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entre ellas, las de género. Para muchas mujeres y niñas la violencia doméstica es una
amenaza que se agrava en estos tiempos de aislamiento. Por esto, desde el PNUD en
alianza con los gobiernos locales en Lima estamos respondiendo a esta pandemia en clave
de género para atender y proteger a las víctimas potenciales.
El Estado peruano está liderando importantes esfuerzos para frenar esta violencia doméstica
durante la crisis sanitaria. A 23 días de que decretase el estado de emergencia, atendió más
de 8000 llamadas a través de la Línea 100, unas 360 llamadas cada día. Además, trasladó a
36 personas a hogares de refugio temporal y atendió a 43 mujeres víctimas de violencia
sexual, 27 de ellas —más de la mitad— eran niñas. Sin embargo, la acción de los gobiernos
locales también resulta indispensable y por mucho necesaria.
Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en alianza con
las Municipalidades de Lima, San Juan de Miraflores y Villa El Salvador estamos
implementando una iniciativa para llegar adentro de los hogares de las familias de
estos tres distritos durante la crisis, con mensajes y acciones de sensibilización para
prevenir la violencia y promover la igualdad.
No es fácil en este contexto de aislamiento llegar con información respecto a temas que
involucran la privacidad del hogar. Sin embargo, estamos encontrando diferentes caminos.
Uno de estos son las canastas de víveres que las municipalidades entregan con el
presupuesto transferido por el gobierno central. Estas canastas están llevando mensajes
sobre violencia basada en género, responsabilidades compartidas, masculinidades y
maternidades sanas, los cuales también se dirigirán a través de las redes comunitarias
preexistentes en cada distrito.
Otro camino son los actores que están en la primera línea de la respuesta frente esta
pandemia: las recolectoras y los recolectores de residuos sólidos y la Policía Nacional del
Perú.
Aunque son muchas veces invisibilizados, ambos actores tienen un rol esencial en las
dinámicas de nuestras ciudades y mantienen un vínculo con las familias en cuarentena. Por
tanto, son estratégicos para llegar con los mensajes a estos hogares, permitiendo que este
modelo sea replicable en otros gobiernos locales durante la cuarentena.
Tanto las recolectoras y los recolectores como la Policía Nacional del Perú serán
fortalecidos y sensibilizados en enfoque de género, y para brindar información sobre los
servicios de atención frente a la violencia doméstica. De este modo, los camiones
recolectores se transformarán en vehículos de comunicación a la ciudadanía. En tanto, las
comisarías de cada sector operarán un protocolo de visita casa por casa, de acuerdo con el
seguimiento georreferenciado de las medidas de protección.