Neva Milicic

Tú eres muy especial

Tú eres muy especial

Ilustraciones de Carmen Cardemil
 Neva Milicic

Tú eres muy especial

© 2008, NEVA MILICIC
Inscripción Nº 170.522, Santiago de Chile.
Ilustraciones de Carmen Cardemil
Derechos de edición reservados para todos los países por
© EDITORIAL UNIVERSITARIA, S.A.
Avda. Bernardo O‘Higgins 1050, Santiago de Chile.

editor@universitaria.cl

Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada,

puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por
procedimientos mecánicos, ópticos, químicos
o electrónicos, incluidas las fotocopias,
sin permiso escrito del editor.

ISBN 978-956-11-2004-4

Texto compuesto en tipografía Palatinoo 15/20

Se terminó de imprimir esta primera reimpresión de la

PRIMERA EDICIÓN
en los talleres de Salesianos Impresores S.A.,
General Gana 1486, Santiago de Chile,
en noviembre de 2010.

DISEÑO Y DIAGRACIÓN
Norma Díaz San Martín

w w w. u n i v e r s i t a r i a . c l

impreso en chile / printed in chile EDITORIAL UNIVERSITARIA

 Índice

Para Valentina y Florencia, Un mal día 7

que son muy especiales para mí. Una anotación negativa 8
Yo soy distinta 9
Papá al rescate 10
No me gusta como soy 11
Por si te sirve 12
¿Cuánto me quieres papá? 13
¿Están desilusionados de mí? 14
Las disculpas de mamá 15
Los errores son parte del aprendizaje 16
Reconocer errores 17
Pensamientos negativos 18
El llamado a Martín 19
Una llamada sorpresiva 20
Hacer lo correcto 21
Estoy orgullosa de mí 22
Nadie es perfecto 24
A la hora de comida 25
¡Tú eres única! 26
Sacarle partido a lo que uno es 27
Descubrir quién soy 28
Buenos descubrimientos 29
El esfuerzo
zo explica mucho 30
Cómo cambiar
mbiar 31

4
 Un mal día

Un día estaba yo muy triste; nada me había salido

bien. Era un día de esos en que nada resulta.
Mi mejor amigo, Martín, se enojó conmigo, porque
no le quise prestar un libro. En verdad fui un poco
egoísta, porque soy muy amiga de Martín, pero no
sé qué me pasó que no quise prestárselo.

7
 Una anotación negativa YO Soy distinta

Para colmo, la profesora encontró que había

hecho mal la tarea de matemáticas y olvidé traer
los materiales de Artes Plásticas, porque me levanté
tarde; es que la cama estaba tan rica… y hacía tanto
frío…
…

Por salir apurada, se me quedó la bolsa con los
materiales, y eso que la había dejado preparada en
la noche para que no se me olvidara.
Total, la profesora me anotó y me mandó una
comunicación: “Sin materiales en Artes Plásticas”.
Lo peor fue que la mamá había salido especialmente
a comprarlos.
Sentí que todo me salía mal, que no sabía hacer
nada bien y que todo me costaba mucho. No estaba
nada contenta conmigo. Quería ser de otra manera,
ser distinta, y recuperar mi amistad con Martín y el
cariño de mis padres.
¡Estaba tan arrepentida de no haberle prestado el
libro a Martín!

8 9
 Papá al rescate No me gusta como soy

Cuando llegó el papá, yo estaba encerrada en mi Me preguntó cariñosamente:

pieza, tirada en la cama, pensando en lo mal que lo –¿Qué le está pasando a mi Gabriela?
había hecho. Él entró despacito, después de golpear Él acude muchas veces a rescatarme cuando estoy
suavemente la puerta y pedirme permiso para trriste, mal genio o en problemas.
entrar.
Me gusta mucho que mi papá sea tan respetuoso
conmigo.
g

–¡No
¡No me gusta como soy! –alcancé
alcancé a decirle y
me puse a llorar–. Todo me sale mal, soy egoísta,
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la profesora de Artes Plásticas piensa que soy
irresponsable y la mamá está furiosa, porque tuve
una comunicación por no llevar los materiales,
cuando ella se había esforzado tanto en ir a
comprarlos para mí.

10 11
 Por si te sirve
Después de llorar un buen rato, mientras el
papá me consolaba, logré calmarme. Él me habló
despacito, diciendo con su voz más dulce:
–Por si te sirve, quiero contarte que tu mamá y yo
te queremos muchísimo, que eres muy importante
para nosotros y que te querremos siempre, aunque
cometas errores.
12
¿Cuánto me quieres papá?
Como ya estaba más tranquila, podía entender un
poco mejor lo que me estaba diciendo y le pregunté:
–¿Me quieres aunque lo haga mal y me equivoque?
El papá se rió y dijo:
–¡Por supuesto! ¿Cómo podría no quererte? A mí
me gusta mucho como eres y si a veces te reto es
para ayudarte a ser una persona mejor. Pero eso no
quiere decir que no te quiera. A veces se me puede
olvidar decirte cómo y cuánto te quiero, pero nunca
dudes de que te quiero mucho, muchísimo, porque
me da mucha pena.
13
 ¿Están desilusionados de mí?
–¿Sabes papá? La mamá se enojó tanto conmigo,
que a veces pienso que está desilusionada de mí,
porque me paso equivocando; se me olvidan los
recados, peleo con Martín, me quedo pegada en la
tele y tantas otras cosas. ¡Cómo me gustaría hacer
las cosas bien para que ustedes pudieran estar
orguullosos de mí!
El papá casi se enojó conmigo.
–¿Cómo se te ocurre pensar que estamos
desilusionados de ti? Vamos a llamar a la mamá
para conversar de este tema.
14
Las disculpas de mamá
Mamá me pidió disculpas por enojarse tanto y me
dijo:
–No debí enojarme tanto, pero que me enoje
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ayudarte a hacerlo mejor. Como ves, yo también
me equivoqué, porque no pensé que mi reto te iba a
afectar tanto. Una de las grandes felicidades que he
tenido es que tú seas mi hija, y sin importar lo que
hagas, siempre estaré contenta de ser tu mamá.
Y el papá dijo:
–Yo pienso igual que la mamá. Eres nuestra hija y
te queremos mucho.
15
 Los errores son parte Reconocer los errores
del aprendizaje
La mamá me preguntó:
–¿Por qué no llamas a Martín y le pides disculpas?
–Me da vergüenza, no me atrevo –le contesté.
–Las buenas personas no son las que no se
equivocan, sino las que saben reconocer sus errores
–dijo Pedro–. Hay que ser muy valiente para eso.
¿Viste cómo la mamá te pidió disculpas?
Yo dije que lo iba a pensar, porque igual me daba
vergüenza llamar a Martín. Y me fui a mi pieza.

–Las equivocaciones son normales –agregó la

mamá–. Cuando una está aprendiendo, es frecuente
que se cometan errores. Los errores son parte del
aprendizaje.
–Hay que ser muy creído para pensar que uno no
se va a equivocar nunca –dijo mi hermano Pedro.
Pedro que es bien “mateo”, es súper empeñoso y
cuando no le resulta algo insiste hasta que lo logra.

16 17
 Pensamientos negativos El llamado a Martín

Cuando Martín contestó el teléfono me quedé

callada, porque no sabía cómo empezar. Por último,
logré decirle:
–Disculpa por no haberte prestado el libro;
mañana te lo llevo.
Martín, que es bien mal genio, sólo me dio las
gracias, pero creo que le gustó que lo llamara.

Me sentía muy triste. No creía que pudiera

cambiar para que las cosas me salieran bien.
Siempre sucedía algo que echaba todo a perder.
Y como cada vez me sentía peor con lo de Martín,
decidí llamarlo para pedirle disculpas, aunque me
diera harta vergüenza.

18 19
 Una llamada sorpresiva Hacer lo correcto

¡Qué buen amigo es Martín! Para mi sorpresa, me

llamó en la tarde y me dijo dos cosas bien bonitas,
que me hicieron sentir bien conmigo misma.
Me dijo:
–Eres muy buena amiga y muy valiente
porque no es fácil pedir disculpas y tú te atreviste a
h
hacerlo.
l

A veces es complicado hacer lo correcto; es tanto

más fácil dejarlo para después o, como en este caso,
hacerse la tonta como si nada hubiera pasado.
Pero, ¡qué bien se siente uno después de que lo
hace!
Me sentía feliz y liberada. Fue parecido a lo
que sentí una vez que acordamos con mi mamá
que iba a ver televisión sólo una hora al día…
¡Y pude cumplirlo!

20 21
 Estoy orgullosa de mí

Cuando uno cumple, se siente orgullosa de uno Y lo mejor de todo fue

misma. A mí me cuesta mucho ser ordenada, pero
el sábado de la semana pasada me puse en onda y
arreglé mi escritorio y mis libros; además de que
todo quedó muy bonito, ahora encuentro todo con
facilidad y no tengo que perder tiempo buscando
las cosas.
que la mamá estaba súper feliz.
Me sentí realmente bien
porque cumplí con lo que la mamá
esperaba de mí.
 Nadie es perfecto
Le conté a la mamá que Martín me había llamado,
y que estaba feliz porque había recuperado su
amistad.
Pero me quedé pensando, ¿por qué me resulta tan
difícil hacer las cosas cuando se debe? O más bien,
¿por qué hago lo que no debo, por ejemplo, dejar todo
desordenado o hacer mis tareas a último momento?
–No puede ser tan difícil –le dije a mi mamá–.
Me da tanta rabia no ser capaz de hacer las cosas
cuandodo debo.
La mamá me contestó sonriendo:
–¡NNadie es perfecto!
A la hora de comida
Nos sentamos a comer y tuvimos una buena
conversación entre todos.
Yo empecé diciendo que me costaba mucho
aceptar algunas cosas de mí.
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a todos nos pasaba eso, pero que no sólo tenía que
aceptarme, sino que dar las gracias por lo que era y
por lo que me hacía diferente de los demás.
25
 ¡TÚ Eres única! Sacarle partido a lo que uno es

El papá siguió diciendo:

–Entre los muchísimos miles de personas que
hay en la tierra, no hay ninguna igual a la otra; a
veces podrán ser parecidas, algún niño o alguna
niña podrá tener la nariz de su papá o el pelo de
la abuela, o heredar su talento para tocar el piano,
pero tú no eres igual a nadie. ¡Tú eres única!

La mamá agregó:
–Pedro y Gabriela, yo creo que ustedes
tienen que pensar en qué es lo que los hace tan
especiales. ¿Cuáles son sus talentos? Y cuando los
encuentren, aprovecharlos al máximo y sacarles
el mejor partido posible. Pedro, tú que eres tan
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tú, Gabriela, que juegas tan bien ajedrez, deberías
practicar más y participar en campeonatos.
¿Quién te dice que no terminas siendo campeona
mundial de ajedrez?

26 27
 Descubrir quién soy Buenos descubrimientos

A pesar de lo que había dicho la mamá, no sé si
quiero dedicarme a ser campeona de nada. Entonces
pregunté:
–¿Qué más podría tener yo de especial?
El papá dijo:
–Piénsalo, porque descubrirlo puede ser la clave
de la felicidad. Saber qué es lo que uno hace bien,
contribuye a que uno se quiera y se valore.
Nos quedamos todos un rato en silencio, pensando
cada cual en qué podía ser aquello que nos hacía
especiales, y qué era lo que más le gustaba a cada uno
Žȱ œÇȱ –’œ–˜ǯȱ •ȱ ꗊ•ǰȱ ŒŠŠȱ ž—˜ȱ Œ˜—àȱ •˜ȱ šžŽȱ ‘
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pensado.

Y d
Yo descubrí
b í que llo que más
á me gustaba
b dde mí es
que soy alegre, cariñosa, que se me ocurren cosas
originales y, además, que soy súper empeñosa. Pero
también descubrí que hay cosas que no me gustan,
por ejemplo, soy medio desordenada y a veces un
poco rabiosa.
Cuando todos terminamos de hablar, el papá se rió
y dijo:
–¡Qué buenos descubrimientos hemos hecho!

28 29
 El esfuerzo explica mucho
El papá y la mamá estuvieron de acuerdo con lo
que Pedro y yo encontrábamos bueno de nuestra
manera de ser.
Pero lo que más contentos los puso, fue que los
dos nos encontrábamos esforzados, quizás porque
el papá siempre nos ha insistido en que “por mucho
talento que uno tenga, si uno no se esfuerza y no es
constante, es casi imposible que le vaya bien”.
Y mi mamá dijo:
–¿Se acuerdan de “el que quiere celeste que le
cueste”? Hay que imitar a las hormiguitas que
trabajan mucho y organizadamente.
30
Cómo cambiar
Yo insistí en que había cosas mías que me gustaban
bien poco y que quería ser de otra manera.
La mamá me explicó que uno puede trabajar en
cambiar lo que no le gusta de sí mismo, pero que
para quererse y para que la quieran, ¡no es necesario
ser perfecta!
Cuando uno se acepta tal como es, tiene m más
energía para trabajar en ser mejor cada día
día, en vez
de pasar el tiempo quejándose por los defectos que
uno tiene, sin hacer nada por cambiar.
Entonces la mamá me abrazó bien fuerte y me
dijo al oído:
–¡No olvides nunca que tú eres muy especial!
31
 Gabriela está muy triste. Siente que todo le
sale mal, que no hace nada bien, que nadie
la quiere. Para colmo, su mejor amigo, Martín,
se ha enojado con ella. ¿Qué hacer?