Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Conde de Saint-Germain - PaulChacornac
El Conde de Saint-Germain - PaulChacornac
EL CONDE DE SAINT
GERMAIN
© de la presente edición
EDITORIAL SIRIO, S.A.
C/ Panaderos, 9
29005-Málaga
I.S.B.N.: 84-7808-212-3
Depósito legal: B-19.443-1997
INTRODUCCIÓN
(POR EL RE-EDITOR: MEIREM)
Cierto es, cuando se señala a Paul Chacornac, como uno de los investigadores más
completos y acuciosos acerca de la vida del conde de Saint Germain; debido a la inmensa
cantidad de referencias, citas y obras consultadas; pero este atributo, incluye algunas
expresiones que desmerecen el trabajo de otro tipo de investigadores y discípulos de la
Gran Hermandad Blanca (GHB), los mismos que basaron sus investigaciones en la
clarividencia, la lectura de los archivos akáshicos, los dictados hechos por los Maestros de
la GHB, etc. Como es el caso de Helena Petrovna Blavátsky, H. S. Olcott, Annie Besant,
Charles W. Leadbeater, Godfré Ray King (Guy Ballard; quién canalizó las enseñanzas del
Maestro Saint Germain), etc. Comprenderéis lo expuesto cuando lean este libro; y acoto
que, las citas con el encabezado EM, así como los resaltados de algunas frases con negrita
son de mi autoría.
Escribe Paul Chacornac:
Se puede admitir, como trataremos de demostrarlo, que no hay nada de imposible
en que el conde de Saint-Germain haya sido hijo de la reina, viuda de Carlos II, y del
Almirante de Castilla.
En las Pequeñas Memorias de Viena de F. Gráffer, publicadas en 1846, en el que se
indica que el conde de Saint-Germain debía ir a reposar a “la región de los Himalayas”.
4
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
5
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
6
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
7
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Las conversaciones del autor con el conde de Saint-Germain son mencionadas como una
cosa real. Dice que le vio bajo una forma material, y en su compañía visitó algunos templos
del desierto del Sáhara. “En realidad, nunca hubo Fraternidad alguna de lo que sea, ni
sobre el Monte Shasta ni en los alrededores. Esto resulta de una investigación hecha
sobre el lugar por un periodista americano, Geo L. Smith. Toda esta historia no era más
que una ficción y un fraude”.
Se atribuye al conde de Saint-Germain un rol oculto, o más precisamente
“iniciático”, y una longevidad excepcional. Las tradiciones de todos los pueblos mencionan
en efecto la existencia de personajes que han alcanzado un estado espiritual muy elevado,
y de los que se dice que han vivido varios siglos, incluso que no deben morir antes del fin
del ciclo actual. Si, a modo de ejemplo, tomamos un estado espiritual compatible con
ciertas particularidades atribuidas al conde de Saint-Germain, el de Rosacruz; vemos que
para un historiador es imposible saber si este estado ha sido alcanzado por tal o cual
personaje:
“En cuanto a saber quiénes fueron verdaderos rosacruces”, escribe René Guenon,
“y decir con certeza si tal o cual personaje fue uno de ellos, resulta algo del todo imposible,
por el hecho mismo de que se trata esencialmente de un estado espiritual, y por lo tanto
puramente interior, que sería sumamente imprudente querer juzgar conforme a unos
signos externos cualesquiera”. Además, por la naturaleza de su rol, estos rosacruces no han
podido, como tales, dejar huella alguna en la historia profana, de suerte que, incluso si sus
nombres pudieran ser conocidos, ellos, sin duda, no le dirían nada a nadie; y por otra parte,
estos nombres no tendrían sino un valor bien relativo, pues se dice que los cambiaban
según el país en que residían, lo que indica claramente que habían franqueado ciertas
limitaciones de la individualidad ordinaria...
En cuanto al “retorno” del conde de Saint-Germain, no discutiremos la pretensión
de los teósofos, que ven en este personaje, identificado con el “Maestro R”..., a uno de
los jefes e inspiradores de su sociedad. El Sr. René Guenon, en su Teosofismo, ha probado
suficientemente que la Sociedad Teosófica, bien lejos de transmitir una enseñanza
iniciática, no ha hecho sino propagar una grosera contra-forma de las doctrinas hindúes,
y una caricatura del cristianismo esotérico.
8
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Los teósofos han utilizado, por fines eminentemente interesados, una leyenda que
han encontrado del todo formada. La fecha de 1875; indicada para el “retomo” del conde
de Saint-Germain, corresponde aproximadamente a una renovación de influencias
tradicionales en Occidente, pero la Sociedad Teosófica sería más bien su adversario antes
que su instrumento.
Lo que sucedió con el conde de Saint-Germain, un “sensacional” artículo
aparecido en septiembre de 1895 en El Loto Azul, titulado El Secreto del conde de Saint-
Germain, va a decírnoslo:
“El conde de Saint-Germain es ciertamente el hombre más asombroso del que la
historia haya conservado el recuerdo. Apareció en Francia el siglo pasado, bajo Luis XV, con
el nombre de conde de Saint-Germain... Su belleza era notable y sus maneras espléndidas;
tenía un talento de alocución extraordinario; una instrucción y una erudición maravillosas;
conocía y hablaba admirablemente casi todas las lenguas conocidas... Músico consumado,
tocaba todos los instrumentos, pero le agradaba más particularmente el violín; lo hacía
vibrar tan divinamente que dos personas que lo habían oído, y que escucharon más tarde
al famoso maestro genovés Paganini, ponían a estos dos artistas al mismo nivel.
"Rico en exceso, despreciando profundamente los tesoros, se le veía prodigar
regalos fantásticos a sus amigos, e incluso a los príncipes; sus escriños eran inagotables.
Transmutaba los metales, fabricaba oro, y decía haber aprendido de un viejo brahmán
hindú el medio de ‘vivificar’ el carbono puro, es decir, de transformarlo en diamante.
“Vivía suntuosamente...; tenía una memoria prodigiosa...; podía escribir con las dos
manos a la vez... leía, sin abrirlas, las cartas cerradas, incluso antes de que le fuesen
enviadas; profetizaba a menudo en la corte de Luis XV y de Luis XVI...
"Entraba a menudo en estados letárgicos que duraban de 30 a 50 horas, y durante
los cuales su cuerpo parecía como muerto. Después, se despertaba restaurado,
rejuvenecido, vigorizado por este reposo mágico, y asombraba a la asistencia relatando
todo lo que había sucedido en la ciudad durante ese tiempo. Sus profecías, como sus
previsiones, no le engañaron nunca.
Es bien extraño que la historia no haya consignado la muerte de un hombre que
apasionó a todo lo más grande de Europa, sino por el testimonio incierto de un amigo; es
9
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
soberanamente sorprendente que nunca se haya dicho nada de sus funerales, que ningún
registro contenga sus huellas, que memoria alguna las recuerde... [!].
“Está por otra parte más o menos probado que vivió varios años después de 1784.
Tuvo, se dice, una importante conferencia con la emperatriz de Rusia en 1786 o 1788. Se
cuenta que se le apareció a la princesa de Lamballe cuando ésta se encontraba ante el
tribunal revolucionario, algunos instantes antes de que le cortasen la cabeza, y a la dueña
de Luis XV, Jeanne Dubarry, mientras aguardaba también el golpe fatal, en 1793.
‘Este hombre no debe morir’, decía de él su amigo Federico de Prusia.
"Saint-Germain fue el porta-luz (de la Gran Fraternidad), enviado a Francia hacia
Finales del siglo pasado. Tenía por misión establecer una organización semejante a la
Sociedad Teosófica actual.
Todo lo que puede decirse con seguridad es que, antes del fin del ciclo, debe
producirse lo que a veces se llama la “reaparición de los Sabios”, la remanifestación de las
funciones tradicionales hoy en día ocultas, y que, en consecuencia, antes de que se
cumplan los destinos de la humanidad, reaparecerán Enoq, Elias, el Imán oculto, San Juan,
Guesar, así como Arturo, Merlín, el “Emperador dormido”. Y, si nuestras conjeturas son
fundadas, también reaparecerá la entidad que se ha manifestado bajo el nombre de conde
de Saint-Germain.
MEIREM.
10
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
PREFACIO
11
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
1.- Es para nosotros un deber y una alegría expresar públicamente nuestra gratitud a los
personajes que, a títulos diversos, han tenido a bien facilitar nuestro trabajo: la Srta. S. Gardel, y los
Sres. G. Corra- dini, G.C. Fascio, Lohy, Moth-Lund, A. Novellas, J. de Pallandt, J. Revor, Th.
Terestchenk.
12
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
PRIMERA PARTE
Busco a un hombre
DIÓGENES.
13
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO PRIMERO
En primer lugar, nos ha parecido necesario investigar, entre los hechos y gestos
atribuidos al enigmático personaje conocido bajo el nombre de conde de Saint-Germain,
aquellos que han sido llevados a cabo, en realidad, por un personaje que no tiene nada de
misterioso, y que ha jugado un papel, secundario que no banal, en la historia del siglo XVIII,
el conde Claude-Louis de Saint-Germain. En vida misma de estos personajes, su hominimia
ha sido causa de numerosas confusiones, confusiones que los historiadores han propagado
y agravado posteriormente.
Para tratar de ver claro en este asunto, lo mejor sin duda es exponer primero de
todo, las grandes líneas de la vida de aquél de los dos personajes al que podemos seguir
con certeza de su nacimiento a su muerte; nos referimos al conde Claude Louis de Saint-
Germain, ministro y secretario de Estado de la guerra, teniente-general de los ejércitos de
Francia, comendador de Saint-Louis, mariscal-general al servicio del rey de Dinamarca y
comendador de Elefantia (1).
(1) Nota importante. Bien que Claude-Louis de Saim-Germain haya portado el título de
“conde”, no emplearemos nunca para designarle la expresión "conde de Saint-Germain",
reservando este nombre al personaje que constituye el objeto del presente estudio.
14
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Señalaremos los hechos y circunstancias que explican la confusión creada entre los
dos personajes. Si Claude-Louis de Saint-Germain se sitúa entre los hombres célebres del
siglo XVIII por sus talentos militares (2), parece que su carácter difícil influyó singularmente
sobre su destino, y que su vida fue una sucesión continua de fortuna y desdichas (3).
Nació el 15 de abril de 1707 en el castillo de Vertamboz (4) cerca de Lons-le-Saunier,
en el Franco Condado (5). Su familia era original de Bresse. Establecidos desde 1650 en la
provincia donde Claude-Louis nació, los Saint-Germain portaban desde el 1200 el mismo
nombre y las mismas armas, y podían probar diez cuarteles de nobleza desde Guillaume de
Saint-Germain, juez mayor de Bresse, que vivió en 1320, hasta Louis, barón de Saint-
Germain, que vivió en 1650 (6).
Claude-Louis hizo sus estudios en los jesuitas de Lons- le-Saunier; incluso tomó los
hábitos de esta orden, y, se dice, se dedicó durante algunos meses a la retórica.
Inclinaciones poco monásticas le forzaron a abandonar el convento en 1726: tenía entonces
diecisiete años (7). Se enroló en un regimiento de dragones, y posteriormente su padre,
comandante del batallón de la milicia del Franco Condado, le hizo entrar en calidad de
teniente en su unidad. La vida tranquila no estaba hecha para Claude-Louis; dos
sentimientos dominaban en él: el deseo de perfeccionarse en el arte de la guerra, y sobre
todo la esperanza de un progreso más rápido.
(2) Memorias del Sr. conde de Saint-Germain, escritas por él mismo. Amsterdam, Rey, 1779.
La traducción alemana de esta obra, Nachrich- ten des Herrn Grafen von Saint-Germain, publicada
en Francfort en 1780, es llevada a la Bibliographie biographique universelle de E.-M. Oettinoer,
Bruselas, 1854, t. II, p. 1591, como concerniente al “conde" de Saint-Germain.
(3) Le Comte de Saint-Germain et ses réformes (1775-1777), d’ aprés les archives du dépót
de la Guerre. Tésis de L. MENTION. París, A. Clavel, 1884.
(4) Vertamboz, pequeña comuna dependiente de Clairvaux, en la división administrativa de
Lons-le-Saunier (Jura).
(5) ¡Lamothe-Langon, redactor de los Recuerdos sobre Maria Antonieta por la Sra. condesa
de Adhemar le hace nacer en Salins!.
(6) Guichenon. Histoire de Bresse et du Bugey. Lyon, 1650, 3ra. Parte, pp. 343-345.
Correspondance particulière du Comte de Saint-Germain, avec M. Pâris-Duverney, conseiller d'Etat.
(7) Londres y Paris, 1800, t. I, p. 1. Esta correspondencia ha sido publicada por Pu. Henride
Grimoard.
15
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
16
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(9) Paul Fould. Un diplomate au XVIIJ“ siècle. Louis-Augustin Blondel. Paris, Plon, 1914, pp.
191-194.
(10) Se advertirá aquí la confusión hecha por casi todos los historiadores, que han
relacionado esta presentación con el "conde" de Saint- Germain, el cual, sin embargo, se
encontraba todavía en Alemania por aquella época.
(11) El barón Frédéric Lefort, de Ginebra, teniente-coronel del regimiento de Voluntarios
de Sajonia, comensal del mariscal de Sajonia. Cf. J. Raymond. Le maréchal de Saxe à Chambord. La
Nouvelle revue, 15 agosto 1927.
(12) Correspondance de Madame de Pompadour avec son père, M. Poisson, et son frère, M.
de Vandiéres, publicada por primera vez por A. P. Malassis. Paris, Baur, 1878, p. XXXVII, carta X. Es
esta carta la que ha hecho creer en la presencia del "conde” de Saint-Germain en Paris en 1750.
(13) En el mes de septiembre de 1752 el Sr. de Saint-Germain buscó establecer una fábrica
de agujas en Give.
17
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Los comienzos del año 1756 vieron nacer la Guerra de los Siete Años. Claude-Louis
recibió la orden de ir a proteger Dunkerque, desmantelado, y de formar entre esta ciudad
y Calais, un campo de maniobras, con vistas a ahuyentar cualquier proyecto de desembarco
por parte de los ingleses. Sin embargo, éstos comenzaron por arrebatar las chalupas
armadas francesas, lo que decidió al Sr de Saint-Germain a interesarse por la marina.
Justamente en Dunkerque, el Sr. Briansiaux de Milleville (14) armaba
personalmente a los “corsarios”; Claude-Louis se asoció entonces a las empresas del
armador, ayudado por los marqueses de Vauban y du Barail, y por los Sres. de Caumartin y
Bégon, éste último intendente de la marina en Dunkerque.
Es así que entre 1756 y 1758 fueron armadas tres fragatas de 100 toneladas, con 12
cañones, 6 pedreros y 100 hombres como equipamiento, las cuales llevaban el nombre de
“El conde de Saint-Germain”. Estas fragatas hicieron numerosas capturas interesantes, que
reportarían inmensos beneficios (15).
Este intermedio marítimo no fue sino un incidente en la vida de Claude-Louis, y el
soldado retomó el curso de su carrera yendo a batirse en Alemania. En noviembre de 1757,
bajo las órdenes del príncipe de Soubise, cubrió la retirada tras la derrota de Rosbach. Su
conducta fue admirable: “hacia el final de la jomada, comandando una reserva de 15.000
hombres, se colocó sobre un altura desde la que cubría a los fugitivos, y como parecía
resuelto a una fuerte resistencia, Federico II recogió a sus tropas y partió al amanecer para
Silesia (16).
Al año siguiente, bajo el mando del conde de Clermont, dirigió el ala izquierda del
ejército en la batalla de Crevelt. Esta batalla, en el curso de la cual murió el hijo del mariscal
de Belle-Isle, conde de Glisors, fue perdida por la negligencia y la envidia de los otros
generales hacia Claude-Louis.
(14) Henri Malo. M. le chevalier J, L. Briansiaux de Milleville, armateur en course, en Revue
du Nord, 2a año, na 2, mayo de 1911, pp. 89-113
(15) Henri Malo. Les derniers Corsaires. París, Emile-Paul, 1925, y Paris sous Louis XV.
Rapports des inspecteurs de police au roi, publicada por Camille Piton. Paris, Mercure de France,
1908, 2* serie, p. 176.
(16) D. Thiébault. Souvenirs de vingt ans de séjour á Berlín. París, Didot, 1860, tomo II, p.
198.
18
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(17) "El Señor de Saint-Germain ha hecho prodigios” (Carta de Ber- nls a Choiseul, 6 julio de
1758).
(18) - Corresp. partic., tomo II, p. 91.
(19) - Corresp. partic., tomo II, p. 60.
(20) El Sr. de Saint-Germain hizo editar en esta época lnstrucúon pour former un jeune
homme dans ¡‘art militaire. Grenoble, Faure, 1759, ln-16 de 36 pp.
(21) Partiendo a empuñar las armas, el Sr. de Saint-Germain pasó por Dijon, donde vivió
suntuosamente. El conde deTavannes, gobernador de esta ciudad, escribió a la corte para saber
qué actitud mantener a este respecto. “Recibió como respuesta que debía rodear al Sr. de Saint-
Germain de toda la consideración debida a un hombre de su rango, y permitirle vivir a su aire". Esta
nota, extraída de los Arch. de Holanda, papeles Ben- tinck, 25 de abril de 1760, es indicada en I.
Cooper-Oaklev, The comte of Saint-Germain, Milán, 1912, p. 240, como concerniente al “conde” de
Saint-Germain. Este último se encontraba en Inglaterra por aquella época.
(22) I. Cooper-Oakley, obra citada, p. 51, indica The London Chro- nicle del 5 de junio de
1760 como refiriéndose al “conde" de Saint-Germain. Esto es un error; el artículo del diario inglés
concierne al duque de Broglie y al Sr. de Saint-Germain en cuanto a las disposiciones militares
tomadas por los dos generales.
19
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Vivos altercados tuvieron lugar entre los dos generales: “Sé mejor que nadie”, dirá
el Sr. de Saint-Germain, “Que se debe respeto y obediencia al general del ejército; pero el
honor de servir al rey no debe sometemos a humillaciones que no sufriríamos como
particular” (23), y pidió que se le hiciera volver. Sin embargo, tomó parte en el combate de
Corbach, donde tuvo la mayor parte del éxito (10 de julio de 1760), y después,
bruscamente, el 20 de julio, abandonó el ejército (24); y se retiró a Aix-la-Chapelle.
No pudiendo obtener justicia, escribió: “Mi honor no ha sufrido hasta ahora,
afortunadamente; es preciso que lo salve del naufragio: es todo lo que me queda, no debo
exponerlo más” (25), y nada pudo hacer que se volviera atrás de su decisión. Se hizo correr
el rumor de que al Sr. de Saint Germain se le había separado del ejército “porque había
querido entregar la reserva a los enemigos”, y que a continuación se había dado orden de
ingresarle en prisión, lo que era falso (26). Claude-Louis se embarcó sobre el Rhin camino
de Holanda (27); permaneció algún tiempo en Amheim (28), posteriormente en Hamburgo,
y de ahí pasó a Dinamarca, tras haber obtenido de Luis XV el permiso de servir a este país.
(23) Corresp. partic., t. II, p. 161.
(24) Se utilizó con él una maniobra poco delicada, enviando al rey un relato del combate en
el que el papel de Claude-Louis fue descrito con inexactitud. Cf. Corresp. partic., t. II, p. 203.
(25) - Corresp. partic., t. II, p. 233.
(26) Gazette de Bruxelles, 12 de enero de 1761. As. Extranj. Holanda, 506, f* 54. No fue el
teniente-general el amenazado de prisión, sino el “conde” de Saint-Germain> por orden del duque
de Choiseul (v. parte segunda, capítulo VI).
(27) I. Cooper-Oakley, obra citada, refiere en una nota de la p. 51 el extracto siguiente de
la Gazette des Pays-Bas del 12 de enero de 1761: "La Haya, a 2 de enero: cartas de París declaran
que cuando su partida hacia este país, donde el Sr. de Saint-Germain llegó sin pedir la autorización
del rey, devolvió su faja roja. Lo que es prácticamente seguro es que se entendió con el rey de
Dinamarca”. He aquí un error muy claro, cometido por un historiador que ha confundido a los dos
personajes, ya que esta nota se aplica a Claude-Louis de Saint-Germain, el cual devolvió su cordón
rojo de comendador de San Luis al Sr. Crémilles, rogándole lo enviara al mariscal de Belle-Isle. Cf.
Corresp. partic., t. I, p. 25. No fue por desdén o desavenencia que el Sr. de Saint-Germain devolvió
una orden del rey; imaginó que quizá no conviniera conservarla desde el momento en que pasaba
a un servicio extranjero. Cf. Abad de VÉRI. Journal. París, Taillandier, 1928, t. I, p. 362.
(28) - Cuando Claude-Louis residió en Amheim, hizo saber al Sr. PAaris-Duvemey que su
correspondencia podía ser dirigida por el Sr. d'Affry, embajador de Francia en La Haya. Ahora bien,
el Sr. d’Affry ha jugado un curioso papel ante el “conde” de Saint-Germain (v. parte segunda,
capítulo VI).
20
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
21
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Algunos días más tarde, habiendo sabido el margrave por un correo que el conde
Alexis Orlof (30), favorito de Catalina II, de vuelta de Italia, pasaba por Nuremberg, propuso
a Claude-Louis acompañarle. El conde Orlof acogió calurosamente al viejo soldado,
llamándole numerosas veces su “caro padre”, y dijo mostrándoselo al margrave: “He aquí
un hombre que ha jugado un gran papel en nuestra revolución”.
Se recordará, en efecto, que en 1762 el Sr de Saint-Germain, mariscal general de las
tropas danesas, al atacar a los rusos, ocupó el espíritu del Zar Pedro III, y permitió a Catalina
II preparar junto con los hermanos Orlof la conspiración que la puso sobre el trono.
El conde Orlof, tal parece, dio a Claude-Louis “20.000 cequíes de Venecia” (31); éste
pudo así continuar su viaje hacia Francia (32). Tras haber permanecido algunas semanas en
Burdeos y posteriormente en Bourgoin, el Sr de Saint-Germain fijó su residencia en
Luterbach, cerca de Munster. Es ahí, en su retiro, en 1774, que supo de la quiebra total de
su banquero de Hamburgo, un cierto Sr. Bargum, director de la compañía de Africa, y de su
huida a Viena. El 24 de diciembre del mismo año, Claude-Louis escribía al abad Dubois,
capellán del cardenal de Rohan: “He sufrido una bancarrota de cien mil escudos. El Sr. de
Blosset, ministro del rey en Copenhague, me ha arrojado en el abismo.
(30) El barón de Gleichen, en sus Souvenirs, París, Téchener, 1868, pp. 132-133, pone en
escena al príncipe Gregorio Orlof, a quien el margrave no ha conocido.
Alexis Gregorievitch Orlof, el acuchillado (1735-1807), cuando pasó a Nuremberg (1770)
venía de ilustrarse en Tchesmó batiendo a la flota turca. Tuvo un hijo de Catalina II. Alexis era conde
y Gregorio príncipe.
(31) F. BULAU. Personnages énigmatiques. París, Poulet-Malassis, 1861, t. II, p. 344. Este
autor ha cometido la misma confusión que el Sr. de Gleichen.
(32) El Sr. Reinhard de Gemmingen-Guttenberg, ministro de Ans- pach, al atribuir este papel
al “conde” de Saint-Germain, comete, en nuestra opinión, una confusión manifiesta, pues el Sr. de
Gemmingen tenía en la época en que sitúa su relato una decena de años, habiendo nacido en 1759.
Sea para dar más picante a su relato, o por cualquier otra causa que ignoramos, confundió a los dos
personajes. Su relato titulado Aclaraciones sobre el conde de Saint-Germain y su estancia en
Anspach, por un testigo oculair, ha sido redactado en 1817, es decir, cerca de cincuenta años más
tarde. Dedicado al príncipe Christian de Hesse-Darmstadt, el “informe” ha sido insertado por su
autor en sus Curiosidades de los tiempos pasados y presentes (Curiositáten der Vor- und Mitwelt.
Weimar, 1820), cap. VIII, pp, 279 y sig.
22
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(33) Una pensión de diez a doce mil francos fue acordada al Sr. de Saint-Gcrmain gracias al
Sr. de Maurepas. Cf. Abad de Véri, Obra citada, p. 363.
(34) “El rey hizo que le dieran cien mil escudos para amueblar y preparar su casa, y le acordó
un alojamiento en el Arsenal”. Corresp. partie., t. I, p. 68. Hecho singular, el mismo gesto del rey es
referido al “conde" de Saint-Germain por Casanova (v. nota 5 del capítulo II, parte segunda).
(35) - Memorias, p. 42.
(36) - “El Sr. de Saint-Germain fue pronto vilipendiado, infamado por aquellos que deberían
haber aplaudido sus intenciones, y a quienes se supo persuadir de que el protegido de Turgot y de
Malesherbes era una mancha, un charlatán que andaba perdido del todo". Cf. G. Desnoiresterres.
La comédie satirique au XVIII' siècle. París, Didier, 1885, p. 202.
(37) Uno de los amigos del Sr. de Saint-Germain, se dice incluso que su brazo derecho,
pero con el que se enojó en los últimos años de su vida, el mariscal de campo Christian, barón de
Wimpfen, publicó en Londres en 1780 unos Comentarios de las memorias. Estos comentarios son
de una crítica apasionada, y a menudo injusta.
23
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(38) - El Dr. Chaluce, en The secret history of the court of France under Louis XV, Londres,
Hurst and Blackelt, 1861, t. II, ha llevado la confusión al extremo, en el sentido de que aparte de
dos cartas del general Yorke al conde de Holdemesse (24 de marzo de 1760), las cuales conciernen
al "conde", todos los demás despachos de Holdemesse se refieren al teniente-general, el cual, dice,
¡¡¡ "le había hecho el juego a Prusia en Rosbach” !!!
También E. Drumont, en La France Juive, París, Flammarion, s. f., p. 360, confunde a los dos
personajes, cuando habla de una persona a quien el teniente de policía Lenoir despidió con serviles
genuflexiones. Se trata en este caso del ministro de Estado, y no del "conde”, dado que el teniente
de policía Jean-Ch. Pierre Lenoir no ocupó este puesto hasta 1776.
Se ha pretendido también que el académico Charles-Batteux, canónigo honorario de Reims,
trabajó con el “conde" de Saint-Germain. Es un nuevo error, ya que el abad Batteux sólo tuvo
relaciones con el ministro de la guerra. En efecto, es bajo su orden que fue publicado el Cours
élémentaire á l' usa ge de TEcole militaire, en el que colaboró el abad Batteux. Cf. A. Caillet. Manuel
des Sciences Psychiques, t. I, p. 119.
Señalemos finalmente diversos personajes conocidos del siglo XVIII que portaron el mismo
nombre que nuestro héroe.
En 1720, un pintor de origen inglés, el Sr. de Saint-Germain, apodado “El Mississipiano" a
consecuencia de una gran fortuna adquirida en la sociedad por acciones fundada por Law, y que la
realizó en parte por la compra de numerosos diamantes admirables.
En 1748, el Sr. de Saint-Germain, que durante un tiempo muy breve fue director de la
Opera, con el Sr. Tréfontaine.
En 1784, J. J. de Saint-Germain, naturalista, autor de un Manual de los vegetales, que poseía
en París, en el barrio de Saint-Antoine, un invernadero y un vergel artificiales, con flores, árboles y
frutos, amoldados a la naturaleza.
24
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO SEGUNDO
25
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
26
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
27
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“El año 1700 estuvo señalado para el príncipe Rakoczi por la muerte de su primer
hijo, Leopoldo (8), que tenía entonces cerca de cuatro años; con anterioridad había perdido
otro hijo, la princesa Carlota, todavía en la cuna. El dolor de los padres hubiese sido bien
grande si no hubiesen esperado el nacimiento de un hijo” (9).
Sin embargo, ciertos escritores que se dicen bien informados pretenden que el
primogénito de Rakoczi II no habría muerto en la fecha indicada por E. Horn. Se habría
hecho correr este rumor a fin, se dice, de sustraer al niño a los perseguidores de su padre
(10). Es bien difícil, si es que no imposible, refutar una afirmación semejante, pues implica,
por hipótesis, que el suceso ha estado rodeado de misterio y de engaños, y una muerte
supuesta no es un caso único en la historia. Pero bien puede decirse que son quienes
avanzan una afirmación en contra de la verdad admitida, quienes deben suministrar la
prueba de ella, o al menos quienes deben establecer su probabilidad. Nada de ello se ha
hecho hasta nuestros días, y estaríamos en nuestro derecho de no tener en cuenta alguna
afirmación tan gratuita. Sin embargo, hemos advertido en la vida de Rakoczi II dos sucesos
referidos a su primogénito, que han podido dar una sombra de fundamento a la leyenda
de la muerte supuesta.
En efecto, el conde Emeric Thokoly se había casado con Elena Zrinyi, madre de
Rakoczi II, nada más que para apoderarse de las grandes riquezas que debían, un día, ir a
parar a su primogénito. Para llegar a este objetivo, Thokoly se llevó a Rakoczi II, entonces
de siete años de edad, a combatir contra Austria. Pensó que con los rigores de la vida de
campaña, el niño perecería. No ocurrió así. Al contrario, Rakoczi se benefició de su estancia
al aire libre. Entonces se osó utilizar el veneno. Tampoco así lo consiguió Thokoly (11).
(8) - Según C. A. van Sypesteyn, Voltaire, Saint-Germain, Caglios- tro, Mirabeau in
Nederland. S. Gravenhage, 1869, el primogénito de Rakoczi, Leopoldo-Jorge, se habría llamado
Prince van Zevenbergen, es decir, príncipe de las Siete Montañas. Esta es una afirmación gratuita,
dado que E. Hom permanece mudo sobre esta indicación. Creemos, oomo G. Hezechiel, que es
preciso leer Siebenbürgen (Transilvania). Cf. Abenteuerliche Gesellen. Berlín, 1862, t. I, p. 45.
(9) - E. HORN, obra citada, p. 85.
(10) - Cf. Fr. Wittemans. Histoire des Rose-Croix. París, Adyar, 1925, pp. 143-144. Esta
información es proporcionada conforme a las últimas investigaciones históricas.
(11) - Thaly K. Rakoczi (citado por E. Horn).
28
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Poco después, Elena Zrinyi le retiró a su hijo, para hacerlo educar por manos más
benignas. A la edad de doce años, Rakoczi II cayó enfermo, e inmediatamente la noticia de
su muerte se extendió por Viena. No era, sin embargo, más que un falso rumor, y Rakoczi
se restableció rápidamente. Se ha utilizado, ciertamente, este hecho para apoyar la tesis
de la pretendida muerte de Leopoldo-Jorge (12).
Para terminar con el documento del landgrave de Hesse, señalaremos que los dos
últimos hijos de Rakoczi II (13), José y Jorge, si bien fueron educados por los soberanos de
Austria, perseguidores de sus padres, no se sometieron; debieron sufrir el yugo de quienes
les oprimían, y para arrebatarles el recuerdo de su nombre se dio a José el título de
marqués de San-Marcos, y a Jorge el de marqués delta Santa-Elisabetta (14).
Parecería, pues, si nos atenemos al texto del landgrave de Hesse, que el conde de
Saint-Germain estaba muy mal informado sobre su propio origen y la historia de su familia,
pero lo más curioso es que el landgrave, por su parte, no está mejor informado sobre la
casa de Hesse, ya que escribe: “Cuando él [es decir, el conde de Saint-Germain] supo que
sus dos hermanos, hijos de la princesa de Hesse- Rheinfels o Rhotenbourg, si no me
equivoco...”. ¡Así pues, el landgrave de Hesse no sabía exactamente con quién estaba
casada una princesa de Hesse, y qué hijos había tenido!
Todo esto, preciso es convenirlo, resulta bien inverosímil. Lo más curioso en los dos
textos, el del Sr. d’Alvensleben y el del landgrave de Hesse, es la explicación del nombre
“Saint-Germain”; volveremos sobre ello en la última parte de nuestro estudio.
(12) - Cf. E. HORN, obra citada, p. 84.
(13) - T. Fr. Udny, en El Cristianismo primitivo en el evangelio de los doce santos, pretende
que la obra literaria del príncipe Rakoczi ha permanecido secreta, y que ha sido publicada en
Inglaterra bajo un pseudónimo. Esta afirmación no es apoyada por prueba alguna: si el príncipe ha
compuesto varias obras, tales como las Meditaciones sobre las Santas Escrituras y las Confesiones,
que no han sido editadas, las Memorias que le son atribuidas han sido publicadas por el abad
Brenner en los tomos V y VI de la Historia de las Revoluciones de Hungría, La Haya, 1739.
Existe también un Testamento político del príncipe Rakoczi, La Haya, Scheurleer, 1751, 2
vol. Walckenaer, en Michaud, tomo 36, dice que esta obra es apócrifa.
(14) - E. HORN, obra citada, p. 404. Se lee en los Archives des Aff. Etrang., Italie, 180, que el
benjamín de los Rakoczi se halla en Rodosto jumo a su padre, y se hace llamar duque de Makomis
(5 de junio de 1728).
29
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO TERCERO
30
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
31
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(3) Mémoires des Campagnes de 1702 a 1706, que M. le duc de Vendóme a faite en Italie.
A son A. Ser. M‘la duchesse de Vendóme, par son très humble obéissant, affectionné et très
obéissant serviteur, Claude-Gérard Mousset. Manuscrito original de 124 pp. in-fol. Debemos
agradecer al Sr. Saffroy, librero, haber consultado este documento; deseamos que encuentre aquí
la expresión de nuestro agradecimiento.
(4) Las naves de la iglesia actual no fueron acabadas hasta 1712.
32
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Una sola familia del Piamonte podía portar legítimamente el título del feudo de
Saint-Germain; era la línea de los condes de Saint-Martin y d’Aglié, familia muy noble y
antigua, ya que se remonta a Obert, señor d’Aglié en 1141, el cual a su vez tiene sus
orígenes en la familia de Guidon, marqués y conde del Canavese, muerto en 1070 (5).
Uno de los títulos pertenecientes a esta familia era el de marqués de Saint-Germain,
y el primero de ellos entre los condes de Saint-Martin fue Julio-César, marqués d’Aglié e
San Germano, fallecido en 1624 (6).
Encontramos en esta familia títulos de marqués y de conde, pero el único título al
que corresponde el nombre de Saint-Germain era el de marqués. Ningún miembro de esta
casa podía, pues, hacerse llamar conde de Saint-Germain. Sin embargo, en la época de que
habla Alfred de Caston vivía un personaje que se emparenta extrañamente con el supuesto
padre del conde de Saint-Germain. Carlos-María, marqués de Saint-Germain, muerto en
1742, tuvo un hermano, Carlos-Amadeo, que portó el nombre de marqués de Rivarolo, y
que, siendo el segundogénito, hizo su carrera en el ejército.
Cerdeña en 1735, y murió en 1749 en Turín, a la edad de 80 años. Había, pues,
nacido en 1669. En 1703-1704, con 34 años, durante la guerra, estando de guarnición en
Vercelli, pudo haber tenido un hijo en esta ciudad. Por otra parte, aun siendo de una gran
familia no se le podría llamar un gran señor, ya que era el segundo hijo, pero se convertirá
más tarde en un gran personaje por sus méritos personales y militares. En suma, A. de
Caston nos refiere una historia que no tiene nada de inverosímil en sí misma, pero que no
puede en forma alguna concernir a nuestro personaje.
Es ciertamente posible, aunque A. de Caston no aporte sobre ello la menor
pretensión, que Carlos-Amadeo, marqués de Rivarolo, miembro de la familia en la que
existía el nombre de Saint-Germain, tuviese un bastardo nacido en Vercelli en 1704, en el
momento del sitio a la ciudad, pero este bastardo no pudo portar el nombre de Saint-
Germain, que no le ha podido ser transmitido ni por su padre supuesto, que jamás lo tuvo,
ni por su tío Carlos-María, marqués de Saint-Germain.
(5) Li Famigli nobili delia monarchia di Savoia. Turin, Fontana, 1841, t. I.
(6) Las ruinas del castillo de Saint-Germain se encuentran cerca de Vercex, en el valle de
Aosta, en la cima de una montana.
33
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(7) El título de marqués de Saint-Germain fue portado en Francia, en el siglo XVIII, por los
personajes siguientes:
- En 1706, el marqués de Saint-Germain des Gorges, gobernador del Limousin.
- En 1730, J.-C. Alexandre d’Oilléamson, marqués de Saint-Germain - Langot, de origen
normando.
- En 1750, el marqués de Saint-Germain-Beaupré, gobernador de la Marca.
34
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO CUARTO
35
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
36
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(6)- De Courchamps. Souvenirs de la marquise de Créquy. París, Fournier, 1836, t. II, p. 269.
Señalemos que en la misma época el caballero de Eon escribía a veces cartas que firmaba como
William Wolf. Mémoires du chevalier d'Eon publicadas por Fr. Gaillardet. Bruselas, 1837, t. I. Por
otra parte, en 1694, el Sr. de Saint-Simon, entonces militar y en Estrasburgo, encontró ahí a uno de
sus antiguos amigos, el P. Wolf, rector de Haguenau. He ahí una coincidencia curiosa. Mémoires.
París, Hachette, 1872, t. I, p. 132.
(7) - Según Moskwa, Intermédiaire des chercheurs et des curieux, na 968, 20 de mayo de
1908, p. 745. - P.
(8) - J. Grosley. Voyage en Hollande. Paris, Patris, 1833, p. 333.
(9) - M. Capefioue. La marquise de Pompadour. Paris, Amyot, 1858, p. 267.
(10) - M. Matter. Saint-Martin, le philosophe inconnu. Paris, Didier, 1862, p. 231.
(11) - En su Dictionnaire des prophéties et des miracles. París, 1854, t. II, p. 846, el abad
Lecanu escribe: "Creemos más bien que el conde de Saint-Germain era de origen bohemio, que sus
riquezas provenían de un robo cometido en perjuicio de algún nabab o de alguna pagoda; que había
aprendido los diferentes dialectos de Asia en el curso de una juventud errante y aventurera...
“Decididamente, la imaginación hace descarrilar a los cerebros mejor equilibrados.
(12) - Eliphas Levi. Histoire de ta Magie. París, Baillière, 1860, p. 419.
37
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(13) - De Luchet. Essai sur la secte des Illuminés. París, 1789, p. 220.
(14) - U NA B IRCH . Secret Societies. London, 1911.
(15) - Frédéric Bulau. Personnages énigmatiques. Trad. del alemán por W. DUCKETT. París,
Poulet-
(16) - T. P. Barnum. Les Blagues de l'Univers. París, A. Faure, 1866, p. 301.
(17) - Mémoires de M“‘ du Hausset, femme de chambre de M“* de Pompadour, mis en
ordre par M. Barriere. Bruselas. Baudoin, 1825, p. 145.
(18) - Mémoires de M“’ de Genlis. París, Didot, 1928, t. I, p. 28.
38
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Tal es, poco más o menos, la opinión del conde de Cobenzl, embajador de Austria
en Bruselas, cuando escribe al Sr. de Kaunitz, ministro de Estado en la corte de Viena, que
el conde es “hijo de la unión clandestina de una casa poderosa e ilustre” (19), y la del Dr.
Challice, que le hace “bastardo de una casa regia del centro de Europa" (20).
Pese a estas indicaciones, seguimos entre tinieblas, y no es el autor de la obra El
conde de Saint-Germain y la marquesa de Pompadour (21), sino, un cierto Lamothe-Langon,
quien va a sacamos del apuro. La intriga de la novela de este folletinero es la siguiente: la
acción transcurre en 1745, y el hijo (?) del conde de Saint-Germain está enamorado de la
hija de la Sra. de Pompadour (22). Tienen un hijo. Va a realizarse el matrimonio, pero la
marquesa rehúsa su consentimiento.
Es entonces que el conde de Saint- Germain pronuncia estas palabras:
“Puedo llegar a probar que mi nieto desciende del jefe de la tercera dinastía de los
Capetos”. Ahora bien, que nosotros sepamos, el conde no ha tenido hijo alguno, excepto
el que le atribuyó el conde de Lamberg (23), pero Lamothe-Langon que, sin duda, ha
adoptado esta tesis y la ha desarrollado, no se apura por este error, ya que sin esta
anomalía la intriga de su novela desaparecería (24).
Otro autor, Ferdinand Denis, ha retomado la “ingeniosa” idea de Lamothe-Langon,
diciendo: “algunos personajes le creían nieto de Enrique IV” (25).
39
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(25) - Ferdinand Denis. Tableau historique, analytique et critique des Sciences Occultes.
Paris, Mairet et Fournier, 1842, p. 259.
(26) - L. Wraxall. Remarkab/e advenlures and unrevealed mysterles. Londres, R. Bentley,
1863, t. I.
(27) - M“* DU HAUSSET, obra citada, p. 146.
40
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO QUINTO
41
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
que a su respecto dice el barón de Gleichen, que ha sido el primero en mencionarlo: “He
oído”, dice, “que entre diversos nombres alemanes, italianos y rusos, [el conde] había
llevado antiguamente el de marqués de Montferrat.
Me acuerdo que el viejo barón de Stosch me dijo en Florencia haber conocido, bajo
el reino del Regente, a un marqués de Montferrat que pasaba por ser hijo natural de la
viuda de Carlos II, retirada a Bayona, y de un banquero de Madrid’’ (1). Ahora bien, el barón
de Stosch no vino a París hasta 1713; permaneció ahí apenas un año, y partió a continuación
para Italia (2). Así pues, en el momento de iniciarse la Regencia (sept. 1715), el barón de
Stosch, no estando ya en París, no ha podido conocer al personaje en cuestión, en la época
y lugar que indica.
Sin embargo, en Italia, el feudo de Montferrat tuvo sus marqueses particulares
hasta comienzos del siglo XVI. En 1533; a la muerte del último marqués, Juan-Jorge, falleci-
do sin progenitura, el marquesado, secuestrado en manos de Carlos Quinto, recayó por
herencia en Federico II de Gonzaga, primer duque de Mántua. Bajo uno de sus des-
cendientes, Guillermo, tercer duque de Mántua, el Montferrat fue erigido en ducado
(1574) por el emperador Maximiliano II. Finalmente, en 1713, la investidura del ducado fue
otorgada por el emperador José I al duque de Saboya, Victor-Amadeo II. En consecuencia,
en 1715 el título italiano de “marqués” de Montferrat había caído en desuso.
Por otra parte, el marqués de Montferrat no ha existido en Francia sino a partir de
1750. En efecto, el Montferrat, tierra y señorío del Delfinado (Isère), fue erigido en esta
calidad en provecho de Ch.-Gab.-Justin de Barrai. A su muerte, la dignidad pasó a su hijo,
José-María, que devino presidente del parlamento del Delfinado, y primer presidente de la
Corte imperial de Grenoble. Como no hay ningún otro documento que atribuya al conde
de Saint-Germain este nombre y este título, creemos inútil detenemos por más tiempo
sobre este punto.
(1) - Baron de Gleichen, obra citada, pp. 128-129.
(2) - Philippe de Stosch, arqueólogo y numismata alemán, nacido en Kustin en 1691, muerto
en Florencia en 1757. Era uno de esos doctos, intrigantes y aventureros que pululaban en el siglo
XVM. Los más malignos rumores corrían a su respecto. Amenazado de expulsión en la Toscana,
debió su salvación a la mansedumbre de Francisco de Lorena. Era masón, como el barón de
Gleichen. Cf. F. Sbigoli. T. Crude/i e i primi Framassoni in Firenze, Milán, 1884.
42
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
43
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Y finalmente el conde Miguel Soltikof, senador y miembro del consejo privado, que
se ocupó mucho de teosofía y de Masonería. (11)
En cuanto a las dos variantes del nombre Rakoczi, la primera, Zaraski, se encuentra
en Touchard-Lafosse, fabricante de las Crónicas del Ojo de Buey, crónicas tan sospechosas
como las "memorias” de Lamothe-Langon (12).
La segunda variante, Tzarogy, anagrama de Ragotsky, según la ortografía francesa,
ha salido de la imaginación de F. Bulau (13).
El único autor de memorias que no sigue la regla de atribuir al conde de Saint-
Germain títulos de nobleza, es el cínico Casanova, quien tras maduras reflexiones se atuvo
a esta denominación: ¡”No era sino el violinista Catalani”! (14).
44
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
SEGUNDA PARTE
UN EUROPEO MISTERIOSO
R. BROWNING.
45
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO PRIMERO
El telón se levanta
46
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Hacia finales de diciembre de 1743, Francia reconocía a Jaime III como rey de
Inglaterra, y se declaró dispuesta a ayudar por las armas al Pretendiente contra Jorge II, rey
reinante. Esta alianza comenzó a ejecutarse a principios de 1744. Corrió por Londres el
rumor de que el estrecho sería franqueado. La alarma fue grande en los puertos de Ingla-
terra, pero en la noche del 6 al 7 de marzo de 1744 una fuerte tempestad equinoccial
dispersó la flota francesa reunida en Dunquerque, y la expedición recibió la contraorden
(2).
No deseando Francia intentar una segunda expedición, el hijo del Pretendiente,
Carlos-Eduardo, concibió una él mismo, y la ejecutó en 1745 a fin de recobrar la herencia
de-la que se había despojado a su familia (3). El hijo del Pretendiente, apenas
desembarcado en Escocia, obtuvo algunas victorias sobre las tropas inglesas, marchó hacia
Londres, y el 15 de septiembre de 1745 Carlos-Eduardo era proclamado en Edimburgo
regente de Inglaterra y de Francia (4). El terror en Londres fue extremo, y el rey Jorge II se
dispuso a partir para Holanda (5).
Se emprendió entonces en Londres el arresto de ciertas personas sospechosas; sin
embargo, “no es que se las haya encontrado en falta, excepto por las sospechas ordinarias
de Jacobismo" (6), y como el rey consideraba la suspensión de la ley del Habeas corpus (7),
se comenzaron a preparar los apartamentos de la Torre para recibir a estos sospechosos.
47
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
48
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
49
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
50
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
51
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
52
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
53
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
54
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Finalmente, el año 1765 vio aparecer su última partitura, una comedia musical
hecha en colaboración con el músico Abel (34): The summer’s tale (El cuento de verano)
(35).
Durante la estancia del conde de Saint-Germain en Londres, dos hombres de
carácter bien diferente se encontraban allí igualmente. Uno era francés, el mariscal de
Belle- Isle; otro, el místico sueco Swedenborg.
El Sr. de Belle- Isle y su hermano habían sido detenidos en diciembre de 1744 en un
territorio dependiente de Hannover, y en consecuencia de la corona de Inglaterra, y
conducidos a Londres. Ambos “habitaban una casa a cierta distancia de Windsor” (36), pero
“muy encerrados en su apartamento, no se les permite hablar con nadie; se leen todas sus
cartas antes de darles curso” (37).
Permanecieron allí hasta el 13 de agosto de 1745. Hemos creído en un momento
dado en un posible encuentro entre el Sr. de Belle-Isle y el conde de Saint-Germain, pero
no hemos descubierto documento alguno a este respecto.
En cuanto a Swedenborg, si lo mencionamos es a fin de indicar una cierta frase del
Sr. Beaumont-Vassy a propósito de nuestro personaje: “El conde de Saint-Germain trató de
copiar a Swedenborg” (38). Que nosotros sepamos, el conde nunca ha pretendido tener
visiones (39).
55
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
56
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO SEGUNDO
57
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
En efecto, éste último envió en abril de 1758 una cana al Sr. de Marigny, y esta carta,
de lo más curiosa, nos muestra un nuevo aspecto de nuestro personaje (2).
Tras haber asegurado al marqués toda su confianza el conde se expresa así:
He hecho en mis tierras el más rico y raro descubrimiento posible... He trabajado en
ellas con una asiduidad, una constancia y una paciencia que quizá carezcan de similar. No
digo nada de los tremendos gastos que he hecho para volver mi descubrimiento digno de
un rey así como tampoco de los sacrificios, viajes, estudios, vigilias y lo que esto me ha
supuesto. Obtenido el objeto de tantos esfuerzos, vengo voluntario a ofrecer su provecho
al rey, deducidos tan solo mis gastos, sin pedirle otra cosa que la libre disposición de una
de las casas reales, propia para establecer en ella a las gentes que he traído de Alemania
para su servicio. Mi presencia será a menudo necesaria en el lugar donde se haga el trabajo.
De ahí la necesidad de encontrar en dicho lugar un alojamiento dispuesto para mí.
Yo me encargo de todos los gastos, tanto los exigidos por el transporte de las
materias ya preparadas, como los del trabajo de los colores que se han de sacar de estas
materias preparadas a doscientas leguas de París; en pocas palabras, no le costará al rey
más que un alojamiento amueblado, conveniente al establecimiento pronto y sólido que
acabo de proponerle, y algunos árboles por año, mediante los cuales tendré la gloria y la
satisfacción de enviar a S. M. mis indiscutibles derechos sobre la más rica manufactura que
haya existido nunca, dejando todo el beneficio a su reino.
“¿Es necesario añadir que amo sinceramente al rey y a Francia?; ¿Puede
interpretárseme mal sobre el desinterés y la plausibilidad de mis motivos?; ¿Acaso la
novedad no parece exigir un procedimiento muy particular a mi respecto?.
Que S. M. y que la Sra. de Pompadour, se dignen considerar la oferta en todas sus
circunstancias, y al hombre que la hace. Sólo me resta callarme. Hace un año que hablo de
ello. Hace tres meses que estoy en París.
Me abro, Señor, a un hombre recto y franco; ¿Podría estar equivocado?... (3)
(2) – Esta carta, enviada desde París, indica la hora en que ha sido escrita: “9 h. de la
mañana, miércoles”. Aff Eirang, France. 1360, p. 116.
(3) - Citada en parte por E. MARQUISET. Obra citada, pp. 81-82.
58
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Esta carta, pretendidamente auténtica, y que no es sino una copia, está firmada
como Denis de S. M., conde de Saint-Germain. Es la primera y única vez que vemos aparecer
este nombre. ¿Son las iniciales del patronímico del conde, u ocultan otro pseudónimo? - Lo
ignoramos; nos limitamos a constatar el hecho.
Lo que sí es más seguro es la indicación dada por nuestro personaje de la posesión
en Alemania de un dominio en el que trabajan, desde hace una veintena de años, gentes
pagadas por él, con vistas a un procedimiento concerniente a las tinturas. Así pues, el conde
de Saint-Germain sería un sabio químico poseedor de bienes en Alemania. Añadamos que
esta indicación será corroborada por otros hechos que veremos más adelante.
El marqués de Marigny aceptó la proposición que le hizo el conde de Saint-Germain.
Le hizo, pues, saber que ponía a su disposición una parte del castillo de Chambord,
desocupado desde la muerte del sobrino del mariscal de Sajonia.
El 8 de mayo de 1758 el Sr. Collet, arquitecto y controlador de las Edificaciones del
rey, hizo saber al hermano de la favorita que “El conde de Saint-Germain ha llegado aquí el
sábado en su segundo viaje a Chambord. He hecho preparar dos alojamientos para parte
de su gente, así como tres habitaciones de cocinas y oficinas, en los sótanos, para sus
operaciones. No he tenido para ello que cambiar nada en esta parte del castillo, salvo
algunas reparaciones urgentes (4).
Esta misiva nos proporciona la prueba de que no fue Luis XV, quien dio al conde de
Saint-Germain el castillo de Chambord, como se ha pretendido (5); fue el marqués de
Marigny quien se responsabilizó de permitir al conde servirse de una parte del castillo, para
sus manipulaciones de materias colorantes. Dos días más tarde, el conde volvió a París,
acompañado del señor Collet (6), pues tenía que efectuar algunos arreglos, y no volvió a
Chambord hasta agosto de 1758 (7).
(4) - Arch. Nation. Blois, O(1) 1326, pp. 399.
(5) Casanova. Mémoires. París. Garnier, s. f. t. III, p. 362- “El rey le había dado un
apartamento en Chambord y cien mil libras para la construcción del laboratorio, y el rey; por sus
producciones químicas debía hacer prosperar todas las fábricas de Francia”. Ver también CONDE DE
LAMBERG, obra citada, p. 81.
(6) - Arch. Nation. Blois, O1 1326, pp. 379.
(7) - Arch. Nation. Blois, O1 1326, pp. 395.
59
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
60
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Dado que Luis XV tenía cierta afición a las ciencias positivas, la astronomía, la
anatomía y la química, y el conde, como lo hemos visto, practicaba esta última ciencia, se
ha pretendido que éste montó en el caserío de Trianon, cerca de Versalles, un laboratorio
donde el rey “se distraía haciendo experiencias” (12).
El conde de Saint-Germain tenía sus reuniones familiares en Versalles, en casa de la
Sra. de Pompadour. Junto a se encontraba su camarera, la Sra. du Haussay des Desmaines
(13), la cual nos ha dejado unas Memorias sobre su señora, cuya autenticidad no admite
duda alguna (14).
La marquesa de Pompadour disfrutaba con la forma particular en que el conde de
Saint-Germam relataba la historia, y le interrogó maliciosamente.
“ - ‘¿Cómo era Francisco I?’ - Es un rey al que habría amado”.
- ‘Era muy amable’ – Dijo el conde; y describió a continuación su figura y toda su
persona como se hace con un hombre al que se ha considerado bien.
- 'Es una lástima que fuese ardiente. Yo le habría dado un buen consejo, que le
habría garantizado contra sus desdichas...; pero no lo habría seguido, pues parece que
exista una fatalidad para los príncipes, que cierran sus oídos; es decir, los de su mente, a
los mejores consejos, sobre todo en los momentos críticos’ -
(12) - EDOUARD MAYNIAL. CASANOVA ET SON TEMPS. Paris, Mercure de France, 1890. A
propósito de este laboratorio hemos consultado al Sr. Mauricheau-Beauprc, conservador de los
Trianons, quien cortésmente ha querido hacemos participe de sus investigaciones a este respecto.
"Si el hecho es exacto, el laboratorio de que se trata no habría podido encontrar lugar más que en
las dependencias de Trianon, y no en el castillo mismo”. Nuestro amable corresponsal añade “que
las investigaciones no han dado resultado" (Carta del 4 de abril de 1933).
(13) - Nicolle Collesson, hija de François, maestro curtidor, y de Claudine Rollot, hija de un
mercader de telas de Vitry-le-François, nació en esta ciudad el 14 de julio de 1713. Se casó el 15
de febrero de 1734 con Jacques-René du Haussay, escudero, señor des Demaines, el cual murió
en 1743. La Sra. du Haussay des Demaines devino en 1747 camarera de la Sra. de Pompadour, a la
que había conocido en su juventud.
(14) - Se leerá con interés el libro de M. G. S AINTVILLE sobre la confidente de la Sra. de
Pompadour, MADAME DU HAUSSAY DES DEMAINES, París, Boivin, 1937, el cual, concebido
metódicamente, es de un gran valor por sus documentos oficiales. La Sra. du Haussay murió el 24
de julio de 1801, a la edad de 88 años, tras una vida plena de adversidades.
61
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
62
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
- ‘Pero, según lo que ella dice, tendríais ahora más de cien años’.
- ‘Eso no es imposible’, dijo él riéndose, ‘pero creo más posible aún que esta dama,
a quien respeto, desvaríe’.
- ‘Le habéis dado’, dijo ella, ‘un elixir sorprendente por sus efectos; pretende que,
durante mucho tiempo, no parecía tener más de veinticuatro años. ¿Por qué no se lo dais
al rey?’
- ‘¡Ah, señora!’, dijo él con un cierto espanto, ‘¿Cómo iba a darle al rey una droga
desconocida?. ¡Tendría que estar loco!” (18).
En realidad, si la Sra. de Gergy ha conocido al conde de Saint-Germain en Venecia,
sólo ha podido ser entre los años 1723 a 1731, cuando su marido, Jacques-Vincem Languet
conde de Gergy, era embajador de Francia en esta ciudad (19).
Del mismo modo, se pretende “conforme a personas dignas de fe”, que Rameau
habría conocido al conde en Venecia en 1710, “teniendo el aire de un hombre de cincuenta
años’’ (20). Ahora bien, si es exacto que Rameau hizo un viaje a Italia, fue en 1701 y no en
1710, y además el músico francés, que partió con la intención de visitar la península
italiana, “no llegó más allá de Milán” (21).
18.- M"’ DU HAUSSET, obra citada, p. 143. Si consultamos los supuestos Souvenirs sur Marie-
Antoinette par la comtesse D’ADHEMAR, París, 1836, t. I, p. 297, este diálogo es relatado de la
siguiente manera: ‘‘La vieja y sempiterna condesa de Georgy [por Gergy], a quien ciertamente la
muerte había olvidado sobre la tierra, dijo delante mío al conde de Saint-Germain: ‘Hace cincuenta
años yo era embajadora en Vene- cia, y me recuerdo haberos visto con el mismo rostro; un poco
más maduro, quizá, pues habéis rejuvenecido desde entonces’. -’En todo tiempo, me he
considerado afortunado de poder hacer mi corte a las damas’. -’En esa época os llamábais marqués
Balletti’. -’Y la señora condesa de Georgy tiene todavía la memoria tan fresca como hace cincuenta
años’. -’Debo esta prerrogativa a un elixir que me disteis en nuestra primera entrevista. Sóis
realmente un hombre extraordinario’. -'¿Tenía este marqués Balletti mala reputación?' -’Al
contrario, era un hombre de muy buena compañía’. -’¡Bueno!, ya que no hay quejas de el, lo adopto
a gusto como abuelo mío’. El folletinero LAMOTHE-LAN- GON ha tenido el cuidado de añadir: “Sé que
después se han desnaturalizado sus respuestas a la condesa de Georgy; yo las cuento tal como las
he oído salir de su boca”. Es entretenido ver a un panfletario atacar a su alter ego en la especie,
TOUCHARD-LAFOSSE, autor de las Crónicas del Ojo-de-Buey, tan tan falsas como los Recuerdos.
(19) Aff. Etrang., ¡talie, P 177 a 185.
(20) - B ARON DE G LEICHEN , OBRA CITADA, p. 126.
(21) - MICHAUD. Biographie universelle. París, 1824, t. 37, p 28.
63
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
64
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
65
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
El conde de Saint-Germain fue “Un día en que la corte se halla magnificente, a casa
de la Sra. De Pompadour, con bucles en el calzado y jarreteras de diamantes finos, tan
bellos que la señora dijo que no creía que ni el rey los tuviese tan bellos. Pasó a la
antecámara para desmontarlos, y aportarlos para una visión más cercana; y comparando
las piedras con otras, el Sr. de Gontaut que allí se encontraba dijo que valían al menos
doscientos mil francos. Tenía este mismo día una tabaquera de un precio infinito, y botones
de la manga formados de rubís centelleantes” (27).
“Algunos días más tarde, se planteó entre el rey, la señora, algunos señores y el
conde de Saint-Germain la cuestión del secreto que poseía para hacer desaparecer las
manchas de los diamantes. El rey hizo que le trajeran un diamante de tamaño mediocre
con una mancha. Se pesó, y el rey dijo al conde: ‘Está estimado en seis mil francos, pero
valdría diez sin la mancha. ¿Querríais encargaros de hacerme ganar cuatro mil francos?’.
Lo examinó bien y dijo: ‘Ello es posible, y en un mes se lo traeré a su Majestad’. El conde,
un mes después, trajo al rey el diamante sin la mancha; se hallaba envuelto en un paño de
amianto que destapó. El rey hizo que lo pesaran y poco más o menos era del mismo peso.
El rey lo envió a su joyero, sin decirle nada, por medio del Sr. de Gontaut, el cual regresó
con nueve mil seiscientos francos; pero el rey hizo que se lo volvieran a traer, para
guardarlo por curiosidad volvía en sí de su sorpresa, y decía que el Sr. de Saint-Germain
debía ser rico a millones, sobre todo si poseía e secreto de hacer grandes diamantes a partir
de diamantes pequeños. El conde no dijo ni que sí ni que no; pero aseguró muy
positivamente que sabía cómo aumentar las perlas, dándoles los más bellos visos (28).
"Se decía que el conde poseía el secreto de hacer éstas piedras con cenizas y polvo.
“El conde de Saint-Germain, habiendo ido a casa de la señora, que se encontraba
indispuesta, y que descansaba tendida sobre su sillón, le hizo ver una pequeña caja que
contenía topacios, rubíes y esmeraldas. Parece ser que los tenía por tesoros.
66
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La señora me había llamado [es la Sra. du Haussay la que habla] para ver estas bellas
cosas. Yo las contemplé con embeleso, pero hice por detrás un signo a la señora de que lo
creía todo falso.
Habiendo buscado el conde algo en una cartera, del doble de tamaño de un estuche
de gafas, sacó dos o tres pequeños papeles que desplegó, hizo ver un soberbio rubí, y arrojó
a un lado sobre la mesa, con desdén, una pequeña cruz de piedras blancas y verdes.
Yo la miré, y dije: ‘No es para despreciarla tanto’. La estudié, y me pareció muy
bonita. El conde me rogó inmediatamente que la aceptara; yo rehusé, y él insistió. La
señora rehusó también en mi nombre.
Por fin, tanto y tanto presionó, que la señora, que veía que no podía valer más de
cuarenta luises, me hizo un signo de que la aceptara.
Tomé la cruz, muy contenta por las bellas maneras del conde; y la señora, algunos
días más tarde, le hizo el presente de una caja esmaltada sobre la que se hallaba un retrato
de no sé qué sabio de Grecia, para compararlo con él. Por lo demás, hice que vieran la cruz,
y la valoraron en mil quinientos francos.
El conde propuso a la señora enseñarla algunos retratos en esmalte de Petitot, y la
señora le dijo que volviera tras el almuerzo durante la caza. Mostró sus retratos, y la señora
le dijo:
‘Se habla de una historia encantadora que habéis contado hace dos días en casa del
Sr. Primero (29), y de la que habéis sido testigo hace cincuenta o sesenta años. Él sonrió. El
Sr. de Gontaut y las damas llegaron, y se cerró la puerta” (30).
A decir verdad, la historia en sí es banal. Se desarrolla en Holanda, en La Haya.
(29) - Se designaba así al escudero que estaba a la cabeza de la pequeña escudería del rey,
por oposición al gran escudero, denominado el Sr. Grande. En aquella época, el cargo hereditario
lo tenía el marqués de Beringhen, el cual se había casado con la Sra. d’Hautefort, hija del embajador
de Francia en Viena. El padre del marqués, Henry de Beringhen, ha dejado una colección de
estampas artísticas e históricas que figura en el departamento de estampas de la Biblioteca
Nacional.
(30) - M"' DU HAUSSET, obra citada, pp. 189-190.
67
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(31) - El marqués de Saint-Gilles fue embajador de España en La Haya de 1734 a 1746. Murió
en Madrid en 1754. Aff. Etrang., Espagne, 393.
(32) - M“* DU HAUSSET, obra citada, pp. 190-200. Una historia idéntica, pero esta vez
verídica, es relatada por el duque de Saint-Simon. En 1715, un supuesto marqués de Ruffee se hizo
pasar por hijo del duque. Mémoires, t. VII, p. 351. La Sra. de Pompadour, según la Sra. du Haussay,
había tenido la idea de hacer una comedia de esta aventura. Su idea fue realizada por CH. AUO.
SEVRIN, que escribió Le marquis de Moneade o la comedia burguesa, un acto en prosa mezclado de
coplas. París, 1811.
(33) - Sólo ha de señalarse un error en el relato del conde. Es el de que el Sr. de Moneada,
a quien no atribuye hijos, tuvo una hija de su matrimonio con una descendiente de los condes de
Baños, lo que quizá el Sr. de Saint-Germain ignoraba. ST. SIMON, obra citada, t. XII, p. 160.
JULES JANIN, en una colección de cuentos titulada Les Oiseaux bleus (París, Hachette, 1864), ha
retomado l’anécdota bajo el título Les fausses confidences (pp. 301-345). Pretende que esta
historieta es un nuevo capítulo de la novela del abad Prévost, Manon Lescaut.
68
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO TERCERO
69
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
70
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Hemos dicho que la marquesa d’Urfé era muy sabia. “Cuando todavía era una
muchachita, la Srta. de Pontcarré había dejado ya adivinar la tendencia de su carácter a
buscar todo lo que le parecía fuera de las leyes naturales; sumamente instruida, conocía
las artes para agradar que estaban de moda, tocaba el clavecín como un maestro, y no tenía
ninguna de las frivolidades propias de su edad. Educada en Rouen, había leído toda la
biblioteca de su padre, prefiriendo sobre todo los libros que trataban de las ciencias
cabalísticas, y que hablaban con detalle de los trabajos de la edad media y de los estudios
recientes de alquimistas célebres, indicando preciosas recetas para la fabricación de filtros
de encantamiento” (8).
Habiendo heredado la preciosa biblioteca literaria de los señores d’Urfé, “la había
cuidadosamente conservado, e incluso enriquecido con numerosos manuscritos muy raros,
que le habían costado más de 100.000 libras” (9), consagrados con exclusividad al arte
químico. “En una parte más retirada de sus apartamentos, poseía un vasto laboratorio de
química donde se amontonaban los crisoles, los alambiques, las cornudas, hornos de todas
las formas necesarias a las misteriosas preparaciones a que se entregaba... Es en este lugar
secreto, su templo como ella lo denominaba, siempre cuidadosamente cerrado al vulgo,
prudentemente abierto a algunos iniciados, que pasaba largas horas cada día, dedicada por
entero a sus trabajos sobre las propiedades balsámicas de las plantas, con vistas a
componer una suerte de elixir de la larga vida, del que esperaba efectos sorprendentes”
(10).
(8) - DAVID DE SAINT-GEORGES. Achille-François de Lascaris d'Urfé, marquis du Chastelet (1759-
1794). Dijon, Darantière, 1896, pp. 167-168.
(9) - DAVID DE SAINT-GEORGES, obra citada, p. 165. Entre los manuscritos de la señora d’Urfé,
señalemos la primera traducción francesa de la célebre obra alemana de alquimia de FAVRAT,
titulada Aurea Catena Homeri (La Cadena de Oro de Homero), traducción hecha especialmente para
la marquesa por un tal SITANDRE (?) en 1749. Este preciado manuscrito ha formado parte de la
biblioteca Ouvaroff. Una copia de esta traducción ha figurado en el catálogo Dorbon (Bibl. esotérica,
N° 675). Esta traducción es, dícese, más correcta que la del Dr. DUFOURNEL, aparecida bajo el título
La Nature dévoilée, París, Edme, 1722. 2 vol I N° 8.
(10) - DAVID DE SAINT-GEORGES, obra citada, pp. 165-166. Según CASANOVA, Mémoires, t. III, p.
285, la marquesa d’Urfé tenía "un atanor vivo desde hacía quince años”. Esta enormidad es bien
digna de la pluma de su autor.
71
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Se conoce la necia comedia interpretada por Casanova ante la Sra. d’Urfé, que la
convirtió en víctima de este estafador por la magia. Casanova la persuadió de que para
obtener la unión con los espíritus elementales había que prestarse a una hipóstasis, es
decir, al paso del alma a un cuerpo de niño varón nacido de la unión filosófica entre un
inmortal y una mortal. En realidad, esta experiencia no era más que un subterfugio de
Casanova, el cual sustrajo a la Sra. d’Urfé una fortuna suculenta; ella murió persuadida de
portar en su seno al niño milagroso bajo cuya forma debía revivir.
Al encuentro de Casanova (11), el conde de Saint-Germain observó ante la
marquesa d’Urfé una gran prudencia, y jamás se prestó al menor papel de adivino o de
profeta (12). Por lo demás, nada se ha dicho sobre sus relaciones, salvo una historieta
“venenosa” que ni siquiera merece ser tenida por curiosa. Una tarde de recepción en casa
de la marquesa, el conde se encontraba presente. Oyendo pronunciar el nombre de
Créquy, narra sus relaciones, durante la primera sesión del Concilio de Trento, con el
cardenal de Créquy, obispo de Rennes. ‘Perdón, obispo de Nantes rectifica una invitada.
El conde se enoja y pide a la dama su nombre. ‘Adivinadlo’. No pudiendo decirlo,
responde; “‘Portáis un nombre cuya raíz es cúfica, hebraica y samaritana, ¡un nombre
despojado, precipitable!’ Se trataba de la marquesa de Créquy” (13).
Casanova ha dicho en sus Memorias que la marquesa d’Urfé detestaba al conde de
Saint-Germain (14), lo que nos parece un tanto asombroso cuando sabemos que el único
retrato que existe del conde ha formado parte del gabinete de la Sra. d’Urfé (15).
(11) - “Este aventurero, alma venal, cuya escritura demuestra su vulgaridad, que se
demuestra baja, mezquina, y parásita". Cf. ARUSS. La graphologie simplifiée, París, 1899, p. 49.
(12) - Se lee en la Correspondance mystique de J. Cazotte avec Laporte et Pouteau. Paris,
Lerouge, an VI, p. 99: “La marquesa d'Urfé fue una de las primeras que hizo que corrieran tras de
mí, cuando hice tomar aire a la obra científica del Diablo amoroso", lo que concuerda bien con esta
otra observación: "Conozco a una marquesa que ha gastado más de 50.000 ducados para ver el
diablo". CARACCIOLI. L'Univers énigmatique. Avignon, 1759, p. 132.
(13) - DE COURCHAMPS, obra citada, pp. 266-269.
(14) - CASANOVA, obra diada, t. V, p. 399.
(15) - T. P. BASANOVA, obra citada, p. 302, pretende que existe un viejo retrato del conde de
Saint-Germain en Friesdor, en Sajonia (por Triesdorf, en Baviera), en los apartamentos que una vez
ocupara. Ahora bien, es el teniente-general de Saint-Germain quien vino a esta ciudad (v. parte
primera, cap. I).
72
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
73
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
74
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
75
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO CUARTO
(1) - LEFEUVE. Les anciennes maisons de Paris. París, Reinwald, 1875, t. II, p. 366.
(2) - Carlos-Enrique de Gleichen, nació en 1735 en Meinersdorf, cerca de Bayreuth, y murió
en Ratisbona el 5 de abril de 1807. Tras haber estado al servicio del margrave de Bayreuth y del de
Dinamarca, se dedicó a los estudios. Sus dos principales obras son Metaphysische Ketzerein (Las
Herejías Metafísicas), traducida al francés bajo el título de Essais Théosophiques, París, 1792, y sus
Souvenirs (Recuerdos).
76
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“No sabéis lo que decís, sólo yo puedo hablar de este asunto, que he agotado, al
igual que la música, que abandoné por no poder ir más allá” (3).
Por lo que sabemos del conde, de sus maneras corteses y educadas de presentarse
y hablar, el relato del barón de Gleichen nos parece sospechoso. En efecto, el Sr. de
Gleichen tenía entre sus contemporáneos una reputación bien cimentada, definida por la
Sra. du Deffand, “Su defecto es el de ser mentiroso en grado supremo, no que oculte la
verdad, sino que la altera” (4), y confirmada por L. CL. de Saint-Martin, “Es un hombre que
daría treinta verdades a cambio de una mentira” (5).
Sea como sea, el conde de Saint-Germain y el Sr. de Gleichen se hicieron amigos,
como lo demuestra una última nota: “Le he seguido durante seis meses con la asiduidad
más sumisa” (6).
El conde había reunido en casa de la viuda del caballero Lambert un cierto número
de cuadros; se los mostró al Sr. de Gleichen, diciéndole que ciertamente no los había visto
parecidos durante su viaje por Italia.
“Efectivamente, casi me dejó sin habla, pues los cuadros que me hizo ver estaban todos
marcados por un cuño de singularidad o de perfección que los volvía más interesantes que
muchos ejemplares de primera clase, sobre todo una sagrada familia de Murillo que
igualaba en belleza a la de Rafael en Versalles” (7).
(3) - Barón de Gleichen, obra citada, p. 121. Algunas líneas más adelante, el Sr. de Gleichen
afirma que el conde de Saint-Germain hacía la corte a una de las hijas de la viuda del caballero
Lambert.
(4) - Sra. DU D EFFAND . Correspondance avec le duc de Choiseul. París, Lévy, 1887, t. I, p.
232.
(5) - L. CL. de Saint-Martin. Correspondance. París, 1862, carta LI.
(6) - Barón de Gleichen, obra citada, p. 123. Según Lamothe-Lan- oon, el conde de Saint-
Germain "tenía dos criados; uno le servía desde hacía quinientos años, y el otro, parisino
consumado, conocía la corte y la ciudad. Además, su casa se componía de cuatro lacayos, en librea
de color de tabaco de España, cuello y manguitos azules con galones de oro. Tomaba un carruaje
de alquiler a razón de quinientos francos por mes”, obra citada, t. I, p. 297.
(7) - Baron de Gleichen, obra citada, p. 122. Según M. Capefiqi/e, en Madame de
Pompadour, p. 268, el conde de Saint-Germain “Había reunido la más bella colección de cuadros de
la escuela flamenca, y sobre todo de la escuela española, siendo el primero en dar a conocer sus
bellezas y valor. Dio al gabinete del rey telas de Velázquez y de Murillo de un admirable color”.
77
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
El conde hizo asimismo admirar al Sr. de Gleichen una cantidad de piedras preciosas
y sobre todo de diamantes de color, de un tamaño y de una perfección sorprendentes.
“Creí ver’’, dice éste último, “los tesoros de la lámpara maravillosa. Había, entre
otros, un ópalo de un tamaño monstruoso, y un zafiro blanco (8) de la talla de un huevo,
que ensombrecía por su brillantez la de todas las piedras de comparación que ponía a su
lado. Me atrevo a jactarme de conocer las joyas, y puedo asegurar que el ojo no podía
descubrir razón alguna para dudar de la finura de estas piedras, tanto más cuanto que no
estaban montadas” (9).
El Sr. de Gleichen añade que el conde “poseía numerosos secretos químicos, sobre
todo para hacer colores, tinturas, y una especie de similor de una rara belleza. Puede ser,
incluso, que hubiese compuesto él mismo estas piedras preciosas de las que he hablado, y
cuya finura no podía ser desmentida más que por la lima”.
Al mismo tiempo que el Sr. de Gleichen abandonaba París camino de Dinamarca, el
conde de Saint-Germain conoció a la que más tarde sería Sra. de Genlis.
Stéphanie-Félicité du Crest nació el 25 de enero de 1746 “en una pequeña tierra de
Borgoña, cerca de Autun” (10). Recibida a la edad de siete años como canonesa del capítulo
noble de Alix, cerca de Lyon, la Srta. du Crest, según las prerrogativas del capítulo, tomó
por título el de condesa de Lancy, siendo su padre señor de Bourbon-Lancy.
Su juventud fue un encanto: ‘Por la mañana’, dice ella, ‘tocaba un poco el clavecín
y cantaba; a continuación estudiaba mis papeles (pues interpretaba comedia), y más tarde
tomaba mi lección de danza, y tiraba con las armas; después, leía hasta la hora del
almuerzo’...” (11). Gracias a esta excelente educación supo crearse un lugar aparte cuando
llegó a París, una vez que su padre se hubo arruinado en equivocadas especulaciones.
(8) - El conde de Saint-Germain conocía sin duda las indicaciones proporcionadas por J.
Cardan en su libro VII de las Subtiiités, para dar a las piedras preciosas un limpidez semejante a la
del diamante.
(9) - B ARON DE G LEICHEN , obra citada, p. 123.
(10) - Sra. DE GENLIS. Mémoires. París, Firmin-Didot, 1928,1.1, p. 3.
(11) - Sra. DE GENLIS, obra citada, t. I, p. 15. En el siglo XVIII, la comida correspondía a
nuestro desayuno de hoy en día, y la cena a nuestra comida.
78
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La condesa de Lancy acababa de cumplir los trece años cuando fue a pasar, con su
madre, el verano de 1759 en Passy, en casa del arrendador general, Sr. de la Poupliniére.
“Era”, dice ella, “un viejo de sesenta y seis años, de una salud robusta, de una figura dulce,
agradable y espiritual” (12), y añade cándidamente: “me fastidió no haber tenido tres o
cuatro años más, pues le admiraba tanto que habría estado encantada de casarme con él”
(13). Sin embargo, el arrendador general no fue extraño al cambio de situación de su
protegida, a la que en consecuencia hizo los honores.
En un capítulo precedente hemos visto que el conde de Saint-Germain era recibido
en casa del Sr. de la Poupliniére. Fue, pues, en el salón del gran señor de las Finanzas que
tuvieron lugar los encuentros de la joven condesa, convertida en Srta. de Saint-Aubin, con
“el singularísimo personaje al que vio casi todos los días, durante más de seis meses" (14).
“Este personaje extraordinario, por el que ha conservado mucho interés” (15), excitó al
más alto punto la curiosidad de la joven du Crest, y si veía en él a “un charlatán, o al menos
un hombre exaltado por ciertos secretos particulares, que le habían procurado una salud
muy robusta y una vida más larga que la vida ordinaria del hombre” (16), ya que el conde
parecía tener en aquella época todo lo más cuarenta y cinco años, bien que tuviese
ciertamente una edad más avanzada, ella confiesa haber sido subyugada por “este hombre
extraordinario por sus talentos y por la extensión de sus conocimientos, y por todo aquello
que puede merecer la consideración personal, el saber, las maneras nobles y serias, una
conducta ejemplar, la riqueza y la beneficencia” (17).
79
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
80
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
81
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Una tarde, dio una curiosa respuesta a la joven du Crest; ésta interpretaba aires
italianos, que el conde acompañaba de oído, cuando él la dijo que en cuatro o cinco años
tendría una bella voz, y añadió: “ Y cuando tengáis diecisiete o dieciocho años, ¿tendréis a
bien quedaros en esa edad, al menos por un enorme número de años?’. Como ella
respondiese que estaría encantada de hacerlo, ‘Bien’, respondió él muy seriamente, os lo
prometo” (30).
La música no era el único talento del conde. "Era un buen físico y un gran químico.
Me daba sin cesar", dice la Srta. du Crest, “bombones excelentes, en forma de frutas que
me aseguraba haber hecho él mismo; de todos sus talentos no era éste el que yo estimaba
menos.
Me dió también una caja de bombones muy singular, cuya tapa había hecho él
mismo. La caja, de concha negra, era muy grande; la tapa estaba adornada por un ágata de
composición mucho más grande que la cubierta; se ponía esta caja delante del fuego, y al
cabo de un instante, al retomarla, no se veía ya el ágata, encontrándose en su lugar una
bonita miniatura que representaba a un pastor sosteniendo un canastillo lleno de flores;
esta figura permanecía hasta volver a calentar la caja; entonces el ágata reaparecía y
ocultaba a la figura” (31).
La habilidad del conde no era menos real en la pintura: "Pintaba al óleo, no de un
modo bruto como se ha dicho! sino agradablemente; había encontrado un secreto de los
colores verdaderamente maravilloso, lo que volvía sus cuadros muy extraordinarios.
Su pintura pertenecía al género de los temas históricos; no dejaba nunca de adornar
sus figuras femeninas con atavíos de piedras preciosas; se servía entonces de sus colores
para hacer estos adornos, y las esmeraldas, zafiros, rubíes, etc., tenían realmente el fulgor,
los reflejos y el brillo de las piedras a las que imitaban. Latour, Vanloo y otros pintores han
ido a ver estos Cuadros, y admiraban extremadamente el sorprendente artificio de estos
deslumbrantes colores, que tenían el inconveniente de apagar a las figuras, cuya verdad
por otra parte destruían por su asombrosa ilusión.
(30) - Sra. DE GENLIS, obra citada, t. I, pp. 27-28.
(31) - Sra. DE GENLIS, obra citada, t. I, pp. 28-29.
82
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Más para el género de los ornamentos se habría podido sacar gran partido de estos
singulares colores, de los que el Sr. de Saint-Germain nunca ha querido entregar el secreto”
(32).
En el tiempo en que conoció al Sr. de Gleichen y a la futura Sra. de Genlis, el conde
de Saint-Germain era admitido a las cenas del rey, que tenían lugar en el Petit- Trianon (33).
Luis XV reunía en estas cenas a una sociedad íntima de gentes agradables. En ellas toda
etiqueta era eliminada, a fin de que cualquiera pudiese hablar libremente. Las palabras
ingeniosas, las salidas brillantes, los cuentos de la corte y de la ciudad, eran el pasatiempo
de estos comensales, aunque a veces se tomasen en este lugar decisiones importantes.
Aquí, como en los demás sitios, el conde de Saint-Germain asombraba a su auditorio
por la originalidad de sus ideas, siempre presto a improvisar un apólogo picante (34).
Referimos, a título de curiosidad, algunas de las historias que pudo haber contado el Sr. de
Saint-Germain. Un joven señor, muy libertino, obtiene por medio de una operación mágica
los favores de una vampiro.
No pudiendo desasirse de las garras del súcubo que ha suscitado, el joven
imprudente se dirige al conde de Saint-Germain quien, por una evocación contraria,
expulsa la entidad. El joven señor, arrepentido, entra en un monasterio, y algún tiempo
después muere en olor de santidad (35).
Una joven viuda, sabiendo que el conde de Saint-Germain no viene nunca de visita
sin traer bellísima joyas, trata de envenenarlo para apoderarse de sus piedras preciosas. El
conde evita el peligro; la mujer, enloquecida, llama a sus agentes para que le asesinen, pero
él les impide llevar a cabo su cometido.
(32) - Sra. DE GENLIS, obra citada, t. I, p. 26.
(33) - El parquet de una de las salas comedor conserva las huellas de un escotillón por el
que se subían, completamente provistas, las mesas destinadas a los comensales de Luis XV, a fin de
suprimir el embarazoso servicio de los criados.
(34) - “El rey escuchaba con visible interés los viajes a través de Asia y de Africa, las
anécdotas plenas de encanto sobre las cortes de Rusia, de Austria, y los sultanes, que el Sr. de Saint-
Germain relataba con ingenio. El conde parecía mejor informado sobre las intimidades de cada
corte que los embajadores y los encargados de negocios del rey . M. Capefique, obra citada, p. 269.
Ver también, del mismo autor, La ba- ronrie de Krudner. París, Amyot, 1866, pp. 192-193.
(35) - L AMOTHE -L ANGON , obra citada, t. I, pp. 300-306.
83
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Los bandidos son detenidos y colgados, al igual que su cómplice (36). Un rico señor
de Dalmacia da de cenar a sus amigos. Llega un gentilhombre extranjero. Cada uno de los
convidados experimenta al verle una repulsión extraordinaria. Toda alegría desaparece. Los
invitados se alejan. El recién venido es conducido a una cámara que se abre hacia la
campiña. A medianoche, un grito contenido, después el silencio. Al amanecer se encuentra
cerca del palacio el cadáver de un labriego de los alrededores. El extranjero ha
desaparecido (37).
Citemos también dos “anécdotas”, la primera de las cuales es una ficción, mientras
que la segunda está basada sobre un argumento cuyo origen indicamos:
Una señorita, Elena de Pal..., es conducida al Parc-aux- Cerfs con el consentimiento de su
padre, pese a los esfuerzos de su amante. La desesperación invade a la joven, que resuelve
envenenarse. Con el apoyo del conde de Saint- Germain, simula el drama, y los médicos
presentes tratan en vano de reanimarla. En el momento convenido, el conde llega, hace el
simulacro de administrarla un antídoto, y la joven es salvada (38).
Maese Dumas, ex procurador de Chatelet, es prodigiosamente rico. Se ocupa de la
astrología en su cámara alta, cerrada por una doble puerta de hierro. Cada viernes un
hombre misterioso se encierra con el ex procurador, y se marcha al cabo de una hora. Una
vez el visitante viene en miércoles en lugar de viernes, lo que desconcierta a maese Dumas,
y se desencadena una discusión. Tras la partida del visitante, el ex procurador se encierra
con llave en su cámara, y cuando la mujer y el hijo abren la puerta a la mañana siguiente,
maese Dumas ha desaparecido. Esto sucedía en 1700.
Luis XV, que conocía la aventura, se la participó al conde de Saint-Germain.
Siguiendo sus indicaciones, basadas en un tema horario, se descubre una cripta a la que se
accedía desde la cámara alta por una escalera de caracol, y en esta cripta se ve el cadáver
de maese Dumas, dormido para siempre por medio de un poderoso narcótico (39).
(36) - L AMOTHE -L ANGON , obra citada, t. I, pp. 306-310.
(37) - Lamothe-Langon, Le comte de Saint-Germain et la marquise de Pompadour. París,
1838, t. II.
(38) - J. Peuchet. Mémoires tirés des archives de la Pólice. Pans, Levavasseur, 1838, t. U, p.
292. Estas memorias apócrifas son de Lamolhe-Langon.
(39) - J. Peuchet, obra citada, t. II. Reimpresión. París, 1933, cap. IV, pp. 52-56.
84
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(40) - Duclos. Mémoires secrets sur le règne de Louis XIV, la Régence et Louis XV. Paris,
Buisson, 1805, t. Il, pp. 4 y 5.
(41) - Sra. du Hausset, obra citada, pp. 190 a 200.
(42) - Arch. de Hollande. 18 de abril de 1760.
85
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“Estas dos jóvenes tan amables veían la mejor compañía de la capital" (43); se le
encontraba igualmente en la familia del Sr. d'Angeviller, pariente y heredero de la Sra. de
Béringhcn, que no era en esta época más que mariscal de campo, antes de ser nombrado
director de las edificaciones del rey y miembro de la Academia de Ciencias.
He conocido, dice, al Sr. de Saint-Germain. Yo era muy joven [tenía 29 años], pero
pese a mi juventud, aunque fui bien tratado y atendido por él, lejos de dejarle disfrutar de
los homenajes que se rendían a su charlatanería, me descaraba con él sin miramiento
alguno” (44); iba asimismo a casa de la Sra. de Marcháis, hija del arrendador general de
Laborde y pariente de la Sra. de Pompadour, casada con el primer camarero del rey, la cual,
una vez enviudó, se desposó con el Sr. d’Angeviller, y mantuvo un salón como Sra. de
Geoffrin. “Ella había conservado bellísimos cabellos en la edad más avanzada (45); se
pretendía que el famoso conde de Saint-Germain, que había aparecido en la corte como
uno de los más celebres alquimistas, la había dado un licor que conservaba los cabellos, y
les impedía encanecerse con el paso de los años” (46); era recibido en casa del Sr. de l’Epine
Danican, armador, descendiente de un corsario maloino.
“Este se había aprovechado de sus extensos conocimientos sobre metalurgia para
conocer y valorizar las minas que poseía en la Baja Bretaña sin conocerlas” (47); iba a
menudo a casa del Sr. de Nicolai, primer presidente de la cámara de cuentas, el cual residía
en la plaza Real, así como a casa del conde Andreas Peter Bemstorff, consejero de la
delegación danesa (v. Segunda parte, Capítulo XIV), etc., etc.
Finalmente, una cierta Orden de la Felicidad (48), que tenía a su cabeza al duque de
Bouillon, “buscó conocerle, dado que se le tenía por un superior” (49).
(43) - D UFORT DE C EVERNY , obra citada, p. 56.
(44) - Luis Bobe. Papeles de la íamilia de Reventlow. Copenhague, 1906.
(45) - “La Sra. d’Angeviller nunca había tenido de hermoso más que los cabellos, que le
bajaban hasta tierra; es verdad que no resultaba demasiado difícil, pues era extremadamente
pequeña". Cf. Duc de LEvis. Souvenirs et -portraits. París, 1815, p. 89.
(46) - Srta. Campan. Mémoires. Paris, Didot, 1886, p. 386.
(47) - P. J. G ROSLEY , obra citada, p. 333.
(48) - A. Dinaux. Les sociétés badines, bachiques, etc., París, Bectie- lin-Deflorenne, 1867, t.
I, p. 3.
(49) - Wurmb al principe Federico-Augusto, 19 de mayo de 1777.
86
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Esta Orden, cuya alma era el marqués de Chambenas, reivindicaba el sistema del
conde de Gabalis, que había inventado el abad Montfaucon de Villar (50). Como bien se
comprenderá, el conde de Saint-Germain declinó este honor (51).
87
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO QUINTO
El conde de Saint-Germain frecuentaba la casa del Sr. de Choiseul, donde era bien
recibido. El duque de Choiseul era ministro de asuntos exteriores desde el 3 de diciembre
de 1758, reemplazando al cardenal de Bemis. “Su nacimiento, su vigor, sus maneras, hacían
que se le considerase, y había sabido ganarse las buenas gracias de la Sra. de Pompadour
mejor que ningún otro” (1).
Cuando la política no estaba en juego, sólo los placeres de todo tipo interesaban al
duque. “Amo mi placer hasta la locura”, dirá él (2). La Sra. de Choiseul, por el contrario, no
vivía más que para el espíritu. Amable y buena, encantaba sin ser bonita. Como leía mucho
y se dedicaba a la música y a la pintura, había mandado al conde de Saint-Germain que
viniese a su casa, sabiendo que sus conversaciones eran muy valoradas por todos. En
efecto, la extensión y la variedad de sus conocimientos han sido para el conde
recomendaciones tanto más poderosas, cuanto que en cualquier arte que ha querido brillar
siempre lo ha conseguido.
88
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
89
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Es extraño, añadió, acalorándose más todavía, que se permita al rey estar a menudo
casi solo con un hombre semejante, cuando nunca sale si no es rodeado de guardias, como
si estuviese lleno de asesinos por todas partes’’ (5).
Si las palabras del duque de Choiseul nos lo muestran visiblemente despechado
ante la confianza puesta por el rey en nuestro personaje, su movimiento de cólera provenía
también de sus envidias en contra del mariscal de Belle-Isle, amigo del conde de Saint-
Germain (6). El mariscal, este viejo soldado de espíritu joven e intrépido”, era el benjamín
del superintendente Fouquet (7). Tenía en el gobierno del duque de Choiseul las funciones
de ministro de la guerra. Los dos hombres se detestaban a causa de sus ambiciones políticas
personales".
La política del Sr. de Choiseul seguía dos líneas: “combatir a Inglaterra y vencerla;
conservar la independencia de Prusia, garantizándose así de las ambiciosas miras de las
cortes austríaca y rusa” (8) (9). El Sr. de Belle-Isle, por el contrario, intrigaba por convertirse
en el autor de una paz separada con Inglaterra. “El mariscal admiraba a los Ingleses
diciendo que estos son valientes y aman a su rey, y que desde que se les ataca ya no hay
facciones en Inglaterra, y el espíritu de patriotismo regula las decisiones de Westminster”
(10).
Ahora bien, todo lo que atañe, de cerca o de lejos, a Inglaterra, indispone al duque
de Choiseul, y más adelante veremos porqué el conde de Saint-Germain fue englobado en
esta reprobación.
(5) - B ARÓN DE G LEICHEN , obra citada, pp. 129-130.
(6) - Según M. Pierre Lhermier. el Señor de Belle-Isle llamaba al conde de Saint-Germain “el
hijo de mis viejos días”: La Revue de France, n" 11, 1 de junio de 1939, p. 337.
(7) - Charles-Louis-Auguste Fouquet, duque de Belle-Isle, nacido en Villefranche el 22 de
septiembre de 1684, muerto el 26 de enero de 1761.
(8) - El Sr. de Gleichen ha pretendido que el conde de Saint-Germain “había dado al Sr. de
Belle-Isle el esquema y el modelo de estos famosos buques planos que debían servir a un
desembarco en Inglaterra. Ahora bien, nada puede ser más falso. Resulta del análisis de los despa-
chos del embajador francés en Londres, que el conde no ha estado mezclado en modo alguno en
esta historia. Aff. étrang., Angieterre, 442, ff. 112, 134, 145, 174.
(9) - P. Calmettes, obra citada, p. 104.
(10) - Chevrier. La viie politique da maréchal de Belle-Isle. La Haya, Van Duren, 1762, p. 264.
90
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Como muchos otros, el conde hacía comercio marítimo, y tenía intereses en una
compañía inglesa de navegación. El barco en el que estaba interesado el Ackerman fue
capturado el 8 de marzo de 1759 por el corsario francés Marauder, comandado por el
capitán dunquerqués Thivier-Leclere. El juzgado del Almirantazgo de Dunquerque había
reconocido la valiosa captura, cuyo montante se elevaba a cerca de 800.000 libras. Sin
embargo, la casa Eymeri y Cia. de Dunquerque se definió en parte reclamante ante el
consejo de capturas, y la resolución del asunto fue encomendada al Consejo real (11). El
conde de Saint-Germain se dirigió a la Sra. de Pompadour, a fin de que usara de su
influencia para levantar el embargo sobre el Ackerman, del que tenía una opción por valor
de 50.000 escudos.
Algunos meses más tarde, apremiaba poner fin a la guerra que duraba ya tres años.
Un esocós residente en París, de nombre Crammont, recibió una carta de Londres,
llegada a través de Bruselas, en la que se sugería la idea de una paz separada con Inglaterra,
sugerencia emanante de dos de los secretarios de Estado del Reino-Unido, el duque de
Newcastle y lord Granville (Charles Foronshead). Esta carta fue mostrada al conde de Saint-
Germain por la Sra. de Pompadour, en un momento en que también se encontraba cerca
el mariscal de Belle-Isle, haciendo éste último causa común con la favorita del rey (12).
Al mismo tiempo, el bailío de Froulai, embajador de Malta en París, fue al encuentro
del duque de Choiseul, y le remitió una carta de Federico II (13) por la cual éste último le
solicitaba tuviese a bien recibir al barón de Edelsheim, encargado de presentarle
secretamente proposiciones de paz (14).
91
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
92
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
El conde aceptó esta misión secreta, fuera de todo interés personal, simplemente
por rendir un servicio al Sr. de Belle-Isle, y sobre todo al rey y a la Sra. de Pompadour, por
quien sentía la mayor de las estimas.
El 14 de febrero de 1760, el Sr. de Belle-Isle envió al conde de Saint-Germain una
rúbrica del rey Luis XV, y el conde partió para Holanda.
93
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO SEXTO
Misión diplomática
94
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Pronto se supo que éste había venido a Holanda encargado de una comisión
importante para las finanzas de Francia. Esto no era, como sabemos, sino un pretexto para
disfrazar su verdadera misión.
Quince días después de su llegada, el 5 de marzo de 1760, el conde partió para La
Haya en compañía de la Sra. Geelvinck y de uno de los hermanos Hope (4) a fin de asistir a
las fiestas en honor del matrimonio de la princesa Carolina, hermana del Stathouder, con
el príncipe Carlos de Nassau-Weilburg. La animación era grande en el palacete de los
embajadores (5), situado frente al estanque central de La Haya, el Vyver, y en el mismo
cuerpo de edificio que el palacio de los Estados Generales.
El conde de Saint-Germain fue recibido con respeto y atenciones por el embajador,
Sr. d’Affry. Este era un gentilhombre suizo, militar por estado y diplomático de ocasión;
servía a Francia desde hacía muchos años con celo y dedicación. Se recordará que nuestros
dos personajes se habían conocido en París, y el Sr. d’Affry había conservado una elevada
opinión de su huésped.
Por otra parte, la familia Hasselaar había recomendado al conde ante el Sr. Pieck
van Soelen, diputado de los Estados Generales, el cual a su vez lo presentó a la Sra. de
Byland, así como a las otras principales personas de la alta sociedad de La Haya. Gustó
inmediatamente, y fue considerado por todos como un hombre de buena cuna.
Tras haber asistido al baile dado en el palacio del Stathouder, el conde quiso partir
de nuevo al amanecer para Amsterdam, pero fue obligado a diferir su partida a instancias
de sus amigos. Durante este tiempo estuvo diariamente en compañía del Sr. d’Affry; no
solamente éste le invitó a comer, y le condujo a su palco del teatro, sino que por dos veces
hizo que le llevaran provisiones para su viaje de vuelta (6).
Durante una parte de su estancia en La Haya, el conde se alojó en el albergue
“Príncipe de Orange”. Por una coincidencia imprevista, el célebre Casanova se encontraba
en el mismo lugar.
(4) - Arch. de Hollande. Papiers de Bentinck, 18 de abril de 1760.
(5) - Se sabe que La Haya es la capital diplomática de los Países Bajos, mientras que
Amsterdam es la metrópolis, capital y comercial.
(6) - Arch. de Hollande. Papiers de Beníinck, 18 de abril de 1760.
95
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
No era, por otra parte, la primera vez que este caballero de ingenio venía a La Haya.
Su primer viaje databa de fines de 1758. Había obtenido, por cortesía de la Sra. de
Rumain, una carta de recomendación del vizconde de Choiseul al duque de Choiseul, cuyo
comienzo tiene un sabor particular:
“El señor de Casanova, veneciano, hombre de letras, viaja para instruirse en la
literatura y el comercio desde hace algún tiempo. Teniendo el proyecto de partir
inmediatamente para Holanda, pese a las bondades que le concedió el año pasado el Sr.
d’Affry, desearía tener una carta de recomendación del Sr. duque de Choiseul ante este
ministro, como un título seguro por el que ser bien tratado. El vizconde de Choiseul ruega
al Sr. de Choiseul tenga a bien rendir este servicio al Sr. de Casanova, y tenga la bondad de
enviarle su cana para este ministro” (7).
Casanova obtuvo su carta de presentación ante el Sr. d’Affry, pero éste último dió a
conocer al duque de Choi- scul “que Casanova no es en absoluto lo que se cree; que se trae
grandes manejos; que ha venido [a La Haya] por un asunto de interés: vender valores
franceses” (8).
En efecto, nuestro hombre había recibido la misión de negociar, por orden del
controlador general, Sr. de Bou- llongne, veinte millones de papel moneda de Francia. Esta
negociación fue conducida con rapidez por el señor Casa- nova, y el tesoro francés recuperó
18.200.000 libras, en parte en forma líquida, en parte en forma de excelentes valores (9).
Casanova se encontraba, pues, por segunda vez en La Haya, para tratar de un
préstamo al 5%, pero esta vez fue “chamuscado” por el Sr. d’Affry; éste había escrito al
duque de Choiseul “que Casanova tiene unos modales deplorables, y ha parloteado a
diestro y siniestro sobre sus aventuras personales y sobre la corte de Francia; es decir, es
indiscreto en sus afirmaciones”.
(7) - Aff. éirang., Hollande, 502, p. 159. Los términos de esta carta difieren en la obra de
Capón. Casanova à Paris, París, J. Schemit, 1912. p. 430, y en J. le Gras, L'extravagante personalité
de Casanova. París, Grasset, 1922, p. 105.
(8) - Aff. étrang., Hollande, 503, f8 202.
(9) - Según Casanova mismo, “esta operación había desacreditado a Francia, y se esperaba
una bancarrota". Mémoires, t. III, p. 458. Y sin embargo, J. le Gras, obra citada, p. 63, escribe:
¡¡"Casanova no pretende las grandiosas empresas de un Saint-Germain”!!.
96
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
97
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
El 6 de marzo de 1760, el conde de Saint-Germain fue a casa del Sr. d’Affry, con el
que mantuvo una larga conversación referente a la tesorería de Francia, diciendo “Que
tenía cierto proyecto para restablecer las finanzas; que quería, en pocas palabras, salvar al
reino tratando de conseguir el crédito de los mayores banqueros holandeses en nuestro
favor” (12). El Sr. d’Affry le preguntó si el Sr. Bertin, controlador general de las finanzas de
Francia, se encontraba al corriente de sus gestiones. La respuesta del conde fue negativa.
¡Sin embargo, el Sr. d’Affry pretende haber visto al día siguiente el proyecto financiero,
apostillado por este mismo Sr. Bertin! (13). Este proyecto consistía en una caja de
descuento, la cual, como señaló el Sr. d’Affry, podía convertirse en un tesoro inmenso para
las gentes que la administrasen. El conde respondió que había venido a Holanda para
acabar de formar una compañía en condiciones de responder de esta caja, sin la
colaboración de los hermanos Paris (14).
El Sr. d’Affry pidió al conde que le mostrara los poderes que le acreditaban para
estas gestiones. Este último le hizo ver dos cartas del Sr. de Belle-Isle, fechadas una el 14 y
la otra el 26 de febrero de 1760. La primera contenía la rúbrica del rey Luis XV, y la segunda
expresaba la gran impaciencia del mariscal por tener noticias del conde de Saint-Germain,
y ambas estaban llenas de elogios sobre su celo, su habilidad, y las esperanzas que se
habían fundado en el motivo por el que se encontraba en La Haya, y del que el Sr. de Belle-
Isle aguardaba el feliz resultado (15). Una vez que el conde de Saint-Germain dejó al Sr. de
Affry, éste envió un correo al Sr. de Choiseul participándole la visita recibida, y pidiéndole
instrucciones sobre la misión financiera del conde. Mientras tanto, éste último se
presentaba en casa de su amigo Sir Joseph Yorke, el ministro inglés.
(12) - Ajf. étrang., Hollande, 503, ff. 212-213. Casanova reitera sus mentiras diciendo que el
conde de Saint-Germain fue a La Haya para empeñar los diamantes de la corona de Francia, y que
él, Casanova, desveló la intriga por medio de un oráculo cifrado. Mémoires, t. III, p. 493.
(13) - A j f . étrang., Hollande, 503, ff. 212-213.
(14) - Ajf. étrang., Hollande, 503, ri 217. Si Pâris-Montmartel era el financiero, Páris-
Duvemcy era el administrador militar, y ambos contribuían ampliamente a la penuria de las cajas
públicas distribuyendo a su agrado.
(15) - Mitchell Papers. Vol XV. Ld. Holdemesse's Despatches, etc., 1760; 6818. Plut. P. L.
168. I (12). 20 de marzo de 1760.
98
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La entrevista de los dos personajes fue muy cordial, y esa misma tarde el Sr. Yorke
rendía al conde su visita, a consecuencia de la cual se decidió un nuevo encuentro entre
ambos. No pudiendo guardar silencio por más tiempo, el conde participó a su amigo el
diplomático su verdadera misión: Comenzó a hablar del mal estado de Francia, de su
necesidad de paz, de su deseo de obtenerla, y de su ambición particular de contribuir a un
suceso tan deseable para la humanidad en general” (16). A estas palabras, el Sr. Yorke le
respondió con aire grave “Que estos asuntos eran demasiado delicados para ser tratados
por personas no cualificadas”. Ante lo cual el conde le mostró las dos cartas del Sr. de Belle-
Isle y la rúbrica del rey. El ministro inglés se encontró en una situación muy embarazosa.
Aunque no dudaba de la calidad del conde, nada sin embargo le autorizaba efectivamente
a creerle, y para no comprometerse sólo le respondió en términos generales sobre el deseo
de paz que tenía Inglaterra. Antes de despedirse, el conde solicitó al Sr. Yorke que
mantuviera secreta su conversación, y le transmitiera en cuanto fuera posible una
respuesta a su proposición (17).
Era el 9 de marzo de 1760. El conde de Saint-Germain conoció ese día al Sr. de
Bentinck van Rhoon, presidente del consejo de los diputados comisarios de Holanda (18),
cuya familia era original de Amheim, y que habitaba en Leyde, a medio camino entre
Amsterdam y La Haya. Ambos hombres simpatizaron de inmediato, y desde su primera
entrevista, que tuvo lugar en La Haya, el conde puso al Sr. de Bentinck al corriente de su
misión: La necesaria paz entre Francia e Inglaterra. El conde tuvo esa misma tarde una
conversación análoga con el residente del rey de Polonia, el elector de Sajonia, Sr. de
Kauderbach, con el que cenó. Durante la cena, a la que asistía el caballero de Bruhl, el
conde, conforme a su costumbre, no tomó carne, excepto una clara de huevo, limitando su
alimentación a la sémola, a las legumbres y al pescado.
(16) - Ms. Brit. Mus. 6818, 24 de marzo de 1760.
(17) - Ms. Brit. Mus. 6818, 24 de marzo de 1760.
(18) - El Sr. Guillermo de Bentinck van Rhoon, diplomático holandés, era un amigo del duque
de Newcastle. Su apego por Inglaterra era muy conocido de los medios diplomáticos, y ya en 1752
el conde de Kaunitz, embajador de Austria en París, sentía cierta desconfianza en su contra. Cf.
Correspondance secrete entre le comte de Kaunitz et le baron de Koch. Publ. par H. Schütter. Paris,
Plon, 1899.
99
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“Habló sabiamente, sin afectar misterio alguno, de los más bellos secretos de la
naturaleza, y trató de convencer por sus demostraciones a los más incrédulos [de sus
oyentes], sin que pareciese tener intención de ello. Mostró piedras preciosas de un precio
inestimable, sobre todo un ópalo de notable belleza, y se declaró indiferente a todas las
grandezas del mundo, no aspirando a más título que el de ciudadano” (19). Después,
cambiando de tema, el conde pasó a hablar de su comisión, que expuso así: ‘‘El mal radical
de Francia es la falta de firmeza de Luis XV. Quienes le rodean conocen el exceso de su
bondad, abusan de ella, y no está rodeado más que por criaturas colocadas por los
hermanos Paris, que por sí solos constituyen toda la desgracia de Francia. Son ellos quienes
lo han corrompido todo, y obstaculizado las disposiciones del mejor ciudadano que haya
en Francia, el mariscal de Belle-Isle. De ahí los celos y la desunión entre los ministros, que
parecen servir todos a un monarca diferente. Desgraciadamente, el rey no tiene tanta
sagacidad como bondad para apercibirse de la malicia de las gentes con que [los hermanos
Paris] le rodean, las cuales, conociendo su poca firmeza, no se ocupan más que de adular
su debilidad, y por ello mismo son escuchadas de preferencia. El mismo defecto se da en la
favorita. Ella conoce el mal, pero no tiene el coraje de remediarlo” (20).
A continuación de estas diversas entrevistas, el conde creyó que debía poner a la
Sra. de Pompadour al corriente de sus relaciones con el Sr. de Bentinck van Rhoon, el
personaje, en su opinión, más cualificado para ayudarle en su misión de paz, y he aquí la
carta:
“La Haya, 11 de marzo de 1760.
“Señora,
(19) - Carta del Sr. de Kauderbach al conde Wackerbarih, ministro del rey de Polonia,
Augusto III. Cf. Ch. DE Weber. Aus vier Jahrander- ten. Leipzig, 1857, t. I, pp. 306-323.
(20) - Carta del Sr. de Kauderbach, 14 de marzo de 1760. Hemos descubierto en la carta de
este personaje una frase que nos parece poco verosímil, dado que es el único en hacer este
comentario: “Se asalta su mansión [la del conde], como se haría para ver un animal milagroso, y de
hecho es un hombre de sociedad muy agradable”. Esto nos incita a hacer reservas sobre sus
afirmaciones, tanto más cuanto que el conde no habitaba en el albergue más que para dormir, y
pasaba el día en casa de sus amigos.
100
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“Mi afecto puro y sincero por el rey, por el bien de vuestra amable nación y por vos,
no solamente no cambiará nunca, en cualquier lugar de Europa que me encuentre, sino
que no pasará un instante sin que os lo pruebe en toda su pureza, en toda su sinceridad,
en toda su fuerza.
“Me encuentro actualmente en La Haya, en casa del Sr. conde de Bentinck, señor
de Rhoon, con quien estoy enteramente ligado. No creo que Francia pueda tener un amigo
más sabio, más sincero y más sólido. Contad con ello, Señora, pese a cualquier información
que podáis tener en sentido contrario.
“Este señor es todopoderoso, tanto aquí como en Inglaterra, gran hombre de
estado, y hombre perfectamente honesto. Se ha abierto enteramente a mí. Yo le hablé de
la adorable marquesa de Pompadour, con toda la abundancia de un corazón cuyos
sentimientos por vos, Señora, os son conocidos desde hace largo tiempo, y son con
seguridad dignos de la bondad de corazón y de la belleza del alma que los ha hecho nacer.
Ha estado tan encantado que se ha visto transportado; en pocas palabras, podéis contar
con él tanto como conmigo mismo.
“Creo que el rey puede esperar de él grandes servicios, visto su poder, su sinceridad,
su rectitud, etc. Si el rey piensa que mis relaciones con este señor pueden serle de alguna
utilidad, no ahorraré en nada mi celo por su servicio, y mi apego voluntario y desinteresado
por su sagrada persona deben serle conocidos.
“Sabéis de la fidelidad que os he jurado, Señora; ordenad, y seréis obedecida. Podéis
dar a Europa la paz, sin las demoras y dificultades de un congreso. Vuestras órdenes me
llegarán con toda seguridad si las dirigís a casa del Sr. conde de Rhoon en La Haya, o si lo
juzgáis más a propósito a casa de los Sres. Thomas y Adricn Hope, en cuyo hogar me
hospedo en Amsterdam.
“Lo que tengo el honor de escribiros me ha parecido tan interesante, que me
reprocharía muchísimo guardar silencio frente a vos, Señora, a quien nunca oculté, ni
ocultaré nunca nada.
“Si no disponéis de tiempo para responderme vos misma, os suplico que lo hagáis a
través de alguien de confianza.
101
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Pero no tardéis, os lo pido, por todo el afecto, por todo el amor que sentís por el
mejor y más amable de los reyes.
“Quedo a...” etc." (21).
El conde de Saint-Germain añadió a su carta la postdata siguiente:
Os suplico, Señora, tengáis a bien interesaros en el juicio de la captura del
Ackermann, la más injusta y escandalosa que se haya hecho nunca sobre la mar; tengo
intereses en él por valor de 50.000 escudos, y el Sr. Emery y Cia. de Dunquerque tienen el
objetivo de hacerse restituir el navío. Os suplico una vez más que hagáis que se decida con
justicia en el Consejo real, donde esta inicua causa debe ser pronto estudiada. ¿Querréis
recordar que el verano pasado me prometisteis no permitir que se nos hiciese injusticia?”
(22).
Al mismo tiempo, el conde escribió al Sr. de Choiseul, y cuando el Sr. de Bentinck le
preguntó de qué forma el ministro de asuntos exteriores recibiría las noticias, le respondió
con aire confiado y sonriente que pronto habrían cambios en Versalles, dando a
comprender al Sr. de Bentinck que no estaba al alcance del Sr. de Choiseul impedir por más
tiempo que la paz se firmara (23). Desgraciadamente para el conde de Saint-Germain, la
carta que envió a la Sra. de Pompadour no llegó a esta última. Desde comienzos de 1760,
el duque de Choiseul, habiendo sido nombrado por Luis XV superintendente de las postas,
disponía del misterio infiel del correo (24), así, cuando la carta del conde llegó a París, el
duque se apoderó de ella de inmediato, y envió el siguiente mensaje al Sr. d’Affry:
(21) - Aff. étrang., Hollande, 503, f5 215. Esta carta no es más que una copia en los archivos.
(22) - Ignoramos cuál fue la consecuencia del juicio.
(23) - Arch. de Hollande. Papiers de Bentinck, 11 de marzo de 1760. Según la misma fuente,
carta del 31 de marzo de 1760, el conde de Saint-Germain habría dicho al Sr. de Bentinck “que
poseía cartas del Sr. Yorke que harían caer al Sr. de Choiseul en un tricornio, que todas las gentes
honestas de Francia estaban a favor de la paz, y que sólo el Sr. de Choiseul deseaba la continuación
de la guerra”. Estamos obligados, ante esta afirmación, a reconocer que el conde de Saint-Germain
no estaba al corriente de la política internacional, y que su desgracia proviene de su propia
indiscreción.
(24) - "El rey había hecho comunicar al Sr. de Choiseul el secreto de la posta, es decir, el
extracto de las cartas que se abrían, y el Sr. de Choiseul abusó de este secreto”. Sra. du Hausset,
obra citada, p. 35.
102
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Os envío una carta del Sr. de Saint-Germain a la Sra. marquesa de Pompadour, que
basta por sí sola para conocer lo absurdo del personaje; es un aventurero de primer orden,
que además, por lo que veo, es bastante bruto.
“Os ruego que tan pronto como recibáis mi carta le hagáis ir a vuestra casa, y le
digáis de mi parte que ignoro con qué objeto los ministros del Rey encargados del de-
partamento de finanzas planearon su conducta ridicula en Holanda relativa a este asunto;
pero que en lo que a mí concierne, tenéis orden de prevenirle que si llego a saber, de cerca
o de lejos, en poco o en mucho, que pretende mezclarse en política, le aseguro que
obtendré la orden del rey para que a su vuelta a Francia sea puesto para el resto de sus
días en el fondo de una mazmorra.
“Le añadiréis que puede estar seguro de que estas disposiciones de mi parte a su
respecto son tan sinceras, que serán ejecutadas si me pone en situación de tener que
mantener mi palabra.
Tras esta declaración le rogaréis que no vuelva a poner los pies en vuestra casa, y
no estaría de más que hiciéseis publicar y conocer a todos los ministros extranjeros, así
como a los banqueros de Amsterdam, el cumplido que se os ha encargado hacer de este
aventurero insoportable...” (25).
Antes de que esta carta llegase a su destinatario en La Haya, se desarrolló una
escena entre el Sr. Yorke y el conde de Saint-Germain. No habiendo recibido éste respuesta
del ministro inglés, le solicitó una entrevista para la mañana del 23 de marzo de 1760. El Sr.
Yorke mostró al conde la carta que acababa de recibir del ministro de estado, Robert d’Arcy,
Lord Holdemesse, en la que el rey Jorge II emitía dudas sobre la autenticidad de su misión
concerniente a la paz: “Su majestad no considera imposible que el conde de Saint-Germain
haya sido realmente autorizado (quizá incluso con conocimiento de S. M. cristianísima) por
algunas personas de peso en el Consejo, para hablar como lo ha hecho, y si se consigue el
fin deseado, poco importa por qué vía se haga. Pero no debe haber otras conversaciones
entre un ministro acreditado del Rey y una persona como la que parece ser el conde de
Saint-Germain.
(25) - Aff. étrang., Hollande, 503, P 239. Copia, según los archivos.
103
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Lo que vos decís es oficial, mientras que Saint-Germain puede ser desaprobado sin
ceremonia si la corte de Francia lo juzga necesario, y, según sus propias palabras, su misión
no sólo es desconocida del embajador de Francia en La Haya, sino incluso del ministro de
asuntos exteriores en Versalles, el cual, aunque amenazado del mismo modo que el
cardenal de Bemis, todavía es el ministro aparente...
Es pues deseo de Su Majestad que informéis al conde de Saint-Germain que... no
podéis entrevistaros con él para tratar de temas tan interesantes, a menos que os
suministre alguna prueba auténtica de que S. M. cristianísima conoce y aprueba su misión”
(26). Como el conde de Saint-Germain no podía mostrar al embajador de Inglaterra ninguna
carta credencial, salvo las cartas del Sr. de Belle-Isle y la rúbrica del rey Luis XV, lo que no
era bastante para acreditarle, se vió obligado a retirarse.
Al día siguiente, fue a casa del Sr. d’Affry, acompañado del Sr. de Kauderbach y del
caballero de Bruhl, en cuya compañía debía marchar a Ryswick, a casa del conde A.
Golowkin (27), donde el Sr. d’Affry mismo estaba invitado a cenar.
El Sr. d’Affry hizo un aparte con el conde de Saint- Germain, y le dio a conocer en
términos mesurados las instrucciones del Sr. de Choiseul. El conde, estupefacto por un
instante, pidió a sus amigos que le excusaran ante el Sr. Golowkin, y habiéndose despedido
del Sr. d’Affry, fue a casa del Sr. de Bentinck. Ahí, en casa de su amigo, el conde exhaló su
cólera, diciendo: "¡Este pobre d’Affry,” que cree atemorizarme con sus amenazas!. Pero se
equivoca, pues yo he arrojado a mis pies tanto el elogio como la acusación, el miedo y la
esperanza. Yo, que no tengo otro objetivo que seguir el impulso de mis buenos
sentimientos hacia la humanidad, y hacerla tanto bien como esté en mi poder. El rey sabe
muy bien que no temo ni a d’Affry ni al Sr. de Choiseul” (28).
No fue sino una decena de días más tarde, el 5 de abril de 1760, tras haber sido
solicitado en varias ocasiones por el Sr. d’Affry, que el conde aceptó una entrevista.
(26) - Ms. Brit. Mus. 6818, 28 marzo de 1860.
(27) - El conde Alejandro Golowkin era embajador de Rusia en Holanda. Su primogénito
Iván, que era su secretario, sirvió en 1758 de espía del gobierno francés en Inglaterra. Cf. Interm.
des chercheurs el des cu- rieux, N° 286, 20 dic. 1902, p. 900.
(28) - Arch. de Hollande, Papiers de Berüinck, 26 de marzo de 1760.
104
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
El embajador le hizo comprender que había caído en una trampa, una trampa muy
fastidiosa para la corte, al escribir del Sr. de Bentinck (29) a la Sra. de Pompadour; que
habiéndose inmiscuido en una transacción que no le concernía, debía en lo sucesivo, en
nombre del rey, ocuparse de sus propios asuntos, y que en adelante su puerta le estaría
cerrada.
El conde de Saint-Germain escuchó al Sr. d’Affry sin decir nada, pero cuando éste
terminó su requisitoria, le señaló que, en cuanto a lo que se le exigía “en nombre del rey”,
no se le podía ordenar nada, no estando sujeto al rey de Francia. Añadió que creía “que el
Sr. de Choiseul había escrito todo aquello por propia iniciativa, sin que el rey supiera nada,
pero que si se le presentaba una orden escrita del rey, le creería, pero no de otro modo’’
(30).
Otro de los motivos que habían hecho dictar al Sr. de Choiseul sus disposiciones
agresivas contra el conde eran algunas frases subrayadas en una de sus últimas cartas a la
Sra. de Pompadour: “Sólo he de rendir cuentas de mi conducta a Dios y a mi Soberano”, y
más adelante: Desde hace treinta años, soy miembro de la nobleza, y soy conocido por no
haber frecuentado nunca ni aventureros ni impostores, ni haber recibido nunca a los
bribones (31).
Mientras tanto, en Versalles, el duque de Choiseul actuaba ante el Consejo real.
(29) - A propósito del Sr. de Bentinck, el Sr. d'Affry escribe al Sr. de Choiseul: "No habiendo
tenido hasta el presente ninguna relación con él, me parece inútil comenzarlas; no es un amigo de
Francia, y si se aproxima a nosotros no es más que para renovar su crédito en La Haya y en Londres,
hacia donde cae cada vez más”. Dado que el conde de Saint-Germain era amigo íntimo del Sr. de
Bentinck, las observaciones del Sr. d’Affry no hicieron más que aumentar el resentimiento del Sr.
de Choiseul por el conde. Aff. étrang., Hollande, 503, P 245.
(30) - Arch. de Hollande. Papiers de Bentinck, abril de 1760.
(31) - Arch. de Hollande. Papiers de Bentinck, abril de 1760. Según Ms. Brit. Mus. 6818, 28
de marzo de 1760, el conde de Saint-Germain habría enviado a París a uno de sus servidores con
tres cartas: una para el mariscal de Belle-Isle, otra para la Sra. de Pompadour, y la tercera para el
conde de Clermont, uno de sus amigos íntimos.
105
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(32) - Según el Sr. d Affry, y por demanda suya, sus despachos fueron comunicados al Sr. de
Belle-Isle “a fin de que cese su correspondencia con un hombre cuya conducta es desaprobada”.
Aff. étrang., Hollande, 503, P 306. D’Affry retornó incluso al Sr. de Belle-Isle dos cartas que éste
había escrito para el conde de Saint-Germain. ídem.
(33) - En la obra de P. Calmette, obra citada, p. 78, hemos descubierto el siguiente pasaje,
en una'carta del Sr. de Choiseul a Voltaire, fechada el 8 de mayo de 1760. “Hace algún tiempo que,
por las intrigas de los enemigos, o por su carácter demasiado suspicaz, los embajadores de Viena y
de Rusia me señalaron sus sospechas; al principio les presté poca atención; ellos volvieron a la
carga, y entonces por separado y juntos les declaré... que cuando S. M. quisiese hacer la paz no se
les ocultaría, pues él sabía tomar partido altamente por el bien de sus asuntos, pero que estaba por
debajo de él engañar; en consecuencia, el Rey ha comunicado a sus aliados que tenía una especie
de negociación de comercio entre Inglaterra y Francia, que podía y debía entrañar el resta-
blecimiento de la paz general; esta negociación está rota, pero la gestión de parte del rey no es
menos cierta”. Tenemos aquí la prueba de que la misión del conde de Saint-Germain revelaba en
cierto modo el “secreto del rey”.
(34) - Barón de Gleichen, obra citada, p. 131. Este relato no ha podido venirle al Sr. de
Gleichen más que del duque de Choiseul, de quien se jacta de haber sido amigo; a menos que sea
una pura invención, lo que después de todo sería muy posible. Sin embargo, en lo que concierne a
la actitud de Luis XV, la descripción es exacta. Lo atestigua el abad de Veri cuando dice en su Journal,
t. I, p. 242: “Luis XV siente tanto la justicia de estas reflexiones como para enrojecer, bajar la cabeza
y callarse. Es su gesto cuando se le hace caer en la cuenta de que está equivocado".
106
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
107
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Al día siguiente, una escena tuvo lugar en Ryswick, en casa del conde Golowkin. El
duque de Brunswick se encontraba allí, así como el Sr. d’Affry, y otro personaje, el Sr. de
Reischach (39).
El duque dio a conocer al embajador francés que el conde de Saint-Germain había
hecho todo lo posible por verle, pero que se había rehusado; sin embargo, había sabido
que el conde había visto a otras personas, pero sin que pudiera dar nombre alguno.
El Sr. d’Affry hizo entonces saber al duque de Brunswick que el conde era un hombre
desacreditado por el Sr. de Choiseul, y que no se debía depositar ni fe ni confianza en todo
lo que pudiera decir sobre los asuntos de Francia o sobre el gobierno. Pidió al duque hacer
la misma declaración al embajador de Inglaterra, el Sr. Yorke, mientras que él mismo ya lo
había hecho ante el Gran pensionario, Sr. Stein, y ante el Actuario, Sr. Henri Fagel (40).
El duque de Brunswick respondió que iría por delante de todo lo que pudiera ayudar
al Sr. d’Affry, pero que no deseaba verse mezclado en este asunto (41).
Vuelto a su casa, en La Haya, el Sr. d’Affry escribió al Sr. Astier las líneas siguientes:
"La Haya, 17 de abril de 1760.
"El pretendido conde de Saint-Germain, Señor, al que habéis visto en Amsterdam;
y que de ahí ha venido aquí, es un aventurero y un impostor. Ha tenido la impudicia de
entrometerse, sin aprobación ni misión de su Majestad ni de su ministro, a trabajar y a
negociar sobre los intereses más esenciales de" su Majestad y del reino. En base al informe
que he enviado al rey, y de las cartas que él mismo ha escrito a Versalles, su Majestad me
ha hecho dar la orden de reclamar a este impostor descarado, y de pedir su extradición
para que nos sea remitido.
(39) - El barón Tadeo de Reischach siguió siendo hasta octubre de 1782, ministro
plenipotenciario de Austria en La Haya.
(40) - Cada gran ciudad de las Provincias Unidas tiene bajo el nombre de pensionario una
especie de ministro que es su consejero; el de La Haya toma el título de Gran pensionario. En cuanto
al Actuario, es en cierto modo el ministro de asuntos exteriores.
(41) - Aff. étrang., Hollande, 503, P 357.
108
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(42) - Aff. étrang., Hollande, 503, f5 354. Este documento solo es una copia.
(43) - Arch. de Hollande. Papiers de Bentinck, 15 de abril de 1760.
(44) - Arch. de Hollande. Papiers de Bentinck, 15 de abril de 1760.
109
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Bien que un poco asombrado de esta salida de parte de un antiguo amigo del conde
de Saint-Germain, y que incluso le había animado en sus gestiones, el Sr. de Bentinck repitió
al Sr. Yorke, teniendo buen cuidado de no ofenderle, su propio punto de vista en cuanto a
la detención del conde. El Sr. Yorke persistió en decir que se lavaba las manos, y rehusó
darle un pasaporte para el conde. Como el Sr. de Bentinck insistiera, el Sr. Yorke terminó
por decirle que si solicitaba este pasaporte él mismo a título personal, no lo rehusaría, a
causa de la situación oficial del Sr. de Bentinck van Rhoon. Sin embargo, éste advirtió al Sr.
Yorke que el Sr. d’Affry podría causarles un montón de problemas, los cuales se evitarían si
se proporcionaba al conde de Saint-Germain el medio de abandonar Holanda. Ante este
argumento (45), el Sr. Yorke llamó a su secretario y le ordenó aportar una hoja de
pasaporte. La firmó, y se la entregó en blanco al Sr. de Bentinck. Así el conde podía
abandonar Holanda bajo su nombre, o bajo cualquier otro que quisiera adoptar, evitando
de este modo las persecuciones del Sr. de Choiseul (46).
El Sr. de Bentinck se llevó el pasaporte, no sin quedar sorprendido y alterado por la
escena precedente, y marchó a ver al conde de Saint-Germain, que habitaba desde hacía
poco en el albergue “Mariscal de Turena”. El conde pareció extremadamente sorprendido,
“no tanto de que el Sr. de Choiseul hubiese dado orden de detenerle, como de que el Sr.
d’Affry la ejecutase” (47). El conde hizo a su amigo numerosas objeciones, y éste último las
eludió diciéndole que el tiempo apremiaba, que debía partir inmediatamente, que su
seguridad dependía de ello; no obstante, tenía hasta el día siguiente para prepararse, ya
que incluso en caso de que el Sr. d’Affry tuviera intención de tomar medidas, no podría
hacerlo antes de las diez de la mañana.
(45) - El conde de Saint-Germain poseía cartas que el Sr. Yorke le había escrito, era pues
necesario ceder, \Arch. de Hollande. Papiers de Bentinck, 31 de marzo de 1760] ya que estas cartas
eran comprometidas para el Sr. Yorke. Así, en una de ellas expresaba al conde “el deseo de hablarle,
y le señalaba lo que debía hacer a fin de que pudiesen entrevistarse sin riesgo de ser desautorizados
en sus situaciones públicas o privadas...”
(46) - Habiendo preguntado el Sr. d'Affry al Sr. Yorke porqué había actuado así, éste le
respondió “que no debía dudar que había sido por ganas de agradamos”. Aff. étrang., Hollande,
304, cot. 47.
(47) - Arch. de Holtande. Papiers de Bentinck, 15 de abril de 1760.
110
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
111
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
112
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
‘‘Si un rayo me hubiese golpeado, no creo que hubiera quedado más anonadado
que cuando he sabido que habíais partido. Voy a jugar mi último triunfo, y hacer todos los
esfuerzos posibles con la esperanza de estar en condiciones de presentaros mis respetos
en persona, pues sé bien, Señor, que sois el más grande gentilhombre que existe.
Solamente me apena que gentes mediocres osen causaros preocupaciones; se dice que el
oro e intrigas de todo tipo se ponen en juego para obstaculizar vuestros esfuerzos
pacifistas. En el presente, puedo respirar un poco, pues se me asegura que el Sr. d’Affry ha
partido de repente, el último jueves, para volver a su corte, e infiero de ello, y espero, que
recibirá su merecido por haber faltado a lo que os es debido. Lo consideró la causa de
vuestra larga ausencia y, en consecuencia, de mi pesadumbre. Si creéis que puedo seros
útil, contad con mi fidelidad; no poseo más que mi brazo y mi sangre: los pongo
gozosamente a vuestra disposición”. CONDE DE LA (58).
En suma, todo este asunto podía pasar por ser lo que en lenguaje diplomático se
llama “hacer sondeos”, ya que el conde de Saint-Germain no estaba en forma alguna
autorizado ni a concluir ni a negociar acuerdo alguno.
(57) - El Sr. de Bentinck tenía razón al decir que conservaba toda su estima por el conde de
Saint-Germain. Toda la responsabilidad de la aventura habría debido recaer sobre el Sr. de Belle-
Isle. Cuando éste último envió al conde a La Haya, ignoraba que una convención secreta había sido
acordada entre Inglaterra y Prusia con fecha del 9 de noviembre de 1759, por la que ambos aliados
convenían “no concluir paz, tregua o neutralidad, o cualquier otra convención o acuerdo, con las
potencias que han tomado parte en la presente guerra, salvo de concierto y consentimiento mutuo,
e incluyendo una a la otra expresamente”. Cf. Mercure historique et politique des Pays-Bas.
Bruselas, n5 6, febrero de 1760, pp. 19-21. Y cuando esta convención fue denunciada en febrero de
1760, era demasiado tarde para hacer volver al conde de Saint-Germain, siendo éste quien sufrió
las desafortunadas consecuencias de este paso en falso. Sin embargo, éste último no ignoraba que
su misión debía permanecer secreta, y que si venía a ser conocida sería altamente desautorizado,
e incluso se vería comprometido.
(58) - Bureau de l'Enregistrement anglais, 27 de abril de 1760. Cf. I. Cooper-Oakley, obra
citada, p. 268. Extracto. Estando el conde de Saint-Germain en Inglaterra cuando esta carta llegó a
La Haya, ignoró siempre, sin duda, las disposiciones un tanto belicosas de su admirador.
113
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO SÉPTIMO
Aventura en Inglaterra
114
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
En nombre del cual pretendía hablar (4), y que su estancia aquí no podía ser de
utilidad alguna, y podía entrañar consecuencias desagradables. - Se hablaba de
transacciones secretas -, se juzgó preferible apoderarse de su persona desde su llegada”
(5).
Es así que a su descenso del carruaje, un mensajero de Estado, por orden del
secretario de Estado de asuntos exteriores, William Pitt, rogó al conde que se mantuviera
a disposición del gobierno. Fue interrogado en su apartamento por un encargado del
ministerio. Esta entrevista no aportó nada que pudiera ser interpretado en su contra, salvo
“que su conducta y su lenguaje son estudiados, y comportan una extraña mezcla, difícil de
definir” (6).
Bien que el informe fuese favorable, el ministró juzgó preferible no dejar que el
conde residiera ni en Londres ni en Inglaterra, y le invitó a abandonar el territorio a la
menor demora posible (7).
En su apuro, el conde de Saint-Germain se decidió a dirigirse al Sr. de Knyphausen,
embajador del rey de Prusia en Londres (8), y solicitó al ministro de asuntos exteriores
inglés, que tuviese a bien autorizar su entrevista con este embajador (9).
Habiendo accedido el Sr. Pitt a esta demanda, el barón de Knyphausen fue a visitar
al conde.
(4) - El conde de Saint-Germain nunca fue a Holanda para negociar la paz, sino simplemente
para tratar de renovar las conversaciones interrumpidas por la intransigencia del Sr. de Choiseul.
(5) - Mitchell Papers, 6 mayo de 1760.
(6) - Mitchell Papers, 6 mayo de 1760.
(7) - Se lee en las Mémoires de Casanova, t. V, p. 77: ‘‘El mensajero de Estado que le ordenó
partir de Londres, le ha convencido de que el ministro inglés no ha sido víctima de la petición que
el conde d’Affry hizo de su persona, en nombre del rey, a los Estados Generales.
(8) - Dodo-Enrique, barón de Knyphausen, fue de 1758 a 1776 ministro plenipotenciario de
Federico II en Londres. Era amigo de un pariente del Sr. de Bentinck. Cf. Kurze biographie des
Reichsgrafen W, F. Bentinck Erb und landershernn der freien Herrschaft Knyphausen. Oldenbourg,
1836.
(9) - Lord Holdemesse, amigo del conde de Saint-Germain, acababa de ser reemplazado, en
marzo de 1760, en el puesto de secretario de estado por el conde de Bute, y el duque de Newcastle
se había retirado de la política. Aff. étrang., Angleterre, 443.
115
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(10) - ARCH. SECRETOS DE BERLÍN, 6 de mayo de 1760. Cf. G. B. VOLZ, OBRA CITADA, p. 192.
(11) - Según P. J. Grosley, obra citada, p. 325, “el conde de Saint- Germain se convirtió en
objeto de la curiosidad pública, que se ocupó largo tiempo de él, y a la que no despistó más que
huyendo a los Estados del Norte, donde se perdió su pista”. Se verá que no fue así en absoluto.
(12) - Barón de Bielfeld, Leiires familiéres. La Haya, Gosse, 1763, t. H, p. 402.
(13) - Mitchell Papers, 6 de mayo de 1760.
116
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(14) - Este mismo artículo es redactado así en la Gaceta de Bruselas. “El conde de Saint-
Germain ha sido puesto en libertad en Londres, y ha llegado aquí [a Rotterdam]. Incluso durante su
cautiverio, mantuvo numerosas entrevistas con varios miembros del Consejo privado, lo que da
lugar a nuevas suposiciones”. Esta redacción, aunque más próxima a la verdad, es bastante curiosa.
¿Quería decir que la conversación del conde de Saint-Germain con el Sr. de Knyphausen tenía fines
políticos? ¡Quizá! Sin embargo, el redactor se engañaba, como hemos visto.
(15) - Creeríamos que este artículo ha sido inspirado por el conde de Saint-Germain; en
todo caso, el autor ha conocido al conde.
117
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(16) - Esta declaración tendenciosa es contradicha por las afirmaciones mismas de Federico
II en una carta a su sobrina, la mujer del Stathouder de Holanda, Guillermo V: “No me gustan esas
personas de las que se cuentan cosas maravillosas” (Postdam, 17 de marzo de 1778), y en otra carta
a su enviado en Dresde, el Sr. d’Alvensleben, dirá: “Me intereso en Saint-Germain únicamente por
curiosidad" [id., 29 de marzo de 1777], Y cuando el 25 de junio del mismo año el conde de Saint-
Germain pedirá audiencia, el rey de Prusia no le responderá sino por intermedio del Sr. d
Alvensleben. Con este último comentario se relacionan las observaciones del barón de Gleichen
(obra citada, p. 133), que muestra al conde tratando al margrave de Bayreuth como a un escolar,
rehusando dejarle ver las cartas de Federico II que tenía en sus manos. Estamos, pues, seguros de
que el conde no podía tener tales cartas, y que en esta escena el personaje de que se trata es el
teniente-general Claude-Louis de Saint-Germain (v. parte primera, cap. I).
118
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO OCTAVO
Retorno a Holanda
119
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“Se ha dirigido últimamente al Sr. d’Affry, para obtener por su mediación la libertad
de residir en alguna parte. El Sr. d’Affry ha escrito en consecuencia al mariscal de Belle-Isle
(3), cuya respuesta indica que si el rey [Luis XV] quisiese hacer justicia al Sr. de Saint-
Germain, haría ejecutar su proceso como a un criminal de Estado; pero que deseando su
majestad usar de indulgencia, se contentaba con ordenar al Sr. d’Affry ‘no tener ningún
comercio ni relación con él, de ninguna manera que fuese, es decir; no escribirle, ni
responder a sus cartas, ni permitirle el acceso junto a él’.
Así pues, el conde de Saint-Germain ha llegado a La Haya, a Leyde o Amsterdam,
según las circunstancias; ahora bien, el inefable Casanova le ha visto en París, y he aquí la
escena que imaginó: habiendo ido al bosque de Boulogne con la Sra. d’Urfé, con la que
mantuvo una conversación sobre los ángeles de los planetas, "nos encaminábamos”, dice,
“hacia el coche, cuando de golpe Saint- Germain se ofreció a nuestras miradas; pero en
cuanto nos vio retrocedió camino, y fue a perderse por otro sendero.
‘¿Le habéis visto?’, dije yo. ‘Trabaja contra nosotros, pero nuestros genios lo han
hecho temblar’. -’Estoy estupefacta. Iré mañana a Versalles a dar esta noticia al duque de
Choiseul. Tengo curiosidad por ver qué dirá...’.
Al día siguiente supe por la Sra. d’Urfé la agradable respuesta que le había dado el
Sr. duque de Choiseul, cuando le anunció su encuentro con el conde de Saint-Germain en
el bosque de Boulogne. ‘No me sorprende’, le dijo este ministro, ‘ya que ha pasado la noche
en mi gabinete” (4).
La respuesta prestada por Casanova al Sr. de Choiseul es quizá ingeniosa, pero no
vuelve verídica su anécdota.
Otro incidente, pero este indiscutible, sucedió en La Haya hacia finales de 1761. Un
tal Jacotet fue a buscar al Sr. d’Affry "pretendiendo que el conde [de Saint-Germain] se
ocultaba en Amsterdam y que él se ocuparía de descubrirlo" (5).
(3) - Esto ha debido suceder a finales de 1760, muriendo el mariscal el 26 de enero de 1761.
(4) - Casanova, obra citada, t. V, pp. 79-80.
(5) - Aff. étrang., Hollande, 501, P 301.
120
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
121
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
122
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO NOVENO
Aparición en Rusia
Es muy probable que fuera en la primavera del año 1762 cuando el conde de Saint-
Germain marchó a Rusia.
Desde el 5 de enero del mismo año, a la muerte de la emperatriz Isabel, el imperio
ruso era gobernado por Carlos-Pedro-Ulrich, duque de Holstein-Gottorp, bajo el nombre
de Pedro III. Este príncipe, que reunía en él la sangre de Pedro I y de Carlos XII, se había
desposado en 1745 con Sofía-Augusta-Federica de Anhalt-Zerbst.
Desde comienzos de su reinado, Pedro III se había alienado del clero al preferir el
luteranismo a la religión griega; más tarde, siguiendo el proyecto de Pedro I, había reunido
al dominio las tierras de la Iglesia; a continuación forzó a los sacerdotes a tomar el hábito
de los pastores luteranos, hizo quitar de las iglesias las imágenes de los santos, y finalmente
se abstuvo de hacerse coronar en Moscú según los ritos consagrados (1).
Además, se granjeó enemigos en el ejército por sus peligrosas innovaciones, a la
manera de Federico II, a quien admiraba. Es así que por medio de afirmaciones sembradas
con arte, se le volvió sospechoso a los ojos del pueblo. Su mujer, por el contrario, una
princesa alemana que había tomado el nombre de Catalina, al abrazar la religión griega
cuando su matrimonio se identificó con su patria de adopción.
(1) - FLASSAN, Histoire générale et raisonnée de la diplomatie française. Paris, 1811, t. IV,
p. 339.
123
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(2) - Según E. Boutaric, Correspondance secrete inédite de Loáis XV. París, Pión, 1866, t. I, p.
109, Catalina había hecho sondear al Sr. de Breteuil, embajador francés, y le había pedido dinero.
Este respondió que no tema; y viendo la conjura a punto de estallar, abandonó Rusia para volver
poco después. Nos preguntamos por qué el Sr. de Breteuil tuvo necesidad de hurgar en los archivos
de su ministerio de la casa del rey, para saber quién era el conde de Saint-Germain, ya que pudo
haberse informado sobre él en San Petersburgo. Cf. C. de Courchamps, obra citada, t. II, p. 269.
(3) - Según refiere M. Pyliaeff, autor del “Viejo Petersburgo”. Cf. I. Cooper-Oakley, obra
citada, p. 30. Nosotros mismos, tras repetidas investigaciones en los archivos del ministerio de los
exteriores, no hemos encontrado nada.
(4) - Información suministrada por el director de la librería “Mezrdu- narodnaya Kniga” en
San Petersburgo (1932).
(5) - El conde Rotari (1707-1764), discípulo de Antonio Balestra y de Angel Trevisani, ha
dejado numerosos cuadros de grandes dimensiones, cuyo tema se relaciona con la religión (Museos
de Munich y de Dresde). Se le deben un cierto número de grabados al agua fuerte. El pintor ruso
Rokotov se formó bajo su influencia. Cf. Siret. Dictionnaire histories des peintres. París, Lacroix,
1866.
124
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Pedro Rotari, a quien el conde conocía desde largo tiempo atrás, era original de
Verona. Tras haber recorrido Europa y adquirido una considerable fortuna, fue a San
Petersburgo, llamado por la emperatriz Isabel como pintor de la corte. Ayudado de sus
discípulos, Pedro Rotari pintó de 1757 a 1762 cerca de trescientos retratos de las más
bellas damas de la corte (6).
Apasionado por su arte, el conde Rotari sólo tenía una idea: alcanzar la perfección
de los maestros, pero dudaba poder conseguirlo. “Un día, en el gran parque de Berlín,
viendo a un ciego que tocaba de modo superior dos giombardas a la vez, de las que extraía
sonidos más armoniosos que los que el instrumento mismo permite, el pintor se lamentó:
este hombre hace más que yo, es único en su arte, y por desgracia hay Carraches y Guidis
antes de llegar a la perfección” (7).
Acompañado del artista, el conde de Saint-Germain frecuentó los salones de las más
ilustres familias de San Pe- tersburgo: los Razoumowsky y los Youssoupoff; igual que en
Londres, encantó a sus oyentes por su virtuosidad con el violín “del que se servía como de
una orquesta”. Se asegura que el conde dedicó a la condesa Ostermann una pieza de
música para arpa de la que era autor (8).
El conde conoció también durante el poco tiempo que permaneció en la capital
rusa, a un abogado de Ginebra, el Sr. Pictet; recibido también en muchas casas. De origen
genovés y magistrado de Policía, el Sr. Pictet, al no poder formar parte del consejo de los
Cien a causa de su juventud, fue a París, donde se unió con un ruso para viajar durante tres
años. Estando en Viena, encontró a Gregorio Orlof, y marchó con él a San Petersburgo.
En esta ciudad encontró al Sr. Magnan, negociante, con quien se asoció, y con cuya
hija se casó. Un turbio asunto en el que se vio mezclado le valió, aunque inocente, una
mísera reputación. Tenía sin embargo ingenio y conocimientos.
(6) - Los cuadros del conde Rotari decoran el gabinete de las Modas y de las Gracias en el
palacio de Peterhof.
(7) - C OMTE DE L AMBBRO , obra citada, p. 50.
(8) - Esta partitura, magníficamente encuadernada en tafilete rojo, fue regalada más tarde
por M. Pyliaeff al gran compositor Chaikowsky. La familia Youssoupoff debería estar también en
posesión de manuscritos musicales del conde de Saint-Germain. Cf. I. Cooper-Oakley, obra citada, p. 31.
125
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
No era sobre todo al Sr. Pictet a quien el conde frecuentaba, sino a su cuñado, el Sr.
Magnan, el cual se ocupaba de la compraventa de piedras preciosas. Este último ponía
aparte todas las piedras a las que les faltaba alguna cualidad, y las enviaba al conde para
que éste las diese el brillo deseado (9).
Al cabo de tres meses (10), el conde volvió a Ubbergen y retomó sus trabajos, tras
haber dicho adiós a su amigo Pedro Rotari, a quien no debía de ver más. Antes de proseguir
con los incidentes de la vida del conde de Saint-Germain, abramos aquí un paréntesis.
Dos escribanos de nuestros días (11), han querido identificar a nuestro personaje
con un tal Odard, el cual jugó un conocido papel en San Petersburgo en la misma época.
Conforme a las Memorias de la princesa Daschkof, dama de honor de Catalina II, y
tercera hija del canciller Voronzof, considerada sobre todo como el alma de la revolución
de 1762, sabemos que “entre los extranjeros que vinieron a buscar fortuna a San
Petersburgo, estaba un piamontés de nombre Odard, el cual, por recomendación del go-
bernador del gran duque Pablo, Nikita Panine, de origen italiano, consiguió ser nombrado
abogado de la cámara de comercio de la ciudad. Era un hombre de cierta edad y aspecto
enfermizo, pero de aire sagaz. Sin embargo, la ignorancia de la lengua rusa le hizo imposible
mantener su empleo.
Odard trató a continuación de hacerse admitir como secretario de la emperatriz,
con el apoyo de la princesa Daschkof, pero la tentativa fracasó. Finalmente, por intermedio
del gran chambelán, conde Strogonof, fue de intendente a una plaza poco remunerada, en
la mansión de recreo de Pedro III, en Oranienbaum.
La princesa Daschkof añade que sólo ha estado una vez en relación con Odard, y
que durante las tres semanas que precedieron a la revolución, no tuvo contacto alguno con
él” (12).
(9) - Chevalier de Corberon, Journal Intime. París, Pión, 1901 t II pp. 193-195.
(10) - Según I. COOPER-OAKLEY, obra citada, p. 30, el conde de Saint- Germain se habría
encontrado en la corte de Arkhangel, el 3 de marzo de 1762, con la princesa María Galitzina. Ahora
bien, esta ciudad está situada a 737 km. de San Petersburgo.
(11) - Pierre Lhermier, Le mystérieux comte de Saint-Germain. París, edit. Colbert, 1943, pp. 167-
205. JEAN de Kerdeland, De Nostradamus á Cagiiostro. París, edit. Self, 1945, pp. 191-201.
126
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Esta breve información nos parece suficiente para que el intrigante Odard no sea
confundido con nuestro personaje.
(12) - Memories of the princess Daschkaw, lady of honour to Catherine II, written by herself,
edited from the original by Mrs. W. Bradford. London, Colburn, 1840, t. I, pp. 62-63.
127
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO DÉCIMO
128
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Pasando a Bruselas (1), el Sr. de Surmont fue a rendir visita una noche, muy tarde,
pues nunca salla durante el día (2), al Sr. de Cobenzl (3), ministro plenipotenciario de la
reina- emperatriz María-Teresa ante el gobernador general, el príncipe Carlos de Lorena.
No ignoraba que en 1746 el Sr. de Cobenzl había sido el corresponsal benévolo del príncipe
de Gales, Federico-Luis, primogénito de Jorge II de Inglaterra (4), y habiendo sido el Sr. de
Surmont, como hemos dicho, amigo del príncipe, fue fácil para él presentarse en el palacete
de Mastaing, y ser admitido en casa del ministro. Lo que no impedirá al sobrino del Sr. de
Cobenzl escribir más tarde: “Se introdujo junto a mi tío de forma muy misteriosa, gracias a
cartas de recomendación, no sé de quién” (5).
El Sr. de Cobenzl recibió al Sr. de Surmont en su gran gabinete. Los muros estaban
adornados por cuatro grandes piezas de jabonería que representaban la historia de Psiqué.
En medio de la sala resaltaba una magnifica mesa-bufete con pies de corza, incrustada de
porcelanas de Sévres, con escritorios de plata y de Sévres. En los rincones, muebles
preciosos rematados con las más raras porcelanas.
El Sr. de Surmont se dio cuenta que tenía ante él a un amante del arte, y cuando
supo que poseía una colección de cuadros notables, le expresó su admiración: “Y como yo
soy muy susceptible para la amistad”, dirá el Sr. de Cobenzl, “le he testimoniado la mía”
(6).
(1) - Todo este capítulo está redactado conforme a los Archivos de la Secretaría de Guerra
y de Estado de Bruselas, vol. 1053 a 1303.
(2) - A. R. von Aarneth, Graf Philipp Cobenzl und seine Memorien. Viena, 1885, pp. 84 y sig.
(3) - Carlos-Juan-Felipe, conde de Cobenzl, nacido en Viena el 21 de julio de 1712, era hijo
del conde Juan-Gaspar y de Catalina, condesa de Rindsmaul, su segunda esposa. Tras haber hecho
sus estudios superiores en Leyde, viajó. En 1734 se desposó con la hija del general Palffi. Tras haber
recorrido Alemania, volvió a Viena, y fue nombrado ministro en Bruselas el 19 de agosto de 1753,
en sustitución del marqués de Botta- Adomo. "A pesar de las apariencias de su título, es el espía
oficial que Carlos VI ha puesto al lado de su hermana, la archiduquesa Isabel, y que María-Teresa
mantendrá ante su cuñado, el príncipe Carlos de Lorena”. Cf. C. de Villermont, Le comte de Cobenzl.
París, Desclée, 1925, p. 25.
(4) - Archivos de Viena. Correspondencia de María-Teresa, vol. 271.
(5) - A. R. VON ARNETH, OBRA CITADA, p. 86.
(6) - Cobenzl a Kaunitz, 28 de abril de 1763.
129
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“Un día en que el ministro decía que pocos particulares podían jactarse de poseer
un Rafael auténtico, el Sr. de Surmont respondió que esto quizá podía ser justo, pero que
en su colección los había y, como prueba, quince días o tres semanas más tarde llegó un
cuadro proviniente de su colección del que hizo presente al Sr. de Cobenzl, y algunos
artistas de Bruselas a quien éste último mostró el cuadro declararon que era un Rafael
auténtico. El Sr. de Surmont no quisó retomarlo, y le rogó lo aceptara en signo de amistad.
"Otra vez, mostró al Sr. de Cobenzl un gran solitario con manchas, y dijo que en
pocos días lo traería sin defectos. Y efectivamente, algunos días más tarde, aportó un
solitario, tallado de la misma manera, pero impecable y sin manchas, asegurando que era
la misma piedra. El Sr. de Cobenzl, tras haberlo admirado y examinado, quiso devolverle la
piedra, pero el Sr. de Surmont no quiso retomarla, diciendo que tenía demasiados
diamantes de los que no sabía qué hacer, y rogó al ministro que lo guardara como recuerdo.
Este último, que no quería aceptar regalo alguno, discutió largo tiempo, pero ante la
insistencia de su invitado acabó por dejarse convencer” (7).
Las primeras impresiones dejadas por el Sr. de Surmont sobre el Sr. de Cobenzl
fueron las siguientes:
“He encontrado en él al hombre más extaño que haya conocido en mi vida. Posee
grandes riquezas y vive de modo muy simple; es de una probidad sorprendente, y posee
una bondad digna de admiración. Tiene un profundo conocimiento de todas las artes. Es
poeta, músico, escritor, médico, físico, químico, mecánico, pintor; en resumen, tiene una
cultura general como no la he encontrado en hombre alguno (8). Y como era interesante
por todos sus conocimientos, he pasado horas agradables con él.
(7) - Estas dos anécdotas han sido sacadas de A. R. von Arneth, obra citada. Sin poner en
duda la veracidad de la primera anécdota, apenas nos parece posible que un cuadro desconocido
de Rafael formase parte de una colección privada, ya que los cuadros de este pintor estaban todos
catalogados. En cuanto a la segunda historia, nos extraña el supuesto rehúse del Sr. de Cobenzl,
tras haber aceptado el cuadro de Rafael.
(8) - “Todas las ciencias de que se hablaba, las poseía en grado extremo. Si se trataba de
música, hablaba como un maestro, se ponía al piano, y ejecutaba piezas de su composición”. A. R.
VON ARNETH, obra CITADA.
130
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La única cosa que puedo reprocharle es que se jacta demasiado a menudo de sus
talentos y de sus orígenes” (9).
Su punto de contacto eran los conocimientos del Sr. de Surmont en pintura y dibujo.
La conversación, una tarde, llegó un poco más lejos, y aquél pasó a hablar de sus
descubrimientos.
Habiéndole testimoniado el Sr. de Cobenzl su incredulidad, hizo delante de él y de
algunos amigos “numerosas experiencias, una de las cuales consistía en transformar un
trozo de hierro en un metal tan bello como el oro (10), y otras con diversos procedimientos
de teñido y curtido del cuero” (11).
Estas experiencias tuvieron lugar en Toumai, en casa del experto-fabricante Rasse,
hombre de confianza del Sr. de Cobenzl. El Sr. de Surmont quiso renovarlas algunos días
más tarde, procediendo esta vez, en lo que concierne al teñido, sobre la lana, la seda y la
madera. “Tiñó enteramente la madera de colores muy vivos sin índigo ni cochinilla, y
después, pasando a los colores mismos, hizo un ultramar tan irreprochable como el que se
extrae del lapislázuli.
Finalmente tomó el aceite ordinario de nuez o de lino que se emplea para la pintura,
le quitó el olor y el gusto, e hizo con ellos el mejor de los aceites comestibles” (12).
El Sr. de Cobenzl, como protector esclarecido del comercio de los Países Bajos, se
entusiasmó ante un resultado semejante, y como el sentido de los negocios era innato en
él, resolvió sacar subsidios para el tesoro imperial.
Tras haber hecho examinar cuidadosa y rigurosamente todos los procedimientos
del Sr. de Surmont, puso a éste último en contacto con la Sra. de Nettine, tesorera de la
corte.
131
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La Sra. de Nettine (13) no fue “menos entusiasta que yo de sus talentos”, dirá el Sr.
de Cobenzl.
Por su parte, el Sr. de Surmont “la ha testimoniado la más grande amistad, así como
a su familia; de estos hechos hemos concluido que dependía de nosotros apropiamos de
todos sus procedimientos secretos. Es así que nos hemos puesto con ardor a examinar su
utilidad, y hemos encontrado que más de una de sus muestras era notable.
Su metal, el tenido de la madera, más bello que el que se hace en Francia, sus
cueros, pueden ser de gran valor, igual que sus sombreros pueden ser un artículo muy
importante”. Y el Sr. de Cobenzl añade con algún cinismo: “no hay otros medios de
apropiarse de estos procedimientos que consentir en la instalación de una fábrica, pero
ello requerirá gastos” (14).
La Sra. de Nettine, con su diligencia habitual, se lanzó al asunto, avanzando los
fondos necesarios, y se fundó la manufactura en Toumai, en el local del negociante Rasse,
donde el Sr. de Surmont se alojaba cuando iba para sus trabajos.
Fue durante una de sus estancias en este taller que se desarrolló la “fantasiosa”
escena relatada por Casanova en sus Memorias'.
“Sobre la ruta de Toumai”, dice Casanova, “Apercibí dos palafreneros que
conducían soberbios caballos. Me dijeron que el enganche pertenecía al Sr. conde de Saint-
Germain”.
- ’Desearía ser presentado a vuestro amo’.
- ’No recibe a nadie’.
132
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(15) - Casanova, al hacer este comentario, se acordaba sin duda de la vestimenta que había
adoptado Jean-Jacques Rousseau cuando, en diciembre de 1765, atravesó París para ir a Londres.
Cf. Bachaumont, Mémoires, París, Gamier,
(16) - Casanova muestra aquí su ignorancia de las cortes de Europa. ¿Qué fue del Sr. de
Kaunitz?
133
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
134
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
135
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Yo le miré fijamente.
- ’Sóis un hombre digno; volved a venir a verme dentro de algunos años. Y me
despidió dándome la mano’ (19).
Dejemos al astuto escritor de memorias Casanova que prosiga su ruta hacia
Bruselas, y volvamos a Tournai.
Como venido a cuento, la fábrica de porcelanas de Péterinck pasaba por nuevos
apuros. Uno de los asociados había conducido mal sus asuntos, y su parte de la fábrica
debía ser retomada. El Sr. de Cobenzl resolvió reorganizar el establecimiento (20). Pidió al
príncipe Carlos de Lorena el derecho a utilizar una parte de la fábrica para el cardado de la
seda y la tintorería en general, y obtuvo una concesión de terreno (21) a fin de añadir
nuevas edificaciones a la fábrica, a saber, una curtiduría y una manufactura de sombreros.
“El segundogénito de la Sra. de Nettine, de 15 años de edad (22), y su yerno, el Sr.
Walckiers (23), van a dirigir esta empresa que se anuncia de lo más interesante y sin gran-
des riesgos. La dirección del personal será asegurada por el Sr. Rasse; la subdirección por
el Sr. de Lannoy, y el secretariado por el hijo de éste último" (24).
De entrada, el Sr. de Cobenzl preveía “un beneficio de un millón, dado que dos de
los más importantes comerciantes de Toumai, Barbieri y Francolet, desean confiarle todas
sus sedas para teñir, es decir, este negocio va a ser de gran importancia para la prosperidad
de la monarquía” (25).
(19) - Casanova, obra citada, t. VI, pp. 76-79. Aunque que se haya calificado de “picante”
esta entrevista, no es menos cierto, en nuestra opinión, que el relato ha sido inventado de cabo a
rabo por su autor. En cuanto a la pieza de oro, Casanova la regaló, dice, a William Keith, llamado
milord mariscal, gobernador de Neuchâtel, a quien encontrará el mismo año en Berlín.
(20) - C. de Villermont, obra citada, p. 136.
(21) - Btbl. Royale, Ms. II, 897, P 47.
(22) - Según el Sr. Yves de Fontobbia, el joven de Nettine falleció en 1768 a la edad de 20
años.
(23) - El vizconde Walckiers de Tronchiennes era consejero de Estado y administrador de
loterías.
(24) - Cobenzl a Kaunitz, 8 de abril de 1763.
(25) - Cobenzl a Kaunitz, 8 de abril de 1763.
136
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Pero, ¿qué pasaba con el inventor de estos futuros beneficios? El Sr. de Cobenzl se
había aprovechado de la amistad que le testimoniaba el Sr. de Surmont para sustraerle
todos sus secretos, y más aún, “estos secretos los abandona, excepto por pretender una
parte proporcional del beneficio (26).
Es entonces que el ministro plenipotenciario escribió al ministro de la corte en
Viena, Sr. de Kaunitz, a fin de interesarle en el negocio y obtener, por su intermedio, la
participación del Estado en los gastos necesarios para la compra de edificios y utillaje.
Aunque éste se declaró satisfecho de conocer el apoyo bancario de la Sra. de Nettine y el
rol administrativo del Sr. Walckiers, se mostró reticente en cuanto al negocio en sí: “un
modelo no es una máquina, y una experiencia en pequeño no prueba nada en favor de una
fábrica cuya instalación es muy costosa, y los capitales invertidos muy inciertos” (27).
Después se asombró de la elección de la ciudad de Toumai, ciudad demasiado
fronteriza para el establecimiento de una fábrica; a esto el Sr. de Cobenzl respondió que
“el coste de la vida en Tournai es muy bajo, y lejos de Bruselas no se han de temer las
dificultades que podrían surgir con las diversas corporaciones de esta ciudad" (28).
El Sr. de Kaunitz no se atuvo a sus observaciones técnicas, e informó al Sr. de
Cobenzl de todos los rumores que corrían sobre el Sr. de Saint-Germain, entre otros la
anécdota siguiente: “En 1759, en París, un hombre que, según parece, era pariente próximo
de uno de los admiradores del conde, obtuvo por su tenacidad autorización para sorpren-
derle en su casa. Le rindió visita, y le encontró en una morada inmunda, y cuando cuestionó
sus invenciones, el conde le enseñó algunas muestras de colores, y un viejo grimorio de
magia que contenía fórmulas carentes de todo valor” (29); lo que era manifiestamente
falso en cuanto a la morada, pues el conde de Saint-Germain había habitado en París en el
palacete de la viuda del caballero Lambert, visitado varias veces por el Sr. de Gleichen, a
quien estas particularidades no habrían escapado.
137
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
138
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
El marqués de Laborde (33) y el Sr. de Lalive de Jully (34); en sus gestiones “no supo
de nada desfavorable al conde de Saint-Germain, y adquirió la seguridad de que no había
nada que temer respecto a ninguna empresa” (35).
Nada se oponía, pues, a la validación del acuerdo cuando el 8 de junio, fechado en
Viena, llegó un despacho dirigido al Sr. de Cobenzl por el Sr. Juan-Jacobo De Dorn (36), por
el cual se le participaba que el Sr. de Kaunitz, presa de “violemos cólicos” (una enfermedad
diplomática en realidad) había encargado al susodicho, consejero de la corte, comunicar a
su excelencia “que todos los trabajos preliminares, que deberían estar ya en curso para la
producción en masa, han de ser detenidos, y que no hay posibilidad alguna de concluir nada
con el Sr. de Surmont, por cuanto no estamos en condiciones de transmitiros la orden
expresa de Su Majestad a este respecto”.
Era el despojo puro y simple del Sr. de Surmont. A esta moratoria, el Sr. de Cobenzl
cambió completamente de tono frente al inventor, y bien que el burgomaestre Hasse- laar
viniese en persona de Amsterdam a Bruselas para responder de su amigo, nada le hizo
volverse atrás en su decisión (37).
Más aún, habiendo hecho venir de Holanda el Sr. de Surmont diversos objetos
preciosos como garantía del dinero adelantado por la Sra. de Nettine, el Sr. de Cobenzl
pretendió “que estos objetos no tenían más que un valor insignificante, y los que quedan
en Holanda se componen de cuadros que él [el Sr. de Surmont] considera caros, pero que
en realidad no tienen gran valor” (38), y añadió, mostrando así su falta de buena fé:
(33) - Juan José, marqués de Laborde, nacido en Jaca (Aragón) en 1724, fue el primer
industrial de quien el gobierno buscó ayuda para las finanzas. Convertido en banquero de la corte,
fue encargado en 1763 del establecimiento de la caja de descuento. Fue guillotinado en 1794.
(34) - Ange-Laurent de Lalive de Jully (1725-1775), fue introductor de embajadores, y
miembro de la academia real de pintura y escultura.
(35) - Cobenzl a Kaunitz, 19 de mayo de 1763.
(36) - Juan-Jacobo de Dom, consejero de la corte y refrendario para los asuntos
neerlandeses en la cancillería secreta de Viena.
(37) - Cobenzl a Kaunitz, 22 de julio de 1763.
(38) - Cobenzl a Kaunitz, 25 de junio de 1763. No era ésta la opinión del Sr. de Gleichen, que
había visto los cuadros, obra citada, p. 122.
139
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“De suerte que no podemos desear sino deshacemos de él, apoderándonos de sus
inventos al menor coste posible, evitando otros gastos, y arrebatándole la dirección de la
empresa” (39).
Para llegar a este objetivo, el Sr. de Cobenzl redactó una “memoria” de los gastos
que se habían hecho:
Gastos para la tintorería y el depósito : 56,135
Gastos para la curtidería : 19,300
Gastos para la fábrica de sombreros : 5,700
Casa del Conde : 13,500
Gastos diversos : 5,300
Total general en Gulden : 99,935
A estos gastos vino a unirse la cuenta especial del Sr. De Surmont:
Adelantos divdersos de la Sra. De Nettine (40) : 81,720
Desembolso del Sr. Rasse y de la Sra. De Nettine,
para mantenimiento del Conde, así como para
sus viajes a Tournai, etc. : 12,280
Total en Gulden : 94,000
Es decir un total de casi 200.000 Gulden (41), y el Sr. de Kaunitz, ante estos gastos
exagerados, rehusó el concurso del gobierno. El Sr. de Cobenzl sugirió entonces que la Sra.
de Nettine podría retomar el negocio a su costa, lo que fue inmediatamente aceptado y
aprobado por la emperatriz María-Teresa, ante las conclusiones de su canciller, conclu-
siones que indicamos:
140
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(42) - El Sr. de Kaunitz, en su informe, emite la opinión siguiente: En el caso más favorable,
es decir, si se pudiera aprovisionar todo el mercado exterior, esta empresa sería injusta desde el
punto de vista moral, y contraria al de la política. Injusta, pues arrastraría todas las tintorerías
privadas a la ruina". Kaunitz a María-Teresa, 21 de julio de 1763.
(43) - El Sr. de Kaunitz pretende que los 94.000 Gulden entregados al Sr. de Surmont fueron
estafados por él a la Sra. de Nettine, pues el reembolso de este dinero estaba basado sobre ingresos
problemáticos, lo que es falso, dado que los procedimientos secretos no eran imaginarios, sino una
realidad concretizada en resultados probados, ya que el Sr. de Cobenzl confiesa que los tejidos
teñidos son realmente maravillosos", y ello al decir de los expertos. Cobenzl a Kaunitz, 21 de julio
de 1763.
(44) - Estas fábricas sólo debían existir sobre el papel, como lo atestiguan las líneas
siguientes: "Nuestro fabricante de trenzas y sedas, Bar- bieri, nuestro fabricante de camelotes,
Francolet, y nuestro fabricante de telas, J. Kint, nos suplican acelerar la instalación de la tintorería".
Cobenzl a Kaunitz, 2 de julio de 1763. Nada, pues, se había hecho, y la memoria era un tubo de
ensayo”, en detrimento del gobierno de Viena.
(45) - Kaunitz a María-Teresa, 21 de julio de 1763.
(46) - María-Teresa al príncipe Carlos de Lorena, 24 de julio de 1763.
141
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Se ve que el Sr. de Cobenzl había actuado con la mayor destreza del mundo,
ayudado en ello por el Sr. de Kaunitz, presentando este “excelente negocio" como una
estafa industrial" (47) montada por el Sr. de Surmont. Resultó de ello que éste último tuvo
que abandonar Toumai lo más rápidamente posible: “Aguardo”, escribe el Sr. de Cobenzl,
“la noticia de la partida del Sr. de Surmont, y espero que la Sra. de Nettine podrá recuperar
los grandes adelantos que ha hecho. Ciertamente que hay algo de bueno en los pro-
cedimientos secretos; al menos se ha constatado ya en la fabricación de los sombreros y
en la curtiduría, y todos nuestros marchantes en sederías y telas de lino encuentran
maravillosos los tejidos teñidos” (48).
Entonces, ¿por qué toda esta puesta en escena? Misterio. Nos pasa lo que al Sr. de
Kaunitz: “No comprendo muy bien qué significa la frase de vuestro informe del 2 del
corriente: ‘Aguardo hoy la noticia de la partida del Sr. de Surmont’. ¿Parte él
voluntariamente, o se le expulsa definitivamente? En el primer caso, podría muy bien no
sólo llevarse consigo el dinero de la Sra. de Nettinc, lo que lamento sinceramente, sino
guardar también para él la libre disposición de sus magníficos procedimientos secretos. En
el segundo caso, cabe esperar que se le haya podido arrancar el secreto sobre el refinado
de los aceites” (49).
El Sr. de Surmont no ha sido expulsado", respondió el Sr. de Cobenzl, “pero mientras
aguardaba la decisión de si S. M. tomaría ella misma la manufactura o la dejaría a la Sra. de
Nettine, ésta última había enviado a su hijo a Toumai para aprender todos los
procedimientos secretos del Sr. de Surmont. Como ya se había aprendido de él todo lo que
sabía y su presencia ya no era necesaria, le he escrito, tras recibir órdenes muy elevadas,
que S. M. no quería oir hablar de los procedimientos secretos.
(47) - Ch. Maroy. Le comte de Sainl-Germain á Toumai. Une escro- querie “industrielle" en
1763, en L'Indépendance Belge, 15 de enero de 1935.
(48) - Cobenzl a Kaunitz, 2 de agosto de 1763.
(49) - Kaunitz a Cobenzl, 14 de agosto de 1763. Este "secreto” era el que más interesaba al
canciller: “este artículo sería el único del que las finanzas del Estado podrían apropiarse con grandes
beneficios, sin causar perjuicios a la industria nacional o al comercio del pais”. Kaunitz a Marca-
Teresa, 21 de julio de 1763.
142
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(50) - Sin embargo, M. de Villermont, obra citada, p. 136, escribe: “Saint-Germain hacía dos
meses que había partido para Toumai, cuando Cobenzl y la viuda Nettine, inquietos de su silencio,
enviaron a su lado al joven refrendario de las finanzas, Felipe de Cobenzl. Este, tras pasar algunos
días observando y controlando a Surmont, les informó que el dinero se había volatilizado, sin que
se hubiese puesto nada en marcha. Antes de que sus socios hubiesen podido tomar nuevas
medidas, Saint- Germain desapareció a su vez”. Y M. de Fontobbia, art. citado, p. 19, añade: El
conde de Saint-Germain partió con el dinero, y no volvió más...”
(51) - Carlos-Federico, margrave de Bade-Durlach, nacido en Carlsruhe el 22 de noviembre
de 1728, murió el 11 de junio de 1811. Tras haber hecho sus estudios en Lausana, visitó Francia,
Italia, Inglaterra, y Holanda, y no volvió a Carlsruhe hasta expirar su menoría en 1750. Atrajo hacia
sí a los extranjeros por su gran tolerancia política y religiosa.
(52) - Cobenzl a Kaunitz, 23 de agosto de 1763.
(53) - Kaunitz a Cobenzl, 3 de septiembre 1763.
(54) - Cobenzl a Kaunitz, 2 de octubre de 1763.
143
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
144
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(3) - Carta de Antón a Lavater, 20 de agosto de 1778. La respuesta del conde de Saint-
Germain fue puesta en conocimiento del sabio fisonomista por el Dr. Antón, abogado y síndico de
Gorlitz, autor de obras sobre los Templarios.
(4) - Maximiliano-José, conde de Lamberg, nacido el 24 de noviembre de 1729 en Brilnn
(Moravia), era hijo de Antonio, gobernador de Linz, y de la hija del marqués de Prié, embajador de
Francia en los Países Bajos. Tras fuertes estudios literarios y científicos, recorrió, en compa- ñia de
su hermano Leopoldo (el cual se hizo curar en 1783 por Caglios- tro), Alemania, Austria, Holanda y
Francia. Convertido en chambelán del emperador Francisco I, entró en la carrera. En 1757 se reunió
en París con el conde de Staremberg embajador de Austria, donde permaneció tres años; después,
en 1761, devino consejero íntimo del duque de Wurtemberg, Carlos-Eugenio II. En 1767, gran
mariscal ante el príncipe-obispo de Augsburgo. Obligado a jubilarse, viajó por Italia, Córcega y las
costas de Africa. Retirado a su castillo de Brünn, acabó su vida el 23 de junio de 1792. Ha escrito
numerosas obras, de las que citamos varias. Cf. Ch. Ad. Cantacuzene, Sur Maximi'/ien de Lamberg,
en Le Mercure de France, na 885, 1 de mayo de 1935; pp. 503-518.
(5) - Se había calificado así al conde de Lamberg, a lo que parece, porque "sabía convertir
todas las cosas en una broma fina e ingeniosa”.
(6) - El Sr. de Lamberg, en una carta a Opiz, pretende haber encontrado al conde de Saint-
Germain en casa de la señora de Talmont, princesa Jablonowska, pariente de María Leczinska,
mujer de Luis XV: "Yo le escuchaba muy atentamente. Me pareció muy sabio y muy entretenido”.
Cf. Maynial, Casanova et son temps. París, 1911, p. 268.
(7) - “En Augsburgo, yo iba a pasar mis veladas de una manera muy agradable a casa del
conde Max. de Lamberg... Lo que me unía particularmente al conde era su genio literario”.
Casanova, obra citada, t. V, p. 101.
145
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Sea como sea, el Sr. de Lamberg estuvo en dos ocasiones en Italia. En 1764 se
encontraba en Venecia, en compañía de su señor, el príncipe de Wurtcmberg, para
cumplimentar a Aloisio Mocenigo, el nuevo dux, elegido el año precedente. En 1770 se
encontraba en Florencia para su recreo, al igual que en 1173, en Venccia. Sus anécdotas
tienen pues su localización en estas tres fechas. Sólo las citamos a título documental, dado
que son inexactas, según opinión del conde de Saint-Germain.
“Un personaje raro de ver”, dice, “es el Marqués de Aymar o Belmar, conocido bajo
el nombre de Saint-Germain (9). Reside desde hace algún tiempo en Venecia, donde se
ocupa, en medio de cien mujeres que le ha proporcionado una abadesa, a hacer
experiencias sobre el lino, al que blanquea, y al que vuelve igual a la seda cruda de Italia.
Cree tener tresientos cincuenta (sic) años; y para no exagerar demasiado, tal vez, dice haber
conocido a Thamas Koulikan (10) en Persia. Cuando la llegada del duque de York a Venecia,
pidió al Senado el rango sobre este príncipe, dando como razones que se sabía quién era el
duque de York, pero que se ignoraban todavía los títulos del Marqués de Belmar” (11).
Una sola información es exacta en esta anécdota, la concerniente a la llegada a
Venecia, en mayo de 1764, de Eduardo-Augusto, duque de York, hermano de Jorge III de
Inglaterra, en cuyo honor se dieron grandes fiestas.
En aquella época, esta ciudad era el refugio de todo personaje que deseara
ocultarse; la máscara era inviolable, y el gobierno dejaba a cada cual conducirse a su aire,
si no se mezclaba ni en política ni en religión.
(8) - Al igual que Casanova, el Sr. de Lamberg pertenecía a la Francmasonería. Entre 1777 y
1778 asistió, en calidad de Maestro Escocés, en una Logia de Viena, a experiencias sobre los
homúnculos hechas por el conde de Kueffstein. Cf. Le Sphinx, mayo de 1890, trad. francesa por L.
Desvignes, L’Initia/io/t, marzo de 1897, pp. 202-229, según K. KJE- sewetter: Uno de los enigmas del
tiempo pasado.
(9) - Según van Sypesteyn, obra citada (“Saint-Germain in Nederland”), el conde de Saint-
Germain habría confiado al Sr. de Lamberg que era originario de Vitry-le-Franfois. No hemos
encontrado confirmación de este detalle en el Memorial de un mundano.
(10) - Nadir, shah de Persia, conocido bajo el nombre de Tamas-Kou- li-Khan, nacido en
1688, murió asesinado en 1747.
(11) - C ONDE DE L AMBERG , obra citada, p. 80.
146
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
147
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(17) - Este comentario nos asombra; ¿quizá el Sr. de Lamberg ignoraba al coleccionista de
autógrafos?.
(18) - Conde de Lamberg, obra citada, p. 83.
(19) - Francisco I de Lorena, emperador de Alemania (1708-1765) protegió constantemente
las letras y las ciencias, y se ocupó de la alquimia.
(20) - El conde de Barres, en adelante mayor en Francia.
(21) - ‘‘Es preciso nacer rey o loco...”
148
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La Sra. de S... tiene uno del mismo viso azulado, tan mal tallado como el primero, y
que parecía en el engaste un vidrio grueso de Bohemia de facetas deslucidas...
Ahora bien, Sr., un hombre como yo se encuentra a menudo en situación
comprometida para elegir sus prácticas;... el hombre eventual, por el contrario, da
frecuentemente a la naturaleza ciertos impulsos en las artes, debidos sólo a los artistas...
Un Pott (22),... un Margraf (23)... Rouelle (24)... deciden sobre su trípode que nadie ha
hecho diamantes, pues ignoran los principios que conducen al éxito. Que todos estos
Señores (pues hay una horda entera de ellos) estudien más a los hombres que a los libros,
y descubrirán misterios inencontrables en la Cadena dorada de Homero (25), en el pequeño
Alberto, en el grande (26), en el misterioso volumen Picatrix (27), etc.
Los grandes descubrimientos no se presentan más que en el viajero (28).
Y partiendo de esta última hipótesis, M. de Lamberg imagina el relato de un viaje
que el conde de Saint-Germain habría hecho por Extremo Oriente:
“Debo este [descubrimiento] de la fundición de las piedras al segundo viaje que hice
a las Indias en 1755, con el coronel Clive, subordinado al vicealmirante Watson...
(22) - Juan-Enrique Pott, químico alemán (1692-1777) no se ocupó más que del topacio de
Sajonia.
(23) - Andrés-Sigismundo Marggraf, químico alemán (1709-1780), sólo hizo experiencias
sobre el topacio sajón y el lapislázuli.
(24) - Guillaume-François Rouelle, químico francés (1703-1770), es el único que se haya
ocupado del diamante. Sus investigaciones han sido publicadas en el Journal de Médecine de Roux,
t. XXXIX.
(25) - La Cadena de Oro de Homero es un texto alquímico alemán publicado con un título
latino: Aurea Caleña Homeri, editado en Francfort en 1723, del que circulaban manuscritos por
Europa. La Cadena de Oro de Homero es el desarrollo de la Tabla de Esmeralda (v. parte segunda,
cap. M).
(26) - El gran y el pequeño Alberto son libros apócrifos de recetas de magia natural.
(27) - Picatrix, apodado por Rabelais el Reverendo Padre endiablado, fue un médico árabe
que vino a España hacia el siglo XIII. Alfonso X, rey de Castilla, hizo traducir sus obras al español
hacia 1256. Sobre una traducción latina, impresa en el siglo XVII, se hizo una traducción francesa
(en manuscrito en la biblioteca del Arsenal).
(28) - C ONDE DE L AMBERG , obra citada, p. 85.
149
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(29) - “En 1755, durante un viaje a la India, [el conde] consultó la erudición de los
brahmines hindúes, y resolvió con su ayuda el problema de la cristalización artificial del carbón
puro, en otras palabras, la fabricación del diamante”. Cf. T. P. Barnum, obra citada, p. 305.
(30) - A propósito de este nombre, digamos que el último gobernador francés de Bengala,
en 1755, fue Pierre Renault de Saint-Germain, emparentado con una familia original de
Chatellcrault, los Creuzé. Cf. Au service de la Compagnie des Indes. L,ettres inédites d une famille du
Poitou au XVIII4 siècle, les Renault de Saint-Germain, recueillies et annotées par G. Yallee. Paris,
Larose, s. f. [1938].
(31) - No existe en las Indias ninguna ciudad con el nombre de Baba. Es el nombre de una
ciudad turca. A menos que el Sr. de Lamberg haya pretendido hablar del nabab de Bengala, Mir
Jaffer ali Khan, el cual se relacionó en 1757 con lord Clive. Cf. G. B. MELLESON, Lord Clive, Oxford,
1900, p. 86, o del fuerte de Baj-baj, cerca de Maiapur.
(32) - John-Stuart, conde de Bute (1713-1792). Fue él quien firmó la paz de Fontainebleau
en 1763, que ponía fin a la guerra marítima entre Francia e Inglaterra; amigo del hijo de Jorge El, el
príncipe de Gales, muerto en 1751.
(33) - C ONDE DE L AMBERG , obra citada, p. 86.
(34) - Esta afirmación se puede comparar con la idea emitida por La- mothe-Lanoon en El
conde de Saint-Germain y la marquesa de Pom- padour (v. parte primera, cap. IV), así como con la
de P. J. GROSLEY en su Voyage en Hollande, p. 324, que destapa la cuestión de una mujer en la vida
del conde de Saint-Germain, de 1758 a 1762, sin dar, no obstante, precisiones al respecto.
150
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(35) - Esta afirmación se puede comparar con la idea emitida por La- mothe-Lanoon en El
conde de Saint-Germain y la marquesa de Pom- padour (v. parte primera, cap. IV), así como con la
de P. J. GROSLEY en su Voyage en Hollande, p. 324, que destapa la cuestión de una mujer en la vida
del conde de Saint-Germain, de 1758 a 1762, sin dar, no obstante, precisiones al respecto.
(36) - Conde de Lamberg. obra citada, p. 86. A comparar con la anécdota citada por Fr.
Graffer, Kleine Vierter Memcrien, Viena, 1846, t. II p. 136-162, en la que vemos al conde de Saint-
Germain escribir sobre media página con una pluma en cada mano. Esta idea de escribir a dos
manos ha sido emitida por Federico II (v. parte tercera, cap. I).
(37) - Cf. I. Cooper-Oakley, obra citada, p. 59.
151
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
152
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Tenía el aire de un hombre que buscaba fortuna, y fue detenido en una pequeña
ciudad del Piamonte por culpa de una letra de cambio; pero vendió efectos al portador por
valor de más de 100.000 escudos, pagó al contado, trató al gobernador de esta ciudad
como a un negro, y fue liberado con las excusas más respetuosas.
En 1770 reapareció en Livomio, portando nombre ruso y uniforme de general,
tratado por el conde Alexis Orlof con una consideración que este hombre fiero e insolente
no tenía para nadie” (42).
Tenemos pues la certeza de que el conde de Saint-Germain residió en Italia un cierto
lapso de tiempo, que puede situarse entre 1764 y 1773.
Sin embargo, en lo que concierne a los tres años siguientes, 1773 a 1776, ignoramos
qué hizo, no habiendo ningún documento italiano que nos informe con exactitud.
El conde mismo lo evitaba: “Era abiertamente conocido que a menudo desaparecía
durante años sin que se conociese su residencia. Vivía retirado a fin de extraviar a los
curiosos, que no dejaban de hostigarle con preguntas” (43).
153
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
154
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
155
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(15) - Conde Lehndorff, obra citada, 2 de mayo de 1777. Si para unos el elixir vital del conde
de Saint-Germain se componía de esencias aromáticas y oro (Cf. Michaud, t. VI, art.: Cagliostro),
para otros, que lo llaman té de larga vida, es una mezcla de madera de sándalo, de hojas de sen y
de semillas de hinojo (Cf. G Hufeland, Art de proionger la vie humaine, Lyon, 1809, p. 17). Para el
vizconde de Lapasse (Le secret de ¡ongue vi'e, París, Guillaumin, 1873, p. 164) y el Dr. LEhamau
(Plantes, remedes et maladies, Wargnies-le-grand, 1891, p. 379), este té, que cura los constipados
más rebeldes, está compuesto de 25 gr. de flores de saúco, 5 gr. de semillas de hinojo y anís, y de
crema de tártaro, y 25 gr. de hojas de sen. Para Metchnikof (Eludes sur la natu- re humaine, París,
Masson, 1903, p. 337), el agua bendita de Saint- Germain no es más que una infusión de sen que
actúa como un simple purgativo. Se encuentra todavía en las farmacias un té o sal de Saint-
Germain, compuesto de saúco, mostaza negra, granos de anis, granos de hinojo y crémor (depósito
graso).
(16) - D‘Alvensleben al rey Federico II, 25 de junio' de 1777.
(17) - K. de Weber, Aus vier Jahrhunderten (De cuatro siglos). Leipzig, 1857, vol. 1, p. 318.
Cf. G. B. Volz, obra citada, p. 323.
156
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
157
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“l° Procedimiento que da a todo tipo de pieles una solidez desconocida hasta hoy,
belleza, resistencia, etc., y que particularmente da a las pieles de cordero un valor apre-
ciable.
2° Procedimiento para el mejoramiento de la lana, por el que deviene más sólida,
más fina, mejor, etc.
3° Procedimiento para el blanqueado absoluto del algodón, del lino, del cáñamo y
sus tejidos, infinitamente superior al de Haarlem, en Holanda, procedimiento que no ataca
las telas como aquél, y que sólo exige poco tiempo.
4° Procedimiento para lavar la seda por el cual la seda italiana, superior a todas las
sedas del mundo, deviene más brillante y más resistente.
5° Procedimiento de mejora de las pieles de cabras de angora, de suerte que se
puede hacer con ellas brillantes camelotes que no se desgarran como los antiguos,
mientras que la piel deviene casi tan flexible como la seda.
6° Procedimiento para el blanqueado completo y la mayor resistencia de los tejidos
de algodón.
7° Procedimiento para teñir las pieles y el cuero en azul, verde, negro, verdadero
rojo púrpura, verdadero violeta y gris fino, de gran belleza y calidad.
8° Preparación de colores inmutables para la pintura en amarillo, rojo, azul, verde,
púrpura, violeta, etc., de una belleza perfecta y de calidad.
9° Preparación de un blanco para cubrir de calidad insuperable. Este color, que se
ha buscado en vano en todos los tiempos, permanece siempre blanco, se une a todos los
buenos colores con que se le mezcla, los embellece y conserva. En resumen, este blanco es
una verdadera maravilla.
10° Preparación del cuero negro con el color purísimo y bellísimo sacado del azul de
Prusia sin ningún otro añadido. Esto da un cuero negro inimitable, de notable belleza y de
gran calidad.
II° Preparación de tejidos de cáñamo de un amarillo de inimitable pureza en diversos tonos,
y brillante, lavable al agua de jabón y que no se estropea al aire.
12° Preparación de telas en algodón-lana y tejidos de un excelente amarillo en
158
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
159
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
160
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
161
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“No vi en él más que a un hombre lleno de ingenio, que había leído mucho, visto
mucho, y se había familiarizado con muchas cosas, un hombre que tenía algunos secretos
y conocimientos desacostumbrados de química, sin haberse vuelto, por otra parte, un
investigador metódico; en resumen, un hombre carente de sistema.
Reconocí que no era sino un Teósofo, que estaba bien lejos de ver el Todo infinito
en la suma de los detalles, o de formarse una idea justa de la Causa creadora por el análisis
de la Creación” (30).
El Sr. Du Bosc supo ganar a su causa a un cierto Frölich, residente en Gorlitz, y
ambos inventaron en sus informes al príncipe Federico-Augusto de Brunswick las historias
menos verídicas.
Frölich incitó primero al príncipe a no tener relaciones con el conde, advirtiéndole
que éste no era “ni masón ni mago, y que no tenía ningún conocimiento de la Masonería”
(31). Sabemos que el príncipe de Brunswick era venerable de la Logia “A los Tres Globos del
Universo” de Berlín, y gran prior de las Logias del sistema de la Estricta Observancia.
El Sr. Du Bosc, por su parte, hizo conocer al príncipe que un cierto oficial ruso, David
van Hotze (32), había encontrado al conde de Saint-Germain “errrando tristemente por las
carreteras de Rusia, a causa de una herida en el pie, y como avanzaba penosamente el
oficial lo había hecho subir a su carruaje, y llevado a Moscú, donde el conde poseía una
fábrica que no deseaba vender” (33).
El consejero privado insistió sobre esta historia afirmando que el conde había
trabajado en una fábrica de indios en Moscú, en la preparación de colores (34).
162
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
A continuación pretendió que las piedras que poseía el conde provenían de una
mina que habría descubierto en Rusia, y de la que sólo él poseía el derecho de explotación,
y que en consecuencia carecía de conocimientos desde el punto de vista de los diamantes
(35).
Finalmente, el Sr. Du Bosc hizo correr el rumor de que el conde, desprovisto de todo,
no teniendo más dinero, había buscado sustraerle una fuerte suma (36).
El conde de Saint-Germain encontró para defenderle ante el príncipe de Brunswick
a dos amigos, de los que uno era el consejero de Estado, barón de Wurmb, y el otro el
chambelán del duque de Courlande, el barón de Bischofswerder, ambos residentes en
Dresde.
El Sr. de Bischofswerder (37) escribió al príncipe Federico- Augusto de Brunswick,
diciéndole “que estaba asombrado de saber que el hermano Du Bosc no ha querido prestar
dinero al conde de Saint-Germain.
Este hermano debe sin embargo saber que, de acuerdo a las informaciones de todos
concernientes al conde, éste se ha encontrado a menudo en la situación de tener que pedir
préstamos, pero que él siempre ha devuelto sumas importantes, y que no veo el menor
peligro en trabar conocimiento con él" (38); y posteriormente, de acuerdo con el duque de
Courlande (39), el Sr. de Bischofswerder partió para Leipzig, a fin de encontrarse con el
conde de Saint-Germain (40). Es entonces que este último envió al príncipe Federico-
Augusto de Brunswick, que se encontraba en Berlín, la carta siguiente, fechada el 8 de Mayo
de 1777:
(34) - Du Bosc al príncipe Federico-Augusto, 12 de abril de 1777. Cotéjese con la indicación
proporcionada por la Sra. Una Birch (v. parte primera, cap. IV).
(35) - Du Bosc al príncipe Federico-Augusto, 12 de abril de 1777.
(36) - Du Bosc al príncipe Federico-Augusto, 15 de marzo de 1777.
(37) - Juan Rodolfo, barón de Bischofswerder, gentilhombre sajón, primero al servicio del
duque de Courlande, después al de Prusia, devino uno de los favoritos del rey Federico-Guillermo
II; fallecido en Mar quais, cerca de Berlín, en 1803.
(38) - De Bischofswerder al príncipe Federico-Augusto, 25 de marzo de 1777.
(39) - Ch.-Jose-Carlos, hijo del rey de Polonia y elector de Sajonia, Federico-Augusto II,
nacido en 1733, muerto en 1796.
(40) - Principe Carlos de Courlande al príncipe Federico-Augusto, 22 de abril de 1777.
163
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“Señor:
“Vuestra alteza quiera permitir que le abra mi corazón; está ulcerado después que
el Sr. consejero Du Bosc se ha servido de unas maneras que no podían serme gratas, para
significarme las órdenes con que se le había honrado, y con lo que dice en su carta, y que
con seguridad no podía concernirme en modo alguno. El Sr. barón de Wurmb, así como el
Sr. barón de Bischofswerder, serán siempre honorables testigos de la bondad y de la
rectitud de mi comportamiento, que el respeto y la celosa y fiel adhesión que os he
declarado de por vida, Señor, me han hecho absolutamente necesario, aunque mi
delicadeza me hubiese primero forzado a no decir nada del motivo. Aceleraré lo más
posible terminar asuntos tan importantes como indispensables en el lugar en que me
encuentro, para tener cuanto antes la alegría inexpresable (sic) de ir a haceros la corte,
Príncipe incomparable; cuando tenga el honor de seros bien conocido, Señor, me prometo
ciertamente de vuestra justicia y fino discernimiento todo lo que se me debe, y que
viniendo de vuestra parte me será extremadamente querido; como es mi deber, inclinación
y adhesión, respetuoso y fiel de vuestra alteza serenísima,
Señor, el muy humilde y muy obediente servidor”.
EL C. DE WELLDONE (41).
A partir de este momento muchos detalles faltan o son poco precisos. Es así que no
hemos encontrado información alguna sobre las primeras visitas del Sr. de Bischofs- werder
al conde de Saint-Germain.
Por el contrario, poseemos el relato de la entrevista que el consejero de Estado, Sr.
de Wurmb, mantuvo en Leipzig con el conde;
“He encontrado”, dice, “a un hombre de 60 a 70 años, muy vivo para su edad. Se ríe
de quienes le atribuyen una edad extraordinaria. Gracias a su vida regulada y a las
medicinas que posee, puede que todavía viva largo tiempo. Pese a ello, su apariencia
exterior no es la de la longevidad. No se puede negar que posee bellos conocimientos.
Trabajaré con él ciertos artículos de teñido, el empleo de la lana y del algodón, para
ver si podría sacarse de ello algún beneficio para nuestras manufacturas.
(41) - Cf. I. Cooper-Oakley, obra citada, pp. 167-168 (Bibl. real de Wolfenbütte).
164
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
165
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
166
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
167
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
168
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Salones berlineses
169
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
primeros albergues de la ciudad; en él vivió muy retirado, con dos domésticos, teniendo a
su puerta un simón que pasaba allí la jomada entera, y al que pagaba bien, pero del que no
se servía nunca” (5).
La primera visita que recibió el conde fue la del barón de Knyphausen, director
general de comercio en Berlín. Se recordará que fue gracias a este personaje, entonces
embajador en Londres, que nuestro héroe pudo abandonar esta ciudad en 1760 (6). El
barón fue pues a ver al conde "como un antiguo conocido, y le invitó inmediatamente a
comer.
‘De acuerdo’, respondió el Sr. de Saint-Germain, ‘pero a condición de que me enviéis
vuestro carruaje. No puedo servirme de los simones; son carruajes muy mal suspendidos’”
(7).
Una de las características del conde es que no daba jamás otro título a su
interlocutor que el de “hijo mío” (8).
Bien que poco anunciada, la venida del conde de Saint- Germain a Berlín había
hecho algo de ruido. Fue por tanto solicitado de distintas partes para ir a los salones de la
capital prusiana. Es así que la princesa Amelia, hermana de Federico II, quiso verle.
El conde fué a “Mi Joya”, palacio de la princesa, a las puertas de Berlín. Se encontró
en presencia de una persona, de tinte enfermizo, pero que sin embargo debía de haber
sido bella. La princesa recibió al conde en su biblioteca, espléndidamente instalada y
considerable, con la particularidad no menos curiosa de que casi todos los volúmenes
contenían notas de su propia mano.
(5) - D. T HIEBAULT , obra citada, t. II, p. 360.
(6) - El barón de Knyphausen, gentilhombre prusiano, hizo su carrera en la diplomacia. Tras
haber sido encargado de negocios ante el Zar, Pedro el Grande, a continuación de su residencia en
Holanda en 1717, ocupó el puesto de embajador en Pans, de 1753 a 1756, y posteriormente en
Londres, de 1758 a 1776. El Sr. de Knyphausen estaba casado con la viuda del barón de Oenhoff,
hermana del antiguo ayudante de campo de Federico II, el cual debía morir en el cadalso por causa
de su señor.
(7) - D. T HIEBAULT , obra citada, t. II, p. 301.
(8) - D. Thiebault, obra citada, t. II, p. 301.
170
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
el conde mismo pasaba por ser un maestro. Era un excelente terreno de concordancia.
Desgraciadamente este acuerdo fue destruido por la curiosidad de la princesa.
“— ’Señor’, le dijo ella, ‘¿de qué país sóis?’
— ’Soy, Señora, de un país que por soberanos, nunca ha tenido hombres de origen
extranjero”'.
Fue con esta destreza, y de esta manera enigmática, que el conde respondió a todas
las preguntas que le hizo la princesa, la cual quedó finalmente estupefacta, y le despidió
sin haberle sonsacado nada (9).
Otra persona, menos ilustre de nacimiento, deseó también encontrar al conde de
Saint-Germain. Era la confidente de la princesa Amelia, la Sra. du Troussel, conocida bajo
el nombre de “la bella de Kleist”. Es de esta dama que Federico II decía: “hace 30 años que
la veo, y es todavía una de las más bellas mujeres de la corte; además de tener un brillo del
que las demás carecen, no parece que envejezca” (10).
Si la Sra. du Troussel tenía preferencia por la astrologfa — frecuentaba a un hacedor
de horóscopos al que llamaba “el planetario” y que, según ella, era un hombre maravilloso'
(11) -; la princesa Amelia, por su parte, buscaba a todos los especialistas de la cartomancia.
Se cuenta incluso que “durante la Guerra de los Siete Años, sobre todo en las épocas más
críticas para Prusia, la princesa había pasado los días haciéndose echar las cartas para el
rey Federico II, y había enviado los resultados y anuncios a su hermano (12). Así pues, una
tarde el conde de Saint-Germain vino a cenar a casa de la Sra. de Troussel (13); se
encontraba allí en buena compañía.
(9) - D. Thiebault, obra citada, t. II, p. 301.
(10) - D. Thiebault, obra citada, t. II, p. 94.
(11) - D. Thiebault, obra citada, t. II, p. 238.
(12) - D. Thiebault, obra citada, t. II, p. 281.
(13) - "La señora du Troussel, teniendo indisposiciones consideradas en Berlín como
incurables, se hizo curar por el conde de Saint-Germain. Curó porque el conde la hizo evacuar una
piedra del tamaño de un huevo”. Esta fantasía litomística es referida por el célebre médico suizo J.-
G. DE Zimmermann, en su obra Fragmenten über Friedrich den Gros- sen (Fragmentos sobre
Federico el Grande). Leipzig, 1790, t. II, p. 119. El doctor se había vuelto misántropo hacia el final
de su vida; ello explica su humor a propósito del conde, a quien no conocía.
“Por azar se le habló de la piedra filosofal. El se contentó con observar que quienes
171
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
172
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
papel extraordinario, un papel que asombra a los espíritus y causa una sensación general;
supongo que un hombre así, ocupado únicamente de esta idea, y entregado a ella por
entero, tiene tanto ingenio, conocimiento y atención a las menores circunstancias, como
perseverancia para proseguir su plan; supongo sobre todo que sabe despistar hábilmente
respecto a todo lo que le concierne, y que nunca le faltan la presencia de espíritu y la
flexibilidad; finalmente, supongo que ha adquirido o recibido una fortuna holgada,
veinticinco mil libras de rentas, por ejemplo, y comprenderemos la conducta que este
hombre pueda tener. No hablará, al menos con franqueza, ni de su edad, ni de su país, ni
de su persona y extenderá el velo más espeso sobre todo aquello que le concierne.
Habrá ahorrado sus ingresos durante algunos años; disponiendo de este modo de
un capital que confiará a banqueros seguros y poco conocidos, llegará a Berlín, teniendo
sus fondos en Leipzig, por ejemplo; un banquero de Berlín tendrá orden de pagarle veinte
mil francos o más; los recibirá, los enviará nuevamente a continuación a un banquero de
Hamburgo, que se los devolverá sin dilación. Hará el mismo juego con los banqueros de
Francfort y de algunas otras ciudades; será sin embargo el mismo dinero, del que sólo
perderá algún porcentaje, y habrá conseguido su objetivo; pues se verá que cada semana
recibe sumas considerables, sin concebirse el empleo que hace de ellas, dado que por otra
parte hace pocos gastos y no se mezcla en negocio alguno.
Todos los demás hechos maravillosos que se cita de estos hombres desconocidos y
extraordinarios, pueden igualmente ser reducidos de modo fácil a explicaciones tan
naturales como las de las sumas que el conde de Saint-Germain recibe continuamente (17).
La última visita que el conde acogió en Berlín fue la de Dom Pernety, conservador de la
biblioteca de la ciudad, miembro de la Academia y abad de Burgel, en Thuringa, por la
gracia de Federico II (18). Dom Pernety era un ferviente seguidor de la alquimia.
(17) - O. THIEBAULT, obra citada, t. II, pp. 302-303. Las reflexiones del Sr. de Pons de Saint-
Maurice son lo bastante curiosas para ser referidas aquí, incluso si sólo son suposiciones, como lo
pretende D. Thié- bault. En todo caso, la forma de operar la transferencia de dinero es ingeniosa, y
tendería a probar que se había acabado por conocer la “mina aurífera del conde de Saint-Germain,
buscada en vano por el Sr. de Choiseul (v. parte segunda, cap. V).
173
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Y creemos que ésta fue la razón por la que el conde de Saint-Germain apenas tuvo
174
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
relaciones con él, bien que Dom Pernety fuese a verle en calidad de adepto” (23).
(23) - Dom Pemety se ocupó más tarde de Swedenborg, y tradujo dos de las obras del
místico sueco. De vuelta a Lyon en 1’783, trajo de Berlín a un grupo de iluminados que se
entragaban a evocaciones, siguiendo las instrucciones de un supuesto Elias Artista. Este Elias
Artista debía pertenecer a esta Escuela del Norte, especie de oficina de teurgia, cuyos misterios se
apoyaban sobre pretendidas manifestaciones físicas de la Causa activa e inteligente. Dom Pemety
murió en Avignon el 16 de octubre de 1796.
175
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
176
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
177
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
178
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
El discípulo
179
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
180
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“Pretendía haber obtenido sus conocimientos por su propia aplicación y sus propias
investigaciones. Conocía las hierbas a fondo, y había inventado medicinas de las que se
servía continuamente, y que prolongaban su vida y su salud” (8). En efecto, el conde de
Saint-Germain confesó al príncipe de Hesse haber alcanzado la edad de 88 años, aunque
pareciese un poco más joven.
El príncipe de Hesse había puesto a disposición del conde un médico llamado
Lossau, antiguo boticario; éste preparaba los medicamentos cuya composición le había
dictado el conde. Uno de estos medicamentos era una preparación a base de té, que los
ricos de Schleswig compraban, pero que los pobres de la ciudad recibían gratis (9), así como
los cuidados médicos del Dr. Lossau, “de modo”, dirá el príncipe de Hesse, “que una gran
cantidad de personas fueron curadas, y que ninguna murió, que yo sepa” (10).
A sus ojos, el conde de Saint-Germain era uno de los más grandes filósofos que
hayan existido: “Amigo de la humanidad, no queriendo dinero más que para darlo a los
pobres, amigo también de los animales, su corazón no se ocupaba sino del bien de los
demás. Creía hacer al mundo dichoso procurándole nuevos disfrutes, las más bellas telas,
los más bellos colores, a mucho mejor precio. Jamás he visto”, añade el príncipe de Hesse,
“una mente tan clara como la suya” (11). Según el príncipe, los principios filosóficos del
conde en relación a la religión se resolvían en un puro materialismo, “pero que sabía
representar tan finamente, que era bien difícil oponerle razonamientos victoriosos.
(8) - P RINCIPE DE H ESSE , obra citada, p. 134.
(9) - Es esto sin duda lo que ha hecho decir al conde de Mirabeau: había descubierto un té
con el que desaparecían todas las enfermedades”. Cf. De la monarquía prusiana, p. 69. No era ésta
la opinión del barón de Knigge, pues para él "este té purgaba tan radicalmente a las gentes, que
casi las enviaba al otro mundo”. Beitrage zur neuesten geschickte des Freimaurerordens in neun
gesprochen. Berlin, 1786, p. 135.
(10) - P RINCIPE DE H ESSE , obra citada, p. 134.
(11) - Principe de Hesse, obra citada, p. 135. Hemos descubierto en la obra del abad Lecanu
(Dictionnaire des prophéties et des miracles, Paris, 1854, t.H, p. 249), la enormidad siguiente: "El
conde se retiró a Holstein (?), donde, a lo largo de varios años, saboreó las dulzuras de la
inmortalidad, haciéndose pasar por un dios, y exigiendo a los papanatas que le rodeaban un culto
tan extravagante, que tendríamos dificultades para saber de qué asombramos más, si de la
credulidad de los necios que se le sometían, o de la desvergüenza del charlatán que había tenido la
osadía de dictar sus leyes”.
181
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
182
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
183
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
El príncipe de Hesse tenía para con todos la misma benignidad. Había trabado
conocimiento, en Mayo de 1781, por vía epistolar, con un comerciante en sedas de la
ciudad de Lyon, en Francia, con el que había sentido una similitud de carácter religioso.
Este último se llamaba Jcan-Baptiste Willermoz (4). Habiendo sabido que los asuntos
comerciales del sedero lionés no eran brillantes, le escribió proponiéndole abandonar
Francia y venir a Eckemfoerde a fundar una fábrica de telas de seda, algodón y lino, junto
a la fábrica de colores del conde de Saint- Germain, la excelencia de cuyos productos le
proclamó, y que “son de bellos y finísimos colores, de duración eterna, sin que nada de lo
que ordinariamente altera los otros colores, como los ácidos, el sol, el aire o el tiempo
lluvioso, pueda dañarles en lo más mínimo” (5).
El príncipe de Hesse no dudaba que la colaboración de estas dos personas aplicada
al tejido y el teñido diera resultados fructíferos. Willermoz rehusó expatriarse, ni siquiera
para rehacer su fortuna; sin embargo, aceptó la oferta de la exclusividad de las tinturas del
conde de Saint- Germain. Es entonces que pidió unas muestras (6)... y el asunto quedó ahí,
pese a la insistencia del príncipe de Hesse (7).
Mientras tanto, el conde de Saint-Germain no cuidaba ni de su tiempo ni de su
salud, de modo que en Agosto de 1782 contrajo un reumatismo agudo, a consecuencia de
una estancia prolongada en una cámara húmeda de la planta baja de la tintorería, y pese a
todos sus remedios no se repuso enteramente. “Le encontré un día”, dice el príncipe de
Hesse, “a comienzos de 1783, muy enfermo, y creyéndose a punto de morir”.
(4) - Alice Joly, Un mystique lyonnais, Mâcon. Protat, 1938, p. 159. Jean-Baptiste Willermoz
(1730-1824) ha jugado desde el punto de vista masónico un rol considerable, al fundar numerosas
Logias.
(5) - Carta de Carlos de Hesse a Willermoz, 20 de mayo de 1781. Cf. A. J OLY , obra citada,
p. 159.
(6) - Carta de Willermoz a Carlos de Hesse, 15 de junio de 1781. Cf. A. J OLY , obra citada, p.
159.
(7) - Carta de Carlos de Hesse a Willermoz, 7 de febrero de 1782. Cf. A. Joly, obra citada, p.
159. Hemos acabado por creer que si el negocio no se realizó fue por culpa de un tercero, el barón
de Plessen, quien, sin duda, pusa en guardia a J.-B. Willermoz contra el conde de Saint- Germain,
haciendo valer que no era uno de los suyos. Carlos-Adolfo de Plessen, de origen danés, era miembro
de la Estricta-Observancia.
184
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
185
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(12) - Carta del Príncipe de Hesse a Willermoz, Hanau, 28 de mayo de 1784. Cf. G. B ORD ,
obra citada, p. 316.
(13-14) - P RINCIPE DE H ESSE , obra citada, p. 135.
(15) - Principe de Hesse, obra citada, p. 136. Según el príncipe de Hesse, el conde de Saint-
Germain tenía 88 años cuando fue a verle, en 1779, a Schleswig. Después añade: “tenía 92 ó 93
cuando murió en 1784. Cf. obra citada, p. 133. En relación con estas fechas, el año de nacimiento
del conde de Saint-Germain se situaría en 1691 o 1692.
186
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
187
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Se hizo asimismo garante de las sumas debidas por el conde de Saint-Germain. Una
sola cosa le interesaba: el volante que debía haber dejado el conde, pero no se encontró
traza alguna del mismo. Según él, "este volante puede haber sido confiado a manos
infieles’’ (20).
Se ha pretendido que el príncipe de Hesse “había heredado todos los papeles del
conde de Saint-Germain, y recibido las cartas enviadas a éste tras su defunción’’ (21), sin
embargo nada lo prueba: el príncipe no hace mención en sus Memorias más que de la
posesión de recetas medicamentosas, recetas que le procuraron el desagrado de los
médicos de Schleswig, tanto que tras la muerte del Dr. Lossau el príncipe de Hesse
"disgustado de las afirmaciones que escuchaba por todas partes, retiró las recetas y
reemplazó a su médico” (22).
Así acabó la vida del conde de Saint-Germain, honrado por unos, admirado por
otros, y cuya fama ha llevado a los cuatro rincones del mundo el misterioso nombre bajo el
que es conocido. Retomando a nuestro favor los calificativos que le concedió Casanova,
diremos como él: El conde de Saint-Germain fue grande, prodigioso y singular. Grande por
sus talentos, prodigioso por su saber, y singular por su vida vagabunda. Vino, vivió, pasó, y
su nombre, como el de todos los personajes enigmáticos, se aureoló de leyenda (23).
188
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
TERCERA PARTE
VILLEIRS DE L’ISLE-ADAM
189
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO PRIMERO
Nos hemos esforzado en las páginas que preceden por seguir al conde de Saint-
Germain en todas las vicisitudes de su existencia, desde 1743, época en la que le encontra-
mos mencionado por primera vez, hasta el 27 de febrero de 1784, fecha de su muerte
“oficial”. Con cualquier otro personaje nuestra tarea estaría casi terminada, y sólo nos
quedaría someter al lector nuestras conjeturas sobre el nacimiento y la juventud de nuestro
personaje, pero algo muy distinto sucede con el conde de Saint-Germain.
Apenas se cierra la tumba de Eckernfoerde, que va a formarse una leyenda, la cual,
no dejando de desarrollarse hasta nuestros días, acabará por alcanzar los límites más
extremos de lo fantástico, hasta el punto de que existen hoy en día por el mundo gentes,
más numerosas de lo que generalmente se piensa, que esperan cada día que el conde de
Saint-Germain se les aparezca para conferirles alguna misteriosa iniciación, y poderes más
misteriosos todavía.
Renunciando más o menos a todo espíritu crítico, vamos a recoger, en orden
cronológico, los elementos de la “leyenda” del conde de Saint-Germain, desde su origen
hasta sus últimos desarrollos (1).
(1) - Señalemos que la obra de E. BULWER-LYTTON, Zanoni, ofrece curiosas analogías con la
“leyenda” del conde de Saint-Germain.
190
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
191
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
192
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“Yo sabía perfectamente bien que muchos grandes y gentes del pueblo se dejaban
embaucar por este hombre, que no poseía, ni abiertamente ni en secreto, ni verdadero
arte ni verdadera ciencia, aunque tuviese el secreto de hacer creer que era un hombre
milagroso.
Este hombre que sabía un montón de cosas pero nada a fondo, a quien nadie
sensato respetaba en Dresde y en Berlín [¿?], este hombre era lo bastante audaz para hacer
sospechar que lo sabía todo, lo podía todo. Por desgracia, incluso entre los príncipes
alemanes se encontraba gente que le creía. Era supuestamente un virtuoso musical, y
habría tocado el violín con tal brío que se creían oír tres violines, aunque tocaba
mediocremente. No sólo tenía que estar en condiciones de mejorar el cuero y la lana, sino
que además tenía que saber cómo suprimir las manchas de los diamantes defectuosos, y
llegar a fundir varios diamantes en uno solo. Tenía asimismo la reputación de saber hacer
oro. Había encontrado, en fin, el secreto de rejuvenecer, incluso de no morir (7). Compró
inmuebles y terrenos, y uno se pregunta de dónde provenía todo este dinero, etc.
Conozco muy bien todo eso. Sé igualmente que también buscaba crédito
repitiendo, de modo inadvertido o abiertamente, que era extremadamente viejo. Ora había
simplemente intercambiado cartas con el emperador Leopoldo, ora con los hermanos de
la Rosa-Cruz de Oro, ora había vivido desde la infancia amigablemente con Federico Gualdo
(8), ora incluso con N. S. Jesucristo, al que habría dado toda suerte de consejos relativos a
su actitud. Conozco a quienes todavía hoy en día, cuando está muerto, creen que aún vive
y reaparecerá bien vivo. Como está bien muerto y enterrado, igual que un hombre ordina-
rio incapaz de hacer milagros al que nunca un príncipe saludó ni saludará, jamás hubiese
podido suponer que se le llegase a honrar hasta este punto:
(6) - Nicolas-Christiem de Thy, conde de Milly, era en 1783 venerable de la Logia “Las Nueve
Hermanas". El grabador N. Thomas le dedicó su obra como testimonio de su estima. El conde de
Milly murió víctima de sus laboriosas investigaciones sobre los remedios secretos. Cf. L. AMIABLE, La
R. L. Les Neuf Soeurs. París, Alean, 1897, pp. 153-157.
(7) - Se pretende que el conde de Saint-Germain había propuesto un remedio universal para
la curación de todas las enfermedades. Cf. Dr. Paulet, L'Antimagnetisme. Londres, 1784, p. 97.
(8) - Se afirma que el “signor Gualdi” no sería otro que un alemán de nombre Federico
Walter, que vivió en Venecia hacia el 1680. Cf. G. B. Volz, obra citada, p. 345.
193
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
EL CONDE DE SAINT-GERMAIN
CELEBRE ALQUIMISTA
Igual que Prometeo, hurtó el fuego
Por el que el Mundo existe,
Y por el que todo respira;
La Naturaleza a su voz obedece y se calla;
Si no es dios él mismo,
U dios poderoso le inspira.
“¡Quién hubiera dicho que en nuestro días el nombre de alquimista pudiera ser un
título de honor tomado en serio! De hecho, merece bien ser llamado alquimista aquél a
quien la naturaleza escucha la voz y obedece. ¡La naturaleza! ¿Sabemos lo que decimos al
servimos de estas palabras? Y en cuanto a la última frase;
“Si no es dios él mismo, un dios poderoso le inspira.
“La expresión condicional del primer miembro de la frase prueba que se acepta
como verdadero o al menos como verosímil este pensamiento. Ciertamente que no soy ni
intolerante ni herético, no quiero emplear palabras severas, ni hacer pesadas acusaciones
allí donde la mofa puede sustituirlas; pero temería ser indigno del nombre de adorador de
Dios si no declarase seriamente que se trata de la más vergonzosa blasfemia que haya dado
a luz el espíritu del error. Incluso si se admitiese que este hombre fue tan sabio, de espíritu
tan penetrante, que fue loco o ignorante; tan noble, tan grande y modesto que fue infantil,
orgulloso y jactancioso; tan noble de pensamiento que fue egoísta; tan abierto y veraz que
fue trapacero y engañador, etc.
No es menos cierto que todo hombre debería rehusarse a alabanzas y términos tales
que siento vergüenza simplemente de repetir a su respecto. Un ateísmo comprobado,
como el que comienza a salir a la luz de nuevo, aunque grave, es menos dañino que
semejante adoración de un hombre. ¡Es ciertamente triste tener que vivir entre ciudadanos
que nunca han alcanzado los pensamientos más elevados, que ignoran al Padre universal,
creador de la naturaleza y de los hombres, sobre cuya moralidad no sabría qué contar salvo
por su sentimentalismo y su miedo al castigo!.
194
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Mas, mil veces sea bienvenida vuestra sociedad contra semejantes personas que
creen posible, imaginable, que un hombre débil como vos y como yo pueda dominar la
naturaleza, que un ser limitado tenga poder sobre todo aquello que vive y por lo que el
mundo existe. Me aterra representarme las consecuencias a que tales creencias pueden
conducir. “¿Y quién se sirve de tales expresiones? No salvajes, cuyo espíritu rudimentario
se ha hecho una imagen trivial de Dios, admitiendo que un hombre de barro pueda igual-
mente alcanzar semejante estatura, sino europeos cultivados que saben, sin embargo, que
el espíritu más sagaz se esfuerza en vano por imaginarse siquiera la sombra de una cualidad
divina. Más aún, son piadosos cristianos quienes emplean tales términos respecto a un
hombre” (9).
Por su parte, el editor y escritor berlinés Federico Nicolai, escribe:
Saint-Germain fue considerado como un dios, y atrajo la atención de los príncipes
así como de otras personas que no carecían de inteligencia” (10).
Entre otros escritos satíricos consagrados al conde de Saint-Germain, numerosos se
deben a la pluma de un panfletario sobre el que consideramos útil dar algunas enseñanzas.
Jean-Pierre-Louis de Luchet, hijo de Fr.-Louis de Luche!, escudero, teniente de
infantería en el regimiento de Perche, y de María-Ana Revillaud, nació en Saintes el 13 de
enero de 1739. Tras haber hecho sus estudios en su ciudad natal, entró, como dos de sus
hermanos, en las órdenes, y se hizo jesuita.
A la supresión de la orden en 1763, entró en el mundo y abrazó la carrera de las
armas. Siendo oficial de caballería, fue conocido bajo el nombre de “marqués de la Roche-
du-Maine”. Tras haber entregado su dimisión en 1765, se casó con la Srta. Delon, hija de
un negociante de Ginebra poco afortunado, y tomó el título de "Marqués de Luchet”.
En 1766, publicó una Historia de Orleans, que debía tener dos tomos. Sin embargo,
habiendo hecho gran ruido el primer tomo con su aparición, en razón de los ataques que
se dirigían contra la providencial misión de Juana de Arco, la continuación no apareció
nunca.
(9) - Cf. G. B. VOLZ, obra citada, p. 345.
(10) - Description d'un voyage à ¡ravers /'Allemagne et ia Suisse en 1781. Berlin et Stettin,
1786, voi. VII, addenda, p. 109.
195
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
De Luchet se ocupó a continuación del lavado de las pepitas de oro. Dió a París el
plan de una empresa para sacar de un río del Langedoc una pretendida veta de oro,
obteniendo el dinero de muchas personas, entre otras la duquesa de Villeroi, que le había
confiado 80.000 libras (11).
Por su parte, la “marquesa” de Luchet tuvo una aventura desgraciada. Como ama
de casa, no supo mantener a sus amigos en el límite donde el agrado deja de ser inofensivo
y se convierte en una injuria (12). Se quejó la ofendida, y la marquesa de Crusol fue
reprendida por la policía, ante la que había sido llamada, mancha de la que no se recuperó
y que la expulsó de París (13).
Los de Luchet partieron a continuación para Chambéry. En esta ciudad, el antiguo
oficial intentó una explotación de minas que no resultó, no más que la fundación de una
revista que no tuvo éxito alguno.
Es entonces que, arruinado, fue con su mujer a vivir a casa de Voltaire, en Femey.
La Sra. de Luchet trató de pagar su hospitalidad “por medio de pequeños cuidados que eran
reconocidos, aunque fatigasen un poco” (14).
En 1777, el landgrave de Hesse-Cassel, Federico II, a quien de Luchet había sido
recomendado por el patriarca de Femey, le hizo venir a Cassel como chambelán,
bibliotecario y director de espectáculos. Permaneció allí hasta 1785. El 14 de agosto de
1781 pronunció un discurso en la Logia Federico de la Amistad” con ocasión del aniversario
de su protector. A la muerte de Federico II pasó al servicio del príncipe Enrique de Prusia,
y no volvió a París hasta finales de 1786; murió el 6 de abril de 1792.
Al “marqués” de Luchet se le ocurrió, en un primer escrito publicado
anónimamente, poner en presencia al conde de Saint-Germain y Cagliostro, cuyo nombre
acababa de ponerse de moda por el asunto de un collar.
(11) - Da Corberon, Journal intime, publicado por L. H. Labande. París, Pión, 1901, t. II, pp.
151.
(12) - Era costumbre en casa de la Sra. Deluchet comprarle una buena historia a quien la
hacia... ‘¿Cuánto queréis por ella’... ‘Tanto’". Chamfort. Oeuvres. París, 1857, p. 89.
(13) - CF. G. DESNOIRESTERRES, OBRA CITADA, P. 218.
(14) - Cf. G. DESNOIRESTERRES, OBRA CITADA, p. 218, EN NOTA.
196
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Es verdad”, dirá, “que nuestras memorias no hacen mención alguna de ello, y que
esta aventura no se encuentra más que en la novela, pero necesariamente debe tener por
base algunos hechos reales” (15). Ahora bien, que nosotros sepamos, en ningún escrito a
favor o en contra de Cagliostro se hace mención de una estancia de éste en Holstein, sea
antes o después del primer viaje a Londres o del segundo. Y esto es tan cierto que otro
autor, también anónimo, escribirá: “Era un golpe de efecto imaginar este encuentro; ello
basta para sospechar de su realidad ’ (16).
Según Luchet, Cagliostro y su mujer vienen de Italia, camino de Rusia, pasando por
Viena y Holstein, para llegar a San Petersburgo (17). Lo que es inexacto, pues según el Dr.
Marc Haven el viaje de Cagliostro a Rusia se hizo por Amsterdam, Bruselas, Francfort,
Leipzig, Berlín, Koenigs- berg y Mittau (18). ¡Cagliostro pidió una audiencia secreta al conde
de Saint-Germain, el dios de los creyentes! (19).
La reunión fue fijada para las dos de la mañana. Cagliostro, acompañado de su
mujer, revestido de una túnica blanca “cortada por un cinto dorado”, se presenta en el
castillo “habitado por el conde de Saint-Germain desde hacía varios siglos, donde hacía en
paz la fortuna de tres personas, que le abrevaban con vinos de Champaña y Hungría, en
reconocimiento de la riqueza que había llevado a sus tierras” (20).
(15) - Memorias auténticas para servir a la historia del conde de Cagliostro. Berlín, 1785.
“Esta visita de Cagliostro a Saint-Germain no es más que una leyenda y una calumnia". Cf. Louis
Beraldi, obra citada, p. 58.
(16) - R**\ El Charlatán desenmascarado. Francfort-über-Mayn, 1786, p. 83.
(17) - ÜE1 abad Lecanu, obra citada, p. 393, dice que Cagliostro partió de Mittau para Rusia
pasando primero por HolsteinU, y LE Cou- teulx de Canteleu, obra citada, p. 171, escribe: “El conde
de Saint- Germain se retiró a Hamburgo, donde mantuvo numerosas entrevistas con Cagliostro en
los comienzos de éste”.
(18) - Lo que ha podido dar lugar al cuento de la iniciación de Cagliostro por el conde de
Saint-Germain en Alemania, es el encuentro de Cagliostro con Scieffort en Leipzig, y su recepción
en Francfort-tlber- Mein, en una reunión de hermanos de la Estricta-Observancia. Cf. Dr. Marc
Haven, Cagliostro, París, Dorbon, s. pp. 30-31.
(19) - Cagliostro ha sucedido al famoso conde de Saint-Germain1, éste había sucedido a
Greatrakes, en Leveret; en fin, a Simón Morin que, en 1662, se anunciaba como hijo de Dios". Cf. J.
F. Manuel, Carta de un guardia det rey, Londres, 1786, p. 24. Se sabe que Greatrakes fue un
taumaturgo irlandés (1628-1700), que el visionario Simón Morin fue quemado el 14 de marzo de
1663, pero ignoramos quién es Leveret.
197
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Son introducidos a un salón mal iluminado; “De pronto dos grandes puertas se
abrieron, y un templo resplandeciente de mil bujías golpeó sus miradas. Sobre el altar se
sentaba el conde; a sus pies dos ministros sostenían cazoletas de oro, de las que se
elevaban perfumes dulces y moderados. El dios sostenía sobre su pecho una placa de
diamantes de un fulgor apenas soportable. Una gran figura blanca diáfana sostenía en sus
manos un vaso sobre el que estaba escrito: “elixir de inmortalidad (21), un poco más lejos,
se apercibía un espejo inmenso, ante el que se alzaba una figura majestuosa, ypor encima
del espejo estaba escrito depósito de almas errantes” (22).
“El silencio reinaba en el recinto; una voz que no era una (23), hizo oir estas
palabras: ‘¿Qquién sóis vos? ¿De dónde venís? ¿Qué queréis?’ - A estas preguntas,
Cagliostro y su mujer se postraron, después el primero, alzándose de nuevo, exclamó;
‘Vengo a invocar al dios de los creyentes, el hijo de la naturaleza, el padre de la verdad.
Vengo a pedir uno de los catorce mil setecientos secretos que porta en su seno. Vengo a
hacerme su esclavo, su apóstol, su mártir’.
El dios no respondió nada. Pero tras un silencio bastante largo, una voz se hizo oír,
y dijo: ‘¿Qué se propone la compañera de tus viajes?’ Ella respondió: ‘obedecer y servir’”
(24). Se separó entonces Cagliostro de su mujer. ¡Terminadas las primeras pruebas, fueron
conducidos al templo, donde se les declaró que se les iba a admitir en los diversos
misterios!.
(20) - Mémoires authent., pp. 8-9.
(21) - El supuesto criado del conde de Saint-Germain había huido secretamente, tras
hurtarle la receta de su polvo maravilloso; fueron a decirle al conde que este hombre se había
establecido no sé dónde, y que lo administraba como remedio. Como se le quejaron del malestar
que experimentaría al ver el abuso que se hacía de su secreto, ‘nada de eso, respondió él, ‘voy a
hacer que no tenga ninguna virtud entre las manos de ese bellaco. Cf. Conde Moszinsky. Cagliostro
desenmascarado en Varsovia, S. I., 1786, nota. pp. 56-57.
(22) - Mémoires authent., pp. 9-10.
(23) - Esta idea de la ventriloquia ha sido retomada por el físico Ro- bertson en sus Mémoires
récréatifs, París, 1830, t. II, p. 403. “Hacía largo tiempo que no se había oido hablar de un
ventrílocuo en París; apenas se acordaban del conde de Saint-Germain, cuyo talento ha celebrado
el abad de la Chapelle en la Engastrimythe (Londres, 1772)”. Esto es un error; el hombre de que se
trata en esta obra es un mercader de especias de Saint-Germain-en-Laye, llamado Saint-Gilles.
198
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
199
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
200
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Otra anécdota contada por de Luchet no tiene relación con el conde de Saint-
Germain, excepto por una mistificación de sus contemporáneos: “[El conde] se había unido
a un estafador célebre, en otro tiempo espía del mariscal de Belle-Isle, y retirado después
a Bercy, donde portaba la cruz de San Luis sobre los harapos y el mortero sobre el lomo. Se
pusieron a hacer aceite de vitriolo.
Este era el pretexto para hacer oro. La discordia se inmiscuyó. El conde fue vencido,
y abandonó una ciudad [París] que abre su seno a todos los impostores de la tierra” (35).
El hombre de que se trata aquí es el famoso bufón Gauve, llamado milord Gor, de quien
hablamos con anterioridad (36).
De Luchet reincidió en un último escrito, publicado otra vez de forma anónima (37),
poniendo en escena al conde de Saint-Germain y a su amigo y protector, el landgrave Carlos
de Hesse, y describiendo como sigue su encuentro y lo que fueron sus relaciones: “Este
Saint-Germain, tras haber escandalizado treinta ciudades y engañado a doscientos
aprendices de químico, encuentra a un Grande, nacido liberal y sensible, y decide terminar
por él el curso de sus juglerías. He aquí el discurso que le hizo: ‘Desde hace casi ochenta
años [tenía entonces setenta y siete] busco a un hombre, un hombre del que pueda hacer
un vaso de elección, y llenarlo con el celeste rocío que he recogido en la tierra prometida.
No debe saber nada, y estar dispuesto a todo.
(35) - Mémoires authent., p. 87.
(36) - “Este hombre burlón ha sido empleado en la guerra de los Siete Años por la corte,
como espía en el ejército inglés”. Cf. Barón de Gleichen, obra citada, p. 125. (v. parte segunda, cap.
II).
(37) - Essai sur la secte des Illuminés. s. 1., 1789. La obra está muy mal documentada,
aunque de Luchet haya sido Francmasón; lo que no impide a St. de Guaita escribir en Le Temple de
Satan, París, Cha- muel, 1891, pp. 297-299, hablando de este autor: “es un vidente... de una
intuición sobreaguda... que desvela el misterio de las iniciaciones”. A este respecto, el abad Barruel
había visto más claro cuando dice: “esta obra no fue compuesta más que para despistar al público,
pareciendo traicionar los secretos de la secta, sin decir una sola palabra que la dé a conocer,
distrayendo la atención de los lectores hacia asuntos completamente diferentes". Obra citada, t.
V, p. 30, e incluso para un masón de los grados superiores como A. Boileau: “El Sr. de Luchet ha
abierto la puerta a todas las necedades que se han proclamado sobre los terribles iniciados, y de
rebote sobre los masones, a quienes se ha querido confundir con aquellos". Mémoire sur la
Maçonnerie en Annales maçonniques. Parts, Caillot, 1807, t. III, p. 138.
201
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
202
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Aventureros sin nacimiento, sin educación, sin espíritu natural, sin talentos
adquiridos;salidos de la hez, errantes bajo nombres supuestos, teniendo por protectores a
los imbéciles, por adeptos a los fanáticos, por sostén a los cándidos” (39).
Un autor que ya hemos citado pero cuyo anonimato aún no ha sido perforado,
emite la hipótesis siguiente: “… en cuanto a mí, he llegado a la conclusión de que [el conde
de Saint-Germain] no está muerto en absoluto. Sus enemigos habrían hecho correr este
rumor por pura malicia, y seguramente este Patriarca vaga errante todavía entre las
sombras. Quiero decir, entre, nosotros... No querría siquiera apostar diez contra cien a que
este venerable no está encerrado en el momento en que hablo” (40). Advirtamos que es la
segunda vez que se evoca esta idea de la supervivencia.
La calificación de “célebre alquimista” dada al conde de Saint-Germain debía tener
también su eco. En una colección poética publicada por el librero-escritor Mercier, de
Compiégne (41), puede leerse un soneto sobre “la Creación”, de carácter netamente
hermético, y cuyo original, se dice, es de la mano misma del conde. Este “soneto filosófico”
está concebido así:
“Curioso escrutador de la naturaleza entera,
He conocido del gran todo el principio y el fin,
He visto el oro en potencia en el fondo de su minera,
He captado su materia y sorprendido su fermento.
“...Expliqué por medio de qué arte el alma
En los flancos de una madre,
Hace su morada, la transporta, y cómo una pepita
Puesta junto a un grano de trigo, bajo el húmedo brote,
La una planta y la otra cepa, son el pan y el vino.
(39) - Essai sur la secte, pp. 141-142.
(40) - R*”, obra citada, pp. 16-17.
(41) - Poèmes philosophiques sur l'Homme. L’Homme, poème en trois chants, suivi de
l’amertume des plaisirs, de la nature de l’homme, d’un sonnet sur la Création par le fameaux comte
de Saint-Germain, et d’un coup d’oeil philosophique sur la nature et l'amour. Nueva edición. París,
Mercier, 1795, pp. 93-94.
203
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Por desgracia, Mercier olvida darnos a conocer cómo este soneto llegó a sus manos.
La tesis adelantada por de Luchet, que veía en el conde de Saint-Germain a un
emisario de los Iluminados, fue retomada por Cadet de Gassicourt, y éste nos informa que
“cada capítulo [de los Iluminados] tiene un miembro viajero que visita los otros capítulos,
y establece entre ellos una correspondencia.
El famoso conde de Saint-Germain lo fue para París” (43); además “siendo uno de
los tres célebres y acreditados jefes de los Iluminados modernos, es conocido por sus
visiones y sus predicaciones en París” (44).
Otro escritor, Artaud de Montor, amplió de nuevo esta tesis diciendo; “Algunos de
los principales adeptos de los Iluminados se han dado a conocer en nuestros días. El conde
de Saint-Germain, Cagliostro, Lavater, etc., han concitado la atención de todas las naciones
europeas.
42.- Poèmes philos, sur Vhomme, pp. 93-94. En nota, se añaden es- tas variantes de los
dos últimos versos:
"Pesé a dios mismo, él llamó a mi alma.
El cadáver cayó, yo adoré, todo bien”.
O
“Pesé al eterno, él llamó a mi alma.
El cadáver cayó, yo no sabía ya nada".
O
“Me convertí en dios mismo, ya me lo presumía”.
(43) - Cadet de Gassicourt, Le Tombeau de Jacques de Molai. París, Desenne, 1797, pp. 45-
56.
(44) - Misma obra, p. 90. El caballero de Gassicourt desautorizó su libro, se hizo recibir como
masón, y devino orador y después venerable de la Logia “La Abeja" de París, en 1805.
204
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
205
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La que había escogido Saint-Germain era llamada virgen. Sólo ella tenía el privilegio
de no ser entregada al azar o a la elección de estos verdaderos Adamitas, salvo cuando le
placía a Saint-Germain nombrar otra virgen. Este vil charlatán, más diestro que Cagliostro,
había realmente persuadido a sus adeptos de que estaba en posesión del elixir de la
inmortalidad; que sin embargo había sufrido diversos cambios por la metempsicosis; que
estuvo muerto hasta tres veces, pero que ya no moriría; que desde su último cambio, ya
había vivido mil quinientos años” (48).
Ahora bien, por una investigación del gobierno hecha en aquella época, resulta que
toda esta historia no es más que un tejido de calumnias, del que hizo justicia el personaje
público encargado de la investigación:
“He visto, por las informaciones más escrupulosas, que no existía en la sociedad de
Ermenonville más que una decente y honesta reunión de dos familias y algunos amigos,
compuesta de personas respetables por su edad, su mérito y sus cualidades” (49).
Además, el pequeño círculo de Ermenonville, presidido por el marqués de Gerardin,
sólo tenía preocupaciones místico-científicas, interesándose en particular por la
electricidad “considerada como la analogía del fluido vital, si no el elemento de los seres
organizados, el alma misma” (50).
Se afirma que entre los asistentes a estas reuniones se encontraban Quesnay de
Saint-Germain, nieto del economista Quesnay y partidario de Mesmer (“todos los que le
han conocido pueden asegurar que nunca ha dado ni ejemplos ni lecciones de libertinaje")
(51), y el caballero de Boufflers, quien dirá que "estas asambleas no tenían otro objetivo
que dar principios de virtudes, consistentes principalmente en la benevolencia y la
sensibilidad, iluminadas por la llama de la razón” (52).
Se encuentran también en las Memorias del abad Barruel otras enseñanzas igual de
fantásticas sobre nuestro personaje:
(48) - Abad Barruel, obra citada, t. V, pp. 36-37, y nota.
(49) - ANDRÉ-MARTIN-DECAEN, OBRA CITADA, P. 235.
(50) - Misma obra, p. 178.
(51) - Abraham, Miroir de la Vérité. Paris, Collin, 1806, p. 17.
(52) - Misma obra, idem.
206
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
207
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
208
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Fue para él toda una revelación, que ocultó con cuidado a los ojos del vulgo.
La curiosidad y el deseo de conocer le llevaron en 1750 a Dunquerque, Bergues y
Lille. Viajando, se entregaba a la lectura de todas las obras que podía adquirir sobre las
ciencias conjeturales (64), y así agotó el resto de su patrimonio.
“No habiendo encontrado", dice, “en mi patria más que necios e ignorantes,
emprendí ir a buscar a los Doctos en países lejanos’ (65); es entonces que recorrió durante
ocho años, de 1759 a 1767, “Dinamarca, Rusia, Turquía, Polonia, Alemania, Hungría,
España, Italia, Cerdeña y el Piamonte” (66).
Estos largos y penosos viajes fueron infructuosos para él: “viajero sin fortuna,
caminaba durante el día a la intemperie de las estaciones, y me detenía por las noches sin
abrigo para gustar del reposo. Errando así, todo lo perdí y nada encontré’’ (67).
Alliette volvió a Francia por Marsella en 1768 (68); se le vuelve a encontrar" en 1771
en Estrasburgo, titulándose “Astro-filastro” 69).
De vuelta en París, retomó sus lecciones de álgebra y dió consultas de cartomancia.
Cambió entonces su nombre por el de Etteilla, y publicó sucesivamente Etteilla o la única
manera de tirar las cartas (70), y su curiosa obra El Zodiaco misterioso (71).
Hizo todavía un viaje a Francfort-über-Mein en 1778 (72).
(64) - Como muchos coleccionistas, Etteilla ponía su firma sobre el título de las obras que
componían su biblioteca. En el catálogo de la Biblioteca P. Desq., de Lyon, París, 1866, hemos
descubierto, bajo el na 229 bis, un ejemplar de la obra de Pontus de Thiard, Mantice ou Discours de
la vérité de divination par Astrologie, Lion, de Tournes, 1558, in-4°, maroq. v. compart. t. dor.
(Schavye), con esta particularidad.
(65) - ETTEILLA, PETIT AVANT TOUT, p. IX.
(66) - ETTEILLA, Petit avant tout, p. XI.
(67) - ETTEILLA, Petit avant tout, pp. XIII-XIV.
(68) – ETTEILLA, MANIERE DE SE RECREER..., 2° cuaderno, p. 86.
(69) - ETTEILLA, Philosophie des hautes sciences. Paris, 1785, p. 105.
(70) - ETTEILLA ou la seule manière de tirer les cartes. Amsterdam, 1770. El autor preconiza
aquí las cartas descubiertas.
(71) - Esta obra es una especie de combinación tarótica, basada en los 365 días del año, con
tres respuestas diarias (pasado, presente, futuro), y que permite hacer, por medio de un cierto
cálculo, pronósticos sobre el porvenir.
(72) - ETTEILLA, Manière de se recréer..., cuaderno 3°, p. 7.
209
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
210
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
211
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Sobre otro tema, esta vez bibliográfico, debemos también unas explicaciones a
nuestros lectores. Si está comprobado que el conde de Saint-Germain fue autor de un
cierto número de piezas de música, que han sido editadas, y de un manuscrito sobre la
técnica musical, nada es menos seguro que la atribución que se le hace de los dos
manuscritos siguientes, probablemente de la primera mitad del siglo XVIII.
El primero se titula La Magie Sainte révélée á Moyfsjse, retrouvée dans un
monument égyptien, et précieusement conservée en Asie sous la devise d'un dragon ailé
(La Magia Santa revelada a Moisés, reencontrada en un monumento egipcio, y
preciosamente conservada en Asia bajo la divisa de un dragón alado)“. Este manuscrito,
compuesto en caracteres de escritura secreta, trazados en triángulos, está ilustrado con 5
figuras cabalísticas. Es un ritual de magia ceremonial que da indicaciones “para operar tres
maravillas:
1ro. Encontrar las cosas perdidas en los mares desde la confusión del globo.
2do. Descubrir las minas de diamantes, de oro y de plata, en el seno de la tierra.
3ro. Prolongar la vida más allá de un siglo con fuerza y salud”.
A continuación vienen la manipulación y el exorcismo; la invocación de los espíritus;
revelaciones. La portada muestra la mención siguiente, en una figura triangular por encima
de un dragón alado (85):
“Ex dono sapientissimi comitis Saint-Germain qui orbem terrarum percucurit
(ofrecido por el muy sabio conde de Saint-Germain, que ha recorrido el orbe de la Tierra).
Esta dedicatoria no garantiza en modo alguno su atribución, bien que se afirme que esta
obra sea del conde de Saint-Germain, “iniciador de Cagliostro a la Francmasonería” (86).
(84) - La calle del Cantor comenzaba en la calle del Oratorio y acababa en el 205 de la calle
Saint-Honoré.
(85) - Cf. Catalogue L. Hauser, Londres, 1934, ng 527. Manuscrito de forma triangular (237
mm x 237 mm x 235 mm), conteniendo 22 hojas, pergamino, encuadernación en piel gruesa, t.
dorados. Es el original. El catálogo Dorbon, Biblioteca esotérica, París, s. f., anuncia bajo el n8 2840
una copia moderna con la traducción en francés. En el n 8 52 de la revista Le Voile d’lsis, abril de
1924, pp. 230-232, Tidianeuq (Com. Quenaidit) da la interpretación del “Alfabeto del conde de
Saint-Germain”.
(86) - Nota del N° 2840 del catálogo Dorbon.
212
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
El segundo manuscrito porta el título de La Très Sainte Trinosophie (La Muy Santa
Trinosofía), y sería, o así lo parece, conforme a una nota inscrita en portada, la “única copia
existente” de esta obra, “que el conde de Saint-Germain destruyó él mismo en uno de sus
viajes” (87). Esta mención viene firmada por B. C. Philotaume, autor de diversas obras”.
No creemos que este nombre sea el patrónimico del escritor; tiene más bien el aire
de un pseudónimo (88). Este manuscrito no es otra cosa que un libro de alquimia
cabalizada. Se encuentran en él numerosas inscripciones hebráicas, palabras arabizadas o
vagamente sánscritas, jeroglíficos, e incluso cuneiformes de fantasía.
El simbolismo de esta obra está egiptianizado según la moda de la época (89). “El
autor, fiel al método sintético de sus antepasados, se apoya sobre el texto bíblico de la
formación del Cosmos, para explicar, en la forma tradicional de los cabalistas, los principios
de la ciencia” (90).
El título iluminado de este manuscrito presenta, en los numerosos símbolos de su
marco, una suerte de resumen de la ciencia hermética.
(87) - N° 2400 del catálogo de la Biblioteca de Troyes. Manuscrito in- 4° de 98 hojas, papel
vitela, hábilmente caligrafiado, adornado de 12 figuras de grandes personajes, en doble recuadro,
y de 24 viñetas rematadas en punta arriba y abajo, pintadas cuidadosamente; de otras 7 figuras
compuestas de caracteres hebraicos, filosóficos y mágicos. Las letras iniciales de cada comienzo de
párrafo se hallan, además, pintadas en oro y colores. En 1933 se ha hecho una reproducción
fotográfica, tirada a 6 ej. Por el doctor Maxwell, de Burdeos. El mismo año apareció en Los Angeles
A parallel french and english text of the mosl Holy Trinosophia of the comle de Saint-Germain, with
iniroductory material and conunen- tary by Manly Hall, conteniendo la reproducción de 12 grandes
figuras, en negro, y de las 7 planchas de jeroglíficos.
(88) - Hemos encontrado en Querard la mención de un Philotaume (pseudónimo), autor de
una Explication physique de la fable ou intro- duction á V intelligence des phllosophes. París, 1724.
¿Es el mismo que el citado arriba? No tenemos modo de comprobarlo.
(89) - Este manuscrito nos parece haber sido ejecutado en la misma época que la obra del
Abad Terrason: Sethos, histolre ou vie tirée des monuments. Anecdotes de Vancienne Egypte. París,
1731, 3 vol. In - 12°, en la que se describen las metamorfosis y las pruebas de los cuatro elementos.
(90) - Grillot de Givry, Le Musée des Sorclers. París, 1929, p. 324. La acción tiene por punto
de partida un calabozo de la Inquisición en Nápoles. Ahora bien, los estados de Nápoles, reñidos
con la Santa Sede, rehusaron establecer el Santo Oficio. Cf.Abad Delaporte, Le voyageur français.
Parts, 1777, t. XVI, p. 61.
213
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(91) - Todos los papeles, libros y manuscritos pertenecientes a Caglios- tro fueron
quemados por la mano del verdugo el 3 de mayo de 1791.
(92) - Massena fue a Roma en febrero de 1798.
(93) - El texto de La Très Santé Trinosophie ha aparecido íntegramente en un número
especial de la revista Le Voile d'Isis consagrado al Hermetismo, abril de 1932, pp. 269-288.
Anteriormente, este texto “incompleto y alterado” había sido publicado en el tomo V de los Annales
maçonniques. París, Caillot, 1807, y en los números de noviembre y diciembre de 1893 de L*
Initiation, de Papus.
(94) - J. J. MOUNIER, De l'influence attribuée aux philosophes. Pans, 1801, pp. 150-151.
(95) - A. Boileau, obra citada, p. 44.
(96) - F. Tastevin, Histoire de la colonie française de Moscou. París, Champion, 1908.
214
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Y los adeptos de esta ciencia hermética os aseguran con la mejor fé del mundo y
con un sentimiento de convicción, que este gran alquimista se ocupa diariamente en hacer
oro, y pasa así su tiempo muy agradablemente, que viaja ora por un país, ora por otro; que
carece de morada fija; que el universo es ahora su patria. Como nuevo Sosias, goza del
privilegio inmutable de volver a ver a sus amigos, pero bajo la forma y los rasgos de un
adolescente...”
En nota, la Srta. Lenormand añade: “El gabinete del conde de Saint-Germain
encerraba las cosas más raras y curiosas; tenía, como Sócrates, un genio familiar, y según
el entender de sus adoradores entusiastas, debe renacer siete veces” (97).
Si hemos de creer al literato J. F. Barrière: “Saint-Germain, como todos los
charlatanes de esta especie, se aparece con una magnificencia teatral y una ciencia todavía
másengañosa. La fantasmagoría le servía lo mejor posible; y como evocaba, por efectos de
catóptrica, las sombras que se le pedían, y éstas casi siempre eran reconocidas, su
correspondencia con el otro mundo era una cosa probada para muchas gentes. Interpretó
el mismo papel en Londres, en Venecia, en Holanda; pero añoró constantemente París,
donde nunca se puso obstáculo a sus milagros” (98).
En un pasaje de sus Memorias, el cínico Casanova pretende que "Saint-Germain era
maestro en volverse dóciles todas las mujeres; pues, al mismo tiempo que las daba
coloretes y cosméticos que las embellecía, las prometía, no rejuvenecerlas, pues tenía la
modestia de confesar que eso le era imposible, sino consevarlas en el estado en que las
encontraba, por medio de un agua que, decía, le costaba mucho, pero que las regalaba”
(99). Una afirmación extravagante, pues es la primera de este género, es la que hemos
extraido de una obra firmada con el pseudónimo A. Erdan. “Personas dignas de crédito
dicen que oyeron a Coessin afirmar que era una encarnación del conde de Saint-Germain”
(100).
(97) - Srta. À. Lenormand, Les souvenirs prophétiques d'une sibylle. París, 1814, p. 383-386.
(98) - Nota de F. Barbiere en las Mémoires de Madame du Hausset. París, 1846, p. 106. El
autor ha debido confundir al conde de Saint- Germain con Schrepfer (v. parte segunda, cap. XII).
(99) - Casanova, obra citada, t. III, p. 292.
215
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(100) - Alex. André Jacob, llamado A. Erdan, La France Mistique. París, 1855, t. I, p. 209. F.
G. Coessin (1779-1843) es un místico, fundador en París de una "fraternidad cristiana”. Es el
traductor de La Hube sobre el Santuario de Eckarthausen. París, 1819.
(101) - Trad. de P R . M ERIMÉE . París, Flammarion, 1927, p. 173,
(102) - Lamothe-Langon. Souvenirs sur Marie-Antoinette et la cour de Versailles, par
Madame la comtesse d'Adhémar, dame du Palais. Paris, Marne, 1836, 4 vol.
(103) - Lamothe-Langon ha utilizado ciertamente la novela de Jules Janin (Barnave,
aparecida en 1831, y compuesta de relatos sobre la Revolución Francesa), para escribir los
Recuerdos sobre Marta Antonieta.
(104) - Cousen de Courchamps obtuvo su saber de la vieja condesa de Mesmes, hija del
antiguo guarda de los sellos, Feydeau de Brou, y cuñada del presidente de Lamoignon. Las
Memorias aparecieron primero en L'Europe littéraire como Souvenirs de Mm‘ de Coigny, pero el hijo
de ésta última se opuso a la publicación, y las Memorias devinieron de Créquy cuando se editaron.
Sería injusto creer que todo en ellas es falso, pero también imprudente creer que todo en ellas es
verdadero.
216
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(105) - Si en Etudes et croquis biographiques (París, 1877), R. DE Croy dice que Cousen de
Courchamps era tratado como amigo del conde de Saint-Germain por las viejas damas, para E.
Marquiset: "amigo es mucho decir, su discípulo, su heredero, es más positivo”. Cf. Romieu et
Courchamps. París, Champion 1913, p. 55.
(106) - Lamothe-Langon, obra citada, t. n, p. 29.
(107) - Cf. Querard, Les supercheries littéraires. París, 1869, t. I, col. 616-631.
(108) - La Srta. de Pont-Chavigny, viuda del Sr. de Valbelle, dama de la reina María
Antonieta, sumamente rica, se casó hacia 1782 con el conde de Adhemar, largo tiempo conocido
como militar bajo el nombre de Montfalcon. Habiéndole adoptado como pariente el mariscal de
Mouchy en 1776, el genealogista Cherin le encumbró firmando un acta sobre pergamino que
probaba su descendencia de la antigua familia de Adhemar, familia extinguida desde mediados del
siglo XVI. Cf. Souve- nirs du marquis de Valfons par son petit neveu. París, Dentu, 1860. La condesa
d’Adhemar, con 22 años en 1782, no ha podido conocer al conde de Saint-Germain, que estuvo en
París de 1758 hasta finales de 1759.
(109) - Lo singular es que si nada nos permite pensar que el conde de Saint-Germain
estuviese en París en 1775, por el contrario el teniente- general Claude-Louis de Saint-Germain,
nombrado secretario de estado de la guerra, volvió en efecto a París a finales de 1775.
217
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
218
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(112) - La única “misión” del conde de Saint-Germain de la que encontramos huellas históricas, es
la que cumplió en Holanda, y que se debió sobre todo a las instancias del mariscal de Belle-Isle,
antes que a las órdenes de Luis XV (v. parte segunda, cap. V).
219
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
220
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
- ’De suerte’, interrumpió la reina con impaciencia, ‘que sólo quedará la realeza.
- ’¡Ni siquiera la realeza!... Sólo una república ávida, cuyo cetro será el hacha del
verdugo'.
Ante estas palabras, no pude contenerme, interrumpí al conde en presencia de la
reina’. - ’Señor’, me quejé, ¿Pensáis lo que decís y ante quién lo decís?’
- ’En efecto’; añadió María Antonieta algo enmudecida, ‘Mis oídos no están
acostumbrados a escuchar estas cosas’.
- ’Es por la gravedad de las circunstancias que tengo la osadía’, respondió fríamente
el Sr. de Saint-Germain. ‘No he venido con la intención de dirigir a la reina esos homenajes
de los que debe estar fatigada, sino para mostrarla los peligros que amenazan su corona si
no se busca pronto el medio de evitarlos’.
- ’Sóis positivo, señor’, dijo María Antonieta con humor.
- ’Me desespera disgustar a V. M., pero sólo puedo decirla la verdad’.
- ’Señor’, replicó la reina con viveza, afectando un tono jovial, ‘lo verdadero puede
a veces no ser lo probable’.
- ’Convengo, señora, que es la ocasión oportuna para aplicarlo, pero V. M. me
permitirá a mi vez recordarla que Casandro predijo la ruina de Troya, y que se rehusaron a
creerle. Yo soy Casandro, Francia es el imperio de Príamo. Algunos años pasarán todavía en
una calma engañosa, después surgirán de todas partes del reino hombres ávidos de
venganza, de poder, de dinero; lo trastornarán todo a su paso. El populacho sedicioso y
algunos grandes del Estado les prestarán apoyo; un espíritu de vértigo se apoderará de los
ciudadanos; la guerra civil estallará con todos sus horrores; entrañará en consecuencia la
muerte, el pillaje, el exilio. Se lamentará entonces no haberme escuchado; quizá se me
vuelva a llamar, pero ya no será el momento... la borrasca lo habrá arrebatado todo.
- Confieso, señor, que este discurso me asombra cada vez más, y si no supiera que
el difunto rey os tenía amistad, que le habéis servido fielmente... ¿Deseáis hablar al rey?’
- ’Sí, señora'.
- ’¿Pero sin la ayuda del Sr. de Maurepas?’.
- ’Es mi enemigo (114); por otra parte, lo coloco entre las filas de quienes prepararán
la ruina del reino, no por malicia, sino por incapacidad’.
221
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(114) - Hemos señalado en el capítulo V de la II* parte la hostilidad del duque de Choiseul respecto
al conde de Saint-Germain, pero no conocemos documento alguno que permita atribuir al conde
de Maurepas una actitud análoga.
222
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
- ’¿Cómo lo sabréis?’
- Tengo un medio para eso; no os inquietéis por mí’.
- ’Mientras tanto, yo estaré comprometida'.
- ’No, adiós.
Partió tan rápidamente como se quita uno la librea”.
Dos horas más tarde, la Sra. d’Adhémar es llamada ante el rey. La reina se encuentra
presente, y en situación embarazosa. El rey, al contrario, se muestra sonriente. Va a hablar
con el Sr. de Maurepas, y si éste acepta, la conferencia tendrá lugar. La Sra. d’Adhémar,
serenada, retoma a su cámara.
Dos horas más tarde alguien golpea en la puerta. Es el Sr. de Maurepas. La
conversación se enfrasca. En este momento, la puerta se entreabre, el conde de Saint-
Germain entra, y yendo hacia el Sr. de Maurepas le dice: Conde, el rey os había llamado
para darle buenos consejos, y vos sólo pensáis en conservar vuestra autoridad. Oponeros
a que vea al monarca es perder la monarquía, pues sólo puedo dar a Francia un tiempo
limitado, y pasado este tiempo no se me volverá a ver por aquí hasta que bajen a la tumba
tres generaciones consecutivas.
He dicho a la reina todo lo que me estaba permitido decirle, mis revelaciones al rey
habrían sido más completas; es una desgracia que os hayáis interpuesto entre S. M. y yo.
No tendré ningún reproche que hacerme a mí mismo cuando la horrible anarquía devaste
toda Francia. Estas calamidades, vos no las veréis; pero será suficiente para vuestra
memoria el haberlas preparado... No esperéis homenaje alguno de la posteridad; ministro
frívolo e incapaz, se os colocará entre el número de los que pierden imperios”.
El Sr. de Saint-Germain, tras haber hablado así sin tomar aliento, volvió hacia la
puerta, la cerró y desapareció.
Durante diez minutos el Sr. de Maurepas permaneció estupefacto, después,
retomando su sangre fría, y dirigiéndose a la Sra. d’Adhémar:
‘“En verdad’, exclamó, he ahí un bellaco impúdico; permitidme que lo recomiende
a quien corresponde’”. Llamando a sus gentes, les ordenó aprehender al conde de Saint-
Geimain, pero no pudieron encontrarse sus huellas (115).
El segundo episodio de la ‘‘obra maestra” sucede más de diez años después, en el
223
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
año 1789. Esta vez vamos a ir de maravilla en maravilla desde el punto de vista
adivinatorio”.
No se ha omitido nada de lo que va a pasar en los cuarenta años siguientes. La
“retrospectiva” y la precisión de los sucesos anunciados revelan la “forja.
Lamothe-Langon nos muestra a la Sra. d Adhémar volviendo a su casa tras algunas
visitas. La entregan un volante concebido así:
“Todo está perdido, señora condesa, este sol es el último que se alzará sobre la
monarquía, mañana ya no existirá, habrá otro caos, una anarquía sin igual. Sabéis todo lo
que he intentado para imprimir al asunto una marcha diferente, se me ha desdeñado, hoy
es demasiado tarde. He querido ver la obra que ha preparado el demonio Cagliostro, es
infernal (116); mantenéos al margen, yo velaré por vos; sed prudente, y existiréis después
de que la tempestad lo haya abatido todo.
Me resisto al deseo que tengo de veros, ¿qué diríamos? Me pediríais lo imposible;
no puedo hacer nada por el rey, nada por la reina, nada por la familia real, nada siquiera
por el duque de Orleans, que triunfará mañana y que, a la carrera, atravesará el Capitolio
para trompicar desde lo alto de la roca tarpiana. Sin embargo, si valoráis encontraros con
un viejo amigo, id a la misa de las ocho, en los Recoletos, y entrad en la segunda capilla a
mano derecha.
“Tengo el honor de estar...
C ONDE DE S AINT GERMAIN
224
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
¿Por qué venía a Francia? ¿Es que nunca debía acabar su existencia? Yo conocía
viejos que le habían visto con los rasgos de un hombre de cuarenta o cincuenta años, y ello
desde comienzos del siglo XVIII.
“Era la una de la noche cuando yo leía su carta; la cita era por la mañana, y me fui a
acostar; dormí poco, sueños terribles me atormentaron, y en su horrible extravagancia vi
el porvenir aun sin comprenderlo. Al aproximarse el día, me levanté fatigada; había pedido
a mi primer criado un café muy cargado, y tomé dos tazas que me reanimaron. A las siete
y media encargué una silla de transporte, y seguida de mi lacayo de confianza me trasladé
a los Recoletos.
"La iglesia estaba desierta, aposté a mi Laroche de centinela, y entré en la capilla
designada; poco tiempo después, y apenas me recogía ante Dios, vi venir un hombre... Era
él en persona... sí, él, con el mismo rostro de 1760, mientras que el mío se había cargado
de arrugas y de señales de decrepitud... Quedé estupefacta; él me sonrió, se adelantó,
tomó mi mano y la besó galantemente; yo me encontraba tan perturbada que le dejé hacer
pese a la santidad del lugar.
- ’¿De donde habéis salido?’
- ’Vengo de la China y de Japón’.
- ’¡O quizá del otro mundo!’
- ’¡Casi! ¡Ah! Señora, ahí abajo (subrayo la expresión) nada es tan singular como lo
que aquí sucede. ¿Qué decir de la monarquía de Luis XIV?. Vos que no lo habéis visto, no
podéis hacer la comparación, pero yo...
- ’Os sigo, hombre de ayer - ¿Quién no conoce la historia de este gran reinado?. Y el
cardenal de Richelieu, si volviera... se volvería loco; ¡el reinado de la canalla!.
- ¿qué os decía yo, así como a la reina?. Que el Sr. de Maurepas dejaría que se
perdiera todo: yo era un Casandro, un profeta de desgracias.
- Sr. conde, vuestra sabiduría será inútil’.
- ’Señora, quien siembra vientos, recoge tempestades; Jesús lo ha dicho en el
Evangelio, puede que no antes que yo, pero en fin; sus palabras quedaron escritas, no se
ha podido sacar provecho de las mías’.
- ’Aun así...’, dije yo, tratando de sonreír; pero él, sin responder a mi exclamación:
225
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
1Os lo he escrito, no puedo hacer nada, tengo las manos atadas por otros más fuertes que
yo, hay períodos de tiempo en los que es posible dar marcha atrás, otros en los que
pronunciado el fallo, es preciso que el fallo se ejecute: entramos en uno de éstos.
- ’Veréis a la reina’.
- ’No, ella está sentenciada’.
- ’¿Sentenciada? - ¿A qué?’
- ’¡A muerte!’
- ’¡Oh!’ Esta vez no pude retener un grito, me alzé sobre mi asiento, y con voz
temblorosa:
- ¡Y vos también!, ¡Vos! ¡Vos también!’
- ’Sí, yo..., yo, como Cazotte’
- ’Vos sabéis...’
- ’Lo que ni siquiera suponéis. Volved al castillo, id a decirle a la reina que se haga
con una guardia, que este día le será funesto, hay un complot, premeditación de muerte’.
-’Me llenáis de espanto, pero el conde d'Estaing ha prometido...'
- ’Tendrá miedo y se ocultará’.
- ’Pero, ¿Y el Sr. de La Fayette?...
- Globo hinchado de viento, en su momento se determinará qué se hará de él, si
será instrumento o víctima, a mediodía todo se habrá decidido’.
- ’Señor’, dije yo, podríais rendir grandes servicios a nuestros soberanos si
quisiérais’.
- ’¿Y si no pudiera?’.
- ’¿Cómo?’ .
- ’Sí, si nó puedo (yo creía no ser entendida). ‘La hora del reposo ha pasado, las
sentencias de la Providencia deben recibir su ejecución’.
- ’En definitiva, ¿Qué es lo que quieren?’
- 'La ruina completa de los Borbones; se les expulsará de todos los tronos que
ocupan, y en menos de un siglo volverán a entrar en el rango de simples particulares en sus
diversas ramas.
- ¿Y Francia?’
226
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
227
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
228
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
229
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
230
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
231
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
232
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Ella estaba tan encantada con los cuadros pintados por este hombre enfermo sobre
la batalla de Mödling (130), que le envió un tonel. Gräffer y Linden estaban estupefactos;
el vino había sido comprado a Casanova (131).
El conde pidió lo necesario para escribir; Linden se lo apartó.
El hombre de los milagros cortó una hoja de papel en dos partes iguales, las colocó
una junto a la otra y, cogiendo una pluma en cada mano, simultáneamente, se puso a
escribir en las dos, las firmó, y dijo: 'Coleccionáis autógrafos, señor, el texto es el mismo'.
'Esto es magia’ exclamaron los dos amigos, pues en todos sus rasgos’ ambas escnturas eran
semejantes, sin ninguna diferencia.
El escribano sonrió, colocó las dos hojas una sobre la otra, y las aplicó contra el
vidrio de la ventana; no parecía verse más que una sola escritura, tan exacto era el facsímil
de una respecto a la otra; parecían como la impresión de la misma plancha de grabado. Los
testigos permanecían mudos de estupor (132).
El conde dijo entonces: ‘Deseo que una de estas hojas sea enviada lo antes posible
a Angelo. En un cuarto de hora debe partir con el príncipe Lichtenstein; el portador recibirá
una pequeña caja...
Entonces Saint-Germain adoptó gradualmente un aspecto solemne. Durante
algunos segundos devino rígido como una estatua; sus ojos, siempre inexpresablemente
vivos, se obscurecieron, sin color ni fuego. Después, de golpe, todo su ser se animó de
nuevo. Hizo con su mano un signo de que iba a partir, y dijo:
‘Me voy; no vengáis a verme. Aún me veréis otra vez más. Mañana por la noche me
habré ido. Se me necesita mucho en Constantinopla y posteriormente en Inglaterra, para
preparar dos inventos que se utilizarán el siglo que viene: Los ferrocarriles y los barcos a
vapor.
(130) - La batalla de Modlin tuvo lugar en 1813, y Catalina II murió en 1796.
(131) - Es Francisco Casanova quien estuvo en relación con Catalina II en tanto que pintor
de batallas. Añadamos sin embargo que el “filósofo” Casanova se encontraba en 1790 en Dux en
Bohemia, y que tenía por amigo al barón Maximiliano José de Linden. Cf. J. Le Gras y R. Veze La
Vieillesse de Casanova en Les OEuvres Ubres, N° 102, dic. 1929. P. 262.
(132) - Esta anécdota está visiblemente inspirada en la lectura del Memorial de un mundano
del conde de Lamberg (v. parte primera. Cap. XI).
233
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(133) - F. Graffer, obra citada, t. II, pp. 136-162. La ‘‘invisibilidad” del conde de Saint-
Germain está netamente inspirada en los Recuerdos sobre María Antonieta de Lamothe-Langon (v.
en este mismo capítulo).
(134) - El cardenal de Rohan recibió el capelo en 1778. Su primo, del que había sido
coadjutor, lo había recibido en 1761.
234
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(135) - Collin de Plancy, Dictionnaire des Sciences occultes. París, Migne, 1846, t. II, pp. 456-
457. El origen de esta historia proviene de los Souvenirs sur Marie-Antoinette de Lamothe-Langon,
pp. 299-300.
Una tarde, el Sr. de Saint-Germain relataba una anécdota en la que, según la costumbre,
habría jugado el rol principal pero, no acordándose bien de todos los detalles, se giró hacia su
criado: ‘¿No me engaño, Roger? , le dijo. — El señor conde olvida que sólo hace quinientos años
que estoy con él, no he podido por tanto asistir a esta aventura; debe de haber sido mi predecesor”.
(136) - Abad Lecanu, obra citada, t. II, pp. 847-848.
235
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
236
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Su memoria era asombrosa. Habiendo una vez leído un periódico, repitió todo el
contenido de corrido, desde el comienzo hasta el fin, y a sus otros dones unía la facultad
de escribir con las dos manos caracteres de grabado en dulce. Es así que podía escribir una
carta de amor con su mano derecha, mientras componía y transcribía versos con su mano
izquierda, y ello, en apariencia, con la mayor facilidad...
“Además, el conde caía en ataques de catalepsia que duraban a menudo horas e
incluso días, y durante este período declaraba visitar en espíritu las regiones más remotas
de la tierra, e incluso las estrellas más lejanas. Contaba con una convicción sorprendente
las escenas de que había sido testigo” (140).
Hacia 1869, la leyenda va a alejarse, durante algún tiempo, del género “oculto”,
pasando a tomar un cariz “masónico.
Así, según un escritor holandés, Van Sypesteyn. Está fuera de dudas que Saint-
Germain fue miembro de la Logia de los Martinistas, y se pretende que fue encargado por
el marqués de Saint-Martin de fundar una logia en La Haya, pero que fracasó en su
tentativa” (141).
Franqueemos dieciocho años. Estamos en 1884. Un periódico de Weimar, Der
Gartenlaube (La cuna del verdor), publicó el siguiente relato bajo la firma de A. V. de Elbe;
las escenas transcurren entre 1775 y 1778:
"Carlos-Augusto [de Sajonia-Weimar] fue a casa del landgrave Adolfo de Hesse-
Philippstal-Barchfeld. Saint- Gcrmain se encontraba allí, y fue debidamente presentado al
duque. Fue encantador en su conversación, y el duque, tras la cena, preguntó a su anfitrión;
'¿Qué edad tiene el conde?’
- ’No sabemos nada preciso al respecto’, respondió el landgrave. El hecho es que el
conde conoce detalles que sólo los contemporáneos podrían relatar de la misma forma.
(140) - T. P.B ARNUM , LES BLAGUES DE L'UNIVERS. París, 1866, pp. 303-305.
(141) - Van Sypesteyn, obra citada, p. 96. Esta afirmación nos parece aventurada. Si en el
momento de la aparición de la obra de L. Cl. de Saint-Martin Des Erreurs de la Vérité, en 1772, un
gran número de Logias adoptaron este escrito como una revelación y los admiradores de Saint-
Martin se volvieron numerosos, no se ve cómo, entre 1760 y 1761, estando en Holanda, el conde
de Saint-Germain ha podido fundar una Logia de discípulos de Saint-Martin, dado que este último,
de 18 años de edad, no había escrito nada todavía.
237
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
238
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
239
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“Por el momento he prometido pasar por Hanau para encontrarme con el landgrave
Carlos en casa de su hermano (145) y trabajar con él, en el sistema de ‘Estricta observancia’,
reforma de la Orden de los Francmasones en un sentido aristocrático (146), reforma que
también os interesa (147).
“El landgrave es para mí un querido y simpático protector y, si no es príncipe
reinante, su situación en Schleswig, afecto al servicio danés, no es menos principesca. En
todo caso, antes de que me decida completamente a ir con el landgrave, iré a Weimar para
liberaros del intruso detestado, y reconocer el lugar. Es posible que prefiera hacerlo
primero de incógnito.
“Recomendadme fielmente a vuestro señor, y prometed mi visita para un tiempo
muy próximo.
En nombre de la prudencia, silencio y sabiduría, os saludo.
Vuestro
SAINT-GERMAIN» (148).
Este relato, cuya autenticidad es más que dudosa (149), tuvo su eco en Francia. Al
año siguiente, un periodista, Edouard Drumont, emitió la suposición siguiente:
(145) - Error. El conde de Saint-Germain y el landgrave se vieron por primera vez a finales
de 1778, en Altona (v. parte segunda, cap. XIV). Por otra parte, de 1776 a 1778 el landgrave
empuñaba las armas para el rey de Prusia.
(146) - La característica de la Estricta-Observancia es la pretensión de continuar, bajo una
forma diferente, la orden de los Templarios.
(147) - No fue hasta 1779 que el landgrave Carlos de Hesse formó parte de la Estricta-
Obscrvancia, como coadjutor del duque de Sudermanie, mesnadero de la Orden. Cf. R. LE
Forestier, obra citada, p. 185.
(148) - A. V. Der Elbe, Brause Jahre Bilder en Der Gartenlaube. Weimar, 1884, n°* 38-39. El
hecho de que no se nos indique de qué archivos son extraídas estas cartas, nos hace dudar
fuertemente de su autenticidad.
(149) - En efecto, he aquí la historia. La nominación de Goethe como consejero privado de
legación puso a la pequeña corte en ebullición. El ministro Fritzsch, presidente del consejo, trató de
resistirse y envió su dimisión. Pero habiendo mantenido el duque Carlos-Augusto su derecho, la
retiró. Cf. E, Roo. Essai sur Goethe. París, Perrin, 1898, p. 156.
240
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
241
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
242
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
243
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
En las Logias donde era admitido, entregaba a veces minúsculas botellas que
producían, se asegura, los más maravillosos efectos” (158).
Anteriormente, el autor de En el país de los Espíritus, hablando de sesiones de magia
que se realizaban en Inglaterra hacia 1860, nos dice que la mayor parte de los magos
ingleses, conformándose a cada artículo del ritual mágico, repetían fórmulas que se dice
provienen de los magos de Egipto y de Caldea, y de las que se servían místicos célebres,
tales como Tomás de Aquino, Alberto el Grande, Nostradamus, el conde de Saint-Germain,
etc.” (159).
De 1904 a 1920, los escritores se ocuparon poco del conde de Saint-Germain.
Citemos sin embargo al Dr. Henri Favre, el cual, en una suerte de autobiografía, no
temeesribir: “El movimiento del gran copto, esta alta mascarada taumatúrgica cuyo
comparsa de parada fue Cagliostro, cuyo verdadero promotor de gran puesta en escena
fue el famoso conde de Saint-Germain’’ (160).
Basándose en informaciones fantasiosas, Claude Farrére nos presenta un conde de
Saint-Germain que interpreta el papel de mago y posee un secreto de larga vida
ultramoderna (161).
En la obra de Octave Béliard, aparecida en 1920, encontramos también repeticiones
cuya interpretación, no obstante, nos ha sorprendido: “El conde de Saint-Germain des-
lumbró durante diez años en la corte y en la ciudad por su elegancia, su locuacidad y su
belleza... Pero lo que más excitó la curiosidad, hasta el punto de que Luis XV y la Sra. de
Pompadour quisieron verlo, es que afirmaba haber vivido varias veces, y guardado el
recuerdo de sus vidas sucesivas... Bruscamente, en 1760, abandonó París para ir a
asombrar a los londinenses... Hay autores que lo hacen huir de la venganza de los
Iluminados, cuyos misterios habría traicionado.
244
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
245
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
246
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Para la sra. Jean Moura y Paul Lovet; Saint-Germain es el Rosacruz inmortal, pero su
afirmación no está basada más que sobre documentos demasiado fantasiosos (171). Del
mismo modo Pierre Geyraud se limita a resumir los chismes habituales:
“Era Rosacruz, este misterioso conde Saint-Germain, elegante, espiritual, tosferino
de los salones, de edad indeterminada pues había conocido a Cristo, y que, como lo
recuerda Voltaire, ‘cenó antaño en la ciudad de Tremo con los Padres del Concilio’; por otra
parte, se encuentra todavía en Venecia, en un palacio del Gran Canal (172).
Esta última afirmación, no es un simple exabrupto de periodista, como estaríamos
tentados de creerlo; y a éste respecto vamos a exponer en el segundo capítulo de la
“leyenda” lo que podríamos llamar la crónica del “Maestro” de los Teósofos (173).
(171) - JEAN MOURA y PAUL LOUVET. Saint-Germain, le Rosâ-CrolM immortel. Pans, Gallimard,
1934.
(172) - P. Geyraud, Les Sociétés secrètes de Paris. Paris, Emilo-Piuti 1938, p. 34.
(173) - Mencionemos además las últimas cuatro obras aparecidas:
a.- En 1943, la obra póstuma de PIERRE LHERMIER: Le mystérieux comte de Saint-
Germain, Rose-Croix et diplomate (Paris, Editions Colbert), que es, hasta el momento, la mejor
obra sobre el tema. El autor da muestras de una comprensión bastante buena de su personaje,
aunque algunos capítulos de su libro se apoyen sobre informaciones no controladas.
b.- 1944, la fantasiosa obra de Henri Richard: Les demi-dieux immortels (París, Avignon, Les
Livres Nouveaux), la cual nos muestra al conde de Saint-Germain poseedor, no del elixir de larga
vida, sino de un aparato productor de vibraciones “integrantes”, a fin de prolongar su vitalidad.
c.- Más tarde, en 1945, el esbozo biográfico de Jean de Kerdeland, incluido en De
Nostradamus à Cagliostro (Paris, Editions Self), que nos revela al Saint-Germain el inmortal como
un “aventurero íntegro... fabricando a su voluntad oro y piedras preciosas... dándose el placer de
acentuar en sus discursos el lado misterioso de sus aventuras.
d.- Finalmente, en 1946, Leon Treich, en Enigmes historiques (Abadía St. Wandrille, Editions
de Fontenelle), analiza de forma completamente superficial "las cien existencias del conde de Saint-
Germain”, no habiendo tomado sus informaciones más que de la leyenda.
247
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO SEGUNDO
248
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
249
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
250
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
251
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(13) - Esta anécdota, embellecida, se ha sacado del Memorial de un mundano del conde de
Lamberg, obra citada, p. 83; aquí la indicamos como proviniente de la Royal Masonic Cyclopedia,
de Kennet Mac- Kenzie, Londres, 1877.
(14) - Primera alusión a los Recuerdos sobre María Antonieta, del señor Lamothe-Langon,
desconocidos antes de 1895. Creemos que el signatario del artículo, Jean L'Eclaireur, es I. Cooper-
Oakley.
(15) - Este pasaje está inspirado en T. P. BARNUM, LES BLAGUES DE L'UNIVERS (v, parte tercera,
cap. primero).
(16) - En 1772, el príncipe Gregorio Orloff fue enviado por Catalina II a Moscú para calmar
la revuelta, y detener los efectos de la peste.
252
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(17) - Según FR. Wittemans, Histoire des Rose-Croix, París-Adyar, 1925, p. 148: “Entre los
años 1750 y 1760 Saint-Gcrmain elevó en el castillo de Guillermo III, landgrave de Hesse, al grado
de caballero de la Rosa-Cruz, al príncipe Carlos Alejandro de Lorena, entonces gobernador general
de los Países Bajos austríacos, y protector de la F. M. en Bélgica”. El elector de Hesse era en aquella
época Federico II, el padre del príncipe Carlos de Hesse, que fue amigo del conde de Saint-Germain.
Nunca se ha podido probar que el príncipe de Lorena fuese Francmasón. Fue nombrado el 19 de
abril de 1761 gran maestre de la orden Teutónica de María-Teresa.
(18) - Cf. H. P. B., The Theosophist, vol. II, mayo de 1881, N° 8.
(19) - Probable deformación de las palabras escritas por Voltaire a Federico II: “Es un
hombre que no muere nunca”.
(20) - Hubieron quienes, tomando las cosas al pie de la letra, creyeron que H. P. B. había
sido efectivamente la reencarnación del conde de Saint-Germain". Cf. R. Guenon, obra citada, p.
200.
(21) - Jean L’Eclaireur. Le Secret du comte de Saint-Germain, en Le Lotus Bleu, septiembre
de 1895, N° 7, pp. 314-319.
253
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
"Si la Sra. Fadeef, tía de H. P. B., pudiera ser conducida a publicar ciertos
documentos que encierra su famosa biblioteca [!], el mundo tendría de la misión pre-
revolucionaria en Europa de este adepto oriental [el conde de Saint-Germain], una idea
más exacta que la que puede tener en el presente" (22).
Fue en el mes de enero de 1899 que el comandante Courmes, en el curso de una
conferencia, anunció la publicación inminente de numerosas investigaciones sobre el
conde de Saint-Germain, que la Sra. Cooper-Oakley, amiga temprana de H.P.B., había
hecho en las bibliotecas públicas de París y de Berlín (23).
La interpretación de estas revelaciones fue adjudicada al Dr. Pascal, vicepresidente
en ese momento de la S. T., el cual, en la editorial N° 1 del 10° año del Loto Azul, explicó la
misión salvadora del conde de Saint-Germain, misión continuada acto seguido por H. P. B.:
“La semilla teosófica fue confiada ensangrentar nuestro país. Pese a sus esfuerzos,
pese al poder del último de ellos - el conde de Saint-Germain -, la preciosa semilla no
pudo continuar su germinación: se pudrió en un suelo infestado por el materialismo y
helado por el escepticismo, y el huracán revolucionario hizo el restoal suelo francés en el
siglo pasado, cuando los tres Mensajeros de la Gran Fraternidad trataron de formar una
organización capaz de regenerar la raza en peligro, y de ahuyentar la dolorosa tormenta
que debía. Cuando la ‘Mensajera’ del siglo actual - H. P. B. - fue encargada de retomar la
tarea inacabada, se dirigió a los países a los que la evolución destina un gran porvenir -
América y la India - El grano fue vivificado en Nueva York" (24).
En las Pequeñas memorias de Viena de Fr. Graffer (v. parte tercera, capítulo
primero), se hace al conde de Saint-Germain decir:
“Desapareceré de Europa hacia finales de siglo... No se me volverá a ver hasta
dentro de 85 años”. Como estas palabras, se dice, fueron pronunciadas en 1790, era por
tanto en 1875 cuando el conde de Saint-Germain debía manifestar de nuevo su actividad.
Ahora bien, es precisamente en 1875 (en América, cierto es; y no en Europa) que fue
fundada la Sociedad Teosófica.
(22) - H. S. Olcott, Possessions évidentes en Le Lotus Bleu, abril 1898, N° 2, p. 72.
(23) - Le Lotus Bleu, febrero de 1899, N° 12, p. 426
(24) - Le Lotus Bleu, marzo de 1899, N° 1, p. 1.
254
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
255
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La precaución no era vana, en efecto. Los famosos documentos no eran otra cosa
que extractos de los “raros y preciosos” Recuerdos sobre María Antonieta, del señor
Lamothe-Langon (28), y las “notas interesantes y singularmente redactadas” de las
Pequeñas memorias de Fr. Gráffer.
Estas “sensacionales revelaciones”, extraídas de la "famosa biblioteca” de la Sra.
Fadeef, tía de H. P. B., no excitaron interés alguno fuera de los medios teosóficos. La autora
abandonó Francia para retirarse a Italia, donde varios años después, en 1912, un editor
hizo aparecer el volumen de los Incidentes, revisados, corregidos y aumentados, bajo el
título The Comte de Saint-Germain: The Secret of Kings (29).
Sin embargo, dado el impulso, el entusiasmo por el conde de Saint-Germain no se
frenó, al contrario, y los méritos del nuevo “Maestro" fueron celebrados en 1901 por
Louis Revel, uno de los teósofos más autorizados del momento:
(28) - La condesa d’Adhémar, dama del Palacio de Versalles, murió en 1822. En 1884, el
conde y la condesa d’Adhemar, pertenecientes a una de las numerosas familias aristocráticas a las
que la Revolución había arruinado, se instalaron en París provenientes de América. El conde había
viajado mucho por América, y especialmente entre los mormones; la condesa era americana. A
mediados de 1884, H. P. B., de retomo de las Indias, fue a París, y pasó algunos días en Enghien, en
casa de la condesa d'Adhémar. Esta encantadora dama de mundo abrió sus salones de París a las
reuniones de la S. T. En 1889, la Sra. d’Adhémar, poseedora jurídica de los derechos de autor de La
Doctrina Secreta, fundó la Revista Teosófica. Sin embargo, al año siguiente, obligada a abandonar
Francia por asuntos de familia, la condesa d'Adhémar dejó de publicar la revista. Cuando en 1902
el conde d’Adhémar volvió a Francia, la Sra. Cooper-Oakley aseguró que el conde "todavía no ha
sacado sus documentos [los Recuerdos sobre María Antonieta] de las mallas en que se encontraban
desde hacia varios meses”; finalmente, en 1911, la condesa d’Adhémar avisó a la Sra. Cooper-
Oakley "que posee, en América, los documentos sobre el conde de Saint-Germain".
(29) - La primera edición, de 1912, ha sido publicada en Milán por Ars Regia-, la segunda,
de Londres en 1927, por The Theosophical pu- blishing House. La parte adicional, VII apéndices de
hecho, está constituida por extractos de despachos de embajadores, y de documentos de archivos
cuya autenticidad no es discutible. En el prefacio de la obra, la Sra. Cooper-Oakley dice saber
“dónde se encuentran ciertos archivos de la obra más importante y más interesante del conde de
Saint-Germain, pero aún no he recibido autorización para hacer las investigaciones necesarias".
¿Será en Amritsa? ¿Qué viajero nos traerá este tesoro? Digamos, no obstante, que la Sra. Besant
pasó cerca de Amritsa en 1906, un año antes de devenir presidenta de la S. T. Cf. Le Lotus Bleu,
octubre de 1906, n9 8, p. 269. La Sra. Cooper-Oakley falleció el 3 de marzo de 1914 en Budapest,
“en el país que tanto amaba, el país de su Maestro”. Cf. Le Lotus Bleu, mayo de 1914, n9 3, pp. 122-
123.
256
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“A los místicos de los siglo XVIII hay que añadir sobre todo al conde de Saint-
Germain, el porta-luz místico, el enviado del ciclo que lanzó la primera palabra teosófica
moderna a los reyes y a los nobles, pero cuya semilla fue asfixiada por el soplo de las
pasiones’’ (30). Pero a esta “adopción” le faltaba una consagración “oficial", la del
presidente de la Sociedad Teosófica, H. S. 0lcott. Esta no faltó, y expuso su punto de vista
en un artículo titulado El conde de Saint-Germain y H.P.B. (31). Para H. S. Olcott, el conde
de Saint-Germain es un “hombre sorprendente", y “una de las figuras más pintorescas, más
impresionantes y más admirables de la historia moderna”. “Tras haber leído sobre él todo
lo que he podido encontrar”, dice, “He llegado a amarle y admirarle tanto como lo hacía
H. P. B., y por la misma razón: Mensajero de la Logia Blanca, fue un agente con plena
dedicación, que empleó todas sus fuerzas en el servicio de los demás”.
H. S. Olcott añade que todas sus lecturas y todo lo que ha oido decir sobre el conde
de Saint-Germain, lo “han persuadido de su identidad con uno de los seres invisibles más
encantadores que han tomado la máscara de H. P. B. durante la composición de Isis Sin
Velo". “Cuanto más pienso en ello”, dice, “más me convenzo de la verdad de mi
suposición” (32).
Después hace un paralelo entre todo lo que conoce del conde de Saint-Germain,
y todo lo que en la vida de H. P. B. puede relacionársele, y concluye que estos dos miste-
riosos personajes "son agentes y mensajeros de la Logia Blanca”. “Uno tuvo por misión
ayudar a dirigir las líneas kármicas convergentes que concluyeron en la terrible revolu-
ción de finales del siglo XVIII, verdadero ciclón destinado a purificar la atmósfera moral
de las sociedades europeas. El otro nos vino en un tiempo en que el materialismo iba a
ser combatido, y en el que la Sociedad Teosófica debía inaugurar el reinado del
pensamiento espiritual” (33).
(30) - L. Revel, Mysticisme et mystiques, en Le Lotus Bleu, octubre de 1901, n9 8, p. 262. “La
Revolución impidió llevar a término el esfuerzo de Saint-Germain, el brillante mensajero de la gran
fraternidad". Cf. Dr. Th. Pascal, Les grands instructeurs de ¡‘humanité, en Le Lotus Bleu, 27 de mayo
de 1902, N° 3, p. 87.
(31) - Le Lotus Bleu, marzo de 1906, n8 1, pp. 13-23.
(32) - Le Lotus Bleu, marzo de 1906, n8 1, p. 14.
(33) - Le Lotus Bleu, marzo de 1906, n5 1, pp. 22-23.
257
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
258
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(37) - The Theosophist. Madrás, enero de 1912. Hay tres errores manifiestos en esta cita.
El barón [y no el conde] Femando de Hompesch fue elegido gran maestre de la orden de Malta en
agosto de 1797, en lugar de Emanuel Marie-de-Neige de Rohan Poldue. En cuanto a la capitulación,
es el comandante de Bosredon, secretario del tesoro, quien la firmó, el 12 de junio de 1798, sin
misión y sin poder. El gran maestre protestó siempre contra esta convención, que él no había
estipulado ni ratificado.
(38) - La iglesia del priorato de la orden de Malta, Santa María Aventina, o del Priorato, sólo
encierra tumbas de diferentes caballeros de Malta. Cf. K. Baedeker. Italia, 2* parte, p. 261.
(39) - Le Lotus Bleu, febrero de 1912, N° 12, pp. 428-429. “Este medio [la Sociedad
Teosófica] cuida menos las verdades históricas que el conocimiento intuitivo y la revelación
maravillosa". Cf. M. Maore. Illuminés et magiciens, p. 226.
(40) - La Sra. Besant no se ha fijado demasiado en el título nobiliario de Rakoczi, pues le llama
conde en lugar de príncipe. Cf. Le développement de la S. T. en Le Lotus Bleu, oct. de 1912, N° 8, p.
240.
(41) - No conocemos bajo este nombre más que al autor de crónicas francés Robert le
Moine, abad de St-Rémy de Reims, muerto en 1122.
(42) - Fue Jinarajadasa quien descubrió que el héroe húngaro Hunyadi Janos, llamado el
caballero blanco de Valaquia, era la encamación de Christian Rosencreutz. Cf. Le Lotus Bleu, marzo
de 1913, N° 3, pp. 19-21.
259
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
260
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Me condujo a los jardines sobre la colina del Pincio, y una vez sentados conversamos
más de una hora sobre la sociedad y su füturo, o más bien debería decir que él habló y yo
escuché, aun respondiendo cuando me preguntaba” (47).
He aquí, según C. W. Leadbeater, el aspecto físico del conde de Saint-Germain: "El
Maestro se parece al Maha Chohan en muchos aspectos. Bien que de talla mediana, se
mantiene muy erguido, con una apariencia del todo militar (48); tiene la exquisita cortesía
y la dignidad de un gran señor del siglo XVIII, e inmediatamente se adivina que pertenece
a una familia muy antigua y noble. Sus ojos, grandes y marrones, están llenos de ternura y
humor, con la autoridad del poder. Su semblante es de un tinte cetrino; sus cabellos
oscuros y cortados en corto están divididos a mitad por una raya, y peinados de adelante
atrás; la barba es corta y tallada en punta. A menudo viste un uniforme oscuro adornado
con galones de oro, y a veces un magnífico manto rojo de oficial, que acentúa más todavía
su porte militar (49).
Reside habitualmente en un antiguo castillo situado en el este de Europa, propiedad
de su familia desde hace siglos” (50).
A las diversas “encarnaciones” del conde de Saint-Germain que ya hemos
mencionado, C. W. Leadbeater añade las de Roger Bacon en el siglo XIII, la del neo-
platónico Proclo en el siglo V, y la de San Alban, primer mártir de la religión cristiana en
Gran Bretaña, en el siglo III después de Jesucristo.
(47) - C. W. Leadbeater. Les Maîtres et le sentier. París-Adyar, 1921, p. 10. Esta afirmación
es confirmada por G. Trarieux d’Eeomont, que conoció a uno de los que habían visto al conde de
Saint-Germain “en came y hueso”, y que añade: "que esto pueda parecer una fábula es ciertamente
desafortunado”. Cf. Le Thyrse et la Croix. París-Adyar,. 1936, p. 147.
(48) - Es quizá por esta razón que el Ex-Asiático, autor del artículo Les Adeptes et la politique,
en la revista Tkéosophie, febrero de 1938, na 6, p. 124, confunde a Cl. L. de Saint-Germain, ministro
de la guerra bajo Luis XVI, con el conde de Saint-Germain.
(49) - “Un clarividente que percibía, o pretendía percibir, por clarividencia una reunión del
Agarlha en un lugar solitario del Himalaya, habría visto en repetidas ocasiones al conde de Saint-
Germain con sus alhajas, vestido de uniformes condecorados siempre diferentes”. Cf. Maurice
Magre. La Beauté invisible. París, Fasquelle, 1937, p. 116.
(50) - C. W. LEADBEATER. LES MAÍTRES ET LE SENTIER, pp. 37-38.
261
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
262
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
En el prefacio, el autor nos declara que esta obra está dada bajo el control del
conde de Saint-Germain, el Gran Maestro, uno de los Hermanos de la Gran Logia Blanca,
en América desde 1930. El texto explica que se trata de experiencias reales y verdaderas
que tuvieron lugar durante tres meses, de agosto a septiembre de 1930, sobre el Monte
Shasta. Las conversaciones del autor con el conde de Saint-Germain son mencionadas
como una cosa real. Dice que le vió bajo una forma material, y en su compañía visitó
algunos templos del desierto del Sáhara. En el curso de una de estas visitas, el conde de
Saint-Germain presentó a su invitado a su mujer y a su hijo, llamado éste último a
sucederle. En realidad, nunca hubo Fraternidad alguna de lo que sea, ni sobre el Monte
Shasta ni en los alrededores. Esto resulta de una investigación hecha sobre el lugar por
un periodista americano, Geo L. Smith. Toda esta historia no era más que una ficción y un
fraude (54) (EM: Nótese que el autor hace eco de la opinión del periodista Geo L. Smith,
para quien la Hermandad de Monte Shasta no existe ni en Shata ni alrededores. Opinión
que obviamente no comparto, porque seria como negar la existencia de las Fraternidades
que trabajan bajo la égida del 2do. Rayo Cósmico y el Departamento del Boddhisatva).
En 1936 apareció en Los Cuadernos de la Fraternidad Polar (55), bajo la firma de
Enrico Contardi-Rhodio, el relato de una visita que el conde de Saint-Germain habría hecho
a este escritor en París en 1934. Lo más maravilloso de este relato es que el autor, para
escribir su relato, se ha inspirado manifiestamente en un texto escrito por Eliphas Levi en
1865, a propósito de la visita de un cierto Juliano Capella. La similitud de ciertos detalles es
asombrosa: la forma de llamar a la puerta, la descripción del visitante, su manera de entrar
y de comportarse en la habitación, los detalles dados sobre su vida y sus previsiones, no se
ha omitido nada (56).
(54) - The London Forum, Londres, sept, de 1935, pp. 197-199. Lo mismo sucede con la
afirmación de Manly Hall, diciendo que el retrato que publica del conde de Saint-Germain es la
reproducción de un cuadro del museo del Louvre en París. Cf. The Phoenix. Los Angeles. California,
1935. El único retrato conocido es el grabado de N. Thomas, que reproduce el cuadro del gabinete
de la Sra. d’Urfé, el cual se encuentra en el departamento de estampas de la Biblioteca Nacional.
(55) - Cahiers de la Fraternité Polaire, julio-octubre de 1936, Nros. 3-4, pp. 19-21. Una
continuación ha aparecido en esta revista en enero- febrero de 1938.
(56) - PAUL CHACORNAC. ELIPHAS LÉVI. París, 1926, pp. 242-245.
263
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Otra visita del conde de Saint-Germain ha sido señalada por el escritor Maurice
Magre. Esta visita tuvo lugar también en París, en casa de un joven al que el escritor no
conocía.
“Saint-Germain el inmortal" había venido a ver a este joven “en reconocimiento a
uno de sus abuelos, rosa- cruz como él, y que le había rendido un servicio en tiempos muy
lejanos”. Añadamos, no obstante, que Maurice Magre no da este testimonio más que bajo
todo tipo de reservas (57).
Y como para confirmar esta supuesta visita, Paris-Midi publicaba el 6 de mayo de
1940, bajo la firma L. de G., el artículo siguiente: El conde de Saint-Germain, famoso mago
del siglo XVIII, ¿ha reencarnado en diciembre de 1939?.
Hemos tenido que aguardar hasta el 2 de febrero de 1945 para aseguramos
exactamente sobre esta cuestión, gracias al Sr. Roger Lannes, que escribía en Le Parisién
libéré:
“¡Se anuncia del Midi que el conde de Saint-Germain ha reaparecido y que pronto
se conocerá su rol oculto!”
Es con estas informaciones que acabaremos el segundo capítulo de esta “leyenda”
que, a decir verdad, ha “hechizado” a todos los que se han ocupado del conde de Saint-
Germain. Trataremos de determinar en la última parte de nuestro estudio la porción de
verdad - en gran medida simbólica, dicho sea de paso - que ha podido dar nacimiento a
estas historias fantásticas, las cuales no siempre han sido propagadas con intenciones
perfectamente desinteresadas.
(57) - M. Magre. Les Interventions surnaturelles. París, Fasquelle, 1939, pp. 163-165.
264
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CUARTA PARTE
UN ENIGMA HISTÓRICO
E. RENAN
265
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO ÚNICO
Henos aquí llegados a la última parte de nuestro estudio. En las precedentes hemos
tratado de mostrar quién era el conde de Saint-Germain, despojado de su aurora de
leyenda, y desnudo de todas las imposibilidades emitidas sobre su nombre y nacionalidad;
vamos ahora a intentar exponer nuestra idea sobre su origen, que creemos germano-
español. Sin embargo, rogamos a nuestros lectores que consideren lo que vamos a
exponer, no como una certeza, sino como una hipótesis; de todos modos esta hipótesis nos
parece valiosa si tenemos en cuenta ciertas palabras pronunciadas por el conde mismo
sobre los primeros años de su vida.
El punto de partida de este curioso problema nos es proporcionado por la Sra. de
Genlis. A una pregunta directa planteada por la madre de la escritora, el conde de Saint-
Germain respondió:
“Todo lo que puedo deciros sobre mi nacimiento es que a los siete años erraba en
el fondo de los bosques con mi gobernador... ¡y que se había puesto precio a mi cabeza!...
La víspera de mi huida, continuó el conde, mi madre, a la que no debía volver a ver...
adhirió su retrato a mi brazo... ”.
El conde arremangó su brazo y separó un brazalete perectamente pintado en
esmalte, y que representaba a una mujer muy bella...”.
266
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La Sra.de Genlis dice que el Sr. de Saint-Germain no añadió nada más, y cambió de
conversación. Sin embargo, ella misma hace el siguiente anexo a lo dicho:
“Cuando partió, sentí un gran pesar, el de oir a mi madre MOFARSE de SU expulsión y
de la reina, su madre; pues esta cabeza puesta a precio desde la edad de siete años, esta
huida en los bosques, con un gobernador, daban a entender que era el hijo de un rey
destronado” (1).
Un pasaje de este documento es bastante raro. En efecto, en él se señala que la
madre de la Sra. de Genlis se mofa de la reina, madre del conde de Saint-Germain, de lo
cual nada se habla en el texto que precede. He ahí una anomalía bastante singular, que
tendería a probar que la Sra. de Genlis ha omitido ciertas palabras del conde, concernientes
a un secreto que no se querría revelar.
Por otra parte, la última línea del contexto es muy sugestiva, pues ella deja suponer
que el conde de Saint-Germain sería de origen regio, lo que no es incompatible con la
opinión emitida por Luis XV, y referida por la Sra. du Hausset: “El rey habla de él a veces
como siendo de un nacimiento ilustre” (2).
El barón de Gleichen, por su parte, nos da parte de un detalle muy característico,
que concuerda perfectamente con nuestras dos citas: “El [conde de Saint-Germain] gustaba
de contar cosas de su infancia, y se describía entonces rodeado de un cortejo numeroso,
paseando por terrazas magníficas, en un clima delicioso, como si hubiese sido el príncipe
heredero de un rey de Granada en tiempos de los moros” (3).
Esta última indicación, que viene también en apoyo del nacimiento regio del conde
de Saint-Germain, y que nos deja suponer que podría ser de origen español, es corroborada
por un extracto de las Memorias de Jean de Harden- brock: "Tiene el aire de un español de
alta cuna, y habla con mucha emoción de su difunta madre. Firma ‘Príncipe de Es...” (4).
El escritor, muy probablemente, ha querido decir “Príncipe de España”.
267
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
A propósito de esta dignidad, Saint-Simon nos da a conocer que "el título de príncipe
es tan poco conocido en España, y al mismo tiempo tan poco estimado, que ningún español
lo ha portado nunca, incluyendo los infantes de los reyes, si se exceptúan algunos de los
presuntos herederos de la corona” (5). Este último comentario del gran autor de memorias
nos parece que debe reforzar la presunción de la descendencia regia del conde de Saint-
Germain.
Pero, ¿De quién puede ser hijo? - Ciertamente que no del rey de España, Carlos II,
pues es de notoriedad pública que este rey nunca tuvo hijo alguno; por otra parte, esta
paternidad habría impedido la guerra de sucesión de España. El secreto ha sido bien
guardado.
Por volver al origen español, citemos además la opinión del Sr. de Kauderbach, el
cual, en una carta a uno de sus amigos, le da a conocer que el conde de Saint-Germain
“pretende él mismo ser español” (6).
En fin, he aquí la perfecta “retractación” del Sr. de Luchet, uno de los perseguidores
“post-mortem” del conde de Saint-Germain, el cual también es partidario del origen
español. No cita a nuestro personaje, pero a través de las líneas se adivina fácilmente de
qué habla, ningún error es posible.
“Hemos conocido”, dice, “un Grande de España, pleno de inteligencia, de talentos,
de conocimientos, escribiendo bien en verso, en prosa, hablando todas las lenguas,
interpretando todos los instrumentos, y el más insoportable de los mortales; más conocido
después por sus aturullamientos, sus viajes, sus desgracias; indignamente calumniado.
(5) - Saint-Simon, Mémoires. París, Hachette, 1872, t. II, p. 264. El título de “Príncipe de
España” fue dado al hijo de Doña Juana la Loca, Don Carlos, padre de Felipe II, por las Cortes de
Yalladolid, en 1513, por este motivo: "Si un día la reina recuperase la salud y la razón, el príncipe su
hijo dejaría el gobierno y devolvería a su madre los reinos del Estado: que las cartas, las cédulas
reales y las otras actas, mientras la reina viviese, llevarían primero su nombre, y después el de su
hijo, que no tendría otro título que el de Príncipe de España”. Cf. A. Violet. Histoire des Bourbons
d'Espagne. Paris, Moreau, 1843, p. 363.
(6) - El Sr. de Kauderbach al conde Wackerbath-Salmour. La Haya, 4 de abril de 1760. Cf.
G. B. Volz, obra diada, p. 212.
268
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
269
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
270
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
271
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(19) - Femando Enriquez de Cabrera, 5S almirante de Castilla, fue hecho duque de Rioseco
por Carlos Quinto en 1520.
(20) - El nombre de Cabrera es un antiguo nombre aragonés, de origen netamente real.
(21) - F. Duro, obra citada, p. 104.
(22) - Eleonora de Toledo, hija de Femando Alvarez de Toledo, el famoso duque de Alba,
virrey de Nápoles, se casó con Cosme I de Médicis en 1539.
(23) - Se dice que uno de los abuelos del Almirante, compañero de Pi- zarro, el conquistador
de Perú, se había unido con una hija de los Incas, cuyos derechos, que no el nombre, sobrevivían
en su raza. Cf. F. Combes. La princesse des Ursins. París, Didier, 1858, p. 108.
272
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
273
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
274
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
275
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
De espíritu elevado, “era muy sabia en todas las ciencias, singularmente en las
matemáticas y la geografía, que conocía perfectamente; hablaba ocho o diez lenguas, y
particularmente la francesa a la perfección. Era asimismo un músico excelente, c incluso
componía a veces piezas que hacía ejecutar por la orquesta afecta a su corte” (34).
Tenía 22 años cuando el 28 de agosto de 1689, en Neubourg, en presencia del
emperador Leopoldo y de la emperatriz, su hermana, “se desposó” con Carlos II, rey de
España, en la persona del rey de Hungría (35). El matrimonio no tuvo lugar hasta el 4
demayo de 1690, en Valladolid. De toda su familia, sólo su hermano el príncipe Luis-
Antonio, gran maestre de la orden Teutónica, acompañó a su hermana en España (36).
Se cuenta de la llegada de la reina a sus estados una historia muy singular:
“Esta princesa había sido presentada por un gran señor de la corte de su marido,
que hizo un gran discurso donde el elogio de la princesa era rizado en todos los sentidos.
El marqués del Carpió (37), encargado de recibirla, acercándose a la oreja del orador, le dijo
por toda respuesta:
(34) - E. Ducere. La reine Marie-Anne de Neubourg á Bayonne en Boletín citado, p. 171.
(35) - El emperador de Alemania, Leopoldo I, se había casado en terceras nupcias con
Eleonora-Magdalena, hermana mayor de María Ana, mientras que su hermano mayor se había
casado con la cuñada del emperador, la archiduquesa María-Ana-Josefa. Su segunda hermana,
María-Josefa-Isabel, se casó con el rey Pedro II de Portugal. Otro de sus hermanos, Alejandro-
Sigismundo, fue obispo de Augsburgo.
(36) - La orden de los Caballeros de Santa-María de los Teutónicos o de los Alemanes, nació
a principios del siglo XII. Tras la toma de San Juan de Acre por los Musulmanes, la orden se retiró a
Venecia, y posteriormente a Marienbourg, fortaleza que lomó el nombre de la Virgen, patrona de
los caballeros, más tarde aún a Koenigsberg, y finalmente a Mergentheim. La orden subsistió en
Alemania pese a fortunas diversas en la lucha contra la Reforma, pues los grados superiores estaban
reservados a los nobles de la religión católica. Los patronos de la orden son: Santa María, San Jorge
y Santa Isabel; la orden tiene dos clases: caballeros y sacerdotes, que debían ser todos de lengua
alemana. De 1684 a 1694, el gran maestre fue Luis-Antonio de Neubourg, y de 1694 a 1732
Francisco-Luis de Neubourg, ambos hermanos de la reina de España. Los títulos de la orden eran:
caballeros de la orden Teutónica, señores Teutónicos y señores de la Cruz. La orden tiene
actualmente su sede en Viena. Cf. FEUX Salles. Annales de l'ordre Teutonique ou de Sainte-Marie de
Jérusalem. París, 1887.
(37) - El marqués del Carpió, tío del duque de Alba, muerto como embajador en París, se
había casado con la sobrina del conde de Melgar.
276
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
¿Está encinta? - Es lo que nos hace falta” (38). Parece pues que, ya desde este
momento, había quienes estaban sumamente preocupados por las dificultades que
aguardaban a España si Carlos II venía a morir sin heredero, y tenemos en un extracto de
la correspondencia de la princesa “palatina” un reflejo de esta inquietud:
“Recibo a veces de la reina de España cartas muy amables; lamento que esta pobre
reina sea tan infeliz. Sería una gran dicha para Europa que tuviese un hijo; chico o chica,
todo sería bueno, con tal de que viviera (39); pues no es preciso ser profeta para adivinar
que si el rey de España muere sin hijos, se desencadenará una terrible guerra; todas las
potencias pretenden su sucesión; ninguna de ellas querrá ceder ante las demás, y sólo la
guerra podrá decidir” (40).
Se sabe que los acontecimientos dieron la razón a estos temores, pues la unión
“política” de María Ana de Neubourg y de Carlos II quedó estéril. Sin embargo, se habla de
ciertas debilidades de un corazón amante que la naturaleza, se decía, había hecho
demasiado sensible, y se ha pronunciado un nombre, el del conde de Melgar que, hacia
esta época, gozaba de un poder casi superior al de su rey.
Muerto el padre del conde de Melgar, el almirante Juan Gaspar, aquél heredó ese
título y el de “24 de la ciudad de Sevilla”, grandeza muy codiciada, el título de duque de
Medina de Rioseco, y el de comendador de Piedrabuena, de la orden de Alcántara.
Algún tiempo después, devino uno de los tenientes-generales del reino, y brilló en
los consejos de la corona, como rival afortunado de los condes de Monterrey y de
Benavente, del marqués de Villafranca, del conde de Frigiliana, e incluso del poderoso
duque de Montealto, Femando de Moneada, primer ministro (41).
(38) - P.-J. Grosley, obra citada, p. 233.
(39) - Una noticia, bastante misteriosa, es citada por Dangeau en su Journal, con fecha del
5 de septiembre de 1696 (t. V): “Se habla de la muerte de la reina de España. La reina estaba encinta,
y se le ha abierto el costado; el niño era un muchacho, ha tenido vida y ha sido bautizado”. Sin
embargo, esta noticia fue desmentida el 10 de septiembre siguiente: “La reina no está ni muerta,
ni envenenada, ni encinta”.
(40) - Correspondance de Madame, Duchesse d'Orléans, mère du Régent. Paris,
Charpentier, s. f. t. I, p. 40.
(41) - F. DURO, OBRA CITADA, pp. 43-44.
277
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
278
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Tras la paz de Ryswick (20 de septiembre de 1697), Luis XIV inauguró en España una
política de atracción a base de corrupciones. Compró hasta donde pudieron las voluntades
de algunos señores venales, y el oro francés circuló en detrimento del poder del Almirante.
La decadencia y la miseria de España eran en este tiempo considerables, y con
algunos millones el Rey Sol supo crear un estado que, “de facto”, se hallaba en sintonía con
su política personal. Obtuvo el cese del confesor del rey y del conde de Harrach, personajes
del partido austríaco, y desde este momento la influencia oculta del cardenal Portocarrero
se desarrolló fuertemente en la corte de Carlos II.
Gran diplomático, el Almirante trató de contener la influencia de su rival
asociándose con el conde de Oropesa (45) en el gobierno, nombrándole primer ministro y
presidente de Castilla; pero la penuria de 1698 condujo a los enemigos de Oropesa a
acusarle de acaparar los artículos de primera necesidad, y el hambre desencadenó un
amotinamiento del pueblo, excitado por jefes a las órdenes del cardenal Portocarrero,
saqueando el palacio de Oropesa y el del Almirante.
Portocarrero obtuvo inmediatamente del rey Carlos II, débil marioneta sin fuerza ni
energía, el cese de Oropesa y del Almirante, e incluso su exilio, por decreto del 23 de mayo
de 1699. El arzobispo de Toledo, a consecuencia de sus intrigas, fue hecho primer ministro,
entregando su patria a la voluntad de Luis XIV (46), y anulando la vacilante y miserable
realeza del infortunado Carlos II. Para obtener el cese del Almirante, el cardenal
Portocarrero le acusó de haber “hechizado” al rey (47).
(45) - El abuelo del conde de Oropesa era primo-hermano de Juan, duque de Braganza, que
subió al trono de Portugal en 1640.
(46) - Luis XIV no podía actuar de otro modo, pues habiendo pasado la herencia a la casa de
Austria, esto iba contra el equilibrio europeo y la grandeza de Francia.
(47) - Se apodó a Carlos II el rey hechizado. “Evocado el diablo, afirmó que la enfermedad
del rey era producto de un sortilegio: una droga, compuesta a base de un cerebro humano y
administrada en el chocolate, había desecado sus nervios y viciado su sangre. Para curarse del filtro
infernal debía ingerir cada día una taza de aceite sagrado". Cf. P. 01 Saint-Victor. La cour d‘Espagne
sous Charles II. París, Calminn- Lévy, 1925, p. 250.
279
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
280
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
281
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La reina viuda, María Ana, había sido obligada a abandonar Madrid, mucho antes
que el Almirante, a consecuencia de la hostilidad del arzobispo de Toledo (58).
Se quejó a Felipe V, y éste respondió que no tenía sino que escoger una de las
ciudades de España, la que fuera más de su agrado, “entre las que le fueran propuestas de
su parte” (59). Pese a ello, la reina viuda fue finalmente relegada a Toledo por el cardenal
Portocarrero, bajo promesa de fidelidad (60). Durante este tiempo, el Almirante hacía
grandes y lentos preparativos para unirse a su puesto.
"Partió lo más tarde que pudo [13 de septiembre de 1702], y marchó a paso de
tortuga. Iba acompañado de su bastardo [?], de varios gentilhombres de su confianza (61),
y del jesuita Cienfuegos (62), su confesor. Había tomado consigo todas sus piedras
preciosas y lo que pudo coger de dinero (63), y puso a buen recaudo dinero y efectos (64).
(58) - Según la Histoire politique et amoreuse du cardinal Portocarrero (s. 1., 1710),
habiendo rehusado la reina ser del cardenal, éste para vengarse se puso del lado francés, en
oposición al de la reina austríaca.
(59) - SANDRAZ DE COURTILS, obra citada, p. 375.
(60) - Señalemos que en un artículo del testamento de Carlos II, así como en el codicilo
firmado el 5 de octubre del 1700, se determinaba que el sucesor de la corona debía reservar a la
reina viuda el gobierno de los Países Bajos, y de algunas ciudades de Italia, a su elección, y
solamente en el caso de que prefiriera residir en España, retirada en alguna ciudad, debería dársele
la soberanía y jurisdicción de esta.
(61) - “La mayor parte de los grandes habían acompañado bastante lejos al Almirante
cuando éste partió”. La princesa de los Ursinos al Sr. de Torcy, 10 de enero de 1703. Cf. Madame
des Ursins et la succession d'Espagne, París, Champion, 1903.
(62) - El Padre Alvarez Cienfuegos (1657-1739), unido al Almirante por la más estrecha
amistad, fue primero profesor de filosofía en Cont- póstela y de teología en Salamanca. Tras la
muerte de su hijo espiritual, marchó a Alemania, y fue encargado por los emperadores José I y
Carlos VI de altas misiones diplomáticas en las cortes de Madrid, Lliboa, Londres y La Haya. Carlos
VI le hizo elevar a la dignidad de cardenal, le-nombró su ministro plenipotenciario en Roma, y
posteriormente obispo de Catania y arzobispo de Montreal, en Sicilia.
(63) - "Partió llevándose más de tres millones de efectos", Mémoires du duc de Noailles,
libro III.
(64) - El Almirante había hecho importantes depósitos de dinero de los bancos de Venecia,
Génova y Amsterdam. Cf. F. Duro, obra citada, p, 127. El Almirante tenía al menos 100.000 escudos
de rente en fondos de tierra en España y en Sicilia. Cf. Dangeau, obra citada, t, IX, agosto de 1703.
282
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Próximo a Navarra, desapareció con sus compañeros, y por rutas desviadas, en las
que había secretamente dispuesto las paradas, alcanzó la frontera de Portugal, antes de
que la noticia de su huida, llevada a Madrid, hubiese dado tiempo para poder atraparle”
(65). Llegado a Lisboa, dió su adhesión al partido del emperador y a la casa de Austria, a la
que prometió secundar. Parece que en este momento soñó con ciertos derechos de su
familia a la corona del Perú, que le provenían de un sobrino de la raza de los Incas (66).
Sin embargo, en Madrid, el cardenal Portocarrero y la Sra. de los Ursinos, camarera
mayor de la reina, fueron los más encarnizados contra el Almirante. Se le hizo un proceso
(agosto de 1703), y se le condenó a muerte, por contumacia, es verdad, con confiscación
de sus bienes, para gran escándalo de la nobleza y del duque de Medinaceli, que exclamó:
"no se debe tratar de esa forma a gentes como nosotros” (67).
El Almirante respondió de Lisboa por un manifiesto en el que hacía mención de la
bajeza del arzobispo de Toledo (68), y de la falsedad de Luis XIV, que reducía a España al
rol de potencia satélite de Francia (69). La influencia de este manifiesto fue decisiva sobre
España, y la guerra civil fue su consecuencia inmediata.
El emperador Leopoldo I, por consejo del Almirante, abdicó de sus derechos en
favor de su hijo, el archiduque Carlos, el cual desembarcó en Lisboa y fue proclamado rey
de España bajo el nombre de Carlos III, con el apoyo de los ejércitos y las escuadras de
Inglaterra, Portugal, Holanda y Austria.
(65) - Saint-Simon, obra citada, t. II, p. 381. De todos los autores de memorias, Saint-Simon
es el único que habla de un bastardo del Almirante; todos los demás están de acuerdo en el
parentesco de que no sería otro que su sobrino, Pascual Henriquez, hijo del marquéz de Alcañiz, su
hermano. Por lo demás, el sobrino abandonó al Almirante y declaró contra él.
(66) - “El confesor de la reina, mujer de Felipe V, me ha intención del Almirante al llevarse
a su sobrino, es la de darlos a los ingleses, que deben llevarlo a Méjico como heredero, por parte
de su madre, de los últimos Incas. La princesa de los Ursinos al Sr. de Torcy, 25 de octubre de 1703,
obra citada.
(67) - Abad Millot, Mémoires du duc de Noailles, París 1777 t. III p. 415.
(68) - Según el marqués de Villafranca, es el cardenal Portocarrero "quien perdió al
Almirante, a fuerza de maltratarle”. La princesa de los Ursinos ai Sr. de Torcy, 25 de noviembre de
1702, obra citada.
(69) - El almirante unió a su manifiesto una sátira mordaz sobre la entrada de los Borbones
en la monarquía española, los cuales, dice, querían dominar el mundo. E. Chao. Historia de España,
t. IV, p. 207.
283
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(70) - J. R. de Missy. Histoire publique et secrète de la cour de Madid. Cologne, 1719, p. 60.
(71) - La Clef du cabinet des Princes de l'Europe. Luxembourg, 1704, t. I, p. 5.
(72) - En un mandamiento publicado en marzo de 1706, Manuel Arias se expresa así: “Aun
suponiendo que los derechos de Felipe V parezcan en algún modo dudosos, España debe
considerarse dichosa de vivir bajo un Príncipe así”. Cf. La Clef du Cabinet, t. IV, p. 157.
284
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(73) - “Es muy cierto que hay una especie de confederación entre los grandes de España,
que evitan todos parecer afectos a Francia, y que consideran como una cosa posible que el
archiduque devenga su rey". La princesa de los Ursinos al Sr. de Torcy, 29 nov. 1702, obra citada.
(74) - Según Danoeau, debía ejecutarse un complot el 11 de junio de 1705 en el Palacio del
Buen Retiro de Madrid, contra la persona de Felipe V y de la reina, para llevarles a Lisboa, pero la
tentativa fracasó.
(75) - Podemos así leer, en las Nouvelles de l'Ordre de la Boisson (s. 1„ 1703-1705),
redactadas por FR. Moroier, este dardo picante: "De Lisboa, 20 de febrero de 1705. El Almirante
danzó (en una mascarada) las locuras de España, que es su danza ordinaria”.
(76) - La Clef du Cabinet, t. II, p. 396.
(77) - Mémoires de S MNT -PHIUPPE , T. I, P. 349.
285
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Sin embargo, el Archiduque acordó la autorización deseada, pero esto no fue sino
por petición del rey de Portugal.
Desesperado de ver que el sacrificio que había hecho por Carlos III era tan poco
estimado y su persona menos considerada aún, el Almirante, llegando a Estremoz, tuvo un
ataque de apoplejía, del que murió el 21 de junio de 1705, hacia las 5 de la tarde. El cuerpo
del difunto fue embalsamado, y puesto provisionalmente en la iglesia de los Jerónimos de
Belém, la sepultura de los reyes de Portugal (78).
Algunos meses después de la desaparición del último Almirante de Castilla, la reina
viuda de España, María Ana de Neubourg, que había sido, como se recordará, relegada a
Toledo desde 1702, en el Alcázar, que domina toda la ciudad desde su masa imponente,
quiso manifestar su alegría por la entrada de las tropas del archiduque en Madrid (junio de
1706).
Más apasionada cada vez por los intereses de la casa de Austria, a la que en vano
defendió con todo su corazón y de todas las maneras, creyó conveniente enarbolar el
estandarte de Carlos III en lo alto del Alcázar, pero los habitantes de Toledo arrancaron el
emblema sedicioso, proclamaron que su rey era Felipe V, y pusieron guardias a la reina
viuda. No obstante, la trataron con respeto (79).
Felipe V, tan pronto como volvió a Madrid, juzgó prudente, y esto por el consejo
interesado de la Sra. de los Ursinos, echarla del reino; rogó a su abuelo que la tomara bajo
su hospitalaria guardia.
(78) - El único retrato conocido del Almirante de Castilla figura sobra la célebre tabla del
Escorial que se halla ante el altar de la Santa Hostia, pintada por el artista español Claudio Coello.
Esta tabla se manija como un telón de escena.
(79) - Mémoires du maréchal de Berwick. Paris, 1780, t. I, p. 340. Cuando el archiduque, tras
su entrada en Madrid, fue reconocido como rey de España bajo el nombre de Carlos III, el cardenal
PortocarTero, retirado a Toledo, su ciudad episcopal, tuvo una actitud singular. "El día en que esta
ciudad prestó juramento y rindió homenaje a este príncipe, no olvidó nada para manifestar su
júbilo; iluminó su palacio, cantó el Te Deum en la catedral, bendijo públicamente el estandarte del
Archiduque con las ceremonias ordinarias, y ejecutó todo aquello con tanto celo y empeño, que los
enemigos mismos quedaron sorprendidos. A consecuencia de este cambio imprevisto, se puso en
relación con las personas que creía de sentimientos similares a los suyos, y se reconcilió con la reina
viuda a la que él mismo había relegado en Toledo". Mémoires de Saint- Philippe. t. II, pp. 65-66.
286
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Luis XIV aceptó, “pero deseando que fuese acogida y tratada en sus estados, con los
honores debidos a su regia dignidad” (80).
El rey de España “encargó pues al duque de Osuna, uno de sus capitanes de la
guardia, que tomara quinientos caballos, fuera a Toledo (81), viera al llegar a la reina viuda,
la dijera que la encontraba allí demasiado cerca de los ejércitos para residir tranquilamente,
y la rogara que, sin mayor demora, fuese al encuentro de la reina a Burgos. La reina viuda
pareció muy afligida y confundida por este cumplido, buscó excusas y demoras, pero el
duque de Osuna mezcló tan bien la firmeza con el respecto que no la dió más de
veinticuatro horas, al cabo de las cuales la hizo partir con todo lo que ella tenía alrededor,
y en lugar de llevarla a Burgos la hizo conducir a Vitoria.
Durante este viaje, despachó al rey para recibir sus órdenes en el lugar de la frontera
de Francia al que se la conduciría. Pau fue escogido por la comodidad y lo agradable del
castillo y de sus jardines; pero la reina viuda, informada finalmente del lugar al que iba,
pidió Bayona por preferencia, y la obtuvo” (82).
Fue el 20 de septiembre de 1706 cuando la reina María Ana hizo su entrada solemne
en la ciudad de Bayona. El duque de Grammont, gobernador de Gascuña, vino a
cumplimentarla a la puerta de la ciudad, a la cabeza de los magistrados en traje de
ceremonias, y la presentó las llaves de la ciudad, lo que hizo decir a un periodista de ecos
de sociedad:
“Los honores que se han rendido a esta princesa no son conformes a la recepción
que ordinariamente se hace a una prisionera de Estado” (83).
Si esta reflexión probaba la ignorancia de su autor, qué decir de los términos de que
se sirvió la Sra. de los Ursinos escribiendo al duque de Grammont:
(80) - A. de Courcy. L'Espagne après la paix d'Utrecht. París, Plon, 1891, p. 279.
(81) - En Toledo, en la capilla de San Juan de la catedral (tesoro), se ven cuatro globos en
plata rematados por una figura del mismo metal, de 3 pies de altura, que representan las cuatro
partes del mundo. Cada figura está adornada de piedras preciosas que componen la parte del
mundo que representa. Fue durante su estancia en esta ciudad que María Ana hizo este presente
a la catedral, pidiendo misas para su reposo.
(82) - SAINT-SIMON, obra citada, t. III, p. 293.
(83) - Cf. La Clef du Cabinet, t. V, p. 318
287
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
"Esta princesa ha tenido muchas desdichas en su vida; y la menor no creo que haya
sido no haber tenido junto a ella a personas lo bastante desinteresadas para no amarla más
que por su gloria y sus verdaderos intereses; ha tenido la desgracia de hacer el bien a
muchas gentes que la han pagado con la ingratitud” (84).
Ya conocemos, y veremos a continuación, lo que ocultaba esta “solicitud” de la
camarera mayor para con la reina viuda. Hacia 1713, el gobierno de Luis XIV, asustado por
los suntuosos gastos de la reina viuda, cuyo cargo asumía, habría querido verla retomar el
camino de España. El marqués de Torcy, por orden del rey, escribió a la Sra. de los Ursinos:
"El rey cree que estaría mucho mejor en España que en Francia, e incluso que el
honor del Rey Católico está, en alguna forma, interesado en no dejar a la viuda del Rey, su
predecesor, en una especie de exilio, cuando parece que su retomo a España no puede
aportar trastorno alguno a la tranquilidad del Estado.
Os suplico, Señora, tengáis a bien hacerme saber las intenciones de Su Majestad
Católica a este respecto” (85). Nada pudo doblegar a Felipe V, y la animosidad de la reina
viuda hacia la Sra. de los Ursinos se acrecentó (86). Tanto es así que al año siguiente, cuando
la nueva reina de España, Isabel de Famesio, sobrina de María Ana de Neubourg (87) pasó
por Pau para reunirse con su marido, Felipe V, tuvo lugar una entrevista entre las dos
reinas, y la suerte de la Sra. de los Ursinos fue decidida, adhiriéndonos nosotros a la opinión
del duque de Saint-Aignan cuando escribe:
288
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“He oído decir que los términos en los que se ha explicado la reina [Isabel de
Famesio] sobre el alejamiento de la Sra. de los Ursinos y sobre su conducta fuera del reino,
eran poco más o menos los mismos que aquellos de los que se había servido la Sra. princesa
[de los Ursinos] para hacer salir a la reina viuda de España” (88).
Cuando la Sra. de los Ursinos atravesó Bayona tras su “ejecución”, solicitó en vano
el honor de presentar sus respetos a la reina viuda; ésta rehusó claramente recibirla, lo que
hizo decir a Saint-Aignan:
“Su enemiga triunfante la trató como una apestada y una maldita” (89).
María Ana de Neubourg no desaprovechó ninguna ocasión de hacer su corte, bien
a Francia bien a España, esperando siempre acabar su largo exilio, pero no tuvo éxito por
largo tiempo. María Ana de Neubourg habitó treinta y dos años en Bayona, y cuando
finalmente recibió la autorización de volver a España, murió casi inmediatamente. Durante
su estancia la reina viuda permaneció bajo la vigilancia de las autoridades francesas, que
no dejaron sin embargo, de testimoniarla su más respetuosa consideración. La reina habitó
sucesivamente, en Bayona, las tres residencias siguientes: El Castillo Viejo (1706-1712), el
palacio episcopal (1712-1715), y finalmente el palacio de Saint-Michel (1715-1738) (90).
Durante su permanencia en Bayona, tuvo una vida bastante desahogada, pero
desnuda de pasión (91); muy piadosa, su caridad no tuvo igual, como tampoco su
extraordinaria generosidad para con todos, y sin embargo el cotilleo público la acusó de
cicatera y de amontonar oro y joyas, “teniendo al mismo tiempo la precaución de enviarlos
a un país extranjero, a fin de prevenir cualquier eventualidad” (92).
(88) - Saint-Aignan a Torcy, 5 de enero de 1715.
(89) - A. de Courcy, obra citada, p. 372.
(90) - E. Ducere, obra citada, N° 12, p. 339. La reina viuda hizo construir hacia 1718 el castillo
de Marras, residencia de verano que nunca habitó, prefiriendo el palacio de Saint-Michel, situado
a poca distancia.
(91) - Sin embargo, se dirá más tarde en Bayona, aun sin creer en ello sinceramente, que la
reina viuda había amado, en secreto, al joven caballero de Larrétéguy, y que había nacido una hija
de su misteriosa unión. Un día que la carroza de María Ana fue detenida por un atasco en el puente
Mayour, el hermano mayor de Larrétéguy, que pasaba por allí, gritó en voz alta: “¡Paso a mi
cuñada!”. Fue detenido, y conducido al castillo de If. Cf. A. de Courcy, obra citada, p. 201.
(92) - E. Ducere, obra citada, N° 11, p. 151.
289
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
La reina viuda gustaba de invitar a comer, pues ella nunca comía fuera de su casa;
su pequeña corte estaba compuesta de unos pocos hombres y mujeres de Bayona; sus
servidores eran españoles, italianos o alemanes. Muy afable, dió magníficas fiestas y
numerosos conciertos, teniendo un grupo de músicos pagado por ella, y tocando ella
misma piezas de su propia composición” (93).
Sin embargo, era tiempo de que su exilio se terminase, su salud se había vuelto
vacilante (94). En 1738, el gobierno español, tantas veces solicitado por los ministros de
Luis XIV y de Luis XV, se decidió a autorizarla a volver a España. Su partida de Bayona tuvo
lugar el 17 de septiembre. Llegada a Pamplona, cayó gravemente enferma y alcanzó
lentamente Guadalajara, que le había sido asignada como residencia.
Dos años más tarde, en agosto de 1740, la reina viuda de España, viuda de Carlos II,
murió silenciosamente, y su recuerdo se habría sin duda borrado de la memoria de los
pueblos, si no se hubiese convertido en la probable heroína de un extraño drama, cuyo
valor poético y escénico sobrepasa con mucho su sentido histórico (95). La hipótesis que
hemos emitido sobre la posibilidad de una ascendencia germano-española del conde de
Saint-Germain (96), puede justificarse por diferentes hechos sacados de las biografías de la
reina María Ana de Neubourg y del Almirante de Castilla, confrontados con ciertas
habladurías aportadas sobre nuestro personaje en el curso de su aventurada vida.
(93) - E. DUCERE, obra citada, n° 11, p. 178.
(94) - El 10 de agosto de 1722, María Ana de Neubourg perdió a una de sus hermanas,
Edwige-Isabel-Amelia, la cual había estado unida en 1691 al príncipe Jaime Sobieski, primogénito
del famoso rey de Polonia. Una de las hijas de la principesca pareja, María-Carlota, se desposó
sucesivamente con los dos hijos de Carlos-Godofredo, duque de Bouillon: Federico-Mauricio-
Casimiro, príncipe de Turena, y Carlos-Godofredo, duque de Bouillon. La otra hija, María
Clementina, se casó con el príncipe Jaime Eduardo Estuardo, llamado el caballero de San Jorge, y
devino madre del Pretendiente Carlos-Eduardo, del que hemos hablado en el primer capítulo de la
2* parte. Si se admite el parentesco del conde de Saint-Germain con María-Ana, nuestro personaje
pertenece, pues, al círculo de los Estuardos exilados, y ha podido estar mezclado en la insurrección
jacobita de 1746. Del mismo modo, se comprende la insistencia del duque de Bouillon en conocerle
(v. parte segunda, cap. IV).
(95) - Víctor Hugo. Ruy Blas, drama en cinco actos, Leipzig, Brock- haus, 1838, in 12. “Toda
esta aventura es un cuento de hadas”, dirá Fr. Sarcey en 1872, cuando la pieza fue reestrenada en
el Odeón.
290
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Si nos remitimos al documento del príncipe de Hesse, leemos: “El [conde de Saint-
Germain] fue protegido prodigiosamente por el último Médicis. Esta casa poseía, como es
sabido, las más altas ciencias, y no es sorprendente que adquiriese allí sus primeros
conocimientos” (97).
En la exposición de la vida de la reina de España leemos que el último de los Médicis,
Juan Gastón, hijo de Margarita-Luisa de Orleáns y de Cosme III, gran duque de Toscana,
devino tío de María Ana de Neubourg por el matrimonio de su hermana, Ana de Médicis,
con el elector palatino Guillermo de Neubourg, hermano de María Ana, y que la electora,
una vez viuda, habitó en Florencia, de 1716 a 1743, fecha de su muerte.
Nada se opone a que el joven conde de Saint-Germain "fuese puesto bajo la
protección del último de los Médicis, que le hacía acostarse, como a un hijo, en su cámara”
(98), es decir, en el palacio Pitti, el cual servía de habitáculo al gran duque de Toscana en
Florencia. Juan Gastón de Médicis “era muy versado en las ciencias y en el estudio de las
lenguas, que había cultivado profundamente. No sólo conocía el toscano y la lengua latina,
sino que dominaba perfectamente el inglés, el alemán, el bohemio, el francés, el español y
el turco” (99). Además, era un excelente músico. Gustaba de retirarse para trabajar a una
parte de los magníficos jardines Boboli, contiguos al palacio Pitti, una suerte de “casino”
dominando una terraza “desde la cual se despliega un espacioso horizonte sobre la ciudad
y los alrededores de Florencia” (100).
(96) - A propósito del nombre de Saint-Germain, existe en España el título de duque de San
Germán; nombre y título pertenecen a Francisco de Sotavila, sucesivamente virrey de Cerdeña y de
Cataluña. Tras su victoria sobre Schomberg en Bellegarde, en 1674, San Germán fue muy influyente
en la corte de Madrid, y con Oropesa y el conde de Melgar se convirtió en uno de los señores más
poderosos que gobernaron España bajo Carlos ü. Como murió sin descendencia, el nombre de San
Germán cayó en desuso. ¿Puede haber sido dado al hijo del conde de Melgar en memoria del amigo
de su presunto padre?.
(97) - Principe de Hesse, obra citada, p. 134. Según C. Cantu: “El marqués de Saint-Germain
fue poderosamente protegido por el último gran duque de Toscana, de quien había hecho un
iniciado". Cf. Les Hérétiques d'ltalie. París, 1870, t. V, p. 53.
(98) - BARON DE GLEICHEN, obra citada, p. 133.
(99) - Vita di Gio-Gastone. Firenze, 1886, p. 6.
(100) - Guía de la ciudad de Florencia. Florencia, 1830, p. 479.
291
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
292
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Aunque las leyes de Castilla excluían de la corona a las líneas bastardas, de derecho,
pero no de hecho, pues la reina Juana de Castilla, apodada la Beltraneja, hija natural de
Juana de Portugal y de Beltrán de la Cueva, fue declarada heredera legítima de la corona
de Castilla por Enrique IV, marido de Juana de Portugal.
Puede ser, también, que el Almirante de Castilla se hubiese desposado
secretamente con la viuda del rey Carlos II, esperando por este medio devenir regente de
España, de acuerdo con María Ana de Neubourg; sin embargo, la pronta llegada de Felipe
V a sus estados cambió completamente la faz de las cosas: la reina viuda es relegada a
Toledo y el Almirante huye a Portugal.
Supongamos que la campaña emprendida por Austria, Inglaterra, Portugal’y
Holanda, hubiese tenido éxito; el archiduque Carlos podría tal vez haber deseado ver sobre
el trono de España a uno de sus aliados, o quizá hubiese reemplazado a la reina viuda de
Carlos II en sus prerogativas, suerte de pragmática sanción antes de la de su hija María
Teresa, pero la muerte del Almirante de Castilla en 1705 modificó el proyecto. El principal
actor desaparece. La reina viuda es internada en Francia. El archiduque se casa, y todo se
desploma.
Es por ello que el bastardo del Almirante de Castilla busca ocultarse a la mirada
de las personas encargadas de hacerle desaparecer. “Mi cabeza tenía puesto precio", dirá
el conde de Saint-Germain.
Pero, ¿Quién es entonces este gobernador que acompaña a nuestro personaje en
su huida? - Sólo hay un hombre importante que haya podido jugar este papel. Creemos
poder identificarlo con el conde de Cifuentes, el cual, tras haber sido al principio enemigo
del Almirante de Castilla, devino a continuación su amigo y su aliado. El conde ha sido uno
de los guerrilleros más a favor del partido austríaco en el momento de la primera incursión
de Felipe V en Cataluña. Comandaba una división de tropas catalanas auxiliares del
archiduque Carlos, y con sus guerrilleros mantenía constantemente en estado de alerta a
la retaguardia del mariscal Tessé, jefe de las tropas de Felipe V, delante de Barcelona (105).
293
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
294
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
295
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Muestra a unos y otros sus joyas y sus cuadros. Sus riquezas en joyas se explican de
la forma siguiente: estando en Bayona, María Ana de Neubourg “envía el oro y las joyas a
un país extranjero a fin de prevenir cualquier eventualidad”:
¿No sería esa una precaución tomada por la reina viuda a fin de asegurar la
existencia de su “hijo natural”?.
En cuanto a los cuadros, el conde de Saint-Germain los tiene de su presunto padre,
el Almirante de Castilla, que poseía, se dice, la más bella galería de Europa. Del mismo modo
puede explicarse la existencia de la famosa “minera” de nuestro personaje, minera que no
pudo conocer el duque de Choiseul, por el hecho de que el Almirante de Castilla “tenía
importantes depósitos de dinero en los bancos de Venecia, Génova y Amsterdam”, lo que
permitía al conde de Saint-Germain, por el simple juego de las escrituras, estar al abrigo de
las necesidades.
No olvidamos mencionar que la facultad lingüística de nuestro personaje le venía
de su supuesto padre y de su supuesta madre, la cual “hablaba ocho o diez lenguas”, y el
perfeccionamiento de Juan Gastón de Médicis que “había cultivado profundamente las
lenguas”.
Cuando Luis XV, “que tenía mucha confianza en él, le empleó para negociar una paz
en Inglaterra, y lo envió a La Haya” (111), el conde de Saint-Germain pudo, tal vez, cometer
el error de querer hacer valer su parentesco, lo que le volvió sospechoso a los ojos del
duque de Choiseul, que no había llegado a atravesar su incógnita.
Y cuando el barón de Gleichen dice que el conde de Saint-Germain llevó
antiguamente el título y el nombre de marqués de Montferrat, vemos ahí una nueva
indicación concerniente al Almirante de Castilla, el cual, como se recordará, jugó un papel
preponderante en la cesión de la capital del Montferrat a Francia (112).
296
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
297
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
QUINTA PARTE
… Y OTRO ENIGMA
DHAMMAPADA, 93
298
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
CAPITULO ÚNICO
Si las páginas que preceden aportan una explicación satisfactoria de los problemas
que plantea la vida del Sr. de Saint-Germain, rico gentilhombre cosmopolita, sabio y artista,
no explican en modo alguno la leyenda que se ha formado alrededor de su persona. Ahora
bien, esta leyenda existe y, cualquiera que sea la opinión que se profese, es también un
hecho histórico que debe tenerse en cuenta.
Si queremos reducir a sus elementos esenciales, la leyenda cuyo desarrollo hemos
trazado en la tercera parte de esta obra, diremos que se atribuye al conde de Saint-
Germain un rol oculto, o más precisamente “iniciático”, y una longevidad excepcional. Se
trata de un orden de cosas completamente extraño a los historiadores modernos; si llegan
a admitir que algunos personajes hayan podido jugar un papel importante, aunque secreto,
en la marcha de los asuntos de este mundo, no ven ahí más que una acción política que se
ejerce por medios más o menos comprobables. En cuanto a una longevidad de varios siglos,
se da por supuesto que no puede ser, para todo espíritu “serio” de nuestra época, más que
un sueño o una impostura.
En realidad, tal actitud testimonia una mentalidad específicamente occidental y
moderna, y nada hay en las prerrogativas atribuidas al conde de Saint-Gcrmain que pueda
299
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
300
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Del mismo modo, se dice que el héroe Gucsar de Ling volverá al final del ciclo "para
exterminar a quienes se oponen al reino de la justicia” (7).
La tradición islámica reconoce igualmente a varios personajes una longevidad
excepcional. El Imán oculto de los chiítas, desaparecido en el siglo IX en el mundo subterrá-
neo en Samarra de Iraq, debe volver antes del fin del ciclo y, en la función de Mahdi -
literalmente “conductor” -, reunir a los pueblos que han permanecido fieles a la Tradición
para combatir al Anticristo (8). Por otra parte, El-Khidr, el maestro de los Afrád o "solitarios”
(9), el misterioso compañero de Moisés (10), tiene fama de estar siempre vivo:
“¡Dos cosas aborrezco en los jurisconsultos, decía el ilustre sufí AlAi al Shadhili: niegan
que El-Khidr esté vivo, y excomulgan a El-Halláj!” (11); El-Khidr renueva su juventud cada
120 años, recorre incesantemente el mundo y practica la alquimia (12).
Tales tradiciones son, en Oriente, conocidas por todos; en Occidente, quienes se
ocupan de estudios esotéricos tienen igualmente conocimiento de varios casos análogos,
aparte de los mencionados más arriba, y que conciernen únicamente a personajes bíblicos
y evangélicos. Es así que se dice que Arturo y Merlfn, los dos héroes de la leyenda del Grial,
están "dormidos” y se despertarán para combatir al Anticristo cuando éste quiera
apoderarse de la “santa vasija” (13);
(6) - Cf. A. David-Neel. La vie surhumaine de Guésar de Ling, Paris, Adyar, 1931, p. xxiv; R.
Bleichsteiner. L'Eglise jaune, Paris, Payot, 1937, p. 72; J. Marquês-Riviere. Le Bouddhisme au Tibet,
Paris, 1936, p. 181.
(7) - Cf. A. DAVID-NEEL, obra citada, y Mague D'AMOUR ET MAGIE NOIRE, Paris, 1932, pp. 220 y
sig.
(8) - “Mientras aguarda el fin de su ausencia, la comunidad chiita se considera como
siempre dirigida por el imán invisible al que todos deben jurar fidelidad; así, en 1910, el Parlamento
Persa comenzó sus trabajos en presencia del imán oculto”. H. Masse. L’Islam, p. 153. Sobre las
tradiciones relativas al Mahdi en el Islam tanto sumita como chiíta, ver Los Prolegómenos de Ibn
Kaldoun, t. II, cap.: El Fatimita esperado.
(9) - Cf. Mohyiddin Ibn Arabí. Les catégories de l’Init/afwi, trad. por Abdul-Hadi, Etudes
Traditionnelles, febrero de 1936.
(10) - Cf. Qorán, sura XVIII, La Caverna, 59-81; igualmente A. K. Coomaraswamy, KhwAajAa
Khadir et la fontaine de vie en Eludes Tra- ditionnelles, agosto-septiembre de 1938.
(11) - L. Massionon. La passion d‘El-HallAaj, París, 1922, t. I, p. 324.
(12) - L. MASSIONON. obra CITADA, t. II, p. 537.
(13) - V. E. Michelet. Le Secreí de la Chevalerie. París, Bosse, 1928, p. 41.
301
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
***
302
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
No se necesita una larga familiaridad con las doctrinas tradicionales para saber que
se expresan habitualmente por símbolos, y que emplean las realidades del mundo corporal
como representaciones analógicas de realidades pertenecientes al mundo sutil y al mundo
espiritual.
Es cierto que la longevidad corporal es sobre todo el símbolo de la permanencia de
una función espiritual y, secundariamente, de la permanencia de ciertos elementos
psíquicos. Ello no implica, por otra parte, que esta longevidad corporal no sea también una
posibilidad; es incluso necesario que sea una posibilidad, pues si no fuera así no podría ser
tomada válidamente como símbolo de la permanencia de una función espiritual.
Se ve ya, por las líneas que preceden, que la longevidad atribuida a ciertos
personajes en las diversas tradiciones, es susceptible de presentar diversas modalidades.
Son estas modalidades las que ahora vamos a tratar de precisar.
La Sra. David-Neel, en su libro En el país de los bandidos gentilhombres, deja
entrever varias de las modalidades a que hacemos alusión:
“La búsqueda del secreto de la inmortalidad ha sido perseguida en China tan
apasionadamente como la de la piedra filosofal en Occidente. Algunos pretenden, por otra
parte, que lo que se designaba esotéricamente en nuestros países como la transmutación
de los metales viles en oro, significaba, para los iniciados, el arte de volverse inmortales.
Los antiguos Tao-sses chinos se enrogullecían abiertamente de poseer el secreto de la
inmortalidad...
“En nuestros días se habla menos de este secreto de los secretos, pero siempre
quedan buscadores a la caza de medios capaces de asegurarles la persistencia de su perso-
nalidad en su cuerpo actual. Por otra parte, diversas teorías concernientes a la posibilidad
de prolongar indefinidamente la existencia, sea de una manera puramente espiritual, sea
de una manera material, pero fuera del cuerpo al que se está ligado en el presente,
constituyen todavía en nuestros días parte de la enseñanza esotérica de ciertos maestros
místicos y de ciertos ocultistas asiáticos...
Conforme a diversas tradiciones, entre el número de libros secretos ocultados por
Padmasambhava en lugares remotos, se encuentran tratados que describen los medios de
escapar a la muerte, y entre los buscadores de termas un pequeño número apunta
303
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
especialmente a su descubrimiento”.
Comparando el pasaje anterior con las consideraciones que hemos expuesto en la
primera parte de este artículo, vemos que la longevidad, además de simbolizar ante todo
la permanencia de una función espiritual, puede implicar:
1) La persistencia de una individualidad en la misma envuelta corporal, más allá de los
límites de la existencia humana normal (21);
2) La persistencia de un agregado de elementos psíquicos en diversas formas
corporales sucesivas e incluso, como se verá más adelante, simultáneas;
3) La persistencia de una individualidad en el mundo sutil sin pasar por la muerte
corporal, siendo la forma corporal en cierto modo “transmutada”, reabsorbida en
su principio sutil.
La primera modalidad nos parece que corresponde al caso de Nicolás Flamel, y quizá
de San Juan (22); la segunda, al caso de los tulkús del lamaísmo; la tercera, al caso de Enoq
y de Elias. Es posible también considerar otras modalidades, pero no podríamos hablar de
ella sin salirnos de nuestro tema.
Diversas indicaciones contenidas en los documentos que nos han llegado sobre el
conde de Saint-Germain, nos inclinan a pensar que su caso pueda ser relacionado con la
misma modalidad que los tulkús del lamaísmo. Necesitamos, pues, entrar en ciertas
explicaciones para hacer comprender de qué se trata a aquellos de nuestros lectores que
no estuvieran familiarizados con las doctrinas tibetanas.
***
(21) - Se comprende que no puede tratarse más que de una “prolongación” de la vida
corporal, y no de una “inmortalidad corporal", tal como la que pretendía obtener cierta escuela
pseudo-iniciática. Sobre la cuestión de la longevidad, ver el cap. XLII del libro de René Guenon,
Aperçus sur l’Initiation, aparecido después de la redacción de nuestro trabajo.
(22) - La contrainiciación, que se esfuerza siempre por “imitar” a la iniciación, no ha dejado
de hacerlo en este punto. Los hechiceros han intentado frecuentemente, y quizá logrado, la
prolongación de la existencia corporal con la ayuda de técnicas particularmente “siniestras”, y que
no tienen nada que ver con una realización espiritual. Cf. principalmente A. David-Neel, Magie
d’amour et magie noire, cap. V y VI.
304
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
305
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
***
306
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
307
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
Nuestra mejor razón para creer que así fue, es su leyenda, pero no nos está
prohibido investigar si entre los escritos, hechos y gestos que le son atribuidos, se
encuentra algo que sea compatible con semejantes cualidades.
En primer lugar, es imposible no detenerse en el último verso de la cuarteta
colocada sobre el único retrato conocido del conde de Saint-Germain, y que tanto ha
indignado al Dr. Biester:
“Si no es dios él mismo, un dios poderoso lo inspira”.
Señalemos que “dios” no está aquí escrito con mayúscula, lo que indica que
probablemente no se trata de Dios en el sentido en que lo entiende la teología cristiana,
sino de un "dios” en el sentido en que lo entienden las tradiciones de forma “politeísta”, es
decir, un "ángel".
Ahora bien, basta con poseer nociones muy elementales de la teoría de los estados
"múltiples del ser” (29), para saber que el ser que se encuentra actualmente en el estado
humano puede realizar desde esta vida estados angélicos. No hay motivo para gritar
blasfemia... Retengamos en todo caso que los contemporáneos del conde de Saint-
Germain estaban persuadidos de que éste había alcanzado un elevado estado espiritual.
Otros indicios curiosísimos nos son suministrados por el discurso al príncipe de
Hesse que el panfletario Luchet presta a Saint-Germain, con una intención evidentemente
malevolente. Resulta que este discurso va en contra del fin que persigue Luchet, pues
contiene alusiones muy claras que testimonian un verdadero conocimiento iniciático, y por
esta razón pensamos que el panfletario no lo ha inventado.
Retomemos este discurso, señalando el sentido que conviene atribuir a los pasajes
esenciales:
“Busco a un hombre [cualificado], un hombre del que pueda hacer un vaso de
elección, y llenarlo con el rocío celeste [símbolo de las influencias espirituales empleado
frecuentemente por los hermetistas y los autores rosacruces] que he recogido en la tierra
prometida [símbolo del estado edénico y del centro espiritual supremo que se identifica
con la ‘Tierra santa’].
(29) – Ver la obra de R ENÉ G UENON con este título.
308
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
“No debe saber nada [desde el punto de vista profano], y estar dispuesto a todo [es
decir, poseer el conjunto de posibilidades que constituyen la cualificación iniciática; es uno
de los aspectos de la materia prima’ iniciática].
“Otros conocimientos [profanos] ocuparían en su memoria el lugar de los
[tradicionales, y más precisamente iniciáticos] que debo introducir en ella, y la luz y las
tinieblas, lo puro y lo impuro, Dios y el hombre, no pueden marchar juntos.
“Os conozco poco por mí mismo [en tanto que individuo], y mucho por aquellos que
no conocéis [los miembros del centro espiritual que ha ‘misionado’ al conde de Saint-
Germain, y que poseen medios de investigación que permiten descubrir a los iniciables],
pero que conoceréis un día [si alcanzáis el estado espiritual que permite entrar en contacto
con un centro iniciático].
“El Cielo pone en vuestra alma pura los gérmenes de todas las cualidades; dejadme
que los desarrolle [por una técnica de realización apropiada]; devenid el recipiente celeste
en el que se vertirán las verdades sobrenaturales...”.
309
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
310
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
311
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
(35) - Por singular que ello pueda parecer, el hecho de que el conde de Saint-Germain haya
podido ser varios personaje sucesivos e incluso simultáneos, no impide que se le haya conocido la
misma figura. No podemos hacer nada mejor que reproducir aquí lo que escribía a este propósito,
pronto hará treinta años, una pluma autorizada: "...Así, existe en la India toda una categoría de
hombres bastante extraños que portan en la mano, como signo de reconocimiento, un largo cuerno
de antílope, y que además presentan la particularidad de tener todos los mismos rasgos. Nadie
conoce sus nombres, y a nadie se le ocurre pedírselos, pues todo el mundo sabe muy bien que están
liberados de las limitaciones externas del nombre y de la forma, dos elementos constitutivos de la
individualidad vulgar. El tipo que les es común se encuentra figurado en las esculturas de los más
antiguos monumentos de la India y, cosa quizá más curiosa todavía, hemos reconocido este mismo
tipo hasta en Europa, en otros hombres que eran... agentes bastante importantes de un poder
oculto".
(36) - Se llama por abreviatura "El Filaleta” a la obra atribuida a este autor titulada Iruroitus
Apertus ad occlusum Regis Palatium, fechada en 1645. Es uno de los textos herméticos más
notables.
(37) - Nótese que germanus tiene también el sentido de “verdadero".
(38) - Cf. Valentín Aandreae. Chymische Hochzeit Christiani Rosencreutz, anno 1459.
Estrasburgo, 1616.
(39) - Cf. René Guenon, Cologne ou Strasbourg? en el ns del Voile d'Isis de enero de 1927.
312
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
313
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
*** F I N ***
314
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………………………… 4
Prefacio …………………………………………………………………………………………………… 11
Primera parte
A la búsqueda del héroe …………………………………………………………………………… 13
1. Venturas y desventuras de un hombre de guerra ………………………………… 14
2. La historia del niño muerto y viviente …………………………………………………… 25
3. De padres desconocidos ………………………………………………………………………… 30
4. Cuando todo se embrolla ……………………………………………………………………… 35
5. Un “estado civil” complicado ……………………………………………………………… … 41
Segunda parte
Un europeo misterioso ……………………………………………………………………………… 45
1. El telón se levanta ………………………………………………………………………………… 46
2. En la corte del Bienamado …………………………………………………………………… 57
3. La Sra. D’Urfe, y Casanova …………………………………………………………………… 69
4. Los talentos del Sr. De Saint Germain …………………………………………………… 76
5. La gran cólera del Sr. De Choiseul ………………………………………………………… 88
6. Misión diplomática ………………………………………………………………………………… 94
7. Aventura en Inglaterra …………………………………………………………………………… 114
8. Retorno a Holanda ………………………………………………………………………………… 119
9. Aparición en Rusia ………………………………………………………………………………… 123
10. El Sr. De Surmont, industrial ………………………………………………………………… 128
315
PAUL CHACORNAC EL CONDE SAINT GERMAIN
316