariz y la boca.
Cúbrete la boca al toser y estornudar. Tose o estornuda en un pañuelo desechable, o en el codo.
Luego, lávate las manos.
Limpia todas las superficies. Limpia regularmente las superficies que se tocan con frecuencia para
prevenir la trasmisión de la infección al tocar una superficie con el virus y luego tocarte la cara.
Evita las multitudes. La influenza se contagia fácilmente donde la gente se junta, en centros de
cuidado para niños, escuelas, edificios con oficinas, auditorios, y transporte público. Al evitar las
multitudes cuando la temporada de influenza está en su apogeo, reduces la probabilidad de
infectarte.
Evita el contacto con cualquier persona que esté enferma. Si estás enfermo, quédate en casa por lo
menos las 24 horas luego de que te baje la fiebre para reducir la probabilidad de infectar a otros.
Tanto la COVID-19 como la gripe pueden propagarse al mismo tiempo. Es posible que el departamento
de salud local y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en
inglés) sugieran otras precauciones para reducir el riesgo de contraer COVID-19 o gripe si no recibiste la
vacunación completa contra estas afecciones. Por ejemplo, es posible que debas practicar
distanciamiento físico (físico) y mantener una distancia mínima de 6 pies (2 metros) con otras personas
que no formen parte de tu grupo familiar. Es posible que también tengas que usar una mascarilla de tela
cuando estés en el interior con personas que no formen parte de tu grupo familiar y cuando estés en el
exterior en zonas concurridas. Si recibiste todas las dosis de la vacuna y te encuentras en una zona con
un gran número de nuevos casos de COVID-19 en la última semana, los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) también recomiendan usar mascarillas en
espacios cerrados de lugares públicos y al aire libre en zonas concurridas, o cuando estás en contacto
con personas que no están vacunadas.