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Teorías de Sistemas y Familia: Ecología del Desarrollo Humano

El texto que se presenta corresponde a un extracto tomado del libro” Psicología Social de la
Familia” 1. Se acerca con la finalidad de apoyar conceptualmente la reflexión en torno a los
diversos procesos de relación e interacción que viven y construyen las familias en tanto
experiencias estructurantes y estructuradas.

Introducción

El término ecología habría sido acuñado por el biólogo alemán, Ernst Hackel, en 1837, a partir
de la raíz griega «olko» que significa «casa», «morada» o «ámbito vital», con el objetivo de
expresar la necesidad de una nueva ciencia sobre «la casa» de todos (Klein y White, 1996). La
ecología se definiría, pues, como el estudio de las interrelaciones entre los organismos y el
ambiente, y descansaría sobre el supuesto básico de que la vida y el ambiente son partes
inseparables de un todo más grande. No obstante, sería otra bióloga, Ellen Swallow Richards,
quien daría un importante impulso al desarrollo de una nueva ciencia, la ecología humana, de
carácter interdisciplinar y aplicada fundamentalmente al ámbito de la economía familiar.

En psicología, el uso explícito de esta perspectiva se reflejará en la psicología ecológica de


Wright y Barker, construida principalmente sobre los conceptos de espacio vital y campo
psicológico de Kurt Lewin. La ecología humana será también una perspectiva teórica que se
desarrollará en disciplinas como la geografía, las ciencias políticas, la economía, el trabajo
social, las profesiones relacionadas con la salud o la terapia familiar.

No será, sin embargo, hasta finales de los años sesenta y la década de los setenta cuando se
consolide la perspectiva ecológica en el estudio de la familia con el surgimiento de dos escuelas
de pensamiento. Una basada en la Universidad del Estado de Michigan, donde destaca la figura
de Beatrice Paolucci y que representa la versión de la ecología humana centrada en la economía
familiar y en el manejo de los recursos familiares. Y otra, basada en la Universidad de Cornell
alrededor de la figura de Urie Bronfenbrenner y centrada fundamentalmente en la
investigación ecológica del desarrollo humano con un marcado énfasis contextual.
Bronfenbrenner tratará de unir el desarrollo ontogenético con la interacción con el ambiente
para desarrollar una ecología aplicada al desarrollo humano ya la familia.

Para Bronfenbrenner el desarrollo humano tiene lugar en el contexto de las relaciones


familiares y ese desarrollo es el resultado no sólo de los factores ontogenéticos, sino también
de la interacción de la dotación genética de la persona con el entorno inmediato familiar y,
eventualmente, con otros componentes del ambiente. Así, para Bronfenbrenner, «cualquier
cualidad humana se encuentra inextricablemente inmersa, y encuentra tanto su significado
como su expresión plena, en un contexto o escenario ambiental concreto, del cual la familia es
el principal ejemplo» (1989, pág. 225).

1
Extracto tomado del libro “Psicología Social de la Familia escrito por Enrique Gracia Fuster y Gonzalo Musitu Ochoa,
Temas de Psicología Paidós, Buenos Aires, 2000. Cap. 5, pag. 147 - 155

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Enríque Gracia Fuster & Gonzalo Musitu Ochoa
La Familia como Ecosistema

Dicho en términos de Kenneth (1977), las familias no son, ni nunca han sido, bloques auto
suficientes del edificio social, exclusivamente responsables y culpables de su propio destino,
sino que se encuentran profundamente influenciadas por poderosas fuerzas sobre las que
tienen un escaso control.

La familia no existe como una unidad independiente de otras organizaciones en la sociedad.


Desde una perspectiva ecológica, se subraya la necesidad de reconocer la influencia que el
contexto social ejerce en la vida familiar. La relación del sistema familiar con su entorno es
mutua: las condiciones del entorno influyen en la vida familiar y los cambios que ocurren en la
familia facilitan los cambios en forma el entorno, tratando éste de se establece entre la
familia y los sistemas extrafamiliares un proceso continuo de adaptación mutua.

El desarrollo individual, de acuerdo con Bronfenbrenner, debe entenderse en el contexto de


ese ecosistema. Así, un individuo crece y se adapta a través de intercambios con su ecosistema
inmediato (la familia) y ambientes más distantes, como la escuela. La familia, de acuerdo con
esta perspectiva, puede conceptualizarse como un ecosistema, es decir, como un grupo en
interacción con su hábitat.

Bajo condiciones normales, el ecosistema se mantendrá en un estado de equilibrio dinámico en


el que existe un balance adecuado entre los recursos del sistema y los niveles de estrés. Sin
embargo, cuando se producen cambios en el exterior de la familia, combinados con cambios en
el seno de la familia, puede producirse un estado de inestabilidad ecológica, en el que los
niveles de estrés exceden la disponibilidad de recursos personales y familiares, donde el
conflicto y la violencia son más probables.

El modelo ecológico propuesto por Bronfenbrenner enfatiza especialmente la importancia del


contexto social en numerosos ámbitos del desarrollo humano y, en particular, en las relaciones
familiares.

Principios que permiten entender el Ecosistema Familiar como un Sistema


en Interacción con su Ambiente:

1. Desarrollo en contexto. Los niños y jóvenes se encuentran profundamente influenciados


por su ambiente, familia, amigos, compañeros de clase, así como por sus vecinos, su
comunidad y cultura. De forma similar, los entornos donde viven y se relacionan modelan el
comportamiento de los padres. Desde esta perspectiva, la habilidad de un padre para
cuidar y educar con éxito a un niño no es únicamente una cuestión de «personalidad» o
«carácter», sino que es también una función de la comunidad y la cultura particular donde
los padres e hijos viven.

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2. Habitabilidad social. El acercamiento ecológico enfatiza la importancia de la «calidad de
vida» para las familias y su estrecha relación con un entorno socialmente rico. Los padres,
de acuerdo con esta formulación, necesitan una combinación apropiada de relaciones
formales e informales capaces de proporcionarles apoyo, guía y asistencia en la difícil
tarea de cuidar y educar a los hijos.

3. Acomodación mutua individuo-ambiente. Los individuos y el entorno se adaptan y ajustan


mutuamente. Así, para la comprensión del comportamiento humano necesitamos centrarnos
en la interacción del individuo y la situación en el continuo temporal. Ello tiene importantes
implicaciones, puesto que requiere de acercamientos que puedan captar los efectos
interactivos, así como de estudios longitudinales que vayan más allá de un punto en el
tiempo.

4. Efectos de segundo orden. Gran parte de los aspectos más importantes del
comportamiento del desarrollo humano tienen lugar como resultado de interacciones que
son modeladas e incluso controladas por fuerzas que no se encuentran en contacto directo
con los individuos en interacción. Bronfenbrenner denomina a estos efectos indirectos
«efectos de segundo orden», para indicar que algo más allá de dos individuos está
regulando su interacción.

Así, por ejemplo, las relaciones entre padres e hijos se encuentran claramente moduladas
por fuerzas externas a la familia. Con frecuencia, lo que le ocurre al padre en el mundo del
trabajo afecta tanto al padre como a los hijos, aunque éstos nunca «pongan el pie» en el
lugar de trabajo.

5. Conexiones entre personas y contextos. El acercamiento ecológico centra nuestra


atención en a) «transiciones ecológicas», es decir, los movimientos de individuos desde un
contexto social a otro y b) en «díadas transcontextuales», es decir, las relaciones que
existen a través de diferentes contextos (por ejemplo, cuando un niño es un estudiante con
respecto a sus compañeros y un vecino con respecto a un adulto de un barrio). De acuerdo
con esta perspectiva, las relaciones paterno-filiales se fortalecen cuando un niño y su
padre comparten experiencias en múltiples situaciones. Además, de acuerdo con este
planteamiento, la habilidad de los padres para criar con éxito a sus hijos depende en parte
del nivel de riqueza de las redes de relaciones sociales de ambos. Cuando los hijos
mantienen relaciones con adultos diferentes a sus padres, tales como profesores, amigos,
vecinos y familiares, que trascienden distintos contextos y persisten en el tiempo, tanto
los hijos como los padres se benefician, se fortalecen las relaciones paterno-filiales y
mejora el proceso de desarrollo del niño.

6. Perspectiva del ciclo vital. El sentido y significado de las características de


personalidad y de las distintas situaciones puede diferir a lo largo del ciclo vital. Por
ejemplo, padres efectivos con niños pequeños pueden experimentar dificultades con los
hijos cuando éstos alcanzan la adolescencia. Familias altamente dependientes de sus
vecinos para el cuidado y asistencia de los niños pequeños pueden encontrar a estos vecinos
menos útiles en el manejo de hijos adolescentes. Desde el acercamiento ecológico, se
insiste en que pocas respuestas son correctas a lo largo de todo el ciclo vital.

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Existen diferentes respuestas a la misma cuestión, dependiendo del nivel de maduración de
las familias. El aspecto principal que surge de este análisis ecológico de las relaciones fa-
miliares es que la capacidad de los padres para cuidar y educar con éxito a sus hijos
depende en gran parte del contexto social en el que la familia vive. Depende de la medida
en que padres e hijos mantienen conexiones duraderas con otros fuera del hogar; de la
medida y de la forma en que fuerzas externas penetran en el hogar y regulan las
interacciones paterno-filiales y de las normas de cuidado de los niños en el entorno
inmediato de la familia y del lugar donde la familia se encuentra a lo largo de su curso vital
(Garbarino y Stocking, 1980).

Conceptos Básicos

Para Bronfenbrenner (1979), la ecología del desarrollo humano se compone de cuatro sistemas
o tipos de contextos distintos pero interrelacionados entre sí, los cuales actúan como un
conjunto de estructuras anidadas, estructuras que Bronfenbrenner compara a un conjunto de
muñecas rusas. Estos sistemas o contextos, que se diferencian sobre la base de su inmediatez
con respecto a la persona en desarrollo, los define Bronfenbrenner como micro-, meso-, exo- y
macrosistemas.

Microsistema. El microsistema se define como el complejo de relaciones entre la persona en


desarrollo y el entorno en el escenario inmediato que contiene la persona. La familia sería el
principal microsistema donde tiene lugar el desarrollo, e involucra las interacciones entre los
niños, sus padres y hermanos en el hogar. Otros microsistemas relevantes al desarrollo infantil
serían las guarderías o la escuela e involucrarían las interacciones con los profesores o las
interacciones entre iguales.

Mesosistema. El segundo estrato-ecológico contempla las relaciones entre microsistemas. El


mesosistema lo define Bronfenbrenner como la interrelación entre los principales escenarios
que contienen a la persona en desarrollo en un punto particular de su vida. Un ejemplo serían
las interrelaciones e influencias mutuas entre la familia y escuela (lo que ocurre en la escuela
puede afectar a la familia y viceversa).

Exosistema. El exosistema, el tercer sistema en la ecología del desarrollo humano, se define


como una extensión del mesosistema que representa las estructuras sociales, tanto formales
como informales (por ejemplo, el mundo del trabajo, el vecindario, redes de relaciones sociales,
la distribución de bienes y servicios), que no contienen en sí mismas a la persona en desarrollo,
aunque rodea y afecta al contexto inmediato en el que se encuentra la persona y, por lo tanto,
influye, delimita o incluso determina lo que ocurre allí. Así, por ejemplo, en una familia un hijo
vive con personas (sus padres) que interactúan y se encuentran afectados por sistemas en los
que el niño no toma parte. No obstante, lo que ocurre en esos sistemas, en la medida en que
tienen un efecto en los padres, también puede influir en el trato que el niño recibe de sus
padres. De esta forma, lo que ocurre en un microsistema (la interacción paterno-filial en el
contexto familiar) puede estar influido por lo que ocurre en otros sistemas en los que el niño
no desempeña ningún rol.

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Macrosistema. Finalmente, el macrosistema representa los valores culturales, sistemas de
creencias y sucesos históricos (guerras, inundaciones, hambrunas, etc.} que pueden afectar a
los otros sistemas ecológicos. Así, por ejemplo, la aprobación cultural del uso del castigo
corporal y de la agresión verbal como prácticas de disciplina, o actitudes, valores y creencias
hacia la infancia, la familia y el rol parental (como la idea de la privacidad de la vida familiar o
la construcción del concepto de paternidad en términos de posesión} pueden tener importantes
influencias en la forma en la que un niño es tratado o valorado socialmente. Más recientemente,
Bronfenbrenner ha propuesto un sistema adicional al que ha denominado cronosistema y que se
refiere a la influencia en el desarrollo de la persona de los cambios y continuidades en el
tiempo que tienen lugar en los ambientes en los que la persona vive (por ejemplo, transiciones
vitales o los efectos acumulativos de una secuencia de transiciones a lo largo del ciclo vital).

Desde esta teoría se considera que la familia es un sistema de transformación de energía que
es interdependiente de su contexto físico-biológico, del ambiente construido humano y del
entorno sociocultural. Un ecosistema familiar comprendería estos ambientes con los que una
familia interactúa. Cada uno de estos sistemas se encuentra conectado de forma que se
influyen mutuamente.

Premisas y Supuestos Aplicables al Estudio de la Familia

• La primera de estas premisas plantea que la familia en interacción con su ambiente


constituye un ecosistema, en el que las partes y los todos son interdependientes. El todo
consta de todas las partes y la forma en que las partes operan en relación con cada otra.

• La segunda premisa plantea que la familia desempeña funciones físicas y psicosociales para
sus miembros, para sí misma como colectividad y por el bien común de la sociedad.

• La tercera premisa básica propuesta por estas autoras es que la salud ecológica del mundo
depende de las decisiones no sólo de las naciones, sino también de los individuos y las
familias.

De estas premisas se pueden derivar los siguientes supuestos:

1. En la ecología familiar, las propiedades de las familias y el entorno, la estructura de los


escenarios ambientales y los procesos que tienen lugar dentro y entre ellos deben
considerarse como interdependientes y analizarse como sistemas.

2. Como grupos humanos, las familias son parte del sistema de vida total, interdependiente
con otras formas de vida, así como con el entorno físico.

3. Las familias son sistemas semiabiertos, orientados a metas, dinámicos y adaptativos.


Pueden responder, cambiar, desarrollarse y actuar o modificar su ambiente. La adaptación
es un proceso continuo en los ecosistemas familiares.

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4. Todas las partes del ambiente se encuentran interrelacionadas y se influyen mutuamente.
El entorno natural físico-biológico proporciona los recursos esenciales básicos para toda
forma de vida; está influido por el entorno sociocultural y el entorno construido humano y
también ejerce una influencia sobre esos entornos.

5. Las familias interactúan con múltiples entornos.

6. Las familias son sistemas de transformación de energía y necesitan materia (energía para
mantenerse y sobrevivir} para interactuar con otros sistemas y para funcionar adaptativa y
creativamente. La información organiza, activa y transforma la materia-energía en el
ecosistema familiar.

7. Las interacciones entre las familias y los ambientes están guiadas por dos conjuntos de
reglas: las leyes físicas y biológicas de la naturaleza, como la ley de la termodinámica que
está relacionada con la conversión materia-energía y la entropía; y las reglas humanas,
como las normas sociales que están relacionadas con el uso y distribución de los recursos,
las expectativas de rol y la distribución del poder. Las familias pueden contribuir al cambio
de estas reglas. Una perspectiva ecosistémica de la familia requiere tener en cuenta ambos
conjuntos de reglas (Andrews y otros, 1980)

8. El ambiente no determina la conducta humana, pero pone limitaciones y constricciones, al


mismo tiempo que ofrece posibilidades y oportunidades a las familias.

9. Las familias tienen diversos grados de control y libertad con respecto a las interacciones
con el ambiente.

10. La toma de decisiones es el proceso de control central en las familias que dirige las
acciones para lograr las metas individuales y familiares. Colectivamente, las decisiones y
las acciones de las familias tienen un impacto en la sociedad, la cultura y el entorno natural.

Áreas de Investigación y Aplicación

Las principales aplicaciones de esta teoría al estudio de la familia dicha en relación con los
siguientes aspectos: el análisis ecológico de los procesos de toma de decisiones en la familia y
el manejo de los recursos familiares, el estudio de los valores y la valoración de la calidad de
vida, el consumo de energía en las familias y la adaptación de la familia a su ambiente.

Críticas y Limitaciones

Desde la perspectiva de la investigación, entre las principales críticas a esta teoría se señala
que los conceptos utilizados en enfoque tienen un elevado nivel de abstracción, lo que puede
llevar con frecuencia a imprecisiones que pueden dificultar la tarea de definir variables,
proponer vínculos entre variables o derivar hipótesis; que plantea dificultades para decidir
cuándo un nivel de análisis es más apropiado que otro; y que no posee suficiente capacidad para
identificar los procesos por los que se genera el cambio a partir de la interacción entre los
diversos sistemas.

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