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METAFÍSICA

Estudiante: Alfredo Mora

C. I.: 20281821
Guillermo de Ockham

“Guillermo de Ockham no está negando la importancia de la Iglesia en su momento, sino que critica que haya
desviado su labor hacia lo que no le corresponde, es decir, la religión, el Papa, sacerdotes y demás personas
interesadas en la religión, deben dedicarse a una labor en la cual el hombre salve su alma, y no debe
entrometerse de manera directa en los asuntos civiles, ya que esto es, como lo dice el mismo Ockham, ´meter
la hoz en cultivo ajeno´, y, en este sentido, una de las preocupaciones de él será precisamente que la Iglesia
vuelva a su camino, y se aleje de la corte de Aviñón, deje sus intereses poco morales y se dedique con mayor
interés al servicio del prójimo como lo destina el evangelio”

Olmer Alveiro Muñoz Sánchez

Biografía y contexto sociocultural

Guillermo de Ockham, también nombrado como Occam, o William of Ockham en


inglés medieval, fue un hombre sumamente interesante y profuso, tuvo la capacidad
de crear obras de mucha calidad en el ámbito de la política, la lógica y la teología.
En Guillermo se juntan el filósofo, el político y el teólogo, para dar vida a un pensador
sólido, novedoso y transgresor: quien sorprendió en gran medida a los pensadores
políticos medievales con sus conceptos avanzados sobre la política y el gobierno
civil (Sánchez, 2005).

Se le suele llamar Venerabilis Inceptor, apodo tal vez debido o bien a que
solamente tuvo el título de bachiller o bien a que, reuniendo los requisitos para el
magisterio, nunca lo ejerció, posiblemente por lo discutido de sus doctrinas (Merino,
1993).

Guillermo nació en 1285, en Ockham, un pequeño pueblo de Surrey, cerca de East


Horsley, una región del Imperio Británico, fue educado en el Merton College, una
institución que forma parte de la Universidad de Oxford, en la cual estudiaría
posteriormente. Su instrucción académica estuvo a cargo de la Orden Franciscana,
en cuyas filas ingreso desde muy joven y fue un aprendiz sobresaliente, sin
embargo, no logró culminar sus estudios. En esa etapa de intensa formación fue
capaz crear algunas de sus obras de gran importancia en el ámbito teológico y
filosófico. En los próximos años fue profesor en Oxford, donde tuvo que enfrentar al
encarnizado canciller de la universidad J. Lutterrell, quien no logró conseguir que lo
procesaran por herejía, mucha envidia motivaba el odio de ese personaje lúgubre,
y luego enseñó en la Universidad de Paris, donde logró impactar con sus propuestas
teológico-filosóficas, allí tuvo algunos adeptos como el filósofo escolástico Jean
Burdian. Aunque Guillermo fue formado en las escuelas que producían las
justificaciones ideológicas del poder papal y eclesiástico en el medioevo tardío, fue
considerado un personaje peligroso y contestatario por las autoridades religiosas y
políticas de la época por sus tesis no reverenciales ni dogmáticas, pero esto no
rebajó la buena reputación que ya había logrado en los ámbitos académico y social
donde se desenvolvió, su calidad era incuestionable, mas sí sus conclusiones
renovadoras y democráticas, inconvenientes para los poderes establecidos que
posteriormente lo acusaron de herejía, como lo hizo el Papa Juan XXII, quien lo
convocó al palacio de Aviñón, o bien para revisar sus obras y un posible juicio, o
bien para darle la posibilidad de impartir clases en la escuela franciscana que allí
funcionaba, donde no había gentes con ideas afines a las de él.

Abbagnano, en su Historia de la Filosofía, dice de Guillermo de Ockham que «es la


última gran figura de la escolástica y al mismo tiempo la primera figura de la
modernidad». Es un pensador bisagra de dos culturas limítrofes en el tiempo, pero
muy distantes en sus intenciones y propósitos (Merino, 1993).

Ockham también fue un pensador que incursionó en temas de física, posiblemente


inspirado por Aristóteles, su gran menor a distancia.

Fuera de los claustros académicos, Guillermo se involucró, a través de su obra, y


también de su acción, en las cuestiones más candentes de su época, no fue en
nada complaciente con el poder papal y su primado sobre los asuntos civiles, como
así llamaría las cuestiones de la vida social no invadida por la injerencia religiosa.
Ockham no desestimó el poder que debía corresponderle al estamento clerical, a
las autoridades religiosas, su pecado imperdonable por la iglesia fue procurar una
vida social laica, libre de los preceptos autoritarios de la sujeción papal que ejercía
su poder sobre todos los ámbitos de la vida humana, y también sobre el poder
temporal1, en referencia al poder político imperial. Ockham fundamentó seriamente
un poder político fundamentado en la ciudadanía, en la individualidad particular de
cada súbdito, esto fue un cataclismo teórico y político que no podían permitirse ni
Papas ni emperadores.

A continuación, introduciremos una extensa cita que explica circunstancias


significativas vividas por nuestro fraile, de la enciclopedia católica Rialp,
especializada en teólogos cristianos:

Pero en esas fechas (1320)2, surge un nuevo problema que hace pasar a segundo
plano el caso concreto de las doctrinas de Ockham; se trata de un problema interno
de la Orden franciscana. Dentro de ella había surgido una corriente renovadora,
llamada «espiritual», partidaria de la no posesión de bienes materiales tanto en
privado como en comunidad. El movimiento estaba encabezado por el mismo
General de la Orden, Miguel de Cesena, al que se adhirieron otros dos franciscanos:
Bonagracia y el propio Ockham. Desde el exterior, el emperador Luis IV de Baviera
les defiende, frente al papa Juan XXII, y luego junto al antipapa Nicolás V, los cuales
consideraban necesarios los bienes materiales y aportaciones económicas de la
Orden franciscana. Todo ello hace que en 1326 huyan de Aviñón Cesena
(llevándose el sello de la Orden), Bonagracia y Ockham, más otro franciscano que
se les une a última hora, poniéndose al amparo de Luis de Baviera. La reacción de
Juan XXII no se hizo esperar: excomulgó a los cuatro «espirituales» y destituyó de
su cargo de General a Cesena, el cual, no obstante, siguió con el sello de la Orden
franciscana en su poder. Esta época de estancia en Munich es de suma importancia
para la vida de Ockham: pasa de escritor teórico de filosofía y teología a polemista;
de su pluma salen numerosos escritos políticos en que ataca abiertamente al Papa
y analiza los poderes civil y papal. Es un conjunto de obras en las que se encuentran
cuestiones importantes para la Historia de las ideas políticas. Pero las
circunstancias cambian poco a poco: Luis de Baviera es destituido en 1346 y muere

1 Categoría usada por Ockham para referirse al poder político civil.


2 Fecha añadida por el autor del presente trabajo.
al año siguiente. Igualmente mueren los tres compañeros de Ockham, con lo cual
queda éste con el sello de la Orden, y como vicario de la Orden franciscana
sediciosa. En 1348, Ockham entrega el sello y pide una reconciliación. El papa
Clemente VI perdona a Ockham y le exige la firma de una serie de retractaciones.
A partir de este momento, nada más se sabe de la vida de Ockham; se ignora si las
llegó a firmar e incluso dónde y cuándo murió (Fuentes, 1973).

Guillermo de Ockham murió el 9 de abril de 1349 en el convento franciscano de


Munich, Ducado de Baviera, Sacro Imperio Romano Germánico, según cuentan los
historiadores, a causa de la peste negra que asoló a Europa para ese entonces. La
iglesia autoritaria que enfrentó le quitó su condición de excomulgado póstumamente
en 1359, sin embargo, su obra nunca fue prohibida oficialmente.

Así resumimos brevemente la vida de un hombre que ejerció su autenticidad


teológico-filosófica y estética en el mundo que le correspondió vivir, enfrentando la
furia medieval reaccionaria en su intento de fundamentar un orden social y político
laico y de libertades individuales que, posteriormente, resonó en los personajes que
ilustrarían las fuerzas constitutivas del mundo moderno, ese gran salto civilizatorio
que conmovió a la tierra desde sus cimientos económicos hasta sus cumbres
espirituales, en distintas etapas revolucionarias del mundo occidental europeo, la
revolución burguesa continental e insular. Este hombre de fe sincera merece un
lugar destacado en la historia, por haber llevado a cabo una lucha política y teórica
en favor de las fuerzas emergentes que ya habían reconocido el agotamiento del
mundo medieval y la insuficiencia de ese modelo civilizatorio que se empeñaba en
mantener sus límites inmodificables, y recrudecer su fuerza bélica contra las
disidencias políticas, civiles y religiosas.

Influencias Filosóficas Recibidas y obras

Guillermo de Ockham tuvo una influencia filosófica portentosa, no solo nos


referimos a su influencia más directa que la recibió de Duns Escoto, un filósofo
precoz de Britania, muy notable desde su juventud, sino también de la lectura
rigurosa que hizo de Aristóteles, el estagirita inagotable que sigue hablándonos dos
milenios después. Indudablemente, San Agustín fue una fuente significativa para
Ockham, el torrente teológico-filosófico agustiniano fue bien apreciado por el
franciscano, ese vigor intelectual del obispo de Hipona le dejó un influjo notable.

Al respecto de sus influencias teóricas, haremos mención de un antecedente poco


mencionado, pero muy valorado por Ockham: Como franciscano, Ockham bebe del
pensamiento del fundador de su Orden, Francisco de Asís: la primacía que le otorga
a la praxis sobre la teoría; la afirmación de los seres singulares –hermano Sol,
hermana Luna–, la valoración de la subjetividad individual por encima de la noción
de vacío de la humanidad (Carvajal, 2009).

Estos destacados filósofos, teólogos y practicantes, se mezclaron en la


interpretación de Guillermo para estimular un pensamiento agudo y novedoso,
incluso revolucionario para su época, que caracterizó singularmente la vida y obra
de un hombre muy estimable por su rebeldía filosófica y teológica, incluso
contestataria para el poder. Merece una mención especialísima uno ya antes
mencionado, su maestro más directo, Duns Escoto, ya que su pensamiento ha
llegado a ser caracterizado3 como una radicalización, con un método genuino, del
escotismo, por ejemplo, la separación de la teología y la física; la separación entre
Dios y la razón porque Dios es revelación, no especulación racional.

Continuemos entonces hacia un encuentro más cercano con Ockham y analicemos


directamente parte de su obra.

Pensamiento Metafísico

Guillermo fue un intelectual prolijo, la larga y variada lista de sus obras4 lo


corrobora, la vamos a incluir íntegra para tener un bosquejo de su aguda pluma y
los distintos temas que trató, con la rigurosidad y disciplina que le caracterizaron, lo

3Ver Historia de la Filosofía de Julián Marías.


4Reproducimos textualmente la lista publicada por la Revista Científica Guillermo de Ockham en el
artículo epónimo que antes ya citamos.
propio de un monje académico que pasó largas horas en la biblioteca descifrando
el funcionamiento de su mundo y enriqueciendo el pensamiento humano.

Obras filosóficas:
- Scriptum in quatuor libros Sententiarum, Contiene el Ordinatio y Quaestiones in II,
III, IV Sententiarum (1318 - 1323).
– Expositio aurea super totam artem veterem: Expositio super Porphyrium; Expositio
super Librum Praedicamentorum; Expositio super duos Libros Perihermeneias;
Expositio super duos Libros Elenchorum (después de 1318).
–Tractatus de praedestinatione et praescientia Dei et de futuris contingentibus
(1318- 1323).
– Logica maior o Summa logicae (1324 -1328).
– Elementarium logicae o Logica media.
– Logicae tractatus minor.
– Quaestiones in octo libros physicorum, (antes de 1327, probablemente 1324).
– Philosophia naturalis sive summulae in octo libros physicorum, (1324).
– De successivis (hacia 1324, pero algunas informaciones la consideran como obra
dudosa).

Obras teológicas
– Questiones earumque decisiones
– Quodlibeta septem (antes de 1327)
– Tractatus de corpore Christi o Tractatus primus de quantitate (después de 1323)
– Tractatus de Sacramento Altaris o Tractatus secundus de quantitate (después de
1323)
– Centiloqium theologicum (obra dudosa)
– De principiis theologiae (obra dudosa)

Obras políticas
– Opus nonaginta dierum (1333-1334)
– De dogmatibus papae Johannis XXII
– Tractatus contra Johannem XXII”
– Compendium errorum Johannis papae XXII”
– Tractatus contra Benedictum XII
– An princeps, pro suo succursu, scilet guerrae, possit recipere bona ecclesiarum,
etiam invito papa (escrito entre 1338 y 1339)
– Dialogus inter magistrum et discipulum de imperatorum et pontificum potestate o
Dialogus in tres partes diatinctus (1342-43)
– Breviloquium de principatu tyrannico super divina et humana, specialiter autem
super imperium et subjetos imperio a quibusdam vocatis summis pontificibus
usurpato (1339 - 1340)
– Epistola defensoria
– Epistola ad Frates Minores
– Acta quaestionum decisiones super potes-
tatem Summi Pontificis (entre 1339 y 1341)
– De jurisdictione imperatoris in causis matrimonialibus
– De electione Caroli IV (última obra)

Veamos el pensamiento de Guillermo y sus repercusiones teóricas y sociales

1)5 La ciencia es el cognitio vera sed dubitabilis natafieri evidens per discursum
(conocimiento verdadero, pero no resuelto puede nacer por medio de un proceso
discursivo obvio). Dios no es razón: esta es algo que solo tiene valor de puertas
adentro del hombre. Dios es omnipotencia, libre albedrío, voluntad sin trabas, ni
siquiera las de la razón (Marías, 1980).

Glosa: En esta sentencia, Ockham zanja definitivamente la separación entre Dios


y ciencia, para él, los caminos para acceder a la divinidad no son los del
razonamiento científico, sino la fe, la capacidad individual de trascender hacia su
encuentro íntimo y particular, con las libertades otorgadas por la deidad a cada
individuo para recrear su propia vinculación con ella. La ciencia es razonamiento
procesual, la constitución de un discurso de verdades acuñadas
metodológicamente, con el raciocinio como guía de ese proceso humano y concreto,
Dios no puede ser sometido a semejante automatización lógica porque todo lo
existente nace de él, y, en consecuencia, está más allá de las prácticas humanas.

Por estos mismos motivos, para Guillermo, los hombres religiosos no pueden
inmiscuirse en los asuntos temporales, bien sea en cuanto al poder político o en
cuanto a las ciencias que el hombre ha desarrollado para construir su mundo físico
y social, Dios ha otorgado libre albedrío para que su creación ande con iniciativa en
su propia dimensión, la dimensión del hombre, el mundo societario, por lo tanto, los
hombres encargados de administrar la religión, la iglesia del Dios, no están
autorizados, ni quisiera por el mismísimo creador, a invadir los aspectos diversos
de la vida humana.

La libertad que ha dado la deidad no puede ser amputada ni manipulada por ningún
poder terrenal o temporal, muchos menos blandiendo a Dios como pretexto o motivo
de imposiciones antinaturales y poco virtuosas. Estas tesis de Ockham le causaron

5Enumeramos los párrafos que contienen las citas de Ockham que serán explicadas en las glosas.
Al final de cada cita se indica la fuente de donde fue extraída.
enemistad con gente poderosa de la época, desde el Papa, hasta las autoridades
religiosas que seguían en la pirámide de mando, quienes veían en su actividad una
desacreditación bien fundamentada de sus actos oprobiosos y autoritarios.

2) Hay que sostener, pues, que todo universal es una realidad singular, y que, por
lo tanto, no es un universal sino en la significación, porque es signo de muchos. Y
esto es lo que dice Avicena en el libro V de la Metafísica: ´Esta forma, aunque,
comparada con los individuos, es universal, sin embargo, comparada con el alma
singular, en la cual está impresa, es individual, ya que es una de las formas que
están en el entendimiento´. Quiere decir que el universal es una intención singular
del alma, apta naturalmente para ser predicada de muchos, de suerte que, por ese
hecho de tener aptitud para ser predicada de muchos, no tomada por sí, sino por
esos muchos, se la llama universal, y por el hecho de ser una forma existente
realmente en el entendimiento, se la llama singular. Y así, «singular», dicho en el
primer sentido, se atribuye al universal, pero no tomado en el segundo sentido; a la
manera como decimos que el sol es causa universal, y, sin embargo, es
verdaderamente una realidad particular y singular, y, por lo mismo, una causa,
singular y particular. Se llama, en efecto, causa universal al sol porque es causa de
muchas cosas, a saber, de todos los seres inferiores generables y corruptibles. Y
se la llama causa particular, porque es una sola causa y no muchas. Pues así, la
intención del alma se llama universal porque es un signo predicable de muchos; y
singular porque es una sola cosa y no muchas.

Glosa: En Ockham el tema de los universales ha sido ciertamente polémico y ha


dado pie muchas controversias, que han viajado en el tiempo filosófico hasta
nuestros días, acogido gratamente por la filosofía del lenguaje, incluso Humberto
Eco se unió al debate con su gran calidad para destacar la importancia de tesis
centenaria. Cuando Ockham afirma que el universal es singular nos dice que la
singularidad es la base donde nacen los universales, en aquellos, éstos expanden
su red de funcionamiento y diversidad, es el sustrato donde se erigen y crecen para
ser considerados como universales, un universal depende de un singular que se
repite no exactamente igual a su semejante, sin embargo, ciertas características
comunes deben tener esos individuales para provocar el concepto universal. Es un
significado, una construcción abstracta útil como recurso lingüístico, y también
científico, para referirse a muchos semejantes, a singulares que comparten una
comunidad de características que se pueden nombrar bajo un significado genérico,
universal. El universal se individualiza en cada particular porque si bien todos los
hombres tienen un cerebro, no todos los cerebros son iguales ni producen las
mismas ideas. Esa propiedad que tiene el universal de llamarse así se origina en la
singularidad irrepetible que es capaz de generar múltiples espacios de acogida para
un concepto universal en muchas particularidades con semejanzas. El universal es
la ascensión teórico-abstracta de los varios particulares que se han agrupado en un
concepto vinculante a ellos, y la vigencia del universal dependerá del mantenimiento
de la similitud entre esos particulares. Las singularidades comunes informan un
universal, le imprimen una peculiaridad universal que los diferencia de otros
universales. Y esta singularidad nace concretamente en cada cosa o ser existente
en el mundo, entendida y proyectada por el espíritu6. Ahora bien, hay particulares
que por sí solos pueden ser causa general de muchos particulares, entre ellos, el
sol, como lo menciona Guillermo, entonces, también podemos afirmar que el
oxígeno es un particular universalizado en los seres vivientes singulares gracias a
que les garantiza la vida, y es una sola causa, no múltiple, por ello es particular,
pero se generaliza en la comunidad de las cosas y seres que lo necesitan
simultánea e inevitablemente.

Para enriquecer esta tesis candente de nuestro apreciado franciscano, traigamos


varias citas que tratan el mismo tema:

Así, vemos que la filosofía del lenguaje es la base de la crítica al problema de los
universales y el punto germinal de su sistema nominalista, según el cual la
naturalidad del signo se fundamenta en la estructura psicosomática del hombre.
Ockham no conceptualiza el signo como Ferdinand de Saussure o Charles Sanders
Peirce; no obstante, Eco nos dice que la búsqueda de Ockham del auxilio racional
para penetrar los misterios del Signo en aquellos aspectos donde Saussure aún es

6 Nos referimos a la acepción alemana del término.


oscuro, le valió el protagonismo –Guillermo de Baskerville– a lo que quería en la
novela El nombre de la rosa (Carvajal, 2009).

Por ejemplo, si tenemos el concepto Hombre, este concepto tiene un contenido


animal racional. Este contenido se verifica en la realidad en todos y cada uno de los
hombres. Ahora bien, este contenido que representa el concepto de hombre es
propio de todos los hombres, pero no es exclusivo de ninguno (Carvajal, 2009).

3) Frustra fit per plura quod potest fieri per pauciora (se hace inútilmente con muchas
cosas lo que se puede hacer con pocas, sirviendo como principio me todológico)

En esta tesis se fundamenta la llamada Navaja de Ockham, también conocido como


el principio de economía. Aunque ha tenido muchos detractores por cierta
ambigüedad o falta de rigurosidad que pueda verse en él, haciendo simple el asunto,
como era el propósito de Guillermo, se puede entender como un principio que evita
crear más contradicciones o problemas de los ya existentes, a saber, complejizar
un asunto más allá de lo que su naturaleza lo permite, entonces, así visto, el
principio de economía es un método resolutivo que procura un camino expedito para
evitar que un problema se convierta en una tormenta. Sin embargo, su eficacia
dependerá de la disciplina científica en la cual se aplique, y de la interpretación que
se tenga de dicho principio, también, de su aplicabilidad.

Ante el cúmulo de sutilezas y ergotismos desmedidos y desconectados de la


experiencia, el filósofo oxfordiano prefiere las explicaciones simples a las
complicadas y rebuscadas. Hay que ajustarse a la experiencia inmediata antes que
recurrir a procesos no verificables empíricamente, ya que, si es único el conjunto de
las operaciones cognoscitivas, único ha de ser también el intelecto que las realiza,
“configurándose como aquella regla metodológica que más tarde se denominará
rechazo de las hipótesis ad hoc” (Carvajal, 2009)
Conclusión

Hemos llegado al final de esta breve reseña biográfica e intelectual de un hombre


que abrió las puertas a un nuevo mundo con su vida y obra de manera excepcional,
que fungió como bisagra de un portal fecundo que instauraría las bases del mundo
que aún perdura -aunque en cierta medida desdibujado, simulado y superado-, la
era de la modernidad y el modo de vida burgués: la Ilustración, la razón, el individuo,
los derechos sociales, la separación de poderes y otros tantos valores que tuvieron
vigencia por siglos. La fuerza de hombres como Guillermo de Ockham fue capaz
que promover estos acontecimientos humanos.

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