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GESTIÓN ACADÉMICA
Trabajo académico en casa en el contexto de emergencia sanitaria por COVID-19 VERSIÓN: 1
2021 PÁGINA: 1
LA MISIÓN DE LA FAMILIA
La misión de la familia es ayudar a sus miembros a conseguir su destino fundamental: el desarrollo de su ser
humano. Ser como el santuario de la vida es equivalente a decir el sitio donde se guardan y protege lo más
sagrado, que en este caso, es la vida de todo ser humano. Así, la familia se convierte en: la servidora de la
vida, ya que el derecho a la vida es la base de todos los derechos humanos. Este servicio no se reduce a la
sola procreación, sino que es ayuda eficaz para transmitir y educar en valores auténticamente humanos y
cristianos (Santo Domingo 214-b).
Misión de los padres Reducir y proteger la vida de los hijos. Cubrir sus necesidades básicas: alimentos,
vestidos, cuidados sanitarios, educación, cultura. Guiar a los hijos en la vida con su ejemplo, consejos y
correcciones necesarias Desarrollar los sentimientos de amor, seguridad y confianza mutuas Ayudar a
los hijos para que maduren en su propia identidad psicológica y social hasta que ellos puedan valerse por sí
mismos.
Misión de los hijos Valorar con agradecimientos lo que sus padres hacen por ellos Obedecer a los
padres, respetarlos y amarlos Responsabilizarse de su propia educación y formación con interés y
esfuerzo Tomar en la medida de su capacidad, sus propias decisiones personales bajo el consejo de sus
padres.
FAMILIA EVANGELIZADORA La familia cristiana, lo mismo que la Iglesia, debe evangelizar para que crezca la
comunidad de los seguidores de Jesús. Los padres deben ser los primeros evangelizadores y catequistas de
sus hijos, unidos en el amor y la ida sacramental. La familia cristiana por su condición sacramental está
llamada a la evangelización, es decir, predicar y a dar testimonio de Jesús resucitado. Esta tarea de
evangelizar se vive desde dos contextos o dimensiones, a saber: uno es la evangelización de la familia hacia
sí misma, y otra es, la que se realiza hacia afuera.
LA FAMILIA SE EVANGELIZA A SÍ MISMA La familia cristiana debe convertirse en un taller educador de
personalidades cristianas donde se talle día a día, paso a paso, con el máximo amor y cuidado, la máxima
obra de arte que es el ser humano.
Mediante su propia vida: la familia debe esforzarse por hacer transparente y visible la relación de amor y
comunión entre los esposos, entre padres e hijos y de estos entre sí, solo así se manifiestan los cuatro
rostros del amor humano que son: paternidad, la que se da de padres a hijos, filiación se vive entre los hijos
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y los padres, hermandad se vive entre hermanos, nupcialidad es aquella que se vive entre esposos (puebla
583).
Mediante la ayuda mutua de todos y cada uno de los miembros que componen la familia para lograr el
bienestar y desarrollo físico, espiritual, intelectual y afectivo. Solo en la medida que se correspondan las
relaciones de los miembros de la familia. Se estará construyendo el verdadero sentido.
LA FAMILIA EVANGELIZA HACIA AFUERA La familia cristiana sabe que no es una isla. Reconoce que esta
insertada en la sociedad, como célula primera y vital. Por esto, siente la necesidad de proyectar hacia todo
el cuerpo social aquella fuerza de amor, de solidaridad y comunión que ha logrado hacer crecer dentro de sí
misma. Algunas formas de evangelizar son: Mediante el testimonio de libertad, solidaridad y sentido de
justicia. Mediante la hospitalidad que es capaz de abrir las puestas de la casa y del corazón a otras
familias necesidades y el trabajo profesional de cada uno asumiéndolo como un servicio a la comunidad
Mediante la participación activa en la vida comunitaria de la parroquia o diócesis; en el contacto cercano
con sus sacerdotes y las personas consagradas; impulsando a los miembros de la familia a comprometerse
con un servicio apostólico.
Actividad 3. Lea con atención la siguiente lectura sobre la Espiritualidad de la familia y
responda:
LA ESPIRITUALIDAD EN LA FAMILIA
La espiritualidad del matrimonio cristiano consiste en profundizar la dimensión sacramental que ha recibido
de Dios. Tratando de volverla vida concreta, encarnada y manifiesta en los diversos momentos y aspectos
que constituyen la historia diaria de la pareja. El don más valioso e íntimo del Señor fue el de su Espíritu: lo
entrega a la familia para que habite en los corazones de cada uno de sus miembros. Este testimonio se realiza
mediante unos requisitos que son: el dialogo, la fidelidad y la fecundidad.
El diálogo: Los esposos cristianos reflejan el amor de Cristo en la medida que se abren y comunican
mutuamente la intimidad del propio corazón: sus alegrías, angustias, dolores y esperanzas, y proyecta esta
dimensión hasta la realidad de los hijos.
Fidelidad: implica permanecer en el amor que una vez se prometió; exige creatividad, capacidad de
adaptación y poner en cierta medida límites a la propia libertad. Esta fidelidad no sólo cobija a los esposos
sino que se extiende al Señor y a los hijos que les regala a la pareja. Es importante tener presente que la
fidelidad se logra con el esfuerzo diario de permanecer amando en todas las circunstancias.
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La fecundidad: Debe ser vista desde dos dimensiones: la espiritual, aquella por la cual los esposos se
enriquecen interiormente el uno al otro, como por ejemplo, las cualidades, las virtudes que les permiten
crecer como pareja. La otra es la física, por la cual los esposos se regalan mutuamente lo más enriquecedor
para juntos: la maternidad y la paternidad
Los valores por los que regirse todo modelo de familia son: El amor familiar es acogida cordial, encuentro y
dialogo, en disponibilidad y servicio generoso
El valor de la libertad implica el rechazo de todo aspecto de dominio o poder y afirma la igualdad
El ideal de la paz excluye todo tipo de violencia personal y social. Por lo tanto, es un valor esencial de la
familia.
La justicia y el amor al prójimo supone no instalarse en la intimidad ni encerrarse en la propia felicidad,
dando la espalda a la infelicidad de otros y a las injusticias sociales, sino estar abiertos a las necesidades de
los demás.
DIGNIDAD DE LA MUJER
Cuando Dios creó al hombre y a la mujer los hizo en igualdad de dignidad, de derechos y de obligaciones.
Dios elevó la dignidad de la mujer haciéndose carne en María Virgen, a quien la Iglesia llamó nueva Eva y a
quien es propuesta como modelo de mujer redimida. Jesús rescató la dignidad de la mujer, con sus actitudes
de respeto, delicadeza, consideración y amistad. Su primera aparición después de la resurrección fue ante
María Magdalena en la mañana del domingo, antes que a los otros discípulos.
MUJER Y SOCIEDAD
A través de la historia, la dignidad e igualdad de la mujer han sido olvidadas o dejadas de lado, pues una
amplia tradición social y cultural ha querido reservar a la mujer solamente la tarea de esposa y madre, sin
permitirles acceso a las funciones públicas, reservadas exclusivamente a los hombres. Por eso, la Iglesia pide
que su labor de esposa y madre sea reconocida con la misma igualdad y dignidad, respecto a las demás
funciones públicas y a las otras profesiones. Por otra parte, es indispensable que parte de ese reconocimiento
a la mujer como madre y esposa sea visto no como un destino sino como una vocación personal.
EL HOMBRE ESPOSO Y PADRE
Dentro de la comunidad conyugal y familiar, el hombre está llamado a vivir su don y su función de padre y
esposo, su amor por la esposa exige que él tenga profundo respeto por la dignidad de la mujer. San Ambrosio
decía al respecto: No eres su amo, sino su marido, no te ha sido dada como esclava, sino como mujer…
devuélvele sus atenciones hacia ti y se para con ella agradecido por su amor. El amor a la esposa y madre y el
amor a los hijos son para el hombre el camino natural para la comprensión y realización de su paternidad.
Además, debe ejercer su autoridad sobre los hijos como un verdadero ministerio, es decir, como un servicio
ordenado al bien humano y cristiano de los hijos
a. Explica con tus palabras los siguientes términos que aparecen en el texto Ofensas a la dignidad de la
mujer: Dignidad, Pornografía, Discriminación, Prostitución, Esclavitud, Trabajo.
b. Busca en periódicos y revistas tres ejemplos donde se atente contra la dignidad de la mujer, y tres
ejemplos donde se promueva su dignidad. Favor describir los ejemplos.
Actividad 6. Lea la siguiente lectura sobre Espíritu Santo en la iglesia y en la familia y responda:
1. ¿Quién envío al espíritu Santo a la humanidad?
2. ¿Cuál era el objetivo del espíritu Santo dentro de nosotros?
3. ¿Qué pasó después de que el espíritu Santo alimentara a la iglesia?
4. ¿Quién es el Espíritu Santo?
5. ¿Cuál es la importancia del Espíritu Santo en nuestras vidas?
6. Escriba las 10 ideas principales de la lectura El Espíritu Santo en la Familia (Hechos 2, 38 -39)
7. Explique con sus propias palabras las Tres palabras claves para reavivar el don del Espíritu
Santo:
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Hechos 2, 38-39
La familia es el lugar donde se gestan los valores humanos y cristianos, es transmisora de vida, el
lugar esencial donde se conoce a Dios, donde se forman personas idóneas y responsables para
construir una sociedad justa y equilibrada. Los principales responsables de esta formación son los
esposos, quienes con su testimonio de vida impregnan en sus hijos dichos valores que los
capacitan para vivir bien.
Pero ¿cómo podemos fomentar los valores humanos y cristianos en la familia, en medio de una
sociedad que solo piensa en el consumismo, la moda, el dinero, los placeres, los vicios?¿Cómo
tener una familia estable, comprometida, que se mantenga firme y constante y que pueda seguir
adelante en medio de las dificultades, las diferencias, el pesimismo, la desconfianza…?
La respuesta está en reavivar el don del Espíritu Santo que se nos ha dado desde el Bautismo; es
la toma de conciencia de que si no dejamos actuar a Dios en nuestras vidas, será muy difícil
sostenernos como personas y por lo tanto será muy difícil mantener una familia.
Veamos como el Espíritu Santo actúa en la Familia, la sana, la restaura y le da la fuerza para
seguir adelante.
Desarrollo
Las Sagradas Escrituras nos muestran cómo en la fiesta de Pentecostés los discípulos fueron
transformados por el poder del Espíritu Santo. Pedro lleno del Espíritu Santo exhorta a los judíos a
que reciban el poder que viene de lo alto: 38«Pedro les contestó: «Conviértanse y que cada uno
de ustedes se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de sus pecados;
y recibirán el don del Espíritu Santo; 39pues la Promesa es para ustedes y para sus hijos, y para
todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.» (Hch.2, 38-39).
1. Conviértanse.
Es abandonar las tinieblas y acoger la luz de Cristo, pasar del pecado a la gracia, del odio
al amor, de la lejanía a la cercanía.
La conversión conduce a tumbar todos los rótulos o etiquetas que me han colocado. A
reconocer que soy una persona especial, hecha a imagen de Dios.
La conversión nos ayuda a reconocer el vacio interior en que vivimos cuando solo nos
preocupamos por lo material, por las cosas superficiales, cuando nos inclinamos a los
ídolos del dinero, el placer y el tener, la conversión nos permite ver que los pecados nos
afean, nos sonrojan, nos llevan a la perdición.
La conversión no busca que los demás cambien sino que yo sea mejor persona. Yo soy el
que cambio y de esa manera puedo observar que las cosas son hermosas.
2. Bautizarse en el nombre de Jesucristo.
Dice la Palabra de Dios que Juan bautizó con agua, pero Jesús nos bautizará con Espíritu
Santo (Mc 1, 8). No se trata de bautizarnos nuevamente, sino de recibir el bautismo en el
Espíritu, es decir revivir las gracias y carismas dadas el día del Bautismo.
Bautizar significa sumergirse, por tanto Bautismo en el Espíritu Santo es sumergirse en su
amor, poder, en su acción.
En nombre de Jesucristo nos sumergimos “para remisión de vuestros pecados”. Es el
bautismo en la sangre de Cristo que nos sana, nos libera del pecado y nos hace inocentes.
El bautismo en el Espíritu confirma el perdón de los pecados y la presencia de Jesucristo
resucitado en nuestra vida.
Debemos asumir la salvación en Jesucristo y recibir el perdón de los pecados. Sentirnos
salvados y perdonados es muy importante para vivir el bautismo en el Espíritu Santo.
3. Recibir el don del Espíritu Santo
Es una persona divina, la más bella y amorosa persona y para poder descubrirlo debo
conocerlo y vivirlo.
Es el aliento de Dios, es decir el Ruah que significa soplo, aliento, aire, viento. El
Espíritu Santo es el aliento vivificante que deja Jesús a sus discípulos (cfr. Jn. 20,22)
Es el “Paráclito” en griego “Parakletos” que significa: Defensor, ayuda, consolador.
Es el poder y el amor del Padre y del Hijo. Es la promesa del Padre Hch. 1,5; 8; Jn. 16,
7.
Por lo tanto, recibir el don del Espíritu Santo es:
Es recibir, el aliento vivificante de Dios que nos hace nacer de nuevo (Jn. 3, 5)
Es vivir la experiencia de rejuvenecer el alma, de modo que las cosas viejas queden
atrás (2 Cor. 5, 17), estener una vida nueva, ser un hombre y una mujer nuevos (Col. 3,
10).
Es un despojarse del vestido viejo y harapiento, que son los miedos, las ataduras, los
chismes, las críticas, etc. para revestirnos de la nueva vestidura de los hijos de Dios.
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1. Para ser una familia renovada y llena del poder del Espíritu Santo, es indispensable que
cada uno de los miembros se conviertan a Jesucristo.
2. El don del Espíritu Santo es para todas las personas “la Promesa es para ustedes y para
sus hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro”.
3. Solo la gracia del Espíritu Santo hará familias nuevas, que se amen y se fortalezcan para
afrontar los retos del día a día.
APLICACIÓN (Momento destinado a trabajar las habilidades para lograr un aprendizaje significativo)
Esta guía tiene 6 actividades que el estudiante debe resolver en clase para evidenciar su
aprendizaje significativo.
INSTRUMENTO
FECHA DE
DE PRODUCTO A ENTREGAR
ENTREGA
EVALUACIÓN
GUÍA ÚNICA CON EJERCICIOS DE APLICACIÓN Y
GUIA ÚNICA octubre
EVALUACIÓN