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OIKOS 94: 385–391. Copenhague 2001

MINI- Minireviews brinda la oportunidad de resumir el conocimiento existente de áreas ecológicas

seleccionadas, con especial énfasis en temas actuales donde se están produciendo avances

REVISIÓN rápidos y significativos. Las reseñas deben ser concisas y no demasiado amplias. Deben citarse
todas las referencias clave. Se requiere un resumen.

Charles Lyell - '' el padre de la geología '' - como precursor de la

ecología moderna

David Wool

Wool, D. 2001. Charles Lyell - "el padre de la geología" - como precursor de la ecología
moderna. - Oikos 94: 385–391.

En 1830, Charles Lyell publicó el primer volumen de su influyente libro, "Los principios de
la geología". El joven Charles Darwin tomó el libro a bordo del "Beagle" y, a su regreso,
reconoció la contribución que hizo a su propia investigación. Lyell no creía en la
transmutación y la evolución, y explicó las diferencias en la fauna fósil entre diferentes
formaciones geológicas por los cambios ambientales acumulados durante un tiempo
geológico muy largo. Describe las interacciones ecológicas de los organismos con su
entorno biótico y abiótico en un lenguaje similar a los conceptos ecológicos actuales.
Lyell puede considerarse uno de los precursores de la ecología moderna.

D. Lana, Departamento de Zoología, Tel A-I- Uni-., Tel A-I- 69978, Israel ( dwool @
post.tau.C.A.Illinois).

'' La posibilidad de existencia de ciertas especies en un lugar
dado, o de prosperar más o menos en él, está determinada no
solo por la temperatura, la humedad, el suelo, la elevación y
otras circunstancias similares, sino también por la existencia o
no existencia. , la abundancia o escasez de un conjunto
particular de otras plantas y animales en la misma región
'' (Lyell, Principles of geology. novena ed. 1853, p. 677)
No hay nada sorprendente o nuevo en esta declaración. La
dependencia de cualquier organismo en cualquier hábitat de los
componentes bióticos y abióticos del medio ambiente se describe
en todos los libros de texto modernos de ecología.
Sorprendentemente, sin embargo, estas palabras fueron escritas hace
170 años, antes de que se inventara el término "ecología" (por Ernst Haeckel,
aproximadamente en 1878) y mucho menos antes de que la ecología se
convirtiera en una ciencia. El escritor, Charles Lyell, fue un
geólogo, no biólogo. Su monumental libro, "Los
principios de la geología", se publicó justo cuando
Charles Darwin estaba a punto de dar la vuelta al mundo
en el "Beagle".
Mi interés por Darwin y su período me llevó a comprar
la novena edición de los "Principios", publicada en 1853 y
que contiene en un volumen las tres partes del libro (que
se publicaron por separado antes) (Lyell 1830-1832). Al
leer las 800 páginas, me di cuenta de que Lyell merece un
lugar de honor entre los antepasados de la ecología
contemporánea, por su reconocimiento de las
interacciones y la interdependencia entre los organismos,
el efecto del medio ambiente en el ensamblaje de
especies en el hábitat y el perjudicial

Aceptado el 28 de marzo de 2001

Copyright © OIKOS 2001

ISSN 0030-1299
Impreso en Irlanda - todos los derechos reservados

OIKOS 94: 3 (2001) 385

efectos del hombre en la diversidad de especies: cuestiones
centrales de la ecología actual. Los "Principios" no es un libro
de texto de geología, en el sentido de descripción sistemática
de las formaciones geológicas. A este tema Lyell dedicó más
tarde sus "Elementos de geología", que incluso apareció
como una edición especial para estudiantes con muchas
buenas ilustraciones de fósiles típicos (Lyell 1874). Los
"Principios" tratan cuestiones globales como el clima, las
erupciones volcánicas, la erosión de la tierra y el transporte
de suelo para construir nuevos deltas de los ríos, la erosión
de las costas marinas por las olas, así como la distribución de
plantas y animales en todo el mundo. El libro es único para
su época -porque explica todos los cambios físicos y
biológicos observables en las formaciones geológicas sin
recurrir a catástrofes y milagros- siempre que se deje
transcurrir el tiempo suficiente.
Como veremos, Lyell llegó a sus conceptos ecológicos
modernos - a partir del conflicto entre su profunda convicción
religiosa de que los animales y las plantas se crearon de la misma
forma que los vemos hoy - y su observación de que los fósiles de
animales no eran los mismos en diferentes formas geológicas.
períodos. Opuesto como estaba a las ideas de Lamarck (y más
tarde a Darwin) sobre la transmutación de especies, sugirió un
mecanismo para explicar el cambio en la fauna entre épocas: las
especies seguían siendo las mismas, pero diferentes especies
habitaban los mismos lugares cuando cambiaban las condiciones
ambientales.
Para darse cuenta de la importancia excepcional de
este libro, es necesario leerlo en el contexto del
conocimiento científico de principios del siglo XIX. No
pretendo escribir una revisión exhaustiva de los
"Principios", ni una biografía de su autor. Más bien me
gustaría describir mis propias impresiones, como
biólogo, de la línea de pensamiento de Lyell, que lo llevó,
desde un punto de partida biológico conservador y
antitransmutacional a conceptos ecológicos modernos.
Bosquejo biográfico
Dos volúmenes de su "Vida y cartas" (Lyell 1881), editados
por su cuñada, son la fuente de las notas biográficas a
continuación. Los volúmenes contienen muchas cartas
pero poca información sobre el hombre mismo.
Charles Lyell (1797–1875) nació en Escocia en una
familia adinerada. De joven estudió derecho, e incluso lo
practicó durante algún tiempo, pero lo abandonó debido
a su mala vista. Pasó varios meses en el Museo de
Ciencias Naturales de París, donde se reunió con Georges
Cuvier, el famoso anatomista comparado y una autoridad
mundial en fósiles. Cuvier fue el autor de la teoría de la
"catástrofe" entonces prevalente que explicaba la
presencia de diferentes fósiles en diferentes formaciones
geológicas asumiendo una serie de inundaciones (ver
más abajo).
386
Hasta los 70 años, Lyell pasó la mayor parte de su tiempo
viajando, aparte de un breve período en el que enseñó
geología en Cambridge. A juzgar por sus cartas, enviadas
desde muchas ciudades europeas a su padre, sus hermanas
y varios colegas, atravesó Europa desde el sur de Italia hasta
el norte de Escandinavia y desde España hasta el este de
Alemania, utilizando los medios de transporte disponibles en
ese momento: a caballo, en carruajes ( más tarde, trenes), en
barco y a pie. Subió a los Alpes y ascendió a los volcanes
Vesubio y Etna para reunir pruebas geológicas. Después de
su matrimonio, su esposa se unió a él en sus excursiones (los
niños no se mencionan en la Vida y las cartas). Dos veces en
su carrera: en 1842 y nuevamente en 1852.
- viajó a América y pasó algunos meses estudiando
formaciones rocosas en áreas geológicamente
interesantes desde Canadá y Nueva York hasta Alabama
y el Valle de Mississippi. Dondequiera que fuera, acordó
reunirse con las mejores autoridades locales sobre
fósiles. Sus "Principios" y sus viajes pronto le valieron una
posición de liderazgo entre los geólogos.
Lyell fue elegido dos veces presidente de la Royal
Geological Society, pero rechazó un puesto oficial
permanente y volvió a la geología práctica, su afición
convertida en profesión. Estaba socialmente cerca de los
círculos reales, la reina Victoria y el príncipe Alberto, y
asistía a muchas cenas reales y otras funciones, que se
mencionan con mucha frecuencia en sus cartas. Las
cartas contienen muy pocas observaciones científicas, las
que guardó para su presentación en la Royal Society y
artículos en revistas científicas y libros, pero están llenas
de problemas políticos. Particularmente dignas de
mención son sus cartas sobre sus viajes por América, en
las que defendía el apoyo del Norte, no del Sur,
contrariamente a la política exterior oficial de su
gobierno en ese momento. Como personalidad muy
importante, Lyell fue enterrado en la Abadía de
Westminster,
Geología, fósiles y tiempo
"Al menos parte de los antiguos monumentos de la naturaleza se
escribieron en lenguaje vivo" (Principles, p. 60).
En el siglo XIX, la geología se convirtió en una ciencia aplicada. El
desarrollo de la industria requirió grandes cantidades de
minerales metálicos y carbón para los hornos. Era necesario
contar con personas capacitadas para identificar las formaciones
rocosas y los lugares donde se podían encontrar esos productos.
En Inglaterra, en 1841 se inauguró el Museo de Geología Práctica
que funciona como escuela técnica de minería y centro para la
instrucción científica del público (Bibby 1960: 108–9). La
identificación de formaciones rocosas mediante el análisis
químico de los minerales fue lenta, difícil y, a menudo, inexacta.
Fue mucho más fácil identificarlos por su contenido de fósiles.
OIKOS 94: 3 (2001)
 Los fósiles se conocían antes del siglo XIX, pero no se
reconocieron como restos de organismos extintos. Por
ejemplo, Voltaire, uno de los principales filósofos de la
Francia del siglo XVIII, declaró que los fósiles eran
contorsiones minerales; le preocupaba que la gente pudiera
interpretar su presencia como una prueba de la historia
bíblica del diluvio. Esto, de hecho, se convirtió en una
creencia generalizada, apoyada -debe ser admitido- por los
principales geólogos europeos de la época.
Los geólogos, a principios del siglo XIX, se
concentraron en el Museo de Ciencias Naturales de París.
Georges Cuvier (1762-1832) estuvo a cargo de la
colección de vertebrados. JB Lamarck estaba a cargo de
los invertebrados. En sus cartas, Lyell expresa su
admiración por estos dos científicos:
`` Los trabajos de Cuvier en osteología comparada, y de
Lamarck en conchas recientes y fósiles, han elevado estos
departamentos de ciencia a un rango del que nunca antes se
habían considerado susceptibles '' (Principios, p. 60).
Sus sitios de investigación fueron las canteras de yeso
en la cuenca de París, donde se descubrieron una
gran cantidad de fósiles y se llevaron al museo. Todos
los geólogos estuvieron de acuerdo en que se trataba
de animales extintos y sabían que los fósiles de las
rocas superiores (más recientes) eran los más
similares, si no idénticos, a los animales existentes.
Sabían que Europa fue colonizada, en épocas
sucesivas, por diferentes especies de animales,
algunas marinas, otras terrestres. El hallazgo de
mamíferos fósiles en el norte de Europa (elefantes,
rinocerontes, hipopótamos, hienas, leones y tigres,
animales ahora limitados a climas tropicales) sugirió
cambios climáticos drásticos. Cuvier vio los fósiles
como evidencia del diluvio. Las diferencias entre
épocas las explicó por repetidos diluvios que
destruyeron toda la vida en la tierra: ocurrieron varias
destrucciones y recreaciones.
Lyell pensó que no era necesario invocar eventos
catastróficos como el diluvio para explicar las diferencias
observadas en la fauna entre las formaciones geológicas,
siempre que hora se permite que haya transcurrido.
Lyell abre su discusión con una extensa revisión de las
creencias sobre la creación del mundo en diferentes culturas
antiguas. Su conclusión es que desastres como el Diluvio
fueron eventos reales, que destruyeron grandes extensiones
de tierra y en los que murieron miles de personas y un
número incalculable de ganado y otros animales, pero estos
fueron desastres locales, como los que ocurren en nuestro
propio tiempo en partes de Asia y África (Principios, pág.
160). En ausencia de un conocimiento claro sobre los límites
del "mundo", los informes de tales desastres se magnificaron
a medida que se transmitían de generación en generación y
se aceptaban como eventos globales. Del mismo modo,
OIKOS 94: 3 (2001)
los informes de erupciones locales de volcanes y
terremotos obtuvieron la magnitud de la destrucción de
"todo el mundo".
Lyell pensó que la necesidad de catástrofes era una
consecuencia de exprimir la historia del mundo en 5000 a
6000 años desde la creación, como los sacerdotes habían
calculado y enseñado durante generaciones. Si se elimina
esta restricción, todos los cambios geológicos observados
pueden explicarse por los efectos lentos y acumulativos de
las mismas fuerzas naturales que podemos observar hoy.
`` hasta que nos habituemos a la posibilidad de que un lapso
indefinido de edades haya sido comprendido dentro de cada uno
de los períodos modernos de la historia de la tierra, estaremos en
peligro de formarnos visiones más erróneas y parciales de la
geología '' (Principios, p. . 421)
Lyell dedicó una parte considerable de su libro a evidenciar la
importancia del tiempo para dar forma a la superficie de la
tierra y producir la distribución observada de formas fósiles.
Las tasas actuales de erosión y deposición son suficientes,
dado el tiempo suficiente, para realizar cambios tan grandes
en la tierra como los observados por los geólogos. Las
erupciones volcánicas y los terremotos causan destrucción
masiva, como él mismo ha visto en Pompeya y Herculano,
pero también provocan la acumulación de nuevos suelos
fértiles: a pesar de los repetidos desastres, la gente
recolonizó el pie de los volcanes Vesubio y Etna, porque estos
son algunos de los mejores lugares para vivir.
Lyell enumera una serie de antiguas ciudades portuarias y
fortalezas (en Italia, por ejemplo) que se construyeron en las
desembocaduras de los ríos en tiempos históricos, y sus
restos ahora se encuentran a millas tierra adentro, debido a
la lenta acumulación de los deltas en el mar, para levantarse
con la próxima actividad volcánica. Cita las observaciones de
Darwin en Chile y los Andes como evidencia de la elevación
gradual de la tierra. Mientras visitaba Noruega y Suecia,
pudo calcular la lenta tasa de elevación de la tierra en
Escandinavia con la ayuda de marcas cinceladas en las rocas
durante la marea baja 20 años antes. En sus visitas a
América, en 1842 y nuevamente en 1852, estudió las
Cataratas del Niágara y calculó que el inmenso poder del
agua había erosionado las cataratas a razón de 30 cm por
año: las cataratas originales eran el doble de alto que él. los
vi,
Lyell describió una nueva e importante fuerza que da forma a las
principales características de los continentes del norte: los glaciares.
Un glaciar es un bulto de plástico, empujado hacia abajo por el peso
de la nieve y el hielo acumulados en el terreno elevado. Lyell encontró
evidencia de que los glaciares habían dado forma a los valles alpinos y
los fiordos escandinavos en el pasado geológico. Los glaciares
también tienen un importante poder de transporte, al romper
enormes rocas y transportarlas, enterradas en el hielo, por largas
distancias, liberándolas donde el hielo finalmente se derrite. Esta fue
su explicación de la presencia de bloques de granito en los valles
suizos, que antes requerían explicaciones sobrenaturales. Los
glaciares encajan bien en el concepto de tiempo de Lyell: se mueven
extremadamente lento y deben pasar generaciones o épocas antes de
que el hielo se derrita y sus efectos en el paisaje sean visibles.
387
Geología y evolución: Lyell y Darwin
Charles Darwin, entonces de 23 años, se llevó consigo la
primera edición de los "Principios" cuando emprendió su
viaje a bordo del "Beagle" en 1832. Trece años después,
en la portada de la segunda edición de su '' Revista de
investigaciones sobre la historia natural y geología de los
países visitados durante el viaje alrededor del mundo del
HMS '' Beagle '' al mando del Capitán Fitz Roy, RN '' (1845)
(conocido como '' El viaje del Beagle '' en ediciones
posteriores), encontramos la siguiente dedicatoria:
'' A Charles Lyell, esq., FRS, esta segunda edición está
dedicada, con agradecido placer, como un reconocimiento
de que la parte principal del mérito científico que esta
revista, y las demás obras del autor, puedan poseer, se ha
derivado de estudiando los conocidos y admirables
"Principios de geología" (Darwin 1845).
Lyell era uno de los dos amigos, el otro era el botánico
Joseph Hooker, a quien el avergonzado Darwin se acercó en
junio de 1858 para pedirle consejo, después de recibir por
correo un artículo de Alfred Russell Wallace, entonces en
Tarnate en las islas malayas, expresando las mismas ideas
sobre el origen de las especies sobre las que Darwin había
estado deliberando durante los 20 años anteriores.
Conscientes del trabajo a largo plazo de Darwin sobre este
tema, y habiendo leído el borrador del "gran libro" en 1844,
Lyell y Hooker presentaron tanto el trabajo de Wallace como
el de Darwin a la Linnean Society en julio de 1858 (en
ausencia de ambos autores ) y animó a Darwin a publicar su
libro, que finalmente salió a la luz en noviembre de 1859.
¿Qué encontró Darwin en el libro de Lyell, que lo impulsó a
relacionar el valor científico de todo su trabajo con las ideas
derivadas de los "Principios"? La mayor contribución de Darwin a
la ciencia, la idea de "descendencia con modificación", por
variación y selección natural, fue ciertamenteno derivado de Lyell,
quien se opuso a la idea de que las especies pudieran cambiar en
absoluto. Pero el concepto de tiempo ilimitado fue una
contribución importante a las ideas de Darwin sobre el origen de
las especies: la selección natural no puede conducir al cambio de
especies a menos que se le permita operar durante un tiempo
ilimitado. Aunque no he encontrado en los libros y cartas de
Darwin un reconocimiento específico de la contribución del
concepto de tiempo de Lyell a su propio pensamiento, no tengo
ninguna duda de que este concepto justifica suficientemente la
dedicación entusiasta de su trabajo a Lyell.
Por su parte, Darwin proporcionó mucho material útil a
Lyell. De las cartas intercambiadas entre ellos, y las cartas a
otras personas en las que se menciona a Darwin, Lyell
encontró en el libro de Darwin `` sobre la geología de
América del Sur '' (Darwin 1842) evidencia de apoyo muy
importante para sus teorías geológicas, especialmente sobre
la elevación de vastas áreas de tierra y de cadenas
montañosas, como Darwin informó a partir de sus
observaciones en las costas occidentales de Chile y los Andes.
En un tema, el del origen de las islas de coral, Lyell aceptó la
teoría de Darwin con preferencia a la suya propia: mientras
388
Creía que los atolones se formaban en los bordes de los cráteres
de los volcanes sumergidos, Darwin explicó su presencia
mediante la formación de cinturones de coral alrededor de
continentes o islas que se hundían lentamente, incluyendo así en
una teoría atolones, arrecifes periféricos y arrecifes de barrera.
Lyell estaba convencido: en una carta a Sir J. Herschel, en mayo
de 1837, comenta
“Estoy muy entusiasmado con la nueva teoría de Darwin sobre las islas
de coral y he instado a Whewell a que lo haga leer en nuestra próxima
reunión. Debo renunciar a mi teoría del cráter volcánico para siempre,
aunque me cuesta una punzada al principio ”… (y agregó la metáfora):“
Las islas de coral son los últimos esfuerzos de los continentes ahogados
para levantar la cabeza por encima del agua ”.
En la edición de 1853 de los '' Principios '', Lyell
imprimió ambas teorías, la suya y la de Darwin, con
una nota de que la última es quizás más correcta
(¡pero no eliminó su explicación incorrecta de la nueva
edición del libro!) .
Las cartas de Lyell después de 1845, e incluso después de
la publicación del "Origen" en 1859, revelan que se esforzó
por convencer a otros de que hay mucho que apreciar en los
libros de Darwin, pero no aceptó la idea de que las especies
pudieran cambiar. No vio ninguna diferencia entre las ideas
de Darwin y la "transmutación" de Lamarck (la diferencia está
en el mecanismo, pero el principio de que una especie puede
cambiar para convertirse en otra, es compartido por ambas
teorías).
A pesar de las cartas y discusiones con el propio Darwin y
sus partidarios como Huxley y Hooker, Lyell se mostró reacio
a aceptar la teoría evolutiva de Darwin como una explicación
de las diferencias observadas en los restos fósiles en
diferentes formaciones geológicas. Su convicción básica era
que las especies nunca han cambiado desde su creación. Las
diferencias observadas en la composición de especies entre
períodos geológicos solo podrían explicarse por diferencias
en las condiciones ambientales.
El cambio climático y la distribución de plantas y
animales.
Después de considerar, y rechazar, varias otras teorías, Lyell
explica que los cambios climáticos en el pasado geológico fueron
el resultado de cambios en la proporción de tierra y mar en la
superficie del globo, afectados por la erosión y acumulación de
materia a lo largo del tiempo. El clima está determinado por un
equilibrio entre las áreas cubiertas por mar y tierra, ayudado por
las corrientes marinas y los vientos (datos de estos últimos los
obtuvo de los registros de los capitanes de la Armada Británica y
de los buques mercantes, que los acumulaban de forma
rutinaria). La tierra se calienta más rápido, en particular cerca del
ecuador, y pierde calor más rápido que el agua. En el hemisferio
norte, aproximadamente la mitad de la superficie es tierra,
mientras que en el sur, solo 1/16 es tierra. Esto explica las
diferencias climáticas entre los hemisferios en latitudes
comparables. Partes de los continentes se elevan continuamente,
mientras que otras se hunden.
OIKOS 94: 3 (2001)
arroja grandes cantidades de materia al mar, y su acción
acumulativa determina el clima local y, con él, la
composición de la flora y la fauna. Un cambio gradual en
la proporción de tierra y mar podría, eventualmente,
haber causado un cambio climático global, como lo
documentan los fósiles.
Zoogeografía
¿Por qué encontramos diferentes especies de plantas y
animales en diferentes países aunque el clima parece ser el
mismo? Si entendemos la situación actual de los organismos
vivos, tendremos la clave de su distribución en el pasado
geológico. Antes de abordar esta cuestión, Lyell tuvo que
enfrentarse a una cuestión muy básica: ¿es una especie una
unidad natural real, que permanece distinta y sin cambios?
'' ... Si las especies tienen una existencia real en la naturaleza, o si
son capaces - como pretenden algunos naturalistas - de ser
modificado indefinidamente en el curso de una larga serie de
generaciones? '' (Principios, p. 582)
Por "algunos naturalistas" (énfasis mío), Lyell se refiere a los
partidarios de la idea de Lamarck de la transmutación de especies,
pero sin duda se refiere también al núcleo central de la teoría de
Darwin de la "descendencia con modificación". Quizás no se haya
comprendido ampliamente que Darwin, en su '' Origen de las especies
'', no consideró a las especies como unidades naturales en absoluto:
"Veo el término especie como una dada arbitrariamente, por
conveniencia, a un grupo de organismos que se parecen entre
sí" (Origen, p. 68)
Los escritores más antiguos, como William Paley en su influyente
libro '' Teología natural '' (1802), no tenían ninguna duda de que
las especies eran reales y todas fueron creadas en seis días, como
se documenta en la Biblia. Lyell también estaba convencido de
que las especies eran reales e inmutables. Expresa su convicción
con claridad (p. 582). Cada especie proviene de una sola fuente,
un par o un solo individuo cuando esto fue suficiente, y no se
puede mezclar con individuos de otras especies. Algunos cambios
morfológicos pueden ser causados por el medio ambiente, y
algunos de ellos pueden ser hereditarios, pero no son suficientes
para transformar una especie en otra. Cada especie perdurará
durante un tiempo determinado y luego se extinguirá, pero
nunca cambiará.
¿Qué prueba hay de que las especies no cambian? Los
argumentos de Lyell provienen de tres fuentes. Primero, de la
domesticación (págs. 595–597): Los esfuerzos del Hombre por
crear animales adecuados para sus propósitos no dieron como
resultado nuevas especies. A pesar de la diferencia de estructura
y otras características de las diferentes razas de perros, siguen
siendo perros. El gato fue trasladado por el hombre a todas
partes del mundo y se estableció en todas partes, pero sigue
siendo el mismo animal deificado por los antiguos egipcios.
OIKOS 94: 3 (2001)
No todos los animales pueden ser domesticados: el Creador en
su sabiduría dio a algunas especies la flexibilidad de adaptarse a
diferentes circunstancias (¡para que puedan servir al Hombre!). La
capacidad del caballo, el perro, la oveja, el gato y muchas clases
de aves domésticas para vivir en casi todos los climas les fue dada
explícitamente para que el hombre pudiera beneficiarse de su
servicio dondequiera que viva (p. 597). Esta flexibilidad elimina la
necesidad de cambiar.
La segunda prueba proviene de la hibridación. La esterilidad de los
híbridos interespecies demuestra que los límites de las especies no se
pueden cruzar.
La tercera fuente de prueba son los animales momificados
de las antiguas tumbas de los faraones (gatos, monos,
perros, cocodrilos, mangostas e incluso un ibis) recopilados
por científicos que acompañaron a los ejércitos de Napoleón
a Egipto. Los animales preservados eran idénticos a las
especies existentes, aunque tenían miles de años. Esta fue
una evidencia concluyente de que las especies no cambiaron
con el tiempo.
Sin embargo, Lyell no pudo aceptar la escala de tiempo de
seis días para la creación, e introdujo hora en la creación
misma. El Creador tuvo que ejercitar mucha planificación
previa en la colonización de la tierra:
"Se han creado especies en sucesión, en tales momentos y
lugares para permitirles multiplicarse y perdurar durante un
período determinado y ocupar un espacio designado en el
globo".
'' Debemos asumir que cuando el Creador hizo un animal o
una planta, tomó en cuenta todas las condiciones en las que
su descendencia puede encontrarse, y se aseguró de que su
estructura y organización les permita sobrevivir y reproducirse
en estas condiciones ' '(Principios, p. 665).
Es muy interesante darse cuenta de que la necesidad de planificar con
anticipación surgió de ecológico razonamiento: se deben haber creado
muchos arbustos y pastos y se les permitió que se extendieran por un
área grande, antes de que el mundo pudiera ser colonizado con
ovejas, cabras y ciervos; de lo contrario, los primeros herbívoros
creados habrían devorado las primeras plantas y luego morirían de
hambre. Se necesitaba tiempo para que los herbívoros se
multiplicaran antes de que pudieran proporcionar alimento a la
primera pareja de leones o lobos. Se necesitaba tiempo para que los
insectos se multiplicaran en cantidades suficientemente grandes,
antes de que se permitiera que las golondrinas entraran al mundo y
destruyeran miles de ellas de una sola vez (p. 665).
Después de completar el proceso inicial de `` creación
especial '', cada especie en su propio tiempo y lugar, las
condiciones locales determinan la composición de la
fauna en cada localidad: cuando las especies expanden
sus rangos gradualmente, se encuentran en diferentes
climas, se encuentran diferencias en la cantidad y calidad
de sus alimentos y diferentes otras especies, que les
ayudan o, por el contrario, dificultan su avance. Estas
diferencias ambientales determinan la composición de
especies en cada lugar (p. 582).
Además, la transmutación, incluso si fuera posible, es
demasiado lenta para explicar las diferencias de fauna entre los
períodos geológicos:
389
 '' Es ocioso discutir sobre la posibilidad abstracta de la causarán extinción, incluso si causan una mortalidad
conversión de una especie en otra, cuando existen causas generalizada. Una invasión de langostas, o una enfermedad
conocidas mucho más activas en su naturaleza, que
siempre deben intervenir e impedir la realización real de epidémica, no provocará la extinción de especies si estas se
tal conversión '' (Principios, pág.700). repiten en el mismo lugar. Cualquier especie de planta o animal
que no pudiera soportar las bajas temperaturas, o la enfermedad
¿Cuáles son estas causas eficientes? Hoy los habríamos
en particular, o la hambruna causada por las langostas que
clasificado en "exclusión competitiva". Por ejemplo, si en un
consumen toda la materia verde, habría sido eliminada cuando se
estuario, el agua salada se vuelve lentamente salobre y luego
encontró el factor por primera vez. Si la especie sobrevivió a ese
agua dulce (cuando la desembocadura del río se bloquea
primer encuentro, se recuperará pronto si el factor se repite (aquí
lentamente por el limo), los moluscos marinos que viven allí
está el concepto de adaptación).
no cambiarán lentamente para convertirse en moluscos de
Lyell está particularmente impresionado con la maravillosa
agua dulce, porque otras especies - ya adaptadas a agua
habilidad de los insectos para recuperarse rápidamente después
salobre o dulce - los eliminará y reemplazará mucho antes.
de cada destrucción: él ve en esta prueba de la grandeza del
Creador, quien les dio esta habilidad para desarrollar números
La combinación de la creencia en la creación y la inmutabilidad
enormes, para luego ser reducidos a números insignificantes ''
de las especies, con el rechazo de la posibilidad de milagros y
sin un obvia fuerza violenta '' interviniendo, como una máquina
catástrofes, y el reconocimiento de la gran cantidad de tiempo,
que no requiere combustible cuando no está en uso, pero que
llevaron a Lyell a la ecología moderna.
entra en acción inmediatamente cuando surge la necesidad.

Ecología
El término '' ecología '' fue acuñado por E. Haeckel,
aparentemente en 1878 o antes, pero los conceptos El efecto del hombre en el medio ambiente y la
modernos de ecología ya están presentes en el trabajo de diversidad de especies.
Lyell, comenzando con la siguiente definición:
'' Estaciones de plantas y animales: las estaciones comprenden todas las “Solo podemos estimar la revolución causada en el mundo animal por el
circunstancias, ya sean relacionadas con el mundo animado o crecimiento de la población humana, incluso solo como consumidora de
inanimado, que determinan si una determinada planta o animal puede materia orgánica” (Principios, p. 681). `` El hombre, en verdad, está
existir en un lugar determinado '' (Principios, p. 670) prosperando continuamente para disminuir la diversidad natural de las
estaciones de animales y plantas, en todos los países, y para reducirlos a
¡Considerada desde el punto de vista de la especie dada, la un pequeño número apropiado para especies de uso económico
"estación" se acerca bastante a nuestro concepto actual del '' (Principios, p. 682)
nicho ecológico!
Las declaraciones que expresan la conciencia de Lyell de los
Lyell distingue sus "estaciones" de "habitación", que es
efectos negativos del hombre en el medio ambiente,
el lugar de la tierra en el que se puede encontrar la
especialmente el hombre blanco, cuando llegó a nuevos
especie. La '' habitación '' está determinada no solo por la
continentes, aparecen en diferentes partes de los "Principios". Sin
'' estación '' sino también por factores como el sitio
actividades humanas, se puede esperar que el clima del globo
donde se creó la especie, el tiempo transcurrido desde
permanezca estable durante miles de años, pero
entonces y su poder de dispersión.
'' el drenaje de las marismas y la tala de extensos bosques
El énfasis de Lyell en la importancia de las interacciones
causaron cambios en la atmósfera tales que elevaron en gran
bióticas es interesante: por ejemplo, supongamos que una medida nuestra concepción de las influencias más importantes de
planta con flores crece en un matorral de arbustos estas fuerzas '' (Principios, p. 113)
espinosos. Aunque las condiciones de crecimiento son
Muchos pantanos europeos ahora ocupan sitios donde crecieron
menos favorables allí que en el prado abierto, es posible que
extensos bosques de pinos y robles en tiempos históricos.
los pocos individuos, protegidos por las espinas de sus ''
Algunos bosques fueron talados por orden de los emperadores
amigos '' del ganado en pastoreo, sean los únicos en
romanos, pero algunos fueron talados por orden del Parlamento
sembrar y propagar la especie. .
británico porque eran refugios para forajidos y lobos (p. 721).
Lyell también era consciente de la interdependencia de las
especies entre sí: si se reduce el número de salmones,
El drenaje de las marismas y la tala de bosques son útiles para
debido a la depredación de las focas
el hombre, pero reducen la diversidad de especies que existen en
"La consecuencia necesaria debe ser a menudo que en el estos hábitats. Algunos afirman que, a nivel mundial, las
transcurso de algunos años las nutrias, a una distancia de varios
cientos de millas tierra adentro, disminuirán en número debido a la
actividades agrícolas humanas mejoran la productividad de la
escasez de peces" (Principles, p. 677). tierra, pero esto es dudoso porque

Cualquier cambio ambiental, por pequeño que sea, puede “Suelen tanto considerar la esterilidad o la productividad
en relación con las necesidades del hombre, y no en el
ser crítico para una o más especies y puede afectar a toda la mundo orgánico en general” (Principios, p. 681).
fauna. Pero no todas las perturbaciones ambientales

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Lyell describe sus impresiones sobre el efecto de la tala de
bosques sobre la erosión de la tierra, luego de sus visitas a
América:
'' En mis viajes por Georgia y Alabama, en 1846, vi en ambos
países la formación de cientos de valles en lugares donde se
destruyó el bosque natural. De uno de esos valles no había
rastro veinte años antes, pero cuando los árboles fueron
talados, el calor del sol abrió grietas a una profundidad de 3
pies, y durante las lluvias, en veinte años se formó un valle no
menos de 55 pies de profundidad, 300 yardas de largo y de 20
a 180 pies de profundidad '' (Principles, p. 204).
Las actividades de Man también aceleraron la destrucción de
las costas al remover los bloques de piedra caliza, que caen
cuando los acantilados se desintegran, de las playas tan
rápido como se forman para ser utilizados en la industria del
cemento:
'' si estos bloques se dejaran donde cayeron, romperían la
fuerza de las olas antes de llegar a los acantilados y
retrasarían la transformación de la península en una isla, un
proceso que puede traer la destrucción de la ciudad de
Harwick '' ( Principios, p. 320).
Sin embargo, el hombre no es la única criatura que tiene efectos
tan dañinos en el medio ambiente:
"Toda especie que se ha extendido desde una pequeña sobre una
gran área debe, de la misma manera, haber marcado su progreso
por la disminución o extirpación completa de alguna
otra" (Principios, p. 688).
Observaciones finales
Tendemos a pensar que la ecología es una ciencia joven,
quizás comenzando con Elton (1927, 1958) y floreciendo en la
década de 1950, con los libros de Andrewartha y Birch (1954)
y de Odum (1959). En particular, algunos tienden a pensar
que la conciencia de los efectos negativos del hombre en el
medio ambiente surgió solo recientemente en las sociedades
ricas de Occidente.
La lectura de los "Principios de geología" me convenció de
que las ideas estaban ahí hace 170 años. Lyell reconoció los
fenómenos ecológicos y los describió con tanta claridad
como cualquier ecologista moderno.
Es sorprendente que su reconocimiento de la ecología
se derivara de su objeción a la evolución: dado que no
aceptaba la `` ascendencia con modificación '', visualizó
una serie de extinciones y colonizaciones, locales sin
duda, no catástrofes globales como lo hizo Cuvier. para
explicar la paleontología. Estas extinciones fueron el
resultado de alteraciones ecológicas del medio ambiente,
a raíz de cambios en la superficie física de la tierra.
Aunque estaba abierto a las nuevas ideas de Darwin sobre los
arrecifes de coral, se negó a aceptar sus ideas sobre la evolución
por selección natural años después de la publicación de
OIKOS 94: 3 (2001)
el origen''. Esto le habría obligado a cambiar
drásticamente su teoría geológica, que se basaba en la
Creación y el Tiempo Especiales. Solo diez años después
de la aparición del "Origen", abandonó parcialmente su
creencia en la "Creación especial" para la selección
natural, aunque todavía se negó, como lo hizo AR
Wallace, a incluir al Hombre en el proceso. Los últimos
capítulos de su libro "La antigüedad del hombre" (Lyell
1873) son un intento de explicar por qué los argumentos
de Darwin son tan convincentes y útiles. Entre las razones
del cambio de opinión, enumera el descubrimiento de
Arkansas-chaeopteryx y otros fósiles, que reducen las
brechas entre clases y nos acercan al cambio mediante la
variación y la selección.
Particularmente sorprendente es su reconocimiento de los
efectos dañinos del hombre sobre el medio ambiente y la
diversidad de especies: los fenómenos se describieron tan bien
como cualquier ecologista de hoy. Sin embargo, Lyell tenía la
conciencia tranquila sobre estos efectos dañinos: el hombre
estaba destinado a gobernar el mundo y sus habitantes, y todo lo
que es bueno para el hombre debe ser la voluntad de Dios.
Dudo que muchas personas ocupen este puesto hoy, aunque
pocas personas están lo suficientemente preocupadas como para
hacer algo al respecto.
Referencias
Andrewartha, HG y Birch, LC 1954. La distribución
y abundancia de animales. - Univ. de Chicago Press.
Bibby, C. 1960. TH Huxley - 'Científico, humanista y
educador. - Horizon Press.
Darwin, C. 1842. Sobre la estructura y distribución del coral.
arrecifes y observaciones geológicas en las islas
volcánicas y partes de América del Sur. - Biblioteca
Minerva 1890, Ward, Lock, Bowden & Co.
Darwin, C. 1845. Revista de investigaciones sobre la historia natural.
y geología de los países visitados durante el viaje
alrededor del mundo del HMS Beagle al mando del
capitán Fitz-Roy, Esq., RN - 5ª impresión 1912, Murray.
Darwin, C. 1859. El origen de las especies por medio de
selección - o la preservación de razas favorecidas en la
lucha por la vida. 55 mil, 1898, Murray.
Elton, CS 1927. Ecología animal. - MacMillan.
Elton, CS 1958. La ecología de las invasiones de animales y
plantas. - Methuen.
Lyell, C. 1830–1832. Principios de geología. 9ª ed. 1853. -
Murray.
Lyell, C. 1873. La evidencia geológica de la antigüedad de
Hombre. 4ª ed. - Murray.
Lyell, C. 1874. Los elementos de geología del estudiante. 2ª ed. -
Murray.
Lyell, C. 1881. Vida, cartas y diarios de Sir Charles Lyell,
Bart. (ed. por su cuñada, la Sra. Lyell). 2 vols. - Murray.
Odum, EP 1959. Fundamentos de ecología. - Saunders. Paley,
W. 1802. Teología natural o evidencias de la existencia
y atributos de la Deidad, recopilados de las apariencias de la
Naturaleza. - En: Paley's Works, Complete in one volume,
1844. Henry G. Bohn.
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