Voy a resolver el problema de la política a través de la filosofía de Rousseau. Este
filósofo vivió en la época de la Ilustración, donde se defendía la razón, la ciencia y la cultura y nace la idea del progreso ilimitado. Para ello, era necesaria la extensión de la educación, algo que se vio beneficiado gracias a la invención de la imprenta ya que permitía divulgar el conocimiento. Algunos de los pensadores más importantes de la época fueron Immanuel Kant o Hume.
Rousseau era un gran defensor de la tolerancia religiosa y la libertad individual
y consideraba que la ciencia y la cultura habían conducido a la corrupción de los individuos, ya que el exceso de racionalidad conduce a la decadencia y a la corrupción moral. Pensaba que el contrato social sólo explicaba el origen de la sociedad y que en el estado de naturaleza previo, el ser humano era bondadoso. En este siente un amor por sí mismo, que es lo que le impulsa a sobrevivir.
El filósofo, en su crítica, propone una reforma social basada en la educación para
recuperar la sentimentalidad primitiva que se había perdido en la sociedad civil. Proponía un método orientado al desarrollo de la espontaneidad y que salvaguardara el amor de sí, la piedad y la naturalidad. Esta propuesta la condensa en su obra Emilio, o de la educación.
Sin embargo, Rousseau veía imposible el retorno al estado de naturaleza
previo, por ello propone un programa de reforma social replanteando el contrato social. Según él, la vida en comunidad tiene muchas más ventajas, pero la sociedad civil hace que se pierdan cualidades imprescindibles del ser humano. Por ello, como solución propuso crear un nuevo pacto social para refundar la sociedad en un sentido que permita aprovechar la vida en común, conservando la libertad del estado de naturaleza. No obstante, esto no se puede lograr en el contractualismo de Hobbes ya que en él, los individuos han renunciado a sus libertades ante un soberano absoluto.
En el modelo de Rousseau el soberano corresponde con el pueblo, así, aunque
el individuo haya perdido su libertad, pasa a ser parte de la sociedad y adquiere su libertad civil. Las personas pasan de ser súbditos a ser miembros libres de la sociedad. De esta forma, las leyes provienen del pueblo en forma de voluntad general, todo direccionado al bien común. Con todo esto, establece una distinción entre la voluntad general y la voluntad de todos. Esta última es la suma de individualidades en un sentido egoísta; mientras que la voluntad general aspira al bien común por encima de las particularidades. Esta debe interpretarse por el legislador. Su no aplicación supone el abandono de la sociedad. Además, la soberanía popular es inalienable, rechaza la división de poderes. El pueblo debe elegir representantes que gestionen la política y defiende, ante esto, la democracia.