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Reseña XIII Congreso Internacional de Tanatología del siglo XXI

Introducción

El objetivo de este trabajo es resaltar que cualquier situación que altera de


forma negativa el estilo de vida de las personas, debe ser atendido y
canalizado apropiadamente, quizá en primera instancia el recurso inmediato es
el sacerdote, la enfermera, un amigo, alguien que ha vivido una experiencia de
pérdida similar y cree poseer herramientas y conocimientos necesarios para
“ayudar” a otros, lo cierto es que sólo un psicoterapeuta o tanatólogo tiene
como respaldo la ciencia, entrenamiento y un código de ética para garantizar la
protección de los usuarios y acompañar a un paciente en su proceso de
análisis.

Una de las vías de acceso para encontrar la razón de nuestra existencia es


el de explicar este evento, por unos temidos y por otros deseado: La Muerte.
Diariamente nos enfrentamos con ella. En la medida en que el hombre observa
la finitud de la vida en otros, se pregunta el porqué de la muerte y recapacita en
la propia, tratando de evitar su horror a través de pactos para alargar su existir.
Siempre ha tratado de llegar a entender el sentido de la Muerte, de conocer sus
mecanismos de operación, y sin embargo no hemos llegado a aprehender este
fenómeno tan complejo. El evento Muerte se puede ver a partir de su intrincada
red de formas, y ángulos de aproximación a ella, pero, ¿qué es la muerte?,¿por
qué morimos? La biología trata de responder a estas preguntas dentro de su
campo de estudio: La Vida. El hombre al ser un organismo de reproducción
sexual, tiende a tener un ciclo: nacimiento, maduración, reproducción sexual,
envejecimiento y muerte. Este ciclo puede ser roto por accidentes en
cualquiera de sus fases, y, por tanto, no cumplirse en su totalidad, aunque
pueda terminar en el último estadio. Los modelos educativos actuales, tratan en
su pretensión de educar sobre los contenidos que según ellos necesitan para
que los alumnos puedan vivir… lo más correcto sería decir que capacitan a los
individuos de una sociedad para ejecutar tareas que satisfagan las
necesidades de esta; es decir se trata de un adoctrinamiento en el que se le
introyecta a cada sujeto una serie de valores y habilidades correspondientes a
una sociedad. (Antropología de la muerte 1983, p. 8)

Cuando una situación que conlleva una pérdida significativa ocurre, resulta
difícil soportar la incertidumbre asociada a la propia muerte o perder a
personas / cosas significativas. Influye en este proceso la religión, la cultura, la
ubicación geográfica, la edad, el sexo, el vínculo afectivo con aquello que se ha
perdido, las redes de apoyo.

El Dr. Polo Scott entendía bien estos procesos y por esa razón en 2003
fundó en Centro de Tanatología y Terapia de Duelo, con la finalidad de dar
atención a la salud emocional de la población de la zona de Tláhuac,
posteriormente se instaló en el área de Lindavista, el concepto del CTTD
evolucionó y surgió el IMPo con una propuesta más formal, impartiendo una
licenciatura y la maestría de “Educación del Ser humano ante la muerte” que
más tarde formalizaría el nombre de Maestría en Tanatología.

En 2008 se gesta el primer Congreso Internacional de Tanatología del siglo


XXI, con una propuesta innovadora: replantear el significado de la tanatología,
dejar de pensar que es un asunto exclusivo del moribundo, de
acompañamiento, de comiserar al otro…

Y hoy, después de 13 años estamos aquí, en el XIII Congreso Internacional


de Tanatología organizado por el IMPo, donde evidentemente se nota el paso
del tiempo y del trabajo realizado. Durante este gran evento hemos tenido la
fortuna de escuchar a extranjeros que comparten sus trabajos de investigación
y la utilidad que ellos encuentran, los alumnos de ayer, hoy dictan su cátedra
junto a los más letrados y autoridades del Instituto. Bien lo dijo el Dr. Polo Scott
“En la Tanatología cabemos todos” y es cierto, todo suma, los aciertos y
triunfos, las derrotas y errores, todo en pro de la cimentación de bases desde
donde se podría o no construir o no la Tanatología, el lema de este congreso
es “El ejercicio profesional de las y los Tanatológos, un gran reto en
movimiento”
Son cuatro los significados que se le asignan a la tanatología la ciencia de
la muerte, el ámbito del cuidado del moribundo, cuidado hasta el final de la vida
y en sentido de la vida y la muerte. El compromiso es desde este día para los
Maestrantes preguntarse ¿Cuál es mi lugar dentro del mundo de la
tanatología?

Desastres naturales y sociales

Toda contingencia natural o social tiene un origen y consecuencias,


lamentablemente en nuestro país se presentan eventos de ambos tipos. Las
alteraciones que los ecosistemas han sufrido a causa de la sobre explotación
de recursos, el manejo no adecuado de residuos, negligencia, corrupción etc.,
demandan soluciones y planes de prevención innovadores.

Lo anterior parece ajeno a la tanatología, pero no es así, hoy más que


nunca se solicita de apoyo psicotanatológico en situaciones posteriores a
distintas eventualidades. El Dr. Polo Scott en una de sus ponencias compartió
con la audiencia la experiencia de acudir a brigadas en distintos momentos y
lugares, como lo fue el caso de los migrantes, resaltando que sin duda bajo
circunstancias extremas el primer objetivo es poner a salvo a una persona,
cubrir sus necesidades básicas de alimento y resguardo, si necesitara de
medicamentos, tratamiento, cuidados hospitalarios, pero en esa misma escala
de atención, la intervención de un psicoterapeuta o tanatólogo es igual de
importante. De este cuidado dependerá como el individuo reaccione frente a la
crisis, como maneje el proceso y se reeduque en el mejor de los casos en una
cultura de prevención.

Mientras se proyectaba el video que nos mostraba fragmentos de la


participación del IMPo en estos momentos de necesidad me parece importante
señalar que había 2 vertientes, en primer lugar, el contacto directo con la
población, escucharlos, conocer cómo era la vida antes del suceso y como se
ha trasformado y apoyar con los recursos que se contaban en ese momento y
la otra parte es la capacitación del personal que atiende cuestiones de salud
emocional.
Lo anterior me lleva a concluir que la Tanatología no es exclusiva de un
lugar geográfico, ni que el conocimiento se conserve sólo para ciertos sectores,
la tanatología se transforma en experiencias de vida y enriquecimiento, todos
ganamos, sea cual sea nuestra trinchera.

El trabajo en equipo siempre suma, los recursos materiales, infraestructura


y capital humano en función de un solo objetivo, la aplicación de lo aprendido
en el aula en el mundo real.

Ya lo decía el Dr. José Manuel López Estrada,” la tanatología vista como


un sistema de creencias y representaciones sociales que intentan dar
respuesta al conjunto de problemas que nos planteamos respecto a la muerte.”
En la teoría y práctica de algunos colegas parte del discurso tanatológico es de
corte Kluberiano, conforme pasa el tiempo estos argumentos no coinciden con
una problemática actual, podemos entonces dividir los sucesos de acuerdo a
una categorización que de respuesta y estilos de abordaje personalizados.

La motivación a partir de hoy será seguir preparándonos para tener el


honor de comunicarle al mundo nuestro trabajo literario a partir de la Maestría y
algún día tal vez obtener el mayor grado de especialización con el Doctorado.

Generalmente cuando hablamos de pérdidas nos enfocamos a la muerte,


pero debemos abrirnos a un sin fin de posibilidades. Por pérdida entendemos la
carencia o privación de lo que se poseía, pero también engloba el no conseguir
lo que se espera, desea o ama. Desde que nacemos sufrimos una
gran alteración, perdemos nuestro espacio seguro y protegido para adaptarnos
a lo nuevo y poner en práctica el instinto de vida que y atraemos. Durante
nuestro crecimiento, tenemos etapas de desarrollo normales que hacen
vallamos perdiendo momentos de nuestra vida que son gratos y que
quisiéramos conservar, pero, lo cierto es que tenemos que dejarlos, aunque,
muchas veces nos aferremos a ello. La cultura, las tradiciones, los lugares, el
idioma, la familia son pérdidas que hacemos, y tenemos opción de evitarnos
sufrimientos, sin embargo, no siempre lo hacemos. Las pérdidas, materiales, la
libertad, los lazos afectivos, nuestra identidad de imagen hacen que nos
sintamos diferentes y nos detengamos a dolernos de aquello que hemos
decidido cambiar ya sea para bien o para mal. La salud, el proyecto de vida, lo
que no se ha tenido nunca, la muerte como fin último permite
responsabilizarnos de nuestra existencia. Nosotros somos nuestro juez y
verdugo. Nuestro bien y mal. Las pérdidas son la materia prima del quehacer
tanatológico, por ello es que el tanatólogo facilita el proceso de vivir el deterioro
humano hasta la muerte siempre buscando la calidad de vida, estableciendo
alternativas de adaptación para la familia durante el duelo hasta su aceptación.

El tanatólogo no resuelve el pasado, ni solventa el futuro; actúa en el


presente canalizando y optimizando las decisiones y recursos del ser ante la
muerte, trabaja el área emocional, social y espiritual del paciente y la familia
con previo conocimiento del proceso de vivir la muerte y adaptarse a
las pérdidas, a través de técnicas humanísticas.

Referencias bibliográficas

(sin fecha). SEMPyP | Sdad. Esp. Medicina Psicosomática y Psicoterapia.


[Consultado el 4 de noviembre de 2021]. Disponible
en: https://www.psicociencias.org/pdf_noticias/Duelo_patologico.pdf

Polo Scott, M. A. (et-al) (2009) Tanatología transpersonal. Editorial Thanatos,


México.

Vincent.Thomas, Louis (1983) Antropología de la muerte. F. C. E., México.

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