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DICCIONARIO EXEGÉTICO

DEL NUEVO TESTAMENTO (a-x)

Horst Balz - Gerhard Schneider


Biblioteca
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de Estudios
aJtootÉA.A,W apostelliJ enviar Bíblicos

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~aJttt~w baptiZiJ bautiza r
~ L~A,Oe;, 011, ~ biblos libro
~011A, 1Í , fí e; , ~ boule dec isió n

Yfí, yfíe;, ~ ge tierra


yVÜJOLe;, EWe;, ~ gniJsis conoc ImI ento
yoaCP1Í, fíe; , 11 graphe Escritu ra

Dfí !we; , 011, Ó demos puebl o


DLDaX1Í , fíe;, ~ didache enseñanza
M1;a, lle; , ~ doxa gloria

ELo1Ív ll , ll e;, ~ el rene paz


e1;o11oLa , ae;, ~ exousia autorid ad
EuayyÉA,LOV , 011 , tÓ euaggelion evangeli o

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~fíA,oe; , 011, Ó zelos celo
~ ll tÉW zeteo buscar
~cpov, 011, tÓ ziJon ser viviente

~ DOV 1Í , fíe; , ~ he done pl acer


~l-tÉoa, ae;, ~ heme ra día
~o11XLa, ae;, ~ hesychia tra nquilidad

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6EÓe;, oú, Ó (~) theos Di os (d iosa)
6úoa, ae; , ~ thyra puerta

rDLOe;,3 idios peculi ar


LOx110Óe;,3 ischyros fuerte
' Ill OOúe;, oú, l esous Jesús
'X.
xaLoóe;, OÚ, ó kai ros momento
xEcpaA,T] , fíe; , ~ kephale cabeza
XÓOl-tOe;, 011, Ó kosmos mundo
BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BÍBLICOS
HORSTBALZ
90
GERHARD SCHNEIDER
Colección dirigida por (Eds.)
Santiago Guijarro Oporto

,/

DICCIONARIO EXEGETICO
DEL NUEVO TESTAMENTO

Traducido por
CONSTANTINO RUIZ-GARRIDO

TERCERA EDICIÓN

EDICIONES SÍGUEME
SALAMANCA
2005
PRÓLOGO

El Diccionario Exegético del Nuevo Testamento (DENT), cuyo primer volumen tiene ante sus
ojos, se sitúa en la tradición del Theologisches Worterbuch zum Neuen Testament que justamen-
te ahora, 46 años después de la aparición del primer volumen, ha finalizado su publicación. El
Diccionario exegético del Nuevo Testamento se siente deudor del Theologisches Worterbuch zum
Neuen Testament y no puede discutirle que para más de una generación de investigadores ha
constituido una documentación excepcional -y durante largo tiempo la única- para e! trabajo
exegético. Este nuevo Diccionario exegético es la respuesta pertinente a la gran cantidad de cam-
bios y nuevos enfoques en la discusión científica especializada así como en el ámbito docente y
práctico sobre el Nuevo Testamento. Ha de quedar listo en poco tiempo para estar a disposición
del usuario como una ayuda cerrada en sí misma y homogéneamente concebida para la interpre-
tación del texto.
El Diccionario exegético del Nuevo Testamento tuvo, desde e! principio, un planteamiento
interconfesional. Sus numerosos colaboradores son exegetas católicos y protestantes del área de
la lengua alemana, de otros países europeos y también del otro lado del océano. Estamos, por
consiguiente, ante un diccionario que constituye una muestra de colaboración universal a la com-
prensión del Nuevo Testamento.
El Diccionario exegético del Nuevo Testamento colma las exigencias de un diccionario sobre
los escritos neotestamentarios, porque presenta todos los vocablos del texto griego, incluidos los
nombres propios, alfabéticamente ordenados. En cada vocablo se ofrecen los datos precisos para
su traducción y exégesis. El mayor interés se centra en la comprensión de cada palabra en su con-
texto. Las palabras cuya raíz y significado coinciden se tratan casi siempre juntas. La especifici-
Cubierta diseñada por Christian Hugo Martín dad y el objetivo de! Diccionario exegético del Nuevo Testamento está precisamente en su limita-
ción al vocabulario del Nuevo Testamento, pero también en su completo tratamiento y en e!
Título del original alemán: Exegetisches Worterbuch zum Neuen Testament I-I1 subrayado de los contextos exegéticos y teológicos, así como de los fundamentos históricos pre-
cisos. Se presta igualmente atención a las nuevas orientaciones lingüísticas, pero no subyace nin-
© W. Kohlhammer GmbH, Stuttgart 21992 gún sistema concreto de teoría lingüística.
© Ediciones Sígueme S.A.U., 1996 En cuanto es posible, los artículos parten siempre de los estratos más antiguos de la tradición,
CI García Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca / España de donde se toma el vocablo correspondiente como portador de sentido. También se abordan los
Tlf.: (34) 923 218203 - Fax: (34) 923 270 563 sentidos posteriores sin que la idea de una evolución o de una configuración gradual quiera dise-
e-mail: ediciones@sigueme.es ñar esquemáticamente la exposición. La confrontación con el abundante material extraneotesta-
www.sigueme.es mentario se va haciendo en el lugar oportuno (y no en un apartado «de historia de las religio-
nes»). Los editores responden de los pequeños artículos que no están firmados nominalmente.
ISBN: 84-301-1283-9 (obra completa) El Diccionario exegético del Nuevo Testamento debe prestar un servicio a los hombres de
ISBN: 84-301-1284-7 (volumen 1) ciencia, a los párrocos y a los estudiantes. Se parte siempre de la lengua griega. Pero este traba-
Depósito legal: S.596-2005 jo debe ser también accesible a quienes no dominan ni e! hebreo ni e! griego. Por ello todas las
Impreso en España / Unión Europea palabras hebreas se transliteran y los términos griegos se ponen a la vez en su forma original y
Imprime: Gráficas Varona S.A. en su transliteración. Un índice de palabras en castellano ayudará a que las encuentren quienes
Polígono El Montalvo, Salamanca 2005 no están habituados a partir de palabras griegas.
VIII Prólogo PLAN DEL DENT

Como editores tenemos que dar las gracias, primero a todos los colegas que han intervenido
en esta obra común y que han colaborado en ella. No pocas veces la elaboración del artículo del
Diccionario les obligó a posponer otros trabajos. Tenemos que dar también las gracias a una lar-
ga lista de anónimos colaboradores en muchos trabajos relacionados con el diccionario. Final-
mente estamos también muy agradecidos a los trabajadores de la imprenta, que hicieron un tra-
bajo concienzudo, así como a la editorial.
Nuestros mejores deseos acompañan al Diccionario exegético en su camino hacia aquellos
que «sobre el terreno» participan en la interpretación y anuncio del mensaje btblico.

1. La base del texto del DENT es la tercera edición The Greek New Testament (New York-
London-Stuttgart 1975) o la vigesimosexta edición de Nestle-Aland, Novum Testamentum Grae-
ce (editada por K. Aland-M. Black y otros, Stuttgart 1979). Con el texto de ambas coincide la
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN Vollstandige Konkordanz zum griechischen Neuen Testament, editada por K. Aland y otros (2
vols., Berlin 1975ss). Pero a los autores del DENT se les dio la libertad de apartarse de la base de
este «texto normal». El DENT es, conscientemente, un «diccionario de términos», es decir, estu-
La primera edición del Diccionario exegético del Nuevo Testamento apareció en entregas dia los términos y vocablos que aparecen en el Nuevo Testamento, y no pretende ser una «enci-
parciales entre agosto de 1978 y octubre de 1983. Los tres volúmenes se completaron en los años clopedia de temas».
1980, 1981 y 1983. Con el tiempo el diccionario se ha acreditado en la praxis de la Iglesia yen
la exégesis científica. Para muchos investigadores constituye un instrumento de trabajo impres- 2. Además de los términos del NT referidos arriba, este Diccionario también recoge las
cindible. Entretanto, se están preparando traducciones al inglés (en Estados Unidos), japonés, variantes textuales más importantes. De este modo el diccionario puede ser utilizado con cualquier
italiano y castellano.
otra edición del Nuevo Testamento griego.
Nos alegramos de poder ofrecer ahora la segunda edición del Diccionario exegético'del Nue-
vo Testamento. Hay que agradecer a la editorial W. Kohlhammer que haya hecho posible la 3. Todas las entradas del diccionario se pondrán en negrita. Los sustantivos irán acompaña-
segunda edición mejorada y renovada del Diccionario exegético del Nuevo Testamento con el dos de la desinencia de genitivo y del artículo; los adjetivos y pronombres aparecerán con las desi-
esmero a que nos tiene acostumbrados.
nencias de género. A la palabra griega y a su transcripción (en cursiva) sigue la traducción caste-
llana; en algunos casos aparecerá una selección de los significados documentados. Si la palabra
HORSTBALZ
clave se trata en otro vocablo, se indica con el signo --->.
GERHARD SCHNEIDER

4. Los nombres propios bíblicos siguen la grafía de las modernas ediciones de la Biblia, aun-
que en ellos no hay completa uniformidad (La Biblia, de la «Casa de la Biblia», Madrid 31995;
Biblia del Peregrino, Estella 1996) y del Diccionario enciclopédico de la Biblia, Barcelona 1993,
así como del Atlas btblico Oxford, Estella 1988.

5. En la selección bibliográfica al comienzo de cada artículo reside el centro de gravedad


para nuevos trabajos. Los autores están ordenados alfabéticamente. Dentro del artículo, las refe-
rencias bibliográficas se hacen de forma abreviada. También al final de los artículos cortos, sin fir-
mar, hay indicaciones bibliográficas abreviadas. El índice detallado de las abreviaturas está en las
páginas XV-XXIV.

6. De los artículos firmados nominalmente son responsables sus autores. Lo mismo vale para
las selecciones bibliográficas. Los editores se han limitado a una pura elaboración formal de estos
artículos y a corregir errores evidentes. Los mismos autores han corregido sus correspondientes
galeradas.

7. De los artículos (breves) que no llevan firma responden los editores. Puesto que el DENT
no se reduce a una enciclopedia de temas (con la problemática de un principio selectivo correcto),
se incluyen los vocablos que raramente aparecen o que son hapaxlegomenon.
x Plan del DENT
AUTORES DEL PRIMER VOLUMEN

8. La estructuración del artículo se efectúa conforme a un triple sistema: 1. b) 3). En los


artículos extensos se ofrece al principio un sumario. A veces, los párrafos se destacan poniendo en
cursiva algunas palabras clave.

9. La transliteración de los signos griegos y hebreos se hace de acuerdo con la tabla de la


p. XXXv.

10. Se utilizan los siguientes signos: en el encabezamiento, tras la última palabra de la tra- Annen, Dr. Franz, profesor, Chur (Suiza)
ducción hay un asterisco (*) cuando el artículo (o el párrafo) trata o al menos indica todas las apa-
riciones en el Nuevo Testamento (teniendo en cuenta las ediciones a que nos hemos referido en el Balz, Dr. Horst, profesor, Bochum
Barth, Dr. Gerhard, profesor, Wuppertal .,
n. 1). Con el signo --+ se indica el lugar del DENT en que se trata el respectivo vocablo o donde Bartsch, Dr. Hans-Werner, profesor, Frankfurt a. M.; falleclO en 1893
hay información sobre el tema mencionado. Bauer, Dr. Johannes B., profesor, Graz (Austria)
Baumbach, Dr. Günther, docente, Berlín; ahora profesor
11. Al final de la obra se ofrece un índice de palabras en castellano así como un índice de Baumgarten, Dr. JOrg, Colonia
los nombres propios que aparecen en el Nuevo Testamento. Beilner, Dr. Wolfgang, profesor, Chicago (USA)
Betz, Dr. Hans Dieter, profesor, Chicago (USA)
Betz, Dr. Otto, profesor, Tubinga
Beutler, Dr. Johannes, profesor, Frankfurt a. M.
Bieder, Dr. Werner, profesor, Basilea (Suiza)
BHiser, Dr. Peter, profesor, Padernborn
Bocher, Dr. Otto, profesor, Maguncia
Borse, Dr. Udo, profesor, Bonn
Bouwman, Dr. Gijs, profesor, Tilburg (Holanda)
Broer, Dr. Ingo, profesor, Siegen
Bühner Dr. Jan-Adolf, Mossingen
Busse, Dr. Ulrich, Bamberg; ahora profesor en Duisburg

Dabelstein, Dr. Rolf, Uetersen


Dautzenberg, Dr. Gerhard, profesor, GieBen
Dormeyer, Dr. Detlev, profesor, Münster i. Br.

Eckert, Dr. Jost, profesor, Tréveris


Elliger, Dr. Winfried, Tübingen
Ernst, Dr. Josef, profesor, Padernborn

Fendrich, Herbert, Essen; ahora Dr.


Fied1er, Dr. Peter, docente; ahora profesor
Fitzmyer, Joseph A., profesor, Washington, D. C. (USA)
Frankemolle, Dr. Hubert, profesor, Paderborn
Friedrich, Dr. Gerhard, profesor, Kiel; falleció en 1986
Friedrich, Dr. Johannes H., Nurenberg; ahora en Jerusalén
Fuchs, Dr. Albert, profesor, Linz a.d.D. (Austria)

Giesen, Dr. Heinz, profesor, Hennef


Glaswell, Dr. Mark R., docente en Nsukka (Nigeria); ahora en Saffron Walden (Inglaterra)
Goldstein, Dr. Horst, Worpswede; ahora en Lilienthal
Grimm, Dr. Werner, Bretzfeld-Bitzfeld

Haacker, Dr. KIaus, profesor, Wuppertal


Hackenberg, Wolg¡mg, Ennepetal; ahora en Witten
Hainz, Dr. Josef, profesor, Frankfurt a. M.
Hartman, Dr. Lars, profesor, Uppsala (Suecia)
Hasler, Dr. Victor, profesor, Berna (Suiza)
Haufe, Dr. Günther, profesor, Greifswald
XII Autores del primer volumen Autores del primer volumen XIII

Hegermann, Dr. Harald, profesor (Munich)


Plümacher, Dr. Eckhard, Berlín
Heiligenthal, Roman, Sexau; ahora profesor Dr., Freiburg i. Br. Pohlmann, Dr. Wolfgang, docente, Celle; ahora profesor, Lüneburg
HeB, Adolf Johann, Kiel
Popkes, Dr. Wiard, docente, Hamburgo
Hofius, Dr. Otfried, profesor, Padernborn; ahora en Tübingen
Porsch, Dr. Felix, Stuttgart; ahora profesor en St. Augustin
Hollander, Dr. Harm W., Leiderdorp (Holanda); ahora en Haarlem (Holanda)
Holtz, Dr. Traugott, profesor, Halle Pridick, Dr. Karl-Heinz, docente, Wuppertal
Horstmann, Axel, Hamburg
Hübner, Dr. Hans, profesor, Düsseldorf; ahora en Gotinga Radl, Dr. Walter, Bochum; ahora profesor en Augsburg
Reicke, Dr. Bo, profesor, Basilea (Suiza); falleció en 1987
Rissi, Dr. Mathias, profesor, Richmond, Va. (USA); ahora en ~tonington, Me. (USA)
Kellermann, Dr. Ulrich, docente, Mühlheim
Kertelge, Dr. Karl, profesor, Münster i. W. Ritz, Hans-Joachim, Bochum; ahora en Schwelm
Kirchschlager, Dr. Walter, Viena (Austria); ahora profesor, Lucerna (Suiza) Rohde, Dr. Joachim, Berlín
Knoch, Dr. Otto, profesor, Passau Roloff, Dr. Jürgen, profesor, Erlangen
Kohler, Wilhelm, docente, Wuppertal Ruckstuhl, Dr. Eugen, profesor, Lucerna (Suiza)
Kramer, Dr. Helmut, profesor, Bethel; falleció en 1990
Kraft, Dr. Dr. Heinrich, profesor, Kiel Sanger, Dr. Dieter, Bretten; ahora docente en Flensburg
Kratz, Dr. Reinhard, profesor, Viena (Austria) Sand, Dr. Alexander, profesor, Bochum
Kremer, Dr. Jacob, profesor, Viena (Austria) Schaller, Dr. Berndt, Gottingen
Kretzer, Dr. Armin, Würzburg Schenk, Dr. Wolgang, Berlín; ahora profesor en Eppstein
Kuhli, Horst, maestro en teología, Konigstein Schille, Dr. Gottfried, Borsdorf junto a Leipzig
Kuhn, Dr. Heinz-Wolgang, profesor, Heidelberg; ahora en Munich Schmithals, Dr. Walter, profesor, Berlín
Schneider, Dr. Gerhard, profesor Bochum
Lambrecht, Dr. Jan, profesor, Lovaina (Bélgica) Schnider, Dr. Franz, Freising; ahora profesor en Ratisbona
Lampe, Peter, Gottingen; ahora profesor doctor en Richmond, Va. (USA) Schoenborn, Dr. Ulrich, docente, Sao Leopoldo (Brasil); ahora en Wetter-Mellnau
Larsson, Dr. Edvin, profesor, Oslo (Noruega) Schottroff, Dr. Luise, profesor, Maguncia; ahora en Kassel
Lattke, Dr. habilitado Michael, Augsburg; ahora Lector, Brisbane (Australia) Schramm, Dr. Tim, profesor, Hamburgo
Légasse, Dr. Simon, profesor, Toulouse (Francia) Schroger, Dr. Friedrich, profesor, Passau
Leivestad, Dr. Ragner, profesor, Aas (Noruega) Schunack, Dr. Gerd, profesor, Marburgo
Leroy, Dr. Herbert, profesor, Augsburg Schwank, Dr. Benedikt, profesor Beuron/Jerusalén
Limbeck, Dr. Meinrad, Stuttgart Staudinger, Dr. Ferdinand, profesor, St. Polten (Austria)
Lüdemann, Dr. Gerd, docente, Gotinga; ahora profesor Stenger, Dr. Werner, profesor, Colonia; falleció en 1990
Luz, Dr. Ulrich, profesor, Gotinga; ahora en Berna (Suiza) Strecker, Dr. Georg, profesor, Gotinga
Strobel, Dr. August, profesor, Neuendettelsau; ahora en Jerusalén
Mahoney, Dr. Robert, Saarbrücken
Mayer, Dr. Bernhard, profesor, Eichstatt Thyen, Dr. Hartwig, profesor, Heidelberg
Merk, Dr. Otto, profesor, Erlangen Trilling, Dr. Wolgang, docente, Leipzig
Merkel, Dr. Helmut, docente, Erlangen; ahora profesor en Osnabrück Trurnmer, Dr. Peter, docente, Graz (Austria)
Merklein, Dr. Helmut, profesor, Wuppertal; ahora en Bonn
Michel, Dr. Otto, profesor, Tubinga UntergaBmair, Dr. Franz Georg, docente, Padernborn; ahora profesor en Osnabrück
van der Minde, Dr. Hans-Jürgen, Padernborn; ahora en Calden
Müller, Dr. Christoph, Berna (Suiza) Volkel, Martin, Dortmund
Müller, Dr. Paul-Gerd, profesor, Stuttgart; ahora en Tréveris
Walter, Dr. Nikolaus, docente, Naumburg; ahora profesor en Jena
Niederwimmer, Dr. Kurt, profesor, Viena (Austria) Wanke, Dr. Joachim, docente, Erfurt; ahora profesor, obispo
Nützel, Dr. Johannes M., Freiburg i. Br.; ahora profesor en Münster i. W. Weder, Dr. Hans, docente, Zurich (Suiza); ahora profesor
Weiser, Dr. Alfons, profesor, Vallendar
Oberlinner, Dr. Lorenz, Freiburg i. Br.; ahora profesor WeiB, Dr. Hans-Friedrich, profesor, Rostock
von der Osten-Sacken, Dr. Peter, profesor, Berlín WeiB, Dr. Konrad, profesor, Rostock; falleció en 1979
Wolter, Dr. Michael, Berlín; ahora profesor Bayreuth
Patsch, Dr. Hermann, Munich Wrege, Dr. Hans-Theo, Schleswig
Paulsen, Dr. Henning, profesor, Maguncia; ahora en Hamburgo
Pedersen, Sigfred, lector, R!ilnde (Dinamarca) Zeller, Dr. Dieter, docente, Freiburg i. Br.; ahora profesor en Maguncia
Peisker, Dr. Carl-Heinz, Mühlheim; falleció en 1980 Zmijewski, Dr. Josef, docente, Bonn; ahora profesor en Fulda
PeppermüIler, Dr. Dr. Rolf, Bochum; ahora en Bonn
Pesch, Dr. Rudolf, profesor, Frankfurt a. M.; ahora en Munich Los breves artículos no firmados de los siguientes bloques fueron redactados por los editores:
Pesch, Dr. Wilhelm, profesor, Maguncia columnas: 1-213,357-535,773-1024,1303-1484, 1715-2081,2300-2454 (G. Schneider)
Petzke, Dr. Gerd, Kelkheim columnas: 214-356, 536-771, 1031-1301, 1488-1710,2083-2300 (H. Balz)
ABREVIATURAS

1. Libros bíblicos y escritos extracanónicos


a) Antiguo Testamento
Abd Abadías Jon Jonás
Ag Ageo Jos Josué
Am Amós Jue Jueces
Cant Cantar de los cantares Lam Lamentaciones
I Crón I Crónicas Lev Levítico
2 Crón 2 Crónicas Mal Malaquías
Dan Daniel Miq Miqueas
Dt Deuteronomio Nah Nahún
Ecl Eclesiastés Neh Nehemías
Esd Esdras Núm Números
Est Ester Os Oseas
Ex Éxodo Prov Proverbios
Ez Ezequiel I Re I Libro de los reyes
Gén Génesis 2Re 2 Libro de los reyes
Hab Habacuc Rut Rut
1s 1saías I Sam 1 Libro de Samuel
(Dtls; Tris) Deuteroisaías, Tritoisaías 2Sam 2 Libro de Samuel
Jer Jeremías Sal Salmos
JI Joel Sof Sofonías
Job Job Zac Zacarías

Los libros deuterocanónicos (según las ediciones católicas de la Biblia) o apócrifos (según las ediciones
protestantes), que aparecen únicamente en la versión de los Setenta, se citan con las siguientes siglas:
AdDan Adiciones [gr.] a Daniel Jdt Judit
AdEst Adiciones [gr.] a Ester 1 Mac 1 Libro de los macabeos
Bar Baruc 2Mac 2 Libro de los macabeos
Eclo Eclesiástico Sab Sabiduría
EpJer Epístola de Jeremías Tob Tobías
Cuando se toma la cita de la Setenta, aparecerá después de la cita la indicación LXX.

b) Nuevo Testamento
Ap Apocalipsis 3 Jn 3 Carta de Juan
Col Carta a los colosenses Lc Evangelio según san Lucas
1 Cor 1 Carta a los corintios Mc Evangelio según san Marcos
2 Cor 2 Carta a los corintios Mt Evangelio según san Mateo
Ef Carta a los efesios 1 Pe 1 Carta de Pedro
Flm Carta a Filemón 2 Pe 2 Carta de Pedro
Flp Carta a los filipenses Rom Carta a los romanos
Gál Carta a los gálatas Sant Carta de Santiago
Heb Carta a los hebreos 1 Tes 1 Carta a los tesalonicenses
Hech Hechos de los Apóstoles 2 Tes 2 Carta a los tesalonicenses
Jds Carta de Judas 1 Tim 1 Carta a Timoteo
Jn Evangelio según san Juan 2Tim 2 Carta a Timoteo
Un 1 Carta de Juan Tit Carta a Tito
2 Jn 2 Carta de Juan
Para los testigos de la tradición textual del Nuevo Testamento se utilizan las abreviaturas de Nestle-
Aland (NTG) o de The Greek New Testament (GNT), a excepción de «Koiné» y «Sin».
XVI Abreviaturas Abreviaturas XVII

c) Escritos extracanónicos y Padres apostólicos pMiq Comentario de Miqueas 4QpIs b Comentario a Is 5


pSof (IQI5) Comentario de Sofonías 4QpIs' Comentario a Is 30, 15-18
AntBibl Antigüedades bíblicas del Pseudo- HechPab Hechos de Pablo 1QS Regla de la secta 4QpI sd Comentario a Is 54, 11-12
Filón HechPe Hechos de Pedro 1QS' (1 Q28') Regla complementaria 4QpNah Comentario de Nahún
ApAbr Apocalipsis de Abrahán HechTom Hechos de Tomás lQSb(IQ28 b) Libro de las bendiciones 4QpPs 37 Comentario al salmo 37
ApBar (gr) Apocalipsis de Baruc (griego) Hen (et) Apocalipsis de Henoc (etiópico) 4QDt 32 Manuscrito Dt 32 4QPrNab Oración de Nabonid
ApBar (sir) Apocalipsis de Baruc (siríaco) Hen (gr) Apocalipsis de Henoc (griego) 4QEx' Manuscrito del Exodo 4QSam3 1 Manuscrito de Samuel 1 y II
ApEI Apocalipsis de Elías Hen (heb) Apocalipsis de Henoc (hebreo) 4QFlor Florilegio 4QSamb 2 Manuscrito de Samuel 1 y II
ApEsd (gr) Apocalipsis de Esdras (griego) Hen (esl) Apocalipsis de Henoc (eslavo) 4QPatr Bendición de los Patriarcas 4QTest Testimonia
ApEz Apocalipsis de Ezequiel Herm (m, s, v) (Pastor de) Hermas (mandata, simi- 4QpOs' Comentario a Os 4, 15 4QTestLevi Testamentum Levi
ApMos Apocalipsis de Moisés litudines, visiones) 4QpOSb Comentario a Os 2, 8.10.11-13 6QD Escrito de Damasco (Fragmentos)
ApPe Apocalipsis de Pedro Ign Ignacio de Antioquía (Ef[esios], 4QpIs' Comentario a Is 10, 28-11, 14 11 QtgJob Targum de Job
ApSid Apocalipsis de Sidrac Magn[esios], Fil[adelfos].
ApSof Apocalipsis de Sofonías Pol[icarpo], Rom[anos],
Carta de Aristeas Esm[imiotas], Tral[ianosJ) e) Literatura rabínica
Arist
Aristób Aristóbulo InfTom Relato de la infancia, de Tomás
Se utilizarán las abreviaturas normales.
Ascls Ascensión de Isaías Jub Libro de los Jubileos
AsMos Asunción de Moisés JyA José y Asenet
Ejemplos:
Bem Carta de Bemabé KgPe Kerygma Petri
CD Escrito de Damasco (de El Cairo) Laod Carta a los laodicenses
1 Clem 1 Carta de Clemente 3 Mac 3 Libro de los Macabeos
San 1,4 Misná, Tratado Sanedrín, capítulo
2Clem 2 Carta de Clemente 4Mac 4 Libro de los Macabeos 1, § 4 jSan 2, 21b Talmud jerosolimitano (palesti-
Did Didaché MartIs Martirio de Isaías TosSan 1,4 Tosefta, Tratado Sanedrín, capítulo nense), Tratado Sanedrín, capítulo
Diogn Carta a Diogneto MartPol Martirio de Policarpo 1, § 4 2, hoja 21, columna 2.
EpJer Epístola de Jeremías OdSI Odas de Salomón bSan 31a Talmud babilónico, Tratado Sane- Midrasim GénR, Mek, SifraLev, Sifre,
EpSant Epístola de Santiago OrMan Oración de Manasés drín, hoja 31, columna 1. MidrEcI (por ejemplo)
3 Esd 3 Libro de Esdras ParJer Paralipomena Jeremiae
4 Esd 4 Libro de Esdras Polic Carta de Policarpo
5 Esd 5 Libro de Esdras ProtEv Protoevangelio (de Santiago)
6 Esd 6 Libro de Esdras SalSI Salmos de Salomón f) Textos de Nag Hammadi
EvEb Evangelio de los ebionitas Sib Sibilinos (oráculos)
EvEg Evangelio de los egipcios TestAbr Testamento de Abrahán Fuera de las siglas indicadas en el apartado c), las citas y uso de abreviaturas serán tomadas de Gno-
sis und Neues Testament, editado por K.-w. Troger, Gütersloh 1973, 20s.
EvFel Evangelio de Felipe TestJob Testamento de Job
EvHeb Evangelio de los hebreos TestXII Testamento de los doce patriarcas
EvNaz Evangelio de los nazarenos (As[er], Benljamín], Dan, Gad,
EvPe Evangelio de Pedro Is[acar], Jos[é] Jud[á], Lev[í],
EvTom Evangelio de Tomás Nef[talí], Rub[én], Sim[eón],
EvVer Evangelium veriatatis Zab[ulónJ)
HechAndr Hechos de Andrés VidAd Vida de Adán y Eva
HechJn Hechos de Juan VitProph Vitae prophetarum

d) Textos de Quamrán

lQDt" 1 Manuscrito del Deuteronomio lQIs" 1 Manuscrito de Isaías


lQDtb 2 Manuscrito del Deuteronomio lQIsb 2 Manuscrito de Isaías
1 QDM (lQ22) Discursos de Moisés lQM Rollo de la guerra
1 QapGén Apócrifo del Génesis lQMyst (lQ27) Libro de los secretos
lQH Rollo de los himnos (hodayot) 1QpHab Comentario de Habacuc
Abreviaturas Abreviaturas XIX
XVIII

Prot = Protrepticus; QuisDivSalv = Quis Dives Elegiaca; Eum = Eumenides [Las Euménides];
2. Autores y escritos griegos, latinos, judíos y cristianos Salvetur; Strom = Stromata Pers = Persae [Los Persas]; Prom = Prome-
(Las cifras romanas indican siglos) Constitutiones Apostolorum UIIIV p.C. (ed. F. X. theus Vinctus [Prometeo encadenado]; Supp =
Funk,1905) Supplices [Las Suplicantes]; SeptTheb = Sep-
Aecio Amideno VI p.C. (ed. A. Olivieri, CMG Ach = Acharnenses; Av = Aves; Eccl = Eccle- Comelio Nepote I a.e. (ed. A. M. Guillemin, 1961) tem contra Thebes [Los Siete contra Tebas]
VUIIl-2 1935,1950) siazusae; Eq = Equites; Lys ,= Lysistrata; Nu = Att = T. Pomponius Atticus; Vit = Vitae Esquines IV a.e. (ed. V. Marin-G. de Budé, 21952)
Agustín IVN p.e. (PL 32-47 1845ss; CSEL 12, Nubes; PI = Plutus; Ra =Ranae;,Thes =Thes- Comuto I p.C. (ed. e. Lang, 1881) Ep = Epistulae
25, 28, 33, 34, 36, 40, 41, 43, 44, 47, 51, 52, mophoriazusae; Vesp = Vespae TheolGraec = Theologia Graeca Estobeo, Juan V p.e. (ed. C. Wachsmuth-O. Hen-
57,58,60,63,74,77,80,841887ss) Aristóteles IV a.C. (ed. I. Bekker y otros, 1831ss;
Cor[pus] Herm[eticum] hasta el siglo I p.e. (ed. A. se,I-V 1884-1923)
21960ss)
CivD = De Civitate Dei [La Ciudad de Dios];
An = De Anima [Acerca del alma]; AnPost =
D. Nock-A. J. Festugi(~re, I-IV 1945-1954; I-U Ecl = Eclogae
Cresc = Contra Cresconium; Ep = Epistulae '1960) Estrabón I a.C. (ed. H. L. Jones, I-vm 1917-1932;
[Cartas]; Faust =Contra Faustum Manichaeum; Analytica Posteriora [Analíticos Segundos];
AnPri = Analytica Priora [Analíticos Prime- Crisóstomo IVN p.e. (PG 47-64 1862ss) reimpresiones)
JohEvTract = In lohannis Evangelium Tracta- Eurípides V a. e. (ed. L. Méridier y otros, 1-VII
ros]; Cael = De Caelo; Cat = Categoriae [Cate-
tus; SctVirg = De Sancta Virginitate; Serm = Demócrito V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Frag- 1925-1961; 1'1961; II 31960; V 21961)
gorías]; EthEud = Ethica Eudemia; EthM =
Sermones Ethica Magna; EthNic = Ethica Nicomachea; mente der Vorsokratiker U "1964) Ale = Aleestis; Andr = Andromache [Andró-
Aleifronte U p.e. (ed. A. R. Benner-F. H. Fobes, GenAn = De Generatione Animalium [Investi- Demóstenes IV a.C. (ed. S. H. Butcher-W. Rennie, maca]; Archel = Archelaus [Arquelao]; Ba =
1949, reimpresión 1962) gación sobre los animales]; GenCorr = De 1-I1I 1903-1931; reimpresiones) Bacchae [Bacantes]; El = Electra; Epigr = Epi-
Alejandro de Afrodisia IIIIII p.C. (ed. I. Bruns, Generatione et Corruptione [Acerca de la gene- Or = Orationes; Ep = Epistulae grammata; Hec = Hecuba [Hécuba]; Hel =
Supplementum Aristotelicum lI/1-2 1887, ración y la corrupción]; HistAn = Historia Ani- Didascalia Siríaca III p.e. (ed. F. X. Funk, 1905) Helena; Heracl = Heraclidae [Heráclidas];
1892) malium; Metaph = Metaphysica [Metafísica]; Diodoro Sículo I a./p.C. (ed. C. H. Oldfather y HercFur = Hercules Furens [Hércules enfure-
An = De Anima; Fat = De Fato Meteor = Meteorologica; MotAn = De Motu otros,I-XU 1933-1967; reimpresiones) cido]; Hipp = Hippolytus [Hipólito]; IphAul =
Ambrosio IV p.e. (CSEL 32,62,64,73 1897ss) Animalium; Oec = Oeconomica; PartAn = De Diógenes Laercio III p.e. (ed. H. S. Long, 1964) Iphigenia AuHdensis [Ifigenia en Aulide]; Iph
Amiano Marcelino IV p.C. (ed. e. U. Clark-L. Partibus Animalium; Phys = Physica [Física]; Dión Casio Coceyano IIIIU p.C. (ed. U. P. Boisse- Taur = Iphigenia Taurica [Ifigenia entre los
Traube-W. Heraeus, U-U '1963) Poet = Poetica; PoI = Politica; Probl = Proble- vain,I-V 1895-1931; I-IV reimpresión 1955; Tauros]; Med = Medea; Or = Orestes; Phoen =
Anacreonte VI a.e. (ed. D. L. Page, 1962) mata; Rhet = Rhetorica; Spir =De Spiritu V reimpresión 1969) Phoenissae [Fenicias]; Suppl = Supplices [Su-
Anaxágoras V a.e. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Arrio Dídimo la/p.C. (ed. H. Diels, Doxographi Dión Crisóstomo IIII p.e. (ed. J. W. Cohoon-H. L. plicantes]; Tro = Troiades [Troyanas]
Fragmente der Vorsokratiker U "1964) Graeci,31958) Crosby,I-V 1932-1951; reimpresiones) Eusebio IIIIIV p.e. (GCS 7.9,1-3.11, 1-2.14.20.
Anaximandro VI a,C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Artemídoro U p.C. (ed. R. A. Pack, 1963) Or = Orationes 23.43, 1-2. '47 1902ss)
Fragmente der Vorsokratiker 1 "1964) Onirocr = Onirocriticus Dionisio de Halicarnaso I a.e. (ed. e. Jacoby, I-V DemEv = Demonstratio Evangelica; HistEccl
Anaxímenes VI a.e. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Asclepio hasta el I p.C. (ed. A. D. Nock-A. J. Fes- 1885-1925; E. Cary, I-VU, 1937-1950; reim- = Historia Ecc1esiastica; Marc = Contra Marce-
Fragmente der Vorsokratiker I "1964) tugiere, Corpus Hermeticum U '1960) presiones) . llum; PraepEv = Praeparatio Evangelica; Teoph
Andócides V a.e. (ed. G. Dalmeyda, 21960) Ateneo II p.e. (Ch. B. Gulick, I-VII 1927-1941; AntRom = Antiquitates Romanae; Compos = Teophania; VitConst = Vita Constantini
Anecdota Graeca (ed. J. F. Boissonade, I-V 1829- reimpresiones) Verb = De Compositione Verborum
1833) Atenágoras U p.C. (ed. E. Goodspeed, Die ¿¡ltesten Filodemo el Filósofo I a.e. (ed. C. Jensen, ltfQI,
Antifonte V a.e. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Frag- Apologeten, 1914; P. Ubaldi-M. PelJegrino, Eliano IIIIII p.e. (ed. R. Hercher, I-II 1864-1866; xmGL<!Jv, 1911; A. Olivieri, ltEQi ltaQQr¡(Jta~,
mente der Vorsokratiker U "1964) 1947) NatAn A. F. Scholfield, I-III 1858-1859) 1914; e. Wilke, De Ira, 1914)
Apiano JI p.C. (ed. P. Viereck-A. G. Roos, I-U Suppl = Supplicatio Ep = Epistulae; NatAn = De Natura Anima- Filón de Alejandría I a./p.C (ed. L. Cohn-P. Wend-
1939,1905; I reimpresión 1962) Hum; VarHist = Varia Historia land-S. Reiter, I-VI 1896-1915; VII,I-2: Indi-
Baquílides V a.e. (ed. B. Snell-H. Maehler, \01970) Elio Arístides II p.e. (ed. B. Keil 21958; W. Din- ces, ed. J. Leisengang, 1926; reimpresión 1962-
BellCiv = Bella Civilia Romana; RomHist =
Romanae Historiae dorf, I-III 1829; reimpresión 1964) 1963)
Calímaco m a.e. (ed. R. Pfeiffer, I-U 1949, 1953;
Apolonio Díscolo JI p.C. (ed. R. Schneider-G. Or = Orationes Abr = De Abrahamo; Aet = De Aetemitate
1'1965)
Uhling, Grammatici Graeci lI/1-3 1878-1910) Eneas Táctico IV a.C. (ed. A. Dain-A. M. Bon, Mundi; Agr = De Agricultura; All = Legum
Hyrnn = Hymni; Epigr = Epigrammata
Synt =De Syntaxi Cicerón I a.C. (ed. A. Klotz y otros, 1914ss)
1967) Allegoriae; Cher = De Cherubim; Conf = De
Apolonio de Rodas m a.e. (ed. H. Frlinkel, 1961) Att = Epistulae ad Atticum; DeOrat = De Ora- Empédoc1es V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Confusione Linguarum; Congr = De Congres-
Apuleyo II p.C. (ed. R. Helm-P. Thomas, I-U 1908, tore; Divin = De Divinatione; Fam = Epistulae Fragmente der Vorsokratiker I "1964) su Eruditionis Gratia; Decal = De Decalogo;
1913; I 31955; TI '1959) ad Familiares; Fin = De Finibus Bonorum et Epicteto IIII p.e. (ed. H. Schenkl, 21916) Det = Quod Deterius Potiori insidiari soleat;
Met =Metamorphoses Malorum; Lael = Laelius; Mil = Pro Milone; Diss = Dissertationes; Ench = Enchiridion; Ebr = De Ebrietate; Exsecr = De Exsecrationi-
Aquiles Tacio 11 p.C. (ed. E. Vilborg, 1955) NatDeor = De Natura Deorum; Off = De Offi- GnomStob = Gnomologium Epicteteum Sto- bus; Placc = In Flaccum; Fug = De Fuga et
Areteo Médico JI p.C. (?) (ed. C. Hude, CMG JI ciis; Or = Orationes, Orator = Orator ad M. baei Inventione; Gig = De Gigantibus; Her = Quis
'1958) Brutum; Rep = De Re Publica; SomScip = Epicuro IV/m a.e. (ed. G. Arrighetti, 1960) Rerum Divinarum Heres sit; Imm = Quod
Arg =Argumentum Sornnium Scipionis; Tusc = Tusculanae Dispu- Epifanio IVN p.C. (ed. K. Holl, GCS 25, 31, 37 Deus sit Immutabilis; Jos = De Josepho; Leg
Arístides TI p.e. (ed. E. Goodspeed, Die ¿¡ltesten tationes; Verr =In Verrem 1915ss) Gai = Legatio ad Gaium; Migr = De Migratio-
Apologeten, 1914) Clemente de Alejandría IIIIII p.C. (GCS 312, '17, Haer = Hareses ne Abrahami; Mut = De Mutatione Nominum;
[39],352 1905ss) Esquilo V a.e. (ed. D. Page, 1972) Op = De Opificio Mundi; Plant = De Planta-
Apol = Apología
Aristófanes VIIV a.C. (ed. V. Coulon-H. van Dae- Ec1Proph = Ec10gae Propheticae; ExcTheod = Ag = Agamemnon [Agamenón]; Choeph = tione; Post = De Posteritate Caini; Praem = De
le,I-V 1923-1930; reimpresiones) Excerpta ex Theodoto; Paed = Paedagogus; Choephori [Las Coéforas]; Eleg = Fragmenta Praemiis et Poenis; Prov = De Providentia;
Abreviaturas XXI
xx Abreviaturas

Ireneo II/IIl p.C. (ed. W. Harvey, 1875; reimpre- Marco Aurelio Antonino 11 p.e. (ed. W. Theiler, Plinio el Viejo I p.e. (ed. K. Mayhoff-L. lan, I-V
Sacr = De Sacrificiis Abelis et Caini; Sobr = 1951) 1892-1909)
De Sobrietate; Som = De Somniis; SpecLeg = sión 1949)
Haer = Adversus Haereses Máximo Tirio Il p.C. (ed. H. Hobein, 1910) NatHist = Naturalis Historia
De Specialibus Legibus; Virt = De Virtutibus; Menandro lv/m a.C. (ed. A. K6rte, 1-11 1947, Plotino 11 p.C. (ed. P. Henry-H. R. Schwyzer, I-m
VitCont = De Vita Contemplativa; VitMos = Isócrates V/IV a.C. (ed. G. Mathieu-E. Brémond,
I-IV 1928-1962) 1953; nueva edición, ed. A. Thierfelder, '1957, 1951-1973)
De Vita Mosis 21959) Enn = Enneaden [Eneadas]
QuaestGen(Ex) =Quaestiones in Genesin (Exo- Areop = Areopagiticus
Plutarco 1/11 p.C. (ed. W. R. Paton y otros, 1925ss)
Musonio Rufo I p.e. (ed. O. Hense, 1905)
dum) (ed. R. Marcus, Phi/o Supplement, I-Il
Jámblico III/IV p.e. (ed. G. Parthey, 1875; H. Pis- Alex = De Alexandro; AlexFort = De Alexan-
1953; reimpresión 1961) Orígenes 11/111 p.e. (PG 11-17 1857ss; GCS 2.3.6. dri Fortuna aut Virtute; Amat = Amatorius;
telli, 1888; reimpresión 1967; L. Deubner,
Fi!óstrato II/IIl p.e. (ed. C. L. Kayser, I-Il 1870,
1937; 21975) 10.22.29.30.33.38.40.41,1. 241,2. '49 1899ss) AmatNarr = Amatoriae Narrationes; Anton =
1971; reimpresión 1964)
CommMathScient = De Communi Mathemati- Cels = Contra Celsum; Orat = De Oratione; De Antonio; Apophth = Apophthegmata Regum
Heroic = Heroicus; VitAp = Vita Apollonii; Vit
ca Scientia; Myst = De Mysteriis; Protr = Pro- Princ = De Principiis et Imperatorum; Athen = De Gloria Athenien-
Soph = Vita Sophistarum
trepticus; TheolArithm = Theologia Arithmeti- Orphei Hymni (ed. W. Quant, '1955) sium; Aud = De Audiendo; CatoMaior = De
Fínnico Materno IV p.C. (ed. K. Ziegler, 1953)
ErrProtRel = De Errore Profanarum Religio-
ca; VitPyth = De Vita Pythagorica Orphica (ed. E. Abel, 1885) Catone Maiore; CatoMinor = De Catone Mi-
Jenofonte V/IV a.C. (ed. E. C. Marchant, I-V Orphicorum Fragmenta (ed. O. Kern, 1922) nore; CommNot = De Communibus Notitiis
num 1900-1920)
Focio IX p.C. (ed. R. Henry, 1959ss) Ovidio Nasón I a.lp.C. (ed. R. Ehwald-F. W. Lenz- adversus Stoicos; Cons = Consolatio ad Apo-
Ag = Agesilaus; An = Anabasis [Anábasis]; Ap F. W. Levy, I-III 1906-1932) llonium; Def = De Defectu Oraculorum;
Lex = Lexikon = Apologia Socratis [Apología de Sócra~es]; Fast =Fasti; Metam =Metamorphoses [Meta- Demetr = De Demetrio; Fort = De Fortuna;
Cyrop = Cyropaedia [Ciropedia]; Hist = HIstO" morfosis] GenSocr = De Genio Socratis; Is = De Iside et
Galeno Il p.C. (ed. H. Diels y otros, CMG V/I-2 ria Graeca (Hellenica) [Historia de Grecia];
1914ss) Osiride; LatViv = De Latenter Vivendo; Lib
Mem = Memorabilia Socratis Parménides VIIV a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Educ = De Liberis Educandis; Plac = De Pla-
Gelasio V p.e. (ed. G. Loeschcke-M. Heinemann, Jerónimo IVIV p.e. (PL 22-30 1865ss;1. Hilberg,
GCS 18, 1918) Fragmente der Vorsokratiker 1"1964) citis Philosophorum; Pomp = De Pompeio;
CSEL 54-56 191Oss) Passio Perpetuae et Felicitatis [Martirio de las San- PraecConiug = Praecepta Coniugalia; Praec
HistEccl = Historia Ecclesiastica Josefo Flavio I p.C. (ed. B. Niese, 1887-1890;
Gorgias VIVI a.e. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die tas Perpetua y Felicidad] (ed. C. van Beek, GerReip = Praecepta Gerendae Reipublicae;
reimpresión 1955; O. Michel-O. Bauernfeind,
Fragmente der Vorsokratiker Il "1964) 1936) Pyth = De Pythiae Oraculis; QuaestConv =
De Bello Iudaico, I-m 1959-1969)
Hel = Helena; Pal = Palamedes Ant = Antiquitates ludaicae [Antigüedades de Pausanias 11 p.e. (ed. F. Spiro, 1903) Quaestiones Convivales; QuestPlat = Quaes-
los Judíos]; Ap = Contra Apionem [Contra Píndaro VIIV a.e. (ed. B. Snell, 4 1964) tiones Platonicae; SeptSap = Septem Sapien-
Heráclito VIIV a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Apión]; Bell = De Bello ludaico [Las Guen:as Isthm = Isthmia [Istmicas]; Nem = Nemea tium Convivium; Stoic = De Stoicorum Repug-
Fragmente der VorsokratikerI "1964) de los Judíos]; Vita = Vita losephi [AutobIO- [Nemeas]; OIymp = OIympia [Olímpicas]; nantiis; SuavVivEpic = Non posse suaviter
Herodiano II/III p.C. (ed. K. Stavenhagen, 1922) grafía] Pyth = Pythia [Píticas] vivi secundum Epicurum; Superst = De Supers-
Hist = Historiae Justino Mártir 11 p.C. (ed. E. Goodspeed, Die iíltes- Pistis Sophia III p.e. (ed. e. Schmidt-W. Till, Kop- titione; Tranq = De Tranquillitate Animi
Herodoto V a.e. (ed. Ph. E. Legrand, I-IX 1932- ten Apologeten, 1914) tisch-gnostische Schriften 1, GCS '45 1959; Po libio IIIIII a.C. (ed. Th. Büttner-Wobst, I-V
1955) Apol = Apologia [Apología]; Dial = Dialogus reimpresión 1962) 21963-1964)
Hesíodo VIIIIVIl a.e. (ed. P. Mazon, 1951) cum Tryphone ludaeo [Diálogo con Trifón]; Platón VIVI a.C. (ed. J. Burnet, I-V 1900-1907; Porfirio III p.e. (ed. A. Nauck, '1886)
Hesiquio V p.e. (ed. K. Latte, 1953ss) Epit =Epitome reimpresiones) Abst = De Abstinentia; Antr = De Antro
Hierocles V p.e. (ed. F. W. A. Mullach, Fragmen- Juvenal IIII p.C. (ed. W. V. Clausen, 1962) Ap = Apologia [Apología]; Charm = Charmides Nympharum; Christ = Adversus Christianos;
ta Philosophorum Graecorum I 1860) Sat = Satirae [Sátiras] [Cármides]; Clit = Clitopho; Crat = Cratylus Marc = Ad Marcellam; VitPlo = Vita Plotini;
CarmAur = In Aureum Pythagorae Carmen [Crátilo]; Critias; Crito [Critón]; Ep = Epistu- VitPyth = Vita Pythagorae
Commentarius Lactancio I1I/1V p.e. (ed. S. Brandt-G. Laubmann, lae [Cartas]; Euthyd = Euthydemus [Euti- Posidonio 11/1 a.e. (ed. F. Jacoby, Die Fragmente
Hipócrates V a.C. (ed. E. Littré, I-IX 1839-1861) CSEL 19.27 1890ss: H. Kraft-A. Wlosok, De demo]; Euthyphr = Euthyphron [Eutifrón]; der griechischen Historiker 11 A, reimpresión
Acut = De Ratione Victus in Morbis Acutis; Ira Dei, 1957) Gorg = Gorgfas; Hi = Hippias [Hipias], I 1961)
Epid = Epidemiae; Morb = De Morbis Mulie- Inst = Divinae Institutiones; Ira = De Ira Dei Maior [Mayor], 11 Minor [Menor]; Ion; La = Proclo V p.C. (ed. G. Friedlein, In Primum Eucli-
mm; Progn = Prognosticum; VetMed = De Vet~­ Lisias V/IV a.e. (ed. L. Gernet-M. Bizos, '1955) Laches [Laques]; Leg = Leges; Lys = Lysis dis Librum Commentarius, 1873; W. Kroll, In
re Medicina; Vict = De Ratione Victus Salubns Livio I a./p.C (ed. R. S. Conway-C. F. Walters-S. [Lisis]; Men = Meno [Menon]; Menex = Platonis Rempublicam Commentarii, 1-11 1899,
Hipólito II/IIl p.C. (GCS 1.26. 246 1897ss). K. Johnson-A. H. McDonald, I-IV 1914-1935; Menexenus [Menéxeno]; Parm = Parmenides 1901; E. Diehl, In Platonis Timaeum Commen-
Phi! = Phi!osophumena; Ref = Refutabo Om- reimpresiones 1960-1964; V 1965) [Parménides]; Phaed = Phaedo [Fedón]; tarii, 1-I1I 1903-1906; E. R. Dodds, Institutio
nium Haeresium Luciano 11 p.e. (ed. e. Jacobitz, I-IV 1836-1841; Phaedr = Phaedrus [Fedro]; Phileb = Philebus Theologica, 1933)
Homerici Hymni [Himnos Homéricos] desde VII K. Mras, 1954) [Filebo]; Poi = Politicus [Político]; Prot = Pro- Eucl = In Euclidem Commentarius; Inst =Ins-
a.e. (ed. Th. W. Allenn, 1946) Alex = Alexander sive Pseudomantis; Asin = tagoras [Protágoras]; Resp = Respublica [El titutio Theologica; RemPubl = In Platonis Rem
Homero VIII/VIl a.C. (ed. D. B. Monro-Th. W. Allen, De Asino; Hermot = Hermotimus; Indoct =
Estado]; Soph = Sophista [Sofista]; Symp = Publicam Commentarius; Tim = In Platonis
I-V 1902-1912; I-Il '1920; ID 21917; IV 2 1919) Adversus Indoctum; JupConf = Juppiter Con-
Symposion [Banquete]; Theaet = Theaetetus Timaeum Commentarius
n = Ilias [Ilíada]; Od = Odyssee [Odisea] futatus; JupTrag = Juppiter Tragoedus; Peregr
[Teeteto]; Tim = Timaeus [Timeo] Pseudo-Clementinas, Homilías hasta IV p.C. (ed.
Horacio Flaco I a.C. (ed. K1ingner, '1959) Mort = De Peregrini Morte; Pseudolog = Pseu-
dologista; Salt = De Saltatione; VitAuct = Plinio el Joven IIII p.C. (ed. M. Schuster-R. Hans- B. Rehm-J. Irmscher-F. Paschke, GCS '42
Cann = Cannina [Odas]; Sat = Satirae [Sáti- lik, '1958) 1969; W. Frankenberg, TU 48,3 1937)
ras] Senn = Sennones [Charlas] Vitarum Auctio
XXII Abreviaturas Abreviaturas XXIII

Pseudo-Clementinas, Recogniciones hasta IV p.C. Suidas X p.C. (ed. A. Adler, I-V 1928-1938; reim- 3. Inscripciones, documentos, fragmentos, papiros y antologías griegos y latinos
(ed. B. Rehm-F. Paschke, GCS 51 1965; W. presión 1967-1971)
Taciano 11 p.e. (ed. E. Goodspeed, Die iiltesten ÁgU Ágyptische Urkunden aus den Staatlichen Friedliinder P. Friedliinder-H. B. Hoffleit, Epi-
Frankenberg, TU 48,3 1937)
Apologeten, 1914 Museen zu Berlin. Griechische Urkunden I-IX, grammata: Greek Inscriptions in Verse, from the
Pseudo-Platón (ed. J. Bumet, I-V 1900-1907;
OrGraec = Oratio ad Graecos Berlin 1895-1970 Beginnings of the Persian Wars, Berkeley 1948
reimpresiones)
Tácito Comelio IfII p.C. (ed. E. Koestermann, I vArnim J. von Amim, Stoicorum Veterum Frag- GLP Greek Literary Papiry, ed. D. L. Page, Lon-
Ale = Aleibiades, I Maior, 11 Minor; Amat =
'1965; 11/1 '1969; I1/2 31970) menta I-IV, Leipzig 1903-1924; reimpresión, don/Cambridge Mass. 1942
Amatores; Ax = Axiochus; Def = Definitiones;
Ann = Annales [Anales]; Hist = Historiae [His- Stuttgart 1964 GVI Griechische Vers-Inschriften, ed. W. Peek,
Demod = Demodocus; Ep = Epistulae; Epin =
torias] Audollent A. Audollent, Defixionum Tabellae Berlin 1955
Epinornis; Eryx = Eryxias; Hipp = Hipparchus;
Teócrito III a.e. (ed. A. S. F. Gow, 1-111950) IG Inscriptiones Graecae, Berlin 1873-1939
Just =De lusto; Min =Minos; Sis = Sisyphus; quotquot innotuerunt, Paris 1904
Theag = Theages; Virt = De Virtute Idyll = Idyllia Beckby H. Beckby, Anthologia Graeca I-IV,
IG' Inscriptiones Graecae, editio minor, Berlin
Teófilo 11 p.C. (ed. G. Bardy-M. Sender, SC 20 1913ss
München 1957-1958
1948) IGLS Inscriptions grecques et latines de la Syrie,
Quintiliano I p.e. (ed. L. Radermacher, I '1965; 11 BMI Ancient Greek Inscriptions in the Bristish ed. L. Jalabert-R. Mouterde, I-V, Paris 1929-
Autol = Ad Autolycum
31965) Museum, Oxford 1874-1916 1959
Teofrasto IV/I1I a.C. (ed. F. Wimmer, 1854-1862;
InstOrat = Institutio Oratoria Bonner e. Bonner, Studies in Magical Amulets, ILCV Inscriptiones Latinae Christianae veteres,
P. Steinmetz, 1960)
Char = Characteres [Caracteres]; Hist = Histo- University of Michigan Studies, Humanistic ed. E. Diehl, 1-I1I, Berlin '1961
Salustio IV p.C. (ed. Kurfess, reimpresión 1972) ria Plantarum [Historia de las plantas] Series 49, Ann Arbor 1950 IMagn Die Inschriften von Magnesia am Miian-
Séneca I p.e. (ed. A. Bourgery-R. Waltz, 1923ss Tertuliano (Quintus Septimius Tertullianus Flo- CBBP Chester Beatty Biblical Papiry I-XV, Lon- der, ed. O. Kem, Berlin 1900
[Dialogi]; F. Préchac-H. Noblot, 1945ss [Ep]; rens) IIIIII p.C. (CSEL 20.47.69.70.76 1890ss; don 1933-1937 IPriene Die Inschriften von Priene, ed. F. Hiller
F. Préchac, 1961 [Ben; Clem]; P. Oltramare, CChr 1-2 1954) CGCI Corpus der griechisch-christlichen Inschrif- von Gartringen, Berlin 1906
'1961 [Nat]) Apol = Apologeticum [Apología]; Bapt = De ten von Hellas, ed. por N. A. Bees, Athen OGIS Orientis Graeci Inscriptiones Selectae 1-11,
Ben = De Beneficiis; Clem = De Clementia; Baptismo [Acerca del bautismo]; Marc = Ad- 1941. ed. W. Dittenberger, Leipzig 1903.1905; reim-
Ep = Epistulae Morales; Ira = De Ira; Marc = versus Marcionem [Contra Marción]; Mart =Ad CGF Cornicorum Graecorum Fragmenta, ed. G. presión, 1960
Ad Marciam De Consolatione; Nat = Naturales Martyres [Acerca de los mártires]; PraescrHaer Kaibel, Berlin 1899; reimpresión, Berlin 1958 PapBod Papiro Bodmer I-XXIII, Genf 1954-
Quaestiones; Vita = De Vita Beata = De Praescriptione Haereticorum [Acerca de 1965
CIA Corpus Inscriptionum Atticarum 1-I1I. Ap-
Sexto Empírico IIIIII p.C. (ed. H. Mutschmann-J. la prescripción de los herejes]; Pud = De Pudi- PapEleph Die Elephantine-Papyri, ed. O. Ruben-
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TRANSLITERACIÓN

Griego

a a {} th o o X ch
~ b i :n: p 'l' ps
y g (gg, gk) x k Q/Q r/rh w 6
() d A 1 a/r;, s h
10 e !l m t t
t z v n 'U y (u)
1'] e S x <p ph

Hebreo

K e ~ m l$ a ~K ti
::¡ ~
b P n a ~ u
j g O s i1l$ a IJK al). (rfial).)
i d 31 -~ e ~
e

,i1 h
W
tl
~::l
P
f
-~
~
é
e
K..,
~
e

i
n
z rp ~ ~ ~ e
¡
K
.,
o

1). q -~
~ t i r ~
y tzJ s 1K 6
l ;, k tD s K 6
? 1 n t l$ o

El «dagesh» lene sólo se tiene en cuenta en:


tl = P
::l = f
El «dagesh» fuerte duplica la consonante.

(Transliteración según: Holladay, A Concise Hebrew and Aramaic Lexicon of (he OT, Leiden
1971).
1 2

Aa

'Aa~ÓlV Aaron Aarón* utilizada también por los niños mayores, y se


empleaba incluso como manera de dirigirse a
Hermano mayor de Moisés (cf. Ex 4, 14; personas ancianas. af3f3á llegó a sustituir en
7,7; 28,1): Lc 1,5; Hech 7, 40; Heb 5, 4; 7, textos hebreos a la expresión «padre mío», y po-
11; 9, 4. ThWNT 1, 3s; LThK 1, 3s; TRE 1,1-7. día significar también «su padre» y «nuestro pa-
dre»; además, reemplazó la forma determinada
del sustantivo «l*ldre».
'AfJabbÓlv Abaddon Abadón*
Nombre del ángel del abismo. Significa 2. En la literatura cristiana primitiva (se-
«destrucción» (?): Ap 9, 11. ThWNT 1,4. gún la lista ofrecida por Bauer, Worterbuch
--+ af31Jooos 2; ayye"Aos 2. VII) af3f3á aparece tan sólo dos veces en Pa-
blo (Gál 4, 6; Rom 8, 15) Y una vez en Mc
(14, 36), y siempre como invocación dirigi-
afJa~ÍJ~ abares dícese de quien no repre-
da a Dios. En los tres casos se halla asociada
senta una carga*
con ella la misma traducción: ó nU'tlÍ!.? (en
2 Cor 11,9; cf. 12, 16; 1 Tes 2, 9.
vez del vocativo que sería de esperar: B1aB-
Debrunner § 147, 2). En los evangelios, la
afJfJá abba padre (invocación)* invocación directa de Dios como Padre (sin
l. En arameo - 2. En la literatura cristiana primi- que preceda af3f3á) aparece únicamente en
tiva - 3. &~~á en Pablo - 4. &~~á en las palabras de palabras de Jesús (19 ó 20 veces): en la ver-
Jesús. sión secundaria del relato de Getsemaní (Mt
Bibl.: H. Conzelmann, Theologie, 122s; G. Dal- 26,39.42 par. Lc 22, 42), en el Padrenuestro
man, Grammatik des jüd. -paliistinischen Aramai"sch, (Lc 11,2 par. Mt 6,9), dos veces en la excla-
Leipzig '1905, § 14, 7df; 36, ly; 40, 4; Id., Worte, mación de júbilo (Lc 10,21 par. Mt 11, 25s),
150-159,296-304; J. A. Fitzmyer, Abba and Jesus'
Relation to God, en FS Dupont, 15-38; E. Haen- en la ampliación de la exposición de la muerte
chen, Der Weg Jesu, Berlin '1968, 59, 492-494; O. de Jesús (Le 23, 46), como complementación
Hofius, en DTNT 111, 242-248; J. Jeremias, Abba, en manuscrita quizás más tardía (Le 23, 34) Y en
Id., Abba. El mensaje central del Nuevo Testamento, Jn 11,41; 12, 27s; 17, 1.5.11.21.24s; cf. 1 Pe
Salamanca '1993, 17-73; Id., Teología, 80-87;
G. Kittel, &~~a, en ThWNT 1,4-6; W. Marchel, Ab- 1, 17.
ba, Pere! La priere du Christ et des chrétiens, Roma En el judaísmo antiguo no encontramos
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(redacción abreviada), Düsseldorf 1963; S. V. Mc- que la invocación colectiva «Padre nuestro»
Casland, «Abba, Fathen>: JBL 72 (1953) 79-91; G.
Schelbert, Sprachtgeschichtliches zu «abba», en FS
está atestiguada en dos oraciones judías (KIT
Barthélemy, 395-447; G. Schrenk, 3WTI'¡Q (e. D), en 58, p. 6 Y p. 28s) que son aproximadamente
ThWNT V, 974-1016, sobre todo 984s, 1007s; T. M. del tiempo del NT (por influencia del mundo
Taylor, «Abba, Father» and Baptism: SJThll (1958) pagano, ná'te!} se encuentra alguna vez que
62-7l.
otra como invocación de Dios en la oración,
en el judaísmo de la diáspora, por ejemplo
1. 'abb' ti, en arameo, fue originalmente un
Sab 14,3) Y en el judaísmo palestinense, ade-
término del lenguaje infantil de los niños peque-
ños (no fue la forma determinada del sustantivo más de ser una invocación directa de Dios en
«padre») con el significado de «papá», pero en la oración, vemos que incluso podía hablarse
tiempos del NT no se limitaba ya al lenguaje de alguna vez que otra de Dios como de «mi Pa-
los niños pequeños, sino que era una expresión dre» (ya Eclo 51, 10). No puede demostrarse
3 4 5 6

que haya una diferencia fundamental con res- 'A(JtA1]VÍJ Abilene Abilene* los relatos de Gén 11, 26-25, 9 como una perso- sideró el hecho de que Dios se revelara a sí
pecto a la manera judía de hablar (distinta es na que recibe un llamamiento divino, y a quien mismo como Dios de Abrahán, de Isaac y de
la opinión principalmente de Jeremias, por Región que rodeaba a la capital Abilá (al se hace la promesa de que ha de tener numero- Jacob (Ex 3, 6) como una referencia de la Torá
Noroeste de Damasco): Lc 3, 1. Schürer 1, sos descendientes (12, 3; 13, 16; 15,5; 17, 4s;
ejemplo, Teología, 80ss). 22, 17s) y de que se le dará en posesión la tierra a la resurrección de los muertos (Mc 12, 26;
716-720; R. Savignac: RB 21 (1912) 533-540. en que andaba como extranjero (12, 7; 13, 14s; Mt 22, 32; Lc 20, 37): Abrahán tiene que estar
3. En Gál 4, 6 y Rom 8, 15 los creyentes ---> AuauvLu<;. 17, 8; 24, 7); es considerado digno de un pacto vivo, si el Dios vivo (cf. Ex 3, 14) se refiere
«claman» (XQá~cLV en el sentido del clamor con Dios (15, 18; 17,7-14), Y su elección es a él. Como persona que vive aparece Abra-
extático en la asamblea de la comunidad) a confirmada por la obediencia de fe de la que él
'A(Jwúb Abioud Abiúd* hán en la parábola de Lc 16, 19-31, en la que
Dios, porque son «hijos de Dios» o han reci- da muestra (12, 4; 15,6; 22, 3-19). Se le llama él constituye un lugar de felicidad para el al-
bido «espíritu de hijos adoptivos». Nombre de persona (1 Crón 8, 3): Mt 1, el «amigo de Dios» (Is 41,8; 2 Crón 20, 7), Y a ma de Lázaro (v. 22), puede escuchar tam-
13a.b. Israel se le considera como la «simiente de
4. En labios de Jesús, a.~~á aparece sólo Abrahán» (Is 41,8; Sal 105, 6). bién las palabras que le dirige el alma del ri-
literalmente en la versión más antigua de la En el judaísmo primitivo se puso de relieve la co y sigue siendo para él el «padre Abrahán»
oración de Getsemaní (Mc 14,36), en este ca- 'A(JQaá", Abraam Abrahán * fe de Abrahán (1 Mac 2, 52; Filón, Abr 268-276; (vv. 23s.27.30). Pero el efecto de bendición
so como expresión de confianza filial en Dios 1. Abrahán en el AT y en el judaísmo primitivo - Her 90-95) y su fidelidad fue adornada agádi- terminó para él con los bienes de la vida te-
2. En el NT - a) Evangelios y Hechos - b) Cartas. camente. En Eclo 44, 19-21 se concreta esa fi- rrena (vv. 25); el efecto permanente de esa
y de la obligación que siente de obedecerle
delidad como fidelidad a la ley; en el libro de bendición lo garantiza la obediencia a la ley
(ambos aspectos son característicos de la de- Bibl.: W. Baird, Abraham in the NT: Interpreta- los Jubileos se considera a Abrahán como ene-
nominación de Dios como «Padre» en el ju- tion 42 (1988) 367-379; G. Baumbach, Abraham un- migo decidido del culto idolátrico y como res- y los profetas, de los que Abrahán aparece
daísmo antiguo: por ejemplo, 3 Mac 6, 3.8; ser Vater. Der Prozefi der Vereinnahmung Abrahams taurador de la lengua y la tradición hebreas (Jub evidentemente como defensor (vv. 29.31). Se-
lQH 9, 35s ó Sab 11, 10; SifraLev sobre 20, durch das frühe Christentum, en Theol. Versuche 11-12; 20-22). Abrahán aguantó diez tentacio- gún Mt 8, 11; Lc 13, 28s la bendición dada a
16, Berlin 1986,37-56; M. A. Beek y otros, en BHH nes (19, 8) Y sanó de la lepra al faraón median- Abrahán (Gén 12, 3) tiene validez universal:
26). En lo que respecta al Padrenuestro y po-
1, 15-17; K. Berger, Abraham in der paulinischen te la oración y la imposición de las manos
siblemente a la exclamación de júbilo (---> 2), juntamente con Isaac y Jacob, Abrahán cons-
Hauptbriefen: MThZ 17 (1966) 47-89; Id., Abraham (1QGenApoc 20, 16-29); fue salvado del horno
habrá que suponer sobre todo un modelo ara- (11), en TRE 1,372-382; Billerbeck I1I, 186-201; IV,
tituye la meta de la peregrinación escatológi-
de fuego (GenR 44, 13; AntBibl 6, 15-18). De
meo y, en consecuencia, 'abb' {j. Ahora bien, 1213 (Indice s. v. 'ABQaú!!); R. E. Clements, en ca de las naciones, de tal manera que en el
Abrahán dimanan extensos efectos de bendi-
la oración de Getsemaní y la exclamación sa- ThWAT 1,53-62; N. A. Dahl, The Story of Abraham in ción: la salvación de Israel en el Mar Rojo se banquete de la basileia habrá también genti-
piencial de júbilo no son más que formulacio- Luke-Acts, en Keck-Martyn (eds.), Studies in Lu- atribuye a la fe de Abrahán o a su disposición pa- les que se sienten con él a la mesa. Según Lc,
ke/Acts, London 1968, 139-158; Encyclopedia Miq- ra sacrificar a Isaac (Mek sobre 14, 15), el ser el hecho de que Israel fuera descendiente de
nes cristianas primitivas, de tal manera que el ra'fth 1, Jerusalem 1965, 61-67; G. W. Hansen,
Padrenuestro, una oración de los discípulos, descendiente de Abrahán garantiza la participa- Abrahán significaba para el Salvador Jesús
Abraham in Galatians. Epistolary and Rhetoric
es seguramente el único (!) texto auténtico ción en el reino eterno (Justino, Dial 140); por una obligación especial: una «hija de Abra-
Contexts (Joumal for the Study of the NT, Suppl.
haber atado a Isaac, Abrahán actúa como inter- háll» no debe ser esclavizada por el demonio
que queda (si el rcáTcQ de Lc es original-co- Series 29), Sheffield 1989; J. Jeremias, 'A~Qaú!!, en
ThWNT 1, 7-9; H. W. Johnson, The Paradigm of
cesor en favor de Israel (pTaan 2, 65s). Por otra
mo parece serlo- o el rcáTcQ ~!l&v de Mt se parte, en 1QS 2, 9 se niega que puedan hacerse (13, 16; cf. Jn 8, 33-40), y hasta un publica-
Abraham in Ga13, 6-9: Trinity Joumal 8 (1987) 179- no sigue siendo hijo de Abrahán y candidato
deriva de un simple 'abb'a"). valer los méritos de «los patriarcas» en favor de
199; E. Kasemann, Der Glaube Abrahams in Rom 4,
H.-W. Kuhn los israelitas maldecidos. a la salvación (Lc 19,9).
en Paulinische Perspektiven, Tübingen 21972, 140-
177; Th. Klauser, en RAC 1, 18-27; H. E. Lona, El Apocalipsis de Abrahán, del judaísmo hele- Mt comienza con Abrahán .la genealogía
Abraham in Joh 8, Bem-Frankfurt a. M. 1976; R. nístico (siglo I p.c.[?]), describe a Abrahán como de Jesús (1, 2) Y la hace llegar desde él has-
'AJld" Babel Abel* Martin-Achard-K. Berger y otros, en TRE 1, 364- monoteísta y como persona que recibió revela- ta David a través de 14 generaciones (1, 17):
Hermano de Caín, más joven que él (Gén 387; G. Mayer, Aspekte des Abrahambildes in der ciones para el futuro. El Testamento de Abra-
como el Mesías de Israel, Jesús, no sólo es el
hellenistisch-jüdischen Literatur: EvTh 32 (1972) hán, que seguramente es contemporáneo, refiere
4, 1-16): Mt 23,35; Lc 11, 51; Heb 11,4; el anuncio de su muerte y su subida al cielo. hijo de David, sino también el hijo de Abra-
118-227; L. Pirot, en DBS 1, 8-28; O. Schilling, en
12, 24. DB 1, 28-30; ThWNT 1, 6s; C. Wes- hán (1, 1; cf. 1, 21). Le menciona sólo a
DTB, 1-5; O. Schmitz, Abraham im Spiitjudentum
termann, Gen I (BK), 381-435 (bibl.). und in Urchristentum, en Aus Schrift und Geschich- 2. En el NT se reconoce la importancia Abrahán como un eslabón en la genealogía
te. FSfür A. Schlatter, Stuttgart 1922, 99-123; F. E. salvífica de Abrahán para Israel, pero se de Jesús que se remonta hasta Adán (Le 3, 34),
'AJluí Abia Abías* Wieser, Die Abrahamsvorstellungen im NT (EHS. T
cuestiona que el hecho de ser hijos de Abra- pero también como el más eminente repre-
317), Bem 1987. sentante de los tres patriarcas que Dios men-
Nombre de persona (cf. 2 Crón 13, 1-14, hán tenga efectos automáticos.
1): Mt 1, 7b.c; Lc 1, 5. ciona para darse a conocer (Hech 3, 13; 7,
1. El nombre ' abrtim es seguramente una for- a) Juan Bautista criticó ya la confianza en
mación norsemítica y ti~ne seguramente el sig- 32). Israel es el linaje de Abrahán (13, 26);
nificado «(mi) padre (¿Dios?) es excelso»; a que el ser descendientes de Abrahán según la el pacto y las bendiciones de Abrahán tienen
'AJludláQ Abiathar Abiatar* carne garantizara la salvación, e indicó con su plenitud con la aparición del Cristo (3,
partir de Gén 17, 5 aparece la forma extensa
Sacerdote en tiempo de David y Salomón ,abrtihtim, que es interpretada como «padre de ello la posibilidad de ser hijos de Abrahán se- 25). En el discurso de Esteban, se recuerda a
(2 Sam 20, 25; 1 Re 2, 26s): Mc 2, 26. muchos pueblos». A Abrahán se le presenta en gún el espíritu (Mt 3, 9; Lc 3, 8). Jesús con- Abrahán en el punto culminante de la historia
7 8 9 10

(7,2-8, 16s) y también el anuncio que a él se otros, judíos y gentiles, son simiente suya En Heb Abrahán encarna el ideal de la fe De las nueve veces que &~1J(J(Jo~ se halla
le hizo de la servidumbre que sufriría Israel (vv. 16s). En consonancia con esto, Pablo no definida y orientada escatológicamente en atestiguado en el NT, siete lo están en el Ap;
(v. 6s según Gén 15, 13s); si al principio es- considera la circuncisión de Abrahán como 11, 1: Abrahán salió de su patria, vivió como una vez encontramos este concepto en Lc (8,
tá la circuncisión de Abrahán (v. 8), al final el «signo del pacto» (así Gén 17, lOs), sino extranjero en el país de Canaán, aguardó allí 31) y otra vez en Pablo (Rom 10,7 citando
se halla el corazón incircunciso de Israel (7, como el «sello de la justificación» en virtud la invisible ciudad de Dios (11, 8-10) Y ofre- Sal 107, 26). Lo mismo que en la LXX,
51). En Jn 8 se acentúa la diferencia entre de la fe, esa fe que Abrahán había tenido ció como sacrificio a Isaac (11, 17-19); per- &~1J(J(Jo~ es también en Rom 10, 7 traduc-
los que son descendientes de Abrahán según cuando aún era incircunciso (vv. 11s). Se re- severó con firmeza en aceptar la promesa de ción del hebreo rMm (inundación, profundi-
la carne (<<simiente de Abrahán», vv. 33.37; define también la paternidad: el antepasado Dios corroborada con juramento (6, 13-15). dades del mar, abismo).
cf. 39) y los que creen en Cristo. Estos últi- físico de los judíos (v. 1) es «padre de la cir- Herederos de la promesa de Abrahán son
mos, obrando de manera semejante a como cuncisión» entendida como circuncisión del principalmente los creyentes (6, 17), a quie- 2. El judaísmo apocalíptico considera el
obró el patriarca, demuestran ser genuinos corazón, la cual consiste en su acto de fe; nes se designa como «simiente de Abrahán» abismo como la prisión donde sufren castigo
hijos suyos; su privilegio de gozar de liber- . también la promesa de ser heredero del mun- (2, 16). Abrahán, al dar el diezmo a Melqui- los demonios (por ejemplo, Hen [et] 10,4-6;
tad se interpreta como el hecho de estar li- do (v. 13) debe entenderse en sentido espiri- sedec y reconocer así a su Dios y su digni- 18, 11-16; Jub 5, 6-10); el NT comparte esta
bres del poder del pecado y de la muerte (vv. tual. La fe de Abrahán adquiere carácter fun- dad sacerdotal (Gén 14, 17-20), se convirtió concepción (-+ 6m¡.tóvLOv). Según Lc 8, 31,
33.39s). Abrahán se considera como un tes- damental y significación escatológica: en en el testigo del sumo sacerdocio eterno del los demonios de Gerasa, al ser expulsados
tigo que en visión contempló ya esa libertad contra de toda esperanza humana, él había que se habla en el Sal 110,4, Y que en el mi- por Jesús, le piden que no los mande deste-
del Mesías, el cual era antes que él y estaba aceptado la promesa de poseer numerosos nisterio de Cristo encontró su realización es- rrados a la &~1J(J(Jo~. Los espíritus malignos,
por encima de él (vv. 52-58). descendientes y de esta manera había honra- catológica (7, 1-10). que permanecen allí encerrados (Ap 9,1; 20,
do la palabra creadora de Aquel que da vida Frente a un paulinismo mal entendido,
b) Con las palabras «simiente de Abra- 1) Y que son gobernados por el príncipe de
a los muertos y llama a lo que no es para que Sant 2, 20-24 fundamenta la justificación de
hán», Pablo expresa la primacía histórica de los demonios Abadón o Apolión (Ap 9, 11),
exista (vv. 17-21); de la misma manera, la fe Abrahán por su actuación en respuesta a
Israel y de su propio origen (2 Cor 11, 22; son libertados temporalmente por la caída de
en Cristo honra a Dios, que hizo que el Cru- Dios. El autor es, sí, plenamente consciente
Rom 9, 7; 11, 1). Pero niega que se pueda una estrella (Ap 9, 2); juntamente con el hu-
cificado fuera el Señor resucitado (vv. 24s) y del significado de Gén 15, 6 (v. 23), pero
equiparar lo de la «simiente de Abrahán» mo del infierno (-+ yÉevva) suben a la tierra
quien, haciendo así posible el perdón, quiere piensa que la fe de Abrahán se perfeccionó
con la genuina condición escatológica de hi- justificar al impío (v. 5). (Ap 9, 2s). También la «bestia» que es el an-
ofreciendo a Isaac y de esta manera fue jus- ticristo (cf. Ap 12, 18-13, 10) sube del abis-
jos de Dios. Esta última, como se ve clara- En Gá13, Pablo establece una antítesis en- tificado -como quien dice a posteriori- por
mente por el ejemplo de Isaac en contraste tre los efectos de bendición que proceden de mo (Ap 11,7; 17,8), el cual en Ap 17, 8 es
el juicio divino justificante (vv. 22s). En la tabla equiparado con el mar de Ap 12, 18; 13, 1
con el de Ismael, se aplica únicamente a los Abrahán (vv. 6-9) y la maldición fruto de la de deberes domésticos de 1 Pe 3, el hecho de
que son hijos de la promesa (Rom 9, 7-9), es fracasada obediencia de la Ley (vv. 10-13). (cf., a propósito, Sal 42, 8; Dan 7, 3). Du-
que Sara se dirigiera a Abrahán llamándole rante un reino milenario (-+ XLALOL), se man-
decir, a los que creen. Lo que más destaca en La bendición de Abrahán para todos los pue- «señor» (Gén 18, 12) se valora como testi-
Pablo es la fe de Abrahán en la palabra crea- blos se entiende como un protoevangelio de tiene preso a Satanás en la &~1J(J(Jo~ (Ap 20,
monio dado por una esposa ejemplar (v. 6). 1-3). Unicamente Pablo entiende la &~1J(J(Jo~
dora de la promesa. En Rom 4 se demuestra la justificación de los gentiles (vv. 8s); tan
con Gén 15, 6 que no sólo los judíos sino sólo los que creen en Cristo son simiente de O. Betz no tanto como el lugar de los demonios sino
también los gentiles pueden llegar sola fide Abrahán y herederos de la promesa (v. 29). más bien como la región de los muertos, adon-
(<<por la sola fe») a la salvación por medio Puesto que la bendición de Abrahán tiene de ninguna persona puede descender (Rom
de la justificación. A diferencia de la tradi- fuerza escatológica como la salvación que apuaao;, ou, 1] abyssos abismo, mundo 10, 7; -+ Q611~).
ción judía, Pablo establece una distancia en- obró para nosotros Aquel que estuvo colgado de las profundidades* Por sus enunciados acerca de la &~1J(J(Jo~
tre Abrahán y la ley, relativiza el valor de la de la cruz (vv. 13s), Pablo puede referir también Bibl.: H. Bíetenhard, Infierno, en DTNT 11, 347- como prisión de los poderes enemigos de
circuncisión efectuada en él, y pone de relie- especialmente a Cristo las palabras «simiente 353; J. Jeremías, <'i~lJaao~, en ThWNT 1, 9; Id., Dios, el NT muestra su conexión genética
q61']~, en ibid., 146-150; Id., yÉEvva, en ibid., 655s; con la antigüedad judía. Pero, lo mismo que
ve la preeminencia temporal y objetiva de la de Abrahán» (v. 16), tanto más que la validez
B. Reicke, Halle III. 1m NT, en RGG I1I, 404-406; S.
promesa y de la fe: aunque todavía era incir- eterna del pacto que se menciona en Gén 17, Schulz, Unterwelt en BHH I1I, 2057s.
el AT y que el judaísmo, el NT mantiene
cunciso y anterior al tiempo de la ley (cf. 5, 7 queda garantizada únicamente con el Me- firmemente el señorío de Dios sobre los de-
13s), Abrahán fue justificado en virtud de la sías que reina eternamente (2 Sam 7, 12-14: 1. El NT toma del judaísmo la imagen cos- monios: Dios dispone cuándo se abre y cuán-
fe por la promesa dada por gracia (vv. B- cf. Rom 1, 3s). En Gál 4,22 se menciona a mológica de los tres niveles del mundo; el mun- do se cierra el abismo (Ap 9, 1; 20, 1.3).
do consta del cielo, la tierra y las profundidades
IS), Y antes de la circuncisión recibió él la Abrahán como esposo de Agar y de Sara, las (Flp 2, 10; Ap 5, 13; -+ oVQavó~). En el mundo Con toda la comunidad pospascual (1 Cor
promesa del pacto divino y el nuevo nombre cuales simbolizan el Sinaí y la Jerusalén de de las profundidades no sólo se encuentra la re- 15,24-28; Flp 2, 9s; Col 2, 10.15; 1 Jn 3,8
«Abrahán», que le honra como «padre de arriba. Rom 8, 32 recuerda a Gén 22, 16: la gión de los muertos (Hades, -+ ~()1]~), sino tam- Ypassim) elAp (1,16; 2,12.16; 17, 14; 19,
muchos pueblos», es decir, como padre de entrega del Hijo de Dios se parangona con el bién la Gehenna o lugar de castigo (<<infierno», 15.21) ensalza al Cristo resucitado y exalta-
todos los creyentes (vv. 10-12.17); unos y ofrecimiento de Isaac. -+ yÉevva). do como vencedor sobre Satanás y sobre sus
11 af3'Uooo~ - aya'frmWLÉW 12 13 aya'frO:7tOLLa - aya'fró~ 14

secuaces, que son entregados al lugar de sábado, salvar una vida humana o matar?». flya303totfa, a;, ÍJ agathopoiia acción 5, 39; 6, 35; Ef 4, 32; cf. Rom 2, 4; 1 Cor 15,
castigo eterno donde son atormentados con Para Lc (6, 5), este milagro es una demostra- de hacer lo bueno 33; 1 Pe 2, 3). Corno concepto antitético encon-
fuego (---+ yÉEvva) (19, 20; 20, 10.14s). ción de que el Hijo del hombre es Señor del -+ aya{toJtOLÉro.
tramos frecuentemente xaxó~ (1 Tes 5, 15; 2
sábado. Para Jesús se trata de la vida o la Cor 5, 10 v. 1.; Rom 2, 9s; 3, 8; 7, 19.21; 12,21;
O. Bocher muerte de la persona sanada. Consecuencia 13, 3; 16, 19; Mc 3, 4 par. Lc 6, 9; 16, 25; 1 Pe
directa, en Mc, es la decisión de los fariseos flya303tOIÓ;, 2 agathopoios dícese del 3, lOs.13.17; 3 Jn 11), más raras veces :7tovy)Qó~
que obra bien, del que es recto (Rom 12, 9; Mt 5, 45; 7, 11 par. Lc 11, 13; Mt
'l\yapo;,ou Hagabos Agabo* y de los partidarios de Herodes de dar muer- 12, 34s par. Lc 6, 45; Mt 20, 15; 22, 10),
Profeta de Jerusalén en tiempo de Pablo; te a Jesús (Mc 3, 6). -+ aya{toJtOLÉro.
cpaiiAo~ (2 Cor 5, 10; Rom 9, 11; Jn 5, 29),
actuó en Antioquía y en Cesarea: Hech 11,28; En el marco de la ética de recompensas de oa:7tQó~ (Mt 7, 17s; Ef 4,29) Y OXOALÓ~ (1 Pe
21, 10. H. Patsch: ThZ 28 (1972) 228-232. Q se halla el universal aya{tO:7tOLELV, junto flya3ó;, 3 agathos bueno 2, 18).
con el amor a los enemigos y lo relativo al
l. Uso del vocablo en el NT - 2. Campo léxico -
préstamo, como la síntesis de la ética de Je- 3. El adjetivo bueno designa ante todo la
flya30E~yÉro agathoergeo hacer bien, 3. Campo referencial- 4. Corpus paulinum - 5. Deu-
sús (Lc 6, 33.35) con la mirada puesta en la teropaulinas - 6. La «vocación del rico» en Mc 10, bondad singularísima de Dios (Mc 10, 17
actuar bien*
condición de hijos del Altísimo. 17-22 par. - 7. Pastorales - 8. Hebreos - 9. aya- par. Lc 18, 18s; Mt 19, 16s; con más fre-
Ap 14, 17; 1 Tim 6,18. ThWNT 1,17. frúlO'ÚVfJ·
1 Pe 2, 13ss recoge esencialmente lo que cuencia se emplea XQ'Y]o'tó't'Y]¡;/XQ'Y]o'tÓ¡;) o
se dice en Rom 12, 2: la voluntad de Dios de su voluntad (Rom 7, 12; cf. Heb 13,21), o
Bibl.: E Beyreuther, en DTNT 1, 188-191; W.
flya303tOlÉro agathopoieohacer el bien* exige que se haga el bien. Esto significa que Grundmann, ayafró¡; %'tA.., en ThWNT 1, 10-18; E. de su mandamiento (Rom 7, 12), el «consue-
aya{tO:7tOLLa, a~, ~ agathopoiia acción de las autoridades estatales (Rom 13, 1ss) tie- Haenchen, Der Weg Jesu, Berlin '1968, sobre Mc 10, lo eterno» y la «buena esperanza» que Dios
hacer lo bueno* nen la misión de castigar a los malhechores y l7s; W. Harnisch, Die Berufung des Reichen, en FS ha dado a la comunidad y por los que se ha-
Fuchs, 161-166; E. Kasemann, An die Romer (HNT),
aya{tO:7tOLÓ~, 2 agathopoios dícese del alabar a los que obran bien (l Pe 3, 14); y lla caracterizado su consuelo (2 Tes 2, 16), Y
Tübingen '1974; E. Kamlah, Die Form der katalo-
que obra bien, del que es recto* significa para los cristianos que ellos, «por gischen Paranese im NT (WUNT 7), Tübingen 1964; toda dádiva buena y todo don perfecto que
amor del Kyrios», deben significarse por una E. Lohmeyer, Das Evangelium des Mk (KEK), Got- vienen de lo alto, del «Padre de las luces»
Bibl.: W. Grundmann, ayafroJtOLÉw %'tA.., en
buena conducta de fidelidad al Estado y de- tingen 81967, sobre Mc 10, 17s; E. Lohse, Die Briefe (Sant 1,17).
ThWNT 1, 17. Para más bibliografía, cf. ayafró~.
mostrar así con sus buenas acciones que ha- an die Kol und an Phlm (KEK), G6ttingen '1977, En sentido atenuado, aya.¡}ó¡; se halla en
sobre Flm 6.14; U. Luck, Die Frage nach dem Gu-
1. El verbo se halla atestiguado en el NT en cen uso de su libertad como «siervos de ten. Zu Mt 19, 16-30 und Par., en FS Greeven, 282- la interpelación «Maestro bueno (= venera-
Lc 6, 9.33 (dos veces).35; 1 Pe 2,15.20; 3, 6.17 Dios» que son (2, 15s). Para el esclavo es 297; W. Schrage, Die konkreten Einzelgebote in der do)>> (Mc 10, 17 s par.) o «siervo bueno» (Mt
Y 3 Jn 11; el sustantivo, en 1 Pe 4, 19, Yel adje- una gracia de Dios el padecer por obrar el paulinischen Paranese, Gütersloh 1961; L. K. Sta- 25,21 par.), pero puede decirse también ex-
tivo, en 1 Pe 2, 14. bien (lo contrario de: Ul-wQ'táVOV'tE¡;) (2, 20); chowiak, Bondad, en DTB, 145-154; S. Wibbing, presando una cualidad del hombre (Mt 12,
'Aya'frO:7tOLÉw se emplea como sinónimo de de esta manera se responde a la vocación de Die Tugend- und Lasterkataloge im NT (BZNW 25),
Berlin 1959. 35 par. Lc 6, 45; Hech 11, 24). Para explicar
ayaitOv :7tOLÉW (Mc 3, 4; Mt 19, 16; Ef 6, 8), seguir a Cristo en sus padecimientos (2, 21-
xaAO:J~ :7tOLÉW (Mt 12, 12; Lc 6, 27 compárese
lo que significa que el hombre «produzca
con 6, 33.35) Y EQyátoflUL 'to ayaMv (Gál 6, 25; cf., acerca de los cristianos en general, 3, fruto» se exponen las parábolas del árbol
1. aya.¡}ó¡; aparece atestiguado 107 veces
10; Rom 2, 10; Ef 4, 28) Ydesigna algo así como 17). Al igual que las mujeres, como hijas de bueno (Mt 7, 17s; 12,33) Y del terreno bue-
en el NT y se utiliza frecuentemente como
una suma ética de la manera de obrar acorde con Sara, están llamadas a hacer el bien y a no no y fértil (Lc 8, 8; cf. 8, 15, aquí con un
sinónimo de xaAó¡; y de XQ'Y]o'tÓ¡;. El térmi-
la fe. El concepto antitético es casi siempre amedrentarse con el temor (3, 6), así también sentido más íntimo y referido al «corazón»
XaXO:7tOLÉW (Mc 3, 4 par. Lc 6, 9; 1 Pe 3, 17; 3 no aparece corrientemente en casi todos los
los cristianos se acreditan como tales haciendo bueno). En sentido traslaticio, la metáfora de
Jn 11) o XaXO:7tOLÓ~ (1 Pe 2, 12.14; 4, 15). escritos del NT; en los escritos joánicos se
el bien en medio del sufrimiento (4, 19). En los frutos sirve para caracterizar a la sabidu-
utiliza poquísimas veces (In 1, 46 [¿un pro-
el grupo de palabras en torno a aya.¡}oJtOLÉw ría divina (Sant 3, 17s).
2. aya{tO:7tOLÉW, en el NT, tiene única- verbio?]; 5, 29; 7, 12; 3 Jn 11), y falta por
se compendia la ética de 1 Pe. Un acento especial tiene el enunciado que
mente en Lc 6, 9 (cf. par. Mc 3, 4 v. 1.) rele- completo en el Apocalipsis.
La cuestión clave que decide acerca de «la habla de la «buena obra» de Dios (Flp 1, 6)
vancia cristológica y relevancia ética con- ortodoxia y la herejía» (E. Kiisemann: ZThK o de las «buenas obras» de los hombres (Ef
2. aya'fró¡; se halla atestiguado frecuente-
creta: en el contexto del distanciamiento 48 [1951] 292ss) en 3 in se encuentra en la mente como sinónimo y concepto alternativo de 2, 10; Hech 9, 36; 1 Tim 2, 10; cf. Rom 2, 7;
crítico de Jesús con respecto a los fariseos, alternativa entre hacer 'to xaxóv o hacer LO xaM~ (Rom 7, 16-21; 12, 17.21; Gál 6, 9s; Mt 13, 3a) y la expresión «toda obra buena» (2
el milagro de curación (<<la mano seca») le aya.¡}óv. Solamente andará en la verdad (v. 7,17-19 [cf. 12,33]; Mc 3, 4 par. Mt 12,12; Lc Cor 9, 8; 2 Tes 2, 17: de toda buena obra y
sirve a Jesús de respuesta a modo de ejemplo 4) aquel que obre el bien. Según la síntesis 8, 8 par. Mc 4, 8; Mt 13, 8; Lc 8, 15; 1 Tim 5,
10) Ypertenece al campo léxico de ÜyLO~ (Rom palabra; Col 1, 10; 1 Tim 5, 10; 2 Tim 2,21;
para la pregunta: «¿Es lícito hacer el bien o que se hace en 3 Jn 11, esta alternativa en el Tit 1, 16; 3, 1). Como término técnico de la
7, 12), b(xaLO~ (Rom 7, 12; Lc 23, 50), 'to
hacer el mal en día de sábado?». Aquí, para obrar indica cuáles son las relaciones que se eváQE<J'tov (Rom 12, 2; cf. Heb 13, 21), 'to época tardía del NT, se considera la «buena
Jesús, se trata en doble sentido de una cues- mantienen con Dios. 'tÉAELOV (Rom 12, 2), :7tLO'tÓ~ (Mt 25, 21), conciencia»: Hech 23, 1; 1 Pe 3, 16.21; 1
tión de vida o muerte: «¿Es lícito, en día de J. Baumgarten E:7tLeLx1Í~ (1 Pe 2, 18) Y XQy)o'tó~ (Mt 11,30; Lc Tim 1,5.19 (cf. Heb 13, 18).
15 &yaM~ 16 17 18

Por lo demás, ayuftót; puede utilizarse tud de esta experiencia queda desacreditado conducta orientada hacia la salvación. La cimiento (Col 1, 10) es un elemento nuevo,
también muchas veces con sentido menos el camino del piadoso hacia la salvación. voluntad de Dios se designa como buena, que reaparece en las parábolas de los Sinóp-
específico: las «cosas buenas» que se dan a «Lo que el hombre quiere es la salvación. Lo agradable y perfecta en cuanto «corresponde ticos inspiradas en el ámbito de la natura-
los hijos (Mt 7, 11 par. Lc 11, 13), la mejor que hace es la perdición» (Kiisemann, 195). perfectamente a los ideales humanos [bueno, leza.
parte que fue elegida por María (Lc 10, 42), En Pablo (2 Cor 5, 10; Gá16, 7ss; cf. Ef 6, 8) agradable, perfecto son adjetivos propios de
el buen recuerdo que Pablo y sus colabora- se hallan íntimamente relacionadas entre sí una filosofía popular] en algunos casos, pero 6. Con la «vocación del rico» (Mc 10, 17-
dores dejaron en los tesalonicenses, y del la doctrina de la justificación y la idea del no se diluye en ellos ni coincide sin más con 22; Mt 19, 16-22; Lc 18, 18-23) se sitúa el
que Timoteo informó a Pablo (1 Tes 3, 6). Se juicio en el sentido de la concepción judía ellos» (Kiisemann, 318). Responde a la vo- sentido de ayuftót; en un marco de particular
exhorta a los efesios a que, en vez de decir «del talión escatológico con arreglo a las luntad de Dios una conducta que se ajuste a relevancia teológica: el rico (Mt hace de él
palabras malas, digan palabras buenas para obras» (Kiisemann, 53). El justificado se ha- la salvación. El amor está pronto para una -secundariamente- un <<joven»; Le, un «hom-
la edificación de la comunidad y para que se lla en situación de constante responsabili- actitud comprometida, y que excluya la neu- bre importante» [Haenchen, 351]) se postra
imparta x,áQtt; a los que escuchan (Ef 4, 29). dad. «La obediencia y la desobediencia ha- tralidad, orientada a realizar lo bueno y abo-
cen alternativamente que se consiga o que se ante Jesús en señal de respeto y le dice: «Maes-
Se exhorta a los esclavos a que muestren «bue- rrecer lo malo (Rom 12,9.21). No se trata en
yerre el objetivo. La obediencia, según eso, tro bueno (= venerado)>>. Esta manera de diri-
na (= respetuosa) fidelidad» a sus amos (Tit todo ello del idealismo moral, sino de la
es la única obra buena, lo bueno por exce- girse a una persona no era nada habitual entre
2, 10). La pregunta del Sal 33, 13-17 LXX conducta escatológica.
lencia [Rom 2, 10], el criterio para el talión los judíos, pero es posible desde luego en el
se ha convertido en 1 Pe 3, 10-12 en paréne- En el horizonte de los poderes políticos
en el juicio universal, y el estado en la ben- ámbito del lenguaje helenístico (cf., además
sis, y enuncia las condiciones para un futuro (Rom 13, 3s), 'to ayuftóv designa para Pa-
dición anticipada. En cambio, la desobe- de Mt 25,21.23; Lc 19, 17, las citas que apa-
lleno de esperanza. El presente de la comu- blo «no cualidades morales, sino una buena
diencia brota de la voluntad centrada sí mis- receI). en Lohmeyer, 208 nota 2; la manera de
nidad está expuesto, sí, a oprobios, pero el conducta política» (Kiisemann, 341), «recti-
ma, y designa también ilimitadamente lo dirigirse a una persona llamándola «maestro
autor de 1 Pe consuela a la comunidad ha- tud ciudadana» o «honradez pública» (Kiise-
malo» (Kiisemann, 56). Expresión de que se bueno», se encuentra atestiguada también en
ciéndoles ver la buena conducta de ellos en mann, 345). Flm 14 entiende por 'to ayuftóv
entiende mal la doctrina acerca de la iustifi- bTaan 24b). Jesús rechaza la manera de hablar
Cristo (--+ avuo'tQoqní). oo'U la benigna acogida de Onésimo por par-
catio impiorum es la objeción, que Pablo del rico: «Nadie es bueno, sino solo Dios».
te de Filemón, y el recibimiento del mismo
4. En Rom (especialmente en los capítu- siente como una blasfemia, de que la justifi- Jesús recoge así la tradición del AT: es elemen-
no ya como esclavo sino como «hermano
los 2 y 7) encontramos las tres cuartas partes cación conduciría al libertinaje (Rom 3, 8). to básico del pensamiento veterotestamentario el
amado» (v. 16). Esta conducta corresponde a
de todas las veces que aparece este término Varias veces se interpreta ('to) ayuftóv en afirmar que Yahvé es bueno (toh), y la historia de
la exhortación del apóstol, pero más todavía
en las cartas que son indudablemente de pro- Rom (y Flp 1,6; cf. Flm 6) en el sentido de Israel documenta bien la bondad de Dios. La con-
a la voluntad de Dios, «que ordena lo que es
cedencia paulina. En Rom 7 (según Kiise- la salvación escatológica: en Rom 8, 28 Pa- fesión fundamental, de acentos marcadamente
absolutamente bueno» (Lohse, 272) y que ha personales -frente a la filosofía griega popular y a
mann, a quien el autor sigue en lo esencial) blo, con estilo didáctico, recurre a un anti-
no se trata de una «apología de la ley» (W. guo tópico (cf. Rabí Akiba, bBer 60b, en Bi- manifestado por la fe el conocimiento de lo las ideas helenísticas (más detalles en Grund-
Kümmel, Rom 7 und die Bekehrung des Pau- llerbeck I1I, 256). En Rom 10, 15 Pablo re- que es bueno (Flm 6). En consonancia con el mann, 10-13 y Beyreuther, 621s)-, dice así: «Ala-
mite a Is 52, 7. Con la proclamación del camino de salvación revelado por Dios se bad a Yahvé, porque es bueno» (1 Crón 16, 34; 2
lus, Leipzig 1929, 9ss), y en los vv. 15-20 no
halla la exhortación sumaria a obrar el bien Crón 5, 13; Esd 3, 11s; Sal 118, lss; cf. la forma
se trata del «ser humano en su contradic- «buen mensaje» se hace referencia a la misión judía personal en Filón, Al! 1, 47; Som 1, 149).
ción» ni del «ser humano escindido» que su- apostólica (cf. 2 Cor 5, 18-20), cuya rea- (1 Tes 5, 15; Gá16, 6.10; Rom 12,21).
La experiencia salvífica del éxodo, de la ocupa-
cumbe ante el constante conflicto ético-mo- lización hace que se cumpla la promesa es- ción del país y de los cuidados de que fue objeto
ral entre el «bien» y el «mal», sino que se tra- catológica. Lo bueno conferido a la comu- 5. Considerados en conjunto, los textos el pueblo de Israel en el curso de la historia de-
ta de «una interpretación cristiana de la exis- nidad se refiere (Rom 14, 16) al estado de deuteropaulinos corresponden esencialmen- muestran la «bondad» de Yahvé (cf. Ex 18, 9;
tencia precristiana» (Kiisemann, 202). El salvación (Kiisemann, 364). En Rom 15, 2, te a lo que se ha visto en los textos paulinos. Núm 10, 29ss; Os 8, 3; 14, 3). En Jeremías la
mandamiento concreto (v. 12) -de acuerdo la obligación de los fuertes con respecto a El obrar lo que es éticamente bueno (Ef 4, «bondad» de Dios adquiere un particular acento
con la tradición judía- es santo, justo y bue- los débiles conducirá a lo bueno, a lo salu- 28; 6, 8) Y las «buenas obras» (Ef 2, 10; Col escatológico (Jer 8, 15; 14, 11.19; 17,6 Y passim,
dable, lo cual se interpreta como la OLXO- 1, 10) no son, aquí tampoco, ni actos merito- especialmente 32, 42. Más detalles en Grund-
no en cuanto a sus efectos sobre el hombre. mann,13s).
Sin embargo, desde la premisa de que Pablo bO!-LlÍ (= la edificación; cf.la finalidad de los rios ni condición previa para la redención
habla de un «'yo' supraindividual» (Kiise- carismas en Rom 12, 6ss; 1 Cor 12-14; Ef 4, ni algo que pueda desligarse del Creador. Si- Mt, frente a Mc (y Lc), trasformó la cho-
mann, 188), del hombre que está bajo la ley 29). En las recomendaciones (Rom 16, 19), no que son la expresión necesaria de una cante manera de dirigirse a Jesús en una pre-
y que vive en la contradicción entre el que- el Apóstol da la consigna de que sean sabios consonancia existente entre el Creador y la gunta acerca de las cosas buenas que hay que
rer y el obrar, entre la virtud probada y el fa- para lo bueno, es decir, con respecto a la sal- criatura, entre la fe y las obras, «que Dios hacer para conseguir la vida eterna (19, 16).
llo, entre el bien y el mal (vv. 18ss), se nie- vación. Con esto se recoge la idea de Rom nos señaló de antemano como norma de con- La respuesta de Jesús es la invitación al se-
ga la posibilidad de que el hombre responda 12, 2: sea la bondad de la voluntad de Dios ducta» (Ef 2,8-10). Claro que la idea de pro- guimiento (más detalles en Haenchen, 358s;
positivamente a la voluntad de Dios. En vir- el presupuesto y lo que haga posible una ducir fruto «en toda obra buena» y la del cre- Hamisch, 171ss).
19 aya{}ó~ 20 21 aya{}ó~ - ayaAALáw 22

7. Las Pastorales (en ellas es más frecuen- sumo sacerdote de los bienes futuros (cf. 10, catálogo de virtudes de Ef 5, 9, pero en este 1. El verbo aparece once veces en el NT; el
te el uso de 'XaAó~) se caracterizan por dos 1). Entre ellos se encuentra el de la entrada caso se encuentra vinculada con el esquema sustantivo, cinco veces. Siete veces del total
puntos de vista: a) Las «buenas obras» se in- escatológica de Cristo en el lugar santísimo 'antes' y 'ahora'. Los hijos de la desobedien- de dieciséis que se emplea el término en el
dependizan y se convierten en la característi- celestial y el de la adoración ante el trono de cia, por sus «obras de las tinieblas» (5, 11), su- NT, lo encontramos en la doble obra de Lucas;
ca del buen ser del cristiano, como acto de Dios. cumbirán ante la ira de Dios (5, 6), y no conse- tres, en 1 Pe; dos, en Jn. Aparece respectiva-
confesión de fe cuando se adora a Dios (1 Tim guirán la herencia del reino de Cristo y de Dios mente una vez en Mt, Heb, Jds y Ap. - El ver-
2, 10), especialmente en el marco de la ética 9. aya:3roCJÍlvl1 bondad, ser bueno, ser (5, 5). Frente a esto, los hijos de la luz se ca- bo en voz activa se emplea únicamente en Le
de las mujeres (cf. la mención de las «buenas recto* aparece cuatro veces en el NT: Rom 1,47; Ap 19, 7. En todas las demás veces, se
racterizan por los diversos aspectos del «fruto
obras» junto con el hecho de dar limosna co- 15, 14; Gál 5, 22; Ef 5, 9; 2 Tes 1, 11. El tér- emplea como verbo deponente. La indicación
de la luz»: bondad, justicia y verdad (5, 9).
mo las notas características de Tabita en Hech mino aparece en la LXX con una amplia ga- del motivo de la extrema alegría se efectúa de
En la petición escatológica (2 Tes 1, 11), se
9, 36), interpretándose estas buenas obras en ma de significados (Ecl 4, 8; 5, 10; 6, 3: bie- diversas maneras. - El verbo y el sustantivo se
el sentido de dar educación a los hijos, ofrecer nes terrenos; 7, 14: felicidad; 5, 17; 6, 6; 9, ruega a Dios que haga que sea cumplida en los
tesalonicenses la buena disposición para la emplean en unión con XaíQELV o con XaQá en
hospitalidad, lavar los pies y prestar ayuda a 18: lo bueno que a uno le sucede. La bondad Mt 5, 12; Lc 1, 14; 1 Pe 1, 8; 4, 13; Ap 19, 7;
los afligidos (l Tim 5, 10). Las «buenas obras» de Dios se muestra en los bienes que él con- bondad y al mismo tiempo la «obra de la fe».
en unión con ()o~á~ELV o M~a en 1 Pe 1, 8; 4,
pueden marcar también la divergencia entre el cede en la tierra [2 Esd 19,25.35] o que pro- 13; Jds 24; Ap 19,7; en unión con Ev<pQaívELv
J. Baumgarten
supuesto conocimiento de Dios y el hecho de mete en el cielo [23, 31]. Se piensa en el bien
en Hech 2, 26, Y en unión con f.tEYaAllVELV en
que la fe esté en consonancia con las obras moral en Jue 8, 35; 9, 16; 2 Crón 24, 16; Sal Lc 1,47.
(Tit 1, 16) o -como radicalización de Rom 13, 51, 5), de los cuales en el NT se recogió úni-
uyul'tO\l~yÉro agathourgei5 hacer el bien*
3s- caracterizan la buena conducta dispuesta camente la dimensión ética. 2. Estos vocablos, que se usan únicamente
Forma contracta de -+ aya'froEQyÉW: Hech
a someterse a las autoridades. b) El término En el marco de una especie de informe final en el lenguaje bíblico o en el lenguaje ecle-
14, 17.
técnico de «buena conciencia» (l Tim 1,5.19; con tendencia apologética (Rom 15, 14-21), siástico, expresan el gozo que se apodera de
cf. Hech 23,1; 1 Pe 3,16.21; Heb 13, 18) per- Pablo reconoce la independencia espiritual de toda la persona y que se manifiesta incluso al
tenece a la época tardía del NT. Con tenden- la comunidad romana. Encuentra para ello uyul'troaÚVl), l)~, tl agathi5syne rectitud exterior. Como en la LXX, tienen también en
cia antignóstica, las Pastorales exigen una ac- multitud de expresiones elogiosas: «Estáis -+ aya'fró~ 9. el NT sentido religioso (con excepción de Jn
titud de vida que corresponda a la fe en la llenos de buenos sentimientos (la rectitud 5, 35): designan el gozo y la alegría extrema
creación y al mandamiento del amor (l Tim 1, 'que, por contraste con la maldad, se mani- uyu/v/ví,u(Jt~, Ero~, tl agalliasis gozo ex- por la salvación que Dios concede graciosa-
14). «De aquí procede la parenesis tradicional fiesta en la apertura mutua' [Kasemann, 377]), tremo, júbilo mente por medio de Jesús (en Jn 8, 56 se ha-
con sus cuadros domésticos (Haustafeln), con llenos de todo conocimiento y capaces de ins- -+ ayaAALáw. bla del gozo anticipado de Abrahán). - No es
sus catálogos de vicios y virtudes que acentú- truiros unos a otros» (Rom 15, 14). seguro que este grupo de vocablos se emplee
an el valor del matrimonio y la familia, y la Tanto en Gál 5, 22 como en Ef 5, 9 la ya en Q. El único testimonio que pudiera te-
necesidad ineludible de las virtudes cívicas aya'frw(Jllvl1 forma parte de un catálogo de uyu/v/vuiro agalliai5 estar radiante de gozo
o alegría* nerse en cuenta sería el de Mt 5, 12, a dife-
normales para la convivencia. De aquí tam- virtudes. En el marco de una comprensión rencia de Lc. - En Lc 1-2 se habla de la ale-
bién la exigencia de las 'buenas obras' (1 Tim dualístico-escatológica de la salvación, que ayaA.A.Lá<JL~, EW~, ~ agalliasis gozo extre-
gría extrema que el nacimiento de Juan
2, 10; Tit 2, 14) Y la conciencia recta y pura (1 muestra claras tendencias orientadas hacia la mo, júbilo*
desencadena ya como don salvífico que es de
Tim 1, 5; 3, 9)>> (Ph. Vielhauer, Historia de la salvación, Pablo contrapone en Gá15, 19-21 a Bibl.: R. E. Backherms, Religious Joy in General in Dios (1, 14), del gozo escatológico que siente
literatura cristiana primitiva, Salamanca un catálogo de vicios un catálogo de virtudes the NT and lts Sources in Particular (tesis Fribourg, María (1, 47) Y el todavía no nacido Juan (l,
1991,249). (vv. 22s). Con las «obras de la carne», que ha- Suiza), 1963; H. U. von Balthasar, Die Freude und das 44) porque con Jesús comienza el tiempo de
cen que uno sea excluido del reino de Dios, Kreuz: Concilium 4 (1968) 683-688; P. J. Bernadicou,
la salvación. La introducción al «clamor de
8. La Carta a los hebreos, en su doxología contrasta el caminar en el Espíritu o el fruto The Lucan Theology of Joy: SeEe 25 (1973) 75-98;
E. Beyreuther-G. Finkenrath, Alegría, en DTNT 1, 74- júbilo» de Jesús en Lc 10, 21 pertenece a la
final (13, 20s), expresa la petición (en buen del Espíritu. La realización concreta de la redacción lucana. En Hech 2, 26 se pone en
83; R. Bultmann, ayaAALáo[!aL ¡ctA.., en ThWNT 1,
sentido paulino; cf. Rom 12, 2) de que el Dios «posibilidad de una vida radicalmente nueva» 18-20; E. G. Gulin, Die Freude im NT: Ann. Acad. Se. labios de Pedro el texto del Sal 15, 9 LXX co-
de paz «haga aptos» a los destinatarios «en (Grundmann, 16) es efecto del Espíritu: amor, Finn., Helsinki, 26,2 (1932) Y 37, 3 (1936); W. G. mo prueba de que la resurrección de Jesús se
toda obra buena», es decir, los capacite para gozo, paz, magnanimidad o paciencia, amabi- Morriee, Joy in the NT, Exeter 1984; B. Reicke, Diako- ajusta a lo que se había anunciado en las Es-
vivir conforme a la voluntad divina. Por otro lidad (bondad), el ser bueno (H. Schlier, La nie, Festfreude und Zelos in Verbindung mil der alt-
christlichen Agapenfeier, Uppsala-Wiesbaden 1951;
crituras. Además, los Hech atestiguan que
lado, la Carta a los hebreos califica decidida- Carta a los gálatas, Salamanca 1975, sub loco: algunas comunidades cristianas primitivas te-
C. W. Reines, Laughter in Biblical and Rabbinic Lite-
mente como aya'frá a los bienes del mundo Rectitud), fidelidad, mansedumbre y dominio de rature: Judaism 21 (1972) 176-183; A. B. du Toit, Der nían experiencias que desencadenaban extre-
venidero. En 9, 11 al concepto se le da un co- sí mismo (GáI5, 22s). En paralelismo con ello, Aspekt der Freude im urchristlichen Abendmahl, Win- ma alegría: la comida para saciarse, vinculada
lorido cristológico-escatológico: Cristo es el aya'frw(Jllvl1 se halla atestiguada también en el terthur 1965. con la celebración de la eucaristía, pero des-
23 ayuAAuxw - ay(btT] 24 25 ayártT] 26

lindada de ella terminológicamente, se toma pel, en Saved by Hope. FS f R. C. Oudersluys, Grand ZNW 74 (1983) 222-236; Id., Das Adj. úyunYJtÓr; in
uyá3t1), 1);, Í] agape amor Rapids 1978, 27-43; F. Neugebauer, Die dargebotene den pln Briefen: NTS 32 (1986) 476-480; Id., Das Ge-
«con alegría extrema y pureza de corazón» (2, ayunám agapao amar Wange und lesu Gebot der Feindesliebe. Erwagungen bot del' Nachstenliebe bei Pis: BZ 30 (1986) 161-187;
46). El bautismo y la aceptación de la fe con- ayurtrJ"tó~, 3 agapetos amado, muy querido zu Lk 6, 27-36; Mt 5, 38-48: ThLZ'110 (1985) 865- Id., Liebe (IV), en TRE XXI, 138-146.
ducen a extrema alegría (16, 34); también 876; K. Niederwimmer, Erkennen und Lieben. Gedan- Sobre el Antiguo Testamento: Bergman-Haldar-Wa-
aquí es digna de tenerse en cuenta la referen- 1. Uso del grupo de vocablos en el NT - 2. Conte- ken zum Verhiiltnis von Gnosis und Agape im Ersten lIis, en DTAT 1, 110-127 (bibl.); F. Buck, Die Liebe
cia, simplemente indicada, a la cena. - Clarí- nidos semánticos y campo referencial - 3. ayunó'w y Korintherbriej: KuD 11 (1965) 75-102; A. Nissen, Gottes beim Propheten Osee, Roma 1953; E. Jenni, en
ayó'nYJ en los (grupos de) escritos del NT - a) Sinópti- Gott und del' Nachste im antiken ludentum, Tübingen DTMAT 1, 115-132; N. Lohfink, Das Hauptgebot (An
simamente marcadas por el júbilo a causa de 1974; cf. también sobre este tema P. Sch1ifer: ThLZ Bibl 20), Roma 1963 (sobre Dt 5-11); G. Quell, Die
cos (el mandamiento de amar dado por Jesús) - b) Las
la futura consumación escatológica se hallan Cartas paulinas - c) CollEf/2 TeslPastorales - d) Jn/l- 102 (1977) 432-437; A. Nygren, Eros und Agape Liebe im AT, en ThWNT 1, 20-34; O. Schilling, Die
las palabras que leemos en 1 Pe 4, 13; Jds 24; (J 930-1937), Gütersloh 'sin fecha (1956); H. Obayas- at!. Auffassungen von Gerechtigkeit und Liebe, en FS
3 Jn - El resto del NT - 4. ayó'nYJ en Jds 12 - 5.
hi, Agape and the Dynamics of History: StTh 35 Meinertz, 9-27; J. Ziegler, Die Liebe Gottes bei den
Ap 19, 7. - Del gozo que se siente en el pre- ayunYJtÓr;.
Propheten, Münster i. W. 1930; W. Zimmerli, Liebe n.
(1981) 9-31; Th. Ohm, Die Liebe zu Gott in den
sente habla 1 Pe 1, 8. No es seguro que el jú- nichtchristlichen Religionen, Krailling 1950; S. Peder- 1m AT, en RGG IV, 363s.
Bib!.: M. Adinolfi, L'amore nel terzo Vangelo: An-
bilo de los cristianos en 1 Pe 1, 6 deba enten- sen, Agape - del' eschatologische Hauptbegriff bei PIs, Más bibliografía: H. Riesenfeld, Etude bibliogra-
tonianum 54 (1979) 561-581; K. Berger, Die Gesetz- phique sur la notion biblique d'ArAIIH (CNeot),
derse también en sentido presente, pero es en Id. (ed.), Die Pln Lit. und Theologie, Güttingen-
auslegung lesu 1. Markus und Parallelen, Neukir- Uppsala 1941; Warnach, Liebe, 962-965; P.-E. Lange-
probable que así sea a causa de la cercanía Aarhus 1980, 159-186; A. Penna, Amore nella Bibbia
chen-Vluyn 1972; G. Bornkamm, El doble manda- vin, Bibliographie biblique (1930-1970), Québec
(Teologia bibl. 1), Brescia 1972; H. Preisker, Die
con 1,8. - Heb 1,9 cita al Sal 44, 8 LXX pa- miento del amor, en Estudios sobre el Nuevo Testa- 1972,560-566.
urchristliche Botschaft von del' Liebe Gottes im Lichte
ra designar la unción mesiánica del Hijo de mento, Salamanca 1983,170-180; R. Bultmann, Teolo-
del' vergleichenden Religionsgeschichte, Giessen 1930;
gía del Nuevo Testamento, Salamanca 21987, 405-407, 1. Los tres vocablos del grupo aparecen en
Dios con el «óleo de alegría», es decir, con el K. Romaniuk, L'amour du Pe re et du Fils dans la so-
499-511; Ch. Burchard, Das doppelte Liebesgebot in
óleo que se utilizaba para ungir en las alegres tériologie de saint Paul (AnBibl 15), Roma (1961) casi todos los escritos del NT, con un total de
del' frühen christlichen Überlieferung, en FS leremias, '1974; J. Sauer, Traditionsgeschichtliche Erwagungen
festividades y especialmente con motivo de la 1970,39-62; R. F. Butler, The Meaning of Agapao and 320 veces, ayurtáw aparece 143 veces (los
zu den synopt. und pln Aussagen über Feindesliebe
unción del monarca. Phileo in the Greek NT, Lawrence KS 1977; S. Cipria- und Widervergeltungsverzicht: ZNW 76 (1985) 1-28; escritos más destacados en cuanto al uso de
ni, Dio e amo re. La dottrina della carita in S. Giovan- A. Scattolon, L'ayunctÓr; sinottico nella luce della este término son Jn [37 veces], 1-3 Jn [31 ve-
A. Weiser ni: Scuola Cattolica 94 (1966) 214-231; J. Coppens, traditione giudaica: RivBib 26 (1978) 3-32; K. H. ces]. ayárt'l1 aparece 116 veces (especialmen-
La doctrine biblique sur l'amour de Dieu et du pro- Schelkle, Teología I1I, 167-200; H. Schlier, Glauben,
chain: EThL 40 (1964) 252-299; Id., Agape et Agapan te en 1-3 Jn [21 veces], 1 Cor [14 veces], Ef
Erkennen, Lieben nach den lohannesevangelium, en
aya...,o;, 2 agamos soltero, dícese de la dans les lettres lohanniques: EThL 45 (1969) 125- Schlier 11, 279-293; Id., Die Bruderliebe nach dem Ev.
[10 veces], ayurt'l1"tó~ aparece en total 61 ve-
persona que no se ha casado 127; N. A. Dahl, Liebe III. 1m NT, en RGG IV, 364- und den Briefen des loh (1970), en Schlier I1I, 124- ces (especialmente en 1-3 Jn [10 veces], Rom
367; J. Ernst, Die Einheit von Gottes- und Niich- 135; R. Schnackenburg, Liebe Goltes (1), en LThK VI, [7 veces], 2 Pe [6 veces]. Si tenemos en cuen-
---+ YUflÉm. stenliebe in del' Verkündigung lesu: ThG1 60 (1970) 1043-1045; Id., Die Forderung de/' Liebe in del' Ve/'- ta este grupo de vocablos en su totalidad, en-
3-14; G. Friedrich, Was heij3t das: Liebe?, Stuttgart kündigung und im Verhalten lesu, en E. Biser-A. Ga-
1972; R. H. Fuller, Das Doppelgebot der Liebe. Ein tonces veremos que en Jn juntamente con 1-3
noczy y otros, Prinzip Liebe, Freiburg i. Br. 1975,76-
uyavax'tÉro aganakteo indignarse, eno- Testfall für die Echtheitskriterien der Worte lesu, en 103; Id., Cartas de san luan, Barcelona 1980,151-156 Jn se emplean 106 veces (44 + 62, es decir,
FS Conzelmann, 317-329; V. P. Furnisch, The Love (el amor fraterno), 256-263 (el 'lImor como esencia de una tercera parte), en Pablo juntamente con
jarse* Command in the NT, NahsvillelNY 1972; B. Gerhards- Dios); G. SclÍneider, Die Neuheit del' christ!. Nachs- los escritos pospaulinos (incluidas las Pasto-
Mt 21, 15; 26, 8; Mc 10, 14. El objeto de son, Agape and Imitafion of Christ, en lesus, the Gos- tenliebe: TThZ 82 (1973) 257-275; L. Schottroff, Ge-
pels and the Chu/'ch. FS f W. R. Farmer, Macon GA
rales) 136 veces (84 + 52), los Sinópticos jun-
la indignación se indica mediante la preposi- waltverzicht und Feindesliebe in del' urchristl. lesus-
1987, 163-176; H. Greeven-J. Fichtner, nAYJolov, en tradition, en FS Conzelmann, 197-221; F. F. Segovia, tamente con los Hechos con un total de sólo
ción rt€QL seguida de genitivo: Mc 10, 41
ThWNT VI, 309-316; R. Joly, Le vocabulaire chrétien Love Relationships in the lohannine Tradition. 37 veces, y el resto del NT con 41 veces. Nue-
par. Mt 20,24. En Mc 14,4 se habla de ayu- de l'amour est-il original?, Bruxelles 1968; K. Kertel- ayémYJ, ayundv in I loh and the Fourth Gospel, Chi- vamente, si tenemos en cuenta los tres voca-
vux"tÉw rtQo~ ÉUULO'Ú~, de estar indignados ge, Das Doppelgebot del' Liebe im Markusevangelium, co CA 1982; Th. SOding, Gottesliebe bei PIs: ThGI 79 blos, dominan (con los correspondientes nú-
entre sí. En Lc 13, 14 la razón de la indigna- en FS Dupont, 303-322; R. Kieffer, Le primat de l' a- (1989) 219-242; C. Spicq, Le verbe ayunó'w et ser dé-
mour (LeDiv 85), Paris 1975, sobre 1 Cor 13; O. Kuss, rivés dans le grec classique: RB 60 (1953) 372-397;
meros de aparición) 1 Jn (52 veces), Jn (44
ción se introduce por medio de la conjunción veces), Rom (24 veces), Ef (22 veces), 1 Cor
Die Liebe im NT, en O. Kuss Auslegung und Verkündi- Id., Agape dans le Nouveau Testament (3 vols.), Paris
o"tL. gung 11, Regensburg 1967, 196-234; M. Lattke, Ein- 1957-1959; Id., Die Nachstenliebe in del' Bibel, Einsie- (20 veces), Lc (16 veces), 2 Cor (15 veces),
heit im Wort. Die spezifische Bedeutung vom aYó'nYJ, deln 1961; Id., Notes 1, 15-30; E. Stauffer, ayunó'w Mt (12 veces) y Col (11 veces). Es sorpren-
ayundv und cpLAELV im loh.-Ev. (StANT 41), Mün- XtA. (B-F), en ThWNT 1, 34-55; G. Strecker, Gottes- dente que falten ayurtáw y ayárt'l1 en Hech,
uyaváx't1)6t;, Ero;, Í] aganaktesis enojo, chen 1975; S. Légasse, «Et qui est mon prochain?», und Menschenliebe im NT, en FS Ellis, 53-67; W. C.
y ayart'l1"tó~, en Jn, 2 Jn y Ap.
Paris 1989; Id., L'étendue de l'amour interhumain van Unnik, Die Motivierung des Feindesliebe in Lukas
indignación*
d'apres le NT: RTL 8 (1977) 137-159,293-304; J. B. VI, 32-35: NovT 8 (1966) 284-300; V. Warnach, Aga-
En 2 Cor 7, 11 aparece este vocablo en una Lotz, Die Stufen del' Liebe. Eros, Philia, Agape, Frank- pe. Die Liebe als Grundmotiv der nt!. Theologie, Düs- 2. El contenido semántico de los tres voca-
enumeración, entre artoAoyLu y !pó~o~. furt a. M. 1971; D. Lührmann, Liebet eure Feinde (Lk seldorf 1951; Id., Amor, en DTB, 42-74 (bibl.); O. blos, en lo que al NT se refiere, se puede tra-
6, 27-36; Mt 5, 39-48): ZThK 69 (1972) 412-438; W. Wischmeyer, Vorkommen und Bedeutung von Agape in ducir casi uniformemente por amor, amar y
Lütgert, Die Liebe im NT, Leipzig 1905; E. Malatesta, del' auflerchristl. Antike: ZNW 69 (1978) 212-238; Id., amado.
TÍjv ayó'nYJv flv EXEL Ó {}EÓr; EV 'Úrtiv. A Note on 1 Del' hOchste Weg. Das 13. Kapitel des 1Kor (StNT 13),
uya3táro agapao amar lohn 4: 16a, en The NT Age. FS f B. Reicke 11, Macon Gütersloh 1981; Id., Traditionsgeschichtliche Untersu- ayurtó,w corresponde por lo general en la LXX
---+ ayártrJ· GA 1984, 301-311; L. Morris, Love in the Fourth Gos- chung del' pln Aussagen über die Liebe (ayó'm¡): al hebreo 'liMb, y por ayártT] o por (el término
27 &.yá:rtr¡ 28 29 &.yá:rtr¡ 30

más antiguo) &.yá:rtr¡(JL~ se traduce principalmen- Flp 1, 9; 2, 2; 1 Jn 4, 16; para otros ejemplos, cípulo tenía que romper e ir más allá de la re- cálogo, seguramente para caracterizarlo como
te (16 ó 6 veces respectivamente) el correspon- principalmente en cuanto a los giros con pre- ciprocidad en el amor (Lc 6, 32 / Mt 5, 46 «si la recapitulación de la misma (cf. 22,40 a di-
diente sustantivo 'ah"bii. Los vocablos griegos posición y a los empleos como atributos, cf. amáis a los que os aman»), en conexión con ferencia de Mc: «De estos dos mandamientos
más usados en el griego clásico y helenístico Bauer, Worterbuch, s.v. 1, la) se emplean en la promesa de que de esta manera se es hijo dependen toda la ley y los profetas»). En 24,
EQáw/EQW~ y cpLAÉw/cpLALa quedan muy por de- de Dios, o en conexión con la referencia a la 12 (material peculiar) se predice que «el en-
sentido absoluto. ayá:rtr¡ se halla juntamente
trás en comparación de aquéllos. Probablemente friamiento del amor en muchos» será conse-
con -+ :rtím;l~ (1 Tes 3, 6; 5, 8; 1 Tim 1, 14; 2 bondad de Dios (una bondad que debe imitar-
los traductores prefirieron los vocablos, menos
cargados de afectividad, del grupo &.ya:rtáw, por- Tim 1, 13; Flm 5) y -+ EAltL~ incluso como se) aun hacia los malos (Lc 6, 35 / Mt 5, 45), cuencia del aumento de la «iniquidad».
que éstos «designan, por lo demás, un amor sere- una tríada (1 Cor 13, 13; 1 Tes 1,3; 5, 8; Col Y en conexión también, seguramente, con la El empleo absoluto de ayált'l'] en Mt 24, 12
no en el sentido del aprecio o de la aceptación 1, 4s; Bern 1,4.6) -+ 3.b Regla de Oro (Lc 6, 31 / Mt 7, 12). Como exi- corresponde a una forma de expresión más
amistosa» (Wamach, Liebe, 927; sin embargo, cf. Significados que se apartan del uso general gencia que es de Jesús y en la situación en tardía. Y lo mismo se diga de la doble men-
también Joly). Hasta ahora se discute si &.yá:rtr¡ que se halla la comunidad que está detrás de ción de ayaltáw en Lc 7, 47 (material pecu-
son ~yá:rt'l']Oev (aoristo primero): «Jesús le
se halla también atestiguado literariamente antes la fuente Q, el amor a los enemigos significa liar) (<<porque amó mucho [mostró mucho
de la aparición de la LXX; cf., a propósito, E. Pe- miró con cariño», Mc 10, 21 Y ayá:rt'l'], comi-
da de amor fraternal (ágape) -+ 4 (Jds 12; Ign un rechazo del odio que abrigaban los zelotas, amor] ... , ése ama también poco»; cf. la pre-
terson: BZ 20 (1932) 378-382; Bauer, Wiirter-
buch, S.v. I (cf. Moulton-Milligan, s.v.); Wamach, Esm 8,2). y la superación del amor dirigido únicamente gunta en el v. 42). En la sección acerca del
Agape; cf., además, la controversia entre St. West Junto al amor (ayaltáw) al «prójimo» (-+ al «prójimo» (cf. Mt 5, 43 «Odiarás a tu ene- amor a los enemigos, en Lc 6, 32b, se usa aya-
y R. E. Witt en: JThS 18 (1967) 142s; 19 (1968) ltA'l']OLOV; principalmente en los Sinópticos y migo»; cf., a propósito, 1QS 1, 3s.10). La for- ltám siguiendo al texto de la fuente Q (<<Pues
209-211; 20 (1969) 228-230. El NT excluye por en Pablo) se habla (como verbo o como sus- mulación en segunda persona del plural indi- hasta los pecadores aman a quienes les mues-
completo EQáw/EQW~ (cf., en cambio, IgnRom 2, ca que se trata de la comunidad y de los tran amor»). En el ¡ay! lanzado sobre los fa-
1; 7, 2; IgnPol4, 3) y hace un desarrollo teológi- tantivo) del amor «mutuo» (-+ aAA~Awv; Jn,
enemigos de ésta. - La sentencia acerca del riseos, en 11, 42, Lucas con la introducción
co más completo del grupo de vocablos en tomo 1 y 2 Jn, Pablo), y se habla como verbo de
servir a dos señores establece un paralelo en- de 'ttlV ayált'l']v 'toíJ {}eoíJ modificó el texto
a &.ya:rtáw, mientras que -+ cpLAÉW (cf. M. Paes- amar al «hermano» (-+ a6eAcpÓ~ 5; 1 Jn) y de
lack: ThViat 5 [1953-1954] 51-142) es por lo tre amar y servir; invita indirectamente a de Q y estableció una conexión con el v. 43.
amar a «los enemigos» (Q); se habla, ade-
general menos relevante desde el punto de vista (servir a Dios de manera indivisa y) amarle. Los fariseos «pasan por alto el amor a Dios»
más, del amor de los maridos a sus «muje-
teológico. En Mc 12, 28-34, Jesús responde mediante (v. 42), pero aman los primeros asientos en
res» (Ef). «Dios» es en Mc 12, 30.33 par. (y
un apotegma a la pregunta que le había hecho las sinagogas ... » (v. 43; Mt 23, 6: cplAoíJOlV).
también especialmente en Pablo, Sant y 1 Jn) Lc (y Hech) muestran en ejemplos concretos
Los vocablos del grupo lingüístico aya- un fariseo acerca de cuál era «el primero de
objeto de la acción de amar (del amor), y Je- todos los mandamientos» (Berger, 143 y 256: cómo actúa el amor al prójimo, especialmente
:rtáw se refieren casi exclusivamente, en el sús (Cristo) lo es principalmente en Jn (fuera
NT, al amor de persona(s) a persona(s). Sin «Cuestión inicial de la catequesis de la diás- en el relato del samaritano compasivo, que es
de ahí, únicamente en Ef 6,4; 1 Pe 1, 8; 1 Jn pora»; compárese la pregunta que formula un una demostración de cómo Jesús interpreta el
embargo, algunas cosas se mencionan tam- 5, 1). Del amor de Dios (en forma de verbo y
bién como objetos a los que se ama (cf. gentil dispuesto a convertirse y la respuesta mandamiento del amor (cf. el marco en 10,
de sustantivo), además de Jn y 1 Jn, habla que le da Hillel en bSab 31a) con Dt 6, 4s 29.36s). Interpreta el amor al prójimo como
Bauer, Worterbuch, s. v. aya:rtáw 2; s. v. ayá- principalmente Pablo; el amor de Dios a Je- (amor indiviso a Dios), y añade la exigencia una misericordia activa que tiene su modelo
:rt'l'] 1, 1 ba): Lc 11,43 (los primeros puestos y sús se expresa sobre todo en Jn (además en del amor al prójimo (Lev 19, 18) como man- en la misericordia de Dios (6, 36; 10, 33.37a);
los saludos); Jn 3, 19 (<<las tinieblas más que Ef 1, 6; Col 1, 13); cf. también ayalt'l']'tó~ -+ damiento supremo (para averiguar cuál era el cf. G. Schneider, Lukasevangelium I (ÓTK),
la luz»); 12, 43 (<<la 6ó~a de los hombres más 5. Del amor de Jesús (de Cristo) (con el ver- mandamiento del amor en el judaísmo, sobre 245-251. El hecho de que en Lc 10,27 no es
que la 6ó~a de Dios»); 2 Tim 4,8 (<<su mani- bo o con el sustantivo) hablan principalmen- Jesús sino el «doctor de la ley» el que cita (co-
todo en los TestXII, consúltese Burchard,
festación»); 4, 10 (el «eón presente»); Heb 1, te Jn y Pablo; el amor de Jesús a Dios se Schneider, Nissen). Los dos mandamientos de mo un solo mandamiento) el doble manda-
9 (Sal 44, 8 LXX: la justicia); 1 Pe 3, 10 (la menciona en Jn 14,31. la Torá se citan también en los lugares para- miento (a diferencia de Mc/Mt), está relacio-
vida); 2 Pe 2, 15 (el salario injusto); 1 Jn 2, 15 lelos Mt 22, 37.39; Lc 10, 27b.c, pero sin nado con la inserción de la historia del
(el mundo, el -+ XÓOf.tO~); Ap 12, 11 (la pro- 3. a) Con excepción de Mc 10,21 Y de Lc la repetición confirmadora que vemos en Mc samaritano, la cual por medio del ejemplo de
pia vida): 20,9 (<<la ciudad» de Jerusalén). Un 7, 5, el verbo ayaltám y el sustantivo corres- 12,32s. cómo actúa el amor, responde a la pregunta
giro especial es ayált'l']v aya:rtáw en Jn 17, pondiente (Mt 24, 12; Le 11, 42) aparece en Mt 5, 43 a diferencia de Lc, y 19, 19b a di- sobre quién es el prójimo (v. 29).
26; Ef 2, 4 (cf. 2 Sam 13, 15). Una cosa que los Sinópticos únicamente en labios de Jesús. ferencia de Mc mencionan el mandamiento
es objeto de ayá:rt'l'] en 2 Tes 2, lOes la «ver- Tienen una categoría especial el mandamien- del amoral prójimo (Lev 19, 8) en sentencias b) Pablo, cuando habla del amor, toma co-
dad» (cf. 1 Clem 55,5: «el amor a la patria»). to del amor a los enemigos y el doble manda- redaccionales. En el primer pasaje, este man- mo punto de partida el amor de Dios (Rom 5,
Tanto el verbo (Lc 7, 47a.b; 1 Jn 3,14.18; 4, miento del amor a Dios y al prójimo. damiento se contrapone a la nueva exigencia 8; 8, 37; 9, 13; 2 Cor 9, 7; 13, 11.13; 1 Tes 1,
7.8.19) como también, y especialmente, el En Q la exigencia «¡Amad a vuestros ene- de Jesús (amor a los enemigos, v. 44); en el 4), ese amor que Dios demostró en Cristo
sustantivo (por ejemplo, Mt 24, 12; Rom 12, migos!» (Lc 6, 27.35 par. Mt 5, 44) aparecía segundo pasaje se expone después de los di- (Romaniuk). El amor de Dios se ha derrama-
9; 13, 10; 1 Cor 8, 1; 13, 1.2.3.4.8.13; 14, 1; ya en conexión con la referencia a que el dis- versos preceptos de la segunda tabla del De- do en nuestros corazones por medio del Es-
31 ayáJ't'l] 32 33 ayáJ't'l] 34

píritu Santo (Rom 5, 5). Dios «demuestra su a Dios (se emplea en todos los casos el verbo quien nos ha concedido gracia «en el Amado del amor de Jesús (Cristo) y del amor a él, y
amor para con nosotros, en que siendo aún ayu:n:áw) se dice que «para los que aman a (Cristo)>> (1, 6; «en amor», en el v. 4, lo mis- sin embargo las Cartas hablan más frecuente-
pecadores, Cristo murió por nosotros» (v. 8). Dios» (sobre esta expresión, cf. J. B. Bauer: mo que en los demás pasajes, no debe referir- mente del amor de Dios y del amor a Dios.
El fragmento hírnnico de 8, 31-39 (cf., a pro- ZNW 50 [1959] 106-112) «todas las cosas co- se al amor de Dios; en contra de lo que piensa Pero esto difícilmente significará una diferen-
pósito, G. Schille: ZNW 59 [1968] 230-244; operan para bien» (Rom 8, 28); y se dice tam- H. Schlier, La Carta a los efesios, Salamanca cia objetiva de carácter decisivo. En ambas
P. Fied1er: ZNW 68 [1977] 23-34), que co- bién que Dios les «ha preparado» cosas insos- 1991, 67s). partes se habla del amor de «unos a otros»,
mienza con la pregunta «Si Dios está por nos- pechadas (1 Cor 2, 9), y que el que ama a Dentro de la tradición paulina se halla 2, 4s: pero sólo en las Cartas se habla del «amor fra-
otros, ¿quién estará contra nosotros?», termi- Dios «es conocido por él» (8, 3). La tríada fe, Dios, «por causa del gran amor con que nos terno». (Además de los artículos de Cipriani,
na con la firme confianza de que nada «nos amor y esperanza, en Pablo, aparece por vez amó ... volvió a la vida» a los pecadores <<jun- Lattke, Schlier, cf. F. MuBner, ZQH, München
podrá separar del amor de Dios manifestado primera en 1 Tes 1, 3 (cf. además 5, 8; 1 Cor tamente con Cristo». El amor de Cristo sobre- 1952, 158-164; R. Bultmann, Teología § 50. 4;
en Cristo Jesús nuestro Señor». El ayu:n:~{)'UI; 13, 13; cf., a propósito, Lietzmann-Kümmel, puja todo conocimiento (3, 19); se mostró co- E. Klisemann, Jesu letzter Wille nach Joh 17,
(v. 37) es Cristo que demostró en la cruz (2 Korintherbrief4 [HNT], 66-68; H. Conzelmann, mo amor a la Iglesia (5, 25), en la entrega que Tübingen 1966, 105-116.)
Cor 5, 14s) cuál era su amor (Rom 8, 35), Y Der erste Korintherbrief [KEK], 270-273; W. él hizo «como ofrenda y sacrificio a Dios» (5, Es de importancia fundamental Jn 3, 16:
que hace como Señor exaltado que reine su Marxsen, en FS Cullmann 1972,223-229). 2). Con la exhortación al amor, que hace que «De tal manera amó Dios al mundo, que dio
amor. El «me amó y se entregó a sí mismo por «unos se soporten a otros» y que «edifica» el a su Hijo unigénito» a fin de comunicar «vi-
mí» (Gál 2, 20). c) Col 1, 4s menciona de nuevo la tríada fe, cuerpo de Cristo (4, 2.16), comienza la pare- da eterna» por medio de la fe. El pasaje de
Aunque Pablo habla frecuentemente en amor y esperanza (---+ b) y habla del «amor a nesis, y la carta termina deseando a los desti- 14,21 tiende al enunciado: El que ama a Je-
sentido absoluto acerca del amor de los cris- todos los santos», un amor que se da por su- natarios «amor y fe», que han de proceder de sús, será amado también por el Padre y de
tianos, y de esta manera ayá:n:'I'] (Rom 12, 9; puesto en los destinatarios (cf. Ef 1, 15; 2 Tes Dios y de Cristo (6, 23), Y considerándolos este modo llegará a la misma meta que Jesús
14, 15; 1 Cor 8, 1; 14, 1; 16, 14), especial- 1, 3). En el mismo contexto se dice que Epa- (consideración que es más un llamamiento (14, 3.6). Quien ama a Jesús y guarda su pala-
mente en la enumeración de las virtudes (2 fras es «nuestro amado consiervo» (1, 7), el que la afirmación de un hecho) como perso- bra (cf. 15, 9s) recibe el amor del Padre, qui-
Cor 6, 6; Gál 5, 22; Flp 2, 1s), podría enten- cual informó también al autor acerca de 't~v nas que «aman» a Cristo «con amor impere- en -como Jesús- «vendrá a él» para «hacer
derse fácilmente como una de tantas actitudes Ú!1wv ayá:n:'I']v EV :n:VEÚ!1a'tL (v. 8). El amor cedero» (v. 24). morada en él» (14, 23). Los discípulos están
morales, sin embargo él acentúa decidida- de la comunidad destinataria de la carta se en- En las Cartas pastorales predomina el sus- allí donde está Jesús (14, 3), en el ámbito del
mente la primacía de la ayá:n:'I'] (Gál 5, 6; Flp tiende evidentemente como un amor obrado tantivo (10 veces), mientras que el verbo apa- amor de Dios (R. Schnackenburg, El Evan-
1, 9; especialmente en el «himno que canta por el Espíritu (E. Lohse, Die Briefe an die rece sólo en 2 Tim 4, 8.10. Este último pasaje gelio según san Juan I1I, 93). El mundo ha
las excelencias del amor» en 1 Cor 13; con- Kolosser und an Philemon [KEK], 54s). Así muestra la ambigüedad de la acción de amar. de conocer que Jesús ha sido enviado por
súltese a propósito, además de Kieffer: Schlier como Dios «nos trasladó al reino del Hijo de Esta acción puede orientarse hacia la «epifa- Dios; que Dios ha amado a los discípulos, lo
1,186-193; G. Bomkarnm, El camino más exce- su amor» (1, 13), así también los cristianos nía» de Cristo, es decir, a la parusía, o tam- mismo que amó a Jesús antes de la funda-
lente, en Estudios sobre el Nuevo Testamento, son al mismo tiempo los elegidos y los «ama- bién al «eón actual». La «finalidad de la ins- ción del mundo (17, 23s.26; cf. también 3,
Salamanca 1983, 37-57; J. T. Sanders: Inter- dos» de Dios (3, 12; cf. 2 Tes 2, 13.16), Y co- trucción» es «el amor nacido de un corazón 35; 10, 17; 15, 15s acerca del amor de Dios
pretation 20 [1966] 159-187; B. Gerhardsson: mo a tales se les exhorta al amor, que es el puro y de una buena conciencia y de una fe a Jesús; 14, 31 acerca del amor de Jesús a
SvEA 39 [1974] 121-144; E. Minguens: CBQ «vínculo de la perfección» (v. 14). El impera- sincera» (1 Tim 1,5; el «amor» se halla tam- Dios). El amor de Jesús (11, 5; 13, 1.34; 14,
37 [1975] 76-(F). El amor no es EQYOV, sino tivo ayu:n:<hE va dirigido especialmente a los bién junto a la «fe» en: 1 Tim 1, 14; 2, 15; 4, 21; 15,9.10.12) a los suyos fue amor «hasta
el primer «fruto del Espíritu» (Gál 5, 22) ...Pa- hombres en relación con sus mujeres (v. 19; 12; 6,11; 2 Tim 1,13; 2, 22; 3, 10; Tit 2,3). el fin», corresponde al amor del Padre y exi-
blo, claro que sin referirse a una enseñanza de especialmente también Ef 5, 25-33). - En De este amor hay algunos que se han alejado ge del discípulo que guarde los mandamien-
Jesús, menciona el mandamiento principal del 2 Tes 3, 5 se pide en oración el «amor a Dios», mucho (1 Tim 1, 3s.6s). El amor se opone al tos de Jesús a fin de permanecer en su amor
amor al prójimo: «El que ama a su prójimo, y junto a esta petición se suplica también la resultado de las maquinaciones heréticas, y (15, 9s). De esta manera, el discípulo reali-
ha cumplido la ley» (Rom 13, 8). Los manda- «paciente perseverancia en Cristo»; por otra puede servir, por tanto, de criterio para la rec- zará el amor a Jesús (14, 15.21.23s.28). La
mientos de la segunda tabla del Decálogo se parte, llegar a ser creyentes o serlo ya signi- ta predicación. Timoteo debe aferrarse al mo- exigencia del amor «recíproco» se fundamen-
hallan «compendiados» (---+ avuxEqJuAmów) fica «recibir el amor a la verdad» (2, 10; cf. delo de la sana doctrina que recibió de Pablo ta en el amor de Jesús hacia los suyos y tie-
en el mandamiento del amor al prójimo, de tal Ef 4, 15 «aferrándose a la verdad en amor»). «en la fe y en el amor» (2 Tim 1, 13). ne su modelo en ese amor (15, 12s.17). Por
manera que el amor es el «cumplimiento de la En Ef el sustantivo aparece diez veces (y eso es un «mandamiento nuevo» (13, 34s). -
ley» (---+ :n:A~QW!1U) (13, 9s; cf. Gál 5, 14). cinco de ellas en la forma Ev ayá:n:n); el ver- d) Jn y 1-3 Jn muestran puntos en común y El discípulo amado (<<el discípulo a quien J e-
1 Tes 4, 9 llama al amor mutuo «amor fraterno» bo aparece diez veces, cinco de las cuales se diferencias en lo que respecta al uso de sús amaba», 13,23; 19,26; 21, 7.20) segura-
(---+ qJLAUbEAqJtu; sin embargo, cf. también 3, refieren al amor conyugal del marido. El cur- ayá:n:'I'] (28 veces) y de ayu:n:áw (68 veces). mente no es sólo una figura simbólica o una
12: XUL de; :n:áv'tue;); cf., además, 1 Cor 9, so del pensamiento relacionado con el amor Una diferencia importante consiste en que el ficción literaria; por lo menos, en la concep-
20s; 10,24; 13,5; Gá16, 2. En cuanto al amor toma como punto de partida el amor de Dios, Cuarto Evangelio habla marcadamente acerca ción del redactor de 21, 7.20-23 aparece como
35 ayáJt'l'] 36 37 ayaJt'l']TÓ~ - ayyf).. 'f..w 38

una persona histórica (R. Schnackenburg, El F. MuJ3ner, Der Jakobusbrief [HThK], 124: aym't1]'tó;, 3 agapetos amado, muy querido en cambio hay (unas) catorce veces que apare-
Evangelio según san Juan I1I, 463-480 [bibl.]; no en el sentido de «mandamiento principal»). --> ayánr¡. ce avayyÉA.A.w y 45 veces anayyÉA.A.w, sien-
Th. Lorenzen, Der Lieblingsjünger im Joh, 1 Pe 1,22 exige «amor fraterno sincero», «amar- do frecuente que en la tradición manuscrita se
Stuttgart 1971; P. S. Minear: NovT 19 [1977] se unos a otros entrañablemente, de corazón» intercambien los dos verbos. La inmensa ma-
105-123). (cf. 2, 17; 4, 8). Se habla del amor a Jesucris- 'A YelQ Hagar Agar* yoría de las veces aparecen estos verbos en
1-3 Jn se diferencian de Jn en cuanto se to, «a quien amáis sin haberle visto», en rela- Concubina de Abrahán, madre de Ismael los escritos lucanos.
pone principalmente en relación mutua el ción con su anoxáA.U'ljJL<; (1, 7s; cf. 2 Tim 4, (Gén 16,1-16; 21, 9-21): Gá14, 24.25. ThWNT
amor de Dios (1 Jn 3, 1; 4, 7-21; 2 Jn 3) y el 8). Ap 1, 5 llama a Jesucristo «Aquel que nos 1, 55s; F. MuJ3ner, Galaterbrief (HThK), 319- 2. En el empleo de los tres verbos hay que
amor a Dios (1 Jn 2, 5.15; 3,17; 4, 1O.12.20s; ama y nos redimió de nuestros pecados con su 325. --> LáQQa. distinguir entre el uso pleno de su sentido y
5, 1-3) Y a Jesús (5, 1) así como también el sangre» (cf. Jn 13, 1; Gál 2, 20; Ef 5, 2); de un uso más desvaído del mismo. Pero entre
amor de unos a otros (3, 11.23; 4, 7.11s; 2 Jn manera parecida, Cristo espera que los adver- un extremo y otro hay muchos grados inter-
5) o el amor al hermano (1 Jn 2,10; 3, 10; 4, sarios judíos lleguen a entender «que yo te he ayyaQEúffi aggareuo obligar a alguien a medios: los compuestos tendrían un uso des-
20s; en plural: 3, 14; cf. 5, 1s). (Además de amado [a la comunidad de Filadelfia]». prestar un servicio personal, forzar a al-
vaído en Mt 2,8; 14, 12; 28, 11; Lc 8, 20; 13,
los trabajos de Coppens y de Schnackenburg, guien a un acto de servidumbre*
1; 14,21; 18,37; Jn 5,15 Y passim: comuni-
cf. R. Bultmann, Die Briefe des Johannes 4. ayán:r¡ significa en Jds 12 el convite de Mt 5, 41; 27, 32 par. Mc 15,21. ayyaQE'Úw
car, informar (cf. también Hech 28,21 an:ríy-
[KEK], 69-81; P. W. van der Horst: ZNW 63 amor como institución del amor fraternal. En es seguramente un préstamo léxico del persa
yELA.E ~ EA.áA.l]OEV). Aquí se podrían incluir
[1972] 280-282; H. Thyen, en FS Kasemann, este sentido, el sustantivo aparece atestiguado (R. Schmitt: Glotta 49 [1971] 97-101), que
también algunos ejemplos del uso de estos
527-542.) Las dilucidaciones sobre el amor también en otras partes: (por ejemplo) Ign aparece también en la literatura rabínica; P.
Fiebig: ZNW 18 (1918) 64-72. Cf. en latín verbos en las historias de milagros (Mc 5, 14;
divino -acerca del triple enfoque del tema Esm 8, 2; Acta Pauli et Theclae 25 (Lipsius- Mt 8, 33; Lc 8, 34, cf. especialmente los vv.
Bonnet 1, 252, 11); Passio Perpetuae et Felici- angariare.
«mandamiento del amor» (1 Jn 2, 3-11; 3, 11- 36047, donde significativamente es Jesús el
24: 4, 7-21), cf. W. Thüsing, Die Johannes- tatis 17; Clemente Alejandrino, Paed 11, 1, 4; objeto de la acción de anayyÉA.A.ELV, claro
briefe (GS), Düsseldorf 1970- culminan en la Stromata I1I, 2, 10 (más detalles en PGL s. v.
aYYEiov, ov, 'to aggeion frasco, recipiente* que «en presencia de t?do el pueblo»; Jn 5, 41
afirmación: «Dios es (el) amor» (4, 8.16). La EA). Bibl. en Bauer, Worterbuch, s. v. 11; W.-
Mt 25, 4; cf. 13,48 Koiné D W. v.l.; Hech 4, 23; 11, 13; 12, 14.17; quizás
verdad de esta afirmación se ve claramente D. Hauschild, en TRE 1,748-753. también 1 Tes 1,9).
por la manera en que Dios actúa. Dios envió Más que una pálida comunicación podría
su Hijo al cosmos de muerte, para dar gracio- 5. El adjetivo ayan:r¡'tó<;, en el NT, se apli- ayyd.ia, a;, 1] aggelia mensaje, encargo ser el sentido del verbo (an-)ayyÉA.A.w en las
samente la vida a los hombres (4, 9). El amor ca únicamente a las relaciones de Dios con su --> ayyfXAOJ 3. historias de resurrección que aparecen en los
de Dios se dirige primeramente al cosmos, al Hijo (el «Hijo amado», Mc 1, 11 par. MtlLc;
evangelios (Mt 28, 8.lOs; Mc 16, 10.13; Lc
mundo de los hombres necesitado de reden- 9, 7 par. Mt; 12, 6 par. Lc; Mt 12, 18; 2 Pe 1,
ayyÉJ...J...ffi aggello anunciar, referir 24,9; Jn 20, 18). El grupo de verbos realza en
ción (4, 9s.14; cf. Jn 3, 16). El amor fraterno 17; cf., a propósito, F. Lentzen-Deis, Die Tau-
fe Jesu nach den Synoptikern, Frankfurt a.M. avayyÉA.A.OJ anaggello referir, proclamar estos casos el significado particular del acon-
(--> aCEA.<pó<; 5) no debe limitarse seguramen- tecimiento para la fe cristiana; en Mt 28, 11 el
te a los miembros de la comunidad, como nos 1970, 188-191), pero se emplea también en anayyÉA.A.OJ apaggello contar, informar,
nombres propios, asociado con aCEA.<pó<; (Ef proclamar término podría haberse empleado en sentido
indican 1 Jn 3, 16s; 3 Jn 5). La acentuación marcadamente irónico. Un sentido más pleno
del amor fraterno persigue evidentemente un 6,21; Col 4, 7.9; 2 Pe 3, 15; cf. también Col 1,
1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Contenido se- se escucha también en Mt 11, 4. Apenas pue-
doble objetivo: rechazar a los herejes median- 7; 4, 14; 2 Tim 1, 2) Y como forma de dirigir- mántico - 3. ayyE1.. la.
se a una persona (<<amado mío», 3 Jn 2.5.11; de diferenciarse de EvaYYEA.L1;Of-tUL en 1 Jn 1,
te un criterio seguro (1 Jn 2, 9-11; 4, 20s) y
más frecuentemente en plural, Rom 12, 19; 2 Bibl.: Becker-Müller-Coenen, Mensaje, en DTNT 2.3 (cf. también Hech 26,20; 17,30): aquí se
consolidar la comunión fraternal entre los III, 54-68; P. Joüon, Le verbe avayyfAAúJ dans Saint-
Cor 7, 1; 12, 19 Ypassim). A los cristianos, en menciona con el verbo anayyÉA.A.w el objeto
cristianos. lean: RSR 28 (1938) 234s; J. Schniewind, ayyúla
Rom 1, 7, se los llama «amados de Dios» (en 'XTA., en ThWNT 1,56-71 (bibliografía). del evangelio, que es la proclamación de la
e) Sant 1, 12 pone de relieve lo dichoso que 11, 28 se dice lo mismo de los judíos). En 1 vida eterna, «que estaba con el Padre y nos
es el cristiano que ha pasado la prueba, y a Tes 2, 8 dice Pablo a los destinatarios: «Tene- 1. Los compuestos de ayyÉA.A.w son inter- fue manifestada», y cuya finalidad consiste en
quien se promete la «corona de la vida»; Dios mos un gran amor por vosotros» (ayanl]'toL, cambiables, tanto en el griego profano como la comunión con el Padre y con el Hijo Jesu-
se la prometió «a aquellos que le aman». La referido a «amos» cristianos, aparece también en la LXX y en el NT. Conforme a la prefe- cristo y en la comunión de unos con otros, es
misma expresión WL<; ayanwaLv ai)1;óv la al final de las normas dadas a los esclavos en rencia de la Koiné por los verbos compuestos, decir, en el acontecimiento de la salvación.
encontramos en 2, 5 asociada con la promesa 1 Tim 6, 1s: «amados [por Dios]»; cf. Rom 11, vemos que también el NT ofrece sólo dos Por consiguiente, los compuestos de ayyeA.-
de «heredar el reino». El mandamiento del 28; IgnFil 9, 2); cf., a propósito, E. A. van Le- ejemplos del uso del verbo simple -Jn 4, 51 A.W significan más que una mera notificación
amor al prójimo (Lev 19, 18) se designa con el euwen: ThSt 21 (1903) 139-151. (difícil desde el punto de vista de la crítica amplia de la voluntad salvífica de Dios. Com-
nombre de «ley regia» (2, 8; cf., a propósito, G. Schneider textual, cf. Schniewind, 60, 28ss) y 20, 18- , prenden al mismo tiempo la palabra de esa
39 ayyfAf..w - ayyEf..Or:; 40 41 ayyEf..or:; 42

notificación en el sentido de un poder eficaz. El término, muy difundido tanto en la LXX Rad-Kittel. &.yyEl. . o~ %'(t... •• en ThWNT l. 72-87; A. En los evangelios y en Hech los ángeles
«La proclama... produce y refuerza de conti- como en el griego profano, se equipara fre- Mantel. Die Dienste der Engel nach der Apk des Jo- ejercen las funciones más diversas: el ángel
cuentemente en 1 Jn 1, 5 con €uuyyÉALOV, y hannes: BiLe 2 (1961) 59-65; J. Michl. Die Engel-
nuo la fe y el estado de salvación de los cris- vorstellungen in der Apk l. München 1937; Id .• en del Señor se manifiesta y trae a los hombres
tianos» (R. Schnackenburg, Cartas de san en 3, 11 con JtUQuyy€ALU (cf. ThWNT 1,59; RAC V. 53-258; Id .• en DTB 76-88 (bibl.); J. W. Mo- mensajes y encargos de parte de Dios (Mt 1,
Juan, 105). Bauer, Worterbuch, s. v.). Ahora bien, de im- ran. Sto Paul's Doctrine on Angels: The American 20ss; 2, 13.19s; 28, 5; Lc 1, 11ss; 2, 9ss; Hech
Así como Jesús mismo es el proclamador portancia decisiva para la comprensión de Eccl. Review 132 (1955) 378-384; F. Notscher. Geist 8,26; 10,3.22; cf. Jue 13, 3ss; 2 Re 1,3.15;
ayy€ALU es la cuestión de saber en qué coin- und Geister in den Texten von Qumran (1955). en Id .•
anunciado por el AT (Mt 12, 18; Heb 2, 12), Vom Alten zum NT (BBB 17). Bonn 1962. 175-187; P. Lc 1, 26ss: Gabriel; Lc 24, 23), libera y con-
así también el Paráclito, continuando el men- ciden las dos expresiones, que a pesar de todo Schafer. Rivalitiit zwischen Engeln und Menschen. forta después de pascua a los apóstoles (Hech
saje proclamado por Jesús, preparará con sus son muy diferentes. - La tesis de que «Dios es Untersuchungen zur rabbinischen Engelvorstellung. 5, 19s; 12, 7ss; 27, 23s) y castiga a Herodes
anuncios a la comunidad para que afronte el luz» (--+ <pwr:;) podría ser común para el autor Berlin 1975; Schimmel-Ringgren. en RGG 11. 1298- (Hech 12, 23). La vida de Jesús se desarrolla
de 1 Jn y para sus adversarios. Pero se dife- 1303; H. Schlier. Die Engel nach dem NT. en Schlier
futuro (Jn 16,7-11). - En 1 Cor 14,25 es don- 11. 160-175; Id .• Miichte und Gewalten im NT. Frei- acompañada por ángeles, que están siempre
de podría haberse empleado el verbo aJw.y- rencian considerablemente las consecuencias dispuestos a servirle (Mt 26, 53; Mc 1, 13
burg i. Br. '1963; G. Tavard. Die Engel. Freiburg i. Br.
yfAAw en un sentido más denso, ya que en es- que de esa proposición se deducen (cf. K. 1968; B. Tsakonas. The Angelology according to the par.; Lc 22, 43; cf. también Jn 1,51). Los án-
te pasaje, lo mismo que en Sal 141, 3 LXX Y Wengst, Hiiresie und Orthodoxie im Spiegel Later Jewish Literature: 0EOAOflA 34 (1963) 136- geles acompañarán también al Hijo del hom-
88,2 LXX, el verbo tiene «una nota intensa- des ersten Johannesbriefes, Gütersloh 1976, 151; C. Westermann. Gottes Engel brauchen keine
bre en el juicio final y asumirán funciones en
38s). Para el autor de 1 Jn, que tiene muy pre- Flügel. Berlin '1962; A. Winklhofer, Die Welt der En-
mente cultual» (G. Dautzenberg, Urchristli- gel, Ettal (s.f.). él (Mt 13, 39ss; 25, 31; Mc 8, 38 par.; 13,27
che Prophetie [BWANT 104], Stuttgart 1975, sente la esfera de las obras, la «proposición
par.; Lc 12, 8; cf. también 2 Tes 1, 7 [sobre la
'Dios es luz' no es verdadera sino cuando va 1. Las 175 veces que aparece ayy€Aor:; es-
252), Y debe traducirse seguramente por con- vinculación aquí existente y sobre la oposi-
acompañada por una conducta iluminada y tán distribuidas de manera muy diferente en el
fesar con fe. ción al judaísmo, cf. ThWNT 1, 83, 34ss]),
determinada por esa luz» (ibid., 74 nota 174), NT. La mayoría de ellas se encuentran en los llevan a Lázaro, después de su muerte, al se-
3. ayyd,tu mensaje, encargo* aparece sólo conducta a la que él denomina amor al herma- sinópticos (51; se acumulan en las denomina- no de Abrahán (Lc 16, 22; sobre esta idea, to-
no. Por consiguiente, el autor puede designar
en dos pasajes del NT (1 Jn 1, 5; 3, 11), que das historias de la infancia y en los relatos so- mada del judaísmo, cf. Billerbeck 11, 223ss).
como ayy€ALU tanto la proposición de que
además no están exentos de dificultades de crí- bre el sepulcro y sobre las apariciones que tu- A pesar de todo, los ángeles no son omnis-
«Dios es luz» como la exigencia del amor al
tica textual. Mientras que ayyú. Lu en 1 Jn 1, 5 vieron lugar después de la resurrección), en cientes (Mc 13, 32 par.). - En Mt 18, 10 (cf.
hermano, ya que esta última es una implica-
se refiere a la predicación de Jesús, este térmi- Ap (67) y en Hech (21). En la inmensa mayo- también Hech 12, 15) se encuentra también la
ción que se deriva necesariamente de la pro-
no significa en 3, 11 la predicación efectuada ría de los lugares, ayy€Aor:; se emplea para idea del ángel custodio, frecuente ya en el AT
posición de que «Dios es luz» (cf. K. Wengst,
por la Iglesia. El sorprendente hecho de que en designar al mensajero (celestial) de Dios, pe- Y en los rabinos, pero más rara -en cambio-
Hiiresie und Orthodoxie im Spiegel des ersten
los escritos joánicos, con excepción de Ap 10, ro puede designar también al mensajero hu- en los apócrifos.
Johannesbriefes, 71; W. Thüsing, Die Johan-
7 Y 14,6, no se utilice el radical e:uu"{Y€A-, co- nesbriefe [GS], 114s). Para el autor de 1 Jn, mano (tan sólo tres veces en el NT: Lc 7, 24; Si predominan claramente en los evangelis-
sa que Schniewind (ThWNT 1, 59) considera estar en la luz de Dios significa estar en el 9,52; Sant 2, 25; pero cf. también las citas del tas los enunciados acerca de los ángeles de
intencionada, se explica de diversas maneras: amor al hermano. Por este motivo precisa- AT en Mt 11, 10 par.; Mc 1,2). Ambos signi- Dios (la única excepción es Mt 25, 41), ve-
mientras que Schniewind, por ejemplo, asocia mente, ambas proposiciones son de importan- ficados se encuentran también en el griego mos que en el «Corpus paulinum» predominan
primariamente E1JayyÉALOV con la expectación cia central para la predicación del evangelio. profano. casi con la misma claridad los enunciados
del mensajero de noticias de gozo que ha de acerca de los ángeles malos (caídos) y de los
llegar, y supone que el autor, por su lucha «con- l. Broer 2. El uso de este vocablo en el NT se basa poderes y potestades demoníacos (a propósito
tra una gnosis que aguardaba al 'mensajero' en el empleo que se hace de él en el AT y en de los últimos --+ aQX'!Í, E1;ouOLU, 6'ÚVU!llr:;,
que habría de llegar... , evitaba el uso de térmi- aYYEI..O;, O\), Ó aggelos mensajero, ángel los escritos intertestamentarios: los ángeles XUQlÓ't'l1r:;, {tQóvor:;, O'tOlXELOV y acaso Rom
nos con el radical €Uuyy€A-» (ibid.), vemos son mensajeros enviados por Dios y repre- 8, 38; 1 Cor 6, 3; 11, 10; Col 2, 18). Sin em-
que G. Friedrich remite de manera más general 1. Uso del término en el NT y contenido semánti-
co - 2. Los pasajes en particular - 3. A propósito de la
sentan al mundo celestial; su aparición es una bargo, la interpretación de la mayoría de los
a la escatología (realizada) del Evangelio de hermenéutica - 4. aQxáyyEt...O~. revelación del mundo del más allá que llega pasajes es discutida y difícil; a propósito de
Juan (ThWNT 11, 714s). Sin embargo, el em- al mundo terreno. Sin embargo, la acción y la Rom 8, 38, cf. 8, 35 Y E. Kiisemann, Der
Bibl.: H. Bietenhard, Angel, mensajero, en DTNT 1,
pleo de ayy€ALU en 1 Jn 1, 5 podría tener su 129-134; O. Bocher, Christus exorcista, Stuttgart esencia de los ángeles no son nunca el verda- Brief an die Romer (HNT), 239 (bibl.). En 1
fundamento en la reminiscencia de Is 28, 9. Pe- 1972; Id., Engel (IV), en TRE IX, 596-599; G. B. dero tema de la exposición, sino que se pre- Cor 6, 3 se podría también pensar más en los
ro parece problemático que el autor de 1 Jn ha- Caird, PrincipaUties and Powers. A Study in Pauline supone sencillamente que existen los ángeles ángeles caídos que en los ángeles de las na-
ya escogido ayy€ALU por su «vaga reminiscen- Theology. London 1956; H. Cazelles, Fondements bi- y que se conoce su existencia (cf., a propósi- ciones (en contra de Dibelius, 9ss), ya que los
bUques de la théologie des anges: Rev. Thomiste 90
cia» (cf. ThWNT 1,59), ya que ambos pasajes (1990) 181-193; G. Davidson, A Dictionary of Angels, to, no sólo las angelofanías de los evangelios, vv. 2s no recogen la correspondencia entre «la
están claramente enfatizados en su manera de New York 1967; M. Dibelius, Die Geisterwelt im sino también, por ejemplo, Heb 13,2 Y 1 Tim visión del cielo y la visión del mundo» (ibid.
expresarse. Glauben des Paulus, Gottingen 1909; Grundmann-von 5,21). 10), es decir, no hacen pensar en los ángeles
43 ayyEf...Or; 44 45 ayyEf...Or; 46

como ángeles de las naciones, sino que en el profetiza? (cf. Dibelius, 13ss; ThWNT 11, cargos de Dios. Y, así, trasmiten la revelación son más una presentación de verdades de fe y
v. 3 se sobrepasa la idea del v. 2 (la referencia 570s [bibl.]; H. Braun, Qumran und NTI, Tü- y ejecutan los juicios de Dios. Junto a los án- de experiencias de la fe que relatos de sucesos
a Jds 6; 2 Pe 2, 4 en H. Conzelmann, Der ers- bingen 1966, 1 193ss [bibl.]). Lo más proba- geles de la comunidad (2, 1-3, 22), los cuales históricos, entonces en nuestro caso se está
te Korintherbrief[KEK], 127, nota 22 difícil- ble sigue siendo la interpretación de que se deben entenderse seguramente como verdade- hablando de acciones de Dios que han de atri-
mente sería concluyente). No está completa- hace referencia a ángeles malos (a pesar de ros ángeles (porque aYYf'.AOr; en el Ap se re- buirse a Dios mediatamente «por medio de
mente claro si Pablo incluye aquí o no a los ThWNT 11, 570s y III, 678s), contra quienes fiere siempre a verdaderos ángeles, y porque, ángeles», o de manera inmediata. Por este
ángeles en el cosmos, a diferencia de 10 que la mujer debe protegerse con ayuda del velo. además, la idea subyacente se entiende bien si motivo, los textos del AT en los que alternan
sucede en 1 Cor 4, 9 (sobre el trasfondo de es- Sin embargo, aquí se presenta a los ángeles de tenemos en cuenta como trasfondo la concep- como sujetos actuantes Yahvé y sus ángeles,
ta formulación cf. H. Braun, Gesammelte Stu- una manera relativamente poco acentuada, ya ción judía acerca de los ángeles de las nacio- de tal manera que no aparece claro si en un
dien zum NT und seiner Umwelt, Tübingen que, por el ('nu t"Out"O que establece la cone- nes y del ángel de Israel), el autor menciona momento dado actúa Yahvé o su ángel (cf.
1962, 186-191). En 1 Cor 13, 1 Pablo habla xión con lo anterior, la totalidad del acento re- ángeles a cargo de los vientos (7, 1) Y a cargo Oén 16, 7ss; 21, 17ss; 22, 11ss; 31, llss; Ex
del lenguaje de los ángeles como del «don de cae sobre el hecho de que no haya relación di- de tropeles de jinetes dañinos (9, 14), un án- 3, 2ss; Jue 2, lss), expresan una realidad im-
lenguas por excelencia» (O. Dautzenberg, Ur- recta entre la mujer y Dios, hecho que, no gel que tiene poder sobre el fuego (14, 18); portante. De ahí que los enunciados del NT
christliche Prophetie, Stuttgart 1975, 150), obstante, parece invalidarse de nuevo en los otro, sobre el agua (16, 5); un ángel que tiene acerca de los ángeles sean apropiados para re-
hablando de la necesidad de tener amor, aun- vv. lIs, por cuanto se dice entonces que el poder sobre el mundo de las profundidades, cordar al hombre tanto la grandeza de Dios
que se posean los dones espirituales supre- hombre y la mujer proceden (¿de igual mane- cuyo nombre Abaddi5n se interpreta como como la de su creación, porque el mundo que
mos. En Oál 1, 8 la referencia a los ángeles ra?) de Dios. Tampoco está acentuado el tér- Apollyi5n (= destructor) (9, 11), Y un ángel está a la mano de los hombres no es precisa-
sirve para acentuar 10 inmutable del evange- mino aYYf'.AOr; en 2 Cor 12, 7 (ayyüor; que es señor de las langostas de la quinta pla- mente el mundo entero, sino un mundo que
lio. La expresión que hallamos en Heb 2, 2 Y Lu'tuvd), donde Pablo ve, sí, en sus padeci- ga, y los siete tradicionales príncipes angéli- está sometido al señorío de Dios y a su volun-
en Oál 3, 19 Y que habla de que la ley fue mientos una acción de Satanás, pero lo en- cos (8, 1-9, 21). Pero hay ángeles también tad. Por tanto, el enunciado fundamental de
trasmitida por medio de ángeles, tiene, sí, pa- tiende todo ello, al mismo tiempo, como una que rodean a Dios y llenan con sus cánticos los textos del NT acerca de los ángeles podría
ralelos en el judaísmo (cf. A. van Dülmen, acción de Dios (cf. v. 10). Pablo, en 2 Cor 11, de alabanza el mundo celestial (5, 11; 7, 11). quedar reflejado también en el enunciado fun-
Die Theologie des Gesetzes bei Paulus, Stutt- 14, se refiere a la idea, corriente ya en el ju- damental acerca del acontecimiento de Cristo:
gart 1968,44, nota 91 [bibl.]), pero se utiliza daísmo (cf. VidAd 9), de que Satanás es capaz 3. La cuestión central en la exégesis de los Dios es alguien que está ahí en favor nuestro,
aquí en contra de lo que se dice en esos para- de trasformarse en ángel (de luz), y la utiliza mencionados pasajes del NT es la de saber si alguien que se vuelve y se ha vuelto hacia nos-
lelos, a fin de demostrar la inferioridad de la como ejemplo para probar que no significa los enunciados neotestamentarios acerca de otros con amor.
ley. Por el contrario, Hech 7,53 se halla com- nada el que sus adversarios se presenten como los ángeles pertenecen a la cosmovisión -re-
pletamente en consonancia con los enuncia- apóstoles. nunciable- vinculada con su tiempo, o de si 4. aQxáyyd.o; arcángel* es un término
dos judíos. Claro que la naturalidad corriente con que -ipor lo menos!- contienen un núcleo que im- extraño para el AT y su traducción griega, pe-
La clara superioridad de Jesús sobre los án- las personas del NT aceptan la existencia de plique la existencia de seres semejantes a án- ro no para los escritos del judaísmo primitivo.
geles se refleja en Heb (cf. 1, 4ss), con unas los ángeles trae también consigo problemas geles. Ambas opiniones se sostienen en las En el NT aparece sólo dos veces: en Jds 9 y
reflexiones que culminan en 1, 14: «¿No son para la fe. Esto aparece -además de en Heb- obras especializadas (cf. tan sólo R. Bult- en 1 Tes 4, 16. El primer texto menciona al ar-
todos ellos espíritus servidores, enviados para en Col 2, 18, donde no se trata quizás, como mann, NT und Mythologie, en Kerygma und cángel Miguel (cf. también 4 Esd 4,36) y di-
servir por causa de los que heredarán la salva- en la liturgia angélica de Qurnrán, de la parti- Mythos 1, Hamburg 1948, 17ss, por un lado, y ce de él que, enfrentándose a Satanás, no se
ción?». Este pasaje, igual que Heb 2, 16 Y 1 cipación en la adoración celestial de Dios (cf. M. Seemann, en Mysterium Salutis II/2, Ma- atrevió siquiera a hacer lo que los maledicen-
Pe 1, 12, nos permite comprender que en cier- Schafer, 36ss [bibl.]), sino seguramente de drid 1970, 1076ss, 195s [bibl.), por el otro la- tes se permiten frente a las glorias (= seres
to modo los creyentes están incluso por enci- una adoración de los ángeles, difundida ya do). Habrá que tener bien presente que la pre- gloriosos). Cuando aquí, en vez de hablarse
ma de los ángeles (cf. K. H. Schelkle, Die Pe- entre los judíos (cf. ibid., 67ss), efectuada por comprensión del exegeta es de máxima de un ángel, se habla del arcángel Miguel, la
trusbriefe 2 [HThK], 43). Esta superioridad del cristianos «hinchados» (cf. además E. Schwei- "' importancia en este asunto. tendencia del enunciado es a destacar princi-
Exaltado se expresaría también en 1 Tim 3, 16 zer, La Carta a los colosenses, Salamanca Pues bien, muchos de los prejuicios, basa- palmente una realidad: ni siquiera el arcángel
(cf. también 1 Pe 3, 22), pero refiriéndose en 1987, sub loco, y Ap 19, 10; 22, 8s). Final- dos en la precomprensión, contra la existencia Miguel, y mucho menos un ángel normal, se
este caso, de manera global, «al desfile triunfal mente, en Jds 6 y en 2 Pe 2, 4 se aduce el jui- de los ángeles afectan también en último tér- atrevió a ... (cf. K. H. Schelkle, Der Judas-
de aquel que asciende al cielo» (E. Schweizer, cio sobre los ángeles como ejemplo que debe mino a la cuestión acerca de la existencia de brief' [HThK), 158s). En 1 Tes 4, 16 el acento
Erniedrigung und Erhohung bei Jesus und sei- servir de advertencia (sobre las interpretacio- Dios, lo cual debe tenerse en cuenta para la recaería sobre el sonido de la voz (escatológi-
nen Nachfolgern, Zürich '1962, 106). - Es nes judías subyacentes de Oén 6, cf. K. H. exégesis de los pasajes relativos a la existen- ca); su nota característica que es la de ser co-
problemática la interpretación de 1 Cor 11, Schelkle, Die Petrusbriefe' [HThK), 150s). cia de los ángeles. Por ejemplo, si las histo- mo la voz de un arcángel subraya la particular
10. ¿Se habla aquí de ángeles de Dios o de El autor del Ap presenta con especial fre- rias acerca de la tumba que se encontró vacía, importancia de esa voz y de ese instante. «En
ataques angélicos contra la mujer que ora y cuencia a ángeles que realizan diferentes en- y acerca de las apariciones del Resucitado, tales descripciones encontramos los rasgos
47 48 49 50

tradicionales de las imágenes y de la literatu- OÚVr¡~ (Romans 1, 4): Bib 48 (1967) 359-387; H. Se- Rom 1, 4, ---+ 4. En segundo lugar viene el uso
áyui~ro hagiazo santificar, consagrar
ra apocalípticas, que se encaminan más a des- ebaB, Santo, en DTNT IV, 149-161; J. A. Soggin-E. absoluto del adjetivo sustantivado (OL) ayLOL
---+ ayLo~. Esking, en BHH 11, 681-683, 694s; G. Stiihlin, Heili-
cribir en general 'el estado de ánimo' que áYlaa,.Ór;, olí, Ó hagiasmos santificación (el artículo figura casi siempre) referido a los
gung (11. 1m Nn, en RGG 1Il, 178-180; G. Walther,
existirá cuando comience el fin que a enume- cristianos en general (Rom 8, 27; Ef 6, 18 y
---+ ayw~. Übergreifende Heiligkeit und Kindertaufe im NT:
rar detalladamente los sucesos que han de EvTh 25 (1965) 668-674; E. Williger, Hagios. Unter- passim), utilizado por Pablo para referirse es-
producirse» (ThWNT 111,658, 12ss). suchungen zur Terminologie des Heiligen in den he- pecialmente a la comunidad primitiva de Jeru-
aylor;, 3 hagios santo, puro llenisch-hellenistischen Religionen (RVV 19, 1), Gies- salén, por ejemplo, en Rom 15, 25.26.31; 1
Estos dos textos citados se hallan clara-
sen 1922,72-108; R. Wolff, La Sanctification d'apres Cor 16, 1 y passim con un total de 61 veces.
mente en la línea iniciada en el AT e intensifi- áyLá~w hagiazo santificar, consagrar* le NT: PosLuth 3 (1955) 138-143; W. Zimmerli, «Hei-
cada en el judaísmo y que trata de dar mayor áyLUO!LÓ~, olí, ó hagiasmos santificación* ligkeit» nach dem sog. Heiligkeitsgesetz: VT 30 Aparte de esto, ayLO~, por un lado, se pone
importancia a algunos ángeles. Pero en ambos áyLÓt"rl~, l1to~, ~ hagiotes santidad* (1980) 493-512. frecuentemente en relación (tradicional) con
lugares no se trata del arcángel como tal, sino áyLooO'Ú'Vl1, 11~, ~ hagiosyne santidad* las cosas, lugares y personas del culto Uudío)
que la mención del arcángel sirve para acen- 1. El grupo de palabras aparece con relati- y de la tradición judía y del AT; con cosas:
1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Combinacio- va frecuencia en el NT: ayLo~ 230 veces (ade-
tuar la particular importancia de la voz que se nes de palabras y campos referenciales - 3. Uso lin- YQUepUL ayLaL, Rom 1, 2; 'Vó[.to~ ayLO~, Rom
oye o el contraste que existe en la conducta. güístico griego y judío (LXX); consecuencias teológi- más, entre otros, en Mt 25, 31 Koiné y otros; 7, 12; e'VtOA~ áyta XUL chxata xaL uyu-fr~,
Quedan muy lejos de la mente del NT las es- cas - 4. De Dios, de Cristo y de los dones salvíficos de In 7, 39 p66* L Koiné W y otros; Hech 6, 3 A Rom 7, 12; cf. 2 Pe 2,21; con lugares: ltÓAL~
peculaciones sobre los ángeles, como las que Dios; JtVEUI-IU ayLOv - 5. Santidad y santificación de C* H y otros; 8, 18 p4574 A C Koiné D y otros; áyta, Mt 4, 5; 27, 53; Ap 11, 2 y passim;
los creyentes. Rom 15,19 A C D G y otros; 1 Cor 2,13 Koi-
aparecen en el judaísmo primitivo con sus da- tÓltO~ ayLo~, Mt 24, 15; Hech 6, 13; 21, 28,
tos, por ejemplo, acerca del número de los án- né y otros; 1 Tes 5, 27 88 mg ; Ap 4, 11 Koiné y
Bibl.: R. Asting, Die Heiligkeit im Urchristentum referido siempre al templo; 2 Pe 1, 18 referi-
geles más excelsos (cf. Hen [et] 20; 9, 1 etc.). (FRLANT 46), Giittingen 1930; J. Barr, Bibelexegese otros; 15, 3 296 2049; 22, 21 Sin Koiné y
do al monte santo de la trasfiguración, y con
und moderne Semantik (Oxford 1961), München otros), distribuido por casi todos los escritos
1965, 280-283; P. Benoit, 'AyLOl en Col. 1, 12: Hom- del NT (con excepción de Gál, Sant, 2/3 In), referencia a personas: ltQoepi'ítaL ayLOL, Lc 1,
l. Broer
mes ou Anges?, en Paul and Paulinism. FS f. C. K. Ba- correspondiendo particular importancia a la 70; Hech 3, 21; 2 Pe 3, 2 (siempre en geniti-
rrett, London 1982, 83-10 1; H. CazeIles y otros, Sacré vo; luego en el tiempo pospaulino se dice
(et Sainteté), en DBS X, 1342-1483; P. Chantraine-O. obra lucana (Lc 20 veces, Hech 53 veces), a
o:yyor;, our;, 'tÓ aggos recipiente* Masson, Sur quelques termes du vocabulaire des Rom (20 veces) y a Heb (18 veces). áyLá~w también, de manera correspondiente, OL ayLOL
Mt 13, 48: dícese del recipiente o canasta Grecs: la valeur du mot éiyo~ et de ses dérivés, en aparece 28 veces, áyLao[.tó~ 10 veces (no en UltÓOtOAOL, Ef 3, 5); y, por otro lado, tO
para pescado. Sprachgeschichte und Wortbedeutung (FS f A. De- los evangelios ni en Hech), áyLÓt"Y]~ única- ayLO'V (casi siempre sustantivado) puede de-
brunner), Bern 1954, 85-107; A. DihIe, Heilig, en mente en Heb 12, 10 y en 2 Cor 1, 12 p46 Sin* signar en general lo que pertenece a Dios, Mt
RAC XIV, 1-63; S. Djukanovic, Heiligkeit und Heili-
gung bei Paulus, tesis Bern 1939; J. Efros, Holiness A B y otros, paralelamente, áltMt"Y]~ Sin' D G 7, 6; Lc 2, 23; Heb 8, 2, ó el santuario terre-
aye age jea!* and Glory in the Bible: JQR 41 (1950-1951) 263-277; Koiné y otros (= variante textual preferida por no (XOOf-tLXÓ'V) del primer pacto Heb 9, 1;
La interjección es un presente que se ha J. A. Eliott, The Elect and the Holy (NovTS 12), Lei- GNT) y ltQUÓt"Y]~ 88 635, áyLWO'Ú'V"Y] final- la ox"y]'v~ ... ~tL~ AÉyEtaL 'f\yLa, 9, 2; ~
den 1966; D. Flusser, Sanktus und Gloria, en FS Mi- mente sólo en Rom 1,4; 2 Cor 7, 1; 1 Tes 3,13.
quedado fijo e invariable, de ayw. En el NT AEYOf-tÉ'V"Y] 'f\yLU 'Aytw'V, el Lugar santísimo
chel, 129-152; E. Gaugler, Die Heiligung im Zeugnis Con esto ayLo~ xtA. se destacan claramen-
aparece únicamente ayE 'VU'V: Sant 4, 13; 5, 1. der Heiligen Schrift, Bern 1948; Haag, Diccionario, 9, 3; se dice en general del santuario del tem-
te de los demás términos del NT que expresan
1798-1804; B. Hiiring, Das Heilige und das Gute. Re- plo, 9, 12.25 (mss. 69 1912 completan aña-
ligion und Sittlichkeit in ihrem gegenseitigen Bezug, el concepto de «santo»: ---+ LEQÓ~ aparece úni-
diendo tw'V áytw'V); 10, 19; 13, 11; 9, 24 apli-
München 1950; O. R. Jones, The Concept of Holiness, camente 3 veces (y 1 vez en el final breve de
ayÉ/..'I, 'Ir;, i¡ agele piara* London 1962; P. Jovino, La chiesa communita di San- Mc); sus derivados (con excepción de UQXLE- cado en sentido figurado al verdadero santua-
Mc 5, 11.13 par. Mt 8, 30.31.32 par. Lc 8, ti negli Atti degli Apostoli e nelle lettere di San Paolo, QEÚ~ y LEQEÚ~) no aparecen más que 13 ve- rio celestial, del cual el santuario terreno no
32.33. R. Renehan: Glotta 50 (1972) 157. Palenno 1975; L. E. Keck, The Poor among the Saints ces, encontrándose únicamente LEQÓ'V con es más que una reproducción (u'VtltUltu).
in Jewish Christianity and Qumran: ZNW 57 (1966) En relación con Dios, ayLO~ aparece co-
más frecuencia (referido casi siempre en el
54-78; K. G. Kuhn, ayLO~ "X."tA. (D.), en ThWNT 1, 97-
101; G. Lanczkowski-F. Horst-H.-D. Wendland-G. NT, como término técnico, al templo judío) mo invocación de Dios en la oración sacerdo-
ayevea/..óY'l'tor;, 2 agenealogetos sin ge- GIoege, Heilig, en RGG III, 146-155; M. Lattke, Hei- (70 veces y 1 vez como v.l.); 8aLo~ tan sólo 8 tal de Jesús en In 17, 11: ltátEQ ay tE, y tam-
nealogía* ligkeit 1Il, en TRE XIV, 703-708; H. P. Müller, qds, en veces (no en los evangelios ni en Pablo), bién en Lc 1,49 (Sal 110, 9 LXX) ayLo'V '"Co
DTMAT n, 741-768; F. Niitscher, Heiligkeit in den óotw~ únicamente en 1 Tes 2, 10, Y ÓOLÓtl1~
Heb 7,3. Dícese de Me1quisedec. ThWNT 1, o'VOf-tU, 1 Pe 1, 15.16 (Lev 19,2); 1 Jn 2, 20;
Qumranschriften: RQum 2 (1959-1960) 163-181,315- únicamente en Lc 1, 75 ; Ef 4,24.
663. 344; E. Pax, en DTB 971-976; O. Procksch, aylo~ Ap 4, 8: ayLO~ ayLo~ ayLO~ XÚQLO~ ó -frEÓ~
"X."tA. (A. B. E.), en ThWNT I, 87-90, 101-116; S. P. J. 2. ayLo~, en 90 de los 230 casos en que apa- (ls 6, 3) Ó ltu'VtoxQátwQ, 6, 10: Ó ()Wltótl1~
J. van Rensburg, Hagios in die Nieu-Testamentiese voor- ó ayLO~ xaL uAl1-frL'VÓ~. De manera parecida
stelling, tesis Pretoria 1958; Id., SanctifiCation accor-
rece, se emplea en la combinación fija lt'VEuf-ta
ayevÍlr;, 2 agenes innoble* ding to the NT: Neotestamentica 1 (1967) 73-87; D. W. ayw'V, que nuevamente tiene su centro de gra- se habla del mundo de Dios, de los ángeles,
1 Cor 1, 28. Tiene también el sentido de in- B. Robinson, Who where «the Saints»?: RTR 22 vedad en Lucas (Lc 13 veces, Hech 41 veces); en Mc 8, 38 par. Lc 9, 26; Hech 10, 22 (en
significante; cf. Bauer, Worterbuch, s. v. (1963) 45-53; B. Schneider, Km:a ITvEUI-IU 'AylW- lt'VEuf-ta áyLwoú'Vl1~, en singular, aparece en singular); Jds 14: BY áytaL~ f-tuQLáoL'V, Ap 14,
51 Ü.yLO~ 52 53 54

10, Y frecuentemente también en el ámbito tificados o son santos (voz pasiva) el nombre en sentido general 1 Tes 4, 3; Heb 12, 14. En mino que aparece relativamente pocas veces;
cristológico: Ó ayLO~ 'tO'Ü 'freo'Ü referido a de Dios Mt 6,9 par. Lc 11,2, los creyentes Jn 1 Cor 1, 30 se emplea paralelamente 6Lxm- no lo encontramos nunca como expresión de
Cristo, en Mc 1,24 par. Lc 4,34; Jn 6, 69; cf. 17, 19b; Hech 20, 32; 26, 18; 1 Cor 1, 2; 6, oo'Úvl] y anoM'tQúlO'L~ para referirse a la sal- una cualidad ética o personal del hombre y no
Ap 3, 7, en sentido absoluto 'tov ayLOv xal, 11; 7, 14 bis; 2 Tim 2,21, todos los cuales son vación definitiva obrada por Cristo. significa tampoco la santidad (de lo divino)
6Lxmov ~QvlÍoao'frE Hech 3, 14 (cf. Mc 6, santificados por el Hijo unigénito Heb 2, 11 b; áyLÓ'tl]~ es en Heb 12, 10 la santidad de en sí misma, sino dicha santidad juntamente
20, a propósito de Juan Bautista); en el anun- cf. 10, 10.14; está santificado todo lo que Dios de la que llegan a participar los suyos. con la reacción que exige de respeto, venera-
cio del nacimiento 'to yEVVW[!EVOV ayLOv Dios ha creado 1 Tim 4, 5, y finalmente Cris- Pero una serie de mss. en 2 Cor 1, 12 emple- ción y temor.
XAl]'frlÍoE'tm 'ULO~ 'freo'Ü Lc 1,35, cf. Ó ayLO~ to mismo, que está santificado por la sangre an este término para referirse a la conducta Por contraste con la literatura helenística
na¡;~ Hech 4, 27.30. De especial importancia del pacto Heb 10,29 (cit. Ex 24, 8). Como su- cristiana ---+ 1. extrabíblica, ayLO~ aparece con muchísima
teológica son los enunciados acerca de los jeto de la acción de santificar, y por hallarse La expresión paulina áyLúlO'ÚVl] se refiere a la frecuencia en la LXX (más de 700 veces,
«santos» dones salvíficos de Dios: XAfíOL~ el verbo en voz pasiva, habrá que pensar con santidad perfecta (Em'tEAo'Üv'tE~ áyLúlO'ÚVl]V) principalmente para traducir los términos he-
áyLa 2 Tim 1,9; 6La'frlÍXl] áyLa Lc 1, 72, cf. muchísima frecuencia en Dios mismo (pasivo de los creyentes al quedar purificados de toda breos qados o qodeS), y se añade entre otros a
la combinación con anaQxlÍ y QLta Rom 11, divino). Tan sólo en Ap 22, 11 la frase en voz mancha de la carne y del espíritu (2 Cor 7, 1), los neologismos formados a base de áyLatúl,
16; en sentido figurado 'fr'UoLa t&oa áyLa pasiva Ó ayLO~ áyLao'frlÍ'túl E'tL debe traducir- o a su santidad que se hace patente en el he- por ejemplo, Gén 2, 3; áyLaO[!Ó~, por ejem-
Rom 12, 1; ~ áywna'tl] nLon~ Jds 20. Aquí se en sentido de voz media: «El que es santo, cho de ser irreprochables (a[!É[!n'to'U~ EV plo, Jer 6, 16; áyLÓ'tl]~ únicamente en 2 Mac
el carácter salvífica de los dones de Dios se siga santificándose». Se dan también pareci- áyLúlO'ÚVn) ante el juicio de Dios (1 Tes 3, 15, 2, Y áyLúlO'ÚVl], por ejemplo, Sal 29, 4
halla asociado con la idea de que esos dones das combinaciones en la voz activa: Dios san- 13). Ahora bien vemos que en Rom 1,4 (---+ 4) (únicamente 5 testimonios). En cambio, LEQÓ~
proceden del Dios santo. Finalmente, a los tifica a Cristo Jn 10, 36 o a los creyentes 17, la expresión nVEU[!a áyLúlO'ÚVl]~ sustituye a y OOLO~ quedan muy por detrás en cuanto a
mismos creyentes se los llama santos (cf. su- 17; 1 Tes 5, 23, lo mismo que Cristo se santi- la expresión corriente nVEU[!a ayLOv. importancia. ayLO~ parecía ser el equivalente
pra), es decir, segregados de su mundo cir- fica también a sí mismo Jn 17, 19a o santifica adecuado, porque, lo mismo que qds, enun-
cundante y llamados a la relación directa con a los creyentes Heb 2, 11a, a la Iglesia Ef 5, 3. Lo mismo que ---+ áyvó~, vemos que ciaba la santidad de Dios como un título y
Dios, de tal manera que ahora son un pueblo 26; cf. Heb 13, 12. Hay un empleo cultual del ayLO~, como adjetivo verbal, está relacionado exigencia fundados en el poder y la perfec-
(E'frvO~) santo 1 Pe 2, 9, y sus cuerpos son término en Mt 23, 17.19 Y Heb 9, 13. Se ha con ato[!m «temer sintiendo respeto y vene- ción de Dios y que por tanto se le imponía al
templo santo de Dios Ó YUQ vao~ 'freo'Ü formulado en sentido tradicional: X'ÚQLOV 6E ración», y se refiere originalmente a lo divino hombre desde una realidad exterior y superior
ayLó~ EO'tLV 1 Cor 3, 17; cf. Ef 2, 21, sus hi- 'tov XQLO''tov áyLaOaLE 1 Pe 3, 15 (cf. Is 8, que se manifiesta con poder y que merece te- al mundo, y que podía así convertirse en el
jos son santos por cuanto «pertenecen a Dios» 13): «Los creyentes deben mantener santo a mor y miedo. Está atestiguado ayLO~ desde epíteto de Dios (Lev 19,2; 1 Sam 2, 2; Is 31,
(en contraste con axa'fraQ'ta) 1 Cor 7, 14; de Cristo como Señor en sus corazones», es de- Herodoto, donde lo encontramos frecuente- 1; Os 11, 9), de su nombre (Is 60, 9), de su
manera parecida se dice esto de las mujeres 7, cir, deben hacer que él solo los domine. mente, en sentido poco específico, con refe- Espíritu (Sal 50, 13), de sus lugares (Ex 3, 5;
34; 1 Pe 3, 5. Esta santidad se muestra en una áyLaO[!Ó~ tiene su función decisiva en la rencia a lugares sagrados (por ejemplo, V, Lev 7, 6; Sal 2, 6), más aún, de todo lo cul-
conducta pura y sin mancilla Ef 1, 4; 5, 27; parénesis neotestamentaria, empleado a me- 119). De manera parecida emplean este térmi- tual, es decir, de lo que pertenece inmediata-
Col 1, 22 (paralelamente a[!úl[!O~), cf. 1 Pe 1, nudo con preposición (d~, EV) para designar no Aristófanes (por ejemplo, Lisístrata, 256) mente a Dios en el mundo y está vuelto hacia
15: ayLOL EV naon avao'tQoepñ yEVlÍ'frl]'tE, el objetivo total de la nueva conducta de los y Platón (por ejemplo, Critias 116c: LEQOV él. Lo nuevo es que a las personas piadosas
de manera parecida en 2 Pe 3, 11. La santidad creyentes: d~ áyLaO[!ÓV Rom 6, 19 (por opo- ayLOv, que es una expresión que se encuentra que hacen justicia a ese título y exigencia de
de la vida cristiana se sigue de la santidad de sición a d~ 'tl]V avo[!Lav).22 (por oposición a frecuentemente, sobre todo más tarde, por Dios, se las llama igualmente «santas»: Ex
Dios 1 Pe 1, 16 (cit. Lev 19, 2), cf. también la muerte como fruto de la vida bajo el poder ejemplo en Pausanias X, 32, 13) y otros, poco 19, 6 l!{tvo~ ayLOv, Dt 7, 6 Aao~ ayLO~, lo
Ap 22, 11: Ó ayLO~ áYLao'frlÍ'túl En. Como del pecado); EV áyLao[!<v1 Tes 4, 7 (por opo- más o menos en el sentido de «lo que es dig- cual se relaciona primariamente con la elec-
santos que son, los cristianos demuestran su sición a Enl, axa'fraQoL~); 1 Tim 2, 15; Ev no de respeto y exige temor». En la época he- ción del pueblo por parte de Dios y expresa,
nueva solidaridad recíproca mediante el beso áyLaO[!<V nVE'Ú[!a'tO~ 2 Tes 2, 13; 1 Pe 1, 2: lenística encontramos ayLO~ como epíteto de por consiguiente, el derecho de propiedad que
santo (epLAl][!a ayLOv) Rom 16, 16; 1 Cor 16, «en la santificación obrada por el Espíritu», dioses (orientales), por ejemplo, en PapOxy Dios tiene sobre el pueblo (Lev 11, 44s; Sal
20; 2 Cor 13, Í2; 1 Tes 5, 26. El paralelismo cf. también Rom 15, 16 ~yLaO[!Évl] Ev nVE'Ú- XI, 1380, 34.36, y puede referirse incluso a la 33,9; Os 11, 12). De ahí nace la exigencia de
entre ayLO~ y 6Lxmo~ Mc 6, 20; Hech 3, 14; [!a'tL áyL{J) del mundo de los gentiles ofrecido veneración de Epicuro por parte de los epicú- pertenecer por completo a Dios, Ex 19, 22
Rom 7, 12; cf. 1 Cor 6, 1 (en oposición a a6L- como sacrificio a Dios, pero también espe- reos, que lo consideran ayLOv xal, áyLw'ta- (dícese de los sacerdotes); Jue 13, 7; 16, 17
XOL) hace ver claramente que el término, ade- cialmente de la relación de los maridos con 'tOV xal, LAEúlV (Filodemo el Filósofo, De Pie- (del nazir); Dt 26, 19 (del pueblo que cumple
más de su significado específico, puede em- sus respectivas mujeres 't0 Éa'U'to'Ü OXE'ÜO~ tate, ed. T. Gomperz, Leipzig 1866, p. 96), Y la voluntad divina); 28, 9. Las trasgresiones
plearse también ocasionalmente en sentido x'táo'frm EV áyLaO[!<V xal, 'tL[!ñ 1 Tes 4, 4: -burlonamente- puede designar la adoración contra la pureza cultual son manchas contra la
amplio o en sentido figurado. «de manera santa, es decir, que corresponda a de animales por parte de los egipcios: ó:J~ santidad de Dios y tienen, por tanto, como
El verbo áyLatúl se emplea 17 veces en la voluntad de Dios y con respeto» (por opo- áyLúl'ta'tOL~ LEQO¡;~ (Plutarco, Quaest Conv consecuencia la pérdida de la pertenencia a
voz pasiva y 11 veces en voz activa. Son san- sición a [!l] Ev na'fra Em'fr'U[!La~); cf. también IV, 5, 2 [670aD. En general, ayLO~ es un tér- Dios (Lev 19, 2ss). Es innegable el peligro de
55 ayLO~ 56 57 ayLO~ 58

borrar las diferencias entre la vida y el culto y 4. El grupo de palabras a)'LO<; xÚ. se refie- Jn 2, 20), aunque él no pueda sustraerse al extraña a él (para toda la problemática con-
de caer en el legalismo. Is 6, 3-7 muestra có- ren únicamente 10 veces a Dios y apenas con ataque del 6Lá~OAO<;. El anuncio lucano del súltese a E. Kasemann, An die Romer 3 [HNT],
mo el individuo se retrae con estremecimien- más frecuencia se refieren a Cristo (~ 2). Pe- nacimiento da como fundamento de la santi- sub loco), pero no nos detendremos a diluci-
to al sentir la desproporción que existe entre ro en más de una tercera parte de las veces dad de Cristo la acción del nVEiíf.La ayLoV dar aquí si la tomó del judeocristianismo he-
la propia persona y la santidad de Dios, pero que se usa este grupo de palabras en el NT, (Lc 1,35). lenístico (por ejemplo, W. Kramer, Christos,
cómo después, al escuchar las palabras divi- éstas se aplican al Espíritu Santo como el don De importancia decisiva es el empleo de Kyrios, Gottessohn, Zürich 1963, 118s), o si
nas de consuelo y el llamamiento de Dios, salvífico escatológico de Dios, y aproximada- ayLO<; como atributo de los dones salvíficos fue para él un recuerdo ('nostálgico') del
acepta el encargo divino. mente en una cuarta parte de todos los testi- de Dios, principalmente del don del Espíritu kerygma de Pedro, conocido también en Ro-
Por tanto, áYLál;w designa el proceso de monios, dichas palabras se aplican a los cre- divino (~ nVEiíf.La). Santo caracteriza aquí al ma por los peregrinos carismáticos (Schnei-
dedicación y entrega de cosas y personas a Espíritu como autocomunicación y alienación der, 380; cf. también O. Kuss, Carta a los
yentes como santos que son o como personas
Dios, por el cual éstas quedan sustraídas al de Dios, de tal manera que el Espíritu consti- romanos, Barcelona 1956, sub loco). Pablo in-
que están destinadas a la santificación. Esto
uso cotidiano (Ex 13, 2), lo mismo que Dios tuye finalmente la presencia de Dios o de terpretó cristológicamente la tradición (ha-
apunta hacia un desplazamiento de los acen-
puede segregar para sí mismo determinadas Cristo experimentable para los creyentes. Es- ciendo que fuera precedida por Loií ULoií
tos dentro del lenguaje bíblico, lo cual hace
cosas (el sábado Gén 2, 3; el profeta Jer 1,5) to lo separa de todas las formas de entusiasmo UULOií) y refiriendo seguramente xaLa nVEií-
suponer que existen enfoques nuevos frente al
Y hace posible finalmente que el pueblo santi- o éxtasis humano, pero le hace aparecer al f.La áyLWOÚV'I']<; a la proclamación y recono-
AT y al judaísmo. Se trata decisivamente de
fique su nombre (Is 29, 23) o castiga a quie- mismo tiempo como la esfera escatológica de cimiento del Exaltado, cosa que se realiza
los efectos del Dios santo y de la nueva rela-
nes se niegan a hacerlo (Dt 32,51). la vida de los creyentes. Una visión de con- dentro del ámbito de acción del Espíritu de
ción de los creyentes con Dios. La santidad de
En textos tardíos encontramos (oí) ayLOL pa- junto nos permite ver que tan sólo en una ter- Dios.
Dios, en sí misma, se enuncia predominante-
ra designar a los que pertenecen a Dios (Dan cera parte aproximadamente de los pertinen- En la época pospaulina, nVEiíf.Lu ayLOV se
mente de manera tradicional; sin embargo, en
7, 21; Tob 8, 15; 12, 15; 1 Mac 1,46). Sobre tes enunciados del NT acerca del nvciíf.La se emplea cada vez más como fórmula y en sen-
Pablo faltan en absoluto dichas formulacio-
todo la comunidad de Qurnrán se designaba a emplea el atributo ayLO<;. Son, por ejemplo: tido más desvaído, principalmente por parte
nes. La primera petición del Padrenuestro
sí misma como la «comunidad de los santos» Mt 13/5; Mc 6/4; Lc 17/14; Jn 21/2; Hech de Lucas -sobre todo en los Hech- lo cual se
(Mc 6, 9 par. Lc 11, 2), que verbalmente se
(lQS· 1, 5) o como los «santos de su pueblo» 57/41; Rom 31/5; 1 Cor 2812; 2 Cor 14/2; Gál explica, por un lado, porque se iba consoli-
(es decir, del pueblo de Dios; 1QM 6, 6, cf., halla cerca de la primera petición de la plega-
ria judía denominada Qaddis, se orienta hacia 17/0; Ef 13/2; Heb 7/5; Ap 16/0. Las formula- dando la manera de hablar de la comunidad y,
además, lQS 5, 18.20; 11, 8 Y passim; (cf. ciones paulinas en las que se emplea nVEiíf.La por otro lado, quizás por el círculo de destina-
también C. Brekelmans: OTS 14 [1965] 305- la manifestación escatológica universal del
ayLOV se limitan en buena parte a hablar del tarios de los escritos lucanos, círculo para el
329; L. Dequeker: OTS 18 [1973] 108-187). poder y de la acción salvífica de Dios, los
cuales quedan comprendidos en su «Nom- Espíritu concedido graciosamente a los cre- que había que deslindar claramente el Espíri-
Comprobamos en general: el uso que hace yentes o que mora en ellos (con frecuencia se tu divino del espíritu del éxtasis humano, co-
el NT del grupo de palabras ayLO<; XLA. pre- bre»: ¡Quiera el Santo proporcionar definiti-
vamente a su Nombre la santidad que le co- dice €v nVEÚf.LuLL áyLCV; no así, por ejemplo, sa que era tanto más importante, cuanto que
supone la manera de hablar y la teología del en Ef 1, 13; 4, 30), mientras que el nVEiíf.Lu precisamente Lucas en Hech demuestra la
judaísmo helenístico. Por eso, ayLO<; XLA. es rresponde (cf. Is 29, 23; Jn 12,28) en presencia
absoluto caracteriza más bien al Espíritu de presencia del Espíritu en fenómenos pneumá-
una expresión marcada muchas veces por el de todo el mundo (áyLUO{t~LW, en aoristo pa-
Dios como signum del tiempo del fin. ticos: 1, 8; 2, 2-4.15s (cf. también Procksch,
uso tradicional. Como en el judaísmo, en el sivo), a lo cual seguirán la alabanza y la glo-
De ahí brota también luz que ilumina una 105s; E. Schweizer, en ThWNT VI, 401-410).
NT se orienta también por la esencia y las rificación por parte de los hombres.
singular combinación que hallamos en el NT También en Jn la expresión nVEiíf.Lu ayLOV
exigencias divinas la forma de eonsiderar qué Así como al ámbito celestial de Dios le co-
XaLa nVEiíf.La áyLWOÚVI'¡<; en Rom 1,4 (com- (tan sólo en 1, 33; 14, 26 en lugar de naQá-
personas, manifestaciones y cosas se hallan rresponde santidad (en sentido tradicional)
párese Is 63, 10; Sal 51, 13 ra"~ haqodei, aun- XA'I']LO<; [pero en 14, 17; 15,26; 16, 13 se di-
en una determinada relación con Dios. Por (~ 2), así ahora la santidad le corresponde
que en ambos casos la LXX traduce esta ex- ce LO nVEiíf.Lu Li'j<; CtAlj{túa<;]; 20, 22) denota
otra parte, se llega también a nuevos conteni- especialmente al Enviado por Dios a la tierra,
presión por LO nVEiíf.La LO ayLOV; otra cosa que se trata de una manera de hablar de la co-
dos y usos del grupo de palabras (~ 4 Y 5), a quien el poseído por demonios reconoce co-
ocurre en TestLev 18, 11: nVEiíf.Lu áyLWOÚ- munidad, que de esta forma se refería al bau-
así como también, de manera general, se vi- mo el ayLO<; LOií {teoií, Mc 1, 24 par. (en la VI'¡<; refiriéndose al don del Espíritu concedido tismo y a la presencia pospascual del Exalta-
vencia a Dios de manera nueva, experimen- LXX dícese únicamente en Jue 13,7; 16, 17 a los santos de los últimos tiempos). Indepen- do en el Espíritu, mientras que el absoluto
tándolo como un Dios clemente y salvador, del nazireo Sansón; cf. también Müller, en dientemente de la cuestión de delimitar cuáles nVEiíf.Lu se refiere, por lo demás, a la fuerza,
cuya santidad no crea temor y distancia, sino DTMAT 11, 763), porque él, en su persona y fueron las fórmulas ya acuñadas que habían que dimanaba de Jesús y del Padre para cono-
que por el don del Espíritu se halla inmediata- en su acción salvífica (consistente en destruir sido recogidas por Pablo, hay que reconocer cer a Jesús como el Redentor.
mente presente en los creyentes, de tal mane- el poderío de los demonios), representa a la que el acento del texto recae en el Espíritu es-
ra que ellos no viven ante todo por las exi- santidad de Dios. La confesión de Pedro en Jn catológico de Dios como poder que obró la 5. Por la vocación divina y por la obra de
gencias que les impone la santidad sino por el 6, 69 pone al Revelador de la vida eterna en entronización de Cristo. Pablo pudo haber re- redención llevada a cabo por Cristo, los cre-
don gratuito de esa santidad. la cercanía inmediata de Dios (cf. Jn 10, 36; 1 cogido la fórmula (y la idea) que le resultaba yentes son santos, XAljLOL ayLOL Rom 1, 7; 1
59 60
61 ayLO~ - ayvoÉw 62

Cor 1, 2; cf. Col 3, 12; aywL 2 Cor 1,1; Flp cultuales y la santidad, por lo menos en los
estratos más antiguos del NT, quedan muy 15s, (aywL, p,?r op~sición a: ,[.L~ ovoXlj[.Lu- ayvOÉffi agnoeo ignorar, no saber*
1, 1 Y passim. -* 2; ~yLUO[.LÉVOL ev XQL<J'tw
distanciados entre sí. Así aparece también en 'tL~O[.LEVOL 'tm¡; ltQO'tEQOV ... E1tL1tv[.LLm¡;, v. ayvólj!w, U'tO¡;, 'tó trasgresión*
'1 ljooi} 1 Cor 1, 2; cf. 6, 11, los (cristiano:)
1 Cor 7, 14, donde vemos que un cónyuge no 14). Por consiguiente, la santidad o la santifi- a)'vOLu, U¡;, 1Í agnoia ignorancia, obceca-
gentiles son una ofrenda ~yLaO[.LÉvlj Ev cación es la aceptación total de la santidad de
ltVEÚ[.La'tL áyL<p Rom 15, 16; cf. 2 Tes 2, 13; cristiano es santificado por el cónyuge cristia- ción*
no, porque aun los hijos de los miembros de Dios por parte de los creyentes, de tal manera ayvwoLu, U¡;, 1Í desconocimiento, incom-
1 Pe 1, 2, injertados en la raíz santa del anti- que ellos puedan entrar en comunión con él.
guo pueblo de Dios (seguramente los patriar- la comunidad se consideran ayLu (por con- prensión*
Pero no es un paulatino progreso hacia una ayvwG'to¡;, 2 agnostos desconocido*
cas) y con esto santos ellos mismos Rom 11 traste con axá1tuQ'tu). La santidad concedida
perfección religiosa y moral.
16s. La comunidad es el pueblo santo 1 Pe 1: graciosamente por Dios se realiza en la totali- 1. Uso de los vocablos y empleo epistolar - 2. Em-
H. Balz
16; 2, 9. Cristo se entregó por la Iglesia LVU dad del nuevo pueblo de Dios como el templo pleo específicamente religioso - 3. Otros usos.
uu't~v áYLáoTI ... LVU TI áyLu XUl a[.Lw[.Lo¡; Ef santo que es (1 Cor 3, 17), en la mutua 6LU-
Bibl.: W. Wrede, Das Messiasgeheimnis in den Evan-
5, 26s. «Santo» no significa aquí un estado o xovLu (Rom 15, 25.31), xOLvwvLu (12, 13) y áylótl)~, l)to~, ÍJ hagiotes santidad gelien, Géittingen (1901) '1963; R. Bultmann, ayvoÉw
condición de los creyentes, sino su segrega- ayáltlj (Ef 1, 15). No el contacto con este -* ayw¡;. X'tA., en ThWNT 1, 116-122; Id., Der Stil der paulini-
ción -obrada por Cristo- para Dios, segrega- mundo y la impureza que con ello se pueda schen Predigt und die kynisch-stoische Diatribe Giit-
contraer en el sentido clásico, sino la recaída tingen 1910; E. Haenchen, Die Apostelgeschichte
ción que los sustrae al mundo (cf. Col 1, 12). (KEK) 71977; W. Schmithals, Die Korintherbriefe als
Cristo, por obra de Dios, llegó a ser para los que sitúe por detrás de la redención y libera- áylffiaÚVl), l)~, ÍJ hagiosyne santidad Briefsammlung: ZNW 64 (1973) 263-288.
creyentes <>Lxmooúvlj, áyLUO[.LÓ¡; y cmoAú- ción obradas por Cristo es lo que haría que los -* ayw¡;.
'tQW<JL¡; 1 Cor 1,30; ellos mismos no fueron creyentes fracasaran en su santidad que los 1. ayvoÉw aparece 21 veces en el NT; los
los que obraron su propia salvación. pone cara a cara con Dios (cf. 1 Cor 6, 1.2); demás conceptos sinónimos, en su totalidad,
Principalmente Heb desarrolla la idea de la por ello, el cónyuge cristiano no se hace im- ayxálvl), l)~, ÍJ agkale (el) brazo* (flexio- aparecen 8 veces.
acción redentora de Cristo bajo el aspecto del puro (= ~yLuo'tm) aunque tenga un cónyuge nado para abrazar) Pablo utiliza 6 veces el verbo ayvoÉw en la
sacrificio expiatorio para la santificación de pagano 1 Cor 7, 14 (bis). Ante Dios, la santi- Lc 2, 28 tomar en los brazos. fórmula epistolar «no quiero que ignoréis,
los creyentes. Cristo, el Santo y al mismo dad de la comunidad se sobrepone a la impu- hermanos ... » con una frase que sigue directa-
tiempo el hermano de los santos (2, 11), supe- reza de los individuos (cf. también Walther). mente o va introducida por O'tL para enunciar
También otras veces entra en juego el compo- ayxlatQOV, OU, tó agkistron anzuelo* encarecidamente una comunicación; y emplea
ró el culto provisional que se desarrollaba en
nente «puro» en sentido figurado, cf. 7, 34; Mt 17, 27 «¡echa el anzuelo!» a menudo esta fórmula al principio de las car-
el «Lugar santo» y en el «Lugar santísimo»
(9, 1.2.3.8), y lo hizo penetrando de una vez Ef 1, 4; 5, 27, con la perspectiva de la parusía tas (Rom 1, 13; 11,25; 1 Cor 10, 1; 12, 1; 2
para siempre (e<páltu1;), mediante su muerte y del juicio en 1 Tes 3, 13; 5, 23; Col 1,22. Cor 1, 8; 1Tes 4, 13); suprimiendo la lítotes se
Un fruto y una consecuencia obvia de la ayxuQa, a~, ÍJ agkyra ancla* traduce: «Quiero comunicaros», «Debéis sa-
cruenta, en el verdadero santuario celestial de
santidad de los creyentes es la santificación Hech 27, 29.30.40 dícese del ancla de una
Dios, en el que no habría podido entrar sin ese ber» (cf. 1 Cor 11, 3; Bultmann, Stil, 65).
(áyLUO[.LÓ¡;) de su vida Rom 6, 19.22, ocasio- nave; Heb 6, 19 en sentido figurado apoyo fir-
sacrificio de sí mismo, y obró de esta manera En el estilo epistolar se usa también la pre-
nalmente en contraste con ltoQvdu 1 Tes 4, 3 me, sostén.
la redención eterna (9, 11.12.24-26; 10, 10. gunta retórica ~ ayvOEL'tE seguida por O'tL
14). En 10, 19ss el autor expone las conse- y axu1tuQoLu 4, 7. Rom 12, 1 formula la san- (Rom 6, 3; 7, 1): «Sabéis bien», «No habéis
cuencias que se derivan para los creyentes: tificación o entrega de toda la vida a la volun- olvidado» (cf. Bultmann, Stil).
tad de Dios valiéndose de la imagen cultual ayvaqJo~, 2 agnaphos no lavado, nuevo*
una recaída en el pecado equivale a la aniqui- Mc 2, 21 par. Mt 9,16 dícese del paño nuevo.
lación de la obra salvífica de Cristo y acarre- de la ofrenda de los cuerpos en sacrificio vivo 2. Sobre el trasfondo del pensamiento grie-
ará el castigo divino (10, 29-31). Por eso se (por contraste con los sacrificios de animales) go, especialmente del pensamiento estoico, en
impone: 6LWXE'tE ... 'tov áyLUO[.LÓV (12, 14). y santo a Dios. «Santo» significa aquí la rela-
áyvda, a~, ÍJ hagneia pureza, castidad el que la ignorancia y la trasgresión se hallan
Sin embargo, sería equivocado querer en- ción total con Dios, lo cual incluye en sí el -* áyvó¡;. relacionadas mutuamente, vemos que ay-
tender la santidad de los creyentes en el NT que Dios reclame por completo una cosa (cf. voÉw x't/... adquiere un sentido específica-
como una santidad cultual mente definida y 1 Tes 5, 23). De esta manera, la santificación mente teológico en el lenguaje cristiano pri-
comunicada (Procksch) o asociarla exclusiva- puede abarcar también conjuntamente el ám- e
ayvl~ffi
'r hagnizo purificar, santificar* mitivo, y por cierto en continuidad con el
mente con la acción del Espíritu Santo (See- bito cultual y sacro, pero no ocurre lo inverso: -* áyvór;,. judaísmo helenístico, para el cual la ayvOLu
baB), a pesar de lo que se dice en 1 Pe 1, 2. lo cultual y sacro no puede constituir por sí culpable (el rechazo) de Dios es la caracte-
Las imágenes tomadas del culto judío sirven solo el ámbito genuino de la santificación. En rística del paganismo (Dan 6, 5.23; 9, 15;
más bien para enunciar de manera realista y consonancia con esto, vemos más tarde que áyvla,.ó~, oií, Ó hqgnismos purificación, TestLev 3,5; TestZab 1,5).
vinculante la nueva situación de los creyentes formulaciones de la ley de la santidad se apli- santificación Según Ef 4, 18, los paganos «están enajena-
ante Dios. En cuanto a su contenido, los actos can a toda la conducta de los creyentes 1 Pe 1, -* áyvó¡;. dos de la vida de Dios 6La 't~v ayvOLuv 't~v
63 ayvoÉw 64 65 ayvoÉw - áyvór; 66

ovaav EV a'\~J'tOL~» (porque la ignorancia los mente un desconocido» para ellos (Gál1, 22). vinieron, según el modelo de Lucas, las mani- áyvó~ etc. se hallan muy por detrás, en cuan-
domina): el rechazo de Dios conduce al yerro Con una apología personal (Schmithals, 277s), festaciones de burla e interés por parte de los to a difusión en el NT, del grupo de vocablos
de la propia vida, a que la propia vida sea una Pablo defiende en 2 Cor 6, 9a el ministerio oyentes (17, 32). en torno a --> xa'fraQó~ (que aparecen 65 ve-
trasgresión. A los cristianos se los exhorta co- apostólico: w~ ayvoOVf.tEVot xaL bnyLVw- ces). Esto corresponde al uso de estos térmi-
W. Schmithals
mo a «hijos obedientes»: «No viváis en los aXÓf.tEvoL: el apóstol es (entre los hombres) nos en la LXX, donde áyvó~ aparece 11 ve-
deseos que os determinaban antes, en el tiem- un desconocido (= no reconocido socialmente; ces y áyvótr¡~ falta por completo, pero las
homo ignotus), pero en cambio es reconocido aYVÓ1Jp.ta, ato;, tó agnoema delito, tras-
po de vuestra ayvma (desobediencia, incre- gresión palabras más estrechamente asociadas con el
como fiel servidor (¿por Dios?; cf. 1 Cor 13, culto son más frecuentes: áyVL~W aparece
dulidad)>> (l Pe 1, 14). Lejos de eso, obrando --> ayvoÉw 2.
12; ¿entre los hombres?; cf. 2 Cor 1, 13s; más de 30 veces, áyvLaf.tÓ~ 6 veces, y áyvda
el bien, «harán enmudecer» ti¡v ... ayvwaLav, a
5,11). 5 veces, en comparación con xa'fraQó~ y tér-
saber, «las intenciones malignas de los insen-
satos» (1 Pe 2, 15; variante textual ayvmav p72).
En los evangelios sólo encontramos ay- uyvota, a~, tí agnoia ignorancia minos afines, que aparecen aproximadamente
voÉw en la segunda predicción de la pasión, --> ayvoÉw 2. 170 veces. La aparición, relativamente rara,
Lo herejes son como los paganos, porque
no reconocen determinados poderes sobrena- Mc 9, 32 par., y por cierto para expresar el del grupo de palabras de áyvó~ se explica se-
turales (2 Pe 2, 12) o, como negadores de la motivo marquino de la incomprensión por c,.yvó;, 3 hagnos puro, limpio, casto* guramente por el desplazamiento semántico
resurrección, demuestran su ayvwaLa de parte de los discípulos: «pero ellos no enten- áyvda, a~, ~ hagneia pureza* que tuvo lugar también en el helenismo, y que
Dios (1 Cor 15, 34), es decir, la negación pe- dían» lo que Jesús quería decirles, cuando les áyVL~Ú) hagnizo purificar, santificar* hizo que del sentido cultual se pasara al senti-
cadora del poder de Dios (cf. Mc 12, 24). hablaba de la entrega, la muerte y la resurrec- áyvLOf.tÓ~, O'lJ, Ó hagnismos purificación, do metafórico, lo cual fue motivo de que estos
Frente a ellos, observa mordazmente Pablo ción del Hijo del hombre (cf. Mc 9, 10). Lc santificación * términos fueran cada vez más intercambiables
con respecto a las disposiciones dadas por él: (9, 45) explica la incomprensión de los discí- áyvó"t'Y]~, 'Y]to~, ~ hagnotes pureza, limpie- con otros términos.
«Si alguno no quiere entenderlo, siga siendo pulos como algo que respondía a las intencio- za*
un insensato» 1 Cor 14, 38 (ayvodtw p46 B nes de Dios. 2. áyvó~ (como ayLO~ de a~of.tat «sentir
áyvÚ)~ hagnos (adv.) puramente, limpia-
Koiné sy); pero, si con Sin* A* G (lat) Or lee- En Hech 3, 17 y 13, 27 las referencias pro- mente * temor con respeto y veneración») se refiere
mos ayvoel:tat, entonces el pensamiento es: cedentes de Lucas a la ayvota sirven como originalmente al temor suscitado por la san-
« ... no es reconocido por Dios», cosa que se descargo de los judíos que dieron muerte a Je- 1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Contenidos se-
tidad de los dioses y por el ámbito que los
ajusta mal a la ironía expresada en 14, 37. La mánticos - 3. áyvl~w, áyvLO[lÓC;.
sús sin conocer que él era el Mesías prometi- rodea.
elección de ayvoÉw etc. podría haberse hecho
do, y en 1 Tim 1, 13 ese mismo desconoci- Bibl.: H. Baltensweiler, en DTNT n, 447-453; O.
para servirse de un juego de palabras frente a Bocher, Christus Exorcista. Diimonismus und Taufe im En sentido amplio designa (desde Homero), en
los herejes gnósticos. miento sirve de descargo a Pablo, que «por lo que respecta a personas y cosas, la falta de to-
NT (BWANT 96), Stuttgart 1972, sobre todo 58, 84,
También los judíos caen en la ignorancia ignorancia» había perseguido a los cristianos 112, 155; W. Brandt, ]üdische Reinheitslehre und ihre da mancha que pueda herir a la santidad, como
culpable de Dios. No (re)conocen que la bon- (enlace con el lenguaje jurídico: per ignoran- Beschreibung in den Evangelien (BZAW 19), GieBen podría ser el homicidio o el trato carnal (= «cas-
dadosa paciencia de Dios quiere llevarlos a tiam, sin propósito deliberado; cf. ThWNT 1, 1910; O. Gaupp, Zur Geschichte des Wortes «rein», to»), es decir, significa especialmente la pureza
penitencia (Rom 2, 4). Pero sobre todo no co- 118). Tal ignorancia abre para el arrepentido tesis mecanografiada Tübingen 1920; Haag, Dicciona- ritual. En la época helenística encontramos fre-
rio, 1608-1612; F. Hauck, áyvóC; %'tA., en ThWNT 1, cuentemente este vocablo en sentido ético y apli-
nocen la justicia de Dios, es decir, como Pa- la posibilidad del perdón. Tiene también fun- 123s (bibl.); W. Paschen, Rein und unrein. Untersu- cado a la conducta cotidiana, para designar un
blo precisa explícitamente, no se someten a la ción de descargo la referencia que Lc hace en chungen zur biblischen Wortgeschichte (STANT 24), comportamiento «irreprochable» etc. (usado casi
gracia de Dios (Rom 10, 3). Los ayvo~f.ta­ el discurso del Areópago a los «tiempos tií~ München 1970; Th. Wachter, Reinheitsvorschriften im siempre como sinónimo de bLxmor;). áyveLu y
ta (hapax legómenon en el NT) por los cuales ayvoLa~», en los cuales los paganos no co- griechischen Kult (RVV 9, 1), GieBen 1910; E. Willi- áyvót'l]r; (este último término es paulino; el otro,
el sumo sacerdote, en el gran día de la re- nocían a Dios. Con Hech 17, 30 Lucas quie- ger, Hagios (RVV 19, 1), GieBen 1922,37-69. únicamente pospaulino) designan (lo mismo que
conciliación, ofrece el sacrificio en favor de áyvór;) la pureza ritual y, en sentido figurado, la
re interpretar lo expresado en 17, 23b, pero 1. áyvó~ aparece ocho veces en el NT, pureza de la propia manera de sentir. Por el con-
los «ignorantes (= trasgresores) y extraviados»
en este último lugar no aparece la idea del principalmente en las Pastorales (l Tim 5, 22; trario, áyVL~Ú) y áyvLO¡.tÓr; se orientan más inten-
(Heb 5, 2), son absolutamente los pecados del
descargo de los paganos. La referencia al altar Tit 2, 5) y en las Cartas católicas (Sant 3, 17; samente, en el espacio extrabíblico, al ámbito
pueblo (judío) (Heb 9, 7; cf. Ec1023, 2; 1
que existía en Atenas y que estaba supuesta- 1 Pe 3, 2; 1 Jn 3, 3). Falta en los evangelios y cultual y se refieren a acciones que le hacen a uno
Mac 13, 39), no «los delitos cometidos por ig- cultualmente puro: purificación por medio del
norancia» (Bauer, Worterbuch, 22). mente (Haenchen, 500s) consagrado «al Dios en los Hech. áyvda aparece únicamente en 1
desconocido» (ayvwato~, hapax legómenon agua y el fuego, santificación.
Tim 4, 12; 5, 2, áyvótr¡~ únicamente en 2 Cor
3. La lítotes de 2 Cor 2, 11 (las intenciones en el NT) le sirve más bien a Pablo, en su dis- 6,6; 11,3 v.l. y áyvÚ)~ únicamente en Flp 1, En el NT áyvó~ significa puro, limpio en la
de Satanás «no nos son desconocidas») signifi- curso de defensa, para enlazar con el saber 17. Los vocablos, pertenecientes a este grupo, manera de obrar de los a6EAcpoL (en Flp 4, 8
ca: las conocemos muy bien. Las comunidades ignorante de los paganos: «Lo que vosotros áyVL~W y áyvL<Jf.tó~, aparecen respectiva- figura en un catálogo de virtudes junto a
de Judea habían oído hablar, sí, de la conver- adoráis, sin conocerlo, eso os anuncio yo a vos- mente 7 y 1 veces (--> 3). Vemos que, entre los aAr¡'frií, aEf.tvá, 6Lxma, JtQoacpLAií y eiícpl']-
sión de Pablo, pero él resultaba «personal- otros» Hech 17, 23. A continuación inmediata vocablos que sirven para designar la pureza, f.ta, cf. Sant 3,17; Flp 1, 17 OUX áyv&~ para-
69 a"{oQutor; - A"{QL:rtJtur; 70
67 &:yvór; - u"{oQáJ;,w 68

ayoQa¡;o~, 2 agoraios perteneciente al (1918) 146-150; A. Schalit, en EJJ n, 417-418; Schü-


lelamente con ES EQL1'tdu~: impuro, no since- para los cuatro varones (¿y para sí mismo?,
mercado*
rer 1, 585-600; Schürer, Historia 1, 568-582; D. R.
ro), referido especialmente a his mujeres (jó- cf. 18, 18). Un nuevo nazireato al que Pablo Schwartz, Agrippa L The Last King of Judaea, Tübin-
Hech 17, 5 dícese de la gente baja que an- gen 1990.
venes) (Tit 2, 5, igualmente en un catálogo de se hubiera comprometido, habría durado por
lo menos 30 días (Naz 1, 3s). Una de dos: o da por el mercado; 19, 38 ayoQulm ayovtaL
virtudes, donde figura junto a o<Í:J<PQovu~, 1. Hay dos monarcas judíos que llevan el nom-
Lucas aplica al nazireato (cf. también E. Ha- «hay días en que se reúnen los tribunales» bre de Agripa: Marco Julio Agripa I (aproximada-
ohwuQYo'Ú~, ayu1'tá~ y otros; 1 Pe 3, 2 t~v
enchen, Apostelgeschichte 7 [KEK], sub loco; (cf. Josefo, Ant XIV, 245). mente 9 a.C.-44 p.c.), denominado «Herodes» en
EV <pó~cp áyv~v avuotºo<p~v en una tabla
Billerbeck 11,755-761) la terminología y par- el NT ~Hech 12), y su hijo Marco Julio Agripa 11
de deberes domésticos: las mujeres, por me- (aproximadamente 27-93 [ó 100] p.C.). Como en
cialmente también la duración de los precep-
dio de su «conducta pura en temor», deben
tos levíticos sobre la purificación (cf. Núm
aYQa, a~, ÍJ agra pesca, botín* el NT únicamente se menciona cOn este nombre a
«ganar incluso sin palabras» a algunos de sus L~ 5, 4 para la pesca. 5, 9 tñ ayQQ. ... wV Agripa 11, en lo sucesivo hablaremos únicamente
19, 12 LXX: áyvL01't~O€taL) o tenemos que de él. Las fuentes más importantes sOn: Josefa,
respectivos maridos), pero dícese también del OUV€A.U~OV en la captura de peces que ha-
contar con que en tiempo de Pablo existían Ant XVIII-XX; Bell U-V; Vita; además, Dión Ca-
«discípulo de los apóstoles» en la «ordena- bían,pescado (p75 B D); Sin C Koiné A leen TI
formas de nazireato muy diferentes (cf. tam- sio LXVI 15.18; Juvenal Sat VI 156-160; Sueto-
ción» de ministros, el cual no debe implicarse OUV€A.U~OV (8 iív) y entienden aYQu como
bién Bocher, 112). nio, Tit 7; Tácito, Ann XIII 7; Hist U, 2. - Agripa
en pecados ajenos, sino que debe conservarse Por lo demás, áyVL~W en el NT se emplea captura, botín. nació y se crió en Roma, Tuvo tres hermanas: Be-
puro para poder juzgar así a otros (1 Tim 5, s~lo en sentido figurado: áyvLOUt€ XUQ6LU~, renice, Mariamne y Drusila. Después de la muer-
22). Los hijos de Dios santifican ya desde 6L'\jJUXOL en paralelo con XU1'tUQLOUt€ Xd- aYQá.,..,,..,ato~, 2 agrammatos dícese de te de su padre, en el año 44 p.c., el emperador
ahora su vida, porque tienen puesta la espe- quien no sabe escribir* Claudio quiso coronarlo rey inmediatamente, pe-
QU~, á¡.tUQtWA.OL (!) en Sant 4, 8 en el sentido
ranza en el objetivo salvífico de ser semejan- Hech 4, 13 en sentido más general: inculto. ro se lo desaconsejaron, dada la juventud de Agri-
de purificar, limpiar; de manera parecida en 1 pa. Tan sólo cuando en el año 48 p.C. hubo muer-
tes al Cristo puro, cuando él se manifieste (1 Pe 1, 22: ta~ 'lj!uxa~ ... ~yvLXÓt€~. Sobre 1 Jn to H.erodes de Calcis, Claudia nombró rey de
Jn 3, 3). Pablo quiere presentar a la comuni- 3, 3 --+ 2. Calcls, en el Líbano (seguramente hacia el año 50
aYQaUAÉro agrauleo vivir o estar al aire
dad de Corinto ante Cristo como virgen pura H. Balz p.c.), al sobrino de aquél. Recibió también de
libre *
y casta (2 Cor 11, 2). áyvó~ significa aquí Claudia el encargo de supervisar el templo de Je-
Lc 2, 8 dícese de los pastores (cf. Homero, rusalén y en los años sucesivos designó a los su-
metafóricamente como áyvót1']~ (11, 3: p46
áyvótt)~, t)to~, ÍJ hagnotes pureza 11 18, 162). mos sacerdotes. A cambio de su pequeño reino se
Sin* B 33 Y otros, en paralelo con áJtAótl]~,
--+ áyvó~. le prometieron en el año 53 p.c. las tetrarquías de
cf. 6, 6 en un catálogo de virtudes) la pureza, Filipo (Batanea, Traconítide, Gaulanítide) y de
es decir, la perfecta vinculación de la comuni- aYQEúro agreuo atrapar*
áyvro~ hagnos (adv.) puramente Lisanias (Abilene) así como también el distrito de
dad, con Crist~. En 2 Cor 7, 11 áyvo~ ... t0 Mc 12, 13 en sentido figurado: atraparle Varo. El emperador Nerón amplió su territorio
--+ áyvó~.
JtQUy¡.tUtL designa con minuciosidad jurídica con una palabra (en que se descuidara). concediéndole grandes partes de Galilea y Perea.
la pureza de los corintios en el litigio que se - Su vida privada suscitó escándalo porque convi-
ayvro(Jí.a, a~, ÍJ agnosia ignorancia vía con su hermana Berenice, que había enviuda-
ha visto: han demostrado ser inocentes. ayvoÉw 3. aYQtÉAalO~, OU, ÍJ agrielaios olivo sil-
--+ do. - En política fue sumiso a los romanos. Du-
La expresión Ev áyvdu, en 1 Tim 4 12 si- vestre* rante la Guerra de los judíos, estuvo enteramente
tuada en un catálogo de' virtudes ju;to ~ EV Rom 11, 17.24. M. M. Bourke, A Study of
ayvro(Jto~, 2 desconocido de parte de los romanos. Es verdad que apreciaba
Aóycp, Ev avuotQo<pñ, EV ayáJtTI y EV nLOtEL, --+ ayvoÉw 3. the Metaphor of the Olive Tree in Romans XI, los contactos con el judaísmo, pero los limitaba a
se refiere (a diferencia del lenguaje cultual de tesis Washington 1947; D. Zeller, luden und cosas externas. Cuando Agripa murió en el año
la LXX) a la pura y ejemplar manera de sentir Heiden in der Mission des Paulus, Stuttgart 93 (ó 100) p.c., su reino fue incorporado a la pro-
ayoQá., a~, ÍJ agora plaza del mercado* vincia romana de Siria.
de Timoteo; de manera parecida en 5, 2. 1973,215-218.
Mt 11, 16 par. Lc 7, 32; Mt 20,3; 23, 7 par.
Lc 11,43; Mc 6, 56; 12,38 par. Lc 20, 46. Dí- 2. En el NT se menciona 11 veces el nom-
3. áyvL~W (en voz activa) se utiliza en Jn
11,55 para referirse a las purificaciones leví- cese del lugar donde se celebraban los juicios aYQto~, 3 agrios silvestre, salvaje* bre de Agripa, concretamente en Hech (25,
ticas de los judíos antes de la pascua (cf. Ex Hech 16, 19 o donde se desarrollaba la vida Mc 1, 6 par. Mt 3, 4 miel silvestre; Jds 13 13.22.23.24.26; 26,1.2.19.27.28.32; cf. 27,7
19, lOs). Son difíciles Hech 21, 24.26 (donde pública 17, 17. En Mc 7, 4 an' ayoQa~ (des- olas tempestuosas (cf. Sab 14, 1; Sib I1I, 778). v. 1.): con ocasión de la visita que Agripa y
también su usa áyvLO¡.tÓ~); 24, 18. Lucas re- pués del regreso) de la plaza pública (cf. D). Berenice hacen al nuevo procurador Porcio
fiere el verbo (en voz media) y el sustantivo R. Martin, Recherches sur l'agora grecque, Pa- Festo en Cesarea, éste despierta el interés de
ris 1951; Id., L'agora, Paris 1959; LAW 68-70. 'AYQí.3t3ta~, a Agrippas Agripa*
al voto nazireo de cuatro varones cristianos la pareja por Pablo, que se halla detenido ba-
en Jerusalén, voto que Pablo -demostrativa- . BibL: J. Blinzler, en LThK V, 263-266; Haag, Dic- jo custodia. Como quieren oírle hablar a él
m~nte- hace también suyo (áyVt01't1']tL OVV ayoQá.~ro agorazo comprar cIOnarIO; 26-28; A. H. M. Jones, The Herods of Judaea,
mismo, y Festo tiene interés en conocer el pa-
Oxford -1967; S. Perowne, Herodier, Romer und Ju-
uutol~, 21, 24), a fin de notificar al cabo de Mt 13, 44.46 Ypassim; en sentido figurado: 1en, Stuttg~~t 1958, 132-140; Reicke, Zeitgeschichte, recer del monarca, se ordena a Pablo que ha-
cuatro días (21, 27), mediante los sacrificios adquirir como propiedad 1 Cor 6,20; 7, 23; 2 mdlce anaht1co s. V.; Rosenberg, en Pauly-Wissowa X/l ble ante el rey y los de su séquito. Pablo co-
prescritos (21, 26), la terminación del voto Pe 2, 1; Ap 5, 9; 14,3.4.
71 72 73 ayúl - aywv 74

nach Paulus, Regensburg 1973, 123-131; O. Michel, (con F. S. Gutjahr, Die Thessalonicherbriefe,
mienza felicitando a Agripa por ser «buen co- 2. En singular aYQó~ significa un campo Der Brief an die Hebriíer, Gottingen 61966, 142-149;
nocedor de todas las costumbres y controver- en particular (por ejemplo, Mt 13,24.27.31) Graz '1912, sub loco, en contra de Hoffmann
P.-G. Müller, XPIITOL APXHrOL, Bern-Frank-
sias que hay entre los judíos» (26, 3) Y se con- o, por contraposición a ciudad o aldea, el furt a. M. 1973; J. Plevnik, The Parousia as Implica- 216). Jesús (otros: Dios; por ejemplo Müller,
sidera afortunado de tener ocasión de defender- campo (abierto) (por ejemplo, Mc 13,16 par.; tion of Christ's Resurrection, en Word in Spirit (FS f 284-292) ha «llevado muchos hijos a la glo-
se ante él. A continuación Pablo expone su vi- 15, 21 par.); en plural significa las parcelas
D. M. Stanley), Willowdale 1975, 199-277; H. Schlier, ria» Heb 2, 10). - En la conducta de su vida
Der Apostel und seine Gemeinde, Freiburg i. Br. 1972, los hermanos en la fe deben dejarse impulsar
da anterior, su vocación y su ministerio de ser de terreno, los tierras, los campos (por ejem- 75-84; G. Schneider, Verleugnung, Verspottung und
testigo del Resucitado ante judíos y gentiles. plo, Mc 10, 29s par.; Lc 15, 15) o en los alre- Verhor Jesu nach Lukas 22, 54-71, München 1969, por el Espíritu (de Dios) Gál 5, 18; Rom 8,
Agripa responde que Pablo pronto le conven- dedores de la ciudad las tierras colindantes 63s; 1. J. Scott, Paul and Late Jewish Eschatology: 14. Siendo paganos, eran llevados (---> a:rt-
cerá para que él mismo se haga cristiano (26, (por ejemplo, Mc 5, 14 par.) y en los alrede- JETS 15 (1972) 133-143. áyOJ 2) a los ídolos mudos 1 Cor 12, 2. Cier-
28), Y declara a Festo que podría ponerse en dores de la aldea los caseríos (por ejemplo, tas «mujerzuelas» están agitadas por toda
l. La mayoría de los 67 lugares en que
libertad a Pablo, si éste no hubiera apelado al Mc 6, 36 par.; cf. Mc 6, 56). clase de pasiones 2 Tim 3, 6.
aparece este vocablo se encuentran en los es-
César (26, 32). - Esta última grandiosa escena critos lucanos (Lc 13, Hech 26). El verbo está
U. Borse
en el proceso de Pablo la plasmó Lucas para 3. Además de reflejarse las circunstancias bien atestiguado en Jn (13), mientras que su
hacer ver claramente que no hay objeciones topográficas (contraste entre la ciudad y el uso es escaso en Mt (4) Y en Mc (3). Otros ayroYÍI, ij~, 1] agi5ge modo de vida, con-
justificadas contra el mensaje cristiano: ni por campo: por ejemplo, en Mc 16, 12; o entre un testimonios los encontramos en las Cartas ducta*
parte del Estado romano (25, 25) ni tampoco asentamiento poblado y el campo abierto: por paulinas (5), en 2 Tim (2) yen Heb (2, 10). En 2 Tim 3, 10 (cf. 1 Clem 47, 6; 48, 1); Y cf.
por parte de la religión judía, representada por ejemplo, en Mt 24, 40; los conjuntos de ciu- comparación con los compuestos y con el em- ThWNT 1, 128s.
el rey Agripa. Lucas demuestra que al cristia- dades, aldeas, tierras, caseríos: por ejemplo, pleo de sustantivos del mismo tema, que apa-
nismo no se le puede atacar ni bajo el aspecto en Mc 5, 14; 6, 36.56; un terreno determina- recen cinco veces más que el verbo simple, el
do: «el Campo del Alfarero» o «Campo de ayrov, rovo~, Ó agi5n lucha, certamen*
político ni bajo el aspecto religioso. vocablo se halla escasamente atestiguado.
sangre»: Mt 27,7.8.10); el cultivo agrícola &yOJvL~of-tm agi5nizomai luchar*
A. Weiser
(sobre todo en las parábolas, donde aYQó~ es 2. La significación fundamental de ayOJ es 1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Significado
sólo una clave alegórica para designar al conducir (Bauer, Worterbuch, s. v.); en senti- léxico - 3. Campo semántico - 4. El ayÓJv de Pablo
XÓGf-t0~: Mt 13, 38), Y las obligaciones de la y de ~us c~munidades - 5. El ayÓJv de los cristianos
aYQó~, olí, Ó agros campo, terreno, finca do intransitivo aparece como una exhorta- - 6. ayúlVlfJ..
propiedad agrícola (Lc 14, 18) Y las circuns- ción: ¡vayamos! (se emplea 7 veces; BlaB-
1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se-
tancias de la comunidad de bienes (Hech 4, Debrunner § 308). Los animales necesitan ser Bibl.: J. D. Ellsworth, Agion. Studies in the Use of a
mánticos - 3. Campos referenciales Word, tesis Universidad de California, Berkeley 1971;
37), vemos que en la tradición marquina se conducidos Mt 21, 2 par. Lc 19,30; Mt 21, 7 V. C. Pfitzner, Paul and the Agon Motif, Leiden 1967;
Bibl.: H. Haag, Diccionario, 39-40; R. Pesch, Das observa también el carácter rural del movi- par. Lc 19, 35; Hech 8, 32 (cita de Is 53, 7); E. Stauffer, ayÓJv %t/..., en ThWNT 1, 134-140.
Markusevangelium l-II (HThK), Freiburg i. Br. 1976- miento en torno a Jesús y de la primitiva mi- en sentido figurado Jn 10, 16, los enfermos y
1977; Schulz, Q, 149-157, 391-403 (sobre Lc 12, 28; sión en Palestina. 1. El grupo de palabras integrado por el
14, 18 par. Mt); G. TheiBen, Sociología del movimien- los heridos Lc 4, 40; 10,34; Hech 20, 12, es-
R. Pesch pecialmente los ciegos Lc 18,40; cf. Jn 9, 13. sustantivo aycbv y los verbos (av1:-, e:rt-, XU1:-,
to de Jesús, Santander 1979.
Dícese con frecuencia de la acción de condu- G'Uv-) ayOJvL~of-taL aparece raras veces en el
l. Las 36 veces que este vocablo aparece NT, lo encontramos principalmente en el cor-
aYQu¡¡;vÉro agrypnei5 estar despierto, velar cir por la fuerza (24 lugares, por ejemplo Mc
en el NT (incluido Mc 16, 12) se limitan a los pus paulinum» (fuera de allí, en: Lc 13,24; Jn
---> ü:rtvo~.
13, 11; Lc 22, 54; Jn 7, 45; Hech 5, 26), tam-
evangelios sinópticos (Mt 17, Mc 9, Lc 9) y a 18, 36; Jds 3): aycbv 6 veces; ayOJvL~of-taL 8
bién por influencia del lenguaje judicial: lle-
veces; los compuestos, 1 vez cada uno.
los Hech (1 testimonio: 4, 37). Todos los tes- varse, arrastrar a alguien; con e:rtL con acu-
timonios que hay en Mc proceden de la tradi- aYQu¡¡;vía, a~, 1] agrypnia insomnio, velar sativo llevar (a los tribunales), por ejemplo 2. El sustantivo, en sentido propio, signifi-
ción premarquina, de los cuales en Lc se han ---> ü:rtvo~. Hech 18, 12 e:rtt 1:0 ~fíf-tu. - Jesús es condu- ca en general certamen, lucha, y en el NT se
recogido únicamente 4 (2 están tomados de cido por poderes espirituales (Lc 4, 1.9). Des- emplea sólo en sentido figurado y metafórico
Q, y 3 figuran en el material peculiar), y en «yro agi5 conducir de la crucifixión lleva él ya el tercer día (es ---> 3. El verbo, consecuentemente, significa:
Mt se han recogido sólo 2 (2 están tomados de decir, es el tercer día desde que le crucifica- luchar en un certamen o simplemente luchar,
Bibl.: J. Baumgarten, Paulus und die Apokalyptik, ron; BlaB-Debrunner § 129 nota 3) Lc 24, 21.
Q, 10 figuran en el material peculiar, 2 son re- Neukirchen-Vluyn 1975,91-98; E. v. Dobschütz, Die y se emplea también únicamente en sentido
daccionales: 13, 31 por asimilación al contex- Thessalonicherbriefe, Gottingen '1974, 189-192 Dios le trae como Salvador al pueblo de Isra- figurado o metafórico (excepción: en Jn 18,
to, a diferencia de Mc 4, 31 Y a diferencia de (bibl.); J. A. Fitzmyer, The Use of Agein and Pherein el Hech 13,23. Dios, a los que durmieron en 36 dícese de la lucha con armas; cf. 2 Mac 8,
Lc 13, 19 == Q xfj:rto~; 24, 40, seguramente in the Synoptic Gospels, en FS Gingrich, 147-160; P. Jesús, los traerá con él1 Tes 4, 14: por medio 16). Lo mismo hay que decir de los verbos
Hoffmann, Die Toten in Christus, Münster i. W. '1969, de la resurrección (cf. v. 16), pero en el mo-
por influencia de 24, 18 a diferencia de Lc 17, compuestos (excepción: Heb 11, 33 XU1:U-
207-238; K. Kliesch, Das heilsgeschichtliche Credo in
34). aYQó~ es tan sólo en Mt un vocablo re- den Reden der Apg, KOln-Bonn 1975,72-74; F. Laub, mento en que se produzca la parusía de Jesús. ywvL~of-taL someter, cf. Josefa, Ant IV, 153;
daccional, pero sin especial relevancia. Eschatologische Verkündigung und Lebensgestaltung Por eso Pablo no escribe eYEQEL sino a1;El VII, 53).
75 aywv 76
77 aywv 78

tes de su planeado viaje a Roma, a causa de la terminología aparece ya con una orientación
3. El empleo figurado y metafórico del ilustrar intuitivamente la renuncia, fundamen-
hostilidad de los judíos y de las temidas reser- propia que hace referencia a la tradición. Los
grupo de palabras o.ywv en los escritos del tada en 9,3-18, al derecho apostólico a exigir
vas que la comunidad de aquella ciudad tiene «esfuerzos y luchas» (1 Tim 4, 10: o.yrovL-
NT enlaza con la comparación, muy difundi- el sustento, y la entrega desinteresada, ex-
todavía hacia su persona y con motivo de la ~Ó[LE{}U) del Apóstol, fundados en la esperan-
da en la diatriba, entre el ejercicio de la virtud puesta en 9, 19-23, en favor de la causa del
colecta que él les lleva. Por tanto, no existe la za en el Dios vivo, ilustrarán la necesidad de
o el combate moral como lucha contra las pa- evangelio. na<; bE Ó o.yroVL~Ó[LEVO<; 9, 25 ha-
menor idea de que la oración sea en sí misma ejercitarse con esfuerzo (y'U[LVU<JLU) en la pie-
siones y el certamen deportivo y los esfuerzos ce referencia a la imagen empleada en 9, 24 y
un o.ywv, una lucha con Dios (en contra de O. dad (---> dJ<JÉ~HU), que es la conducta cristia-
y privaciones que éste lleva consigo (Platón, da paso a la primera aplicación: El que parti-
Michel, Der Brief an die Romer [KEK], 373; na ideal. Mientras que el Pablo de las Pastora-
Gorg 526d.e; Phaedr 247b; Epicteto, Diss 1, cipa en un certamen deportivo «se abstiene de
E. von Severus, Gebet 1, en RAC VIII, 1281). les «ha terminado la carrera, ha peleado la
24, ls; 11, 18,27; I1I, 22, 51.57; 25, 2s; Ench todo» (€yXQU'tEÚO[LUL) con el fin de conse-
En Col o.yroVL~O[LUL asociado con xomáro buena batalla y ha guardado la fe» (2 Tim 4,
29.51; Marco Antonio 3, 4; 4, 18; Séneca, Ep guir la corona (---> o'tÉcpuvo<;). Lo mismo que
(1,29; cf. Flp 2, 16) caracterizará el esfuerzo, 7) Y espera con confianza la corona victoriosa
17, 1; 34, 2; 109, 6; Pfitzner, 23-35). La me- sucede en el o.ywv moral de la diatriba (---> 3),
la dedicación y los padecimientos (cf. 1, 24) (---> <J'tÉcpuvo<;) de la justicia de manos del
táfora de o.ywv fue recogida por el judaísmo en la aplicación de la imagen falta el elemen-
del Apóstol, aceptados por él a causa de la Juez (4, 8), vemos ahora que toda la responsa-
helenístico y aplicada a la vida que se vive to de competición y rivalidad (cf. la incon-
predicación de Cristo y con el fin de ganar a bilidad por la «sana doctrina» se halla en ma-
con arreglo a la ley (Filón, Agr 113.119; gruencia entre 9, 24 Y 25). Ahora bien, el
todos los hombres para Cristo (1, 28). Su nos de su discípulo y sucesor, que ha de cum-
Praem 4-6.27; Som 11 9; Sab 4, 2; 10, 12), al elemento igualmente tradicional de la ---> €y-
o.ywv (cf. también su cautiverio 4, 10) es tam- plir su oficio con sobriedad y con entrega
sufrimiento por amor a la ley (4 Mac 9, 23s; XQá'tHU no adquiere en Pablo carácter inde-
bién en favor de los cristianos de Laodicea (2, dispuesta al sufrimiento (4, 6). En consecuen-
17, 11-16), a la confrontación (que determina pendiente, sino que se halla siempre al servi-
1), no conocidos personalmente por él, con cia, a él va dirigida, en la «parénesis de la or-
la vida entera) con Satanás (TestAs 6, 2; cf. cio del objetivo que él se ha propuesto, que es
quienes Pablo se siente unido y presente en el denación» (E. Kasemann, La fórmula neotes-
TestJob 4.27) o con los malos impulsos (4 «conseguir la corona imperecedera», es decir,
Espíritu (2, 5). El conocimiento de este o.ywv tamentaria de una parénesis de ordenación,
Esd 7, 88.127; cf. ApBar [sir] 15, 7s; Pfitzner, salvar a todos (9, 22b) y ser también él partí-
del Apóstol «en favor de ellos» consolará a en Ensayos exegéticos, Salamanca 1977, 123-
38-48 y 54-69). Al campo semántico del gru- cipe de la bendición del evangelio (9, 23b; cf.
las comunidades (2, 2) Y las fortalecerá (2, 131), en 1 Tim 6, 11-16, la exhortación: «Pe-
po de palabras pertenecen muchos otros tér- v. 27b). La imagen del o.ywv del Apóstol, re-
5b). De igual manera y con los mismos fines lea la buena batalla de la fe» (6, 12). Posible-
minos relacionados con los certámenes depor- ferida a los corintios, tiene la función de mo-
(compárese 4, 12b con 1,28; 2, 2.5b) Epafras, mente, esta exhortación y lo que viene a
tivos y que se emplean también en sentido tivarlos para que ellos también observen una
que fue el fundador de la comunidad y que continuación de ella procede originalmente de
figurado (en el NT por ejemplo: o.{}f..Éro, ---> conducta análoga (9, 24b), para que efectúen
ahora está con Pablo (l, 7), se esfuerza inten- la parénesis bautismal. En efecto, por el tenor
~QU~clOV, n'U')¡:tÉ'Uro, ---> O1:ÉcpUVO<;, ---> 'tQÉ- renuncias por amor a la salvación de los her-
samente en sus oraciones, desde lejos, en fa- de las palabras se habla de una tarea cristiana
X,ro). Por otro lado, con el empleo filosófico manos débiles (8, 11-13) y para que en el uso
vor de las comunidades de Laodicea (4, 12; general: la fe se vive en confrontación. La for-
popular del grupo de palabras en la diatriba y de su libertad sean imitadores de Pablo (9, 1;
o.yroVL~Ó[LEVO<;; cf. v. 13 nóvo<;). Si partimos mulación con el artículo determinado antes de
también en el judaísmo helenístico se asocian 10,29-11, 1).
de la hipótesis, bien fundada, de que tanto Pa- o.ywv hace referencia a una imagen tradicio-
también algunos conceptos filosóficos que no En los demás lugares en que aparece o.ywv,
blo como Epafras habían muerto ya en tiempo nal, que se había formado en el ámbito del
se recogen en los escritos del NT como: o.QE- el relieve de la imagen es considerablemente
de la composición de Col, entonces adquiere cristianismo helenístico. Del mismo ámbito de
't'IÍ, ná{}lj o.ná{}HU, o.'tUQUSLU, AOyW[LÓ<; más débil. En 1 Tes 2, 2 Pablo con o.ywv re-
especial importancia el recuerdo del o.ywv del tradición procede el denominar XUAÓ<; al
(Pfitzner, 6). La referencia del grupo de pala- cuerda los esfuerzos, fatigas (cf. 2, 9) y con-
Apóstol y del que fue el fundador de la comu- o.ywv (Filón, All 11, 108; I1I, 48), lo cual no
bras a lo que sucede en el estadio o en la are- frontaciones (2, 16) por los que él tuvo que
nidad. A diferencia de lo que sucede en 1 Cor procede tanto de las luchas y certámenes del
na tiene diferente densidad tanto fuera del NT pasar para anunciar el evangelio en Tesalóni-
9, 24ss; Flp 1, 30, ese recuerdo no establece estadio, sino que caracteriza a esa lucha como
como en los escritos del NT, y con frecuencia ca. En Flp 1, 30, Pablo comprueba que la co-
una vinculación entre los esfuerzos del Após- la que se exige al cristiano, y que es una lucha
es algo que queda relegado enteramente. munidad de Filipos, por los actos de hostili-
tol y las experiencias de la comunidad, sino justa, recta y acorde con el evangelio (W.
dad que experimenta de sus adversarios (1,
que mantiene viva en la conciencia la vincula- Grundmann: ThWNT I1I, 552; cf. también 1
4. En 1 Cor 9, 24-27, la aplicación de la 28) a causa del evangelio (1, 27; 4, 3), se ha-
ción de las comunidades postapostólicas con Tim 1, 18: XUAi¡ <J'tQu'túu): una lucha que es-
terminología del o.ywv a la conducta del lla en la misma situación de padecimiento y
sus fundadores apostólicos (4, 12 denomina a tá exigida por la «fe» ('tfj<; nLo'tEro<; es geniti-
Apóstol se conforma enteramente a la tradi- lucha (o.ywv) en que se hallaba Pablo con
Epafras bovAo<; XQL<J'tOV) y fortalece así a vo de cualidad; a propósito de la expresión, cf.
ción de emplear en sentido figurado las imá- ocasión de su predicación en Filipos y co'n
las comunidades en su carácter de cristianas. CorpHerm 1, 122 [= X, 19]: 'tov 'tfj<; EUOE-
genes y el lenguaje propios de los juegos atlé- motivo de su cautiverio actual (1, 12ss). En
En las Pastorales encontramos la terminolo- ~úu<; o.y&vu ~yroVL<J[LÉVlj).
ticos (sobre 9, 24 cf. Luciano, Anacharsis, 13); Rom 15, 30, pide a la comunidad de Roma
gía de o.ywv con arreglo a la manera de hablar
habrá que decir lo mismo con respecto a la que se esfuerce constantemente en ayudarle
de las Cartas paulinas (compárese 1 Tim 4, 10 5. Como 1 Tim 6, 12; 2 Tim 4,7, la Carta
antítesis que se establece en 9, 25b (Filón, AH por medio de la oración (o'UVUyroVLOUO{}UL
con Col 1,29; 2 Tim 4, 7 con 1 Cor 9, 24s) y a los hebreos 12, 1-3 se caracteriza por una
11 108; Séneca, Ep 78, 16; Sab 4, 2; 1 Pe 4,5). [LOL €V 'tul<; nQooE'Ux,UL<;) para la lucha que él
recogiendo las intenciones de Pablo, pero esta aplicación propia, y creemos que indepen-
Las imágenes y comparaciones se proponen tendrá que soportar todavía en Jerusalén, an-
79 o:ywv - uywvLa 80 81 82

dientemente de Pablo, de la imagen del ayÓJv logion en Mt 7, 13s «¡Entrad por... !» se halla v. 14 bis) Pablo compara a Adán con Cristo, y
ayroví~o ..uu agonizomai luchar (en un
a la vida de los cristianos en general. A esta más cerca seguramente de la versión original contrapone entre sí a ambos -cual tipo y anti-
certamen)
imagen pudo recurrir el autor de Heb para de Q. La formulación lucana surgió probable- tipo- como a las dos entidades que deterrni-
--+ ayÓJv.
efectuar con ella la introducción a su gran pa- mente por influencia de la tradición cristiana nan la esencia y la historia de la vieja o de la
rénesis final (12, 1-29). La tarea que los primitiva que puede reconocerse detrás de nueva humanidad. La coordinación tipológica
cristianos han de desempeñar en su vida apa- Heb 12, 1-3; 1 Tim 6, 11s, y que habla del 'Abá .. Adam Adán* se efectúa en cada caso de manera distinta,
rece como un certamen deportivo inminente y ayÓJv del cristiano, una lucha orientada hacia 1. Aspectos lingüísticos - 2. Adán en el NT - 3.
por el enfoque, por la índole y por la inten-
al que ellos tienen que someterse (JtQooxeL- la perfección y la vida eterna. La penetración Motivos relacionados con Adán en el NT. ción. En 1 Cor 15, 21s, Pablo señala el efecto
~EVO~ ayÓJv; sobre la expresión cf. Herodoto de la terminología del ayÓJv en las tradiciones fatal de Adán como «auto!» de que todos los
Bibl.: O. Betz, en TRE 1, 414-424; M. Black, The
IX, 60; Filón, Agr 112; Josefo, Ant XIX, 92), palestinenses originales (--+ 3: 4 Mac, 4 Esd, hombres se vean arrojados a la muerte, y real-
Pauline Doctrine of the Second Adam: SJTh 7 (1954)
una competición en la que ellos han de correr TestJob) sigue un proceso similar. 170-179; E. Brandenburger, Adam und Christus za en contraste con ello la importancia que
(--+ 'tQÉXro) con perseverencia (--+ 'ÚJto~ov~; Jds 3: «Para exhortaros a luchar (EJtUyro- (WMANT 7), Neukirchen-Vluyn 1962; Id., Alter und tiene Cristo, como primicias de los que duer-
cf. 4 Mac 17, 12.17), rodeados por la gran vL1;wttm) por la fe trasmitida de una vez pa- Neuer Mensch, erster und letzter Adam-Anthropos, en men (v. 20), para la resurrección de todos. En
W. Strolz (ed.), Vom alten zum neuen Adam. Ur- 1 Cor 15,45-49, Pablo, respondiendo a la pre-
multitud de testigos de la fe del antiguo pacto, ra siempre a los santos», recuerda el pasaje de
zeitmythos und Heilsgeschichte, Freiburg i. Br. 1986, gunta acerca del cuerpo en la resurrección (vv.
que ahora -como espectadores- son testigos Flp 1, 27.30 (--+ 4), pero se distingue caracte- 182-223; J. Jeremias, 'A3áfl, en ThWNT 1, 141-143;
en el estadio de la enconada lucha que los rísticamente de él por algo que surgió como K. Kertelge, Adam und Christus. Die Sünde Adams im 35ss), y refiriéndose a Gén 2, 7 ('\jJUX~ 1;&ou,
cristianos mantienen por la victoria. Así como consecuencia de las condiciones del cristia- Lichte der ErlOsungstat Christi nach Rom 5, 12-21, en Ex Yfí~, XO'LXÓ~), describe la esencia creada de
nismo postapostólico y que es la restricción Id., Grundthemen paulinischer Theologie, Freiburg i. Adán como el prototipo (v. 49 aludiendo a
el justo vive su vida con la mirada puesta en Br. 1991, 161-171; P. Lengsfeld, Adam und Christus
del concepto de la fe a la fides quae creditur Gén 1, 26s; 5, 1-3) de la existencia humana en
Dios (acpoQáro Josefo, Ant VIII, 290; Ap 11, (Koin. 9), Essen 1965; J. R. Levison, Portraits of
(--+ JtLO'tL~), y la acentuación del carácter de este mundo, y describe a continuación inme-
166), así el mártir soporta sus sufrimientos di- Adam in Early Judaism. From Sirach to 2 Baruch,
tradición de la fe. La lucha no es tanto por la Sheffield 1988; B. Murmelstein, Ein Beitrag zur Mes- diata la esencia celestial de Cristo (JtVEií~u
rigiendo su mirada hacia Dios (2 Mac 17, 10;
difusión del evangelio, cuanto por la conser- siaslehre: WZKM 35 (1928) 242-275; 36 (1929) 51- 1;rooJtOloiív, V; oUQuvoií, EJtouQávLO~), del
cf. 17, 11: ayÓJv). y de la misma manera que «último Adán» y «segundo hombre», como el
vación de la doctrina de la fe contra los peli- 86; N. Oswald, «Urmensch» und «erster Mensch», te-
una multitud de gente tiene la mirada puesta sis mecanografiada, Berlin 1970; P. Schafer, en TRE 1, prototipo de la humanidad escatológica. En
en su líder (Josefo, Ant XII, 431; Bell 11, 410), gros a que se ve expuesta por la acción de los 424-427; H. M. Schenke, Der Gott «Mensch» in der
herejes gnósticos (?) (Jds 4). Rom 5, 12-21, Pablo recoge el motivo (ex-
así también los cristianos, en su ayÓJv, tienen Gnosis, Berlin-Gottingen 1962; R. Scroggs, The Last
Adam, Oxford-Philadelphia 1966; U. Wilckens, Chris- puesto en 1 Cor 15, 21s) del poder funesto de
que tener sus ojos puestos en Jesús, el líder y
6. «yroVtU angustia *. La perícopa lucana tus, der «letzte Adam», und der Menschensohn, en FS la muerte que por Adán penetró en el mundo,
consumador del camino de la fe, quien efec- Votgle,387-403. y lo desarrolla más, completándolo por medio
de Getsemaní refiere de Jesús: xul. yEVÓ-
tuó su ayÓJv soportando ('ÚJto~Évro; cf. 4 Mac de referencias a las relaciones entre el pecado,
~EVO~ Ev ayrovLt;x EX'tEVÉO'tEQOV JtQOO'l1'Ú- 1. En las fuentes del judaísmo primitivo y del
17, 10) la cruz y ahora está sentado a la dies- la ley y la muerte, e integrándolo temática-
XE'tO (22, 44; falta, lo mismo que 22, 43, en cristianismo primitivo, el nombre propio Adán lo
tra del trono de Dios (12, 2). En la introduc- mente en el marco de la doctrina de la justifi-
p75, B, Sin,"rr). ayrovLu tenía originalmente el encontramos referido exclusivamente al «primer
ción de la sección que viene a continuación cación. La comparación y la contraposición
mismo significado que ayÓJv, pero designaba hombre», al antepasado de la humanidad, consi-
(12, 4-11), sigue dejándose sentir la imagen derado como una figura histórica. El uso del vo- entre Adán y Cristo sirven aquí para iluminar
entonces la tensión psíquica asociada frecuen-
del gran ayÓJv que se impone, pero ahora los temente con angustia cuando el individuo se cablo se ajusta a la historia bíblica de los oríge- la superioridad de la gracia divina y para
acentos son diferentes: a los destinatarios se encuentra ante una confrontación decisiva nes, en la cual el hebreo ' iidiim tuvo primero mostrar que por medio de Cristo ha comenza-
les ha ahorrado hasta ahora la lucha decisiva (Bauer, Worterbuch, 29; Stauffer, 140; Pfitz- corrientemente el significado genérico y colecti- do la plenitud de la salvación.
(cf. 2 Mac 13, 14) que exige empeñar a fondo ner,131-133; 2 Mac 14, 16s; 15,9; Josefo, vo de «hombre», «humanidad» (cf. Gén 1, 26s; 2,
toda la vida en la gran hora escatológica de la 5.7 Ypassim), y sólo de manera adicional llegó a Hasta ahora no se han esclarecido suficiente-
Bell IV, 90; Ant XI, 326; el paralelo más cer- adquirir el carácter de nombre propio (TM Gén 4,
tentación (A. Strobel, Ver Brief an die mente la procedencia y el origen de estas relacio-
cano a la formulación de Lc 22, 44: PapTebt 25; 5, 1-5; LXX Gén 2, 16.19-5,5). nes tipológicas entre Adán y Cristo, y en conse-
Hebriier [NTD], 232: «En la lucha contra el 11, 423, 13s; Moulton-Milligan, 8). Por este cuencia se discute también el valor de estas
pecado, todavía no habéis resistido (av'tLxu- motivo, ayrovLu en Lc 22, 44, en vez de tra- 2. En el NT, a diferencia de lo que sucede relaciones dentro de la teología paulina y el uso
'tÉO't'l1'tE ... av'tuyrovL1;ÓJ~EvoL) hasta el punto ducirlo por «angustia de muerte» o por «ago- en los escritos judíos contemporáneos (una sistemático que se hace de las mismas. Se halla
de derramar sangre» (12, 4). A fin de estar nía», sería preferible traducirlo por excitación información de conjunto en Schiifer), raras muy difundida la hipótesis de que el trasfondo lo
equipados para esta lucha, deben someterse al angustiosa. veces se menciona a Adán (únicamente en Lc constituye una mitología corriente en el judaísmo
entrenamiento y disciplina de Dios (12, 7). 3, 38; Rom 5, 14 bis; 1 Cor 15, 22.45 bis; 1 (cf. Oswald) y en la gnosis (cf. Schenke), que Pa-
G. Dautzenberg
En los Sinópticos, la terminología de ayÓJv blo encontró ya en forma cristianizada en Corin-
Tim 2, 13.14; Jds 14). to, la recogió polémicamente y la trasformó por
aparece únicamente en Lc 13, 24: «¡Luchad Los testimonios más importantes se en- medio de su vinculación con el esquema apoca-
( ayrovL1;wttE) por entrar por la puerta estre- ayrovía, a~, 1] agonía angustia cuentran en el «corpus paulinum». En 1 Cor líptico de los dos eones (de importancia funda-
cha!». La introducción del correspondiente --+ ayÓJv 6. 15, (21.)22.45(bis)-49 y Rom 5, 12-21 (en el mental: Brandenburger, 68-157; cf. además L.
83 84
85 86

Schottroff, Der Glaubende und die feindliche 9; 3, 21). Sin embargo, en la mayoría de los L. Perlitt, «Ein einzige Volk von Brüdern». Zur deute- encargo que en la aparición pascual se da a las
Welt [WMANT 37], reimpresión en 1970, 115- casos se trata únicamente de algunas ideas o ronomischen Herkunft del bibl. Bez. «Bruder», en FS
136). Sin embargo, esta hipótesis sigue siendo mujeres o a Magdalena para que lo trasmitan
imágenes aisladas, tomadas de Gén 1-3, y no Bornkamm, 27-52; R. Pesch, Das Markusevangelium 1
muy insegura en cuestiones decisivas de la histo- (HThK), Freiburg i. Br. 1976, 322-324; J. Ratzinger, a los (once) discípulos (Mt 28,10; Jn 20,17)
ria de las religiones. Menos fundada aún está la de alusiones específicas a Adán mismo. En o en la mención destacada que se hace de al-
Die christliche Brüderlichkeit, München 1960; H. H.
afirmación de que la base la constituye una tipo- otros casos, los puntos de contacto no sobre- Schelkle, Bruder, en RAe II (1954) 631-640; H. gunos hermanos (o hermanas) en la literatura
logía rabínica Adán-Mesías (Murme1stein) o tra- pasan las semejanzas en cuanto a motivos Schürmann, Gemeinde als Bruderschaft, en Id., Urs- epistolar ---+ 5 (y 6).
diciones apocalípticas acerca del Hijo del hom- (cf. H.-G. Leder: ZNW 54 [1963] 188-216 prung und Gesta/t, Düsseldorf 1970, 61-73; H. von
bre. Lo que más se aproxima a la contraposición sobre la interpretación del relato marquino de Soden, 6.6c)..cpó~ x'Ú., en ThWNT 1, 144-146; E.
paulina entre Adán y Cristo es la comparación de Stauffer, Petrus und Jakobus in Jerusalem, en Begeg- 3. Acerca de los hermanos carnales en el
la tentación de Jesús como antítesis del rela- nung der Christen (FS f J. Karrer), Stuttgart-Frank- NT, consúltense los correspondientes nom-
Adán, atestiguada en fuentes judías, samaritanas
y cristianas, con otras figuras de la historia de la to sobre la caída de Adán). Tan sólo en el ca- fUft a. M. 1959,361-372; A. Stoger, Der brüderliche bres propios. En los hermanos de Judá (Mt 1,
salvación, particularmente con Noé (cf., a propó- so de Hech 17, 26 vemos claramente lo que Ordnung unter Christen. Biblische Grundlegung, en
Zahn, Kanon VI (1900), 225-364.
2) Y José (Hech 7, 13.23.25) se trata en parte
sito, E. Schweizer, Neotestamentica, Zürich los autores piensan de Adán: Dios, que da la de medio-hermanos; en los hermanos de He-
1963, 280ss; J. C. Lebram: VT 15 [1965] 199ss; vida y el aliento (n:vo~, cf. Gén 2, 7), «hizo 1. El término aparece 343 veces en el NT rodes Antipas (Mc 6, 17 -erróneamente- «Fi-
J. P. Lewis, A Study of the Interpretation of Noah de uno solo (es decir, de un solo hombre) a (cf. Morgenthaler, Statistik). De ellas, 97 ve-
and the Flood in Jewish and Christian Literature, lipa» par. Mt 14, 3; Lc 3, 19; 3, 1) se trata en
todo el linaje de los hombres». ces aparece en los evangelios, 57 veces en los ambos casos de medio-hermanos. (Sobre U()Et..-
Leiden 1968, 46 Y 158ss), quien a este respecto
puede designarse como «segundo AdánlHombre» B. Schaller Hech, y 113 veces en las siete Cartas paulinas <pó<; == medio-hermano consúltese ahora tam-
(cf. Memar Marqah IV, 4, ed. a cargo de J. Mac- reconocidas como auténticas. Mientras que en bién DJD 11, 115, 14 Y 116a, 8.)
donald [BZAW 84], Berlin 1963,91: 'adam hiiS- los evangelios se habla principalmente de los
sen!). abcbtavo~, 2 adapanos gratuito* hermanos carnales (unas 68 veces, con transi- 4. En el NT se mencionan hermanos carna-
En 1 Cor 9, 18 dícese de la predicación gra- ciones al sentido metafórico), vemos que en les de Jesús Mc 3, 31s par. Mt 12, 46s y Lc 8,
En el resto del NT, Adán aparece sólo espo- tuita del evangelio. los demás escritos predomina casi exclusiva- 19s; Mc 6, 3 par. Mt 13, 55 a diferencia de Le
rádicamente. Lc 3, 38 lo menciona en la genea- mente el sentido metafórico. 4,22; Jn 2, 12; 7, 3.5.10; Hech 1, 14. Sobre
logía de Jesús. Pero apenas se indica una rela- 'Abbí Addi Adi* Mc 3, 31s, cf. además Mc 3, 21 OL n:uQ'
ción especial entre Adán y Cristo que se Nombre de persona: Lc 3, 28. 2. U()Et..<pÓ<; puede traducirse a nuestra len- uu'toú sus parientes. A «Santiago, el herma-
parezca a la tipología paulina (cf., entre otros, gua, en todos los casos, por hermano. El her- no del Señor», lo menciona Pablo en Gál 1,
Jeremias, 141); la línea genealógica conduce mano en sentido estricto, en sentido propio, 19; a «los hermanos del Señor», los menciona
a través de Adán hasta Dios. En 1 Tim 2, abd,ep'ÍJ, lJ~, tí adelphe hermana es el hermano carnal, entre los que pueden el Apóstol en 1 Cor 9, 5. Pues bien, ¿quiénes
---+ MEt..<pÓ<; 6. incluirse también los medio-hermanos ---+ 3.
13.14 la subordinación de la mujer bajo el fueron los hermanos carnales de Jesús? Es in-
hombre, considerada como un precepto del La transición al sentido amplio y figurado la dudable la identidad del Santiago nombrado
orden cristiano de la comunidad, se funda- abEAepó~, ov, Ó adelphos hermano permite, a partir del AT (cf. H. Ringgren, 'af¡, en Gáll, 19 con el mencionado en Mc 6, 3, Y
menta en la primacía de Adán sobre Eva tanto en DTAT 1, 202-206), la idea del parentesco seguramente es ficticia la auto denominación
1. Frecuencia - 2. Significado léxico - 3. Hermanos
en la historia de la creación como en la de los carnales - 4. Los «hermanos de Jesús» - 5. «Hermano»
de origen que existe entre todos los israelitas. de Judas como hermano de Santiago en Jds 1.
orígenes: Adán fue creado antes que Eva (cf. en sentido amplio y en sentido metafórico - 6. Térmi- Así, U()Et..<pÓ<; en el NT puede significar tanto Se discute, además, si el Santiago y el Joset
1 Cor 11, 8; además, sobre la forma de la nos afines. compañero de tribu y compañero étnico (cf. que se mencionan en Mc 15,40.47; 16, 1 (en
prueba, cf. Billerbeck I1I, 256 Y 645s); no fue Heb 8, 11 n:oAt-t1']v en paralelo con U()Et..<pÓ<; Mt 27, 56 Y en Mt 13, 55 se le denomina Jo-
Bibl.: W. B. Birch, Veritas and the Virgin. Jesus the
Adán sino Eva quien pecó primero (cf. Eclo Son of God and the Children of Joseph and Mary, Ber- de Jer 38,34 LXX) como prójimo (cf. Sant 4, sé) son idénticos con los que se nombran en
25, 24; ApMo 11 y 14; VidAd 33; Hen [esl] ne (Indiana) 1960; J. Blinzler, Die Brüder und Schwes- 12 n:t..'Y]OLOV en paralelo con U()EA,<pÓ<; en el v. Mc 6, 3 par. Mt. Blinzler los tiene por idénti-
tern Jesu (SBS 21), Stuttgart 1967; M. Bouttier, La 11). Al significado de compañero en la fe, cos y los considera primos de Jesús, lo mismo
31,6). Finalmente, en Jds 14 aparece el nom- notion de freres chez saint lean: RHphR 44 (1964)
bre de Adán cuando se dice que Henoc fue el atestiguado también en el AT, le corresponde que a Simón y a Judas. Es distinta la opinión
179-190; J. Friedrich, Gott im Bruder? Eine metho-
«séptimo (en la serie de los patriarcas) a par- denkritische Untersuchung van Redaktion, Überliefe- en el NT el significado especial de hermano de los investigadores protestantes desde
tir de Adán» (cf. Hen [et] 60, 8). rung und Traditionen in Mt 25,31-46, Stuttgart 1977, en Cristo. Empleos análogos se encuentran Zahn, y recientemente también ha cambiado
especialmente 220-229; D. J. Georgacas: Glotta 36 también, tanto en sentido profano como reli- la opinión de algunos católicos desde Pesch.
(1957) 106-108; P. Marcel, Freres et soeurs de Jésus: gioso, en el ámbito exterior al cristianismo También según Oberlinner, la tradición pre-
3. En el NT hay muchos motivos que re- Revue réformée 15,4 (1964) 18-30; 16, 1 (1965) 12-
26; A. Meyer-W. Bauer, Jesu Verwandtschaft, en Hen- (cf. Moulton-Milligan; Preisigke, WiJrterbuch, marquina en Mc 6, 3 presuponía hermanos
cuerdan la figura de Adán (cf. Betz, 416 y
necke-Schneeme1cher 1, 312-321; W. Nauck, Brüder Liddell-Scott, s. v., y principalmente Schel- carnales de Jesús que no deben identificarse
419ss; Lengsfeld, 30ss sobre Mc 1, 12s; Lc 4,
Jesu, en BHH 1, 275; L. Oberlinner, Historische Über- kle). Ocasionalmente el término puede tener con el Santiago y el Joset mencionados en Mc
1-l3; Rom 1,23; 3, 23; 6, 1-14; 7, 7-12; 8, lieferung und christologische Aussage. Zur Frage der también el significado de amigo, colaborador 15, 40.47; 16, 1. Stauffer considera a Santia-
29; 1 Cor 11, 7-9; 2 Cor 3, 18; 4, 4; Flm 2,6- «Brüder Jesu» in der Synopse (FzB 19), Stuttgart 1975;
y conmilitón. Así sucede, por ejemplo, en el go como medio-hermano de Jesús, de un pri-
87 88 89 90

mer matrimonio de José, y recoge así una idea La misma transición del «prójimo» al «miem- hermano en Cristo, sentido que se halla funda- diferencia de Lc 18,29; además en Lc 14,26
expresada por los padres griegos de la Iglesia bro de la comunidad», la vemos -en cuanto al mentado en Rom 8, 29: los redimidos están a diferencia de Mt 10, 37 para completar la
desde Epifanio. La idea es posible desde el equivalente hebreo ' ii~ - en los textos esenios o hechos conforme a la imagen de Cristo, que es tradición de la fuente Q. Se mencionan her-
punto de vista lingüístico, pero no es conclu- de Qumrán: con frecuencia se entiende el término «el primogénito entre muchos hermanos». Cf. manas carnales de Jesús en Mc 6, 3 par. Mt
de hermano en el sentido de rea' «prójimo» o
yente, a tenor de lo que se dice en el Evange- «compatriota» o en un sentido paralelo a él (por la manera corriente de dirigirse a los destina- 13, 56 ltuom; Mc 3, 32 a diferencia de Mt
lio de Marcos. ejemplo, lQS 6,10; CD 6, 20; 7, Iss; 8, 6; 19, 18; tarios: «hermanos» o «hermanos amados (por 12,47; Lc 8, 19; --+ 4 y 5. Marta y María (Lc
20, 18); en el Rollo de la Guerra puede designar Dios»> (1 Cor 15, 58; Flp 4, 1; Flm 16; cf. Ef 10, 39s) reaparecen en Jn (11, 1.3.5.28.39)
5. Todavía en un sentido más bien confor- también al «colega» en el sacerdocio (lQM 13, 1; 6,21; Col 4, 7.9; Sant 1, 9.16; 2, 5; 1 Tes 1,4; como hermanas de Lázaro. En Pablo se pre-
me con el AT y con el judaísmo, la fuente Q 15, 4); en ocasiones, la expresión designa senci- 2 Tes 2, 13 «hermanos amados por el Señon». supone el sentido figurado de cristiana 1 Cor
-en el sermón de la montaña- (Mt 7, 3-5 par. llamente a «otra persona distinta» (CD 14, S). Sin A la hora de traducir, hay que tener en cuenta 7, 15; 9, 5: «¿No tendría yo el derecho de te-
Lc 6, 41s) habla de la «paja en el ojo de tu embargo, el término se convierte luego en la ma- que U()fAcpoL (en plural) puede significar no
nera específica de llamar a los miembros de la co- ner junto a mí como mujer a una hermana?»
hermano» = prójimo. Cf. Sant 4, 11 --+ 2. De munidad (cf. la «inscripción entre los hermanos» sólo «hermanos» sino también «hermanos y (lo entiende de otra manera J. B. Bauer, Uxo-
manera parecida, en las palabras de Q Mt 18, IQS 6, 22; además IQS' 1, 18; 2, 13? Lohse, Tex- hermanas» (cf., por ejemplo, G. Friedrich, An res circumducere: BZ 3 [1959] 94-102). Febe
15 par. Lc 17, 3 se exige que se perdone al te). Los rabinos hacen distinción entre rea', que die Thessalonicher [NTD 8]). Finalmente, (Rom 16, 1) Y Apia (Flm 2) son s~guramente
hermano = prójimo (con la transición al her- es el «miembro del pueblo», y , ii~, que es el Pablo conoce y menciona por su nombre a al- colaboradoras de Pablo. En Sant 2, 15
mano en Mt). En el material peculiar de Mt «compañero en la fe»; entre los «hermanos» se gunos colaboradores (--+ OUVfQYÓ~) y conmi- U()fACPÓ~ es el prójimo, en este caso una mu-
(5, 22.23s) lo mismo que en un marco de pa- contaba también al prosélito (Billerbeck 1, 276). litones (ouo'tQa'tLw't'YIs: Flp 2, 25), principal- jer. En 2 Jn 13 lo de <<la hermana escogida»,
rábolas creado por él mismo (18, 21.35), Mt mente en los praescripta (1 y 2 Cor, Flm, cf. en singular, se refiere a la comunidad que re-
puede hablar en el mismo sentido acerca del También en Lc la condición de hermano car- Col) y en los finales de las cartas. (Sobre mite la carta.
hermano. Igual hace Sant 1, 9; 2, 15; 4, 11. nal se aplica en sentido trascendente al reino U()fACPÓ~ como manera en que los soldados de Q.fu,/'q>ótt)S* en 1 Pe 2, 17; 5, 9 significa
- La transición al uso cristiano tiene su funda- de Dios (cf. 12, 13s; 14, 12.26). Después de su Bar Kochba se llamaban y se dirigían unos a colectivamente todos los cristianos, la her-
mento en la tradición de Mc: según Mc 3, 31- conversión -después de pascua- Pedro debe otros, cf. ahora una carta publicada por B. mandad. Sobre la «hermandad» --+ cpLAa()EA-
35 Jesús declara que sus hermanos (y herma- «fortalecen> (22, 32) a sus hermanos (segura- Lifshitz: Aegyptus 42 [1962] 248-254). cpLa.
nas) son los que están sentados alrededor mente se piensa más que nada en sus compa- Heb, en un lugar difícil (2, 11), deduce la J. Beutler
suyo y escuchan su palabra de predicación, y ñeros en el apostolado). En Hech vemos que fraternidad cristiana del hecho de que todos
también todos los que hacen la voluntad de los cristianos se dirigen a los judíos llamándo- procedan del «Santificante» (Cristo) y de que
Dios (predicada por él). Mt y Lc, en los luga- los (&V()Qf~) MfAcpoL 2, 29; cf. v. 37; 3, 17; todos sean «santificados a partir de Uno» &.bd,CfJó'tt)~, t)'to~, ... adelphotes herman-
res paralelos (Mt 12,46-50; Lc 8, 19-21), re- 7,2; 13,26.38; 22, 1 (y vemos que en 7,2 se (¿Dios? ¿el principio? ¿Adán? ¿Abrahán?). - dad
cogen principalmente el último pensamiento; añade xaL lta'tÉQf~); 23, 1.5.6; 28, 17; cf. v. A propósito de Jn 20, 17 --+ 2. En Jn 21, 23, se --+ MfAcpÓ~ 6.
según Mt, los discípulos son los únicos alle- 21. Esta misma manera de dirigirse a una per- habla -seguramente en sentido ya postjoáni-
gados de Jesús (cf. Oberlinner, 243-247). sona se emplea también en sentido cristiano 1, co- de «hermanos», entendiéndose por tales a c'ibt)AO~, 2 adelos irreconocible, confuso*
Quien por amor de Jesús y del evangelio 16; 15,7.13; además (sin &V()Qf~) 6, 3. La ex- los miembros de la comunidad. 1 Jn acentúa En Lc 11, 44 dícese de los sepulcros; en 1
abandona (ucplÉvm) casa, hermanos, etc., los presión &V()Qfs U()fAcpoL, es aquí seguramen- el mandamiento del «amor fraterno» (2, 9-11; Cor 14, 8 dícese del sonido de la trompeta.
recibe (Aa¡,t~ávfLV) de nuevo en este tiempo te la forma helenizada de la expresión judía 3, 12-17; 4, 20s; en Jn se subraya únicamente
del mundo: Mc 10, 29s par. Mt 19,29; Lc 18, ,ahenu d. Billerbeck n, 766; Schelkle, 636). el amor que los discípulos deben tenerse «los
29s. - Según Mt 25,40, el Cristo que juzga se En Pablo (yen las cartas postpaulinas) unos a los otros»: 13, 34s; 15, 12.17); en 3 Jn abt)Aó'tt)~, t)'to~, ... adelotes incertidum-
identifica con «cualquiera (Évt)>> de sus «her- U()EACPÓ~ en sentido figurado se emplea de (3.5.10) se acentúa el mandamiento de «aco- bre*
manos más insignificantes». Según Friedrich, cuatro maneras distintas: el significado de pró- gen> a los hermanos, es decir, seguramente de En 1 Tim 6, 17 dícese de las inciertas ri-
248s, la tradición (¿jesuánica?) pre-mateica jimo se escucha todavía en lugares como 1 Tes acoger a los misioneros. En el Ap los «herma- quezas. BlaB-Debrunner § 165,2.
hablaba aquí seguramente del «más insignifi- 4, 6, y de algún modo también en Rom 14, nos» son confesores o «profetas» y «testigos»
cante» entendiendo por tal el pequeño y el 10.13.15.21 Y 1 Cor 6,5-8; 8, 11-13, pero aquí consagrados a la muerte (1, 9; 6, 11; 12, 10;
abÍJAro~ adelos (adv.) incierto*
desvalido. Mt, al añadir lo del U()fACPÓ~, ha- se encuentra ya cristianizado: escandalizar al 19, 10; 22, 9).
1 Cor 9, 26 <D~ oux uMIAÚ)~, no como a la
bría trasformado las palabras de Jesús en una hermano significa pecar contra Cristo (1 Cor
ventura.
instrucción sobre la conducta que hay que se- 8, 12). En el sentido de miembros de la misma 6. abd,q>t] hermana aparece sólo 26 veces
guir con los miembros de la comunidad. tribu o del mismo pueblo, Pablo en Rom 9, 3 en el NT. El campo semántico y el de aplica-
U()fACPÓ~ entonces se convierte aquí en el se refiere a los israelitas como a hermanos su- ciones recuerda los de U()fACPÓ~. De abando- abt)Jtoviro ademoneo estar afligido o pre-
hermano en la fe, con el mismo sentido que yos, pero hermanos únicamente «según la car- nar y ganar hermanas carnales por amor de ocupado*
en Mt 5, 47; 23, 8. ne». El sentido predominante en Pablo es el de Jesús se habla en Mc 10, 29s par. Mt 19,29 a Mc 14, 33 par. Mt 26, 37; Flp 2, 26.
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91 92

's. '
autXEOO adikeo cometer injusticia 3. Los sujetos de la acción de a6LXElV son
en Ap 1, 18, les corresponden las puertas del
{ibll~, OV, Ó hades Hades, la región de los a6LxfJf.tu, UTO~, TÓ adikema injusticia (co- personas (por ejemplo, Hech 7, 26; 25, 10; 1
Hades de las que se habla en Mt 16, 18; por Cor 6, 8) o ángeles (Ap 7, 2s) y poderes de-
muertos* metida), delito*
tanto, la región de los muertos, de manera moníacos (Lc 10, 19; Ap 6, 6; 9, 4.10.19) o
Bibl.: G. Beer, Der biblische Hades, en Theologi- análoga a la ciudad celestial (Ap 21; -+ a6lxLu, UI;, ~ adikia injusticia, mala acción
a6lxo~, 2 adikos injusto bien «la segunda muerte» (Ap 2, 11). El obje-
sche Abhandlungen. FS f H. J. Holzmann, Tübingen 'IEQoaóAul. ta, 'IEQouauAfW,), es una fotaleza
1902,3-29.
to de la acción verbal, que se halla en acusati-
amurallada. En la parábola de Jesús sobre el 1. Uso de los vocablos en el NT. - 2. Contenidos vo, pueden ser hombres o la tierra o partes de
Para más bibliografía, cf. --> aBuaaoc;. semánticos - 3. Campo referencial- 4. &ciLltÉúJ ltTf.. en
hombre rico y el pobre Lázaro, el Hades es al ella. Empleado en sentido intransitivo, a6L-
1. Según la cosmovisión judía y del Oriente relación con la tradición judeo-helenística - 5. aOLltÉúJ
mismo tiempo el lugar de tormento (Lc 16, ltTf.. en los escritos paulinos - 6. aOLltÉúJ ltTf.. en los xÉw (lo mismo que a6LxLu, a6Lxo~, a6Lx'l']-
antiguo, que se trasparenta también en el NT, la 23), por tanto se identifica últimamente con el escritos lucanos. !tu) marca una determinada actitud falsa con
región de los muertos forma parte del mundo de «infierno» (-+ yÉEVVU). respecto al derecho divino o al derecho huma-
las profundidades (-+ a~uaao~). En el NT se Bibl.: C. K. Barrett, 'O aOLlt~aac; (2 Cor 7, /2), en
FS Stiihlin, 149-167; F. Boll, Aus der Offenbarung Jo- no. El medio con que se causa el perjuicio es
menciona 10 veces al {i6'f]~, de las cuales 4 men-
2. Con excepción del lugar mencionado hannis, Leipzig 1914; G. M. Camp-B. M. Ubach, Un introducido por la preposición ev (Ap 9, 19);
ciones aparecen en el Ap, 2 en Mt, 2 en Lc, y
otras 2 en Hech. Mt 11, 23 par. Lc 10, 15 citan a últimamente, el Hades se considera como la sentido bíblico de aOLltOC;, aOLltLa y la interpretación el lugar de donde procede el perjuicio se
Is 14, 11.13.15; Hech 2, 27.31 cita al Sal 16, 10; mansión de los muertos, pero sólo por plazo de Le /6, /-13: EstB 25 (1966) 75-82; G. Herold,
Zom und Gerechtigkeit Gottes bei Paulus, Bern
construye con ex (Ap 2, 11; cf. Gén 16, 5
aquí {i6'f]~, lo mismo que en general en la LXX, limitado (además de Hech 2,27.31; cf. prin- LXX). aclLXLU o a6lxo~ pueden predicarse de
1?73, 323-329; P. Hoffmann, rráV1:EC; EQyáwL aOL-
es traducción del hebreo se'ol (la región de los cipalmente Ap 20, 13s). La victoria concedi- ltLaC;. RedaktlOn und Tradition in Le 13, 22-30: ZNW personas o de cosas, pero no de Dios (Rom 9,
muertos). Los límites que deslindan este concep- da por Dios a Cristo en su resurrección (Rom 58 (1967) 188-214; E. Kasemann, An die Romer 14; Heb 6, 10), cuya justicia (-+ 6LXULOOÚV'l'])
to del concepto más general t'ii3uaao~ (con Mt 6,9; 1 Cor 15, 21.26; 2 Tim 1, 10 Y passim; (HNT), Tübingen '1974; K. Koch, Gibt es ein Vergel- es todo lo contrario de la a6LxLu de las cria-
11,23 par. Lc 10, 15; cf. Rom 10, 6s) son tan im- -+ {táVUTO~) es también la victoria sobre el tungsdogma im Alfen Testament?: ZThk 52 (1955) 1- turas (Rom 3, 5).
precisos como los que lo deslindan de yÉEvva o 42; H. Schlier, Der Romerbrief(HThK), Freiburg i. B.
Hades (Hech 2,27.31; Ap 20, 13s); en esta 1977; G. Schrenk, áOLltOC; lt1:f"., en ThWNT 1, 150-163.
lugar de castigo y tormento (con Lc 16, 23s; cf. victoria participan los seguidores de Jesús, y 4. De a6LxÉw xTA. se habla, sí, en casi to-
Mt 18,9 par. Mc 9, 47s). 1. En el NT a6udw aparece 28 veces; dos los escritos del Nuevo Testamento (-+ 1),
participan precisamente por medio del bau-
tismo (Rom 6, 3-11; Col 2, 12-15; 3, 1-4). a6,lx~u, 26; a6Lxo~, 12 veces; a6Lxw~, 1 vez, pero -con excepción de Rom y de los escritos
Si q.<'hl<; en Mt 11, 23 par. Lc 10, 15, por ser lucanos- no se acumulan nunca los términos
Las puertas del Hades no pueden asustar (Mt y u6 LX'l'] !tu, 3 veces. Los testimonios se en-
correlativo de oVQuvó~, es sencillamente una de manera llamativa. Evidentemente, la in-
16, 18) a quien ya desde ahora es ciudadano cuentran en casi todos los escritos del NT
imagen para designar las enormes profundi- justicia no era aún para la mayoría de los es-
de la ciudad celestial (con Ap 21, 25-27; 22, -son excepción: Mc, Ef, Flp, 1 Tes, 1 Tim,
dades, vemos que en Hech 2, 27.31 -donde el Tit, 2 In, 3 Jn-, pero el centro de gravedad se critores del NT una realidad tan apremiante,
14s compárese Gál 4, 26; Heb 12,22-24).
Sal 16, 10 se interpreta como referido a la re- halla, no obstante, en los escritos paulinos y que se sintieran desafiados por ella y experi-
surrección de Cristo- q.6'l']~ designa sencilla- O. Bocher
lucanos -+ 5 y 6. mentaran la necesidad de darle una extensa
mente a la muerte. Todos los demás testimonios respuesta específicamente cristiana. En con-
llevan la impronta de la mitología heredada del secuencia, la mayoría de los pasajes del NT
2. a6LxÉw significa en sentido propio co-
judaísmo antiguo. Pero donde más marcada abtáxºt1;O~, 2 adiakritos imparcial* meter injusticia. Como el hecho de hacer a al-
en que aparecen estos términos, se hallan
está esa mitología es indudablemente en los 4 Sant 3,17. ThWNT I1I, 951s. dentro de la tradición judeo-helenística, tanto
guien una injusticia significa (por lo general)
lugares del Ap, en los que {i6'l']~ se asocia por la manera de expresarse como por el pen-
causar un perjuicio a esa persona, vemos que samiento que se encierra en esos términos.
siempre con {táVU1;O~. El Cristo exaltado po- a6LxÉw -principalmente en la esfera del dere-
see las llaves de la muerte y del Hades (Ap 1, abtáAEt:7t'tO~, 2 adialeiptos incesante* El uso tradicional del lenguaje se encuentra
cho y de los negocios- puede adquirir tam- en todos los pasajes en que a6lxÉw se emplea
18; compárese, en relación con la a~uaao~, Rom 9, 2; 2 Tim 1, 3. bién el sentido de perjudicar a alguien. a6L-
Ap 9, 1; 20, 1); la muerte ({táVU1;O~), como para designar cualesquiera perjuicios (mate-
XLU significa la injusticia causada por la riales, financieros, espirituales): Mt 20, 13;
jinete que cabalga sobre un caballo amarillen- acción injusta, mientras que a6LX'l']!tu signifi- Lc 10, 19; Gá14, 12; Flm 18; Ap 2, 11; 6, 6;
to, va· acompañada por el Hades, que quizás abtaAEÍ:7t'tOO~ adialeiptos (adv.) incesan- Ca el acto injusto en particular, el delito: Hech 7,2; 9,4.10.19; 11, 5 (ef. Gén 21, 23 LXX;
se representa cabalgando en la grupa detrás de temente* 18, 14; 24, 20; Ap 18, 5. a6Lxo~ significa in- Lev 19, 13 LXX; 1 Sam 12, 4; Tob 6, 15;
ella (Ap 6, 8). La muerte y el Hades, concebi- Rom 1,9; 1 Tes 1,2; 2, 13; 5, 17. justo, y el adverbio a6Lxw~, significa por tan- TestSim 5, 4), en todo lo cual hay que tener
dos ambos como figuras personales y demo- to (obrar) de manera injusta. En vez del adje- en cuenta, desde luego, que (a pesar de Boll,
níacas (cf. 1 Cor 15, 26.54-56), tendrán que tivo a6Lxo~ podemos encontrar también el 87) fuera del Ap no se habla ya con tanta den-
entregar sus muertos cuando llegue el juicio abtaq>1'loºta, a~, ÍJ adiaphthoría dícese genitivo hebraizante de definición: Lc 16, sidad de daños ordenados por Dios.
universal (Ap 20, 13), antes de que sean arro- del hecho de no estar falseado 8.9; 18,6; Sant 3,6; 2 Pe 2, 13.15 (BlaB-De- Corresponde al pensamiento tradicional del
jados ellos mismos al lago de fuego (Ap 20, Tit 2,7 Koiné al (en vez de acp-froQLu) de la brunner § 165). AT y al pensamiento tradicional judío el que
14). A las llaves del Hades que se mencionan doctrina que no está falseada.
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toda a6uúa se designe como -> á[laQ'tta mentiras (Sal 51, 3-6 LXX) Y calumnias es hacen que el pensamiento humano se haga va- dente frecuencia en los escritos lucanos (a6L-
(<<pecado») (1 Jn 5, 17). a6LXta y á[laQ'tta capaz de incendiarlo todo. En cambio, Man- no y sin firmeza y que el corazón del hombre xÉro 6 veces, a6LXta 6 veces, a6Lxo~ 5 veces,
son conceptos intercambiables (Heb 8, 12; 1 món es [la[lrova~ 'tfí~ a6LXta~, Manmón de se llene de tinieblas (Rom 1, 21s.28), de tal a6Lxl][la 2 veces). La razón de ello nos la da
Jn 1, 9). Por eso, corresponde al pensamiento la injusticia (Billerbeck 11, 220: mamón di- manera que el hombre hace «lo que no debe a conocer Lc 13, 27b (a diferencia de Mt 7,
tradicional del AT y al pensamiento tradicional seqar o mamón se! seqer), porque difícilmente hacerse», obras de impureza, de degradación, 23b): A todos los hacedores de injusticia no se
judío el que a los hombres no sólo se los clasi- se puede adquirir sin cometer injusticias de crueldad (1, 24-31). Por tanto, la a6Lxí,a les dejará sentarse a la mesa para que partici-
fique en 6LxawL (<<justos») y á[laQ'troAot (Eclo 26,29-27,2). del hombre consiste en «no reconocer a Dios pen como comensales con el Kyrios. Porque
(<<pecadores») (Mt 9, 13 par.), sino también en en su realidad que se nos revela, sino en opri- todavía está por llegar el juicio decisivo, des-
6tXaLOL y a6LXOL: Mt 5, 45; Hech 24, 15 (cf. 5. Pablo da un paso esencial para sobrepasar mir esa realidad con oposición rebelde al de- pués de la resurrección de los justos y de los
Prov 10, 30-32 LXX; Filón, SpecLeg IV, 77; la comprensión judeo-helenística de la a6LXta. recho fundamentado por ella» (Kiisemann, injustos (Hech 24, 15.25; cf. 17, 30s). Por
TestJud 21,6; Josefo, Bell 11,139). Pero el cri- Es verdad que también el judaísmo (helenísti- 35). Por eso, la -> ayá:Jtl] (el «amor») no se eso, lo que interesa en la vida de cada indivi-
terio para esa diferenciación, en la época tar- co) vio una conexión entre la a6LXta y la -> goza de la a6LXta sino de la aA~{tna (1 Cor duo es que no se le pueda reprochar por parte
aaÉ~na (<<impiedad») o entre la a6LXta y la 13, 6). Y también por ello no hay ninguna de nadie una injusticia (Hech 24, 20; 25, lOs),
día del NT, no es ya la Torá, sino la tradición
-> aA~{tELa (<<verdad») (cf., por un lado, Job a6LXta en que Dios se apiade de unos y endu- y esto significa para Lc: ningún delito contra
apostólica como «camino de la verdad» (2 Pe
2, 2) y «camino de la justicia» (2 Pe 2, 21). El 36, 18 LXX; Sal 72, 6 LXX; Os 10, 13 LXX; rezca a otros (Rom 9, 14). un derecho existente (a6txl][la), ¡pero no una
Filón, SpecLeg 1, 215; Praem 105, y, por otro Ahora bien, la a6LXta no es para Pablo una controversia acerca de la «recta doctrina»:
que, por falta de «amor a la verdad» (2 Tes 2,
lado, Tob 4, Ss; Sal 118, 29s LXX). Pero para simple cualidad del individuo, sino que es al Hech 18, 12-16: 24, 20s; 25, 8.11!
10), se desvía de ese camino, pertenece a los
el judaísmo helenista la a6LXta era sólo una mismo tiempo una realidad traspersonal que El hecho de que en todo esto no se trata pa-
«injustos» a quienes el Señor «sabe reservar
posibilidad humana, de la que brotaba luego la -no de manera distinta a la verdad- supone la ra Lc de un legalismo superficial, no sólo lo
para castigarlos en el día del juicio» (2 Pe 2, 9;
aaÉf3na (Filón, Conf 152: « ... sembrando in- actuación del hombre (Rom 2, 8), Y que por vemos por Lc 18, 2 Y Hech 7, 23-27 -obra
cf. 2 Tes 2, 12). Por eso, todo el que pronuncie
justicia y cosechando impiedad»), la cual se tanto es comparable con el pecado (6, 13). bien el que teme a Dios y ayuda al prójimo en
el nombre del Señor, debe evitar la injusticia producía cuando el hombre oponía resistencia su necesidad- , sino también principalmente
(2 Tim 2, 19; cf. 2, 16ss). Claro que de esa realidad queda sustraído el
a la verdad revelada en la Torá (cf. Tob 4, 5s; hombre por medio del bautismo, que le hace por la manera en que él interpreta en 16, 9-11
Se recoge también el pensamiento del AT y Filón, Congr 160: «En consecuencia, así como la expresión tradicional [la[lrova~ 'tfí~ a6L-
el pensamiento judío allá donde se concibe «esclavo de la justicia» (6, 1-18). Por eso, es
el progresivo desenfreno trae al mundo la de- xta~ Manmón de la injusticia (-> 4): Manmón
que el castigo por la injusticia es proporcional absurdo que haya bautizados que traten de ob-
pravación [aaÉ~ELav], el mayor de todos los es a6Lxo~ (¡y esto quiere decir que es lo con-
a la acción injusta (cf. Koch), de tal manera tener sus derechos acudiendo a tribunales for-
males, así también la disciplina de la ley [~ trario de aAl]{tLvóv! [16, 11]), porque no es
que, cuando en la «tabla de deberes domésti- mados por no bautizados, es decir, por a6L-
[lE'ta. VÓ[lo'U XáXroOL~] engendra la corrección capaz de dar consistencia a la vida humana.
cos» de Col 3, 25 se dice: «El que comete in- XOL, por ama'tOL (<<incrédulos») (1 Cor 6,
más laudable, el bien perfecto»). Pero sí es capaz de hacerlo, cuando se emplea
justicia sufrirá las consecuencias del mal que 1-6). No es que Pablo condene de esta mane- para dar y ayudar: porque para eso fue confia-
A diferencia de esto que acabamos de ver,
ha originado», o cuando según 2 Pe 2, 13a los ra todo recurso a los tribunales. Porque no
la a~hxí,a es para Pablo la actitud fundamen- do al hombre. Esto quiere decir: el que em-
herejes se perderán «dañados en pago de la tal del hombre (Rom 1, 18), una actitud idén- siempre es preferible sufrir injusticias que plea sensatamente 10 que se le ha confiado, es
injusticia» (así con todos los comentaristas tica a la de la aaÉ~€La, por la cual el hombre pleitear el uno con el otro (así 1 Cor 6, 7). fiel; pero será injusto, si lo hace insensata-
recientes. La variante textual XO[lWÍl[lEVOL en se niega a tributar a Dios, Hacedor suyo, la Puede darse también el caso en que haya que mente (-> CPQÓVL[lO~; Lc 12, 42; 16, 8), en
la Koiné es una manera evidente de esclarecer alabanza y la acción de gracias que debe tri- acabar con la injusticia «no por causa del que contra de todo sentido.
la extraña construcción a6LxoÍl[lEVOL [lUJ{tov butarle (1, 21.25), Y de esta manera -como ofendió ni por causa del ofendido» (2 Cor 7, M. Limbeck
MLXta~ , cf. Schrenk, 161, 24s). mentiroso que es (3, 7)- aprisiona la aA~­ 12), sino por caUsa de los demás, a quienes la
Es tradicional también el argumento que {tELa, es decir, la realidad de Dios revelada injusticia cometida y que entonces se está
hallamos en Jn 7, 18: Todo enviado que busca en la creación (1, 18ss), la cual -según 3, 3- viendo pueda y deba impresionarlos y causar abhel)~a, ato~, tó adikema injusticia,
la gloria de quien le envió es aAl]thí~ (<<digno 7- no es otra cosa que la justicia de Dios (-> en ellos pena (Aú:Jtl]) y, de esta manera, «arre- delito
de confianza») «obra bien». Por eso no hay en 6LxawaÍlvl]), su imperturbable fidelidad al pentimiento para salvación» (2 Cor 7, 9-13). -> a6Lxéro.
él a6LXta. Finalmente, también Sant 3, 6 Y Lc hombre, la cual concede al ser humano la vi- Ahora bien, el espacio apropiado para ello es
la comunidad. Todo intento de hacer valer los
16, 9 señalan hacia la tradición (del AT y) del
judaísmo, por cuanto a6LXta puede servir
da (3, 25s), y de esta manera demuestra que
Dios es el que quiere la salvación. Esta nega- propios derechos acudiendo a «los de fuera»
ab'Xta, a~, t1 adikia injusticia, mala ac-
ción
también para traducir el término hebreo seqer tiva fundamental a tributar la debida gloria a (1 Cor 5, 13), oscurece la existencia escatoló-
-> a6LxÉro.
(<<mentira, engaño») (Sal 51, 3 LXX; Sal 118, Dios -y a «honrar el derecho concedido a la gica de los bautizados (1 Cor 6, 1-5).
29.69.104.163 LXX; Sal 143, 8.11 LXX). La creación y que en ella impera» (Schlier, 50)-
lengua es ó xóa[lo~ 'tfí~ a6LXta~, el mundo es lo que constituye siempre la aaéf3na y la 6. Además de en los escritos paulinos en- lib,xo~, 2 adikos injusto
de la mentira y del engaño, porque con sus a6LXta del hombre, las cuales, por su parte, contramos también a6LxÉro x'tA. con sorpren- -> a6LXÉro.
99 100
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abíxro; adikos (adv.) injustamente* en Pablo, 4 veces en Heb. Siete veces es usa-
do como adjetivo, y tres veces en sentido sus- {ibro ado cantar* Señor que retoma, bien para salir a su encuen-
1 Pe 2, 19 sufriendo injustamente. tro cuando regresa a la tierra (E. Peterson:
tantivado Lc 18, 27; Rom 8, 3; 15, 1. En voz Ef 5, 19; Col 3, 16; Ap 5, 9; 14,3; 15,3.
activa significa lo que es incapaz; en voz pa- ThWNT 1, 163-165. ZSTh 7 [1930] 682-702; Foerster; B. Rigaux,
'AbJ.lív Admin AdmÍn* siva, lo que resulta imposible. Epftres aux Thessaloniciens [EtB], 548s) o
Nombre de persona: Lc 3, 33. El paralítico Hech 14, 8 no tiene fuerza en para unirse con él en el cielo (E. von Dobs-
los pies. A la pregunta: «¿Quién puede ser sal-
aEÍ aei siempre, constantemente* chütz, Thessalonicherbriefe [KEK] 197-199).
Hech 7,51; 2 Cor 4, 11; 6, 10; Tit 1, 12; En Ef 2, 2 (sobre la cosmovisión, cf. J.
abóxtJ.lo;, 2 adokimos reprobado, inútil* vo?», responde Jesús: Los hombres, aun esfor- Heb 3,10; 1 Pe 3,15; 2 Pe 1,12; cf. Mc 15,8
Rom 1,28; 1 Cor 9, 27; 2 Cor 13, 5.6.7; 2 zándose lo más posible, no pueden lograrlo. Gnilka, Epheserbrief [HThK], 63-66: F. MuB-
C Koiné D lat. ner, Christus, das Al! und die Kirche, Trier
Tim 3,8; Tit 1, 16; Heb 6, 8. ThWNT 11,258- La gracia creadora de Dios hace que lo impo-
264; DTNT I1I, 434-436. sible resulte posible: Mc 10,27; Mt 19,26; cf. '1968, 9-39) el aire (que pertenece al cielo:
Lc 18, 27 (Gén 18, 14; Zac 8, 6; Job 42, 2; anó;, olí, Ó aetas águila* MuBner, 16s) es el ámbito de poderío de un
Job-LXX 10, 13). M'Úvu1:O~ en Rom 8, 3 se Mt 24,28 par. Lc 17,37; Ap 4, 7; 8, 13; 12, dominador (aQXOJv 1:fj~ f~ouaLu~ 1:0U &ÉQo~),
abOAO;, 2 ada/os puro, inalterado* un ser espiritual y personal (= 6Lá~OAO~,
1 Pe 2, 2: leche pura. explica mediante aa{h:vcLv. La ley no tiene 14. RAC 1,87-94.
Jtov'Y]Qó~ 6, 11.16); se presenta como eón de
poder para romper con el pecado. En cambio,
este mundo o su atmósfera (aire) hace que el
según la concepción judía, las palabras de la a~uJ.lO;, 2 azymos ázimo, sin fermentar
'AbQUJ.lu't'tt)vó; Adramyttenos de Adra- Torá son «curación para vosotros; son vida pa-
mundo aparezca como el eón dios de la eter-
---+ ~'Ú[1'Y].
mitio* nidad, cuyas falsas pretensiones conducen al
ra vosotros» MekEx 15,26. En vivo contraste
Adjetivo derivado del topónimo Adramitio hombre a la muerte (H. Schlier, La Carta a
con la debilidad de la ley se halla el poder sal-
(ciudad situada en la costa nordoccidental de 'A~ÓlQ Azor Azor* los efesios, Salamanca 1991, 134ss). Desde el
vador de Dios. Lo que Rom 8, 3 dice de la ley,
Asia Menor): Hech 27, 2. Pauly, Lexikon 1, Nombre de persona: Mt 1, 13.14. punto de vista de la historia de las religiones,
73s (s. v. Adramyttion). se especifica en Heb 10, 4 refiriéndose al cul-
se trata seguramente de una combinación de
to de los sacrificios: Ese culto «es incapaz de
'i\~ro'tO;, OU, ÍJ Azotas Azoto (en el AT
la cosmovisión de Empédoc1es y Pitágoras,
borrar pecados». La constante repetición del
'AbQíu;, OU, Ó Adrias Adriático* Asdod)* según la cual el aire está lleno de almas que
culto es prueba de su impotencia (10, 11). Sin
El Mar Adriático: Hech 27, 27. Pauly, Lexi- no pueden ascender todavía al mundo etéreo
la fe el hombre, según el orden divino de la Antigua ciudad en Filistea (Jos 13, 3), des-
kan 1, 76; OCD lOs. (E. Schweizer, La Carta a los colosenses, Sa-
salvación, no es capaz de agradar a Dios (Heb de el año 30 a.C. bajo el dominio de Herodes
lamanca 1987, 113-118), con ideas judías, se-
11, 6). En el caso de apostasía, es imposible el Grande: Hech 8, 40. Schürer III (búsquese
gún las cuales el aire, entre otras cosas, es
ábQó'tt);, t)'to;, ÍJ hadrotes elevada suma una repetición de la penitencia, una vez que en el índice por Azotus); DB 1, 1307-1311;
morada de los demonios (Billerbeck IV, 516).
de dinero* uno había sido hecho partícipe de la salvación BRL 13-15.
Lo nuevo es «la idea de un reino organizado
2 Cor 8, 20 dícese de la generosa ofrenda. ofrecida Heb 6, 4(-6). En vivo contraste con la bajo un solo soberano» (Foerster), en todo lo
incapacidad de los hombres, se pone a menu- MIQ, ÉQO;, Ó aer aire* cual la influencia dualística es decisiva
abuvu'tÉro adynateo resultar imposible do de relieve el poder de Dios. Una cosa es (¿Qurnrán? cf. lQS 3, 20s; Braun, Qumran 1,
Bibl.: W. Foerster, o.Í)Q, en ThWNT 1, 165; Bauer,
En el NT se usa únicamente en sentido im- Dios incapaz de hacer: mentir Heb 6, 18 (Núm 216s). Los textos de TestBen 3, 4 v.l.; Hen
Warterbuch, S.v.
personal. ---+ a6'Úva1:o~ 1. 23, 19; cf. Tit 1, 2). aMvm:o~ es en Rom una (esl) 29, 4s recensión A; Asls 10, 29s; 11, 23;
designación que se hace de algunos cristianos Según la antigua concepción del mundo, el cf. 4, 2, podrían ser secundarios desde el pun-
abúvu'to;, 2 adynatos incapaz, imposi- Rom 15, 1; cf. «débil» en la fe 14, 1s. Con aire constituye el ámbito intermedio entre la to de vista de la historia del texto o de la his-
ble* sentido ascético evitan como impuros la carne tierra y el cielo (aether): toria de las tradiciones.
a6uvU1:ÉOJ adynateo resultar imposible* y el vino 14, 2.14.21 Y guardan determinados En Ap 9, 2 el aire lleno de humo oscurece
días 14, 5. No deben condenar a los otros 14, el sol. La copa que el ángel derrama sobre el Figuras de dicción: aÉQu 6ÉQHV dar golpes
1. El verbo aparece dos veces en los evan- 3s.1O; los fuertes no deben menospreciarlos; aire (Ap 16, 17) produce en la tierra un terre- al aire en 1 Cor 9, 26 se refiere al boxeador
gelios (a6uvm:~aH en sentido impersonal): no deben imponerles por la fuerza sus propias moto que consuma la destrucción (E. Lohme- que no tiene acierto al asestar sus golpes (difí-
para los creyentes «nada será imposible» Mt convicciones; no deben crearles una crisis in- yer, Offenbarung' [HNT], 137): originalmen- cilmente significará: llevar una lucha aparen-
17,20; «porque para Dios no hay nada impo- terna y encaminarlos así a su perdición 14, te fue un acontecimiento de teofanía (Is 66, 6; te). Ei~ aÉQu AUAcLV hablar al aire en 1 Cor
sible» Lc 1,37 (Gén 18, 14). 3s.13.15.21, sino que deben sustentarlos 15, 1. Ex 9, 22s), pero fue interpretado luego por el 14, 9 se dice de la glosolalia que no redunda
Hay que tener un mismo sentir 15, 5, porque autor como una plaga (granizo: Ex 22, 9ss) en beneficio de la comunidad. Testimonios:
2. a6'Úvu1:O~, que aparece 10 veces en el ambos tienen el mismo Señor 14, 8ss. Bauer; Foerster; Robertson-Plummer, I Co-
(H. Kraft, Offenbarung [HNT], 21Os). En 1
NT, se encuentra 1 vez en cada uno de los rinthians, 196 y 310; A. Otto, Die Sprichwor-
Tes 4, 17 el aire es el lugar del encuentro de
evangelios sinópticos, 1 vez en Hech, 2 veces G. Friedrich ter. .. der Romer, Leipzig 1890,6 y 364.
los creyentes arrebatados sobre nubes con el
103 104 105 106

Arrojar polvo al aire en Hech 22, 23 co- 2. U{tE1:ÉW significa propiamente convertir del sacrificio único de Jesús al fin de los tiem-
LXX hace de Is 24, 16 TM: EAnL~ 1:0
mo expresión de furiosa excitación. Difícil- algo en Ü{tE1:OV / hacerlo ilegal, es decir, al- pos. En Heb 7, 18 se escucha claramente el
EVOE~d ... ovaL 1:0¡;~ U{tE1:0UOLV, ol U{tE-
mente se pensará en una preparación o en una go que era {tE1:Ó~ (<<asentado legalmente») tecnicismo jurídico, atestiguado muchas veces
1:OUV1:E~ 1:0V Vó!l0v (<<Esperanza para el pia-
acción sustitutoria de la lapidación; habrá que -una ley, un pacto, un juramento, una prome- en las inscripciones, de la «anulación» (cf. A.
doso ... ¡Ay de de los que hacen inválida, de
pensar más bien en un gesto (¿apotropaico?) sa-, hacerlo inválido, declararlo inválido, Strobel, Hebraerbrief[NTD], sub loco).
de horror (Job 2, 12). Cf. E. Haenchen, Apostel-
los que invalidan la ley!»). De manera pareci-
suprimirlo (= destruirlo) o negarle el asenti- da se expresa Jer 15, 15s LXX (a diferencia
geschichté (KEK), 605; Beginnings V, 269- M. Limbeck
miento (Pape, W6rterbuch, s. v.; Maurer, 158s). del TM): YVW{tL ro~ EAa~ov nEQL OOV OVEL-
277. Por eso, la LXX suele emplear U{tE1:ÉW como bW!lOV uno 1:WV U{tE1:OÚV1:WV WU~ Aóyov~
H. Merklein traducción, siempre que se trata de decir que oo'U (<<¡Piensa que por causa tuya sufro opro- aaÉ~1)(Jt~, Ero~, ÍJ athetesis invalidación
se han vulnerado o quebrantado acuerdos que bio de los que no prestan asentimiento a tus -+ a{tE'tEw.
se habían concertado (Dt 21, 14; Jue 9, 23; 2
aaa atha (arameo) él viene, ha venido palabras!»).
Re 18, 7.20; Is 24, 16 Y passim), figurando el A partir de aquí hay que entender Lc 7, 30;
En la variante de 1 Cor 16, 22 D' L allat. 'Aailvat, rov, al Athenai Atenas*
objeto de persona o cosa en acusativo (Dt 21, 10, 16; Jn 12,48; Gál 2, 21; 1 Tes 4, 8; Jds 8:
---+ !laQava {ta. Ciudad de Grecia, capital del Atica. Perte-
14; Sal 32, 10 LXX; 131, 11 LXX; Is 1,2; Jer «Los fariseos y los escribas destruyeron la vo-
12, 6) o siendo introducido por EV (2 Re 1, 1; necía a la provincia romana de Acaya. Toda-
luntad salvífica de Dios vigente para ellos», al vía en el siglo 1 p.C. gozaba de gran prestigio
aaava(Jía, a~, ÍJ athanasia inmortalidad 3,5; 1 Crón 5, 25; Lam 1,2) o por d~ (1 Crón no querer que Juan los bautizara (Lc 7, 30).
---+ {távm;o~. 2,7; Jer 3,20; 5, 11; Ez 39, 23). En este sen- cultural y era la capital de la cultura clásica:
En cambio, Pablo no hace inválida / no des- Hech 17, 15.16; 18, 1; 1 Tes 3,1. Pauly, Lexi-
tido encontramos U{tE1:ÉW en Me 7, 9: los es- truye la gracia de Dios, porque él busca la jus-
cribas y fariseos, con su tradición, hacen que kan 1,686-701; LAW 372-381; OCD 140-142:
aaÉJtt'to~, 2 athemitos ilegal, ilícito* ticia por medio de la fe en Cristo Jesús (GáI2, H. Conzelmann, Apostelgeschichte' (HNT),
sea inválido el mandamiento divino; Gál 3, 21). En 1 Tes 4,8 se escucha también el doble
Hech 10,28; 1 Pe 4, 3. ThWNT 1, 166. 104s; H. Volkmann, Athenai. Geschichte, en
15: «Un testamento redactado válidamente, significado de hacer inválido, destruir / rehu- Pauly, Lexikon V, 1578-1582.
nadie lo hace inválido»; 1 Tim 5, 12: La viu- sar su asentimiento: Aquel de los bautizados
aaEO~, 2 atheos sin Dios* da que ha sido puesta al servicio de la comu- que se niega a vivir santamente (1 Tes 4, 3-6),
Ef 2, 12. ThWNT I1I, 120-122; VII, 186,5- nidad, y que quiere volver a casarse, está ex- no sólo causa daño a un hombre, sino también 'Aa1]va¡o~, 3 Athenaios ateniense*
18; 187, 35-37. H. Schmidt, «Gottlose» und puesta al reproche de «haber quebrantado la niega su asentimiento a la vocación divina (4, Adjetivo correspondiente al topónimo -+
Gottlosigkeit im AT: Judaica 33 (1977) 75-85, primera fidelidad», es decir, la palabra dada a 7) Y destruye al mismo tiempo al Dios que a 'A{tfívm. Hech 17,21.22.
127-135. Cristo; Heb 10,28: El que declara inválida la ese hombre le da su Espíritu Santo (4, 8). Lo
Ley de Moisés, muere sin compasión. En este mismo que en Jer 15, 15s LXX, vemos en Lc
sentido hay que entender también el pasaje de
aauro athleo luchar, competir*
aiJ'E(JJtO~, 2 athesmos perverso* 10, 16; Jn 12, 48 que la negación del asenti- 2 Tim 2, 5a.b. ThWNT 1, 166s.
Mc 6, 26: «A causa del juramento y de los in- miento humano va en último término contra
En el NT se emplea sólo sustantivadamente
vitados, (Herodes) no quiso quebrantar la pa- Dios, mientras que vemos en Jds 8 que los he-
malvado (lo mismo que en Filón, Praem, 126; aaA1](Jt~, Ero~, ÍJ athlesis competición*
labra que le había dado (a Herodías)>>. rejes a quienes se hace referencia no dan su
Sib V, 177): 2 Pe 2,7; 3, 17. ThWNT 1, 166. En el NT se emplea únicamente en sentido
En conexión más estrecha todavía con el asentimiento al señorío del Kyrios.
pensamiento del AT y con el pensamiento ju- figurado: en Heb 10, 32 dícese de la lucha que
Según 1 Cor 1, 19 (= Is 29, 14 LXX), Dios
aanÉro atheteiJ hacer inválido, declarar dío, marcado principalmente por las exigen- suponen los padecimientos. ThWNT 1, 167.
finalmente por medio de la muerte de Jesús en
inválido* cias de la Torá, se expresan Lc 7,30; 10, 16; la cruz no sólo hace desaparecer la inteligen-
1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se- Jn 12, 48; Gál 2, 21; 1 Tes 4, 8; Jds 8. En cia de los inteligentes (así Is 29, 14: 'X.QÚ'Ij!w), aaQoí~ro athroiziJ reunir*
mánticos - 3. cdhhr¡(Ju;. efecto, para Israel la Torá no sólo era el docu- sino que además la destruye (u{tE1:~ow). En Lc 24, 33: Encontraron reunidos a los Once.
mento que daba testimonio del pacto (---+ la palabra de la cruz, Dios da una nueva base
Bibl.: Ch. Maurer, cdktÉw, &:&É1:11Gl<;, en ThWNT
VIII, 159-160. bLa{t~'X.'Y]), sino que era también al mismo al pensamiento.
tiempo la representación expresa de la volun- aa"JtÉro athymeiJ desalentarse*
1. U{tE1:ÉW no se emplea frecuentemente tad salvífica de Dios (---+ VÓ!lo~). Por tanto, el Col 3, 21: Para que los hijos no se desalien-
3. cHtf'tl1Ut; supresión, invalidación*. Es-
en el NT. Aparece 2 veces en Mc (6, 26; 7, 9), que hacía nula la Torá o negaba su asenti- ten.
te término aparece únicamente en Heb 7, 18
5 veces en Lc (7, 30; 10, 16 cuatro veces), 5 miento a la predicación profética que la ac- en el sentido de invalidación o declaración de
veces en Pablo (1 Cor 1,19; Gá12, 21; 3,15; tualizaba, destruía la voluntad salvífica de nulidad del mandamiento promulgado ante- aat90~, 2 atMos inocente*
1 Tes 4, 8 bis), además en Jri 12,48; 1 Tim 5, Dios y, con su oposición, estaba rechazando a riormente, por ser débil e inútil, y en 9, 26 en Mt 27, 4: «traicionar sangre inocente»; 27,
12; Heb 10,28; Jds 8. el sentido de supresión del pecado por medio 24: «Soy inocente de la sangre de este justo».
107 atyELOe:; - aL('noe:; 108
109 aLome:; - aI,.ta 110

ministrado por un prefecto de la clase de los ca-


atyElo;, 3 aigeios de cabra* balleros. - Judíos y prosélitos de Egipto y Cirene aibro;, olí;, 1] aidos modestia, recato* enunciados acerca del bautismo se hallan ele-
En Heb 11, 37 dícese que los profetas que formaban parte del entorno de la comunidad cris- 1 Tim 2,9; Heb 12, 28 M P. ThWNT 1,168- mentos de antiguos ritos cruentos judíos y del
iban vestidos con pieles de cabra. tiana de Jerusalén (Hech 2, 10; cf. 6, 9). De esos 171. C. E. van Erffa, AI~Q:l:, Leipzig 1937. simbolismo de la sangre en el mundo antiguo.
países procedían también cristianos (Hech 11, 20; --+ ataxúvo(..tm 5.
13, 1), especialmente Apolo (Hech 18, 24). 2. Todas las declaraciones del NT acerca de la
aiyla.t...ó;, olí, Ó aigialos playa,
costa* sangre de los animales y de los hombres, incluida
Mt 13,2.48; Jn 21, 4; Hech 21,5; 27, 39. 3. La historia de la infancia según Mt nos AHHoljJ, 0";0;, ó Aithiops etíope*
la sangre expiatoria de Jesús, se hallan dentro del
40. cuenta que José con María y con Cristo niño contexto de la concepción veterotestamentaria-
En Hech 8, 27 (bis) dícese del alto funciona- judía y, en último término, también de la concep-
marcharon a Egipto huyendo de Herodes, y rio de Candace, que había viajado a Jerusalén ción común en el mundo antiguo acerca del poder
que regresaron a Tierra santa después de la para «adorar» (--+ JtQoaxuvÉw); P. O. Scholz,
Aiy{m:no;, 3 Aigyptios egipcio de la sangre, un poder que puede dejarse sentir no
muerte del monarca (Mt 2, 13-23). Sobre la Frühchristliche Spuren im Lande des aV~Q sólo como un peligro, sino también apotropaica-
Adjetivo derivado de --+ Atyult'toc:;.
masacre que tuvo lugar en Belén y sobre la AHHO'IjJ. Historich-archaologische Betrach- mente, como poder protector y expiatorio. La
huida a Egipto nos faltan ulteriores testimo- tungen zur Apg 8, 26-40, tesis Bonn 1988. sangre se considera como portadora de la vida; en
Atyu,.;'to;, ou, 1] Aigyptos Egipto nios, pero el Evangelio de Mt no se interesa ella habita el alma (en hebreo nefd, en griego
AI,yúJttLoc:;, 3 Aigyptios egipcio por leyendas (como la de Moisés en Josefa, 'ljJuxtí; cf. entre otros Gén 9, 4; Lev 17, 11.14; Dt
Ant 11, 201-231), sino que quiere ofrecernos al,..,a, a'to;, 'tó haima sangre* 12.23; Jub 6, 7; Josefo, Ant 1, 102). La sangre hu-
1. Uso de los vocablos - 2. Perspectiva histórica - mana derramada clama pidiendo venganza (Gén
3. Significado - 4. El «egipcio» en Hech 21, 38. explicaciones basadas en la Escritura. Se nos
1. Uso del vocablo en el NT - 2. Presupuestos ve- 4, 10; cf. Heb 12, 24; Ap 6, 10) y produce al mis-
explica por qué la estancia en Egipto fue de terotestamentarios y judíos - 3. Miedo a la sangre - mo tiempo, por sí misma, la muerte del asesino
Bibl.: Bergman-Williams-WeiB-Müller, en TRE 1, corta duración (Os 11, 1 citado en Mt 2, 15), 4. Ritos de sangre - 5. al¡.ta en el lenguaje figurado - (Jos 2,19; 2 Sam 3, 28s; San 4,5; cf., además, Mt
465-533 (bibl.); A. Bohlig, en RAC 1, 128-138; C. 1. Y por qué Belén y sus alrededores no quisie- 6. Reinterpretación de ritos cruentos, principalmente: 23, 30.35; 27, 25; Hech 5, 28). Por la sangre de
Davles Tradition and Redaction in Matth. 1:18-2:13: ron consolarse después de aquel ataque, es la sangre de Jesucristo. quien ha sido asesinado «se hacen impuros» el
JBL 91 (1971) 404-421; H. Brunner-H. Jacobsohn-S.
decir, por qué no recibieron el evangelio (Jer Bibl.: J. Behm, al¡.ta X-rA., en ThWNT 1, 171-176; J.
autor del homicidio (ls 59, 3) y el país (Gén 4,
Morenz, en ROO 1, 105-124,404-421; E. Peretto, Ri-
31, 15 citado en Mt 2, 18). Esteban recalcó Bergman-B. Kedar-Kopfstein, en ThWAT 11, 248-266; lIs; Ez 7, 23). Pero también la sangre del parto y
cerche su Mt. 1-2: Marianum 31 (1969) 140-247;
Reicke, Zeitgeschichte, Index, s.v.; Schürer, Index, s.v.; que José y Moisés habían experimentado la F. Laubach-G. Beasley-Murray-H. Bietenhard, la sangre de la menstruación hacen impura a una
E. Schweizer, Das Evangelium nach Matthlius (NTD), Sangre, en DTNT IV, 143-149; E. Lohse, Martyrer persona (Lev 12; 15, 19-33: Hen [et] 15,4; Jose-
revelación y la asistencia divina en Egipto
19-22; J. Vergote, Egypte, Egyptenaren, Egyptisch, en und Gottesknecht, Oottingen '1963; W. Nauck, Blut fa, Ant III, 261). Comer sangre es algo que está
(Hech 7, 9-40). Por tanto, Dios no estaba vin- severamente prohibido (Gén 9, 4; Lev 3, 17; 7,
Woordenboek der Oudheit 1, Bussum 1976, 933-977 Christi 1. 1m NT, en ROO 1, 1329s; H. L. Strack, Das
culado exclusivamente con Sión, como pre- Blut im Glauben und Aberglauben der Menschheit, 26; Jub 6, 12-14 Y passim). Una clase especial de
(bibliografía).
tendían los acusadores (6, 11.13). Por lo de- München '1900; F. Vattioni (ed.), Sangue e antropolo- matanza de animales, el degüello de una res según
1. Egipto y egipcio(s) (en el NT el adjetivo más la liberación de Israel del cautiverio de gia nella letteratura cristiana 1-111, Roma 1983; H. J. un rito especial, garantiza que ha salido toda la
aparece únicamente sustantivado) se encuen- Egi;to significa un motivo de amonestación Venetz, «Durch Wasser und Blut gekommen». Exege- sangre del animal sacrificado (Dt 12, 16.23s; Jo-
tische Überlegungen zu 1 Joh 5, 6, en Die MUte des sefa, Ant VI, 120s y passim); la sal quita la sangre
tran en el NT sólo 25 veces y 5 veces respec- (Hech 13, 17; Heb 3, 16; 8, 9; 11, 26s.29; Jds
NT. FSf E. Schweizer, Oottingen 1983,345-361; J. H. a la carne sacrificada (Lev 2, 13; Jub 21, 11; cf.
tivamente. De estos testimonios, los cuatro 5; cf. 1 Cor 10, 1). De vez en cuando Egipto Waszink, en RAC 11, 459-473; Mc 9, 49 v.l.).
que aparecen en la historia de la infancia se- sirve de imagen de lo que es el mundo peca-
Por otra parte, en el culto sacrificial y en la ma-
gún Mateo se hallan relacionados temática- dor (Ap 11, 8), lo mismo que Sodoma (ibid.) 1. El sustantivo al(..ta aparece en el NT en gia, se utiliza la sangre como medio de purifica-
mente entre sí; los términos aparecen respec- y Babilonia (18, 4; --+ Ba~uAmv 2). 97 lugares. La mayoría de los testimonios se ción y de defensa contra los demonios. La ven-
tivamente 13 + 3 en el discurso de Esteban, y encuentran en Heb (21) y en los evangelios si- ganza de sangre y la ejecución purifican al país y
4 + 1 en Heb; los restantes 4 + 1 testimonios 4. El «egipcio» de Hech 21, 38 fue un pro- nópticos (21), que van seguidos por el Ap a la sociedad de las manchas causadas por haber-
feta que hacia el año 55 p.e., seguido por mi- (19) y por el «Corpus paulinum» (12). Predo- se derramado sangre inocente (Gén 9, 6; Dt 19,
que aparecen en Hech, Jds y Ap son indepen-
les de sicarios, quiso conquistar Jerusalén minan con mucho los enunciados acerca de la 13; Jub 6, 7s; 7, 33 y passim). Los sacrificios is-
dientes entre sí. raelíticos (cf. Lev 1-7) se basan extensamente en
partiendo del Monte de los Olivos (Josefa Ant sangre de Jesucristo, frecuentemente en el el poder expiatorio de la sangre (Ex 29, 20s; Lev
2. El nombre del país A'(yu:7ttoe:;, que aparece XX, 169-172; Bell 11, 261-263). Fue rechaza- contexto de la Cena del Señor. También las 3,2.8.13 Y passim). En contra de los demonios de
ya en Homero, se deriva de una denominación do por Félix, pero en el año 58 se creía aún en especulaciones de Heb acerca del efecto de la la noche de bodas, que constituyen una amenaza
egipcia de Menfis: Hikuptab «Casa del espíritu de su reaparición. sangre de los sacrificios de animales funda- para la vida (cf. Tob 3, 7s), se orienta el rito
Ptah» (Vergote, 933). Desde la época de los B. Reicke mentan enunciados cristológicos. Sin embar- cruento de la circuncisión (Ex 4,24-26). También
Ptolomeos habitaban en Egipto numerosos emi- la práctica cruenta de la pascua actúa apotropaica-
grantes judíos, y Alejandría contaba en su parte go, no faltan lugares en que se habla de aL(..ta
que están determinados más bien antropológi- mente (Ex 12, 7.13.22s). Moisés establece un
oriental con una importante población judea-he- pacto de sangre entre Yahvé e Israel, rociando el
lenística. César se hizo cargo de Egipto en tiempo a'tbw;, 2 aidios eterno* camente o que tratan de la sangre en sentido altar y rociando al pueblo con la sangre del pacto
de Cleopatra, y el país más rico del Imperio ro- Rom 1,20; Jds 6. ThWNT 1, 167s; IX, 577, metafórico. Detrás de la doctrina del NT acer- (Ex 24, 3-8). La sangre de los mártires tiene poder
mano siguió en poder de la casa julio-claudia, ad- 19. ca de la Cena del Señor y detrás de algunos expiatorio (4 Mac 6, 29; 17,22; jSan 11, 30c, 28).

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111 112 113
114

Claro que ya en el AT se llega a una reinterpre- prohibición de la sangre que figura en el De- 3-5) conduce a que el rito cruento de la circun- do hace ya mucho tiempo en un formulismo
tación y relativización de los ritos sacrificiales y creto Apostólico en el sentido de prohibición cisión vaya siendo desplazado paulatinamente que es una simple manera de expresarse. Con
de los ritos cruentos. La parénesis profética des- de derramamiento de sangre; suprimió la ad- por el rito del bautismo por medio del agua.
plaza el acento de la correcta realización de esos el clamor de los judíos Mt 27, 25 se correspon-
vertencia contra lo «estrangulado» (Hech 15, den exactamente las palabras pronunciadas
ritos a los sentimientos que los inspiran (Os 6, 6;
Miq 6, 6-8; luego en lQS 3, 4-12; 8, 3s; 9, 4s; 20.29; 21, 25 v.l.): el precepto del degüello ri- 5. La literatura judía, con el par de concep- por Pilato Mt 27, 24.
CD 11, 20s; 4QFlor 1, 6s y passim). La circunci- tual de los animales no desempeña ya ningún tos «carne y sangre», acentúa ya lo perecede- Como símbolo de la muerte encontramos la
sión se convierte en imagen de la purificación in- papel. ro que es el hombre terreno y lo abocado que sangre en las imágenes visionarias tanto de la
terior (Jer 4,4; 6, 10; 9, 25; Ez 44,7.9; Jub 1,23; está a la muerte (Eclo 14, 18; 17,31; Hen [et] apocalíptica judía (AsMo 10, 5; 4 Esd 5, 5)
lQS 5, 5; lQH 18, 20; lQpHab 11, 13s y pas- 4. En consonancia con la tradición vetero- 15, 4; bSan 91a y passim); en consonancia como de la apocalíptica cristiana (Hech 2, 19s
sim). En sentido inverso, el DtIs emplea la ima- testamentaria y judía, vemos que también pa- con ello, una característica que aparece tam-
gen de la oveja inmolada, para referirse al sufri- y Ap 6, 12 según JI 3, 3s; Ap 8, 7; 14, 20). La
miento vicario del Siervo de Dios (Is 53, 4-7; cf. ra los autores del NT el asesinato no puede bién en el NT es la debilidad del hombre, su vestidura del Jinete victorioso está manchada
Hech 8, 32). expiarse sino por la sangre del asesino. La limitación por la muerte, el pecado y el error con la sangre de los enemigos muertos (Ap
sangre, derramada' inocentemente, del piado- (Mt 16, 17; 1 Cor 15, 50; Gál 1, 16; Ef 6, 12; 19, 13; cf. Is 63, 1s); el agua se trasforma en
3. El cristianismo comparte con el judaís- so (cf. Mt 27,4) exige la pena de muerte (Mt Heb 2, 14; cf. Jn 1, 13). Cristo, al asumir sangre (Ap 8, 8; 11, 6; 16, 3s; cf. Ex 4, 9; 7,
mo, que es la religión de la que procede, el 23,35 par. Lc 11, 50s; Ap 6,10; 16,4-7; 19, alf.ta xai aáQ~, los elementos del aboca- 17-25 y cf. también lo que se dice del sudor
miedo y la aversión hacia el hecho de comer 2). A los herejes impenitentes, que se han miento humano a la muerte, se convierte por de Jesús, Lc 22, 44).
sangre o derramar sangre. De los cuatro pre- mancillado con la fornicación y comiendo medio de su propia muerte en el Vencedor del
ceptos impuestos por el denominado Decreto carne sacrificada a los ídolos, el autor del diablo y en el Redentor de los hombres (Heb 6. Los Sinópticos refieren que Jesús no re-
Apostólico (Hech 15, 20.29; 21, 25), tres se re- Apocalipsis los amenaza con la muerte (Ap 2, 2, 14-17). Como carne y sangre de Cristo se chazó ni censuró a «la mujer que padecía he-
fieren a la renuncia a la sangre. Piden que los 14-16.20-23). Clamando venganza cae sobre come pan y se bebe vino en la Cena del Señor morragias» (aLf.toQQoovaa Mt 9, 20), sino
cristianos se abstengan de la carne sacrificada los responsables la sangre de una persona eje- (Jn 6, 53-56; cf. Mc 14, 22-24 par.; 1 Cor 11, que reconoció su fe y la curó (Mc 5, 25-34
a los ídolos, de lo «estrangulado», es decir, de cutada injustamente (Mt 23, 30; 27, 25; Hech 23-27). par.); aquí se ha superado ya parte del horror
los animales no degollados ritualmente (cosa 5,28; cf. Hech 18, 6; 1 Cor 11, 27). La experiencia de la muerte por desangra- judío hacia la sangre. También los ritos de
que falta en la v.l. del denominado Texto Occi- La sangre del animal sacrificado es impres- miento (cf. Lc 13, 1) conduce a la equipara- sangre expiatorios y apotropaicos del judaís-
dental), y de (comer) sangre. Estos preceptos cindible «según la ley» para la purificación; ción entre la sangre y la muerte, entre el de- mo pierden en el cristianismo (que en esto si-
son exigencias mínimas judeocristianas para sin derramamiento de sangre (aL¡.ta"tExxv- rramiento de sangre y el homicidio (Mt 23, 35 gue la tradición de los profetas) buena parte
permitir una comunión con los cristianos gen- aLa) no hay perdón de los pecados (Heb 9, par. Lc 11, 50; Mc 14, 24 par.; Hech 22, 20; de su relevancia. En lugar de la venganza de
tiles. En el caso de la carne sacrificada a los 22). El efecto lustrante de la sangre del sacri- Rom 3, 15 según Is 59, 7; Ap 16, 6; cf. precio sangre aparece el perdón (compárese Mt 18,
ídolos (cf. 1 Cor 8, 1-13: 10, 14-31; Ap 2, ficio (Heb 9, 7.13; cf. 13, 11) y el poder apo- de sangre Mt 27, 6 y campo de sangre Mt 27, 21s par. Lc 17,4 con Gén 4,15.24). La culpa
tropaico de la sangre de pascua (11, 28) cons- 8; Hech 1, 19). Pilato pretende ser inocente de de sangre es para Pablo, según Hech 20, 26, la
14.20), al horror hacia la impureza que se con-
tituyen la condición previa para confesar que la sangre de Jesús, es decir, de su muerte (Mt culpa por la muerte eterna (cf. Hech 18, 6; 1
trae comiendo sangre se añade el temor a los
la sangre de Jesús purifica del pecado a los 27,24). Contra el pecado hay que luchar has- Cor 11, 27); el bautismo es considerado ahora
dioses paganos a los que se concibe como de-
suyos (9, 14; 13, 12 y passim; -4 6). Como en ta derramar la sangre, es decir, hasta la muer- como la ejecución de la pena de muerte del
monios (-4 6C1.l¡.tóvwv) (cf. Ps-Clemente,
el judaísmo, para los miembros perseguidos te (Heb 12,4). La sangre inocente (cf. Mt 27, «hombre viejo» (Rom 6, 4.6.8; Col 2, 20; 3,
Hom 7, 3.8; 9, 10; Ps-Clemente, Rec 2, 71). 3; cf. Gál 2, 19).
Un testimonio como Ap 16, 4-7 muestra clara- de la comunidad cristiana la sangre de los 4) requiere venganza, es decir, exige la muer-
mente lo profunda que fue la aversión de los mártires es también medio de lustración (Ap te como castigo expiatorio (Ap 6, 10; 19, 2). El bautismo no sólo sustituye a la circuncisión
judeocristianos hacia el hecho de comer san- 6, 11; 22, 14); la muerte de Jesús puede inter- La meretriz Babilonia está ebria de la sangre en la práctica misionera (-+ 4), sino también en la
gre; a los asesinos de los santos y de los pro- pretarse como bautismo de sangre (Mc 10, de los santos y testigos de Jesús: Roma se em- reflexión teológica; el bautismo es la «circunci-
38s; Lc 12, 50). sión de Cristo», no hecha por mano de hombres,
fetas se los obliga a beber sangre impura (Ap briaga con la muerte de los mártires cristianos
para la eliminación del pecado en general (Col 2
16, 6). El temor a la carne sacrificada a los La práctica cruenta de la circuncisión, im- (Ap 17, 6). De la concepción judía antigua de lIs). Según 1 Cor 7, 19 la observancia de lo~
ídolos se superó gracias a las enseñanzas pau- puesta por Dios (Hech 7, 8 según Gén 17, 10; que la sangre derramada inocentemente obra mandamientos de Dios es superior al rito de la
linas acerca de la libertad cristiana, que tan só- cf. Jn 7, 22s), es conservada al principio por por sí misma la muerte del culpable se deriva circuncisión (cf. Gál 5, 6; 6, 15); por el Espíritu,
lo se ve limitada por la conciencia moral del el judeocristianismo de impronta palestinen- la aceptación jurídica de la responsabilidad no por la letra de la ley, se efectúa la circuncisión
hermano «débil» (1 Cor 8, 4-13; 10,25-29). se, incluso como rito de admisión de los adep- (Mt 27, 25; cf. Hech 20, 26), y asimismo la del corazón (Rom 2, 29).
La prohibición del homicidio conserva, co- tos de Cristo procedentes del paganismo responsabilidad que se carga sobre otra perso- El NT interpreta la muerte de Jesús como
mo es lógico, su validez (Mt 5, 21s; Mc 10, (Hech 15, 5; Gál 6, 12s; cf. Hech 16, 1-3). na (Mt 23,35; Hech 5, 28; 18,6); claro que el

:>
sacrificio cruento. Jesús, que es al mismo
19 par.; Rom 13, 9; Sant 2, 11). El Texto Oc- Tan sólo la lucha de Pablo contra la circunci- espectro de los testimonios muestra que la tiempo cordero pascual (Jn 1, 29.36; 19, 36;
cidental de Hech entiende, evidentemente, la sión (Gá15, 1-12; 6, 12s; Flp 3, 2s; cf. Gá12, maldición mágica de la sangre se ha converti- Hech 8,32; 1 19), camero (Ap 5,6.12;
117 ALVéu~ - ULVLYflU 118
115 116

13, 8 Y passim) y «chivo expiatorio» (Jn 1, del Señor (cf. Jn 6, 53-56) como el bautismo A¡via~, OlJ Aineas Eneas* 18,43), los discípulos (19, 37), la comunidad
El paralítico Eneas es curado por Pedro en primitiva (Hech 2, 47), el paralítico curado
29; cf. Lev 16, 20-22), se ofreció a sí mismo (cf. Jn 3, 5; 13, 2-11) hacen partícipes de la
Lida (en hebreo: Lod): Hech 9,33.34. (3, 8.9), las naciones (Rom 15, 11), la comu-
vicariamente como sacrificio (Ef 5,2); él es, a eficacia de esa muerte para borrar pecados y nidad (Heb 13, 15) Y los redimidos que están
un mismo tiempo, sumo sacerdote y víctima difundir vida (cf. Jn 1, 29). La muerte de Je- en cielo (Ap 19,5).
del sacrificio (Heb 9,11-10,18). En los enun- sús es beber el vino y ser bautizado en la san- atVf(Jt~, fro~, ÍJ ainesis alabanza
ciados del NT acerca de la sangre de Jesús gre (Mc 10, 38s; cf. Mt 20, 22s; Lc 12,50). --> aLvÉw. 2. El grupo léxico designa la alabanza de
culminan todas las esperanzas de la piedad La teología del martirio puede interpretar Dios expresada por boca de individuos que
antigua, que estaban puestas en el efecto de la han sido salvados o por la comunidad y tam-
como bautismo el testimonio dado con la san- a¡viro aineo alabar, ensalzar*
sangre del sacrificio para purificar y borrar bién por las naciones y los ángeles. La razón
gre (Mc 10, 38s; Lc 12, 50); inversamente, el atvwL~, EW~, ~ ainesis alabanza*
pecados. La sangre de Cristo purifica de obras de la alabanza es el gozo (xaLQoV1:E~ Lc 19,
muertas a las conciencias y sobrepuja así a la
bautismo es, según Col 2, 11s, la verdadera alvo~, OV, ó ainos alabanza* 37), el ver a Cristo recién nacido (2, 20), la
circuncisión. Por este motivo, la referencia a
sangre de machos cabríos y de becerros (Heb Bibl.: R. Deichgraber, Gotteshymnus und Chris- experiencia de la salvación (Mt 21, 16; Hech
la sangre expiatoria y redentora de Cristo tie- tushymnus in der frühen Christenheit (StUNT 5), 06t-
9, 11-14,25; 10,4); justifica purificando del 2,47; Rom 15, 11; Heb 13, 15), la acción de
ne ya desde muy pronto un lugar fijo en la pa- tingen 1967, 197-214; R. J. Ledogar, Verbs of Praise
pecado (Rom 3, 25; 5, 9; Ef 1, 7; Heb 9, sanar (Lc 18, 43) Y la curación misma (Hech
rénesis bautismal (Heb 10, 19.22.29; 1 Pe 1, in the LXX Translation of the Hebrew Canon: Bib 48
3, 8.9). Por tanto, la alabanza es respuesta a la
13.14; 10, 19.29; 13, 11.12; 1 Jn 1,7-9; Ap 1, (1967) 29-56; LiddeIl-Scott, s.v.; J. H. Quincey, Greek
5; 7, 14; 12, 11). Lo mismo que el pacto de 18s; cf. Rom 6,3; Heb 9, 14). acción de Dios en Cristo, recoge la alabanza
Expressions of Thanks: JHS 86 (1966) 133-158; H.
Moisés en el AT (Ex 24, 6-8), a cuya «sangre Ahora bien, sobre todo en la Cena del Se- Ringgren, hll, en ThWAT 11, 433-441; H. Sch1ier, celestial de Dios (Lc 2, 13; Ap 19, 5) Y hace
del pacto» (Ex 24, 8) remite Mt 26, 28 par. ñor, la comunidad que la celebra recibe par- aLvÉw, alvoc;, en ThWNT 1, 176s; H. Schultz: DTNT que los que alaban se unan al loor y glorifica-
Mc 14, 24 (cf. Lc 22, 20; 1 Cor 11, 25; Heb ticipación en el sacrificio cruento de su Se- 1,54-55. ción que se tributan universalmente a Dios
10, 29), el pacto en la sangre de Jesús (1 Cor ñor. El pacto de vino de la eucaristía (1 Cor por la acción salvífica realizada en Cristo (cf.
1. aLvÉw aparece 8 veces en el NT; de ellas
10, 16; Heb 9, 15-22: 13,20) se produce tam- 10, 16), referido expresamente por las pala- Rom 15, 7: Ó XQL01:0~ :n:QOOfAU~EW 'Ú¡.ta~
6 veces en Lucas (3 testimonios en Lc y 3 en
bién «rociando» con esa sangre (gav1:L<J¡.tó~ bras interpretativas de Jesús a la sangre de-
Hech); 1 en Rom 15, 11 (cita del Sal 117, 1), cL~ M~av wv 'frcov). La alabanza de Dios se
Heb 12, 24; 1 Pe 1, 2; gav1:Ll;wfrm Heb 10, rramada en su muerte (Mc 14, 24 par.; 1 Cor y) en Ap 19,5 (cf. Sal 135, 1 Y passim); expresa en fórmulas acuñadas, y que nos han
22; gUvwJ¡.ta Bern 5, 1); por medio de su 11, 25; cf. Jn 6, 55s), es el nuevo pacto de atvo~ aparece 2 veces (Mt 21, 16, cita del Sal sido trasmitidas en parte, de doxología y de
sangre, Cristo rescató a los suyos (Hech 20, sangre (cf. Heb 9, 15-22; 10, 29; 13,20) se- 8,3 LXX; Lc 18, 43); atvwL~ aparece única- oración (xal, AÉyOV1:f~ Lc 2, 13s; 19, 37s; cf.
28; 1 Pe 1, 18s; Ap 5, 9; cf. Ef 2, 13) yesta- gún la analogía del antiguo pacto de sangre mente en Heb 13, 15 (cf. Sal 49, 14.23 LXX). Ap 19, 5-8) como en la debida alabanza que
bleció en la cruz la reconciliación cósmica de Ex 24, 6-8 (Mt 26, 28 par. Mc 14, 24; Heb La alabanza se dirige siempre a Dios (6 ve- Dios «prepara» o que «se tributa» a Dios (Mt
(Col 1,20). 9, 18-22). Sin necesitar ya los ritos de sangre ces: 1:0V 'frEÓV, 1 vez: 1:0V XÚQLOV, 1 vez: 1:0 21, 16; Lc 18,43). Como «fruto delos la-
Ya en el mundo de ideas del AT y del judaís- expiatorios, la comunidad primitiva experi- 'frE0 [Ap 19, 5; cf. BlaB-Debrunner § 187, 3] bios», la confesión del nombre de Dios junta-
mo la sangre y el agua por un lado (cf. Ex 4, menta en el acto sacramental de beber el vi- en el verbo, de manera parecida avacpÉ- mente con la constante alabanza de Dios son
9; 7,17-25; 29, 4.20; Lev 14,5-7.50-52; bKer no la fuerza purificadora de una sangre que QW¡.tEV 'frvoLav aLvÉoEw~ ... 1:0 'frE0 Heb 13, el verdadero sacrificio de alabanza (--> 'frvoLa
actúa de manera incomparablemente más in- 15; :n:a~ Ó Aao~ ... f()WXEV aLvov 1:W 'frEW Lc aLvÉoEw~) de los que han sido salvados por el
81 a y passim) y la sangre y el vino por otra
parte se consideran afines (cf. Gén 49, 11; Dt tensa que la sangre de todos los sacrificios 18,43; cf. también Mt 21, 16). El NT se ~tie­ sacrificio de Cristo, un sacrificio que sustitu-
de animales (Heb 9, 13s). ne así a la manera preponderante de hablar de ye definitivamente a los antiguos sacrificios e
32, 14; Is 63, 1-6; Jer 13, 12s; 25, 15-28; Eclo incluso a los antiguos sacrificios de alabanza
O. Bocher la LXX, mientras que en el AT hebreo hillel
39, 26; 50, 15; 1 Mac 6, 34; bSab 1lOa y pas- (Sal 49, 14.23 LXX), porque es la alabanza de
puede referirse a menudo a personas. Con es-
sim). Así que no es de extrañar que el pensa- to, el grupo léxico se diferencia también cla- aquellos que, desde Cristo, han salido de este
miento simbolista del NT experimente y cele- mundo y se hallan en camino hacia la 1fttura
ai,..,a'tExXlJCJí,a, a~, ÍJ haimatekchysia ramente, a pesar de que las significaciones
bre no sólo en el baño de agua del bautismo básicas son las mismas, de las formaciones ciudad cel~stial.(Heb 13, [12-]15; cf. A ~ro­
derramamiento de sangre*
sino también en el vino que se bebe en la Ce- Heb 9, 22. ThWNT 1, 175s. H. Christ, Blut- derivadas --> f:n:mvo~ y e:n:mvÉw, que pueden bel, Hebraerbnef [NTD], sub loco; O. Mi-
na del Señor una representación eficaz del sa- vergiefien im AT (ThDiss 12), Basel 1977; utilizarse para expresar tanto la alabanza de chel, Hebriierbrief' [KEK], sub loco).
crificio cruento de Jesús. El bautismo y la ThWAT 11,256-258. --> atfla 4. Dios como la de los hombres. aLvÉw se halla
H. Balz
Cena del Señor están vinculados de manera en paralelo con --> ()o~ul;w (Lc 2, 20; cf. 18,
sumamente íntima (1 Cor 10, 1-6; 12, 13; 1 43; MartPol 14, 3). e:n:mvÉw (Rom 15, 11) Y
Jn 5,6-8); se explican, según Jn 19,34, como ai,..,oQQoiro haimorroeo padecer hemo- EVAOyÉW (Lc 24, 53 Koiné lat; como sustitu- atvt'Y,..,a, ato~, tó ainigma enigma*
«sangre yagua» que brotaron del costado de rragias* tivo de EVAOyÉW ibid. D it; cf. HecJn 77). Los En 1 Cor 13, 12 dícese de la imagen borro-
que alaban son ángeles (Lc 2, 13), pastores sa o enigmática (cf. Núm 12, 8). ThWNT 1,
Jesús ya muerto, es decir, se fundamentan en Mt 19, 20: una mujer que desde hacía ya do-
(2, 20) Y niños (Mt 21, 16), la multitud (Lc 177-179.
la muerte sacrificial de Jesús. Y tanto la Cena ce años padecía de hemorragias --> atfla 6.
119 alvo~ - aLQE'tLl;,úl 120 121 122

alvo~, O\), Oainos alabanza 7.11; 5, 1.6.8.10 Y passim) dentro del pueblo atQt:'ttXÓ~, 3 hairetikos herético 4. El significado de llevar aparece, por
4 atvéO). de Dios, o «equipos especiales creados con el 4 aLQE<JL~. ejemplo, en Jn 5, 10, con un sentido que en
fin de lograr determinados objetivos o reali- este caso es muy afín al de tomar 4 2.
zar determinadas tareas, dentro del pueblo de
Atvrov, Í) Ainon Enón* Dios» (Thoma, 97). Los judeocristianos, que
atQro airo levantar, tomar, quitar 5. El significado de alejar lo encontramos
Nombre de lugar. Uno de los sitios donde se sentían obligados a la observancia de la To- Bibl.: Bauer, W6rterbuch, s.v.; J. Jeremias, ULQúl en el sentido de cambiar de lugar Jn 2, 16; 11,
Juan bautizaba: Jn 3, 23. Kopp, Stiitten, 166- rá y que participaban en el culto de la sinago- %'tt..., en ThWNT 1,184-186. 39.41 Y 20,1; 19,31.38 Y 20, 2.13. En Mc 2,
172; R. Schnackenburg, El Evangelio según ga, pero que además celebraban sus propias 21 lo encontramos en el sentido transitivo de
El vocablo aparece unas 100 veces en el coger y llevarse (Bauer, s.v. 4). Según Jn 17,
san Juan 1, Barcelona 1980,488. reuniones acompañadas de comidas comuni- NT. De ellas únicamente 7 veces fuera de los 15, los discípulos no son sacados del mundo.
tarias (cf. Hech 2, 42.46s; Lc 4, 16ss), figura- evangelios y los Hech. Como el latín tollo,
ban todavía antes del 70 p.e. como la «con- Se aleja de la comunidad el mal, según Ef 4,
atQÉo..-,at haireomai escoger, preferir* tiene varios significados: 1. levantar, 2. to- 31; cf. 1 Cor 5, 2; Jn 15, 2. Según Jn, Jesús
Flp 1,22; 2 Tes 2, 13; Heb 11,25. ThWNT gregación de los nazoreos» (cf. la denomina- mar, 3. tomar sobre sí, 4. llevar, 5. alejar.
ción que se hace de Jesús como 4 Na~úlQaLo~ -como el Cordero que es (cf. 19,36)- no car-
1, 179; DTNT II, 62-64.
en Mt 2,23) dentro del pueblo judío, el pue- ga sobre sí el pecado (o los pecados), sino que
1. De levantar en alto en sentido propio se lo(s) quita o elimina (1,29; 1 Jn 3,5); cf. Bi-
blo de Dios, que se caracterizaba por el plu- habla, por ejemplo, en Mc 11,23. En relación
atQt:Ot~, t:ro~, Í) hairesis opinión de es- ralismo de tendencias. Sin embargo, para el llerbeck 11,363-370; Jeremias, 185.
cuela, partido, facción* con este significado se halla también el de re-
autor de Hech el cristianismo no es ya una Se habla también de eliminación en el sen-
atQEtL%Ó~, 3 hairetikos herético*
coger los trozos que quedaron de pan, en Mc
agrupación de tantas en el seno del judaísmo. tido de aniquilación, de quitar de en medio
6, 43 Ypassim; el de levantar a un muerto, en
Bibl.: M. Meinertz, ~xl(J[lu und ULQEOLC:; im NT: BZ Por eso, pone esta expresión únicamente en (cf. la etimología de «eliminar»: arrojar fuera
Hech 20,9, y el de levar anclas en 27, 13. En
1 (1957) 114-118; H. Paulsen, Schisma und Haresie.
labios de judíos. del umbral). Un juicio se declara nulo, «se
sentido figurado, arQO) significa también la
Untersuchungen zu 1 Kor 11, 18.19: ZThK 79 (1982) suspende» (Hech 8, 33 = Is 53, 8 LXX) Y se
180-211; H. Schlier, UlQEOLC:;, en ThWNT 1, 180-184; acción de alzar la mano para jurar, en Ap 10,
C. Thoma, Das jüdische Volk-Gottes- Versttindnis zur 2. Tampoco para Pablo es la Iglesia una destruye el documento de la deuda (así tradu-
5; de alzar los ojos, en Jn 11, 41, Y de alzar la
Zeit Jesu, en Theol. Berichte IlI, Zürich 1974,93-117; aLQf<JL~ judía, sino que él utiliza este término ce Bauer, s. v. 4 la frase arQúl EX LOU f.lfOOU
voz, en Lc 17, 13; Hech 4,24; así como el de
W. Wiefel, Erwagungen zur soziologischen Herme· dos veces con sentido peyorativo: 1 Cor 11, de Col 2, 14). Así como el diluvio se llevó a los
neutik urchristlicher Gottesdienstformen: Kairos 14 mantener en tensión, en Jn 10, 24.
18s en paralelo con OxLOf.la1:a para designar hombres (Mt 24,39; cf. Lc 17,27 UmOAf<JEv),
(1972) 36-51.
facciones, escisiones, y Gá15, 20 dentro de un 2. En el sentido no acentuado de tomar, co- así el grito de «¡Quita de en medio a ese hom-
1. De las 9 veces que se emplea el sustanti- catálogo de vicios, como una de las «obras de ger, arQO) designa el objeto con el que se ha- bre!», lanzado por la multitud, exige la muer-
vo en el NT, 6 aparecen en Hech, donde el la carne», en paralelo con «intrigas y escisio- ce algo, como vemos, por ejemplo, en Mc 2, te de Jesús (Lc 23, 18; Jn 19, 15) Y la de Pa-
sustantivo se refiere a los saduceos (5, 17), nes»: aLQfOEL~ son aquí facciones que se for- blo (Hech 21,36; 22, 22).
lIs par.; Jn 5, 8s.11s (<<tu camilla»). El acto
los fariseos (15, 5; 26, 5) Y los «nazoreos» man por falsas doctrinas que ponen en peligro de tomar o coger se acentúa más, cuando se Finalmente, arQO) significa además alejar
(24, 5.14; 28, 22). Conforme al uso lingüísti- la unidad de la Iglesia. trata de llevar consigo (Mc 6, 8 par.), llevar en el sentido de quitar, arrebatar, refiriéndo-
co que se hace de este término en Josefo (Bell El uso lingüístico posterior que se hizo en sobre sí (Lc 22, 36) o incluso de recoger (por se, por ejemplo, a los bienes (Mc 4, 25), a la
n, 118.122.137.142.162; Ant VII, 347; XIII, la Iglesia, entendiendo el término en el senti- ejemplo, Mc 13, 15s par.; 6, 29 par.; Jn 20, palabra (Mc 4, 15 par.; cf. Mt 13, 19 áQ:rtá-
171.288.293; XV, 6; XX, 199; Vita 10.12.191. do de grupo herético, secta (cf. IgnEf 6, 2; ~EL) o al reino de Dios (Mt 21, 43).
15) alguna cosa.
197) Y en otros autores de la antigüedad (Dio- IgnTral 6, 1; MartPol Epil 2, Justino, Apol I 6. No se pueden clasificar con seguridad los
doro Sículo 11 29, 6; Diógenes Laercio 1, 26.33 entre otros) aparece ya en 2 Pe 2, 1, 3. El discípulo de Jesús debe tomar sobre significados de sacar (del banco: Lc 19, 21s)
18.19; Epicteto, Diss 11, 19,20) se deduce que donde vemos que los profetas de mentiras, sí (y cargar con) el yugo (Mt 11, 29) o la cruz y de obtener (mediante sorteo: Mc 15,24), de
su significado es opinión de escuela, escuela, con sus falsas doctrinas, conducen a la perdi- (Mc 8, 34 par. MtlLc; cf. Mt 10, 38 con todos modos, cf. 4 2.
partido (religioso) sin acento negativo. Las ción. Por eso, el aLQELLxO~ av{tQúl:rto~ en Tit Aaf.l~ávO) a diferencia de Lc 14, 27 con W. Radl
aLQfOEL~ judías mencionadas en Hech 5, 17; 3, 10 es el hereje que se ha desviado de la ~aoLá~úl). Sobre el origen y sentido primiti-
15, 5; 26, 5 eran agrupaciones voluntarias -el «recta doctrina». vo de las palabras de cargar con la cruz, cf. J.
verbo aLQfo), correspondiente a aLQf<JL~, sig- G. Baumbach Schneider, en ThWNT VII, 578s. En Mc estas atoihivo..-,at aisthanomai comprender,
nifica escoger-, asociaciones de derecho pri- captar el sentido*
palabras caracterizan (la disposición para) el
vado, entendidas en sentido griego, que tenían Lc 9, 45 (en oposición a UyvOfO). ThWNT
seguimiento hasta llegar al martirio, y final-
1, 186-188.
la finalidad de ocuparse intensamente del es- a¡Qt:'tt~ro hairetizo escoger, elegir* mente en Lc la conducta orientada constante-
tudio de la Torá (cf. la caracterización de los Mt 12, 18: «He aquí mi Siervo, a quien ele- mente (9, 23 xal't' 'lÍf.léQav a diferencia de
jasideos [o jasidim] que se hace en 1 Mac 2, gí», al principio de una cita de cumplimento Mc) por el ejemplo del Señor, que siempre va atoihlot~, t:ro~, Í) aisthesis experiencia*
42, Y de los esenios de Qumrán en lQS 1, (cf. Ag 2, 23 LXX). ThWNT 1, 183s. delante. Flp 1,9. ThWNT 1, 186-188; DTNT 1,297.
123 124 125 126

atO'-lh]'t'Í)QlOV, OU, 'tó aistheterion sentido* 1. El verbo (denominativo de uToxo~, 'tó, 10, 8, así como también su esperanza se cifra avergonzado ante Dios y ante los hombres y,
En Heb 5, 14 dícese de la capacidad de dis- cf. Frisk, Worterbuch, s. v.; desde Homero, Od) en que no ha de quedar avergonzado por nada por tanto, no tener que avergonzarse de nin-
cernimiento moral. ThWNT 1, 186-188. lo encontramos en el NT en los cinco lugares en cuanto al éxito de su labor en favor de guna figura y de ninguna consecuencia de ese
siguientes: Lc 16,3; 2 Cor 10, 8; Flp 1,20 (en Cristo Flp 1,20; cf. 1 Jn 2,28. evangelio, por escandalosas que resulten.
cada uno de los mencionados casos, en indi-
atO'XQoxt:Qb'Í);, 2 aischrokerdes dícese del cativo); 1 Pe 4, 16 (en imperativo); 1 Jn 2,28 4. El compuesto E:ltUWXÚVO/lat * (desde 5. El sustantivo utaxúvlJ* (neologismo del
vegonzoso afán de bienes materiales* Esquilo; en la LXX sólo 3 testimonios) apa- verbo; corresponde, poco más o menos, a 'to
(en subjuntivo).
1 Tim 3,8; Tit 1, 7; cf. 1 Tim 3,3 Koiné. rece 11 veces en el NT (8 de ellas en indica- uio)(úvw{}aL, Tucídides V, 9, 9; atestiguado
2. Significa (lo mismo que el hebreo bOs) tivo, y 3 en subjuntivo). De ellas, 4 veces en por vez primera en Teognis 1272) aparece en
atO'XQoxt:Qbro; aischroderdos (adv.) con una de dos: o sentir vergüenza subjetivamen- los evangelios (Mc 8, 38 par. Lc 9, 26). Sig- el NT en los 6 lugares siguientes: Ap 3, 18
vergonzoso afán de bienes materiales* te (en voz media), o quedar avergonzado ob- nifica siempre avergonzarse subjetivamente (nominativo singular); 2 Cor 4, 2; Heb 12, 2
1 Pe 5, 2: «no por sórdido afán de ganan- jetivamente (en voz pasiva; Bultmann, 189s; (en voz media; Bultmann, 189; Bauer, Wor- (en ambos casos, en genitivo singular); Lc 14,
cia, sino con dedicación». Bauer, Worterbuch, s.v.). terbuch, s. v.). Aquí siempre el sujeto es una 9 (f1f'tá con genitivo singular; cf. Eurípides,
persona (por ejemplo, Cristo Heb 2, 11; Dios Frgm. 953, 44); Flp 3, 19 (EV con dativo sin-
atO'XQoAoyía, a;, t1 aischrologia lengua- 3. El sujeto de uio)(vvo[laL es siempre una Heb 11, 16; el Hijo del hombre Mc 8, 38 par. gular); Jds 13 (acusativo plural). Significa
je obsceno* persona (por ejemplo, en Pablo en 2 Cor 10, Lc; Pablo Rom 1, 16) o un grupo de perso- siempre vergüenza en sentido objetivo (Bult-
Col 3, 8 lenguaje soez (Polibio VIII, 11, 8; 8; Flp 1,20) o un grupo de personas, pero no nas; objeto directo de la acción verbal (cf. Je- mann, 190; Bauer, Worterbuch, s.v. 2). Puede
XXXI 6,4; AgU 909, 11). el objeto directo de la acción verbal (cf., por nofonte, Hist IV, 1, 34) tan sólo en Mc 8, 38 tenerse también a la vista la reacción subjeti-
ejemplo, Eurípides, Ion 934). Junto al uso ab- par. Lc. Una cosa es objeto directo (cf. Pla- va de sentirse avergonzado (Lc 14, 9). El pa-
soluto (cf., por ejemplo, Homero, Od 18, 12) tón, Soph 247c) Rom 1, 16 (fVUyyÉf..LOV); 2 saje de 2 Cor 4, 2 permite varias traducciones
atO'XQó;, 3 aischros vergonzoso, deshon-
1 Pe 4, 16 (en voz media) y 2 Cor 10, 8; Flp Tim 1, 16 (cf. IgnEsm 10, 2), una persona y (R. Bultmann, Der zweite Korintherbrief[KEK] ,
roso, bajo*
1, 20 (en cada uno de estos casos, en voz pa- una cosa asociadas (en la lengua clásica úni- sub loco), entre ellas también: (el sentimiento
1 Cor 11, 6; 14,35; Ef 5, 12; Tit 1, 11.
siva) se encuentran los regímenes en infiniti- camente con el verbo simple, por ejemplo en -subjetivo- de) vergüenza (cf. Bauer, Worter-
ThWNT 1, 188-190.
vo (cf., por ejemplo, Esquilo, Choeph 917) Tucídides III, 14, 1) Mc 8, 38 par. Lc; 2 Tim buch, s. v. 1; ambos significados están atesti-
Lc 16, 3 (en voz media) y también aJtó con 1, 8. Como en el verbo simple, junto al uso guados en von Erffa, 112 y 121; sobre la dife-
atO'XQó'tl);, 1)to;, Í) aischrotes conducta genitivo (cf. Sophocles, Lexicon, s.v.) 1 Jn 2, absoluto (cf. Platón, Resp 573b) 2 Tim 1, 12, rencia con respecto a --> uioú>~ cf. Schmidt,
obscena, soez* 28 (en voz pasiva; «ante/por él»). El régimen se encuentra el régimen de infinitivo (cf. Es- Synonymik III, 536-543; Trench, Synonyma
Ef 5, 4 en la enumeración de una serie de con participio (por vez primera en [Pseudo-] quilo, Ag 1373) Heb 2, 11 Y (adicionalmente 42-45; Bultmann, en ThWNT 1, 169s). Proba-
vicios (vv. 3-5). ThWNT 1, 188-190. Esquilo, SeptTheb 1029s; sobre la diferencia con acusativo de persona) 11, 16, pero no con blemente se piensa en la renuncia a vergonzo-
con respecto al infinitivo, cf. Kühner, Gram- participio (cf., por ejemplo, Sófocles, Ai sas intenciones ocultas. De manera parecida,
atO'XÚV1), 1);, .. aischyne vergüenza, pudor matik n, 2, 73) no aparece en el NT ni en los 1307). Con E:ltL con dativo de cosa (Is 1, 29; los enemigos de la cruz de Cristo buscan su
--> uI,O)(ÚVOf1aL 5. papiros (cf. Mayser, Grammatik n, 1, 317), en la lengua clásica únicamente con el verbo gloria en lo que los hace ignominiosos (ante
sino que vuelve a aparecer únicamente en simple, por ejemplo, Aristóteles, Rhet 1367a7) Dios): Flp 3, 19. Por el contrario, Cristo me-
atO'xúvo,..,al aischynomai avergonzarse, Justino, Dial 123, 4. Con excepción de Lc 16, se halla el verbo en Rom 6, 21 (<<de lo que»). nospreció la vergüenza pública de la cruz:
quedar avergonzado* 3 el verbo va unido siempre con una nega- Tan sólo en 6 lugares se halla asociado con Heb 12,2. En Ap 3, 18, sirviéndose de la ima-
ción; se hallan entonces en oposición con él una negación. gen de la vergüenza de la desnudez, se hace
1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se- ool;á~w (1 Pe 4, 16); xU1JXáo[laL (2 Cor 10, El verbo compuesto EJtUWxúvof1al des- referencia a la pobreza de la comunidad de
mánticos - 3. Campo referencial - 4. btaL<JXVVOlWL- 8; cf. 7, 14; Sal 96, 7 LXX); f1eyu!..úvw (Flp
5. aLoxvv11.
empeña un papel especial en el lenguaje de Laodicea en bienes espirituales; sería posible
1,20; cf. J. Gnilka, Der Philipperbrief [HThK], las confesiones cristianas primitivas. Puede también la traducción: tu desnuda vergüenza
Bibl.: C. K. Barrett. 1 am Not Ashamed oithe Cos- sub loco); JtUQQl]OLUV E)(W (l Jn 2, 28; cf. designar el hecho de que el hombre reniegue (cf. A1cídamas en Aristóteles, Rhet 1406a 29;
pel, en Foi et Salut selon S. Paul (AnBibl 42), Roma Prov 13,5; Flp 1,20). de Jesucristo, o de que el Hijo del hombre re- Sophocles, Lexicon, s. v. 2). El plural (cf. Eu-
1970, 19-41, especialmente 19-22; R. Bultmann,
aUiÓJ~, en ThWNT 1, 168-171; Id., aLoxvvw ¡¡LA., en
Con más intensidad que en el ámbito hele- niegue del hombre, Mc 8, 38 par. Como ex- rípides, HercFur 1423 y U. von Wilamowitz-
ibid. 188-190; C. E. Frhr. v. Erffa, AItl,Q¿ und ver- nístico el frecuente significado de avergon- presión peculiar, el verbo EJtUW)(VVOf1aL, se- Moellendorff [eds.], sub loco) en Jds 13 pue-
wandte Begriffe in ihrer Entwicklung von Homer bis zarse (Lc 16,3; 1 Pe 4, 6) se sobrepone al as- guido de una negación, sustituye en Rom 1, de traducirse por actos vergonzosos o desvergüen-
Demokrit (Philologus Suppl. 30, 2), Leipzig 1937; H.- pecto objetivo de quedar avergonzado. Si
G. Link-E. Tiedtke, Vergüenza, oprobio, en DTNT IV,
16, con una «negación patética» (E. Kase- zas (Bauer, s. v. 3 ó s. v. EJtUCPQL~W). uio)(úvl]
345-347; W. Trillhaas, Ethik, Berlin '1970, 231-236; Pablo ha de gloriarse frente a los adversarios mann, An die Romer' [HNT], sub loco), al ver- está siempre referido a una persona o grupo
W. S. Vorster, aLaXVvO[laL en stamverwante woorde in corintios, no por eso queda avergonzado has- bo --> O[lOf..oyÉw (<<confesar»); cf. 2 Tim 1, 8. de personas. En oposición se hallan oól;u (Lc
die Nuwe Testament, Pretoria 1979. ta el punto de tener que avergonzarse 2 Cor Confesar el evangelio significa no quedar 14, 9; Flp 3, 19; cf. Tucídides 1, 5, 1) o
127 UtOXlJ'VOl!aL - &tiu 128 129 u\,tiu - UtXWlt..o)'t'O~ 130

JtuQQ'Y\<Jta (2 Cor 3, 12; cf. R. Bultmann, Der 10, 35.38 par. Mt, demandar, por ejemplo, llV uhtav o uhtu(v) 6l' fív, y otras 9 veces gún también Pablo (y, de manera general, se-
zweite Korintherbrief [KEK] , sobre 4, 2). Mc 15, 8, suplicar Mc 15, 43 par. Mt/Lc; encontramos esta palabra como término técni- gún los cristianos; cf. 19,40) no existe ningu-
Hech 9, 2, exigir Lc 12, 20,48; Hech 25, 15, co empleado en re!ación con los procesos en- na aL'tta para entablar un proceso judicial
A. Horstmann insistir en Lc 23, 23; Hech 13, 28, rogar a al- (25, 18.27; 28, 18). Los complacientes roma-
tablados contra Jesús y contra Pablo. Halla-
guien una cosa Lc 1, 63; Hech 16, 29, pedir mos también 4 veces e! neutro de aL·tLO~, nos lo entienden así, pero no hacen nada con-
limosna Hech 3, 2, solicitar algo 12,20, que- tra «los judíos», como no hicieron nada en el
aitÉro aiteo pedir y una sola vez empleado en masculino (Heb
rer tener 13, 21, exigir, querer ver (señales) 1 5,9). caso de Jesús (compárese 28, 18s con 3, 13;
l. Uso del vocablo. - 2. Construcción - 3. Varian- Cor 1,22, demandar (razón) 1 Pe 3, 15, orar 13,28).
tes semánticas - 4. Diferente empleo - 5. ah'Y]¡.ta.
1Jn5,16. 2. a) al.·da significa primeramente causa, W. Radl
Bib!.: H. SchOnweiB, Oración, en DTNT III, 212-
225; G. Stlihlin, ahÉw %'tA" en ThWNT 1, 191-195. 4. Pablo evita al.'tf.m con una excepción razón, motivo. 1) En Mt 19,3 se trata del mo-
significativa (l Cor 1, 22; -+ 3). Según los tivo -a veces ridículo- para el divorcio (cL
1. La palabra aparece unas 70 veces en el a'tto~, 3 aitios culpable
evangelios, Jesús no emplea nunca este verbo Billerbeck 1, 312-320). 2) En general, aLtta
-+ aLtta.
NT. La emplean con frecuencia los cuatro para referirse a su propio acto de orar; ahf.m, significa la razón de algo, cuando va unido
evangelistas, pero Pablo la emplea únicamen- para referirse a la oración, es un término que con 6LÚ en la expresión antes mencionada,
te en 1 Cor 1, 22, Y aparece también, por lo en general aparece únicamente en los materia- bien sea en conexión con un relativo (Hech ato~, tó aitioma inculpación,
aitíro ....a,
demás, en Ef y Col, Sant y 1 Pe. les procedentes de Q (yen el material pecu- 10,21; 2 Tim 1, 6.12; Tit 1,13; Heb 2,11: por acusación*
liar de Mt: 6, 8; 18, 19) Y asimismo en Jn 11, la cual), o bien con una interrogativa indirec- Hech 25, 7: Los judíos presentaron ante
2. Casi en la mitad de los casos, uhf.m se ta (Lc 8, 47; Hech 22, 24: por qué); cf. -con Festo «muchas y graves acusaciones contra
22; 14-16. El don implorado es según Lc 11,
emplea en voz media. Aparte de! uso absoluto 'ta'Ú't'Y\v- 28, 20: por este motivo. - aL'tLO~ en Pablo».
13, a diferencia de Mt, no sencillamente el
(1 Jn 5, 16), el verbo puede llevar doble acu- Heb 5, 9 designa que una persona es la razón
bien, sino el Espíritu Santo. En Mt 20, 20, a
sativo (Mc 6, 22s), pero no cuando está en de algo, es decir, el autor de una cosa. 3) En
diferencia de Mc, el deseo nada modesto de aiqJVíbw~, 2 aiphnidios repentino*
voz media; la persona a quien se pide algo Mt 19, 10 aLtta es la cosa tal y como se pre-
los hijos de Zebedeo se pone en labios de su Lc 21,34; 1 Tes 5,3, dícese en ambos casos
puede ir también introducida por la preposi- senta, la relación (existente entre el hombre y
madre. Una corrección de concepto del texto del repentino e inesperado comienzo de los
ción rcaQú (Jn 4, 9) o por la preposición anó la mujer).
de Mc nos la ofrece Mt 21,22. acontecimientos del fin de los tiempos.
(Mt 20,20), Y la cosa pedida puede ir en (acu- b) ah tu es también un tecnicismo del len-
sativo con) infinitivo (Lc 23, 23) o en una 5. Según Mt 21, 22 es posible precisar guaje jurídico y entonces significa 1) culpa o
oración completiva introducida por Lva (BlaB- también el significado del sustantivo ahl)- delito (Mc 15, 26 par. Mt; Jn 18, 38; 19,4.6; aix....al..roO'ía,a~, tí aichmalosia cautivi-
Debrunner § 155, 2; 392 nota 4). Si la cosa p.ta* (Lc 23, 24; Flp 4, 6; 1 In 5, 15): designa Hech 13,28; 23, 28; 28, 18) Y 2) inculpación dad de guerra*
pedida se expresa por medio de una oración la petición particular y el contenido de la o acusación (25, 18.27). - En 1) hay que in- Ap 13, 10a.b. En Ef 5, 8 los cautivos de
de relativo, entonces el verbo ahf.m se halla misma, lo que se pide, a diferencia de la ac- cluir también el aL'tLOV que aparece en Lc 23, guerra; cf. Heb 7, 1 v.l. ThWNT 1, 195-197.
en subjuntivo precedido con frecuencia por ción de pedir. 4.14.22; Hech 19,40.
av (Eáv) (Mc 10, 35; cf., a propósito, Bauer, W. Radl
Worterbuch, s. v. av 2). 3. El hecho de que ahta y aL'tLO~ aparez-
aiX....al..ron'Úro aichmalOteuo llevar al cau-
tiverio*
a't1),!,~, ato~, tó aitema petición, ruego. can casi siempre en relatos sobre procesos,
3. «No existe diferencia digna de mención Ef 4,8 (Sal 67, 19 LXX); eL 2 Tim 3, 6
-+ Ul'tEm 5. nos muestra ya cuál es la función de estos tér-
entre el uso de este verbo en voz activa y en Koiné. ThWNT 1, 195-197.
minos en el NT. Lc y Jn los utilizan para
voz media» (Süihlin, 191). Sobre la distinción acentuar la inocencia de Jesús, y por cierto
-que no es aplicable a los ejemplos de! uso de aitía, a~, it aitia causa * con la repetición de aquella frase estereotipa- aiX ....al..rotí~ro aichmalotizoapresar, to-
este verbo en el NT (Sant 4, 2s)- entre pedir at'tLo~, 3 aitios culpable* da: «No encuentro (encontré) culpa en este mar cautivo o prisionero*
algo en sentido de una transacción comercial l. Uso del vocablo - 2. Significados - 3. Campo se- hombre (en él)>>. Así sucede en Lc 23, 4.14.22 Lc 21, 24. En sentido metafórico: hacer
(voz media) y pedir algo sin ofrecer nada a mántico. con a'L'tLov y en Jn 18, 38; 19, 4.6 con ahia; prisionero Rom 7,23; 2 Cor 10, 5. En el sen-
cambio (voz activa), cf. Mayser, Grammatik Bib/.: Bauer, Worterbuch, s.v. aL-da y aL'tLo<;; H. cf. Hech 13,28. Por otro lado, Lc 23,28 a di- tido de seducir, cautivar 2 Tim 3, 6. ThWNT
II/l, 109s; Stahlin, 192; BlaB-Debrunner § Conzelmann, El centro del tiempo, Madrid 1974, 199- ferencia de MclMt no habló, con toda inten- 1, 195-197.
316 nota 3. 213; W. Radl, Paulus und Jesus im lukanischen Dop- ción, de uLtia, al referirse a la inscripción que
pelwerk, Bern-Frankfurt a. M. 1975,252-265, 325-
La significación fundamental de pedir tiene 345; F. Thiele, Culpa, en DTNT 1, 383-39l.
se había fijado en la cabecera de la cruz. Aquí aiX.... ál..roto~, ooto", ó aichmalotos
(el)
muchos matices diversos en el NT: rogar, por se trata, evidentemente, de una apologética cautivo, prisionero*
ejemplo, Mt 7,7.8.9.10.11 par. Lc, querer al- 1. ahta aparece 20 veces en el NT, de las política del cristianismo, como aparece con Le 4, 18 (Is 61, 1). ThWNT 1, 195-197;
go, por ejemplo, Mc 6, 22.23.24.25 par. Mt; cuales aparece ya 8 veces en la expresión DL' especial claridad en Hech. Según Hech, y se- DTNT 11, 101s.
131 aLwv 132 133 aLwv 134

no no es inherente al término como tal, sino que para expresar jamás (se oyó que se curase un los pasajes de Heb 6 y 7, que dependen de
atrov, rovo~, ó aii5n
(período de) tiempo, se deriva tan sólo de la relación en que queda su ciego de nacimiento). De manera parecida aquélla.
era, eternidad, mundo sentido propio por efecto de ser un nomen rectum an' aLoovo~ en Lc 1,70; Hech 3, 21; 15, 18;
1. Uso del vocablo - 2. Empleo lingüístico pre- o por efecto de una preposición (así Dt 15, 17 pa- en estos lugares se habla de la manifestación b) También d~ 'tov aLoova tov aLoovo~, en
cristiano - 3. ULWV como concepto de tiempo en el ra siempre, durante toda la vida, Is 40, 28 eterno, Heb 1, 8, es parte integrante de una cita del
imperecedero). Desde el DtIs '()lam «se convierte de la salvación escatológica, que Dios ha co-
NT - 4. La idea de los dos eones - 5. ULWV = mun-
en distintivo del mundo de Dios y de su actua- municado desde siempre, desde que hay ma- AT, pero por su forma plerófora lleva ya en sí
do - 6. Eón como ser personal.
ción, que permanece al final determinándolo to- nifestación por medio de los profetas (así el significado de eternidad. Esto precisamen-
Bibl.: J. Barr, Biblical Words for Time, London te habrá que decir también de la forma plural
'1969; O. Cullmann, Christus und die Zeit, Zürich
do» (Jenni, 311). En los salmos se refiere también también en Hech 15, 18; el versículo no es ya
'1962; G. Delling, Zeit und Endzeit, Neukirchen-
a la acción y la conducta religiosas del piadoso y una cita, sino la terminación de una cita en de la misma expresión, tal como aparece en
Vluyn 1970; W. Harnisch, Verhiingnis und Verheij3ung tiene su lugar indicado -también con variadas lenguaje del AT). En una línea paulina, con la las doxologías de Pablo, del Déutero-Pablo,
der Geschichte, Gottingen 1969, 90-106; E. Jenni, acentuaciones- en contextos litúrgicos. - En los de Heb, de 1 Pe y de Ap (Ef 3, 21 es una va-
escritos de Qumrán, el uso del término queda en- que parecen estar en relación esos pasajes, al
'olam Eternidad, en DTMAT n, 296-315; E. C. E.
Owen, ULWV and ULWVLOC;: JThS 37 (1936) 265-283 teramente dentro del marco del AT, y se hace más hablarse del pasado se piensa en el tiempo riación amplificadora). Tan sólo en Lc 1, 33
(390-394); H. Sasse, ULWV, en ThWNT l, 197-208; Id., estricto todavía. Sorprende de manera especial el anterior al mundo, 1 Cor 2,7; Col 1,26; Ef 3, (del señorío mesiánico de Jesús) y en Ap está
Aion, en RAC l, 193-204; S. Vollenweider, Zeit und frecuente empleo del término en construcciones 9.11; se habla del decreto salvífico de Dios, ampliado el uso de esta expresión y designa a
Gesetz. Erwiigungen zur Bedeutung apokalyptischer de genitivo para designar la relevancia religiosa, un decreto anterior al mundo y eterno. Para Dios (4, 9 Y passim) y a Cristo (1, 18) como
Denkformen bei Paulus: ThZ 44 (1988) 97-116. en todo lo cual se piensa frecuentemente en un expresar el tiempo ilimitado del futuro en Mc eternamente vivientes, y designa su reinado
futuro (escatológico-)eterno. 1QH 13, 10; CD 2,
1. El vocablo, atestiguado más de 100 ve- 7 denomina qdm wlm al tiempo primigenio del 11, 14 par. Mt 21, 19 encontramos d~ 'tov eterno (11, 15) Y el de los redimidos (22, 5),
ces en el NT, aparece en todos sus grupos de decreto de Dios; pero con mucha más frecuencia aLoova en una oración negativa con que se pero también el tormento eterno (14, 11; 20,
escritos y en casi todos los escritos en parti- se trata de la eternidad futura; para expresarla en maldice a la higuera: Nunca (ya) vuelva na- 10). El plural no pretende acumular varios pe-
cular. Sin embargo, en algunos de ellos el tér- su infinitud, se desarrollan diversas formas inten- die a comer tu fruto. De manera parecida, en ríodos de tiempo; la construcción de genitivo
mino se emplea de manera sumamente deter- sificadoras. Evidentemente, no corresponde nin- 1 Cor 8, 13, Pablo nunca volverá a comer no pretende potenciarlos. La estructura lin-
minada; en Jn y en 1 Jn lo encontramos úni- gún significado objetivo al uso en cada caso del carne, si tal cosa hace tropezar a su hermano. güística en su conjunto intensifica la infinitud
singular o del plural. Por lo demás, en el AT he-
camente unido con la preposición d~ o con la breo el plural es raro, lo mismo que en la LXX En Jn 13, 8 Jesús nunca deberá lavar los pies del futuro de Dios haciéndolo llegar a la cate-
preposición EX; en Ap lo hallamos únicamen- con excepción de Tob; «la diferencia es estilísti- a Pedro. En Jn 8, 35, al hablarse en imagen goría de eternidad. El mismo efecto tiene el
te en la construcción d~ tou~ aLoova~ 'toov ca» (Barros 70). Aunque la LXX es capaz de ex- del esclavo que no permanece para siempre simple plural en sentencias de cuño litúrgico
aLrovrov; en Hech aparece tan sólo an' aLoo- presar mediante un sencillo atwv (singular o plu- en casa, podría escucharse ya una referencia como Rom 1,25; 11,36; Heb 13,8 o Jds 25
vo~; también las Cartas primera y segunda de ral) la infinitud temporal (por ejemplo, Sal 89, 2 escatológica. Más claramente aún aparece es- (nQo nav'to~ toV aLoovo~ xaL vvv xaL d~
LXX an:o 'toií atwvoe:; Ewe:; toií aLwvoe:; Gil El;
Pedro emplean únicamente el término cons-
por lo demás, en el v. 8 atwv como tiempo de la
to por el contexto de Jn 10, 28: Mis ovejas náV'ta~ 'tou~ aLoova~ para designar el reina-
truido con preposición. vida), sin embargo se siente a veces tan intensa- nunca se perderán. En Jn 14, 16, la promesa do eterno de Dios). Es peculiar la doxología
mente el aferramiento de la palabra al tiempo, de que el Paráclito permanecerá d~ 'tov referida a Cristo en 2 Pe 3, 18, Y que corres-
2. En el griego precristiano del paganismo, que en Miq 4, 5 el hebreo 1" ()/am wa 'ed puede aLoova en la comunidad podría referirse al ponde a la de Jds 25. Dice así xaL vvv xaL €L~
atwv tiene sentido temporal: vida, tiempo de la traducirse por de:; tOV aLwva xaL En:EXELVa. En futuro de esa comunidad (de manera seme-
vida, generación; pero ya en Hesíodo, Theog 609 ~!téQav aLoovo~ (aLrov, evidentemente, tiene
el margen de la LXX aparece el significado de jante en 2 Jn 2). La objeción de la multitud
encontramos an:' aLwvoe:; en el sentido de desde mundo (Sab 13,9 el curso del mundo; Tob 3, 2 S; el sentido adjetival de eterno, en un sentido
muy antiguo, desde siempre; en Licurgo 106 ha- [13, 15 Sl; 13, 18 B A). El TestXII y la AsJos co- contra el camino de Jesús, en Jn 12, 34, pien- semejante al que con frecuencia se emplea
llamos la construcción de:; an:av'ta 'tov aLwva en nocen principalmente atwv en el sentido temporal sa en el tiempo ilimitado del futuro de Dios: 'fjllim en Qumrán; ~!téQa designa la salva-
el sentido de para siempre. El sustantivo puede de futuro, frecuentemente con significado escato- el Cristo permanecerá para siempre. Se pien- ción, cf. 2 Pe 1, 19; la expresión, por lo de-
significar también «un largo e ilimitado período lógico. Josefo utiliza el término para designar perí- sa, finalmente, en el futuro escatológico, que más, aparece también en Eclo 18, 10, pero se-
de tiempo», tanto en el pasado como en el futuro. odos de tiempo (así también en Ant XVIII, 287 no está ligado ya al mundo y a sus condicio-
Es interesante que Platón en Tim 37s contrapon- guramente en el sentido del Sal 90, 4). Tiene
tOV [tE/../..oVta atwva en elfuturo); en las palabras nes, en las promesas hechas a los creyentes
ga aLwv eternidad a XQóvoe:; tiempo (cf. Filón, acerca del reinado de la Casa de David, OLa. toií también sentido adjetival la expresión 'toov
Fug 57; LegGai 85); pero en Platón, Gorg 448c; n:avtoe:; aLwvoe:; por todo el tiempo Ant VII, 385 en Jn 4,14 Y passim y en 1 Jn 2,17. En todo aLrovroven 1 Tim 1, 17: «Rey eterno».
Leg 701c, atwv significa también el tiempo de la puede escucharse también un sonido escatológico. ello es siempre el contexto el que determina
vida (cf., a propósito, Sasse, RAC). Tan sólo en Bell se emplea el término en plural; tal significado. Esto se aplica también a Mc c) Del empleo de la expresión aLrov para
En la LXX atwv es de manera enteramente más tarde se emplea exclusivamente en singular. 3, 29 (a diferencia de Mt 12, 32; -+ 4.b); Jds designar la eternidad se ha deducido también
predominante la traducción de '()/am. El empleo 13; 2 Cor 9,9, donde el hecho mismo de que la temporalidad del futuro escatológico (Cull-
judeogriego de atwv, esencialmente marcado por 3. a) Por 10 demás, 10 mismo que en grie- se cite expresamente el AT confiere a la frase
'()/am, tiene el significado fundamental de tiempo
mann). Esta opinión ha sido combatida por
muy remoto, tanto referido al pasado como al fu-
go, vemos que en el NT, para designar el una referencia escatológica. Así ocurre tam- razones ligüísticas (Barr). En realidad, el he-
turo, pero no aparece en el AT como sujeto o co- tiempo sin fin, encontramos en forma negati- bién en 1 Pe 1, 25 Y en la promesa sacerdotal cho de que la expresión para designar la eter-
mo objeto independiente. El significado de eter- va las palabras EX 'tov aLoovo~ en Jn 9, 32 de Heb 5, 6 (según el Sal 109, 4 LXX), y en nidad se forme a base del término aLrov mues-
135 ut<Í:lv 136 137 ut<Í:lv - ut<Í:lvLO~ 138

tra lo difícil que es concebir la «eternidad» si eVEO''t(.o~; pero el otro eón correspondiente se 9, 26 (acerca del plural cf. TestLev 10, 1; «troVlO¡;, 2 aionios eterno, perdurable*
no es en términos relacionados con el tiempo. encuentra implícito (cf. Rom 8, 38; 1 Cor 3, TestBen 11, 3). En el ámbito de esta manera
Así lo confirman precisamente los intentos de pensar no se han recogido tampoco ideas 1. Uso del vocablo en el NT y combinaciones de
22). En Gál 1,4 la historia presente está ca- palabras - 2. Contenidos semánticos y campos referen-
por sustraerse a ello, como Miq 4,5 o Jds 25. racterizada expresamente como «mala», ¡un realmente dualistas; Dios sigue siendo el Se- ciales - 3. "Vida eterna» - 4. Flm 15.
Lo teológicamente decisivo podría ser que la juicio analítico! «El dios de este mundo» cie- ñor tanto de un eón como del otro (lugar clá-
«eternidad» y el «tiempo» como posibilidades sico: 4 Esd 7, 50). El eón presente no tiene Bibl.: Bauer, Wlirterbuch s.v.; L. Cerfaux, L'Evan-
ga el entendimiento de los incrédulos para gile éternel (Ap 14, 6): EThL 39 (1963) 672-681; G.
que se suceden para el mundo, no se conciben que no comprendan el evangelio 2 Cor 4, 4; validez más que en su tiempo, y ahí reside la Delling, Das Zeitverstiindnis des NT, Gütersloh 1940,
-por decirlo así- como simultáneas. La histo- los «soberanos (demoníacos) de este tiempo» significación temporal que atrov tiene tam- 109s, 142-149; J. Guhrt, Tiempo, en DTNT IV, 262-
ria del mundo viene de la eternidad de Dios y están en contra del «plan salvífico de Dios» 1 bién aquí. Pero, a la vez, se piensa también en 284; Haag, Diccionario (Vida III B: en el NT]) 2034-
marcha en dirección temporalmente irreversi- el ámbito que está abarcado por el correspon- 2035; G. E. Jennings, A Survey o[ aLwv and aLwvwc;
Cor 2, 6.8, lo mismo que los «pensadores de and Their Meaning in the NT (tesis Southern Baptist
ble hacia la infinitud de Dios. Ahora bien, por este mundo» tienen que abdicar ante la acción diente tiempo de los eones, de tal manera que Theological Seminary), Louisville 1948; E. Lohse-D.
otra parte, no se concibe ingenuamente la salvífica de Dios 1 Cor 1, 20; 3, 18. Las Pas- podría intentarse traducir atrov por historia. Georgi-H. Conzelmann, Ewiges Leben (11. 1m Juden-
«eternidad» como la continuación eterna del torales siguen a Pablo en cuanto a hablar úni- tum; III. 1m Criechentum und im ND, en RGG 11,801-
tiempo; las variadas intensificaciones que se 805; F. MuBner, ZQH. Die Anschauung vom «Leben»
camente del eón presente (o vilv at<Í:lv). En 1 5. A través de la comprensión del tiempo
im vierten Ev. (MThS.H), München 1952; E. C. E.
dan a la expresión pretenden enunciar la total Tim 6, 17; Tit 2, 12 se habla así sencillamen- del mundo como un tiempo lleno con la histo- Owen, aLWv and aLwvloc;: JThS 37 (1963) 265-283,
alteridad de la eternidad (cf. también Ap 21, te para referirse al lugar del presente, y en 2 ria de este mundo, pudo haberse llegado al 390-404, especialmente 390s; H. Sasse, aLwvwc;, en
23.25; 22, 5). Tim 4, 10 se pone ese lugar en contraste ca- significado del mundo (aplicable también a ThWNT 1, 208s; P. Stuhlmacher, Das paulinische
Evangelium. Vorgeschichte (FRLANT 95), Gottingen
racterístico con la situación en que se encuen- '(jliim, cf. Sasse: ThWNT 1, 204; E. Jenni:
4. a) El hablarsé de dos eones nos parece 1968,210-218; J. G. van der Watt, The Use o[aLwvwc;
tra Pablo. Por el contrario, Ó atiliv ~ÉAAWV se ZAW 65 [1953] 29-35). En Mc 4, 19 (Mt 13, in the Concept túJ~ aLwvwc; in John s Cospel: NovT
una novedad del NT. Según Abot 2, 7, Hillel halla atestiguado en Ef. 1,21: Cristo está ins- 22) aL ~ÉQt~vm wil at&vo~ son las preocu- 31 (1989) 217-228.
hablaba ya de la «vida del mundo futuro» tituido para reinar «no sólo en este mundo, si- paciones que proporciona la vida en el mun-
(compárese también Hen [et] 48, 7 con 71, no también en el venidero»; también en 2, 7 1. El adjetivo atrovLO~ aparece 70 veces
do. Según Heb, Dios creó los at&vE~ (1, 2
15); con seguridad está atestiguada esta ma- en 19 escritos del NT. De ellas, 13 veces en
Ev w¡;~ at&O'Lv w¡;~ h'>XO~ÉVOL~ debe enten- por medio del Hijo, 11, 3 por medio de su pa-
nera de hablar en Yohanan ben Zakkay, y se los Sinópticos, 17 en Jn y 6 en 1 Jn, 11 en los
derse del venidero mundo de Dios (el sorpren- labra). El plural, determinado formalmente
halla difundida también al final del siglo I escritos paulinos y 6 en Heb. 1 Cor, Ef, Flp,
dente plural forma parte de la peculiaridad es- por el genio semítico, designará por su conte-
p.e. (cf. Dalman, Worte, 120-123). Col, 1 Tes, Sant y 2/3 Jn no emplean el voca-
tilística de Ef). Finalmente, Heb 6, 5 habla de nido las consecuencias del mundo, particular- blo. En 43 de los 70 testimonios encontramos
b) En la tradición de Jesús, el pensamiento las «demostraciones de poder» del mundo fu- mente quizás la consecuencia de este «mun- la expresión <;wi] atrovLO~. Esta expresión
acerca de los dos eones es antiguo, y tal vez turo, que ha experimentado ya el que una vez do» y la del venidero, y por tanto conservará aparece en todos los pasajes en que se emplea
es original. Mt 12, 32 se encuentra en la de- llegó a la fe. Este pasaje es especialmente ca- también aquí un elemento histórico (no son el término en Jn y 1 Jn, mientras que falta,
nominada tradición de Q de las palabras del racterístico. En Lc 16, 8 y asimismo en Pablo niveles de la estructura del mundo). por ejemplo, en 2 Cor, Heb y Ap. Por lo de-
blasfemador; Lc 16, 8; 20, 34 en el material el mundo actuul no es ya el verdadero mundo más, encontramos las combinaciones XQÓVOL
peculiar de Lc; Mc 10,30 par. Lc 18, 30 en el de los creyentes (cf. Flp 3, 20 Y sobre todo 6. Se discute si atrov aparece también en el atrovLOt tres veces (únicamente en escritos
Gá14, 25s). En este sentido ha quedado ya su- NT para designar eones como seres persona- déutero-paulinos o post-paulinos: 2 Tim 1,9;
material de Mc (seguramente el pasaje más
primida la diferenciación, originalmente tan les. Tan sólo en Ef 2, 2 podría entenderse Tit 1, 2b; Rom 16,25), :7tuQ atrovtov tres ve-
reciente; Lc 16, 8 podría ser original). En Lc
rigurosa, entre los dos eones. Porque el «eón atrov en este sentido, y entender «este mundo ces (Mt y Jds) y M1;a atrovLO~ o atrovLOv
20, 34s se habla de lo diferente que es la vida
futuro» es ya presente para los creyentes en la ~áQo~ M1;1']~ (2 Cor 4, 17) tres veces. Ade-
en aquel mundo; Mc 10, 30 menciona la vida en cuanto dios de la eternidad, en cuanto dios
medida en que éstos no se encuentran ya pre- más de los usos mencionados, aparece tam-
eterna como el don del mundo venidero; Lc único con quien se tiene un encuentro perso-
sos del «eón actual». Esta es seguramente la bién atrovLO~ en el llamado final breve de Mc
16, 8 establece un claro contraste entre la ma- nal>~ (H. Schlier, La Carta a los efesios, Sala-
razón objetiva de que en Pablo no veamos que yen 1 Tim 6, 19 v.l.
nera de ser de los hijos de este mundo y «la manca 1991, 134). Pero es más probable un
se hable del «eón venidero». El «eón futuro», Algunas veces atrovLO~, tanto en el NT co-
manera de ser de los hijos de la luz», apare- significado que aparece en todo el resto del
como tiempo y ámbito del señorío de Dios, mo en griego clásico, aparece como adjetivo
ciendo la expresión «este mundo» como una ámbito lingüístico del NT (incluida Ef): el
también ha existido ya siempre para todo ju- de tres terminaciones: 2 Tes 2, 16; Heb 9, 12
calificación nítidamente peyorativa. También ámbito histórico de este mundo; tan sólo la
dío, pero no es la realidad de este mundo. (cf. BlaB-Debrunner § 59, 2).
O'uv'tÉA.ELa (wil) at&vo~ Mt 13, 39 Y passim; segunda determinación presenta luego el po-
Ahora bien, para los cristianos ha llegado ya a
28, 20 fin del tiempo del mundo presupone el der personal, que una tercera determinación,
ser realidad en la actuación de Jesucristo, 2. atrovLO~, en el NT, puede traducirse en
esquema de los dos eones. en forma de aposición, reconoce como poder
aunque ellos sigan viviendo aún temporal- todos los casos por eterno. En la LXX sustitu-
que actúa presentemente en los incrédulos.
c) En Pablo se halla atestiguada únicamen- mente en «este mundo», eso sí, al final de es- ye muchas veces al término hebreo '{jliim y
te la expresión ó atiliv o'Úw~, ó atiliv ó te eón: 1 Cor 10, 11 (cf. TestLev 14, 1); Heb T. Holz aporta así el factor de lo «eterno» a enuncia-
139 140 141 ULWVLO(; 142

dos que originalmente se refieren a un tiempo en estos contextos, va adquiriendo cada vez mia contra el Espíritu Santo constituye un pe- La teología joánica conoce a Jesús como la
remoto (--+ ULWV 2). En el ámbito griego, más en el cristianismo primitivo el carácter de cado imperdonable para todo el tiempo. vida misma (Jn 11,25; 14,6; 1 Jn 5, 20), de tal
ULWVLO<; puede ser predicado de Dios o de los fórmula. Por el contrario, 2 Cor 4,17-5, 1, en manera que, para referirse al bien salvífico
dioses (cf. Platón, Leg 904: «eterno», a dife- sus reflexiones, contrapone la futura salva- obrado por Jesús, pueden usarse con la misma
3. Como ocurre ya con el sustantivo ~w~
rencia de lo que es simplemente imperecede- ción eterna en la plenitud de Dios a lo actual, significación ~w~ y ~Wtl UlWVLO<; (Jn 3, 36; 5,
(--+ ~áw), la combinación ~Wtl UlWVLO<;, en el 24; 1 Jn 1, 2; 5, lIs). Todo creyente posee la
ro pero que tiene un comienzo) y, finalmente, a lo que está a la vista y es perecedero. Así
como Pablo no se deja prender por lo que sal- NT, tiene también su centro de gravedad en vida eterna y se halla así en la salvación (Jn 3,
en la época tardía del imperio, se convirtió en
ta a la vista, así también sabe él perfectamen- los escritos joánicos (--+ 1), mientras que esa 15.16.36; 5, 24; 6,40.47; 1 Jn 5, 13, siempre
el atributo de honor del poder imperial (OGIS
te que la esperanza en la salvación de Dios, combinación aparece 8 veces en los Sinópti- con EXELV, cf. Jn 4, 36; 1 Jn 2, 25; 3, 15). Al
11, 580, 3); en los demás casos, se usa casi
esa salvación permanente y que es lo único cos y únicamente 4 veces en Pablo (todos los mismo tiempo, el creyente tiene que recurrir al
siempre para designar un período de larga du-
importante, y que por tanto es salvación eter- testimonios de UlWVLO<; se encuentran en Dador de la vida (Jn 4, 14; 6, 54; 10, 28; 17,
ración.
na, es lo que sustenta a los creyentes. Rom -exceptuada la doxología final, que es 2), quien por medio de su sangre (6, 54), su
En el NT UlWVLO<; se refiere a a) la eterni-
secundaria- yen Gál). «alimento» (6, 27) Y su palabra (6, 68; 12, 50)
dad de Dios y de su ámbito, b) los bienes de
b) Tienen afinidad muy íntima con las De la esperanza judía de una vida eterna concede vida eterna a los suyos, de tal manera
la salvación escatológica, c) estados perdura-
combinaciones enunciadas en a) los enuncia- (después de la resurrección de los muertos) en que ellos no deben temer ya ninguna destruc-
bles sin comienzo o sin fin.
dos formados con UlWVLO<; acerca de los do- el eón futuro (Dan 12,2 LXX, recogida en Mt ción en la eternidad (lO, 28). Para el creyente,
nes salvíficos escatológicos de Dios; en la 25, 46b; SalSl 3, 12; 13, 11; Sab 5, 15 Y pas- esto significa la renuncia a su vida terrena
a) En el NT no se observan reflexiones fi-
mayoría de los casos, tales enunciados apenas sim), en la cual esperanza la vida «eterna» (1jJ1)X~) en favor de la ~Wtl UlWVLO<;; tan sólo
losóficas sobre la esencia de lo eterno por
contraste con el tiempo mudable (hay sólo al- se pueden separar de los enunciados acerca de constituye un concepto que contrasta con la de esta manera conservará el creyente su vida
gunas indicaciones en 2 Cor 4, 18). Y, así, ve- Dios y de su ámbito. Aquí hay que mencionar vida desgraciada y perecedera de este mundo, (12, 15). En contraste con esto, es vida eterna
mos incluso que el plural XQÓVOL (--+ 1), en la expresión ~Wtl UlWVLO<; (--+ 3) Y las formu- se halla muy cerca la pregunta sinóptica diri- ya desde ahora el «conocer» al único Dios ver-
conexión con la «fórmula de revelación», laciones que aparecen frecuentemente en los gida por el rico a Jesús acerca de cómo here- dadero y a su Enviado Jesucristo (17, 3).
puede combinarse con UlWVLO<; como perífra- escritos tardíos del NT como :n:UQáXA1']OL<; dar la vida eterna (Mc 10, 17 par. Mt 19, 16; La combinación ~wtl UlWVLO<; falta en el
sis para decir UlWVE<;, algo que para el plató- uLwviu consuelo eterno (= que viene de Dios) Lc 18, 18; cf. Mc 10, 30 par. Mt 19, 29; Lc Ap, mientras que ~w~ sola (siempre en geni-
nico sería una dura contradicción en sí mis- 2 Tes 2, 16, M~u UlWVLO<; 2 Tim 2, 10, 18, 30; insertado secundariamente Lc 10,25; tivo) aparece aquí 17 veces.
ma. UlWVLO<;, como predicado de Dios en AÚ'tQWOL<; ulwviu de la redención válida es- cf. también Jn 5, 39; Hech 13, 46.48). ~Wtl
Rom 16, 26 (¡únicamente aquí en todo el catológica obrada por Cristo Heb 9, 12, UlWVLO<; es aquí un concepto sumario e inter- 4. Flm 15 es un lugar del NT donde UlWVLO<;
NT!), acentúa más bien -como sucede a me- UlWVLO<; XA1']QOVO[ÚU del bien salvífico per- cambiable (Conzelmann, 804) con respecto al aparece en singular y referido a una persona.
nudo en el judaísmo helenístico- la validez y manente y escatológico por contraste con lo de ser en la salvación de Dios, ser en el que Pablo expone a Filemón la manera en que él
autoridad del encargo divino, una validez que provisional del antiguo pacto Heb 9, 15, cf. los piadosos participan ya desde ahora, pero comprende la huida de Onésimo. Una de dos:
permanece a lo largo de 'todos los tiempos. El cLm(híx1'] UlWVLO<; 13, 20 (cf. Gén 13, 19 cuya plenitud definitiva la esperan de una o bien Onésimo debe ser libertado por su amo
permanecer fiel a sí mismo, sin principio ni LXX; Ex 31, 16 LXX) Y UlWVLO<; ~UOLAdu 2 nueva creación por parte de Dios (cf. también para que preste servicio al Apóstol, o bien
fin, y a través del cambio de los tiempos, es lo Pe 1, 11, así como finalmente EUUyyfALOV 1 Tim 1,16; 6,12; Tit 1, 2a; 3, 7;'Jds 21). -después de una breve «separación»- debe
que constituye la eternidad de Dios (cf. Gén UlWVLOV Ap 14,6, de la proclamación escato- Pablo acentúa particularmente la funda- volver a Filemón para que él precisamente
21,33 LXX). Asimismo es permanente y está lógica, antes del juicio, del mensaje divino de mentación cristológica del cambio de la por medio de la separación lo conserve ahora
sustraído a la circunstancialidad de este mun- salvación universalmente válido para los muerte a la ~Wtl UlWVLO<; (Rom 5, 21; 6, como UlWVLOV, por todo el tiempo, lo cual se
do todo aquello que pertenece a la esencia y hombres (cf. Stuhlmacher 21Oss). [21.]22). Si el pecado conduce a la muerte, refiere en primer lugar al futuro servicio de
al ámbito de Dios: por ejemplo, M~u 1 Pe 5, vemos que la vida eterna es un don de la gra- Onésimo (cf. OlXf't1']<; d<; 'tov UlWVU «escla-
10, :n:VEVI-LU Heb 9, 14, xQá'tO<; 1 Tim 6, 16 c) En la fórmula XQÓVOL UlWVLOL (--+ 1; 2.a; cia divina EV XQLO'tép 'I1']oov (v. 23), que, lo vo para siempre», Dt 15,17; cf. Ex 21, 6; Lev
(doxología), oúrt1']Qiu Heb 5, 9; Mc 16 (final 2 Tim 1, 9 Y Tit 1, 2b combinada con :n:Qó) mismo que la liberación de los creyentes de la 25,46; P. Stuhlmacher, Philemon [EKK], sub
breve de Mc), la olxiu celestial y permanente UlWVLO<; significa el tiempo que dura ya des- servidumbre de la muerte, se deja sentir ya en loco), a causa de la sorprendente utilización
que sucede al cuerpo terrenal y perecedero 2 de siempre (en forma de períodos infinitos), la vida de los creyentes. ~wtl UlWVLO<; es el de UlWVLO<; y en vista de lo que se dice en los
Cor 5, 1 (cf. también Lc 16, 9: ulwvio1)<; antes del cual Dios se volvió a los creyentes, fruto del Espíritu (Gál 6, 8) Y constituye así lo vv. 13 Y 16, donde por encima de todo se alu-
oX1']vá<;), pero también el fuego y el castigo es decir, el presente absoluto de la acción di- peculiar de la vida de los creyentes. Forma de a la nueva hermandad que ante Dios «tiene
eternos (cf. Mt 18, 8; 25, 41.46a; 2 Tes 1, 9; vina de revelación (--+ UlWV 3.b). De manera parte de ello el conocimiento de que el seño- vigencia permanente», porque de lo contrario
Heb 6, 2; Jds 7). En esta acentuación negativa parecida, en Mc 3, 29s con la combinación río de la gracia juntamente con el objetivo de la «sugerente idea» de Pablo (v. 15a) quedaría
se escucha más intensamente todavía que en UlWVLOV ál-LáQ't1']I-LU se enlaza objetivamente la misma, que es la vida eterna, demostrará al colgada del aire. Esclavo de por vida lo había
la acentuación positiva el significado de ince- con la usual fórmula de eternidad d<; 'tov final que es superior al señorío de la muerte, sido ya Onésimo antes de su fuga.
sante, perdurable, así como también UlWVLO¡;;, UlWVU (por ejemplo, en el v. 29a): la blasfe- propio del pecado (Rom 5, 21; cf. 2.7). H. Balz
143 144 145 146

axa:3aQO'ta, a;, .. akatharsia impureza axa'taxáJ...u3t'to;, 2 akatakalyptos descu- ax,.u]v akmen (acusativo adverbial) toda- rich '1962, 7-21; Th. SOding, Die Nachfolgeforderung
-* xa{}aQó~. bierto, sin velo* Jesu im Markusevangelium: TThZ 94 (1985) 292-310;
vía* G. Theissen, «Nosotros lo hemos dejado todo» (Mc
En 1 Cor 11, 5.13 dícese de la mujer que Mt 15, 16; cf. Heb 5, 13 D. BlaB-Debrunner JO, 28). Seguimiento y desarraigo social en la socie-
axa-3áQ't1];, 1]'to;, .. akathartesinmun- ora «con la cabeza descubierta» o «sin velo». § 160,2. dad judeo-palestina del s. 1 d.C., en Id., Estudios de
dicia, suciedad sociología del cristianismo primitivo, Salamanca
1985,41-78; H. Zimmermann, Christus nachfolgen.
Ap 17,4 Textus Receptus: una copa de oro, axa'táxQl'tO;, 2 akatakritos dícese de Eine Studie zu den Nachfolge Worten der synopt. Ev.:
«llena de abominaciones y de la inmundicia quien no ha sido condenado*
axoÍ), tí;, .. akoe acción de escuchar, oÍ- ThGl53 (1963) 241-255.
de su fornicación». do, noticia, predicación
Hech 16, 37; 22, 25 sin un debido proceso
-* Ct.XOlJw. 1. De las 90 veces que se emplea el voca-
judicial.
blo en el NT, únicamente 11 aparecen fuera
axá-3aQ'to;, 2 akathartos impuro, sucio
de los evangelios (en Hech 4 veces, en Ap 6
-* xa{}aQó~. axa'táJ...u'to;, 2 akatalytos indestructible* axoJ...ou-3Éro akolouthe6 seguir, ir en se-
Heb 7, 16. ThWNT IV, 339-341. guimiento veces; además en 1 Cor 10,4). En los evange-
lios, Ct.XOAOU{}ÉW figura principalmente como
axalQÉoptal akaireomai no tener tiempo 1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se- término para expresar el seguimiento de Jesús
axa'tMauO"to;, 2 akatapaustos incesante* mánticos - 3. Campo referencial - 4. &xoAoufh~(j) co-
(oportunidad) * mo término para expresar el seguimiento de Jesús - -* 4. Fuera de los evangelios, únicamente Ap
Flp 4, 10. ThWNT I1I, 463s. 2 Pe 2, 14: Ojos que incesantemente están 5. Compuestos. 14, 4; 19, 14 hablan de seguir a Cristo (como
dirigidos hacia el pecado (al!aQ'tí,a~). el «Cordero» que es o el victorioso «Rey de
Bibl.: Th. Aerts, Suivre Jésus. Evolution d'un theme
axatQro; akair6s (adv.) inoportunamente, biblique dans les Evangiles synoptiques: EThL 42 reyes»). En total, 73 de las 90 veces que apa-
a destiempo* axa'taO''taO'ta, a;, .. akatastasia desor- (1966) 476-512; E. Bammel, Jesu Nachfolger, Heidel- rece el verbo, éste se refiere al seguimiento de
2 Tim 4, 2. ThWNT I1I, 463s. den, confusión* berg 1988; E. Best, Following Jesus. Discipleship in Jesús (o de Cristo).
the Cospel of Mark (JStNT, SI!Pplement Ser. 4), Shef-
Lc 21, 9 (insurrecciones); 1 Cor 14, 33; 2 field 1981; H. D. Betz, Nachfolge und Nachahmung
axaxo;, 2 akakos ingenuo, inocente* Cor 6,5; 12,20; Sant 3, 16. ThWNT III, 449. Jesu Christi im NT, Tübingen 1967; W. Bracht, Jün- 2. El verbo, en sentido propio, significa se-
Rom 16, 18 los ingenuos; en Heb 7, 26 dí- gerschaft und Nachfolge. Zur Cemeindesituation im guir / ir detrás de alguien; y, en sentido figu-
Markusevangelium, en J. Hainz (ed.), Kirche im Wer- rado, significa ser discípulo, ir en seguimiento
cese del sumo Sacerdote Cristo: «santo, ino- axa'táO''ta'to;, 2 akatastatos inestable, den, München 1943, 143-165; H. Crouzel, L'imitation
cente, inmaculado». incontrolable* et la «suite» de Dieu et du Christ dans les premie res
de alguien (Kittel, 21Os; Bauer, Worterbuch,
Sant 1, 8; 3, 8. ThWNT III, 449. siecles chrétiens, ainsi que leurs sources gréco-romai- s. v.). En el NT, ambos significados se aplican
nes et hébrai'ques: JAC 21 (1978) 7-41; H. Frankemo- a Jesús, por ejemplo, cuando se dice que la
axav-3a, 1];, .. akantha espino, zarza* He, Jahwebund und Kirche Christi, Münster i. W. multitud de gente seguía a Jesús y que -por
Dícese de los matorrales espinosos (que axa'táO'xE'to;, 2 akataschetos irrefrenable 1974, especialmente 84-158 (sobre Mateo); M. H. otra parte-los discípulos iban en seguimiento
crecen en el campo): Mt 7, 16; 13, 7(bis).22; Sant 3, 8 C Koiné 33 pI sy. MartPol 12, 2. Franzman, Follow me. Discipleship according 10 Saint
Matthew, St. Louis 1961; A. Fuchs, Sprachliche Un- de Jesús. Raras veces encontramos otros obje-
Mc 4, 7(bis).18; Lc 6, 44; 8, 7(bis).14; Heb 6, tersuchungen zu Mt und Lk, Roma 1971, 73-83; F. tos de seguimiento -* 3. De la acción de se-
8. Dícese de la corona de espinas de Jesús: Mt 'AxEJ...baptáx Hakeldamach Hacéldama* Hahn, Die Nachfolge Jesu im vorosterlicher Zeit, en guir, en sentido propio y profano, hablan, por
27,29; Jn 19, 2. Lugar de Jerusalén: Hech 1, 19. Es la tras- Hahn-Strobel-Schweizer, Die Anfdnge der Kirche im ejemplo, Mc 11,9 par. Mt; 14, 13 par. Lc; Mt
cripción del arameo haqel dema' (campo de NT, Gottingen 1967, 7-36; Id., Die Jüngerberufung
Joh 1, 35-51, en FS Schnackenburg, 172-190; M. Hen- 9,19; Jn 11, 31; 20, 6.
axáv-3lvo;, 3 akanthinos espinoso* sangre); cf. Mt 27, 8. gel, Nachfolge und Charisma, Berlin 1968; J. D.
Dícese de la corona de espinas de Jesús Kingsbury, The Verb Akoluthein (<<to Follow») as an 3. Los sujetos de Ct.XOAOU{}Ei:V son normal-
aXÉQalo;, 2 akeraios incorrupto, puro* Index of Matthew's View of his Community: JBL 97
(Ct.XáV{}LVO~ (J'tÉ<pavo~): Mc 15, 17; Jn 19,5 mente personas; tal'l sólo Ap 14, 13 constituya
(1978) 56-73; G. Kittel, &xoAoufh~(j) x'tA., en ThWNT
(cf. EvPe 3, 8). Mt 10, 16; Rom 16, 19; Flp 1, 15. ThWNT 1, 210-216; U. Luz, Die Jünger im Matthdusevange- una excepción (las «obras» de los que mueren
1,209s. lium: ZNW 62 (1971) 141-171; H.-W., Kuhn, Nachfol- en el Señor les siguen; cf. Diodoro Sículo
ge nach Ostern, en FS Bornkamm, 105-132; H. Mer- XIII, 105,4: el «reproche» que a uno le sigue).
axaQ3to;, 2 akarpos infructuoso axJ...lvÍ);, 2 aklines sin titubeos ni vacila-
klein, Der Jüngerkreis Jesu, en K. MüHer (ed.), Die El objeto de Ct.XOAOU{}Ei:V es siempre una per-
-* xaQJtó~. Aktion Jesu und die Re-Aktion der Kirche; Würzburg
ciones* 1922, 65-100; E. Neuhliusler, Anspruch und Antwort
sona o grupo de personas. Esto se aplica tam-
Heb 10, 23 mantener sin titubeos la confe- Cottes, Düsseldorf 1962, 186-214; K.-G. Reploh, bién al uso absoluto del verbo, principalmente
sión de fe. Markus, Lehrer der Cemeinde, Stuttgart 1969; J. en participio (Mc 8, 10; Mc 3, 7; 10, 32; 11, 9
axa'táyvroO''to;, 2 akatagn6stos irrepro- Schmid, Das Ev. nach Lk, Regensburg 41960, 178-182; par. Mt 21, 9; Lc 9, 49; 22, 54; Jn 1, 38; 21,
chable* R. Schnackenburg, Nachfolge Christi, en Schna- 20; Hech 12,9; 21, 36; 1 Cor 10,4; Ap 14,8).
Tit 2, 8: la doctrina (Myo~) sana e irrepro- axptá~ro akmaz6 estar maduro* ckenburg 1, 87-108; A. SchuItz, Nachfolgen und Na-
Aquel a quien se sigue, está en dativo (cf. Je-
chahmen, München 1962; E. Schweizer, Erniedrigung
chable. Ap 14, 18 dícese de la madurez de las uvas. uns Erhohung bei Jesus und seinen Nachfolgern, Zü- nofonte Hist V 2,26; IgnFilll, 1; Herm [v] 3,
147 148 149 ex xo AO'lJ1(}éW 150

8, 4.7). Sin embargo, en sentido hebraizante, pueblo en su peregrinación por el desierto (1 Cor axoAou'frÉill para referirse al seguimiento de miento «terminológico» axoAo'Ú'frEl ¡.tOL. El
puede decirse también axoAou'frÉill O:n:Í,(Jill 10, 4); «Hades», el soberano del reino de los Jesús, vemos que en la sentencia sobre ellle- que había sido llamado se levantó «y le si-
con genitivo (Mc 8, 34; Mt 10, 38 a diferencia muertos, sigue a la Muerte, en la visión que con-
var la cruz (Lc 14, 27) se encuentra la expre- guió». Cuando se habla a continuación inme-
de Lc); la expresión griega EQXO¡.tal O:n:Í,(Jill templa el visionario (Ap 6, 8); los que son vírge-
nes siguen al «Cordero» por dondequiera que va sión: «el que viene en pos de mí». Pero el diata (v. 15) de que «muchos» seguían a Je-
constituye quizás el fondo de todo (compárese lugar paralelo Mt 10, 38 escribe axoAou'frd sús, difícilmente habrá que pensar en un
(14,4; cf. 1, 36s; 12,26); los tres ángeles que pro-
la expresión hebrea ~¿¡[ak 'a~a re 1 Re 19, 20 nuncian las advertencias se suceden unos a otros, O:n:Í,(Jill ¡.tou y puede ofrecernos así la versión seguimiento puramente «externo». Desde 2,
[pero, en cambio, en 3 Re 19,20 axoAou'frdv es decir, van apareciendo en escena sucesivamen- de Q. La sentencia acerca del llevar la cruz se 15, pasando por 3, 7, hasta llegar a 5, 24, el
O:n:Í,(Jill]; Is 45, 14; Ez 29, 16) (cf. Mt 16, 24; te (14, 8.9); a los que mueren en el Señor les si- encuentra también en la tradición de Me (Mc evangelista va describiendo cómo un buen
Lc 9, 23; 14,27). La construcción axoAou'frÉill guen «sus obras», es decir, seguramente: como grupo de «seguidores» va engrosándose hasta
8, 34 par. Mt 16,24; Le 9, 23). Pero aquí es-
con ¡.tftá con genitivo (Tucídides VII, 57, 9; fruto de sus penalidades, de las que pueden des-
cansar ahora (14, 3); los ejércitos celestiales si- criben Mt y Lc: «Si alguien quiere venir en constituir la «gran multitud». Sin embargo, de
Platón lectura variante 187e: BlaB-Debrunner pos de mí»; por el contrario, en Mc 8, 34 se ese gentío que se apiña en torno a Jesús (3, 7;
guen a Cristo, el Jinete que cabalga sobre el corcel
§ 193, 1) no aparece en el NT sino en Ap 6,8; 5,24), el evangelista distingue a los «discípu-
blanco (19, 14). La idea del seguimiento de Cristo lee: «Si alguien quiere seguirme en pos de
14,3 (pero no en Lc 9, 49). (no del Jesús «terreno») se enuncia tan sólo explí- los», que van con él a Nazaret (6, 1). A los
mí» (cf. p.5 C* Koiné D W 8). La palabra cla-
En los enunciados acerca del seguimiento citamente en Ap 11, 4. Sin embargo, esta idea se ve axoAou'frÉill se recoge de nuevo al final de discípulos (y no sólo al pueblo) hay que decir
de Jesús hay que diferenciar dos grupos. Tan encuentra en el fondo de la imagen joánica del la oración principal: xaL axoAou'frdTill ¡.tOL. las palabras acerca de la necesaria abnegación
sólo en el caso de los discípulos puede ha- Buen Pastor (Jn 10, 4.5.27). Ahora bien, seguir a
En Q la palabra sobre el llevar la cruz va pre- de sí mismo y de la prontitud para el martirio
blarse propiamente de seguimiento (cf. Dió- Cristo significa escuchar su voz (10, 27).
cedida por la que habla de la ruptura con la (8, 34). El seguimiento de Jesús se considera
genes Laercio IX, 21); la muchedumbre sigue familia (Lc 14, 26 par. Mt 10, 37). El hecho aquí (en conexión con el anuncio de la Pasión
4. En la fuente Q hay un grupo de senten-
(por algún tiempo) a Jesús en su camino, pero de que todo el que esté deseoso de ir en se- en 8, 31) como la disposición y prontitud pa-
cias que enuncian las condiciones para el se-
(generalmente) no va en seguimiento de Jesús guimiento tenga que aborrecer a los familia- ra entregar la propia vida, en comunión de
guimiento de Jesús (Lc 9, 57-62 par. Mt 8, 19-
(Mc 2, 15; 3, 7 par. Mt; 5, 24; 11, 9 par. Mt; res y deba estar dispuesto a llevar la cruz, es destino con la muerte de Jesús en la cruz. Sin
22). Las palabras de Jesús se entienden en
Mt 8, 1.10 par. Lc; 12, 15; 14, 13 par. Lc; 19, una exigencia de la misma situación escatoló- embargo, únicamente Pedro intentó llevar a
cada caso como respuesta a los que están de-
2; 20, 29; Lc 23, 27; Jn 6, 2). En ambos casos gica. Precisamente la prontitud para el marti- cabo tal seguimiento (14, 54: le seguía, al me-
seosos de seguirle.
se piensa en un seguimiento físico, en un ir en rio como condición para el discipulado es lo nos, «desde lejos»), pero terminó (no «negán-
pos de Jesús, aunque el seguimiento de los El primer hombre asegura que está dispuesto a que distingue, evidentemente, a los discípulos dose a sí mismo» sino) negando a Jesús (14,
discípulos tiene una cualidad especial ---> 4. seguir a Jesús a dondequiera que vaya. La res- 66-72). Junto al fracaso de los discípulos (cf.
puesta de Jesús acentúa, como advertencia, que el de Jesús de otros «discípulos/alumnos».
Dentro de los evangelios, axoAou'frÉill está En Mc (seguramente, de manera conscien- la huida de los discípulos en 14, 50), se ex-
Hijo del hombre no tiene patria no cobijo. El se-
siempre referido a Jesús como objeto del se- gundo hombre está dispuesto a seguir el llama- te) no se habla del «seguimiento» de la gran presa también la incomprensión de los mis-
guimiento (con excepción de Mc 9, 38; 14, 13 miento de Jesús, pero quiere ir primero a enterrar multitud de gente sino en los primeros tiem- mos, cuando afirman que el exorcista extraño
par. Lc 22, 10; Mt 9, 19; Jn 11,31; 20, 6). Es a su padre. Jesús le disuade de hacerlo: «¡Deja pos de la labor de Jesús en Galilea (3, 7; 5, no les sigue a ellos (9, 38). Al rico, Jesús le
sorprendente que la idea del seguimiento, en que los muertos entierren a sus muertos!». El ter- 24). En el relato paradigmático de la vocación pone como condición para el seguimiento el
el NT, no se aplique a Dios (cf., en cambio, el cero (tan sólo en Lc 9, 61s), antes de comenzar el de los primeros discípulos, la iniciativa proce- que venda sus bienes y dé a los pobres el di-
AT; a propósito, Kittel, 211-213). No aparece seguimiento de Jesús, quiere despedirse de su fa-
de enteramente de la palabra de autoridad de nero obtenido con la venta (10, 21). Lo que
milia. Jesús critica ese propósito con las siguien-
en el NT el significado general de adherirse a tes palabras: «El que pone la mano en el arado y Jesús que llama al seguimiento, y de una pro- éste se niega a hacer, lo han hecho los discí-
/ obedecer / dejarse dirigir por (cf. Liddell- mira hacia atrás, no es apto para el reino de mesa suya que dice así: «Seguidme, y yo haré pulos. Ellos <<lo han dejado todo» y preguntan
Scott, s. v. 11; Bauer, W6rterbuch, s. v. 4). Este Dios». El seguimiento al que Jesús llama, exige que seáis pescadores de hombres» (1, 17). Por indirectamente cuál será la recompensa del
significado más general no está atestiguado que se rompa con las costumbres y la piedad, con tanto, el seguimiento de Jesús se halla supre- seguimiento (10, 28). A pesar de la recompen-
sino en los padres apostólicos (objetos: las la ley y la familia. Detrás de la exigencia de Jesús mamente al servicio de una tarea misionera de sa prometida, los seguidores de Jesús «tienen
costumbres Diogn 5, 4, los preceptos del Se- se halla la singularísima potestad de quien pro- miedo» al ver que se acercan a Jerusalén y a
predicación. Tan sólo en la noticia que se da
clama la cercanía del reino de Dios (Hengel, 16).
ñor 1 Clem 40, 4, el camino de la verdad 1 El trasfondo de imágenes no es la figura del ma- sobre el hecho de que aquellos hombres si- la Pasión (10, 32). El ciego Bartimeo sigue a
Clem 35, 5; cf. TestAs 6, 1). estro rabínico rodeado de discípulos (en contra de guieron el llamamiento de Jesús (1, 18), en- Jesús «por el camino», después de haber reco-
Schulz), sino la figura del profeta escatológico y contramos el verbo axoAou'frdv: «y ellos al brado la vista (10, 52). Es seguramente el úni-
Los siguientes sujetos y objetos del seguimien- carismático (Hengel, 46-79). Detrás de Lc 9, 57- instante dejaron las redes y le siguieron». (El co no galileo que seguía a Jesús (cf. 15, 41).
to se mencionan en el NT fuera de los evangelios: 62 par. Mt (y Mc 1, 16-18) se halla la vocación de Como él es al mismo tiempo el único «cura-
hecho de que, en el episodio de Eliseo, éste
Pedro sigue al ángel al salir de la prisión (Hech Eliseo para que vaya en seguimiento de Elías, tal
12, 8.9); judíos abiertos siguen a (van con) Pablo fuera inmediatamente en seguimiento de Elías do» que había seguido a Jesús, simboliza a to-
como se nos describe en 1 Re 19, 19-21.
y Bemabé (13, 43); la multitud del pueblo sigue [EV'frÉill~], lo acentúa Josefo, Ant VIII 354ss a das aquellas personas que (después de pas-
(se apiña) cuando se produce la detención de Pa- Mientras que el mencionado grupo de sen- diferencia de 1 Re 19, 20s). La vocación de cua) llegan a la fe y siguen a Jesús, aunque no
blo (21, 36); la «roca espiritual» Cristo seguía al tencias, de Q, emplea ya el término técnico Leví (2, 14) se efectúa mediante el llama- habían visto anteriormente al Jesús terreno.
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Mt recogió 12 de las 18 veces que el térmi- cede del evangelista, es una cuestión que queda En Jn el término axoAov1'tÉW aparece 19 Pedro el llamamiento para que le siga (21,
no axoAov1'tÉW aparece en Mc. Faltan las ve- supremamente por resolver. Ahora bien, el «se- veces. Diecisiete de ellas se refieren al segui- 19). Y está bien claro que la fiel obediencia a
ces que aparece en Mc 2, 15; 6,1; 8, 34ba; 9, guimiento» de la multitud de gente y de las mu- miento de Jesús. En 6, 2 se habla del segui- este llamamiento conducirá a la muerte. El
38; 10, 32; 14, 13. De las otras 13 veces que jeres no es el verdadero seguimiento de Jesús. miento de la multitud de pueblo; otros 16 pa- discípulo a quien Jesús amaba (cf. ya 18, 15:
el término se halla atestiguado en Mt, única- En ocho lugares Lucas omitió o sustituyó sajes se refieren a los discípulos (1, 37.38. el «otro» discípulo), había emprendido ya el
mente las tres cuartas partes se derivan de la un axoAov1'tÉW marquino: En 4, 16, a dife- 40.43; 8, 12; 10, 4.5.27; 12, 26; 13, 36a.b.37; seguimiento postpascual de Jesús (21, 20).
fuente Q (Mt 8, 10.19.22; eventualmente tam- rencia de Mc 6, 1, no se hace mención todavía 18, 15; 21, 19.20.22). El uso del término en Pedro quiere saber qué va a ser de él (v. 21).
bién 10, 38); así que sospechamos que nueve de que hubiera discípulos que siguieran a Je- palabras de Jesús se ha elevado a 10 en com- Seguramente quiere decirse: Pedro no puede
décimas partes son «redaccionales». Es nota- sús. En 5, 29ss, a diferencia de Mc 2, 15, se paración con los Sinópticos (en Mc 5 veces, imaginarse que el seguimiento, en que se ha-
ble que en Mt falten dos lugares del modelo omite (como en Mt 9, 10) el detalle de que en Mt 5, en Lc 5). Al comienzo, el Bautista da lla también el discípulo amado, tenga que ser
(Vorlage) de Mc en los que el verbo no se re- «muchos» le seguían. En 6, 17, a diferencia testimonio ante dos de sus discípulos de que necesariamente seguimiento hasta la muerte
fería al seguimiento de Jesús (Mc 9, 38; 14, de Mc 3, 7, se suprime también el dato acerca Jesús es el «Cordero de Dios», y a continua- del martirio (cf. R. Bultmann, Das Evange-
13). En el uso que Mt hace del verbo hay dos del «seguimiento» de la multitud (lo mismo ción los dos discípulos de Juan van en segui- lium des Johannes [KEK], 553). Pero Jesús se
puntos de vista que llaman la atención. El sucede en 8,42, a diferencia de Mc 5, 24). En miento de Jesús (1, 36s.38.40). Jesús mismo limita a renovar la orden dada a Pedro: «¡Tú
evangelista habla de una gran multitud que 9,23, a diferencia de Mc 8, 34ba, se ha susti- se dirige a Felipe para llamarle al seguimien- (en todo caso), sígueme!» (21, 22).
seguía a Jesús, incluso después del comienzo tuido en la proposición subordinada axoAov- to, sin que a continuación inmediata -como
en Galilea, hasta llegar a las puertas de Jeru- 1'tE1v por EQxw1'tm. En 18,31, a diferencia de correspondería al estilo de los relatos de vo- 5. Los cinco compuestos de axoAov1'tÉW
salén (8, 1.10; 12, 15; 14, 13; 19,2; 20, 29). Y Mc 10, 32, se omite el dato de que los que se- cación- se dé noticia sobre la obediencia no tienen, en general, el mismo perfil teoló-
combina redaccionalmente axoAov1'tÉW con guían a Jesús (los discípulos) tuvieran miedo prestada al llamamiento (1, 43). Al hablarse gico que el verbo simple. E;axoAovl'Mro*,
historias de milagros (4, 22; 8, 1.10.23; 9, 27; (cf. también Mt 20, 17). En 19,37, a diferen- de la gran multitud de pueblo «que seguía» a empleado frecuentemente en los papiros para
12, 15; 14, 13; 19, 2; 20, 29), de tal manera cia de Mc 11, 9, no se habla de los que iban Jesús, se menciona expresamente en 6, 2 el referirse a un castigo «merecido» (cf. Moul-
que la experiencia del milagro viene única- delante y de los que seguían, cuando Jesús hi- motivo que la impulsaba (<<porque veían las ton-Milligan, s.v.), aparece en tres lugares de
mente despué's (de la mención) del segui- zo su entrada triunfal en Jerusalén. En 23, 49, señales que hacía en los enfermos»). El 10- 2 Pe (1, 16; 2, 2.15). El sentido figurado de
miento (Luz 155 nota 64). De ahí se puede a diferencia de Mc 15,41, se dice de las mu- gion del seguimiento, en 8, 12, no menciona obedecer, seguir una directriz, queda ase-
deducir la idea de que tan sólo el seguimiento jeres galileas: aL avvaxoAov1'tovam aln:qJ como las correspondientes palabras sinópticas gurado por el hecho de que los objetos a los
de Jesús permite experimentar su poder tau- (Mc: ~XOAO{¡1'tOVV alJ'tqJ) (--+ 5). Es muy sig- la condición del seguimiento, sino que da a que se obedece sean cosas (fábulas ingenio-
matúrgico. Mt 4, 22 traduce el texto marquino nificativo cómo Lc, a pesar de conservar el quien le sigue una promesa. Por seguir a Je- samente inventadas; desenfrenos; el camino
de «se marcharon, en pos de él» por ~xo­ axoAov1'tÉW marquino, modifica el sentido sús, que es la «luz del mundo», esa persona de Balaán).
Ao'Ú1'tljaav alJ'tqJ, para aclarar más la idea del de enunciados: en 5, 11 acentúa que los discí- no andará en tinieblas, sino que «tendrá la luz
seguimiento (así también 10, 38 frente a Lc pulos, antes de emprender el seguimiento, «lo de la vida». En la parábola del Buen Pastor, la E3taXOAov,'tÉro ir detrás* aparece 4 veces
14,27). abandonaron todo» (Mc 2, 27s; 18,22.28). En imagen de las ovejas que siguen únicamente en pasajes tardíos del NT. En Mc 16,20 se ha-
A diferencia de Mt, las veces que aparece la sentencia acerca de que hay que cargar con al Buen Pastor y no al extraño (10, 4.5), se bla de las «señales que siguen» (Kittel, 215).
axoAov1'tÉW en Le están tomadas casi exclu- la cruz, en 9, 23, se inserta lo de «cada día», a aplica a Jesús y a los suyos. Ellos escuchan la 1 Tim 5, 10 exige que la viuda «siga [= se de-
sivamente de las fuentes. De un total de 17 fin de aplicar la idea del seguimiento a la voz de Jesús, y Jesús los «conoce», y ellos <<le dique a] toda obra buena»; en 5, 24 se dice
veces que aparece el vocablo, 3 proceden existencia de los discípulos después de pas- siguen» (10, 27). Se tiene en cuenta clara- que los pecatlos siguen a algunos al juicio (cf.
con seguridad de Q (Lc 7, 9; 9, 57.59) Y 9 de cua. En 9, 49 Lucas sustituye un marquino mente la situación postpascual de los discípu- Ap 14, 13), porque no son manifiestos desde
Mc. Pero los 5 lugares restantes tuvieron lÍ!tLV por !tE1't' lÍWúv, para no hacer que la co- los. Lo decisivo es el escuchar a Jesús, no el un principio. 1 Pe 2, 21 trasfiere la idea del
también ampliamente su origen en fuentes o munidad aparezca como objeto del segui- verle (cf. 1, 36-42). Escuchar a Jesús significa seguimiento de Jesús a la situación postpas-
tradiciones. miento, sino para caracterizarla como la co- «creer» (10, 26s). Un segundo logion acerca cual, vinculándola con la idea del modelo. Se-
munión de los seguidores de Jesús. Del del seguimiento expresa por medio del con- guir las huellas de Jesús significa principal-
El pasaje de 5, 11 se basa en Mc 1, 18. El de 9, terminológico axoAov1'tE1v, en el contexto texto el seguimiento en lo referente a la cruz
11 refleja a Mc 6, 33 (cf. Mt 14, 13). El pasaje de mente: imitar el modelo que nos dio Cristo en
del seguimiento de Jesús, se diferencia muy (12, 24-26: cf. Mc 8, 34 par.; Lc 14, 27 par.
9, 61 es, seguramente, parte integrante de un sus padecimientos (cf. vv. 18-20.23).
bien, en 22, 10, el profano «seguir» (a un Mt 10, 38). Estos enunciados adquieren en
fragmento de Q trasmitido a través de Mt. El pa-
hombre que lleva un cántaro de agua), valién- 13,36-38 un sentido más profundo y se desa- xa'taxoAov,'tÉro seguir* es un verbo que,
saje de 22, 39 es redaccional y acentúa, frente a
Mc 14, 32, el seguimiento de los discípulos al dose para ello del complemento circunstan- rrollan más. Cómo es al principio el «segui- en el NT, se halla atestiguado únicamente en
principio de la Pasión. Si el pasaje de 23, 27 per- cial de; 't~v oLxLav. Tal vez la omisión, en 22, miento» de Pedro, nos lo descubre 18, 15-17: los escritos lucanos. Designa el segimiento.
teneció a la tradición del material peculiar acerca 54, del aln:qJ referido a Jesús (Mc/Mt) se en- Pedro niega ser discípulo de Jesús. El tema lo Lc 23, 55 habla de las mujeres galileas que
de las plañideras o (lo que es más probable) pro- camine a este mismo fin. recoge de nuevo el Jesús resucitado. Dirige a «habían seguido» (xU1:axoAov1't~aaam se
155 axoAo1!l1Éw - axoúw 156 157 axo'Úw 158

encuentra usado en sentido absoluto). Se trata BiLe 2 (1961) 71-81; J. Horst, oÚC; XTA.., en ThWNT 35); ds;-axoúw (5 veces); br-axoúw (2 Cor 6, 7; cf. Mc 4, 15s.18.20.33), es decir, la «pala-
del seguimiento de Jesús por parte de las dis- V, 543-558; J. Kaufmann, Der Begriff des Horens im 2); :rraQ-axoúw (3 veces); :rrQo-axoúw (Col 1, bra de Dios» (Hech 13,7; 13,44 v.l.; cf. Lc 8,
cípulas (cf. 55b); sin embargo, es curioso que Johannes-Ev., tesis Gregoriana Roma 1969-1970; G. 5); ú:rr-axoúw (21 veces), en relación con él --+ 21; 11, 28; Sant 1, 22s) o la «palabra del Se-
Lc no recogiera el ~XOAOÚ1'tOVV uv't<p de Mc Kittel, axouw XTA.., en ThWNT 1, 216-255; K. Lam- ú:rraxo~ (15 veces) y ú:rrÍ]XOOS; (3 veces). - Per-
mers, Horen, Sehen und Glauben im NT, Stuttgart ñor» (Hech 13,44; 19, 10) o la «palabra de la
15,41. El mismo verbo compuesto aparece en 1966; H. R. Moehring, The Verb axounv in Acts IX 7
tenecen, además, al mundo de conceptos del oír: verdad» (Ef 1, 13). Mucho más raramente es
Hech 16, 17, construido con dativo, y desde and XXII 9: NovT 3 (1959) 80-99; M. Mundle, Oír, en aXQoá't't¡s; oyente (4 veces), e:rraxQoáof-taL escu-
char (Hech 16,25) Y evw'tL~wf-taL escuchar aten- Jesús el que oye (Mc 2, 17 par. Mt, a diferen-
luego empleado c1arísimamente en sentido no DTNT III, 203-209; S. Pancaro, The Metamorphosis cia de Lc; 5, 36 v.l.; Lc 7, 9 par. Mt; 8, 50).
of a Legal Principie in the Fourth Gospel. A Closer tamente (Hech 2, 14).
específico. La muchacha con el espíritu de De la acción divina de oír/escuchar se habla
Look at Jn 7, 51: Bib 53 (1972) 340-371, especial-
adivinación «nos seguía a Pablo y a noso- mente 347-353; H. Schult, sm'. Escuchar, oír, en 4. El verbo aparece tanto en sentido abso- en Jn 9, 31; Hech 7,34; 1 Jn 5, 14s (en Jn 11,
tros». En Filipos esta muchacha corrió duran- DTMAT n, 1221·1231. luto (Mt 11, 5; 13, 16; Mc 7, 27; cf. la expre- 41a dícese que Jesús fue oído).
te muchos días detrás de los misioneros (v. sión axoñ axoúw [Is 6, 9] Mt 13, 14; Hech
18a). El NT no conoce el sentido figurado de 1. axoúw aparece casi 430 veces en el NT, 28, 26, además el participio OL axoúoV'tE¡; los
siendo frecuentísimo en los evangelios (Mt 63 b) En Q el verbo se halla principalmente en
XU'tUXOAOV1'tÉW (cf., en cambio, Dan 9, 10 oyentes Lc 6, 27 Y los imperativos Mc 4, 3; palabras de Jesús. Designa allí más que nada
veces, Mc 44, Lc 65, Jn 58), en Hech (89) y
LXX; papiros [Moulton-Milligan, S.v. 2); Jo- 12,29; Hech 7, 2; 13, 16) como seguido por la acción de oír su mensaje, tanto en sentido
sesfo, Ant VI, 147; Ap 11, 281; Polic 3, 2). en Ap (46). En las Cartas que sin duda alguna un objeto. Cuando el objeto son cosas, éstas
son auténticamente Paulinas, el verbo aparece «acústico» (Lc 6, 47.49 par. Mt 7, 24.26: oír y
van casi siempre (BlaB-Debrunner § 173) en hacer o no hacer; Lc 7, 22 par. «los sordos
3ta!}aXOAOVaÉro* aparece con los signifi- 19 veces, 16 veces en 1-3 Jn, y 8 veces en
acusativo (por ejemplo, Mt 10, 14; 11,4; 12, oyen», cf. Mc 7,37) como en el sentido de oír
cados de caminar junto a algo / acompañar Heb; los restantes testimonios se distribuyen 19; Lc 7, 22; Jn 3,8; 5, 24; 8, 47; Hech 2, 22; atentamente o «con obediencia»: «El que a
(Mc 16, 17) Y seguir una cosa (investigándo- entre Ef (5 veces), Col (4), 2 Tes 1), Pastora-
22, 9; 2 Cor 12, 4; 1 Jn 1, 1.3.5; Ap 9, 16), vosotros oye, a mí me oye». En 11, 31b díce-
la) (Lc 1, 3; Josefa, Ap 1, 53) (cf., a propósi- les (5), Sant (3) y Pe (1). - axo~ se encuentra
más raramente en genitivo (Mc 14, 64; Lc 6, se de la Reina del Sur: «Ella vino para o(r la
to, Moulton-Milligan, s. v. 2). En 1 Tim 4, 6 Y en total 24 veces, principalmente en las Car-
47; 15,25; Jn 5, 25.28; 12,47; Hech 9, 7; 11, sabiduría: de Salomón», a fin de acentuar
2 Tim 3, 10 se emplea este verbo para referir- tas Paulinas (8 veces), en Mt (4 veces) y en
7; 22, 7). La persona a quien se oye hablar, va cuánto más es Jesús y su predicación. «Ver y
se a la conservación de la doctrina trasmitida, Mc (3 veces). En los demás escritos, el sus-
en genitivo (Mc 7, 14; Lc 2, 46 Y passim; oír se hallan yuxtapuestos en Lc 7, 22 par.,. y
en la que uno debe concentrarse a fin de se- tantivo aparece sólo 2 veces en cada escrito
Hech 24, 4; 26, 3), frecuentemente con un lo mismo sucede en 10,24 par.: «Muchos pro-
guirla fielmente (cf. Kittel, 216). (Hech, 2 Tim, Heb) o 1 sola vez (Lc, Jn, 2
participio adicional (Mc 14,58; Hech 2, 6.11; fetas y reyes desearon ver las cosas que vos-
Pe). Ambos vocablos faltan en tres escritos
ovvaxoAOVaÉro acompañar* es un verbo Ap 5, 13; 16,5.7). Siguen también la regla del otros veis, y no las vieron, y oír las cosas que
(Tit, 1 Pe, Jds).
que en el NT se refiere únicamente a los que objeto de cosa en acusativo las construcciones vosotros oís, y no las oyeron». Lo que los dis-
acompañaban a Jesús, pero atenuando el ex- axoúw 'tL 'tLVO¡; oír algo a alguien Bech 1,4; cípulos «han dicho en la oscuridad, se oirá en
presivo enunciado sobre el seguimiento de Je- 2. axoúw significa oír, pero significa tam- axoúw 'ti, EX 'tLVO¡; 2 Cor 12, 6; axoúw 'ti, la luz» 12, 3. - La exhortación de Jesús a oír
sús (Lc 23, 49 a diferencia de Mc) o refirién- bién, en sentido más amplio, enterarse. Raras :rruQá 'tLVO¡; Jn 8, 26.40; Hech 10, 22; axoúw (Mc 4, 3; 7, 14; Mt 13, 14; 15, 10; 21, 33; Lc
dose tan sólo a una acción de acompañar veces se emplea el verbo como tecnicismo del 'tI, a:rró 'tLVO¡; 1 Jn 1, 5. El genitivo de perso- 18,6) se hace a menudo mediante aquella ex-
puramente externa (Mc 5,37; 14,51). lenguaje jurídico (Jn 7, 51; Hech 25, 22 tomar na, objeto de la acción del verbo, aparece clamación: «El que tenga oídos para oír, ¡que
declaración, interrogar). El sentido de escu- también en la expresión axoúw 'tLVO¡; :rrEQL oiga!» (Mc 4,9.23; 7,16 v.l.; Mt 11, 15; 13,
G. Schneider char a alguien, obedecer a alguien se encuen- 'tLVO¡; Hech 17,23; 24, 24. Cf., además, las 9.43; Lc 8, 8; 14, 35b). La voz del cielo, en la
tra, por ejemplo, en Mc 9, 7 par. Mt/Lc; Hech construcciones con O'tL (por ejemplo, Mt 2, Trasfiguración,.exhorta a los discípulos a oír
3, 22 (en todos los casos, según Dt 18, 15). 22) Y con acusativo con infinitivo (por ejem- a Jesús (Mc 9, 7 par.); cf. también Mc 12,29
«XO\lro akouo oír, enterarse - El sustantivo axol¡ significa el sentido del plo, 1 Cor 11, 18); cf. Bauer, Worterbuch, s.v. (Dt 6, 4) «¡Oye, Israel!». Dentro del Evange-
axo~, i)~, ti akoe acción de escuchar, oído, oído (1 Cor 12, 17 bis), el acto de oír (2 Pe 2, 3.e.f. lio de Me, encontramos axoúw no sólo en pa-
noticia, predicación* 8; también en la expresión axoñ axoúou'tE labras de Jesús (por ejemplo, 4, 3.12.15.16.
1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Contenidos se- Mt 13, 14; Hech 28, 26), el órgano del oído, 5. a) En el NT, los sujetos de axoúELv son, 18.20.23.24; 7, 14; 8, 18; 13,7), sino tam-
mánticos - 3. Compuestos y vocablos afines. - 4. Estu- el oído (Mc 7,35; Lc 7, 1; Hech 17, 20; 2 Tim de manera enteramente predominante, perso- bién, y con más frecuencia que en Q, en la na-
dio sintáctico - 5. axouw en conexiones característi- 4, 3.4; Heb 5, 11). Encontramos también los nas, sobre todo porque el oír es «la forma rración, aunque en estos casos referido casi
cas - 6. axo~. significados de noticia, voz, rumor (Mc 1,28; esencial de asimiliación en la religión bíbli- siempre a oyentes «neutros» de Jesús (2, 1; 3,
Bibl.: R. Deichgraber, Gehorsam und Gehorchen in 13, 7; Mt 4, 24; 14, 1; 24, 6) Y de mensaje, ca» (Kittel, 217). En los evangelios encontra- 8.21; 5, 27; 6,14.16.55 Y passim) o a oyentes
der Verkündigung Jesu: ZNW 52 (1961) 119-122; E. v. predicación (Jn 12,38; Rom 10, 16.17 bis; mos principalmente personas que oyen la pre- interesados, abiertos u «obedientes» a Jesús
Dobschütz, Die fünf Sinne im NT: JBL 48 (1929) 378- Gál 3, 2.5; 1 Tes 2, 13; Heb 4, 2).
411; A.-M. Enroth, The Hearing Formula in the Book dicación de Jesús o gente que recibe noticias (4,33; 6, 2; 12,37).
of Revelation: NTS 36 (1990) 598-608; J. Gnilka, Zur 3. En el NT se hallan atestiguados los siguien- sobre él. Los Hech y las Cartas hablan del oír Es característica de Mt la fórmula introduc-
Theologie des Horens nach den Aussagen des NT: tes compuestos de axoúw: bL-axo'Úw (Hech 23, la «palabra» (Hech 4,4; 10,44; 15, 7; 1 Jn 2, toria de las «antítesis» ~XOÚOU'tE O'tL EQQÉ1'ty)
159 axoúw 160 161 axoúw - aXQoat'!Í¡; 162

(5, 21.27.33.38.43). Mt 18, 15s (material pe- orden de sucesión «oír y ver» son Mt 11, 4; velación. En cada una de las misivas que se (be~a'tt1~, 2 akrates falto de dominio pro-
culiar) reglamenta el caso de un «hermano 13, 16). Según 1 Jn 4, 1-5 los falsos profetas envían a las siete comunidades encontramos pio*
que ha pecado (contra ti)>>, expresando la es- no son «de Dios», sino «del mundo»; por eso, la exhortación: «¡El que tiene oído, que oiga 2 Tim 3,3. ThWNT 11,338-340.
peranza de que, después de la reprensión por hablan como siendo «del mundo», y «el mun- lo que el Espíritu dice a las comunidades!» (2,
parte del discípulo (afectado), ese hermano le do los oye» (v. 5). 7.11.17.29; 3, 6.13.22).
escuche. - Lc acentúa (frecuentemente de ma- ihe~a'to~, 2 akratos puro, no mezclado*
nera redaccional) el oír la palabra de Jesús y d) En Pablo, el verbo axolJw designa pri- 6. El sustantivo axoY¡ (-+ 1.2) adquiere su En Ap 14, 10 dícese de la ira de Dios en to-
los asombrosos efectos que ello produce (2, meramente el proceso de una información re- particular cualidad teológica, cuando en su da su fuerza.
47; 4, 28; 10,39; 19,48; 21, 38), pero nos da cibida por él acerca de sus comunidades (1 significación pasiva designa no sólo la noti-
cia, el rumor, sino la predicación cristiana.
a conocer que también hay que escuchar las Cor 5, 1; 11, 18; Flp 1,27; cf. Flm 5; así tam- cix~ípfta, a~, i) akribeia rigor, exacti-
palabras de Moisés y de los profetas (16, bién Col 1,4.9; Ef 1, 15; 2 Tes 3, 11) o reci- Claro que en esos pasajes la traducción del
tud*
29.31; cf. 2,46). bida por los demás acerca de él (Gál1, 13.23; término por predicación «no expresa lo deci-
Hech 22, 3 «educado conforme al rigor de
Flp 1, 30; cf. 2, 26; así también en Ef 3, 2). sivo, a saber, la trasmisión de lo que se ha
la ley de los padres».
c) Jn 3, 8 Y 5, 7 habla del axolJw ti]v Cuando Pablo exhorta. a la acción, describe oído para que se oiga» (H. Schlier, Der Ro-
cpwvY¡v, del oír en un sentido puramente ex- con detalle: «10 que habéis aprendido, recibi- merbrief [HThK], 317s). Ante el problema
terno, mientras que otros enunciados (por do, oído y visto en mí» (Flp 4, 9; cf. 2 Cor 12, de la incredulidad, Jn 12,38 Y Ro 10, 16 pre- ciX~lPt1~, 2 akribes exacto, riguroso*
ejemplo, 18,37: «Todo el que es de la verdad 6). Para Pablo tienen especial peso los enun- guntan con Is 53, 1 LXX: «Señor, ¿quién ha Hech 26, 5: (Siendo fariseo) viví «según la
escucha mi voz) deben interpretarse en el sen- ciados acerca del oír como condición previa creído nuestra predicación?». Heb 4, 2b hace tendencia (UtQEOl~) más rigurosa de la prácti-
tido de escuchar con obediencia a Jesús. Cla- para la -+ nLOtl~. En Rom 10, 14b.c pregunta, constar que «la palabra de la predicación» ca de nuestra religión».
ro que no en todos los pasajes se hace esta refiriéndose al evangelio al que hay que pres- no les aprovechó a algunos, «porque en los
tar obediencia (v. 16): «¿Como creerán en oyentes no iba acompañada por la fe». Pa-
distinción entre el oír y el aceptar con fe lo ciX~lPÓro akriboo averiguar algo con exac-
que se oye, sino que algunas veces llega in- Aquel de quien no han oído? Y, ¿cómo oirán blo, basándose en el pasaje de Is, argumenta
titud*
cluso a haplárse ambiguamente (por ejemplo, sin alguien que les predique?» Porque la fe de la siguiente manera: «Así que la fe viene
Mt 2, 7.16 dícese de las averiguaciones lle-
5, 25.28). Los que creen en Jesús, los cuales viene «por la predicación (axoY¡ -+ 6), y la de la predicación, y la predicación, por la
vadas a cabo por Herodes.
según 10, 3.16.27 «escuchan la voz del Pas- predicación por la palabra de Cristo» (10, 17). palabra de Cristo» (Rom 10, 17). Los cristia-
ton>, contrastan positivamente con aquellos 1 Cor 14, 2 prueba la importancia secundaria nos no recibieron el Espíritu «por las obras
judíos que, según 8, 40-47, rechazan la ver- que tiene el hablar en lenguas, diciendo que de la ley», sino es axofj~ nLOtEw~ (Gál 3, ciX~lPro~ akribOs (adv.) con exactitud,
dad predicada por Jesús (R. Schnackenburg, nadie «oye» (= entiende) a quien habla así. En 2.5). La construcción de genitivo no signifi- cuidadosamente*
El Evangelio según san Juan I1I, 309; cf. 575 2 Cor 12, 4 Pablo habla de su arrobamiento de ca sencillamente una predicación que tenga Mt 2,8; Lc 1,3; Hech 18,25; Ef 5,15; 1 Tes
Indice de palabras griegas, s. v. axolJw). La antaño al tercer cielo, y afirma «que fue arre- como consecuencia o como contenido la fe, 5, 2. En grado comparativo aXQlpéotEQOV
«palabra» que los discípulos oyen de Jesús, batado al paraíso, y escuchó palabras inefa- sino que vincula esencialmente con axolJw Hech 18,26; 23, 15.20; 24, 22.
según 14, 24 «no es mía, sino del Padre que bles que al hombre no le es dado expresar»; el acto de oír (F. MuBner, Der Galaterbrief
me envió». Jesús manifestó a los suyos (15, cf. la mención que se hace del oír la voz de [HThK], 207 con la nota 15). La predicación
cix~í~, íbo~, i) akris langosta, saltamon-
15) todo cuanto oyó del Padre (cf. 8, 26. Jesús en Hech 9, 4; 22, 7.15; 26, 14. es Aóyo~ axofj~ nUQ' ~!-lwv tou {}eou (1
Tes 2, 13), es decir, «palabra del mensaje de tes*
28.40). El que escucha (obedientemente) la •
palabra de Jesús y cree en ella, «tiene vida e) Los escritos tardíos del NT, con la inten- Dios que sale de nuestros labios». Como pa- Mt 3,4; Mc 1, 6; Ap 9, 3.7. F. 1. Andersen:
eterna» (5, 24). 12,47 Y 14, 24 acentúan lo de ción de garantizar la predicación de lo recibi- labra de Dios la recibieron los tesalonicenses Abr-Nahrain 3 (1961-1962) 60-74; M. Weber,
guardar o poner en práctica las palabras de Je- do por la tradición, remiten a lo que los cris- y la aceptaron con fe. «Pero no todos hicie- Heuschrecke, en RAC XIV, 1231-1250.
sús. - 1 Jn 1, 1-3 subraya que la predicación tianos han oído (Col 1,23; Ef 4,21; 2 Tim 1, ron caso (imY¡xo'Uouv) al evangelio» (Rom
del autor se identifica con «lo que era desde el 13; 2, 2; 2 Jn 6). Heb cita tres veces el Sal 94, 10, 16a). La fe es «obediencia» (-+ únuxoY¡),
y por este motivo Pablo puede hablar de cix~oa'tt1~WV, O\), 'tÓ akroaterion sala
principio, lo que hemos oído, lo que hemos 7 LXX «hoy, cuando oigáis su voz, ¡no endu- de audiencia *
visto con nuestros ojos ... , acerca de la Palabra rezcáis vuestros corazones ... ! (3, 7s.15; 4, 7). únuxoi] nLOtEW~ (1, 5; 16,26).
Hech 25,23 (eventualmente, como en Jose-
de la vida» (v. 1). La preeminencia del aspec- Y lo hace así con el fin de advertir contra la G. Schneider fo, Congr 64, auditorio).
to de la proclamación (<<la Palabra de la vi- incredulidad y la apostasía. Sant 1, 19 exhor-
da») invierte el orden habitual de sucesión ta a observar una máxima sapiencial: «ser
(que se da, por ejemplo, en el v. 3) entre «ver pronto para oír, lento para hablar y lento para (be~a(Jía, a~, i) akrasia intemperancia, cix~oa'tt1~, olí, Ó akroates oyente*
y oír» (cf' también Lc 2, 20: lo que los pasto- la ira». En Ap ljxo'Uou (junto a eLbov) desig- falta de dominio propio* Rom 2, 13 de la ley; Sant 1,22.23.25 de la
res «habían oído y visto»; otros ejemplos del na con frecuencia el hecho de recibir una re- Mt 23,25; 1 Cor 7,5. ThWNT 11,338-340. palabra.
163 164 165 ax,QoyOlvLaLo~ - 'Ax,'ÚAa~ 166

ax~o~u(J'tÍ.a, a;, ÍI
akrobystia prepucio, cumplidores de la ley, pueden demostrar que ax~oyroVta¡;o;, 3 akrogoniaios piedra 2. Aquila era natural del Ponto (Hech 18,
incircuncisión, los gentiles* los judíos, que poseen la Escritura y la cir- angular, piedra clave 2). Su oficio era hacer tiendas y vivió con su
cuncisión, son trasgresores (v. 27). Coram --+ ywvLa 1.3. mujer en Roma hasta que, a causa del edicto
Bibl.: K. L. Schmidt, a%Qo~u(J1;¡a, en ThWNT 1,
Deo lo único que cuenta es la circuncisión in- promulgado en el año 49 p.e. por Claudio (y
226s; R. Meyer, JtEQLTO[!T], en ThWNT VI, 72-83; A.
Tosato, Sulle origini del termine akrobystia: BeO 24 visible del corazón, que es concedida gracio- que se menciona en Suetonio Claud 25), tuvo
(1982) 43-49. samente por el Espíritu y que, por tanto, es ax~o{}í,VtOV, ou, 'tó akrothinion primi- que abandonar Roma por profesar la fe judía
obrada por Dios mismo (vv. 28s); Pablo pien- cias, botín* (Hech 18, 2s). Cuando Pablo se reunió en Co-
1. En el NT a%Qo~'lJO'LLa aparece 20 ve-
sa seguramente en Ez 36, 26-28. Heb 7, 4: Abrahán dio el diezmo (de lo me- rinto con el matrimonio Aquila y Prisca y se
ces, concretamente en el Corpus Paulinun,
Asimismo, la justificación se concede sin jor) del botín. alojó en casa de ellos y trabajó con ellos, am-
principalmente en Rom 2-4 (11 veces); fuera
distinción a judíos y a incircuncisos (Rom 3, bos eran ya cristianos. Esto se deduce del he-
de él aparece únicamente en Hech 11,3, don-
30; 4, 9). Pablo hace referencia a Abrahán, cho de que su conversión no se menciona en
de el término se pone en labios de judeocris- (ix~ov, ou, 'tó akron punta* ninguna parte, sino que parece darse por sa-
tianos y sirve para designar a los gentiles im- que hallándose todavía en estado de incir-
Lc 16, 24 (la punta del dedo); Heb 11, 21 bida, y porque la nota característica de '101)-
puros (av6Qf¡; a%Qo~'lJO'LLav EXOVLf¡;). En cuncisión, fue justificado por su fe; ~ Ev
(el extremo del bordón). Dícese del límite ex- 6aLO¡; (Hech 18,2) puede tener el significado
todos los demás pasajes, a%Qo~'lJO'Lí,a signifi- a%Qo~'lJO'LLc.x :1tLO'LL¡; se convierte, por decirlo
tremo o del final Mt 24, 31 (bis); Mc 13, 27 de «judeocristiano» (cf. Gál 2, 13; Hech 21,
ca la condición de no ser judío (Rom 2, así, en una nueva fórmula teológica de lucha
(bis). 20). Después de aproximadamente año y me-
25.26b; 4, 1O(bis).11(bis).12; 1 Cor 7,18.19; (Rom 4, 11.12), Y también aquella que habla
de LO fuayyÉALOV Lfj¡; a%Qo~'lJO'LLa¡;, confia- dio de estancia en Corinto, Pablo -en compa-
Gál 5, 6; 6, 15; Col 2, 13; 3, 11) o designa
do por Dios a Pablo (Gál 2, 7; cf. 2, 9). La ñía de Aquila y Prisca- embarcó hacia Efeso
concretamente a los gentiles (incircuncisos) 'AxúAa;, acusativo -av Akylas Aquila* (Hech 18, 18s). Pablo continuó viaje a Cesa-
(Rom 2, 26a.27; 3, 30; 4, 9; Gál 2, 7; Ef 2, oposición entre la cincuncisión y la incircun- IIQLO'%u, IIQLo%LAAu, 1']¡; Priska. Priskilla
cisión, entre ser judío y ser gentil, queda su- rea, y el matrimonio se quedó en Efeso (Hech
11). Prisca, Priscila *
primida en la Iglesia en virtud del Espíritu (1 18, 19-22). Cuando el elocuente Apolo se
ax,Qo~1)(J1;La (en latín, praeputium) prepucio Cor 7, 19); es una oposición que, «en Cris- Bibl.: H. W. Bartsch, en ROO 1, 524; Haag, Diccio- presentó en Efeso, y enseñaba, sí, con exacti-
no debe derivarse del adjetivo ax,Qo~ (lo que for- nario, 130; F. X. Pólzl, Die Mitarbeiter des Weltapos- tud las cosas referentes a Jesús, pero no cono-
to», ha perdido todo su sentido (Col 3, 11) Y tels Paulus, Regensburg 1911; R. Schumacher, Aquila
ma el extremo, la punta) y el verbo ~'Ú0l (llenar cía el bautismo de Jesús, Aquila y prisca le
ha quedado superada por la fe que actúa en el und Priscilla: ThGl12 (1920) 86-99; A. Wikenhauser,
plenamente), sino que es una forma analógica de en LThK 1, 779-780. instruyeron (Hech 18,26). Pablo volvió a en-
ax,QoJtoa{Ha prepucio (Aristóteles, HistAn 493 amor (Gál 5, 6). Por eso, la incircuncisión y
contrar a Aquila y Prisca durante los dos años
a 29), que tal vez se formó por tener un sonido la circuncisión no quedan modificadas en su 1. 'AXÚAa¡; y I1QLO'%a (con el diminutivo y medio de su estancia en Efeso. En tomo al
parecido al del término hebreo boset (vergüenza). realidad natural y exterior, sino que deben I1QLO'%LAAa) son las formas helenizadas de matrimonio se había congregado una comuni-
El concepto, que sólo se encuentra en el griego entenderse como vocación (1 Cor 7, 18); tam- los nombres latinos Aquila y Prisca, Prisci- dad cristiana que se reunía en su casa. Pablo
bíblico y eclesiástico, aparece en 13 lugares de la bién el orgullo que se siente por la circun-
LXX para traducir al hebreo 'orla (prepucio), y lla. Los nombres, al margen del NT, aparecen trasmitió expresamente los sahIdos de esta
cisión es anacrónico, porque el creyente es atestiguados con frecuencia en inscripciones pareja y de esa comunidad a la comunidad de
casi siempre para expresar el precepto de que hay
que cortar el prepucio. En Qumrán se hablaba en nueva criatura (Gal 6, 15). y escritos. Pero sobre la pareja mencionada Corinto (1 Cor 16, 19). El pasaje de Rom 16,
sentido espiritualizante del «prepucio del instin- Aparentemente con un sentido no paulino en el NT no existe ninguna fuente extrabíbli- 3-5 presupone que Aquila y Prisca habían re-
to» (IQS 5, 5), «del corazón» (lQS 5, 26; lQp- se menciona en Col 2, 13 la a%Qo~'lJO'LLa de ca independiente. En los 6 lugares del NT gresado nuevamente a Roma, en el tiempo
Hab 11, 13), «de los labios» (IQH 2, 18s), «del la carne juntamente con las trasgresiones donde aparece uno de los dos nombres, apa- que medió entre la redacción de 1 Cor y la re-
oído» (lQH 18, 20). como nota característica de los gentiles que rece también el otro. Mientras que en los 3 lu- dacción de Rom, y allí habían vuelto a con-
se hallaban espiritualmente muertos, y en Ef gares de los escritos paulinos se emplea como gregar en su casa una comunidad cristiana. Es
2. Pablo, en Rom 2, 25-29, critica el juicio 2, lIs se valora la incircuncisión como forma del nombre I1QLO'%U, vemos que en los comprensible, si tenemos en cuenta que el
judío sobre el estado de perdición en que se prueba de la lejanía de Dios y de la falta de otros tres lugares, que corresponden a Hech, edicto de Claudio contra los judíos se aplicó
hallaban los incircuncisos, y lo hace vinculan- esperanza. Pero en esos casos lo que se pre- se usa siempre el diminutivo I1QLO'%LAAa. ya con menos rigor a la muerte de éste en el
do la utilidad de la circuncisión con el cum- tende eses'clarecer e contrario el efecto del Sorprende que tan sólo en Hech 18, 2; 1 Cor año 54. Los vv. formulan también dos obser-
plimiento de la ley. De esta manera, y con bautismo, que, como circuncisión no hecha 16, 19 se mencione en primer lugar a Aquila, vaciones dignas de tenerse en cuenta: 1) Pa-
miras al juicio final, se produce una inversión con manos sino realizada por el Espíritu y que en Hech 18,18.26; Rom 16,3; 2 Tim 4, blo afirma que los dos esposos son sus cola-
de valores de la realidad física: la circun- de Dios, es un .«despojarse del cuerpo de la 19 el nombre de la mujer ocupe el primer lu- boradores. Deben contarse quizás «entre los
cisión se imputa como a%Qo~'lJO'LLa si va carne mediante la circuncisión de Cristo» gar. Tal vez se exprese con ello la mayor sig- misioneros más importantes del cristianismo
acompañada de desobediencia, e inversamen- (Col 2, 11). nificación de esta mujer en la vida de la co- primitivo que trabajaron en la Diáspora y que
te (2, 25s); los gentiles, que por naturaleza munidad (así piensa H. Schlier, Der Ro- habían comenzado su labor independiente-
son incircuncisos, en cuanto son posibles O. Betz merbrief [HThK], 443). mente de Pablo, pero que la continuaron en
167 168 169 170

colaboración con él» (E. Kasemann, An die


aAa~ovEÍa, a~, Í] alazoneia orgullo, palabra viene a continuación inmediata de la tequética: «¡Tened sal en vosotros y estad en
Romer' [HNT], 397). Seguramente por ello, advertencia contra el escándalo (9, 42-48); Mt paz los unos con los otros!» (v. 50c); es decir,
arrogancia*
Pablo habla expresamente de lo agradecidos presenta la sentencia al comienzo del sermón la comunidad que se halla bajo el juicio puri-
Sant 4, 16; 1 Jn 2, 16. ThWNT 1, 227s;
que están los gentiles hacia ellos. 2) Pablo de la montaña, a continuación de los macaris- ficador está obligada a hallarse dispuesta para
DTNT IV, 224s.
mismo les da las gracias porque, por salvar la mos (5, 3-12); Lc la inserta en una serie de la paz.
vida de él, habían arriesgado ellos su propia sentencias sobre las condiciones previas para La lectura variante que se encuentra en Mc
vida. Habría que pensar también en los peli- aAa~rov, óvo~, ó alazon orgulloso, jac- el seguimiento (14, 26-33). En el mismo con- 9,49 «(Porque todos serán salados con fuego)
gros a que se alude en 2 Cor 6 y 11, o en las tancioso* y todo sacrificio será salado con sal» es secun-
texto aparece dos veces el verbo áAtl;w salar
confrontaciones asociadas directamente con Rom 1, 30; 2 Tim 3, 2. ThWNT 1, 227s; daria y representa el intento de recurrir a los
(Mc 9, 49; Mt 5, 13) Y una vez el adjetivo
Efeso y a las que se hace referencia en 1 Cor DTNT IV, 224s. preceptos rituales (cf. Lev 2, 13) para interpre-
aVUAOt; sin sal, insípido (Mc 9, 50).
15, 32 Y Hech 19. - La proximidad histórica tar desde el culto sacrificial las palabras acer-
con respecto a Pablo y la importancia de es- 2. Mientras que en Col 4, 6 se habla de la ca de la sal (cf. Billerbeck 11,21-23).
tos dos esposos para la misión cristiana pri- aAaAá~ro alalazolamentarse a gritos* sal en el sentido elemental de condimento (cf.
mitiva han hecho que la pareja tuviera tam- Mc 5, 38; 1 Cor 13, 1 (dícese del címbalo uQt'Úw condimentar), expresando así que la A. Sand
bién un lugar fijo en las tradiciones tardías que retiñe). ThWNT 1,228. conversación cristiana debe ser vigorosa, es
acerca de Pablo. El autor seudónimo de 2 Tim decir, convincente, vemos que en los Sinópti-
presenta a Prisca y Aquila como los primeros aAEÍcpro aleipM ungir, embalsamar*
aAáAl]'to~, 2 alaletos que no puede decir- cos la imagen de la sal se halla al servicio de
de la lista de personas a quienes se envían sa- Mt 16, 17 (en voz media); Lc 7,38.46 (bis);
se con palabras, inexpresable* la instrucción de los discípulos. Seguramente
ludos, al final de la carta (4, 19). Sin embar- Jn 11,2; 12,3. La unción de enfermos Mc 6,
Rom 8, 26 «con gemidos que no pueden ex- Lc nos ofrece el texto original, cuando hace
go, de esta breve nota no podemos deducir 13; Sant 5, 14; el embalsamamiento de un di-
presarse». constar que la sal es buena. Pero si se toma
datos biográficos. funto Mc 16, 1. ThWNT 1, 230-232; DTNT
insípida, entonces no vale ni para la tierra ni
IV,303s.
A. Weiser para el muladar. Sencillamente hay que tirar-
aAaAo~, 2 alalos mudo* la. En Lc falta una aplicación concreta. Tan
Mc 7, 37; n:VEU¡.tU aAuAov en 9, 17.25 (dí- sólo en virtud del toque de atención que se aAEx'toQocproví.a, a~, Í] alektoropMnia
aX\)Qóro akyroo anular, invalidar* cese del espíritu que al ser humano le arreba- añade a continuación (v. 35c) y de la exhorta- canto del gallo*
Mc 7, 13 par. Mt 15, 6. Como tecnicismo ta el habla). ción precedente dirigida a las multitudes, se Mc 13, 55 como medio de marcar la hora:
jurídico en Gál 3, 17; cf. O. Eger: ZNW 18 ve claro que las palabras acerca de la sal pre- al canto del gallo.
(1917-1918) 88-93. ThWNT I1I, 1099. tenden estimular a los discípulos a que se es-
iiAa~, a'to~, 'tó halas sal * fuercen de manera especial y a que estén bien
áA.[~(¡)
halizo salar* aAÉx'troQ, 0Qo~, Ó alector gallo*
despiertos. Por el contrario, Mt, por medio de Mt 26, 34.74.75; Mc 14,30.68.72 (bis); Lc
axroAÚ'tro~ akolytos (adv.) sin impedimento* la interpelación directa, aplicó inmediatamen-
Bibl.: F. Hauck, aAuc; XTA., en ThWNT 1,229; J. E. 22,34.60.61; Jn 13,38; 18,27.
Hech 28, 31. G. Delling: NovT 15 (1973) Latham, The Religious Symbolism of Salt (Théologie te a los discípulos la sentencia tomada de Q
193-204; D. L. Mealand, The Close of Acts Historique 64), Paris 1982; M. Lattke, Salz der (cf. vv. lIs), y lo hizo para acentuar la tarea
and Its Hellenistic Greek Vocabulary: NTS 36 Freundschaft in Mk 9, 50c: ZNW 75 (1984) 44-59; K.- de los mismos ante el mundo entero. Encare- 'AAEªavbQE'Ú~, Éro~, ó Alexandreus ale-
(1990) 583-597, especialmente 589-595. G. Reploh, Markus, Lehrer der Gemeinde, Stuttgart jandrino*
1969, 154-156; R. Schnackenburg, Markus 9, 33-50,
ce la exigencia, añadiendo el verbo al sustan-
en FS Wikenhauser, 184-186; Id., «Ihr seid das Salz tivo sal, hablando de una completa inutilidad Gentilicio derivado de la ciudad egipcia de
der Erde, das Licht der Welt». Zu Matthiius 5, 13-16, y, mediante una palabra de amenaza (será pi- Alejandría (cf., a propósito, RAC 1, 271-283).
axrov, axo\)oa, &xov akon, akousa, Hech 6, 9; 18,24.
en Mélanges E. Tisserant 1, Rome 1964, 365-387; soteada por los hombres; cf. 7, 6), haciendo
akon involuntario* Schutz, Q, 470-472; J. B. Soueek, Salz der Erde und referencia a un juicio futuro. Mc, que coinci-
1 Cor 9,17. ThWNT 11,647. Licht der Welt: ThZ 19 (1963) 169-179; H.-Th. Wrege,
de con la versión de Lc, enlaza el logion con
Die Überlieferungsgeschichte der Bergpredigt, Tübin- 'AAEªavbQivo~, 3 Alexandrinos de Ale-
gen 1968,27-31; H. Zimmermann, «Mil Feuer gesal- 10 que precede, dándole la forma de una sen- jandría*
aAá~ao'tQo~, O\), ó y Í] alabastros ala- zen werden»: ThQ 139 (1959) 28-39. tencia clave: «Porque todos serán salados con
Hech 27, 6; 28, 11, dícese en ambos casos
bastro, frasco de perfume* fuego» (v. 49). De esta manera, la imagen se
1. En el NT, el sustantivo, exceptuado el de una nave matriculada en Alejandría.
convierte en enigma con acritud paradójica.
(También al,.á~a(J't~ov, OlJ, 'tó alabastron) pasaje de Col 4, 6, se encuentra únicamente La palabra que habla del fuego (como medio
Mt 26, 7; Mc 14, 3 (bis); Le 7, 37. En vez en la tradición sinóptica. Las 7 veces que apa- de purificación, cf. Mal 3, 2s y passim) da un 'AAɪavbQo~, O\) Alexandros Alejandro*
del femenino, Mc 14,3 Sin A D pm tienen el rece se hallan en la «sentencia acerca de la nuevo sentido a la palabra de la sal. Y este Nombre de persona. Lo llevaron diversas
masculino, y G W e A cp el neutro. sal» Mc 9, 50 (ter); Mt 5, 13 (bis). En Mc la nuevo sentido se expresa en la aplicación ca- personas: Mc 15, 21; Hech 4, 6; 19, 33a.b; 1
172 173 tl.J.ljl)(.-ll( 174
171

1. Los escritos paulinos, déutero-paulinos sino también la concepción veterotestamenta- 11, 10) Y «del evangelio» (Gá12, 5.14; cf. Col
Tim 1, 20; 2 Tim 4, 14. Tan sólo los dos pasa-
jes de las Pastorales se refieren eventualmen- y joánicos ofrecen 92 casos de las 109 veces ria aceptada así de que la verdad es un acto (cf. 1, 5), mientras que Jn entiende o.A.~{}fLa en
que aparece o.A.rr1h'La en el NT. Una distribu- también 1QS 1, 5 Y passim). o.A.~{}eLa por su sentido absoluto. o.A.~{}fLa como genitivo de-
te a la misma persona.
ción parecida encontramos con respecto a o.A.'I']- contenido puede aproximarse a chltawauv'l'], terminativo se halla dependiendo, entre otros,
{}~~: 21 de las 26 veces. En lo que respecta a justicia; el término veterotestamentario ~edeq de Jtvevfw, espíritu, (Jn 14, 17; 16, 13; 1 Jn
clAEUºOV, OU, t:ó aleuron harina de trigo* o.A.'I']{}LVÓ~ hallamos la siguiente distribución: puede traducirse por o.A.~{}fLa. Por tanto, 4, 6) Y A.óyo~, palabra, (2 Cor 6, 7; Ef 1, 13;
Mt 13,33 par. Lc 13,21 en la parábola de la 13 veces en Jn y en 1 Jn, 10 veces en Ap y 1 o.A.~{}fLa se convierte en rectitud .. En el len- Col 1,5; 2 Tim 2, 15). En las Pastorales es ca-
levadura. vez en Pablo, apareciendo otros 4 testimonios guaje helenístico o.A.~{}eLa significa también racterística la expresión d~ eJtLyVW(JLV o.A.'I']-
más. De las 18 veces que aparece o.A.'I']{}iñ~, 8 la realidad divina, formulada más precisamen- {}da~, para el conocimiento de la verdad, don-
las encontramos en Jn y en 1 Jn, 9 en los si- te en la literatura gnóstica hasta convertirse en de el sentido de o.A.~{}fLa se acerca ya al de
aAÍJ-3-ua, a;, Í) aletheia verdad nópticoslHech y 1 en Pablo. o.A.'I']{}euw apare- la realidad divina que se revela y que es con- la «recta doctrina» (Bultmann, en ThWNT 1,
&.A:rp'h'ÍJffi aletheuo decir la verdad, ser veraz* cebida como sustancia, en contraste con el 244s). Entre los giros con preposición hay
ce 2 veces (Gál y Ef).
&.A:rl-&tí~, 2 alethes verdadero, veraz, genuino mundo malvado de la materia, que es el mun- que destacar: ser de la verdad (Jn 18,37; 1 Jn
&.A.l]{hvó~, 3 alethinos veraz, verdadero, fiable do que se encuentra ante nosotros. 2, 21; 3, 19; que se identifica con «ser de
2. Según el uso lingüístico del griego anti-
&.A.l]{hú~ aletMs (adv.) verdaderamente, en Dios»; Schottroff, 228, -> 4) Y en (ev) la ver-
guo, la formación o.A.~{}fLa, derivada de También en el NT o.A.~{}eLa significa en
realidad buena parte, en cuanto es un término teológi- dad (passim, por ejemplo caminar en la ver-
A.av{}ávw/A.~{}w (ocultar o encubrir algo a al-
camente relevante (sobre todo en Pablo y en dad: 2 Jn 4; 3 Jn 3s). En construcción coordi-
1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Contenidos se- guien) y a privativa, significa la cosa, en
Jn, -> 4), la verdad desvelada por Dios, y por nada, o.A.~{}fLa se halla principalmente junto
mánticos - 3. Campo referencial - 4. La verdad en Pa- cuanto es una cosa dicha. Decir la o.A.~{}fLa
blo y en Jn. cierto tanto en sentido noético como en senti- a Jtvevf-ta, espíritu, (Jn 4, 23s), XáQL~, gracia,
significa: decir «tal y como es» (Boeder 99; de
do óntico. (Jn 1, 14, 17; cf. la expresión veterotestamen-
Bibl.: J. Becker, Das Heil Gottes (STUNT 3), Got- manera parecida Frisk, Worterbuch 1, 71). En
Los adjetivos o.A.'I']{}~~ y o.A.'I']{}LVÓ~, que por taria J:tesed w'emet), cÍLltmoauv'l'], justicia, (Ef
tingen 1964, 214-237; J. Blank, Der joh Wahrheits- cuanto a la época clásica, sigue sin refutar la
begriff: BZ 7 (1963) 163-173; H. Boeder, Der früh- su contenido coincidían ya en buena parte en 5, 9), JtLatL~, fe, (1 Tim 2, 7) Y o.yáJt'l'], amor,
prueba aducida principalmente por Heidegger
griech. Wortgebrauch von Logos und Aletheia: Archiv el griego clásico, reúnen en sí en el NT todos (2 Jn 3).
y Bultmannn (Exegetica, 144ss), según la cual
für Begriffsgeschichte 4 (1959) 82-112; R. Bultmann, los matices del espectro de significados de En Jn se nos dice que Dios es o.A.'I']{}~~ y
o.A.~{}eLa significa verdad en el sentido de no
Untersuchungen zum Joh-Ev., en Exegetica, Tübingen o.A.~{}fLa: verdadero en el sentido de fiable, o.A.'I']{}LVÓ~, porque Dios en el Hijo se revela
1967, 124-197; P. FriedHinder, Platon 1, Berlin '1954, ocultamiento (es decir, ¡en sentido etimológi- como la Verdad (3, 33; 7, 28; 8, 26; 17, 3;
233-248; L. Goppelt, Wahrheit als Befreiung. Das ntl. firme, real, veraz, fiel. o.A.'I']{}iñ~, y de manera
co!, Heitsch en contra de FriedHinder) y de sobre 1 Jn 5,20 cf. R. Bultmann, Die Johan-
Zeugnis von der Wahrheit nach den Joh-Ev., en H. R. semejante eJt' o.A.'I']{}da~ (7 de las 10 veces
apertura de la cosa real que se muestra y, por nesbriefe [KEK], 92s). Por eso, es también
Müller-Schwefe (ed.), Was ist Wahrheit? Hamburger que aparece o.A.~{}fLa en Sinópticos/Hech)
Theol. Ringvorlesung, Gottingen 1965,80-93; M. Hei- tanto, es percibida, y que, por consiguiente, significativo de la teología joánica el que
significa: efectivo, casi con la significación
degger, El ser y el tiempo, México '1980, § 44; Id., en total continuidad con el uso lingüístico o.A.'I']{}~~ se halle también junto a f-taQtuQLa,
Vom Wesen der Wahrheit, Frankfurt a. M. 61976; Id.,
de: no se permiten dudas. - o.A.'I']{}euw signifi-
antiguo, es realidad y autenticidad o rectitud testimonio, (5, 31s; 8, 13s; 21, 24; 3 Jn 12;
La pregunta por la cosa, Barcelona 1985; E. Heitsch, ca en Gál 4, 16: decir la verdad, en Ef 4, 15:
del enunciado del discurso que hace ver ser veraz, sincero (en el amor). o.A.'I']{}LVÓ~ aparece únicamente en 19, 35 =
Die nichtphilos. Aletheia: Hermes 90 (1962) 24-33; y.
Ibuki, Die Wahrheit im Joh-Ev. (BBB 39), Bonn 1972; (Aristóteles, De Interpretatione, 4, 17a: A.óyo~ «redacción eclesial»; cf. Tit 1, 13). Dentro
A. Jepsen, en DTAT 1, 310-343; E. Kasemann, Jesu o.JtOCjJaVtLltÓ~; Heidegger, Logik, 127ss). En 3. A veces o.A.~{}fLa es sujeto (Jn 1, 17; 8, de esta dirección del pensamiento, Cristo
letzter Wille nach Joh 17, Tübingen 31971; K. Koch, cuanto la o.A.~{}fLa desvela la conducta del ha-
Der hebr. Wahrheitsbegriff im griech. Sprachraum, en 32.44; 1 Jn 1, 8; 2, 4; 2 Cor 11, 10; Gál 2, 5; (en Jn 7, 18; 1 Jn 5, 20e; Mc 12, 14 par. Mt
R. Müller-Schwefe (ed.), Was ist Wahrheit? Hambur-
blante, significa veracidad. Para el significado Ef 4,21) o predicado nominal (Jn 14,6; 17, 22, 16 o.A.'I']{}LVÓ~ significa que Jesús es ve-
ger Theol. Ringvorlesung, Gottingen 1965, 47-65; J. de o.A.~{}eLa en el NT, es decisivo el hecho de 17; 18,38; 1 Jn 5, 6; 2 Cor 7,14), Y con mu- raz) y el pan del cielo que significa a Cristo
Lozano, El concepto de verdad en san Juan, Salaman- que el término hebreo del AT 'emet (fiabilidad, chísima frecuencia es objeto en acusativo de- (Jn 6, 32), la carne y la sangre sacramenta-
ca 1963; J. Murphy-O'Connor, La «vérité» chez saint firmeza) se traduce casi siempre, en la LXX,
Paul et ¿¡ Qumrán: RB 72 (1965) 29-76; 1. de la Potte-
pendiendo de verbos de decir, conocer y saber les (Jn 6, 55), Y otras cosas por el estilo son
rie, La vérité dans Saint Jean, Rome 1977 (bibl.); G.
por o.A.~{}fLa, con lo cual se pierde en buena (principalmente en Jn); pero es también im- también verdaderos. Para Pablo (en Rom 3,
Quell-G. Kittel-R. Bultmann, aA.~{}fLa %'tA.., en Th parte la dimensión histórica de 'emet y la de- portante la expresión hacer la verdad, que 4) Dios es o.A.'I']{}~~ en el sentido de que es
WNT 1,233-251 (bibliografía hasta 1931); R. Schnac- notación ontológica de la o.A.~{}fLa griega se aparece dos veces (Jn 3, 21; 1 Jn 1, 6). Es sig- veraz; en cambio, en 1 Tes 1, 9, lo de «al
kenburg, El Evangelio según San Juan 11, Barcelona modifica, porque no se trata de la apertura del
1980; 264-280 (excursus: El concepto joánico de ver-
nificativa la construcción con dativo: no obe- Dios vivo y verdadero (o.A.'I']{}Lv0)>> podría
dad); R. Schnackenburg-P. Engelhardt, en LThK X, ente en su ser. o.A.~{}fLa se convierte precisa- decer a la verdad (Rom 2, 8; Gál 5, 7; cf. 2 ser una fórmula de misión tomada del judaís-
912-920; L. Schottroff, Der Glaubende und die feind· mente en la revelación trascendente (Koch, Tes 2, 12; 1 Pe 1, 22). Principalmente son ca- mo. En Ap o.A.'I']{}LVÓ~ es atributo de Dios (6,
liche Welt (WMANT 37), Neukirchen-Vluyn 1970, 60). Es ajena a la mente griega no sólo la tra- racterísticos de Pablo, refiriéndose a o.A.~­ 10), de Cristo (3, 7.14; 19, 11), de los cami-
228-296; Spicq, Notes, Suppl. 16-37; E. Tugendhat, ducción literal que en la LXX se hace de <iisá {}eLa, los genitivos atributivos: «de Dios» nos de Dios (15, 3) Y de sus juicios (16,
Der Wahrheitsbegriff bei Husserl und Heidegger, Ber-
lin 1970; H. Wi1dberger, en DTMAT 1, 276-319. 'emet por JtOLeLv o.A.~{}fLaV, «hacer la verdad», (Rom 1, 25; 3, 7; 15, 8), «de Cristo» (2 Cor 7; 19,2) Y palabras (19, 9; junto a JtLatÓ~,
175 &A~{)-fL(X 176 177 178

fiel: 21, 5; 22, 6). En 10 que respecta a los de recomendarse a sí mismo en 2 Cor, Pablo presente en la OLxmoo'Óv'I'] 'lteoií. Con ello el joánico «misterio del Mesías»). Esos enun-
demás escritos del NT, «verdadero» no es un habla en 4, 2 sobre la revelación, cpUVÉQWOL~, aA."Í'lteLU adquiere casi el sentido de OLXUW- ciados son la descripción «teológica» de que
término característico. de la verdad. Tan sólo en el acto de la revela- o'Óv'I'] 'lteoií. En el sentido del 'emet del AT, la capacidad de creer se da como un don. Así
ción de la verdad desaparece la duda sobre la aA."Í'ltELu significa en Rom 3, 7; 15, 8 la fide- como el «devenir» de la verdad de Dios en la
4. El concepto de verdad no fue tema de la integridad y la legitimidad de aquel que la lidad de Dios al pacto. El pasaje de 9, 1, lo encarnación es iniciativa de Dios, así 10 es
predicación de los Sinópticos, y no 10 fue proclama. Por tanto, es propio de la verdad mismo que 2 Cor 11, 10, es fórmula de jura- también el revelarse de esa verdad, cuando
tampoco, seguramente, del Jesús «histórico». proclamada el tener la fuerza para imponerse mento. A pesar de 1, 18 Y 3, 7, vemos que uno la capta con fe. El que es de la verdad,
Sin embargo, si aA:!Í'lteLU es importante para a sí misma. aA."Í'ltELu, según eso, no es el sim- aA."Í'ltELu, por ser usado atemáticamente, no es oye a Jesús, es decir, oye la voz de Dios, 18,
la teología paulina y constitutivo de la teolo- ple objeto de un enunciado, aunque Pablo en Rom un concepto dominante. Ahora bien, 37; el que no es de Dios, no puede oír su voz;
gía joánica, entonces en esa reflexión teológi- puede decir en 2 Cor 12,6: «Digo la verdad» precisamente en 1, 18 encontramos la trayec- en efecto, esa persona es «del diablo, que es
ca se expresará también conceptualmente 10 Como verdad proclamada, se convierte en toria que parte de Gál y pasa por 2 Cor, y en (su) padre», el cual, por su parte, cuando dice
que constituía la fuerza motivadora de la pre- verdad que acontece y, como tal, en poder de- la mentira, «habla de 10 que es propio de él»,
la cual se expresa la siguiente idea: la verdad
dicación de Jesús. El amén (--+ all"Ív) típico terminante para el oyente abierto, quien en el 8, 40ss. El increyente sólo puede preguntar
es la presencia de Dios que, de acuerdo con la
de Jesús es un acto lingüístico por el que Je- oír «se convierte él mismo en eLA.LXQLV"Í~ y, perdidamente: «¿Qué es la verdad?», 18, 38.
voluntad divina, se ha revelado por medio de
sús reclama la autoridad de la verdad divina por tanto, es capaz de ver que también el pro- Resumiendo: La verdad se abre y se revela a
la proclamación y que, por esa misma razón,
(cf. Jeremias, Teología, 50s). Y, desde luego, clamador de tal aA."Í'lteLU está determinado, él quien no se cierra ante ella. El carácter de
tiene el carácter de poder y majestad.
«amén» tiene el mismo tema que 'emet. mismo, por eLA.LXQLVELU» (R. Bultmann, Der apertura y revelación de la verdad se concibe
La hipótesis de que Pablo, en Rom 2, 20,
a) El uso de aA."Í'ltHu en Pablo apare- zweite Korintherbrief [KEK] , 104). 2 Cor 6, 7 activamente: Dios se «exegesiza» [= se da a
habla de «la encarnación del conocimiento y
ce clarísimamente en la visión cronológica establece una coordinación entre «en la pala- conocer] (1, 18) como la Verdad en Aquel a
bra (Mycp) de la verdad» y «en el poder (O'U- de la verdad en la ley», tijv IlÓQCPWOLV tfí~
de sus cartas. De las tres veces que aparece quien él envía como la Verdad, Dios se mues-
vállEL) de Dios». Y, así, en 13, 8 aA."Í'ltELu es yvwoew~ xuL tfí~ aA.'I']'ltdu~ fV VÓ[lq), como
en Gál (3, 1 es secundario según C Koiné y tra activamente como la Verdad.
la verdad superpoderosa que hace que se co- una cita tomada de un escrito judío de misión
otros), vemos que aA."Í'ltELu se halla concreta- (H. Lietzmann, Romerbrief [HNT] , 43), sigue
da 2 veces por el genitivo determinativo toií nozca a Dios (ibid. 250). Es sorprendente en 2 Cuando R. Bultmann, Das Evangelium des Jo-
Cor el uso absoluto de aA."Í'ltELu (tan sólo en siendo una hipótesis digna de mención. hannes (KEK), 332s, deduce el concepto de
eUUyyeA.LO'U (2, 5.14); en 5, 7 (tñ aA.'I']'ltdc;x, &A~{)-ELa en Jn de la concepción griega de la
con p46 C D Koiné y otros) aparece un uso ab- la fórmula de juramento de 11, 10 encontra- b) También Jn entiende la verdad como
mos el genitivo XQLotoií). En 7, 14 aA."Í'lteLU acontecimiento. En todo ello no le interesa apertura de todo ente en general, porque la cues-
soluto de aA."Í'ltELu con el mismo sentido. Así tión acerca de la &A~{)-ELa en Jn se orientaría por
que el concepto aparece clarísimamente en el significa la veracidad de Pablo. En Flp 1, 18 expresar conceptos bien perfilados. Por un la- la cuestión que interroga acerca de la vida y bus-
contexto de la revelación proclamada. Ahora aA."Í'ltELu vuelve a ser la veracidad del procla- do, por medio del Logos que se hizo carne, ca el sentido auténtico del hombre que está pre-
bien, Pablo no comprende todavía el evange- mador, tanto más que se opone al pretexto, «llegó a ser» (la gracia y) la verdad, 1, 14.17; ocupado por su propio ser, no debemos olvidar
lio, cual 10 hará más tarde en Rom, como la :n;QÓCPUOL~. por otro lado, Jesús, por ser el Revelador, que esa interpretación pretende hacerse en el te-
Sorprende en Rom una curiosa reserva en «es» el camino, la verdad y la vida, 14, 6. Tan rreno del análisis existenciario de Heidegger, el
poderosa cuasi-presencia del Dios que se re- cual se basa -a su vez- en la comprensión griega
vela en la «justicia de Dios» (--+ OLXUWO'ÓV'I'] cuanto al uso de aA."Í'ltELu. En la parte decisi- sólo porque él «es» la verdad, «dice» y da tes-
de la &A~{)-ELa como apertura y revelación. De es-
'lteoií) -¡este concepto no lo conoce todavía el va de la Carta, que es 3, 20-8, 29, no aparece timonio de ella (8, 40.45s; 16, 7; 18,37). Co-
ta manera, la comprensión joánica de la &A~{)-ELa
Pablo de Gál!-. Por eso, aA."Í'lteLU podría im- el término aA."Í'lteLU. Es verdad que en 1, mo «la misma realidad de Dios que se revela, puede entenderse como la modificación específi-
plicar aún en Gál, en cierto sentido, el signifi- 18-3, 20 el pecador, tanto judío como gentil, que acontece en él» (Bultmann, Teología, camente teológica de la comprensión griega de la
cado de «verdadero contenido del mensaje di- se ve marcado negativamente por la verdad de 434), Jesús significa para el creyente que co- verdad. Claro que podemos preguntarnos si la
vino». Claro que en el fondo de 5, 7 (<<no Dios, a la que él ha aprisionado (1, 18.25) o noce y ve (14, 9) la realización de la vida comprensión bultmanniana de la &A~{)-ELa no es-
sobre la que incluso ha tenido pretensiones (2, eterna concebida como presente (5, 24s). tará ya más cerca de la obra de Heidegger titula-
obedecer a la verdad», cf. Rom 2, 8) se en- da «Vom Wesen der Wahrheit» [trad. esp. «De la
cuentra ya la tendencia a comprender la ver- 8.20). Ahora bien, precisamente en el enun- Ahora bien, conocer la verdad significa estar
esencia de la verdad»] (sobre este escrito como
dad del evangelio como representación del ciado de 1, 18, que es antitético del lugar car- libre de «hacer el pecado», 8, 31 ss. El hecho documento de la Kehre [= «conversióu»], cf. Tu-
Dios que se revela en Cristo. dinal de la Carta, 1, 16s, aA."Í'ltELu aparece co- de que, por otro lado, se hable de «hacer la gendhat, 377s) que de la interpretación existen-
En 1 Cor se encuentra aA."Í'ltELu en antítesis mo la verdad revelada de Dios (R. Bultmann, verdad» (3, 21), por medio de 10 cual se abre ciaria de la verdad que se da en la obra «El Ser y
con injusticia, aOLxLu, 13, 6, y se refiere por en ThWNT 1, 244, 8s; E. Kasemann, An die el acceso a la luz (la nueva comprensión de sí el Tiempo» (trad. esp. de José Gaos) § 44. De la
tanto a la conducta del hombre; en 5, 8 me- Romer 3 [HNT], 35; otra es la opinión de O. mismo, captada en la fe), muestra que Jn no crítica de Tugendhat sobre la concepción heideg-
pretende ofrecernos una teoría armónica acer- geriana de la verdad se derivan preguntas críticas
diante la coordinación de aA."Í'ltELu y los sen- Michel, Der Brief an die Romer 3 [KEK], 62:
acerca de la exégesis de la &A~{)-ELa joánica, que
timientos puros, eLA.LXQLVeLU, se indica una «el recto comportamiento»). Esto encaja en el ca de una psicología del llegar a la fe. Por de no podemos detenemos aquí a estudiar.
idea que se desarrolla en 2 Cor 3s (cf. infra). enunciado fundamental de 1, 16s: Dios, como pronto, 10 prohíben los enunciados «predesti- La réplica más importante que se diera a la
En el curso de la exposición acerca del hecho el que se revela, se halla majestuosamente nacionistas» (por ejemplo, 8, 34ss; 12, 37ss: concepción de Bultmann fue la réplica de De la
179 180 181 182

Potterie. Más importante que su rechazo del ori- Dios (sobre la diferencia entre Qumrán y Jn, cf. á"'tEÚ~, iro~, ó halieus pescador* nifica propiamente de manera distinta y de-
gen histórico-religioso de la temática de la Braun, Qumran II, 121ss). De la Potterie se es- En plural también ál-..EEL~; BlaB-Debrunner signa cosas distintas y opuestas, separaciones
aA~{}fLa joánica en el dualismo (griego y) gnós- fuerza por derivarlo todo del AT y del judaísmo. y nuevos comienzos. a) En la mayoría de
§ 29, 5. Mt 4,18.19; Mc 1, 16.17; Lc 5, 2. W.
tico (cf. infm), es su intento de impugnar que la Sólo consigue demostrarlo en parte, porque hay los casos, al-..I-..á significa pero (Jn 16, 20;
aA~{}fLa joánica sea la verdad de Dios revelada. que tener en cuenta los tempranos entrelaza- H. Wuellner, The Meaning of «Fisher of
«La verdad ... no es identificada con Dios, sino mientos que se produjeron entre el pensamiento Men», Philadelphia 1967; R. Pesch: EThL 46 cf. Lc 24, 21 con aHá yE pero incluso) o
con Cristo y con el Espíritu» (1009). Pero habrá judío, el pensamiento helenístico y el pensa- (1970) 413-432; J. D. M. Derrett, "Haav YUQ b) -después de negaciones (eventualmente
que pedir aclaraciones sobre si esto no sería con- miento gnóstico. ál-..LEL~ (Mk 1, 16): NovT 22 (1980) 266-277. implícitas)- sino, más bien, no (Mt 5, 17; 11,
cebir demasiado estrechamente la idea joánica de -+ ü.v{}QwJto~ 2.b. 8.9 par. Lc; Le 14, 1O.l3; Jn 7, 39; Hech 19,
la encarnación: ¡Dios se revela en el hombre Je- En las Cartas joánicas, por contraste con 2; Rom 8, 37; 1 Cor 10, 20; después de OUXL:
sús! ¿Se tendrá en cuenta esto suficientemente el Evangelio de Jn, se observa cierto despla- Lc 1,60; 12,51; 13,3.5; 16,30; Jn 9, 9; Rom
cuando De la Potterie llega a la conclusión: «Só- zamiento de los acentos en cuanto al signifi-
lo el Verbo encarnado estaba lleno de verdad, él .áJ.tEÚro halieuo pescar* 3,27). c) Después de negaciones en las que
solojUe la revelación (1, 18) ... » (1011)? ¡Por tan- cado de la al-..~{}ELa, un desplazamiento que Jn 21, 3 «Voy a pescar». aparece ü.Ho~ (el"EQo~) o hay que suponerlo
to, no había tampoco ninguna "Verdad preexis- va de la «realidad de Dios» (pero cf. todavía, implícitamente, vemos que al-..f...á (o al-..I-..' 1))
tente»! por ejemplo, 2 Jn 1b) a la «actitud del creyen- tiene el sentido de d [t~ si no, a no ser (Mc
te» (por ejemplo, 1 Jn 1, 6.8; cf. R. Schna- áJ.t~ro ha lizo salar 4, 22; 2 Cor 1, l3). El al-..I-..' 1) de Le 12, 51
ckenburg, Cartas de san Juan, 120: «El ele- -+ al-..a~. (BlaB-Debrunner, nota 9; «nada más que») co-
Ahora bien, si la verdad es acontecer de
mento moral es aquí decisivo»), en todo lo rresponde más bien al apartado b (cf. Bauer,
Dios, más aún, si es precisamente Dios como
cual no podemos pasar por alto, desde luego, la). d) Después de oraciones concesivas
acontecer, entonces se integra orgánicamente que el ethos cristiano concreto tiene sus raíces
en esta idea la vinculación entre Espíritu (-+ uJ.toY1)""a, ato~, tó alisgema contami- con d xaL (E'LnEQ) o fáv vemos que a)..,)..,á
en la realidad divina (= ¡revelación!). Es sig- nación* significa sin embargo (Mc 14, 29; 1 COI 4,
JtvEu[ta) y Verdad: a Dios hay que adorarlo nificativo el pasaje de 1 Jn 2, 4, donde se en-
en el Espíritu y en la Verdad, Jn 4, 23s. El Es- Hech 15, 20: Contaminación por los ídolos 15; 8, 6; 9, 2 [con al-..I-..á yE sin embargo al
trecruzan ambas ideas. Todo el conjunto se (l"WV d6wl-..wv). menos]; 2 Cor 4, 16; 5, 16; 11,6; Col 2, 5; cf.
píritu de la Verdad introduce en toda la Ver- enuncia en el marco de la polémica contra los
dad, 16, 13 (seguramente, con Sin D y otros: Rom 6, 5 con al-..I-..u xaL ciertamente también,
herejes.
EV l"ñ al-..fp'}d<;t náaTI), es decir, interpretará después de un d condicional). e) En énfasis
H. Hübner uJ.J.á alla sino, pero retóricos al-..f...á significa aun (hasta) (Lc 12,
como «verdadera» la persecución de que son
objeto los discípulos (15, l8ss), es decir, la 1. Uso del vocablo - 2. Significación - 3. Empleo 7; 16,21; Jn 16,2; Flp 1, 18 Y-con la yuxta-
interpretará como cosa conforme a la glorifi- en Jn y en Pablo. posición de conceptos que se van intensifi-
UJ.1)-3EÚro aletheuo ser veraz, decir la verdad cando- 1 Cor 6, 11 [2 veces]; 2 Cor 2, 17; 7,
cación, acaecida en la cruz, de la verdad en- Bibl.: Bauer, Worterbuch S. v.; Blal3-Debrunner, §
-+ al-..1Í{}ELu. 448; Kühner, Grammatik § 534; Liddell-Scott s. v. 11 (6 veces].12 v.l. y también Flp 3, 8 con
carnada en Jesús. Y, así, Jesús envía a los dis-
cípulos como santificados en la Verdad, 17, Mayser, Grammatik II/3, 116-119. al-..I-..u [tEVOUVyE aún más [BlaB-Debrunner §
17ss. 1. al-..I-..á aparece en el NT principalmente 441,6]). f) En las exhortaciones, al-..f...á pre-
uJ.1)-3t]~, 2 alethes verdadero, sincero, au-
en Pablo y en Jn. Y, así, Rom, 1 Cor y 2 Cor tende dar más énfasis en el sentido de ¡ea,
Es discutida la derivación histórico-religiosa téntico
ofrecen, cada uno de estos documentos, tantos ahora .. .! (Mc 16,7; Hech 4, 17; 9, 6; 10,20;
que se hace de la aA~{}fLa joánica. La hipótesis -+ al-..~{}ELa.
testimonios del uso de este término como Mt 20, 16).
de Bultmann de que el dualismo joánico entre la
verdad y la mentira hay que entenderlo como el y Lc juntos, a saber, unos 70 testimonios; en
dualismo entre las dos posibilidades del existir uJ.1)-3tVÓ~, 3 alethinos veraz, verdadero cambio Col y 2 Tes ofrecen tan sólo 3 ó 5 res- 3. En Jn la expresión oUx ... a)..,f...á (al-..)",'
humano (Dasein) en contraposición al dualismo -+ al-..~{}ELa. pectivamente, y Jn con 102 testimonios ofre- Lva), Lva ... [tY) ... al-..I-..á acentúa la intención
gnóstico que piensa en categorías de sustancia, ce más del doble que Mc con 45. La combina- salvífica de Dios y de su Enviado (3, 15.
podría seguir siendo la solución más convincen- ción al-..I-..u xaL aparece con sorprendente
te, aunque habría que aportar considerables mo- 16.17; 5, 24; 6, 39; 12,47). Con oUx ... al-..f...á
dificaciones a la gnosis mitológica reconstruida uJ.t]3ro aletM moler (grano)* frecuencia en Rom (12 veces; cf. 2 Cor y Jn Jesús remite y apela a Aquel que le envió (ca-
por Bultmann. Las concepciones de Kasemann y Mt 24, 41 par. Lc 17, 35: dos (mujeres) que con 6 testimonios en cada documento), al-..I-..' si siempre se dice ó né[t'tjJa~) S, 30; 6, 38; 7,
de SchoUroff acerca del carácter gnóstico de Jn están moliendo (con la piedra de molino). ou (oMé) en 1 Cor (12 veces) y al-..I-..' Lva en 16.28; 8, 16.42; 12,44.49; 14,24. PablV em-
desconocen de diferente manera la importancia Jn (lO veces; en los demás casos, sólo aislada- plea al-..I-..á especialmente para expresar énfa-
de Jn 1, 14s. El mérito de Becker de haber pues- mente). sis y antítesis. En la enfática contraposición
to de relieve claramente una vez más los estre-
chos paralelos entre Qurnrán y Jn se relativizan cH,l)aro~ alethos (adv.) verdaderamente, en de frases enteras, efectuada mediante la ex-
porque este autor no tiene debidamente en cuen- realidad 2. La partícula adversativa al-..I-..á se deriva presión (que se encuentra únicamente en él):
ta la aAr'¡{}fLa joánica como autorrevelación de -+ a/..~{}Ha. etimológicamente de ü.I-..I-..O~ y, por tanto, sig- ou [tóvov 6é, al-..I-..u xaL y no sólo esto, sino
183 184 185 186

que también, el tema es siempre (con excep- 3. En la acusación contra los gentiles, que gung, Paderborn 1972; Haag, Diccionario, 658-661; J. 4. El único testimonio literal del término
ción de 2 Cor 8, 19) la promesa (Rom 5,3.11; han errado en cuanto al conocimiento de C. Joosen-J. H. Wasznik, en RAC 1, 283-293; L. Gop- (como participio de presente en voz pasiva) es
8, 23; 9, 10). En antítesis se mueve con espe- pelt, en RGG 1, 239s; H.-J. Klauck, Allegorie und
Dios, Pablo escribe que esos gentiles «cam- Gál 4, 24 y dice así: u·tLyá EO'tLV a"A."A.ljYo-
Allegorese in den synopt. Gleichnistexten, Münster i.
cial frecuencia su discurso, cuando se trata de biaron la gloria del Dios incorruptible por una W. 1978; H. Lausberg, Handbuch der literarischen Qov¡.teya todo esto está dicho alegóricamen-
la justificación (Rom 3, 27; 4, 4.13; 6,14.15; imagen en forma de hombre corruptible y de Rhetorik, München 1960, § 895-901; F. MuBner, Der te. Con arreglo al contexto del NT (Gál 4,
8,4.9.15; 9, 12) o del servicio y ministerio del aves ... » (Rom 1, 23). La formulación enlaza Galaterbrief, Freiburg i. Br. 1974, 319s; H. Schlier, 22s) y mirando retrospectivamente al AT
Apóstol (1 Cor 1, 27; 2, 4.5.7.13; 4,19.20; 2 Der Brief an die Galater, Gottingen 41965, 218s; J.
con el Sal 105, 20 LXX Y Jer 2, 11. Como (Gén 16, 15; 21, 2), lo que se propone Pablo
Tate, en aCD, 45s.
Cor 1,12; 3, 5; 4, 5; 10,4.18; Gáll, 1.12.17). adecuada retribución por ese cambio por el es establecer una antítesis entre Agar y Sara, y
Densamente comprimido se halla OUIt ... a"A."A.á cual los gentiles trocaron al Creador por su 1. a"A."A.ljyoQÉw, de ano ayoQevw digo al- más todavía entre los respectivos hijos de las
en la descripción dialéctica del hombre en criatura, Dios ha abandonado a los gentiles a go de manera distinta (de lo que pienso) o mismas: Ismael e Isaac. La manera de hablar
Rom 7,15.17.19.20, así como también el im- vicios degradantes: «Porque las mujeres cam- pienso algo de manera distinta de como lo di- alegórica (o más acertadamente: la alegoría ti-
perativístico ¡.t~ a"A.Aá en la parénesis de 12, biaron las relaciones sexuales normales por go, es decir, explico (designo) algo en imáge- pológica) dice con todo ello: las dos mujeres
2.3.16.19.21. Sobre el cristológico OUIt ... las que son contra la naturaleza» (Rom 1,26). nes y plásticamente. El término básico ayo- con sus respectivos hijos simbolizan los dos
a"A.Aá en Flp 2, 6s cf. P. Grelot: Bib 54 (1973) Aquí, lo mismo que en Rom 1,25, se emplea Qevw pregono en voz alta, digo públicamente testamentos, el antiguo pacto de la esclavitud
25-42. Con a"A."A.' ouM Pablo describe la para- hace referencia al lagos, al discurso, y perte- a la ley (promulgado en el Sinaí) y el nuevo
el verbo compuesto ¡.tE'ta"A."A.áom:.o con el mis-
doja que se da en la conducta cristiana (1 Cor nece por tanto a la terminología de los con- pacto de la libertad de Cristo (dado para la Je-
mo significado.
10, 23; cf. 6, 12) Y en la existencia apostólica ceptos retóricos y hermenéuticos (Lausberg). rusalén de arriba, la espiritual). A esta última
(l Cor 4, 3.4; 9, 12; 2 Cor 4, 8a.9a.b; cf. 2 pertenecen los gálatas como hijos libres que
4. Según Hech 6, 14 los judíos acusan a 2. Los primeros testimonios del vocablo pro-
Tim 1, 12). son. Los dos ámbitos muestran realidades en
Esteban de que él ha enseñado que Jesús ha ceden de la época helenística tardía (Ateneo, Plu-
W. Radl de destruir el templo y «cambiar las ordenan- tarco), y luego se encuentran principalmente en distintos planos y en sentido diferente. Lo co-
zas que Moisés nos dio». Según Lc, esto es un Filón y en Josefo; En el NT el término se halla mún lo expone Pablo en una (audaz) conclu-
atestiguado en Gál 4, 24 como hapax legomenon. sión de analogía, que señala hacia el futuro e
aAAá(J(J(O allasso cambiar, alterar* «falso testimonio», pero podría reflejar la ac-
(No aparece en la LXX.) Pero la realidad signifi- indica la misteriosa acción de Dios (tanto en
titud crítica adoptada por los «helenistas» con cada es más antigua; de ello da testimonio únó-
1. El verbo significa «cambiar» en el senti- respecto a la ley. el antiguo como en el nuevo pacto). Cf. re-
YOLa (Jenofonte, Platón, Aristóteles) con un sig-
do más amplio. Al final de una exhortación de Heb 1, lOss expone lo elevado que está el nificado sinónimo. También la tipología em- cientemente F. Pastor Ramos: EstB 34 (1975)
estilo personalísimo dirigida a los gálatas, Pa- Hijo por encima de toda la creación, valién- pleada a menudo por Pablo como referencia dada 113-119; C. K. Barrett, en FS Kiisemann, 1-16.
blo les escribe diciendo que le gustaría estar dose para ello de una cita del Sal 102, 26s: el por Dios para el futuro (cf. Rom 5, 14; 1 Cor 10,
6.11) pertenece bajo ciertas condiciones a este A. Kretzer
ahora con ellos y «cambiar su voz» (Gál 4, cielo y la tierra «serán cambiados incluso co-
29). Frente a la hipótesis de que se trata de campo; hay que mencionar también las interpre-
mo una vestidura». taciones alegóricas de las parábolas en Mc 4, 13-
cambiar una vez el tono de la voz (¿para en- H. Merkel 20 par.; Mt 13, 37-41.
áAAl]AOtJLá hallelouia ¡aleluya! (<<¡alabad
durecerlo o para suavizarlo?, ¿para convertir- a Yahvé!»)*
lo de lenguaje humano en «lenguaje celes- 3. Como fenómeno universal en la historia de
Bibl.: Billerbeck III, 822; F. Cabrol, Alleluia IIIl,
tial» ?), será más adecuado reconocer aquí el las religiones, la interpretación alegórica relativi-
aAAaxó3EV allachothen por otro lugar* za la significación puramente literal de un texto y
en DACL 1, 1229-1231; H. Kraft, Die Offenbarung
deseo de Pablo de acomodar su voz a la co- In 10, 1 subir por otro lugar. des Johannes (HNT 16a), Tübingen 1974, 240-245;
trata de llegar a un sentido (casi siempre ético) E. Lohse, en RGG 1Il, 38; H. Schlier, Úf.A.l]A.ou'Lá, en
rrespondiente situación del diálogo (J. Bec- más profundo. Se propone defender pasajes es-
ker, Galaterbrief [NTD 8 14 ] 54); cf. G. Wil- ThWNT J, 264.
candalosos o actualizar enunciados que han que-
helmi: ZNW 65 (1974) 151-154. aAAaxoií allachou a otra parte, en otra di- dado anticuados (como sucede, por ejemplo, en la La fórmula litúrgica del Salterio, trascrita
rección* interpretación estoica de los mitos de Hesíodo y del hebreo, y que en él (con excepción del Sal
2. En 1 Cor 15, 51s Pablo escribe que los Mc 1,38 «¡Vayamos a otro lugar!». Homero acerca de los dioses). De esta manera el 135,3) se limita a títulos y y finales de los sal-
cristianos que todavía vivan cuando se pro- método halla entrada en la literatura (Sa1Sl; 4
Esd) y la exégesis (Agadá) judeo-rabínica, parti- mos (hale luya o de un tenor parecido; en la
duzca la parusía, tendrán que ser cambiados, aAAl]yoQÉ(O allegoreo exponer plástica- cularmente del AT (cf. la interpretación de Cant), LXX unas 50 veces, siempre como título; q,"A.-
es decir, trasformados, ya que la «carne y la mente (explicar)* y satisface no menos la predilección de los orien- "A.lj"A.O'lfíá también en Tob 13, 18; 3 Mac 7,13),
sangre» no pueden heredar el reino de Dios; tales por las imágenes y los símbolos misteriosos, aparece en la literatura cristiana primitiva (se-
1. Etimología y significado - 2. Testimonios y cam-
lo perecedero tiene que convertirse en impe- po léxico - 3. Trasfondo histórico - 4. Gál 4, 24.
por sugestivas comparaciones y por alusiones gún los testimonios mencionados por Bauer,
recedero (cf. J. Becker, Auferstehung der To- enigmáticas (en el AT, por ejemplo, Ez 15; 16; Os
1, 2-9). Además, se manifiesta aquí el factor di-
Worterbuch VII) 4 veces en Ap 19 con motivo
Bibl.: M. v. Albrecht-C. Andresen, en LAW, 121-
ten im Urchristentum, Stuttgart 1976, 96- 125; Bauer, Worterbuch s. v. F. Büchsel, aA.A.l]yoQÉw, námico, orientado hacia el futuro, de la compren- de la descripción de un culto celestial de ac-
105). en ThWNT J, 260-264; J. Ernst (ed.), Schriftausle- sión bíblica de la promesa-cumplimiento. ción de gracias: en los vv. 1.3.6 se encuentra
187 CtA.A:rlA.o'U·Cá - aA.A.o~ 188 190
189

áAA'I']AOU'CU al comienzo de breves himnos de rirse a varias personas que de algún modo tie- mensaje evangélico, de los contenidos del
'AMOI van Jah. 4, 38? (1953), en Id., Vortrage und
alabanza entonados por un coro celestial; en el nen el mismo rango y que se hallan dentro de Auf~atze,
Tübingen-Zürich 1966, 232-240. mismo y de las personas que lo representan.
v. 4 (evidentemente por inversión del orden li- grupos homogéneos, a fin de expresar la co- Se niega la existencia o incluso la posibilidad
túrgico usual) el cántico de alabanza de la municación entre esas personas o también la 1. El NT, al igual que la lengua griega anterior de que se pueda pensar en otro de la misma
multitud es contestado en forma responsorial conducta negativa de unas con otras (nunca se al NT, emplea alternativamente aA.A.o~ y -+ índole, en algo semejante o parecido o en al-
emplea para expresar la relación de Jesús con E.EQo~ sin diferencias de significado (cf. Büch-
por los miembros superiores de la jerarquía go equivalente. En ello están de acuerdo to-
sus discípulos o la de Cristo con los suyos; en sel; H. W. Beyer, en ThWNT 11, 699). Así lo
con la exclamación de af-t~v áAA'I']AOU'iu (tie- muestran sorprendentemente Gál 1, 1 Y enumera- dos los testimonios del NT en general. El do-
ne también carácter responsorial en el Sal 106, cambio, Rom 1, 12 emplea significativamente ble mandamiento del amor es insuperable.
este término para referirse a Pablo y a la co- ciones como Mt 16, 14; 1 Cor 12, 8-10, entre
48). (El v. 5 traduce seguramente áAA'I']AOU'iu otras. Por de pronto, una estadística no depurada Ningún otro es semejante a él ni lo supera, de
por «¡alabad a nuestro Dios!»). munidad). Es importante teológicamente el de palabras, hecha sobre los escritos del NT que la misma manera que junto al único Dios no
empleo de aAA~Awv para designar principal- por su extensión son más importantes para este existe ningún otro dios, Mc 12,29-32. Según
H.-W. Kuhn mente la conducta de los cristianos en la co- tema, demuestra no sólo el hecho del empleo al- Jn 15, 24, ningún otro, nadie más, ha realiza-
munidad (la conducta que se les exige que ternativo -sin diferencias de significado- de am- do las obras que Jesús ha llevado a cabo. Se-
observen) en sus relaciones mutuas acen- bos términos, sino también la predilección de tal
aAA1]AOJV (-Ot~ -ou~) aUNan uno a otro, gún Hech 4, 12, en ningún otro hay salvación.
tuándose la reciprocidad, y culminando todo o cual autor por uno o por otro de los términos.
los unos a los otros Emplean aA.A.O~/hEQO~ Mt 29/9 veces respecti- Lo mismo reclama Pablo para el evangelio
ello en el mandamiento del amor: ayanav predicado por él. Jesucristo es el fundamento
Bibl.: BlaB-Debrunner § 287; 247, 4; M. H. Bolkes- vamente, Mc 22/1, Lc 11/33, Hech 7/17, Jn 43/1,
aAA~Aous passim o -+ ayun'l'] Els aAA~Aous
tein, Het woord «elkaar» in het NT: Ministerium 3 Ap 18/0, Pablo 32/30, Heb 2/5, San! 1/1. La LXX de la comunidad -el fundamento echado en la
(1969) 37-40; Schwyzer, Grammatik 1, 446; J. P. Vers- 1 Tes 3, 12; 2 Tes 1, 3 (h an~AOLs Jn 13, contiene unas 50 veces aA.A.o~, y unas 150 veces predicación de Pablo- ; nadie puede poner
teeg, Oog voor elkaar. Het gebruik van he! woord «el- 35). La adición xaL Els nuv'tUs en 1 Tes 3, E.EQo~ (Morgen!haler, Statistik, 71 y 101). otro fundamento, 1 Cor 3, 11. No hay otro
kaar» in et Nieuwe Testament, Kampen 1979. 12 (cf. 5, 15) muestra que Pablo con aAA~­
evangelio más que el de Jesucristo, Gáll, 6.
1. El pronombre (recíproco) &A.A.~A.wv (atesti- AWV pone en el lugar más destacado el amor 2. En sentido neutro, aAAoS otro u otros,
guado ya desde el comienzo de la literatura grie- que los miembros de la comunidad deben te- además o aparte del que habla o de los que K. WeiB
ga) está formado por la duplicación del tema nerse unos a otros (cf. también Gá16, 10); sin hablan o del que se menciona o de los que se
&no- (-+ ano~) y significa originalmente el embargo, ni aquí ni en los pasajes joánicos mencionan o puede(n) colegirse por el con-
uno al otro (o los unos a los otros) (cf. Ap 1 12 (especialmente Jn 13, 34s; 15, 12.17; 1 Jn 3, aAAot~tE:rtí.(JXO:rtO~, ou, Ó allotriepisko-
aA.A.o~ JtQo~ aH,ov); corresponde, por tant~, a 23; 4, 7.11s) el aAA~Aous restringe lo más
texto, por ejemplo, Mt 24, 21; 27, 42 par.; Mc
pos denunciante*
nuestro recíprocamente, mutuamente. En el NT 15,41; 1 COI 9, 27; 10,29; ; Jn 14,16, sobre
es neutro en Gál 5, 17; 1 Cor 12,25 (en contra de mínimo el extenso mandamiento de amar al todo en enumeraciones como oí. f-tEV ... anOL En 1 Pe 4, 15 es quizás el que se inmiscuye
BlaB-Debrunner § 287 nota 1); en los demás lu- prójimo. - La expresión EOf-tEV aÜ~Awv be Mt 16, 14; noAAoL .. aAAOL Jn 10, 21; en asuntos ajenos; cf. ThWNT 11,617-619;
gares es masculino. - La lengua hebrea (aramea) f-tÉA'I'] (Rom 12, 5; Ef 4, 25) significa: «noso- f-t~.e... f-t~'tE ... f-t~'tE aAAov Sant 5, 12; con-
Bauer, Warterbuch, s. v. La interpretación en el
no posee una sola palabra con significado corres- tros somos miembros en nuestras relaciones súltense también las series de signos, ángeles, sentido de una persona que es infiel o defrau-
pondiente, sino que dice poco más o menos: un mutuas» «o unos de otros». da, en I. B. Bauer: BZ 22 (1978) 109-115.
hombre - su prójimo (hermano), éste - a éste, uno animales, etc. en el Ap. Es especial ó anos
H. Kramer -en el sentido de ó IhEQos- el otro de dos,
- a uno (cf. 1 Tes 5, 11 d~ .ov Eva) o se emple-
an formas verbales reflexivas en hitpael o nifal como en Mt 5,39 par.; Jn 19,32; Ap 17, 10 Y aAAót~tO~, 3 alZotrios ajeno
(referencia de H.-P. Stahli, Bethel). passim. En todo ello se trata a menudo de un
aAAoyEV1]~, 2 aUogenes extranjero* También como adjetivo sustantivado 'to
«paralelismo antitético» como aAAoS - aA- aAM.QLoV la propiedad ajena Lc 16, 12; ó
Lc 17, 18 (dícese del samaritano desde el
2. En el NT no ofrece problema alguno la AOs, en Jn 4, 37; Erro - aAAos, en In 5, aAAó'tQLOs el otro, el extranjero, el extraño
comprensión de &AA~AWV; se sale siempre punto de vista del judío). ThWNT 1, 266s.
31a.43; Flp 3, 4, o de la diferenciación exclu- Mt 17, 25.26; Jn 10, 5a.b. ThWNT 1, 265s;
del paso traduciendo recíprocamente o mu- yente con respecto al otro. El término, enton- DTNT n, 158; G. 1. M. Bartelink, Allotrios
tuamente. Pocas veces se piensa en dos perso- iiAAo,.un hallomai saltar* ces, significa otro distinto, como en Mt 2, 12;
nas individuales (Lc 23, 12; 24, 14.17.32; and alienus: Glotta 58 (1980) 266-277.
Hech 3, 8; 14, 10. En Jn 4, 14 dícese del Mc 14, 57s; Jn 10, 16; 1 Cor 15,39-41 Ypas-
Hech 15, 39; 1 Cor 7, 5); Mt 25, 32 habla de agua que brota del manantial. sim. Por el contrario, si se niega la existencia
que en el futuro se apartará unas de otras a to- de aAAoS, entonces es que hay que excluir a aAAóqJUAO~, 2 allophylos de tribu extra-
das las naciones, formando con ellas dos gru- otro, a un segundo, a otro semejante o pareci- ña, extranjero (por no ser judío)*
pos. Una idea personal se escucha en Rom 2, aAAo~, 3 alZos otro do, como en Mc 12,29-31: Hech 4,12; 1 COI Hech 10,28; cf. 13, 19 D syh. ThWNT 1,267.
15 (<<los pensamientos se acusan o también se 1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se- 3, 11; Gál 1, 6.
defienden unos a otros» f-tE.a~u &AA~AWV) y mánticos - 3. Campo referencial
también en Gál 5, 17 (la carne y el espíritu: Bibl.: BlaB-Debrunner § 306; F. Büchsel, aAAoc:;, 3. Los testimonios de este último significa- aAA(t)~ aUas (adv.) de otra manera*
«éstos se oponen el uno al otro»). Por lo de- en ThWNT 1, 264s; O. Cullmann, Samarien und do muestran que se trata de la diferencia cate- 1 Tim 5, 25 'tu aAAwS' €j(ov'ta las (obras)
más, &AA~AWV se emplea también para refe- die Anfdnge der christlichen Missian. Wer sind die gorial del mensaje bíblico, especialmente del que son diferentes.
191 UAoáw - '1\AIPa 192 193 194

aAoáro aloao trillar* se revela «el Señor Dios» (== yhwh 'elohfm) de Dios y atestiguan su existencia en lo que res-
á,.,a~'távro hamartano pecar
1 Cor 9,9.10; 1 Tim 5, 18. Ambos pasajes como el Alfa y la O(mega), como «el que es, pecta al año 79 p.C.).
-+ áftaQtLa.
tienen como fondo Dt 25, 4. y que era, y que ha de venir, el Todopodero-
so»; en 21, 6 se revela como el Alfa y la Esta designación de Dios debió de llegar al
O(mega), «el Primero y el Ultimo, el Princi- Apocalipsis a través del judaísmo. Menciona a á,.,á~'tlJ,.,a, a'to~, 'tó hamartema yerro,
aAo'Yo~, 2 alogos mudo, irracional* pio y el Fin». Las expresiones paralelas se in- Dios y, por medio de él, también a Cristo como pecado
Hech 25, 27; 2 Pe 2, 12; Jds 10. ThWNT terpretan recíprocamente, aunque cada una de los que abarcan toda la realidad y poseen, por
-+ áftaQLLa.
IV, 145. ellas tenga su propio acento. Enuncian de ma- tanto, poder sobre toda la realidad.
nera determinada en cada caso el poder y el T. Holtz
señorío (por lo que respecta a «el Primero y el it
á,.,a~'tÍa, a~, hamartia pecado
aAót), t)~, 'ÍJ aloe áloe* Ultimo», cf. van Unnik; por lo que respecta al 'AAq>a¡o~, 01' Halphaios Alfeo* áftuQtávw hamartano pecar
Jn 19, 39: Nicodemo trajo «una mezcla de Nombre de persona: 1. Nombre del padre áftáQt't]ftu, utoC;, tÓ hamartema yerro, pe-
enunciado trimembre relacionado con el tiem-
mirra y áloe». Haag, Diccionario, 61. de Leví, recaudador de impuestos, Mc 2, 14 cado*
po y a :n:avto'K,QútwQ, cf. G. Delling, Studien
(cf. Lc 5, 27 D); 2. Nombre del padre de San- áftuQtwMC;, 2 hamartolos pecaminoso, pe-
zum Neuen Testament und zum hellenistischen
tiago, un discípulo, Mt 10, 3; Mc 3, 18; Lc 6, cador
áA1'XÓ~, 3 halykos salado* Judentum, Berlin 1970, 439-448).
15; Hech 1, 13. LThK 1,366. 1. Uso del grupo de palabras en el NT - 2. Signifi-
En Sant 3, 12 dícese del manantial salado
(?): cf. Bauer, Worterbuch, s. v.. La expresión «el Alfa y la O(mega»>, en cuan- cados - 3. Campos referenciales de los vocablos -
4. a) Pablo - b) Jn - c) 1 Jn - d) Heb
to predicado de Dios, no está atestiguada en otra aArov, rovo~, 'ÍJ halon (la) era*
parte, ni en fuentes griegas ni en fuentes judías. Mt 3, 12 par. Lc 3, 17: El barrerá su era. Bibl.: G. Baumbach, Das Verstandnis des Basen in
aA"''to~, 2 alypos libre de preocupaciones* Un nombre de Dios formado por todas las voca- den synoptisehen Evangelien, Berlin 1963; J. Becker,
Flp 2, 28. ThWNT IV, 324. les lo encontramos ocasionalmente en contextos Das Heil Gottes, Giittingen 1964; G. Bornkamm, Pa-
sincretistas (cf. Preisendanz, Papyri 5, 468.472; aAón'tt)s, EXO~, 'ÍJ alOpex zorra* blo de Tarso, Salamanca '1991, 171-265; E. Branden-
Eusebio, PraepEv XI, 6, 37); pero en ello lo im- Mt 8, 20 par. Lc 9, 58; Lc 13, 32 (refirién- burger, Adam und Christus (WMANT 7), Neukirchen-
aA1'(Jt~, Ero~, 'ÍJ halysis cadena * portante es mencionar todas las vocales; el orden dose a Herodes Antipas; cf., a propósito, Vluyn 1962; Id., Fleiseh und Geist (WMANT 29),
Mc 5, 3.4 (bis); Lc 8, 29; Hech 12,6.7; 21, de sucesión de las mismas, desde a hasta o, no Bauer, Worterbuch, s.v. 2). E. Dietz-J. B. Neukirchen-Vluyn 1968; F.-M. Braun, Le péehé du
tiene ninguna importancia. Los juegos de letras, monde selon Sto Jean: Rev. Thomiste 65 (1965) 181-
33; 28, 20 (¿esposas?); Ef 6,20; 2 Tim1, 16; Bauer, Fuchs: JAC 16 (1973) 168-178. 201; Bultmann, Teología, sobre todo 281-325; C. Col-
del gnóstico Marcos (Ireneo, Raer 1, 15-22), no
Ap 20,1. pe, Der Sprueh von der Lasterung des Geistes, en FS
ofrecen tampoco ninguna explicación satisfacto-
ria que esclarezca el origen de la predicación. aAro(Jt~, Ero~, 'ÍJ halOsis captura * Jeremias, 1970, 63-79; P. Delhaye-A. Descamps y
otros, Théologie du péehé, Toulouse 1960; J. R. Do-
aA1'(JtnAÍ)~, 2 alysiteles dícese de lo que Una designación rabínica de Dios -aunque atesti- 2 Pe 2, 12: Animales que han nacido para nahue, Tax Colleetors and Sinners: CBQ 33 (1971)
no reporta ninguna ventaja* guada en el siglo I1I- a quien se llama la «Ver- ser capturados. 39-61; P. Fiedler, Jesus und die Sünder, Frankfurt a.
dad» (='emet) nos hace avanzar más en este pun- M. 1976; E. GraJ3er, Reehtfertigung im Hebr, en FS
Heb 13, 17: Eso no os beneficiaría en nada.
to. Res Laqis (hacia el 250) la ha explicado en el
sentido de que la a [del shewá coloreado, trascri- a,.,a hama al mismo tiempo (que) Kasemann, 79-93; M. Hasitschka, Befreiung von Sün-
de na eh dem Johannesevangelium. Eine bibeltheolo-
to por e] es la primera letra, la m la del medio, y Mt 20, 1 a.fta :n:Qwt muy de mañana. Sirve gisehe Untersuehung, Innsbruck-Wien 1989; O. Ho-
':AAq>a, 'tó Alpha Alfa* también para designar una solidaridad muy fius, Jesu Tisehgemeinsehaft mit den Sündern, Stuttgart
la t la última; además relaciona expresamente es-
"'Q[ftEYU], tÓ o(mega) Omega* importante, Rom 3, 12. 1967; J. Jeremias, Zollner und Sünder: ZNW 30
to con Is 44, 6 (jSan 1, 18a, 22; GenR 81 (52a);
Bibl.: W. J. P. Boyd, «I am Alpha and Omega» (Rev. cf. Billerbeck 11, 362; I1I, 789). Ahora bien, en el (1931) 293-300; K. Kertelge, Die Vollrnaeht des Mens-
1,8; 21, 6; 22, 13): StEv II (1964) 526-531; F. Dorn- alfabeto hebreo -a diferencia del griego- la m no ehensohnes zur Sündenvergebung, en FS Sehmid
seiff, Das Alphabet in Mystik und Magie, Leipzig-Ber- a,.,aaÍ)~, 2 amathes ignorante* 1973,205-213; W. G. Kümmel, Romer 7 und das Bild
está en el medio. Así que podemos sospechar que des Mensehen im NT, München 1974; K. G. Kuhn,
Jin 21925 (=1975); H. Hommel, Schopfer und Erhalter, detrás de a m t se halla una denominación griega 2 Pe 3, 16 «los ignorantes e inconstantes».
Berlin 1956, 32-137; G. Kittel, AQ, en ThWNT 1, 1- Peirasrnos - hamartia - sarx im NT und damit zusam-
de Dios a m o. Es explicable el hecho de que en menhangende Vorstellungen: ZThK 49 (1952) 200-
3; H. Kosmala, Anfang, Mitte und Ende: ASTI 2
(1963) 108-111; E. Lohmeyer, A und O, en RAC 1,
el Ap falte la m. También la fórmula «el Primero a,.,a~áv'ttvo~, 3 amaran tinos dícese de 222; N. Lazure, Les valeurs morales de la théologie
1-4; W. O. Moeller, The Mithraie Origin and Meaning y el Ultimo» la encontramos en forma trimembre 10 que no se marchita* johannique, Paris 1965,285-328; H. Leroy, Zur Verge-
of the Rotas-Sator Square, Leiden 1973; W. C. van con la adición o la inserción del «medio» (ambas 1 Pe 5, 4: «Recibiréis la corona de gloria bung der Sünden (SBS 73), Stuttgart 1974; L. Ligier,
Unnik, Het godspredikaat «Het begin en het einde» bij se hallan yuxtapuestas en Josefo, Ant VIII, 280 Y que no se marchita». Péehé d'Adam et péehé du monde 11, Paris J961; E.
Flavius Josephus en in de openbaring van Johannes, Ap 11, 190). También Reií Laqis relacionó a m t Liivestam, Spiritus blasphernia, Lund 1968; S. Lyon-
Amsterdam-Oxford 1976. con Is 44, 6 «Yo soy el Primero y el Ultimo». Si- net, L'histoire dll salllt selon le eh. 7 de l'épftre aux
gue siendo difícil el testimonio tardío y sólo indi- a,.,á~av'to~, 2 amarantos dícese de lo Romains: Bib 43 (1962) 117-151; Lyonnet-Sabourin,
El nombre de la letra 'f\AcpU, en el NT, apa- recto (pero posiblemente las letras ANO bajo el Sin, Redemption and Saerifiee (AnBibl 48), Rome
que no se marchita*
rece sólo en la fórmula eyw
(dfU) ta 'f\Acpa Cuadrado-Rotas-Opera en Pompeya [CIL] IV 1 Pe 1, 4 dícese de una herencia incorrupti-
1970; 1. Maisch, Die Heilung des Geliihrnten (SBS
52), Stuttgart 1971; B. J. Malina, Sorne Observations
'K,alta "QftEyaAp 1,8; 21, 6; 22,13. En 1, 8 8623] representan el sospechado nombre griego ble. on the Origin of Sin in Judaisrn and Sto Paul: CBQ 31
195 196 197 198

(1969) 18-34; O. Merk, Handeln aus Glauben, Mar- ella lo decisivo es el factor religioso: el «pe- paulina que aparece en Rom 3, 25s nug€OL;' 46 (a propósito, 9, 13-34); 2 Cor 5,21; Heb 4,
burg 1968,4-41; J. Michl, Sündenvergebung in Chris- cado» como culpabilidad que se contrae o que (= acpEaL;') t&v á[1.uQtT][1.UtOJv. Se habla en 15 (expresado de manera distinta en 9,28); 7,
tus nach dem Glauben der frühen Kirche: MThZ 24 sentido verbal de perdonar (los pecados): Mc 26; 1 Pe 2, 22; 1 Jn 3, 5.
(1973) 25-35; Id., Sündenbekenntnis und Sündenver- se ha contraído ante Dios y ante los demás
gebung in der Kirche des NT, en ibid., 189-207; R. hombres. La extensión del uso de á[1.UgtLU, y 2, 5b-1O par., además Lc 7, 47-49; 11,4 en la
versión del Padrenuestro trasmitida por Lc (la b) El verbo se halla en las normas dadas
Pesch, Das Zollnergastmahl, en FS Rigaux, 63-87; G. no sólo para designar I:zatta't y 'awon, atesti-
Quell-G. Bertram-G. Stahlin-W. Grundmann, á[luQ- realidad que sirve de base para la imagen, en para la comunidad (Mt 18,15.21 yLc 17, 3s;
,á.vúJ 'lnA., en ThWNT 1, 267-320; K. H. Rengstorf,
gua la creciente importancia y simplificación a propósito, 1 Tim 5,20; Tit 3, 11), en las in-
de las ideas. á[1.UQtLU como ~~sacrificio expia- Mt 6, 12); In 20, 23; 1 Jn 1, 9; 2, 12. Mc 3,
á[luQ'úJAó~, aVU[lá.Qn11:O~, en ibid., 320-339; G. formaciones de 1 Cor (6,18; 7, 28.36; 8, 12),
Rohser, Metaphorik und Personifikation der Sünde torio» aparece 8 veces en citas que Heb hace 28s (par. Mt 12, 31) niega el perdón de los pe-
en confesiones (Mt 27, 4; Lc 15, 18.21; cf.
(WUNT II125), Tübingen 1987; Schelkle, Teología n, de la LXX, pero en sí la Carta a los hebreos no cados únicamente en el caso de que se recha-
Hech 25, 8), en advertencias y amonestacio-
§ 8; III, § 3; R. Schnackenburg, Christ und Sünde nach
emplea este término (¿aparece en Rom 8, 3?). ce al Espíritu de Dios que actúa en la misión
Johannes, en Schnackenburg n, 97-102; A. Strobel, nes (Jn 5, 14; 8, 11; 1 Cor 15, 34; Ef 4,26 [=
cristiana primitiva. - Otras ideas diversas las
Erkenntnis und Bekenntnis der Sünde in ntl. Zeit, Sal 4, 5]) así como en diversas constatacio-
Stuttgart 1968; H. Thyen, Studien zur Sündenverge- b) á[1.uQtuvOJ obrar mal, errar, que desde encontramos en Mt 1,21; Jn 1,29 Y 1 Jn 3,5;
nes, por ejemplo, Heb 3, 17 (cf. Núm 14,
bung (FRLANT 96), Gottingen 1970; U. Wiickens, los tiempos de Homero significa cometer un Hech 3, 19; 7, 60; 22, 16; Heb 9, 26.28 (par. 1
29); 2 Pe 2, 4 (cf. Gén 6, 1-4 Y la interpreta-
Vergebung für die Sünderin, en FS Schmid, 1973, 394- yerro, adquiere luego nuevamente carácter re- Pe 2, 24: según Is 53, 12); 10,4.11 (cf. la cita
424. ción del judaísmo primitivo, por ejemplo,
ligioso en la LXX y también en el NT (inclui- de la LXX en Rom 11,27); Ap 1,5; con ca-
Hen [et] 6s).
1. El término más usado, con mucho, en el dos los pasajes de Hech 25, 8 Y 1 Cor 6, 18, rácter cultual Heb 1,3; 2, 17; 2 Pe 1,9; 1 Jn
NT (yen la LXX) para designar al pecado es pero no 1 Pe 2, 20). 1,7; 2, 2; 4, 10. Las citas de Rom 4, 7s (sobre c) á[1.ug'tOJAÓ~ aparece también, entre
el de á[1.UgtLU. Se emplea en 173 lugares (sin «cubrir» cf. además Sant 5, 20; 1 Pe 4, 8) Y otros lugares, en la descripción resumida de
contar 2 Tes 2, 3), de los que 48 se hallan en c) El adjetivo á[1.uQtOJAó~ (Mc 8, 38; Jn 9, Heb 8, 12; 10, 17 confirman la concordancia la actividad de Jesús en Mc 2, 17 par. (a pro-
Rom (42 en los capítulos 5~8), 25 en Heb, 17 16; especialmente Lc), que en la LXX se em- de hecho con los enunciados acerca del per- pósito, la «palabra» de confesión en 1 Tim 1,
en 1 Jn, 24 en los Sinópticos, de ellos 11 en plea (predominantemente como sustantivo) dón. En Rom 6 (--> 4) domina la idea de estar 15) Y en contextos parenéticos: Lc 18, 13;
Lc (+ 8 en Hech); á[1.ugt'Yj[1.U aparece sólo 4 para traducir rasa, designa al adversario de muerto al pecado, de hallarse liberado de él Sant 4, 8; 5, 20 (cf. 1 Jn 5, 16; también Mt
veces: Mc 3, 28.29; Rom 3, 25; 1 Cor 6, 18. los judíos, tanto al autóctono como también, a (cf. Ef 2, 1; 1 Pe 2, 24: en ambos casos en 18, 15).
Pablo (59 veces) y -de manera menos marca- impulsos de la orientación hacia la Torá, al plural; 4, 1). En el marco de la eliminación de En el reproche que se hace a Jesús echán-
da- Jn (17 veces) sorprenden por el empleo gentil, calificándolo de (impío) culpable, mal- los pecados se inserta también la confesión de dole en cara que tiene amistad o que se sienta
de á[1.UgtLU en singular. á[1.ugtuvOJ (en 43 vado (por ejemplo, 1 Mac 1, 34). Pablo, jun- los pecados (Mc 1, 5 par. Mt; Sant 5, 16; 1 Jn a la mesa con «publicanos y pecadores», y
lugares, incluido Jn 8, 11) aparece con fre- tamente con Pedro, se distancia del mundo 1, 9). La entrega vicaria de la propia vida «a que está atestiguado en Q (Mt 11, 19 par. Lc
cuencia en 1 Jn (10 veces), Rom y 1 Cor (7 pecador de los paganos (GáI2, 15). Mc 14,41 causa de» los pecados (--> 'ÚnÉg; --> negL) se 7,34) Y en Mc 2, 15s, la observación postpas-
veces en cada uno de estos escritos). á[1.ug- par. Mt 26,45 así como también Lc 24, 7 (cf. halla expresada en 1 Cor 15, 3; Gál 1, 4 (cf. cual (Pesch, 73s) con «pecadores» refleja las
tOJAÓ~ (47 veces) aparece principalmente en además Heb 12, 3) pensaron quizás en la en- Rom 5,8; 8, 3; 2 Cor 5, 21); 1 Pe 3,18. A pro- confrontaciones que hubo en torno a la prácti-
los Sinópticos (29), destacando otra vez Lc trega de Jesús en manos de los gentiles (= ro- pósito de Heb --> 4. Llevan predominantemen- ca de recibir en la comunidad a personas que
(18 veces, pero no en los Hech). manos); basándonos en Mc 9, 31 es preferible te una impronta cristiana algunos enunciados se hallaban generalmente menospreciadas co-
hablar aquí de «pecadores»; en consonancia tradicionales, como cuando se habla de hacer mo pecadoras, y entre las cuales se contaban
2. a) á[1.UQtLU, en primer lugar, significa con ello Lc 6, 32-34 (a pesar de Mt 5, 46s). el pecado (o los pecados): Jn 8, 34; 2 Cor 11, los publicanos (o recaudadores de impuestos)
en sentido más amplio el yerro cometido por 7; Sant 2, 9; 5, 15; 1 Jn 3, 4.8s; además 1 Pe (cf. la lista en bSan 25b Bar.); en Judea y, des-
error y/o por culpa (que hace que no se alcan- 3. a) Para el campo referencial de pecado 2, 22 (según Is 53, 9). En consonancia con pués del año 44, también en Galilea, el co-
ce un objetivo), y no sólo considerado como en el NT, es de importancia central la idea de ello, cuando se formulan advertencias contra rrespondiente reproche adquirió carácter ex-
un hecho sino también en cuanto a la condi- la eliminación (de la culpa) del pecado. Se li- el pecado (o los pecados): 8,21-24: 1 Tim 5, plosivo (los publicanos eran considerados
ción de este hecho. Sin embargo, se ha desve- mita casi exclusivamente a los Sinópticos el 22 junto a Ap 18, 4; Heb 12, 1.4, Y en la cons- como colaboracionistas con las fuerzas paga-
necido en buena parte la diferencia entre este uso de «perdón de los pecados» (--> acpe<JL~): tatación del pecado (o de los pecados) que nas de ocupación). Lc entiende 7, 36-50 (no
término y á[1.uQtT][1.U, que designa el acto en Mc 1, 4 par. Lc 3, 3 así como también 1, 77 pueden estar asociados con las advertencias: nos dice por qué la mujer es pecadora) como
particular y el resultado del mismo (falta en el (refiriéndose a Juan el Bautista); en labios de Jn 9, 34; 1 Cor 15, 17; Rom 14, 23; 1 Tim 5, ilustración de 7, 34. El reproche de 7, 34, lo
sentido de un descuido cometido o también de Jesús únicamente en Mt 26,28, del Resucita- 24; Heb 3, 13; 11,25; Sant 1, 15; 4, 17; en recoge el evangelista en 15, 1s (cf. además
un error culpable). En el griego profano se do en Lc 24, 47; con ello enlazan los Hech: 2, sentido polémico 1 Tes 2, 15; 2. Tim 3, 6M 2 19,7) como introducción al conjunto de pará-
emplea de manera predominante el término 38; 5, 31; 10,43; 13,38; 26, 18; además Col Pe 2, 14; Ap 18,5. Sobre 1 Jn --> 4. - En di- bolas en las que quiere mostrar el «gozo de
á[1.uQtT][1.U, pero el uso de este término queda 1, 14 (referido al bautismo); incluido también versos contextos encontramos enunciados so- Dios» a causa del pecador que ha sido llevado
muy por detrás de á[1.UQtLU en la LXX. En bre la ausencia de todo pecado en Jesús: Jn 8, por Jesús al arrepentimiento (y no a causa de
Heb 10, 18; 9, 22; cf. además la fórmula pre-
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Ley y del poder del pecado, Pablo asigna a la pecado del mundo, para el que no hay ningu-
los que por sus propios méritos se creen a sí muerte del pecado están sometidos también
Ley, que indiscutiblemente es santa, la fun- na disculpa (cf. los vv. 18-25 y también 9,
mismos <<justos») (15, 7.10, cf. 5, 32 junto a los que no vulneraron, como hizo Adán, un
ción de hacer que por medio del mandamien- 41). El Paráclito (por medio de la comunidad)
Mc 2,17). mandamiento expreso, porque precisamente
to el pecado reviva en el hombre para que demostrará al mundo (además de que existe la
desde Adán a Moisés reinó también el pecado
obre la muerte (vv. 7-12), porque el conoci- justicia y el juicio) lo que es el pecado de la
4. a) De gran importancia teológica son an- (5, 13s; cf. 2, 12). De esta manera se prepara
miento del pecado es lo que trajo el deseo (o incredulidad (16, 8s dentro de los vv. 8-11; cf.
te todo los enunciados de Pablo acerca del pe- ya el v. 20: la Ley se habría añadido (única-
los deseos) (cf. 3, 20; con una explicación la contraposición que se hace en 8, 46; sobre
cado (aunque el Apóstol no desarrolla, desde mente) «para que sobreabundara la trasgre-
más psicológica Sant 1, 15). Una contradic- la idea, cf. Jds 15 según Hen [et] 1,9). La pa-
luego, una «doctrina» sobre el pecado; el em- sión». Esto se contempla también desde el
ción con lo que se había dicho en 5, 12ss, la labra sobre hacer el pecado, con lo que uno
pleo del término en singular se encuentra ya punto de vista del acontecimiento de Cristo:
evita la interpretación que se da en 7, 9-11 demuestra que está sometido a él (8, 34; cf.
en la LXX, por ejemplo, en Eclo 21, 20; 27, la sobreabundancia del pecado, fomentada
acerca del pecado de Adán, quien es conside- Rom 6), tiene igualmente a la vista la incre-
10; en Qurnrán, por ejemplo, en 1QH 4, 29s por la Ley, tiene como consecuencia una so-
rado aquí como el prototipo del hombre que dulidad, en su antítesis con la liberación por
[cf. 1, 27 «el servicio del pecado»]; sobre los breabundancia aún mayor de la gracia; ésta
está bajo la Ley (Lyonnet, especialmente medio de la verdad del Hijo; esta incredulidad
enunciados gnósticos cf. Brandenburger, pone fin al señorío del pecado, un señorío que
130-142). El resumen que se ofrece en 7, 13 adquiere forma en la acción de pecar (cf. 19,
Adam, 64-67); de los diversos pecados Pablo se hace patente en la muerte (v. 21).
corrobora lo que se había dicho en 5, 20a. A 11 el «mayor pecado» de quienes entregan a
habla únicamente en Rom 7,15; 1 Cor 15,17 Contra el posible malentendido de los vv.
partir del v. 14 la mirada se desplaza para fi- Jesús; cf. también 8, 21 junto al v. 24).
(dependiente del v. 3), con arreglo al sentido 20s, como si el pecado fuera el motor de la
jarse en el hombre «carnal» =esclavizado ba-
también en singular en Rom 14, 23; 2 Cor 11, gracia (6, 1; 3, 5-8), se defiende Pablo enla- c) 1 Jn habla del pecado (o de los pecados)
jo el pecado (v. 14) (v. 14), dominado por él
7. En contraste con la proclamación de Cristo, zando con la catequesis del bautismo: queda y del pecar con una orientación dirigida más
(vv. 17.20) y que se halla bajo su ley (v. 23):
aparece en un lugar central la perspectiva del excluido lo de seguir viviendo en el pecado intensamente a la situación en que se encuen-
ese hombre que aguarda la redención (Küm-
pecado como poder (demoníaco) en Rom 5-8. (v. 2; cf. v. 6: la destrucción de la existencia tra la comunidad. En primer lugar se habla del
mel). El cristiano, a quien en la fe se le des-
Continuando lo que se dice en los vv. lOs, Pa- yecta en el pecado), y queda excluido por el pecar de los cristianos (1, 7b-2, 2), no sólo
cubre ese pasado, sabe muy bien que ha sido
blo expone en 5, 12-21 la superabundancia de hecho de estar muertos con Cristo «en detri- para advertir contra esos pecados (2, la), sino
arrebatado a él (v. 25a; el v. 25b, con su antí-
la gracia vivificadora que nos llega «por me- mento del pecado» (un morir que libera de la también para poner en guardia contra el enga-
tesis entre la carne y el espíritu, es una glo-
dio de» Cristo, en vivo contraste (cf. en el v. Ley: v. 7; cf. 7, 1s). (En el v. 10 se acentúa la ño propio que trata de poner en ridículo al
sa). En el cambio que de esta manera se efec-
14 'túJto~) con el pecado que trae la muerte y expresión «el pecado» en número singular.) Dios perdonador (1, 8.10); lejos de eso, se
túa para hablar de la vida en el Espíritu, el
que nos llegó «por medio de» Adán (Gén 3; Estar muerto al pecado significa vivir para anima a confesar con confianza los pecados
pasaje de 8, 2-4 resume lo que se había dicho
-;. 'A6á/l). A causa de lo incomparable que es Dios (v. 11; sobre la idea de «cambio de seño- (1, 9; 2, lb). Conforme a la fundamentación
en los capítulos 5-7: la liberación que tuvo
la obra de Cristo (cf. vv. 15ss), se interrumpe río», que aquí se expresa, cf. la idea de «cam- expresada en 1, 9 (cf. 2, 12), los enunciados
lugar de la Ley, y con ello de la esclavitud
la comparación con la acción de Adán, inicia- bio de lugar» en 2 Cor 5,21; se ve también lo acerca de la salvación, que tienen un sonido
del pecado y de la muerte, porque Dios por
da en el v. 12, una vez que se ha explicado absurda que es la pregunta planteada en Gál tradicional, constituyen el marco (cf. además
medio de su Hijo (¿como sacrificio expiato-
que la muerte, que desde el pecado de Adán 2, 17). Después de la parénesis que sirve de 4, 10). Mientras que 1, 7b habla de la purifi-
rio?), quien asumió la existencia humana su-
se extiende a toda la humanidad (cf. 4 Esd 3, transición (vv. 12-14) y de la pregunta plan- cación por la sangre de Cristo, y 2, 2 habla de
jeta a la tentación, ejecutó en la carne el jui-
7; ApBar [sir] 23, 4) no es simplemente una teada en el v. 15 (que es una variante de la expiación universal, vemos que en 3, 5 la
cio (de muerte) determinado en la Ley para el
fatalidad, sino que es igualmente un castigo planteada en el v. 1), los vv. 16-23 efectúan el mencionada eliminación (<<quitar») de los pe-
pecado, y de esta manera proporcionó la vida
merecido, «porque todos pecaron» (cf. ApBar siguiente desarrollo: la liberación de la escla- cados por la acción de Jesús que no tenía pe-
a los que están en el Espíritu, y cuya existen-
[sir] 54, 15.19, que se refiere, desde luego, a vitud del pecado (cf. ya el v. 6) que trae con- cado (cf. Jn 1,29, aquí en singular) se entien-
cia yecta en el pecado (a causa precisamente
una muerte prematura); no existe, por tanto, sigo la muerte (v. 23, la muerte como paga del de como la destrucción de las «obras» del
del pecado) ha quedado eliminada (8, 10; cf.
una noción de «pecado hereditario», cosa que pecado) es una liberación que implica la tras- diablo que peca desde el principio (Gén 3)
6,6) (cf. 2 Cor 5, 21).
también debe tenerse en cuenta en lo que res- ferencia «a (el poder de) la justicia para santi- (cf. 8,44), del diablo que es de quien descien-
pecta a 5, 19. Esta universalidad del pecado, ficación» con la meta de la vida eterna (cf. 5, b) En Jn 1, 29 se habla del pecado del de el pecador (= el incrédulo o el sectario [el
expresada ya a partir de 1, 18 como conclu- 12.21). mundo (de los hombres): ese pecado que el hereje]) (c. 8). Es verdad que aquí (3, 5: en
sión de la argumentación y repetida en 3, 23, La explicación de la liberación de la Ley Cordero de Dios (-;. &/lVÓ~ 2) quita. En 8, 24 plural) se vuelve a hacer más énfasis en la
le consta firmemente a Pablo en virtud de su (7, 1-6: cf. 6, 14), dada por el Pablo cristiano, la incredulidad hacia Jesús, el divino Revela- facticidad del pecado de la increculidad (en 3,
fe; por eso, él presenta también a Dios ha- significa para la existencia «en la carne»: las dor, hace que uno muera en los pecados. En 4 se equipara al pecado con la infracción de la
ciéndola constar en la Escritura (Gál 3, 22). pasiones de los pecados actuaban «por medio 15,22.24 se declara que esa incredulidad, que ley; en 5, 17 se equipara también al pecado
Es verdad que, en el tiempo que precedió a la de la Ley», es decir -con 1 Cor 15, 56-, «por se manifiesta en odio contra Jesús y su Padre, con [el hacer] la injusticia). La supuesta dis-
Ley, el pecado no se imputó como trasgresión el poder de la Ley», para la muerte (v. 5). y también en odio contra la comunidad, es el crepancia entre los vv. 3.6.9 (a propósito, 5,
(cf. Rom 4, 15), pero a las consecuencias de Contra la amenazadora equiparación de la
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18) Y 1, 7b-2, 2 se resuelve de la mejor mane- los pecados (v. 4). Lejos de eso, lo único que
a,.uoliro ameleo desatender, descuidar* a,.Í)v amen ciertamente, en verdad, amén
Mt 22, 5; 1 Tim 4, 14; Heb 2, 3; 8, 9; cf. 2 l. En hebreo y en arameo - 2. Aspectos formales -
ra, en lo que respecta a la forma definitiva de se consigue es mantener viva la conciencia de
1 Jn, suponiendo que esos enunciados se re- los pecados, en lugar de borrarlos, cosa que se Pe 1, 12 Koiné pI sy. 3. Como palabra litúrgica al final - 4. Como palabra
inicial en sentencias de Jesús - 5. Como predicado de
fieren igualmente al pecado fundamental del logra en los que han sido purificados definiti- Jesús . .
no querer ver a Dios: esto permite incluso la vamente por Cristo (vv. 2s). Por tanto, puesto ii,.E,.3t'tO;, 2 amemptos irreprensible, in-
afirmación de que el que es nacido de Dios no que en éstos se ha cumplido Jer 31, 33s, es su- Bibl.: K. Berger, Die Amen-Worte Jesu, Berlin
tachable* 1970; Id., Zur Gesehiehte der Einleitungsformel «Amen,
es capaz de pecar (3, 9), Y que esta base que perfluo ofrecer un sacrificio por los pecados
Lc 1,6; Flp 2, 15; 3, 6; 1 Tes 3, 13; Heb 8, ieh sage eueh»: ZNW 63 (1972) 45-75; H. Bietenhard,
por gracia tiene su ser de cristiano se demues- (v. 18). Amén, en DTNT 1, 108-109; Billerbeck 1,242-244; 111,
Ahora bien, para el que voluntariamente 7. ThWNT IV, 576-578.
tra, desde luego, en el amor hacia el hermano 456-461; V. Hasler, Amen, Zürich-Stuttgart 1969; Je-
(v. 10). Finalmente, en 5, 16-18, la increduli- (cf. Núm 15,30) se desliga de Cristo, para ése remias, Teología, 50s; Id., Zu niehtresponsorisehen
no hay ya sacrificio expiatorio (ni siquiera el Amen: ZNW 64 (1973) 122s; Id., en TRE 11,386-391;
dad o la herejía (<<el pecado que lleva a la a,.i,.3t'tro;, amemptos (adv.) irreprensi- J. M. Ross, Amen: ET 102 (1990-1991) 166-171; H.
muerte») se contrapone al pecar del cristiano de Cristo): 10, 26 (cf. 6,4-6); por tanto, aquí
blemente, intachablemente* Schlier, a!-lT]v, en ThWNT 1, 339-342; L. H. Silber-
no se trata de la «segunda conversión» del man, Farewell to O AMHN. A Note on Rev 3, 14:
que no conduce a la perdición, de ese cristia- 1 Tes 2, 10; 5, 23. ThWNT IV, 576-578.
cristiano. Lejos de eso, se hace hincapié con JBL 82 (1963) 213-215; G. Stiihlin, Zum Gebraueh
no para quien el hermano debe pedir a Dios la
seriedad e insistencia en el peligro de que la von Beteuerungsformeln im NT: NovT 5 (1962) 115-
vida; no se busca la armonización con Jn 20, fe del pueblo de Dios se adormezca por la se- 143; J. Strugnell, «Amen, 1 say unto you» in the Sa-
23 (está lejana la problemática de los «peca- a,.iQt,.vo;, 2 amerimnos libre de preocu- yings of Jesus and in Early Christian Literature:
ducción del pecado (12, 1; cf. como «ejemplo pación o de ansiedad*
dos de muerte»). HThR 67 (1974) 177-182; S. Talmon, Amen as an In-
de lo contrario» el caso de Moisés en 11,25).
Mt 28, 14; 1 Cor 7,32. ThWNT IV, 597s. troduetory Oath Formula: Textus 7 (1969) 124-129.
En vez de eso, los creyentes pueden y deben
d) Heb compendia temáticamente la labor
dejarse animar por Jesús, el autor y consuma- 1. La palabra 'amen, atestiguada en hebreo
terrena de Cristo como una labor consistente dor de su fe, para oponerse con resolución su- a,.E'tcHtno;, 2 ametathetos inmutable* (y también en textos arameos), es traducida
en la purificación de los pecados (1, 3). Esto prema al pecado (12, 1-4). En su segunda ve-
mismo, designado ahora como expiación de Heb 6, 17.18: lo inmutable del decreto de generalmente en la LXX por yÉVot'to así sea
nida, que en 9, 28 se diferencia de la primera y sobre todo en algunas ocasiones es transcri-
los pecados del pueblo (de Dios), es la tarea venida, que sirvió para eliminar el pecado, Je- Dios; «mediante dos realidades inmutables»
del sumo sacerdote (2, 17). Este enfoque cul- debemos poseer un intenso consuelo. ta simplemente por afA.1Ív.
sús se encontrará con ellos para consumar la
tual de la cristología y la soteriología se desa- salvación. 2. La mayoría de las veces que aparece
rrolla detalladamente: Cristo es el perfecto P. Fiedler
sumo sacerdote (~ aQXLeQev~), constituido a,.nuxívl)'to;, 2 ametakinetos inconmo- afA.1Ív en el NT, se encuentra en el contexto de
como hombre en favor de los hombres para vible* una fórmula o de una expresión a modo de
ofrecer el sacrificio expiatorio (5, 1), someti- a,.áQ'tuQo;, 2 amartyros sin testimonio* 1 Cor 15, 58: «¡Por tanto, oo. estad firmes, fórmula: aproximadamente la mitad de las ve-
do, pues, a la «flaqueza», a la posibilidad de Hech 14, 27: Dios no los dejó sin testimo- inconmovibles!» . ces que encontramos este término fuera de los
ser tentado (5, 2), pero sin pecado (4, 15) y, nio. evangelios, lo hallamos en la expresión: por
por tanto, no como cualquier otro sacerdote (toda) la eternidad. Amén (eL~ 'tOu~ atwva~
que (en cada uno de los días de la expiación) a,.nu,.ill)'to;, 2 ametameletos dícese ['twv atcóvwv]. afA.1Ív aparece 12 ó 13 veces,
tiene que librarse de sus propios pecados (5, á"uQ'troló;, 2 hamartolos pecaminoso, de aquello de lo que no hay que arrepen- y en forma semejante aparece también 2 ó 3
3; cf. 7, 27: seguramente coil una exageración pecador veces [4 Mac 18,24; cf. 1 Crón 16, 36 LXX]).
tirse*
~ á¡wQ'tLa. En los evangelios, afA.1Ív precede exclusiva-
intencionada de Lev 16, 29-34; en 10, 11 con- Rom 11, 29; 2 Cor 7, 10. ThWNT IV, 630-
templa el conjunto de los sacrificios de Israel 633; DTNT 1, 333s mente a una expresión como «yo os digo» o .
y lo considera insuficiente). La sección sote- ii,.uxo;, 2 amachos pacífico, sosegado* «yo te digo» (AÉyw 'ÚfA.Lv/oot) (exceptuado
riológica principal (con la premisa decisiva: 1 Tim 3,3; Tit 3,2. ThWNT IV, 533s. únicamente el denominado final breve de
sin derramamiento de sangre no hay perdón, a,.E'tuVÓl]'tO;, 2 ametanoetos impenitente* Mc), con un simple afA.1Ív únicamente en los
9,22) queda enmarcada por la cita de Jer 31
(8, 8-10, 18). Cristo es el perfecto sacrificio
a,.áro amao segar* En Rom 2, 5 dícese del corazón impeniten- Sinópticos (49 ó 50 veces), con doble afA.1Ív
En Sant 5, 4 dícese de la siega de los te. ThWNT IV, 1004. únicamente en Jn (25 veces). En lugar del
expiatorio: manifestado por Dios (de) una vez campos afA.1Ív, en la fórmula podemos encontrar tam-
(para siempre) al fin de los tiempos (9, 26.28) bién ocasionalmente en los Sinópticos, entre
y yendo luego hacia Dios, consumado en el ii,.nQo;, 2 ametros desmesurado, desme- otras expresiones, vaL, :7tA.'!Ív o aA.T]{}w~.
santuario celestial (10, 12). Por el contrario, a,.iau(J'to;, OU, Í] amethystos amatista* dido*
los sacrificios de Israel no pueden «nunca» Ap 21,20: La duodécima piedra de cimien- 2 Cor 10, 13.15: gloriarse desmedidamente. 3. afA.1Ív (con arreglo a la tradición del AT y
quitar los pecados (v. 11); es «imposible» que to es una amatista (cf. Ex 28, 19; Ez 28, 13 ThWNT IV, 635-638. a la tradición judía) se encuentra al final, co-
la sangre de los animales sacrificados borre LXX).
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mo exclamación litúrgica. La exclamación en el AT y en el judaísmo antiguo (los testi- 345; T. Holtz, Die Christologie der Apk des Johannes, que pertenece a la terminología de los sacrifi-
«¡amén!», pronunciada en forma responso- monios en: J. Jeremias: ThLZ 83 [1958] 504), Berlin 1962,27-48. cios del AT (Ex 29, 38; Lev 12, 6 del holo-
rial, aparece atestiguada claramente como pero aquí no aparece nunca al principio. causto); aomA.o~, teniendo en cuenta su em-
1. a!lVÓ~ lo encontramos en el NT un total
costumbre de la comunidad en 1 Cor 14, 16 Hasta ahora no se puede probar con seguri- pleo en griego (Moulton-Milligan), podría
de 4 veces, en referencias cristológicas: a Je-
(aparece por vez primera en Neh 8, 6; por dad el uso del «amén» antepuesto, y no de ca- desempeñar una función parecida. Ambos
sús se le compara con un cordero (Hech 8, 32
ejemplo, también en Ber 8, 8); a ello alude rácter responsorial, en el judaísmo antiguo ni atributos, juntos, hacen referencia a la ausen-
en paralelo con JtQó~a'tOv; 1 Pe 1, 19) o se le
igualmente 2 Cor 1, 20; además, correspon- tampoco ya en el AT (según Talmon) o en un cia de todo defecto en el sacrificio, es decir, a
óstracon hebreo del siglo VII a.C. (según Bie- llama Cordero (Jn 1, 29.36). De las 30 veces
den también a esta tradición, en el Ap: 5, 14; la falta de todo pecado en Cristo. La compa-
que aparece aQvLov, 29 veces encontramos
19, 4; el a!l~v que en el v. 12 responde a 7, tenhard, Talmon, Strugnell) ni en la literatura
este término en el Ap, y de ellas 28 sirven pa- ración con el cordero no se deriva de Is 53 y
10, Yel a!l~v que en el v. 20b responde a 22, rabínica (según Hasler) o en textos griegos
(según Berger); cf. Jeremias: ZNW (1973), ra designar al Cristo exaltado (excepción: 13, no contiene tampoco ninguna alusión al cor-
20a. El a!l~v, como palabra de corrobora-
122s; en contra de Berger cf. también E. Jans- 11); en Jn 21, 15, el plural de aQvLov designa dero pascual (1 Cor 5, 7; Jn 19,36), sino que
ción, concluye a menudo secciones o se halla
sen: JSHRZ I1I, 222 nota 140). Pero tampo- a la comunidad (en paralelo con JtQó~atov). se orienta en general a los sacrificios del AT Y
también al final de cartas enteras (en los me-
co se ha probado que Jesús mismo empleara aQ~v lo encontramos únicamente en Lc 10, 3, forma parte de las variadas interpretaciones
jores manuscritos, como última palabra, úni-
,amen al principio del enunciado de senten- en plural, para designar a los discípulos de Je- jurídicas y cultuales de la muerte de Jesús
camente en Gál, Jds, 2 Pe v.l.; cf. Rom 15 y
16); además, sirve al mismo tiempo para con- cias. sús (par. Mt 10, 6: JtQó~ata). dentro de la tradición del cristianismo primiti-
cluir unidades litúrgicas menores (ambas co- vo. En 1 Pe 1, 18s, esa comparación, junta-
sas son aplicables a 4 Mac): al final de sec- 5. Jesús, en Ap 3, 14, recibe el predicado 2. a!lvó~ designa al cordero de un año mente con la imagen del rescate o redención
ciones doxológicas, por ejemplo, Rom 11, de el «Amén» (cf. Is 65, 16: 2 veces be'{ohe aproximadamente; en la LXX se añade fre- (---+ A.VtQov) y la idea de la liberación del pe-
, amen), lo cual se explica inmediatamente cuentemente eVLa'ÚoLO~ (Ex 29, 38; Lev 9, 3 Y cado (cf. 1, 2), forma una compleja trama de
33-36; Ef 3, 20s; al final de una promesa (en
futuro), por ejemplo, Flp 4, 19s; al final de traduciéndolo por «el testigo fiel y veraz» (cf. passim). En Hech 8, 32 encontramos a!lvó~ imágenes (G. Delling, Der Kreuzestod Jesu in
Sal 88, 38 LXX); cf. 2 Cor 1, 20. en una cita de Is 53, 7s LXX: «Como oveja der urchristlichen Verkündigung, Gottingen
una oración que expresa un deseo (en optati-
vo), por ejemplo, Heb 13, 20s; después de un H.-W. Kuhn (JtQó~atov) fue llevado al matadero, y como 1972, 48s).
deseo de gracia o de paz Gál 6, 18; Rom 15, un cordero (a!lvó~) es mudo delante del que El cuarto Evangelio introduce el testimo-
33; también después de una fórmula doxoló- lo trasquila, así no abre él su boca». Como nio del Bautista sobre Jesús (1, 29-34) con las
cl.J.lÍJ'tffiQ, 1 ameti5r sin madre*
gica, por ejemplo, Gál 1, 5; 1 Pe 4, 11. En Heb 7, 3 dícese de Melquisedec. Lucas, seguramente, utiliza sólo el texto para palabras: «¡Ved el Cordero de Dios que car-
hacer referencia al acontecimiento de la Pa- ga con el pecado del mundo!» (1, 29 cf. 1,
4. El a!l~v antepuesto de los evangelios sión y de la exaltación de Cristo, profetizados 36); cf., a propósito, C. K. Barrett: NTS 1
aparece únicamente en palabras de Jesús en cl.J.líav'to~, 2 amiantos inmaculado* en la Escritura (cf. Lc 24, 26.46; H. Conzel- (1954-1955) 210-218; F. Gryglewicz: NTS 13
una especie de fórmula de encarecimiento y, Heb 7, 26; 13,4; Sant 1, 27; 1 Pe 1,4. mann, Apostelgeschichté [HNT], 63), perma- (1966-1967) 133-146. Por consiguiente, el
eventualmente también, como fórmula de au- ThWNT IV, 650. necen imprecisos los aspectos cristológicos Bautista da testimonio no sólo de la preexis-
toridad: a!l~v (a!l~v) A.Éyw Ú!lLV/OOL. En Q del enunciado del a!lvó~. Hay que tener en tencia de Jesús (1, 30) sino también de su
aparece por lo menos 2 veces (Mt 23, 36 par. 'AJ.ltvabá~ Aminadab Aminadab* cuenta, por un lado, la diferencia de la LXX muerte expiatoria. Se trata de un enunciado
vaL y 24, 47 par. aA.r¡{hD~; cf. vaL Mt 11, 9 Nombre de persona (Rut 4, 19); Mt 1, 4a.b; con respecto al TM (ralJel = oveja madre) y el en imágenes y que sirve para identificar a al-
par. Lc 7,26). En Mc 13 veces (seguramente, Lc 3, 33. paralelismo con ---+ JtQó~atov, que en el NT guien: una cosa análoga a las palabras eyÓJ
en sentido -en buena parte- tradicional). En nunca se emplea en sentido cristológico, y, eL!lL en Jn. El genitivo «de Dios» tiene en Jn
Lc aparece únicamente 3 veces procedente de por otro lado, los enunciados cristológicos
Mc (además 2 veces aA.r¡{hD~ en vez del mar-

aJ.lJ.lo~, ou, ammos arena*
que se asocian con a!lvó~ en 1 Pe y Jn y la re-
1, 29 una función análoga a la que el adjetivo
«verdadero» (aA.r¡{hvó~) desempeña en 1, 9;
Mt 7, 26; Rom 9, 27; Heb 11, 12; Ap 12,
quino a!l~v) y aparte de eso otras 3 veces. En 18; 20, 8. flexión cristológica que, en el modelo (Vorla- 6, 32; 15, 1, es decir, designa a Jesús como el
Mt 9 veces procedente de Mc y además otras ge) de Lc o en general en los círculos judeo- que cumple en sí la realidad designada por la
21 ó 22 veces (de ellas, tan sólo 2 veces aña- cristianos, enlaza con el enunciado del a!lvó~. imagen, imagen que son aquí los corderos
dido al texto de Mc; 10 veces dentro de los cl.J.lvÓ~, ou, (, amnos cordero* 1 Pe 1, 19 introduce la comparación con un destinados a los sacrificios en el AT (cf. 1 Pe
textos de Q, y 9 ó 10 veces en el material pe- uQ'lÍv, uQVó~, ó aren cordero* cordero para explicar el poder expiatorio de la 1, 19). La derivación del enunciado a partir de
culiar). La frecuente fórmula de encareci- aQvlov, O'lJ, tÓ arnion carnero, cordero muerte sacrificial de Jesús: « ... fuisteis redi- los corderos de pascua no puede explicar ni
miento en Jn tiene dos veces un paralelo en la 1. Uso de los vocablos en el NT - 2. a¡.tvót; - midos ... no con cosas perecederas ... , sino con siquiera en principio el factor de la elimina-
historia sinóptica de la pasión (13, 21.38). 3. aQvlov - 4. aQi¡v. la sangre preciosa de Cristo, como de un cor- ción de la culpa del X.ÓO!lO~. El ingenioso pe-
Como sucede siempre en Jn, vemos que Bibl.: O. Bocher, Die Johannesapokalypse, Darm- dero (a!lvó~) sin defecto (a!lw!lo~) y sin ro problemático intento de entender la combi-
«amén» aparece ya duplicado frecuentemente stadt 1975; J. Jeremias, a¡.tvót; %TI.., en ThWNT 1,342- mancha (aomA.o~)>>. a!lw!lo~ es un vocablo nación de sustantivo y genitivo «Cordero de
211 212
213 214

Dios» basándose en el doble significado del vence (17,14; cf. Hen [et] 89,49; TestJos 19,
término arameo (alya' (que quiere decir cor- 8); sus siete cuernos no son sólo en general guar qué palabra aparecía en la fuente (Vorla- 2. Además del empleo en sentido propio (Mt
dero y también muchacho/siervo) y deducir símbolo de fuerza, sino que simbolizan al Me- ge) Q. Sobre la contraposición corderos - lo- 20, 1-16: 21, 28; Lc 13,6; Mc 14, 25 par.
de ahí la idea de que se habría pensado origi- sías como rey y guerrero poderoso (Hen [et] bos, cf. Is 65, 25; Eclo 13, 17; Homero, 1122, [vid], encontramos viña en sentido figurado
nalmente en el «Siervo de Dios» según Is 53 90, 37s; 90, 9.12; Ap 13, 11 del anticristo). Así 263; EpigrGraec 1038, 38: w~ aQYa~ xatÉ- en Mc 12, 1-13 par. La parábola intensamente
(Jeremias 343), es un intento superfluo, con- que uQYí,OY debe considerarse más que nada XOUOLY Mxm (Bauer, Worterbuch, s.v.); sobre alegorizante (sobre todo en Mt), que alude a
forme a la explicación dada anteriormente. como símbolo mesiánico (Bacher, 47: «el Car- la contraposición ovejas - lobos, cf. Hen [et] Is 5, 1-7, se refiere claramente al rechazo de
nero-Mesías») y no como símbolo de impo- 89, 55; Tanh twldwt (32b) (Billerbeck 1, 574; los mensajeros (<<siervos» = profetas) de Dios
3. a~vtov es originalmente un diminutivo tencia. El autor del Ap trasformó y plasmó de G. Bornkamm, en ThWNT IV, 312). Los inde- (el amo de la viña) por los dirigentes de Isra-
de uQi¡Y (---> 4), pero no se entiende ya como nuevo este símbolo, integrando en él tradicio- fensos discípulos de Jesús (cf. Lc 10, 4) son, el (los viñadores), amenaza a estos últimos
diminutivo, según la tendencia de la lengua nes cristológicas (la muerte sacrificial, la re- en su misión, lo mismo que corderos (cf. SalSl con un castigo y promete que la salvación pa-
griega popular, en tiempos del NT, de emplear dención de la comunidad), de tal manera que 8,28; 4 Esd 5, 18): están expuestos a los ma- sará de Israel (viña) a los gentiles (<<otros»).
formas terminadas en -toY. uQYí,OY sirve para creó un enunciado en imágenes que es ya yores peligros, y por cierto a causa de sus mis- La parábola, que en labios de Jesús es un últi-
designar al carnero, a la oveja, y al cordero. complejo y no fácil de intuir: el uQYí,OY es mos compatriotas; el tiempo de la misión es mo llamamiento a la conversión, fue trasfor-
En el Ap, uQYí,OY es la denominación más fre- compañero de Dios en el trono 5, 6; 7, 17; 22, tiempo de tribulaciones antes de que llegue el mada por los Sinópticos en en una exhortación
cuente de Cristo. La encontramos en la visión 1.1, como Redentor que es y Señor de la co- fin (cf. Lc 12,51-53 Q). dirigida a los oyentes cristianos para que pro-
de la entronización del uQYí,OY en el capítulo munidad 5.9s; 7, 17; 14,4; 19,7.9. La idea del G. Dautzenberg duzcan «frutos» (Mt 21, 43).
5, en las visiones de los sellos que vienen a uQYí,OY como inmolado está fundamentada, sí,
continuación en los capítulos 6s; luego la en-
cristológicamente, pero no aporta ninguna ten- 3. a¡..t1tEA.o~ vid adquiere profundo signifi-
contramos principalmente en los capítulos 14,
sión insuprimible a la imagen, porque el he- a,.otpÍJ, ií~, ÍJ amoibe retribución, agra- cado cristológico en el «discurso en lenguaje
19, 21 Y 22. Se discute si el autor con el tér- decimiento*
breo kabas (= uQYí,OY Jer 11, 19 LXX) desig- figurado» de Jn 15, 1-8, donde Jesús se desig-
mino uQYí,OY quiso presentarnos más bien la 1 Tim 5, 4: mostrar agradecimiento a los
na al carnero joven, y en la mayoría de los na a sí mismo como la «verdadera vid». No
imagen de un cordero o la de un carnero. En progenitores.
casos como animal para el sacrificio (KBL' son convincentes los intentos de derivar del
favor de la interpretación de uQYí,OY como
438). mandeísmo esta autopredicación de Jesús
cordero hablan principalmente las siguientes
En Jn 21, 15 encontramos uQYí,OY en plural a,.3tfAO~, O\), ÍJ ampelos vid (Bultmann). Todo habla en favor de que se ha
consideraciones: la designación del uQYí,OY
como designación de la comunidad, en pala- UI.tn:€AOUQYÓ~, oi}, ó ampelourgos viña- recogido y ampliado un motivo que existía ya
«como inmolado» (5, 6.9, 12; 13, 8) Y la refe-
bras del Resucitado dirigidas a Pedro. En las dor* en el AT. Es verdad que en él la vid no se apli-
rencia al efecto salvífico de su sangre señalan
dos repeticiones de la interpelación se descri- a[!1t€AWY, &YO~, ó ampelon viña ca nunca a individuos, pero hay principios ya
la conexión con los enunciados del NT acerca
be a la comunidad con el término de 1tQó- de ello (Ez 15; 17; 19; Sal 80, 9-17; Eclo 24,
de Jesús como cordero sacrificial (uQYí,OY ---> 1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Sinópticos -
2); en la imagen del uQYí,OY la debilidad y la ~ata. No se observa una diferencia de con- 17); el ApBar (sir) refiere ya al Mesías la
3. a[lJtEAoc:; en Jn 15 y en el Ap.
impotencia de un cordero aluden a la humilla- tenido; se trata de variantes estilísticas (cf. imagen de la «vid» (sobre el conjunto cf. Bo-
el cambio de los imperativos ~óax€ [cuida] Bibl.: J. Behm, a[lJtEAoc:;, en ThWNT 1, 345s; R. rig, 79-194). N o la Iglesia sino Jesús es la
ción del Crucificado, pero, en cambio, el he- Borig, Der wahre Weinstock, München 1967; R. Bult-
cho de que tenga siete cuernos y siete ojos se- 21, 15.17 Y 1toí,!wy€ [guarda] 21, 16; R. vid, y esto se fundamenta en que él mismo re-
mann, Das Ev. des Johannes (KEK), Gtittingen
ñala la plenitud del poder y de la sabiduría del Schnackenburg, El Evangelio según san Juan 10
1941, 406-415; H. J. Klauck, Das Gleichnis vom presenta al nuevo pueblo de Dios. El UArJ-
Cristo celestial (5, 6). Ahora bien, determina- I1I, 446 Y 448ss. La traducción de «pastorea Mord im Weinberg: BiLe 11 (1970) 118-145; E. fhYi¡ enfático no pretende deslindar polémi-
mis corderos» estaría justificada únicamente, Schweizer, Ego eimi, Gtittingen '1965; R. Schnacken- camente a Jesús de otros que habían aportado
dos rasgos del uQYí,OY corresponden más bien
burg, El Evangelio según san Juan lIl, Barcelona salvación; sino que expresa positivamente
a la imagen de un carnero y hacen sospechar, si también variasen los imperativos en el tex- 1980, 130-144; Id., Aujbau und Sinn von Joh 15, en
por tanto, que el Ap plasmó la imagen del to griego. En caso contrario, hay que preferir Homenaje a Juan Prado, Madrid 1975,405-420. que en él -a diferencia de la vid de Israel-
uQYí,OY como imagen mesiánica, con arreglo a la traducción: «mis ovejas». se han cumplido de una vez todas las espe-
la tradición apocalíptica: la cólera del uQYí,OY 1. Vid, aparte de Sant 3,12; Ap 14, 18.19, ranzas. a¡..t1t€A.o~ en Jn no debe entenderse
(6, 16) indica su función como Juez (cf. 14, 4. a~ÍJv designa lo mismo que u¡..tYÓ~ (---> aparece únicamente 6 veces en los evange- primariamente como «árbol de la vida». El
10; Hen [et] 69, 27); el uQYí,OY es el caudillo 1) al cordero. El término lo encontramos úni- lios; viña, tan sólo en las parábolas sinópticas enunciado central se orienta hacia lo de pro-
de los suyos (7, 17; 14, 1.4; cf. las funciones camente en el NT en aquellas palabras pro- (22 veces) y en 1 Cor 9, 7, Y viñador, sola- ducir frutos y, por tanto, al verdadero discipu-
de un animal de guía y la representación de nunciadas en sentido figurado que leemos en mente en Lc 13, 7. El uso figurado de estos lado (15, 8). Por eso, «permanecer» en la vid
determinadas figuras de caudillos a los que se Lc 10,3: «Mirad que os envío como corderos términos en el NT se inspira en las imágenes es condición absolutamente indispensable. El
hace ver como carneros en Hen [et] 89, 45- en medio de lobos». El lugar paralelo de Mt que aparecen ya en el AT, donde la vid y la «fruto» es «guardar los mandamientos», so-
49); hace la guerra contra los enemigos y los 10,6 tiene 1tQó~ata (ovejas). Es difícil averi- viña son imágenes que se refieren principal- bre todo el del amor fraterno (v. 12), y tan só-
mente a Israel (Os 10, 1; Jer 2,21; Is 27, 2). lo de manera mediata 10 es el «fruto de la mi-
215 216 217 218

sión». - En Ap 14, 18s la vid es una imagen braya la antigua separación de quienes ahora 'AFtro¡; Amos Amós*
ÜFtCflLÉ~ro amphiezo vestir*
de la humanidad (pagana). están unidos (en Cristo): los dos juntos, cf. v. Primer rey de Judá (así aparece en 2 Re 21,
Lc 12, 28 (con p74 p75 D Y otros); dícese en
F. Porsch 15 oL 6úo «cada uno de ambos». También con 18; 1 Crón 3, 14 v.l.) en la genealogía de Je-
sentido figurado de las flores silvestres que
artículo en Lc 5, 7; Hech 23, 8, aquí ambas sús en Mt 1, 10 (bis); v.l. --+ 'Af-ttOv. - 2. Padre
crecen en los campos, y a las que Dios viste
cosas en el sentido de todo eso; de manera pa-
ü,.utd.o,,~yó¡;, ou, Ó ampelourgos viñador con mayor magnificencia de la que se vistió de Matatías e hijo de Nahún en la genealogía
Salomón en todo su esplendor. Encontramos recida en Hech 19, 16: todos ellos (con arre- de Jesús en Lc 3, 25.
--+ af-t:7tEA.O\;.
este verbo junto a --+ uf-teptál;w (= dorismo de glo al uso que más tarde se hace en los papi-
la Koiné), y puede sustituir, lo mismo que és- ros, por ejemplo, PapLondon II 336, 13 [siglo
ÜFt3tEAroV, rovO¡;, Ó ampelon viña 11 p.C.]). E. Haenchen, Apostelgeschichte7 ñv an (partícula)
te, a --+ Uf-teptÉVVUf-tt. Bauer, Worterbuch, s. v.
--+ af-t:7tEAO\;. (KEK), sub loco; BlaB-Debrunner § 64 nota
uf-teptál;w; BlaB-Debrunner § 29, 2; 73 nota 1. Bibl.: Bauer, Worterbuch S.V.; BlaB-Debrunner §
10; 274, 3 con la nota 4. 360, 367, 369, 380, 383, 385s; Kühner, Grammatik
'AFt3tAul:tO¡;, O" Ampliatos Ampliato* II/I, 202-259; Mayser, Grammatik IIII, 226-296.
ÜFtCflLÉVV"FtL amphiennymi vestir*
Nombre de un cristiano que en Rom 16, 8 En sentido figurado en Mt 6, 30 (par. Lc 12, 1. eclv sigue a menudo a los relativos, en vez
recibe un saludo y a quien Pablo designa co-
ÜFtroFt1)'tO¡;, 2 amometos irreprochable* de ay. Además, los manuscritos del NT vacilan
28 Sin Koiné A y otros, --+ uf-teptÉl;w). Dícese 2 Pe 3, 14; cf. Flp 2, 15 Koiné D G pI (en
mo Ó uyU:7t1']'tÓ\; ¡'WU EV XUQLq> (cf. también en voz pasiva de Juan el Bautista Mt 11, 8 par. entre ambas formas (BlaB-Debrunner § 107, 1;
vez de af-tWf-tO\;). ThWNT IV, 836. 380, lb). aves una partícula peculiar del griego,
16, 5) (Koiné D y otros 'Af-t:7tAU1\;). Nombre Lc 7, 25, que no se halla vestido con ropas
frecuente entre los esclavos, del latín Amplia- imposible de traducir por sí sola. Designa como
blandas (= elegantes). BlaB-Debrunner § 159 condicional el contenido de la oración en que se
tus. BlaB-Debrunner § 125 nota 6; Bauer, Wor- nota 1. ñFtroFtOV, O", 'tó amomon amomo* halla, según sea el modo y el tiempo del verbo.
terbuch, s. v.; LThK 1, 450; O. Michel, Der Nombre de una planta aromática que, junto En nuestro idioma av sólo puede expresarse me-
Brief an die Romer 5 (KEK), sub loco. a muchas otras cosas preciosas y artículos de diante el modo del verbo. El NT emplea esencial-
'AFtCflí,3tOAL¡;, Ero¡; Amphipolis Anfípolis* mente las partículas -aunque con ligera varie-
lujo, existe en «Babilonia»: Ap 18, 13.
Ciudad de Macedonia, rodeada por el río dad- de la misma manera que se emplean en la
üFtÚV0FtaL amynomai rechazar de sí, acu- Estrimón (de ahí su nombre). Fue fundada en lengua clásica (Bauer). Unos cuantos escritos del
dir en ayuda* el año 436 a.C. como centro comercial. Capi- ñFtroFtO¡;, 2 amomos irreprochable, inta- NT no emplean av en absoluto: 1 y 2 Tes, Flm,
En Hech 7,24 se emplea en sentido absolu- tal de la provincia romana de Macedonia pri- chable* Col, Ef, Pastorales, Sant, 1 y 2 Pe y Jds.
to para referirse a Moisés, quien acudió en ma (Sudeste de Macedonia). Acantonamiento En Heb 9, 14 dícese de Cristo, que se ofre-
ayuda de alguien que estaba siendo tratado in- militar en la Via Egnatiana. Hech 17, 1: Pablo ció a sí mismo como sacrificio «intachable», 2. a) av con indicativo aoristo o imperfec-
justamente en Egipto. En el NT se emplea en pasa por Anfípolis durante el denominado se- porque no tiene mancha alguna; de manera to 1) denota una acción repetida en ciertas
voz media con acusativo, y con el mismo sig- gundo viaje misionero, cuando va camino de parecida en 1 Pe 1, 19; cf. MartPol 17, 2. Es condiciones, especialmente después de relati-
nificado, cf. Is 59, 16 LXX; BlaB-Debrunner Tesalónica, procedente de Filipos. Pauly-Wis- también muy frecuente en la LXX, por ejem- vos (BlaB-Debrunner § 367): Mc 6, 56c: el
§ 316 nota 2. sowa U2, 1949-1952; BHH 1, 87; H. Conzel- que le tocaba (en aoristo); 6, 56a: dondequie-
plo en Ex 29, 1. En sentido figurado se aplica
mann, Apostelgeschichte' (HNT) 94; R. Ries- a la Iglesia, que por medio de Cristo fue libe- ra que él entraba (imperfecto); Hech 2, 45 Y
ÜFtCfluí~ro amphiazo vestir ner, Amphipolis. Eine übersehene Paulus-Sta- 4, 35: xu-fró'tt av 'tt\; XQELUV dXEV, según la
rada de toda culpa, para que compareciese
Lc 12, 28 B; variante textual en el NTG. necesidad de cada uno. 2) av aparece en la
tion: BiKi 44 (1989) 79-81. inmaculada ante Dios (Ef 1, 4 con aytO\;; Col
--+ uf-teptÉl;w.
1, 22, con ayto\; y UVÉyXA1']'tO\;). En Ef 5, apódosis después de una oración condicional
27 se refiere a la EXXA1']<JLU, a la que Cristo introducida por EL (BlaB-Debrunner § 360),
ÜFtCflLfláAAro amphiballo lanzar la red* ñFtCflO()OV, O", 'tó amphodon calle, carnino* Lc 7, 39: si éste fuera profeta, sabría; 17, 6;
hizo comparecer amte sí en figura gloriosa
En Mc 1, 16 como término técnico para de- Mc 11, 4; Hech 19, 28 D (en Jer 17, 27
y sin mancha ni arruga (cf. Col 1, 22), para Jn 5, 46; 8, 19; 1 Cor 11, 31; Gál 1, 10; Heb
signar la acción de lanzar la red (redonda) de LXX; 30, 33 LXX en el sentido de barrio de
que fuera irreprochable (nuevamente con 8,4 (con imperfecto); Mt 11, 21: si los mila-
pescar; empleado en sentido absoluto (D e y la ciudad). Liddell-Scott, s. v..
otros. Objeto de la acción verbal: 'ta DLX'tUU, ayto\;); cf. Jds 24; Ap 14, 5 (en paralelo con gros que se hicieron ... , hace mucho tiempo
Koiné PáAAOV'tU\; Uf-tep LPA1'] <J'tQov , cf. par. uXÉQUtO\;). ThWNT IV, 836. que se habrían arrepentido; 12, 7; Jn 14, 28;
Mt 4, 18). BHH 1, 482s. ÜFtCflÓn~OL, 3 amphoteroi ambos (juntos) H. Balz 1 Cor 2, 8 (con aoristo).
Adjetivo pronominal para expresar la idea
üFtCflí,flA1)(J't~OV, O", 'tó amphiblestron del uno y el otro. Aparece 14 veces (única- 'AFtrov Amon Amón b) av con subjuntivo: 1) Cuando esta com-
red de pescar* mente en Mt, Lc, Hech y Ef). Casi siempre en Rey de Judá, hijo de Manasés y padre de binación sigue a un relativo (BlaB-Debrunner
Mt 4, 18 (cf. Mc 1, 16 Koiné). La red re- lugar de af-tepw. En el NT lo encontramos úni- Josías (4 Re 21, 18; 1 Crón 3, 14; en cada uno § 380), entonces la oración de relativo sustitu-
donda la arrojaban los pescadores metiéndose camente en géneros masculino y neutro. En de estos casos la v.l. --+ 'Af-ttO\;): Mt 1, 10 (bis) ye a la prótasis (Mt 5, 19; 10, 11; Jn 5, 19; 1
ellos en el agua. BHH 1, 482s. Ef 2, 14.16.8 Uf-tepÓ'tEQOt (con artículo) su- Koiné L W lat sy. Cor 11, 27). 2) av se usa en oraciones tempo-
221 ava~alvúl 222
219 av - ava~alvúl 220

S. Schulz, Untersuchungen zur Menschensohn-Chris- adverbios de lugar para indicar la dirección


rales con subjuntivo, cuando se describe un La preposición ava era ya rara en la prosa tologie im Johannesevangelium, Gottingen 1957. (Jn 6, 62; Ef 4, 10; Ap 4, 1; 11, 12; -> 4).
suceso que va a ocurrir, pero que no se sabe ática. La construcción de ava con dativo desa- IIQó¡; con acusativo indica la persona hacia
cuándo (-> (hav). Encontramos las siguientes l. El término aparece en el NT un total de
pareció en el NT como había desaparecido ya quien uno sube o en cuya barca entra. Sobre
combinaciones: ~vLxa ay, siempre que (2 82 veces: 9 veces en cada uno de los sinópti-
en Polibio. Como preposición independiente el dativo sin preposición en Hech 21,31 -> 2.
Cor 3, 15); w¡; ay, tan pronto como (Rom 15, cos, 19 en Hech (en contra de Morgenthaler,
con acusativo ava aparece sólo 13 veces en el El lugar «de donde» uno asciende se indica
24; 1 Cor 11, 34; Fil 2, 23); a<p' oií ay, des- Statistik: 18), 13 en Jn, 4 en Pablo, 3 en Ef, y
NT. Ahora bien, como prefijo de verbos (Mor- como a:n;ó, de, y EX, desde. La finalidad de
pués que (Lc 13,25); EW¡; ay, hasta que (Mt 13 en Ap. El mayor número de veces que apa-
genthaler, Statistik, 160 muestra 74 compues- una acción, por ejemplo, de la oración o de la
10,11; Lc 9,27); aXQL oií ay, hasta que (Ap rece este término en los Evangelios y en Hech
tos diferentes), incluidos verbos con doble pre- adoración de Dios, se indica con infinitivo
2, 25); :n;Ql,v (l]) av antes de (Lc 2, 26) (BlaB- se explica por el uso frecuente de «subir a Je-
fijo (ibid. 161s), ava aparece frecuentemente; (Mt 14,23; Lc 9, 28; 18, 10: :n;QoaE'Ú~aa.¡}m),
Debrunner § 383, 3). rusalén», «a la fiesta» o «al Templo», o bien
lo mismo cabe decir de los sustantivos com- el participio futuro de finalidad (Hech 24, 11:
«ascender a la montaña» (como lugar de ora-
puestos. En el NT la preposición aya, por sí :n;Qoaxuv~aúlv) o una oración introducida
c) En oraciones finales o:n;W¡; av se usa ción), refiriéndose principalmente a Jesús o a
sola, se emplea únicamente en expresiones he- por Lva (Jn 12, 20: :n;Qoaxuv~awaLv).
menos que en ático y en la LXX (BlaB-De- los apóstoles. Cf. Gál 2, 1.
chas o con sentido distributivo. a) ava ftÉaov
brunner § 369, 5); con excepción de Rom 3, 4 (con genitivo), en medio de, entre (Raderma-
2. Las traducciones deben tener siempre en 4. En Rom 10, 6 Pablo recoge el pensa-
(que cita al Sal 50, 6 LXX), aparece única- cher, l38): Mt 13,25; Mc 7, 31; 1 Cor 6,5; Ap
cuenta tanto el sujeto como el contexto de miento de Dt 30, 12. Lo que allí se aplicaba a
mente en Lc 2, 35; Hech 3, 20; 15, 17 (citan- 7,17; b) ava ftÉQO¡;, por turno: 1 Cor 14,27.
avaBaLvw (-> 3) Y también el lugar en que se la palabra de Dios, se aplica ahora a la justicia
do a Am 9, 12, que en la LXX no tiene ay). c) ava en sentido distributivo, cada uno: Mt
halla el hablante. Si hay un movimiento que que es por la fe: uno no necesita ascender al
20, 9.10, cada uno un denario (Radermacher cielo para hacerla descender a la tierra, por-
d) El optativo con av en la oración princi- se aleja del hablante, entonces se habla de su-
20; no es un hebraísmo); Lc 9, 3.14; 10, 1; Jn que eso significaría hacer descender de nuevo
pal ha desaparecido casi por completo en el bir (a una colina, a las montañas), ascender
2,6; Ap 4,8; cf. Mc 6, 40 p84. - ava se conge- a Cristo (sobre esta expresión cf. Prov 24, 27
NT. Tan sólo los escritos de Lucas (como (al cielo); si hay un movimiento hacia el ha-
ló también como adverbio: Ap 21, 21 ava EI¡; 30, 34 LXX; Bar 3, 29; sobre «descender» al
prueba de su estilo literario) contienen ejem- blante, entonces se habla de salir, emerger,
Exaa'tO¡; 'twv :n;UAWVWV, cada una de las «abismo» cf. Sal 106 [107], 26; 138[139], 8;
plos (Lc 1,62; 6,11; 9, 46; 15,26; Hech 5, subir (del agua, del mundo de las profundida-
puertas (BlaB-Debrunner § 204. 305, 2). Am 9, 2.4; Is 14, 13.5). - En Hech 2, 34 Lu-
24; 8, 31; 10, 17; cf. Jn 13, 24 p66 A D. Es es- des), de subir a donde alguien (a la barca);
pecialmente significativo Hech 17, 18 (una G. Schneider cas interpreta la «exaltación» de Jesús (v. 33)
empleado en sentido absoluto, elevarse (el
pregunta retórica directa en labios de los ate- como «ascensión al cielo», trasponiendo así a
humo, los pensamientos) o de ir hacia arriba,
nientes); 26, 29: Eu~aLftr¡v ay, yo desearía un esquema espacial la investidura del Rey
avu~u{t,..,ór;, olí, ;, anabathmos peldaño crecer (las plantas). En Hech 21, 31 avÉBr¡
(Pablo en presencia de Agripa; cf. BlaB-De- mesiánico en sus funciones (Sal 110, 1). (Se-
(en plural, escalinata)* <PaaL¡; quiere decir que se informó (a la Torre
brunner § 385, 1). gún Lohfink, 229, Lucas concretiza aquí el
En Hech 21, 35.40 dícese de la escalinata Antonia).
kerygma de exaltación, de la Iglesia primiti-
e) av con infinitivo, una construcción que que unía el atrio exterior del Templo con la va, relacionándolo de manera historizante con
Torre Antonia. 3. Eventualmente avaBaLvw se puede em-
es muy común en griego clásico, falta por la ascensión, a la que ahora se distingue de la
plear en construcción absoluta (es decir, sin
completo en el NT (BlaB-Debrunner § 396, resurrección.) Puede apreciarse todavía la
indicar dirección ni movimiento), principal-
4). En 2 Cor 10, 9 w¡; av puede entenderse avu~uí,v(O anabaino subir, ascender manera de hablar del AT y del judaísmo,
mente para referirse a plantas (Mc 4, 7s.32;
como un solo término (quasi, como quien di- cuando, según Hech 10,4, las «oraciones y li-
1. Aparición del vocablo en el NT. - 2. Significa-
Mt 13, 7: crecen), animales (Mt 17, 27: sale
ce): no quiero dar la impresión de que deseo un pez), o cosas inanimadas como el humo mosnas» de Comelio ascenden a Dios, de tal
dos léxicos - 3. Empleo del término - 4. «Ascender» al
asustaros (BlaB-Debrunner § 453, 3; Bauer, cielo y a Dios. (asciende, Ap 14, 11; 19, 3). La indicación de manera que Dios «las recuerda» (cf. Job 20, 6
s.v. 6). el ft~'tL av Ex auft<pwvou en 1 Cor 7, la dirección del movimiento es más frecuente LXX; 3 Mac 5, 9). - En Ef 4, 8 el autor em-
5 puede traducirse por: a no ser de común Bibl.: 1. Fritsch, « ... videbitis ... angelos Dei ascen- plea en sentido cristológico (y libremente) el
dentes et descendentes super Filium Hominis» (lo. 1, cuando se hace referencia a seres humanos'
acuerdo (BlaB-Debrunner § 376, lb).
51): VD 37 (1959) 3-11; G. Lohfink, Die Himmelfahrt entonces se expresa con el¡; (en la mayoría d~ texto del Sal 67 (68), 19: una interpelación a
G. Schneider Jesu (StANT 26), München 1971; W. Michaelis, Joh los casos) o con E:n;L (a la azotea: Lc 5, 19; Dios se ha convertido en un enunciado acerca
1, 51, Gen 28, 12 und das Menschensohn-Problem: Hech 10, 9; a la superficie de la tierra: Ap 20, de Cristo que «ascendió a lo alto» y «conce-
ThLZ 85 (1960) 561-578; E. Ruckstuhl, Die joh. dió dones a los hombres». El EAaBE¡; (oó-
9). Sobre E:n;L en Jn 1, 51 -> 4. avaBaLvw E:n;l,
Menschensohnforschung 1957-1969: ThBer 1 (1972)
171-284; H. Schlier, La Carta a los efesios, Salaman- xaQOLav (cf. en hebreo 'alá 'al-leb) quiere fta'ta) de la LXX se entiende aquí, al igual
avú ana con acusativo (hacia arriba)*
ca 1991; R. Schnackenburg, Der Menschensohn im Jo- decir que algo ha entrado en la mente de una que en Ex 25,5 LXX; 1 Re 17, 10, como «re-
Bibl.: BlaB-Debrunner § 203s; Kühner, Grammatik hannesevangelium: NTS 11 (1964-1965) 123-137; Id., persona (Hech 7, 23) o ha penetrado en su co- cibir para dar» (cf. Schlier, 251s y su referen-
1II1, 473s; Mayser, Grammatik 1I/2, 401-404; Rader- El Evangelio según san Juan 1I, Barcelona 1980,490- razón (l Cor 2, 9). Pueden emplearse también cia a la interpretación rabínica del Sal 68, 19,
macher, Grammatik, 20, 138, 143. 505; J. Schneider, ~«lVúl X-rA., en ThWNT 1, 516-521;
223 avaj3aLVúJ - avaj3MJtúJ 224 225 avaj3MJtúJ - avayEvváúJ 226

que entiende el salmo como referido a Moisés Este sentido aparece en Mc 8, 24 (la curación
y a su recepción de la Ley en la altura). Claro
ava~t~á~ffi anabibazo sacar o arrastrar
de un ciego en Betsaida); 10,51 (<<¡Raboni,
it
ava~OAÍJ, tí;, anabole demora, aplaza-
(las redes a tierra)* miento*
que esta «ascensión» de Jesús «por encima de Mt 13, 48: los pescadores arrastran hasta haz que recobre la vista!»); v. 52; Mt 20,34;
Hech 25, 17: avaf3oAl]v [lr¡6qüav JtoLr¡-
todos los cielos», y con ello por encima de to- Lc 18, 41.42.43 (el acto creyente de ver es
la orilla la red barredera, llena de los peces Oá[lEVOC:;, sin demora alguna; -+ ava~ánw.
dos los seres intermedios, presupone su ante- capturados. consecuencia del encuentro con la oferta es-
rior descenso a las «partes bajas de la tierra», catológica de salvación que Dios hace en Je-
algo que se pone bien en claro en el parénte- sús; cf. K. Kertelge, Die Wunder Iesu im aváyatov, O\l, tó habitación del piso de
sis de los vv. 9s (cf. ibid.). - Un enunciado ya ava~Ai.1tffi anablepo levantar la mirada Markusevangelium, München 1970, 179ss). arriba*
tradicional en In 3, 13 niega que jamás nadie 1. Aparición en el NT - 2. Variantes de significado - En Jn 9, 1.15.18 (la curación del ciego de na- Mc 14, 15 par. Lc 22, 12. BlaB-Debrunner §
haya subido al cielo a excepción del «Hijo del 3. avá~AE'\j!LC; cimiento en la piscina de Siloé) la recupera- 35 nota e; 44 nota 1. RGG 1, 1930; BHH n,
hombre» que bajó del cielo (cf. nuevamente ción de la vista conduce a la fe en e! Hijo del 1326.
Bibl.: Bauer, Worterbuch S.V.; E. v. Dobschütz, Die
Prov 30, 4 LXX; Bar 3, 29 refiriéndose a la fünf Sinne im NT: JBL 48 (1929) 378-411; K. Lam- hombre (cf. F. MuBner, Diejohanneische Seh-
sabiduría); por eso, tan sólo Jesús, el Hijo te- mers, Hdren, Sehen und Clauben im NT (SBS 11), weise, Freiburg i. B. 1965, 18ss). Cuando Je-
Stuttgart 1966, 84-106; W. Michaelis, ágáw ¡ctA., en
avayyiAAffi anaggello informar, anunciar
rreno del hombre, puede traer conocimiento ThWNT V. 315-381; F. Notscher, «Das Angesicht Cot-
sús, el Mesías que trae la salvación, restaura -+ ayyÉAAw.
celestial. Su «ascensión adonde él estaba an- tes schauen» nach bibl. und babylonischer Auffas- la vista de un ciego, entonces se cumple la
tes» se convierte en un escándalo todavía ma- sung, Bonn 1924, 62ss; R. Schnackenburg, Visión de promesa escatológica del AT que habla de cu-
yor que su «venida del cielo» como el pan de Dios, en. DTB 1068-1073 (bibl). rar a los ciegos (ls 61, 5-7; 35, 5s; 29, 15ss;
avayEvváffi anagennao dar nueva vida,
regenerar*
la vida (Jn 6, 62). Si, con arreglo a 1, 51, son también Mt 11,5; Lc 7, 22) y se cumple en e!
1. El verbo aparece 25 veces en el NT (Ma- Bibl.: F. Büchsel, avaYYEvváw, en ThWNT r, 671-
vistos ángeles «subiendo y bajando sobre él», «hoy» del encuentro con Jesús; (cf. H. Schür-
teo 3 veces, Marcos 6, Lucas 7, Juan 4, He- 674; K. H. Schelkle, Die Petrusbriefe. Der Judasbrief
entonces queda bien probado que él es el lu- mann, Das Lukasevangelium 1 (HThK), 406-
chos 5). Las palabras relacionadas con el he- (HThK), Frankfurt '1964, 26-54; J. Ysebaert, Creek
gar de la presencia de Dios (Gén 28, 12, cf. v. 414. d) En el relato de la experiencia de Sau- Baptismal Terminology, Nijmegen 1962,90-107.
cho de ver tienen frecuentemente significado
17: «la casa de Dios y la puerta del cielo» [cf. lo en Damasco, su ceguera y su curación son
teológico y hermenéutico en el NT, donde se 1. Aunque la idea de ser engendrado apare-
Fritsch]). Según Jn 20, 17, su «ascensión al símbolos de su conversión de la soteriología
refieren a la profunda percepción de fe del ce frecuentemente en el NT (especialmente en
Padre» prepara el camino para la concesión de la Torá judía a la justificación cristológica
acontecimiento de Cristo. Jn), avayEvváw se usa únicamente en 1 Pe 1,
de sus dones (paz, gozo, el Espíritu, el per- por la fe (Hech 9, 12.17.18; 22, 13). e) Las
dón, 20, 19-23); cf. anteriormente, acerca de mujeres levantan sus ojos, cuando están junto 3.23; no es, por tanto, un tecnicismo del NT
2. En el NT encontramos los siguientes que denote este proceso. Por eso, para enten-
Ef 4, 8ss). - La invitación «¡Sube acá!» capa- a la tumba de Jesús: el hecho de que la pesa-
significados: a) levantar la mirada como una derlo, tenemos que acudir a otros conceptos
cita al vidente del Ap (4, 1) para recibir las vi- da piedra haya sido removida, les da acceso al
percepción óptica neutra de objetos y perso- afines en esta esfera (-+ yEvváw, ctvm Ex,
siones celestiales. Si los «dos testigos» de 11, sepulcro y con ello a lo que había acontecido
nas. En Lc 19, 5 Jesús pasa por Jericó y le- aJtoxuÉw, -+ naALYYEveoLa). El uso limitado
3 son Moisés y Elías (cf. E. Lohse, Offenba- en su interior (Mc 16,4).
vanta los ojos para mirar a Zaqueo, uno de los de avayEvváw no debe explicarse como un
rung, sub loco), entonces el hecho de que sean
principales recaudadores de impuestos, que consciente rechazo de! lenguaje de los miste-
llevados al cielo, en el v. 12, se remonta, en el 3. aváflAEljJtC; recuperación de la vista*
estaba sentado en lo alto de una higuera sil- rios paganos, porque tampoco en ellos se pue-
caso de Elías, al AT (2 Re 2, 11; Ec10 48, 9) y, aparece en e! NT únicamente en Lc 4, 18, don-
vestre a la que se había subido; Jesús sabe de probar que avayEvváw sea un tecnicismo
en el caso de Moisés, a la tradición judía (cf. de la expresión se refiere a la recuperación de
cuándo alguien le está buscando; le llama pa- (tal vez lo sean [lE'tayEvvuv, JtaALyyEveoLa;
el escrito la «Asunción de Moisés» [AsMo]). la vista en los ciegos. En Jesús en la sinagoga
ra que baje y le anuncia la presencia de la sal- de Nazaret se cumple la promesa de ls 61, ls; cf. Büchsel, 672).
J. Beutler vación «hoy». En Lc 21, 1 Jesús levanta la 58,6 LXX; cf. Bern 14,9.
mirada y ve a los ricos que echan sus donati- P.-G. Müller 2. El acontecimiento designado en 1 Pe por
ava~áAAffi anaballo posponer, aplazar* vos en el cofre de las ofrendas. b) Elevar los avayEvváw, engendrar de nuevo, no es un
Hech 24, 22: en voz media con objeto per- ojos al cielo como un acto de esperanza en proceso natural ni mágico. Según el v. 23,
sonal alJ'!:oúc:;; se refiere al aplazamiento por Dios. En el relato de la multiplicación de los aVá~Af'\IJt;, Effi;, it anablepsis recupera- el principio generador es la «palabra viva y
parte de Félix del juicio contra Pablo. Es co- panes, Jesús eleva sus ojos al cielo (Mt 14, ción de la vista permanente de Dios», que, como «simiente
rriente como tecnicismo jurídico (cf. Bauer, 19; Mc 6, 41; Lc 9,16); aquí es ya una expre- -+ avaf3AÉJtw 3.
(onoQá) imperecedera», comunica la vida y
W6rterbuch, s.v.: «comunicar a alguién la de- sión de la didajé del culto eucarístico. Este que, según el v. 25, se identifica con la pala-
cisión del aplazamiento [de su juicio]»), pero sentido aparece también a propósito de la cu- ava~oáffi anaboao gritar* bra del evangelio. Así que el autor se refiere a
por el contexto el sentido es más bien el de ración del sordomudo (Mc 7,34). c) Recupe- Mt 27, 46 (el sujeto es Jesús; B al Ef3Ór¡- la idea bíblica del poder creador de la palabra
«demora»: «retrasó la decisión acerca de su rar la vista es señal de que está amaneciendo OEV); Mc 15, 8 C Koiné e pI sy; Lc 9, 38 de Dios. En realidad, parece que todos los
causa». la era escatológico-mesiánica de la salvación. Textus Receptus. enunciados del NT acerca de la procreación
227 avayEvváw - avayxaatw~ 228 229 aváyxt] 230

espiritual se basan en un punto de vista co- en voz alta (cf. infra). Se usa para expresar el loco). El término se usa preferentemente den-
mún, a saber, el de que una persona es tras- leer (en voz alta) al profeta Isaías, en Hech 8, a.váyxl], l]~, Í) anagke compulsión*
avuy'Xó''(,ú) anagkazi5 forzar* tro del ámbito lingüístico griego (LXX, 2-3-4
formada internamente por la aceptación cre- 28.30a.b (aquí hay un juego de palabras con Mac, Aristóteles, Filón, Josefo). Aparece tam-
yLvillo'Xw, cf. 2Cor 1, 13).32, o la lectura (o avuy'XuLO¡;;, 3 anagkaios necesario*
yente de la palabra de Dios. (La aceptación bién como extranjerismo arameo (cf. Jastrow,
lectura en voz alta) de una carta en Hech 15, avuy'Xuotro¡;; anagkasti5s (adv.) forzada-
misma es hecha posible por el Espíritu y se- Dictionary, S. V. ).
31; 23, 24. Lo mismo que en Mc 13, 14 par. y mente *
llada en el bautismo; cf. 1 Jn 2, 27ss; 3, 9; Jn Una imagen parecida nos ofrece el uso del
1, 12; 3, 5; 1 Cor 4, 15; Sant 1, 18). Además, Ap 1, 3, hay tres casos (2 Cor 1, 13; Ef 3,4; 1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Signi- adjetivo avuy'XuLO¡;; en el NT. Aparece en él 8
el contexto de 1 Pe 1, 3 nos muestra que la Col 4, 16) en que el verbo se refiere directa- ficados - 3. Campo referencial- 4. Sobre el adjetivo y
el adverbio. veces (Hech 2 veces, Pablo 4, Tito 1, Hebreos
regeneración tiene lugar por medio de la fe mente a la lectura (o lectura en voz alta) del 1). El adverbio avuy'Xuotro¡;; es hapax lego-
fundada en la resurrección de Jesús (vv. 5. correspondiente contexto. En Jn 19,20 se re- Bibl.: J. Drummond, Philo Judaeus of the Jewish- menon en el NT (l Pe 5,2).
fiere a la lectura del tLt/...O¡;; clavado en la ca- Alexandrian Philosophy in its Development and Com-
7.8.21). pletion, Amsterdam 1969, sobre todo 93ss; J. Eckert, La gran mayoría de los ejemplos del uso de
Además de la novedad (es decir, del nacer becera de la cruz. Die urchristliche Verkündigung im Streit zwischen estas palabras se refiere concretamente a la vi-
de nuevo), a:vuyevVó'ffi expresa la iniciativa Por 1 Tes 5, 27 (avuyvú)o{}fjvm t~V E:rtLO- Paulus und seinen Gegnern nach dem Gal (BU 6), Re- da de la comunidad cristiana primitiva, cuyos
de Dios y el carácter inmerecido de la salva- tO/...~v JtaOLv tOL¡;; abe/...CjJoL¡;;), está claro que gensburg 1971; J. Friedrich-w' Pohlmann-P. Stuhlma- miembros se hallaban expuestos a «tribulacio-
desde un principio las cartas de Pablo se leían cher, Zur historischen Situation und lntention von
ción (1 Pe 1,21). El nuevo ser no es un esta- nes» físicas y psíquicas. El sentido figurado de
Rom 13, 1-7: ZThK 73 (1976) 131-166 (sobre todo
do estático sino que tiene como su finalidad el en voz alta o se leían en público en las co- 160ss); W, Grundmann, avay%á~w %1:A.., en ThWNT «coacción lógica» predomina en textos que se
mantenimiento dinámico de la esperanza, del munidades. Habrá que pensar en ello a propó- 1, 347-350; J. J. Gunther, St. Paul's Opponents and caracterizan por una reflexión teológica más
amor y de la fe con miras a la salvación defi- sito de Ef 3, 4; Col 4, 16, Y quizás también Their Background (NovTS 35), Leiden 1973 (bibl.); intensa (especialmente, Pablo, Heb). La idea
de Mc 13, 14 par. En Ap 1, 3 el singular ó M. Hengel, Christus und die Macht, Stuttgart 1974
nitiva, que se halla todavía por venir. (bibl.); S. Kreuzer, Der Zwang des Boten - Beobach- de aVó'y'Xl] como poder del destino, caracte-
La idea paulina de la nueva creación avuywillo'Xú)v, el que lee en voz alta, se halla tungen zu Lk 14, 23 un 1 Kor 9, 16: ZNW 76 (1985) rística del ambiente helenístico, tiene única-
('Xmv~ --+ 'XtLOL¡;;) debe distinguirse de la de en paralelo con OL a'XoúoV'tE¡;;, «los oyentes», 123-128; G. F. Moore, Schicksal undfreier Wille in mente un eco intenso en 1 Cor 9, 16.
idea de la regeneración. a propósito de la lectura en público del libro. der jüd. Philosophie bei Josephus, en A. Schalit (ed.),
Cf., además, 2 Clem 19, 1 (bis); Herm (v) 2, Zur Josephusforschung (WdF 84), Darmstadt 1973, 2. El verbo avuy'Xá~ú) (se discute su eti-
F. Porsch
167-189; R. Morgenthaler, Necesidad, en DTNT I1I,
3,3; 1,4, 1. 146-148; D. Nestle, Eleutheria. Studien zum Wesen mología, cf. Schrenkenberg 165ss) se emplea
Jesús «se levantó para leer la Escritura» der Freiheit bei den Griechen und im NT, Tübingen en el sentido de forzar a alguien a hacer algo.
a.vaylvÓl(JXOJ anagini5ski5 leer, leer en (Lc 4, 16; avuyvrovm sin objeto de la acción 1969, 15, 75; K. Niederwimmer, Der Begriff der Pueden desempeñar un papel diversos facto-
voz alta, leer públicamente verbal); algo parecido se dice de la lectura de Freiheit im NT (TBT 11), Berlin 1966, 31ss; E. Peter- res, internos y externos, de la voluntad huma-
son, Die Befreiung Adams aus der aváY%l], en Früh-
Bibl.: Bauer, Worterbuch s.v.; G. Bornkamm, Das los profetas en el culto (Hech 13, 27) y de kirche, Judentum und Gnosis, Roma 1959, 107-128; na y de la voluntad divina. Por ejemplo, Hech
Anathema in der urchristl. Abendmahlsliturgie, en «Moisés», cada sábado, en las sinagogas (15, W. Schrage, Zur Frontstellung der pln Ehebewertung 26, 11 trata de las duras represiones llevadas a
Bornkamm, Aufsiitze 1, 123-132, sobre todo en 123 21; cf. 2 Cor 3, 2). in 1 Kor 7: ZNW 67 (1976) 214-234 (bibl.): H. Schre- cabo por el perseguidor, mientras que 28, 19
(bibl.); R. Bultmann, avayLvw<J%W X'tA.., en ThWNT ckenberg, Ananke. Untersuchungen zur Geschichte
1, 347; B. Reicke, en BHH 11, 1074; P. Vielhauer, His-
En 2 Cor 3, 2 avuyLvillo'Xú) se refiere en se refiere a la comprensión de lo que exigen
des Wortgebrauchs (Zetemata 36), München 1964; F.
toria de la literatura cristiana primitiva, Salamanca sentido figurado a la comunidad de Corinto, Schroger, Die Verfassung der Gemeinde des 1Petr, en las circunstancias. Gá12, 3.14 y 6, 12 señalan
1991,77, 80s. que es como «una carta de recomendación de J. Hainz (ed.), Kirche im Werden, München 1976,239- hacia el ámbito de los constreñimientos de la
Pablo» leída por todos. 252; S. Schulz, Gottes Vorsehung bei Lk: ZNW 54 ley religiosa.
avuywillO'Xffi aparece 32 veces en el NT (1963) 104-116; A. Strobel, Das Aposteldekret in Ga- Lo mismo cabe decir del sustantivo aváy-
(además de Ap 5, 4 lect. altern.). En los Si- H. Balz lalien. Zur Situation von Gall und ll: NTS 20 (1973-
1974) 177-190.
'Xl], que en el mundo grecoparlante tenía el
nópticos se refiere a la lectura de las Escritu- sentido especial de necesidad fatal impuesta
ras (Mc 2, 25 par. Mt 12,3 y Lc 6, 3; Mc 22, 1. El verbo avuy'Xó'~Ú) con acusativo de por el destino y ordenada por la divinidad, pe-
a.vayxá~OJ anagkazi5 obligar, forzar
10 par. Mt 21,42; Mc 12,26 par. Mt 23,31; cosa o de persona (casi siempre acompañado ro que en el NT se combinaba con la convic-
Mt 19, 4; 21, 16) o de la ley (Mt 12, 5; Lc 16, --+ aváY'Xl]·
de infinitivo, cf. Liddel-Scott, S. V. 1) aparece ción de que existía la providencia y de que to-
26). En todos los casos, con excepción de 9 veces en el NT (Marcos 1 vez, Mateo 1, Lu- do se hallaba encaminado por Dios hacia la
uno solo en Mt, en Mc y en Lc 6, 3, el verbo a.vayxaio~, 3 anagkaios necesario cas-Hechos 3, Pablo 4). Se trata, sin excep- salvación. La fe bíblica en Dios, opuesta co-
se usa en una pregunta (acusadora) dirigida --+ aváY'Xl]· ción, de textos narrativos (cf. K. H. Rengs- mo era a toda forma de fatalismo, no dejaba
por Jesús a sus oyentes judíos: ou'X/oubÉ:lto- torf, A Complete Concordance to Flavius espacio alguno para la idea filosófico-religio-
te/oubÉ ... avÉyvwte; el participio aparece Josephus 1, Leiden 1973, 85). sa de una aváY'Xl] «deificada», y tampoco
sin objeto directo en Mc 13, 14 par. Mt 24, 15 avayxa(J'tm~ anagkasti5 (adv.) forzada-
El sustantivo aváY'Xl] aparece 17 veces (Ma- lo dejaba para los numerosos equivalentes
(ó avuyLvillo'Xwv VOdtffi, «el que lee entien- mente teo 1 vez, Lucas 2, Pablo 9, Hebreos 4, y ([.toLQu, cL[.tUQ[.tÉVl], XQeillv, tÚX1J, etc.). En
da») y en Ap 1, 3 refiriéndose a aquel que lee --+ aváY'Xl]· Jds 1). No es original Lc 23, 17 (cf. NTG sub esta materia el pensamiento bíblico tenía su
231 aváyxT] 232
233 aváyxT] 234

propio vocabulario (JtQooQav, JtQooQL~I::LV, 3. Tan sólo una vez se dice en los evange-
y calamidad del momento, se siente consola- los diversos conflictos que Pablo experimentó
~01JA1Í, ol,xovol.tLa, etc.), que era preferido lios (Mc 6, 45 par. Mt 14,22) que Jesús obli-
do porque Timoteo le ha traído buenas noti- durante su tercer viaje. La firme confianza
por el judaísmo helenístico y por el cristianis- gó por la fuerza a sus discípulos, concreta-
cias. La hendíadis se refiere a las dificultades que hace posible soportar todos los dolorosos
mo (cf. Moore). Más aún, aváyxT] se convir- mente, a entrar en la barca y a dejar a las
del segundo viaje en relación con la labor constreñimientos se basa en la experiencia de
tió en un concepto técnico especial allá donde multitudes. Esto podría ser una acertada refle-
misionera en Corinto. El contexto confirma el que precisamente en la debilidad es cuando se
se hubo apoderado de él la escatología del xión de la tradición en el sentido de que, du-
tono general de experiencia escatológica. manifiesta que uno es fuerte. Según Pablo,
cristianismo primitivo. rante el ministerio de Jesús en Galilea, se pro-
1 Cor 7, 26 da marcada expresión a las cre- esta libertad interior la poseen únicamente
aváyxT] (como en Lc 21, 23) podría llegar dujo una situación crítica en la que Jesús no
encias acerca del actual tiempo (escatológico) aquellos que saben que están libres de la Ley
a ser el equivalente de 'frAI:'Ij!L<;, un término co- podía ser infiel a su propia misión, que no era
de tribulación. Determina el consejo de que (Niederwimmer, 168ss). Esta libertad se pre-
mún en zonas dominadas por el uso lingüísti- de carácter político. Lc no recogió esta esce-
se permanezca sin contraer matrimonio, si senta concretamente como liberación de la
co judío (y equivalente al hebreo ~ar, ~iir¿¡; cf. na. Es digno de tenerse en cuenta el pasaje de
uno es capaz de ello (cf. también el v. 37) y de necesidad de circuncidarse. En medio de aca-
K. G. Kuhn, Konkordanz zu den Qumrantex- Jn 6, 66ss. que uno se consagre por completo a los asun- loradas controversias, Pablo defiende en Gál
ten, Gottingen 1960, 188 s. v.. Tanto en el NT Mt 18, 7 (material peculiar) se halla formu- tos del Señor. La idea de la presión del tiem- el evangelio que está libre de la Ley, y lo ha-
(4 ejemplos) como fuera de él (cf. PapOxy lado -en forma· típica del evangelista- como po (cf. 7, 29) ayudó probablemente a Pablo a ce no sólo contra adversarios (judaizantes)
1064, 4), la frase aváyxlJv EXELV es una cir- palabra de Jesús. Las vejaciones del fin de los escoger sus términos. Cuando él acentúa (9, que insisten en la circuncisión (6, 12), sino
tiempos tienen que suceder, porque forman 16) que el ministerio apostólico le ha sido im-
cunlocusión para decir tener que; se pueden también contra la actitud poco clara e inclina-
parte del plan de Dios. . puesto como una aváyxT], ello es testimonio
mencionar las razones de tal necesidad (cf. da a la avenencia de algunos como Pedro, a
Tan sólo en Lc, en el contexto de la parábo- de la certeza de que el encargo incondicional
Jds 3; también Lc 23, 17 v.l.). Con dos excep- quien él acusó en Antioquía (2, 14) de que-a
la del gran banquete (Q), se encuentra la idea recibido de Dios es ahora lo que llena plena-
ciones (2 Cor 6, 4; 12, 10, listas de experien- pesar de estar persuadido de lo contrario- for-
de que hay que forzar a la gente entrar en la mente sus propios pensamientos y su acción
cias calamitosas), aváyxT] se usa siempre en zaba a los cristianos gentiles a hacerse judíos.
comunión con el «Señor» (Lc 14, 23). La or- (cf. 9, 1; Gál 1, 1.12ss).
el NT en número singular. Se halla predomi- Esta disputa de importantísimas consecuen-
den «¡obligadlos!» es una respuesta a lo de
nantemente como una designación abstracta En la literatura clásica, aváyxT] designa la si- cias, que probablemente ensombreció el ter-
«tenemos que», en las excusas de los invita-
de la necesidad (Lc 14, 8; 2 Cor 9, 7), inclui- tuación de constreñimiento en que los seres hu- cer viaje, ofrece a Pablo la ocasión de apelar
dos (v. 18). Yen el esbozo presentado por Lu-
do su empleo (4 veces) en la expresión imper- manos existen, y que hace imposible la libre deci- durante el debate al reconocimiento con que
cas el foco se centra vivamente en la tarea sión (por ejemplo, Eurípides, Or 1330: «No hay
sonal es necesario (aváyxT] EO"tLV con infini- los apóstoles originales habían aceptado, in-
mi;ionera de los discípulos. No podemos de-
tivo). La combinación preposicional es aváy- ducir (como hace san Agustín) instrucciones
ya nada que hacer; estamos bajo el yugo de la
aváyxT]»; cf., por ejemplo, 2 Cor 12, 11). Ade-
cluso en este punto, su evangelio libre de la
xT]<; (2 veces) signifcaforzadamente (2 Cor 9, más, el hecho de que podía significar también Ley. En una asamblea celebrada en Jerusalén,
para la conversión de los herejes.
7) o, cuando se usa en un argumento, signifi- tortura se halla atestiguado desde Herodoto (por ellos -por ejemplo- no habían forzado (¡ex-
La descripción de la gran aváyxT] en Lc 21,
ca necesariamente (Heb 7, 12). La expresión ejemplo, I 116), Y de que el sentido podía mover- presión muy dura!) a Tito a circuncidarse. Lo
23 se ha formado con arreglo a Mc 13, 19. De
xa"ta aváyxT]v quiere decir involuntaria- se hacia el de tribulación y sufrimiento en gene- mucho que Pablo apreciaba también la «libre
esta manera, la «tribulación final» se expresa- ral. aváyxT] es, además, la vinculación funda-
mente (F1m 14). El adjetivo avayxalo<; de- decisión» de los cristianos en asuntos perso-
ba así de manera impresionante para los cris- mental con la naturaleza y la necesidad básica de
nota lo que es esencial e indispensable, bien nales, lo vemos patentemente en Flm 14.
tianos helenistas (cf. ya Sof 1, 15 LXX). En la vida (Jenofonte, Mem IV, 5, 9). Finalmente, a
sea en el ámbito general del pensamiento y la esfera de influencia de la aváyxT] !jrúoEOJ¡; En Rom 13, 5 aváyxT] (aquí sin EO"tLV) se
Mt 24, 21 se la realza como «grande», por su
de la planificación (2 Cor 9, 5), bien en el de pertenece incluso la muerte (Jenofonte, An 111, 1, halla en el contexto de una prueba teológica.
carácter singularísimo.
la voluntad y la comprensión humanas (Flp 43), es decir, la imposibilidad de hallar ninguna Puesto que la autoridad estatal, por disposi-
Muy instructivo del entorno judío es, por
1,24). salida. El mito de Platón acerca de la aváyxT] ción divina, garantiza el orden en una socie-
ejemplo, el texto de lQM 15, 1. Para la secta (Resp 616) enseña que la aváyxT] se halla entro-
En total, el espectro de significados de este dad humana, entonces la sumisión es indis-
de Qumrán la expresión «tiempo de tribula- nizada en el centro del mundo y que es el eje del
grupo de vocablos es muy amplio. En el mar- pensable. Se' añade una razón adicional: tal
ción para Israel» es un término técnico. mundo que gira como un huso cósmico. El con-
cepto de la aváyxT] fue importante también, entre cosa hay que hacerla no sólo por temor al po-
co de la historia del lenguaje y de las ideas, es En Hech avayxá~ú) representa la forma de
otros, para los estoicos y los órficos y también pa- der del Estado para castigar, sino también por
posible construir un trasfondo distintivo en la coerción violenta (26, 11) así como tam-
ra todo el campo de la teurgia y la hechicería en razones de conciencia, es decir, por un senti-
relación con el tema que se esté investigando, bién -empleado en voz pasiva- la idea de que la antigüedad. Definiciones diferenciadas se nos do crítico de la propia responsabilidad. Detrás
por ejemplo, la creencia de los antiguos en el a Pablo se le obliga a comprender que ha de ofrecen en el Corpus Hermeticum (111 12, ls; 14, de este texto se halla una idea extensamente
destino, el concepto bíblico de la providencia, apelar al César. 1). Al ámbito del misticismo judío pertenece una compartida en el mundo judío y helenístico.
la adopción de decisiones ético-morales, las En las Cartas de Pablo encontramos un uso «oración de Adán», que pide la liberación en la
roQu aváyxT]¡; (Preisendanz, Papyri 1, 212s, 221).
En Heb la argumentación muestra frecuen-
experiencias calamitosas concretas y las an- muy variado del término aváyxT]. La expec-
temente intensos contactos con Filón (cf. G.
gustias fundamentales acerca del fin de los tación escatológica confiere su carácter a 1 Las aflicciones mencionadas en 2 Cor 6, 4 Mayer, Index Philoneus, Berlin 1974, 21).
tiempos. Tes 3, 7. Pablo acentúa que, en su tribulación Y 12, 10 deben entenderse en el contexto de Por eso, es innegable una tendencia a usar
235 uváyx:rl - uváyw 236 237 uváyw - uva~wvvv~aL 238

uvúYXr¡ en la reflexión teológica. Del cambio cieran (causativo); cf. Gén 45, 1 LXX; va- Los restantes pasajes utilizan el verbo en mandamiento, que propiamente «había sido
que se ha producido en el sacerdocio se sigue riante textual del NTG EYVWQL(J'{h¡ con B A voz pasiva como término técnico del lenguaje dado para vida» (7, 1Ob), hizo que el pecado
necesariamente, por ejemplo, la abolición de P t vg. de la navegación para expresar la idea de le- cobrara vida en la concupiscencia egoísta del
la Ley (7, 12). Cristo, que sufrió de una vez var anclas, hacerse a la mar, zarpar (Lc 8, hombre (vv. 7s) y de esta manera produjo la
para siempre la muerte sacrificial, no es como avciyvoo(Jt;, EOO;, t1 anagnosis lectura, 22; Hech 13, 13; 16, 11; 18,21; 20, 3.13; 21,
1.2; 27, 2.4.12.21; 28, 10, 11).
muerte del hombre (v. lOb). En 14,9 fl;r¡aEv
los sacerdotes que necesitan ofrecer sacrifi- lectura en voz alta, lectura en público* (con Cristo como sujeto) debe preferirse a la
cios diariamente por sí mismos y por el pue- H. Balz lectura alternativa avtl;r¡aEv (Schlier, 410).
En Hech 13, 15 dícese de la lectura de la
blo (7, 27). El pensamiento cristocéntrico, Escritura (la Ley y los profetas) en la sinago- En Le 15, 24 el verbo se usa metafórica-
alegórico-tipológico, de la carta está apoyado mente. El padre, en la parábola del hijo pródi-
ga; en 2 Cor 3, 14 dícese de la lectura (en voz avabEhevup.u anadeiknymi encargar, de-
en todas partes por el conocimiento de una alta) del AT en general; en 1 Tim 4, 13 dícese signar, mostrar* go, describe la marcha de casa de su hijo más
necesidad que se ha cumplido (9, 16.23). de la lectura bíblica del AT (¿y de las Cartas Lc 10, 1; Hech 1,24: ¡muestra claramente! joven como la pérdida y la muerte de aquel
En Jds 3 el remitente declara que él consi- paulinas?) en el culto cristiano; cf. W. Bauer, Th WNT n, 30s. hijo, y el regreso del mismo como la recupe-
dera necesario (aoristo del estilo epistolar) Der Wortgottesdienst der iiltesten Christen, ración de ese hijo y como si éste «hubiera
exhortar a los destinatarios a combatir en de- Tübingen 1930, 39-54; RGG 11, 1761s; 1. Je- vuelto de nuevo a la vida» (avtl;r¡aEv; cf. v.
fensa de la fe. Ante la existencia de herejes, él remias, 1-2 Timotens und Titus (NTD), sub lo- avcibn;t;, EOO;, t1
anadeixis designa- 32 v.l.). Por tanto, el regreso del hijo perdido
siente la preocupación de salvaguardar lo que co --+ avayLvwaxw. ción, acción de encargar una misión* produce mucha alegría.
ya se ha conseguido. Lc 1, 80: designación de Juan el Bautista En Ap 20, 5 el vidente contempla en una vi-
para desempeñar su ministerio público -su sión cómo aquellos que habían sido decapita-
4. avayxat:o~ aparece como adjetivo atri- avciyoo anago hacer subir, presentar, ha- «misión»- en Israel. ThWNT 11, 31; Bauer, dos por causa del testimonio de Jesús y aque-
butivo en Hech 10, 24 para referirse a los cerse a la mar* Worterbuch, s. v.. llos muertos que durante la persecución
amigos más íntimos (en latín necessarius), en Aparece 23 veces en el NT (además de Mc
permanecieron fieles a Cristo, fueron vivifica-
1 Cor 12,22 para designar a los miembros in- 11,2 A D Koiné y otros; Lc 22, 66 A Koiné y
dispensables del cuerpo, y en Tit 3, 14 para otros; 1 Cor 12, 2 B 3), principalmente en
avabixop.lat anadechomai acoger (como dos de nuevo y reinaron con Cristo mil años.
huésped), recibir, aceptar* Unicamente ellos volvieron entonces ya a la
referirse a las urgentes necesidades de la vida. Hech (17 veces).
Hech 28, 7; Heb 11, 17: dícese de Abrahán, vida, y no el resto de los muertos. El hecho de
Aparece también en la expresión impersonal Según Mt 4, 1 Jesús es llevado por el Es
que recibió las promesas de Dios. que participaran en la primera resurrección
ser necesario y en la frase considerar algo píritu (desde el valle del Jordán) al Desierto
como necesario (2 Cor 9,5; Flp 2, 25; en gra- revela que ellos no se ven afectados por la
de Judea (que estaba situado a un nivel más
avabí,boop.lt anadidomi entregar* «segunda muerte», que significa la condena-
do comparativo, en Flp 1,24). Una idea espe- alto); según Lc 4, 5 el (hÚPOAO~ le condujo
Hech 23,33: dícese de la acción de entregar ción a la perdición eterna (cf. 2, 11; 20, 14;
cíficamente lucana aparece en Hech 13, 46: hacia lo alto (Koiné El añaden d~ oQo~ v'\jJr¡-
conforme al testimonio de los apóstoles, era una carta. 21, 8).
AOV; cf. Mt 4, 8 [Q ?]; 17, 1 D); cf. G.
necesario que la palabra fuera predicada pri- F. Schnider
Schneider, Das Evangelium nach Lukas
meramente a los judíos, pero esta prioridad ha (OTK), sub loco. En ambos textos podría pen- ava~cioo anazao volver (de nuevo) a la vi-
desaparecido por culpa de ellos. La conclu- sarse que se trata de un «arrobamiento» (así da, revivir*
sión en Heb 8, 3 es típica de esta carta (uso W. Grundmann, Das Matthausevangelium ava~1J't'ioo anazefeo buscar, inquirir para
impersonal con f(J'(:LV sobreentendido): aun Bibl.: E. Kasemann, An die Romer (HNT), Tübin- hallar*
[ThHK], sub loco; Bauer, Worterbuch, s.v.) o gen 31974,189; O. Kuss, Der Romerbrief, Regensburg
Cristo necesitó tener algo que ofrecer en sa- de la acción de llevar a lo alto (cf. Schneider). Lc 2, 44.45; Hech 11,25; el objeto de la ac-
'1963, 462-485; H. Schlier, Der Romerbrief (HThK),
crificio. Freiburg i. Br. 1977, 224s; F. Schnider, Die verlorenen ción verbal es siempre una persona (Jesús,
Cf. además Lc 2, 22 (a Jerusalén); Hech 9,39
El adverbio avayxaa'tw~ en 1 Pe 5, 2 sig- Sohne, Strukturanalytische und historisch-kritische Pablo). Ch. Burchard, Fu.fJnoten zum ntl. Grie-
(al piso superior); 16, 34 (fuera de la prisión
Untersuchungen zu Lk 15 (OBO 17), Fribourg (Suiza) chisch 11: ZNW 69 (1978) 143-157, sobre todo
nifica por constreñimiento. El contexto indica [¿situada en el sótano?] para llevar a casa). 1977,43-47.
que se trata de un ministerio basado en la «li- 153-155.
De manera parecida en Rom 10,7; Heb 13,20
bre decisión» y aceptado por «libre voluntad». con referencia a que se hizo subir a Cristo EX En Rom 7, 9 el verbo tiene sentido incoati-
A. Strobel VEXQWV. vo: el pecado revive, se despierta. En el con- ava~rovvup.lat anazonnymai ceñir*
avúyw se encuentra también con el signifi- texto de la doctrina de Pablo sobre la justifi- En sentido figurado en 1 Pe 1, 13: ~)LO ava-
cado especial de presentar ante (Hech 12, 4), cación, 7, 1-25 acentúa que la persona jus- l;waú/tEvoL 'ta~ o(J(púa~ 'tfj~ 6wvoLa~ v/twv,
avayvooQí,~oo anagnorizo reconocer* y se usa también en sentido figurado para re- tificada no sólo ha «muerto» al pecado (6, 1- vT¡<pOV'tE~ ... EAJtLaa'tE. El hecho de ceñirse el
En Hech 7, 13 (aoristo pasivo) se refiere ferirse a la presentación de una ofrenda (Hech 11), sino también a aquel poder por el cual el vestido es señal de que uno está dispuesto pa-
que José hizo que sus hermanos le recono- 7,41). pecado hace su aparición, a saber, la Ley. El ra partir; cf. Prov 31, 17 LXX; Polic 2, 1 (cita
240 241 242
239

ñon> (<<oo. ¡sea maldito!»; cf. Dt 7, 26a; Jos 6, ción de sí mismo, con la intención de corro- avá arriba, hacia arriba (Schwyzer, Gramma-
de 1 Pe 1, 13). L. Goppelt, Der erste Petrus-
17); además, cf. sobre todo 1 Cor 11, 27 Y las borar decisivamente la afirmación que acaba- tik 11, 440) Y del verbo clásico simple uLQém
brief (KEK), sub loco.
fórmulas de excomunión de los misterios ba de hacer de que no conocía a Jesús, aunque (que en el NT aparece sólo en voz media:
eleusinos en Luciano, Alex 38. En Gál 1, 8s eso significara una negación rotunda (v. 72). ULQéoltm: escoger, preferir); así lo vemos en
ava~O):Tt"~ÉO) anazt5pyret5 avivar el fue- Pablo hace que recaiga sobre el hereje el jui- En Hech 23, 12.14 (avu'fréltutt aVE'frEltutL- Hech 7, 21 Y Heb 10, 9. En otros lugares, el
go* cio de Dios (<<oo. ¡sea maldito!»). oultEV) Y en el v. 21 con ÉU1Jto'Ú~ como obje- tema (verbo) y el determinante (preposición)
En sentido figurado en 2 Tim 1, 6: avu- Es difícil entender la maldición de Jesús en to de la acción verbal, refiriéndose a más de constituyen un nuevo concepto que es ya un
tU)jt1JQELV tO XáQLCJltU, «avivar constante- 1 Cor 12, 3 (<<Jesús sea maldito»; cf. Gál 3, cuarenta judíos que habían pronunciado sobre tecnicismo clásico: matar, eliminar, asesinar,
mente elfuego del don de Dios». 13; Did 16, 5) como una simple formulación sí mismos la maldición de Dios, en el caso de ejecutar (como sinónimo de 'fruvutóm y
ad hoc que sirva de contraste para la aclama- que tomaran alimento antes de haber dado a:n:oxtdvm). Este es el sentido usual en el
ción siguiente (<<¡Jesús es Señor!»). Más bien, muerte a Pablo. ThWNT 1, 357; DTNT I1I, NT, a propósito de la muerte de los apóstoles
ava-tlállO) anathallt5 volver a florecer
(Hech 5, 33; 9, 23s.29) y de la muerte de Je-
Pablo combate una maldición que, aunque ca- 16s; ---+ avá'frEltU 3.
(hacer que vuelva a florecer)*
si con certeza nadie la articuló per se -ni si- sús (Lc 22, 2; Hech 2, 23). Cuando se hace re-
En Flp 4, 10 son posibles tanto la traduc-
quiera los adversarios judíos- , era no obstan- ferencia a la destrucción del Anticristo, el su-
ción transitiva (causativa) como la intransiti- ava-tlfO)~ÉO) anathet5ret5 considerar ince-
te una maldición real (y que se hallaba real- jeto es «Jesús el Señor» (2 Tes 2, 8 con
va. BlaB-Debrunner § 160, nota 2. santemente, observar atentamente*
mente presente en la mente de Pablo) y que alusión a Is 11,4). En Hech 16,27 el verbo se
Hech 17, 23; en sentido figurado en Heb
correspondía a la tendencia gnostizante de los usa en sentido reflexivo: ÉU1JtOV avmQELv,
13, 7, para referirse al resultado de la vida de
avá-tlfp.ta, ato~, tó anathema cosa o per- adversarios a que se hace referencia en 1 Cor. los que antes habían sido dirigentes de la co-
cometer suicidio.
sona maldita, maldición* Se discute si podemos relacionar la subyacen- No sólo la agadá sobre el plan de Faraón pa-
munidad.
te repulsa del Jesús meramente terreno (cf. 1 ra asesinar a Moisés sino también la cita de re-
1. Origen y aparición del vocablo en la literatura
cristiana primitiva. - 2. En Pablo - 3. En Hech. Jn 2, 22) con los requisitos impuestos por los flexión (Jer 31, 15, mencionada en Mt 2, 18)
órficos para el ingreso en su culto, y a los que avá-tl1Jp.ta, ato~, tó anathema ofrenda influyeron en el tenor de la orden dada por
Bibl.: J. Behm, avá,1'tflw %-r/..., en ThWNT 1, 356s; hace referencia Orígenes (Catena, fragmento votiva* Herodes de que «se diera muerte a todos los
G. Bornkamm, Para la comprensión del servicio re-
ligioso en Pablo, en Id., Estudios sobre el NT, Sala- 47 sobre 1 Cor 12,3: El It~ avu'frEltutLOTI tOV En Lc 21, 5 dícese del templo de Jerusalén, niños varones que había en Belén y sus alre-
manca 1983, 59-79, especialmente 69-79: «El anate- 'Ir¡ooiiv; Cels 6, 28) (a favor: especialmente omado con ofrendas votivas, por ejemplo, la dedores de la edad de dos años o menos» (Mt
ma en la liturgia de la cena en el cristianismo Schmithals y Brox; en contra: especialmente vid dorada que había sobre el velo que cubría 2, 16); cf. A. Vogtle, Messias und Gottessohn,
primitivo»; N. Brox, ANA0EMA IH~OY~ (1Kor Pearson). el acceso al santuario (Josefo, Bell V, 210). Düsseldorf 1971, 32-41, 68-70, y W. Grund-
12,3): BZ NF 12 (1968) 103-111; L. Brun, Segen En Rom 9,3 Pablo expresa el deseo irreali- Sobre la combinación con xooltém cf. 2 Mac
und Fluch im Urchristentum, Oslo 1932; K. Hof-
mann, Das Ev. nach Mt (ThHK), 84 (<<no hay
mann, en RAe 1, 427-430; B. A. Pearson, Did the zable de que, por amor de la salvación de su 9, 16; Herodoto 1, 183. ---+ avá'frEltU es una prueba de la historicidad del incidente», tanto
Gnostics Curse Jesus?: JBL 86 (1967) 301-305; W. pueblo, cayera personalmente sobre él un re- forma (helenística) tardía, usada con signifi- más que no se encuentra en Josefo ningún ves-
Schmithals, Die Gnosis in Korinth, Gottingen '1969, chazo vicario: «oo. desearía ser yo mismo mal- cado especial en la LXX y en el NT. ThWNT tigio de él). Como en el caso de Moisés, el in-
117-122,330-332; W. C. van Unnik, Jesus: Anathe- dito y separado de Cristo», es decir, él estaría 1, 356s; RGG V, 1651s; DTNT 111, 16s. terés de la narración se centra enteramente en
ma or Kyrios (l Coro 12:3), en FS Moule, 113-116.
dispuesto a verse desterrado de la comunión la salvación del niño obrada por Dios.
1. En toda la literatura cristiana primitiva con Cristo (un paralelo remoto es la frase ra- avaí.bna, a~, Í) anaideia impertinencia* H. Frankenmolle
(con arreglo a la categorización de Bauer, bínica mencionada en Billerbeck III, 261). Lc 11, 8: impertinencia, insistencia inopor-
Worterbuch VII), avá'frEltu aparece sólo 5 tuna. D. R. Catchpole, Q and «The Friend at
veces en las cartas auténticas de Pablo y 1 vez 3. Según Hech 23, 14 (cf. vv. 12 y 21), un Midnight» (Luke XVI, 5-8/9): JThS 34 (1983) aváLtw~ anaitios inocente, sin culpa*
en Hech, y siempre se refiere a personas (pe- grupo de judíos se comprometieron con jura- 407-424, especialmente 407-411; Spicq, No- Mt 12, 5.7 (material peculiar); cf. bSab
ro nunca tiene a un ser humano como agente mento bajo maldición de sí mismos (obligar- tes 1, 51s. 132b: «el ministerio del templo está por enci-
de la maldición). Aparece también en la tabla se incondicionalmente a sí mismo bajo una ma del sábado»: Lev 24, 8s; Jn 7, 22s. Hech
pagana de maldiciones de Megara (KIT 20 maldición entendida como «un juramento»; 16,37 D.
avaí.~Ecn~, fo)~, Í) anairesis destrucción,
20'), seguramente por influencia judía. El em- cf. Hen [gr] 6, 4s) a no tomar alimento hasta
asesinato*
pleo de e.ste vocablo en el NT corresponde al que se hubiera dado muerte a Pablo.
Hech 8, 1: el asesinato de Esteban; cf. 22, avaxa-tlí.~O) anakathizt5 sentarse, incorpo-
empleo que se hace del mismo en la LXX. H.-W. Kuhn 20 Koiné; 13,28 D*. rarse*
Le 7, 15: aVExá'frwEv Ó VEXQÓ~; Hech 9, 40.
2. Haciendo uso de fórmulas litúrgicas que
ava-tlfp.tatí.~O) anathematizt5 maldecir* avaL~ÉO) anairet5 suprimir, eliminar, matar
marcan la transición a la Cena del Señor (cf. avaxaLví~O) anakainizt5 renovar
Usado en sentido absoluto por Pedro en Mc El significado del verbo compuesto corres-
Did 10, 6), Pablo concluye 1 Cor 16, 22 con ---+ xmvó~.
14, 71 para hacer un juramente bajo maldi- ponde al significado básico de la preposición
una maldición contra «el que no ame al Se-
245 avaxecpaAmów - avaxALvw 246
avaxmvów - aVaXecpaAmÓW 244
243
aquí. La concepción de la ley que se concentra en Consideraciones de tipo sintáctico condujeron
avaXEqJaJ..atóro anakephalaioo resumir, las obligaciones sociales quedó ejemplificada en con razón a Lindemann, 69s a criticar la interpre-
avmuuvóro anakainoo renovar el TestXII, en Sab y en Ec10 (cf. Berger, 38-55) y tación del texto como si éste se refiriese a la res-
--+ XaLVó~. compendiar* fue incorporada también a otras partes del NT: Mt tauración de la unidad del universo o del antiguo
1. Significación fundamental- 2. Rom 13, 9 - 3. Ef 21,7-12 (cf. 22,40); Sant 2,8; cf. Mc 10, 17ss. orden (MuBner, 66; Gnilka, Der Epheserbrief,
1, 10. Como los «resúmenes» rabínicos de la Torá (Bi- 80; Steinmetz, 79s). Más aún, la etimología
avmeatvroat;, Ero;, i¡ anakainosis reno- Bibl.: H. Schlier, avuxEcpuAaLÓOflaL, en ThWNT
llerbeck 1, 357ss, 460; I1I, 306) no son «compen- (xecpáAmov, no -+ xecpaA~: Staerk, 412) prohíbe
vación IlI, 681s; W. Staerk, en RAe 1, 411-414. Para el punto
dios» en sentido estricto (Nissen, 389-415, espe- una directa interpretación del mismo como la ins-
cialmente 398s), su relación es bastante lejana. tauración de Cristo como Cabeza del universo (H.
--+ XaLVÓ~. 2: K. Berger, Die Gesetzauslegung Jesu, Neukirchen-
Schlier, La Carta a los efesios, Salamanca 1991,
Vluyn 1972; A. Feuillet, Loi ancienne et morale chré-
tienne: NRTh 92 (1970) 785-805; A. Nissen, Gott und En el contexto cristiano el uso de Lev 19, 84), especialmente porque esta idea se halla
der Niichste, Tübingen 1974. Para el punto 3: S. Han- 18 como compendio de la leyes, en última fusionada con el mito gnóstico del Anthropos
avaxaJ..\l3I:'tro anakalypto descubrir, des- son, The Unity of the Church, Uppsala 1946; A. Lin- (Schlier, Christus, 60ss).
demann, Die AuJhebung der Zeit, Gütersloh 1975; F.
instancia, el resultado de la aceptación de Je-
velar, quitar*
Sentido figurado en 2 Cor 3, 14: «porque MuBner, Christus, das Al! und die Kirche, Trier '1968; sús, cuyas exigencias culminan en el amor de
los enemigos (Mt 5, 44s.48 par.), de tal mane- Tales connotaciones surgen únicamente del
H. Schlier, Christus und die Kirche, Tübingen 1930; F.
hasta el día de hoy... el mismo velo pennanece J. Steinmetz, Protologische Heilszuversicht, Frankfurt contexto amplio de Ef o de consideraciones
ra que el contenido específicamente cristiano
sin quitar» (Il~ avaxaAumóllevov es parti- a. M. 1969. pragmáticas del texto. Si se presupone un sen-
radica en la abolición de las limitaciones rela-
cipio en aposición); 3, 18: avaxexaAullllÉvQl timiento del mundo parecido al que vemos en
JtQO(JeDJtQl, «con el rostro descubierto». 1. Significación fundamental: 1. llevar al- tivas a la identidad del «prójimo» (cf. Lc 10,
29-37; en cuanto a Pablo, cf. Rom 12, 14-21). Col (E. Schweizer, La Carta a los colosenses,
ThWNT I1I, 562s; DTNT 11, 112ss.; R. Bult- go a un XECpáAaLOV (es decir, al punto princi-
Ahora bien, para Pablo la base esencial del Salamanca 1987, 113-118), entonces Ef 1, 10
mann, Der zweite Korintherbrief [KEK], sub pal [de una estructura]), recapitular, compen-
diar sumariamente. - 2. desglosar las signi- amor es la cristología. Y, así, la misericordia podría inducir al lector a pensar en la reconci-
loco. liación del universo. Pero, a diferencia de Co-
ficaciones principales de algo. - Por las cons- de Dios, en la que Jesús basaba el manda-
trucciones con --+ JtAYjQúJIla y JtAl1Qów, ve- miento del amor (Lc 6, 36 par.), queda susti- losenses, vemos que Efesios explica esta idea,
tuida por el sacrificio de Cristo en la cruz: no en relación con el universo, sino en rela-
avaxáp.t3t'tro anakampto regresar, dar la mos que el verbo avaXECpaAaLóúJ no se usa
en el NT sino con el primer significado. Gál 5, 13-24; 2, 20s; Flp 2, 1-11; cf. Ef 4, ción con la Iglesia (2, 16) e interpreta así 1,
vuelta*
32-5,2. 10 dentro de una perspectiva histórica. Preci-
Mt 2,12; Hech 18, 21; Heb 11, 15; en sen-
2. En Rom 13, 9 los mandamientos de la samente por esta razón, Ef no deduce de 1, 10
tido figurado en Lc 10,6. En 2 Pe 2, 21 Sin A
en el sentido de apartarse de nuevo. segunda tabla del Decálogo (Dt 5, 17ss LXX; 3. Ef 1, 10 especifica que el contenido del la afirmación sin más de que «Cristo = Cabe-
cf. Lc 18, 20 [a diferencia de Mc 10, 19]) se «misterio» es: avaxe<paAaLWOao{}aL "ta Jtá- za del universo», sino que dice que Cristo fue
compendian en el mandamiento del amor al v"ta EV "t0 XQLO"t0. Cristo es el «punto cardi- dado a la Iglesia como cabeza sobre todas las
aváxEtp.tat anakeimai estar echado, estar prójimo (Lev 19, 18), es decir, se expresan en nal» en el que convergen todas las líneas del cosas (1, 22; cf. 4, 15s). En consecuencia, la
reclinado a la mesa * el solo enunciado principal y fundamental, universo (recapitulatio omnium). Pero la idea anakephalaiosis pone en marcha un proceso
El verbo aparece 14 veces en el NT (ade- del cual pueden deducirse o al cual pueden re- de la representación del universo (Hanson, que permite a la soberanía de Cristo afirmarse
más Mc 5, 40; Lc 7, 37 v.l.). La significación ducirse. 123-126) es insuficiente. El aoristo debe in- a sí misma a través de la Iglesia en presencia
general de estar echado la tiene únicamente terpretarse como indicador de un aconteci- de las naciones y los poderes (3, 8ss), y con-
en Mc 5, 40 C Koiné pm. En todos los demás Sobre el género de «lista de ética social», que miento singularísimo de Dios, situado histó- fiere así dimensión histórica al cumplimiento
casos tiene siempre el sentido de estar a la contiene aquí mandamientos del Decálogo y, por ricamente en el acontecimiento de Cristo. y plenitud del universo.
cierto, en forma típicamente cristiana (Mt 19, 18s avaxe<paAaLÓW converge con los vv. 9b.lOa,
mesa, celebrar una comida (el participio sus- H. Merklein
a diferencia del paralelo de Mc; Sant 2,8.11), cf.
tantivado Ó avaxetllevo~ significa también el Berger, 362-395. según los cuales la historia alcanza su meta en
invitado a la mesa, el huésped, el comensal): Cristo (J. Gni1ka, Der Epheserbrief [HThK],
Mt 9,10; 22, 10.11; 26, 7; Mc 6, 26; 14, 18 Sin embargo, con arreglo a Rom 13, 8-10 79). Por eso, el «universo» no significa un avaxJ..tvro anaklino hacer reclinarse (en
par. Mt 26,20; Mc 16, 14; Lc 22, 27a (en con- (sobre la estructura cf. L. Bencze: NTS 20 cosmos contenido en sí mismo sino la crea- voz activa), reclinarse (a la mesa) (en voz
traste con ó ~haxov&v, «el que sirve a la me- [1973-1974] 90-92), Lev 19, 18 no es sólo un ción divina orientada hacia una meta (cf. v. pasiva)*
sa»).b; Jn 6, 11; 12, 2; 13,28; 13, 23 (~v compendio de los mandamientos del Decálo- 4). Entonces, Ef 1, lOb.c describe el acto de En voz activa en Lc 2, 7; con sentido cau-
avaxetllevo~ ek .. ev"t0 XÓAJtQl "tO'U 'Irjoo'Ü, go, sino también de la Ley (--+ VÓIlO~) en ge- Dios que establece en Cristo la meta escatoló- sativo en 12, 37: el amo, al regresar a casa, se
«uno estaba reclinado a la mesa ... cerca del neral (Feuillet, 797); cf. Gál 5, 14. gica, por amor del cual toda la creación fue convierte él mismo en servidor de los siervos
pecho de Jesús, es decir, ocupaba el lugar de llamada a la existencia, de tal manera que en a quienes ha hallado velando y los hace recli-
honor); cf. también Lc 16,23 (avaJtauóllevov Desde la perspectiva de la historia de las tradi- él se compendia el universo entero en sus di- narse (a la mesa), es decir, los invita a la me-
D e it). Bauer, Worterbuch, s. v.; BHH 111, ciones nos hallamos ante una concepción judía mensiones espaciales y temporales. sa; cf. Mc 6, 39 (en voz pasiva: Sin B* e y
helení~tica de la ley, que ha quedado recogida
1991-1993.
248 249 250
247

nis ofverhoging: Bijdragen 36 (1975) 119-144: M. C. mente por la frase: «y se sentó a la diestra de pulas acerca del fuego que debía descender
otros; cf. par. Mt 14, 19); Lc 9, 15 C Koiné A
Parson, The Departure of Jesus in Luke-Acts (JStNT, Dios»; Delling, 8); pero más probablemente del cielo para consumir o destruir a los habi-
W y otros. En voz pasiva, reclinarse para el Supplement Ser. 21), Sheffield 1987; F. Schnider, se trata de un sentido semejante a y depen- tantes de una aldea samaritana, cf. 4 Re 1, 10-
convite: Mt 8, 11; 14, 19; Lc 13,29; 7, 36 Himmelfahrt Jesu - Ende oder Anfang?, en FS Mufi- diente del que aparece en Hech 1, 11. Con la 14; w~ xul 'HA.LU~ EJtoLYlaEV, en Lc 9, 54, es
Koiné A W E> pm. ner, 158-172; A. Weiser, Himmelfahrt Christi (1), en
frase: «que ha sido tomado de vosotros al cie- una adición que aparece en C Koiné D E> pm
TRE XV, 330-334.
lo» (Hech 1, 11c) se designa innegablemente it; cf. 2 Tes 2, 8; Sin* Orígenes. avuA.w{hi'tE
avaxó:Tt'tro anakopt6 rechazar, impedir 1. El verbo compuesto avuA.u(.tPávw tiene un acontecimiento visible para los discípulos se usa en sentido figurado en Gál 5, 15 para
(en la carrera) las significaciones básicas de elevar y llevar (<<¿por qué estáis mirando?», v. 11d; cf. v. 9). referirse a las consecuencias de una mala in-
Gál 5, 7 Textus Receptus aVÉxo'IjJEV; va- consigo a personas para viajar en compañía La ascensión, que únicamente aquí y en Lc terpretación de libertad: «... no sea que os con-
riante textual preferida EvÉXO'IjJEV. de ellas. Aparece en el NT con el sentido ge- 24, 51 (---> avu<pÉQw) se describe como una sumáis unos a otros».
neral de elevar (---> 2) Y como término para de- especie de arrobamiento, depende lingüística-
mente de las tradiciones veterotestamentarias
avaxQá~ro anakrazo gritar, dar voces*
signar la exaltación y la ascensión (---> 3). En avaloyta, a;, tl analogia relación debi-
la Biblia el sustantivo aVáA.YI(.t'IjJL~ aparece de Elías o de Henoc (2 Re 2, 9-11; Eclo 48, 9; da, acuerdo*
Mc 1, 23 par. Lc 4, 33; Mc 6, 49; Lc 8, 28; únicamente en Lc 9, 51 (---> 4). 49, 14; 2 Mac 2, 58); temáticamente se halla
En Rom 12,6: E'L'tE JtQo<PYl'tduv, xu'ta 'tllV
23, 18. ThWNT I1I, 900-902. incardinada en el mundo de ideas de las histo- aVUA.oyLuv 'tfí~ JtLa'tEw~, «... de acuerdo con
2. En Hech 20, 13.14; 23, 31 Y 2 Tim 4, 11 rias extrabíblicas de arrobamientos. En Hech la fe». La exhortación se refiere al carisma de
avuA.u(.tPávw significa recibir o llevar consi- 1, 2.22, lo del día «en que fue llevado arriba» la profecía, que se halla en peligro a causa del
avaxQtvro anakrino preguntar, interrogar, go a personas como compañeros de viaje. se refiere a una ascensión al cielo concebida
investigar, examinar entusiasmo individual y libertino. La norma
En Hech 7, 43 (cita de Am 5, 26 LXX) avu- literalmente, y designa ese día como la con- debe ser la JtLa'tL~, que ha sido trasmitida, ex-
-+ XQlVW. A.u(.tPávw significa coger y llevar consigo clusión de la actividad terrena de Jesús. presada en fórmulas fijas, y creída por la co-
objetos del culto pagano como signos de ido- munidad. ThWNT 1, 350s; RGG 1, 351; E.
aváxQun;, Ero;, tl anakrisis investiga- latría. En Ef 6, 13.16, como en documentos de 4. aVáA.YI(.t'IjJL~ (significado fundamental: Kasemann, An die Romer (HTK), sub loco; H.
ción, interrogatorio fuera del NT (por ejemplo, 2 Mac 10, 17; Jdt acción de llevar a lo alto, de restaurar) tiene Schlier, Romerbrief (HThK), sub loco.
-+ XQLVW.
6, 12; 7, 5; 14, 3), avuA.u(.tPávw se usa en fuera de la Biblia diversas clases de conteni-
sentido figurado para expresar el hecho de po- dos, incluso el de la muerte (por ejemplo,
nerse una armadura. En Hech 10, 16 el verbo SalS14, 18). En Lc 9, 51 aVáA.YI(.t'IjJL~, como avaloyt~o!lat analogizomai considerar,
avaxvltro anakyli6 remover, quitar algo significa elevar hacia lo alto, recoger hacia acción de llevar a lo alto, no sólo designa la ponderar*
haciéndolo rodar lo alto (cf. v. 3) aquello que se había contem- muerte de Jesús (Friedrich) sino también su Heb 12, 3: aVUA.oyLaUa1tE con objeto di-
En Mc 16,4 dícese de la piedra que cerraba plado en la visión: el recipiente que había resurrección, ascensión y exaltación; porque, recto de persona: ¡Considerad a aqueL.!
el sepulcro de Jesús (B [Sin] L). descendido del cielo (lO, 11). en la obra de Lucas en dos volúmenes, estos
acontecimientos marcan el final de la activi-
3. En 1 Tim 3, 16 avuA.u(.tPávw aparece
dad terrena de Jesús (cf. Lc 24, 51; Hech 1, avalo;, 2 anatos, sin sal, insípido*
avax":Tt'tro anakypt6 enderezarse* en un texto hímnico que refleja evidentemen- Se emplea en Mt 9, 50 para referirse a la sal
Lc 13, 11; Jn 8, 7.10; en sentido figurado 2.22): tan sólo con referencia a ellos es apro-
te una tradición antigua: «recibido en gloria». que ha perdido su efecto de salar, y que es una
Lc 21, 28: avux'Ú'ljJu'tE xul EJtáQu'tE 'ta~ piado el uso del plural «días» (Lohfink, 212-
Como conclusión del material tradicional y en imagen de la pérdida del verdadero espíritu
xE<pUA.a~ ú(.twv. 214).
contraste con el inicio del mismo, la frase del discipulado. La sal natural podía hacerse
J. Kremer
proclama la exaltación de Cristo. Como se in- insípida por la humedad o por efecto del sol.
avala!l~ávro analamban6 levantar, ele- dica en los paralelos de Flp 2, 9; Hech 2,33; En la imagen de la sal, que es salada y sirve
5,31; Jn 3,14; 12,34 Y por la adición de «en para salar, lo que se acentúa verdaderamente
var*
gloria», este hecho se refiere a un aconteci- aváll)!l'\I";, Ero;, tl analempsis acción es la índole del discipulado, a saber, que el
aVáA.'I1(.t'IjJL~, EW~, 'tÍ analempsis ascensión, de llevar a 10 alto
elevación* miento invisible que pertenece al ámbito ce- discípulo actúe de acuerdo con lo que es. Cf.
lestial. (Sobre la cuestión de si estos y otros ---> avuA.u(.tpávw. Mt 5, 13 Y la burla rabínica sobre ese logion
1. Significación fundamental - 2. Significación ge- enunciados de la exaltación constituyen la en b.Bek 8b. Billerbeck 1, 232-236; BHH I1I,
neral - 3. Término para designar la exaltación y la as-
forma más antigua de la proclamación de pas- 1653s; E. Schweizer, Markusevangelium
censión - 4. avát..l]¡1'1jJL<;.
cua o son más bien una forma tardía y secun-
avaltaxro, avalóro analisk6, anal06 (NTD), sub loco. ---> aA.u~.
Bibl.: G. Delling, avat..a¡1~áv(ú, en ThWNT IV, 8- daria de la misma, cf. Lohfink, 95s; Lam- consumir, devorar*
9; G. Friedrich, Lk 9, 51 und die Entrückungschristo- Las dos formas son sinónimas, cf. también
brecht.) En Mc 16, 19 (un final más tardío de
logie des Lukas, en FS Schmidt 1973,48-77; G. Loh-
Marcos) avuA.u(.tPávw podría interpretarse
BlaB-Debrunner § 101 nota 7. avuA.waaL apa- avalóro ana loo consumir, devorar
fink, Die Himmelfahrt Jesu (StANT 26), München rece en Lc 9, 54 en una pregunta de los discí- ---> aVUA.Laxw.
1971; L. Lambrecht, De oudste Christologie: verrijze- exactamente de la misma manera (especial-
251 252 avá~V1]OL~ - avaVEÓW 254

avúlvO't~, ~ro~, ÍJ analysis disolución, 1959; P. A. H. de Boer, Gedenken und Geddchtnis in hallan tan extensamente difundidas en suelo pa-
der Welt des AT, Stuttgart 1962, 64-70; N. A. Dahl,
ma tanto de palabra como de obra, y de esta
partida* Anamnesis: StTh 1 (1948) 69-95; G. Delling, Abend-
1estinense, desde el AT hasta la época de los rabi- manera se hace eficaz. Por consiguiente, este
En 2 Tim 4, 6 háblase en sentido figurado mahl JI. Urchristliches Mahl- Verstdndnis, en TRE 1, nos, que resulta innecesario explicar el origen de mandato de recordar no sólo obliga a una re-
47-58 (bibl.); H. Feld, Das Verstdndnis des Abend- esta conmemoración acudiendo a la comunidad
de partir de esta vida; cf. también 1 Clem 44, petición de la cena como un acontecimiento
mahls, Darmstadt 1976; Goppelt, Theologie (lI), helenística. En particular, la celebración de la
5; ThWNT IV, 338. 476-479; J. Jeremias, La última Cena. Palabras de pascua, que es sumamente comparable con la ce- ritual, sino que obliga también a la proclama-
Jesús, Madrid 1980,261-281; O. Knoch, «Tut das zu lebración de la Cena del Señor (y que fue cierta- ción del significado salvífico de la muerte de
meinem Geddchtnis» (Lk 22, 20; 1 Kor 11, 24s). Die mente el marco histórico de la Ultima Cena de Je- Jesús, lo cual excluye -por razones teológi-
avalúro ana/yo disolver, partir* Feier der Eucharistie in den urchristlichen Gemein- sús), fue desde el comienzo una celebración de cas- una práctica eucarística como la seguida
Lc 12, 36: partir de la fiesta de bodas, es den, en Freude am Gottesdienst. FS f J. G. Pldger, «conmemoración» (Ex 12, 14; 13, 3.8; Dt 16, 3;
Stuttgart 1983, 31-42; H. Kosmala, Das tut zu mei- por los corintios.
decir, regresar de esa fiesta; en sentido figu- nem Geddchtnis: NovT 4 (1960) 81-94; P. Neuenzeit,
Jub 49, 7ss; cf. Pes 10, 5). Puesto que en la ma-
rado en Flp 1, 23: partir (de esta vida) como Das Herrenmahl, München 1960; H. Patsch, Abend- yoría de los ejemplos Dios es el sujeto de la con- 3. En Heb 10,3 el autor acentúa que los sa-
eufemismo para expresar la idea de «morir». mahl und historischer Jesus, Stuttgart 1972, 79 memoración, Jeremias concluye que el manda- crificios anuales en el gran Día de la Reconci-
(bibl.); J. Roloff, Heil als Gemeinschaft, en Cornehl- miento del Señor debe traducirse así: «Haced esto
ThWNT IV, 338; C. J. de Vogel: NovT 19 para que Dios se acuerde de mí (como de su Me- liación (10, 1; Lev 16, 1ss) no producen una
Bahr (eds.), Gottesdienst und Offenlichkeit, Hamburg
(1977) 262-274. -> aVCú,:u<JL¡;. 1970, 88-117; W. Theiler, en RAC VI, 43-54; K. H. sías)>> (Jeremias, La última cena, 273). El memo- purificación permanente de los pecados, sino
Schelkle, Das Herrenmahl, en FS Kdsemann, 385- rial de la pascua nos hace ver que esta propuesta que son una recordación constante de los mis-
402. de traducción no es necesariamente convincente mos (cf. Jub 34, 19), bien por medio del sa-
avaJlúQ'trl1:o~, 2 anamartetos sin peca- ni es tampoco la más obvia, dado el tenor literal crificio mismo, bien por la confesión de los
do* l. avá[tV'l']<JL¡; aparece raras veces en los de las palabras. pecados asociada con el acto sacrificial. Pre-
Jn 8, 7: ó avu[táQ"t'l']to¡; ú[twv, «el que de escritos del NT y se encuentra únicamente en
cisamente mediante esta recordación se man-
vosotros esté sin pecado». ThWNT 1, 337- contextos cultuales y litúrgicos (Lc 22, 19; 1 Pablo cita la fórmula eucarística como una tiene viva la «conciencia del pecado». Tan só-
339; H. Clavier: RHPhR 47 (1967) 150-164. Cor 11, 24.25; Heb 10, 3). En lo que respec- autoridad vinculante frente a los abusos que
lo la santificación que viene por medio del
ta a su significado, hemos de ser sensibles al se cometían en la forma en que los corintios
sacrificio del cuerpo de Jesucristo que tuvo
contenido veterotestamentario y judío del celebraban la eucaristía. En opinión del após-
avaJlÉvro anameno esperar, aguardar* lugar «de una vez para siempre» (10, 10.14),
campo léxico representado por la raíz zkr en tol, no se celebraba en Corinto la verdadera
1 Tes 1, 10: al Hijo de Dios; cf. IgnFil 5, 2. Y que significa el perdón de los pecados (10,
el sentido de representación, de hacer pre- «Cena del Señor», porque cada una de las
P.-E. Langevin, Jésus Seigneur et l'eschatolo- 18), hace que se anule esa función de conme-
sente el pasado, el cual no puede seguir sien- personas bien acomodadas celebraba su pro-
gie, Bruges-Paris 1967, 67-73; BlaB-Debrun- moración.
do jamás mero pasado sino que se hace efi- pia comida para saciar el hambre, antes de la
ner § 148 nota 2. caz en el presente (cf. el memorial de la celebración eucarística propiamente tal, sin
aguardar a los hermanos más pobres, que lle- 4. El verbo [i:n:- ]ava,-,t,-,Vna)(OO recordar
pascua en Ex 12, 14; 13, 3.8 Y passim).
gaban luego (1 Cor 11, 20-22.33). Pablo fun- [de nuevo] a alguien alguna cosa)* no aparece
avaJlÉO'ov anameson (preposición impro- en los evangelios sino en el Evangelio de Mar-
2. El mandato de la repetición (<<Haced es- damenta su juicio en la eclesiología (v. 22b) Y
pia) entre* cos: Pedro recordó (en voz pasiva) la maldi-
to en memoria de mí») aparece únicamente en en la soteriología (vv. 27ss). La transición de-
En 1 Cor 6, 5: avu[tÉ<Jov "tOV aOfA,<¡Jov. ción de Jesús sobre la higuera estéril (11, 21),
una línea de la tradición eucarística (1 Cor 11, cisiva, en este argumento, la desarrolla él en
El sentido exige que se añada XUL toV aOfA,- el v. 26 en relación con el mandamiento de re- Y recordó la «palabra» en la que Jesús le ha-
24s; Lc 22, 19). Lc conecta el mandato con la
<¡Jov (como en los manuscritos f g syp): «entre cordar: ~~Porque todas las veces que comiereis bía predicho que él le negaría (14, 72). El uso
palabra pronunciada sobre el pan (cf. Justino
los hermanos» o «entre el hermano y su ad- Apol I 66, 3). Pablo lo conecta tanto con la este pan y bebiereis la copa, la muerte del Se- parenético de la acción de recordar (11, 22ss)
versario». BlaB-Debrunner § 204, 1; 215, 3. palabra pronunciada sobre el pan como con la ñor proclamáis hasta que él venga». Lo de predomina también en Pablo: el recuerdo «de
-> avá, -> [tÉ<Jov. palabra pronunciada sobre la copa, y amplía «todas las veces que» enlaza claramente con mis caminos en Cristo» (1 Cor 4, 17) Y de «la
esta última añadiendo «cuantas veces la be- lo de «todas las veces que» del segundo man- obediencia de todos vosotros» (2 Cor 7, 15).
biéreis». Como vemos por la comparación dato de conmemorar (v. 25); ahora bien, la Esa recordación es vinculante por su conteni-
avaJltJlVnO'xro anamimnesko recordar
con Mc y con Mt, el mandato de la conmemo- «muerte del Señor», con arreglo a las palabras do mismo (Rom 15, 15 [el verbo compuesto];
-> avá[tv'l']<JLC; 4.
ración es literariamente secundario y, por tan- eucarísticas, fue «para vosotros» (= en favor cf. Heb 10, 32). Y, así, en el período postpau-
to, será difícil que sea auténtico. vuestro; v. 24), es decir, sucedió como un sa- lino el verbo pudo adquirir el significado de
avúJlv1JO't~, EÚ)~, ~ anamnesis recuerdo, crificio vicario en favor de todos los «herma- exhortar (2 Tim 1,6).
memoria* Las investigaciones anteriores apuntaban hacia nos» (cf. 15,3: «por nuestros pecados»). Has- H. Patsch
las comidas en conmemoración de los difuntos,
1. Aparición del vocablo y significado - 2. La tra- muy difundidas en el mundo antiguo, que se cele- ta el regreso del Señor (cf. -> [tuQuvu {ta, 16,
dición eucarística - 3. Heb - 4. (fJt- )ava!-tl~VÚaxúl. 22), en la Cena del Señor es donde se procla-
braban «en memoria» de los fundadores. Y las
Bibl.: K.-H. Bartels, Dies tut ZU meinem Geddcht- consideraban como el trasfondo de estos textos ma la memoria de la muerte vicaria y reconci- avav~ó(O ananeoo renovar
nis. Zur Auslegung von 1Kor 11, 24.25, tesis Mainz del NT. Pero las ~~fómulas de conmemoración» se liadora del Señor «por vosotros». Y se procla- -> vÉO¡;.
255 256 257 &vaVtLººtítW~ - &VánELºO~ 258

aVUVlJq¡w ananepho volver a ser sobrio* noce generalmente que el personaje llamado trata más bien de la relajación natural. En el
avavt"QQtltro~ anantirretos (adv.) sin
En sentido figurado en 2 Tim 2, 26: xal, Ananías perteneció ya a la forma más antigua Ap, el sustantivo se refiere no sólo a la perpe-
objeción, sin contradicción *.
avuvrpj)(oatv EX "Cfí~ toU ()tu~ÓAOU nuyt- de la tradición. Pero se discute si la doble vi- tua alabanza de Dios (4, 8) sino también al tor-
Hech 10, 29, refiriéndose al hecho de que
()o~, «y vuelvan quizás al buen sentido [y se sión referida en 9, 10-16 es una tradición pre- mento, igualmente perpetuo, de los idólatras
Pedro fuera a visitar aCornelio.
libren] del lazo del diablo». Filón, All 11, 60: lucana o es una redacción lucana. Se discute (14, 11). El verbo refuerza la confianza de los
avuvÍJqJw = ¡.tE"CUVOÉW. asimismo qué función desempeñaba Ananías. testigos de la fe acerca del tiempo (6, 11; cf.
av᪠..o~, 2 anaxios indigno, inapropiado* Dan 12, 13) y la manera de la consumación
3. Nombre de un sumo sacerdote judío (por 1 Cor 6, 2: avál;tot... xQt"C1']QtWV EAuXta- (14, 13; cf., por ejemplo, 4 Esd 7, 95s).
"Avaví.a~, OlJ Hananias Ananías* los años 47-59 p.C.). "CWV, «indigno (en el sentido de incompetente, En la invitación de Mt 11, 28-30, la frase
Bibl.: D. Cox, Paul before the Sanedrin: Acts 22, de alguien que no está en condiciones) para «hallaréis descanso para vosotros» [cf. Ev
1. Nombre de un cristiano de la comunidad juzgar en los casos más triviales». ThWNT 1,
primitiva de Jerusalén.
30-23, 11: SBFLA 21 (1971) 54-75; J. Jeremias, Jeru- Tom 60] (v. 29) evoca el pasaje de Jer 6, 16.
salén en tiempos de Jesús, Madrid 1977, 167-238; W. 378s; DTNT I1I, 345. Los motivos de la fatiga, del yugo y del des-
Bibl.: J. D. M. Derrett, Ananias, Sapphira and the Radl, Paulus und Jesus im lukanischen Doppelwerk,
Bern-Frankfurt a. M. 1975, 169-221; Schürer n, 272;
canso se hallan prefigurados en Ec10 6, 18ss;
Right of Property: The Downside Review 296 (1971)
225-232; W. Dietrich, Das Petrusbild der lk Schriften, Stolle, Der Zeuge als Angeklagter, Stuttgart 1973, 32- avaªí.ro~ anaxios (adv.) indignamente, 51, 13ss, y se ponen en labios de Jesús como
Stuttgart 1972,232-237; Ph.-H. Menoud, La mort d'A- 64,91-140,213-284.
inapropiadamente* Sabiduría personificada que es. En el AT y en
nanias et de Saphira (Actes 5, 1-ll), en FS Goguel,
1 Cor 11, 27 (y v. 29 Koiné D G pllat sy). el judaísmo la promesa de descanso como
146-154; B. Prete, Anania e Saffira: RivBib 36 (1988) Ananías, hijo de Nedebeo, era muy rico y, uno de los beneficios de la salvación sigue
463-486; G. TheiBen, Urchristliche Wundergeschich- ThWNT 1, 378s.
por tanto, siguió siendo muy influyente, aun orientándose hacia la instrucción divina (bSab
ten, Gütersloh 1974, 117-120.
después de haber sido depuesto de su cargo. 152b; ApBar [sir] 73, 1 [el reino mesiánico];
Según Hech 5, 1-11, Ananías (vv. 1.3.5) y Pero le odiaban por su codicia, y por su amis- avá~alJ(J"~, Ero~, tl anapausis acción de Filón Fug 174 [el «descanso» del bendito sa-
su mujer Safira Cr.ú.rr.q¡iQu*/Sapphira, v. 1) tad con los romanos fue asesinado por zelotas cesar, descanso* bio «en Dios»]). En la gnosis (cf., a propósi-
fueron castigados con la muerte por decreto al comienzo de la Guerra de los Judíos. Fuen- aVaJtuvro anapauo dar descanso, refres- to, J.-E. Ménard: RevSR 51 [1077] 71-88) se
divino, por haber cometido fraude. El texto tes: Josefo, Ant XX; Bell 11. car* orienta hacia la revelación celestial (por
tiene la forma de una historia ejemplar: el ve- Según Hech 23, Pablo comparece ante el Bibl.: H. D. Betz, The Logion of the Easy Yoke and ejemplo, OdSl 30, 1-3-7). Desde luego, en Mt
redicto de culpabilidad se confirma por medio Sanedrín. El sumo sacerdote Ananías ordena of Rest: JBL 86 (1967) 10-24; F. Christ, Jesus Sophia (para el énfasis «antifarisaico» de la cristolo-
de un milagro que garantiza las normas de la que le golpeen en la boca en presencia del tri- (AThANT 57), Zürich 1970, 100-119; O. Hofius, Ka- gía de la Sabiduría, cf. 21, 5; 23, 4), el des-
comunidad (TheiBen, 117). Tan sólo la prime- bunal (v. 2), a lo cual Pablo responde llamán- tapausis (WUNT ll), Tübingen 1970,29-90,248-257;
J. Heldermann, Die Anapausis in Ev. Veritatis, Leiden
canso tiene que ver con la salvación que el
ra parte del relato debió de pertenecer a su dole «pared blanqueada». Según Hech 24, 1984; U. Luck, Weisheit und Christologie in Mt ll, discípulo encuentra ya desde ahora en Jesús
forma más antigua. 1-23, Tértulo, abogado del Sanedrín, en pre- 25-30: WuD 13 (1975) 35-51. como (el que nos trae) la revelación (acerca
sencia de Ananías y de unos cuantos ancianos de la voluntad) de Dios.
2. Nombre de un judeocristiano de Damas- (v. 1), presenta ante el gobernador Félix (52- El sustantivo aparece 5 veces; el verbo, 12. P. Fiedler
co. 59) una acusación contra Pablo. Este se de- avánuuat~ se emplea en Ap 4, 8; 14, 11 en
fiende. Y Félix deja para más adelante el dic- sentido de cesar; en Mt 12,43 par. Lc 11,24,
Bibl.: Ch. Burchard, Der dreizehnte Zeuge, Gottin- tar sentencia y ordena que se suavice el ava~aúro anapauo dar descanso, refrescar
en el sentido de lugar de descanso; y en Mt
gen 1970,51-136; D. Gil!, The Structure of Acts 9: Bib
55 (1974) 546-548; G. Klein, Die Zwalf Apostel, Got- arresto de Pablo: tal como lo entiende Lucas, 11, 29, en el sentido de descanso. Lo mismo ---+ avánuuOt~.
tingen 1961, 144-162; K. Loning, Die Saulustradition una declaración de inocencia. Aunque los dis- que en el griego profano, avunu'Úw se em-
in der Apg, Münster i. W. 1973; G. Lohfink, Paulus cursos sean creaciones literarias, sin embargo plea como verbo transitivo y como intransiti-
vor Damaskus, Stuttgart 1966, 64-67; S. Lundgren, ava~d-3ro anapeithO persuadir, seducir*
las acusaciones contra Pablo formuladas por vo. Es transitivo en Mt 11, 28, en Pablo (l
Ananias and the Calling of Paul in Acts: StTh 25 Hech 18, 13: nUQa "Cov VÓfWV avund-frEt...
(1971) 117-122; V. Stolle, Der Zeuge als Angeklagter, los judíos ante el gobernador romano Félix y Cor 16, 18; Flm 20 [en voz activa]; 2 Cor 7,
aÉ~Ea{tat "Cov {tEÓV(una acusación judía con-
Stuttgart 1973,155-212. la participación de Ananías en el proceso tie- 13; Flm 7 [en voz pasiva]), y en Ap 14, 13
tra Pablo).
nen credibilidad histórica. (futuro segundo pasivo). El intransitivo, en
Hech 9, 10-19 refiere que a Ananías se le A. Weiser voz media, descansar, aparece en los Sinópti-
encargó en una visión que fuera a visitar a cos (Mc 6, 31; 14,41 par. Mt 26, 45; Lc 12, avá~E"QO;, 2 anapeiros tullido*
Saulo (vv. 10.12.13). Después de alguna re- 9); en 1 Pe 4, 14, reposar (cf. Is 11,2 LXX), En el NT se usa únicamente como sustanti-
sistencia inicial, va a verle, le cura y le bauti- avavtí.QQt)to~, 2 anantirretos innegable, Y en Ap 6, 11 en el sentido de aguardar. vo en Lc 14, 13.21: tullido. A B D leen
za (v. 17). En 22, 12-16 la función de Ananías irrefutable* En Pablo se trata del descanso interior (me- avá:n:EtQO~; Sin tiene la forma &váJtLQo~; en
queda notablemente restringida, y en el capí- Hech 19, 36: dícese de algo verdadero y diante el gozo, el consuelo, etc.); en los Sinóp- los demás casos encontramos la forma (clási-
tulo 26 se halla totalmente ausente. Se reco- que queda fuera de toda duda. ticos, excepto en Mt 11, 28 Y 12, 43 par., se ca) avá:n:1']Qo~. BlaB-Debrunner § 24 nota 2.
259 avaJ'tÉ!!J'túl - aváotam~ 260 261 aVáOtaOL~ 262

te Auslegung von Ostern, en FS Conzelmann, 105- EstEcl 55 (1980) 27-58; H. M. Schenke, Auferste-
aVU:7tÉ,.:7tro anapemp6 enviar, enviar de avá:7ttro anqpt6 incendiar, encender* 126; Id., Auferstehung der Toten im Urchristentum hungsglaube und Gnosis: ZNW 58 (1968) 123-126;
vuelta* Sant 3, 5: Un pequeño fuego incendia un (SBS 82), Stuttgart 1976; K. Berger, Die Auferstehung H. Schlier, Über die Auferstehung Jesu Christi, Ein-
En el sentido figurado de enviar una perso- gran bosque; Hech 28, 2 Koiné: encender un des Propheten und die Erhahung des Menschensohnes siedeln 1968; A. Schmitt, Ps 16,8-11 als Zeugnis der
(StUNT 13), Gdttingen 1976; G. Bertram, Aufer- Auferstehung in der Apg: BZ 17 (1973) 229-248; Id.,
na a un superior: Lc 23, 7; Hech 25,21; en- fuego; Lc 12, 49 (en pasiva): :nuQ ... ~6'1l stehung 1, en RAe 1, 919-930; H. Braun, Zur Termino- Die Totenerweckung in I Kan 17, 17-24: VT 27 (1977)
viar de vuelta en Lc 23, 11.15; Flm 12. av~<p{)-'Il, «un fuego ... ha sido ya encendido», logie der Acta von der Auferstehung Jesu, en Id., Ge- 454-474; K. Schubert, Die Entwicklung der Aufer-
es decir, está ya ardiendo. sammelte Studien zum NT und seiner Umwelt, stehungslehre von der nachexilischen bis zur rabb.
Tübingen '1967, 173-177; R. Bultmann, Neues Testa- Zeit: BZ 6 (1962) 177-214; O. Schwankl, Die Sad-
ment und Mythologie, en H. W. Bartsch (ed.), Keryg- duzaerfrage (Mk 12, 18-27 par.). Eine exegetisch-
avu:7tl)báro anapeda6 saltar, ponerse en
avu~íl}"lJto;, 2 anarithmetos innume- ma und Mythos J, Hamburg 41960, 15-48; L. Coenen, theol. Studie zur Auferstehungserwartung (BBB 66),
pie de un salto* Resurrección, en DTNT IV, 88-96; G. Delling, Zur Frankfurt a. M. 1987; G. Schwartz, avi01:r¡flL und
rable* Beurteilung des Wunders durch die Antike, en Id., Stu- aváGTa<JL<; in den Evv.: Bibl. Notizen 10 (1979) 35-
En Mc 10, 50 dícese del ciego Bartimeo.
En Heb 11, 12 dícese de la arena que está a dien zum NT und zum hellenistischen Judentum, Gdt- 39; G. Sellin, Der Streit um die Auferstehung der To-
la orilla del mar, como imagen de lo innume- tingen 1970, 53-71; E. Dhanis (ed.), Resurrexit. Actes ten. Eine religionsgeschichtliche und exegetische Un-
rable que sería la descendencia de Abrahán; du Symposion International sur la Résurrection de Jé- tersuchung von 1 Kor 15 (FRLANT 138), Gdttingen
avá:7tl)~o;, 2 anaperos tullido sus (Rome 1970), Roma 1974; J. Dupont, Les discours 1986; P. Siber, Mit Christus leben. Eine Studie zur pln
cf. Gén 32, 13 LXX. missionnaires des Actes des Apotres d'apres un ouvra- Auferstehungshoffnung (AThANT 61), Zürich 1971;
~ aVá.1tHQo~.
ge récent, en Jd., Etudes sur les Actes des Apotres (Le- B. Spdrlein, Die Leugnung der Auferstehung (BU 7),
Div 45), Paris 1967, 133-155; E. Fascher, Anastasis - Regensburg 1971; G. Stemberger, Der Leib der Au-
avu(Jelro anasei6 alborotar, incitar* Resurrectio - Auferstehung: ZNW 40 (1941) 166-229; ferstehung (AnBibl 56), Roma 1972; Id., Zur Aufer-
avu:7tí:7ttro anapipt6 echarse a la mesa, Mc 15,11: tOV O)(AOV; Lc23, 5: tov Aaóv. E. Fiorenza-[Schüsslerl, Die tausendjahrige Herrschaft stehungslehre in der rabb. Lit.: Kairos 15 (1973) 238-
echarse, recostarse* ThWNT VII, 197. der Auferstandenen (Apk 20,4-6): BiLe 13 (1972) 107- 266; Id., Das Problem der Auferstehung im AT: Kairos
124; J. A. Fitzmyer, To Know Bim and the Power of 14 (1972) 273-290; P. de Surgy y otros, La résurrec-
En Mc 6, 40 dícese de los que se sentaron Bis Resurrection (Phil3, 10), en FS Rigaux, 411-425; tion du Christ et l'exégese moderne (LeDiv 50), Paris
por grupos, cuando se dio de comer a los G. Friedrich, Die Auferweckung Jesu, eine Tat Gottes 1969; A. Vdgtle-R. Pesch, Wie kam es zum Osterglau-
avumu:lJá~ro anaskeuaz6 perturbar, con- oder eine Interpretation der Jünger?: KuD 17 (1971) ben?, Düsseldorf 1975; U. Wilckens, La resurrección
5000 (cf. Jn 6, 10 bis) ó a los 4000 en Mc 8, 6
fundir, trastornar* 153-187; R. H. Füller, The Formation ofthe Resurrec- de Jesús. Estudio histórico-crítico del testimonio bíbli-
(e:nt tfi~ Yfi~) par. Mt 15, 35 (e:nt t~v yfiv).
En sentido figurado, con ta~ 'ljJu)(á~ como tion Narratives, London 1972; H. GraB, Ostergesche- co, Salamanca 1981; Id., Die Missionsreden der Apg
Reclinarse a la mesa en Lc 11,37; 14, 10; 17, hen und Osterberichte, Gdttingen '1964; H. P. Hasen- (WMANT 5), Neukirchen-Vluyn '1974. Para más bi-
objeto de la acción verbal: Hech 15,24.
7; 22, 14; Jn 13, 12. Jn 13, 25: avÉ:nEafV e:nt fratz, Die Rede von der Auferstehung Jesu Christi, bliografía, cf. EyELQOO.
tO Otfi{)-o~ toU 'I'Il0ou, «se recostó en el pe- Bonn 1975; M. Hengel, 1st der Osterglaube noch zu
retten?: ThQ 153 (1973) 252-269; P. Hoffmann, Au-
cho de Jesús» (que estaba echado junto a él a avu(J:7táro anaspa6 sacar, levantar* ferstehung (1/3: Auferstehung der Toten; II/l: Aufer-
1. El verbo compuesto aVLOt'llfH (~ LO-
la mesa); cf. 21, 20. Lc 14, 5: del pozo; Hech 11, 10: et~ tOV stehung Jesu Christi), en TRE IV, 450-467, 478-513; t'llfH), con su significado general de levantar,
oUQavóv. Id., Die Toten in Christus (NTA NF 2), Münster i. W. alzar (transitivo.) o levantarse (intransitivo.),
'1969; Id., Mk 8, 31. Zur Herkunft um mk Rezeption aparece frecuentemente en la literatura profa-
einer alten Überlieferung, en FS Schmid 1973, 170-
avu:7tll)~óro anaplero6 completar, colmar na (Fascher, 174-187) y en la LXX (general-
la medida, llenar avá(Jtu(Jt;, Ero;, 'Í1 anastasis resurrec- 204; Jeremias, Teología, 347-351; G. Kegel, Aufer-
mente para traducir qúm). El verbo aparece en
stehung Jesu - Auferstehung der Toten, Gütersloh 1970:
ción*
~ :nA'IlQÓW. R. Kilian, Die Totenerweckungen Elias und Elisas - ei- el NT 108 veces, de las cuales 72 correspon-
aVLOt'llfH anistemi levantar, alzarse, resuci- ne Motivwanderung?: BZ 10 (1966) 44-56; J. Kremer, den a las obras de Lucas-Hechos, y se emplea
tar* Das iilteste Zeugnis von der Auferstehung Christi
(SBS 17), Stuttgart 31970; Id., Entstehung und Inhalt a menudo como sinónimo de ~ eydQw o
avu:7tolóYl)to;, 2 anapologetos inexcu- V;aváo'mou; , fW~, ~ exanastasís resurrec-
des Osterglaubens: ThRv 72 (1976) 1-14; Id., Die Os- eydQofWl. En 73 de las veces que aparece
sable* ción* terevangelien - Geschichten um Geschichte, Stuttgart aVLOt'llftl en el NT, tiene el significado gene-
En Rom 1,20 acusativo con infinitivo (con EsavL01:'Ilfll exanistemi levantarse, ponerse 1977; K. Lehmann, Auferweckt am dritten Tage nach ral de suscitar, designar o (en sentido intransi-
d~) que debe interpretarse en sentido conse- en pie* der Schrift (QD 38), Frankfurt a. M. 1968; X. Léon-
Dufour, Resurrección de Jesús y mensaje pascual, Sa- tivo.) levantarse, alzarse o presentarse (~ 2).
cutivo: «de manera que no tienen excusa», es 1. Aparición de estos vocablos en el NT - 2. Signi- lamanca '1992; W. Marxsen, La resurrección de Je- En 35 ejemplos tiene el sentido técnico de le-
decir, no puede aducirse nada en defensa de ficado general (no técnico) - 3. Empleo como término sús, Salamanca 1979; J. Molitor, Grundbegriffe der vantar de entre los muertos (transitivo) o de
técnico para designar la resurrección de individuos - Jesusüberlieferung im Lichte ihrer orientalischen
ellos (sobre esta construcción cf. ThWNT 11, resucitar uno mismo de entre los muertos (in-
4. Para designar la resurrección escatológica - 5. Para Sprachgeschichte, Düsseldorf 1965; F. MuBner, Die
428); Rom 2, 1. DTNT 1, 383s. designar la resurrección de Jesús. Auferstehung Jesu (BiH 7), München 1969; A. Oepke, transitivo), con referencia a un individuo (~
Bibl.: Cf. bibliografía detallada de G. Ghiberti en E.
aviolllflL, en ThWNT J, 368-372; Jd., Auferstehung JI, 3), a todos los muertos (~ 4), o a Jesús (~ 5).
en RAC 1, 930-938; Id., EyelQOO, en ThWNT n, 332- Co.n arreglo. al significado del verbo, el sus-
aVU:7ttÍJ(J(Jro anaptyss6 abrir, desenrollar* Dhanis (ed.), Resurrexit. Actes du Symposion Interna-
337; R. Pesch, Zur Entstehung der Glaubens an die
Dícese de la acción de desenrollar el libro tional sur la résurrection, Roma 1974, 645-674; Id.,
Auferstehung Jesu: ThQ 153 (1973) 201-228; A. Ro-
tantivo &.váOtaOL~ se halla atestiguado en la
RivBib 23 (1975) 424-440. Además de los comenta- literatura profana tanto en sentido activo co-
del profeta Isaías: Lc 4, 17 Sin Koiné D e pI; rios, cf. sobre todo: S. Amsler, qum, en DTMAT 11,
dríguez Carmona, Origen de las fórmulas neotesta-
avoLí;a~ en A B L W y otros. 800-808; J. Becker, Das Gottesbild Jesu und die iiltes-
mentarias de resurrección con anistánai y egeírein: mo en sentido. pasivo. En la LXX aparece úni-
265 &váO'1;am~ 266
263 &váa'tam~ 264

camente 6 veces (en sentido pasivo); no exis- (Lc 11,7.8; 22, 46; Hech 12,7); de alzarse de presa sobre todo la acción de levantarse o al- incluso a personas resucitadas de la muerte
te en hebreo ninguna forma correspondiente. la oración o de la actitud de estar postrado de zarse de quien yace enfermo, y el cambio que por Jesús [Quadratus] y por los taumaturgos
Aparece 41 veces en el NT, y siempre, con rodíllas (Lc 17, 19; 22,45; Hech 9,6.18; 10, se ha producido en la suerte de esa persona. de la Iglesia [Ireneo] que todavía vivían en el
excepción de Lc 2, 34 (-> 2), con arreglo al 26; 22, 10.16; 26, 16); la acción de de quien Por esta razón, aVLa'tlJJA,L es muy apropiado tiempo en que se redactaron esos escritos; d.
sentido técnico del verbo, que es la acción de estaba sentado y se levanta (Mc 2, 14 [par. Mt para expresar el cambio, al parecer imposible, Luciano, Philopseudes, 26.) Si tenemos en
resucitar a alguien o la resurrección de entre 9,9; Lc 5, 28]; Lc 6, 8; 24, 33; Jn 11,31; que se produce en la suerte de los muertos. cuenta que, en Israel, se contaba ya entre los
los muertos (-> 3.5). Hech 26,30; 1 Cor 10, 7). En la variante tex- Esto era obvio especialmente en una época muertos a toda persona gravemente enferma
El doble compuesto e1;uvLo'tTJf!L (Mc 12, 19 tual de Lc 17, 12 aVLo'tTJf!L (en lugar de que consideraba la enfermedad y la muerte (por ejemplo, Sal 30, 2-4; 86, 13; también Mc
par. Lc 20, 28; Hech 15,5) aparece sólo en el Eo'tTJOav) significa permanecer de pie. como realidades íntimamente relacionadas. 9, 27; Hech 20, 9s; d. Stemberger, Problem,
NT como sinónimo de aVLo'tlJf!L en el sentido Ecos de la idea de alzarse se escuchan tam- 285 y 289); que, además, a los pecadores se
general (-> 2). El sustantivo e1;uveXo'tUOL¡; bién, cuando aVLo'tl]JA,L significa ponerse de 3. Lo mismo que eyEÍQOf!UL, vemos que los consideraba ya como a personas muertas
aparece una sola vez (Flp 3, 11), para designar pie, levantarse o presentarse para hablar en aVLa'tTJfu (usado en sentido intransitivo) se re- (Lc 15,24.32), Y que a Jesús, por su resurrec-
la resurrección de entre los muertos (-> 4). una asamblea o declarar en un juicio (Mc 14, fiere frecuentemente a la resurrección de un ción, le contemplaban como al Señor que ha-
57.60 [par. Mt 26, 62]; Lc 4, 16; Hech 1, 15; muerto (ejemplos extrabíblicos pueden verse bía triunfado sobre la muerte (-> 5), entonces
5, 34; 13, 16; 15, 7; e1;uvéo'tTJouv en Hech en Oepke, aVLa'tlJ!-lL 369s; Fascher 182-191). habrá que contar con que, en las historias del
2. Tan sólo ocasionalmente el verbo aVLo- 15, 5). Está relacionado con esto el uso de Mc 5, 42 par. Lc 8, 55 (eyéQ{}lJ en Mt 9, 25) NT acerca de resurrecciones de muertos, se
'tTJf!L (usado en sentido transitivo) tiene un aVLo'tlJJA,L en el sentido de presentarse, hacer «y al instante la niña se levantó» describe el produjo un desarrollo en materia de historia
significado general. Y suele hacerlo así en tex- su aparición (Mc 3, 26; Lc 10,25; 11,32 par. efecto de la voz dada por Jesús 'tuAL{}a xovJA, de las tradiciones semejante al que se había
tos que muestran clara dependencia de formu- Mt 12,41; Lc 23,1; Hech 5,6.17.36.37; 6, 9; (Mc 5, 41). Una voz semejante, «jTabita, le- producido en los relatos del AT y en los rela-
laciones del AT. En Mt 22, 24 tiene el signifi- 7, 18; 20, 30; 23, 9; Rom 15, 12). La idea de vántate!» (Hech 9, 40), ordena a la muerta que tos extrabíblicos.
cado de levantar o suscitar descendientes (cf. levantarse queda relegada por completo, cuan- vuelva de nuevo a la vida. (El uso transitivo en La afirmación que oímos en Lc 9,8 Y 9, 19,
Dt 25, 5 Y Gén 19, 32.34; 38, 8; e1;uvLo'tTJf!L do aVLo'tlJJA,L aparece como participio o en Hech 9, 41, la levantó, se refiere en primer lu- «uno de los antiguos profetas ha resucitado»,
en los paralelos [Mc 12, 19; Lc 20, 28]). En conjunción con un verbo de movimiento para gar a la acción de levantar a quien estaba sen- refleja la opinión popular acerca de Jesús (cf.
la cita de Dt 18, 15 en Hech 3, 22; 7, 37 indicar el comienzo de una nueva acción (un tado, pero en un estilo narrativo que impregna Mc 6, 14 par. con referencia al Bautista). Se-
aVLo'tTJf!L significa designar un profeta (sobre hebraísmo); en tales casos puede traducirse de significado más tardío a un hecho anterior, gún el contexto, se hace referencia a figuras
la reinterpretación neotestamentaria en Hech por ponerse a (Mc 1,35; 7, 24; 10, 1; Lc 1, puede referirse también a la acción de resuci- de profetas cuya muerte (en contraste con Elí-
3,26 -> 5); de manera análoga, en Heb 7, 39; 4, 29.38; 15, 18.20; 24,12; Hech 8, 26.27; tar a un muerto.) En Jn 11, 23, «Tu hermano as) se daba por supuesta. Hasta qué punto te-
11.15 significa instituir como sumo sacerdote 9, 11.39; 10,20.23). En Hech 10, 13; 11, 7 el resucitará», Jesús anuncia la resurrección de nemos aquí la idea de la resurrección de entre
(aquí, no obstante, aVLo'tTJf!L [en sentido in- participio avuo'teX¡; sirve para acentuar el im- Lázaro, que se describe más tarde; sin embar- los muertos de un profeta martirizado (una
transitivo] puede significar también manifes- perativo que viene a continuación: «¡Levánta- go, Marta entiende aVLO'tTJf!t en el sentido de idea atestiguada por vez primera en Ap 11, 3-
tarse, hacer su aparición como sumo sacer- te ... mata y come!» la resurrección escatológica (v. 24; -> 4). 12; ApEl 35, 7-21), es una cuestión debatida
dote). Exceptuado Hech 9, 41 (pero d. -> 3), En Lc 2, 34 el sustantivo aVeXa'tum¡; es una Para las personas de aquellos tiempos, la (cf. Berger; Pesch, Entstehung; opuesto a ello:
aVLo'tlJf!L (en sentido transitivo) no tiene nun- expresión metafórica (cf. Is 8, 14s; 28,16) pa- resurrección de un individuo que hubiera Hengel). En todo caso, la resurrección de esas
ca en el NT el significado general de levantar, ra enunciar la acción de levantarse o ponerse muerto resultaba un acontecimiento totalmen- personas como una vuelta a la vida en este
suscitar, refiriéndose a personas o cosas: un en pie: un movimiento asociado con la salva- te extraordinario, y por eso era increíble para mundo, es muy diferente de la resurrección de
significado que se halla atestiguado con fre- ción, en contraste con la idea de precipitarse o muchos (d. Fascher, 184s; Delling, 68); pero Cristo (-> 5).
cuencia en la literatura profana y en la LXX de caer (-> :1t'twm¡;). Si Lucas tuvo aquí pre- quedaba enteramente dentro del ámbito de lo Lc 16, 31 habla de manera parecida acerca
(cf. Liddell-Scott, s. v.). sente o no el sentido específico de la resurrec- concebible y de 10 que resultaba posible para del regreso de un muerto a la casa de quien
Empleado intransitivamente y en un sentido ción (d. Hech 26, 23) es cosa que permanece Dios (d. Hech 26,8; Heb 11, 19; sobre casos había sido en vida un hombre rico. Además, la
general, aVLo'tTJfU designa la acción de levan- incierta. extrabíblicos de resurrecciones de muertos y expresión formularia «si alguien se levantara
tarse de una persona que había estado postra- Si tenemos bien presentes los diversos usos sobre los correspondientes mitos cf. Bertram; de entre los muertos», muestra que esta frase
da por la enfermedad (Lc 4, 39; 5, 25; Hech 9, generales de aVLO'tTJJA,L, anclados en parte en Oepke, Auferstehung). Heb 11, 31 emplea el se acuñó desde la perspectiva de los que veí-
34; 14, 10; [Mc 10, 50 v.l.]); de una persona el uso hebreo del término (Amsler, 800), en- sustantivo aVeXa'tuOL¡; para referirse a las re- an retrospectivamente su rechazo del mensaje
que había sido apedreada (Hech 14,20; aquí, tonces no escucharemos automáticamente el surrecciones de muertos atribuidas a los hom- de Aquel que había sido crucificado y había
como en Mc 9, 27, no se piensa en una resu- significado técnico de aVLO''tTlf!L, «resucitar de bres de Dios Elías (1 Re 17, 17-24) Y Eliseo resucitado.
rrección de entre los muertos, aunque los pre- entre los muertos», en los textos mencionados (2 Re 4, 18-37). (El fragmento Quadratus, del
sentes crean que el que yace en tierra esté anteriormente. Ahora bien, aVLa'tlJJA,L indica tiempo de Adriano [Eusebio, HistEccl IV, 3, 4. Como terminología para designar la re-
muerto); la acción de levantarse de dormir siempre una nueva acción o movimiento; ex- 2), y también Ireneo, Haer II, 32, 4 señalan surrección escatológica de entre los muertos,
269 &váG1;um~ 270
267 268

Cristo, «primicia de los que durmieron» (15, La contraposición entre «resurrección para
que aparece representada por primera vez en jos de Dios, porque son hijos de la resurrec- 20), Y el nuevo Adán, se obra «por medio de la vida» y «resurrección para el juicio», en Jn
los estratos más recientes del AT (cf. Schu- ción» (Lc 20, 36). Esto quiere decir que, por un hombre ... la resurrección de los muertos» 5, 29, sirve para expresar la resurrección es-
bert; Stemberger, Problem), vemos que el ver- medio de la resurrección, ellos reciben la ca- (15, 21). En tercer lugar, Pablo muestra que catológica de todos los que se encuentren en
bo aVLo'tl]!lL y el sustantivo aváo'tuoLC; se en- pacidad de participar, cual los ángeles, como Cristo, como 4 JtV€v!lU ~Q>oJtowvv, es el los sepulcros, en contraste con el juicio esca-
cuentran atestiguados ya en la LXX (Is 26, «hijos de Dios», en un modo de existencia creador del nuevo modo de existencia corporal tológico efectuado por el Hijo del hombre.
19; Dan 12,2 G; 2 Mac 7,9.14; 12, 43s; [Os afín al de Dios. Según esto, la resurrección (4 OW!lU) (15,45; cf. Rom 8, 11; Flp 3, 21), Como esto se halla en cierta tensión con la es-
6, 2, por lo menos según la interpretación más escatológica no es sencillamente una reanuda- el cual, según 1 Cor 15, 50-55, se concederá catología realizada que se menciona en 5, 24s,
tardía]; cf. SalS13, 10.12). En Hech 23,8; Mc ción de la vida terrena, sino un nuevo género también a los que no se cuenten todavía entre se juzga a menudo que se trata de una adición
12, 18 par., resurrección -sin ninguna especi- de existencia hecho posible por la 4 b'ÚVU!lLC; los muertos, cuando se produzca la parusía. (introducida por el autor o por un redactor).
ficación más- designa la «esperanza en la re- de Dios (cf. Mc 12,24), Y del que no hay ana- Según la plástica descripción que se hace Ahora bien, la escatología futura se encuentra
surrección de los muertos» (Hech 23, 6, en logía en la vida terrena. Con ello aváo'tuOLC; en 1 Tes 4, 16, «los muertos en Cristo» serán también en las palabras acerca del pan en Jn 6
griego una hendíadis), que es negada por los adquiere un stgnificado completamente nuevo los primeros que resuciten, cuando llegue la (¿igualmente adiciones?), donde avLo'tl]I.,(,L
saduceos y defendida por los fariseos y por y figurado. Esta resurrección, según Mc 12, parusía. Lo estrechamente vinculada con (usado en sentido transitivo) caracteriza cla-
Pablo. La adición «de los muertos» (Hech 23, 26, se encuentra ya indicada en la presenta- Cristo que está la resurrección escatológica ramente a Jesús como al autor de la resurrec-
6; 24, 21) o «de entre los muertos» (Lc 20, ción que Yahvé hace de sí mismo como el aparece realzada aquí con claridad por el he- ción escatológica: «Yo le resucito en el último
35; cf. Hech 4, 2) garantiza para aVLo'tl]!lL el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob (Ex 3, cho de que a «los muertos en Cristo» se les día» (6, 39.40.44.54). En 11,24 Marta entien-
significado de «resurrección [para salir] del 6; Mt 22, 31: «en cuanto a la resurrección de conceda participar en ella. (ev XQL<J't0 difí- de en sentido escatológico la promesa de Je-
reino de los muertos» (sobre la frase ex los muertos»); es decir, se halla estrictamente cilmente se podrá conectar directamente con sús sobre la resurrección de Lázaro: «él resu-
V€xQwv, que suponemos que procede de la conectada con la fe en Yahvé. Como la dispu- citará en la resurrección [figura etimológica]
avLo'tl]!lL. )
proclamación pascual, cf. Hoffmann, Die To- ta tiene en cuenta plenamente las opiniones de En Flp 3, 11 Pablo expresa su deseo de al- en el último día». Jesús corrige esta esperanza
ten, 180-185). Hech 24, 15 menciona la espe- los saduceos y no hace referencia a la resu- canzar «la resurrección de los muertos». El refiriéndose a sí mismo como «la resurrec-
ranza, compartida por Pablo y por los farise- rrección de Jesús, no podremos negar que tie- doble compuesto nada usual empleado aquí, ción y la vida»; es decir, según el lenguaje joá-
os, de «una resurrección tanto de los justos ne su base perfectamente en la vida misma de el;uváo'tUOLC;, en conexión con Ex VEXQWV nico, él es en su propia persona la causa y la
como de los impíos». Ahora bien, según Jose- Jesús (consúltense los comentarios). difícilmente indicará una resurrección espe- personificación de lo que se espera como re-
fo, BellIl, 163; Ant XVIII, 14, los fariseos es- Según Heb 6, 2 «la resurrección de los cial (como privilegio de los mártires [cf. Ap surrección y 4 ~w1Í. Todo el que cree en él,
peraban únicamente una «resurrección de los muertos» es uno de los elementos fundamen- 20, 5]; E. Lohmeyer, Philipperbrief [KEK], participa ya desde ahora en la resurrección y
justos» (cf. 2 Mac 7, 14; Lc 14, 14). tales de la proclamación cristiana (cf. también sub loco). Sino que destaca especialmente la la vida, y participa para siempre.
En la disputa entre Jesús y los saduceos Hech 23, 6; 24, 15.21). La futura resurrec- realidad de que la resurrección es el rescate La terminología empleada para referirse a
(Mc 12, 18-27 par.), la pregunta: «En la resu- ción, esperada por los mártires del antiguo que hace salir del ámbito de la muerte (más la resurrección escatológica, aparece en Ef 5,
rrección, cuando se levanten a la vida (figura pacto y presentada ante los lectores de Heb probablemente como una defensa contra los 14 en un clamor de avivamiento, procedente
etimológica), ¿de cuál de ellos será esposa?» como una meta digna de aspiración, difiere de entusiastas [Siber, 118-120] que en contra de de la liturgia bautismal de la Iglesia primitiva:
(Mc 12, 23; cf. par. Mt, Lc), esta pregunta las incidencias de resurrecciones de muertos las herejías del gnosticismo incipiente [J. «¡levántate de entre los muertos!» El verbo
-digo- presupone una vida de los resucitados que se refieren en los relatos acerca de los Gnilka, Philipperbrief (HThK), sub loco]). aparece aquí en sentido figurado: el pecador
concebida enteramente según las circunstan- profetas (11, 35a), porque es una «resurrec- Lo intensamente que la predicación de la se cuenta entre los que duermen y entre los
cias terrenas (cf. Hoffmann, 156-174; Stem- ción mejor» (11, 35b). Por qué es «mejor» y Iglesia primitiva dependía aún de ideas apo- muertos, mientras que el bautizado experi-
berger, Auferstehungslehre, 263-266, hace de qué manera la esperanza cristiana de la re- calípticas judías, lo vemos claramente por la menta ya en sí mismo la realidad de la resu-
una distinción más diferenciada). Jesús corri- surrección se diferencia de las concepciones expresión «la primera resurrección» que apa- rrección (cf. Rom 6, 13; Clemente de Alejan-
ge esta concepción: «cuando ellos resuciten judías populares, aparece con especial clari- rece en Ap 20, 5s. Esta no se halla en contras- dría, Prot IX, 84, 2: ó 'tfíc; avuo'táoEWC;
de entre los muertos, ni se casarán ni serán dad por lo refutación que se hace de los que te con una segunda resurrección (no mencio- 'ÍÍAWC;; cf., a propósito, H. Schlier, der Romer-
dados en matrimonio» (Mc 12, 25; Mt 20, afirmaban en Corinto que «no hay resurrec- nada), sino que sirve para designar a los que brief[HThK], sub loco). La escatología reali-
30). Según Lc 20, 35, aquí (como en 14, 14) ción de los muertos» (1 Cor 15, 12.13; sobre participan ya en la vida y en el reinado de zada, implicada claramente en esta compren-
se piensa únicamente en una resurrección de esta herejía cf. Sporlein; Becker, Aufer- Cristo aun antes de que termine la historia, y sión del bautismo, condujo por influencia de
los justos: «los que son tenidos por dignos de stehung, 69-76). que no tienen por qué temer a la segunda ideas gnósticas a la afirmación, caracterizada
alcanzar aquel eón y la resurrección de entre En su refutación Pablo recuerda primera- muerte (a la que en otros lugares se hace refe- como herejía en 2 Tim 2, 18, de que «la resu-
los muertos». Para éstos ya no habrá matri- mente la convicción, compartida por todos los rencia como «resurrección para el juicio»; cf. rrección ha acontecido ya». En esta afirma-
monio, porque son inmortales como los ánge- cristianos, de que por lo menos Cristo (4 5) 1 Cor 15, 23s; Oepke, aVLo'tl]!lL; Fiorenza ción se espiritualiza la doctrina central de la
les (así que será superflua toda preocupación resucitó de entre los muertos (1 Cor 15,1-11). [-Schüssler], 115 y 123). Iglesia primitiva y, como ocurre en el caso de
por asegurarse una descendencia), «y son hi- En segundo lugar, enseña que por medio de
271 avá(J'ta<JL~ 272 273 274

los gnósticos, se la identifica con la recepción En la mayoría de las versiones de las pre- contemplada aquí como dolores de parto (cf. fue lleno de poder (cf. 1 Cor 1,24; 2 Cor 13,
de la gnosis, es decir, con el redescubrimiento dicciones sinópticas de la Pasión (Mc 8, 31; v. 32). El anuncio en 13, 33 de que Dios cum- 4; Flp 3, 10; sobre este punto cf. Fitzmyer,
de lo divino que hay en uno mismo (cf. 9, 31; 10, 34 [par. Lc 18, 33]; Lc 24, 7), plió la Escritura «resucitando a Jesús», se 418; acerca de la historia de la tradición con-
Schenke; N. Brox, Cartas pastorales, Barce- avio"trJ!1L se usa en sentido intransitivo y con perfila de manera más clara todavía cuando se súltese Becker, Auferstehung, 18-31).
lona 1974, sub loco). referencia al Hijo del hombre que había sido dice en los vv. 34ss: «Dios le resucitó de en- En Flp 3, 10 Pablo expresa su anhelo de
crucificado, y se define más precisamente tre los muertos, para que nunca más volviera «conocerle a él [a Jesús] y el poder de su re-
5. El verbo avio"tlJ!1L (usado en sentido mediante la frase «después de tres días» o «al a corrupción» (cf., a propósito, Rom 6,9; so- surrección». Así que, para el Apóstol, la resu-
intransitivo) designa la resurrección de Je- tercer día» (~ ~!1ÉQa, ~ tQeL~): «y después
sús en la fórmula prepaulina de fe que lee- bre la argumentación basada en el Sal 16, 10 rrección de Cristo es un acontecimiento que
de tres días resucitará». Aunque esta adición LXX cf. Schmitt). hace de Cristo una fuente de poder para todos
mos en 1 Tes 4, 14: «Jesús murió y resuci- puede referirse a la gran transición de la
tó». Por su relación con «morir», avio"tlJ!1L Según Hech 17, 31, Pablo aduce la resu- los que creen en él y que completan esta fe
muerte a la vida (cf. Lehmann), señala -al rrección de Jesús como prueba de que a Jesús compartiendo la vida y los sufrimientos de Je-
significa aquí claramente la victoria sobre la menos en los evangelios en cuestión-la cone-
muerte. Más aún, el contexto paulino presu- le ha sido dada autoridad para juzgar al mun- sús. Este poder es finalmente el poder de Dios
xión del acontecimiento de pascua con la his- do. En 3, 26 (<<Para vosotros en primer lugar que resucitó a Jesús de entre los muertos (1
pone una existencia personal del resucitado toria y con un punto en el tiempo que es ante-
más allá de la tierra (~ v'lj!ÓW, ~ ava- ha resucitado Dios a su Siervo»), aVLo"trJ!1L Cor 6, 14) Y que es idéntico con el ~ JtVeV!1a
rior al fin del mundo. En unos cuantos textos significa primeramente designar como profe- (l Cor 15, 45; Rom 8, 11) Y es idéntico tam-
Aa!1pávw). Tan sólo como tal, el Crucifica-
relacionados con las predicciones de la Pasión ta (como en Dt 18, 15, citado en Hech 3, 22), bién con la ~ M~a (2 Cor 4,6 y 3,16-18; cf.
do puede ser esperado e invocado ya desde
aparece también aviotlJ!1L (usado nuevamen- pero -teniendo en cuenta el contexto de todo Fitzmyer 420-425).
ahora por la comunidad de fe (cf. 1 Tes 1,
te en sentido intransitivo): Mc 9, 9: «hasta el discurso- significa también resucitar de 1 Pe 1, 3 emplea aváOtaOL~ es una expre-
10; 1 Cor 16, 23 ~ !1aQava {ta). De esta ma-
que el Hijo del hombre haya resucitado de en- entre los muertos. Este doble sentido en el sión a manera de fórmula para designar el
nera, la resurrección de Jesús se distingue de
tre los muertos» (par. Mt 17,9 v.l.); Mc 9, 10: empleo de un término muestra que, cuando acontecimiento por medio del cual Dios co-
un retorno a la vida de este mundo, y avio-
«¿Qué significa: resucitar de entre los muer- Lucas usa el verbo avio"trJ!1L, no sólo tiene en munica la salvación a los bautizados: El nos
"tlJ!1L debe considerarse aquí como una ex-
presión metafórica de una realidad que en úl- tos?» (refiriéndose a la resurrección de Cristo, su mente el terminus a quo de la resurrección hace nacer a nueva vida «por medio de la re-
timo término es imposible de imaginar y que a pesar de ser una formulación generalizada); (la muerte), sino también el terminus ad quem surrección de Jesucristo de entre los muer-
carece de analogía. además, Lc 24, 26; Hech 17, 3; Jn 20,9. La (la instauración de Jesús como Kyrios-Chris- tos». Esta manera de hablar, enraizada evi-
Los enunciados prepaulinos (como afirma adición a manera de fórmula «de entre los tos; cf. 2, 36). Puesto que únicamente en dentemente en la liturgia bautismal, aparece
Becker, Gottesbild) acerca de la resurrección muertos» (~ eydQw 5) define aquí expresa- Hech el verbo aVLo"tlJ!1L, usado en sentido también en 1 Pe 3, 21, donde se dice del bau-
y otros enunciados por el estilo son interpre- mente la resurrección de Jesús como un que- transitivo, designa la resurrección de Cristo, tismo que éste «salva ... mediante la resurrec-
tados de manera diferente -como discurso mi- dar liberado de la región de los muertos; esto parece razonable sospechar que el autor susti- ción de Jesucristo». En el contexto de su refe-
tológico o como un medio de interpretar el aparece claramente por las tradiciones asocia- tuyó el término eydQw, que era más usual y rencia al bautismo (Rom 6, 5; ---+ paJt"ti~w)
significado de la muerte o de la proclamación das con el sepulcro (cf. Kremer, Osterevange- le resultaba a él más familiar, por una expre- Pablo establece en forma breve un contraste
de Jesús- por Bultmann y Marxsen, y en for- lien, 98-112). Prescindiendo de Hech 10, 41 sión que era conocida en el ambiente griego y entre la futura participación en la resurrec-
ma análoga por Becker (<<Gottesbild») y Ha- (donde avio"trJ!1L puede entenderse también helenístico, y lo prefirió como término técni- ción de Cristo y la unión con la semejanza de
senfratz. Sobre esta interpretación cf. Kremer, como transitivo), vemos que aviotlJ!1L (en co para designar la resurrección de entre los la muerte de Jesús.
Zeugnis, 95-128 y 147-149; Lehmann, 340- sentido intransitivo) aparece sólo en textos muertos (cf. Dupont 141-143, en contra de En Hech aváo"taOL~ aparece igualmente
342; Friedrich. secundarios como una manera de designar a Wilckens, Missionsreden, 137-150; Jn emplea como una expresión acuñada. Según Hech 1,
aVÉo"tlJ (l Tes 4, 14) (como el hebreo qum) la resurrección de Jesús (Mc 16,9; Rom 14,9 avio"tlJ!1L en sentido transitivo para referirse 22 los apóstoles son «testigos de su resurrec-
describe la resurrección no como el acto de v.l.). El uso habitual del intransitivo aviotrJ!1L únicamente a la resurrección escatológica de ción» [de la resurrección de Jesús] (cf. 2, 32
quien resucita (según ocurre en documentos en las predicciones marquinas de la Pasión todos los muertos [~4]). [---+ !1áQt'U~]), no como testigos oculares del
más tardíos: Jn 2, 19.21; 10, 7s; IgnEsm 2, 1; podría ser más original que eydQw en Mt y aváo"taOL~ aparece en la formulación pre- proceso, sino como quienes han experimenta-
Jeremias 322 nota 2), sino como la acción de en Lc (cf. Hoffmann, Herkunft; Wilckens, paulina de Rom 1, 4: <<por la resurrección de do al Señor (cf. Lc 24, 28; Hech 1, 3.8; 10,
resucitar que fue hecha posible por el acto de Missionsreden, 139). entre los muertos», en paralelo con «de la si- 41; 13,31; sobre la peculiaridad de los relatos
Dios (cf. la yuxtaposición: «Jesús ... le desper- Fu los discursos de Hech, el verbo (transiti- miente de David». La resurrección se concibe lucanos de apariciones cf. Kremer, Ostere-
tó y él se levantó», Mc 9, 27). CQmo quien ha vo) aVLO"tlJ!1L, juntamente con ---+ eydQw, de- aquí como una especie de nacimiento y nueva vangelien, 153-155) y han sido llamados por
sido liberado de la muerte, Jesús puede levan- signa la resurrección de Jesús. En Hech 2, 24 creación por medio de los cuales Cristo se él. Ellos dan «testimonio de la resurrección
tarse y «vivir» (la combinación de aviotrJ!1L (<<a quien Dios resucitó»), la construcción de convirtió en el poderoso Hijo de Dios «con del Señor Jesús» (4, 33) y, según 4, 2, procla-
y E~lJOeV [~ ~áw] en Rom 14, 9 Koiné es participio «poniendo fin a los dolores de la arreglo al Espíritu de santidad (gloria)>>; no se man «en Jesús la resurrección de entre los
textualmente secundaria pero objetivamente muerte» muestra claramente que aVLo"trJ!1L le declaró sencillamente como tal (no fue en- muertos», es decir, la resurrección que suce-
acertada). expresa la salvación que libera de la muerte, tronizado sencillamente como tal), sino que dió en Cristo o que se halla basada en él como
275 aVá01;U(JL~ - avuo'tQoCPr'¡ 276 277 avuo'tQoCPr'¡ - avu'táoOO[lUL 278

el primer participante (cf. 26,23). Según 17, cuencia también en Plutarco), no podremos El verbo aparece tan sólo 9 veces en el NT vocación que se ha recibido del Dios santo (1,
18, Pablo predicaba en Atenas «a Jesús y la entender aquí este término sino en el sentido (aparte de Mt 17, 22 v.l.; Jn 2,15 v.l.); el sus- 15s), en la identidad de Dios como Padre y
resurrección», es decir, la resurrección de Je- de crucificar (avu- = hacia arriba; tal es la in- tantivo, 13 veces. El término hebreo que se Juez (1, 17) y en la muerte sacrificial de Cris-
sús (no «a Jesús y a la [diosa] Anástasis», co- terpretación que se da generalmente en los co- halla más frecuentemente detrás del verbo to, entendida como «rescate que os sacó de
mo esta hendíadis viene siendo interpretada a mentarios recientes; otra cosa piensa O. Mi- compuesto es súb, y más raras veces halak. El vuestra antigua manera de vivir» (1, 18). La
menudo desde los tiempos del Crisóstomo). chel, Hebriier [KEK], sub loco). Afirmamos sustantivo, en la LXX, lo encontramos única- «buena conducta» se concreta en el hecho de
Lo incomprensible que parecía a los oyentes esto, a pesar de la unánime interpretación de mente en Tob 4, 14; 2 Mac 6, 23. que uno se aparte de las pasiones carnales y se
griegos «una resurrección de entre los muer- avuo'tu1JQóm en la exégesis de la Iglesia an- En Hech 5, 22 avuo'tQÉ<pm significa re- entregue a las buenas obras (1, 14; 2, lIs), te-
tos», referida aquí concretamente a la resu- tigua, que entiende este verbo en el sentido de gresar. En la cita de Am 9, 11 en Hech 15, niendo bien presente cuál ha de ser el juicio de
rrección de Jesús (v. 31), lo vemos por lo que una crucifixión repetida (los testimonios más 16 Dios promete «reedificar la tienda de Dios (3, 16s: ~ ayu{)~ avuo'tQo<P~, «la bue-
se nos dice en el v. 32 (cf. H. Conzelmann, antiguos son Tertuliano, Pud 9, 11 y Orígenes, David, que está caída» (avuo'tQÉ'ljJm XUL av- na conducta», --+ ayu{}U:7tOLÉm). La conducta
Apostelgeschichte [HNT], sub loco). Frente a In Joh a propósito de 8, 40), y a pesar de que OLXO()O[l~om traducen conjuntamente la idea «pura» puede incluso ocupar el lugar de la pa-
las más variadas objeciones, los proclamado- esa misma interpretación aparece en las tra- expresada por 'aqfm). labra como testimonio entre personas casadas,
res recurrían no sólo al testimonio de los ducciones antiguas (Tertuliano, Pud 20; it, es El verbo y el sustantivo se emplean en las a fin de ganar para la fe a los maridos (3, 1.2).
apóstoles y al testimonio del --+ :7tVEV[lU (5, decir, d r 3 ; V g Y otras). Razones de tipo lin- cartas paulinas y en los escritos postpaulinos 2) Por otro lado, la conducta puede consi-
31), sino también al testimonio de la Escritu- güístico y contextual hacen improbable que en el sentido neutro de conducirse, vivir de derarse inapropiada de cristianos y puede ex-
ra (--+ YQu<P~; cf. Kremer, Zeugnis, 52-54); d~ [lE'tÚVOLUV deba relacionarse con avu- determinada manera; pero este sentido se presarse en «obras inicuas» (2 Pe 2, 7s). En
según 2, 31, David habló ya proféticamente o'tU1JQoiíV'tu~ (en contra de Proulx-Alonso consecuencia, los falsos maestros son «los que
cualifica ordinariamente por el contexto, tan-
«de la resurrección de Cristo (cf. 13, 33s). Schokel y Sabourin). Lo más probable es que viven en el error» (2 Pe 2, 18). La certeza de la
to en el aspecto negativo como en el positivo.
el versículo deba entenderse de la siguiente nueva venida de Cristo exige que se persevere
J. Kremer Pablo, en 2 Cor 1, 12, apela al testimonio
manera: «es imposible ... renovar(los) otra vez «en santa conducta [únicamente aquí en plu-
de la conciencia para afirmar «que en el mun-
para arrepentimiento, porque para ellos mis- ral] y obras piadosas» (2 Pe 3, 11), en vista de
do nos hemos conducido (aquí el verbo se usa
avaatatóm anastatoo incitar, perturbar, mos (es decir, para su propio detrimento: da- lo inminente que es el juicio.
como sinónimo de :7tEQL:7tu'tÉm, que es más J. Baumgarten
desviar del camino* tivus incommodi) crucifican al Hijo de Dios y común en Pablo) en santidad y piadosa since-
Hech 17, 6 con objeto de la acción verbal lo exponen a ignominia». Cf. la afirmación ridad, no en sabiduría humana sino en la gra-
't~v ohw1J[lÉv'I']v: «ha alborotado al mundo parecida que se hace en Heb 10, 29. Acerca avatÓ:aao,.at anatassomai redactar, re-
cia de Dios».
entero»; en Gál 5, 12 dícese de los adversa- del empleo de avuo'tu1JQóm en sentido figu- copilar*
En 1 Tim la conducta es un elemento que
rios de Pablo que incitan a la comunidad (en rado, --+ o'tu1JQóm. El único lugar del NT en que aparece este
figura junto a «la palabra, el amor, la fe y la
contra del mensaje de Pablo); sin objeto de la H.-W. Kuhn verbo (en voz media) es Lc 1, 1: E:7tEl()~:7tEQ
pureza» en un catálogo de las virtudes que de-
acción verbal, en Hech 21, 38, dícese de un :7tOAAOL E:7tEXElQ'I']OUv avu'túsuo{}m ()L~y'l']­
ben tener los que ejercen un ministerio (4, 12;
egipcio que incitaba a una revuelta. OLV, «en vista de que muchos han tratado de
en sentido más general en 3, 15). En Heb se
avaan~vó:~m anastenazo suspirar profun- recopilar una historia [clara y ordenada] de
presenta a los dirigentes como modelos, con
damente* las cosas que han sucedido entre nosotros ... »
avaatauQóm anastauroo crucificar* una fe que debe imitarse y con un «fruto de
Me 8, 12: avuo'tEvÚSU~ 'té¡) :7tVE'Ú[lU'tL El verbo empleado en el original significa
Bibl.: Además de los comentarios a Heb 6, 6, con- conducta» que es un ejemplo que debe seguir-
U1J'toií, «suspiró profundamente en su espíri- «disponer de manera ordenada» o «recons-
súltese principalmente, Bauer, W6rterbuch, s. V.; P. se (13, 7). La manera de vivir (13, 5: ó 'tQó-
tu» (es decir, internamente); cf. 2, 8. truir un relato» (Eusebio, HistEccl V, 8, 15).
Proulx-L. Alonso Schiikel, Heb 6, 4-6: d~ [lÉTavOLav :7tO~; 13, 9: :7tEQL:7tU'tELV) se convierte, junto
avaoTUuQo1ívTU~: Bib 56 (1975) 193-209; L. Sabou- El autor de Le 1, 1 echa una mirada retros-
con la «fe», en la expresión observable del ser pectiva a la labor de sus predecesores que ha-
rin, "Crucifying Afresh for One's Repentance» (Heb
6:4-6): BTB 6 (1976) 264-271: J. Schneider, ava- avaatQÉepm anastrepM conducirse, vivir de los cristianos (10, 33), pero es en sí misma bían dispuesto la tradición oral en un relato
oTauQów, en ThWNT VII, 548. (de cierta manera) ambivalente: ordenado, al consignarla por escrito. Lucas no
--+ avuo'tQo<P~. 1) Por un lado, la conducta de la propia vi- los rechaza, pero quiere reemplazarlos por su
En Heb 6, 6 se discute no sólo el sentido del da debe ser «buena» (cf. «buenas obras»; Heb
prefijo avu- en avuo'tu1JQoiív'tu~ sino tam- propia exposición (vv. 3s) basada en un nue-
13, 18; Sant 3, 13; 1 Pe 2, 12; 3, 16s). La pa- vo examen crítico y fidedigno de la tradi-
bién las relaciones sintáticas del verbo en par- avaatQoepÍl, 1];, Í) anastrophe conducta, rénesis de 1 Pe interpreta el presente como el
manera de vivir* ción. Por lo que respecta a los «predecesores»
ticipio. Puesto que en la literatura pagana o tiempo de la prueba, durante el cual los cris-
avua'tQÉ<pw anastrepho conducirse, vivir cf. Diodoro Sículo 1,1,1-3: 3, 1. Bauer, Wiir-
judía avuo'tu1JQóm no aparece nunca en el tianos viven como «extranjeros y forasteros
(de cierta manera)* terbuch, s. v.; Th WNT VIII, 32s (bibl.); G.
sentido de «crucificar de nuevo» (en los pri- (que residen en el país por breve tiempo)>> (2, Schneider, Das Evangelium nach Lukas
meros tiempos del cristianismo, el término Bibl.: G. Bertram, avaoTQÉcpw, en ThWNT VII, [11.]12; 1, 17). La exhortación a comportarse (OTK), sub loco.
aparece principalmente en Josefo y con fre- 715-717; G. Ebel, en DTNT 1, 208s. con «santidad» y «temor» se fundamenta en la H. Balz
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luz del Redentor que amanece en el cielo. La Hebriier (KEK), Gottingen "1966; J. M. Nützel, Die la expresión avacpÉQffi[-lEV 'frvoLav aLvÉaEffi~,
avatÉl.Aw anatello salir Verkliirungserziihlung im Markusevangelium (FzB 6),
--+ avm:oAtí· influencia de la profecía de Balaán es también «ofrezcamos un sacrificio de alabanza» (usán-
Würzburg 1973; K. H. Schelkle, Die Petrusbriefe. Der
evidente en el énfasis con que se afirma que el Judasbrief (HThK), Frankfurt a. M. '1976; K. WeiB, dose el verbo en sentido figurado). Como el
Señor descendía de la tribu de Judá (Heb 7, avaepÉQOl, en ThWNT IX, 62-63, 68-70. autor mismo interpreta estas palabras, el sacri-
avatí:3Ep.tat anatithemai exponer, presen- 14). La imagen se emplea también psicológi- ficio consiste en el «fruto de los labios» que
tar (para su consideración)* camente, cuando se expresa la esperanza de 1. El verbo compuesto aVa<pÉQffi con su confiesan y alaban el nombre de Jesús. ava-
En el NT el verbo aparece únicamente en que la luz del lucero mesiánico amanezca en significación fundamental de llevar a lo alto cpÉQffi tiene el mismo sentido en 1 Pe 2, 5:
voz media: Hech 25, 14; Gál 2, 2; en ambos los corazones (2 Pe 1, 19). (en el griego profano, también de: devolver) «ofrecer sacrificios espirituales aceptables a
pasajes existe la idea de fondo de presentar al- B. Reicke designa 3 veces en el NT un movimiento hacia Dios por medio de Jesucristo» (cf. el v. 9 y la
go para que se proceda a su examen o se adop- arriba (--+ 2) Y es varias veces un término téc- terminología sacrificial, afín pero diversa [no
te alguna decisión al respecto. ThWNT 1,355. nico para designar una acto sacrificial (--+ 3). emplea el verbo avacpÉQffi D, de Rom 12, 1;
avat~É:7tW ana trepo volcar, derribar* Flp 2,17; Rom 15,16; cf. Schelkle, 58s).
Empleado en sentido propio en Jn 2, 15, 2. En Mc 9, 2 par. Mt 17, 1 avacpÉQEL sig- A la luz de la tradición acerca de la Pasión,
avatoAÍ), fí;, i] anatole salida* cuando se dice que Jesús volcó las mesas de nifica (los) lleva a lo alto (a un monte). Este
aVUtÉAACú anatello salir* avacpÉQffi en la cita de Is 53, 12 que aparece
los cambistas de dinero (avaOtQÉcpffi p75 Koi- es el único ejemplo del NT en que aparece en 1 Pe 2, 24 tiene un nuevo significado: «El
Bibl.: A. Charbel, Mt 2, 1.7: RCB 8, 1/2 (1971) 96- né pm; %a'tao'tQécpffi Sin fl3 pc). En sentido avacpÉQffi en presente histórico, cosa que es mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo
103; F. J. Dolger, Sol salutis, Münster i. W. '1925, figurado en 2 Tim 2, 18: trastornar la fe de común en otros documentos. El presente his-
149ss; H. Schlier, av(nD,AOl, avatoA'Í], en ThWNT 1, sobre la cruz». La muerte de Jesús en la cruz
algunos ('ttív 'tLVffiV :7tLOtLV); Tit 1, 11: OttLvE~ tórico significa que el evangelista asigna es- se entiende aquí como una especie de acto sa-
354s.
8A01J~ Or%01J~ avuLQÉ:7t01JOLV, dícese de los pecial significación a avacpÉQffi y lo eleva crificial (cf. Heb 9, 14; 10, 10) que produce la
1. avatÉAAffi, salir (que aparece 9 veces), y falsos maestros de Creta «que trastornan fa- por encima de una simple indicación de cam- «eliminación» de los pecados. Esta afirma-
avatoAtí, salida (que aparece 10 veces), se milias enteras». bio de lugar.
usan para referirse a la salida del sol y de las ción relativa a la muerte de Jesús, que es más
En Lc 24, 51: aVEcpÉQEto, él era llevado un enunciado plástico que una definición cla-
estrellas y a la aparición de nubes en el cielo hacia arriba (un texto discutido en crítica
(Mc 16, 2; Lc 12, 54; Sant 1, 11). El este es el avat~Éq>w anatrephO criar, educar* ra, se deriva de los varios significados de los
Tan sólo en Lucas-Hechos dícese de la crian- textual pero que seguramente es original; es sinónimos hebreos ns' y sbl (llevar, sacrificar,
lugar donde «sale el sol» (Ap 7, 2; 16, 12) o la única vez que aparece en Lc). Se logra una
simplemente el oriente (plural en Mt 2, 1; 8, za de un niño: Lc 4, 16 v.l. (B Koiné pm 'tE- eliminar). Este significado se expresa más
1tQa[-l[-lÉvo~ ); Hech 7, 20; 22, 3; dícese de la definición más precisa de la acción expresada claramente aún en Heb 9, 28, donde ava-
11; 24, 27; Lc 13,29; singular en Ap 21, 13). por 6LÉO'tl], al describirse (en imperfecto) el
La salida diaria del sol es expresión de la bon- educación en Hech 7, 21 (avE1tQÉ'tjJato autov cpÉQffi en la cita reinterpretada de Is 53, 12 de-
Éa1Jtñ EL~ 1JLÓV, ella «lo educó como si fuera proceso de la ascensión de Jesús como la ex- signa como finalidad del sacrificio de Cristo,
dad divina (Mt 5, 45); por otro lado, el fuerte periencia de que él era arrobado a lo alto (cf.
su propio hijo). W. C. van Unnik, en Id., Spar- ofrecido de una vez para siempre, la de «elimi-
calor ejemplifica lo que es un efecto destruc- Hech 1.9-11: E:7ttíQ1tl], avaAl][-lcp1td~). av a-
sa collecta 1, Leiden 1973,259-320 y 321-327. nar los pecados de muchos» (cf. el contexto).
tor (Mt 13,6 par. Mc 4, 6; Sant 1, 11). cpéQffi no se halla atestiguado en este sentido
J. Kremer
en la LXX (--+ avaAa[-l~ávffi), pero se en-
2. Los sabios que vinieron del oriente (Mt avaq>atVW anaphaino hacer que aparezca, cuentra en relatos profanos sobre arrobamien-
2, 1) habían observado la salida de una «estre- (en pasiva) aparecer* tos (Lohfink, 171). avaq>wvÉw anaphoneo gritar, exclamar*
lla» que les anunciaba el nacimiento del Rey Voz pasiva en Lc 19, 11: «el reino de Dios Lc 1, 42: aVEcp<Í:JVl]OEV xQa1JYñ [-lEyáATI,
de Israel (2, 2.9). Como sucede de ordinario iba a aparecer inmediatamente»; voz activa
3. Como término técnico para expresar la «exclamó en voz muy alta».
en Mt, se trata del cumplimiento de una profe- en Hech 21, 3: avacpávavtE~ bE 't~v Kú-
cía, concretamente del oráculo de Balaán acer- :7tQov (avacpuvÉv'tE~ en A C Koiné E pm, cf. acción de ofrecer un sacrificio, avacpéQCú
ca de la estrella que habría de salir de Jacob BlaB-Debrunner § 159 nota 2), «cuando hici- (muy frecuente en la LXX) designa en Sant 2, aVÚX\Jm;, EW;, i] anachysis desborda-
(Núm 24, 17: avm:EAEL uO'tQov, «saldrá una mos que apareciera Chipre» (= cuando nos 21 el sacrificio de Isaac como el acto que lleva miento, extensa corriente*
estrella»). En tiempo de Jesús se ocupaban es- acercamos lo suficiente para avistar Chipre); a su perfección la fe de Abrahán (cf. Heb 11, En el NT se usa únicamente en sentido fi-
pecialmente de esta profecía los esenios de cf. BlaB-Debrunner § 309 nota 2. 7). En Heb 7, 27a designa el sacrificio que de- gurado: 1 Pe 4, 4: aOffitLa~ aVáX1JOL~, «des-
Qurnrán, al este de Jerusalén (lQM 11, 6s; CD be ofrecerse diariamente en el templo, y en 7,
bordamiento de vida desenfrenada».
7, 18-21; 4QTest 9-13), donde se estudiaban 27b el sacrificio de Cristo que, por contraste,
también fenómenos celestes (cf., a propósito, avaq>É~w anaphero traer, ofrecer* se ofreció de una vez para siempre. En estrecha
Hen [et] 72, 1-8; 82, 1-20; cf. Hen [gr] 11, 1. Significación fundamental - 2. Mc 9, 2 par.; Lc dependencia de expresiones que aparecen en el avaxw~Éw anachOreo retirarse, alejarse,
1-16,8). El padre del Bautista (Lc 1,78) Y el 24, 51 - 3. Terminología de los sacrificios AT (por ejemplo, Os 14,3) y que son comunes regresar*
evangelista Mateo (cf. la cita de Is 9, 1 en Mt en los escritos de Qurnrán (lQS 9, 3-5: 10, El verbo aparece 14 veces en el NT. De
Bibl.: G. Lohfink, Die Himmelfahrt Jesu (StANT
4, 16) se hallaban interesados igualmente en la 269, München 1941; O. Michel, Der Brief an die 8.14, cf. Michel, 558s), aparece en Heb 13, 15 ellas, 10 veces en Mt (4 veces en Mt 2, 12-22).
283 284 285 286

Regresar d¡; 't~v XWQuv mJ-r&v, «a su propio siánicos» [O. Bauernfeind, Apostelgeschichte cosas y el secuestro de personas, y que fre- ción en el contexto del discurso escatológico
país» (Mt 2, 12; cf. v. 13), d¡; 't~v rUALAULUV, (ThHK), sub loco] no puede justificarse ni cuentemente relacionaba Ex 20, 15 con el se- (Mc 13, 3). Por ser palestinense grecoparlan-
«a Galilea» (4, 12); alejarse, escapar d¡; por el uso normal de esta expresión [~ 1] ni cuestro de personas; cf. MekEx 77b sobre Ex te, Andrés aparece (dos veces) en Jn 12, 22,
A'íyuJt'tov, «a Egipto» (2, 14), d¡; 'tu f.LÉQ1'] por el contexto.) Estos tiempos son los mis- 20, 15; cf. también Filón SpecLeg IV 13. Bi- juntamente con Felipe, como mediador en las
'tfí¡; rUALAULU¡;, «a la región de Galilea» (v. mos que «los tiempos de restauración» (v. 21 llerbeck 1810-813; J. Jeremias, 1-2 Timotheus relaciones con prosélitos griegos (seguramen-
22); retirarse ExE1{h:v, «de allí» (12, 15; 14, ~ a:rr:oxu'táO'tUOL¡;, es decir, que los tiempos und Titus (NTD), sub loco. te por sus conocimientos de la lengua griega).
13; cf. 15, 21); empleado juntamente con de la salvación definitiva.
a:rr:eA'frWV, «se fue corriendo» (Mt 27, 5); Mc Aunque la designación del tiempo de la sal- 3. Mientras que Mc recoge cuatro tradicio-
3, 7 (par. Mt 12, 15); Jn 6, 15 (v.l. cpeÚYEL vación como XaLQOL avmjJÚSeW¡; no tiene 'AvbQia~, 0\1 Andreas Andrés* nes relacionadas con Andrés, vemos que Mt
Sin* lat sy'); avuxwQ~OU¡; xu't' L()LUV, «reti- precedente directo en la LXX o en la literatu- recoge sólo dos (10, 2 que se armoniza con 4,
1. Aparición del vocablo - 2. Información biográfi-
rándose aparte (con él)>> (Hech 23, 19); en ra apocalíptica (cf. Lohfink, 232), sin embar- ca - 3. Andrés en la redacción de los Sinópticos y en 18), sin pretender por ello aminorar la función
sentido absoluto (26, 31); alejarse, salir (Mt go hay muchos paralelos de la idea expresada Juan de Andrés. Lucas recoge tan sólo una (armo-
9, 24; en sentido absoluto). D. Good, The en esta frase (por ejemplo, 4 Esd 7,91.95; 11, nizando alternativamente en el Evangelio y en
Bibl.: P. M. Peterson, Andrew, Brother of Simon Pe- Hechos las listas de los Doce tomadas de la
Verb avuxwQÉw in Matthew' s Gospel: NovT 46; ApBar [gr] 73-74; Hen [et] 96, 3). En el ter. His History and his Legend (NovTS 1), Leiden
32 (1990) 1-12. doble tradición): en su única referencia a An-
NT se hallan en consonancia con ello aVeOL¡; 1958; R. Pesch, Das Markusevangelium 1-11 (HThK),
Freiburg i. Br. 1976-1977. drés en el Evangelio, Lucas le presenta como
en 2 Tes 1, 7 (en estrecha relación con «de la
el hermano de Simón (Lc 6, 14), le elimina de
avá\IJUSI~, fOJ~, 1] anapsyxis refrigerio* presencia del Señor»), xu-.;á:rr:UUOL¡; en Heb
1. En el NT se menciona a una sola perso- la tradición acerca de la vocación al discipu-
3, 11; 4, 11, Y OUPPa'tLOf.LÓ¡; en Heb 4, 9 (cf. lado (5, 10), Y le omite (lo mismo que hace
Bibl.: O. Bauerfeind, Tradition und Komposition in na que lleva el nombre -genuinamente grie-
Kriinkl, 194). La expectación del tiempo de la Mateo), primeramente, concentrando en Jesús
der Apokatastasisspruch Apg 3, 20J, en FS Michel, go- de 'AV()QÉU¡;. Se le menciona en Marcos
13-23; E. Krlinkl, Jesus der Knecht Gottes, Mün- salvación como refrigerio que seguiría a las el milagro de curación de Mc 1, 29-31 y, en
4 veces, en Mateo 2, en Lucas 1, en Hechos 1
chen 1972, 193-198; G. Lohfink, Christologie und Ge- tribulaciones es un tema corriente en los es- segundo lugar, generalizando la introducción
schichtsbild in Apg 3, 19-21: BZ 13 (1969) 223-241, y en Juan 5 veces, en tradiciones que hablan
critos de Lucas (por ejemplo, Hech 9, 16; 14, al discurso escatológico de Mc 13, 3 par. Ma-
principalmente 230-233; E. Schweizer, avá'IjJ1J~LI;, en de la vocación al discipulado (Mc 1, 16 par.;
ThWNT IX, 665s.
22; Lc 21, 7-19.28.36). Por tanto, el empleo yor significación se atribuye a Andrés en la
Jn 1,40.44), en listas de los Doce (Mc 3, 18
de avá'tjJuSL¡; en Hech 3, 20 puede proceder tradición joánica, donde él es el primero en
1. El sustantivo, que en el NT aparece una par.; Hech 1, 13), en una tradición local aso-
de Lucas (posiblemente como su propia ma- ser llamado al discipulado (1, 40), donde se
ciada con Cafarnaún (Mc 1,29), en el discur-
sola vez, en Hech 3, 20 (cf. avm.púxw, refres- nera de reflejar una tradición anterior). menciona su función de mediador (12, 22), Y
so escatológico pre-marquino (Mc 13, 3), en
car, refrigerar), significa también la acción de donde se le menciona también en lo que es
J. Kremer la versión joánica del milagro de la multipli-
secar (sanar) una herida, refrescar, aliviar o re- quizás material redaccional (6, 8).
cación de los panes (Jn 6, 8) Y en el material
cuperarse (Filón Abr 152). En Ex 8, 11 (el R. Pesch
peculiar de Jn (12, 22).
único ejemplo en la LXX) avá'tjJUSL¡; signifi-
ca la liberación de la plaga de las ranas. avatjJ'úxOJ anapsychiJ refrescar, refrigerar*
2 Tim 1, 16 (transitivo); en sustitución de
2. Andrés, hermano de Simón Pedro (Mc avbQí,~O!lal andrizomai portarse varonil-
2. En Hech 3, 20 avá'tjJUSL¡; se halla en un ouvuvu:rr:UÚOf.LaL en Rom 15, 32 D G lat (in-
1, 16 par. Mt 4, 18; Jn 1,40), era de Betsaida mente *
contexto (3, 19-20) que sorprende como ex- transitivo ). (Jn 1,44) Y quizás en compañía de Simón se 1 Cor 16, 13 (cf. Sal 26, 14 LXX; 30, 25
traño y que se ha interpretado a menudo (por había trasladado a Cafarnaún (Mc 1,29), don- LXX) juntamente con YQ1']YOQel1:e, O't~Xe'te
ejemplo, por Bauernfeind; cf., a propósito, de los hermanos ejercían el oficio de pescado- y xQu'taLouo'fre. Cf. también 1 Mac 2, 64;
Lohfink) como vestigio de una antiquísima avbQmtobl(J'ttí~, otl, Ó andrapodistes res (1, 16 par.). Andrés se contaba entre los Herm (v) 4, 3).
cristología (¿originalmente una tradición acer- secuestrador, traficante de esc1avos* primeros discípulos de Jesús (1, 16 par.; Jn 1,
ca de Elías?). En cuanto genitivo dependiente En un catálogo de vicios que enumera a los 40) Y pertenecía al grupo de los Doce (Mc 3, 'AVbQÓVIXO~, 0\1 Andronikos Andrónico*
de XaLQOL, el sustantivo avá'tjJUSL¡; caracteri- que quebrantan los mandamientos del Decá- 18 par.; Hech 1, 13). En la misión de la Igle- Un misionero judeocristiano que, junta-
za a XaLQOL como «tiempos de refrigerio», logo (1 Tim 1, 9s), después de los aV()Qocpó- sia primitiva, pudo haber formado equipo con mente con Junia(s), es receptor de los saludos
que, en contraste con los tiempos anteriores, VOL¡; (quinto mandamiento), :rr:ÓQVOL¡; y aQOe- Pedro para constituir una pareja de misione- de Pablo (Rom 16, 7). A ambos se los designa
hacen que se viva de nuevo. La adición «de la VOXOL-raL¡; (sexto mandamiento) y antes de ros. Su rango en la Iglesia primitiva queda re- como oUyyeVE1¡; f.Lou XUL OUVaLXf.LUAWWU¡;
presencia del Señor» caracteriza a esos «tiem- los 'tjJeÚO'taL¡; y EmóQxOL¡; (octavo manda- flejado en su posición en la lista de los Doce f.Lou y asimismo como E:rr:L01']f.LOL EV WL¡; a:rr:oo-
pos», juntamente con los beneficios que ellos miento) se hallan los aV()Qu:rr:o()Lo'tuL Esto en. la que se le menciona en cuarto lugar (Mc 'tÓAOL¡;. Por tanto, Andrónico posee el rango
aportan, como dones procedentes de Dios. se ajusta a la antigua manera rabínica de ex- 3, 18; Hech 1, 13; en Mt 10, 2 Y Lc 6, 14 [re- de apóstol (E. Kiisemann, An die Romer3
(La interpretación en el sentido de «respiros poner el séptimo mandamiento del Decálogo daccional] se le menciona en segundo lugar), [HNT], sub loco). Pablo acentúa que ambos
en medio de la calamidad de los dolores me- (Ex 20, 15), que distinguía entre el robo de y en su función como receptor de la revela- habían llegado a la fe antes que él. BHH 1,93;
287 'AVbQÓVLXO~ - aVEl-w~ 288 289 290

J. Roloff, Apostolat - Verkündigung - Kirche, aVEXtótEQOV Ea1:m, será más tolerable, se AUtjJ [.tEyáATJ aVÉ[.to'U, una violenta tempestad tigar, tratar de descubrir». Las acciones de
Gütersloh 1965, 60s. usa para referirse a que el día del juicio final de viento (Mc 4, 37; cf. Lc 8, 35). Una tradi- Dios en relación con Israel se basan en los
será más tolerable para Sodoma (Gén 19, ción semejante aparece en el relato que cuen- «inescrutables juicios» divinos, ante los cua-
les la reflexión teológica paulina -y toda re-
avbQocpóvo~, Oll, (, androphonos asesino* 24ss) que para los lugares en que Jesús desa- ta cómo Jesús caminó sobre las aguas del lago
rrolló su actividad (Mt 10, 15; 11, 24 par. Lc (Mc 6, 48.51 par. Mt 14, 24.32; cf. Jn 6, 18 flexión teológica- desemboca en la alabanza
1 Tim 1, 9 en un catálogo de vicios, con re-
10, 12). En Mt 11, 22 par. Lc 10, 14 se dice [¡no aparece en Lc!]) y cómo Pedro se hundía de Dios. Las razones para las acciones de
ferencia al quinto mandamiento del Decálo-
esto mismo, refiriéndose esta vez a Tiro y Si- entre las olas (Mt 14, 30). Dios permanecen inaccesibles a la reflexión
go; --+ aveQUltOeLa1:~¡;:;. teológica. ThWNT 1,359; DTNT 11, 128.
dón Os 23; Ez 26-28). Parece que esta frase se Los ejemplos del uso de este vocablo que
tomó de Mt 10, 15 para insertarla secundaria- aparecen en Hech se concentran en el relato
aVÉYxJ"lI'tO~, 2 anegkletos irreprochable, del viaje de Pablo a Roma (Hech 27, 4.7. aVE;í,xaxo~, 2 anexikakos dícese de quien
mente en Mc 6, 11 Koiné pm. ThWNT 1,
intachable* soporta la injusticia y es paciente*
360s. 14.15). Siempre hay vientos contrarios, espe-
En 1 Cor 1, 8 dícese de la comunidad que cialmente el viento huracanado o «tifón» (avE- 2 Tim 2, 24, refiriéndose al cristiano (¡)0'Ú-
será irreprochable en el futuro juicio divino; AO¡;:; X'UQlO'U) que debe ser «paciente», además
[.to¡;:; t'UCjlWVLXO¡;:; Ó XUAO'Ú[.tEVO¡;:; dJQUX'ÚAWV,
de manera parecida se habla en Col 1, 22 aVEAEÍ),..,mv, 2 aneleemon despiadado* de ser ~mo¡;:; y eL¡)uXtLXÓ¡;:;. El adjetivo se ha
v. 14)
(añadiéndose también los calificativos de Aparece en una lista de vicios en Rom 1, 31 formado a base del verbo --+ aVÉxo[.tm.
La expresión be 1:WV tW<J<xQwv aVÉ[.twv en
áylO'U¡;:; XUL a[.t<Í:l[.to'U¡;:;). En 1 Tim 3, 10 díce- juntamente con aa'UV'frÉto'U¡;:; y aatóQYo'U¡;:;; Mc 13, 37 par. Mt 24, 31 significa los cuatro
se esto mismo de OL eLáxovm; en Tit 1, 6.7, Tit 1,9 v.l. ThWNT 11,483; DTNT 111, 99s. aVE;txví,aCJ'to~, 2 anexichniastos que no
puntos cardinales de los que soplan los vien-
de Tito y de los EltlaXOltm, todos los cuales se puede saber o averiguar, inescrutable*
tos, es decir, todas las regiones de la tierra has-
deben ser personas intachables. ThWNT 1, Rom 11, 33; Ef 3, 8. Como el verbo E1;LX-
aVÉAEO~, 2 aneleos sin compasión, sin mi- ta los confines entre la tierra y el cielo; cf. el
358s; DTNT IV, 370s. vLátw en el que está basado, el adjetivo tiene
sericordia* desarrollo de esta imagen en Mc 13, 27b (Dt
13, 8; 30,4 LXX; cf., a propósito, E. Schwei- su origen en el griego de la LXX (cf. Job 5,9;
aVExbtÍ)Yll'to~, 2 anekdiegetos inexpre- Sant 2, 13: El juicio final será sin miseri- 9, 10; 13,24). En Rom 11,33 intensifica aún
zer, Das Evangelium nach Markus 4 [NTD], sub
sable, indescriptible* cordia para el que no haya mostrado miseri- más el precedente aVE1;E~u'ÚVTJt0¡;:; (cf. Sui-
loco) y la redacción mateica en Mt 24, 31 b; cf.
En 2 Cor 9, 15 dícese de los bWQEá de Dios, cordia: xQlaL¡;:; aVÉAEO¡;:; ttT> [.ti] ltOL~aUVtL das, s. v.: aVE1;E'ÚQTJt0V ov /lTJeio LXVO¡;:; Eaúv
también Ap 7, 1 (bis).
cuya abundancia no puede expresarse en pa- EAEO¡;:;. ThWNT 11, 483; DTNT I1I, 99s; BlaB- EÚQELV. Así que, según Pablo, la historia per-
Por lo demás, aVE[.to¡;:; aparece frecuente-
labras, pero que se manifiesta en el hecho de Debrunner § 120 nota 3. ceptible no conduce siquiera a descubrir las
mente en imágenes y comparaciones. Mt 11,7
que las comunidades de Acaya hayan sido ca- huellas de los verdaderos caminos de Dios.
par. Lc 7, 24 meciona la caña agitada por el
paces de reunir una generosa colecta. Y, así, el Sobre las relaciones con la gnosis cf. ThWNT
aVE,..,í,~o,..,at anemizomai ser agitado por viento; de ella se diferencia muy bien Juan el 1,359s.
v. 15 es eco de la idea expresada por medio de el viento* Bautista. En Ef 4, 14 encontramos la imagen
las palabras eL<x 1:i]v últEQPáAAo'Uauv XáQLV En el NT este verbo aparece únicamente en de «todo viento de doctrina», ltUvtL aVÉ[.tep
en el v. 14. voz pasiva: en Sant 1, 6, donde se expresa la tfí¡;:; ch6uaxuAlu¡;:;, por el cual son agitados de aVEnaí,CJXllV'tO~, 2 anepaischyntos dícese
imagen de que el que duda es semejante a la acá para allá los que no tienen «madurez» en de quien no tiene de qué avergonzarse*
aVEXAáAlI'tO~, 2 aneklaletos inexpresa- ola del mar agitada por el viento y zarandea- la fe. Otros usos de este término en sentido fi- En 2 Tim 2, 15 dícese de Timoteo, discípu-
ble* da de una parte para otra (QLmto[.tÉvcp). gurado pueden verse en Sant 3,4; Jds 12 y Ap lo del Apóstol, que debe ser un EQyátTJ¡;:;
1 Pe 1, 8: XUQf¿. aVEXAUA~1:ep (en paralelo 6,13. aVEltUlaX'UVto¡;:;, «un obrero que no tiene por
con eEeo1;ua[.tÉvn ); cf. Polic 1,3. H. Balz qué avergonzarse de su trabajo».
liVE,..,O~, Oll, (, anemos viento*
aVÉXAEt:7t'tO~, 2 anekleiptos inagotable,
Este término aparece 31 veces en el NT. De aVEní,AlI,..,n'tO~, 2 anepilemptos irrepren-
ellas, 25 veces en los evangelios y Hech, y 3 aVÉvbEX'tO~, 2 anendektos imposible* sible, sin tacha*
imperecedero* en e1Ap. Lc 17, 1: aVéveEX1:ÓV EatLv toií tu axáv- En el NT este vocablo aparece únicamente
En Lc 12, 33 dícese del inagotable tesoro El viento se menciona como un poder des- ¡)UAU [.ti] EA'frELV, es imposible que no lleguen en 1 Tim, y dícese del EltLaXOlto¡;:; en 3, 2, de
en el cielo, que se consigue cuando uno vende tructor en Mt 7, 25.27 (en plural). A Jesús se tentaciones = «han de llegar con seguridad las viudas en 5, 7, Y de Timoteo Quntamente
los bienes terrenos. le presenta como el Señor que domina los po- tentaciones para pecar». con aaltLAo¡;:;) en 6, 14. Cf. MartPol 17, 1.
deres del viento o de los vientos, en el relato
aVEX'tó~ (avEx'tÓ'tEQO~), 2 anektos (an- sinóptico acerca de la tempestad calmada (Mc aVE;tQa'ÚVlI'to~, 2 anexeraunetos ines- avÉQxo,..,at anerchomai subir*
ektoteros) tolerable* 4, 37.39 [bis].41 par. Mt 8, 26.27 Y Lc 8, crutable* Jn 6,3: d¡;:; to oQo¡;:; (altfjA'frEv Sin* D pc);
En el NT aparece únicamente el neutro de 23.24.25; en la narración se acentúa el poder Rom 11, 33. El significado preciso de la pa- Gál 1, 17.18: ?L¡;:; 'IEQoaóAv[.tu (v. 17 altfíA-
este adjetivo en grado comparativo. La frase devastador del viento con las palabras AUi:- labra se deriva del verbo E1;EQE'Uváw, «inves- 'frov pSI B D G al).
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aVE(n;, Ero;, Í) anesis alivio, descanso, ali- avÉxo"at anechomai soportar, aceptar, aVEljJtó;, ou, Ó anepsios primo* hombre en contraposición a la mujer - 5. A propósito
geramiento* de ICor 11, 7 - 6. Seres sobrenaturales.
condescender* Col 4, 10: «[Juan] Marcos, el primo de Ber-
En Hech 24, 23 Pablo va a recibir algún ali- El verbo aparece 15 veces en el NT con es- nabé. Bibl.: J. Kühlewein, 'H (hombre); gbr (ser supe-
vio en las condiciones de su encarcelamiento: pecial concentración en la discusión (irónica) rior), en DTMAT 1, 210-222; 568-574; A. Oepke,
aV1ÍQ, en ThWNT 1,362-364; E-W. Eltester, Eikon im
eXELv 'tE aVEaLv. 2 Cor 2, 13 Y 7,5 hablan res- de 2 Cor 11 (donde aparece 5 veces: vv. 1 [bis], aV1)t'tov, OU, tó anethon eneldo* NT (BZNW 23), Berlin 1958, 125-127, 153-156; J.
pectivamente de la falta de descanso en la 4, 19 Y 20). El verbo se halla siempre en voz Mt 23, 23 menciona el eneldo (Anethum Jervell, [mago Dei (FRLANT 76), Gottingen 1960,
mente y en el cuerpo de Pablo. aVE<JL~ se ha- media y rige genitivo (cf. BlaB-Debrunner § graveolens) con otras plantas que se utilizan 292-312; P. Trummer, Einehe nach den Past: Bib 51
lla en contraposición a {)).,;¡;'ljn~ en 2 Cor 8, 13: 176, 1 con la nota 1). (1970) 471-484.
para sazonar (~Moa¡.tov, '){'Ú¡.tLVOV), las cua-
cf. 2 Tes 1, 7, donde Dios recompensará Con personas como objeto de la acción ver- les, según la opinión de los rabinos, estaban 1. aV1ÍQ aparece en el NT 216 veces, en-
(aV'tuJtoboiJvm en el v. 6) con refrigerio a bal: Mc 9,19 par. Mt 17, 17 Y Lc 9, 41 en la sujetas al pago del diezmo con arreglo a lo contrándose más de la mitad de las veces en
los 1'tAL~Ó¡.tEVOL por su actual aflicción. pregunta exasperada de Jesús: «¿Hasta cuán- preceptuado en Núm 18, 12; Dt 14, 22s. Bi- los escritos lucanos (27 en el Evangelio y 100
ThWNT 1, 367s. do tendré que soportaros?»; con a"""1ÍAwv llerbeck 1, 932s; BHH 1, 344s. en Hechos). El resto de los ejemplos del uso
como objeto, para referirse al deber de sopor- de este término se distribuye entre otros 16
tarse mutuamente (en el amor): Ef 4, 2; cf. documentos del NT, principalmente en Mateo
avuá~ro anetaz6 tomar declaración* avÍlxro anek6 ser conveniente, ser apro-
Col 3, 13; en el sentido de permitir (que se ce- 8 veces, Romanos 9 veces (siete de ellas en 7,
Tecnicismo jurídico empleado a propósito piado*
lebre un juicio): Hech 18, 14. 2s) y 1 Corintios 32 veces (de las cuales 16 se
del interrogatorio de Pablo ante los soldados En el NT este verbo se usa siempre como
Con cosas como objeto de la acción verbal: hallan en el capítulo 7, y 14 veces en 11, 3-
romanos en la Torre Antonia (Hech 22, 24. impersonal (Ef 5,4; Col 3, 18; Flm 8). La ex-
2 Tes 1, 4: Ev ... 'tUL~ 1'tAltjJEOLV ut~ avÉXE01'tE 14). Filipenses, 2 Timoteo, Filemón, Hebreos,
29). La expresión ¡.tácJ'tLl;LV aVE'tá~E01'tm se presiónEJtL'táaaELv aOL 'to avfíxov, «man-
(sobre la atracción del pronombre relativo, cf. 2 Pedro, 1-3 Juan y Judas no emplean en ab-
refiere al interrogatorio llevado a cabo bajo la darte que cumplas con tu deber (cristiano)>>
BlaB-Debrunner § 294 nota 2); Heb 13, 22: soluto este vocablo.
aplicación de tortura (en forma de flagela- (Flm 8) tiene ya sus antecedentes, fuera del
avÉXE01'tE 'toiJ A.óYOlJ 'tfí~ JtuQuxA1ÍaEw~,
ción), una práctica que no estaba permitida NT, en la ética del estoicismo (cf. el título del
«¡soportad de buena gana mi palabra de ex- 2. aV1ÍQ puede designar al ser humano en
cuando se trataba de ciudadanos romanos (cf. escrito de Zenón IlEQt 'tOiJ xu1't1Íxov'tO~) y
hortación!»; un enunciado semejante, esta vez general. avbQE~ son la gente (Mt 14, 35; Lc
Hech 16, 37; 22, 25). penetró en la parénesis del cristianismo pri-
en sentido negativo, en 2 Tim 4, 3. 5, 18; 11,31; al referirse a números de perso-
En 2 Cor 11 Pablo juega con el sentido del mitivo a través del judaísmo helenístico (cf. 1 nas: Mc 6, 44; Lc 9, 14; Jn 6, 10 [a diferencia
aVEU aneu (con genitivo) sin* Mac 10,42; Aristeas 245). ThWNT 1,361; E. de Mt 14, 21, donde el término se refiere úni-
verbo. En primer lugar pide a los corintios
Preposición que rige genitivo y que tiene en Schweizer, La Carta a los colosenses, Sala- camente a varones]; Hech 4, 4 [en contraste
que soporten de él un poco de insensatez (una
gran parte el mismo significado y el mismo manca 1987, acerca de Col 3, 18. con 8, 3.12; 17, 12, donde se usan diferentes
cosa como objeto de la acción verbal, v. la),
uso que XWQL~. Mt 10, 29: aVElJ 'tOiJ Jtu'tQo~ lo mismo que le soportan ya a él (indicativo, palabras para referirse a los hombres y a las
u¡.trov, «sin el consentimiento y el conoci- cf. R. Bultmann, Der zweite Korintherbrief avijJ..t'tov anelthon (aoristo segundo) subir mujeres]). aV1ÍQ puede acompañar a términos
miento de vuestro Padre»; 1 Pe 3, 1: aVElJ [KEK], sub loco). Luego, en el v. 4, hace notar -> aVÉQxo¡.tm. que sirven para designar características, fun-
A.óYOlJ, dícese de las mujeres que, sin necesi- sarcásticamente que los corintios «sufren ... de ciones y orígenes de los individuos: aV~Q
dad de decir una sola palabra, pueden ganar buena gana» (XUAro~ avÉXE01'tE en sentido JtQo<P1Í't'% (Mc 6, 20; Lc 24, 19), aV~Q
aVÍI"EQo;, 2 anemeros salvaje, indómito* á¡.tuQ'twA.ó~ (Lc 5, 8), aV~Q <pOVE'Ú~ (Hech 3,
con su conducta a sus respectivos maridos absoluto o bien con la frase anterior como ob- En 2 Tim 3, 3 juntamente con bLá~OAOL, 14), aV~Q A.óyLO~ (Hech 18, 24), avbQE~
que están cerrados al evangelio; 4, 9. jeto de la acción verbal) cuando alguien llega
aXQu'tEL~, a<pLAáyu1'tOL y con otras expresio- NLVElJL'taL (Mt 14,21 par. Lc 11,32). Lo mis-
con un mensaje diferente (sobre la construc- nes que se refieren a la conducta de los hom- mo sucede en los papiros: aV~Q ~LULO~ (Prei-
ción y el problema textual cf. Bultmann, sub
aVEl't'tuo;, 2 aneuthetos inadecuado, bres en los «últimos días». sigke, Sammelbuch, 4284, 9 [siglo III p.C.]),
loco). Pablo sigue usando el verbo de manera
desfavorablemente situado* aV~Q ao<pó~ (PapHibeh 27, 19 [siglo III
semejante en los vv. 19 (avÉXE01'tE 'trov a<pQó- a.C.]).
Hech 27, 12: dícese del puerto KUAOt AL- aVÍlvE"{xa anenegka (aoristo segundo)
vwv) y 20 (donde el objeto de la acción ver-
¡.tÉVE~, que era inadecuado para invernar en traer, 'ofrecer
bal es la oración subordinada eL 'tL~ u¡.tii~
él. -> avu<pÉQw. 3. aV1ÍQ es la persona respetada, por con-
xU'tUbOlJAOL). traste con el pobre (Sant 2, 2; Ec10 10, 23), el
El verbo se emplea también en sentido ab- hombre maduro por contraste con el niño a
aVEUQtCJXro aneurisk6 encontrar, hallar soluto (o con un objeto que debe suponerse aVÍlQ, avbQó;, ó aner hombre quien es fácil engañar (1 Cor 13, 11), Y se da
(buscando) * por el contexto) en 1 Cor 4, 12. ThWNT 1, por supuesto que el cristiano, en principio, ha
1. Aparición del vocablo en el NT - 2. aV1ÍQ como
Lc 2, 16; Hech 21, 4; en ambos casos se re- 360s, DTNT I1I, 234s. tér~i~o genérico para designar a los seres humanos - superado ya el período de la infancia (Gá1 4,
fiere a personas. H. Balz 3. aVf]Q en combinación con ciertos adjetivos - 4. El 3). Según Ef 4, 13, cada uno de los cristianos
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debe llegar a ser 'tÉA.ELO¡; uvi¡Q en sentido me- protegido contra los demonios en virtud de su
para describir lo perecedero que es quien con- Bauer, Worterbuch, S. V. (bibliografía); S. Mo-
tafórico, alcanzando «la unidad de la fe», «el propia semejanza con Dios. La comunidad,
fía en la riqueza (Sant 1, 10.11); Y emplea la renz: ThLZ 78 (1953) 187-192; W. Klassen:
conocimiento del Hijo de Dios», la «madurez evidentemente, había sacado extensas conse-
cita de Isaías (incluido el V. 8) para establecer NTS 9 (1962-1963) 337-350; L. Ramaroson:
viril» de Cristo. Más tarde, basándose en es- cuencias de la abolición de la distinción entre
un contraste con lo imperecedera que es la ac- Bib 51 (1970) 230-234.
tas ideas, se pensó que únicamente como va- los sexos (Gál 3, 28), una disposición que se
ción salvífica de Dios (1 Pe 1, 24; cf. vv. 18 H. Balz
rón puede uno entrar en el reino de los cielos aplicaba sólo al ámbito sacramental (<<en el
(cf. EvTom 114, en contraste con lo que se di- Señor», 1 Cor 11, 11). Y 23).
ce en 1 Pe 3, 7; Tertuliano, Culto fem. 1, 2, 5; 6. De conformidad con Gén 18, 2.16.22; ava~O)3tá~ECJXO~, 2 anthropareskos el
Agustín, CivD 22, 17). En Sant 3 2 el 'tÉ- 19,3.8.10.12.16, uvi¡Q puede designar un ser ava~axui, d~, ÍJ anthrakia montón de que trata de agradar a hombres*
A.ELO¡; uvi¡Q es la persona moralmen'te perfec- sobrenatural o ángel (Gén 19, 1.15.16 LXX; carbón, carbones encendidos, fuego de En el NT se usa únicamente como sustanti-
ta que no peca ni siquiera al hablar. Heb 13, 2), como en Lc 24, 4: av6QE¡; Mo (a carbón* vo: Ef 6, 6; Col 3, 22. En ambos textos la ex-
diferencia de Jn 20, 12: búo uyyÉA.OlJ¡;); Jn 18, 18; uVfrQUXUlv nEnOLl]Xó'tE¡;, «des- presión se explica ulteriormente mediante el
4. uvi¡Q significa también marido (Mc 10, Hech 1, 10; 10, 30; EvPe 36.39; Herm (v) 1, empleo de ocpfrUA.fto6olJA.Lu y por el contras-
pués de haber encendido un brasero»; 21, 9:
2.12 par.; Mt 1, 16.19; Lc 2, 36; 16, 18; Jn 4, 4, 3; 3, 2, 5 y passim. te con la devoción al X'ÚQLO¡;. ThWNT 1,456;
(3A.énolJaLv uVfrQUXUlv XELftÉVl]V, «ven pre-
16-18; Hech 5, 9s; Rom 7, 2s; 1 Cor 7,2- J. B. Bauer paradas unas brasas». BHH n, 974. DTNTI,283.
4.lOs.13s; 14, 35, Y passim). En las tablas de
deberes domésticos (Ef 5, 22ss; Col 3, 18s; 1
avaiCJ'tlUu anthistemi oponerse, hacer
Pe 3, 1ss; cf. Tit 2, 5) se ordena a la mujer su- liva~aª, axo~, Ó anthrax carbón* aVa~Ól3tlVO~, 3 anthropinos humano
frente, resistir*
bordinación y se ordena al marido que sea ca- En el NT este término se usa únicamente en -+ avfrQwno¡; 6.
El verbo aparece 14 veces en el NT, siem-
riñoso y considerado con la mujer, que es la sentido figurado: en Rom 12,20 se recoge un
pre en voz media, con objeto de la acción ver-
parte más débil. El clérigo debe ser ftLU¡; proverbio muy difundido (cita de Prov 25, 22)
bal en dativo o usado en sentido absoluto ava~O)3tOx'tÓvo~, ou, Ó anthroktonos
yuvmxo¡; uvi¡Q,Jiel a su única mujer (1 Tim Y se dice: avfrQuxu¡; nlJQo¡; aWQE'ÚaEL¡; btl,
(Rom 13, 2b [el objeto debe suplirse por lo asesino*
3,2.12; Tit 1,6; pero no es ilegítimo volver a 'tTJV XEcpUA.TJV uv'tOu, «amontonarás carbo-
que se dice en el V. 2a]; Ef 6, 13). El verbo se En el NT, este término aparece únicamente
casarse). Al hombre con compromiso de ma- nes encendidos sobre su cabeza». Puesto que
refiere frecuentemente a la resistencia huma- en los escritos joánicos. Jn 8, 44 se refiere al
trimonio se le llama también uvi¡Q (Mt 1, 19; el acto indicado se encamina fundamental-
na a Dios, a los mensajeros de Dios, a la vo- 6Lá(3oA.o¡; diciendo que es el «padre» de los
Ap 21, 2 [cf. Dt 22, 23]).2 Cor 11,2 habla de mente a la destrucción de la vida (cf. Sal 140,
luntad de Dios, etc. (Hech 13, 8; Rom 9, 19; adversarios judíos de Jesús, y le llama: uv-
Cristo como del esposo místico. En los casos 11), Y estaría en contradicción con el manda-
13, 12 bis [en contraste con lmo'tuaaÉafrw frQwnox'tóvo¡; ... un' uQXii¡;, el diablo es el
en que no se hace referencia al matrimonio el miento del amor a los enemigos, se supone a
en el V. 1]; 2 Tim 3,8 bis; 4, 15; cf. Lc 21, 15; oponente de Dios desde el principio y ha en-
uvi¡Q es el compañero varón, prescindiéndo- menudo que hay una conexión entre esta ima-
Hech 6, 10), pero se usa también para referir- gendrado entre sus propios descendientes las
se de si existe o no vida marital (Lc 1, 34 [la gen y un rito penitencial egipcio en el que el
se al mal al que uno no debe resistir (en el ideas asesinas contra Jesús (cf. 8, 37.40; en-
expresión bíblica «conocer varón» significa malhechor tenía que expiar su delito llevando
sentido de una defensa o de una acción con- contramos una formulación paralela en el V.
«tener relaciones sexuales», como en Gén 19, sobre su cabeza un recipiente con carbones
traria; por ejemplo, Mt 5, 39); al mismo tiem-
8; Jue 11, 39]; Jn 1, 13 [cf. Tob 3, 14; Jdt 16, encendidos como símbolo de arrepentimiento 44: XUL Ev 'tÜUA.l]frEL<;l ovx fa'tl]xEv. En 1 Jn
22; Eclo 23, 23]). po, hay que resistir al mal por excelencia
y castigo de sí mismo. Con el proverbio Pablo 3, 15 uvfrQwnox'tóvo¡; (bis) se refiere a todo
(Sant 4, 7 [lo contrario de 'Úno'táyl]'tE oúv 'tép
podría referirse bien a la retribución divina el que aborrece (es decir, no ama) a su herma-
5. En 1 Cor 11, 7 Pablo interpreta el relato frEép]; 1 Pe 5, 9; cf. también Ef 6, 13). Pablo
(así piensa, por ejemplo, O. Michel, Der Brief no; la vida eterna no permanece en esa perso-
de la creación con arreglo al modelo rabínico, utiliza el verbo para describir la actitud adop-
tada por él ante Pedro en Antioquía (Gál 2, an die Romer [KEK], sub loco), o bien al do- na y, por tanto, se encuentra a sí misma dentro
que atribuye únicamente al hombre lo de ser del ámbito del adversario de Dios (cf. Mt 5,
11: xu'tu nQóawnov uv't ép uv'tÉa'tl]v, «me l~roso arrepentimiento del adversario, produ-
creado a imagen de Dios. Sin embargo, su
enfrenté con él cara a cara»). CIdo por la humillación de que es objeto 21s). Billerbeck 1, 139-149; R. Bultmann,
prueba de Escritura no se encuadra en un es-
(Bauer, Worterbuch, S. v.; E. Kiisemann, An Das Evangelium des Johannes 'o (KEK), sub
tudio sistemático acerca de la imagen de
die Romef3 [HNT], sub loco). El V. 19a sugie- loco.
Dios, sino que es únicamente parte de su res- avaop.toAoyiop.tat anthomologeomai en-
puesta a la cuestión acerca de la obligación de salzar, alabar* re, sí, la primera interpretación, pero encuen-
la mujer de llevar velo. Puesto que la mujer Lc 2, 28 con dativo 'tép frEép; cf. Sal 78, 13 tra ya una respuesta suficiente en el V. 19b. Y liva~O)3to~, ou, Ó antropos hombre, ser
carece de la condición de ser imagen de Dios, LXX; Dan 4, 37 LXX (con ULvW). así, UA.A.á en el V. 20 se centra ya en la actitud
humano, persona
tiene que llevar en su cabeza el símbolo de su cristiana exigida, que consiste en tratar al ad-
versario como a un hermano; precisamente de l. Contenidos semánticos y campo referencial -
subordinación al marido, símbolo que al mis- livao~, ou~, 'tó anthos flor* 2. El ser humano según los sinópticos: a) Q; b) Mar-
mo tiempo ejerce la función de protegerla esta manera será posible que el increyente re-
El NT utiliza la imagen de Is 40, 6s, que ha- cos; c) Mateo; d) Lucas - 3. El ser humano en Pablo-
contra los demonios (v. 10). El hombre está conozca lo errada que está su propia conducta 4. Los enunciados joánicos - 5. El ser humano en los
bla de la flor silvestre que nace en los campos hostil (hacia Dios y hacia los creyentes). restantes escritos - 6. av{tQwJtLvo<;.
299 (iv1'tQW:TtOC; 300 301 (ivl'tQúJ:rtm:; 302

Bihl.: P. Althaus, P{lltlllS lInd LlI/her iiher den El ser humano se diferencia de los animales auxilio de Dios. En la sentencia sobre el amor mandamientos de Dios por tradiciones huma-
Menschen. Ein Velxleich, Gütersloh 195 L 3 I -67 (del pero también de los seres superiores (los án- a los enemigos (la «regla de oro»: Lc 6, 31 nas (Mc 7, 8); el corazón de ellos está muy
hombre sin Cristo): C. J. Bjerkelund, "Nach menschli-
cher Weise rede ieh». Funk/ion llnd Sin n des pln Aus- geles, Dios); le caracteriza el ser perecedero y par. Mt 7, 12) se aplica la norma del deseo alejado de Dios, porque «enseñan como doc-
drucks: StTh 26 (1972) 63-100; G. Bornkamm, Siillde, el ser mortal. En el primer plano de los enun- personal al ordenamiento de las relaciones so- trinas lo que son preceptos de los hombres»
Gese/~ llnd Tod. Exefie/isehe S/lIdie ~1I Róm 7, en ciados bíblicos se halla la relación del hombre ciales; según Mateo, en ello se compendian (7, 7). Según Marcos, la discusión en torno a
Bornkamm, Allf,¿¡/~e 1, 5 I -69; E. Brandenburger. con Dios: el hombre es pecador (Sinópticos) o <<la Ley y los Profetas». En la exhortación a la Ley se orienta esencialmente al hombre
AIl/hropologie (11), en EKL' 1, 159-163; H. Braun, Ri;-
se halla esclavizado bajo el poder del pecado confesar sin temor (Lc 12, 8s par. Mt lO, 32s), (cL vv. 17-23 par.: el interior del hombre es lo
mer 7, 7-25 lInd das Selb.\·l'ers/dndnis del' QlImran-
Frommen: ZThK 56 (1959) 1-18; R. Bultmann, Rómer (Pablo y Juan). Está íntimamente relacionada los hombres constituyen el foro ante el que que determina lo que es puro y lo que es im-
7 llnd die An/hropolofiie des Pallllls. en Exefie/ica, Tü- con esto la manera de conocer y de compor- hay que hacer la confesión de fe en Jesús (Lu- puro), y alcanza su punto culminante en aque-
bingen 1967. 198-209; Bultmann, Teolofiía, 430-447, tarse del hombre: «a la manera humana» ('Ka- cas: 1Jt6~ tOU aV{}Qw:Tto1J; Mateo: EYW); con- llas palabras de Jesús: «El sábado se hizo pa-
488-5 11; W. Eichrodt, Das Mensehenl·et'sr¿¡ndnis des
AT, Zürich 1947; W. Gutbrod, Die pln An/hropologie,
ta aV{}Qw:Ttov). En combinación con un geni- fesar y negar ante «mi Padre» (así se expresa ra el hombre, y no el hombre para el sábado»
tivo, aV{}Qw:Tto~ experimenta una determinada Mateo en contraste con las palabras, más ori- (2, 27).
Stuttgart 1934; J. Jervell, Imago Dei. Gen 1, 26f .. in
den pln Briefen. Góttingen 1960; J. Jeremias, valoración y coordinación. En una manera de ginales, de Lucas: «ante los ángeles de Dios»)
aVl'tº(jlJTO~ XTA.., en ThWNT 1, 365-367; E. Kase- hablar más antropológica (únicamente en Pa- corresponden al testimonio público dado ante Según Mc 1, 17 par. Mt 4,19; cf. Lc 5,10, a
mann. ZlIr pln An/hropologie, en Id., Paulinisehe los discípulos que son llamados a seguir a Jesús
blo y en la tradición post-paulina) se distin- los hombres.
Perspek/il'en. Tübingcn 1969. 9-60; K. Kertelge, 1:~le­ se les promete que serán «pescadores de hom-
ge/ische Üherlegllngen ~lllll Vers/iindnis del' pln An-
gue entre un hombre exterior y un hombre in- bres». <ÍALEÚC:; (que aparece 4 veces en la LXX)
/hmpologie naeh Rómer 7: ZNW 62 (1971) 105-114: terior, un hombre viejo y un hombre nuevo, b) Me habla también del hombre en sentido no aparece sino en este lugar del NT como desig-
G. Klein, Del' Mensch als Thema neu/es/amen/licher un hombre psíquico y un hombre pneumático; general (8, 27; 9, 31; 10,7 [citando a Gén 2, nación de un oficio (Mc 1, 16 par.). El llama-
Theologie: ZThK 75 (1978) 336-349; W. G. Kümmel, con ello se plantea el problema de un dualis- 24], Y passim); pero aV{}Qw:Tto~ en su rela- miento de Jesús «<¡sígueme'») muestra (xal con
Rómer 7 llnd das Bild des Mensehel/ im NT. München futuro acentúa la intención) que a los discípulos
1974; 1. W. MaeGorman, Romans 7 Onee More:
mo antropológico o metafísico. Finalmente, ción con Dios se describe más precisamente
va a encargárseles un nuevo oficio. La versión lu-
Southwestern Journal of Theol, 19 (1976) 31-41: H. aV{}Qw:Tto~ (usado absolutamente) puede por el contexto (cL 10, 27). Así, la pregunta
cana (Lc 5, 1-11; tan sólo se dirige la palabra a
Mehl-Koehnlein, L'homme selon Apórre Paul, Neu- ser una designación mesiánica de Jesús y se acerca de la legitimidad del bautismo de Juan Simón) habla de los discípulos como de quienes
chatel 195 1; R. Peseh, An/roplología 11. An/ropología halla entonces en relación con -> 1Jt6~ cou se reviste de la siguiente alternativa: ¿Era un van a «hacer -desde ahora- capturas de hom-
híblica, en SM 1, 277-285; R. Peseh-R. Kratz, So lies/ aV{}Qw:Tto1J. bautismo «del cielo o de los hombres?» (11, bres» (~WYQEW se usa únicamente aquÍ y en 2
IIWI/ synop/isch (3 vols.), Frankfurt 1975-1976; A.
Sand. Menseh 11. ZlIm Menschenbild del' Schrif/, en 30). El hombre es enemigo de Dios, cuando Tim 2, 26). Según Marcos, la promesa de que
SM lIt 401-407: O. Sehilling, Das hiblische Men- 2. a) En Q se habla generalmente del hom- piensa <<lo que los hombres piensan» (8, 33; desde entonces van a ser pescadores de hombres
sehenhild, Kóln 1961: H. Schlier, VrJlI1 Menschenhild equivale al encargo de una misión. Mateo encare-
bre como de alguien que se halla bajo el poder cf. Mt 16, 23b). Judas es identificado por
des NT, en H. Schlier IY, 25 1-264; W. Sehmithals, Die ció redaccionalmente el encargo de misionar
de otro (Lc 7, 8 par. Mt 8, 9) Y que saca cosas «¡ay!» (14, 21 par.) como «aquel hombre por (ellos «inmediatamente» abandonan la barca y
rheol. An/hmpologie des Pallllls, Stuttgart 1980; U.
Schnelle, Del' ers/e Thesalonicherhrief lInd die En-
buenas o cosas malas del arca donde atesora lo quien el Hijo del hombre va a ser entregado». dejan a su padre). El ano mu vuv en Lc 5, 10
s/ehllng del' pln An/hropologie: NTS 32 (1986) 207- suyo (Lc 6, 45 par. Mt 12, 35). También el Hi- El preocuparse obsesivamente por «la posi- acentúa igualmente el carácter inaplazable del en-
224; Id., N/l. An/hropologie: Jesus - Pallllls - Jo!wnnes jo del hombre, en opinión de la gente (Lc: ción que se tiene ante los hombres» (literal- cargo recibido. El uso del verbo «capturar» en
(Bibl.-Theol. Studien 18), Neukirehen-Yluyn 1991: E. AÉyEU:; Mt: AÉy01JOLV), es únicamente un ser mente: mirar la faz de los hombres)>> y el tra- Lucas no tiene connotaciones negativas (como
Sehweizer, Die Liehlichkeit des Mensehen. Leben -
humano, cuando se dice de él que es comedor tar de asegurar la propia existencia encierra las tenía entre los rabinos; cf. Billerbeck 1 188).
Tod - Aufers/ehllng: EvTh 29 (1969) 40-55: H. W. Lo mismo habrá que decir también de <ÍALEÚC;, un
Wolff, An/ropología del Al'. Salamanca 1975. y bebedor, amigo de recaudadores de impues- en sí el peligro de ganar el mundo, pero de término escogido quizás por Jesús como varia-
tos y de pecadores (Lc 7, 34 par. Mt 11, 19). perder -no obstante- la propia vida (que es la ción de lo que se había dicho en Jer 16, 16.
l. En su significación básica, aV{}Qw:Tto~ Aunque esta acusación se rechaza como falsa, única cosa que realmente interesa; 8, 36s).
designa al ser humano en cuanto criatura vi- sin embargo todos los hombres son :TtovllQol Como pecador que es, el hombre necesita el c) Juntamente con el significado general de
va, Entraña un significado algo deslustrado, (Lc 11, 35 par. Mt 7, 11) Y constituyen ante perdón (2, 17 par.; 11, 25s y passim); este per- aV{}Qw:Tto~ en Mt (9,8; 19, 10.12 Y passim),
cuando se refiere a algún ser humano (con Dios una generación adúltera y pecadora (Lc dón se promete firmemente, pero con una so- destaca mucho la invitación a la vigilancia y a
frecuencia sin artículo o con un cl~ preceden- 11,29 par. Mt 12, 39; cL Mc 8, 12; Mt 16,4). la excepción: cuando se dicen blasfemias con- la prontitud para adoptar decisiones. «¡Cuidaos
te); en plural, aV{}Qw:Tto~ puede referirse a la En la perícopa de la tentación, Jesús responde tra el Espíritu Santo (3, 28s; los «hijos de los de los hombres!» (Mt 10, 17) significa: ¡guar-
gente en general. El vocativo singular es con a la primera demanda de un milagro citando hombres» son los seres humanos considera- daos bien de los enemigos (de dentro y de
frecuencia una forma no acentuada pero a me- unas palabras de Dt 8, 3b: «No sólo de pan vi- dos en general, como vemos por el lugar pa- fuera)! Por eso, debe ser tarea de los discípu-
nudo íntima, o acompañada de cierto repro- virá el hombre, sino de toda palabra que sale ralelo, Mt 12, 31s; Mateo añadió también la los el ser una señal para los hombres, una
che, para dirigirse a alguien. Muchas veces de la boca de Dios» (Lc 4, 4 par. Mt 4, 4; Ma- excepción de cuando se habla «contra el Hijo «luz» (5, 16) que con un comportamiento
sólo por el contexto se puede saber si el tér- teo añadió redaccionalmente la segunda parte del hombre»), cosa que nunca se perdonará. ejemplar los ilumine. El discípulo debe guar-
mino designa a un varón, a un marido, a un de la cita; cL Schulz, Q, 179); Jesús vive en Con una cita de Isaías (Is 29, 13) Jesús acusa darse muy bien de prostituir su propia justicia
hijo o a un esclavo. obediencia, a fin de garantizar al hombre el a los escribas y fariseos de reemplazar los delante de los hombres (6, 1) o de hacer os-
303 304 305 306

tentación de sus propias obras. En la adver- 3. Pablo no ofrece tampoco una antropolo- Para Pablo es indiscutible que la humani- hombre, cuando sus adversarios le juzgan (19,
tencia de que no se busque la admiración de gía plenamente desarrollada. Junto a enuncia- dad entera se halla perdida sin el acto de sal- 5 con connotaciones de desprecio; cf. 11, 50:
los hombres (vv. 5, 16 Y 18) se establece un dos sin énfasis alguno acerca del hombre (2 vación en Jesucristo (Rom 1, 19-3, 20). Por Et~ aV{}Qwno~ por contraste con todo el e{}-
claro contraste con la conducta de los escribas Cor 4, 2; Rom 2, 9; 1 Cor 7, 23: ()o'DAOL av- medio de la fe (yen el bautismo) el hombre se vo~).
y fariseos (23, 5.7.28). Vemos que en Marcos, {}Qómwv), hay también otros enunciados que halla «en Cristo» y con ello es un nuevo hom- Se escuchan ecos de la tradición sinóptica
10 mismo que en Mateo, se suscita la cuestión afirman que el hombre forma parte del XÓG- bre (xmvo~ aV{}Qwno~), totalmente separa- cuando, en Jn 10, 33, se acusa a Jesús de blas-
-pero de manera más radical todavía- acerca !-t0~ (1 Cor 1, 20-22; Rom 3, 19, Y passim); do del hombre viejo y adamítico (náAmo~ femia contra Dios, porque se piensa que él,
de la debida interpretación de la Ley. La aten- que es un ser creado (Rom 9, 20s; cf., a pro- aV{}Qwno~; Rom 6, 6; cf. Col 3, 9; Ef 4, después de todo, no es más que un hombre
ción prestada por Jesús a las ovejas perdidas pósito, Is 29, 16), Y que se halla frente a Dios 22.24). Pablo encarece este contraste por me- (cf. Mc 14,64 par. Mt 26, 65 y Lc 22, 71). Se
del redil de Israel hace ver claramente que el (2 Cor 5,11; Rom 1, 18, Ypassim). La debili- dio de conceptos helenísticos, cuando habla observa también una semejanza con el mensa-
hombre, en caso de necesidad, debe dejar sin dad y el tener que morir son características del '\jJ1JXLXO~ aV{}Qwno~ y del nVE1J!-ta'tLxó~ je de Jesús, tal como aparece en los Sinópti-
vigor la Ley (12, 12b); porque el hombre es esenciales de la existencia humana (1 Cor 15, (av{}Qwno~) en 1 Cor 2, 14s (donde se esta- cos, cuando se trata de la cuestión del sábado,
más valioso que una oveja (12, 12a; cf. Lc 13, 53s [citando a Is 25, 8 Y a Os 13, 14]; Rom 6, blece un contraste entre los incrédulos y los cuestión a la que Jesús responde diciendo que
15s), más valioso que los pájaros (6, 26), más 12). El evangelio predicado por el Apóstol no creyentes). Esta distinción se centra en la his- curar a un ser humano es más importante que
valioso que la hierba del campo (6, 30). necesita ninguna legitimación humana (Gál1, toria de la salvación y se basa en el conoci- guardar el sábado (Jn 7, 22s; cf. Mc 3, 4 par.).
lIs). Puesto que todos se hallan bajo el poder miento de que Cristo, como «segundo hom- La afirmación joánica de que Jesús conoce al
d) Incluso cuando el término aV{}Qwno~ del pecado (o pueden recaer de nuevo en él), bre» (en contraposición al «primer hombre», hombre y sabe lo que hay en el hombre (Jn 2,
tiene un sentido menos acentuado en Lucas Pablo advierte contra una conducta «a la ma- que es Adán) ha producido una nueva crea- 24s; la misma idea se refleja en 1, 47s; 4, 17-
(1,25; 2,14; 2, 52; 18,2.4; Hech 17,26.29 Y nera humana» (1 Cor 3, 3; nótese la corres- ción (1 Cor 15, 45.47; cf. Rom 5, 15). 19) tiene una analogía en Mt 22, 18; Lc 16, 15.
passim), se expresa con frecuencia el pensa- pondencia con --> GaQxLxó~). El hablar y el Ahora bien, según Juan, una verdad funda-
miento de que los hombres son aceptados por En Rom 7, 7-25 surge la cuestión -debida a la mental es que los hombres viven en tinieblas
comportarse xU1:a aV{}Qwnov no sólo es in- densa descripción del conflicto- acerca de la
Dios (2, 14: aV{}QwnOL EMoxLa~; cf. 5, 20) suficiente (Gál 3, 15: en su discurso Pablo se identidad del «yo» que está hablando (EyW apare- (Gxo'tLa 14 veces; GXó'to~ 2 veces); son cie-
o se hallan en contradicción con él (12, 14; sirve de la analogía humana; 1 Cor 15, 32: su ce 8 veces en los vv. 7-25): ¿está hablando Pablo gos, a p'esar de que no saben que lo son (In 9,
Hech 5, 4). A un macarismo procedente de Q lucha con animales a la manera humana fue de sí mismo, o el «yo» tiene un significado más 39-41; cf. 12, 40; 1 Jn 2, 11). Como pecador
(6, 22), Lucas le añadió: « ... cuando los hom- inútil), sino que además se halla en contradic- general y fundamental? Ni la sección en que se (Jn 3, 19; 9, 16b, Y passim), el aV{}Qwno~ es
bres os aborrezcan y os aparten de sí». La co- ción con la voluntad de Dios (1 Cor 9, 8, en habla en pretérito (7, 7-13) ni el intenso discurso adversario de Dios (3, 27; 5, 34.41; 12, 43).
munidad está expuesta, a causa del Hijo del en tiempo presente (vv. 14-25; el v. 25a es una El hombre que vive en tinieblas se equipara
forma de pregunta; Rom 3, 5). Sobre todo, el glosa o bien debe entenderse como un enunciado
hombre (Mt 5, 11: «por causa mía»), alodio evangelio de Pablo no es xU1:a aV{}Qwnov, relacionado con el capítulo 8 y que debe colocar- con el «mundo» (XÓG!-to~: 1, lOs; 3, 19, Ypas-
de los hombres y a que la expulsen de la co- sino que le fue dado por revelación (Gál1, 11; se al principio de dicho capítulo) permiten una in- sim; cf. H. Sasse, en ThWNT Ill, 887-896).
munión de la sinagoga. En la polémica contra cf. 1 Tes 2, 13); cuando se defiende a sí mis- terpretación autobiográfica, bien se entienda co- Es verdad que «el mundo», en sentido muy
los fariseos (Lc 16, 14s y passim) se escucha mo, Pablo señala el origen no humano de su mo referida a un período precristiano (así piensa, general, puede designar a toda la creación (1,
un tema importante para Lucas: la advertencia por ejemplo, C. H. Dodd, Romans [Moffatt NTC], 9; 17,5; 1 Jn 4, 1), pero en la mayoría de los
evangelio (cf. Bjerkelund, 100).
104, 107, 108 Y 116), o bien como referida a un casos se refiere a la totalidad de los hombres
contra la riqueza y contra la codicia de pose- período cristiano (así piensa, por ejemplo, A. Ny-
er. El servicio de Dios y el servicio de Man- En 2 Cor 4, 16 Pablo distingue entre el EGW y gren, Romans, London 1958, 287 Y 293). Pablo (Jn 1, 29; 3, 16; 1 Jn 2, 2). El «mundo», por
món (16, 13) son incompatibles. La contra- el ESW <'iv{}Qwnos; del bautizado. En Rom 7, 22 está hablando, más bien, del hombre bajo el peca- ser el mundo de los hombres, es malvado; sin
partida de la advertencia contra la riqueza es él se refiere únicamente al EGW Civ{}Qwnos;, alu- do. Lo hace desde la perspectiva del creyente, pe- la venida del Hijo, el mundo permanecería en
la exigencia de aceptar la causa de los pobres, diendo al no bautizado. Aunque hay aquí una di- ro es improbable que quiera referirse también a la su maldad.
cotomía en la manera de expresarse, no existe lucha interior del cristiano Pablo (en contra de La separación de los hombres en dos gru-
de los marginados y de los oprimidos (15, 11- dualismo antropológico. El uso de los demás tér- MacGorman, 40). En los vv. 7-15 no se ofrece ni pos -una separación que parece casi insalva-
23: 16, 19-31). Dios no se pone de parte de minos antropológicos y de los respectivos con- una comprensión psicológica ni una comprensión
los piadosos (cuando esas personas hablan de textos muestran que Pablo, como el AT, conside- transpsicológica (transsubjetiva) de la existencia ble- da la impresión de que hay en el pensa-
los «demás hombres» o cuando se refieren a ra al hombre como una unidad; sin embargo, humana, sino una comprensión histórico-teológi- miento de Juan una irreconciliable oposición,
«ese recaudador de impuestos»: 18,9-14), si- mediante el uso de categorías filosóficas, se acen- ca (cf. Kertelge, 114). casi un dualismo metafísico de carácter gnós-
no que toma partido por los humildes (18, 11; túan algunos puntos teológicos. Tampoco 1 Tes 5, tico. Porque hay hombres que son de Dios
cf. 1, 52). Por eso, al discípulo no se le per- 23 (:rcVEU¡la - 1jJ'Ux1Í - GW!-ta) está en contradic- 4. aV{}Qwno~ es un término teológico par- (Jn 7, 17; 8, 42) y hay hombres que son del
ción con ello; el deseo de bendición para los her- ticularmente significativo en los escritos joá- diablo (8, 44); los que son de la verdad (18,
mite tampoco que rehúya o menosprecie a manos acentúa la esperanza de que ellos se vean
cualquier ser humano (Hech 10, 28; 15, 9), nicos. Este término aparece sin ningún énfasis 37) se contraponen a los que son de este
preservados completa y enteramente para la paru-
porque el discípulo -al fin de cuentas- no es sía (cf. E von Dobschütz, Die Thessalonicher- especial en Jn 1,4.9; 2, 25; 7, 22s; 8,17; 11, mundo (8, 23; cf. 3,31: EX 'tfj~ yfj~); los que
más que un hombre (Hech 10,26; 14, 15). briefe [KEK], 228-232). 50; 16, 21, y passim; también Jesús es un son «de lo alto» (3, 3.7) se hallan separados
307 308 309 avt}Qw:7to(; - av{hmu'teúw 310
avt}QwJto(;

radicalmente de los que son «de abajo» (8, interior, capaz de obediencia, determina lo expresión avl}QwJtoC; wu l}wu tiene un sen- nera de hablar es insuficiente; pero esta insu-
23). Sin embargo, una interpretación gnósti- que cuenta a los ojos de Dios, no las cosas ex- tido más extenso: cada cristiano (cf. 2, 21), ficiencia no se debe a la incapacidad de los
co-dualista queda excluida por las afirmacio- ternas como las joyas, el lujo y otras cosas por por medio de su fe ortodoxa (2 Tim 2, 2), es destinatarios para comprender, sino a la inca-
nes de que todo el que oye y aprende tiene la el estilo. útil al Señor y está equipado para toda obra pacidad de ellos para abandonar sus posicio-
oportunidad de ser «traído» por el Padre (6, Una visión más negativa se abre camino, buena (cf. también 2 Pe 1, 21 Sin [A] vg: los nes que quedan al margen del evangelio anun-
44b: EA.XW, «tirar, arrastrar»; cf. también 12, cuando al hombre se le caracteriza como hue- profetas del AT eran aywl [wu] l}wu av- ciado por él.
32; el verbo se usa de manera diferente en 18, w
ro o vacío (Sant 2,20: avl}QwJtE XEVÉ), co- l}QWJtOL).
La lectura alternativa avltQwmvo(; ó Aóyo(; en
10; 21, 6.11). El llamamiento a la decisión en mo de doble ánimo y escindido (Sant 1, 8 [--> 1 Tim 3, 1 (D* it, en lugar de JtLo'tO(; Ó t..óyO(;),
12,46-48 (ó a{}¡mi)v ... XUL [-ti] A.u[-t~ávwv, v. &h/Jux0C;]; aVfIQ, en el v. 8, se halla en lugar 6. El adjetivo av1't!}roJttVO; humano* apa- que fue recogida también en 1, 15 por unos cuan-
48) y la invitación imperiosa en 7, 37s (cf. de aVl}QwJtoC;, en el v. 7; cf. también 4, 8). F. rece 7 veces en el NT, y 4 de ellas en las Car- tos manuscritos (que la tomaron seguramente de
Prov 9, 5; Eclo 24, 19; 51, 23s) se dirigen a MuBner, Der Galaterbrief (HThK), 71, llama tas paulinas. En 1 Cor 2, 13, en la discusión 3, 1), es una lectura secundaria. La razón princi-
todos y cada uno, porque todos y cada uno se la atención, a este propósito, sobre la semejan- acerca de la genuina erudición, el contraste pal para esta decisión en materia de crítica textual
hallan bajo el juicio, es decir, necesitan el za con Qurnrán, pero señala también analogías entre la «sabiduría humana» y «el Espíritu es que JtLO'tO(; Ó t..óyO(; es una expresión caracte-
con el AT (Sal 11, 3; 77, 37 LXX; Os 10, 2). rística de las Cartas Pastorales: teniendo en cuen-
agua viva. Por tanto, una persona puede rehu- (de Dios)>> acentúa el hecho de que las pala- ta lo que se dice en 1 Tim 4,9; 2 Tim 2, 11; Tit 3,
sar la fe (3, 19) o aceptarla (v. 21). De ahí que Se halla relacionada con esto una acentuación bras del Apóstol no son doctas por haberse 8, es congruente preferir también esta lectura en 1
sea más correcto hablar de «terminología anti- más intensa del juicio, bajo el cual se sitúa al aprendido por sabiduría humana, sino porque Tim 1, 15 Y 3, 1.
tética» (antithetische Begrifflichkeit: Con- hombre (Sant 5, 9; 2 Pe 2, 9 [~[-tÉQu están llenas del Espíritu. Para Pablo la sabi-
zelmann, Theologie, 385) que de dualismo en XQí.<JEWC;], también en 3, 7); Heb 9, 27; 10,27 duría humana es «sabiduría según la carne» En el «discurso del Areópago» en Hech 17,
el sentido de una determinación natural (no es- [remitiéndose a Is 26, 11], y passim). La nor- (cf. 2 Cor 1, 12). 22-31, Pablo acentúa el contraste entre Dios y
tá clara la postura de G. Stemberger, La sym- ma para el juicio -como sucede ya en la tradi- Según 1 Cor 4, 1-5, el único criterio para el orden terreno y creado: Dios no habita en
bolique du bien et du mal selon saint lean, Pa- ción sinóptica- son los EQYU wu avl}Qómou juzgar (1 vez A.oyL1;o[-taL; 1 vez XQLVO[-taL; 3 templos hechos por manos de hombres (v.
ris 1970,25-147). (Heb 13, 4; 1 Pe 1, 17; Ap 20, 12). Es tradi- veces avuxQLvO[-taL ) a una persona es la fi- 24b) ni es servido por manos humanas (v.
cional (cf. Mc 13,9; Lc 23, 31) acentuar que delidad (mo'tóc;). Puesto que los que le criti- 25a); el adjetivo acentúa la distancia entre las
5. En su comprensión de la existencia hu- el juicio comienza por la comunidad, por la fa- can en Corinto son jueces humanos, Pablo re- criaturas y el Creador.
mana, los demás escritos del NT (los denomi- milia de Dios (1 Pe 4, 17: 01xoc; l}wu; cf. 1 chaza el juicio de esas personas acerca de la El adjetivo entraña más significado antro-
nados escritos tardíos) coinciden en gran par- Tim 3, 15). fidelidad de él; desde luego, es consciente de pológico en Sant 3, 7. Por no haber sido do-
te con las tradiciones esbozadas hasta ahora. Los escritos tardíos tienden a hacer mayor que también él no es más que un hombre, pe- mada, la lengua se ha convertido en un instru-
Conservan Uuntamente con enunciados gene- uso de la terminología y de las ideas helenís- ro, en su calidad de apóstol, está sometido mento peligroso, cuando se pone de manera
rales como JtéiC; avl}QwJtoC;) la idea del hom- ticas. Llegan a hacerse más numerosos (cf. ya únicamente al juicio del Señor (vv. 4s) y no a incontrolada al servicio de la instrucción. El
bre viejo y del hombre nuevo (Col 3, 9s; en el 1 Tes 5, 24) los enunciados dicotómicos y tri- un «tribunal humano» (v. 3). v. 7 10 explica: la cp'ÚOLC; humana es capaz, sí,
v. 10 vÉOC; [sin avl}QwJtoC;] en vez de XaLVÓC;; cotómicos acerca del hombre (1 Pe 2, 11; Hyb En 1 Cor 10, 1-13 Pablo recuerda como ad- de domar animales, pero es incapaz de domar
Ef 4, 22.24: el hombre xU'!:u l}Eóv se contra- 4, 12, y passim) , y la '\jJuxlÍ adquiere cierta in- vertencia aleccionadora lo que le sucedió a la la lengua humana (v. 8). El v. 8 interpreta el v.
pone al JtUA.aLOC; avl}QwJtoC;), pero dentro de dependencia (1 Pe 1,9: ow't'Y]Qtu '\jJuX&v). A generación del desierto. La advertencia final 7 en el sentido de que la cp'Úmc; humana equi-
una relación más estricta con la práctica de lo pesar de todo, la unidad de la persona humana dada por el Apóstol contra la falsa seguridad vale sencillamente al hombre en general.
que vemos en Pablo (cf. J. Gnilka, Der Ephe- permanece intacta, porque '\jJuxlÍ y JtVEU[-tU en sí mismo (v. 11-13) resume el ejemplo de 1 Pe 2, 13 habla de instituciones humanas:
serbrief, 301s); la afirmación cristológica de pueden usarse de manera intercambiable (1 se exhorta al cristiano a someterse a las auto-
esa generación: «No os ha sobrevenido ningu-
Ef 2, 15 de que de dos hombres opuestos Uu- Pe 3, 20) Y '\jJuxlÍ puede designar a toda la ridades de gobierno (2, 13-17). Por amor del
na tentación que no sea común a los hom-
díos y gentiles) se ha llegado a formar un so- persona humana (1 Pe 3, 20b: ox'tw '\jJUXUL es Señor, el cristiano debe someterse a toda cre-
bres» (v. 13). El JtElQuo[-tÓC; no es humano en
lo hombre nuevo (dC; EVU XaLVOV avl}QwJtov) antítesis de XUL ú[-téiC; en el v. 21). ación humana (Jtáon avl}QWJtLVn X'tLOEl; Bi-
su origen, pero es humanamente soportable,
se trasforma así en un enunciado antropológi- Por principio, a la persona humana se la blia de Jerusalén: «a toda institución huma-
como lo confirma el v. 13s: la tentación no
co. De manera parecida, el enunciado acerca puede designar como avl}QwJtoC; wu l}wu. na»), porque representa el orden querido por
exige más de lo que puede soportarse huma-
del «hombre interior» (3, 16: EOW avl}QwJtoC; En 1 Tim 6, 11 esta forma de dirigirse a una Dios en el ámbito humano.
namente (cf. Bauer, Worterbuch, s.v.).
sin el concepto complementario de ESW persona se refiere, sí, únicamente a Timoteo A. Sand
Cuando Pablo diserta en Rom 6, 15-23
avl}QwJtoC;) está tomado de la tradición pau- (la expresión aparece ya en el AT: 1 Re 2,27;
acerca de la vida nueva en Cristo, está ha-
lina, pero no apunta tampoco hacia un dualis- Dt 33, 1) pero es, por un lado, un enunciado
blando humanamente (cf. xu'tu avl}QwJtov av{}"n:atEúro anthypateuo ser procónsul
mo cuerpo-alma, como muestra una compara- acerca de la pertenencia del hombre a Dios, y,
--> 3) «por causa de la debilidad de vuestra Hech 18, 12 Textus Receptus en vez de
ción con 1 Pe 3, 4 (ó xQuJt'tOC; 'tfíc; xUQ6tuc; por otro lado, un título asociado con el oficio
carne» (v. 19). Pablo sabe que su propia ma- avl}uJtáwu OVWC;; MartPol 21.
avl}QwJtoC;); en este último texto, el hombre del hombre. Por el contrario, en 2 Tim 3, 17 la
311 aV{}úJtu'to<;; - 'Avvu<;; 312 313 'Avvu<;; - avoLyw 314

fue interrogado por él y conducido luego a palabras 'Xa'tE<jl'fraQf1Év 'tav voilv, aoó'XLf1OL
av3'Ú3t(J:to~, O", Ó anthypatos procón- 'l\.vva~, a Hannas Anás* Caifás, que era a la sazón el sumo sacerdote JtEQL t~v JtLcr'tLV (v. 8; cf. 2 Clem 13, 1); en
sul* Bibl.: Billerbeck n, 568-571; J. Blinzler, Der Pro- en funciones (v. 24). El evangelista refundió sentido figurado, refiriéndose a emociones, en
En Hech 13,7.8.12 de Sergio Paulo; en 18, ze./3 Jesu, Regensburg 41969, 129-136; P. Oaechter, notablemente el material de la tradición para Lc 6, 11: los escribas y los fariseos se infla-
12 de Galión; y en 19,38, sin especificar. Los Der Ha./3 des Hauses Annas, en Id., Petrus und seine
ajustarlo a su propia concepción. Probable-
Zeit, Innsbruck-Wien 1958,67-104; J. Jeremias, Jeru- man de cólera insensata al ver que Jesus cura
procóncules eran los magistrados romanos mente, la fuente que le sirvió de base hablaba
salén en tiempos de Jesús, Madrid 1985; Id., en ROO en día de sábado, y al escuchar la interpreta-
que gobernaban las provincias senatoriales III, 66; Schürer n, 267-277; E. M. Smallwood, High sólo de un interrogatorio ante Anás, de tal ma- ción que él da del sábado. Y de esta manera
que se hallaban bajo administración civil, co- Priest and Politics in Roman Palestine: JThSt 13 nera que la inclusión de Caifás es probable-
(1962) 14-34; M. Stern, en EJJ XIII, 1086-1088; A. manifiestan su insensatez y falta de entendi-
mo Chipre, Acaya y Asia. En latín pro consu- mente redaccional (así piensan F. Hahn, Der
Wikenhauser, en LThK 1, 574. miento. ThWNT IV, 960s; DTNT IV, lIs.
le equivale al griego avl'hJJta'Wo;. Pauly-Wis- Prozej3 Jesu nach dem Joh [EKK V 2, 1970],
sowa XXIII, 1232-1234, 1240-1279; LAW 1. El nombre es la forma abreviada de 23-96; R. Schnackenburg, El Evangelio se-
2442; BHH I1I, 1856-1858; Reicke, Zeitge- 'Avavoo; (en hebreo lfananiyá), que aparece gún san Juan I1I, [1980] 286s; en contra, A. avoí:yro anoigo abrir
schichte, 171-174. también en griego con la grafía 'Avavoo; (uti- Dauer, Die Passionsgeschichte im Joh [StANT 1. Contenido semántico - 2. Usos particulares -
lizada por Josefa) y 'Avva.o;, yen hebreo con 30], München 1972,68-71). 3. avoLsL<;, oLuvolyw.
las grafías lfannfn y 'El/:liinlin. - Fuentes: Jo- Hech 4, 5-22 narra el interrogatorio de los
avíll'U aniemi soltar, abandonar, cesar* 1. El verbo significa en sentido transitivo
sefo, Ant XVIII-XX; Bell 11; IV; V; Tos, Men apóstoles Pedro y Juan ante el Sanedrín. El
El verbo significa aflojar, soltar en Hech abrir, y en sentido intransitivo, estar abierto.
13,21 = bPes 57a; SDt 14,22. hecho de que Anás, antiguo sumo sacerdote,
16,26 (aoristo primero pasivo; sujeto pasivo: Se usa también en voz pasiva. El verbo apare-
Anás era hijo de Seti y fue nombrado sumo fuera miembro del Sanedrín (v. 6) correspon-
'ta oWf1á), y en 27, 40 ('taO; ~E'U'X'tf]QLao;, ce 77 veces en el NT (11 veces en Mateo, 1 en
sacerdote por el legado romano de Siria, Qui- de, sí, a las circunstancias del contexto histó-
«las amarras»); abandonar, dejar en Heb 13, Marcos, 6 en Lucas, 11 en Juan, 16 en He-
rinio. Como no pertenecía a una familia sado- rico, lo mismo que la manera de proceder de
5 (cita de Dt 31, 6); en sentido figurado en Ef chos, 5 en Pablo, y 27 en Apocalipsis). En la
cita, se cuenta entre los sumos sacerdotes ile- ese tribunal supremo contra los cristianos. Pe-
6, 9, refiriéndose a las relaciones de los amos LXX es el equivalente del hebreo plitaJ:t (106
gítimos. Pero, aun después de haber sido ro la forma concreta en que se presenta la es-
con los esclavos: aVLÉVtEo; t~V aJtELA:r,!v, veces), pliqalJ. (10 veces) y de otros términos.
despuesto por el procurador romano Valerio cena será muy difícil entenderla como una fiel
«¡dejad las amenazas!» ThWNT 1, 367s. Segun el AT, Dios abre el seno humano (Gén
Grato, siguió conservando el título de sumo reproducción de los sucesos históricos con-
cretos. En cambio, se ajusta muy bien a la téc- 29,31); la boca (Ex 4,12.15 y passim; el ojo
sacerdote (Schürer 11, 274s; Jeremias, Jerusa-
(Gén 21, 19 y passim); el oído (Is 50, 5 y pas-
aví,J"Ero~ anileos (adv.) sin misericordia lén, 177) y, lo más importante de todo, su nica de Lucas para componer literaria y teoló-
gran influencia. Sus cinco hijos ejercieron gicamente sus relatos. sim); la mano (Sal 145, 16). El empleo del
Sant 2, 13 Textus Receptus en lugar de uv-
también la función de sumo sacerdote: Elea- A. Weiser término en el NT se parece al que se hace en
ÉAEOo;. ThWNT 11,483.
zar (16-17 p.c.), Jonatán (36-37), Teófilo la LXX; cf. DTMAT 11, 519 sobre la expre-
(37), Matías (42-43/44), Anás el joven (62) y sión «abrir la boca» (= comenzar a hablar).
aVt3t'to~, 2 aniptos no lavado* aVÓll'to~, 2 anoetos irrazonable, ignoran- Además de este uso neutro (en el lenguaje sa-
además su yerno José Caifás (18-36). La fami- te, necio*
Dícese de la acción de comer sin lavarse las lia de Anás, como sucedía en general con las cro), el verbo aparece muchas veces en el NT
manos, es decir, con manos ritualmente impu- De personas: Lc 24, 25 (en paralelo con con significación teológica.
familias de los sumos sacerdotes, no era muy ~Qaodo; t'ñ 'XaQoL~); Rom 1, 14: incultos (en
ras: Mt 15, 20; Mc 7, 2; cf. 7, 5 Textus Re- apreciada por el pueblo judío. La acusaban de
ceptus en vez de 'XOLva'Lo;. Billerbeck 1, 695- contraste con cro<jlo'Lo;, continuando el con- 2. En los escritos de Pablo UVOLyw es un
soborno, corrupción, represión e intrigas. traste entre "EAAf]crLV tE 'Xal paQPáQOLO; en
704; Th WNT IV, 946s. término técnico del lenguaje misionero (1 Cor
el mismo versículo); Gál 3, 1.3, de los gála- 16, 9: «porque se me ha abierto una puerta
2. En todos los lugares del NT en que apa- tas, que no comprenden la justicia basada en
rece el nombre de Anás, se hace referencia al grande y eficaz»; de manera parecida se ex-
avíO''tll"t anistemi levantar, levantarse, la fe; de manera análoga en Tit 3, 3, del esta- presan 2 Cor 2, 12; Col 4, 3). En Pablo, Dios
resucitar antiguo sumo sacerdote Anás (6-15 p.C.). La do que precedió a la fe (en paralelo con
afirmación que se hace en Lc 3, 2 de que el es siempre el sujeto de la acción de abrir, nun-
-¿ uvácrtamo;. aJtEL'frdO; y otros términos). De las necias ca Jesucristo (cf., a propósito, J. Jeremias, en
Bautista hizo su aparición en público en tiem- concupiscencias en 1 Tim 6, 9 (en paralelo
po del sumo sacerdote Anás, está al servicio ThWNT I1I, 174; Billerbeck I1I, 631). De ma-
con ~AapEQáo;). DTNT IV, 11s.
'l\.vva, a~ Hanna Ana* de la intención del autor de expresar «la sig- nera semejante, segun Hech 14, 27, Dios
Profetisa que se hallaba en el templo, hija nificación universal del acontecimiento de abrió a los gentiles una puerta para la fe; en
de Fanuel, de la tribu de Aser (Lc 2, 36). BHH Cristo» (H. Schürmann, Das Evangelium avota, a~, Í) anoia insensatez, falta de en- Ap 3, 7 «Aquel que es santo, ... que tiene la
11, 646; BlaB-Debrunner § 40, 1; 53, 4; G. nach Lukas I [HThK], 151). tendimiento* llave de David, abre». Pero el tema es dife-
Schneider, Das Evangelium nach Lukas (ÓTK), Jn 18, 12-24 refiere que Jesús fue llevado De los maestros de herejías en 2 Tim 3, 9, rente en la cita de los Sal 5, 10; 13,3 en Rom
sub loco. ante el antiguo sumo sacerdote Anás (v. 13), explicándose esta expresión por medio de las 3, 13, que anuncia el juicio tanto sobre los ju-
315 316 317 318

díos como sobre los gentiles: «Sepulcro abier- rollo que había sido sellado con siete sellos y Mateo); W. Gutbrod, uvofl-la, avofl-o<;, en ThWNT IV, (22, 34-40). Por este motivo, los escribas y fa-
to es su garganta». Tenemos, finalmente, la ci- que contiene los acontecimientos escatológi- 1077-1080; A. Sand, Die Polemik gegen «Gesetzlosig- riseos, que pagan el diezmo de la menta, del
ta de 2 Cor 6, 11: «He hablado abiertamente». cos del fin de los tiempos (5, 2ss; 6, 1-12: 8, keit» im Ev. nach Mt und bei Paulus: BZ 14 (1970)
112-125; W. Trilling, Untersuchungen zum 2. Thess,
eneldo y del comino, pero que descuidan la
Para los Sinópticos, Dios es el poder que 1; 10,8; 10, 12). El término es también signi- London 1972,75-93. justicia, la misericordia y la fidelidad, están
abre, el poder que se manifiesta en la acción ficativo en 3, 20: «Si alguno oye mi voz y abre «llenos internamente de hipocresía e iniqui-
salvífica de redención del Jesús terreno y del la puerta, yo entraré en su casa y cenaré con él 1. avo¡tLU aparece 15 veces en el NT, dad» (23, 28; cf. 23, 23). Por esta misma ra-
Cristo escatológico de la parusía, pero que se y él conmigo». avo¡to¡; 9 veces (Mc 15, 28 es una adición se- zón, los que causan escándalo (---+ <Jxávbu-
halla representado también en la actividad cundaria tardía, procedente de Lc 22, 37; cf. A.OV X'tA..) por menospreciar la voluntad divina
salvífica de los discípulos y de los apóstoles. 3. a.Vot~tS la acción de abrir* aparece úni- GNTCom 119), y avó¡tw¡; 2 veces. Si excep- (OL :7tmoiíV'tf:¡;/EQyu~ó¡tEvm 't~v avo¡tLuv)
En el bautismo de Jesús, el cielo se abre y Je- camente en Ef 6, 19: para que sea abierta mi tuamos Mateo (---+ 4) Y 2 Tesalonicenses (---+ no tienen lugar alguno en el reino definitivo
sús ve descender al Espíritu de Dios (Mt 3, boca a fin de proclamar. - bw.vot')'OJ abrir* 5), parece que los autores del NT no muestran de Dios (13, 41; 7, 23).
16; Lc 3, 21; cf., a propósito, Lentzen-Deis, aparece 8 veces en el NT: Lc 2, 23 (Ex 13,2), especial interés por avo¡tLu x'tA..
Die Taufe Jesu nach den Synoptikern, Frank- de la consagración de todo primogénito va- 5. En 2 Tes 2, 3, al adversario escatológico
furt a.M. 1970, 248ss). En el Sermón de la rón; Mc 7, 34: abrir los oídos (es decir, abrir 2. avo¡tLu, en primer lugar, designa senci- de Cristo se le llama avfrQw:7to¡; 't'fí¡; avo¡tLU¡;
Montaña (Mt 7, 7; Lc 11,9) Jesús dice: «Lla- la inteligencia); Lc 24, 31: abrir los ojos; llamente la falta de ley. El avo¡to¡;, entonces, (<<el hombre de iniquidad»). El versículo si-
mad y se os abrirá». En Mt 9, 30; 20, 33 Je- Hech 16, 14 (como en 2 Mac 1, 4): abrir el es aquel para quien no existe una ley o la ley; guiente no nos deja duda alguna de que el au-
sús cura a ciegos y abre sus ojos, porque en la corazón (es decir, hacer posible el entendi- tal era, a los ojos de los judíos, el gentil (Hech tor de 2 Tes recurre aquí a los tópicos tradi-
actividad redentora de Jesús se cumple en el miento); Lc 24, 32.45; Hech 17, 3: interpretar 2, 23; 1 Cor 9, 21). Por esta razón, el gentil cionales de la apocalíptica judía (así piensa
presente la promesa anunciada en Is 61, lss. la Escritura (cf. G. Delling, « ... als er uns die peca avó¡tw¡; (Rom 2, 12), es decir, indepen- Ernst 33-46; esta hipótesis se corroboraría
En la parábola de las diez vírgenes, Cristo, Schrift aufschloj3». Zur lukanischen Termino- dientemente de la ley (mosaica). Claro que aún más, si el ApEl, donde se dice igualmen-
que es el esposo escatológico, abre la puerta logie der Auslegung des AT, en FS Friedrich, avo¡tLu puede designar igualmente el quebran- te que el «anticristo» es el «hijo de iniqui-
que da acceso a la basileia de Dios (Mt 25, 11). 75-84); Hech 7,56: los cielos abiertos. tamiento de la ley, y, por tanto, puede adquirir dad», pudiera atribuirse a CÍrculos judíos; cf.
Sucesos cósmicos y apocalípticos muestran también el sentido de iniquidad y pecado (Mt J.-M. Rosenstiehl, L'Apocalypse d'Elie, Paris
P.-G. Müller
bien a las claras la significación escatológica 7,23; Rom 4,7; Heb 1,9; 1 Jn 3, 4 Y passim). 1972). Ahora bien, la expresión ¡t'\J<J't~QLOV
de lo que sucede en el Gólgota, cuando a la Entonces el avo¡to¡; es el que comete trasgre- 'tfj¡; avo¡tLU¡; (<<misterio de iniquidad», v. 7),
muerte de Jesús se abren los sepulcros y se le- avolxobo~Éro anoikodomeo (re-)edificar sión contra una ley o contra la ley (Lc 22, 37; con la que el autor de 2 Tes actualiza las ex-
vantan los muertos (Mt 27, 52). Dios (Lc 1, 64; ---+ oLxobo¡t~. 2 Tes 2, 8; 1 Tim 1, 9), y por tanto EQYU presiones av{tQw:7to¡; 'tfj¡; avo¡tLU¡; (2, 3) Y
3,21) Y Jesús (13, 25) son los sujetos de la ac- avo¡tu son los actos contrarios a la ley (2 avo¡to¡; (Trilling, 81s), señala también hacia
ción verbal de abrir; un ángel del Kyrios abre Pe 2,8).
las puertas de la prisión (Hech 5, 19; 16, 27) a
aVOt;I;, Ero;, Í) anoixis abrir, acción de el ámbito de la apocalíptica judía (Braun,
abrir (la boca) Qumran 1, 235s). Para decirlo con otras pala-
fin de que la misión cristiana pueda seguir ade- 3. Los escritores del NT emplean avo¡tLu y
---+ avoLYw 3. bras, la avo¡tLu, que ha de ser completada por
lante: Dios le abre a la Iglesia su futuro. avo¡to¡; en dos contextos: a) cuando se habla el av{tQw:7to¡; 'tfj¡; avo¡tLU¡; (2, 3) o avo¡to¡;
En el Evangelio de Juan, el Jesús terreno, al de la redención obrada por Jesucristo (Rom 4, (2, 8), Y que actúa ya en el momento presente
abrir los ojos de los hombres, actúa como avo~í,a, a;, Í) anomia falta de ley, que- 7; Tit 2,14; Heb 10, 17), Y b) cuando se quie- mediante el ¡t'\J<J't~QLOV 't* avo¡tLU¡;, no es
quien nos trae la salvación escatológica de brantamiento de la ley* re realzar la incompatibilidad de una determi- simplemente la disolución general de costum-
parte de Dios (Jn 9, 10-32: cf. Is 35, 5; 42, 7; avofto¡;, 2 anomos sin ley, contrario a la nada conducta humana con la voluntad de bres que precederá al fin (Ernst, 61), sino que
Tob 10, 21). En el discurso acerca del buen ley* Dios y, por tanto, con el «mundo de Dios» es la destrucción del orden de cosas que lo
pastor, el que guarda la puerta del rebaño abre avóftw¡; anomos (adv.) no estando en pose- (Mt 7,23; 23, 28; 24, 12; Rom 6, 19; 2 Cor 6, abarca todo y que se revela en el ---+ vó¡tO¡;.
al pastor (Jn 10, 3). Se pregunta retóricamen- sión de la ley* 14; 2 Tes 2, 3.7.8; Heb 1,9; 1 Jn 3, 4.
te si un demonio es capaz de abrir los ojos de 1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos - M. Limbeck
los ciegos (Jn 10, 21). 3. Campo referencial - 4. uvofl-la en Mt - 5. uvofl-la, 4. Entre los evangelistas, Mateo es el único
El término desempeña un papel importante avofl-o<; en 2 Tes. que habla de la avo¡tLu del hombre. La expli- avo~o;, 2 anomos sin ley, contrario a la
en el lenguaje del Apocalipsis. Dios abre el Bibl.: M. Brunec, De «Homine peccati» in 2 Thess. cación de ello se nos ofrece en Mt 24, 12: ley
cielo (Ap 19, 11), el templo (11, 19), el taber- 2, 1-12: VD 35 (1957) 3-33; 1. E. Davison, ANOMIA donde la avo¡tLu de los hombres aumenta, allí
---+ avo¡tLu.
náculo del cielo (15, 5) Y la entrada al mundo and the Question of an Antinomian Polemic in Matt- disminuye el amor de unos hacia otros (según
de las profundidades (9, 2). El acceso al plan hew: JBL 104 (1985) 617-635; J. Ernst, Die eschatolo-
gischen Gegenspieler in der Schriften des NT, Regens-
Mateo); porque «la ley (---+ vó¡tO¡;) Y los pro-
escatológico de Dios para la salvación, lo ha- burg 1967, 33-63; H. Frankemiille, Jahwebund und fetas» no son más que el desarrollo del man- avó~ro; anomos (adv.) sin ley
ce patente el Cristo de la parusía al abrir el Kirche Christi, Münster i. W. 1974, 284-286 (sobre damiento de amar a Dios y de amar al prójimo ---+ avo¡tLu.
319 320 321 aVLaJtoOLOúlf.tL - avd 322

avtáJ..J..aYJ'a, ato;, tó antallagma verbo es siempre Dios. En el himno de ala- con un posible castigo (3, 25). Se realza de
avo~itóro anorthoo reconstruir, levantar algo
ofrecido en trueque, contravalor* banza de Rom 11, 33-36 (cf., a propósito, Is manera especial la recompensa y el castigo en
de nuevo*
Se emplea en sentido propio en Hech 15, 16 Mc 8, 37 par. Mt 16, 26: av'táA.A.uyf,Lu 'tfí~ 40, 13 Y Job 41,3) se habla siempre en senti- una «tabla de deberes domésticos para los es-
(cf. Am 9, 11 s LXX) para referirse a la re- 'l'uxfí~, «¿Qué podrá dar un hombre a cambio do positivo acerca de la retribución divina (de clavos» (vv. 22-25), con la mirada puesta en
construcción de «la morada de David que ha de (la pérdida de) su vida?», es decir, ¿qué la acción divina de recompensar): Dios no el juicio futuro (v. 22b) y en la responsabili-
caído», es decir, para ganar a los gentiles; Lc podrá dar para recuperarla de nuevo? La res- permite que le sobrepasen en cuanto a hacer dad que se tiene para con el Señor (vv. 22.23.
13, 13: JtUQUXQfíf,Lu aVúlQ1tw1tr¡ (aoristo pri- puesta es: ¡Nada! ThWNT 1,252; Bauer, Wor- el bien. Sin embargo, lo ordinario es que la 24a y b).
mero pasivo), «ella pudo enderezarse al ins- terbuch, s. v.. idea de la retribución se halle asociada con el A. Sand
tante»; Heb 12, 12 (cf. Is 35, 3): ~U) 'tu~ anuncio del juicio. 2 Tes 1, 6 promete una te-
JtuQEtf,LÉvu~ XElQu~ XUl 'tu JtUQUA.EI\Uf,LÉvu rrible retribución a quienes «afligen» a la co- avta:n:óboJ'a, ato;, tó antapodoma re-
yóvu'tu avoQ1twau'tE, «¡Por tanto, enderezad avtavanJ..'1Qóro antanapleroo completar munidad. La aflicción (---> 1tA.L'I'L~, 1tA.Lp O) , 4 tribución, regalo hecho para corresponder
[= fortaleced de nuevo] las manos débiles y vicariamente veces en 2 Tes 1-13) se halla en íntima rela- a otro regalo
las rodillas que flaquean!». ---> JtA.r¡QóO) 3. c.
ción con el futuro juicio de cólera (v. 5), que ---> av'tuJtooLOO)f,LL 3. a.
está reservado para solo Dios (Rom 12, 9 Y
avócJto;, 2 anosios no santo, sin piedad, avtanobtbroJ't antapodidomi retribuir* Heb 10, 30 en cita de Dt 32, 35; cf. también
avta:n:óbocn;, Ero;, ÍJ antapodosis retri-
impío* av'tuJtóbof,Lu, u'to~, 'tó antapodoma retri- CD 9, 2).
bución, recompensa
1 Tim 1, 9, em paralelo con PEP'lÍA.OL~: los bución* Lucas emplea el verbo 2 veces (14, 14) en ---> av'taJto()tbúlf,LL 3. b.
impíos, para quienes se dio la ley; 2 Tim 3, 2, av'tuJtó6o<JL~, Eo)~, ~ antapodosis retribu- las instrucciones de Jesús a los anfitriones en
junto a axáQLa'tOL, ua'tOQYOL, etc. en el sen- ción* 14,7-14 (material peculiar). La «regla relati-
avta:n:oX~tvoJ'at antapokrinomai repli-
tido de personas desprovistas de piedad; cf. 1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Con- va a la mesa», en el v. 13, que dice que uno
tenidos semánticos del verbo - 3. Sustantivos deri- car, discutir (con alguien)*
ThWNT V, 491s; ---> O<JLO~. debería invitar únicamente a los pobres (cf.
vados. Lc 14, 6: av'tuJtoxQL1tfívm JtQo~ 'tuv'tu,
Billerbeck 11, 206s), porque ellos no son ca-
«no pudieron responderle a eso»; Rom 9, 20:
Bibl.: O. Bornkamm, La revelación de la ira de paces de devolver el favor (v. 14a), adquiere
avoxít, ij;, ÍJ anoche condescendencia, Dios (Rom 1-3), en Id. Estudios sobre el Nuevo Testa- av'tuJtoxQLVÓf,LEVO~ 't([> 1tE([>, «querer pedir
aplazamiento (del castigo)* en el v. 14b el carácter de un principio gene-
mento, Salamanca 1983, 9-36; F. Büchsel, 0l6wfu cuentas a Dios». ThWNT III, 947.
En el NT este sustantivo se refiere siempre X'tA.., en ThWNT 11, 171; H. J. Degenhardt, Lukas - ral mediante la referencia escatológica:
a una acción o actitud de Dios. En Rom 2, 4 Evangelist der Armen, Stuttgart 1965, 100s, 104s; E. «porque serás retribuido en la resurrección
aparece entre XQr¡a'tó'tr¡~ y f,LuxQo1tuf,LLu, y Fascher, Vergeltung 11. 1m NT, en ROO VI, 1347- de los justos». avtEt:n:oV anteipon contradecir, replicar
se refiere a la condescendencia y la toleran- 1349; W. Pesch, Vergeltung 1. In der Schrift, en LThK (aoristo segundo)
X, 697-701. ---> av'tLA.Éyúl.
cia de Dios ante los delitos humanos, por me- 3. a) av'tuJtóbof,Lu retribución* acentúa
dio de la cual Dios quiere conducir a los hom- 1. El verbo compuesto ---> ctJtobLbúlf,LL, deri- la idea principal de la perícopa de Lc 14,7-14
bres al arrepentimiento y, al mismo tiempo, vado del verbo simple OU~O)f,LL, adquiere me- (---> 2) en relación con un doble imperativo; el avtÉX0J'at antechomai aferrarse a, esfor-
quiere poner de manifiesto en el juicio la diante el prefijo av'tL el carácter de lo que es término se encuentra en posición acentuada al zarse por*
arrogancia de los hombres. Rom 3, 26.es tra- definitivo e irrevocable. El verbo con el doble final del v. 12: invitación en reciprocidad. El En el NT Y en la LXX este verbo aparece
dición pre-paulina y se refiere al aplazamien- prefijo aparece (cf. Morgenthaler, Statistik, caso es diferente en Rom 11, 9; la cita del Sal únicamente en voz media y rige siempre geni-
to del castigo divino, que se concreta en el 161s) 2 veces en Lucas (14, 14),4 veces en las 68,23 LXX (allí se usa av'taJtóoo<JL~) apare- tivo. Mt 6,24 par. Lc 16, 13: el confiado ape-
perdón de los pecados anteriores (= cometi- Cartas paulinas (1 Tes 3, 9; 2 Tes 1, 6; Rom ce en el contexto de la idea de reprobación go del criado a su amo (lo contrario de xu'tu-
dos antes de la venida de Cristo) por la muer- 11, 35; 12, 19) Y 1 vez en Hebreos (10, 30). (Rom 11, 1-10). Lo que David hubo deseado CjJQov'lÍaEL); 1 Tes 5, 14: av'tÉXE<J1tE 'twv
te de Cristo, y que - lo mismo que este per- av'tuJtóOOf,LU se encuentra en Lc 14, 12 (en el aa1tEvwv, ayudar a los débiles; Tit 1, 9: afe-
una vez para sus enemigos, eso mismo ha su-
dón- es signo de la bLxmoaúvr¡ de Dios (cf. mismo contexto que 14, 14) Y en Rom 11, 9, Y rrarse a la «palabra fiel», quizás también en
cedido -según Pab10- a gran parte de Israel;
E. Kiisemann, An die Romer [HNT], sub loco. av'tuJtóOO<JL~ aparece en Col 3, 24. En Rom el sentido de prestar atención a. ThWNT 11,
el énfasis recae sobre el «escándalo» que ello
ThWNT 1, 360s; DTNT I1I, 234s. 12, 19 Y en Heb 10, 30 el verbo se encuentra 827; Bauer, Worterbuch s. v.
supone (cf. la trasposición que Pablo hace en
en una cita de Dt 33, 25. relación con el texto de la LXX): la mesa
avtayrovt~roJ'at antagonizomai resistir, (preparada) para Israel será para ellos ocasión av'tt anti (con genitivo), en vez de, en lu-
luchar* 2. En las cartas paulinas, el sujeto del ver- de retribución. gar de, por*
Heb 12, 4: JtQo~ 'tllv áf,LuQ'tLuv av'tuyO)- bo es tan sólo una vez el Apóstol mismo (1
b) En Col 3, 24 av'taJtóboaL~ significa re- 1. Aparición en el NT - 2. Significados - a) En
VL~Óf,LEVOL, «en la lucha contra el pecado» (en Tes 3, 9): él se siente obligado a dar gracias a
compuestos - b) Como preposición - c) Como indica-
conexión con f,LÉXQL~ ULf,LU'tO~ av'tLxu'tÉa- Dios por el gozo que le proporciona la comu- tribución en el sentido de recompensa, la cual ción de estructura sintáctica - d) Como término sote-
'tr¡'tE). ---> aywv 5. nidad. En todos los demás casos, el sujeto del debe contemplarse, no obstante, en asociación riológico.
323 aV'tí 324 325 aní - avnxuiHonlf1L 326

Bibl.: (bibliografía específica sobre las preposicio- b) El contexto decide acerca del matiz de semántica de la preposición que establece un
nes en general: Bauer, Worterbuch, 98; BlaB-Debrun- oposición expresado por la preposición usada av'ttbtu'tí:3quu antidiatithemai oponer-
ner § 203-240); G. Dautzenberg, Sein Leben bewah- contraste entre personas. De esta manera, la se, resistir*
ren. lJIuX~ in den Herrenworten der Evangelien, en sentido propio. También aquí domina el muerte de Jesús se interpreta como sacrificio
significado básico de «frente a». Esto explica Término del lenguaje coloquial culto; en el
München 1966,98-107; J. Gnilka, Wie urteilte Jesus vicario de la vida, como ofrenda sustitutoria
über seinen Tod?, en K. Kertelge (ed.), Der Tod Jesu. los significados de en vez de, en lugar de, NT este verbo aparece únicamente en voz me-
Deutungen im NT, Freiburg i. B. 1976, 13-50; J. Jere-
en favor de la vida de muchos, vida que había dia. En 2 Tim 2, 25, refiriéndose a la manera
por, enfavor de, por causa de (en sentido neu- quedado perdida por la culpa de ellos. Como
mias, Rescate por muchos (Me 10, 45), en Id., Abba. suave de corregir a los que se oponen a los di-
El mensaje central del Nuevo Testamento, Salamanca tro, positivo o negativo): o<p1'taAf1ov a~'tL ,o<p~ Aú'tQov (el rescate que hay que pagar por la rigentes de la comunidad.
'1993, 138-151; K. Kertelge, Der dienende Menschen- 1'taAf10u: ojo por ojo (Mt 5, 38a); xaxov av'tL
manumisión de esclavos) significa ya el pago
sohn (Mk la, 45), en FS Vogtle, 225-229; E. Lohse, XUXOU: mal por mal (Rom 12, 17; cf. Mt 5,
Miirtyrer und Gottesknecht, Gattingen 1955, 117:122; de una compensación, entonces vemos que
38b; 1 Tes 5, 15; 1 Pe 3, 9); av'táAAaY[ta: di-
avú corresponde a la designación de una av'tibtxo;, OU, Ó antidikos (el) contrario
R. Pesch, Das Markusevangelium n, Frelburg 1. Br.
1977, 162-164; J. Roloff, Anfiinge des soteriologis-
nero ofrecido a cambio (Mt 8, 37; cf. 1 Re (en un juicio), adversario*
conducta vicaria o sustitutoria. Más aún, la
chen Deutung des Todes Jesu (Mk. X. 45 und Lk. XXII. 20, 2; Josefo, Ant XIV 484); av·tL lX1'tÚO~ En el griego bíblico, este término aparece
idea de expiación (cf. las preposiciones inter-
27): NTS (1972-1973) 38-64; A. VagUe, Todesankün- O<pLV: una serpiente en vez de un pez (Lc 11, casi siempre en un contexto judicial, siendo el
digungen und Todesverstiindnis Jesu, en Kertelge, Der cambiables JtEQl [Mt 26, 28], lJJtÉQ [Mc 14,
11; cf. Heb 12, 16: derecho de primogenitura juicio una imagen de las relaciones que exis-
Tod Jesu, 51-113; K. Wengst, Christologische For- 24, que es paralelo de Mt 26, 28], y aV'tl [Mc
a cambio de comida); aV'tL E[tOU xaL aou: un ten entre los hombres o entre el hombre y
meln und Lieder des Urchristentums, Gütersloh 1972, 10, 45 par. Mt 20, 28]) puede estar presente
55-104. estáter por ti y por mí, que (en sentido figura- Dios (por ejemplo, Jer 27, 34 LXX); av'tl6t-
también (cf. la combinación en 1 Tim 2, 6: Ó xo~ aparece como extranjerismo en textos ra-
do) corresponde a nuestra obligación de pa-
6oiJ~ Éa1J'tov av'tlA1J'tQOV lJJtEQ Jtáv'twv, bínicos. En Mt 5, 25 (bis), el camino que una
1. El uso de la preposición av't'Í con geniti- gar impuestos; av'tt 'tOU Jta'tQó~, en lugar de
«quien se dio a sí mismo en rescate por to- persona recorre hacia el tribunal, en compañía
vo se halla muy reducido en la literatura de la padre (Mt 2, 22); av1't-úJta'tO~, pro-cónsul
dos»). Desde la perspectiva de la historia de de quien es la parte contraria en un proceso,
Koiné en comparación con el griego clásico. (Hech 13, 7). La idea de un intercambio o
las tradiciones, diríamos que el concepto no es imagen del camino que el creyente recorre
En el NT aparece 22 veces rigiendo a sustan- sustitución podría hallarse también presente
se originó entre los judíos palestinenses (co- con su hermano hacia el juicio escatológico
tivos y pronombres (y 22 veces como prefijo en Jn 1, 16 (XáQLV av'tL XáQL'tO~: gracia so-
bre gracia, como un intercambio constante; mo creyeron Jeremias 138; Lohse, 118-120; (cf. Lc 12,58). En Lc 18,3 el término signifi-
de verbos); aparece generalmente en frases
cf. BlaB-Debrunner § 208); 1 Cor 11, 15 (~
Roloff, 51s; Gnilka, 44s, y otros), sino entre ca adversario en general.
hechas, y tiene un limitado ámbito de signifi-
cados. xó[tl] av'tL JtEQt~OAalO1J: la cabellera en lu- los judíos helenistas, entre los cuales se halla En 1 Pe 5, 8, al 6tá~OAO~ (singular en el
gar de velo), y Heb 12, 2 (av'tt ... xaQa~ ... atestiguada por vez primera la idea de pagar NT, cf. por lo demás VitAd 33) se le llama
2. El significado de aV'd se determina por a'tu1JQóv, en vez del gozo la cruz; el estudio como rescate una vida por una vida (2 Mac 7, av'tl6LxO~. La imagen de un juicio difícil-
el contexto y también por el campo semántico de J. Schneider en ThWNT VII, 577 ofrece 37s; 4 Mac 6, 27-29; 17, 21s [av'tÍ-'ljJ1JXov]; mente desempeñará aquí papel alguno (dife-
principalmente de preposiciones afines que una perspectiva no crítica, según la cual sobre los comienzos de la teología judía del rente opinión se manifiesta en ThWNT 1,
definen también los aspectos soteriológicos av'tl, no el contexto, es lo que determina el martirio cf. Wengst, 62-75; cf. también Kerte1- 374s); se trata, en general, del peligro que co-
de la muerte de Jesús «'ná, JtEQl, lJJtÉQ). Tan significado ). ge, 231; Pesch, 162-164; más reservados son rren los creyentes a causa de los sufrimientos
sólo en este campo semántico de preposicio- Vogtle, 94-97, 101, 105, 107 Y Dautzenberg, y tentaciones originados por el «maligno» du-
nes cualificadas teológicamente y en relación c) El uso de av'tl como indicador clásico 106). En Marcos y en Mateo es indiscutible rante este tiempo que precede al fin; cf. L.
con sustantivos es donde av·d adquiere su de estructura sintática sigue ajustándose al que existe la idea de la expiación universal y Goppelt, Der erste Petrusbrief(KEK), sub lo-
perfil semántico. buen estilo helenístico (cf. LXX, papiros): vicaria efectuada por Jesús. Adquiere forma co. ThWNT 1,373-375; DTNT 11, 75.
av'tL 'tOú't01J, por eso (Ef 5,31), o av1't' wv, en su influencia sobre la tradición eucarística H. Balz
a) El significado locativo original «<frente a>~) en vez de, a causa de que (= porque) (Lc 1,
no aparece atestiguado ya en el NT, pero determi- (Mc 14, 24 par. Mt 26, 28) Y en la recepción
20; 12, 3; 19, 44; Hech 12, 23; 2 Tes 2, 10; de ls 53, 10-12 (que tiene en el V. 12 av1't' wv)
na fundamentalmente el uso de esta preposición
en sentido figurado, como en los compuestos Sant 4, 15). Aquí se contraponen entre sí ac- dentro de una perspectiva cristológica.
av'tHhoot;, tro;, t1 antithesis oposición,
contradicción *
avn-JwQ-i'P,:(}EV (Lc 10, 31s): el, sace,rdote ~ el ciones o pensamientos.
levita pasaron de largo «frente a el>~; uvn-\EYEL 1 Tim 6, 20 en el sentido de controversia,
H. Frankenmolle
'tw KuíoUQL (Jn 19, 12): contradice al Cesar; d) Es sobre todo de importancia teológica polémica ('tfí~ '\jJE1J6wvú¡.to1J yvó:JaEw~).
avn-JtíJt'tE'tE 't0 JtVE'Úf1U'tL (Hech 7,51): resistís la «fórmula de entrega de sí mismo» (Wengst
al Espíritu Santo; av'tí-XQW'tÓ~ (1 Jn 2, 18): 55ss) eq Mc 10, 45 par. Mt 20, 28: 60uvat
aquel que se opo~e ~ Cristo; av'tL-OLXOS; (Mt.~, av'tt~ciAAro antiballo arrojar contra, obje- av'tueaaiO''ttUu antikathistemi resistir,
'ttlv '\jJ1JXtlv au'tOu Aú'tQov av'tL JtOAAWV, en- tar, disputar* ofrecer resistencia *
25): adversario; UV'tL-'tlJJtOS; (Heb 9, 24): anfltz-
tregar la propia vida como rescate, pago susti- Lc 24, 17: AóYOL ... o{)~ av'tt~áAAE'tE JtQo~
po. La oposición puede ser también neutra o Heb 12, 4: [tÉXQL~ aL[ta'tO~ av'tLxa'tÉa-
amistosa (Mc 14, 13; Lc 8, 26; 10,40; 20, 26; 24, tutivo por muchos, en lugar de los que son aAA~A01J~, «cosas ... que estáis discutiendo 'tl]'tE, «resistir (al pecado) hasta derramar san-
17; Mt 6,24; Rom 8, 26; Hech 20, 15.35. muchos. El contexto determina la estructura (tan apasionadamente) el uno con el otro». gre».
327 aV'tLXaAÉúl - aVtLltLO{Ha 328 329 avtLIlLo{)-ia - avtLoLQatE'ÚollaL 330

~EQV'lÍ0EL~ ; ambos términos faltan en la lista


avtlxaJ...Éro antikaleo invitar a su vez* BlaB-Debrunner § 154 nota 3, S.v. autó: el avtl3ta~É~xoJtat antiparerchomai pa-
Lc 14, 12: se rechaza la idea de invitar a que sigue en los vv. 29s. En cuanto al uso del término corresponde aproximadamente a tov sarse al otro lado del camino*
gente con la intención de que a uno le «invi- plural, cf. 2 Mac 8, 19; 3 Mac 5, 50. ThWNT autov JtAatuof!Ov w~ aVtLflLo{)-Lav ... ). Cf. Lc 10, 31s, refiriéndose al sacerdote y al le-
ten a su vez» (xaL autoL avtLxaA.ÉmJ)oLv (10). 1,376. ThWNT IV 706s; R. Bultmann, Der zweite vita, los cuales ambos, al ver al hombre que
Korintherbrief (KEK), sub loco. había sido asaltado en el camino de Jerusalén
aVtlJ...oyLa, a~, i¡ antilogia contradicción, a Jericó, pasaron de largo (junto a él) y cru-
av'tLXEiJtat antikeimai ser opuesto, ser resistencia, rebelión* 'AVtlÓXEta, a~ Antiocheia Antioquía* zaron al otro lado (¿del camino? O posible-
contrario, estar en conflicto con* En sentido más técnico en Heb 6, 16 En el NT se mencionan dos ciudades que mente, cada uno de ellos dio un rodeo y pasó
Se usa como participio sustantivado en Lc (Jtáol]~ ... avtLAoyta~ JtÉQa~ ... Ó oQxo~, «el llevan este nombre: Antioquía de Siria y An- de largo). Cf. también --+ avtt 2. a. Ch. Bur-
13,17; 21,15; 1 Cor 16,9; Flp 1,28; 2 Tes 2, juramento pone fin a toda disputa») y en 7, 7 tioquía de Pisidia.
4 (con referencia al Anticristo), y en 1 Tim 5, (XúlQL~ be, Jtáol]~ aVtLAoyta~, sin discusión
chard: ZNW 69 (1978) 149-151.
14 en el sentido de adversario, enemigo. En alguna). En 12, 3 en el sentido de resistencia; 1. Antioquía de Siria, situada junto al
Gál 5, 17 se dice que JtvEiífla y oáQ~ «son de manera semejante en Jds 11: «por la rebe- Orontes, fue la residencia de los Seléucidas y, av'tt3ta~iiJ...aov antiparelthon pasarse al
opuestos el uno al otro» (aAA:líAOL~ aVtL- lión de Coré perecieron». a partir del año 64 a.C., del legado romano de
otro lado del camino
XELtm). 1 Tim 1, 10, en una lista de vicios, ha- la provincia de Siria. Llegó a ser la tercera
Aoristo segundo de --+ avtLJtaQÉQxoflm.
ce referencia a cosas que «son contrarias a la avtlJ...otbo~Éro antiloidoreo responder
ciudad más importante del Imperio Romano
sana doctrina». (después de Roma y de Alejandría). Se men-
con maldición*
ciona en Hech 11, 19s (a propósito de la mi- 'AV'tt3tel~,el Antipas Antipas*
Dícese de Cristo en 1 Pe 2, 23: AOLDOQO'Ú-
sión entre los gentiles), en el v. 22 (presencia Nombre de un mártir cristiano de Pérgamo
civ'ttX~lJ~antikrys (adv.) frente a* flEVO~ oux avtEAOLMQeL.
de Bernabé en Antioquía como delegado de (Ap 2, 13). El nombre es probablemente una
Se usa como preposición impropia con ge-
Jerusalén), en el v. 26 (dos veces: presencia forma abreviada de 'A vtLJtatQo~.
nitivo en Hech 20, 15: <<frente a Quíos». av'tLJ...lJ't~OV, OlJ, 'tó antilytron rescate de Pablo en Antioquía; origen del término
BlaB-Debrunner § 21 nota 4; 214, 3. --+ A'ÚtQOV. XQLotLavoL), en el v. 27 y en 13, 1; 14, 26;
15,22.23.30.35; 18,22; Gál 2, 11. 'Av'tt3ta't~L~, Lbo~ Antipatris Antípatris*
av'ttJ...aJt~ávoJtat antilambanomai venir avtlJtE't~Éro antimetreo medir a su vez* Guarnición militar en la calzada de Jerusa-
En Lc 6, 38 (par. Mt 7,2 Textus Receptus) 2. Antioquía de Pisidia (Estrabón XII, 8, lén a Cesarea, en la frontera de Judea. Según
en ayuda de, preocuparse de*
como razón para no juzgar los unos a los 14 ad Pisidas) se hallaba situada en la región Hech 23, 31, Pablo y su escolta romana (¡in-
En el NT el verbo se usa únicamente en voz
otros. Por el contrario, formulaciones pareci- de Frigia en la provincia romana de Asia; en
media: con referencia a personas (Lc 1, 54; tegrada por 470 soldados!, v. 23) pasaron la
das en la literatura rabínica (por ejemplo, So- tiempo de Agusto fue colonia romana. Se
Hech 20, 35) o a cosas (EuEQYE<Jta~) en 1 noche en Antípatris. BHH 1, 102. .
ta 1, 7) tienden a establecer una norma para menciona en Hech 13, 14 (a propósito de la
Tim 6, 2: dedicarse con empeño a. ThWNT 1,
juzgar; cf. ThWNT IV, 636s. fundación de la comunidad de aquel lugar por
375s. Pablo y Bernabé); 14, 19 (judíos de Antio- av'tt3tÉ~a antipera (adv.) frente a*
quía, cf. 13,50), v. 21; 2 Tim 3,11. En el NT una preposición impropia que rige
avtlJ...Éyro antilego contradecir, oponerse* av'ttJtUJaLa, a~, i¡ antimisthia remunera-
ción, recompensa* RAC 1, 461-469; LThK 1,648-650; RGG 1, genitivo: Lc 8, 26 refiriéndose a la región de
El verbo aparece 11 veces en el NT; de ellas los gerasenos, que se hallaba situada al lado
7 en los escritos de Lucas (Lc 2, 34; 20, 27;
Esta forma se halla atestiguada únicamente 545; G. Downey, A History ofAntioch in Syria
en los escritos paulinos y post-paulinos. Se from Seleucus to the Arab Conquest, Princeton opuesto de Galilea, es decir, en la orilla del
21, 15; Jn 19, 12; Hech 4, 14; 13, 45; 28, lago que quedaba frente a Galilea.
emplea in sensu malo en Rom 1,27: ti¡v av- 1961; BHH 1, 98s; LAW 180s; J. Lassus, en
19.22; Rom 10,21; Tit 1, 9; 2, 9). Lc 2,34:
tLflLo{}tav llv 1!6a ... aJtoAafl~ávovtE~, «re- ANRW 1I/8, Berlin 1977,54-102; TRE I1I, 99-
ol]fldov aVtLAEyóflEVOV, «una señal que ex-
cibiendo la recompensa correspondiente», pa- 103; R. E. Brown-J. P. Meier, Antioch and Ro-
perimentará contradicción»; 20, 27, con infi- av'tt3tL:7nro antipiptO resistir, oponerse*
ra referirse a las relaciones homosexuales me, London 1983, 11-86; D. S. Wallace-Ha-
nitivo: «estar en desacuerdo diciendo que ... » En Hech 7, 51 dícese de los judíos que
entre hombres como un castigo decretado por drill, Christian Antioch, Cambridge-London
1982. siempre resisten al Espíritu Santo.
Dios porque no le habían tributado la gloria
av'tLJ...l1JtlIJt~, Ero~, i¡ antilempsis ayuda, que le debían. En 2 Cor 6, 13 Pablo pide a la H. Balz
asistencia* comunidad que le abran sus corazones como av'tUJ't~a'tEÚOJtat antistrateuomai hacer
El plural en 1 Cor 12, 28 se refiere a la la- él se lo había abierto a ellos: ti¡v M auti¡v 'AVtlOXEÚ~, Ero~, Ó Antiocheus antioque- la guerra contra*
bor de organización, más bien técnica, dentro aVtLflLo{}Lav. .. JtAat'Úv{}l]te xal 'Ú flEL~. El no* En sentido figurado en Rom 7, 23: «la ley
de la comunidad. Pablo la entiende (polémi- acusativo debe entenderse probablemente co- Hech 6, 5, refiriéndose al prosélito Nicolás, del pecado, que está en guerra con la ley de
camente) como carisma, juntamente con xu- mo un objeto interno de JtAat'Úv{}l]te (cf. que era natural de Antioquía de Siria. mi razón».
331 332 333
334

a.vtltáCJCJo,uu antitassomai historia de la teología. a) Los pares de con- muy difundida, de una oposición contra Yahvé).
oponerse,
La literatura de Qumrán ofrece paralelos más le- aVll()~O~, 2 anydros falto de agua, desierto*
resistirse, ofrecer resistencia* ceptos en contraste son comunes generalmen-
janos en el «hombre de la mentira» (1 QpHab 2, 1; Dícese del desierto, donde buscan morada
Rom 13, 2: ó av'tL'taooó¡,tEvO<; 'tñ €~OV­ te, sobre todo en el lenguaje antiguo (empera-
CD 8, 13; 20, 15), en el «sacerdote impío» (lQp- los demonios (Mt 12,43 par. Lc 11,24); 2 Pe
OLQ., «aquel que resiste a la autoridad del Es- dor - antiemperador; caudillo - anticaudillo;
Hab 8, 8) y en el «hombre de violencia» (CD 1, 2, 17: :n:1']yat avvoQoL, «manantiales sin agua»,
tado»; con personas como objeto de la acción papa - antipapa); el par de conceptos Cristo - 14). Sin embargo, no se observa una influencia imagen de lo que son los maestros de herejías;
verbal, en el sentido de oponerse a: Sant 4, 6; Anticristo se ajusta a este esquema. b) El directa.
una imagen parecida es VEcpéA.aL avv6QOL
cf. 1 Pe 5, 5; Sant 5, 6. Usado en sentido ab- trasfondo teológico específico hay que bus-
c) Las reservas manifestadas de vez en cuando -u:n:o avél100v JtuQacpEQÓl1eVaL, «nubes sin
soluto en Hech 18,6: cuando ellos adoptaron carlo en la idea de un poder enemigo de Dios,
contra la derivación mítica son insuficientes para lluvia llevadas por los vientos», en Jds 12.
una actitud hostil. que existía ya en el mito.
cuestionar los resultados de la investigación en
materia de historia de las religiones, resultados
3. Podemos remontarnos más o menos cla-
a.V'tí:t\m:o~, 2 antitypos lo que correspon- que, en su núcleo fundamental, son indiscutibles.
a.Vll:rtÓX~ltO~, 2 anypokritos sin hipocresía
ramente a la prehistoria de la idea del Anti- El motivo de una lucha protológica y escatológi-
de a; (como sustativo) copia, reproduc- ~ -U:n:OXQL't1Í<;.
cristo, basándonos en el desarrollo que tuvo ca de la divinidad contra los poderes de destruc-
ción
a) en el NT, b) en la apocalíptica judía y c) en ción no sólo es un rasgo universal de las interpre-
~ 't1J:n:o<;. taciones míticas del mundo, sino también un
la mitología.
elemento que sustenta a la apocalíptica veterotes- a.vll:rtótaXto~, 2 anypotaktos no someti-
a.vtí,X~lCJtO~, Oll, Ó antichristos Anti- tamentaria y judía y a la apocalíptica cristiana. do, insubordinado, rebelde*
a) El antagonista en 2 Tes 2, 1-11 es una
cristo* personalidad individual que posee las notas Hay tres ejemplos del plural de este término
4. El concepto del antagonista no es uni-
1. Empleo del término en el NT - 2. Origen del características del adversario de Dios, del fal- en las Cartas pastorales: juntamente con avo-
forme en el NT. A pesar de la personifica-
concepto - 3. Su prehistoria - 4. La imagen global en so profeta y del Anticristo. El Apocalipsis ¡,to<;, al principio de una lista de vicios propio
elNT. ción originada por la ley del contraste con la
distribuyó este complejo de ideas entre varias de personas insubordinadas, a causa de las
figura de Cristo, la imagen global -a pesar
Bibl.: A. Arrighini, L'Anticristo, Torino 1945; W. figuras míticas (Ap 13, 1-9.11-19; 11,7; 12; cuales se dio la ley (l Tim 1,9); refiriéndose a
Bousset, Der Antichrist in der Überlieferung des Ju- de todo- sigue siendo dispar. Tan sólo en el
20, 2) sin intentar llegar a una uniformidad. los hijos rebeldes, que no convienen a un
dentums, des NT und der alten Kirche, Gottingen período que siguió al NT vemos que los mo-
1895; D. Buzy, Antéchrist, en DBS 1, 297-305; M. Aquí, extrañamente, la idea del Anticristo obispo (Tit 1, 6); refiriéndose a los maestros
tivos tradicionales y los nuevamente descu-
Brunec, De «homine peccati» in 2 Thess 2, 1-12: VD permanece poco nítida. Las referencias con- biertos se condensan en la imagen uniforme de herejías (Tit 1, 10). En Heb 2, 8 se dice que
35 (1957) 3-33; J. Ernst, Die eschatologischen Ge- temporáneas al emperador romano nos hacen «él [Dios] no dejó nada que no estuviera suje-
genspieler in den Schriften des NT, Regensburg 1967; del Anticristo.
Haag, Diccionario, s. v. Anticristo, 107s; E. Lohmeyer, ver claramente que las implicaciones en los to a él (al hombre»>. ThWNT VIII, 48.
J. Ernst
Antichrist, en RAe 1, 450-457; V. Maag, Der Antich- asuntos de este mundo forman parte de la es-
rist als Symbol des Biisen, en Das Base, Zürich 1961, tructura fundamental de la figura del adversa-
63-89; B. Rigaux, L'Antéchrist et l'opposition au Ro- rio. El conocimiento del adversario personal a.vd.too antleo sacar (agua)* avoo ano (adv. de lugar) arriba, hacia arriba*
yaume Messianique dans l'Ancien el le Nouveau Tes-
tament, Gembloux-Paris 1932; J. Schmid, Der Anti- parece hallarse indicado en la «abominación Con 'to 'ÜoooQ como objeto de la acción ver-
de la desolación» de Mc 13, 14, pero en su bal en Jn 2, 9; 4, 7; usado en sentido absoluto Bib/.: Bauer, Worterbuch, s. v.; BlaB-Debrunner §
christ und die hemmende Macht: ThQ 129 (1949)
103,205,2; F. Büchsel, ayO), aVÚrtEQov, en ThWNT
323-343; R. Schnackenburg, Cartas de san Juan, Bar- totalidad la figura es esquemática y sin colo- en 2, 8; 4, 15. 1, 376s; J. Gnilka, Carta a los filipenses, Barcelona
celona 1980, 174-181; H. Schlier, Vom Antichrist, en rido. Entre las fuentes literarias de Marcos
Schlier 1, 16-29; W. SÜihlin, Die Gestalt des Antichris- 1987 (sobre Flp 3, 14); Liddell-Scott, s.v.; D. Mollat,
ten und das Katechon, en FS f J. Lortz n, Baden-Ba- parecen haberse contado principalmente al- en StEv 1, 321-328 (sobre Jn 8, 23); Moulton-Milli-
den 1958, 1-12; G. Strecker, Der Antichrist. Zum reli- gunos acontecimientos de la historia contem-
avt/.:'lJla, ato;, tó antléma cubo (para gan, s. v.; Schwyzer, Grammatik l, 550; JI, 415s; cf.
gionsgeschichtlichen Hintergrund von ]Joh 2, 18.22; sacar agua)* 536s.
poránea (Antíoco IV Epífanes, la destrucción
4, 3 und 2Joh 7, en FS Klijn, 247-254; Id., Die Johan- Jn 4, 11: «Señor, no tienes cubo para sacar
nesbriefe (KEK), Gottingen 1989, 123s, 337-343. del templo en la Guerra de los Judíos). En las l. avoo es un adverbio de lugar, formado
agua».
Cartas de Juan, la figura escatológica se con- con una -00 final, lo mismo que xá'too, eLooo,
l. En el NT el término ó avúXQww<; apa- virtió en una «cifra» polémica en las contro- O:n:LOoo (y cf. m-oe; Schwyzer 1550). Tiene no
rece únicamente en las Cartas de Juan (1 Jn 2, versias cristológicas: el Anticristo es aquel a.VtOqJaaAJltoo antophthalmeo mirar di- sólo el sentido de arriba sino también de ha-
18 bis.22; 4, 3; 2 Jn 7). Pero la idea básica ex- que niega a Cristo. rectamente a la cara * cia arriba. El uso atributivo con artículo apa-
presada por este término, se halla mucho más En el NT, este verbo aparece únicamente en rece a partir del siglo V a.C. (Schwyzer ll,
difundida. b) La apocalíptica judía y sus antecedentes en sentido figurado: en Hech 27, 15, una nave es
el AT se reconocen de manera más o menos clara 415). El NT consigna los siguientes ejemplos
en las figuras del antagonista que aparecen en el azotada por una tormenta y «no puede ya po- del uso del adverbio: 3 en Juan, 1 en Hechos,
2. El origen del término se explica por ra- NT (Dan 11, 36; Ez 28, 2; cf. 2 Tes 2, 4; ApBar ner proa al viento» (¡,ti] ovva¡,tévov aV't- 2 en las Cartas paulinas, 2 en Colosenses, y 1
zones de a) la historia del lenguaje y de b) la [sir] 36-40; 4 Esd 5, 6; AsMo 8,1, Yen la idea, ya ocp'fraA.¡,tElv 'ti¡> avé¡,tq¡). en Hebreos.
335 336 337 338

2. a) En el sentido de arriba, avoo aparece 1. aVOO{}fv, que es un adverbio que apare- de Asia, cruzadas por Pablo según 18, 23. 1. Este adjetivo está relacionado etimoló-
en la combinación EOO<; avoo, hasta el borde ce 5 veces en Juan, 1 vez en cada uno de los Luego, el Apóstol desciende (!) (xaLfA.{}fLV) gicamente con palabras que significan «pe-
(Jn 2,7). En Hech 2, 19 (en una amplificación Sinópticos, 1 vez en Hechos, 1 vez en las Car- a Efeso. Sobre el debate acerca de si el térmi- san>, «balanza», y denota lo que eleva el otro
de una cita de 11 3, 3 LXX) es sinónimo de ev tas de Pablo, y 3 veces en Santiago, se deriva no significa «tierra adentro» o «región monta- platillo de la balanza (Foerster, 378). En sen-
oVQav<p, arriba en el cielo. Pablo conoce el de la preposición av(ú), del sufijo advervial-oo ñosa», cf. E. Haenchen, Apostelgeschichte' tido estricto significa equivalente, digno, apro-
uso con el artículo: ~ bE avoo 'IfQo'UaaA.~[,t (--+ avoo 1) y de la terminación -{}f(V: siempre (KEK), sub loco. piado; en sentido amplio, indica la correspon-
es la Jerusalén celestial, que contrasta con la en el NT) como genitivo-ablativo (Schwyzer, dencia entre dos magnitudes.
Jerusalén actual (v. 25). En Col 3, 1.2 se ex- Grammatik 1,618; n, 439s y 536s) y significa
horta a la comunidad: La avoo ~l]LELLf/ de arriba, arriba, de nuevo (Schwyzer 11, avrotEQov, anoteron (adv.) más arriba, 2. a!;LO<; es muy raro en la LXX, a pesar de
<PQOVELLf: ¡buscad, poned vuestra mente en 536) o desde el principio, desde hace mucho más alto* que la temática expresada por esta palabra es
las cosas de arriba! Parece que ya en Jeno- tiempo (--+ 2. b). Este comparativo de --+ avoo (la forma más muy interesante. Ahora bien, el término es
fonte (An IV, 3, 25; cf. De Equitandi Ratione corriente en ático es avooLÉQoo) se emplea en frecuente en los papiros, y, juntamente con el
1, 2) La avoo es un término geográfico que 2. a) En la significación espacial (de) arri- Lc 14, 10 para referirse al lugar de honor si- adverbio a!;(oo<;, aparece 47 veces en el NT
contrasta con LO nfbtov. En Juan La avoo de- ba, avoo{}fv, reforzado por an( ó) o H; (cf. tuado más arriba en la mesa, y por tanto más (Morgenthaler, Statistik, 75).
signa el mundo de Dios, del que viene Jesús BlaB-Debrunner), aparece en Mc 15, 38 par. cerca del cabeza de familia; en Heb 10, 8 dí- Además del impersonal a!;Lóv eaLLV, con-
trayendo el mensaje divino: Yo procedo de Mt 27,51 (an' avoo{}fv EOO<; XÚLoo, de arriba cese de un pasaje citado que se halla más viene (por ejemplo, 2 Tes 1, 3) Y del uso ab-
arriba (Jn 8, 23; cf., a propósito, Mollat). abajo) y en Jn 19, 23 (ex L<ÚV avoo{}fv, que arriba, es decir, anteriormente; en contraste soluto (Mt 10, 11.13), a!;LO<; aparece g'eneral-
en este caso es sustantivo, desde arriba). En con LÓLf en el v. 9: «Habiendo dicho más mente en el NT con un genitivo como término
b) avoo aparece con el significado de hacia el sentido de del cielo, de Dios avoo{}fv apa- arriba ... , añadió luego ... ». de comparación (por ejemplo, «no es digno
arriba, hacia lo alto, en Heb 12, 15, que se rece en Jn 3, 3: a menos que uno nazca de de mí», Mt 10, 37s) o con un infinitivo (por
refiere a la raíz que (sale y) brota a lo alto. arriba (cf. v. 7; 1, 13); es, desde luego, una ejemplo, «ya no soy digno de ser llamado tu
avroC(ld.t1S, 2 anofeles sin provecho, in- hijo», Lc 15, 19.21).
Según Jn 11,41, Jesús alzó los ojos a lo alto manera de hablar enigmática y Nicodemo la útil, inservible*
(para orar; cf. Mc 6, 41 par.), con un segundo entiende equivocadamente en el sentido de de El empleo que en el NT se hace de este tér-
Tit 3, 9, con [,túLaLOL, para referirse a las
uso de ~QfV en el versículo. 'H avoo XA.fíat<; nuevo (3, 4; cf. Leroy). Según el v. 31, Jesús mino abarca un amplio espectro. Rom 8, 18
controversias que de nada sirven; úsase como
en Flp 3, 14 es la vocación hacia arriba, la es Aquel que viene de arriba. La autoridad de utiliza a!;LO<; para comparar dos magnitudes y
sustantivo en Heb 7, 18: bUl LO aVLfí<; aa-
vocación celestial, por referencia no a su ori- Pilato le ha sido dada de arriba (19, 11). To- establece un contraste entre el sufrimiento del
{}fVE<; xaL aVoo<pfAÉ<;, «el mandamiento ante-
gen, sino a la meta y al premio del llama- do don bueno ... viene de arriba, es decir, del tiempo presente y la gloria futura; el uso im-
rior se anula por la debilidad e inutilidad (de
miento (cf. Gnilka, sub loco; el paralelo lin- Padre (Sant 1, 17; cf. 3, 15.17: la sabiduría personal de a!;LO<; en 1 Cor 16, 4 presupone
la Ley)>>.
güístico, citado por él, de ApBar [gr] 4, 15 no que procede de arriba). también un juicio emitido después de cuida-
hace al caso, porque, según la edición de Pi- dosa ponderación. En el logion de Mt 10, 10
card [1967], la lectura correcta es ~ avú-
XA.l]OL<;).
b) Un significado temporal en el sentido de as LVI) , 1]S, ÍI axine hacha* par. Lc 10,7 Y en 1 Tim 5, 18, el término des-
cribe positivamente el salario que debe recibir
desde hace mucho tiempo aparece en Hech Mt 3, 10 par. Lc 3, 9, en la predicación de
J. Beutler 26,5 (cf. PapOxy n, 237, 8, 31; cf. también Juan el Bautista en la que anunciaba el juicio: el trabajador. En Lc 23, 15 yen la mayoría de
Rina1di). «El hacha está ya puesta a la raíz de los árbo- los ejemplos en que este término aparece en
Hechos, se emplea la palabra en sentido nega-
avroywv, O",tó anogeon habitación del les». La imagen subraya la inminencia e ine-
tivo para expresar que un delito merece la
piso de arriba c) La significación de nuevo se expresa en vitabilidad del juicio.
Gál 4, 9 mediante nÚA.LV, que se halla en pa- muerte. 1 Tim 6, 1 emplea el término a!;LO<; pa-
Textus Receptus in Mc 14, 15 par. Lc 22,
ralelo con avoo{}fv, y en Jn 3, 3 mediante ra referirse al respeto y aprecio que los escla-
12 en lugar de --+ avúymov. astos, 3 axios digno, apropiado
bfÚLfQOV que es la forma en que Nicodemo vos deben mostrar hacia sus amos. La forma
lo interpreta en el v. 4 (--+ a; sobre el v. 3 cf. l. Etimología y significado - 2. Aparición, cons- negativa avú!;LO<;, indigno, en 1 Cor 11,27,
avro-3Ev anothen (adv. de lugar) de arriba* Josefo, Ant 1,263). trucciones y uso de este término en el NT - 3. a~Lów. se refiere a la celebración indigna de la Cena
Bibl.: Bauer, Worterbuch s.v.; BlaB-Debrunner § J. Beutler Bibl.: Bauer, W6rterbuch, 154-156; W. Foerster, del Señor.
104,2; F. Büchsel, aVÚl'frev, en ThWNT 1, 378; H. Le- a~LO<; %LA., en ThWNT 1, 378-380; Moulton-Milligan, El Apocalipsis emplea el adjetivo para ex-
roy, Riitsel und MiJ3verstiindnis. Ein Beitrag zur Form- 50s; V. Pisani, Etimologie greche e latine, en Studia presar la asignación escatológica de recom-
geschichte des Johannesevangeliums (BBB 30), Bonn avrotEQtXÓs, 3 anoterikos más alto, tierra classica et orientalia Antonio Pagliaro oblata 1II, Ro- pensa y de castigo (3, 4; 16, 6). En tensión
1968, 124-136 (sobre Jn 3, 3.7); Liddell-Scott, s.v.; adentro * ma 1969,157-167, 161s; G. Rinaldi, Ebraico s6weh e
Mayser, Grammatik 11, 240; Moulton-Milligan, s. v.; G. greco a~LO<;: BeO 6 (1963s) 127; E. Tiedtke, a~LO<;, en con esto se halla el sentimiento de la propia
Rinaldi: Bibbia e Oriente 6 (1965) 354-358 (sobre Lc Hech 19, 1 se refiere a las regiones altas, es ThWNT n, 1047s; K. Stendahl, a~LO<; im Lichte der indignidad que se experimenta al encontrarse
1,3); Schwyzer, Grammatik 1, 618; n, 439s, 536s. decir, a las regiones montañosas del interior Qumran-Holle: NSNU 7 (1952) 53-SS. uno con Dios (cf. Lc 15, 19.21) Y con la per-
339 340 341 cmaLQo~m - cmav¡;úw 342

sana de Jesús, sentimiento que, desde luego, u.'Jtáyro apago conducir, llevar* u'Jtaí~o,..,m apairomai quitar, arrebatar* comunidad del pueblo de Israel» (a:rt'Y]AAo-
se expresa por medio del término ~ LXaVÓ¡; En el NT se usa únicamente en voz pasiva: "tQLW¡tÉVOL "tfí¡; :rtoAL"tda¡; "tOU 'loQaitA). Ef
Bibl.: H. Conzelmann, Der erste Brief an die Ko-
(Mt 8, 8 par.). Como resultado de esta con- rinther, Gtittingen "1969, 240-243; E. Klostermann, Mc 2, 20 par. Mt 9, 15 Y Lc 5, 35 en ellogion 4, 18 describe a los gentiles como a:rt'Y]A-
ciencia y en consonancia con la teología pau- Das Matthausevangelium, Tübingen 41971, 68s; G. sobre el esposo que un día será arrebatado a AO"tQLW¡tÉVOL "tfí¡; ~wfí¡; "tOU 'frEOU, «exclui-
lina, Pablo utiliza el adverbio aSLW¡; única- Schneider, Die Pass ion Jesu nach den drei alteren los invitados a la boda. dos de la vida de Dios». Col 1,21 los descri-
mente en la parénesis (Rom 16,2; Flp 1,27; 1 Evangelien, München 1973,43-117. be como alejados (de Dios) y, al mismo
Tes 2, 12), para designar la finalidad y el mo- a:rtáyw aparece 15 veces en el NT. Aparte tiempo, como EX'frQOÚ¡;. ThWNT 1, 265s.
tivo de toda acción cristiana (Foerster, 380).
u'Jtan:iro apaiteo exigir la devolución, re-
de 1 Cor 12, 3, el término aparece únicamen- clamar*
te en los Sinópticos y en Hechos (3 veces en Lc 6, 30: los bienes que nos han sido roba- cl'Jta'J..Ó;, 3 hapalos tierno, fresco*
3. «'1;tóm considerar digno (o apropiado), Marcos, 5 en Mateo, 4 en Lucas y 2 en He- dos o que nos han sido sustraídos, no hay que En Mc 13, 28 par. Mt 24, 32 dícese de los
pedir, se emplea también frecuentemente en chos). En el significado de llevar (Bauer, exigir que se nos devuelvan; 12, 20: la vida brotes de la higuera, que en verano están lle-
textos profanos para expresar el deseo de algo Worterbuch, s. v.), este verbo suele acercarse del rico agricultor, Dios se la reclamará o le nos de jugo y echan hojas.
(Moulton-Milligan 51; cf. Hech 28, 22). El mucho al significado del verbo simple (~ exigirá su devolución (como si de una deuda
empleo que el NT hace del verbo con un acu- ayw). Se usa en sentido intransitivo para re- se tratase); cf. Lc 12,48 D. ThWNT 1, 193s.
sativo para expresar el objeto de la acción ferirse a la llegada a una meta: conducir a, u'Jtav'táro apantao encontrar*
verbal se halla enteramente en consonancia terminar en (Mt 7, 13s). Se emplea a menudo a:rtáv"t'Y]<JL¡;, EW¡;, ~ apantesis encuentro*
con el uso de aSLO¡; y con las construcciones como término técnico del lenguaje jurídico u'Jta'J..yiro apalgeo estar endurecido, ser
1. Consideraciones de crítica textual - 2. u:n:unétúJ
gramaticales en que este último aparece. Ade- (unas 10 veces): llevar o llevarse preso. Pue- insensible* en el NT - 3. El problema de la expresión de:; u:n:étv-
más de las 7 veces que aparece aSLów, en- de tener una significación parecida, pero sin Ef 4, 19, refiriéndose a los gentiles; está Tll OLV .
denotar coacción: llevar (Lc 13, 15) o condu- bien claro, por el contexto, que ello debe en-
contramos 3 veces el compuesto xm;aSLów, Bibl.: W. Bruners, Die Reinigung der zehn Aussat-
cir (Hech 23, 17). tenderse a la luz de lo que se dice en el v. 18d
siempre en voz pasiva, de tal manera que el zigen, Stuttgart 1977; D. Dormeyer, Die Passion Jesu
(bux "t~v :rtwQW<JLV "tfí¡; xaQMa¡; m'JL&v).
juicio sobre la dignidad se atribuye siempre a als Verhaltensmodell, Münster i. W. 1974; W. Har-
Dios (Lc 20, 35; Hech 5, 41; 2 Tes 1,5). El ser llevados violentamente es la Rerspec- nisch, Eschatologische Existenz, Gtittingen 1973; E.
tiva que aguarda a los discípulos (Lc 21, 12) Y u'JtaAáCJCJro apalasso dar libertad, soltar* Linnemann, Gleichnisse Jesu, Gtittingen 61975, 130-
P. Trummer 134; W. Mundle-W. Schneider, Venida, en DTNT IV,
a los guardas que custodiaban a Pedro (Hech Usado en voz activa, en Heb 2, 15 yen un
318-325; E. Peterson, Die Einholung des Kyrios:
12, 19), Y sobre todo es la suerte que Jesús contexto cristológico, dícese de la liberación ZSTh 7 (1930) 682-702; Id., U:n:étvT1l0Le:;, en ThWNT
U;LÓro axioo considerar digno (o apropia- tendrá que sufrir: Judas da la señal (Mc 14, por Cristo de aquellos que viven en el temor r, 380; S. West, A Note on P. Oxy. 1242: ZPE 7 (1971)
do), pedir 44; cf. Hech 16,23); Jesús es conducido ante de la muerte (cf. Lc 9, 40 D); usado en voz 164; H. A. Wilcke, Das Problem eines messianischen
~ aSLO¡; 3. el sumo sacerdote (Mc 14, 53 par. Mt 26, 57), media, dícese de las enfermedades que aban- Zwischenreichs bei Paulus, Zürich 1967, 109-147.
ante el Sanedrín (Lc 22, 66), ante Pilato (Mt donan (a:rtaAAáoow'frm a:rt' av"t&v) a los
1. La cuestión acerca de las variantes textua-
27, 2), al pretorio (Mc 15, 16), Y le llevan a enfermos (Hech 19, 12); usado en voz pasiva
u;íro; axios (adv.) de manera apropiada, les relativas a a:rtav"táw, o1Jvav"táw y ú:rtav-
crucificar (Mt 27, 31 par. Lc 23, 26). en Lc 12, 58: «pon empeño en avenirte (por
digna, conveniente* "táw y con respecto a a:rtáV"t'Y]OL¡;, o1Jváv"t'Y]-
En la conducta de su vida, los cristianos de- las buenas) con él mientras vas de camino»
Rom 16,2; Ef 4, 1; Flp 1,27; Col 1, 10; 1 OL<; y Ú:rtáV"t'Y]OL¡; es una cuestión confusa, por
ben escoger entre dos caminos: entre el cami- (a:rt'Y]AAáx'frm a:rt' av"tOu, literalmente: en
Tes 2, 12; 3 Jn 6. ~ aSLO¡;. que te deje libre). ThWNT 1,253; DTNT IV, la influencia que los Sinópticos han ejercido
no que conduce a la perdición y el camino que
41s. entre sí, y porque a:rtav"táw, o1Jvav"táw y
conduce a la vida (Mt 7, 13s). Cuando eran
ú:rtav"táw, por un lado, y a:rtáv"t'Y]<JL¡;, o1Jváv-
uó~a'to;, 2 aoratos invisible gentiles, los conducían ante los ídolos mudos
"t'Y]OL¡; y Ú:rtáV"t'Y]OL¡;, por el otro lado, son tér-
y allí, en estado de éxtasis (Conzelmann,
~ óQáw. u'Jta'J..Ao't~LÓro apallotrioo enajenar, ex- minos casi sinónimos (cf. Peterson, passim).
242s), privados de su voluntad, eran arreba- cluir por alienación*
tados hacia ellos (1 Cor 12, 2).
En el NT se usa únicamente el participio 2. En el NT a:rtav"táw se refiere siempre a
u'Jtayyi')"'J..ro apaggello anunciar, procla- U. Borse
de perfecto en voz pasiva, con referencia
mar la acción cotidiana de encontrarse, una ac-
siempre a la existencia (pagana) antes de la ción sin carácter hostil. Faltan otros matices,
~ ayyÉAAw.
u'JtaíbE\l'to;, 2 apaideutos inculto, estú- salvación. En Ef 2, 12 este término aparece en como falta también las construcciones prepo-
pido* paralelo con SÉVOl "t&v bLa~x&v "tfí<; e:rtay- sicionales, que son frecuentes en otros docu-
u'Jtáyxo,..,aL apagchomai ahorcarse* 2 Tim 2, 23, refiriéndose a las discusiones yeALa¡; y como una amplificación de XWQI,¡; mentos (cf. Pape, Worterbuch, 278; Passow,
En Mt 27, 5 dícese de Judas: a:rteA1húv necias y estúpidas ("tU¡; bE ¡twQU¡; xal, a:rtm- XQLO"tOU; la vida de los gentiles se describe Worterbuch, 297). Según la «predicción de
amÍYSU"to. beú"t01J¡; ~'Y]"titoeL¡;). como una vida «alienada y al margen de la una señal» (Dormeyer, 94) en Mc 14, 13, un
343 anavtúw - unas 344 345 346

hombre llevando un cántaro de agua se en- beltheol. Studie zur Theologie der Einmaligkeit, tesis Día de la Reconciliación (9, 25), Cristo se ha significación activa, sugerida algunas veces,
contrará con los discípulos. En Lc 17, 12, Roma 1960; D. J. C. van Wyk, Die betekenis van ha- manifestado una sola vez, al final de los tiem- en el sentido de que se trata de un sacerdocio
pax en efhapax in die Hebreerbrief: HTS 28 (1972) pos, para quitar el pecado (9, 26). Así como la «que no pasará (a otra persona)>> (cf. ThWNT
donde faltaba originalmente el objeto ail'tép 153-164.
(cf. Bruners, 53 y 171), anavtáw significa muerte es única en el destino humano (9, 27), V, 738s) es posible por el contexto, pero no
salir al encuentro (Bauer, Worterbuch, 159). 1. u:n:as aparece 14 veces en el NT (y tam- Y luego tiene lugar el juicio de Dios, así tam- aparece atestiguada en ninguna otra parte.
En el contexto de ambos pasajes hay una acu- bién en 1 Pe 3, 20 según el Textus Receptus): bién la revelación de Cristo es única y de va- Ahora bien, sobre todo el v. 25 habla en favor
mulación de verbos de movimiento (cf., a es- 3 veces en las Cartas de Pablo, 1 vez en 1 Pe- lidez definitiva, es decir, no existe ya posibi- de la traducción de «imperecedero».
te respecto, Mundle-Schneider). dro, 2 veces en Jds y 8 veces en Hebreos. lidad adicional del perdón de los pecados (cf.
Puede realzar el carácter único -en sentido 6, 4); sino que la segunda venida de Cristo,
3. El uso que el NT hace de a:n:ávtr¡m~ se numérico- de un acontecimiento (en contras- después de la supresión del pecado, será para a:n:a~a(JXfúa(Jto~, 2 aparaskeuastos no
limita a la expresión a modo de fórmula El,~ te con lo que sucede dos veces, tres veces, aquellos que aguardan a Cristo como su sal- preparado, no equipado*
a:n:ávtr¡ow (Mt 25, 6; Hech 28, 15; 1 Tes 4, etc.), y puede acentuar, además, que un acon- vación (9, 28). Según 12, 26 (cita de Ag 2, Propiamente se trata de un término técnico
17), que en la LXX es a menudo la traducción tecimiento es irrepetible (singularísimo) o 6).27, las cosas creadas serán conmovidas del lenguaje militar. En 2 Cor 9, 4 se emplea
del infinitivo liqra 't y significa venir (o ir) al que tiene validez para todos los tiempos (una una vez más, es decir, una última vez, al final, este término para referirse a la comunidad de
encuentro. Se discute si a:n:áVtr¡oL~ / ú:n:áv- vez para siempre). para que permanezca lo que es inconmovible. Corinto a propósito de la colecta organizada
tr¡<JL~ es un término técnico de la costumbre Según Heb 6, 4.6 (yen consonancia con 9, por Pablo.
cívica de dar la bienvenida públicamente a los 25-28), «es imposible renovar otra vez para
2. En sentido numérico, encontramos u:n:as arrepentimiento a los que han sido iluminados
soberanos con ocasión de su llegada (<<paru- en las enumeraciones, por ejemplo, u:n:as a:n:a~vÉop.tat aparneomai negar
sía») a una ciudad, y si Pablo «da por conoci- una vez» (a6úvatov YUQ u:n:as <pWtLO-
EAdtáo'frr¡v (2 Cor 11, 25) y la expresión {)-Évta~ ... xaL :n:aQa:n:Éoovta~, :n:áALV ava-
-+ aQvÉollUL.
do el significado técnico de esta expresión» u:n:as xaL 6t~ (cf. Dt 9, 13 LXX), una vez y
(Peterson, 683). Los testimonios (Peterson, XULVt~ELV El,~ IlEtávOLav). De manera pareci-
de nuevo, varias veces (Flp 4, 16; 1 Tes 2,
683-692) no prueban tanto la existencia de un da, 1 Pe 3, 18 acentúa la eficacia decisiva de la a:n:á~tt aparti desde ahora
18). Heb 9, 7 entra también en esta categoría; muerte expiatoria de Jesús; -+ E<pá:n:as. (En
término técnico (a diferencia de :n:OIl:n:r'¡: Pau- -+ aQtL.
en el texto citado se establece un contraste en- consonancia con esto se hallaba la imposibili-
ly, Lexikon IV, 1017-1019) cuanto la existen- tre el ministerio sacerdotal en el tabernáculo
cia y la forma de una costumbre antigua. Así dad, en el judaísmo, de que uno mismo supie-
exterior, que se realiza durante todo el año (v. ra que estaba limpio de una vez para siempre a:n:a~tt(Jp.tó~, oií, Ó apartismos termina-
que haremos bien en traducir la pulida expre- 6), y la excelencia del ministerio sacrificial ción*
sión El,~ a:n:ávtr¡mv (también en Mt 27,32 D del pecado, porque los sacrificios había que
del sumo sacerdote, que se realiza tan sólo repetirlos constantemente [Heb 10, 2].) Jds 3- Lc 14, 28 sobre la terminación de una
it) primariamente por hacia, y en dejar para la «una vez al año» (u:n:as tOU EvLalltOu), a sa- torre
exégesis de los respectivos contextos más am- 5 estrecha y aguza el foco de esta idea para
ber, en el gran Día de la Reconciliación (cf. concentrarse en la recepción de la salvación
plias deducciones sobre la parusía del XÚQLO~ Lev 16, 11: dos veces en el mismo día; Yom por los creyentes, cuando los exhorta a «con- a:n:a~xtí, ij~, i¡ aparche primicias, primer
en el apocalipsis en miniatura de 1 Tes 4, 16s 5, 1ss; 7, 4: cuatro veces en el mismo día) en- tender ardientemente por la fe que fue entre- fruto *
(<<arrebatados en las nubes para ir al encuentro trando en el Lugar santísimo. Esta yuxtaposi- gada una vez para siempre a los santos (v. 3),
del SeñoT»; -+ áQ:n:á~w 3), o sobre la demora ción en la cual el Lugar santo parece cerrar el l. Significación del término y su aparición en el
ahora que ellos ya conocen de una vez para
en la llegada del vllll<Pto~ en Mt 25, 1-13. paso al Lugar santísimo, es para el autor un NT - 2. El uso del término en Pablo - 3. Significado en
siempre todo (lo necesario para la salvación) Santiago y en el Apocalipsis.
M. Lattke signo del carácter provisional -querido por (El,Mta~ u:n:as :n:ávta, v. 5; sobre la crítica
Dios y atestiguado por el Espíritu- del viejo textual cf. GNTCom, sub loco). Bibl.: M. Albertz, Die «Erstlinge» in der Botschaft
culto que necesitaba encontrar su cumpli- des Neuen Testaments: EvTh 12 (1952-1953) 151-155;
(btáV't1)(Jt~, fCO~, i¡ apantesis encuentro H. Balz G. Delling, aQxlÍ %1:/..., en ThWNT 1, 476-488 (espe-
miento y sublimación mediante el único sacri- cialmente 483s); F. MuBner, Der Jakobusbrief, Frei-
-+ a:n:avtáw. ficio verdadero. burg i. Br. 1964,94-97; C. Spicq, AIlAPXH. Note de
a:n:a~á~ato~, 2 aparabatos inmutable, lexicographie Néo-Testamentaire, en The NT Age. FS
a:n:as hapax (adv.) una vez, una sola vez, 3. La proclamación efectuada en la Carta a imperecedero *
Esta voz tardía, que no aparece en la LXX,
f B. Reicke n, Macon GA 1984, 493-502; B. Sporlein,
Die Leugnung der Auferstehung. Eine historisch-kri-
una vez para siempre* los Hebreos acentúa la idea de la singularidad tische Untersuchung zu 1 Kor 15, Regensburg 1971,
única de la obra salvífica de Cristo, la cual no se usa en Heb 7, 24 para referirse al oficio sa-
1. Aparición de este adverbio en el NT y significa- 70s, 75.
puede completarse ni corroborarse subsi- ~erdot~l de Jesús (a:n:aQál3atov E')(EL tiJv
dos - 2. En enumeraciones - 3. Como expresión del
carácter irrepetible y definitivo. guientemente por nada, porque pertenece LEQWOllVr¡V), el cual, a diferencia del oficio de 1. En el griego profano, a:n:aQ')("Í, además
-ella misma- a la definitividad del acontecer los levitas, no se extingue con la muerte del de indicar un tiempo expecífico (el comienzo)
Bibl.: K.-H. Bartels, Uno, único, en DTNT 1, 307- sacerdote, sino que es imperecedero, porque y de ser el término formal para un certificado
313; W. SUihlin, anal;, en ThWNT 1, 380-382; A. escatológico. Por contraste con el sacrificio
Winter, anal;, Ecpánal; im Hebr. Eine exegetísch-bi- anual presentado por el sumo sacerdote en el Jesús mismo «permanece para siempre». La de nacimiento, se usa principalmente para re-
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ferirse a las primicias y a las ofrendas de las El enunciado de 2 Tes 2, 13 se discute des- anamtcÍ~o",at apaspazomai despedirse* 3. Las 10 veces que aparecen estos térmi-
primicias (cf. Liddell-Scott, s. v.). La LXX co- de el punto de vista de la crítica textual. Jun- Hech 21, 6: anr¡onaOá!lE{ta an~A01J~, nos en el NT, los hallamos principalmente en
noce también anaQX~ como concepto del tamente con Sin D K L W y muchos minús- nos despedimos (cordialmente) unos de otros. contextos ético-parenéticos, en parte con una
lenguaje sacrificial (Ex 23, 19; 25, 2-3; 36, 6; culos y con la mayoría de los Padres de la visión retrospectiva de la historia de la salva-
Lev 22,12; Dt 12,6.11.17; 18,4; 26, 2.10; Ez Iglesia, muchos exegetas modernos leen an' ción (AT) y una ampliación escatológica. Se-
44, 30). En este contexto se trata de las ofren- aQxfí~, «desde el principio» (en el sentido de ana'tcÍro apatao engañar, estafar, inducir a gún esto, la riqueza puede convertirse en se-
das -sin defecto alguno- de los primeros pro- «desde la eternidad»). Con el NTG y el GNT error ducción (Mc 4, 19 par. Mt 13, 22), y la con-
ductos de la naturaleza, de los primeros frutos debemos preferir seguramente la variante ---+ aná'tr¡. cupiscencia es capaz de cegar a personas y
de los seres humanos, de los animales y de las textual más difícil, a saber, la de anaQX~v: apartarlas de Cristo (Ef 4, 22). Ef 5, 6 amplía
plantas (en Ezequiel, a:TtaQX~ significa varias la joven comunidad de Tesalónica recibe el la idea de la seducción basada en palabras frí-
veces una porción de terreno que, al adquirir- honroso título de ser «los primeros converti- ancÍ'(1), 1);, ÍJ apate engaño, ardid, seduc- volas y vanas, y concide en cuanto al sentido
se en propiedad la tierra, hay que ceder a dos», es decir, los que fueron santificados por ción* con Col 2, 8, donde se pone en guardia contra
Dios), todo lo cual debe entregarse a Yahvé (o el Espíritu y bendecidos con la fe en la ver- ana'táro apatao engañar, estafar, inducir a una filosofía que propaga engaños frívolos y
al santuario). En el NT se conserva también la dad. error* aparta de Cristo para llevar hacia los espíritus
conexión con el lenguaje sacrificial del AT, 1. Significación de las palabras - 2. Combinaciones elementales del universo. Sant 1, 26 llama la
tanto por lo que respecta a la secuencia numé- 3. En la instrucción parenética de Sant 1, de palabras y campo de referencia - 3. Enunciados en atención sobre el engaño en lo que respecta a
rica como a la definición cualitativa. Con dos 16-18 se habla de las primicias (<<primer fru- el NT - 4. ESunaTáw. la piedad: un engaño que se manifiesta en pa-
excepciones (Santiago y Apocalipsis, ---+ 3), el to», como traduce MuBner) de la creación de labras indisciplinadas y sin amor.
término pertenece al ámbito del lenguaje pau- Dios (cf. %'tLOL~, «lo creado», «las criaturas», Bibl.: Bauer, Worterbuch, 162s; A. Oepke, unu1:áw El significado de las palabras se orienta ha-
lino. %1:/"., en ThWNT 1, 383s.
«la creación»: 1 Tim 4, 4; Ap 5, 13; 8, 9; %at- cia la historia de la salvación en 1 Tim 2, 14,
v~ %'tLat~, «la nueva criatura», «la nueva crea- 1. El sustantivo y el verbo se hallan atesti- donde se dice que Adán fue seducido por Eva
2. La relación con el AT es especialmente
ción»: 2 Cor 5, 17; Gá16, 15). Mediante la pa- guados en el griego profano (papiros, Home- (cf. Gén 3, 13 y 2 Cor 11, 3). El sentido de los
clara en Rom 11, 16: Pablo utiliza Núm 15,
labra de la verdad, los cristianos se han ro) para referirse a una conducta engañosa y términos adquiere colorido y relieve escatoló-
17 -21 para expresar en una metáfora que toda
convertido en una nueva humanidad; el acen- embustera de algunas personas con la cual se gico en 2 Tes 2, 10; aquí se entiende la seduc-
la masa (cp'ÚQa!w = masa, pasta, masa de ar-
cilla; cf. Bauer, Worterbuch, s. v.) será santa, to, en todo ello, recae sobre la nueva creación, induce a error a otras personas y que es san- ción como signo del fin de los tiempos, con
con tal que sea santo el componente esencial que debe interpretarse soteriológicamente. En cionada con un castigo (lenguaje jurídico), es todas sus consecuencias destructivas; de ma-
de la misma (cf. la imagen de la raíz en el v. Ap 14,4, a los 144.000 redimidos (cf. 7, 4-8 Y decir, se trata principalmente de un concepto nera parecida, en Heb 3, 13 el engaño del pe-
16b), es decir, estará santificada como ofren- 7, 9-17) se los llama «primicias para Dios y predominantemente ético (Plutarco). El sus- cado conduce al endurecimiento y a la apos-
da sacrificial a Dios. Según 1 Cor 16, 15, los para el Cordero» (aquí encontramos también, tantivo y el verbo se refieren también al enga- tasía. 2 Pe 2, 13 describe a los seductores
que vivían en casa de Estéfanas fueron los aunque débilmente atestiguada, la v.l. an' ño, al ardid y 'a la seducción, considerados escatológicos como personas que con sus em-
primeros cristianos de Acaya; según Rom 16, aQxfí~: p47 Sin pc). En el contexto de 14,4-5, personificadamente (Hesíodo). En lo esencial, bustes se deleitan en engaños mientras viven
5, Epeneto fue el primer miembro de la co- los dos dativos (n!> {tEr{), 'tr{) aQvírp) originan este mismo contenido semántico se encuentra disolutamente (2 Pe 2, 13s) y hablan con arro-
munidad cristiana de Asia, destinado como algunas dificultades. Es posible que cada uno también en la LXX (por ejemplo, Ex 8, 25; gancia (2 Pe 2, 10.18).
estaba para Cristo (en este sentido también de ellos denote al «comprador» (cf. H. Kraft, Jdt 9, 10.13) Y queda recogido en el NT.
Hech 16, 14s y 1 Clem 42, 4). Según Rom 8, Offenbarung [HNT], 190; cf. BlaB-Debrunner 4. El verbo compuesto i;a:n:atáro enga-
23, el Espíritu de Dios fue dado como prime- § 191). Ahora bien, como el contexto nos hace
2. Para la significación básica negativa de ñar*, frecuente en la prosa ática (Platón, Aris-
ros frutos a Pablo y a los suyos (cf. 2 Cor 5,5 ver claramente que en este caso se trata de una tóteles), se usa sin excepción en el NT como
aná'tr¡, ana'táú:J en el NT (vocablos que apa-
Y ---+ aQQa~wv con el mismo significado en 2 determinación de cualidad, el sentido será pro- sinónimo del verbo simple (Rom 7,11; 16, 18;
recen 7 y 3 veces respectivamente), es muy
Cor 1, 22). Cristo mismo es el primer fruto (1 bablemente: Por su vida y su conducta, los 1 Cor 3, 18; 2 Cor 11, 3; 2 Tes 2, 3; 1 Tim 2,
Cor 15, 20.23): él fue resucitado como el pri- instructivo el campo referencial de los mis-
144.000 son encontrados dignos, como elegi- 14); cf. Bauer, Worterbuch, s. v.
mero de los que dormían (cf. 1 Clem 24, 1). mos, por ejemplo, la conexión de estos térmi-
dos que son de Dios y del Cordero, de verse A. Kretzer
Aquí destaca ante todo en primer plano la sig- nos con la riqueza (Mc 4, 19), el pecado (Heb
preservados de los horrores del fin de los tiem-
nificación temporal; pero la resurrección de 3, 13), la concupiscencia (Ef 4, 22), las pala-
pos y de ser salvados finalmente.
Jesús es determinante para todos los que duer- A. Sand
bras frívolas y vanas (Ef 5, 6; cf. Col 2, 8) y ancÍ'tro~, 1 apatOr sin padre*
men en Cristo (cf. Col 1, 18; Ap 1, 5), aunque la injusticia (2 Tes 2, 10), y con los corres- Heb 7, 3 refiriéndose a Melquisedec. El si-
no en el sentido de una causalidad estricta, pondientes conceptos contrarios: la verdad 1encio de Gén 14, 18ss acerca del origen y de-
pero sí en el sentido consecutivo de una firme ano.;, hapas todo, cada uno, todos (Ef 4, 21.24; 2 Tes 2, 10.12) y la justicia (Ef más circunstancias de la vida de Melquisedec
promesa. ---+ na~. 4,24). se considera como referencia al carácter im-
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perecedero de su sacerdocio. ThWNT V, 1021- presión de su ser». Ambos predicados carac- pues, uno de los conceptos fundamentales del obedecen, son los que no aceptan la fe cristia-
1023; DTNT 111, 246. terizan al Hijo como la perfecta imagen de NT. Así como en el AT el pecado se entendía na. y Cuando Pablo, en Rom 15, 31, exhorta
Dios y corresponden, por tanto, a lo que se di- como desobediencia a la voluntad de Dios y, a los destinatarios de la carta a orar por él
Maúyao,..a, a'to~, 'tó apaugasma reflejo* ce de Cristo en Col 1, 15 Y 2 Cor 4, 4: -+ por tanto, se pensaba principalmente en las «para que sea salvado de los desobedientes en
dxwv -coil 'ltwil. exigencias éticas, así también la idea de ser Judea», entonces se refiere a los incrédulos,
Bibl.: G. Bornkamm, Das Bekenntnis im Hebraer- desobediente puede tener también en el NT es decir, a los judíos que no se hicieron cris-
brief (1942), en Bornkamm, Aufstitze n, 188-203, so- En el trasfondo del enunciado se halla la idea
bre todo 197-200; R. Deichgraber, Gotteshymnus und esta misma cualidad ética. En Rom 2, 8 son tianos.
judía helenística del dxwv. Según Sab 7, 26 la
Christushymnus in der frühen Christenheit, Gottingen Sabiduría preexistente es «un reflejo (a:n:a'Úyaa- los judíos y los gentiles «los que no obedecen
1967, l37-140, 182; F.-w. Eltester, Eikon im NT, Ber- [ta) de la luz eterna, un espejo sin mancha de la (a:rtEL'ltoilv'tE~) a la verdad, sino que obede- En unos cuantos manuscritos griegos (especial-
lin 1958, especialmente 149-152; E. GraBer, Hebraer mente en el p46) y en las versiones latinas, la iden-
1, 1-4, en Text und Situation, Gütersloh 1973, 182-
actividad de Dios y una imagen (dxwv) de su cen (:rtEL'ltÓ¡.tEVOL) a la injusticia». En Heb 11,
bondad». En Filón el Logos aparece como la 31 se caracteriza como desobedientes a los tidad entre «no obedecer» y «no creer» se con-
228, sobre todo 218s; O. Hofius, Der Christushymnus
Philipper 2, 6-11, Tübingen 1976, 80-83; J. Jervell, «imagen» y el «reflejo» de Dios (Op 25; Plant 18; habitantes de Jericó, y en 1 Pe 3, 20 se dice lo sidera como cosa tan obvia, que la primera expre-
1mago Dei, Gottingen 1960, especialmente 214-226; Conf 146s; Som 1,239 Y passim). El dxwv repre- sión es sustituida por la segunda (Heb 3, 18; 11,
senta y revela al Dios invisible y, de esta manera, mismo de los contemporáneos de Noé. Por el
E. Kasemann, Das wandernde Gottesvolk, Gottingen 31; cf. 1 Pe 2, 7).
1938 = 41961, 61-71; G. Kittel, anuúyuo[tu, en comunica el salvífico conocimiento de Dios. contexto se ve claramente que se trata de ye-
ThWNT 1, 505; K. Wengst, Christologische Formeln rros morales. La equiparación terminológica entre la de-
und Lieder des Urchristentums, Gütersloh '1973, 166- En Heb 1, 3 -a diferencia de 1 Clem 36, 2~ La palabra profética citada en Rom 10, 21
180; U. Wilckens, XUQU%'t~Q, en ThWNT IX, 407- el acento no recae en la idea de la mediación sobediencia y la incredulidad en el lenguaje
(<<Todo el día he extendido mis manos a un
412, especialmente 41Os; R. Williamson, Philo and
de la revelación, sino en el misterio de la per- del NT tiene gran significación teológica.
the Epistle to the Hebrews, Leiden 1970, 36-41, 409- pueblo desobediente y obstinado», Is 65, 2)
sona del Revelador mismo. Ambos predicados Acentuando las cosas, podríamos decir: la de-
434; H. Zimmermann, Das Bekenntnis der Hoffnung, poseía originalmente este mismo matiz ético,
KOIn 1977,53-60. cristológicos realzan el origen divino, la natu- sobediencia a la voluntad de Dios no se mani-
pero en el contexto de Romanos adquiere un
Comentarios a Heb 1, 3: F. Bleek, Berlin 1836; O. raleza divina y la omnipotencia divina del Pre- fiesta primordialmente en el quebrantamiento
Michel (KEK), Gottingen '1975; E. Riggenbach significado completamente nuevo. Aquí se
existente y concuerdan así con la confesión de de diversos mandamientos de Dios, sino en la
(KNT), Leipzig '31922; C. Spicq (EtB), Paris 31953; encuentra bajo el epígrafe de 10, 16: «No to-
H. Windisch (HNT), Tübingen '1931. fe de Flp 2, 6. La acentuación de la igualdad resistencia a la revelación de la salvación de
de Cristo con Dios, subrayada más todavía por dos fueron obedientes al evangelio», y sirve
Dios en el evangelio.
Heb 1, 3b, tiene como su punto de referencia precisamente como prueba bíblica de la incre-
1. En el NT, a:rta'Úyaa¡.ta aparece única- Rom 11,30-32 constituye -como quien di-
el enunciado del v. 3c acerca de la muerte ex- dulidad de Israel. «No obedecer al evangelio»
mente en Heb 1, 3. Los vv. 1, 3s se basan en ce- la sutura en la que hallamos dentro de
piatoria: tan sólo el Hijo, en la unidad de su y «ser desobediente» (a:rtEL'ltETv) son expre-
un himno a Cristo que procede de la comuni- una misma frase el uso del verbo a:rtEL'ltÉw
dad judía helenística y que describe el camino ser y obrar con Dios, podía llevar a cabo por siones idénticas. También a:rtEL'ltÉw puede
concretarse más mediante un objeto en dati- según el AT y el uso de este mismo verbo se-
de Cristo mediante el esquema: «preexisten- medio de su muerte la purificación de los pe-
vo: no obedecer «a la palabra» (l Pe 2, 8; 3, gún el NT. Cuando se dice que los cristianos
cia - muerte - exaltación» (cf. Flp 2, 6-11). La cados. Así que la obra de la redención es inse-
parable de la persona del Redentor. 1), «al evangelio» (1 Pe 4, 17). Pero siempre gentiles fueron en un tiempo desobedientes a
primera línea del himno (v. 3a) describe la re-
O. Hofius se piensa en lo mismo: en el rechazo de la fe Dios, esto no significa únicamente que ellos,
lación del Hijo eterno de Dios con Dios: 8~
en otro tiempo, no conocían a Dios, sino que
wv a:rta'Úyaa¡.ta 'tfi~ MSl']~ xaL xaQax'tYlQ cristiana. «El evangelio, por el hecho de ser
'tfi~ 'Ú:rtoa'táaEw~ av-coil. Vemos que también
en sus obras no reconocían a Dios. Y cuando
U3tEt()OV apeidon fijar los ojos en (con con- proclamado, exige que lo aceptemos en obe-
1 Clem 36,2, inspirándose en Heb 1, 3, llama fianza) diencia» (K. H. Schelkle, Die Petrusbriefe se dice a continuación que los judíos «han si-
a Cristo a:rta'Úyaa¡.ta 'tfi~ ¡.tEyaA.Wa'Úvl']~ (-coil Aoristo segundo de -+ a<poQáw. [HThK], 60). La incredulidad es desobedien- do ahora desobedientes», no se pretende de-
'ltWíl). cia a Dios. cir sino que los judíos no han aceptado la fe
cristiana.
2. Se discute el significado de a:rta'Úyaa- U3tEí:3EUJ., a~, tl apeitheia desobediencia Este paralelismo entre la incredulidad y la
-+ a:rtEL'ltÉw 2. desobediencia y la referencia específicamente
¡.ta en Heb 1, 3. En sentido activo, la palabra 2. a:rtd,'tna. desobediencia, lo mismo que
«cristiana» de esta actitud aparece clarísima-
puede significar la radiación, el efluvio (Fi- el verbo a:rtEL'ltÉw, tiene un doble significado:
U3tnl'tÉro apeitheo desobedecer, ser des- mente en Jn 3, 36: «El que cree en el Hijo tie-
lón, SpecLeg IV, 123) o, en sentido pasivo, el
ne vida eterna; pero el que no obedece (a:rtEL- a) la desobediencia como pecado en el con-
reflejo o la luz que es reflejada (Sab 7, 26; Fi- obediente
'lt<Í>v) al Hijo no verá la vida». a:rtEL'ltETv se texto moral-religioso; b) la desobediencia co-
lón,Op 146; Plant 50). La estructura de la fra- 1. Significados y campo referencial en el NT - 2.
se en Heb 1, 3 favorece la interpretación de convierte en el término técnico para significar mo pecado en el sentido de incredulidad ante
anEl'&Elu - 3. anEdt~~.
a:rta'Úyaa¡.ta y -+ xaQax't'lÍQ como términos «la no aceptación de la fe cristiana». En Hech el kérygma de Dios. Lo cercanos que se ha-
Bibl.: R. Bultmann, en ThWNT VI, 10-12. 14, 1 el creer (ma'tE'ÚELV) y el ser desobedien- llan entre sí ambos significados, lo vemos por
sinónimos y de que, por tanto, se entienda
a:rta'Úyaa¡.ta en sentido pasivo: Cristo «refle- 1. En el NT el verbo a:rtEL'ltÉw tiene siem- te (a:rtEL'ltELV) se emplean en sentido absoluto la comparación entre Rom 11, 32 (<<Dios ha
ja la luz de la gloria de Dios y es la fiel ex- pre por objeto a Dios y a su voluntad. Es, y se contraponen entre sí. Los judíos que no encerrado a todos en desobediencia para mos-
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trar misericordia a todos») y Gál 3, 22 (<<La a:n:EtAÉro apeileo amenazar, prohibir con yaQ ttEO~ a:n:úQaoTó~ EOTLV xaxwv. Es po- a:n:EAa'ÍJvro apelauno echar, expulsar*
Escritura lo encerró todo bajo pecado, para amenazas * sible dar una traducción activa y una traduc- Hech 18, 16: Galión echó del tribunal a los
que la promesa que es por fe en Jesucristo Este verbo aparece sin objeto de la acción ción pasiva: Dios no tienta al malo Dios no judíos.
fuera dada a todos los que creen»). En Heb 3, verbal y con Cristo como sujeto de la misma puede ser tentado al mal. El contexto exige
19 se menciona la incredulidad, y en 4, 6 se en 1 Pe 2, 23: :n:áoxwv ovx ~:n:ÚAEL, «cuando la traducción pasiva (así piensan también
hace lo mismo con la desobediencia, dicién- ThWNT VI, 29; Bauer, Worterbuch, s.v.; a:n:EAEyp.tÓS, olí, ó apelegmos refutación*
padecía, no amenazaba»; con un complemen-
BlaB-Debrunner § 117 nota 1; 182 nota 4; otra Hech 19, 27: «caer en descrédito», posible-
dose que ésa fue la razón de que la generación to en infinitivo precedido de f,l~ lo encontra-
cosa piensa P. H. Davids: NTS 24 [1977- mente un latinismo: in redargutionem venire.
del desierto no pudiera entrar en el «descan- mos en Hech 4, 17: «Advirtámosles [bajo
so»; claro que, en todo ello, hay que tener en amenaza de castigo] que ya no hablen a nadie 1978] 386-392): el contexto proporciona la
cuenta también que 4, 6 se refiere en primer en este nombre» (Koiné E pm añaden a:n:EL- base para la afirmación de que nadie puede a:n:EAE'ÍJ-3'E~oS , O\), Ó apeleutheros elli-
lugar al evangelio (<<aquellos a quienes antes hacer responsable a Dios de sus propias tenta- berto
Añ)·
se les predicó el evangelio»). ciones: Dios mismo no puede ser tentado al ---+ EAEÚttEQO~.
La dimensión moral-religiosa de a:n:ÉttELU mal, y en consecuencia no puede tentar tam-
se expresa principalmente en aquellas pala- a:n:EtA'IÍ, 11S, ÍI apeile amenaza* poco a nadie para que haga lo que es malo.
'A:n:EAA11S, olí Apelles Apeles*
bras a manera de fórmula: hijos de la desobe- El plural se usa en Hech 4, 29 para referirse Por tanto, el v. 14 afirma que la tentación que
Nombre de persona en Rom 16, 10; cf. la
diencia (Ef 2, 2; 5, 6; Col 3, 6). La fórmula al ataque escatológico de los adversarios de experimenta el individuo se debe a su propia
EmttVf,lla. Pero la concupiscencia, el pecado variante textual del códice Sin en Hech 18,24
«hijos de», que se usa en sentido figurado pa- Jesús contra los creyentes. En 9, 1 el singular
y la muerte no tienen nada que ver con Dios, y 19, 1 (en lugar de 'A:n:OAAW~).
ra expresar la solidaridad y que aun hoy día se usa refiriéndose a Pablo: Ef,l:n:VÉWV a:n:EL-
sigue estando muy difundida en todo el mun- Afi~ xal, <póvov, «respirando amenazas de en quien no hay mudanza (v. 17). Por consi-
do en que se hablan lenguas semíticas, no tie- muerte». Según Ef 6, 9 los «amos» deben de- guiente, «tentar» significa aquí: seducir para a:n:EA:n:í~ro apelpizo desesperar, esperar
ne en esta construcción particular (<<hijos de jar de amenazar a sus esclavos. En cuanto a que se cometa el pecado; y no se refiere al he- ---+ EA:n:l~.
la injusticia») ni un solo paralelo en todos los Hech 4, 17 v.l. ---+ a:n:ELAÉw. cho de poner a prueba la fe (sentido que apa-
ejemplos que conocemos del uso de la lengua rece, por ejemplo, en Sant 1, 2s).
a:n:Évav'u apenan ti enfrente de, frente a*
hebrea (cf. Billerbeck I 476-478). H. Balz
Preposición impropia (que rige genitivo) en
a:n:ELp.tL (1) apeimi estar ausente* Mt 27, 24.61 (cf. 21, 2 v.l.); Hech 17,7; Rom
En el NT encontramos este término única- a:n:Et~os, 2 apeiros inexperto, incompe-
3. a:ru::tl'h1s desobediente* 3, 18. a:n:Évav'tL :n:Qáoow, oponerse, en Hech
mente en documentos paulinos o deuteropau- tente, sin práctica*
Rom 1, 30 y 2 Tim 3,2 son los únicos luga- 3,16.
linos: 1 Cor 5, 3 (a:n:cDv T0 OWf,laTL, :n:aQcDv En Heb 5, 13 dícese de los principiantes en
res del NT en los que se habla de desobedien-
be T0 :n:vEÚf,laTL); 2 Cor 10, 1 (en contraste la instrucción cristiana, que todavía necesitan
cia, aquí en su forma adjetival de a:n:ELtt~~
con XaTa :n:Qóow:n:ov), 11 (en contraste con «leche». Una persona así es a:n:ELQo~ AÓyOV a:n:É~aV'tos, 2 aperantos interminable*
desobediente, refiriéndose concretamente a la
:n:aQóvTE~); cf. 13,2.10; Flp 1,27 (en con- 6LxaLOOÚV'I']~, «inexperto en la palabra de la 1 Tim 1,4: genealogías que son intermina-
desobediencia a personas, en este caso, a los
traste con EAttWV); Col 2, 5 (Tñ oaQxL a.:n:EL- justicia» . bles.
padres. En Tit 1, 1610 de desobedientes se ex-
f,lL, ... T0 :n:vEÚf,laTL ovv Úfllv df,lL).
plica por medio de las palabras «inútiles para
toda obra buena». En 3, 3 los términos «ne- a:n:ExbÉxop.taL apekdechomai esperar, a:n:E~La:n:áa'tros aperispastos (adv.) sin
cios y desobedientes» forman una sola unidad a:n:Etp.tL (Il) apeimi irse, ir* aguardar distracción, sin interrupción*
de pensamiento y se refieren a la vida moral. Hech 17, 10: d~ T~V ovvaywy~v TWV '101)- ---+ ExMxo/laL (4). 1 Cor 7,35: «Permanecer junto al Señor sin
Lc 1, 17 apunta en esta misma dirección; 6alwv a:n:lÍwav, «fueron a la sinagoga de los distracción» .
(mELttEL~ y <PQÓV'l'](H~ 6Lxalwv (la actitud de judíos».
los justos) son conceptos opuestos. La transi-
a:n:Exb'ÍJop.taL apekdyomai despojarse de
algo, desarmar a:n:E~Í'tp.t1]'tOS, 2 aperitmetos incircunciso*
ción al significado de «incredulidad» la tene-
---+ ExMw 1.4. Hech 7, 51: «incircuncisos de corazón y de
mos en Hech 26, 19: «No me mostré desobe- a:n:d:n:ov apeipon renunciar
Aoristo segundo de ---+ a:n:oAéyoftaL. oídos» (Lev 26, 41; Jer 6, 10; 9, 25; Ez 44,7.
diente a la visión celestial».
a3tÉxb\) aLS, EroS, ÍI apekdysis la acción 9). ThWNT VI, 73s Y 81s.
P. BHiser de despojarse (sustantivo)*
Md~aO'tos, 2 apeirastos dícese de quien no
es tentado o no puede ser tentado* . En Col 2, 11 dícese de la acción de despo- a:n:É~xop.tm aperchomai irse
a:n:Et-3''lÍs, 2 apeithes desobediente Jarse del cuerpo de carne. ThWNT JI 321 El verbo se usa en sentido figurado, por
Este adjetivo no se halla atestiguado antes ---+ hMw 4. ' .
---+ a:n:ELttÉw 3. de Sant 1, 13, donde se predica de Dios: ó ejemplo, para referirse a enfermedades (Mc 1,
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42 par. Lc 5, 13), Y en sentido literal con la cia (aparece por vez primera en Homero, Il 6, la posesión (---> €)(oo) de la recompensa celes- a:n:uJ'tÉm apisteo ser infiel, ser incrédulO'*
preposición d~ (por ejemplo, Mc 1, 35; 6, 96) no se encuentra en el NT. tial (en el v. 1; cf. Plutarco, De Solone, 22, 4; amO''tLu, u~, 'tÍ apistia infidelidad, incredu-
32.36.46; 7, 24.30; 8, l3; 9, 43 [también en En Mc 14,41 anÉ)(H (omitido en Mt 26, de manera semejante Gén 43, 23 y Calímaco, lidad*
Mt, Lc y Jn]; Rom 15, 28; Gáll, 17) Y nQó~ 45) permite varias traducciones (cf. recentísi- Epigr 55). La exclamación del ¡ay! sobre los a:1tlo'tO'~, 2 apistos increíble, incrédulO'*
(Mc 3, 13; 14, 10; Jn 4,47; 6, 68; 11,46; 20, mamente R. Pesch, Markusevangelium 11 ricos que han recibido ya su consuelo (Lc 6,
10; Ap 10, 9) para indicar el objetivo: dirigir- 1. Uso de los términos en el NT - 2. ant<J'tÉw -
[HThK], sub loco), en primer lugar: a) en sen- 24) emplea de la misma manera el verbo. En
3. ant<J'tla - 4. ama'tO~.
se a. anÉQ)(oftm onLO'oo se emplea en el sen- tido impersO'nal, es suficiente (V g: sufficit; = Flp 4, 18 Pablo hace una especie de acuse de
tido positivo de seguir como discípulo (Mc 1, el verbo clásico aQxd; cf. BlaB-Debrunner § recibo de los. donativos que le ha enviado la Bibl.: R. Bultmann, nt<J'tEúw %'tA., en ThWNT VI,
20; cf. Jn 12, 19), pero se emplea también en 174-230; G. Dautzenberg, Der Glaube im Hebr: BZ 17
129 nota 3; tan sólo Anacreontea 16, 33 es comunidad de Filipos. Filemón debe retener (1973) 161-177; G. Ebeling, Jesus und Glaube: ZThK
sentido negativo en Jds 7. anfjA:{}O'v EL~ 'tu onL- comparable; cf. la traducción inglesa de J. M. siempre en calidad de hermano a Onésimo, 55 (1958) 64-110 (Id., Wort und Glaube 1, Tübingen
0'00 en Jn 6, 66: «muchos discípulO's se distan- Edmonds, en Elegy and Jambus with the Ana- que ha regresado a él (Flm 15). '1967, 203-254); E. GraBer, Der Glaube im Hebr,
ciaron» de Jesús (¿le abandO'naron?); 18, 6, creontea 11, London 1931), con referencia al Se dice que Jesús no está lejos (ftuxQuv; Marburg 1965; D. Lührmann, Pistis im Judentum:
refiriéndose a que retrocedieron los esbirros ZNW 64 (1973) 19-38; Id., Glaube imfrühen Christen-
sueño de los discípulos o a la irónica repren- cf. Diodoro Sículo XII, 33, 4) de la casa del tum, Gütersloh 1976; A. Schlatter, Der Glaube im NT,
que habían venido a prender a Jesús. ThWNT sión de Jesús, o b), como en a) y en el párra- centurión de Cafarnaún (Lc 7, 6); mientras Darmstadt '1963. Para más bibliografía, cf. nla'tl~.
11, 673; R. Morchen, «Weggehen». Beobach- fo anterior, en sentido personal (con Judas co- que el hijo pródigo, en su camino de regreso,
tungen zu Joh 12, 36b: BZ 28 (1984) 240- mo sujeto de la acción verbal y hallándose se hallaba todavía lejos de su padre (Lc 15, 1. Las veces que en el NT se encuentran
242. implícito el objeto de dicha acción; cf. May- 20). En sentido figurado, el corazón del pue- los términos amO''tÉoo (8), amO''tLu (11) y
ser, Grammatik 11/1, 82), o c) en sentido im- blo se halla lejos de Dios (Mt 15, 8 par. Mc 7, amO''tO~ (23) son pocas en comparación con
a:n:Éxm apecho recibir plenamente, estar personal: la cuenta está saldada (Bauer, Wor- 6, una cita de Is 29, l3). Una indicación de las que aparecen mO''tE'lÍoo (241) y nLO''tl~ (243).
alejadO' * terbuch, s. v. 1). El 'to 'tÉAO'~ que se añade en distancia en estadios (desde Herodoto VI, El significado de los términos negativos
algunos manuscritos occidentales, puede ex- 119, 2) se da en Mt 14, 24 (la distancia que anlO''tÉoo X'tA. depende en gran parte del sig-
l. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
semánticos - 3. Campo referencial. plicarse como una glosa (inspirada probable- separa de la orilla del lago de Genesaret a la nificado de lO's términos positivos ---> nLO''tl~ y
mente en Lc 23,37; cf. GNTCom, sub loco). embarcación en la que los discípulos navegan mO''tE'lÍoo. Puesto que no hay en hebreo equi-
Bibl.: W. Barc1ay, Palabras griegas del Nuevo Tes- valentes de las formas privativas amO''tÉoo,
tamento, El Paso '1985, 40-42; H. Hanse, EXW X'tA., en precediendo a Jesús) y en Lc 24, 13 (la dis-
ThWNT n, 816-822, especialmente 828. 3. Cuando anÉ)(oo significa recibir plena- tancia que hay entre la aldea de Emaús y Je- anlO''tLu y amO''tO~, tan sólo podremos dispo-
mente o haber recibido, entonces el sujeto es rusalén). ner de textos griegos procedentes de la esfera
1. El verbo (que es compuesto de ---> €)(oo, y siempre una persona o grupo de personas y el En sus palabras pronunciadas en el concilio del judaísmo para establecer una comparación
que se encuentra ya en la llíada de Homero) objeto (en acusativo) puede ser una cosa (por apostólico de Jerusalén (Hech 15, 20) Santia- en cuanto al uso de estos términos.
aparece 19 veces en el NT (13 en vO'z activa; primera vez en Esquines 2, 50) o una persona go propone ciertas normas de abstinencia que
de ellas, 9' en indicativo, 1 en subjuntivo, 3 en (Onésimo en Flm 15). Cuando significa estar deben observar los gentiles. Después, los 2. amO''tÉoo significa a) ser infiel; b) ser
participio; 6 veces en voz media; de ellas 1 en alejado, el sujeto puede ser una persona o apóstoles envían a Pablo como portador de tal incrédulo, no creer.
imperativo, 5 en infinitivo). una cosa, y el verbo se usa con anó con ge- decreto a Antioquía y a otros lugares (v. 29). 1 a) Así como amO''tLu y amO''to~ tienen
nitivo de cosa (desde Herodoto) o de persona Tes 4, 3 (el mandamiento de abstenerse de la respectivamente el doble significado de incre-
2. En la voz activa anÉ)(oo significa a) reci- (sin anó en Demóstenes Or 21, 59); el uso inmoralidad [sexual]) aparece en un contexto dulidad e infidelidad, incrédulo e infiel, así
bir plenamente / haber recibido (6 de las ve- absoluto (cf., por ejemplo, Tucídides I1I, 20, parenético, lo mis,mo que 5, 22 (la exhorta- también el verbo amO''tÉoo, además del signi-
ces que aparece en el NT; en realidad es un 3) se encuentra en Lc 15, 20. Cuando signifi- ción a abstenerse de toda forma de mal, basa- ficado de ser incrédulo, tiene el de ser infiel.
término técnico del lenguaje comercial; apare- ca abstenerse, el sujeto es siempre un grupo da en Job 1, 1.8; cf. también 1 Clem 17, 3) y Los testimonios del primero de estos signifi-
ce a menudo en recibos escritos en papiros y de personas, y se usa el genitivo de cosa (con 1 Pe 2, 11 (una exhortación a abstenerse de cados son numerosos en cuanto al sustantivo,
en óstraca, cf. Bauer, Worterbuch, s. v. 1; Prei- [cf. Jenofonte, Cyrop 1, 6, 32] o sin [desde las pasiones carnales; cf. Did 1, 4; de manera pero escasos en cuanto al verbo; sin embargo,
sigke, Worterbuch, s. v. 4) y b) estar alejado (6 Homero, 11] anó, como en la LXX; cf. Hel- parecida, Platón, Phaed 82c). Finalmente, 1 no faltan por completo (Jenofonte, An 11, 6,
veces, todas ellas en los evangelios; este signi- bing, Kasussyntax, 179; en Hech 15, 20 el Tim 4, lss anuncia la aparición de ciertos he- 19, refiriéndose a la infidelidad de un soldado
ficado aparece ya desde Herodoto; Bauer, textimonio de la tradición textual varía); el rejes (ascéticos) que prohíben comer ciertos hacia su comandante). En el NT, este último
Worterbuch, s. v. 2). En voz media el verbo sig- infinitivo depende siempre de una expresión alimentos que Dios ha creado (v. 3; cf. anÉ- significado de amO''tÉoo lo exige el contexto
nifica c) abstenerse (no aparece en los evange- de intención. )(EO{)-m O'L'tLooV en Plutarco, SeptSap 157d en Rom 3, 3: «si algunosjiteron infieles (~nLO'­
lios; este significado se encuentra desde el Los hipócritas, que dan limosnas, oran y [sobre Epiménides de Creta, en Diels, Frag- 't1]O'uv), ¿acaso su infidelidad anulará la fi-
tiempo de Herodoto; Bauer, Worterbuch, s. v. ayunan en público, han recibido ya su recom- mente 1, 30, 35]). delidad de Dios?» La contraposición entre
3). El significado activo de mantener a distan- pensa (humana) (Mt 6,2.5.16); lo contrario es A. Horstmann amO''tLu y ntO''tl~ 'tOV {)-wv así como lo que
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habían creído a los que le habían visto des- contra el malentendido de que lo que importa
sigue en v. 4 demuestran que se está hablando convencer por sus palabras, pero se dice tam-
pués de haber resucitado». Aquí amo'tLa es más que nada es una gran fe, como si la fe
de la fidelidad de Dios al pacto, una fidelidad bién que «los demás no creían» (~nLo'touv),
ante todo la incapacidad y la indisposición fuera una obra realizada por la persona. La fe
que no puede quedar anulada por la infideli- es decir, seguían sin creer. De manera seme-
para creer en vista de lo improbable de una no existe nunca sino en la lucha con la falta
dad de Israel. Sin embargo, en ~JtLo't'l1oav se jante, en Mc 16, 16: «á OE amo't~oa¡; xa'ta-
noticia, pero al mismo tiempo entraña una va- de fe y con la duda (cf. G. Barth: ZThK 72
escuchan también ecos, al menos, del segundo xQd}~o€'taL, «el que no crea [= el que siga
loración negativa al ser equiparada con --> [1975] 269-292).
significado (ser incrédulo, negarse a creer); sin creer] será condenado», vemos que la in-
credulidad se define (por el precedente man- erxA,llQoxaQoLa.
porque la limitación del enunciado por 'tLVÉ¡;
6) amerúa tiene un matiz diferente en la
demuestra que, en el caso de ~Jdo't'l10av, no dato de misionar) como la incredulidad en re- 3) La comprensión de amer'tLa en Rom 4,
lación con el evangelio. Carta a los hebreos. En 3, 12 el autor advier-
hay que pensar en la caída universal en el pe- 20 está determinada enteramente por el contex-
En 1 Pe 2, 7 el participio amo'tOuvn:¡; de- te a los lectores que no ha de haber en ningu-
cado (Rom 3, 9), sino en que parte del pueblo to en el que Pablo trata de exponer mediante el
judío se negó a creer al evangelio (cf. Rom 9, signa a los increyentes entendiendo por tales no de ellos una xaQoLa nov'I1Qu amo'tLa¡;,
ejemplo de Abrahán la idea de la fe justifican-
6; 11,1-5-17). los que no son cristianos. Se ve aquí clara- «un corazón malo e incrédulm>; eso sería
te. La fe gracias a la cual Abrahán fue declara-
La misma contraposición se encuentra en 2 mente el desarrollo de la manera de expresar- apartarse del Dios vivo. Después de mencio-
do justo, se mostró en el hecho de que «no du-
Tim 2, 13 en una estrofa hímnica citada por el se que se produjo en el terreno cristiano, de- nar el pecado y la rebelión de la generación
dó incrédulamente (ou ou,xQW1] 'tñ anw'tL<;t)
autor: «Si somos infieles, él (a pesar de todo) sarrollo que se hace todavía más patente del desierto, el v. 19 afirma que los israelitas,
de la promesa de Dios», no debilitándose en la
permanece fiel». La continuación «porque él cuando amo'to¡; (--> 4.b.2) se convierte en a causa de su incredulidad, no pudieron entrar
fe al ver que su cuerpo estaba como muerto (4,
no puede negarse a sí mismo» determina aquí manera fija de designar a los no cristianos. en el descanso prometido. La fe significa rete-
19), sino creyendo en Dios que resucita a los
claramente que el significado de mmó¡; es ner firmemente hasta el fin el principio de la
muertos (4, 17). Creyó, pues, en la palabra de
«fiel», y determina también al mismo tiempo --> únóer'taCJL¡; (3, 14): es la actitud de la pa-
3. En el caso de amo'tLa encontramos Dios y aceptó fielmente su promesa. amer'tLa
el significado de la expresión opuesta EL igualmente los dos significados: a) infideli- ciencia y de la perseverancia en el camino ha-
significa, por tanto, el hecho de dudar, de po-
amo'touf-t€v. Pero también en este caso se es- dad y b) incredulidad (o «falta de fe»). cia el descanso prometido. Cansarse y que-
ner en tela de juicio y de no tomar en serio la
cucharían ecos del significado de ser incrédu- darse rezagado en esta peregrinación (4, 1) es
promesa de Dios, en vista de experiencias que
lo, porque de lo contrario difícilmente sería a) ammLa, indudablemente, significa infi- amerúa. Puesto que --> nLOn¡; es aquí una ac-
parecen indicar lo contrario.
posible una distinción entre ser infiel (v. 13) y delidad en Rom 3, 3, como se ve a las claras titud y una virtud, a la amerúa se la puede
el hecho de negar a Cristo, del que se habla en por la contraposición entre nLOn¡; 'tov {}cov y 4) En Mc 6, 6 se dice que Jesús «se mara- designar expresamente como nov'I1Qá (3, 12).
la línea anterior (v. 12b), y las dos líneas no lo que sigue en el v. 4: la infidelidad de ellos villó de la incredulidad de ellos». amerúa es
harían más que contradecirse la una a la otra. no puede anular la fidelidad de Dios (--> 2.a). aquí el rechazo que Jesús experimenta, cuan- 4. También en el caso de amcJ'to¡; se en-
Numerosos ejemplos de fuera del NT confir- do las gentes de Nazaret se niegan a recono- cuentran dos significados: a) increíble y b) in-
b) El significado de no dar fe, ser incrédu- man este uso de amer'tLa (Josefo, Bell 1, 268; cerle, porque conocían muy bien sus orígenes crédulo.
lo, en relación con un enunciado o mensaje, III, 349; Filón, Fug 152; Decal 172; Jenofon- (EoxaVOaA,L~ov'tO EV au'tq:" v. 3). En su ver-
se halla atestiguado en Herodoto 1, 158; Sófo- a) El primero aparece en Hech 26, 8: 'tL
te, An n, 5, 21 Y passim). sión, Mateo (13, 58) hizo una modificación
cles, Phil 1350; Josefo, Ant n, 270; Bell n, anw'tov XQLV€'taL naQ' Ú¡.tLV, «¿por qué se
característica: mientras que Mc 6, 5 refiere
54; Filón, VitMos 1, 236; Virt 188 y passim. b) Incredulidad. 1) amerúa designa en considera increíble entre vosotros que Dios
que Jesús no podía realizar allí actos de po-
Cuando al verse confrontados con el mensaje primer lugar, en sentido técnico, el rechazo, la resucite a los muertos?»; anw'to¡; aparece
der, Mateo elimina esta aparente limitación
de la resurrección, los discípulos «no creye- no aceptación del mensaje de la salvación. también con este sentido en Filón, Ebr 205, y
del poder de Jesús y acentúa la conexión entre
ron» a las mujeres (Lc 24, 11), entonces no Los judíos, que eran ramas del olivo, fueron en Josefo, Ant XIV, 31; XVIII, 76.
les dieron fe. En Lc 24, 41 la frase «ellos to- la fe y el milagro: a causa de la incredulidad
desgajadas de él 'tñ amo'tL<;t, «por (su) incre-
davía no lo creían» significa que ellos no de ellos, Jesús no hizo allí sino unos pocos b) Mucho más frecuente y característico es
dulidad», porque rechazaron el evangelio
eran todavía capaces de creer. De manera pa- milagros. Así como la fe recibe el milagro co- el uso de amer'to¡; en el sentido de incrédulo.
(Rom 11, 20; sobre el dativo de causa cf.
recida en Mc 16, 11: «y cuando ellos supieron mo respuesta a la oración, así -por otro lado-
BlaB-Debrunner § 196, 1); pueden ser injerta- 1) En Jn 20, 27 se dice en relación con el
que él estaba vivo, y que ella le había visto, se rehúsa hacer el milagro cuando se encuen-
dos de nuevo en él, si no persisten en su in- tra falta de fe. mensaje de pascua: «¡no seas incrédulo (¡.ti¡
no lo creyerom>, es decir, no fueron capaces credulidad, en su rechazo del evangelio (11, yLVOU amer'tO¡;), sino creyente!». Según Mc 9,
de creerlo. Así, pues, como amo'tÉw se usa 23). Según 1 Tim 1, 13 Pablo persiguió a la 5) La conexión entre la fe y el milagro apa- 19 Jesús se queja de la yEVEU amo'tO¡;, de la
en relación con el mensaje de la resurrección, Iglesia EV amer'tL<;t, «mientras era todavía in- rece también en el clamor del padre en Mc 9, «generación incrédulm>; su incredulidad con-
así también este mismo verbo suele usarse ge- crédulm>. 24: «¡Creo, pero ayuda a mi incredulidad!» siste en su desconfianza o en su confianza in-
neralmente para referirse a la incredulidad en Esta afirmación paradójica acerca de la fe in- suficiente en la misión y la autoridad de Je-
relación con el mensaje de la salvación. Esto 2) amer'tLa tiene un significado algo dife-
creyente muestra la incipiente reflexión acer- sús. Es significativo que en Mt 17, 17 Y Lc 9,
sucede en Hech 28, 24, donde se dice de la rente en Mc 16, 14: <<les reprendió por su in- ca de la fe y la duda: trata de proteger a la fe 41 esta queja se amplíe con ecos tomados de
predicación de Pablo que algunos se dejaron credulidad y dureza de corazón, porque no
367 368 369 370

Dt 32, 5 (cf. Flp 2, 15), Y se hable de «gene- Tral 10, 1; IgnEsm 2, 1; 5, 3; cf. IgnMagn 5, ant(Jto~, 2 apistos increíble, incrédulo 1; a diferencia de lo que se dice en 3, 8 (la sim-
ración incrédula y perversa» (6LWtQall- 2. En el NT, los «incrédulos» de Tit 1, 15 son --> amatÉw. plicidad en dar y la generosidad) y en 3, 3 (la rec-
IlÉv11): semejante incredulidad es una falta también, evidentemente, los maestros de he- titud).
moral. rejías. Asimismo, es posible que 2 Cor 4, 4 se
refiera también polémicamente a los adversa- ánJ.ótlJ~, lJto~, tí haplotes sencillez, pu- 2. a) El sustantivo aparece únicamente en
2) Frecuentísimamente se habla de OL reza, sinceridad* el Corpus Paulinum; 6 de las 8 veces que apa-
rios que había en Corinto.
amatOL como denominación fija de los no áJtAOVe;, 3 haplous sencillo, puro* rece, se encuentra en un contexto claramente
cristianos, de los de fuera que no pertenecen a marcado por intereses parenéticos, y todas las
4) Otro paso ulterior conduce a que a:n:w- Bibl.: Amstutz, J., APLOTES (Theophaneia 19),
la comunidad. Y así se le llama en 1 Cor 7, tOe; adquiera el significado secundario de vi- Bonn 1968; H. Bacht, Einfalt, en RAC IV, 821-840; O. veces que el sustantivo aparece se halla en
12.13.14 al cónyuge no cristiano; en 10,27 se cioso y malvado. Y, así, en 2 Cor 6, 14s, en- Bauernfeind, ó'nf..oiíC;, ó'nM'tl]C;, en ThWNT 1, 385s; contextos tópicos (Amstutz, 96ss). En 2 Cor
habla de la invitación recibida de alguien que G. Baumbach, Das Verstiindnis des Bosen in den sy-
contramos a:n:wtOL junto a términos como nopt. Evv., Berlin 1963, 77-79; M. Dibelius-H. Gree- 1, 12 Pablo caracteriza su conducta hacia la
no es cristiano; en 6, 6, se menciona el hecho avollía, axótOe; y el:bwAOV. En 1 Tim 5, 8 Y Iglesia: él se comporta con ella «no en sabi-
ven, Der Brief des Jakobus (KEK), Gottingen "1964,
de acudir a los tribunales de los «incrédulos», Tit 1, 15, a los incrédulos se los caracteriza 106s; C. Edlund, Das Auge der Einfalt, Kopenhagen duría carnal», es decir, no por motivos nada
es decir, a los tribunales paganos; en 14, 22. cOmo moralmente degenerados. Es significa- 1952; J. Jeremias, Las parábolas de Jesús, Estella honrados, sino con sinceridad (así el NTG'6)
23.24 se habla del no cristiano que entra en tivo que se los mencione en 2 Cor 6, 14s y Ap
'1987, 199s); Schu1tz, Q, 468-470; C. Spicq, La vertu
de la simplicité dans l'Anden et le Nouveau Testa· y pureza, ajustándose a la norma de Dios. En
un acto de culto cristiano (por eso aparece 21, 8 en un catálogo de vicios (cf. también ment: RSPhTh 22 (1933) 1-26. 11,3 Pablo expresa el temor de que los corin-
aquí este término junto al de --> t6LÓlt11e;). De a:n:wtLa en Herm [s] 9, 15, 3). Desde luego, tios se dejen seducir -como antaño fue sedu-
manera parecida se habla en 2 Cor 6, 14s; 1 amatOe; y amatLa aparecen también en Fi- 1. En el griego de la Koiné a:n:Mt11C; y los cida Eva por la serpiente- «y de esta manera
Tim 5,8; Ap 21, 8; MartPol16, 1. En 2 Cor 4, lón Conf 48 y Sab 14, 25 en el marco de un correspondientes términos a:n:Ao'ÚC; y a:n:Awc; se aparten de una sincera y pura devoción a
4 los amatOL se equiparan con los a:n:oA.- catálogo de vicios, pero en él tienen el senti- tienen un espectro de significados relativa- Cristo».
A.'ÚIlEVOL; la mejor manera de traducir esta fra- do de «infiel» e «infidelidad». amatOe; con
se, un poco difícil, es la siguiente: el evange- mente amplio. La significación fundamental En las tablas de deberes domésticos (Col 3,
el sentido de de incrédulo no aparece por vez es sencillez o integridad; puede traducirse 22; Ef 6, 5) se pide a los esclavos cristianos
lio está velado para los que se pierden, «para primera sino en textos cristianos.
los incrédulos, a quienes el dios de este mun- adecuadamente a nuestra lengua por pureza que obedezcan a sus amos, «no para que os
do ha cegado el entendimiento». 5) Finalmente, los incrédulos serán conde- (puro = no mezclado con nada). En un uso vean, como los que sólo agradan a los hom-
Este uso de amatOL como manera fija de nados en el juicio. Así se dice en 2 Clem 12, más especializado, á:n:Aót11C; tiene una conno- bres, sino con sencillez de corazón», es decir,
llamar a los no cristianos es aún más sorpren- 46 Y probablemente también en Lc 12, 46 Y tación negativa de ingenua simplicidad (por de todo corazón y sin reservas.
dente, si observamos que no sólo apareció en Ap 41, 8. En Lc 12,46 se dice: «y le asignará ejemplo, Filón, VitMos 1, 172; Josefo, Bell 1, Pablo, al recomendar la colecta en favor de
época muy temprana y se difundió extensa- un lugar con los incrédulos». El paralelo de 111; V, 529) o una valoración positiva de rec- la comunidad primitiva, emplea 3 veces a:n:M-
mente, sino que además no tiene paralelos Mt 24, 51 tiene la forma (posiblemente más titud, sinceridad y asimismo de «bondad sen- t11C;. En 2 Cor 9, 13, este término describe la
fuera de los escritos cristianos. Desde luego, antigua) llEta twv Ú:n:OXQLtWV, y con ello ha- cilla que se entrega sin reservas» (de esta ma- disposición de los corintios, que los movió
el concepto de :n:LatLe; desempeña un papel ce ver claramente que aquí se trata en general nera piensan, entre otros, Bauer, W6rterbuch, eficazmente a prestar ayuda a otros. Y esta
central en la interpretación que hace Filón de de los que son condenados en el juicio, y que s. v.; Bauerfeind; Dibelius-Greeven; piensa de disposición es la sinceridad y la solidaridad
las relaciones con Dios en el AT, pero en nin- lo de amatOL (en contraste con 12, 42: ma- manera distinta, entre otros, Amstutz, 111 y en las relaciones de unos con otros. En 8, 2 Y
guna parte se llama OL a:n:wtOL a los gentiles, a tÓc;, «fiel») no se refiere a los que han sido passim). 9, 11, este término se refiere a la grandeza del
los que no pertenecen a la comunidad religiosa infieles, sino que debe entenderse en el senti- don y significa, por tanto, bondad sencilla. Lo
judía. Por el contrario, el hecho de que en el do de incrédulos, no cristianos. La manera Sobre el uso (cada vez más frecuente) de este mismo vemos en Rom 12, 8: aquel a quien se
general de hablar del NT, según la cual los grupo de palabras en los escritos del judaísmo ha concedido el carisma de dar donativos en
NT, en época relativamente temprana, se llame primitivo y del cristianismo primitivo, nos ofre-
constantemente OL a:n:WtOL a los no cristianos amatOL son los incrédulos, los no cristianos, ayuda de los demás, debe ejercitarlo con sen-
cen información Edlund 51ss; Baumbach, 77ss;
es prueba no sólo de la poderosa influencia que así como también la especial referencia que se Amstutz, 13ss y 116ss. En los Testamentos de los cilla objetividad, sin buscar el provecho propio
el cristianismo primitivo ejerció sobre la for- hace al juicio final, aboga porque también en Doce Patriarcas (TestXII), á:n:Aó't11C; se convierte o que le hagan objeto de preferencias. Dios da
mación del lenguaje, sino también del grado en Ap 21, 8 amatOL se traduzca por incrédulos en un concepto central de la instrucción ética: lo también --> a:n:AwC; (Sant 1,5; el adverbio apa-
que se veía que la esencia de la propia religión (no por: los que no han sido fieles). mismo que Dios y que su ley, lo bueno es absolu- rece únicamente en este pasaje), es decir, o
tamente sencillo e indivisible. Además del Testa- bien generosamente (V g: affluenter), o bien
estaba determinada por la :n:LatLe;. G.Barth mento de Aser (TestAs) y del Testamento de Ben- (más probablemente) -teniendo en cuenta el
3) De ahí no hay más que un paso para lla- jamín (TestBen), cf. especialmente el Testamento
de Isacar (Testls), donde el hablante se designa a contexto y diversos paralelos (cf. especial-
mar a:n:wtOe; a los falsos maestros. Y, así, ve- a:n:UJtí,a, a~, tí apistia infidelidad, incre- sí mismo como representante de la á:n:Aó't11C; y mente Herm [m] 2,4)- con pensamientos pu-
mos que se llama claramente por este nombre dulidad «realiza» así en su persona diversos matices posi- ros, sin segundas intenciones (Codex Cor-
a los maestros de herejías gnósticas en Ign- --> amatÉw. tivos del significado de este término: cf. Testls 4, beiensis: simpliciter).
371 372 373 altO 374

b) El adjetivo aparece en la enigmática por tanto; en el séptimo lugar en cuanto a la c) altÓ haciendo las veces del genitivo de 12, 1, oL altO Tfj¡;; h'XAf]OLa¡;; designa a los
sentencia sapiencial acerca del ojo (Mt 6, 22s. frecuencia del uso de vocablos (Morgentha- separación (así aparece ya en Herodoto VI, que son miembros de la comunidad; de mane-
par. Lc 11, 34). La sentencia se basa en la ler, Statistik, 160). Ahora bien, en su empleo 27; Tucídides VII, 87, 6; PapPetrie I1I, 11.20; ra parecida en 15, 5. Para indicar el material
imagen, basada en las concepciones hebraicas como prefijo, cmó aparece combinada con cf. además Moulton-Milligan, s.v.): ¿cuál de del que está hecho algo: Mt 3, 4, de pelo de
y arameas, acerca del «ojo bueno» y del «ojo unos 97 verbos distintos (Morgenthaler, 160) los dos? (Mt 27,21); un hombre de (Mc: EX) camello (cf. Herodoto VII, 65).
malo» (es decir, envidioso). El griego no tra- y ocupa el quinto lugar en cuanto a la fre- la multitud (Lc 9, 38; cf. Lc 19, 39); Aaf,t-
duce literalmente esta imagen, pero la inter- cuencia del uso de preposiciones (después de ~ávELV altO T&V xaQlt&v, recibir su parte de 3. Sentido temporal: a partir de, desde:
preta acertadamente mediante los términos oúv, EltL, xaTá y Ex/fs). Además, cmó apare- los frutos (Mc 12, 2); altO Tolí ltVEúf,taTÓ¡;;
áltAOlí¡;; y ltovf]QÓ¡;;; cf. TestIs 3, 3: áltAOÚ¡;; f,tou, de mi espíritu (Hech 2, 17.18; cf. JI 3, a) Para referirse a un momento del pasado
ce como prefijo en combinación con otros
significa aquí puro, bondadoso (Amstutz, 1.2 LXX); Ta altO ,;olí ltAOLOU, las partes de en que comenzó una actividad o un estado:
prefijos preposicionales (Morgenthaler, 161)
101s: «no envidioso»). Por ser un imperativo la nave, los restos de la nave (Hech 27, 44). Mt 9, 22, desde aquella hora; 22, 46, desde
Y en combinación con numerosos sustantivos.
ético, acentuado especialmente por Mateo, la Refiriéndose también a los alimentos de los ese día; Lc 2, 36, siete años desde su virgini-
imagen describe una tajante alternativa: o una altO con genitivo expresa originalmente la idea que uno come (Mc 7, 28 par. Mt 15, 27; Lc dad (es decir, siete años después de haber
cosa u otra, es decir, Dios exige áltAÓTf]¡;;, re- de separación con respecto a una persona, un ob- 16, 21). En términos parecidos en Lc 22, 18: contraído matrimonio); 8, 43, desde hacía do-
clama la voluntad del hombre en su totalidad. jeto o un lugar. De este significado original se de- beber del fruto de la vid (Mc 14,25: EX). ce años; Hech 23, 23, desde la hora tercera
sarrollaron otros significados. En el NT altO sus- de la noche; Rom 1,20, desde la creación del
T. Schramm tituye también a las preposiciones áticas E'X, d) Para referirse al punto de partida: de,
mundo; 2 Cor 8, 10, desde el año pasado; cf.
ltuQá y Últo. Por ejemplo, el tercer evangelista desde. Mc 8, 11: una señal del cielo (a dife-
además las expresiones alto,;olí ---+ vlív, altO
tomó de Marcos en 17 casos la preposición E'X!El;, rencia de Mt 16, 1; Lc 11, 16); Mc 15, 38 par.
---+ TÓTE, alt' ---+ aQTL.
á3tAOií¡;, 3 haplous simple, sincero pero la sustituyó 8 veces por alto. Aparte de esto, Mt 27,51: de arriba abajo; Mt 23,34: de una
---+ áltAóTf]¡;;. altO desempeña en el NT la función del antiguo ciudad a otra; Mt 24, 21: alt' aXQwv ovoa- b) En las expresiones abreviadas aep' ~¡;; y
genitivo partitivo (cf. Mayser 348). v&v, de un extremo (al otro) del cielo (cf. Mc aep' oú, desde, habiendo que suplir siempre
13, 27); Lc 24, 47: comenzando por Jerusa- wQa¡;;/~f,tÉoa¡;; (Lc 7, 45; Hech 24, 11; 2 Pe 3,
á3tAm¡; haplos (adv.) sencillamente, since- 2. Sentido local: a) con verbos que 1) de- 4 [cf. Col 1, 6.9]), Y aep' Oú, desde que (Lc
lén, comenzando en Jerusalén; 1 Tes 1, 8: sa-
ramente* notan movimiento y frecuentemente con los 13,7.25; 24, 21; Hech 16, 18).
liendo de vosotros (ha resonado la palabra del
Sant 1, 5 refiriéndose a que hay que dar sin que tienen altÓ como prefijo verbal; con ver- Señor); Ap 21, 13: altO ~oQQa ... altO vó,;ou, c) Para indicar un límite en el tiempo, a
segundas intenciones. M. Dibelius y H. Gree- bos que expresan separación de un lugar; con al Norte, ... al Sur (cf. Jos 18,5; 19, 34; 1 Re partir del cual se cuenta hacia atrás o hacia
ven, Der Brief des Jakobus (KEK), 76s: «sin verbos que hablan de separación en un senti- 14,5). adelante: desde (- hasta): Mt 11, 12; 27, 45;
poner dificultades» (así piensa también O. do amplio (entre ellos, Mt 4, 12: resucitado de
Bauerfeind: ThWNT 1, 385); H. Riesenfeld, e) Para designar la distancia, por ejemplo Hech 10,30; Rom 5, 14; Flp 1,5).
entre los muertos [Marcos tiene la preposi- ---+f,taXQ(lv altO, lejos de (Mt 8, 30; Lc 7, 6)
en CNeot 11 (1944) 33-41: «sin reservas». ---+ ción E'X]). 2) También con verbos que signifi-
áltAóTf]¡;; 2.a. Y altO ---+ f,taxQó{}Ev, a gran distancia (Mc 4. Sentidos figurados: a) origen, proceden-
can avergonzarse, guardarse de u ocultar al- 14, 54; 15, 40; Lc 16, 23). En Jn 11, 18: w¡;; cia: (1) en verbos que significan pedir y de-
go, mantener algo en secreto. En este caso, la altO oTabLwv 6EXaltÉVTE, como a unos 15 sear, para designar con altÓ a la persona de la
U3tÓ apo con genitivo de, desde (con indi- persona o cosa de la que uno se guarda, a la estadios (de distancia); de manera parecida que se quiere algo (Mt 5, 42; Lc 11, 51; 12,
cación de origen) que se oculta algo, etc., va introducida por en Jn 21,8: a unos 200 codos (de distancia); 20; 1 Tes 2, 6); (2) con verbos de percepción,
1. Empleo en el NT - 2. Sentido local - 3. Sentido altó. Ap 14, 20: a unos 1600 estadios (de distan- para indicar en quién o en qué se efectúa esa
temporal- 4. Sentidos figurados - 5. En frases hechas. b) altÓ se encuentra en frases expresivas, cia). Es un hebraísmo altO ltQooómou (ex- percepción (Mc 13, 28 par. Mt 24, 32, apren-
Bibl.: Bauer, W6rterbuch, S.V.; BlaB-Debrunner § que no se hallan atestiguadas directamente en presión correspondiente al hebreo mipne), der de la higuera; Mt 7, 16, por sus frutos;
209-211; K. Dieterich: Indogerman Forschgn. 24 la lengua clásica (BlaB-Debrunner § 211, 2): desde alguien, desde la presencia de alguien (3) 2 Cor 3, 18 se refiere al origen (y a la me-
(1909) 93-158; Kühner, Grammatik II/I, 456-459; G. f,tETaVOELV altO Tfj¡;; XaXLa¡;;, arrepentirse de (cf. Gén 16, 6; Jdt 2, 14; 1 Mac 5, 34; Jer 4, ta): de gloria en gloria.
Kuhring, De preaepositionum Graecarum in chartis 26; Eclo 21, 2): Hech 3, 20; 5, 41; 7, 45; 2 Tes
Aegyptiis usu, Bonn 1906; Liddell-Scott, S.V.; B. Mo- la maldad (Hech 8, 22; cf. Jer 8, 6 LXX); avá- b) Causa: (1) Por medio de altÓ se indica
reux, Sens non marqué el sens marqué: CotÓ et bt en {}Ef,ta ELvm altO ,;olí XOLo,;olí, ser separado 1,9 (Is 2,10.19.21); Ap 12, 14 (BlaB-Debrun-
la razón por la que se efectúa algo: Mt 18, 7,
prose attique: Bulletin de la Societé Linguistique 74 de Cristo por una maldición (Rom 9,3); ep{}Ei- ner § 217, 1).
a causa de los escándalos (BlaB-Debrunner
(1979) 267-269; Radermacher, Grammatik, 235 (In- Qw{}m altO Tfj¡;; áltMTf],;o¡;;, ser separados f) Origen, procedencia: de, desde (BlaB- § 176, 1); Lc 19, 3, a causa de la multitud;
dice).
de la sinceridad (actualmente existente) para Debrunner § 209, 3s): Mt 3, 13, de Galilea' Jn Hech 22, 11, a causa del resplandor de la luz;
1. cmó (que rige siempre genitivo) aparece caer en la perdición (2 Cor 11, 3); alto{}v!Ío- 3, 2, (venido) de Dios; Jn 1,44, de Betsaida. Heb 5, 7, a causa de su piedad (BlaB-Debrun-
unas 645 veces, distribuidas de manera casi 'XELV altÓ, por la muerte llegar a ser libres de También en Mt 4,25; 21, 11; Jn 12,21; Hech ner § 210, 1). (2) El medio por el cual se con-
uniforme entre los escritos del NT. Se halla, (Col 2, 20). 2,5; 6, 9; 10,23; 17, 13; Heb 13,24. En Hech sigue un efecto, con ayuda de, con: Ap 18, 15
375 anó - anoyºa<p~ 376 377 378

(cf. Lc 15, 16 A Koiné, con las algarrobas). an:o~J.Én:ro apoblepo mirar a* mann, Das Lukasevangelium I (HThK), Freiburg i. Br. 4. Por contraste, el significado más general
(3) El motivo, por: Mt 13, 44, por la alegría; Heb 11, 26: Moisés «tenía la mirada pues- 1969,98-101; E. Stauffer, Die Dauer des Census Au- del término aparece en Heb 12, 23, así como
Lc 22, 45, por la angustia; Hech 2, 14, por el gusti, en FS E. Klostermann, Berlin 1961, 9-34; T. P.
ta en la recompensa (celestial)>>; cf. Josefo, Wiseman, «There went out a Decree from Caesar Au- también en Hen (gr) 98, 7s; Ap Pauli 39s (Ti-
temor. (4) El que es causa de aquello de lo Bell 11 311; Ant XX, 6l. gustus... »: NTS 33 (1987) 479s. schendorf). En estos lugares aJtoYQácpo¡.tat
que habla el verbo: Mt 12, 38, una señal que significa-ser inscrito en una lista que se guar-
venga de tí; Lc 22, 71, ano mil o'tó¡.tm;o~, l. aJtoYQucp~ aparece 2 veces en el NT da en el cielo o en «el libro de la vida» (cf.
de su (propia) boca (15 veces en la LXX; an:ó~J.l)'to;, 2 apobletos rechazado* (Lc 2, 2; Hech 5, 27); el verbo, 4 veces (Lc
En 1 Tim 4, 4 dícese de las cosas creadas: también Lc 10, 20; Flp 4, 3; Ap 3, 5 Y pas-
BlaB-Debrunner § 217, 3); Hech 32, 31; 1 Cor 2, l.3.5; Heb 12,23). En Lc 2, lss el térmi-
son buenas (xuM~, Gén 1, 31), no aJtó~Al]­ sim). El trasfondo lo constituye una idea muy
11, 23; refiriéndose a una causa más remota: no designa una medida fiscal adoptada por
m~ (no rechazadas por Dios).
difundida en el Antiguo Testamento y en la li-
Gál 1, 1, de (parte de) hombres; 2 Cor 3, 18, la administración romana (un censo) para la
teratura judía posterior (Cf. G. Schrenk, en
ano XUQlOU nVE'Ú¡.tum~, por el Señor del Es- recaudación de impuestos.
ThWNT 1, 618s).
píritu; en fórmulas de saludo: la paz que pro- an:o~oJ.Í), tí;,
'Í) apobole pérdida, recha- E. P1ümacher
cede de Dios (Rom 1, 7; 1 Cor 1, 3 Y passím, zo* 2. aJtoYQucp~ se halla atestiguado desde
y, correspondientemente, en la forma singula- Hech 27, 22: aJto~oA~ '\jJuxfj~, refiriéndose Lisias y Platón, y aparece también en las ins-
rísima deAp 1,4). (5) acp' Éuumil (-wv),por a la pérdida de la vida; Rom 11, 15, refirién- cripciones y en la LXX; es un término técnico an:OYQáqJffi apograpM inscribir en una
iniciativa propia (Lc 12, 57; 2 Cor 3, 5; fre- dose al rechazo de los judíos por Dios. del lenguaje jurídico y administrativo de la lista
cuente en Jn [5, 19.30 etc.]). (6) Complemen- lengua ática y luego de la lengua helenística --> aJtoYQucp~.
to agente: en la voz pasiva y en verbos con (como se ve en los papiros). El verbo lo en-
sentido pasivo, el habitual 'Únó que introduce an:oYLvO"at apoginomai morir* contramos (desde Herodoto) con los significa-
al complemento agente es sustituido a veces 1 Pe 2, 24: La¡:~ á¡.tUQ'tlat~ aJtoYEvó¡.tE- dos correspondientes y con la misma difusión; an:obdxvu"t apodeiknymi acreditar, dar
por anó (sobre el uso clásico cf. Kühner II/1, VOL, muertos a los pecados (cf. Rom 6, 11). es especialmente frecuente en voz media: (ha- a conocer, probar*
475s): Lc 8, 43b, ser curada por; Hech 2, 22, ThWNT 1, 685. cerse) inscribir en una lista, informar presen- aJtó6H~L~, EW~, ~ apodeixis prueba*
acreditado por Dios; 4, 36; 15,4; 20, 9. tando una anoYQucp~. 1. Aparición en el NT y contenidos semánticos -
c) Para indicar el punto inicial de una se- an:oYQaqJÍ), tí;, 'Í) apographe lista, regis- 3. El censo (o empadronamiento) mencionado
2. ano1\d%vUf.lL - 3. anó1\!Ol~lt;.
rie: Mt 2, 16; Lc 24, 27; Jds 14. A veces se tro, censo* en Lc 2 no tuvo lugar, desde luego, en el año del 1. El verbo aparece 4 veces en el NT. Está
indica también el punto final de la serie (in- aJtoYQácpw apograpM inscribir en una lis- nacimiento de Jesús (por aquel entonces P. Sulpi- compuesto por el verbo --> 6dxvU¡.tL mostrar,
troducido por 1!w~): Mt 1, 17; 23, 35; Hech ta, registrar (en un censo)* cio Quirinio no era gobernador de Siria), sino que
8,10. señalar y el prefijo aJto-, que aquí designa la
se realizó únicamente en el año 6/7 p.e., una vez
1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Uso depuesto Arquelao e incorporada Judea a la pro- terminación o la consecución de un objetivo
5. Frases o expresiones fijas como ano helenístico - 3. El censo en Lc 2 - 4. Heb 12,23. (Schwyzer, Grammatik 11, 445, 4). De esta
vincia de Siria (Josefo, Ant XVII, 355; XVIII, 1-
¡.téQou~,parcial (Rom 11, 25; 15, 15.24; 2 Cor Bibl.: P. W. Barnett, UJWYQullllÍ and unoYQálllw- 5). Para Judea fue la primera medida de esta ín- manera se llega a los matices de significado
1, 14; 2, 5); CUtO ¡.tLii~, a una, unánimemente {tal in Luke 2, 1-5: ET 85 (1973-1974) 377-380; dole, por lo cual dejó un recuerdo imborrable en como atestiguar (Hech 2, 22; 2 Tes 2, 4), de-
(Lc 14, 18; ¿un arameísmo?, cf. Bauer, s.v. Bauer, Worterbuch s. V.; H. Braunert, Der romische la memoria. Censos parecidos, realizados a base signar (1 Cor 4,9), probar (Hech 25, 7). En el
provinzialzensus und der Schiitzungsbericht des Lk- de declaraciones de bienes hechas por escrito o
anó VI); ano 'twv XUQ6LWV, de corazón (Mt Ev.: Hist. 6 (1957) 192-214 (cf. además, E. Haenchen, NT el sustantivo aparece únicamente en 1 Cor
verbalmente, entre los habitantes de las provincias
18,35); an' avorfrEv, de lo alto (Mc 15,38). Apostelgeschichte [KEK], Gottingen '1977, 247); J. 2, 4, donde significa prueba.
(no entre los ciudadanos romanos) y repetidos con
Ernst, Das Ev. nach Lk (RNT), Regensburg 1976, 101- mayor o menor regularidad, pero limitados siem-
G. Schneider 104; W. Grundmann, Das Ev. nach Lk (ThHK), Berlin pre a determinadas regiones, los conocemos tam- 2. En el discurso de Pedro en Hech 2, 22 se
1961, 76-79; H. U. Instinsky, Das Jahr der Geburt
bién con referencia a otras provincias (Brauner, habla de Jesús como de «un varón acredita-
Christi, München 1957; U. Kellermann, Gottes neuer
an:o~aLvro apobaino irse, desembarcar, Mensch. Exegetische Meditation der Weihnachtsge- 196ss), por ejemplo, Galia, Lusitania y Egipto, do!confirmado por Dios entre vosotros con
conducir a* schichte, Neukirchen-Vluyn 1978,27-32; E. Kloster- habiendo podido influir sus procedimientos cen- actos de poder, milagros y señales, que Dios
En Lc 5, 2 Y Jn 21, 9: desembarcar; en Lc mann, Das Lk-Ev. (HNT), Tübingen'1929, 32-34; G. sales en el relato de Lc 2, 1-5 (cf. el edicto de
censo en PapLondon III, 904 [104 p.C.]). La co- hizo en medio vuestro a través de él». Sobre el
21, 13 Y Flp 1, 19 (Job 13, 16) se usa en sen- M. Lee, The Census in Luke: CQR 167 (1966) 431-
436; Liddell-Scott s.v.; H. R. Moehring, The Census in nexión de aquel censo de Siria con el nacimiento empleo del verbo ano6dxvu¡.tL cf. Est 3, 13c.
tido figurado. de Jesús y la ampliación de este censo provincial La frase suena a arcaica (M. Dibelius, Aufsatze
Luke as an Apologetic Device, en FS Wikgren, 144-
160; G. Ogg, The Quirinius Question To-day: ET 79 a la categoría de un empadronamiento realizado zur Apostelgeschichte, Gottingen 1951, 142).
an:o~áJ.J.ro apoballo arrojar, despojarse* (1967-1968) 231-236; Preisigke, Worterbuch 1, 170- en todo el imperio (Lc 2, 1) se deben a Lucas. Tan La cristología que en ella aparece, enlaza con
173; Suppl. r, 30; A. Schalit, Konig Herodes, Berlin sólo en su concepción de la historia se hallan tan
Mc 10, 50: arrojar el manto; Heb 10, 35 1969, 265-278; W. Schmithals, Die Weihnachtsge- la idea del profeta escatológico que es acredi-
estrechamente vinculadas la historia de Jesús y la
como exhortación: «¡No desechéis vuestra schichte Lk 2, 1-10, en FS Fuchs, 281-297; Schürer 1, del cristianismo con la historia del mundo (cf. Lc tado por Dios (Hahn, Hoheitstitel, 388). Los
nUQQl]olU!». 508-543 (Schürer, Historia r, 515-550); H. Schür- 3, 1; Hech 11, 28; 26, 26s). milagros de Jesús se consideran como los ac-
381 UJtoodXV1JI.u - uJtOOLOW/lL 382
379 380

el poder del Espíritu de Dios (genitivo subje- reconocimiento elogioso de la administración


tos de un Carismático que ha sido dotado por 3. Pablo utiliza el sustantivo a:n:óOEl~l~ en tivo: WeiB, 49; Conzelmann, 55; hendíadis: de Félix por parte de Tértulo: 24, 3. ThWNT
Dios con poderes (Hahn, 392), más aún, como el sentido de prueba, demostración: «y ni mis WeiB, 50; AUo, 25; cf. 1 Tes 1,5) que actúa en 11,54.
los actos mismos de Dios (sobre esta perspec- palabras ni mi predicación (--+ xtjQ1JY!-1.a) fue- su predicación.
tiva «subordinacionista» de la cristología de ron con palabras persuasivas (:n:w'}ó~) de sa-
Lucas cf. Hech 2, 36; H. Conzelmann, El cen- biduría (--+ oo<pLa), sino con demostración Una contraposición parecida entre el arte de la a:n:ob1J,..,Ém apodemeo salir de viaje, au-
tro del tiempo, Madrid 1974,247). del Espíritu y de poder (--+ MVa!-1.l~)>> (1 Cor elocuencia retórica (OtLVó't'll~ AÓyWV, «elocuen- sentarse*
Muy cerca del significado de atestiguar se 2, 4). Se discute si Pablo, en esta mirada re- cia», o €JtLOtLSL~, «discurso dispuesto según las Mc 12, 1 par. Mt 21, 33/Lc 20, 9; Mt 25,
encuentra el de proclamar (PapOxy VII, 1021, trospectiva a su primera predicación, a la que normas de la retórica») y la predicación, que se 14.15; Lc 15, 13. 2 Cor 5, 6 D(G): a:n:oo'Y]-
5ss, en Moulton-Milligan, 60). Este significa- propone comunicar el sentido de las Escrituras, !-1.oü!-1.ev a:n:o TOÜ X1JQL01J, estamos lejos del
él, teniendo en cuenta que ha alcanzado su la encontramos en Filón, VitCont 31.75 (cf. Pla-
do se halla detrás del uso de a:n:ooElxv1J!-tL en objetivo, que es la fe de los corintios (2, 5; cf. Señor.
tón, Phaedr 260a: oposición entre JteHh,w y
2 Tes 2, 4c: el anticristo se asienta en el tem- 1, 4-7), considera como plenamente convin- uA~{}eLa; Apol 17a-c: oposición entre m{}avw~
plo de Dios y <<proclama (atestigua) que él es cente, al utilizar ahora el término a:n:ó6el~l~, y aA~{}tLa, entre palabras bien pulidas y pala- a:n:ób1J,..,o;, 2 apodemos dícese de quien
Dios» (sobre el tema cf. Ez 28, 2; Sib V, 33; lo hace únicamente en el sentido general de bras sencillas). está de viaje o ausente*
Martls 4, 6; sobre el anticristo como «Hijo de prueba o demostración (H. Conzelmann, Der G. Dautzenberg Mc 13, 34: aV{}Qw:n:o~ a:n:óo'Y]!-1.o~, un hom-
Dios» cf. Did 16, 4; ApEsd [gr] 4, 27). erste Korintherbrief[KEK], 72; C. K. Barrett, bre que está de viaje.
Con frecuencia se usa a:n:06dxv1J!-1.l en el 1/2 Korintherbrief [BNTC], 65; cf. 3 Mac 4,
sentido de atestiguar, nombrar, designar. 20; Filón, VitMos 1, 95 para la contraposición
a:n:óbn;t;, 10m;, ÍJ apodeixis prueba, de-
mostración a:n:obí,bm,..,t apodidomi dar, devolver, re-
Mientras que esto se refiere generalmente a de las dos formas de a:n:óOEl~l~: las declara- tribuir*
--+ a:n:ooElxv1J!-1.l 1 y 3.
un «nombramiento» honorífico, por ejemplo, ciones de oráculos y la a:n:ó6el~l~, mucho
a un nombramiento como rey (el sujeto de la más clara, por medio de señales y prodigios) l. Empleo y sigJ1ificado del término - 2. Campos
referenciales - 3. En contextos éticos - 4. En contextos
acción es Dios: Josefo, Ant VII, 338; XI, 3; cf. o bien -lo que es mucho más probable- con a:n:obExunúm apodekateuo dar el diez- teológicos.
también VI, 35) o como supervisor (Dan 2, 48 consciente alusión al uso técnico de la expre- mo
LXX; Josefo, Ant VIII, 162), vemos que Pa- Bibl.: F. Büchsel, aJtooiOúJf!L, en ThWNT n, 170s;
sión en la retórica antigua (J. WeiB, 1 Korin- Lc 18, 12 en la lectura variante de p75 B H. Braun, Gerichtsgedanke und RechtJertigungslehre
blo en 1 Cor 4, 9 observa en sí y en sus cola- therbrief [KEK], 50; E. B. AUo, Premiere Sin*, con :n:áv'ta (de todo) como objeto de la bei Paulus (UNT 19), Leipzig 1930,2-11,14-31; J. D.
boradores Silvano y Timoteo (cf. 1 Tes 1, 1) Epltre aux Corinthiens [EtB], 25; L. Hart- acción verbal. M. Derrett, Law in the New Testament, London 1970,
una clase totalmente diferente de acción divi- man, Some Remarks on 1 Coro 2:1-5: SvEA 32-47 (The Unmerciful Servant), 313-337 «<Render to
Caesar...»); Ch. Dietzfelbinger, Das Gleichnis von der
na: «Pienso que Dios nos ha asignado a nos- 39 [1974] 109-120, esp. 116ss).
otros los apóstoles el último lugar (--+ EoXa- En la retórica antigua, a:n:óC)el~l~, :n:LO-
a:n:obEXUTóm apodekatoo dar el diezmo erlassenen Schuld. Eine theol. Untersuchung von Mt
Mt 23, 23 par. Lc 11,42; Lc 18, 12. En el 18,23-35: EvTh 32 (1972) 437-451; L. Goppelt, Die
'to~), como a sentenciados a muerte (--+ €:n:L'fra- 'tWOl~ y xa'taoxe1J~ designan la argumenta- Freiheit zur Kaisersteuer, en Ecclesia und Res Publi-
sentido de exigir, recibir el diezmo, en Heb 7, ca (FSf K. D. Schmidt), Giittingen 1961,40-50; J. K.
Vá'tLO~)>>. Los apóstoles experimentan ya en ción ordenada, lógica o dialéctica en la parte
5 (cf. 1 Sam 8,15.16.17). Kuntz, The Retribution Motif in Psalmic Wisdom:
sí mismos la inversión escatológica de la pri- principal del discurso (H. Hommel-L. Zieg1er,
ZAW 89 (1977) 223-233; W. Pesch, Der Lohngedanke
macíajerárquica (Mc 10, 31; Lc 13,30); par- Rhetorik, en Pauly, Lexikon IV, 1396-1414, in der Lehre lesu (MThS I, 7), München 1955; Id.,
ticipan en el destino de sufrimiento y muerte esp. 1414; cf. Platón, Tim 40e; Aristóteles, a:n:óbEXTO;, 2 apodektos aceptable, agra- Matthiius der Seelsorger (SBS 1), Stuttgart 1966 [so-
de Jesús, y precisamente así testifican con su EthNic 1, 3, 4; Rhet 1, 1355a 6ss; Quintiliano, dable* bre Mt 18]; J. N. Sevenster, «Geeft den keizer wat des
keizers is, en God wat Gods is»: NedThT 17 (1962)
actividad el poder de la vida (~Ú)'lí) de Jesús InstOrat V, 10, 7 [a:n:óOEl~l~ est evidens pro- 1 Tim 2, 3; 5, 4, en ambos casos en la ex- 21-31; A. Weiser, Die Knechtsgleichnisse der synopt.
para vencer a la muerte (l Cor 4, 10-13; 2 Cor batio]; Epicteto, Diss 1, 24, 8; 4 Mac 3,19). presión: «Esto es ... a:n:ó6exTOv delante de Evv. (StANT 24), München 1971, 75-104 [sobre Mt
4,7-12; 6,4-10). Pablo admite que hubo deficiencias en la ac- (evw:n:LOv TOÜ) Dios». ThWNT 11,57-59. 18, 23-25]. Para más bibliografía, cf. ThWNT X,
En el lenguaje jurídico, a:n:ooElxv1J!-1.l se tuación retórica y en el arte de persuasión de 1047.
usa con el sentido técnico de probar (PapLon- su predicación inicial, cosa que los críticos
a:n:obÉxo,..,at apodechomai acoger (amis- 1. Las 48 veces que aparece el verbo se
don 904, 84 en Moulton-Milligan, 60; cf. 4 corintios habían censurado (cf. 1 Cor 2, 1). tosamente)* distribuyen entre casi todos los escritos del
Mac 1, 8); así sucede también en Hech 25, 7 El, conscientemente, no hizo uso de esos re- NT. Falta por completo en Juan. Pablo (5 ve-
En el NT aparece únicamente en Lucas-He-
en una escena de juicio que se halla simple- cursos como ayuda para la predicación del
chos. En Lc 8,40; 9, 11; Hech 18, 27; 21, 17; ces) y la tradición post-paulina (3 veces en las
mente esbozada: «y cuando él (= Pablo) lle- Crucificado (v. 2). Ahora pretende que su pre- 28, 30; IgnEf 1, 1; IgnTral 1, 2: acoger con Pastorales) lo emplean raras veces. Por el con-
gó, los judíos que habían descendido de Jeru- dicación tiene una forma especial, no retórica, agrado. Dícese de la aceptación de la «pala- trario, es un término favorito de Mateo (18
salén se pusieron a su alrededor, presentando de a:n:óOEl~l~ que conduce a la persuasión. bra»: Hech 2, 41; del recibimiento respetuoso veces), aunque dos de esas veces proceden
contra él muchas y graves acusaciones (at- Esta forma, por contraste con la retórica, no de Pablo y Bemabé en Jerusalén 15,4 v.l.; del de Q (Lc 12, 59 par. Mt 5, 26) Y de Marcos
'tLW!-1.a) que no podían probar». se basa en sabiduría humana (cf. 2, 5), sino en
383 aJtoOtOú.l[tL 384 385 386

(12, 17). Mientras que anoDtDW[lL aparece 10 Dios es el sujeto, cuando recompensa a las ver mal por bien (Gén 44,4; Jer 18,20 Ypas- Mateo trata de aclarar más esta idea por me-
veces en el material peculiar de Lucas y en personas (Mt 6, 4.18: en todos los casos xal ó sim), pero la discusión sobre cómo ha de dio de una parábola. Claro que la parábola tie-
Hechos (6 veces en el Evangelio y 4 en He- nULr'¡Q <Jov ... anoDw<JEL OOL), y juzga a la comportarse uno cuando se enfrenta con el ne un acento un poco distinto; se trata en ella
chos), Mateo emplea el término 16 veces, gente con arreglo a sus obras (Rom 2, 6; 2 mal, no comienza a abrirse camino sino en el de la retribución (anoDtDW[lL en los vv. 25, 26,
además de las dos que recibió a través de Q y Tim 4, 14). En tres pasajes es Jesús el sujeto: judaísmo rabínico (cf. Billerbeck 1, 368, 370; 28, 29, 30 Y 34); del perdón (acpL€Vm) no se
de Marcos. Y 7 de ellas, en la parábola del rey él retribuirá a cada uno según sus actos (Mt III, 299); la comunidad de Qurnrán se hallaba habla sino en la síntesis redaccional del v. 35.
que ajusta cuentas con sus deudores (Mt 18, 16, 27), recompensará a cada cual (Ap 22, también muy lejos de dar una respuesta posi- Sobre el trasfondo de la práctica de las finan-
23-35). 12), Y en su epifanía entregará (a Pablo) la co- ti va (según 1QS 1, 4 era «tarea de los miem- zas en el ámbito helenista (cf. Derrett, 38), la
El compuesto de DtDW[lL formado con anó rona de la justicia (2 Tim 4, 8). bros de la comunidad amar a todo el que ha parábola expresa la idea de que la vida de la
significa entregar, dar, producir, y también sido elegido por Dios, y aborrecer a todo Iglesia debe estar determinada por la genero-
devolver, restituir, y finalmente retribuir. Hay 3. El verbo adquiere el sentido de una obli- aquel a quien Dios ha rechazado»; cf. también sidad y la misericordia, y no por una conduc-
frases hechas como anoDtDw[tL Ctov) Aóyov, gación moral, cuando se trata de la conducta 9,21 y Hen [esl] 50.4). La regla cristiana pri- ta despiadada basada en reclamación de los
dar cuenta (Mt 12, 36; Lc 16,2; Hech 19,40; recta y justa o de la devolución de una dedu- mitiva recuerda el mandamiento de Jesús de derechos legales. Porque en el día del juicio
Heb 13, 7; 1 Pe 4, 5; Rom 14, 12 v.l.), ano- da, como en Mc 12, 17 par. amar a los enemigos (Mt 5, 44.46.47; Lc 6, divino, toda persona será llamada a rendir
6LDW!-lL LOVC:; oQxovc:;, cumplir los juramentos 27s.32s) y pudo haber tenido su origen en las cuentas y será retribuida con arreglo a sus
En Mc 12, 17 (Mt 22, 21; Lc 20, 25), la res- comunidades helenistas influidas decidida- obras (Mt 12, 36; Rom 2, 6; 2 Tim 4, 14 [se-
(Mt 5, 33), ano6LDw[tL LO [taQT\JQLoV, dar puesta de Jesús a la pregunta de si es lícito
testimonio (Hech 4, 33). En la voz media, el mente por Pablo. gún Mt 16, 27; 2 Tim 4, 8; Ap 22, 23, Cristo
(ESEOLLV;) pagar el tributo al César, adquiere la
verbo tiene el significado de vender (Hech 5, Según Ap 18, 6 el segundo ángel exige so- es el que ha de realizar el juicio]).
forma de un imperativo: «¡Dad al César lo que es
8; 7, 9; Heb 12, 16; cf. Bauer, Worterbuch, s.v. del César, y a Dios, lo que es de Dios!». Como la lemnemente: «¡Pagadle tal como ella ha pa- A. Sand
4; Liddell-Scott, s. v. I1I). introducción es redaccional (Derret, 314: «una gado, y devolved el doble según sus obras!».
unidad constructa»), como el apotegma debe en- En el juicio, Babilonia recibirá lo que hizo a
tenderse como instrucción dada a los discípulos otros. Se discute quién es el sujeto que efec- an:o(hoºí,~ffi apodiorizo separar*
2. anoDtDw[tL se usa en sentido metafórico En Jds 19 el participio de presente designa
y no como un enunciado acerca de Jesús, y, fi- túa la retribución. Pero seguramente no hay
en Heb 12, 11 (cf. Lev 26, 4 LXX): La disci- nalmente, como falta el verbo en el relato que a aquellos que causan divisiones. ThWNT V,
plina es desagradable, pero finalmente produ- que pensar en el anticristo ni en los siete pe-
sirve de preparación para el logion, el sentido de 456s.
ce «el fruto apacible de la justicia». Según Ap aJtoOtOú.l[U (que en Mateo y en Lucas está refor- queños reyes del capítulo 17 (porque están
22, 2, el árbol de la vida (~ÚAOV ~wfjc:;, cf. zado con un adverbio y se halla situado enfática- de parte de Babilonia), sino en el pueblo de
Gén 2, 9) produce frutos, es decir, la plenitud mente al comienzo de la frase) debe entenderse Dios, que por encargo divino ejecutará el an:oboXl,..,á~ffi apodokimazo rechazar*
únicamente a base de la respuesta dada por Je- juicio. Dícese de la «piedra» que es rechazada
de la vida (cf. Ez 47, 12).
sús. La instrucción de Jesús no tiene nada que (Mc 12, 10 par. Mt 21, 42 / Lc 20, 17; 1 Pe 2,
A excepción de estos dos casos, el sujeto de ver con la moneda como tal, ni se refiere a un
anoMDw[tL es siempre una persona, quien, 4. Los textos mencionados antes (--+ 3) han 4.7). Con personas como objeto de la acción
emperador ni a un tributo determinado, sino que
sobrepasado ya en parte el significado pura- verbal: el Hijo del hombre (Me 8, 31 par. Lc
por ejemplo, devuelve un libro (Lc 4, 20; con expresa el mandamiento global: ¡Acatad las dis-
posiciones dadas por las autoridades, y acatad mente ético. La relevancia teológica aparece 9,22; 17,25); Esaú (Heb 12, 17; cf. Gén 27,
Jesús como sujeto), entrega los frutos de la
cosecha (Mt 21, 41), paga luego los gastos (especialmente) lo que Dios pide de vosotros! A con especial claridad allá donde cmoDtDw[tL 30-38). ThWNT n, 259-264.
quien tenga autoridad legítima para reclamar al- se vincula con la idea del perdón de los peca-
adicionales (Lc 10,35), restituye 10 defrauda-
go, hay que darle lo que pide legítimamente. La dos y del juicio sobre sobre la humanidad. En
do (Lc 19, 8), paga el salario (Mt 20, 8) o respuesta de Jesús va más allá del caso particular Mt 6, 4.6.18 se presenta a Dios como el Padre an:oboXÍI, ijt;, t1apodoche aceptación,
cumple con una determinada obligación (Mc en el que había que dar una interpretación, y ex- asentimiento*
que ha de recompensar a los discípulos con
12, 17 par.). La relación entre el sujeto y el presa una obligación general. 1 Tim 1, 15; 4, 9, en la fórmula: «Palabra
arreglo a sus obras. Esta idea, tan importante
objeto de la acción es más personal, cuando el fiel y digna de ser aceptada totalmente».
para Mateo, se desarrolla plenamente en la
hijo es devuelto a su padre (Lc 9, 42), el ma- En tres pasajes del NT se expresa con parábola del rey que ajusta cuentas con sus ThWNT n, 54s; N. Brox, Cartas pastorales,
rido cumple su deber para con la esposa (l anoDtDW[lL una regla principal de la conduc- siervos, Mt 18, 23-35 (material peculiar); el Barcelona 1974,527-529.
Cor 7, 3), cada uno da al otro 10 que le co- ta cristiana: No hay que devolver mal por mal motivo de la [taxQo{}v [tta ([luxQo{}v [l€W,
rresponde (Rom 13, 7: cpóQoc:;, L€AOC:;, cpó~oc:;, sino hacer el bien a todos (l Tes 5, 15; Rom vv. 26.29) une dos relatos para formar con an:ó-3E(Jlt;, Effit;, tí apothesisla acción de
LL[tr'¡), cuando se exige a alguien el pago de 12,17; 1 Pe 3, 9 [intensificado el sentido me- ellos una unidad interna. La pregunta acerca quitar*
una deuda (Mt 5, 26 par. Lc 12,59; Mt 18, diante la adición de AOLDOQtuv an!, AOLDo- de cuántas veces hay que perdonar, aparece 1 Pe 3, 21: la acción de quitar 10 sucio (en
23-35; Lc 7, 42), o cuando uno debe devolver Qtac:;]). No hay ninguna regla correspondiente ya en Q (Lc 17,4 par. Mt 18, 21s). Mientras el bautismo); en 2 Pe 1, 14 dícese eufemísti-
a sus padres 10 que ha recibido de ellos (l Tim en el AT (Prov 20, 22 es tan sólo una remota que Lucas se contenta con acentuar que hay camente de la muerte: «el abandono de mi
5,4). analogía). Es verdad que el AT prohíbe devol- que perdonar un ilimitado número de veces, cuerpo».
387 388 389 390

cbtol'hpt1], 1];, 'Í) apotheke granero, alma- básico de restaurar, volver a poner en el esta- rael en el marco de los acontecimientos del fin muehl, Revelation and Mystery in Ancient Judaism

cén* do primitivo, Ya en la LXX el verbo se usa pa- de los tiempos. Pero Jesús corrige la esperanza and Pauline Christianity (WUNT II136), Tübingen
de la restauración que se centra en Israel, y lla- 1990; R. Bultmann, Del' Begriff del' Offenbarung im
Mt 3,12 par. Lc 3,17; 6, 26; 13,30; Lc 12, ra referirse a la restauración escatológica de NT, en Bultmann, Clallben III, 1-34; G. Dautzenberg,
Israel, que volverá a congregarse saliendo de ma la atención de sus discípulos sobre la mi-
18.24. Urchristliche Prophetie, Stuttgart 1975; H. J. Ekstein,
la dispersión en que se encuentra (cf. el anun- sión universal desde una perspectiva que abarca «Denn Cottes Zom wird vom Himmel her offenbar
cio escatológico de la salvación en la profecía a todo el mundo. El Resucitado es «el caudillo werden». Exegetische Erwiigungen zu Róm 1, 18:
u:n:ol'}1]aa\JQÍ,~ro apothesaurizo almacenar que conduce a la vida» (Hech 3, 15). Y lo es ZNW 78 (1987) 74-89; M. D. Goulder, The Apokalyp-
de tiempos del destierro: Jer 16, 15; 23, 8; 24,
-> 'frT]oauQóe:;. para todas las naciones. Libera la esperanza de se as an Annual Cycle of Prophecies: NTS 27 (1980-
6; Os 2, 3; 6, 11; 11, 11; Sal 14,7; 85,2; cf" a 1981) 342-367; H. Haag-J. Guillet, Révélatioll, en
propósito, D. Preuss, Jahweglaube und Zu- salvación nacional del judaísmo de los estre- DBS X, 586-618; P. Hoffmann, Die Offenbarung des
u:n:ol'}J.,Í,~ro apothlibO apretar* kunftserwartung, Stuttgart 1968,61 (bibl.). chos límites en que se hallaba encerrada, y la So/mes: Kairos 12 (1970) 270-288; K. Kertelge, Apo-
En Lc 8, 45 dícese de la muchedumbre extiende a todos los pueblos del mundo, kalypsis Jesoll Christou (Cal 1, /2), en FS Schnacken-
(OXAOL) que apretuja a Jesús. 2, En el relato sinóptico de la curación, burg, 266-281; D. Lührmann, Das Offenbarungs-
obrada por Jesús en día de sábado, de un 4. an:oxutú'otucn; restauración*. En el verstiindnis bei Paulus und in pln Cemeinden,
NT este término aparece únicamente en Hech Neukirchen- Vluyn 1965; Id., Die Red. del' Logienque-
hombre que tenía la mano seca (paralizada o
u:n:ol'}vnaxro apothnesko morir lisiada) (Mc 3, 1-6 par.), cmoxa'frioTT][.tL de- 3,21: «A fin de que tiempos de refrigerio ven- lIe, Neukirchen-Vluyn 1960,60-68,97-100; A. Oep-
ke, aJToxaA1JJTW), aJTOXáAU'\j!l~, en ThWNT III, 565-
-> 'frávawe:;. gan de la presencia del Señor, y envíe a Jesús,
signa la curación de la mano como resultado 597; A. Polag, Die Christologie der Logienquelle,
del mandato dado por Jesús con majestad es- el Mesías designado para vosotros, a quien el Neukirchen-Vluyn 1977, 160-162; H. Schulte, Del'
u:n:oxal'}Í,at1]!-u, u:n:oxal'}wtúvro apo- catológica: «¡Extiende tu mano!». Oponiéndo- cielo debe recibir hasta los tiempos de la res- Begriff del' Offenbarung im NT, München 1949;
tauración de todas las cosas, acerca de la cual Spicq, Notes, Suppl 366-368; P. Stuhlmacher, Das pln
kathistemi, apokathistano restaurar* se a la postura farisaica en el conflicto sobre Evangeliul11 l, Gtittingen 1968, 76-83; R. E. Sturm, An
el sábado, Jesús hace que la Torá vuelva a su Dios habló por boca de sus santos profetas
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Los rela- Exegetical Study (~f Paul's Use of the Words «(lpO-
desde tiempos antiguos» (Hech 3, 19-21). Con
tos sinópticos de milagros - 3. La restauración escato- sentido salvífico original, a saber, aportar al kalypt() I apokalypsis», New York 1983; A. Vtigtle,
lógica de Israel (Hech 1, 6) - 4. aJToxa'[¿(O'[aOl~ en arreglo al principio judío según el cual: el fin ZUIll Problem del' Herkwjft von «Mt /6, 17-/9», en FS
hombre la salvación de Dios. La restauración
Hech 3, 21. de los tiempos = los tiempos originales, se es- Schmid 1973, 372-393; U. Wilckens, Das Offenba-
de la mano lisiada demuestra y hace patente el rUllgsverstúndnis in der Ceschichte des Urchristen-
pera que el Mesías realice el retorno escatoló-
Bibl.: H. U. von Balthasar, Apokatastasis: TThZ 97 nuevo y superior orden salvífico que se ha he- tums, en W. Pannenberg (ed.), Offenbarung als Ces-
(1988) 169-182; O. Bauernfeind, Trae/ition une/ KOJ11- gico de las cosas a su estado original, la reno-
cho presente con la venida de Jesús, la aurora chichte (KuD Beiheft 1), Gottingen 1961, 42-90; C.
position in e/em Apokatastasisspruch Apg 3. 20.1, en FS vación universal del mundo que restablezca la Westermann-R. Albertz, glh, en DTMAT I, 596-606;
del tiempo escatológico de la salvación, que
Michel, 13-23; R. Beauvery, La guérison eI'un aveugle integridad original de la creación. El Cristo de H.-Zobel, ga la h, etc., en DTAT I, 1040-1054.
(¡ Bethsaiela: NRTh 90 (1968) 1082-1091; Billerbeck devuelve su profundo sentido al mandamiento la parusía efectuará la restauración prometida
IV/2, 764-798; Bousset-Gressmann, 232ss, 249; U. del sábado: restaurar al hombre en su integri- del universo cósmico, Las especulaciones de 1. Tanto el sustantivo como el verbo apare-
Busse, Die Wunder des Propheten Jesus, Stuttgart dad como parte que es de la creación de Dios;
1977,135-141; E. L. Dietrich, sc/lllb schelJLlt. Die end- Orígenes sobre la «apokatástasis» se ocupan cen en el NT, y siempre con significado reli-
lo mismo puede verse en 8, 25 (la curación no sólo del retorno del universo a la armonía gioso. El pasaje que más se acerca al empleo
zeitliche Wiederherstellung bei den Propheten, Giel3en
1925,38-51; G. Molin, Del' Prophet Elijahu und sein del ciego de Betsaida). de un orden global del ser, sino también de la pagano (raro), que es completamente profano
Weiterleben in der Hoffnungen des Judentums Ulul del' Las palabras de Jesús, en el contexto del re- idea de una reconciliación cósmica del univer- (<<descubrir algo que está oculto»), es el pasa-
Christenheit: Judaica 4 (1952) 65-94; F. MuBner-J. lato de la transfiguración, «Elías, sí, viene
Loosen, Apokatastasis, en LThK I, 708-712; F. Mul3-
so como destino antropológico de la humani- je de Lc 2, 35, un pasaje que corresponde
primero y restaura todas las cosas» (Mc 9, 12 dad (así piensa Fr. Schleiermacher). Pero estas también parcialmente al empleo de los térmi-
ner, Die Idee del' Apokatastasis in der Apg., en Id.,
Praesentia Salutis, Düsseldorf 1967, 223-234; J. M. par. Mt 17, 11) recoge la idea del Antiguo especulaciones encuentran sólo apoyo indirec- nos en la LXX y -muy significativamente-
Nützel, Die Verklfirungserzühlung im Markusevange- Testamento y del judaísmo acerca de la fun- to en Hech 3, 21. corresponde también por completo al uso que
lium, Würzburg 1973; A. Oepke, aJToXalHo,[11~lL X.A., ción escatológica de Elías (cf, Mal 3, 23s; P,-G. Müller hace Josefo. Pero aun en este pasaje de Lu-
en ThWNT I, 386-392; R. Pesch, Das Markusevange- Eclo 48, 10; 2 Re 2, 11). Elias redivivus, co-
lium n, Freiburg i. Br. 1977,69-84; M. E. Thrall, Eli- cas, es el Mesías, puesto como señal, a quien
ja and Moses in Mark:s Account of the Transfigura-
nectado con Juan Bautista por Mateo, lleva a
u:n:oxaAú:n:tro apokalypto revelar* se han de descubrir los pensamientos (mal-
tion: NTS 16 (1969-1970) 305-317; T. L. Wilkinson, cabo la restauración del pueblo de Dios, pro-
aJtoxáAU't¡JLI;, EWe:;, ~ apokalypsis revela- vados) de los hombres (cf. 1 Cor 13, 13; Test
The Role of Elijah in the NT: Vox Ref. lO (1968) 1-10; metida en Is 11, 1-12; Jer 12, 14-17; Am 9,
W. Wink, Jolm the Baptist in the Cospel Tradition, ción* Rub 3, 15; TestJos 6, 6; JyA 12, 4). Todo el
11. A esta idea de la restauración se refiere
Cambridge 1968, 13-18; A. S. van der Woude, Die grupo de palabras no es especialmente fre-
messianischen Vorstellungen del' Cemeinde von Qum-
también la pregunta formulada por los discí- 1. Ideas generales sobre la aparición y uso de los cuente en el NT (aparece un total de 44 ve-
ran, Assen 1957, 172-176. pulos en Hech 1, 6, términos - 2. El grupo de palabras en la tradición si-
nóptica - 3. Pablo y el ámbito deuteropaulino - 4. La ces, de las que 26 corresponden al verbo, y
1, El verbo aparece 8 veces en el NT (Mt 3. En el contexto del relato de la ascensión Carta primera de Pedro - 5. aJTOXáAU'\jJL~ en el Ap - 18 al sustantivo). El grupo de palabras falta
12,13; 17, 11; Mc 3, 5; 8,25; 9,12; Lc 6,10; (Hech 1,4-12), Jesús promete el derramamien- 6. La comprensión de la revelación en el NT. en Mc, Hech, Pastorales, Heb, Sant, 2 Pe,
Hech 1, 6; Heb 13, 19). En el NT, lo mismo to del Espíritu, y como consecuencia del mis- Bibl.: O. Betz, Offenbarung und Schriftfórschung in 1-3 Jn, Jds; en el Evangelio de Juan apare-
que en el griego profano, tiene el significado mo los discípulos esperan la restauración de Is- der Qumransekte, Tübingen 1960; M. N. A. Bock- ce únicamente el verbo en una cita de Is 53,
391 393 anoxut..ún'tú} 394

1 LXX; en el Ap el sustantivo aparece sólo de los días, sino ahora ya Dios revela eficaz- señala hacia el mismo acontecimiento, aun- 12-14J [NovTS 45], Leiden 1977, 131-161
en 1, 1. mente al Cristo como lo que es, y funda así la que, eso sí, con detalles más claramente apo- [aunque Dautzenberg es un poco unilateral]);
comunidad escatológica (cf. JyA 16, 7 !). calípticos. El pensamiento apocalíptico es no es seguro que en 1 Cor 2, 10 Y Flp 3, 15 se
2. En la denominada tradición de Q, el ver- también la fuente que nos dice que, antes de escuche un tono de fondo irónico y polémico,
bo aparece en contextos que evidentemente 3. En Gál 1, 12.16 Pablo utiliza también el la «parusía» (2 Tes 2, 1), se manifestará la en- porque se desconocen ejemplos de semejante
están relacionados los unos con los otros (Mt sustantivo y el verbo para designar la «reve- carnación de la iniquidad (2 Tes 2, 3.6.8); la uso de los términos, que pudieran servir de
10,26 par. y Mt 11,25-27 par.). Mt 10,26 lación» del Hijo de Dios que le fue concedi- voz pasiva indica que esta «parusía» (vv. 8s) base de comparación.
par. utiliza una sentencia apocalíptica (cf. ya da a él, es decir, para expresar la experiencia se halla también incluida en el plan de Dios. En el ámbito déutero-paulino, el verbo y el
Dt 29, 28; luego Hen [et] 51, 3; ApBar [gr] de su vocación. Precisamente por este acon- La manifestación de Jesús (1 Cor 1, 7; 2 Tes sustantivo se usan para designar la revelación
54, 1ss; cf. G. Bornkamm, ¡tuatlÍQLov, en tecimiento, según 1 Cor 15, 8, Pablo tiene 1, 7) desvela salvación y juicio. Rom 8, 18s del evangelio, especialmente la revelación del
ThWNT IV, 822) como la base para asentar la conciencia de haber sido incluido entre los aguarda ansiosamente la aparición final de la mismo recibida por Pablo. El «esquema de la
confianza que deben tener los que predican; apóstoles. En este pasaje, él describe el acon- gloria, la gloria de los hijos de Dios, y Rom 2, revelación» (lo que antes era desconocido se
en Mt 12, 25-27 par. esa sentencia constituye tecimiento con el término w<p'Ítr¡; y en 1 Cor 5 aguarda también con ansia la manifestación ha revelado ahora) se emplea en todo ello
el fundamento para los poderes concedidos a 9, 1 lo describe con la expresión ÉÓQuxu. En del justo juicio de Dios (cf. Hen [et] 91, 7.14). (desde luego, anoxuAÚntw no es un elemen-
los discípulos para predicar. Este último pasa- Gál 1 emplea el grupo de palabras que esta- En la desvelación escatológica de la realidad to terminológicamente fijo del esquema; cf.
je está compuesto de dos «logia». El primero mos estudiando, para acentuar más vigorosa- presente, no sólo se manifestará lo que ya Ef 3, 10: yvwQLa'1tií; Lührmann, Offenbarungs-
de ellos habla de ocultar la acción escatológi- mente el significado teológico del aconteci- existe pero se halla oculto de alguna manera, verstiindnis 125 nota 2). En Ef 1, 17 se habla
ca de Dios a los sabios y desvelarla a los sen- miento, a saber, que con la revelación del sino que hará también su aparición la nueva y evidentemente del espíritu carismático-profé-
cillos (cf. ApBar [gr] 54, 4s). El segundo ha- Crucificado como Hijo de Dios se le reveló a cumplida realidad. tico.
bla de que tal revelación debe efectuarse él el evangelio. Pablo conoce además otros usos del grupo
necesariamente por mediación del Hijo (cf. En consonancia con esto, Rom 1, 17 dice de palabras, el cual evidentemente poseía aún 4. Mientras que en el ámbito déutero-pauli-
Hen [et] 48, 7; 62, 7). También aquí aparece que el evangelio (cuya nota esencial -según cierta flexibilidad terminológica. En 2 Cor no el grupo de palabras se refiere enteramen-
claro el trasfondo apocalíptico (cf. especial- 12, 1.7 el sustantivo designa la revelación de te a la revelación del evangelio y al espíritu
1, 1-4- consiste en la filiación divina de Je-
cosas celestiales, experimentadas por Pablo carismático de la comunidad, vemos que en la
mente Hoffmann). Ahora bien, anoxuAúntW sús) revela la justicia de Dios por la fe y para
en un estado de éxtasis (cf. ApBar [sir] 76, 1 Carta primera de Pedro se refiere a la revela-
no se refiere ya tanto a desvelar algo que an- la fe. El que esta revelación, lo mismo que la
[cf. Stuhlmacher, 76s nota 3]; ApBar [gr] 11, ción venidera de la parusía o a una revelación
teriormente se había ocultado, sino más bien a «revelación» del Hijo, deba entenderse como
hecha a los profetas (del antiguo testamento)
revelar una realidad que por su misma natura- acontecimiento escatológico, aparece clara- 7). Por el contrario, el carisma denominado
que anunciaron la salvación que llega con
leza estaba velada. Según Lc 2, 32 (que perte- mente en Rom 1, 18: juntamente con el evan- anOXáAU'\¡!L~ en 1 Cor 14, es distinguido en
Cristo (1, 12). Evidentemente, esta última re-
nece seguramente a la tradición judeocristiana gelio, la acción divina por la cual Dios recha- el v. 6 de la glosolalia y es agrupado junto con
velación se entiende en el sentido de que a los
de Palestina), el Mesías es la «luz que revela za a personas se revela como el juicio «el conocimiento, la profecía y la enseñan-
profetas se les reveló no sólo el anuncio de la
[la realidad de Dios] a los gentiles», un enun- escatológico de Dios. Gál 3, 23 habla de la fu- za»; se entiende, por tanto, como algo presen-
salvación sino también el hecho de que ésta
ciado hímnico formado a base de Is 42, 6s; tura fe (vista desde la perspectiva del perío tado en forma inteligible. En el v. 26 la profe-
no se produciría sino en algún momento futu-
49, 9. La idea de que lo que antes se hallaba do de la ley) que ha de ser revelada; el v. 24 cía no acompaña a la anoxáAU'\jJL~ en la lista
ro. La idea expresada en 1QpHab 7, 1s (<<y
oculto ha sido desvelado en sentido estricta- muestra que se piensa nuevamente en la ac- de las formas de expresión que se dan en el dijo Dios a Habacuc que escribiese lo que ha-
mente apocalíptico, está presente en Lc 17, ción de Dios en Cristo, contemplada desde culto divino; en el v. 30 la recepción de una bía de suceder a la generación postrera, pero
30: el Hijo del hombre, todavía oculto, será la perspectiva del receptor humano (cf. Rom profecía es designada como anoxuAún- el fin de la época [gmr hq~] no se lo hizo co-
revelado por Dios, es decir, será presentado 3,21). tea'Ítm. Parece, pues, que anoxáAu'\¡JL~ es un nocer») se hace extensiva a todos los profetas
en público. Sin embargo, junto con la experiencia de la término conectado con la profecía (así piensa que anuncian al Mesías, y se entiende que es
Esta idea que, por vía de la tradición de Q, presente revelación de la salvación y del jui- también Dautzenberg). Esto hace que poda- parte integrante de sus conocimientos proféti-
se remonta a la más antigua tradición, experi- cio, que corresponde a la estructura funda- mos comprender Gá12, 2 -por un lado- (don- cos, de los que fueron hechos conscientes
mentó una alteración característica en Mt 16, mental del pensamiento teológico de Pablo, de debe entenderse, seguramente, que Pablo (por Dios). En 1 Pe 1,7.13; 4, 13 el sustantivo
17. Es posible que esta sentencia haya sido sigue estando presente en el pensamiento pau- es el receptor de la revelación), y Flp 3, 15 Y denota la parusía, y en 1, 5; 5, 1 el verbo de-
elaborada por Mateo bajo la influencia de 11, lino la expectación de la futura revelación de 1 Cor 2, 10 -por el otro 1ado-, donde se habla signa la revelación de la salvación escatológi-
25-27, pero debió de llegar sustancialmente Cristo y la realidad fundamentada en él. Se- de revelar un conocimiento de fe más profun- ca y de su gloria con ocasión dela parusía.
hasta él junto con 16, 18s, porque -como es gún 1 Cor 1, 7 la comunidad espera con anhe- do (cf. 1 Cor 13, 2; Dautzenberg, 150ss; Id.,
probable- refleja la primera aparición del lo «la manifestación de nuestro Señor Jesu- Botschaft und Bedeutung der urchristl. Pro- 5. Finalmente, el sustantivo aparece en Ap
Cristo resucitado a Pedro. No tan sólo al fin cristo» (cf. 4 Esd 7,28; Lc 17,30); 2 Tes 1,7 phetie nach dem ersten Korintherbrief [2:6-16; 1, 1 Y se utiliza casi como el título de un libro
397 aJtoxuQuooxíu - aJtÓXQL¡tU 398
395 aJtoxuA:úrn;w - aJtoxuQuooxíu 396

xíu se explica frecuentemente como una imagen vivo anhelo de liberación, y eAn:L~ habla de la
(convirtiéndose pronto en título y también en tí
a:n:oxu~uboxtu, u~, apokaradokia ex- con el significado fundamental de «aguardar con esperanza de libertad futura que Dios garanti-
término para designar a un género): «Revela- pectación (ávida, intensa)* la cabeza extendida hacia adelante» o «mirar por za a la creaCión esclavizada. Esta esperanza,
ción de Jesucristo». Esta expresión pretende algo» (cf. Delling; Hoffmann), pero esta explica-
Bibl.: W. Aly, Herodots Sprache: Glolta 15 (1927) insertada en la creación por Dios, es la razón
sintetizar el contenido de todo el libro que si -.. ción no concuerda de manera plenamente satisfac-
84-117, especialmente 104s; H. Balz, Heilsvertrauen de la aJtoxuQu60XLU de la creación. Por este
gue a continuación: la revelación de la histo- und Welterfahrung. Strukturen der pln Eschatologie toria ni con la formación ni con el uso que se ha-
ce del término (cf. Frisk; Balz). El intento que se motivo, «la creación aguarda con vivo anhelo
ria hasta que alcance su meta en la santa Jeru- nach Rom 8, 18-39 (BEvTh 59), München 1971, 36s;
G. Bertram, uJtoxUQUOOXLU: ZNW 49 (1958) 264- ha hecho algunas veces de descubrir, mediante la la revelación de los hijos de Dios».
salén que desciende del cielo, una revelación comparación lingüística con otros compuestos
270; G. Delling, uJtuxUQUOOXLU, en ThWNT 1, 392; H. Balz
efectuada por Jesucristo, quien de esta mane- D. R. Denton, uJtoxUQUOOXLU: ZNW 73 (1982) 138- (como UJtEAJtí~w, UJtOYLVWOXW, «desesperar»),
ra expone la actividad redentora de Dios y la 140; Frisk, Worterbuch 1, s. v. xUQuoo%Éw; E. Hoff- un sentido atenuado o incluso un sentido contrario
obra del juicio divino. (En 22, 18 el contenido mann, en DTNT n, 134s; E. Kiisemann, Der Romer- de la forma compuesta en relación con la forma a:n:oxu'tuAAáoow apokatallasso reconciliar
brief (HNT), Tübingen '1974, sobre 8, 19 (bibl.); G. simple (por ejemplo, Bertram 266-268; cf. supra)
del libro se describe como JtQocp'l']'tdu; sobre -+ xu'tuA"-úoow.
SchIager, Das angstliche Harren der Kreatur. Zur Aus- -cf. la traducción de «aguardar con angustia» (Lu-
la combinación de los conceptos cf. Am 3, 7). legung von Rom 8, 19ff: NTT 19 (1930) 353-360; H. tero: «iingstliches Harren») en Rom 8, 19- fracasa
Schlier, Der Romerbrief(HThK), Freiburg i. Br. 1977,
6. La comprensión neotestamentaria de la sobre 8, 19; A. Viard, Exspectatio Creaturae (Rom. 8,
por completo, si tenemos en cuenta el pasaje de a:n:oxu'táo'tuot~, E(l)~, tí apokatastasis
19-22): RB 59 (1952) 337-354, especialmente 340. Flp 1, 20, donde uJtoxuQuboxíu aparece con el restauración
«revelación» en el sentido en que la teología mismo vigor que el término EAJtí<;, que figura a su -+ an:oxm'ho'túvw 4.
dogmática entiende el término, no puede ex- 1. El sustantivo aJtoxuQuooxíu aparece sólo lado. Aquila no hizo tampoco distinción alguna
plicarse plenamente por medio de una investi- dos veces en el NT (Rom 8, 19; Flp 1,20). No se entre la forma compuesta y la forma simple (cf.
halla atestiguado en fuentes no cristianas. Ahora supra). Así que lo más probable sigue siendo que
gación del grupo de palabras y del uso que se
bien, el verbo aJtoxuQuooxÉw, «aguardan>, sí con uJtoxuQuboxíu Pablo trate de expresar una
a:n:óxn,.at apokeimai estar dispuesto*
hace de las mismas en el NT. Esto no sería está atestiguado (por ejemplo, Polibio XVI, 2, 8; espera tensa y anhelante. La preposición uJtó re- Lc 19, 20; Col 1, 5; 2 Tim 4, 8; Heb 9, 27
posible tampoco, aunque se incluyeran los si- Sal 36, 7 [Aquila] en lugar de í,XE'tEÚW [LXX] fuerza más todavía el carácter ya intenso de la ex- en sentido impersonal: aguarda, está reserva-
nónimos (cf. CPUVEQÓW en Rom 3, 21; de ma- para traducir el hebreo hitl}Olel, «esperar»). Más presión. do. F. Pfister: ZNW 15 (1914) 94-96; ThWNT
nera parecida Mc 4, 22 par. Lc 8, 17). En el difundida está la forma simple xUQuooxÉw, por I1I, 655.
NT, el grupo de palabras se halla sólo en ca- ejemplo, en el sentido de aguardar el resultado de 2. Para la interpretación de los dos pasajes
una guerra (Herodoto VII, 163, 168; también Sal
mino de alcanzar un contenido religioso fijo. en que este término aparece en Pablo, es deci-
129, 5 [Aquila] en lugar de úJto¡tÉvw para tradu- a:n:oXE(pUAt~W apokephalizo decapitar*
La preparación esencial para ello se halla en cir el hebreo hólJft, «esperar»). xUQuboxíu apa- sivo el contexto. En Flp 1, 20 Pablo habla de
En el NT dícese únicamente de la decapita-
la literatura apocalíptica judía. rece igualmente en la versión de Aquila del Sal su vehemente expectación (an:oxuQu60XLU)
ción de Juan Bautista: Mc 6, 16 par. Lc 9, 9;
Según la comprensión del NT, Dios se revela 38, 8 en lugar de ÚJtÓO'taOL<; (LXX), y de Prov y «esperanza» de que él no sea avergonzado
10, 28 en lugar de EYXQoví~EL (LXX) (en ambos Mc 6, 27 par. Mt 14, 10.
a sí mismo como el que actúa en la historia. Por por nada (ante Dios), ni siquiera por una pro-
esto, no nos sorprenderá que en los usos más casos para traducir el verbo hebreo toJ:¡elet) como clamación rival de Cristo, ocasionada por su
expresión de la actitud de los fieles de «esperar
significativos que el NT hace del grupo de pa- firmemente» en Dios; aparece también en Flp 1, encarcelamiento y dirigida contra él (vv. 12- a:n:oÚ,EtW apokleio cerrar*
labras, la idea de desvelar cosas que habían 20 G pc como v.l. en lugar de aJtoxuQuOoxíu. 17). Mientras que -+ EAJtL~ en este contexto, lo Le 13,25: el dueño de la casa cierra la puerta.
existido ya antes pero que simplemente habían Es probable que Pablo mismo acuñara el sus- mismo que siempre en Pablo, expresa el ele-
permanecido ocultas, sea una idea que vaya re- tantivo uJtoxUQuooxíu, formado por la preposi- mento de la confianza en Dios, el término
trocediendo, a pesar de que ése haya sido de he- ción uJtó, el sustantivo xáQu, «cabeza», y el an:oxuQu60XLU (que figura a su lado) acen-
a:n:oxó:n:'t(l) apokopto cortar*
verbo Mxo[laL (= ático Mxo[laL), «recibir» (de- Mc 9, 43.45 en la exhortación a cortarse la
cho el sentido original del grupo de palabras. Y túa más bien la vehemente e inconmovible ex-
rivados: bOXEÚW, «observar atentamente», JtQoo- mano o el pie, en caso de que sean motivo de
puesto que, según el NT, la acción decisiva de ooxáw, «aguardan». En la interpretación que la pectación que constituye la faceta emocional
escándalo. En Jn 18, 10.26 es OHÚQLOV o
Dios acontece en la historia de Jesucristo, el Iglesia antigua hacía de los escritos paulina s era de la esperanza (en contra de lo que piensa J.
OHLOV el objeto de la acción de cortar; Hech
grupo de palabras se refiere claramente (en la ya imposible llegar a una interpretación uniforme Gnilka, Philipperbrief [HThK], sub loco).
27, 32 habla de cortar las amarras. En Gál 5,
medida en que se usa en general con referencia de uJtoxUQuooxíu. Así, por ejemplo, Teodoro de Rom 8, 19 ve que la «creación» (X'tíOL~)
Mopsuestia, al comentar el pasaje de Rom 8, 19, 12 se usa la voz media en un deseo (sarcásti-
al propio acontecer de la revelación) al desvela- se halla en una tensión entre el absurdo y la
explica xUQuboxÉw por medio de EAJtí~w, pero co) de que los adversarios de Pablo se castren
miento de la realidad de Dios, tal como ese des- caducidad, por un lado, y la libertad que con-
explica uJtoxuQuooxÉw en sentido negativo por a sí mismos. ThWNT I1I, 851-855.
velarse se ha dado con esa historia. siste en la glorificación de los hijos de Dios,
medio de UJtEAJtí~w, traduciéndolo por «perder la
T.Holtz esperanza» (cf. Staab, Pauluskommentare, 137, por el otro lado. Aquí también an:oxuQu6o-
9s), mientras que la mayoría de los Padres entien- xíu y eAn:L~ (ecp' EAJtL6L, v. 20) pueden desig- a:n:óx~t,.u, u'to~, 'tó decisión, sentencia
den uJtoxUQuooxíu como una forma intensiva de ~ar dos aspectos del enunciado teológico: judicial*
a:n:oxáA\lljJt~, EW~, tí apokalypsis revela- xUQuooxíu y, por tanto, como expresión espe- uJtoxUQU60XLU habla del carácter irredento 2 Cor 1, 9: aJtóxQLllu 'tOU {}uVú't01J, con-
ción, manifestación cialmente vigorosa de la actitud de esperar (Ber- de la creación como el estado inherente de un dena a muerte. ThWNT I1I, 947.
-+ aJtoxuM Jt'tw. tram, 268s). Etimológicamente, (uJto)xuQuoo-
399 400 401 402

a:7toxQtVOJl,aL apokrinomai contestar, frecuentes son Jesús y otros hombres, pero 4. Por los varios ejemplos y los diversos a:7toxtdvro apokteino matar
responder, comenzar a hablar, seguir ha- también ángeles (Lc 1, 19.35; Mt 28,5) y de- usos podemos determinar los siguientes pun-
monios (Mc 5, 9; Hech 19, 15). En cada caso, tos principales en el empleo del verbo uno- 1. Empleo del término - 2. Significado - 3. Pasajes
blando joánicos
la índole y la forma de la respuesta sugieren xQLVO!laL: en primer lugar, el término pertene-
1. Etimología y uso gramatical - 2. Testimonios en cuál es su contenido y su finalidad. ce al lenguaje coloquial de Jesús. Pero puede Bibl.: J. Blinzler, Der Prozej3 Jesu, Regensburg
el NT - 3. Campo referencial y posibles significados - 41969, 229-244; G. Dautzenberg, Sein Leben bewah-
Así, por ejemplo, según Marcos, Jesús res- ser también expresión de la conciencia que él
4. Enfasis principales de la expresión. ren, München 1966, 154-160; R. Schnackenburg, El
ponde para restringir (3, 33), para dar órde- tenía de sí mismo y de su propia misión (en Evangelio según san Juan I1I, Barcelona 1980, 158s,
Bibl.: Ch. Barth, Die Antwort lsraels, en Probleme nes (6, 37), para formular preguntas (10, 3), los litigios, en la Pasión, menos frecuentemen- 303.
biblischer Theologie (FS G. v. Rad), München 1971,
para encarecer algo (10, 24) y para desarro- te en las perícopas de milagros). Sin embargo,
44-56; BlaB-Debrunner § 78, 420, 1.2; F. Büchsel, 1. Como formas de la Koiné, los verbos
unO%Qlvúl, uno%Qlvo[1aL, en ThWNT 1, 946s; P. llar más el tema en la respuesta (12, 29). En es un término que se limita al Jesús pre-pas-
Joüon, «Respondit et dixit»: Bib 13 (1932) 309-314. los litigios (a menudo con una estructura típi- cual y que, por tanto, pertenece a la esfera «te- unox'tÉvvro y -vv'Úro se hallan atestiguados
ca), Jesús responde sobre todo provocando ológica» del ámbito humano. Por lo que res- en el NT con el mismo significado (por ejem-
1. El término básico XQLVro, en el sentido (11, 29s), confirmando (12, 34), desenmasca- pecta a otras personas, unoxQLVOf.taL puede plo, Mc 12, 5; Mt 10,28; consúltense las con-
de «clasificar, valorar, seleccionar», es alec- rando (12, 17 v.l.) o decidiendo (12, 29-31). caracterizar los diversos matices de los diálo- cordancias). Incluidas esas formas variantes,
cionador para entender la respuesta como re- En el relato de la Pasión, el Jesús marquino gos humanos, puede describir particularmente unox'teLvro aparece 74 veces em el NT, sobre
acción meditada a una palabra. La preposi- responde en tono majestuoso (14, 18; 15,2) o las reacciones ante Jesús, o puede usarse sen- todo en los evangelios y en el Apocalipsis. La
ción cutó, en el sentido de «conforme a, en con el silencio (14, 60s; 15, 5). Especialmen- cillamente como un término narrativo (en las preposición unó refuerza el significado nega-
virtud de» (una evaluación), acentúa el ele- te según Lucas, Jesús en sus respuestas se parábolas). La palabra adquiere siempre un tivo del verbo (Schwyzer, Grammatik n, 445:
mento de circunspecta seleción y ponderado muestra decepcionado (17, 17), amonesta significado marcadamente más profundo, «hiper-caracterizando, dando más realce»).
juicio. Por esta motivo, xQLvrof(btoxQLVro proféticamente (19, 40), o impide que se ha- cuando se trata de puntos «críticos» que re-
pueden emplearse también en sentido forense quieren una respuesta consciente y ponderada, 2. Como sinónimo de UVaLQÉro y {}uvu-
ga algo (22, 51). Lo sorprendente es ~ue
para expresar la acción de rechazar, enjuiciar una decisión justificada, sea por parte de Jesús 'tÉro, el verbo designa la terminación violenta
unoxQLVO!laL se pone únicamente en labiOS
(papiros, Platón). La forma de voz media (en los litigios), sea por parte de otras perso- de la vida a mano de los hombres (Mt 14, 5;
del Jesús pre-pascual. Incluso Juan se atiene
Ct:lwxQLVO!laL añade a esto el carácter dialo- nas (como en la confesión de fe en el Mesías). 16,21; 21, 35.38s y passim) o por otras cau-
a esta limitación, y presenta sobre todo a su
gal de la conversación y del debate: tener sas (Lc 13, 4: una torre; Ap 9, 18: plagas).
Cristo reaccionando de esta manera en pala- A. Kretzer
unas palabras, intercambiar entre sí pala- Con arreglo a la tradición del AT (neJeS =
bras de revelación (3, 5; 4, 13; 5, 17.19) Y en
bras. Gramaticalmente son dignas de tenerse persona, ser humano, alguien), 'lji'Ux,'lÍ (Mc 3,
litigios (6, 26.29).
en cuenta las diversas formas de aoristo (el a:7tÓXQLO'L~, Ero~, ÍJ apokrisis respuesta, 4 par. Lc 6, 9 v.l. [tan sólo aquí sin indicación
Cuando son otras personas las que respon-
aoristo pasivo cuteXQL{}l]V se halla atestigua- contestación * del poseedor y sin artículo]) puede ser tam-
den, entonces se trata de los discípulos (Mc 8, Refiriéndose al asombro que suscita(n)
do frecuentemente en el griego bíblico), y lo bién el objeto de la acción de los verbos
4), de Pedro (8, 29) o de alguien del pueblo la(s) respuesta(s) de Jesús: Lc 2, 47; 20, 26.
es también la expresión hebraizante cuw- awam y unox'tELvm (Dautzenberg, 154s,
(9, 17). La respuesta puede revestir diversas unóxQLaLv OLOÓVaL, dar una respuesta: Jn 1,
XQL{}eL¡;; dnev (cf. BlaB-Debrunner § 420, 2; l58ss). En la antropología helenístico-rabíni-
formas: puede ser una súplica (Mc 7, 28), una 22; 19,9. ThWNT III, 948.
Bauer, W6rterbuch, s. v. 2) como señal del co- ca anterior al Nuevo Testamento, se encuen-
confesión de fe (8, 29), un malentendido (9,
mienzo o de la continuación de un discurso, y tra ya la distinción entre el cuerpo y el alma
5s), una expresión de perplejidad (11, 33), a:7toxQ'Ú:7ttro apokrypto ocultar, mantener (E. Sjober, en ThWNT VI, 375-379 [bibl.];
que es característica del estilo narrativo. una respuesta inteligente (12, 34), una pre- en secreto* G. Friedrich, en ThWNT X, 48s), de tal ma-
gunta (15, 9), el silencio (14, 40); según Lu- Lc 10, 21 (par. Mt 11, 25 v.l.); 1 Cor 2, 7 nera que en el NT aW!lu y 'lji'Ux,'lÍ, en su opo-
2. unoxQLvoWU se encuentra principal- cas además: un reproche (Lc 23, 40) o una (dícese de la sabiduría de Dios); Col 1, 26 par. sición mutua, pueden ser ambos objeto de la
mente en los evangelios y en Hechos (en total, respuesta llena de asombro (24, 18). El aspec- Ef 3, 9 (dícese del misterio oculto desde la acción de unox'teLvetV (Mt 10, 28). Este es
aparece unas 230 veces). Juan (con 78 veces) to dialogal se expresa en Lc 7, 40.43; 10, eternidad). Cf. Mt 25, 18 Koiné 8 pI (escon- el presupuesto para el uso figurado que se ha-
muestra un ligero predominio; va seguido por 27.28; y el carácter narrativo, que sirve para der enterrando). ThWNT III, 960s, 973-979. ce del término en Pablo (2 Cor 3, 6: la letra
Lucas (con Hechos) y por Mateo. En cuanto a iniciar o continuar una conversación, aparece
mata, pero el pneuma vivifica; de manera se-
los demás escritos, el verbo aparece sólo en en Mc 9, 38 v.l.; Mt 15, 23s.26; con un senti- «':7tÓXQvq>O~, 2 apokryphos oculto, es con- mejante en Rom 7, 11) y en Ef 2, 16 (él mató
Col 4, 6 (en un contexto parenético) y en Ap do parecido, lo vemos en las parábolas de dido* la enemistad).
7,13. Mateo, por ejemplo, Mt 13, 11.37; 22, 1; 25, Mc 4, 22 par. Lc 8, 17 (proverbio acerca de
9.l2.26.37.40.44s (aquí específicamente en lo oculto que ha de salir a la luz); 2 Col 2, 3 3. El delirio atribuido a los judíos en Jn 16,
3. El campo referencial es muy variado y un ambiente escatológico). La respuesta pue- (en Cristo «se hallan escondidos todos los te- 2 de que, matando a los cristianos (ó uno-
sugiere ya por el contexto diversas posibilida- de ir precedida (Mc 8, 29) o no (9, 5s) por una soros de la sabiduría y del conocimiento»). x'teLvrov v!l<X<;), ofrecen a Dios un sacrificio
des de significado. Los interlocutores más pregunta. ThWNT I1I, 962, 973-979. cultual (AU'tQeLU) tiene su fundamento en la
405 406
403 a:n:ox'tdvúl - a:n:ót..uuoL/; 404

U:n:oAÉyOp.laL apolegomai renunciar* menta en esa conducta culpable (por ejemplo, Dt


«guerra santa» y en el «celo sagrado», princi- guaje comercial: recibir lo que otra persona 28,20; 30, 18). En segundo lugar, es sorprenden-
2 Cor 4, 2: a.:n:EL:n:áftE{ta (en vez de -ÓftE-
palmente desde el tiempo de los Macabeos, y está obligada a dar, por ejemplo, el salario te la dimensión escatológica de enunciados poste-
{ta, aoristo segundo) LCX xQ'lJ:n:'tá, «hemos re-
se halla atestiguado frecuentemente (Schna- (Herodoto, Jenofonte); después, volver a con- riores, que expresan de manera característica un
nunciado a las cosas ocultas». estado definitivo de perdición (Prov 15, 11; 27,
ckenburg I1I, 158s). Se discute si Jn 18, 31b seguir, por ejemplo, la supremacía (Isócra-
(a nosotros, los judíos, no nos está permitido tes); asimismo, llevar aparte (Herodoto); se- 20; Eclo 44, 9 [aquí se usa el sustantivo]) y que,
en asociación con el Hades y la Muerte (Job 26,
matar a nadie) refleja acertadamente la com- parar (Platón). u:n:OAEl:n:m apoleipo dejar atrás* 6; 28, 22), llegan incluso a «personificar» el mal.
petencia jurídica del Sanedrín en tiempos de 2 Tim 4, 13.20; Tit 1,5. Jds 6: «abandona- Del período intertestamentario habrá que men-
Jesús (cf. Blinzler, 229-234), pero general- 2. En la LXX a.:n:oA.aft~áVúl se halla ates- ron su propia morada». En voz pasiva en Heb cionar la concepción de la comunidad de Qum-
mente se acepta con razón que así sucedía tiguado únicamente 7 veces (para traducir el 4, 6.9; 10, 26: quedar. rán, según la cual se estigmatiza a los impíos, a
(Blinzler; E. Lohse, en ThWNT VII, 862-864; término hebreo lq};), en el sentido de obtener los que no .pertenecen a la comunidad, como
Schnackenburg I1I, 303); la competencia jurí- (Núm 34, 14), irse (Dt 26, 5), abandonar (Is «hombres e hijos de la perdición» (lQS 9, 16.22;
dica para sentenciar a muerte estaba reservada 5, 17), llevar aparte (2 Mac 4, 46; 6, 21), ocu- U:n:OAElXm apoleichO lamer, limpiar la- CD 6, 15 [el término hebreo fundamental es aquí
miendo s¡¡!;at]).
a los romanos; la lapidación de Esteban (Hech par (8, 6) Y recibir en el sentido escatológico
(4 Mac 18,23). Lc 16, 21 Koiné, refiriéndose a que los pe-
7) y la ejecución de Santiago al filo de la es-
rros lamían las llagas. 2. En el NT el verbo aparece unas 90 ve-
pada (Hech 12, ls) fueron actos con los que
3. En el NT el sentido local de llevar apar- ces; el sustantivo, 18 veces. Predomina lige-
los judíos o Herodes Agripa 1 rebasaron sus
te aparece atestiguado únicamente en Mc 7, ramente el uso del verbo en Lucas. En el sen-
propias competencias. U:n:ÓAAlJp.lL apollymi destruir, perder, aca-
33. Y el sentido general de volver a recibir tido transitivo (activo) son importantes
H. Frankemolle barse, perecer, perderse
aparece tan sólo en Lc 15, 27. El sentido de aquellos usos del verbo que se refieren a un
a.:n:WA.ELa, a~, ~ apoleia destrucción, des-
recibir como retribución se aplica a «este pilfarro, perdición valor o a un bien irrecuperable como, por
Cl3toXlJÉm apokyeo dar a luz* eón» (Lc 6, 34 [recuperar lo que se ha pres- ejemplo, la vida, la existencia humana en sen-
1. Alcance de los significados - 2. Ejemplos en el tido global. La contraposición entre «ganar la
Se emplea en sentido figurado en Sant 1, tado]; 16,25 [recibir todas las cosas buenas]; NT - 3. Focos centrales de la expresión
15.18, para referirse al pecado personificado 23,41 [recibir el justo castigo]) y también al vida o perderla» la encontramos en Q (Mt 10,
que da a luz la muerte, o para referirse a Dios Bibl.: G. Dautzenberg, Sein Leben bewahren, Mün- 39; Lc 17,33) Y también en Mc 8, 35 par. (cf.
mundo venidero (18, 30 [aquí ambas ideas];
chen 1966, 180 s. v. en el índice analítico; J. D. M. De-
que «nos hizo nacer por la palabra de la ver- 2 Jn 8). En Pablo vemos la idea de recibir en rrett, Fresh Ligth on the Lost Sheep and Lost Coin: NTS Jn 12,25). a.:n:ÓA.A.'lJftL se usa aquí con el doble
dad». C.-M. Edsman: ZNW 38 (1939) 11-44: su faceta negativa (Rom 1, 27) Y en su faceta 26 (1979-1980) 36-60; H. Ch. Hahn, Perder, perderse, significado de: irse de las manos y, por tanto,
M. Dibelius-H. Greeven, Der Brief des Jako- positiva (Gál 4, 5: recibir la adopción de hi- en DTNT III, 333-336; E. Jenni, 'bd, en DTMAT 1,57- de pérdida definitiva en sentido negativo (Mc
61; A. Oepke, altÓAAU[lL XTA., en ThWNT 1, 393-396; 8, 35a: perder la vida), y en un sentido positi-
bus 2 (KEK), Erg.-Heft (1956), 13. jos en virtud del acto redentor de Jesucristo).
B.Otzen, 'bd y otros, en DTAT 1 19-24.
El sentido de «recibir como herencia» se ha- vo como actitud de renuncia a toda seguridad
lla presente en Col 3, 24, mientras que 3 Jn 8 1. Tanto el verbo como el sustantivo se hallan humana (8, 35b: entregar la vida). Las conse-
Cl3toXlJAlm apokylio hacer rodar, remover* v.l. entiende recibir en el sentido de acoger atestiguados abundantemente en el griego profa- cuencias de tal actitud de renuncia van más
Dícese de la acción de hacer rodar la gran con hospitalidad. Queda por mencionar el no. Durante la época clásica, la forma simple del allá del modo de existencia terrena del indivi-
piedra (redonda) que cerraba la entrada del verbo Ot..t..UftL aparece únicamente en la poesía
importante sentido de a.:n:oA.aft~áVúl cuando épica, en la que se usa, tanto en sentido transitivo duo, van más allá de lo que uno se puede ima-
sepulcro de Jesús: Mc 16,3.4 par. Mt 28, 2ILc significa recibir como retribución, con su como intransitivo, tanto en voz activa como en ginar superficialmente, y se comprenden tan
24, 2; EvPe 12, 53. orientación parenética (Lc), y la importante voz media, con el mismo significado que el verbo sólo en el contexto del seguimiento radical de
afirmación de que se recibe la adopción de compuesto. El sentido negativo fundamental de Cristo (v. 34).
hijos como don gratuito (Gál), de todo lo cual todo el grupo de palabras, frecuentemente con La dimensión de la actividad de Dios se ex-
u:n:oAap.l~ávm apolambano recibir, obte- una connotación de violencia, tiende a expresar la
nace para el cristiano la obligación y el estí- presa en el esbozo de la historia de la salva-
ner, recobrar, volver a obtener, acoger* pérdida, la destrucción y la aniquilación (por
mulo (Gál 4, 6s). ejemplo, de la riqueza) en un sentido muy gene- ción que encontramos en las parábolas del
1. En el griego profano. - 2 En el AT (LXX) - 3. En A. Kretzer ral, que puede llegar hasta la destrucción definiti- amo de la viña (Mc 12, 9) y del banquete de
eINT. va del hombre en la muerte (Homero, Herodoto, bodas (Mt 22, 7), Y la dimensión de la activi-
Bibl.: Bauer, W6rterbuch S.V.; G. Delling, Aa[l~á­ Platón, Jenofonte). , dad de Cristo se expresa en su manera de tra-
VOl'K'tA., en ThWNT IV, 5-16; H. H. Schmid, lqJ:¡, en u:n:ÓAalJ(n~, Em~, Í) apolausis disfrute* La LXX ofrece el verbo a:n:óf..f..WtL como la tar al espíritu inmundo (Mc 1,24). La tenden-
DTMAT 1, 1196-1200. 1 Tim 6, 17, refiriéndose a Dios, «el cual traducción más frecuente del hebreo '¡¡bad. Con
miras al NT, hay que destacar primeramente que cia destructiva y asesina por parte del hombre
nos da abundantemente todas las cosas para se expresa en sus relaciones con Jesús (Mc 3,
l. a.:n:OA.Uft~áVúl, compuesto de A.uft~á­ que las disfrutemos»; Heb 11, 25, refirién- la existencia del individuo y la de todo el pueblo
puede estar en peligro por la conducta culpable 6; 11, 18; Mt 27, 20). Esa tendencia, que tie-
VO), se halla atestiguado frecuentemente en el dose a los goces pasajeros del pecado. Cf. del hombre, y que la pérdida de la vida se funda- ne su origen en el espíritu maligno y que in-
griego profano; como término técnico del len- Did 10, 3; 1 Clem 20, 10; 2 Clem 10, 3.4.
407 a:rr:óUUflL 408 409 'A:rr:oUúwv - 'A:rr:OAAW~ 410

fluye en los seres humanos, aparece en escena 11 nos presenta una formación especial con 'A3tOIJ"VroV, ovo;, Ó Apollyon Apolión, Para explicar el curioso hecho de que se
en el Evangelio de Marcos (9, 22). Escatoló- este verbo: el---+ 'A:rr:oAAúwv (del hebreo '"bad- Destructor* describa a Apolo como cristiano, a pesar de
gicamente, tiene un sonido más amenazador y don) es el ángel del abismo, que trae destruc- Ap 9,11 (como traducción griega de ---+ 'Apu- que él conociera sólo el bautismo de Juan,
más destructor en el Evangelio de Lucas (17, ción. 66wv) destructor, exterminador, ---+ ayyEAo~ Aland supone que Apolo (como los discípulos
27.29.33). El sustantivo U:rr:WAELU (intransitivo) mues- 2. ThWNT 1, 4 Y 396. que se mencionan en Hech 19, 1ss) era un se-
En lo que respecta al significado intransiti- tra un sentido marcadamente más profundo guidor de Jesús de los tiempos de antes de
vo (en voz media), habrá que mencionar prin- acerca de la perdición definitiva del hombre, pascua, cuando el bautismo de penitencia de
cipalmente aquellos textos que hablan de lo merecida por él mismo (Mt 7, 13; el concepto 'A3tOIJ"rovía, a; Apollonia Apolonia* Juan se practicaba todavía entre los discípulos
que está «perdido» en sentido figurado, como contrapuesto, aquí, es el de «vida»: 7, 14), so- Nombre de una ciudad situada en la Vía de Jesús. Sin embargo, en la medida en que Jn
los que hablan de la oveja perdida de la casa bre todo en Pablo (Rom 9, 22; Flp 1, 28; el Egnatia, en Macedonia. Por ella pasó Pablo, 3, 22s tenga en absoluto valor histórico, esto
de Israel (Mt 10, 6 Y 15, 24), y especialmente concepto contrapuesto, aquí, es el de «salva- cuando iba camino de Tesalónica (Hech 17, se aplicaría únicamente al período más tem-
Lc 15 (el término aparece 18 veces en sentido ción»: Flp 3, 18). Las personas que han caído 1). Pauly, Lexikon 1, 449 (s. v. 4); E. Haen- prano del ministerio de Jesús, y no es conce-
en ese estado, son denominadas «hijos de la chen, Apostelgeschichte7 (KEK), 487 con la bible que, veinte años después de pascua y de
metafórico y figurado). Lc 19, 10 ofrece, a es-
perdición» (2 Tes 2, 3; cf. Jn 17, 12; 18,9 y nota 2.
te propósito, una perspectiva salvífica: el Hi- Pentecostés, Apolo no se hubiera encontrado
jo del hombre busca y salva lo que se hallaba los escritos de Qurnrán ---+ 1). Toda la tensión con un «cristiano pleno» (E. Haenchen, Apos-
perdido. En el sentido de pérdida material ha- y todo el escenario escatológico se caracteriza 'A3tOAAro;, ro Apollos Apolo* telgeschichte 7 [KEK], 531). Klisemann resuel-
brá que mencionar aquí Mc 2, 22 par. (cf. Jn en 2 Pe con esta palabra de «perdición» (que 1. Uso del término - 2. Apolo en Hechos - 3. Apo- ve el problema suponiendo que la fuente de
6, 12.27); por otro lado, cuando se trata de se- aparece 6 veces): el seductor y los seducidos lo en 1 Coro Lucas hablaba de Apolo como de un misione-
res humanos, habrá que señalar textos como van por el camino de la perdición, entre otras ro cristiano independiente, a quien Lucas ha-
Bibl.: K. Aland, Taufe und Kindertaufe, Gütersloh
Mc 4,38 (la tempestad en el lago), Mt 26,52 cosas por haber falseado la interpretación de 1971, 15-21; F. F. Bruce, Apollos in the NT (Aets 18, bría degradado a la categoría de «cristiano a
(con ocasión del prendimiento de Jesús) y Lc la Escritura (2 Pe 3, 16). 24-19, 1): Ekklesiastikos Pharos, Addis Abeba 57 medias», a fin de subordinarlo indirectamente
13, 33 (la suerte que corren los profetas, enten- (1975) 354-366; E. Klisemann, Die Johannesjünger in a la autoridad paulina. Es difícil de imaginar
Ephesus, en Kasemann, Versuehe 1, 158-168; E.
dida como perecer, morir; cf. también los vv. 3 3. Los acentos de estas palabras se pueden Schweizer, Die Bekehrung des Apollos, en Id., Beitra- tal intervención redaccional por parte de Lu-
Y 5). El peligro de una perdición definitiva se especificar de la siguiente manera: como ac- ge zur Theologie des NT, Zürich 1970, 71-79; M. Wol- caso Por eso, habrá que suponer con Schwei-
acentúa intensamente en la tradición joánica, ción que trae la destrucción, U:rr:ÓAAUI.U puede ter, Apollos und die ephesinisehen Johannesjünger zer que la fuente de Lucas hablaba de Apolo
según la cual es responsabilidad del hombre al- tener por objeto personas (Jesús: Mc 3, 6; 12, (Aet 18,24-19, 7): ZNW 78 (1987) 49-73. como de un judío increyente que impartía en
canzar la vida eterna (Jn 10,28) por medio de 9) Y cosas (la recompensa: Mc 9, 41; la sabi- 1. Durante el período helenístico y espe- la sinagoga inspiradoras enseñanzas sobre éti-
la fe (3, 15s) y del discipulado (10, 28). duría: 1 Cor 1, 19). Son importantes aquellos cialmente en Egipto, 'A:rr:OAAW~ era una forma ca y que fue convertido por Priscila y Aquila.
Pablo emplea el verbo en un sentido seme- pasajes que tienen que ver con la existencia abreviada, bastante corriente, del nombre de Lucas, por error, relacionó los conocimientos
jante, transitivamente para designar la inter- como tal, bien sea el universo (Heb 1, 11; 2 Apolonio o Apolónides. El NT menciona a un de Apolo sobre el «camino del Señor» con el
vención de Dios para castigar (1 Cor 1, 19) Y Pe 3, 6), bien la existencia puramente terrena cristiano llamado 'A:rr:OAAW~ en Hech 18, 24; Señor Jesucristo, y de esta manera hizo de
.para designar también una acción impruden- (Mc 4,38; Mt 26,52), o bien la vida en senti- 19, 1 yen 1 Cor 1, 12; 3,4.5.6.22; 4, 6; 16, 12. Apolo un «casi cristiano».
te realizada por el hombre (Rom 14, 15; cf. 1 do global (Mc 8, 35). En este último sentido Es muy probable que Tit 3, 13 se refiera al mis-
Cor 8, 11, aquí intransitivamente con el mis- U:rr:ÓAAUflL va más allá del eón presente y pue- mo 'A:rr:OAAW~, pero no nos proporciona ningu- 3. Después de la marcha de Pablo, Apolo
mo significado), e intransitivamente para de- de significar un «fracaso definitivo» o «un na información adicional sobre su persona, que trabajó con éxito en Corinto; un grupo le reco-
signar la situación de estar perdido ante Dios desesperanzado destino de muerte» (Oepke, no nos conste ya por Hech 18s y por 1 Coro nocía como su autoridad espiritual (1 Cor 1,
(Rom 2, 12; 1 Cor 1, 18; 2 Cor 2, 15; 4, 3), la 395), sobre todo en Pablo y en Juan. De esta 12; 3, 4ss). No podemos saber con seguridad si
tribulación personal (2 Cor 4, 9) o para desig- manera, el término se convierte en un concep- 2. Según Hech 18, 24s, Apolo era un judío él causaba tal impresión por su interpretación
nar un estado escatológico (l Cor 15, 18). El to central de la parénesis y de la ética del NT: natural de Alejandría, docto en retórica y en alegórica de la Escritura, tal como se practica-
pensamiento culpable se expresa principal- se interpela y se exige al hombre como perso- exégesis, que había sido «instruido en el ca- ba en Alejandría, o si la controversia de Pablo
mente en 2 Tes 2, 10: se pierde aquel que se na que es libre y responsable, pero que tiene mino del Señor» y que siendo «ferviente de con la «sabiduría» en 1 Cor 1, 18ss iba dirigi-
deja seducir para cometer la injusticia y que también la posibilidad de fallar y que de he- espíritu» enseñaba con exactitud las cosas re- da especialmente contra Apolo (como piensan
se cierra al amor hacia la verdad (cf. también cho yerra no realizando el sentido de su vida. ferentes a Jesús, aunque sólo conocía el bau- J. WeiB, Der erste Korintherbrief" [KEK], XX-
1 Cor 10, 9s: Israel, por culpa suya, sufrió la La «seguridad» se concede sólo como un don tismo de Juan. Se dice que Priscila y Aquila XIII; Haenchen, Apostelgeschichte7 , 533). En
suerte que le tocó sufrir en el desierto). gratuito. Y la concede únicamente Aquel que habían remediado esta deficiencia en los co- ningún caso podemos observar una diferencia
La transitoriedad del mundo y del hombre es es capaz de salvar lo que había estado per- nocimientos de Apolo, y que éste marchó a fundamental entre Pablo y Apolo. Porque a
se expresa con U:rr:ÓAAUflUl en los escritos tar- dido, es decir, Jesús (Lc 19, 10). Corinto, llevando una carta de recomendación Apolo se le reconoce como «colaborador de
díos (Heb 1, 11; Sant 1,11; 2 Pe 3, 6). Ap 9, A. Kretzer de la comunidad de Efeso. Dios», que realiza la misma «labor» que Pablo,
411 'AnoAAw¡; - anoAoyÉOllUL 412
413 anoAoyÉo¡.taL - anoAln;Qwm¡; 414

aunque en situación distinta. Así que detrás de En Hech 22, 1; 24, 10; 25,8.16; 26, 1.2.24,
la actividad de ambos está Dios mismo. las palabras se hallan en una especie de apo- ciencia de los gentiles que no tienen la To- pleo del término en las cartas deuteropulinas
logía (capítulos 22-26), que muestran la intre- rá, representan algo análogo al juicio divino de Efesios (1, 7.14; 4, 30) Y Colosenses (1,
H. Merkel pidez de Pablo en la confesión de su fe, y se basado en la Torá. 14). En los tres pasajes de Romanos (3, 24; 8,
encaminan a persuadir a los funcionarios ro- U. Kellermann 23) Y 1 Corintios (1, 30) aparece cierta cone-
manos para que ejerzan la tolerancia, demos- xión en cuanto a la tradición ---+ 3. Otros luga-
a:n:OAoyÉOJlat apologeomai defenderse*
a:rWAoytu, u~, ~ apologia defensa verbal* trando para ello la legitimidad de la fe cristia- a:n:OAoyta, as, 'tl apologia defensa res donde aparece el término son Heb 9, 15 Y
na como un movimiento surgido dentro del ---+ anoAoyÉo¡tm . 11, 35 y un solo pasaje de los evangelios: Lc
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Tecni-
judaísmo y probando la buena voluntad políti- 21, 28 (cf., no obstante, AVtQm<Jt~ en Lc 1,
cismo jurídico - 3. Sentido figurado. 68; 2, 38, A'U'tQo'Üa'frm en Lc 24, 21 y
ca de sus adeptos. En brillantes discursos re- a:n:OAO'ÚOJlat apolouomai hacerse lavar*
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; G. Bornkamm, Ge- tóricos de defensa (con la captatio benevolen- AVtQOV en Mc 10,45 par. Mt 20,28). Esta vi-
Hech 22, 16: «hazte lavar tus pecados»
setz und Natur, en Bornkamm, Aufsiitze n, 93-118; J. tiae dirigida hacia el juez, la exposición de la sión de conjunto nos ofrece una limitada base
(por medio del bautismo). En 1 Cor 6, 11
Dupont, Aequitas Romana, en Id., Etudes sur les Actes textual para la comprensión de anOAVtQmat~
vita con la acentuación especial del pasado aJU"Aovaua'frE (juntamente con ~ytáa'frl'JtE)
des Apáfres, Paris 1967,527-552, especialmente 536- en el NT. Sin embargo, en el período siguien-
538; L. Goppelt, Der l. Petrusbrief(KEK), Giittingen
judío y de la vocación divina para misionar no debe entenderse, a pesar de la forma, como te a la composición de los textos, esta base
1978, 236s; Liddell-Scotts s.V. entre los gentiles) Pablo es capaz de demos- voz media sino como voz pasiva: habéis sido textual se va ampliando hasta abarcar la ma-
trar la falsedad de las acusaciones lanzadas lavados (H. Conzelmann, 1 Korintherbrief yor parte de la tradición cristiana primitiva.
1. El verbo aparece 10 veces, y el sustanti- por los judíos (delitos cometidos contra el [KEK], 129). Aquí se piensa también en los Ahora bien, el empleo del término merece
vo, 8 veces. El verbo y el sustantivo aparecen templo, las leyes, el orden público y el empe- efectos del bautismo (cf. Tit 3, 5). ThWNT IV, atención, al menos en lo que respecta al NT,
un total de 10 veces en Lucas y Hechos. rador). Tan sólo la violación del derecho, el 306; DTNT 1, 166-168. ya que se trata de un vocablo poco difundido
secuestro y los errores cometidos en el proce- en el griego profano y que no se halla atesti-
2. Tanto el sustantivo como el verbo los so judicial impiden la absolución, que ha que-
encontramos como tecnicismos del lenguaje dado demostrado que es necesaria. a:7tOA'Ú'tQroatS, EroS, 'tl apolytrosis reden- guado sino a partir del siglo 11 a.C. (Bauer,
ción* Worterbuch. s. v.; Büchsel, 354).
procesal. El contexto presupone que existía En Hech 19,33 Alejandro intenta hacer una
hostilidad y penas de encarcelamiento contra defensa de sí mismo en favor de sus hermanos 1. Aparición del término en el NT. - 2. Significa- 2. La significación fundamental de ano-
los que profesaban la fe cristiana. En la vista los judíos. Es decir, trata de distanciarse de ción fundamental- 3. Significados concretos en textos
del NT - 4. Ambito semántico en el NT. AVtQm<Jt~, a base del verbo en voz activa
de las causas y en los procesos judiciales, la los cristianos. a:n:oA'UtQóm, significa la acción de liberar
defensa se convierte en posibilidad inespera- Bibl.: C. Andresen, Erlosung, en RAC VI, 54-219, mediante el pago de un rescate, y, a base del
da de proclamación misionera: Flp 1, 7.16; 2 3. Estos términos se emplean en sentido sobre todo 98-111; F. Bourassa, Rédemption: Science
et Esprit 21 (Montréal 1969) 19-33, 189-207; F. verbo en voz media a:n:oA'UtQóo¡tm, la re-
Tim 4, 16 (sobre la vista de la causa de Pa- figurado, sobre todo en la controversia en- dención, a saber, de un prisionero o de un es-
Büchsel, &.JtoAú'tQOJm~, en ThWNT IV, 354-359; D.
blo); 1 Pe 3, 15 (la declaración misionera de tre Pablo y los corintios acerca de la condi- HiIl, Greek Words and Hebrew Meanings, Cambridge clavo. En el primer sentido se halla el término
la esperanza -el núcleo mismo de la fe cris- ción de Pablo como apóstol. 1 Cor 3, 9 ha- 1967, sobre todo 49-81; S. Lyonnet, De peccato et re- en Heb 11, 35 (cf. 2 Mac 6, 23.30; 7, 24; 4
tiana- expuesta ante el tribunal de justicia o ce la enumeración de los derechos de los demptione n. De vocabulario redemptionis, Regens- Mac 8, 4-14): los mártires se niegan a que los
burg '1972; Id., Redemptio cosmica secundum Rom 8,
en conversaciones privadas). apóstoles y describe la renuncia personal de liberen a cambio de renegar de su fe. En los
19-23: VD 44 (1966) 225-242; S. Lyonnet-L. Sabou-
Lucas añade a un dicho de Jesús, doble- Pablo a esos derechos (vv. 4ss). Pablo lo ha- rin, Sin, Redemption and Sacrifice, Roma 1970; 1. H. demás pasajes del NT, el significado del tér-
mente atestiguado en la tradición, su propia ce como defensa personal de sí mismo y co- Marshall, The Development of the Concept of Re- mino se basa en la segunda derivación, y tie-
descripción de los comienzos del cristianismo mo prueba teológica contra los que le criti- demption in the NT, en Reconciliation and Hope (FS ne un sentido figurado y teológico. En este
L. L. Morris), Gran Rapids 1974, 153-169; L. L. Mo-
(cf. Hechos), precisando más concretamente can. Según 2 Cor 12, 19 Dios es el único sentido debe traducirse sencillamente por re-
rris, The Apostolic Preaching of the Cross, London
que las «palabras» eran un acto de anoAo- que juzga y el único ante quien Pablo debe '1965, especialmente 11-64; P. von der Osten-Sacken dención. El suceso que con ello se significa,
YfLa'frm (Lc 12, 11 [Q, a diferencia de Mt 10, defenderse a sí mismo. En 2 Cor 7, 11 Pablo Romer 8 als Beispiel paulinischer Soteriologie, GOt~ está basado fundamentalmente en el acto sal-
19]; 21, 14 [a diferencia de Mc 13, 11]). Jun- confirma que los corintios expusieron a Ti- tingen 1975, sobre todo 263-287; P. Stuhlmacher, Zur vífico de Dios en favor de los que estaban ne-
neueren Exegese von Rom 3, 24-26, en FS Kümmel, cesitados de redención. Más aún que el acon-
tamente con los procesos en las sinagogas (2 moteo las razones que los disculpaban, ra- 315-333; P. Vielhauer, Erl6sung 1II. 1m NT, en RGG
Cor 11, 24) Y ante las autoridades romanas del zones que eliminaron la causa que había n, 588-590; K. Wennemer, 'AJtoAú'tQOJm~ Romer 3, tecimiento redentor, el término designa en el
gobierno central y del gobierno local, Lucas motivado la carta de las lágrimas (2, 3-9). 24-25a, en Studiorum Paulinorum Congressus Inter- NT el efecto de ese acontecimiento, la (espe-
menciona también los encarcelamientos (Lc Rom 2, 15 aplica anoAoyÉo¡tm a los pen- nationalis Catholicus 1961 1, Roma 1963,283-288. rada) condición del hombre de estar redimi-
21, 12), insinúa la posibilidad de prepararse samientos, en cuanto éstos realizan las fun- do. Habrá que preguntarse si el elemento del
para la defensa, y al situar tal apología antes ciones de testigos de la defensa (y de testi- 1. La mayoría de los pasajes del NT en los pago de un rescate, sugerido por el significa-
de las catástrofes apocalípticas, la describe gos de cargo) en relación con los exámenes que aparece el término anOAVtQwat~ se en- do fundamental del término, se conserva, y
como la situación normal de la Iglesia. de conciencia; tales testimonios, en la con- cuentran en los escritos paulinos. A este res- hasta qué punto se conserva, en el uso que se
pecto llama especialmente la atención el em- hace de este término en el NT (---+ 3 Y 4).
415 416 417 a:n:OA.ÚtQWOL~ 418

3. uJtoM'tQwaL~ adquiere un sentido espe- de la compra de un esclavo por alguna divinidad, que el orante del AT aguarda como restauración 84). Sino que el pleno desarrollo de la «adop-
cífico en la aplicación que hace Pablo de este el esclavo pasaba a ser propiedad de la divinidad de la antigua relación de pacto que Israel tiene ción de hijos» alcanzada en el bautismo (Rom
y quedaba, por tanto, en libertad, así también los con su Dios.
término al contenido central del evangelio. 8, 15; Gá14, 5) está aún pendiente de que aca-
hombres son rescatados por Cristo del dominio
Denota la «redención» que Dios ofrece en la del pecado, de la muerte y de la ley. Prescindien- be la condición de la existencia terrena y cor-
muerte de su Hijo; esa redención tiene, por El creyente alcanza ahora la «redención»
do del elemento ficticio de esta transacción jurí- poral de los creyentes.
tanto, su lugar «en Cristo Jesús» (Rom 3, 24). -el acto escatológico decisivo de la salvación
dica (el esclavo mismo es, en este caso, quien pa- La forma consumada de la redención se
El sentido de «redención» se desarrolla en es- ga el rescate), la idea del pago de un precio de de Dios (cf. Hen [et] 51, 2; Lc 21, 28)- por
producirá cuando este cuerpo mortal se «re-
te texto mediante lo que se dice en el siguien- compra o del dinero de un rescate no tiene tal medio de Cristo y en Cristo. EI1, 7 y Col 1,
vista» de la nueva realidad corporal que Dios
te versículo (v. 25). Se acentúa la iniciativa de sentido en los textos del NT. Ahora bien, la vin- 14 recogen la comprensión paulina o pre-pau-
culación establecida por el «rescate» entre el re- ha preparado para los suyos (2 Cor 5, 1-5: cf.
Dios, que es la base de la expiación y que re- lina-judeocristiana de la redención y hablan
dimido y el redentor merece que le prestemos 1 Cor 15, 37s). Por eso, la forma escatológi-
cibe su representación y mediación histórica de la redención que se hace eficaz en el bau-
atención (cf. Tit 2, 14; Marshall, 158s). Sin em- camente definitiva de la redención viene dada
en el sacrificio que Jesús hace de sí mismo tismo como «perdón de los pecados». De con-
bargo, esta idea no se deriva sin más del concep- con la resurrección de los muertos, que a los
(<<en su sangre»). Así que la redención, según to helenístico que acabamos de describir, sino de formidad con Rom 3, 24s, la «redención»
creyentes les ha sido prometida en Cristo, «el
Pablo, tiene al mismo tiempo un fundamento los antecedentes del concepto neotestamentario aquí sigue estando determinada por la idea de
primogénito entre muchos hermanos» (Rom
teo-lógico y un fundamento cristo-lógico. La de la redención en el AT y en el judaísmo. la expiación y, con ello, por el acontecimien-
8, 29). En su parusía el Kyrios Jesucristo, co-
redención es el acto clemente de Dios que se Estos antecedentes del concepto neotestamen- to fundamental de la muerte de Jesús, una
tario de la redención en el AT y en el judaísmo no mo el «SalvadOr» que es (ow'tTJQ, entendido
vuelve hacia el hombre necesitado de reden- idea que se conserva también en la descrip-
pueden describirse únicamente a base del uso de aquí como sinónimo de «RedentOr» en el sen-
ción, y esta gracia es experimentada como ción de la obra salvífica de Cristo en Heb 9,
a:n:oAú'tQwo~ en el AT griego (el único lugar en tido escatológico) «trasformará el cuerpo de
«remisión de los pecados» en la fe en Jesu- que aparece este término es Dan 4, 34 Y no tiene 15: para aquellos que son «llamados» -más allá
nuestra bajeza a semejanza de su cuerpo glo-
cristo. A este Jesús «Dios lo hizo ... nuestra importancia reconocible para el uso que hace de del perdón de los pecados y en continuación
rioso» (Flp 3, 20s). La redención definitiva
justificación y santificación y redención» (1 él el NT) y en los escritos judíos (por ejemplo, positiva con esta experiencia de salvación-, la
TestLev 2, 10: A.1J'tQóoflm; Josefo, Ant XII, 27; obrada por el ow'tTJQ afectará en su totalidad
Cor 1, 30); aquí UJtOA:Ú'tQWOL~ se halla en certeza del futuro prometido, la «promesa de
Filón, Congr 109 y Quod omnis Probus, 114). Si- a la existencia de los creyentes como criatu-
una fórmula ordenada y ascendente y designa la herencia eterna», se halla fundamentada en
no que han de describirse, más que nada, a base ras. La esperanza de esta redención no deja
a Jesucristo como el Redentor mismo (abs- la muerte redentora de Cristo.
de la experiencia fundamental, tan frecuentemen- solos a los éreyentes en las maneras prelimi-
tractum pro concreto) en orden a la salvación te atestiguada e interpretada en el AT: la libera- Junto con la perspectiva de la escatología nares de experiencia de la salvación que se
de los creyentes fundamentada por él mismo. ción de Israel de la esclavitud que sufría en Egip- de presente aparece en NT el aspecto de la dan en «este tiempo presente» (Rom 8, 18),
Ya en los dos pasajes de Rom 3, 24 Y 1 Cor to. En el éxodo Yahvé demostró ser el poderoso escatología de futuro que es inherente a la
Redentor de su pueblo (cf., por ejemplo, Dt 7, 8; especialmente en lo que respecta al «sufrir con
1, 30 aparece claramente el límite teológico idea de la redención. Por el Espíritu Santo los
9, 26; 13, 6; 15, 5; Sal 74, 2; 77, 16 [la LXX: Cristo», la forma paradójica de «estar glorifi-
de una explicación del término que desee re- cristianos han sido «sellados para el día de la
A.1J'tQóoflm]). Así como Dios libertó a su pueblo cados con Cristo» (von der Osten-Sacken,
tener para el NT el significado básico de «re- redención» (Ef 4, 30). La redención ya alcan-
de «la casa de servidumbre», de Egipto, así tam- 270), sino que ese «estar glorificados con
dención» mediante el pago de un rescate, re- bién lo «redimirá» del cautiverio babilónico (Is zada (4, 7) se manifestará en forma consuma- Cristo» abarca «el presente y el futuro» (ibid.)
curriendo vg. a las palabras del «lytron» en 41, 14; 43, 1.14; 44, 22-24: 52, 3; 54, 5). Por la da en aquel día: se manifestará como «nues- y se fundamenta supremamente en las posibi-
Mc 10, 45 par. Mt 20, 28 ó 1 Pe 1, l8s (<<res- contraposición entre la «primera» y la «segunda» tra herencia», hacia la cual señala ya desde
redención, nace la perspectiva escatológica, de la lidades de la «nueva creación» de Dios.
catados ... con la preciosa sangre de Cristo»). ahora, lleno de promesas, el don del Espíritu
Pero aun en estos textos se ve claramente lo cual se deriva la descripción que vemos en el NT
de la acción divina de redención. Santo. 4. «uJtOM'tQWOL¡;; no es uno de los princi-
inadecuado de la idea de un rescate, entendi- En muchos casos, la idea subyacente del resca- La tensión entre la redención ya alcanzada pales conceptos de la predicación y de la en-
da en el sentido literal de la palabra, si tene- te (en hebreo: ga'al, pada) se reconoce aún en la y la que todavía se espera remite a ideas ger- señanza del cristianismo primitivo» (Büch-
mos en cuenta la alusión a Is 52, 3: «De balde manera de hablar del AT (cf. Ex 21, 8; Lev 25, minales más originales del pensamiento pau- sel, 358). Sin embargo, habrá que tener en
fuisteis vendidos y sin plata seréis rescatados 48). Sin embargo, el pago de un rescate no de- lino, tal como aparecen claramente sobre todo
sempeña en él un papel esencial. Sino que la re- cuenta ya, en lo que respecta al NT, que el
(AU'tQwih')oeo'lte)>>. La entrega que Jesús ha- en Rom 8, 23. Como los que hemos recibido
dención es la acción soberana de Dios, la cual concepto de la redención alcanzará importan-
ce de su propia vida muestra la intervención ya «los primeros frutos del Espíritu», «aguar-
asegura el aspecto predominantemente teo-lógico cia central en la soteriología cristiana poste-
redentora de Dios y la comunicación eficaz de del acontecimiento de la redención. La «reden- damos con suspiros la (plena) adopción de hi- rior. Esto se debe principalmente a que el
la misma. ción» establece la relación de alianza o pacto que jos, la redención de nuestro cuerpo». La re- concepto de la redención puede completarse
existe entre Israel y su Dios, y la (ulterior) reden- dención, ciertamente, no debe entenderse aquí fácilmente con otros conceptos de la procla-
A. DeiBmann (Licht vom Osten, Tübingen 41923, ción de las numerosas calamidades que caerían como la redención [que nos libre] de nuestro
271-281) trató de mostrar que la antigua costum- sobre el pueblo y los individuos se halla funda- mación cristiana primitiva de la salvación e
bre jurídica de la «manumisión sacra de escla- mentada también en esta relación de alianza o cuerpo, es decir, entendiendo 'tOV oW¡.tu'tO¡;; interpretarse ulteriormente por medio de
vos» había constituido el modelo para la doctrina pacto. La «redención», según el Sal 130, 7s, con- como genitivo de separación (tal como lo en- ellos. Uno de esos conceptos es el de la ex-
paulina de la redención. Así como, por la ficción tiene explícitamente el perdón del pecado, perdón tiende H. Lietzmann, An die Romer4 [HNT], piación en Rom 3, 24s, que añade al concep-
419 420 421 cmot..úw - aJtoQcpavL~w 422

to de la redención las palabras para la «re- a3tolvro apolyo soltar, dejar irse, despa- despedido, separarse (Hech 4, 23; 15, 30.33 a3to3tí3tt:ro apopipto caer*
dención de los pecados» (cf. también Ef 1, 7; char [según Bauer, S.v. 2b también Heb 13,23]) o Hech 9, 18: Cuando AnanÍas puso sus ma-
Col 1, 14 Y Heb 9, 15). Otros conceptos de la como un eufemismo para expresar la idea de
Bibl. (especialmente sobre 2): H. Baltensweiler, Die nos sobre Pablo y oró para que éste recobrara
soteriología del cristianismo primitivo expo- dejar morir (Lc 2, 29). c) La voz media sig-
Ehe im NT (AThANT 52), Zürich 1967; Bauer, Wdr- la vista, entonces «cayeron de sus ojos (de
nen la idea de la redención de diversas mane- terbuch, s. V.; M. N. A. Bockmuehl, Matthew 5,32; 19, nifica en Hech 28, 25 marcharse. Pablo) algo así como escamas».
ras concretas, determinadas en cada caso por 9 in the Light of pre-rabbinic Halakhah: NTS 35
el contexto, pero sin que el uso de esas ma- (989) 291-295; J. Bonsirven, Le divorce dans le NT, 2. En los Sinópticos, anoAvm (que apare-
, ~ ,
neras establezca en cada caso una demarca- Tournai-Paris 1948; G. Bornkamm, El divorcio y el ce en 13 pasajes) es un término (común) para a3to:n:lI.avaro apoplanao extraviar, inducir
nuevo matrimonio en el Nuevo Testamento, en Id., Es- designar el despido de la mujer a la que se ex- a error
ción lingüística y objetiva precisa. Y, así, Gál ludios sobre el Nuevo Testamento, Salamanca 1983,
1, 4 describe el acontecimiento redentor de la cluye de la vida matrimonial (divorcio) entre- ~ nAuvám.
193-197; G. Delling, Ehescheidung, en RAC IV, 707-
muerte de Jesús como un «arrebatar» (E1;m- 719; R. Geiger, Die Stellung der geschiedenen Frau in gándole una acta de divorcio (~ aJtoOTá-
QElo{}m) a los hombres del poder del «pre- der Umwelt des NT, en G. Dautzenberg y otros (eds.), OLOV), como se ve principalmente por las a:n:o:n:AÉro apopleo zarpar*
Die Frau im Urchristentum, Freiburg i. Br. 1983, 134- palabras «despedir a la propia mujer» (1 [3]
sente eón malvado» en el que reinan el pecado 157; E. Uivestam, AIlOAYEIN: SvEA 27 (1962)
Término técnico del lenguaje náutico en
y la muerte. De una «liberación» salvadora Esd 9, 36; cf. Dt 24, 1-4). Estas palabras las Hech 13, 4; 14, 26; 20, 15; 27, 1, indicándose
132-135; Id., Die funktionale Bedeutung der synopt.
(de las aflicciones) se habla también en el lesusworte über Ehescheidung und Wiederheirat, en encontramos en la prohibición del divorcio de ordinario el rumbo o destino (El.~); en 20, 15
NT, pero sólo en varios pasajes de Hechos (7, A. Fuchs (ed.), Theologie aus dem Norden, Linz 1977, hecha por Jesús (Mc 10, 2.11 par. Mt 19, con indicación del punto de partida (exd{}EV).
10.34; 12, 11; 23, 27; 26, 17). 19-28; U. Nembach, Ehescheidung nach atl. und jüd. 3.8.9; Mt 5, 31.32a par. Lc 16, 18a [Q]; cf.
Recht: ThZ 26 (1970) 161-171; K. Niederwimmer, As- además Mt 5, 23b; 19, 7; Mc 10, 4; Lc 16,
El verbo ÓVo[A.m (que aparece 16 veces en kese und Mysterium. Über Ehe, Ehescheidung und a:n:03tJ.vvro apoplyno lavar
el NT) desarrolla más el uso que se hace de Eheverzicht in den Anfangen des christl. Glaubens
18b) y, con referencia a la intención de José
Lc 5, 2 Koiné A E> «lavaban sus redes».
este término en la LXX y caracteriza la reden- (FRLANT 113), Giittingen 1975, sobre todo 13-24, con respecto a María, en Mt 1, 19 (cf., a pro-
ción que se espera de Dios como «salvación» 44-52; R. Pesch, Freie Treue. Die Christen und die pósito, M. M. Bourke: CBQ 40 [1978] 121s).
Ehescheidung, Freiburg i. Br. 1971; B. Reicke, Ehe - Sobre las denominadas «cláusulas de adulte- a:n:o:n:ví:yro apopnigo ahogar, ahogarse*
o <~preservación» frente al poder del maligno Eherecht - Ehescheidung (IV), en TRE IX, 318-325; rio», que aparecen únicamente en Mt 5, 32; Lc 8, 7 (par. Mt 13, 7 v.l.); 8, 33 (a diferen-
(Mt 6, 13; Rom 7, 24; Col 1, 13 en significa- G. Schneider, lesu Wort über die Ehescheidung in der
19, 9, ~ JtoQvdu. Mc 10, 12 habla del despi- cia de Mc) en voz pasiva: el rebaño se ahogó.
tiva convergencia con anoAVtQú)Ot~ en el v. Überlieferung des NT: TThZ 80 (1971) 65-87; C. R.
Taber, Divorce, en !DB Suppl. Vol. (1976) 244s; B. do del marido por parte de la mujer; se trata ThWNT VI, 453s; E. Schwentner: RhMus
14) y frente a la «ira venidera» (1 Tes 1, 10).
Vawter, Divorce and the NT: CBQ 39 (1977) 528-542; de la ampliación lógica de la prohibición de 105 (1962) 191.
El paralelismo entre anOAVtQÚ)oL~ y «libera-
B. Witherington, Matthew 5, 32 and 19, 9 - Exception Jesús del divorcio, aplicándola a la práctica
ción» (eAE1J{}EQoiJo{}m) está bien claro en or exceptional Situation?: NTS 31 (1985) 571-576.
Rom 8, 21-23. El empleo directamente sote- jurídica seguida en el mundo grecorromano, a:n:oQÉro aporeo estar en incertidumbre,
riológico de este concepto conduce a la idea 1. Este compuesto de AVm, con excepción que reconocía a la mujer el derecho a tomar la estar perplejo*
de ser liberados del poder del pecado (Rom 6, de Heb 13, 23, aparece únicamente en los iniciativa en materia de divorcio (cf. 1 Cor 7, En voz activa en Mc 6, 20; en los demás ca-
18.22; 8,2). Se acentúa la iniciativa liberado- evangelios y en Hechos: 19 veces en Mateo, lOs; cf. R. Pesch, Markusevangelium (HThK) sos en voz media: Lc 24, 4; Jn 13, 22; Hech
ra de Cristo (Gál 5, 1; cf. Jn 8, 36). Gál 3, 13 12 veces en Marcos, 14 veces en Lucas, 15 11, sub loco; cf. H. Conzelmann, 1 Korinther- 25, 20; 2 Cor 4, 8; Gá14, 20.
Y 4, 5 recogen la terminología de la idea del veces en Hechos, y 5 veces en Juan. a) En el brief(KEK), 145.
rescate (e~uyoQá~ú)) para hablar de la obra sentido de soltar, dejar libre se usa siempre G. Schneider cl.:n:oQta, a~, 'Í) aporía perplejidad, an-
redentora de Cristo, pero sin entenderla en el para referirse a la liberación de cautivos (Mc gustia*
sentido del rescate sacro de esclavos (~ 3), 15, 6-15 par. MtlLc; Jn 18, 39; 19, 10.12; a3t0lláooo,.uu apomassomai limpiarse o En Lc 21, 25 (a diferencia de Mc) dícese de
aunque, eso sí, refiriéndose a la ley como a un Hech 3, 13; 5, 40; 16, 35.36; 26, 32; 28, 18; sacudirse algo* la perplejidad a causa del bramido del mar.
amo de esclavos. Heb 13,23 [sobre este último pasaje ~ b]; so- Lc 10, 11: nos sacudimos el polvo ('U[A.LV
Todos estos conceptos (incluido el de 000- bre Lc 26, 28 v.l. cf. J. Duplacy en: FS Sch- «contra vosotros»). a:n:oQ(Q )t3ttro apor(r )ripto echarse (al
l;ELV) necesitan completarse con los conceptos mid 1963, 42-52). En sentido más general, mar) *
centrales (especialmente para Pablo) de la anoAVm significa poner en libertad, dejar li- a:n:OVÉllro aponemo asignar, conceder* Hech 27, 43 en sentido intransitivo: arro-
«reconciliación» (XU1:UAAUYY\) y de la «justi- bre, liberar (Mt 15, 23; 18, 27; Lc 6, 37; 13, 1 Pe 3, 7: «tributando honor»; cf. 1 Clem 1, jarse por la borda.
ficación» (~ 61Jxmoovvr¡ I 6LXmÓ[A.m) a fin 12). b) El sentido de dejar irse, despachar 3; IgnMagn 3, 1; MartPol 10,2. .
de iluminar el contenido positivo del concep- (empleado también como término para desig-
to neotestamentario de la redención: la conse- a3toQCfJaví,~ro aporphanízo dejar huérfano
nar el divorcio ~ 2) se da cuando se despacha a3tOVt3ttro aponíptiJ lavar* (a alguien)*
cución de la relación con Dios como nuevo a personas (Mt 14, 15.22.23; 15,32.39; Mc 6, Mt 27,24 (en voz media): lavarse las manos, En 1 Tes 2, 17, dícese en sentido figurado
ámbito para vivir en la fe en Jesucristo. 36.45; 8, 3.9; Lc 8, 38; 14,4; Hech 19,40). Y acción realizada por Pilato como señal de su de Pablo que, al estar separado de su comuni-
K. Kertelge se emplea en voz pasiva para significar ser propia inocencia (cf. Bauer, W6rterbuch, s. v.). dad, se siente huérfano.
423 a:rtoa%E1Já~ú) - a:rtOO1;EYá~ú) 424
425 a:rtoa'tÉAAÚ) 426

a'l0(JXE1Hi~ro aposkeuaziJ quitar, arrancar judaísmo. En los papiros anoa'tuaLov a,vy-


a'lO(J'tÉJ,Aro apostelliJ enviar del hombre (el objeto de la acción verbal son
Hech 21, 15 D hacer el equipaje, levantar YQu<PÍ] es el acta de trasmisión de dOmllllO los ángeles en Mt 13,41; Mc 13,27 par.) y al
las tiendas de campaña para partir. después de una venta (Preisigke, W6rterbuch l. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos Jesús terreno (el objeto de la acción verbal
1, 194). semánticos y campo referencial - 3. Jesús envía a sus
discípulos - 4. Jesús como Mensajero de Dios en Juan. son los discípulos; -> 3). En consonancia con
a'lo(Jxía(J',ux, a'to;, 'tÓ aposkiasma el ello, los objetos de la acción expresada por
Un certificado arameo de divorcio, procedente Bibl.: C. Mercer, anoon\At..ELV and nɡ.tnELv in
de Wadi Murabba'at (71 p.C. ?) dice así: En el anOatÉAAÚ) son personas, de quienes el que
oscurecer lohn: NTS 36 (1990) 619-624; J. Seynaeve, Les ver-
En Sant 1, 17 dícese del oscurecimiento día 1.0 de MarJ:¡eSvan del año sexto, en Masada, bes anooTÉAAW et nÉ¡.tnw dans le vocabulaire théolo- envía puede esperar obediencia y prontitud
producido por el cambio en la posición de los hoy te despido y repudio por mi propia vol~ntad, gique de saint lean, en M. de Jonge (ed.), L'Evangile para el servicio encargado (trabajadores en
cuerpos celestes. ThWNT VII, 401; DTNT yo que me llamo José, hijo de Naqsan,. a ti Ma- de lean (BEThL 44), Louvain 1977, 385-389. Para Mt 20, 2; criados en Mc 12, 2-6; ayudantes en
riam, hija de Jonatán de Hanablata, residente en más bibliografía, cf. anóoToAo<;, en los autores Ba- Hech 19,22; discípulos en Mt 22,16; Mc 11, 1;
IV, 234-236. Masada, que habías sido antes mi esposa, ~e tal rrett, Borgen, Bühner, Burgers, Cohn, von Eicken-
Lindner, Giblet, Miranda, Rengstorf, Schmahl.
14, 13; Lc 7, 18.20; el hijo en Mc 12,6; -> 4).
manera que, por tu parte, quedas libre para I~e y El significado de anOatÉAAw en el NT está
a'lo(J'láro apospaiJ retirar, sacar* casarte con cualquier varón judío al que elijas.
Aquí, pues, recibes de mí este ~?cumento de s~­ determinado por sus relaciones, a través de la
En Mt 26, 51 dícese de la acción de desen- 1. De las 136 veces que aparece este térmi-
paración (sefer tirCtkfn) y el certificado de repudIO LXX, con el hebreo salalJ y con la idea que
vainar la espada; en los demás pasajes se em- no en el NT, sólo 12 se encuentran fuera de los
(get SibCtqfn) y te doy la dote de boda, y (te com- este término encierra de que «envian> es lo
plea en sentido figurado: Lc 22, 41; Hech evangelios (en los que aparece 97 veces) y de
pe~so por) todo lo perdido o estropeado ... y cada mismo que «hacerse representan>; -> anó-
21, 1 (en voz pasiva) separarse, alejarse de; vez que me lo pidas, te renovaré el document~ Hechos (27 veces). Juan (28 veces) ocupa un
atOAo,,;.
en Hech 20,30 (en voz activa): arrastrar tras mientras yo viva. José, hijo de Naqsan, por SI lugar especial: aquí anOatÉAAÚ) se relaciona
de sí. mismo; Eliazar (hijo) de Malea, como testig?; Jo- primordialmente (19 veces) con la cristología. 3. De este sentido jurídico-popular están
sé, hijo de Malka, como testigo; Eleazar, hiJO de llenos los relatos sinópticos, según los cuales
Hanana como testigo» (Pap. Murabba'at 19: 2. El verbo significa mandar, enviar; cuan-
a'lo(J'ta(Jía, a;, Í) apostasia apostasía* 11:
D10 Oxford 1961, 104-109; cf. Koffmahn, do no se usa para describir la terminación con
el Jesús terreno envió en misión doce (ó 72
según Lc 10, 1 material peculiar) discípulos
En Hech 21,21 como acusación contra Pa- 148-155). éxito del viaje de un mensajero (con el fin de (Mc 3, 13-19; 6, 6s; Mt 10, 1ss; Lc 6, 12-16;
blo: tú enseñas que apostaten de Moisés; 2
entregar un objeto o una información), sino 9, 1ss; 10, 1ss). El encargo dado a los discí-
Tes 2, 3: el Anticristo inducirá a la apostasía 2. Acreditar por escrito el divorcio era un que se concentra netamente en la razón y el pulos está en consonancia con la actividad re-
en los tiempos antes del fin. ThWNT 1, 5 lOs; trámite necesario para proteger a la mujer con- objetivo del suceso en cuestión, es decir, en la alizada por Jesús mismo y comprende la pro-
DTNT 1, 202ss. tra la acusación de adulterio. Las razones no misión como tal y en la ejecución del encar-
se aducen en el texto. En Dt 24, 1 el motivo clamación de la ~umAdu (Mc 3, 13; Mt 10, 7
go, el verbo adquiere el sentido de comisio- par. Lc 9, 2; Lc 10, 9) y la expulsión de de-
a'lo(J'támov, O", 'tó apostasion certifi- para el divorcio es encontrar en la mujer «algo nar, encargar (Mt 2, 16; 10, 40 par.; 22, 3s:
desagradable»; pero en Mt 5, 32 y 19,9 el mo- monios (Mc 3,15; 6,7; Mt 10, 1 par. Lc 9, 1;
cado de divorcio* Mc 6,17; 9, 37 par.; Lc 1, 19; 4,18.43; 9, 2; 10,9). Que los discípulos son enviados en mi-
Bibl.: E. Bammel, Mk JO, 11 und das jüd. Eherecht:
tivo es únicamente la nOQvdu (¿seguirá el re- Jn 1,6.24; 3, 34; 4, 38; 5, 36.38; 6, 29.57; 7, sión en representación del Maestro que los
ZNW 61 (1970) 95-101; Billerbeck 1,303-312; M. J. dactor mateico la idea expresada en Jer 3, 1- 29; 8,42; 11,42; 17, 3.8.21.23.25; 20, 21; envía y que sustituyen a éste en su propia mi-
Geller, The Elephantine Papyri and Hosea 2, 3: JSJ 8 8?). El marido no tenía derecho a divorciarse, Hech 9,17; Rom 10,15; 1 Cor 1,17; Heb 1,
(1977) 139-148; E. Koffmahn, Die Doppelurkunden sión, se expresa clarísimamente en las máxi-
cuando había violado a una doncella (Dt 22, 14; Ap 22, 6). Este sentido queda realzado ha-
aus der Wüste luda (Studies on the Texts ofthe Desert mas jurídicas que prometen que el recibir a
of ludah, ed. J. van der Ploeg, 5), Leiden 1968; W. 29) o cuando había acusado injustamente a bitualmente en el contexto de la apologética los discípulos enviados es como recibir y aco-
Kornfeld-W. Baier, en BL, 1535; J. Scharbert, Ehe und una esposa casta (Dt 22, 19). La mujer, según misionera (---* 3) Y de los enunciados dirigidos
Eheschliefiung in der Rechtssprache des Pentateuch ger la presencia del Señor que los envía, y,
el Talmud, podía pedir el divorcio por razones hacia la legitimación cristológica (-> 4).
und beim Chronisten, en FS W. Kornfeld, Wien 1977, por tanto, es finalmente acoger la presencia
213-225; F. Schmidtke, Apostasion, en RAC 1, 551- físicas o morales (Billerbeck 11, 23s). El hecho Los hombres y también Dios pueden ser los de la ~kfna (Mt 10, 40; Lc 10, 16; Mc 9, 37
553; B. N. Wambacq, De libello repudii: VD 33 de que una mujer extienda un acta de divorcio sujetos de la acción de anOatÉAAELV. Con par.; 9, 41 par.; Jn 5, 23; 12, 44s; 13, 20). Los
(1955) 331-335. es inconcebible en un ambiente genuinamente respecto al que envía, el verbo indica que él discípulos enviados en misión participan de la
judío (Yeb 14, 1), pero es posible en el ámbito dispone de mensajeros y que desea o bien lle- autoridad del Señor (Mc 3, 15 par.; 6, 7), son
1. La entrega de un certificado de divorcio de influencia helenístico-romana (Josefo, Ant var una información o un objeto, o bien exigir protegidos por Dios que es el Padre que final-
por parte del marido se presupone en Dt 24, XV, 259; cf. Bammel). algo a un tercero (el dueño de una casa es el mente los envía (Mt 10, 20), Y son capaces,
1.3; Is 50, 1; Jer 3, 8; el término técnico en J. B. Bauer sujeto en Mt 20, 1; 21, 33; un rey lo es en Mt yendo de dos en dos (Mc 6, 7 par.; Lc 10, 1),
hebreo es: sefer kerftut, y en griego: fh(3Aíov 22,2; Mc 9, 49; un sumo sacerdote, en Hech de dar testimonio fidedigno del encargo reci-
ctJtoatuaLov, que aparece en Mc 10,4 Y Mt 5,21; unos jefes de la sinagoga, en Hech 13,
a'lo(J'tEyá~ro apostegaziJ quitar el techo* bido y de quien les hace el encargo.
19, 7. En Mt 5, 31 aparece sólo el término 15). Los títulos Y el poder caracterizan tam-
anoatámov. Este sentido especial del térmi- Mc 2, 4 con -> atÉy'I1 (el techo) como obje- bién a Dios como el que envía (Mc 1,2; Lc 1, 4. Vemos que ya en la tradición pre-joánica
no aparece únicamente en textos griegos del to de la acción verbal. 19.26; -> 4). Y caracterizan también al Hijo los dichos de ~A-frov (Mc 1, 38 par.; 2, 17
429 anó01:oAo<; 430
427 ano01:ÉAAúl - anóa·toAO~ 428

en TRE IlI, 430-445; Id., Apostolat - Verkündigung - para el ministerio santo de su apostolado. La
par.; 10,45 par.; Mt 5,17; 10,4 par.; Lc 9, 46; término en los demás escritos del NT - 5. Presupuestos
Kirche, Gütersloh 1965; H. Rottmann, Der Apostolat
12, 49s; 19, 10) juntamente con los de y origen del título de apóstol- 6. Uso cristológico - 7.
Pauli nach Apg 15 und Gal 1 und 2: Igrejia Luterana
vocación tuvo lugar en una visión de Cristo (1
u:n;oa'tOA~. Cor 9, 1; 15,9; Gál 1, 12.16), durante la cual
aJTWtáAllV (Mt 15, 24; Lc 4, 18.43) hablan 24 (1963) 225-242; A. Satake, Apostolat und Gnade
de Jesús como de quien desarrolla su activi- Bibl.: F. Agnew, On the Origin of the Term Aposto- bei Paulus: NTS 15 (1968-1969) 96-107; G. Schille, quedó establecido al mismo tiempo el conte-
los: CBQ 38 (1976) 49-53; Id., The Origin of the NT Die urchristliche Kollegialmission (AThANT 48), Zü- nido del evangelio (Gál 1, l2ss; Roloff 44s).
dad salvífica por encargo de Dios. Es también rich 1967; G. Schmahl, Die Berufung del' Zwolf im
Apostle-Concept: A Rewiew of Research: JBL 105
pre-joánica la tradición de las confesiones de Markusevangelium: TThZ 81 (1972) 203-213; Id., Die
En 1 Cor 1, 1 Y 2 Cor 1, 1 señala hacia el
(1986) 75-96; C. K. Barrett, The Signs of an Apostle,
fe, que culmina en la afirmación de que Dios London 1970; Id., Shalia/:l and Apostle, en FS Daube, Zwolf im Markusevangelium (TThSt 30), Trier 1974; 'fréAll[la, la comunicación de la voluntad divi-
envía a su JTaL~ (Hech 3, 26), a su XQLO'tO~ 88-102; P. BHiser, Zum Problem des urchristlichen W. Schmithals, Das kirchliche Apostelamt (FRLANT na que llega a él desde fuera y que determina
Apostolats, en Unio Christianorum (FS L. Jaeger), Pa- 79), Gottingen 1961; R. Schnackenburg, Apostles be- el curso de su acción: él no es apóstol por su
(Hech 3, 20) o a su '\Jto~ (Gá14, 4; Rom 8, 3). fore and during Paul's Time, en FS Bruce, 287-303;
derborn 1962, 92-107; P. Borgen, God's Agent in the propia voluntad, ni depende en absoluto de
Bajo la influencia de las enseñanzas judías Fourth Gospel, en J. Neusner (ed.), Religions in Anti- Id., Apostolizitat. Stand der Forschung, en Katholi-
acerca de la misión, Juan desarrolla esta tradi- quity. Essays in MenlOry of E. R. Goodenough, Leiden zitat und Apostolizitat (KuD Beiheft 2), Gottingen ninguna voluntad humana (Gál 1, 1; 2 Cor 3
ción (1 Jn 4,9.10.14; Jn 3, 16s) y la convierte 1968, 137-148; U. Brockhaus, Charisma und Amt, 1971,51-73; W. Schneemelcher, en Hennecke-Schnee- 5); sobre él pesa la necesidad de proclamar ei
Wuppertal 1972, 112-123; S. Brown, Apostleship in melcher Il, 3-8; G. Schneider, Die zwolf Apostel als evangelio (l Cor 9, 16). Quien lo envía es Se-
en la base de la legitimación cristológica (5, «Zeugen». Wesen, Ursprung und Funktion einer lk
the NT as an Historical and Theological Problem: ñor; el apóstol no es más que 6oijAo~ (<<sier-
36.38; 6, 29.57; 7, 29; 10,36; 11,42; 17, NTS 30 (1984) 474-480; 1. A. Bühner, Der Gesandte Konzeption, en von Scheele-Schneider (eds.), Chris-
3.8.18): aJTOa'téAAw designa el encargo reci- und sein Weg im vierten Ev. (WUNT 1I/2), Tübingen tuszeugnis der Kirche, Essen 1970, 39-65; Spicq, vo»: Rom 1, 1; Flp 1, 1; 2 Cor 4,5) obligado
bido de Dios y la autoridad divina para actuar. 1977; W. Burgers, De instelling van de twaalf in het Notes, Suppl 54-63; O. H. Steck, Israel und das ge- a obedecer (Gál1, 10; 1 Tes 2, 4.6; cf. Bühner,
evangelie van Marcus: EThL 36 (1960) 625-654; J. waltsame Geschick der Propheten (WMANT 23), 123-127 y 207-209). A los que reciben el
La misión revela la singularísima vinculación Neukirchen-Vluyn 1967; P. Stuhlmacher, Evange-
Cambier, Le critere paulinien de l' apostolat en 2Cor. evangelio, Pablo les asegura que él habla úni-
del Hijo con el Padre; por eso, la aceptación 12, 6s.: Bib 43 (1962) 481-518; M. Cohn, Die Stell- lium - Apostolat - Gemeinde: KuD 17 (1971) 28-45.
con fe de las palabras: «Que tú me enviaste», vertretung in jüd. Recht: ZVRW 36 (1920) 124-213, camente de conformidad con el encargo reci-
constituye el objetivo y el contenido de la 354-460; E. von Eicken-Lindner, Apóstol, en DTNT 1, l. De las 80 veces que aparece el término bido, y no por motivos dictados por la false-
confesión de fe (11, 42; 17, 3.8.21.23.25). 139-140; P. Gaechter, Petrus und seine Zeit, Innsbruck, en el NT, 29 se encuentran en el Corpus pau- dad humana (1 Tes 2, 3s): él no busca recibir
1958, 338-450; B. Gerhardsson, Die Boten Goltes linum (incluidas la Carta a los efesios y la honores de los hombres (1 Tes 2, 6), aunque
Juntamente con aJTOoLÉAAw aparece también und die Apostel Christi: SvEA 27 (1962) 89-131; J.
la fórmula ó JTé[l'\¡Ja~ [lE JTa't~Q (-> JTé[lJTw). Giblet, Die Zwolf' Geschichte und Theologie, en Id., Carta a los colosenses), 34 en los escritos lu- -como apóstol- participe de la dignidad de
Vom Christus zur Kirche, Wien 1966, 61-78; F. Hahn, canos, 1 en Mateo, 2 en Marcos, 1 en Juan, 5 Quien le envía (l Tes 2, 7). La referencia a
J.-A. Bühner Der Apostolat im Urchristentum. Seine Eigenart und en las Pastorales, y 8 en los demás escritos del Quien le envía (l Tes 2, 4-6; Rom 11, 13; 1
seine Voraussetzungen: KuD 20 (1974) 54-77; M. NT. La concentración del uso del término en Cor 9, 16s; 2 Cor 3, 6ss; cf. Jn 17, 4s) y la in-
Hengel, Die Ursprünge del' christ!. Mission: NTS 18
(1971-1972) 15-38; R. W. Herron, The Origin of the Pablo y en Lucas indica las dos expresiones dicación de su propia subordinación al evan-
cx,tO(J't€ºÉro apostereo hurtar, robar* NT Apostolate: Westminster TheoL Journal 45 (1983) fundamentales de este concepto en el NT. gelio y a quienes lo reciben (l Tes 2, 7-12; 1
Mc 10, 19 menciona «¡No hurtarás!» en la 101-131; T. Holtz, Zum Selbstverstiindnis des Apostels Cor 9, 19ss) se unen en su renuncia a una apa-
lista de mandamientos de la segunda tabla del Paulus: ThLZ 91 (1966) 324-330; M. Karrer, Apostel, 2. Pablo emplea el concepto de aJTOo'tOAo~ riencia majestuosa (1 Tes 2, 7) Y en su renun-
Apostolat, en EKU 1,221-223; K. Kertelge, Das Apos-
Decálogo; 1 Cor 6, 8 acusa a los destinatarios con el fin de presentarse a sí mismo de mane- cia a los derechos de apóstol (1 Cor 9, 18; 2
telamt des Paulus, sein Ursprung und seine Bedeutung:
de defraudar a los hermanos, y 7, 5 ordena a BZ 14 (1970) 161-181; J. A. Kirk, Apostleship since ra digna y autoritativa al principio de sus car- Cor 11, 7). En el servicio apostólico a la glo-
los cónyuges que no se rehúsen el uno al otro Rengstorf' Towards a Synthesis: NTS 21 (1974-1975) tas (con excepción de Flp y 1/2 Tes). Con este ria del Señor (Rom 11, 13; 2 Cor 3-5), el
(cf. Ex 21, 10). En voz pasiva, en 1 Cor 6, 7, 249-264; G. Klein, Die zwolf Aposte!' Ursprung und término, Pablo describe su tarea de proclamar apóstol pospone su propia persona (1 Cor 9,
Gehalt einer Idee, Gottingen 1961; Id., Die Verfolgung
significa dejarse defraudar; 1 Tim 6, 5 se re- el evangelio: él tiene autoridad, como mensa- 12.18), a fin de identificarse con el mensaje y
der Apostel (Luk 11, 49), en FS Cullmann 1972, 113-
fiere a los falsos maestros que están «priva- 124; E. M. Kredel, Del' Apostelbegriff in del' neueren jero y representante del Señor crucificado y con Aquel que le envía (1 Cor 9, 23; 2 Cor 4,
dos de la verdad», y Sant 5, 4, al salario rete- Exegese. Historisch-kritische Darstellung: ZKTh 78 resucitado, para llevar el evangelio a las co- 4-6). Con su gracia, Dios le capacitó para re-
nido fraudulentamente. (1956) 169-193,257-305; H. Uiwe, Bekenntnis, Apos- munidades cristianas de los gentiles (Rom 1, alizar este servicio (1 Cor 3, 10; 2 Cor 3, 6; 4,
telamt und Kirche in Kolosserbrief, en FS Bornkamm, 1; Gál 1, 15; 2, 8; 2 Cor 5, 19; 1 Tes 2, 4-9). 1; Rom 12, 3.6; 15, 15; Gál 1, 15; 2, 9; Ef 3,
299-314; O. Michel, Zeuge und Zeugnis. Zur ntl. Tra-
Pablo llama también aJTOo'tOAOL a otras per- 2.7s) y se halla presente en su ministerio (l
a:n:OU'tOAt1, ij~, t1
apostole autoridad ditionsgeschichte, en FS Cullmann 1972, 15-31; J. P.
Miranda, Del' Vater, del' mil' gesandt hat, Bern '1976; sonas (-> 5); él se adhiere a la comprensión Cor 15, 9s; Rom 15, 18; Gá12, 8). Frente a las
apostólica, oficio apostólico Id., Die Sendung Jesu im vierten Ev. (SBS 87), Stutt- que esas mismas personas tienen del apostola- exigencias y la obstinación de sus adversa-
-> aJTOo'tOAo~ 7. gart 1977; A. Moreno, Apóstoles y profetas (1 COl' 12, do y acentúa sobre esta base la peculiaridad rios, el apóstol se siente libre (l Cor 9, 1):
28), en La vie de la Parole. FSf P. Grelot, Paris 1987,
381-395; D. Müller, Apóstol, en DTNT 1, 140-146; P. que a él le corresponde (Schnackenburg, únicamente Dios es capaz de juzgar acerca de
a:n:óu'tOAO~, OU, Ó aposta los enviado, von den Osten-Sacken, Die Apologie des pln Aposto- Apostles; Hahn, 56-61). su obediencia como apóstol (1 Cor 4, 3s). Co-
apóstol lats in 1Kor 15,1-11: ZNW 64 (1973) 245-262; K. H. Pablo acentúa que él es XAll'tO~ (<<llama- mo apóstol de Jesucristo, Pablo está enviado
Rengstorf, u:n;óawAo<;, en ThWNT 1(1933) 406-446; do», Rom 1,1; 1 Cor 1, 1; Gáll, 15), Y a<pw- al mismo tiempo por Dios (Rom 15, 15s; 2
1. Aparición del término en el NT - 2. Uso del tér- B. Rigaux, Paulus und seine Briefe. Stand del' For-
mino en Pablo - 3. Uso del término en Lc - 4. Uso del schung, München 1964,82-96; J. Roloff, AposteL(I), Qta[lévo~ (<<escogido», Rom 1, 1; Gál 1, 15) Cor 5, 18-20). Pablo combina la terminología

i
431 U:n:ÓG1;OAO¡; 432 433 U:n:ÓO'tOAO¡; 434

de la gloria celestial, que une a Dios y a Cris- ñor que le envía se manifiesta en la realidad 26ss). Su tarea principal consiste en la trasmi- marle de la misión y devolverle la ~lflJút (<<la
to (2 Cor 5, 19) Y que ha sido dada también al terrena como debilidad de la cruz, así también sión y la conservación de la doctrina no false- autoridad de que disponían como enviados»,
apóstol (2 Cor 4, 4-6), con el modelo jurídico el poder del mensaje reside en la locura de la ada (2, 42); ellos autorizan la misión entre los ---> 7; Bühner, 123, 127 y 257s). A este estado
de la sustitución (Cohn, 393ss; Gerhardsson, palabra acerca de la cruz (1 Cor 4, 9-13; 1, gentiles, que está en sus comienzos (8, 14.18; marquino de la tradición corresponde también
118; Roloff, 122s; Bühner, 250s). 21); en su misión el apóstol del Señor crucifi- 15, 22s; 16,4). En Hech 1, 15-26 se mencio- la designación de los doce apóstoles en Mt
El significado de a:n:ó01;oAO~ está vincula- cado se halla bajo la realidad de la cruz; la re- nan los criterios esenciales para ser un após- 10, 2, un texto independiente de Lucas. Asi-
do con el carácter peculiar que el término al- nuncia de Pablo a sus propios derechos y ho- tol: haber acompañado al Jesús terreno desde mismo, el concepto lucano de testigo (Hech 1,
canzó a consecuencia del uso jurídico popular nores (1 Cor 9, 12; 2 Cor 11, 2.23) es más que los primeros días, haber sido elegido por él 8.22; Lc 2,32; 3,15; 5, 32; 10,39; 13,31; cf.
inspirado en su equivalente hebreo salfalJ (cf., la obediencia ejemplar del enviado; sino que, (1,17; cf. Lc 6,13; 9, 1), haber permanecido Lc 24, 48; cf. Schneider), estrechamente rela-
a propósito, la obra fundamental de Rengs- más bien, el apóstol se gloría en su debilidad a su lado durante todo el tiempo hasta el día cionado con el de apóstol, se remonta a una
torf; cf. Cohn). De conformidad ya con la (2 Cor 11, 23-33; 12, 9), porque el poder del de la ascensión, y haber sido, por tanto, testi- antigua tradición palestinense que considera
práctica jurídica anterior al NT, y que las Señor, que concede protección al mensajero, go de la resurrección (1, 21; cf. 1, 2s; Lc. 24, al apóstol como un comisionado, que tiene un
fuentes rabínicas no hacen más que fijar por se revela en la debilidad (2 Cor 12, 9s; cf. 36ss). Así, pues, una línea va conectando el compromiso con el poder del Resucitado, y
escrito, el salfalJ es el representante directo de Cambier). La gloria en la que participa el envío de los discípulos en misión y la conce- que sale en defensa de ese poder contra el re-
quien le envía y puede actuar en representa- apóstol por su misión, es la gloria que se re~ sión del título de apóstol por el Jesús terreno calcitrante Israel (Michel, 25 y 27; cf. Tos
ción suya de manera autoritativa y jurídica- fleja en el rostro del Señor crucificado (2 Cor (Lc 6, 13), luego el anuncio de la misión por Qid 4, 1, donde se trata de la tarea del salfalJ
mente vinculante (Cohn, 133ss). Está obliga- 4, 4ss). Semejante gloria hace que el servicio el Cristo resucitado (Lc 24, 46-48; Hech 1, 8) de ser testigo de la voluntad y de los derechos
do a estricta obediencia (Cohn, 144ss, 204- del evangelio sea una empresa llena de aflic- juntamente con la promesa del Espíritu (Lc de quien le envía). Se discute, en relación con
213) y debe actuar en todos los asuntos de la ciones terrenas (2 Cor 4, 7) y determina al 24,49; Hech i, 5.8) y finalmente la recepción esto, la mención que se hace de apóstoles en
manera que redunde en mayor beneficio de apóstol como quien tiene que soportar sufri- del Espíritu y con ella la proclamación del Lc 11,49; pero aunque Lucas, en contra de la
quien le envía (Cohn, 139s, 145). La vincula- mientos (2 Cor 4, 10; 1 Cor 4,9). En el cami- evangelio, iniciada de nuevo desde el cielo fuente Q, haya insertado en este punto su con-
ción del término de «apóstol» con títulos jurí- no del Señor la majestad se oculta en humilla- (Hechos 2ss). cepto de apóstol (así piensa Klein, Verfol-
dicos que designan el vínculo personal del en- ción (Flp 2, 5-11); la sabiduría, en locura (1 Aunque la equiparación entre «los doce» y gung; en contra, Michel, 22), sigue siendo
viado con Aquel que le envía y que significan Cor 1, 21); la riqueza, en pobreza (2 Cor 8, 9), «los apóstoles» hace que se trasparente la cla- notable la referencia a la tradición deuteronó-
la tarea que se le ha confiado con respecto a la de tal manera que el ministerio apostólico lle- ra redacción de Lucas, sin embargo no debe- mica de los profetas que predicaban el arre-
comunidad (---> ohwvó~o~, ---> (háxovo~, ---> va también como impronta la singularidad de mos creer que esa concepción sea puramente pentimiento: aquí no es sólo la referencia a la
6oiiAO~, ---> Ú:n:EQÉ't'l']~) está en consonancia ese Señor (2 Cor 4, 5; cf. Roloff, 119; Barrett, lucana (en contra de lo que piensa Klein, misión y al testimonio (= amonestación) lo
con la costumbre de los amos que designaban 70). De esta manera, por conducto del após- Zwolf Apostel), sino que hay ya señales de ella que desempeña un papel en la tradición pre-
a personas autorizadas para que actuaran co- tol, el Señor trasmite el poder vivificador y en la tradición sinóptica pre-lucana (cf., ade- cristiana, sino dentro de esa referencia la de-
mo representantes suyos en el desempeño de justificante de la cruz a las comunidades cris- más de la tradición lucana, Ap 21, 14; cf. Ro- signación de los profetas como apóstoles
las tareas domésticas (Cohn, 175ss; Bühner, tianas de la gentilidad (2 Cor 4, 10-12: 5, 18- loff, 112; Schille, 113 nota 13; Schmithals, (Steck, 214s, 229 nota 5; cf., a propósito, Mi-
124-127). Debemos añadir, finalmente, las in- 21; Gál 3, 1). 267s; E. Haenchen, Apostelgeschichte7 [KEK], chel, 19ss; Bühner, 108ss, 194 nota 9,282).
numerables observaciones que atestiguan que 132s), que no conoce el título de apóstol sin
no sólo la vocación de Pablo sino también su 3. Lucas restringe el título de a:n:óo'tOAo~ referencia a los doce: con excepción del pasa- 4. Los praescripta (o saludos iniciales) en
comprensión de la totalidad de su misión debe a los doce discípulos y, en consecuencia, ja- je, incierto desde el punto de vista de la críti- la Carta a los Efesios y en las Pastorales de-
entenderse desde la perspectiva de los profetas más llama apóstol a Pablo (excepto en Hech ca textual, de Mc 3, 14 (debido probablemen- muestran que se ha adoptado sin cambio algu-
del AT (Holtz: Deuteroisaías; Gerhardsson: 14,4.14, Y se sospecha que aquí está hablan- te a la influencia del paralelo lucano), los no la terminología paulina. Efesios habla de
Moisés; Rengstorf, 440s: Jeremías; Roloff, do una fuente pre-Iucana; cf. H. Conzelmann, doce son llamados a:n:óo'tOAot en Mc 6, 30: los apóstoles en un sentido titular (juntamente
43s: correspondencia tipológica; Hahn, 69-73: Apostelgeschichté [HNT], 87 y 89). Lucas hay aquí claramente una condensación de la con los profetas en 2, 40; 4, 11) como el fun-
Isaías 61, 2; Rigaux 83ss: Deuteroisaías, Eze- utiliza las expresiones «los doce apóstoles», terminología que aparece en Mc 6, 7 Y en la damento de la Iglesia, a quienes se reveló el
quiel, Jeremías); en el judaísmo posbíblico, al «los doce» y (frecuentísimamente) «los após- que encontramos los conceptos de ---> esouotu misterio de Cristo (3, 5) y que fueron desig-
profeta se le llamaba también un salfalJ de toles», sin hacer diferencia alguna. y ---> a:n:oo'tÉAAElV; los doce discípulos que nados por el Señor Exaltado (4, 11). A los
Dios (Bühner, 271-315). Según la exposición de Hechos, los doce son enviados en misión, participan del poder apóstoles se los llama «santos» (3, 5), y son
La índole peculiar del concepto paulino de apóstoles son los dirigentes de la comunidad del Señor que los envía y son -con sus pala- elevados a la condición de mediadores de la
apóstol aparecerá con claridad, una vez cono- de Jerusalén (4, 35.37; 5, 2; cf. 6, 6). Son por- bras y con sus acciones- los representantes salvación para la Iglesia (J. Gnilka, Epheser-
cidos estos antecedentes, si indagamos la pe- tavoces de la comunidad, que proclaman el autorizados del Señor, y, de conformidad con brief [HThK], 157, 211). Las Pastorales ha-
culiaridad de quien lo envía, del mensaje y de evangelio a los de fuera (2, 37) Y la defienden la costumbre jurídica ordinaria, regresan cen de Pablo el prototípico desempeñador de
quienes lo reciben: así como el poder del Se- contra los ataques de la comunidad judía (5, adonde el Señor que los envió a fin de infor- un ministerio, y el que garantiza la conserva-
435 anó(JtoA.o~ 436 437 anó(JtoA.o~
438

ción de la doctrina del evangelio (1 Tim 2, 7; profetas con el nombre de §elúl;fm de Dios
mitado de personas que se llaman a sí mismos mo sacerdote del santuario celestial y porq
6,20; 2 Tim 1, 11-14: cf. Roloff, 241, 249). (Bühner, 281-306), de tal manera que hay · 1e con f'lÓ su tarea. En la morada celes-ue
apóstoles de Jesucristo y que derivan su mi- D. lOS
Las Cartas primera y segunda de Pedro, en que renunciar a la usual y extendida distin-
nisterio apostólico de un encuentro con el Se- tial, él es el Hijo que tiene que rendir cuenta
sus respectivos praescripta, aplican a Pedro ción entre una misión profética y una misión
la terminología paulina relativa a la condición jurídica (Schmithals, 95s; también Rengstorf,
ñor resucitado (cf. 1 Cor 9, 1; 15, 3s). Entre al Padr~. El mi~isterio c~ltual en el cielo, qu:
ellos se cuentan los miembros del grupo de le ha sldo conflado al anÓ<J1;OAo~/sumo sa-
de apóstol; a los apóstoles se los distingue de 420, en este punto, entorpece sus fundamen-
tales estudios introduciendo una diferencia- los doce (cf. Hahn, 57; Brockhaus, 114; Hen- cerdote/Hijo, se corresponde con la homolo-
los profetas de la antigua alianza (2 Pe 3, 2),
ción inapropiada). Puesto que hay también gel, 32; Barrett, 31s; de otra manera piensa gía.(o ~t~ibución de autoridad por aclamación
Y se los considera como los únicos y perma-
papiros más tardíos (cf. Agnew) que conocen Schneeme1cher, 28: solamente Pedro). Estos cansmatIca) por parte de la comunidad terre-
nentes mediadores de la palabra de Cristo (Jds
el término griego cmó(JtoAO~ en el sentido apóstoles palestinenses del Cristo resucitado na, y es u~ ministerio que hace posible que
17). En conjunto, el uso del término en las
personal (y, por tanto, no en el sentido predo- trabajaban seguramente como tales, desde un esa comumdad t.enga la naQQ't]ota, la seguri-
Pastorales está más en consonancia con el uso
minantemente elevado de «expedición na- principio, en la misión entre los judíos (cf. ~ad de a~ce~o hbre al santuario celestial. El
lucano que con el paulino.
val», corriente hasta aquel tiempo) con el Hengel, 32). Al principio, Pablo trabaja junta- titulo de anOOtoAo~ nace aquí de referencias
En el Apocalipsis, la carta dirigida a los
significado de «encargado de una misión, per- mente con Bernabé como apóstol de la comu- cultuales y corresponde el concepto de salfah
efesios elogia a la comunidad por su pacien-
sona autorizada para llevar a cabo una mi- nidad antioquena (Hech 13, 1-3; Gál 2, 1). que en el judaísmo se aplicaba al sacerdoi~
cia gracias a la cual ha desenmascarado a los
sión», y enlazan así probablemente con la Evidentemente la separación de Antioquía, el (sobre el conjunto del tema cf. O. Michel,
falsos apóstoles que habían llegado a ella (Ap
terminología jurídica oriental y con el con- concepto de misión (que ahora -por vez pri- Hebriier' [KEK], 171ss).
2, 2). ¿Se tratará de representantes de un pri-
mitivo apostolado de «misioneros carismáti- cepto semítico de selfl;a', es más probable mera- llega a tener amplitud universal) y la El Evangelio de Juan no llama nunca
cos itinerantes» (así se supone a menudo des- todavía que durante el período del NT este naturaleza peculiar del concepto paulino de anÓOtoAO~ a Cristo. La doctrina acerca del
de Harnack) o se tratará de una polémica término jurídico-popular de sa lfal;, que se apóstol se hallan íntimamente relacionados mensajero, relacionada con los verbos -->
contra conocidos apóstoles o contra sus suce- empleaba también en el ámbito religioso, pe- entre sí (cf. Hengel, 18). Pablo llegó a for- anoo't'ÉAAW y --> nÉ/lnw, no enlaza con la
sores (cf. W. Bousset, Offenbarung 6 [KEK], netrara en el vocabulario de la misión cristia- marse un concepto de misión análogo al que mitología gnóstica sino con la doctrina judía
204; H. Kraft, Offenbarung [HNT], 56)? Ap na. El intento más radical de Schmithals por poseían los dirigentes de Jerusalén (Pedro), es sobre el profeta y el salfal; (Borgen, Bühner):
18, 20 conoce a apóstoles que, juntamente derivar del concepto de «enviado», tal como ~ecir, una misión dirigida a Israel y a los gen- el Padre que envía legitima al Hijo que es en-
con santos y profetas, son los grandes márti- existía en la mitología gnóstica y en la profe- tiles (cf. Gál 2, 7 -1 O) y llegó a considerarse a viado y le dirige en el descenso y el ascenso
res del NT (Kraft, Offenbarung, 237); final- cía, el título cristiano primitivo de apóstol, sí mismo como un apóstol del Señor resucita- por las veredas prescritas para la ruta de un
mente, en 21, 14 la idea de los doce apóstoles destruye sólidos puentes -basados en la histo- do (Gál 1, 15s). Sin embargo, en ninguna mensajero.
está asociada con la tradición acerca de la ria de la cultura y en la historia de las tradicio- fuente vemos que el título de «apóstol» se de-
Iglesia como nueva edificación. nes- para entrar en las ideas del ámbito pales- rive del hecho de haber sido enviado en mi- 7. cl:n:OO"toAÍJ* autorización, mlSlOn re-
tinense (cf. también 1 Cor 15, 7; Gál 1, 17). sión por el Cristo resucitado; de manera se- mite -filológicamente y por su significado-
5. Las influencias de la comprensión jurí- Por de pronto Pablo no recurre a un con- mejante, una primera misión apostólica de los a selfl;út en una relación análoga a la que
dico-popular palestinense de los mensajeros cepto definido históricamente y uniforme de discípulos por el Jesús terreno con el empleo existe entre aJtóOtoAO~ y salfal; (cf. ya el
y representantes, que se observan en Pablo y apóstol (Georgi, 42s). Para él los apóstoles Tg Jonatán: Ag 1, 13; Jue 2, 1; Tg Ester 11,
del título de apóstoles (que aparece por vez
en la tradición sinóptica acerca del envío de son misioneros cualificados del cristianismo 5, 8). En 1 Cor 9, 2 Pablo dice que la comu-
primera en Lc 6, 13) Y su contenido esencial
discípulos en misión, no debemos entender- primitivo (Schnackenburg, Apostolizitiit, 54; nidad de Corinto es el sello (es decir, «la
de ser «testigos del Resucitado» no pueden
las históricamente en un sentido erróneo. La cf. Id., Apostles, 301; Brockhaus, 115s), de confirmación») de su aJtoo't'oA~ (autoridad
observarse en la tradición acerca de Jesús. Es
denominada institución de la salfah no des- los cuales deben distinguirse los predicadores de apóstol), porque ahí se hace patente que
más probable que los orígenes del uso del tér- la comunidad ha surgido como el EQYOV, la
cribe una institución histórica det~rminada misionantes (1 Cor 9,5; 12,28; 2 Cor 11, 13; mino se hallen en la misión judeocristiana de
(reina generalmente falta de claridad sobre Rom 16,7) y los representantes de la comuni- «obra apostólica» (cf. Bühner, 203) de Pa-
Palestina (¿o fueron los «helenistas» de Jeru- blo en el Señor (y por encargo del Señor).
este punto; cf. Roloff, 39; Brockhaus, 119; dad asignados a una tarea especial (2 Cor 8, salén los primeros en llamar CmÓG1;OAOL a sus
Schmithals, 95-99), de tal manera que el con- 23; Flp 2, 25), pero no deben separarse de Según Rom 1, 5, Pablo recibió en su voca-
misioneros? Cf. Schneeme1cher, 6): el testi- ción la gracia y la autoridad apostólica.
cepto neotestamentario de apóstol no puede ellos fundamentalmente (cf. Brockhaus, 115s; monio sobre el Resucitado lo daban profetas
deducirse históricamente de la misión de de- de otra manera piensa Hahn, 56, 60s; sin em- Dios confió a Pedro el ministerio apostólico
que hacían un llamamiento a la penitencia (cf. para con la circuncisión (= los judíos), y Pa-
terminados selúl;fm de la comunidad judía bargo, sobre el tema de la cualificación caris- Hech 2, 32ss) y que, en un lenguaje análogo
(~lfal; !jfbbúr = encargado de una misión por mática incluso de los apóstoles de la comuni- blo el ministerio apostólico extendido a los
al de la tradición profética (Is 61, 1) Y levíti- gentiles (Gál 2, 8).
la comunidad; embajadas del patriarcado de dad cf. Hech 13, 1-3 Y Georgi, 54s). Estos ca, eran llamados ~lúl;fm.
Jerusalén; no se ha demostrado que hubiera apóstoles de la comunidad (parcialmente ca- Hech 1, 25 emplea el término en el sentido
~lúl;fm como misioneros. Sin embargo, en la rismáticos) se diferencian según 1 Cor 15, 7 técnico lucano para referirse al ministerio
6. Tan sólo en Heb 3, 1 se llama anóoto- apostólico.
tradición pos bíblica se conocía a veces a los (cf. Gál1, 17.19; 1 Cor 9,5) de un círculo li-
AO~ a Cristo: él es anÓOtoAo~ por ser el su- J.-A. Bühner
439 440 441 uJto'tOflLa - 'A:n:nLou cpóQov 442

a3toO''to"UJ:tt~ro apostomatizo interrogar * THhlflL; E. G. Selwyn, The First Epistle of Sto Peter,
a3to'toJlta, a;, Í) apotomia severidad* es un término técnico del lenguaje naviero
London '1947,393-400. (cf. ThGL 11, 1785).
Lc 11, 53: probablemente interrogar (uva En Rom 11, 22 (dos veces) se habla de la
:rcEQL 'tLVO~); cf. Platón, Euthyd 276c, 277a El verbo, que en el NT no se usa en voz ac- severidad de Dios en contraste con su bondad
(refiriéndose en estos casos al maestro: repe- tiva, puede traducirse por despojarse en casi (XQl]o'tó'tl]~). ThWNT VIII, 107, 109. a3tÓX~1]O't;, Ero;, Í) apochresis uso, con-
tir de memoria, recitar). Liddell-Scott, s. v. todos los casos en que aparece (con excepción
sumo*
acentúa que el verbo, en Lc 11, 53, se refiere de Mt 14, 3). En sentido propio se usa para
a3to'tóJlro; apotomos (adv.) severamente* Col 2, 22: los alimentos o las cosas creadas
también a la acción del maestro de preguntar expresar la acción de despojarse de las vesti-
En 2 Cor 13, 10 leemos a:rco'tóf,L{J)~ XQÍ)- en general están destinadas «a perecer (d~
a un alumno. duras, en Hech 7, 58 (antes de la lapidación
oOf,LaL por a:rco'tOf,LL<;,( XQÍ)00f,LaL, usar de seve- Cj)'froQúv) con el uso» (dativo).
de Esteban); se usa, además, en la frase
ridad; Tit 1, 13: Tito debe reprender con severi-
«arrojar a alguien a prisión» en Mt 14,3 (cf., dad a los embaucadores (v. 10). ThWNT VIII,
a3toO''t~iCfJro apostrephi5 apartar(se)* a propósito, Polibio XXIV, 8, 8; PapEleph 12; a3toxro~iro apochoreo marcharse, reti-
En sentido transitivo: apartar, devolver a 106-108.
Moulton-Milligan; Lev 24, 12; Núm 15, 34; 2 rarse*
alguien o algo (Mt 26, 52 [cf. 27, 3 v.l.]; Lc Crón 18, 26 LXX). Mt 7,23: ¡Apartaos de mí!; en Lc 9, 39 dí-
23, 14; Rom 11,26; 2 Tim 4,4; probablemen- En el NT predomina el sentido figurado de a3to't~i3toJlat apotrepomai detestar* cese del espíritu maligno que a duras penas se
te también Hech 3, 26). En voz media: apar- a:rco'tL'frq,LaL: Rom 13, 12 habla de despojarse 2 Tim 3, 5b: «¡Evita a esa gente!» va del «muchacho epiléptico» (cf. Herm [m]
tarse (Mt 5, 42; 2 Tim 1, 15); rechazar a al- de «las obras de las tinieblas»; Col 3, 8, de 5,2,6; 12,5,4); Hech 13, 13: Juan se separó
guien o algo (Heb 12,25; Tit 1, 14). ThWNT desechar los vicios; Ef 4, 22, en el mismo a3touO'ta, a;, Í) apousia ausencia* de Pablo y de sus compañeros.
VII, 719-722. sentido, de despojarse del «hombre viejo» (cf. Flp 2, 12: durante mi ausencia (en contras-
Col 3, 9, a:rcEx6'UoÚf,LEVOL). a:rcoúfrowXL se te con :rcuQo'UoLu).
usa también en sentido metafórico (en el len- a3tOxro~t~OJlat apochorizomai sepa-
a3toO''tuyiro apostygeo ahorrecer* rarse*
Rom 12, 9: aborrecer 10 que es malo. guaje catequético de la parénesis [bautismal]) a3toCfJi~ro apophero llevarse*
para referirse a que hay que «despojarse» de Hech 15,39: Pablo y Bemabé (con Marcos)
En el NT se emplea siempre en voz activa: se separaron a causa de desacuerdos; Ap 6,
los vicios (como quien se despoja de una ves- Lc 16,22; llevarse por la fuerza, Mc 15, 1 (Jn
a3toO'uváyroyo;, 2 aposynagogos exclui- tidura): Ef 4,25 (de «la falsedad»); Sant 1, 21 14: «el cielo se desvaneció como un libro que
21, 18 v.l.); dícese de un arrobamiento por el se enrolla» (Bauer, Worterbuch, S. v.: se escin-
do de la sinagoga* (de «toda inmundicia y de todos los restos de Espíritu, Ap 17, 3; 21, 10. Dícese de la acción
Jn 9, 22; 12,42 con YEVÉO'fraL: ser excomul- maldad» ); 1 Pe 2, 1 (de «toda maldad y enga- dió; cf. R. H. Charles, Revelation [ICC], sub
de llevar un objeto, Hech 19, 12; 1 Cor 16, 3.
gado de la sinagoga; 16, 2 con :rcOLdv: expul- ño»); Heb 12, 1 (de «todo peso que estorbe loco).
sar de la sinagoga. Sobre la excomunión de la y... del pecado»). El participio a:rco'frÉf,LEVOL
sinagoga cf. Billerbeck IV, 293-333; K. L. Ca- debe entenderse en Ef 4,5; Sant 1,21; 1 Pe 2, a3tOCfJE'ÚYro apopheugo escapar*
Escapar, evadirse de una persona o de una a3tolj1'Úxro apopsycho morir*
rroll: BJRL 40 (1957-1958) 19-32; ThWNT 1; Heb 12, 1 como una viva exhortación (cf. Lc 21, 26 (a diferencia de Marcos): los hom-
cosa, con acusativo en 2 Pe 2, 18.20, con ge-
VII, 845-850. Rom 13, 12) o como un imperativo (así en bres expiarán por el temor y la expectación de
nitivo en 1, 14.
Col 3, 8); cf. L. Goppelt, Der erste Petrus- las cosas que están sucediendo (no «se desma-
brief (KEK), 133 nota 32. yarán», como en Homero, Od 24, 348, sino que
a3to'táO'O'oJl(U apotassomai despedirse, G. Schneider a3toCfJ.a-iyyoJlat apophtheggomai decla-
apartarse de* morirán como en 4 Mac 15, 18; Filón, Aet 128;
rar en voz alta*
Mc 6, 46; Lc 9, 61; 14,33; Hech 18, 18.21; Josefo, Ant XIX, 114).
Dícese de las palabras pronunciadas por el
2 Cor 2, 13. ThWNT VIII, 33s. a3to'ttváO'O'ro apotinasso sacudir* sabio (Diógenes Laercio 1, 63, 73), Y también
Lc 9, 5: ¡sacudid el polvo de vuestros pies!; por el adivino o por el profeta (Ez 13,9.19. 'A3t3ttou CfJÓ~Ov Appiou phoron Foro de
en Hech 28, 5 Pablo sacudió la mano para 19; Miq 5,11; Zac 10,2; Filón, VitMos 11, 33)
a3to'tEJ.iro apoteleo tenninar, llevar a caho* Apio (Forum Appii)*
arrojar de sí la víbora que le estaba mordien- o por el inspirado en general. En el NT se usa
Lc 13, 32: «yo llevo a cabo curaciones»; do la mano. Bibl.: H. Nissen, Italische Landeskunde n, Berlin
únicamente en Hech 2, 4.14 para referirse a
S ant 1, 15 en voz pasiva: dícese del pecado 1902, 638s; A. Weiss, en Pauly-Wissowa VII, 64.
los efectos del Espíritu Santo; en Hech 26, 25
que ha conseguido su objetivo.
a3to'tí.vro apotino pagar, reemholsar* dícese de las palabras pronunciadas por Pablo Mercado situado junto a la Vía Apia y que
Flm 19: yo te compensaré pOr los daños. ante Festo. ThWNT 1,448. había sido fundado en el año 312 a.C. por
a3to'tí,{}EJlat apotithemai quitarse, despo- Apio Claudio Ciego con motivo de la cons-
jarse, desemharazarse* a3toCfJo~'tt~OJlat apophortizomai des- trucción de la calzada que, desde el tiempo
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v. aJt01:HhlflL; E. Kam-
a3to'toJ.Jláro apotolmao atreverse* cargar* de Nerva o de Trajano, se había pavimentado
lah, Die Form der katalogischen Pariinese im NT, Tü- Rom 10, 20: Isaías se atreve y dice (se atre- En Hech 21, 3 dícese de la acción de des- desde el mercado hacia el Norte; el mercado
bingen 1964, 173-189; Moulton-MiIIigan, s.v. aJto- ve a decir). ThWNT VIII, 183, 186. cargar la mercancía trasportada por un buque; estaba situado a una distancia de Roma de 43
443 'A:rt:rtLou <póQov - aQu -444 445 446

millas romanas (= 64 km) (CIL X 6824). Jun- xuales, como en 1 Cor 7, 1). Dícese de la ac- rece 49 veces en el NT, de las cuales 15 se en- do fundamental de aQu implica un vivo inte-
to a la calzada trascurría también hacia el Sur ción de tocar para bendecir (curar: Mc 1, 41 cuentran en los evangelios sinópticos, pero no rés (a menudo muy difícil de traducir). Este
un canal que iba desde el 'ArtJtLov <póQov, par. MtlLc; 7, 33; 8, 22; 10, 13 par. Lc; Mt 8, aparece en Juan. significado se siente aún en -)o 1.a.l, por
pasando por los pantanos Pontinos, hasta Te- 15; 9, 29; 17,7; 20, 34; Lc 22, 51) o para ha- aQu (según la ley de Wackernagel) aparece ejemplo, Lc 22, 23 (la pregunta acerca de
rracina, localidad situada a 19 millas, de tal cer daño (1 Jn 5, 18). Dícese también de los como segunda palabra en la oración: a) en las quién era el que iba a traicionar a Jesús) o
manera que para recorrer este trecho podía que tocaban a Jesús buscando la curación (Mc preguntas, lo mismo que en la lengua clásica Hech 12, 18 (la pregunta acerca de qué habría
escogerse entre el viaje por la calzada y la 3, 10 par. Lc; Mc 5, 27.28.30.31 par. MtlLc; (Denniston 39f), 1) siguiendo a "tL(C;), única- sido de Pedro), y la mejor manera de traducir-
travesía, más cómoda, por la vía fluvial. Se- Mc 6, 56 par. Mt). DTNT IV, 294s. mente en los evangelios sinópticos y en He-
gún Horacio (Sat 1, 3s), ésta era la razón de la a nuestra lengua es por pues; de manera se-
chos (en interrogativas directas: Mt 18, 1; 19, mejante -)o 1.b, en la asombrada pregunta del
que el 'A:rtrtLov <póQov estuviera lleno de 'A:rtqJia, a~ Apphia Apia* 25.27; 24, 45 par. Lc 12,42; Mc 4, 41 = Lc 8, tribuno en Hech 21, 38 y en forma atenuada
marineros y tabernuchos. Como la zona pan- Nombre de una cristiana (¿esposa de File- 25; Lc 1, 66; cf. Job 23, 3; en interrogativas
tanosa iba extendiéndose cada vez más por la en -)o 1.a.2, donde aQa puede significar tam-
món de Colosas?): Flm 2. Moulton-Milligan, indirectas: Lc 22, 23; Hech 12, 18); 2) des-
región, el asentamiento dejó de existir a más bién quizás (como en la pregunta que hace
s.v.. pués de EL (sólo en interrogativas indirectas:
tardar en el siglo VI. Según Hech 28, 15, los Pablo en 2 Cor 1, 17, que supone que se va a
Mc 11, 13; Hech 8, 22; 17, 27; cf. Núm 22,
cristianos salieron a recibir aquí a Pablo, que dar una respuesta negativa).
11), b) en interrogativas directas sin partícu-
iba camino de Roma (como hicieron también a:rtro-3io,..,at apótheomaidesechar, recha- la interrogativa (Hech 21, 38; 2 Cor 1, 17);
La pregunta puede indicar también una
en Tres Tabernas). zar* consecuencia (entonces, por tanto) como, por
c) después de un verbo (Rom 7, 21; Gál 3, 7;
Hech 7, 27.39; 13, 46; 1 Tim 1, 19. Con ejemplo, en la reacción de los discípulos ante
E. Plümacher cf., por ejemplo, Homero, 11 18, 610; cf. tam-
Dios como sujeto de la acción verbal en Rom la mala opinión que Jesús tiene de las perso-
bién Rom 8, 1; de manera semejante Teognis
11, 1.2: Dios no ha rechazado al pueblo de Is- nas ricas en Mt 19, 25 (xaL en los lugares pa-
788); d) después de las partículas 1) E'LnEQ (1
cbtQó(Jt'to~, 2 aprositos inaccesib1e* rael (cf. Sal 93, 14 LXX). ThWNT 1,448. ralelos Mc 10, 26/Lc 18, 26). La consecuen-
Cor 15, 15; cf., por ejemplo, Aristóteles Cael
1 Tim 6, 16: Dios habita en luz inaccesible. cia se acentúa más intensamente en -)o l.e. El
268s, 22) y 2) btEt (1 Cor 5, 10; 7, 14; cf.,
significado de conclusión <<por consiguiente»
a:rtrol.na, a~, 1] apóleia perdición, des- por ejemplo, eJtcl aQ en Homero, 11 17, 658).
(cf. Dionisio de Tracia 95, 2s, quien conside-
ci:rtQó(J~mto~, 2 aproskopos lo que no es- trucción Sin embargo, la partícula aparece como la
ra aQa como una de las conjunciones silogís-
candaliza, 10 que es irreprochable* -)o u:rtÓA.A.V¡.,tL. primera palabra en 27 ejemplos del NT (para
ticas), que aparece con mayor frecuencia a
Hech 24, 16; 1 Cor 10, 32; Flp 1, 10; cf. 1 los ejemplos de fuera del NT cf. Blomqvist,
partir de Platón, se aplica a -)o 1.c y 1.f. Tam-
Clem 20, 10; 16, 1; Herm [m] 6, 1,4. ThWNT 128), a saber: e) 7 veces en las apódosis de
aQci, d~, 1] ara imprecación, maldición* bién en -)o l.g aQu designa la consecuencia, y
VI, 747s, 753-758. oraciones condicionales (Mt 12, 28 = Lc 11,
Rom 3, 14 (Sal 9, 28; 13,3 LXX): «Su bo- oúv acentúa esta idea (por ejemplo, en los su-
20; 1 Cor 15, 18; Gál 2, 21; 3, 29; 5, 11; Heb
ca está llena de maldición y de amargura». marios de Rom 5, 18 y 7, 25) ó indica una
12, 8; cf., por ejemplo, Homero, Il 7, 360);
a:rtQo(Jro:rtol.r".t:rt'tro~ aprosi5polempti5s ThWNT X, 989s (bibl.). Sal 57, 12 LXX; en segundo lugar en 1 Cor
transición (por ejemplo, 8, 12). aQa se usa en
(adv.) sin acepción de personas, impar- -)o l.d.l (1 Cor 15, 15) para indicar una reca-
15,14) f) 8 veces al comienzo de una oración
cialmente* pitulación: (si) en verdad, (si) como dicen. fi-
«Qa ara (partícula) por tanto, por consi- (Mt 7, 20; 17, 26; Lc 11,48; Hech 11, 18;
En 1 Pe 1, 17 dícese del juicio imparcial de nalmente, -)o 1.d.2, la mejor manera de tradu-
guiente* Rom 10, 17; 2 Cor 5, 14; 7, 12; Heb 4, 9); y
Dios; cf. Bern 4,12; 1 Clem 1,3. ThWNT VI, cir la combinación eJtEl aQu es <<pues de lo
g) 12 veces, todas ellas en el Corpus Paulino,
780s; DTNT IV, 119-121. Bibl.: J. Blomqvist, Greek Particles in Hellenistic contrario» (Bauer, Worterbuch, s. v. 1).
Prase, tesis Lund 1969, especialmente 128; K. W. en la forma reforzada aQu Oúv (Rom 5, 18;
En oposición a todo esto, Clark considera el
Clark, The Meaning of agu, en FS Gingrich, 70-84; 7,3.25; 8, 12; 9, 16.18; 14, 12 [la variante
significado general de la palabra en el NT y
ii:rt'tat(J'to~, 2 aptaistos libre de tropiezo* Denniston, Particles, 32-43; J. Grimm-H. W. Nordhei- textual es incierta]; Ef 2, 19; en exhortaciones
en su ambiente como una expresión de incer-
der-H. Brandt, agu, en Lexikon des frühgriech. Epos, en Rom 14, 19; Gá16, 10; 1 Tes 5, 6; 2 Tes 2,
Jds 24: <pvAál;m ú¡.,tUC; um;aLO"tovc; para fundado por B. Snell y continuado por H. Erbse, sép- tidumbre con respecto a posibles alternativas,
guardaros sin tropiezo. tima entrega, Giittingen 1973, 1126-1164; Kühner,
15; esta combinación implica siempre un hia-
que exige que cada contexto específico sea
Grammatik lIl2, 317-326; Thrall, Particles, sobre to- to; en la lengua clásica se encuentra única-
examinado en sí mismo y reciba una traduc-
do lOs, 36. mente Oúv aQu, cf. Denniston 43; cf. tam-
a:rt'tro haptó encender, (en voz media) tocar bién 1 Clem 35, 3). De las combinaciones
ción apropiada.
En voz activa en Lc 8, 16; 11,33; 15,8; 22, 1. Esta partícula se ha derivado general- A. Horstmann
clásicas de partículas, en el NT encontramos
55 v.l.; Hech 28, 2. En todos los demás casos mente de UQUQLOXO) (cf., por ejemplo, Frisk, únicamente aQu yE (cf. Denniston, 43), en
en voz media, por ejemplo, Jn 20, 17: «¡Deja Worterbuch, s.v.) y recientemente también de Mt 7, 20; 17,26; Hech 17,27 (cf. Gén 26, 9). liQa ara (partícula interrogativa)
de tocarme!» (cf. Bauer, Worterbuch, S.v. 2a); uQ- en aQLo"toc; (cf. C. J. Ruijgh, Autour de Esta partícula interrogativa (cf. Kühner,
Col 2, 21: «¡No toques!» (¿o no comas?, o «"tE épique», Amsterdam 1971, 433; se halla 2. Las investigaciones más recientes (Den- Grammatik 11/2, 527s; Denniston, Particles,
quizás se hace referencia a las relaciones se- atestiguada desde la Ilíada de Homero). Apa- niston; Ruijgh, 435) suponen que el significa- 46-51) induce a esperar una respuesta negati-
447 448 449 450

va. Introduce únicamente interrogativas di- que es el que habría sido de esperar: si se tra- aQaq¡o;, 2 araphos sin costura, inconsú- siempre a la plata en primer lugar. Esta mane-
rectas (BlaB-Debrunner § 440, 2 con la nota tara de un apóstol con un mensaje que se de- til* ra de hablar la encontramos en el NT en 1 Pe
3). En el NT aparece sólo 3 veces: Gál 2, 17 biera a la instrucción humana, entonces lo ló- En Jn 19,23 dícese de la túnica (XL'tWV) de 1, 18; Hech 3, 6; 20, 33. El poder adquisitivo
(<<¿Estará Cristo, entonces, al servicio del pe- gico habría sido que Pablo, después de su de las monedas de plata, en el NT, era muy al-
Jesús (cf. Josefo, Ant I1I, 161, refiriéndose a
cado?»); Lc 18,8 (<<Cuando el Hijo del hom- vocación, hubiera acudido inmediatamente a to (cf. Mt 20,2-13: un denario del tamaño de
la túnica del sumo sacerdote). J. Repond: Bib
bre venga, ¿acaso encontrará fe en la tie- Jerusalén para ver allí a los apóstoles del pri- una moneda de 50 pesetas era el jornal diario
2 (1922) 3-14.
rra?»); Hech 8, 30 (<<¿Acaso entiendes lo que mer momento y hacer que le instruyeran. Sin de un trabajador). En Mt 26, 15; 27, 3.5.6.9 se
lees?» [i'iQá yE]). Cf., además, Herrn [m] 4, 1, embargo, Pablo no sólo se quedó en Damas- habla de las monedas de plata pagadas a Judas
4; Diogn 7,3. co, lejos de Jerusalén, sino que emprendió in- 'l\Qali', ~o;, Ó Araps árabe* (30 uQyúQLa); en Mt 28, 12.15 se habla de la
cluso un viaje a 'AQa~ta, es decir, a una re- Hech 2, 11: «Cretenses y árabes». «plata» destinada a sobornar a los guardias
gión muy distinta. -+ 'AQa~ta 3.
que custodiaban el sepulcro.
'AQa~ta, a;, t1 Arabia Arabia* En Gál 4, 25 se habla de 'AQa~ta en un
1. Geografía - 2. 'AQa~la en Gálatas - 3. Habitan- sentido general. Se trata de nuevo de un con- UQyÉro argei5 estar ocioso o inactivo* Se acuñaban las siguientes monedas de plata
tes de 'AQa~la traste con Jerusalén: juntamente con la Jeru- 2 Pe 2,3: el juicio no está inactivo, es decir, con efigies de dioses y emperadores: el denario
Bibl.: Abel, Géographie 1, 288-294; II, 164-168; J. salén actualmente esclavizada, el Monte Sinaí viene preparándose. ThWNT 1,452. (la moneda romana que corresponde a la dracma
Assfalg, en LThK 1, 786s; D. Baly, Geographisches se halla en contraste con la Jerusalén libre, la griega), la doble dracma, la tetradracma (= esta-
Handbuch zur Bibel, Neukirchen-Vluyn 1966; C. K. «de arriba». Al situar el Sinaí «en Arabia», ter, que correspondía a un sido [seqel] hebreo).
Barrett, The Allegory of Abraham, Sarah, and Hagar Pablo asienta la imposibilidad de una unión uQyó;,3 argos ocioso, perezoso, inútil* Ningún gobierno judío antes de la Guerra Judía
in the Argument ofGalatians, en FS Kiisemann, 1-16; Mt 12, 36 (toda palabra inútil); 20, 3.6, re- de los años 66-70 p.C., ni los Asmoneos (en con-
geográfica de los dos lugares, pero no ve nin-
G. Cornfeld-G. J. Botterweck (eds.), Die Bibel und ih- firiéndose a los hombres que están ociosos en tra de lo que se pensaba anteriormente) ni Hero-
re Welt 1, Bergisch Gladbach 1969, 84-92; G. W. Bo- guna objeción en la correspondencia «alegóri- des 1, los tetrarcas o los procuradores acuñaron
wersock, RomanArabia, Cambridge-London 1983; E. ca» entre ambos. La comprensión de este tex- la plaza; en 1 Tim 5, 13 (dos veces) dícese de
monedas de plata (en Palestina se acuñaban úni-
Güting, Der geographische Horizont der sog. V6lker- to se hace más difícil todavía por lo incierta las viudas ociosas; Tit 1, 12: los cretenses son
camente monedas de cobre). Y todas las monedas
liste des Lukas (Acta 2, 9-11): ZNW 66 (1975) 149- que es la tradición textual relativa a -+ 'AyáQ vientres perezosos (¿es decir, glotones?); Sant que tenían curso en Palestina, en tiempos del NT,
169; M. Hofner, en RAC 1, 575-585; A. Jeffery, en 2,20 (la fe sin obras es estéril); en 2 Pe 1, 8
Hastings 1, 47s; E. Lohse, LLva, en ThWNT VII, 284s; (v. 25; cf. MuBner, sub loco). llevaban inscripciones en griego.
F. MuBner, Der Galaterbrief, Freiburg i. Br. 21974; A.
dícese de las virtudes que van aumentando y
Negev, The Nabateans and the Provincia Arabia, en 3. En el AT 'arlibf (en plural, 'arebfm) se que no dejan a los cristianos estar ociosos, o 3. Los tributos destinados al templo, había
ANRW II18, Berlin 1977, 520-686; M. Noth, Aufsiitze usa varias veces como una manera general de que «no son estériles para el conocimiento de que pagarlos con el pesado siclo o medio siclo
zur bibl. Landes- und Altertumskunde 1, Neukirchen- Cristo». ThWNT 1,452. tirio, de plata. La tradición sobre la traición de
Vluyn 1971,55-74; H. P. Rüger, en BHH 1, 118s; A. designar a los nómadas del desierto. No exis-
Schimmel-Tari, en RGG 1, 525s. tía un nombre colectivo para denominar a los Judas al entregar a Jesús, se refiere a tales mo-
habitantes de toda la región de Arabia; se los UQyÍlQlOV, OU, tó argyrion plata, moneda nedas cuando habla de las «treinta monedas de
1. Como término geográfico, «Arabia» de- llamaba según la tribu a la que pertenecían y de plata plata» (Lutero traduce: «Silberlinge»). Tan só-
signa el Desierto de Siria situado al Oeste de los lugares en que se asentaban. 'AQa~E¡; (en lo Mateo conoce esta cuantía, y con ella hace
1. Significación del término - 2. Monedas de plata
Mesopotamia y al Este de los valles del Oron- singular 'AQa'IjJ, árabes), en Hech 2, 11, debe en el NT - 3. Las «treinta monedas de plata» que se referencia a las «30 piezas de plata» de que se
tes y del Jordán y que se extiende al Sur por la entenderse como una referencia a los judíos dieron a Judas. habla en Zac 11, 12.
península bañada por el Golfo Pérsico, el Océ- que habitaban en el Reino de los Nabateos. B. Schwank
Bibl.: A. Kindle'f, Coins of the Land of Israel, Jeru-
ano Indico y el Mar Rojo. No es seguro que Posiblemente el autor (según E. Haenchen, salem 1974.
incluya también la Península del Sinaí (Baly, Apostelgeschichte7 [KEK]), un escriba que in-
sertó posteriormente lo de «cretenses y ára- UQYUQoxó¡to;, OU, Ó argyrokopos platero*
104; MuBner, 323). Según la terminología ro- 1. UQYÚQLOV significa propiamente plata. Hech 19, 24, refiriéndose al platero Deme-
mana, 'AQa~ta designaba el territorio situado bes» en la lista de pueblos) sabía que entre Pero sólo en un lugar del NT se emplea el tér-
ellos había cristianos. trio, de Efeso.
al Sur y al Sudeste de Palestina, y estaba habi- mino en este sentido: 1 Cor 3, 12 v.l.; la ima-
tada principalmente por los Nabateos. U. Borse gen es típica para designar las mezclas de me-
tal y mineral que eran corrientes en el mundo aQyuQo;, OU, Ó argyros plata*
2. Los dos únicos lugares del NT en que antiguo. Por lo demás, el término se usa siem- Como moneda en Mt 10, 9; como metal
aQaYE arage entonces, por consiguiente
aparece 'AQa~ta son Gál 1, 17 (sin artículo) pre para referirse a las monedas de plata (20 (mencionado junto al oro) en Hech 17, 29; 1
-+ aQa.
y 4,25 (con artículo; BlaB-Debrunner § 261, ejemplos en el NT, de los que ocho, siempre en Cor 3, 12; Sant 5,3; Ap 18, 12.
7). El viaje de Pablo del que se habla en 1, plural, se encuentran'en Mateo).
17, le llevó por los territorios septentrionales 'AQá,.., Aram Aram [o Arán]* UQYUQoií;,3 argyrous de plata*
del Reino Nabateo. Pablo menciona este via- Nombre de persona en Mt 1, 3.4; Lc 3, 33 2. En el siglo 11 a.C. la plata era más valio- Hech 19, 24: «templecillos de plata de Ar-
je para contrastarlo con el viaje a Jerusalén, V.l. (cf. 1 Crón 2, 9s; Rut 4, 19 v.l.). sa que el oro; por eso, en el AT se menciona temisa»; 2 Tim 2, 20: «En una casa grande no
451 UQyVQojj~ - UQÉOXW 452 453 454

sólo hay vasos de oro y de plata ... »; Ap 9, 20: ¡.,téow tOV 'AQdoll :7táyOll) y dijo». Sobre to- Tesalonicenses) y, por lo demás, únicamente aL fv OUQXL OVtE¡; (Rom 8, 8) semejante con-
ídolos de oro y de plata». do, ~ste segundo texto hace que nos incline- en Mc 6, 22 par. Mt 14,6; Hech 6, 5; 2 Tim 2, ducta no es posible.
mos a pensar que lo del Areópago se refiere al 4. Designa originalmente el establecimiento Por tanto, aQéoxELv en Pablo es «un con-
'i\.@}€to; náyo;, ó Ardas pagos Areópago* tribunal más bien que a la Colina de Ares (así de una relación positiva entre dos personas u cepto que caracteriza al hombre en cuanto a su
'AQwJtuyLt'l1';;, Ol), Ó Areopagites Areopa- piensan Dibelius, Morrice; cf. el v. 33: «Pablo otras entidades (<<resarcir, satisfacer»), y su actitud equivocada o correcta ante la vida»
gita* salió de entre ellos»; 1, 15; 27, 21). Y la frase significado se ha trasferido de la esfera jurídi- (Bietenhard, 283). 1 Tes 2, 15 pronuncia sobre
con e:7tL, en el v. 19, puede referirse también al ca a la esfera estética: complacer, agradar (cf. los judíos «que mataron a Jesús el Señor y a
Bibl.: H. J. Cadbury, The Book of Acts in History,
London 1955, 51s.57; T. J. Cadoux, en OCD, 102s; H. consejo ante el cual llevaron a Pablo (cf. 9, Foerster, 455). Del tema de presente se deri- los profetas» el juicio de que «ellos no agra-
Conzelmann, Die Apostelgeschichte2 (HNT), Tübin- 21; 16, 19; 18, 12). Que el autor de Hechos van aQEoxdu, «deseo de agradar, compla- dan a Dios». El apóstol mismo (liberado, des-
gen 1972, 105s; E. Curtius, Paulus in Athen: SAB piensa (sobre todo) en el correspondiente tri- cencia» y avfrQW:7táQEOXO¡;, «el que trata de
(Berlin 1893) 925-938; M. Dibelius, Paulus auf dem
pués de su vocación, de todo empeño por
bunal de justicia, lo sugiere también la men- agradar a los hombres». De la raíz aQwtót;, agradar a hombres), desea vivir de manera que
Areopag, en Aufstitze zur Apg, Gottingen '1953, 29-70,
especialmente 62-64; cf. ibid. 73 (1); B. Gartner, The ción del Areopagita en el v. 34. A Dionisia se «agradable», se deriva: EváQEOtOt;, «lo que agrade a Dios y a Cristo (1 Tes 2, 4); él, en su
Areopagus Speech and Natural Revelation (ASNU le menciona expresamente como uno de los agrada», y EVUQEOtéw, «ser agradable». ministerio, trata de agradar a judíos y a grie-
21), Uppsala 1955, 52-65; E. Haenchen, Die Apostel- pocos que llegaron a creer. La persona a la que agrada o complace el
geschichte 7 (KEK), GOttingen 1977,495-510, 709s; 1. gos a fin de salvarlos a todos (1 Cor 10, 33).
Desde luego, el autor de Hechos no decide sujeto de aQÉoxELv (faltan en el NT las for-
Th. Hil!, The Andent City of Athens (London 1953), G. Schneider
Chicago 1969 (s. v. en el Índice analítico); B. Keil, la alternativa de si por Areópago hay que en- mas en voz media y en voz pasiva) o aquella
Beitriige zur Geschichte des Aeropags, Leipzig 1920; tender el tribunal de justicia o la Colina de persona a quien el sujeto desea agradar, se
W. G. Morrice, Where Did Paul Speak in Athens... ?: Ares, porque para él el Areópago es importan-
o.QE6'tÓ;, 3 arestos agradable, placentero*
halla en dativo y suele aparecer en singular
ET 83 (1971-1972) 377s; Wachsmuth-Thalheim, te como tópico literario: Pablo, según Hechos, Jn 8, 29; Hech 6, 2; 1 Jn 3, 22 (agradable a
'f\QfLO~ Jtáyo~, en Pauly-Wissowa JI (1895), 627-633.
(por ejemplo, 1'tE0: Rom 8,8; 1 Tes 2, 4.15; 4,
expuso su mensaje ante el famoso «tribunal» Dios); Hech 12, 3 (agradable a los judíos).
1), con menos frecuencia aparece en plural
ateniense que, al parecer, tenía competencia Th WNT 1, 456.
1. Hech 17, 19.22a menciona el Areópago (como en Rom 15,1: ÉUllt0L¡;; 10,33: Jtumv;
Cl\QELO¡; Jtáyo¡;) y Hech 17, 34 menciona a en asuntos de religión y enseñanza, sin que se Gál 1, 10 [dos veces]; 1 Tes 2, 4: av1'tQw-
Dionisia el Areopagita en el contexto de un procediera lo más mínimo contra él. Proba- :7tOL¡;). Una excepción es Hech 6, 5 (evwmov 'A@}É'ta;, a Haretas Aretas*
discurso de Pablo a los atenienses (el «discur- blemente, el Areopagita, mencionado en la con genitivo corresponde a la LXX: 3 Re 12, Nombre de persona de algunos reyes naba-
so del Areópago» en 17, 22b-31; bibliografía tradición, dio motivo para que el discurso se 24s; Jdt 7, 16; cf. Sal 55, 14 LXX). teos. 2 Cor 11, 32 se refiere a Aretas IV (ca. 9
en Haenchen, 495s, 709s). presentara en un marco correspondiente (Di- a.C.-40 p.C.). Schürer 1, 736-739; H. Win-
belius, 68). 2. El significado de agradar, que corres-
disch, Der zweite Korintherbrief (KEK), 364-
''AQELO~ náyo~ significa Colina de Ares y de- G. Schneider ponde al uso que la LXX hace del verbo, apa-
366; Lietzmann-Kümmel, An die Korinther"
signa tanto a la colina rocosa que se alza al Noro- rece principalmente en el uso no paulina del
(HNT), 152; J. Starcky, en DBS VII, 913-916;
este de la Acrópolis de Atenas así como al conse- 'A@}EOnayí:t'l;, O\l, Ó Areopagites Areo- término: Mc 6, 22 par. Mt 14, 6 (la hija de He-
Schürer, Historia 1, 737-740.
jo judicial que celebraba allí sus reuniones rodías «agradó a Herodes»); Hech 6, 5 (las
(Herodoto VIII, 52; Pausanias l, 28 5; Diógenes pagita
palabras «agradaron a toda la multitud»); 2
Laercio n, 101, 116; Cicerón Att l, 14, 5; Nat -> 'l\QELO';; :7táyo,;;.
Deor n, 74; SIG lndex s.v. [IV, 234]). Era un tri-
Tim 2, 4 (cada cual trata de «agradar a quien o.@}uÍl, ií;, iJ
arete buena conducta, vir-
le enroló [como soldado]»); y también quizás tud*
bunal de justicia que entendía de los delitos más o.@}E6'X,EÍa, a;, iJ areskeia deseo de agra- 1 Cor 7, 32.34 (<<al Señon>, «a la esposa», «al Flp 4, 8; con :7tLOtL¡; en 2 Pe 1, 5 (dos ve-
graves, pero que tenía también otras competen-
cias (cf. Thalheim, 629-633; Keil). Desde los dar, complacencia* marido»). ces). Se discute el significado de este término
tiempos de Pericles, el Areópago celebraba sus Se emplea en Col 1, 10 en sentido positivo: Cuando -en los escritos paulinos- el verbo en 1 Pe 2, 9: alabanza, loor (cf. Is 42, 12; 43,
reuniones en la «sala real» junto a la plaza. No se dt; :7tUOUV aQwxduv, agradando en todo (a tiene significación teológica (cf. las frases 21) o milagro, poder divino (como en 2 Pe 1,
sabe a ciencia cierta cuáles eran las competencias Dios) por medio de una conducta digna. que aparecen frecuentemente: «agradar a 3). ThWNT 1, 457-461; X 990s; Bauer, Wiir-
del Areópago durante la época romana (¿entre ThWNT 1,456; DTNT 1,281-285. Dios», «agradar a hombres» -> 1), entonces el
otras, la enseñanza y la educación pública?; Plu- terbuch, s. v.; C. Spicq, Note de lexicograp-
verbo aQéoxw significa primordialmente de- hie: aQEt~: RB 89 (1982) 161-176.
tarco, Cic 24; Thalheim, 632). 'AQEOnayh:Y)~ de-
signa a un miembro del Areópago. o.@}É6'X,ro areskiJ complacer, agradar* sear agradar, vivir para agradar. éUlltOL¡;
aQÉoxELv (Rom 15,1) se opone a la exigen- o.@}Ílv, o.@}VÓ;, ó aren cordero
Bibl.: Bauer, Worterbuch, S.v.; H. Bietenhard, Com-
2. Hech 17, 19 refiere que «tomaron a Pa- placencia, en DTNT 1, 281-285; W. Foerster, uQÉQ'X,())
cia: t0 :7tA'I1oLov aQwxé'tw (v. 2); la razón de -> aftvót; 4.
blo y le llevaron al (ante el) Areópago (f.:¡ti, KtA., en ThWNT 1, 455-457; Nageli, Wortschatz, 40. este mandato se da en eí v. 3: «porque tampo-
tOV "AQHOV náyov)>> para enterarse de más co Cristo vivió para agradarse a sí mismo». 1
detalles sobre su «nueva doctrina». Hech 17, 1. El verbo aQÉoxw aparece 17 veces en el Tes 4, 1 acentúa la necesidad de comportarse o.@}Lap.tÉro arithmeiJ contar*
22 introduce el discurso de Pablo: «y Pablo NT, principalmente en Pablo (4 veces en Ro- de una manera que sea agradable a Dios (6EL Mt 10, 30 par. Lc 12,7; Ap 7, 9; cf. 1 Clem
se puso de pie en medio del Areópago (ev manos, 4 en 1 Corintios, 2 en Gálatas, 3 en 1 úftut:; :7tEQL:7tutELv XUL aQÉoxELv 1'tE0); para 10; 6 (Gén 15,5). ThWNT 1, 461-464.
457 458
455 456

nario en que ha de darse la batalla en el con- 4. Meguido (actualmente: Tell el-Mutesselim)


cl.º,{t",ó;, olí, Ó arithmos número* de una comida sin especificar: Mt 22, 4; Lc está situada en la margen meridional de la Llanu-
flicto del fin de los tiempos (cf. Ez 38, lss;
Lc 22, 3; Jn 6, 10; Hech 4, 4; 5, 36; Rom 9, 11,38. lQM 1, lss y passim). Allí «se reunirán» los ra de Yezrael. La Via Maris, que trascurre desde
27; Ap 5,11; 7, 4; 9,16 (dos veces); 13, 17.18 reyes de la tierra, seducidos por espíritus de- la costa mediterránea hasta Damasco (Is 9, 1, TM
8, 23) cruza la cadena montañosa del Carmelo
(tres veces); 15,2; 20, 8. Dícese de una multi- cl.ºXUÓ;, 3 arketos suficiente* moníacos que tienen como autores al dragón, por el Wadi Ji:ra y entra en la llanura en las cer-
tud en Hech 6, 7; 11,21; 16,5. ThWNT 1, Mt 6,34; 10,25; 1 Pe 4,3. ThWNT 1, 464- a la bestia y al falso profeta. El anuncio de es- canías de Meguido. El lugar, habitado continua-
461-464; DTNT 111,183-187. 466. te suceso, muy concreto si consideramos elli- mente desde el neolítico hasta el período persa y
bro en su conjunto, aparece en el contexto de de gran importancia estratégica, fue estudiado y
'Aº,,,,a{taí,a, a; Harimathaia Arimatea* la sexta visión de las copas, a la que sigue la excavado por el arqueólogo alemán G. Schuma-
cl.ºxÉro arkeo bastar, ser suficiente, (en voz cher en 1903-1905, y más tarde por los arqueólo-
Nombre de una localidad de Judea (Rama- pasiva) estar satisfecho* descripción muy detallada de la destrucción
gos americanos C. S. Fisher, P. L. Guy y G. Loud,
taim), patria de «José de Arimatea» (---+ En voz activa: Mt 25, 9; Jn 6, 7; 14, 8; 2 de «Babilonia», es decir, de la gran antagonis- y finalmente en el año 1960 y sucesivos por Y.
'IW01í<p 6; Mc 15, 43 par. Mt 27, 57 / Lc 23, Cor 12, 9. En voz pasiva: Lc 3, 14; 1 Tim 6, ta de la comunidad de Dios (16, 17-18,24). Yadin (de la Universidad Hebrea). En la historia
51 / Jn 19, 38). Abel, Géographie 11, 428s; 8; Heb 13, 5; 3 Jn 10. ThWNT 1, 464-466: La expresión Monte Meguido es peculiar del de Israel, Meguido fue el emblema del campo de
Haag, Diccionario, 1643s s. v. Rama (4). DTNT 1, 156-158. Apocalipsis. Esto hace que sea difícil deter- batalla empapado de sangre y de duros destinos
minar con algún grado de certeza los elemen- (cf. Jue 5, 19; 2 Re 23, 29; 2 Crón 35, 22; Zac 12,
tos que intervienen en su composición. 11). Si en el período del NT el Monte Meguido se
'Aºí,o'taºxo;, Oll Aristarchos Aristarco* refería aún a la impresionante colina de ruinas o,
Nombre de un varón de Tesalónica que
c'iºxo;, Oll, ó (ÍJ) arkos oso*
Ap 13,2 (cf. Dan 7, 5): «sus pies eran como quizás, al Monte Carmelo, es una cuestión que
acompañó a Pablo (Hech 19,29; 20, 4', 27,2). 3. El nombre del lugar debía de sonar a quedará por resolver. El testimonio del Apocalip-
los de un oso». misterio para los lectores griegos, y es proba- sis trata indudablemente de realzar simbólica-
Flm 24 llama a 'AQLOtUQXO¡; «colaborador»,
y Col 4, 10 lo llama «compañero de prisio- blemente una combinación específica de tex- mente aquel lugar geográfico.
nes» de Pablo. aº",a, a'to;, 'tó harma carro* tos del AT, reunidos según las reglas de la A. Strobel
Del carro como vehículo de viaje en Hech exégesis rabínica judía. El Canto de Débora,
8, 28.29.38; del carro de guerra en Ap 9, 9; 1 que tal vez tiene sentido escatológico-tipoló-
cl.º,o'táro aristaó desayunar* gico, menciona (Jue 5, 19) «las aguas de Me- áº",ó~ro harmozo unir, desposar*
Dícese de la primera comida de la mañana: Clem 51, 5.
guido». Ahora bien, según una tradición rabí- En el sentido intransitivo de unir con algo
Jn 21, 12.15; o de una comida no especifica-
nica, conocida por Ap 17, 15, las «aguas» (en dativo) es un término frecuente en Hermas,
da: Lc 11,37. eAº",ayfbÓlv Harmagedon Harmague- pero que no aparece en el NT. En el sentido
pueden significar «los pueblos del mundo».
dón* Is 14, 13 (tanibién según la LXX) habla del transitivo de unir (en matrimonio), desposar,
cl.º,O'tEºÓ;, 3 aristeros izquierdo* 1. Aparición del término - 2. Significado - 3. Ante- «monte de la reunión» (har mo' ed). El testi- se emplea como término técnico (Niigeli,
Mc 10, 37; Lc 23, 33: «Concédenos que ... cedentes - 4. Sobre el emplazamiento de Meguido. monio del Apocalipsis se orienta también ha- Wortschatz, 25) en 2 Cor 11, 2: Os he desposa-
nos sentemos, uno a tu derecha, y el otro a la cia la futura destrucción de Babilonia. Si el do con un marido (se usa la voz media, en lu-
Bibl.: Ch. Brütsch, La e/arlé de l'Apocalypse,
izquierda (E~ aQwteQwv)>>; Mt 6, 3: la (ma- Geneve '1966, esp. las pp. 262ss; G. Cornfeld-G. J. ,ayin en mo' ed se trascribe por «gamma», co- gar de la voz activa: BlaB-Debrunner § 316, 1).
no) izquierda no debe saber lo que hace la de- Botterweck, Die Bibel und ihre Welt n, Bergisch Glad- sa que sería natural porque se pronunciaba co-
recha; en 2 Cor 6, 7 dícese de las armas que se bach 1969, 1018-1024; J. Jeremias, ':AQ MayEOÓlv, en mo «gamma» en el período helenístico, en-
pueden manejar tanto con la mano derecha ThWNT 1, 467s; Kempinski, Megiddo, en BRL 213- áº",ó;, olí, Ó harmos coyuntura (del cuer-
tonces no sería difícil deducir de este nombre po)*
como con la mano izquierda (es decir, las ar- 218; H. Kraft, Die Ofjb des Joh (HNT), Tübingen
1974, 209s; Id., Zur Offb des Joh: ThR 38 (1973) 81- las radicales esenciales de Har Maged(d)o
mas ofensivas y defensivas). En Heb 4, 12 dícese de la Palabra de Dios,
98; A. Strobel, Der Berg der Offenbarung, en FS Sliih- (así piensan Jeremias, 468; Kraft, 209s). Más
que es una espada que penetra «hasta las co-
lin, 133-146. aún, Zac 12, 11 TM habla de la lamentación
yunturas y tuétanos»; cf., a propósito, O. Mi-
'Aº'O'tÓPOllI..O;, Oll Aristoboulos Aristó- 1. El topónimo hebreo aparece únicamente
«en aquel día» en la «llanura de Meguido»,
chel, Hebriier" (KEK), 197-203.
bulo* un enunciado con el que es temáticamente
en Ap 16, 16, Y por cierto como un extranje-
Nombre de persona en Rom 16, 10: «Salu- congruente el pasaje de Ap 18, 9-19. Final-
rismo indeclinable, como lo es también Ma-
dad a la familia de Aristóbulo», o «a los de la mente, pudiera ser que la idea del «monte del cl.ºvÉo",a, arneomai rechazar*
guedón, la forma griega con que el nombre de
casa de Aristóbulo» (es decir, también a sus mundo», el escenario de la batalla que habrán un:uQvÉü¡..t.aL aparneomai rechazar*
Meguido aparece en la LXX (Jue 5, 19 [A] Y
esclavos y a los que viven en su hogar). H. de librar los poderes hostiles a Dios, enraiza- 1. Aparición de Ct.QVÉOflaL y del compuesto en el
Jos 17,11): MuyeMw; 2 Crón 35, 22: Mu-
Schlier, Romerbrief (HThK), 445. da en una rica tradición apocalíptica y mítica, NT - 2. Contenido semántico de Ct.QVÉOflaL y del com-
yebwv). Wescott y Hort apoyan la grafía 'A.Q desempeñara un papel -consciente o incons- puesto - 3. La sentencia acerca del Hijo del hombre -
Muyebwv. cientemente-, quizás como el antitipo del 4. La infidelidad de Pedro.
C'iº,O'tOV, Oll, 'tó ariston desayuno* «monte de Dios» (también «monte de la reve-
2. El nombre significa literalmente Monte Bibl.: J. Blinzler, en BL, 1831; G. Bornkamm, Las
Lc 14, 12 (cf. Josefo, Ant VIII, 356). Dí- lación»; Jeremias). palabras de Jesús sobre el confesar a Dios, en Id., Es-
cese también de la comida del mediodía y Meguido. El lugar se considera como el esce-
I
i
461 462
459 460

habitual, se traduce este término por «negar» (en contra de lo que dice Schlier 470, no sim-
tudios sobre el Nuevo Testamento, Salamanca 1983 verbo compuesto. El mayor empleo de estos en el sentido de pretender que uno no conoce plemente como indicación de un motivo), y ha
157-169; A. Dauer, Die Passionsgesehiehte im Joh: términos en la Iglesia Griega, tal como se re-
München 1972,72-79,88-90,314-316; D. Dormeyer,
a alguien o no quiere estar asociado con él trasferido uQvÉof.tm al comienzo de su recopi-
Die Pass ion Jesu als Verhaltensmodell, Münster i. W.
fleja ya en las Pastorales, aparece también en de renunciar a tener una relación con esa per~ lación de sentencias, en Mc 8, 34. Mediante la
1974, llO-ll7, 149-155; R. A. Edwards, The Esehato- las 19 veces que el verbo simple se encuentra sona (cf. la relación que existe entre el com- introducción del término en ese lugar, otra
logieal Correlative as a Gattung in the NT: ZNW 60 en Hermas, en las 5 veces que hallamos en es- puesto alemán verleugnen y la forma simple imagen de la sentencia de Q, la de «tomar la
(1969) 9-20; A. Fridrichsen, "Sieh selbst verleugnen»: te escrito el verbo compuesto, y en las dos ve-
CNeot 2 (1936) 1-8; Id., uQvÉO[!at im NT, insonder- leugnen en H. Gomer y G. Kempcke ([eds.J, cruz», se interpreta redaccionalmente como
heit in den Past: CNeot 6 (1942) 94-96; P. Hoffmann,
ces que se usa el sustantivo correspondiente Synonymworterbuch [1973], S.v., y las prue- entrega de sí mismo (Fridrichsen; Reploh,
Studien zur Theologie der Logienquelle, Münster i. W. (que falta por completo en la LXX y en el bas semánticas de los sintagmas corrientes en 126; en contra de la espiritualización existen-
1972, 155s; G. Klein, Die Verleugnung des Petrus NT). (En Ignacio aparece 3 veces el verbo E. Agricola, Worter und Wendungen, Leipzig cial propuesta por Schlier [471]: «renuncia ra-
(1961), en Id., Rekonstruktion und Interpretation. Ge- simple, y una vez el compuesto; en 2 Clem
sammelte Aufsiitze zum NT, Münster i. W. 1969,49- '1977,677). dical a sí mismo»).
98; E. Linnemann, Die Verleugnung des Petrus
aparece 2 veces el verbo simple.) , Son si~óni!ll0s parciales UJt060Xlf.tá~úl, Una aplicación lucana de la sentencia de Q
(1966), en Id., Studien zur Passionsgesehiehte, GOttin- d;01J'frEVEúl, EJtUwxúvof.tm y OXUV6uAt~úl. acerca del Hijo del hombre la tenemos en la
gen 1970,70-108; D. Lührmann, Die Red. der Logien- 2. El verbo expresa la actitud de rechazo de El firme antónimo griego, dentro de un par de
quelle, Neukirchen-Vluyn 1969, 51s; K.-G. Reploh,
afirmación que hace Pedro en su discurso de
un sujeto 1) frente a una exigencia o demanda opuestos, es el verbo -> Óf.tOAoyÉúl en el sen- Hech 3, 13s: Lucas puede aplicar a la muerte
Markus, Lehrer der Gemeinde, Stuttgart 1969, 123-
1~0; H. Riesenfeld, The Meaning of the Verb uQ- (cf. Schlier, 469) y, por tanto, significa rehu- tido de «aceptar» (<<afirmar», «conceder»), un de Jesús la acusación de que Israel se ha des-
VEO[!at: CNeot II (1947) 207-219; W. Schenk, Na- sar(declinar, rechazar: Sab 17, 10; 12,27; 16, verbo que encontramos ya en Aristóteles, Rhet ligado de sus relaciones con Dios (en contra
herwartung und Parusieverzogerung, en Theologisehe 16; Heb 11,24) o, de manera análoga, 2) fren- 37, 1444b, 10ss (cf. Josefo, Ant VI, 151; pero
Versuehe IV (1972), 47-69, sobre todo 56-61; Id., Der de lo que piensa Schlier, 469), porque, según
Passionsberieht na eh Mk, Berlin 1974,215-299; L.
te a una afirmación o una pregunta que plantee que no aparece en la LXX). la filosofía lucana de la historia, Dios no ini-
Schenke, Sudien zur Passionsgesehiehte des Mk, una alternativa, y significa, por tanto, cuestio- El compuesto es equivalente a la forma ció en Jesús una nueva historia, sino que con-
Würzburg 1971, 348-360; Id., Der gekreuzigte Chris- nar (negar: Gén 18, 15; Lc [redaccional] 8, simple en cuanto al significado (Schlier, 471) tinuó consecuentemente y llevó a su cumpli-
tus, Stuttgart 1974, 15-22; H. Schlier, uQvÉO[!at xÜ., 45; Hech 4, 16). En sentido más estricto, que y no implica ni el componente semántico de
en ThWNT 1, 468-471; G. Schneider, Verleugnung, miento la historia de Israel. De la misma
supone una relación o compromiso ya existen- lo engañoso (cf. Is 31, 7) ni de la intensifica- manera, en el discurso de Esteban, Hech 7, 35
Verspottung und Verhdr Jesu na eh Lk 22,54-71, Mün-
chen 1969,42-45,73-96, 170s; Id., Die Pass ion Jesu te con una persona, uQvÉof.tm con un objeto ción (cf. la posibilidad de intercambiar am-
designa tipológicamente como un desligarse
na eh den drei alteren Evv., München 1973, 73-82; de persona (como ocurre frecuentemente en el bos términos en contextos bastante cercanos
una actitud análoga de la totalidad de Israel
Schulz, Q, 66-76; Ph. Vielhauer, Jesus und der Men- NT, pero que ya aparece también en Apolonio en contra de lo que afirma Schneider, Pas~
sehensohn (1963), en Id., Aufsatze zum NT, München hacia Moisés.
de Rodas 1, 867, 932) o con un objeto de cosa, sion, 76s).
1965,92-140, especialmente 101-107; M. Wi1cox, The También Juan 1,20 hace uso del par de an-
Denial Sequenee in Mark 14, 26-31.66-72: NTS 17 expresa la ruptura de ese vínculo por medios tónimos de la sentencia de Q acerca del Hijo
(1970-1971) 426-436. directos o indirectos y significa, por tanto, 3. El uso más antiguo y decisivo aparece
del hombre, para referirse a la vinculación
desligarse (en una situación de persecución, en la doble sentencia antitética de Lc 12, 8s
1. De las 32 veces que aparece el verbo en par. (Q) dentro de una estructura de paralelis- con Cristo (w. Schenk, Joh 1, 19-28: EPM 1
su forma simple, más de la mitad se distribu- aparece ya en 4 Mac 8, 7; 10, 15). [1972-1973] 25-30). En 12,42 hace ver clara-
Como designación de tal cambio habido en mo condicional. Este uso podría deberse a la
yen entre los evangelistas (Marcos 2 veces, elaboración posterior de Q (en contra de lo mente el peligro del «desligarse», y como el
Mateo 4, Lucas 4 + Hechos 4, y Juan 4 en pa- una relación, un cambio que entrañe infideli- evangelista considera consecuentemente al Bau-
dad, el término puede usarse tanto para signi- que afirma Schulz), porque es el único que
sajes que dependen de los Sinópticos). Ade- trasfiere el título de «Hijo del hombre», que tista como «testigo» (1, 7s.19), existe aquí
más, es un término favorito de las Pastorales ficar el arrepentimiento (Is 31, 7; Tit 2, 12) una «previa relación de obediencia y fideli-
como la apostasía; es, por tanto, un término había estado anclado en sentencias escatoló-
(1 Timoteo, 7 veces; 2 Timoteo, 4 veces; Tito, gicas correlativas (Lc [Q] 17, 24-30), a una dad» (en contra de lo que afirma Schlier 470;
2 veces), mientras que no aparece nunca en neutro en cuanto a la valoración. El elemento cf. 1, 15 !); así que aquello de lo que se trata
sentencia en forma paralela que, en realidad,
las cartas de Pablo. El resto de los ejemplos se semántico decisivo no es el de la actitud fal- realmente es de un desligarse que conduce al
hace que se espere la mención de Dios en la
distribuye de la siguiente manera: 1 Juan, 3 sa (la afirmación de algo que no es correcto; peligro de apostasía.
oración final (Edwards). Al emplearse el par
veces; Apocalipsis, 2 veces, y aparece tam- lo cual sería -> 'ljJEú6of.tm), sino la oposición ,Que Apocalipsis 2, 13 (antónimo -> xQu-
de antónimos, propios del griego profano,
bién en Heb 11, 24; Jds 4 par. 2 Pe 2, 1. Los (la impugnación de algo que ya existía); por- tEúl, «retener el nombre») y 3, 8 (antónimo ->
dentro de un marco forense (así piensa Viel-
11 ejemplos en que aparece el verbo com- que sólo a causa de esto puede el término hauer basándose en Ef.tJtQOO'frEV), la sentencia t1lQÉúl, «guardar la palabra) pertenece a la
puesto, se limitan a los Sinópticos (Marcos, 4 usarse recíprocamente (Lc 12,9 par.) e inclu- se refiere a la aceptación o no aceptación de misma historia posterior de nuestra sentencia
veces; Mateo, 4 veces; Lucas, 3 veces). En so reflexivamente (Mc [redaccional] 8, 34 la tradición de Jesús (tal como se halla pre- de Q, lo prueba 3, 5, donde la segunda parte
contraste con estas 43 veces, la LXX ofrece par.; 2 Tim 2, 13); y, por tanto, la adición de sentada en Q) por los testigos cristianos y por del versículo con su enunciado positivo se ha
tan sólo 6 ejemplos del uso del verbo simple -> 'ljJEÚOt1l~ en 1 Jn 2, 22 es necesaria para sus oyentes (Hoffmann). tomado de Mt 10, 32, Y se ha conservado la
(de ellas, 5 en escritos redactados original- denotar otra dimensión semántica (Cremer- Marcos 8, 38 ha generalizado uQvÉof.tm en construcción condicional, con una modifica-
mente en griego: Sabiduría, 3 veces; 4 Maca- Kogel, s.v.). De ahí que se coloquen mallos el sentido de E:n:moxÚvof.tm, «avergonzarse» ción sintática. Como en Jn 1, 20, que aquí
beos, 2 veces) y un solo ejemplo del uso del acentos, cuando en los diccionarios, como es
463 464 465 aQvÉo¡,tm 466

también significa perseverancia, el no aposta- manera sinónima lo que se ha dicho en el v. yer); quizás no ofrecía ningún ejemplo del de Pedro (Mt 26,33), vemos que la referencia
tar, se ensalza una situación en la que se pa- 13a: Jesús no puede llegar a ser infiel a sí verbo Ct.QvÉOftaL; y su punto esencial era mos- al objeto cristológico de la acción de Ct.QvÉo-
dece tribulación (exactamente igual que, más mismo. trar que se había cumplido la predicción. ftaL (vv. 34s) Mateo se la aplica al verbo sinó-
tarde, en Diogn 7, 7; 10, 7). A comienzos del siglo 11 aparece un nuevo La redacción marquina añadió con 14, 31 nimo axuvbuALl;,OftaL (un término favorito
El aspecto de advertencia de la sentencia de campo de aplicación del par de antónimos de una nueva parte de diálogo, y trasladó así el de Mateo). De esta manera unifica y refuerza
Q se recoge en 2 Tim 2, 12 en una exhortación nuestra sentencia de Q en 1 Jn 2, 22s (y de acento de la predicción de la negación de Pe- la orientación cristológica en el sentido nega-
dirigida a aquellos que tienen a su cargo la manera paralela y contemporánea en IgnEsm dro a las palabras con que Pedro contradice tivo de una caída en la apostasía; esto, a su vez,
enseñanza de la palabra; es un fragmento de 5, ls; IgnMagn 9, 1): en lugar de una separa- esa predicción. Pero estas palabras de protes- influye en la comprensión de Ct.n:uQvÉOftaL. Es
tradición ya existente (la fórmula de citación ción externa de la comunidad, ahora una cris- ta se presentan como condenadas desde un también de importancia semántica la intro-
se encuentra en el v. lla), y se ha recogido tología docética dentro de la comunidad mis- principio al fracaso en virtud de la predicción ducción redaccional de la respuesta final de
aquí como tercera sentencia de paralelismo ma es lo que se considera como un desligarse divina que aparece en el v. 27b (redaccional). Pedro en 26, 35 con su presente histórico
condicional, combinada con citas paulinas. de Cristo. También Jds 4 muestra esta misma Al mismo tiempo, el fallo de Pedro se atenúa asindético (W. Schenk, Das Praesens histori-
De lo que aquí también se trata es del hecho aplicación a los falsos maestros y la vincula, y se presenta como un fallo pasajero, que no
de desligarse, un hecho que se traduce en el además, con acusaciones éticas: ideas, ambas, cum: NTS 22 [1975-1976] 464-475, esp. p.
representa una apostasía definitiva, porque en 473): la respuesta de Pedro debe entenderse
peligro de apostasía ante la opresión, como que son recogidas de allí por 2 Pe 2, 1. Final- el v. 28 se ofrece ya (redaccionalmente) la
vemos claramente por el uso que en el con- mente, las Pastorales completan el proceso ante todo como una reacción positiva a las pa-
perspectiva anticipada de la restauración de labras de Jesús, como una declaración de le-
texto se hace de los sinónimos (en el v. 13a la aduciendo contra los falsos maestros la acusa- Pedro en los días de pascua. En consonancia
idea se reanuda mediante -> Ct.:rtLatÉw, «ha- ción de que, con sus acciones (Tit 1, 6: altad que intensifica la tensión narrativa en la
con la limitación de la negación de Pedro a un
cerse infiel», y se halla preparada en un con- EQYOL\;), están rechazando prácticamente a continuación de la historia. La redacción ma-
simple episodio, se halla también la nueva y
texto más amplio por En:aLaXÚVoftaL, «aver- Dios, que es el contenido de su religión (2 teica ha reforzado el relato en una dirección
más estrecha referencia a lo que ahora son
gonzarse», en 1, 8.12) y de los antónimos (v. Tim 3, 5: €v(JI::~du\; bÚVUftLV en conexión opuesta a la de Marcos, como se ve también
tres escenas en Mc 14, 66-72. El contenido de
11 auvun:o'frv!Íaxw, «morir juntamente»; y con el catálogo de vicios en los vv. 2-4 !), o es- claramente por el v. 70: al utilizar Eftn:Qoa-
la frase, en el v. 68, está formulado ahora de
en el v. 12 -> vn:OftÉvw, «mantenerse firme»). tán rechazando la fe (1 Tim 5, 8: al no prove- 'fr€V, Mateo acomoda la sentencia al «logion»
tal manera, que el verbo del enunciado intro-
Ahora bien, el autor parece criticar la idea de er para los miembros de sus propias familias), ductorio se entiende ahora como simple im- de Q que aparece en Mt 10, 33, y de esta ma-
la retribución contenida en la sentencia de Q, y, por tanto, son «peores que un incrédulo». pugnación de 10 que se dice, no como un des- nera interpreta realmente Ct.QvÉOftaL en el sen-
porque cuando él recoge el pensamiento en el Este desarrollo ético es presentado en un es- ligarse de Jesús. Esto significa, entonces, que tido de una acción de rechazar desligándose
v. 13, rompe por completo y contradice el es- crito contemporáneo, 2 Clem 3, 1; 17, 7, me- el verbo, con su indicación de la persona que de alguien. En consonancia con ello se halla
quema correspondiente, utilizando en la se- diante una cita explícita del «logion» de Q se- es objeto de la acción verbal en los vv. 30s (y la trasformación del contenido de las palabras
gunda mitad de la frase, no un sinónimo para gún aparece en Mt 10, 32. 72), debe entenderse -según el redactor mar- en una fórmula de juramento: «¡No tengo na-
expresar la acción de que Jesús «se desligue», quino- como mera impugnación de lo que se da que ver con ello!». El mismo hecho de que-
sino un antónimo para referirse a la inaltera- 4. En el material relativo a la infidelidad de dice (<<me negarás tres veces»). La redacción brantar directamente unas palabras de Jesús
ble fidelidad de Jesús. Con ello el autor ga- Pedro, sólo Mc 14, 30 puede considerarse co- marquina entiende esencialmente la historia (5,33-37), lo vemos también en 26, 27, donde
rantiza también que el hecho de «vivir con» mo pre-marquino. En la última de las cuatro como ejemplo de conducta negativa. Este ca- mediante la adición de una palabras Mateo re-
del v. 11 y el de «reinar con» del v. 12 no se predicciones que sirven de introducción a la rácter parenético se halla acentuado por el en- alza expresamente el sentido de Ct.QvÉOftaL co-
merecen mediante el sufrimiento y la muerte, pasión (14, 27a.29.30; cf. Dormeyer; Schenk, trelazamiento redaccional del episodio con la mo juramento (cf. 14, 7). Que la negativa sea
sino que se basan únicamente en la fidelidad Passionsbericht), Ct.n:uQvÉOftaL es sinónimo escena del proceso de Jesús: en el mismo mo- tajante, se acentúa también cuando en 26, 75,
de Jesús. En todo caso, la manera contradicto- de «caer» (axuvbuAll;,ollaL, vv. 27 y 29), Y mento en que Jesús afirma y acepta su camino lo mismo que en el v. 35, ft€ se sitúa en posi-
ria en que se recoge el pensamiento en el v. 13 significa una caída que hace apartarse de Je- de sufrimientos, en ese mismo momento Pe- ción final. Esto quiere decir: Mateo es el pri-
nos hace ver claramente que el autor, en la ci- sús, es decir, se refiere a la conducta de todos dro le niega (cf. en Mc 8, 27-38 una composi- mero y el único que ha entendido la historia
ta del v. 13, no entiende el hecho de desligar- los discípulos de Jesús ante la inminente Pa- ción redaccional parecida). Quizás deba con- como un rechazo tajante.
se de Jesús como la definitiva reprobación en sión. Pero la predicción (redaccional) de la siderarse dentro de esta perspectiva, en 8, 38, Por el contrario, la atenuación efectuada
un juicio final, sino como un acto episódico, triple caída de Pedro (v. 30) se refiere eviden- la generalización del hecho de «avergonzar- por la redacción lucana se ve ya claramente
provisional y repetible. El carácter contradic- temente a su conducta en Getsemaní, cuando se», por contraste con lo que se enuncia en la por el hecho de que se hayan recogido única-
torio del comentario que figura en la conti- el prendimiento de Jesús, y a su negación ba- sentencia de Q. mente tres casos en los que aparece el verbo.
nuación del pensamiento, se asienta además jo juramento. El relato pre-marquino de la ne- Mateo recoge los cinco ejemplos del verbo Mc 14, 27 s.31 fue omitido, y con ello la refe-
mediante el argumento adicional del v. 13b, gación de Pedro se narraba seguramente co- en este complejo de origen marquino y se rencia al sinónimo axuvbuALl;oftaL. La tras-
donde la palabra clave Ct.QvÉOftaL se toma de mo un solo acto (15, 54a.c.66b.71a. 68b.72a; atiene también a la composición efectuada formación del anuncio hecho en Lc 22, 34
la cita misma y se emplea para reafirmar de Schenk, Passionsbericht; cf. también Dorme- por Marcos. En la predicción de la negación (<<que me conoces») nos hace ver claramente
467 aQvéof-laL - áQ:rtaYf-lós; 468 469
470

que Lucas entiende aJtaQvÉo¡..taL como una áº3tay'IÍ, ií~, it harapage robo, rapiña especie de eslogan: tratar de aprovecharse, de 2. El verbo significa: 1) arrebatar, robar,
simple impugnación de lo que se dice. 22, 57 -+ áQJtá~(j) 5. aventajarse de algo (Forster, en ThWNT 1, 2) arrastrar algo (bruscamente, con codicia,
se modifica también en el mismo sentido: «El 472s; Gnilka, 116s). ¿En qué sentido se podrá por la fuerza). Se utiliza: 1) frecuentemente
lo impugnó diciendo: 'Mujer, no le conoz- áº3tay...ó~, olí, Ó harpagmos robo (?)* aplicar esto a lo de «ser igual a Dios»? ¿Co- para expresar la acción del pillaje, del robo y
co'». El v. 61 debe traducirse, entonces, de Bibl.: L. Abramowski, Phil 2, 6 OUX áQ1taYllov
mo algo que se ofrece tentadoramente como del saqueo (Pape, Worterbuch, S. v.; Moulton-
manera correspondiente. Es congruente con ~y~oa'tO 1:0 dvm Loa {}Eq> und Oracula chaldaica 3 botín (res rapienda), o como una cosa que el Milligan, S. v.; los ejemplos que aparecen en
todo esto el que Lucas rompa el entrelaza- (des Places) Ó 1ta1:~Q tíQ1taOOEV Éamóv, en Id., Drei Preexistente ya posee (res rapta)? Las razo- Josefo pueden verse en Hoffmann, 77 nota
miento marquino: la historia de Pedro no es- christologische Untersuchungen (BZNW 45), Berlin nes más convincentes hablan en favor de la
1981,1-17; L. Boyer, 'APIlArMOL: RSR 39 (1951) 94), y 2) la acción de secuestrar, prender y
tá ya contrastada con el proceso de Jesús, si- 281-288; J. Carmignac, L'importance de la place d' segunda interpretación, sobre todo si tene- especialmente arrebatar/ser arrebatado en vi-
no con una escena de burla y escarnio (vv. une négation: OUX áQ1taYllov ~y~oa'tO (Phi/. Il.6): mos en cuenta la antítesis que encontramos siones y otros fenómenos extáticos (Bauer,
63-65). «Puesto que la fe de Pedro no ha ce- NTS 18 (1971-1972) 131-166; A. Feuillet, L'hymne en el v. 7. Esto nos daría el siguiente sentido Worterbuch, S.V.; Foerster, 471).
sado nunca de existir, es posible su inmedia- christologique de l'épftre aux Philippiens (l/, 6-11): como el más probable: el Cristo celestial no
RB 72 (1965) 352-380,481-507; D. Georgi, Der vor·
to 'regreso' o conversión (cf. 22, 32: EJtLO'tQÉ- pln Hymnus Phil 2, 6-11, en FS Bultmann, 1964, 263- creyó que debía considerar su posición de 3. El significado de robar (1) con acusati-
'ljJa~) a consecuencia de una mirada de Jesús 293; J. GewieB, Die Philipperbriefstelle 2, 6b, en FS dignidad, es decir, su «ser igual a Dios», co- vo para expresar el objeto de la acción verbal
(v. 61). ¡Para ello no hizo falta, evidentemente, Schmid, 1963, 69-85; G. Gnilka, Der Philipperbrief mo algo de lo que debiera aprovecharse, co- se refiere a los bienes ('tu oxe'Ú1]) en aquella
ninguna aparición del Resucitado!» (Schnei- (HThK), Freiburg i. B. 1968; L. L. Hammerich, An An- mo algo que debiera retener, como algo que sentencia de tipo de parábola que leemos en
cient Misunderstanding (Phil2, 6 «robbery»), Kopen-
der, Passion, 81s). Por todo esto se ve claro hagen 1966; O. Hofius, Der Christushymnus Phil2, 6- debiera considerar como una presa (Gnilka, Mt 12, 29 (a diferencia de Mc 3, 27, que tiene
que Israel (y no, por ejemplo, Pedro) es el que 11 (WUNT 17), Tübingen 1976; R. Hoover, The 117; Hofius, 56s y otros; de manera distinta 6LaQJtá~(j); al hecho de que el diablo arreba-
rechazó a Jesús. Harpagmos Enigma. A Philological Solution: HThR piensa Carmignac, l65s, quien refiere la ne- te la «semilla» de la palabra en Mt 13, 19 (a
64 (1971) 95-119; R. P. Martin, Carmen Christi. Phi- gación a áQJtay¡..tó~ y traduce OUX áQJta- diferencia de lo que expresan MarcoslLucas),
Juan recogió también el episodio (emplean- lippians l/, 5-11 in recent Interpretation, Cambridge
do el verbo en tres ocasiones solamente), y 1967; J. C. O'Neill, Hoover on Harpagmos Reviewed, y¡..tóv por «pas une usurpation»). y a las ovejas que caen víctimas del lobo de-
volvió a presentar con nitidez la interpreta- with a Modest Proposal Concerning Phil. 2, 6: HThR predador (-+ 6) en Jn 10, 12.
81 (1988) 445-449. W. Trilling
ción del mismo en el sentido de lo que se di- El verbo se aplica al reino de Dios en la
ce en 1, 20. La expresión joánica en 13, 38: sentencia -difícil y discutida- acerca de «los
«dar tu vida por mí», es la frase antónima. En l. áQJtay¡..tó~ aparece en Flp 2, 6 Y en nin- áº3tá~ro harpazo robar, arrepabar* violentos» en Mt 11, 12 par. Lc 16, 16.
consonancia con ello, 18,25 añade con enca- gún otro lugar del NT. Es un «hapax legome-
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
recimiento «sus discípulos» (cf. v. 19), y el v. non». Es un término muy raro en el griego semánticos - 3. Campo referencial - 4. Compuestos _ Es bastante seguro que se trata de una senten-
26 añade al v. 27 la circunstancia de «con él», profano, y no aparece en la LXX ni en los Pa- 5. áQ1tay~ - 6. aQ1ta1;. cia independiente; que pertenece a Q; que ha sido
dres Apostólicos. El significado que predomi- objeto de elaboración redaccional por parte de
y en 21, 15ss tiene lugar una rehabilitación Bib/.: G. Braumann, «Dem Himmelreich wird Ge. ambos evangelistas, y que Mt 11, 12b con áQ:rtá-
explícita por parte del Resucitado. na en el griego profano es el de robo, y es un walt angetan» (Mt 11, 12par): ZNW 52 (1961) 104- ~01!GLV (a diferencia de Lc 16, 16c) es la forma
W. Schenk significado que seguramente no viene al caso 109; W. Foerster, áQ1tá~úJ, en ThWNT 1,471-474; P. más antigua. El uso de este verbo apoya la inter-
en Flp 2, 6. Por esta razón, se ha propuesto Hoffmann, Studien zur Theologie der Logienquelle pretación de la sentencia en una de las numerosas
como una solución lingüística posible la equi- (NTA 8), Münster i. W. 1972, sobre todo 50-79; G.
'Aºvt Ami Arní* Lohfink, Die Himmelfahrt Jesu (StANT 26), München direcciones posibles, cuando se supone que el V.
paración de este término con aQJtay¡..ta, y se 12b es una explicación o complemento (paralelis-
Nombre de persona en Lc 3, 33. 1971; A. H. McNeile, The Gospel according to Sto
lo ha traducido de manera correspondiente Matthew, London (1915) 61955; E. Percy, Die Bot- mo sintético: Hoffmann, 68 nota 61) que desarro-
(Abel, Grammaire, 110; Bauer, Worterbuch, sc~aft Jesu, Lund 1953, 191-202; G. Schrenk, lla el pensamiento de 12a (así piensa especial-
aºvtov, Oll, 'tó amion carnero, cordero S.V.; W. Foerster, en ThWNT 1, 472s), aunque ~La~ollm, en ThWNT 1, 608-613; W. Trilling, Das mente Schrenk, 609s) en el sentido siguiente: «El
-+ a¡..tvó~ 3. no haya pruebas de esta traducción en fuentes wahre Israel (StANT 10), München '1964. reino de Dios sufre violencia, y los violentos lo
no cristianas. 'to aQJtay¡..ta significa: 1) lo ro- arrebatan». Así, pues, ~Lá~E'taL (como pasiva
1. Las 14 veces que aparece áQJtá~(j) están transitiva in malam partem) es interpretado con
bado, el robo; 2) lo encontrado, lo que recae
aºo'tºtáro arotriao arar* por suerte, el regalo. diseminadas por todo el NT. N o se observan
respecto a la resistencia hostil y violenta al reino
En Lc 17, 7 dícese del siervo que estaba de Dios, y áQ:rtá~o1!OLV se entiende como pre-
puntos de especial relieve en la terminología. sente de conato: quieren o intentan arrebatarlo (o
arando; en 1 Cor 9, 10 (dos veces): «el que 2. En el himno a Cristo, en Flp 2,6-11, dí- Mateo ofrece 3 ejemplos en tres textos distin- alguna otra traducción parecida; cf. Kühner,
ara, en esperanza debe arar». cese del Preexistente (<<Aquel que érase en la tos (las únicas veces que el verbo aparece en Grammatik 1, 140; Mayser, Grammatik 11/1, 134).
forma de existencia [f.toQcpt'jl de Dios») que él los Sinópticos); Juan 4 ejemplos, tres de ellos Se halla también en favor de esta interpretación
aºo'tºov, Oll, 'tó arotron arado* no áQJtay¡..tov lÍyt'joa'to «el ser igual a Dios». en el capítulo 10. A esto se añaden dos ejem- el hecho de que, en la literatura profana, áQ:rtá-
Lc 9, 62: «poner la mano en el arado» para La controvertida frase debe entenderse como ~ELV en conexión con ~Lá~E(J{}aL se refiere siem-
plos en Hechos; 2 en 2 Corintios, 1 en 1 Tesa-
comenzar la labor. una expresión no solemne e incluso como una pre al «robo y. saqueo hostil» (Plutarco, Apophth
lonicenses, 1 en Jds, y 1 en Apocalipsis. 11, 203c; Luclano, Hermot 22); cf. también E.
471 472 473 áQJtú1;Ol - &Q(JEvoxoL'tr¡~ 474

Moore: NTS 21 (1974-1975) 519-543 (a propósi- lipe, que es arrebatado por el Espíritu del Se- habrá que preferir igualmente en Lucas el sig- 3; cf. KBU s.v.). aQQa~wv es el anticipo con
to de Josefo). Según Dalman, Worte, 115 (segui- ñor después de bautizar al eunuco. Pablo ha- nificado de afán de robo más bien que el de el que una persona se obliga a cumplir una
do por Black, Approach, 84 nota 2), el uso de am- bla de un arrobamiento en éxtasis que le llevó <<lo robado, el botín» (así piensa Bauer, Wiir- promesa.
bos verbos en Mt 11, 12 se basa en el mismo terbuch, s. v.). Hay que tener en cuenta aquí la
«hasta el tercer cielo», «hasta el Paraíso» (2
verbo arameo 'ns, que significa «ejercer violen-
cia» y «robar» (así piensa ya McNeile, 155). Cor 12, 2.4), ateniéndose a las fórmulas tradi- conexión con Mt 23, 23s.26 y los contrastes 2. aQQa~wv aparece 3 veces en el NT Y
cionales de los textos de arrobamiento y as- entre «más grave» y «más ligero» y entre «ex- siempre en relación con el Espíritu de Dios.
censión al cielo que aparecen en la literatura terior» e <<interior» (Trilling, 200s; Schulz, Según 2 Cor 1, 22, los corintios han recibido
Algunos ven detrás de las dos versiones
existentes de la sentencia una palabra auténti- antigua y en la literatura judía (cf. especial- 94-104). En Heb 10, 34 áQJtay~ designa el «el anticipo del Espíritu», una «suma a cuen-
mente Hen [esl] 8; otros ejemplos en Win- despojo de los bienes por parte de quienes los ta» (Prümm 49), recibida como garantía de la
ca de Jesús (E. Klisemann, Análisis crítico de
disch, Der zweite Korintherbrief [KEK], 369- confiscan. Los cristianos soportan esto con consumación de la salvación que todavía está
Flp 2, 5-11, en Ensayos exegéticos, Salaman-
380; Lohfink, 32-73). Según 1 Tes 4, 17, los paciencia, porque han recibido a cambio bie- por llegar. Asimismo, el anhelo de las mora-
ca 1977, 74ss; Hahn, Hoheitstitel, 165), mien-
que permanezcan todavía vivos serán «arreba- nes mejores y más duraderos. das celestiales (2 Cor 5, 1-5) nace de la certe-
tras que otros suponen que se trata de una
tados», juntamente con los difuntos, «en las za de que a los cristianos se les ha concedido
composición efectuada después de pascua un anticipo del Espíritu (v. 5; cf. -> aJtaQX~
(Braumann, 109; Schulz, 263). Si el «logion» nubes para ir al encuentro del Señor en el ai- 6. a~3taS* es un adjetivo que significa ra-
re», con el fin de permanecer para siempre paz y se emplea como una expresión estereoti- 'tOU JtVEÚ!WtO<;, Rom 8, 23). Ef 1, 14 habla
se remonta a Jesús, como parece probable, en- del Espíritu «que es la garantía de nuestra he-
unidos «con (<Júv) el SeñOr» (v. 17b; cf. Ev- pada cuando se habla del lobo (Liddell-Scott,
tonces afirma que la presencia del reino de rencia» (cf. Polic 8, 1: Cristo es la prenda de
Nicod 25 [Hennecke-Schneemelcher 1, 352]; s. v.; pero en la LXX aparece únicamente en
Dios está confirmada por la resistencia que se nuestra justicia); los creyentes han sido sella-
E. van Dobschütz, Thessalonicherbriefe [KEK], Gén 49, 27. Mt 7, 15 advierte contra los falsos
alza contra él. No se puede decir con seguri- dos con el Espíritu (v. 13; cf. 4, 30; 2 Cor 1,
197-202). Ap 12,5 describe con imágenes mí- profetas / lobos rapaces que vienen disfraza-
dad quién o qué es lo que ejerce violencia. 22a), quien garantiza la herencia futura, en-
tico-bíblicas el nacimiento del niño (mesiáni- dos con piel de oveja. Como sustantivo, (el)
En el NT, la significación de arrastrar por co) de los últimos tiempos y su arrobamiento rapaz, (el) ladrón, aQJtas aparece atestiguado tendida como la toma definitiva de posesión
la fuerza (2) aparece únicamente en relación «hasta Dios y su trono». cuatro veces en el NT, siempre en catálogos de de esa herencia. Con la mayoría de los ma-
con personas. A Jesús quieren arrebatarle (por vicios (1 Cor 5,10.11; 6, 10; Lc 18,11; cf. Did nuscritos y de acuerdo con 2 Cor 1,22 Y 5, 5,
2, 6). Hay que mencionar también en estos pa- la variante textual oes preferible a 0<;; 0<; «es
la fuerza) para proclamarlo rey (Jn 6, 15). A 4. Los compuestos de áQJtá~ú) aparecen
Pablo le llevan por la fuerza a un lugar segu- sajes el matiz de embaucador, a diferencia del masculino únicamente para concordar en gé-
en el NT con ligeras diferencias de significa-
ro (Hech 23, 10). En Jds 23 (el texto es in- AU<J1:~<; del que se habla en 2 Cor 11, 26 (así nero con aQQa~wv» (M. Dibelius, An die Ko-
do con respecto al verbo simple: ~ta~3t«~ffi
cierto) se exhorta a los destinatarios a salvar a piensa Bauer, Wiirterbuch, s. V., siguiendo a losser, Epheser und Philemon 3 [HNT], 62, ci-
saquear* aparece (dos veces) en la sentencia
los miembros que se hallan en peligro «arre- DeiBmann, Licht, 269 nota 4). tando a BlaB-Debrunner § 132, 1 Y 2).
en forma de parábola que leemos en Mc 3, 27
batándolos del fuego» (del inminente juicio). par. Mt 12, 29 (cf. EvTom 35); isa~3t«~ffi W. Trilling A. Sand
Según Jn 10,28.29, los suyos son -en sentido llevarse por lafuerza en Hech 23, 24 v.l.; O'llV-
figurado- las ovejas que nadie arrebatará de a~Jt«~ffi apoderarse por la fuerza, agarrar* (i~3ta;, 1 harpax rapaz, (el) ladrón a~~1)'to~, 2 arretos inexpresable*
la mano de Jesús o del Padre (a propósito de en Lc 8, 29 (refiriéndose a personas poseí- -> áQJtá~Ol 6. 2 Cor 12, 4: En su arrobamiento, Pablo es-
esta expresión, cf. 2 Sam 23, 21; Herm [v] 2, das por el demonio); Hech 6, 12; 19, 29 (dí- cuchó <<palabras inexpresables que al hombre
1,4): a nadie arrastrarán a la apostasía, sacán- cese de personas); Hech 27, 15 (dícese de no le es dado decir». H. Saake: NovT 15
a~~apmv rovo~, ó arrab6n anticipo,
dolo de la unidad que la comunidad joánica una nave). (1973) 153-160.
prenda*
tiene con su Señor y con el Padre. Aquí se
siente también la influencia de la imagen del 5. á~Jta'YÍ) robo, rapiña* aparece 3 veces Bibl.: J. Behm, aQQa~<Ílv, en ThWNT 1, 474; Bi-
llerbeck 111, 495s; K. Prümm, Diakonia Pneumatos. a~~ro(J'to~, 2 arr6stos débil, enfermo*
pastor asalariado y del lobo (Jn 10, 12). en el NT. En la sentencia de los «¡ayes!» [de Auslegung des zweiten Korintherbriefes 1, Freiburg i. En relatos de curaciones de enfermos: Mc
Un campo particular de aplicación del ver- Q] en Mt 23,25 par. Lc 11,39 se expone po- Br. 1967,44-49; A. J. Kerr, aQQa~<Ílv: JThS 39 (1988) 6,5.13; 16, 18; Mt 14,4. «Muchos enfermos
bo son los arrobamientos (en este sentido apa- lémicamente el conflicto entre la minuciosi- 92-97; H. Windisch, Der zweite Korintherbrief(KEK),
Giittingen 1924, 70-74. Para más bibliografía, cf. y débiles» en la comunidad: 1 Cor 11, 30.
rece 5 veces en el NT). áQJtá~ú) con sus com- dad en observar la pureza ceremonial (purifi-
ThWNT X, 993.
puestos (en correspondencia con el verbo cación «del vaso y del plato») y el empeño en
latino rapio, rapior) es el término griego más la pureza ética. En la versión lucana secunda- 1. El préstamo semítico aQQa~wv procede a~(JEvoxoh1)~, O\!, Ó arsenokoites pede-
antiguo que se usa para designar las experien- ria, se interpela expresamente a los fariseos, de la esfera del derecho mercantil y económi- rasta*
cias de arrobamiento, y que se aplica incluso que «en su interior están llenos de afán de ro- co (Bauer, Wiirterbuch, s. v.) y significa prenda Dícese del hombre que comete fornicación
a experiencias de esta clase dentro del ámbito bo y de maldad». Puesto que el significado fi- (Gén 38, 17; cf. Gesenius-Buhl, s.v. 'erabOn) con otros hombres o con muchachos: 1 Cor 6,
terreno (Lohfink, 42 proporciona ejemplos). gurado de pureza en el sentido ético desempe- o anticipo a cuenta de una deuda global (ga- 9; 1 Tim 1, 10; Polic 5, 3. W. L. Petersen, Can
Así lo vemos en Hech 8, 39 en el caso de Fe- ña también un papel en Mt 23, 25, quizás rantía, según una variante textual de Job 17, aQ<JEvo'XOL'taL be traslated by «Honwsexuals»?:
475 476 477 478

VigChr 40 (1986) 187-191: D. F. Wright, Trans- 618-625; R. F1eischer, Artemis von Ephesos und ver- aQ'tÉ~rov, rovo;, Ó artemon vela de proa* tocado a su fin. Cuando la expresión se refie-
lating APLENOKOITAI: Vig Chr 41 (1987) wandte Kultstauen aus Anatolien und Syrien, Leiden Hech 27, 40: En:ULQf:LV 'tav aQ'tÉ¡twvu, izar re a una situación que continúa, Ewe; aQ'tL sig-
1973; E. Lichtenecker, Das Kultbild der Artemis von nifica todavía, (inclusive) hasta este momento
396-398. Ephesus, tesis Tübingen 1952; R. Oster, The Ephe-
al viento la vela de proa.
(Mt 11, 12; Jn 5,17; 1 Cor 4,13; 8, 7; 15,6;
sian Artemis as Opponent of Early Christianity: JAC
19 (1976) 24-44; L. Ross Taylor, Artemis of Ephe- 2 Tes 2, 7; 1 Jn 2,9); este mismo sentido apa-
aQ01]V, 2 arsen masculino, varón, animal sus, en Beginnings V, 251-256. aQ'tt arti (adv.) ahora, ahora mismo* rece en 1 Cor 4, 11 en la expresión aXQL 'tfíe;
macho* aQ'tL roQue; (aQ'tL desempeña aquí la función
1. Aparición del término en el NT - 2. Como ad-
Bibl.: J. Anastassiou, Lexikon des frühgriechischen 1. En el NT se menciona a Artemisa única- verbio, independiente, de tiempo - 3. En frases prepo- de un adjetivo): hasta el instante presente. De
Epos, fundado por B. Snell y continuado por H. Erbse, mente en Hech 19, 24.27.28.34.35 diciéndose sicionales. lo contrario, Ewe; aQ'tL significa hasta ahora
entrega 8 (1976) 1353s; Bauer, Worterbuch, s.v.; R. E. de ella que es considerada como la diosa de la (pero no más: Jn 2, 10; 16,24).
Bibl.: Bauer, Worterbuch, S. v.; BlaB-Debrunner §
Clements, zkr, en ThWAT n, 593-599; G. Dautzen- Por el contrario, an:' aQ'tL habla del presen-
ciudad de Efeso, «adorada por el mundo ente- 474, 4; H. Chr. Hahn, en DTNT IV, 267, 269; Kühner,
berg, «Da ist nich miinnlich und weiblich». Zur [nter-
ro» (OLXOU¡tÉVlJ, V. 27). El platero Demetrio Grammatik 1, 134s, 136; n, 82, 119; G. H. O. Madsen, te en contraste con el futuro: a partir de aho-
pretation von Gal. 3, 28: Kairos 24 (1982) 181-206; A.
The Theological Significance of «NUN/ARTI» in the ra. Se emplea, por tanto, en sentencias que se
Vogtle, Mythos und Botschaft in Apk 12, en FS Kuhn, fabricaba «templecillos de plata de Artemisa» Fourth Gospel, tesis Princeton Theol. Seminary 1972;
395-415. (v. 24). El epíteto «la grande», que acompaña- Mayser, Grammatik 1112, 176; Schwyzer, Grammatik refieren al futuro escatológico (Mt 23, 39;26,
ba a su nombre (aclamación en los vv. 28.34), 1, 270s, 622; n, 158,269,281,558. 29.64) o que están orientadas hacia el futuro
aQOlJv está quizás relacionado etimológi- está atestiguado en inscripciones; cf. H. Con- (Jn 13, 19). El macarismo de Ap 14, 13 pro-
camente con el término índico antiguo ár~ati zelmann, Apostelgeschichte' (HNT), 123; Ros- 1. El adverbio de tiempo aQ'tL aparece 36 clama bienaventurados a los que desde ahora
(<<fluye»; cf. en latín ros); es frecuente desde cher, Lexikon Suppl. (= VII), S. V. "AQ't€¡tLe; veces en el NT: Mateo 7 veces, Juan 12, Pablo mueren «en el Señor» (se trata probablemente
Homero, la LXX y los papiros y significa lite- (48). 11,2 Tesalonicenses 1 vez, 1 Juan 1 vez, 1 Pe- de los mártires). Aquí an:' aQ'tL sugiere el
ralmente lo que derrama semen, y por tanto el dro 2 veces, Apocalipsis 2 veces. «traslado de la lucha a la tierra» (H. Kraft, Of-
vástago varón, el muchacho varón: Lc 2, 23 2. La mitología griega adoraba a Artemisa (en fenbarung [HNT], 195); a los muertos se les
(Ex 13, 2.12.15; el animal para el sacrificio ha latín, Diana) como la doncella diosa de la caza. 2. aQ'tL aparece frecuentemente con su sen- ahorra el tener que participar en esa lucha.
Era hija de Zeus y hermana gemela de Apolo. Pe- tido clásico y fundamental de ahora (Mt 3, an:' aQ'tL se usa de manera característica en Jn
de ser macho: Ex 12,5; Lev 1,3); Hech 7, 19 ro su naturaleza y su nombre son pre-helénicos.
(v.l. según Ex 1, 17s), Ap 12,5.13 (el Mesías Entre sus numerosos epítetos es especialmente 15; Jn 9,19.25; 13,7.33.37; 16, 12.31; Gál1, 14, 7 para describir, no algún aspecto del fu-
niño; cf. Is 66, 7); aQolJv es un término que significativo el de «señora de los animales», un 9.10; 4, 20; 1 Tes 3, 6; 1 Pe 1,6.8; Ap 12, 10). turo, sino lo que está sucediendo en el presen-
sirve para diferenciar los sexos dentro de la título que señala hacia Asia Menor como su lugar En 1 Cor 13, 12 aQ'tL - 'tó't€ refleja la relación te: el conocimiento de Dios se revela ya ple-
especie «hombre» o «ser humano» (Gén 1, de origen. En las excavaciones realizadas en <;:a- entre el presente y el futuro, propugnada por namente en la persona de Jesús.
tal Hüyük y Hacilar (en las cercanías de Iconio), Pablo en contra de los grupos gnósticos que H.-J. Ritz
27; 5, 2; Mc 10, 6; Mt 19, 4 con el término
se descubrieron en 1965 varias estatuillas de arci- había en la comunidad. Según esto, la inme-
opuesto ~ itfíAU), una oposición de sexos que lla que datan de los siglos VII-VI a.c., y que re- diata autorrevelación de Dios es la que ha de
ha llegado a ser irrelevante en el plano de la presentan a divinidades maternas bien rollizas aQ'tt"{ÉVV1]'to;, 2 artigennetos recién na-
originar la visión sin velos y el perfecto cono-
salvación: Gál 3, 28. aQolJv es el compañero con grandes pechos y sentadas en tronos sosteni- cido*
dos por gatos salvajes. cimiento de Dios. Con fuerte intensificación,
sexual masculino (Núm 31, 17s; Jue 21, lIs; 1 Pe 2, 2: niños recién nacidos. ThWNT 1,
aQ'tL puede significar inmediatamente (Mt 26,
Eclo 36, 26), incluso en la homofilia: Rom 1, 53). Pero puede señalar también hacia un 671. ~ ~QÉcpoe; 2.
27abc (Lev 18,22; 20, 13). 3. La Artemisa de Efeso lleva en la cabe-
acontecimiento en el pasado inmediato: la hi-
J. B. Bauer za una corona mural (de la ciudad de Efeso).
ja del presidente de la sinagoga acaba de mo-
En su ajustada vestidura se hallan represen- aQ'tw;, 3 artios adecuado*
rir (Mt 9, 18). En 1 Cor 16, 7 aQ'tL expresa
tados diversos animales salvajes y abejas 2 Tim 3, 17, en el sentido de capaz de satis-
'AQn:,ui;, d Artemas Artemas* una idea de transitoriedad: Pablo no quiere vi-
(los animales emblemáticos de Efeso). Ador- facer todas las demandas. ThWNT 1, 474s.
Nombre de un varón a quien «Pablo» desea sitar a los corintios ahora mismo, yendo de
nan su cuello alhajas con representaciones pasada (EV n:uQó6q:¡), sino que quiere quedar-
enviar donde Tito (Tit 3, 12). de animales. En el torso emergen del vestido se algún tiempo con ellos. aQ'to;, OU, Ó artos pan
numerosas protuberancias, unas más grandes
1. Aparición del término en el NT - 2. El pan en
':AQn:,.u;, tbo; Artemis Artemisa* y otras más pequeñas, en forma de huevo. Es 3. No raras veces aQ'tL aparece en frases
Palestina - 3. El pan en la comida, en el banquete de
verdad que, en la Antigüedad, se llamaba a la preposicionales: Ewe; aQ'tL, aXQL aQ'tL, an:' salvación y en la Cena del Señor - 4. Los «panes de la
1. Artemisa en el NT - 2. El origen de Artemisa -
3. Artemisa de Efeso. diosa Artemisa «la de los numerosos senos», aQ'tL. Con Ewe; aQ'tL obtenemos un resumen Presencia» - 5. uQ'to<;, en sentido figurado, para signi-
pero faltan los pezones, y los relieves no tie- retrospectivo del pasado desde el punto de ficar alimento, comida o sustento.
Bibl.: Sto M. Baugh, Phraseology and the Relíabi- vista del presente. Pero hay una diferencia de
lity of Acts: NTS 36 (1990) 290-304 (sobre Hech 19,
nen color de piel, como lo tienen el rostro y Bibl.: J. Behm, UQTO<;, en ThWNT 1, 475s; O. Bo-
27.37); W. Eckschmitt, Die Sieben Weltwunder, los brazos. significado, dependiendo de que lo que ha cher, Afl Johannes der Tiiufer kein Brot (Lk 7, 33)?:
Mainz 1984,70-121; W. Fauth, en Pauly, Lexikon 1, B. Schwank ocurrido hasta ahora, siga ocurriendo o haya NTS 18 (1971-1972) 90-92; P. Borgen, Bread from
479 480 481 482

Heaven (NovTS !O), Leiden 1965; Id., Brod fra him- 3. El pan, en el sentido propio de la pala- de la Cena del Señor (del cristianismo primi- con su trabajo (2 Tes 3, 12), de igual manera
mel ogfrajord: NTT 61 (1960) 218-240; F. J. DOlger, bra, lo encontramos como alimento importan- tivo), que son -ambas- convites festivos. Co- que el apóstol mismo no permitió que le die-
Unser tiigliches Brot: JAC 5 (1936) 201-210; Id., Ein mo el padre de familia y el Kyrios celestial, ran «gratuitamente» el sustento (v. 8).
Brot als Tagesbedarf: JAC 5 (1936) 284-286; C. Fe- te, juntamente con el pescado, que nunca se
rriere, le suis le pain: Bib1e et vie chrétienne 26 niega al hijo que lo pide (Mt 7, 9 par. Lc 11, Jesús ofrece a los suyos el banquete de comu- H. Balz
(1959) 71-77; F. Hauck, aQTO<; EJtlOÚOlO<;: ZNW 33 1); cf. Lc 11, 5. Pero el Bautista, en su vida nión, con el cual y en el cual él se entrega a sí
(1959); J. HauB1eiter-A. Stuiber, en RAC n, 611-620; ascética, renunció a él (Lc 7, 33) Y también al mismo para ser la salvación de ellos (Mc 14,
Haag, Diccionario 1425-1426; A. Heiding, Die Bot- 22 par. Mt 26,26; Lc 22, 19 par. 1 Cor 11, 23;
UQ'túro artyiJ sazonar, devolver el sabor (a
schaft der Brotvermehrung (SBS 15), Stuttgart 1966;
vino (aunque Bocher piensa de manera dife- la sal)*
K. Koch, Schaubrot, en BHH I1I, 1688; F. Merkel, en rente). Con pan y pescado, Jesús da de comer cf. 1 Cor 11, 26.27.28; Lc 24, 30.35; Jn 21,
9.12). «Partir el pan» se convirtió en el térmi- Mc 9, 50 par. Lc 14,34, refiriéndose a la sal
DTNT I1I, 282ss; J. Rogge, en BHH 1, 274; R. Schna- a una gran multitud (5000 personas: Mc 6,
no técnico para designar la Cena del Señor que se ha hecho insípida: «¿con qué le devol-
ckenburg, Das Brot des Lebens, en FS Kuhn, 328-342; 36.37.38.41 [dos veces].44.52; Mt 14, 17.19
G. Vermes, He is the Bread, en FS Black, 256-263. Pa- (Hech 2, 42.46; 20, 7.11; 1 Cor 10,16). Según veréis el sabor?» o «¿con qué será sazona-
[dos veces]; 16,9; Lc 9, 13.16; Jn 6, 5.7.9.
ra más bibliografía, cf. ThWNT X, 993. 1 Cor 10, 16.17 (dos veces), la participación da?» Col 4, 6: la conversación que está sazo-
11.13.23.26; 4000 personas: Mc 8, 4.5.6.14
en el pan del convite hace partícipes del nada con sal. -+ éiAa~.
1. aQ'tO~ aparece 97 veces en el NT, con- [dos veces].16.17.19; Mt 15,34.36; 16, 10),
centrándose el término de manera especial en haciéndolas participar en el banquete escato- ow!-ta XQLo'tOií.
los evangelios (Mateo 21 veces, Marcos 21, lógico de la salvación. Jesús, como un padre 'AQq>a;áb Arphaxad Arfaxad*
4. En Mc 2, 26 par. Mt 12, 4/Lc 6,4 (cf. 1 Nombre persa que aparece en Lc 3, 36 (se-
Lucas 15, Juan 24). El término aparece, ade- de familia, toma en sus manos el pan, lo par-
Re 21, 7), encontramos en plural el tecnicis- gún Gén 10, 22.24 Arfaxad era hijo de Sem).
más, 5 veces en Hechos, 7 en 1 Corintios, 2 te, recita sobre él la acción de gracias y se lo
mo OL aQ'tOL 'tfj~ :n:QOt}ÉOem~ para designar
en 2 Tesalonicenses, 1 en 2 Corintios (9, 10) Y da a los suyos. Encontramos las habituales
los «panes (ázimos) de la Presencia» (en he-
1 en Hebreos (9, 2). En la mayoría de los ca- combinaciones de palabras con verbos como UQXáYYEI.O;, O\), Ó archaggelos arcángel
breo, en singular, lelJem happánfm). Según
sos, el término se refiere al pan que se ofrece ayoQá~m (Mc 6, 36s; Jn 6, 5), Aa!-t~ávm (Mc -+ ayyeAO~ 4.
Lev 24, 5-9, treinta tortas de pan recién coci-
cuando se da de comer milagrosamente (32 6,41; 8, 6.14; Mt 14, 19; Lc 9, 16; Jn 6, 11,
do se depositaban cada sábado en una mesa
veces, de ellas únicamente 2 en Lucas), y al eVAoyÉm xal. (xaLa-)xA.ám (Mc 6, 41; cf. 8,
situada delante de la presencia de Dios en el UQXaio;, 3 archaios primitivo, antiguo*
6; Mt 14, 19), Eo{Hm (Mc 6, 44; Jn 6, 23.26),
pan como alimento en general (4 veces). Se santuario, es decir, ante el santo de los santos, Ap 12, 9; 20, 2: la serpiente antigua. Hech
6L6m!-tL (Mc 8, 6; Mt 14, 19), XOQ'tá~m (con
habla 18 veces del pan de la Cena del Señor o como prenda de la duración eterna del culto 21, 16: aQXaLo~ !-ta'lh]'tlÍ~, una persona que
genitivo, Mc 8, 6) o XOQ'tá~o!-taL (en sentido
de comidas relacionadas con apariciones de sacrificial; son, pues, literalmente, los «panes es cristiana desde antiguo. Mt 5, 21: «Habéis
absoluto, Jn 6, 26).
Cristo resucitado (4 ó 5 veces en Hechos, y de la Presencia (de Dios)>>. En Mc 2, 23ss oído que se dijo a los antiguos [a las personas
Juan interpreta el alimento del pan como
todos los pasajes en que se menciona el pan par. se menciona el quebrantamiento de las le- de generaciones anteriores] ... »; de manera pa-
aQ'tO~ ... EX WU oVQavoií (6, 31.32 [dos ve-
en 1 Corintios). Las sentencias sobre el «pan yes cultuales cometido por David en el san- recida en Mt 5,27 v.l.; 5, 33. Lc 9, 8.19: uno
ces].33.34.41.50.51 [dos veces].58 [dos ve-
del cielo» (11 veces) y el «pan de la vida» (3 tuario de Nob (l Sam 21,2-7), fundamentan- de los antiguos profetas. Hech 15,7.21: desde
ces]), lo cual recuerda el maná de los tiempos
veces) se encuentran únicamente en Juan. do así la nueva actitud de Jesús con respecto los días (tiempos) antiguos. 2 Cor 5, 17: «lo
de la peregrinación por el desierto (Ex 16, 4),
Cuatro textos hablan del «pan de la Presen- al sábado. En Heb 9, 2 el «tabernáculo exte- antiguo ha pasado» (desde el punto de vista de
y, con terminología específicamente joánica,
cia». En un total de 22 veces, aQ'tO~ significa rior» con la mesa de los panes de la Presencia la nueva creación). En 2 Pe 2, 5 dícese del
lo interpreta como aQ'tO~ 'tfj~ ~mfj~ (6, 35.48)
sencillamente «álimento», sin que podamos es signo del carácter provisional del antiguo cosmos antiguo, primitivo, que existía antes
o aQ'tO~ ó ~wv (6, 51). Jesús es el pan de la culto de los sacrificios.
deslindar nítidamente cuándo se hace referen- vida. Él ha sido enviado por el Padre y ha ve- del diluvio. ThWNT 1,485; DTNT I1I, 229.
cia específica al pan. nido del cielo para que los suyos no mueran 5. aQ'tO~ significa el alimento y el sustento
2. En Israel y entre los judíos el pan se elabo-
ya (como los antepasados en el desierto, 6, en general en la cuarta petición del Padrenues- 'AQxÉl.ao;, O\) Archelaos Arquelao*
raba casi siempre con harina de cebada o (lo que 49.58), sino que vivan (<<con él», v. 57) eter- tro (Mt 6, 11 par. Lc 11,3, -+ Emo'Ú(JLo~) y en 1. Fuentes - 2. Información biográfica - 3. Arque-
era más caro) con harina de trigo, añadiendo de namente (6, 51.58). Así que el pan que Jesús Mc 3, 20; 6, 8 par. Lc 9,3 (los que son envia- lao en el Nuevo Testamento
ordinario levadura y cociendo la masa en forma da es él mismo o su «carne» y su «sangre» (6, dos deben renunciar a llevar consigo provisio-
de tortas de hasta 1 cm aproximadamente de es- 51.53-56). Aquí el «pan» se convierte en la nes para el viaje); Mc 7,2.5 par. Mt 15, 2; Lc Bibl.: Abel, Histoire 1, 407-423; J. Blinzler, en
LThK 1, 822s; W. Foerster, Herodes und seine Nach-
pesor y hasta 50 cm de diámetro. Se cocía y se imagen de todo lo que una persona necesita 14, 1; 14, 15 (participación en el convite del folger, en RGG I1I, 266-269; A. H. M. Jones, The He-
comía pan ázimo o pan sin levadura en situacio- para vivir; la historia del milagro de la multi- reino de Dios); Mt 4,3 par. Lc 4, 4 (donde se rods of ludaea, Oxford '1967, 156-168; B. Niese, Fla-
nes en que había prisa (Gén 19, 3), por ejemplo, plicación de los panes se interpreta cristológi- cita a Dt 8, 3: el hombre no vive sólo del ali- vii losephi opera VII. Index, Berlin '1955 s.v. A. 2; W.
cuando había que marchar precipitadamente (Ex camente y -al recogerse la tradición sobre la mento); Lc 15, 7; Mc 7, 27 par. Mt 15, 26; 2 Otto, en Pauly-Wissowa, Supplement 11 (1913), 191-
12, 8.11) Y cuando se estaba de viaje (Ex 12, 200; Sto Perowne, Herodier, Romer und luden, Stutt-
34.39); es, además, el pan prescrito para el culto Cena del Señor- se interpreta también sacra- Cor 9, 10 (donde se cita a Is 55, 10). Los cris-
gart 1958, 17-38; Reicke, Zeitgeschichte, 95-100; A.
(Lev 2, 4; -+ ~'Úf!r¡). El pan es el alimento princi- mentalmente. tianos de Tesalónica, a pesar de la expectación Schalit, en EH III (1971) 333-335; Schürer 1, 449-454;
pal. Antes de comer, el pan se parte en trozos, pe- Juntamente con el vino, el pan es compo- escatológica en que viven, deben someterse a Schürer, Historia 1, 458-462; F. D. Weinert, The Para-
ro no se corta. nente principal de la Ultima Cena de Jesús y las reglas de la vida cotidiana y ganarse el pan ble of the Throne elaimant (Luke 19, 12.14-15a.27)
483 484 485 486

Reconsidered: CBQ 39 (1977) 505-514; M. Zerwick, parece ser el fiel reflejo del asesino de niños en
Die Parabel von Thronanwarter: Bib 40 (1959) 654- veces); por lo demás, aparece con cierta fre- comienzo de la historia de la Iglesia (Hech 11,
Belén (2, 12-18), aunque él mismo no persi- cuencia en los escritos lucanos (7 veces) y en 15: h aQxñ); el comienzo de la labor misio-
674.
guió al niño Jesús (v. 20). Herodes (Antipas) el Hebreos (6 veces). nera (Flp 4, 15; cf. E. Lohmeyer, An die Phi-
1. Arquelao, como nombre propio, se hallaba «tetrarca», hermano de Arquelao, que había lipper, Kolosser und an Philemon' [KEK],
muy difundido en la época clásica y en la hele- mandado decapitar al Bautista, se menciona 2. «aQx1Í significa siempre 'primacía'» 184s) o de la instrucción misionera (Heb 5,
nística. En Mt 2, 22 el nombre se refiere al hijo como «rey» en Mt 14,9 (par. Mc 6, 14.26).
de Herodes el Grande y de la samaritana Maltha- (Delling, 477), sea a) de tiempo: comienzo 12: 't<l <J'tOLXE'Lu 'tfí¡; aQxfí¡;; cf. 6, 1), y, final-
Lc 19, 11-27 contiene elementos que apare- (origen), sea b) de lugar: punto de origen o de mente, el comienzo de los dolores de parto
ke. Flavio Josefo nos habla de él en varias oca-
siones (Niese, Index s. v.; especialmente Ant cen con bastante frecuencia en los relatos sobre partida, sea c) de rango: poder, dominio, rei- apocalípticos (Mt 24, 8 par. Mc 13, 8). En Mc
XVII, 194-249, 317-321. 339-355; Bell 11, 1-38, pretendientes herodianos al trono (Ant XVII, no, oficio. 1, 1 la aQx1Í del evangelio se encuentra en el
80-92, 111-117); también Dión Casio 55, 27. En 224, 299s; XVIII, 241-256). Sin embargo, úni- anuncio profético efectuado por el Bautista.
Lc 19, 11-27 se alude probablemente a las preten- camente la protesta presentada en Roma por a) Cuando se usa en el sentido temporal de Según Heb 7, 3 el sacerdote Melquisedec, que
siones de Arquelao al título de rey (así piensa los nOM'tm uu'tOv contra la concesión de la un punto en el que algo comienza, entonces se prefigura a Cristo, no tiene aQX~v ~!lEQWV
Zerwick). Arquelao, como su hermano Antipas, dignidad real (Lc 19, 14) es lo que tiene un pa- concibe ese punto como incluido en un proce- (ni tampoco twfí¡; 'tÉAO¡;).
llevaba el nombre de Herodes (Dión Casio 55, ralelo bastante exacto en la historia de Arque- so temporal, o como anterior y exterior a él y
27; hay monedas con la inscripción: HPQ~OY Esto nos conduce a una serie de textos prin-
lao (Ant XVII, 342). Así que es improbable no afectado por el mismo, es decir, como el cipalmente joánicos, en los que aQx1Í se usa
E8NAPXOY); sin embargo, en Josefo nunca se
aplica a Arquelao el sobrenombre de Herodes. La que Lucas haya combinado un incidente espe- origen o principium. En el primer caso, aQx1Í en relación con la esencia y la existencia de
designación de ~U<JLAEÚ<; (Mt 2, 22; Josefo, Ant cífico, narrado como la «parábola del preten- tiene su término correspondiente en 'tÉAO¡; Jesús en el sentido de Quien es antes de todo
XVII, 342; Bell 11,10-13,111) está poco clara. diente al trono», con la parábola de las minas. (Heb 3, 14; 7, 3); en el segundo caso, aQx1Í el tiempo y antes de la creación, en primer lu-
Será más probable suponer que él, por sus pro- entraña el sentido de pre-temporalidad y eter- gar Jn 1, 1.2 (EV aQxñ); 1 Jn 1, 1 (sobre la
2. Después de la muerte de Herodes el Grande nidad. (Sobre la alternacia de ambos signifi-
(el año 4 a.C.), Judea con Samaría e Idumea fue- pia razones, haya añadido tales elementos a la formulación neutra cf. Delling, 480; R. Bult-
parábola de las minas. Esos elementos sirven cados en la terminología filosófica griega cf. mann, Die Johannesbriefé [KEK], 13s); 2,
ron asignadas a Arquelao, que era el hijo mayor
de Herodes. Había nacido hacia el año 23 a.C. y principalmente para dar respuesta al problema Delling 479-481.) 13s. El contexto formado por el himno cristo-
se había criado en Roma (cf. Ant XVII, 20 y pas- de la demora de la parusía (cf. v. 11). b) En el sentido espacial, las aQX<xL (en la lógico de Col 1, 15-20 muestra claramente
sim). Pero, en contra de la intención de su padre, que o¡; E<J'tLV (~) aQX~ (v. 18) no pretende in-
Arquelao no recibió el título de rey (Bell 1, 668; G. Schneider escena de Hech 10, 11; 11,5) son las puntas
del lienzo. tegrar a Cristo en el cosmos y la creación, si-
11, 1-3), sino únicamente el de etnarca (Ant XVII, no designarle como el principio que está fue-
317,339; sobre este título cf. Schürer 1,423). No
c) El sentido relacionado con el rango -au- ra de todo el tiempo, como el origen del
obstante, Augusto había prometido el título de aQxit, fí~, tl arche comienzo, poder* toridad, soberanía, ejercicio del poder, en cosmos y de la creación. Lo mismo hay que
rey a Arquelao y a su hermano menor Antipas.
Arquelao tenía fama de ser cruel y tiránico (Ant 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos sentido neutro o en sentido personal- se con- decir de la autodesignación de Cristo como ~
semánticos - 3. Campo referencial.
XVII, 342; BelI 11,10-13.111). En el año décimo creta mediante el contexto específico en el aQX~ xul 'to 'tÉAO¡; en Ap 22, 13 con los
de su gobierno, una delegación judeo-samaritana Bibl.: H. Conzelmann, «Was von Anfang war» (cm' que se halla la palabra. Una primacía tanto en enunciados paralelos 'to 'AAcpU xul 'to "Q, ó
adujo la crueldad de Arquelao como razón para aQX~<;), en Id., Theologie als Schriftauslegung el tiempo como en el rango, la expresa la fra- nQw'to¡; xul ó e<JXa'to~ (cf. 2, 8). Estos epí-
acusarle formalmente en Roma. Augusto le hizo (BEvTh 65), München 1974, 207-214; G. Delling, se adverbial 't~v aQx1Ív en Jn 8, 25: desde el tetos se aplican igualmente a Dios (1, 8 v.l.
venir a Roma, le depuso después de someterle a aQX~, en ThWNT 1, 477-483 (bibl.); W. Foerster,
balf!!Jlv, en ThWNT n, 1 nota bibliográfica; Id., comienzo, en absoluto, por principio. 17; 21, 6), y significan, por tanto, no una in-
un proceso, confiscó sus bienes y le desterró (año
6 p.C.) a Vienne en la Galia (Ant XVIII, 1s; Bell EsolJola (C 6), en ThWNT n, 568-570; J. Y. Lee, ln- tratemporalidad e intramundanidad, sino a
11, 117). Arquelao murió en el año 16 p.e. terpreting the Demonic Powers in Pauline Thought: 3. a) En su sentido temporal, el término «Aquel que es antes de todo el tiempo y por
NovT 12 (1970) 54-69; S. Levin, '}\QX!Jl and aQX~, te- aparece ordinariamente en la frase preposicio- toda la eternidad». (Sobre esta fórmula [~
3. Cuando José trajo al niño Jesús y a su
sis Chicago 1950; G. Miller, 'AQxóV't!Jlv wü atc:ovo<; nal an' aQxfí¡; o E~ aQXfí¡; en los más diver- aQX~ xul 'to 'tÉAO¡;], que tiene una prehistoria
WÚWlJ (1 Kor 2, 6-8): JBL 91 (1972) 522-528; l. de
la Potterie, La notion de «commencement» dans les
sos contextos. Puede designar el momento de en el Deuteroisaías, en los griegos, en Filón y
madre, de regreso de Egipto, «a la tierra de Is-
écrits johanniques, en FS Schürmann, 379-403; H. la creación (Mt 19, 4.8; Heb 1, 10 [Sal 101, en los rabinos, cf. W. Bousset, Offenbarung 6
rael» (Mt 2, 21), se enteró «de que Arquelao
Ringgren, Geister, Damonen, Engel (JI 4.5), en RGO 25 LXX: xa't' aQXú¡;]), especificado algunas [KEK; reimpresión 1966], 190; Delling, 478,
reinaba (PUOLAE'Úet) sobre Judea en lugar de su n, 1302s; E. Samain, La notion de APXH dans l'oeu- veces con la adición de X'tL<JEW¡; (Mc 10, 6; 511s.) Asimismo, la designación de la sabidu-
(difunto) padre Herodes», y tuvo miedo de di- vre lucanienne, en F. Neirynck (ed.), L' Evangile de 13, 19; 2 Pe 3, 4) o XÓ<J!lo'U (Mt 24,21; el co- ría como ~ aQX~ 'tfí¡; X'tL<JEW¡; 'tOu 1'twv, to-
rigirse allí (v. 22a). Después de recibir instruc- Luc, Gembloux 1973,299-328; H. Schlier, Machte
und Gewalten im NT, Freiburg i. Br. 1958; E. Sjoberg, mienzo de la propia vida (Hech 26, 4); la pri- mada de Prov 8, 22 Y aplicada a Cristo en Ap
ciones en sueños, marchó «a la región de Gali- mera aparición de Jesús en público (Lc 1, 2;
lea» (v. 22b), llegó a Nazaret y se quedó a vivir
ltVEÜf!a, JtVE'Uf!U'UXÓC:; (III, 2), en ThWNT VI, 373s. 3, 14, no debe entenderse como en Prover-
Jn [2, 11]; 15, 27; 16, 4; Heb 2, 3 [aQX~v bios, a saber, como referente a la primera de
allí (v. 23a). Como Arquelao es el único hijo de 1. aQx1Í aparece 55 veces en el NT, de las AUPOV<JU]); el comienzo de la propia expe- las cosas creadas, sino como referente a
Herodes mencionado por Mateo en este con- cuales 18 se encuentran en los escritos joáni- riencia como cristiano (1 Jn 2, 7.24; 3, 11; 2 Aquel que es el Origen pre-temporal de todas
texto, él precisamente, el sucesor de su padre, cos (Juan 8 veces, 1 Juan 8 veces, 2 Juan 2 Jn 5 y 6 [probablemente también Jn 6, 64]); el las cosas creadas.
487 488
489 490

A pesar de su realización f.v ÚyLUO!"UP ceptos. Así, por ejemplo, EnL "ta~ ouvuyú)ya~
manera en que esos poderes y fuerzas se eva- rán al mundo? .. ¿N o sabéis que juzgaremos a
nVe'Ú¡.tU1;O~ XUL nLO'tE.L uAr]1C}eLU~, la expre- xaL "ta~ uQxa~ XUL "ta~ ESouoí,U~ en Lc 12,
dieron y abandonaron su propia condición y los ángeles?».
sión un' uQxij~ en 2 Tes 2, 13 (v.L) señala el 11 se refiere al hecho de ser obligado a com-
tarea de criaturas. K. WeiB
proceso supratemporal de la elección y signi- parecer «ante las autoridades judías y paga-
fica, por tanto, en la eternidad, antes de todo nas»; "tñ uQXñ XUL 'tñ Esouoí,<;t 'tOv ~ye¡.tÓ­
Una excepción pudiera ser la declaración que
el tiempo (cf. E. van Dobschütz, Thessaloni- vo~, en Lc 20, 20, se refiere a «la autoridad y a~Xl1'YÓ;, olí, Ó archegos caudillo, líder*
se hace de Cristo en Flp 2, 5 de que OUX
cherbriefe7 [KEK; reimpresión 1974],298; M. jurisdicción del gobiernador»; y Tit 3, 1 se re- áQnuYl-lov 1ÍY~ou'to 'to eLvm 'LOU {tE 0, si la en- 1. Aparición del término en el NT e historia del
Dibelius, Thessalonicherbriefe [HNT], 51, fiere a las autoridades de gobierno en generaL tendemos pensando en la rebelión de los motivo. - 2. Relevancia cristológica del título.
también a propósito de la variante textual Otro ámbito distinto, que sobrepasa todas aQxov'tE; 'tO'Ü utwvo; 'tOlJ'tOlJ (1 Cor 2, 6.8) Y
Bibl.: J. R. Barlett, The Use of the Word rósch as a
unuQx1)v). Cómo hay que entender un' las fronteras internas del mundo, es el de los de su jefe supremo, el {tEO; 't0'Ü ULWVO; 'tOlJ'tOlJ Title in the OT: VT 19 (1969) 1-10; G. Friedrich, Die
uQxij~ en Jn 8, 44 Y 1 Jn 3, 8, donde esta ex- poderes que ejercen su influencia en todo el (2 Cor 4,4) contra Dios, a fin de arrebatar para sí Verkündigung des Todes Jesu im NT (Bibl. Theol. Stu-
presión se aplica a la actividad del <'>LápOAO~ cosmos. A este ámbito se refiere la doble ex- como una rapiña lo de ser iguales a Dios. Cf. E. dien 6), Neukirchen-Vluyn 21985,156-175; E. GraBer,
como asesino y pecador, es cosa que depende presión que encontramos en los escritos pau- Lohmeyer, An die Philipper, Kolosser und an Der Brief an die Hebraer 1 (EKK), Neukirchen-Vluyn
Philemon7 [KEK], 92; en contra de esta idea, W. 1990, 130-133; F. J. Helfmeyer, Die Nachfolge Gottes
de la idea acerca de Satanás que aquí se pre- linos y en los deuteropaulinos, tal como ve- Foerster, áQnuYl-ló;, en ThWNT 1, 473s; E. Kii- im AT, Bonn 1968; O. Hofius, Der Vorhang vor dem
supone, y de la que forma parte siempre el mos por la relación y la conexión con otros semann, Análisis crítico de Flp 2, 5-11, en Id., Thron Gottes, Tübingen 1972; G. Johnston, Christ als
elemento de su existencia anterior al mundo y poderes cósmismos como ayyeAm, <'>uvá¡.tEL~ Ensayos exegéticas, Salamanca 1977, 92s. Archegos: NTS 27 (1980-1981) 381-385; K. Kliesch,
superior a él (cf. G. van Rad y W. Foerster, (Rom 8, 38), 'frQóvm, XUQLÓ't1']'te~ (Col 1, Por lo demás, en lo que respecta al pensamien- Das heilsgeschichtliche Credo in den Reden der Apg,
<'>LápOAO~: ThWNT 11, 70-80). Así, pues, la 16), ovó¡.tU'tu (Ef 1, 21), xoo¡.toxQá'tOQe~ to de Pablo, podemos presuponer todo el conjun- Kiiln-Bonn 1975, 89s, 149s, 154; P. G. Müller, XPI:L-
TO:L APXHrO:L. Der religionsgeschichtliche und
uQX1) en que aquí se piensa significa que (Ef 6, 12), etc., o por la adición de Ev 'tOL~ to de ideas judías, desarrolladas a base de Gén 6,
theol. Hintergrund einer ntl. Christuspriidikation,
aquello a lo que este término se refiere es an- EnouQuví,oL~ (Ef 3, 10; 6, 12) (cf. Schlier lss, sobre la caída de los ángeles y sus conse- Frankfurt a. M. 1973; J. Schreiner, Führung. Thema
terior y está por encima del tiempo del mun- lIs). Los historiadores de la cultura y de las cuencias (cf. Hen [et] 6, 15s; 69; A. Schweitzer, der Heilgeschichte imAT: BZ 5 (1961) 2-18; U. Wilc-
Die Mystik des Apostels Paulus, Tübingen 1930, kens, Die Missionsreden der Apg, Neukirchen-Vluyn
do. El sentido de ií<'>EL ES uQxij~ Ó 'I1']oov~ en religiones han sido incapaces de definir deta- 57) Y sobre otras cuestiones parecidas (Ringgren, '1974, 174-176; H. Zimmermann, Das Bekenntnis der
Jn 6, 64 sigue siendo una cuestión discutida. lladamente esos poderes, de dar una descrip- Sjoberg). En el NT cf. Lc 10, 18; 2 Pe 2, 4; Jds 6, Hoffnung. Tradition und Redaktion im Hebr, K61n-
Puede referirse al instante en que fue elegido ción precisa de su naturaleza y sus funciones, donde se dice que los ángeles abandonaron su Bonn 1977, 161s.
cada uno de los discípulos (W. Bauer, Johan- o de determinar su exacta procedencia, aun- aQX~, su propio ámbito de poder (R. Knopf, Die
nesevangelium3 [HNT], 103; R. Bultmann, que se reconocen en ellos seguramente ele- Briefe Petri und luda7 [KEK], 222), YAp 12, 7ss. 1. UQX1']yó~ aparece 4 veces en el NT, ex-
Johannesevangelium lO [KEK], 343 nota 3) mentos babilónicos (astrológicos), iranios y Por otra parte, Pablo tuvo que oponerse en sus clusivamente como título cristológico del Je-
o el comienzo del ministerio de Jesús (H. otros elementos por el estilo, trasmitidos a comunidades a una veneración de los espíritus sús exaltado. Los resultados de los estudios
Strathmann, Das Evangelium nach Johan- través de los sistemas gnósticos, y trasforma- elementales del mundo, los cuales, en compara- semasiológicos y lexicográficos del griego
ción con Cristo, eran débiles y bien poca cosa profano indican que el término tiene un es-
nes lO [NTD], 123), pero puede referirse tam- dos por la apocalíptica judía. (Gál 4, 3; Col 2, 8.21s). pectro extraordinariamente polivalente de
bién a un conocimiento primigenio por parte Ahora bien, en las cartas paulinas no en-
de Jesús. contramos una agrupación inconexa e indis- significados, cuya base es: aquel que es el
Así, pues, frente a todo esto, Pablo procla- primero, el que está a la cabeza, el que acau-
criminada de ideas y conceptos, sino un inten-
b) ---+ 2.b. ma que el Resucitado ha asumido la posición dilla. La expresión aparece 35 veces en la
to de abarcar la totalidad de los poderes y
que le corresponde como el Preexistente que LXX, a las que corresponden 9 equivalentes
c) Cuando uQX1) designa una primacía de fuerzas EnouQuví,ú)v XUL EmyeLÚ)v XUL xu-
es, es decir, como quien se halla por encima hebreos con los significados de: persona de
rango, entonces es también el contexto lo úni- 'tUX'froví,ú)v (Flp 2, 10) que existen en la crea-
de todos los poderes cósmicos. Según 1 Cor confianza, médico, representante tribal, cabe-
co que aclara si se hace referencia a ámbitos ción, a fin de integrarlos en el mensaje que
15, 24ss, él destruirá como enemigos a na- za, cima, copa (del árbol), supervisor, prínci-
de poder terrenos o supraterrenos. En ambos anuncia la creación, subordinación y reden-
ción de los mismos (Lee 66) por Cristo, y en ouv uQX~v XUL ESouoí,uv XUL <'>úVU¡.tLV. Se- pe, vértice, vasallo y caudillo. La insistencia
casos, el término aparece de ordinario en co- gún Col 2, 15, él les arrebatará todo poder.
nexión con ---+ ESOUOLU, de tal manera que la la proclamación de la liberación del mundo y en la continuidad entre el tema veterotesta-
de la humanidad del dominio al que estaba so- Pero, según Col 1, 20, él los incorporará a su mentario y judío del caudillaje de Yahvé en la
expresión uQX1) (-UL) XUL ESOUOLU (-m) cons-
metido por partede esos poderes y fuerzas. Se labor cósmica de redención y pacificación historia de la salvación y el uso cristiano del
tituye una especie de hendíadis (atestiguada ya
presupone en todo ello que esos poderes y (Lee, 66). Ahora bien, a los suyos, que han título puede servir de correctivo para la exé-
en Platón, Alcibiades 1, 135a) para expresar
fuerzas se evadieron de su condición de cria- resucitado igual que él, y ya desde ahora a la gesis pretérita que creía demasiado unilateral-
poderes, poderosos, ámbito( s) de poder, for-
turas que tenían en el universo bajo el domi- comunidad, que es su cuerpo, él los hace par- mente que el término se derivaba del culto
mas de poder y, concretamente, autoridades
nio de Cristo (Col 2, 10), por quien existe el tícipes de su poderosa victoria (Rom 8, 35- greco-helenístico del héroe o del soberano (G.
de gobierno, organismos rectores. La expre-
universo y, por tanto, también las uQXuí, (cf. 1 39; 1 Cor 15, 23; Gál 5, 1; Ef 1, 22s; 6, 12- Delling, en ThWNT 1, 485s), o que lo deducía
sión no define con precisión de qué clase de
Cor 8, 6; Col 1, 16). No encontramos en Pa- 16. Esta certeza halla su fundamental ex- exclusivamente de la idea gnóstica del con-
poder se trata. Eventualmente la precisión se
blo ninguna explicación sobre la ocasión o la presión en las provocativas preguntas de 1 ductor de las almas (E. Kiisemann, Das wan-
logra mediante la asociación con otros con-
-Cor 6, 2s: «¿No sabéis que los santos juzga- dernde Gottesvolk, Gottingen 41961, 89 nota
491 492 493 494

4). El tema de la confesión de fe: «Los hizo un ejemplo prototípico de fe en Dios» o que (KEK), Gottingen 1991,228-237; A. Wendel, en RGG En Hech 19, 14 Esceva es miembro de la
salir de Egipto» (cf. la tabla en Kleisch, 54-58) «con su muerte en la cruz 'consumara' esta fe I1I, 427s. aristocracia sacerdotal en la Diáspora (cf. Jo-
Sobre Hebreos: G. Bornkamm, Das Bekenntnis im
se ha traspuesto aquí al uso del título cristoló- en el amor incondicional de Dios» (Delling: Hebr, en Bornkamm, Auf~iitze n, 188-203; O. eull- sefo, Ap 1, 187; Ant XII 108).
gico y designa al Jesús exaltado como el cau- ThWNT 1, 486), sino que aquí al Jesús terre- mann, Cristología del Nuevo Testamento, Buenos Ai-
dillo escatológico de! nuevo pueblo de Dios en no, como el Señor exaltado que es de su Igle- res 1965, 102-129; M. Dibelius, Der himmlische Kul- 3. Desde los tiempos de Herodes (37 a.e.)
su éxodo hacia la doxa de la resurrección. sia, se le presenta a los ojos de todos como el tus nach dem Hebr, en Dibelius, Botschaft n, 160-176; hasta la caída de Jerusalén (70 p.C.), el oficio
E. GraBer, Der Hebraerbrief 1938-1963: ThR 30
CaudiI10 de la fe, a fin de animar a los cre- (1964), especialmente 214-223 (bibliografía hasta de sumo sacerdote, conferido originalmente
2. En Hech 3, 15, el Pedro lucano acusa a yentes a que perseveren en su vida cristológi- 1963); E. Kiisemann, Das wandernde Gottesvolk, GOt- de por vida, hereditario y reservado para los
los judíos de haber dado muerte al mesiánico ca de fe. Puesto que la expresión ULtLOS; (en la tingen '1961; Sh. Nomoto, Die Hohepriester-Typolo- sadocitas, fue quedando sometido a la táctica
«Caudillo que conducía por el camino hacia fórmula «originador de eterna salvación», en gie im Hebr, tesis mecanografiada Hamburg 1966; Id., política de Herodes y a la venalidad de los
la vida» de la resurrección. Obraron así por Herkunft und Struktur der Hohenpriester- Vorstellung
Heb 5, 1) no es sinónima de uQX11YÓS;, será im Hebr: NovT 10 (1968) 10-25; G. Schrenk, procuradores romanos. Durante este tiempo, el
dureza de corazón y por ignorancia. Pero Je- difícil ofrecer en Heb 12, 2 la traducción de aQXlEQE'Út; (E), en ThWNT III, 274-283; G. TheiBen, cargo estuvo desempeñado por 28 ocupantes
sús no permaneció muerto, sino que fue resu- «originador y consumador de la fe», porque Untersuchungen zum Hebr, Gütersloh 1969, 13-52; H. ilegítimos. Jn 11,49.51; 18,33 apenas suscita
citado por Dios, y de esta manera se convirtió Jesús no es la fuente originante ni de la Zirnmermann, Die Hohepriester-Christologie des
la impresión del cambio anual en e! desempe-
en aquel que acaudilla y guía hacia la vida de Hebr, Paderborn 1964; Id., Das Bekenntnis der Hoff-
'emúna de los testigos del AT ni de la pistis nung (BBB 47), KOln 1977. ño del cargo. Los romanos parece que acepta-
la resurrección. Según Heb 6, 20, Jesús es el cristológica, sino que es Dios quien obra la fe ron el nepotismo entre los candidatos, los
precursor que ha penetrado en e! interior del en Jesús y hace creer en él como el caudillo. l. Si exceptuamos la referencia que se ha- cuales, por razones financieras, se limitaban
santuario, traspasando el lugar santísimo de ce a Abiatar en Mc 2, 26 (1 Sam 21, 7), a cuatro familias (Boethos con 8 representan-
Dios. En contraste con Heb 5, 9, donde se ha- P.-O. Müller UQXLEQEÚS; aparece siempre en los evangelios
tes, Ananos con 8, Phiabi con 3 y Kamithos
bla del «originador» (ULtLOS;; otros traducen: y en Hechos en relación con el proceso de Je-
con 3).
'fuente') de la eterna salvación, en e! pasaje aQXiEQut:iXÓ;, 2 archieratikos del sumo sús y con la persecución de la comunidad
En el NT aparecen únicamente tres miem-
de Hech 3, 15 no habrá que traducir por el sacerdote* cristiana primitiva (38 veces en singular; 62,
bros de la casa de Ananos (6-41 p.e.: Anás
«originador de la vida» sino por e! «caudillo En Hech 4, 6 dícese de personas que eran en plural). En Hebreos, este término tiene
(Ananos, hijo de Set), fue sumo sacerdote en
que conduce a la vida». - En otro discurso de del linaje de sumos sacerdotes. Sobre el signi- sentido cristológico.
Pedro, en Hech 5,31, se dice del Jesús cruci- los años 6-15 de nuestra era, fue emprendedor
ficado de las familias de sumos sacerdotes, cf. 2. El plural designa de ordinario a los su- e influyente después de su deposición y murió
ficado y resucitado: «Dios lo exaltó a su dere- Schürer 11,267-277; e. Thoma: Bibel und Li-
cha como al [escatológico] Caudillo y Salva- mos sucerdotes de Jerusalén, a sus predeceso- en e! año 35 p.C. (Lc 3, 2; Jn 18, 13ss; Hech
turgie 45 (1972) 4-22. res y a los miembros más distinguidos de la 4, 6; Josefo, Ant XVIII, 26; XX, 197s; Tos
dor». La predicación «Caudillo y Salvador»
se halla muy cerca de Heb 2, 10, donde se di- aristocracia sacerdotal (Hech 4, 6), que eran Men 13,21; bPes 57a; Billerbeck 11, 568ss; su
ce que Jesús fue «el caudillo de la salvación aQXiEQEÍJ;, Éro;, ó archiereus sumo sa- -todos ellos- e! grupo más influyente del Sa- yerno José por sobrenombre Ca ifás , aprox.
de ellos». Las semejanzas de lenguaje entre cerdote nedrín (del que también formaban parte los 18-37 p.C. (Josefo, Ant XVIII, 35 Y 95; Tos,
Lucas y Hebreos nos permiten sacar la con- escribas, los ancianos y los aQXOVtES;; por Jeb 1, 10; Para 3, 5; Lc 3, 2; Hech 4, 6), fue
1. Aparición del término en el NT - 2. Significado - ejemplo, Mt 26, 59; Mc 14, 53.55; Hech 20,
clusión de que ambos reflejan una común tra- 3. Historia - 4. Uso del término en Hebreos. una persona sin escrúpulos (Jn 11, 49-53) Y a
30), Y que desempeñaban las funciones de ór- él se le considera responsable del proceso de
dición litúrgica; esto, a su vez, nos lleva a Bibl. (en general): G. Allon, On the History of the gano judicial religioso, órgano policial y con- Jesús (Mt 26, 3.57s.62s.65; Mc 14, 53s.60s.
sospechar que también ambos escritores refle- High-Priesthood at the Close of the Second Temple: sistorio administrativo del templo (por ejem- 66; Lc 22,54; Jn 18, 13.24). Ananías, hijo de
jan aquí una fórmula estereotipada que había Tarbiz 13 (1941) 1-24; E. Barnmel, Die Bruderfol-
plo, Mt 21, 15.23.45; Lc 22, 4.52; Hech 4, 1; Nebedeo, desempeñó el cargo aprox. durante
tenido su origen en una cristología arcaica de ge im Hochpriestertum der herodianisch-rom. Zeit:
ZDPV 70 (1954) 147-153; Id., , APXIEPEY:¿ IIPO- 5, 24.27). El representante de este grupo es el los años 48-66 p.C. (Josefo, Ant XX, 103;
la comunidad helenística.
<l>HTEYQN: ThLZ 79 (1954) 351-356; N. B. Ba- sumo sacerdote en funciones en Jerusalén. Bell 11, 429, 441s; Hech 23,2; 24, 1).
Heb 2, 10 dice: «Convenía que aquel... lle- rrow, The High Priest, London 1947; J. Blinzler, Der Con frecuencia el plural designa a todo e! Sa-
vara a la perfección por medio de! sufrimien- Prozej3 Jesu, Regensburg 1960, 87ss; H. Braun, El NT no nos proporciona informaciones
nedrín (Mt 24, 14; 27, 6; 28, 11; Mc 14, 10;
to al Caudillo de la salvación de ellos». La Hebriier (HNT), Tübingen 1984,71-74.130-148; E. claras sobre las funciones políticamente autó-
15, 3.10s; Jn 12, 10; 19, 6.15.21; Hech 9,
función de Jesús como Caudillo dimana de la GriiBer, Hebraer I (EKK), Neukirchen-Vluyn 1990, nomas del sumo sacerdote durante el período
267-317; M. Hengel, Die Zeloten, Leiden 1961, 215- 14.21; 26,10.12), el cual, junto con los escri-
cruz sufrida por él y de su resurrección de en- de los procuradores; entre otras cosas, los su-
219; J. Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jesús, Ma- . bas (Mt 2, 4; 21, 15; Mc 11, 18; Lc 19,47; 20,
tre los muertos (13, 20). Jesús da cumpli- drid 1977, 167-208; K. Koch, en BHH n, 737-740; w. 19; 23, 10) o los fariseos (Mt 21, 45; 27, 62; mos sacerdotes presiden e! Sanedrín (así, los
miento a las promesas divinas de salvación, R. G. Loader, Sohn und Hohepriester. Eine traditions- Jn 7, 32; 11, 47) aparecen como autoridades relatos de la Pasión) y representan al pueblo
acaudillando a muchos hijos en e! camino ha- geschichtliche Untersuchung zur Christologie des
máximas para juzgar en materia de doctrina y judío ante los romanos (Jn 18, 35; 19, 6.21;
Hebraerbriefes (WMANT 53), Neukirchen-V1uyn Hech 22,30; 23, 2; 25, 2). Según Jn 11,51, el
cia la doxa de Dios. En Heb 12, 2 la fórmula 1981, 142-250; Reicke, Zeitgeschichte, 106-111; Id., de leyes. Los evangelios no deslindan ya níti-
«Caudillo y consumador de la fe» no quiere en BHH n, 737; E. Schrenk, aQXLEQE'Út;, en ThWNT damente las competencias de los diversos «pontífice de Dios» (Hech 23, 4) posee el don
decir que Jesús, «como primer hombre diera III, 265-284; H. F. WeiB, Der Brief an die Hebraer grupos. de la profecía (así piensa Jeremias, 169). Tan
495 496 497 498

sólo en Hebreos se habla de las funciones cul- Santo -el Día de la Expiación- en el celestial «~Xt't~tXAtVO~, O", Ó architriklinos ma- por el infinitivo de presente (BlaB-Debrunner
tuales del sumo sacerdote: presidir el culto sa- santo de los santos (6, 20; 8, 1-3; 10, 19s); co- estresala* § 414, 10), expresándose el comienzo mismo
crificial, la oblación cotidiana en favor del su- mo expiación, este ofrecimiento logra el per- Jn 2, 8.9 (dos veces): el encargado de orga- de la acción o el inicio de la misma en con-
mo sacerdote (7, 27; cf. Lev 6, 13; Filón, dón, la redención eterna y la purificación de la traste con su continuación, terminación o in-
nizar la fiesta. Lutero traduce: Speisemeister
SpecLeg I1I, 131), la virtud expiatoria de su conciencia de pecado (9, 11-15: 10,22). El he- terrupción (Bauer, Worterbuch, s. v. 2.a.a
(encargado del menú de un banquete).
propia muerte (Núm 35, 25ss) y la realización cho de que Jesús llegue a ser el sumo sacerdo- [ejemplos]). El realce del nuevo comienzo de
del ritual" en el Gran Día de la Expiación (9, te se contempla aquí enteramente sobre el tras- una acción conduce frecuentemente al uso
7.25; 13, 11; cf. Ex 30, 10; Lev 16; Josefa, fondo del culto del AT, y se considera como a~xO) archa dominar, comenzar puramente pleonástico del término en los Si-
Ant I1I, 242ss; Filón, SpecLeg 1, 72; LegGai tipológicamente superior a ese culto. 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos nópticos y en Hechos (BlaB-Debrunner § 392
307; Joma 5, 1-4). semánticos y uso gramatical del término - 3. Signifi- nota 9; 419, 3 [bibliografía en ambos luga-
c) Jesús, en su Ascensión, abre para sus se- cado en la voz activa - 4. Significado en la voz media- res]; -+ 4) Y denota sólo limitadamente la
guidores el camino hacia Dios (4, 14-16: 5, 9; a) Comparación entre los Sinópticos - b) Uso pleo- presencia de un semitismo (Delling, 477).
4. Hebreos recoge la confesión bautismal nástico y expresivo en los Sinópticos y en Hechos -
7, 19; 10, 19-21: 12,2; ¿un motivo de «pró-
(3,1; 4,14; 10, 19ss) o, quizás en sentido más c) Significado específico en la obra lucana - 5. Los
dromos», parecido al que se encuentra en las 3. En voz activa: dominar, en Mc 10, 42 (a
amplio, la tradición del culto cristiano primi- demás ejemplos en el NT.
ideas gnósticas? Así piensa Kasemann). diferencia de Mt 20, 25 / Lc 22, 25): En una
tivo consistente en confesar que el Hijo de
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s. v.; H. Bietenhard, Ori- sentencia que viene a continuación de la perí-
Dios es el sumo sacerdote; basándose en el d) En la situación presente de la Iglesia gen, principio, en DTNT III, 226-230, especialmente
Sal 110 y en las ideas judías acerca de Mel- perseguida, el Exaltado aparece como el Su- 229; Dalman, Worte, 21s; G. Delling, UQXúl X'tA.., en
copa de los hijos de Zebedeo (10, 35-40), se
quisedec y sobre el sumo sacerdote mesiánico mo Sacerdote celestial (7, 26; 8, 1; 10, 21) ThWNT 1, 476-488, sobre todo 476s; D. C. Hesseling, da una definición concreta del discipulado en
y celestial, el camino de Jesús es descrito co- que se presenta ante Dios como garante (7, Zur Syntax von aQxo/laL und Verw.: ByZ 20 (1911) la comunidad post-pascual, a la vista del com-
147-164; J. W. Hunkin, "Pleonastic» uQXO/laL in the portamiento de Jesús (Mc 10, 32-34), a saber,
mo el ministerio del sumo sacerdote. En con- 22), intercesor (7, 25; 9, 24) Y mediador (8,6; NT: JThS 25 (1924) 390-402; J. A. Kleist, The Gospel
traste con la tradición judía y con la tradición sobre el sumo Sacerdote celestial, cf. también of St Marc, Milwaukee 1936, 154-161, 171 nota 1; F.
que no hay que querer dominar unos a otros.
cristiana primitiva, esta categoría hermenéuti- 1 Clem 36, 1; IgnFil9, 1; Polic 12,2). Rehkopf, Die lk Sonderquelle. 1hr Umfang und y esto caracteriza la manera distintiva en que
ca se aplica ya al Jesús terreno y crucificado. Sprachgebrauch (WUNT 5), Tübingen 1959, 22s; J. la Iglesia existe en medio del mundo (Y. P.
U. Kellermann Reiling-J. L. Swellengrebel, A Translator's Handbook Howard, Das Ego Jesu in den synoptischen
El autor elude la cuestión de la descendencia on the Gospel of Luke, Leiden 1971,203,521,721 Y
levítica (7, 13-17), utilizando la expresión «se- Evangelien [MThSt 14], Marburg 1975, 97-
passim; H. Schürmann, Jesu Abschiedsrede Lk 22, 21-
gún el orden de Melquisedec» (5, 10; 6, 20; 7, «~Xt3tot""1)V, EVO~, Ó archipoimen pastor 38. III. Teil einer quellenkritischen Untersuchung des 107, esp. la p. 97 nota 4; R. Pesch, Markus-
11.15.17) para dilucidar tipológicamente co- supremo lk Abendmahlberichtes Lk 22, 7-38 (NTA 20, 5), evangelium 11 [HThK], 153-167 [bibl.]).
mo eterna e imperecedera la legimitidad del -+ ltOLf.tlÍV. Münster i. W. 1957, 8-10; G. Strecker, Der Weg der En Rom 15,2 «el acento recae sobre el infi-
Gerechtigkeit. Untersuchung zur Theologie des Mt nitivo» (aQ)(ELv; E. Kasemann, An die Romer3
verdadero sumo sacerdote del fin de los tiem- (FRLANT 82), Giittingen 31971, 20; J. Wanke, Die
pos. Jesús sobrepasa el sumo sacerdocio im- '1\~Xt3t3tO~, O"
Archippos Arquipo* Emmauserziihlung. Eine redaktionskritische Untersu-
chung zu Lk 24, 13-35 (EThS 31), Leipzig 1973,87;
[HNT], sub loco). Con una cita libre de Is 11,
10 LXX se acentúa el señorío universal del
perfecto del AT y lo sustituye con su sacrifi- Nombre de un cristiano de Calosas (Col 4,
cio ofrecido de una vez para siempre (capí- 17; Flm 2).
U. Wilckens, Die Missionsreden der Apg. Form und «Resucitado y Exaltado», que ha comenzado
traditionsgeschichtliche Untersuchungen (WMANT ya y que es consecuencia del hecho de la jus-
tulos 7-10). 5), Neukirchen-Vluyn '1974, 63-70,106-109.
El camino del sumo sacerdote hacia la re- tificación; este señorío de Cristo permite que
«~Xt(J"váyO)yo~, O", Ó archinynagagos 1. De las 85 veces (+ Mc 12, 14 v.l.; Jn 8, también los gentiles participen en la alabanza
dención se describe en cuatro etapas:
presidente de la sinagoga* 9) que el término se emplea en el NT, aQ)(O) de la miserü,;ordia divina (Kasemann, An die
a) Bajo las condiciones de la existencia hu- Mc 5, 22.35.36.38 par. Lc 8, 49; Lc 13, 14; en voz activa aparece en Mc 10,42; Rom 15, Romer, sub loco [bibl.]; Schlier, Romerbrief
mana, por un lado (2, 17s; 4, 15), Y bajo per- Hech 13, 15; 18, 8.17. Schürer 11,509-512: 12, Y aQ)(of.taL en voz media aparece 16 ve- [HThK], 425).
fecta obediencia y carencia absoluta de peca- ThWNT VII, 842-845; BHH 11, 1326. ces en Marcos (+ Mc 12, 14 v.l.), 13 en Ma-
do (4, 15; 5, 5-10; 7, 26-28), en solidaridad teo, 31 en Lucas, una vez en Juan (además de 4. En voz media el verbo significa comen-
con el sufrimiento humano (2, 17; 4, 15; 5, «~Xt'tÉX'tO)V, OVO~, Ó architektan arqui- 8, 9), 10 veces en Hechos, y aparece también zar, empezar:
1s) y fidelidad a Dios (2, 17s; 3, 1s), por el tecto* en2Cor3, 1; 1 Pe 4, 17. a) Comparación entre los Sinópticos: en
otro lado, el Jesús terreno hace de mediador 1 Cor 3, 10: como «sabio arquitecto», Pa- Marcos el verbo aparece 27 veces; Mateo em-
entre los seres humanos y Dios. De esta ma- blo echó los cimientos de la Iglesia. 2. La significación original del verbo es la plea el verbo 13 veces, de las cuales 6 apare-
nera llega a ser el sumo sacerdote (2, 17; 5, 5;
de ser el primero. En voz activa significa do- cen en textos paralelos con textos de Marcos
6, 20; 7, 16.21s).
«~Xt'tEAÓlV1)~, O", Ó architelanes jefe de minar (o comenzar, pero esta última acepción (Mc 2, 23 par. Mt 12, 1; Mc 8, 31 par. Mt 16,
b) Es decisivo el ofrecimiento de su propia recaudadores de impuestos* es rara en el período helenístico; cf. Delling 21; Mc 8, 32 par. Mt 16, 22; Mc 14, 19 par.
vida (7, 27; 10, 10: ¿teología del mártir?) o de En Lc 19, 2 dícese de Zaqueo. En ninguna 476s; BlaB-Debrunner § 177); en voz media Mt 22, 22; Mc 14,33 par. Mt 26,37; Mc 14,
su propia sangre (9, lIs; 10, 19) el Viernes otra parte se halla atestiguada esta palabra. significa comenzar, empezar, seguido siempre 71 par. Mt 26, 74); Lucas emplea el verbo 31
500 501 502
499

tiene su meta en la comunión y servicio mu- Pneumatiker und Psychiker in Korinth. Zum religions-
veces, de las cuales 2 aparecen en textos para- tiene su centro histórico-salvífico en Jerusa- geschichtlichen Hintergrund von l. Kor 2, 6-3, 4
lén (Lc 24, 47; cf. 24, 27) y, como un aconte- tuo de amor que los discípulos deben prestar-
lelos con textos de Marcos (Mc 11, 15 par. Lc (MThSt 9), Marburg 1975, 58ss, 199,219 Y passim.
19,45; Mc 12, 1 par. Lc 20, 9; Lc 9, 1 podría cimiento de proclamación, toma allí su punto se unos a otros (cf. R. Bultmann, Das Evan-
depender de Mc 6, 34s, y Lc 11, 29 podría de- de partida en forma de «discurso misionero» gelium des Johannes'o [KEK], 355-365; los 1. Las 37 veces que el término aparece en
pender de Mc 11, 8s). En la fuente Q el verbo (Hech 10, 34-43) que compendia el Evangelio posibles vestigios de una manera semítica o el NT (incluido Mt 9,34 [cf. GNTCom, 25s))
aparece 2 veces (Lc 7,24 par. Mt 11,7; Lc 22, (de Lucas) y señala así la permanente presen- sinóptica de hablar [Bultmann, Das Ev. des y excluido Tit 1, 9 [v.l.; cf. GNTCom, 653))
45 par. Mt 24, 49). Los demás ejemplos del cia de Jesús en la proclamación (sobre diver- Johannes, 352] no deben exagerarse y difícil- se distribuyen en tres ámbitos: a) uno hace re-
uso del verbo que hay en Lucas y en Mateo se sos aspectos de los textos citados, cf. las sec- mente bastarán por sí mismos para aislar la ferencia a Cristo (Ap 1,5); b) otro hace refe-
derivan de sus respectivas tradiciones pecu- ciones correspondientes en E. Haenchen, fuente joánica; R. Schnackenburg, El Evan- rencia a funcionarios romanos o judíos (auto-
liares o de su correspondiente actividad re- Apostelgeschichte; H. Conzelmann, Apostel- gelio según san Juan I1I, 30-39 [incluye bi- ridades) o a particulares que gozan de pres-
daccional. geschichte' [HNT]; Id., El centro del tiempo, bliografía)). tigio (así casi siempre en los Sinópticos y en
Madrid 1974, 215ss; G. Schneider, Lukas, O. Merk Hechos, por ejemplo, Hech 14, 5; también Jn
b) El uso predominantemente pleonástico 3, 1; 7, 26.48; Rom 13, 3); c) un tercero hace
503s; Wilckens, 63-70, 106-109; K. Kliesch,
que se hace del verbo en los evangelios y en referencia a poderes supramundanos, los cua-
Das heilsgeschichtliche Credo in den Reden aQXrov, ovto~, Ó archon jefe, gobemante*
Hechos (por ejemplo, Mc 10,28; Hech 1, 1; les -de ordinario- ejercen un dominio hostil
der Apostelgeschichte [BBB 44], Bonn 1975,
11, 4; Hunkin; Delling,477; E. Haenchen, 1. Aparición del término en el NT - 2. Ambitos de a Dios (Mc 3, 22; Mt 9, 34; 12, 24; Lc 11,
93s, 160ss; O. Merk, Das Reich Gottes in
Apostelgeschichte' [KEK], a propósito de significado - a) Referencias a Cristo - b) Referencias a 15; Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11; 1 Cor 2, 6.8; Ef
den lukanischen Schriften, en FS Kümmel, gobernantes seculares - c) Poderes espirituales.
Hech 1, 1) es significativamente un término 2,2).
201ss [en todas las obras citadas se da biblio-
redaccional marquino en los ámbitos de la Bibl.: Bauer, W6rterbuch, s. V.; H. Bietenhard, Ori-
grafía)).
predicación y de la enseñanza (Mc 1,45; 4,1; gen, principio, en DTNT III, 229s, especialmente 229, 2. a) Ap 1, 5 es el único lugar del NT en
5,20; 6, 2.34; 8, 31; cf. también E. Schwei- J. Blank, Krisis. Untersuchungen zur joh Christologie que aQXillv se refiere a Cristo. El Cristo exal-
5. a) 2 Cor 3, 1: aQxwttm es aquí signifi- und Eschatologie, Freiburg i. Br. 1964, 194, 281ss,
zer, Anmerkungen zur Theologie des Markus, cativo, a propósito de una pregunta retórica, tado, como «el soberano de los reyes de la
339; O. Bocher, Das NT und die damonischen Machte
en, Id., Neotestamentica, Zürich 1963,93-104 porque «Pablo está acostumbrado a oír» la re- (SBS 58), Stuttgart 1972; W. Carr, The Rulers of this tierra», debe contemplarse en el marco de la
passim). Lo mismo se refleja, pero sin parale- petida «crítica» de que él se recomienda a sí Age - 1 Cor Il. 6-8: NTS 23 (1976-1977) 20-35; G. doxología inicial y, al mismo tiempo, en el
los sinópticos, en los demás evangelios: en Dautzenberg, Botschaft und Bedeutung der urchristli- marco de la doxología del Apocalipsis; la in-
mismo (R. Bultmann, Der zweite Brief an die chen Propheten nach dem 1 Kor (2:6-16; 12-14), en J.
Mateo lo vemos por la referencia al carácter Korinther [KEK], 74; Delling, 477). terpretación histórica -tanto en sentido tem-
Panagopoulos (ed.), Prophetic Vocation in NT and To-
fundamental del comienzo de la predicación day (NovTS 45), Leiden 1977, 131-161; G. Delling, poral como en sentido escatológico- se hallan
de Jesús (4, 17); en Lucas esto mismo se re- b) En 1 Pe 4, 17a la intervención presente aQXúl XTA., en ThWNT 1, 476-488, sobre todo 486- entretejidas para caracterizar al «reinado uni-
fleja en la acentuación del comienzo que la y futura de Dios en la Iglesia se halla delinea- 488 (bibl.); M. Dibelius, Die Geisterwelt im Glauben versal de Cristo» (cf. W. Bousset, Offenba-
actividad de Jesús significa (3,23; 4, 21; 23, da como un «juicio»; en 4, 17b estará justifi- des Paulus, Gottingen 1909,88-97 Y passim; A. Feui-
llet, Les «chefs de ce siecle» et la sagesse divine
rung [KEK], 187ss, 239; T. Holtz, Die Chris-
5 [la idea se expresa sin el verbo: Jesús es el cado completar la idea añadiendo aQXE'tm 'to tologie der Apokalypse [ 85], Berlin 1962,
d'apres ICor 2, 6-8, en Studiorum Paulinorum Con-
misionero original, 8,4-8]; cf. Hech 10, 37) Y XQLf..tU después de EL 6E ltQw'tOv uep' ~f..tWV gressus Interrrationalis Catholicus 1961 (AnBibl 17- 58ss [bibl.)).
en la difusión de la palabra en virtud del co- (L. Goppelt, Der erste Petrusbrief [KEK], 18) 1, Romae 1963,383-393; J. Jeremias, Jerusalén en
tiempos de Jesús, Madrid 1977, 179, 199-215; E. Loh- b) 1) En Mt 20, 25 aQxov'tEI,; se aplica a
mienzo originado en Jerusalén por el aconte- 311-314 [bibliografía], esp. la p. 314 nota 57).
se, ~1JVÉCiQLOV, en ThWNT VII, 858-869; F. MuBner, quienes tienen un señorío secular en general
cimiento de Jesús (24, 47; ---+ 4.c; cf. H.
c) UQ!;áf..tEVOL es muy significativo en la Christus, das All und die Kirche. Studien zur Theolo- (la realidad, aunque no la palabra, aparece en
Schürmann, Lukas I [HThK]; G. Schneider, gie des Eph (TThSt 1), Trier 1955, 18ss y passim; A.
perícopa no joánica de la mujer sorprendida los lugares paralelos Mc 10, 42; Lc 22, 25),
Lukas [OTK], y Reiling y Schwellengrebel van Roon, The Authenticity of Ephesians (NovTS 39),
en adulterio (Jn 8, 9), una perícopa que tuvo mientras que en Rom 13, 3 el término se re-
sobre los pasajes citados). Leiden 1974, 223-237 Y passim; A. Schlatter, Der
quizás su origen en la Iglesia primitiva (cf. Evangelist Mt, Stuttgart 1929, 315s; Id., Der Evange- fiere a las autoridades de gobierno según el
c) En la expresión formularia, peculiar de Kümmel, Einleitung, 173 con las notas 44 y list Joh, Stuttgart 1930, 270-272; H. Schlier, Machte lenguaje helenístico-romano (cf. A. Strobel:
Lucas, uQ!;áf..tuvol,; UltÓ (cf. BlaB-Debrunner 45; H. Freiherr von Campenhausen: ZNW 68 und Gewalten im NT (QD 3), Freiburg i. Br. 1958; J. ZNW 47 [1956] 67-93, esp. 79ss), y en Hech
[1977] 164-175). Schniewind, Die Archonten dieses Aons (1. Kor 2, 6- 16, 19 -único lugar en el NT- se hace refe-
§ 137,3; 419,3; Wilckens, 106-109; Wanke, 8), en Id., Nachgelassene Reden und Aufsiitze, mil ei-
87) se observa un interés específico de la teo- En Jn 13, 5, Jesús comienza a lavar los pies nem Vorwort von G. Heinzelmann, editado por E. Kah- rencia a las autoridades de la ciudad (cf. J.
logía lucana: esta teología se ocupa de toda la durante la cena. Y precisamente en el hecho ler (TBT 1), Berlin 1952, 104-109; L. Schottroff, Der WeiB, Macedonien: RE XII [1903] 39; Strath-
historia de Jesús, comenzando por su bautis- de que Jesús comience a realizar esta acción G/aubende und die feindliche Welt (WMANT 37), mann 529). En Hech 4, 26, en una oración to-
Neukirchen-Vluyn 1970, 217-225, 231, nota 3, 275; mada del Sal 2, 1s, «los reyes de la tierra» se
mo (cf. Lc 3, 23), Y puede determinarse geo- se halla lo significativo de lo que quiere ex- Schürer 11, 107, 218, 251s, 511s; III, 76, 78, 85s; H.
gráficamente desde Galilea (Lc 23, 5; Hech presarse con ella, a saber, el sentido del hu- Strathmann, nÓ/"L<; %'t/"., en ThWNT VI, 516-535, es-
interpretan exegéticamente en sentido pre-Iu-
10, 37); la participación en esta historia es millante servicio que Jesús presta a sus se- pecialmente 529; J. Wanke, Die Emmauserzahlung. cano para referirse a Herodes Antipas, y lo de
criterio decisivo para el apostolado, según la guidores, un servicio que comienza «en la Eine redaktionsgeschichtliche Untersuchung zu Lk 24, oL aQxov'tE~ se refiere a «Pilato» (cf. Hech 4,
13-35 (EThS 31), Leipzig 1973, 58s, 66; M. Winter, 27-30 y, para explicar la escena creada por
concepción lucana (Hech 1, 22); esta historia comunión de los discípulos con Jesús» y que
503 504 505 506

Lucas, cf. Lc 23, 6-12; M. Dibelius, Herodes algunos miembros del Sanedrín que, en con- nios, por ejemplo, en Dibelius, 88s; W. G. «(JáAEtJ'tO;, 2 asaleutos firme, inmóvil*
und Pilatus, en Id., Botschaft 1, 278-292, esp. traste con «los judíos» y «los fariseos», per- Kümmel en H. Lietzmann-W. G. Kümmel, En Hech 27, 41 dícese de la proa de la na-
289ss; H. Conzelmann, Apostelgeschichte' manecen abiertos hacia el mensaje de Jesús An die Korinther l/Il [HNT], 170; H. Conzel- ve, que se clavó y quedó inmóvil. En Heb 12,
[HNT] sub loco). (cf. R. Bultmann, Das Evangelium des Jo- maun, Der erste Brief an die Korinther [KEK], 28 dícese, en sentido figurado, de la inconmo-
hannes lO [KEK], 94 nota 3; H. F. WeiB, en 77s [bibl.]; R. Baumaun, Mitte und Norm des vible ~UOLAeLU.
2) En los evangelios sinópticos y en He- ThWNT IX, 47). Christlichen [NTA NF 5], Münster i. W. 1968,
chos, a las personas que ocupan posiciones 209-255 [bibl.]; L. Schottroff 221 nota 1 y
destacadas se las suele designar como aQ- e) Excepto en 1 Cor 2, 6.8, vemos que en passim). 'A(JáqJ Asaph Asá*
xwv; por ejemplo, el juez en Lc 12, 58, un el NT aQXwv se usa siempre en singular Ef 2, 2: en este pasaje el aQXwv es la per- Nombre de persona en Mt 1, 7.8 (cf. 1 Re
miembro del Sanedrín en Lc 12, 13, el sumo cuando designa a poderes supramundanos. sonificación de la esfera de poder que se 15,8).
sacerdote en Hech 23, 5. Como aQXwv del (Sobre la historia de la interpretación de los opone a Dios (cf. H. Schlier, La Carta a los
pueblo (Hech 7, 27.35), Moisés adquiere sig- textos que a continuación se estudian, cf. los Efesios, Salamanca 1991, 134-138 [con nu- " R
a(Jt"E(J'to;, 2 asbestos inextinguible*
nificado tipológico en la teología lucana a comentarios mencionados y los ejemplos Dícese en Mc 9, 43 del fuego del infierno
merosos ejemplos]) y se identifica segura-
propósito del acontecimiento de Cristo (cf. Lc ofrecidos en H. Conzelmann, Der erste Brief (v. 45 v.l.). Mt 3, 12 par. Lc 3, 17: «pero él
mente con Satanás. El paralelismo que se es-
2,38; 24, 21; Hech 3, 15; 5, 31; cf. E. Haen- an die Korinther [KEK], 79 nota 45; Bauer, quemará la paja en fuego inextinguible».
tablece entre utwv y aQXwv muestra que
chen, Apostelgeschichte' [KEK], sub loco; H. Worterbuch, s. v.).
éstos, al menos, «se corresponden por su na-
Conzelmann, Apostelgeschichté [HNT], sub Me 3, 22: La acusación que aparece en es-
loco; G. SUihling, Apostelgeschichte3 [NTD], te pasaje, que es seguramente una composi- turaleza» (A. Lindemann, Die Aufhebung der «(JipEla, a;, tí asebeia impiedad
ción unitaria en su forma original de la fuen- Zeit [StNT 12J, Gütersloh 1975, 110; cf. ibid. --+ aoej3~~.
108 [testimonios}).
te Q (Mt 12,24 [¿tendrá 9,34 una base textual 49ss, 58s, 108ss), aunque su identificación,
Una comparación entre los Sinópticos nos
marquina?] par. Lc 11, 15; sobre el problema demostrable por lo demás en la historia de las
permite ver que el uso de aQXLo'Uváywyo~ «(JEpÉro asebeo actuar impíamente
sinóptico en este punto, cf. Bultmann, Ge- religiones, no se halle presente aquí también
(presidente de la sinagoga) alterna con el de --+ ao€~~~.
aQXwv (cf., por ejemplo, Mc 5, 22 par. Mt schichte 10-12, 54, 356, Ergiinzungsheft, 17; (Dibelius, 156s; M. Dibelius-H. Greeven, An
9, 18; Lc 8,41; Mc 5,38 par. Mt 9, 23). Es- Schulz, Q, 203ss [bibl.]), se halla escindida en die Kolosser, Epheser, und Philemon 3 [HNT],
to podría deberse a que, en el judaísmo de la Marcos, aunque sigue siendo sustancialmente sub loco). «(JEPÍ);, 2 asebes impío, malvado*
la misma: la malévola identificación de Jesús Los cristianos se hallan rescatados ahora de aOÉ~eLu acción malvada, impiedad*
Diáspora, ambas funciones, aunque se distin-
con Beelzebul o Beelzebub (= señor de las este aQXwv (Ef 2, 1-3), y Juan dilucida esta aoe~Éw asebeo actuar impíamente*
guieran claramente, podían ser ejercidas por
la misma persona (cf. también Schürer 11, moradas [demoníacas]), príncipe de los de- realidad en Jn 12,31; 14,30; 16, 11 mediante l. Aparición del grupo de palabras en el NT -
511). Pero es más probable que existiera un monios y, por tanto, el mismísimo Satanás una expresiva formulación cristológico-esca- 2. Campo semántico - 3. Afirmaciones sobre los falsos
(cf. Mc 3, 23.26), pretende demostrar la pose- maestros - 4. La Carta a los romanos y las Pastorales.
conocimiento impreciso de la función concre- tológica: en la exaltación de Jesús en la cruz,
ta del aQXwv, como vemos también por el he- sión demoníaca de Jesús a los ojos de sus ad- el aQXwv wv XÓOflO'U wúw'U, Satanás, «que- Bibl.: W. Foerster, &aE~~<; %1:1..,. en ThWNT VII,
cho de que Lucas designe como aQXov't€~ versarios (Mc 3, 30), y quiere hacer ver que dó desposeído de su poder» (cf. R. Bultmann, 184-190; F. Hahn, Genesis 15, 6 im NT, en Probleme
los exorcismos de Jesús, que tienen un poder biblischer Thealagie (FS G. van Rad), München 1971,
(en plural) o «jefes» de los judíos a los que Das Evangelium des Johannes lO [KEK], 330 90-107, sobre todo 100ss; E. Kasemann, Pln Perspek-
era simplemente, entre otras cosas, miembros que ni sus adversarios pueden negar, son ac- nota 2, 488, 436; R. Schnackenburg, El Evan- tiven, Tübingen '1972, 140-177, especialmente 148-
del Sanedrín (cf. Schürer 11, 251s; Lohse, 862 tos de poder demoníaco (para los detalles cf. gelio según san Juan 11, 490ss; I1I, 120s, 170s; 150. Para más bibliografía, cf. áf!UQTlu.
nota 29; Wanke, 58s). Aunque, cuando se R. Pesch, Markusevangelium I [HThK], 209- Blank, 194, 281aa, 339).
221 [bibl.]; G. Schneider, Evangelium nach 1. El adjetivo aparece 8 ó 9 veces. Con ex-
menciona a un aQXwv individual, el peso re- O. Merk
Lukas 11 [OTK], 264ss). cepción de 1 Pe 3, 7 Y quizás Jds 4 y 15 (al fi-
cae indudablemente sobre el encuentro de esa
persona con Jesús (cf. Lc 18, 18, donde, a di- 1 Cor 2, 6.8: en este pasaje aQXov't€~ no se nal de la frase), el adjetivo se usa siempre en
refiere a los soberanos terrenos (como pien- sentido sustantivado. El sustantivo aparece 6
ferencia de Mc 10, 17/ Mt 19, 16, se designa ci~ro,Hx., a'to;, 'tó aroma especia, un- veces, mientras que el verbo aparece única-
como aQXwv al «joven rico»), sin embargo el san, por ejemplo, Schniewind; Dautzenberg), güento* mente en la figura etimológica de Jds 15 (cita
plural aQXov't€~ se usa también en los escri- sino a los poderes demoníacos. Se dice de En el NT aparece únicamente en plural en
tos lucanos para referirse a la responsabilidad ellos que, como exponentes de la sabiduría de Hen [et] o Hen [gr] 1, 19), a menos que en
Mc 16, 1 par. Lc 23, 56 y 24, 1: los aceites 2 Pe 2, 6 demos la preferencia a la forma ver-
que incumbe a la totalidad de los dirigentes cósmica en su oposión a la sabiduría divina, aromáticos, los ungüentos que iban a usarse
judíos porla muerte de Jesús (cf. Lc 14, 1; 23, bal sobre la forma adjetival. Estos 16 ejem-
perecen porque no han reconocido la acción para ungir a Jesús en el sepulcro (según Mar-
13.35; 24, 20; Hech 3, 17; 4, 5.8; 13, 27; cf. plos se distribuyen, sin contar las dos citas del
escatológica de Dios en la cruz y, con ella, la cos); según Jn 19, 40, el cadáver fue ungido AT (Rom 11,26; 1 Pe 4, 18), entre los tres lu-
Wanke, 59, 66; Haenchen, Apostelgeschichte' intervención divina que se hace eficaz en el con sustancias aromáticas y envuelto en lien- gares en que los términos aparecen en Roma-
[KEK] a propósito de Hech 3, 17). Myo~ wv o'tu'UQov (1 Cor 1, 17s), una in-
zos de lino, antes de ser depositado en el se- nos, los tres de las Pastorales y los tres de 2
En Jn 3, 1; 7, 26.48; 12,42 se designa co- tervención que priva de su poder a las fuerzas
pulcro. Pedro, y las 5 veces que aparecen en Judas.
mo aQxwv/aQXov't€~ a algún miembro o a contrarias a Dios (1 Cor 2, 7s; cf. los testimo-
507 508 509 510

2. En la LXX aOEp~~ se usa casi siempre juicio que se anticipa en el v. 4. Finalmente, el te alejamiento, la gracia puede ayudar a los son como una cascada de críticas, que -aun-
para traducir el hebreo rlisli' (lo mismo que juicio ejecutado contra «el mundo de los im- cristianos a llevar una vida verdaderamente que no están exentos de estereotipia (A. Vog-
éq.j,aQ'twAó~, aunque con frecuencia dos ve- píos» en tiempo de Noé, y contra Sodoma y humana que agrade a Dios. En consonancia tle, en LThK VI, 807)- se convierten en una
ces mayor), pero en el NT este término queda Gomorra en tiempo de Lot (los cuales, ambos, con ello, 1 Tim 1, 9 sugiere un distanciamien- única acusación contra el paganismo. Es ver-
notablemente relegado a segundo plano (por- eran <<justos»), queda asentado como «ejem- to de Pablo, al considerar que la ley está des- dad que la función primaria de los catálogos
que se prefiere generalmente el tema á¡.,taQ't-). plo» para los futuros impíos, es decir, como tinada sólo para «los impíos y los pecadores», de vicios es positiva. Rom 13, 13 debe enten-
El judaísmo helenístico rompe con la limita- ejemplo de juicio contra los malvados del mientras que «el justo» edifica su vida en «la derse como típica parénesis bautismal. Gál 5,
ción habitual del uso del término a la relación tiempo del autor de 2 Pedro, que viven de ma- sana doctrina» (v. 10, al final). 19 quiere contribuir a asegurar «el margen de
(que, como es lógico, falta) con los dioses nera contraria a la voluntad de Dios y se bur- P. Fiedler libertad del bautizado» (MuBner, 389). El au-
(compárese, por ejemplo, Platón, Symp 188c lan de la parusía (2 Pe 2, 5s). Ellos también tor de 1 Pedro se dirige a los cristianos perse-
con Dión Crisóstomo, Or 31,13; pero cf. tam- serán destruidos (3, 7). ' guidos, a quienes alienta y consuela con el re-
bién Josefo, Bell VII 260): siempre que uno
aoD"yna, a;, á aselgeia desenfreno, li- cuerdo del acontecimiento de Cristo y del
bertinaje*
se comporta impíamente, comete una ofensa 4. Pablo, en Rom 1, 18, vincula aOÉpHa bautismo (3, 21).
contra (la voluntad de) de Dios, quien se pre- con a6LxLa (en consonancia, por ejemplo, Bibl.: o. Bauernfeind, &'OfJ"YELU, en ThWNT 1, H. Goldstein
ocupa esencialmente de la vida (y de la con- con Miq 7, 18; Hen [gr] 13, 2). Teniendo en 488; F. MuBner, Der Galaterbriej, Freiburg i. Br.
1974, sobre todo 379-383; A. Vógtle, Die Tugend- und
vivencia) humana. Así que aOEp~~ y á¡.,taQ- cuenta los antecedentes veterotestamentarios Lasterkataloge im NT, Münster i. W. 1936, s. v. en el
'tWAÓ~ pueden figurar el uno junto al otro y judíos, es improbable que estos términos se índice analítico; S. Wibbing, Die Tugend- und Laster-
«a1')'.1O;, 2 asemos insignificante*
como equivalentes en 1 Tim 1, 9 (hendíadis), refieran a una división entre trasgresiones kataloge im NT, Berlin 1959. Hech 21, 39: De Tarso, «una ciudad nada
lo mismo que en la cita que se hace en 1 Pe 4, contra la primera tabla y trasgresiones contra insignificante de Cilicia». ThWNT VII, 266s.
18. El pleonasmo á¡.,taQ'twAoL aOEpd~ que la segunda tabla del Decálogo. La: idea tiene 1. En el NT aOÉAyELa tiene de ordinario
encontramos en la cita que se hace en Jds 15 mucho más que ver con los que son objeto de un significado sensual y designa sobre todo
el desenfreno en materia sexual: Rom 13, 13: 'Aa{H~ Aser Aser*
es un caso único. El sustantivo entendido co- la cólera divina: tanto gentiles como judíos: Aser se menciona en Lc 2, 36 como antepa-
mo acción aparece tanto en la cita combinada así como Pablo niega a estos últimos la justi- xohaL~ (relaciones sexuales) xaL aOEAydaL~;
2 Cor 12, 21: axa'l'taQoL~ (impureza) xaL sado de la profetisa Ana; en Ap 7, 6 se le men-
de Rom 11, 26 (en plural, lo mismo que en cia basada en la ley, a causa de las trasgresio-
nOQvd~ (fornicación) xaL aOEAyd~; Gál 5, ciona también en la enumeración de las tribus
Jds 18) como en Rom 1, 18 (naoa, juntamen- nes cometidas por ellos (Rom 2), así también
19: obras de la carne, entre las que se inclu- de Israel (Gén 30, 13; 49, 20).
te con a6LxLa). 2 Tim 2, 16 Y Tit 2, 12 se re- niega a los gentiles la --+ EuoÉpELa, aunque no
fieren más bien a una actitud. En Jds 15 y 18 emplea este concepto, que está demasiado yen nOQvda (fornicación), axa'l'taQoLa (im-
el genitivo semitizante sustituye al adjetivo. orientado hacia la vida religiosa (cf., no obs- pureza) y aOÉAyELa; cf. 2 Pe 2, 2.7.18; Herm aa-3Évna, a;, Í) astheneia debilidad, en-
tante, EOEpúo'l'tl]Oav en 1,25). Porque unos y (m) 12,4,6; (s) 9, 15,3; (v) 2, 2, 2; 3, 7, 2. fermedad
otros se cierran a la verdad de Dios, es decir, Además, el término expresa la conducta en --+ ao'l'tEv~~.
3. Fuera de Romanos y de Tito 2, 12, los al orden de la creación. Este «pecado funda- la que el desenfreno sexual es tan sólo un ele-
enunciados en que aparece el tema aOEp- se mental» se realiza por medio de acciones cul- mento entre muchos. aOÉAyELa es, por tanto,
hallan en el contexto de la lucha contra los pables (1, 18), en las que al mismo tiempo se una expresión global de la mala conducta y aa-3EvÉro asthene6 estar débil, enfermo
falsos maestros. Como en la LXX (especial- deja sentir ya el castigo (vv. 21s, especialmen- de la perversión. Es uno de los vicios que co- -> ao'l'tEv~~.
mente Proverbios [cf. 1 Pe 4, 18] Y otros es- te 1, 24ss). Rom 4,5 habla de la justificación rrompen desde dentro al individuo (Mc 7,
critos sapienciales), partiendo de la perspecti- del impío (caracterizado en 1, 18ss) por obra 22). En ella consiste la perversidad de Sodo- aa-3ÉV1')p.ta, a1:o;, 1:Ó asthenema debilidad
va de la apostasía de (los mandamientos de) del mismo Dios -tan sólo mediante la fe-o De ma y Gomorra (2 Pe 2, 7). Es típica del paga-
--+ ao'l'tEv~~.
Dios (por ejemplo, Prov 28, 4; Jer 3, 13; Dan manera enteramente ajena al judaísmo, Abra- riismo impío (Ef 4, 19; 1 Pe 4,3; Jds 4).
9, 5), era fácil definir a los herejes como los hán es ejemplo del aOEp~~ creyente. Rom 5,
que se contraponen fundamentalmente al 6 se centra en la fe que conduce a la acepta- 2. Una característica del uso de este voca- aa-3EVt');, 2 asthenes débil, enfermo
6LXaLO~. En efecto, se tienen constantemente ción de la salvación ofrecida en la muerte vi- blo en el NT es su inclusión en los catálogos aa'l'tÉvELa, u~, ~ astheneia debilidad, enfer-
a la vista las consecuencias prácticas de las caria de Cristo, y se centra también en la ma- de vicios (Rom 13, 13; Gál 5, 19; 1 Pe 4, 3), medad
falsas doctrinas: en 1 Tim 1, 9(s) aOEp~~ apa- nifestación del incomparable amor de Dios y catálogos que tienen sus modelos tanto en el aa'l'tEvÉw asthene6 estar débil, enfermo
rece en relación con un catálogo de vicios, de su Hijo hacia nosotros, que «en aquel tiem- judaísmo (Qumrán: lQS 4, 9-11; cf. Wibbing aa'l'tÉvl]¡.,tu, a'to~, 'tó asthenema debilidad*
mientras que la escalación de la impiedad en po éramos todavía impíos». 92-94) como en la ética de la antigüedad pa- l. Aparición de los términos en el NT - 2. Signifi-
2 Tim 2, 16 se ilustra en 3, 1-5; en Jds 4 y En Tit 2, 12 (cf. los vv. 11-14), por contras- gana. Estas formas literarias concuerdan no cado y uso del grupo de palabras - 3. En los evangelios
18(s) se hace referencia primariamente a la te, el foco se centra en el alejamiento del pa- sólo en la exhortación inicial a no llevar un - 4. En Pablo.
praxis, lo mismo que en la cita paralela del v. ganismo, al que se considera contrario a Dios, estilo malo de vida, sino también en el orden Bibl.: J. Ernst, Das Ev. nach Lk, Regensburg 1977,
5 se tiene a la vista .el anuncio profético del mediante la conversión (el bautismo). Por es- en que se enumeran los vicios. Los catálogos 181s, 334; F. Fenner, Die Krankheit im NT (UNT 18),
511 512 513 514

Leipzig 1930, especialmente 27-30; E. Güttgemanns, corporal de su existencia, se puede aplicar Hech 5, 16) o Laa-&m (como en Lc 9, 2; Sant g) Finalmente, en Hech 20, 35 el participio
Der leidende Apostel und sein Herr (FRLANT 90), también a determinadas personas o grupos de 5, 16). El proceso de curación se efectúa de aa-&evovv'te¡;; designa a los que son económi-
Giittingen 1966; P. Hoffmann, Studien zur Theologie
der Logienquelle (NTA NF 8), Münster i. W. 1972,
personas. Así, por ejemplo, en 1 Pe 3, 7, se diferentes maneras: por imposición de las ma- camente débiles, a los pobres.
299; E. Kamlah, Wie beurteilt Paulus seine Leiden?: dice que las mujeres son el «sexo más débil», nos, por la acción de tocar, etc., e incluso me-
ZNW 54 (1963) 217-232; O. Michel, Der Briefan die y que por este motivo los maridos deben ser diante la aplicación de pañuelos (Hech 19, 3. En los evangelios las curaciones de en-
Romer, Giittingen "1966, 333-361; H. Schlier, Der más considerados con ellas. En Heb 7, 28 se 12) o por la sombra de los apóstoles que se fermos se cuentan entre las «señales» (Jn 6, 2
Romerbrief, Freiburg i. Br. 1977,402-422; J. Schmid, dice que los sumos sacerdotes son hombres utiliza expresamente a1']!1eLu) que anuncian el
El evangelio según san Marcos, Barcelona 1967, 67- proyecta sobre los enfermos (Hech 5, 15).
débiles (cf. 5, 2; también 4, 15), Y en Heb 11, comienzo del reino de Dios. Esto aparece, con
70; G. Stiihlin, uo{fEV1Í<; XTA.., en ThWNT 1, 488-492;
E. Walter, Die Kraft wird in der Schwachheit vollen- 34 se dice de los creyentes del Antiguo Pacto d) Otra forma más de aa-&ÉveLu lo repre- especial claridad cuando Jesús envía a los su-
det: GuL 28 (1955) 248-255; U. Wilckens, Weisheit que, «siendo débiles, fueron hechos fuertes». senta la debilidad en la capacidad para enten- yos en misión (un pasaje procedente de la
und Torheit (BHTh 26), Tübingen 1959, sobre todo Pablo habla de su «apariencia débil» (por der. A ella se refiere seguramente Rom 6, 19: fuente Q), y donde la instrucción dada a los
ll-53. ejemplo, 1 Cor 2,3: «y estuve entre vosotros «Hablo a la manera hu1nana, por causa de la discípulos de curar a los enfermos se halla in-
con debilidad, y con temor y mucho tem- debilidad de vuestra carne». Esta misma idea mediatamente vinculada con el encargo de
1. Las palabras rW-&ev~¡;;, aa-&ÉvELu y proclamar la inminencia del reino de Dios (Lc
aa-&evÉw aparecen en total más de 80 veces blor»; 2 Cor 10, 10: «Su presencia física [es] podría, al menos, escucharse también en Heb
débil y su manera de hablar menospreciable»; 5, 2 (en este pasaje se emplean los verbos 10,9; Mt 10, 7s). «Las curaciones en Q, como
en el NT, y más de 40 de ellas en Pablo. El vemos también por los demás pasajes, deben
sustantivo aa-&Év1']!1u lo encontramos única- 2 Cor 11, 21: «Nosotros hemos sido débiles»; ayvoeLv y JtAuvaa-&m).
Gál 4, 13 Y passim), y escribe también que entenderse escatológicamente como parte del
mente en Rom 15, 1. e) Junto a estas formas naturales de aa-&É- acontecimiento del fin de los tiempos» (Hoff-
Cristo «fue crucificado por debilidad» (2 Cor
13,4). VeLU existe también, según Pablo, una debili- mann 299).
2. El grupo de palabras significa debilidad dad de índole ético-religiosa. Cuando Pablo, Marcos no sólo refiere curaciones aisladas
o falta de fuerzas. Pero esta debilidad es de c) La debilidad característica y fundamen- en Rom 5, 6, acentúa que Cristo, «mientras de enfermos, sino que en sus sumarios nos
índole muy diversa. tal del hombre tiene diversos efectos. Una de nosotros éramos aún débiles», murió a su ofrece la imagen de una extensa actividad sa-
sus manifestaciones es la enfermedad. En es- tiempo por los impíos (cf. 5, 8), entonces ca- nadora de Jesús (1, 32ss; 3, 7-12; 6, 53-56),
a) A menudo se hace referencia en sentido racteriza a la debilidad como el estado (supe- que está inseparablemente unida con su actí-
te sentido el grupo de palabras aparece casi
global a la debilidad que se deriva directa- rado por la muerte de Cristo) de alejamiento vidad de enseñar (cf., por ejemplo, 1, 39).
40 veces en el NT (Mt 8, 17; 10, 8; 25,
mente de la condición terrena y corporal de de Dios en que vivían las personas irredentas. Marcos entiende que ambas cosas prueban la
36.39.43s; Mc 6, 56; Lc 4, 40; 5, 15; 8,2; 9,
la existencia humana, y que se deja sentir en 2; 10, 9; 13, 11a; Jn 4, 46; 5, 3.5.7; 6, 2; 11, También a los cristianos les puede afectar esta dignidad de Jesús como Mesías y su condi-
diversos ámbitos. Esta manera de comprender 1.4.6; Hech 4,9; 5, 15s; 9, 37; 19, 12; 28, 9; 1 clase de aa-&ÉveLu. Y, así, Pablo en Rom 8, 26 ción de ser el Hijo de Dios.
la debilidad se halla presente especialmente Cor 11, 30; Flp 2, 26s; 1 Tim 5, 23; 2 Tim 4, habla de que el Pneuma (divino), en la ora- Para la comprensión de Mateo es caracte-
en los textos en que los términos aáQs (<<car- 20; Sant 5, 14), Y de ordinario en construc- rístico, por ejemplo, el pasaje de 8, 16s. A un
ción, viene en ayuda de la debilidad humana
ne») o m'ú!1u (<<cuerpo») aparecen en cone- sumario tomado de Marcos (1, 32ss), Mateo
ción absoluta (incluso en lugares en que se (es decir, de la incapacidad para orar en la for-
xión con aa-&ev-. Citemos como ejemplo Mc añade una de sus típicas «citas de cumpli-
trata de una enfermedad determinada). En Mt ma que agrada a Dios). Y señala también que
14, 38 par. Mt 26, 41, donde Jesús exhorta a miento». Se trata, en concreto, de Is 53, 4, es
8, 17 encontramos junto a aa-&ÉveLu el térmi- en Roma y en Corinto hay grupos de cristianos
los discípulos, que están dormidos, a velar y decir, de unas palabras tomadas del cuarto
no sinónimo vóao¡;;. En 1 Cor 11, 30 se usa que son «débiles en su fe» (Rom 14, 1: aa-&e-
orar, para que puedan superar el peligro de cántico del Siervo de Dios: «El tomó sobre sí
igualmente el sinónimo aQQwaLO¡;;. Mt 10, 8 vovvra 'tñ Jtí.a'teL; cf., en cambio, Rom 4, 19, nuestras enfermedades y cargó con nuestras
tentación que va asociado con la aáQs menciona las curaciones de los aa-&evoVVLe¡;; donde se dice de Abrahán: !1i] aa-&ev~au¡;; 'tñ dolencias». Mateo ve que esta promesa profé-
aa-&ev~¡;; (entendida aquí en oposición al (aquí y en otras partes el participio sustituye JtLa'teL) o que tienen conciencia angustiada tica se ha cumplido en la actividad de Jesús.
Jtvev!1u JtQó-&U!1ov). Otro ejemplo es 1 Cor al adjetivo) juntamente con las resurrecciones (auveLClem¡;; aa-&ev~¡;;; 1 Cor 8, 7.12), así co- Para Lucas la curación de las enfermedades
15,43, donde Pablo establece un contraste en- de muertos, las purificaciones de la lepra y las mo también, hablando en general, en el cuerpo está unida esencialmente a la difusión del
tre el cuerpo terreno (m'ú!1u 'ljJUXLXÓV, v. 44), expulsiones de demonios; Jn 5, 3 menciona de la Iglesia puede haber miembros que pare- Aóyo¡;; (por ejemplo, 5, 15: «La fama de El se
cuyas características son la «corruptibilidad», diversos grupos de enfermos: ciegos, cojos y cen más débiles (1 Cor 12, 22). extendía cada vez más y se congregaban gran-
el «deshonor» y la «debilidad», y el futuro paralíticos. Hay distintas causas de las enfer- des muchedumbres para oírle y para que los
cuerpo de la resurrección (aw!1u JtVeU!1ULL- medades. Según Lc 13, 11, por ejemplo, están f) Tan sólo en raras ocasiones se aplica el
curase de sus enfermedades»). Por tanto, la
xóv), que está lleno del Espíritu, y al que Pa- causadas por espíritus (Jtve'Ú!1u'tu; cf. Lc 8, grupo de palabras a personas o cosas no hu- curación de enfermedades tiene significado
blo caracteriza como cuerpo en «incorruptibi- 2; Hech 5, 16). Según 1 Cor 11, 3, aparecen manas, con el fin de describir su impotencia o teológico para la teología de la misión. Y, así,
lidad», «gloria» y «poder». como resultado de una recepción indigna de su ineficacia: en Gál 4, 9 se habla de los «dé- no nos extrañará que en Hechos la predica-
la eucaristía. La curación se expresa ordina- biles y pobres espíritus elementales». Rom 8, ción de los apóstoles vaya también acompa-
b) Lo que se dice en general acerca de la riamente con los verbos -&eQUJte'ÚeLV (por 3 habla de la incapacidad de la ley para pro- ñada de curaciones de enfermos (Hech 3-5;
debilidad del hombre basada en lo terreno y ejemplo, Lc 5, 15; 8,2; 9, 1; 10,9; Mt 10, 8; ducir la salvación (cf. también Heb 7, 18). 19, 12.20 Y passim).
515 am'}Ev1'¡(; - 'AoLa 516 517 'AoLa - 1\OLáQXT)(; 518

4. Pablo desarrolla su original «teología» que, por ejemplo, come de todo), porque a él Trebilco, Jewish Communities in Asia Minor, Cam- Mientras tanto Apolo predicaba aquí una es-
de la debilidad. Para él la aoofrÉvELa significa también le ha aceptado Dios (14, 3). Por con- bridge 1991; E. M. Yamauchi, NT Cities in Western
pecie de combinación del bautismo de Juan y
siguiente, no hay que poner obstáculo o pie- Asia Minor, Orand Rapids 1987.
el lugar donde se revela la dynamis (divina). del kerygma de Jesús (18, 24-27). En el año
Esto se expresa principalmente en aquella dra de tropiezo en el camino del otro hermano 55 Pablo completó este bautismo de agua
1. 'AOLU se menciona 20 veces en el NT. Se
frase paradójica: «Porque mi poder se perfec- (14, 13). Esto se aplica principalmente a los con el don del Espíritu Santo (19, 1-7) Y si-
piensa unas veces en toda la provincia roma-
ciona en la debilidad» (2 Cor 12, 9). Pablo «fuertes». Ellos deben sobrellevar «las fla- guió trabajando con éxito en Asia durante
na de Asia (Hech 6,9; 19, 1O.22.26s; 27, 2; 1
formula aquí una ley general. Su validez se quezas de los débiles» y «no complacerse a sí dos años más (19, 8-20). Esto suscitó contra
Pe 1, 1) y otras en sus regiones centrales de
deriva del acontecimiento de Cristo. Y, así, mismos», porque «tampoco Cristo vivió para él las iras del gremio de los plateros, que se
Jonia y Lidia (Hech 2, 9; 16,6; 20, 16.18; 21,
puede él decir de Cristo: «El fue crucificado complacerse a sí mismo» (15, 3). Por tanto, enriquecían gracias al culto de Artemisa
27; 24, 19; 2 Cor 1, 8; 2 Tim 1, 15; Apo 1,4;
por debilidad, pero vive por el poder de Pablo da un fundamento cristológico a su pa- (Hech 19,23-40; 1 Cor 15, 32; 2 Cor 1, 8).
1, 11 v.l.).
Dios» (2 Cor 13, 4). Para Pablo, la cruz y la rénesis. En su viaje de regreso de Macedonia, en el
resurrección están inseparablemente unidas. Los débiles de Corinto eran seguramente 2. La hitita Assuwa, que designaba el Noroes- año 58, Pablo evitó un nuevo conflicto en
Cristo, precisamente como el Crucificado, es cristianos procedentes de la gentilidad, que te de Asia Menor, fue la que dio su nombre a Asia y cambió impresiones en Mileto con los
«el poder de Dios y la sabiduría de Dios» (1 tenían dificultades de conciencia para comer 1\oLa (Nuchelmans 333). Desde el siglo V a.C. ancianos de Efeso (Hech 20, 17-38). El juda-
Cor 1, 24). La cruz muestra que Dios escoge la carne sacrificada a los ídolos, que se vendía los escritores griegos conocían con el nombre de
1\oLa al Imperio Persa o al Oriente en general. ísmo, el gnosticismo y el fanatismo eran pro-
precisamente 10 que es débil a los ojos gel en el mercado (1 Cor 10, 25). No se habían
Los libros de los Macabeos denominaban así al blemas que iban en aumento en Asia (1 Tim
mundo para avergonzar a lo que es «fuerte» desvinculado aún plenamente de su pasado
reino de los Seléucidas (1 Mac 8, 6; 4 Mac 3, 20 1,7; 6, 20; 2 Tim 1,15; 2, 18). A pesar de to-
(1 Cor 1, 27). Pues bien, si esta ley funda- pagano; les faltaba la yV&OL~ de los cristianos
passim). El último rey de Pérgamo legó en el año do, las comunidades creadas por la labor de
mental tiene validez para Cristo, la tendrá maduros (8, 7). En su actittud (que es proba- 133 a.C. al Imperio Romano sus dominios, que Pablo (Rom 16, 5; 1 Cor 16, 19) iban cre-
también para el apóstol. Por eso, Pablo -prin- blemente la respuesta a una consulta efectua- comprendían el Occidente de Asia Menor. Desde
da por los corintios) Pablo exhorta a no dar ciendo intensamente (Ef 3, 18) y eran apoya-
cipalmente en los «catálogos de sufrimien- entonces 'AoLa designó, como en el NT, la pro-
motivo de escándalo a los de «conciencia dé- vincia romana de Asia. Esta provincia estaba for- das también por otras autoridades (1 Pe 1, 1;
tos» (1 Cor 4, 10-13: 2 Cor 4, 8ss; 6, 4-10;
bil», porque de 10 contrario se estaría pecando mada por Misia, Jonia, Lidia, Frigia y Caria y, Ap 1, 4). En las siete ciudades donde se ce-
11,21-29; 12, 10)- acentúa sin cesar su pro-
contra Cristo mismo (8, 12). Por tanto, aquí por encargo del Senado, se hallaba administrada lebraban las reuniones anuales de Asia (-+ 1)
pia debilidad con todas sus manifestaciones por un procónsul que residía en Efeso. En ella
también Pablo dirige su mirada hacia Cristo, surgieron las siete iglesias de Asia (Hech 1,
(sufrimientos, tentaciones, peligros, etc.). florecía el cultivo de los árboles frutales, el co-
para fundamentar su parénesis. 11), sólo que Cícico de Misia fue sustituida
Más aún, él se gloría incluso de ella, porque mercio y la industria. Los habitantes sentían es-
J. Zmijewski por Tiatira de Lidia. A pesar de la persecu-
-según su propia convicción- eso es lo que pecial orgullo del templo de Artemisa en Efeso
(Hech 19, 23-40) y de los templos en honor de ción romana (Ap 2,13; 6, 9; 13, 17), se con-
constituye precisamente al apóstol (cf. 2 Cor
Roma y del Emperador en Pérgamo, Esmirna y virtieron numerosos judíos y gentiles (7, 4.9).
12, 10: «Porque cuando soy débil, entonces
'A(Jta, a~ Asia Asia* Efeso. Asia y la vecina Bitinia, a principios del si-
soy fuerte»). Los aOLáQxm (asiarcas, Hech 19, 31) se en-
1. Aparición del término en el NT - 2. Anteceden- glo 11, estaban marcadas intensamente por el
Pablo habla de aoofrÉvELU etc. en contextos cargaban de mantener el culto imperial y de las
tes históricos - 3. Historia misionera. cristianismo (IgnEf inscriptio; Plinio el Jo-
parenéticos en Rom 14-15 yen 1 Cor 8-10. fiestas populares que se celebraban en la asam- ven, Epist X, 96, 9s; cf. Reicke, 226s).
En Roma había, según parece, dos grupos de Bibl.: Anatolica (1967ss); T. R. S. Broughton, Ro- blea provincial de 'AoLa, que se reunía todos los
creyentes, los «fuertes» (OL bUVa1:0L, Rom man Asia Minor, en T. Frank, An Economic Survey of años, haciéndolo sucesivamente en cada una de
Ancient Rome IV, Baltimore 1938 (reimpresión en Pat- las siete principales ciudades (cf. Ap 1, 4). El B. Reicke
15, 1) y los débiles. Mientras que los «fuer- terson [New Jersey] 1959, 499-916); V. Chapot, La
tes» eran cristianos con una marcada concien- asiarca que administraba un templo local era de-
province roma in e proconsulaire d'Asie, Paris 1904
nominado sumo sacerdote (de 'AoLa), como suce-
cia de autoridad y libertad, los «débiles» eran (reimpresión en Roma 1967); F. DOlger, en LThK VI,
327-329; P. R. Franke, Kleinasien zur Romerzeit,
dió con el judío Esceva en Efeso (Hech 19, 14). 'A(Jtavó~, oil, Ó Asianos natural de Asia*
creyentes Uudeocristianos) que sentían angus- Algunas veces los judíos de 1\oLa eran ciudada- Hech 20, 4: Tíquico y Trófimo eran de (la
München 1968; W. Hoben, Untersuchungen zur Ste-
tias de conciencia, que no comían carne por llung kleinasiatischer Dynastien, tesis mecanografiada nos de pleno derecho de las ciudades (Reicke, provincia romana de) Asia.
piadoso temor (a contraer impureza, a que- Mainz 1969; S. E. Johnson, Early Christianity in Asia 212).
brantar la ley; Rom 14, 2) Y que se sentían Minor: JBL 77 (1958) 1-17; A. H. M. Jones, The Cities
of the Eastern Roman Provinces, Oxford 1937 (reim-
obligados a observar determinados días san- presión en Oxford 1971); J. Keil, en RAC 1, 740-749;
3. Según Hechos, Pablo predicó en Frigia 'A(Juí~X1)~, ou, Ó Asiarches asiarca*
tos (14, 5). Pablo exhorta a los «fuertes» (en- D. Magie, Roman Rule in Asia Minor I/Il, Princeton y en Misia hacia el año 50 de nuestra era, pe- En Hech 19,31 el sustantivo se halla en
tre quienes se cuenta él mismo: 15, 1) a que 1950 (reimpresión en Princeton 1966); M. P. Nilsson- ro el Espíritu no le permitió por aquel enton- plural, probablemente porque designa a los
acepten en la comunidad al que es débil en la C. Andresen, en ROO Il, 1650-1652; F. W. Norris, ces que trabajara en el centro de la provincia
Asia Minor before Ignatius: Walter Bauer Reconside-
«delegados a la asamblea de Asia» (XOLVOV
fe (14, 1) y a que no lo desprecien, exacta- red: StEv VII (1982) 365-377; J. Nuchelmans, Wor-
de Asia (He eh 16, 6s). Al regresar de su via- 'AOLU~). Beginnings V, 256-262; Bauer, Wiir-
mente igual que exhorta a los débiles a que no denboek der Oudheit 1, Bussum 1976, 330-334; Rei- je por Grecia, en el año 54, Pablo visitó Efe- terbuch, s. v.; E. Haenchen, Apostelgeschichte7
juzguen al que piensa de manera distinta (al cke, Zeitgeschichte, s. v. en el índice analítico; P. R. so, pero lo hizo sólo de pasada (18, 21s). (KEK), 550. -+ 'AOLU 2.
519 520 521 522

aat1:tu, u;, 1Í asitia falta de apetito* 1. La etimología es incierta. Quizás exista los demás cristianos. Y se encarga a los des- Asos; E. Haenchen, Apostelgeschichte' (KEK),
Hech 27, 21: Durante una tempestad en el alguna relación con o:núw, «atraer hacia sí» tinatarios que saluden a determinadas perso- 562s.
mar, los que estaban a bordo de la nave per- (Frisk 1, 166) como expresión de afecto o de nas o a cada cristiano. Según Rom 16, 16; 1
dieron en buena parte el apetito. acogida amistosa. El verbo aparece 59 veces Cor 16, 20; 2 Cor 13, 12; 1 Tes 5, 26 (cf. 1
en el NT, principalmente en las cartas; el sus- Pe 5, 14), deben incluso saludarse unos a
aa'tu'tÉro astateo no tener morada fija, no
tantivo aparece 10 veces, sobre todo en Lucas otros con un «beso santo», que es una forma tener hogar*
(lat'to;, 2 asitos sin tomar alimento, con el (5 veces). particularmente intensa de saludo, y no una En 1 Cor 4, 11 dícese del hecho de no tener
estómago vacío* forma primaria o exclusivamente litúrgica donde vivir. ThWNT 1, 500s.
Hech 27, 33: aOL"tQ~ (~ha1:EAÉW permanecer 2. El saludo, en el sentido más amplio de la (cf. Thraede, 142s).
sin tomar alimento. palabra, es la apertura de la comunicación en- P. Trurnmer. aanto;, 3 asteios, fino, agradable*
tre personas. Sin el saludo, el encuentro entre Hech 7, 20: Moisés era «agradable a la vis-
dos personas no pasa de ser indiferente y, en
aaxÉro askeo ejercitarse en algo, cultivar* aa3tua"ó;, olí, Ó aspasmos saludo, salu- ta de Dios». En Heb 11,23 (Ex 2, 2) dícese de
ocasiones, puede ser peligroso. Pero el saludo
Hech 24, 16: Ev "tQ{r[w ao%& (seguido de tación* Moisés que, de niño, era de apariencia hermo-
despeja la ambigüedad de la situación. Une a
infinitivo) me esfuerzo por (cf. Jenofonte, Mc 12,38 par. Mt 23, 7/ Lc 20, 46; Lc 1, sa y fina.
dos personas que se encuentran, y determina
Mem 11, 1,6). ThWNT 1, 492-494; X, 995. muchas veces su comportamiento ulterior. El 29.41.44; 11,43; 1 Cor 16, 21; Col 4, 18; 2
deseo de siilom, que aparece en el AT, se re- Tes 3, 17. ThWNT 1, 494-500. ~ ao:núl;o¡.taL. aa'tÍlQ, ÉQo;, Ó aster estrella*
aaxó;, olí, Ó askos odre* fiere a la totalidad de la vida y desea «salud, aOTQov, OlJ, TÓ astron estrella*
Mc 2, 22 par. Mt 9, 17/ Lc 5, 37s: echar vi- felicidad, bendición y paz», entre otras cosas. (la3tLAO;, 2 aspilos sin mancha, inmaculado* 1. Aparición de los términos en el NT - 2. La «es-
no nuevo en odres viejos o nuevos; el plural El saludo no sólo desea esos bienes, sino que Dícese en sentido propio del cordero sin trella del nacimiento» - 3. U01:~Q en contextos apoca-
de ao%ó~ aparece aquí 4 veces en cada uno hace que se conviertan en realidad. El NT en- mancha y sin tacha (~a¡.tvó~), 1 Pe 1,19; en lípticos - 4. ICor 15,41 Y Jds 13 - 5. U01:Qov.
de los Sinópticos. laza plenamente con este aspecto del saludo. sentido ético encontramos esta expresión en 1 Bibl.: F. Boll, Der Stern der Weisen: ZNW 18
Para Jesús, el saludo se convierte en una pri- Tim 6, 14; Sant 1,27; 2 Pe 3, 14; Herm (v) 4, (1917-1918) 40-48; W. Foerster, U01:~Q, U01:Qov, en
mera realización de la conducta cristiana. Los 3,5; (s) 5, 6.7; 2 Clem 8, 6. ThWNT 1,500. ThWNT 1, SOis; O. Gerhard, Der Stern des Messias,
aa"Évro; asmenos (adv.) de buena gana, suyos no deben esperar a que se les dé el sa- Leipzig 1922; M. Hengel-H. Merkel, Die Magier aus
con alegría* ludo (cf. Mc 12,38 par.), sino que deben anti- dem Osten und die Flucht nach Agypten (Mt 2)
Hech 21, 17: recibir con alegría; cf. 2,41 v.l. ciparse ellos a darlo (Windisch, 496); el salu- aa3tt;, tbo;, 1Í aspis víbora, serpiente* im Rahmen der antiken Religionsgeschichte und der
Rom 3, 13: to~ ao:nL()o~, veneno de ser- Theologie des Mt, en FS Schmid 1973, 139-169; E.
do es también la primera señal de la práctica Lohmeyer, Der Stern der Weisen: ThBI17 (1938) 289-
viva del amor a los enemigos (Mt 5, 47). Sin piente (Sal 13, 3; 139, 4 LXX). 299; P. S. Minear, The Cosmology of the Apocalypse,
(laOCflO;, 2 asophos necio* embargo, el ejercicio del saludo no debe es- en FSfür O. A. Piper, New York 1962,23-37, 261s; E.
En Ef 5, 15 refiriéndose a la conducta de Zinner, Sternglaube und Sternforschung, Freiburg i.
torbar la prisa en la proclamación del mensa- (la3tovbo;, 2 aspondos irreconciliable* Br. 1953.
los cristianos: «no como necios sino como sa-
je (Lc 10,4) 2 Tim 3, 3, en plural, en un catálogo de vi-
bios»; cf. 1QS 4, 24: «Caminan en sabiduría o cios; también Rom 1, 31 C Koiné lat. 1. aOT~Q aparece 24 veces en el NT, y 14
El saludo adquiere particular importancia
en necedad». de ellas en el Apocalipsis. La palabra sinóni-
como parte integrante de las cartas paulinas.
Pablo no sólo da a la carta como tal una nue- ma aOTQov aparece sólo 4 veces: en Lucas
aaaáQtOv, 0\1, 'tó assarion as* (21, 25), Hechos (7, 43; 27, 20) y Hebreos
aa3tá~o"ut aspazomai saludar, dar la va función (cf. Stirewalt), sino que asigna Préstamo léxico latino (assarius) para de- (11, 12). Ninguna de estos términos se usa
bienvenida, despedirse también especialmente a las fórmulas del sa- signar a una moneda de escaso valor (<<cénti- con extraordinaria frecuencia en ningún es-
aoJtao¡.tó~, oi), Ó aspasmos saludo, saluta- ludo una nueva función en el marco de su ac- mo»). En Mt 10, 29 par. Lc 12,6 dícese de los crito del Nuevo Testamento.
ción tividad apostólica. Además de los saludos gorriones, que se venden por unos cuantos
iniciales (~ XÚQL~, «gracia»), interesan aquí céntimos. 2. El NT comparte la idea antigua (Foerster
Bibl.: Frisk, W6rterbuch 1, 166; 111, 42; O. Roller, principalmente los saludos finales, cuya fre- 50l) de que las estrellas no son cosas mate-
Das Formular der pln Briefe (BWANT 4/6), Stuttgart cuencia y extensión vuelven a sorprender en
1933, 67s, 472ss; M. L. Stirewalt jr., Paul's Evalua- riales sino seres vivos. Sin embargo, aOT~Q
Pablo, si los comparamos con los saludos co- &aaov asson (adv.) más cerca, cerca* (lo mismo que aO'tQov) se concibe siempre,
tion of Letter- Writing, en Search the Scriptures (FS R.
rrientes en la cultura helenística. Con excep- Hech 27, 13: navegaron cerca (de la costa)
T. Stamm), Leiden 1969, 179-196; K. Thraede, Ur- en el NT, como parte de la creación. Las es-
sprünge und Formen des «heiligen Kusses» infrühen ción de Gálatas, donde las relaciones con la de Creta; BlaB-Debrunner § 244, 2.
trellas no poseen carácter numinoso como si
Christentum: JAC 11/12 (1968-1969) 124-180; W. C. comunidad son muy tensas, los saludos fina-
van Unnik, Dominus vobiscum. The Background of a
fueran poderes astrales. Pero sí pueden estar
Liturgical Formula, en NT Essays (FS Th. W. Man-
les de Pablo son muy variados. Además de ~ Aaao;, 0\1 Assos Asos* en estrecha relación con acontecimientos
son), Oxford 1959, 270-305; H. Windisch, uo:n;á- los saludos personales de Pablo, encontra- Nombre de una ciudad costera de Misia. terrenos. En Mt 2, 2 una estrella de extraordi-
~O!WL %1:1..., en ThWNT 1, 494-500. mos los saludos de sus colaboradores o de Según Hech 20, 13.14, Pablo embarca en nario brillo anuncia el nacimiento de Cristo
523 524 525 526

(pudiera ser una conjunción de Júpiter y Sa- objeto de la promesa (Ap 2, 28). A aquel que U(J'toxÉro astocheo desviarse, apartarse* caída de Satanás desde el cielo (como un ra-
turno, que tuvo lugar el año 7 a.C.; sobre el venza se le concederá la participación en la En el NT el término aparece únicamente 3 yo); en Lc 17, 24 par. Mt 24, 27 es imagen de
debate acerca de este tema cf. Lohmeyer-W. gloria de Cristo. Vuelve a ser figura simbóli- veces en las Pastorales, y siempre en oracio- la parusía; en Mt 28, 3 describe el aspecto del
Schmauch, Matthiius 4 [KEK], 22 nota 1). Lo ca la corona de la madre de Cristo, una coro- nes de relativo con 'tLVE~ (OL'tLVE~). 1 Tim 1, ángel de pascua (cf. Lc 24, 4). En el Apoca-
extraordinario del acontecimiento anuncia la na de «doce estrellas» que simboliza al pue- 6: hay algunas personas que se han desviado lipsis el relámpago se menciona junto a otras
dignidad real del niño. Un tema bien conoci- blo de las doce tribus (Ap 12, 1). Por el del amor (v. 5); 6, 21: hay algunas personas manifestaciones, y aparece siempre claramen-
do de la historiografía antigua es la creencia contrario, las «siete estrellas» del kosmokra- que se han extraviado en lo que respecta a la te una intensificación en los diversos enuncia-
en que las estrellas presiden la vida de un so- tor Cristo (Ap 1, 16; 2, 1; 3, 1) hacen refe- fe (nEQI, 't~v nio'tLv); 2 Tim 2, 18: hayalgu- dos (ao'tQan~ aparece en 4, 5 en una serie de
berano importante (cf. Lohmeyer-Schmauch, rencia a los «ángeles de las siete comunida- nas personas que se han extraviado en lo que tres manifestaciones; en 8, 5, en una de cua-
20). Además, existe afinidad con textos vete- des» (Ap 1, 20, dos veces), los cuales son respecta a la verdad (nEQI, 't~v aA.~{}ELav). En tro, y en 16, 18.21, en una de cinco).
rotestamentarios y judíos (Núm 24, 17; Test como los representantes celestiales de dichas un contexto parecido aparece el término en 2
Lev 18,3; TestJud 24,1; 6QD 7, 18s), en los comunidades. Clem 17,7. . 3. E(zogion sobre el relámpago en Mt 24,
que se alude metafóricamente al Mesías como 27 par. Lc 17, 24 procede de Q, donde podría
a una estrella. Hay que señalar, a este propó- 4. Pablo emplea el término ao't~Q única- haber ido acompañado siempre por la imagen
mente en 1 Cor 15, 41 (tres veces). Para ilus- u(J't~anÍ), tí;, Í) astrape relámpago* de la carroña y de las águilas. El logion, cuyo
sito, que el nombre del mesías Bar Kochba es
trar las diferencias existentes entre las formas ao'tQán'tw astrapto relampaguear, resplan-
«hijo de la estrella», un nombre que sólo se texto original se ha trasmitido (hasta el final)
halla atestiguado en fuentes cristianas (cf. Eu- terrenales de existencia y las formas celestia- decer* en Mateo, se propone fundamentar la adver-
sebio, HistEccl IV, 6, 2). Como indicio de que les, Pablo se refiere, entre otras cosas, al «bri- tencia expresada inmediatamente antes acerca
llo}) de las estrellas. Que él considera la exis- l. Aparición y significado de los términos en el NT
ha nacido un competidor político, la aparición - 2. Campo referencial - 3. El grupo de palabras en de las tentaciones de querer vislumbrar al me-
de la estrella del nacimiento despierta angus- tencia de las estrellas como una existencia
contextos apocalípticos y escatológicos. sías acá o allá (Mt 24, 25s; Lc 17,23). Cuan-
tiosa preocupación en Herodes (Mt 2, 7). Se- corpórea, lo prueba el pasaje de 1 Cor 15, 40.
do se dice en Q que la parusía (o el día) del
Jds 13 habla de aO't~Q en sentido metafórico. Bibl.: R. Bauckham, The Eschatological Earthqua-
gún Mt 2, 9 la estrella va delante de los Ma- ke in the Apocalypse 01 John: NovT 19 (1977) 224- Hijo del hombre será «como el relámpago»
El autor de la carta considera a los herejes li-
gos para indicarles el camino. 233; J. Ernst, Das Ev. nach Lk, Regensburg 1977,337, que «sale del Este y destella hasta el Oeste»,
bertinos como «estrellas errantes». 652; W. Foerster, aOTQaJt~, en ThWNT 1, 502s; H. entonces estas palabras pretenden realzar el
Kraft, Die Offb des Johannes (HNT), Tübingen 1974,
3. ao't~Q tiene otra función en Mt 24, 29. 5. ao'tQov aparece parcialmente en con- 97, 134s, 162, 211; F. Spitta, Der Satan als Blitz: carácter repentino y la visibilidad universal
Se habla de la caída de las estrellas en el con- textos distintos de los de aO't~Q. Tan sólo ZNW 9 (1908) 160-163; J. Zmijewski, Die Eschatolo- de la parusía. Mientras que Mateo entiende
texto de las ideas apocalípticas acerca del fin giereden des Lk-Ev. (BBB 40), Bonn 1972 (sobre Lc también de esta manera el logion, vemos que
en Lc 21, 25 aO'tQov se halla asociado con 17par).
de los tiempos (cf. Mc 13,25; Ap 6, 13; 8, 10; la idea del fin de los tiempos. Por el contra- en Lucas hay una modificación del sentido: la
9, 1; 12,4). En este fenómeno se manifiesta la rio, en Hech 7, 43 Esteban recuerda polémi- 1. El sustantivo aparece 2 veces en Mateo imagen se refiere ahora al Hijo del hombre;
suerte escatológica que ha de correr el mundo camente la adoración que Israel tributó a la (24, 27; 28, 3), 3 veces en Lucas (lO, 18; 11, describe su manifestación gloriosa (cf. Lc 9,
Tales concepciones tienen especial relieve divinidad estelar «Refán» (-> 'Pmcpáv). A 36; 17, 24) y 4 veces en el Apocalipsis (4, 5; 29, donde aparece el verbo compuesto e~ao­
en el Apocalipsis, que, desde luego, emplea su vez, en Hech 27, 20 el oscurecimiento de 8,5; 11, 19; 16, 18). Con excepción de Lc 11, 'tQán'twv). Vemos en este caso que la glorifi-
la palabra a01;~Q con variadas interpretacio- las estrellas se describe como señal del 36, donde tiene el significado de rayo (de cación de Jesús va precedida por su humilla-
nes. El ao't~Q en Ap 9, 1 tiene carácter per- tiempo atmosférico. En Heb 11, 12' las es- luz), el término designa siempre el relámpa- ción (17, 25). También la nueva venida del
sonal. A la estrella que cae al sonar la trom- trellas son sencillamente símbolo de un Señor está integrada en la dialéctica del sufri-
go. El verbo significa relampaguear, resplan-
peta del ángel, se le da la llave del mundo de gran número (cf. Gén 15, 5; Is 40, 26; Jer miento y la gloria.
decer (Foerster, 502; Bauer, Worterbuch, s. v.)
las profundidades (apuooo~). Durante la ca- 33,22; Sal 147,4). y aparece tan sólo 2 veces, siempre en partici- El logion de Lc 10, 18 (material peculiar
tástrofe cósmica, el dragón furioso hace que H.-J. Ritz pio de presente. En Lc 17, 24 refuerza al sus- de Lucas) se halla en un contexto que descri-
c,aiga una tercera parte del firmamento (Ap
tantivo (~ ao'tQan~ ao'tQámouoa); tiene be los exorcismos practicados por los discípu-
1'2, 4; cf. Dan 8, 10). Una variación de esta
sentido metafórico en 24, 4 (ev eo{}fj'tL ao- los de Jesús como testimonios de que Satanás
escena la tenemos en Ap 8, 12, donde el gol- U(J'tÍ)~lX'tO;, 2 asteriktos inestable, débil*
pe del tañido de la trompeta produce igual- 'tQanw'Úou)· ha sido derribado. Por tanto, la caída de Sata-
2 Pe 2, 14: «almas ('ljJuxai) débiles»; 3, 16, nás del cielo «como un rayo» es una imagen
mente un oscurecimiento de las estrellas (cf. en sentido sustantivado: los débiles. ThWNT
Is 13, 10; Ez 32, 7; AsMos 10, 5). La retirada 2. En los evangelios ao'tQan~ se emplea de su repentino e inexorable derrocamiento,
VII, 654, 657. siempre en imágenes: el término va precedido debido a la llegada del reino de Dios median-
de la fuente de luz va acompañada por la pla-
ga del envenenamiento de las aguas, causado de &onq~ (Mt 24,27; Lc 17,24) o de w~ (Mt te las obras de Jesús y de sus discípulos.
por la caída de la estrella ':A'IjJLv{}o~ (Ap 8, ii(J'to~'Yo;, 2 astorgos falto de amor* 28,3; Lc 10, 18; 11,36). Se refiere a diversas Cuando en el relato de pascua de Mt 28, 3
lOs). Por el contrario, la «estrella de la maña- Se emplea en catálogos de vicios en Rom 1, personas o acontecimientos: en Lc 10, 18, la (que sobrepasa lo referido en el texto marqui-
na», que se identifica con Jesús (22, 16), es 31; 2 Tim 3,3. imagen sirve para describir intuitivamente la no) se dice que la apariencia del ángel era
527 528 529 aaqJaA:lí~ - aaó}'túJ~ 530

«como un relámpago» (Lc 24, 4 habla de aaCfJáJ..ELa, a~, ÍJ asphaleia seguridad, fia- cf. Schürmann, 14 nota 89); en el segundo caso, a Cor 12, 23. Rom 1, 27 se refiere al acto (se-
«vestiduras resplandecientes»), esto no es só- bilidad una certeza (subjetiva). xual) vergonzoso; Ap 16, 15 se refiere a la
lo reflejo de las imágenes de las angelofanías, ---+ ampaA"Í<;. desnudez (como, por ejemplo, Ex 20, 26), lo
sino que además aproxima el acontecimiento 3. 1 Tes 5, 3 menciona la consigna (<<¡paz y cual corresponde a "ta aax"Í¡.tova ~¡.twv (¡.tÉ-
de pascua a la parusía. aaCfJaJ..Í)~, 2 asphales seguro, inconmo- seguridad!) de quienes abrigan una (falsa) se- A'I']), nuestras partes vergonzosas, en 1 Cor
El uso de aa"tQan"Í en el Apocalipsis enla- vible* guridad, en vez de aguardar debidamente la 12,23. Como en 1 Cor 13,5, el verbo en 7,36
za con las teofanías del AT (especialmente am:páAEw., 0.<;, ~ asphaleia seguridad, fia- parusía (cf. Jer 6,14; Lc 17,26 par.). Flp 3,1 -aunque aquí se orienta hacia lo sexual- tiene
con Ex 19, 16). Si en Ap 4, 5 se proyecta la acentúa que Pablo escribe a los destinatarios el significado, muy difundido en el griego
bilidad*
imagen de la majestad y la gloria del Dios que para confirmarlos una vez más en su seguri- profano, de obrar contra la(s) costumbre(s)
aocpaAí.l;o!-"m asphalizomai conservar se-
se revela (cf. Sal 18, 14; 50, 3 y passim), ve- dad. Lucas-Hechos acentúan la fiabilidad (no: sufrir una cosa indecorosa, tener que su-
guro, vigilar*
mos que en otros pasajes (en conexión con la (aaepáAELa) de las «palabras» (apostólicas) frir una vergüenza, como en la LXX). La fra-
aocpaAw<; asphali5s (adv.) bien asegurado,
serie de las siete plagas) se describe el horror en las que los destinatarios fueron instruidos se: «Si alguno cree que está obrando indeco-
del juicio divino. firmemente*
(Lc 1,4). Ellos deben reconocer la verdad de rosamente con su (hija) doncella» (l Cor 7,
1. Zmijewski l. Aparición del grupo de palabras en el NT - esa palabra, especialmente en cuanto a las 36) -al darla en matrimonio en vez de ejerci-
2. Significados - 3. El sentido figurado en Pablo y en promesas que en ella se contienen. En Hech
Lucas-Hechos. tarla en la vida ascética a causa de la proximi-
aa't~á3t'tro astrapti5 relampaguear, res- 2, 36 Pedro exhorta a los judíos que le escu- dad de la parusía, cosa que Pablo prefiere pe-
plandecer Bibl.: K. L. Schmidt, aocpáAELU ')(.'tf..., en ThWNT 1, chan a que sepan con certeza (aaepaAw<;; cf. ro no exige-, es una frase que va dirigida a los
---+ aa"tQan"Í. 503; H. Schürmann, Das Lukasevangelium 1, Freiburg Sab 18, 6) que, a Jesús, Dios «le hizo Señor
i. Br. 1969, 14-16.
que quieren casarse (el contexto determina el
y Cristo». Este conocimiento, por las prue- significado de naQ{}Évo<;, que es aquí un tér-
iia't~ov, 0", 'tó astron constelación, es- 1. El grupo de palabras (que aparece un to- bas de Escritura que preceden, puede adqui- mino poco usual), y difícilmente se referirá a
trella tal de 15 veces en el NT) se encuentra predo- rirse con certeza (cf. G. Schneider: ZNW 68 un «matrimonio espiritual» al estilo del de las
---+ aa"t"ÍQ. minantemente en la doble obra lucana (8 ve- [1977] 128-131). virgines subintroductae de la Iglesia antigua,
ces). aaepaA"Í<; se halla además en Flp 3, 1; G. Schneider y mucho menos a una especie de matrimonio
'Aav'YX~L'tO~, 0"
Asygkritos Asíncrito* Heb 6, 19; aaepáAELa en 1 Tes 5, 3; aaepa- por levirato (matrimonio con una cuñada que
Nombre de persona (significa «el incompa- ALl;o¡.tat en Mt 27,64.65.66; aaepaAw<; en Mc aaCfJaJ..í~o"aL asphalizomai conservar haya quedado viuda). La interpretación, muy
rable»): Rom 16, 14, una de las personas a 14,44. seguro, vigilar difundida en la Iglesia antigua, de una rela-
quienes se envían saludos. aaepaA"Í<;.
---+ ción padre-hija (curatela) encierra demasiadas
2 aaepaA"Í<; en sentido propio significa se- dificultades desde el punto de vista lingüístico
guro, inconmovible (de aepáAAúJ, «arrojar, ha- aaCfJaJ..ro~ asphali5s (adv.) bien asegurado, y de la realidad de las cosas (¡el contexto!).
aav •.ufJrovo~, 2 asymphi5nos discordante,
cer caer»; cf. EWG 345). El grupo de palabras firmemente En el macarismo de Ap 16, 15, junto a la
discorde*
En Hech 28, 25 dícese, en sentido figurado, significa en sentido propio la seguridad/fir- ---+ aaepaA"Í<;. exhortación a cumplir los mandamientos (cf.
de los judíos de Roma: «estaban en desacuer- meza de una cosa (Heb 6, 19: un ancla segu- 19, 8), se advierte gráficamente de las conse-
do unos con otros» (v. 24). ra) o de la vigilancia o custodia (en Mc 14, aaX'I"ovÉro aschemonei5 obrar torpemen- cuencias de la desobediencia (cf. 3, 18): el de-
44, de tener a buen recaudo a Jesús; en Mt 27, te, comportarse indecorosamente sobediente quedará expuesto al juicio y esto
64-66 del sepulcro de Jesús; en Hech 5,23, de le acarreará deshonra (cf. las amenazas colec-
aavvE'to~, 2 asynetos dícese de quien no ---+ aaX'I']¡.toa'Úv'I'].
la cárcel cerrada con seguridad; en 16,23 [cf. tivas en Jer 13, 26; Nah 3, 5).
entiende*
El término aparece en la pregunta que Jesús 16, 20 D], de la custodia y vigilancia segura: aaX'I"oavv'l, '1~, ÍJ aschemosyne ver- P. Fiedler
dirige a los discípulos en Mc 7, 18 par. Mt 15, en 16, 24, de asegurar los pies en un cepo). El güenza, hecho vergonzoso*
16: «¿Tampoco vosotros habéis entendido to- sentido figurado aparece en los dos textos aOX'I']¡.tovÉw aschemonei5 comportarse in- aaXÍ)"rov, 2 aschemi5n torpe
davía?» Aparece también en Rom 1,21 (don- paulinos y en la mayoría de los textos (5) de decorosamente* ---+ aaX'I']¡.toa'Úv'l'].
de se dice del corazón); en Rom 1, 31, junta- Lucas-Hechos, ---+ 3. aox"Í¡.twv, 2 aschemi5n indecoroso, torpe*
mente con ---+ aa'Úv{}E"to<;, en un catálogo de aaro'tía, a~, ÍJ asiJtia libertinaje*
vicios; en 10, 19 (Dt 32,21) dícese del pueblo El sentido figurado de aacpá"ELa se halla ates- Bibl.: W. G. Kümmel, Verlobung und Heirat bei
tiguado en documentos extrabíblicos en relación Paulus (IKor 7, 36-38), en Heilgeschehen und Ge- Ef 5,18; Tit 1, 6; 1 Pe 4,4. ThWNT 1, 504s.
que no entiende. ThWNT VII 887s, 891-894.
con la «palabra» (aacpá"ELa "óy01J, Jenofonte, schichte (MThSt 3), Marburg 1965,310-327; K. Nie-
Mem IV 6, 15) Ycomo término jurídico (Epicteto, derwimmer, Askese und Mysterium (FRLANT 113), aaro'tro~ asiJtas (adv.) libertinamente*
aavV'3E'to~, 2 asynthetos desleal, infiel * Diss II 13, 7; Moulton-Milligan, s.v.). En el pri- Gottingen 1975, 106ss, especialmente 116-120.
En Lc 15, 13 dícese del «hijo pródigo» que
En Rom 1, 31 en un catálogo de vicios, des- mer caso, el término se refiere a una verdad (obje- El sustantivo y el verbo aparecen dos veces había derrochado su fortuna viviendo liberti-
pués de ---+ aa'ÚvE"tO<;. tiva; cf. aacpa"i¡ en Hech 21, 34; 22, 30; 25, 26;
cada uno; el adjetivo aparece únicamente en 2 namente (l;wv aaó)"túJ<;). ThWNT 1, 504s.
531 532 533 534

a't«x'tÉro atakteo estar ocioso* anJ1í«, «~, 'ÍJ atimia deshonor, desprecio, plendor majestuoso del Creador» (Schlier, 58; cl't01tO~, 2 atopos anormal, desacostum-
2 Tes 3, 7: «Nosotros (Pablo) no hemos es- afrenta * cf. Rom 3, 23). Por esta razón, Dios los en- brado*
tado ociosos cuando nos hallábamos entre vo- a'tLf.-lo~, 2 atimos despreciado, sin reconoci-
tregó a la impureza, permitiendo que en la Hech 28, 6: A Pablo no le sucedió nada
miento * perversidad sexual «deshonraran en sí mis- anormal, después de ser mordido por una ser-
sotros» (cf. los vv. 8s). ThWNT VIII, 48s.
mos sus propios cuerpos», y los abandonó a piente. En relación con un juicio moral, el tér-
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni- «pasiones vergonzosas» (1, 24.26). Así que el
cl't«X'tO~, 2 ataktos desordenado* dos semánticos y campo referencial- 3. A propósito de mino significa malo, malvado (Lc 24, 31;
Romanos I y Juan 8. deshonor de Dios, el no tributar a Dios la Hech 25, 5; 2 Tes 3, 2).
1 Tes 5, 14: «Os rogamos que amonestéis gloria debida, tiene consecuencias: ¡el desho-
a los desordenados»; Bauer, Worterbuch, s. v.: Bibl.: E. Kiisemann, An die Romer (HNT), Tübin-
nor del hombre hasta en su mismo cuerpo! 'A't'tciAn«,«~ Attaleia Atalía*
insubordinado o perezoso, negligente. ThWNT gen '1974, 29ss (sobre Rom 1, 18ss; ahí hay más bi-
bliografía); H. Schlier, Der Romerbrief(HThK), Frei- Puesto que Dios es esencialmente el Dios de Nombre de una ciudad portuaria de Panfilia
III,48s.
burg i. Br. 1977, 47ss (sobre Rom 1, 18ss). Para más gloria, negarle la glorificación (que es lo que (LAW s. v. 3), que hoy se denomina Antalya:.
bibliografía, cf. ·tl[,l~, M~a. más primordialmente corresponde a su natu- Según Hech 14, 25, Pablo y Bernabé se diri-
a'tcix'tro~, ataktos (adv.) desordenadamente* raleza) es defraudarse a uno mismo, negarse
1. En el NT u'tLf.-lLa aparece casi únicamen- gieron de Perga a Atalía, y allí embarcaron
En 2 Tes 3, 6.11 dícese del hermano que se a sí mismo la participación en la gloria de
te en Pablo (6 de los 7 ejemplos; aparece una con rumbo a Antioquía.
comporta desordenadamente (y/o no procede
vez en las Pastorales). En cuanto a a'tLf.-lO~ (4 Dios. Todo aquel que no reconoce la verdad
de manera tradicional), o bien de los que vi- veces) y u'tLf.-lá~w (7 veces) no hay una pauta (---+ uA~ttELa 4.a) de Dios, llega a ser él mis-
ven de manera irresponsable y no trabajan en «1jyci~ro augazo ver, resplandecer*
específica en cuanto a su utilización. mo víctima de la mentira (v. 25). Una afirma-
nada. ThWNT VIII, 48s. R. Russell, The ldle 2 Cor 4, 4: ver la luz del evangelio; puesto
ción parecida la encontramos en Jn 8, 49. Los que al},to¡;~ falta en el texto original, quizás
in 2 Thess 3,6-12: An Eschatological or a So- 2. u'tLf.-lLa, que es un término formado por u judíos, que niegan a Jesús (y, por tanto, a
cial problem?: NTS 34 (1988) 105-119. no deba entenderse en el sentido intransitivo
privativa y por el sustantivo ---+ 'tLf.-l~, significa Dios) la honra debida ('Úf.-lEi:~ u"tLf.-lá~E"tÉ f.-lE), de «resplandecer». ThWNT 1, 505; Bauer,
en el NT deshonor, desprecio, afrenta; en la son engañados por el demonio y no creen que Worterbuch, s. v.; ---+ una'Úyaof.-la.
cln~xvo~, 2 ateknos sin hijos* construcción de genitivo náttl'] u"tLf.-lLa~ (regi- Jesús es la Verdad, sino que -lejos de ello- le
Lc 20, 28.29.(30 v.l.), no tener hijos o mo- da por d~) en Rom 1,26, la expresión equiva- acusan precisamente de estar poseído por el
rir sin hijos; cf. TestJud 19,2. le a a"tLf.-lO~: pasiones vergonzosas. En 2 Cor demonio (vv. 44ss). Así como en Rom 1 los
«UY1], fí~, 'ÍJ auge alba, el amanecer*
Hech 20, 11: aXQL avyíi~, (Pablo habló en
11,21 Pablo emplea xa"ta u'tLf.-lLav AÉyw, re- gentiles cambian al Creador por la criatura, así
Tróade) hasta el amanecer.
an~ví~ro atenizo mirar fijamente* firiéndose a sí mismo: «¡Para vergüenza mía también los judíos en Jn 8 confunden a Dios
Con dativo en Lc 4, 20: los ojos de todos digo que fuimos demasiado débiles para eso!» con Satanás. En ambos casos la culpa cometi-
estaban fijos en Jesús (~oav a:tEvL~oV"tE~ u"tLf.-lLa se usa casi siempre en antítesis con ---+ Auyoií(J'to~, 0\1 Augoustos Augusto*
da contra el honor de Dios es un engaño co-
alJ"t0); también en 22, 56; Hech 3, 12; 10, 4; "tLf.-l~ (<<honor»: Rom 9, 21; 2 Tim 2,20) Y ---+ metido contra uno mismo. Desde el año 27 a.C., título (<<el excelso»)
14,9; 23, 1. Con d~: Hech 1, 10; 3, 4; 6, 15; Msa (<<honor»: 1 Cor 11,14; 15,43; 2 Cor 6, H. Hübner del primer emperador romano Octavio (falle-
7,55; 11,6; 13,9; 2 Cor 3, 7.13. 8; «gloria»: Rom 1, 26, ---+ 3). a"tLf.-lO~ significa cido en el año 14 p.C.). Lc 2, 1 refiere que el
menospreciado, sin reconocimiento, en Mc 6, emperador Augusto ordenó que todo el orbe
cl'tt:Q ater (con genitivo) sin* 4 par. Mt 13, 57. En Pablo significa desprecia- cl'ttJ10~, 2 atimos despreciado, sin recono- de la tierra (OLXOUf.-lÉVl']) se empadronara (---+
Preposición usada con genitivo en Lc 22, 6: do en 1 Cor 4, 10; en sentido figurado, la for- cimiento unoYQaCjl~) para los fines de la recaudación
a"tEQ OXAOU, dícese de la intención de traicio- ma del comparativo significa menos honroso, ---+ u"tLf.-lLa. de impuestos, una noticia que no es histórica-
nar a Jesús sin que la multitud lo advirtiera; en 1 Cor 12, 23. De manera análoga, ---+ U'tL- mente exacta en el sentido de que se mandara
22,35: «cuando os envié sin bolsa». BlaB-De- f.-lá~w en Mc 12,4 significa ultrajar (el cadá- anJ1óro atimoo infamar, denigrar hacer un «censo del Imperio». Sobre Augusto
brunner § 216, 2 Y nota 5. ver), pero en el lugar paralelo de Lc 20, 11 sig- Mc 12, 4 C Koiné 8; cf. Diogn 5, 14. cf. Pauly-Wissowa V, 275-381; RAC 1, 993-
nifica tratar afrentosamente. En los demás 1004; F. Vittinghoff, Kaiser Augustus, Gottin-
anJ1ci~ro atimazo tratar con desprecio, lugares significa despreciar, rehusar el reco- a'tJ1í~, íbo~, 'ÍJ atmis vapor, humo* gen-Berlin 1959; LAW 406-409; R. L. B. Mo-
deshonrar* nocimiento, deshonrar. Hech 2, 19: vapor de humo (113, 3); en Sant rris, Why Avyoijo'to~? A Note to Luke 2, l:
En Mc 12, 4 par. Lc 20, 11 dícese de los 4, 14 dícese del hombre perecedero: «sois co- NTS 38 (1992) 142-144.
malos tratos inferidos a un criado. En Jn 8, 49 3. En Rom l, 21ss, u"tLf.-lLa y u'tLf.-lá~w tie- mo humo» (que al poco tiempo se disipa).
(Jesús a los judíos): «Vosotros me deshon- nen relevancia teológica. Los gentiles no «uacib.... ~, 2 authades obstinado, arrogante*
ráis». En voz activa lo encontramos además honraron (E6ó;aoav) a Dios como Dios, y cl't0J10~, 2 atomos indivisible* Tit 1,7: el epískopos no debe ser avttá6l']~.
en Rom 2, 23; Sant 2,6; IgnFil 11, 1. En voz en su necio corazón cambiaron la gloria (---+ Dícese en 1 Cor 15, 52 refiriéndose al tiem- En 2 Pe 2, 10 dícese de la gente arrogante que
pasiva en Hech 5, 41; Rom 1,24; 1 Clem 16, 6ó;a) de Dios por la simple imagen de la po: EV u'tÓf.-lqJ, en un instante (en un momen- denigra a la autoridad (estatal). ThWNT 1,
3; Diogn 11, 3. ---+ u"tLf.-lLa. criatura y empañaron de esta manera «el es- to brevísimo). 505s.
535 536 537 538

1. Detrás del uso que en el NT se hace de ponde al crecimiento de la Iglesia en Jesucris- o.V(J'tllQÓ~, 3 austeros áspero, severo, duro*
o.v-3o.í,QE'tO~, 2 authairetos voluntario* to, según Ef 4, 15s. Así, la imagen del creci-
En 2 Cor 8, 3.17 dícese del donativovolun- estos términos se halla claramente la imagen Se emplea en Lc 19, 21 en relación con el
del crecimiento, tal como éste se produce en miento de la Iglesia se funde finalmente con la «hombre noble» (v. 12) en la parábola de las
tario en favor de las comunidades de Mace- del crecimiento de un edificio en expansión,
donia, y dícese también del viaje que Tito ha- la creación. Sobre todo, los acontecimientos cantidades importantes de dinero confiadas a
de la siembra y de la cosecha se aplican a la en Ef 2,21. unos sirvientes.
ce voluntariamente. En Jn 3, 30, las palabras que hablan de cre-
realidad del reino de Dios. Así ocurre con
frecuencia en las parábolas de Jesús (Mc 4, 8; cimiento se entienden en un sentido muy di-
o.V-3EV'tÉro authenteo dominar* fundido en la manera griega de hablar. Se tra- o.V'táQXEto., o.~, ÍJ autarkeia abundancia,
Mt 13, 22; Lc 13, 19), Y también cuando se
1 Tim 2, 12: La mujer no debe dominar so- ta de un aumento en cuanto a la influencia y a suficiencia*
hace referencia directa al reino de Dios (Mt Se emplea en 2 Cor 9, 8 en relación con la
bre el marido (en genitivo). G. W. Knight, la altura de la posición que uno ocupa. No
6, 28). Ellogos que crece y se difunde, se in- súplica de que se lleve a cabo la colecta: EV
alJ'frEv'tÉro in Reference to Women in 1 Tim. existe un sentido astral, a pesar de los textos
terpreta en Hech 6, 7 mediante la adición de :nav'tL :nÚV'tO'tE :naoav av'túQxELav exov-
2,12: NTS 30 (1984) 143-157. en que se usa avl;úvro para significar un au-
estas palabras: «aumentaba el número de los 'tE~, «para que siempre tengáis suficiente de
discípulos». En Hech 12, 24 el verbo se usa mento de luz.
o.VAÉro auleo tocar la flauta* todo»; y en 1 Tim 6,6 se emplea en el sentido
en paralelismo con -+ :nAlj'frúvro. En Hech (de la virtud estoica) del saber moderarse en
Mt 11, 17 par. Lc 7, 32: «os tocamos la 2. El sustantivo aV!;'16t¡;, crecimiento*
19,20, en paralelismo con -+ LOXÚro. De esta los propios deseos, algo que está necesaria-
flauta». 1 Cor 14,7: 'to avA.óIlEvov, lo que se aparece junto con el verbo, en Col 2, 19, co-
manera se recoge posiblemente la manera de mente asociado con la EVoÉ~ELa. ThWNT 1,
toca con la flauta. hablar de la LXX, que emplea tales combina- mo acusativo de objeto interno. Aquí, como
466; LAW 414; RAC 1, 1039-1050; DTNT 1,
ciones de palabras para expresar el poder de en Ef 4, 16, el sustantivo pertenece al campo
156-158.
o.VArI, fí~, ÍJ aule patio* Dios, que es quien da el crecimiento (los tex- de imágenes del crecimiento del cuerpo.
Dícese de un recinto cercado en Mc 14, tos se hallan en Delling 519). En este mismo
54.66 par. Mt 26, 58.69 / Lc 22, 33 / Jn 18, sentido, Pablo acentúa en 1 Cor 3, 6s la ac- 3. El verbo compuesto ú:nEQau!;ávro, cre- o.v'táQXll~, 2 autarkes contento, dícese de
15; de un cortijo en Lc 11,21; del atrio exte- ción decisiva de Dios, que es el único que cer abundamentemente* aparece tan sólo en quien está contento o satisfecho con lo
rior del templo en Ap 11, 2. Dícese también concede gratuitamente el crecimiento en la 2 Tes 1,3: Pablo da gracias a Dios por el gran que tiene*
de la «mansión» de un príncipe o de su pala- fe. Y de esta manera el apóstol sale al paso y aumento que ha habido en la fe de la comuni- En Flp 4, 11 dícese de Pablo que es capaz de
cio en Mc 15, 16; Mt 26,3. corrige una manera equivocada en que los dad. arreglárselas en cualquier situación (ella-
corintios apreciaban la predicación de Pablo H. Leroy 'frov ... av'túQxlj~ Elvm). ThWNT 1,466; DTNT
o.VAll'tÍJ~,
olí, Ó auletes flautista* y de Apolo. En 2 Cor 10, 15 se deja sentir es- 1, 156-159.
Mt 9,23; Ap 18,22, en ambos casos en plu- ta misma idea, aunque no se la formule ex- o.ܪl1(Jt~, Ero~, ÍJ auxesis crecimiento
ral. presamente. La fe creciente se hace visible en -+ avl;úvro 2. o.v'toxo.'táxQt'to~, 2 autokatakritos con-
la eficacia del evangelio. Esta idea y la ima- denado por sí mismo*
o.VAí,~Op.to.t aulizomai pasar la noche, per- gen fundamental del crecimiento se recogen o.ܪro auxo aumentar, hacer que algo au- Este término aparece esporádicamente en
manecer* en los escritos deuteropaulinos. En Col 1, 16 textos judíos y, por lo demás, se encuentra só-
. mente, hacer crecer
Mt 21, 17 Y Lc 21, 37: Jesús pasa la noche se usa avl;úvro juntamente con -+ xaQ:noqJo- lo en textos cristianos. En Tit 3, 11 se aplica
-+ nvl;úvro.
fuera de Jerusalén (en Betania o en el Monte QÉro: el evangelio va creciendo como crece la al aLQe'tLXÓ~, quien con su conducta se ha
de los Olivos). planta a partir de la semilla; el conocimiento condenado a sí mismo. F. Büchsel sostiene a
de Dios va creciendo en la vida de los cre- o.ÜQtOV aurion (adv.) mañana* duras penas (ThWNT I1I, 954) que aquí se
o.VAÓ~, olí, Ó aulos flauta* yentes. Al día que sigue inmediatamente se hace
trata de «quien peca conscientemente» (des-
Mencionada en 1 Cor 14, 7 junto a la XL- En algunos textos la imagen se basa en el referencia en Lc 1, 2 (~ aVQwv, dos veces);
pués de haber sido amonestado dos veces); de
'frúQa (como en Is 30, 32). crecimiento natural del ser humano. La termi- Hech 4,3.5; 23, 20; 25, 22. Y se habla en sen- manera parecida piensa también J. Jeremias,
nología, en sentido literal en Lc 1, 80; 2, 30, tido más general de o1ÍIlEQoV ~ aVQLov, en Timotheus und Titus ll (NTD 9), sub loco.
o.vªávro, o.üªro auxano, auxo aumentar, está tomada de la LXX. Se usa en sentido fi- Sant 4, 13; cf. v. 14. aVQwv puede significar
hacer que algo aumente, hacer crecer; en gurado en 1 Pe 2, 2, donde se nos dice que así también «mañana» en el sentido de en segui-
voz pasiva, crecer, acrecentarse como el lactante crece físicamente por la le- da, pronto: Mt 6, 30 par. Lc 12, 28 (o1ÍIlE- o.V'tÓp.to.'to~,3 automatos (lo que sucede)
che, así también el creyente crece espiritual- QOv ... xaL aVQwv); 1 Cor 15, 22; en la enu- por sí mismo, sin ayuda ajena*
1. Aparición de estos términos en el NT y conteni-
mente por medio de la palabra. También el meración o1ÍIlEQOV xaL aVQwv xaL 'tñ 'tQhn, Mc 4, 28: «la tierra produce fruto por sí
dos semánticos - 2. U'ÍÍ!;1']OLC; - 3. ú:rtEQuu!;ávw.
cuerpo de Cristo se halla en constante creci- Lc 13, 32 (cf. v. 33), se usa en sentido global misma»; en Hech 12, 10 dícese de la puerta de
Bibl.: G. Delling, ú:rtEQuu!;ávw, uu!;ávw, en para designar el plazo determinado por Dios la prisión que se abre por sí misma. Bauer,
ThWNT VIII, 519-521; W. Günther, Crecimiento, en miento determinado por Dios y que tiene lugar
por medio de Cristo. Este crecimiento corres- para la actividad de Jesús. W6rterbuch, s. v. (bibliografía); E. Schweizer,
DTNT 1, 353-355.
539 540 541 UVtoíJ - aqJl.'LoLU 542

Das Evangelium nach Markus 4 (NTD), sub El pronombre au'tó~, por su función, ocupa
loco; R. Pesch, Markus (HThK), 256s. av'tolí autou (adv_) aquí, allí* a.epavÍ);, 2 aphanés invisible, oculto*
una posición intermedia entre el pronombre En Mc 26, 36: aquí; en Hech 18, 19; 21, Heb 4, 13: «y no hay cosa creada que se
personal y el pronombre demonstrativo. 24: allí (cf. 15, 34 Textus Receptus); en Lc 9, oculte a su vista».
av'tó3t'tl);, O\), Ó autoptés testigo ocular*
En Lc 1,2 en relación con un' UQxií~ y con 2. Ó au'tó~ significa el mismo, en latín 27 (a diferencia de Mc 9, 1, que tiene 6)010) sig-
únT]QÉ'taL... 'tOil AÓyoU. Los que fueron «tes- idem. Aparece acompañado o no por un sus- nifica también probablemente: allí. a.epaví~ro aphanizo hacer invisible (insig-
tigos oculares desde el principio» y «minis- tantivo (2 Cor 4, 13: «el mismo Espíritu»; nificante, irreconocible); en voz pasiva:
tros de la palabra» (cf. Hech 1, 21s); los pri- Rom 2, 1: «hacer lo mismo»). 'to au'tó apare- av'tolí, 1j;, olí hautou de sí mismo, a sí, desaparecer, ser destruido*
meros «relatos» (---+ ~h~yT]OL~), de los que ce en función adverbial. Expresa por sí mis- su, recíprocamente En Mt 6, 16 Y Sant 4, 14 este verbo aparece
habla Lc 1, 1, corresponden a la tradición tras- mo la manera (Mt 27, 44: «de la misma ma- ---+ eau'tOv. en un juego de palabras acpavL1;,w-cpaLvo[1aL
mitida por ellos. ThWNT V, 373s. G. Sche- nera»); Ent 't0 au'tó significa en el mismo (la antítesis entre lo visible y lo invisible): en
pens, L'«autopsie» dans la méthode des his- lugar (Mt 22, 34); xa'tu 't0 au'tó significa Sant 4, 14 dícese de una nube de humo que
toriens grecs du VI siecle avant J.-C., juntamente, uno (s) con otro(s) (Hech 14, 1); av'tóeproQo;, 2 autophoros sorprendido
en el acto mismo* desaparece (al poco tiempo); en Mt 6, 16 dí-
Bruxelles 1980; Spiqc, Notes, Suppl 81-87. 'tOil'tO au'tó (2 Cor 2, 3) o au'to 'tOil'tO (2 Pe cese (en sentido figurado) de los hipócritas
1, 5) significa por esta misma razón. En Pa- Con la expresión (muy difundida) En'
au'tOq)(óQ<p dícese en Jn 8, 4 de la mujer sor- que ayunan «con rostro sombrío», es decir,
blo encontramos au'to 'toil'to, precisamente desfiguran su rostro (por ejemplo, no lavan ni
av'tó;, 3 autos él, él mismo, el mismo para esto (Rom 9, 17 Y passim), y EV xat 't0 prendida en adulterio.
ungen su cara, v. 17), para hacer ver a los de-
1. El significado «él mismo» - 2. El significado «el au'tó, (se hace) lo mismo, (se identifica) (1
mismo» - 3. La función de pronombre personal.
más que están ayunando. En Mt 6, 19, el ver-
Cor 11, 5). En Lucas encontramos con bastan- av'tóXEtQ, 1 autocheir con la(s) propia(s) bo se refiere a tesoros que son destruidos. En
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner § te frecuencia el simple au'tó~ con el signifi- mano(s)* Hech 13,41' (en cita de Hab 1,5) el verbo sig-
277s, 282, 284, 286, 288, 290, 297; J. C. Hawkins, cado de au'to~ oií'tO~ (EXELVO~), éste mismo Hech 27, 19: «con sus propias manos arro- nifica ser destruido (en voz pasiva, junto a
Horae Synopticae, Oxford 21909 (reimpresión en (o aquél mismo) (Lc 10,21, EV au'tñ 'tñ ooQQ.; jaron ... ». 'fraU[1úOaTf).
1968); Kühner, Grammatik II/l, 558-565, 568-571, a diferencia de Mt 11, 25, Ev hdv<p 't0
651-656; Mayser, Grammatik, II/2, 64-66, 75-78; W.
Michaelis, Das unbetonte 'XuL alJ1:ó-; bei Lukas: StTh
XaL(0).
avxiro aucheo jactarse, gloriarse* a.epavtaf,tó;, olí, Ó aphanismos desapari-
4 (1950) 86-93; E. Schwizer, Eine hebraisierende Son-
derquelle des Lukas?: ThZ 6 (1950) 161-185; Zer- 3. au'tó~ tiene frecuentísimamente la En Sant 3, 5, con acusativo [1fyáAa, dícese ción, destrucción*
wick, Graecitas, nn. 195-206. función de pronombre personal de tercera de la lengua, que es tan sólo un «miembro pe- En Heb 8, 13 dícese del primer pacto, que es-
persona en los casos oblicuos, y entonces el queño», pero «se jacta de grandes cosas». tá próximo a desaparecer (EyyU~ acpavL0[10v).
1. Con sentido excluyente significa él mis- empleo de au'tó~ en genitivo sustituye a
mo, en latín ipse. Además de su aplicación li- menudo la falta de pronombre posesivo. Pe-
teral (Rom 8, 26: au'to 't0 nVfil[1a, «el Espí- aVXf,tl)Qó;, 3 auchméros oscuro, tenebroso* aepav'to;, 2 aphantos invisible*
ro se emplea también sustantivadamente y
ritu mismo»), hay también otros matices en su En 2 Pe 1, 19 dícese de la palabra profética, Lc 24, 31: &cpav'tO~ EyÉVf'tO un' au'twv,
entonces reemplaza con énfasis a un sujeto
aplicación (cf., a propósito, Bauer, 244), por que resplandece «en lugar oscuro». Jesús «desapareció de la vista de ellos» (en
mencionado ya antes (Mt 1, 21). Lucas em-
ejemplo, para realzar un sujeto mencionado Emaús).
plea xat au'tó~ sin énfasis alguno (segura-
ya antes (Mt 8, 24: au'to~ M, «pero él»); pa- mente no porque utilice una fuente pecu- a.epatQiro aphaireo quitar, cortar*
ra distinguir entre personas y grupos (Mc 2, liar). Abunda más, conforme a las reglas, el Mc 14,47 par. Mt 26,51 / Lc 22, 50: «cor- a.epEC)QÓlV, ffivo;, ó aphedron retrete, le-
25: «él y sus compañeros»; Lc 11, 52); cuan- empleo de au'tó~ en casos como Mt 5, 40: tar una oreja»; Lc 1,25: «quitar algo»; Lc 10, trina*
do se designa a alguien personalmente (Lc 24, 't0 {tÉAOV'tL ... &cpf~ au't0. En una oración 42 (en voz pasiva) con genitivo de persona: En Mc 7, 19 par. Mt 15, 17, a propósito de
39: «soy yo mismo»; cf. v. 36), cuando se in- de relativo, puede que se use pleonástica- «no le será quitada»; Lc 16, 3 (en voz media): los alimentos que se eliminan y no hacen im-
dica que alguien actúa espontáneamente (Jn mente (Ap 7, 2: or~ EM'frT] au'tO¡;~) o que cm' E[10'Ü, «quitarme»; dícese del borrar los puro al hombre.
16, 27) o que una persona depende de lo que determine el significado mismo del relativo pecados (en voz media, en una cita de Is 27,
es en sí misma (Rom 7, 25). Cuando au'tó~ es (1 Cor 8, 6). La constructio ad sensum con- 9) en Rom 11, 27; Heb 10, 4; aparece al final a.epEtc)ía, a;, 'ÍJ apheidia severidad, dure-
enfático y se halla unido con xaL, entonces duce frecuentemente a incongruencias for- del Apocalipsis (22, 19 dos veces), en una za*
puede tener función de refuerzo en el sentido males, es decir, a cambios del número gra- «fórmula de certificación» que recuerda a Dt En Col 2, 24 se habla de acpfLOLa ow-
de incluso, igualmente (Heb 11, 11: «incluso matical después de indicaciones de lugar o 4, 2: «Si alguien quita algo de las palabras del [1a'to~, «severidad con el cuerpo» (junto a
Sara»). El significado de precisamente, eso de conceptos colectivos (2 Cor 5, 19) o des- libro ... , Dios le quitará la parte que le corres- E'frfAo'frQ'I']oxLa y 'tanfLvocpQOO'ÚVT]) como
mismo (Jn 5, 36: «las obras precisamente») se pués de un diminutivo que designe a una ponde en el árbol de la vida ... »; cf. Hen (et) algo que imponen los falsos maestros de Co-
acerca ya al segundo significado fundamental persona (Mc 6, 28). 104, 11; Arist 310s; H. Kraft, Offenbarung losas. Tiene la apariencia de sabiduría (00-
de au'tó~. W. Radl (HNT), sub loco. cpLa), pero en realidad está ligada a los O'tOL-
544 545 546
543

jar fuera, desechar hasta dejar libre, dejar a En la LXX el sustantivo a<pEOL~ no se em-
XELU tov XÓa!WU (v. 20). E. Lohse, Die Brie- (iq¡-3aQ'to~, 2 aphthartos imperecedero merced de alguien, permitir. Yeso, tanto en
fe an die Kolosser und an Philemon' (KEK), plea con el sentido de perdón sino en Lev 16,
---* <p{}dQw. sentido propio como en sentido figurado. Se
sub loco. 26. En todos los demás pasajes es traducción
halla atestiguado también frecuentemente el de yabel, <<jubileo» (Lev 25, 1O-12.15.30s; 27,
aq¡-3oQía, a;, ÍJ aphthoria incorruptibili- uso jurídico del término: a<pL1]f-tL tLvá, librar a 18) y de semitra, «remisión» (Dt 15, 1s; 31,
aq¡d. ó't1];, 1]'t0;, ÍJ aphelotes sencillez, dad, pureza * alguien de una relación jurídica, trátese del 10; también siima(, Ex 23, 11). En Lev 25, 10
sinceridad * Tit 2, 7: Se aconseja a Tito que se muestre desempeño de un cargo, del vínculo conyugal, se usa para la emancipación (en hebreo,
Hech 2, 46: EV a<pEAót1]tL XUQOLU~, «con ante los jóvenes como modelo de «pureza en de un arresto, de una deuda o de un castigo. derar). En el Tritoisaías significa «liberación»
sencillez de corazón». Se refiere a la manera la doctrina»; v.l. aOLu<p{}oQLU (Koiné al). Pero el término no aparece nunca en sentido en sentido escatológico (cf. Is 58, 6; 61, 1).
en que se efectuaba la fracción diaria del pan religioso (Bultmann 506). En el NT a<pEOL~ aparece 17 veces, inclui-
en la Iglesia primitiva en Jerusalén. En consonancia con ello, el término tiene
aq¡í1]"u aphiemi hacer ir, dejar ir, permitir, das las 5 que aparece en Lucas y las otras 5 en
soltar, perdonar gran variedad de significados en el NT: a) Hechos. El sustantivo se refiere casi siempre
(iq¡EO"t~, Eo)~, ÍJ aphesis remisión, libera- a<pEOL~, E(¡)~, ~ aphesis remisión, libera- dejar libre, despachar, emitir, abandonar, por al perdón divino, definido más concretamente
ción, perdón ción, perdón* ejemplo, Mc 1, 20 par. (tOV :n:utÉQu); 10, en la mayoría de los casos por el genitivo
---* a<pL1]f-tL. 28s (:n:ávta etc.); Jn 4, 3 (t~V 'IououLuv); áf-tUQtLWV (Mc 1, 14 par. Lc 3, 3; Mt 26, 28;
1. Aparición y contenidos semánticos de los térmi-
16, 28 (tOV xóaf-tov); Mc 1, 31 (a<pfjxEv Lc 1,77; 24,47; Hech 2,38; 5, 31; 10,43; 13,
nos en el griego bíblico y en el NT - 2. Uq¡LlllH y
áq¡ÍI, fí;, ÍJ haphe coyuntura, ligamento* aq¡€<JLC; como términos para designar el perdón de los uVt~V Ó :n:UQEtÓ~); 15, 37 (a<pú~ <pwv~v 28; 26, 18; Col 1, 14; cf. Heb 10, 18) Y tWV
Juntamente con auvOEOf-toL en Col 2, 19, pecados - a) La fuente de logia - b) Marcos - c) Mateo f-tEyáA1]V); Mt 27, 50 (a<pfjxEv tO :n:VEVf-tU); :n:uQu:n:twf-tátwv (Ef 1, 7); se usa en sentido
a<puL debe traducirse bien sea fisiológica- - d) Lucas y Hechos - e) Juan - f) Las cartas. Rom 1, 27 (t~v <puaLx~v XQfjaLV); Ap 2, 4 absoluto en Mc 3, 29 Y Heb 9, 22. Siguiendo
mente como tecnicismo médico para designar Bibl.: R. Bultmann, Uq¡lll[1L, en ThWNT I, 506-509; (t~V ayá:n:1]v aou t~V :n:QWt1]v); b) dejar a Is 61,1; 58, 6 (LXX), Lucas (en 14, 8) uti-
los ligamentos o los músculos, o bien como P. Fiedler, Jesus und die Sünder, Bern 1976; J. Gnilka, atrás, abandonar, por ejemplo, Mc 1, 18 par. liza dos veces el término en el sentido de li-
término general para expresar las junturas o Das Elend vor dem Menschensohn (Mk 2, 1-12), en (ta OLXtUU; Mt 5, 24 (tO oWQov aou); 18,
FS Vogtle, 196-209; EvTh 36 (1976) Cuaderno l
beración; pero ésta se entiende también como
conexiones. El contexto (cf. v. 8) y la relación «<Schuld und Vergebung») con colaboraciones indivi- 12 (ta EvEVr'¡XOVtU EVVÉU [:n:Qó~utu]); Jn perdón.
inmediata con la expresión masculina E~ oiJ, duales de A. H. J. Gunneweg, Schuld ohne Vergebung, 14, 18 ('Úf-ta~ 6Q<puVO'IJ~); c) dejar en paz,
en el v. 19a, presuponen clarísimamente a 2-14; K. Wengst, Versohnung und Befreiung. Ein As- dejar hacer, por ejemplo, Mc 11, 6 (a<pfjxEv 2. a) La Fuente de Logia (Q) conoce la an-
Cristo como «Cabeza» del cuerpo. Ahora pekt des Themas ,<Schuld und Vergebung» im Lichte uVto'ú~); Mt 19, 14 (a<pEtE ta :n:mbLu); tigua sentencia acerca del pecado contra el
bien, la imagen del dominio de la cabeza so- des Kol, 14-16; G. Sauter, Versohnung und Vergebung.
Die Frage der Schuld im Horizont der Christologie, d) permitir, conceder, por ejemplo, Mc 1,34 Pneuma que no puede perdonarse, una sen-
bre el cuerpo es una imagen completa en sí 34-52; G. Krause, Vergebung ohne Schuld? Vorüberle- (cf. 5, 19.37) (ovx ~<pLE AUAELV ta omf-tó- tencia que seguramente se ha trasmitido en su
misma. Por tanto, habrá que preferir la prime- gungen zur christ/. Rede von Schuld und Vergebung, VLU); e) el verbo aparece también en la fór- forma más antigua en Lc 12, 10. En Mt 12,
ra de las dos traducciones posibles del térmi- 53-72; J. Guillet, «Tes péchés sont pardonnés», en De
mula helenística de un ruego, por ejemplo, 31s la sentencia ha sido elaborada a partir de
no, entendiéndolo entonces como un tecnicis- la Torah au Messie. FS H. Cazelles, Paris 1981,425-
429; K. Kertelge, Die Vollmacht des Menschensohnes Mc 7, 27 (a<pE~ :n:QWtOV XOQtua{}fjvm ta la versión trasmitida en Mc 3, 28-30, cuya
mo médico. En Ef 4, 161a imagen se refiere a zur Sündenvergebung (Mk 2, JO), en FS Schmid 1973, tÉxvu) (cf. BlaB-Debrunner § 364). tradición es seguramente más antigua que la
la cooperación de todos los miembros del 205-213; H. Leroy, Vergebung und Gemeinde nach Lk versión de Q. En ambos casos se dice que el
cuerpo de la Iglesia bajo Cristo, que es la Ca- 7, 36-50, en FS Schelkle, 85-94; Id., Zur Vergebung destino escatológico de una persona es irre-
beza. Ahora bien, debemos tener también en der Sünden. Die Botschaft der Evv., Stuttgart 1974; I. La LXX emplea el verbo en expresiones de
Maisch, Die Heilung des Geliihmten. Eine exegetisch- perdón: para traducir el hebreo nils il' (por ejem- vocablemente el resultado de la propia deci-
cuenta que oUl :n:áa1]~ á<pfí~ tfí~ E:JtLXOQ1]- traditionsgeschichtliche Untersuchung zu Mk 2, 1-12, plo, Gén 4, 13; Ex 32, 32; Sal 24, 18 [LXX]; pa- sión acerca de la palabra pneumática de la
yLU~ tiene aquí primariamente un sentido fi- Stuttgart 1971; J. Michl, Sündenvergebung in Christus ra traducir sillal] (por ejemplo, Lev 4, 20; 5, Iglesia post-pascual. Mateo y Lucas designan
siológico: « ... mediante toda la cohesión que nach dem Glauben der frühen Kirche: MThZ 24 10.13) Y el pual kippur (Is 22, 14). En todo ello, la blasfemia contra el Jesús terreno como al-
los ligamentos o los músculos proporcionan». (1973) 25-35; Id., Sündenbekenntnis und Sündenver- el perdón recae sobre el pecado del hombre
gebung in der Kirche des NT: MThZ 24 (1973) 189- go que se puede perdonar, y la contrastan con
Sobre los significados fisiológicos cf. ThWNT (áJ!uQ'tLa, &voJ!Lu, &aé~ELu, ahLu [Gén 4, 13]), la blasfemia imperdonable contra el Señor
207; Spicq, Notes, SuppI81-87; H. Thyen, Studien zur
VII, 855; M. Dibelius y H. Greeven, An die Y el sujeto que perdona es Dios. Esta manera de
Sündenvergebung im NT und seinen at/. und jüd. Vo- exaltado que actúa en la palabra pneumática
Kolosser, Epheser, an Philemon3 (HNT) sobre raussetzungen, Gottingen 1970; F. Zeilinger, Sünden- hablar y el concepto que en ella se expresa los en-
contrarnos únicamente en el griego bíblico y en el de la Iglesia.
Col 2, 19; E. Lohse, Die Briefe an die Kolosser vergebung nach dem NT: ThPQ 120 (1972) 289-299.
Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 996s. griego influido por la Biblia (cf. Josefo, Ant VI, b) La tradición subyacente a Mc 2, 1-12
und an Philemon' (KEK), sub loco. 92). Los verbos hebreos que este término traduce
H. Balz consideró ya la autoridad de Jesús para curar
1. El verbo aparece frecuentemente en el designan actos jurídicos y de derecho sacro, y en
este último sentido remiten al ámbito del culto. como motivo para demostrar su autoridad pa-
NT, sobre todo en los evangelios. ra perdonar percados. Por medio del milagro
aq¡-3aQO"ía, a~, ÍJ aphtharsia carácter im- Esta frecuencia está condicionada por el Por tanto, el campo jurídico al que se refiere el
de curación, Jesús demuestra que él es el Hijo
perecedero significado del verbo griego recibe aquí una im-
empleo griego no bíblico del término, en el del hombre, a quien Dios ha dado autoridad, y
portante modificación.
---* <p{}dQw. que éste tiene numerosos matices, desde arro-
547 548 549 550

que perdona los pecados en la tierra (2, 10). do al Sal 130, 8) como referido a la redención acontecimiento se describe en Lc 5, 26 como u((JtJ.áQ'YlJQo~, 2 aphilargyros dícese de
Según la fe del AT, Dios concede graciosa- (--+ ocp~w) que salva de los pecados. un nUQábosov: Jesús aparece como el Salva- quien no tiene amor al dinero, de quien es
mente el perdón como curación (cf. Sal 103, dor que concede el perdón, y los hombres ex- desinteresado*
d) Según Lc 24, 46-48, en la era de la Igle-
3; 41, 5; 25, 18; 79, 9). Esta visión terapeúti- perimentan esto como una milagrosa demos- 1 Tim 3, 3 en un catálogo de las virtudes del
sia, el perdón de los pecados está ligado a la
ca del perdón hace posible la argumentación tración de la presencia divina, lo cual hace episkopos; Heb 13, 5 (a<pLAúQY'UQoe:; ó "tQó-
predicación del arrepentimiento en el nombre
que se nos ofrece en la tradición. Al mismo que se estremezcan. Lo que se realizó inme- noe:;), en una serie de exhortaciones dirigidas
de Jesús. La aceptación del kerygma de los
tiempo queda desvirtuada la acusación de diatamente en tiempo de Jesús, se experimen- a la comunidad, la cual vive de su confianza
testigos hace posible que el creyente se en-
blasfemia (Mc 2, 7s) lanzada contra Jesús. La ta ahora en el tiempo de la Iglesia en el plano en Dios, y no de la posesión de bienes mate-
cuentre con el Señor que actúa en el evange-
conexión con Mc 3, 28-30 está bien clara: Je- del kerygma.
lio. Según Hech 2, 38 el encuentro con Jesús riales (vv. 5b.6 en una cita del Sal 117, 6
sús, según Marcos, es el Hijo del hombre do- en el bautismo sucede cuando el -> OVOf,LU e) Jn 20, 21-23 interpreta el perdón como LXX).
tado de dones pneumáticos (Mc 1, 10.12); 'Il]oou XQLO"tOU se invoca sobre el que está el don de pascua del Resucitado. A la comuni-
blasfemar contra él es blasfemar contra el siendo bautizado. Esto se halla formulado en dad se le confiere la autoridad para perdonar,
Pneuma. El perdón lo imparte el Cristo pneu- consciente dependencia de la tradición del como participación en la misión de Jesús, una a((Jt!;t~, Ero~, tí
marcha, partida*
mático a su Iglesia. Y este perdón se niega a participación que se manifiesta en el hecho de Hech 20, 29, en las palabras de despedida
Bautista en Lc 3, 3.10, tradición que está to-
quien se aparta blasfemamente de ella, des- mada de Marcos y que se reconoce aún detrás ser hecha partícipe del Pneuma. que pronuncia Pablo en Mileto: «Sé que, des-
preciando la palabra profética de la Iglesia. de Lc 24, 46-48. Es notable la concepción lu- pués de mi partida, entrarán en medio de vo-
f) El verbo y el sustantivo no forman parte
c) Mt 9, 1-8 marcó más las líneas esencia- cana de la --+ f,L€"táVOLU jesuánica: visión de sotros lobos crueles». Fuera del NT, este sus-
del lenguaje teológico de Pablo. Este se limi-
les del modelo de Marcos e hizo recaer el la propia situación del áf,LuQ"twAóe:; y conver- tantivo habrá que traducirlo de ordinario por
ta a utilizar el verbo en Rom 4, 7 en una cita
acento sobre la autoridad del Hijo del hombre sión hacia Aquel que acepta al pecador y que «llegada», con arreglo al significado de --+
del Sal 31, 1 (LXX). En lugar del sustantivo,
para perdonar pecados en la tierra (9.8). La con ello, sin insistir en obras de penitencia a<pLXVÉOf,Lm. G. Menestrina, a<pLSLe:;: BeO 20
y con el mismo sentido, Pablo utiliza --+
Iglesia representa y actualiza la autoridad del (cf. Lc 15), concede el perdón. Lo mismo que (1978) 50.
náQ€OLe:;, que aparece únicamente en Rom 3,
Hijo del hombre, que le ha sido otorgada a en Lc 24, 46-48, vemos que en Hech 3,19; 17, 25. El término no se encuentra en la LXX.
ella. El don del perdón divino está vinculado 30; 20, 21; 26, 20 el arrepentimiento es un Tiene el mismo sentido jurídico que el verbo U((Jí(Jtl1'U aphistemi hacer que la gente se
al perdón que unas personas se concedan a volverse en la fe hacia el Kyrios, un volverse nUQLÉvm. rebele, alejarse, apostatar*
otras: Mt 6, 12.14s; 18,35; cf. Mc 11, 25s al que el Señor responde con la a<pEOLe:;. Lc En Col 1, 14 y Ef 1, 7 el sustantivo a<p€OLe:; El verbo aparece 14 veces en el NT; se en-
(v.l.). El perdón queda asegurado para los 17, 1-4 muestra claramente que la Iglesia es el aparece juntamente con --+ ClJ'tOAV"tQWOLe:;. 1 cuentra sobre todo en Lucas (4 veces) y en
hombres gracias a la muerte salvífica de Jesús lugar donde se concede al hombre el perdón Jn 1, 9 utiliza el verbo juntamente con xu{}u- Hechos (6 veces). Es transitivo únicamente en
en la cruz, que se representa en la celebración en razón de la f,L€"táVOLU (cf. Hech 5, 30s so- QL~W; Heb 9, 22 emplea el sustantivo en esta Hech 5, 37, donde se dice que Judas el Gali-
de la Santa Cena. Mt 26, 28 habla expresa- bre el trasfondo de Lc 1, 77). misma conexión. Sant 5, 15 utiliza el verbo, leo hizo que la gente se rebelase y la arrastró
mente del derramamiento de la sangre del pac- Lc 7,36-50 (material peculiar de Lucas) es- cuando habla de la oración para obtener la cu- onLow uv"tou, «en pos de sí». Se usa en sen-
to para el perdón de los pecados. La expresión tablece un contraste entre el encuentro de Je- ración y el perdón de los pecados. La relación tido intransitivo (con genitivo, algunas veces
-a modo de fórmula- de:; a<pEOLv áf,LUQ"tLWV sús con el pecador, un encuentro que concede íntima, tan acentuada en la tradición acerca de
graciosamente el perdón, y el sentimiento de con anó) y entonces significa: (no) apartarse
procede de la tradición del Bautista (cf. Mc 1, Jesús, entre la curación del cuerpo y el perdón
4). Sin embargo, según Mt 3, 1-6, al bautismo justicia propia de los que no están dispuestos (Lc 2, 37; 13, 27, en cita del Sal 6, 9 LXX);
de los pecados aparece también en la actividad alejarse de alguien (4, 13; Hech 5, 38; 22, 9;
de Juan se le niega el efecto de perdonar los a arrepentirse. Lucas en Lc 5, 17-26 recoge la de la Iglesia.
pecados. Vinculando la tradición de la Cena tradición de Marcos (Mc 2, 1-12) Y la confi- 2 Cor 12, 8; ano MLXLUe:;, 2 Tim 2, 19); se-
H. Leroy pararse (Hech 15, 38; 19, 9); en el sentido de
del Señor, procedente de Mc 14, 24, con la gura. La sentencia final en Lc 7, 50, que en
fórmula derivada de la tradición del Bautista, otras partes sirve de final a historias de cura- desertar, apostatar (Lc 8, 13 [en sentido ab-
surgió una expresión que recuerda el ritual de ción, describe el perdón como curación de la U((JUGVÉo,.uu aphikneomai llegar, alcanzar soluto]; 1 Tim 4, 1 ["tfje:; nLo"t€we:;]; Heb 3, 12
la ofrenda por el pecado (Lev 4 y 5). Así como culpa. Jesús aparece como el portador de ese (hasta) * [ano {}€ou ~wv"tOe:;]). En la LXX es frecuen-
el sacerdote hace expiación mediante la reali- don de salvación, como se ve claramente por Rom 16, 19: «(La noticia de) vuestra obe- temente un término técnico para designar la
zación del sacrificio, de tal manera que Yahvé el final de voces a coro (7, 49), que recuerda diencia a la fe ha ha llegado a todos». apostasía (de Dios), por ejemplo, Dt 32, 15;
concede el perdón a quien ofrece el sacrificio, evidentemente la pregunta formulada al final Jer 3, 14; cf. también 1QS 7, 18.23 (en hebreo
así también Jesús realiza la expiación median- de la historia en que Jesús calma la tempestad bgd). ThWNT 1, 509s; DTNT 1, 202ss.
te su muerte cruenta en la cruz, una expiación (cf. Lc 8, 25b). El poder de Jesús se hace efi- u((JtJ.á'Yaao~, 2 aphilagathos sin amor al
que obra el perdón. Mateo reconoce en la caz en el ámbito de la fe y libera al hombre bien, enemigo del bien*
2 Tim 3, 3 en un catálogo de vicios que se a((Jvro aphno (adv.) de repente, de pronto*
a<p€OLe:; áf,LUQ"tLWV el acto salvífico de Jesús para la salvación de Dios.
refiere a las personas que vivan en los últimos Aparece tan sólo en Hechos: 2, 2; 16, 26;
por excelencia. La palabra del ángel en Mt 1, En consonancia con ello, Lucas configuró
días. ThWNT 1, 18. 28, 6: de repente, al instante.
2 interpreta ya el nombre de «Jesús» (aludien- en Lc 5, 17-26 la tradición de Mc 2,1-12. El
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1. En Rom 1, 1 (apartado para el evangelio Hijo del hombre, y dada la confontación exis- tró en el mandamiento un punto donde ata-
aq>ó~ro; aphobos (adv.) sin temor, sin mie-
do, sin timidez
= elegido para el ministerio de proclamar el tente entre el cristianismo y la sinagoga, debe car ... », ThWNT V, 472-475; DTNT I1I, 33.
evangelio) Pablo, aludiendo al modelo y al contar con que van a maldecir su nombre du-
-+ cpo~Éo¡.tm.
lenguaje de las vocaciones profética~ del AT rante el culto de la sinagoga y van a borrarlo
(Is 49, 1; Jer 1, 5) Y en una perspectIva apo- aq>Qt~ro aphrizo echar espuma* .
de la lista de miembros (cf. Jn 9, 22; 12, 42; En Mc 9, 18.20 dícese del muchacho epI-
aq>oJtmóro aphomoioo hacer semeja!1te, calíptica, acentúa que su propia vocación de 16,2). Hechos (19, 9) menciona la separación
reproducir la imagen, (en voz pasIva) léptico llevado por su padre a Jesús.
apóstol de los gentiles es una elección santa que efectúa Pablo, por la cual los judeocristia-
asemejarse* hecha por Dios (cf. Lev 20, 26), que le separó nos se separan de la comunión de la sinagoga
Este verbo se emplea en Heb 7, 3 en un a él para este ministerio antes de que existie- local y fundan su propia comunidad. aq>Qó;, olí, Ó aphros espuma*
contexto hímnico que alude al Sal 109, 4 ran todas las cosas y antes de que comenzara Lc 9, 39 (par. Mc 9, 18, -+ acpQLl;ro: ¡.tE'ta
LXX. Habla de Melquisedec, que se asemeja la historia (cf. AsMo 1, 14). El participio 3. Según Mt 13,49, en una parábola perte- acpQov, «con espuma» (en la boca).
al Hijo de Dios (para el significado, cf. Sab acproQLO¡.tÉVOe; (en hebreo paras, en arameo neciente al material peculiar de Mateo, los án-
13,14; EpJer [cf. Bar 6] 4.62.70) Y que, por lo
singularísimo de su origen y por su figura de
perisa') difícilmente será una alusión al pasa-
do farisaico de Pablo, porque tal cosa no se
geles -cuando llegue el fin del mundo- sepa- aq>Qo(Júv1], 1];, tí
aphrosyne insensatez,
rarán a los justos. Mt 25, 32 alude a la vida locura*
sacerdote primordial para siempre, es seme- entendería en Roma. cotidiana de los pastores palestinos, en la cual acpQwv, 2 aphron insensato, necio (loco)*
jante al Hijo de Dios de antes de los tiempos Para probar tal predestinación, Pablo en al caer la tarde se separa a las ovejas y a las
y del fin de los tiempos, y de esta manera se- Gál1, 15 cita a Is 49, 1 Y Jer 1,5, recurriendo cabras, aunque durante el día hayan pastado l. Aparición de los términos en el NT - 2. Concep-
ñala históricamente hacia él. Sobre el pareci- al tema veterotestamentario de que Dios for- juntas, porque durante la noche las cabras ne- tos paralelos y contrarios - 3. Contextos típicos.
do de este enunciado con la especulación de ma a cada individuo en el seno materno. En cesitan más calor que las ovejas, ya que estas Bibl.: G. Bertram, CPQ~v %1:1..., en ThWNT IX, 216-
Filón acerca del logos (Filón, Fug 108ss y Hech 13, 2 la vocación le llega a Pablo a tra- últimas son menos sensibles al frío. La cos- 231; H. D. Betz, Der Aposte! Paulus und die sokrati-
passim) cf. A. Strobel, Hebriierbrief (NTD), vés de profetas y maestros de la comunidad sche Tradition, Tübingen 1972 (sobre 2 Cor 11-13); T.
tumbre de los pastores sirve de metáfora para Donald, The Semantic Field of «folly» in Proverbs,
sub loco; Billerbeck I1I,694s; ThWNT V, cristiana primitiva, por instrucciones que és- expresar la separación que el Hijo del hombre Job Psalms and Ecclesiastes: YT 13 (1963) 285-292;
198; O. Michel, An die Hebriier 5 (KEK), sub tos han recibido del Espíritu; cf. también ha de efectuar en el juicio final. S. Á. Mandry, There is no God! A Sudy of the Fool in
loco; DTNT IV, 190s. óQLl;ro en enunciados cristológicos (Hech 10, the OT, Roma 1972; E. W. Seng, Der reiche Tor:
42; 17,31; Rom 1,4). U. Kellermann NovT 20 (1978) 136-155 (sobre Lc 12, 16-21); A.
Y6gtle, Die Tugend- und Lasterkataloge im NT,
aq>oQáro aphorao fijar los ojos en, ver cla- Münster i. W. 1936, 199, 231s; J. Zmijewski, Der Stil
ramente*
2. Debido al énfasis que la piedad judía po- aq>oQJtÍ), i'í;, tí aphorme punto de partida, der pln «Narrenrede» (BBB 52), K61n-Bonn 1978 (so-
ne en la pureza que dimana de la conciencia ocasión,oportunidad* bre 2 Cor 11-12).
Flp 2, 23: me; av acpLoro 'ta :7tEQL E¡.tE ES- de la elección (cf. Jdt 12; Tob 1, lOs), acpo-
U'IJ't'ije;, «tan pronto vea claramente cómo van Este término, además de aparecer en 1 Tim
QLl;ro se convirtió en el término técnico para 1. En el NT, el sustantivo aparece 4 veces,
las cosas conmigo»; Heb 12, 2: en la imagen 5 (y Lc 11, 54 D it syrc), se encuentra única-
designar la disolución de la comunidad de y el adjetivo, 11 veces. El tema de estas pala-
de una carrera de competición, dícese de la mente en Pablo. En 2 Cor 5, 12 se emplea en
culto (Gál 2, 12; cf. Is 56, 3; Jub 22, 16; Test bras aparece 8 veces en 2 Cor lIs, empleado
confianza con que se ponen los ojos en Jesús sentido positivo: «ocasión para gloriarse». En
Job 10,6; ParJer 6, 13s). Pedro se separó a sí con un sentido específico (-+ 3.d).
(de; 'tov 'ti'je; :7tLO'tEroe; aQXl1Yov ... 'I11 00UV ); 2 Cor 11, 12 (dos veces) se usa en el sentido
mismo de la comunión de mesa que había negativo de la oportunidad que tienen contra
cf. 4 Mac 17, 10 (de; {tEÓV). 2. A estos términos se oponen directamente
existido entre paganocristianos y judeocristia- Pablo sus adversarios. Algo parecido se dice epQÓVl]OLe; y epQÓVL!.tO<; (2 Cor 11, 9). Existe una
nos y comenzó a celebrar separadamente la en 1 Tim 5, 14. Desempeñan el papel de ene- oposición correspondiente entre flroQtu, flroQó<;,
aq>oQt~ro aphorizo separar, poner aparte,
Cena del Señor para los judeocristianos de migos la a¡.tuQ'tLu en Rom 7,8.11 Y la oáQS aaoepo<;, por un lado, y aoepta, aoepó<;, por el
Antioquía, cuando hubieron llegado los «visi- en Gál 5, 13. Mientras que, según Gál 5, 13, otro lado (compárese Ef 5,17 con 5, 15); la an-
destinar*
tadores» que venían de parte de Santiago. En títesis de aa1ÍvE'tO<; (compárese Le 11, 40 con
1. Término de la vocación - 2. Término cultual - una libertad cristiana mal entendida puede ser Mt 23, 17.19; Y Me 7, 22 con Rom 1, 31) es
2 Cor 6, 17 (un documento no paulino y que una oportunidad excelente para la oáQS, ve-
3. acpoQ¡~w en el juicio final. a1ÍvEOL<;, a1ÍvE'to<;. Son casi sinónimos ayvOLa,
se halla cerca de las ideas de Qurnrán), con mos en Rom 7,8.11 que el pecado ha aprove- ayvroata, aVOLa, avól]'to<;, etc. (compárese 1
Bibl.: Delling, Jüd. Lehre und Frommigkeit in den una alusión a Is 52, 11, se exhorta a los fieles
ParJer (BZAW 100), Berlin 1967, 42-53; J. Gnilka, chado la oportunidad, por medio del manda- Pe 2, 15 con 1, 14; Y Tit 3, 3; 1 Cor 15, 36 con
a mantenerse separados del ambiente impío miento (OLa 'ti'je; Ev'tOAi'je;, cf. v. 7), para llevar 15, 34).
2Kor 6, 14-7, 1 im Lichte der Qumranschriften, en FS
Schmid 1963, 86-99; C. H. Hunzinger, Die jüd. Bann- (cf., por ejemplo, 1QS 5, 1.10.15ss). En Lc 6, el «yo» a la perdición. Las palabras acpoQ¡.ti¡v
praxis im ntl. Zeitalter, tesis mecanografiada G6ttin- 22 (de la fuente Q) se recoge el verbo como AU~OUOU son una expresión muy corriente 3. aepQooúvl1 y acpQrov significan siempre
gen 1954, 73s; K. L. Schmidt, acpoQ¡~w, en ThWNT término técnico para designar la práctica desvarío que se aparta de lo que es razonable.
Y, 454-456; G. Strecker, Die Makarismen der Berg- (la encontramos, por ejemplo, en Filón Flacc
adoptada por la sinagoga (consistente en ex- 47; cf. Bauer, Worterbuch, s.v.). Posiblemente a) En las discusiones sapienciales, se criti-
predigt: NTS 17 (1970-1971) 255-275, especialmente
268s. comulgar). Aquel que confiese que Jesús es el sea más acertado traducir: «El pecado encon- ca a menudo al contrario echándole en cara su
555 556 557 acpQooúvYJ - 'Axutu 558

irracionalidad y diciéndole: ¡Eres necio! Lue- tradición veterotestamentaria y judía (cf. nada inferior a ninguno de los «superapósto- 20; 2 Crón 27, 9 - 28, 27; Is 14,28): Mt 1, 9
go vienen los argumentos. En el relato ejem- Vogtle, 232; 1QS 4, 10; Herm [s] 9, 15, 3), les». Disculpándose por actuar como «quien (dos veces). LThK 1, 107; BHH 1, 49s; Haag,
plar de Lc 12, 16-21 (material peculiar de Lu- significa la actitud viciosa fundamental que ha perdido el juicio» (téngase en la cuenta la Diccionario, 32.
cas), Dios expone lo absurdo de los planes del tiene sus raíces en el corazón del hombre. Es intensificación que supone el verbo :n:uQu-
rico para el futuro, y lo hace mediante un tó- algo que, según Rom 1,29-31 (v. 31, aaúve- CPQovÉw en 2 Cor 11, 23), no tiene más reme-
pico (v. 20), bien conocido, de la tradición sa- "tOt;;), caracteriza principalmente a los gentiles. dio que decir la verdad (cf. la negación de
'Axa"la, a;, ... Achai"a Acaya, Grecia*
piencial (cf. Job 27, 16s; Sal 39, 7; 49, 11-21; acpQoaúvr¡ en 11, 16a; 12, 6; en Betz, 79-82 l. Aparición del término - 2. Datos históricos -
Ec1 2, 18-23-26; 4, 8; 6, 2; Ec10 11, 18s; 14, c) Los gentiles no entienden las cosas, por- 3. Pablo en Acaya.
se mencionan posibles modelos literarios) y
4.15; 41,1; cf. Seng). que no conocen la ley. Por eso los judíos -paradójicamente- cambia por completo el Bibl.: J. Finegan, en IDB 1, 25; E. Groag, Die romo
-principalmente en la Diáspora- se conside- sentido de su propia acción de gloriarse (4 Reichsbeamten von Achaia, Wien 1939; E. Kirsten-B.
El modelo del «necio» (Lc 12, 20) se encuentra ran a sí mismos como «educadores de los ne- xuuxáo¡.tm).
E. Thomasson, en Pau1y, Lexikon 1, 32-38; J. Nuche-
ya plasmado en los escritos del AT. Una gran va- mans, en Woordenboek der Oudheid 1, Bussum 1976,
cios» (Rom 2, 20, además de «maestros de los D. Zeller 17s; H. H. Scullard, en OCD 3 (bibl.); J. Toepffer-C.
riedad de términos sirve para designarlo (espe-
cialmente, en hebreo, nabal, kesll, 'ewll, ba'ar [en inexpertos» ). G. Brandis, en Pau1y-Wissowa 1,156-198.
Proverbios1 y sakal [en Eclesiastés l, traducidos uepQrov, 2 aphron insensato, necio
todos ellos, normalmente, por acpQwv en la LXX. Puesto que Dt 4, 6 Y principalmente el Ecle- 1. Acaya aparece 3 veces en Hechos y 7
siástico identifican la sabiduría con la observan- 4 acpQoaúvr¡. veces en Pablo. El término designa a la pro-
Consúltense los artículos correspondientes en
DTAT 1, ThWAT y en DTMAT), calificándolo de cia de la ley, vemos que a los trasgresores de la vincia romana de Grecia (4 2), a la cual en
una persona que se niega a ajustarse al orden de ley en Israel y a los de fuera se los llamaba «ne- aepl):n:vóro aphypnoo dormirse* una ocasión se la llama también Hélade (Hech
las cosas enseñado por los sabios, es decir, que cios» (sobre la «necedad» del culto idolátrico cf. En Le 8, 23 dícese de Jesús que, durante la 20,2).
rechaza la dependencia en que se halla de Dios. Sab 12, 23s; 15, 14 Y passim; Sib 111, 722). De travesía del lago, se quedó dormido. Fuera del
Esto conduce a pronunciar palabras necias y arro- ellos se distanciaban, por ejemplo, los miembros 2. La región montañosa de Acaya, situada
de la comunidad de Qumrán, que habían jurado NT este verbo aparece también con el signifi-
gantes y a obrar en consecuencia. Con ello el ne- cado de «despertarse del sueño»; cf. ThWNT en la costa septentrional del Peloponeso, fue
cio perjudica a la sociedad y se arruina a sí mis- observar la ley (lQS 4, 24; 1QH 1, 37; 13, 4;
1Q27 1,7). VIII, 552s. durante los años 280-146 a.C. centro de la po-
mo.
lítica griega por haberse fundado allí la Liga
Los cristianos gentiles tienen una opinión aepl)(JtEQÉro aphystereo retener Aquea. Cuando los romanos conquistaron
Como también Mt 23,26 comienza con una
semejante de su insensato paganismo de otros En Sant 5, 4 B* Sin en lugar de a:n:oa- Grecia y la anexionaron a la provincia de Ma-
invectiva (que, desde luego, es redaccional), 4
tiempos (cf. Ef 4, 18; 1 Pe 1, 14). La paréne- LEQÉW. cedonia, la llamaron Acaya (Pausanias VII,
creemos que lo de «¡ Vosotros, necios!» en Lc
sis postapostólica los exhorta a hacer enmu- 16, 10). Por la importancia de la nueva Corin-
11, 40 podría pertenecer a la fuente Q. Esta
decer con sus buenas obras a la insensatez de to, Augusto convirtió a Acaya en provincia
expresión insultante podría formar parte de
quienes los calumnian por ayvwalu (1 Pe 2,
ueprovo;, 2 aphonos mudo, silencioso, sin senatorial independiente (en el año 27 a.C.)
las discusiones de los rabinos con otros gru- lenguaje*
15; cf. 2, 12; 3, 16), Y a demostrar de esta ma- con un pro cónsul residente en Corinto. Esta
pos (cf. bMen 65a en Billerbeck 1,280, en he- Este término, con el significado de mudo,
nera que no son ellos los insensatos, sino que provincia comprendía la Grecia propiamente
breo sot/m). De manera parecida, Pablo re- aparece en Hech 8, 32, donde se habla del
en realidad comprenden la voluntad revelada tal, incluida Tesalia y la parte meridional de
prende a su ficticio adversario, en 1 Cor 15, cordero que permanece en silencio delante
(Ef 1, 9) de Dios (5, 17; cf. Col 1, 9; 1 Pe 4, Epiro (Estrabón XVII, 3, 25). De los años 15
36, llamándole acpQwv y ajustándose así al de quien lo trasquila (cita de Is 53, 7). Apa-
2ss; cf. Rom 2, 18, refiriéndose a los judíos). a 44 de nuestra era, y juntamente con Mace-
estilo de la diatriba CÍnico-estoica (cf. R. rece también con este mismo significado en
d) En 2 Cor 11-12 Pablo se siente obliga- 1 Cor 12, 2, donde se aplica a las imágenes donia, fue administrada como provincia impe-
Bultmann, Der Stil der paulinischen Predigt
do, en contra de sus propios principios, a re- mudas de los ídolos. En 1 Cor 14, 10 dícese rial, con el fin de aliviar la presión de los tri-
und die kynisch-stoische Diatribe, Gottingen
comendarse a sí mismo y a gloriarse frente a del gran número de lenguas (cpwvul) que butos, pero luego· volvió a ser provincia
1910, 14 Y 66).
los insensatos adversarios (cf. 11, 19; 10, 12 hay en el mundo, ninguna de las cuales ca- senatorial independiente. La libertad que Ne-
b) El catálogo judeocristiano-helenístico ov auvu'imv). Aunque él considera que eso rece de sonidos claros (OVOEV acpwvov). En rón le había concedido en el año 67, la con-
servó únicamente hasta el año 73, en tiempo
de maldades fundamentales en Mc 7, 21 s es una necedad (11, 1.16b.17.21; 12, 11; lo 2 Pe 2, 16 dícese de la burra de Balaán, una
menciona la acpQoaúvr¡ al final de la serie en mismo que piensa la filosofía popular; cf. H. bestia de carga que no tenía la facultad de de Vespasiano.
singular de siete maldades (en corresponden- Windisch, Der zweite Korintherbrief [KEK], hablar (Ú:n:O~ÚyLOV acpwvov) y que, no obs-
3. Pablo entró en Acaya en el año 52 de
cia con las :n:ovr¡Qlm, de índole más general, 345; Betz, 74-46; y también en el AT se ridi- tante, habló al profeta con lenguaje humano.
nuestra era (4 rUAAlwv) durante su segundo
al final de la serie en plural). Desde luego, la culiza a los que se jactan de sí mismos, cf. viaje misionero, cuando llegó por barco desde
insensatez es también uno de los cuatro vicios Prov 27, 2; el «hombre de la lengua», el jac- 'AXá~ Achaz Ajaz [Acaz]* Macedonia a Atenas (Hech 17, 14s). Después
cardinales que se enumeran en la doctrina es- tancioso, le~; cf., además, 1 Clem 13, 1; 21, 5; Rey de Judá (742)735-727 a.c., hijo de Jo- de pasar 18 meses trabajando con éxito en
toica, pero en nuestro caso, de acuerdo con la Herm [s] 9, 22, 2s), Pablo no se considera en tán y padre de Ezequías (cf. 2 Re 15, 38 - 16, Corinto (18, 11), los judíos le acusaron ante el
560 561 562
559 'Axata - aXQL

aXQL¡; aparece sólo 3 veces: Gál 3, 19; Heb 3, 4. Por el contrario, es relativamente raro
procónsul Galión, pero Pablo salió absuelto axJ.."~, "o~, it
achlys oscuridad, tinie-
13 Y Ap 2, 25 (cf. BlaB-Debrunner § 21). que aXQL exprese una distancia espacial: aXQL
(vv. 12-17). Manifestó su alegría por la difu- blas*
sión que el evangelio estaba teniendo en Ma- ¡.tEQLO¡.toií 'ljJuxfj¡; XUL :n:VE'Ú¡.tUtO¡;, (la palabra
Se emplea en Hech 13, 11, juntamente con de Dios) penetra hasta las coyunturas y los
cedonia y en Acaya (1 Tes 1, 7s). Después, 2. En el NT, la preposición aXQL se usa casi
oxÓtO¡;, para referirse a la ceguera temporal tuétanos (Heb 4, 12); aXQL twv XUA.LVWV twv
Apolo comenzó también su actividad en Aca- siempre para referirse al tiempo. A menudo se
de Elimas el mago por las palabras de castigo L:n::n:rnv, hasta los frenos de los caballos (Ap
ya (Hech 18, 27). En el año 56, Estéfanas de halla asociada con términos que designan
que pronunció sobre él SaulolPablo: «La os-
Corinto, a quien se llama uno de los primeros tiempo: aXQL ~¡; (tfj¡;) ~¡.tÉQU¡;, hasta el día 14, 20); aXQL oUQuvOií, hasta el cielo (Ap
curidad y las sombras cayeron sobre él». Si
frutos de Acaya (1 Cor 1, 16; 16, 15), visitó a (Mt 24,38; Lc 1,20; 17,27; Hech 1,2.[22 18,5). Por lo demás, aXQL, hasta, se refiere a
tenemos en cuenta que en el contexto se usa indicaciones geográficas (Hech 13, 6; 20, 4
Pablo en Éfeso durante el tercer viaje misio- v.l.]; 2, 29; 23, 1; 26, 22; 2 Cor 3, 14) o aXQL
un lenguaje propio de la LXX, difícilmente se ~¡.tÉQU¡; 'Il1ooií XQLotoií, hasta el día (de la v.l.; 28, 15) o en relación con personas (Hech
nero (1 Cor 16, 17). Por aquel entonces Pablo podrá considerar la expresión como un tecni-
proyectaba una nueva visita a Acaya (Hech nueva venida) de Jesucristo (Flp 1, 6); en 11,5; 2 Cor 10,13.14).
cismo médico; cf. E. Haenchen, Apostelge- cambio: aXQL ~¡.tÉQrnv :n:ÉvtE, después de cin-
19,21; 1 Cor 16, 5), la cual, para decepción H.-J. Ritz
schichte" (KEK), sub loco. co días (Hech 20, 6); aXQL XaLQoií hasta el
de los corintios, se retrasó a causa de la acti-
vidad de Pablo en Macedonia (2 Cor 1, 15; 2, momento oportuno (Lc 4, 13; Hech 13, 11);
13). A pesar de todo, Pablo era optimista en aXQEio~, 2 achreios inútil, inservible* aXQL XQóvrnv, hasta los tiempos (Hech 3, 21); axuQov, OU, 'tó achyron paja*
cuanto a la solidaridad de los creyentes en Se emplea juntamente con DoiíA.o¡; en Mt aXQL :n:Qoitw¡.tLu¡;, hasta la fecha determina- En Mt 3, 12 par. Lc 3, 17 (Q) dícese de la
Acaya, y en lo que respecta a su colaboración da (Gál 4, 2); aXQL toií viív, hasta ahora paja que, al aventar el trigo, es arrastrada por
25,30; Lc 17, 10 (en plural; el hecho de que
para la colecta (2 Cor 1, 1; 9, 2; 11, 10), opti- (Rom 8, 22; Flp 1, 5); aXQL toií DEiíQO, hasta el viento, y se procede luego a quemarla.
este término falte en el códice sys no quiere
mismo que se vio confirmado (Rom 15, 26). este momento (Rom 1, 13); aXQL uuyfj¡;, hasta Haag, Diccionario, 1406.
decir que no sea original; cf. Bauer, Worter-
Según el texto de la Koiné, otro de los prime- el amanecer (Hech 20, 11); aXQL tfj¡; aQtL
buch, s.v.)
ros frutos de Acaya saludó desde Corinto a wQU¡;, hasta el momento presente (1 Cor 4,
los cristianos de Roma (Rom 16, 5). 11); aXQL tÉA.OU¡;, hasta elfin (Heb 6,11; Ap aljJEubÍ)~, 2 apseudes dícese de quien no
La cultura griega no fue mencionada por Pa- aXQnóro achreio6 hacer inútil, (en voz 2,26). aXQL ituvÚtou, hasta la muerte (Ap 2, engaña, no miente, es fiable*
blo, pero las provincias de Macedonia y Acaya pasiva) hacerse inútil* 10; 12, 11) se entiende como la fijación de un En Tit 1, 2 dícese de Dios, que es sin men-
fueron para él países clásicos de misión. Rom 3, 12 (en cita de los Sal 13, 3 LXX; límite en el tiempo; pero aparece en sentido fi- tira; cf. MartPol 14,2. La predicación corres-
52, 4 LXX): Todos -tanto judíos como grie- gurado en Hech 22, 4, donde estas palabras ponde al pensamiento griego y al estilo hele-
B. Reicke gos- se hicieron inútiles (por el pecado). significan la intención que preside una acción: nístico-judío; cf. Bauer, Worterbuch, s. v. y
Pablo perseguía hasta la muerte el «camino» ThWNT IX, 597 con la nota 73; cf. también
(de la fe). No está totalmente claro lo que sig- Sab 7,17; Filón, Ebr 139.
'Axalxó~, olí Achaikos Acaico* aXQ1)(J'to~, 2 achrestos inútil, sin valor* nifica la expresión aXQL... vó¡.tou, hasta el es-
Nombre de un cristiano de Corinto, que En Flm 11 dícese de Onésimo, que «en otro tablecimiento de la ley (Rom 5, 13). Las pala-
junto con Estéfanas y Fortunato visitó a Pablo tiempo era inútil» para su amo, pero que ahora bras empleadas aquí por Pablo se refieren al aljJtv.a-o~, ou, ó <it)
apsinthos ajenjo*
en Efeso: 1 Cor 16, 17. «es de gran utilidad» (EvXQ110tO¡;) para él y tema de la ley, pero su pensamiento se orienta Ap 8, 11 (dos veces): masculino como nom-
para Pablo; sobre el juego de palabras cf. Herm hacia la fecha de la revelación de la ley por bre de una estrella, y femenino como nombre
(v) 3, 6, 7; en sentido parecido, (s) 9, 26, 4. medio de Moisés. La expresión aXQL toií de un líquido amargo en el que se trasforma
axáQuJ'to~, 2 acharistos desagradecido* Myou, hasta esta declaración (Hech 22, 22) una tercera parte de todas las aguas, cuando re-
Se emplea en Lc 6, 35 juntamente con :n:o- es la referencia a un momento determinado. suena el tercer toque de la trompeta. Por su sa-
vl1QoL, y en 2 Tim 3, 2 en un catálogo de vi- aXQt, aXQt~ achri, achris (partícula) hasta* bor amargo, ~ a'\jnvito¡;, artemisa (ajenjo), es
cios; cf. Sab 16,29; 4 Mac 9, 10. 3. Como conjunción, aXQL se asocia a veces imagen de la condenación y del juicio; cf. se-
1. Aparición de la partícula - 2. Como preposición -
3. Como conjunción - 4. En sentido espacial. con el relativo 01'í: hasta que (algo suceda) (Lc gún Aquila Prov 5, 4; Jer 9, 15; 23, 15; la LXX
21,24; Hech 7, 18; 27, 33; Rom 11,25; 1 Cor usa frecuentemente a'\jnvito¡; en expresiones
axnQo:7toí;'1'to~, 2 acheiropoietos no he- Bibl.: Bauer, W6rterbuch, S.V.; BlaB-Debrunner §
11,26; 15,25; Gá13, 19 [aXQL¡; 01'í]; Heb 3,13
cho por mano de hombre 21; 216, 3; 383, 1.2; 455, 3; Mayser, Grammatik 11/1, con 'ÜDrnQ :n:LxQóv, etc., o con XOA.~. BHH I1I,
268 nota 1; I1/2, 526: I1/3, 77; Schwyzer, Grammatik 1, [aXQL¡; 01'í, mientras]; Ap 2, 25 [aXQL¡; 01'í]). 2167; Haag, Diccionario, 33.
-> XELQo:n:oLl1tO¡;. 405,450,620, 840; 11, 313, 487, 533, 549s, 637, 640, aXQL, hasta, aparece sin relativo en Ap 7, 3, 15,
653, 657s. 8; 17, 17; 20, 3.5. aXQL (o1'í) aparece de ordi-
'AXi,. Achim Ajín [Aquim]* 1. aXQL con genitivo aparece en el NT un nario con aoristo de subjuntivo; lo encontra- al/'uxo~, 2 apsychos sin vida, inanimado*
Hijo de Sadoc y padre de Eliud en la gene- total de 45 veces y es especialmente frecuente mos con indicativo en Hech 7, 18; 27, 33; Ap En 1 Cor 14, 7 dícese de instrumentos mu-
alogía de Mt 1, 14 (dos veces). en los escritos lucanos (19 veces). En cambio 17, 17 (cf. BlaB-Debrunner § 383, 1 Y 2). sicales.
563 564 565 566

8; 17,5), es decir, de adorar a la bestia. El tenerse en cuenta también Ap 2, 24 como va-


lenguaje y el repertorio de imágenes están to- riante textual del Textus Receptus.
mados en gran parte de la manera de hablar
judía y del AT (sobre el «¡ay, ay!» de Ap 18, 2. Los ejemplos que aparecen en los evan-
10, cf. Is 21, 9). gelios se encuentran en marcos narrativos.
Búa.#. Baal Baal* para referirse en clave a la potencia mundial ~át}oe:; significa entonces la profundidad es-
En Rom 11, 4, en cita de 1 Sam 19, 18, apare- contraria a Dios, que aparece en los últimos 3. El testimonio del Apocalipsis acerca de pacial bien del terreno (Mc 4, 5 par. Mt 13, 5)
ce como el nombre (indeclinable) de la divi- tiempos, y cuyo derrocamiento es objeto de la Babilonia = Roma se halla dentro de una mar- o bien del agua (Lc 5, 4). Los textos paulinos
esperanza (así piensan 1 Pedro y Apocalip- cada tradición apocalíptica judía (cf. ApBar emplean ~át}oe:; en sentido figurado como la
nidad cananea ante la cual 7.000 hombres «no
sis). A causa de la experiencia histórica de Is- [gr] 67, 7; Sib V, 143, 158ss; MidrCant 1, 6; dimensión que lo abarca y lo sobrepasa todo:
han doblado su rodilla». En 2 Re 21, 3 Y pas-
rael, el concepto tenía siempre connotaciones Billerbeck I1I, 816). Esta tradición adquirió unas veces, referido al mundo y a la vida (cf.
sim va con el artículo femenino ~, porque en
negativas (Josefa, Ant X, 131ss; CD 1,6). Se importancia en el pensamiento del cristianis- Rom 8, 39; cf. también 2 Cor 8, 2); otras ve-
la lectura pública del texto el nombre de Baal
aplicaba a un enemigo político y a una ame- mo primitivo, después que el culto al empera- ces, referido a Dios o Cristo (cf. Rom 11, 33;
se sustituía por al.0xúvTJ; cf. BlaB-Debrunner
naza religiosa (Jer 50s; Ez 24). dor hubo exigido las primeras víctimas (cf. 1 Cor 2, 10; Ef 3, 18). Por ello, ~át}oe:; está
§ 53, nota 14; RGG 1, 805s; LThK 1, 1162s;
18, 24). especialmente indicado para enunciados do-
BHH 1, 173-175; Haag, Diccionario, 189s;
2. Mateo (1, 1-17) calcula que han trascurri- A. Strobel
LAW 425; RAC 1063-1113. xológicos, donde se emplea en antítesis con
do tres veces 14 generaciones desde Abrahán
ü'IjJoe:; (Ef 3, 18) o con ü'IjJw[.ta (Rom 8, 39),
hasta Cristo. La «deportación a Babilonia», de
pa{tp.tó~, oi), Ó bathmos nivel, rango, re- entre otros términos, en series enumerativas.
Bap".#.rov, rovo~, Babylon Babilonia* la que se habla técnicamente, designa el mo-
putación* Se acentúa la totalidad de la dimensión men-
mento crucial en que se pasa al último tercio.
1. Aparición del término en el NT - 2. Campo refe- En 1 Tim 3, 13 ~at}[.toe:; xaAóe:; quiere decir cionada. El plural ~át}TJ, que se usa única-
rencial - 3. En el marco de la historia de las tradicio- Dios, a pesar de la catástrofe de Israel, dio
que los diáconos que prestan buen servicio mente en 1 Cor 2, 10, acentúa una realidad
nes. Babilonia = Roma. cumplimiento a su promesa. La cita de Am 5, adquieren «buena reputación» en la comuni- pluridimensional (que puede ser negativa, es
Bibl.: R. Borger, en BHH 1, 177s; Ch. Brütsch, La 25-27 LXX en Hech 7, 43 es modificada al dad. El contexto excluye una interpretación decir, satánica, vg. en la variante textual de
e/arté de I'Apocalypse, Geneve '1966 (sub loco); Ch. final para que diga: «más allá de Babilonia» mística o filosófica (como la que da, por Ap 2, 24).
H. Giblin, Structural and Thematic Correlations in the (en vez de: «más allá de Damasco»). El tema
Theology of Revelation 16-22: Bib 55 (1974) 487-504; ejemplo, el CorpHerm XIII, 9: un nivel al-
K.-P. Jiirns, Das hymnische Evangelium. Untersu-
del destierro es un argumento importante en canzado en el viaje celestial del alma; Cle- 3. La expresión ~át}oe:; 'tfíe:; yfíe:;, una cons-
chungen zu Aujbau, Funktion und Herkunft der hym- las palabras de juicio que pronuncia Esteban. mente de Alejandría, Strom 11, 54, 5: un nivel trucción de genitivo formada a la manera del
nischen Stücke in der Joh Offenbarung (StNT 5), Gü- El anuncio profético de Amós fue sobrepasa- de gnosis). estado constructo hebreo, significa «terreno
tersloh 1971; H. Kraft, Die Offenbarung des Joh do incluso por la realidad.
(HNT), Tübingen 1974, 225-240; K. G. Kuhn, Ba- profundo». Mateo (13, 5) la tomó de Marcos,
BUAWV, en ThWNT 1, 512-514; W. Riillig, en BRL, En 1 Pe 5, 13 Babilonia es una clave apoca- pero no hizo lo mismo Lucas (8, 6), quien dio
líptica para designar el lugar en que se escri- pú{to~, o,,~, 'tó bathos profundidad*
26-29; E. Schüssler-Fiorenza, Religion und Politik in mayor concisión a la parábola y la hizo más
der Offenbarung des Joh, en Bibl. Randbemerkungen, bió la carta, a saber, Roma. En medio de 1. Aparición del término - 2. Significado - 3. Cam- pulida en su lenguaje.
FSf R. Schnackenburg, Würzburg 1974,261-272; S. aquella urbe mundial, enemiga de Dios, exis- po referencial.
Uhlig, Die Typologische Bedeutung des Begriffes Lc 5, 4 (material peculiar de Lucas) habla
Babylon: Andrews University Seminary Studies 12 te la comunidad «elegida juntamente con vo- Bibl.: H. R. Balz, Heilsvertrauen und Welterfah- de la profundidad del lago. La instrucción de
(1974) 112-125. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, sotros». rung (BEvTh 59), München 1971, 116-123; N. A. Jesús dice así: «¡Boga hacia alta mar!»
997s. También el Apocalipsis habla de Babilonia Dahl, Cosmic Dimensions and Religious Knowledge
(Eph 3, 18), en FS Kümmel, 57-75; P. Fiedler, Rom 8, En Rom 8, 39 Pablo habla de la «altura» y
1. El nombre de la ciudad de Babilonia (en =Roma (Ap 17, 1-19) como el centro y la en- 31-39 als Brennpunkt pln Frohbotschaft: ZNW 68 de la profundidad, juntamente con otros tér-
hebreo, babel) aparece 12 veces en el NT: carnación de la potencia mundial que es con- (1977) 23-34; H. Schlier, Bá{}o<;, en ThWNT 1, 515s; minos que expresan polaridad. Se piensa aquí
traria al cristianismo. En Roma tomó forma lo L. Schottroff, Der Glaubende und die feindliche Welt
cuatro de ellas, muy significativamente, en la (WMANT 37), Neukirchen-Vluyn 1970; H.-F. WeiB,
en el ámbito de los poderes terrenos y supra-
genealogía de Jesús (Mt 1, 11.12.17 bis), una que se había prefigurado ya en la Babilonia Untersuchungen zur Kosmologie des hellenistischen terrenos.
vez en Hechos (7, 43) Y otra vez en 1 Pedro histórica (cf. el v. 5, «misterio»). La manera und paliistinischen Judentums (TU 97), Berlin 1966; Como tecnicismo astronómico, ~át}oe:; de-
(5, 13), así como también seis veces en el Apo- estereotipada de hablar de la «gran» Babilo- V. van Zutphen, Studies on the Hymn in Rom 11, 33- signa a veces el espacio que queda debajo del
nia refleja el atributo helenístico de la gloria y 36, tesis Würzburg 1973. Para más bibliografía, cf.
calipsis (14, 8; 16, 19; 17,5; 18,2.10.21). El ThWNT X, 998. horizonte (Preisendanz, Papyri, 4, 575). En la
nombre es, pues, importante: a) en el marco majestad (pantokrator; cf. Dan 4, 27). En los Gnosis, Dios mismo puede ser el ~át}oe:;
de las ideas acerca del cautiverio babilónico tiempos del NT se recuerda todavía la antigua l. Las 8 veces que ~át}oe:; aparece en el (Hech, Tom 143; Hipólito, Ref VI, 30,7).
como él punto más bajo y el momento crucial grandeza de Babilonia (Estrabón XVI, 1, 5; NT se distribuyen entre los evangelios (3 ve- Pablo afirma que el amor de Cristo penetra
en la historia salvífica de Israel (así piensan Josefa, Ap 1, 128ss). Sobre Babilonia = Roma ces: Mc 4, 5 par. Mt 13, 5; Lc 5, 4) Y las car- por completo en ese espacio, de tal manera
Mateo y Hechos), b) como cifra apocalíptica cae la grave acusación de «fornicación» (14, tas paulinas (incluida Efesios: 5 veces). Debe que éste pierde su carácter amenazador. En la
567 ~á1'}o~ - BcxA.cxá¡.t 568 569 BUAuá¡.t - ~áA.A.w 570

doxología final, en Rom 11, 33, «la profundi- Textus Receptus 'ta ~átl-T]) en Ap 2, 24, para 2. Los testimonios del NT recogen la ima- ~állO) bailo arrojar
dad de las riquezas de la sabiduría y del cono- referirse a una herejía difundida en Tiatira (la gen rabínica acerca de este personaje. Ap 2,
cimiento de Dios» encierra sobre todo la idea herejía nicolaíta: H. Kraft, Offenbarung [HNT], 14 muestra a Balaán como el seductor con 1. Aparición del término en el NT - 2. Amplitud de
significados - 3. Sentido teológico - a) Mt 10, 34; Le
de la inagotable e inescrutable «plenitud» de sub loco; cf. 2, 6), que pretende poseer el co- quien pueden compararse los nicolaítas, posi- 12,49 - b) ~ánUl en sentencias de juicio - c) ~áAAUl
esa sabiduría y de ese conocimiento. En 1 Cor nocimiento de las profundidades de la Divini- blemente por razones etimológicas (baala' en el Apocalipsis.
2, lOse llega más hondo todavía, porque «las dad. Mediante la inversión sarcástica que ha- 'am = devorador del pueblo; así piensa Kraft
Bibl.: F. Hauck, ~ánUl, en ThWNT 1, 524s; F.
profundidades de Dios», escudriñadas única- ce el vidente, el conocimiento de esos herejes según bSan lOSa, en contra de Kuhn, 522, no- Stolz, Slk hi., en DTMAT 11, 1149-1153 (sobre los
mente por el Espíritu, se refieren aquí supre- se estigmatiza como el conocimiento de las ta 10). Porque, lo mismo que él (bLbax~ Ba- equivalentes del término en el AT).
mamente a los «profundidades insondables», profundidades de Satanás (--+ ~átl-oC; 3); en el Aaáfl- bLbax~ ['t<DV] NLXOAaLL<ÚV, vv. 15s),
las cuales son -como se ve claramente por el sentido de «muy de mañana» (oQtl-Qov ~a­ enseñan la fornicación, que aquí debe enten- 1. El verbo ~áAAW aparece 122 veces en el
contexto- el acontecimiento de la cruz. tl-ÉWC;) encontramos este término en Lc 24, 1. derse en sentido figurado, porque lo de <pa- NT (contando el adjetivo verbal ~AT]'tÉOV en
ydv dbwAótl-'U'ta xaL nOQv€uom ha de en- Lc 5, 38; pero sin contar ~áAAW en Jn 8, 7).
Según Hipólito, Ref Y, 6, 4, hay gnósticos que tenderse como hendíadis. Es decir, ellos no Corresponden 34 veces a Mateo, 18 a Marcos,
afirman que ellos son los únicos que conocen el ~atov, O\!, 'tó, bai'on rama de palmera* trazan una clara línea divisoria entre la ado- 19 a Lucas, 16 a Juan, 5 a Hechos, 1 a Santia-
~á1'}o~. Sobre ~á1'}o~ entre los valentinianos, cf. go, 1 a 1 Jn, y 28 al Apocalipsis.
Jn 12, 13: ~ata 't<DV <pOLvíxwv. Se trata de ración de Dios y la adoración de los ído-
Excerpta ex Theodoto, 29, y también EvYer 22,
25; 35, 15; 37, 8; 40, 26: «el Padre que llegó de lo un préstamo léxico del copto, que en realidad los (Kraft). Jds 11 y 2 Pe 2, 15 comparan con
hace superflua la adición del genitivo 'to)V Balaán a los falsos maestros; porque «se en- 2. Como ocurre en el griego en general,
profundo».
<pOLvíxwv; cf. BlaB-Debrunner § 6, con la no- tregan a su afán de ganancias» (cf. Jds 16; f3áAAW tiene también en el NT una amplísima
El peculiar testimonio de Efesios habla de ta 1. J. S. Hill, 'ta ~ata 'twv <pOLvíxwv (John Schelkle, 160). gama de significados:
~átl-oC; en 3, 18. Esta palabra se halla dentro 12; 13): Pleonasm or Prolepsis?: JBL 101 W. Radl a) El significado fundamental es arrojar
de una serie que, con estilo formulario y ple- (1982) 133-135. (Mt 3, 10 par.; 6, 30 par.; Jn 8, 59). Cuando
rofórico, menciona -por decirlo así- como Baláx Balak Balac* aparece este significado, no es raro que la pa-
magnitudes absolutas <<la anchura, la longura, En Ap 2, 14 dícese de Balac, rey de los mo- labra describa un suceso violento, sobre todo
la altura y la profundidad». El pasaje pretende Balaá~ Balaam Balaán [Balaam]* cuando el objeto de la acción verbal son per-
abitas, quien según Núm 22, 5ss quería que
expresar mediante un concepto cúbico y abs- sonas (cf., a propósito, Mc 9, 22.42 así como
Bibl.: W. F. Albright-Y. M. Grintz, en EJJ IV, 120- Balaán maldijera a Israel (--+ BaAaáfl). BHH
tracto de la totalidad del cosmos (cf. Ap 21, también la expresión d~ <p'UAax~v f3á.AA€LV
124; Billerbeck I1I, 7718, 793; H. Donner, Balaam 1, 192; Haag, Diccionario, 201.
16) la «plenitud de Dios» (cf. Ef 3, 19) sobre pseudopropheta, en Beitriige zur Alttestamentlichen [Mt 5, 25 par.; 18,30 Y passim]; cf., además,
la base del «amor de Cristo que sobrepasa to- Theologie, FS f W. Zimmerli, Gottingen 1977, 112-
~alláv'ttov, O\!, 'tó ballantion bolsa (del --+ 3.b).
do conocimiento». En la comunidad cristiana 123; H. Kraft, Die Offenbarung (HNT), Tübingen
1974,65; H. Karpp, en RAe 11, 362-366; K. G. Kuhn, dinero) * Al significado fundamental pueden añadir-
esa «plenitud» es perceptible y asimilable co-
BUAUá[!, en ThWNT 1, 252s; R. Rendtorff, en RGG 1, Este sustantivo aparece únicamente en Lu- se matices especiales. Así, por ejemplo, en-
mo organismo de vida. ~átl-oC;, que se halla
1290s; L. Rost, Fragen um Bileam, en Beitriige zur
caso Se emplea en Lc 10, 4, cuando Jesús en- contramos ~áAAW en expresiones como: tirar
significativamente al fin, se refiere conscien- Alttestamentlichen Theologie, FS.f W. Zimmerli, Got-
vía en misión a los 70 discípulos, ordenándo- algo o arrojarlo a los animales (Mc 7, 27 par.;
temente a lo «insondable» que hay en la glo- tingen 1977,377-387; K. H. Schelkle, Die Petrusbriefe.
les que no lleven consigo bolsa del dinero (fl~ Mt 7, 6), arrojar una red o un anzuelo (Mt 4,
rificación (cf. 3, 13) que se describe. Der Judasbrief, Freiburg i. Br. '1970, 160, 214s; L.
Sehmidt, Die alttestamentliche Bileamüberlieferung: ~ao'tá1;€'t€ ~aA.A.áv'tLOv, a diferencia de Mt 18; 13,47; 17,27; Jn 21, 6), dejar caer el fru-
A. Strobel BZ 23 (1979) 234-261. Para más bibliografía, cf. to (Ap 6, 13). Se emplea en voz activa para
10, 9; Mc 6, 8). En un doble lag ion, en Lc 22,
ThWNTX998. expresar la idea de «arrojar a alguien al lecho
35-36, que es probablemente pre-lucano, a
~(J:3ÍJvO) bathyno hacer profundo, llegar a aquellos que tienen (ó EXWV) bolsa, se les del dolor» (= de la enfermedad; Ap 2, 22); es-
1. La acción del adivino Balaán (en hebreo,
lo profundo* bil'am), quien primero maldijo a Israel, pero lue- permite «ahora» (aAAa vuv) que la lleven te sentido está relacionado con el empleo del
En Lc 6, 48 se habla en sentido absoluto de go tuvo que bendecirlo (Jos 24, 9s; Miq 9, 5), se consigo (aQá'tw), habida cuenta de lo inmi- verbo en perfecto de la voz pasiva para expre-
una persona que edifica una casa y antes cava encuentra ya condicionada en Núm 22-24 por la nente que es el tiempo de persecución; el v. sar que hay personas que yacen enfermas (Mt
hondo y echa los cimientos (eoxa'ljJ€v xaL historia de las tradiciones, y no debe considerarse 38 debe entenderse como el rechazo de un 8,6.14; 9, 2; Lc 16,20; cf. Mc 7,30). Otras
E~átl-'Uv€v). como una tradición uniforme (cf. 22, 20-22). En malentendido de los discípulos. En 12, 33 (Q) variaciones del significado fundamental son,
la tradición sacerdotal, Balaán aparece de manera por ejemplo: echar semilla sobre la tierra (Mc
enteramente negativa (Núm 25, 1; 31, 8.16; Jos Jesús exige a los discípulos que renuncien a
~aaÍJ;, 3 bathys profundo* los bienes terrenos, y para ello se sirve de la 4, 26), echar polvo al aire (Hech 22, 23),
13, 22). La tradición rabínica recrudece aún más
En sentido propio dícese de un pozo pro- este juicio: El seductor Balaán (bSan 106a) tiene imagen de las «bolsas que no se deterioran» arrojar agua de la boca (Ap 12, 15s). Del sig-
fundo (Jn 4, 11). En sentido figurado se habla «ojo envidioso, mente arrogante y alma codicio- (~aAA.áv'tLa fl~ naAaLo'Úfl€va) . ThWNT 1, nificado de tirar, echar de sí se trata en el
del profundo sueño (Hech 20, 9); de las pro- sa» (NúmR 20 [188 d ; cf. 189b], en Billerbeck, 793 523s; G. Schneider, Lukas (OTK), a propósito mandamiento ~áAE ano oou (Mt 5, 29s; 18,
fundidades de Satanás (en plural, 'ta ~atl-Éa, ó 771). de 22, 35s. 8s) y también en la combinación de palabras
571 572 573 574

~áAAELV eSw (Mt 5, 13; 13, 48; Lc 14, 35; Jn en Mt 10, 34, el anuncio de la aflicción escato- ~a3t'tí,~(J) baptizo bautizar* gionsgeschichtliche Problem von Rom 6, 1-11 (AT-
15,6 [-* b{.~áAAW]). Esta última expresión lógica (cf. Jeremias, Parábolas, 200s). Lucas, ~á:n:"tL(Jfta, a"to~, "tó
baptisma bautisrno*
hANT 39), Zürich 1962; A. J. M. Wedderburn, Bap-
por su parte, piensa probablemente en el fuego tism and Resurrection. Studies in Pauline Theology
significa en 1 Jn 4, 18 echar fuera/expulsar. ~a:n:"tWftó~, olí, ó baptismos lavarniento* against lts Graeco-Roman Background (WUNT 44),
del juicio que Jesús «traerá sobre la tierra» en ~á:n:"tw baptiJ surnergir* Tübingen 1987, 37-89, 269-392. Para más bibliogra-
b) Con frecuencia ~áAAW tiene sencillamen-
la parusía (cf. 3, 17; 17, 24.29s). El doble 10- fía, cf. ThWNT X, 998-1008.
te el significado de traer (Mt 10, 34 [-* 3.a]; 1. Aparición de los ténninos en el NT - 2. El bau-
gion de Lc 12, 49s, en analogía con 17, 24s, se
Jn 5, 7) o de poner (Mc 7, 33; Jn 20, 25.27; tismo de Juan - 3. El bautismo de Jesús y la actividad 1. Mientras que ~a:n:"ttl;w aparece 7 veces
refiere entonces a la relación interna entre la
Sant 3, 3; Ap 2, 24; 4, 10). de bautizar de los discípulos - 4. El bautismo de Jesús en Mateo (11 en el Textus Receptus de Ma-
futura función de Jesús en el juicio (v. 49) y su en su muerte - 5. El mandamiento de bautizar dado por
Aquí también encontramos gran variedad teo), 12 en Marcos, 10 en Lucas y 13 en Juan,
pasión, que ha de preceder necesariamente al el Resucitado (Mt 28, 19) - 6. El bautismo en Hechos
de matices: depositar dinero en un cofre, etc. - 7. El bautismo en el Corpus paulinum - 8. 1 Pe 3, 21
el mencionado verbo aparece 21 veces em
juicio (v. 50). Menos probable es que Lucas en Hechos, 2 en Romanos, 10 en 1 Corintios, 1
(Mc 12, 41ss par.; Mt 27,6; Jn 12,6) o po- - 9. Bált"to) y Bamw[!ó<;.
el v. 49 tenga a la vista la división de los espí- en Gálatas. ~á:n:"tw aparece tan sólo 4 veces
ner dinero en el banco (Mt 25, 27), echar vi-
ritus ocasionada por la proclamación de Cristo Bibl.: K. Aland, Die Siiuglingstaufe im NT und in der en el NT (Lc 16,24; Jn 13, 26a.b; Ap 19, 13).
no en los odres (Mc 2, 22 par.), llenar de alten Kirche (TEH NF 86), München '1963; M. Barth,
(vv. 51ss) o el derramamiento del Espíritu en ~á:n:'tLCJfta aparece 1 vez en Romanos (6, 4), 1
agua una palangana (Jn 13,5), derramar un- Die Taufe ein Sakrament?, Zollikon 1951; G. Barth,
Hech 2, 1ss en cumplimiento de lo que se dice El bautismo en el tiempo del cristianismo primitivo, en Efesios (4, 5), 1 en Colosenses (2, 12), y 1
güento sobre el cuerpo (Mt 26, 12), envainar
en Lc 3,16. Salamanca 1986; G. Beasley-Murray, Die christliche. en 1 Pedro (3, 21), mientras que este sustanti-
la espada (Jn 18, 11), sembrar en el huerto Taufe. Eine Untersuchung über ihr Verstiindnis in Ge- vo lo encontramos 10 veces en Lucas (Lc 3,
una semilla de mostaza (Lc 13, 19), sugerir b) Como expresión del acto de arrojar vio- schichte und Gegenwart, Kassel 1968; W. Bieder, Die
3; 7, 29; 12,50; 20, 4; Hech 1, 22; 10,37; 13,
una idea (Jn 13, 2), dar ocasión para el peca- lentamente, ~áAAúJ aparece con frecuencia en
Verheij3ung der Taufe im NT, Zürich 1966; O. Cull-
mann, Le Baptéme des enfants et la doctrine biblique 24; 18,25; 19, 3.4), 4 veces en Mateo (Mt 3,
do (Ap 2, 14), etc. sentencias de juicio. Como en Jn 15, 6, d~ :n:'UQ du baptéme, Neuchatel 1948; G. Delling, Die Zueig- 7; 20, 22.23; 21, 25) y 4 veces en Marcos (Mc
c) ~áAAW se usa en sentido intransitivo en ~áAAELV en las palabras del Bautista en Mt 3, nung des Heils in der Taufe, Berlin 1960; W. F. Fle- 1, 4; 10, 38.39; 11, 30). ~a:7t"tL(JftÓ~ se en-
Hech 27, 14: e~aAEv avqw~ = «sopló con 10 par. Lc 3, 9 es originalmente una simple mington, The NT Doctrine of Baptism, London 1948; cuentra 5 veces en el NT (Mc 7, 4.8; Col 2,
J. Jeremias, Hat die Urkirche die Kindertaufe geübt?,
fuerza un viento huracanado». imagen de la destrucción que ha de tener lugar Gottingen 21949; Id., Nochmals: Die Anfiinge der Kin- 12; Heb 6, 2; 9, 10).
en el juicio (cf. Jer 22, 7). Por el contrario, en dertaufe (TEH NF 101), München 1962; E. Klaar, Die
Mateo -* :n:líQ en 3, 10 = 7, 19 designa real- Taufe nach pln Verstiindnis (TEH NF 93), München 2. Si examinamos los relatos evangélicos
3. a) Entre los ejemplos del uso de ~áAAW que hablan sobre el bautismo de Juan (Mc 1,
mente el fuego escatológico del infierno. Se 1961; G. W. H. Lampe, The Seal ofthe Spirit. A Study
en los Sinópticos son de especial interés las in the Doctrine of Baptism ans Confirmation in the NT 2-6 par.), acerca de cuyo origen y significado
dos sentencias de ~A1tOV en Mt 10 34 Y Lc piensa también en el infierno, cuando se dice
and the Fathers, London 1951; F. J. Leenhardt, Le se debatió (Mt 21, 25; Mc 11, 30; Lc 20, 4),
12,49. que, en el último día, los que hayan caído bajo Baptéme Chrétien, son origine, sa signification (Ca-
la condenación divina serán arrojados a la -* hiers théologiques de l' Actualité Protestante, 4), nos sorprenderá: a) la actividad de Juan que
Según Mt 10, 34 (cf. Lc 12, 51), Jesús «no bautizaba con agua y asociaba su actividad de
yÉevva (Mc 9, 45.47; Mt 5, 29; 18, 9; cf. Lc Neuchatel 1946; P. Lundberg, La Typologie baptisma-
vino a traer paz a la tierra, sino la espada» (so- le dans l'ancienne Eglise (ASNU 10), Lund 1942; F. bautizar con la predicación del arrepentimien-
12,5), al «fuego eterno» (Mt 18, 8), al «horno
bre ~aAE¡;v ELQ'lÍVl]V cf. la expresión rabínica Martin, Le baptéme dans l'Esprit: NRTh 106 (1984) to (Mc 1,4; Lc 3, 3); b) las acciones del pue-
de fuego» (Mt 13, 42.50) o al «lago de fuego» 23-58; W. Michaelis, Die Sakramente im Johannes-
he(fl salom [MekEx sobre 20, 25; SifreNúm 42 blo y de los recaudadores de impuestos, que
(Ap 20, 15). Según Mateo (cf. 25, 41) y el evangelium, Bern 1946; P. Nepper-Christensen, Die
sobre 6, 26]). El sentido original podría ser que Taufe im Matthiiusevangelium: NTS 31 (1985) 189- acudían a Juan (Mt 3, 7) «para ser bautizados
Apocalipsis (19, 20; 20, 10.14), el mismo cas-
con la venida de Jesús no ha comenzado toda- 207; B. Reicke, The Disobedient Spirits and Christian por él» (Lc 3, 7.12; Mt 3, 5s; Mc 1,5); c) la
tigo se infligirá a Satanás y a todos los poderes
vía la paz mesiánica, sino que tiene que prece- Baptism (ASNU 13), Kopenhagen 1946; M. Rissi, Die esperanza del Bautista de que Dios responde-
enemigos de Dios. La idea esbozada y la ter- Taufe für die Toten (AThANT 42), Zürich 1962; G.
der antes el tiempo de aflicción escatológica ría al arrepentimiento con el don del perdón y
minología proceden de la apocalíptica judía Schille, Zur urchristlichen Tauflehre: ZNW 49 (1958)
(cf. Jeremias, Teología, 154ss, 280ss). Mateo 31-52; R. Schnackenburg, Das Heilsgeschehen bei der
de la purificación. Consecuentemente, cuando
(cf. Hen [et] 10,6; 54, 5s; 90, 24ss; 91, 9; 98,
aplica estas palabras a la división que se origi- Taufe nach dem Apostel Paulus. Eine Studie zur pln el pueblo y los recaudadores de impuestos
3; TestJud 25, 3).
na entre la gente por la actitud que cada uno Theologie, München 1950; U. Schnelle, Gerechtigkeit eran bautizados, reconoCÍan así la crítica que
adopta ante Jesús (vv. 35s; de igual manera en und Christusgegenwart. Vorpaulinische und pln Tauf- se había hecho contra su manera de vivir (Lc
c) El Apocalipsis suele emplear también theologie, Gottingen 1983; H. Schwarzmann, Zur Tauf-
Lc 12, 51ss). 3, 10-14) Y «daban la razón a Dios» (Lc 7,
~áAAW, arrojar, para describir fenómenos theologie des heiligen Paulus in Rom 6, Heidelberg
Se discute mucho sobre el sentido del 10- 1950; D. Smith, Jewish Proselyte Baptism and the 29). En el lado opuesto se hallaban «los fari-
apocalípticos; cf., a propósito, 12,4; 14, 19b; seos y los doctores de la ley». Puesto que no
gion de Lc 12,49 Y acerca de su relación con Baptism of John: Restoration Quarterly 25 (1982)
18, 21; 20, 3 y principalmente la descripción 13-32; E. Stommel, Christliche Taufriten und antike querían que Juan los bautizase, «rechazaban
el v. 50 (consúltense los comentarios sub loco de la aparición de las plagas escatológicas (8, Badesitten: JAC 2 (1959) 5-14; B. E. Thiering, lnner el designio que Dios tenía para ellos» y se
así como también G. Delling, Studien zum 5.7s), de la caída de Satanás (12, 9s.13) y del and Outer Cleansing at Qumran as a Background to
sustraían así al juicio salvífico de Dios, que
hellenistischen Judentum, Gottingen 1970, comienzo de la recolección del juicio (14, NT Baptism: NTS 26 (1979-1980) 266-277; Id., Qum-
ran lnitiation and NT Baptism: NTS 27 (1980-1981) iba dirigido hacia ellos (Lc 7,30).
245ss). En labios de Jesús, las palabras :n:'UQ 16.19a). 615-631; J. Thomas, Le Mouvement Baptiste en Pales- Mientras que Marcos establece un contraste
~A1tOV ~aAE¡;v E:n:L "ti]v yfjv podrían ser, como O. Hofius tine et Syrie, Gembloux 1935; G. Wagner, Das reli- entre el bautismo de Juan (un bautismo con
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agua) y el bautismo mesiánico (un bautismo 3. «Jesús se hizo bautizar por Juan en el son equiparados a las prácticas paganas. En ellos no son capaces ahora, a pesar su atrevi-
con el Espíritu Santo), sin mencionar el arre- Jordán» (Mc 1, 9). El Espíritu entonces llegó cambio, «yo y mis discípulos fuimos inmer- da expectativa (<<¡podemos!», v. 39a), serán
pentimiento (Mc 1,8), vemos que Mateo pre- sobre Jesús, no sobre el agua. La voz celestial sos en agua viva» (~e~á[l[le'fru EV ÜDuCH capaces de hacerlo en la nueva era, cuando se
senta, por un lado, al Bautista invitando al habló de Jesús como del Hijo predilecto, ~WaL). En solidaridad con sus discípulos, Je- derrame el Espíritu. Sufrirán juntamente con
arrepentimiento (Mt 3, ls) y habla, por otro quien como rey oculto (alusión a Is 42 y al sús da testimonio de que se está experimen- su Mesías, y experimentarán en todo ello algo
lado, de que el Bautista bautizaba en orden al Sal 2) estaba preparado para comenzar su mi- tando la salvación que ya se acerca: en tiempo de lo que es «el alma sumergida en tristeza»
arrepentimiento (v. 11). De esta manera ex- nisterio. En Lucas (3, 21.22) se acentúa la perfecto, de carácter profético, se proclama ('ljIvx~v Mn:U ~e~un:tL<J[lÉvr¡v, Libanio,
presa dos temas: 1) los que están dispuestos al solidaridad de Jesús con todo el pueblo metafóricamente la realidad del Espíritu, que Orationes, 64, 115) Y llegarán a ser de esta
arrepentimiento, se acercan al bautismo; 2) (<< ... cuando todo el pueblo y también Jesús se Jesús no reclama únicamente para sí. manera discípulos de Jesús. Los contextos en
los que se hacen bautizar, se atreven a dar un hizo bautizar») y se realza la oración de Jesús. Mateo y en Lucas indican que se entendieron
paso adelante hacia la expectación del arre- De esta manera, el bautismo se convierte para 4. En Lc 12, 50 Jesús utiliza la imagen del las intenciones del logion de Jesús: ambos
pentimiento como el don que es de Dios (cf. Jesús en «la preparación para la adoración» bautismo al que él tiene que someterse evangelistas dirigen su mirada hacia el minis-
Hech 11, 18; 5, 31). De esta manera escaparán (A. Schlatter, Das Evangelium des Lukas, (~án:tLa[lU De EXW ~un:tLa'frfjvm). Siente te- terio de testimonio que aguarda a los discípu-
del juicio de fuego que ha de efectuar el Me- Stuttgart '1960, 42). Para Lucas, el descenso mor cuando piensa en que se acerca el tiempo los, que de momento no entienden nada (Lc
sías (Mt 3, 11; Lc 3, 16). del Espíritu Santo en el bautismo es más im- de la Pasión, al que se compara con una inun- 12,42.51-53: Mc 1O,43s).
Es posible que Juan tomara del AT dos ide- portante que el bautismo mismo. En el mate- dación de tribulaciones por las que hay que
as: la idea de la purificación moral expresada rial peculiar de Mateo (Mt 3, 13-17), Juan de- pasar. Si Jesús «quedó sumergido en ella con 5. Es improbable que la forma más breve
en la imagen de la purificación con agua (Is 1, sea recibir de Jesús el bautismo del Espíritu. su alma» (t~V 'ljIvx~v E~un:tL~eto, Charito del texto (n:oQev'frÉvter; [lu'frr¡teúaute n:á-
l6ss) y la expectación de que Dios mismo Este deseo no le fue concedido al Bautista. Eroticus [ed. R. Hercher] 11, 48), es algo a lo
ejecutaría la gran purificación al fin de los Vtu tu E'frVr¡ EV téi> ÜVÓ[lUtL [lov, «id y haced
Con la orden: «¡Déjalo así ahora!» se requie- que no se puede responder claramente ni con discípulos de todas las naciones en mi nom-
tiempos (Ez 36, 25; Zac 13, 1). Juan conecta re a Juan para que administre a Jesús el signo un «sí» ni con un «no». Si se responde afirma-
estas dos ideas y las convierte en el urgente bre», citada varias veces por Eusebio, por
de la solidaridad con los pecadores. De esta tivamente, entonces el bautismo de la muerte ejemplo, en HistEccl I1I, 5, 2) sea la forma
llamamiento para apartarse del pecado y con- manera Jesús inició su camino, que le condu- se interpreta como una total inmersión huma-
vertirse a Dios, adoptando así una actitud mo- original en Mateo, porque Eusebio conocía
ciría hasta la cruz. Ahora bien, el bautismo de na en el más absoluto olvido de Dios (Mar-
ral positiva hacia la obra de juicio y de purifi- también seguramente la forma más extensa
Jesús no debe entenderse ni como símbolo de cos). Si se responde negativamente, entonces
cación que habría de realizar el Mesías. del texto con la orden de bautizar. No pode-
su muerte y resurrección ni como prototipo se siente la fuerza de aquellas palabras de la
En el evangelista Juan, el bautismo de Juan mos desligar de todo el contexto los versícu-
del bautismo cristiano. Porque es un aconteci- cruz trasmitidas por Lucas: «¡Padre, en tus
el Bautista, que es trasladado a Betania (1, 26; los finales de Mateo. Aunque ningún otro
miento singularísimo el hecho de que Jesús, manos encomiendo mi espíritu!» (Lc 23, 46;
cf. 10, 40), Y que se ve cuestionado (l, 26), evangelista presenta en sus partes auténticas
obediente y voluntariamente, emprenda la fa- cf., a propósito, 1. Wirsching, Lernziel Glau-
sirve de preparación para la aparición del Re- una orden de bautizar dada por Jesús, este si-
se inicial de su actividad mesiánica, consa- ben, Gütersloh 1976, 90-103). En contraste
velador (1, 31), el cual, como portador que lencio no habla contra la autenticidad de la
grándose por entero a la voluntad del Padre con las palabras del PapOxy 840, 30ss (cita-
es del Espíritu, bautizará con Espíritu Santo orden de bautizar que encontramos en Mateo.
que se le revela. das anteriormente), la imagen del bautismo se
(1, 33). El bautismo de Juan no trae la salva- El que, según las cartas paulinas y según
Desde esta perspectiva no es imposible su- refiere exclusivamente a Jesús: él recorre solo
ción, pero se contempla ya a la luz de la sal- Hechos, el bautismo se efectuara «en el nom-
vación que llega (3, 23: Eyyvr; "tOU ~uAeí,[l; poner que Jesús, en conexión con el bautismo su camino, en la expectación del juicio (n:uQ)
de Juan, autorizara inicialmente a sus discípu- que trae salvación, ese juicio que él trae y al bre de Jesús» es cosa que no contradice a la
Bieder, 52). fórmula triádica del bautismo, tal como se re-
El bautismo de Juan se parecía al bautismo los para llevar a cabo un exitoso (Jn 3, 26) mi- que se somete él mismo. No hay alusión al
nisterio de bautizar (Jn 3, 22; 4, 2), que, con bautismo cristiano. fleja en la práctica posterior de la Iglesia. La
de los prosélitos en que no se repetía. Pero, a
este acto simbólico, señalaba retrospectiva- Ahora bien, el bautismo de la muerte de Je- diferencia entre ambas fórmulas obliga al in-
diferencia del bautismo de los prosélitos, no
mente hacia el Maestro que había emprendido sús tiene también significación para el sufri- vestigador a preguntarse cuál fue el tenor ori-
tenía nada que ver con ninguna acción sacrifi-
cial. Mientras que la secta de Qumrán, que antes ese camino. Pero cuando Jesús fue a las miento que el discipulado entraña. En Mc 10, ginal de la orden de bautizar que, como su
Juan pudo haber conocido, se preocupaba de ciudades y las aldeas para predicar (Mc 1, 38. (cf. Mt 20, 22.23 C Koiné pm) Jesús pre- germen, hay que suponer que se halla detrás
unos cuantos privilegiados y exigía repetidos 37ss) y fue experimentando cada vez más la gunta a los hijos de Zebedeo si podrán some- de la fórmula triádica.
lavamientos, Juan se dirigía a la totalidad del resistencia de las multitudes, se hizo cons- terse al bautismo con que él ha de ser bautiza- La suposición de que el Resucitado no dio
pueblo, a fin de anunciarles -en un acto sim- ciente de la distancia que le separaba de los do. Casi siempre se relaciona este logion de ninguna orden de bautizar es un prejuicio nada
bólico- que una acción de Dios había puesto ritos del agua. Jesús con el martirio de los discípulos. Pero la crítico, íntimamente relacionado con la parti-
en marcha el final mesiánico, en el que podí- Encontramos testimonio de esto en el Pap predicción de Jesús en el v. 29 puede enten- cular interpretación que alguien dé de la resu-
an integrarse los que estuvieran dispuestos a Oxy V, 840, 30-34. Jesús entabla polémica derse también en relación con los sufrimien- rrección de Jesús. El Resucitado no surgió en
recibir el bautismo. con los ritos cultuales judíos del agua, que tos que entraña el discipulado: eso de lo que el interior de los discípulos como la imagen
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evocada de un recuerdo, sino que «él llegó a arrepentimiento, se les exhorta a que cada uno pués del derramamiento del Espíritu Santo mo en 6, 3s contiene tres elementos: 1) el
ellos» (:rrQO<JEA:{)-WV, v. 18). Así como el Resu- de ellos se haga bautizar, con la mirada pues- (10, 44.48). Si Dios hace que su Espíritu cai- bautismo une con la muerte de Cristo a los
citado, al llegarse a los discípulos, efectuó un ta en Jesús que había dado ese encargo, para ga sobre los que escuchan y creen, y hace que que son bautizados, hasta tal punto que la
movimiento hacia ellos, así también esperaba que reciban así el perdón de los pecados y el de esta manera tenga lugar el bautismo del muerte de Cristo es contemplada como la
de sus discípulos el movimiento de ponerse en don del Espíritu Santo, y sean incorporados a Espíritu (11, 16), entonces sería desobedien- muerte del que es bautizado; 2) el bautismo
camino: «¡Id!» (:rrOQEuttÉV'W;, v. 19). Se les la comunidad cristiana. El bautismo se con- cia rehusar el bautismo y tratar así de poner hace que el que es bautizado sea partícipe de
llama para que emprendan un viaje, a fin de vierte de esta manera en el signo del movi- impedimentos a Dios (10, 47), obstaculizando la sepultura de Cristo (<<sabemos que por el
que, juntamente con la llamada al seguimien- miento de conversión que se pone en marcha, el camino para que personas que han experi- bautismo hemos sido sepultados con Él en la
to, cumplan la orden de bautizar. El Resucita- ese movimiento por el cual el Señor hace que mentado al Espíritu den la respuesta histórica muerte»); 3) el bautismo hace que el que es
do se considera a sí mismo como el Rey con los individuos se incomporen a la comunidad, concreta de la fe aceptando el bautismo. bautizado consume el cambio decisivo a la
plenos poderes. Cree necesario hacer que se y hace que progrese la historia de la fe que ya Cuando en Filipos no sólo Lidia y el carce- nueva vida que él había iniciado con la fe, pa-
emplee el elemento del agua, que es un ele- había comenzado (Hech 2, 38s.41). lero, sino también «los de su casa» (16, 15), ra que desde ahora pueda caminar «en nove-
mento ambiguo en sí mismo, como signo de la «Hombres y mujeres» se hicieron bautizar «todos los de su familia» (del carcelero, 16, dad de vida» (6,4) Y pueda presentarse como
aceptación de una obligación por parte de los como una respuesta, llena de fe y confianza, a 33), se hicieron bautizar, entonces habrá que «nueva criatura» (2 Cor 5, 17).
que llegan a ser discípulos en el servicio obe- la proclamación del reino de Dios y a la pre- suponer que «aquellos que habían escuchado Según Gál 3, 27, aquellos que fueron «bau-
diente de la fe. dicación de Cristo, efectuada por el evange- la palabra de Dios» (16, 32) Y ningún otro tizados en Cristo, se han revestido de Cristo».
La fórmula triádica del bautismo, «en el lista Felipe en Samaría (Hech 8, 12). Cuando fueron los que se sometieron al bautismo. La De esta manera Cristo se presenta a sí mismo
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu también Simón el Mago se hace bautizar, «al conexión entre el oír, el creer y el bautismo se en el bautismo, con ocasión de la proclama-
Santo», interpreta una orden seguramente ori- ver las señales y los grandes actos de poder» acentúa también en el acontecimiento bautis- ción del perdón de los pecados, como la ves-
ginal: «¡Bautizad en mi nombre!». La expre- (8, 13), entonces queda claro que el acto del mal que tiene lugar en Corinto (18, 8). Con tidura protectora que los candidatos al bautis-
sión d~ 'to ovo¡.,ta corresponde al hebreo le bautismo como tal no es capaz de proteger estos antecedentes se comprende también el mo reciben cuando se han dado cuenta de su
sem, que requiere ser comprendida en sentido contra el error religioso. Por otra parte, no se pasaje post-lucano del final de Marcos, en el vergüenza.
causal y en sentido final (cf. W. Bietenhard, puede decir que los candidatos samaritanos al cual se habla de la conexión entre la fe y el Col 2, 12 enlaza con Rom 6, 4, pero enun-
en ThWNT V, 274s). En la interpretación bautismo, que habían comenzado con fe y bautismo, pero se da prioridad a la fe antes cia más claramente todavía que los bautizados
triádica de la fórmula cristológica del bautis- confesaban su fe, estuvieran desprovistos de del bautismo (Mc 16, 16; cf. Bieder, 207- son resucitados con Cristo en el bautismo (EV
mo, los intérpretes ven al Resucitado en co- todo don del Espíritu Santo (8, 6 ó¡.,tottu¡.,ta- 210). <p en el v. 12 se refiere a ~a:rr'tÍ,<J¡.,ta'tL, la va-
munión con el Padre, que reconoció a su Hijo Mv, cf. 2,46; 8, 8). Pero habían recibido «úni- Apolo, el antiguo discípulo de Juan que riante textual ~a:rr'tL<Jf14l carece de importan-
en el bautismo y que cuidará de los discípulos camente» el bautismo «en el nombre del Se- «conocía únicamente el bautismo de Juan», cia, cuando se la considera a la luz de la ex-
de él, les dará y los perdonará, los verá y los ñor Jesús» (8, 16) Y no había descendido aún hablaba tan «fervientemente en el Espíritu plicación), y ciertamente «por medio de la fe
oirá; y le ven también en comunión con el sobre ninguno de ellos el Espíritu Santo, en el (Santo)>> (18,25), que necesitó, sí, recibir más en la acción de Dios», por la cual ellos llega-
Espíritu Santo, con el que Jesús quiere que sentido de que, aparte del comienzo entusiás- instrucción de Priscila y Aquila, pero no el ron al bautismo.
sus discípulos estén equipados, y que hablará tico de su fe, seguían estando ciegos para co- bautismo cristiano de agua. Ahora bien, los 1 Cor 12, 13 testifica que el bautismo tuvo
como testigo por boca de los discípulos (Mt nocer la unidad del Espíritu que congregaba a doce discípulos de Juan en Efeso, que «habí- lugar en la esfera del Espíritu Santo (ev ÉVL
10,20). samaritanos y judíos. an sido bautizados en el bautismo de Juan» :rrvEú¡.,ta'tL), que crea armonía. Los que han si-
A diferencia de la escena de Samaría, en la (19, 3s), necesitaron recibir el bautismo cris- do bautizados reciben con ello al Espíritu San-
6. Según Hech 1,5 el lector espera el cese historia del bautismo que se desarrolla entre tiano (19, 5), porque no sabían nada preciso to como un don que fue prometido a todos (<<a
del bautismo de Juan, al que Lucas consideró Felipe y el eunuco africano, no se habla de la acerca del Espíritu Santo ni acerca de Jesús, todos se nos dio a beber de un Espíritu»), pa-
como la terminación de la época veterotesta- formación de una comunidad cristiana. El sino tan sólo que él era el que había de venir. ra que así puedan unirse al cuerpo de Cristo,
mentaria de la historia de la salvación y como texto original (excluido Hech 8, 37) no hace Pablo se hizo bautizar en Damasco (9, 18). en el que fueron incorporados.
el comienzo del ministerio de Jesús (Hech 1, referencia a la fe y no contiene ninguna con- Este bautismo se entendió como la aceptación En 1 Cor 10, 1-13 Pablo advierte contra un
22; 10, 37; 13, 24), Y espera también su rele- fesión explícita de fe. Sin embargo, la pregun- de la purificación de los pecados bajo la invo- abuso sacramentalista del bautismo, que con-
vo por el bautismo del Espíritu, es decir, por ta del eunuco (<<¡Mira, aquí hay agua! ¿Qué cación del nombre de Jesús (22, 16). duce a una falsa seguridad e impide la vida
el don escatológico de los últimos tiempos. Y, impide que yo sea bautizado?», v. 36) muestra obediente en la comunidad neotestamentaria
por eso, se siente uno tanto más sorprendido, la fe del candidato al bautismo. A continua- 7. Las preguntas que Pablo dirige a la co- del éxodo (cf. 10, 13). De esta manera Pablo
cuando escucha la exhortación de Pedro, diri- ción, Felipe realiza en él el acto del bautismo munidad de Roma en Rom 6, 1s, hace que los indica o bien que los israelitas en el Mar Rojo
gida a los que se sentían compungidos por el (v. 38). miembros de la Iglesia recuerden que ellos obedecieron a Moisés y pasaron a través del
dolor del arrepentimiento (Hech 2, 37), Y ve En la historia de Comelio, y a diferencia de (cf. Rom 5, 12-21) experimentaron un cambio agua (<<se hicieron bautizar en Moisés», v. 2),
que a los que habían dado ya el paso hacia el la escena de Samaría, el bautismo viene des- de dominio. La afirmación referente al bautis- o bien que, a su paso por el Mar Rojo, la sal-
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medio de sus tormentos, pide a Abrahán que a otros. Vivía vida ascética, ayunaba, «no co-
vación les fue concedida por Dios, cuando ten a encaminar de tal manera la voluntad ha-
envíe a Lázaro «para que moje la punta de su mía alimento (corriente) ni bebía vino» (Lc 7,
fueron bautizados por orden de Moisés (<<fue- cia Dios y hacia la comunidad, que, en ora-
dedo en agua y refresque mi lengua». 33). Vestía un manto y una prenda interior te-
ron bautizados», 10, 2). En contraste con esto, ción a Dios y en confesión de fe ante los hom-
W. Bieder jida de pelos de camello, sujeta a la cintura
Pablo afirma que el bautismo muestra poder bres, comiencen a vivir como la militia
con un ceñidor de cuero (J. Jeremias: ThWNT
salvador únicamente en cuanto es renuncia a Christi (4, 1) Y como testigos frente a un am-
11, 938s), pareciéndose así al profeta Elías. El
la desobediencia, cuando el que es bautizado biente hostil. De esta manera demuestran que
~á3ttt(JJta, a'to~, 'tó baptisma bautismo probablemente no se consideraba a sí mismo
deja que le llamen al «sí» concreto de la obe- ellos, como los ocho que fueron redimidos en
--+ pa:rt'tL~w. el Elías que había de venir, sino que, como
diencia. la generación de Noé (avtí:t'U:rtov no significa
«profeta del Altísimo» (Lc 1, 46), no preten-
Cuando Pablo comenta que él bautizó úni- aquí «imagen contraria» sino «imagen corres-
día ser otra cosa que la anónima «voz que cla-
camente en situaciones excepcionales en Co- pondiente»), tienen que proclamar «ahora» la ~a3ttt(JJtó~, olí, Ó baptismos lavamiento ma en el desierto» y que preparaba el camino
rinto (1 Cor 1, 14.16.17), no está menospre- redención con su palabra y con su vida (2, 9- --+ pa:rt'tL~w 1.9.
para Jesús, que había de venir a bautizar en
ciando así el bautismo, sino que lo coordina 12) antes del fin inminente.
fuego.
con la manera en que se efectúa la proclama-
9. pa:rt'tw¡.tó~, lavamiento, inmersión (Mc ~a3ttt(J'tÍJ~, olí, Ó baptistes Bautista*
ción del evangelio. La administración del 2. Juan sobrepasaba a todos «los nacidos
bautismo fue delegada en otros para que no 7, 4.8; en Mc 7, 4 pa:rt'tLOOlV'taL aparece en Bibl.: M. Bachmann, Jahannes der Tiiufer bei Lu-
lugar de Qav'tLowv'taL en Koiné D E> pI, dan- kas: Nachzügler ader Varliiufer, en FS Rengstarff, de mujer» (Mt 11, 11 par. Lc 7, 28 v.l.), por-
surgiera una falsa vinculación entre el bauti- que con él terminaba el período de la ley y los
do a pa:rt'tL~w el significado de pá:rt'tw; lo 1980, 123-155; J. Becker, Johannes der Tiiufer und
zado y el bautizador (1, 13 .15), Y para que así Jesus von Nazareth (BStN 63), Neukirchen-Vluyn profetas (Lc 16, 16). Por ser el mensajero que
mismo sucede en Lc 11,38) se emplea en Heb 1972; O. Bocher, Johannes der Taufer in der ntl.
el discipulado, que tiene sus raíces en la cruz preparaba el camino del Mesías (Mt 11, 10),
9, 10 para referirse a los lavamientos o ablu- Überlieferung, en Rechtfertigung, Realismus, Univer-
de Cristo, conservara su única orientación le- experimentó -juntamente con aquel a quien él
ciones rituales que se efectuaban en el judaís- salismus in biblischer Sicht. FS f A. K6berle, Darms-
gítima. tadt 1978, 45-68; Id., Johannes der Tiiufer (I/Il), en anuncÍaba- la hostilidad de los enemigos del
mo, mientras que la expresión pa:rt'tLo¡.twv
Por eso, un solo bautismo (Ef 4, 5), junta- ~h()axfí~ (Heb 6, 2) se refiere a la instrucción TRE XVII, 172-181; W. H. Brownlee, John the Bap- reino de Dios (Mt 11, 12; cf. G. Schrenk:
mente con un solo Espíritu, un solo Señor, tist in the New Light of Ancient Scrolls, en K. Sten- ThWNT 1, 608ss). A pesar de todo, el menor
en la que a los candidatos al bautismo se les dahl, The Scrolls and the NT, New York 1957, 33-53;
una sola fe y un solo cuerpo, son testimonio enseñaba la diferencia entre el bautismo cris- en el reino de los cielos es mayor que él (Mt
R. B. Gardnee, Jesus' Appraisal of John the Baptist,
de que hay un solo Dios. De esta manera, el tiano y las abluciones rituales que se practica- Würzburg 1973; P. H. Menoud, en BHH, 871s; A. 11, 11), porque el Bautista se halla todavía
bautismo estimula al creyente a vivir en la ban en el judaísmo y en el paganismo. En su Oepke, ~a:rtTL(J't1ÍC;, en ThWNT 1,544; J. A. T. Robin- fuera de la realización escatológica.
unidad, que es dada (4, 3) y que es objeto de son, The Baptism of John and the Qumran-Commu- Juan entró en conflicto con Herodes Anti-
«fe en Dios» (6, 1), ellos han recibido el bau-
la esperanza (4, 13). nity: HThR 50 (1957) 175-191; A. Schlatter, Johannes
tismo con miras a los ministerios que se espe- der Tiiufer, Barcelona 1956; W. Wink, John the Bap-
pas, cuya mujer Herodías logró que el tetrarca
El bautismo vicario «por los muertos», en 1 ran y se exigen individualmente de ellos me- tist in the Gospel Tradition, Cambridge 1968. Para decapitara al Bautista (Mc 6, 24 vl.25 par. Mt
Cor 15, 29, no requiere examen detallado, diante la distribución del Espíritu Santo en la más bibliografía, cf. ThWNT X, 998-1008. 14, 8). Juan tenía discípulos (Mt 11, 2 par. Lc
porque en este pasaje Pablo se refiere a una «imposición de las manos» (cf. 2, 4). Como 7, 18), a quienes envió desde la prisión para
costumbre existente en Corinto y que él no 1. pa:rt'tLO't'IÍ~ es un término formado espe- que preguntaran a Jesús, invocando la autori-
resultado de ello, los cristianos cuya fe está
aprueba. Emplea un argumento que le permi- cialmente y aplicado de manera exclusiva a dad del maestro que los había enviado, acerca
amenazada por la apostasía, pueden aprender
te combatir a los que niegan la resurrección Juan (--+ 'Iwávvl']~), el precursor de Jesús. El de «aquel que había de venir» (Lc 7, 20). Más
de nuevo a tomar en serio su bautismo con el
haciéndoles incurrir en contradicción entre la término sugiere la extraordinaria sensación tarde, esos discípulos darían sepultura a su
claro conocimiento del sentido de su «lava-
teoría y la práctica. miento» cristiano (6, 1-6). que debió de causar la aparición en público de maestro, que había sido decapitado (Mc 6, 29
En Jn 13, 26, a diferencia de Mc 14, 20 y este hombre. Con esta designación judeo- par. Mt 14, 12). Cuando algunos dijeron que
8. En el marco de la confesión universal de Mt 26,33, Jesús designa al traidor con las pa- griega se indica cuál fue la actividad particu- Jesús (Mc 8, 28; Lc 9, 19) o el Hijo del hom-
fe en Cristo (1 Pe 3, 19.22) y frente a adver- labras: «Es aquel a quien daré el bocado que lar de Juan: como Bautista, él no es simple bre (Mt 16, 14) era Juan el Bautista (Mc 8, 28
sarios amenazadores (3, 14), se recuerda a los voy a mojar». «El manto empapado en san- testigo del bautismo, que está alIado y obser- v.l. PU:rt'tL~ov'ta), parece en ese caso que las
cristianos cuáles son los fundamentos de una gre» (Ap 19, 13, sobre las diversas variantes va cómo otros se sumergen en el agua; ni es expectaciones escatológicas habían sido tras-
tampoco un «predicador de virtudes» (como feridas al Bautista. Cuando Herodes (según
alocución, instrucción o liturgia bautismal (cf. textuales cf. J. Massyngberde Ford, Revelation
los comentarios) que contiene la única defini- [ABJ, 320s) se comprende sobre el trasfondo piensa Josefo; cf. Menoud). Sino que es el Mt 14, 2) creyó reconocer en la actividad de
ción del bautismo que hallamos en el NT: el de Is 63, 1-6. El autor trató de interpretar la proclamador, lleno de autoridad, del juicio y Jesús al Bautista que había resucitado de en-
bautismo no es un medio automáticamente del arrepentimiento (Mt 3, 1), que sumerge a tre los muertos, esta noticia nos permite ver la
«guerra de exterminio contra las naciones» con
eficaz de purificación, sino que es la acción ayuda de imágenes más claras y aplicando la otros en el bautismo y les da instrucciones so- impresión que causaba el Bautista, incluso
bre cómo deben comportarse (Lc 3,10-14). El después de su muerte. Siguió siendo respeta-
divina de salvación que se pone en marcha idea del sumo sacerdocio a la sangre de Cris-
Bautista no se bautizó a sí mismo, sino que do y apreciado como el Bautista hasta por los
«mediante la resurrección de Jesucristo» (v. to y de los mártires (H. Kraft, Offenbarung
-en contra de toda la tradición judía- bautizó discípulos de Jesús (Mt 17,13). Mientras que
21), y por la cual las personas se comprome- [HNT], 249). En Lc 16, 24 el hombre rico, en
589 590
587 588

BaQaxí.a;, O\l Barachias Baraquías* (bibliografía); J. Jüthner, en RAC r, 1173-1176; Id.,


el pueblo creía que Jesús era Elías que había pre-marquina acerca de la Pasión (Dormeyer, Hellenen und Barbaren (Erbe der Alten Welt 9), Leip-
Mt 23,35 (par. Lc 11,51 D sy', etc.), en una zig 1923; O. MicheJ, LX'Ín(hl~, en ThWNT VII, 448-
vuelto (Mt 16, 14), Jesús reconoció en el Bau- Pesch) o si Marcos sincronizó con la Pasión
adición redaccional a los ayes que Jesús pro- 451; E. Pax, en LThK 1, 1235; W. Speyer-1. Opelt:
tista a Elías que había regresado (Mt 17, 12). un relato de contraste, originalmente indepen-
nuncia contra los escribas y fariseos por la JAC 10 (1967) 251-290; H. Windisch, ~áQ~aQo~, en
Con la aceptación de esta tradición acerca de diente y que no tenía nada que ver con los ThWNT 1, 544-551. Para más bibliografía, cf. ThWNT
persecución y muerte que habían dado a los
Jesús, la comunidad primitiva confesaba su fe acontecimientos que condujeron a la muerte X, 1008.
en la mesianidad de Jesús. de Jesús, sino que se refería a un incidente justos y los profetas, menciona a Baraquías
W. Bieder que habría tenido lugar más tarde (tal vez en como padre de un tal Zacarías, que fue muer- 1. ~áQ~aQo~ aparece 6 veces en el NT; de
los vv. 6-8.11.15a; así piensan Schenk, Schnei- to en el templo, y a quien se menciona como ellas, 2 veces en Hech (28, 2.4 como sustanti-
der, Schenke). el último en la lista de homicidios que co- vo), 3 veces en Pablo (Rom 1, 14 como sus-
~á:7t'tro bapti5 sumergir
menzó con el asesinato de Abel. Mateo se re- tantivo; 1 Cor 14, 11 [bis] como adjetivo o
--+ ~ajC'd~(() 1.9.
2. Mateo fue el que más reelaboró el texto firió quizás al profeta Zacarías, quien según como sustantivo) y 1 vez en Col 3, 11.
de Marcos, haciendo de él un verdadero epi- Zac 1, 1.7 era hijo de Baraquías. Un mártir
BaQa~~ti;, ti Barabbas Barrabás sodio en la historia que condujo a la condena llamado Zacarías, hijo del sumo sacerdote Yo- 2. La onomatopeya de la palabra (duplicación
de Jesús. En él el pueblo judío es responsable de la sílaba inicial) conduce al sentido básico de
Bibl.: A. Bajsic, Pilatus, Jesus und Barabbas: Bib yadá, fue muerto en el templo según 2 Crón
que bárbaro es «quien habla tartamudeando y pro-
48 (1967) 7-28; BilIerbeck 1, 1031; J. Blinzler, Der de la decisión fundamental. Esta versión es 24,20.21, de forma parecida a como se refie- nuncia sonidos ininteligibles». De ahí el término
Prozej3 Jesu, Regensburg 41969, 301-320; S. L. Da- un texto clave para la formación de un antiju- re en Mt 23,35; lo menciona el EvNaz 17.
vies, Wo is called Bar Abbas?: NTS 27 (1980-1981) pasó a designar a todo el que no habla griego y es
daísmo cristiano. También Lucas, que abrevia Probablemente Mateo, lo mismo que la tradi- considerado, por tanto, entre los griegos como un
260-262; D. Dormeyer, Die Pass ion Jesu als Verhal-
tensmodell, Münster i. W. 1974, 179-186; R. Dunker- notablemente la escena y sugiere la idea de un ción judía (Bíllerbeck 1, 940-943), identificó extranjero (cf. especialmente Estrabón XIV, 2,
ley, Was Barabbas also Called Jesus?: ET 74 (1962- intercambio de prisioneros, hace que los judíos al Zacarías de 2 Crón (mencionado en su Bi- 28; Herodoto n, 158, refiriéndose a los egipcios;
1963) 126s; Haag, Diccionario, 205s; R. C. Nevius, actúen en general de tal manera, que ellos blia como el último testigo de sangre [Biller- también el Sal 113, 1, LXX refiriéndose a los
A Reply: ET (1962-1963) 255; H. FrankemoIle, Jah- aparecen finalmente como los autores respon- egipcios, que, desde el punto de vista de Israel,
webund und Kirche Christi, Münster i W. 1974,202- beck IV, 422] junto a Abel, ¿el primero?) con
sables de la crucifixión (cf. Hech 3, 13-15), hablaban una lengua extraña). La expresión pau-
204; M. Hengel, Die Zeloten, Leiden 1961, 347s; H. el profeta Zacarías y por este motivo indicó lina "En1]vE~ xai. ~áQ~aQoL (Rom 1, 14) es
Z. Maccoby, Jesus and Barabbas: NTS 16 (1969- sin que Pilato pudiera adoptar ninguna deci- que el nombre de su padre era Baraquías. Es muy corriente (cf., por ejemplo, Platón Theaet,
1970) 55-60; M. Herranz Marco, Un problema de sión. Un tenor parecido tiene el breve relato posible que aquí se haga referencia a Zacarías,
crítica histórica en el relato de la pasión: la libera-
175a) y significa, desde una perspectiva griega, el
de Jn 18, 39s. Barrabás no llega a ser asesino hijo de Barisceo/Baruc, que fue asesinado en conjunto de todos los pueblos. Eventualmente se
ción de Barrabás: EstE 30 (1971) 137-160; R. Pesch,
Das Markusevangelium 11, Freiburg i. Br. 1977,459- y delincuente sino en Lucas y en Juan: un el templo por los zelotas (Steck). Bauer, Wor- acentúa entre los griegos la igualdad natural de
468; W. Schenk, Der Passionsbericht nach Markus, punto de vista que no puede atribuirse a Mar- terbuch, s.v.; S. A. Blank: HUCA 12 (1937- todos los hombres (especialmente Antifón, Fragm.
Berlin 1974, 246-249; L. Schenke, Der gekreuzigte cos. Se discute si el adjetivo frd(J'Y][lo~, «fa- 1938) 327-346; BHH 1,217; I1I, 1636s; O. H. 44, 2, IOss).
Christus, Stuttgart 1974, 42-51; G. Schneider, Die moso», añadido al nombre de Barrabás en Mt Después de las guerras médicas, ~áQ~aQo~ se
Pass ion Jesu nach den drei iilteren Evangelien, Mün- Steck, Israel und das gewaltsame Geschick fue refiriéndo no tanto a la nacionalidad sino más
chen 1973, 94-104; W. Trilling, Das wahre Israel, 27, 16, tiene o no sentido peyorativo (se deci- der Propheten (WMANT 23), Neukirchen- bien a la formación y la cultura. El cosmopolitis-
München '1964, 66-75; R. Walker, Die Heilsge- de por la afirmativa Walker, y por la negativa, Vluyn 1967, 33-40; en el índice analítico, s. v. mo fue imponiéndose sólo con grandes dificulta-
schichte im ersten Evangelien, Gottingen 1967, 46- Trilling). En el mismo versículo, Mateo (según des. Los romanos lograron ocupar un puesto entre
48; S. Wibbing, en BHH 1, 196s. Sacharja ben Bariscaeus / ben Jojada.
los testimonios del texto de Cesarea) añade los "EA.A.1]VE~, pero sólo a costa de una creciente
al patronímico Barrabás el nombre de «Jesús» H. Balz
1. Barrabás (en arameo, bar 'abba' = hijo he1enización. En 2 Mac 2, 21, los judíos conside-
del padre/maestro) era un patronímico bastan- (--+ '1'Y](Joij~ 3.b), que desde luego resultaba ran ~áQ~aQOL a los «extranjeros» sirios. Según
te común (Billerbeck). Según Mc 15,7.11.15, harto familiar para los lectores. La mayoría de ~áQ~aQo;, 2 barbaros dícese de quien Arist, 122, desde el punto de vista del judaísmo
los copistas consideran esta variante textual habla una lengua que no se entiende (que helenístico, se habla de 1:0 ... ~áQ~aQov para re-
un tal Barrabás (de quien no sabemos nada ferirse a todo lo que es extranjero e inculto (cf.
por fuentes ajenas al NT) fue encarcelado por como escandalosa y la suprimen (Orígenes, In no es la lengua griega) y de quien es ex-
más detalles en Windisch, 547-549).
los romanos, tal vez a pesar de ser inocente, Matth., sub loco: «¡Un pecador no puede lla- tranjero e inculto; sustantivo: no griego,
juntamente «con sediciosos que habían come- marse Jesús!»; cf. GNTCom, 67s). bárbaro* 3. Hech 28, 2.4 emplea el término ~áQ­
tido un asesinato en la insurrección» (el artí- W. Schenk 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado ~aQoL, entendido en sentido nacional y políti-
culo presupone que el suceso era conocido) y entre los griegos y los judíos - 3. Significado en el NT. co, para referirse a los habitantes de Malta (la
era candidato del pueblo para beneficiarse de BaQáx Barak Barac* Bib!.: Bauer, W6rterbuch, s. v. (bibl.); N. A. Dahl, en mayoría de lengua púnica) que demostraron
la amnistía (así parece indicarlo el ó AEyÓ- Nombre indeclinable de un héroe de Israel BHH 1, 197s; H. Dorrie, Die Wertung der Barbaren im «extraordinaria amabilidad» hacia los que
[lEVO~ que precede). Pilato, en una última ju- después de los tiempos de la conquista (Jue 4, Urteil der Griechen. Knechtsnaturen? Oder Bewahrer iban en la nave que había encallado junto a
gada, que resultó inútil, quiso aprovecharse 6ss), quien, como Gedeón, Sansón, Jefté, Da- und Künder heilbringenden Weisheit?, en F. S. H. E.
Stier, Münster i. W. 1972, 146-175; Th. Hermann,
sus costas. Seguramente, la alusión está formu-
de aquella ocasión para quitarse de encima el vid, Samuel y los profetas, actuó movido «por lada por el autor desde el punto de vista del
Barbar und Skythe. Ein Erkldrungsversuch zu Kol 3,
asunto de Jesús. Se discute si el episodio es la fe»: Heb 11,32. LThK 1,1235; BHH 1,197; 11: ThBI 9 (1930) 106s; L. Huber, en LAW, 433-435 cosmopolitismo de los primeros cristianos, y
originalmente parte integrante de la tradición Haag, Diccionario, 204.
591 592 593 ~aºE(J) - Baºva~a<; 594

pretende decir: los bárbaros no se diferencian habitantes de la costa africana de Somalia y das?) que son capaces de atenderlas. ThWNT BaQlrovd Bariona Barjonás*
de los griegos sino por el lenguaje. de parte de Etiopía, y por LXÚ{)-'Y]~ a un pue- 1,556; DTNT 1, 224s; BlaB-Debrunner § 101, Nombre de un mago judío (en arameo, bar
blo del norte (Hermann, 106s; cf. Jüthner, He- nota 12. yana; cf. Jon 1, 1): Mt 16,17. Ahora bien, se-
3. Según Rom 1, 14, la misión apostólica llenen, 54ss, 143s: cf. también Michel, 450, gún Jn 1,42; EvHeb 9, Simón es hijo de Juan;
H. Balz
de Pablo está dirigida a todos los pueblos, con la nota 11). cf., no obstante, TRE I1I, 603s. Bauer, W6r-
"EAA'Y]aLv 'tE xal. ~aQ~áQoL~, idea que se re- ~áQ~aQo~ aparece con su sentido original terbuch, s. v. (bibliografía); B. Alger: Scriptu-
coge a continuación inmediata hablándose de en 1 Cor 14, 11 (dos veces) para designar a paQÉro; bareos (adv.) pesadamente, con re 12 (1960) 82-92.
aocpoL~ xal. &.VOlÍ'tOL~. Por tanto, ~áQ~aQOL quien habla una lengua extraña e incompren- dificultad*
significa aquí -en buen griego- los que no sible, y también -desde el punto de vista del Mt 13, 15; Hech 28, 27 (ambos lugares son
son de origen griego ni poseen la cultura grie- BaQvapd;, d Barnabas Bemabé*
hablante- a quien no la comprende. citas de Is 6, 10 LXX): 'tOL~ wal.v ~aQÉ(J)~
ga. A los romanos, destinatarios de la carta, se fíxouaav, «apenas oían con sus oídos», es Bibl.: P. Benoit, La deuxieme visite de S. Paul a Je-
los incluye seguramente entre los "EAA'Y]VE~. H. Balz rusalem: Bib 40 (1959) 778-792; H. Conzelmann,
decir, «no querían oír». Geschichte des Urchristentums, Gottingen '1971, 52,
En concreto, lo de ~áQ~aQOL se referirá en- 140s; H. Evans, Barnabas the Bridge-Builder: ET 89
tonces a los españoles, a quienes Pablo se (1977-1978) 248-250; B. Gartner, Paulus und Barna-
propone visitar en su proyectado viaje misio- paQÉro bareo abrumar, oprimir, cargar* bas in Lystra. Zu Apg 14, 8-15: SvEA 27 (1962)83-
BaQ-3oAOJlaio;, O\) Bartholomaios Bar-
nero. En conexión con su misión universal de En el NT el verbo se emplea sólo en senti- 93; E. Haenchen, Die Apostelgeschichte (KEK), Got-
tolomé* tingen 71977 (cf. índice, en el vocablo Barnabas); W.
evangelizar a los gentiles (los l!{)-v'Y]), Pablo do figurado y en voz pasiva: Mt 26, 43 (par.
Del aramaeo bar talmay (cf. 2 Sm 3,3). Es Radl, Das «Apostelkonzil» und seine Nachgeschichte,
acentúa -con sorprendente prudencia- su de- Mc 14, 40 C Koiné e, etc.) en el relato de
el nombre de un discípulo/apóstol del círculo dargestellt am Weg des Barnabas: ThQ 162 (1982) 45-
recho a predicar también el evangelio en Ro- Getsemaní, donde se dice que los párpados 61; C. H. Talbert, Again: Paul's Visits to Jerusalem:
de los doce. Bartolomé aparece únicamente
ma (v. 15). Ahora bien, en 1, 16, con la fór- estaban cargados; en Lc 9, 32, en el relato de NovT 9 (1967) 26-40.
en las listas sinópticas de los doce (Mc 3, 18
mula 'IoubaLq> ... xal. "EAA'Y]VL, Pablo nos la trasfiguración, el verbo se usa juntamente
par. Mt 10, 3 / Lc 6, 14) Y en la lista de los 1. En el NT, el nombre de Bemabé aparece
hace ver que para él, que es un buen judío, no con iíJtvq> para decir que los discípulos esta-
apóstoles en Hechos (1, 13). En los Sinópticos en 1 Cor 9,6; Gál 2, 1.9.13 Y Col 4, 10, y lo
tiene importancia ninguna la distinción tradi- ban «profundamente dormidos»; en Lc 21, encontramos también también 23 veces en He-
se le menciona en sexto lugar, después de To-
cional entre griegos y no griegos. Así que lo 34, el verbo se emplea en la amonestación a chos. Bemabé es el sobrenombre del levita ju-
más y Mateo; en Hechos, en séptimo lugar,
de "EAA'Y]V se refiere aquí en sentido amplio a no dejar que los corazones se emboten por la dío José, de Chipre (Hech 4, 36). Su interpre-
después de Tomás y antes de Mateo. Por su
todo el que no es judío. disipación, la embriaguez, etc.; Lucas aquí se tación como «hijo de la consolación» (Hech 4,
posición junto a Felipe, se le ha identificado a
En relación con el bautismo, Col 3, 11 enu- hace eco, seguramente, de aquella manera de 36) es problemática (cf. Haenchen, 228). Ni
menudo -desde el siglo IX- con Natanael (Jn
mera en una serie formularia cuatro pares de hablar tan conocida: «cargado de vino», y la las cartas ni Hechos indican el verdadero sig-
1, 45). Según Eusebio, HistEccl, Bartolomé
términos, a saber, "EAA'Y]V xal. 'IoubaLo~, lue- aplica al peligro de embotarse y cargarse con nificado de este nombre.
llevó a la India el evangelio hebreo de Mateo.
go JtEQL'tO[.L~ xal. &.xQo~ua'tLa, en tercer lugar los placeres y las preocupaciones de este Como judío de la diáspora que se había
U. Holzmeister, Nathanael fuitne idem ac S.
se mencionan (yuxtapuestos) ~áQ~aQo~, mundo (pero ~aQÉúl se entiende de otra ma- asentado en Jerusalén, Bemabé aparece como
Bartholomaeus Apostolus?: Bib 21 (1940) 28-
LXÚ{)-'Y]~ y, finalmente, boiíAO~, EAEÚ{)-EQO~. nera, por ejemplo, en Ex 7, 14 LXX). El ver- un cristiano que, aunque no pertenece al cír-
39: RGG 1, 898s; BHH 1,201; Haag, Diccio-
Las antiguas diferencias y tensiones han que- bo ~aQÉúl lo utiliza Pablo no para valorar si- culo de los dirigentes helenistas de esta ciu-
nario,206. dad, sin embargo establece el contacto con la
dado suprimidas entre aquellos que han llega- no para enunciar unos hechos: en 2 Cor 1, 8
do a ser nuevas criaturas, a imagen de su Cre- habla de la aflicción que experimentó en Asia, nueva comunidad de Antioquía, después de la
ador (vv. 8-10). Los dos primeros grupos se donde se sintió abrumado sobremanera y más persecución de los helenistas. Desde ese pun-
BaQI1)CJoií Bariesou Barjesús*
refieren a la oposición entre judeocristianos y allá de sus fuerzas (ÚJtEQ búva[.LLv), de forma to se convierte, juntamente con Pablo, en uno
Nombre de un mago judío (en arameo, bar
de los más importantes misioneros que evan-
paganocristianos. En los grupos siguientes que su vida corrió peligro; en 2 Cor 5, 4 habla yesua ') a quien Bemabé y Saulo (según Hech gelizan a los gentiles (cf. Hech 11,22-26; 13,
(en contra de la opinión de Windisch, 550) se de los gemidos de quienes se sienten abruma- 13, 6) encontraron en Pafos (Chipre), en el en-
dos (~aQoÚ[.LEVOL en sentido absoluto), por- 1-14,28; 1 Cor 9, 6). Como «enlace entre los
mencionan barreras nacionales y, finalmente, torno del procónsul Sergio Paulo (v. 7), y que, dos grandes centros» (Conzelmann, 52), Ber-
sociales. Estas barreras han perdido todo su que quieren librarse de su cuerpo terreno, pe- según el v. 8, se llamaba también ---+ 'EAú[.La~. nabé trae a Jerusalén el fruto de una colecta
sentido para la Iglesia. ~áQ~aQo~ se refiere ro al mismo tiempo quieren revestirse del BaQL'Y]aoií es la lectura de p" Sin 181 242 Vg (11, 30), tal vez sin Pablo (cf. Benoit; Haen-
entonces, como de ordinario, a las personas cuerpo celestial (vv. 2s), es decir, se refiere a y otros; la forma helenizada -oií~ aparece en B chen, 77,364; piensa de otra manera Talbert).
que no son de origen griego, mientras que quienes, bajo el peso de la existencia actual, C E 33 Y otros; el acusativo -oiív, en A D2 H L En el concilio apostólico, las «columnas» lle-
LXÚ{)-'Y]~ alude a un pueblo especialmente ex- aguardan la parusía. El término se usa en sen- Y otros; -ouav, en D*; -uam, en d; -ou[.La, en gan a un acuerdo con Pablo y Bemabé (Gál 2,
traño (cf. Josefo, Ap 11, 269). Otros pretenden tido general en 1 Tim 5, 16: a la comunidad no syrP ; para más detalles, cf. GNTCom sub loco. 1.9) como «representantes de la comunidad
entender también antitéticamente el tercer par hay que imponerle la carga de cuidar de las BHH 1, 196; Haag, Diccionario, 208. ---+ antioquena» (Haenchen, 449). En la disputa
de la serie, entendiendo por ~áQ~aQoL a los viudas que tienen parientas creyentes (¿ viu- 'l'Y]aoií~ 3.e. sobre la comunión de mesa con los pagano-
595 596 597 Baºaa~~a~ - ~aaav¡¡;(ú 598

cristianos (GáI2, 11-21), Bernabé Uuntamente griega) en sentido figurado. En Mt 20, 12 se Bernabé y Silas acompañó a Pablo, cuando se cho o es muy precioso, diciendo que «cuesta
con Pedro) se opone probablemente a Pablo, habla de to ~áQo~ tfj~ ~!tÉQa~ para referirse encargaron de llevar el decreto del concilio un montón».
como permite sospechar el ulterior silencio de al peso del trabajo que ha durado todo el día; apostólico de Jerusalén a Antioquía (Hech 15,
Gálatas. en Hech 15, 28 se habla de la carga de los 22: cf. v. 27; según el v. 22, Barsabás ocupaba ~a(Javí.~ro basaniziJ torturar, atormentar*
preceptos legales (cf. 15, 10 EJn{tELvm ~u­ un puesto dirigente en Jerusalén; según el v. 32 ~aaavLa!tó~, oi}, 6 basanismos el acto de
2. Según Hechos, Bernabé sirve de media- yóv, cf. también 1 Mac 8, 31 y, por ejemplo, era :rtQoCPtít'l']~, lo mismo que Silas). BHH 1,
dor entre los apóstoles y Pablo. Contraria- torturar, de ser torturado*
Abot 3, 5 y passim, refiriéndose al «yugo de 200; 11, 903; Haag, Diccionario, 206. ~aaavLOttí~, oi}, ó basanistes verdugo, tor-
mente a lo que se dice en Gál 1, 18s, Pablo es
la ley»), unos preceptos que se limitan al mí- turador*
presentado a los apóstoles por Bernabé, poco
nimo necesario; cf. Ap 2, 24. BaQ'tl,.aio;, ov Bartimaios Bartimeo* ~áoavo~, OU, ~ basanos tormento, tortura*
después de la conversión de aquél (9, 27).
En Gál 6, 2 Pablo exhorta a que los unos Probablemente del arameo bar (imay. Es el
Bernabé llega a Antioquía (11, 22) «como ins- Bibl.: W. Mundle, ~áoavoc;, en DTNT IV, 299s;
lleven las cargas de los otros (cf. Diogn 10, patronímico de un mendigo ciego que estaba Schneider, ~áoavoc; X'tA., en ThWNT 1,559-561.
pector oficial» en nombre de los cristianos de
Jerusalén (Conzelmann, 66). Trasmite tam- 6). Según el v. 1 se trata principalmente de la a la orilla del camino, y a quien Jesús curó
bién a Pablo la preocupación por mantener los ayuda que hay que prestar a los hermanos que cuando se marchaba de Jericó (Mc 10, 46). 1. De las 12 veces que el verbo ~aaavL~Ú)
lazos con la comunidad madre. En el envío de han caído, acción por la cual los :rtvEu!tatLx.oL Marcos presenta primeramente al ciego Barti- aparece en el NT, 5 corresponden al Apoca-
la colecta a Jerusalén (11, 30; 12, 25), en la demostrarán sus verdaderos dones espiritua- meo traduciendo al griego su patronímico por lipsis (9, 5; 11, 10; 12,2; 14, 10; 20, 10), 3 a
misión en Chipre y en Asia Menor (13, 1.2. les. Dentro de una perspectiva más amplia, la 6 ULO~ TL!taLou. Desde Wellhausen (Das Mateo (8, 6.29; 14, 24), 2 a Marcos (5, 7; 6,
7.43.46.50; 14, 12.14.20) Y en relación con el expresión tU ~áQ'l'] se refiere globalmente a Evangelium Marci, Berlin '1909, 85) se sos- 48), 1 a Lucas (8, 28) y 1 a la segunda Carta
concilio apostólico (15, 2 bis.12.22.25 y fi- las amenazas que pesan sobre la existencia pecha que el arameo (imay o -tL!taLo~ es una de Pedro (2, 8). ~aaavLa!tó~ aparece única-
nalmente en el v. 35), se menciona siempre cristiana, una circunstancia en la que el «pneu- abreviación de «Timoteo»; cf. Bauer, Worter- mente 6 veces (Ap 9, 5 bis; 14, 11; 18, 7. 10.
juntos a Bernabé y a Pablo, un total de 17 ve- mático» debe llevar su propia carga (v. 5). buch, s.v. (bibliografía); BHH 1,201; sobre 15). ~aaaVLattí~ es hapax legomenon en el
ces, unidos casi siempre los nombres con la Contrasta con esto el sentido «profano» de ~á­ paralelos judíos cf. Billerbeck 11, 25. NT (Mt 18, 34); ~áaavo~ aparece en Mt 4,
conjunción x.aL Claro que después de 13, 7 QO~ en 1 Tes 2, 7 (ev ~áQEL eLvm), donde se 24 y en Lc 16,23.28.
-en 13, 9 «Saulo» se convierte en «Pablo»- entiende como peso, prestigio: el peso de una ~aQ"vro baryniJ cargar un peso 2. ~aaavL~Ú) y ~áaavo~ pueden referirse
Pablo es mencionado siempre en primer lugar autoridad que Pablo, como apóstol de Cristo, Lc 21, 34; Hech 3, 14; 28, 27; 2 Cor 5, 4, al dolor físico o al hecho de infligir dolor físi-
(exceptuando 15, 12.25). Pablo aparece ahora habría podido reclamar para sí. siempre como v.l. co. Este dolor acompaña a la enfermedad (Mt
como el principal responsable y portavoz. En 2 Cor 4, 17 Pablo establece un contraste 4, 24). Por él es atormentado atrozmente el
Bernabé queda relegado a segundo plano y a entre sus sufrimientos actuales, que son cosa criado del centurión (Mt 8, 6). El hecho de
veces se convierte casi en «figura decorativa» ~aQ";' 3 barys pesado, importante, difícil,
ligera en comparación con el alwvLOv ~áQo~ que este término pueda referirse a dolores fí-
(H. Conzelmann, Apostelgeschichte [HNT] a cruel *
6ó~'l']~ que es fruto de los sufrimientos. ~á­ sicos especialmente intensos, lo vemos por la
propósito de 14, 12). Lucas convirtió el con- El término se encuentra 6 veces en el NT,
QO~ es aquí la imagen del peso de una cosa; mujer del Apocalipsis, que es atormentada
flicto acerca de cuestiones de principio (Gál apareciendo en sentido propio en Mt 23, 4 pa-
alwvLO~ contrasta con :rtaQautLx.a. Los sufri- por dolores de parto (Ap 12,2). Pero el térmi-
2, 13), que puso fin a la colaboración entre ra referirse a cargas pesadas; en sentido figu-
mientos actuales, que tienen un peso ligero, rado dícese de las partes de mayor peso, más no puede referirse también a los dolores espi-
Pablo y Bernabé (que se había desarrollado producen un gran peso de gloria eterna o una rituales: la conducta malvada de los sodomi-
con éxito), en un conflicto personal (Hech 15, importantes, de la ley (Mt 23,23); de «graves
plenitud de gloria eterna (cf. Rom 8, 18). acusaciones» (Hech 25, 7); de las cartas de tas hace que el justo Lot se sienta deprimido
36.37.39), a saber, en un conflicto ocasionado (2 Pe 2, 7) Y se vea atormentado en su alma
ThWNT 1,551-554; BHH 11,1050; J. G. Stre- Pablo, que son de peso, importantes Uunto a
por Juan Marcos, quien -según Col 4, 10- era (2, 8). El verbo tiene un sentido más general,
lan: JBL 94 (1975) 266-276; DTNT 1, 224s. laxuQaL), por contraste con la apariencia per-
primo de Bernabé. Después del concilio apos- cuando la barca de los discípulos es azotada
tólico, Bernabé desaparece por completo de la H.Balz sonal de Pablo (2 Cor 10, 10); de los manda-
mientos de Dios, que no son difíciles de cum- por las olas levantadas por el viento contrario
escena. Ya ha desempeñado en lo esencial su (Mt 14, 24) o los discípulos mismos, en su
oficio de mediador. A este respecto, Hechos plir (1 Jn 5, 3); en la imagen de los lobos malos,
crueles, que destruyen a la comunidad (Hech empeño por remar, son atormentados por el
no es sólo un libro acerca de Pedro y Pablo, BaQ(Ja~~ci;, ci Barsabbas Barsabás* viento que les es contrario (Mc 6, 48). Si el
sino también acerca de Bernabé. Del arameo bar sa' ba' (<<hijo del anciano») 20,29). ThWNT 1,554-556; DTNT 1, 224s.
texto de Mc 6, 48 no lo entendemos en voz
W. Radl o bar §eba' (<<hijo del sábado»). Es el patro- pasiva sino en voz media, entonces el pasaje
nínimo de: 1) José, por sobrenombre el Jus- ~aQ"n,.o;, 2 barytimos muy caro, muy nos indica que los discípulos se atormentaban
~áQo;, ov;, 'tó baros carga, peso, (pleni- to, que entró en el sorteo, pero no fue elegido precioso* a sí mismos en su afán desesperado por remar.
tud) * sucesor de Judas (Hech 1, 23; Eusebio, Hist En Mt 26, 7 dícese del óleo para ungir (v.l. Precisamente porque ~aaavL~Ú) y sus deri-
En el NT este término se emplea 6 veces y Eccl 1, 12, 3 lo considera como uno de los se- :rtOA:útL!tO~; cf. Jn 12,3); de manera parecida, vados expresan una intensidad especial de tor-
siempre (como es frecuente en la literatura tenta discípulos (Lc 10, 1); 2) Judas, que con se habla coloquialmente de lo que cuesta mu- mento, se emplean cuando el tema de que se
599 ~aaavL~úl - ~aaLAeLa 600 601 602

trata es el castigo eterno escatológico o en el tes» als biblischer Zentralbegriff: EvTh 30 (1970) Reich Gottes: ZNW 27 (1928) 163-193; P. Wolf, Ge-
pa(JaVt(J'tÍ)~, olí, Ó basanistes verdugo, 642-670; A. Kretzer, Die Herrschaft der Himmel und richt und Reich Gottes bei Johannes und Jesus, en
más allá, que ha de tener lugar después deljui- torturador die Sahne des Reiches, Stuttgart-Würzburg 1971 (so- Gottesherrschaft und kommendes Reich (FS A. Vag-
cio. Así, por ejemplo, el hombre rico se en- bre Mt); W. G. Kümmel, Verheifiung und Erfüllung, tle), Stuttgart 1975,43-49. Para más bibliografía, cf.
-+ ~aoaví,~úl.
cuentra en tormentos, es decir, en el Hades Zürieh '1956; Id., Die Naherwartung in der Verkündi- ThWNT X, 1008-1014.
que es el «lugar del tormento» (Lc 16, 23.28). gung Jesu, en FS Bultmann, 1964,31-46; G. E. Ladd,
Eternamente serán atormentados los adorado- pá(Javo~, OU, Í) basanos tormento, tortura Jesus and the Kingdom, London 1966; E. Lohse, Die 1. La gran mayoría de las 162 veces que
-+ ~aoaví,~úl. Gottesherrschaft in den Gleichnissen Jesu: EvTh 18 ~aOLAda aparece en el NT, la palabra se ha-
res de la bestia (Ap 14, 10), lo mismo que el (1958) 145-157; T. Lorenzmeier, Zum Logion Mt 12, lla en la frase ~aOLAda WU 'frEOU (o ~aOL­
diablo, la bestia y el falso profeta (Ap 20, 10). 28; Lk 11, 20, en FS Braun, 289-304; G. Lundstrom,
paO"tAEta, a~, Í) basileia reino, reinado The Kingdom of God in the Teaching of Jesus, Edin- Ada 'twv oUQavwv o ~aoLAda 'tOU 3ta'tQÓ~)
Y también el tormento que ha de caer sobre la
burgh-London 1963; F. W. Maier, Jesus - Lehrer der y la encontramos en los evangelios sinópti-
ramera Babilonia es la retribución por su cul- 1. Visión de conjunto - 2. En el lenguaje profano - Gottesherrschaft, Würzburg 1965; 1. Maiseh, Die cos. «Reino de Dios» es una expresión típica
pa (18, 7.10.15). El tormento es espiritual, 3. «El reino de Dios» - a) según Jesús - b) en Marcos Botschaft Jesu von der Gottesherrschaft, en Gottes-
- e) en Mateo - d) en LueaslHechos - e) en Juan - f) en del «lenguaje de Cristo», es decir, de la mane-
porque va asociado con el temor y la aflicción, herrschaft und kommendes Reich (FS A. Vagtle),
los demás escritos - 4. «El reino de Cristo». ra de hablar de Jesús y de las comunidades
y también físico (<<será quemada en el fuego», Stuttgart 1975, 27-48; J. Mareus, Entering into the
Kingly Power of God: JBL 107 (1988) 663-675; O. que se formaron siguiéndole a él. El poder
18, 8). En general el tormento del más allá o Bibl.: s. Aaalen, «Reign» and «House» in the
Kingdom ofGod in the Gospels: NTS 8 (1961-1962) Merk, Das Reich Gottes in der lukanischen Schriften, impresionante de este «lenguaje de Cristo» lo
tormento eterno se describe plásticamente en en FS Kümmel, 201-220; H. Merklein, Die Gottes-
215-240; A. Ambrozie, The Hidden Kingdom, Wa- sugiere el hecho de que, en textos más tardí-
los lugares citados mediante fenómenos de ar- herrschaft als Handlungsprinzip, Würzburg 1978: Id.,
shington 1972 (sobre Me); E. Bammel, Erwagungen os, se halla simplemente el término ~aoLAda
dor abrasador o de fuego. Mt 8, 29, por lo me- zur Eschatologie Jesu: StEv 3 (1964) 3-32; W. Bar- Jesu Botschaft von der Gottesherrschaft. Eine Skizze
(SBS 111), Stuttgart 1983; R. Otto, Reich Gottes und para designar obviamente al «reino de Dios»
nos, entiende el tormento con que los demo- clay, Der Kanig und se in Reich, Kassel 1970; G. R.
Beasley-Murray, Jesus and the Kingdom of God, Exe- Menschensohn, Münehen '1954; M. Pamment, The (algo de veras inconcebible en la literatura ju-
nios se sienten atormentados por la presencia
ter 1986; J. Beeker, Das Heil Gottes, Gottingen 1964, Kingdom of Heaven According to the Frist Gospel: día). Y así lo vemos especialmente en Mateo,
de Jesús o por la orden que él les da de salir NTS 27 (1980-1981) 211-232; N. Perrin, The King-
197-217; F. Beisser, Das Reich Gottes, Gottingen pero también en Lucas, Hebreos y Santiago.
(Mc 5, 7s; Lc 8, 28s) como una anticipación 1976; H. Bietenhard, Das tausenjahrige Reich, Zürieh dom of God in the Teaching of Jesus, London 1963;
Id., Was lehrte Jesus wirklich?, Gottingen 1972, 52-
Principalmente en textos tardíos se habla de
prematura (desde el punto de vista de los de- '1955; O. Camponovo, Kanigtum, Kanigsherrschaft
119; Id., Jesus and the Language of the Kingdom, diversas maneras de la ~aOLAda de Cristo (-+
monios) de su castigo eterno. También los ver- und Reich Gottes in der frühjüdischen Schriften, Fri-
bourg-Gottingen 1984; B. D. Chilton, God in Strength. London 1976; A. Polag, Die Christologie der Logien- 4). En contraste con esto, son relativamente
dugos a quienes el amo de la parábola hace en-
Jesus' Announcement of the Kingdom (StNTU Ser. quelle, Neukirehen-V1uyn 1977,48-59; K. H. Sehel- raros los textos del NT en los que la ~aOLAda
trega del siervo despiadado, simbolizan en BIl), Freistadt 1979; H. Conzelmann, en RGG V, 912- kle, Kanigsherrschaft Gottes: BiLe 15 (1974) 120- no se refiere a Dios o a Cristo (-+ 2).
realidad el castigo escatológico (Mt 18, 34). 918 (bibliografía); Id., El centro del tiempo, Madrid 135; J. Sehlosser, Les dits du «Regne de Dieu» dans
Por el contrario, cuando ~aoaví,túl des- 1974, 165-180 (sobre Le); J. Copens-J. Carmignae y les logia de Luc et de Matthieu, tesis StraBburg 1973-
2. En el griego profano, oscila el significa-
otros, Regne de Dieu, en DBS X, 1-199; O. Cullmann, 1974; K. L. Sehmidt, ~aOlM1J~ %'1:t... (E), en ThWNT
cribe la actividad de los dos profetas escatoló- 1,576-593 (bibliografía); W. Sehmithals, Jesus und die do del término entre un sentido funcional
Kanigsherrschaft Christi und Kirche im NT, Zollikon
gicos con respecto a los habitantes de la tierra 31950; Dalman, Worte, 75-119; G. Dautzenberg-H. Weltlichkeit des Reiches Gottes, en Jesus Christus in -soberanía real, monarquía, dignidad real,
(Ap 11, 10), no se piensa en el castigo después Merklein, (eds.), Zur Geschichte des Urchristentums, der Verkündigung der Kirche, Neukirehen-V1uyn oficio de rey- y el sentido geográfico de rei-
del juicio. Con la renovación de las plagas de Freiburg i. Br. 1979, 11-32; Ch. D. Dodd, Las parábo- 1972,91-117; R. Sehnaekenburg, Reino y reinado de no. También el hebreo malkut puede signifi-
Egipto (11, 6), se atormentará a la gente para las del Reino, Madrid 1974; H. Flender, Die Botschaft Dios, Madrid 1967; H. Sehürmann, Das Zeugnis der
Redenquelle für die Basileia- Verkündigung Jesu, en J.
car no sólo «soberanía real» sino también
inducirla al arrepentimiento. De manera se- Jesu von der Herrschaft Gottes, Münehen 1968; H.
Frankemolle, Jahwebund und Kirche Christi, Münster Delobel (ed.), Logia, Uiwen 1982, 121-200; Id., Got· «reino» (KBU s. v.). Los dos matices se ha-
mejante, las nubes de langostas precederán al 1974,264-173 (sobre Mt); E. GraBer, Die Naherwar- tes-Reich . Jesu Geschick. Jesu ureigener Tod im Licht llan representados también en el NT: algunas
día del juicio, para que atormenten con sus pi- tung Jesu, Stuttgart 1973; Id., Zum Verstandnis des seiner Basileia-Verkündigung, Freiburg i. Br. 1983, es- veces se habla de un reino (por ejemplo, Mt
caduras (9, 5) durante cinco meses, es decir, Gottesherrschaft: ZNW 65 (1974) 3-26; Id., Ta peri pecialmente 21-152; Spicq, Notes, Suppl 88-92.98- 4, 8; Mc 6, 23; 13, 8; Ap 16, 10), Y otras ve-
tes basileias (Apg 1,6; 19, 8), en FS Dupont, 709-725; 103; P. Stoekmeier, Herrschaft, en RAC XIV, 877-
por tiempo limitado, a quienes no lleven en su 936; A. V. Strom u. a., Herrschaft Gottes - Reich ces, de soberanía real (por ejemplo, Lc 19,
frente el sello de Dios. Según el contexto am- J. Gray, The Biblical Doctrine of the Reign of God,
Edinburgh 1979; E. Haag, Gottes Herrschaft und Gottes, en TRE XV, 172-244; W. Trilling, Das wahre 12.15; Ap 1,6; 17, 12). En algunos casos no
plio (cf. 9, 20s), lo que se pretende es inducir Reich im AT: IKZC 15 (1986) 97-109; J. Hiiring, Le Israel, Münehen 31964, 143-154; Ph. Vielhauer, Got- se puede decidir qué alternativa es preferible
a la gente al arrepentimiento. La comparación Royaume de Dieu et sa venue, Neuehatel-Paris 21959; tesreich und Menschensohn in der Verkündigung Jesu, (por ejemplo, en Mt 12, 25s). Esto origina
de este tormento con el que causan los escor- G. Haufe, Reich Gottes bei Paulus und in der Jesus en FS G. Dehn, Neukirehen-Vluyn 1957, 51-79; M.
VOIkel, Zur Deutung des «Reiches Gottes» bei Lukas:
problemas de traducción, porque reino (en
piones (9, 5) indica de nuevo su intensidad (la Tradition: NTS 31 (1985) 467-472; M. Hengel, Die
Zeloten, Leiden 21976, 93-114, 308-315; M. Hengel- ZNW 65 (1974) 57-70; J. WeiB, Die Predigt Jesu vom alemán, Reich) no incluye el sentido funcio-
picadura de los escorpiones es muy dolorosa). A. M. Sehwemer (eds.), Kanigsherrschaft Gottes und Reiche Gottes, Gottingen 31964; A. Weiser, «Reich nal, y reinado (en alemán, Herrschaft) no de-
himmlischer Kult (WUNT 55), Tübingen 1991; R. Gottes» in der Apostelgeschichte, en FS Schneider, nota el sentido geográfico de «dominios de la
W. Stenger 127-135; H. Wenz, Theologie des Reiches Gottes. Hat
Hiers, The Historical Jesus and the Kingdom of God, corona».
Gainesville 1974; E. Jüngel, Paulus und Jesus, Tübin- Jesus sich geirrt?, Hamburg 1975; T. Wieser, King-
dom and Church in Luke-Acts, tesis Union Theol.
pa(JaVt(J"ó~, olí, Ó basanismos el acto gen '1972; W. Kelber, The Kingdom in Mark, Phila-
Sem. New York 1962; S. G. Wi1son, The Gentiles and 3. El reino de Dios (= RD): a) según Jesús.
delphia 1974; J. D. Kingsbury, Matthew: Structure,
de torturar, de ser torturado Christology, Kingdom, London 1976; B. Klappert, en the Gentile Mission in Luke-Acts, Cambridge 1973, Para la mayoría de los investigadores, el origen
-+ ~aoaví,túl. DTNT IV, 70-82 (bibliografía); G. Klein, «Reich Got- 59-89; H. Windiseh, Die Sprüche vom Eingehen in das y el contenido central de la proclamación de Je-
603 604 605 606

sús, en su totalidad, están determinados por el ciona más informaciones sobre los períodos y zantes de Jesús acerca del RD. En Jesús, es- del reino de Dios como hablan los rabinos
RD, incluso en textos donde no aparece el térmi- las etapas. pecialmente en sus milagros, el futuro y cós- acerca del futuro eón (convite escatológico,
no ~aaLf..ELa (de otra manera piensa, por ejemplo, Juntamente con los enunciados sobre el fu- mico RD existe ya como un acontecimiento ser grande en el RD, llegar al RD, heredarlo,
Bammel). Es importante que Jesús no impartiera
enseñanzas ideológicas o teológicas sobre el tema turo encontramos los enunciados sobre el pre- concreto y presente en un punto determinado. estar preparado para él; cf. Dalman, 91s, 93,
teológico del RD, sino que, partiendo de que co- sente. Estos, desde luego, son más difíciles de De tal manera no objetivizante, las dos pará- 95, 102, 105). Esta manera de hablar sugiere
menzaba el RD como un amor radical e ilimitado interpretar, porque no poseemos ya el texto bolas del grano de mostaza y de la levadura también el carácter cósmico, universal y esca-
por parte de Dios, hiciera un llamamiento a cada arameo original de las palabras. Lc 11, 20 es (Lc 13, 18-21) señalan hacia el comienzo tológico que tiene el RD en las enseñanzas de
persona para que viviese aquí y ahora en el amor. importante: <p{}ávw (jusado aquí en aoristo!) oculto del RD de amplitud universal (Lc 13, Jesús.
Precisamente porque Jesús se preocupa primor- no puede entenderse sencillamente como si- 19b; Mc 4, 23b!). En contraste con la historia, predomina el
dialmente de una vida vivida aquí y ahora a im- nónimo de EyyL~W; lo que se entiende es que elemento de la discontinuidad. Es significati-
pulsos de la idea de que comienza el RD, hay mu- La coexistencia de enunciados acerca del pre-
chos textos que están determinados por ese el RD ha alboreado ya en el acontecimiento vo que Jesús apenas hable en general de Dios
concreto de que Jesús expulse demonios. La sente y acerca del futuro se observa también en el como rey (---+ ~a<JLAEús). Se halla en relación
comienzo, sin que se mencione explícitamente el judaísmo. Los rabinos piensan primariamente en
RD. Esto sucede especialmente con gran parte de comprensión de este pasaje en sentido presen- íntima con ello el hecho de que, en la procla-
la continuidad del reinado de Dios en la historia
las parábolas. Tan sólo en unas cuantas de ellas se te se corrobora por Lc 10, 18 Y por las pala- hasta el ésjaton, y contemplan el reinado de Dios mación de Jesús acerca del RD, falte todo ele-
menciona el RD en lo que se supone que es la bras enigmáticas de 11, 21s: Jesús vio segura- como una realidad históricamente eficaz en la re- mento nacional o teopolítico. Lo contrario del
versión original (la semilla de mostaza, Mc 4, 30 mente en sus propios exorcismos señales del citación de la confesión de fe y en la observancia RD no es, como en muchos textos judíos, el
/ Lc 13, 18; la levadura, Lc 13, 20; la semilla que triunfo definitivo sobre el reino de Satanás: de la ley. Pero este reinado se hará manifiesto en dominio de lo romanos. Jesús no habla de la
crece por sí misma, Mc 4, 26; el tesoro en el cam- el ésjaton con la liberación de Israel (cf. la undé-
po, Mt 13,44; la perla, Mt 13,45; posiblemente un triunfo logrado por los actos de Jesús. La futura soberanía política de Israel. Más aún,
palabra de Jesús en 17,21 podría entenderse cima y la duodécima petición en la Oración de las él puede emplear la idea del RD -con una ac-
la cizaña entre el trigo, Mt 13,24, Yla red de pes- dieciocho peticiones y cf. también otras oracio-
car, Mt 13, 47), aunque son muchas las parábolas en sentido presente, a pesar de la falta de có- titud crítica y polémica- en una palabra de .
nes en Dalman, 82s). En los textos apocalípticos
que tienen que ver con el RD, porque conducen a pula: el RD está en medio de vostros (even- se siente intensamente la lejanía en que Dios se juicio dirigida contra Israel (Mt 8, lIs).
una vida basada en su realidad o quieren dar for- tualmente también: a disposición de voso- halla del presente, y llega a ser más importante el Por contraposición al judaísmo, el elemento
ma concreta al amor a Dios. Por tanto, la procla- tros). La sentencia rechaza las especulaciones reinado escatológico y futuro de Dios, sin que decisivamente nuévo en la proclamación que
mación que Jesús hacía del RD hay que verla en acerca de los tiempo~ y rechaza también la falten por completo enunciados acerca del pre- Jesús hace del RD, aparte de la vinculación
los pasajes que hablan directamente del RD, que sente (cf., por ejemplo, Dan 2, 37; 4,34; lQM 12,
son los únicos que vamos a estudiar aquí. Pero la idea de que el RD pueda localizarse en un si- del Reino con su propia misión, es la inter-
7). Jesús emplea primordialmente la terminología
información que se deduzca de estos textos no se- tio determinado. Si la sentencia no está co- pretación de la ~aaLAda como un amor ili-
de los apocalípticos (¿Juan el Bautista?) y habla
rá exhaustiva. nectada con la presencia perceptible del RD, de la presencia del nuevo reinado escatológico de mitado e infinito de Dios principalmente ha-
entonces el texto se hace ininteligible en su Dios, que se está haciendo realidad y que se halla cia los menospreciados y marginados de Israel,
Jesús proclama el RD como un aconteci- contexto. Finalmente, hay que entender tam- en contradicción con el mundo. El piensa en tér- hacia los pobres, las mujeres, los pecadores,
miento. Así lo vemos claramente por las nu- bién en sentido presente el texto de Mt 11, minos formales de manera parecida a como pien- los samaritanos, etc. Este amor de Dios se
merosas referencias temporales que se hacen 12s, la «sentencia de los que toman por la san los zelotas, los cuales prevén también el cualifica escatológicamente por su vincula-
en relación con la ~aaLAda tou {}cou. En- fuerza» (---+ ~Lá~o[.Lm). Su interpretación, pronto comienzo del reinado cósmico de Dios y ción con el reino de Dios: es un amor insupe-
hacen que sus propios actos estén determinados
contramos enunciados en los cuales la llegada desde luego, no está clara. Si suponemos que ya por esta expectación (cf. Hengel). Sin embar- rable, definitivo, y no derivado simplemente
del RD se espera para el futuro (Mt 6, 10; Mc la redacción de Mateo del v. 12 es la más an- go, lo que los zelotas entienden por el RD es algo de las anteriores actuaciones salvíficas de
14, 25; Lc 6, 20b Uuntamente con el v. 21]); tigVa, si entendemos ~Lá~€tm como voz pasi- enteramente diferente. Dios, que fueron la creación y la ley. Jesús
en otras partes hallamos la fórmula sintetiza- va y, lo mismo que el enigmático ---+ áQ:Jtá~w, promete incondicionalmente a los (material-
dora: «el RD se ha acercado» (Lc 10, 11, en sentido negativo, entonces podríamos pen- El carácter particular de la terminología mente) pobres el (futuro) RD (Lc 6, 20; cf. v.
etc.). Suponemos que Jesús vivió en la expec- sar que se hace referencia a la lucha de los po- empleada por Jesús demuestra claramente que 21). Así es como hay que entender la parábo-
tación de la cercanía (GraBer). Él habría com- deres políticos contra el RD desde el asesina- él se preocupa por el alborear presente del RD la del gran convite (Lc 14, 16-24), que en la
partido entonces la expectación de la cerca- to de Juan el Bautista (entendiéndose como el escatológico y cósmico, que llega del más allá elección de las imágenes enlaza con los pen-
nía, sentida vivamente por su maestro Juan el comienzo de la violencia el período que sigue y que es creado por Dios mismo. La ~a<JLAda samientos acerca del banquete escatológico
Bautista (Lc 3, 9a). Y la expectación de la a la muerte de Juan), o podríamos pensar en la tou {}cou no sólo es el reinado de Dios en que se ha de celebrar en el RD, una idea que
cercanía por parte de las primeras comunida- violencia de los zelotas (lo que hace que sentido funcional, sino también un espacio era tan querida para Jesús (Mt 8, lla; Mc 14,
des, corroborada de nuevo por la resurrección áQ:Jtá~w se entienda más fácilmente). particular en el que uno puede estar (Mt 8, 25). Jesús puede hablar de la ~aaLAda como
de Jesús, estaría en continuidad con la expec- Está claro que las referencias al tiempo no 11s; 11, 11; Mc 14,25) o en el que uno puede de un bien salvífica, por ejemplo, refiriéndose
tación sentida por Jesús. Pero la expectación pueden armonizarse. Las contradicciones en entrar (Mc 9, 47; 10,25, cf. Mt 21,31; Mc 12, a los niños, que todavía no han llegado a la
de la cercanía no era aquello a lo que Jesús las referencias al tiempo podrían tener preci- 34). En comparación con textos judíos, es sor- mayoría de edad en sentido jurídico y en sen-
daba más importancia: Jesús no nos propor- samente su origen en las palabras no objetivi- prendente que Jesús en muchos casos hable tido ético (Mc 10, 14.15). A la luz del RD que
608 609 ~aOLAda 610
607

llega como amor de Dios, hay que entender En 4, lIs un antiguo lag ion, que podría pro- Por tanto, si ~aOLAda 'toov O1J{.>avoov es les, en la medida en que ella cumpla la volun-
también los exorcismos y las curaciones obra- ceder de la comunidad de lengua aramea, re- una expresión clave en Mateo, no nos sor- tad de Dios (cf., con un tenor parecido, 8,
dos por Jesús. sume la proclamación cristiana, que en el prenderá que algunas de sus importantes ten- lIs). La ~aoLAda es aquí el bien de la salva-
Las parábolas del Reino que hablan del te- contexto actual es la proclamación en pará- dencias teológicas puedan verse en su manera ción prometido a Israel y a la Iglesia. Estos
soro y de la perla (Mt l3, 44s) señalan final- bolas, con la expresión: «misterio del RD». de hablar del «reino de los cielos». Esto tiene pasajes indican también que Mateo acentúa
varios aspectos, entre ellos: 1) El concepto las exigencias del RD, mientras que en las en-
mente hacia la dimensión de la decisión y de La indicación de que los discípulos, a dife-
tiene resonancias éticas. Al tradicional: «¡Bus- señanzas de Jesús lo que se halla en primer
la entrega humana que se hallan conectadas rencia de los de fuera, entienden el misterio,
cad primero el RD!», Mateo añade -creemos plano es la oportunidad de vivir una vida a
con el RD. Esta entrega e implicación huma- se relativiza en 4, 33s al hablarse de la (in)
que epexegéticamente-: «y su justicia», en- impulsos de la llegada del RD. El indicativo
na no tiene nada que ver con la realización del comprensión de los discípulos. El limitado
de la salvación llega a su realización en Ma-
RD, la cual -según Mc 4, 27s- es únicamente número de referencias al RD en Marcos es tendiéndose en Mateo por (~JLxmooúv1] una
teo de una manera distinta: mediante los mila-
asunto de Dios. Porque vemos que también en inadecuado para que podamos suponer una cualidad que se exige al hombre en su activi-
gros, la resurrección y la autoridad del Hijo
esas parábolas el bien salvífico (el tesoro, la particular comprensión marquina del RD, sea dad (6, 33). El «entrar en la ~aoLAda», una
de Dios (cf. Mt 28, 18).
perla) precede a la acción humana, aunque no en el sentido de una dialéctica cristológica expresión (redaccional) especialmente predi-
se puede recibir sino mediante una entrega del ocultamiento presente y de la gloria futu- lecta de Mateo, se promete como recompensa
d) La distribución de la expresión en Lu-
humana. Mc 9, 47 menciona la batalla absolu- ra (Ambrozic), o bien como un RD en proce- graciosa a todos los que practican una justicia
cas (46 veces) y en Hechos (tan sólo 8 veces)
tamente sin compromisos, la batalla que hay so de desarrollo en Galilea (en contraste con mejor (5, 20), a aquel que hace la voluntad demuestra que ~aOLAda mu tteou es una pa-
que estar dispuesto a librar a toda costa contra el que hace eclosión súbitamente en Jerusa- del Padre (7, 21), a aquel que se convierte y labra clave importante en las enseñanzas de
el pecado, en vista de la llegada del RD. Có- lén [Kelber]). llega a ser humilde como un niño (18, 3s). Es- Jesús. Ahora bien, Lucas ha elaborado ulte-
mo hay que actuar, eso lo explican otras pará- tos pasajes indican también que el Reino pue- riormente, de manera propia, la serie de sen-
bolas, que no tratan directamente del RD, y lo c) En Mateo ~aoLAda aparece de ordina- de entrar en relación con la idea del juicio, tencias de la predicación de Jesús referidas al
explica también el mandamiento del amor. rio con la circunlocución rabínica 'toov oVQa- idea que se encuentra acentuada especialmen- presente, y la serie de las referidas al futuro.
Una forma especial de entrega al RD es el voov para designar a Dios, y es redaccional te en algunas de las parábolas de Mateo que 1) En los enunciados referidos al presente,
discipulado, que exige la renuncia al ejercicio unas 15 veces (de un total de unas 55). Se tra- hablan de la ~aoLAeLa (cf., por ejemplo, 13, sorprende que Lucas interprete cristológica-
de la propia profesión, a los lazos familiares y ta, pues, de un concepto teológico central. Es 41-43.49s; 18, 34s; 20, 16; 22, 11-14: 25, 1- mente el RD aplicándolo a la misión de Jesús.
a los bienes, a fin de ponerse al servicio de característico, además, de Mateo el uso abso- l3.28-30). La segunda petición del Padre- Lo mismo que en Mateo, la ~aoLAda 'tou
una misión particular de proclamación del RD luto de 'tfí~ ~aOLAda<; (en el sentido de «rei- nuestro, «¡Venga tu Reino!», es interpretada tteou se convierte en la clave central para de-
(Lc 9, 60c [autenticidad discutida]; cf. v. 62). no de los cielos») en expresiones atributivas por Mateo mediante la adición de la tercera signar el contenido de la proclamación cristia-
Esta misión no es para todos, y mucho menos con evayyéALov (4, 23; 9, 35; 24, 14), 1Jtó~ petición: «¡Hágase tu voluntad!» Con estas na (Lc 4, 43; 8,1; 16, 16; Hech 8,12 [evayye-
aún lo es la posibilidad del celibato por amor (8, 12; 13, 38) Y AÓyO~ (13, 13). ~aOLAúa es resonancias éticas, la concepción de Mateo se ALl;ollm]; Lc 18, 29 [en vez del EvayyéALOv
del RD (Mt 19, 12), celibato que no es practi- la palabra clave en la proclamación de Jesús. halla cercana en cierto modo al judaísmo ra- de Marcos]; Lc 8,1; 9, 2; Hech 20,25; 28, 31
cado tampoco por todos los discípulos (ejem- Cuando Mateo designa estereotipadamente bínico. [X1]Qúoow]; Lc 9, 11 [AaAéw]; Lc 9, 60
plo de ello: Pedro, Mc 1, 30; 1 Cor 9,5). el mensaje de Jesús como evayyéALOv 'tfí~ 2) Ahora bien, la ~aoLAda en Mateo pue- [(hayyéAAw]; Hech 1, 3 [Aéyw]; Hech 19, 8
~aOLAda~ (4, 23; 9, 35; 24, 14; cf. l3, 19), lo de significar asimismo el bien de la salvación [:n:dttw]; Hech 28, 23 [~hallaQ'túQollm]). Es
La tradición post-pascual de la comunidad hace así porque la proclamación de la Iglesia concedido gratuitamente a los hombres (25, sorprendente el uso de la expresión RD en el
acrecentó las palabras de Jesús acerca del reino, no consiste, para él, en nada más que en ense- 34), Y que los justos «heredan»: una asocia- marco de Hechos (1, 3.6; 28, 23.31). En cuan-
añadiendo logia que llevaban la impronta de la
propia situación de la comunidad, y siguió culti- ñar lo que Jesús enseñó (cf. 28, 20). La cerca- ción atestiguada también frecuentemente en to a su contenido, el RD como tema de la pro-
vando así la terminología característica que era nía del Reino es el contenido del mensaje de las cartas. Como indica el uso de eLoéQ- clamación se completa inmediatamente con la
propia de Jesús. Suponemos que los siguientes Juan el Bautista (3, 2), de Jesús (4, 17) Y del xeottm, la idea de un «territorio» se halla pre- referencia a Jesús o se interpreta mediante es-
pasajes, entre otros, deben considerarse creacio- mensaje que se proclama en la comunidad sente en el término ~aOLAda, y no la idea ta referencia (Hech 8, 12; 28, 23.31). El su-
nes de la comunidad: Mt 5, 19 (niveles de salva- (10,7). Está en consonancia con esto el hecho funcional de un reinado (cf. 5, 5). ~aOLAúa mario marquino de la proclamación que Jesús
ción en el RD!), Mc 9, 1 (expectación post-pas- representa igualmente el bien salvífico en el hace de la ~aoLAda (Mc 1, 15) se halla elabo-
cual de la cercanía con un término fijo), Mt 16, de que, especialmente en Mateo, muchas pa-
rábolas se caractericen explícitamente como difícil pasaje (redaccional) de 21, 43: la rado por Lucas mediante la predicación ini-
19 (el poder de las llaves).
parábolas del reino de los cielos (10 veces en ~aOLAda será quitada al pueblo de Israel que cial de Jesús (Lc 4, 14-30). El contenido prin-
b) Marcos no emplea nunca redaccional- Mateo; tan sólo 2 en Marcos y 2 en Lucas), rechaza a Jesús (suponemos que Mateo pien- cipal de la predicación es el cumplimiento de
mente la expresión RD. Su sumario de la pro- dándose seguramente la circunstancia de que sa en la destrucción de Jerusalén en el año 70 la Escritura en Jesús. Tan sólo después de es-
clamación de Jesús (1, 15), que precede al en la mayoría de los casos esta denominación de nuestra era, cf. 22, 7), Y será entregada a te suceso, puede Lucas hablar de la proclama-
evangelio, podría remontarse a la tradición. le venía dada ya de antes al evangelista. otro pueblo, a saber, a la Iglesia de los genti- ción de la ~aOLAda por Jesús (4,43). Desde
611 612 613 614

Juan el Bautista, es decir, comenzando con en el RD es posible únicamente a través de medio (4 Esd 7, 26ss; ApBar [gr] 29, 3-30, 1 una cristología subordinacionista (Pablo, Ma-
Juan el Bautista (en contra de Conzelmann, muchas tribulaciones (Hech 14, 22). Por tan- [rabínicos, de fines del siglo I p.C.J), la pre- teo, Lucas, Apocalipsis). Jamás se identifica
Centro, 37ss), se proclama el RD. Si tenemos to, el RD que tuvo su epifanía en Jesús, y ha- sencia de la PUOLA.clU en Jesús (Lc 11, 20 Y directa y exclusivamente con la Iglesia terre-
asimismo en cuenta los logia tradicionales cia cuyo futuro vive orientada la Iglesia, no es passim), el título de rey aplicado a Jesús (cf. nal. Es imposible una sistematización de los
(comentados hasta el exceso) acerca de la pre- precisamente epifánico en el presente, por Mc 15, 12, --+ PUOlA.EV<;) y principalmente el enunciados del NT, tal como intentó hacerla,
sencia del reino de Dios (principalmente 11, ejemplo, en el éxito de su misión. Sino que la kerygma de la exaltación de Jesús sobre los por ejemplo, Cullmann.
20; 17, 21), entonces podemos afirmar que misión se halla más bien bajo el signo de la poderes (Flp 2, 9-11) contribuyeron a la apa- U.Luz
-para Lucas- el RD se halla históricamente persecución y del sufrimiento (cf. Lc 8,13-15 rición de diversos enunciados. El hecho de
presente en Jesús (no sólo el mensaje acerca después de 8, 10; Lc 9, 23-26 antes de 9, 27; hablar del reinado de Cristo es consecuencia
~a(Jí,AEw;, 2 basileios real*
del reino, como piensa Conzelmann, Centro, Lc 17,25 en 17,21-37; Lc 21, 12-17; la pa- del kerygma.
176), y su carácter, en cuanto al contenido se sión de Jesús y de Pablo). Bibl.: E. Best, 1 Peter 11, 4-10, A Reconsideration:
refiere, está determinado por Jesús. Para la El texto más antiguo que habla de la ~uoLAda NovT 11 (1969) 270-293; Id., 1 Peter, London 1971,
de Cristo es 1 Cor 15, 24s. Pablo argumenta ha- 107s; J. H. ElIiott, The Elect and the Holy, Leiden
Iglesia, la PUOlA.clU está presente en Jesús por e) En Juan falta casi por completo el térmi- 1966; L. Ooppelt, Der Erste Petrusbrief (KEK), 06t-
ciendo uso de conceptos que, por lo demás, nos
medio del Espíritu (Hech 1,6-8). El elemento no PUOLA.clu. Jn 3, 3.5 son quizás variantes son desconocidos: el reinado de Cristo, a diferen- tingen 1978, 151-153.
ético de la PUOlA.clU, tan importante en Ma- lejanas de Mc 10, 15: el bautismo se halla en cia de lo que se dice en Flp 2, 9-11 ó Ef 1, 20-22,
teo, no se halla presente de la misma manera el trasfondo, pero no es el bautismo en sí mis- es tiempo de continuada lucha contra los poderes; En Lc 7,25 PUOtA.HU (neutro plural del ad-
en Lucas. Las parábolas de Jesús no son pará- mo lo que aquí es importante, sino su inter- terminará con la victoria, cuando Dios llegue a jetivo sustantivado) designa el palacio (de un
bolas de la PUOlA.clU, precisamente porque pretación joánica (nuevo nacimiento: cf. Tit ser todo en todo. En contraste con ese pasaje, Col rey).
Lucas les da carácter ético casi sin excepción. 3,5; Espíritu: Jn 3, 6-8). El equivalente obje- 1, 13 entiende el reinado de Cristo como un reino
presente de salvación y redención, que se opone Son posibles diversas traducciones en el pa-
2) En las sentencias referidas al futuro hay tivo del RD en la teología joánica es sobre to- al dominio de las tinieblas. A su vez, encontramos saje de 1 Pe 2, 9 (Ex 19, 6 LXX). En pu-
diversas tendencias: algunas veces Lucas pue- do la ~m~ más intensamente individualizante. un cuadro distinto en 2 Tim 4, 1 (cf. v. 18), don- OtA.ELOV --+ teQá'te'U¡.,Lu, el término pUdtA.eLo<;
de acentuar la cercanía del RD (Lc 10, 9; 22, de el reinado de Cristo no se hará manifiesto sino puede entenderse como adjetivo: «el sacerdo-
18 Textus Receptus; 10, 11; 21, 31s [redaccio- f) En las cartas del NT llega a verse con en su epifanía como juez del universo. Por el con- cio que sirve (a Dios como) a Rey», o «el sa-
nal]). Pero es más importante el hecho de que completa claridad que PUOlA.eiu 'toií {}eoií si- trario, 2 Pe 1, 11 habla del reino eterno y ultrate- cerdocio dotado de dignidad real» (Goppelt).
queden en segundo plano las afirmaciones re- guió siendo una manera de expresar la procla- rrenal de Cristo, en el que han de entrar los cre-
yentes. El Apocalipsis contempla conjuntamente, Pero puede pensarse también en una sustanti-
lativas al tiempo: en Lc 9, 27 se suprime la re- mación de Jesús y, por tanto, aparece raras ve- en anticipación celestial, el reinado eterno de vación de pUOtA.eLo<;, siendo su sentido en-
ferencia a la llegada del Reino (cf. 9, 2.11. ces. Pablo interpreta la base cristo lógica y el Dios y de su Mesías (11, 15; 12, 10). Pero en otro tonces: la mansión de un rey (cf. v. 5; Elliott,
60). En Lc 19, 11 se rechaza expresamente foco soteriológico del RD escatológico me- pasaje, el Apocalipsis, en analogía con las con- 149-154), Reino (con Dios como Rey; cf. 2
una expectación de la cercanía a propósito de diante la expresión b'Uxmoovvll {}eoií. El cepciones judías, conoce la idea de un reino me- Clem 6, 9; Ex 19,6 TM; Ap 1,6) o grupo de
Jerusalén (cf. 17, 20s). También en Hech 1, 6 concepto de PUOlA.clU 'toií {}eoií es en Pablo siánico de carácter intermedio y milenario, antes reyes (Best; cf. Tg; la terminación -HOV ex-
Lucas corrige una expectación de la cercanía un concepto meramente marginal. El lo em- de que se produzca el triunfo definitivo sobre Sa-
tanás (20, 1-4). En el evangelio de Juan, dice Je- presaría una colectividad. Pero faltan los tes-
con matices nacionalistas judíos; cf. Lc 24, plea ocasionalmente en las formas acuñadas sús que su Reino no tiene origen en este mundo timonios que prueben tal acepción de PUOt-
21. Rechaza, por tanto, una expectación de la por la tradición (en sentido futuro: 1 Cor 6, 9s (18,36; dualismo joánico), aunque -eso sí-la co- A.HO<;).
cercanía con término fijo en el tiempo, sin su- [cf. Ef 5, 5b; Sant 2,5]; 15,50; Gál 5, 21 [con munidad joánica vive en el mundo. En los Sinóp- P. Lampe
poner con ello expresamente una expectación XA.llQovo¡.,LÉm]; con connotaciones éticas: ticos, principalmente Mateo conoce la idea de un
referida a un tiempo lejano. La tardanza de la Rom 4, 17; 1 Cor 4, 20 [en conexión con reinado escatológico del Hijo del hombre (16, 28;
parusía es para él de lo más natural, como lo bVVU¡.,LL<;; cf. Mc 9, 1 par. !J). No se observa cf. 20, 21). Es incierto si, en la interpretación de ~a(Jl,AEÚ;, ÉOO;, ó basileus soberano, rey
la parábola de la cizaña, la ~aOLAda del Hijo del
era ya en la fuente Q y en Marcos, sin que se una terminología nacida de una reflexión in- hombre en 13, 41 es el mundo entero (así parece l. Aparición del término - 2. Los soberanos secula-
convierta para él en un problema determinan- dependiente. Es sorprendente Col 4, 11, por- res - 3. Referencias a Dios y a Cristo en Mateo - 4. Re-
probable; cf. 13, 38) o bien es su reino escatoló-
ferencias a Jesús - a) En los Sinópticos - b) en Juan -
te. Junto a los enunciados sobre la futura que aquí, y sólo aquí en todo el NT, se habla gico que ha de llegar todavía (pero, según el v. 5. PUGLf.f'ÚW - 6. PUGLf.LXÓc:; - 7. PUOLf.L<JOU.
PU(JLA.clU, se hallan también aisladamente al- de personas que son «colaboradoras» en el 43, ese Reino será la ~aOLAda 'toií Jta'tQó;). En
gunos enunciados que presuponen su presen- RD. todo caso, no se piensa en la Iglesia. También Lu- Bibl.: E. Bammel, The Trial of Jesus, London 1970,
cia actual en el cielo (Lc 23, 42s; cf. 16, 19- cas conoce un reino de Cristo, que en 22, 29s es 95; K. Berger, Die koniglichen Messiastraditionen des
futuro, pero que en 23, 42s se concibe como pre- NT: NTS 20 (1973-1974) 1-44; F. F. Bruce, This is
31). Los conceptos no están armonizados en 4. Principalmente en los escritos tardíos sente con presencia celestial. That: The NT Development of some OT Themes, De-
Lucas. del NT hay cierto número de referencias al von 1968, 100ss (sobre Jn); T. A. Burkill, The Con-
3) Un enunciado importante para Lucas, «reino de Cristo». Estas referencias no pre- demnation of Jesus: NovT 12 (1970) 321-342; Conzel-
Por tanto, los enunciados del NT distan mu- mann, Theologie, 91-94; J. Coppens, Le Messianisme
que debemos estudiar separadamente, es la sentan una concepción clara y uniforme. Las cho de ser uniformes. Con frecuencia el reg- Royal, Paris 1968, 129ss; N. A. Dahl, Der gekreuzigte
afirmación de que la entrada de la comunidad ideas judías sobre un reino mesiánico inter- num Christi se asocia de alguna manera con Messias, en Ristow-Matthiae, 149-169, especialmente
615 616
617 618

159s; A. Descamps, Le Messianisme Royal dans le texto hímnico]; 6, 15; Ap 15, 3; d) en refe-
NT, en L'attente du Messie (RechBib 1), Louvain b) En todos los estratos de la tradición (juicio sobre la Iglesia de los gentiles). El
rencias a Cristo (Ap 1,6; 5, 10 [en ambos ca-
1954, 57-84; F. Dexinger, Die Entwieklung des jüdis- evangélica estudiados en ~ a, los reyes terre- ~a(JLAeÚ~ vela para que en su basileia more
chen-ehristlichen Messianismus: BiLi 47 (1954) 5-31, sos v.l.]). e) en referencias al Príncipe del ~
nos se mencionan para establecer un contras- únicamente aquel que, por sus acciones, sea
239-266, sobre todo 22-27; E. Dinkler, Signum Crucis, a.~u(J(Jo~ (Ap 9, 11).
Tübingen 1967, 305s; D. Dormeyer, Die Passion lesu te entre ellos y: el Bautista (Q; Mc 6), el «rey idóneo para vivir en ella. Este uso de ~a<JL­
als Verhaltensmodell, Münster i. W. 1974, 186ss, 254, de los judíos» (Mt 2), los discípulos (Mc 13; AeÚ~ se ajusta a las connotaciones éticas del
2. a) En Mc 6, 22.25.26.27 par. Mt 14, 9
266 Y passim; J. Friedrich, Gott im Bruder, Stuttgart
(con Ó ~a<JLAeÚ~ usado en sentido absoluto) Lc 22, 25; el predicador en Q). Pero cuando reino en Mateo (~ ~a<JLAda 3.c).
1977, 174-178; Hahn, Hoheitstitel, 176-179, 186s,
193ss, 264-268, 277s, 284ss, 369s; M. Hengel, Die encontramos una leyenda pre-marquina (que se usa el término en sentido metafórico (Mt
b) Mt 5,35 (tradición) presenta de nuevo a
ehristologischen Hoheitstitel im Urchristentum, en H. no es de origen cristiano). Marcos recoge 17; Lc 14; cf. también ~ 3.a), entonces en
Dios como ~a(JLAEiJ~ en un contexto ético.
v. Stietencron (ed.), Der Name Gottes, Düsseldorf
también el término ~a<JLAeÚ~ en su introduc- vez de contraste hay correspondencia.
1975,90-111, sobre todo 108s; Id., Nachfolge und c) Cristo, en su función escatológica como
Charisma (BZNW 34), Berlin 1968, 42s; R. Hummel, cion redaccional (v. 14). El título de Herodes c) La relación con el mundo se refleja en la
Die Auseinandersetzung zwisehen Kirehe und ludentum Antipas era el de tetrarca; sólo en labios del Juez, es un ~a<JLAeÚ~ que exige amor fraterno
valoración que se hace de los reyes terrenos.
in Mt, München 1963, 14; Sh. E. Johnson, The Davi- pueblo se le llamaba ~a<JLAeÚ~. Mc 13,9 par. (Mt 25, 34.40). Aquí el ~a(JLAeÚ~ de la tradi-
die-Royal Motif in the Gospels: JBL 87 (1968) 136- En Lc 22, 25 a los reyes terrenos se les valora
Mt 10, 18/ Lc 21, 12 es una adición pre-mar- ción pre-mateica se refería quizás a Dios (cf.
150; M. de Jonge, lesus as Prophet and King: EThL siempre en sentido crítico; sin embargo, el re-
quina a un apocalipsis, un vaticinio del tiem- la tensión con el «Hijo del hombre» en el v.
49 (1973) 160-177; J. D. Kingsbury, Matthew: Struc- dactor lucano atenúa la nota peyorativa que
ture, Christology, Kingdom, London 1976,97-99; B. po de misión y persecución (cf. Hech 9, 15; 31; Ph. Vielhauer, Gottesreich und Menschen-
encontramos en Mc 10,42 (XUQLeÚW; XU1:a-
Klappert, Reino/puoLAElu, en DTNT IV, 70-82; J. capítulos 25s, Pablo ante Agripa 11). sohn, en Aufsiitze zum NT, München 1965,
Kremer, Verurteilt als «KiJnig der luden» - verkündigt eSOU<JLÚl;w). En Hechos, Herodes Agripa I es
Mt 1, 6 (material peculiar de Mateo); 17, 25 55ss). - El título de rey aplicado a Cristo que
a/s «Herr und Christus»: BiLi 45 (1972) 23-32; W. G. el perseguidor de los cristianos (12, 1.20.23;
Kümmel, Theologie des NT, Gottingen 1969, 64; H.- (imagen: el tributo para el templo) son pre- retorna en su segunda venida, y empleado
cf. 4, 26-29), pero en cambio Agripa 11 apare-
W. Kuhn, lesus als Gekreuzigter: ZThK 72 (1975) 1- mateicos. En el relato pre-mateico de los Ma- metafóricamente para designar a Dios, signi-
46, sobre todo 5s; E. Lohse, Die Geschiehte des Lei-
ce a una luz positiva (26, 26-32). 1 Tim 2, 2
gos, se aplica a Herodes el Grande el título de fica en Mateo al Señor que exige obras y que
dens und Sterbens lesu Christi, Gütersloh 1964, 89; L. (plural genérico) y 1 Pe 2, 13.17 consideran al
~a(JLAeÚ~ (2, 3.9), en oposición al v. 2 donde viene a celebrar el juicio.
Marin, lesus vor Pi/atus, en C. Chabrol (ed.), Erzah- emperador romano como un ~a(JLAeÚ~ a quien
lende Semiotik naeh Berichten der Bibel, München se habla del «rey de los judíos». Lc 14, 31 (ma- el cristiano está obligado a honrar.
1973,87-122; W. A. Meeks, The Prophet King, Leiden terial peculiar de Lucas) es una imagen pre- 4. ~a(JLAeiJ~ 'tWV 'loubaLwv es un título
1967; P. Merendino, Gesu «Re dei Giudei» nella ri-
El Apocalipsis tiene una perspectiva dife-
lucana de la necesidad de examinarse bien a sí aplicado a Jesús y que se escucha únicamente
flessione cristiana primitiva: RivLi 59 (1972) 479- rente: no habrá reyes «positivos» sino en la
mismo, antes de acometer una empresa. Es de labios de los romanos paganos y de los
489; E. 1. Otaduy, Die evangelische Gesehichte Chris- nueva Jerusalén, cuando se haya suprimido ya
ti des KiJnigs. Untersuchung eines Mij3verstandnisses, característico el pasaje de Mt 11, 8 (Q): los Magos (también en Mc 15, 12; una excepción
la oposición con el mundo (21, 24). El Apoca-
en G. Rosenkranz (ed.), Beitrage zur biblischer Theo- reyes llevan ropas finas y viven en palacios; es Jn 19,21). Los judíos hablan del ~a<JLAEiJ~
logie, München 1967, 164-192; K. H. Rengstorff, Old lipsis habla críticamente de los ~a(JLAtL~ 'tfj~
el Espíritu profético se alejará de ellos. De es- 'I(JQa1ÍA (Mc 15, 32 par.; Jn 1, 49; 12, 13).
and New Testament Traces of a Formula of the ludae- yfj~ (8 veces; fuera de ahí, únicamente en Mt
ta manera contrastan no sólo con el Bautista, ~a<JLAeÚ~ se usa en sentido absoluto en Lc
an Royal Ritual: NovT 5 (1962) 229-244, sobre todo 17, 25; Hech 4,26), que viven lujosamente y
236 (sobre Mc 6); K. L. Schmidt, PUOLAEUe:; "l!:tA. (E), sino también con los predicadores itinerantes 23,2; 19,38; Hech 17, 7; Mt 25,34.40 Y con
fornican con su dueña y señora, que es la ra-
en ThWNT 1,576-593; G. Schneider, Die Passion le- (que se hallan detrás de la fuente Q). Cf., en más frecuencia en Juan (para ver el funda-
su naeh den drei alteren Evangelien, München 1973, mera Babilonia (= Roma; 17,2.18; 18,3.9; cf.
un sentido parecido, el pasaje de Lc 10, 24 mento de este uso, ~ 4.b).
especialmente 104ss, 117ss; G. Schwartz, «"l!.UI. ~v "[Le:; 17, 9, donde se emplea el término ~a<JLAtL~
PUOLAL"l!.Oe:; ... » (loh 4, 46): ZNW 75 (1984) 138; U. (Q): estaba oculto a los reyes lo que los discí- a) El título de ó ~a<JLAeiJ~ 'twv 'loubaLwv
para referirse a los emperadores romanos).
Wegner, Der Hauptmann von Kafarnaum (WUNT pulos ven ahora. Los marcos redaccionales de (Mc 15, 26) es histórico como expresión ro-
Los «reyes» hacen la guerra contra Cristo; so-
11/14), Tübingen 1985, sobre todo 57-60; P. Winter, On Mt 2, 1 Y Lc 1, 5 hacen referencia al ~a<JLAEÚ~ mana de la causa poenae. Identifica a Jesús
the Trial of lesus, Berlin 1961 ('1974), 107ss. Para bre ellos recae el juicio (6, 15; 16, 12.14; 17,
secular (Herodes el Grande) a fin de caracte-
más bibliografía, cf. ThWNT X, 1008-1014. 12.14: 19, 18s). como revolucionario político que quiere ser el
rizar el acontecimiento de la salvación como
soberano supremo de los judíos. La tradición
1. ~a<JLAeÚ~ aparece 115 veces en el NT: un hecho «histórico» (indícaciones de tiempo
3. a) ~a<JLAeÚ~ aparece (¿será quizás pre- cristiana adopta una postura reservada ante
a) Como en la LXX, predominan las referen- y lugar). Con el uso del título de ~a(JLAeÚ~,
mateico?) en las parábolas del reino de Dios este título, y lo repite casi exclusivamente en
cias a soberanos seculares (72 veces: 25 en Mateo acentúa la oposición que se hace al
en Mt 18 y 22. Esto se halla en en consonan- la tradición acerca de la pasión, con el fin de
los sinópticos, 19 en Hechos, 17 en Apocalip- «rey de los judíos» mencionado ya antes (v.
cia con la identificación que se hace de estas darle una nueva interpretación.
sis, 7 en Hebreos; en 2 Cor 11, 32; 1 Tim 2, 2). Lucas (en 22, 25) introduce redaccional-
parábolas con la ~ ~a(JLAda, una identifica- Marcos 15, 2.9s.12.18.31s (ampliaciones
2; 1 Pe 2, 13.17); b) 38 veces se refiere a Je- mente ~a(JLAeÚ~ en el texto de Marcos para
sús (19 en los sinópticos, 16 en Juan, [de ción que es más frecuente en Mateo que en secundarias del estrato más antiguo de la tra-
poner más de relieve el contraste entre los re-
ellas, 26 veces en la historia de la pasión]; Marcos y en Lucas. El ~a(JLAeÚ~ es el sobera- dición acerca de la pasión) presuponen un
yes seculares (v. 25) y los discípulos en cuan-
Hech 17, 7; Ap 17, 14; 19, 16). c) En refe- no que juzga y que exige cuentas: 18, 23 (vv. nuevo y positivo contenido (v. 2) del título:
to reyes escatológicos (v. 29s): los unos se en-
rencü¡.s a Dios (Mt 5, 35; 1 Tim 1, 7 [en un 23ss, es una parábola de carácter ético; juicio, 1) Los vv. 31s (¿redaccionales?) acentúan co-
señorean, los otros son como el que sirve.
vv. 32ss); 22, 7 (juicio sobre Israel); 22, 11.13 mo característica del título la ayuda milagrosa
619 620 621 622

dada por Jesús durante su ministerio terreno daccional); como Hijo de David que es, cura su origen en él: él es el testigo de la verdad, b) a Cristo (1 Cor 15, 25 [---+ ~aaLAda 4]; Ap
(a<b~w; el factor de la envidia de los sacerdo- enfermedades (Mt 20, 29ss par.; 21, 14s) y re- cuyo reinado consiste en que su voz sea escu- 11, 15 [juntamente con Dios; el sujeto grama-
tes, en el v. 10, está relacionado probablemen- cibe en su compañía al pecador (Lc 19, lss); chada por los suyos (cf. :7tOL¡.,LTJV en el capítu- tical es ~ ~aaLAda]; Lc 1,33 [Textos Recep-
te con ello). El aspecto de la ayuda taumatúr- cf. a<b~w/aw''YJQLa en Lc 18,42 Y 19, 9s (cf. lo 10). tus]); c) al señorío de la muerte, del pecado
gica es propio también del título ---+ uto~ Zac 9, 9, ~aOLAEu~ a<b~wv); más adelante, en Juan se aparta de la idea de que Jesús sea ydelagracia(Rom5, 14.17.21 bis; 6, 12;cf.,
~aUL(). 2) Se pone de relieve el contraste en- el contexto: templo (Lc 19, 45s par.; redaccio- rey por su actividad taumatúrgica. Por tres ve- a propósito, K1isemann, An die Romer [HNT];
tre Jesús y el revolucionario político (v. 7) y nal en 19, 47) Y ()LMaxw (Lc 19, 47; 20, 1, ces Juan menciona y critica esa idea. 1) 6, 15: d) a los cristianos como corregentes (Ap 5,
se acentúa la inocencia de Jesús (v. 14). 3) El redaccional; Mt 21, 23, redaccional; cf. Lc Quien crea que el reinado de Jesús consiste 10; 20, 4.6; 22, 5; Rom 5,17; 1 Cor 4,8 [dí-
título se asocia con ---+ XQw.ó~ (v. 32; cf. Mc 19, 39). El redactor lucano pone también ()L- únicamente en ayudar taumatúrgicamente en cese irónicamente de los corintios, que niegan
14, 61 par.; es redaccional en Lc 23, 2.39). ()áaxw junto a ~aaLAEú~ en 23, 2-5. situaciones difíciles (6, 2.11.26; Jesús multi- la reserva escatológica]); e) a los soberanos
Mateo y Lucas recogen el título (Mt 27, plica los panes; es Señor de los elementos), seculares (Mt 2, 22; Lc 19, 14.27; cf., a pro-
11.29.37.42; Lc 23,3.38). Mateo lo sustituye En el relato pre-mateico de los Magos, los re- no ha comprendido que Jesús mismo es el pan pósito, M. Zerwick: Bib 40 [1959] 654-674;
por 'I'YJaoij~ Ó AEYÓ¡.,LEVO~ XQw.ó~ (27, presentantes de ·la Mageia se someten al ~a­ (6, 35). Su Reino consiste en que los suyos cf. 1 Tim 6, 15 en un predicado divino).
aLAEU~ .c'Ov 'loubaLwv (Mt 2, 2). De ahí que pue-
17.22). Lucas lo suprime (23, 20.35), pero lo crean en él (compárese 6, 35 con 18,37). 2) 12,
da presuponerse de nuevo como tenor del título: 6. PUOlAlXÓ; real* se emplea sustantiva-
inserta redaccionalmente en otros pasajes: Mc «Señor lleno de autoridad sobre los elementos y 13.15s: Los discípulos no comprenderán el
15, 31s es elaborado redaccionalmente en Lc los demonios / Señor de la sabiduría» (Berger, verdadero sentido de la entrada triunfal de Je- damente en Jn 4, 46.49: un funcionario real
23, 37 (nuevamente hallamos ~aaLAEú~ y 22s). - El título de ~aaLAEU; .c'Ov 'loubaLwv mo- sús en Jerusalén y de su título de ~aOLAEú~ si- (de Antipas); con menor probabilidad: de as-
a<b~w; cf. también Lc 23, 39); Lc 23, 2 hace vió a los sucesivos narradores a completar la his- no cuando él sea glorificado: Jesús no es rey cendencia real (herodiana); los testimonios
constar el contenido originalmente político, toria de los Magos con los vv. 3-5a.7-9a.12 (el re- en virtud de milagros como el de la resurrec- pueden verse en Bauer, Worterbuch, s. v. - En
para poder rechazarlo como falso. Lucas, más lato de Herodes): en este contexto, lo mismo que ción de Lázaro (vv. 17s.9.11; eso es lo que Hech 12, 20s el término se usa como adjetivo
en la historia de la pasión, desempeñan un papel para referirse a los dominios reales y a las
claramente que su fuente, hace resaltar la ino- piensa «el pueblo»), sino a causa del testimo-
decisivo no sólo el malentendido político acerca
cencia política de Jesús (vv. 4, 14s.22) y el nio que él da de la verdad, un testimonio que es vestiduras regias de Herodes Agripa 1. Sant 2,
del título sino también la intención de matar a un
contraste con el revolucionario (v. 25). competidor que tenía pretensiones a la c.orona de creído por los suyos y que no es de este mundo 8 habla del «nomos» real del amor al prójimo,
~aaLAE'Ú; (vuelve a ser sinónimo XQLG'Ó;, v. 4. (compárese 12, 16 con 8, 28.31s). 3) Tam- y quiere decir probablemente que es una «ley
Como el título de «Rey de los judíos» tiene a la La condición de Hijo de David vuelve a expresar- bién en 1, 50.51 se acentúa, con referencia a dada por Dios en su calidad de Rey» (cf.
vista únicamente la misión terrena de Jesús para se en el tema de Belén; otra es la manera de pen- la glorificación, que la manera en que Natana- ~aaLAda, v. 5); una traducción más probable:
con el pueblo de Israel (cf. «Hijo de David») y sar de Ch. Burger, Jesus als Davidssohn, Gottin- «el mandamiento más excelente» en el senti-
el entiende que Jesús es «rey de Israel» por
esa misión termina en la cruz con el rechazo por gen 1970, 104s).
los milagros que obra (1, 47-50) es sólo un do de Gál 5, 14.
parte de los judíos, vemos que el título de En el tercer estrato, la unidad pre-mateica del
~aaLAE'Ú~ es sobrepasado por la confesión de fe capítulo 2, se describe a Jesús como el nuevo conocimiento provisional.
de un gentil: -+ uto~ {}Eoil en Mc 15, 39 par. Ma- Moisés. Así como en la tradición acerca de Moi- Jesús es un rey que encaja mal en los es- 7. PUOtAlOOU reina* aparece 4 veces en el
teo (cf. Mc 16,41; redaccional Mt 27, 40.43 y 26, sés se acentúa a menudo el poder taumatúrgico de quemas de las expectaciones tradicionales so- NT: en Mt 12, 42 par. Lc 11,31 (Q) para refe-
63). Mientras que Mateo se interesa por este nue- este personaje, y así como este motivo puede aso- bre la realeza (<<Rey de Israel», 12, 13; 1,49; rirse a la «reina del Sur» (cf. 1 Re 10); en
vo título de «Hijo de Dios», vemos que Lucas lo ciarse también con el título de ~aaLAE'Ú; aplicado «nuevo Moisés profético y de majestad real», Hech 8, 27 dícese de la «Reina de los etío-
elimina (Lc 23, 47). - Sobre los antecedentes ju- a Moisés (Filón, VitMos 1, 158; cf., además, Ber- pes», y en Ap 18, 7, donde Babilonia (= Ro-
díos del motivo del taumaturgo davídico real, que 6, 14s; cf. Meeks a propósito de la tipología
ger, notas 96 y 89), pudiera ser que los narradores
es Señor sobre los elementos, los demonios y las de Moisés que se halla aquí presente). Yen- ma) dice con arrogancia: «Yo estoy sentada
pre-mateicos del capítulo 2 hubieran entendido
enfermedades, cf. Berger, 3-9; cf. Descamps, 58ss en consonancia con ello el título de ~aaLAE'Ú; en caja mal, porque Jesús sobrepasa todas las ex- en el trono como reina».
sobre el rey-taumaturgo en la antigüedad. 2, 2. Un enunciado más seguro no se podrá for- pectativas (18, 37 Y passim, por lo cual se P. Lampe
mular sino con respecto al redactor final de Ma- omite la adición: «[Rey] de los judíos / de Is-
El término ~aaLAEÚ~ aparece en la «histo- teo. Para él destacan en primer plano otros aspec- rae!»). Los Sinópticos limitan la realeza de Je- ~(UnAE'Úro basileui5 ser rey, reinar
ria de la entrada triunfal» en una cita de refle- tos: el ~aaLAEU; .c'Ov 'loubaLwv, que había sido sús a su misión terrena para con los judíos;
profetizado en el AT (vv. 5s), y que había sido en- ---+ ~aaLAEÚ~ 5.
xión de Mt 21,5 (idéntica en cuanto a su con- Juan la asocia con la relación del Exaltado
viado a los judíos, es adorado primeramente por
tenido con el redaccional uto~ ~aUL() de 21, gentiles, mientras que los judíos ponen asechan- con los creyentes.
~a(Jl,AtXÓ; 3 basilikos real, perteneciente
9; sobre 21, 5 ---+ :7tQaiJ~) y lo encontramos re- zas a su vida.
5. PUOlAEll(J) ser rey, reinar* es un término al rey
daccionalmente en Lc 19, 38. El ~aaLAEÚ~
que aparece sobre todo en Pablo y en el Apo- ---+ ~aaLAEÚ~ 6.
que hace su entrada, es caracterizado por los b) Juan (18, 36) da una nueva interpreta-
respectivos contextos, en ambos casos, como ción al título que existía ya previamente en la calipsis. Se usa con referencia: a) a Dios (Ap
el taumatúrgico auxiliador de los oprimidos: tradición acerca de la pasión: el rey cuyo rei- 11, 17; 19,6 [aoristo ingresivo como en 1 Cor ~a(Jí,AUJ(Ja, 11;, tl basilissa reina
en Lc 19, 37, por sus «obras milagrosas» (re- no se encuentra en este mundo, pero no tiene 4, 8 bis; Lc 19, 14.27: comenzar a reinar); ---+ ~aaLAEú~ 7.
625 626
623 ~á(JLS; - ~Cta1:á~w 624

En otras partes, el verbo no está determinado ~á'to;, OU, Ó (11) batos bato, barril, cubo
~á(n;, Ero;, tí basis pie* que dicen los Sinópticos). La bestia del Apo-
por su objeto, sino que toda la frase se halla de- (medida de líquidos)*
Hech 3, 7: Los pies y los tobillos del paralí- calipsis, como una cabalgadura, lleva (Ap 17,
finida metafóricamente por el contexto: para el
tico de nacimiento adquirieron fuerza. Origi- 7) a la mujer sentada sobre ella (v. 3). La ma- Bibl.: A. Barrois, La métrologie dans la Bible: RB
dre, durante el embarazo, llevó el fruto de su discípulo, lo de «llevar su propia cruz» signifi- 40 (1931) 185-213; Haag, Diccionario, 2098s. J: T.
nalmente púm¡; significa «paso»; no es un ca que, en el discipulado, él no debe tener mira- Milik, Deuxjarres inscrites provenant d'une grotte de
término técnico de la medicina; la narración vientre (Lc 11,27). Qumran: Bib 40 (1959) 985-991 (=DJD I1I, 37-41); F.
La dirección en que se lleva algo da un ma- mientos consigo mismo (Lc 14, 27). El yugo in-
afín, en 14, 8ss, emplea la palabra :7to'Ú~ (vv. 8 Rieneckcr (ed.), Lexikon zur Bibel, Wuppertal 71967,
tiz al significado del verbo, como cuando los soportable (Hech 15, 10) es la circuncisión y la 894s; A Segre, A Documentary Analysis of Andent Pa-
y 10).
judíos cogen piedras para apedrear a Jesús (Jn ley de Moisés (15, 5). La raíz que sustenta a los lestinian Units of Measure: BBL 64 (1945) 357-375;
10, 31; cf. 8, 59), o cuando Judas se lleva lo paganocristianos como ramas injertadas es Isra- A. Strobel, Mafie und Gewichte, IV. Hohlmafie, en
BHH 11, 1162-1166, 1168s (bibliografía); J. Trinquet,
~a(J)eaivro baskaino fascinar, hechizar* que hay en la caja del dinero (Jn 12, 6) Y el su- el (Rom 11, 18). Los cristianos deben llevar los
Métrologie biblique, en DBS V, 1212-1250; B. N.
Gál 3, 1: Los gálatas se hallan fascinados o puesto jardinero que, según piensa María Mag- unos las cargas de los otros; y esas cargas son Wambacq, De mensuris in Sacra Scriptura: VD 32
hechizados por los adversarios de Pablo, es dalena, se ha llevado el cadáver de Jesús (Jn los pecados; de tal manera que aun los pecado- (1954) 266-274, 325-334.
decir, por una proclamación extraña del evan- 20, 15; cf. vv. 2 y 13). El peso del objeto no de- res que haya en la comunidad deben quedar in-
gelio, hasta tal punto que han llegado a ser sempeña ya ningún papel, cuando se exhorta a cluidos en el mandamiento del amor (Gá16, 2). pú'tO¡; es un préstamo léxico del hebreo
aVÓlj'tOl para el evangelio paulino, sin darse los discípulos a que no lleven consigo para el Algo parecido sucede con la propia carga, que (bat). Hesiquio traduce el término hebreo por
cuenta en absoluto de que han caído en manos viaje bolsa del dinero ni alforjas ni sandalias cada uno debe soportar (Gál 6, 5), Yque es «la pú6o¡;, quizás porque la aspiración usual de
de un poder que los lleva a la perdición. (Lc 10,4). De manera parecida, Pablo lleva en carga de los propios pecados, que hay que lle- la 6 se ajustaba mejor a la pronunciación de la
ThWNT 1, 595s; X, 1014. su cuerpo los estigmas de Jesús (Gál 6, 17). var ante el juicio de Dios}} (F. MuGner, Galater- palabra hebrea (d. los manuscritos a propósi-
Diversos objetos dan al verbo carácter me- brief [HThK], 401s). to de Lc 16,6 Y 2 Esd 7,22). En cambio Hen
~a(n:á~ro bastazo levantar, llevar, sopor- tafórico, destacando especialmente el aspecto W. Stenger (gr) 10, 19 dice pú'tO¡;. Una unidad de gran
tar* de soportar: el Siervo de Dios, Jesús, carga capacidad para la medición de líquidos era la
sobre sí nuestras enfermedades (Mt 8, 17).
Bibl.: F. Büchsel, ~a(J'tá.~(!), en ThWNT 1, 596s. aQ'túplj egipcia, en ático ¡..tE'tQlj't~¡; (= cánta-
Los obreros de la viña soportan el peso y el
Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1014.
calor del día (Mt 20, 12). El que alborote a la
~á'to;, OU, ó, tí (1) batos zarzal, zarza* ro de medición).
Bibl.: Bauer, Worterbuch, 273; Haag, Diccionario, En el NT el término aparece únicamente en
comunidad, tendrá que aguantar el juicio
1. De las 27 veces que el verbo aparece en 2082s; A. Herrmann, en RAe IV, 189-197. Lc 16,6: Éxa'tov pú'tOU¡; fAatou. La medida
(Gál 5, 10). Los «fuertes» deben sobrellevar
el NT, 3 corresponden a Mateo (3, 11; 8, 17; hebrea de capacidad para líquidos correspon-
las flaquezas de los «débiles» (Rom 15, 1).
20, 12), 1 a Marcos (14, 13),5 a Lucas (7, 14; El sustantivo es femenino en Lc 20, 37 Y de a la efa para áridos (grano y harina). 1 ba-
En la hora de la despedida de Jesús, los discí-
10,4; 11, 27; 14, 27; 22, 10),4 a Hechos (3,
pulos no pueden soportar todavía la plena ver- Hech 7, 35, Y masculino en Mc 12, 26, la to = 1 décimo de kor = 6 hin = 72 log. Según
2; 9,15; 15, 10; 21, 35), 5 a Juan (lO, 31; 12, LXX y Filón, VitMos 1, 67. Quizás la forma Josefo, Ant VIII, 57 Y otras bases de compa-
dad (Jn 16, 12). La iglesia de Efeso no puede
6; 16, 12; 19, 17; 20,15),6 a Pablo (Rom 11, masculina sea la ática, y la femenina, la hele- ración, el bato suele corresponder a 39, 384
soportar a los malos (Ap 2, 2). Las palabras
18; 15, 1; Gá15, 10; 6, 2.5.17) Y 3 a Apoca- de Ap 2, 3 no expresan el objeto de la acción nística. pú'tO~ en el sentido de zarza se halla litros; según Segre (que se basa en un papiro
lipsis (2, 2.3; 17, 7). verbal, pero deben entenderse también meta- atestiguado desde Homero, Od 24, 230; Epigr egipcio del año 289 a.C.) y una «medida real»
fóricamente: los efesios se distinguen por ha- Graec 546, 6 y 548, 2. hallada en Laquis, el bato tenía una capacidad
2. En su sentido propio, el verbo se emplea ber tenido paciencia y haber soportado por Moisés vio la revelación de Dios en una de 22, 991 litros.
para expresar la idea de llevar diversos obje- amor del nombre de Jesucristo, es decir, por zarza (Ex 3, 2-4; Dt 33, 16; Josefo, Ant 11, A. Fuchs
tos. Pueden ser cosas ligeras (un cántaro de haber mantenido una firmeza inquebrantable 266): Mc 12, 26 par. Lc 20, 37; Hech 7,
agua, Mc 14, 13 par. Lc 22, 10; sandalias, Mt y por haber resistido sin ceder a las tentacio- 30.35. pú'tO¡; en el AT es la traducción griega
3, 11 [el quitar y llevar detrás de alguien las nes de los falsos apóstoles. ~á'tQaxo;, OU, Ó batrachos rana*
del hebreo seneh, que según la etimología po-
sandalias es oficio de esclavos, y no puede No existe ese aspecto de «soportar», cuan- Según Ap 16, 13, de la boca del dragón y de
pular hace referencia al Sinaí. Por eso, según
exigirse que un discípulo lo haga con su ma- do Pablo -como «vaso escogido» (o como ins- la boca de la bestia y de la boca del falso pro-
Dt 33, 16 se dice que Yahvé es «el que mora
estro; Billerbeck 1, 121]), Y también cosas pe- trumento escogido)- tiene que llevar (= con- feta salen tres espíritus inmundos «semejantes
en la zarza/en el Sinaí»·.
sadas: se lleva el féretro con el cadáver del jo- fesar) el nombre de Jesús ante las naciones y a ranas». Pudo influir en la comparación el
En Lc 6, 44 (no se recogen higos de los es-
ven de Naín (Lc 7, 14), Y se lleva también al los reyes y ante los hijos de Israel (Hech 9, carácter impuro de las ranas según el Levítico
pinos), lo que se trata es de distinguir entre la
paralítico hasta la puerta del templo llamada 15; cf. G. Lohfink: BZ 10 [1966] 108-115, (11, 10), pero también la función destructora
piedad auténtica y la hipócrita. Cf. Job 31, 40
la Hermosa (Hech 3, 2). Pablo es llevado por quien hace referencia a Sib VIII, 331). Se de esos pequeños animales durante la segunda
(en lugar de trigo crecen abrojos, ha ~síi).
los soldados, que lo libran así de la violencia piensa en el ministerio de misionar. Este mi- plaga de Egipto (cf. Ex 7, 26ss; Sal 78, 45;
de la multitud (Hech 21,35). Según Jn 19, 17, nisterio, desde luego, va acompañado de su- 105,30).
A. Fuchs
Jesús mismo lleva su cruz (a diferencia de lo frimientos «a causa de mi nombre» (9, 16).
627 ~a't'taAoyÉlú - ~MA1Jy!!a 628 629 630

horrores del paganismo (representado por Ba- Además, para el autor mismo de Marcos la tingen 1969 (sobre 1, 6.8); H. Lietzmann-w.G. Küm-
~a'ttalo'YÉro battalogeo parlotear, hablar mel, An die Korinther I-II (HNT), Tübingen '1969; H.
sin mesura* bilonia = Roma): culto idolátrico e inmorali- frase se refiere al templo (cf. la explicación EV
Schlier, f3Éf3ULO<; X'tA., en ThWNT 1,600-603; Id., Der
dad (cf. también la yuxtaposición de «abomi- 'tómp áyL<¡) en Mt 24, 15). Pero no se piensa Riimerbrief(HThK), Freiburg i. Br. 1977 (sobre 4, 16;
Se emplea en Mt 6, 7 en la crítica que se ha- ya en la profanación del templo, sino (como
ce de las largas «oraciones» de los paganos, nación y mentira» en Ap 21, 27). En Lc 16, 15,8).
15 Jesús fustiga la «piedad» de los fariseos, sugiere el contexto de Marcos, especialmente
que tratan de hacerse oír mediante una gran el v. 2) en la destrucción del mismo en el año 1. El grupo de palabras aparece ya en Tucí-
diciendo que lo que entre los hombres es de
verborrea (rcoA1JAoyLa); cf. Lc 11,2 D. Es un 70 de nuestra era. La adición del participio en dides y también en inscripciones y papiros,
alta estima, abominable es delante de Dios
término que aparece raras veces en fuentes no masculino Éa'tlptó'ta X-rA.. se refiere aquí se- pero más raras veces en la LXX, en Filón y en
(~6ÉA1Jy¡ta hromov 'tOU 'frwu), es decir,
cristianas. Sobre la dificultad para explicar la guramente a la persona o al poder (el general Josefo. El NT ofrece relativamente numero-
constituye precisamente una idolatría.
etimología de la palabra, cf. Bauer, Worter- romano y su ejército) que se halla detrás de sos ejemplos: ~É~mo~ aparece 8 veces; ~€­
buch, S.v.; ThWNT 1, 597s: BlaB-Debrunner § 3. En 'to ~6ÉAuy¡ta 'tfj~ Eºl]¡troa€w~ (Mc esa destrucción. El autor, pues, actualiza la ~mów, 8; ~€~aLW<JL~, 2. En relación con los
40, nota 3. Lo más probable es (en contra de 3, 14 par. Mt 24, 15) se trata de una expresión clave adoptada, con miras a sus lectores (cf. tres términos juntos, Hebreos ocupa el primer
los autores mencionados) que la palabra se apocalíptica en clave, que procede de Daniel las palabras, seguramente redaccionales: ó lugar con un total de 7 ejemplos. La siguen
derive del término onomatopéyico ~á't(a)­ (9,27; 11,31; 12, 11). Allí se alude al hecho avayLvroaxwv VOEL'tw en el v. 14), en el in- Romanos, primera Corintios, segunda Corin-
aAo~/~át'to~, «tartamudo» (Esquines, Oratio de que Antíoco IV, en los años 168/167 a.C., tento de establecer una interpretación apoca- tios, primera de Pedro, con 2 ejemplos cada
in Timarchum, 51; Hesiquio), del que también mandara erigir en el templo de Jerusalén un líptica de la destrucción del templo y deslin- una; otros ejemplos son Mc 16, 20; Flp 1, 7;
se deriva ~a't'taºL~w (cf. Passow, s.v.). En el altar en honor de Zeus (cf., a propósito, Bi- darla (como un acontecimiento pasado, pero Col 2, 7.
ámbito cristiano primitivo pudo influir tam- llerbeck 1,851). que conserva perfectamente su referencia Los tres términos aparecen en conexión con
bién en la formación de esta palabra el térmi- Marcos recoge esta expresión (Mc 13, 14- apocalíptica) del fin de los tiempos propia- las Erca.yyEALm del antiguo pacto, con la pro-
no arameo btl, «nada»; cf. también Liddell- 22) de una fuente apocalíptica Uudía o judeo- mente tal. clamación y la confesión de la fe y con su
Scott, s. v. ~á't'taAo~; Frisk, Worterbuch 1, cristiana). Como no puede determinarse cla- 1. Zmijewski
confirmación mediante una vida cristiana. La
225,227. ThWNT X, 1014. ramente de qué período es la fuente, queda
H. Balz perseverancia en la fe o el hecho de mante-
oscuro a qué hecho contemporáneo se refiere.
~()El\Jx'tó;, 3 bdelyktos detestable, abo- nerse firmes en ella se expresan repetidas ve-
Unos piensan que se alude a lo sucedido en
minable* ces mediante este campo léxico. Se acentúan
torno al año 40 p.C., cuando P. Petronio reci-
~bÉl\J'Y .. a, a'to;, 'tó bdelygma abomina- bió del emperador Calígula la orden (que no
. Dícese en Tit 1, 16 Uuntamente con arcEL- también la conservación de la XAfj<JL~ o de la
ción* thí~) para referirse a adversarios judíos o judeo- EXAOy~, iniciadas ya en el bautismo o que son
llegó a ejecutarse) de erigir en el templo de
cristianos. el ancla de la EArcL~ cristiana para el futuro.
1. Aparición y significado del término en el NT - 2. Jerusalén una estatua del emperador (en cuyo
Conexiones semánticas en el Apocalipsis y en Lucas - caso se ajustarían muy bien al sentido las pa- Los diversos textos tienen también ocasional-
3. La expresión «abominación de la desolación» en
labras que siguen, con el participio en mascu- ~()El'Ú(J(Jo ..m bdelyssomai detestar, abo- mente un significado jurídico en el sentido de
Mc 13, 14 par. Mt 24, 15.
lino: Éa'tl]xó'ta orcou Ol! 6Ei:). Otros creen rrecer* corroborar o de hacer que algo sea firme o de
Bibl.: W. Foerster, ~OE,,:úaao[tat X'tA., en ThWNT que se trata de determinados sucesos que se En Rom 2, 22, con 'ta €'L6wAa como objeto que algo entre en vigor.
1, 598-600; Haag, Diccionario 105; X. Léon-Dufour, produjeron al principio de la Guerra de los Ju- de la acción verbal; en Ap 21, 8, el participio
en DNT, 81; R. Pesch, Naherwartungen, Düsseldorf 2. ~e~mów. Según Rom 15, 8 Cristo se hi-
1968, 140-143; Id., Das Markusevangelium II, Frei- díos (así piensa Pesch, Markusevangelium 11, de perfecto de la voz pasiva E~6€AUy¡tÉVOL,
burg i. Br. 1977, 291s; B. Rigaux, BOÉA1Jy[tU 'tfí<; 291s). En todo caso, la fuente entendería por junto con 6€LAOL, ama'tOL, etc., se refiere pro- zo siervo de la circuncisión para cumplir las
EQll[twaEw<; Mc 13,14; Mt 24, 15: Bib 40 (1959) 675- «abominación de la desolación» la profana- bablemente a los que se han mancillado con promesas dadas a los padres y confirmar así
683; J. Zmijewski, Die Eschatologiereden des Lukas- ción del templo por un poder hostil a Dios abominaciones (paganas), es decir, a los que es- la aATp'tELa de Dios, su veracidad o su fideli-
evangelium (BBB 40), Bonn 1972, 195-198. Para más tán sucios de inmundicia. ThWNT 1, 598-600. dad al pacto (Schlier, Romerbrief, 424); una
(Éa'tl]xó'ta X'tA.). Hay, pues, buenas razones
bibliografía, cf. ThWNT X, 1014.
para rechazar la interpretación tradicional, idea parecida se halla en Rom 4, 16. En la
que refiere estas palabras al «Anticristo», por- misma línea se encuentra ~É~mo~ en 2 Pe 1,
1. El sustantivo aparece 6 veces en el NT: ~É~ato;, 3 bebaios firme, fiable*
que tal interpretación se basa en un recurso 19 (rcºocpl]'tLXO~ A.óyo~).
Mc 13, 14 par. Mt 24, 15; Lc 16, 15; Ap 17, ~E~mów bebaioo asentar, corroborar, de-
precipitado a 2 Tes 2, 3s. Además, habla en Entre los cristianos de Corinto se hallaba
4.5; 21, 27. Designa en general el objeto de mostrar que algo es fiable, confirmar*
contra de ella el contexto de la fuente: una in- confirmado y firmemente arraigado el testi-
horror y aversión y tiene (como ocurre ya en I3El3aLwm~, EWe;, ~ bebaiosis consolida-
la LXX) una connotación religiosa y moral. vitación a huir (cf. v. 14b) parecería inútil an- monio acerca de Cristo, es decir, la proclama-
ción, confirmación*
te la manifestación del Anticristo. Asimismo, ción de la fe o la predicación de la salvación,
Significa, pues, esencialmente lo que es una
hay que considerar discutible hasta qué punto ,1. Aparición de estos términos - 2. ~E~atÓW - 3. y por tanto el contenido de la fe; Cristo los
abominación ante Dios. f3Ef3ULO<;.
se manifiestan seudo-profetas o seudo-cristos mantendrá firmes en esta fe y en su confesión
2. En Ap 17, 4 se habla de los ~6€Aúy¡ta­ juntamente con esa figura del Anticristo o Bibl.: Bauer, Wiirterbuch, 274-275; H. Conzel- hasta el día del Señor (1 Cor 1, 6.8). Por tan-
después de ella (cf. v. 22). mann, Der erste Brief an die Korinther (KEK), Got- to, la consolidación del testimonio acerca de
'ta de la «ramera Babilonia», es decir, de los
631 632 633 634

Cristo designa la fundación y desarrollo de la ranza inquebrantable de Pablo en que los co- a :nóQvo~); en otras partes, el término se re- el demonio (cf. Mc 3, 22b; Jn 7,20; 8,48.52;
comunidad (Conzelmann, sub loco), no la pre- rintios han de permanecer firmes incluso en el fiere únicamente al lenguaje humano: en 1 10, 20) es una acusación que afecta mucho
sentación firme y válida del evangelio (Cf. sufrimiento y en las pruebas que habrán de Tim 4, 7, ~É~'I1AOL xaL YQawoEL~ ¡.ti:í'l}OL, «ha- más a sus discípulos (cf. Hech 2, 13). A ello
Schlier, ThWNT 1, 603). La proclamación de soportar a casa de su fe en Cristo, es una es- bladurías funestas y propias de viejas coma- alude evidentemente la perícopa de Mt 12,
los apóstoles, que tiene su origen en Cristo y peranza que se orienta hacia el presente (2 dres»; en 6, 20; 2 Tim 2, 16, en la expresión 22-30 par. Mc 3, 22-27 par. Lc 11, 14s.17-23,
testifica sobre él, ha echado firmes raíces entre Cor 1, 7). En Hebreos, el término se emplea ~É~'I1AOL XEVO<pÚ)VLaL, «palabrerías funestas y en la que Jesús tiene que hacer frente a la acu-
los corintios (Kümmel, 167). De manera pare- en el sentido de validez jurídica o entrada en alejadas de Dios». ThWNT 1, 604; X, 1014 sación de los fariseos (Mt 12, 24) o de los es-
cida se expresa 2 Cor 1, 21: la consolidación vigor en relación con la ley del AT (Myo~, (bibliografía). cribas (Mc 3, 22a.c) o de algunos judíos de
en Cristo es consolidación en la fe; Dios une Heb 2, 2) o con un testamento (Heb 9, 17) o que él expulsa demonios con ayuda de Beel-
entre sí a los cristianos y los une con Cristo y con un juramento (d~ ~E~aLú)(JLv Ó 8Qxo~; zebul, príncipe de los demonios (cf. Mt 9,
los convierte de esta manera en fieles discípu- 6, 16). ~E~t)AÓro bebeloD profanar* 34). Jesús recoge esta acusación y pregunta a
los (Bauer, 275). Cf. también Col 2, 7: Los La frecuente aparición del grupo de pala- En Mt 12,5 dícese de la acción de profanar sus adversarios judíos en qué autoridad se
cristianos, que han aceptado a Cristo como el bras en los escritos mencionados nos permite o quebrantar el sábado, cosa que está permiti- apoyan los exorcistas de ellos para expulsar
Señor, deben «vivir en él» (v. 6), porque están sacar conclusiones acerca de la situación: los da a los sacerdotes (cf. Núm 28, 9s); Hech 24, demonios, si es que él realiza sus propios mi-
arraigados y edificados en él por medio de la términos se usan en relación con el mensaje 6, en la acusación de que Pablo ha profanado lagros con ayuda de Beelzebul (Mt 12,27 par.
fe en que fueron instruidos. cristiano primitivo, en el que interesa mucho el templo. ThWNT 1,605; BHH 1, 415. Lc 11,9).
Así como aquí se dice que la instrucción en asegurar la permanencia y estabilidad de la fe.
la fe conduce a la estabilidad, así también en La vida de los cristianos debe acreditarse y 3. Ni en la acusación de los adversarios de
Flp 1, 7 se afirma que el encarcelamiento de mantenerse firme, incluso en medio de la ten- BEEA~E~OÚA Beelzeboul Beelzebul* Jesús ni en la respuesta que da Jesús se iden-
Pablo, del que nada más se conoce, es capaz tación y la persecución, y resistir con decisión tifica a Beelzebul con el diablo mismo; Beel-
Bibl.: W. Foerster, ~EEAl;E~OÚA, en ThWNT 1, 605s;
de contribuir a la defensa (a:noAoyLa) y con- a todas las seducciones que quieran llevarla a E. Jenni, Baal-Sebub, en BHH 1, 175s; E. C. B. Ma- zebul es el nombre de un personaje principal
firmación (~E~aLú)(JL~) del evangelio. Como la incredulidad. La familia de palabras se ha- claurin, Beelzeboul: NovT 20 (1978) 156-160; M. J. entre los demonios. También Mc 3, 26 par.
sucede eventualmente en el uso profano, am- lla al servicio de la fundamentación y del cre- Mulder, en DTAT 1, 730-739 (733). Para más biblio-
entiende evidentemente a Beelzebul como un
bos términos poseen un trasfondo jurídico. cimiento de la comunidad cristiana o de la vi- grafía, cf. OaL/-lÓVLOV; y, además, ThWNT X, 1014s.
príncipe en la ~a(JLAda de Satanás (Mt 12, 26
Heb 2, 3 habla de la (Jú)'t'l1QLa, que tuvo su co- da cristiana del individuo. 1. Según 2 Re 1, 2-6, el nombre del dios filis- par. Lc 11, 18). Los textos del NT que hablan
mienzo en la proclamación de Jesús y que fue A. Fuchs teo de Ecrón era el de Señor de las moscas (en de Beelzebul pertenecen al contexto de la po-
trasmitida por los testigos que la habían oído, hebreo, ba 'al zebCtb), de quien el rey de Israel
lémica judía contra los falsos maestros, que
a los contemporáneos del autor de Hebreos, Ocozías solicitó un oráculo. Sin embargo, la
~E~{uÓro bebaioD asentar, corroborar, con- comparación con textos ugaríticos y con la forma atribuye la herejía a influencia demoníaca. En
teniendo también su recepción consecuencias
firmar del nombre en el NT BEEA.~E~OÚA./BEE~E~OÚA. el NT, tal error acerca de la autoridad de Jesús
(jurídicas). Por otra parte, el «fortalecimiento
--+ ~É~aLO~ 1.2. (Mt 10, 25 Y Mc 3, 22-27 par.) nos muestra que el es considerado como «pecado contra el Espí-
del corazón por medio de la gracia», del que AT ofrece aquí una distorsión polémica del nom- ritu Santo» (Mc 3, 28-30 par.: no es el poder
se habla en Heb 13, 9, no pretende tener sen- bre del dios ba 'al zebCtl (Señor de la excelsitud; diabólico de Beelzebul, espíritu inmundo (Mc
tido jurídico, porque se refiere a la confirma- ~E~aí,ro(Jt;, Ero;, 'Í) bebaiOsis asentamien- así piensa Jenni). El adorador de Yahvé cree que 3, 30), sino el poder divino del Espíritu Santo
ción en la fe. En el final inauténtico de Mar- to firme, consolidación, confirmación las divinidades paganas son demonios, y sus
nombres invitan a la desfiguración (cf. Ap 9, 11: es el que capacita a Jesús para la lucha esca-
cos (16, 20), ~E~aLÓÚ) se usa en relación --+ ~É~aLO~.
Apollon = 'A:n:oA.A.úú)v). tológica contra Satanás y sus demonios (Mt
íntima con el fortalecimiento y consolidación
12, 28; cf. Lc 11, 20); Jesús tiene conciencia
del mensaje de la fe (ó Myo~ es un término
técnico del lenguaje de la misión cristiana pri- ~É~t)AO;, 2 bebelos no santo, impío, fu- 2. En el NT BEEA~E~OÚA (con las formas de ser el más fuerte, que vence al diablo y lo
mitiva), un mensaje que va acompañado de nesto, vil* secundarias BEE~E~OÚA y BEEA~E~OÚ~) apa- despoja de sus bienes (Mc 3, 27 par.).
signos milagrosos. El término aparece 4 veces en el NT: en las rece en 7 pasajes: Mt 10,25; 12,24.27; Mc 3, O. Bocher
Cartas primera y segunda a Timoteo y en Heb 22; Lc 11, 15.18s. Sin embargo, los ejemplos
3. ~É~aLO~. El mantenerse firmes en la 12, 16, Y por cierto no en el sentido clásico de se reducen a dos perícopas sinópticas (Mt 10,
BEAUl.Q Beliar Beliar*
confianza que determinó al principio la vida ~(accesible a cualquiera, profano», sino referi- 17-25; Mc 3, 22-27 par.). La afirmación de
cristiana, protege contra la incredulidad y la do siempre a la distancia en que las personas que un discípulo no está por encima de su ma- Bibl.: W. Foerster, BEAtáQ, en ThWNT 1, 606; K. Ga-
apostasía (Heb 3, 14; de manera parecida, 2 o sus actos se hallaban de la salvación: en 1 estro (Mt 10, 24.25s par. Lc 6, 40) se explica lling, Belial, en RGG 1, 1025s; H. W. Huppenbauer, Be-
Pe 1, 10). Por otro lado, la esperanza es «un Tim 1, 9, impío, persona alejada de Dios, en en una frase adicional trasmitida únicamente tial, en BHH 1, 214; P. von der Osten-Sacken, Gott und
ancla segura y firme para el alma» (Heb 6, 19) un catálogo de vicios (junto a avómOL); en en Mt 10, 25b, en el sentido de que la acusa- Belial (StUNT 6), Gottingen 1969; B. Otzen, beliya'al,
en DTAT 1, 663-668. Para más bibliografía, cf. Otá-
Y se extiende más allá de esta vida. La espe- Heb 12, 16,funesto, vil, dícese de Esaú (junto ción lanzada contra Jesús de estar poseído por ~OAO~; cf. también ThWNT X, 1015.
635 BEALáQ - BEQvLxr¡ 636 637 BEQvLx:rl - Br¡{}avLa 638

1. En el NT BEALáQ, el nombre judío del de- cuyo representante es el diablo (cf. Heb 10, Niese]; Tácito, Hist n, 81; Suetonio, Caes Tit 7; BEQOtatO;, 3 Beroiaios oriundo de Be-
monio, aparece únicamente en 2 Cor 6, 15. El he- 22; Sant 4, 7s). Dión Casio LXVI, 15 Y 18) era hija de Agripa I y rea*
breo belfya 'al, de etimología incierta y tal vez de O. B6cher nació el año 28 p.C. Después de «numerosas rela-
ciones maritales» (Bauer, Worterbuch, s. v.), con- En Hech 20, 4 se menciona a Sópater de
origen mitológico, designa en el AT el ámbito de Berea como uno de los que acompañaron a Pa-
los poderes del caos: perdición, perversidad, mal- vivía con su hermano Agripa n. Cuando se de-
dad (Dt 13, 14; Nah 1, 11; 2, 1; Sal 18,5; 41, 9; sencadenó la guerra de los judíos, en el año 66 de blo en su viaje.
101, 3; Prov 6, 12 Y passim). En los textos de ~d,ÓV1), 1);, ÍJ belone aguja* nuestra era, Berenice estaba con su hermano en
Qurnrán, belfya 'al, entendido personalmente, se -+ Qa<pL~. Jerusalén y se puso del lado de los judíos que
querían la paz. Pero muy pronto cambió por com- BEroQ Beor Beor
convierte en el nombre del supremo ángel de las Se menciona en 2 Pe 2, 15 B 453 Vgm« syrPh
tinieblas, y es sinónimo de diablo (-+ OLá~OAO~) pleto y se puso del lado de los romanos, convir-
y de Satanás (-+ aaLava~). Belial actúa como tiéndose en la amante de Tito, quien después la y otros como nombre del padre de Balaán; -+
~iAO;, OU;, 'tÓ be los flecha, dardo* despidió, primero a instancias de los romanos y BooóQ.
tentador y seductor (lQS 3, 20s), tiene poder so- Ef 6, 16: 'tu ~ÉAl] 'tOU Jtovl]Qou 'tu JtEJt"\)-
bre los demonios (lQS 3, 23s; CD 12, 2; 1QM luego por propia decisión, «invitus invitam»
Qw¡.tÉva, «los ardientes dardos del maligno», (Suetonio).
13,2.4.11; 14, 10) Y sobre las personas seducidas B1)-3a~aQá Bethabara Betábara
(lQS 2, 4s; 5, 1s; 1 QM 4, 2 Y passim), y es el posiblemente también las flechas incendia-
rias. ThWNT 1,607; Haag, Diccionario, 716. 2. Según Hech 25, 13, Agripa y Berenice vi- Jn 1, 28 Textus Receptus en vez de -+
enemigo de los príncipes de la luz (CD 5, 18). Al
diablo se le llama constantemente BEALaQ en los sitaron al prefecto romano en Cesarea. Rodea- Bl]1tavLa 2.
TestXn, y es considerado también en ellos como dos de personas importantes (25, 23), escucha-
tentador y seductor (TestJos 7, 4) Y como jefe su- ~EA'tíO)v, 2 beltion mejor (adj.), mejor ron el último discurso de Pablo en territorio B1)-3avía, a; Bethania Betania*
premo de los demonios (TestJud 25, 3; TestIs 7, (adv.)* judío. ¿Cómo es que Lucas escogió precisa-
7). Beliar es por excelencia el enemigo de Dios Bibl.: Abel, Géographie Il, 243, 264-267; A. Ba-
(TestLev 18, 12s; 19, 1; TestIs 6, 1; TestZab 9, 8 El neutro singular se usa como adverbio en mente a «esa candorosa pareja que vivía en rrois, en DBS 1, 968-970; S. Docks, Béthanie, au-delil
Ypassim). También Jub 1,20; 15, 33 Y VitProph la frase ~ÉA'tLOV oi! yLVWO'XEL~, «tú sabes me- incesto» (cita de Wellhausen en Haenchen, du Iourdain. In 1, 28, en Id., Chronologies néotesta-
21, 5 identifican a Beliar con el diablo. Por el jan>, 2 Tim 1, 18; cf. BlaB-Debrunner § 244 645) como destinatarios principales del dis- mentaires et Vie de l' Eglise primitive, Paris 1976, 12-
20; L. Heidet, en DB 1, 1654-1662; C. Kopp, en LThK
contrario, en VitProph 21, 5 Y Sib n 167; III 63, nota 3; de manera parecida en Hech 10,28 D. curso paulina, y por qué incluyó expresamen- 1,305-307; Kopp, Statten, 153-166,319-338.
73 Beliar es identificado con el Anticristo. te entre los oyentes a Berenice (25, 23; 26,
30), «una mujer tan santurrona como disolu- El NT designa con el nombre de Betania
2. Pablo emplea el nombre del diablo BEvla,..,ív Beniamin Benjamín* ta» (Schürer, 591)? Prescindiendo de la inten- dos lugares diferentes, ambos en los evange-
BEALáQ en una sección parenética (2 Cor 6, Nombre indeclinable de la tribu de Benja- ción de Lucas de ofrecernos una respuesta de lios. 1) Una Betania cerca de Jerusalén (Mc
14-7, 1), un nombre que él podría haber to- mín, del hebreo binyamín (cf. Gén 35, 16.18; autoridades judías a la cuestión acerca de la 11, 1; Jn 11, 18), situada a 15 estadios de la
mado, lo mismo que el término hebreo, de 45, 12 y passim): se menciona en Hech 13, culpabilidad de Pablo (25, 26; 26, 31s), el au- capital (= 2, 8 km), en la ladera del Monte de
una tradición judía dualística. Su exhortación 21, al hablarse del origen del rey Saúl (cf. 1 tor de Hechos quiere hacer una exposición los Olivos; 2) otra Betania (mencionada úni-
dirigida a los corintios para que se separen de Sam 8, 5; 10,21.24); en Rom 11,1; Flp 3, 5, apropiada de lo que era el cristianismo, ate- camente en Jn 1,28) «al otro lado del Jordán,
los «impuros» no cristianos, se dilucida con- al hablarse de la tribu a la que pertenecía Pa- niéndose a las reglas de la historiografía anti- donde Juan estaba bautizando».
ceptualmente mediante las antítesis de la po- blo; en Ap 7, 8, al mencionarse los doce mil gua (cf. 26, 26). «Lo que era importante para 1. La Betania cerca de Jerusalén está si-
lémica judía contra los gentiles: frente a los que fueron sellados de cada una de las tribus la historia universal exigía como marco la al- tuada en la ladera del monte de los Olivos. Al
creyentes están los incrédulos; frente a la jus- de Israel. LThK 11, 204s; RGG 1,216; BHH 1, ta sociedad, el mundo de los encumbrados y llegar Jesús a las cercanías de «Betfagé y Be-
ticia, la iniquidad; frente a la luz, las tinie- 216; Haag, Diccionario, 225-227. poderosos» (Haenchen, 649). tania», envía a dos discípulos para que le trai-
blas; frente al Mesías, Beliar; frente al tem- W. Radl gan la cabalgadura con la que va a hacer su
plo de Yahvé, los ídolos; frente a la pureza, la entrada triunfal en Jerusalén (Mc 11, 1 par. Lc
inmundicia. Claro que Pablo desplaza el acen- BEQvb(1), 1);, Bernike Berenice* 19,29). Al atardecer de aquel día Jesús regre-
to de la pureza cultual a la pureza ética. Así Bibl.: J. Blinzler, en LThK 11, 217; E. Haenchen, BiQota, a; Beroia Berea* sa con los Doce a Betania para pasar allí la
como Pablo no pretende formular un enun- Die Apostelgeschichte, Gottingen '1977, 642s, 645, Ciudad situada a orillas del río Astreo en noche (Mc 11, 11 par. Mt 21, 17) y se va de
ciado cristológico, así no concede tampoco 648-650; E. Mireaux, La reine Bérénice, Paris 1951; Macedonia, en la que Pablo y Silas evangeli-
B. Niese, Flavii losephi opera VII. Index, Berlin
aquella localidad al día siguiente (Mc 11, 12).
interés particular al papel del diablo. No obs- zaron con éxito durante su «segundo viaje mi- En Betania (<<en casa de Simón el leproso»)
'1955, en el vocablo B. 2; Schürer 1,589-597,723; U.
tante, la polaridad entre Cristo y Beliar en 2 Wilckens, en Pauly-Wissowa III, 287-289. sionero», en relación con su estancia en Tesa- tiene lugar la unción de Jesús, antes de la pa-
Cor 6, 15 aproxima este pasaje a los textos lónica: Hech 17, 10.13. Según el v. 10, había sión (Mc 14, 3 par. Mt 26, 6).
acerca del Anticristo en Sib 11, 167; III, 63, 1. BEQvLxr¡ es la forma vulgar de BEQEVLxr¡, en Berea una sinagoga. Pau1y-Wissowa III/1,
la forma macedónica de <PEQEVLxr¡ (cf. Verónica) Jn 12, 1 sitúa también en Betania una unción
73; VitProph 17, 10. Quien elude las exigen- = <<la que trae la victoria». La Berenice que se 304-308; LThK 11, 261; BHH 1, 222; Haag, de Jesús (realizada por María), pero en casa
cias del XQL(JLÓ~, permanece en la impureza, menciona en el NT (cf. Josefo, Ant y Bell [cf. Diccionario, 227; LAW, 456. de Lázaro, María y Marta (12, 1-8). En 11, 1
639 640 641 642

se dice que Betania es «la aldea de María y mejor corresponde al hebreo byt ''Sdtyn (3Q15 te. La temprana glosa falta en los mejores ma- de la diosa Lal}.ama»). En el AT, esta localidad
de su hennana Marta» (cf. también 11, 18). 11, l2s). Se trata de una forma dual que hace nuscritos (p •• 75 Sin B C* D y otros). El texto es importante sobre todo por ser el lugar de
Lc 24, 50 refiere que Jesús (en el día de referencia seguramente a dos estanques de no forma parte del contenido original del origen de la familia de David (l Sam 16, 18;
pascua), «en las cercanías de Betania», bendi- agua (excavados). El elemento fundamental evangelio de Juan. 20, 6; 2 Sam 2, 32; 21, 19; 23, 14.24; Rut 1,
jo a sus discípulos y a continuación «fue ele- del nombre no está aclarado etimológicamen- H. Leroy 22; 2, 4; 4, 11). Por lo demás, Belén no de-
vado al cielo» (v. 51). Esta noticia se halla en te. El otro nombre Bl1~a'ltá (L it') o la fonna sempeña más que un papel secundario (cf. Jue
cierta tensión con lo que se dice en Hech 1,4- Bl1'lt~a'ltá (Sin 33 Eusebius; también NTG y BlJaAÉE,. Bethleem Belén* 17,7; 19, 1; 1 Crón 2, 50ss; 4, 4.22; 2 Crón
12, donde el monte de los Olivos es el lugar GNT) son transcripciones griegas de una for- 1. Aparición del término - 2. Historia - 3. Empla- 11,6; Esd 2,21; Neh 7,26).
de la Ascensión. ma aramea correspondiente (cf. GNTCom, sub zamiento - 4. Campo referencial en el NT - 5. Sobre la La profecía de Miq 5, 2, que asocia a Belén
loco). denominada cueva de la Natividad. con Efrata (es decir, con el territorio de la tri-
2. No se puede determinar la situación Bibl.: J. Duncan-J. Derrett, The Manger at Betle- bu de los Efrateos, el más pequeño de los cla-
exacta de la «Betania al otro lado del Jordán» Betesda era una gigantesca instalación, excava- hem: StEv VI (1973) 86-94; Kopp, Stdtten, 10-85; G. nes de Judá), llegó a ser importante por la
(Jn 1, 28). En el siglo III no se sabía ya dónde da en la roca hasta una profundidad de 7 a 8 m. Kroll, Auf den Spuren Jesu, Leipzig '1974, 41-66; S. profecía de que el Mesías habría de nacer «de
Tenía cinco soportales; cuatro de ellos rodeaban Mittmann, Bethlehem, en TRE V, 759-763; W. Schmit- la casa de David» (Miq 5, 1). Según 1 Sam
había que situarla (Orígenes). Es difícil expli- por todas partes el estanque, que era doble: uno hals, Die Weihnachtsgeschichte Lk 2, 1-20, en FS
car el origen secundario de la variante textual 17, 12, David «era hijo de un efrateo de Belén
más pequeño situado al norte (de unos 40 x 50 Fuchs, 281-297; H. Schürmann, Das Lukasevangelium
«Betania», derivada de Brl"'ta~aQá (C' K rr m), y otro mayor, al sur (de unos 50 x 60 m). El I (HThK), Freiburg i. Br. 1969,97-115; W. A. Schult- de Judá, llamado Jesé» (cf. también el Test-
'P' sy" sa Or Eus Epiph) o Bl1'ltaQa~á (Sinb quinto soportal se alzaba sobre un muro de sepa- ze, Zur Geschichte der Auslegung von Mt 2, 1-12: ThZ Rub 3, 13). Una antigua tradición, que se en-
ración, de 6, 5 m de espesor, entre los dos estan- 31 (1975) 150-160. cuentra ya en el AT, situó erróneamente el se-
892mg syhmg Or). El mejor y más antiguo testi-
monio textual dice Bl1'ltavLa y ofrece por tan- ques. Los soportales fueron erigidos probable- pulcro de Raquel (Gén 35, 19s; 48, 7) en «el
mente por Herodes el Grande. En todo caso, la 1. Bl1'ltAÉqt es un topónimo indeclinable camino hacia Efrata, es decir, Belén» (así di-
to la lectura original (R. Schnackenburg, El existencia de la instalación queda asegurada por (según la LXX trascribe el hebreo bet lelJem,
evangelio según san Juan 1, 321s; GNTCom, ce, en todo caso, una glosa antigua; pero es
el Rollo de Cobre de Qumrán antes citado (3Q15, trascrito también Bm'ltAÉql, cf. Hatch-Red-
sub loco. aprox. 35-65 p.c.), para el decenio que precedió a distinto lo que dicen Jer 31, 15 Y 1 Sam 10,
path, Suppl., 33a, 39c; las trascripciones he- 2). Habrá que suponer que, en tiempos del
G. Schneider la destrucción de Jerusalén. La instalación se ali-
mentaba con el agua de lluvia de un valle lateral chas por Josefo son diferentes: Bl1'ltAÉ!W, NT, la expectación de un mesías «de la Casa
que fluía hacia el Valle del Cedrón. Además, se -(()V, Bl1'ltAÉEf1.a, -(()V y Bl1'ltAEÉf1.l1, -l1~, cf. de David» se hallaba asociada estrechamente
BlJa~aaá (BlJ~aaá) Bethzatha, Betza- alimentaba también probablemente de un manan- A. Schalit, Namenworterbuch zu Flavius Jo- con el lugar. Fuentes judías de tiempos poste-
tá; otra forma del nombre es: tial subterráneo. En 1961 comenzaron a descu- sephus, Leiden 1968,27 col. b). En el NT se riores lo entienden también así (Billerbeck 1,
Bl1'ltwoá Bethesda Betesda* brirse los baños que habían sido excavados en la menciona únicamente a Belén como lugar del 83). Josefo (por ejemplo, Ant VII, 312) llama
roca, al este de los dos grandes estanques, y a los nacimiento de Cristo en las historias de la in-
Bibl.: BetesdalBetzatá, en Haag, Diccionario, 235- que llegaba el agua por medio de una red de pe- siempre a Belén una «ciudad». Juan (7, 42) la
236; M. Gorg, Betesda: Beckenhausen: Bibl. Notizen fancia según Mateo (2, 1.5s.8.16) y según denomina una «aldea».
queños canales. A estos baños se dirigían proba-
49 (1989) 7-10; J. Jeremias, Die Wiederentdeckung von blemente los enfermos, y no a los estanques, que Lucas (2, 4.15) y también en In 7, 42. En Ma-
Bethesda, Gottingen 1949; Id., The Rediscovery of Be- tenían una profundidad de 13 m. «Es probable teo se la llama «Belén de Judea» (cf. también 3. Belén se halla situada sobre dos colinas
thesda, Louisville, Ky., 1966 (obra ampliada y mejora- que en tiempo de Jesús el complejo tuviera ya ca- Josefo, Ant V, 318) para distinguirla de una unidas por un anticlinal, al este de la calzada
da); R. Schnackenburg, El evangelio según san Juan n,
Barcelona 1980, 130s; D. J. Wieand, John V. 2 and the
rácter sacro, y no sirviera únicamente para tomar localidad de Galilea que tenía el mismo nom- que va de Jerusalén a Hebrón, a una altitud de
Pool of Bethesda: NTS 12 (1965-1966) 392-404. las aguas» A. van der Bom-W. Baier, en H. Haag, bre y que estaba situada en el territorio de la 760 a 800 m sobre el nivel del mar. La ladera
Bibel-Lexikon, Zürich 1982,203. tribu de Zabulón (Jos 19, 15). Mt 2,6 (en ci- sur tiene una pendiente más pronunciada que
1. En el NT, Betesda se menciona única- ta de Miq 5, 1 LXX) habla de «Belén, en tie- la ladera norte. Hacia el este se extiende el
mente en Jn 5, 2 como el nombre hebreo de 2. En el NT, el lugar se menciona única- rra de Judá». Lucas enuncia más detallada- desierto de Judá. El asentamiento de la edad
un lugar «situado cerca de la puerta llamada mente en Jn 5, 2. Hay buenas razones para du- mente: «a Judea, a la ciudad de David que se del hierro se encontraba ya en la colina orien-
de las Ovejas» y que tiene «cinco soportales». dar de la autenticidad de los versículos 5, 3b-4. llama Belén» (Lc 2, 4). Juan (7, 42) hace re- tal, y allí estaba también el lugar. durante la
El lugar donde, según Jn 5, l-9b, se realizó la Los primeros copistas intensificaron pro- ferencia en general al testimonio de la «Es- época grecorromana. AqUÍ el emperador
curación del enfenno que llevaba 38 años in- bablemente 10 que se creía que era un suceso critura» (cf. 2 Sam 7, 12; Sal 89, 4s; y espe- Constantino o su madre Elena edificó la Igle-
válido, ha sido visitado por los peregrinos milagroso, haciendo notar que la primera per- cialmente Miq 5, 1). sia de la Natividad (Eusebio, VitConst I1I,
cristianos a lo largo de los siglos. Su empla- sona que descendía a las aguas, después que. 41ss) sobre una cueva que con el correr del
zamiento ha quedado confinnado por la ar- éstas fueran agitadas, era curada de sus dolen- 2. Belén se halla situada a unos 8 km al Sur tiempo se amplió hasta constituir un sistema
queología (cf. Jeremias). cias. El ángel que descendía a las aguas para de Jerusalén (Josefo, Ant VII, 312 dice con de cuevas.
El nombre se ha trasmitido con diversas va- agitarlas representa probablemente una expli- imprecisión «a 20 estadios»). Se la menciona
riantes, pero la de Bl1'ltwoá (C Koiné E> y cación popular del hecho de que las aguas por primera vez en las Cartas de El-Amama 4. Aunque los textos antiguos del NT ha-
otros) merece la preferencia, porque es el que brotaran del manantial de manera intenniten- (siglo XIV a.C.) como bit ilu lalJama (<<Casa blan -en fonna de confesión de fe- de Jesús
643 644 645 Br¡{}oa'CM(v) - Pfílta 646

como el Mesías, «descendiente de David se- 5. La tradición vinculada con la denomina- En la tradición de Q (Mt 11,21 par. Lc 10, 2. Betfagé no aparece en la LXX, y en el
gún la carne» (Rom 1, 3; también 9, 5), sin da cueva de la Natividad (--+ 3) es prueba, in- 13), Jesús maldice a Betsaida a causa de la in- NT la encontramos únicamente en Me 11, 1
embargo el problema acerca del lugar del na- dudablemente, del interés que los cristianos credulidad de sus habitantes. Según Mt 11, par. Mt 21, 1; Lc 19,29. Una variante textual,
cimiento de Cristo sigue siendo una cuestión sintieron desde muy pronto por el lugar, pero 20, esta ciudad, lo mismo Corazín y Cafarna- atestiguada ya por Orígenes, no menciona el
debatida. no garantiza suficientemente la historicidad ún, se cuentan entre las poblaciones en las nombre de Betfagé en el evangelio de Marcos.
de los testimonios de Mateo y de Lucas. que Jesús obró muchísimos milagros. Durante Pero su débil testimonio en la tradición y la
Los evangelios de Mateo y de Lucas mencio- la travesía nocturna en dirección a (JtQó~) concordancia que existe entre los Sinópticos
nan unánimemente a Belén, pero difieren consi- La tradición escrita la encontramos por prime- Betsaida, Jesús se revela a los discípulos (Mc hablan en favor de que la lectura original es:
derablemente en sus respectivas descripciones de ra vez en Justino (Dial 78, 5). Se refiere segura- 6, 45). En las cercanías de la aldea (Mc 8, «Betfagé cerca de Betania». Mateo es el que
las circunstancias históricas del nacimiento. Al mente a aquella cueva en la que el emperador 22.26), Jesús cura a un ciego (8, 22-26). Lu- se expresa más claramente con lógica y senti-
hacerlo así, no están libres de intereses apologéti- Adriano instaló un santuario en honor de Tam- cas (9, 10) menciona esos alrededores como do topográfico; Marcos habla desde la pers-
cos y cristológicos. La afirmación que se hace en muz, y sobre la cual el emperador Constantino
Jn 7, 42 muestra la gran presión a que se vieron erigió más tarde la iglesia de la Natividad (según el escenario donde se produjo la primera mul- pectiva de Jerusalén. El paralelo de Mc 11,2,
sometidos los evangelistas para probar la cone- Jerónimo, Epistula ad Paulinum, 58, 3). Según tiplicación de los panes (a diferencia de Mar- que se refiere a la «aldea que está enfrente de
xión de Jesús con Belén. Orígenes, Cels 1, 51, la cueva fue «mostrada» a cos y Mateo, que hablan de una región solita- vosotros», piensa sin duda alguna en Betfagé,
unos visitantes en el siglo III de nuestra era. El ria). Esta localización, probablemente, está por la cercanía en que se hallaba la ladera del
ProtEv (17, 2; 18, 1) sugiere un lugar diferente. íntimamente relacionada con la concepción monte de los Olivos. Además, el área urbana
Mateo menciona por primera vez Belén co-
mo lugar del nacimiento de Jesús en el marco A. Strobel de Lucas de que el cristianismo se asienta en de Jerusalén comenzaba aquí. Acentúa el sig-
de la historia de los Magos (2, 1ss). El consi- las ciudades o tiene en ellas su punto de irra- nificado de la entrada triunfal de Jesús en la
diación (cultura urbana de tipo helenístico). ciudad santa el hecho de que aquí precisamen-
dera a Belén como el lugar de residencia de Bl13(Jat~á(v) Bethsaida(n) Betsaida*
los padres de Jesús. El relato tiene su punto Por tanto, habrá que contar también, desde el te, en el límite de la ciudad, se ponga a su dis-
Bibl.: Abel, Géographie 11, 279s; Bauer, W6rterbuch, punto de vista de la historia de la redacción, posición una cabalgadura (cf. Finegan, 91).
culminante en la profecía de Miq 5, 1. Los 277-278; G. Dalman, Orte und Wege Jesu (BFChTh
breves relatos que siguen a continuación so- 2/1), Darmstadt 1967 (=Gütersloh 1924), 173-180; M.
con una preparación literaria para 10, 13. La
influencia de Mc 6, 45 Y 8, 22 es muy discuti- W. Radl
bre la huida a Egipto y la matanza de los ni- S. Enslin, en BHH 1, 234; Haag, Diccionario, 232;
ños en Belén (Mt 2, 13-15 Y vv. 16-18) dela- Kopp, Stiitten, 230-243; C. Kopp, en LThK 11, 314s; B. ble. Betsaida es la patria chica de Pedro, An-
Pixner, Searching for the NT Site of Bethsaida: Bibl. drés y Felipe (Jn 1,44; 12,21).
tan el mismo interés por declarar que se había Arch. 48 (1985) 207-216. pii""a, a'to;, 'tó bema paso, grada, sitial,
cumplido la profecía del AT (cf. Os 11, 1; Jer A. Fuchs tribuna*
38, 15). Betsaida, en hebreo bh :¡ayedá (<<lugar de l. Aparición del término en el NT - 2. Significados
En contraste con Mateo, vemos que Lucas pesca»), está situada al extremo septentrional - 3. Expresiones estereotipadas.
del lago de Genesaret, al este de la desembo-
B1)1tq¡ayÍJ Bethphage Betfagé*
asocia cronológicamente el nacimiento de Je-
Bibl.: E. Reisch: Pauly-Wissowa I1I, 264s; A. M.
sús con la publicación del edicto que ordena- cadura del Jordán (Josefo, Bell 11, 167s; I1I, Bibl.: Abel, Géographie 11, 279; Billerbeck 1, 839s; J.
Schneider, en RAC 11, 129s.
506-515). Herodes Filipo la elevó a la catego- Finegan, The Archeology ofthe New Testament, Prince-
ba un «primer» censo del Imperio, y convier- ton 1969, 88-91; Kopp, Stiitten, 323-332; E. Lohmeyer,
te también el censo en el marco que envuelve ría de ciudad en honor de César Augusto, y la Das Evangelium des Markus (KEK), Gottingen 81967, 1. El sustantivo PfíflU, derivado del verbo
las circunstancias del nacimiento. Por tanto, llamó Betsaida Julias por la hija del empera- 228s; R. Pesch, Das Markusevangelium 11 (HThK), puivw (<<dar pasos»), aparece 12 veces en el
los padres de Jesús se ven obligados a mar- dor (Josefo, Ant XVIII, 28). Fue asignada por Freiburg i. Br. 1977, 176-178; K. L. Schmidt, Der Rah-
men der Geschichte Jesu, Berlin 1919 (Darmstadt 1969),
NT: se encuentra con frecuencia en Hechos (8
char de Nazaret a Belén para empadronarse Nerón al rey Agripa (Josefo, Ant XX, 158s;
295-297. veces) y aisladamente en Pablo (2 veces), en
como descendientes de David ante los funcio- Bell 11, 252). Se supone que Betsaida estaba
Mateo (1 vez) y en Juan (1 vez).
situada donde se halla actualmente la ciudad o 1. El nombre de Br¡{}cpay~, que puede tradu-
narios del censo. Lucas, que habla dos veces
aldea junto a et-Tell o Khirbet el- 'Araj. A cau- cirse por «casa de los higos», designa en el NT a
con énfasis acerca de la «ciudad de David» 2. El significado original <<paso» aparece
sa de Mc 6, 45, en comparación con 6, 53, se una localidad cercana a Jerusalén, situada entre la
(2,4.11), quiere acentuar el cumplimiento de antigua calzada romana y Betania, junto al monte únicamente en Hech 7, 5 en una indicación
ha supuesto la existencia de una segunda Bet-
la promesa bíblica. de los Olivos, probablemente en su ladera orien- de longitud, PfíflU :n:oM~, «la longitud de un
saida. Ahora bien, JtQó~ indica tan sólo la di-
La otra tradición del NT parte de que Jesús tal (Finegan, 90; otra cosa piensa Lohmeyer, paso», es decir, «lo que se recorre al dar un
rección (a diferencia de d~ en Mc 8, 22); ade-
se crió en Nazaret, su «patria chica» (--+ Na- 228). Se la identifica casi siempre con la locali- paso», en una cita tomada de Dt 2, 5 LXX.
más, lo de «ir en travesía hacia» no significa d~d actual denominada Kefr et-Tur. Según la tra-
~aQÉt; Mc 6, 1ss; Mt 2,23; Lc 4, 16ss; Jn 1, necesariamente navegar hasta la orilla opues- En todos los demás casos encontramos el
dIción rabínica, Betfagé está dentro del radio de sentido corriente que este término tiene en el
44ss). El origen galileo de Jesús fue ocasión ta; según Josefo (Vita 59), se hace una trave- la ciudad de Jerusalén. Los textos que hablan de
para que los adversarios de Jesús pusieran en sía para ir de Tiberíades a Tariquea, aunque los lugares adecuados, por ejemplo, para comer el lenguaje helenístico de la administración y
duda su legitimidad mesiánica. En Juan (7, ambas localidades estén situadas en la ribera cordero pascual, mencionan a Betfagé como el del derecho, en el que se usa como tecnicis-
42s) hallamos un ejemplo de este debate. occidental. distrito urbano más alejado (Billerbeck). mo para designar una sede o tribuna pública.
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En Hech 12, 21, ~fjf!a significa una tribuna ~ta, a~, ÍI bia poder, violencia* ~01J<JLV, que es también difícil de entender, y toman por la fuerza». De esta manera, las dos
de orador, desde la cual Herodes Agripa di- En el NT, este término se emplea única- lo sustituye por el nuevo sujeto :1ta~ y el ver- frases constituyen un paralelismo sinonímico
rige la palabra a la multitud. En Mt 27, 19 Y mente en Hechos. Según 5, 26 los apóstoles bo ~La~E'taL, tomado de la primera frase, fa- que no disuena.
Jn 19, 13 así como también en Hech 18, son llevados «sin uso de la fuerza» (ou f!E'ta cilitando la comprensión del mismo mediante Si nos damos cuenta de que la sentencia, en
12.16s; 25, 6.10.17, ~fjf!a significa el sitial ~La~) ante el Sanedrín; en 21, 35 se habla de la adición de la preposición d~, que indica la todo caso, se refiere al reino actual de Dios,
oficial (sella curulis) gestatorio en el cual la violencia de la multitud que se arremolina meta de un movimiento. Conforme a la con- entonces veremos que Mateo no incluye a
solían sentarse los altos funcionarios roma- contra Pablo (cf. 24, 7 v.l.); en 27, 41 se ha- cepción que Lucas tiene de la historia de la Juan el Bautista en ese reino de Dios, y que
nos para desempeñar su función de jueces bla de la violencia (de las olas); p47 C Koiné y salvación, el tiempo de la ley y los profetas entiende finalmente el ew~ aQ'tL desde la si-
(cf. Josefo, Bell 11, 301): el sillón de juez en otros añaden 'toov x1JWhwv. llega hasta Juan. A partir de entonces comien- tuación de Jesús, que es el hablante. En ese
el que se sentó Pilato en Jerusalén para juz- za la proclamación del reino de Dios. El com- caso, basándose en el contexto, puede ofre-
gar a Jesús, el sillón de Galión en Corinto plemento preposicional d~ au't~v muestra cerse la siguiente traducción: «esta genera-
(en las excavaciones realizadas en el costado ~tá.~op.tm biazomai hacer uso de la fuer- que ~Lá~E'taL debe entenderse en el sentido ción» se enfrenta con Juan el Bautista y con
meridional del ágora se han encontrado los za; hacer uso del poder; comportarse vio- intransitivo que es propio de la voz media: «y Jesús, el heraldo del Reino, y lo hace con di-
fundamentos para esos tipos de ~fjf!a; cf. lentamente * todos se esfuerzan impetuosamente por entrar famación y resistencia (vv. 16-19); así que «el
E. Kirsten-W. Kraiker, Griechenlandkunde, ~La(J't~~, ov, Ó biastes persona violenta, en él (en el reino de Dios)>>. Al mismo tiem- reino de los cielos sufre opresión hasta el día
Heidelberg 41962, 321) Y el sillón de Festo impetuosa* po, el :1ta~ incluye también a los «avariciosos de hoy». Aquello de que «los violentos lo arre-
en Cesarea durante el interrogatorio de 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni-
fariseos» (v. 14) del contexto, para quienes batan por la fuerza» es una realidad que se ha
Pablo. dos semánticos en el contexto de Mateo y Lucas - significa que la proclamación del reino de producido ya para Juan, que está encerrado en
En 2 Cor 5, 10 Y Rom 14, 10 Pablo utiliza 3. El punto de vista de la historia de las tradiciones. Dios no deja sin valor la ley (v. 17), de tal ma- prisión (v. 2). En el caso de Jesús, esa realidad
el término en la descripción del juicio final Bibl.: P. W. Barnett, Who Where the «Biastai» (Mt nera que los que «no oyen a Moisés y a los es inminente.
divino: «Todos hemos de comparecer ante el 11, 12-13): RTR 36 (1977) 65-70; G. Braumann, «Dem profetas», no harán la «penitencia» exigida
tribunal (~fjf!a) de Cristo» (o «de Dios»). Himmelreieh wird Gewalt angetan» (Mt 11, 12par): para entrar en el reino de Dios, «ni siquiera en 3. A diferencia de lo que sucede con las for-
~fjf!a (cf. Sib 11,218; VIII, 222, 242; también
ZNW 52 (1961) 104-109; F. W. Danker, Luke 16, 16 - el caso de que uno de los muertos resucite» mas que ellogion tiene en Mateo y en Lucas, no
An Opposition Logion: JBL 77 (1958) 231-243; Gop- sabemos qué contexto puede determinar el senti-
Polic 6, 2) sustituye aquí a ttQóvo~, que es el pelt, Theologie 1, 114s; Jeremias, Teología 1, 63s,
(16, 30s). do de dicho logion en la fuente Q (cf. Schulz,
término que se emplea generalmente para de- 1365; Ph.-H. Menoud, Le sens du verbe ~Lá~E'taL dans Si el ~Lá~E'taL de Mateo, que no expresa 262: Ó VÓf!O~ xal OL :1tQO<Pfj'taL í!w~ 'Iwuvvou,
signar el sitial del juez escatológico (cf. Dan Le 16,16, en FS Rigaux, 207-212; E. Moore, BIAZQ, objeto de la acción verbal, se interpreta tam- a:1tO tÓ'tE ~ ~aaLA.ELa tOU ttEOU ~LU~E'taL xal
API1AZQ and Cognates in losephus: NTS 21 (1974- bién en el sentido intransitivo que es propio ~Laa'tal áQ:1tá~ou<JLV m'J't~v), Ahora bien, ba-
7,9; Hen [et] 45, 3; 47, 3; Mt 19,28; 25, 31s; 1975) 519-543; N. Perrin, The Kingdom ofGod in the
Ap 20, 4, 11). de la voz media, entonces habrá que traducir: sándonos en el tenor de las palabras, habrá que
Teaehing of lesus, London-Philadelphia 1963, 171- suponer que a Juan se le considera en Q como
174; G. Schrenk, ~Lá~of.tm, ~Laa't1Í~, en ThWNT 1, «Desde los días de Juan el Bautista hasta aho-
«la cesura decisiva que se produce en el conti-
3. Dos expresiones estereotipadas son im- 608-613; Schultz, Q, 261-267, Para más bibliografía, ra, el reino de los cielos se abre camino impe- nuado trascurso de la historia de la salvación»
cf. ThWNT X, 1015, tuosamente, con violencia». Pero esta inter-
portantes para conocer el empleo que se hace (Schulz, 264). Después del período antiguo de la
de ~fjf!a en el NT: a) «sentarse en el ~fjf!a» pretación se viene abajo por la segunda frase, historia de la salvación, que terminó con Juan,
1. El verbo ~Lá~of!aL aparece en Mt 11, 12 que está unida por el xaL El término ~La(J­ comienza con Jesús el «ésjaton» del reino de
como expresión de que se ejerce una función
par. Lc 16, 16 (Q). En el mismo versículo de 'taL, que aquí aparece, y que se encuentra ra- Dios. En el destino de persecución que le corres-
oficial, principalmente la función judicial pondió a Jesús y a los mensajeros que le siguie-
Mateo se halla el sustantivo ~La(J't~~, que ha ras veces en griego, se deriva de ~La y es par-
(Mt 27,19; Jn 19,13; Hech 12,21; 25, 6.17); ron, aparece (según Q) el destino que aguarda al
hecho que este pasaje se conozca como el 10- te de una familia de palabras que tiene como
b) «(estar) ante el ~fjf!a» como expresión de reino de Dios en el tiempo que precede a la paru-
gion del «asalto de los violentos». Se trata elemento semántico común la idea de «vio-
que se está siendo juzgado (Hech 18, 17; 25, sía: un destino de aflicción e impotencia.
desde siempre de una verdadera crux inter- lento». Así que este término, en la segunda
10; Rom 14, 10; 2 Cor 5, 10). pretum.
B. Schaller frase, no se puede traducir sino como sujeto Si consideramos el logion como ipsissi-
de uQ:1tá~01J(JLV: «y los violentos l(\) toman mum verbum Iesu, entonces es posible que
2. Por de pronto las modificaciones intro- por la fuerza». En ese caso habría una intole- Jesús también haya hablado del destino de
~t1QUAAO~, OU, Ó (ÍI) beryllos berilo* ducidas por Lucas nos revelan lo siguiente: rable contradicción entre la primera frase y la aflicción que correspondía al reino de Dios
Según Ap 21, 20, la octava piedra de los ci- Lucas sustituye el predicado verbal ~Lá~E'taL, segunda: una contradicción que sólo se podrá que era ya una realidad presente en sus pala-
mientos en que se asienta la Jerusalén celes- que es difícil de entender en relación con el evitar, si interpretamos y traducimos ~Lá­ bras y en sus actos (cf., por ejemplo, Mc 4,3-
tial es el berilo, una variedad de esmeralda de sujeto ~ ~a(JLAda 'tov ttcov (cf. lo que dice ~E'taL en sentido pasiv.o: «Desde los días de 8). Claro que también es posible entender el
color verdemar (cf. Ex 28, 20; Ez 28, 13: ~r¡­ Mateo), por EuayyEAL~E'taL. En la segunda Juan el Bautista hasta ahora, el reino de Dios logion -en labios de Jesús- como una metá-
Q'ÚAALOV); quizás una aguamarina. BHH 1,363; frase, unida paratácticamente con la anterior, es asaltado con violencia (o es acosado con fora: por los violentos que ilegítimamente
Haag, Diccionario, 1529s. Lucas suprime igualmente el ~La(J'tat uQ:1tá- violencia o sufre violencia), y los violentos lo arrebatan el reino de Dios y lo asedian con
653 ~L~A.Lov 654
651 652

rollado y vuelto a enrollar por Jesús. Aquí, es- siete sellos (v. 7; cf. 6, 1-8, 1) Y de poner así
violencia, podrían entenderse los recaudado- 1. ~L~Aí,ov aparece 34 veces en el NT, de pecialmente al designarse el rollo de la Torá en marcha la historia del fin, historia que el
res de impuestos y los pecadores, que -en las que 24 corresponden al Apocalipsis; por lo como 't0 ~L~ALOV 1:OV vÓ[.tOU (Gál 3, 10; cf. vidente contempla y experimenta ya al mismo
opinión de los adversarios de Jesús- no tie- demás, el término aparece 1 vez en cada uno Dt 27, 26) o sencillamente como 't0 ~L~ALOV tiempo. Por el contrario, Ap 10, 8 habla de
nen ningún derecho a ese Reino, pero a quie- de los escritos siguientes: Mateo, Marcos, Gá- (Heb 9, 19; cf. Ex 24, 7), se recoge la manera otro libro que ya está abierto (muchos manus-
nes, no obstante, Jesús se lo ha prometido (cf. latas y Carta segunda a Timoteo; aparece 2 ve- de hablar de la LXX (cf. Dt 28,58.61; Nah 1, critos, en consonancia con el contexto, ofre-
Mt 21,31). ces en Juan y 2 en Hebreos; y 3 veces en Lu- 1; también Josefo, Ant XI, 5; Ap 1, 38). Con cen en los vv. 2, 9 y 10 una forma en diminu-
W. Stenger caso Aunque es propiamente un diminutivo las palabras €V xecpuWh ~L~ALOU (Heb 10, 7, tivo): un libro que el vidente -como el profeta
de -+ ~í,~Aos, tiene el mismo significado que en cita del Sal 39, 8 LXX; cf. Ez 2,9 LXX) se en Ez 2,8-3,3- ha de tomar y devorar, lo cual
él en la LXX y en el NT, pero aparece con alude no a la ley sino al rollo en general de le conducirá a ulteriores profecías (posible-
~í.ato;, 3 biaios violento, impetuoso* muchísima más frecuencia. ~L~Aí,ov y ~í,~Aos los escritos que prometen la venida de Cristo; mente 11, 1-13).
En Hech 2, 2 se compara la venida del Es- proceden de las antiguas formas ~Ú~AOs y cf. además 'ta ~L~ALU para designar a los «es- Ap 13, 8; 17,8; 20, l2c; 21, 27 mencionan
píritu con el bramido de un viento impetuoso. ~u~Aí,ov y se refieren al material que servía critos sagrados» (juntamente con OL a:Jtóo- el ~L~ALOV 'tijs ~ú)ijs (cf. 3, 5; 20, 15; 22, 19
de soporte a la escritura y que estaba formado 1:0Am) en 2 Clem 14, 2 (-+ ~L~AOs). Textus Receptus: -+ ~L~AOs 'tijs ~ú)ijs), que
por hojas de la planta de papiro, que aproxi- está en manos del «Cordero» y en el que, des-
~ta(J'tÍJ;, olí, Ó biastes persona violenta o madamente a partir del siglo VI a.e. llegaba 3. En el Apocalipsis ~L~ALOV se refiere 8 de la creación del mundo, se hallan consigna-
impetuosa al mundo griego generalmente desde Biblos veces al libro de revelación que uno tiene de- dos los nombres de los que han de ser salva-
-+ ~Lá~o[.tm. en Fenicia. De ahí su nombre. Pero muy pron- lante de sí (-+ 1), Y 7 de esas veces se encuen- dos en el juicio final (20, 15) Y han de entrar
to los documentos de toda índole, sin tener en tran en el capítulo 22: los Aóym 'tijs :JtQo- en la Jerusalén celestial (21, 27; cf. también
cuenta el material que sirviera de soporte a la CP1]'tELUs 1:OV ~L~ALOU WÚ1:OU (22, 7.10, 18; Lc 10, 20; Flp 3, 4; Heb 12, 23). De esta ma-
~t~J..aQí.btov, ov, 'tó biblaridion libro escritura, comenzaron a llamarse ~í,~Aos o cf. V. 19) incluyen toda la revelación divina nera se recoge la idea veterotestamentaria de
pequeño* ~L~Aí,ov, especialmente en la LXX, donde con sobre los últimos días. A quienes se atengan una lista de ciudadanos celestiales (cf. Ex 32,
En el NT, este término aparece únicamente estos términos se traducía el vocablo hebreo firmemente a esas palabras se les promete el 32s; Is 4,3; Sal 68, 29 LXX; Dan 12, 1; tam-
en el Apocalipsis: 10, 2.9.10 (v. 8 v.l.). Díce- sefer. macarismo del V. 7. En contraste con la apo- bién Hen [et] 47, 3; 104, 1; 1 Clem 53, 4;
se de un libro que el vidente recibe de la ma- En el NT, ~L~Aí,ov designa un libro, un ro- calíptica judía (Dan 8, 26; 12, 4.9), la revela- Herm [s] 2, 9; Schrenk, 619), una idea que
no del ángel y que debe devorar (cf. Ez 2, 8s; llo o un documento, por ejemplo, en Jn 20, ción de este libro no se sella para tiempos fu- probablemente no tiene nada que ver con la
3, 1-3). Los testimonios de la tradición ma- 30, donde se hace referencia al evangelio mis- turos, porque el fin está cerca (v. 10). La concepción oriental generalizada sobre libros
nuscrita de los versículos citados son muy di- mo; cf. 21, 25; Ap 1, 11; 22,7.9.10.18 (bis). fórmula de protección de la profecía en los celestiales en los que está escrito el destino
versos, pero todos ellos concuerdan en que se 19 (bis); en 2 Tim 4, 13 se hace referencia vv. 18 Y 19 (cf. Dt 4, 2; Hen [et] 104, 10-12; (cf. infra; cf. Koep, 31-39). El libro del Cor-
trata de un pequeño libro' que no se identifica probablemente a rollos (de papiro, ¿para los Arist 31Os) confirma lo acabado e inalterable dero, por ser el libro de la Vida, confirma el
con el libro mencionado en 5, 1; cf. también escritos cristianos primitivos?) en contraste de la revelación que se halla en el libro redac- destino de los creyentes para la salvación; pe-
GNTCom a propósito de 10, 10. tado por el vidente, un nuevo momento -en ro, según 3, 5, los bautizados corren peligro
con los «rollos de pergamino» u «hojas de
comparación con Jn 20, 30; 21, 25- de la co- de ser borrados del libro (cf. Ex 32, 32s; Sal
pergamino» ([.te[.t~Qávm, ¿para los escritos
dificación de la revelación en el cristianismo 68, 29 LXX), si en la batalla escatológica no
del AT?), que eran más costosos y duraderos
~t~J..í.ov, ov, 'tó biblion libro, escrito, do- que el papiro; cf. la imagen de enrollar un li-
primitivo, que se halla íntimamente relaciona- conservan la fidelidad y no siguen siendo
cumento* do con la tradición apocalíptica. vencedores. En los demás pasajes no se hallan
bro en Ap 6, 14. ~L~Aí,ov se usa 6 veces para
Para el vidente, en Ap 5, 1.2.3.4.5.7 (Textus tampoco ideas predestinacionistas. Los cre-
1. Aparición del término y significados en el NT - referirse a los escritos sagrados (del AT) (-+
2. Como término para designar los escritos del AT - 3. Receptus).8.9, el plan de Dios para la historia yentes demuestran en su propia vida que se
2). Además, la expresión ~L~Aí,ov a:Jtoo'W-
En el Apocalipsis de los últimos días se encuentra, a tenor de lo hallan inscritos en el Libro de la Vida.
oí,ou (Mc 10, 4 par. Mt 19, 7), tomada de Dt
que se dice en Ez 2, 9s, en un documento se- En Ap 20, l2b.d se distingue nítidamente
Bibl.: U. Becker, en DTNT 11, 440ss; C. C. M. Mc- 24, 1.3 (sefer k'rftút), se refiere a la carta de
Cown, Codex and Roll in the NT: HThR 34 (1941) llado con siete sellos (cf. también Is 29, 11; entre el Libro de la Vida y los libros (en plu-
divorcio que el marido judío debía extender a Dan 8, 26; 12,4.9; Hen [et] 89,71), en forma ral) del juicio (cf. Dan 7,10; Is 65, 6; Hen [et]
219-250; H. Hunger, en LAW, 510-513; L. Koep, Das
himmlische Buch in Antike und Christentum (Theo- su mujer, al repudiarla. de un rollo, en un documento escrito por el 81,4; 89, 62.70s.76; 104, 7; 4 Esd 6, 20), en
phaneia 8), Bonn 1952; L. Koep-S. Morenz-L. Lei- anverso y por el reverso (v. 1; cf. Ez 2, 10), lo los cuales -según la tradición- se consignan
poldt, en RAC 11,664-731; J. Müller-Bardoff, en BHH 2. En Lc 4, 17 (bis ).20, ~L~ALOV (1:OV :JtQo- cual realza la abundancia de sucesos que las obras (malas) de los hombres para que sir-
1, 276-279; sc Haag, Diccionario, 1100ss; O. Roller, cpÍ]1:OU 'HOULOU, V. 17) designa el rollo del
Das Buch mit den sieben Siegeln: ZNW 36 (1937) 98- constan en dicho libro (cf. Koep, 21-25). Tan van de base para el juicio final. Según 20,
113; G. Schrenk, ~(~AO<;, ~L~A(OV, en ThWNT 1,613-
profeta Isaías que se leía en público en el cul-
sólo el Cristo exaltado, como el Consumador 12.15, los libros de las obras constituyen en
620, sobre todo 615ss. Para más bibliografía, cf. infra to divino de la sinagoga, y que según los vv. de la voluntad de Dios, es capaz de abrir los general la base para que Dios dicte su juicio.
~(~AO<;. 17 (GNT con Sin D' K Y otros) Y 20 es desen-
655 /3L/3A.LOV - /3LOI,; 656 658
657 /3LOI,; - /3A.a/3EQól,;

y aquel que con sus obras no se ajusta a Dios, ces en el AT, concretamente en la expresión DTNT IV, 354-364; L. Vischer, Die Auslegungsge- del «Padre». En Lc 8, 14 pLo¡; designa senci-
no es inscrito tampoco en el Libro de la Vida, hebrea sefer toledot (Gén 5, 1; cf. ibid. LXX; sehiehte von 1Kor 6, 1-11 CBGE 1), Tübingen 1955.
y por tanto caerá en la muerte definitiva. llamente a la vida humana, cuyos cuidados y
2, 4 LXX: «historia de los orígenes» o géne-':
1. ~Lo¡; aparece 9 veces en el NT. Este tér- satisfacciones distraen al hombre del destino
H. Balz sis), y se refiere a Mt 1, 2-16, donde se mues-
mino lo encontramos en Marcos y Lucas, en que Dios le ha señalado. Por tanto, pLo¡;, en la
tra que Cristo desciende del pueblo de Abra- parénesis cristiana primitiva, se considera co-
las Pastorales (Cartas primera y segunda a Ti-
~t~AO~, O\), ÍJ biblos libro, escrito* hán y del linaje de David. mo un ámbito que está en competencia con
moteo) y en la Carta primera de Juan. En
El «Libro de la Vida» (---+ ~LPALov 3) se lla- las exigencias que Dios impone al hombre.
cambio, ~LW'tLXÓ¡; lo hallamos tan sólo en Lc
Bibl.: F. G. Kenyon, Books and Readers in Andent ma PL~AO¡; ~wfí¡; en Flp 4,3; Ap 3, 5; 20, 15;
21,34 Y 1 Cor 6,3.4. 3. En el NT, PLW'tLXÓ¡; aparece exclusiva-
Greeee and Rome, Oxford 21951; T. Kleberg, Bueh- 13,8 Textus Receptus; 22, 19 Textus Receptus
handel und Verlagswesen in der Antike, Darmstadt (bis). mente en plural y designa de manera peyora-
1969; G. Kuhn, Die Gesehleehtsregister Jesu bei Lu-
2. En contraste con ---+ ~w~, vemos que
kas und Matthiius na eh ihrer Herkunft untersueht:
En Hech 19, 19 el plural aL ~L~AOL se refie- PLO¡;/~LW'tLXÓ¡; no describen en el NT ningún tiva las cosas que pertenecen a la vida coti-
ZNW 22 (1923) 206-228; M. Lambertz, Die Toledoth re a los libros mágicos efesinos (cf. Dión Sí- bien salvífico. Se refieren más bien al ámbito diana. Se usa como adjetivo en Lc 21, 34. Las
in Mt 1, 1-17 un Lk 3, 23bff, en FS F. Dornseiff, Leip- culo 1, 44, 4; Preisendanz, Papyri 13, 739), de lo humano y secular y comprenden los in- palabras parenéticas de Jesús de que no hay
zig 1953,210-225; R. Smend, en BHH 1, 240-247. Pa- que fueron quemados en público a consecuen- tereses y preocupaciones de la existencia ma- que sucumbir ni a los placeres ni a las preo-
ra más bibliografía, cf. supra ~L~Alov; cf. además cupaciones de la vida cotidiana coincide en el
ThWNT X, 1015s.
cia de la labor evangelizadora de Pablo (cf. H. terial. A veces pLo¡; aparece con el significado
Conzelmann, Apostelgeschichte2 [HNT], sub fondo con lo que se dice en Lc 8, 14. Pablo
de bienes (riqueza) o herencia. En Lc 15, 12,
loco). utiliza en 1 Cor 6, 3.4 el adjetivo sustantivado
1. ~L~AO¡; aparece 10 veces en el NT (tam- el hijo menor pide al padre que le dé la parte
H. Balz PLW'tLXá. El contexto nos hace ver claramente
bién como v.l. principalmente en Ap 13,8; 20, de la herencia (ovaLa) que le corresponde. El que en la comunidad había disputas sobre de-
19a [en Textus Receptus por ~L~ALov] y 22, padre accede al deseo de su hijo y reparte la rechos de propiedad, y que esas diferencias se
19b [en Textus Receptus ~L~AO¡; 'tfí¡; ~wfí¡; en ~L~~ro(JXro bibroski5 consumir, comer* herencia (PLo¡;). ovaLa y ~Lo¡; son aquí sinó- habían llevado ante los tribunales romanos (=
vez de ~'ÚAOV 'tfí¡; ~Wfí¡;]), y por tanto es un En Jn 6, 13: 'toT¡; ~EPQwxóaLv, a los que nimos. Lc 15, 30 utiliza también ~Lo¡; en este paganos). Así que ~LW'tLXU XQL't~QLa (v. 4) se
término que se encuentra con mucha menos habían comido, en la comida. mismo sentido. En 1 Jn 3, 17 se contrapone la refiere concretamente a pleitos sobre la pro-
frecuencia que su sinónimo ---+ ~L~ALov. riqueza o el bienestar del uno a las escaseces piedad de bienes. Pablo hace referencia al jui-
Lo mismo que ---+ ~L~ALov (2), el término del otro. Con la construcción de genitivo ~Lo¡; cio escatológico en que los hombres han de
~L~AO¡; se usa para designar los escritos sa- BL-3\)Vta, a~ Bithynia Bitinia* W'Ü xóalAo1J, el autor expresa la idea de que juzgar sobre los ángeles, y al mismo tiempo
grados (del AT): en Mc 12, 26 ~L~AO¡; Mwü- Región situada en el noroeste de Asia Me- la riqueza material pertenece esencialmente a reprocha a los corintios por no ser capaces de
aÉw¡; (en relación concretamente con Ex 3, nor, y provincia senatorial Guntamente con el la esfera del mundo. Lc 8, 43 v.l. habla de una dirimir sus propias diferencias.
2.6) se refiere al Pentateuco; en Lc 3, 4 se ha- Ponto) desde el año 64 a. C. Según Hech 16, mujer que padecía de hemorragias y que ha- H.-J. Ritz
bla de ~L~AO¡; Aóywv 'HaaL01J; en Lc 20, 42; 7, Pablo y Timoteo tratan inútilmente de ir bía gastado en médicos OAOV 'tov PLov, toda
Hech 1, 20, del ~L~AO¡; '\jJaAf-tWV; en Hech 7, desde Misia a Bitinia; 1 Pe 1, 1 presupone la su fortuna. La misma expresión la encontra- ~LÓro bioi5 vivir*
42, del ~L~AO¡; 'tWV l'tQ0<Pl]'twv. En conso- existencia de una comunidad cristiana en Bi- mos en Mc 12,44 (par. Lc 21, 4: l'táv'ta 'tov 1 Pe 4, 2, refiriéndose al tiempo de la vida
nancia con ello, encontramos también el tér- tinia. Cf. también la correspondencia episto- ~Lov). Con ello se alude claramente a la po- terrena que queda todavía después del bautis-
mino ~L~AO¡; en textos judíos, por ejemplo, en lar de Plinio el Joven (procurador de Bitinia) breza en que vivía la viuda. La paráfrasis mo y antes de la parusía.
Josefo, Ant XI, 337; Filón, Migr 14; pero en con el emperador Trajano (Ep. X, 96). RAC n, l'táv'ta oaa d)(,EV en el v. 44 nos permite ver
416-422: LThK n, 512s; BHH 1, 255; Haag, que aquí se habla de los medios con que esta
la LXX aparece más raramente que ~L~ALov, ~tro(JL~, Ero~,ÍJ bii5sis la manera de vivir,
Diccionario, 242; LAW, 478. mujer contaba para su sustento.
por ejemplo en 3 Esd 5, 48; 7, 6.9 (Pentateu- la conducta moral*
co); Tob 1, 1. La designación del rollo de la Otro significado de pLo¡; lo encontramos en Hech 26, 4: Pablo se refiere a «mi manera
Torá como ~ ~L~AO¡; (o 'to ~L~ALov) podría 1 Tim 2, 2, donde vemos que la vida civil se
~tO~, O\), Ó bios vida (en cuanto a sus for- encomienda a la protección de las autorida-
de vivir».
ser la raíz de que los cristianos hablaran luego mas y relaciones externas)*
de la «Biblia»; cf. Josefo, Ant IV, 303 (sólo des. Por el contrario, en 2 Tim 2, 4 se advier-
BLW'tLXÓ¡;, 3 bii5tikos lo concerniente a la te que uno no debe perderse en los asuntos or- ~Lro'UXÓ~, 3 bii5tikos lo concerniente a la
que aquí en Josefo el término aparece en sin- vida* vida*
dinarios de la vida cotidiana ( ... w'Ü ~Lo1J
gular); 2 Mac 8, 23: ~ LEQU ~L~AO¡;; Dan 9, 2: ---+ ~Lo¡; (3).
1. Aparición de los términos - 2. Contenidos se- l'tQaYf-ta'tdm¡; ... ), habida cuenta del destino
aL ~LPAOL (de manera parecida se emplea 'tu mánticos - 3. ~LOnL%á. del cristiano como luchador de Cristo. Bajo
pLpALa, por ejemplo, en 1 Mac 12, 9). La ex-
Bibl.: Bauer, Worterbueh, S.V.; G. Bertram, i;,áül signo clarísimamente negativo volvemos a ~Aa~E~Ó~, 3 blaberos nocivo, perjudi-
presión PLPAO¡; yEVÉOEW¡; en Mt 1, 1, libro de encontrar pLo¡; en 1 Jn 2, 16. La conducta arro- cial*
%1:A.. CC), en ThWNT 11, 853-856; R. Bultmann, i;,áül
la genealogía, es decir, lista genealógica (no %1:A.. CA), en ThWNT 11,833-844, sobre todo 836-838; gante y pretenciosa (aAa~ovda W'Ü ~Lo1J), En 1 Tim 6, 9 dícese de los deseos Gunto a
«árbol genealógico»), tiene también sus raí- A. Hultkrantz, en RGG IV, 248s; G. Link, Vida, en basada en el prestigio mundano, no procede avól]w¡;).
659 660 661 662

IU,á:7t'tro blapto hacer daño, perjudicar* House Bulletin, Nr. 16 (1965) 10-18; C. Colpe, Der el verbo en el sentido de censurar, reprender Rom 3, 8 Pablo caracteriza la imputación de los
Spruch von der Liisterung des Geistes, en FS Jere- (cf. Filón, Migr 115). adversarios de que el mensaje paulino de lajusti-
En Mc 16, 18 con 'l'tavác1Lf,tóv 'tL como su- mias, 1970, 63-79; Dalman, Worte, 256-259, 394s, ficación conduce necesariamente al libertinismo
jeto de la acción verbal; en Lc 4, 35 con 't0 399; G. Jeremias, Der Lehrer der Gerechtigkeit, Got- como una afrenta que va contra el evangelio mis-
6mf,tÓVLOV como sujeto; en ambos casos, en tingen 1963; E. Lowestam, Spiritus Blasphemia, Lund b) En el NT predomina con mucho el em-
mo de Dios. Según 1 Pe 4, 4 se ultraja a Dios,
sentido negativo. 1968; H. Merkel, Gottesliisterung, en RAC XI, 1185- pleo religioso del grupo de palabras. El verbo cuando los cristianos, que viven ahora con arre-
1201; R. Pesch, Das Markusevangelium (HThK), Frei- tiene entonces el significado de blasfemar, y glo a la voluntad de Dios (v. 2), son difamados
burg i. Br. (1976-1977), I 209-221; II, 427-446; H. el sustantivo, el de blasfemia. por los paganos de su entorno. El sentido profano
E. TOdt, Der Menschensohn in der synoptischen Über-
~AaO''távro, ~AaO''táro blastani5, bastai5 lieferung, Gütersloh '1963, 282-288; H. Wahrisch, y el sentido religioso se hallan también entrevera-
producir, hacer brotar, germinar, brotar* Blasfemia, calumnia, en DTNT 1, 184-186; G. Wallis, En un sentido más general, el verbo puede dos en Mc 15,29 par. Mt 27,39 Y Lc 22, 65; 23,
Sentido intransitivo: en Mt 13, 26 (material gadap (insultar), en DTAT 1, 975-977; H. Th. Wrege, usarse para expresar la creencia de que los genti- 39. Lo mismo que los términos f[tJtaL~(J) (Mc 15,
Die Überlieferungsgeschichte der Bergpredigt, Tübin- les ultrajan y afrentan el nombre de Dios (Rom 31; Mt 27, 41; Lc 22, 63; 23, 36), -+ OVELI)L~(J)
peculiar), brotar (ó XÓQ'tO~); en Mc 4, 27 gen 1968, 156-180 (sobre Mt 12, 32par). Para más bi- (Mc 15, 32; Mt 27, 44) Y Ex[t'lJx'tr¡QL~úJ (Lc 23,
2, 24 [= Is 52, 51]); los no cristianos, el nombre
(material peculiar), germinar, brotar (ó oJtó- bliografía, cf. ThWNT X, 1016; sobre Mc 3, 28s, cf. de Cristo (Sant 2, 7), Y los falsos maestros, a la 35), que algunas veces aparecen juntos en el co-
QOs); en Heb 9, 4 dícese de la vara de Aarón Pesch 1, 220s; sobre Mc 14,61-64, cf. también Pesch Iglesia ya su fe (1 Tim 1,20; 2 Pe 2, 2) así como rrespondiente contexto, ~t..aocpr¡[tÉ(J) es más que
que reverdeció (cf. Núm 17,5.8.10). II,444s. también a los poderes angélicos (Jds 8ss; 2 Pe 2, nada una expresión de la mofa que se hace de Je-
Sentido transitivo: en Sant 5, 18: ~ yfj E~Aáo­ lOss). De manera parecida se emplea el verbo en sús y de la burla con que se responde a sus pre-
't'l']OEV 'tov xaQJtov mhfjs, «la tierra produjo 1. El grupo de palabras ~Aaocp'l']f,tLa x'tA. las exhortaciones parenéticas: Se advierte a los tensiones mesiánicas. Pero, al mismo tiempo, el
aparece 56 veces en el NT: de las que 34 co- cristianos que no adopten una conducta que dé verbo pretende resaltar que, con esos actos, se
su fruto» (cf. 1 Re 18, 41ss).
rresponden al verbo, 18 al sustantivo, y 4 al ocasión para que su estado de salvación (Rom 14, blasfema contra el Crucificado y, de esta manera,
16), «el nombre de Dios y la doctrina (cristiana»> contra Dios mismo.
adjetivo (en Hech 6, 11; 2 Tim 3, 2; 2 Pe 2,
BAáO''to~, ou Blastos Blasto* (1 Tim 6, 1) o <<la palabra de Dios» (Tit 2, 5) se-
11, y, como adjetivo sustantivado, 1 Tim 1,
an ultrajados, es decir, queden desacreditados 3. a) 1) En el judaísmo antiguo se consideran
Nombre del mayordomo de Herodes Agripa 13). entre los no cristianos y se conviertan así en ob- blasfemia contra Dios aquellas palabras y accio-
1; por lo demás, desconocido: Hech 12,20. jeto de burla y desprecio (cf. IgnTral 8, 2; 1 Clem nes que atentan contra el honor de Dios y ofenden
En el NT, el objeto de la acción verbal de 47,7; 2 Clem 13). su santidad (cf. SifreDt 221 a propósito de 21,22:
~t..ampr¡[tÉúJ suele ir en simple acusativo (cf. 4 blasfema de Dios el que «extiende su mano con-
~AaO'CfJ ... "Éro blasphemeo ultrajar, calum- Re 19, 4.22; Filón Fug 84; Josefo, Ant IV, 202; tra Dios» [póset yadó ha- 'iqqar]). Y, así, se blas-
BlaB-Debrunner § 152, 1). Por el contrario, en La mayoría de las referencias hablan de la
niar, blasfemar fema de Dios, cuando una persona le afrenta,
Mc 3, 29 par. Lc 12, 10 el objeto va en acusativo blasfemia en el sentido literal de la palabra.
--> ~Aaocp'l']f,tLa. maldice su Nombre, se atribuye a sí mismo pode-
introducido por Et~, una construcción corriente en El objeto de la blasfemia puede ser Dios mis- res divinos o se arroga una posición o una digni-
el griego clásico y también en el griego helenísti- mo o Jesús o el Espíritu Santo (--> 3). En Hech dad que le hace igual a Dios. Toda blasfemia con-
t1
~AaO'CfJ... "í,a, a~, blasphemia ultraje, ca- co (cf. Bauer, Worterbuch, S.V.; cf. t..at..ELv
º~[tm;a ~t..áocpt][ta d~ en Hech 6, 11 Y también
19, 37 es, además, la diosa pagana Artemisa tra Dios es un delito que merece la muerte (cf.
lumnia, blasfemia* (cf. Josefo, Ant IV, 207; Filón, SpecLeg 1, 53). Lev 24, lOss; Núm 15, 30s): un delito que, según
en JyA 57, 26 [Batiffol, = 13, 9 Philonenko]). El Lev 24, 16, debe castigarse con pena de lapida-
BAuocp'l']f,tÉm blasphemei5 ultrajar, calum- sustantivo ~t..aocpr¡[tLa está asociado con un ge- Se puede hacer referencia expressis verbis a la ción (San 7, 4; SifraLev a propósito de 24, lis) y,
niar, blasfemar* nitivo objetivo en Mt 12, 31b (lo mismo que en
blasfemia contra Dios (Hech 6, 11; Ap 13,6; 16, según Dt 21, 22s, debe castigarse además colgan-
BAáocp'l']f,to~, 2 blasphemos blasfemo, ca- Filón, VitMos 11, 205); en Ap 13, 6 el objeto de la do el cadáver de la cruz (San 6, 4; SifreDt sub lo-
9.11.21). Pero también el verbo ~t..aocpr¡[tÉ(J),
lumnioso* acción verbal va en acusativo introducido por usado en sentido absoluto, significa blasfemar co). El derecho penal de la Misná prevé única-
JtQó~ (como en Jámblico, VitPyth XXXII, 216).
1. Aparición de los términos y construcción grama- contra Dios (Mc 2, 7 par.; Mt 26, 6Sa; Jn 10, 36; mente la ejecución de la pena capital en el caso
tical - 2. Significados - 3. a) Blasfemia contra Dios - cf. 4 Re 19, 6; 2 Mac 10, 34; 12, 14), Y el sustan- de que el blasfemo haya maldecido de Dios pro-
b) Ultraje al Crucificado - c) Blasfemia contra el Espí- 2. a) Si se nombran o se presuponen perso- tivo ~t..aocpr¡[tLa, usado también en sentido abso- nunciando claramente el nombre de Yahvé (San
ritu Santo. nas como objeto de la acción verbal, ~Aao­ luto, puede significar análogamente blasfemia 7, 5). Esta restricción no se hallaba aún en vigor
CP'l']f,tÉ(J) puede tener sencillamente el signifi- contra Dios (Mc 3, 28 par. Mt 12, 31a; Mc 14,64 en tiempo de Jesús.
Bíbl..' K. Berger, Die Amen- Worte Jesu, Berlin
1970, 36-41; H. W. Beyer, ~Aa(JqlllflÉúJ %'tA., en cado de afrentar, calumniar, ultrajar (l Cor 4, par. Mt 26, 65b; Lc 5, 21; Jn 10, 33; Ap 13, 1.5;
ThWNT 1, 620-624; Billerbeck 1, 1007-1024; S. H. 17, 3). El uso absoluto se encuentra igualmente a) 2) Sobre el trasfondo esbozado hay que
13 v.l.; Tit 3,2; cf. Filón, SpecLeg IV, 197), y
Blank, The Curse, the Blasphemy, the Spell, and the en los equivalentes hebreos y arameos: giddef contemplar la acusación de blasfemia lanzada
correspondientemente ~Aaocp'l'][tLa puede sig- (SifraLev sobre 24,10) Y gaddefUSan 7, 2Sb) =
Oath: HUCA 23 (1950-1951) 73-95; J. Blinzler, Der por los judíos contra Jesús, y de la que nos ha-
Prozefi Jesu, Regensburg 41969, 152-162, 186-197; nificar afrenta, calumnia, maledicencia (así «blasfemar contra Dios»; giddúf (bGit 56b) y
Id., Gottesliisterung, en LThK IV, 1117-1119; M. E. en Ap 2, 9 y especialmente en los catálogos giddúfa (bBQ 38a) = «blasfemia contra Dios»; blan los evangelios. En Mc 2, 7 vemos que es-
Boring, The Unforgivable Sin Logion: NovT 18 (1976) de vicios: Mc 7, 22 par.; Col 3, 8; Ef 4,31; 1 megaddef (San 7, 47 I jSan 7, 25b) = «blasfemo ta acusación se basa en que Jesús ha reclama-
258-279; H. Brichto y otros, en EJJ IV, 1073s, 1084- contra Dios». do para sí el derecho de perdonar pecados,
Tim 6, 4; Herm [m] 8, 3; de igual manera,
1087; T. A. Burkill, Blasphemy.' Sto Mark's Gospel as que corresponde única y exclusivamente a
Damnation History, en FS Smith 1,51-74; D. Catchpo- ~Aáocp'l']f,to~ puede significar calumnioso en 2 c) Algunas veces se entremezclan el sentido
le, "You Have Heard His Blasphemy»: The Tyndale Tim 3, 2). En 1 Cor 10, 30 hay que entender profano y el sentido religioso de ~t..aocpr¡[tÉúJ: en Dios. Según el relato marquino, recogido por
663 664 665 666

Mateo, acerca del interrogatorio de Jesús ante en Hech 7, 56, los oyentes escuchan la blasfe- ginal podría ser la de Marcos; en lo esencial, Cullmann, EloEv '/tal enLaTElJaEv. La vie de Jésus,
el Consejo supremo, el sumo sacerdote carac- mia que es castigada con la lapidación de Es- podría remontarse al mismo Jesús. objet de la «vue» et de la <<foi» d'apres le quatrieme
terizó de blasfemia manifiesta contra Dios la En labios de Jesús, ellogion acentúa en pri- évangile, en FS Goguel, 52-61; K. Dahn, Ver, apare-
teban (vv. 57ss). cerse, en DTNT IV, 325-331; E. v. Dobschütz, Die
confesión de Jesús de la que se nos habla en mer lugar la extensión ilimitada del perdón fünf Sinne im NT: JBL 28 (1929) 378-411; P. Fiedler,
Mc 14, 61s, y el sanedrín asintió a ello dic- a) 4) Para el autor del Apocalipsis, la blas- divino, que no excluye ni siquiera la blasfe- Die Formel «und siehe» im NT, München 1969; H. F.
tando la pena de muerte (Mc 14, 63s par. Mt femia contra Dios es una de las notas esencia- mia contra Dios. Tan sólo es imperdonable el Fuchs, «Sehen» und «Schauen». Die Wurzel Qzh im
26, 65s [¡a diferencia de Lc 22, 7l!]). La his- les de la «bestia», que representa el poderío Alten Orient und im AT. Ein Beitrag zum prophetis-
rechazo del perdón prometido por Jesús, por-
mundial romano (13, 1ss; 17,3). El autor se chen Offenbarungsempfang, Würzburg 1978; F. Hahn,
toricidad de esta escena se cuestiona muchas que entonces se desprecia al escatológico Es- Sehen und Glauben in Johannesevangelium, en FS
veces. Si la presuponemos, entonces surge la refiere sobre todo al culto divino tributado al
píritu de Dios, que purifica del pecado (Ez 36, Cullmann, 1972, 125-141; A. Jepsen, fJzh, en ThWAT
emperador. La blasfemia es que el emperador n, 822-835; H. Junker, Prophet und Seher in Israel,
cuestión: ¿Qué es lo que el consejo supremo 25-27; Sal 51, 11-13) y que actúa en las obras
exija que se le rindan honores divinos. Y los Trier 1927; K. Lammers, H6ren, Sehen und Glau-
consideró como delito de blasfemia? (sobre de Jesús.
predicados divinos que se le tributan como tí- ben im NT, Stuttgart 1966; W. Michaelis, ÓQá.úl, en
esto cf. Catchpole; Blinzler, Proze.fJ; Pesch 11, Según Marcos (cf. Mc 3, 22.30), y proba- ThWNT V, 315-381; Ch. Mugler, Dictionnaire histori-
tulos de majestad (por ejemplo, divus, «el di-
439s). La pretensión mesiánica de Jesús, co- blemente también según Mateo (cf. Mt 12, que de la terminologie optique des Grecs, Paris 1964,
vino»; dominus et deus, «señor y dios»; aw-
mo tal, difícilmente ofrecía motivo para con- 24.28), el pecado que no puede perdonarse 77-79; F. MuBner, Die johanneische Sehweise und die
'tTig, «salvador») son ovó¡.,t.u'tu ~Aua<pl]¡.,t.Lac;, Frage nach dem historischen Jesus, Freiburg i. Br.
denarle por blasfemar contra Dios (de otra consiste en difamar como diabólicos los actos
«nombres blasfemos» (13, 1; 17,3). 1965, 18-24.66ss; F. Niitscher, «Das Angesicht Gottes
manera piensa, por ejemplo, Blinzler). Por el milagrosos realizados por Jesús. El logíon se schauen» nach biblischer und babylonischer Auffas-
contrario, podía establecerse fácilmente el de- b) Se habla de blasfemias y ultrajes contra entiende de otra manera en Lucas (cf. Lc 12, sung, Bonn (1924) '1969; en el apéndice 195-261, de
lito de blasfemia, si Jesús, en su autoconfe- el Jesús Crucificado, cuando el perseguidor lIs): El que ha rechazado al Jesús terreno, la reimpresión de W. v. Baudissin, «Gott schauen» in
sión mesiánica, anunció su «venida» como el Pablo es descrito como blasfemo (~Aáa<pl]­ puede obtener perdón. Pero no lo obtendrá der atltestamentlichen Religion (1915); R. Schnacken-
Hijo del hombre y Juez del universo, es decir, ¡.,t.o~) en 1 Tim 1, 13, y cuando se dice en Hech burg, Sehen, en LThK IX, 598-600; D. Vetter, fJzh mi-
aquel que -en el tiempo siguiente a Pentecos- rar, en DTMAT 1, 744-750; H. Wenz, Sehen und Glau-
si reclamó para sí la autoridad para efectuar el 26, 11 que él también había obligado a los tés- se oponga al Espíritu Santo, el cual se ben bei Johannes: ThZ 17 (1961) 17-25 (sólo sobre Jn
juicio escatológico, una autoridad que a sólo cristianos perseguidos a que pronunciaran manifiesta en la predicación de Cristo efec- 20,24-29).
Dios corresponde. blasfemias. Asimismo, el ~Aua<pl]¡.,t.dv en tuada por los testigos (cf. Lc 24, 45ss; Hech 1,
Según el evangelio de Juan, se acusó a Je- Hech 13,45; 18,6 debe interpretarse como el 8; 4, 31; 5, 32; 7, 51). 1. El verbo aparece 132 veces en el NT
sús de ~Auaq:)'fHtLu y se le amenazó con la la- gesto por el cual los judíos confirmaban su re- O. Hofius (Mateo 20 veces, Marcos 15, Lucas 15, Juan
pidación, porque él, siendo hombre, se ha- chazo de la proclamación de Cristo. Para el 17, Hechos 14, Pablo 28, Hebreos 8, Apoca-
bía hecho a sí mismo «Dios» o «semejante a judaísmo del período pre-cristiano, la muerte lipsis 13). Es sinónimo de ógáw, it¡;áo¡.,t.aL,
Dios» (10, 33.36 [con el contexto]; cf. 5, 18; en la cruz (con arreglo a lo que se dice en Dt Pj.á(JqJ11 !Jo;, 2 blasphemos blasfemo, ca-
it¡;wgÉw, y también de x.u'tuvoÉw y x.U'tu-
8, 48-59). Esta formulación refleja la discu- 21, 22s) era ya una señal de la maldición divi- lumnioso
¡.,t.uvitávw. ~Abtw tiene el significado funda-
sión post-pascual entre la Iglesia y la Sinago- na (4QpNah 1, 8; llQRollo del Templo, 64, ---> ~Aua<pl]¡.,t.Lu.
mental de ver, mirar, contemplar, percibir óp-
ga acerca de la confesión cristiana de la me- 6ss; cf. Gál 3, 13; Justino, Dial 32, 1; 89, 2;
ticamente, aprehender visualmente, lo mismo
sianidad de Jesús y de su condición de Hijo 90, 1). En consecuencia, los adversarios judí-
pj.É!J!Ja, aTO;, TÓ blemma mirada, lo que que en el griego profano. En el lenguaje ante-
de Dios. Jn 19,7 recuerda el pasaje de Mc 14, os y, con ellos, el fariseo Pablo ven en el Je-
se ve* rior al NT, el sentido original que designaba
63s: los acusadores judíos, que exigen de Pi- sús crucificado a un quebrantador de la ley
En 2 Pe 2, 8, juntamente con o:x.oTi, dícese la función receptiva y física del ojo se trasla-
lato la crucifixión de Jesús, invocan la ley de que había sido maldecido palpablemente por
de Lot, que diariamente tenía que experimen- dó ya al plano intuitivo, cognitivo y crítico
Lev 24, 16, que prescribe la pena de muerte Dios. La blasfemia pronunciada contra Jesús
tar con sus ojos y con sus oídos las perversas del «ver profundamente, contemplar de lleno,
para quien blasfema contra Dios. consistía quizás en la exclamación ---> avá-
acciones de los habitantes de Sodoma y Go- penetrar en la esencia». Ya en la antigüedad
it¡;¡.,t.u 'Il]aou~, «Jesús es un maldecido (por
a) 3) Es también un blasfemo contra Dios, morra (cf. Gén 19, lss). se emplea el verbo en el sentido de la visión
Dios)>> (1 Cor 12, 3).
según la concepción judía, aquel que habla filosófica y religiosa, principalmente de la vi-
palabras desvergonzadas contra la Torá (Si- c) La sentencia sobre la blasfemia contra el sión de Dios, o de la intuición del orden cós-
freNúm 112 a propósito de Núm 15, 30; cf.
. pU3tro blep6 ver mico y de la razón universal del mundo. Ade-
Espíritu Santo es objeto de vivo debate. Esta
CD 5, lIs). En consonancia con esto se halla 1. Aparición del término y significados fundamen- más de su empleo profano y neutro, el verbo
sentencia se ha trasmitido, por un lado, en Mc tales en el NT - 2. Empleo del término en los Sinópti-
la acusación, lanzada contra Esteban (Hech 6, 3, 28s y, por otro lado, en Lc 12, 10, que es cos - 3. El acto del ver cristológico en Juan - 4. ~A.Énúl
muestra en el NT un significado teológico en-
11), de que él ha hablado «palabras blasfemas una versión independiente de Marcos y rela- en los demás escritos del NT. teramente específico, cuando describe el pro-
(QTi¡.,t.a1;U ~Maq)Yl¡.,t.u) contra Moisés [es de- cionada con la tradición de logia (Q). (Mateo ceso gnoseológico de la recepción de una re-
Bibl.: M. Barth, Der Augenzeuge, Zürich 1946; N.
cir, contra la Torá] y por tanto contra Dios» combinó la versión de Marcos y la versión de Brox, Zeuge und Martyrer. Untersuchungen zur velación, la visión profética y apocalíptica de
(cf. v. 13). Luego, en las palabras que figuran la fuente Q: Mt 12, 31s). La versión más ori- frühchristl. Zeugnis-Terminologie, München 1961; O. lo oculto y de lo futuro o una intuición testi-
667 668 669 Boav'l']QyÉ~ - ~oi)1(h,La 670

moniante de la significación salvífica de Jesu- fe cristológica, se entiende como revelación BoavlJ~yi~ Boanerges Boanerges* 1,23; cf. Is 40, 3), f3oáro se usa especialmen-
cristo. Aunque la función de testimonio del de la realidad del Hijo en el creyente. La fe Según Mc 3, 17, cuando Jesús escogió a los te (como ocurre con frecuencia en la LXX) pa-
«ver», en el NT, se refiere a la presencia mila- que conoce al ver las «señales», es la respues- dos hijos de Zebedeo para formar parte del ra referirse al clamor de los que se sienten des-
grosa del Dios invisible (Mt 6, 4.6.18) o a la ta a la revelación de Dios en la doxa de Jesu- círculo de los Doce, les impuso el nombre validos e impotentes: en Lc 9, 38, dícese de
relevancia soteriológica del Jesús terreno y cristo, que es el Logos encarnado. La fe hace arameo de Bouvl]QyÉ¡;;, que a continuación los gritos que daba el padre del muchacho epi-
del encarnado Hijo de Dios o a la expectación que se vea (Jn 6, 40), hace que en el Hijo se inmediata es interpretado como vLoL ~Qov­ léptico; en Lc 18, 7, del clamor de las oracio-
del retorno de Cristo en la parusía, sin embar- vea al Padre (12, 45; 14, 9). «Ver» para Juan l'f]¡;;, «hijos del trueno» o «tronidos» (cf. BlaB- nes que los elegidos dirigen a Dios; en Lc 18,
go la manera de hablar del NT muestra in- es una nueva experiencia sensible que nace Debrunner § 162, nota 8). Puede sospecharse 38, de los gritos de un ciego; en Mc 15, 34, del
fluencias directas de la idea que el antiguo del encuentro total y existencial con la reali- que detrás de Bouvl]QyÉ¡;; está la expresión clamor del Crucificado dirigiéndose al Padre.
testamento tiene del «ver» como acto de reci- dad de Jesús, un nuevo comprenderse a sí aramea bene regd o bene rigsa u otra por el Y en Hech 8, 7 dícese también del griterío que
bir revelación divina. Compárese el término mismo en el amor de Dios y en la revelación estilo, «hijos de la inquietud, hijos de la exci- arman los espíritus inmundos, cuando salen de
hebreo IJ,zh y sus derivados con la función de del Logos, en todo lo cual la perspectiva esca- tación», lo cual se asocia algunas veces con lo una persona (en los dos últimos ejemplos, el
los nebf'fm en el AT. Y, así, en varios pasajes tológica de la esperanza del reino de Dios si- que se dice en Lc 9, 54. Pero podría pensarse verbo va asociado con cprovñ !!EyáAU). El ver-
del NT el verbo ~Abtro tiene también la fun- gue siendo fundamental (Jn 3, 3). también en la expresión aramea bene reges, bo se emplea en sentido absoluto en Gál 4, 27
ción hermenéutica de concretar semántica- «coléricos» o (lo que es mucho más probable) (en una cita de Is 54, 1): Qf]sov xUL ~Ól]OOV,
mente en el lenguaje simbólico del «ver» los 4. En Pablo el verbo ~AÉ:7tro manifiesta un bene roges, «hijos del ruido inquieto» (el equi- «¡alégrate y prorrumpe en gritos de júbilo!».
procesos de intelección que se hallan implíci- sorprendente empleo parenético en el sentido valente árabe de esta última expresión puede ThWNT 1,624-627; X, 1016.
tos en el acto teocéntrico y cristocéntrico de de prestar atención, preocuparse de (l Cor 1, traducirse también por «trueno»).
creer. 26; Rom 8, 24s; 2 Cor 4, 18). El llamamiento Bouv- podría haberse formado a base de
que se hace en 1 Cor 10, 18, «¡Considerad al bene mediante la progresiva asimilación del
2. El acto de «ver» los milagros y señales pueblo de Israel!», forma parte del programa BÓE~ (Bóo~) Boes (Boos) Booz*
§ewa' móvil a la b labial. Sobre la discusión,
de Jesús es, en los Sinópticos, un factor deci- eclesio1ógico de Pablo. cf. también Bauer, Worterbuch (bibliografía). Nombre indeclinable (en hebreo, bO'az) del
sivo en la percepción del mensaje de salva- En el Apocalipsis, resalta vivamente la fun- hijo de Salmón (en Lucas, LUAá) y padre de
Puesto que el nombre que Jesús da a los tres
ción y de lo que Jesús proclama ser. Aunque ción apocalíptica y visionaria de la revelación Obed (cf. Rut 4, 21; 1 Crón 2, lIs) en la ge-
primeros de la lista de los Doce no hace alu-
el «ver», en los Sinópticos, desempeña un pa- por el uso que se hace del verbo ~AÉ:7tro en 5, sión al carácter de esas personas sino a su mi- nealogía de Jesús: Mt 1, 5: BÓE¡;; (bis; Boót
pel más reducido que el «oír», sin embargo al 3s; 6, 1-7; 1, 12: «ver la voz». sión, habrá que pensar más bien en la voca- Koiné pI); Lc 3, 32 Bóo¡;; (Boót Koiné E> pI).
ver la realidad de Jesús puede llegarse a co- En Hebreos hay un uso característico de ción de los hijos de Zebedeo para la misión de
nocer la misión y la esencia del que ha sido ~AÉ:7tro en la expresión «ver a Jesús» (2, 9); proclamar mensajes proféticos y apocalípti-
enviado porYahvé (Mt 15, 31). Por el contra- junto al empleo parenético que se hace de es- cos (cf. también Jn 12,29; Ap 6, 1; 10, 3s; 14, ~oÍJ, fí~, Í) boe clamor, grito*
rio, la incredulidad ve, sí, pero no ve, porque ta expresión en 3, 12.19, la adopción de la 2; 19, 6). C. C. Torrey: ZAW 65 (1953) 228- En Sant 5, 4, en plural, dícese del clamor de
permanece obstinada y endurecida frente al fórmula «ver que se acerca el día» (lO, 25) es 247; O. Betz: RQ 3 (1961-1962) 41-70; BFF los jornaleros que trabajan en faenas agrícolas
misterio de Jesús; cf. el motivo de la obstina- típica de la escatología de Hebreos, tal como 1, 249s; Haag, Diccionario, 243; TRE I1I, en condiciones de opresión.
ción y el endurecimiento, recogido de Is 6, 9; se muestra en la antítesis entre lo visible y lo 604; J. T. Rook, «Boanerges, Sons oi Thun-
29, 10, en Mc 4, 12; 8, 18; Mt 13, 13; Lc 8, que es esperado pero no es visible, en 11, 1; den> (Mark 3:17): JBL 100 (1981) 94s.
10, Y también en Hech 28, 26; Rom 11, 8.10. cf. 11,3.7. ~oÍJana, a~, Í) boetheia ayuda, socorro*
Se proclama dichosos a los ojos que ven la P.-G. Müller H. Balz En Hech 27, 17 dícese de las medidas de
salvación en Jesús (Mc 13, 17; Lc 10,23). La precaución, propias de la técnica naval, que
recuperación de la facultad física de ver es se adoptaron para proteger una nave amena-
síntoma del encuentro de fe con Jesús, que es ~lvl]'tio~, 3 bleteos lo que se ha de echar o ~oáro boao clamar, dar voces, gritar* zada por la tempestad: ~ol]{tdu¡;; EXQ&Vl'O,
quien trae la salvación escatológica (Mt 15, verter* El verbo aparece 12 veces en el NT, de las «adoptaron medidas de protección», consis-
31; Mc 8, 24; Lc 7, 21). El seguimiento de Je- Lc 5,38: OLVOV VEOV El,¡;; aoxov¡;; XaLVOV¡;; que 4 corresponden a Lucas y 3 a Hechos. tentes probablemente en amarrar fuertemente
sús exige que se mire consecuentemente hacia ~Al]l'ÉOV, «el vino nuevo hay que echarlo en Además del empleo general para referirse al el casco de la nave, todo alrededor, para evi-
adelante (Lc 9, 62). odres nuevos». En el NT, el único adjetivo griterío de una multitud excitada (Hech 17, 6; tar que la nave se partiera. Cf. especialmente
verbal en -l'ÉO¡;;; como en la lengua clásica, no 25, 24) Y de la referencia, inspirada en pala- E. Haenchen, Apostelgeschichte 7 (KEK), sub
3. En Juan el acto testimoniante de «ver» lleva EOl'LV. Cf. BlaB-Debrunner § 65, nota 5; bras de la LXX, al clamor escatológico de loco; Heb 4, 16: El,¡;; EiíXaLQOV ~o1Í{tELUV,
se concibe de manera más fundamental aún, 127,3; cf. también Mc 2, 22 C Koiné E> pI; Juan el Bautista llamando a la gente al arre- «[gracia de Dios como] ayuda en tiempo de
porque el acto espiritual de ver, propio de la Lc 5, 38 Sin* D ~áAAOVOLV. pentimiento (Mc 1,3 par. Mt 3,3/ Lc 3, 4 / Jn necesidad». ThWNT 1,627.
671 672 573 674

vid de la tierra» ('tOU¡; ~ó'tQ'lJa¡; 'tfj¡; altJté- a pesar de la mala intención de esas personas
~ol)1'}iro boetheo venir en ayuda, ayudar* ~ó~~O~O;, OlJ, Ó borboros lodo, cieno*
~O'IJ 'tfj¡; yfj¡;), una vez que se ha efectuado ya y de sus pésimas acciones (en Lc 23, 51
El verbo aparece 8 veces en el NT, 4 de ellas En 2 Pe 2, 22 dícese del cerdo, que -apenas
la cosecha del grano (vv. 14-16). ~O'IJA.lÍ está asociado con JtQUSL¡;), el decreto
en imperativo como clamor pidiendo ayuda. lavado- se revuelca de nuevo en el lodo (d¡; divino alcanza el fin propuesto. Por otro lado,
La mujer cananea pide ayuda a Jesús para su X'lJA.LOltOV ~oQ~óQO'IJ [E:7tLo'tQé'IjJaoa]; ima- en Lc 7, 30 se presupone que la ~O'IJA.lÍ de
hija: ~olÍ'fi'CL 'lOL, en Mt 15, 25 (a diferencia de gen, tomada de un proverbio, para referirse a ~OlJAt'ÚO'Ult bouleuomai considerar aten- Dios puede llegar a ser ineficaz. El rechazo de
Marcos); de manera semejante, el padre del los apóstatas. tamente, concebir un propósito, decidir* los escribas y fariseos, que se negaron a ser
muchacho epiléptico dice: ~0lÍ{}'l1oov ~lt'Lv, --+ ~O'IJA.lÍ 4. bautizados por Juan, muestra su desprecio ha-
en Mc 9, 22 (cf. también Hech 16,9) o ~olÍ{}€L
,lO'IJ 'tñ ctJtLo'tLC;X, ¡ayuda a mi incredulidad (a
~o~~ti;, ti, Ó borras el Norte* cia el designio de Dios, quien se vuelve a los
En la expresión aJto ~oQQu, del norte, en ~OlJAtlJ'tf¡;, olí, Ó bouleutes miembro del pecadores. Por el contrario, David aparece co-
mi fe)!» en el v. 24, como clamor pidiendo
Lc 13,29; al norte, enAp 21,13; refiriéndose consejo* mo un modelo, porque en su tiempo se dejó
ayuda lanzado por aquel que, confiando en la
también en ambos ejemplos a los demás pun- --+ ~O'IJA.lÍ 3. guiar por el propósito divino (Hech 13, 36).
palabra de Jesús, se atreve a creer y sabe, no
tos cardinales. BlaB-Debrunner § 253, nota 7. En Heb 6, 17 se acentúa la inmutabilidad y
obstante, que por sí mismo no será capaz de
BHH 11, 1320; Haag, Diccionario, 1346s. ~OlJAf¡, tí;, ÍJ boule decreto, decisión, permanencia del propósito divino, que Dios
vencer su propia --+ amo'tLa 3 b) 5). Dios ayu-
propósito, intención* confirma por medio de juramento en favor de
da (= salva) en el día de la salvación, 2 Cor 6,
los «herederos de la promesa» (sobre el tópi-
2 (cita de Is 49, 8 LXX). Cristo es el auxilia- ~ó(Jxro bosko apacentar, cuidar; en voz pa- 1. Aparición del término en el NT - 2, Contenidos co de la constancia e inmutabilidad, cf. 1QS
dor de los que son tentados (Heb 2, 18). La siva, pastar* semánticos y campo referencial - 3, ~OUAEU't~~ -
4. !30UAE'Ú0!1Ut - S. !3o'ÚAllWI..
3, 15s). La idea de una predestinación para la
tierra ayudó a la mujer perseguida por el dra- En voz activa, guardar un rebaño, por salvación la encontramos en Ef 1, 11s. La elec-
gón (Ap 12, 16). Hech 21, 28: ~o'l1{}EL'te, ¡SO- ejemplo, de cerdos (Lc 15, 15), de corderos Bibl.: Bauer, Warterbuch, S,V.; H, GraB, Wille, en H, ción de los creyentes precede a la creación.
corro!, en ThWNT 1, 627. (Jn 21, 15), de ovejas (Jn 21, 17). El partici- Haag, Bibel-Lexikon 1891; E. Htihne, en BHH I1I,
2174s; D. Müller, Voluntad, en DTNT IV, 374-381; Pero, al mismo tiempo, esa salvación, que se
pio sustantivado oL ~óoxov'te¡; significa los B, Reicke, en BHH I1I, 1551s, 1553; G, Schrenk, funda en la decisión de Dios y que se mani-
~Ol)1'}ó;, 2 boethos ayudador* pastores (Mc 5, 14 par. Mt 8, 33 / Lc 8, 34). ~O'ÚAO[.lUt 'K'tA" en ThWNT 1, 628-636; E Wetler, en fiesta en Cristo, conserva el elemento de es-
Heb 13,6 (cita de Sal 117, 6 LXX): «El Se- En voz pasiva significa la acción de pacer o LThK X, 1161-1163. peranza, de tal manera que el «heredero» (es
ñor es mi auxiliador! pastar de un rebaño (Mc 5, 11 par. Mt 8, 30 / decir, el creyente) sigue estando bajo el cui-
Lc 8, 32). 1. ~O'IJA.lÍ aparece principalmente en los es-
dado y la solicitud de Dios.
critos lucanos: 2 veces en Lucas, 7 en Hechos.
En Hech 20, 27 la ~O'IJA.tl 'tOU {}eou expre-
~ó1'}lJVO;, OlJ, Ó bothynos hoyo, zanja* Los otros tres ejemplos se hallan en primera
BO(Jó~ Bosor Bosor* sa la quintaesencia de la predicación paulina.
Mt 12, 11: con arreglo a los paralelos rabí- Corintios, en Efesios y en Hebreos.
Nombre indeclinable del padre de Balaán La recomendación de Gamaliel de dejar el de-
nicos, lo más probable es que se haa,a referen-
en 2 Pe 2, 15 (con la mayoría de los manus- 2. El sujeto de ~O'IJA.lÍ puede ser Dios o sarrollo de la comunidad cristiana a merced
cia a una acequia o a un aljibe, cf. bSab, 128b; de sí misma, argumenta basándose en el con-
Mt 15, 14 par. Lc 6, 39. BHH 1, 612. critos griegos; B 453 V gm" sy'h cop" arm leen pueden ser hombres. Pero la mayoría de los
con la LXX [Núm 22, 5; 31, 8; Dt 23, 5] pasajes se refieren a la ~O'IJA.lÍ de Dios y sig- traste que existe entre la ~O'IJA.lÍ de Dios, que
BewQ; Sin* combina las dos formas y dice nifican, por tanto, el decreto de salvación se impone a pesar de todo, y la ~O'IJA.lÍ de los
~OAf¡, tí;, ÍJ bale un tiro (de piedra)* BewoQoóQ ). adoptado por la voluntad divina. En cuanto hombres, que está destinada al fracaso (Hech
Lc 22, 41: WOeL A.L{}o'IJ ~OA.lÍv, se alejó «co- motivo interpretativo del destino de muerte de 5, 38s). Esta tensión entre el designio de Dios
mo a un tiro de piedra». ,Jesús, este decreto fundamenta la compren- y la intención de los hombres es un tema do-
~o'táVl), '1;, ÍJ batane hierba para pastar, sión de su muerte como un acontecimiento minante en Hechos. Contra todos los peligros
vegetación* querido por Dios (en Hech 2, 23 ~O'IJA.lÍ es un y toda la oposición que nacen de los designios
~OAt~ro bolizo echar la sonda (para medir
Heb 6, 7: la tierra produce «vegetación pro- término paralelo de JtQÓYVWOL¡;; en Hech 4, de los hombres (Hech 27, 12.42), el evangelio
la profundidad de las aguas)*
vechosa» (~o'táv'l1v e1J{}e'tOv); dícese de la 28 ~O'IJA.lÍ está asociado con XdQ), en todo lo (por medio de Pablo) se abre camino hacia
Como tecnicismo de la navegación en Hech
mala hierba en Herm (m) 10, 1, 5; y, en senti- cual los que participaron en la muerte de Je- Roma.
27,28 (bis).
do figurado, de la gente mala, en IgnEf 10, 3, sús (av6Qe¡; 'loQa'l1A.'hm, Hech 2, 22; 'HQ<b- En 1 Cor 4, 5 Pablo habla de las ~o'IJA.al
o de los falsos maestros, en IgnTral 6, 1. 6'l1¡; 'te xal Ilóv'tw¡; IlLA.ci'to¡; ouv e{}veOLv 'toov xaQ6Loov. La expresión está parafraseada
~OAt;,tbo;, ÍJ bolis proyectil, flecha* xal A.ao'L¡; 'IoQalÍA., Hech 4, 27) ejecutan en por 'tu xQ'lJJt'tu 'tou oxó'tO'IJ¡;. «Las cosas ocul-
Como v.l. en Heb 12,20 (Textus Receptus). realidad el decreto de Dios. tas en las tinieblas», el Kyrios las sacará a la
~ó't~lJ;, lJO;, Ó botrys uvas, racimo de
uvas* Sin embargo, la idea de la determinación luz (en su segunda venida). La idea del juicio,
Bóo~, Bóo;, Booz, Boos Boz Ap 14, 18: Al ángel que tiene la hoz afilada, divina de la muerte de Jesús no elimina la res- que está asociada con la idea de la parusía,
--+ Bóe¡;, Bóo¡;. se le encarga que «vendimie los racimos de la ponsabilidad de los que participa~ en ella. Y, conduce a la advertencia de que no se juzgue
675 j30'lJA~ - j30'ÚAOl-taL 676 677 678

a otros «antes de tiempo» (JtQo XaLQou). Al rece en sentido ordinario en Hech 27,39. Los gelios: Mateo (2 veces), Marcos (1 vez), Lu- POÚAO¡,taL no debe entenderse aqm umca-
recogerse el simbolismo de la luz y de las ti- marineros se proponían llevar la nave a la ori- cas (2 veces) y Juan (1 vez). Los restantes mente en sentido intencional, sino que impli-
nieblas, «se modifica aquí escatológicamente lla. En 2 Cor 1, 17 (bis), Pablo responde a la ejemplos se encuentran en Hebreos, Segunda ca también un acontecimiento asociado con
la antigua enseñanza de que Dios conoce el crítica de que él no es persona de fiar con la de Pedro, Segunda y Tercera de Juan, y Judas. esa voluntad. Además, POÚAO¡,taL expresa
interior del hombre» (H. Conzelmann, Der pregunta ficticia de si lo que él ha planeado aquí la validez absoluta de esa voluntad, que
puede describirse como «humano» (xu't<l 2. Como expresión del acto de querer,
erste Brief an die Korinther [KEK], sub loco). sobrepasa a toda voluntad humana y qu'e, por
aáQxu), es decir (aquí), como vacilante. POÚAOf1aL queda en general muy por detrás
Tan sólo en el juicio se darán a conocer los tanto, no es cuestionable .
. de -> (e)'fi'ÉAúl. Hechos vuelve a ser una ex-
motivos del corazón (que es lugar donde se En Mt 11, 27 par. Lc 10,22 el Hijo dispone
5. ~ovJ,lJ ...a intención, voluntad, designio* cepción, porque en esta obra predomina deci-
esconden las intenciones humanas). a quién quiere él hacer la revelación de Dios.
aparece tan sólo 1 vez en Hechos, Romanos y didamente el uso de POÚAO¡,taL: una peculiari-
Esto no significa arbitrariedad alguna en la
Primera Pedro respectivamente. En Hech 27, dad relacionada seguramente «con la cercanía
3. ~O"J,E""tt1S miembro del consejo* apa- estilística en que Hechos se encuentra de la
elección de la comunidad que ha de salvarse,
rece en Mc 15,43 par. Lc 23,50 como desig- 43 POÚAr¡¡,tU se encuentra como concepto pa- sino que quiere decir que Dios se da a cono-
ralelo de POUA~ (v. 42) y significa allí la mal- prosa narrativa de escritores como Polibio,
nación del cargo oficial que desempeñaba Jo- Diodoro Sículo, Josefo, los cuales siguen pre- cer únicamente en el Hijo y que en el encuen-
sé de Arimatea (por el contrario, en Mt 27, 57 vada intención de los marineros de arrojar por tro con el Hijo queda determinada la relación
la borda a los presos. Pablo habla del firiendo POÚAOf1aL incluso en una época de
Y Jn 19, 38 se le presenta como ¡,tm(l'rl1;~<;). transición hacia el predominio de e'fi'ÉAúl» con Dios. Refiriéndose a los diferentes dones
Esto se interpreta generalmente en el sentido POÚAr¡¡,tU de Dios en una objeción retórica, del Espíritu que hay en la comunidad, Pablo
en Rom 9, 19, donde la (coaccionante) volun- (Schrenk 630). Además, en Hechos, poú-
de que esta persona era miembro del sanedrín AO¡,taL se refiere sin excepción a actos de la dice que el Espíritu se los distribuye a cada
(cf Josefo, Be]] JI, 405 oí. aQXov'tf.~ xui, tad de Dios se emplea como argumento en uno según quiere (1 Cor 12, 11). En Lc 22,
voluntad humana (5, 28.33; 12,4; 15,37; 17,
POUA€U'tUl). Por el contrario, K. H. Rengstorf contra de la responsabilidad del hombre. En 1 42, en el Huerto de Getsemaní, Jesús apela al
20; 18, 15.27; 19, 30; 22, 30; 23, 28; 25,
Pe 4, 3 el POÚAr¡¡,tU (t&v e'fi'v&v) aparece en poder de la voluntad de Dios para que no le
(Lukas 15 [NTD], sub loco) supone que POUA€U- 20.22; 27, 43; 28, 18) cuyo grado de intensi-
sentido ordinario. El catálogo de vicios, que haga beber el «cáliz». En Heb 6, 17; Sant 1,
't~<; significa aquí «miembro del consejo de la dad se acrecienta o se atenúa. En Hech 15, 37
figura a continuación, describe lo que está en 18 se acentúa la voluntad de Dios en su carác-
ciudad de Jerusalén», lo cual en aquel tiempo Bernabé insistía en llevar consigo a Juan
consonancia con las aspiraciones paganas. ter salvífico: Dios hizo un juramento a los
convertía automáticamente a esa persona en Marcos para el viaje misionero. Contra la in-
miembro del sanedrín. El hecho de que H.-J. Ritz tención de los marineros de arrojar por la bor- «herederos de la promesa», porque quería
Lucas añada aquí a la designación de POUA€U- da a los presos, el centurión estaba decidido a mostrarles lo inmutable que era su decisión
't~<; el paréntesis oií'tO<; ovx ~v auyvu'tu't€- salvarle a Pablo la vida (Hech 27, 43). Pero (Heb 6, 17). En cambio, en Sant 1, 18, poú-
~o'ÚI..1)p.ta, a'to;, 'tó boulema intención, AOf1aL está asociado con el hecho de engen-
'fi'El¡,tÉvo<; 'tñ pouAñ ... (v. 51), nos hace sospe- en Hech 25, 22 POÚAOf1aL se acentúa más
voluntad, designio drar en la fe «por medio de la palabra de la
char que hay aquí un juego de palabras. Al bien como un deseo: a Agripa le gustaría oír
-> POUA~ 5. verdad». Por otro lado, en 2 Pe 3.9, la inten-
parecer, Lucas quiere expresar que los demás a Pablo en persona (cf. Hech 17, 20; 1 Tim 6,
POUA€U'tUt se habían desacreditado a sí mis- 9; Flm 13). ción salvífica del Kyrios sirve para explicar la
mos por su decisión (POUA~) acerca de Jesús. ~o'Úl..op.tat boulomai querer, insistir en, POÚAOf1aL se usa también para referirse a la demora de la parusía: el Kyrios no ha vuelto
mandar* voluntad humana en Mt 1, 19; Mc 15, 15; Jn aún de nuevo, porque él no quiere que nadie
4. ~O"J,EVO ... at considerar atentamente, 18,39; 2 Cor 1,15.17; Flp 1, 12; 1 Tim 2,8; se pierda.
1. Aparición del término en el NT - 2. POÚA.0ftUL H.-J. Ritz
concebir un propósito, decidir* aparece un corno acto de la voluntad humana - 3. POÚA.0ftUL como 5, 14; Tit 3, 8; Sant 3, 4; 4, 4; 2 Jn 12; 3 Jn 10;
total de 6 veces: en Lucas y en Hechos, 1 vez acto de la voluntad de Dios, del Hijo, del Kyrios y del Jds 5. POÚAO¡,taL tiene resonancias de impera-
respectivamente, 2 veces en Juan y 2 veces en Espíritu. tivo en 1 Tim 2, 8; 5, 14 Y Tit 3, 8, donde Pa- ~O'llVÓ;, olí, Ó bounos colina, cerro*
Segunda Corintios. En Lc 14,31 pregunta Je- Bibl.: Bauer, W6rterbuch, s. V.; H. GraB, Wille, en
blo, haciendo uso de su autoridad apostólica, Lc 3, 5: en la predicación de Juan el Bautis-
sús, en una: imagen del material peculiar de Haag, Bibel-Lexikon, 1891; E. Hiihne, en BHH III, manda a diversos grupos de la comunidad o ta, este término aparece junto a oQo<; (en una
Lucas, qué rey habrá que, con un ejército in- 2174s; D. Müller, Voluntad, en DTNT IV, 374-381; individualmente a Tito que observen una de- cita de Is 40, 4 LXX); en Lc 23, 30, en las pa-
B. Reicke, en BHH IlI, 1551s, 1553; G. Schrenk, terminada conducta. labras dirigidas por Jesús a las mujeres de Je-
ferior, vaya a enfrentarse con un enemigo dos POÚA.0ftUL x'tt..., en ThWNT l, 628-636; F. Wetter, en
veces superior y no piense primero atenta- LThK X, 1161-1163. Para más bibliografía, cf. 3. Como referencia a la voluntad de Dios, rusalén que lloraban y se lamentaban: tó't€
mente si ha de comenzar siguiera la batalla. ThWNT X, 1016. del Hijo, del Kyrios o del Espíritu, POÚAO¡,taL aQ1;ovtaL AÉyElV ... 'tOL<; POUVOL<;' xuAú'lj!u't€
En Jn 11, 53; 12, 10, POUA€ÚO¡,taL se usa a aparece sólo 7 veces. En esos casos el verbo ~f1a<; (en cita de Os 10, 8 LXX).
propósito de la intención del sumo sacerdote 1. POÚAOf1aL aparece 37 veces en el NT. se emplea siempre en su significado funda-
de dar muerte a Lázaro y del plan de los su- En Hechos es donde más aparece el término mental de querer como acto de la voluntad, ~oií;, ~oó;, ó, 'Í] bous res vacuna (en
mos sacerdotes y de los fariseos de dar muer- (14 veces). Siguen Pablo (5 veces), las Pasto- un acto que queda determinado, no obstante, masculino buey, en femenino vaca)*
te a Jesús: concibieron el propósito de dar rales (4 veces) y Santiago (3 veces). El verbo por el sujeto de la acción de querer (Dios/el En Lc 13, 15; 14, 5, en las enseñanzas de
muerte a Jesús o a Lázaro. POUA€ÚOf1aL apa- se halla escasamente atestiguado en los evan- Hijo/el Kyrios/el Espíritu). Por este motivo, Jesús acerca del sábado: Todo el mundo dará
679 680 681 682

de beber a su buey en sábado o lo sacará de un la meta de la carrera de la vida cristiana no se


«lento para hablar» (en contraste con 'tUXv~ ~QÉqJO;, OlJ~, 'tó brephos niño pequeño,
pozo. En sentido general en Lc 14, 19: !;,E'Úyl'l ha alcanzado todavía. Por el contrario, en la
d~ 'to axoiíOaL, «pronto para oír»), junta- lactante*
po&v ... nÉV"tE, «cinco yuntas de bueyes». En Carta primera a los corintios, lo que se pre-
mente con PQuM~ d~ oQYrlV, «lento para la
Jn 2, 14 Jesús expulsa del templo a los que tende es estimular a todos a un empeño deno- Bibl.: F. W. Beare, The First Epistle of Peter, Ox-
ira»; en sentido figurado en Lc 24, 25: pQu- ford '1958, 88-90; L. Goppelt, Der Erste Petrusbrief
vendían ganado y a sus bueyes (a diferencia dado y consciente por vivir una vida cristiana. ()El~ 'tñ xUQ()LQ. wií mo'tE'ÚELV, «tardos de (KEK), Giittingen 1977, 133-138; S. Légasse, Jésus et
de Mc 11, 15 par., que se refiere únicamente a Pero lo que no se pretende afirmar es que sea corazón para creer». l'enfant, Paris 1969, 352 (s.v. en el índice analítico);
vendedores de palomas; cf. Billerbeck 1, 850- una sola persona la que alcance el premio. A. Oepke, 1tu¡;~ xTA., en ThWNT VI, 636-653; K. H.
852). poií~ aparece en 1 Cor 9, 9 (bis) Y 1 Este elemento no entra en la metáfora, en el Schelkle, Die Petrusbriefe. Der Judasbrief (HThK),
Freiburg i. Br. '1964, 54-57; E. G. Selwyn, The First
Tim 5, 18 en la referencia que se hace de la sentido en que ésta se halla concebida. ~Qabú'(1)~, 1)'t0~, 1] bradytes tardanza,
Epistle ofSt. Peter, London '1947,154-156.
norma de proteger a los animales (en Dt 25, El verbo PQUPE'Úeo, usado en sentido abso- demora*
4), aplicándola a la obligación que tienen las luto, tiene en Col 3, 15 el sentido más general En 2 Pe 3, 9, recogiendo la idea de --+ pQu- 1. PQÉcpo~ aparece 8 veces en el NT, 6 de
comunidades de proveer al sustento de sus de dominar, reinar, regir, determinar. Los ()'Úvw; la traducción, que por lo demás es co- ellas en Lucas-Hechos. Designa no sólo al ni-
apóstoles (y presbíteros). BHH I1, 1018, cristianos están llamados a la paz de Cristo en rriente y que habla de «pereza, negligencia», ño todavía no nacido, alfeto (Lc 1,41.44; cf.
1328; Haag, Diccionario, 1683s. un solo cuerpo, que es la Iglesia. Los destina- introduce en el contexto una (equivocada) con- Ec10 19, 11), sino también -en la mayoría de
tarios deben responder internamente a esta notación moral. los casos- al lactante, al niño pequeño (Lc 2,
realidad ec1esiológica, haciendo que sus sen- 12.16; 18, 15; Hech 7,19; 2 Tim 3,15; 1 Pe 2,
~Qa~Eiov, OlJ, 'tó brabeion premio, re- timientos, pensamientos y deseos estén deter- 2). Una expresión idiomática es: ano
PQÉ-
compensa* ~Qaxí.rov, ovo;, Ó brachiOn brazo* cp01J~, desde la infancia (2 Tim 3, 15: cf. Fi-
minados por la paz de Cristo, una paz que
~QU~E'Úeo brabeuo actuar como juez o árbi- En el NT se usa únicamente en la imagen lón, SpecLeg 11,33). En la mayoría de los pa-
consiste en que queden anuladas las diferen-
tro, dirigir* que habla del brazo de Dios, siguiendo siem- sajes, PQÉcpo~ tiene significado directamente
cias hasta ahora existentes entre judíos y gen-
Bibl.: A. Ehrhard, An Unknown Orphic Writing in tiles, etc. (v. 11). pre a la LXX: Lc 1, 5 (cf. Sal 89, 11 LXX), teológico.
the Demosthenes Scholia and Sto Paul: ZNW 48 W. Stenger refiriéndose al poder de Dios frente a sus ad-
(1957) 101-110; V. C. Pfitzner, Paul and the Agon Mo-
versarios; Jn 12, 38 (cita de Is 53, 1 LXX), ó 2. La aparición del término en Lc 18, 15 Y
tif, Leiden 1967, 82-98, 153-156; E. Stauffer, ~Qu­ 1 Pe 2, 2 tiene interés teológico. En el primer
~fÚ(Ú, ~Qa~elov, en ThWNT 1, 636s. pQuXLwv x1JQLo1J, refiriéndose a los o'l']f.tElu
~Qa~fúro brabeuo actuar como juez o ár- texto, Lucas sustituye naL()Lu (en Marcos y
de Jesús; Hech 13, 17, f.tE'ta PQuXLovo~
El sustantivo pQuPElov aparece únicamen- bitro, dirigir Mateo) por 'ta PQÉcp'l']. Aun prescindiendo de
iJ'tp'I']t..oií (cita de Ex 6, 1.6), «con brazo alza-
te en Pablo (1 Cor 9, 24; Flp 3, 14). Está to- --+ pQuPElov. la predilección del evangelista por PQÉcpo~,
do». ThWNT 1, 638; X, 1016 (bibliografía);
mado del lenguaje deportivo helenístico. En la elección del término trata de acentuar el
Haag, Diccionario, 411.
ambos casos significa el premio que, en forma simbolismo existente en la fuente. Después
de corona de victoria, se concede al vencedor ~Qabúvro bradyno tardar, demorar, ser de la narración ejemplar de 18, 9-14, que Lu-
lento* cas entiende como una enseñanza sobre la
en una carrera de competición (l Cor 9, 25). ~Qaxú~, 3 brachys breve, poco*
El sentido objetivo de la imagen es compara- 1 Tim 3, 15: eav ()E PQuMveo, «en caso de «humildad» (cf. vv. 9 Y 14b; --+ 'tunELvów), los
En el NT siempre tiene género neutro.
ble en ambos casos. La corona, que es «impe- que mi llegada se demore»; 2 Pe 3, 9: Ol! pQu- PQÉcp'l'], con su extraordinaria «pequeñez»,
En 4 de las 7 veces que aparece, se hace re-
recedera» porque es Dios quien la concede (1 MVEL X'ÚQLO~ 'tij~ enuYYEt..Lu~ (genitivo de ilustran mejor que nada el mensaje que los
separación), «el Señor no demora (el cumpli- ferencia a un «breve tiempo»: Lc 22, 58:
Cor 9, 24s), significa -formulándolo en senti- evangelistas quieren trasmitir por medio de
miento de) la promesa; cf. BlaB-Debrunner § f.tE'ta PQuX'Ú, «un poco más tarde»; Hech 5, este episodio (Lc 18, 16-17 par.): tan sólo los
do negativo- que Pablo o los destinatarios de 34: PQUX'Ú, «durante unos momentos»; Heb
180, nota 6. humildes (cf. Lc 1, 51s) entrarán en el reino
la carta no son descalificados en la prueba (v. 2, 7.9: PQUX'Ú 'tL, «por breve tiempo», refi- de Dios; cf. G. Schneider, Lukas 11 (ÓTK),
27), y -formulándolo en sentido positivo- riéndose a que el Hijo del hombre fue humi- 366s.
que serán hechos partícipes de lo que el evan-
~QablJ3tAOÉro bradyploeo navegar lenta- llado durante algún tiempo por debajo de los La imagen de los niños recién nacidos
gelio promete (v. 23). Así, pues, el premio de mente* ángeles (cita del Sal 8, 6 LXX, donde el sen- (aQ'tLyÉVV'I']'ta PQÉcp'l']) tiene una correspon-
la victoria, según Flp 3, 14, consiste en que Hech 27, 7: la nave de Pablo y de sus com- tido original es que la posición del hombre diente función parenética en 1 Pe 2, 2). La
Pablo ha de alcanzar el mundo celestial, hacia pañeros zarpó de Alejandría y navegó lenta- es «un poco» inferior a la de los ángeles). comparación se explica de la manera más sa-
el que Dios le lleva por medio de su vocación mente. En otros casos se hace referencia a una pe- tisfactoria, refiriéndola no a los cristianos en
en Cristo Jesús, o en que ha de llegar a la «re- queña cantidad: Jn 6, 7: PQUX'Ú n, un poco; general sino a los recién bautizados. El punto
surrección de los muertos» (v. 11). Ahora Heb 13, 22: ()La PQUXÉwv, «en pocas pala- principal de la comparación es el vivo deseo
bien, la imagen de la carrera de competición ~Qabú;, 3 bradys lento* bras»; en sentido espacial en Hech 27, 28, con que los recién nacidos ansían el pecho
tiene distinto significado en ambos casos. En El adjetivo está usado parenéticamente en PQUXv ()E ()LUO'trlOUV'tE~, «un poco más ade- materno (--+ yát..u), símbolo del «apetito» con
Filipenses, la imagen muestra sobre todo que Sant 1, 19 (bis): PQuM~ d~ 'to t..ut..ijOaL, lante». que los neófitos deben anhelar los bienes es-
683 684 685 686

pirituales. En todo ello no hay que excluir ~QÓXO~, OlJ, Ó brochos lazo* una referencia a alguna clase de purificación
[tal (en hebreo, naham), el sonoro rugido del
tampoco el motivo de la inocencia infantil (cf. _En el NT el término se usa únicamente en llevada a cabo mediante la defecación, inter- .
león que va a lanzarse sobre la presa (Prov 19,
v. 1 y 1 Cor 14, 20; Herm [s] 9, 29, 1-3). Se sentido figurado. En 1 Cor 7, 35 en la expre- pretación que sería imposible gramaticalmen-
12; Eclo 51, 3), con el castañeteo de dientes
ilustran así las obligaciones que dimanan del te.) En Rom 14, 15.20 Pablo considera que el
sión ~QÓXov em~áA.A.ro, «echar un lazo», es del enfermo que tiene mucha fiebre o con
nuevo nacimiento en el bautismo. alimento, es decir, lo que uno come (v. 2:
decir, «imponer una restricción». imágenes del remordimiento y de los repro-
S. Légasse «uno come de todo, otro come sólo vegeta-
ches dirigidos contra uno mismo.
V. Hasler les»), no tiene importancia ninguna para la fe
~QiXro brechO llover, hacer llover, mojar* ~QlJy"ó~, ou, Ó brygmos rechinamiento (v. 6; cf. 1 Cor 8, 8), pero lo que sí es impor-
En Mt 5, 45: ~QÉXEL, el sujeto es Dios, que de dientes* tante es el ejercicio del amor fraterno. De ma-
«hace llover sobre justos e injustos»; en Sant ~QÚXro brychO rechinar los dientes* ~QÚXro brychO rechinar de dientes nera parecida argumenta también 1 Cor 8,
5, 17 (bis) el verbo se entiende en sentido im- -+ ~Quy[tó~. 8.13. ~Q&[ta comprende también la carne sa-
Bibl.: A. Kretzer, Die Herrschaft der Himmel und die
personal: «llueve»; cf. Ap 11,6: Lva [ttl iJl::1:o~ Sdhne des Reiches, Würzburg 1971, 111s; K. H. Rengs- crificada a los ídolos, carne que los «débiles»,
~QÉxn 1:a~ ~[tÉQa~, «a fin de que no llueva torf, BQtíx,úJ, BQuy[!óc:;, en ThWNT r, 639s; %AulúJ, ~Qúro bryo hacer brotar, hacer manar*
por viejos hábitos, consideran todavía como
durante los días ... »; en Lc 17, 29, ii~QE~EV %AUU{t[!ÓC:;, en ThWNT III, 721-725; B. Schwank, cosa que tiene que ver con los ídolos; por eso,
«Dort wird Heulen und Ziihneknirschen sein»: BZ 16 Sant 3, 11: una fuente no hace manar por el
(según Gén 19,24 LXX) no se entiende segu- sienten problemas de conciencia si la prue-
(1972) 121s; O. H. Steck, Israel und das gewaltsame mismo caño agua dulce yagua salobre, como
ramente en sentido impersonal, sino que se Geschick der Propheten, Neukirchen-V1uyn 1967, ban. Pero los «fuertes» creen que pueden co-
imagen de que de una misma boca no debe
refiere a la acción de Dios que hizo llover; se- 263ss; D. Zeller, Das Logion Mt 8, 1/ s-Lk 13, 28s und merla, por el sentimiento de libertad que han
brotar la maldición y la alabanza.
gún Lc 7, 38.44 la pecadora empapa con sus das Motiv der «Vdlkerwallfahrt»: BZ 15 (1971) 222- adquirido mediante la fe. La contraposición
lágrimas los pies de Jesús. 237; 16 (1972) 84-93. efectuada por el Apóstol se halla preparada en
~Qro"a, a'to~, 'tó broma alimento* 1 Cor 6, 13, mediante la indicación que él ha-
El sustantivo aparece 7 veces en el NT (de ce de la finalidad de la toma de alimentos.
~QOV't1Í ií~, 1] bronte trueno* ellas, 6 veces en Mt), siempre en la construc- 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
Además de Mc 3, 17 Y Jn 12, 29, este tér- semánticos - 3. Campo referencial. 1 Tim 4, 3 se halla dentro de un contexto en
ción de genitivo ~Quy[to~ 1:<DV Móv1:rov, en el que se hace una advertencia contra los fal-
mino se encuentra sólo en el Apocalipsis (4, aquellas palabras apocalípticas de amenaza: Bibl.: J. Behm, BQw[!u lt'tA., en ThWNT r, 640-
5; 6, 1; 8, 5; 10, 3.4 [bis]; 11, 19; 14, 2; 16, 643; H. Leroy, Rdtsel und MijJverstdndnis (BBB 30),
sos maestros que exigen que uno se abstenga
«allí habrá llanto y rechinar de dientes». El Bonn 1968, 147-155. de probar el vino (5, 23), del matrimonio y
18; 19,6). Dícese de la voz de Dios en Jn 12,
verbo aparece únicamente en Hech 7,54. también de determinados manjares. El ali-
29; cf., con sentido semejante, cproVtl ~QOV1:fí~,
Mt 8, 12 procede de la fuente Q (par. Lc 13, 1. ~Q&[ta aparece 17 veces en el NT, fre- mento es también objeto de controversia en
el «sonido del trueno» en Ap 6, 1; 14, 2; 19,
28), de la sentencia sobre la exclusión de sen- cuentemente en controversias sobre cuestio- Heb 13, 9, pero donde no se ve claro si se tra-
6; también en 10, 3. Ap 4, 5: cW1:Qa:n:al, xal,
tarse a la mesa con los patriarcas. En la perí- ta de excesos cometidos en las comidas cul-
cproval, xal, ~Qov1:at, «relámpagos, estruen- nes éticas (por ejemplo, Mc 7, 19; Rom 14,
copa del centurión de Cafarnaún, Mateo con- tuales (v. 10) o de exigencias ascéticas. En
dos y truenos» salen del trono de Dios como 15.20). Las personas que son objeto de las
firma así la reprobación de Israel. Mt 13, Heb 9, 10 las comidas y las bebidas (que por
fenómenos que acompañan a la teofanía (cf. confrontaciones son judíos o judeocristianos
42.50; 22, 13; 24, 51; 25, 30 forman parte de el contexto se ve que tiene su lugar propio en
Ex 19, 16; Ez 1, 13); cf. Ap 8, 5; 11, 19; 16, (Mc 7, 19), algunos miembros de las comuni-
las conclusiones redaccionales de las parábo- el culto divino) se consideran como asuntos
18. En Ap 10, 3s, en correspondencia con los dades (Rom 14,15.20; 1 Cor 8, 8.13; Heb 13,
las sobre el juicio. Mateo exhorta a los miem- del viejo orden de cosas, que tiene sólo vali-
siete sellos, los siete tañidos de la trompeta y 9) Y determinados falsos maestros (l Tim 4,
bros de su iglesia a obrar con la justicia que dez provisional.
las siete copas retumban siete truenos que re- 3). Otros textos reflejan temas específicos de
Jesús exige, y los amenaza con la condena- El plural se usa para referirse a los alimen-
cogen la voz del ángel (wa:n:EQ /..Érov [tuxa- confrontación. El término se usa también en
ción al fuego eterno y a las tinieblas del Ha- tos necesarios para el sustento, en el pasaje de
1:aL, v. 3a; cf. Os 11, 10; Am 1, 2; 3, 8; 11 4, los relatos de la multiplicación de los panes y la multiplicación de los panes (Mt 14, 15, a
16) Y se la trasmiten al vidente (cf. también des o a heredar el infierno. en las palabras de Juan el Bautista (Lc 3, 11). diferencia de Lc 9, 12 [em<JL1:L<J[tó~], pero en
Sal 29, 3ss). A propósito de Mc 3, 17 -+ Boa- La correspondiente expresión verbal rechi-
la interpolación lucana del v. 13c encontra-
v'l1QyÉ~. ThWNT 1, 638s; BHH 1,349; Haag, nar de dientes (~QÚXro; en hebreo, J;araq sin- 2. ~Q&[ta puede traducirse por alimento, mos también el plural ~Qw[ta1:a para reforzar
Diccionario, 1972. nayfm 'al) designa el encolerizado regañar de comida, víveres, y contrasta el sentido literal la idea de la escasez de alimentos disponibles
dientes del enemigo mortal (Hech 7, 54; Job con el empleo metafórico, figurado y tipoló- frente a la gran necesidad que existía de
~QOx1Í, ií~, 1] broche lluvia* 16, 9; Sal 34, 16; 36, 12; Lam 2, 16) o el de- gico del término. ellos). En las palabras del Bautista en Lc 3, 11
En Mt 7, 25.27 dícese del aguacero (de in- sesperado castañetear de dientes de los conde- se señala la obligación que tiene el que posee
vierno), que hace bajar tanta agua que puede nados en el infierno (Sal 111, 10 LXX; Hen 3. Mc 7, 19c contiene, frente a los precep- ~Qw[tQ1:a, de compartirlos con los pobres.
hacer que se derrumbe una casa mal cimenta- [et] 108,3-7; MidrEcl1, 15 [l1a]; cf. Biller- tos judíos relativos a la pureza, una declara- ~Q&[ta se usa como imagen en 1 Cor 3, 2;
da. BHH I1I, 1568-1571; Haag, Diccionario, beck IV, 1029-1118, especialmente 1040 ss). ción expresa de Jesús de que todos los ali- designa, en contraste con la «leche», las exi-
1130. Hay que rechazar toda relación con ~QuXáo- mentos son puros. (No debe entenderse como gencias superiores que tiene la predicación
687 688 689 690

misionera, y puede traducirse por alimentos san Juan 1, 515). Una diferencia parecida de esa sangre conceden gratuitamente la vida
2. En contraste con --> ~Q&f-tU, vemos que
sólidos. niveles de comprensión se encuentra también eterna (v. 54) y la comunión con el Dador de
~Q&(JL¡; se refiere no sólo a la acción de co-
En Jn 4, 34 la idea de ~Q&f-tU está vincula- en Jn 6, 27: las palabras de Jesús acerca del las mismas (v. 56).
mer como actividad humana, sino también al pan. El v. 26 desenmascara los motivos de H.-J. van der Minde
da con la petición anterior de los discípulos hecho de ser consumido por insectos, y tam-
(v. 31) y con la pregunta que ellos se hacen en aquella multitud, que sólo quiere pan para
bién a la comida misma, principalmente en el saciarse, es decir, que busca un alimento pe-
el v. 33, pero recoge también la idea de --> evangelio de Juan (entonces el término se ha- Ilv-3i~ro bythizo hundir; en pasiva, hundirse*
~Q&OL¡;, que se ha empleado ya en otro nivel. recedero (v. 27b). El segundo empleo del tér- Lc 5, 7: &o'te ~'U{}L<;eOl'}m U'lhá ['tu
lla muy cerca de ~Q&f-tu). Especialmente en mino (v. 27b) lo eleva al plano de la com-
Mientras que los discípulos siguen entendien- :7tA.olu], «de tal manera que comenzaban a
Juan se abandona el plano del sentido literal, prensión metafórica: «sino por el alimento
do literalmente las ideas de ~Q&f-tU y ~Q&OL¡;, hundirse»; el verbo se emplea en sentido fi-
y ~Q&OL¡; se usa en sentido figurado. que permanece para la vida eterna». Los ele-
las palabras se refieren aquí a una realidad es- gurado en 1 Tim 6, 9 para referirse a las se-
piritual más elevada. mentos interpretativos «vida eterna» (v. 27) y ducciones que «hunden a los hombres en la
3. En la sentencia aforística de Mt 6, 19s,
JtVe'Uf-tU'tLXOV ~Q&f-tU en 1 Cor 10, 3 (posi- «hacer las obras de Dios» (v. 28; cf. 4, 34 en ruina y la perdición».
~Q&OL¡;, asociado con O~¡;, significa tan sólo
blemente una expresión con la que los cristia- el mismo contexto), es decir, el hecho de creer
nos estaban muy familiarizados; cf. Did 10, el hecho de ser comido por insectos (cf. Mal en el Enviado, así como también las secciones
3), en esta sección que se refiere al éxodo de 3, 11), los cuales tienen una actividad destrnc- paralelas 4, 13s y 4, 32s excluyen ya la com-
Ilv-3ó;, oií, ó bythos lo profundo, alta
tora e impiden, por tanto, guardar y atesorar mar*
Israel de la tierra de Egipto, es, como el bau- prensión «eucarística» de este pasaje. Por tan-
cosas terrenales. En 2 Cor 11, 25 Pablo refiere: «He pasado
tismo en Moisés (v. 2) o la bebida espiritual to, lo del «alimento que permanece» implica
Pablo, en 1 Cor 8, 4, emplea el término en una noche y un día sobre lo profundo del mar
(v. 4), un tipo, es decir, «una expresión antici- el enunciado en indicativo que habla de reci-
el sentido del acto humano de comer, dentro (es decir, como náufrago)>> (v'UX{}~f-teQov Ev
pada, en la historia de la salvación, de lo que bir la vida, y el enunciado en imperativo que
del contexto en que trata del problema sobre 't<'j) ~'U{}{{> JteJtOLr¡XU).
ha de venir» (L. Goppelt, Typos, Gütersloh exhorta a hacer las obras de Dios creyendo en
1939, 176), a saber, un tipo del alimento eu- si es lícito comer la carne sacrificada a los el Enviado. A diferencia de 4, 32 y 6, 27, ve-
carístico. Partiendo de esta referencia, Pablo ídolos. Lo emplea también en este sentido en mos que 6, 55 no puede entenderse en sentido IlVQOEÚ;, Éro;, ó byrseus curtidor*
puede hablar del «alimento espiritual», por- una sentencia sobre el reino de Dios, en Rom metafórico. Lo excluye el &A.r]'l'}~¡;, que se re- Sobrenombre y profesión de un cristiano
que en ese alimento comienza ya a actuar el 14, 17, una sentencia que resulta sorprenden- pite dos veces (<<verdadera comida - verdade- llamado Simón, de Jope: Hech 9, 43; 10,6.32.
mismo Espíritu. te, si tenemos en cuenta el contexto. El versí- ra bebida»). Lo de ser curtidor era considerado por los ra-
H.-J. van der Minde culo se,refiere a la confrontación que se había binos como uno de los oficios manuales más
producido también en Roma entre «fuertes» y aAl]1't~c:; es la lectura que debe preferirse en Jn despreciables. Los talleres de curtido (por el
«débiles» (cf. 1 Cor 8) acerca de los alimen- 6, 55 por estar mejor atestiguada (p" p77 B C K al) fuerte olor que despedían) solían estar situa-
IlQroat"W;, 2 brosimos comestible* tos que estaba permitido comer en la comuni- y por ser la variante textual más difícil (en com- dos fuera de las ciudades (cf. Is 7, 3). Pedro,
Lc 24, 41: 'tL ~QWOLf-tOV, «algo de comer». dad cristiana (v. 2). Pablo eleva los dos enun-
paración con aAl]1'twc:;). Ahora bien, para com- según Hechos, hace caso omiso de esos pre-
prender exactamente el versículo, hay que aclarar juicios y limitaciones. Billerbeck 11, 695;
ciados negativos (v. 15a.b), la vulneración del primero la función gramatical y lingüística de BHH 1,548.
IlQmOt;, Ero;, Í] brosis la acción de comer, amor fraterno y la destrucción de la obra sal- aAl]1't~c:;. Es adjetivo y se refiere a ~Qwmc:; y a
el alimento* vífica de Cristo, al plano de lo que positiva- nómc:;. En general, en griego este término signifi-
mente es un principio y una verdad universal, ca verdadero, veraz, real, genuino. Pero en el len- IlÚootvo;, 3 byssinos hecho de lino fino*
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos guaje joánico significa: verdadero, veraz, digno En el NT el término aparece únicamente en
semánticos - 3. Campo referencial. por el cual el señorío futuro de Cristo se en-
cuentra ya activo en el presente. ~Q&OL¡; lo de confianza (R. Schnackenburg, El evangelio se- Ap 18, 12.16; 19, 8 (bis).14, siempre como
Bibl.: J. Behm, ~Qw[!a l!.TA., en ThWNT 1,640-643. gún san Juan Il, 106). adjetivo sustantivado, para referirse a los lu-
hallamos también en el sentido de comer en 2
jos de la gran Babilonia (18, 12.16) y a la ves-
1. De las 11 veces que el término aparece Cor 9, 10 y Col 2, 16. Heb 12, 16 alude al tra-
Si nos basamos en el lenguaje joánico, ve- tidura limpia y esplendorosa de la comunidad
en el NT, 4 corresponden a Juan (4, 32; 6, 27 to que hicieron Esaú y Jacob acerca del dere-
mos que se presupone, sí, la realidad de la como esposa que es de Cristo (19, 8) o bien
[2 veces]; 6, 55), 4 a las cartas paulinas (Rom cho de primogenitura (Gén 25, 29-34). ~Q&­
carne y de la sangre, pero el acento especial para referirse a los ejércitos celestiales que
14, 17; 1 Cor 8, 4; 2 Cor 9, 10; Col 2, 16),2 a OL¡; significa aquí comida o plato. van en pos de Cristo (19, 14). En 19, 8b lo de
recae sobre la cualidad de esa comida (verda-
Mateo (6, 19.20) y 1 a Hebreos (12, 16). Por Jn 4, 32 (~Q&OL¡; en labios de Jesús), en el estar vestidos de lino fino se interpreta como
diálogo con los discípulos, se halla sólo co- dera comida) y de esa bebida (verdadera bebi-
tres veces el término aparece juntamente con da; sobre la ausencia del artículo en los predi- 'tu OLXULWf-tU'tU 't&V ayLwv.
JtÓOL¡; (Jn 6, 55; Rom 14, 17; Col 2, 16). nectado externamente con la precedente ex-
hortación que le dirigen los discípulos: «Rabí, cados nominales cf. BlaB-Debrunner § 273),
~Q&OL¡; se emplea en aforismos en Mt 6, 19s
y 2 Cor 9, 10 (este último formulado quizás come» (v. 31). «La entera expresión de 'tener una cualidad que resalta por lo que se ha di- Ilúooo;, OV, Í] byssos lino fino*
un alimento para comer' resulta una metáfo- cho en los versículos anteriores y por lo que En Lc 16, 19 ~ÚOOO¡; describe, juntamente
por el mismo Pablo). Heb 12, 16 es una alu-
ra» (R. Schnackenburg, El evangelio según se dice en el versículo siguiente: esa carne y con JtoQ<púQu, la vestidura del hombre rico;
sión alAT.
691 692 693 694

Hech 18, 12 Textus Receptus (en vez de ---+


~'ÚaOLvo~). Pauly-Wissowa IlI/1, 1108-1114:
Mac 1, 59. Lucas pensaba probablemente en
altares dedicados a «dioses desconocidos»
ry
BHH 11, 1072; Haag, Diccionario, 1109. (cf. Pausanias 1, 1,4; V 14, 8; VI 3, 5; Dióge-
nes Laercio 1, 110, que habla de «altares sin
~O) .. Ó¡;;, 013, Ó bornos altar* nombre» [avwv'Ú[lou~ ~W[lo'Ú~]), aunque has- María el nacimiento de Jesús (1, 26). Ga-
nt~~aaá Gabbatha Gábata (Gabata)
En Hech 17, 23 dícese del altar con la ins- ta ahora no se ha probado claramente por me- briel se presenta a sí mismo ante Zacarías
---+ AL{}óatQWto~.
cripción ayvwat0 {}E0, que Pablo -según dio de inscripciones la existencia de altares como ángel del Señor (1, 11), que está en la
Lucas- encontró en Atenas. ~W[lÓ~ (en con- como el que se menciona en Hechos. ThWNT presencia de Dios (1, 19; cf. Tob 12, 14s),
traste con {}uOLaat'!ÍQLov) designa única y ex- I1I, 182; Pauly-Wissowa 111/1, 681s; BHH 1, ra~QttíJ, Gabriel Gabriel* mientras que Lc 1, 26 le menciona por su
clusivamente, como ocurre en la LXX, a los 63-65,2047; Haag, Diccionario, 61ss; E. Haen- l. Gabriel en el AT y en los escritos apocalípticos - nombre. La presentación que Gabriel hace
altares dedicados a dioses extraños; cf. espe- chen, Apostelgeschichte7 [KEK], sub loco; ---+ 2. Gabriel en el NT. de sí mismo en 1, 19 se halla claramente re-
cialmente la contraposición que se hace en 1 ayvoÉw 3. Bibl.: Billerbeck 11, 89-99; Bousset-GreBmann, lacionada con el oficio profético del mensa-
320-331; S. A. Horodezky, Michael und Gabriel: jero en el AT, donde el encargado de Dios se
MGWJ 72 (1928) 499-506; C. H. Hunzinger, en RGG legitima a sí mismo nombrando al sujeto de
11, 1185; R. Laurentin, Traces d'allusions étymologi-
ques en Luc 1-2: Bib 37 (1956) 435-456; J. Michl, en la misión. La objeción de Zacarías y su peti-
RAC V, 239-243; P. Schiifer, Rivalitiit zwischen En- ción de una señal (1, 18) Y el anuncio de esa
geln und Menschen, Berlin 1975. señal por Gabriel (1, 20; cf. 1, 63-80) se
1. El nombre de Gabriel «<hombre de Dios» o ajustan a los relatos de vocación que halla-
«Dios es mi fuerza», quizás también «Dios se ha mos en el AT (Ex 3, 1-4.17; Jue 6, 11-22) Y
mostrado fuertemente», como piensa M. Noth, nos hacen ver la influencia de los mismos.
Die israelitischen Personennamen, Stuttgart 1928) Tan sólo aquí, en todo el NT, se presenta a
se menciona tan sólo dos veces en el AT. Según Gabriel como mensajero de Dios. En cone-
Dan 8, 16, él interpreta a Daniel la visión habida xión con la tradición del AT, Lucas describe
en sueños (cf. 8, 17-26). Y en Dan 9, 21 Gabriel
desempeña también la función de intérprete angé- a Juan y a Jesús a la luz del antiguo pacto,
lico (9, 22-27). Sigue siendo incierto si Dan 10, acentuando aún más esa tradición al presen-
4-6 Y 12, 6s se refieren a Gabriel, pero es posible tar a Juan como Elías redivivus (1, 17). En
que así sea, si tenemos en cuenta lo que se dice otros pasajes del NT, especialmente en el
en 8, 15. Apocalipsis, donde se habla globalmente de
En los escritos intertestamentarios, los apoca- los ángeles, es posible que aveces se piense
lípticos se interesan mucho por los ángeles en ge-
también en Gabriel, pero sin mencionarlo
neral y también por Gabriel. Como es uno de los
príncipes angélicos (Ren [et] 9, 1; 10, 9; 40, 9; expresamente.
54, 6; 71, 8s.13; ApMo 40; ApEsd [gr] 6, 2; cf. D. Sanger
también lQM 9, 15s), Gabriel es considerado ar-
cángel (Ren [esl] 21, 3). Él intercede ante Dios
por los hombres pecadores (Ren [et] 40, 6; cf. 99,
3; ApBar [gr] 11, 4; Job 33, 22-25) Y reina sobre yáYYQatva, lJ¡;;, t1 gaggraina ulceración,
el paraíso (Ren [et] 20, 7). Gabriel, juntamente tumor canceroso*
con otros ángeles, ha sido designado para que En2 Tim 2, 17 dícese en sentido figura-
presida el fin de la vida (ApEsd [gr] 6, ls); ade- do de los falsos maestros gnósticos que se ex-
más, Dios le ha nombrado ángel castigador por tienden como úlceras malignas. BHH 11,1001.
los hijos nacidos de los matrimonios con ángeles
(Ren [et] 10, 9s; cf. Gén 6, 1-4 Y C. Westermann,
Genesis 1 [BK], 493s), y coopera con otros ánge-
les en el juicio sobre los ángeles que apostataron ráb Gad Gad *
de Dios (Ren [et] 54, 5f). Acerca de Gabriel en la En Ap 7, 5, nombre de la tercera de las do-
literatura rabínica, cf. Billerbeck. ce tribus de Israel, de cada una de las cuales
fueron sellados 12.000 siervos de Dios (cf.
2. Gabriel es quien, en Lucas, anuncia a también Gén 30,11; 49,19 Ypassim). BHH 1,
Zacarías el nacimiento de su hijo (1, 19) Y a 507s; Haag, Diccionario, 728s.
695 696 697 yáAU - rut..u.íu 698

ra()aQlJvó~, 3 Gadarenos gadareno Sin embargo, yul;Ocp'UAáxLOV no indica ne- yáAa, ax'to~, 'tó gala leche* raAá'tlJ~, O\) Ó Galates gálata
---+ nQUOljvó~. cesariamente una de las trece cámaras para Con excepción de 1 Cor 9, 7, donde yáAu ---+ ruAu'tiu.
el almacenamiento de ofrendas, ya que la ex- designa en sentido propio el líquido obtenido
presión ~áAAELV XUAXOV et~ 't0 yul;ocp'UAá- al ordeñar a la hembra de ganado vacuno o de raAa'tÍa, a~, Galatia Galacia*
rá~a, lJ~ Gaza Gaza*
XLOV (Mc 12,41; cf. v. 42 y 43) no sólo pue- ganado menor, vemos que en el NT el térmi- rUAá'tlj¡;, OU, ó Galates gálata (ceIta)*
Antigua ciudad de los filisteos al suroeste
de designar el hecho de «depositar» dinero en no se usa siempre en sentido figurado para rUAaLLXÓ¡;, 3 Galatikos de Galacia (céltico)*
de Palestina y cerca de la costa, unida con Je-
la caja de las ofrendas, sino según Seq 5, 6 referirse especialmente (por el contraste en-
rusalén por una calzada importante que conti- Bibl.: P. Althaus, en BHH I, 508-510 (con mapas
puede significar en general la acción de depo- tre la leche como alimento de niños pequeños plegables III); Bauer, W6rterbuch, en el vocablo co-
núa en dirección a Egipto. Por esta calzada
sitar (zrq = ~áAAeLV) dones en la cámara del y el alimento sólido) al estadio inicial de la rrespondiente; L. Bürchner-G. Brandis, en Pauly-Wis-
regresa de Jerusalén el alto funcionario etíope: sowa VII, 519-559; E. Haenchen, Die Apostelge-
tesoro, concretamente en la 13 a caja destinada predicación del evangelio, un estadio que Pa-
Hech 8, 26. BHH 1, 516; LAW,1028; Haag, schichte (KEK), Giittingen 71977, 465s, nota 2; F.
a los donativos generales. Como en todas las blo no puede aún sobrepasar en su labor con
Diccionario, 737s; RAe VII, 1123-1134. MuBner, Der Galaterbrief (HThK), Freiburg i. Br.
cajas de las ofrendas los sacerdotes debían los corintios, según 1 Cor 3, 2 (fijémonos en 1974, 1-3; H. Schlier, Der Brief an die Galater (KEK),
examinar necesariamente las ofrendas que se el contraste entre nVE'U!w'tLxoi - OáQXLvoLl Giittingen '1965, 15-24; Id., en LThK IV, 488s; J.
yá~a, lJ~, Í) gaza tesoro* hacían (Según LevR 3 [107a], una mujer, por v~moL y el correspondiente contraste entre
WeiB, en RE X, 554-559.
En Hech 8, 27 dícese del tesoro de Candace, ejemplo, debía soportar la burla pública que ~QWl-tu - yáAU). De manera semejante en Heb
del que era custodio el eunuco que allí mismo hiciera de ella el sacerdote por la pequeñez de Galacia (Diocles,125; Dión Casio, 53, 56;
5, 12s (o'tEQEa 'tQoCP~, «alimento sólido», v.
se menciona (8~ ~v bd náolj~ 'tfí~ yál;lj~ su donativo). Todos los presentes participaban 12; 'tEAeLWV OÉ fO'tLV ~ O'tEQEa 'tQoCP~, v. 14);
inscripciones) es el nombre de la región habi-
a1J'tfí~); eunucos como yUl;OcpÚAUXE~ se men- en la ofrenda del donativo, y esto era una oca- tada antiguamente por tribus frigias y, desde
el v. 13 explica: Ó I-tE'tÉXWV yáAUX'tO~ aneL- el año 278 a.C., por tribus celtas (galas; cf. la
cionan en Plutarco, Demetr XXV, 900; cf. H. sión magnífica para que los contribuyentes QO~ Aóyo'U 6Lxmooúvlj~, v~mo~ yáQ fO'tLV,
Conzelmann, Apostelgeschichte' (HNT), sub acaudalados hicieran ostentación de sí mis- v.l. rUAAiuv en 2 Tim 4, 10), Y que estaba si-
«el que aún se alimenta de leche, es inexper- tuada en la parte central de Asia Menor. Pues-
loco. mos (cf. Mt 6, 2). Lo que realmente quiere de- to en la palabra de la justicia, porque es toda- to que la expresión «gálatas» sirve con bas-
cirnos Mc 12, 41-44 par. aparece con clari- vía un niño pequeño». En ambos pasajes la tante frecuencia para diferenciar a los celtas
ya~oq)lJAáxtov, O\), 'tó gazophylakion dad, si tenemos en cuenta lo que se ha dicho imagen censura la recaída en la inmadurez en de otros grupos étnicos (OGIS 11, 540), pode-
cámara de los tesoros* acerca de la ubicación de la cámara del tesoro las cosas de la fe. Diferenciaciones parecidas mos referir lo que se dice en Gál 3, 1 a la re-
En la LXX, este término designa frecuente- en el atrio de las mujeres. Billerbeck 11, 37- entre la instrucción elemental y las enseñan- gión ancestral de esas tribus.
mente las cámaras donde se guardaban las 45; BHH 1,597; I1I, 1687; Haag, Diccionario, zas para personas adelantadas, expresadas El uso oficial romano de los términos difie-
provisiones y los tesoros del templo (cf. 2 Esd 1924s. mediante la imagen de la leche y del alimen- re a menudo de los términos empleados por
20, 38; 22, 44; 1 Mac 14,49 Ypassim), y des- H. Balz to sólido, se encuentran también en Filón, por los escritores populares y por las monedas. La
de luego debe entenderse así en Jn 8, 20, a sa- ejemplo, Migr 29, y Epicteto, Diss 11, 16, 39 región ancestral, después de una historia llena
ber, como la cámara del tesoro, edificada con Y passim. de vicisitudes (tras el reinado del último mo-
magnificencia por Herodes y que se hallaba rá¡:o~, O\) Gaios Gayo*
El sentido es diferente en 1 Pe 2, 2, donde narca gálata, llamado Amintas, que murió en
situada en la parte septentrional del atrio de Nombre propio de algunos cristianos (es- 'to AOyLXOV a60Aov yáAu, «la leche espiri-
pecialmente frecuente en latín). Encontra- el año 25 a.C.), constituyó bajo el dominio de
las mujeres (cf. Josefo, Bell V, 200; Ant XIX, tual pura» es imagen del mensaje puro de sal- Roma el núcleo de la provincia romana de
294). Seq 6, 5s menciona también 13 cámaras mos las siguientes personas con este nombre: vación, a base del cual los bautizados viven Galatia con la anexión de territorios occiden-
para el dinero o para el almacenamiento de 1. Gayo de Macedonia (Hech 19, 29), quien como niños recién nacidos. Este empleo de la tales (Frigia, Pisidia), meridionales (partes de
ofrendas, que eran denominadas «trompetas» juntamente con Aristarco fue compañero de imagen se acerca mucho a las interpretaciones Licaonia y de Panfilia), orientales (la «bárba-
por su forma que se estrechaba por la parte de viaje y compañero de fatigas de Pablo en Efe- mistéricas o gnósticas de la leche como ali- ra» Cilicia) y septentrionales (Paflagonia),
arriba (con el fin de evitar robos). Siete de so. 2. Gayo de Derbe en Licaonia (Hech 20, mento pneumático (cf. ThWNT 1, 644s), pero aunque las fronteras de esa unidad política si-
ellas servían para recoger los tributos fijados; 4), uno de los que acompañaron a Pablo en podría ser determinante la idea de la nueva guieron siendo durante largo tiempo bastante
cinco para almacenar determinadas cosas, y su viaje de Grecia a Jerusalén (Hech 20, 4).3. existencia de los creyentes, los cuales, como fluidas. Es verdad que no existía una nomen-
una para los donativos generales y de carácter Gayo de Corinto, quien juntamente con Cris- niños recién nacidos, necesitan la leche como clatura oficial que incluyera, por ejemplo, a
voluntario. Su emplazamiento habrá que si- po fue bautizado por Pablo (1 Cor 1, 14) Y su alimento especial (---+ ~QÉcpo~ 2); cf. tam- Pisidia y Licaonia en Galacia, pero a pesar de
tuarlo con bastante seguridad en el pabellón brindó su hospitalidad a Pablo y a toda la co- bién L. Goppelt, Der erste Petrusbrief(KEK), todo algunos autores utilizan el nombre de
mencionado por Josefa y que se encontraba munidad (Rom 16, 23). 4. Gayo ('t0 ayu- sub loco. LThk VII, 412s; BHH 11, 1215s; Ha- Galatia para referirse a todos los territorios
en el atrio de las mujeres. Allí es donde tienen nlj't@, destinatario de la Carta tercera de ag, Diccionario, 1083s; cf. bibliografía en comprendidos en la provincia romana (Tolo-
lugar los sucesos que se narran en Mc 12,41 Juan (3 Jn 1). LThK IV, 486; BHH 1, 508; ThWNT X, 1017. meo, Geographia V, 14; Tácito, Hist 11, 9;
(bis).43 par. Lc 21, 1. Haag, Diccionario, 737. H. Balz Ann XIII, 35).
699 rUt..U'tLU - rUt..Lt..ULU 700 701 rUt..Lt..ULU 702

Lucas sigue este mismo procedimiento, to de este monarca, a su muerte, Galilea con co (4, 18; 15, 29!). Además, la cita de cumpli-
nx.J...a'ttxó~, 3 Galatikos de Galacia
cuando en Hech 16,6 Y 18,23 enmarca el de- Perea pasarían a poder de Herodes Antipas, y miento en Mt 4, 15 (Is 8, 23) se considera co-
~ rUAU1;iu.
nominado segundo viaje misionero de Pablo y Judea y Samaría, al de Arquelao, lo cual, se- mo la razón de que Jesús desarrolle su activi-
señala la ruta seguida por el apóstol «a través gún Mateo, fue la razón para que los padres dad mesiánica en Galilea. La promesa de una
de la región de Galacia» desde Licaonia (Der- yaJ...t)Vl), l)~, Í) galene calma, bonanza de Jesús inmigraran a Galilea (Mt 2, 22). aparición de Jesús en Galilea, que no vemos
be, Listra) hacia Frigia, al sur de la región an- (refiriéndose al mar)* La región denominada antaño «Galilea de los cumplida en el evangelio de .Marcos (a pesar
cestral. En 1 Pe 1, 1 se esboza lo que actual- Según Mc 4, 39 par. Mt 8, 26 / Lc 8, 24, gentiles» (Is 8, 23; Mt 4, 15; cf. 1 Mac 5, 15) del secundario final de Marcos) crea el esce-
mente es «Asia Menor»: puesto que no se cuando Jesús increpa al viento, se produce es en tiempos de Jesús un país floreciente; nario (26, 32; 28, 7.16) para el encargo dado
usan nombres de regiones, Galatia se refiere «(gran) bonanza» (yUAríVl] flEyáAl] en Mar- después de siglos de dominación extranjera, por Jesús de misionar (28, 18-20).
a todo lo que abarcaba la provincia romana. cos y Mateo; en cambio Lucas dice sólo yu- el territorio no sólo se había recuperado para La cosa es distinta en Lucas. Para él Galilea
Las «comunidades de Galacia», menciona- AríVl]). el judaísmo, sino que además se había con- no es ya el centro de la actividad de Jesús, si-
das en Gál 1, 2 Y 1 Cor 16, 1, habrá que si- vertido en el terreno abonado del movimiento no exclusivamente el lugar donde ésta co-
tuarlas -según el uso antiguo de este término- nacionalista judío de los zelotas (que podían mienza (Lc 23, 5; Hech 10, 37). A causa de la
raAlJ...aía, a~ Galilaia Galilea
en la región ancestral (hipótesis de la Galacia llamarse precisamente galileos) y, después predicación del reino de Dios, descrita pro-
rUALAULO¡;, 3 Galilaios galileo
septentrional), pero pueden referirse también, de la caída de Jerusalén (en el año 70 p.c.), gramáticamente como la tarea de Jesús (Lc 4,
según la terminología más moderna, a las co- 1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Sobre llegó a ser centro de importancia vital para el 43), el Jesús lucano no puede limitar su acti-
la historia contemporánea - 3. Galilea en los evange-
munidades cuya fundación se describe en lios y en Hechos. judaísmo. vidad a Galilea, ni en cuanto al espacio ni en
Hech l3s (hipótesis de la Galacia meridio- cuanto al tiempo. Según esto, la fase galilea
nal). Los que abogan por la terminología más Bibl.: A. Alt, Galiliiische Probleme, en Kleine Schrif- 3. Según Marcos, Galilea no es sólo la pa- de la actividad de Jesús comprende tan sólo
ten zur Geschichte des Volkes Israel n, München
antigua, se basan en el largo período de tiem- '1964, 363-435; W. Basen, Galiliia als Lebensraum tria de Jesús (1, 9), sino también el centro de Lc 3, 1-4,44; mientras que su ulterior activi-
po en que siguieron usándose las descripcio- und Wirkungsfeld Jesu. Eine zeitgeschichtliche und su actividad (1, 14.16.28.39; 3, 7; 9, 30; sobre dad se extiende a todo el territorio judío (Lc
nes usuales para referirse a la provincia roma- theologische Untersuchung, Freiburg i. Br. 1985; H. todo el lago de Genesaret, denominado tam- 4,44). Las apariciones del Resucitado tienen
na (CIL I1I, 291, 312, 318, enumeración de Conzelmann, El centro del tiempo. La teología de Lu- bién mar de Galilea: Mc 1, 16; 7,31 par. Mt; lugar en Jerusalén; Galilea se convierte en el
cas, Madrid 1974; S. Freyne, Galilee from Alexander
regiones; CIG I1I, 3991; Mitteilungen des the Great to Hadrian, Wilmington DE 1980; Id., The Jn 6, 1), que Jesús abandona sólo esporádica- lugar en que esas apariciones se predicen (Lc
deutschen Archiiologischen Institutes, Athe- Galileans in the Light of Josephus' Vita: NTS 33 mente (7, 24; 7, 31; 8, 27), antes de dirigirse a 24, 6). También el origen galileo de los disCÍ-
nische Abteilung 12 [1887] 182: «superinten- (1987) 600-609; Id., Galilee-Jerusalem Relations Ac- Jerusalén (10, 1ss). La escena se completa pulos está en consonancia con esto: su fun-
dente de la eparquía de Galacia y de todos los cording to Josephus' Life: NTS 33 (1987) 600-609; M. aún más con la promesa de Jesús de regresar a ción de testigos se basa en que se hallan pre-
Karnetzki, Die galiliiische Redaktion im Markusevan-
pueblos muy cercanos [a'ÚvEvyU¡;]»). Los que gelium: ZNW 52 (1961) 238-272; E. Lohmeyer, Ga- Galilea, después de su resurrección (14, 28; sentes en el movimiento en que Jesús se
creen que la terminología más reciente es la liliia und Jerusalem in den Evangelien (FRLANT 52), 16, 7), 10 cual debe referirse a las apariciones desplaza de Galilea a Jerusalén, no en su acto
correcta, ponen en relación con Hech 13s la Gattingen 1936; W. Marxsen, El evangelista Marcos. del Resucitado, no a la parusía de Jesús. Si, a de presencia en Galilea durante la vida de Je-
Carta de Pablo a los Gálatas y las instruccio- Estudio sobre la historia de la redacción del evange- pesar del origen redaccional de casi todas las sús (Lc 23, 49.55; Hech 1, lIs; 13,31).
lio, Salamanca 1981; W. A. Meeks, Galilee and Judea
nes de Pablo sobre la colecta, ya que no sabe- in the Fourth Gospel: JBL 85 (1966) 159-169; E. M. menciones de Galilea (excepciones: 14, 28; Según el esquema trazado por Juan, Jesús
mos que Pablo haya fundado comunidades Meyers, The Cultural Setting of Galilee, en ANRW n 16, 7; 6, 21), este dato geográfico es históri- se dirige tres veces de Galilea a Jerusalén (2,
cristianas más al norte. Las dos hipótesis (bi- 19, 1 (1979) 686-702; P. Ternant, La Galilée dans le camente correcto, entonces Galilea adquiere 13; 5, 1; 7, 10). A partir de 7, 10, se presenta
bliografía en Bauer) no cuentan suficiente- message des Evangiles et l' origine de l' Eglise en Ga- también un perfil teológico en su marcado a Judea/Jerusalén como el lugar de estancia
lilée: Proche Orient Chrétien· 30 (1980) 75-131; M.
mente con la posibilidad de que, en aquellos Véilkel, Der Anfang Jesu in G. Bemerkungen zum Ge-
contraste con Jerusalén, que fue el centro de de Jesús. Pero, temáticamente, en el cuarto
tiempos, fueran posibles ambas terminologías brauch und zur Funktion Galiliia in den lukanischen la resistencia judía contra Jesús (3, 22; 7, 1; evangelio se habla de Galilea como de la pa-
y se usaran promiscuamente. Tampoco deben Schriften: ZNW 64 (1963) 222-232. 10, 33; 11, 18) Y por los viajes en que Jesús, tria de Jesús, a pesar de que 4, 43.44 podría
entenderse los Hechos como una fuente ex- partiendo de Galilea, entró en territorio no ju- sugerir. la conclusión de que Jesús no era
haustiva de información. Lucas escribía sir- 1. rUALAUiu (Galilea) aparece 61 veces en dío, y que fueron preludio de la misión entre oriundo de Galilea (contra lo que se afirma
viéndose de un material limitado e incomple- el NT, todas ellas en los evangelios y en He- los gentiles. La concentración de la actividad indudablemente en 1,46; 2, 1; 7, 3; 7, 41.52)
to. Debemos contar con la posibilidad de que chos: 16 veces en Mateo, 12 en Marcos, 13 en de Jesús en Galilea crea el marco para las di- sino de Judea. El pasaje podrá explicarse úni-
Pablo haya misionado también en regiones Lucas, 17 en Juan, y 3 en Hechos. rUALAULO¡; versas historias que se nos han trasmitido por camente, si el «recibimiento» y aceptación de
(cf. Rom 15, 19 sobre Iliria, región sobre la aparece 11 veces en estos mismos escritos. la tradición, y hace posible presentar el evan- Jesús en Galilea (4, 45a) se debe únicamente
cual Hechos guarda silencio) sobre las que gelio como historia que pueda fijarse en un al milagro del templo (2, 23; 4, 45b.48), pero
Lucas no nos ha informado por carecer del 2. En tiempos del nacimiento de Cristo, lugar y tiempo determinados. no significa ya verdadera «fe». Jesús enton-
material pertinente. Galilea era territorio bajo la soberanía de He- Mateo toma como regla general de su fuen- ces, con las palabras acerca de que el profeta
G. Schille rodes 1 (37-4 a.c.). Según el último testamen- te la mención de Galilea como dato topográfi- no es bien visto en su patria, no indicaría la
703 704 705 706

razón para trasladarse a Galilea, sino que va- otoño del año 51 p.C. fue nombrado por Clau- Der Schlüssel der Theologie des Apostels Paulus, Según Haenchen (597), la familiaridad con que
Stuttgart 1971,9-17; H.-J. Schoeps, Paulus, Tübingen Pablo manejaba la LXX hace pensar que se crió
ticinaría que esas palabras iban a tener (tam- dio procónsul de Acaya y desempeñó sus fun- 1959 (Darmstadt 1972), 27; W. C. van Unnik, Tarsus en la diáspora; por el contrario, Jeremias (12)
bién) aquí su cumplimiento. De importancia ciones en Corinto durante el año 52, como se or Jerusalem, London 1962 (primero en holandés, cree que esos conocimientos de la LXX se los
teológica es el hecho de que Jesús sea oriun- ve por una inscripción hallada en Delfos y Amsterdam 1952). trasmitió su hogar paterno y la sinagoga helenís-
do de Galilea, por hallarse en contradicción mandada hacer por él (SIG 11 801 D; DeiB- 1. Se llamaban Gamaliel (en hebreo, gamlf'el, tica de Jerusalén (cf. Hech 6, 9). Haenchen (597,
aparente con su dignidad como Cristo (7, mann, placa 1; Groag, 32-35). Hacia el año 55 «recompensa de Dios») dos famosos eruditos ju- nota 1) y Bornkamm (168) señalan, además, que
41) o como profeta (7, 52). En la discusión p.C. fue cónsul en Roma y partidario de Ne- díos de tiempos del NT. El Gamaliel del que se en Pablo son visibles intensas influencias helenís-
que surge a este propósito en el sanedrín, rón. En el año 65 p.C., lo mismo que le había nos habla en el NT desempeñó su actividad en ticas. Pero Jeremias (lOs), por su parte, considera
la mayoría argumenta contra la ley citada por sucedido antes a Séneca, fue obligado a suici- tomo a los años 25-50 p.e., y lo llamaban «el vie- que esas influencias son muy superficiales. ¿Es-
jo» para distinguirlo de su nieto (hacia el año 90). tuvo Pablo residiendo quizás durante algún tiem-
Nicodemo (7, 51) amparándose en la ley (7, darse a consecuencia de la conspiración de los
Era hijo o nieto de Hillel y fue el primero en lle- po en Jerusalén? Según Haenchen (597), Gál 1,
52), Y muestra de esta manera -como lo hace Pisones. 22 no permite suponer que Pablo, antes de su
var el título honorífico de «Rabban» (<<nuestro
ya maldiciendo al pueblo «ignorante de la maestro»). En su escuela dominaba «la benigna conversión, permaneciera en Jerusalén durante
ley» (7, 49)- el mal uso que se hace de la ley 3. Por la inscripción antes mencionada, el bastante tiempo. Bornkamm (168) cree, al menos,
tolerancia y la amistad hacia los prosélitos, que
en contra de los títulos que el Revelador os- episodio que se narra en Hech 18, 12-17 pue- eran características de Hillei» (Schoeps). Haen- probable que la formación de Pablo como fariseo
tenta. de datarse en el año 52 p.C., un importante chen (246, nota e) duda que Gamaliel fuera de (Flp 3, 5) le hiciera residir en el centro del movi-
M. VOlkel punto de partida para la cronología paulina. hecho fariseo. En todo caso, era un miembro muy miento farisaico. Pero, a pesar de que en Pablo
Los judíos de Corinto llevaron a Pablo ante prestigioso del sanedrín, aunque no llegó a ser hay resonancias que recuerdan a Hillel (Jeremias,
Galión y le acusaron de hacer propaganda ile- nunca presidente del mismo (Billerbeck, 636s). 92-94), a Pablo le falta también -según este au-
raALAaio;, 3 Galilaios galileo gal. Desde su sitial de juez (~fíflU, podium, Lo cerca que se halla del ideal farisaico de la pie- tor- «la casuística, que tan esencial era para la
---+ rUALAULU. dad lo vemos por Sota 9, 15: «Con la muerte del erudición rabínica en la Escritura».
que fue descubierto en las excavaciones), Ga-
lión se desentendió del proceso por conside- Rabán Gamaliel el Viejo, desapareció el respeto a
la ley y murieron la pureza y la templanza» (ibid., Lo importante para Hechos es relacionar
rarlo un asunto interno de los judíos. Los
raAAta, a; Gallia Galia 639). estrechamente a Pablo, y de esta manera a los
magistrados romanos no veían por aquel en-
En 2 Tim 4, 10 como v.l. (Sin C 81 104 Y cristianos, con los fariseos como aliados que
tonces ninguna diferencia entre el judaísmo y
otros) en vez de ---+ rUAa1:LU. 2. En Hech 5, 34-39, Gamaliel se opone a piensan ya casi en sentido cristiano; y, lo que
el cristianismo. Galión, por un lado, no quería
la decisión de eliminar a los apóstoles (5, 33), es más importante todavía, relacionar de ma-
favorecer demasiado a los judíos, pero, por
decisión que según 5, 17 había sido propues- nera sumamente personal al cristianismo con
raAAtrov, rovo; GalliO Galión otro lado, no quería violar tampoco la autono-
tapor los saduceos. Es discutible si esto res- Gamaliel.
mía de la sinagoga, porque hacía poco que
1. Aparición del ténnino en el NT - 2. Material bio- Claudio había resuelto en favor de los judíos ponde a la realidad histórica (cf. Haenchen, W. Radl
gráfico - 3. Galión y Pablo. 251s). Pero Lucas hace ver claramente al lec-
algunos de los numerosos procesos entre judí-
Bibl.: A. van den Born, Woordenboek der Oudheid os y griegos (Josefo, Bell 11, 254; Acta Ale- tor: sin que nadie se le opusiera, «el más pres-
1, Bussum 1976, 1172s (bibliografía); A. DeiBmann, tigioso de los maestros de la ley... [Gamaliel]
yaJlÉro gameo casarse (con)*
xandrinorum IV A, Z. 16ss [ed. H. Musurillo, ayuflo~, 2 agamos no casado, (la persona)
Paulus, Tübingen 21925, 203-225; E. Groag, Die ro- desaconsejó una persecución contra los cris-
mischen Reichsbeamten von Achaia, Wien 1939, 32- Leipzig 1961, lIs]; Reicke, 153 y 174). Pa- no casada*
35; L. Hennequin, en DBS n, 355-373; Prosopogra- blo, bajo la impresión de este ataque judío, tianos» (ibid., 211).
yUflL~Cú gamizo dar en matrimonio, casarse*
phia Imperii Romani n, Berlin 1897, nr. 494; Reicke, escribía desde Corinto a Tesalónica refirién- Cuando, según Hech 23,6-10, las acciones
yU!-tLO%Cú gamisko dar en matrimonio, casar*
Zeitgeschichte, 153, 169, 174; O. Rossbach, en Pauly- dose a las persecuciones desencadenadas por judiciales del sanedrín contra Pablo conduje-
Wissowa 1, 2236s; H. M. Schenke-K. M. Fischer, Ein- yá!-to~, 0'0, Ó gamos fiesta de bodas, matri-
los judíos (1 Tes 2, 16). ron a una tumultuosa disputa entre .saduceos y
leitung in die Schriften des NTI, Gütersloh 1978,48-54. monio*
B. Reicke fariseos, porque estos últimos creen en la re-
surrección de los muertos predicada por él 1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Conte-
l. A Galión se le menciona en Hech 18, nidos semánticos y campo referencial- 3. La tradición
(cf. 26,4-8), y aquéllos no, vemos que Pablo de Jesús - 4. Pablo - 5. El tiempo después de Pablo -
12-16 como procónsul de Acaya (---+ 'Axutu).
raJlaAU1A Gamalie 1 Gamaliel * en 22, 3 llega a decir incluso que Gamaliel es 6. Observación final.
2. Galión era el hijo mayor de un caballero 1. Las noticias judías - 2. Los enunciados de He- su maestro. El esquema biográfico tripartito Bibl.: D. L. Balch, Backgrounds of ICor. VII: Sa-
romano y retórico de Córdoba y se llamaba chos. que aquí se aplica (YEYEvv'Yjflévo(;, avu'tE- yings af the Lord in Q; Mases as an Ascetic E>EIOL
propiamente Lucio Anneo Novato, pero a Bibl.: Billerbeck n, 636-639; G. Bornkamm, en 'ltQUflflévo(;, :7tE:7tmbE'Uflévo(;; cf. 7, 20-22) ANHP in II Coro III: NTS 18 (1971-1972) 351-364;
RGG V, 167s; Ch. Burchard, Die dreizehnte Zeuge, presupone que Pablo había estado ya de niño H. Baltensweiler, Die Ehebruchsklauseln bei Mt. Zu
consecuencia de una adopción cambió su Mt 5, 32; 19, 9: ThZ 15 (1959) 340-356; Id., Die Ehe
Gottingen 1970,31-36; E. Haenchen, Die Apastelge- en Jerusalén y que se había formado escu-
nombre por el de Lucio Junio Galión. A su fa- schichte (KEK), Gottingen '1977, s.V. en el índice im NT. Exegetische Untersuchungen über Ehe. Ehelo-
milia pertenecían celebridades literarias como analítico; C.-H. Hunzinger, en RGG n, 1197; J. Jere- chando a Gamaliel (van Unnik). Se discute si sigkeit und Ehescheidung, Zürich 1967; H. R. Balz,
su hermano Séneca y su sobrino Lucano. En mias, Paulus als Hillelit, en FS Black, 88-94; Id., esto es exacto o no. Sexualitiit und christliche Existenz. Zum ethischen Pro-
707 708 709 710

blem der vorehelichen Geschlechtsbeziehung: KuD 14 1927; B. Reicke, Ehe - Eherecht - Ehescheidung (IV), ó ayu[.to~ es el hombre no casado, y ~ Fuera de los escritos cristianos, el único ejem-
(1968) 263-306; E. Bamme1, Markus 10, 11f und das en TRE IX, 318-325; J. B. Schaller, Die Sprüche über ayu[.to~, la mujer no casada. Todos los ejem- plo del empleo del verbo yU¡.tL~fLV en el sentido
jüdische Eherecht: ZNW 61 (1970) 95-101; R. A. Ba- Ehescheidung und Wiederheirat in der synoptischen mencionado lo encontramos en Apolonio Díscolo,
tey, NT Nuptial1magery, Leiden 1971; K. Berger, Die Überlieferung, en FS leremias, 1970, 226-246; E. plos se encuentran en 1 Cor 7. Dícese del Synt IIl, 153: 'tl]v uu'tl]v eXfl 05LUCPOQUV XUl 'to
Gesetzauslegung lesu. lhr historischer Hintergrund Stauffer, yU[!Éw XTA.., en ThWNT 1,646-655; W. Tri- hombre en 7, 32, Y de la mujer, en 7,34 (sobre yu¡.t& JtQo~ 'to ya¡.tL~w· EO'tL YUQ 'to ¡.tEV rrQó-
im ludentum und in AT, 1: Markus und Parallelen lling, Zur Überlieferungsgeschichte des Gleichnisses la crítica textual: Niederwimmer, Askese, 114, 'tEQOV yá¡.to'U ¡.tf'tUAU¡.t~ávw, 'to .sE yU¡.tL~W yá-
(WMANT 40), Neukirchen-V1uyn 1972; G. Born- von Hochzeilsmahl Mt.22, 1-14: BZ NF 4 (1960) 251- nota 166); en 7, 11 se habla de la mujer divor- ¡.tOlJ 'tLVl ¡.tE'tu05L05w¡.tL. Por tanto, el gramático ale-
kamm, El divorcio y el nuevo matrimonio en el Nuevo 265; D. O. Via, Die Gleichnisse lesu. lhre literarische jandrino desea definir el significado del verbo
Testamento, en Id., Estudios sobre el Nuevo Testamen- und existentiale Dimension. Mil einem Nachwort von
ciada y que ahora ya no está casada. oL ayu-
[.tOL en 7, 8 son seguramente las personas no yU¡.tl~w como «dar a alguien en matrimonio» (en
to, Salamanca 1983, 193-197; G. Delling, Paulus Ste- E. Güttgemanns, München 1970, 119ss, 124ss, 164ss;
llung zu Frau und Ehe, Stuttgart 1931; Id., Eheschei- R. B. Ward, Musonius and Paul on Marriage: NTS 36 casadas de uno y otro sexo. la voz pasiva, «ser dado en matrimonio»). En este
dung, en RAC IV, 707-719; K. P. Donfried, The (1990) 281-289. Para más blibliografía, cf. ThWNT X, sentido se emplea el término en Mt 24, 38 par. Lc
El verbo yu[.tÉw, usado en voz activa, se re-
Allegory of the Ten Virgins (Matth. 25, 1-13) as a 1017-1022. 17,27 Y Mc 12,25 par. Se discute el significado
fiere sobre todo al hombre que contrae matri- del término en 1 Cor 7,38 (ó yU¡.tL~WV 'tl]v Éu'U-
Summary of Matthean Theology: JBL 93 (1974) 415-
428; D. J. Doughty, Heiligkeit und Freiheit. Eine monio (la mujer con la que contrae matrimonio 'toiJ rruQ{}¡~vov). Si la expresión ó yU¡.tL~WV se
1. De las 16 veces que aparece el término va en acusativo: Mt 5,32; 19,9; Mc 6, 17; 10,
exegetische Untersuchung der Anwendung des pln entiende en el sentido que acabamos de exponer,
Freiheitsgedankens in 1.Kor. 7, tesis mecanografiada yáf-L0~ en el NT, 13 se encuentran en los evan- entonces se refiere a un padre que da en matrimo-
11; Lc 16, 18 bis); cf. Lc 14, 20, yuvuixu
Giittingen 1965; J. Dupont, Mariage et divorce dans gelios (pero no en Marcos), 1 en Hebreos, y 2 eyl'][.tu; el verbo yu[.tÉw equivale a yuvuixu nio a su hija, o bien a un tutor que da en matrimo-
l' Evangile. Matthieu 19, 3-12 et paralteles, Bruges en Apocalipsis. yu[.tÉw aparece 28 veces: 16 nio a su tutelada. Claro que el contexto sugiere
1959; J. K. Elliott, Paul's Teaching on Marriage in Au[.tpávw; compárese Mt 22, 25 con Mc 12,
en los sinópticos, 9 en Pablo, y 3 en la Carta que aquí yU¡.tL~W debe entenderse en el mismo
1.Corinthians: Some Problems Considered: NTS 19 20 par. Lc 20, 29. El verbo, usado en sentido
primera a Timoteo; 'YU\.l-t~w aparece 7 veces'. sentido que yu¡.tÉw. Naturalmente, la citada regla
(1972-1973) 219-225; G. Gloege, Vom Ethos der Ehe- absoluto, significa contraer matrimonio, ca- escolar del gramático no excluye esta interpreta-
scheidung, en F. Hübner y otros (eds.), Gedenkschrift 5 en los Sinópticos, 2 en Pablo; ayu[.to~ apa- sarse (Mt 19, 10; 22, 25, etc. La forma pasiva ción, porque la lengua hablada no siempre se atie-
für W Elert, Berlin 1955,335-358; ahora en Id., Ver- rece 4 veces en Pablo; yu,.úaxw aparece úni-
kündigung und Verantwortung: Theol. Traktate n,
yu[.tl']1ti'jVaL, teniendo como sujeto pasivo a ne a tales reglas. Sucede muchas veces que las
camente en Lc 20, 34 (y aparece asimismo en una mujer (l Cor 7, 39), significa ser dada por formas en -l~w alternan con otras formas del mis-
Giittingen 1967, 152-183; H. Greeven, Zu den Aussa-
gen des NT über die Ehe: ZEE 1 (1957) 109-125; Id., Mc 12,25 par.; Mt 24,38, siempre como v.l.). esposa, ser dada en matrimonio (yu[.tl']1ti'jvuL mo tema, conservando el mismo significado (cf., a
Ehe nach dem NT: NTS 15 (1968-1969) 365-388; P. Los manuscritos ofrecen también eventual- tLVL, con dativo de interés [dativus commodi], propósito, H. Lietzmann-W. G. Kümmel, An die
Hoffmann, Las palabras de lesús sobre el divorcio y mente ExyUrÚ~W (Mt 22, 30; 24, 38, etc) y Korinther I/II' [HNT], 35s; Kümmel, Verlobung,
BlaB-Debrunner § 188, 1). - yu[.tÉw refiriéndo- 320ss). Entonces ó yU¡.tL~WV 'tl]v Éu'U'tOiJ JtuQ{M-
su interpretación en la tradición del Nuevo Testamen- exyurúaxw (Lc 20, 34s), una lectura que en
to: Concilium 55 (1970) 210-225; H. Hübner, Zolibat se una mujer que es dada en matrimonio a un voy es el novio que se casa con su novia (tal vez
in Qumran?: NTS 17 (1970-1971) 153-167; A. Isaks- ninguno de los casos es la original. hombre (con el objeto en acusativo) aparece se piensa -a pesar de lo que dice Kümmel, Verlo-
son, Marriage and Ministry in the New Temple. A únicamente en Mc 10, 12 (¡Koiné pm lo han bung, 322ss- en la trasformación de un «desposo-
Study with Special Reference to Mt. 19, 3-12 and 2. Ó yá,w~ significa la boda (o la fiesta de corregido de manera muy característica!); el rio espiritual» en un matrimonio normal; Nieder-
1.Cor. 11, 3-16, Lund 1965; J. Jeremias, Parábolas, bodas), pero en este mismo sentido se en- wimmer, Askese, 116ss).
64ss, 78ss, 83ss, 209ss, 229ss y passim; G. D. Kilpa- verbo se emplea en sentido absoluto en 1 Cor
trick, The Aorist ofyu[!dvin the NT: JThS 18 (1967) cuentra también el plural oL yá[.tOL (más fre- 7, 28b.34; 1 Tim 5,11.14. Finalmente, el verbo
139s; W. KirschUiger, Ehe und Ehescheidung im NT. cuente en el griego profano desde la época de puede emplearse refiriéndose a uno y otro sexo 3. La tradición acerca de Jesús no desarro-
Überlegungen und Anfragen zur Praxis der Kirche, los poetas clásicos); sobre el cambio compá- (1 Cor 7, 9s; 1 Tim 4,3). lla una detallada «doctrina» sobre el matrimo-
Wien 1987; W. G. Kümmel, Verlobung und Heirat bei rese Mt 22, 8 con los vv. 2ss y consúltese nio ni sobre la renuncia al matrimonio; lo
Paulus (l. Cor 7, 36-38), en FS Bultmann, 1954,275- Desde luego, se trasparentan involuntaria-
Bauer, Worterbuch, s. v.; BlaB-Debrunner § mente tradiciones paternalistas (pero sin estar trasmitido por la tradición tiene únicamente
295; ahora en Id., Heilgeschehen und Geschichte. Ge-
sammelte Aufstitze 1933-1964 (editados por GraBer- 147.1). El significado de fiesta de bodas sue- tematizadas ni ser legitimadas) en la combi- carácter ejemplar.
Merk-Fritz), Marburg 1965, 310-327; E. Linnemann, le convertirse en banquete de bodas (Mt 22, nación característica de yu[.tÉw/yu[.tL~w (Mt No tiene sentido específico el uso del grupo
Gleichnisse lesu. Einführung und Auslegung, Giittin- 2ss; 25, 10; cf. Ap 19, 9: tO 6drrvov tOV de palabras en Mt 24, 38 par.; Lc 12, 36; 14,
gen 61975, 945S, 131ss, 162ss, 188ss; P.-H., Menoud, 24, 38 Q): yu[.tÉw se dice del hombre que se
8; ni tampoco en Jn 2, ls. - Por el contrario, el
Marriage et célibat selon Saint Paul: RThPh, 3. ser.1 yáf-Lou), y puede significar finalmente un casa con una mujer, y yu[.tL~w, del hombre
convite festivo, sin que haya que pensar espe- enunciado de Mc 6, 17 es importante para el
(1951) 21-34; U. Nembach, Ehescheidung nach attes- que da en matrimonio a una muchacha; ellu-
tamentlichem undjüd. Recht: ThZ 26 (1970) 161-171; rigorismo del Bautista.
cialmente en la celebración de una fiesta de gar paralelo en Lc 17, 27 ofrece en cambio la
K. Niederwimmer, Zur Analyse des asketischen Moti- bodas (Lc 12, 36; 14, 8). Es cosa singular el contraposición entre yu[.tÉw para referirse al a) Es específico el rigorismo motivado es-
vation in I.Kor. 7: ThLZ 99 (1974) 241-148; Id., Aske-
se und Mysterium. Über Ehe, Ehescheidung und Ehe- significado de salón de bodas (Mt 22, 10; en hombre que se casa con una mujer, y yu[.tL- catológicamente que conduce a que Jesús
verzicht in den Anfangen des christlichem Glaubens, vez de ello leemos en Sin B * L al sa Cyr Ó ~o[.taL para referirse a la mujer que es dada prohíba el divorcio (sobre la complicada his-
Giittingen 1975; A. Oepke, Ehe 1 (Instilution), en RAC VlJf-Lcpwv). El segundo significado fundamen- por esposa (yu[.tL~o[.taL, ser dada por esposa, toria de las tradiciones en lo que respecta a
IV, 650-666; R. Pesch, Freie Treue. Die Christen und tal del término es matrimonio (en el NT este BlaB-Debrunner § 314, 2). Esta misma com- esta prohibición, cf. Niederwimmer, Askese,
die Ehescheidung, Freiburg i. Br. 1971; H. Preisker,
Christentum und Ehe in den ersten drei Jahrhunderten. significado aparece únicamente en Heb 13,4; binación de términos la encontramos en Mc 13ss). La forma más antigua es seguramente
Eine Studie zur Kulturgeschichte der Alten Welt, Berlin más tarde en IgnPol 5, 2, etc.). 12, 25 par. Mt 5, 32 Q (sin la introducción ni la «cláusu-
711 yU/lÉúl 712 713 714

la» condicionadora). Lucas, seguramente, am- moral. De los que son llamados (por gracia) cibido el carisma especial de la continencia
vd<;x. (19, 9; es decir: al hombre le está prohi-
plió el texto de la fuente Q añadiendo xut se espera también que lleven el «vestido» de (v. 7). Para todos los demás, el matrimonio es
bido repudiar a su mujer, a no ser en el caso
YU/lwv b;ÉQuv (16, 18). La prohibición de la nueva justicia; el que no lo haga, será un el estado de vida adecuado (vv. 9a y 36b). El
de «fornicación» de la mujer, ~ :7toQvdu).
Jesús no se halla en el contexto de la discu- intruso que volverá a ser excluido de la salva- contraer matrimonio (corno se formula expre-
Aquí tenernos una aplicación interpretativa de
sión contemporánea entre los escribas acerca ción. Toda la escena debe contemplarse en el samente contra una ideología herética) no es
la palabra del Señor, en la que se refleja el
de las condiciones en que -según el derecho marco de la teología específica de Mateo. ningún pecado (vv. 28a y 36b). Para el caso
ambiente específicamente judeocristiano de la Mt 25, 10 se adentra más todavía en la in- que se presupone en los vv. 36-38, ~ 2. Tam-
judío- es lícito al hombre repudiar a su mujer. tradición mateica; el logion se acomoda (al
No, sino que (negando radicalmente ese dere- terpretación alegórica del término yá/lo~, y la bién a la viuda le está permitido volver a ca-
menos, en parte) a la situaciones jurídicas y a frase daijA{}ov /lET' uu'tOv d~ 'tOv~ yá/lou~ sarse /lóvov EV xUQLcp (v. 39; cf. lo que se dice
cho) sigue a determinadas tendencias contem-
las escalas de valores que existían en el mun- no sólo significa «entraron con él en el ban- ya en el v. 9a). Ahora bien, los comparativos
poráneas que encarecen el rigor de la moral,
do circundante. quete de bodas» (corno metáfora de la salva- xQE!:aaov (v. 38) y /lUXUQLúlTÉQU (v. 40) en-
tendencias que, desde luego, en Jesús se hallan
Finalmente, el razonamiento de los discípu- ción al fin de los tiempos), sino que al mismo señan de nuevo que en tales casos debe prefe-
radicalizadas escatológicamente. Por tanto, di-
los en Mt 19, 10 procede seguramente de la tiempo podría tener también el sentido: están rirse la renuncia al matrimonio (pero sólo
remos nuevamente que la prohibición dada
redacción mateica. El versículo pretende vin- llamadas a celebrar boda con él; es decir, en cuando está basada en el carisma).
por Jesús no es, en sí misma, un principio jurí-
cular el litigio precedente con ellogion subsi- el fondo de todo esto se halla probablemente Por tanto, Pablo distingue: 1) lo que es de-
dico, sino que es una apelación a la manera
guiente acerca de la renuncia al matrimonio la idea del yá/lo~ entre Cristo y la Iglesia (cf. seable y lo que es propiamente adecuado, es
ética de comprender las cosas. La prohibición
por motivos escatológicos (vv. lIs; material 2 Cor 11,2; Ef 5, 25ss, etc.). decir, la renuncia al matrimonio, que corno
sirve para proteger a la mujer contra las arbi-
peculiar de Mt). renuncia voluntaria pueden hacerla única-
trariedades del marido.
Una variante del logion es Mc 10, 11. La b) Mc 12, 25 par. se halla en la tradición 4. En Pablo, todos los ejemplos del uso del mente los que no están casados y han recibido
tradición de la fuente Q prohíbe el repudio de apocalíptica: el mundo nuevo en el que viven grupo de palabras se hallan en 1 Cor 7. Tam- por gracia el carisma especial de la continen-
la mujer y el matrimonio con una mujer repu- los resucitados no conoce ya ni YU/lE!:v ni poco este capítulo es un tratado sistemático cia; 2) lo que por lo general es necesario y
diada; la tradición (pre-)marquina habla del yU/lL~EO{}m. En Lc 14, 20 (la parábola del sino que responde a consultas de la comuni- posible sin objeción alguna, es decir, el matri-
divorcio y del nuevo casamiento corno de un gran banquete), una de las disculpas es: dad de Corinto sobre qué actitud debe adoptar monio; 3) lo que debe evitarse en todo caso,
delito. No podernos decir ya con seguridad yUVULXU EY1'J/lU, XUL ClUX 'tOv'tO OU Cl'ÚVU/laL un cristiano en las cuestiones relativas al ma- a saber, la fornicación.
cuándo Mc 10, 12 entró en la historia de las H.8ELV. La sentencia es quizás una adición trimonio, a la renuncia al matrimonio y al di- Pablo conoce también la prohibición del di-
parenética (Linnemann, 95, 98s, 167). vorcio. El apóstol, en su respuesta, se esfuer- vorcio hecha por Jesús (la mujer no debe se-
tradiciones. Aquí se prohíbe a la mujer (!) re-
za por proteger al matrimonio contra un falso pararse del marido, v. lOb; el marido no debe
pudiar al marido (lo cual presupone, no nece- c) Un grupo de enunciados emplea yá/lo~ entusiasmo. repudiar a la mujer, v. llb). Se acentúa el
sariamente pero sí probablemente situaciones corno metáfora en la alegoría (tradición ente- Los matrimonios ya existentes deben conti- gran peso de autoridad que tiene este manda-
jurídicas que existían fuera de Palestina). ramente post-pascual). En Mt 22, 1ss (una va- nuar; frente a tendencias hiperascéticas se de- miento (porque procede del Kyrios, v. 10). La
La prohibición de Jesús se expresa de otra riante independiente de la parábola del gran clara que el matrimonio es remedium inconti- mujer ya divorciada (evidentemente antes del
forma en el litigio (¿postpascual?) que apare- banquete en Lc 14, 15ss; otra variante en el nentiae (7, 2ss). bautismo) no debe contraer nuevo matrimo-
ce en Mc 10, 2-9. Jesús, con su prohibición, EvTom, 64), la tradición se ha trasformado en Más difícil se muestra la pregunta de si un nio, sino permanecer ayu/lo~ o reconciliarse
restaura el antiguo orden previsto por Dios en alegoría. El banquete escatológico (Is 25, 6; cristiano que no está casado (es decir, que to- de nuevo con su marido (v. l1a). Los vv. 12ss
la creación (<<lo que Dios ha unido, no lo se- Mt 8, l1par.; Mc 14,25 par.; 4 Esd 2,38, etc.) davía no está casado o ya no está casado) de- tratan de la cuestión de si el cristiano debe o
pare el hombre», v. 9). Marcos conectó proba- aparece especialmente corno un banquete de be o no casarse. Por un lado, Pablo prefiere puede separarse de su cónyuge no cristiano
blemente los vv. 2-9 con los vv. 11-12. bodas (Mt 22, 2.3.4.9: yá/lou~ en Mt 22, 2- que los que no están casados renuncien al (<<matrimonio mixto»). En este punto no hay
Mateo 5, 32 procede seguramente de la 4.9; yá/lo~ en el v. 8); cf. más tarde Ap 19, 9). matrimonio (7, 7s.26.27b.28b.32-34.37.38b. mandamiento del Kyrios, pero el apóstol deci-
fuente Q; Mt 19, 3-9 procede de Marcos. Am- Es discutible si yá/lo~ en su significación sin- 40a). Esto se fundamenta en diversas razones de: el cristiano no debe separarse de su cón-
bas tradiciones han sido modificadas notable- gular de salón de bodas (Mt 22, 10) se usa o (por las tribulaciones que se esperan al fin de yuge no cristiano, a no ser que la parte no
mente por Mateo. La tradición de Q, en 5, 32, no para designar al reino de Dios. los tiempos: vv. 26 y 28b); por el deseo de en- cristiana inicie la separación. En tal caso, la
ha quedado insertada en el contexto de las En lo que sigue (Mt 22, 11-14) EVClU/lU tregarse por completo al Kyrios: vv. 32-35). parte cristiana no está ya ligada.
«antítesis»; sobre las modificaciones efectua- yá/loU (el traje de boda, vv. l1s) podría ser Por otro lado, en este caso, lo que en sí es
das en el texto del litigio (pre-)marquino cf. una metáfora de la nueva justicia que se exige conveniente, no resulta aconsejable para to- 5. En los textos más tardíos se encuentran
Niederwimmer, Askese, 16. Pero, sobre todo, a los que son llamados. La función de esta dos y cada uno. La renuncia voluntaria al ma- sólo eventualmente algunos ejemplos del gru-
Mateo introdujo en la prohibición la excep- breve escena consiste en proteger el mensaje trimonio puediera ser peligrosa para los que po de palabras. Heb 13,4 encarece (en forma
ción (la «cláusula» condicionadora): :7tUQEX- de la gracia inmerecida (vv. 9s) contra un ma- no están llamados a ella. Por eso, Pablo acon- tradicional) que hay que mantener el honor de
TO~ Aóyou :7toQvdu~ (5, 32) o /li] E:7tL :7toQ- lentendido que conduciría a la indiferencia seja únicamente tal renuncia a los que han re- la institución del matrimonio. 1 Tim 4, 3 se
715 716 717 yáQ - yacJ't'Í]Q 718
ya!-tÉW - yáQ

vuelve contra una herejía hiperascética que München 1969; B. Gahrken, Die Partikel yáQ, tesis
primero. En nuestra lengua lo equivalente en- cuncisión ciertamente es de valor, si ... ». Hech
pretende prohibir el matrimonio; 5, 11 prohí- Münster i. W. 1950; Morgenthaler. Statistik, 165ss, tonces es un «pues» causal o explicativo que 16, 37 (óv yáQ, ¡no ciertamente! (= ¡no de
be la admisión de una persona joven en el or- 181ss; A. Pelletier, L'Annonce a Joseph (Mt 1, 20s): precede al segundo enunciado. Una oración esa manera!). Cf. Jn 9, 30; 1 Tes 2, 20; 1 Cor
RSR 54 (1966) 67s; G. b: Winer, Crammatik des.nll. de yáQ puede insertarse también a modo de 9, 10; Sant 1, 7; 1 Pe 4, 15.
den de las viudas (---+ X~Qa); lejos de eso, las Sprachidioms, séptima edición preparada por G. Lune-
jóvenes deben casarse (5, 14). Aquí destaca paréntesis, como observación previa al enun-
mann, Leipzig 1867,415-417.
ciado que se quiere explicar, o como observa- 4. En algunos casos, a pesar de repetidos
en todas partes una mentalidad católica tem-
ción intercalada en él (por ejemplo, Rom 7, intentos, no se logra dar una interpretación
prana en contra de una doctrina (que proba- 1. yáQ ocupa el cuarto lugar entre las con-
1); Y una secuencia de varias oracione.s de convincente de la partícula yáQ ni en sentido
blemente muestra ya inclinaciones gnósticas junciones que aparecen con más frecuencia en causal ni en sentido intensificador. Si no que-
yáQ puede servir también para señalar di~~r­
o que es directamente gnóstica). el NT (después de xat, M, on). Desde Ho- remos darnos por contentos (como hace
Por el contrario, los dos ejemplos que en- sas circunstancias relativas a una sola oraClOn
mero, yáQ es la partícula causal más frecuen- Bauer, Warterbuch, S.v. 4 y otros) entendiendo
contramos en el Apocalipsis (19, 7.9) corres- precedente (por ejemplo, .Lc ~, 28s; Jn 3,
te (cf. Pape, Warterbuch, S. v.), y en el NT yáQ en tales casos (en razón de lo dividida
ponden al contexto del empleo alegórico del 19s). Con bastante frecuencia, yaQ presupone
ocupa el segundo lugar en frecuencia. Apare- que está la trasmisión textual, que algunas ve-
una reacción de perplejidad, no expresada, del
término yáflo~ (---+ 3.c!). En 19,7, las bodas ce 1042 veces en el NT. En el vocabulario del ces ofrece la lectura M) como una partícula de
del «Cordero» con su esposa, la Iglesia; en oyente ante algún suceso (Gahrken, 103ss), e
NT en general y de Mateo particular ocupa el enlace sin significado especial, a pesar de que
indica en la frase las razones para esa reac-
19, 9, el banquete de bodas. Sobre la historia 19. Q lugar en frecuencia (detrás de on, que en el contexto se la utiliza a veces de una ma-
ción (cf. los éjemplos en Bauer, Warterbuch,
de estas imágenes cf. Niederwimmer, Askese, ocupa el 15. 0 lugar); en los escritos paulinos nera mucho más significativa, entonces es ob-
S.V. l.e: Mt 2, 2; 9, 13 Y passim).
127ss, 186ss. se halla en 11. 0 lugar; en la Carta segunda de via la interpretación ya propuesta para algunos
También, en las preguntas, yáQ expresa ge-
Pedro, en 9. o lugar, y en Hebreos se encuentra pasajes en el sentido de que la partí~ula y.áQ
neralmente una razón: ¿pues quién ... ? o
6. En general, sorprende que los enuncia- 0
incluso en 4. lugar (en todos estos últimos ca- no se refiere en tales casos a lo que Sigue SillO
¿quién entonces ... ? ,
dos más importantes del NT sobre el tema del sos, bastante por delante de o'u; cf. Morgen- a lo que precede, y lo considera como una ra-
xat yáQ significa pues también o pues: ou- zón de la que se deduce una conclusión (como
matrimonio, la renuncia al matrimonio, etc., thaler, 165-169). Existe una conexión signifi-
bE yáQ, pues tampoco, pues ni siquiera (cf., a en las preguntas ---+ 3). Y entonces significa:
no se trasmitan a través del grupo de palabras cativa entre la creciente frecuencia de yáQ y
propósito, BlaB-Debrunner § 452, 3 Y nota 4). por tanto, así que, en consecuencia; cf., a pro-
yáflo~, etc. (cf. los términos a.v~Q, yuv~, XE- la decreciente frecuencia de O'tL que se da al
También en tbou yáQ, a.fltlv yáQ, Myw yaQ pósito de Rom 15, 27 Y 1 Cor 9, 19, Bauer,
cpaA,~, XOA,A,áOflUL, flOLXEÚW, VÚflCPTJ, JtoQ- mismo tiempo en esos escritos. Es un detalle
Úfl1v, vemos que yáQ expresa generalmente Warterbuch, S. V. 3; a propósito de Rom 12, 3
vda, CHñfla). estilístico que podría ser muy útil para resol-
las razones (así piensan también Berger, 30 y cf. O. Michel, Ramerbrief5 (KEK), sub loco;
K. Niederwimmer ver cuestiones de autenticidad. Según el cál-
passim, Fiedler, 30 y passim; pero Gahrken H. W. Schmidt, Ramerbrief2 (ThHK), sub lo-
culo de Morgenthaler (181ss), yáQ es una
[103s y 111) piensa de otra manera, porque co; consúltese, además: 1 Cor 9, 19; 10, 1; 2
partícula favorita en Mateo, Pablo y Hebreos.
y«,..,itoo gamiziJ dar en matrimonio, casarse En aproximadamente el 95% de las veces
cree que yáQ en esos casos expresa sólo una Cor 11,5; Gál1, 11; 5,13; Heb 12,3.
---+ yaflÉw. intensificación o una variación de a.fl~v).
que yáQ aparece en el NT, ocupa el segundo K.-H. Pridik
lugar en la frase; en aproximadamente el 85%
3. En algunas preguntas yáQ no expresa ra-
y«,..,ioxoo gamiskiJ dar en matrimonio, casar de esas veces se encuentra detrás de vocablos
zones sino que sirve para reforzar o intensifi- tl
ya<J'tÍ)(!, 't(!Ó~, gaster vientre, estóma-
---+ yaflÉw. cortos. Cuando yáQ se encuentra en tercer lu- go, seno materno*
car una pregunta y puede traducirse en tales
gar, entonces la partícula suele ir precedida Se usa en sentido figurado en Tit 1, 12 en la
casos por pues, entonces. Como tal, de con-
(en un 80% aproximadamente) por una cons- expresión yao'tÉQE~ a.Qyat, «vientres ociosos»
yá,..,o~, O'll, Ó gamos fiesta de bodas, ma- formidad con sus partes constituyentes, yáQ
trimonio
trucción preposicional o por flÉV. yáQ se halla
expresa con la intensificación (y E) una con-
=glotones ociosos, y se refiere a los cretenses,
en cuarto lugar únicamente en Lc 6, 23.26 Y 2 particularmente a los falsos maestros judeocris-
---+ yaflÉw. clusión (aQa) que se saca de la situación pre- tianos que desarrollaban su actividad en Creta.
Cor 7, 11. La combinación tbou yáQ aparece
únicamente en Lucas (5 veces) y en Hech 9, cedente (según Winer, 416 y nota 1), por La expresión aparece en un proverbio en forma
yá(! gar porque, a saber, por tanto 11 Y 2 Cor 7, 11; a.fltlV yáQ se encuentra tan ejemplo, Mt 27,23: «¿Pues qué mal ha hecho de hexámetro, que se atribuye a un cretense
sólo en Mateo (4 veces) y en Mc 11, 23 v.l. (a saber, para que queráis crucificarle)?»; Jn (quien, según la interpretación de la Iglesia an-
1. Aparición en el NT - 2. yáQ que introduce las ra-
zones - 3. yáQ que refuerza - 4. yáQ que introduce una Finalmente, sobre la terminación del evange- 7, 41: «¿Pero no es cierto que el Cristo no tigua [Clemente de Alejandría, Strom 1, 59, 2;
conclusión. lio de Marcos con la partícula yáQ (Mc 16,8) viene de Galilea?». También en las oracio- Jerónimo, Cornm. in Tit. sub loco] es Epiméni-
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; K. Berger, Die Amen cf. P. W. der Horst: JThS 23 (1972) 121-124. nes enunciativas, l~ partícula yáQ no hace a des [siglo IV a.c.]; cf. especialmente M. Dibe-
Worte Jesu, Berlin 1970, s. v. en el índice analítico; C. veces más que intensificar el sentido, en parte lius y H. Conzelmann, Die Pastoralbriefe 4
H. Bird, Some yáQ Clauses in Sto Mark' s Cospel: 2. yáQ indica generalmente una relación cuando precede una pregunta o se la da por [HNT], sub loco). Por lo demás, ya~'t~Q apare~
JThS 4 (1953) 171-187; BlaB-Debrunner § 443, 3, supuesta. Por ejemplo, Rom 2, 25: (¿Será en- ce eh las expresiones comunes: EV yao'tQL
452; Denniston, Particles, S. V. en el índice analítico; P. causal entre dos enunciados, haciendo que el
Fiedler, Die Formel «und siehe» im NT (StANT 20), segundo enunciado fundamente o explique al tonces inútil la circuncisión? -¡No!). «La cir- EXELV, estar embarazada (Mt 1, 18.23; Mc 13,
719 720 721 yÉevva - re'fro'l]!!UVL 722

17 par. Mt 24, 19, / Lc 21, 23; 1 Tes 5, 3; Ap 12, en ThWNT 1, 655s; Ch. Milikowsky, Which Gehenna? Según las palabras de Jesús en el sermón de
Retribution and Eschatology in the Synoptic Gospels rE{t(1),.-,aVt Gethsemani Getsemaní*
2) Y OUAAa!lPáveLV EV ya01:QL, concebir, que- la montaña, la yÉevva amenaza a quien insul-
and in Early Jewish Texts: NTS 34 (1988) 238-249. Bibl.: R. S. Barbour, Getsemani in the Tradition of
darse embarazada (Lc 1,31). Para más bibliografía, cf. <'í.~1Jooo<;; ThWNT X, 959, ta a su hermano (Mt 5, 22) Y al adúltero (Mt
the Passion: NTS 16 (1969-1970) 231-251; V. Corbo,
1022. 5, 29s). La polémica antifarisea hace ver que Ricerche archeologiche al Monte degli Ulivi, Jerusa-
yÉ ge al menos, incIuso* 1. El NT llama yÉevva al lugar del tormento de
el juicio de la yÉevva amenaza a los fariseos 1em 1965; Dibe1ius, Botschaft 1, 258-271; D. Dorme-
Es una partícula enclítica que añade énfasis (Mt 23, 33) Y a sus prosélitos (Mt 23, 15). Se yer, Die Passion Jesu als Verhaltensmodell, Münster i.
fuego. Fue originalmente un topónimo. «Valle del W. 1974, 124-137; F. W. E1tester, en BHH 1, 562; A.
a la palabra con la que se asocia. Aparece sola Hinnón» (en hebreo, ge-hinnom, Jos 15, 8b; 18, exhorta a confesar sin temor alguno la propia
28 veces en el NT, Y aparece además en las Feuillet, Le récit lucanien de [' agonie de Gethsémani:
16b; en arameo, gehinnnam, bErub 19a), propia- fe ante los hombres, haciendo ver que hay al- NTS 22 (1975-1976) 397-417; Id., L'agonie de Geth-
combinaciones --+ !l~ye (7 veces), --+ XaL1:OLye mente «Valle del hijo de Hinnón» (Jos 15, 8a; 18, guien que puede condenar a la yÉevva (donde sémani, París 1977; M. Ga1izzi, Gesu nel Getsemani,
(3 veces), --+ !levovvye (3 veces) y --+ díye (1 16a) o «Valle de los hijos de Hinnón» (2 Re 23, el alma y el cuerpo perecen: Mt 10, 28); con Zürich 1972; GNT-Com, 177; Haag, Diccionario, 754;
vez). 1. En la mayoría de los casos, yÉ se ha- 10), se llamaba un barranco situado al sur de Jeru- ello se hace referencia al mismo Dios, no al J. W. Holleran, The Synoptic Gethsemane, Roma
lla conectado con otras partículas y conjuncio- salén, que actualmente se denomina Wadi er-Raba- 1973; W. H. Ke1ber, Mark 14, 32-42: G: ZNW 63
diablo (Mt 10, 28b par. Lc 12, 5). El que se- (1972) 166-187; Kopp, Stlitten, 387-399; K. G. Kuhn,
nes y frecuentemente no tiene significación bi. Allí se ofrecían sacrificios de niños, en tiempos duce a otros para a la apostasía o se deja se- Jesus in Getsemani bei Lukas und in Hebrlier: ZNW
por sí mismo. Aparece 8 veces en la expresión de Ajaz y Manasés (2 Re 16, 3; 21, 6), motivo por 58 (1967) 215-239; E. Linnemann, Studien zur Pas-
el cual Josías declaró el Valle del Hinnón lugar in- ducir él mismo a la apostasía, debe contar con
El, 6€ !l~ ye, «en caso contrario», una frase he- sionsgeschichte, Gottingen 1970, 11-40; W. Mohn, G.
mundo (2 Re 23, 10). Las amenazas proféticas de que será arrojado al fuego eterno (Mt 18, 9
cha en la que se sobreentiende el verbo, (cf. (Mk 14, 32-42): ZNW 64 (1973) 194-208; W. Ott, Ge-
juicio identificaban al valle del Himnón como «va- par. Mc 9, 43.45.47). De manera parecida bet und Heil, München 1965, 82-90; R. Pesch, Das
BlaB-Debrunner § 439, 1; 376, 2; 480,6; Mt 6,
lle de la carnicería» (Jer 7,32; 19,6). piensa Santiago, cuando afirma que la lengua Markusevangelium II (HThK), Freiburg i. Br. 1977,
1; 9, 17; Lc 5, 36.37; 10,6; 13,9; 14,32; 2
La apocalíptica judía desarrolla la idea de que trasmite el fuego de la yÉevva, porque lo tras- 385-396; W. Schenk, Der Passionsbericht nach Mar-
Cor ll, 16); 6 veces en eL ye, «si por lo de- kus, Berlin 1974, 193-206; W. Schenk, Studien zur
Dios purificará algún día al mundo mancillado, mite a aquellos que se dejan seducir por las
más», «si ciertamente» (Rom 5, 6; 2 Cor 5, 3; Passionsgeschichte des Markus, Würzburg 1971,461-
arrojando a los malvados al fuego purificador (cf. palabras (Sant 3, 6).
Gá13, 4; Ef 3,2; 4, 21; Col 1, 23); 3 veces en 560; V. Tay1or, The Passion Narrative of Sto Luke,
Hen [et] 10, 13; 18, 11-16 Y passim; Jub 9, 15; Cambridge 1972,69-72.
uQa ye, «entonces», «así que» (Mt 7, 20; 17, lQH 3, 29-36; ApBar [sir] 37, 1; cf., además, las
26; Hech ll, 18); en El, uQa ye, «si. .. tal vez» 3. En todos los demás pasajes del NT en que
palabras de Juan el Bautista: Mc 3, 10.12 par. Lc
(Hech 17, 27a), o aQá ye interrogativo (Mt 8, se piensa en el castigo del fuego eterno, se trata Getsemaní (en arameo, gat semanf = «lagar
3,9.17). Basándose en Is 31, 9; 66, 24 (cf. Mc 9,
30); 2 (ó 3) veces en xaL ye, «al menos» (Lc igualmente de la idea veterotestamentarla y ju- de aceite») aparece únicamente en Mc 14,32
48), se localiza en el Valle del Hinnón el espera-
19,42 v.l.); «e incluso» (Hech 2, 18), «y real- do infierno de fuego (Hen [et] 26,4; 27, 1-3: 54, día de la yÉevva, aunque esta palabra no apa- (par. Mt 26, 36), donde está en número singu-
mente» (Hech 17, 27b); 2 veces en aAA.á ye, 1-6: 56, 3s; 90, 26s). Finalmente, los escritos ju- rezca expresamente. Así ocurre especialmente lar y se halla en una oración de relativo. Es el
«pero incluso» (Lc 24, 31), «al menos» (1 Cor díos denominan al infierno mismo de fuego ge- con Xá!lLVOI,; (Mt 13, 42.50; cf. Ap 9, 2) o nombre propio de la parcela de terreno donde
9, 2; cf. BlaB-Debrunner § 439, nota 3); 1 vez hinnom/gehinnam, o yÉevva en su forma griega, AL!lVTJ tov :7tuQól,; (Ap 19,20; 20, 1O.14s; 21, 8; Jesús pasó la última noche orando, mientras
en !l~tL ye, «por no decir», «pero finalmente» sin referencia alguna a la topografía de Jerusalén cf. Ap 14, 10); en él perecerán algún día por el sus discípulos dormían, y donde fue prendido.
(1 Cor 6, 3; cf. BlaB-Debrunner § 427, 3); y 1 (4 Esd 7,36M ApBar [sir] 59, 10; 85, 13; Sib 1, fuego eterno no sólo los impíos (cf. también Lc La referencia es válida como elemento de la
vez en ocpeAóv tL, «si al menos» (l Cor 4, 8). 103; 11, 292; testimonios rabínicos pueden verse 16,24), sino también Satanás con sus demonios más antigua tradición, a pesar de los diver-
2. Además, yÉ aparece dos veces en la frase en Billerbeck 1023-1025 y 1029ss). (Mt 25, 41; Ap 19,20; 20, 10.14; cf. TestJud gentes análisis que se hacen del relato que co-
6Lá ye, «al menos por... » (Lc ll, 8; 18, 5), Y 1 25, 3; --+ UPUOOOI,; 2). Que estos enunciados mienza con este episodio (relato no reducido:
vez en la expresión 01,; ye, «quien incluso» 2. En este mismo sentido, el NT -en 12 pa- presuponen el poder purificador del fuego, nos Pesch; breve relato de lo fundamental: Linne-
(Rom 8,32). sajes- designa también como yÉevva al lugar lo enseñan por ejemplo 1 Cor 3, 10-15: 2 Pe 3, mann, Schenke, Kelber, Mohn, Dormeyer;
H. Balz del castigo eterno del fuego (--+ :7tvQ); II de 5-13 (cf. Mc 9, 49; Le 17, 29s). El cristianismo dos fuentes: Kuhn, Leskow, Ott, Barbour, Ho-
esos ejemplos se encuentran en los evangelios primitivo participa con estos enunciados en la lleran, Schenk). Si Getsemaní estaba situado
rEbEmv, Gede6n Gedeón* sinópticos (Mt 5, 22.29s; 10, 28; 18, 9; 23, escatología del judaísmo contemporáneo. Claro
o no en el monte de los Olivos, lo decidirá el
Nombre propio (indeclinable) de uno de los 15.33; Mc 9, 43.45.47; Lc 12, 5), y 1 ejemplo está que el NT renuncia a una descripción deta-
juicio que uno se forme (en la perspectiva de
«grandes jueces» (Jue 6, 11-8, 35), que se se halla en Santiago (3, 6). La yÉevva, junta- llada de los tormentos del infierno; la referencia
la historia de las tradiciones) de la observa-
menciona en Heb ll, 32 entre los testigos de mente con el --+ <16TJI,;, se localiza también en al infierno y a su fuego sirve para recalcar la
ción formulada en Mc 14,26.
la fe. BHH 1, 569s; Haag, Diccionario, 738s. el --+ UPUOOOI,;. Pero el <10TJI,; se considera co- parénesis ética, no para satisfacer una curiosi-
En los paralelos lucanos (Lc 22, 39-46) Y
mo la morada de los muertos sólo durante dad religiosa (cf. en cambio Hen [et] 27, 3s).
joánicos, que abrevian el relato y que podrían
yÉEvva, 1);, ti geenna Gehenna, infierno* tiempo limitado, el tiempo que trascurre entre Encontramos un poco de escatología de presen-
ser, ambos, independientes de Marcos, se ha
la muerte y la resurrección, mientras que la te (cf. Jn 3, 18s; 12,31; 1 Jn 2, 8s) allá donde la
l. En el AT y en el judaísmo - 2. En el NT - 3. Ex- perdido el nombre de Getsemaní. La localiza-
presiones afines. yÉevva se concibe como el lugar del tormen- yÉevva amenaza ya actualmente o domina al
hombre (Mt 5, 22; 23, 15; Sant 3, 6). ción joánica, que lo sitúa por encima del valle
Bibl.: Billerbeck IV 2, 1016-1165; H. W. Huppen- to eterno para los impíos, después del juicio del Cedrón (Jn 18, 1) -por tanto, en la ladera
bauer, Gehenna, en BHH 1, 1153; J. Jeremias, yÉfvva, final. O. Bocher del monte de los Olivos-, es primariamente
723 724 725 yÉfA.Ol - yEVEá 726

una alusión tipológica a David en 2 Sam 15, cia, que no es apropiada en la presencia de sentido secundario de «ser impuro» es resul- 50, yEVEá (en plural) significa las sucesivas
23. Es incierto si en esta alusión y en el nom- Dios (v. 8; cf. Is 32, 11s; Jer 4, 8). ThWNT 1, tado de la asociación con xu'frUQí,~ELV/XU­ generaciones, y en Lc 16, 8, los contemporá-
bre de «huerto» hay un buen conocimiento 656-660. 'fruQó<;. neos.
del lugar; en todo caso, esos detalles podrían
haberse desarrollado posteriormente y se tras- 3. 'YE~í~ro llenar; en voz pasiva, ser lleno 2. La forma sinóptica «esta generación»
yE!-,í~ro gemizo llenar
mitirían en forma literaria. de*, aparece 9 veces en el NT, encontrándose procede del estrato helenístico tardío de la
--+ yÉ[.tw 3.
El relato marquino se halla estilizado como junto a yÉ[.tw únicamente en Lucas y en Apo- fuente Q, que dirige su polémica contra Israel
imagen de contraste con la de la transfigura- calipsis. Especialmente en la voz pasiva, la como la última generación antes del fin, y le
ción: hay tres discípulos escogidos, comien- yÉ!-,ro gemo estar lleno* idea expresada por el verbo se acerca mucho a anuncia el juicio que se acerca. La apocalípti-
zan a cumplirse las predicciones de la pasión, 1. Aparición del término y combinaciones de pala- la de estar lleno: Mc 4, 37, «de tal manera ca judía emplea motivos y formas de lenguaje
sumisión a la voluntad de Dios en contraste bras - 2. Contenidos semánticos - 3. yEf.¡[~(ú. que la barca corría peligro de anegarse (por correspondientes. Así, por ejemplo, Hen [et]
con la tibieza de los discípulos. Mateo, sobre completo)>>; así sucede también en Lc 14,23; 93, 9 anuncia una generación apóstata; 1Qp-
esta base, reforzó los rasgos típicos de la ex- 1. Del total de 11 veces que el término apa- Ap 15, 8. En la voz activa, Jn 2, 7 añade ex- Hab 2, 6s, una última generación, y Jub 23,
hortacióna la oración. Lucas generalizó la ex- rece en el NT, 7 corresponden al Apocalipsis presamente: «las llenaron (= las tinajas) hasta 16ss, una generación malvada. Con Mt 11, 16
hortación a la oración y -en caso de que los (4,6.8; 5, 8; 15,7; 17,3.4; 21, 9) y las res- el borde». - En la voz activa, el verbo aparece par. Lc 7, 31 comienza la parábola de Q sobre
vv. 43s sean originales (Feuillet contra GNT- tantes veces corresponden a Mt 23,25.27 par. con complementos en acusativo y en genitivo los juegos infantiles, cuya interpretación re-
Com)- centró por completo el relato en la lu- Lc 11, 39 Y Rom 3, 14 (cita del Sal 9, 28 (introducido a veces por EX): Mc 15, 36: «... coge motivos deuteronomísticos y sapiencia-
cha de Jesús con la muerte, que para él co- LXX). El verbo, por regla general, no se usa les (Sal 77, 8 LXX; 94, 10 LXX) y acentúa
empapar una esponja de vinagre»; Lc 15, 16:
mienza ya aquí. más que en presente y en imperfecto (cf. Lid- que la Sabiduría divina no ha dado ya la razón
«... llenar su estómago con (EX) las algarro-
W. Schenk dell-Scott, s.v.); en el NT, únicamente en indi- a Israel sino a Juan y a Jesús. En Mt 23, 36
bas»; Jn 2, 7; 6, 13; Ap 8, 5. El genitivo falta
cativo y en participio de presente. par. Lc 11, 50s hay una sentencia sapiencial
únicamente en Jn 2, 7b, después de haber apa-
yEí'trov, OVO;, ó, Í) geiton vecino, vecina* El objeto de la acción verbal suele ir en ge- que recoge el lamento sobre la sabiduría me-
recido en el v. 7a, y falta a veces en la voz pa-
Este término aparece junto a q:>LAOL en Lc nitivo, sustentado en Mt 23, 25 por EX (en nospreciada (Prov 1, 24ss; Bar 3, 12s; 11QSal'
siva: Mt 4, 37; Lc 14, 23.
14, 12; 15,6, y junto a q:>LAaL, en 15,9; apare- nuestra lengua, uno está lleno de algo). El 18,8.15; Hen [et] 93, 8; 94, 5; 4 Esd 5, 9s) y,
K.-H. Pridik
ce solo en Jn 9, 8. acusativo ovó[.tu'tu en Ap 17, 3 es un vulga- como voz profética del cristianismo primiti-
rismo. 'tu axá'fruQ'tu en Ap 17, 4, como ob- vo, acusa a la última generación de Israel de
jeto de yÉ[.tov (el contenido de la copa, según YEVEá, d;, Í) genea generación, linaje* haber colmado la medida de pecados de sus
yd.áro gelao reír* se supone generalmente), significa una «gra- antepasados con el asesinato de profetas hasta
En el Discurso del Llano, en el evangelio ve incongruencia» (BlaB-Debrunner § 136), 1. Aparición y significado del término en el NT -
el de Zacarías hijo de Baraquías (Josefo, Bell
de Lucas, la antítesis XAULElV - YEAdv (cf. Ecl 2. En los Sinópticos - 3. En los demás escritos
pero como objeto de EX,01JOU no entraña nin- IV, 335).
3,4) se encuentra primeramente en un maca- guna dificultad: una mujer «con los signos Bibl.: K. Berger, Die Amen· Worte Jesu, Berlin Esta misma condenación abunda en el com-
rismo aplicado a los que ahora lloran pero impuros de su fornicación». 1970,58-74; F. Christ, Jesus Sophia, Zürich 1970,
plejo del signo de Jonás: Mt 12, 39 par. Lc 11,
luego reirán (6, 21), y luego en un «¡ay!» 63ss, 120ss; V. Hasler, Amen, Zürich 1969, 30-70; D.
Lührmann, Die Redaktion der Logienquelle, Neukir- 29 llaman malvada a esta generación, y Ma-
contra los que ahora ríen pero luego estarán
2. El verbo yÉ[.tw se refiere en general a chen-Vluyn 1969,24-48; R. McKerras, en Notes of teo la llama incluso (como Mt 16,4) genera-
tristes y llorarán (6, 25). Lo de reír es aquí
contenidos de algo, pero en Ap 4, 6.8 se refie- Traslation 2 (1988) 57s; M. Meinertz, «Dieses Gesch- ción adúltera. En la doble sentencia amenaza-
imagen de la vida despreocupada e irrespon- lecht» im NT: BZ 1 (1957) 283-289; Schulz, Q, 336-
re a 10 que cubre la superficie: «seres vivien- dora acerca de la reina del sur y de los
sable de los que se dedican a disfrutar de las 386; G. Steinhauser, Noah in his Generation: An Allu-
tes cubiertos/repletos de ojos». No se sabe sion in Luke 16, 8b «cL~ T¡lv yEVEUV 't~v Éau'toov»: ninivitas se repite la forma de la fuente Q en
cosas (oL yEAO:JV'tE<; vuv en el v. 25b se halla
exactamente qué idea se expresa en Ap 17, 3: ZNW 79 (1988) 152-157. Para más bibliografía, cf. Mt 12,42 par. Lc 11, 31 yen Mt 12, 41 par.
cerca de oL :7tAO'ÚOLOL en el v. 24 y de oL E[.t-
«una bestia llena ... de nombres». ThWNT X, 1022. Lc 11, 32. Mateo intensifica incluso la afir-
:7tE:7tA1']O[.tÉVOL en el v. 25a), una risa que co-
En el NT el objeto es concreto o abstracto, mación conectándola con la advertencia con-
rresponde a los creyentes únicamente como
y el sujeto, concreto, exceptuando Lc 11, 39, 1. De los 43 lugares del NT en que aparece tra la recaída, y en Mt 12, 45 llama a Israel
promesa escatológica, pero no como una ma-
donde «vuestro interior», como vemos por la este término, 33 corresponden a los Sinópti- una generación malvada. Lc 11, 30 encarece
nera de vivir en este mundo. ThWNT 1, 656-
comparación anterior con el vaso y el plato, cos, en los que yEVEá se refiere 25 veces al la afirmación refiriéndose al Hijo del hombre
660; X, 1022; --+ XAULW.
se refiere a 10 que está dentro de un recipien- pueblo judío de tiempos de Jesús, 17 veces que viene como juez.
te. La mayoría de los objetos de la acción ver- aparece en la expresión esta generación, y 8 Marcos radicaliza el enunciado, trasfor-
yÉJ..ro;, ro'to;, Ó gelos risa* bal tienen una connotación negativa. La con- veces tiene diversos matices. En la observa- mando la exigencia de milagros que figuraba
Sant 4, 9: «¡Que vuestra risa se torne en notación positiva se da únicamente en Ap 4, ción redaccional sobre la genealogía de Jesús en Q, en el rechazo de una señal del cielo. Pa-
llanto!». Se entiende aquí por risa una risa ne- 6.8; 5, 8. Además, en Mateo y en Lucas, el en Mt 1, 17 Y en el Magníficat en Lc 1,48. ra Marcos (8, 12), al Israel condenado de
727 yEVEá - yEvEUAoyLa 728 729 yEvEUAoyLa - y¿VEOL~ 730

tiempos de Jesús le aguarda sólo el juicio fi- cluido de la salvación. Esto debe servir de ad- un Adán-Mesías, sino que interpreta el bautismo 2. En el griego profano, sobre todo en Platón,
nal. Por eso, en Mc 8, 38 Jesús lo llama gene- vertencia a la impenitente Iglesia. También a de Jesús como la revelación del Hijo del Altísi- y¿VE<JL~ se halla atestiguado en el sentido de ori-
ración adúltera y pecadora. Consecuentemen- ella le amenaza la reprobación. Tal vez la re- mo, a quien Dios había destinado desde el co- gen y comienzo, por contraste con cp{}oQá (des-
te, en una sentencia apocalíptica de amenaza, mienzo de la humanidad para que fuera el Salva- trucción), de devenir, por contraste con oV<JLa
ferencia al Sal 94, 10 LXX muestra cuál es la dor del mundo (Le 1, 32s; 2, 30ss; 4, 18ss). (ser), y de lo que ha llegado a ser, de la creación
Jesús afirma en Mc 13, 30, juntamente con Mt fuente de la expresión «esta generación» en el ('Xó<J!to~). Se emplea también en contextos tem-
24,34 Y Lc 21, 32, que esta generación expe- estrato tardío de Q. 1 Tim 1,4 YTit 3, 9 difícilmente se refieren porales para designar la ascendencia y la descen-
rimentará los horrores del fin de los tiempos. V. Hasler a las series gnósticas de arcontes y eones. Ta- dencia. En este último sentido se emplea genea-
Le 17, 25 conecta esto con el plan fijado por les series no están documentadas sino más lógicamente, es decir, todo dios y todo héroe mira
Dios y que se promete en la Escritura. En Mc tarde. Más cerca de estos textos se hallarían orgullosamente a su descendencia; cf. especial-
9, 19 Jesús suspira exasperado por esta gene- yfvfaAoyÉro genealogeo descender de mente Hesíodo (Teogonía, «catálogo de muje-
las listas genealógicas del AT y de los escritos
ración malvada (e incluso perversa, según Mt (refiriéndose a una genealogía)* res»). - La LXX ofrece en la mayoría de los casos
esenios o rabínicos. Pero no se echa de ver
17, 17yLc9,41). En Heb 7, 6 dícese de Melquisedec, que no el sentido de genealogía (cf. Gén 2, 4; 5, 1), con
una polémica antijudía. Puesto que ya Platón excepción de Sabiduría (por ejemplo, 6, 22; 7,
descendía de los hijos de LevÍ. Th WNT 1,
(Tim 22a) y Polibio (IX 2, 1) habían entabla- 5.12) y prepara de esta manera el uso que encon-
3. Como Mt 17, 17 Y Lc 9, 41, vemos que 663; --+ yEVEaAOyLU.
do polémica contra los mitos y las listas gene- tramos en el NT.
Flp 2, 15 Y Hech 2, 40b recogen las ideas de
alógicas, las Pastorales combaten a los falsos
Dt 32, 5 LXX expresadas en la predicación de yfvfaAoyta, a~, Í] genealogía genealo- maestros siguiendo pautas establecidas.
la sinagoga. Pablo exhorta a la ekklesía a la 3. Mt 1, 1, recogiendo la manera de hablar
gía, árbol genealógico* Para Heb 7, 3.6, Jesús -según Gén 14, 17ss
santificación, a pesar de vivir en medio de la de Gén 5, 1, habla del «libro de la genealo-
Bibl.: N. Brox, Cartas pastorales, Barcelona 1974, y Sal 110,4- se halla muy por encima del sa- gía» (o historia del origen) de Jesucristo, par-
corrupción pagana. En el sermón de Pentecos- 337, 338; M. D. Johnson, The Purpose of the Biblical cerdocio del AT. Por eso, es superfluo ofrecer
tés Pedro se dirige a los que eran entonces los Genealogies, London 1969; D. E. Nineham, The Ge-
tiendo de David y de Abrahán. El evangelista
una prueba genealógica. no sólo pretende exponer así la genealogía
moradores de Jerusalén. Hech 8, 33 entiende nealogy in St Matthew' s Gospel and it' s Significance
for the Study ofthe Gospels: BJRL 58 (1976) 420-444;
V. Hasler
en sentido genealógico la oscura expresión de -expresada teológicamente- del Mesías que
S. Sandmel, Myths, Genealogies, and Jewish Myths, llega (Mt 1, 2-17), sino también presentar to-
Is 53, 8: «¡Quién podrá describir su genera- and the Writing ofGospels: HUCA 27 (1956) 201-211;
ción [= los descendientes del siervo de H. Schollig, Die Ziihlung der Generationen im mt
YfvÉcna, trov, 'tÚ genesia celebración de da su obra teológica bajo estos auspicios. Pa-
Stammbaum: ZNW 59 (1968) 261-268; W. Speyer, en cumpleaños * ra decirlo con otras palabras: el nuevo sobera-
Dios]!» Con arreglo al plan salvífico de Dios,
RAC IX, 1145-1268; H. Stegemann, «Die des Uria». Dícese de la celebración de cumpleaños no determina el destino tanto de Israel como
la labor de David -según Hech 13,36- estaba Die Bedeutung der Frauennamen in der Genealogie ('tOL~ yEVWLOL~, dativo de tiempo) de Hero- del mundo; «según Mt 1, 1 con 'Jesucristo' co-
limitada a su generación. Con la predicación von Mt 1, 1-17, en FS Kuhn, 246-276; K. Stendhal, des Antipas en Mc 6, 21 par. Mt 14, 6 (sobre mienza una nueva época de la historia univer-
misionera helenística, Hech 14, 16 sitúa al Quis et unde? An Analysis of Mt 1-2, en FS Jeremias,
1960,94-105; A. Vogtle, Die Genealogie Mt 1, 2-16 la formulación de Mateo cf. BlaB-Debrunner sal» (Frankem611e, 365). Mt 1, 18 acentúa una
mundo gentil bajo la generosidad de Dios (cf.
und die mt Kindheitsgeschichte: BZ 8 (1964) 45-58, § 200, nota 10). BHH 1, 529; Haag, Dicciona- vez más esta idea haciendo referencia al naci-
3, 17; 13,27; 17,30). Según Hech 15,21, 239-262; 9 (1965) 32-49. rio, 428; RAC IX, 217-243. miento especial de este Jesucristo. (En este
Santiago apela a la Torá, que se lee desde
siempre y en todas partes, para demostrar la En el NT, el término aparece únicamente en sentido cf. también Lc 1, 14 como predicción
validez universal de las prohibiciones que fi- 1 Tim 1,4 y Tit 3, 9. yÉVfcn~, fro~, Í] genesis origen, descen- del nacimiento del Bautista).
guran en el decreto apostólico y que se deri- Mt 1, 2-16 YLc 3, 23-38 presuponen el conoci- dencia, procedencia, procreación, naci- Sant 1, 23 habla de la persona que se limita
van del capítulo 17 del Levítico. miento de la genealogía de Jesús, descendiente de miento, vida* a oír la palabra de Dios, pero que no actúa se-
Col 1, 26 acentúa -con arreglo a la econo- David, y de las listas de sus antepasados. No tra- 1. Aparición del término en el NT - 2. En el griego
gún ella. Se parece a alguien que contempla
mía de la salvación- la elección de los cre- tan de ofrecernos una prueba genealógica sino profano y en la LXX - 3. Usos del término en el NT. en el espejo su rostro natural y externo (JtQó-
yentes que proceden de la gentilidad, mien- que tan sólo persiguen un fin cristológico. Por es- <JillJtOV 'tfj~ yEVÉ<JEill~) y se olvida de cuál era
te motivo, las diferencias y las inexactitudes no Bibl.: Bauer, Warterbuch, 306s; F. Büchsel, yÉVE-
tras que Ef 3, 5 entiende el evangelio como la OL<;, en ThWNT 1, 681-683; H. Frankemolle, Jahwe- su aspecto. Aquí la intención del autor es re-
tienen importancia alguna. Mt 1, 1 Y 1, 17 consti-
elección de los gentiles, el misterio revelado a tuyen el marco redaccional, y los vv. 18-25 son bund und Kirche Christi. Studien zur Form- und Tra- conocer el origen -el punto de partida, la ra-
los apóstoles y profetas de la Iglesia. Ef 3, 21 ditionsgeschichte des «Evangeliums» nach Matthiius, íz- y hacer que el hombre retorne a él (a su
una nota explicativa de carácter midrásico (Sten- Münster i . W. 1974, sobre todo 360-365; F. MuBner,
forma parte de un himno litúrgico que pone dahl, 102). Lo importante es la lista de los porta- Der Jakobusbrief(HThK), Freiburg i. Br. 31975 (sobre
«arquetipo»). Todo lo demás es engañarse a sí
final a la parte didáctica de la carta apostóli- dores de la promesa, no la secuencia de las gene- 1, 23; 3, 6). mismo, más aún, perderse a sí mismo. Un
ca. Por contraste, Heb 3, 10 es una afirmación raciones. Jesús, el Mesías llegado, ha cumplido la enunciado con mayor carga ética todavía, se
del Espíritu Santo que emplea la dura cita del promesa hecha a Abrahán. Las cuatro mujeres encuentra en Sant 3,6, donde a la lengua ma-
que figuran entre los antepasados, demuestran el 1. En el NT yÉVWL~ aparece 5 veces en el
Sal 94, 10 LXX en una referencia al pueblo carácter universal del evangelio. Lucas enumera sentido de nacimiento (Mt 1, 18; Lc 1, 14), ge- ligna e incontrolada se la compara con un fue-
judío de la generación del desierto. Según el la genealogía en sentido ascendente hasta llegar a nealogía (Mt 1, 1) y origen, raíz (Sant 1, 23; go que inflama la rueda de la vida / el curso
v. 11, el pueblo en su totalidad permanece ex- Adán y a Dios. Pero el evangelista no piensa en 3,6). de la existencia ('tov 'tQo)(.ov 'tfj~ yeVÉ<Jeill~).
731 yéVEaU; - YEvváw 732 733 YEvváw - rEvv1']ouQé't 734

No está claro el origen de esta imagen. La celona 1980, 203-211; A. Vogtle, Messias und Gottes- 7- como el comienzo de un nuevo eón. «La contexto de la nueva creación del hombre por
mencionan no sólo textos órficos (sobre la sohn. Herkunft und Sinn der mt Geburts- und Kind-
heitsgeschichte, Düsseldorf 1971. Para más bibliogra-
comunidad veía aquí la realidad de un ser en- el poder del Espíritu de Dios (Juan).
trasmigración de las almas) sino también tex- fía, cf. ThWNT X, 1023. gendrado por Dios en sentido realísimo»
tos rabínicos (la rueda del destino). «CreemQs A. Kretzer
(Büchsel, 669).
que Santiago piensa sencillamente en el ámbi- 1. YEvváw aparece 97 veces en el NT Pablo depende quizás de concepciones ra-
to de la vida. No hay nadie ni nada ante lo que (Morgenthaler, Statistik, 84), de las que 40 se bínicas, cuando en 1 Cor 4, 15 Y en Flm 10 "{ÉVV1)p.t«, «'to;, 'tó gennema engendro,
se detenga la lengua calumniadora; ella es ca- hallan en Mt 1,2-16; el verbo aparece otras 5 habla de una «procreación espiritual» como vástago*
paz de incendiarlo todo. Contra su poder des- veces en Mateo, 18 veces en la Carta primera expresión de su entrega a la labor pastoral y En el NT, este término se usa tan sólo en la
tructor, uno es impotente. Su fuego es compa- de Juan, 7 en Hechos, 4 en Lucas, 6 en las de la profunda vinculación que de ella nace dura imagen, difícilmente empleada antes en
rable a lo abrasador del fuego eterno e cartas paulinas auténticas, 4 en Hebreos; el entre el apóstol y la comunidad (o entre el el ámbito del judaísmo, que habla de
inextinguible del infierno mismo» (MuEner, verbo se encuentra, además, en Mc 14,21; 2 apóstol y Onésimo). No menos peso tienen yEVV~[!U'tu Ex,l&voov, ¡raza de víboras!, y
165). Tim 2,23 Y 2 Pe 2, 12. los pasajes de Rom 9, 11 Y Gál 4, 23.24.29. que aparece en las palabras en que Juan el
A. Kretzer Todos estos pasajes se hallan dentro de un Bautista anuncia el juicio divino (Mt 3, 7 par.
2. En el griego profano YEvváw se usa para re- contexto de teología de la salvación que habla Lc 3, 7 (Q), Y en las palabras en que también
ferirse a la función del padre en la procreación del concierto entre ambos testamentos. Jesús anuncia ese juicio divino (Mt 12, 34;
"(EVE'tÍ), i);, i¡ genete nacimiento* (Sófocles, Eurípides); se usa más raras veces pa-
Jn 9, 1: EX yEVE'tt;<;, «de nacimiento». A la genealogía de Mateo (Mt 1, 2-16) le 23, 33; en paralelo con 0CPEl<;, «serpientes»).
ra referirse a la función de la madre, en lugar de corresponde también «carácter de cumpli- Con estas palabras se califica siempre a los
'tbt'tw (Plutarco). Se emplea luego en el sentido oyentes judíos de «serpientes venenosas», es
general de engendrar, producir (Platón, Polibio). miento». Está formada según los modelos del
"{ÉV1)p.ta, «'to;, 'tó genema planta, fruto, En la LXX YEvváw traduce frecuentemente al he- AT (cf. Gén 5, 3-32: 1 Crón 2, 10-22.36-49) Y decir, como personas insinceras y que han si-
cosecha* breo yld (dar a luz, engendrar), y aparece raras demuestra la inserción (pretendida por Dios) do reprobadas. La combinación de estas pala-
Neologismo helenístico de yLvo[!aL (que veces para expresar la relación de padre a hijo en- de Jesús, engendrado milagrosamente por el bras no aparece en la LXX ni en Josefo ni en
debe distinguirse del término clásico --> tre Yahvé y su pueblo (Dt 32, 18; Is 1, 2; en sen- Espíritu Santo, en la línea sucesoria de Abra- los escritos rabínicos. Una expresión pareci-
yÉVV'l'] [!u): Mc 14,25 par. Mt 26, 29/ Lc 22, tido metafórico en Ez 16,20; 23, 37), yen un pa- hán y David (Vogtle). da, dentro del ámbito cristiano, se encuentra
18 en las palabras escatológicas de Jesús en la saje importante para la adopción del Mesías-Rey En los escritos joánicos, la idea de la gene- en Did 13, 3. ThWNT 1,671.
última Cena, yÉv'I'][!U 'tt;<; U[!:7tÉAOU, <<produc- por Yahvé en el acto de entronización: Sal 2, 7 Y
109, 3. En Prov 8, 25 se dice que la sabiduría es ración experimenta un ulterior desarrollo y
to o fruto de la vid» (cf. Dt 22, 9 LXX; Is 32, una nueva profundidad, porque la generación
el primer fruto de la actividad creadora de Dios. rEVV1)(J«~É't Gennesaret Genesaret*
12 LXX; per! hagefen Ber 6, 1, «en la bendi- A propósito de la conversión de un gentil al juda- es un nacimiento que procede de Dios (1 Jn 2, Nombre indeclinable del Lago de Genesa-
ción sobre la copa de vino»; OLVOU yÉv'I'][!U, ísmo, los rabinos hablan de procreación, querien- 29; 3, 9; 4, 7) Y del Espíritu (Jn 3, 5.6.8) o, en ret (propiamente nvvE<JáQ, cf. 1 Mac 11,67;
AgU 774, 3); 2 Cor 9, 10: 'ta yEV~[!U'tU 'tt;<; do decir que surge un nuevo ser: un prosélito con- términos generales, «de 10 alto» (3, 3.7). Esta
verso es como un niño recién nacido (Rengstorf, Mc 6, 53 D it sy; Mt 14, 34 D* 100 lat sy,
chxaLoauv'I']<; Ú[!OOV, «los frutos de vuestra relación, que es misteriosa y que -no obstan-
665s). Según Filón, toda la obra creadora de Dios nombre que, seguramente, fue asimilado con
justicia» (cf. Os 10, 12 LXX) -expresandolo te- determina la realidad, proporciona al hom-
es un acto de procreación: Dios engendra el la- posterioridad a las formas de N azaret o de
concretamente- «... vuestra generosidad»; Lc bre origen (el bautismo) y meta para su vida Kinnéret; en Lc 5, 1 se le llama AL[!v'I'] rEV-
gos, los animales y las plantas; se exceptúan los
12, 18 Sin* D it. ThWNT 1, 684s; J. Jeremias, hijos de Dios. La comunidad de Qumrán (si- en comunión con Dios, más aún, para su con- v'I']auQÉ't; cf. Josefo, BelllIl, 506). Por 10 de-
La última Cena. Palabras de Jesús, Madrid guiendo a 2 Sam 7, 14) conoce la idea de la gene- dición de hijo de Dios (1 Jn 3, 1). «La filiación más, en Mc 1, 16; Mt 4, 8 se le denomina
1980, 199s. ración del Mesías, que nace del linaje de David divina ha pasado a ser una característica com- tMAuaau 'tt;<; rUAlAULu<; o, según Jn 21, 1,
(4QFlor 1, 10-13: cf. 1QS' 2, 11-12). pendiadora del hombre cristiano en la unidad ttáAuaau 'tt;<; n~EQlá&oc:;. Según Mc 6, 53
indestructible de su ser natural-sobrenatural, par. Mt 14, 34, el nombre de la fértil región
"{Evváro gennai5 engendrar, dar a luz, pro- 3. Hay que fijarse, ante todo, en el uso que se ha trocado en una expresión única dela ele- situada en la ribera occidental del lago. Según
ducir se hace en el NT -en sentido mesiánico- del vación gratuita y de la consumación moral que TosToJ:¡ 6, 7; bMeg 6a, etc., es de suponer que
1. Aparición del término en el NT - 2. yEvvÚOO en Sal 2, 7, enlazando con el AT y con el judaís- proporcionan en conjunto el modelo perfecto existía también un lugar denominado Ginne-
el griego profano y en el judaísmo - 3. Enunciados del mo. Y, así, vemos que en Hech 13,33 el acen- del hombre cristiano» (Schnackenburg, 206). sar, situado en las cercanías del Kinnéret del
NT. tuado «hoy» de la generación se refiere a la Resumiendo podemos decir: por YEvváw se AT, que se encontraba ya abandonado en épo-
Bibl.: Bauer, Worterbuch, 307-309; F. Büchsel-K. vida imperecedera en la resurrección (cf. Heb entiende 11,0 sólo el acto de la procreación (por ca griega y romana (cf. Núm 34, 11; Jos 11,
H. Rengstorff, yEvvÚOO %TA., en ThWNT 1, 663-674; 1, 5; 5, 5, pero aquí el momento queda sin el padre) sino también el del alumbramiento 2; 12,3) Y que, 10 mismo que éste, pudo haber
W. C. Grese, "Unless one is Born Again»: The Use of precisar). En Lc 1, 35 la generación del Hijo
a Heavenly Journey in John 3: JBL 107 (1988) 677- (por la madre). Es un término que adquiere dado su nombre a la región y al lago. BHH
693; J. Kühlewein, yld dar a luz, en DTMAT 1, 1008- de Dios, obrada por el Espíritu, se considera especial importancia teológica por la encarna- 1, 546s; 11 951s; Haag, Diccionario, 746s y
1013; R. Schnackenburg, Las cartas de san Juan, Bar- -sobre la base de esa interpretación del Sal 2, ción de Jesús (Lucas), y también dentro del 1069s.
735 yÉVVI'jOLl; - yÉvor; 736 737 n:QUOl'jvór; - YEQO'UO[U 738

yÉvvt)CJt;, no;, tí gennesis nacimiento la, que era natural del Ponto, y de Apolo, que fEQaCJt)vó;, 3 Gerasenos natural de Gé- tre tampoco genuino interés por la topogra-
Mt 1, 18 Textus Receptus; Lc 1, 14 Textus era natural de Alejandría. Según las palabras rasa* fía. Reduce la «Decápolis» marquina al te-
Receptus (siempre en lugar de ---> yÉVEaL~). de Esteban (en Hech 7, 13), el Faraón recono- ruouQr¡vó~, 3 Gadarenos natural de Gá- rritorio que se halla «alrededor del lago»,
ce el origen judío de José. El v. 19 refleja el dara* porque no conoce todavía una labor misio-
estilo del discurso: en el v. 17 Esteban se diri- n:Qyeor¡vó~, 3 Gergesenos natural de Gér- nera que -antes de pascua- rebase los lími-
yEVVt)'tÓ;, 3 gennetos engendrado, nacido* ge a sus compatriotas en un pasaje donde el gesa (v.l.) tes de Israel. La variante textual «de Gérge-
Como circunlocución para decir «hombres» concepto de pueblo no resuena ya con sus con- sa» (por ejemplo, Sin'), que no forma parte
Bibl.: F. Amen, Reilfür die Reiden, Frankfurt a. M.
en la expresión ev yEvvrJ1:o¡:~ yUVaLXWV, «en- notaciones religiosas. En el discurso de Pablo 1976,201; Bauer, Worterbuch, en el vocablo correspon-
del texto original, se la debemos a un inten-
tre los nacidos de mujer» (Mt 11, 11 par. Lc 7, en Antioquía (Hech 13, 26), el apóstol dirige diente; I. Benzinger, en Pauly-Wissowa VII, 1242-1245; to de identificar la localidad en que se desa-
28; cf. Job 14, 1; 15, 14; cf. también YEVÓ!tE- la palabra a los judíos hablándoles como a G. Dalman, Orte und Wege Jesu, Gütersloh '1924, 192s; rrolló la historia del poseso. Orígenes (In
Haag, Diccionario, 753s; E. Haenchen, Der Weg Jesu, Joh. 6,41) conoce un lugar al este del lago,
VO~ ex yUVaLXÓ~, Gál 4, 4). La circunlocu- descendientes de Abrahán; en este caso, por
Berlin 1966, 190s; H. Hegermann, en BHH 1,508,548;
ción, usual también en el judaísmo (Biller- contraste con lo que Pablo dice en sus cartas cerca de Kurse, en la desembocadura del
Kopp, SUitten, 282-287; C. H. Kraeling-Th. Klauser, Ge-
beck 1, 597s), acentúa el origen terreno del (Rom 9,6-13; 2 Cor 11,22; Gá13, 8), no se re- rasa, en RAC X, 223-233; K. Matthiae, Chronologische Wadi es-Samak. A unos 2 km al Sur, un
hombre. ThWNT 1,671. flexiona sobre la promesa hecha a Abrahán. Übersichten und Karten zur spiitjüdischer und urchrist- acantilado de unos 44 m de altura se adentra
En la cita de las «Apariciones Celestiales» de ¡¡cher Zeit, (Berlin 1977) Stuttgart 1978 (suplemento de unos 40 m en el lago. Orígenes relaciona la
Arato de Cilicia (siglo III a.c.), que se hace en mapas). orilla oriental con los guirgasitas (Gén 10, 16).
yÉvo;, Ou;, 'tó genos linaje, especie, clase* Hech 17, 28.29, Y según el estilo de la predi- La influencia de las versiones paralelas sobre
cación misionera helenística, Pablo hace refe- En los manuscritos de Mc 5, 1, rEQuor¡- los manuscritos ha conducido a una situación
1. Aparición del término en el NT - 2. En los evan-
rencia a ideas estoicas (nosotros somos yÉvo~ VÓ~ (cf. Inscriptiones Graece ad res Romanas
gelios - 3. En Hechos - 4. En Pablo y en los demás es- clásica de confusión textual (GNTCom, 23s,
critos. de Dios) y acentúa el carácter universal del pertinentes [ed. R. Cagnat y otros] IV~ Paris 84, 145).
evangelio. En Hech 4, 6 se alude a los miem- 1927, 374, 11) compite con las otras dos for- G. Schille
Bibl.: K. Maly, Mündige Gemeinde, Stuttgart 1967,
176-239. bros de la nobleza sacerdotal saducea (ex mas (Mt 8, 28; Lc 8, 26.37). Es improbable
yÉVOU~ aQXLeQa'tLxoií), y se afirma que, a pe- que rEQyEOr¡VÓ~ se originase sólo por una
1. yÉvo~ aparece 2 veces en Marcos y 2 en sar de la resistencia ofrecida por éstos, la pre- conjetura debida a Orígenes (como piensa fEQYECJt)VÓ;, 3 Gergesenos natural de
Mateo (incluido 15, 21 v.l.), 9 veces en He- dicación apostólica es capaz de imponerse, Haenchen). Pero el texto marquino -«gerase- Gérgesa
no», «de Gérasa»-, por ser la lectio difficilior, ---> reQuor¡vó~.
chos, 6 en Pablo, 1 en Pedro y 1 en Apocalip- con arreglo al plan salvífico de Dios.
sis. Designa casi siempre el origen (por naci- es la forma más antigua. Gérasa (en árabe, Je-
rash) era la ciudad más importante de la De-
miento). 4. Con yÉvr¡ yA,(j)oowv, Pablo se refiere en
cápolis (---> LlEXáJtoA,L~), pero quedaba dema-
YEQOUCJta, tí
a;, gerousia Consejo de
1 Cor 12, 10.28 a la diversidad de la glosola- Ancianos, Consejo Supremo*
2. La mujer helena de Mc 7, 26 (LUQO- lia carismática y la compara con la gran va- siado lejos del mar de Tiberíades (a unos 60
Hech 5, 21 menciona la YEQouoLu junta-
qJOLvLxLOOU L0 yÉVEL) procede de la provincia riedad de lenguas existentes (14, 10). Gál 1, km en dirección sursudeste) para que hubiera
mente con el OUVÉOQLOV en una expresión
costera siria de Fenicia. Se ha enterado y de- 14; 2 Cor 11, 26 Y Flp 3, 5 emplean en senti- podido desarrollarse en ella la historia del po- inspirada en Ex 12, 21 (Jtuouv YEQouoLuv
muestra que el Hijo de Dios libera también do profano el término que se usa, por ejemplo seso. ULWV 'IoQu1ÍA,). Según 1 Mac 12, 6.35; 2 Mac
del poder del demonio a los gentiles. En la en Jer 38, 37 LXX, para traducir el hebreo Marcos utilizó el relato como historia de 1, 10; Josefo, Ant XIII, 166 etc., la YEQouoLu
instrucción impartida a los discípulos en Mc zera' y que designa el origen judío por naci- misión (5, 18-20), sin interesarse por la to- del pueblo judío asumió el papel de la asam-
9,29; Mt 17, 21 v.l., la oración y, en algunos miento y el hecho de ser miembro, por el pro- pografía (cf. los nombres de lugar que se blea de ancianos (Esd 5, 9; 6, 7) o de la «gran
casos también, el ayuno aparecen como reme- pio linaje, del pueplo judío. enumeran en 7, 31, sin que tengan relación asamblea» (Abot 1, 1) durante la época poste-
dio exorcístico en los casos de posesión dia- En cita de Is 43, 20, la Carta primera de Pe- entre sí). Mt 8, 28 sustituye la ciudad origi- rior al destierro, en el siglo 11 a.C. Desde los
bólica (wih:o .0 yÉvo~). En la parábola de la dro (l Pe 2, 9) atribuye a la Iglesia el honroso nal por Gádara (en árabe, Khirbet Um Qeis, tiempos de Herodes el Grande se denominó
red barredera, Mt 13, 47 habla de toda clase título de ser el pueblo escogido, porque la a unos 15 km al sudeste del lago). Cerca de sanedrín, y en él se hallaban representados los
de peces (ex JtaV'tO~ yÉvou~) y enseña que la Iglesia es ahora el nuevo pueblo y el nuevo li- la población se alzaba un litoral escarpado, ancianos del pueblo judío. Lucas (por un co-
selección de los justos no se efectuará sino en naje adquirido por Dios. En Ap 22, 1610 del de 6 a 12 m de altura. Aunque se ha atesti- nocimiento impreciso de la situación históri-
el juicio final. retoño de la raíz de Jesé, de Is 11, 10, se apli- guado la existencia de monedas con el em- ca) hace que ambos gremios aparezcan juntos,
ca al Jesús exaltado, que es el descendiente de blema de una embarcación, no es seguro que cuando describe que la totalidad de Israel era
3. En Hech 4,36; 18,2.24, Lucas menciona David y el que da cumplimiento a las espe- el territorio de la ciudad llegara realmente opuesta a la actividad de los apóstoles. BHH
el origen de la familia del levita José Bernabé, ranzas mesiánicas. hasta el lago (otra cosa piensa Josefo, Vita 11, 740s; Haag, Diccionario, 1791s; E. Haen-
que era oriundo de Chipre; el origen de Aqui- V. Hasler IX, 42). Pero es posible que Mateo no mues- chen, Apostelgeschichte7 (KEK), sub loco.
739 yÉQWV - yEWQyÓr; 740 741 yEWQyór; - yfj 742

yÉQffiV, OV'tO~, Ó geron anciano* tar el reino de Dios; en Jn 8, 52, en una acu- 1. De las 19 veces que el término aparece ThWNT 1,676-680. Para más bibliografía, cf. ThWNT
Jn 3, 4 en una referencia a Nicodemo. sación que los judíos hacen contra Jesús (refi- en el NT, sólo 2 se encuentran fuera de los X, 1023.
riéndose al v. 51, donde {táva'tO~ está asocia- evangelios (2 Tim 2, 6; Sant 5, 7). En los 1. En el empleo que el AT hace del término
ye'ÚOJlat geuomai gustar, comer* do con {tfffiQÉffi), con lo cual demuestran que evangelios yfffiQYÓ~ aparece únicamente en ,ere!f (tierra, país), no sólo es notable el número
han entendido mallo que se dice de la «muer- la parábola de los viñadores malvados (Mc de veces que este término aparece sino también el
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos contenido de significados que se encierran en el
semánticos - 3. Campo referencial.
te»; en Heb 2, 9, donde se habla de la muerte 12, 1-12 par. Mt 21,33-46/ Lc 20, 1-19) Y
de Jesús, la cual por la gracia de Dios (como también en Jn 15, 1. - El término yfWQYÓ~ mismo. El término puede aplicarse a la Tierra,
Bibl.: J. Behm, YEÚOftaL, en ThWNT 1,674-676. dice la mayoría de los testimonios textuales; significa en sentido propio agricultor, labra- considerada cosmológicamente, más bien que co-
dor, viñador (Bauer, Worterbuch, s. v.) y, en mo el espacio en que habita el hombre (Gén 6,
no: sin Dios) es la razón de la salvación de ca- 11); puede entenderse por él el terreno en que se
1. En el NT yf'ÚO!1aL aparece 15 veces, fre- da uno. En estos versículos, yf'ÚO!1aL lleva sentido figurado, campesino que cultiva tie- mueven los hombres y los animales (Gén 1, 26;
cuentemente en la frase «gustar la muerte», implícito el aspecto del sufrimiento. Los ao- rras en arriendo. Sal 147, 6; Ez 26, 16), o diversos países o regio-
«gustar la comida», con aoristo de subjunti- ristos de subjuntivo tienen sentido futuro y se nes (Gén 31,3; Núm 15, 2; Jer 30, 10), a menudo
vo, que tiene sentido futuro (BlaB-Debrunner 2. La situación que se da por supuesta en la con marcados matices políticos (1 Sam 13, 19) o
hallan así en consonancia con el contexto es-
§ 318, 363); aparece una vez con futuro de in- parábola de los viñadores malvados refleja se- con características religiosas o sociales (Is 8, 22;
catológico. guramente las circunstancias económicas y
dicativo (Lc 14, 24). En los demás casos, el cf. Mt 4, 15s). Puede significar la Tierra como
yE'Ú0!1aL, en sentido absoluto, con el signi- jurídicas de aquel entonces (alquiler de parce-
verbo va en aoristo de indicativo, con el obje- creación de Dios (Gén 1, 1), como propiedad su-
ficado de comer, lo emplea Pedro en Hech 10, las por latifundistas extranjeros a campesinos ya (Sal 24, 1), sobre la que él mira desde lo alto
to de la acción verbal en genitivo o en acusa- 10, y Pablo en Hech 20, 11. Se usa en Hech que cultivaban tierras en arriendo; cf. Biller- (Gén 6, 12) o que él recorre a grandes pasos (Hab
tivo; 4 veces aparece yf'ÚO!1aL sin objeto; una 23, 14 para referirse a los hombres que habían 3, 12) Y a la que también juzga (Sal 82, 8). De
vez aparece acompañado por una oración beck 1,869-875). En la forma en que aparece
hecho voto de abstenerse de tomar alimento la parábola en los evangelios, los viñadores manera especial, Dios se la presenta en perspecti-
comp1etiva introducida por o'u(1 Pe 2, 3). hasta que hubieran matado a Pablo. En Col 2, (los arrendatarios) son los miembros del pue-
va a Israel como la tierra de la promesa (Gén 15,
21 se emplea para referirse al mandato que 18). En el Deuteronomio, la tierra se asocia estre-
2. El verbo significa gustar, saborear, co- blo judío. El problema es saber si se hace re- chamente con la proclamación de los manda-
imponían los falsos maestros de practicar el ferencia con ello a los dirigentes del pueblo
mer. Además de emplearse en sentido literal, mientos (Dt 12, 1; 17, 14; 19, 8s). Los profetas
ascetismo. (cf. Mc 12, 12; Lc 20, 19) o a todo Israel (cf. idealizan esta imagen contemplando su consuma-
se usa también en sentido figurado.
H.-J. van der Minde Mt 21, 43). Esta última interpretación enla- ción escatológica (Jer 30, 3; Ez 36, 28; cf. Is 65,
3. yf'ÚO!1aL se emplea para decir que el ma- zaría mejor con lo que se dice en Is 5, 1-7 (cf. 17). No debe olvidarse tampoco la visión sapien-
estresala probó el agua convertida en vino (Jn yeffiQyÉffi georgeo cultivar, labrar (la ti e- la intencionada alusión a Is 5, ls LXX en cial y profética de la tierra (Prov 2, 21s), que
Mc 12, 1 par.), con lo cual los viñadores (los constituye el trasfondo de importantes enuncia-
2, 9). Lc 11, 24 asocia este verbo con la pa- rra)* dos que se formulan en el NT (cf. Mt 5, 5).
labra comida en la expresión: probar una co- En Heb 6, 7, en voz pasiva, dícese de la tie- arrendatarios), no la viña en sí misma, serían
mida. rra Cit' oi)~ xaL YfffiQYEL'taL, «para el bien de la imagen que representara a Israel.
2. En Marcos el significado primordial es
En sentido figurado, Heb 6, 4.5 habla de sa- aquellos por quienes es cultivada». el de terreno o suelo que recibe la semilla,
3. En Jn 15, 1, en las palabras que hablan de
borear los dones celestiales, la palabra de la vid se dice que Dios es el viñador. La exis- que la hace germinar y que produce el fruto
Dios y los poderes del mundo futuro, y se re- tencia de Jesús, como la vid verdadera que es, (4, 5.8.26.28).
fiere así a la experiencia de los dones de los
yeroQytOV, 0", 'tó georg ion tierra de la-
branza, campo* procede únicamente de Dios. Y tan sólo Jesús, Mateo adopta más bien una visión geográ-
que se hace partícipes a los fieles en el culto como el Revelador que es, hace que los suyos fica de la tierra, con marcado carácter polí-
divino, como son el perdón y el evangelio. En En 1 Cor 3, 9 se emplea {tfOi:í yfWQYWV,
«campo de labranza de Dios», juntamente tengan acceso a Dios. - En 2 Tim 2, 6 la ima- tico y social (2, 6; 2, 20s; 4, 15). La perspec-
una cita del AT (Sal 34, 8), en 1 Pe 2, 3, el im- gen del campesino aparece junto a las del sol- tiva escatológica (5, 5; cf. Gén 12, 1) y
perativo se trasforma en indicativo: «(si es con {tfOi:í otxoCio!1'lÍ, para referirse a la co-
munidad de Corinto. Quizás se piensa tam- dado y del atleta (cf. 1 Cor 9,7.25) en un con- universalista aparece principalmente en la
que) habéis saboreado (ya)>>; con estas pala- texto parenético. Sant 5, 7, con la imagen del agrupación que se hace de los términos «el
bras se hace referencia, lo mismo que en Heb bién en una viña. El acento recae sobre la ac-
labrador que aguarda que la tierra dé su fruto, cielo y la tierra», que en Mateo, por inspira-
6, 4s, a la experiencia personal que se ha teni- ción de Dios, como indica la triple referencia
anima a los creyentes a perseverar y aguardar ción de imágenes del AT (Gén 1, 1; 2, 1),
do desde la regeneración o nuevo nacimiento a {tfOi:í en el v. 9.
con paciencia, en vista de la demora de la pa- pueden aparecer como elementos ordenados
(cf. 1 Pe 1, 3.23; 2, 2). rusía. el uno al otro, y que a menudo se hallan en
En varios pasajes el verbo yf'ÚO!1aL aparece yeffiQYó~, OV, Ó georg os agricultor* W. Hackenberg tensión, pero que por la mano creadora y pa-
asociado estrechamente con el genitivo {ta- ternal de Dios forman, a pesar de todo, una
1. Aparición del término en el NT y contenido se-
vá'to'U: en la sentencia escatológica de Mc 9, mántico - 2. Mc 12, 1-12 par. - 3. En el resto del NT. yij, yij~, Í) ge tierra, terreno, país, el mun- unidad y constituyen el cosmos creado (Mt 6,
1 (par. Mt 16,28/ Lc 9, 27), en la que a algu- do habitado 10), lo cual no deja de tener consecuencias
Bibl.: E. Haenchen, Der Weg Jesu, Berlin '1968,
nos oyentes (quizás en la redacción original: a 396-404; Jeremias, Parábolas, 86-95; W. Trilling, Das Bibl.: Bauer, W6rterbuch, 312s; H. H. Schmid, 'ere~ para la Iglesia y para sus decisiones (Mt 16,
todos) se les promete que han de experimen- wahre Israel (StANT 10), München '1964, 55-65. tierra, país, en DTMAT 1, 343-353; H. Sasse, yfí, en 19; 18, 18; 28, 18).
743 yfj - yLvof-l-aL 744 746
745 yLvo!!aL - yLVWGXW

Lucas considera la tierra como el lugar de «el cual se declara anticuado y va desapare- Pablo utiliza así el estilo peculiar de la filoso- marco de su teología, que se ha producido un
la proclamación y de la confrontación (12, ciendo cada vez más» (cf. BlaB-Debrunner § fía popular cínico-estoica (cf. BlaB-Debrun- cambio del estado de perdición (tinieblas, es-
49.51; 18, 8), Y también como el sitio donde 331, nota 1). ner § 3, nota 5 y § 384). clavitud) al estado de salvación (cf. Jn 4, 14;
se han de producir las pruebas al fin de los 5, 6.9; 8, 33; 9, 27.39; 12, 36; 16, 20). El em-
tiempos. b) Los evangelios sinópticos y Hechos em- pleo de yLVO¡..tat en el prólogo de Juan (Jn 1,
Juan establece un vivo contraste entre el
ytVOJtUt ginomai llegar a ser, originarse plean frecuentemente yLVO¡..tat en la expresión 1-18) tiene sentido teológico, describiéndose
hombre espiritual, que viene de arriba, y el L Aparición del término en el NT y contenido se- xai, eyÉvE"tO (y sucedió que) para indicar que en los vv. 3 Y 10 la mediación del Logos en el
hombre que procede de la tierra y es terrenal mántico - 2. a) En los escritos paulinos - b) En los continúa el relato. Con ello se recoge una ex-
evangelios sinópticos y en el Apocalipsis - c) En los acto de la creación. Finalmente, yLVO¡..tat ad-
(3, 31). En consonancia con esto se halla tam- escritos joánicos - d) En el resto del NT.
presión de la LXX, que traduce el hebreo wa- quiere un sentido especial en Jn 8, 58, donde
bién, como componente cristológico, la si- yehf con su waw consecutivo. La forma típica
Bibl.: Beyer, Syntax, 29-62; F. Büchsel, yLVO[1at se contraponen intencionadamente los verbos
guiente idea: para el Hijo del hombre, la tierra con xaL al principio y, a continuación, con
'InA., en ThWNT 1, 680-688; E. Delebecque, Etudes yLvo¡..tm y Elvat: 1tQLv 'ApQaa¡..t YEvÉa{}m
es el punto de partida de su exaltación y glo- una oración introducida por xaL se encuentra,
greeques sur /'Evangile de Lue, Paris 1976, 123-165 eyw d¡..tL El ser del Revelador es preexistente
rificación (12, 32; 17,4). (sobre xUL eyÉvE'W). por ejemplo, en Lc 5, 17: xai, eyÉvE"tO fv ¡..tL(i
y no puede definirse por medio de categorías
Pablo conoce también la contraposición en- "toov ~¡..tEQooV xaL av"to~ ~v cLcáaxwv (cf.
temporales. Por el contrario, Abrahán es uno
tre «el que es nacido de la tierra y el que es 1. El verbo yLVO¡..tat se emplea por igual en Mt 9, 10; Mc 2, 15; Lc 5, 1.12; 8, 1.22 Y pas-
sim). Puede omitirse a veces el xaL al princi- de los seres que fueron creados o llegaron a la
nacido del Espíritu» (1 Cor 15, 47). Además, todos los escritos del NT (exceptuada la Car- existencia.
él confiesa el señorío del único Señor sobre ta de Judas) y con las 667 veces que aparece pio; también el xaL de la oración subsiguiente
toda la creación (1 Cor 10, 26; cf. 8, 5s), una es uno de los términos más frecuentes. yLVO- se omite a menudo o es sustituido por otra
construcción (por ejemplo, la de infinitivo d) En los demás escritos del NT, observa-
idea en la que profundizan todavía más las ¡..tm, en el NT, se usa únicamente en su forma mos que yLvo¡..tm donde se usa con más fre-
deuteropaulinas (Ef 1, 10; 3, 15), ampliándo- jónico-helenística (yLVO¡..tat en vez de yLyVO- con sujeto en acusativo) que nos permite re-
conocer un mejor uso de la lengua griega cuencia es en Hebreos (30 veces) y en el
la a la consumación del hombre (Col 3, 2.5). ¡..tm; cf. BlaB-Debrunner § 34,4). Apocalipsis (38 veces); es un término relati-
(principalmente en Lucas y en Hechos) (cf.
El Apocalipsis muestra especial interés en yLvo¡..tm significa en sentido propio llegar a vamente raro en las cartas deuteropaulinas.
Büchsel,681).
la nueva creación del «cielo y la tierra» (21, ser / originarse / llegar a la existencia. En el En Heb 5, 5 yLvo¡..tm se refiere al oficio de
Con frecuencia encontramos yLVO¡..tat con
1), pero a la que han de preceder grandes NT encontramos en lo esencial los siguientes Cristo de sumo sacerdote; en 9, 15 se refiere a
el significado de surgir (aparecer), por ejem-
pruebas, trastornos y desórdenes (3, 10; 6, significados: a) suceder, acontecer; b) llegar la muerte de Cristo ({}avá"tOu YEVO¡..tÉvou).
plo, cuando se producen sucesos o fenómenos
4.13.15; 11, 18; 13, 14), hasta que la tierra es- a ser, originarse; c) llegar (a algo); d) ser En el Apocalipsis yLVO¡..tat se usa frecuente-
naturales (por ejemplo, Mt 8, 24.28; 27, 45;
té madura para la gran cosecha (14, 16) Y pa- hecho, ser creado. Además, yLvo¡..tm puede Mc 4, 37; 15, 33 Y passim). yLVO¡..tat puede mente en el sentido de surgir o producirse (y
ra la transición a la gloria de la Jerusalén ce- sustituir a las formas del verbo dvm. Por lo sustituir a las correspondientes formas de dícese de los fenómenos naturales y de otras
lestial (21, 24). general, yLVO¡..tat (con poquísimas excepcio- dvat (Mc 4, 10; 16, 10; Lc 2, 42; Hech 19, cosas por el estilo; cf. 6,12; 8, 1.5; 11, 13.19;
A. Kretzer nes) se emplea sin interés teológico. 21). - En general, no se observa especial inte- 12, 7; 16, 18 Ypassim).
rés teológico en el empleo de yLVO¡..tat en los W. Hackenberg
2. a) En las cartas paulinas auténticas,
YiíQU~, ro~ (OlJ~), tó geras vejez, edad yLVO¡..tat aparece un total de 118 veces. Predo-
evangelios sinópticos y en Hechos.
avanzada*
minan los significados de acontecer (Rom 11, c) En los escritos joánicos yLVO¡..tat aparece ytvroaxro giniJskiJ saber, conocer*
En Lc 1, 36 dícese de Isabel que concibió
25; 1 Cor 9, 15; 1 Tes 1, 5a.7 y passim) y lle- un total de 54 veces (hay tan sólo 3 ejemplos yVooat~, EW~, ~ gn8sis saber, conocimiento*
un hijo ev yr'¡QEL all1;fí~, «en su vejez». gar a ser (Rom 2, 34; 4, 18; 1 Cor 3, 18; 9, en las cartas joánicas: 1 Jn 2, 18; 2 Jn 12; 3 Jn yvwo"tó~, 3 gn8stos conocido, conocible*
20; 2 Cor 1, 8; 5, 21 Y passim). Es relativa- 8). En general, yLVO¡..tat se emplea en Juan L Aparición de los términos en el NT - 2. Uso pro-
Yl]Qáaxro geraskiJ envejecer, debilitarse mente raro el significado de ser creado / na- con el mismo sentido que en los Sinópticos; fano - a) Se experimenta - b) Se observa - c) Se averi-
por la edad, ir muriendo* cer (Rom 1,3; Gá14, 4). Con frecuencia, Pa- por ejemplo, para indicar que se producen fe- gua - d) Se sabe - e) De personas: conocer, ser cono-
Jn 21, 18 en las palabras del Resucitado a blo utiliza también yLVO¡..tat con el mismo nómenos naturales y para expresar las horas cido, llegar a ser conocido - f) Otros usos - 3. U so
religioso - a) En el AT - b) En los escritos apocalípti-
Simón Pedro: o"tav bE, yl]Qáan~!. «cuando sentido que dvat (Rom 7, 13; 1 Cor 4, 13; 7, del día (Jn 6,16.17; 7, 43; 10, 19.22; 12,29;
cos - c) En la sinagoga - d) {}Eio<; aV1ÍQ - e) En la mís-
seas viejo», en contraste con O"tE iJ~ VEro"tE- 23; 9, 20s; Gá14, 12 Ypassim). Es caracterís- 13,2 Ypassim) o en sustitución de las corres- tica - f) En la gnosis - g) El secreto mesiánico - h) El
QO~ (según R. Bultmann, Das Evangelium tico de Pablo el uso de la expresión j..t~ yÉ- pondientes formas de dvat (Jn 1, 6.15; 2, 1; conocimiento del pecado - i) en Juan.
des Johannes lO [KEK], sub loco, se trata se- VOL"tO (¡de ningún modo!, ¡nunca tal suceda!) 3, 25; 7, 43; 10, 22 Y passim). La expresión
Bibl.: L. Bieler, 8ELO<; aV1ÍQ lIH, (Wien 1935.1936)
guramente de una expresión a modo de re- como respuesta a preguntas retóricas, que xaL eyÉvE"to no aparece en Juan. Darmstadt 21967; M. E. Boismard, La eonnaissanee
frán, que comenzaba también originalmente aparece únicamente en Romanos, primera En algunos pasajes el autor de Juan emplea dans l' allianee nouvelle d' ap'¡!s la premiere lettre de
por o"tav). En Heb 8, 13, dícese del antiguo Corintios y Gálatas (por lo demás, en el NT Saint lean: RB 56 (1949) 365-391; R. Bultmann, YL-
yLVO¡..tat con el sentido de llegar a ser / con- vÓJoxOJ X'tI.., en ThWNT 1, 688-719; M. Dibelius, bd-
pacto: "to CE 1taAato'Ú¡..tEVOV xai, YTÍQaaxov, esta expresión aparece tan sólo en Lc 20, 16). seguir, para describir de esta manera, en el yVOJOL<; at.:rlELu<;, en Neutestamentliehe Sudien, Georg
747 yLVCÓ<JXOJ 748 749 yLVW<JXW 750

Heinriei zu seinem 70. Geburstag, Leipzig 1914, 176- uso profano y el uso religioso de este grupo Cor 4, 19; 2 Cor 2, 9 (Pablo escribe «para semítica?) por el helenismo pagano (es fre-
189; D. W. Burdick, 0[00 and HvwaxOJ in the Pauli- de palabras son fluidos. Y, por tanto, en los averiguar si ... »); Flp 2, 19; 1 Tes 3, 5 (Pablo cuente en Plutarco). En 1 Pe 3, 7 xa"tu yv&-
ne Epistles, en Longenecker-Tenney (eds.), New Di-
mensions in the NT Study, Grand Rapids 1974, casos concretos es difícil decidir convincen- envía a Timoteo para enterarse). Se llega a <JLV significa con comprensión, delicadamente.
344-366; J. Dupont, La eonnaissanee religieuse dans temente de qué uso se trata. conocer, a saber, por medio de la observa- Otro significado de ywwaxw, corriente en
les épitres de Saint Paul, Louvain 1949; H. J. Ebeling, ción: Mt 7, 16.20 par. Lc 6,44; Mt 12, 33; los escritos profanos, es el de ser entendido
Das Messiasgeheimnis und die Botsehaft des Mareus- 2. a) Se experimenta o se tiene noticia de examinándose a sí mismo: 2 Cor 13, 5s. Sant en algo, estar capacitado para algo. Pero se
Evangelisten, Berlin 1939; H. M. Féret, Connaissanee algo por una información que se recibe; se sa-
biblique de Dieu, Paris 1955; E. Güttgemanns, Der 2, 20 (<<¿quieres llegar a saber?»; quizás = encuentra raras veces en el NT. Mt 16,3 (Lu-
leidende Apostel und sein Herr (FRLANT 90), Gottin- be: Mt 6, 3; 12, 15; 26, 10; Mc 6, 33; 15, 10 «¿tengo primero que demostrarte?», sigue cas tiene Ot6U"tf): Saben interpretar el aspec-
gen 1966; R. A. Horsley, Gnosis in Corinth: / Cor 8. (<<él sabía» = «él se había dado cuenta»; o: luego una prueba de Escritura); de manera pa- to del cielo. Hech 21,37: Pablo es buen cono-
/-6: NTS 27 (1980-1981) 32-51; F. MuBner, Der Ga- «él había observado» -+ 2.b); Lc 1,4; 7, 37; recida en Lc 1, 18: «¿en qué conoceré?» (lo cedor de la lengua griega.
laterbrief (HThK), Freiburg i. Br. 1974; E. Norden, 24, 18; Hech 1, 19; 4, 16 (<<signo manifies-
Agnostos Theos, (Leipzig 1913) Darmstadt 41956; R.
mismo que en Gén 15, 8) como (inadecuada)
Reitzenstein, Die hellenistisehen Mysterienreligionen,
to»); 9, 24.30.42; 15, 18 (cf. Am 9, 12); 17, exigencia de una señal. 3. a) Dios «conoce (penetra con su mirada
(Stuttgart '1927) Darmstadt 1966; O. Roller, Das For- 13; 19, 17; 22, 29; 28, 1.22; Jn 4,1; (11, 57; en) los corazones de los hombres» (Lc 16, 15)
mular der fin Briefe, Stuttgart 1933; H. Schlier, Glau- -+ 2.c); 12,9; 19,4 (para que veáis), Flp 4, 5 d) Se sabe, uno está enterado, a saber, por Y «sabe (intuye) cuáles son sus intenciones»
ben, Erkennen, Lieben naeh dem Johannesevan- (<<a todos debe ser manifiesto»; cf. Mt 10, 26 la experiencia: Mt 25, 24; Mc 13, 28 par. Mt
gelium, en Schlier n, 279-293; Id., Die Erkenntnis (l Cor 3, 20; cita del Sal 94, 11 LXX). El cre-
par. Lc 12,2; -+ 3.b); Rom 6, 6 (<<esto debéis 24,32 par. Lc 21, 30 (Mt 24, 43 par. Lc 12,39
Gottes na eh den Briefen des Apostels Paulus, en yente debe consolarse pensando que Dios «lo
Schlier n, 319-339; W. Schmithals, Die Gnosis in saber» = tener en cuenta); Ef 5,5. La noticia -+ 2.a); Jn 7, 27; 15, 18 (pensad que); Hech
sabe todo» (l Jn 3, 20; cf. Jn 21,17).
Korinth (FRLANT 66), GOttingen '1969; Id., Der Rom viene por carta: 2 Cor 2, 4 (para que lleguéis 19,35 (¿quién ignora?); 20, 34; cf. 25, 10; 27,
Dios «conoce a los suyos» (se preocupa de
als historisehes Problem (StNT 9), Gütersloh 1975; R. a saber); Flp 1, 12 (<<quiero que os enteréis» 39; Flp 2, 22 (<<estáis enterados de lo digno
Schnackenburg, El evangelio según san Juan 1, Barce- ellos; no los olvida): 2 Tim 2, 19 (cita de Núm
= «deseo comunicaros»; cf. Roller, 67s y -+ que es de confianza»); 2 Tim 1, 18 (<< ... sabes
lona 1980; G Strecker, 1-3 Joh (KEK), Gottingen 1989, 16, 5); cf. Jn 10, 14.27. Los suyos conocen a
ayvoÉw 1); 2 Tim 3, 1; Heb 13,23 (imperati- perfectamente»); Sant 1,3; Heb 10,34 (saber
319-325; H. Windisch, Paulus und Christus (UNT Dios (= le reconocen; tienen temor de Dios) o
24), Leipzig 1934; W. Wrede, Das Messiasgeheimnis vo: «sabed»; posiblemente también indicati- por la experiencia de la fe).
conocen a Cristo y su salvación (Lc 1, 77; 1
in den Evangelien, Gottingen (1901) '1963. Para más vo: «como sabéis»); Sant 5, 20; 2 Pe 1, 20; 3,
bibliografía, cf. ThWNT X, 1024s. e) De personas: conocer a alguien; alguien Cor 1, 5; 2 Cor 6, 6; 8, 7, 9; 10, 5; Flp 3, 8;
3. Pablo envía un mensajero: Col 4, 8; Ef 6, Col 2, 3; Heb 8, 11 [cita de Jer 38, 34 LXX];
(no) es conocido: Sobre Mt 7, 23 (cf. Lc 13,
22 (<<para que os enteréis»). La noticia llega 27) -+ 3.b; Lc 2, 44 (familiares y conocidos); 2 Pe 3, 18) y saben cuál es su voluntad (Lc
1. yLVÓHJXW (con un total de 222 ejem- por una interpelación (<<debéis enteraros»; to-
plos) es el término que más veces aparece en- 23,49; Jn 18, 15s; Hech 19, 15; 2 Cor 3,2; 5, 12, 47s; Hech 22, 14: «llegar a conocer su
mad nota; permitid que se os diga): Mt 24, 43 16 (no: conocer carnalmente, sino: conocer o voluntad»; Rom 2, 18; 15, 14; 1 Cor 14, 37).
tre todos los del grupo: 57 veces en Juan, 25 par. Lc 12, 39; Hech 2, 14.36; 4, 10; 13, 38;
en la Carta primera de Juan, 28 en Lucas, 16 no conocer ya al Cristo 'de carne' (el versícu- También Jerusalén debiera saber o conocer lo
28, 28; Lc 10, 11, -+ 3.b. lo es probablemente una glosa no paulina, cf.
en Hechos, 20 en Mateo, 12 en Marcos y un que contribuye a su paz (Lc 19,42.44).
total de 43 veces en el Corpus paulinum (in- Schmithals, Gnosis, 286ss; Güttgemanns, 282s; Por el contrario, los impíos no conocen a
b) Se observa, se echa de ver, una inten-
-+ 3.f). Se conoce o se reconoce a alguien (ca- Dios (= no lo buscan; no lo reconocen): Rom
cluidas las 16 veces que aparece en la Carta ción oculta: Mc 12, 12 par. Mt 21, 45 par. Lc
primera a los Corintios). yv&m~ aparece 29 si siempre -+ emyww<Jxw): Mc 6, 54 par. Mt 3, 17 (cita de Is 59, 8 LXX); Heb 3, 10 (cita
20, 19; Mt 22, 18; Jn 16, 19; (cf. Mc 15, 10,
14,35; Mt 17, 12; Lc 24,16.31.35; Jn 13,35; del Sal 94, 10 LXX).
veces, de las cuales 27 veces se encuentran -+ 2.a). Uno se da cuenta por medio de la ob-
Hech 3, 10; 4, 13; 12, 14. Se halla también en consonancia con la ma-
en las cartas, especialmente en la Carta pri- servación: Lc 1,22; 2, 43; 9, 11 (<<la multitud
mera a los Corintios (10 veces) y en la Carta lo observó); Hech 19, 34; 21, 24; 23, 6. Se f) Entre otros usos diversos se cuentan los nera de pensar del AT la idea de que Dios da
segunda a los Corintios (6 veces). Los com- saca una conclusión y de esta manera llega a siguientes: Mc 5, 29 (<<ella sintió en su cuerpo a conocer algo, hace saber algo (por medio
puestos -+ emyLVÓ)()"XW y -+ btLyvwm~ se conocerse algo: Jn 4, 53; 8, 27 (<<no com- que había sido curada»); Mc 5, 30 par. Lc 8, de sus mensajeros; Mt 10, 26; Hech 2, 36;
emplean prácticamente en el mismo sentido prendieron»). 52; Gál 2, 9 (junto a t6ÓV"tf~ 46 (Jesús siente que ha salido poder de él). Lc Rom 6, 6; Ef 5,5; Ap 2, 23; 3, 9) o difunde el
que las correspondientes formas simples; cf. en 2,7; referido a 2,2 [cf. 1 Cor 15, 10]: «co- 16,4 (Ya sé = Se me ocurre). conocimiento de El (= el temor de Dios, la fe;
la v.l. sobre Mc 6, 33; Mt 11,27; 2 Pe 2, 21; nocieron»; difícilmente: reconocieron, cf. 1 Cor 14, 7.9 (No es posible comprender un 2 Cor 2, 14; 4, 6); también la idea de que los
los paralelos sinópticos Mt 7, 16/ Lc 6, 44; MuBner, 118); 3, 7 (<<veis, es decir, veis por la sonido inarticulado); Rom 10, 19 (Israel oyó colaboradores de Dios son conocidos (respe-
Mt 11, 27 / Lc 10, 22; la alternancia en 1 Cor Escritura» ). y entendió el contenido del mensaje). tados) como tales (1 Cor 16, 18; 2 Cor 6,9) o
13, 12; 2 Cor 13, 5s. Por este motivo, citare- En Mt 1, 25; Lc 1, 34, la expresión se re- de que se reconoce su integridad (2 Cor 1,
mos en adelante los compuestos juntamente c) Se trata de averiguar, de llegar a saber, fiere a las relaciones sexuales y se emplea 13s).
con las formas simples, sin hacer distinción investigando, preguntando, indagando: Mc 6, tanto para referirse al hombre como a la mu-
explícita. yvw<J"tó~ es un término favorito de 38; 15,45; Lc 19, 15; 23, 7; Hech 17, 19a; 21. jer. Esta manera de hablar es corriente en el b) Hay varias expresiones que son caracte-
Lucas (apalece 2 veces en el evangelio de 34; 22, 30 (--> emyLvwOXW); Jn 7,51 (hacer AT (por ejemplo, Gén 4,1.17.25; 19,8), pe- rísticas de la apocalíptica o de su manera de
Lucas y 10 en Hechos). Los límites entre el averiguaciones); 11, 57 (sobre 5, 6 -+ 3.d); 1 ro tampoco es desconocida (¿por influencia hablar.
751 YLVÓ)G%W 752 753 yLVWO%W 754

En Mt 10, 26 par. Lc 12,2 se encuentra un criatura no conoce los pensamientos de Dios d) En los evangelios se presenta a menudo más alto don del Espíritu, por encima de la
logion procedente de Q, que recoge una máxi- (Rom 11, 34 [cita de Is 40, 13]; cf. 1 Cor 2, a Jesús en forma que guarda analogía con el yVWOL¡;:; de los adversarios gnósticos de Corin-
ma de sabiduría profana y que probablemen- 8). Claro que lo que puede saberse acerca de ttdo¡;:; avrÍ(? helenístico, quien se da cuenta to, cuya práctica de comer carne sacrificada a
te decía, en la primitiva tradición de senten- Dios (Rom 1, 19; cf. Eclo 21, 7), a saber, la de lo que los hombres hablan (Mc 8, 17 par. los ídolos él aprueba fundamentalmente (el
cias, que las verdades apocalípticas ocultas divinidad de Dios y su voluntad, es conocido Mt 16, 8), piensan (Mc 2, 8 par. Lc 5, 22), de conocimiento de que los ídolos son nada es un
se revelarían en" el momento predeterminado ya para el mundo (Rom 1, 21.32); porque las intenciones que tienen (Jn 6, 15; quizás Mt conocimiento correcto; cf. Schmithals, Gno-
(cf. 1 Cor 2, 6ss; 4 Esd 46s). Mateo refiere la Dios no ha querido quedar sin testimonio 12, 15) y de lo que ellos son (Lc 7, 39; Jn 5, sis, 212ss). Esta misma idea se expresa al pa-
sentencia a la predicación del evangelio, que (Rom 1, 19s). Pero el mundo no conoce a 6), que conoce y penetra en el interior de los recer en Ef 3, 19, en el marco de un modelo
debe darse a conocer públicamente (-+ 3.a); Dios (1 Cor 1, 21; cf. 1 Tes 4, 5; 2 Tes 1,8; 1 hombres (Jn 1, 48; 2, 24s; 5, 42; cf. Mc 11, gnóstico (H. Schlier, La Carta a los efesios,
Lucas (en 12, 2) la aplica a la hipocresía (de Cor 15, 34; Ef 2, 12), es decir, no le tributa el 2s; 14, 13ss); cf. Windisch y Bieler. Salamanca 1991, sub loco). En 1 Cor 14, 37
los fariseos) que quedará desconocida (cf. debido reconocimiento (Rom 1,28); aun a los Pablo se enfrenta con los espirituales (<<pneu-
infra). En Lc 8, 17 (según el duplicado que judíos les falta la recta comprensión (Rom 10, e) La peculiar manera recíproca de hablar: máticos») de Corinto y con su pretensión de
hay en Mc 4, 22), la sentencia se refiere a la 2; el argumento que la sinagoga empleaba «conocer a Dios - ser conocido por Dios» (1 que ellos son los que conocen la voluntad de
interpretación de lo que se dice en parábolas contra los gentiles, Pablo lo retuerce contra Cor 8, 3; 13, 12; Gál 4, 9) se remonta muy Dios. En 2 Cor 11, 6 Pablo reclama la pose-
(-+ 3.g). ella misma). El conocimiento de Dios por la probablemente al lenguaje místico y mistérico sión de la verdadera gnosis, también frente a
Los arcontes del presente eón no entendie- creación (Rom 1, 19ss) no se basa en una con- (Dibelius, 183s; de manera distinta piensa esos adversarios. En 1 Cor 2, 11.14.16, Pablo
ron el misterio del plan salvífico de Dios, que clusión lógica (por la relación entre causa y Bultmann, 710, nota 78; 693s), pero -como es mismo sigue muy de cerca el esquema de
estaba oculto (1 Cor 2,8; cf. Rom 11, 33s), y efecto), sino que es reconocimiento obediente lógico- queda muy lejos de Pablo la idea de la pensamiento gnóstico. Tan sólo el espiritual
mediante la crucifixión de Jesús llevaron a del Creador o (de hecho) una desobediencia deificación. «Ser conocido por Dios» significa (<<pneumático») conoce lo divino.
cabo su propio derrocamiento. (Schlier,319ss). en Pablo: ser elegido por Dios, ser amado, No es fácil determinar con precisión lo que
El momento exacto del cambio de eones no El que llega a conocer a Dios (Gál 4, 9; = aceptado por él (cf. Rom 8, 29; 11, 2; Flp 3, para Pablo o para la comunidad es una «pala-
es conocido (Mt 24, 50 par. Lc 12, 46; Hech le sirve, cf. 1 Tes 1, 9), se aparta de los ído- 12; 2 Tim 2, 19; Am 3, 2); «conocerle» signi- bra de conocimiento» junto a una «palabra de
1, 7; Ap 3, 3). Pero habrá que estar al tanto los y llega al conocimiento de la gloria de fica: servirle. También lo de «conocerle, a sa- sabiduría» (1 Cor 12, 8; 14, 6). Tal vez se usa
para saber cuándo se acerca (Lc 10, 11: Sabed Dios en el rostro de Cristo (2 Cor 4, 6) o al ber... » (Flp 3, 10; el v. 10 conecta con el v. 9a, aquí una expresión gnóstica juntamente con
esto) o para discernir las señales que lo anun- conocimiento de la verdad (sobre todo a la por encima del paréntesis del v. 9b), dada la un término tomado de la sinagoga. Si en 2
cian (Mt 13, 28s par. Mt 24, 32s / Lc 21, 30s; -+ bdyvWOL¡;:; según la terminología fija de continuación que tiene en el v. 10, pertenece al Cor 5, 16 hay una glosa de manos de los ad-
Mt 24,39; Lc 21, 20; cf. Mt 24, 43 par. Lc 12, la conversión), un proceso que no termina lenguaje de los misterios (cf. Rom 6, 1ss; Di- versarios gnósticos de Pablo (-+ 2.e), enton-
39; Mt 16, 3). Por la aparición del Anticristo nunca (Ef 1, 17: llega a conocerle a él, la belius, 185s) y designa la fe cristiana como re- ces lo de conocer se emplearía aquí en el sen-
se conocerá que ha llegado la última hora. misma idea que se expresa también proba- alización existencial permanente. tido técnico que tiene en la gnosis.
En el Juicio final, en el cual lo que está blemente en 2 Pe 1, 5s); -+ bdyvWOL¡;:; ad- Al mismo campo lingüístico, de importan- El hecho de que las Pastorales y el Corpus
oculto se ha de hacer manifiesto (Lc 12, 2), quiere así el sentido de «creer» (Tit 1, 1). cia considerable en la historia de las religio- Joánico eviten consecuentemente el concepto
Dios no conocerá a los malvados = los repro- Esta manera de hablar se halla también pre- nes, pertenece también (según parece) el he- de yVWOL¡;:;, señala la tendencia antignóstica
bará (Mt 7,23). sente, según parece, en Lc 11,52 (cf. Mt 23, cho de que, en el marco de la idea joánica de de estos escritos.
13), donde Lucas modifica el tenor literal de la revelación, la unidad entre el Padre y el Hi-
c) La sinagoga (helenística) se adapta al la fuente Q y habla de la «llave que da acce- jo (Jn 10, 30.38; 17, 21) o entre Dios y el Lo- g) El motivo del «secreto mesiánico», des-
concepto griego del saber (conocer teórica- so al conocimiento». gos (Jn 1, 1s) se describa como un conocerse crito por vez primera por Wrede, fue formula-
mente; comprobar mediante observaciones; Tal conocimiento presupone, como en la si- mutuo: Jn 10, 15; 17,25. También Mt 11,27 do esencialmente por Marcos y recibido de
cf. Bultmann, 688ss), sin abandonar por eso nagoga, la comprensión de la sagrada Escritura par. Lc 10, 22 pertenece a este contexto; el 10- manera original por Juan. Según esta idea, las
el elemento veterotestamentario del reconoci- (Mt 12,7; Hech 8, 30; cf. 2 Tim 3, 15). La pie- gion debe atribuirse a la redacción post-mar- parábolas son discursos enigmáticos, inter-
miento. Sobre todo en Pablo y en su escuela, dad sinagogal de la Torá aparece cuando los ju- quina efectuada sobre la fuente Q. pretados a los discípulos para que ellos en-
se trasparentan en algunos pasajes el pensa- díos piadosos se glorían de conocer la voluntad tiendan (Mc 4, 13; Mt 13, 11 par. Lc 8, 10; Lc
miento y la manera de hablar de la sinagoga, de Dios (Rom 2, 18s) y de poseer gracias a la f) En 1 Tim 6, 20 se hace una advertencia 8,17; cf. Jn 10,6; 13,7.12). Nadie debe ente-
y por cierto en forma más o menos cristologi- Torá la suma del conocimiento (Rom 2, 20; expresa contra la herejía gnóstica, contra la rarse de las obras de Jesús (Mc 5, 43; Mt 9,
zada (Dibelius, 180ss). Rom 7, 1 refiriéndose a los antiguos temerosos «falsamente llamada gnosis». A falsos maes~ 30) y de su presencia (Mc 7, 24; 9, 30). Inclu-
El AT Y los escritos apocalípticos están de de Dios, cf. Schmithals, Romerbriej, 87s), pero tros gnósticos alude también Ap 2, 24 (ellos so los discípulos no entienden a menudo a Je-
acuerdo en que el conocimiento de Dios (= de cuando esos mismos judíos piadosos niegan al conocen) y quizás 3, 9 (sabrán). sús (Mc 9, 32 par. Lc 9, 45; Lc 18,34; cf. Mc
la sabiduría divina, de la voluntad divina) es mismo tiempo que «el pueblo» tenga conoci- Pablo (cf. Reitzenstein, 299s), en 1 Cor 8, 4, 13; Jn 12, 16; 13, 7.28; cf. Wrede, 179ss
inasequible para el hombre (Rom 11, 33). La miento de la ley (Jn 7, 49). 1-3.7-lOs; 13, 2s.8s.12, pone al amor, como el sobre el motivo de la falta de comprensión).
755 yLvwaxO) - 'YA1JX'Ú~ 756 757 yA1JXÚ~ - yAwaaa 758

h) Son difíciles los enunciados paulinos existente en la comunidad es un medio que de la fuente de agua salada, que no puede su- ne que yAwaaa se usa en el sentido de lengua
acerca del conocimiento del pecado. Rom 3, conduce al mismo fin (17, 23). Y, así, laprác- ministrar agua dulce; en Ap 10, 9.10, en la o idioma, y en el NT aparece únicamente en 1
20 está formulado en el sentido judío: la ley tica de la fe lleva a que se conozca la verdad expresión yAuxu w~ ¡,tÉAt / w~ ¡,tÉAt yAuxú, Cor 14, 21 en una cita de Is 28, 11 (---> 5, ~ 6).
enseña a entender el pecado como trasgresión de la enseñanza cristiana (7, 17). dícese del libro pequeño que, en boca del Vi- El empleo neotestamentario del término en --->
= deja convicto al pecador. Es probable que Los suyos le han conocido (Jn 6,69; 14, 7b; dente, era «dulce como la miel» (cf. Ez 3, 3). 3 Y ---> 5 se halla estrechamente relacionado
Pablo quiera decir aquí lo que dice en Rom 7, 1 Jn 4, 16) Y le (re)conocen o saben que ... (Jn con el empleo de este mismo término en el
7 (H. Schlier, Romerbrief [HThK], 101; E. 10, 14; 14, 17; 17, 7s.25; 1 Jn 2, 13s; 5, 20; 2 I'AÓ)aau, 1]~, itglossa lengua (órgano), AT; y en ---> 4 Y ---> 6 el uso del término se de-
Kasemann, An die Romer3 [KNT], 83): sin la Jn 1; cf. también Jn 7,26) o debieran haberle lengua (idioma)* sarrolla a partir de ideas del AT y del judaís-
ley, yo yo no llegaría a conocer en absoluto conocido (Jn 14, 9) tal y como él los conoce b:tQÓ)'A.ffiOOO<';, 2 heteroglOssos el que ha- mo helenístico.
lo que es el pecado; por tanto, la ley, en senti- (Jn 10, 14). Ellos le conocerán mejor o le co- bla una lengua extranjera o extraña*
do objetivo, provoca el pecado (de creerse nocerán incesantemente (8, 28.32; 10, 38; 13, 2. Muy raras veces se considera únicamen-
1. Aparición y uso de los términos en el NT. Con- te a la lengua como órgano corporal sensible,
justos por sí mismos). Ahora bien, el pecador 7.12; 14,20), si permanecen con él. tenidos semánticos - 2. y'Awaaa como parte del cuer-
pierde el control sobre sí mismo; en su afán Las dos primeras Cartas de Juan se atienen po - 3. y'Awaaa como órgano del lenguaje - 4. y'Aw-
sin relacionarla con el lenguaje humano. Ap
de vivir como pecador, ya no sabe lo que ha- a la misma terminología del evangelio de aaa como instrumento o sede del pecado - 5. El 16, 10 (<<y se mordían la lengua de dolor») es
ce; no se entiende ya a sí mismo (Rom 7, 15). Juan, en una forma de hablar que está clara- significado <<lengua, nación» - 6. El empleo de y'Aw- consecuencia de haberse derramado la quinta
aaa en relación con la glosolalia del cristianismo pri- copa (tinieblas en el reino de la bestia), pero
El hecho de que Jesús «no conozca pecado» mente plasmada por la Iglesia. Los cristianos mitivo en 1 Cor 12-14 - 7. y'Awaaa en los textos de
(2 Cor 5,21) no quiere decir propiamente que se hallan ante el problema de sus propios pe- Hechos y de Mc 16, 17 que aluden a la glosolalia del
refleja seguramente la reacción de la gente an-
él en su persona permaneció sin pecado, sino cados y deben cerciorarse de su propia fe. Sa- cristianismo primitivo. te todas las plagas que se han producido hasta
que Jesús no estuvo bajo el ámbito del poder brán que le conocen, si guardan sus manda- entonces (H. Kraft, Offenbarung [HNT], 207)
Bibl.: A. Aalen, Zungenreden, en BHH IlI, 2249s
del pecado (cf. Flp 2, 6s). mientos (1 Jn 2, 3-5), es decir, lo sabrán si (bibliografía); J. Behm, y'Awaaa, en ThWNT 1, 719- Y difícilmente será una experiencia que des-
practican el amor fraterno (obrado por el Es- 726 (bibliografía); Id., É1:EQóywaaoc;, en ThWNT 1, criba «la genuina vivencia de lo divino» (C.
i) En Juan encontramos 56 veces el verbo 726; O. Betz, Zungenreden und süjJer Wein, en FS Schneider: ThWNT IV, 521: la sensación de
píritu) (3, 19.24; 4, 13; 2, 29; obsérvese el si- Bardtke, 20-36; G. Dautzenberg, en RAC, en el voca-
ytvÚJaxO), pero ni una sola vez el sustantivo logismo práctico), y sabrán también que son dolor del visionario se desvanecería con la
blo Glossolalie (bibliografía); N. I. Engelson, Glosso-
yva>at~. Esto puede deberse al hecho de que amados por El (5, 2). El amor fraterno es, por lalia and other Forms of lnspired Speech according to contemplación de la visión. En ApPe 9.11 el
Juan quiera arrancar de las manos a los gnós- tanto, la característica de quien conoce a Dios 1 Cor 12-14: Dissertation Abstracts 112 (1971) 526A; morderse y destrozarse la lengua con los dien-
J. Gewiess, Glossolalie, en LThK IV, 972s (bibliogra- tes es parte de la descripción de los tormentos
ticos el concepto de «gnosis». Por eso, Juan o el amor de Dios (3, 16; 4, 7s; cf. 4, 20s), y fía); R. A. Harrisville, Speaking in Tongues: CBQ 38
emplea el verbo ytvÚJaxúl en un sentido teo- el pecado es la característica de quien (ya) no (1976) 35-48; B. C. Johanson, Tongues, a Signfor Un-
del infierno y es un castigo especial que su-
lógico paralelo al de «creer» o «amar a Dios» le conoce (3, 6). Quien conoce a Dios, sigue a believers?: NTS 25 (1978-1979) 180-203; W. Kei- fren los blasfemos (el pecado de la lengua),
o «ver a Dios», dando así al término emplea- los maestros de recta doctrina y conoce (sabe bach, Zungenreden, en RGG VI, 1951s (bibliografía); los escépticos y los esclavos desobedientes.
J. Kremer, Pfingsbericht und Pfingsgeschehen, Stutt- Entre los castigos de los impíos en el {i6'YJ~ se
do por los gnósticos un sentido veterotesta- discernir) al Espíritu de la verdad (4, 2.6) Y al gart 1973, 118-126, 261-264; E. Mosiman, Das Zun-
mentario y cristiano. ytvÚJaxúl designa ellle- de la falsedad. El mundo, que no le conoce «a genreden geschichtlich und psychologisch untersucht, cuenta la sed (4 Esd 8, 29; Sib 11 307; Hen
gar a la fe en el Revelador, y significa El», no (re)conoce tampoco a la comunidad Tübingen 1911; H. Weinel, Die Wirkungen des Geistes [esl] 10, 2[A]; jI:Iag 2, 77s en Billerbeck 11,
también -principalmente- la certeza de la fe o (3, 1). und der Geister in nachapostolischen Zeitalter bis auf 231s), que hace que se seque la lengua (cf.
lreniius, Freiburg í. Br. 1899,72-101. Para más biblio- Sal 22, 16; Is 41,17; Lam 4,4). Observemos
el hecho de perseverar (<<permanecer») en la W. Schmithals grafía, cf. ThWNT X, 1025s.
fe, y finalmente la comprensión que es propia también lo que se dice en Lc 16,24: «Envía a
de la fe (cf. Bultmann, 712s; Id., Das Evan- 1. yAwaaa se emplea un total de 50 veces Lázaro para que moje la punta de su dedo en
I'AEi3xo~, OU~, 'tÓ gleukos vino dulce, agua y refresque mi lengua, pues estoy en
gelium des Johannes lO [KEK], 333, nota 6; en los escritos del NT y significa: a) en sen-
mosto* agonía en esta llama».
Schlier, Glauben, 284ss). El mundo incrédulo tido propio, la lengua como órgano del cuer-
Hech 2, 13: yAtÚXOU~ ¡,t€¡,tW'túl¡,tÉVOL, «lle-
(en Juan a menudo «los judíos») no conoce a po y principalmente como órgano del lengua-
nos de vino dulce», que se bebe como mosto 3. En 1 Cor 14, 9 yAwaaa no se usa en
Dios o a Cristo, es decir, se cierra ante él, no je (~2-4); b) una determinada lengua y, en
no completamente fermentado; algunas veces sentido técnico (---> 6), sino que -en analogía
le reconoce (Jn 1, 10; 3, 10; 8, 27.43.55; 14, sentido figurado, un pueblo que habla su pro-
significa también «vino nuevo». O. Betz en: pia lengua o idioma (---> 5); c) derivado de con las comparaciones con la flauta, la cítara
17; 16,3; 17,25; 1 Jn 3, 1). Pero encontrará la
FS Bardtke, 20-36. ahí, en un empleo técnico que es propio del y la trompeta (14, 7)- se entiende como el
vida, si conoce y reconoce a Dios o a su En-
viado (8, 28, pero el texto es difícil de enten- cristianismo primitivo, el don de la glosolalia instrumento u órgano del lenguaje, por medio
der, cf. Schnackenburg, El evangelio según I'AUX'Ú~, 3 glykys du1ce* o las lenguas celestiales y terrenales que en del cual el hombre puede articular palabras
san Juan 1, 275s); cf. también 10, 38: para En Sant 3, 11 dícese del agua de manantial, ella se escuchan y la declaraci6n carismática claras (J. WeiB, Der erste Brief an die Korin-
que conozcáis y conozcáis siempre de nuevo; que no puede ser al mismo tiempo dulce y de un glos6lalo (~ 6, ---> 7). h€QóyAú}a(Jo~, ther [KEK], 336). La comparación pretenlCt:
14, 7a.31; 17, 3. En todo caso, la armonía amarga; de manera parecida dícese en 3, 12 el que habb una lengua extranjera, presupo- corroborar él argumento de Pablo en favor de
759 YAiiJooa 760 761 YAiiJooa 762

una profecía inteligible, y no se aplica a la rra» (~ EntyELo¡;:;) no se entiende únicamente (<<Si alguno no tropieza en lo que dice, es un ca que se hace de los peligros de la lengua, re-
glosolalia (en contra de H. Lietzmann, Der a los hombres. En la «liturgia de lamenta- hombre perfecto, capaz también de refrenar sistan a ellos con tanta mayor eficacia.
Erste Brief an die Korinther" [HNT], 71). ción» (O. Michel, Romerbrief [KEK], 98) de todo el cuerpo», 3, 2) indica el tema: el pe-
En el relato de la curación del sordomundo Rom 3, 10-18, la lengua (3, 13) en paralelo ligro central del hombre procede de las pala- 5. yAwooa en el sentido de lengua o idio-
en Mc 7, 32-35, parece que la incapacidad de con la garganta (~ AáQuyl;, Sal 5, 9), los la- bras (cf. Prov 10, 19; 18,21; 25, 8b; Eclo ma (Dt 28, 49; Is 28, 11; Jer 5, 15; Zac 8, 23;
hablar se atribuye a una atadura o encadena- bios (~ XdA'Y], Sal 140,3) y la boca (SallO, 19, 16). para el uso de este término en el mundo helé-
miento diabólico (~ 6EO[1Ó¡;:;) de la lengua (R. 7) sirve para expresar intuitivamente el des- nico, cf. por ejemplo Homero, 11 2, 804) apa-
Pesch, Markus 1 [HThK], 397; ejemplos: La lengua, a pesar de su pequeño tamaño, tiene rece en el NT tan sólo en el contexto de la
precio de los hombres hacia Dios, un despre- poder extraordinario (3, 3-5a); su efecto desola-
DeiBmann, Licht, 258ss; Moulton-Milligan cio que se manifiesta principalmente por me- glosolalia del cristianismo primitivo: 1 Cor
dor no sólo puede compararse con el del fuego,
128): después de la acción efectuada en la dio de la palabra. 13, 1 (~6); Hech 2,11; Mc 16, 17 (~7). De
sino que es fuego pernicioso (3, 5b.6a; cf. Eclo
lengua para curarla (7, 33) y de pronunciada 28, 22s; SalSl 12, 2s; la comparación entre la pa- manera parecida, E'tEQÓYAWOOO¡;:; significa el
la palabra de curación (7, 34), «se desató la 4. «El sorprendente relieve que se da a los sión y el fuego es común en el mundo antiguo; en que habla una lengua extranjera o diversas
atadura de su lengua y comenzó a hablar con pecados de la lengua es una característica de el judaísmo helenístico, cf. Filón, Decal 32), y su lenguas (Filón, Conf, 8): 1 Cor 14, 21 (Is 28,
toda claridad» (v. 35). Por el contrario, en Lc energía demoníaca procede del infierno (-+ 11, ~ 6).
la sabiduría práctica de la vida, según la men-
1, 64 (<<y al instante fue abierta su boca y su yÉEvva) (3, 6d; cf. Eclo 28, 23) e incendia todo el La ampliación del sentido de este término y
te judía» (Behm, 720). 1 Pe 3, 10 recurre a la curso de la vida terrena (-+ 'tQÓXo¡:;, -+ yÉVEOL¡:;) y
lengua, y comenzó a hablar en alabanza de su empleo para designar a diferentes pueblos,
advertencia que hace el AT contra los pecados 10 destruye perdidamente (3, 6c; cf. Eclo 28, 14-
Dios»), al omitirse el predicado acerca de la a los que se considera como «diferentes len-
de la lengua (Sal 34, 14) para ilustrar y funda- 18.23; SalS1 12, 3; Filón, Det 174). La lengua se
lengua, no se menciona ni la atadura de la len- guas» (generalmente en plural o también con
mentar la exhortación a practicar la paz, re- halla entre los miembros como un «mundo de in-
gua ni la acción de desatarla. Pero, dados los justicia» (3, 6b), una expresión difícil de entender ml¡;:; y lengua en singular, Dan 3, 29) los en-
efectos subsiguientes, que constituyen el tópi- nunciar a la venganza y bendecir. En Sant 1,
26 (<<Si alguno cree que es piadoso, aunque en sí misma y muy singular, a pesar de los para- contramos en partes literariamente tardías del
co de los relatos de milagros, se menciona la lelos que existen con el concepto de «mundo de
no refrena su lengua, sino que engaña a su AT juntamente con las denominaciones que
yAwooa, aunque el principal interés del texto injusticia» (Hen [et] 48, 7), Y que tal vez designe
propio corazón, entonces su piedad [su servi- designan propiamente alianzas sociales (en Is
se centra en la capacidad de Zacarías para ha- «la magnitud universal y la perdición escatológi-
cio prestado a Dios] es vana»), el dominio de ca de ese funesto azote» (W. Schrage, Jakobus 66, 18 junto a f{tv'Y]; en Dan 3, 4.7.29; 5, 19;
blar y en sus palabras de alabanza.
En la parénesis orientada a superar la oposi- la lengua aparece como la tarea moral decisi- [NTD], 39). Mientras siga su propia vida desen- 6, 25; 7, 14 e junto a Aaot, cpu Aat [en la
ción entre las palabras y la acción (Mt 7,21; va, aunque en este pasaje no se explica la ra- frenada, la lengua conduce más y más al cuerpo, LXX junto a I!ttv'Y], cpuAat]; Dan 4, 21.37b
zón de ese peligro moral que dimana de la es decir, al hombre entero (-+ oiiJfla) hacia unos LXX junto a l!{tv'Y], XWQat; de manera pareci-
Sant 1, 22-25; 2, 15s), la lengua puede simbo- lazos con el mundo, valorados de manera negati-
lizar esta tensión existente dentro del compor- lengua. da en Idt 3, 8). De esta manera se quiere acen-
va, y mancilla a la persona (3, 6c; cf. 1, 27; Eclo
tamiento humano, como en 1 Jn 3, 18: «No tuar la universalidad de los enunciados.
28, 19-21).
amemos de palabra (AóyO¡;:;) ni de lengua, si- La exhortación se entiende únicamente sobre el Aunque los hombres son capaces de domar a El Apocalipsis se atiene a la manera de ha-
no de hecho (I!QYov) y en verdad» (cf. Eclo trasfondo de la difundida tradición veterotesta- todo el mundo animal, nadie es capaz de domar la blar del libro de Daniel y crea grupos de cua-
mentaría, judía y helenística (el hombre, a causa lengua (3, 7.8a; cf. Eclo 28, 20), porque es «un tro términos (cf. Dan 3, 4 LXX; 4 Esd 3, 7)
29, 1-3). De conformidad con la tendencia de la lengua, se convierte en pecador: Rom 3, 13;
sintetizadora de la antropología del AT (H. W. mal turbulento (Herrn [m] 2, 3 dice: la calumnia con variaciones de inspiración literaria; jamás
1 Pe 3, 10; Sal 38, 1 LXX; Prov 6, 17; Herrn [v] es un demonio turbulento), lleno de veneno mor-
Wolff, Antropología del AT, Salamanca 1975, encontramos a los distintos miembros agrupa-
2, 2.3; hay que guardarse muy bien de precipitar- tal» (3, 8b; cf. Rom 3, 13; Sal 140, 4; 1QH 5,
22), la lengua representa de ordinario al hom- se con la lengua: Prov 15,4; Eclo 4,29; Filón, Det dos en el mismo orden de sucesión (nu¡;:; con
26s). Es absurdo y antinatural que los hombres
bre entero, considerado desde el punto de vis- 23: «la carrera desenfrenada y desvergonzada de -con un mismo instrumento- alaben a Dios y singular: 5, 9; 13,7; 14,6; plural: 7,9; 10, 11;
ta de su facultad de hablar. En Hech 2, 26, en la lengua»; la lengua del hombre es su perdición: maldigan a los hombres, que son imagen y seme- 11,9; 17, 15). Siempre se halla en perspectiva
una cita del Sal 16, 8-11, la lengua (junto a ~ Eclo 5, 13; 20, 18; 25, 8; Filón, Det 174; por eso janza de Dios (3, 9s; cf. 3, lIs; Sal 62, 5; TestBen la humanidad total o el antiguo mundo medi-
hay que esforzarse en educar [nm6da] a la len- 6,5; 1QS 10,21-24: Hen [esl] 52, 1s.6). terráneo, como representante de esos pueblos:
xaQ6ta) aparece como la que se llena de re- gua: Prov 27, 20a LXX; Os 7, 16 LXX; Is 50, 4
cogijo. En Rom 14, 11, en una cita de Is 45, de él proceden los redimidos (5, 9; 7, 9); ese
LXX; hay que vigilar la lengua: Prov 21, 23; Eclo
23b, la lengua representa a todo el hombre 22, 27; hay que ponerle freno: Filón, SpecLeg 1 La observación final: «Esto no debe ser mundo se halla bajo el señorío de los poderes
que ha de comparecer para ser juzgado por 53; Det 23, 44, 174; Mut 240). aSÍ» (3, lOb) muestra que el autor, a pesar de enemigos a Dios (11, 9; 13,7; 17, 15); a él va
Dios. La misma cita se hace en el himno de la visión pesimista adoptada y encarecida aún dirigida la profecía que anuncia el juicio (lO,
Flp 2, 10 para referirse al reconocimiento del La lengua aparece como más amenazadora más por él, no desespera de la tarea ética for- 11; 14, 6). Pero seguramente es significativo
señorío (~ X'ÚQLO¡;:;) de Jesucristo por los po- aún en el discurso de Sant 3, 2-12, que lleva mulada en 3, 2, sino que integra intencionada- que a esos pueblos no se los mencione en abs-
deres cósmicos. yAwooa puede entenderse la impronta de la sabiduría judía y de la dia- mente la tradición pesimista en un contexto tracto ni tampoco se los agrupe, como ocurre
aquí únicamente como un antropomorfismo triba griega (sobre la forma y la tradición, cf. parenético con la esperanza de que los lecto- en Pablo, en pares contradictorios de opuestos
condicionado por la cita, si por «los de la tie- Eclo 28, 13-26). El versículo introductorio res de su escrito, al leer la descripción drásti- (Rom 1, 14: griegos/bárbaros; Rom 1, 16 Y
763 YA,WOOU 764 765 yA,WOOU 766

Gál 3, 28: judíos/griegos), sino que -con un altamente extático (en él no participa el -+ la glosolalia traducida y la profecía (14, 27- El objeto de los cánticos son las obras de la crea-
sentido muy «bíblico»- se los menciona se- vous, sino únicamente el -+ JtVEU~U, 14, 14- 33a.39), en consonancia con la tradición y la in- ción y la gloria de Dios, los grandes temas y mis-
gún sus agrupaciones colectivas y sus diferen- 19; una persona de fuera pensaría: «¡OS ha- tención del culto divino (14, 26.40), Y se esfuerza terios de la mística judía (J. Maier, Geschichte
ciaciones. en relegar la glosolalia no traducida al ámbito de der jüdischen Religion, Berlin 1972, 196s, 200-
béis vuelto locos!», 14,23). Este don tiene di-
la devoción privada (14, 4.18.28). 205).
ferentes manifestaciones (yÉVl'] yAwaawv, Se discute el lugar que le corresponde a la glo- Finalmente, tanto la glosolalia del cristianismo
6. Pablo, en 1 Cor 12-14, emplea el térmi- 12, 10.28) según sea diferente el contenido solalia del cristianismo primitivo en la historia de primitivo como el TestJob tienen estrechos con-
no yAwaau en diversas expresiones y combi- (14, 2, el de hablar misterios celestiales, -+ las religiones. En favor de una derivación a partir tactos con la especulación sobre los ángeles y con
naciones de palabras para designar un caris- ~1Ja't~QLOv; 14, 23, el caso particular del co- de la piedad sincretista del mundo mediterráneo sus temas, cultivados en el judaísmo palestinense
ma (AUAdv yAwaa!), 14, 2.4.13.27; EV nocimiento de los secretos del corazón) y se- helenístico (J. WeiB, Der erste Brief an die Ko- y en el judaísmo helenístico: comunión del extá-
yAwaa!), 14, 19; yAwaaaLs, 12, 30; 13, 1; rinther [KEK], 339; W. Bauer, Der Wortgottes- tico y del orante con los ángeles (Dan 7-12; Hen
gún sea diferente la forma (14, 2 y passim -+
14, 5.6.18.23.39; JtQoaE'Úxw'fraL yAwaa!), dienst der iiltesten Christen, Tübingen, 1030, [et]; 4 Esd 10-13: 1QH frg 2, 6; 10, 6; 1QM 10,
AUAÉW; 14, 14 -+ JtQoaE'ÚXO~aL; 14, 15 -+ 33-35; H. Conzelmann, Der erste Brief an die 11), participación en el saber angélico (lQH 3,
14, 14; yAwaauv EXELV, 14, 26; yAwaaaL, 'lj!á.AAW; 14, 6 -+ EUAOyÉW, -+ EUXUQLC]'tLU). Korinther [KEK], 276) hablan los fenómenos ex- 22s; 11, 13s; 18, 23; Filón, VitCont 26), el len-
13, 8; 14, 22; yÉVl'] yAwaawv, 12, 10.28; Por principio, el hablar glosolálico se consi- táticos de las religiones de la antigüedad (P. Pfis- guaje propio de los ángeles (IQH 6, 13; bBaba-
éQ~l']vdu yAwaawv, 12, 28; yAwaaaL 'twv dera como un hablar traducible; esto significa ter, Ekstase: RAC IV, 944-987), la yuxtaposición Batra 134a en Billerbeck I1I, 449; ApSof 13, 2s;
av'frQwJtwv XUL 'twv ayyÉAwv, 13, 1; con la igualmente que tiene un determinado conteni- comparable de videntes extático s e intérpretes Hen [esl] 17; 19).
excepción de 14, 22, yAwaau aparece siem- «juiciosos» y proc1amadores «<profetas») en la Los testimonios del NT nos hacen suponer que
do edificante (14, 4s.26), instructivo (14, 19)
pre sin artículo). Basándose en la expresión adivinación antigua (Platón, Tim 71e-72b), la la glosolalia se hallaba difundida entre las comu-
o comunicativo (14, 16). La capacidad para idea de los lenguajes propios de dioses, que se nidades paulinas (cf. 1 Tes 5, 19) Y no paulinas
AUAELV yAwaa!l, a ese don espiritual se le ha
traducir tiene también base carismática (12, daban a conocer en sueños y en oráculos a perso- (en Roma; cf. Rom 8, 26s; E. Kasemann, An die
llamado «glosolalia».
10.30; 14, 13) y, por tanto, no puede explicar- nas poseídas (Clemente de Alejandría, Strom 1, Romer' [HNT], 221), Y que tenía su origen en el
El carácter verbal de este carisma (AUAdv), judaísmo palestinense o en la comunidad primiti-
se sencillamente por el conocimiento de téc- 431, 1), la aparición de la glosolalia en la comu-
la yuxtaposición de la yAwaau y de la traduc- nidad de Corinto y la observación efectuada ficti- va de Jerusalén (Hech 2, 1-13. -> 7). La glosola-
nicas de adivinación o de idiomas extranjeros;
ción (-+ éQ~l']vdu) en los catálogos de 12, ciamente por Pablo como si la hubiera formulado lia aparece, pues, como una forma del fenómeno
el glosólalo podrá «traducirse» a sí mismo
10.30 y en las normas dadas para el buen or- una persona de fuera: «¡OS habéis vuelto locos!» del hablar extático que es propia del cristianismo
(14, 13) o lo hará por él otro miembro de la primitivo, un fenómeno que -como vemos por la
den de la comunidad en 14, 26.27s (cf. tam- (1 Cor 14, 23), observación que parece valorar la
comunidad (12, 10; 14, 27). El don de idio- glosolalia como fenómeno de delirio dionisíaco historia de las religiones- se hallaba muy difun-
bién 14, 5.13), la referencia a las yAwaaaL
humanas y angélicas en 13, 1 Y otras observa- mas [o don de lenguas] se experimenta y ejer- o, más bien, de delirio profético. Estas observa- dido y que tenía sus antedentes en el judaísmo de
cita en la asamblea de la comunidad (14, ciones conservan su valor, si no se aducen para la época del NT, contaba con su propia termino-
ciones (cf. infra) indican que el empleo técni-
6.16.23.26.27) y en el ámbito privado (14, derivar la glosolalia de antecedentes histórico-re- logía y, como hemos de ver aún, poseía una situa-
co de yAwaau enlaza aquí con el significado ción original propia, acorde con la experiencia
18s.28). ligiosos, sino para explicar el arraigo de la gloso-
de lengua = idioma. Por tanto, la caracteriza- lalia en las comunidades paulinas, porque los ver- del Espíritu habida en el cristianismo primitivo y
ción del carisma como don de «hablar en len- daderos antecedentes hay que buscarlos en el con su conciencia escatológica, y poseía también
guas» [sobre todo en alemán, donde la expre- El don de idiomas [o don de lenguas] y la pro- una interpretación propia, derivada de esa situa-
judaísmo (w. Bousset: GGA 163 [1906], 757s; S.
fecía (-> JtQoCP1Í'tl']¡;) tienen afinidades entre sí. ción.
sión Zungenrede hace referencia a la «lengua» Eitrem, Orakel und Mysterien am Ausgang der
Ambos se valoran marcadamente como dones es-
como órgano del cuerpo, y no a la «lengua» Antike, Zürich 1947,42).
pirituales (14, 1; -> JtVE'U!lU'tL'XÓ¡;). Ambos se
en su sentido de «idioma», que se dice Spra- En el judaísmo es donde hay que buscar y don- La interpretación más antigua que podemos
orientan hacia los misterios divinos (compárese
che], que se hacía de ordinario en traduccio- 14,2 con 13,2). Y así como la glosolalia está ín- de se demuestra también la existencia de los fe- hallar en el cristianismo primitivo entiende la
timamente relacionada con la «traducción», así nómenos extáticos y del hablar extático, desde
nes y estudios un tanto antiguos [en alemán], glosolalia como un hablar en las lenguas de
también la profecía 10 está con el proceso de «in- los comienzos de la profecía israelita hasta los
es una manera inapropiada de expresarse e in- tiempos del NT (E Baumgartel, en ThWNT VI, los hombres y principalmente de los ángeles
duce a error. Por eso, para la traducción, es terpretación» o discernimiento (OLel'XQLOL¡;; 12, (1 COt 13, 1; Betz, 26s), como una posibilidad
10; 14, 29). Ambas tienen un efecto semejante: el 360; R. Rendtorff, en ibid., 797-799; R. Meyer,
recomendable partir del término idioma: ha- en ibid., 825). En TestJob 48-52 los encontramos -concedida escatológicamente a los cristia-
de la edificación (14, 3-5.26; -> OL'XOOO!l1Í), y
blar en idiomas o hablar en un idioma, y -pa- son de carácter extático, aunque en grado diferen- también, aunque con otra terminología (en vez de nos- de alabar a Dios juntamente con los án-
ra designar el carisma- conviene emplear la te (cf. 14, 30.32). Pablo considera posible pasar, yA,woou: <helA,E'X'tO¡; en 48,3; 49, 2; 50, 1; 52, 7; geles y de experimentar y repetir los misterios
expresión «don de idiomas» [aunque en espa- mediante el empeño correspondiente, del ejerci- en vez de ÉQ!ll']vELu: ol']!lELwm¡; en 51, 3s; el ob- divinos (1 Cor 14, 2).
ñol pueda decirse sin equívocos «hablar en cio del don de idiomas al ejercicio de la profecía jeto de que se habla, en vez de los !l'UO't1ÍQLU son Una segunda interpretación, probablemen-
lenguas», «hablar en una lengua» y «don de (14, 1.12), Y él mismo posee ambos dones (14, los !lEyUA,EtU en 51, 3), un hablar o cantar extáti-
co (48, 2; 49, 1; 50, 2: las hijas de Job reciben un te secundaria con respecto a la primera, pero
lenguas»]. 6.18s). En las asambleas de la comunidad de Co-
rinto predomina la glosolalia sin traducción, que corazón trasformado: cf. 1 Sam 10, 6.9; AntBibl igualmente muy antigua, aparece en 1 Cor
El don de idiomas [o don de lenguas] tiene 20, 2s) comparable a la glosolalia (Ü!lVO¡; en 48, 14, 2 en la cita que se hace de Is 28, lIs.
allí se considera evidentemente como el carisma
en sus manifestaciones las siguientes notas más excelso. Pablo, por el contrario, se empeña 3; 49, 3; 51, 4; cf. 1 Cor 14, 15s; Eux1Í en 50, 3; Esta cita se formó en la confrontación con el
características: es ininteligible (14, 2.16.23) Y en establecer una relación más equilibrada entre cf. 1 Cor 14, 15) en diversos lenguajes angélicos. judaísmo (E. E. Ellis, Paul' s Use of the OT,
767 "{AIDOOCf, 768 769 "{AIDOOU - "{vócpo<; 770

Edinburgh 1957, 98-113: B. Lindars, NT anticipación escatológica, cuando lo interpre- Pero, en contraste con 1 Cor 12-14, del rela- por el abandono de la referencia a Israel y por
Apologetic, London 1961, 164 Y 175) Y ad- ta como un don escatológico provisional (aco- to de Pentecostés se deduce que no se trata de la asociación con la posesión del Espíritu (cf.
quirió además una orientación hacia la gloso- modado a las condiciones de la vida antes de lenguas angélicas, sino de idiomas de pueblos las demás señales en 16, 18). Se convirtió en
lalia (1 Cor 14, 21: EV é1:q:'>OyA-WOOOL~ en que llegue el final), como identificación del y naciones, de tal manera que la glosolalia se una señal milagrosa de la primera generación
primer lugar; TM y LXX: «con labios balbu- Espíritu con los cristianos que gimen bajo los considera aquí como un fenómeno inteligible cristiana, sin que la interpretación propia de la
cientes y en lengua extraña»; Betz, 26; Ha- dolores de este tiempo del mundo (!). y que no necesita traducción carismática. Aun- misma fuera consciente de algún modo ni ac-
rrisville, 42-45). La glosolalia se entiende co- que entre los demás presupuestos del relato de tuara sobre la conciencia.
mo el cumplimiento de la promesa, como la 7. La historia ulterior de la glosolalia del Pentecostés se cuenta la tradición sobre las G. Dautzenberg
milagrosa interpelación final de Dios (1 Cor cristianismo primitivo se pierde para nosotros manifestaciones glosolálicas en la comunidad
14, 21: «Hablaré»; TM: «El hablará») a su en la oscuridad (Dautzenberg, DI). Tal vez primitiva de Jerusalén -probablemente en co- I'/",0)(J(JÓX0p.10V, OU, tó gl6ssokomon ca-
pueblo de Israel, que se cerrará también (14, Col 3, 16a y Ef 5, 18 aluden todavía a la ora- nexión con una primera experiencia del Espí- ja, caja del dinero, bolsa del dinero*
22) a esta señal (14, 21: «y ni aun así me oi- ción glosolálica. Menciones explícitas del ca- ritu, que se plasmó legendariamente en 2, 1-4 Propiamente un «estuche para la boquilla de
rán»). Ahora bien, Pablo no utiliza ya como risma las encontramos únicamente en Hechos (sobre las lenguas como de fuego en 3, 2, cf. una flauta» (BlaB-Debrunner § 119, nota 7),
crítica contra Israel esta cita, que ha llegado y en el final secundario de Marcos. Is 51, 24; es incierto si se trata de establecer luego un estuche en general; en el NT aparece
hasta él, sino que la emplea únicamente como El libro de Hechos conoce únicamente la una relación consciente entre la YA-WOOU en en Jn 12,6; 13,29, en la frase: yA-wooó"X.o¡..tov
prueba de la inutilidad de la glosolalia (14, glosolalia como señal de que se ha recibido al Hech 2, 3 yen 2, 4)-, el relato como tal, por EX€LV, para referirse a que Judas «estaba a
22s). Pero para él y para la comunidad de Co- Espíritu (2, 4; 10, 45s; 19, 6), durante la pri- lo distante que se halla de una comprensión cargo de la bolsa comúfi)), es decir, «adminis-
rinto, la primera interpretación de la gloso la- mera generación cristiana, y aun en ella no en de la glosolalia en sentido tradicional como la traba el dinero».
lia es la decisiva. relación con la vida de la comunidad, sino tan que aparece ya en 1 Cor 12-14, y por su ca-
Sin embargo, valoran de manera diferente sólo como un milagro que se produce a los rácter legendario, tuvo que surgir a una co-
el don. Los corintios preferían la glosolalia a comienzos. Probablemente, el autor de He- rrespondiente distancia temporal de los acon- I'V(J.qJE"~, Eo)~, Ó gnapheus batanero*
la profecía, porque en ella se expresaba una chos no tenía conocimiento personal de la tecimientos. Por tanto, la mejor manera de Mc 9, 3 es probablemente una alusión al
anticipación de la comunión escatológica con glosolalia (H. Conzelmann, Apostelgeschich- entenderlo es la de considerarlo como un mi- blanqueo de las telas, lo cual era oficio, entre
Dios (cf. 1 Cor 4,7-10), porque tenía un mar- té [HNT], 32). Trabaja con material tradicio- drás judeocristiano de las tradiciones indica- cosas, del batanero. BHH I1I, 2134s.
cado carácter pneumático (cf. 1 Cor 3, 1) Y nal, en el que introduce variaciones con fines das (otras explicaciones en: Behm, 724s;
por su orientación hacia los misterios cosmo- literarios (sobre Hech 10,46, ¡..tcyUA-ÚVHV, cf. Betz, 33-35; E. Haenchen, Apostelgeschichte S I'v1¡(Jto~, 3 gné sios genuino, legítimo,
lógicos y teológicos (cf. el alto aprecio de la ¡..t€yUA-ctU en 2, 11; TestJob 51,4; sobre la [KEK] 135-139 [Apostelgeschichte', 174- probado *
-+ OO<pLU en 1, 18-31: 2, 6, Y de la -+ yVW<JL~ yuxtaposición de la glosolalia y la profecía en 178]; Kremer, 118-126 y 261-264). Originalmente se decía del hijo camal o le-
en 8, 1-3: 13,8-10) Y la valoran seguramente 19, 6, cf. la identificación de ambas en 2, 17s El final secundario de Marcos (Mc 16, 9- gítimo; luego el término se empleó a menudo
como el verdadero don del Espíritu (14, 1). y su yuxtaposición en 1 Cor 12-14). 20), que surgió en el siglo 11 (Kümmel, Ein- en sentido figurado: 2 Cor 8, 8: 'to ... yV'lÍOLOV,
Frente a esto, Pablo acentúa que la glosolalia Las dos menciones tardías de la glosolalia leitung, 73), describe en su mandato de evan- «la autenticidad (de vuestro amor)>>; Flp 4,3:
que se hacen> en el libro de Hechos son refe- gelizar (16, 15-18) los efectos milagrosos que
es tan sólo uno de tantos dones (12, 4-11); YV'IÍ<JL€ oút'Uy€, <1iel compañero»; en 1 Tim
rencias al relato de Pentecostés, y se entienden
que, para el culto divino, sólo es útil si reúne acompañarán a la aceptación de la fe. La des- 1, 2: TL¡..to{}É«;ü yVl]OLq> 'tÉ"X.vq> EV JtLO'tcL, «a
como un milagro de lenguas: «y comenzaron
determinadas condiciones, porque el culto tie- cripción se hace ateniéndose a las tradiciones Timoteo, (su) verdadero hijo en la fe», y en
a hablar en lenguas extranjeras (É1;ÉQaL~)>> (2,
ne que estar al servicio de la edificación de la de Hechos (K. Aland, Der Schlufi des Markus, Tit 1,4 se trasparenta todavía el sentido origi-
4). La expresión es muy semejante a la forma
comunidad, y no a la del carismático en parti- en M. Sabbe [ed.], L'évangile selon Marc, nal. ThWNT 1, 727.
en que se cita a Is 28, 11s en 1 Cor 14,21 (-+
cuar (14, 5). El carácter extático de la gloso- Louvain 1974,435-470, esp. 454), de las que
6). La manera de entender la glosolalia coin-
lalia podría hacer que las asambleas de la co- procede en segundo lugar (16, 17) aquello de
cide también con la tradición allí citada en el I'Vll(Jto)~ gnési6s (adv.) puramente, since-
munidad se parecieran lamentablemente a los hecho de que ambas la consideran como una «hablarán en nuevas lenguas». A pesar de la
ramente*
conventículos paganos dominados por la ¡..tu- señal destinada a Israel: los oyentes, de diver- diferencia con respecto a Hech 2,4 (yA-WOOaL En Flp 2, 20 dícese de quien se preocupa
vLuffrenesí (14, 23). Finalmente, aunque el sas lenguas maternas, que escuchan la gloso- "X.aLVUL en vez de E'tcQaL yt..WOOaL), el pasaje sinceramente de los asuntos de la comunidad.
don, por ser participación en el culto divino lalia en el relato de Pentecostés son judíos. describe el hablar en lenguas extranjeras y,
celestial, sea anticipación de lo perfecto e im- Por tanto, el relato de Pentecostés presupone puesto que son lenguas hasta entonces desco-
perecedero, sin embargo -como todos los do- la tradición de 1 Cor 14, 21 (cf. Betz, 25s) y nocidas, en lenguas nuevas. La glosolalia se I'vóqJO~, OU, Ó gnophos oscuridad, nube
nes- seguirá siendo perecedero e imperfecto la describe en Hech 2, 5-13 de manera legen- entiende, pues, como señal (¿misionera?) (-+ de tormenta*
(l Cor 13, 8-12). Más aún, parece que Rom 8, daria, con ayuda de una lista de pueblos y na- ol]f.lELOV; cf. 1 Cor 14, 22), pero su aprecia- Heb 12, 18, aludiendo a Dt 4, 11, donde se
26s quiere despojarlo además del carácter de ciones. ción se ha desplazado más hacia lo milagroso habla de los fenómenos aterradores que acom-
771 YVÓ<po~ - yVWQL~W 772 773 yVWQL~W - yoyyú~w 774

pañaron a la concertación del antiguo pacto yvroQí,~ro gnorizo dar a conocer, revelar, sentido de la fe cristiana en la resurrección.
., desde la eternidad». Rom 1, 19: 'to yvwo'tov
en el monte Sinaí. Rom 9, 22s habla directamente de la aCCIOn 'tov itwv, lo que de Dios se puede conocer;
conocer, saber*
divina de revelación. cf. Filón, All 1, 60s; A. Fridrichsen: ZNW 17
Bibl.: Bauer, Warterbuch, s. v.; . R. Bult~ann, En el enunciado de 1 Cor 12, 3 debe en- (1916) 159-168. ThWNT 1, 718a; ~ yLVWO-
yvwQ¡~w, en ThWNT 1, 718; F. Gabonou, Enquete sur
yvrop1), 1);, ÍJ gnome parecer, sentir, opi- la significatíon biblique de connaf~re: ~ng. 45 (1968~
tenderse en el sentido de una introducción a XW.
nión, juicio* 3-43; W. Radl, Der Sinn von yVWQL~W In 1 Kor 15, l. 1
'mportantes verdades religiosas: «Os hago .,
Bibl.: Bauer, Warterbuch, S.v.; A. Biscardi, La
BZ 28 (1984) 243-245; R. B. Zuck, Greek Words for saber, os declaro». Existe aquí una coneXIOn
«gnome dikai6tate» et l'interprétation des lois dans la
Teach [entre otras, gnorizo]: Bibl. Sacra 122 (1965) con 1 Cor 15, 1. - Los pasajes de 2 Cor 8, 1; yOY'Y'ú~ro goggyzo murmurar*
158-168.
Gréce ancíenne: Rev. Int. des Droits de l' Antiquité 17 Col 3, 9 Y Ef 6,21 emplean el verbo en ~en­ l. Aparición del término en el NT - ~. Significados
(1970) 217-232; R. Bultmann, YVÓlfU], en ThWNT 1, ti do neutro, con el significado de comunicar, - 3. Campo referencial - 4. ReferenCia a la LXX -
717 s; Chantraine, Dictionnaire 1, en el vocablo corres- 1. El verbo aparece 25 veces en el NT, de 5. oLayoyyú~w, YOYYUOfLÓ<;, yoyyuotlÍ<;.
pondiente; F. Gaboriau, Enquete sur la significaction
informar. - Hech 7, 13 B A Vg debe trad~­
las cuales 2 veces corresponden a la historia
biblique de connaftre: Ang. 45 (1968) 3-43; J. S. Mo- cirse por revelarse, darse a conocer, mani- Bibl.: Bauer, W6rterbuch, s.v.; Liddell-Scott, s.V.;
de la infancia en Lucas (2, 15.17), 3 al evan- K. H. Rengstorf, yvwQ¡~w XtA., en ThWNT 1, 727-
rrison, gnome: Phronesis 8 (1963) 37-41; S. N. Mou- festarse a sí mismo, de acuerdo por comple-
raviev, Gnome: Glotta 51 (1973) 69-78; W. C. van gelio de Juan (15, 15; 17,26 bis); el verbo 737. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1027.
to con la fuente, que es el texto de Gén 45,2
Unnik, Mia gnome, Apoc. of John 17, 13.17, en FS aparece también en Hech 2, 28 Y 7, 13 v.l. en
Sevenster, 209-220; R. B. Zuck, Greek Words for
en la LXX. En Flp 1, 22 Ol! yVWQL~W signi-
textos recogidos por Lucas. Los demás ejem- 1. El verbo yOYY'ú~w aparece 7 veces en el
Teach [entre otros: gnorizo]: Bibl. Sacra 122 (1965) fica: «no poder decir, no saber (o no haber
plos corresponden, todos ellos, a escritos pau- NT (de ellas, 6 veces en los evangelios).
158-168. llegado a saber)>>. - En Flp 4, 6 el verbo se
linos y a escritos que quedan bajo la influencia
usa para referirse a la oración cristiana, que
de Pablo. Principalmente Efesios y Colosen- 2. El verbo (el equivalente onomatopéyico
1. El término aparece tan sólo 9 veces en el «debe dar a conocer, expresar a Dios, con ac-
ses, juntamente con Juan, emplean este verbo es rezongar) expresa en el lenguaje coloquial
NT: 1 vez en Hechos (20, 3), 5 en las cartas ción de gracias, las peticiones de los orantes».
para realzar el carácter de revelación que tie- una insatisfacción personal por algo (y que se
paulinas (1 Cor 1, 10; 7, 25.40; 2 Cor 8, 10; De esta manera se señala al mismo tiempo
ne el mensaje cristiano (Rom 9,22.23; 16,26; manifiesta de manera inapropiada). En este
Flm 14) y 3 en Apocalipsis (17, 13. 17a.b). el carácter distintivo de la oración que se ha-
1 Cor 12, 3; 15, 1; 2 Cor 8,1; Gál 1, 11; Flp sentido profano aparece 2 veces en el NT: Mt
Faltan las formas compuestas. cía en las comunidades cristianas de aquel
1,22; 4, 6; también Col 1,27; 4, 7.9; Ef 1, 9; 20, 11 Y Lc 5, 30. En los demás lugares el v~r­
entonces.
3,3.5.10; 6,19.21 e igualmente 2 Pe 1,16). bo se emplea en el sentido de hablar de DIOS
2. En el NT encontramos los siguientes O. Knoch
(criticándole).
significados: resolución, decisión (Hech 20,
2. En el NT el término se emplea frecuen-
3, Pablo «adoptó la decisión de regresar por
tísimamente en el sentido fundamental de dar 3. Los sujetos del verbo yOyy'Ú~ELV son
Macedonia»); manera de sentir, opinión (1
a conocer algo, manifestarlo pública o ex- yvro{U;, Ero;, ÍJ gnosis conocimiento, saber personas: en Mt 20, 11, los obreros de la viña;
Cor 1, 10, en conexión con VOV¡; significa ~ yLVWOXW.
presamente, y, en parte también, de comuni- en Lc 5, 30, fariseos y escribas; en Jn 6, 41 Y
convicción, intención, voluntad, manera de 43, los judíos; en Jn 7, 32, las masas que son
carsolemnemente (Lc 2,15.17; Jn 15, 15; 17,
entender las cosas; cf. la exhortación paulina: 26 bis; Rom 9,22.23; 16,26; 2 Pe 1, 16). En inconstantes y cambian según las circunstan-
«Sed del mismo sentir, unánimes, en armo- todos estos pasajes se escucha al mismo yvro{J't1);, O\}, Ó gnostes conocedor* . cias; en Jn 6, 61, los discípulos que dudan, y
nía», Flp 2, 2; 4, 2; Rom 12, 16;) cf. también tiempo el sentido de: revelar de parte de Dios Hech 26, 3: «puesto que tú, (oh Agnpa), en 1 Cor 10, 10, el pueblo de Israel en su pe-
Ap 17, 13.17b; opinión, manera de pensar, la salvación que fue obrada y es obrada por eres un gran conocedor de todas las costum- regrinación por el desierto. Las personas \y
juicio, consejo (por contraposición a manda- Jesucristo. Esta denotación y orientación reli- bres y controversias entre los judíos». sus declaraciones) contra las que (xu'tu,
miento, enseñanza obligatoria dada por Je- giosa de yvwQt~w en el sentido de: «procla- JtQÓ¡;, JtEQL) se dirige la murmuración, son: ~n
sús), en cuanto a vivir en matrimonio en 1 mar el plan de Dios para la salvación, el Mt 20, 11, el hacendado; en Lc 5, 30, los dIS-
Cor 7,25.40; como consejo de realizar la co- acontecimiento de la salvación en Cristo», yvro{J'tó;, 3 gni5stos conocido* cípulos; en Jn 6, 41.(43) Y en 7,32, Jesús; en
lecta en favor de Jerusalén en 2 Cor 8, 10; determina el empleo del verbo, principalmen- Este adjetivo aparece 8 veces en Hechos (1, Jn 6, 61, una declaración de Jesús; y en 1 Cor
acuerdo, asentimiento en Flm 14 (en el senti- te en Juan, Colosenses y Efesios (exceptuan- 1~¡ 1~~ 10;~4~ 13, 38; 1~ 17; 28,22 10, 10, el Señor, contra quien murmuró el
do de ovyyvw¡.t'J'], «concesión», en 1 Cor 7, do Col 4, 9 Y Ef 6,21). A este campo semán- 28) en la expresión ser conocido / llegar a ser pueblo de Israel.
6); resolución, decisión, intención, plan, pro- tico pertenecen también los pasajes de Rom conocido. El plural OL yVWO'tOL, los conoci-
pósito en Ap 17, 17 a (<<Dios puso en los cora- 16,26 (empleo litúrgico), 1 Cor 15, 1 (comu- dos, aparece en Lc 2, 44; 23, 49. En Jn 18, 4. El verbo yOYY'ú~w se emplea conse-
zones de ellos la idea de ejecutar su propósito nicación del evangelio en la forma de una 15.16 dícese del discípulo que era conocido cuentemente en la LXX para traducir el verbo
[de El]»). El término no tiene significación te- confesión de fe), Gál1, 11 Y 2 Pe 1, 16. Hech del sumo sacerdote. En Hech 4, 16 dícese de hebreo tun. En Ex 15-17 y Núm 14-17 se ex-
ológica especial. 2, 28 habla de una revelación de Dios al Je- la «señal conocida» sin lugar a dudas; en presa con este término la murmuración del
O. Knoch sús muerto, y se cita el Sal 16, 11 LXX en el Hech 15, 18 se habla de «lo que es conocido pueblo de Israel durante su peregrinación por
yoYY'Úsm - rOAyo-frii 776 777 rol..yo-frii - yóvu 778

el desierto. Este sentido se ha recogido tam- Leipzig 1926; A. Parrot, Golgotha et Saint-Sépulcre, gico, a no ser el de acentuar la ignominia que
Neuchíltel 1955. 2. a) Un participio de 'tLth]¡.tL + 'tu yóvu'tu
bién en 1 Cor 10, 10, donde constituye la ba- rodeó a su ejecución, realizada en un lugar (mho'D) con un verbo en tiempo finito (en
se para su interpretación en los demás pasajes público y bien visible. El «lugar donde se al- Marcos, Lucas y Hechos) significa: «hincar la
1. Gólgota es el lugar de la crucifixión de
del NT. zó la cruz sugiere y apoya la interpretación ti- rodilla (en el suelo)>>, y por cierto en Mc 15,
Jesús, conocido únicamente por los evange-
pológica de la muerte de Jesús como sacrifi- 19 ante Jesús (como gesto de burla); en Hech
5. Las formas derivadas ofrecen el mismo lios (Mc 15,22 par. Mt; Jn 19, 17; Lucas ofre-
cio expiatorio al estilo de los del AT» (GraBer, 7, 60, seguramente ante el Jesús exaltado; en
cuadro semántico: bUlyOyy'Ú~(J) murmurar* ce tan sólo la traducción griega del nombre
87) y se convierte, además, en motivo para la Lc 22, 41; Hech 9,40; 20, 36; 21, 5, ante Dios.
aparece 2 veces (Lc 15, 2; 19, 7) en sentido del lugar: XQUVLOV, en 23, 33). El nombre
parénesis de Heb 13, 13-16.
profano, pero referido a la respuesta que dan procede del arameo gulgoltli', «calavera, ca- b) yóvv + una forma de xá¡.t1t'tw significa
M. Volkel
los adversarios a las acciones de Jesús. beza». La mayoría de los exegetas supone que «doblar la rodilla». Unas veces se usa en sen-
yoyyv(Jp1ó\ó murmuraci6n* aparece 4 ve- el nombre de Gólgota se debe a que el lugar tido transitivo (Rom 14, 4; Ef 3, 14), y otras
ces. En Jn 7, 12 significa las vacilaciones del era una colina en forma de calavera o simple- ró,..,o~~a, rov, t6. (a;, ÍJ) Gomorra Go- veces, en sentido intransitivo (Rom 14, 11;
pueblo acerca de (1t€QL) Jesús. Flp 2, 14 (<<sin mente una colina (compárese el término árabe morra Flp 2, 10; sobre ambos pasajes cf. Is 45, 23).
murmuraciones ni discusiones») se entiende rlis =cabeza, para designar una campiña). Pe- --+ ~ó6o¡.tu. Inclinar o no inclinar la rodilla ante Dios
como referencia al pueblo de Israel en su pe- ro es aconsejable seguir a los evangelios y re- (Rom 14, 11; Ef 3, 14), ante el Cristo exalta-
regrinación por el desierto). El término tiene nunciar a dar una una interpretación. do (Flp 2, 10), ante Baal (Rom 11,4).
sentido profano en Hech 6, 1 yen 1 Pe 4,9. yó,..,o;, ou, Ó gomos cargamento, merca- c) Los otros dos ejemplos del uso del tér-
'Y 0 'Y'Y v (Jt1\\ó murmurador* aparece única- 2. Según las noticias de los evangelios, el derías* mino no pueden agruparse en una sola catego-
mente en Jds 16 y se refiere, juntamente con Gólgota quedaba extramuros de la ciudad Hech 21, 3: el cargamento (de una nave). ría. Como en todos los pasajes mencionados
¡.t€¡.t'l'Í,¡.tOLQOL , a las personas que están siem- (Mt 27,32; Jn 19,17.20; cf. Heb 13, 12), pe- Ap 18, 11.12: las mercaderías de los comer- hasta ahora, en Lc 5, 8 (1tQoaÉ1tw€v 1:01:1;
pre descontentas de su destino y de Dios. ro no se hallaba lejos de ella. Debió de tratar- ciantes, consistentes principalmente en oro, yÓVU<JLV 'lr¡ao'D) se halla la idea de «postrar-
se de un lugar situado en las inmediaciones plata y otros objetos preciosos.
A. J. HeB se a los pies de alguien». Heb 12, 12 (cf. Is
de una vía de mucho tránsito (Mc 15, 29; Jn
35, 3) tiene un significado diferente: las rodi-
19, 20). En las cercanías había huertos y lo
llas' que flaquean son expresión de desaliento
que habría de ser el sepulcro de Jesús (Jn 19, yovd;, Érov, oí goneis padres (con referen-
yoyyua,..,ó;, olí, Ó goggysmos murmura-
41s). Los datos facilitados por los evangelios
y angustia. Los lectores deben entender su
ción, palabras de descontento cia al padre y a la madre), progenitores* aflicción como un castigo temporal de Dios, y
señalan hacia el norte de Jerusalén. La más Dícese de los padres de Jesús en Lc 2, 27. no tienen que desanimarse por ello, sino ad~
--+ yoyyu (,W 5.
antigua tradición sobre el lugar del Gólgota 41.43; de los padres de la hija de Jairo en Lc quirir nuevo valor. No se tiene en cuenta el
se centra en la Iglesia del Santo Sepulcro, si- 8, 56; de los padres del ciego de nacimiento contexto escatológico de Is 35, 3.
yoyyua·t11;, olí, Ó goggystes murmurador tuada en lo que actualmente es la ciudad vie- en Jn 9,2.3.18.20.22.23. Por lo demás, dícese
--+ yoyyu(,w 5. ja de Jerusalén. La iglesia fue edificada por de los padres en general: Mc 13, 12 par. Mt 3. El hincarse de rodillas es una manera
Constantino I (326-335), después de derriba- 10, 21 / Lc 21, 16; Lc 18, 29 a diferencia de corriente de expresar sumisión o de pedir algo
do un templo de Adriano. Su recinto abarca Marcos; Rom 1, 30; 2 Cor 12, 14 bis; Ef 6,1; ante hombres y dioses. Es frecuente como
yÓ1];, 1]tO;, Ó goes hechicero, embauca- no sólo el lugar de la ejecución de Jesús sino Col 3, 20; 2 Tim 3,2. postura en la oración (así lo vemos expresa-
dor* también el de su sepulcro. La historia de la mente en Le 22, 41; Hech 9, 40; 20, 36; 21,5,
En el NT este término aparece únicamente tradición acerca del emplazamiento del Gól- y seguramente también en Hech 7,60). - Rom
en 2 Tim 3, 13 (en plural; cf. Diogn 8, 4), se- gota y el lugar que ocupa hoy día la Iglesia yóvu, ato;, tó gony rodilla* 11,4 hace ver claramente la situación de Isra-
guramente en el sentido figurado de embau- del Santo Sepulcro confirman los datos faci- el después de rechazar a Jesús. Así como -en
1. Aparición del término en el NT - 2. Combina-
cador. ThWNT 1, 737s; Bauer, Worterbuch, litados por los evangelios, de tal manera que ciones de palabras - 3. Referencia teológica - 4. yo- tiempo de Elías- Yahvé preservó a un resto de
s.v.; W. Burkert: RhMus 105 (1962) 36-55; H. la tradición asentada por Constantino merece VU:1tE'tÉm. Israel de adorar a Baal, así también quiere
D. Betz, Der Apostel Paulus und die sokratis- confianza. N o se puede obtener una certeza Bibl.: G. Fohrer, Knie, en BHH n, 973; H. Schlier, Dios preservar ahora a un resto de Israel de
che Tradition, Tübingen 1972, 19-39. suprema, porque no es posible determinar yóvu, yovu:1tE'tÉm, en ThWNT 1, 738-740. caer en la perdición. - Rom 14, 11 (cita de Is
con seguridad el trazado de la segunda mura- 45, 23) declara que todos los hombres deben
lla septentrional, fuera de la cual tuvo que es- 1. El término aparece 12 veces en el NT, 6 adorar a Dios y tienen que someterse a su
rol.yo-3ci, av Golgotha Gólgota* tar situado el Gólgota. de ellas en los escritos lucanos (2 en el evan- juicio. En todo ello no se acentúa, como en
xQuvÍ,ov, ov, 'tó kranion calavera, cabeza* gelio de Lucas y 4 en Hechos), 2 en Romanos Isaías, la universalidad de la salvación. -
Bibl.: E. GraBer, Der historische Jesus im Hebraer-
3. En los evangelios el lugar de la crucifi- y 1 vez en cada uno de los siguientes escritos: Tampoco Flp 2, 10 tiene a la vista ni la salva-
brief: ZNW 56 (1965) 63-91; J. Jeremias, Golgotha, xión de Jesús no tiene especial interés teoló- Marcos, Efesios, Filipenses y Hebreos. ción ni el juicio de todos los hombres. Las pa-
781 782
779 yóvu - yºá~~u 780

de Rom 3, 27, que seguramente tiene afinidad 249-260; A. F. J. Klijn, Scribes, Pharisees, Highpriests
labras referidas por Isaías a Yahvé, se aplican ber (Hech 26, 24), carta (Hech 28,21), letras (~ VÓ[10~). De esta manera, YQá[1[1u demues- and Elders in the NT: NovT 2 (1959) 259-267; E. Loh-
a Jesús y expresan la sumisión de todos los (2 Cor 3, 7 Y Gál 6, 11), tu ieQu YQá[1[1utu, se, Umwelt des NT (Grundrisse zum NT 1), Gottingen
tra ser un concepto estrictamente existencial, 1971, 82-86; R. Meyer, <DuQwutot;, en ThWNT IX,
poderes bajo el Cristo y Señor. - En Ef 3, 14 las Sagradas Escrituras (2 Tim 3, 15). En sin- que caracteriza el modo de existencia del judío 39s; K. H. Rengstorf, Die ITO.t\AI der Schriftgel~hr­
la acción de doblar las rodillas es expresión gular aparece únicamente en Pablo: 2 Cor 3, todavía no justificado. Al mismo tiempo, la ten, en FS Michel, 383-404; H. F. WeiB, <DuQwULot;,
de adoración (como respuesta a las hazañas 6; Rom 2,27.29; 7, 6. Sobre la traducción co- oposición entre YQá[1[1u y 3tvev[1u inicia una en ThWNT IX, 39s; E. Zenger, Die spiite Weisheit und
de Dios mencionadas anteriormente) y de la rriente por «letra» ~ 2. das Gesetz, en Maier-Schreiner, 43-56. Para más bi-
nueva hermenéutica (cf. Ebeling, 1291). bliografía, cf. ThWNT X, 1027.
intercensión en favor de los destinatarios de La interpretación de 2 Cor 3 se confirma
la carta. A Dios se le considera aquí como el 2. En singular, YQá[1[1u se halla siempre en por medio de Rom 2, 27, donde YQá[1[1u es la
«Padre», de quien todo «recibe su nombre» oposición directa o, al menos, indirecta a ~ 1. De las 62 veces que aparece el término
mera posesión externa de la ley, al mismo en el NT, 57 se encuentran en los evangelios
(v. 15), es decir, se le considera como el Cre- 3tvev[1u, «Espíritu». Teológicamente impor- tiempo que se cometen trasgresiones contra la
ador del mundo. tante es aquí 2 Cor 3, 6s, donde el término sinópticos, 4 en Hechos y 1 en las epístolas.
ley (cf. Luz, 124). ¡Aquí YQá[1[1u (nuevamen-
aparece en el contexto de importantes concep- Con excepción de Mt 13, 52 (y posiblemente
te como concepto existencial) no es ni siquie-
4. yOVlJ3tEtÉro, arrodillarse, pedir arrodi- tos teológicos como gloria (~ M~u), justicia 23,24), donde se habla de escribas cristianos,
ra el intento de obtener la propia justificación
llado* se construye con E[13tQoa{}{w + geniti- (~ 6LXmOaÚVT]), «pacto» o «testamento» (~ por medio de las obras de la ley! (H. Hübner, y de Hech 19, 35, donde YQu[1[1uteú~ se usa
vo (Mt 27, 29) o con acusativo: como gesto 6LUihíxT]) y ministerio (~ 6LUXOVí,U), y mues- Das Gesetz bei Paulus, Gottingen 1978, 93s). en el sentido de secretario (= alto funcionario
de burla en Mt 27, 29; gesto con que se acom- tra ya de esta manera su relevancia teológica. En Rom 2, 28s la antítesis entre YQá[1[1u y [pagano]), y con excepción también de 1 Cor
paña una ardiente petición dirigida a Jesús Por eso, habrá que indagar principalmente su 3tvev[1u se pone en paralelo con la oposición 1, 20, donde se cita a Is 33, 18 LXX, todos
(Mt 17, 14; Mc 1, 40; 10, 17). G. R. Stanton: sentido a base de este par de conceptos opues- que hay entre 10 externo y 10 interno (tanto los demás textos se refieren a escribas judíos
Glotta 46 (1968) 1-6. tos. Según 2 Cor 3, 6, la «letra» (YQá[1[1u) que del judío como de la circuncisión). Los pares (= maestros de la ley, en hebreo sojerfm /
J. M. Nützel mata (en vivo contraste con el Espíritu que vi- de conceptos opuestos (que en 2 Cor 3 tienen I;akamfm). Y, así, en lugar de YQU[1[1UtEÚ~,
vifica; por lo cual el «ministro del nuevo pac- afinidad por el contexto) YQá[1[1u - 3tvev[1u y encontramos también 9 veces VO[1LXÓ~ (7 de
"{OVV3tEtÉro gonypeteo pedir arrodillado to» no es siervo del YQá[1[1u, sino del Espíritu) «viejo» - «nuevo», se conectan lingüística- ellas en los evangelios sinópticos y 2, con un
~ yóvu 4. es clarísimamente «la ley de Moisés». ¿Desca- mente en Rom 7, 6: EV xmvótT]tL 3tveú[1u'tO~ sentido más general, en Tit 3, 9.13), y 3 veces
lificará el concepto de YQá[1[1u a la ley escrita - nUAmÓ'tT]tL YQá[1[1uto~, que traducido li- V0[106L6áaxuAo~ (2 de ellas en los escritos
"(Qá......o:, o:'to~, 'tó gramma letra; en plu- en tablas de piedra (sobre Ex 31, 18 Ypassim, bremente significa: «en el Espíritu como 10 lucanos y 1, con sentido más general, en 1
ral, carta, Sagrada(s) Escritura(s)* cf. 2 Cor 3,3.7) como algo que absolutamente fundamentalmente nuevo - en el YQá[1[1u co- Tim 1,7).
trae la muerte (G. Schrenk: ThWNT 1, 767), o mo lo fundamentalmente viejo». Esta antíte-
1. Aparición del término y contenidos semánticos - sis caracteriza «al estado del cristiano des-
2. YQá!!!!u en Pablo.
la YQá[1[1u lo hará así únicamente en determi- 2. Los evangelios sinópticos, en la historia
nados aspectos? (BHiser, 750; Bultmann, 80; pués producido el cambio de eones» (E. de la pasión de Mc 14s par., presentan a los
Bibl.: P. Blliser, en LThK 11, 750s; R. Bultmann, Ebeling, 1291; Luz, 124). Kasemann, An die Roma' [HNT], 182). Esto escribas asociados siempre con los sumos sa-
Der zweite Brief an die Korinther (KEK), Gottingen se acentúa por el hecho de que, en el v. 5, ~
1976,65-101; G. Ebeling, en RGG 11, 1290-1296 (bi- Según la interpretación tipológica de Ex 34, cerdotes y/o los ancianos, y entienden, por
29ss que se hace en 2 Cor 3, 12ss, el velo de aáQ~ se menciona como la vieja manera de
bliografía); J. Kremer, «Denn der Buchstabe totet, der tanto, que los escribas son miembros del sa-
Geist aber macht lebendig». Methodologische und Moisés cubre la lectura (equivocada) del anti- existencia; ahora bien, para Pablo la «carne»
nedrín (así sucede también en Hech 4, 5; 6,
hermeneutische Erwiigungen zu 2Kor 3, 6b, en FS guo «testamento» y, con ello, el corazón de los es lo verdaderamente opuesto al «Espíritu».
Zimmermann, 219-250; C. J. A. Hickling, The Sequen- 12), mientras que esta combinación no predo-
judíos. Pero, como el Señor es Espíritu, ese ve- Es difícil encontrar en nuestra lengua un
ce of Thought in 2eor 3: NTS 21 (1974-1975) 380- mina fuera de la historia de la pasión (cf.
lo se le quita de encima a quien se convierte a término que corresponda directamente al tér-
395; U. Luz, Das Geschichtsverstiindnis des Paulus también Hech 23, 9). Es particularmente sor-
(BEvTh 49), München 1968, 123-134; Ph. Vielhauer, Cristo. Entonces en el fondo de 2 Cor 3 podría mino griego YQá[1[1u. Lo mejor será seguir
hablando de letra (en el sentido de «letra y prendente la manera en que los diversos
Paulus und das AT, en Studien zur Geschichte und estar la idea de que el YQá[1[1u no expresaría en
Theologie der Reformation (FS E. Bizer), Neukirchen- nada más que letra»). evangelios difieren unos de otros en cuanto a
Vluyn 1969, 45-48. Para más bibliografía, cf. infra absoluto que la ley en sí misma traiga la muer- identificar a los interlocutores y adversarios
H. Hübner
YQu!jJ~. te (¡leído aisladamente, el pasaje de 3, 4-11 po- de Jesús: en Marcos predominan los sumos
dría interpretarse de otra manera!), sino que lo
hace únicamente cuando está escrita sobre pie-
"{Qo:......o:'tE,,~, Éro~, Ó grammateus secre- sacerdotes (22 veces); en cambio, en Lucas y
1. YQá[1[1U, que en el griego clásico y en la tario, escriba en Mateo, los fariseos (27 ó 29 veces); en
Koiné abarca un espectro de significados que dra o con letras, y por este motivo espera ser Marcos aparecen con muchísima más fre-
va desde «letra» y «documento» hasta «(Sa- escrita sobre «tablas que son corazones de car- 1. Aparición del término en el NT - 2. Los evange-
lios sinópticos - 3. Los escribas en el judaísmo - 4. Je- cuencia los escribas (21 veces) que los farise-
grada) Escritura», aparece sólo 14 veces en el ne>} (es decir, como una «carta de Cristo»). Por sús y los escribas - 5. Escribas mencionados en el NT. os (12 veces); en Mateo y en Lucas la rela-
NT. En plural significa: recibo (o reconoci- tanto, la ley está orientada al Espíritu. Pero es ción es precisamente la inversa (22 frente a
Bibl.: J. Jeremias, YQU!!!!U'tE'Ú<;, en ThWNT I, 740-
miento de una deuda; Lc 16, 6s), las Escritu- YQr1[1[1U, en cuanto el judío tiene con ella un 742; Id., Jerusalén en tiempos de Jesús, Madrid 1985, 29 veces en Mt; 14 frente a 27 veces en Lc).
ras (= AT; Jn 5, 47; 7, 15), dedicación al sa- encuentro equivocado (Bultmann, 80), una idea
783 784 785 786

Así que todas estas especificaciones deben quien en Esd 7, 6 se caracteriza como «escriba gún Jn 3, 10 es un «maestro» reconocido en
versado en la ley de Moisés, dada por Yahvé, esencialmente destaca la ESOVOLU de Jesús,
contemplarse con mirada crítica. Israel, según 3, 10 es un fariseo miembro del
Dios de Israel». De él se derivó luego la serie de su «autoridad» independiente, con la que él
La expresión YQulllla1;et~ 'tOOV <I>UQtOULWV sanedrín (cf. 7, 50s), según 19,39 es seguidor
escribas, que se hicieron cargo de la tarea de in- perdona pecados (cf. Mc 2, 6 par.), acoge a
en Mc 2, 16 (cf. también Hech 23, 9) parece secreto de Jesús (todo ello es históricamente
terpretar y aplicar la ley, una tarea que original- pecadores y recaudadores de impuestos (cf. 2,
relativamente fiable, porque en ella se conser- mente había sido desempeñada por los sacerdotes. cuestionable); b) Gamaliel I (hacia el año 30
16 par.) e interpreta la voluntad de Dios sin
va la diferencia -históricamente cierta- entre En la época del helenismo creció la importancia p.c.), que según Hech 5, 34 era un fariseo
recurrir a la autoridad de los hombres ni a tra-
escribas y fariseos y se presupone la existen- de los escribas como maestros de la ley, frente a miembro del sanedrín y gozaba de muchísimo
un alto sacerdocio que se había helenizado en diciones humanas (cf. 1, 22 par.; 12, 28.32;
cia de escribas que no eran fariseos (sobre los prestigio entre el pueblo y a quien, según
buena parte, de tal manera que en tiempo de Sa- cf. también 9, 11; 12, 35). Contra esta autori-
escribas saduceos cf. Josefo, Ant XVIII, 16; fuentes judías, se le concedió más tarde el tí-
lomé Alejandra (76-67) escribas de orientación dad se alza constantemente la resistencia de
sobre los escribas esenios cf. 1QS 3, 13; 9, tulo honorífico de rabban por ser uno de los
farisaica entraron a formar parte de la Gerusía, el los escribas, que por este motivo acusan a Je-
12.21; CD 12,21; acerca de los escribas zelo- antiguo órgano de representación nacional y for- más insignes representantes de la escuela de
sús de blasfemia (cf. 3, 28s par.) y de hallarse
tas cf. Josefo, Bell 11, 433). Las variantes tex- ma primitiva del sanedrín. Los escribas fueron Hillel; c) Pablo que, según Hech 22, 3, se
al servicio del diablo (cf. 3, 22 par.). Es muy
tuales (Koiné y otros testimonios: «escribas y adquiriendo cada vez mayor importancia. «educó a los pies de Gamaliel», es decir, reci-
significativo que el escriba que dialoga con
fariseos») y los textos dependientes de Mc 2, Los escribas eran: a) exegetas que interpreta- bió verdadera formación como escriba. Pero
ban la Escritura y fijaban de manera vinculante Jesús acerca de cuál es el principal manda-
16 (Lc 5, 30: «los fariseos y sus escribas»; Mt esta noticia seguirá siendo históricamente dis-
las enseñanzas de la misma para el momento pre- miento (12, 34), reciba de Jesús una cualifica-
9, 11: «los fariseos») sugieren que tuvo lugar cutible, porque en las cartas paulinas no se
sente; b) maestros que reunían en torno suyo el ción positiva. Cuando el mismo escriba, en
una evolución que comenzó con la simple menciona para nada esa formación. Es tam-
mayor número posible de alumnos y les enseña- Mt 22, 35 / Lc 10, 25, es descalificado como
mención de los escribas, que hay que suponer ban los métodos para la interpretación de la Es- bién discutible que el redactor final del evan-
«tentador» y queda incluido así expresamente
(cf. 2, 6) que fueron también los interlocuto- critura, y c) juristas que, en su función de jueces, gelio de Mateo sea un «rabí judío convertido»
entre los fariseos (Mt 22, 34s), entonces apa-
res propiamente tales de Jesús en los litigios se encargaban de aplicar la ley a los casos prácti- (E. von Dobschütz), y que detrás de ese evan-
rece bien a las claras la irreconciliable oposi-
que se narran en Mc 2, 1-3, 6, Y que debió de cos que surgían en los procesos (cf. Ec10 38, gelio se halle una escuela de escribas cristia-
24ss). Su máxima influencia la adquirieron por su ción ulterior entre la Iglesia y la Sinagoga.
terminar en la sustitución de «los escribas» nos (K. Stendahl).
actividad docente en las sinagogas y en las escue- La crítica de Jesús contra los escribas en
por «los fariseos». Mc 12, 38-40 par. Lc 20, 46 no la encontra- G. Baumbach
Los diversos maestros escribas que discu- las para muchachos, que existían desde el siglo I
p.C. mos precisamente en forma de «¡ayes!» (Otra
tieron con Jesús (cf. Mc 2, 6.16; 3, 22; 9, 11; Con la creciente importancia de la sinagogas cosa sucede en Mt 23 / Lc 11). Lo que Jesús
12, 28.32.35), fueron estampillados así como durante el siglo I p.e., fue aumentando también critica son las exigencias que ellos tienen de 'Y~a:7t'tó;, 3 graptos escrito*
los representantes del judaísmo rabínico-fari- el poder y el prestigio de los escribas, que ahora que, por su autoridad de maestros, se los ve- En Rom 2, 15 dícese de los gentiles: «Lo
saico que era hostil al cristianismo (compáre- recibían el tratamiento de rabbi (rabbuni, rab). nere altamente en público, se les reserven los que la ley exige ('to EQYOV wü VÓIlOV) está
se Mc 3, 22 con Mt 12, 24; Mc 12,28 con Mt Como los conocimientos sobre la Torá era lo que escrito en sus corazones». H. Schlier, R6mer-
puestos de honor en el culto divino de las si-
22, 34s; Mc 12,35 con Mt 22, 41), con lo cual distinguía a los escribas, la cuna y el abolengo no brief (HThK), 78s.
constituían la condición previa para el ingreso en nagogas y en los banquetes, se los respete por
es muy congruente que en el evangelio más su manera de vestir (con vestiduras de sába-
esa clase tan respetada, sino el estudio intenso re-
reciente, en vez de hablarse de YQullllu'tet~, alizado a los pies de un famoso maestro, estudio do) y por la forma en que oran, y porque exi-
se hable ya de OL <I>uQtaUtüt = OL 'Iov('¡utüt que consistía esencialmente en repetir y grabarse gen el pago de honorarios por los servicios ju- 'Y~aqJÍ), ií;, ... Escritura
(compárese especialmente Jn 1, 19 con 1, 24; en la mente las enseñanzas del docto rabí. La ter- rídicos que prestan a las viudas. En cambio, YQá<pw grapho escribir
8,13 con 8, 22; 9,13-16 con 9,18; la excep- minación con éxito de los estudios iba coronada los logia de Mt 23 / Lc 11, 39.42ss, tomados 1. Aparición de los ténninos en el NT - 2. Conteni-
ción de 8, 3 se encuentra en la porción secun- por la ordenación del discípulo mediante la impo- de la fuente Q, representan «¡ayes! original- dos semánticos - 3. Campo referencial y sinónimos -
daria 7,53-8, 11). En virtud de esta tendencia sición de las manos. La mayoría de los escribas mente independientes, pronunciados por pro- 4. La autoridad de la Escritura - a) En general- b) En
estaban casados, ateniéndose al mandamiento da- Jesús - c) En Pablo - d) En los evangelios, Hechos y
evolutiva antifarisaica y antijudaica,. clara- fetas del cristianismo primitivo contra la sina- Santiago - 5. La comprensión neotestamentaria del AT
do en los días de la creación (Gén 1,28), Y practi-
mente reconocible, sospechamos que los es- caban un oficio manual para ganarse con él el sus- goga dirigida por fariseos» (Schulz, Q, 94). y la autocomprensión del AT.
cribas fueron insertados ya por Marcos en la tento, porque su actividad docente era gratuita. Estos juicios condenatorios, dictados con in- Bibl.: S. Amsler, L'Ancien Testament dans l' Eglise,
historia de la pasión, a fin de presentar en ple- flexible dureza, aparecen diferenciados toda- Neuchatel 1960; O. Betz, Offenbarung und Schrift-
no al sanedrín y realzar de esta manera la cul- 4. El tratamiento de «rabí» que se da a Je- vía en Lucas según los destinatarios a que va- forschung in der Qumransekte (WUNT 6), Tübingen
pa del judaísmo en la muerte de Jesús. yan dirigidos (cf. Lc 11, 39.42-44 Y 45-52), 1960; M. Black, The Christological Use of the OT in
sús en los evangelios (cf' Mc 9, 5; 10,51; 11,
mientras que en Mateo se lanzan estereotipa- the NT: NTS 18 (1971-1972) 1-14; J. Blank, Erwii-
21; 14,45) muestra que Jesús gozaba de la gungen zur Schriftverstiindnis des Paulus, en FS Kii-
3. Para conocer la esencia y la importancia de damente contra los escribas y los fariseos.
los escribas en tiempos de Jesús, tenemos que autoridad y prestigio de un escriba, pero que semann, 37-56; H. Braun, Das AT im NT: ZThK 59
se diferenciaba de los escribas de aquella épo- (1962) 16-31; R. Bultmann, Weissagung und Erfü-
acudir a fuentes judías. El prototipo del escriba 5. En el NT se menciona por su nombre a llung, en Bultmann Glauben n, 162-186; Ch. H. Dodd,
(en hebreo, sojer) es Esdras (hacia el 450 a.C.), a ca. Como nota característica que lo diferencia los siguientes escribas: a) Nicodemo, que se- According to the Scriptures, London 1952; E. E. Ellis,
787
YQUCPt't 788
789 YQUCPt't 790
Paul's Use ofthe OT, London 1957; Id., Prophecy and cuencia en el NT (ocupa el 20. 0 lugar). Mien-
Hermeneutic in Early Christianity (WUNT 18), Tü-
bingen 1978; Id., The OT in Early Christianity. Canon tras que las formas pasivas son características 3. Aunque YQáepw es verbo transitivo, no pondiente iglesia en Ap 2s (--;. aYYEA.O~ 2) o
and lnterpretation in the Light of Modern Research, de los evangelios, de los Hechos y de las car- aparece muchas veces en calidad de tal en el al autor del libro, como lo es también la ex-
Tübingen 1991; J. A. Fitzmyer, The Use of Explicit OT tas paulinas (estas formas, incluido YQuJttÓ~, NT. Como objeto en acusativo encontramos, presión característica ovo [.tu yEYQU[.t[.tÉvov
Quotations in Qumran Literature and in the NT: NTS aparecen 108 veces en el NT), las formas ac- entre otros: un certificado de divorcio (Mc 10, (--;. ovo[.tu), «el nombre escrito», principal-
7 (1960-1961) 297-333; E. D. Freed, OT Quotations in
the Cospel of John (NovTS 11), Leiden 1965; H. Ge- tivas se encuentran con especial frecuencia en 4), un mandamiento (Mc 10, 5), una carta mente el nombre escrito «en el libro de la vi-
se, Von Sinai zum Zion (BEvTh 64), München 1974; las cartas católicas (23 veces) y en el Apoca- (Hech 23, 25) y pronombres demonstrativos. da» (13, 8 y passim; cf. Lc 10, 20) o en la
Id., Zur biblischer Theologie (BEvTh 78), München lipsis (15 veces). Los 51 testimonios de YQu- El verbo se emplea en sentido transitivo algu- frente (Ap 14, 1; 17, 5 (el nombre de la rame-
1977; L. Goppelt, Typos, Darmstadt 1969 (=Gütersloh ep~ (20 de ellos en plural) se hallan distribui- nas veces que en nuestra lengua diríamos «es- ra de Babilonia) o en su muslo (19, 16; el
1939, con el apéndice: Apokalip!ik und Typologie bei
Paulus); W. Grundmann, Das Evangelium nach Mat- dos por todo el NT (apareciendo 12 veces en cribir sobre ... »: la justicia (Rom 10, 5 [según nombre del jinete que cabalga sobre el caballo
thiius (ThHK), Berlin '1971, 71-73; G. H. Gundry, The Pablo, 11 en los escritos lucanos y 12 en el p46 B Koiné]), pronombres personales (Jn 1, blanco).
Use of the OT in Sto Mt's Cospel (NovTS 18), Leiden evangelio de Juan, pero sólo 4 veces en Mar- 45). A menudo YQáepw lleva como objeto de YQuep~/YQUepUL o el participio de perfecto
'1975 (bibliografía); F. Hahn, Das Problem «Schrift cos y otras tantas en Mateo). Ahora bien, el la acción verbal una oración completiva intro- de la voz pasiva de YQáepw es a menudo el su-
und Tradition» im Urchristentum: EvTh 30 (1970)
término no aparece en las deuteropaulinas ducida por OtL. Precisamente una expresión jeto de la acción de «cumplirse» (--;. JtA.llQów;
449-468; A. T. Hanson, Studies in Paul's Technique
and Theology, London 1974; M. Hengel-H. Merkel, (exceptuadas 2 veces que se encuentra en las idiomática de la Carta primera de Juan es: expresión estereotipada en los sinópticos, He-
Die Magier aus den Osten und die Flucht nach Agyp- Pastorales) ni aparece tampoco en Hebreos ni YQáepw ú[.tlv OtL, «os escribo que». Sujeto de chos y Juan: «para que se cumpliera[n]», pero
ten Mt 2... , en FS Schmid, 1973, 139-169; F. Hesse, en las cartas joánicas ni en el Apocalipsis. las formas en voz activa suele ser el corres- que no aparece en Pablo) y de la acción de
Das AT als Buch der Kirche, Gütersloh 1966; T. Holtz,
Zur lnterpretation des AT im NT: ThLZ 99 (1974) 19- pondiente autor del escrito del NT (Pablo, «decir», --;. "AÉyw. De las 7 veces que YQuep~,
2. El significado original de YQáepw, ara- en singular, aparece en Pablo, este término es
32; H. Hübner, Das Cesetz in der synoptischen Tradi- Carta primera de Juan), pero también Moisés
!ion, Witten 1973; Id., Das Cesetz bei Paulus (FR- ñar, rayar, grabar, que se halla atestiguado
(por ejemplo, Mc 10, 5; 12, 19; Jn 5, 46) o 5 veces el sujeto de "AÉyw, y aparece 3 de ellas
LANT 119), Gottingen 1978; W. G. Kümme1, en RGG desde Homero, aparece sólo marginalmente
Moisés y los profetas (In 1, 45). En las cartas en oraciones interrogativas: tL (yuQ) ~ YQuep~
Y, 1517-1520; H. Lietzmann, An die Calater (HNT), en el NT (Jn 8, 6 [xUtÉYQU'l/JEV]. 8; Lc 1,63;
Tübingen 41971, 34-36; B. Lindars, NT Apologetic, de Pablo, tan sólo en Rom 10, 5 un autor del "AÉYH; «(Porque) ¿qué dice la Escritura?». Es-
Ap 2, 17). El significado de escribir, corrien-
London 1961; P. Lindars-P. Borgen, The Place ofthe AT (Moisés) es sujeto de YQáepw. La forma ta expresión conduce a fórmulas de introduc-
OT in the Formation of the NT Theology. Prolegome-
te en el griego clásico y en el griego helenís-
pasiva yÉYQuJttm va introducida a menudo ción de citas como «Moisés dice», «David di-
na and Response: NTS 23 (1976-1977) 59-75; U. Luz, tico, se aplica a la inmensa mayoría de los tes-
por xU{}ÓJ~ (como sucede ya en la LXX, por ce» y otras por el estilo (Rom 10, 19; 11, 9).
Das Ceschichtsverstiindnis des Paulus (BEvTh 49), timonios que aparecen en el NT. Sin embargo,
München 1968; R. Mayer, Escritura, en DTNT 11, ejemplo: 2 Re 14,6; 2 Crón 23, 18; para el ra- Ahora bien, las citas de la Escritura pueden
no habrá que pensar precisamente en el proce-
119-128; O. Michel, Paulus und seine Bibel, Darm- bínico kakatub [hebreo] o k'diktfb [arameo], introducirse también sencillamente por medio
stadt 1972 (=Gütersloh 1929); M. P. Miller, Targum,
so manual de escribir; se puede escribir tam-
cf. Michel, 69s; Schrenk ,748; en cuanto a ka- de OtL o yáQ, «porque».
Midrash and the Use ofthe OT in the NT: JSJ 2 (1971) bién una carta dictándola. Yeso se llama tam-
bién YQáepw (Pablo!; Schrenk, 743). Las
aser kiitub, de Qumrán, cf. KQT 105s; Fitzm- La expresión ó VÓ[.to~ XUL oL JtQoepfjtm
29-82 (informe bibliográfico); H. J. van der Minde,
Schrift und Tradition bei Paulus, Paderborn 1976; F. yer, 300s) o por un yáQ pospuesto: «como es- (por ejemplo, en Mt 7, 12; Hech 24, 14 (--;.
formas de perfecto yÉYQuJttm (principal-
MuBner, Der Calaterbrief (HThK), Freiburg i. Br. tá escrito» o «porque está escrito»; es algo VÓ[.to~) puede servir de sinónimo de YQuep~.
mente en los Sinópticos, Hechos y Pablo) y el
1974,334-341; M. Rese, Alttestamentliche Motive in típico sobre todo de Pablo. En una ocasión aparece incluso la expresión
der Christologie des Lukas (StNT 1), Gütersloh 1969; participio de perfecto YEyQu[.t[.tÉvov €<JtLV
(principalmente en Juan), está escrito, se em- Principalmente en los escritos lucanos y en tripartita «la ley, los profetas y los salmos»
W. Rothfuchs, Die Erfüllungszitate des Matthiiusevan-
gelium (BWANT 88), Stuttgart 1969; K. Stendhal, The plean para expresar que lo que está escrito tie- Juan se encuentran adiciones a las formas pa- (Lc 24, 44; pero consúltese --;. 4.d con respec-
School of Sto Matthew (ASNU 20), Lund '1968; A. ne autoridad y vigencia actual (¡está en tiem- sivas: «en la ley (del Señor)>> (Lc 2, 23; 10, to a Mateo).
Suhl, Die Funktion der atl. Zitate und Anspielungen 26), «en la ley de Moisés, en los profetas y en
im Markusevangelium, Gütersloh 1965 (además, y so- po perfecto!). Es una apelación que se hace a
los salmos» (Lc 24, 44), «en vuestra ley» (Jn En parte se refleja aquí la cuestión, todavía por
bre Ulonska, M. Rese, en YF 12/2 [1967) 87-97); H. la YQuep~, a la (Sagrada) Escritura (el «AT», resolver, acerca del canon judío. Tan sólo en
Ulonska, Die Funktion der alttestamentlichen Zitate según la manera cristiana de expresarse). 8, 17; 10, 34), «en el libro de los profetas»
Yamnia se impuso definitivamente la división de
und Anspielungen in den pln Briefen, tesis Münster i. YQuep~ designa, por tanto, un pasaje determi- (Hech 7, 42), «en los profetas» (24, 14), «en la Escritura en tres partes, propugnada por los ra-
W. 1963; Ph. Yielhauer, Paulus und das AT, en Studien el libro de los salmos» (1, 20), «en el salmo
nado de la Escritura (aunque sea difícil preci- binos: «Torá, profetas y escritos». En realidad,
zur Ceschichte und Theologie der Reformation (FS E. segundo» (13, 33). Con excepción de 1 Cor 9,
Bizer), Neukirchen-Yluyn 1969, 33-62. Para más bi- sar cuándo el término tiene este sentido). El «el NT no encuentra un canon del AT fijado por
bliografía, cf. infra AÉyW, VÓ[lO~, nAlJQÓW und plural YQUepUL es casi siempre sinónimo del 9; 14,21 (<<en la ley [de Moisés]») y de Gá13, completo» (Gese, Theologie, 12) si aplicamos, al
't'úno~; cf. además ThWNT X, 1027s. singular. Tan sólo las Pastorales (1 Tim 5, 18 10 (<<en el libro de la ley»; se trata de una ci- menos, la idea de un texto normativo, tal como se
ta), Pablo no muestra adiciones de esta índole conoce en la historia de las religiones. Ahora
cita a Lc 10, 7 como YQuep~) y 2 Pe 3, 16 bien, cada autor del NT recurre a la Escritura,
1. YQáepw, con las 192 veces que aparece (refiriéndose a las cartas paulinas como a (pero cf. las combinaciones con A.ÉYEL, por
aunque ésta se halle completada de manera dife-
(incluido YQuJttÓ~ en Rom 2, 15) es uno de YQUepUL) entienden también por YQuep~/YQu­ ejemplo, en Rom 9, 25; 10, 19, cf. infra). En rente para cada uno de ellos. ¡Ninguno de los au-
los verbos que se encuentran con mayor fre- epUL el NT. el libro del Apocalipsis, es típico el imperati- tores del NT tiene en su mente la existencia de un
vo YQá'l/Jov, dirigido al «ángel» de la corres- problema judío relativo al canon! Y lo que es más
791 792 793 YQu<P1Í 794

importante: la ley sigue constituyendo, en la his- ción con la autoridad de la Escritura. También que nos hace ver la relación dialéctica que sagrado, lo que nosotros llamamos antiguo testa-
toria de la religión judía, la parte determinante de la autoridad de los testigos de pascua necesita existe entre el cumplimiento de la Escritura y mento. Por de pronto, el uso de este término nos
la Escritura. Aun después de Yamnia, se habla a ir acompañada de la autoridad de la Escritura. la abrogación de la Escritura. Debemos su- separa ya ... de Pablo mismo» (Studies, 136).
menudo de la Torá para referirse a toda la Escri- poner que los «helenistas» de Hech 6, que co-
tura (W. Gutbrod: ThWNT IV, 1047). Y, así, Detrás de esta tensión entre diversas autorida-
des se halla el problema de las relaciones entre mo judíos de lengua materna griega, debie- c) Sobre todo para Pablo la reflexión teo-
Blank (41), en contra de la tesis de Gese, afirma
a propósito «de la única tradición bíblica»: «De lo verbal y lo escrito. Para decirlo más con- ron de «llevar adelante con más claridad que lógica sobre las relaciones entre la fe y la Es-
todos modos, la autoridad efectiva de la Escritu- cretamente: antes de pascua, lo autoritativo es los Doce la visión crítica que Jesús tenía de la critura se convierte en tarea ineludible. Aun
ra había quedado asentada ya desde antiguo». la predicación de Jesús y la Escritura; después Torá» (H. Conzelmann, Apostelgeschichte' después de su conversión, vive por entero de
de pascua, lo es la predicación del evangelio y [HNT], 43), combinaron ya la crítica de la To- la Escritura (más exactamente, de la LXX) En
4. a) La autoridad de la Escritura se halla la Escritura (cf. también Hahn, 455ss). rá con la exégesis cristiana de la Escritura. sus cartas no se hallan muy precisos los lími-
inconmoviblemente establecida para los au- tes entre la cita formal, la alusión y el empleo
tores del NT, aun en los casos en que, con b) Aunque Jesús, con soberanía y plena Con la visión dialéctica de la Torá por parte de obvio de expresiones propias de la LXX (citas
respecto al contenido, se apartan de los enun- conciencia, deja sin vigor algunas prescrip- Jesús se había dado ya el impulso para la refle- claramente formales, en parte como prueba de
ciados del AT. Pero esta autoridad debe con- xión teológica. Ya Jesús debió de reflexionar Escritura, en parte como exégesis bíblica, las
ciones de la Escritura (Mc 7, 15; Mt 5,
templarse únicamente en el marco de una es- acerca de la Escritura como tal, por la inmediatez encontramos únicamente en Gálatas y Corin-
31s.38s; ---+ vó!t0~)' sin embargo apela a va- de la conciencia de su misión y por la relativa crí-
tructura en la que hay que contemplar rios de sus mandamientos, principalmente al tica de la Torá que de ella dimanaba, como nos tios I/II; cf. cuadros de esas citas en Michel,
también la autoridad de Jesús y la del keryg- Decálogo (Mt 5, 21ss; Mc 7, 9-13: ¡la sustan- permite ver seguramente la sentencia de «los que 74s; Ellis, Paul' s Use, 150ss; en cuanto a las
ma cristológico, variando de un autor neotes- cia del relato es auténtica!: Hübner, Tradition, toman por la fuerza» en Mt 11, 12s / Lc 16, 16, a alusiones, cf. ibid., 153s.). Pablo utiliza el
tamentario a otro la idea de las relaciones que 146ss; R. Pesch, Markus [HThK] 1, 376). Je- pesar de la imposibilidad de reconstruir el sentido método rabínico de exégesis (Michel, Han-
existen entre estas tres autoridades. Se obser- sús radicaliza el mandamiento del amor en Mt exacto de esta sentencia (Kasemann, Versuche 1, son, Blank, EIlis, Prophecy, 147-181; sobre
va con claridad un determinado círculo de 210). Es difícil decir hasta qué punto llegó la re- Rom 10, 5ss, cf. Black, 8s); emplea más, des-
5, 43ss. Pero Jesús no apela a la Escritura co-
pensamiento: El kerygma de la muerte y resu- flexión teológica de los helenistas, y también lo de luego, el Midrás agádico (o tipología, ---+
mo Escritura, sino a aquellos mandamientos es saber hasta qué punto esa reflexión fue prelu-
rrección de Cristo por nosotros se proclama que son expresión de la voluntad de Dios. El "t'Ún:o~), no la exégesis orientada hacia la Ha-
dio de la labor teológica de Pablo (cf. también
como un acontecimiento testificado por la Es- Espíritu que hace que la Escritura sea «lo que Vielhauer, 38-40). En todo caso, el AT sigue sien- laká. Su propia comprensión de la Escritura la
critura (1 Cor 15, 3s: xu"tu "tu~ YQu<pá~, «se- está escrito» y que la convierte, por tanto, en do no sólo la Escritura del judeocristianismo sino explica él en 1 Cor 9, 9s; 10, 11; Rom 4, 23s;
gún las Escrituras»; cf. 2 Esd 6, 18: xu"tu genuino tribunal de apelación, es un Espíritu también la del cristianismo gentílico. 15, 4: la Escritura se escribió «por nosotros».
"ti¡v YQu<Pi¡v ~L~A.L01J MW1Jofí), pero la Escri- ajeno a él, al Predicador. Ahora bien, Jesús no La evolución de la teología cristiana se efectuó La exégesis que Pablo hace de la LXX se de-
tura recibe su poder de confirmar el kerygma en buena medida en el contexto de la misión en- dica sobre todo a resolver el acuciante proble-
sólo radicaliza los preceptos éticos, siguiendo
en virtud de la fe pascual, desde la cual hay tre los gentiles, y sus aplicaciones «teóricas» na- ma de cómo debe armonizarse la indiscutible
en esto y superando a los profetas, sino que El cieron, por tanto, de intereses prácticos. Porque
que leerla e interpretarla. Detrás de esta fe se considera también su propia actuación y su autoridad de la Escritura con la función escla-
allá donde se discute la relación entre la tradición
halla la convicción, compartida por Qumrán, propia persona como una superación tipológi- de Jesús, el kerygma de Cristo y la Escritura, se vizadora de la ley, ¿la parte esencial de la Es-
de que en el presente (comprendido escatoló- ca de la actuación de los profetas (Lc 11, 31s afecta a la sustancia de la comprensión que tenía critura? (Gál, Rom).
gicamente) se cumplen las profecías de la Es- par.; Goppelt,75). Ahora bien, cuando está en de sí misma la proclamación del NT. Aquí, con En Gálatas se hace una separación estricta
critura (Braun, Qumran 11, 306; sobre la dife- juego la tipología, no se trata ya del texto es- diferentes enfoques, la fe, como fe sobre la que se entre la Escritura y la ley. Es propia de la Es-
rencia entre Qumrán y Pablo, cf. -entre otros- ha reflexionado, como fe que se ha explicitado en critura la función de proclamación evangélica
crito, sino del acontecer del que en ese texto
Luz, 102ss). conceptos, «se eleva» al «nivel» de teología. Así (Gál 3, 8 [= Gén 18, 18]: la Escritura (!) dice
se informa (Luz, 53, nota 55). que, ya en el estadio de la tradición del NT, se
Aunque lo del está escrito no es típico ni plantea -a través del tema de la «Escritura»- la a Abrahán lo que en el Génesis dice Dios so-
constitutivo de la predicación de Jesús acerca Pero si Jesús hubiera entendido su misión, cosa cuestión acerca de una «teología del NT», y esta bre él); ahora bien, la ley no es la ley de Dios,
del reino de Dios (---+ ~uOLA.du 3) ni de su que es discutible, a la luz de Is 53 (como recien- cuestión se desarrolla hasta cierto grado. Por este sino la ley de los ángeles (3, 19; «toda» la ley
«pretensión» mesiánica que «sobrepasa a la de temente propuso de nuevo Goppelt, Theologie motivo, a todo proyecto ulterior de una teología para el cristiano [en 5, 14] no es «la ley ente-
[1], 246), entonces habría visto en Isaías un pro- del NT se le pregunta si no ha de recoger también
cualquier rabí o profeta» (Klisemann, Versu- feta que sabía lo que Dios quería de él, pero no ra» de Moisés mencionada en 5, 3; Hübner,
che 1, 206), sin embargo loS Sinópticos y Juan en su reflexión teológica esa orientación de los Paulus, 37ss). Así que la ley forma parte pri-
habría comprendido su propio sufrimiento expia- problemas esbozada ya en el NT, es decir, se le
-cada uno a su manera- describen la vida y la torio como exigido por la Escritura. mariamente del acontecimiento de Cristo y
pregunta en qué sentido y en qué medida ese pro-
obra de Jesús como el cumplimiento de la Es- yecto es explicatio de la teología o teologías con- participa de la autoridad de Cristo. Pero es
critura (por ejemplo, Mc 9, 12s; Lc 24, 26s; Jn Así que no nos sorprenderá que casi toda la tenidas en el NT. En todo ello hay que tener en propia también de la Escritura una función
15, 25). Así, pues, la autoridad absoluta recla- tradición del NT haga que el tema de la «Es- cuenta para casi todo el NT lo que Hanson dice condenatoria, porque con las palabras de la
mada por Jesú~ está relativizada por la rela- critura» aparezca en una genuina refracción acerca de Pablo: «El conoció únicamente un libro 1eY (!, YQu<Pl] en Gál 3, 22 se refiere a Dt 27,
795 796 797 798

26, citado en Gál 3, 10) pronuncia una maldi- principalmente bajo el tema del «cumplimien- Cristo, el esquema «profecía y cumplimiento» tes preceptos de la ley (Hech 10: leyes sobre
ción contra todos en sus trasgresiones. to de la( s) Escritura( s)>> (el testimonio más resulta demasiado estrecho para una designa- los alimentos, idea sobre lo que es la pureza
antiguo se halla en Mc 14, 49), una formula- ción teológica. En efecto, la palabra profética cultual; Hech 15: la circuncisión).
No se puede afirmar en absoluto que Pablo no «vaticinadora» entiende que el acontecer anti-
reflexionara sobre la dignidad divina de la Escri- ción desconocida aún por Pablo.
En Marcos 1, 1-3, «el comienzo del evange- guo está orientado hacia el acontecer nuevo. Está en lo cierto Rese (Motive, 147) al pensar
tura y que a él no le interesaran las palabras de la que la yºa<p~ en Lc 4,21 es parte de una entidad
Escritura más que como material de ejemplos (en lio» (aparición del Bautista) y, por tanto, todo Por principio, el uso que Mateo hace de la Es-
normativa a la cual uno puede apelar; pero el
contra de Ulonska, 214s). Pablo se interesa por la el evangelio se sitúa bajo la rúbrica demostra- critura no es alegórico ni atomístico. Aunque «hoy» del v. 21 le descamina hacia la interpreta-
prueba de Escritura (Ranson, Studies, passim). tiva del está escrito (de otra manera piensa se usa la expresión «la ley y los profetas» pa- ción exagerada de que «el cumplimiento cualifica
Qué él no se viera en la necesidad de echar mano Suhl [136] en contra de W. Marxsen). Cuatro ra referirse a la «Escritura», bien podría ser a la Escritura como promesa», ya que el autor ci-
de argumentos de Escritura sino para hacer frente
a sus adversarios gálatas (como piensa Ulonska, de las 6 veces que aparece la fórmula «(como) que en Mt 5, 17 (lo mismo que en 22, 40) el tado hace la exégesis de 4, 16ss sin referirse a 4,
222), es improbable, y no se puede demostrar re- está escrito» (9, 12s; 14,21.27) se refieren a la acento recayera sobre la <<ley» (siendo los 25ss.
curriendo a la Carta primera a los tesalonicenses. muerte del Bautista o a la pasión y muerte de «profetas» únicamente los intérpretes de la
Porque es inconcebible que Pablo, aun antes de Jesús (¡la teología de Marcos acerca de la ley). En 5, 17, lo de «cumplir la ley y los pro- En Juan, las 4 veces que aparece la expre-
Tesalonicenses I (¡sínodo sobre la misión entre cruz!). El Jesús marquino recurre incesante- fetas» significa «dar vigencia a la ley por me- sión «cumplir la Escritura», se halla en citas
los gentiles!), no hubiera mantenido ya debates mente al AT, incluso mencionando expresa- de reflexión con sentido final «<para que ... »:
sobre la Escritura y la ley. Más bien habrá que su- dio de la enseñanza» en el sentido de encarecer
mente una YQa<plÍ (= pasaje de la Escritura; radicalmente la Torá (H. Braun), y también en 13,18; 17, 12; 19,24.36; sobre todas las citas
poner que determinadas exégesis que se hacen en
Gálatas eran respuesta a adversarios que argu- 12, 10) o las YQa<paL (12, 24). Puesto que 7, el de modificar la Torá (G. Strecker, Der Weg joánicas de reflexión, cf. Rothfuchs, 151ss).
mentaban a base de la Escritura (sobre 3; 6ss, cf. 15 deja clarísimamente sin vigencia a Lev 11, der Gerechtigkeit, Gottingen 21966, 147). Se halla en paralelo con esta idea lo que se di-
E. de Witt Burton, Galatians [ICC], 153ss; Rüb- pero Marcos entiende de ordinario, sin reser- ce en 15, 25: «Para que se cumpla la palabra
ner, Paulus, 16ss; sobre la tipología «alegórica» vas, a la Escritura (¡ya Moisés!; 7, 10) como Sorprende que en las citas de reflexión, por que está escrita en su ley (de ellos)>>. Y tam-
en 4, 21ss, cf. Barrett). autoridad demostrativa, vuelve a surgir la pro- contraste con la mayoría de las otras citas hechas bién lo que se dice de manera muy significa-
blemática que ya se suscitaba en Gálatas. Sólo por Mateo, no se reproduzca el texto de la LXX, tiva en 18, 32: «Para que se cumpliera la pa-
En contraste con Gálatas, el problema en sino que exista una mayor aproximación al texto
Romanos se desplaza, porque la visión más que no se reflexiona expresamente sobre ella. labra de Jesús». Comprender la Escritura es
La formulación programática de Mt 26, 56, hebreo (muy recientemente, Gundry, 9-150; sobre
positiva que se tiene ahora de la ley quita un posible únicamente en la fe; el que no es ca-
la tesis de Stendahl de que las citas de reflexión
poco de hierro a la cuestión que tan acucian- «para que se cumplieran las Escrituras de los paz de oír (= creer), se verá descaminado por
procedían de una escuela de escribas cristianos,
temente aparecía en Gálatas. Lo sorprendente profetas» Lva :7tAljQW{}W<JLV al YQa<pat TWV cf. la crítica de Gundry, 155ss; Kümmel, Einlei- la Escritura (7, 42). Eso lo ha atestiguado la
es que la apelación a la Escritura sea constitu- :7tQO<PljTWV, es en cierto sentido el epígrafe tung, 82s; Rothfuchs, 108s). Escritura, como lo prueba la cita de reflexión
tiva únicamente de la prueba de Escritura que que puede servir de título al evangelio de Ma- de 12, 38ss = Is 53, 1 (e Is 6, 9s). Ahora bien,
se desarrolla en Gál 1, 16s; 1, 18-3,20; 3, teo. Las citas de reflexión o de cumplimiento En cuanto a los escritos lucanos, Lc 24, el creyente entiende que la Escritura (incluida
21-4,25; 9, 1-11,36 Y 12ss, pero no lo sea de (Rothfuchs) concretan esta idea fundamental. 25ss. 32.44ss es un texto decisivo: Jesús mis- la ley) atestigua que Jesús es el Revelador (5,
la sección decisiva y teológicamente cons- En ellas determinados enunciados -sólo de mo es hermeneuta de las Escrituras; él «abre» 39 en conexión con 5, 45s). Por tanto, para
tructiva de los capítulos 5-8. Pablo es capaz los profetas- se contemplan como cumplidos (-> avoLYw 3) las mentes de los discípulos Juan coinciden la autoridad de Jesús y la de la
de exponer ahora no sólo el tema de la liber- en el acontecimiento de Cristo. Por cuanto se para que comprendan las Escrituras: todo lo Escritura. YQa<plÍ en 7, 42 no significa un
tad de la muerte, del pecado y de la ley sino trata aquí de una relación tipológica (clara- que está escrito sobre él tiene que cumplirse evangelio del NT; en 17, 12 ese término no
también el de la vida del, cristiano «en el Es- mente Mt 2, 15 = Os 11, 1: Jesús como el Hi- (-> ()e~). Al comienzo de su ministerio, Jesús significa la palabra de Jesús en Jn 6, 70s (en
píritu» (-> :7tVeVfla), sin remitirse para ello a jo de Dios es representante del nuevo Israel proclama que la YQa<PlÍ de Is 61, ls; 58, 6 contra de Freed, 51 y 96ss).
la Escritura (excepto en 7, 7ss; 8, 36). ¡La te- [pero de Israel como el hijo de Dios]; cf. tam- (sobre el don del Espíritu) se ha cumplido en Fuera de los evangelios, únicamente San-
ología paulina se las arregla en una cuestión bién Hengel-Merkel,157; de otra manera él (Lc 4, 21). tiago ofrece la fórmula <<la Escritura (= el
central sin recurrir a la prueba de Escritura! piensa Rothfuchs, 62s), será una exageración Según Hech 1, 16, este Espíritu «predijo» pasaje de la Escritura) se cumplió» (2, 23).
No obstante, toda la Carta a los romanos se afirmar que Mateo no se preocupa del cumpli- por medio de David una YQa<plÍ que tenía que Dentro de la perspectiva de una interpreta-
halla bajo la autoridad de la Escritura entendi-
miento de la Escritura en general, sino del cumplirse. En la misión paulina dirigida por ción judía del Génesis y como polémica con-
da proféticamente (1, 2: «por medio de los
cumplimiento de palabras aisladas en detalles el Espíritu, la Escritura testifica que Jesús es tra un paulinismo mal entendido, vemos que
profetas [= todo el AT] en las santas Escritu-
de la vida de Jesús (P. Vielhauer, Historia de el Mesías (Hech 17, 2s; Pablo es el sujeto de el acto de obediencia de Abrahán (-> 'ApQaáfl
ras»; 3, 21). Sobre la Carta a los romanos ->
la literatura cristiana, Salamanca 1991, 380). <havoLYw como Jesús lo es en Lc 24, 32.45, Y 2.b) en Génesis 22 se contempla como cum-
YQáflfla 2.
Puesto que la Escritura en los pasajes cita- Apolo, en Hech 18, 28). De nuevo la autori- plimiento de Gén 15,6. «Realización de la pa-
d) La relación entre la Escritura y el acon- dos según Mateo enuncia los acontecimientos dad indiscutida de la Escritura se halla en pe- labra de Dios por medio del acto de Abrahán»
tecimiento de Cristo se trata en los evangelios del AT en su referencia al acontecimiento de culiar tensión con la abrogación de importan- (W. Schrage, Jakobusbrief [NTD], 32; para
799 800 801 YQT]yoQtw - yUf.tVL'tE"W 802

una opinión semejante, cf. F. MuBner, Jako- La práctica de los autores del NT de hacer se- Corintios 1, Colosenses, y I Pedro. Predomi- Jesucristo «murió por nosotros, para que -ya
busbrief[HThK], 143, que sigue en este pun- lección dentro del AT (así piensa también Han- nan las formas de imperativo (YQ'I']YOQELtE, sea que vivamos (en este mundo) o hayamos
to a H. Windisch). ¡El AT se ha cumplido en son, Importance, 16) tiene su justificación inter- 10 veces) o de participios en conexión con fallecido- vivamos juntamente con él».
na en el AT, porque éste obliga a efectuar una imperativos (YLVO'U YQ'I']yoQwv, ltQOOX.UQtE-
eIAT!
selección, ya que las orientaciones de sus enun- QELtE YQ'I']YOQoíjvtE~). Por tanto, el verbo 3. La exhortación a la vigilancia presupone
ciados no se prestan, en parte, a la armonización.
Por lo que respecta a Hebreos, remitiremos a --+ YQ'I']yoQÉro aparece principalmente (aunque que el hombre se halla en constante peligro de
Pero, al mismo tiempo, es algo que tiene su nece-
Myw, porque en esta carta, a pesar de las nume- sidad interna en el NT, porque para él la contin- no de manera exclusiva) en exhortaciones. aflojar en su completa entrega a Dios por me-
rosas citas y exégesis que se hacen de la Escritu- dio de Jesús, y de dejarse cautivar por cosas
gencia del acontecimiento de Jesús es constitutiva.
ra, no aparece la palabra YQu<P~, y YQá<pw apare- 2. a) YQ'I']yoQÉro significa en primer lugar de escaso valor. La mirada puede detenerse en
Los autores del NT, que con parte del judaísmo
ce tan sólo una vez en una cita.
están de acuerdo en leer el AT como Escritura no dormir. Y, así, Jesús, en el monte de los los peligros que amenazan (2.b.2) o extender-
profética acerca del fin de los tiempos, se dife- Olivos, exhorta a tres de sus dicípulos a per- se para ver las consecuencias de la negligen-
5. En su apelación al AT, ¿conservan los auto-
rencian -no obstante- esencialmente de todo el manecer despiertos con él (Mt 26, 38.40.41; cia o del no estar preparados para la llegada
res del NT el sentido pretendido por el AT? Las
judaísmo en que ellos no consideran primaria- del Hijo del hombre (2.b.1.3). Por tanto,
respuestas se mueven entre dos polos: la hipóte- Mc 14,34.37.38). También en Lc 12,37, den-
mente la Escritura como Torá. Se diferencian es-
sis de una total distorsión del sentido literal del tro de la parábola enunciada en 12, 36-38, YQ'I']yoQÉro significa que hay que permanecer
pecialmente del judaísmo rabínico en que no pro-
AT porque en el NT se haría un uso atomístico de YQ'I']yoQÉro debe entenderse en el sentido de fieles y vigilantes en la fe (cf. 1 Cor 16, 13).
yectan su parénesis como halaká enraizada en la
la Escritura (por ejemplo, Braun), y la creencia no dormir.
Torá. «Lo que es singularísimo en la interpreta- J. M. Nützel
en una cuidadosa exégesis de esos textos que tie-
ción de la Escritura que se hace en el NT, es que
ne en cuenta conscientemente su contexto (por b) El sentido figurado de permanecer vigi-
esa interpretación no es sólo escatológica, sino
ejemplo, Hanson; este autor defiende a Pablo, lantes predomina muchísimo en el NT, aun-
cristológica» (Miller, 67). 'Y'V ..vá~ro gymnaziJ ejercitar, acostum-
que prácticamente no modificó nunca textos del
H. Hübner que la transición del primer significado a este
AT [Studies, 147s]; esto sería congruente con la brar(se)*
posible utilización de colecciones de testimonios último es bastante fluida. Y, así, en Mt 26, 41
1 Tim 4, 7: «Ejercítate en la piedad». En
[ibid., 191ss], aunque la existencia de esas colec- par. Mc 14,38, YQ'I']yoQÉro recibe un acentua-
Heb 5, 14; 12, 11 encontramos el participio
ciones de testimonios es una cuestión por resol- 'Y~áqJO) grapM escribir ción que lo orienta hacia el sentido figurado.
pasivo de perfecto: «los sentidos ejercitados»
ver, de la que no podemos ocuparnos aquí). Pero --+ YQuCP~· Con excepción de 1 Tes 5, 10 (cf. c), YQ'I']-
o «los ejercitados», es decir, los que han he-
hay un punto que comparten esas opiniones en- YOQÉro en todos los pasajes hasta ahora no
frentadas, y es la creencia en que los autores del cho progresos en la piedad. De manera seme-
mencionados, debe entenderse claramente en
NT leyeron e interpretaron la Escritura a la luz 'Y~aroblJ;, 2 graiJdes propio de viejas* jante, en 2 Pe 2, 14 se dice de los falsos ma-
el sentido de permanecer vigilantes. Hay que
de la fe pascual. En 1 Tim 4, 7 dícese de las fábulas (---+ estros: «Tienen un corazón ejercitado en la
Los enunciados de la Escritura no predicen al diferenciar: 1) Pasajes con referencia escato-
f-tíjtl'o~) propias de viejas (de YQaíj~, «mujer codicia». ThWNT 1, 775.
Jesús de Nazaret, históricamente contingente, co- lógica directa: para estar preparados para la
anciana, vieja»), fábulas que Timoteo debe re- llegada de Jesucristo, del Hijo del hombre,
mo el Mesías de Dios. Pero habrá que preguntarse
si implicaciones decisivas de la cristología no son chazar. hay que permanecer vigilantes (Mt 24, 42; 25, 'Y'V ..vo.O'ta, a;, 1] gymnasia ejercicio, en-
también implicaciones de enunciados del AT. Y 13; Mc 13, 35.37; 1 Tes 5, 6; Ap 3, 2.3; 16, trenamiento*
vemos en realidad que, por ejemplo, Pablo -con 15); 2) pasajes sin referencia escatológica di- 1 Tim 4, 8: la Orof-tUtLX.~ Y'Uf-tVUOLU, el ejer-
arreglo a esta correspondencia de implicaciones- 'Y~lJ'YO~Éro gregoreiJ estar despierto, estar recta: también el peligro de que las cosas no cicio físico, sirve para poco, a diferencia del
entendió de manera decisivamente correcta el pa- vigilante* ejercicio en la piedad (---+ Y'Uf-tvá~ro). ThWNT
saje (tan importante para él) de Gén 15, 6: lo de vayan por buen camino en la comunidad, el
1. Aparición del ténnino - 2. Significado - 3. Sen- peligro de las asechanzas de Satanás y otras 1,775.
ser contado por justicia no es ya para el elohísta
tido teológico. cosas por el estilo exigen que se permanezca
una atribución cultual basada en la realización de
actos humanos. «Unicamente (!) la fe, el hecho de Bibl.: M. Lautenschlager, EhE YQr¡YOQWflEV EhE vigilante (Hech 20,31; 1 Cor 16, 13; Col 4, 2; 'Y'V"vlJ'tE'Úro gymneteuiJ andar mal vestido
tomar en serio la promesa de Yahvé, pone al hom- xm'tE'Ú6wflEV. Zum Vershiiltnis von Heiligung und 1 Pe 5, 8); 3) pasajes en los que el andar bien Forma alternativa (p46 Koiné) de ---+ Y'Uf-tVL-
bre en la debida relación; Yahvé 'se lo toma en Heil in 1 Thess 5, JO: ZNW 81 (1990) 39-59; E. Lti- despiertos en la vida profana sirve de metáfo-
westam, Spiritual Wakefulness in the NT, Lund 1967; tE'Úro.
cuenta'» (G. von Rad, Gesammelte Studien zum ra para indicar que hay que estar preparados
AT, München 21961, 134; pero hay que considerar A. Oepke, YQr¡YOQÉOl, en ThWNT n, 337; A. Weiser,
también, por otra parte, lo que dice Vielhauer, Von der Predigt Jesu zur Erwartung der Parusie: BiLe para la llegada del Hijo del hombre (Mt 24,
12 (1971) 25-31. 43; Mc 13,34; cf. también el sentido metafó- 'Y'V"Vt'tE'Úro gymniteuiJ andar mal vestido*
Paulus, 36 nota 15). El Sal 142, 2 LXX, citado en En 1 Cor 4, 11 (al principió de un catálogo
Rom 3, 20 con la adición paulina «por las obras rico de Lc 12, 36-38).
1. El término aparece 22 veces en el NT, de de pruebas y tribulaciones) Pablo dice: «Has-
de la ley», no está distorsionado, porque Pablo
piensa en cualesquiera obras que, en contra de la las que 6 se hallan en Mateo, 6 en Marcos, 3 c) En 1 Tes 5, 10, como se ve claramente ta el presente sufrimos hambre y sed, estamos
intención esencial de la misma ley, abusan de la en Apocalipsis, 2 en 1 Tesalonicenses, y 1 vez por el contexto amplio, lo de «estar despierto desnudos (Y'Uf-tVLtE'ÚOf-tEV) y somos maltrata-
ley para la propia justificación (--+ VÓf.to~). en cada uno de los escritos: Lucas, Hechos, 1 o dormido» significa «vivir o estar muerto»: dos ... ».
803 yU[lVÓ<; 804 806
805 Y1![lVÓ<; - yvvf¡

'Y"'""Vó;, 3 gymnos desnudo, descubierto, la :n:óQvr¡ Ba~vAÓ>v; cf. v. 5). Por el contrario, Los vv. 1-2 no deben entenderse unilateral- Uxores circumducere (1 Kor 9, 5): BZ NF 3 (1959)
mal vestido* Jn 21, 7 se refiere a la ropa ordinaria de faena mente ni en relación con la esperanza de que 94-102; G. G. Blum, Das Amt der Frau im NT: NovT
7 (1964) 142-161; M. Boucher, Some Unexplored Pa-
yVflVÓ'tr¡~, r¡'tO~, ~ gymnotes desnudez, ca- de un pescador, que no lleva prenda exterior. sobrevenga la parusía antes de la muerte (cf., ralleis to 1 Cor 11, 11-12 and Gal 3, 28: The NT on the
rencia de ropa* Como en el AT (---+ 1), YVflVÓC; designa también a propósito, el v. 4), ni en relación con el mie- Role of Women: CBQ 31 (1969) 50-58; R. E. Brown,
1. Aparición y significados de los términos en el
el desamparo del pobre, que no puede cubrirse do a morir antes de la parusía. Por eso, las Roles of Women in the Fourth Gospel: ThSt 36 (1975)
NT - 2. Uso de los mismos en el NT - 3. 2 Cor 5, 3. o que se cubre sólo de andrajos (Mt 25, consideraciones sobre el temor a una desnu- 688-699: H. Von Campenhausen, Zur Perikope von
der Ehebrecherin: ZNW 68 (1977) 164-175; G. B. Ca-
36.38.43.44; Sant 2, 15; cf. '("flvó"tr¡C; en Rom dez en el tiempo intermedio entre la muerte y
Bibl.: G. Fohrer, en BHH n, 962-965; H. Herter, en vid, Paul and Women's Liberty: BJRL 54 (1971-1972)
RAC IX, 1-52, especialmente 29-34, 45-48; A. Oepke, 8, 35 junto a ALflóC;; en 2 Cor 11, 27, junto a la parusía, y la hipótesis de una polémica con- 268-281; G. Dautzenberg, Urchristliche Prophetie
YWlVó<; %TA., en ThWNT 1,773-775; Haag, Dicciona- tl)'uxoc;). En sentido figurado, YVflVóC; significa tra el anhelo gnóstico de ser liberado del cuer- (BWANT 104), Stuttgart 1975, 258-273 (sobre 1 Cor
rio, 455s; F. Pfister, en Pauly-Wissowa XVI/2, 1541- descubierto, desnudo (Heb 4, 13: todas las co- 14, 34s y 1 Tim 2, 11); G. Dautzenberg-H. Merklein-
1549; H. Riesenfeld, Das Bildwort vom Weizenkorn po terreno, no reflejan lo que quiere decir el
sas se hallan YVflva xal, tEtQaxr¡ALaflÉva ante K. Müller (eds.), Die Frau im Urchristentum, Freiburg
bei Paulus (sobre ICor 15), en Studien zum NT und enunciado paulino. Lejos de eso, el v. 3 con- i. Br. 1983; M. Fander, Die Stellung der Frau im Mar-
zur Patristik (FS f E. Klostermann), Berlin 1961,43- los ojos de Dios); en Ap 3, 17 se habla de la firma que el conocimiento que se manifiesta kusevangelium (Münsteraner Theol. Abhandlungen 8),
55; H. Ringgren, en BHH n, 1277; C. A. Schmitz, en pobreza espiritual de la comunidad de Laodi- en el «gemir» de los creyentes se refiere a los Altenberge 1989; A. Feuillet, L' homme «gloire de
RGG IV, 1294; J. N. Sevenster, Some Remarks on the cea, que -sin saberlo- se halla desnuda ante Dieu» et lafemme «gloire de l'homme» (IKor]J, 7b):
yU[lVó<; in II Coro V.3, en FS de Zwaan, 202-204; H. que están ya muriendo, pero que en realidad
Dios; cf. 16, 15. RB 81 (1974) 161-182; Id., La dignité et le role de la
Weigelt, en DTNT IV 347-349. Para más bibliografía, han nacido por la ~ú)t1 toií 'Ir¡aoií (4, 10). Al femme d' apres quelques textes pauliniens: NTS 21
cf. ThWNT X, 1028. YVflVOC; xóxxoc; (1 Cor 15, 37) significa el fin se encontrarán (en futuro) vestidos ante (1974-1975) 157-191; G. Fítzer, Das Weib schweige in
«grano desnudo» que se siembra en la tierra, der Gemeinde. Über den un pln Charakter der mulier-
Dios, con gloria celestial (4, 17). No se los
1. yVflVÓ~ aparece 15 veces en el NT. El por contraste con la planta futura (awfla tO taceat-Verse in 1Kor 14 (TEH 110), München 1963;
describe como a quienes su «morir» terreno
YEvr¡aóflEvov, v. 37a), que Dios hace brotar H. Greeven, en RGG n, 1069s; A. Jaubert, Le voile
sustantivo YVflVÓtr¡C;, que en griego es un tér- los presenta como desnudos ante Dios, es de-
en cada caso de una determinada simiente. El desfemmes 1 Cor 11, 2-16: NTS 18 (1971-1972) 419-
mino raro fuera del NT y de la LXX, aparece cir, como entregados sin defensa a merced de 430; J. Jeremias, v1Í[lCPfJ, en ThWNT IV, 1029s; E.
3 veces (Rom 8, 35; 2 Cor 11, 27; Ap 3, 18). filo de la imagen, corriente también entre los Kiihler, Die Frau in den pln Briefen, Zürich 1960;
la muerte.
Ambos términos pueden significar la desnu- rabinos (Billerbeck III, 475), consiste en que J. Kühlewein, en DTMAT 1, 369-375; M. Küchler,
H. Balz
dez total, pero también el hecho de estar mal la apariencia de la semilla se ve superada to- Schweigen, Schmuck und Schleier. Drei ntl. Vorschriften
talmente por la planta futura que va a nacer zur Verdrangung der Frauen auf der Hintergrund ei-
vestido o vestido de andrajos, y también, en ner frauenfeindlichen Exegese des AT in antiken Ju-
sentido figurado, el estado de desamparo, de de ella. El sentido de la imagen aparece tam-
bién con claridad en la idea de depositar en la
Y",""VÓ't1];, 1]'t0;, tl gymnotes desnudez, dentum, Fribourg-Giittingen 1986; J. Leipoldt, Die
privaciones y de total indigencia. carencia de ropa Frau in der antiken Welt und in Urchristentum, Berlin
tierra/en la muerte el grano/el cuerpo desnu- 1962; G. Mayer, Die jüdische Frau in der hellenis-
---+ Y"flvÓC;.
Gén 3, 7 explica como consecuencia del peca- do (YVflVóC;), con la mirada puesta en el futu- tisch-romischen Antike, Stuttgart-Berlin 1987; A.
do la vergüenza que se siente por la desnudez (cf. ro aw~a, para que Dios haga brotar un ow~a Oepke, "'{'UvÍj, en ThWNT 1, 776-790; H. Ringeling,
Frau (IV), en TRE XI, 431-436; L. Schottroff, Frauen
2, 25; 3, 10; 9, 21; Jub 3, 30s). El hombre co- nuevo e incomparable (cf. Jn 12, 24; 1 Clem in der Nachfolge Jesu nach den Evangelien: Der
y"V<UXÚ.QlOV, O", 'tó gynaikarion mujer
mienza y termina desnudo su vida (Job 1,21; Ec1 24). Evang. Erzieher 34 (1982) 490-495; R. Scroggs, Paul
5, 14). Los pobres están desnudos y dependen de fácil*
and the Eschatological Woman: JAAR 40 (1972) 283-
los verdaderamente piadosos y justos para encon- Literalmente mujercilla (de yvvr']), en tono
3. Es difícil de interpretar 2 Cor 5, 3: EL yE 303; C. Spicq, La femme chrétienne et ses vertus, en
despectivo, en 2 Tim 3, 6: «que conquistan a
trar con qué cubrirse (Is 58, 7; Ez 18, 7.16; Tob 4,
16). Así que la desnudez es principalmente expre-
xal, ExbvaáflEvOL ov YVflvol, EÚQEfu]aóflE1'ta,
mujerzuelas cargadas de pecados ... ».
Les Epftres Pastorales, Paris 41969, 385-425; K.
Thraede, en RAC VIII, 197-269; J. R. Wegner, Chattel
sión de desamparo (cf. Job 26, 6, donde se habla «de tal manera que, aun despojados (de la mo- or Person? The Status of Women in Mishnah, Oxford
de la región de los muertos, que no puede ocul- rada terrena), no seamos hallados desnudos». 1988; B. Witherington, Rite and Rights for Women -
tarse ante Dios). La desnudez cultual (Rerter, 32; En los vv. 1-5 se ofrece un desarrollo «escato- Ga13, 28: NTS 27 (1980-1981) 593-604. Para más bi-
Ringgren; Schmitz) y la idea de la desnudez del lógico» supremo, exponiendo que al hecho de
y"V<uxtio;, 3 gynaikeios femenino* bliografía, cf. ThWNT X, 1028-1034.
alma (cf. Platón, eral, 403 b; CorpRerm 1,24-26: En 1 Pe 3, 7 se exhorta a los maridos a hon-
ir muriendo cada vez más el cuerpo terreno, le
XIII 6) son ajenas al pensamiento bíblico. rar «al vaso (---+ aXEiíoC;) femenino por ser el
corresponde una renovación del hombre inte- yvvr'] designa a la mujer como pareja sexual
más débil». El pasaje está influido probable-
rior por el poder del Espíritu de Dios (4, 7-18; del hombre en Mt 5,28; 1 Cor 7, 1; Ap 14,4,
2. El joven de quien se habla en Mc 14, mente por 1 Tes 4, 4.
5, 6-8: cf. R. Bultmann, Der zweite Brief an sin tener en cuenta su edad ni su condición. El
51.52 huye completamente desnudo, dejando die Korinther [KEK] sobre 5, 1, con la nota hombre es el nacido de mujer, Mt 11, 11; Lc
en manos de los que querían prenderle la sába- 120). Los creyentes gimen, porque ya ahora, 7, 28; Gál 4, 4 (Jn 16, 21). y"v~ significa la
na, que era lo único con que se cubría. YVflVÓC; en medio de la destrucción de su existencia te-
y"vi¡, <uxó;, tl gyne mujer
esposa en Mt 5, 28.31; 14,3 y passim; 1 Cor
se usa en Hech 19, 16 para expresar la acción rrena (Mv ... xataAv1't-ñ, 5, 1), ansían revestir- Bibl.: M. Adinolfi, La donna e il matrimonio nel 9, 5 (Bauer cree que la variante textual, en
violenta de desnudar a alguien. Y se usa en se de la morada celestial (5, 2) que se atesora Giudaismo ai tempi di Cristo: RivBib 20 (1972) 369-
390; Id., Il velo della donna e la rilettura paolina di 1 plural, yuvaLxac; es la original), la madras-
sentido figurado en Ap 17, 16 (para referirse a para ellos según el modelo de Cristo. tra, en 1 Cor 5, 1; Y algunas veces también la
Coro ll, 2-16: RivBíb 23 (1975) 147-173; J. B. Bauer,
807 y1JV~ - núy 808 809 fÓJy - yOOVLU 810

novia, la cual hasta el día de la boda se halla lla tradizione biblica, ebraica e christiana: RivBib 25 guiente es ocioso tratar de hallar referencias 1. yOOVLU aparece 4 veces en el NT (Mt 6,
bajo la patria potestad, pero jurídicamente se (1977) 389-421; W. Zimmerli, Ez 11 (BK), Neukir- históricas concretas. 5; Hech 26,26; Ap 7, 1; 20, 8); la expresión
chen-Vluyn 1969,921-975. Para más bibliografía, cf. Los apócrifos y pseudoepígrafos judíos
considera ya desde el desposorio (o compro- 'ltEqJUA~ yOOVLU~ aparece 5 veces (Mt 21, 42;
ThWNT X, 1034.
miso matrimonial) como una mujer casada guardan silencio acerca de Gog y Magog, con Mc 12,10; Lc 20,17; Hech 4,11; 1 Pe 2,7);
(Gén 29, 21; Dt 22, 24): Mt 1,20.24; Lc 2, 5 excepción de Sib III 319 Y 512. Tan sólo los en cambio, el término aXQoyoovluLo~ se en-
1. En el AT hay varias y diversas referen-
v.l. Puesto que la esposa infiel, según la inter- escritos rabínicos y los de la época cristiana cuentra únicamente en Ef 2, 20 Y 1 Pe 2, 6.
cias a Gog y Magog. Mientras que Gog se
pretación rabínica de Lev 20, 10; Dt 22, 22, posterior al NT vuelven a mostrar más inten-
menciona en 1 Crón 5, 4 Y Magog en Gén 10,
debía ser estrangulada, creemos que en Jn 8, so interés por ellos (Billerbeck; Bousset). 2. yOOVLU, vista desde fuera, es esquina, y,
2 Yen 1 Crón 1, 5 como nombres de personas,
3.4.9s pudiera tratarse de una novia infiel, la vemos que Gog en Ez 38, 2.3.14.16.18; 39, desde dentro, ángulo, rincón. Puede implicar,
D. Sanger
cual (según Dt 22, 24) debía ser lapidada (Je- 1.11.15 es un gran príncipe del país de Magog por tanto, el elemento de la notoriedad o el de
remias). Ahora bien, si con von Campenhau- (Ez 38, 2; cf. 39, 6). Así que Magog es un lo que se halla retirado y oculto. En Mt 6, 5,
sen estamos en lo cierto al trasladar el origen nombre formado expresamente por Gog y por yrovia, a~, 1) gania esquina, ángulo, rin- la frase «en las esquinas de las calles» (EV
de la perícopa de la adúltera al tiempo de las cón* 'tUL~ yoovLm~ tWV JtAUtElWV) se refiere pro-
una preformante, y significa la región donde
controversias en torno a la penitencia que se Gog era príncipe (Zimmerli, 940-942). Según ¿btQOYWVlULO¡;, 3 (a saber, ",L{}o¡;) akro- bablemente a las desembocaduras o a las en-
produjeron entre los cristianos del siglo 11, en- Ez 38s, Gog -por mandato de Yahvé- se puso ganiaios piedra angular* crucijadas de los caminos, donde a uno se le
tonces el argumento rabínico pierde su fuerza. en marcha contra Jerusalén, al frente de un puede ver públicamente desde varios ángulos
1. Aparición de los términos en el NT - 2. ywvla -
En Ap 19,7; 21, 9, la novia es la imagen de ejército formado por muchos pueblos (38, 3. Xe<paA~ ywvlac; y <1xQOyWVtaLOC;: a) Significados (es lo opuesto de to xQuJttÓV, «el lugar ocul-
la Iglesia, lo mismo que en 12, lla mujer ves- 12), con el propósito de conquistar la ciudad, de estos términos - b) Xe<pa!..~ ywvlac; - c) <1xQo- to»). Hech 26, 26, con las palabras Ev yOOVLc;:t,
ywvLaLoc;. «en un rincón», utiliza una expresión del más
tida del sol simboliza al pueblo de Dios (Vic- pero luego fue derrotado y aniquilado por
torino, Comm. in Ap. 12 [PL Suppl. 1, 149]: Yahvé mismo (39, 1-8). En estas ideas sobre Bibl.: H. Balz, 'tÉooaQeC;, en ThWNT VIII, 127- puro estilo griego, que está documentada, por
ecclesia antiqua patrum et prophetarum et Gog y Magog se mezclan la realidad histórica l34, sobre todo 131s, 134; K. Berger, Exegese des NT, ejemplo, en Platón, Gorg 485d y en Epicteto,
Heidelberg 1977, 61s; G. Bornkamm, !..LXflcXW, en Diss 1, 29, 36; 11, 12, 17; I1I, 22, 98 Y passim.
sanctorum apostolorum). yúvm como manera y ciclos de fantasías míticas. ThWNT IV, 283-285; J. Jeremias, ywvla X"tA., en
de dirigirse a una mujer no significa tratarla ThWNT 1, 792s (bibliografía); Id., Eckstein - SchujJ- yOOVLU no sólo expresa un lugar retirado, lejos
con poco respeto, en Mt 15, 28; Lc 22, 57; Jn 2. En el NT, Gog y Magog aparecen única- tein: ZNW 36 (1937) 154-157; Id., t..l{}0C;, en ThWNT de la notoriedad, sino también la escasa im-
IV, 275-281; Jeremias, Parábolas, 91s; S. Lyonnet, portancia de algo. Por consiguiente, en Hech
2,4; 4, 21; 19,26; 20, 13.15 (cf. Jdt 11, 1; Jo- mente en Ap 20,8. Como en las anteriores vi-
De Christo summo angulari lapide secundum Eph 2, 26, 26, el lítotes «esto no sucedió en un rin-
sefo, Ant 1, 252: madre de la novia; Dión Ca- siones escatológicas del vidente, la visión que 20: VD 27 (1949) 74-83; U. Maiburg, Christus der
sio, LI, 12, 5, Augusto se dirige a Cleopatra). encontramos en Ap 19, 11-22,5 se parece en Ekstein. Ps 118, 22 und Js 28, 16 im NT und bei den cón» afirma que el acontecimiento del Me-
Cuando el término va acompañado por la de- gran medida al esquema del anuncio profético lateinischen Viitern, en Vivarium. FS f T. Klauser, sías-Cristo tuvo lugar con toda notoriedad y,
Münster i. W. 1984, 247-256; R. J. McKelvey, Christ al mismo tiempo, fue un suceso importante.
signación de características, función u origen, de Ez 37-48 y depende obviamente de él. La the Cornerstone: NTS 8 (1961-1962) 352-359; H.
sirve para la formación de sustantivos: la ca- mención de Gog y Magog en 20, 8 se encua- El Apocalipsis (7, 1; 20, 8) habla de «los
Merklein, Das kirchliche Amt nach dem Eph (StANT
nanea (Mt 15, 22), la samaritana (Jn 4, 9), la dra en las ideas de Ez 38s. Sin embargo, a di- 33), München 1973, 144-152; W. Mundle, Piedra, pie- cuatro extremos de la tierra» (tÉ(J(JUQE~ yoo-
judía (Hech 16, 1); la griega (17,12); la casa- ferencia del TM de Ez 38s, vemos que Gog y dra angular, en DTNT 111, 363-365; F. MuJ3ner, Chris- vLm tfí~ Yfí~). Con ello difícilmente se supon-
tus, das All und die Kirche (TThSt 5), Trier 1955, 108- drá que la superficie de la tierra tenga forma
da (Rom 7,2); la viuda (Lc 4, 26); la pecado- Magog en Ap 20, 8 son nombres propios de 111; E. Percy, Die Probleme der Kolosser und
ra (7,37). los pueblos (Gog y Magog son aposición a 'ta Epheserbrief (SHVL 39), Lund 1946, 328-335.485-
cuadrangular, porque yoovLm tiene aquí el
J. B. Bauer I!{}vlj) a los que Satanás seduce, trascurridos 488; J. Pfammatter, Die Kirche als Bau (AnGr 110), sentido de JttÉQUyE~ (<<bordes, límites») co-
los mil años del reino mesiánico de paz (20, Rom 1960, 143-151 (bibliografía); M. Rese, Alttesta- mo en Is 11, 12; Ez 7,2, o de aXQu 'tfí¡; Yfí~
mentliche Motive in der Christologie des Lukas, Gü- (<<extremidades de la tierra»), como sucede
1-6), para que conquisten Jerusalén, «la ciu-
rroy
Gag Gog* dad amada» (20, 9), que es el centro del rei-
tersloh 1969, 113-115.171-173; K. Th. Schiifer, Lapis
summus angularis, en FS f H. Lützeler, Düsseldorf con frecuencia en la LXX (cuatro aXQu del
Muywy Magag Magog* nado del Mesías. Así que por el especial énfa- 1962,9-23; Id., Zur Deutung v. <1XQoywvLaLoc; Eph 2, cielo, Jer 25, 16 LXX). La conexión con los
20, en FS Schmid, 1963,218-224 (bibliografía); K. H. cuatro vientos en Ap 7, 1 sugiere más bien la
Bibl.: H. Bietenhard, Das tausendjiihrige Reich, sis que se hace en Satanás en 20, 2s y 20, 7, es Schelkle, Akrogoniaios, en RAC 1, 233s; E. Schwei-
Zürich '1955; Billerbeck I1I, 831-840; W. Bousset, muy posible que por las «naciones de los cua- idea de los cuatro puntos cardinales (así suce-
Beitriige zur Geschichte der Eschatologie: ZKG 20 zer, Das Ev. nach Markus (NTD), G6ttingen '1968,
tro extremos de la tierra, Gog y Magog» (20, 136-138; G. Stiihlin, JtQOO'ltÓ'lt'tw, en ThWNT VI, de también cuando, en relación con los vien-
(1900) 103-l31; C. A. Keller, en RGG 11, 638s; K. G.
Kuhn, rwy xaL Maywy, en ThWNT 1, 790-792; B. 8) se entiendan los poderes demoníacos o los 755-757; Id., oXcXv6aAov, en ThWNT VII, 352s; A. tos, se habla de cuatro tÓJtOl [«regiones»]
Otzen, Gog, Magog, en DTAT 1, 977-985; M. Rissi, Suhl, Die Funktion der alttestamentlichen Zitate und xut ywvLm del horizonte, correspondientes a
muertos, es decir, las mesnadas del mundo de Anspielungen im Markusevangelium, Gütersloh 1965,
Die Zukunft der Welt, Base11966; A. Schlatter, Das AT
las profundidades (cf, 9, 1-11.13-19). Por las cuatro estaciones del año de las que habla
in der johanneissen Apokalyse, Gütersloh 1912; M. C. l38-142; Ph. Vielhauer, Oikodome, Karlsruhe 1940,
consiguiente, Gog y Magog, en 20, 8, son 60-62.124-127.145-150. Para más bibliografía, cf. Tolomeo, Tetrabiblos 1, 29); más aún, «cua-
Tenney, The Importance and Exegesis of Rev 20, 1-8:
BS 111 (1954) l37-148; A. Vivian, Gog e Magog ne- nombres de una entidad mítica, y por consi- ThWNT X, 1034. tro» es un número simbólico que se emplea a
811 812 ywvlu 814
ywvia 813

veces para expresar totalidad. - Según Ap 20, Los términos xfcpaJ..l] ywvias; y aXQoyw- En Mt 21, 42, la cita del salmo se conecta que se comenzó el edificio y éste quedó fija-
8, Satanás incita «a las naciones que están en vLatos; designan, ambos, la piedra fundamental más estrechamente con el relato de la parábo- do en su orientación. La oración de participio
los cuatro extremos de la tierra = en toda la situada en el ángulo más extremo (más anterior), la, mediante los vv. 41 y 43. Estos versículos ovw~ aXQoywvLuLoU avwv X(HOWV ex-
tierra» a luchar contra la ciudad santa, que se con la que se comienza un edificio, se asienta só- amplían el acontecimiento decisivo, mediante presa también gramaticalmente el puesto es-
lidamente y queda orientado definitivamente. Co- la doble mención adicional de los «frutos» pecialísimo de Cristo en relación con los
concibe situada en el punto medio de la tierra. mo piedra (tallada) de sillería, la piedra escogida
que hay que esperar, apoyados por la mención apóstoles y los profetas del NT, que forman
es de especial calidad. Y, a diferencia de lo que
3. a) El término xEcpaJ..l] ywvLac; es la traduc- expresa de (hav n:frn ó %'ÚQLO~ (v. 40), parte del fundamento (--+ -&c¡.,¡,éALO~). El con-
ocurre en las edificaciones modernas, sigue es-
ción, formada mecánicamente, del hapax legome- tando visible, porque al ponerla no la entierran orientándolo hacia la parusía, e incluyen así a texto exige para avwv el significado exclu-
non hebreo rij' s pinna que aparece en el Sal 118 profundamente. yente o contrastante de «él mismo», que se
los discípulos en el juicio.
(117), 22. La tesis, propugnada especialmente por refiere bien al sujeto XQLOtov '!rloOV (en
J. Jeremias (desde 1925), de que por xEcpaJ..l] b) En el Sal 118 (117) 22s, los participantes en Lucas, en 20, 17, acentúa el funesto reverso
que ha de tener para los incrédulos ese giro oposición a los apóstoles y profetas), o mejor
ywvLac;, lo mismo que por su sinónimo aXQo- una fiesta alaban, llenos de asombro, los actos de
ywvLaLo~, se entiende la piedra clave o corona- Yahvé en favor del justo, que fue salvado del des- maravilloso, omitiendo el segundo versículo todavía al predicado nominal aXQoywvLatou,
miento del edificio, colocada probablemente so- precio y del peligro mortal y a quien ahora le es de la cita e introduciendo en cambio en el v. la piedra angular misma, es decir, la parte
bre el pórtico, es una tesis que, a pesar de la dado entrar por las puertas de la justicia. Y lo ala- 18 (sobre el trasfondo de Dan 2, 34s.44s) un esencial y decisiva del fundamento (cf. 1 Cor
buena acogida que tuvo por parte de muchos exe- ban con aquella imagen proverbial: «La piedra logion que es una especie de proverbio (Bi- 3, 11, donde aparece una oposición con el res-
getas, no es admisible, porque las pruebas aduci- que los constructores, al examinarla, desecharon, to del fundamento).
llerbeck 1,877; ThWNT IV, 285 nota 10) y de
das son posteriores a la época del NT y no son se ha convertido d~ xEcpaJ..l]V ywvLas;, en la pie- Finalmente, 1 Pe 2, 6s asocia aXQoyw-
tampoco convincentes (cf. especialmente Percy, dra angular». El meollo de este enunciado no es origen desconocido, sobre los efectos del jui-
Pfammatter, Merklein), ya que con una piedra de el comienzo de una edificación, sino la maravi- cio dictado por la piedra angular. En él la se- vLaLo~ (ls 28, 16) Y xccpaAT] ywví,a~ (Sal
ésas no puede uno tropezar ni caerse (Lc 20, 18; llosa ({}au¡.tacni]) trasformación que ha tenido gunda mitad del versículo (ALX¡.,¡,áw) tiene la 118, 22) en la prueba de Escritura anticipada
1 Pe 2, 7s), y la traducción piedra clave en Lc 20, lugar: aquel que fue descalificado por los hom- sola función de expresar totalmente lo inelu- ya en el v. 4, que expresa explícitamente el
18 obliga a una interpretación forzada, dado el bres, ha sido reconocido y distinguido por Dios. dible que es el juicio. doble efecto que surte la acción de Cristo,
contexto (-* :rtÍJt1:w). Más aún, en Ef 2,20, el edi- En los tiempos que preceden al NT, no puede En Hech 4, 11 el uso primitivo que se hace quien es la «piedra viva» (v. 4). Cristo, que es
ficio al que esa piedra ya pertenece (según el sen- atestiguarse que la exégesis judía entendiera es-
tido claro del texto), es un edificio que aún no es-
de las palabras acerca de la piedra angular se el aXQoywvLdio~ que determina la estructura
tas palabras en sentido mesiánico (Billerbeck 1,
tá terminado. En el lenguaje del NT, la imagen orienta, como en Mc 12, lOs, hacia la inter- de la Iglesia, constituye positivamente la sal-
875s). El NT emplea 5 veces esta palabra del sal-
del edificio debe distinguirse claramente de la del mo, en interpretación cristológica, para referirse pretación de la crucifixión y la resurrección vación para los creyentes, que -como «pie-
cuerpo (obsérvese el uso de xEcpaJ..i], «cabeza»), al justo. de Jesús (a las que se hace referencia expresa dras vivas» (v. 5)- son insertados en el edifi-
aunque un mismo autor se sirva de ambas imáge- en el v. 10). El texto no se atiene a la LXX, si- cio. Como xccpaAT] ywví,a~, Cristo tiene un
nes o las combine (Ef 4, 12.16). Marcos, después de citar en 11,9 el Sal 118, no a otra tradición distinta (obsérvese E1;ou- significado crítico y negativo para los incre-
Mientras que pinna y ywvLa denotan claramen- (h:véw).
25, con motivo de la entrada triunfal de Jesús yentes, lo mismo que en Lc 20, 17s. En el v.
te el ángulo, vemos que rij's -* xEcpaJ..i] se refie-
en Jerusalén, añade en 12, lOs los vv. 22s de Sobre 1 Pe 2, 7, --+ c, 8, con la cita adicional de Is 8, 14 (cf. Rom 9,
ren no sólo a la vertical (<<cabeza») sino también a
la horizontal: rij's expresa el lugar donde comien- ese salmo -como prueba de Escritura- a la c) Con aXQoywvLaLo~ se asocia la idea 33), la piedra angular se convierte en la pie-
za un camino, en Ez 16,25.31 Y passim (la LXX parábola de los viñadores malvados, dándoles de un edificio, del edificio espiritual de la dra de tropiezo. En 1 Pe 2 el acento recae so-
traduce en este caso por aQxi], y en Is 51, 20 por así un sentido que sobrepasa al que tienen en bre el aspecto de la salvación.
Iglesia. Ef 2, 20, en una clara referencia a Is
aXQov, y xEcpaJ..i] designa la «zona marginal» el contexto del salmo. Como se ve claramente
que rodea un campo, en PapPetrie II N° 38a, 21 28, 16 (axQoywvLaLo~, -&c¡.,¡,éALa), presenta a
(siglo III a.C.); Pap Oxy II N° 273, 18 (del año 95 por la referencia retrospectiva a Mc 8, 31 (la Cristo Jesús como la piedra angular, con la H. Kramer
p.C.). Por tanto, xEcpaJ..l] ywvLw;; se refiere al ex- palabra clave es aJto()oxL¡.tá~w, que aparece
tremo más distante en la línea horizontal. únicamente aquí y en 11, 27, antes de que co-
Una interpretación parecida se asocia con -* mience propiamente el relato de la pasión, y
aXQo~: aXQoywVLaLO~ es un término compuesto que se aplica a los tres grupos del sanedrín
típico de la Koiné, que sirve para reforzar la idea enumerados explícitamente como adversarios
de yWVLaLOS;, «angular» (esta forma simple es ya
clásica; obsérvese que en Job 38, 6 dícese' eben de Jesús), no sólo se habla del rechazo = cru-
pinna / J..WOS; ywvtatos; para referirse a la «pie- cifixión de Jesús, sino que se hace referencia,
dra fundamental» sobre la que se asientan los pi- además, a su resurrección por la acción mara-
lares de la tierra); el hapax legomenon de la LXX villosa de Dios, considerándola como una
J..L{}oS; aXQoywvLatos; en Is 28, 16 designa la pie- victoria sobre el rechazo de los hombres. Y
dra angular sobre la que se asientan los funda-
con esto se añaden los nuevos acentos, que
mentos de un edificio (Símmaco emplea también
el término aXQoywVLaLOS; en el Sal 118, 22 en son característicos del testimonio dado por la
vez de xfcpaJ..l] ywvLas;). Iglesia.
815 818
816 817

exactamente originada por los demonios como la par. Mc 3, 22 par. Lc 11, 14.15: curación de
«posesión» que padece un enferm~ ~en~~l (Pes un poseso mudo; Mt 12,25-30 par. Mc 3, 23-
40a: Billerbeck IVIl, 524); la punfIcaclOn (cf. 27 par. Lc 11, 17-23: ¿en pacto con el diablo?;
Núm 19) se considera como exorcismo. Mt 8, 28-34 par. Mc 5, 1-20 par. Lc 8, 26-39:
La curación de los enfermos y de los posesos
consiste en la expulsión de los demonios de la en- curación de los posesos de Gádara o del pose-
bm"oví~o,.uu daimonizomai estar poseí- el sustantivo 6uí.WJ)v (Mt 8, 31). Son sinóni- fermedad (cf. Josefo, Bell VII, 185 Y los testimo- so de Gérasa; Mt 15,21-28 par. Mc 7, 24-30:
do (por un demonio) mos, entre otros: JtVEV!!U (especialmente, nios en Billerbeck IVIl, 514-517, 524, 532-535); curación de la hija de la mujer sirofenicia; Mt
-4 6m!!ÓVLOV 7. los ángeles son considerados como maestros del 17, 14-21 par. Mc 9, 14-29 par. Lc 9, 37-43a:
JtVEV!!U axá-fruQ'tOv, JtVEV!!U Jtov'l'JQóv) y
arte de curar (Jub 10, 10-13), Y a Dios mismo se curación de un muchacho poseso). La compa-
ayyEAor:; ('tOv 6LU~óAo1)). Compárense tam-
bm"óvlov, ou, 'tó daimonion demonio* le considera como quien capacitó a Salomón para ración dentro de un texto (Mc 7, 25.30; Lc 10,
bién los términos -4 aQX~, -4 MVU!!LC; y -4 el ejercicio del exorcismo (Josefo, Ant VIII, 42,
6UL!!WV, ovoc;, ó daimon demonio* f~01)aí.u. 17.20 y passim) y entre los Sinópticos (Mc 1,
45). Son también impuros los gentiles (cf. ya Dt
23.26 par. Lc 4,33.35; Mt 8, 28.31 par. Mc 5,
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Antece- 14,21; Ez 4, 13), y además sus dioses son demo-
dentes en el AT yen el judaísmo - 3. ómflóvLov en los 2. Aunque Israel atribuyó originalmente a nios (Bar 4,7; Henoc [et] 19, 1; 99, 7; Jub 1, 11; 2 par. Lc 8, 27; Mc 5, 8.9 par. Lc 8, 29.30; Mt
Sinópticos y Hechos - 4. ómflóvLOv en el Corpus Pau- Yahvé el bien y el mal (cf. Is 45, 7; Am 3, 6) y vio 11, 4; TestJud 23, 1s; TestNef 3, 3 y passim); la 10, 1 par. Mc 6, 7 par. Lc 9, 1; Mc 9, 20 par.
linum - 5. ómflóvLOv en los escritos joánicos - 6. en los poderes de Dios para dañar mensajeros de impureza gentílico-demoníaca se borra mediante Lc 9, 42) indica que 6m!!ÓVLOV se emplea en
ÓmflóvLOv en las Cartas católicas (exceptUadas las castigo y de tentación (cf. 1 Sam 16, 14-23; 2 el bautismo de prosélitos (cf. Billerbeck 1, 102- lugar de JtVEV!!U y frecuentísimamente en lu-
tres Cartas de Juan) - 7. ómflovU;oflm - 8. óm-
flOVLWÓllC:; - 9. Resumen.
Sam 24, 15s; 1 Re 22, 22; Job 2, 1-7), sin embar- 112). Puesto que a los espíritus inmundos se los gar de JtVEV!!U axá-fruQ'tOv (especialmente
go el encuentro con el sincretismo iranio-caldeo localiza en los elementos, la expulsión y defensa por parte de Lucas).
Bibl.: W. M. Alexander, Demonic Posession in the durante el destierro babilónico condujo a una ex- contra lo mismos se efectua de manera mágica y
Es indiscutible que el Jesús histórico actuó
NT. Its Historical, Medical and Theological Aspects, tensa recepción del dualismo común de los tiem- homeopática con el fuego y el humo, con líquidos
Grand Rapids 1980; H. Bietenhard, Demonio, demoní- (agua, sangre, vino, aceite, saliva), con aire y di- como médico y exorcista itinerante. Lo mis-
pos antiguos por parte del judaísmo bíblico y pos-
aco: DTNT JI, 14-19; Billerbeck IV, 501-535 (demo- bíblico. Los ángeles (-+ &'YYEAO(,) aparecen como versas sustancias sólidas (tierra, piedras precio- mo que sus contemporáneos, él atribuía a de-
nología); O. Bocher, Diimonen IV), en TRE VIII, 279- sas, cenizas, sal y otras) y también mediante la monios las enfermedades del cuerpo y de la
poderes espirituales que prestan auxilio, mientras
286; Id., Diimonenfurcht und Diimonenabwerhr poderosa palabra del médico y del exorcista (tes- mente (cf. Mt 12, 43-45 par. Lc 11, 24-26;
(BWANT 90), Stuttgart 1970; Id., Christus Exorcista
que los demonios son poderes diabóI1cos dañinos.
Es verdad que Dios sigue siendo el Creador y el timonios en Bocher, Diimonenfurcht, 161-316). 6m!!ÓVLOV que era mudo: Lc 11, 14; JtVEV!!U
(BWANT 96), Siuttgart 1972; M. Dibelius, Die Geis-
Señor, incluso sobre Satanás y sus demonios (Job De Gén 6, 1-4 el judaísmo postbíblico de los de la mudez: Mc 9, 17.25; JtVEV!!U aa-frEVEL-
terwelt im Glauben des Paulus, Giíttingen 1909; O.
Everling, Die pln Angelologie und Diimonologie, Got- 1,6; 2, 1; 1QM 13, lOs; cf. 1QS 3, 25), pero este primeros tiempos dedujo que los demonios habí- uC;: Lc 13, 11; cf. Lc 8, 2). La curación con-
hecho va perdiendo cada vez más importancia pa- an surgido por las relaciones sexuales de los án-
tingen 1909; W. Foerster, óulflOV x:1:A., en ThWNT 11, siste, por tanto, en la expulsión (fx~áAAELV)
1-21; J. Maier, Geister (Diimonen) [Israel: Frühes ra la piedad popular; frente a la esfera pura de geles estelares con las hijas de los hombres.o que
se identificaban con los mismos ángeles estelares del6m!!óvLOv (Mt 9,33; Mc 7,26; Lc 11, 14)
und hellenistisches Judentum; Talmudisches Juden- Dios y de sus ángeles se halla, casi en pie de o de los 6m!!ÓVLU (Mt 7, 22; 9, 34; 10,8; 12,
tum], en RAC IX, 579-585, 626-640, 668-688; B. No- igualdad, la esfera impura del diablo y de sus de- derribados por Dios a la tierra (Hen [et] 6-11; 15,
ack, Satanás und Sote ría. Untersuchungen zur ntl. monios. 3-12: 18,13-16: 19, 1s; 86-88; Jub 5,1-10; 10,5- 24.27.28; Mc 1, 34.39; 3, 15.22; 6, 13; 9, 38;
Diimonologie, Kopenhagen 1948; B. Reicke, The Dis- 11; TestRub 5, 5-7; TestNef 3, 5; Filón, Gig 6- 16,9.17; Lc 9, 49; 11, 15.18.19.20; 13,32).
Los demonios son por excelencia los que da-
obedient Spirits and Christian Baptism (ASNU 13), 18). El judaísmo rabínico explicaba la existencia Con los métodos exorcísticos de la medici-
ñan y llevan a la perdición (Hen [et] 15, 11s; Jub de los demonios por las relaciones sexuales de
Uppsala-Copenhagen 1946; H. Ringgren, Geister, Dii- na antigua (cf. Mt 12,27 par. Lc 11, 19) Jesús
monen, Engel 11. 1m AT, Judentum und NT, en RGG JI,
10, 5). Se los llama «espíritus inmundos» (Jub Adán con espíritus femeninos y por las relaciones
1301-1303; H. Schlier, Miichte und Gewalten im 10, 1; TestBen 5,2; testimonios rabínicos en Bi- sexuales de Eva con espíritus masculinos (GénR cura dolencias del cuerpo como la ceguera
Neuen Testament, Freiburg i. Br. 31963; R. Schnacken- llerbeck IVIl, 503s). Sobre todo en el ámbito se- 20 [14a] con par.; Erub 18b: Billerbeck IVIl, (Lc 7, 21; Mt 12,22-24; Mc 10,46-52 par.),
burg, Diimon 11. In der Schrift, en LThK 111, 141s; E. xual, los demonios ponen en peligro y hacen im- 505-507). La antigua escatología judía espera que la mudez (Mc 9, 14-29 par.; Mt 9, 32.33 par.
Schweizer, Geister (Diimonen) [NT], en RAC IX, puros a los seres humanos, de tal manera que hay al fin de los tiempos se va a despojar de su poder Lc 11, 14), la parálisis (Mc 2, 1-12 par.; Lc
688-700. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1034- que recurrir a la adopción de contramedidas apo- al diablo y a sus demonios (lQS 3, 24s; 4, 20-22: 13,10-17), la lepra (1, 40-45 par.; Lc 17, 11-
1036. tropaicas y catárticas (cf. ya Lev 12, 15; luego, 1QH 3, 18; 1QM 1, lOs; 7, 6; 12, 7s). 19) y la fiebre (Mc 1,29-31 par.), y también
entre otros, Tob 3, 7s; 8, 1-3: TestRub 2, 8s; 3, 3;
1QM 7, 5s). Obra suya son las enfermedades del enfermedades mentales y del cerebro (Mc 1,
1. En el NT 6m!!ÓVLOV aparece un total de 3. Los numerosos testimonios de los evan-
cuerpo y de la mente (cf. ya Sal 91, 5s; luego, en- 23-28 par. Lc 4,33-37; Mc 5, 1-20 par.; 7, 24-
63 veces. La gran mayoría de las referencias gelios sinópticos sobre el 6m!!ÓVLOV se en-
tre otros, VitProph 16, 38-42 y bRH 28a y los tes- 30 par.; 9, 14-29 par.). Las expulsiones de de-
(53) se encuentran en los evangelios: Mateo cuentran en su inmensa mayoría en los relatos
timonios que pueden verse en Billerbeck 11, 529 y monios y las curaciones de enfermedades son
(11), Marcos (13), Lucas (23), Juan (6). Las IV/1, 504s, 524-526, 532s) y principalmente la acerca de las curaciones milagrosas obradas cosa idéntica para el hombre de la cultura an-
otras 10 referencias se distribuyen entre He- muerte (Jub 10, 1s; 49, 2; cf. Sab 1, 14 Y los tes- por Jesús (Mc 1,23-28 par. Lc 4, 33-37: cura- tigua (Mc 1, 32-34 par.; Mc 3, 10-12 par. Lc
chos (1), 1 Corintios (4), 1 Timoteo (1), San- timonios que pueden verse en Billerbeck 1, 144- ción del poseso en la sinagoga; Mt 8, 16 par. 6, 18s). A pesar de una resistencia inicial (Mc
tiago (1) y Apocalipsis (3). En una ocasión, 149); el contacto con cadáveres y carroña hace Mc 1,32-34 par. Lc 4, 40.41: curaciones en la
<<impuros» (cf. Lev 21, 1-4: Núm 6,6-12; 19, 11- 1,24 par. Lc 4, 34; Mc 5, 7 par.; 9, 20.26 par.
en vez de 6m!!ÓVLOV (forma sustantivada noche; Mc 1, 39: actividad durante los viajes Lc 9, 42), los demonios tienen que ceder ante
16; Par 8, 4; Billerbeck 1, 491s). Además, la im-
neutra del adjetivo 6m!!ÓVLOC;) encontramos pureza por el contacto con el muerto se halla tan por Galilea; Mt 9, 32-34 par. Mt 12, 22-24 quien es más fuerte que ellos.
819 OaL[lÓVLOV 820 821 OaL[lÓVLOV 822

En su respuesta al Bautista (Mt 11,4-6 par. Del poseso se dice que «tiene» un om[A.ó- oLá~OAO~ y a sus ángeles (Mt 25, 41; cf. Ap (Hech 5, 16; 8, 7; 19, 12). La muchacha esclava
Lc 7, 22s), Jesús interpreta sus curaciones de VLOV (Lc 4, 33; Mt 11, 18 par. Lc 7, 33, del 19, 20; 20, 10.14; --+ yÉEVVU). Todos los po- de Filipos tiene un :TtVE'Ü [la :Tt'Ú'frwv (Hech 16,
enfermedades como el cumplimiento de vati- Bautista; cf., de Jesús, en Jn 7, 20; 8, 48.49. deres del cielo y de la tierra están sometidos 16), que con gritos (cf. 8, 7) identifica a Pablo y a
cinios proféticos (cf. Is 29, 18s; 35, 5s; 61, 52; 10, 20) o varios Om[A.óvLU (Lc 8, 27). Los al Resucitado (Mt 28, 18). Mientras que Ma- sus acompañantes (Hech 16, 17s; cf. Mc 1,24.34.
1). Las esperanzas de la escatología del ju- par. Lc 4, 34.41) y que es expulsado por Pablo
demonios entran en su víctima (eloÉQXeofrm, teo suprime la perícopa del exorcista extraño «en el nombre de Jesucristo» (Hech 16, 18). En
daísmo antiguo se realizan en la victoria de Lc 8, 30; Mc 5, 12.13 par. Lc 8, 32.33) y (cf. Mc 9, 38-41 par. Le 9, 49s), incluye entre otros pasajes vemos también que los discípulos
Jesús sobre los demonios (Mc 3, 27 par.; cf. vuelven a salir de ella (ESÉQXeofrm), obede- los condenados (Mt 7, 22s) a los exorcistas, si de Jesús hacen exorcismos y curan en el nombre
Lc 13, 32). Si Jesús expulsa los demonios en ciendo a la palabra poderosa del exorcista es que no han cumplido la voluntad de Dios de Jesús (Hech 3, 6.16; 4, 7.10.30), mientras que
el Espíritu de Dios (Mt 12, 28a) o con el de- (Mc 1,26 par. Lc 4,35; Lc 4,41; 8, 2; Mt 8, (Mt 7,21). tal éxito se niega a los siete hijos de Esceva
do de Dios (Lc 11, 20a), entonces ha llegado 32 par. Mc 5, 13 par. Lc 8, 33; Lc 8, 35.38; (Hech 19, 13-17). Un demonio al servicio de
la ~UOLAeiu de Dios (Mt 12, 28b par. Lc 11, Es bien visible la tendencia de Mateo a desligar Dios es el ayyEAo,; x.'UQLo'U que castiga a Hero-
Mc 7, 29.30; Mt 17,18; Lc 11, 14).
a Jesús de la categoría de los exorcistas habitua- des haciendo que sea comido por gusanos y mue-
20b). Precisamente por eso Jesús se defiende A los demonios se los concibe enteramente ra (Hech 12,23).
les. Mateo suprime perícopas demonísticas (Mc
tan enérgicamente contra la acusación de que como seres personales: conocen secretos como 1, 23-28 par.; 9, 38-41 par.) y enunciados demo-
él expulsa los demonios con ayuda de BEEA- la identidad de Jesús, saben cuál es su propio nísticos (Mt 8, 16.29; 9, 2; 17, 18). Elimina a los 4. Pablo mismo usa el término om[A.óvLüv
SE~OÚA, príncipe de los demonios (Mc 3, 22 destino, hacen preguntas y dan respuestas, y demonios de la totalidad de algunos relatos de cu- tan sólo en un pasaje, pero lo emplea en él 4
par.). Quien interprete tan torcidamente el pueden ser reducidos al silencio (Mc 1, 24.34 ración (Mt 8, 28-34: 15,29-31; 17, 14-21) y tras- veces: 1 Cor 10, 20.21. No sólo el gentil que
JtVEU[A.U de Jesús, comete pecado contra el par. Lc 4, 34.41; Mc 3, 11; 5, 7 par.; cf. Sant 2, forma historias de exorcismos en relatos genera- ofrece sacrificios a los om[A.óVLu (l Cor 10,
Espíritu Santo, un pecado que es imperdo- les de curación (Mt 4, 23b; 8, 16; 12, 15.22; 15,
19). El grito de los posesos se considera como 20), es decir, a sus dioses (cf. Dt 32, 17), sino
22.25.28.29-31). Jesús sigue apareciendo como el
nable. el grito de los demonios (cf. Mc 1, 23 par. Lc también el cristiano que participa en banque-
que destierra a los demonios. Pero, los exorcis-
Por otro lado, Jesús reconoce la legitimidad 4,33; Mc 3,11; 5, 5; 5, 7 par.; Mc 9, 26 par. Le mos, no los realiza él ya con el dedo de Dios (Lc tes cultuales paganos, se entrega a la esfera
de los exorcistas judíos (Mt 12,27 par. Lc 11, 9, 39; Lc 4, 41). Los movimientos, las convul- 11, 20; cf. Ex 8, 15), sino en el Espíritu de Dios de los om[A.óvLu, es decir, a los dioses de los
19); llega incluso a tolerar que un extraño ex- siones, los estremecimientos, etc., de los enfer- (Mt 12, 28); no con aceite o con saliva sino gentiles (1 Cor 10,21). Las comunidades pau-
pulse demonios «en el nombre de Jesús» (Mc mos se atribuyen a la acción directa de los de- Aóyq¡, con la palabra (Mt 8, 16; cf. Mc 1, 34b par. linas interpretaron las falsas doctrinas como
9, 38-40 par. Lc 9, 49s; pero cf. Mt 7, 22). monios (Mc 1,26 par. Lc 4, 35; Lc 8, 29; Mc Lc 4, 41a). En la cristología postpascual, la bata-
lla entre el Jesús histórico y los diversos demo- una manifestación escatológica de poder por
Con tanta mayor razón, el cristianismo primi- 9, 18.20 par. Lc 9, 39.42). parte de los espíritus de seducción y de los
nios de la enfermedad se consideró como la vic-
tivo puede atribuir sus exorcismos de cura- A los demonios les gusta juntarse en «gru- toria del Exaltado sobre los demonios en general. demonios (l Tim 4, 1).
ción a la facultad concedida por Jesús a sus pos de siete» espíritus malignos (Lc 8, 2; Mt De esta manera, el temor a los demonios y el in-
discípulos para expulsar demonios (Mt 10, 1 12,45 par. Lc 11,26; Mc 16,9) e incluso en terés por el hechizo antidemoníaco pierden im- Los demonios de las creencias populares judías
par. Mc 3, 15 par. Mc 6, 7 par. Lc 9,1; Mt 10, mayor número (Mc 5, 9, JtOAAOL; Lc 8, 30, portancia. son los ayyEAOL contra cuya concupiscencia (cf.
8 par. Lc 9, 2; Mc 6, 13; Lc 10, 17.20; cf. Mc Om[A.óvLu JtoAAá), y se presentan incluso co- Gén 6, 2) hace Pablo que las mujeres cubran su ca-
16, 17). A diferencia de Jesús, los discípulos mo «legión», organizados como quien dice a Hechos emplea una sola vez el término beza con una Eso'UoLa (1 Cor 11, 10). Un ayyEAo,;
la manera militar (Mc 5, 9 par. Lc 8, 30; Mc om[A.óvLOv: los atenienses que escuchan a de Satanás atormenta con una enfermedad a Pablo
tienen que contar también con el fracaso de (2 Cor 12, 7). Satanás mismo destruirá a quien vi-
sus exorcismos (Mt 17, 16 par. Mc 9, 18 par. 5, 15), Y --+ BEEASE~OÚA es considerado co- Pablo, creen ver en él a un XU'tUyyEAEÚ~ de
ve en incesto (1 Cor 5, 5; cf. 1 Tim 1,20). Aunque
Lc 9, 40); el fallo en el ejercicio de su autori- mo príncipe y caudillo de los demonios (Mt e~traños om[A.óvLu (Hech 17, 18). Aquí om-
los demonios siguen ejerciendo su obra de seduc-
dad se explica por su poca fe (Mt 17, 20) Y 12,24 par. Mc 3, 22 par. Lc 11, 15; cf. Mt 9, [A.OVLOV, al parecer sin connotaciones negati- ción (Ef 2, 2) Y deben seguir siendo combatidos
por su deficiente oración (Mc 9, 29). 34), como poderoso en la ~UOLAeiu de Sata- vas (cf., no obstante, 1 Cor 10, 20s), se refie- por los cristianos (Ef 6, 12), el temor a los demo-
nás (Mt 12; 26 par. Lc 11, 18). La demonogo- re a la deidad (pagana) (cf., a propósito de nios desaparece por la confianza en el amor de
No cabe duda: la demonología presupuesta por nía del judaísmo antiguo, con la caída de los Sócrates, Platón, Ap 24b; Jenofonte, Mem 1, Dios en Cristo Jesús (Rom 8, 38s). El amor es un
Jesús y por los Sinópticos es la del judaísmo an- ángeles y la caída de las estrellas (según Gén 1, 1); cuando Pablo llama a los atenienses camino que lleva más allá del exorcismo de cura-
tiguo. El sumario demonológico de Mt 12, 43-45 6, 1-4: --+ 2) se refleja en Lc 10, 18); el tema oELoLOm[A.ovÉo'tEQOL, está alabando su reli- ción y del hablar en lenguas (1 Cor 12, 30-14, 1).
par. Lc 11, 24-26 (Q) podría proceder de Jesús Ya desde ahora Dios ha despojado radicalmente de
popular del demonio embaucado lo encontra- giosidad (Hech 17,22; cf. Hech 25, 19, OEL-
su poder a los demonios por medio de la muerte, la
mismo: para curar al enfermo, el exorcista expul- mos en Mt 8, 30-32 par. Mc 5, 11-13 par. Lc OLom[A.ovLu = religión).
sa al «espíritu inmundo», quien busca una nueva resurre.cción y la exaltación de Jesucristo y los ha
8, 32s. sometido al poder del Hijo (1 Cor 15, 24-28; Flp 2,
morada en un lugar desierto (entre las ruinas o en Es comú,n a los evangelios sinópticos la Por .el contrario, en los Hechos de Lucas (a di- 9s; Col 2, 10.15; cf. Ef 1, 20-22; 4,8-10; Heb 2,
el yermo). En la primera ocasión que se le ofrece,
confesión de fe en la victoria escatológica de fer~~cla del evangelio de Lucas), a los espíritus 8.14). El bautismo hace partícipes del señorío de
el demonio regresa con otros siete espíritus ma-
Jesucristo sobre el mundo de los demonios. El ~an,lllos se los llama JtVE'Ú[lutu o :TtVE'Ú[latU Jesús sobre los demonios (Col 2, 10-15: cf. Rom 6,
lignos y toma de nuevo posesión de la persona ax.a'fraQta o :TtVE'Ú[lata :Ttov'I]Qá. Las curacio-
que más claramente lo expresa es Mateo: el 3-11); los cristianos se sentarán algún día a juzgar
que no ha adoptado medidas apotropaicas de pro- n~s de. enfermedades y las expulsiones de demo- a los «ángeles», es decir, a los demonios (1 Cor
tección (lustraciones, ascética). fuego eterno es el destino que aguarda al --+ llios siguen estando íntimamente relacionadas 6,3).
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5. En el evangelio de Juan los judíos acu- logía judía. La caída de los ángeles y de las estre-
llas (cf. Gén 6, 1-4; Hen [et]; Jub; -+ 2) traen los
8. batp.tovuÍlb1)<; demoníaco* aparece úni- baí.Jlrov, ovo;, ó daimi5n demonio, espíri-
san constantemente a Jesús de tener un camente en Sant 3, 15. En él la «sabiduría»
demonios a la tierra (Ap 8, 10; 9, 1; 12,4.9). El tu maligno
baL[tÓVLOV, es decir, de estar poseído (Jn 7, (ooepí,u) de los destinatarios, evidentemente
dragón, que según Ap 12, 9 se identifica con la -+ baL[tÓVLOV.
20; 8, 48.52; 10, 20); Jn 10, 20 explica lo de una herejía de tipo gnóstico, es atribuida a
serpiente, el diablo y Satanás, es juntamente con
baL[tÓVLOV eXELv mediante el verbo [tuí,ve- sus ángeles el antagonista de Miguel y de sus án- origen demoníaco. La falsa doctrina es consi-
o'fraL, «haber perdido el juicio». Jesús recha- geles (Ap 12, 7-9). El lugar de castigo de los de- derada como obra del diablo (cf. 1 Tim 4,1; 1 báxvro dakni5 morder*
za esta acusación (Jn 8, 49). Parte de sus monios cautivos es el a~uooo¡; (Ap 9, 1; 20, 1); Pe 5, 8; 1 Jn 4, 1-6 Y passim). Gál 5, 15: «Pero si os mordéis y devoráis
oyentes no admiten tampoco que a Jesús se le el príncipe de los demonios es Abadón-Apolión (Xu'tEo'frí,e'te) unos a otros ... ».
considere como un baL[tovLl;ó[tevo¡;, porque (Ap 9, 11). Figuras demoníacas son, entre otras, 9. En lo que respecta a sus ideas sobre los de-
un baL[tÓVLOV no es capaz de abrir los ojos de los jinetes apocalípticos (Ap 6, 1-8), que proba- monios, todos los estratos del NT concuerdan en
blemente deben interpretarse como seres que tra- adoptar las estructuras de la demonología del ju- báx(?lJov, OlJ, tó dakryon lágrima*
los ciegos (Jn 10,21). Aunque la polémica ju-
en guerra, revolución, hambre y pestilencia, y las daísmo antiguo. Frente a Dios y a sus ángeles se En Lc 7,38.44, dícese de las lágrimas de la
día -sobre todo en Jn 7, 20- suena como una langostas pertrechadas para la guerra (Ap 9, 1- halla una gran multitud de demonios, acaudilla- mujer pecadora. [tE'ta buxQvwv, «con lágri-
invectiva ya gastada, sin embargo el evange- 11). Juntamente con el diablo, los demonios aca- dos por el diablo (-+ <'iLá~OAO~) y organizados mas» (Hech 20, 19.31; Heb 5, 7; 12, 17; Mc
lista quiere dejar en claro que los judíos re- barán también algún día en el fuego eterno (Ap por él -como quien dice- a la manera de un ejér-
chazan a Jesús por considerarle un falso ma- 19,20; 20, 10.14; -+ yÉEvva). 9,24 v.l., cf. bLa :n:Of..AWV buxQvwv (2 Cor 2,
cito. Ellos son los que originan las enfermedades
estro; sospechan que el :n:vev[tu de Jesús es (Sinópticos, Hechos, Pablo). Y se los identifica 4); «recordando tus lágrimas» (2 Tim 1, 4).
de origen diabólico (cf. Mc 3, 22-30 par.; 1 Jn 6. Lo mismo que el Apocalipsis, las Cartas con los dioses paganos (Pablo, Apocalipsis) y con Ap 7, 17 Y 21, 4: «Dios enjugará toda lágrima
4, 1-3). católicas reflejan el antiguo tema mitológico los fantasmas que habitan en las ruinas y lugares de los ojos de ellos (cf. Is 25, 8).
desiertos (Apocalipsis). Los demonios se origina-
judío (según Gén 6, 1-4) de la caída y cauti- ron por la trasgresión cometida por seres celestia-
Según la Carta primera de Juan, los seguidores verio de los ángeles desobedientes (1 Pe 3, les y por su ulterior castigo según Gén 6, 1-4 (Lu- bax(?'Úro dakryi5 llorar*
de Jesús están amenazados por poderes demo-
19; 2 Pe 2, 4; Jds 6). Los baL/-tÓVLU siguen co- cas, Pablo, Apocalipsis, Cartas católicas). La En Jn 11, 35 dícese de Jesús, quien después
níacos, cuya labor consiste en enseñar una falsa
nociendo a Dios y tiemblan ante él (Sant 2, falsa doctrina se considera como obra de poderes
doctrina, sobre todo en materia de cristología (1 de la muerte de Lázaro prorrumpió en lágri-
19); por la resurrección y ascensión de Jesu- demoníacos y, por tanto, como señal del fin de los
Jn 4,1-3). Frente al espíritu de seducción (1 Jn 4, mas (ebáxQuoEV).
tiempos (Carta primera a Timoteo, Carta primera
6) y del Anticristo (1 Jn 4, 3) se halla el Espíritu cristo, los poderes espirituales buenos y ma- de Juan; cf. Sant 3, 15).
de la verdad (1 Jn 4, 6). Hay que examinar con los han quedado sometidos al Exaltado (l Pe Pero Jesús, que ya durante su vida terrenal ven-
desconfianza los :n:vEÚf.tCna (1 Jn 4, 1). La falsa 3, 21s; cf. Ef 1, 20s). baxt'ÚAlO;, OlJ, Ó daktylios anillo, anillo
ció a los demonios -como exorcista con éxito- y
doctrina, procedente de los demonios, pone en
trasmitió a los suyos esta facultad, se convirtió de sello*
peligro la pureza de la comunidad (1 Jn 5,21; cf.
7. batp.toví,~op.tat estar poseído por un de- por su muerte, resurrección y exaltación en el Se- Lc 15,22: «¡Poned un anillo en su mano!»
lQS 4, 5).
ñor sobre el diablo y sobre todos los poderes de- (refiriéndose a la mano del hijo que había re-
monio* aparece 13 veces en el NT, pero sólo moníacos (Sinópticos, especialmente Mateo; Pa-
El Apocalipsis llama baL[tÓVLU a los dioses en los cuatro evangelios (7 veces en Mateo, 4 gresado). El hapax legomenon del NT aparece
blo, Apocalipsis, Cartas católicas). Es verdad que
paganos (Ap 9, 20) e identifica a Zeus con Sa- en Marcos, 1 vez en Lucas y 1 vez en Juan) y actualmente al diablo, a la muerte y a los demás también (además de en la LXX) en 1 Clem
tanás (Ap 2, 13). De las bocas de la tríada dia- significa un estado de enfermedad atribuido a demonios se les permite hacer sentir su furor, pe- 43,2.
bólica (Ap 12s; 16, 13; 20, 10), a saber, de Sa- la inhabitación de un demonio (<<posesión»). ro todos ellos han sido desposeídos ya de su po-
tanás, del Anticristo y de la propaganda del der (Pablo) y han sido condenados a la muerte de
Por Jn 10, 21 (donde se habla de Jesús) vemos báxtlJAO;, OlJ, Ó daktylos dedo*
fuego (Mateo, Apocalipsis). El bautismo hace
culto imperial en las provincias romanas, bro- que baL[toví,l;eo'frm significa lo mismo que partícipes a los cristianos de la victoria de Jesús l. Aparición del término en el NT - 2. Estudio exe-
tan tres espíritus inmundos en forma de ranas baL[tÓVLOV eXELv (Jn 10, 20). En Mt 15, 22, lo sobre los demonios (Pablo). El demonismo como gético sobre el empleo del término - 3. «El dedo de
(Ap 16, 13). Son :n:VEV/-tUW bm/-toví,wv, que de XUXW¡; bm[toví,l;e'tm debe traducirse: tal está superado allá donde las prescripciones so- Dios» en Lc 11,20.
seducen a los reyes de la tierra para que vayan «ella es atormentada por un demonio». En to- bre la pureza han sido relativizadas (Mc 7, 1-23
a la guerra escatológica (Ap 16, 14; cf. Hen par.; Ap 10, 15; Rom 14, 14.20; 1 Tim 4, 4; Tit 1, Bibl.: K. GroB, Finger, en RAe VII, 909-946; 1.
dos los demás pasajes encontramos única- Uiw, Die Finger in Literatur und Folklore der luden,
[et] 56, Ss). Después de la derrota y la des- 15; Heb 9, 13s) y las enfermedades no se atribu-
mente el participio de presente bm[tovLl;ó- yen ya a la acción de los demonios (Jn 9, 1-3; Gál en M. Brann-F. Rosenthal (eds.), Gedenkbuch zur
trucción de «Babilonia» = Roma, los bm- Erinnerung an D. Kaufmann, Breslau 1900,61-85. Pa-
[tevo¡; (Mt 4, 24; 8, 16.28.33; 9, 32; 12, 22; 4, 13s). Pablo (1 Cor 12, 30-14, 1) Y Mateo (Mt
/-tÓVLU y los espíritus inmundos habitarán en ra más bibliografía, cf. ThWNT X, 1036.
Mc 1, 32; 5, 15.16; Jn 20, 21) o el participio 7, 22s) sitúan el amor y la obediencia por encima
lugares en ruinas (Ap 18, 2). Creencias popu- del éxito del exorcista.
de aoristo baL[tOVLO'frd¡; (Mc 5, 18; Lc 8, 36), 1. En el NT, el sustantivo se halla documenta-
lares judías se asocian con las esperanzas de O. Bacher do únicamente en los evangelios y aparece un to-
pero siempre con la misma significación:
una apocalíptica cristiana antirromana. tal de 8 veces: Mt 23, 4b par. Lc 11, 46c; Mc 7,
poseso. Sobre la atribución de las enfermeda-
33; Lc 11, 20; 16, 24; Jn 8, 6 (Koiné D y otros);
Innumerables enunciados del Apocalipsis se des del cuerpo y de la mente a los demonios balJlovuobl);, 2 daimonii5des demoníaco 20,25.27. De <'i(bnUAO~ se deriva -+ <'ia%TÚALO~,
entienden únicamente en el marco de la demono- -+ 3. -+ bm[tóvLOv 8. «anillo» (Lc 15, 22).
827 828 829 830

2. En Mt 23, 4, Jesús dice en sú «discurso» se indica en el v. 6b vuelve a indicarse en el v. AaA,ux-.:í.a, a;, ÍJ Dalmafia Dalmacia* relación con Pablo (la vocación de Pablo) en
(23, 1-36) contra los escribas y fariseos: 8 (después de la respuesta de Jesús en el v. Nombre de una provincia romana, la parte Gál 1, 17; 2 Cor 11, 32; Hech 9, 2.3.8.10.
«Atan cargas pesadas que ponen sobre las es- 7a), hay que dar a ese gesto una interpretación meridional de Iliria, que fue dividida después 19.22.27; 22, 5.6.10.11; 26, 12.20. Para la
paldas de los demás, pero ellos no están dis- distinta y más importante. Entre las interpre- de la rebelión dalmático-panónica de los si- historia de la ciudad, consúItese RGG 11, 22-
puestos a moverlas ni con su dedo ("t0 bax- taciones dadas hasta ahora (cf., a propósito, glos IX-VI a.e. Comprendía el territorio cos- 24; Haag, Diccionario, 432s; BRL 54s. Sobre
"túA0 av"trov)>>. El paralelo de Lc 11,46 hace R. Schnackenburg, El evangelio según san tero de la orilla este del mar Adriático. Según Hech 9 cf. W. Prentice: ZNW 46 (1955) 250-
la correspondiente acusación mediante un Juan 11, 229s), la antigua explicación que se 2 Tim 4, 10, Tito viajó a Dalmacia. Pauly- 255: G. Lohfink, Paulus vor Damaskus (SBS
«¡ay!» pronunciado sobre los maestros de la relaciona con Jer 17, l3 LXX (Ambrosio, Wissowa Suppl. VIII, 21-59; LAW 686. 4), StuUgart 1965; D. Gi11: Bib 55 (1974)
ley: «Cargáis a los hombres con cargas difíci- Agustín, Jerónimo), tiene la mayor probabili- 546-548; O. H. Steck: ZNW 67 (1976) 20-28.
les de llevar, pero vosotros ni siquiera tocáis dad: Jesús «remite a los demandantes ... al jui- - S. Sabugal, Análisis exegético sobre la con-
las cargas con uno de vuestros dedos (ÉVL "trov cio de Dios, ante quien todos los hombres son ba"á~ro damaziJ dominar, domar* versión de san Pablo, Barcelona 1976, refiere
bax"túAwv ú¡..trov)>>. El «¡ay!» lucano debe de pecadores. Dios podría escribirlos a todos en Mc 5, 4: «Nadie era capaz de dominarle» a Qumrán 10 de «Damasco» en la conversión
ser la forma original, pero no en cuanto a la el polvo» (ibid., 230). (al poseso). En Sant 3, 7 (bis) dícese de la do- de Pablo; cf. un comentario crítico en e. Ber-
expresión ÉVL "trov bax"túAwv, sobrecargada ma o domesticación de los animales por los nas: CBQ 39 (1977) 157s; W. Wiefel: ThLZ
por Lucas (Schulz, Q, 106s). Para Mateo, la 3. Según Lc 11, 20, Jesús dice en las pala- hombres; el v. 8 añade (empleando ba¡..tá~w 103 (1978) 185-188.
bras con que se defiende (vv. 17-23): «Pero si en sentido figurado): «Pero nadie es capaz de
sentencia era apropiada para ofrecer un ejem- G. Schneider
yo con el dedo de Dios (ev baxtÚA<p 'frEOU) domar la lengua».
plo (tomado de otro contexto) de la afirma-
echo fuera los demonios, entonces el reino de
ción formulada en 23,3. En consecuencia, 23,
Dios ha llegado (--> <p'frávw) a vosotros». El bav€í.~ro daneiziJ prestar dinero
4 asienta hasta qué punto Jesús exige que se bá,.,aAt;, Ero;, ÍJ dama lis becerra*
logion procede de la fuente Q, como muestra Forma alternativa de --> bavÍ,~w. BlaB-De-
observen las enseñanzas de los expertos en la Heb 9, 13: «la ceniza de la becerra que sir- brunner § 23.
el paralelo Mt 12, 28; claro que en este caso
ley, pero nadie debe regirse por lo que ellos encontramos ev nVEú¡..tatL 'frEOV. Esta última ve para la aspersión» (cf. Núm 19; Josefo, Ant
hacen. El «¡ay!» lucano acusa a los escribas expresión es secundaria y procede segura- IV, 80; además, Bern 8, 1).
de querer imponer a otros «cargas» de la ley, mente de Mateo; cf. Hahn, Hoheitstitel, 298- báVEtoV, O", 'tó daneion préstamo
«apenas soportables» (cf. Hech 15, 10), que --> bavÍ,~w.
300; cf., además, R. G. Hamerton-Kelly: NTS
ellos no están dispuestos a mover ni con un 11 (1964-1965) 167-169 (quien cree que
Aá,.,aQt;, tbo; Damaris Dámaris*
solo dedo. Nombre de una mujer que, según Hech 17,
nVE'Ú¡..ta"tL es la lectura original); Th. Lorenz- baVEtO''tt];, ov, Ó daneistes prestamista,
Mc 7, 33 refiere que Jesús «puso sus dedos 34, se unió a Pablo, en Atenas, y que junta-
meier en: FS Braun, 289-304; E. GraBer: acreedor
en los oídos» del sordomudo. De esta manera ZNW 65 (1974) 3-26: G. Schneider, Lukas 11 mente con Dionisio se hizo creyente.
--> bavÍ,~w.
se expresa mediante una acción simbólica lo (ÓTK), sub loco. Ellogion, considerado en sí
que realiza la orden dada por Jesús --> mismo, dice que las expulsiones de demonios Aa,.,ucnnlVÓ;, 3 (ó) Damaskenos natu-
E<p<pa'fra (v. 34), cuando hace que el paciente realizadas por Jesús muestran que ha llegado ral de Damasco, damasceno* baví.~ro daniziJ prestar, conceder un prés-
sea capaz de oír (v. 35, ~voÍ,yr¡(Jav avwv aL el reino de Dios (--> ~a(JLAEÍ,a 3). En el con- tamo*
En el NT, se emplea únicamente como sus-
axoaÍ,). - En Lc 16, 24, el rico, que se halla texto de estas palabras se afirma que el hecho OáVELOV, OV, "tó daneion préstamo, contra-
tantivo en 2 Cor 11, 32: «la ciudad de los da-
en el Hades, invoca en medio de sus tormen- de que Jesús expulse demonios no tiene más mascenos». to de préstamo*
tos a Abrahán y le pide que envíe a Lázaro que una explicación. Y es la de que Jesús ac- OaVEL(J"ttí~, ov, ó daneiste s prestamista,
«para que moje la punta de su dedo ("to túa con el poder de Dios (cf. «dedo de Dios» acreedor*
aXQov wu baxtÚAov) en agua y refresque en Ex 8, 15 LXX; Sal 8, 4 LXX) y que por ese Aa,.,aO'xó;, ov Damaskos Damasco* 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Mt 5, 42;
mi lengua». poder comienza a desmoronarse el poder del Nombre de una antiquísima (siglo IV) e im- Lc 6, 34s - 3. Mt 18,27; Lc 7, 41.
En Jn 20, 25, Tomás pone -entre otras- la «anti-reino». portantísima ciudad situada en una fértil lla-
Bibl.: L. Mitteis, Reichsrecht und Volksrecht in den
siguiente condición: «Si no ... meto mi dedo G. Schneider nura al Sudeste del Antilíbano, junto a gran- ostlichen Provinzen des romischen Kaiserreichs, Leip-
en el agujero de los clavos, ... no creeré». Al des rutas de caravanas. Después de su zig 1891, 4598S; L. Schotroff, Gewaltverzicht und
cabo de ocho días, el Resucitado (no sin críti- AaA,.,avo,,-3á Dalmanoutha Dalmanuta* conquista por los romanos (64 a.C.) y de su Feindesliebe in der'urchristlichen Jesustradition, en
cas, v. 29) le concede esta posibilidad: «¡Me- incorporación a la liga de la Decápolis, Da- FS Conzelmann, 197-221; Th. Thalheim, en Pauly-
Nombre de una (supuesta) localidad situa- Wissowa IVI2 (1901), 2100-2101; W. C. van Unnik,
te aquí tu dedo!» (v. 27). Jn 8, 6b refiere que da junto al lago de Genesaret (Mc 8, 10). No masco quedó por algún tiempo en poder del Die f.1otivierung des Feindesliebe in Lk VI 32-35:
Jesús «escribía con el dedo en la tierra», lo se conoce la derivación del nombre ni el em- rey nabateo Aretas IV ( --> 'AQÉta~). Damasco NovT 8 (1966) 284-300,
cual según el contexto inmediato (8, 3-5[6a]. plazamiento del lugar. Dalman, Worte, 52s; tenía un gran porcentaje de población judía
7a) pudiera interpretarse como un gesto de M.-J. Lagrange, Marc 4 (EtB), 204s; R. Pesch, (Josefo, Bell 11, 561; VII, 368). En el NT, a 1. Los tres términos de esta raíz son tecni-
perplejidad. Ahora bien, como el detalle que Markus I (HThK), 406s. Damasco se la menciona exclusivamente en cismos del sistema mercantil antiguo de prés-
831 ouvLt;,w - t1uuLo 832 833 834

tamo de dinero o de productos de la naturale- AaVlt]A Daniel Daniel* sinópticos y en Hechos, con 17 referencias en David y anuncian a un David redivivus (Is 11,
za (cf. Preisigke, Worterbuch, s.v.). Aparecen Mateo, 7 en Marcos, 13 en Lucas y 11 en He- 1ss; Miq 5, lss; Os 3, 5; Jer 30,9; Ez 34, 23s; 37,
Nombre de un «profeta» a quien se atribuye 24s; para el debate acerca de la autenticidad, cf.
únicamente en Mateo (5, 42; 18,27) Y en Lu- el Libro de Daniel. En Mt 24, 15 (par. Mc 13, chos. Otras referencias: 2 en Juan, 3 en Ro-
los comentarios) o la reconstrucción del ruinoso
cas (6, 34.35 tres veces; 7, 41). 14 Koiné A ~ 8), después de mencionarse la manos, 1 en 2 Timoteo, 2 en Hebreos y 3 en
tabernáculo de David (Am 9, 1).
«abominación de la desolación», se inserta re- Apocalipsis. La apocalíptica calla acerca de David. Los ra-
2. La opinión muy difundida de que bavL~w daccionalmente: «de la que habló el profeta binos le describen como entendido en la Torá
en Mt 5, 42 es la forma original, que es modifi- Daniel» (cf. Dan 9, 27; 11.31; 12, 11 LXX). 2. David, el menor de los ocho hijos de Jesé, (Lohse, 482). Sus yerros se critican en parte, y se
cada por Lucas en Lc 6, 30 (quien vuelve luego nació en Belén. Fue primeramente soldado regu- disculpan en parte. Como compositor de los sal-
Fuera del NT se menciona a Daniel en los es- lar en el ejército de Saú1; luego, jefe de una tropa
a utilizarla en los vv. 34s, con dependencia de mos, estuvo inspirado por el Espíritu de Dios
critos del cristianismo primitivo: 1 Clem 45, de guerrilleros y vasallo de los filisteos. Después (Billerbeck n, 132; IV/l, 445). Basándose en lo
Mt 5, 42) es una opinión discutible. La apari- 6; 2 Clem 6, 8; Bern 4, 5. de la muerte de Saú1, los judíos le ungieron rey, y que se dice en el Sal 16, 9s, se le cuenta algunas
ción de este término en el mismo contexto pero poco más tarde lo hicieron también las tribus del veces entre los varones de Dios que no vieron la
en distintos pasajes sugiere que bavL~w se ha- Norte, de tal manera que unió dos reinos en una corrupción (J. Jeremias, Heiligengraber in lesu
llaba de alguna manera en la fuente Q. No se
bclVlOV, O", 'tÓ dan ion préstamo unión personal. Hizo que sus mercenarios con- Umwelt, Gottingen 1958, 129); algunos hablan
Forma alternativa de -'> bavELOv. BlaB-De- quistaran Jerusalén, la ciudad de los jebuseos, y de su retorno (Billerbeck n, 335-339). Pero esta-
trata en este caso de la práctica, un tanto pro-
brunner § 23. la convirtió en el centro de todo Israel. Por medio ba más difundida la expectación de un «hijo de
blemática, de prestar a interés, sino que se hace de conquistas y de una inteligente política exte- David» (-+ utó~).
referencia a la acción de prestar como una con- rior, logró dominar un vasto territorio desde el
ducta que espera recibir a cambio lo mismo o bavuJ'tt]~, oil, (, danistes prestamista, Eufrates hasta el «río de Egipto». Este amplio 4. En el NT David no desempeña un papel
mucho más (cf. Aristóteles, EthNic 1162b; so- acreedor reino era heterogéneo ética y religiosamente, de destacado. Se le considera como un varón de
bre el problema de la devolución del préstamo Forma alternativa de -'> bavELo't~s;. BlaB- tal manera que en vida ya de David se produjeron
insurrecciones. Después de la muerte de Salo- piedad ejemplar que halló gracia delante de
y de su remisión parcial, cf. Unnik, 393ss y Debrunner § 23.
món, el reino se desintegró. La legitimación teo- Dios (Lc 1,69; Hech 4,25; 7, 46; 13,22; Heb
Schottroff, 204ss). Como se dice en Eclo 29, lógica del reinado de David la proporcionó un 11, 32). A Belén, el lugar de su nacimiento, se
ls, hay que prestar. Pero esta exigencia se radi- bmtavclro dapanao gastar* oráculo del profeta Natán (2 Sam 7), según el la llama la «ciudad de David» (Lc 2, 4.11; cf.
caliza ahora: en Mateo se piensa seguramente Con objeto de la acción verbal en acusativo cual se prometía «duración eterna» a la dinastía Jn 7, 42). David aparece en las genealogías
en tomar prestado, incluso con exigencias des- en Mc 5, 26 (gastar toda su fortuna) y en Lc de David (vv. 13 y 16). Sobre el reino meridional
reinaron los descendientes de David hasta el des- como antepasado de Jesucristo (Mt 1, 1.6; Lc
vergonzadas; en Lucas se piensa expresamente 15, 14 (lo gastó todo). Sin indicarse el objeto' 3,31). Mateo, con la mención de Betsabé, «la
de la acción verbal en Hech 21,24; 2 Cor 12, tierro.
en dar prestado algo, sin esperanza de recupe- que fue de Urías», alude al adulterio de Da-
rarlo. Con esto la acción de prestar se convierte 15; Sant 4, 3. El sentido figurado de «consu- vid. Pero podría ser más importante para Ma-
3. Si la figura de David, con sus facetas de luz
en regalar. Este «prestar» graciosamente, como mir, agotar» (Herm [m] 12, 1.1; Bern 14, 5) y de sombra, se expone en los relatos que figuran teo el hecho de identificar a Betsabé como
un regalo, será -junto al amor a los enemigos- no aparece en el NT. en los libros primero y segundo de Samuel, a ba- gentil, lo mismo que a las otras tres mujeres
la conducta que diferencie a los discípulos de se de tradiciones contemporáneas, todavía bien que figuran en la geneaología, de tal manera
los pecadores (Lc 6, 34s). bmtclVt), t)~, t1 dapane gastos, coste* reconocibles, vemos que la historiografía deute-
que Jesús aparezca no sólo como el Mesías de
ronomística presenta a David como el rey ideal,
Lc 14, 28: «calcular los gastos»; cf. Herm por cuya devoción y obediencia a Yahvé deben los judíos sino también de los gentiles (cf. H.
3. En Mt 18, 27 (MvELov) y en Lc 7, 41 [s] 5, 3, 7. Stegemann, «Die des Uria». Zur Bedeutung
medirse todos sus sucesores (1 Re 3, 3; 9, 4; 11,
(bavELo't~s;) se hace referencia directa a la
4.6.33.38 Y passim). Esta caracterización se re- der Frauennamen in der Genealogie von Mt
antigua práctica comercial de prestar. La pa- fuerza aún más en la obra del Cronista, quien no
Aa"í,b Dauid David 1, 1-17, en FS Kuhn, 246-276).
rábola del siervo despiadado refleja la dureza sólo suprime todos los rasgos negativos de Da- A David se le menciona, además, como au-
de la antigua práctica del préstamo. (Desde 1. Mención en el NT - 2. Significación histórica de vid, sino también gran parte de sus actividades
David - 3. David en la teología del judaísmo - 4. Da- tor de salmos (Rom 4, 6; 11, 9; Heb 4, 7; 11,
los tiempos de Solón se había abolido oficial- políticas y militares. David aparecerá como el
vid en el NT. verdadero iniciador de la construcción del templo 32), acentuándose a menudo que fue inspira-
mente la condición de que la persona sirviera do por el Espíritu de Dios (Mc 12,36/ Mt 22,
Bibl.: J. M. Bassler, A Manjor All Seasons. David (1 Crón 22-29) y del gremio de cantores del tem-
de prenda de un préstamo, pero era algo que plo (1 Crón 16, 1ss). Según lo que nos dice ya 1 43; Hech 1, 16; 4, 25). En Hechos, los salmos
in Rabbinic and NT Literature: Interpretation 40
seguía practicándose incluso más tarde.) Los (1986) 156-169; J. Daniélou, en RAe I1I, 594-603; S. Sam 1; 3; 22; 23, David compuso cánticos; más se interpretan como profecías orientadas ha-
intereses eran insoportablemente altos (cf. Herrmann, Historia de Israel en la época del antiguo tarde se le atribuyeron 73 salmos. En el salmo cia Jesucristo: Como David no ascendió, él
Mitteis, Thalheim). Sobre este trasfondo, la testamento, Salamanca 1979, 190-242; E. Lohse, Uto<; apócrifo de 11QSala 27, 2 (DJD IV) se dice in-
.ó.aulb, en ThWNT VIII, 482-487. Para más bibliogra- mismo, al cielo, el Sal 110, 1 se refiere a Je-
remisión de la deuda era un medio especial- cluso que David compuso 4050 cánticos. En
fía, cf. injra Utó<;. llQSala 151 se describe a David con los colores sús (Hech 2, 34). Como David murió y su
mente impresionante para describir la gracia y tumba es conocida por los habitantes de Jeru-
del cantor griego Orfeo. Durante el tiempo de la
el perdón divinos. 1. En el NT se menciona a David un total humillación de Israel, las esperanzas proféticas salén (cf. Jeremias, Heiligengraber in lesu
G. Petzke de 59 veces, especialmente en los evangelios de salvación recuerdan la promesa divina hecha a Umwelt, 56ss), el Sal 16, 10 debe entenderse
835 836 837 838

como anuncio de la resurrección de Jesús papiros). bt no figura nunca en primer lugar Es sorprendentemente frecuente la partícula trucciones por el estilo: por ejemplo, Rom 7,
(Hech 2, 27-31: cf. 13, 36s). - También Am 9, en la frase. - En relación con todo el léxico de bt después de preposición en Hebreos (11, 5s; 1 Cor 15, 17-20; con variación, por ejem-
11 LXX es re interpretado en sentido cristoló- los diversos escritos (cf. Morgenthaler, 166- 9%); después de participio y dentro de un ge- plo, en Gál 4, 8s: "tó"te [ltv ... vvv M; otros
gico. No se aguarda ya el gran reino nacional nitivo absoluto, en Hechos (20, 4 Y 10, 2% pasajes pueden verse en Tachau, 12.
169), M aparece con máxima frecuencia en
de David, sino que «el objetivo de la acción respectivamente); bt aparece en el tercer lu-
Gálatas (4, 3%), 2 Corintios (3, 6%), 1 Corin- Ideas y formulaciones paralelas en Col 2, 13 Y
salvífica de Dios para con Israel es la nueva gar de la frase en Romanos (6%) y en 1 Co-
tios (3, 1%) y con mínima frecuencia en Apo- Ef 2, 5 indican que el autor en Col 1, 21s quería
humanidad como pueblo de Dios» (H. W. rintios (4, 8%). Cuando se halla en cuarto o
calipsis (O, 1%), 1-3 Juan y Colosenses (en añadir un matiz temporal al matiz concesivo con
Wolff, Dodekapropheton 11 [BK], 409). quinto lugar en la frase, bt se encuentra casi
cada uno de estos escritos O, 5 %); entre los Jto"tÉ ... V1JVL M. En vista de la desemejanza sin-
En el litigio de Mc 2, 23ss par., se hace re- siempre en la combinación xaL.. bt: Mt 10, táctica de los enunciados con las frases contra-
evangelios, donde aparece con menos fre-
ferencia al episodio de 1 Sam 21, 1-10 (el sa- 18; Jn 6, 51; 8, 16; Hech 5, 32 v.l.; 22, 29; puestas de Jto"tÉ y de V1JVL M (la primera, una
cuencia es en el evangelio de Juan (1, 4%).
cerdote Ajimélec de Nob da a David y a su Heb 9, 21; 2 Pe 1,5; 1 Jn 1, 3; Jn 8,17; 11,52 oración participial dependiente ovm~ UJtl]AAO-
Según los cálculos establecidos por Aland "tQLWf.lÉV01J~ xaL EX;{}QOÚ~, y luego una oración
gente los panes de la ofrenda, aunque sólo los v.l.; por lo demás, aparece únicamente en Lc
1, 199-224, el empleo adversativo de la partí- principal en tiempo finito UJtoxa"t~AAa!;ev [cf.
sacerdotes podían comer de ellos), para de- 22,69 v.l.; Jn 17,20; Hech 3,1 v.l.; 27,14; 1
cula M, sin ir precedida por [ltv, tiene una Cor 4, 18; 1 Jn 2, 2. - No se demuestra que Tachau, lOs]), la proposición está desequilibrada
fender a los discípulos que habían arrancado frecuencia media que es más de dos veces su- estructuralmente. El contraste aparece claro en la
espigas en día de sábado. Mientras que la exé- haya correlaciones significativas con la fre- traducción, cuando se rompe la proposición y se la
perior (18, 5%) a la del empleo de dicha par- cuencia relativa de otras partículas (xaL,
gesis rabínica creyó necesario disculpar este tícula cuando va precedida por [ltv (8, 1%). divide en dos oraciones principales: «También
incidente (Billerbeck 1, 618s), la comunidad aA:A.á,oúv). vosotros erais antaño ... Pero ahora él os ha... ».
La construcción [lÉv - bt, en comparación
primitiva (difícilmente Jesús mismo) presu- con el número total de veces que aparece bt
pone que la conducta de David estaba justifi- 2. Como partícula adversativa, M, pero c) Un tercer uso es la construcción [ltv ...
en los diversos escritos, es frecuentísima en (que originalmente fue un adverbio: por otro M (en la que el bt está preparado por el [ltv:
cada. En el trasfondo se halla el pensamiento Judas (41, 7%), Hebreos (23, 9%) y 1 Pedro
tipológico: Si David, como tipo del Mesías, lado), designa un contraste -unas veces, más Mt 3,11; 10, 13, y passim), donde las dos par-
(20, 7%), y no aparece en absoluto en Colo- fuerte, y otras, más débil- con un enunciado o tículas pueden traducirse por: ciertamente ...
fue capaz de dejar sin vigor la ley cultual, senses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, File-
j cuánto más podrá hacerlo el Hijo del hombre con un término precedente. De ordinario, el pero, o, en la combinación ó/8~ [ltv ... ó/8~
món, Santiago, 2 Pedro, 1-3 Juan, y Apocalip- contraste expresado es más débil que el que se M, el uno ... el otro (por ejemplo, Hech 14, 4;
del fin de los tiempos! (cf. L. Goppelt, Typos,
sis (los porcentajes se basan en los cálculos expresa con aAAá. Mt 13, 8; otros textos pueden verse en BlaB-
Darmstadt 21969, 100ss).
efectuados por Aland 11, 66s). Debrunner § 250, nota w; 293, nota 11).
H. Merkel La partícula adversativa M, sin la partícula Ahora bien, por lo que respecta al contenido,
[ltv, es en absoluto muy frecuente en Mateo y no es posible diferenciar entre una oposición sig- d) Con una negación precedente (lo mismo
Lucas, relativamente muy frecuente en Colo- nificativa (uná) y un contraste (M), como su- que aAM): Lc 10, 20; Hech 12, 9, Y passim,
bÉ de pero, más bien; y, y por cierto
senses (4 de 5 pasajes), 2 Pedro (42, 9%), Ti- giere BlaB-Debrunner § 447, nota 1. Ni tampoco no ... sino/más bien; reforzado en la construc-
l. Aparición en el NT - 2. OÉ como partícula ad- puede establecerse una diferenciación como la ción bE [léiAAOV (Mt 10, 6.28; Heb 12, 13) o
versativa - 3. OÉ como partícula copulativa. to (37, 5%),1-3 Juan (30,8%). Ambas formas que existe entre una inversión total (uná) y un
de utilización de esta partícula tienen un por- [léiA:A.ov M (Ef 4, 28; 5, 11).
contraste (M), como sugiere Kühner III2, 262.
Bibl.: K. Aland (ed.), Vollstiindige Konkordanz zur centaje medio que es mayor en las cartas que Mayser III3, 127 sugiere acertadamente que las e) La expresión [léiA:A.ov bt sin negación
griechischen NT (Arbeiten zur Textforschung .4), 1, partículas M y UAAá son intercambiables en ex-
Ug. 3/4, Berlin 1977, en el vocablo correspondiente; en Hechos y en los evangelios. El bt adversa- precedente, funciona como una rectificación:
tivo falta en 1 y 2 Tesalonicenses. presiones negativas, con la única diferencia de o más bien / más exactamente (por ejemplo,
II: Spezialübersichten, Berlin 1978; Bauer, Wiirter- que M es más débil.
buch, s. v.; BlaB-Debrunner § 442.443, 1.447.459, Ó M, ~ M, OL bt, aL M son construcciones GáI4,9).
4.462, 1; J. Bukhardt, Griechische Kulturgeschichte que aparecen absolutamente con mucha fre-
(Berlin 1898-1902), reimpresión München 1977, IV, Algunas aplicaciones: a) M se usa para f) Con el artículo, formando la combina-
59-159, sobre todo 84ss; Kühner, Grammatik, s.v. en cuencia en Mateo y Lucas (76 y 75 veces) y contrastar conceptos y personas: Mt 5, 22 Y ción ó M, OL M, etc., el sentido es pero él, pe-
el índice analítico; Mayser, Grammatik Il/3, 125-133; relativamente con mucha frecuencia, pero a passim, «Pero yo os digo» -a diferencia de lo
Morgenthaler, Statistik, 165ss, 181 ss; P. Tachau, ro ellos, y el matiz de la partícula M es más
distancia, en Marcos (35%). Este empleo de que se dijo a los antiguos; Mt 6,3.6, «Pero tú,
«Einst» und «Jetz» im NT (FRLANT lOS), Gottingen copulativo que adversativo (BlaB-Debrunner
1972, IOs.87. la partícula M precedida por el artículo que cuando ... »- a diferencia de lo que hacen los § 447, le). Es adversativo, por ejemplo, en
hace la función de pronombre aparece sólo de hipócritas. Mt 4, 4: «pero él respondió» -en contra de lo
1. La partícula M es la cuarta en el orden manera significativa en Hechos y en los evan- que le pretendía el tentador; es copulativo,
de palabras que aparecen con más frecuencia gelios (6, 3-15, 5% de la aparición total de bt b) Se emplea también para establecer un
por ejemplo, en Mt 2,5: «pero/y ellos le dije-
en el NT. Como conjunción coordinante, es la en los diversos escritos), aparece 1 vez en Ro- contraste entre enunciados: Mt 6, 14s, «Por-
roll»- dando respuesta a la pregunta formula-
segunda en frecuencia en el NT, después de manos, 1 Corintios, Gálatas, 4 veces en Efe- que si perdonáis ... Pero si no perdonáis ... »; y da por Herodes. .
xaL y antes de O·U y yáQ (de manera semejan- sios y en Hebreos, y no aparece en absoluto más frecuentemente, un contraste entre mane-
te Mayser II/3, 125, sobre el lenguaje de los en las cartas y en el Apocalipsis. ras de pensar: o"telEL.. v1Jvl, bt y otras cons- g) bE xal significa pero también / incluso.
839 840 841 842

3. Como particula copulativa, M., pero, y, y expresión que se desea acentuar y «que puede fO't;LV) y también (en forma sustantivada) en 1 teza; la formulación tiene probablemente sus raí-
ces en la primitiva comunidad judeocristiana-
ciertamente, contrapone una idea o concepto constar de hasta cuatro palabras» (así Mayser Tim 5, 13 ('ta f.t~ M.oV'ta).
helenística, que emplea &et como término corres-
anterior a otra idea o concepto que lo comple- 11/3, 131 sobre la lengua de los papiros). pondiente a «según está escrito» (Patsch). Tam-
ta, explica y desarrolla. Esta manera de con- g) E'u bE XUL, e incluso. 2. 6fT designa una necesidad absoluta; los poco se puede determinar claramente cuál es el
cebir un desarrollo ulterior como un contraste K.-H. Pridik enunciados que se forman con este verbo tie- marco conceptual que se halla detrás del &et. La
con lo que se ha dicho anteriormente, brota de nen por naturaleza carácter absoluto, muy di- tradición acerca del justo que sufre o del profeta
la estructura fundamental del pensamiento fícilmente cuestionable y, a menudo, anónimo que es perseguido señalaría una necesidad cir-
bÉt)(Jt~, Eo)~, i¡ deesis petición, oración cunstancial. Pero &e'i: significa más que el produc-
griego, del genio «agonístico» de la mente y determinístico. La conexión con el concep-
--->Mof.tm. to de una experiencia; su rigor se funda en la ín-
griega (como 10 llamó Burckhardt). «Ese 6É to bíblico de un Dios personal no se efectuó dole de los caminos de Dios (cf. R. Pesch,
que establece una secuencia, podemos tradu- sin problemas (Grundmann, Fascher). En el Markus [HThK], sub loco). Como enunciado
cirlo a nuestro idioma -en la mayoría de los bEl dei es necesario NT, los enunciados con 6fT se entienden más apocalíptico, &e'i: señalaría una especial necesidad
casos- por y, porque nosotros solemos consi- 1. Aparición en el NT - 2. Significado en el NT - o menos directamente como decretos divinos. escatológica (Lohmeyer; W. Grundmann, Mar-
derar como puramente copulativa la relación 3. ofí en la historia de las religiones - 4. Mc 8, 31 Y Y, así, la voluntad y la esencia de Dios dictan kus' [ThHK], sub loco; M. Horstmann, Studien
otros pasajes - 5. Lucas - 6. Juan - 7. Apocalipsis.
las normas para la ética y la piedad (por ejem- zur markinischen Christologie, Münster i.W.
que existe entre secuencias de sentencias 1969, 24, con referencia al «Hijo del hombre»).
(complétese: y de conceptos)>> (Kühner 11/2, Bibl.: W. J. Benneth, «The Son of Man Must ... »: plo, Hech 5, 29; 1 Tes 4, 1; Rom 8, 26; 1 Cor
274). - Enumeraremos siete usos copulativos: NovT 17 (1975) 113-129; H. Conzelmann, El centro 8, 2; 1 Tim 3, 2.7.15; Lc 13, 14.16). Junto a
del tiempo, Madrid 1974, 217ss; Ch. H. Cosgrove, The Al menos desde Marcos, predomina la in-
Divine Ofi in Luke-Acts. Investigation into the Lukan una necesidad inmanente de las cosas (por
a) M. indica una enumeración: por ejem- terpretación del 6E1: como referencia a lo vati-
Undestanding of God's Providence: NovT 26 (1984) ejemplo, Hech 19, 36; Jn 4, 4), el decreto di-
plo, Jds 1, a6fAcpo~ M., «y hermano» (cf. 168-190; J. Ernst, Herr der Geschichte, Stuttgart
cinado en la Escritura: Mc 9, 11-13; 14, 31;
vino determina con más frecuencia aún la ló-
también Mt 1, 2-16; 2 Pe 1, 5-7: a nuestra len- 1978,52-55; E. Fascher, Theologische Beobachtungen Mt 26, 54; Lc 24, 25ss. De esta manera 6fT
gica de los acontecimientos (por ejemplo,
gua se puede traducir por una simple yuxtapo- zu OEi, en FS Bultmann, 1954, 228-254; Id., Theolo" adquiere un carácter más objetivo y puede le-
gische Beobachtungen zu OEi im AT: ZNW 45 (1954) Rom 1,27; Hech 16, 30; Heb 11, 6). La acti-
sición). erse en el marco de la promesa y el cumpli-
244-252; W. Grundmann, Ofi %'1:1.., en ThWNT 11,21- vidad humana puede exigir determinada reac-
25; Hahn, Hoheitstitel, 51; P. Hoffmann, Mk 8,31. Zur miento. Heb 2, 10 (EJtQfJtfV) constituye en-
b) La partícula M. en una expresión que ción (por ejemplo, 2 Cor 11, 30); pero la ac-
Herkunft und markinischen Rezeption einer alten tonces una variación del motivo, porque
completa posteriormente la idea: por ejemplo, 1 ción de Dios tiene mayor influencia aún sobre
Überlieferung, en FS Schmid, 1973, 170-204, espe- expresa en este caso la necesidad lógica y la
Cor 3, 15, O'¡húl~ bE w~, «pero así como», «y, cialmente 179-204; E. Lohmeyer, Mk (KEK), Gottin- las situaciones (por ejemplo, Lc 12, 12; Hech
congruencia teológica (O. Michel, Hebriier7
ciertamente, así como» (Ef 5, 32; Sant 1,6). gen '1967, 164s; L Oberlinner, Todeserwartung und 25, 10; 1 Pe 1,6). Y, así, 6fT en el NT es casi
Todesgewiflheit Jesu. Zum Problem einer historischen [KEK], sub loco; Schelkle).
siempre expresión de las normas dadas por
c) Hace también de cópula en en un parén- Begríindung (SBB 10), Stuttgart 1980, 140-148; H.
Dios y, muy especialmente, del plan divino. A
tesis explicativo, en el que va en primera po- Patsch, Abendmahl und historischer Jesus, Stuttgart 5. Lucas amplía sistemáticamente el 6fL
1972, 187-197; J. Roloff, Anfdnge der soteriologis- ese plan se deben los más diversos aconteci-
sición el predicado verbal: Jn 6, 10, ~v 6É, para que incluya toda la historia de la salva-
chen Deutung des Todes Jesu (Mk X.45 und Lk XXII. mientos (por ejemplo, Hech 1,21; 19,21; 23,
«pero / y por cierto había»; también ~ouv M. 27): NTS 19 (1972-1973) 39-42; K. H. Schelkle, Die ción. El plan divino, que culmina en la muer-
11; Ap 1, 1), Y principalmente el camino, la
(Hech 12, 3), aVÉ~f]v 6É (Gál 2, 2). Passion Jesu, Heidelberg 1948, 109-112; G. Schnei- te, la resurrección y la exaltación de Jesús
der, Verleugnung, Verspottung und Verhar Jesu nach . actividad y la pasión de Jesús (por ejemplo,
d) Se emplea la partícula 6É para reanudar (Ernst), ofrece certeza a la fe (Schneider). 6fL
Lukas 22,54-71, München 1969, 174-181; S. Schultz, Mc 8, 31; Mt 16, 21; Lc 2, 49; Hech 3,21).
o continuar la idea principal, «el hilo del pen- Gottes Vorsehung bei Lukas: ZNW 54 (1963) 104-116,
es la indicación más destacada de este marco
samiento»: por ejemplo, en Mt 1, 18; 2 Cor 2, especialmente 107s; H. E. Todt, Der Menschensohn in 3. No es fácil captar el trasfondo histórico-re- de ideas (Conzelmann). El plan de Dios no
12; es frecuente este uso en Hechos, por der synoptischen Überlieferung, Gütersloh '1969, ligioso del &et del plan divino. El término ad- sólo determina todo el destino de la vida
155.174-178. quiere cierta importancia en los escritos apocalíp- (principalmente de Jesús; también, por ejem-
ejemplo, cuando prosigue la descripción del
ticos (especialmente en Dan 2, 28s LXX), pero plo, el de Pablo en Hech 9,6.16, etc., o el de
itinerario de un viaje; después de citas del AT: 1. 6fT es un vocablo griego sin equivalente que no debe sobrevalorarse. En ellos &e'i: interpre-
Mt 1, 24; 2, 19; 3, 4; también en 2 Pe 1, 5, semítico. En el NT aparece 101 veces, con di- Judas en Hech 1, 16), sino además todos los
ta lo de «está escrito», y sirve para consolar al
donde -después de ideas secundarias expues- ferente distribución: Lucas/Hechos 40 veces, justo que sufre (Bennett). El elemento helenísti- detalles particulares de la vida (por ejemplo,
tas en el v. 4- se señala la vuelta al curso prin- escritos paulina s 25 (9 de ellas en las Pastora- co, que parece estar asociado con la interpreta- Lc 12, 12; Hech 10, 6; 16,30; por eso Lucas,
cipal del pensamiento iniciado en el v. 3. les), Juan 10, Mateo y Apocalipsis 8 veces en ción de los sueños y con las declaraciones de los en Hech 4, 12, escribe también -seguramen-
cada uno, etc. El verbo no aparece en Gálatas, oráculos (K. Berger: NovT 17 [1975] 75), conser- te- tengamos que ser salvos, y no «podamos»
e) Sobre ó M., etc., ---> 2.f; los pasajes están va en todo ello su propio peso; esto se aplica tam- ser salvos, como Herm [v] 4, 2, 4).
Filipenses, Filemón, 1-3 Juan. Se expresan bién al NT (Hahn, Patsch).
indicados en Aland 1, 199-224 en los aparta-
formulaciones afines con f.tÉA.Aúl, JtQÉJtúl,
dos c-f de la mencionada obra. 6. Juan emplea DEI: en paralelo con Mv f.t~
avuyx- o con el futuro. Las formas ('to) M.ov 4. La antigüedad de la sentencia de que «el Hi-
f) xuL.. M, y también, pero también, tam- o 'ta 6Éov'tu aparecen únicamente en Hech jo del hombre tiene que padecer mucho ... » (Mc 8, (por ejemplo, 3, 3.5.7). 6E1: designa el camino
bién, intercalando entre ambas partículas la 19, 36 Y 1 Pe 1, 6 (en ambos casos, M.ov 31 Y passim) no es fácil ya determinarla con cer- deparado por Dios, un camino del que no
843 844 845 OELXVUftL - OeL:n:VOV 846

existen alternativas. No hay más que un cami- 1. 6dxv"U¡.tL (O la forma alternativa 6ax- bo 6L6áoxav). En Hech 10, 28 Dios ha ex- bEtAtáro deiliao acobardarse, tener miedo*
no por el que podamos entrar en relación con vúw; cf., a propósito, BlaB-Debrunner § 92) plicado (E6ELSEV con un infinitivo como com- Jn 14,27: «¡No se turbe (tuQuooÉo{)-w)
Dios (por ejemplo, 4, 20.24) para cumplir su aparece 33 veces en el NT, especialmente en plemento) a Pedro que a ningún hombre debe vuestro corazón ni tenga miedo!» (6aALáw
encargo (por ejemplo, 9, 4) Y para dejar que él los evangelios (Mateo 3 veces, Marcos 2, Lu- él «llamar impuro o inmundo». En los tres lu- aparece también junto a tUQáooo¡.tm en Is
determine nuestro propio destino (por ejem- cas 5, Juan 7), en Santiago (3 veces) y en gares en que se emplea este verbo, su signifi- 13, 7s). DTNT IV, 246s.
plo, 3, 30). Apocalipsis (8 veces). Los otros 5 ejemplos cado es el de demostrar, probar. En Sant 2,
se encuentran en Hech 7, 3 (cita); 10, 28; 1 18b: «¡Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te
7. En el Apocalipsis, el enunciado (más ge- Cor 12, 31; 1 Tim 6, 15 Y Heb 8, 5. Además mostraré mi fe por mis obras!»; 3, 13b: «¡Que bEtAÓ;, 3 deilos cobarde, miedoso*
neralizador) &. 6EL YEvÉo{)-m (correspondiente del verbo simple 6dxv"U¡.tL, el NT tiene los si- muestre por su buena conducta cuáles son sus Mc 4, 40 par. Mt 8, 26 en la pregunta que
a Dan 2, 28s) aparece sólo en los pasajes que guientes compuestos: avu6ELxv"U¡.tL (2 veces, obras!». Jesús dirige a los discípulos: «¿Por qué tenéis
constituyen un marco, como 1, 1; 4, 1; 22, 6 además 1 vez avá6ELSL~), aJt06dxv"U¡.tL (4 miedo?» (Mateo añade el vocativo: OALYÓ-
(1, 19 con ¡.tÉ")..a), y por cierto muy formulís- veces, además 1 vez aJtó6aSL~), em6dx- 4. En el cuarto evangelio y en el Apocalip- JtLOtOL). EnAp 21, 8 se menciona a los co-
tic amente como expresión de la determina- V"U¡.tL (7 veces) y uJt06dxv"U¡.tL (6 veces). Cf. sis 6dxv"U¡.tL adquiere el sentido de revelar, bardes y a otros juntamente con los incrédu-
ción divina. En los demás pasajes, el término los (amOtOL).
--+ Ev6ELxv"U¡.tm, Ev6ELSL~. desvelar (cf. Schlier, 28). Como el Hijo que
se refiere no sólo a la planificación divina, si- es, Cristo ha recibido del Padre la revelación
no también -en la mayoría de los casos- a ra- (Jn 5, 20, «el Padre le muestra todo ... y obras
2. Predomina el significado de mostrar, ha-
zones objetivas más inmediatas, como la ley mayores que éstas le mostrará»), y Cristo bEiva, ó (it, 'tÓ) deina alguno, alguien*
del talión (11, 5; 13, 10), el encargo profético cer ver: Mt 4, 8 par. Lc 4, 5 (objeto: «todos
trasmite esa revelación (10, 32, «Os he hecho Mt 26, 18, en el encargo dado por Jesús:
recibido (10, 11), la peculiaridad de la situa- los reinos» del mundo); Mc 1,44 par. Mt 8, 4
ver muchas obras buenas»). «Los judíos» re- «Id a la ciudad, a cierta persona (JtQo~ tOV
ción (17, 19) Y eventualmente el derecho pro- / Lc 5, Í4 (<<¡muéstrate al sacerdote!»; cf. Lev
claman una señal que demuestre la autoridad 6Ei:vu)>>. BlaB-Debrunner § 64, 5; A. C. Moor-
cesal (20, 3). 13,49 LXX); Mc 14, 15 par. Lc 22,12 (<<él os house: Classical Quarterly 13 (1963) 19-25.
mostrará una sala grande en el piso supe- de Jesús para la acción realizada en el templo
W. Popkes
rior»). 6dxv"U¡.tL aparece con el sentido de (2, 14-16; «¿Qué señal nos muestras?» [2,
mostrar delante, exhibir, en los siguientes pa- 18]). Los discípulos le piden: «¡Muéstranos al
bdy,..a, a'to~, 'tó deigma ejemplo* bEtvffi~ deinos (adv.) terriblemente*
sajes: Lc 10,24 (<<¡muéstrame un denario!»); Padre!» (14, 8.9c), a pesar de que Jesús -con
Jds 7: :n:Qóxavtm 6Ei:y¡.tu, «sirven de ejem- sus palabras y sus acciones- ya les ha dado a Mt 8, 6: El criado -aquejado de parálisis-
plo (y advertencia)>>. En Diogn 4, 5; 7, 9, en Lc 24, 40 (Jesús «les mostró las manos y los del centurión «sufre terriblemente / padece
conocer al Padre (v. 9b: «El que me ha visto a
el sentido de prueba. pies»), y (con un análogo sentido) Jn 20, 20 grandes dolores». Lc 11, 53: Los escribas y
mí, ha visto al Padre»).
(<<él les mostró las manos y el costado»). fariseos acosaban a Jesús terriblemente / peli-
La revelación que Cristo recibió de Dios, se
Dios es quien muestra en Hech 7, 3 (<<la tie- grosamente (6avw~ eVÉxav).
bny,..a'tí,~ro deigmatizo poner en eviden- proponía -según leemos en Ap 1, 1- mostrar
rra que yo te mostraré», citando a Gén 12, 1
cia* a sus siervos las cosas que deben suceder
LXX). En 1 Cor 12, 31b se dice: óMv U¡.tLV
Según Mt 1, 19, José no quiso poner en evi- pronto». Esta manifestación se efectuó me-
6dxv"U¡.tL, «os muestro un camino»; Pablo bn:n:vÉro deipneo comer, cenar
dencia a María; no quiso infamarla. En Col 2, diante la enseñanza dada al escritor apocalíp-
muestra a los corintios «el camino, más exce- --+ 6Ei:Jtvov.
15 se dice que Dios desarmó a los principados tico, quien la «vio» y «dio testimonio» de ella
lente todavía», del amor (cf., a propósito, H.
y potestades (--+ aQX"IÍ, --+ eso"UoLu) y los hu- (v. 2). 6dxv"U¡.tL designa una manifestación
Conzelmann, Der erste Brief an die Korinther
milló públicamente, haciéndolos objeto de ig- divina que, como revelación del futuro (&. 6Ei: bd:n:vov, ou, 'tó deipnon comida princi-
[KEK], 254s). En 1 Tim 6, 15, 6dxv"U¡.tL tiene YEvÉo{)-m, 1, 1; 4, 1; 22, 6), se efectúa princi-
nominia. ThWNT 11, 31s; E. Lohse, Kolosser pal, cena*
casi el sentido de causar, dar lugar a (Dios palmente por medio de ángeles que la inter-
(KEK), 166s. 6ELJtvÉw deipneo comer, cenar*
«mostrará xmQoL~ L6LOL~ la epifanía de nues- pretan (17,1; 21, 9; 22,1.6.8). A este propó-
tro Señor»). Heb 8, 5 (cita de Ex 25, 40 LXX) sito, se repiten expresiones estereotipadas 1. La cómida (ordinaria) - 2. El banquete escatoló-
bfÍxvu,..t, bnxvúro deiknymi, deiknyo habla del prototipo que a Moisés le «fue mos- como «yo te mostraré» (4, 1; 17, 1; 21, 9), y gico - 3. La «Cena del Señor».
mostrar* trado en el monte» (que Dios le hizo ver en el «él me mostró» (21, 10; 22, 1). Bibl.: F. Bammel, Das heilige Mahl im Glauben der
l. Aparición en el NT - 2. El significado funda- monte). G. Schneider Volker, Gütersloh 1950; J. Behm, bElJtvov, bELJtVÉúl,
mental de «mostrar, hacer ven> - 3. El significado de en ThWNT n, 33-35; Id., EofHúl, en ThWNT n, 686-
«explicar, esclarecen> - 4. «Revelar, desvelar» (Juan/ 693; P. Billerbeck, Ein altjüdisches Gastmahl, en Bi-
Apocalipsis). 3. El significado -derivado- de explicar,
esclarecer, lo encontramos en los siguientes bEtAí,a, it
a~, deilia cobardía* llerbeck IV, 611-639; G. Delling, Abendmahl n: Ur-
christliches Mahlverstiindnis, en TRE 1 (1976) 47-58;
Bibl.: J. Gonda, tld'XVU!H. Semantische Studie over 2 Tim 1,7: «Dios no nos ha dado un espíri-
den Indo-Germaanschen Wortel Deik-, Amsterdam
contextos: según Mt 16, 21, «Jesús comenzó a F. Hahn, Der urchristliche Gottesdienst (SBS 41),
1929, 15-58; H. Schlier, bEl'XVU(lL 'XTA., en ThWNT n, explicar a sus discípulos que (6axvúELV OtL) tu de cobardía (6ELALu~), sino de fuerza Stuttgart 1970; H.-J. Klauck, Herrenmahl und helle-
26-33. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1036s. él tenía que padecer» (Marcos emplea el ver- (6"Uvá¡.tEW~) ... ». DTNT IV, 246s. nistischer Kult. Eine religionsgeschichtliche Untersu-
847 bEL:n:VOV 848 849 bELOLbm¡,lOVLa 850

chung zum ersten Korintherbrief(NTA NF 15), Müns- banquete escatológico (cf. también Lc 14,24, (Aphrodisias); Josefo, Ant, X, 42; Bell II, 174:
ter i. W. 1982; B. Kollmann, Ursprung und Gestalten bElCJtbatJtoVta, a~, ÍJ deisidaimonia te-
en una declaración de Jesús). La idea del ban- «profundamente atónito por el fervor de su pie-
der frühchristlichen Mahlfeier (GTA 43), Gottingen mor de Dios, superstición, religión*
1990; P. Lampe, Das korinthische Herrenmahl im quete escatológico dado por Dios aparece ya dad».
Schnittpunkt hellenistisch-romischer Mahlpraxis und en elAT (cf. Is 25, 6) y en el judaísmo antiguo 1. Aparición, etimología y contenidos semánticos b) En sentido de crítica o de rechazo, bELOL-
pln Theologia Crucis (J Kor 11, 17-34): ZNW 82 (1991) (cf. Hen [et] 62,14). En Ap 19, 17, esta idea del término - 2. Campo referencial y enunciado - bm¡lovLa significa superstición: Teofrasto, Char,
183-213; A. Lumpe, Essen, en RAC VI (1966) 612- 3. IiEwtliaLfHov.
se trasforma en una imagen terrible, por la re- 16; Polibio XII, 24, 5; Plutarco, Alex 75, 1; Dio-
635; K. Schneider, Mahlzeiten, en Pauly-Wissowa
ferencia que se hace a Ez 39, 17ss (cf. tam- Bibl.: Bauer, Worterbuch, 344ss; H. Bietenhard, doro Sículo I, 83; Marco Antonio VI 30; Agatar-
XIV (1928) 524-527; H. Schürmann, Herrenmahl, en
Demonio, demoníaco, en DTNT n, 14-17; H. B~I­ quides en Josefo, Ant 5s; Ap I, 208; CorpHerm
LThK V, 271; A. V. Strom, Abendmahl 1: Das sakra- bién Is 34, 6ss; Jer 46, 10; Sof 1, 7). La idea
mentale Mahl in den Religionen der Welt, en TRE I kenstein, Theophrast's Charakter der L'l.Ewtliatflovta IX, 9; Filón, SpecLeg IV, 47; Josefo, Ant XV,
del convite escatológico se recoge también en als religionsgeschichtliche Urkunde, GieBen 1929; H. 277; Diogn 1, 4; Plutarco estudia detenidamente-
(1976) 43-47. Para más bibliografía, cf. ThWNT X,
1037.
la tradición sinóptica, aunque no se empleen Conzelmann, Die Apostelgeschichte (HNT), Tübingen este tema en su obra I1EQi. AELOLbm¡,lOVLa; (Su-
las palabras clave (cf. 8, 11; 26, 29; Lc 22, '1972, sobre 17,22; 25, 19; M. Detienne, La notion de perst.). bELOLbm¡lOVLa se emplea en la literatura
16.18.29s; también Lc 14, 15). Dai'mon dans le Pythagorisme ancien, Paris 1963; M. patrística para descalificar a diversas herejías, por
1. En la mayoría de los casos, OElJtVOV de- Dibelius, Paulus auf dem Areopag, en Id., Aufsatze zur ejemplo, en Teodoreto, Hist III, 14,2 (GCS 19).
signa en el NT la comida ordinaria, a la que Apg (FRLANT 60), Gottingen 1968,29-70; Id., Pau-
3. En 1 Cor 11, 20 se designa con el nom- lus in Athen, en Id., Aufsiitze zur Apostelgeschichte, c) En un sentido más general y objetivo,
podía invitarse a otras personas (cf. Mc 6, 21; bre de xUQLaxov OeLltVOV (Cena del Señor) a 71-75; A. M. Dubarle, Le discours a l'Aréopage (Act bELOLOm¡,lOVLa significa religión: OGIS 455, 11;
12, 39 par. Mt 23, 6 / Lc 20, 46; Lc 14, la comida para saciarse, seguida por la euca- 17, 22-31) et son arriere-plan biblique: RSPhTh 57 Josefo, Ant XIV, 228; XIX, 290: cuenta que Clau-
16.17.24; Jn 12,2, también [en forma verbal] (1973) 576-610; E. GraBer, Acta-Forschung seit 1960: dio prohibió a los judíos 'tu; 'tOW ÜAAWV E{}vWV
ristía. El término, que Pablo presupone ya co- ThR 41 (1976) 141-194,259-290; 42 (1977) 1-68; E.
Lc 17, 8). En Jn 12, 2 se llama OeLltVOV a la OELOLOm¡lOVLa¡; ESOU{tEVL~ELV. En este sentido
nocido, parece indicar que en Corinto la co- Haenchen, Die Apostelgeschichte (KEK), Gottingen objetivo se emplea el vocablo en Hech 25, 19 (en
cena de despedida de Jesús (la última cena). mida se 'consideraba como oportunidad para '1977, sobre 17,22; 25, 19; H. Hommel, Neue For-
contra de Beginnings IV, 311 etc). Así lo traducen
La expresión llETa TO OELltVfjOaL (<<después schungen zur Areopagrede Acta 17: ZNW 46 (1955)
tener 4 xOLVwvLa (cf. 1 Cor 10, 16) o como 145-178; P. J. Koets, L'l.EL<JLliatflOvLa. A Contribution
también los comentarios y las versiones recien-
de la cena», Lc 22, 20; 1 Cor 11, 25) recuerda lugar de la presencia pneumática del XÚQLOt; tes. Los padres de los tres primeros siglos no ci-
to the Knowledge of the Religious Terminology in
-con estilo formalístico- que en la última ce- Jesús. La expresión pudo formarse por in- Greek, Purmerend 1929; H. A. Moellering, Plutarch tan 25, 19 como testimonio (Biblia Patristica I-II
na, entre el simbolismo de la copa y el vino, on Superstition. lts Place in the Changing Meaning of [París 1975 y 1977], sub loco).
fluencia de la terminología cultual del hele-
tenía lugar la comida para saciarse. En Pales- L'l.EL<JLliatflOVLa and in the Context of his Theological
nismo (testimonios en Behm, 34s). Pero no Writings, Boston 1963; W. Nauck, Die Tradition und
tina solían hacerse al día dos comidas, y los 2. En Hechos 25, 13-22 Festo informa al
debe excluirse por completo la vinculación Komposition der Areopagrede. Eine motivgeschichtli-
días de sábado, tres. El OeLltVOV judío (= che Untersuchung: ZThK 53 (1956) 11-52; E. Norden, rey Agripa sobre el proceso instruido contra
con la idea apocalíptico-judía del convite del
se'udti) era la comida principal, que durante la Agnostos Theos. Untersuchungen zur Formenges.- Pablo. Lucas logra ofrecernos una conversa-
fin de los tiempos.
semana tenía lugar a últimas horas de la tarde, chichte religiOser Rede, Darmstadt 41956; H. Nowak, ción que tiene muchos visos de autenticidad
Pablo critica la tendencia a la segregación, Zur Entwicklungsgeschichte des Begriffes liaLflLov.
después de terminado el trabajo (cf. Lc 17, histórica. Pablo que, según Hech 25, 11 había
en la forma en que los corintios practicaban Eine Untersuchung epigraphischer Zeugnisse vom 5.
7ss), y el sábado se tenía después del culto di- Jh. v. Chr. bis zum 5. Jh. n. Chr., tesis Bonn 1960; A. apelado al César, no cometió ningún delito
esa comida: se toma la «propia comida» (TO
vino. Del OeLltVOV se diferencia el UQLO'tOV Wikenhauser, Los Hechos de los apóstoles, Barcelona punible en opinión de los romanos. El tema
'(OLOV OeLltvov) (¿anticipadamente?, 1 Cor 1966; U. Wilckens, Die Missionsreden der Apg
(<<desayuno», cf. Lc 14, 12, que también reci- del desacuerdo es la resurrección de los muer-
11,21). El desorden en la comida impide que (WMANT 5), Neukirchen-Vluyn '1974.
be el nombre genérico de «comida», cf. Mt tos, especialmente la resurrección de Jesús.
la comunidad se represente como «un solo
22,4; Lc 11,38). Festo, en la conversación con su invitado ju-
cuerpo» (cf. 10, 17). A Pablo lo que le preo- 1. En el NT, OELOLoaL/lovLa aparece úni-
El banquete festivo se celebraba por la no- dío de gran categoría, no emplea despectiva-
cupa precisamente no es la discriminación camente en Hech 25, 19 y es un término des-
che. En el convite se servía siempre vino, lo mente el término OEL(JLoaL/lovLa. En el v. 19,
contra los pobres (¿que llegan más tarde?). conocido en la LXX. Pertenece al griego tar-
cual no siempre se hacía corrientemente en la Lucas caracteriza la falta de comprensión de
Lo que él recomienda es que se coma antes, dío y está compuesto de oeLow (<<temer») y
comida diaria. Los rabinos hacían distinción los romanos hacia la fe en la resurrección, lo
cada uno en su casa (11, 22). Y exige que se de oaL/lwv: «temor a los dioses». Se deriva mismo que había hecho en 17, 32 refiriéndose
entre la comida obligatoria (con ocasión de tenga consideración, unos con otros, y que del verbo OELOLOaL/lOVÉw, «tener miedo su- esa vez a los griegos. En Hech 26, 24, Festo
una fiesta religiosa, por ejemplo, una boda, la así sea posible comenzar la comida juntos. persticioso». El sustantivo significa entonces cree que Pablo está «chiflado» al profesar ta-
pascua) y la comida voluntaria, que se tenía Pablo, con su disposición, inicia la ulterior temor a los dioses. De ahí se derivan los tres les convicciones. De esta manera queda bien
según las preferencias de cada uno. Sobre lo separación entre la comida para saciarse y la contenidos semánticos que aparecen en los a las claras cuál es la intención de Lucas en la
habitual en la comida judía y la forma en que celebración eucarística. La comida para sa- escritos: breve escena de 25, 13-22. La descripción del
trascurría, cf. Billerbeck. ciarse continuó aún por breve tiempo en la proceso se simplifica. Festo aparece como
Iglesia antigua en forma de celebración de a) En sentido positivo, bELOLbmflovLa signifi-
ca temor de Dios: Polibio VI, 56, 7; Filodemo, una persona digna y respetable que quiere ac-
2. Tan sólo en el Apocalipsis se asocian ágapes (4 ayált1J 4). tuar según los principios de Roma como Esta-
Herculanensia, 1251, 10; Diodoro Sículo I, 70,8;
OeLltVOV (19.9.17) y OELltvÉw (3, 20) con el J. Wanke XI, 89, 8; Dión Crisóstomo, 44, 9; CIG 2737 b2 do de derecho. Y el apóstol aparece como en-
851 852 853 854

carcelado proclamador del evangelio. El men- aE~EO'tá'to1J<; 'tWV 'EAA~~WV JtáV'tE<; AÉy01J- 8; 14, 15-17 Y principalmente 17,32-34, no se que se pueda celebrar válidamente el culto divino
saje cristiano acerca de la resurrección, que OLV); Elio Dionisio 24,3 (A&r]VULoL<; JtEQLaao- pretende ofrecer una delicada y comprensiva (Meg 4, 3); en Rut 4, 2, por ejemplo, los 10 an-
tiene plenamente sus raíces en la «religión ju- 'tEQÓV 'tL ~ 'tOL<; aAAOL<; E<; 'ta {}dá E(J'tL aJt01J- descripción del fracaso de Pablo, sino de ex- cianos que se sientan a juzgar representan a la to-
día», es la intención esencial del escritor bí- talidad. En la apocalíptica, la división del tiempo
Mí<;); Pausanias 1, 17, 1. En este sentido poner lo que en realidad es un fracaso «histó- del mundo en 10 períodos expresa la plenitud de
blico. positivo Clemente de Alejandría cita dos ve- rico», la incomprensión mostrada por el mun- los tiempos; la décima semana se considera como
ces el discurso del Areópago: Strom 1, 9, 1 do helénico (pero cf. en Hech 10-11 la el tiempo mesiánico (Ren [et] 93, lss; 91, 12-17,
3. El adjetivo bucnbnt"rov piadoso, reli- (Hech 17,22-28) Y Strom V, 12,4 (Hech 17, historia de Comelio). Un resultado parecido etc.).
gioso*, se usa en grado comparativo con sen- 22-23). nos lo ofrece 25, 13-22; 26, 1-23, en lo que En la filosofía griega, al número diez le co-
tido de superlativo (como Diógenes Laercio Lo curioso es (Wikenhauser, 292) que Lu- respecta al mundo romano. Esta fe proclama- rrespondía particular importancia, sobre todo en
I1I, 132). En el NT no aparece sino en Hech cas no emplea el término específico «temero- da por Pablo, «es consciente de que Dios -in- la escuela de Pitágoras. En ella se vio un valor
17, 22 Y no se encuentra en la LXX. en toda analogía, y al mismo tiempo se vio ar-
sos de Dios» (EvaE~~<;; cf. Hech 10, 2.7; en dependientemente de que le comprendamos o monía. A determinados números se les atribuye-
Como el sustantivo, 6EL<JL6uL[lWV puede ambos casos es lo que se dice de Comelio; cf. no- estuvo siempre cerca de nosotros» (Con- ron no sólo valores numéricos sino también va-
usarse en sentido negativo y significa enton- Hech 22, 12 v.l.; en el NT, aparte de Hechos, zelmann, 113). lores éticos: así ocurrió con el denominado
ces supersticioso: Teofrasto Char 16; Filode- este término aparece sólo en 2 Pe 2, 9), sino F. Staudinger tetraktys, el número cuaternario 1 + 2 + 3 + 4.
mo, Piet 105; Diodoro Sículo 1, 62; Filón, que utiliza 6ELOL6uL[lWV (el grupo de palabras Como la suma de estas cuatro cifras era 10, se
Cher 42; Máximo Tirio 14, 16s; Luciano, Pro con el tema EvaE~- es desconocido en los pensó que en el número 10 se contenían los cua-
Imaginibus, 27 (en superlativo). Los autores evangelios y en las cartas paulinas auténti-
bEtO'tbai ....rov, 2
deisidaimon piadoso, re- tro valores fundamentales. El diez se consideró
cristianos emplean 6EL<JL6uL[lWV en la lucha ligioso como el supremo número real. - Esta manera de
cas). Según Hechos, lo de «temeroso de Dios» vez las cosas fue recogida por la gnosis (así Ire-
contra los herejes, como hace Justino, Apol 11, --+ 6ELOL6m[lOvLU 3.
(sintagma EvaE~-) se aplica únicamente a los neo, Raer 1, 10: 4 elementos, 10 virtudes; I 11,
3; Clemente de Alejandría, Prot 2; Orígenes, adoradores del único Dios verdadero, cf. 2: el número diez). Por otra parte, Filón conoce
Cels 3, 79; 4,5; Epifanio, Haer 62, 7. Hech 17, 23 (el verbo aparece en Hech 17, 23 bÉxa deka diez* el diez como 'tÉAELO¡; aQL{}[lÓ¡; (VitMos 1, 96,
Por textos contemporáneos, por el contexto [cf. 1 Tim 5, 4] Y el sustantivo en Hech 3, 12). etc.).
1. Aparición en el NT - 2. Significado general del
de Hech 17, 22 (cf. 25, 19) Y por los resulta- En Hech 17, 23 Pablo basa su alabanza en el número diez - 3. 6Éxa en el NT - 4. Compuestos con 3. En el NT el número diez sirve de marco
dos de las investigaciones (Bolkestein, Koets, hecho de que ha encontrado un altar dedicado oÉxa - 5. 6Éxa'tOt;.
para enumeraciones: Rom 8, 38s (10 poderes
Moellering, Nowack; cf. también GraBer, so- «al [o a un] Dios desconocido». Con este he- Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; H. Dorrie, Pythago- opuestos); 1 Cor 6, 9s (10 vicios); Mt 8-9 (10
bre todo 44s) se deduce que Pablo, en la ini- cho enlaza él su predicación acerca de Dios y ras (1), en Pauly, Lexikon IV, 1267s; E. Frank, Plato ejemplos de milagros). En Mt 1, 1ss la genea-
cial captatio bevevolentiae de su discurso del acerca del hombre y termina con el mensaje und die sogenannten Pythagoreer, Halle 1923, 251s,
logía de Jesús se asocia con el esquema de la
Areópago (Hech 17,22-31), no entiende en de la nueva venida del Resucitado. 309ss; P. Friesenhahn, Hellenistische Wortzahlenmys-
tik, Leipzig 1935; H. Haag, Die biblischen Wurzeln consumación del mundo en 10 semanas.
absoluto 6EL<JL6uL[lWV en sentido irónico ni Al presentar el discurso de Pablo en el Areó- des Minjan, en FS Michel, 235-242; F. Hauck, oÉxa, El vocablo 6Éxu, en sí mismo, aparece como
mucho menos peyorativo, sino en el sentido pago, Lucas pretende enseñarnos dos cosas: en ThWNT n, 35s; Liddell-Scott, en el vocablo co- resultado de una multiplicación por 2 (2 x 5 =
positivo de religioso, piadoso (en sentido lite- cómo era la predicación misionera de los rrespondiente; D. Najock, Zahlenmystik, en Pauly, Le- 10) en Mt 25, 28, Y como resto de una sus-
ral: «temoroso de los demonios»). Este senti- cristianos dirigida a los paganos, y «cómo en xikon V, 1447-1449.
tracción (12 - 2 = 10) en Mt 20, 24; Mc 10,
do se halla atestiguado en: Jenofonte, Cyrop aquel entonces, en aquel encuentro incompa- 41, es decir, sin ningún significado adicional.
I1I, 3, 58; Ag, 11,8; Aristóteles, Poi 1315a 1; rable, el singularísimo Pablo supo habérselas 1. En el NT, bÉxu aparece 24 veces; apare-
Como número redondo menor lo encontramos
EpigrGraec 607, 3. con los representantes de la cultura griega» ce otras 11 veces en palabras compuestas con en Lc 19, 13 (bis).16.17.24.25 (siervos, mi-
En Hech 17, 21 Lucas caracteriza de dos (Conzelmann, 111). En esta composición se bÉxu (--+ 4). nas, ciudades); 15, 8 (dracmas); 14, 31 (miles
maneras a los atenienses cultos, reflejando esboza un tipo bimembre de Credo primitivo: de soldados); 17, 12.17 (diez leprosos); Ap 2,
fielmente lo que de ellos pensaban los con- Dios, el Creador - Jesucristo, el Juez que ha 2. El principio decimal parece ser una institu-
ción semítica muy antigua, aunque en Israel y en 10 (un lapso de tiempo relativamente breve,
temporáneos. Señala que son ávidos de saber de venir (cf. 1 Tes 1, 9s; 1 Cor 8, 6). Lucas con dependencia aquí de Dan 1, 12.14). En
cosas nuevas (v. 21, así piensan también De- Mesopotamia no logró imponerse sino de manera
«emplea la estructura de la tradición de una imperfecta en el sistema de pesos y medidas. En Hech 25, 6 «no más de ocho o diez días» sig-
móstenes, Or 4, 10; Tucídides I1I, 38, 4; Cari- determinada escuela judía, que se caracteriza el AT el número diez es símbolo de la totalidad nifica un número redondo, como cuando no-
tón de Afrodisias 1, 11) Yque son piadosos (v. principalmente por sus elementos sapiencia- perfecta y aparece, entre otros, en los siguientes sotros decimos «unos 15 días». - En cambio,
22). En el mundo antiguo se consideraba a los les; pero luego interpreta el contenido de esa contextos: 10 mandamientos (Ex 20; Dt 5), 10 lo de las 10 vírgenes en Mt 25, 1 podría po-
atenienses como especialmente religiosos por tradición con arreglo a su propia intención te- plagas (Ex 7-11), 10 patriarcas (Gén 5) y en ge- nerse en relación con el minylin, como núme-
el gran número de templos y de imágenes de ológica» (GraBer, 45). Lo que a él le interesa neral en el pago del diezmo (Gén 28, 22; -+
()EX(X,:1j). .
ro que (teniendo en cuenta la expectación del
dioses que había en su ciudad: Sófocles, Oed es que los paganos comprendan que hay un fin de los tiempos) tiene rasgos de la teología
Col 260 ('ta<; y' 'A{}~vu<; <puaL {}EOaE~EO­ En el judaísmo encontramos, por ejemplo, el
solo Dios, que es el Creador, y que se con- número 10 en la regla de que únicamente la pre- de la pascua (cf. Dan 7, 7). - En Ap 12, 3, los
'tám<; dvm); Josefo, Ant 11, 130 ('tOu<; EV- viertan creyendo en Jesucristo. Según Hech 1, sencia de 10 varones adultos (el minyan) permite 10 cuernos reflejan elementos de la tradición
855 856 857 858

(cf. Dan 7, 7), pero adquieren también su sig- diferente contexto): aquellos dieciocho a los (Plinio, Tolomeo). Hay que contar con que se En el NT, ambos términos aparecen única-
nificado por una alusión histórica concreta que mató la torre al derrumbarse sobre ellos, produjeron cambios. Así, Herodes el Grande mente en Heb 7, 2-9 (6EXátl'] 4 veces, 6E'lta-
(cf. Dan 7, 24). La misma idea aparece en Ap o una mujer que llevaba ya dieciocho años en- sometió hasta su muerte las ciudades de An- tów 2 veces).
13,1 (bis); 17,3.7.12 (bis).16. ferma. tioquía ad Hippum, Gádara y Cánata. La De-
cápolis se desintegró hacia el año 200 p.C. Sus 1. Fuera del NT, el término &Exátl'] se em-
4. Los compuestos de M'lta reflejan en la ciudades más importantes eran Gádara y Esci- plea para designar la décima parte que hay
mayoría de los casos circunstancias concre- bExa¡tivtE dekapente quince* tópolis (durante algún tiempo, capitales de la que pagar como un tributo, en los impuestos
tas: por ejemplo, &ExaO'lt"tW en Lc 13, 4 re- Jn 11, 18: quince estadios; Hech 27, 28: región), y también Pela, Gérasa, Hippos, Fila- sobre las cosechas, las casas y en las dedica-
presenta un acontecimiento histórico; en 13, quince brazas; Gál 1, 18: quince días (perma- delfia e incluso Damasco. ciones a los dioses (porción de un botín, por-
11.16, una circunstancia de tiempo; &E'lta- neció Pablo con Cefas en Jerusalén; se trata Mc 5, 20 sitúa el exorcismo de Gérasa (--> ción de su sacrificio). Así que el diezmo co-
nÉV"tE en Jn 11, 18, una indicación de distan- de un período redondeado de tiempo; cf. rl']Qaol']vó~) en la Decápolis, aunque la esce- rresponde como término técnico al hebreo
cia; en Hech 27, 28, la profundidad de las Bauer, Worterbuch, s. v. Mxa). na se desarrolla junto al Lago de Genesaret, ma'aser(cf. Gesenius-Buhl, s.v.), y en Heb 7,
aguas; en Gál 1, 18, un lapso de tiempo, que porque Marcos quiere hablar del efecto de la 2 Y (expresamente) en 7, 4 significa el diezmo
según la manera antigua de medir equivale a AEXá¡tol.t;, Ero;, tl Dekapolis Decápo- primera misión cristiana en la Decápolis (Gé- como porción del botín; en la interpretación
dos semanas; &EXatÉooaQE~ en 2 Cor 12, 2; lis* rasa se hallaba situada en el centro de la re- de los vv. 1-3 que se hace en los vv. 8-9, el
Gál 2, 1 significa cierto número de años. - En gión; de manera parecida en 7,31). Mateo no término se refiere al diezmo que corresponde
Mt 1, 17 (ter) podría haber especulación acer- Bibl.: A. Alt, Kleine Schriften n, München '1959,
recoge este dato, pero en Mt 4, 25 (siguiendo a los levitas como participación en los sacrifi-
384-395, 452s; 1. Benzinger, en Pauly-Wissowa IV,
ca de los tiempo (gematría): el valor numéri- 2415-2417; H. Bietenhard, Die syr. D. von Pompeius a Mc 3, 7s) emplea la Decápolis como palabra cios. Los pasajes evocan la historia de Mel-
co de las letras del nombre de «David» (= 4 + bis Traian, en ANRW II18 (Berlin 1977), 220-261; H. clave para ofrecer un marco en el que se pro- quisedec en Gén 14, 17-20 Y la fijación de los
6 + 4) corresponde a 14 generaciones como Guthe, Die griech.-r6mischen Stiidte des Ostjordan- ingresos de los levitas en Núm 18,20-32.
dujeron diversos hechos, es decir, sigue en es-
agrupación importante (Friesenhahn, 98s y W. landes, Leipzig 1918; A. H. M. Jones, The Cities ofthe
Eastern Roman Provinces, Oxford '1971, 255-259; G. te punto a la idea de Marcos. Lucas no men-
Grundmann, Matthiius [ThHK], sub loco). Kroll, Auf den Spuren Jesu, Leipzig 61975, 326, 328 ciona la Decápolis, suponemos que por 2. &EXatów (con acusativo) aparece única-
(mapas 80. 194); K. Matthiae, Chronologische Über- presentar en Hechos un comienzo y una histo- mente en la LXX y en Hebreos (en este últi-
5. bÉxa"to; décimo* aparece (tanto en el sichten und Karten zur spiitjüdischen und urchristli- mo escrito, 2 veces). Corresponde al término
NT como fuera de él) no sólo como número chen Zeit, (Berlin 1977) Stuttgart 1978; S. Th. Parker, ria de la misión cristiana primitiva que se
The Decapolis Reviewed: JBL 94 (1975) 437-441; aparta notablemente de la exposición efectua- técnico hebreo 'asar (por ejemplo, en Neh 10,
ordinal sino también en usos que correspon- 38; cf. Gesenius-Buhl s.v.). En Heb 7,6 se di-
Schürer n, 37-41, 148-193. da por Marcos.
den al significado especial de &Éxa. ce (en voz activa): cobrar el diezmo; en el v.
En el NT aparece 3 veces (sin contar el sus- G. Schille
Las ciudades-estados al Este del Jordán (tan 9 (en voz pasiva): pagar el diezmo.
tantivo --> &Exátl']): en Ap 11, 13 expresa un A.1. HeB
sólo en torno a Escitópolis se extendía la De-
número fraccionario (redondo) (l/lO); en Ap bExa'ti(J(Ja~E; dekatessares catorce*
cápolis más allá del Jordán, como una cuña
21, 20 es parte de una enumeración que llega Este número aparece tres veces en Mt 1, 17
entre Samaría y Galilea), que desde los tiem- bixa'to;, 3 dekatos el (la, lo) décimo
hasta 12. El significado especial de diez pare- en la expresión «catorce generaciones»; cf. A.
pos de Alejandro Magno se habían desarro-
ce que desempeña un papel en Jn 1,39. La ho- --> Mxa 5.
llado hasta constituir ciudades helenísticas, Vogtle: BZ 8 (1964) 240-248; 9 (1965) 32-
ra exacta (la hora décima = las 4 de la tarde) 38; H. e. Waetjen: JBL 95 (1976) 205-230.
en la que se ofrecen las primeras palabras de fueron conquistadas y privadas de su indepen-
dencia por Alejandro Janeo (103-76 a.e.), has- En 2 Cor 12, 2 Pablo habla de que hace ca- bExa'tóro dekatoi5 pagar diezmos, recibir
Jesús en este evangelio parecen indicar la ho- torce años «fue arrebatado». En Gál 2, 1, la
ra del cumplimiento (R. Bultmann, Das Evan- ta que Pompeyo las liberó hacia el año 63 a.e. diezmos
y las convirtió en liga de ciudades bajo la au- segunda visita de Pablo (con Bernabé y Tito) --> &Exátl'].
gelium des Johannes [KEK], sub loco). a Jerusalén tuvo lugar «al cabo de catorce
toridad del gobernador sirio, con administra-
A. J. HeB ción autónoma y derecho a acuñar moneda. El años»; cf. H. Schlier, Der Brief an die Gala-
nombre de Decápolis (<<diez ciudades») se de- ter (KEK), sub loco. --> &Éxa 4. bEX'tÓ;, 3 dektos aceptable, bien recibido*
bExabúo dekadyo doce riva del número original de las ciudades en Ser bien recibido por la gente, en Lc 4,24 (a
Hech 19,7 Textus Receptus y 24, 11 Textus cuestión y se explica, al mismo tiempo, por lo diferencia de Mc 6, 4, donde se habla del pro-
Receptus (en ambos casos, en lugar de redondeado del número diez. La Decápoli~ bEXá't1], 1];, tl dekate la décima parte, feta en su patria), pero ser siempre aceptable a
&w&Exa). Cf. también Bern 8, 3; EvEb 2. diezmo* los ojos de Dios: Lc 4, 19 (el año aceptable pa-
comprende una región situada al Este del lago
()E'ltatów dekatoi5 pagar diezmos, recibir ra el Señor; Is 61, 2 LXX); Hech 10, 35 (el
de Genesaret, que llega casi hasta el Mar
bExaox'tro dekaokti5 dieciocho* diezmos* que teme a Dios, de cualquier nación que sea);
Muerto (al Este de Perea), con una superficie
Lc 13,4.11 (las dos veces se trata de, mate- de unos 30.000 km2 • Las ciudades que integra- Bibl.: Haag, Diccionario, 475; H. Volkmann, en 2 Cor 6, 2 (con XaLQó~; Is 49,8 LXX); Flp 4,
rial peculiar de Lucas, pero en cada caso en ban la liga se enumeran de manera diferente Pauly, Lexikon I, 1438. 18 (con {tuoLa). ThWNT 11,57-59.
859 860 861 862

En Jds 12 se describe a los falsos maestros gua); Hahn, Hoheitstitel, 126-132; B. Hartmann, se lo consideraba como pervertido (Prov 4,
bd,Eá~ro deleazo atraer, seducir*
Rechts und links, en BHH III, 1564s; Ph. Vielhauer, 27) Y necio (Ecl 10, 2). Y con lo «derecho» se
Sant 1, 14: de la tentación, en la que el que hay en la comunidad como «árboles de
Ein Weg zur ntl. Christologie? Prüfung der Thesen F.
hombre «es llevado y seducido por su propia fines de otoño, sin fruto, dos veces muertos, Hahns, en Auf~iitze zum NT, München 1965, 141-198; asociaban ideas de felicidad, éxito y salvación
pasión (btdtv¡.üu)>>. 2 Pe 2,14.18: los falsos desarraigados». Un árbol que, en tiempo de la Ch. Wolff, Die Hand des Menschen, München 1973. (sobre el pensamiento de los griegos en esta
recolección, en otoño, no produce fruto y ca- Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1037. materia, cf. Gornatowski, 45ss). El Resucita-
maestros «seducen a las almas inestables»;
atraen a los que acaban de escapar del error. rece incluso de follaje es como una nube que do ordena a los discípulos que echen las redes
1. 6ESLÓ¡;; aparece 54 veces en el NT. Es un
no trae agua; inútilmente se espera algo de él. término muy frecuente en Mateo (12 veces),
al lado derecho (d¡;; 'ta 6ESLa ¡.A.ÉQl']) de la
Quizás se piensa también en árboles que no embarcación, que es el «lado de la suerte»
Marcos (7), Lucas (6), Hechos (7), Hebreos
bivbºov, 0\1, tó dendron árbol* sólo no dan fruto sino que carecen incluso de (5) y Apocalipsis (9). En cambio, en el Corpus
(Bauer, Worterbuch, s.v.) (Jn 21, 6). El Hijo
Bibl.: T. Lohmann, Senjkorn, en BHH III, 1771; U. follaje. Como están desarraigados, son estéri- del hombre, con su dignidad real, colocará
paulinum no se encuentran más que 3 ejem-
Winter, Der stilisierte Baum. Zu einem auffiilligen As- les. Es difícil explicar lo de «dos veces muer- -en el juicio- a los bendecidos a su derecha, y
pekt der altorientalischen Baumsymbolik und seiner
plos.
tos». Es un atributo que se sale ya de la ima- a los malditos, a su izquierda (Mt 25, 33s; Cf.
Rezeption im AT: BiKi 41 (1986) 171-177.
gen y caracteriza directamente a los falsos 2. Los significados del adjetivo (derivado de Platón, Resp 6l4c). Mc 16, 5 Y Lc 1, 11 tie-
1. De las 25 veces que aparece el término maestros. ¿Están «dos veces muertos», por- OEX[X]ollaL, «tomar») -sobre todo la gran estima nen probablemente una interpretación pareci-
en el NT, 12 corresponden a Mateo, 7 a Lucas, que, hallándose originalmente en pecado, fue- general de todo lo que se halla al lado derecho- da. Algunas veces se puede mencionar junta-
4 a Apocalipsis, 1 a Marcos y 1 a Judas. Ex- ron resucitados a la vida por la fe y el bautis- tienen su raíz últimamente en la función domi- mente «a la derecha y a la izquierda», sin
mo, pero ahora han vuelto a «morir» por nante de la mano derecha como la que suele estar formular -según parece- un juicio de valor
presiones que aparecen con frecuencia: 6Év-
haber caído en la herejía? ¿O lo que se piensa activa y la que, por tanto, es la más hábil (<<dies- (Mc 10, 37 par.; 15,27 par; 2 Cor 6, 7). Pero
6Qov xuAóv (o ayu-fróv), 6Év6Qov au:n:Qóv tra») y también la más fuerte (cf. Gomatowski, 5).
(también au:n:Qov 6Év6Qov), 6Év6Qov ¡'Ú] es que su muerte física significará al mismo aun en estos casos se menciona siempre en
:n:OLOtíV xUQ:n:ov XUAÓV. Corresponden, todas tiempo la «muerte eterna» por el juicio de 3. La curación de la mano derecha es ur- primer lugar «a la derecha», y luego «a la iz-
ellas, a la acepción del término estudiada en 2.c. Dios? (cf. Ap 2, 11; 20, 6.14; 21, 8). Cf. gente, porque es la que realiza el trabajo quierda».
Schelkle, Judas (HThK), sub loco. principal (Lc 6, 6 a diferencia de Mc 3, 1; Mt
2. a) 6Év6Qov, en primer lugar, se emplea J. M. Nützel 5. El hecho de que una persona se siente a
12, 10). La mano derecha es la que da las li-
en sentido literal: Mt 21, 8; Mc 8, 24; Lc 21, la derecha significa que se concede a esa per-
mosnas (Mt 6, 3) y realiza la imposición de la
sona una distinción especial. En la corte de un
29; Ap 7, 1.3; 8, 7; 9, 4. bE;tOAá~o~, 0\1, (, dexiolabos soldado que mano (Ap 1, 17). Para hacer un juramento, se
rey terrenal, el sentarse a la derecha del mo-
b) En Mt 13, 32; Lc 13, 19 la forma final está armado con armadura ligera (?)* levanta al cielo la mano derecha (Ap 10, 5), Y
narca es ocupar el sitio de mayor honor (1 Re
del árbol que ha crecido a partir de una pe- 6ESLOAá~0¡;; aparece únicamente en Hech esta mano es la que recibe la marca salvado-
2, 19; Sal 44, 10 LXX). En el reino celestial,
queña semilla, sirve de metáfora para expre- 23, 23, donde se dice que 200 6ESLOA.á~OL ra (Ap 13, 16). Se coge a alguien de la mano
derecha para prestarle ayuda (Hech 3, 7). Se el sentarse en un trono junto a Dios es partici-
sar la capacidad de éxito y la expansión uni- formaban la escolta militar que acompañó a par del honor y del poder divino (Sal 109, 1
Pablo durante su traslado de Jerusalén a Cesa- extiende la mano derecha para un apretón de
versal del reino de Dios (cf. Dan 4, 9.l8s, LXX).
rea. No se conoce la significación exacta de manos, a fin de sellar así un acuerdo (Gál 2,
donde el reino de Nabucodonosor aparece en Sal 109, 1 LXX (xá-frov EX 6ESU'i)V ¡.A.ov ... )
este tecnicismo militar. Testimonios de la 9; 2 Mac 12, 11a y passim). También los ac-
sueños como un árbol enorme; cf. también Ez constituye la base para numerosos pasajes del
época bizantina (siglos VII/X) mencionan a tos sexuales prohibidos son obra de la mano
17,22-24). NT (pero no para todos, cf. Vielhauer, 171s)
derecha (Mt 5, 30). Por su función dominan-
los 6ESLOAá~OL juntamente con los arqueros y en los que se enuncia la entronización de Je-
c) Frecuentísimamente se emplea en el NT te (en Mt 6, 23 Y passim se la llama sencilla-
los honderos. Parece, pues, que se trata de sús como soberano celestial y mesiánico o se
la palabra árbol como imagen del hombre, por mente ~ 6ESLá, la derecha). Y al miembro
soldados de armadura ligera; cf. E. Haen- fundamenta esa entronización en argumentos
cuanto sus acciones deciden acerca del valor que queda al lado derecho se le trata siempre
chen, Apostelgeschichte7 (KEK), 619. de la Escritura (otros aspectos del empleo de
que tiene ante Dios y determinan así su futu- con especial deferencia: el ojo derecho es el
ro. «Si un árbol es bueno, dará fruto bueno; desencadenante del deseo sexual (Mt 5, 29), esta cita cf. en Hahn, 128). Juntamente con
pero si un árbol es malo, dará fruto malo» bE;tÓ~, 3 dexios derecho (el lado opuesto a la mejilla derecha se la ofende especial- las citas literales (Mc 12,36 par.; Hech 2,34;
(Mt 12,33; en sentido parecido Mt 7,17 [bis]. al izquierdo) mente (Billerbeck 1, 342) con una bofetada Heb 1, 13), encontramos a menudo la versión
28 [bis]; Lc 6, 43 [bis]). Por los frutos se co- (Mt 5,39). más o menos libre de la cita como expresión
1. Aparición del término - 2. Gran estimación del de la certeza de que Jesús está sentado a la de-
noce el valor del árbol (Lc 6, 44; Mt 12, 33c). «lado derecho» - 3. La mano derecha (miembros) -
¡Ay del árbol que no produzca frutos buenos! 4. La derecha como «lado de la suerte» - 5. Sentado a 4. Así como el hecho de ser zurdo expone a recha de Dios o de que se ha sentado a su
Será cortado -una imagen del juicio que apa- la derecha - 6. La (mano) derecha de Dios o de Jesús. sufrir discriminación incluso en los tiempos diestra. La conexión existente en el Sal 109, 1
rece ya en Is 6, 13; 10, 33s; 32, 19- Y arroja- modernos, así también en la antigüedad la LXX entre xá-frl']¡.A.aL y EX 6ESLffiv aparece só-
Bibl.: A. Gornatowski, Rechts und links im antiken
do al fuego (Mt 3, 10 [bis]; 7, 19; Lc 3, 9 Aberglauben, tesis Breslau 1936; W. Grundmann, zurdería se veía ya como cosa antinatural lo en el anuncio que se hace en Mc 14,62 par.
[bis]). oEl;LÓ~, en ThWNT n, 37-39 (bibliografía algo anti- (Wolff, 158). A lo «izquierdo» (<<siniestro») de que verán al Hijo del hombre «sentado a la
863 864 865 866

derecha del poder» (= de Dios; cf., en sentido 1. El uso de MO[!aL y bÉfJ(JL~, con pocas manifiesta la esperanza contra toda esperanza ayuda. El motivo de que Dios no necesita na-
parecido, Heb 1, 3). Por lo demás, la entroni- excepciones, se concentra en los escritos pau- (2 Cor 1, 9; Rom 10, 1), el aspecto social de da refuerza la exhortación al arrepentimiento
zación de Jesús a la derecha de Dios, entendi- linos y lucanos (bÉo[!aL aparece un total de la fe y la dependencia en que los unos se ha- (cf. Hech 17,30).
da ya desde muy pronto (con Vielhauer, 167ss 22 veces, y MfJGL¡;, 18 veces). De la signifi- llan de los otros. Más allá del contexto de la Por lo demás, en ninguna otra parte del NT
en contra de Hahn, 126ss) como consecuencia cación básica de «carecer, necesitar» -que to- comunidad, en la oración en favor de la hu- aparece esta idea de la doctrina griega sobre
de la resurrección, se describe por medio de davía se conserva en jt¡~oGMo[!aL- se ha de- manidad no cristiana (1 Tim 2, 1) se cumple Dios. Por contraste, 2 Cor 5, 20 presenta a
--+ xuitt1;w seguido de Ev c'll::sL<;l (Ef 1, 20; sarrollado el sentido de suplicar, pedir, orar o Dios como Aquel que, cual el Crucificado y el
«la vocación sacerdotal que la comunidad tie-
Heb 1,3; 8,1; 10, 12; 12,2); y su existencia de petición, oración. ne con respecto al mundo» (Holtz, 56). A la que ruega, se da a conocer a través de la pre-
actual al lado de Dios se describe por medio intercesión se la puede llamar sencillamente dicación apostólica.
de xá{h¡[!aL (Col 3, 1) o ELVaL (Rom 8, 34; 1 2. MO[!UL GOU en un discurso directo (Hech «la oración del justo» (Sant 5, 16; 1 Pe 3, 12). U. Schoenbom
Pe 3, 22) seguido por EV bESL{L Por el contra- 8, 34; 21, 39; cf. 26, 3) corresponde a nuestra De la nQOGEuxtí como oración «general»
rio, la idea de que Jesús está de pie EX bESLWV fórmula de cortesía «por favor», y permite re- se diferencia la MfJat¡; como oración «especí-
de Dios (Hech 7, 55s) podría estar influida conocer a una persona que sabe hablar como bÉov deon necesario
fica». Pablo menciona su oración como prue-
por enunciados como 3 Re 22, 19; Sal 44, 10 es debido. Pablo se apoya en la fuerza retóri- --+ bE!: 1.
ba de la seriedad de sus planes misioneros
LXX. ca de MO[!aL, cuando está en juego su misión (Rom 1, 10; cf. 1 Tes 3, 10). En Ef 6, 18 se di-
apostólica (2 Cor 5,20; 8,4; 10,2; Gá14, 12). ce que la oración es un «arma» (cf. 6, 13.17)
6. En Hech 2, 33; 5, 31, el contexto sugie- bÉo~, o\J~, 'tó deos temor, reverencia*
Se palpa el significado fundamental en los por medio de la cual actúa el Espíritu de Dios.
re (cf. 2, 34) que se interprete 'tñ bESL(i en Heb 12, 28: Servir a Dios con temor y reve-
enunciados en los que el que hace la súplica La oración «lucha» contra los poderes y apo-
sentido local como a la (mano) derecha (y no rencia ([!E'tU EUAUpdu¡; xulbÉou¡;). ThWNT
manifiesta el estado de dependencia e incluso ya la causa del evangelio.
por la [mano] derecha). Así que la imagen de IX, 186-216.
de consternación en que se halla (Lc 5, 12; 8, MO[!aL y MfJGL~ se han desarrollado hasta
la (mano) derecha de Dios, que tanto relieve
28.38; 9, 38.40). También el no tener hijos convertirse en conceptos de un determinado
tiene en el AT como expresión del poder, se
(Lc 1, 13) o la persecución (Hech 4, 31 con estilo de piedad que describe la actitud de los AEQ~aio~, 3 Derbaios de Derbe*
halla documentada en el NT sólo por Ap 5,
referencia a 4, 24-30) son ocasiones para ha- cristianos (cf. Hech 10, 2: Camelia oraba Gayo, acompañante de Pablo según Hech
1.7. En Ap 1, 16s; 2, 1, esta imagen se aplica
cer oraciones de súplica. La plena humanidad constantemente a Dios; Lc 2, 37: Ana presta- 20,4, era de Derbe.
al Jesús resucitado (cf. también Ap 1, 17).
de Jesús se realza en Heb 5, 7, cuando se ha- ba servicio «con ayunos y oraciones noche y
Domina en esta imagen el motivo de la pro-
bla de sus «oraciones y súplicas». El que pide día»; cf. Lc 5, 33; Flp 4,6; 1 Tim 5, 5). El em-
tección, como ocurre frecuentemente en el
perdón (cf. Hech 8, 22), experimenta la con- pleo del término «oración» en sentido absolu- AÉQ~l), l)~ Derbe Derhe*
AT. Aquí el objeto de la protección son las co-
versión. La comunidad ora para que se envíen to supone que la oración va dirigida a Dios. Ciudad de Licaonia. Hech 14, 6.20; 16, 1
munidades, cuya protección se describe en
obreros a la mies (Mt 9, 38 par. Lc 10, 2), y Allá donde no se puede saber ya cuál es el mencionan visitas de Pablo a Derbe durante
forma de las siete estrellas o ángeles que Je-
responde en oración ante la inminente tribula- contenido de la oración (cf. Hech 1, 14; 1 Tim su «primero» y su «segundo» viaje misionero.
sús tiene en su mano derecha. Este motivo de-
ción apocalíptica (cf. Lc 21, 36). La oración 2, 1), su sentido habrá que deducirlo por el LThK I1I, 241; G. Ogg: NTS 9 (1962-1963)
termina también la frase ELVaL EX bESLWV
como ardiente súplica, como lamentación y contexto. 367-370; B. Van Elderen, en FS Bruce, 156-
'tLVO¡;, estar al lado de alguien (Hech 2, 25,
como clamor pidiendo ayuda recurre a la dis- 161.
cita de Sal 15, 8 LXX).
tancia salvadora que existe entre el necesitado 3. n~oO"bÉo~at tener necesidad (de algo)*
P. van der Osten-Sacken de ayuda y el poderoso. aparece únicamente en Hech 17, 24s, en el
Cuando MO[!aL tiene por objeto a terceros bÉQJ1a, a'to~, 'tó derma piel*
contexto del discurso del Areópago. El verda-
(cf. Lc 22,32; Hech 8, 24), entonces se habla En Heb 11, 37 dícese de profetas y de
dero sentido de la palabra se refuerza con
bÉoJ1at deomai suplicar, pedir, orar* de intercesión. En las cartas de Pablo, el mo- (otros) mártires del pasado: «llevaron una vida
ouM (v. 25): «Dios no hace que le sirvan ma-
bÉ'rIOL¡;, EW¡;, ~ dee sis petición, oración, in- tivo de la intercesión va más allá de la simple errante, cubiertos de pieles de ovejas y de ca-
nos de hombres como si necesitara algo» (cf.
tercesión* bras»; cf. O. Michel, Der Brief an die Hebriier'
función estilística que tenía en las cartas anti- Dibelius, 42). Aquí se refleja la antigua polé-
1. Aparición en el NT y significados - 2. Uso de es- (KEK), sub loco.
guas. La intercesión de la comunidad (Flp 1, mica del AT contra los conceptos antropomór-
tos términos en el NT - 3. JtQoabÉo¡laL. 19) trata de conseguir la liberación del após- ficos de Dios (cf. Sal 50, 9; Is 42, 5). Con to-
Bibl.: Bauer, Worterbuch, S.V.; M. Dibelius, Aufsiit- tol. Por eso, Pablo reconoce en ella, agradeci- do, algunas tendencias de la Ilustración bEQJ1áttvo~, 3 dermatinos de cuero*
ze zur Apostelgeschichte, Gottingen '1961, 29-70; H. do, la acción del Espíritu (Flp 1,4). En 2 Cor greco-helenística siguen siendo determinantes
Greeven, bÉO¡laL %1:1.., en ThWNT 11,39-42; G. Holtz,
En Mc 1,6 par. Mt 3, 4 se habla del cinto de
Die Pastoralbriefe (ThHK), Berlin 1965, 56s; E. Jün-
1, 11 se exhorta a la comunidad a practicar la (por ejemplo, la autosuficiencia de Dios). cuero de Juan el Bautista; cf. 2 Re 1, 8; Jose-
gel, Unterwegs zur Sache, München 1972, 179-188; intercesión como expresión de solidaridad Frente al Dios independiente se halla el hom- fa, Ant IX, 22; EvEb 2. Ph. Vielhauer, Aufsiit-
H. SchOnweiB, DTNT I1I, 216-222. (cf. 2 Cor 9, 14; 2 Tim 1, 3). La intercesión bre, totalmente dependiente y necesitado de ze zum NT, München 1965,47-54.
867 868 869 870

biQOJ deriJ azotar, golpear* injusta, y el arrendador no puede menos de 191-204; N. Walter, Die Philipper und das Leiden. Aus
censurarla. Por el contrario, Mc 13, 9 hace re- biO'!-Ul, 11;, Í) desme manojo den Anfiingen einer heidensehristlichen Gemeinde, en
1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos -
ferencia al castigo de azotes que puede ser im- -> 6ea[J.ó~ 7. FS Schiirmann, 417-434; F. Zeilinger, Der Erstgebore-
3. Uso teológico. ne der Schopfung. Untersuchungen zur Formalstruk-
puesto legalmente por las sinagogas judías, los tur und Theologie des Kol, Wien 1974, especialmente
Bibl.: D. R. A. Hare, The Theme of Jewish Perseeu- tribunales paganos, los gobernadores y los re-
tion of Christians in the Gospel aeeording to Sto Mat- biO' ..uo;, Otl, Ó desmios (el) prisionero, 71-73,161-164.
yes. Hech 5, 40; 16,37; 22, 19 mencionan ca- (el) preso
thew, Cambridge 1967; M. Hengel, Das Gleiehnis von
den Weingiirtnern Me 12, 1-12 im Liehte der Zenon- sos concretos en los que se impuso a cristianos --+ 6ea[J.ó~ 3.4. 1. A las 18 veces que aparece 6ea[J.ó~ en el
papyri und der rabbinisehe Gleiehnisse: ZNW 59 el castigo de azotes. Lc 12, 47s hace referen- NT, hay que añadir Hech 22, 30 Textus Re-
(1968) 1-39; R. Pesch, Naherwartungen. Tradition cia a los antiguos castigos corporales que, so- ceptus y Heb 10, 34 Textus Receptus (donde
und Redaktion in Mk 13, Düsseldorf 1968, 126-129; bre todo según el Derecho romano, el pater fa- bEO' .... Ó;, olí, Ó desmos cadena, encarcela- se lee 6ea[J.ó~ en lugar de Oé(J[J.LO~). Con ex-
Id., Das Markusevangelium 11, Freiburg i Br. 1977, so- miento *
bre todo 216s; O. H. Steck, Israel und das gewaltsame milias estaba facultado para aplicar a los de su cepción de Mc 7,35 y Lc 13, 16, donde el tér-
Geschiek der Propheten, Neukirchen-Vluyn 1967, so- casa. Lc 22, 63; Jn 18,23 y 2 Cor 11, 20 se re- 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos mino aparece en ambos casos con artículo, y
bre todo 269-273; H. Windish, Der zweite Korinther- fieren a las zonas nebulosas del derecho. El semánticos - 3. ()ÉO!!LO~ - 4. Términos de la comunión en Lucas -además- con un pronombre de-
brief(l924), editada por G. Strecker, Giittingen '1970 OéQfLV a los condenados, mientras no se trate con Cristo y de la evangelización - 5. OÚV()EO!!o~ -
(sobre todo 11,20).
monstrativo, 6ea[J.ó~ se halla siempre en plu-
de un castigo concomitante o adicional, no es 6. {)EO!!EÚW - 7. btO!!l].
ral (en Flp 1, 13 en acusativo plural; cf. Eurí-
1. El verbo aparece 15 veces en el NT, 9 de admisible jurídicamente. Sin embargo, el con- Bibl.: E. Amen, Heilfür die Heiden. Zur Bedeutung pides, Ba 518), generalmente con artículo,
ellas en los Sinópticos, donde el empleo del denado no podrá presentar una querella. De und Gesehiehte der Tr. vom besessenen Gerasener (Mk con excepción de Hech 20, 23; 23, 29; 26, 31;
manera parecida, en 2 Cor 11, 20 se acepta 5, 1-20 parr.), Frankfurt a. M. 1976; S. Arbandt-W.
término se concentra en la parábola de los vi- Macheiner-C. Colpe, Gefangensehaft, en RAC IX, 2 Tim 2,9; Heb 11,36; Jds 6. Mateo no em-
ñadores en Mc 12, 1-12 par. (5 veces: Mc 12, con serenidad el ser golpeado injustamente. 318-345; Bauer, Worterbueh, 349s; P. Benoit-M.-E. plea 6ea[J.ó~. Los términos 6ea[J.ó~ y Oé(J[J.LO~
3.5; Mt 21,35; Lc 20, 10.11). Además, OéQw Boismard, Synopse des quatre évangiles en fram;ais son desconocidos en los escritos joánicos y
se encuentra en el discurso de Mc 13, 9, en 3. En el contexto de la alegoría de los viña- 11, Paris 1972, sobre todo § 142, 158,217,349; H. D. también en las principales cartas paulinas.
dores, la reacción de los arrendatarios hace re- Betz, Lukian von Samosata und das NT, Berlin 1961,
otra parábola de Lc 12,47.48 yen la historia especialmente 170s; Bultmann, Gesehiehte, sobre todo
Los Sinópticos emplean 3 veces 6ea[J.ó~ en
de la pasión en Lc 22, 63. También Juan in- ferencia al AT. Remite a la tradición deutero- 10, 65, 293s, 306s; DeiBman, Licht, 258-260; Dibe- relatos de milagros: Mc 7, 35 (material pecu-
troduce el verbo en la historia de la pasión nomista acerca de la persecución y muerte de lius, Formgeschichte, especialmente 94s; E. Haenchen, liar); Lc 8, 9 (redaccional) a diferencia de Mc
(18,23). Finalmente, 6ÉQw aparece asimismo los profetas (Steck). Al mismo tiempo, esa tra- Der Weg Jesu, Berlin 1966, especialmente 257-277, 5, 8, el cual en 5, 1-20 hace una revisión in-
en Hechos (3 veces: 5,40; 16,37; 22, 19), en dición se enriquece en un detalle: el profeta 517-520; K. Kertelge, Die Wunder Jesu im Markus- terpretativa de la tradición recibida (cf. An-
(Jesús) es, además, azotado. Mc 13,9 pone en evangelium, München 1970, sobre todo 101-110,
1 Cor 9,26 Y en 2 Cor 11, 20. 157-161; G. Kittel, {)EO!!Ó~ x"tt.., en ThWNT 11, 42; nen, 24-26, 70-72, 206-207); Lc 13, 16 (mate-
relación el destino de Jesús con el de los discí- H. J. Klauck, Das Amt der Kirche nach Eph 4, 1-6: rial peculiar). 6ea[J.ó~ aparece en relación con
2. 6ÉQw significa literalmente desollar, pulos. Lc 22, 63 y Jn 18,23 remiten a otra tra- WiWei 36 (1973) 81-110; Kuss 111, 72-75, 452-457; D. el encarcelamiento de Pablo: Hech 16,26; 20,
despellejar. Con este sentido se emplea úni- dición del AT, aludiendo al Siervo de Dios se- R. de Lacey, Paul in Jerusalem: NTS 20 (1973-1974) 23; 23, 29; 26, 29.31; Flp 1,7.13.14.17; Flm
camente en la LXX (Lev 1,6; 2 Crón 29,34; gún Is 50 y al Justo sufriente de los salmos. 82-86; P. Lamarche, Le possédé de Gerasa (Mt 8, 28-
34; Mc 5, 1-20; Lc 8, 26-39): NRTh 90 (1968) 581- 10.13; Col 4, 18; 2 Tim 2,9. En la LXX, en-
35, 11), donde aparece como tecnicismo cul- También esta línea influye en la interpretación 597; Liddell-Scott, 380, 1701 (OÚV()EO!!o~); H.-G. tre el grupo de palabras con el tema 6ea[J.-, se
tual para referirse a la acción de desollar a un de la suerte que han de correr los discípulos, Link, btO!!LO~: DTNT 11,102-103; E. Pax, Stilistische emplea con frecuencia 6f(J[J.Ó~; traduce a me-
animal víctima de un sacrificio. En cambio, según Mc 13,9. En los casos descritos por He- Beobachtungen an neutrale Redewendungen im NT: nudo el hebreo 'asar, «atar, encadenar» o ma-
en el NT OéQw aparece únicamente en el sen- chos, los discípulos dan continuidad al destino SBFLA 17 (1967) 335-374; R. Pesch, Der Besessene
von Gerasa, Stuttgart 1972, sobre todo S7ss; B. Ri-
ser «cadena» (por ejemplo, en Is 49, 9; Sal 2,
tido figurado de golpear. En la voz activa lle- de sufrimiento de Jesús y renuevan su oferta gaux, Témoignage de l'évangile de Luc, Bruges 1970; 3; Jer 2, 20).
va acusativo. Se usa más raras veces en la voz de erigir el reinado del evangelio -un reinado G. Schneider, Das Evangelium na eh Lukas (OTK),
pasiva (Mc 13, 9; Lc 12, 47s; cf. Bauer, Wor- libre de padecimientos- mediante la acepta- Gütersloh-Würzburg 1977, sobre todo 192-195, 298- 2. La raíz 6ea[J.- tiene el significado básico
terbuch, S. v.). Con excepción de 1 Cor 9, 26, ción de los sufrimientos que se les va a impo- 301; J. Schreiner, Die apokalyptische Bewegung, en de «atar». 6ea[J.ó~ significa en primer lugar
ner legal e ilegalmente. Maier-Schreiner, 214-253; H. Schürmann, Orientie-
el verbo OéQw expresa siempre algo que suce- rungen am NT. Exegetische Aufsiitze JlI, Düsseldorf
cadena; se emplea desde Homero, 11, 6, 507;
de entre personas. En 1 Cor 9, 26 el sujeto es, D. Dormeyer 1978, sobre todo 89; E. Schweizer, La carta a los co- Od, 13, 100; cf. Herodoto I1I, 145; Platón, Leg
sí, una persona; pero el objeto en acusativo es losenses, Salamanca 1987; Ph. Seidensticker, Paulus, IX, 864e, siempre en el sentido propio y real
una cosa, concretamente el «aire» (--+ &~Q). der verfolgte Apostel Jesu Christi, Stuttgart 1965; F. de la palabra. El poseso de Gérasa rompe in-
Sin embargo, en este caso se habla irónica-
bEO' ....itlOJ desmeuiJ encadenar, atar Staudinger, Die Sabbatkonflikte bei Lukas, tesis meca-
--+ 6ea[J.ó~ 6. nografiada Graz 1964; P. Stuhlmacher, Der Brief an cesantemente, como Sansón (Jue 15, 13s), las
mente del aire, en sustitución de una persona. Philemon (EKK), Zürich-Neukirchen-Vluyn 1975; A. cadenas con que quieren sujetarle (Lc 8, 29).
En la parábola de los viñadores, la acción de Suhl, Der Philemonbrief als Beispiel paulinischer En su curación, se manifiesta el poder de Jesús
«golpear» al encargado de cobrar la renta es bEO' ....iOJ desmeiJ encadenar, atar Pariinese: Kairos 15 (1973) 267-279; G. TheiBen, sobre los demonios y se manifiesta también su
una reacción realista de defensa por parte de Lc 8, 29 C Koiné A D W El (en vez de -> Urehristliche Wundergeschiehten, Gütersloh 1964; A.
Vanhoye, La structure littéraire de l'épftre aux Hé- misericordia universal (la única historia de cu-
los arrendatarios. Desde luego, es una acción 6fCJ[J.f'ÚW): «fue atado con cadenas». breux (SN 1), Paris-Bruges 1962, sobre todo 173-182, ración en territorio pagano). Juntamente con
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Silas, se encuentra Pablo aherrojado en Filipos embargo, cuando se usan en sentido figurado, quitarse la vida, pensando que los presos se en la prisión y por otras personas, de tal ma-
(Hech 16,26). En su discurso de despedida en y en ciertos contextos, el sintagma pierde de habían escapado (16, 27). nera que el apóstol soporta sus cadenas por
Mileto, dirigido a los ancianos de Efeso, el algún modo el elemento de violencia y expre- Según Hech 23, 18, Pablo -estando preso- amor de Cristo; por otro lado, los demás her-
apóstol habla de las «cadenas y aflicciones» sa un contenido eminentemente positivo. En notifica por medio de su sobrino al centurión manos, mientras él se encuentra preso, se
que le aguardan en Jerusalén (Hech 20, 23). conexión con una idea típica de la antigüe- que hay una conjura para matarle a él (a Pa- atreven tanto más audazmente a proclamar el
Al final de su defensa ante Festo y Agripa, dad, Mc 7, 35 describe cómo Jesús cura la blo). El procurador Festo se hace cargo de un evangelio de Cristo» (Link, 1141); cf. 1 Clem
Pablo desea y pide a Dios la conversión de lengua que estaba atada por un demonio (DeiB- preso del tiempo en que Félix había ejercido 49,2).
sus oyentes, «claro que sin estas cadenas» mann, 258ss), a fin de iniciar así la llegada el cargo (Hech 25, 14) y, en una conversación
(Hech 26, 29). del reino de Dios para el sordomudo y hacer con Agripa, cree que es absurdo enviar ese 5. (JVV()E(Jp.lO; vínculo, atadura, cadena*
En la palabra de exhortación (Heb 13, 22), posible la alabanza de Dios en la proclama- preso al César sin indicar «cargos racionales» (término conocido desde Eurípides y Tucídi-
Heb 11, 36 menciona a los héroes de la anti- ción. El conflicto lucano en torno al sábado en su contra (25, 27). Hech 28, 16 Textus Re- des; cf. LXX: 1 Re 6, 10; 14, 24; Is 58, 6.9;
gua alianza que, por las convicciones de su fe, (Lc 13, 10-17), que según la historia de las ceptus contiene una ampliación: «El centu- Jer 11, 9; cf. Josefo, Ant I1I, 120; o 1:0
sufrieron «vituperios y azotes, sí, y también formas es un litigio y un diálogo didáctico, rión entregó [en Roma] los presos al prefecto o'Úv6coI-lOV, Bern 3, 3) significa literalmente
cadenas y prisiones». Las cadenas son como tiene su punto culminante en el v. 16 median- militar»; cf., a propósito, GNTCom. En Hech lo que une. Este término aparece 4 veces en el
las joyas de los mártires que sufren, a pesar de te la acción salvadora de Jesús. Porque así 28, 17, Pablo -en un discurso dirigido a los NT. Ef 4, 3 habla del «vínculo de la paz». En
que son inocentes (por ejemplo, IgnEf 11, 2; como no se profana el sábado desatando del Col 2, 19 o'Úv6ea¡.to~ designa a Cristo, que
judíos- informa que «él fue entregado preso
IgnMagn 1,2; IgnFil8, 1; Polic 1, 1); son ex- pesebre al ganado, menos aún se quebrantará mantiene unido a su cuerpo, que es la Iglesia;
desde Jerusalén en manos de los romanos». El
presión de su fidelidad a la fe y son meritorias por soltar de las cadenas de Satanás a una en 3, 14, el término se refiere al amor, que
téimino, desconocido en la Cartas católicas y
(cf. IgnRom 2,2; 4, 1). «hija de Abrahán». Con arreglo a la voluntad -como vínculo divino- une entre sí a los cre-
en el evangelio de Lucas, se refiere especial-
En sentido derivado, 6ea¡.tó~ puede signifi- salvífica de Dios, la mujer «tiene que» ser li- yentes (cf. Os 11, 14) y los libera. Cf. IgnTral
mente a Pablo cautivo; pertenece a su teología
car también el cautiverio, el encarcelamiento berada de sus cadenas. 3, 1; Orígenes, Hom. 9, 4 in ler. (cf. numero-
(---+ 4) y a los textos parenéticos de los escritos
(por ejemplo, Diodoro Sículo XIV, 103, 3; Jo- En las palabras de juicio contra los falsos sos ejemplos en PGL, 13lOs). En Hech 8, 23
tardíos (Heb 10, 34; 13, 3; cf. Luciano, Pe-
sefo, Ant XIII, 294, 302; Vita 241). Lucas no maestros que hay en la comunidad, Judas ha- Pedro ve a Simón de SamarÍa apresado en una
regrMort 12),
sólo describe detalladamente en Hech 21, ce una advertencia en 5-16, con lenguaje apo- «cadena de iniquidad» y codicia; cf. Bern 3,
18ss el prendimiento de Pablo, sino que ade- calíptico y profético, refiriéndose a los ánge- 3, 5 (cita de Is 58, 6.9 LXX); cf. Bauer, Wor-
4. 6ea¡.tó~ y 6ÉO¡.tLO~ significan, en las car-
más acentúa en Hech 23, 29; 26, 31 lo injusto les a quienes el Señor mantiene «en cadenas terbuch, s. v.
tas que Pablo escribe desde la prisión y en el
que fue su encarcelamiento. Realza la figura eternas (6ea¡.toL~ a'L6í,OL~), en la oscuridad, contexto de las cartas deuteropaulinas, que el
del apóstol, que emula en sí mismo al Cristo 6. El verbo ()E(Jp.lEVro encadenar* aparece
hasta el juicio del gran día»; cf. Hen [gr] 10, apóstol es un 6ÉO¡.tLO~ XQLO'tOU 'ITJoOU (Flm
sufriente (Flp 3, 12ss), como modelo del már- 3 veces en el NT. Se halla atestiguado desde
4-6: Jub 5, lOs; Yom 6, 8 (cf. Billerbeck III, 1.9; en ambos casos sin artículo), el (¡con ar-
tir que sufre, a pesar de ser inocente. Personas 783-785; Schreiner, 234-252. Eurípides, Jenofonte, Epicteto, y aparece en
tículo!) preso (Ef 3, 1) de Cristo Jesús en fa- Jue 16, 11; 3 Mac 5, 5 y passim en la LXX. Se
que no comprenden o que son contrarias a Pa- vor de los gentiles «en el Señor». Tan sólo en
blo, quieren hacer más pesadas sus cadenas 3. ()É(J'.1tO; (el) preso* aparece 16 veces en encuentra también en Josefo, Ant XIV, 348.
Ef 4, 1 6iO¡.tLO~ se halla construido con la ex- Al poseso de Gérasa «se le encadenaba cons-
(Flp 1, 17). En la salutación final, el autor de el NT. El término se encuentra varias veces en
presión típicamente paulina EV X:UQLc.p. El cru- tantemente (en imperfecto) de pies y manos
Colosenses alienta así a la comunidad: «¡Re- la LXX como traducción del hebreo 'asar o
ce del genitivo de autor, de cualidad y de po- como a un preso» (Lc 8, 29, redaccional). Pa-
cordad que estoy en prisión!» (Col 4, 18; cf. 'asír (cf. Josefo, Ant XIII, 203; XVII, 145).
sesión expresa la íntima vinculación del blo, en su discurso de defensa en el atrio del
Ef 3, 1). Pablo, en la prisión, se ha convertido De las veces que este término se halla docu-
apóstol con Cristo juntamente con su activi- templo deJerusalén (Hech 22,3-21), describe
en padre del esclavo fugitivo Onésimo (Flm mentado en el NT, de las que 9 llevan artículo,
Mc 15, 6 par. Mt 27, 16 (y redaccionalmente dad misionera. Esta vocación y esta misión cómo él, antes de su conversión, movido por
10), que entretanto se ha hecho cristiano. El
apóstol, con una carta de acompañamiento en Mt 27, 16) pertenecen al relato sinóptico de la constituyen también la base, en la anámnesis el celo por Dios, había perseguido a los cris-
la que no falta el humor, le envía de regreso a pasión. La multitud pide a gritos a Pilato que paulina (2 Tim 1, 8, con artículo), de la ex- tianos y los había metido en prisión «cargados
casa de «su colaborador Filemón» (Flm 1). - suelte a «un preso llamado Barrabás», y no a hortación que se dirige a Timoteo para que de cadenas» (22, 4). En Mt 23, 4 (redaccio-
El NT presupone en general el tipo de prisión Jesús, en virtud de la amnistía que se concede practique un valiente discipulado en los pade- nal) Jesús condena a los escribas y fariseos (y
(romana), donde el preso permanecía aherro- por pascua (Mc 15,6-14). Hech 16,25 refiere cimientos. En Flp 1,7.13.14.17 pone 6ea¡.tó~ al mismo tiempo da una advertencia a la Igle-
jado hasta que era sentenciado (por ejemplo, que Pablo y Silas, en la prisión de Filipos, en relación con Cristo y con su evangelio. El sia para que no obre como ellos), porque
Mc 6, 14-29; Hech 12,3-6; 21, 33s). oraban y cantaban himnos durante la noche. Y sentido que el apóstol atribuye a su encarcela- «atan cargas pesadas» que ponen sobre las es-
Todos los términos que pertenecen al sin- señala: «Los presos les escuchaban». Cuando miento «consiste en que éste se halla al servi- paldas de los demás, pero que ellos no mue-
tagma 6ea¡.t- tienen, sí, en su sentido literal un terremoto los liberó de hecho a todos, el cio del progreso y la difusión del evangelio: ven ni con un dedo; cf. Gén 37, 7; Am 2, 8;
una connotación negativa y despectiva. Sin carcelero (6ea¡.tocp'ÚAul;), asustado, quería por un lado, el evangelio llega a ser conocido Jdt 8, 3.
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7. bÉu",... manojo* (Tischendorf acentúa díos: 2 en los escritos lucanos, 4 en las Pasto- 2, 1). f-tÓVO~ ClCOJtÓ'tf]~ pertenece al lenguaje 17). También aparece en forma absoluta (Mc
ClCOl.l:r'j), un término conocido desde Demóste- rales, 3 en las Cartas católicas, 1 en Apocalip- formal del monoteísmo judío, pero en Jds 4 1,17 par. Mt 4, 19; Mc 6,31; Mt 11,28; 22,
nes y Teofrasto (Hist IX, 17, 1), se halla ates- sis. La aparición relativamente tardía está podría ser una designación de Cristo. En am- 4; 25, 34).
tiguado en un solo lugar del NT: en Mt 13, 30 condicionada por la inclinación más intensa a bos casos la negación significa desobediencia
(material peculiar), en la parábola de la ciza- la terminología helenista durante la segunda a los mandamientos de Cristo, a quien de esta
ña que crece entre el trigo, y a la que luego y la tercera generación del cristianismo primi- manera se presenta como el que manda. En 2 bEU'tEQaio;, 3 deuterarios en dos días, al
atarán (Clfj(JaL) «en manojos» para quemarla. tivo. Tim 2, 21 ClCOJtÓ'tf]~ designa en sentido meta- segundo día*
Entre los vocablos con la raíz Clf(Jf-t- se fórico al señor de la casa, pero de hecho se re- Hech 28, 13: «En dos días (ClfU'tfQULOL) lle-
2. Como tecnicismo sociológico, ClCOJtÓ'tf]~ gamos a Putéoli». BlaB-Debrunner § 243, 1.
cuentan también los sustantivos: ---+ Clf(Jf-tO- aparece en las normas relativas a la esclavi- fiere a Cristo, si tenemos en cuenta el contex-
q)'ÚAUS, carcelero; ---+ ClCOf-tW'tlÍQLOV, cárcel, tud. En ellas el término, conforme a la tradi- to amplio de la advertencia contra los falsos
prisión, y ---+ ClCOf-tW'tf]~, preso, prisionero. ción griega y helenística, designa al amo, por maestros (v. 22). bEU'tEQónQffi'tO;, 2 deuteroprotos el si-
F. Staudinger contraposición al esclavo. También los escla- guiente después del primero (?)
5. OLx,obwJtÓ't'rl~ señor de la casa y OLX,O-
vos cristianos deben someterse a sus amos Lc 6, 1 C Koiné A D El pm lat f.V (Ju~~(h(¡l
bwJto'tÉw estar al frente de la casa son palabras
(Tit 2,9; 1 Pe 2, 18) o considerarlos dignos de de formación tardía que no aparecen en la LXX Clf1J'tfQOJtQW't (¡l. En este pasaje, el término
bEUf.l0q)'úAa;, meo;, ó desmophylax car- todo honor (l Tim 6, 1); si los amos son cris- ClfU'tfQÓJtQW'tO~ falta en los testimonios tex-
ni en Josefo. En Mc 14, 14 par. el sustantivo de-
celero* tianos, hay que servirles con más empeño to- tuales p4 p75vid Sin B L W A al it syp sa bo, y
signa al dueño de la casa en la que Jesús va a ce-
En el NT aparece únicamente en Hech 16, davía (l Tim 6, 2). El motivo de este consejo lebrar la pascua. Parábolas y metáforas describen debe preferirse la variante textual más breve
23.27.36, refiriéndose al <<jefe de la prisión» es que hay que tener en cuenta el juicio que se un determinado comportamiento del señor de la «en sábado». Sobre los testimonios del texto
de Filipos. formen los amos paganos (1 Tim 6, 1; Tit 2, casa, y en realidad se refieren a Dios (Lc 14,21; cf., para más detalles, GNTCom sub loco.
10). A los que tienen amos con mal carácter, Mt 13,27; 20,1.11; 21, 33), a Cristo (Lc 13,25;
Probablemente glosas marginales a 6, 2 (co-
Mt 10,25) o a un hombre (Mt 13, 52; 24, 43 par.).
bEUf.lffi'tt]QtOV, OU, 'tó desmoterion pri- hay que recordarles que el sufrir injustamente oLx,obeaJtotÉw aparece únicamente en las nor- mo comparaciones con los días de sábado
sión* por causa de la fe es un acto que merece la mas que se dan para las viudas en 1 Tim 5, 14, Y mencionados en 4, 31 y 6, 6) han conducido a
Mt 11, 2 (a diferencia de Lucas): Juan, es- aprobación de Dios (1 Pe 2, 18); a los que tie- en ellas, juntamente con lo de casarse y tener hi- la variante textual Clf1J'tfQÓJtQW'tO~; cf. G. W.
tando en prisión, oyó hablar de las «obras de nen amos que son cristianos, hay que recor- jos, es expresión de la típica vida de familia que Buchanan-Ch Wolfe: JBL 97 (1978) 259-262.
darles que son hermanos y que deben com- se espera de los cristianos. La conjetura f.V (Ju~~á't(¡l ~í<;x (<<en un sábado
Cristo». Hech 5, 21.23 ell el relato de la libe-
ración milagrosa de los apóstoles en Jerusa- portarse como tales (l Tim 6, 2). G. Haufe se vio en la necesidad», en lugar de f.V au~­
lén. Y Hech 16,26: durante el encarcelamien- ~á't(¡l Clf'U'tfQOJtQW't(¡l) la propone E. Dele-
3. ClCOJtÓ'tf]~ tiene sentido estrictamente
to de pablo y de Silas en Filipos, antes de la becque, Etudes grecques sur l' évangile de
teológico, cuando se emplea para dirigirse a
liberación milagrosa de ambos, «los cimien- bEVQO deuro (adv.) (hacia) aquí, hasta ahora* Luc, Paris 1976,71-83, quien sugiere que ~t<;x
Dios, como vemos en el cántico de alabanza
tos de la prisión fueron sacudidos por un fuer- Este adverbio se emplea en sentido de lu- (BIAI) debió de entenderse erróneamente co-
de Simeón (Lc 2, 29), en la oración de la co-
te temblor». gar: (hacia) aquí. Aparece con un verbo en mo una indicación numérica B' A' .
munidad (Hech 4, 24) y en el clamor de los
imperativo en Mc 10, 21 par. Mt 19, 21 / Lc
mártires pidiendo venganza (Ap 6, 10). Si el
18,22, y expresando un anuncio o promesa en
bEUf.lÓJ'tl);, OU, Ó desmotes (el) preso* orante se designa a sí mismo como esclavo
Hech 7,34; Ap 17, 1; 21, 9; ClfUQO se en- bEÍJ'tEQO;, deuteros (el) segundo
En Hech 27, 1.42, en ambos casos en plu- (Lc 2, 29), entonces el uso sociológico del
cuentra también en forma absoluta en In 11, 1. Aparición en el NT - 2. Como numeral - 3. Sen-
ral, dícese de los presos que, juntamente con término se trasfiere a las relaciones entre Dios tido retrospectivo y sentido conectivo - 4. Empleo co-
43; Hech 7, 3. En Rom 1, 13 tiene sentido
Pablo, emprenden viaje por mar a Italia y son y el hombre. Se piensa, además, en Dios co- mo cualificador.
temporal: hasta ahora (aXQL 'tOU ClfUQO).
salvados en Malta. mo el Creador (Hech 4, 24) o el Juez (Ap 6, Bibl.; H. Conzelmann, Der erste Brief an die Ka-
10). Esta manera helenística de dirigirse a rinther, GCittingen 1969,332-344; O. Hofius, das «ers-
Dios es corriente en la LXX y en Josefo y ad- te» und das «zweite» Zelt. Ein Beitrag zur Auslegung
bEmtó'tl);, OU, Ó despotes señor, dueño* quiere diversos acentos teológicos, según el bEV'tE deute (adv.) ¡venid aquí!, ¡vamos! van Hebr 9, 1-10: ZNW 61 (1970) 271-277; E. Klise-
(imperativos) * mann, An die Romer, Tübingen '1974,132-138; W. G.
1. Aparición en el NT - 2. Uso sociológico - 3. Uso contexto. Kümmel, Thealagie des NT, Gottingen '1972, 130s,
teológico - 4. Uso cristológico - 5. Compuestos.
Este adverbio aparece casi siempre como 138-140; H. Schlier, Das Romerbriej, Freiburg i. Br.
4. ClCOJtÓ'tf]~ aparece como título de Cristo, una partícula de invitación o aliento, dirigida 1977, 179-189; R. Pesch, Das Markusevangelium
Bibl.: K. H. Rengstorf, bfOJtÓLr¡~ "LA.. , en ThWNT cuando se caracteriza a los falsos maestros. a varias personas, y va seguida por un impe- 1I, Freiburg i. Br. 1977, 236-249 (bibliografía); J. L.
11,43-48. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1037s. Sharpe, The Secand Adam in the Apakalypse af Mases:
Ellos niegan a 'tov f-tóvov ClCOJtónlV XUL rativo o un aoristo de subjuntivo (Mc 12, 7
x,1JQíov lJf-toov 'If](Jouv XQL(J'tÓV (Jds 4), o CBQ 35 (1973) 35-46; U. Wilckens, Christus, der
1. El NT contiene 10 ejemplos del uso de par. Mt 21, 38/ Lc 20, 14 v.l.; Mt 28, 6 a di- «letzte Adam» und der Menschensahn, en FS Vogtle,
este término, todos ellos en los escritos tar- niegan al Clf(JJtónlV «que los rescató» (2 Pe ferencia de Marcos; Jn 4, 29; 21, 12; Ap 19, 387-403.
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882

1. El Apocalipsis, con 13 de las 43 veces (4,14-10,18), garantía de la salvación conce- 1. 6ÉXO!lUL aparece 56 veces en el NT. La a los discípulos incluye expresamente el escu-
que este término se halla atestiguado, es el dida graciosamente por Dios y de la reden- mayoría de los ejemplos se hallan en los char su mensaje (Mc 6, 11 par.).
único escrito que muestra cierta predilección ción por medio de su sangre (9, 11-15: cf. la evangelios sinópticos y en Hechos (en Mateo Alguna vez que otra 6ÉX0!lUL designa,.el re-
por 6eúteQo~ (aparece 12 veces en los evan- interpretación histórico-salvífica de la JtQÓ:Jtrl el verbo aparece 10 veces, en Marcos 6, en cibimiento en el más allá (Lc 16, 9; Hech 3,
gelios, 5 en Hechos, 12 en las cartas, y tam- OXl]V~ y de la 6e'UtÉQu oxl]v~ en 9,1-10). Lucas 16, y en Hechos 8). Con excepción de 21; cf. también 7, 59, --+ 4). En Gál 4, 14
bién en Mt 21,30 v.l.). b) Este sentido de sobrepasar lo «primero», 2 Corintios (donde hay 5 ejemplos), el verbo 6ÉX0!lUL tiene el sentido de recibir o aceptar
2. 6eúteQo~ aparece principalmente como lo adquiere 6eúteQo~ principalmente en la aparece sólo alguna vez que otra en la epís- (<<como a un ángel de Dios»); en 2 Cor 11, 16
numeral, por ejemplo, para designar a una aplicación que se hace de este término a Jesu- tolas. El empleo que se hace del término en el verbo significa tolerar, soportar.
«segunda persona» en una serie de ordinario cristo en 1 Cor 15, 47; como el «segundo el NT coincide plenamente con el que se hace
bien definida (Mc 12, 21 par.; Mt 21, 30 v.1.; hombre», es decir, como el «último Adán» de él en el mundo antiguo (cf. Grundmann, 4. La aceptación de realidades. Según Mt
Lc 19, 18; cf. Ap 4, 7; 8, 8; 14, 8; 16,3), sin contrapuesto al «primer hombre Adán» (v. 49-51). En el NT el sujeto del verbo es siem- 11, 14, los oyentes deben admitir, es decir,
que se dé significado especial a esa segunda 45), Jesucristo se halla al final de la «histo- pre una persona o cosa personificada, por aceptar la realidad de que Juan el Bautista es
posición. Las expresiones adverbiales EX ria» como un ente cualificado escatológica- ejemplo, «Samaría» en vez de sus habitantes el Elías que había de venir. Según Hech 7,38,
6e'UtÉQo'U (Mt 26, 42; Mc 14, 72; Jn 9, 24; mente por medio de la resurrección y que es (Hech 8, 14); lo mismo sucede con «todo lu- Moisés recibe palabras de vida. Según 1 Cor
Hech 10, 15; 11, 9; Heb 9, 28), (to) 6eú- decisivo para la salvación; precisamente en la gar» en representación de quienes habitan en 2, 14 el hombre no espiritual es incapaz de
teQov (Jn 3, 4; 21, 16; 1 Cor 12,28; 2 Cor 13, superación de la muerte (como destino que él (Mc 6, 11). Los objetos gramaticales de la admitir, es decir, de aceptar comprendiéndo-
2; Jds 5) y EV t0 6e'\JtÉQql (Hech 7, 13) se llegó al mundo por medio de Adán) gracias a acción verbal de 6ÉX0!lUL podemos clasificar- las, las cosas del Espíritu de Dios, porque él
emplean generalmente para referirse a la se- la resurrección (vv. 20-22), Cristo es el polo los en objetos, personas y realidades. las considera necedad. Los demás pasajes ex-
gunda vez que ocurre un suceso (que de ordi- opuesto a Adán. Y como la figura escatológi- presan de maneras diversas la aceptación del
nario ocurre tres veces). camente decisiva, Cristo es el «segundo hom- 2. Tomar y recibir un objeto. Esta acepción mensaje, del evangelio: como la palabra (de
bre» = el «último Adán». es rara en el NT. Objeto de 6ÉX0!lUL puede Dios; Lc 8, 13; Hech 8, 14; 11, 1; 17, 11; 1
3. 6eúteQo~ adquiere sentido conectivo y c) También el hablar de la «segunda muer- ser: el recibo de una deuda (Lc 16, 6s), una Tes 1, 6; 2, 13; Sant 1, 21); como XáQL~ (2
retrospectivo, cuando llama la atención sobre te» (Ap 2, 11; 20, 6.14; 21, 8) tiene como fon- copa (Lc 22, 17), cartas (Hech 22, 5; 28, 21), Cor 6, 1); como JtuQáXA.l]OL~ (2 Cor 8, 17);
algo que está íntimamente relacionado con do la concepción de la muerte corporal como el yelmo y la espada (Ef 6, 17) Y regalos (Flp como amor a la verdad (2 Tes 2, 10); como
otra cosa. Y, así, el autor de la Carta segunda el final ineludible de la vida humana. Por la 4, 18). reino de Dios (Mc 10, 15 par.). En Hech 7,59
de Pedro emplea el término en 3, 1 para indi- referencia a la acción de Dios en el juicio (20, Esteban ora a Jesús pidiéndole que reciba su
car que ésta es ya «la segunda carta»; habrá 11) y a la acción de su Cristo (19, 11-16), esa 3. Aceptar y recibir a una persona. Muy espíritu; espíritu se entiende aquí en el senti-
de relacionarse con la primera carta, que se «segunda muerte» se contrapone -como radi- próxima a la acepción de tomar un objeto es do de persona.
supone ya conocida. De esta manera se acen- calmente distinta- a la muerte natural, y es la que hallamos en Lc 2, 28: Simeón toma en G. Petzke
túa la continuidad apostólica y la fiabilidad cualificada como acto decisivo para la espe- sus brazos al niño. Más frecuente es la idea
del mensaje. En forma semejante, Mc 12,31 del buen recibimiento y acogida (Lc 16,4; 2
par. Mt 22, 39 designa el mandamiento del
ranza acerca del futuro. Esa segunda muerte bim deo atar, ligar*
-en correspondencia con la vida imperecede- Cor 7, 15; Col 4, 10; Heb 11,31), la cual, con
amor al prójimo como 6e'UtÉQu (EvtOA.T]), ra con Cristo (cf. 20, 4), que tienen en pers- sentido teológico importante, puede designar l. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos _
como el segundo mandamiento, que viene 3. Sentido figurado - 4. «Atar y desatan> en Mt 16, 19;
pectiva los que han subsistido en el juicio- es también la aceptación del mensaje evangéli- 18, 18.
después del mandamiento del amor a Dios, la ratificación irrevocable de la decisión co. Esta transición se reconoce en Lc 9, 53;
pero realzando al mismo tiempo la unión in- adoptada en contra de Dios, es decir, la con- Bibl.: G. Bornkamm, El poder de atar y desatar en
10, 8.10; Jn 4, 45 y se ve c1arísimamente en la Iglesia de Mateo, en Id., Estudios sobre el NT, Sala-
disoluble que existe entre ambos (especial- denación eterna. Tan sólo la «fidelidad hasta ~t 10, 40s: el que recibe a los discípulos, re- manca 1983, 279-293, sobre todo 291s; F. Büchsel,
mente en Mt 22,39; el segundo es «semejan- la muerte» es la que promete preservar de la bÉw X'tf.., en ThWNT n, 59s; R. Bultmann, Die Frage
Cibe a Jesús y con ello recibe a Aquel que le
te» al primero). «segunda muerte» (2, lOs). nach der Echtheit von Mt 16, 17-19, en Id., Exegetica,
envió. Esta cadena de delegaciones que se re-
Tübingen 1967,255-277; H. Frankemolle, Jahwebund
4. Finalmente, con 6eúteQo~ se puede L. Oberlinner monta hasta Dios, se inspira probablemente und Kirche Christi, Münster i. W. 1972, sobre todo
acentuar también lo nuevo que sobrepasa y en el derecho semítico acerca de la autoridad 220-247; Goppelt, Theologie (1), 254-260; Hahn, Ho-
supera a lo «primero». de los delegados. Expresa la identificación heitstitel, especialmente 83s, 170-175, 250; P. Hoff-
bixo,"uu dechomai tomar, recibir mann, Der Petrus-Primat im Mt, en FS Schnacken-
a) El «segundo pacto» (Heb 8, 7), en com- del mensajero con aquel que le envía y, por
1. Aparición en el NT - 2. Refiriéndose a objetos - burg, 94-114; R. Hummel, Die Ausenaindersetzung
paración con el «primero», es el «nuevo» pac- tanto, la legitimidad de su actuación. En la zwischen Kirche und Judentum im Mt, München
3. Refiriéndose a personas - 4. Refiriéndose a realida-
to (8, 13; 8, 8b-12 = Jer 31,31-34) Yel «me- des. forma que tiene en Mc 9, 37, que probable- 21966, especialmente 56-64, 74s, 154-157; J. Jere-
jor» (8, 6s), porque tiene a Cristo como mente es más original, esta «cadena» se refie- mias, x"úc;, en ThWNT III, 743-753; K. Kertelge,
Bibl.: W. Grundmann (G. Bertram), bÉXO[!aL XL"., Jesús, sus milagros y Satán: Concilium 101 (1975)
«fiador» (7, 22) Y «mediador» (9, 15), como en ThWNT n, 49-59. Para más bibliografía, cf. re a los niños y tiene el sentido: quien recibe
359-369; J. Kremer, Jesus und die Kirche, en J. Rei-
«nuevo sumo sacerdote» instituido por Dios ThWNT X, 1038. a los niños, recibe a Jesús o a Dios. El recibir kerstorfer (ed.), Zeit des Geistes, Wien 1977, 41-58;
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883

W. v. Meding-D. Müller, Atar, en DTNT 1, 148-149; (Anás envía a Jesús, cargado de cadenas, a mágica asociada con el hecho de atar, sino antiguo. Es más probable (cf. Bornkamm, Tri-
O. Michel, Binden und Losen, en RAe n, 374-380; presencia del sumo sacerdote Caifás); Mc 15, clarísimamente el hebreo 'asar (cf. también lling, Schelkle) que la autoridad prometida
Pape, Worterbuch, 555-558; W. Pesch, Die sogenann- 1 par. Mt 27, 2 (Jesús es conducido, encade- lQH 5,36; 1 QM 5, 3; lQ 22, 3, 11; cf. KQT primeramente a Pedro (16, 18s) fuera recla-
te Ge1meindeordnung Mt 18: BZ 7 (1963) 220-235; s. v.) y hitfr, o el arameo 'asar y sera' de los mada por la comunidad.
Schelkle, Teología IV, 340-346; E. Schweizer, Mat- nado, a presencia de Pilato); 15, 7 (Barrabás
thew's View of the Church in His 18th Chapter: ABR en la cárcel). rabinos (Billerbeck 1, 738-742). La redacción conscientemente cristológica
21 (1973) 7-14; W. Stenger, Die Auferweckung des Pablo perseguía a los cristianos, haciéndo- y eclesiológica (cf. Frankemolle) del grupo de
Lazarus (Joh 1, 11-45): TThZ 83 (1974) 17-37; H. los encadenar y encarcelar: Hech 9, 2.14.21; <<Atar y desatar», en el judaísmo, son términos sentencias de 16, 17-19 se propone asociar la
Thyen, Schlüsselgewalt, en ROO V, 1449s; W. Trilling, técnicos para designar no sólo la autoridad en función de roca de Pedro con la autoridad pa-
Das wahre Israel, München 31964, sobre todo 184- 22, 5. Pedro está aherrojado con dos cadenas, materia de disciplina (Billerbeck IV, 304-321; cf.
230; A. Vogtle, Zum Problem der Herkunft von Mt 16, 12,6. A Pablo cautivo se refieren 21,11 (bis); ra enseñar. Otros rasgos (el interés por la Igle-
CD 13, 10) sino también la autoridad halákica pa-
17-19, en FS Schmid, 1973, 372-393; Id., Binden und 21, 13.33; 22, 29; 24, 27. La misión del após- ra enseñar. En sentido disciplinar se refieren fre- sia, la estructura global de Mateo, el nombre
Losen, en LThK n, 480-482. Para más bibliografía, cf. tol consiste en la proclamación del misterio cuentemente a la imposición y levantamiento del de Cefas, la posición especial de Simón en el
ThWTN X, 1038. anatema dictado por la sinagoga (cf. también, Jo- círculo de los discípulos) presentan segura-
de Cristo, por la cual «me hallo en prisión»
(6é6EI-WL), Col 4, 3). Aunque él está encade- sefo, Bell 1, 111); en el magisterio, significan la mente la actividad de Jesús y el discipulado
1. El verbo aparece 43 veces en el NT interpretación autoritativa de la ley por el rabí or- «como íntimamente relacionados desde el
nado como un delincuente, «la palabra de denado y competente en la materia, es decir, que
(Mateo 10, Marcos 8, Lucas 2, Juan 4, He- principio» y acentúan <<la vinculación de la
Dios no está encadenada», 2 Tim 2, 9). Todos tiene autoridad para <<prohibir y permitir».
chos 12; aparece también en Rom 7,2; 1 Cor Iglesia [integrada por todos los pueblos] con
los ejemplos del NT mencionados hasta aho-
7,27.39; Col 4,3; 2 Tim 2, 9; Ap 9, 14; 20, el Jesús terreno» (Hoffmann, 109). Mt 16,
ra, significan en sí y por el contexto el hecho El hecho de que Jesús (obsérvese: «mi Igle-
2; además en Hech 10, 11 v.l.). En Hechos 19b concluye, formulado de manera abierta
de estar encadenado físicamente. sia») conceda autoridad válida ante Dios para
Mm es uno de los términos favoritos en rela- atar y desatar en el futuro, y lo haga a Pedro (o Eáv dos veces; empleo del tiempo futuro;
ción con el cautiverio de Pablo. 3. Mm en sentido figurado significa la solo (singular en Mt 16, 19b) o a todos los cf. Frankemolle, 241s), con la promesa del
unión del hombre y la mujer en el matrimo- discípulos (plural en 18, 18), se halla en cons- «poder de las llaves» (v. 19a) hecha a Pedro
2. El verbo se deriva de la raíz 6E- (Pape) y nio, una unión que tiene su fundamento en el (cf. Jeremias, 749-753). Para el «escriba» Ma-
ciente antítesis (redacción mateica) con los
en su significación básica quiere decir atar, orden de la creación y en la ley (Rom 7, 2; 1 significados que esta expresión tenía en el ju- teo (13, 52), la autoridad para enseñar, como
atar juntos; así aparece en Mt 13,30 (material Cor 7, 27.39; cf. Aquiles Tacio 1, 11; Jámbli- daísmo rabínico. Una variación relacionada función de Pedro, garantiza «que su tradición
peculiar), cuando se habla de hacer manojos co, VitPyth XI, 56). La historia sobre el con- temáticamente con 18, 18, nos la ofrece la tra- se halla en continuidad con el Jesús terreno,
con la cizaña (cf. Ez 27, 24; 1 Clem 43, 2). flicto del sábado en Lc 13, 16 (material pecu- dición pascual de Jn 20, 22 (cf. el encargo da- tanto histórica como teológicamente» (dada
Tanto en el NT como en la LXX Mm aparece liar) habla de una mujer a quien el demonio do únicamente a Pedro en Jn 21, 15-19), que su fuerza escatológicamente vinculante y su
en el sentido literal de atar, por ejemplo, en había mantenido atada, una idea corriente en combina, eso sí, la concesión del Espíritu con validez ante Dios; cf. Hoffmann, 109s). La
Mc 11,2 (par. Mt 21, 2/ Lc 19,30), Y en el v. aquellos tiempos (cf. Diodoro Sículo 1, 27; la autoridad para perdonar y retener pecados. función de roca que tiene Simón es histórica-
4, refiriéndose al borrico que los discípulos bSab 81, b, yen otras partes). Pablo, en su La forma (paralelismo, cambio de imáge- mente singularísima. En ella se concreta para
debían desatar y llevar a Jesús. Mm aparece discurso de despedida en Mileto (Hech 20, nes), el estilo (doble circunlocución para evi- Mateo la peculiaridad permanente de la Igle-
en Jn 11, 44 (Lázaro atado de pies y manos) 18-35), sabe que está «atado por el Espíritu» tar el nombre de Dios, sustituyéndolo por la sia por su vinculación con Jesucristo. Está en
en el sentido de envolver con vendas; en 19, (20, 22), es decir, por el Espíritu de Dios, en expresión «en el cielo» y por la voz pasiva) y correspondencia con ella la promesa de la
40 (el cadáver de Jesús envuelto con vendas sus actividades y planes de viaje. En Ap 9, 14 los conceptos expresados en Mt 16, 17-19 in- presencia permanente del Kyrios Jesús (28,
de lino). se encarga a un ángel que «suelte a los cuatro dican clarísimamente un origen siro-palesti- 18-20).
Muchas veces M.m significa encadenar o ángeles que están atados junto al gran río Eu- nense. Según Vogtle, Bornkamm, Frankemo- A pesar del contexto disciplinar de Mt 18,
sujetar con-cadenas, por ejemplo, en Mc 5, frates». En 20, 2 6ém aparece en relación con lle, Hoffmann y otros, Mt 16, 17-19 no es 15-18, la intención de Mateo en 18, 18 se re-
3.4 (el poseso de Gérasa); Mt 22, 13 (material ideas acerca del monstruo enemigo de Dios, originalmente una unidad de la tradición (ob- fiere primariamente a la autoridad para ense-
peculiar; la parábola del hombre que no lleva- que fue vencido por Dios y encadenado du- sérvese el cambio de imágenes); el v. 19a no ñar, como indica el paralelo con 16, 19. Esto
ba vestido de bodas). En estos casos, «enca- rante algún tiempo. pertenece necesariamente al v. 19b, como corresponde enteramente al mundo de las ide-
denar» signifIca a menudo lo mismo que co- «Atar» aparece varias veces en sentido lite- queda corroborado por el logion de «amén» as judías, que valoraba la enseñanza que esta-
ger preso o estar preso (cf. Platón, Leg IX, ral (Mc 11,2 par.; 11,4; Jn 11,44) Y en senti- de 18, 18, que es afín por su forma y por su ba orientada ética y prácticamente. La inten-
864e; Diógenes Laercio 11, 24; Josefo, Bell do figurado (Lc 13, 16; Ap 9, 14; 20, 2) en co- contenido, pero que originalmente se trasmi- ción redaccional de Mateo en la coordinación
VII, 449): Mc 3, 27 par. Mt 12,29 (la metáfo- nexión con A:úm, «desatan>. tió de manera independiente. Mt 16, 18s y 18, entre 16, 18-19 Y 18, 15-18 habrá de enten-
ra de atar al hombre fuerte, con términos que 18 se desarrollaron seguramente, en la pers- derse objetivamente de la siguiente manera,
recuerdan el exorcismo); Mc 6,17 par. Mt 14, 4. Detrás del tan discutido «atar y desatan> pectiva de la historia de las tradiciones, a par- según Bornkamm y otros: la Iglesia, con arre-
3 (detención y encarcelamiento del Bautista); en Mt 16, 19b; 18, 18 no se halla una fórmula tir de una sola sentencia más original. Parte glo a 18, 15-18, sabe que actúa fundándose en
Jn 18, 12 (prendimiento de Jesús); 18, 24 derivada del culto mistérico o una fórmula de los exegetas considera 18, 18 como más la enseñanza de Jesús garantizada por medio
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de Pedro, y que por la presencia en ella del 2. El significado estricto de 61jAóm es: dar mento en el acontecimiento de la revelación. A1)Jla.~, a. Demas Dimas (Demas)*
Kyrios está autorizada y obligada a ejercer en a conocer, informar, explicar, desvelar a otro Se emplea para la restricción sugerida en la Nombre de un colaborador (OllVEQYÓ~) de
su interior la disciplina. o al público lo que se conoce por revelación o revelación (del camino de los santos, para Pablo mencionado en Flm 24; Col 4, 14; 2
El ejercicio del poder de atar y desatar y la en el Espíritu Santo o como un hecho de ex- quienes Cristo es el camino; cf. 10, 20) en el Tim 4, 10.
estructura del ministerio, según Mt 16, 18s; periencia. En 1 Cor 3, 13 61jMm juntamente tiempo en que la salvación no había sido des-
18, 18; 23, 8-11, dentro de todo el contexto con anoxaAúnTm y <pavEQov YEvÉo{}m (<pa- velada aún a la conciencia. Ahora bien, el Es-
del evangelio de Mateo, están subordinados a vEQóm) se emplean en sentido teológico pre- píritu Santo revela [ahora] ese «todavía no». (1)Jl1)yoºÉro demegoreo hablar al pueblo*
los criterios con que Jesucristo expone el sen- ciso para significar el acontecimiento de la re- Si el Espíritu es así el intérprete del antiguo En Hech 12,2 dícese del discurso (o alocu-
tido de la ley y hace la crítica de la ley y de la velación, fundamentado en Cristo, y que tiene pacto, entonces señala hacia el decreto de ción solemne) de Herodes Agripa (1) al pue-
sociedad (!). Este Señor resucitado, después lugar en la proclamación, en el apóstol, etc. blo.
Dios en él, por el cual el antiguo pacto se con-
de pascua, es quien da los poderes para la pro- (Lührmann): «La obra de cada uno se hará vierte en parábola de la era presente. En con-
clamación autoritativa y la comunicación de
la salvación.
manifiesta» -Pablo habla de la labor de todos
los que edifican la Iglesia sobre el fundamen-
sonancia con esto, Heb 12,27 desvela con litL A1)JlÍ]'tºLO~, O"
Demetrios Demetrio*
anaS, un momento referido a la conmoción Nombre de dos personas: en Hech 19,
F. Staudinger to que se ha echado, y que es Cristo- «porque escatológica del cielo y la tierra, el sentido de 24.38 el platero de Efeso; en 3 Jn 12, un cris-
el día la descubrirá (la pondrá de manifiesto), una palabra de la Escritura, es decir, la dife- tiano del que todos dan buen testimonio.
pues con fuego será revelada». El día (del Se-
bí¡ de (partícula)*
ñor) saca a la luz lo que es cosa del Señor. Lo
rencia (todavía no desvelada en Ag 2, 6) entre
La partícula caracteriza a un enunciado co- lo perecedero y lo escatológicamente real y
mo algo definitivamente asentado (Mt 13,23; que la labor escatológica de Cristo saca a la
que permanece. La trasformación significa (1)JlLO"ºyÓ~, O", ó demiourgos construc-
2 Cor 12, 1 Koiné); esta partícula aparece luz (de lo que estaba oculto; cf. 1 Cor 4, 5) se- tor, creador*
aquí que lo singularmente nuevo se revela en
también en exhortaciones, a las que da enca- rá el contenido de lo que se manifieste en 1. bT]ftLOUQYÓ~ como hapax legomenon en el NT:
lo antiguo que había sido trasmitido.
recimiento (Lc 2, 15; Hech 6, 3 v.l.; 13,2; 15, aquel día. Mientras que 61jMm en 1 Cor 3, 13 Heb 11, 10 - 2. El contexto estricto de br¡ftLOUQYÓ<; -
Por tanto, la situación hermenéutica origi-
se refiere a la revelación escatológica, vemos 3. Historia del concepto - 4. La imagen de Heb 11, 10:
36; 1 Cor 6, 20). nal de la profecía, y no sólo su interpretación Dios como constructor.
que en 1, 11 Y Col 1, 8 se refiere a las realida-
des que han de hacerse notorias (discordias en cristiana, está determinada por el Espíritu
Bibl.: W. Foerster, br¡/lLOUQYÓ<;, en ThWNT n, 61;
(1)Aa:"yro~ detaugi5s (adv.) (muy) clara- la comunidad o el amor que existe en ella y desde un punto de vista tipológico (cf. tam- Id., X'¡;U;ú) X'tA., en ThWNT III, 999-1034; W. Theiler,
mente que actúa por el poder del Espíritu). En Mt 26, bién 1QS 8, 15s), como se indica también fi- Demiurgos, en RAe III, 694-711; W. Ullmann, De-
nalmente en 1 Pe 1, 11. Aquí el sujeto de miurg, en HWP n, 49s; H. Volkmann, Demiurgoi, en
Mc 8, 25 Sin B C (en vez de T1jAallYw~, 73 la manera de hablar de Pedro le «delata» Pauly, Lexikon 1, 1472s. Para más bibliografía, cf.
«muy claramente»); cf. BlaB-Debrunner § (6iiMv OE nod). 61jMm es el Espíritu de Cristo, que actúa en ThWNT X, 1038.
119, nota 6. la totalidad de la profecía del AT; el contenido
3. En los demás pasajes en que aparece el de la acción de ese verbo es el tiempo de la l. El verbo 61jILLOllQyÉm no aparece en el
verbo 61jAóm, destaca la referencia a un testi- salvación, que antes había sido tema de inda- NT. El sustantivo 61jILLOllQYÓ~ es hapax lego-
biíAO~, 3 detos claro, manifiesto* monio (de la Escritura) cuyo sentido debe pri- gación apocalíptica. Si el anExaA'Ú<p{}1j del v. menan y aparece únicamente en Heb 11, 10. El
Mt 26, 73: poner de manifiesto, descubrir a mero revelarse: Heb 9,8; 12,27; 1 Pe 1, 11; 2 12 significa que el testimonio profético se re- empleo -notablemente raro y nada teológico-
alguien (<<tu manera de hablar te descubre»). Pe 1, 14; Lc 20, 37 v.l. E6'!ÍAmoEv en vez de fiere propiamente al evangelio de Cristo, en- de todo el grupo de palabras (Liddell-Scott,
En los demás casos, únicamente 6fp..ov (se EIL'!Ívlloev: Moisés hizo ver la resurrección de tonces 61jMm acentúa que los profetas (según 386) se observa ya en la LXX (Foerster,
sobreentiende: EOTLV) con OTL, «está claro los muertos en (el pasaje sobre) la zarza (a sa- el modelo de la indagación apocalíptica y pro- ThWNT 11, 61; acerca de las relaciones de
que»: 1 Cor 15, 27; Gál 3, 11; 1 Tim 6, 7 P ber, en Ex 3, 6); cf. el 6iiAOV OtL interpretati- pia de escribas, de lo que se había dicho) ha- 61jILLOllQYÓ~ con XTLOt'l']~ y sobre las razones
Koiné; también IgnEf 6, 1. vo en 1 Cor 15, 27; Gál 3, 11). bían recibido ya una aclaración, por el Espíri- de que aquel término haya quedado relegado
tu de Cristo, acerca lo que ellos indagaban: en el lenguaje bíblico», cf. ThWNT I1I, 1022s).
Este acento sobre lo racional o sobre lo exegé- acerca del tiempo de la salvación. En 2 Pe 1,
(1)AÓro deJoo manifestar* tico y explicativo en el significado de o1]Aóm 2. En el discurso teológico y parenético
aparece también en la LXX (donde este verbo tra- 14 la elección misma de la palabra (E6'!Í-
Bibl.: R. Bultmann, bT]/,.óú), en ThWNT n, 60s; D. AmOEv) delata ya el hecho de que el autor (Kümmel, Einleitung, 351) de Hebreos, el tér-
Lührmann, Das Offenbarungsverstiindnis bei Paulus duce el hebreo yada' [nifal y hifil]: dar a cono-
cer), frecuente en los escritos apocalípticos (Dan; pseudónimo, más bien que fingir que tiene mino 61j!lLOllQYÓ~ se applica, sí, a Dios junta-
und in paulinischen Gemeinden (WMANT 16), Neu-
kirchen-Vluyn 1965. Herm: misterios, aplicación alegórica) y en Jose- presentimientos, lo que hace es interpretar es- mente con el término tEXVLt1j~ (<<artesano»;
fo, Ignacio, etc. tilizando la tradición procedente del Señor Bauer, Worterbuch, s. v. tExvtt1j~). Pero hay
1. 61jAóm aparece 7 veces en el NT: 2 ve- (por ejemplo, Jn 21, 18s). que tener en cuenta que ambos términos son
ces en 1 Corintios, 2 en Hebreos, 1 en Colo- En Heb 9, 8 61jAóm designa una exégesis ti- «expresiones técnicas» (O. Michel, Hebriier6
senses y 1 en cada una de las Cartas de Pedro. pológica del «todavía no», que tiene su funda- G. Schunack [KEK], sub loco) que tienen su significado
893 894
891 892

1. O'l']VáQLOV es en griego un préstamo lé- bípto" depou (adv.) seguramente*


propio en el cuadro total de la edificación de (K. Rudolph, Die Gnosis, Gottingen 1977, índice
s.v.). La exageración negativa, determinada por el xico del latín. El sentido original del término Heb 2, 16: «Porque seguramente [Jesús] no
una ciudad. El contexto, en el capítulo 11, que
dualismo, que este concepto tiene en la gnosis re- denarius nummus (<<moneda que vale diez») se ocupa de los ángeles, sino de la descenden-
está marcado por una larga anáfora (BlaB-De-
ligiosa, no supo captar siempre el tecnicismo me- no tiene ya razón de ser en tiempos del NT, cia de Abraháil».
brunner § 491, 1), debe limitarse a la primera
tafísico y cosmológico que aparece a menudo porque el denario no vale ya lOases sino 16
parte del ejemplo de fe dado por Abrahán y desde Platón hasta Plotino (H. J. Kramer, Der (sobre el poder adquisitivo de un as cf. Mt 10,
Sara (11,8-12), con el sumario intermedio (a Ursprung der Geistmetaphysik, Amsterdam 1963 btá día a través de, por medio de (con ge-
29). Del año 209 a.e. al año 215 p.C., el de-
manera de excursus) de 11, 13-16. La nube de [= '1967]; Theiler, 695-704). Hemos de dejar al nitivo); por, por causa de (con acusativo)
nario es la moneda estándar de plata. Pesaba
testigos de la fe (12, 1) no encuentra su final margen una serie de ulteriores significados del
término. No obstante, es interesante saber que originalmente 4, 55 g, pero se redujo en tiem- 1. Empleo - 2. olá con genitivo - 3. olá con acusa-
definitivo sino en 11, 39s. po de Nerón a 3,41 g y más tarde a 2,3 g. El tivo. - 4. Hebraísmos.
Abrahán, que emigró obedientemente a un «profesiones como adivinos, médicos, cantores,
heraldos» y también «altos funcionarios» y «arte- diámetro disminuyó también de 22 a 18 mm. Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner §
lugar desconocido para él, donde habría de re- sanos» se designaron como O'l]¡,uouQyoL (Volk- Lo mismo que el aureus (= 25 denarios), el 222s; Kühner, Grammatik 1111, 480-485 (§ 434b); Lid-
cibir su heredad, y marchó así -en concepto mann, 1473). denario era acuñado exclusivamente por el dell-Scott, s.v.; Mayser, Grammatik 1112, 419-427 (§
del autor de Hebreos- hacia un futuro no cla- soberano. Cuando en el año 44 a.C. se estam- 120); A. Oepke, olá, en ThWNT 11, 64-69. Para más
ro, se asentó en tierra extraña y habitó allí en 4. Para entender la imagen de Heb 11, 10. pó en el anverso de la moneda la cara de Cé- bibliografía, cf. ThWNT X, 1039.
tiendas juntamente con Isaac y Jacob, los co- hemos de recordar el aspecto determinante y sar, se creó el tipo de denario de la época im- 1. oLá expresa originalmente el ámbito a
herederos de la promesa (11, 8s). La mención fundamental de actividad en favor del pueblo perial, tal como lo hallamos en el NT. Al través del cual se produce un suceso. En el
de Ox'l']v~, alojamiento habitual de los nóma- (Ofí!to~), del público general. Aunque aquí se denario latino le corresponde la dracma grie- NT, su campo de aplicación con régimen de
das, que es un hecho irrelevante en la historia piensa en la profesión creativa del constructor ga (---+ oQaX!t~). acusativo se limita al ámbito causal; pero, con
del asentamiento en el país (pero que, en re- (de ciudades), sin embargo para entender la régimen de genitivo, su campo se amplia para
2. El denario equivale al jornal de un día
trospectiva teológica, proporciona la imagen totalidad de la expresión 'tEXVL't'l']~ xat 0'1']- abarcar el del dativo instrumental. Además,
(Mt 20, 2-13); una persona adeuda, por ejem-
de una existencia provisional y temporal), re- !tLOUQYÓ~ podríamos remitirnos a las obras esta preposición adopta construcciones hebreas
plo, 100 denarios (Mt 18, 28); otras dos per-
fuerza antitéticamente la expectación de la teológicas y filosóficas de Filón (cf. G. Ma- (oLá con infinitivo o con acusativo e infiniti-
sonas adeudan 500 ó 50 denarios (Lc 7, 41).
ciudad sólidamente fundamentada, cuyo hábil yer, Index Philoneus, Berlin y New York vo) y forma combinaciones de palabras.
El pago anticipado son dos denarios (Lc 7,
artesano y creativo fundador es Dios (11, 10). 1974). El lenguaje del alejandrino, que se em-
41); se menciona pan por una suma de 200 2. oLá con genitivo:
Esta expectación es la base de la esperanza. plea también en otras partes de Hebreos,
denarios (Mc 6, 37; Jn 6, 7) y perfume por va- a) En sentido espacial: significa por (me-
Así que la alusión no es a la ciudad terrena apunta hacia un origen conceptual común.
lor de 300 denarios (Mc 14, 5; Jn 12, 5). En dio de), a través de, con verbos que que indi-
del templo, sino que -como la «inserción» (O. M. Lattke tiempo de hambre, el precio de una ración
Kuss, Carta a los hebreos, Barcelona 1977, can o implican movimiento: OLEawft1']oav OL'
diaria de trigo sube a un denario. üoa'to~, «fueron salvados a través del agua»
sub loco) indica claramente- señala hacia el
(1 Pe 3, 20).
viejo tema apocalíptico de la «ciudad celes- bií!lO~, O", (, demos pueblo, gente* 3. Todos los Sinópticos mencionan el «di-
tial» de Jerusalén (12, 22), que ya está prepa- Dícese de la gente en cuanto habitantes de nero del César» (Mc 12, 13-17 par.). Jesús ha- b) En sentido temporal: significa la exten-
rada (cf. juntamente con el excursus de Mi- una ciudad: Hech 12,22; 17, 5; 19, 30.33. ce que le muestren un denario y pregunta cuál sión durante un período de tiempo hasta el
chel sobre 11, 10: Bauer, Worterbuch, s. v. ThWNT 11,62; X ,1038 (bibliografía). es la efigie y la inscripción que se halla es- fin: a lo largo de, durante: OUX :7tav'to~ [XQó-
:7tÓAL~ 2; E. Lohse, LLWV X'tA.: ThWNT VII,
tampada en él. En caso de que fuera un dena- vO'U], siempre, continuamente (Mt 18, 10);
rio de Tiberio, en torno a la efigie del César OUX v'Ux'tó~, durante la noche (Hech 23, 31).
318-338, especialmente 337; H. Strathmann,
:7tÓAL~ X'tA.: ThWNTVI 516-535, especialmen- b1]!ló(JtO~,3 demosios (adj.) público* figuraba la siguiente inscripción: TIBERIUS Significa también un período de tiempo den-
Hech 5, 18: de la prisión pública (de la CAESAR DIVI AUGUSTI FILIUS AUGUS- tro del cual sucede algo: mientras, en: OL<X
te 531). La dilación del cumplimiento escato-
ciudad); además, O'l']!tOOL<;l como adverbio: TUS. Para entender bien las cosas, es impor- v'Ux'tó~, de noche (Hech 5, 19). Aunque estas
lógico de la promesa para aquellas personas
públicamente, en público, 16, 37; 18, 28; tante saber que el acuñar una moneda de cur- formas de emplear la preposición no son clá-
«antiguas» que entretanto habían muerto (11, so legal se consideraba como prueba de la
20,20). sicas (Mayser, 420), sin embargo su significa-
2), se explica mediante :7tEQt ~!twv y la oración soberanía de un monarca. Por eso, el poder de do corresponde al uso clásico cuando designa
final: Lva !ti] XWQt~ ~!twv 'tEAELW{}WOLV (11, un soberano se decía que era su «moneda». una duración de tiempo: después, después del
40). b1]váQtOV, O", -ró denarion denario trascurso de ... : OL' f'tWV :7tAELÓVWV, después
B. Schwank
l. Nombre y valor del denario - 2. El denario en el de varios años (Hech 24, 17).
3. La historia del concepto o'l]¡,uouQYó~ mues-
tra un considerable desarrollo en cuanto a su sig- NT - 3. El «dinero del César». bipto'tE depote (adv.) alguna vez c) Cuando oLá designa al mediador, enton-
nificado. Al final de este proceso, el «demiurgo» Bibl.: Billerbeck 1, 884s; H. Chantraine, Denarius, Jn 5, 4 v.l.: una persona quedaba sana «de ces expresa 1) con genitivo de causa el ins-
-como Creador del mundo- entra en el sistema en Pauly, Lexikon 1, 1488-1490; E. Stauffer, Christus cualquier enfermedad». trumento, es decir, hace las veces de dativo
mitológico de la redención según el gnosticismo und die Caesaren, Hamburg 41954, 121-149.
895 896 897 898

instrumental): YQáepELV 6L<x XáQ'to'U XUL bux.fJaívro diabaino cruzar, atravesar, pa- bul.fJolo;, 2 diabolos calumniador* gua el préstamo léxico diablo procede del griego
/léAUVO~, «escribir con papel y tinta» (2 Jn Otá~OAO~ (a través del latín diabolus).
sar* 6Lá~OAO~, OV, ó diabolos (el calumniador),
12). También designa la manera (con verbos En Lc 16,26 dícese de la imposibilidad que el adversario, el diablo* 3. En la cosmovisión dualista que el NT
de decir): aJtuyyéAAELv 6LCt Myo'U, «infor- existe, en la región de los muertos ({i6r¡~, v.
1. El adjetivo - 2. El sustantivo: aparición del tér- comparte con el judaísmo antiguo, frente a la
mar verbalmente» (Hech 15, 27); la circuns- 23), de «pasar de aquí [desde donde están mino, sinónimos - 3. Funciones del ¡')Lá~OAO~ en el ~u<JLAdu celestial se encuentra la de los de-
tancia concomitante: 6L<x JtQoaxó/l/lu'tO~ Abrahán y Lázaro] a vosotros [a los que se NT. monios (--+ 6UL/lÓVLOV). El príncipe supremo
ea{HELv, «comer con (= dando) escándalo, hallan en tormentos]». Dícese también en Bibl.: H. Bietenhard: DTNT IV, 162-165; W. Foers- de los demonios es el diablo; los demonios
creando escrúpulos» (Rom 14, 20); la causa Hech 16, 9 de la acción de cruzar una distan- ter, IÍLá~OAO~ (D), en ThWNT n, 78-80. Para más bi- son sus ángeles (Mt 25, 41; Ap 12, 7.9). En
eficiente: 6LCt VÓ/lo'U eJtLyvwaL~ á/luQ'tLu~, cia: A Pablo se le ordena en una visión que bliografía, cf. infra, om:ava~; cf. también ThWNT X
«por medio de la ley se produce el conoci- consonancia con la demonología del judaísmo
pase (de Tróade) a Macedonia y preste ayuda 1039.
miento del pecado» (Rom 3, 20); la ocasión: antiguo, el NT explica también la existencia
(6LU~Ct~ ... ~o~'ltr¡aov). Heb 11,29: «Por la fe del 6Lá.~OAO~ y de sus ayyEAoL, que son cria-
6L<x 'tfj~ XáQL'tO~, «en virtud de la gracia» 1. En el NT, el adjetivo 6Lá~OAO~ aparece
(Rom 12, 3); el encarecimiento con que se ha- pasaron el mar Rojo». turas de Dios, por la caída de los ángeles de
únicamente en las Pastorales. Las palabras ca- que se nos habla en Gén 6,1-4 (Ap 19,9.12).
ce una petición: 6LCt 'twv OLX'tLQ/lWV 'ltEQU, lumniosas son un vicio prohibido especial-
<<por la misericordia de Dios» (Rom 12, 1; ¿se Antes de esa caída, el 6Lá.~OAO~ acusó a los
blafJállro diaballo acusar* mente a las mujeres de los 6LáxoVOL (1 Tim hombres ante Dios (Ap 12, 10; cf. Job 1,9-11:
trata de un latinismo calcado de per?). 3, 11) Y también a las ancianas (Tit 2, 3); se
2) Con genitivo de persona: 6L' av'ltQómo'U, En Lc 16, 1 dícese del «administrador in- 2, 4s). El antagonista del 6Lá.~OAO~ es Mi-
justo» que es acusado ante su amo (uv1X¡'>, en enumeran en la misma serie que la dureza de guel, que es el más encumbrado de los ánge-
<<por mediación humana» (Gál 1, 1).
dativo, como en Herodoto V, 35, 1; Platón, corazón y el ánimo implacable (1 Tim 3,3). les buenos (Jds 9; Ap 12,7-9).
3) Algunas veces 6Lá con genitivo tiene
también sentido causal: 6L<x 'tfj~ aUQxó~, «a Resp VIII, 566b Y passim) de dilapidar sus El 6Lá.~OAO~, por mandato de Dios, es señor
2. La LXX emplea el sustantivo 6Lá~OAO~
causa de la resistencia de la carne» (Rom 8, 3). bienes (w~ 6LuaxoQJtL~WV. w~ con participio de los demonios de la enfermedad (Hech 10, 38;
para traducir el término hebreo que designa al cf. 2 Cor 12,7-9) Y de la muerte (Heb 2, 14; cf.
se encuentra también en Jenofonte, Hist 11, 3,
3. 6Lá Con acusativo: adversario por excelencia (ia(an, Job 1, 6- Ap 20, 1O.13s). Por medio de tentaciones (cf.
23; Platón, Ep VII, 334a). ThWNT 11, 69s; X,
8.12; 2, 1-7: Zac 3, 1.2 Y passim). En el NT, Job 1, 6-2, 7), el diablo quiere hacer caer a los
a) En sentido espacial: únicamente en Lc 1039 (bibliografía).
6Lá~OAO~ aparece 34 veces con este sentido,
17, 11 (Koiné y otros tienen el genitivo). hombres y seducirlos para que desobedezcan a
a saber, 18 veces en los escritos joánicos, 6 en Dios (Mt 4, 1.5.8.11 par. Lc 4, 2.3.6.13; Ap 2,
b) Casi siempre indica la razón: a causa Mateo, 5 en Lucas, 5 en las cartas deutero-
de: 6LCt 'tov cpó~ov 'tLVÓ~, <<por temor a» (Jn blafJEfJalóop.tat diabebaioomai dar firme paulinas, 2 en Hechos, y 1 en cada uno de los
10; 12, 9; 20, 10); siembra la cizaña (Mt 13, 39)
seguridad * y roba la buena semilla de la palabra de Dios
7,13); o bien indica la finalidad con que al- escritos siguientes: Hebreos, Santiago, 1 Pe-
En el NT el verbo aparece siempre con (Le 8, 12). Pone trampas (1 Tim 3, 7; 2 Tim 2,
go se hace (un uso no clásico): a causa de: dro y Judas.
JtEQL y genitivo y significa dar seguridades 26) Y «desde el principio» (Jn 8, 44; 1 Jn 3, 8b)
6LCt 'tov av'ltQwJtov, a causa del hombre (Mc
sobre algo. Dícese de las afirmaciones de los Por el contrario, las cartas paulinas auténticas y induce a los hombres al pecado (1 Jn 3, 8a), por-
2,27).
falsos maestros (1 Tim 1, 7). Tit 3, 8 dice al Marcos emplean exclusivamente --+ OU1;UVa~ (7 y que es asesino, embustero y pecador. Y, así, él
c) 6Lá seguido de infinitivo o de acusativo 2 veces respectivamente), que en el evangelio de induce a Judas a que cometa su traición (Jn 13,
con infinitivo constituye (con más frecuencia destinatario de la carta: «Palabra fiel es ésta,
yen cuanto a estas cosas (JtEQL 'to'Ú'twv) quie- Juan se halla atestiguado una sola vez (13, 27) Y 2) e impulsa a la arrogancia (1 Tim 3, 6) o al
que en griego clásico) una oración causal: que falta por completo en las Cartas 1-3 de Juan. odio entre hermanos (l Jn 3, 10).
6LCt 'to ELVUL uv'tov e~ OLXO'U ~u'UL6, <<por- ro que atestigües confirmeza ... ». En el Apocalipsis encontramos 5 veces oLá~OAO~ El que sucumbe a la tentación, se cuenta
que él era de la casa de David» (Lc 2, 4). y 8 veces ou'tuva~. No hay diferencia de signifi- entre los hijos del 6Lá.~OAO~ (Jn 8, 44, de los
cado entre l'lLá~OAO~ y oa.'tuva~ (Mt 4, 1 par. Lc
d) En vez de 6Lá con genitivo encontramos judíos; Hech 13, 10, del mago Barjesús Eli-
6Lá con acusativo de cosa o de persona: ~w
blafJli:n:ro diablepo ver nítidamente, ver 4,2; compárese con Mc 1, 13; con Jn 13,2; cf. Jn
mas; 1 Jn 3, 8.10), e incluso se convierte él
(con claridad)* 13, 27; Lc 22, 3). En lugar de ó OLá~OAO~ (Lc 8,
6LCt 'tov Jtu'téQu, «yo vivo por el Padre» (Jn 12) los lugares paralelos tienen ó Jtov'l']Qó~ (Mt mismo en 6Lá.~OAO~ (Jn 6, 70, de Judas; cf.
Mt 7,5 par. Lc 6, 42b: «Primero saca la vi-
6,57). 13, 19) Y ó OU1;UVa~ (Mc 4, 15). Entre los sinóni- Mt 16, 23 par. Mc 8, 33). Por eso, el cristiano
ga ('t1]V 6oxóv) de tu propio ojo, y entonces mos de OLá~OAO~ mencionados por el NT mismo, debe oponerse valientemente al 6Lá.~OAO~ (Ef
4. Las siguientes expresiones son hebraís- verás con claridad (6LU~AétjJEL~) para sacar se hallan EX-frQÓ~ (Mt 13, 39) Y Jtov'l']Qó~ (Ef 6, 4, 27; 6, 11; Sant 4, 7; 1 Pe 5, 8s); entonces
mos: 6LCt 'tL (por lamá), «¿por qué?» (Mt 9, 11); la pajita ('to xá.Qepo~) del ojo de tu herma- 11.16; 1 Jn 3, 8.12), Y también oQáxwv, OcpL~ y huirá el 6Lá.~oAO~ (Sant 4, 7). La terrible obra
6LCt XELQÓ~ (por beyad), «por manos de» (Hech no». En Mc 8, 25 (material peculiar) dícese oU'tuva~ (Ap 12, 9; 20, 2). Otros nombres que se
del 6Lá.~OAO~ dura sólo por tiempo limitado
2, 23); 6LCt a'tó/lu'tO~ con genitivo (por bepf), del ciego que vio nítidamente, después que aplican al Otá~OAO~ son uQXwv (tfj~ E1;ouola.~
tolí &ÉQo~, Ef 2, 2; wlí XÓOf!OU, Jn 14, 30; tolí (Ap 12, 12). Antes de que comience el mile-
«por boca de» (Lc 1, 70); 6LCt /léao'U (uv'twv) Jesús hubo puesto las manos sobre sus ojos; nio, el 6Lá.f3oAo~ será encadenado por mil
XÓOf!ou tO'ÚtOU, Jn 12, 31; 16, 11) Y BEALáQ (2
(por be t6k), «por medio de» (Lc 4, 30). «quedó así restaurado y lo veía todo con cla- años (Ap 20, 2). Después de la batalla escato-
Cor 6, 15); --+ BEEAl;E~O'ÚA (Me 3, 22 par.) apare-
A. J. HeS ridad». ce como uQXwv tWV oa.tf!ovlwv. En nuestra len- lógica decisiva (Ap 20, 10) o después del jui-
899 900 901 902

cio final (Mt 25, 41), el diablo será destruido dicho sobre ese niño. bLUyVO}QL~O} se halla beza «muchas diademas». La diadema es el 538; U. Luz, Der alte und der neue Bund bei Paulus
en el fuego eterno (cf. 1 Tim 3, 6). distintivo de la dignidad real. H. W. Ritter, und im Hebriierbrief EvTh 27 (1967) 318-336; H
atestiguado también en Filón, Det 97. Passow Patsch, Abendmahl und historischer Jesus, Stuttgart
Se ha quebrantado ya su soberanía sobre el 1,632 (s.v.). Diadem und Konigswürde, München 1965; 1972,81-87.155-170.180-182; R. Pesch, Wie Jesus
mundo (cf. Jn 12,31; 14,30; 16, 11), porque LAW723. das Abendmahl hielt, Freiburg i. Br. 1977,47-58; Id.,
Jesús se ha manifestado para destruir las Das Markusevangelium 11 (HThK), Freiburg i. Br.
obras del diablo (1 Jn 3, 8c). La «armadura buiyvrout~, Ero~, 1] diagnosis decisión, 1977, 354-377 (bibliografía); E. Riggenbach, Der Be-
fallo * btabtbroplt diadidomi distribuir* griff MA8HKH im Hebriierbrief, en Theol. Studien,
espiritual» del cristiano en la lucha con el Th. Zahn zum JO.Oktober 1908 dargebracht, Leipzig
bLá~oA.o¡; y sus ángeles consiste en la verdad Hech 25, 21: Pablo queda bajo custodia has- Objetos que se distribuyen son: el botín (Lc 1908,289-316; E. Schweizer, Das Herrenmahl im NT.
y la justicia, en la fe en la redención por me- ta que el César «dicte sentencia» (cognitio). 11,22), «todo lo que tienes» (18, 22), los pa- Ein Forschungsbericht, en Id., Neotestamentica, ZÜ-
dio de Jesús y en la obediencia al Espíritu y a nes (Jn 6,11), el poder y la autoridad (Ap 17, rich-Stuttgart 1963, 344-370; V. Wagner, Der Bedeu-
la palabra de Dios (Ef 6, 11-17). Los mártires 13 v.l.; en vez de bLbO}!1L). Hech 4, 35 tiene la tungswandel von berIt \ladiischiih bei der Ausgestal-
btayoyyú~ro diagoggyzo murmurar tung der Abendmahlsworte: EvTh 35 (1975) 538-544;
han vencido al diablo (Ap 12, 9) «por medio voz pasiva: se distribuía (el precio de lo ven- M. Weinfeld, berlt, en DTAT 1, 794-822. Para más bi-
---> yOyy'Ó~O} 5.
de la sangre del Cordero y por la palabra del dido) entre los necesitados. bliografía, cf. ThWNT X, 1041-1046.
testimonio de ellos» (Ap 12, 11).
O. Bocher btayºt]yoºÉro diagregoreo permanecer 1. El término se usa relativamente poco: 9
despierto, despertarse completamente* buiboxo~, O\), Ó diadochos sucesor*
veces en Pablo, 4 en los Sinópticos, 2 en He-
En Lc 9, 32 (a diferencia de Marcos) dícese Hech 24, 27: el sucesor de Félix fue Porcio
btayyiA,l.ro diaggellodar a conocer, anun- Festo
chos, 1 en Apocalipsis, pero 17 veces en He-
ciar* de Pedro y de sus compañeros en la historia breos. La mayoría de los ejemplos del uso de
Pablo da a conocer el cumplimiento del de la trasfiguración: bLUYQ1']yoQ~auv'tE¡;, este término se encuentran en referencias a
plazo de los días de la purificación (Hech 21, «cuando estuvieron bien despiertos». bta~ó)vv\)plt diazonnymi ceñir* la tradición acerca de la Cena del Señor, o
26). En los demás pasajes, este verbo aparece Jn 13,4.5: Jesús se ciñó (bLÉ~O}aEv Éuu'tóv) bien en pasajes influidos por ella. De ahí
en el sentido de la proclamación de un anun- buiyro diago pasar (la propia vida)* con un paño de lino para lavar los pies. 21, 7: procede la considerable importancia del tér-
cio: Lc 9, 60: «¡Tú ve a anunciar el reino de El objeto en acusativo ~Lov se menciona ex- Simón Pedro se ciñó (en voz media: ()LE- mino en el Nt.
Dios!»; Rom 9, 17 (cita de Ex 9, 16 LXX): presamente en 1 Tim 2, 2 (<<para que podamos ~ó:Jau'tO) la prenda exterior; cf. v. 18: otro te
«Para que mi nombre sea proclamado en toda vivir una vida tranquila y sosegada»), o se pre- ceñirá (---> ~ó:JVVU!1L). ThWNT V, 302-308. 2. Tan sólo en 2 pasajes (Gál 3, 15; Heb 9,
la tierra». ThWNT 1, 66s. supone tácitamente en Tit 3, 3 (<<nosotros vivía- 16s) ()LU{}~X1'] tiene el significado de última
mos en malicia y envidia»; la construcción con voluntad, testamento, con que aparece casi
EV se encuentra también en Lc 7, 25 v.l.; Ign- bta-3'Í]xt], t]~, 1] diathe le pacto (alianza),
btayí.voplat diaginomai pasar, trascurrir testamento
exclusivamente en el griego profano. En to-
(hablando del tiempo)* TIal 2, 2). BlaB-Debrunner § 480, 2. dos los demás casos, ()LU{}~X1'] significa pac-
En expresiones (de genitivo absoluto) como 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos to, según el sentido predominante de este tér-
semánticos y campo léxico - 3. CiLa{}~X1]: el pacto
«cuando pasó el sábado» (Mc 16, 1); «al ca- btabÉX0plat diadechomai tomar pose- irrevocable de Dios para la salvación de Israel - 4. El mino en la LXX.
bo de unos cuantos días» (Hech 25, 13); sión de* nuevo pacto para la salvación de Israel en el aconteci-
«trascurrido ya mucho tiempo» (27, 9). miento de Cristo - a) Las palabras interpretativas so- Enlazando con un significado antiguo y más
En Hech 7, 45 dícese de «nuestros antepa- bre el cáliz en la tradición acerca de la cena del amplio de bLU{}~{}T] como estipulación, regla-
sados» que, mientras estaban en el desierto ... , Señor - b) El nuevo pacto de salvación en Pablo - mentación en general, los traductores de la LXX
btaytvÓ)uxro diaginosko determinar, de- tomaron posesión de la tienda del testimonio c) CiLa{}~X1] en Hebreos. escogieron bLa{}~X'l1 para traducir habitualmente
cidir* (---> ax'l1vY¡ !1uQ'tuQLou). Esta construcción Bibl.: E. Bammel, Cottes MA8HKH (Cal III. 15· el hebreo h'rlt y llenaron así este término de toda
Se trata de un tecnicismo del lenguaje jurí- corresponde al uso habitual del verbo, que 17) und das jüdische Rechtsdenken: NTS 6 (1959- la amplitud de referencias y significados que este
dico: decidir acerca de un caso (con acusati- significa tomar posesión de algo, recibiéndo- 1960) 313-319; 1. Behm, Der Begriff tlIA8HKH im concepto central tiene en el AT.
vo): Hech 23, 15: «decidir sobre su caso (tU lo de un propietario anterior (Bauer, Worter- NT, Leipzig 1912; Id., CiLa{}~X1] (B.C.D.), en ThWNT Se discute la traducción de herlt y bLU{}~{}'I1
n, 127-137; H. Feld, Das Verstiindnis des Abendmahls por «pacto». Tan sólo raras veces significan estas
:7tEQL U1J'toií) después de minuciosa investiga- buch, s. v.); 1 Clem 44, 2 ('tY¡v A.EL'tOuQyLuv) . (Ertrage d. Forschung 50), Darmstadt 1976; F. Hahn, palabras un acuerdo bilateral pactado entre socios
ción»; 24, 22: «yo (Félix) decidiré sobre Die atltestamentlichen Motive in der urchristlichen de igual categoría (en griego (J1Jv{}~x'l1). Lejos de
vuestro caso (tO xui}' Ú!1U¡;)>>. Herrenmahlüberlieferung: EvTh 27 (1967) 337-374; eso, se trata casi exclusivamente de una obliga-
buibt]pla, ato~, tó diadema cinta en tor- Id., Zum Stand der Erforschung der urchristlichen
no a la frente, diadema* Herrenmahls: EvTh 35 (1975) 553-563; G. D. Kilpa-
ción y garantía unilateral, vinculante por una espe-
. trick, tlLa{}~X1] in Hebrews: ZNW 68 (1977) 263-265; cie de juramento y, por tanto, asociada a menudo
btayvroºí.~ro diagnorizo informar públi- Ap 12, 3: el dragón tiene «siete diademas» con una imprecación contra sí mismo deter-
en sus siete cabezas. 13, 1: la bestia tiene E. Kutsch, berlt, en DTMAT 1, 491-509; Id., Neues
camente, dar a conocer Testament - neuer Bund? Eine Fehlübersetzung wird minada por la prestación de un juramento o por
Lc 2, 17 Koiné A e
<1>: los pastores dieron «diez diademas» en sus diez cuernos. 19, 12: korrigiert, Neukirchen-Vluyn 1978; F. Lang, Abend- un rito de sangre. Hay que diferenciar en todo
a conocer públicamente lo que se les había el jinete del caballo blanco tiene sobre su ca- mahl und Bundesgedanke im NT: EvTh 35 (1975) 524- ello el acto libre por el que el poderoso se obliga
904 905 906
903

Juan el Bautista, determinó liberar a su pue- importancia fundamental las palabras inter-
a sí mismo, es decir -en sentido teológico- la Di- importante es que tiene validez incontestable
vinidad, por ejemplo, en la promesa de la tierra blo de todos sus enemigos y «recordar de esta pretativas pronunciadas sobre el cáliz, en la
(Gál 3, 15), la cual se hace «firme» por la
que se hace a Abrahán (Gén 15, 7-21), Y la obli- manera su santo pacto, (a saber) el juramento tradición acerca de la Cena del Señor. La for-
muerte del testador (Heb 9, 17). Dios se obli-
gación que se impone al dependiente «<la obliga- que había jurado a nuestro padre Abrahán» ma de texto más antigua a la que podemos re-
gó firmemente con el pueblo mediante su san-
ción del extraño», Kutsch), por ejemplo, la obli- (cf. Sal 105 [104], 8-10.42). Aquí ()Lu{t~%ll se montarnos, nos la ofrece seguramente Mc 14,
to pacto de promesa hecho con Abrahán (Lc
gación impuesta por Yahvé al pueblo (Ex 24, emplea como sinónimo de juramento y desig- 24 (cf. Mt 26, 28). Aquí se encuentran ya
3-8). Sin embargo, está implicada la idea de un 1, 72s). Todos los israelitas se hallan bajo un
na el pacto de promesa hecho a Abrahán, en- asociados dos enunciados fundamentales. Se-
pacto, por cuanto en ambos casos se trata de una destino de salvación, por ser «hijos del pacto»
tendido como un pacto que continúa y se rea- gún uno de ellos, Jesús interpreta su muerte
relación bilateral de obligación, aunque -eso sí- concertado por Dios en favor de los padres
liza en el nuevo acontecimiento de salvación. inminente como acto divino de expiación pa-
no en pie de igualdad entre las partes. Lejos de (Hech 3, 25). Como pacto de obligación im-
eso, la relación corresponde más bien a la idea de En Rom 9, 4 Pablo menciona con énfasis, en-
puesto a Israel, que exige que se cumpla el ra quitar los pecados de todos. Y cuando se
vasallaje, idea que se hallaba muy difundida en el tre los dones de salvación concedidos a Israel,
mandamiento, este pacto de salvación se lla- distribuye el cáliz, Jesús concede participa-
entorno de Israel. <<los pactos concertados»; que esos pactos si-
ma «pacto de la circuncisión» (Hech 7, 8). ción en este acontecimiento redentor: «Esto
Son importantes aquí las conexiones existentes guen teniendo validez se corrobora explícita-
en la historia del lenguaje. Numerosas analogías Juntamente con la ()LU{t~%ll aparece como mente en Rom 11, 29. También en Rom 11, es mi sangre, que es derramada en favor de
verbales hacen probable que los enunciados de concepto sinónimo la «promesa» divina (Heb 27 el acontecimiento futuro de la redención los muchos» (totlLó f<J1:LV 't0 ut¡lá ¡l0U 't0
berlt, del AT, se hayan modelado según esos tex- 8, 6), que se hizo adicionalmente irrevocable de Israel podría interpretarse como la realiza- f%XUVVÓW:VOV 'Ú:JtEQ :JtOA,A,wv). A esto se
tos de vasallaje y definan así la relación de Israel por el juramente divino (Heb 6, 13-17). Como añade, completando, el enunciado sobre la
con Dios como una relación de vasallaje de índo- ción divina de la continuada validez del pacto
la relación de Israel con Dios, en el AT, se ba- de salvación hecho con los padres (--+ 4). ()LU{t~%ll, según el cual ese derramamiento
le especial. Incluso la exigencia de «amar a Dios sa en varias promesas divinas de pacto, ve-
, con todo el corazón, con toda el alma y con todas Esta acepción de ()Lu{t~%ll está presente, de sangre es la entrada en vigor de un pacto
las energías ... parece tener su origen en el jura- mos que ()LU{t~%ll en este sentido aparece sin duda alguna, en Gál 3, 16-17, porque la divino de salvación: «Esto es mi sangre del
mento de fidelidad del vasallo para con su señor también en plural (Rom 9,4). El pueblo falló salvación en Cristo es el acto de fidelidad di- pacto ... ». Con ut¡la 'tii~ ()LU{t~%ll~ se recoge
feudal» (Weinfeld, 797). Análogamente, las obli- a la hora de cumplir sus obligaciones del pac- vina que realiza el pacto de salvación otorga- el tenor literal de las «palabras interpretati-
gaciones parecen haberse modelado según los to, abandonando así el pacto salvífico de Yah- do a Abrahán. Mientras que en Rom 9, 4 el vas» de Ex 24, 8 LXX: «He aquí la sangre
mandamientos apodícticos que se formulan en las vé en favor de Israel (Heb 8, 3; cf. Rom 3, 12; don de los pactos se halla junto al de la con- del pacto que el Señor ha hecho con vosotros
instrucciones dadas a los siervos del Reino Hitita Mt 12, 39; Hech 7, 51-53). Ahora bien, el
acerca de sus obligaciones para con los funciona- cesión de la ley (VO!W{tCOLU), Pablo elabora en virtud de todas estas palabras». Esta apli-
rios reales. El pacto divino de la promesa hecha a pacto de obligación impuesto a Israel en el en Gál 3-4 un contraste crítico entre el pacto cación de Ex 24, 8 estaba preparada, por
Abrahán se basa en el don real efectuado gracio- Sinaí está precedido por el pacto de promesa de la promesa hecha a Abrahán y el pacto de cuanto el pasaje se entendía ya antes de los
samente a los vasallos fieles (Weinfeld, 799-804). hecho a los padres (Gá13, 15-18; 4,21-28). la obligación efectuado en el SinaL La firme tiempos de Jesús como descripción de un ac-
Así, pues, la teología veterotestamentaria de la En la antigua tradición acerca de la Cena del validez del pacto abrahámico la explica el
berit se basa en la idea de la soberanía del rey. La to de expiación.
Señor, se proclama que la promesa de un nue- apóstol mediante la suave transición al signi-
obligación impuesta al pueblo en virtud del pacto vo pacto de salvación en favor de Israel, de ficado de ()LU{t~%ll como testamento (3, 15).
va precedida por la obligación que el «rey» se im- Originalmente, la acción de rociar al pueblo
pone a sí mismo de conceder a su siervo bondad Jer 31,31-34, se ha cumplido en el aconteci- En virtud del interés paulino por hacer una con sangre, en Ex 24, 8, juntamente con las pala-
y fidelidad, protección y atenciones. miento de Jesús. Al «antiguo» pacto o «pri- crítica de la Torá, el apóstol aplica el concep- bras interpretativas que la acompañaban, signifi-
mer» pacto se contrapone el «nuevo pacto» (1 to de ()La{t~%ll a la promulgación de la ley, caba la obligación, contraída a modo de juramen-
En los enunciados teológicos del AT sobre Cor 11, 25; 2 Cor 3, 6.14; Heb 8, 6-13). Jesús, pero lo hace sólo en sentido teológicamente to por el pueblo, de poner en práctica las palabras
la berlt se establece un compromiso bilateral que establece la nueva promesa de salvación relativizado (--+ 4.b). Otra cosa vemos en de Yahvé, tal como habían quedado consignadas
juntamente con las acciones obligatorias pri- en el ofrecimiento sacrificial que hace de sí Hech 7,8: el pacto de obligación de la circun- en el «libro de la berlt» (Ex 24, 3-4.7). Ahora
meramente unilaterales, modeladas según las mismo, es denominado «mediador» o «garan- cisión forma parte integrante de la realización bien, la acción simultánea de rociar con la sangre
relaciones de los vasallos con el señor feudal. te» del nuevo pacto (Heb 9, 15; 7, 22). Como del pacto abrahámico. De igual manera, según el altar (v.6) recordó ya desde muy pronto el ri-
Por tanto, habrá que conservar la traducción Hech 3, 25, tanto el pacto de la promesa como tual de la sangre en el Día de la Expiación. Por
heraldo del evangelio, Pablo es «ministro del
el pacto de la obligación son válidos para los eso, la acción de rociar con la sangre 'al-ha' am,
del término por «pacto», pero habrá que pre- nuevo pacto» (2 Cor 3, 6). «Sangre del pacto» «sobre el pueblo», lo entendieron ya los dos tar-
cisarla, cuando sea conveniente, por medio de se convirtió en una combinación fija de pala- padres y se han realizado mediante el aconte- gumes sub loco como un rociamiento en favor del
expresiones más diferenciadoras como son, bras (Mc 14, 24; Heb 9, 20; 10, 29; 13, 20). cimiento de Cristo. Según Ap 11, 19, los su- pueblo, una reinterpretación -llena de consecuen-
por ejemplo, «pacto de promesa» o «pacto de Otros términos derivados del AT son «arca del cesos que se esperan para el fin de los tiem- cias- de ese enunciado central de la berit; del
obligación». pacto» (Heb 9, 4; Ap 11, 19) Y «tablas del pos son realización del pacto divino de simple pacto de obligación «<la obligación del
El acento, en todos los casos, recae sobre la pacto» (Heb 9, 4). salvación en favor de Israel. extraño», impuesta por Yahvé al pueblo) se había
inquebrantable obligatoriedad. Este compro- hecho un pacto de salvación, basado en en la ex-
4. a) Para la nueva comprensión de la piación por gracia, con el ritual de la sangre como
miso irrevocable se aplica ya a 6Lu{tll'x:rl en el 3. Según Lc 1,72-74, «el Señor Dios de Is-
()Lu{t~%ll en el cristianismo primitivo tienen su centro.
sentido de testamento y última voluntad. Lo rael» (v. 68), con el nacimiento y la misión de
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La referencia a Ex 24, 8 en las palabras in- el perdón hará que se realice el pacto escato- las tradiciones acerca de la Cena del Señor. consiste en el acceso a Dios, en la auténtica
terpretativas pronunciadas sobre el cáliz de- lógico de salvación (pero cf. --+ 3). Aunque faltan referencias directas a esas tra- comunión con Dios, en la participación en el
ben entenderse tan sólo en sentido tipológico: Esta conexión es bien patente en 2 Cor 3, 1- diciones, sin embargo se observa su influen- mundo celestial, en la participación en Cristo,
el acontecimiento expiatorio en la muerte de 14. Pablo ve que la promesa divina de Jer 31, cia, cuando el significado salvífico de la yen la filiación divina (2, lOs; 3, 6.14; 6, 4s;
Jesús se interpreta como un acto que corres- 33 se ha realizado en su propio ministerio muerte de Jesús se contempla en el estableci- 7,19; 9, 8.11s.14; 12, 10). Mediante el sacri-
ponde y sobrepasa al acto de expiación en el apostólico. El es «ministro del nuevo pacto». miento del «nuevo pacto de salvación» y, por ficio de sí mismo, Jesús hizo que entrara en
AT. Por consiguiente, no se piensa en una re- La grandeza y dignidad de esta función suya, tanto, se considera a Cristo como el «mediador vigor el nuevo pacto. El es el «mediador de
novación del pacto del Sinaí, sino que el pa- la desarrolla él valiéndose del contraste esta- de un nuevo pacto» (6La{)-~X'I'J~ XaLvij~ [tE- un nuevo pacto» (7, 22; 8, 6; 9, 15). Al inter-
saje habla de la nueva promesa que da Dios (y blecido en J er 31 entre el nuevo pacto y el OLt'I'J~, 9, 15). De esta manera, se aplica tipo- ceder por los suyos, como el sumo sacerdote
que sobrepasa a la antigua) de salvación en la pacto del SinaL lógicamente el pasaje de Ex 24, 8, adecuándo- exaltado que es, mantiene esta salvación dis-
«sangre», es decir, en la muerte de Jesús. La lo al texto de las palabras interpretativas ponible en todo momento para ellos (7, 25;
versión de las palabras del cáliz, tal como las Pablo -partiendo del Espíritu de Dios- inter- sobre el cáliz (toBto tO aT[ta tij~ 6La{)-~x'I'J~,
preta el nuevo pacto de salvación y considera el 10, 19s). El es el «garante» del nuevo pacto
trasmite Pablo en 1 Cor 11, 25 (cf. Lc 22, 20), ministerio del nuevo pacto como «ministerio del v.20). de salvación (7, 22), a quien los creyentes de-
pueden entenderse fácilmente como explica- Espíritu», siguiendo probablemente una corres- La expresión «sangre del pacto» la encon- ben recurrir constantemente con confianza
ción de la versión de Marcos. Con las pala- pondiente interpretación de la Cena del Señor (l tramos otras dos veces más. Según 13, 20, para salir del fracaso y del pecado (4, 15s; 10,
bras «Esta copa es el nuevo pacto en mi san- Cor 10, 3-4). Se atiene también en todo esto a tes- Dios «mediante la sangre del pacto eterno» 19-23). Los participantes en el nuevo pacto se
gre» se alude indudablemente a Jer 31 (38), timonios del AT, en el contexto de la profecía de hizo regresar a Cristo de entre los muertos; encuentran ya santificados y perfeccionados
31-34, donde se dice que Yahvé va a «concer- Jer 31, siguiendo probablemente a Ez 36, 26s. En según 10,29, la especial depravación del após- para el acceso sacerdotal a Dios y para recibir
cuanto a su contenido, el ministerio del nuevo tata consiste en «tener por inmunda la sangre
tar un nuevo pacto con la casa de Israel» pacto comunica la justicia y, con ella, la vida (2 el reino inconmovible de Dios (4, 16; 10, 10.
(LXX: 6La{)-~ool.taL tq:> OLX<¡J 'IoQaijA. ... 6La- Cor 3, 6.9). Aquí se escucha el eco de la promesa del pacto». 14; 12, 22-24.28).
{)-~X'l'JV XaLV~v), un pacto completamente dis- de perdón (Jer 31,34) Y del anuncio de la expia- Puesto que para la entrada en vigor del tes-
ción (palabras interpretativas pronunciadas sobre La salvación traída por Cristo se halla presente tamento es necesario que se produzca la
tinto, en comparación con el pacto del Sinaí en la «sangre rociada», que habla poderosamente
(v. 32): el pacto de obligación es sustituido el cáliz). En la imagen opuesta, la OLU{}~'Xr¡ del muerte del testador, vemos que en Heb 9, 15-
de salvación (12, 24). Se halla presente en la
por un pacto de promesa. Yahvé promete el Sinaí trae condenación y muerte (2 Cor 3, 6s.9a). 17 se aduce también -en corroboración de to-
«sangre de Cristo», en la «propia sangre» de Je-
Este último pacto es transitorio, pero aquel otro sús, en la «sangre de Jesús» (9, 12.14; 10, 19). do- el significado de testamento que tiene
perdón de los pecados, y sus enseñanzas se permanece (v. 11).
escribirán en el corazón, para que su pueblo 6La{)-~X'I'J. Y se hace en una suave transición
La salvación traída por el nuevo pacto se de ideas, que nos resulta a nosotros difícil de
cumpla la voluntad de Dios. Por eso Pablo habla, aquí quizás por vez pri- ilumina por contraste con el pacto del Sinaí, seguir: en la salvación ofrecida por Dios por
mera, de la antigua 6La{)-~X'I'J. Recoge elemen- el «primer» pacto de Dios con Israel (Heb 8,
Con la promesa de la nueva ber!t, Yahvé res- medio de Jesucristo, la última voluntad y tes-
tos de una teología de la 6La~xr¡, formada ya 7.13; 9, 1.15.18). El primer pacto se encuen-
ponde al abandono del pacto del Sinaí por parte tamento de Cristo entra en vigor mediante la
de su pueblo desobediente (v. 32). Es verdad que anteriormente y que era crítica con respecto a tra sin vigor, no porque el pueblo de Dios lo
la Torá, y le da mayor precisión dentro de su muerte de aquel que ha dictado su última vo-
la nueva beru incluye de nuevo la obligación que quebrantó (8, 7-13), sino porque era débil en luntad (6La{)-É[tEvo~, 9, 16-17). Para la sensi-
el pueblo tiene de cumplir la voluntad de Dios. doctrina sobre la justificación. La alegoriza- sí mismo. Pertenecía al ámbito de lo terreno y
Pero, en este caso, Yahvé mismo se encarga de bilidad lingüística de aquel entonces, esta
ción sobre la concertación de ambos pactos, de la figura, y no podía ser más que una débil
que se cumpla esa obligación: «Yo pondré mi te- transición -evidentemente- no tenía proble-
en Gá14, 21-28, debió de tomarla Pablo de la sombra, que desde sí misma señalaba antici-
mor en su corazón, para que no se aparten ya de mas (cf. Gá13, 15-17; Filón, Mut 51s y pas-
misma tradición. En el pacto de promesa con padamente hacia la futura y nueva 6La{)-~X'I'J
mí» (Jer 32 [39], 38-42 [esp. v. 40]). Se proclama sim (Kutsch, Neues Testament - Neuer Bund?,
que esta promesa se ha cumplido en el aconteci- los padres se anticipó ya la nueva 6La{)-~X'I'J (7, 16-19; 8, 5s; 9, 6-10; 10, 1). Y, así, la pri-
81-83). En el poder salvífico de la «sangre del
miento de Jesús. El peso de esta antigua procla- del acontecimiento de Cristo. Al pacto del Si- mera 6La{)-~X'I'J se valora desde la perspectiva
pacto eterno» se incluye la promesa, según
mación pre-paulina, que en Pablo mismo queda naí pertenecen la lejanía de Dios, el servicio de su culto (cf. EVtOA.~, 7, 16-18; vó[to~, 7,
Jer 31,33, de que Dios mismo «obra en noso-
un poco relegada a segundo plano, se hace plena- de esclavos, la existencia «según la carne»; al 19.28; 10, 1) Y de su oferta de salvación. En
mente visible en la Carta a los hebreos (--+ 4.c). tros lo que es agradable delante de El»; de
pacto de la promesa le corresponden la exis- esta valoración, hay un rechazo crítico de las
que Dios nos equipa «con todo lo bueno para
tencia celestial y espiritual y la libertad, fun- interpretaciones judías alejandrinas, según las
b) En Rom 11, 27 Pablo -a partir de Is 59, hacer su voluntad» (13, 21).
dadas en la promesa creadora de Dios. cuales semejantes actividades cultuales sim-
20-21- interpreta la profecía de un pacto de bólicas señalan hacia la salvación verdadera y H. Hegermann
salvación, tal vez siguiendo la tradición acer- c) Los 17 enunciados relativos a la 6La- «celestial» .
ca de la Cena del Señor. Y lo hace añadiendo {)-~xr¡ en la Carta a los Hebreos se hallan rela- Según Hebreos, la salvación ha llegado a bUÚQECJt;, 10m;, ÍI diairesis distribución*
una frase tomada de 27, 9. Pablo argumenta cionados íntimamente con una teología de la ser real en el nuevo y «más excelente» pacto Dícese de la distribución de dones en 1 Cor
con arreglo a la orientación de Jer 31 (38),34: 6La{)-~X'I'J que se desarrolla en conexión con (7,22; 8, 6), en el acontecimiento de Cristo, y 12,4-6. Este sentido lo sugiere 6LaLQÉW en el
911 912 913 ()wxovÉW 914

v. 11. Sin embargo, no se excluye el significa- penfeier (UUA 5), Uppsala-Wien 1951; J. Roloff,
las tareas del ministerio de los dirigentes en
Apostolat - Verkündigung - Kirche, Gütersloh 1965; falta por completo, e incluso ()LuxovLu y ()Lá.XO-
do de diversidad(es); cf. ThWNT 1, 184; vos; no desempeñan más que un papel insignifi- la comunidad en: Ef 4, 17; Col 4, 17; 1 Tim
Id. Anfiinge der soteriologischen Deutung des Todes
Bauer, Worterbuch, s. v. 1; H. Conzelmann, Jesu: NTS 19 (1972-1973) 38-64; J. Schütz, Der Dia- cante. En cambio los vocablos de la raíz ()OUA- 4,6; 2 Tim.4, 5, y especialmente del ministe-
Der erste Brief an die Korinther (KEK), 244s. konat im NT, tesis Mainz 1952; W. Thüsing, Dienst- aparecen con muchísima frecuencia. rio del diácono en Flp 1, 1; 1 Tim 3,8.10.12.
funktion und Vollmacht kirchlicher Amter nach dem ()LUXOVÉOO y su grupo de palabras son en deter- 13. Aparecen, además, aisladamente los si-
NT: BiLe 14 (1973) 77-88; A. Weiser, Die Knechts- minados estratos del NT la expresión central para
btaLQÉro diaireo repartir, distribuir* gleichnisse der synoptischen Evangelien (StANT 29), designar la actitud cristiana fundamental, que se guientes significados: el poder estatal como
Lc 15, 12: «él repartió sus bienes entre München 1971. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, orienta por las palabras y la conducta de Jesús, y servidor de Dios en Rom 13,4; Cristo, servi-
ellos». 1 Cor 12, 11: el Espíritu distribuye a ca- 1039-1041. para designar funciones específicamente cristia- dor de su pueblo en Rom 15, 8, y no servidor
da uno según su voluntad; ~ 6taLQeat~. Th nas e internas de la comunidad, a saber, la labor del pecado en Gál 2, 17; el servicio de los
1. 6LaxovÉw aparece 36 veces en el NT: caritativa, la proclamación de la palabra y las ta-
WNT 1,184. ángeles para la salvación de los hombres en
21 en los Sinópticos, incluyendo también He- reas de liderazgo. Heb 1, 14.
chos, 3 en el evangelio de Juan, 8 en el Cor-
btaxa""aí,Qro diakathairo limpiar (el tri- pus de las cartas paulinas, 1 en Hebreos y 3 en Con su significado fundamental de servir a 3. La raíz de los significados que en el NT
go)* I Pedro. De la relativa frecuencia con que es- la mesa, el grupo de palabras se emplea en el tienen los términos 6taxovÉw, 6taxovLa y
Lc 3, 17: «El bieldo está en su mano para te término aparece en los Sinópticos, la in- NTen: Mt 22,13; Mc 1,31 par. MtlLc; Lc 10, 6táxovo~ se halla en las palabras y en la con-
limpiar/aventar su era ... ». mensa mayoría de los ejemplos se encuentran 40; 12, 37; 17, 8; 22, 26s; Jn 2, 5.9; 12,2; ducta de Jesús mismo. De igual manera, la
en sentencias y parábolas de Jesús. - Las acti- Hech 6, 2. El sentido ampliado de ayudar a importancia central que este grupo de pala-
vidades designadas por el verbo se expresan
btaxa""aQí,~ro diakatharizo limpiar (el alguien cuidando de él se encuentra en: Mt bras adquirió en la vida de la comunidad cris-
abstractamente por medio del sustantivo 25,44; Mc 1, 13 par. Mt; Mc 15, 41 par. Mt;
trigo) * tiana primitiva se deriva de Jesús mismo y de
6LaxovLa, servicio, oficio, que aparece 33 en Lc 18,3; Flm 13. Toda la actividad de Jesús y
En Mt 3, 12 (par. Lc 3, 17 C Koiné A D y la más temprana interpretación de toda su ac-
el NT: 1 sola vez en los evangelios (Lc 10, su muerte se designan como un servicio: Mc
otros) dícese de la acción de limpiar/aventar 40), 8 veces en Hechos, 22 en las cartas pau- tividad y de su muerte como un «servicio».
la era, ~ 6taXm'}aLQw. 10, 45 par. Mt; Lc 22, 26s. Del servicio pres- La sentencia sobre la grandeza del servicio,
linas, 1 en Hebreos y 1 en Apocalipsis. Final-
tado por los discípulos se habla en sentido en Me 10, 43s par. Mt; Mc 9, 35; Mt 23, 11,
mente, 6Láxovo~, servidor, es el que ejecuta
amplísimo en: Mt 23, 11; Mc 9, 35; 10,43 procede --en su forma fundamental- de Jesús
btaxa'tEl"Éyxop.tat diakatelegchomai re- las actividades designadas por medio del ver-
par. Mt; Lc 22, 26s; Jn 12,26. El grupo de pa-
futar por completo* bo 6LaxovÉw y del sustantivo 6LaxovLa. mismo. La antigüedad y la amplitud de la tra-
labras designa el servicio apostólico y misio- dición permiten reconocerlo así. La interpre-
En Hech 18, 28 con dativo: Apolo «refuta- Aparece 29 veces en el NT: 8 en los evange-
nero de la proclamación: dícese de los Doce, tación que entiende como un servicio toda la
ba vigorosamente a los judíos» de Acaya, lios y 21 en las cartas paulinas.
Hech 1, 17.25; 6, 4; de Pablo, Hech 20, 24; actividad de Jesús y su entrega a la muerte,
«demostrando públicamente por las Escritu- 21, 19; Rom 11, 13; 1 Cor 3, 5; 2 Cor 3,3.6.9;
2. El marco original de referencia para el tiene probablemente su «situación vital» (Sitz
ras que Jesús es el Cristo». ~ EJ\,ÉyXW 2. 4, 1; 5,18; 6, 3.4; 11,8.(15.23: falsos apósto-
empleo de todo el grupo de palabras de la raíz im Leben) en la celebración eucarística de las
6Lax- en el griego profano era el del servicio les); Ef 3, 7; Col 1, 23.25; 1 Tim 1, 12; de comunidades palestinenses. Así se deduce de
btaxeJ.,Eúro diakeleuo mandar, ordenar prestado a la mesa. Por tanto, el significado otros proclamadores y colaboradores, Hech Mc 10,45 par. Mt y de la variante de Lc 22,
En Jn 8, 5 con dativo seguido de infinitivo: fundamental del verbo es el de servir a la me- 19,22; 1 Cor 3,5; Ef 6,21; Col 1, 7; 4, 7; 1 27. Aunque Mc 10, 45 está formulado a tenor
«En la ley Moisés nos ordena apedrear a esta sa. De ahí se deriva el sentido más amplio de Tes 3, 2; 2 Tim 4, 11; 1 Pe 1, 12. de Is 53, lOs, sorprende que en vez de 60lJ-
clase de mujeres» (a las adúlteras); cf. Lev preocuparse del sustento y, finalmente, de Designa el servicio caritativo prestado en AE'ÚetV se haya empleado el verbo 6taxoveLv.
20, 10; Dt 22, 22-24. prestar servicio en general. la comunidad, Hech 6, 1; Rom 12,7; 1 Pe 4, Este hecho sugiere que el servicio prestado a
11, y más allá de la propia comunidad, la co- la mesa es el contexto original de la sentencia,
El grupo de palabras se distingue de otros tér-
btaxovÉro diakoneo servir minos de significado afín porque «tiene la espe- lecta organizada en favor de Jerusalén, Hech como la variante de Lc 22, 27 nos hace ver
6taxovLa, a~, ~ diakonia servicio, oficio cial cualidad de indicar muy personalmente el 11,29; 12,25; Rom 15,25.31; 2 Cor 8, 4. claramente.
o
6Láxovo~, OlJ, (~) diakonos servidor(a) servicio prestado a otra persona» (Beyer, 81). Es
notable particularmente la diferencia de significa-
19s; 9, 1.12s. Se habla en síntesis de todos
los servicios de la comunidad en 1 Cor 12,5. La comprensión que Pablo tiene del apos-
1. Aparición de los términos de la raíz chmt- en el do entre --+ ()OUAEÚW y ()LUXOVÉOO y entre los gru- - 1 Cor 16, 15; 2 Tim 1, 18; Heb 6, 10; 1 Pe tolado y la variedad de «servicios» de las co-
NT - 2. Contenidos semánticos del grupo de palabras - pos de palabras correspondientes a cada una de munidades paulinas recibieron su forma esen-
3. El sentido cristiano y la historia de su tradición. 4, 10; Ap 2, 19 hablan en general del servicio
esas raíces: los vocablos de la raíz ()OUA- expre- dentro de la comunidad. El servicio caritativo cial y su terminología de las palabras y de la
Bibl.: H. W. Beyer, ()LmtovÉúl, en ThWNT n, 81- san principalmente la relación de dependencia y
la subordinación del ()O'ÜAOS; al XÚQWS;; en cam- al que se hace referencia en Rom 16, 1 tiene conducta de Jesús y de la comprensión cris-
93; W. Brandt, Dienst und Dienen im NT, Gütersloh
bio, ()LUXOVÉW y su grupo de palabras expresan carácter parecido a un ministerio, y lo mismo tiana primitiva, que entendió la actividad y la
1931; K. HeB-L. Coenen, Servicio, en DTNT IV, 212-
221; K. Rahner-H. Vorgrimler, Diaconia in Christo, mucho más vigorosamente la idea del servicio se diga del ministerio de los apóstoles, profe- muerte de Jesús como un «servicio». La ima-
Freiburg i. Br. 1962; B. Reicke, Diakonia. Festfreude prestado a una persona. Esta diferencia nos per- tas, evangelistas, pastores y maestros en Ef 4, gen que la autocomprensión de Pablo «refleja
und Zelos in Verbindung mil der altchristlichen Aga- mite comprender por qué en la LXX ()LUXOVÉOO 12. El grupo de palabras sirve para designar de manera más central es la del servidor de
915 I)LUXOVÉW 916 917 I)LaxovÉw 918

Jesucristo» (Rol off, Apostolat, 121). Y, así, nera en que Marcos había procedido ya,. con que no lleva vestido de boda (Mt 22, 1-13), cios de liderazgo que existen en la comuni-
Pablo se ve a sí mismo en una doble relación motivo de la segunda predicción de la pasión los <ÍLáxovOL tengan alguna significación teo- dad, tiene carácter de servicio. Este carácter
de servicio con respecto a Cristo y a la Iglesia (9, 31.35). Tanto en este último pasaje como lógica. se deriva de las palabras de Jesús y de sus ac-
(2 Cor 3-6; lIs). En el ejercicio de su servi- en el otro, se aborda el mismo problema exis- tividades de servicio. Lucas lo hace ver de
cio (o ministerio) apostólico, Pablo considera tente en la comunidad marquina y en sus diri- En la doble obra lucana, el grupo de pala- manera clara al designar expresamente el
principalmente la proclamación del evangelio gentes: el afán de honores y el anhelo de poder. bras con sus denotaciones teológicas desem- apostolado como un servicio (Hech 1, 17.25;
como la actividad fundamental y central (por Tanto en un pasaje como en otro el evangelista peñan un gran papel. Es verdad que Lucas, de
6,4, etc.), al poner ante los ojos de los cristia-
ejemplo, Rom 11, 13; 2 Cor 3, 3; 4, 1; 5, 18; intenta resolver esta problema de la misma las 7 veces que aparecen los términos en Mar-
nos que ocupan puestos dirigentes el servicio
6,3; 11,8). manera: orientando hacia las palabras de Je- cos, no recogió más que una (Lc 4, 39). Pero
realizado por Jesús (Lc 22, 26s) y al trasfor-
sús y hacia sus obras de servicio, haciendo un lo decisivo es que las ideas enunciadas en los
En la vida de las comunidades paulinas, la mar algunas parábolas de Jesús en exhortacio-
llamamiento para seguir a Jesús en su cruz pasajes omitidos de Marcos, las expresa él en
(hUXOVLU es sobre todo la atención caritativa nes dirigidas a los líderes (12, 35-38.42-46.
(cf. K. G. Rep10h, Markus - Lehrer der Ge- otros contextos, donde en parte las trasforma,
a los necesitados, bien sea dentro de la comu- 47s; 17,7-10). En esta trasformación, el mo-
meinde, Stuttgart 1969,156-172). y en parte recurre a una tradición peculiar. La
nidad de cada uno (Rom 12, 7; 1 Cor 16, 15) tivo del servicio desempeña el papel deci-
sentencia acerca de la grandeza del servicio y
o bien sea en favor de la comunidad de Jeru- Mateo, en primer lugar, recoge de Marcos sivo. 2) El servicio (o ministerio) apostólico,
del servicio prestado por Jesús (Mc 9, 35; 10,
salén, a la que se ayuda en forma de una co- todos los pasajes en que se habla de (lLUXO- para Lucas, consiste principalmente en la pro-
43), la ofrece él en 22, 26s como variante de
lecta (Rom 15, 25.31; 2 Cor 8, 4.19s; 9, vÉw y de (háxovo~, con excepción de la es- la tradición, refundida redaccionalmente. La clamación de la palabra (Hech 6, 4, etc.) y es
1.12s). Pero el término puede designar tam- cena en que los discípulos se disputan el pri- mención de las mujeres que servían a Jesús, un testimonio (cf. Hech 1, 22; 20, 24, etc.). -
bién en síntesis todos los servicios o ministe- mer puesto (Mc 9, 33-37). Pero recoge la en el relato de la pasión (Mc 15,41), la pre- 3) Entre las funciones básicas de la vida de la
rios que hay en la comunidad (1 Cor 12,5). pregunta que se suscita en esa escena, acerca senta Lucas -trasformada redaccionalmente- comunidad cristiana se cuenta el servicio
Estas circunstancias existentes en la comu- de quién es verdaderamente grande, la refun- en el contexto de la actividad de Jesús en Ga- prestado a los pobres y a los necesitados
nidad, con su terminología y su tendencia a de, y hace que Jesús responda a ella con las lilea (Lc 8, 3). Tal vez Lc 22, 43 tiene en (Hech 6, ls; cf. 2,42).
expresar típicamente los oficios de servicio, palabras sobre lo de «hacerse pequeño como cuenta el servicio de los ángeles a Jesús, omi-
condujo al origen del oficio (o ministerio) de un niño» (18,1-4). - En tres pasajes Mateo va En Hech 6, 1-6, Lucas nos hace ver cómo, por
tido por Lucas en el relato procedente de Mc un conflicto en la atención que se prestaba a los
diácono, que en el NT se menciona por vez más allá del material ofrecido por Marcos. En 1, 13. Lc 10,40 pertenece a una tradición pe-
primera en Flp 1, 1. Sus tareas principales pobres, surge en la comunidad un nuevo oficio (o
la descripción del juicio universal, que proce- culiar (cf. Jn 12, 2). La parábola de 17, 7-10 ministerio) de servicio. Cuando evita consciente-
fueron probablemente la proclamación del de de una tradición peculiar y que ha sido in- pertenece, sí, a una tradición peculiar, pero el mente el título oficial de I)Láxovo~, lo hace segu-
evangelio y el servicio de caridad (cf. 1 Tim tensamente redactada por Mateo, vemos que v. 8 con OLUXOVÉW está formado redacciona1- ramente porque éste se encontraba ya asociado
3, 8-13). También el ministerio de servicio de la ayuda a los necesitados y cautivos se en- mente. La parábola de 12, 35-38 está tomada con funciones de proclamación de la palabra (Flp
la ¡;JLáxovo~ femenina, de la diaconisa, apare- tiende como servicio prestado a Jesús y se de la fuente Q, pero la promesa fue compues- 1; 1 Tim 3). Ahora bien, Lucas quería que se vie-
ce ya en estado inicial en las comunidades convierte en el criterio para la participación ra que un grupo de líderes ya existente en la mi-
ta redaccionalmente por Lucas (cf. Weiser, sión cristiana primitiva estaba subordinado a los
paulinas (Rom 16, 1). en la salvación definitiva (25, 44). - En el dis- 109s; 168-171). apóstoles. Y 10 consiguió haciendo que ese grupo
En Marcos la idea de servicio ocupa un lu- curso de Mt 23, que está compuesto a base de Las 10 veces que aparecen los términos fuera instituido por los apóstoles, limitando su mi-
gar destacado por la serie de sentencias, acen- la fuente Q y de tradición peculiar, el evange- 6LUXOVÉW, 6LUXOVLU en Hechos se distribu- nisterio a la atención y cuidado de los pobres (pe-
tuadas parenéticamente, que se encuentran en lista dirige sus enseñanzas, en los vv. 8-12, a yen en dos campos semánticos: el del servicio ro cf. Hech 6) y evitando el título de «diácono».
10, 42-45. Por contraste con las relaciones los líderes de la comunidad cristiana: no de- (o ministerio) apostólico, con acento en la
que se dan normalmente en el ejercicio del se- ben reclamar ambiciosamente los títulos de proclamación de la palabra (1,17.25; 6, 4; 20, En Juan, el único pasaje teológicamente re-
ñorío en el mundo, la verdadera grandeza de preceptor, padre y maestro. En el v. 11 Mateo 24; 21, 19; 19,22), Y el del cuidado de los po- levante -además de 2, 5.9; 12,2- son las pa-
los discípulos de Jesús no se mostrará sino en fundamenta la prohibición basándose en las bres (6, 1.2), al que pertenece la forma espe- labras de Jesús en 12, 26. Según la historia de
el servicio. El fundamento de ello es el servi- palabras de Jesús acerca de la grandeza del cial de la colecta en favor de Jerusalén (11, las tradiciones, este pasaje se halla próximo a
cio del Hijo del hombre hasta la entrega mis- servir. Todo esto 10 encontramos aquí en una 29; 12, 25). Lucas recoge así contenidos y Mc 8, 34, pero tiene mayor amplitud por el
ma de su vida. Según el sentir del evangelista, forma que combina elementos de la tradición formas de expresión de las comunidades pau- uso de la expresión servir y por dos promesas
esta actitud fundamental es elemento esencial de Marcos sobre estas palabras (Mc 10, 43) linas integradas por cristianos gentiles (cf., típicamente joánicas: el discípulo llegará a es-
del discipulado. Esto se ve ya por la disposi- con elementos de la variante de Lucas (Lc 22, por ejemplo, Rom 15, 25; 2 Cor 3, 6). Lucas tar allá donde está Jesús mismo; el Padre le
ción redaccional de la serie de sentencias, que 26s). En toda la sección el evangelista acen- ha evitado siempre el empleo del término honrará. Se piensa en el discipulado y segui-
se conectan con la tercera predicción de la pa- túa las relaciones fraternales que deben existir OLáxovo~. miento de Jesús hasta la muerte. Aunque
sión (10, 33s), y por la escena en que se re- dentro de la comunidad cristiana. Finalmente, En la elaboración que hace de su tradición, 6LUXOVÉW, OLUXOVLU, 6Láxovo~ no aparecen
claman los puestos de honor (10, 35-40). Esta no habrá que suponer que, en la alegoría Lucas acentúa los siguientes aspectos: 1) El ya con este significado en ningún otro lugar
disposición corresponde exactamente a la ma- (compuesta redacciona1mente) del invitado oficio apostólico, lo mismo que todos los ofi- de Juan, sin embargo 12,26 debe contemplar-
919 ClLUXOVÉW - ClLUXQLVW 920 921 [nUXQLVW 922

se en estrecha relación con el servicio realiza- XQLVW amplía considerablemente los conteni- quien «come y bebe sin discernir el cuerpo»,
bw.xovLa, a~, ÍI diakonia servicio, oficio debe entenderse probablemente en sentido
do por Jesús en 13, 1-11 Y con el servicio que --+ OlUXOVÉW.
dos semánticos de XQLVW con los significados
han de realizar los discípulos en 13, 12-20; de diferenciar; decidir, juzgar; en la voz me- análogo. Se presupone que el pan de la Cena
15, 20 (cf. R. Schnackenburg, El evangelio dia, disputar uno con otro; estimar, exponer, del Señor debe distinguirse del pan ordinario.
según san Juan 11, 476). btáxovo~, OlJ, Ó (ÍI) diakonos servidor(a) interpretar. OlUXQLVW aparece también en la Por esta distinción, al pan eucarístico se le
--+ OlUXOVÉW. voz media con el significado de dudar. La ri- concede un consideración especial. Las dis-
En Efesios y Colosenses, OlUXOVLU aparece queza de matices que se da en el uso del ver- tinciones suponen, pues, que se concede una
2 veces, y oláxovo~ 6 veces. Los términos bo OlUXQLVW hace que sea difícil determinar especial consideración y -a tenor de ello- se
designan el servicio de proclamación de la pa- btaXÓcnOl,3 diakosioi doscientos* su sentido exacto en varios pasajes. muestra una conducta especial (cf. Büchsel,
labra realizado por «Pablo» (Ef 3, 7; Col 1, Mc 6, 37 par. Jn 6, 7: pan por valor de dos- 948). Obsérvese que puede haber también pa-
23.25) Y sus colaboradores (Ef 6, 21 = Col 4, cientos denarios; Jn 21, 8: a unos 200 codos 2. Según Hech 15,9, Dios «no hizo ningu-
ronomasia en el empleo que se hace de
7; 1,7), así como también el oficio ministerial de distancia; Hech 23, 23: «Tened preparados na distinción entre nosotros y ellos», es decir,
OlUXQLVW con --+ XQLf-lU en 11, 29a (cf. tam-
de los apóstoles, profetas, evangelistas, pasto- 200 soldados ... y 200 lanceros». En tres pasa- entre los judíos y los gentiles, porque también
bién --+ 3).
res, maestros (Ef 4, 12) Y el servicio ministe- jes aparecen números compuestos con OlUXÓ- a los gentiles les concedió el don del Espíritu
rial de liderazgo en la comunidad (Col 4, 17). mOl. Hech 27, 37: «Los que estábamos en la Santo. Ya antes se dijo que Pedro, «sin hacer 3. La paronomasia con los numerosos tér-
Si en las cartas paulinas aparecía ya en primer nave éramos un total de doscientas setenta y distinción» entre judíos y gentiles (f-lljOev minos que en 1 Cor 11,29-34 significan la ac-
plano el significado de oláxovo~ como «ser- seis personas ('ljJ1JXuL.. OlUXÓOlUl ÉpOOf-l~­ OlUXQLVUV'tU, cf. Herm [m] 2, 6), marchó a ción de juzgar y el juicio ha conducido tam-
vidor del evangelio», este significado se ha xov'ta e~); Ap 11,3 y 12, 16: mil doscientos Cesarea (Hech 11, 12 Sin A B; H L P Textus bién al empleo de OlUXQLVW en 11, 31: «Pero
desarrollado plenamente en Efesios y Colo- sesenta días (~f-lÉQu~ XlALU~ OlUXOOLU~ Receptus: f-lljOEV OlUXQlVÓf-lEVOV, sin obje- si nos juzgáramos a nosotros mismos correcta-
senses, por cuanto la palabra aparece ya úni- É~~xov'tu (según Dan 12, 11 [allí se incluye ciones? --+ 4). mente, no seríamos juzgados». La frase exige
camente en conexión con la proclamación del un mes intercalar: 1290 días], el tiempo «apo- Sant 2, 4 ofrece un ejemplo de paronomasia que los cristianos hagan una severa crítica de
evangelio. El concepto ha alcanzado, pues, su calíptico» de 42 meses = tres años y medio). con OlUXQLVW y XQl'tUL (por sus distinciones, la propia conducta con arreglo al criterio que
sentido más específico (cf. H. Merklein, Das ellos han llegado a ser jueces con malos pen- se aplica en el juicio divino, principalmente en
kirchliche Amt nach dem Epheserbrief, Mün- samientos; basándonos en los versículos ante- lo que respecta al comportamiento en la Cena
chen 1973,233 Y 237). btaxoúO) diakou6 tomar declaración (en del Señor (--+ ooxlf-lá~w en el v. 28).
riores (vv. 1-3), que son una advertencia con-
la vista de un proceso)* En 1 Cor 6,5 OlUXQLVW se emplea para re-
También las 9 veces que aparecen los térmi- tra el partidismo (--+ reQoowreoAljf-l'ljJLU), la
En Hech 23, 35 Félix dice a Pablo: «Te to- ferirse a la actividad, reclamada por Pablo,
nos en las Pastorales pertenecen al uso espe- maré declaración (tecnicismo jurídico), cuan- mejor traducción del v. 4 es probablemente:
cíficamente cristiano de estas palabras: 2 Tim «¿No habéis hecho distinciones (OlEXQL'frlj'tE) de un mediador o árbitro, por contraste con
do lleguen tus acusadores».
1, 18 se refiere en sentido muy general al ser- entre vosotros mismos? (cf. M. Dibelius, Der la actividad, rechazada por Pablo, de los tri-
vicio de Onesíforo en la comunidad de Efeso. Brief des Jakobus [KEK], 126f; H. Windisch, bunales profanos (6, 1.6), y con referencia al
1 Tim 1, 12 habla del servicio apostólico de btaXQLVo) diacrin6 diferenciar, decidir, Der Brief des Jakobus [HNT], 14; F. MuBner, juicio escatológico con que los santos han de
«Pablo». 1 Tim 4, 6; 2 Tim 4, 5 denominan dudar, interpretar* Jakobusbrief [HThK], 115; en contra, Büch- juzgar al mundo (6, 2). Como OlUXQLVW en
servicio a la actividad de Timoteo de procla- sel, 949; Bauer, Worterbuch, s.v.), aunque el el significado de «juzgar» tiene siempre un
1. Aparición y uso del término en el NT. Conteni-
mar el evangelio. En 2 Tim 4, 11 se solicita el dos semánticos - 2. Diferenciar, hacer diferenciación - verbo OlUXQLVW está usado aquí en aoristo de sentido forense, entonces resulta difícil apli-
servicio de Marcos (seguramente, un servicio 3. Decidir, estimar, juzgar; acudir a los tribunales, dis- la voz pasiva (--+ 4). El hacer distinciones en- car este matiz de significado al texto de 1
misionero). Del oficio de diácono hablan 1 putar uno con otro - 4. Dudar - 5. Exponer, interpretar tre las personas conduce a una situación en la Cor 14, 29 (--+ 4; Dautzenberg, Prophetie,
- 6. oLáxQWL~. 128s; en contra de Bauer, Worterbuch, s. v.;
Tim 3,8.10.12.13 (--+ 2). En todos estos pasa- que se concede primacía a algunos (Apiano,
jes se refleja el uso paulino de los términos. Bibl.: F. Büchsel, oLuxQLvw, oLáxQLaL~, en ThWNT BellCiv V, 54 § 228; en sentido negativo He- Büchsel, 948).
En los demás escritos tardíos del NT, el III, 948-951; G. Dautzenberg, Zum religiongeschicht- En la voz media OlUXQLVW tiene el signifi-
lichen Hintergrund der oLáxQWL~ nVElJ!-Iá'twv: BZ 15 rodoto I1I, 39; cf. Filón, Op 137).
grupo de palabras aparece sólo esporádica- La pregunta que se formula en 1 Cor 4, 7: cado de disputar uno con otro: Hech 11, 2 (a
(1971) 93-104; Id., Urchristliche Prophetie (BWANT
mente. Heb 6, 10 y Ap 2, 19 hablan en senti- 104), Stuttgart 1975, 123-125. Indice analítico. propósito de la comunión de mesa de Pedro
«¿Quién te considera superior?» va dirigida
do muy general de los servicios prestados en con los incircuncisos; sobre la elección del
1. OlUXQLVW se emplea en total 19 veces en contra la tendencia de los corintios a abusar
la comunidad. La Carta primera de Pedro término, cf. Ez 20, 35s LXX); Jds 9 sobre el
los escritos del NT; 9 veces en voz activa, y de la gracia recibida, convirtiéndola en moti-
menciona en 1, 12 el servicio de la proclama- enfrentamiento de Miguel con el diablo acer-
10 veces en voz media y en voz pasiva. El vo de distinción personal y en ocasión de jac-
ción; en 4, 11, el servicio caritativo, y en 4, 10 ca del cuerpo de Moisés).
prefijo verbal OlU- refuerza las ideas de dis- tancia, utilizándola así para introducir distin-
compendia ambos en la expresión OlUXOVELV. ciones en la comunidad (v. 4, 6). - La concisa 4. OlUXQLVW en la voz media tiene, ade-
tinguir, tamizar y separar que se encuentran
A. Weiser en el verbo simple --+ XQLVW. Así, pues, DlU- frase que aparece en 1 Cor 11, 29 acerca de más, el significado de presentar objeciones,
923 924 925 926

dudar: un significado que no está atestiguado de esa seguridad, una falta que se expresa en el judaísmo de tiempos del NT (Dan 9; 4 Esd ejercitado sus facultades para distinguir el
con anterioridad a los escritos del NT. Esto las dudas y en los escrúpulos, y se halla en pa- 12, lIs; Josefo, Bell VI, 312s; 1QpHab 2, 8; bien del mal» (cf. Sexto Empírico, PyrrhHyp
será difícilmente «un producto del cristianis- ronomasia consciente con xQLvw en 14, 22 Y término técnico en Qumrán: psr) y es análoga I1I, 168).
mo de expresión griega» (como piensa Büch- con xu'tuxQLvo!!aL en 14,23: «Dichoso aquel también a la sucesión de visiones e interpreta-
sel, 950). No, sino que es un reflejo del desa- que no necesita juzgarse a sí mismo en lo que ción de las mismas por obra de un angelus in- Generalmente, el carisma de las OLaXQLOEL~
rrollo semántico de la lengua popular griega considera bueno. Pero el que siente escrúpu- terpres en las apocalipsis literarias (Dan 7-12; JtVEU!l(l'tWV que en 1 Cor 12, 10 se atribuye a la
en tiempos del NT. El desarrollo del significa- los cuando come, ese tal se halla condenado, profecía, se traduce por «discernimiento de espí-
Hen [et] 1,2; 21, 5; 40.8: 43,4; 4 Esd 10-13:
ritus». Pero contra esta interpretación hablan,
do puede entenderse tanto desde ---+ 2 en el porque no actúa por fe». Ap 5.5: 7, 13s; 17,7; TestAbr A 4,2 [Stone además de la consonancia -exigida por el contex-
sentido de «hacer distinciones en uno mismo» En Jds 22 Sin B C2 el uso cristiano de 10, 13s]: XUL 'Iouux M. avuyye/"'eL 'to to- con 1 Cor 14,29 (--+ 5) y de otras reflexiones
como desde ---+ 3 en el sentido de «hallarse en 6LUXQLvw parece que se ha consolidado tanto, oQU!!U, Ol! [= Miguel] M. 6LUXQLVeL~). (--+ 4), la observación lingüística de que, cuando
disputa con uno mismo» (Bauer, Worterbuch, que aquí a todo un grupo de cristianos en pe- La sentencia acerca de los «signos de los <hUXQLVúl significa «discernimiento» «<distin-
s.v.). Los diversos usos de ¡'huxQLvw con este ligro se los puede designar sin más como per- tiempos» se ha trasmitido en tres versiones ción»), se indica siempre entre qué entidades se
significado no sugieren un desarrollo semán- sonas que dudan, y de quienes los lectores de- (Mt 16, 2s C Koiné D W 8; Lc 12,54-56; Ev- hace discernimiento o distinción, cosa que aquí
no sucede (Dautzenberg, Prophetie, 127s).
tico unificado o que incluso se halle acorde ben apiadarse. Tom 91). Mt 16, 3b se diferencia de Lc 12,56
con la historia de las tradiciones en el NT. Si- Y del EvTom por el empleo de 6LUXQLvw (Lu- b) En lo que especta a Hech 4,32 D, la tra-
no que son un empleo variado del repertorio 5. Juntamente con otras formas y derivados cas: 60XL!!á~w; EvTom: :7teLQá~w) y por la ducción «y no había disputa (= «disensión»)
semántico de que se disponía. Hech 10, 20 (y de la raíz XQLV- (xQLvw, ouyxQLvw, ú:7toxQL- caracterización de aquello a lo que ha de apli- entre ellos» está asegurada por el contexto.
Hech 11, 12 Textus Receptus ---+ 2), «no dudes vo!!m) Y con otros términos para expresar la carse la acción de 6LUXQLvw: 'tu Ol']!!eLU 'twv Por el contrario, es difícil determinar con exac-
en acompañarlos», alude al recelo que sentían interpretación, 6wxQLvw es un tecnicismo XaLQwv (Lucas: 'tov xmQov M. wvwv). titud el contenido semántico de 6LUXQLvw en
los judíos de relacionarse con los gentiles. Lc griego de la interpretación de los oráculos y Desde luego, es posible entender 6LUXQLvw Rom 14, l.
11, 38 D hace que el fariseo «sienta objecio- los sueños y de la adivinación (los testimo- como variante de traducción de 60XL!!á~w,
nes en su interior», antes de criticar a Jesús nios se hallan en Dautzenberg, Hintergrund, «examinar» (cf. Job 12, 11; 23, 10; Dautzen- Pablo, después de exhortar a la comunidad a
acoger sin limitaciones (:7tQooAu!l(3ávúl) al que
por no haberse lavado antes de la cena. 94-96). En la Biblia griega (Gén 40, 8 o') y berg, Prophetie, 129). Sin embargo, la rela-
es débil en la fe, desearía que se evitaran las
6LUXQLvw con el significado de dudar tiene en su zona de influencia (Filón, Jos 90, 104, ción de 60XL!!á~w con «signos» sugiere más <"JLUXQLOEL~ OLUAOyL0!lWv. Contra la hipótesis de
sentido teológico en los pasajes en que apare- 143), 6LUXQLvw es una variante de traducción bien que la formulación de Mateo debemos que oLáxQLOL~ significa aquí una decisión judi-
ce en oposición lingüística con la fe (---+ del término hebreo para referirse a la interpre- entenderla en conexión con la interpretación cial sobre opiniones controvertidas (E. Kase-
:7tLo·tL~) entendida como firme confianza. Las tación ptr/psr. Puesto que la costumbre de dar -habitual en el judaísmo de tiempos del NT- mann, An die Romer [HNT], sub loco) habla el
acentuaciones son también aquí muy varia- un dictamen judicial de las revelaciones he- de los signos escatológicos (Josefo, Bell VI, hecho de que Pablo teme únicamente tales <lLU-
XQWEL~ una vez que se ha acogido a los débiles;
das. Mc 11,23 par. Mt 21, 21 Y Sant 1, 6 ven chas por los profetas en las reuniones de la 291,295,315; Dautzenberg, Prophetie, 101s):
entonces ya no hay lugar para una decisión judi-
en la duda un peligro para la fe y para obtener comunidad (cf. 1 Cor 14, 6.26.30) es muy po- «Sabéis interpretar el aspecto del cielo, pero cial; un juicio forense es improbable en tal con-
la promesa de ser escuchados en la oración co probable (Dautzenberg, Prophetie,128s), en cambio no sois capaces (de interpretar) los texto. Contra la traducción metafórica «evalua-
(---+ ul:tÉw, ---+ :7tQOOe'ÚXO!!aL). Vemos que Mc el significado de 6LUXQLvw debe relacionarse signos de los tiempos». ción» o «enjuiciamiento» (Büchsel, 951), habla el
11, 23 localiza la duda en el corazón (---+ xUQ- con la manera de comprender la revelación en hecho de que oLáxQLOL~ tiene siempre sentido fo-
6Lu). Sant 1, 6b, empleando una imagen co- 6. btáxQuJtS distinción, disputa, interpre- rente en esta acepción del término. Partiendo del
la literatura apocalíptica, un género que se ha-
rriente en la diatriba, compara al que duda tación* es un término que aparece en tres pa- contexto -en 14, 2 se describen las diferentes
lla atestiguado en el Libro de Daniel. Por eso, convicciones, mientras que Pablo en 14, 3ss, pro-
con la ola del mar, impulsada y echada de una es recomendable traducir en 1 Cor 14, 29: sajes del NT (además de en Hech 4, 32 D), Y
híbe el recíproco menosprecio y juicio dirigido
parte a otra por el viento. En Rom 4, 20 6LU- «Que hablen dos o tres profetas, y que los de- en cada uno de ellos con sentido diferente. contra la persona- la traducción que se sugiere
xQLvw se integra en la descripción contrastan- más interpreten». a) A la persona madura se le atribuye el co- espontáneamente en 14, 1 es la de: «disputas so-
te de la fe de Abrahán: «En lo que respecta a Hay, pues, una conexión estrecha entre la re- nocimiento del bien y del mal (Dt 1, 39; lQSa bre opiniones» (cf. O. Michel, Romerbrief 4
la promesa de Dios, (Abrahán) no dudó en in- velación profética y la interpretación, diferente 1, 10; Filón, OmnProbLib 83). Hebreos 5, 14 [KEK], 334-336).
credulidad, sino que se fortaleció en la fe». de la conexión que existe entre la glosolalia (---+ aplica esta manera de ver las cosas a la com- c) 6LáxQLOL~ en el sentido de «interpreta-
En Rom 14, 23 6LUXQLvw se halla igual- y/"'woou) y la traducción. La revelación oída o paración entre los inmaduros y los perfectos ción, explicación» es un término que se halla
mente en oposición con la «fe». Sin embargo, vista por los profetas y comunicada a la Iglesia (---+ v~mo~, ---+ 'tÉf...eLO~, cf. 1 Cor 2, 6; 3, ls; suficientemente atestiguado en griego (Pausa-
en este pasaje no se trata de la fe fiducial (de tiene el carácter de un misterio (---+ !!UO't~QLOV) 13, 11) Y la plasma metafóricamente según la ni as 1,34,5; Diodoro Sículo XVII, 10,5) Y en
la fe como confianza), sino de la seguridad de y exige que sea desvelada más profundamen- manera de hablar de la filosofía popular hele- el ámbito de la Biblia griega (Gén 40, 8 o';
la decisión y de la acción cotidianas funda- te. Esta acción de desvelar es análoga a la de nística (testimonios en: H. Windisch, Hebraer Filón, Jos 93, 110, 125; Som 11, 7); en con-
mentadas en la fe. 6LUXQLvw designa la falta desvelar e interpretar las Escrituras del AT en [HNT], 48). Los maduros son «los que han sonancia, 1 Cor 12, la puede traducirse: «a
927 928 929 930

otro, las interpretaciones de las revelaciones promesa de la Escritura os habla a vosotros ta aquí de un milagro de glosolalia, cosa que camente cerca del verbo bLuAÉyEatl-m, acen-
del Espíritu». como a hijos); Jds 9 (Miguel en disputa con el podría sugerir el uso del término yA&aau en túa más intensamente todavía el elemento de
diablo acerca del cuerpo de Moisés). En He- los vv. 3s y 11, Y la reacción mencionada en el la reflexión calculadora. Tanto el verbo como
En favor de esta concepción habla, además de chos, Pablo es siempre el sujeto de <'huAÉ- vv. 13, o se trata de un milagro de lenguas? El el sustantivo son también corrientes como
las reflexiones ya mencionadas (--+ 2), la falta de Y0f.-tm, que se usa en el sentido de hablar ar- uso de yA&aau en la actual versión del texto tecnicismos para expresar la acción de echar
una doctrina sobre los espíritus o los demonios en en los vv. 4 y 11, en conexión con el uso de cuentas. Este elemento calculador de la refle-
1 Cor 12-14, la tendencia que, con respecto a la gumentando (17, 2.17; 18,4.19; 19,8.9; 20,
7.9; 24, 25). Pablo habla principalmente en 6LáAE)(:to~ en los vv. 6 y 8, nos permite sacar la xión adquiere frecuentemente en la LXX el
profecía, no es ni mucho menos defensiva sino
precisamente recomendadora en 1 Cor 12-14, que las sinagogas y también en la plaza del mer- conclusión de que el autor quiere narramos un significado de «abrigar malos pensamientos,
no conoce un riesgo procedente de profecía dudo- cado o en un auditorio, pero no en Jerusalén milagro de idiomas. Los galileos hablan actual- pensar en venganza» (cf. Schrenk). También
sa o demoníaca (sobre 1 Cor 12, 1-3 cf. Dautzen- (24, 12). ThWNT n, 93-95; X, 1041 (biblio- mente en diversos idiomas y son entendidos en el NT estos términos se hallan asociados
berg, Prophetie, 143-146), la falta de testimonios grafía). por los circunstantes en sus propios dialectos. casi exclusivamente con una connotación ne-
en favor de un «discernimiento de espíritus» prac- Por tanto, no se trata sólo de un milagro del oír, gativa.
ticado en las comunidades paulinas (sobre los de un milagro asociado con la glosolalia.
enunciados, que comenzaron dos generaciones El verbo aparece únicamente en los Evange-
más tarde y que desde luego son diferentes, de 1 btaAEl3tOJ dialeipo cesar* lios sinópticos: en Mateo 3 veces, en Marcos
Jn 4, 1-6; Did 11, 7, cf. Dautzenberg, Prophetie, En Lc 7, 45 seguido de un participio: «ella 3. En otros lugares de Hechos (1, 19; 21, 7, y en Lucas 6.
132-135), la existencia de una descripción paulina no ha cesado de besar mis pies». 40; 22, 2; 26, 14), el autor (que escribe en
del procedimiento de revelación e interpretación griego) utiliza el término 6LáAExtO~ para re- 2. En la mayoría de los casos en que apa-
en 1 Cor 2, 6-16 (cf. G. Dautzenberg, Botschaft ferirse a la lengua que hablaba la comunidad rece el verbo, se trata de deliberaciones de
und Bedeutung der urchristlichen Prophetie nach btáAEX'tO;, olí, Í) dialectos lengua verná- de Jerusalén (1, 19), o a la lengua en que ha- los adversarios de Jesús (cf. Mc 2, 6.8 par. Lc
den 1 Kor, en J. Panagopoulos, Prophetic Voca- cula (hablada), dialecto* 5, 21s; Mc 11,31 par. Mt 21,25) o de refle-
tion in NT and Today [NovTS 14], Leiden 1977, bló Pablo en su discurso de defensa (21, 40;
131-161, 143s) y la analogía con la comprensión 1. Aparición del término en el NT - 2. En el relato 22, 2) Y a la voz del cielo que habló a Pablo xiones que se hacen los discípulos para sus
de Pentecostés - 3. Otras referencias. en hebreo (26, 14). Los comentarios señalan adentros (cada uno en su corazón) o hablando
judía -en dos niveles- que existía de la revelación
en tiempos del Nuevo Testamento (--+ 5). Bibl.: J. Kremer, Pfingsbericht und Pfingsgesche· que seguramente habrá que pensar en la len- unos con otros (cf. la conexión con JtQó~: por
G. Dautzenberg heno Eine exegetische Untersuchung zu Apg 2, 1-13, gua aramea. Es curioso también que, en 26, ejemplo, Mc 8, 16; 11,31) y que son conoci-
Stuttgart 1973, sobre todo 323-244; G. Schrenk l'ítu- 14, la voz del cielo que habla en «hebreo» das por Jesús. Estas reflexiones se dirigen
Myo[!m, en ThWNT n, 93-95. '
aluda a un conocido proverbio griego que contra Jesús, o bien hacia algo que está muy
btáxQun;, EOJ;, Í) diakrisis distinción,
disputa, evaluación interpretación 1. bLáAEX'tO~ se deriva de bLuMyof.-tm, que probablemente era familiar para el autor que a las inmediatas. De manera parecida calcu-
---+ 6LUXQLvOJ 6. en el griego profano no sólo designa el diálo- escribía en griego. lan el necio rico (Lc 12, 17) o los viñadores
go filosófico (Platón), sino también el uso de G. Petzke (Lc 20, 14) de la parábola. Le 3, 15 describe
un dialecto, el hecho de hablar un idioma (Po- la reacción de la gente y las reflexiones que
btaXOJA'ÚOJ diakolyo impedir enérgica- libio 1, 80, 6). En Aristóteles, bLáAEXtO~ de- se hacen ante Juan el Bautista, mientras que
mente*
btaAáoooJlat dialassomai reconciliarse*
signa la lengua habitual de la conversación Mt 5, 24: «¡Ve primero y reconcíliate con Lc 1, 29 describe la reacción de María ante el
Mt 3, 14: Juan el Bautista quiere (imperfec- (Poet 1449a; Thet 1404b). La variedad de dia- saludo que el ángel le dirige. En estos dos pa-
tu hermano!». Se usa en sentido absoluto en
to) impedir a Jesús que reciba el bautismo. lectos (bLáAEXtOL JtOAAUi), a diferencia de sajes se escucha quizás en el fondo un asomo
Did 14, 2. ThWNT 1, 253s.
una sola voz (f.-tÚU <pOJvlÍ), distinguen al hom- de duda.
btaAaAÉOJ dialaleo discutir sobre algo* bre del animal (Probl 895a), que con una sola
voz puede entenderse con los de su misma btaAOY'~OJl«t dialogizomai reflexionar 3. El uso del sustantivo está relacionado
Lc 6, 11: Los adversarios de Jesús discutían (calculando), considerar* directamente con el del verbo en Lc 5, 22; 6,
entre sí. La voz pasiva aparece en 1,65: «To- especie. bLáAEXto~ es, por tanto, el idioma
hablado actualmente (en lingüística, parole bLUA.OyW!-lÓ~, olí, ó dialogismos pensa- 8; 9, 46s; 24, 38. También aquí se trata de los
das estas cosas se comentaban en toda la re- miento, reflexión* pensamientos de los adversarios de Jesús o de
gión montañosa de Judea». [= habla], a diferencia de langue [= lengua]),
el idioma de un pueblo, de una determinada 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Empleo
los discípulos de Jesús, dirigidos bien contra
región. bLáAEXto~, con este significado, apa- del verbo - 3. Empleo del sustantivo. Jesús o bien hacia algo que es muy superficial
btaAÉYOJlat dialegomai conversar, dialo- rece 6 veces en Hechos: 1, 19; 2, 6.8; 21, 40; (por ejemplo, la disputa sobre los primeros
Bibl.: G. D. Ki1patrick, (>LuMyw{}m and oLu/..oyl-
gar, hablar* 22,2; 26, 14. ~Eo{}m in the NT: JThS 11 (1960) 338-340; G. Schrenk, puestos en Lc 9, 46s). Son más fundamentales
En el NT el término aparece principalmente OLU/..ÉYO[!m 1<1:/..., en ThWNT n, 93-98. los enunciados que se hacen en Lc 2, 35 y Mc
en Hechos (10 veces), y se encuentra también 2. Las dos veces que aparece este término 7,21 par. Mt 15, 19: de los corazones de los
en Mc 9, 34 (los discípulos discuten sobre en el marco del relato de Pentecostés (Hech 2, 1. En el lenguaje ajeno al NT, el verbo hombres brotan (sólo) malos pensamientos
«cuál de ellos es el mayor»); Heb 12, 5 (la 1-13) son importantes teológicamente. ¿Se tra- bLuAoyí,~Eatl-m, a pesar de hallarse lingüísti- (cf. el catálogo de vicios que figura a conti-
931 932 933 934

nuación en Mc 7, 21 par.). Esos pensamientos btaJtÉvro diameno quedarse, permanecer* rece que se remonta a Lucas, que es el único 1. El concepto antropológico y psicológico
se revelan con la llegada de Jesús (Lc 2, 35). Lc 1, 22: Zacarías se quedó mudo; 22, 28: autor del NT que emplea este término. de 6tavota, que es un término predilecto de
Por la actitud equivocada que adoptan, los «Vosotros sois los que habéis permanecido los escritos filosóficos, tanto griegos como
G. Petzke
pensamientos de los hombres se hacen vanos conmigo en mis JtELQaa¡.,toL»; Gál 2, 5: «Para del judaísmo helenista, aparece tan sólo 12
y su corazón, que no comprende nada, se lle- que la verdad del evangelio permanezca en veces en el NT y no forma parte de la antro-
na de tinieblas (Rom 1, 21). De igual manera, vosotros»; Heb 1, 11: «Pero tú permaneces» btaJtEQl(JJtÓ~, oií, Ó diamerismos disen- pología paulina (cf. Bultmann, Teología § 17-
los pensamientos de los sabios son considera- (cita del Sal 101, 27 LXX); 2 Pe 3, 4: «Porque sión, división* 20). Falta por completo el verbo correspon-
dos necios por el Kyrios (1 Cor 3, 20; cf. Sal todo continúa tal como estaba desde el princi- Según Lc 12, 51, Jesús no vino a traer la diente; 6tavól')¡.,ta, que designa el resultado
94, 11). pio de la creación». paz, sino la división (par. Mt 10, 34: ¡.,taxm- del pensamiento, aparece únicamente en Lc
Flp 2, 14 (6taA.oyw¡.,tó~ junto a yoy- Qav, la «espada», que podría ser el tenor del 11, 17. También la amplitud de significados
yua¡.,tó~) y 1 Tim 2, 8 (6taA.oyta¡.,tó~ junto a texto original; cf. Schulz, Q, 258s). ---> 6ta¡.,t€- de 6tavota (Bauer, Worterbuch, s. v.; Behm
oQY~) muestran ya las agrupaciones de la ten- btaJtEQí,~ro diamerizo dividir, distribuir* QL~W. ThWNT IV 961s; Liddell-Scott, s.v.) se halla
dencia negativa. Se trata de la reflexión an- Además de la cita del Sal 22, 19, que se en- restringida en el NT. Es importante que 6ta-
gustiada y de la deliberación llena de dudas cuentra en los cuatro evangelistas (cf. Mc 15, vota no se emplee como tecnicismo filosó-
(Schrenk): cosas que deben evitarse. De ma- 24 par.), 6ta¡.,t€QL~w aparece 7 veces en la btavÉJtro dianemo divulgar*
Hech 4, 17: Para que la noticia de la activi- fico. Esta observación se aplica también a
nera análoga, el sustantivo se usa en Rom 14, obra lucana. Encontramos los siguientes sig- otros conceptos afines, entre ellos voéw y
dad taumatúrgica de los apóstoles «no se di-
1 para expresar la reflexión (del débil) que nificados: voil~.
vulgue más entre el pueblo».
duda. La frase xQttal, 6taA.oyw¡.,twv Jtovl')- a) Dividir, distribuir algo, con énfasis en el
QWv en Sant 2, 4 debe traducirse probablemen- 2. En la LXX, OLávOLU es casi siempre tra-
hecho de compartir una cosa en común. En
te por: «árbitros con malas razones», es decir, btaVEúro dianeuo hacer señas* ducción de los términos hebreos le b o de le bab
Mc 15,24 par. los soldados se reparten entre (los cuales, con mucha más frecuencia, se tradu-
árbitros que adoptan malas decisiones. Aun- ellos las vestiduras de Jesús; los evangelistas Lc 1,22: «y él les hacía señas y permane-
que se trata aquí de un uso especial de ('lta- cen por 'XuQOLU). Dentro de la antropología he-
creen que con ello se cumple una profecía re- ció mudo».
brea original (cf. ThWNT IX, 614-629), se desig-
A.oyta¡.,tó~, sin embargo se conserva la cone-
ferida a David (mencionada explícitamente en na también con el término «corazón» al «hombre
xión esencial con el significado general que el Jn 19, 24). En Lc 22, 17 Jesús invita a sus dis- racional» (Wolff, 63-86); la traducción al griego
término 6taA.oyw¡.,tó~ tiene en el NT como re- btavót)Jta, ato~, tó dianoema pensa- por oLávOLU ha mantenido, por vía de interpreta-
cípulos a que compartan entre ellos la copa. miento*
flexión que abriga dudas y que es calculadora. En la imagen idealizada de la comunidad pri- ción, ese componente racional.
Lc 11, 17: Jesús conocía «sus pensamien-
G. Petzke mitiva (Hech 2, 45), se cuenta que los miem- tos». Cf. 3, 16 D. ThWNT IV, 965s. En el Magníficat la frase 6taVoL<;X xUQ6La~
bros de la comunidad compartían sus bienes
(Lc 1,51) se deriva también del1enguaje de la
con todos, según las necesidades de cada uno.
bud.o'Yt(JJtó~, oií, Ó dialogismos refle- LXX (1 Crón 29, 18). Puesto que 6tavota es
b) Dividir, separar, con énfasis en la sepa- btávota, a~, ÍJ dianoia pensamiento, en- aquí una función central de la existencia cons-
xión tendimiento; manera de sentir, disposi-
---> 6taA.oyL~o¡.,tm.
ración. Las lenguas de fuego del Espíritu se ciente, el orgullo es teológicamente significa-
separan y sitúan sobre los discípulos (Hech ción* tivo (y de hecho conduce a la descalificación
2,3). 1. Aparición y amplitud de significados del térmi- escatológica).
bta)"úro dialyo disolver* no <\LúvoLa en el NT - 2. OLÚVOLQ junto a xaQola en Hebreos cita dos veces (8, 10; 10, 16) a Jer
c) En voz pasiva: estar dividido. Como en citas de la LXX - 3. oLúvOLa en el mandamiento del
Hech 5, 36 (en voz pasiva): Los seguidores b domina también aquí el elemento de la
---> 31, 33 (38, 33 LXX). La imprecisión textual
amor, según los Sinópticos - 4. oLúvOLa en la aliena-
de Teudas fueron dispersados, se disolvieron. separación. A propósito de la controversia so- ción de Dios - 5. Uso variable de oLúvOLa en las Epís- en 10, 16 puede estar relacionada con el he-
bre Beelzebul, se aplica a Satanás la imagen tolas católicas. cho de ser una cita libre (cf., además de O.
de un reino dividido que no podrá subsistir Bibl.: J. Behm-F-Baumglirtel, xaQOla XTA., en Michel, Hebraer [KEK], y O. Kuss, Hebreos,
btaJtaQtúQ0Jtat diamartyromai conju-
(Lc 11, 17s). SegúnLc 12,51-53, la venida de ThWNT III, 609-616; J. Behm-E. Würthwein, voÉw en ambos casos sub loco, los excursus que ha-
rar, testificar XTA., en ThWNT IV, 947-1016, sobre todo 961-965;
Jesús no traerá paz sino discordia y división cen ambos autores sobre el uso de la Escritu-
---> ¡.,taQtuQéw. G. Bertram-A. Dihle-E. Jacob-E. Lohse-E. Schweizer-
(12, 51: 6ta¡.,t€Qw¡.,tó~) : los miembros de una K.w. Trliger, 'lj!UXr'¡ XTA., en ThWNT IX, 604-667; C. ra en Hebreos). En el parallelismus membro-
misma familia estarán divididos entre sí (Lc v. Bormann-R. Kuhlen-L. Oeing-Hanhoff, Denken 1, rum del texto profético, 6LaVota (para qereb)
btaJtáxoJtat diamachomai discutir acalo- 12, 52s). Se trata aquí de una imagen bien co- en HWP n, 60-112, especialmente 63-70; H. J. Krli- y xaQ6La (para leb) son prácticamente sinó-
nocida acerca del fin de los tiempos (cf. Bi- mer, Der Ursprung der Geistmethaphysik, Amsterdam nimos. En la traducción común por «entendi-
radamente* 1963 [21967]; E. A. Schmidt, Dianoetischlethisch, en
Hech 23, 9: Los escribas que eran del grupo llerbeck IV, 977ss). El empleo de 6ta¡.,t€QL~w, HWP n, 229s; H. W. Wolf, Antropología del AT, Sala- miento», no hay que pensar en la razón en un
de los fariseos discutían acaloradamente. en este pasaje procedente de la fuente Q, pa- manca 1975, esp. 45ss. sentido estrechamente intelectualista.
935 I"JLÚVOLU - I"JLUV'Úffi 936
937 938

3. La base textual del mandamiento sinóp- se pone de relieve parenéticamente en rela-


tico del amor es también una cita de la LXX ción con las obras y la conducta. Puesto que blmtavTó; diapantos siempre, constante- bla3t~íro diaprii5 aserrar en dos; en voz pa-
(Dt 6, 4s), Pero hay que tener en cuenta que Ef 4, 17 se dirige también a la mente, es difí- mente siva, irritarse profundamente, recomerse*
<>Lávotu aparece, sí, en Mc 12,30 par. Mt 22, cil ofrecer una traducción exacta (H. Conzel- -> oLá (ltaV'tó~) 2.b. Los miembros del Sanedrín están profunda-
37/ Lc 10,27, pero no se encuentra original- mann, Epheser [NTD], sub loco) y, por tanto, mente irritados, en Hech 5, 33, por las pala-
mente en la LXX. La exhortación al amor de esa traducción dependerá de la interpretación bras de los apóstoles; en 7, 54, por las pala-
bla3ta~aT~I~ÍI, i1~, ÍJ diaparatribe (la) bras de Esteban (imperfecto de la voz pasiva:
Dios va dirigida a la totalidad de la persona. que se dé del pasaje (cf. principalmente H. constante riña*
Este hecho se desarrolla en su triple aspecto Schlier, La Carta a los efesios, Salamanca OLEltQLOV'tO ).
Forma intensiva de ltaQa'tQLPtí, «roce, con-
de xUQblu ([eb, «corazón»), 'l'tJxtí (nefeS, 1991, sub loco). flicto», en 1 Tim 6, 5.
«alma») y ('"ÚVUf.-tL~ (me'Od, «fuerza»). Los Si- bta~3tá~ro diarpazi5 saquear por completo
nópticos (sobre la crítica textual y las cons- 5. Es evidente la poca uniformidad que -> áQltá~ffi 4.
trucciones preposicionales cf. los comentarios) hay en las Epístolas católicas en cuanto al bla3tE~áro diaperai5 pasar al otro lado,
revelan los siguientes desarrollos: Marcos tie- uso de oLávota. Con «un lenguaje metafóri- atravesar*
Se usa en sentido absoluto en Mt 9, 1; 14, bta(~)~ÍI'Yvu .... t, bta~ÍI(J(Jro dia(r)reg-
ne (en cuádruple expresión) xUQoLa, 'l'1Jxtí, y co un poco forzado» (K. H. Schelkle, Die Pe- nymi, diaressi5 romper, rasgar*
luego oLávota y toX'ú~; Mateo, con xaQOLa, trusbriefe. Der Judasbrief (HThK], sub lo- 34 a diferencia de Mc 6, 53. Con indicación
Dícese del sumo sacerdote que rasgó sus
co), 1 Pe 1, 13 (cf. Lc 12,35; Ex 12, 11; Jer del destino, en Mc 5, 21; 6, 33; Lc 16,26;
'l'1Jxtí y OúVaf.-tL~ recurre en su forma a la ex- propias vestiduras (cf., a propósito, Biller-
1, 17) apela a la preparación escatológica. La Hech 21, 2.
presión trimembre; Lucas concuerda con beck 1, 1007s; J. Blinzler, Der Prozefl Jesu,
Marcos en los cuatro miembros, pero sitúa esperanza es también cuestión del pensa- Regensburg 41969, 159-161) en Mc 14,63
toxú~ antes de OúVaf.-tL~. ¡Pero ni Mateo ni miento, del entendimiento. En la conclusión bla3tI..Éro diaplei5 cruzar el mar* par. Mt 26,65. Y dícese de Pablo y Bemabé
Lucas pretendían renunciar al aspecto de (¿redaccional?) de la carta, en 1 Jn 5, 14-21, Hech 27, 5: cruzar el mar. que rasgaron sus vestiduras en Hech 14 14
oLávota como pensamiento, introducido por la anáfora (6 veces oLOaf.-tEv) acentúa la cer- Dícese de las redes que se rompían en Lc '5, 6:
Marcos! teza de la salvación y alcanza su punto cul- y de los posesos que rompían las cadenas que
minante en el v. 20. Quizás oLávota significa bla3tOVÉo ....al diaponeomai estar muy mo- los sujetaban en Lc 8, 29.
ya aquí «conocimiento», y no simplemente la lesto o resentido*
4. El uso singularísimo del plural de OLá-
«capacidad» de «intuir» (pero cf. lo que di- Hech 4, 2: los sacerdotes etc. estaban muy
YOLa en Ef 2, 3. Partiendo del contexto, el bta(JaepÉro diasapheo explicar, describir
cen R. Bultmann, Die Johannesbriefe [KEK] molestos, porque los apóstoles enseñaban al
sentido que se pretende es indudablemente el pueblo; en 16, 18 Pablo estaba muy disgusta- exactamente *
de «(malos) impulsos» (cf. M. Dibelius, Ephe- y R. Schnackenburg, Cartas de san Juan, en
do (a causa de la adivina de Filipos). Mt 13, 36: «¡Explícanos la parábola del tri-
ser [HNT], sub loco; Bauer, Worterbuch, ambos casos sub loco). De la frase «manera
go y la cizaña!»; 18,31: los criados «informa-
s.v.). Col 1, 21 y, con dependencia de este pa- pura de sentir», que suena a expresión edifi-
ron a su amo de todo lo que había sucedido»;
cante, hay sorprendentes paralelos en los Pa- bla3tO~EÚO",,(ll diaporeuomai pasar o ca-
saje, Ef 4, 18 hablan de la situación pre-cris- cf. Hech 10, 25 D.
dres apostólicos (cf. H. Kraft, Clavis Patrum minar por
tiana (sobre la expresión de una continuada
Apostolorum, Darmstadt 1963, 104). -> ltOQEÚOf.-taL.
condición por medio de un participio perifrás- bta(JEÍro diaseiO sacudir, maltratar*
tico, cf. BlaB-Debrunner § 352s). La oscuri- M. Lattke En Lc 3, 14 dícese de la exigencia dirigi-
dad y la hostilidad hacia Dios se ponen en re- bl«3tO~Éro diaporei5 hallarse muy perplejo* da por el Bautista a los soldados: «¡No mal-
lación con oLávoLa (sobre el dativo de blavoí:)'ro dianoigo abrir El prefijo oLa- refuerza el significado del tratéis a nadie!» OLaOELffi es un tecnicismo
relación, cf. ibid. § 197). El comentario del -> UVOLyffi. verbo simple UltOQÉffi. Aparece en Lc 9, 7 Y del lenguaje jurídico (PapOxy 11, 240, 5 [37
himno de Colosenses se dirige contra «lo que ~ech 5,24; 10, 17. Se emplea también en sen- p.C.]; 284, 5 [50 p.C.]; PapTebt 1,43,26 [118
es fundamentalmente una orientación equivo- tido absoluto, en la voz media, en: Lc 24, 4 a.C.]) y se refiere casi siempre al uso de la
cada de la totalidad de la propia vida» (E. blavuxTE~EÚro dianyktereuo pasar la no-
v.l.; Hech 2, 12; Herm (s) 9, 2, 4. violencia con el fin de obtener dinero por me-
che entera*
Schweizer, La Carta a los colosenses, Sala- dio de la extorsión.
Lc 6, 12: Jesús <<pasó la noche entera en
manca 1987, sub loco); sobre la alienación de
Dios, cf. E. Lohse, Kolosser [EKK], sub loco);
oración». bta3t~a'Y ....aTEÚo ....at diapragmateuomai
hacer negocios, obtener beneficios* bla(Jxo~3tí~ro diaskorpizo dispersar, de-
de manera semejante, en Ef 4, 18 oLávma tie- rrochar*
Lc 19, 15: «para saber lo que habían gana-
ne más que un simple significado psicológico, btavúro dianyi5 terminar*
d? negociando» ('tL OLEltQayf.-tu'tEúoav'tO con L Aparición del término - 2. Contenidos semánti-
intelectual o ético. Es algo que interesa a la Hech 21, 7: 1Íf.-tEL~ M, 'tav ltA,OÚV OLUVÚ-
Sm B D; sobre la variante textual -(JU'tO [A K cos - 3. Campo referencial.
totalidad de la existencia -pero desde el as- (JaV'tE~, «cuando hubimos terminado el viaje»;
El Vg] cf. GNTCom, sub loco). ThWNT VI , Bibl.: Bauer, W6rterbuch, en el vocablo correspon-
pecto del pensamiento-, porque es cosa que 1 Clem 20, 2 (la carrera). 642. ' dIente; C. E, Calston, Reminiscence and Redaction in
·1

939 940 941 ÓLuoJtoQá 942

Luke 15, 11-32: JBL 94 (1975) 368-390, 374; D. Jo- los no huyen, sino que contemplan desde le- 2. La pregunta formulada por los judíos en aquí son interpelados, y se convierte en un
nes, The Background and Character of the Lukan jos la crucifixión. No los sitúa en el mismo Jn 7, 35: «¿Será acaso que que quiere irse a la enunciado acerca de la esencia -en general-
Psalms: JThS 19 (1968) 19-50, sobre todo p. 24, nota
3; Jü1icher n, 176; J. L. Martyn, Glympses into the
nivel que los seguidores de Judas el zelota dispersión entre los griegos, y enseñarles a de la comunidad cristiana en medio del mun-
History of the Johannine Community, en BEThL 44 (<<todos los que le seguían se dispersaron», los griegos?» se basa en que no habían com- do: oLuoJto(>á es la expresión de que la Tierra
(1977) 149-175, 173; O. Michel, oxoQnltw xTA., en Hech 5, 37). prendido la palabra de Jesús de que le busca- no es la patria del cristiano, sino de que lo es
ThWNT VII, 419-424; R. Schnackenburg, Die Mes- U. Busse rían por breve tiempo y no llegarían adonde él el mundo celestial. De esta manera, 6LUO-
siasfrage im Johannesevangelium, en FS Schmid
1963,240-264,258; L. J. Topel, On the lnjustice ofthe
habría de estar (7, 34). Aquí por ()LaOJto(>á se JtoQá, con arreglo a la doble interpelación
Unjust Steward: Lk 16,1-/3: CBQ 37 (1975) 216-227, entiende (conforme al modo de hablar de la que se hace en 1, 1, significa la elección y, al
217. bUlCmáro diaspao hacer pedazos, destro- LXX) a la minoría judía que vivía en medio mismo tiempo, el carácter de ser extranjero
zar* de personas de otras creencias y, en este caso, (Goppelt, sub loco). Esta idea no es, ni mucho
1. Este verbo compuesto aparece 8 veces en Mc 5, 4: «El (el poseso) había destrozado en un ambiente griego y pagano. menos, única ni deja de estar preparada en el
los Evangelios y 1 vez en Hechos. No se em- las cadenas». Hech 23, 10: El comandante tu-
plea en la literatura epistolar del NT. Mc 14, NT; cf. Gál 4, 26; Flp 3, 10-11.20, y también
vo temor «de que Pablo fuera despedazado La LXX expresa con ÓLuOJtoQá (si prescindi- Heb 11, 13; 13.14.
27 es recogido por Mt 26, 31. No existen más por ellos». mos de Dan 12, 2 Y de la infiltración secundaria
paralelos entre los Sinópticos. 6Lamw(>Jtí,~co El autor de Santiago, en el prescripto de la
de ÓLuOJtoQá en el título del Sal 138, 1 A) la si-
aparece principalmente en las parábolas (Mt tuación de destierro en que el pueblo de Dios vi- carta, saluda a «las doce tribus que están en la
25,24.26 [Q]; Lc 15, 13; 16, 1 [material pecu- vía entre los gentiles (Dt 28,25; 30,4; Sal 146, 2; dispersión». Estas palabras no pueden referir-
bUUJ3tELQro diaspeiro dispersar Is 49,6; Jer 15, 7; 41,17; 2 Mac 1,27; Jdt 5,19). se, naturalmente, a la federación real de las
liar] yen citas bíblicas (Mc 14, 27 par. Mt 26, --+ 6LUOJto(>á.
31 [= Zac 13,7]; Lc 1,51 [= 2 Sam 22,28/ ÓLuoJtoQá, en estos casos, puede referirse a la doce tribus de Israel, porque esa federación
dispersión como tal (cf. Dt 28, 25; 30, 4; Jer 41, había dejado de existir hacía ya mucho tiem-
Sal 89, 11]).
17) o bien a la totalidad de los dispersos (cf. Is po. Como los destinatarios de la carta son cris-
bUlCJ3toQá, ci~, Í) diaspora dispersión* 49,6; Sal 146, 2; 2 Mac 1,27, Ytambién SalSl 8,
2. En Mt 25, 24.26 Y Lc 15, 13 6LCHJXO(>- tianos, habrá que entender en sentido figurado
6LUOJtdQco diaspeiro esparcir, dispersar* 28). No existe un equivalente hebreo fijo para la
Jtí,~co se usa como término opuesto a o'Uvá- ÓLuoJtoQá. Los términos gola y galíit (<<exilio, la referencia a las tribus. Los cristianos a los
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Signifi- que aquí se dirige la carta, y con ellos el mun-
yco. Este último significa «recoger», y aquél, destierro»), que se convirtieron en términos téc-
cado y uso. do cristiano en general, son designados aquí
esparcir. En el marco de la doble antítesis, nicos después de la destrucción del templo y de la
que constituye un paralelismo sinonímico, Bibl.: O. Bocher, Jüdische und christliche Diaspora pérdida de la patria palestina en el año 70 p.C., Y -con una nueva interpretación- como el Israel
con la que el siervo caracteriza a su amo, do- im ntl. Zeitalter: EvDia 38 (1967) 147-176; H. Braun, que corresponden a la realidad objetiva designada nuevo y verdadero. Ahora bien, el decidir si en
Die Diaspora und ihre Verheij3ung im NT: EvDia 35 por ÓLuOJtoQá, no son traducidos nunca por este caso, lo mismo que en la Carta primera de
mina el contraste agrario entre la acción de (1964) 97-105; H. Fischer, Diaspora. Erwagungen zu ÓLuoJtoQá en la LXX.
sembrar y la de cosechar. Por eso, es obvio el einer Begriffund einer Situation: EvDia 37 (1966) 35- Pedro, hay que interpretar lo de oLuoJto(>á en
sentido de esparcir o dispersar. Lucas emplea 52; L. Goppelt, Der Erste Petrusbrief (KEK), Gottin- sentido figurado, y si hay que asignar a este
gen 1978, 77-82; F. S. Rothenberg, Dispersión, en El contexto de 1 Pe 1, 1 parece ser total- término un sentido teológico específico (el
el verbo en 15, 13; 16, 1 en la exposición de mente diferente del que encontramos en Jn 7,
DTNT n 159s; K. L. Schmidt, <'nuonoQú, en ThWNT mundo sería la 6LUOJto(>á en que viven los
dos parábolas. Cuando el objeto (en acusati- I1, 98-104; R. Schnackenburg, Gottesvolk in der Zers- 35. La Carta primera de Pedro va dirigida «a cristianos; así piensa, por ejemplo, M. Dibe-
vo) de la acción verbal es un asunto mercantil treuung. Diaspora im Zeugnis der Bibel, en Id., los elegidos, a los extranjeros (o: a los extran- lius, Der Brief des Jakobus 5 [KEK 94s), o si,
(cf. PapTebt 1, 24, 55), entonces el verbo ad- Schriften zum NT, München 1971,321-337; A. v. Selms,
Diaspora l. Jüdische Diaspora (J -6), en RGG I1, 174- jeros elegidos) que viven en la dispersión» en en vez de eso, hay que interpretar este término
quiere el significado de derrochar, malgastar
176; M. Simon, Verus Israel. Etude sur les relations el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia como referencia a la situación concreta en que
(una fortuna). El significado vuelve a trasfor-
entre Chrétiens et Juifs dans I'Empire Romain, Paris (1, 1). Los «extranjeros que viven en la dis- se hallaba una minoría, eso es una cuestión
marse, cuando el objeto (en acusativo) de la 21964, 52-86; A. Stuiber, en RAC IlI, 972-982. Cf. persión» son solamente «forasteros» (2, 11) que sigue estando oscura y que depende esen-
acción verbal es una persona (Lc 1, 51; Hech más bibliografía en ThWNT X, 1041.
5,37; Mc 14,27 par. Mt 26,31; Jn 11,52). En que, «durante el tiempo de vuestra permanen- cialmente de quiénes se suponga que sean los
estos casos el verbo debe traducirse por dis- 1. El sustantivo verbal 6LUOJto(>á aparece cia en el extranjero», debéis comportaros en destinatarios y de la datación que se admita
persar. tan sólo 3 veces en el NT (Jn 7,35; 1 Pe 1, 1; el temor de Dios (l, 17) Y vivir esperando la para la Carta de Santiago.
Sant 1, 1), Y lo mismo sucede con el verbo reunión al fin de los tiempos (1, 8-9). Por me- Aunque el uso de 6LUOJtoQá en 1 Pe 1, 1 Y
3. Es curioso que Lucas no tome de Mar- 6LUOJtEl(>CO (Hech 8, 1.4; 11, 19). Mientras dio de la integración de la 6LUOJto(>á en esta probablemente también en Sant 1, 1 se deriva
cos (como hace Mt 26,31) la cita de Zac 13, que el sustantivo, fuera de la LXX, del NT y perspectiva escatológica, la existencia de los tan sólo parcialmente de la LXX, sin embargo
7. Y, así, el Jesús marquino predice la huida de los escritos cristianos y judíos, no está ates- cristianos a quienes se dirige la Carta primera el uso del verbo 6LUOJtel(>CO en Hech 8, 1.4;
de los discípulos, cuando llegue para él el tiguado más que una sola vez (Plutarco, Suav de Pedro rebasa el ámbito geográfico en el 11, 19, considerado desde el punto de vista de
fin: Si golpean al pastor, se dispersa el reba- VivEpic 27), vemos que el verbo aparece con que las personas de otras religiones constitu- la historia de las tradiciones, se halla plena-
ño (cf. Josefo, Ant VIII, 404). Lucas persigue frecuencia en la literatura antigua (cf. Liddell- yen la mayoría. Y, así, la oLuoJto(>á trascien- mente en línea con el rumbo marcado previa-
una intención distinta. Según él, los discípu- Scott, s.v.). de la situación histórica concreta de los que mente por la LXX. En todos los pasajes, este
943 944 945 946

verbo se refiere a la dispersión de los cristia- entre judío y griego», refiriéndose esta vez a Hech 13, 8.10 (1 Clem 46,9; 47, 5). En Lc Lucas- el centurión, por sentirse indigno, ha-
nos de origen judeo-helenístico (a pesar de lo la salvación obrada por Dios (v. 13). 1 Cor 14, 23, 2, el Jesús (lucano) es acusado mendaz- ble a Jesús únicamente a través de interme-
que se dice en 8, 1, no se piensa en la comu- 7: ()LUO'tOA~V ()L()Wf-LL, hacer distinción (entre mente (cf. 20, 20ss) ante Pilato de alborotar diarios (a diferencia de lo que se dice en Mt 8,
nidad cristiana en su totalidad; cf. tan sólo 9, los sonidos de los instrumentos musicales). al pueblo. Este versÍCulo redaccional (cf. Di- 5ss) es un recurso redaccional para acentuar
26), es decir, se refiere a los judeocristianos ThWNT VII, 592s. belius, 118s) expone claramente, en forma de la humilde estima que el centurión gentil
de la diáspora que hablaban griego (cf. Hech paradigma, lo que amenaza a todos los cristia- siente de sí mismo, en contraste con el juicio
6, 1) Y que habitaban en territorio de pobla- nos, cuando son llevados ante un tribunal ci- positivo que se han formado de él los ancia-
ción mayoritariamente no judía (11, 19) y bta(J't~Écpro diastrephi5 retorcer, confun- vil (cf. Hech 24, 5sl» por predicar el evange- nos judíos, que se sienten agradecidos por los
también en la región que rodeaba a Jerusalén dir* lio. Ofrece dificultades la traducción de Hech donativos que esa persona había hecho. Tam-
y que se hallaba en dirección hacia Samaría 13, 8. Es verdad que aquí aparece una perso- bién el uso frecuente de o4>~w y de sus deri-
Bibl.: G. Bertram, OTQÉ<pW XTA., en ThWNT VII,
(8, 1). Según Lucas, los dispersos son un fac- 714-729, especialmente 717s; J. Den Boeft, Calcidius na como objeto de la acción verbal en acusa- vados en Hech 27, 10.20.31.34.43.44; 28, 1.4
tor esencial para la difusión del cristianismo on Fate, Leiden 1970, 58-61; M. Dibelius, Herodes tivo, pero la siguiente frase preposicional (cf. 23, 24, que de esta manera se convierte en
und Pilatus: ZNW 16 (1915) 113-126, sobre todo ano nLo'teW¡; precisa hasta tal punto la ora-
primitivo (Hech 8,4.5.40; 11, 19-20). 118s; H. J. Michel, Die Abschiedsrede des Paulus an la palabra clave de toda la unidad narrativa)
ción, que oscurece el sentido literal del verbo
D. Sanger die Kirche Apg 20, 17-38, München 1973, 82; W. c. indica que el uso del verbo en 7, 3 es redac-
van Unnik, Die Apg und die Hliresien: ZNW 58 (1967) compuesto: el falso profeta judío intentar des- cional. En 1 Pe 3, 20 (cf. Josefo, Ant XX, 25;
240-246, sobre todo 242; Id., Die Rücksicht aud die viar de la fe al procónsul. Ap 1, 130) ()LUa4>~W se halla en el contexto de
Reaktion der Nicht-Christen als Motiv in der altchrist- U. Busse
bUl(J'tÉJ...J...o...,at diastellomai dar órdenes, lichen Parlinese, en FS Jeremias 1960, 221-234, sobre la referencia argumentativa a la salvación de
mandar* todo 229. Noé en el arca (Gén 6-8) que es el tipo del
La frase ()LEO'tdAU'tO UV'tOLc;, «él (Jesús)
1. Este compuesto verbal aparece 7 veces bta(J<p~ro diasozo salvar, escapar de* bautismo cristiano.
les ordenó», aparece en Mc 5, 43; 7, 36a; 9, 9,
y con ligeras variantes también en 7, 36b; 8, en el NT (Flp 2,15; Mt 17,17 par. Lc 9, 41; Bibl.: U. Busse, Die Wunder des Propheten Jesus, 2. El uso del verbo con EnL en Hech 27, 44
Lc 23, 2; Hech 13, 8.10; 20, 30). En tres oca- Stuttgart 1977, 148; M. Dibelius, Aufslitze zur Apg,
15. En tres casos, la frase va seguida por una (cf. Josefo, Ant VIII, 377; XIV 377; Bell V,
siones lo encontramos en conexión con una Gottingen 4 1961, 15 nota 1. 173, 180; W. Foerster-G.
oración introducida por lVU y el mandato de Fohrer, o<i>1;w XTA., en ThWNT VII, 966-1024, espe- 65) y con EX en Hech 28, 4 (cf. Josefo, Bell 1,
guardar silencio (5, 43; 7, 36a; 9, 9). En Mt cita de Dt 32, 5 LXX (Flp 2, 15; Mt 17, 17 cialmente 989s; L. Goppelt, Der Erste Petrusbrief, 47; III 27; Ant VI, 247, etc.) refleja un estilo
16,20 a diferencia de Mc: Jesús «ordenó a los par.). En una ocasión (Hech 13, 10) Lucas Gottingen 1978, 255s; E. Haenchen, Die Apg, Gottin- típicamente helenístico. En el último caso
discípulos que no dijeran a nadie ... ». La carta emplea este verbo para resumir la descripción gen 7 1977, 681; W. Radl, Paulus und Jesus im luka-
mencionado, el verbo debe traducirse por «es-
de la resistencia de un falso profeta judío con- nischen Doppelwerk, Bern-Frankfurt a.M. 1975, 238s.
dirigida a los gentiles en Hech 15,24 mencio- capar de». En 1 Pe 3, 20, la frase ()LEOW-
na las actividades de algunas personas, «a tra la fe cristiana: «él estaba torciendo los ca- 1. Este verbo compuesto (del verbo simple {trJouv ()L' Ü()u'tO¡; debe entenderse, no en
quienes no hemos dado instrucciones». Ade- minos rectos del Señor» (= Os 14, 10 LXX). o4>tw, «salvar») aparece 8 veces en el NT. sentido instrumental, sino en sentido local.
más del significado de voz media (en los pa- El uso de este verbo compuesto, en el NT, Con excepción de Mt 14, 36 y 1 Pe 3, 20, el Las ocho personas que se salvaron «a través
sajes mencionados anteriormente), aparece en muestra una gran influencia del lenguaje bí- término se encuentra únicamente en los escri- del agua», en el arca de Noé, no se subieron a
Heb 12, 20 la expresión en voz pasiva: 'to ()LU- blico, sin excluir por ello la influencia griega. tos de Lucas (Lc 7, 3; Hech 23, 24; 27, 43.44; bordo de la embarcación sino cuando el agua
o't!::AA.óf-Levov, el mandamiento. ThWNT VII, 28, 1.4). Mateo, en 14, 36, recoge de Mc 6, 56 les llegaba ya a las rodillas. De esta manera
591s. 2. El testimonio más antiguo del verbo lo fueron bautizados (cf. 1 Cor 10, 1s). Esta ti-
y abrevia un sumario, sacrificado por Lucas
tenemos en la parénesis paulina de Flp 2, 15. pología acentúa el carácter soteriológico del
en la denominada «gran omisión», y refuerza
En el marco de las reminiscencias del texto de bautismo cristiano.
btá(J't1]...,a, a'toe;, 'tó diastema espacio, Dt 32, 5 según la LXX y en Hech 20, 30, apa-
el enunciado empleando el verbo compuesto
intervalo* en sustitución del verbo simple que había sido U. Busse
rece como participio de perfecto de la voz pa-
Hech 5, 7: W¡; wQwv 'tQLWV ()LÚO'trJf-LU, siva. Flp 2, 15 hace distinción, con Dt 32, 5,
empleado por Marcos.
«después de un intervalo de unas tres horas». En Lucas el verbo se encuentra en la am-
entre la humanidad torcida, es decir, impía y bta'tay'Í], fíe;, Í] diatage disposición, or-
Cf. Bern 9,8 (Gén 32,17): ()LÚO'trJf-LU nOLdv, contraria a Dios, y los hijos de Dios. Una dis- pliación secundaria de la perícopa del centu- den, mandato
«dejar un intervalo». tinción parecida la hacen los dos grandes rión de Cafarnaún (7, 1-10). En Lucas este -+ ()LU'tÚOOW 1.5.
Evangelios sinópticos, cuando -independien- relato, procedente de la fuente Q, sigue inme-
bta(J'toJ...'Í], i]e;, la diastole diferencia, dis- temente el uno del otro- completan el lamen- diatamente al sermón del llano, y el evange-
to de Jesús en Mc 9, 19, orientándose por Dt lista lo entiende como un ejemplo, digno de btá'tay...,a, a'toe;, 'tó diatagma disposi-
tinción*
Rom 3, 22: «Porque no hay distinción» 32, 5 mediante el empleo del ()LUO'tQÉcpw. imitación, de cómo se traduce el mensaje de ción, orden, mandato*
(<<por cuanto todos pecaron», v. 23); 10, 12 Además del uso pasivo del verbo compues- Jesús a una conducta cristiana (compárese 7, Heb 11, 23: el mandato del rey; IgnTral 7,
dice explícitamente que «no hay distinción to, su forma pasiva se emplea en Lc 23, 2; 1-10 con Hech 10). El hecho de que -según 1: las disposiciones de los apóstoles.
oLa'taQáoow - oLa'táoow 948 949 oLa'táoow - oLa'tQo<p~ 950
947

otros (una renuncia nada fácil según los siste- comprobar la «resurrección» (a diferencia de «se conservan en la memoria» (así Bauer,
bunaºúCJCJro diatarasso confundir, des- mas antiguos de recaudación de impuestos). Mc 5, 42s), se propone corroborar la realidad Worterbuch, s.v.), sino a «todos los sucesos»;
concertar*
b) La relación de dependencia del subordi- del milagro (compárese la acción del Resucita- cf. 2, 19; cf. H. Schürmann, Lukas (HThK) a
Lc 1, 29: María «se sintió desconcertada
nado se presupone también en Lc 17,7-10. El do de comer en Lc 24, 41-43; Hech 10, 40s). propósito de estos pasajes. Hech 15, 29: abs-
por la palabra (btl 't0 Aóyq»», es decir, por
siervo que presta servicio a su amo (v. 9), des- b) En la nota redaccional de Mt 11, la, con tenerse de algo.
las palabras de saludo que el ángel le había
dirigido (v. 28; cf. v. 29b). pués de terminada la jornada de trabajo, como la que finaliza el discurso de Jesús con el que
es su obligación ('tu Otm;axl'tÉv'ta), no hace envía en misión a sus discípulos (en Mt 10,5- btaú diati ¿por qué?
nada extraordinario. La parábola, que proba- 42; cf. 7, 28a; 13,53; 19, 1; 26,1), vemos que ---+ Ota 4.
bta'túCJCJro diatasso ordenar, mandar blemente iba dirigida al principio contra la el empleo del verbo Ota'taoowv para caracte-
OLa'taY1Í, fíe;, ~ diatage disposición, orden, equivocada idea de recompensa que tenían los rizar y sintetizar las instrucciones dadas pone btaú3€,..,at diatithemai disponer, estable-
mandato* fariseos), emplea esta expresión en el v. 10 de relieve el hecho de que esta acción debe cer, otorgar*
para exigir a los apóstoles -que, en la situa- distinguirse de la acción de OtOaoxELv xal, En el NT este verbo se emplea únicamente
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Instruc-
ción lucana, eran principalmente los respon- xTjQVOOELV al pueblo (11, lb; cf. 9, 35). Es, al en voz media. La expresión, frecuente en la
ciones a un subordinado - 3. La autoridad apostólica
que para sí reclama Pablo - 4. Los «mandamientos» de sables de la comunidad- que tengan la con- mismo tiempo, la confirmación de las perma- LXX (cf. Ex 24,8; Jer 38, 31.33), Ota't[l'tEf!aL
Jesús - 5. La autoridad de Dios. vicción de ser un «siervo» que cumple con la nentes instrucciones que obligan a la Iglesia, Otal't1ÍxTjv (propiamente, «adoptar una dispo-
«obligación que le corresponde» (= 'tU Ota- como sucesora que es de los Doce. sición») aparece en el NT refiriéndose siempre
Bibl.: G. Dautzenberg, Der Verzicht auf das aposto-
lische Unterhaltsrecht: Bib 50 (1969) 212-232; G. De-. 'taxl'tÉv'ta) para con su amo, es decir, que c) En su renuncia al derecho a recibir su a actos de Dios, con el significado de «esta-
lling, OLU1:Ú<J<JW, OLa'tuyl¡, en ThWNT VIII, 34-37; J. cumpla «sus obligaciones con modestia, hu- sustento de la comunidad (1 Cor 9, 14; cf. Mt blecer un pacto» (---+ Ota%xTj 2): Hech 3, 25
Eckert, Die urchristliche Verkündigung im Streit zwis- mildad y sentido del deber» (G. Schneider, 10, lOb par. Lc 10, 7b), un derecho basado
chen Paulus und seinen Gegnern nach dem Gal, Re-
(:7tQoe; 'tOue; :7ta'tÉQa<; Úf!WV, «con vuestros
Lukas [OTK], 349). expresamente en una palabra de Jesús (o padres»); Heb 8, 10 ('t0 OLXq> 'IoQa1ÍA., cita de
gensburg 1971, 81-86; J. Friedich-W. Piihlmann-P.
Stuhlmacher, Zur historischen Situation und Intention XVQLOe; OtÉ'taSEv), Pablo pone de relieve el Jer 38,33 LXX); 10, 16 (:7tQo<; alJ'tov<;, citado
von Rom 13, 1-7: ZThK 73 (1976) 131-166, especial- 3. Como «instrucción» pronunciada por el «desinterés de su ministerio» en favor del
apóstol, e inspirada por el sentido de respon- también según Jer 38, 33 LXX). A partir del
mente 136-140; H. Hübner, Das Gesetz bei Paulus, evangelio (Dautzenberg, 213).
Giittingen 1978, 27-30.71-73; E. Kasemann, An die sabilidad que él sentía hacia sus comunida- significado general de «disponer o hacer (un
Romer, Tübingen 31974, 339-345; P. S. Minear, A No- des, Ota'taooof!aL en 1 Cor 7, 17 caracteriza testamento)>>, hay que entender el participio
5. Cuando Pablo describe a las autoridades
te on Luke 17: 7-10: JBL 93 (1974) 82-87; F. MuBner,
las palabras de Pablo que exhortan a una vida sustantivado o Otal'tÉf!EVOe; en Heb 9, 16.17:
Der Galaterbrief, Freiburg i. Br. 31977, 245-250; A. civiles como «Ota'taY1Í de Dios» (Rom 13, 2)
vivida en la libertad escatológica conseguida «el testador» (---+ Otal't1ÍxTj 4.c). Es diferente el
Weiser, Die Knechtsgleichnisse der synoptischen Evan- en su exhortación a los cristianos para que se
por la acción salvífica de Dios en Jesucristo sentido en Lc 22, 29 (bis), donde Jesús otorga
gelien, München 1971, 105-120. sometan a esta Esouola, la elección de este
(7, 17-24). Judío y gentil, esclavo y libre, to- término indica que él no se preocupa por defi- a los Doce la participación en su reino, lo mis-
1. Además del uso preferido que Lucas ha- dos se hallan igualmente bajo el «destino del nir en abstracto la esencia del Estado. Sino mo que Dios le ha otorgado a él el reino (no
ce del verbo (Evangelio de Lucas 4 veces, Señor» y bajo «el llamamiento de Dios». De que a él lo que le preocupa es la base real de como una disposición testamentaria, sino en el
Hechos 5 veces) y del uso que se hace en la igual manera, la observación 'tu OE A.OL:7tU me; la sumisión a la autoridad civil como manda- sentido de adjudicación o participación en el
primera Carta a los Corintios (4 veces), el av eA.l'tw Ota'tasof!aL (11, 34b), que se hace miento dado por Dios a los cristianos. Por Reino), lo cual, desde luego, se realizará úni-
verbo (Ha'taoow (o la voz media, que se usa al final de las instrucciones para la celebra- otro lado, en comparación con la promesa, el camente en el futuro. ThWNT 11 105s; X
con idéntico significado) aparece también en ción de la Cena del Señor (1 Cor 11, 17-34a), apóstol expresa la importancia secundaria y la 1041-1046 (bibliografía).
Mt 11, 1; Gál 3, 19 Y Tit 1,5. El sustantivo indica la autoridad con que se siente revestido validez meramente relativa de la ley civil,
OLa'taY1Í aparece únicamente en Hech 7, 53 Y el apóstol para dar instrucciones en cosas que cuando la describe como Ota'tayúe; Ot' bta'tº'pro diatriba quedarse, perrnanecer*
en Rom 13,2. atañen a la vida de la comunidad (también en ayyfAwv (Gál 3, 19; cf., en cambio, la eva- Además de encontrarse en Jn 3, 22 (yen 11,
1 Cor 16, 1). En este mismo sentido, el autor luación positiva que se hace en Hech 7,53). 54 v.l., refiriéndose a la estancia de Jesús),
2. a) En Hech 18,2; 23, 31; 24, 23 C)La- de la Carta a Tito legitima (en la situación de L. Oberlinner oLa'tQl~w aparece únicamente en los relátos
'taoow se refiere a las «disposiciones» dadas una estructura comunitaria caracterizada ya de viajes de Hechos (12, 19; 14,3.28; 15, 35;
por las autoridades civiles. La referencia a lo por los «ministerios») la designación de :7tQEO- bta'tEA,Éro diatelea permanecer* 16, 12; 20, 6; 25, 6; 25, 14).
OLa'tE'taYf!Évov (Lc 3, 13) en el marco de la ~'Ú'tEQOL como un mandamiento expreso (OtE- Hech 27, 33: aOt'tOL Ota'tEA.EL'tE, «perma-
tripe respuesta dada por el Bautista (vv. 10-14) 'tasaf!Tjv) del apóstol (1, 5). necéis sin comer». bta'tºoCfJÍJ, ií~, Í) diatrophe sustento, ali-
a la pregunta hecha por los recaudadores de mento*
impuestos, tiene sentido específico y restricti- 4. a) En Lc 8, 55 el «mandamiento» por el bta'tlJºÉro diate reo conservar* En 1 Tim 6; 8 encontramos el plural de este
vo: lo que está mandado es la norma para una que Jesús ordena que se dé de comer a la mu- Lc 2, 51: «Su madre conservaba :7tav'ta 'tu sustantivo junto al plural OXE:7taof!a'ta: He-
conducta recta; ello significa la renuncia a un chacha resucitada por él de la muerte, un Q1Íf!a'ta en su corazón». No se hace referen- mos de estar contentos con «el alimento y el
posible enriquecimiento personal a costa de mandamiento que se encamina directamente a cia probablemente a <<todas las palabras» que vestido» (OLa'tQocpu<; xal, OXE:7taOf!a'ta).
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racteriza por la conversión de los gentiles (v. b) 'tu 6LUcpéQov'tu designa lo que diferen- bl.aq>l1,...t~ffi diaphemizo dar a conocer, di-
bw."yá~ffi diaugazo amanecer, despuntar
48), sino también por el hecho de que «la pa- cia de manera decisiva, lo que interesa de ve- vulgar*
(el día)* ras. La expresión aparece una vez en la polé-
2 Pe 1, 19: «hasta que despunte el día y el labra del Señor», que seguía actuando en los En Mc 1, 45 dícese que el leproso que había
convertidos y a través de ellos, «se difundiera mica de Pablo contra la pretensión de los sido curado iíQ~a'tO 6LUcp'Y][tL~fLV tav A.óyov,
lucero matutino se alce en vuestros corazo- judíos de ser capaces, por el conocimiento de
nes». por toda la región» (v. 49). «comenzó a divulgar la noticia»; Mt 28, 15
la ley, de juzgar qué cosas son tu ~JLacpÉ­ tiene la correspondiente forma en voz pasiva:
Qovta (Rom 2, 18). Frente a esto, el apóstol
3. a) 6LUcpéQw tiene el sentido intransitivo 6Lfcp'Y][tL(J{}'Y] Ó A.óyo~. Según Mt 9, 31, los
acentúa en Flp 1, lOa que la capacidad, basa-
bUl"y1¡~, 2 diauges trasparente* de «diferenciarse» en la sencilla comparación dos ciegos, después de su curación, y a pesar
da en el evangelio (v. 5) y comunicada por el
En Ap 21, 21b dícese de la nueva Jerusalén: en que se habla de que es distinto el brillo de de la prohibición, «dieron a conocer a Jesús
amor de Cristo (v. 8), para conocer qué cosas
«y la calle de la ciudad era de oro puro, como unas estrellas y otras (l Cor 15, 41). En las son tU 6LUcpéQovta y para decidirse en favor (avtóv) «en toda la región».
cristal trasparente». palabras de Jesús, el verbo se usa para referir- de ellas, es la confirmación escatológica efi-
se a un valor más alto (Mt 6, 26 par. Lc 12, caz «para el día de Cristo» (v. 10b).
24; Mt 10, 31 par. Lc 12,7). De la solicitud de btaq>itEÍQffi diaphtheiro destruir, aniqui-
bw.q>av1¡~ diaphanes trasparente Dios por las aves, que tienen relativamente
c) En el paréntesis de Gál 2, 6, Pablo, en lar*
En Ap 21, 21 b la lectura ofrecida por el confrontación con sus adversarios, expone en chacp1toQá, a~, ~ diaphthora destrucción*
«escaso valor», se derivan consecuencias ba-
Textus Receptus en lugar de -> 6La1JYlJ~. Ch. qué se funda la independencia de su ministe-
sadas en la escala de importancia de las cria- rio apostólico. Aquí, refiriéndose a las «auto- Bibl.: M. Dibelius, Aufsiitze zur Apg, Giittingen
Mugler, Dictionnaire historique de la termino- turas y que hablan de la confianza que hay '1968, 120-162 (Die Reden der Apg ... ); J. W. Doeve,
logie optique des Grecs, Paris 1964,97-100. ridades» (OL 6oxouvn:~) de Jerusalén, él Jewish Hermeneutics in the Synoptic Gospels and
que tener en la bondad de Dios que, como quiere dar a conocer únicamente lo que ellos Acts, Assen 1953, 168-176; G. Harder, !jJ'ltEiQw X1:A..,
«Padre», «sabe» muy bien lo que es necesario decidieron en el concilio apostólico de Jeru- en ThWNT IX, 103-106; T. Holtz, Untersuchungen
blaq>ÉQffi diaphero en sentido transitivo: (Mt 6, 32b par. Lc 12, 30b). Esta conclusión salén en relación con el evangelio que está li- über die altestamentliche Zitate bei Lukas (TU 104),
que va de lo que es inferior a lo que es supe- bre de la ley (vv. 3 y 7-9); toda ulterior discu- Berlin 1968,48-51; E. Krankl, Jesus der Knecht Got-
llevar a través de; en sentido intransitivo:
tes (BU 7), Regensburg 1972,131-143.
diferenciarse* rior se presupone también en Mt 10, 31 par. sión del tema que pretenda apelar tal vez a
La palabra dirigida a los discípulos (Mateo: a esos 60XOUVtf~, la corta Pablo con la obser- 1. a) Este verbo compuesto de cp{}dQw,
1. Aparición del término en el NT - 2. Uso transiti-
vo - 3. Uso intransitivo - 4. Otá!jJoQo¡;. los Doce que son enviados en misión) dicién- vación: «Lo que ellos eran antes, no significa reforzado por el prefijo 6La, tiene en Lc 12,
doles que ellos son «más valiosos que todos nada para mí» (ov6Év [tOL 6LUcpéQfL)>>. 33 su sentido literal: destruir, aniquilar (D lee
Bibl.: E. Fuchs, Die Verkündigung Jesu. Der Spruch
los gorriones juntos», sirve para animarlos a
von den Raben, en Ristow-Matthiae, 385-388; J. Gnil- 4. El adjetivo btácpoQoS diferente* en el verbo en futuro; el verbo &.cpuvÍ,~w, que
ka, Der Philipperbrief, Freiburg i. Br. '1976, 51s (trad. confesar intrépidamente su fe. Si Dios «no ol-
Rom 12, 6a designa la variedad de los «di- aparece en Mt 6, 19, podría ser el término ori-
cast.: Carta a los filipenses, Barcelona '1987); E. Ka- vida» ni siquiera a un gorrión que se compra versos carismas» y el igual valor de los mis-
semann, An die Romer, Tübingen '1974, 64s; G. Klein, ginal; cf. Schulz, Q, 142). La imagen compara
por un precio ridículo, ¡cuánto más se preocu- mos (vv. 6b-l0): Por el contrario, en conexión
Ga12, 6-9 und die Geschichte der Jerusalemer Urge- el tesoro celestial, del que debe preocuparse
meinde, en Rekonstruktion und lnterpretation (BEvTh pará de los discípulos de Jesús, incluso cuan- con los ~U:7t'tL(JI-tOt, en Heb 9, 10, el adjetivo el discípulo, con un bien que no es destruido
50), München 1969,99-128; F. MuBner, Der Galater- do se hallen en situación en que peligre su vi- tiene connotación negativa. El comparativo,
brief, Freiburg i. Br. '1977,111-115; Schultz, Q, 149-
por la voraz polilla. Este sentido aparece tam-
da terrena! De manera parecida, Jesús afirma empleado para describir el puesto especial de
161; K. Weiss, Otu!jJÉQw 'X'tA.., en ThWNT IX, 64-66. bién en Ap 8, 9; después de la visión de la se-
que la integridad de la vida humana es de más Jesús en el plan de Dios para la salvación, gunda trompeta (8, 8s), por un acontecimien-
1. ('hacpÉQw se emplea tan sólo 3 veces en valor que los bienes, de más valor que una so- aparece dos veces en Heb 1,4 en la caracteri-
to cósmico, queda destruida una tercera parte
sentido transitivo (Mc 11, 16; Hech 13, 49; la oveja, según Mt 12, 12 (a diferencia de Mc zación del nombre (es decir, del «Hijo»), que
es más excelente que el de los ángeles, y en de las naves que cursan el mar: la economía y
27, 27); se emplea en sentido intransitivo en 3, 1-6), lo cual, basándose en el orden de la
8, 6 para describir el más excelente ministe- el comercio quedan trastornados, de tal mane-
los otros 10 lugares en que el verbo aparece creación, hace que sea lícito curar a los enfer-
rio de Cristo (6LacpoQwtéQu A.fL't01JQYÍ,u) en ra que los hombres se ven en gran tribulación.
en el NT (incluidos los 5 ejemplos que encon- mos en día de sábado.
su oficio de Sumo Sacerdote, en el cual rea- En 11, 18 el anuncio del juicio (en el que se
tramos en las cartas paulinas). Pablo describe la situación de los creyentes,
que han sido aceptados como «hijos» y «here- liza las funciones de Mediador del Nuevo incluye «el destruir a los que destruyen la tie-
2. En el marco del proceder de Jesús en el deros» por medio de la «misión del Hijo» Pacto (8, 1-13). rra», v. 18c) contrasta con la anterior promesa
atrio del templo, se dice en Mc 11, 16 que Je- (Gál 4, 4-7), aun antes del cumplimiento de la L. Oberlinner de recompensa mediante el xuÍ, adversativo
sús trató de impedir «que se trasportaran ob- promesa. El apóstol utiliza la imagen del «he- que figura en el v. 18b). Frente a los siervos de
jetos a través del templo». El éxito de la pre- redero que no ha llegado aún a la mayoría de bl.aq>Eúyffi diapheugo escapar* Dios, caracterizados más concretamente como
dicación de Pablo y Bernabé en Antioquía de edad» y «que no se diferencia en nada de un Hech 27, 42: Los soldados, al producirse el los profetas, los santos y los temerosos del
Asia Menor (Hech 13, 14ss), durante el deno- esclavo» (4, 1). Esta imagen está tomada de la naufragio, querían matar a los presos «para nombre de Dios, se hallan los destructores de
minado primer viaje misionero, no sólo se ca- esfera del derecho. que ninguno de ellos escapara a nado». la tierra, que a su vez serán destruidos. La sig-
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nificación literal del doble (')LUcpiteiQlO sigue nos antropológicos que se emplean en Sal 15, (haX(J)Qt~(J) diachorizo separar* en 1 Tim 4, 13, como una de las funciones del
siendo determinante, aunque quizás se piense 8-11 LXX no deben entenderse como una di- Lc 9, 33, en voz medio-pasiva, separarse: dirigente de la comunidad. En 1 Tim 5, 17,
también en la corrupción moral que los enemi- cotomía. Moisés y Elías se separaron de Jesús. 6l6uoXUALU juntamente con AÓyO~ designa
gos de Dios causan en la Iglesia; cf. 19, 2. El enunciado del salmo se usa como base la actividad de predicar y enseñar que incum-
para la afirmación de que Dios no abandonó a be a los presbíteros. En consecuencia, la ex-
b) 6lUcpiteiQlO tiene sentido figurado en 2 Jesús al destino irrevocable de la muerte. La
Cor 4, 16. Pablo describe el contraste entre el
btbaxTtxós, 3 didaktikos capacitado para presión fv 'tñ 6l6uoXUAL<;X (Tit 2, 7) puede
afirmación se halla reforzada incluso en Hech enseñar* traducirse en el sentido de como maestro (---> 6l-
hombre exterior y el hombre interior, y acen- 13, 34a: Dios no permite que Jesús retome a la 1 Tim 3, 2; 2 Tim 2, 24 en requisitos que se MOXlO). En Rom 15, 4 Y en 2 Tim 3, 16 6l-
túa que el hombre exterior es destruido (en destrucción. La expresión úJtOO'tQÉcpHV d~ exigen al ---> eJtLoxoJtO~ o a un «siervo del Se- 6UOXUALU se usa en sentido amplio para refe-
voz pasiva). Esto, teniendo en cuenta el con- 6lUcpitoQáv la traduce Bauer (Worterbuch, ñon>. ThWNT n, 168. rirse, en ambos casos, a la enseñanza que la
texto de los vv. 16-18, se interpreta en el senti- s. v. 6lUcpitoQá) por: regresar a la región de los
do de que los sufrimientos del momento son Iglesia recibe de la Escritura del AT. Usada en
muertos. Aunque el texto del salmo no exclu-
una carga para la existencia terrena (v. 17) y paralelo con eAEy!tó~, vemos que 6l6uoxu-
ya por completo esta interpretación, y aun te- btbax'tós, 3 didaktos enseñado, instruido*
de que esa existencia es perecedera (v. 18). El ALU, en 2 Tim 3, 16, incluye un aspecto anti-
niendo en cuenta que D, en el texto de 2, 24, Jn 6, 45: «y todos serán enseñados por
verbo no se refiere a «la constante disminu- herético (---> c).
sustituye itávu'tO~ por {i6'11~, sin embargo es Dios» (Is 54, 13 LXX). 1 Cor 2, 13 (bis): «... no
ción de la vitalidad física» (H. Windisch, Der b) El plural -con excepción de 1 Tim 4, 1
más correcto entender el sustantivo, tanto en con palabras enseñadas por sabiduría huma-
zweite Korintherbrief [KEK], 153), sino que 2,27-31 como en 13,34-37, en su sentido am- (---> d)- aparece únicamente en una cita de Is
na, sino con palabras enseñadas por el Espí- 29, 13 (LXX) en Mc 7, 7 par. Mt 5, 19 para
expresa el heho de que la forma de existencia plio: la resurrección de Jesús fue una libera- ritu».
y vida terrenal y humana es destruida, es de- ción de la destrucción por obra de la muerte; caracterizar a las «tradiciones de los ancia-
cir, superada. esta liberación es definitiva; no hay ya retomo nos» calificándolas de «enseñanzas de hom-
Encontramos también el verbo entendido bajo el poder destructor de la muerte (cf. btbaoxa"'ta, as, Í) didaskalia enseñan- bres» por contraste con el «mandamiento de
en sentido figurado en 1 Tim 6,5. En un catá- W6LVE~ 'tOV ituvá'tO'U en 2, 24). za, doctrina * Dios» (Mc 7, 8), Y también en Col 2, 22 para
logo de vicios que consta de cinco miembros, A. Sand caracterizar las cargas legales que imponen
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
se mencionan en último lugar las discusiones semánticos - 3. Uso del término en el NT - 4. IotEQo-
los adversarios (cf. Col 2, 8; Tit 1, 14). Este
entre los hombres, que han destruido, es de- uso polémico de Is 29, 13 en el NT se con-
cir, corrompido la mente (---> vov~) de esas
btaepaoQá, ds, Í) diaphthora destrucción 6L6uo%uAÉw.
vierte probablemente en un elemento clave
---> 6lUcpiteiQlO 2. Bibl.: K. H. Rengstorff, 6L6uo%UAlu, en ThWNT
personas (cf. 2 Tim 2, 8). 6lUcpiteiQlO designa n, 163-165. del debate que se desarrolla en la Iglesia acer-
la actitud equivocada de la mente y la postura ca de la validez de la ley.
moralmente incorrecta de los herejes mencio- btáepoQoS, 2 diaphoros diferente 1. El sustantivo 6l6uoXUALU aparece un c) En sentido pasivo, 6l6uoXUALU en sin-
nados en 6,3-10 (N. Brox, Cartas pastorales, ---> 6lUcpÉQlO 4. total de 21 veces en el NT. Con dos excepcio- gular es el término técnico para designar en
Barcelona 1974,582-587. nes, el término lo encontramos siempre en las absoluto la doctrina apostólica o la doctrina
cartas, y curiosamente 15 veces en las Pasto- cristiana (l Tim 1, 10; 4,6.16; 6, 1.3; 2 Tim
2. En Hechos (y solamente en este libro) btaeplJ",áoo(J) diaphylasso guardar, prote- rales.
ger* 3, 10; 4, 3; Tit 1, 9; 2, 1.10). Su caracteriza-
?hucpitoQá destrucción aparece 6 veces: 2 ve-
En Lc 4, 10 dícese de los ángeles a quienes ción como «sana doctrina» (l Tim 1, 10; 2
ces en el «discurso de Pedro» el día de Pente- 2. En el sentido activo de la acción de en-
Dios ha enconmendado «que te guarden» (Sal . señar o instruir, 6l6uoXUALU aparece en Tim 4, 3; Tit 1, 9; 2, 1), como «buena doctri-
costés (2, 27.31) y 4 veces en el «discurso de
Pablo» en Antioquía (13, 34.35.36.37), En 90,11 LXX). Rom 12,7 Y 1 Tim 4,13; 5,17; Tit 2, 7 así na» (1 Tim 4, 6) o como «la doctrina que co-
ambos textos el término se usa en enunciados como también en Rom 15,4 Y 2 Tim 3, 16. rresponde a la (recta) piedad» (1 Tim 6, 3)
acerca de la resurrección de Jesús; en ambos En los demás lugares, 6l6uoXUALU significa muestra al mismo tiempo su contraste con la
btaXElQt~op.tm diacheirizomai matar, ase-
casos la base la constituye el Sal 15, 10 LXX pasivamente la doctrina en el sentido de lo falsa doctrina.
sinar* d) En consonancia con esto, 6l6uoXUALU,
(cf. A. Schmitt: BZ 17 [1973] 229-248). Con objeto de la acción verbal en acusati- que ha sido enseñado. Aparece casi siempre
Mientras que en el TM se halla el término en singular; el plural tiene sólo connotación en plural, en 1 Tim 4, 1, designa la falsa doc-
vo: Hech 5, 30: Jesús, «a quien vosotros ma-
salJat (fosa, sepulcro), la traducción de la negativa. trina creada por los poderes demoníacos, la
tasteis»; 26, 21: los judíos intentaron matar a
LXX por 6wcpitoQá expresa la destrucción cual es ya en sí misma una señal del fin de los
Pablo.
del hombre en la muerte. Traducir 6lUcpitoQá 3. a) En el sentido de la acción de enseñar tiempos. - La imagen de la tormenta o del
por «corrupción» (como hacen E. Haenchen, o instruir, 6l6uoXUALU aparece en Rom 12,7 viento en Ef 4, 14 (cf. también Jds 12s; Heb
Apostelgeschichte7 [KEK], 179 Y 130; Harder, btaX"'ElJá~(J) diachleuazo burlarse, mo- Y en las Pastorales para designar una determi- 13, 9) presenta intuitivamente la falta total de
104, y otros) difícilmente estará justificado farse* nada función que se ejerce en la comunidad: fiabilidad de las doctrinas humanas, por con-
por razones lingüísticas y técnicas; los térmi- Hech 2, 13: «Otros se burlaban y decían ... ». en Rom 12,7 como actividad del 6l6áoXlOV; traste con la verdad de la fe (v. 15).
959 OLouaxut..Lu - OLOÚaXúl 960 961 962

Q cf. Mt 8, 19ss par. Lc; Mt 10, 24s par. Lc) sus discípulos» (Mt 5, 1s). En conexión con la
4. Con arreglo al uso de ~n6aaxaALa en instruir, en paralelo algunas veces con Euay-
como a su configuración redaccional por los nota sumaria que hay en Lc 4, 15, Lucas desa-
las Pastorales como término técnico para refe- yEAL~o(.tm (Lc 20,1; Hech 5, 42; 15,35) o xl]-
evangelistas. La conexión con la tradición ju- rrolla el carácter especial de la enseñanza de
rirse a la recta doctrina (--> 3.c), el verbo Q'Úaaw (Mt 4,23; 9, 35; 11, 1; Hech 28, 31).
día es, pues, innegable, sobre todo cuando se Jesús en los vv. 16-30 (cf. los vv. 18,21 Y 32).
compuesto ÉTEºobtbo,oXo,AÉm (l Tim 1, 3; 6, El sustantivo designa al maestro, y se emplea
habla de la enseñanza de Jesús en la sinagoga El carácter singularísimo de la relación ma-
3) significa difundir una doctrina diferente en vocativo como una manera respetuosa y
(Mc 1, 21 par.; 6, 2 par. Mt; Mt 4, 23; 9, 35; estro-discípulo, en el caso de Jesús, señala ha-
(cf. IgnPol 3, 1). El prefijo É1:EQO-, según 1 honorífica de dirigirse a alguien.
21,23; Lc 4, 15; 6, 6; 13, 10; Jn 6, 59; 18,20) cia esta misma dirección: uno no se adhiere al
Tim 1, 10, hace que el término exprese lo
o en el templo (Mc 11, 17; 12, 14 par.; 12,35; maestro Jesús, sino que es llamado por él a su
opuesto a la «sana doctrina». En el fondo, es 3. El sujeto del verbo -incluso cuando se
14,49 par. Mt; Mt 21, 23 par. Lc; Lc 19,47; seguimiento (--> axoAo1){h~w 4). Además, Je-
lo mismo que cuando Pablo nos habla de usa en voz pasiva (Mt 28, 15; Gál 1, 12; Ef 4,
21,37; Jn 7, 14; [8,2] 8,20; 18,20). Así que sús sigue siendo el maestro de sus discípulos
«otro evangelio» (Gál 1, 6s), es decir, de un 21; Col 2, 7; 2 Tes 2, 15)- es siempre una per-
la manera en que se presentaba Jesús era la de (--> (.ta{}l]'t~<;; Hengel, 55ss). Por eso se en-
evangelio diferente (Rengstorf, 165s). sona o círculo de personas. A los que reciben
un maestro judío o doctor de la ley (escriba). tiende que el sustantivo empleado con artícu-
H.-F. WeiB la enseñanza -con excepción de Ap 2, 14 (en
A tenor de lo que se nos dice en Lc 4, 15: «y lo, en la redacción de la tradición efectuada
dativo)- se los menciona siempre en acusati-
él enseñaba en las sinagogas de ellos», tene- por los evangelistas, por ejemplo en Mt 23, 8
vo de persona: así se hace, por ejemplo, con
btbciaxaAO~, OU, Ó didaskalos maestro el pueblo (Mc 4, 2; 10, 1; Lc 4, 31; Hech 4,2
mos un buen ejemplo en la predicación de Je- (cf. 23, 10), se aproxime a un título cristoló-
--> 6L6áaxúl. sús en la sinagoga de Nazaret. En consonan- gico de majestad (Hahn, 78s). Lo mismo se
Y passim), con los discípulos de Jesús (Mc 8,
cia con esto se halla la manera en que la gente diga de la fórmula: «el Maestro dice ... » en Mc
31; 9, 31; Mt 5, 2), con los hermanos (Hech
se dirigía a él llamándole 6L6áaxaAE (en vo- 14, 14 par. (cf. Jn 11,28: «El Maestro está
btbciaxro didaskiJ enseñar 15, 1), con los presbíteros (Hech 20,20), con
cativo: Mc 4,38; 9, 17.38; 10, 17.35 Ypassim; aquí y te llama», junto a lo que se dice en el v.
6L6áaxaAo<;, OV, 6 didaskalos maestro los griegos (Jn 7, 35) y con los judíos (Hech
Mt 19, 16; 22, 16; Le 7, 40; 11, 45 Y passim), 27) y de la agrupación de 6L6áaxaAo<; y
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni- 21, 21). El contenido de la enseñanza se de-
una manera que correspondía al tratamiento X'ÚQLO<; en Jn 13, 13 (Hahn, 80 y 94s). A este
dos semánticos. - 3. Campo referencial- 4. Uso de los signa por medio de un acusativo de cosa (Mc
términos en el NT - 5. Compuestos.
que se daba corrientemente en el judaísmo a propósito hay que mencionar también el pasa-
12, 14 par.; 7, 7 par. Mt; Jn 14,26 y passim),
los escribas llamándolos rabbí (cf. Mt 23, 7s; je de Mt 10, 24s par. Lc. Es verdad que aquí
Bibl.: G. Dalman, Die Worte Jesu, Leipzig 21930, de un infinitivo que figura a continuación (Mt
E. Lohse: ThWNT VI, 964s; Hahn, 75s). En se trata, ante todo, de una comparación. Pero,
272-280; E. Fascher, Jesus der Lehrer: ThLZ 79 28, 20; Lc 11, 1), de una oración introducida
(1954) 325-342; F. V. Filson, The Christian Teacher in Jn 1,38 el tratamiento de rabbí es traducido y a pesar de todo, es innegable el acento cristo-
por O'tL (Mc 8, 31; Hech 15, 1; 1 Cor 11, 14)
the First Century: JBL 60 (1941) 317-328; H. Flender, explicado por el vocativo 6L6áaxaAE (cf. Jn lógico del enunciado, que afirma la comunión
o mediante una expresión preposicional (Mc
Lehren und Verkündigen in den Synoptischen Evange- 20, 16). Se halla también conforme con la tra- de destino entre el maestro y el discípulo, al
lien: EvTh 25 (1965) 701-714; Hahn, Hoheitstitel, 4,2: EV JtaQa~oAa¡:<;; Hech 21, 28: xa'tá con
dición judía el empleo de 6L6áaxaAo<; con menos si consideramos ese enunciado en el
74ss; M. Hengel, Nachfolge und Charisma, Berlin genitivo; 1 Jn 2, 27: JtEQL con genitivo). Con
1968, 46ss; F. Normann, Christos Didaskalos, Müns- artículo en Mt 5, 35 par. Lc, así como también contexto del discurso de misión según Mateo.
relativa frecuencia se usa el verbo en sentido
ter i. W. 1967; K. H. Rengstorff, 6l6úcrXúl X'tA., en la manera de referirse a Jesús como a «vues- La reflexión cristológica relacionada con la
absoluto (Mc 1,21; 4, 1; 6, 6; Mt 4,23; 9, 35
ThWNT n, 138-168; K. Schelkle, Jesus - Lehrer und tro maestro» en labios de los judíos en Mt 9,' tradición de Jesús como Maestro resalta con
Prophet, en FS Schmid 1973, 300-308; H. Schürmann, y passim). En tales casos, el correspondiente
11; 17,24 (cf. Nicódemo según Jn 3, 2: «Ra- especial claridad en Marcos y en Mateo. Aun-
«oo. und Lehren>, en Dienst der Vermittlung, Leipzig contenido de la enseñanza se determina por
1977, 107-147. Cf. más bibliografía en ThWNT X, bí, sabemos que has venido de Dios como que el sustantivo no tiene en Marcos -pres-
medio del contexto.
1046. maestro»). En todos estos pasajes hay una cindiendo de Mc 14, 14- ningún peso especí-
Cuando se emplea el sustantivo en los
manera cristológica de hablar, pero sin refle- ficamente cristológico, resulta evidente el
1. El verbo aparece 97 veces en el NT (in- evangelios, hay que distinguir entre el vocati - .
xión expresa. interés de Marcos por el Jesús enseñante. La
cluido Jn 8, 2), mientras que el sustantivo apa- vo como manera de dirigirse a una persona, lo
Ahora bien, los evangelistas acentúan des- acción de enseñar es, según Marcos -a dife-
rece 59 veces (incluido Jn 8, 4). En los evan- cual c'orresponde al vocativo rabbí que era
de un principio, cada uno a su manera, la sin- rencia de Xl]Q'ÚaaELv-, la acción típica de Je-
gelios, los términos -refiriéndose a Jesús- usual en el judaísmo, y el sustantivo precedi-
gularidad de la enseñanza de Jesús frente a la sús. Tan sólo una vez se predica de los discí-
aparecen unas 50 ó unas 40 veces respectiva- do de artículo, que designa a Jesús como el
de los maestros judíos. Según Mc 1,22, Jesús pulos el verbo 6L6áaxELv (6, 30), en cambio
mente. Además, el verbo designa especial- Maestro por excelencia (Mc 14, 14 par.; Mt
enseña ya en su primera aparición en la sina- ese mismo verbo se predica 15 veces de Je-
mente la actividad de los discípulos de Jesús, 23, 8; Jn 13, 13s; cf. también Mt 10, 24.25
goga de Cafarnaún «como alguien que tiene sús. En todo ello, lo decisivo para Marcos es
de los apóstoles y de Pablo, y el sustantivo ex- par. Lc 6, 40).
autoridad, y (por tanto) no como los escri- el acto de enseñar, porque, con excepción de
presa un determinado ministerio en el seno de
4. a) Una manera fija de considerar a Jesús bas». La correspondiente diferenciación se Mc 4, 1ss (Jesús «enseñaba en parábolas»),
la comunidad.
encuentra también en Mt 7, 29 en el final del no se hace al principio ningún enunciado
en los evangelios es la de verle como el Jesús
2. El verbo se encuentra siempre en el sen- Sermón de la Montaña, en cuyo principio se acerca del contenido de la enseñanza dada por
que enseña (Mc 10, 1; Mt 4,23; 9, 35; Lc 4,
tido de enseñar o -cuando se menciona en había presentado a Jesús enteramente a la ma- Jesús (cf. 2, 13; 6, 2.6.34; 10, 1). En la prime-
15). Esto se aplica tanto a la tradición pre-si-
acusativo a los destinatarios- en el sentido de nera de un maestro judío «a quien se acercan ra parte del Evangelio de Marcos, los actos de
nóptica acerca de Jesús (en cuanto a la fuente
963 ¿'n6áoxOl 964 965 966

poder realizados por Jesús son los que de- enseñanza y al mandamiento dados por Jesús sentido de la instrucción que da Pablo a los El verbo y el sustantivo se emplean tam-
muestran principalmente que sus enseñanzas mismo (28, 20). presbíteros, y en 21,21.28 en el sentido de la bién en sentido polémico con referencia a los
son un «enseñar con autoridad» (1, 22.27; 6, Por contraste con Marcos y Mateo, obser- enseñanza de Pablo «en contra de la ley». falsos maestros: Tit 1, 11; Ap 2, 14 (verbo); 2
2; cf. 11, 18). Tan sólo en la segunda parte (a vamos que Lucas y Juan emplean el verbo y En el Corpus paulinum el verbo aparece ge- Tim 4, 3 (acerca de «las enseñanzas que se
partir de 8, 27) se determina más concreta- el sustantivo de manera relativamente irrefle- neralmente para referirse a la acción de ense- acumulan para satisfacer los propios deseos»,
mente cuál es el contenido de la enseñanza de ja, aunque el primero sustituya a veces por el ñar en la Iglesia (Ef 4,21; Col 2, 7; 3, 16; 2 por oposición a la «sana doctrina»; --+ OLoua-
Jesús, precisándose que se trata de la instruc- tratamiento ematátu el vocativo 6L6áaxuAf Tes 2, 15; 1 Tim 2, 12; cf. Heb 5, 12) yespe- XUALU 3.c). Es singular en Mt 28, 15 el em-
ción de los discípulos acerca de la Pasión (8, que encontró en la fuente de Marcos para di- cíficamente a la acción de Pablo de enseñar pleo que se hace del verbo para referirse a los
31; 9, 31). Jesús, por tanto, no es sólo «el Ma- rigirse a Jesús (Lc 8, 24 a diferencia de Mc 4, (1 Cor 4,17; Col 1,28). En consonancia con guardias que vigilaban el sepulcro de Jesús y
estro» por excelencia, sino que además, según 38; 9, 49 a diferencia de Mc 9, 38; cf. 9, 33 a esto, en 1 Tim 2, 7 Y en 2 Tim 1, 11 se desig- que «hicieron como se les había instruido».
Marcos, hayal mismo tiempo una conexión diferencia de Mc 9, 5; --+ ematátll~). Desde na a Pablo como «maestro de los gentiles». El
inmediata entre lo que Jesús enseña y su per- el comienzo mismo, Lucas caracteriza la ac- sustantivo se emplea en sentido específico en 5. Compuestos del sustantivo aparecen sólo en
sona o su suerte. Jesús, en este sentido, es al tividad de Jesús como una actividad de ense- 1 Cor 12, 28s para designar el puesto de ma- unos pocos lugares del NT, principalmente en los
mismo tiempo el sujeto y el objeto de sus en- ñar (4, 15.31; 5, 3.17 y passim; cf. Hech 1, estro en el cristianismo primitivo, juntamente escritos tardíos (Rengstorf, 162s: VOft06L6áaxa-
con otros ministerios y funciones dentro de la AO~, maestro de la ley, aparece en Lc 5, 17 junto
señanzas (Flender, 703s). 1), sin que se vea en todo ello una diferencia
Iglesia, considerándoselo como uno de los ca- a <l>aQLaa¡:o~ como traducción esclarecedora de
También en Mateo Jesús ocupa desde el esencial con respecto a la actividad de xll- YQaft!tatf1í~, escriba (cf. 5, 21), Y en Hech 5, 34
principio un lugar central como el Jesús que Q'ÚaafLv (compárese Lc 4, 31 con 4, 44 y con rismas (cf. Ef 4, 11 Y Rom 12, 7: Ó 6L6áa-
como caracterización honorífica del fariseo Ga-
enseña (4, 23; 9, 35; 11, 1). Parece que al Hech 28,31). XOlV; 1 Cor 14, 6.26). Y se emplea también maliel. Enteramente distinta es la descripción que
principio habla en contra de ello el hecho de También en Juan el verbo designa extensa- con este mismo sentido en Hech 13, 1 Y en se hace en 1 Tim 1, 7 de los falsos maestros como
que Mateo, a diferencia de Marcos, evite en mente la proclamación efectuada por Jesús (6, Sant 3, l. Esto corresponde al empleo del ver- «~aest~os de la ley» que «no entienden ni lo que

general el presentarnos a los discípulos diri- 59; 7,14.28.35; 8, 20; 9, 34; cf. 1,38; 20,16). bo en las Pastorales para designar la actividad dicen m las cosas acerca de las cuales testifican».
del dirigente de la comunidad o de los que Los compuestos xaA06L6áoxaAo~, maestro
giéndose a Jesús con el vocativo de Maestro. Fuera de los evangelios, la designación de de lo bueno, y '\jJf'\J606L6áoxaAo~, maestro de fal-
El vocativo 6L6áaxuAf, como el tratamiento Jesús como enseñante o como Maestro no de- han sido encargados por él (1 Tim 4, 11; 6, 2;
2 Tim 2; 2). sedades, aparecen ambos una sola vez: xaA06L-
de rabbí, se halla sólo en labios de los que no sempeña ningún papel, con excepción del pa- 6áoxaAo~ se usa predicativamente en Tit 2, 3
son discípulos (8, 19; 12, 38; 19, 16; 22, 16. saje de Hech 1, 1. El uso de estos términos en c) Además, el verbo y el sustantivo apare- para referirse a las ancianas de la comunidad, y
24.36; cf. 26, 25.49: rabbí como tratamiento los Padres Apostólicos y en los apologetas '\jJE'\J606L6áoxaAo~ en 2 Pe 2, 1 para designar a
cen aisladamente en otros contextos: Lc 11, 1
con que Judas se dirige a Jesús), mientras que tiene otros acentos y no entronca ya con el los falsos maestros que -como antaño hicieron en
menciona enseñanzas del Bautista; en conso- Israel los seudo-profetas- introducirán «destruc-
los discípulos se dirigen a Jesús llamándole uso original que se hace del verbo y del sus- nancia con ello encontramos en Lc 3, 12 el toras divisiones» (atQÉ(JEL~).
X'ÚQLf (8, 25 a diferencia de Mc 4, 38; 17, 15 tantivo en los evangelios (Rengstorf, 159, vocativo 6L6áaxuAf dirigido al Bautista (cf.
a diferencia de Mc 9, 17; cf. 17, 4 a diferencia 36ss; 161, 38ss; Fascher, 337ss; Normann). Jn 3, 26: rabt). - Son notables las referencias H.-E WeiB
de Mc 9, 5; Hahn 75; E. Lohse: ThWNT VI, que Lucas (12, 12) Y Juan (14, 26) hacen al
966). Claro que esa modificación de la fuente b) Mateo es el único de los evangelios que «Espíritu Santo» como sujeto de la acción de blbaXÍ), ti;, Í) didache instrucción, ense-
de Marcos no se funda en desinterés por el Je- emplea el verbo y el sustantivo para designar enseñar. El contenido de esta enseñanza se- ñanza*
sús Maestro, sino que tiene su fundamento en una determinada actividad o función dentro ~ún Jn 14, 26, es lo que Jesús dijo en 'otro
tlempo a sus discípulos. Al mismo contexto Bibl.: K. H. Rengstorff, ()L()ax~, en ThWNT n,
el hecho de que Jesús, según Mateo, no es un de la comunidad (23, 8; 28, 20 así como tam- 166s.
maestro en el sentido judío, y por tanto se ba- bién 5, 19). Por el contrario, el verbo y el sus- pertenece la formulación singularísima de 1
sa supremamente en la oposición (constituti- tantivo tienen una distribución relativamente Jn 2, 27: «así como su XQLaftu (= la unción 1. De las 30 veces que el término aparece
va de todo el Evangelio de Mateo) entre las más amplia en Hechos y en las cartas del NT. recibida en el bautismo) os enseña acerca de en el NT, 6L6uxrí se encuentra en plural úni-
enseñanzas de Jesús y las del judaísmo. Ve- En Hechos, la proclamación misionera de los todas las cosas». En Jn 8, 28 Jesús basa sus camente en Heb 13,9. Tiene el sentido activo
mos también que Mateo, a diferencia igual- apóstoles y de Pablo se designa frecuente- palabras o sus enseñanzas en el hecho de que de impartir instrucción o de hablar y exhortar
mente de Marcos, define el contenido de la mente con el término 6L6áaxfLv (4, 2; 5, el Padre le haya enseñado a él. enforma de enseñanza (Mc 4,2; 12,38; 1 Cor
enseñanza de Jesús en el sentido de una ense- 21.25: en el templo; 11,26), enunciándose al- En Lc 2, 46 y Jn 3, 10 (Nicodemo) se habla 14,6.26; 2 Tim 4,2) Y el sentido pasivo de la
ñanza acerca de la ley o para dar a conocer la gunas veces explícitamente el contenido de la de maestros judíos, y se hace lo mismo, esta doctrina que se enseña mediante la instruc-
voluntad de Dios, como se indica ya progra- enseñanza como proclamación de Cristo (5, vez con sentido polémico, en Rom 2, 20s. A ción. La comparación en Mc 1, 22 par. Mt 7,
máticamente en el Sermón de la Montaña (5, 42; 15,35; 18, 11.25; 28, 31; cf. 4,18; 5, 28: este respecto deben compararse también las 28 muestra, desde luego, que no siempre se
1s y 7, 29). Por eso, el encargo de enseñar que enseñar «en el nombre de Jesús»). Además, el :eferencias polémicas que se hacen a las ense- puede distinguir nítidamente entre el empleo
el Resucitado da a los discípulos, está deter- verbo aparece también en el sentido específi- nanzas impartidas por los judíos (se usa el en sentido activo y el empleo en sentido pasi-
minado por una referencia retrospectiva a la co de enseñar, concretamente en 20, 20 en el verbo) en Mc 1,22 par. Mt y Mc 7, 7 par. Mt. vo. En las cartas del NT encontramos ya prin-
967 968 969 970

cipios del uso técnico de DtDaXi] para referir- la fe, que uno ha de aprender. - De manera se- independiente (OGIS 519, 8; cf. también W. 2. DiDWf-tL es el verbo más general para de-
se en absoluto a la doctrina cristiana. mejante, (hDaXfJ 'tov XQw'tov en 2 Jn 9~ de- Pape-G.E. Benseler, Worterbuch der grie- signar el proceso por el cual un sujeto trasmi-
signa la (recta) «enseñanza acerca de Cnsto» chischen Eigennamen 1, Braunschweig 31911 te voluntariamente algo a alguien, o trasfiere
2. a) DtDaXi] designa en los evangelios tan- por oposición a la herejía cristológica (v. 7). - [= Graz 1959],298. En HechTom 11,31,91, de tal manera algo que ello quede a disposi-
to «las enseñanzas de los fariseos y los sadu- En Ap 2, 14s.24 DtDaXi] puede designar tam- en una interpretación especulativa del sobre- ción del receptor. El término indoeuropeo tie-
ceos» (Mt 16, 12) como las enseñanzas de Je- bién, con referencia a las tradiciones del AT nombre joánico, se llama a Tomás Ó DiDlJf-tO<; ne en buena parte el mismo significado que el
sús (Mc 1,22 par.; 1,27; 4,2; 11, 18; 12,38; sobre Balaán y Jezabel, la herejía de los nico- (<<hermano gemelo») 'tOU XQwwu; Cristo es equivalente semítico (cf. Labuschagne). Pue-
Mt 22, 33), calificándose a las enseñanzas de laítas. Yen Heb 13,9 este término se refiere a muy parecido físicamente al apóstol (11), y den ser importantes las diferencias de origen
Jesús, a diferencia de las del judaísmo, como las «doctrinas diversas y extrañas», por opo- confía a éste misterios especiales (39). Tomás en las figuras de dicción formadas a base del
una «nueva doctrina impartida con autori- sición a la propia enseñanza de la Iglesia (que lleva allí también el nombre de Judas Clo'Ú- verbo dar (Bauer, Worterbuch; Liddell-Scott;
dad» (Mc 1, 27; cf. 1, 22 Y también las pala- es la recta doctrina; cf. Herm [s] 8, 6, 5). Da<; E>wf-t<1<; Ó xaL ~iDlJf-tO<;, HechTom 1; Passow, s.v.). Del hebreo proceden, por ejem-
bras acerca del «asombro» que causan en el ~iDlJf-t0<; 'lo'ÚDa<; E>wf-t<1<;, prólogo del Ev- plo, las combinaciones de «dar» con «fruto,
c) En Hech 13, 12 Y en Heb 6, 2 DLDaXi]
pueblo las enseñanzas de Jesús, en Mc 1, 22 Tom). diezmos, documento de divorcio, signos y
aparece con un sentido especial. En Hech 13,
par. Mt 7,28/ Lc 4,32; 11, 18; Mt 22, 33). - prodigios, lluvia, vida». Un gran número de
12 encontramos el término aplicado al mila- H. Balz
En la respuesta de Jesús a la objeción de los combinaciones es de origen griego. Así ocurre
gro del castigo obrado por Pablo sobre Barje-
judíos (v. 5) en Jn 7, 16s, las palabras de re- con las combinaciones de «dar» y «espacio,
sús-Elimas, milagro al que se designa como
velación que Jesús pronuncia se designan co-
DLDaXfJ wv xlJQiolJ, es decir como «ense- btbrop.tt didiJmi dar respuesta, opinión, castigo, paz, impuestos,
mo enseñanza que es idéntica a la enseñanza ocasión, recompensa». Parece un latinismo la
ñanza del Señor» (genitivo como sujeto). En 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado -
dada por el mismo Dios (cf. Jn 8, 28 Y 8, 26). 3. Pares de términos - 4. Dios como dador - 5. Cristo combinación de «dar» con «esfuerzo» (= pro-
Heb 6, 2, en el contexto de una enumeración
En relación con el proceso de Jesús, el sumo como dador - 6. Dones divinos - 7. Uso del término en curar; Lc 12, 58).
de la tradición catequética, se menciona entre Marcos/Mateo, Lucas/Hechos, Cartas, Apocalisis -
sacerdote pregunta a Jesús acerca de su ense- Tales figuras de dicción surgieron también
otras la «doctrina sobre los bautismos [¡en 8. blbú)ftL en Juan.
ñanza (Jn 18, 19; es decir, acerca de la ense- ad hoc, en el NT, especialmente en Lucas. Pa-
plural!; cf. a propósito los comentarios] y so-
ñanza de Jesús en la sinagoga y en el templo Bibl.: F. Büchsel, blbú)IU %TA., en ThWNT n, 168- ra la determinación del sentido es importante
bre la imposición de las manos». 175, esp. 168; C. J. Labuschagne, ntn, en DTMAT n,
[cf. v. 20]). distinguir si nos hallamos o no ante una forma
H.-E WeiB 160-189; C.-J. Pinto de 0liveira, Le verb bLbóvm
estereotipada. Así, por ejemplo, con la expre-
b) El uso de DtDaXi] fuera de los evange- comme expression des rapports du Pere et du Fils
dans le IVe Evangile: RSPhTh 49 (1965) 81-104; W. sión M1;av DiDWf-tL hay que distinguir entre
lios no es uniforme: por un lado, en Hechos la «honrar» (Lc 17, 18 Y otros, una expresión to-
bí,bº«Xp.tov, OU, 'tó didrachmon didrac- Pokkes, Christus traditus, Zürich 1967; J. Ried1, Das
predicación de los apóstoles o de Pablo es de- ma, moneda de dos dracmas Heilswerk Jesu nach Joh, Freiburg i. Br. 1973, 83-90; mada probablemente de la liturgia judía) y la
signada como enseñanza por el sumo sacer- A. Vanhoye, Opera Jesu donum Patris: VD 36 (1958) trasmisión de Dó1;a (Jn 17, 22; son formas de
--;. DQaXf-ti] 2.4. 83-92; H. VorHinder, bfuQov %TA., en DTNT n, 47-49.
dote (5, 28) o por los oyentes de Pablo en Ate- transición Jn 17,24; 1 Pe 1,21). Con respec-
- Cf. más bibliografía en ThWNT X, 1046s.
nas (17, 19), Y en 17, 19 como una «nueva to a XáQLV 6iDWf-tL, hay que distinguir entre
enseñanza» (<<nueva» en el sentido de 1;Évo<;; Aí,bup.to~, ou Didymos Dídimo* 1. Con las aproximadamente 416 veces que «mostrar un beneficio» (Ef 4, 29 quizás; H.
17, 18.20s); por otro lado, DtDaXi] designa en El nombre griego del discípulo --;. E>wf-t<1<; está documentado, DiDWf-tL es el noveno en la Schlier, La Carta a los efesios, Salamanca
Hech 2, 42 (<<doctrina de los apóstoles») y en del círculo de los Doce (Mc 3, 18 par.; Hech lista de verbos que aparecen con más frecuen- 1991, sub loco) y «conceder gracia». Con res-
las Pastorales la tradición doctrinal de la Igle- 1, 13) tiene su origen en el nombre arameo te 'ó- cia en el NT. Se halla atestiguado en todos los pecto a Myov 6iDWf-tL, hay que distinguir en-
sia, ya firmemente definida. Así lo vemos so- ma' , «gemelo», y fue adoptado como traduc- escritos, con excepción de Flp, Flm y Jds. En tre «dar cuenta» (Rom 14, 12) y, por ejemplo,
bre todo en Tit 1,9 en el marco de la exhorta- ción griega del nombre arameo por su sonido lqs Sinópticos y en Hechos aparece 190 ve- «el don de la palabra» (1 Cor 12, 8). En la
ción dirigida al obispo para que se cuide de la parecido (BlaB-Debrunner § 53, nota 9; 125, no- Ces, en el Evangelio y en las Cartas d<:; Juan mayoría de los casos, «dar una ley (o leyes) o
recta predicación «conforme a la doctrina» ta 6; H. Wuthnow, Die semitischen Menschen- 85 veces, en el Co,rpus paulinum 72 veces, en un mandamiento (o mandamientos) es una ex-
(cf. 2 Tim 4, 2: DtDaXi] en el sentido de ins- namen in griechischen Inschriften und Papyri el Apocalipsis 58 veces, y en las restantes car- presión convencional. Sin embargo, la frase
trucción en la sana doctrina, por contraste des vorderen Orients, Leipzig 1930, 55; P. tas 13 veces. La distribución se basa, por ~n puede· aceIltuar el carácter de don que tienen
con la herejía). Este uso del término se halla Rüger: TRE I1I, 606). En Jn 14, 5; 20, 26. lado, en la forma de lenguaje (<:;specialmente las leyes o los mandllmientos (H. Schlier, La
preparado ya por Pablo, cuando en Rom 6, 17 27.28 el nombre helenizado se emplea solo, la narrativa), el estilo de lenguaje (modismos) Carta a los gálatas, Salamanca 1975, sobre 3,
se exhorta a la obediencia a la «forma de doc- pero en 11, 16; 20, 24; 21, 2 (cf. 14, 5 D) se y el nivel de lengllaje; y, por otro lado, se ha- 21); lo mismo se aplica a la combinación, na-
trina» ('t'Úno<; DtDaX'ií<;) a la que los destina- añade la expresión Ó A.EyÓf-tEVO<; ~iDlJf-tO<;, lla también íntimamente relacionada con la da usual: Dta1ti]xl'jv biDWf-tL (Hech 7, 8; J.
tarios fueron antaño «entregados» (en el bau- «llamado Dídimo / el gemelo». ~iDlJf-tO<; es la dicciÓn teológica (Juan, Apocalipsis). Sobre Behm: ThWNT 11, 127). Las siguientes c()rt-
tismo). DtDaXi] se usa aquí como en Rom 16, verdadera traducción griega del nombre ara- la fomia secundaria DL()W (Ap 3,9) cf. BlaB- binaciones no son formularias por naturaleza:
17 para designar determinadas tradiciones de meo, y aparece también como nombre griego Debrunner § 94, nota 3. XA.i]QOlJ<; 6iDWf-tL (Hech 1, 26), O'w'tl'jQiav
973 974
972
971
3) se menciona en casi todas las cartas (por lo vez imita el estilo de la LXX, y con toda se-
6LOúJfU (Hech 7, 25) Y fAEO~ OLOúJ¡..tL (2 Tim cada vez en Marcos, 1 Corintios y Efesios, y demás, únicamente en Hech 7, 10; xáQLo¡..ta guridad acentúa el carácter de don que tiene
1, 16; cf. v. 18); igualmente ¡..tEtávmav OLOúJ¡..tL apenas se encuentran en Juan, Hechos y en las en 1 Tim 4, 14). El círculo de los que reciben la acción de Dios (por ejemplo, Hech 4,
(Hech 11, 18; 2 Tim 2,25), que es posiblemen- cartas tardías. Esta manera de hablar procede la EsouoLa es bastante amplio: Jesús (por 12.29; 5; 31; 7, 8), en todo lo cual muestra
te una forma abreviada de tó:n:ov ¡..tEtaVOLa~ del judaísmo (pasivo divino); es especialmen- ejemplo, Mc 11,28 par.), los creyentes (Mc 6, una tendencia a espiritualizar el contenido
te preferida por la apocalíptica, donde designa 7 par.; Jn 1, 12; 2 Cor 10, 8. etc.), pero tam- (Lc 11, 13 par. Mt 7, 11).
OLOúJ¡..tL.
casi siempre la concesión de autoridad (por bién Pilato (Jn 19, 11) y hasta los poderes de Un rasgo notable en la mayoría de las cartas
3. Al campo léxico de OíbúJ¡..tL pertenecen ejemplo, Ap 6, 4.8) ó los símbolos que acom- la destrucción (Ap 6, 8, etc.). Además, el NT es el uso variado que se hace del sujeto del
principalmente attéúJ, Aa¡..t~ávúJ, oéxo¡..taL, pañan a la autoridad (por ejemplo, 6, 2.11). conoce gran abundancia de otros dones, entre verbo. A menudo se habla de que Dios es el
fX úJ y aLQúJ. A veces surgen pares fijos de pa- Con frecuencia, Aquel que dirige los aconte- ellos el conocimiento (Mc 4, 11 par., etc.), la dador, y a Cristo se le menciona raras veces a
labras con contenido específico. La que más cimientos permanece misteriosamente en el ~aoLAEia (Mt 21, 43; Lc 12, 32), los signos este respecto. Incluso la acción humana de
llama la atención es la de «tomar y dar» en fondo (por ejemplo, 13, 5ss). La formulación milagrosos (Mc 8, 12 par.; Hech 14, 3), la dar no aparece a menudo, y cuando lo hace, es
las comidas que Jesús celebra (Mc 6, 41 par.; puede pulirse de tal manera que se acerque, confianza (Hech 4, 29), la concordia (Rom casi siempre en expresiones hechas (como en
8,6 par.; 14,22 par. 23 par.; Jn 6, 11; 13,26; por ejemplo, al «me ha sido dado» o simple- 15, 5), (las palabras de) sabiduría (1 Cor 12, Rom 4,20; 14, 12). Santiago muestra especial
21, 13), sobre todo en las palabras pronuncia- mente al «yo poseo» (posiblemente incluso 8; Hech 7,10; Ef 1,17; Sant 1,5; 2 Pe 3,15), interés en la acción de dar. En Sant 1, 5.17,
das sobre el pan eucarístico (falta en Lc 22, en Lc 4, 6b; Popkes, 59ss, 137). En otros el celo (2 Cor 8, 16), el consuelo (2 Tes 2, con ayuda de sentencias sapienciales, se trata
20; 1 Cor 11, 22-25; cf. la referencia a los contextos el pasivo divino acentúa la garantía 16), la misericordia (2 Tim 1,16.18). De ordi- del tema de la acción divina de dar (Dios da
«peces» en Mc 8, 6 Yla elección de las palabras divina del don (así ocurre en las palabras sa- nario son «dones buenos» (cf. Sant 1, 17) que de buena gana y da únicamente cosas bue-
en Lc 6, 4; H. Schürmann, Lukasevangelium I pienciales y proféticas de Mt 7, 7 par.; Mc 4, se conceden a las personas para que vivan en nas). Yen Sant 2, 16 se habla de que unas per-
[HThK], 303). Este par de palabras aparece 25 par.; Dalman, Worte, 184,383); Pablo da a salvación y para el servicio consagrado; pero sonas den a otras.
también en otras partes, a veces con carácter todo esto un enfoque cristológico (1 Cor 1,4; a veces son también dones dolorosos (2 Cor Las referencias que hay en el Apocalipsis
sentencioso (Mt 10, 8; Hech 20,35), como en Gál 3, 22; de manera parecida en Ef 4, 7; 2 12,7; Ap 16,6.19). son muy estereotipadas, principalmente en lo
aquella frase paradójica: «Al que tiene, se le Tim 1,9). que respecta a la acción de dar que tiene por
dará» (Mc 4, 25 par. y passim), que está en 7. La manera de hablar en Marcos y en sujeto a Dios (pasivo apocalíptico) y a Cristo
contradicción con lo que sucede normalmente 5. Jesucristo es el dador en 68 casos: en Mateo difícilmente muestra aspectos insólitos (Ap 2, 7, etc.). De esta manera el Apocalipsis
(como en Hech 3, 6 ó Jn 5, 26; Rom 12, 6). Juan 26 veces, en Apocalipsis 12, de 7 a 8 ve- o tonos de fondo. Una excepción es, además acentúa: lo que viene a continuación se halla
Juntamente con attéúJ, el verbo OLOúJ¡..tL tiene ces en cada uno de los Sinópticos, raras veces de «él tomó y dio» (-> 5), la palabra acerca de
en las Cartas y ninguna vez en Hechos. El te- establecido irrevocablemente. Juntamente con
un lugar fijo en el lenguaje de la oración (Mt que Jesús hizo entrega de su propia vida (Mc esto, el Apocalipsis emplea frases hechas (11,
7,7.11 par.; Jn 11,22; 15, 16; 16,23; Sant 1, ma y la formulación se hallan en buena medi- 10,45 par.). Muestra la influencia de la teolo-
da estereotipados: en los Sinópticos se asocia 13.18; 16,6, etc.), entre ellas entregar (11,2)
5; cf. Mt 5, 42 par.; en un contexto distinto el gía de la Cena del Señor, la recepción de Isa-
con el mandato dado a los discípulos (Mc 6, 7 Y «otorgar (autoridad)>> (11, 3; semitizante:
par de términos aparece únicamente en Mc 6, ías 53, las ideas acerca de la expiación y la
par.; Mt 16, 19; Mc 10, 37.40 par.); «él tomó H. Kraft, Offenbarung [HNT], sub loco.)
22 Y suena como a una blasfemia); pero el nú- tradición de los mártires, en todo lo cual los
mero de pasajes en los que se usa btOúJ¡..tL en y dio», cuando Jesús celebra una comida (-> pormenores, la procedencia (¿Jesús?, ¿la co-
3); en la entrega que Jesús hace de sí mismo 8. 6LOúJ¡..tL adquiere una marcada cualifica-
relación con las peticiones de la oración no es munidad aramea o griega?) y el sentido de los
(Mc 10,45 par.; cf. Gál 1,4; 1 Tim 2,6: Tit 2, ción teológica en Juan (evangelio y cartas).
muy elevado (cf. además Mt 6, 11 par.; Hech enunciados (expiación, acción sustitutoria en
14); en el Apocalipsis, se asocia con las sen- favor o en lugar de los muchos / de todos) son Encontramos un uso completamente profano
4,29).
tencias del vencedor; acerca de' Juan -> 8. cuestiones discutidas (cf. R. Pesch, Markuse- tan sólo en algunas expresiones convenciona-
4. A Dios se le menciona directamente co- vangelium [HThK], sub loco). Esta palabra si- les (como en Jn 1, 22; 18, 22). Con más fre-
mo dador en 104 pasajes, de los que 42 se ha- 6. El Pneuma por lo general es don (dador gue viviendo en 1 Tim 2, 6 y Tit 2, 14; for- cuencia, los enunciados son ambiguos y enig-
llan en el evangelio y las cartas de Juan, y 19 únicamente en Hech 2, 4; mediador en 1 Cor mulaciones afines aparecen en Lc 22, 19; Jn máticos (por ejemplo, en 4, 7ss). Dar es un
corresponden a Hechos, apareciendo la expre- 12, 8). Juntamente con XáQL~ y ESouoLa se 6, 51s. La Cena del Señor debió de fomentar aspecto de la actividad divina. Es una acción
sión unas 29 veces en el Corpus paulinum (de cuenta entre los dones más importantes para y plasmar estos enunciados -como Sitz im Le- que procede de Dios (unas 42 veces como su-
ellas 11 en las Cartas 1/2 a los Corintios) y el cristianismo primitivo. El don del Espíritu ben (o «situación vital»)- de los mismos (-> jeto) por medio de Cristo (receptor en 28 de
tan sólo 7 veces en los Sinópticos (pero no en (hecho, en la mayoría de los casos, a la comu- :n:aQaOLOúJ¡..tL); el acento varía entre «sacrifi- los 42 casos; dador 26 veces) y tiene como
Marcos). Sin embargo, la acción de Dios de nidad) lo mencionan los Hechos, las Cartas car» (la vida) y «dar» (Jesús se da a sí mismo, destino a los hombres. El Padre da «todo» al
dar se enuncia indirectamente en la mayoría pau1inas y la Carta primera de Juan (por lo simbólicamente en el «elemento»). Hijo (3, 35, etc.); el Hijo acerca la realidad di-
de las 73 formulaciones absolutas (o01'hí- demás, sólo aparece en Jn 3, 34 y en la blas- Lucas muestra por formulaciones con vina al mundo, especialmente en lo que res-
OEtaL, MootaL, EOófh], etc.) que se hallan femia de la que se habla en Ap 13, 15). El don btOúJ¡..tL una preferencia mayor de la que se pecta a la «vida» (Jn 4 y 6) Y a la bóSa (Jn
distribuidas de manera diferente: 22 ejemplos de la XáQL~ (a menudo para el que ha recibido encuentra generalmente en los Sinópticos. Tal 17; el verbo aparece frecuentemente en estos
en el Apocalipsis, 11 en Mateo, 8 en Lucas, 5 un encargo especial, por ejemplo en Rom 12,
976 977 978
975

kündigung nach Acta: NTS 19 (1972- I?7?) 373;1~~~' griega (Tucídides VI,46, 5; Jenofonte, An 1, 4, bLUÍ);, 2 dietes dos años (de edad)*
capítulos), pero también a la X.QLcr.L? (5, 378 nota 12; E. Haenchen, Die Apg, Gottmgen . .'
22.27). El don por excelencia es el HIJO (3, 7; Sófocles, Ai 978; Platón, Ep VII, 329c; Jo- Mt 2, 16: «(Herodes) mandó matar a todos
291 nota 1; M. Krenkel, Josephus und Lukas, Lelpzlg
16). El hombre depende totalmente del don de 1894, 107; H. Ljungvik, Studien zur Sprache der sefo, Vita 182; cf. An VIII, 171; XIX, 62), el los niños varones ... de dos años para abajo
Dios (3, 27); el mundo no tiene nada real que apokryphen Apostelgeschichten, Up~sala 1?26, 80-84; verbo en conexión con un AÓYO~ absoluto (a:no CLe'tOij~ x.ui x.u'tw'tÉQw)>>.
F. Luciani, Camminare davantl a DIO (H). Aevum 47 puede traducirse por «difundirse».
dar (4, 7.10; 14, 27). Tan sólo los adversarios (1973) 468-476, sobre todo 470s: A. Suhl, Pa~lus und
de Jesús exigen que se dé a Dios (9, 24); has- seine Briefe, Gütersloh 1975,248, 373; J. Welss, Der bLUta, a;, Í) dietia período de dos años*
ta lo que da Moisés se halla entre dos luces (1, erste Korintherbrief, Gottingen 1910, 250, 382s; H. 2. Es notable el uso frecuente del verbo en
Windisch, Der Hebraerbrief, Tübingen 1931, 37. Hech 24, 27: «trascurridos dos años»; 28,
17; 6, 32; 7,19.22). CL(')(OIlL es una expresión los escritos de Lucas (31 veces). Según Hech 30: «se quedó ... por dos años enteros (CLe-
joánica de la sola gratia. 1. El verbo compuesto (del verbo simple 10, 38, el verbo es el término técnico para de- 'tLUV OAl]V)>>.
W. Popkes EQXOllaL, «ir») aparece 42 veces en el NT (Mt signar la actividad misionera de Jesús en el
12,43 par. Lc 11,24 [Q]; Mc 4, 35 par. Lc 8, país de los judíos. Se usa también referido a la
22; Mc 10, 25; Lc 2, 15.35; 4, 30; 5, 15; 9, 6; actividad de los apóstoles (Lc 9, 6) y misione- bLllyÉ0JtaL diegeomai contar, relatar*
bLEyEÍ,ºffi diegeiro despertar*
17,11; 19, 1.4; Hech 8, 4.40; 9, 32.38; 10,38; ros (Hech 20, 25). Lucas presenta la actividad 1. Aparición del término en el NT - 2. Significados
Dícese del despertar a alguien que duerme:
11, 19.22; 12, 10; 13,6.14; 14,24; 15,3.41; de Jesús como una misión principalmente ur- y combinaciones de palabras - 3. 1íL~YfJ(Jl~.
Lc 8, 24a par. Mc 4, 38 Textus Receptus. En
16,6; 17,23; 18,23.27; 19, 1.21; 20, 2.25; Jn bana (Lc 4, 14.31.44; 5, 12), a lo cual se ajus- Bibl.: Bauer, Worterbuch, s. v.; Liddell-Scott, s. v.
la voz pasiva significa despertarse: Mt 1, 24
4,4.15; Rom 5,12; 1 Cor 10,1; 16,5 [bis]; 2 tan también los apóstoles y misioneros en la
v.l.; Mc 4, 39 par. Lc 8, 24c; dícese de las 1. El verbo CLl]yÉOllaL aparece 10 veces en
Cor 1, 16; Heb 4, 14). Las variantes textuales situación post-pascual. El verbo pertenece a
aguas del lago que fueron agitadas ~or ~l el NT: 2 veces en Marcos (5, 16; 9, 9), 7 en
con CLÉQXOllaL en Mt 19, 24 (S Koiné S, la terminología lucana del «camino», junta-
viento: Jn 6, 18. Además se usa en sentIdo fI- Lucas (8, 39; 9, 10; Hech 8, 33; 9, 27; 12, 17;
gurado: «mantener despierto, avivar en el re-
también GNT) y Jn 8, 59 (Koiné) se han asi- mente con cLu:nOQeúOllaL, cLOceúw, CLU~Ut­
milado secundariamente a textos ya existentes 16, 10.40; Hech 16 aunque sólo en el Texto
cuerdo (ev v:nOIlVf]crEL)>> (2 Pe 1, 13; 3, 1). -> vw y cLu:neQáw.
(Mt 19, 24 =Mc 10,25; Jn 8, 59 =Lc 4, 3?). Occidental D, que es secundario) y 1 vez en
En Heb 4, 14, se describe un viaje celestial
eYElQw 1. Puesto que el prefijo CLU- expresa no solo Hebreos (11, 32). Puesto que CLl]yÉOllaL en
como parte esencial del ministerio de Cristo
Hech 8, 33 aparece en una cita de la LXX de
la idea de «a través de» sino también la de en cuanto Sumo Sacerdote (cf. TestLev 2-5;
Is 53, 8, el genuino número de testimonios de
bLEV3uJtÉo"uU dienthymeomai meditar, «compleción», el contexto determinará la tra- ApBar [gr] lss; 2 Cor 12, 2), el cual no es só-
este verbo en el NT se reduce a 7.
reflexionar* ducción exacta en cada caso. El verbo en lo un viaje al cielo, sino también un viaje a De los 4 testimonios que hay en los Padres
Hech 10, 19: Pedro meditaba sobre lo que unión con la preposición €w~ (Lc 2, 15; Hech través del cielo. - En 1 Cor 10, 1s Pablo hace apostólicos (1 Clem 16, 8; 27, 7; 35, 7; Diogn
había visto. 8,40; 9, 38; 11, 19) puede traducirse por «ir referencia a Ex 14, 21s e interpreta tipológi- 11, 2 [aquí «relatar», «exponer didácticamen-
hasta ... »; con la preposición CLá (Mc 10, 25; camente el suceso de aquel entonces como un te o como una revelación»], los tres primeros
Lc 4, 30; 11,24 par. Mt 12,43; 17, 11; Hech acontecimiento bautismal. - Para la cronolo-
bLÉ;obo;, ou, Í) diexodos salida, punto se hallan igualmente en citas de la LXX, en la
9,23; Jn 4,4; 1 Cor 10, 1; 2 Cor 1, 16) signi- gía de los viajes misioneros de Pablo, es im-
final* cual el verbo se encuentra más de 60 veces.
fica «ir (o pasar) a través de»; con d~ (Mc 4, portante que en 1 Cor 16, 5 no se piensa en un En la literatura clásica griega, CLl]yÉO¡.taL se
En Mt 22, 9 las CLÉl;oCOL 'toov óboov no son
35 par. Lc 8, 22; Hech 18, 27; Rom 5, 12), viaje de inspección por Macedonia (en contra halla atestiguado desde Heráclito; los papiros
las «encrucijadas de los caminos», sino los «fi-
«llegar a» (cf. Josefo, Ant XIV, 414; XVI 129, de lo que piensa WeiB), sino de un viaje mi- y los escritores como Polibio, Filón y Josefo
nales de las travesías urbanas» donde éstas
etc.); con x.u'tá (Lc 9, 6), «ir de un lugar a sionero del cual Pablo quiere regresar a Co- documentan el uso de este verbo en la Koiné
desembocan en los caminos rurales. ThWNT
otro»; con a:nó (Hech 13, 14), «continuar el rinto. El proyecta pasar el invierno en Corin- (Preisigke, Worterbuch 1, 377; IV, 585; Sup-
V,112s. camino desde alguna parte». Siel verbo lleva to, porque hay en esta ciudad muchos problemas plement I 75; A. Mauersberger, Polybios-Le-
en acusativo un nombre de lugar o de región relativos a la comunidad, que no pueden re- xikon 1, Berlin 1966, 541s; G. Mayer, Index
bLEºJtllVEu'tÍ);, olí, Ó diermeneutes intér- (Lc 19, 1; Hech 13, 6; 15,3.41; 16,6; 18,23; solverse en poco tiempo. Philoneus, Berlin 1974, 78; K. H. Rengstorf,
prete, traductor 1 Cor 16, 5; Heb 4, 14), entonces puede tra- A Complete Concordance to Josephus 1, Lei-
-> EQIly\veúw. ducirse por «caminar (o pasar) a través de». U. Busse den 1973,498).
En Lc 2, 35 debe traducirse también en senti-
do local (<<traspasar»; cf. Josefo, Ant VI, 189). 2. En el NT CLy\yÉOllaL tiene casi siempre
bLɺxoJtaL dierchomai atravesar, a1can- Si el compuesto se halla como participio en bLEºffi'tÚffi dierotao enterarse preguntan- el significado de informar a alguien (nvL) de
zar* asociación con un acusativo y con el verbo do* un acontecimiento narrándoselo: dícese de
Bibl.: U. Busse, Die Wunder des Propheten Jesus, simple EQXO¡.taL, entonces hay que traducir En Hech 10, 17 dícese de los emisarios de los milagros de Jesús (Mc 5, 16; Lc 8, 39), de
Stuttgart 1977,113 nota 1, 199, 319, 3~3s n~~a.2; H. por «llegar a ... » (Hech 12, 10; 14, 24; 19, Comelio que preguntaron por la casa de Si- su Trasfiguración (Mc 9, 9), de los hechos
Conzelmann, Der erste Korintherbnef, Gottmgen món.
1969,355; G. Delling, Die Jesusgeschichte in der Ver- 1.21; 20, 2). - Con arreglo al uso de la lengua (milagrosos [Lc 9, 6!]) de los discípulos (Lc
980 981 OLxmoXQLa(a - O(xmo~ 982
979

9, 10), de los milagros de liberación (Hech cas hace de 0111y'l']<Jl¡; se escuche una referen- v.l., y también Sib I1I, 704 (Dios es OlXaLO- mente XQL<Jl¡; (Jn 5, 30; 7, 24; 2 Tes 1, 5; en
12, 17; 16,40 D), de la conversión de Pablo cia a EXOl'l']yií'tal de Hab 1, 5 (H. Schürmann, XQL't'l']¡;). ThWNT 11, 228s. plural en Ap 16, 7; 19,2), Y en casos aislados
(Hech 9, 27) Y de la visión que éste tuvo en Evangelienschrift und kirchliche Unterwei- alf-ta (Mt 23, 35; 27, 4 v.l.), EV'tOA~ (Rom 7,
sueños (Hech 16, 10 D). El tema del relato sung, en: Das Lukasevangelium, Darmstadt 12), EQya (l Jn 3, 12), MOL (Ap 15, 3) y
bbeaLo;, 3 dikaios justo, (el) justo
aparece, al igual que en el resto de la literatu- 1974, por el empleo semántico que tiene ,\¡,.uX~ (2 Pe 2, 8).
OLXaLW¡; dikaios (adv.) justamente, con jus-
ra griega, como objeto en acusativo (Hech 16, ()l~y'l']<Jl¡; como término técnico de la historio- Cuando se refiere a hombres, ()LXaLO¡; sig-
ticia*
10 D) o como una oración de relativo o una in- grafía helenística. nifica justo, sobre todo en el sentido de
terrogativa indirecta introducidas por a, o<Ja o E. Plümacher 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni- 1addfq, es decir, de una persona que, en cuan-
JtW¡;. No siempre se menciona la persona a dos semánticos y campo referencial - a) olxaw<; refe-
rido al hombre - b) referido a Dios - c) en relación con
to al derecho y las costumbres, responde a las
quien se hace el relato (Lc 8, 39; Hech 16,40 bt1]'Y1](Jt;, Ero;, tl diegegesis narración, Jesús. exigencias de sus congéneres y a los manda-
D). Es sorprendente que aquí los sucesos que relato mientos divinos, y que actúa según estos cri-
se distinguen por su carácter milagroso sean Bibl.: H. Dechent, Der «Gerechte» - eine Bezeich-
--+ ()l'l']yÉOf-taL 3. terios (cf. Bauer, W6rterbuch, S.V. 1). De Dios
nung für den Messias: ThStKr lOO (1927-1928) 439-
los únicos temas de relato. En contraste con 443; D. Hill, L'<.IKAIOI as a Quasi-Technícal Term: se dice que es OLXalO¡;, refiriéndose sobre to-
esto, ()l'l']yÉOf-taL significa en Heb 11, 32: na- bt1]VEX1];, 2 dienekes ininterrumpido* NTS II (1964-1965) 296-302; Id., Greek Words and do a su actividad como juez. El neutro
rrar acerca de alguien (JtEQL 'tLVO¡;), aquí Heb 7, 3; 10, 1.12.14, en la expresión: d¡; Hebrew Meanings, Cambridge 1967, 82-162; K. ()LXUlOV designa lo que es debido o debe rea-
acerca de los héroes y profetas del AT. La ac- Koch, ,ydq. Ser fiel a la comunidad / ser saludable:
'to ()l'l']VEXÉ¡;, para siempre. DTMAT n, 639-668; R. Mach, Der Zaddik im Talmud lizarse según las exigencias del derecho. Se
ción de narrar tiene aquí como objeto -en for- usa principalmente para referirse a lo que
und Midrasch, Leiden 1957; F. V. Reiterer, Gerechtig-
ma de una serie paradigmática de figuras im- btitáAa(J(TO;, 2 dithalassos banco de are- keit als Heil. ~dq bei Deuterojesaja, Graz 1976; L. Dios exige, a lo que es ()LXalOV JtaQu -frag (2
portantes para la historia de la fe- el ámbito na (?)* Ruppert, Der leidende Gerechte (FzB 5), Würzburg
Tes 1, 6) Ó EVWJtlOV 'tOU -frwu (Hech 4, 19);
histórico, un ámbito que se halla también aso- 1972, s.v. en el índice analítico; Id., lesus als der lei-
En Hech 27, 41 'tóJtO¡; ()l-fráAa<J<JO¡; es se- otros lugares donde aparece el neutro ('to)
ciado frecuentemente con el verbo ()L'I']yÉOf-taL dende Gerechte? (SBS 59), Stuttgart 1972; G. Sch-
guramente un banco de arena que se extendía renk, olxmo<;, en ThWNT n, 184-193; G. Strecker, ()LXUlOV son: Mt 20, 4; 20, 7 v.l.; Lc 12, 57;
fuera de los escritos del NT (por ejemplo, en delante de la costa; A. Breusing, Die Nautik Der Weg der Gerechtigkeit. Untersuchungen zur Theo- Ef 6, 1; Flp 1,7; Col 4, 1; 2 Pe 1, 13.
Polibio y Josefa). der Alten, Bremen 1886, 202. logíe des Matthdus (FRLANT 82), Gtittingen '1966,
s. v. en el índice analítico;; J. A. Ziesler, The Meaníng a) 6LXalO¡; se predica principalmente de
3. La historia como tema de la narración of Ríghteousness in Paul (SNTS Mon 20), Cambridge hombres. Encontramos frecuentemente el plu-
btixvio,..,at diikneomai penetrar* 1972, sobre todo 22-36, 79-85, 136-141. Cf. más bi-
aparece, desde luego, en el horizonte del pro- En Heb 4, 12 dícese de los efectos de la pa- bliografía en Olxawoúvr¡, Olxmów. ral (oL) ()LXUlOl: Mc 2, 17 (concepto contra-
emio de Lucas, cuando en él se emplea el sus- labra de Dios: <<penetra hasta la división del puesto a áf-taQ'twAoL) par. Mt 9, l3 / Lc 5, 32;
tantivo c'itt1YlJOt;* (1, 1; hapax legomenon en alma y del espíritu ... »; O. Michel, Hebraer- 1. El adjetivo DLXaLO¡; aparece 79 veces en Mt 5, 45 (concepto contrapuesto a aOlxOl);
el NT, pero que aparece 12 veces en la LXX). el NT, de las que 17 corresponden a Mateo, 11 l3, 17 Gunto a JtQoepií'taL); 13, 43 (dícese de
brief (KEK) , sub loco.
Lucas anuncia en él que su intención es ofre- a Lucas (+ 6 en Hechos) y 10 a las cartas pau- los que subsistirán en el juicio final); l3, 49
cer una exposición histórica «de los sucesos linas auténticas (7 veces en Romanos, 1 en (concepto contrapuesto a JtOV'I']QOL); 23, 29
que han acaecido (o: se han cumplido) entre
bit(J't1],..,t diistemi apartarse*
Lc 24,51: Jesús se apartó de los discípulos. Gálatas, 2 en Filipenses). Hay que señalar un Gunto a JtQOepií'tUl); 25, 37.46 (de los «jus-
nosotros» (JtEQL 'twv JtEJtA'I']QOepOQ'I']f-tÉvwv uso bastante frecuente en 1 Juan (6 veces), tos» en el juicio universal); Lc 1, 17 (concep-
En 22, 59 dícese del tiempo: «y pasada como
EV ~f-tLV JtQayf-tá'twv), como las exposiciones Apocalipsis (5) y 2 Pedro (4). El adverbio to contrapuesto a UJtEl-frEL¡;); 14, 14 (<<en la re-
que habían ofrecido ya sus predecesores. una hora». En Hech 27, 28 encontramos en
sentido transitivo la expresión~Qaxu Dla- aparece en total 5 veces: Lc 23, 41; 1 Cor 15, surrección de los justos»); 15, 7 (noventa y
Evidentemente, este anuncio que se hace en 34; 1 Tes 2, 10; Tit 2, 12; 1 Pe 2, 23. nueve justos por contraste con un solo «peca-
<J't~<Jav'tE¡;, después de alejarse un poco más.
Lc 1, 1-4 está plasmado según el marco con-
do!»); Hech 24, 15 (<<resurrección de los
ceptual de la historiografía helenística; Dioni-
btt(JX\JQí,~o,..,aL diischyrizomai afirmar 2. El adjetivo OLXaLO¡; se usa ampliamente ()tXUlOl y de los a()lxOl); Heb 12, 23 (los es-
sio de Halicarnaso, por ejemplo, emplea las
rotundamente * en. la LXX para traducir el hebreo ~addfq píritus «de los justos hechos perfectos»); 1 Pe
mismas palabras, cuando en el proemio de su
En Lc 22,59 (a diferencia de Marcos) díce- «<Justo»; cf., a propósito, Hill, Greek Words, 3, 12 (cita del Sal 33, 16 LXX: los ojos del
Historia de Roma promete aclarar por su par-
se de la afirmación insistente acerca de Pedro. 104-110; Ziesler, 64-67), que con excepción Señor están atentos «a los justos»). OLXalOl
te «sobre qué acontecimientos va a componer
En Hech 12, 15, la muchacha insiste en que de Dt 4, 8 (donde se habla de la ley de Dios: designa a los piadosos en el sentido del AT y
él un relato histórico» (1 7, 4 JtEQL 'tLVWV
()lXaLWf-ta'ta xaL xQLf-ta'ta) siempre se refiere del judaísmo, principalmente a los piadosos
JtOlOUf-tal JtQayf-tá'twv 'tl]V Ol'Ií y'l'] <JlV; cf. Pedro está a la puerta.
a personas, sean seres humanos o Dios. En el de los tiempos antiguos (Mt l3, 17; 23, 29,
también Polibio III 4, 1; Diodoro Sículo XI
20,21; 2 Mac 2, 24, 32; Josefa, Bell VII, 42; blXaLOXQt(Jí,a, a;, tl dikaiokrisia juicio NT lo que se describe por medio del adjetivo junto a «profetas»). Nos permitimos poner en
Ant XX, 157; W. C;. van Unnik, Once more Sto justo* calificativo son también principalmente los duda que Mateo use a veces el plural «con es-
Luke's Prologue: Neotestamentica 7 [1973] 7- En Rom 2, 5 dícese del día «de la revela- seres humanos o Dios. Entre las cosas a las pecial referencia a aquellas personas de la co-
26). Es poco probable que en el uso que Lu- ción del juicio justo de Dios»; cf. 2 Tes 1, 5 que se aplica este adjetivo se halla principal- munidad que testifican, instruyen y enseñan»
983 984 985 ()LXaLOa'Úvr¡ 986

(Hill, i1IKAIOI, 302). Cuando Mateo aplica bien como la indicación de una finalidad, el lhx<uoaúvq, t);, tí dikaiosyne justicia* 194-214 (bibliografía); G. Strecker, Der Weg der Ge-
rechtigkeit: Untersuchung zur Theologie des Matthiius
el adjetivo a cristianos (10, 41; 13,49), lo ha- pasaje afirma que Dios se muestra como el (FRLANT 82), Gtittingen '1971; P. Stuhlmacher, Zur
1. Aparición del término en el NT - 2. Significado
ce en relación íntima con su «concepto teoló- Justo por excelencia en el sacrificio expiato- fundamental - 3. En Pablo - 4. oLxmo(Júv1j {}EOií en neueren Exegese von Rom. 3, 24-26, en FS Kümmel,
gico orientador» --+ 6LXaLOO'ÚV'I1 (5). rio de la muerte de Jesús. 1 Jn 1, 9 llama a Pablo - 5. En Mateo - 6. En los demás escritos del NT. 315-333; Id., Gerechtigkeit Gottes bei Paulus
Dios«fiel y justo, de tal manera que nos per- (FRLANT 87), Gtittingen 1965; U. Wilckens, Carta a
El adjetivo se atribuye a las siguientes per- Bihl.: K. Berger, Neues Material zur «Gerechtigkeit los Romanos 1, Salamanca 1989, 225-286; D. Zeller,
sonas concretas Ca Jesús --+ c): José (Mt, 1, 19; dona los pecados». Gottes»: ZNW 68 (1977) 266-275; R. Bultmann, Juden und Heiden in der Mission des Paulus. Studien
6txaLoe; wv tiene quizás sentido concesivo: OLXUW(JÚV1j {}eoií: JBL 83 (1964) 12-16; A. Des- zum Rom (FzB 1), Stuttgart 1973, 163-188; J. A. Zies-
c) En el NT, a Jesús se le llama 6lXatOe;, camps, Les Justes et la Justice dans les évangiles et le ler, The Meaning of Righteousness in Pau/. A Linguistic
«aunque era justo», --+ 'IffioÍ]ep 4), Abel (23,
refiriéndose sobre todo a su Pasión. Esta ma- christianisme primitif hormis la doctrine proprement and Theological Enquiry (SNTS Mon 20), Cambridge
35 y Heb 11, 4), Juan el Bautista (Mc 6, 20; paulinienne, Louvain 1950; A. Dihle, Gerechtigkeit,
nera de hablar no la emplean sólo enunciados 1972; H. Zimmermann, Jesus Christus, hingestellt als
aV~Q 6txaLoC; xaL aYLOe;), Zacarías e Isabel en RAC X, 233-360; M. J. Fiedler, OLXUW(JÚV1j in der Sühne - zum Erweis der Gerechtigkeit Gottes (Rom 3.
(redaccionales) tardíos como Mt 27, 19 (27,
(Lc 1, 6), Simeón (2, 25), José de Arimatea diaspora-jüd. und intertestamentarischen Literatur: 24-26), en FSf J. Kard. Hoffner, Ktiln 1971,71-81.
24 v.l.); Lc 23, 47, que caracterizan más bien JSJ 1 (1970) 120-143; E. GraBer, Rechtfertigung im
(23, 50; aV~Q aya'froe; xaL MXaLoe;, --+
a Jesús, en sentido moral, como el que ha si- Hehr., en FS Ktlsemann, 79-93; W. Grundmann, Zur 1. El sustantivo 6LXatOO'ÚV'I1 aparece en el
'IffioÍ]ep 6), Cornelio (Hech 10, 22; aV~Q gegenwtlrtigen Diskussion um das Versttlndnis der
do condenado injustamente, sino que la en- NT 91 veces, y de ellas 57 veces en los escri-
MXaLoe; xaL epO~O'ÚIlEVOe; 'tov 'frEÓV), Lot (2 «Gerechtigkeit Gottes» im ntl. Verstiindnis: ThJb (L)
contramos también en fórmulas que aparecen tos paulinos, de las cuales 33 se encuentran en
Pe 2, 7). Como un requisito que el episkopos 13 (1970) 99-117; Id., Der Lehrer der Gerechtigkeit
en el libro de Hechos y que han sido determi- von Qumran ud die Frage nach der Glauhensgerech- la Carta a los romanos. 6LXatOO'ÚV'I1 es una de
debe satisfacer, se halla el adjetivo 6txaLoe;
nadas por una terminología cristológica más tigkeit in der Theologie des Apostels Paulus: RQum 2 las «palabras preferidas» en las cartas pauli-
junto a amoe; en Tit 1, 8. (1960) 237-259; E. Güttgemans, «Gottesgerechtig-
La cita de Hab 2, 4 LXX Ó (68) 6txaLoe; EX antigua: 3, 14: (<<el Santo y Justo»); 7, 52 (<<la nas. El término representa en ellas un concep-
keit» und strukturale Semantik. Linguistische Analyse
venida del Justo» había sido vaticinada); 22, to guía de primer rango, de tal manera que ha-
:rdO'tE<De; (Ilov) ~Í]OE'taL aparece tres veces zu OLXUW(JÚV1j {}EOií, en Id., Studia linguistica neo-
14 (Pablo debía «ver al Justo»). testamentica, München 1971,59-98; G. Herald, 20m brá que examinar si el lenguaje paulino ha
en el NT: cf., a propósito, H. C. C. Cavallin:
und Gerechtigkeit Gottes bei Paulus. Eine Untersu- influido también, y hasta qué punto lo ha he-
StTh 32 (1978) 33-43. Pablo la utiliza en chung zu Rom 1, 16-18 (EHS 23, 14), Bern-Frankfurt
Había una tradición judía que designaba al Me- cho, en la aparición del término en los escritos
Rom 1, 17 Y Gál 3, 11 en relación con la teo- a. M. 1973; H. Hübner, Existentiale Interpretation der
sías esperado como el «Justo», y que aparece tan- posteriores del NT (--+ esp. 6). Es digno de te-
logía de la justificación, --+ 6LXaLOO'ÚV'I1 3.4. paulinischen «Gerechtigkeit Gottes». Zur Kontroverse
to en la apocalíptica (Hen [et] 38, 2; 53, 6) como R. Bultmann-E. Kiisemann: NTS 21 (1974-1975) 462- nerse en cuenta el hecho de que el término,
El justo es aquí «el que ha sido justificado por en los escritos rabínicos (cf. Billerbeck 11, 289s;
la fe, a quien Pablo en otras partes llama
488; E. Kasemann, Gottesgerechtigkeit nach Paulus: además de aparecer en Pablo, e independiente-
Dechent; Mach); cf. SalSl 17, 32. Ahora bien, de- ZThK 58 (1961) 367-378; Id., Para comprender Rom mente de él, aparezca también en Mateo: 7 ve-
6LXatffi'frde;» (Schrenk, 193; cf. Rom 3,26; 5, bemos comparar con ella también la extensa tra- 3,24-26, en Estudios exegéticos, Salamanca 1978, 15-
dición con el motivo del «Justo sufriente», que 20; K. Kertelge, «Rechtfertigung» bei Paulus. Studien ces, además de las 17 que encontramos el ad-
1.19). En Heb 10, 38 la cita se halla en un
aparece en una forma plasmada apocalípticamen- zur Struktur und zum Bedeutungsgehalt des pln Recht- jetivo 6txatoe;. Es también importante el uso
contexto que exhorta a permanecer en la fe
te en Sab 2, 12*-20 Y 5, 1-7 (Ruppert, Der lei- fertigungshegriffs (NTA NF 3), Münster i. W. '1971 del término en las Pastorales (5 veces), en San-
(10, 32-39) Y que establece un contraste entre (bibliografía); G. Klein, Gottes Gerechtigkeit als The-
dende Gerechte, 70-105; Jesus, 23s). Es probable tiago (3 veces junto a otras 3 veces 6LXatoiív y
la fe y la «retirada cobarde» ('Ú:nOO'tOAÍ], vv. ma der neuesten Paulus-Forschung: VF 12 (1967)
que el cristianismo primitivo, enlazando con esta 2 6(xatoe;) y en la Carta primera de Juan (3
38s). cuaderno 2, p.l-lI; K. Koch, Die drei Gerechtigkei-
tradición, plasmara ya el título cristológico de ó veces junto a las 6 que aparece el adjetivo).
ten. Die Umformung einer hehrtlischen Idee in ara-
OLXaLOS;.
b) Que Dios es justo, no sólo lo afirman mt!ischem Denken nach dem Jesajatargum, en FS Kii-
frecuentemente el AT y el judaísmo, sino tam- semann, 245-267; O. Kuss, Der Romerhrief. Erste 2. El significado de 6LXaLOO'ÚV'I1 corres-
Lucas recogió la designación (judía o) cris- Lieferung, Regensburg 1957, 115-121; B. Lindars,
bién textos paganos (cf. Bauer, Worterbuch, OLXUW(JÚV1j in Jn 16, 8 and 10, en FS Rigaux, 275- ponde al uso que se hace de este término en la
s. v. 2). En el NT encontramos relativamente tiano-primitiva de «el Justo» y designó con lengua griega. En el NT justicia adquiere su
285; E. Lohse, Die Gerechtigkeit Gottes in der pln
pocas veces enunciados de esta clase; faltan, ella a Jesús como el Mesías (Ruppert, Jesus, Theologie, en Id., Einheit des NT, Gtittingen 1973, sentido concreto dentro de diversos contex-
por ejemplo, en los Evangelios sinópticos. 47s). 1 Jn 2, 29 Y 3, 7 enuncian la exigencia 209-227; C. Müller, Gottes Gerechtigkeit und Gottes tos. El sentido vétero-testamentario y judío de
de hacer la <<justicia» y la deducen de la rela- Volk. Eine Untersuchung zu Romer 9-11 (FRLANT
Con respecto a su actividad de juzgar, Dios es 86), Gtittingen 1964; M. Ossege, Einige Aspekte zur «don de la salvación» (Cremer-Kogel, 311)
justo; él, como juez, es 6txatoe; y aOLOe; (Ap ción con Jesús el justo. En 1 Jn 2, 1 se descri- compite con el sentido griego de <<justicia, le-
Gliederung des nt/. Wortschatzes (am Beispiel von di-
16, 5; cf. Sal 144, 17; Dt 32, 4 LXX). Según be a Jesús el justo como :naQáXA'I1'tOe;. 1 Pe 3, kaiosyne bei Mt): LingBib 34 (1975) 37-101; A. Pluta, galidad, rectitud ... , recta condición, especial-
1 Pe 2, 23, Cristo deja la retribución en manos 8 utiliza la idea de la representación vicaria Gottes Bundestreue. Ein Schlüsselbegriff in Rom 3, mente igualdad» (Passow 1, 688), jusHcia en
para decirnos que Jesús murió como 6txatoC; 25a (SBS 34), Stuttgart 1964; E. Plutta-Messer-
de 't0 xQtVOV'tL 6Lxatffie;. También la invoca- schmidt, Gerechtigkeit Gottes bei Paulus (HUTh 14), el sentido de iustitia distributiva, 6PWLOO'ÚV'I1
ción que Jesús pronuncia en su oración, 'Ú:n8Q aMxffiv. En la misma línea que los Tübingen 1973; Schelkle, Teología I1I, 145-169; H. como una aQE'tÍ], En varios pas¡ijes, ambos
:ná'tEQ MXatE (Jn 17, 25), va dirigida al Dios enunciados acerca del Juez divino (--+ b) se Schlier, Grundzüge einer pln Theologie, Freíburg í. ramales influyen en la historia ejel significado
que retribuye con justicia. Sea que la frase de; halla 2 Tim 4, 8: el Kyrios (Jesús, cf. el v. 1) Br. 1978,48-54; H. H. Schmíd, Gerechtigkeit als Welt-
de 6LXatOa'ÚV'I1 en el NT.
es el «Juez justo». ordnung. Hintergrund und Geschichte des alttesta-
'to ELVaL alJ'tov 6 tXatOV , en Rom 3, 26, se mentlichen Gerechtigkeitsbegriffes (BHTh 40), Tübin- Ahora bien, en la mayoría de los pasajes del
entienda como una explicación de ev6ELSLe;, o G. Schneider gen 1968; G. Schrenk, OLxmo(JúV1j, en ThWNT 11, NT, el significado del término se halla deter-
987 <hxULoOÚVll 988 989 OLXULOOÚVr¡ 990

minado por la historia del concepto en el AT y to obrar de los hombres encuentra su «norma» tero testamentaria y judía, él ve en la justicia Pablo se esfuerza ahora por demostrar, es-
en el judaísmo. Varias veces se hace referen- en la conducta justa de Dios. no sólo un atributo moral de Dios y/o del pecialmente ante los judíos, que la relación
cia explícita al uso del término en el AT grie- Así, pues, CLXULOOÚV'Y), en la combinación hombre, sino que, con referencia al hombre, íntima que existe entre la fe y la justicia es
go, por ejemplo, a Gén 15, 6 en Rom 4, 3-22: CLXaLOOÚV'Y) {}wu, se convierte especialmen- es un elemento esencial que hace que el hom- conforme a la Escritura, y trata de garantizar
Gál 3,6, Y Sant 2,23; al Sal 111,9 en 2 Cor te en Pablo (---+ 4) en la expresión de la unidad bre sea enteramente lo que debe ser en rela- así el carácter de la CLXaLOOÚV'Y) como gracia.
9, 9; al Sal 44, 8 LXX en Heb 1, 9. Además, existente entre la acción escatológica de Dios ción con Dios y con los hombres. Tal «recti- Según Gén 15, 6, la fe de Abrahán, «nuestro
el uso de <hxaLooúv'Y) muestra conexiones de juzgar y de salvar. De otra manera se con- tud» es capaz Pablo de afirmarla ahora -en antepasado según la carne» (Rom 4, 1), «le
textuales con el AT en Hech 17, 31 (cf. Sal 9, cibe la conducta de la justicia divina en 2 Pe virtud del conocimiento que le ha sido conce- fue contada como justicia» (Gál 3, 6; Rom 4,
9; 95, 13; 97, 9 LXX); en 2 Cor 9, 9 (cf. Os 1, 1: La <<justicia de nuestro Dios y Salvador dido (Gál 2, 16)- de aquel que que vive su vi- 3.5.6.9.22). De todo esto hay que deducir: por
10,12); en Ef 6,14 (cf. Is 59,17; 11,5) Y en Jesucristo», que representa el fundamento pa- da «en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y la fe, no por las obras de la ley, consiguió
Ap 19, 11 (cf. Sal 95, 13 LXX). ra la «fe igualmente preciosa» de los judeo- se entregó por mí» (2, 20). Lajusticia, que de- Abrahán la justicia. De esta manera Abrahán
El trasfondo del lenguaje vétero-testamen- cristianos y de los cristianos gentiles, debe termina e impregna la vida del cristiano, no se se convierte en ejemplo destacado de la justi-
tario y judío se reconoce también o se vislum- entenderse aquí manifiestamente como un espera ni se produce por la ley y por el cum- cia por la fe, y la fe de Abrahán llega a ser el
bra en muchos otros pasajes, como ocurre es- atributo de Dios, por el cual él «distribuye a plimiento de sus preceptos, como se piensa en tipo del camino cristiano de la salvación.
pecialmente en Mt 5, 20 (cf. Sal 118, 19s; Is todos lo mismo» (K. H. Schelkle, Die Petrus- el judaísmo descrito por Pablo, sino que es un Corresponde a la proclamación que Pablo
26,2); Le 1,75 Y Ef 4,24 (cf. Sab 9, 3; Dt 32, briefe [HThK], 185). Este significado, que don debido a la entrega de amor que Jesús hi- hace de la salvación el hecho de que con el
4; Sal 144, 17 LXX); Rom 1,17 (cf. Sal 98, 2; corresponde a la idea griega de la virtud, debe zo en su muerte (Gá12, 21). concepto de CLXaLOOÚV'Y) se muestre también
Is 56, 1) Y Flp 1, 11 (cf. Am 6, 12). De todo distinguirse exactamente del significado fun- Con esto se ve ya claramente que el concep- la dimensión escatológica de la salvación.
ello se deduce que, para averiguar el signifi- damental que se deriva de la historia vétero- to de justicia en Pablo tiene que ver más con la Por de pronto, la fundamentación de la CL-
cado fundamental de CLXaLOOÚV'Y) en el NT, testamentaria y judía del concepto. soteriología que con la ética. Como concepto XULOOÚV'Y) concedida gratuitamente al hom-
hay que tener en cuenta más que nada el sig- El concepto neotestamentario de CLXaLO- soteriológico clave del don de la salvación bre, que se basa en la acción de Dios, y la co-
nificado fundamental que el término tiene co- oúv'Y) adquiere cierta dilucidación en varios ofrecida en Cristo, se halla en firme correla- municación de la misma por medio de la fe,
mo concepto de relación, y que se halla plas- pasajes por su yuxtaposición con conceptos ción con el concepto de la fe -por un lado- y nos permiten conocer la básica determinación
mado en el AT y en el judaísmo, frente al opuestos y con conceptos paralelos. Los pri- con el concepto de la ley -por el otro lado-o A escatológica del concepto que Pablo tiene de
significado griego de justicia como noción meros son (aoÉ~ELu y) aCLxLu (Rom 1, 17s; la justicia exigida por la ley y fundada en el la justicia. Además, Pablo acentúa en Gál 5, 5
doctrinal sobre las virtudes. 3, 5; 6, 13, cf. 4, 5; 5, 6s; Ap 22, 11), ál-luQ- cumplimiento de la ley, a la CLXaLOOÚV'Y) EV el carácter escatológico permanente de la CL-
Según la comprensión vétero-testamentaria -du (y {}ávuto~) (Rom 6, 16.18.20), (axu- VÓI-lt¡) (Flp 3, 6) ó EX VÓI-lOU (3, 9; Rom 10, 5) XULOOÚV'Y): los creyentes esperan por medio
y judía, «justicia» (en hebreo, :¡edeq / :¡ediiqa) {}UQOLU y) aVOI-lLU (Rom 6, 19; 2 Cor 6, 14; ó a la tCLU CLXaLOOÚV'Y) (Rom 10, 3; cf. Flp 3, del Espíritu (santo) el don salvífico de la CL-
designa la «recta» conducta de Dios y de los Heb 1, 9 = Sal 44, 8 LXX). Como conceptos 9), Pablo contrapone la justicia de la fe, la XULOOÚV'Y). En esta perspectiva de expecta-
hombres, no con respecto a una norma ideal de paralelos de CLXaLOOÚV'Y) encontramos ~UOL­ CLXULOOÚV'Y) EX JtLOtEW~ (Rom 10,6) Ó, según ción creyente, la justicia es ysigue siendo, in-
rectitud, sino con respecto a las relaciones Adu (tOU {}wu) (Mt 6, 33), ÓOLÓt'Y)~ (Le 1,75; la expresión que encontramos en Flp 3, 9 y cluso la justicia comunicada ya en la fe, un
existenciales concretas que existen entre dos Ef 4, 24), EyxQátELU (Hech 24, 25), dQlÍv'Y) que tiene el mismo significado, la «justicia objeto de esperanza.
socios. En este sentido, la justicia es la caracte- y XUQá (Rom 14, 7), OO<jlLU y áyLUOI-lÓ~ que procede de Dios», ti]v EX {}wu CLXaLO- La justicia concedida gratuitamente al cre-
rística de Dios en su conducta hacia su pueblo (l Cor 1, 30), ayu{}woúv'Y) y aAlÍ{}ELu (Ef oÚv'Y)v. La <<justicia por la fe» quiere decir: yente exige del mismo un total servicio a la
(cf. Rom 3, 5) de conformidad con su pacto. 5, 9), EUOÉ~ELU, :rtLOtL~, ayáJt'Y), 'ÚJtOl-lovlÍ, Dios crea justicia, no por el viejo camino de la justicia: Rom 6, 12-23. El don de la CLXULO-
Por otro lado, Dios exige la realización de la JtQuiiJtá{}ELU (1 Tim 6, 11, cf. 2 Tim 2, 22). ley, sino a partir de las nuevas posibilidades de oúv'Y) (5, 17) determina en el creyente un
justicia que permita a los hombres subsistir an- En la visión de conjunto se confirma la hipó- la fe, la cual, en vista del acontecimiento que «cambio de servicio»; le traslada a una nueva
te él (Sant 1, 20). En este último sentido, el tesis de una doble dimensión del uso neotes- se ha cumplido en el presente, debe definirse relación de obediencia hacia Dios (6, 13.22) o
concepto está caracterizado en mayor grado tamentario del término CLXaLO-Oúv'Y): como como fe en Jesucristo. La ley no puede repre- hacia el don concedido gratuitamente por
que en el AT por el componente de rectitud concepto clave en teología y soteriología y sentar el poder vivificador de Dios (cf. Gál 3, Dios (6, 18). En una comparación llena de
moral que domina en el uso griego del término como expresión de la conducta moralmente 21). Antes al contrario: por el poder victorioso' plasticidad, Pablo caracteriza el servicio que
(Hech 10, 35; 13, 10; 24, 25; 1 Tim 6, 11; 2 recta del hombre. de la fe, de la fe determinada por Cristo, la ley los justificados prestan a la justicia como un
Tim 2, 22; 3, 16; 4, 8; 2 Pe 2, 5). Desde luego, ha llegado a su fin, de tal manera que precisa- compromiso y entrega total a la lucha. Por ser
para todo el uso que se hace del término en el 3. Para Pablo el concepto de CLXaLOOÚV'Y) mente el final de la ley, que se ha producido los que han muerto al pecado y viven ahora
NT, la idea fundamental es que la <<justicia», en se halla en relación íntima con el aconteci- Con la obra salvífica de Cristo, hace que la jus- para Dios, los justificados deben emplear a
el sentido original, le corresponde a Dios como miento central de la salvación, que tiene su ticia comunicada por medio de la fe aparezca fondo sus miembros como «armas de la justi-
Juez que es y Salvador de los suyos (ideas que lugar histórico en la muerte y la resurrección como realidad salvífica universal para judíos y cia» (6, 13; cf. 2 Cor 6, 7). El genitivo CLXaLO-
se hallan en permanente tensión), y que el rec- de Jesús. En conformidad con la tradición ve- para gentiles: Rom 10, 4. oúv'Y)~ no es aquí seguramente un simple ge-
991 ()LXUWGÚVr¡ 992 993 bLXmOGÚvr¡ 994

nitivo de cualidad, sino que designa sobre to- 4. En Pablo, el concepto de bLxmoa'Úvr¡ en en el pacto, el espacio vital concedido graciosa- iniciativa de la acción de Dios. Pablo hace
do el fin y la orientación con que hay que em- la combinación bLxmoa'Úvr¡ 'frwu se convier- mente por Dios, su intervención salvadora. La au- que la cuestión acerca de Dios preceda a la
plear a fondo las armas en la lucha: hay que tocomunicación de Yahvé en su «justicia» exige cuestión acerca de la salvación del hombre; al
te en una expresión que sintetiza su predica- la justicia de Israel ante Yahvé, una conducta rec-
ponerlas al servicio y en pro del poder de la ción, en una especie de «fórmula kerigmática presupuesto y fundamento teológico-cristoló-
ta que sea agradable a Dios, una conducta que ex-
justicia, para que impere su dominio frente al abreviada». En el evangelio que él proclama cluya toda «impiedad» (Sal 1; 15; 24; 112). gico se le da precedencia sobre el aspecto an-
pecado. Hay que tener en cuenta que la justi- por la vocación recibida de Dios, se revela la El judaísmo posterior al AT conserva la mane- tropológico-soteriológico del acontecimiento
cia concedida gratuitamente bajo las exigen- justicia de Dios (Rom 1, 17; 3, 21s). Eviden- ra de hablar del AT, en parte concordando literal- de la justificación. El uso del concepto bL-
cias éticas dirigidas al creyente en Rom 6, no temente, este concepto era ya bien conocido mente con él, como ocurre por ejemplo en Qum- xmoa'Úvr¡ 'frwu presupone, pues, la pregun-
se trasmite evidentemente junto con unajusti- en el judeocristianismo, antes de Pablo, como rán, donde la <<justicia de Dios» (en singular y en ta: ¿Quién es Dios? El Dios a quien Pablo
cia realizada por el hombre. El significado plural) designa el poder salvífico de Dios, que él proclama, es el Dios que en constante fideli-
expresión del acontecimiento salvífico, según manifiesta en sus «demostraciones de salvación»
escatológico-soteriológico de la ~>Lxmo­ sugieren los análisis de crítica textual que se dad a sí mismo y a su pueblo, se ha revelado
en favor de sus «elegidos», borrando los pecados
a'Úvl'l persiste aun allá donde la (>Lxmoa'Úvr¡ han hecho de los textos de 2 Cor 5,21 y Rom y estableciendo su «pacto» (IQS 1,21; 10,23.25; en Jesucristo. Su justicia se ha hecho mani-
se asocia con el imperativo ético. Inversa- 3, 25s. Es fundamental para la comprensión 11, 3.5.12.14; lQH 7, 19 Y passim). En círculos fiesta «por medio de la fe en Jesucristo» (Rom
mente, persiste también la expectación de que del concepto el uso que de él se hace en el AT orientados apocalípticamente, la justicia de Dios 3, 21s). Por tanto, bLxmoa'Úvr¡ 'frwu debe en-
los cristianos produzcan «fruto» que consiste y en el judaísmo. Fue un concepto comunica- se convierte en la expresión del juicio escatológi- tenderse como genitivo subjetivo y no como
en la justicia (Flp 1, 11: xUQ:7tOV bLxmo- co de Dios con el doble efecto de la salvación y genitivo objetivo o como genitivo de origen
do y fomentado por la predicación cristiana justificación de los que le son fieles y la conde-
a'Úvr¡~; cf. Rom 14, 17; Ef 5, 9), un fruto que, más antigua, y que Pablo recoge, pero dando (según piensan Bultmann y otros) refiriéndo-
nación y retribución punitiva de los <<injustos».
por cierto, ha llegado a ser posible «por me- al mismo tiempo a la expresión bLxmoa'Úvr¡ Pablo, por su parte, pudo enlazar con la interpre- se a Flp 3, 9. La <<justicia de Dios» no signifi-
dio de Jesucristo». 'frwu su propia impronta teológica y su peso tación escatológico-soteriológica del judaísmo. ca la justicia que el hombre recibe de Dios co-
Entre las diversas combinaciones con bL- específico. Pero no lo hizo sin convertir en objeto de sus ata- mo suya y que, por tanto, es válida ante Dios,
xmoa'Úvr¡ que encontramos en Pablo, la ex- ques las estrecheces de la comprensión judía de la sino que es el derecho de Dios sobre el hom-
presión bLxmoa'Úvr¡ 'frwu tiene un rango teo- En los escritos del AT la <<justicia de Yahvé» es justicia de Dios, a la que tilda de <<justicia propia» bre, el derecho que Dios demuestra en su ac-
lógico especial. Junto a ella podemos men- el comportamiento de Yahvé que se atiene al pac- del hombre, y convirtiendo esos ataques en punto
ción sobre el hombre, declarándole justo.
cionar la expresión bLxmoa'Úvr¡ 'tfí~ :7tLa'tEw~ to. En el «pacto», Israel experimenta la justicia de partida para su propia interpretación de la jus-
ticia de Dios. (Sobre el desarrollo y los diferentes La sección de Rom 3, 21-26, que es espe-
(Rom 4, 11.13) -la <<justicia determinada por de Yahvé como condición de su propia existencia, cialmente representativa para el mensaje pau-
como la iniciativa de Yahvé consistente en entre- niveles que existían en la comprensión judía del
la fe», y que, por tanto, no es enteramente si- concepto, cf. Stuhlmacher, Rechtfertigung, 24- lino de la justificación, indica claramente la
nónima de bLxmoa'Úvr¡ EX o bux :7tLa'tEw~ (9, garse a su pueblo, una entrega que Dios confirma
constantemente mediante la «demostración de su 45; Wilckens, Carta a los romanos 1, 262-274). estrecha relación que existe entre el enfoque
30; 10, 6)- así como también las combinacio- teológico y la intención soteriológica. Según
justicia» (en plural: Ijidqót de Yahvé, Jue 5, 11; 1
nes de palabras en que bLxuwa'Úvr¡ está en Sam 12, 7; Sal 103, 6; Miq 6, 5; Dan 9, 16; cf. Is La más antigua proclamación judeocristia- esto, bLxuwa'Úvr¡ 'frEOU caracteriza a la ac-
genitivo. Hay que explicar como genitivo 45, 24 Ypassim). Los salmos ensalzan la justicia na de la justicia de Dios, con anterioridad a ción salvífica de Dios como su intervención
epexegético xUQ:7tO~ bLxmoa'Úvr¡~ (Gál 5, 5; de Yahvé (Sal 22, 32; 50, 6;71, 24); esa justicia se Pablo, que aparece en 2 Cor 5, 21 Y Rom 3, salvadora y re-creadora en el contexto de per-
cf. supra) y bWQEU bLxmoa'Úvr¡~ (Rom 5, demuestra en la asistencia concreta en las necesi- 25-26a, muestra una orientación hacia la idea dición en que se hallaba la historia humana
17). Es un genitivo objetivo el genitivo que dades de la vida (Sal 40, 11; 51, 16; 112,9), en la
vindicación de los que han sido desposeídos de del pacto, de conformidad con la tradición ve- bajo el poder del pecado. La justicia de Dios
aparece en las siguientes expresiones: VÓ!lO~
sus derechos, de los oprimidos y de los pobres terotestamentaria y judía: Dios comunica a adquiere carácter histórico-escatológico en la
bLxmoa'Úvr¡~ (Rom 9, 31: la ley que promete
(Sal 35, 24: «¡Vindica mi derecho conforme a tu los hombres la justicia que perdona los peca- persona y en la historia misma de Jesús. Por
y exige justicia), EA:7ti.~ bLxmoa'Úvr¡~ (Gál 5,
justicia!»; 5, 9; 7, 9; 9, 5). Aquí se muestra tam- dos y que renueva el pacto. Este don de la sal- eso, está referida a la fe en Jesucristo, y por
5, cf. supra), bLUXOVLU bLxmoa'Úvr¡~ (2 Cor bién la unidad existente entre la actividad de Dios
3, 9; el servicio que es para justicia) y corres- vación procedente de Dios y, con ello, la «de- cierto lo está de tal manera, que su revelación
como Juez y su actividad como Salvador. En el mostración de su justicia» se hizo posible se percibe (únicamente) a través de la fe en
pondientemente bLáxovo~ bLxuwa'Úvr¡~ (2 juicio, Dios vindica el derecho de los suyos, les
Cor 11, 15). Podría haber un genitivo como proporciona salvación; y esto incluye la justicia mediante la muerte expiatoria padecida vica- Cristo, y ella misma se capta y «se apropia» a
sujeto en 2 Cor 9, 10: yEVYt!lU'tU 'tfí~ bLXUW- punitiva de Dios. En el Deuteroisaías, la justiciá riamente por Jesús. Esta perspectiva de la jus- través precisamente de esa fe. La justicia de
a'Úvr¡~. «Con característica limitación del sig- de Yahvé se convierte en la expresión que englo- ticia de Dios, que es a un mismo tiempo una Dios no se realiza plenamente como poder
nificado del término» (Bauer, Worterbuch, ba el cambio esperado: ese cambio que ha de tra- perspectiva teológico-cristológica y una pers- salvífico sino por la fe en Jesucristo; adquiere
s. v. 2a), bLxmoa'Úvr¡ (con arreglo al Sal 111, er la salvación (Is 45,8; 46, 13; 51, 5.6.8. pectiva soteriológica, impulsó decisivamente así validez universal en la unidad de judíos y
Una visión de conjunto de la relativa frecuen- a Pablo a dar su interpretación, que va más gentiles bajo la gracia de Dios, la cual destru-
9 LXX) debe entenderse en este versículo co- cia con que el término aparece en el AT, nos hace
mo «misericordia», «actividad benefactora». allá todavía. ye la injusticia. Esta justicia de Dios que efec-
comprender que la expresión <<justicia de Dios»
Por tanto, yEVYt!lU'tU 'tfí~ bLxuwa'Úvr¡~ son tiene cierta amplitud de significado. Significa la Con arreglo a la manera de hablar del AT, túa la salvación por la fe, es rechazada por Is-
los «frutos» producidos por la actividad bene- fidelidad de Dios al pacto, sus actos vindicadores Pablo, al utilizar el concepto de bLxmoa'Úvr¡ rael, porque no reconoce la identidad de la
factora de los corintios. de la justicia, el orden de vida que tiene vigencia 'frEOU en la Carta a los romanos, acentúa la justicia de Dios para judíos y gentiles como la
995 OL'ltULOO'ÓV'f] 996 997 OL'ltaLOO'ÓV'f] 998

verdadera fidelidad de Dios a sí mismo y a su bres» (Mt 5, 3), «los que tienen hambre y sed la ley. Y lo proclama como un juicio justo de La justicia concedida como herencia a Noé,
pueblo: esa fidelidad que se ha revelado en de justicia» (5, 6), pueden estar seguros de Dios que de.clara justo al pecador. Para Ma- está determinada por la fe ('tii~ xu'ta n(a'tLv
Jesucristo (Rom 10, 3). que sus derechos no van a quedar olvidados teo, la unidad de la voluntad de Dios -una vo- 6Lxmoaúvll~ XA.llQoVÓf-tO~). Pero Hebreos, a
La idea de la justicia de Dios no debe inter- bajo la injusticia sufrida. Dios, con la apari- luntad que exige y que salva- permanece den- pesar de tales puntos de contacto, no se halla
pretarse en Pablo aisladamente, sino tan sólo ción de Jesús en público, ha comenzado ya a tro de la ley, aunque la conducta de los directamente en la tradición de Pablo. Combi-
a partir del contexto de toda la predicación hacer valer los derechos de ellos, de tal mane- hombres en forma de la justicia propia de que na un significado ético procedente de la histo-
paulina. Así se ve claramente que el hombre ra que ellos captan ya ahora lo que Dios ha hacen gala los fariseos ('ÚnóxQL(JL~: Mt 23, ria griega y helenística del concepto, con una
no tiene más salvación que la que Dios comu- hecho posible y, por su parte, tratan de reali- 28; cf. 6,2.5.16; 7, 5) yerra en cuanto al cum- <<justicia» basada en el juicio de Dios sobre el
nica en su justo juicio. Precisamente esa ac- zarlo mediante el cumplimiento de la volun- plimiento de la ley. En la predicación y en la <<justo» (11,4) y que corresponde a Noé como
ción judicial de Dios la contempla Pablo co- tad de Dios. Por eso, la exigencia de Jesús en conducta de Jesús se hace patente el verdade- cosa prometida a causa de su fe. Esto aparece
mo indisolublemente unida a la cruz de Jesús. 6,33: «Buscad primero el reino (de Dios) y su ro «camino de la justicia», por el cual «los con especial claridad, cuando en 11, 33 se en-
justicia» sitúa el imperativo dentro del con- justos» consiguen la «vida eterna» (25,46). salzan los actos de justicia como característi-
5. Fuera de las Cartas paulinas, el concepto texto amplio de la proclamación que Jesús ha- ca de la fe extraordinaria de los jueces y pro-
de ~kx.mo(rÚVll es un motivo teológico cen- ce de la salvación. La basileia escatológica de 6. Junto al uso teológico de 6Lxuwaúvll fetas del AT. El «fruto de paz de la justicia»
tral en Mateo. La 6Lxmoaúvll ha sido puesta Dios se acerca ahora a los hombres como un que tiene su particular impronta en las Cartas (12, 11; cf. Sant 3, 18), nacido de los esfuer-
redaccionalmente por Mateo en todos los pa- don, precisamente en la forma de la justicia. paulinas y en Mateo, hay también nada menos zos morales, hace resaltar igualmente el signi-
sajes (Strecker, 153). De esta manera, el evan- De ahí que la exigencia de una <<justicia me- que una tercera parte de textos pertinentes ficado ético fundamental del concepto de 6L-
gelista interpreta el camino de Jesús como el jor» no sea una exigencia desmesurada que se que se encuentran en los demás escritos del xmoaúvll·
«camino de la justicia» (21, 32), anunciado ya haga a los discípulos, sino que es la indica- NT. En ellos no es fácil reducir a común de- Las repercusiones que se sienten en la Car-
por Juan el Bautista que preparaba el camino ción de un camino, determinado por la expo- nominador el significado de 6Lxmoaúvll, de ta de Santiago del uso paulino de 6Lxmoaúvll
del Señor (3, 3; 11, 10), y que está representa- sición concreta de la voluntad de Dios en el tal manera que en cada caso concreto hay que se dilucidan principalmente en relación con el
do en el llamamiento que él hace a la peniten- material ilustrativo de las antítesis de 5, 21-48 decidir si lo determinante es más bien el uso empleo del verbo --> 6Lxmów. La cita de Gén
cia. El «camino de la justicia» se convierte así y determinado también por la presencia «per- de este concepto en el AT Y en el judaísmo, 15, 6 en Sant 2, 23 no debe hacernos olvidar
en la expresión de la justicia que Dios exige a manente» de Jesús como maestro de su Igle- trasmitido quizás a través del uso paulino, o si que aquí se afirma (en contraste con la inter-
los hombres. sia (28, 18-20). Precisamente en el empleo del lo determinante es más bien el significado éti- pretación de Rom 4 y Gál 3) una justicia ante
Desde un principio, aun antes del bautismo concepto de 6Lxmoaúvll en el Sermón de la co que predomina en el ámbito lingüístico Dios -como ocurre también con el significado
de Jesús, la misión de Jesús se dirige hacia la Montaña aparece la identidad, llena de tensio- griego. de 6Lxmoaúvll {}Eoií en 1,20- que no se ba-
<<justicia» que hay que «cumplir» (3, 15). La nes, entre el indicativo de la promesa divina Evidentemente, el contraste paulino entre la sa simplemente en la «fe», sino en la fe de-
«justicia» se convierte en el programa de Je- de salvación y el imperativo de las exigencias justicia basada en las obras y la justicia basa- mostrada por medio de una conducta moral.
sús. Es el contenido de la voluntad de Dios. éticas que se hacen a los discípulos de Jesús. da en la fe ha influido en Tit 3, 5, seguramen- El sentido ético de 6Lxmoaúvll, a diferen-
Dios quiere justicia como la salvación de los Por tanto, según Mateo, lo que importa es te por una aceptación consciente de la heren- cia de la <<justicia concedida gratuitamente»,
hombres; eso precisamente comienza Jesús a hacer la justicia (6, 1). Esto se concreta en cia teológica del apóstol. Pero este texto en que es la que Pablo proclama, se encuentra en
realizarlo de palabra y de ob~a. La justicia se una conducta recta de los discípulos de Jesús, particular no justifica que pasemos por alto el varios pasajes del NT asociado con frases co-
convierte así, por un lado, en la expresión de que se ven situados en una relación mutua de uso orientado éticamente que encontramos en mo «hacer la justicia» y otras por el estilo (EQ-
la salvación de Dios, de la que los hombres fraternidad y que en la aceptación del «her- las Pastorales (cf. infra). En 1 Pe 2, 24 la con- ya1;w{}m, 6LWXELV, nOLdv 6Lxmoaúvllv). El
«tienen hambre y sed» (5, 6). Por otro lado, mano» (por ejemplo, según 5, 22-24; 18, clusión parenética de que «muertos a los pe- «temer a Dios» y «hacer la justicia» puede
esa justicia sigue siendo -muy de acuerdo con l5.21-35) realizan el destino que Dios les ha cados vivamos para la justicia» recuerda ex- afirmarse también de gentiles en Hech 10,35,
el pensamiento veterotestamentario y judío- fijado como criaturas. A causa de este obrar presiones parecidas que se hallan en Rom 6. porque tales virtudes «naturales» no se con-
una exigencia de Dios a los hombres, una con rectitud, tendrán que soportar persecucio- Claro que la antítesis estrictamente soterioló- vierten para los gentiles en la base de la sal-
condición de la salvación, que ellos mismos nes (5, 10). gica entre el «pecado» y la <<justicia», que en- vación, pero sí señalan cierta «disposición»
deben también realizar (5, 20). Esta doble fa- Exegéticamente debemos tener en c;uenta el contramos en Rom 6, se ha modificado aquí para acoger los actos de Dios. Por su conteni-
ceta caracteriza también el empleo del con- diferente enfoque en el empleo del concepto en sentido ético: «vivir para la justicia» signi- do, el concepto de justicia se define en Hech
cepto de 6Lxmoaúvll en Mateo, en contraste de 6Lxmoaúvll en Mateo y en Pablo. Pablo, fica llevar «una conducta recta en la vida». La 13, 10 como «recta piedad», que consiste en
con Pablo. En el fondo de todo ello se en- como proclamador misionero del evangelio, misma comprensión se observa en la frase de la aceptación de la fe (cf. 13, 8). En Hech 24,
cuentra, lo mismo que en Pablo, la compren- parte de la actual necesidad de redención que 3, 14: «sufrir por causa de la justicia» (que 25 el concepto de 6Lxmoaúvll contiene más
sión veterotestamentaria, la expectación de tiene el hombre, y proclama el juicio de Dios tiene el mismo sentido que lo que se dice en bien el significado general de «conducta rec-
que Dios ha de hacer valer el derecho de los sobre toda injusticia y sobre la justicia propia Mt 5, 10). La influencia del uso paulino del ta» junto a la virtud mencionada expresamen-
oprimidos (cf. Sal 146, 7; Is 61, 11). Los «po- de los hombres fundada en la observancia de término se deja sentir también en Heb 11, 7. te de la «continencia».
999 OLx,moo'Úvr¡ - OLx,mÓW 1000 1001 1002

En 1 Tim 6, 11 se menciona el aspirar a la del NT (Ap 22, 11) en donde el hacer lajusti- der pln Rechtfertigungslehre: ZNW 67 (1976) 74-82; En general, el uso de 6Lxmów en el NT
cia se entiende como la demostración práctica Id., Die Rechtfertigung Abrahams nach Rom 4, en Id.,
justicia como la conducta apropiada para el muestra un carácter forense (determinado por
Rechtfertigung als Freiheit, Neukirchen-Vluyn 1974,
«hombre de Dios», Timoteo, juntamente con y consecuente de la elección predeterminante 33-49; Id., Was heif3t bei Paulus: «Aus Werken des Ge- la situación jurídica): <<justificación», «dar la
otras actitudes básicas como la «piedad», la de los <<justos» frente a los «injustos». setzes wird niemand gerecht?», en EKK (V 1),51-77; razón» y «hacer valer los propios derechos»
«fe», el «amor», la «paciencia», la «benigni- M. Wolter, Rechtfertigung und zukünftiges Hei/. Un- son cosas que se efectúan en los tribunales. Se
K. Kertelge tersuchungen zu Rom 5, 1-11 (BZNW 43), Berlin-New
dad», que se enumeran con arreglo al catálogo presupone expresamente la situación jurídica
York 1978.
de virtudes de la ética helenística (cf. también en Mt 12, 37: De toda palabra vana los hom-
2 Tim 2,22). En 2 Tim 3, 16, la «corrección» butatóro dikaioo justificar, declarar justo* 1. El verbo 6Lx,mów aparece 39 veces en el bres «tendrán que dar cuenta en el día del jui-
y la «instrucción en la justicia» se esperan co- NT, de ellas 25 veces en Pablo (no incluidas cio» (v. 36). «Porque de acuerdo con tus pala-
1. Aparición del término en el NT - 2. Significado
mo resultado del recto uso de las Escrituras fundamental - 3. bLxmów en Pablo - 4. La «doctrina las Pastorales), principalmente en voz pasiva. bras serás justificado, y de acuerdo con tus
inspiradas por Dios. La «corona de la justi- de la justificación» en Pablo - 5. bLxmów en los de- Es digno de tenerse en cuenta, además, el em- palabras serás condenado (xm;a6LXa<J1(}~on).
cia» (2 Tim 4, 8) aguarda al apóstol como re- más escritos del NT. pleo de 6Lxmów en Lucas (Evangelio/He- Con igual claridad y de manera también ex-
compensa por sus esfuerzos. Bibl.: --> bLxmoo'Úvr¡. Cf. también: O. Betz, Recht- chos: 7 veces) y en Santiago Gunto a 6Lx,aw- presa se habla en Rom 3, 4 con referencia al
El «hacer la justicia» se considera en 1 Jn fertigung in Qumran, en FS Kiisemann, 17-36; J. ouv'Y], 3 veces) así como también en Mt 11, Sal 50,6 LXX Y en Rom 3, 4; Gál 2, 16 con
2, 29; 3, 7.10 como el criterio para saber Blank, Warum sagt Paulus: «Aus Werken des Gesetzes 19 par. Lc 7,35 (Q). referencia al Sal 142, 2 LXX acerca del juicio
quién es verdadero cristiano, quién es el que wird niemand gerecht?, en EKK (V 1), 79-95; J. P.
de Dios y de sus demostraciones de justicia.
Clifton, The Pauline Notion of Justification in the
«ha sido engendrado por Dios». En una sínte- Light of Recent Literature, tesis doctoral Roma 1971; 2. 6Lx,mów es un verbo denominativo de El lenguaje del AT griego determina funda-
sis, llena de tensiones, entre la fundamenta- H. Conzelmann, Die Rechfertigungslehre des Paulus: 6Lxmol,; y significa considerar justo o razo- mentalmente el significado de 6Lxmów en
ción cristológico-soteriológica y las exigen- Theologie oder Anthropologie?: EvTh 28 (1968) 389- nable y también juzgar, castigar (Passow 1, Pablo y en los demás escritos del NT.
cias éticas, el hacer la justicia es algo que 404; K. P. Donfried, Justification and Last Judgment 688). Esta significación fundamental que el
in Paul: ZNW 67 (1976) 90-110; R. Gyllenberg,
sigue estando ligado al «modelo» y a la nor- Rechtfertigung und AT bei Paulus. Franz-Delitzsch- verbo tiene en la lengua griega en general, no OLx,mów en la LXX es la traducción del hebreo
ma del «Justo», Cristo, que se manifestó en Vorlesungen Münster 1966, Stuttgart 1973; F. Hahn, aparece en el NT sino en forma modificada, a hi~dfq (hifil de ~dq) y tiene el significado de «de-
forma humana y que vendrá en la parusía fi- Taufe und Rechtfertigung. Ein Beitrag zur pln Theolo- saber, con el sentido de justificar, presentar clarar justo» en Ex 23, 7; Dt 25, 1; 2 Sam 15, 4;
gie in ihrer Vor- und Nachgeschichte, en FS Kiise- I Re 8, 32; Is 5, 23, o «hacer justicia (a alguien»>
nal. En oposición a los falsos maestros gnós- como justo, tratar como justo y especialmen-
mann, 95-124; E. Kasemann, Rechtfertigung und en Sa181, 3; Is 50, 8; 53, ll. Con menos frecuen-
ticos, la confirmación de la fe en Cristo por Heilsgeschichte im RomerbrieJ, en Id., Paulinische
te en Pablo, en la voz pasiva, con el significa- cia traduce el piel ~ideq con el sentido de «probar
medio de hechos (de los hechos del amor) se Perspektiven, Tübingen 1969, 108-139; L. E. Keck, do de conseguir una absolución, y, en la voz que alguien es justo» (Jer 3, ll; Ez 16, 51s; Job
convierte en la característica distintiva de la Justification of the Ungodly and Ethics, en FS Kiise- activa, con el de declarar justo, absolver (cf. 33, 32). En la LXX OLx,mów aparece casi siem-
justicia. Sobre el trasfondo de estos textos de mann, 199-209; K. Kertelge, Zur Deutung der Recht- Bauer, Worterbuch, 391s). El lenguaje de Pa- pre con una persona como objeto de la acción
fertigungsbegriffs im Gal: BZ 12 (1968) 211-222; E. verbal. Consigue ser declarado justo aquel que
la Carta primera de Juan, y considerado junta- blo es característico del NT. El utiliza el ver-
Lohse, Taufe und Rechtfertigung bei Paulus, en Id., efectivamente es <<justo» (Dt 25, 1; I Re 8, 32).
mente con ellos, se comprende el uso singular Einheit des NT, Gottingen 1973, 228-244; D. Lühr- bo 6Lxmów así como los sustantivos --+ 6L-
El verbo tiene sentido de confirmación; crea un
de <<justicia» en Jn 16, 8.10. La justicia que el mann, Christologie und Rechtfertigung, en FS Kiise- xmoouv'Y] Y 6LXaLwOLI,; en sentido soterio-
reconocimiento público.
Paráclito ha de mostrar al mundo -al conde- mann, 351-363; Id., Rechtfertigung und Versohnung. lógico y, por tanto, en oposición al sentido
Zur Geschichte des pln Tradition: ZThK 67 (1970) La voz pasiva oLx,moilo-&m suele traducir en
narlo- se refiere a Jesús como el Cristo. Con- griego de los términos, que es el de «juzgar, la LXX la forma qal de ~dq con el significado de
437-452; U. Luz, Rechtfertigung bei den Paulus-Schü'
siste en la <<justificación» que se concede a lern, en FS Kiisemann, 365-383; F. MuBner, Der Jako- castigar». 6Lxmów se convierte para Pablo, «ser justo», «presentarse como justo», y se usa
Cristo en la exaltación y glorificación de que busbrief (HThK), Freiburg i. Br. 1964, 146-150; B. juntamente con los sustantivos correspon- refiriéndose como sujeto a Dios (Sal 18, 10; 50,
es objeto por obra de Dios, a fin de hacerle Reicke, Paul's Understanding of Righteousness, en FS dientes, en el cOl}cepto fundamental de su 6; Is 42, 21) Y también al hombre (Gén 38, 26; Is
Robinson, Richmond (Va.) 1968, 37-49; J. Reumann, proclamación de la salvación o de su «doctri- 43, 9.26; 45, 25; Sal 142, 2). Además, la LXX
aparecer como norma de conducta frente al emplea OLx,mów en voz activa y en voz pasiva
The Gospel of the Righteousness of God. Pauline Re-
mundo. interpretation in Rom 3:21-31: Interpretation 20
na de la justificación».
como equivalente del hebreo rlb, «asegurar que
El empleo del concepto de justicia en cone- (1966) 432-452; H. Graf Reventlow, Rechtfertigung El sentido general de justificar, dar la razón se haga justicia a alguien ante el tribuna!», en
xión con la exigencia que se hace en numero- im Horizont des AT (BEvTh 58), Zürich 1971; H. H. a alguien o hacer valer su derecho se encuen- Miq 7,9; Is 1, 17, de safar, «juzgaD>, en I Sam
Schmid, Rechtfertigung als Schdpfung~geschehen. tra en los siguientes pasajes: Mt 11, 19 par. Lc 12, 7; Sal 73, 13, Y de biilJan, «examinar», en Ez
sos pasajes en el sentido de que hay que de-
Notizen zur alttestamentlichen Vorgeschichte eines al- 21, 18.
mostrar la fe por medio de obras, nos permite 7,35; Mt 12, 37; Lc 7, 29; 10,29; 16, 15; 18,
testamentlichen Themas, en FS Kiisemann, 403-414;
reconocer la existencia de una tradición cris- G. Schrenk, bLxmów, en ThWNT n, 215-223; G: 14 (con connotación soteriológica); Rom 3, 4;
tiana primitiva relativamente extendida, en la Strecker, Befreiung und Rechtfertigung. Zur Stellung 1 Cor 4, 4; 1 Tim 3, 16. En Hech 13, 38.39 Y Observando en conjunto los pasajes men-
cual la 6LX,~LO(J'ÚVr¡, de manera distinta que der Rechtfertigunslehre in der Theologie des Paulus, Tit 3, 7 se siente la influencia del uso paulino cionados, comprobamos que el sentido foren-
en FS Kiisemann, 479-508; W. Thüsing, Rechtferti- del término. En Sant 2,21.24.25 aparecen re-
en el lenguaje teológico de Pablo, se conyier- se del término es el significado que sirve de
gungsgedanke und Christologie in den Korintherbrie-
te en un concepto parenético central. Esto se fen, en FS Schnackenburg, 301-324; U. Wilckens, laciones con el uso paulino, que deben expli- base general al verbo. El hecho de que judi-
aplica también al último pasaje de los escritos Christologie und Anthropologie im Zusammenhang carse desde una perspectiva histórica. cialmente se «declare justa» a una persona re-
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vela su «condición de justo». Evidentemente, estrictamente escatológica de 6Lxmów en la fundamentales la comprensión paulina de aparezca como quien ha sido justificado en
la LXX ha intensificado aún más el carácter LXX encuentran un eco en el uso paulino del 6Lxmów. esa misma fe. Sino que además Pablo, por la
forense del término, frente al sentido que éste verbo. Se toma como punto de partida una «pre- justificación de Abrahán, logra ofrecer aque-
tiene en hebreo, como vemos en (LXX) Sal Ahora bien, es característico de Pablo el comprensión» judía de la justificación, que lla perspectiva universal, en la cual los judíos
50, 6; 142, 2; Is 42, 21; Job 33, 32. En todo significado soteriológico de 6Lxmów, que está ligada a la ley. Esta comprensión aparece y los gentiles se agrupan bajo una sola acción
ello, la mirada del traductor se dirige clara- desde luego no falta tampoco por completo en en primer lugar como una «verdad» indiscuti- justificadora realizada por Dios. Pablo argu-
mente al juicio final de Dios, como indica el 1 Cor 4, 4. Este significado resalta siempre ble, fundamentada en la tradición. Pablo, en menta así, basándose en la Escritura, en favor
uso del futuro en Is 45, 25; Sal 142, 2 LXX; que 6Lxmów se pone en relación con la «ley» Rom 2, 13, es capaz de adherirse a ella en la de una misión entre los gentiles, de una mi-
Eclo 10,29; 23, 11; 34, 5. y, por otro lado, con la «fe». medida en que ésta parece adecuada para po- sión libre ya de la ley, y lo hace sirviéndose
Estos preliminares determinan también la Como en la proposición de una tesis, Pablo ner en claro debidamente la intención de de una combinación de Gén 15,6 con la pro-
comprensión que el judaísmo antiguo tenía de excluye en Gál 2, 16a la justificación del Dios: «Porque no los oidores de la ley son mesa de bendición que se lee en Gén 12, 3 Y
la <<justificación». El justo espera ser declara- hombre «por las obras de la ley», para defen- justos ante Dios, sino que los hacedores de la 18, 18. La Escritura «previó que Dios justifi-
do justo por Dios en el juicio final. Rom 2, 13 der la justificación «por la fe en Jesucristo». ley serán justificados». Pablo, con esta pro- caría a los gentiles por la fe» (Gál 3, 8). El
recoge esta expectación judía y la relaciona En esta antítesis entre dos «caminos» para lle- posición, se vuelve críticamente contra toda hecho de que a base de la ley «nadie es justi-
críticamente con la contradicción que existe gar a la justificación, la exclusión del primer justicia propia de los hombres, y piensa prin- ficado» (v. 11) es una realidad «evidente», si
entre el simple hecho de oír la ley y el de cum- camino aparece como una tesis «más gene- cipalmente en la ventaja de que goza el judío nos fijamos en la Escritura, citada aquí por
plirla. A menudo con esta expectación se une ral», de la que hay que partir para entender la por disponer de la ley. Pablo con arreglo al texto de Hab 2, 4 (cf.
la duda acerca de la propia justicia, de tal ma- justificación en el sentido en que la entiende Ciertamente, la justificación del hombre Rom 1, 17). Teniendo en cuenta el «nuevo»
nera que el esperar que Dios le declare a uno Pablo. En el v. 16b, con una expresión reitera- ante Dios no se logra por el camino de la ley. camino de la justificación por la fe, a la ley le
justo en el juicio final se concibe como algo da y que deja bien asentadas las cosas, y apli- Esta justificación se logra únicamente por el corresponde sólo la función subordinada de
relacionado íntimamente con la bondad y la cando la tesis anterior a Pablo y a los judeo- hecho de que el hombre se doblegue a los ca- ser un -> nm6aywyó<; (v. 24), según la com-
misericordia divina, según vemos en 1QH 13, cristianos, se pone de relieve el camino de la minos de Dios y reconozca lo que Pablo co- prensión de este oficio en el mundo antiguo.
17: «sólo por tu bondad llega el hombre a ser fe, y se hace de tal manera, que una oración noció en el encuentro con Jesucristo. Dios se
justo»; cf. 7, 28; 16, 11. Lo que Pablo desarrolla en Gál 2 Y 3 res-
final enuncia la justificación por la fe como la anticipó a los hombres, cuando ofreció en su
ponde a la necesidad específica, dentro de un
intención positiva de la «proposición». Pablo Hijo el camino del amor perdonador: un ca-
3. Pablo emplea de manera característica marco particular, de argumentar contra las ten-
ha llegado a la fe y espera, como creyente, la mino por el cual los hombres son capaces de
<hxmów en Gálatas (8 veces) y en Romanos dencias judaizantes. A esto se dedica un ulte-
justificación por la fe en Cristo o, lo que es lo responder mediante la fe en Jesucristo, es de-
(15 veces). Aparte de eso, chxmów aparece 2 cir, mediante la fe en la acción de Dios lleva- rior desarrollo teológico en la Carta a los ro-
mismo, la justificación «en Cristo» (v. 17). La manos, especialmente en los capítulos 3 y 4.
veces en la Carta primera a los corintios. La da a cabo en su Hijo. Así que en Cristo la ley
tesis del v. 16a se fundamenta luego y se re- El carácter forense de 6Lxmów aparece con
primera de ellas en 1 Cor 6, 11 en una inter- llega a su «fin» (Rom 10,4), Y con ello se de-
calca en el v. 16c mediante la «cita» del Sal especial claridad en Rom 3, 4, donde este ca-
pretación del bautismo como <<justificación», muestra que es inútil seguir buscando la justi-
142, 2 LXX: «Puesto que por las obras de la
que aquí se entiende como purificación de los ficación «en la ley» (Gál 5, 4). rácter deberá tenerse en cuenta, a pesar de to-
ley 'ninguna carne será justificada'». Aunque
pecados. Se trata de una interpretación deri- Por tanto, el hecho de que Dios «establez- da la interpretación soteriológica del concep-
vada de la tradición prepaulina. Cf. también esta referencia al pasaje del AT no se pueda
ca» un nuevo camino para la justificación del to. Con el Sal 116, 11 se presupone el marco
Rom 6, 7: «El que ha muerto, está libre del considerar propiamente como una cita, sin
hombre tiene su razón de ser en el cumpli- de un litigio entre Dios y el hombre. Dios de-
pecado (6E6LxaLw'wL ano 'tfí<; á[wQ'tLa<;»>, embargo la intención del uso que Pablo hace
de la Escritura aparece clara. Con la interpre- miento realizado por Jesucristo, en el hecho muestra su justicia; y, a pesar de la infidelidad
una frase que Pablo formuló seguramente ba- de que él «me amó y se entregó por mí» (Gál de su socio en el pacto, él sigue siendo fiel y
sándose en una sentencia de tenor parecido tación complementaria y «esclarecedora» de
2, 20). Pablo tiene conciencia de haber sido mantiene sus promesas. De esta manera, Dios
del judaísmo, y que en el contexto él la rela- la Escritura, él hace referencia al «principio»
nombrado abogado de ese camino mediante «gana el litigio» contra el hombre; el hombre
ciona con el «morir» en el bautismo. establecido por Dios, al que había aludido ya
su predicación. se ve obligado a reconocer que Dios tiene ra-
Por el contrario, en 1 Cor 4, 4 encontramos en el v. 16a. La frase, completada por Pablo
La fundamentación dada en Gál 2, 16c y zón. Pero el derecho que asiste a Dios se con-
un sentido más general de 6Lxmów: Pablo, en este lugar mediante la adición de «por las
basada en la Escritura, se amplía luego y se vierte ahora en su fidelidad, porque Dios jus-
como «servidor de Cristo», no es «consciente obras de la ley», hace que la afirmación de la
profundiza en Gál 3 (a partir del v. 6) median- tifica al pecador.
de nada», pero «no por eso está justificado». Escritura de que ningún hombre podrá subsis-
te el testimonio de la Escritura acerca de La imagen del litigio de Dios con el hombre
El espera del Señor su <<justificación», es de- tir ante Dios quede enfocada indirectamente
Abrahán. La vocación de que Abrahán fue ob- (sobre la idea del litigio en el AT y en el juda-
cir, el enjuiciamiento de su labor y, con ello, sobre Jesucristo, en quien se manifiesta la
jeto en Gén 15, 6 (cf. Rom 4, 3) no sirve úni- ísmo cf. Müller, Gottes Gerechtigkeit, 57-64),
su confirmación en el juicio (cf. 3, 12-15). acción «preveniente» y justificante de Dios. camente para confirmar el «nuevo» camino no debe hacemos perder de vista que Dios no
Tanto el carácter forense como la dimensión Con esto se ha descrito ya en sus rasgos de salvación, de tal manera que ya Abrahán es sólo parte en el litigio, sino que es además
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el juez. Este aspecto aparece plenamente en la su objetivo en la salvación definitiva de los sentido teológico fundamental, como expre- prender a fondo principalmente la antítesis pauli-
descripción de la acción de Dios con el hom- reconciliados (5, 9). sión esencial del evangelio, que incluso en na <<justificación, no por la ley sino por la fe» en
bre atrapado en su propia injusticia. <'nxmów En Rom 8, 30.33 Pablo llega finalmente al otras situaciones se acredita como rememora- su fundamento cristológico-teológico y liberar así
en este sentido debe traducirse por declarar tema soteriológico fundamental de la Carta a ción crítico-reflexiva del núcleo del mensaje de polémica innecesaria el filo teológico de esta
tesis.
justo. La <<justificación» del hombre, como re- los romanos, cuando describe la actividad jus- de salvación proclamado por Jesús.
sultado de que Dios le declare justo, no con- tificadora de Dios en un cántico de alabanza
siste en que el hombre sea liberado de los la- al «Dios que justifica». De nuevo se manifies- Una situación así existió particularmente en 5. Mt 11, 19 Y Lc 7,35 han trasmitido de la
zos que le tienen atrapado en la injusticia. Esto ta aquí claramente el sentido forense de tiempos de la Reforma. Frente a un lamentable fuente Q la sentencia acerca de la justifica-
significa: de manera distinta que en el AT, c)Lxmów. El hombre está sentado en el ban- olvido de la tradición de la fe cristiana, Lutero ción de la sabiduría: «y fue justificada
puso nuevamente de relieve contenidos esencia- (e6Lxmó)'lh¡) la sabiduría por sus obras» o
Dios no declara justo al que es <<justo», sino al quillo de los acusados; él es y sigue siendo el les del mensaje cristiano de la salvación recu-
«injusto», al «impío»: Rom 4, 5. Esta acción necesitado, a quien Dios ha perdonado por «por todos sus hijos» (Lucas). La sentencia
rriendo al concepto paulino de la justificación. sirve de final a la parábola de los niños que
de declarar justo se efectúa «como un regalo», gracia los pecados. Puesto que Dios intervie- Su doctrina de la justificación tuvo los efectos de
«por su gracia» (3, 24; Gá12, 21). Con su per- ne en favor suyo, al declararlo justo, las defi- un reto sobre la tradición doctrinal católica. El juegan en la plaza y a su interpretación en Mt
donador gesto de declarar justo al hombre, ciencias del hombre quedan suprimidas por la concilio de Trento lo tuvo en cuenta en su sesión 11, 16-19; Lc 7, 31-35. El sabor semítico de
Dios se muestra como justo: 3, 26. gracia de Dios. De esta manera se retiran to- sexta (1547) y, por su parte, en el decreto sobre la sentencia, especialmente en Lucas, habla
Como en Gálatas, Pablo acentúa la impor- das las acusaciones destructoras y la condena la justificación puso de relieve la importancia en favor de una tradición judeocristiana. El
fundamental de la fe y el carácter gratuito de la predicado verbal e6Lxmó)'lh¡ tiene aquí el
tancia fundamental de la fe para la justifica- que pesaba sobre él, mientras el hombre no justificación, aunque no sin criticar la posibili-
ción. La justificación la consigue el hombre quiera separarse del amor de Cristo y del sentido forense de demostró estar justificada
dad de que el principio de la fe acentuado por los
únicamente por la fe, sin las obras de la ley amor de Dios (Rom 8, 35.39). reformadores se entendiera erróneamente en el y es, en el contexto actual, <<lo contrario pre-
(Rom 3, 28). Esta tesis la desarrolla Pablo ul- sentido de una «fe fiducial vana y alejada de to- cisamente de los insultos que se leen en Lc 7,
teriormente en sus implicaciones universales: 4. El concepto de la justificación forma da piedad». Los esfuerzos recientes de exegetas 33s contra Juan el Bautista» (Jülicher 11, 34).
en la fe se llega a conocer que Dios es quien parte esencial de la proclamación paulina de católicos y protestantes por dilucidar teológica- En dos pasajes Lucas emplea el verbo
justifica, y que no es sólo el Dios de los judí- la salvación. Pablo lo utiliza para explicar la mente el concepto paulino de la justificación y 6Lxmów en sentido reflexivo: 10,29 y 16, 15.
numerosas iniciativas teológicas de carácter ecu- En Lc 10, 29 la frase «pero él quería justifi-
os sino también el de los gentiles. Su identi- acción salvífica de Dios en el hombre en su ménico han contribuido a que se tengan en cuen-
dad como el Dios único la demuestra él preci- esencial dimensión escatológico-soteriológi- carse a sí mismo» caracteriza la intención del
ta más intensamente las intenciones universales
samente en el hecho de declarar justos «por ca, basada en el acontecimiento de Cristo. El de la proclamación paulina, incluso al definir la doctor de la ley en el diálogo con Jesús, en re-
medio de la fe» igualmente a circuncisos y a concepto de la justificación, sobre el que Pa- función ineludiblemente crítica de la doctrina de lación con su pregunta inicial sobre lo que se
incircuncisos (Rom 3, 30). En este punto, lo blo ha reflexionado a fondo, queda subsumi- la justificación, y de esta manera se ha llegado a debe «hacer» en el v. 25. Ahora bien, esta re-
mismo que en Gál 3, Pablo hace referencia a do por él en la proclamación del evangelio un esperanzador entendimiento entre las iglesias ferencia retrospectiva a lo que se ha dicho an-
Abrahán. Abrahán consiguió su justificación, -determinada misioneramente- a judíos y a y entre sus respectivas tradiciones doctrinales. tes, sigue siendo harto imprecisa, de tal mane-
La doctrina paulina de la justificación podría ra que parece posible ver en el intento de
no por las obras (Rom 4,2), sino por la fe (4, gentiles, aunque abarca todos los enfoques impulsar con renovado vigor el diálogo entre ju-
5). De manera distinta y con mayor insisten- para ulteriores desarrollos dentro de una ex- díos y cristianos. Quizás un punto de partida lo autojustificación, tal como se expresa en 16,
cia que en Gál 3, se declara así a Abrahán co- posición sistemática. Como Pablo se vio mo- ofrezca H.-J. Schoeps, Paulus, Tübingen 1959, 15, la expresión de la «actitud farisaica» (W.
mo el padre y el «modelo» de los que creen, tivado a formular su tesis sobre la justifica- 224-230: «El malentendido paulino fundamen- Grundmann, Lukas3 [ThHK], 223). Claro que
tanto si son judíos como si son gentiles. ción por las tendencias <<judaizantes» (Gál 2, tal», juntamente con F. MuBner, Der Galaterbrief la «autojustificación» del doctor de la ley no
En una mirada retrospectiva a los enuncia- 14), es decir, por la confrontación con los ju- [HThK], 188-204: «¿Malentendió Pablo la ley?» debe interpretarse aquí a partir del concepto
dos fundamentales de los capítulos 3 y 4, Pa- deocristianos, que querían que la circuncisión (p. 204: «La audaz tesis, difícil de entender, claro paulino de la justificación. Sino que la nueva
está, para un judío ... : El apóstol Pablo llevó teo- pregunta de dicho doctor de la ley parece ser
blo interpreta la justificación en Rom 5, 1.9 y la observancia de la ley fueran obligatorias lógicamente el judaísmo a su cumplimiento».
como demostración del amor de Dios. Es el en cierta medida incluso para los cristianos ¡Una tesis que, desde luego, exige e invita a una expresión de un conjunto de problemas toda-
amor de Dios que se ha derramado en los co- gentiles, esta tesis tiene carácter polémico ulterior diferenciación!). Sobre las dificultades vía no resueltos; esa pregunta «se ajustaría al
razones de los creyentes (Rom 5, 5): un amor (<<no por las obras de la ley»). Pero es un error ~xegéticas y hermenéuticas del «tratamiento pau- horizonte de problemas de la teología rabíni-
que, en último término, se identifica con el explicar globalmente la «doctrina de la justi- llllo de la temática de los judíos» cf. especial- ca, que se interesaba por saber hasta dónde
singularísmo acto de amor que Jesús mostró ficación», de Pablo, como la «doctrina com- mente G. Klein, Priiliminarien zum Thema «Pau- debía extenderse el concepto de prójimo» (G.
en su muerte (5, 8). Produce reconciliación y bativa» del apóstol (W. Wrede), que sólo se lus und die luden», en FS Kiisemann, 229-243. Si Eichholz, Gleichnisse der Evangelien, reedi-
se tienen en cuenta debidamente los presupuestos
paz con Dios y, con ello, una esperanza impe- habría concebido en orden a esa confronta- especiales en materia de historia de las religiones ción de 1971, 162). Literariamente, la pregun-
recedera. La justificación conseguida en la fe ción con el judaísmo y con el judeocristianis- y de hermenéutica, sería posible al menos no só- ta formulada en el v. 29 sirve de conexión
sigue actuando así en la vida de los creyentes mo. La «justificación por la fe» tiene indu- lo ?efend~r a Pablo contra la acusación de apos- (para precisar y ahondar en el tema) entre el
como expresión del amor de Dios y encuentra dablemente un sentido transsituacional, un tasla del Judaísmo ortodoxo, sino también com- mandamiento del amor y la parábola que si-
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gue a continuación. En este sentido, lo de que tinas de la época post-paulina, en respuesta a ro, de manera distinta que Pablo, y en sor- Aparece, pues, claramente cierta concentración
el doctor de la ley quisiera <<justificarse a sí las cuales se recurre acentuadamente a la tra- prendente concordancia con ideas judías, la del uso de este término en Romanos, donde se
mismo» debe entenderse también como algo dición judía acerca de la ley (cf. 2, 8-12), en relación entre la fe y las obras no se define de emplea principalmente en singular. En compara-
manera que se excluyan sino que se incluyan ción con el uso relativamente escaso de ()LXaLW~a
más que como un recurso literario para conec- cuyo caso se alude sólo «indirectamente» a la en el NT, encontramos una sorprendente frecuen-
tar lo que precede con lo que sigue. Pero, en doctrina paulina de la justificación (Schrenk, la una y las otras. Esta apreciación opuesta de cia del mismo en la LXX. La relación de pasajes
todo caso, no está indicada una interpretación 223). Los puntos de contacto con el tema pau- la fe y las obras se explica primeramente por en que aparece este término ocupa dos columnas
teológica que cargue peyorativamente la ex- lino de la justificación difícilmente serían ca- la diferentes situaciones que sirven de puntos en Hatch-Redpath, mientras que la de citas de
presión. suales, como tampoco lo es, desde luego, la de partida teológicos. Pablo entiende la «fe en ()LXctLÓW apenas ocupa una columna. Por tanto, la

La «autojustificación» de los fariseos en Lc apelación contraria al ejemplo de la fe de Jesucristo» como la nueva y escatológica po- frecuencia de estos términos en la LXX y en el
sibilidad, concedida por Dios, para los judíos NT es precisamente de sentido inverso.
16, 15 -una actitud que aquí se opone diame- Abrahán según Gén 15, 6. Sin embargo, no se
tralmente a la de los «humildes» (1, 48; 14, puede recurrir a esto último para afirmar una y los gentiles, por la cual se rompen las barre-
11; 18, 14) elegidos por Dios- sirve en la pa- supuesta iniciativa antipaulina de Santiago. ras de la ley que fundamentaban un particula- 2. 6LxaLúlfla designa en la lengua griega
Lejos de eso, la interpretación de la fe de rismo judío de la salvación. Por el contrario, general el resultado de la acción de 6Lxmóúl:
rábola del fariseo y del publican o (18,9-14)
Abrahán como una fe acreditada en «obras» el autor de la Carta de Santiago, con intención «lo obrado rectamente», la «acción recta», el
para establecer un vivo contraste que nos per-
corresponde más bien a una tradición más ge- pastoral y parenética, trata de mantener la «castigo justo» y la «razón jurídica» (como
mite conocer cuál es la verdadera <<justifica-
neral de la exégesis judía, que evidentemente vinculación de la fe con la práctica. Por eso, resultado de la legislación); cf. Passow 1, 688.
ción». Esta se entiende aquí como la conce-
siguió dejando sentir sus efectos en el cristia- su enunciado acerca de la justificación tiene La LXX emplea frecuentemente 6LxaLúlfla
sión divina de la clemencia solicitada por el
nismo primitivo juntamente con Pablo y des- una relevancia teológica distinta que el de Pa- como equivalente griego del hebreo 1;6q,
«pobre pecador». Claro que en Lucas (a dife-
pués de él (compárese también la compren- blo. No conduce de retorno a las pretensiones /:tuqa (<<estatuto», «disposición legislativa de
rencia de Pablo) es significativo que lajustifi-
sión de la justicia en Mateo). de la vieja ley en orden a la salvación, sino carácter permanente»; así entiende el término
cación esté vinculada con la sincera peniten-
Sant 2, 14-26 se dirige contra una fe impo- que sitúa a los creyentes en Cristo (2, 1) bajo E. Konig, Hebriiisches und aramiiisches Wor-
cia realizada por el recaudador de impuestos.
tente e infecunda, que conserva sí una fórmu- la primacía del mandamiento del amor (2, 8), terbuch zum AT, Leipzig 1936, 122, refirién-
De una manera distinta, Hech 13, 38s pue-
la de confesión de fe (2, 19: «que hay un solo en cuyo cumplimiento las «obras» aparecen dose a Gén 26, 5); la LXX emplea también a
de entenderse como una reminiscencia de la
Dios»), pero que con esa confesión de fe no como «perfeccionamiento» de la fe y no co- menudo este término para traducir el hebreo
tesis paulina de la justificación por la fe, no
es capaz de asociar las obras correspondien- mo expresión de una autoafirmación del hom- mispa{, por ejemplo, en Ex 21, 1; Núm 36,
por la ley. Claro que aquí la <<justificación» se
tes. Semejante «fe sin obras es estéril» (2, bre frente a Dios. Si tenemos en cuenta este 13, con el significado de «norma jurídica».
relaciona directamente con la liberación de
20). Con intención crítica se hace referencia, hecho, entonces la intención de 2, 14-26 sigue En consonancia con el uso del término en la
los «pecados» (a:n:o :n:áV'túlV ... ; ~ 3 sobre 1
además, a «nuestro padre Abrahán» (cf. Rom siendo perfectamente reconciliable con el LXX, 6LxaLúlfla significa predominantemen-
Cor 6, 11), con lo cual parece recogerse el
4, 1), que en este sentido fue justificado por postulado paulino de la «fe que actúa en el te en el NT el precepto jurídico, la exigencia
mensaje pre-paulino de la justificación, más
las obras», ya que estuvo dispuesto a sacrifi- amor» (Gál 5, 6). jurídica, el mandamiento (Bauer, Worter-
bien que el mensaje paulino. El recurso a la
car a su hijo (2, 21). Con la mirada puesta en buch, 392), como se ve en Lc 1,6; Rom 1, 32;
tradición paulina no se efectúa en Lucas sin K. Kertelge
este ejemplo, la relación entre la fe y las obras 2, 26; 8, 4; Heb 9, 1.l0). Con excepción de
una generalización de la tesis del apóstol co-
se interpreta como una «acción conjunta»: La Rom 1, 32 (cf. Kasemann, 46s), en todos es-
mo expresión del evangelio cristiano sobre la
«fe» se perfecciona «por las obras» (2, 22); en tos casos se trata claramente del precepto o de
redención de los hombres. chXatffiJ.ta, a'to;, 'tó dikaioma prescrip-
la práctica de la fe, ésta llega a ser plenamen- los preceptos jurídicos de la ley mosaica; en
ción, mandamiento, acto justo*
En contraste con Hech 13, 39 (y Tit 3, 7; te lo que es. Una fe «perfeccionada» de esta Heb 9, 1.10 CLxaLúlfla se refiere claramente a
pero cf., a propósito, M. Dibelius, Pastoral- manera fue contada por justicia a Abrahán, 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado la ley ritual. En Rom 5, 18; Ap 15,4 y 19, 8
fundamental - 3. Concreciones en textos del NT.
briefe 2 [HNT], 95s), Sant 2, 14-26 nos permi- según Gén 15, 6 (Sant 2, 23). De ahí deduce 6LxaLúlfla designa el acto justo; en Rom 5,
te observar cierta confrontación con el mensa- el autor de la Carta de Santiago, invirtiendo Bibl.: E. GraBer, Rechtfertigung im Hebriier, en FS 18, con una tendencia especial, se usa este
je paulino de la justificación. Desde luego, precisamente la tesis paulina de Rom 3, 28; Kiisemann, 79-93; E. Kasemann An die Romer Tü- término para referirse a la «acción creadora
bingen 1973; G. Schrenk, OL'xa¡~f-Ia, en ThWrh n, de justicia» (Wilckens, 397), una acción que
habrá que preguntarse aquí si esa confronta- Gál 2, 16, que «el hombre es justificado por 223-227; U. Wilckens, Carta a los romanos 1 Sala-
ción se realiza conscientemente, es decir, si las obras, y no sólo por la fe» (2, 24). Como manca 1989. ' Pablo atribuye aquí a Cristo.
va dirigida contra la comprensión paulina de otro ejemplo más para confirmar este mismo Tan sólo en Rom 5, 16 6LxaLúlfla se halla
la justificación por la fe o contra una utiliza- aserto, se aduce en 2, 25 la historia de la pros- 1. 6LxaLúlfla aparece 10 veces en el NT, de en «asimilación retórica» (Kasemann 145) a
ción unilateral de la tesis paulina (F. MuBner, tituta Rajab (Jos 2). las cuales 5 se encuentran en Pablo (todas los términos en -fla que se encuentran en el
Jakobusbrief [HThK], 130: «Pseudopaulinis- Sant 2 comparte con el judaísmo y con Pa- ellas concentradas en Romanos), 1 en Lucas mismo versículo, y tiene aquí el significado
mo»). Habrá que preguntarse también si ese blo la expectación de la justificación como un (1, 6), 2 en Hebreos (9, 1.l0) y 2 en el Apo- de 6LxaLúloLl;, justificación, bien en sentido
conflicto no se produce con tendencias liber- acontecimiento escatológico de salvación. Pe- calipsis (15, 4; 19,8). activo (Schrenk, 226; Wilckens, sub loco), o
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bien en sentido pasivo (Kasemann, sub loco). no cimiento «natural» de los preceptos divi- [KEK], 297, nota 2): «¿Se escucha aún en
En Pablo, el significado de 6LXULWf!U, espe- nos, son tan responsables como los judíos lo Koiné E pm. En Hech 28, 4 &Lx1] es la justicia
('lLxuLwf!u, tal como este término se expresa punitiva personificada como una diosa (cf.,
cialmente en este pasaje, debe interpretarse son en virtud de la ley mosaica (cf. 2, 14s). en la Carta a los hebreos, la exigencia de un
La referencia a los preceptos de Dios o a los entre otros, Sófocles, Ant 538). ThWNT II,
por el contexto en que se encuentra de procla- precepto divino?». Tendremos que ser reserva-
de la ley merece particular atención en Pablo, 180-184; X, 1048-1053 (bibliografía).
mación de la justificación. Esto quiere decir dos, a la hora de emitir un dictamen sobre es-
también que 6LXULWf!U participa aquí amplia- teniendo en cuenta especialmente su tesis de te punto. El empleo de este término indica, en
mente del uso forense del verbo --+ 6LXaLÓW. que ninguna persona se justifica por las obras contraste con la LXX (y con Pablo), un senti-
()íx't'Uov, o'U, 'tó diktyon red*
Y, así, conforme a Rom 1, 32 el incumpli- de la ley. La ley mosaica no puede ser el fun- En el NT dícese únicamente de la red de
do refinado y más generalizado. Heb 9, 1.10
miento de los mandamientos divinos lleva damento para la comunicación escatológica pescar, en plural en Mc 1, 18.19 par. Mt 4,
tiene a la vista un sentido positivo para el
consigo la merecida condenación. que Dios hace de la salvación. A pesar de to- 20.21; Lc 5, 2.4.5.6. El singular aparece en Jn
«tiempo del recto ordenamiento» y para la re-
do, la ley conserva su dignidad como la «ley 21,6.8.11 (bis). Dalman, Arbeit VI, 346-363,
alidad del «nuevo pacto» (cf. GraBer, 86s).
3. Ajustándose al uso del término en la santa» (Rom 7,12), como la «ley de Dios» (7, esp. 362s.
LXX, 6LXULWf!U conserva en Lc 1, 6 el senti- 22). La ley no es injusta, sino que injusto es el Apocalipsis 15, 4 habla de los actos justos
do de la obligación jurídica y moral caracte- hombre que no la cumple, el hombre que per- de Dios, expresión por la cual se entiende bíAOyO;, 2 dilogos de lenguaje doble, in-
rística del mandamiento de Dios o de la ley manece preso de sus concupiscencias contra- «tanto la decisión judicial como la acción jus- sincero*
divina. Como en Gén 26,5; Núm 36, 13; Dt 4, rias a Dios. Ante los hombres, la leyes y sigue ta»; «porque el juicio de Dios es su acto» (E. 1 Tim 3, 8 exige, entre otras cosas, a los diá-
40, &LxuLwf!u en plural forma una expresión siendo expresión de las «exigencias jurídicas» Lohmeyer, Offenbarung 2 [HNT], 131s). Por conos que sean personas de una sola palabra,
conjunta con EVtOAUL (mandamientos), ligán- de Dios: unas exigencias que los hombres, cla- otro lado, en 19, 8 «los actos justos de los sinceras. Y lo mismo se dice en Polic 5, 2.
dose estrechamente ambos términos por el ro está, cumplen ahora únicamente gracias a la santos» son tema de alabanza. Claro que el
empleo de un solo artículo. Los padres de intervención vicaria de Cristo (compárese versículo 8b (<<el lino fino son los actos justos
de los santos»), por el significado distinto que blÓ dio (conjunción) por eso, por esa razón
Juan son hallados «irreprochables en todos Rom 8, 3s con 2 Cor 5, 21 y Gál 3, 13). Tan &LÓ sirve para coordinar lo que sigue con lo
los preceptos y mandamientos del Señor», y tienen las vestiduras blancas en 3, 5 y 6, 11,
só.1o como quienes pertenecen a Cristo (Rom que precede (BlaB-Debrunner § 451, 5) y apa-
por tanto les corresponde la denominación de es sospechoso de constituir una glosa poste-
7, 4) y ahora «prestan servicio en la novedad rece principalmente en Hechos (8 veces), en
6LxaLOL, con lo cual su «perfección negativa» rior (cf. Lohmeyer, Offenbarung, 155).
del Espíritu» (7, 6; cf. 8, 4), los creyentes las Cartas paulinas auténticas (22 veces) y en
de ser irreprochables (E. Klostermann, Lukas- cumplen los preceptos jurídicos de Dios que K. Kertelge las demás cartas del NT (11 veces, de las cua-
evangelium2 [HNT], 6) se eleva positivamen- hallan su expresión en la ley. les 9 se encuentran en Hebreos). Por lo de-
te al ser reconocidos como tales por Dios. En Rom 5, 18 6LXULWf!U, entendido como lhxaíro; dikaios (adv.) justamente, recta- más, aparece únicamente en Mt 27, 8; Lc 1,
acto justo (en cuanto cumplimiento de los mente 35; 7, 7. Falta en Marcos, Juan, Colosenses, 2
De manera parecida, aunque con distinta in- preceptos jurídicos), se atribuye a Cristo y se --+ 6ixaLoC;. Tesalonicenses, Pastorales, 1-3 Juan, Apoca-
tención teológica, Pablo habla en Rom 2, 26 constrasta con la trasgresión o «acto injusto» lipsis. La conjunción, en los pasajes, enume-
acerca de la observancia de las «prescripcio- (nuQántwf!u) de Adán. De hecho, el acto de rados, aparece 12 veces en combinación con
nes de la ley». A diferencia de Ef 2, 15, la re- Cristo, que consiste en su «obediencia» (5,
(hxaíroOl.;, tro;, ÍJ dikaiosis justifica-
XUL, por eso ... también (BlaB-Debrunner §
ferencia al gran número de preceptos (6L- ción*
19) «hasta la muerte en la cruz» (Flp 2, 8), se 442, nota 23; 451, 5) y en estos casos indica
XULWf!U en plural) no implica aquí la idea de En el NT se emplea únicamente en Rom 4,
traduce en la entrega de la propia vida para la que la conclusión es obvia.
lo gravosas que son las obligaciones, sino que 25; 5, 18. ThWNT 11, 227s; --+ 6LXaLÓW 2.3.
justificación, que ahora llega a todos los hom-
Pablo argumenta basándose en la fidelidad bres, pero tan sólo en virtud y por medio del bLObtúro diodeuo andar por, viajar por*
efectiva de los gentiles a la ley en contraste «acto justo» del «nuevo Adán». blxaa'tÍ);, OU, Ó dikastes juez* En Lc 8, 1 dícese de Jesús que iba por las
con la escasa orientación de los judíos hacia Hech 7, 27.35, en ambos casos en la pre- ciudades y las aldeas; en Hech 17, 1, en un re-
dicha ley. Tan sólo en Rom 2, 26 Pablo utiliza Hebreos 9, 1 designa con la expresión 6L- gunta que se dirige a Moisés: «Quién te hizo lato en primera persona de plural, dícese del
6LXULWf!U en número plural. XaLWf!utu tfj<; AUtQELU<; las ordenanzas que jefe y juez sobre nosotros)?». En Lc 12, 14 viaje por Anfípolis y Apolonia camino de Te-
En los demás casos, Pablo utiliza siempre tuvieron validez para el «primer pacto». Y en v.l. &LXUOt~<; se halla en lugar de XQLt~C;. salónica.
6LXULWf!U en singular, y lo hace en forma tan 9, 10, refiriéndose a los mandamientos del AT
«de principio», que evidentemente «sobrepa- acerca de las comidas y de la purificación, ha-
bla de <<prescripciones para la carne». De esta
bbe1], 1];, ÍJdike castigo, retribución* ALOvúalO;, O'U Dionysios Dionisio*
sa el uso que la LXX hace de este término» 2 Tes 1,9: 6Lx1']v tlVELV, sufrir castigo (así
manera se describe el precedente orden salví- Nombre de persona. Bastante frecuente. En
(Schrenk, 225). Así lo vemos ya en Rom 1, también Herm [m] 2, 5; [s] 9, 19,3); cf. tam-
fico del «primer pacto» (8, 8.13) en su carác- Hech 17, 34, nombre del miembro del Areó-
32: Los hombres, aquí se piensa también es- bién Jds 7: 6tx1']v 'ÚnÉXELv. 6tx1']v XUt' uv- pago, que juntamente con otros atenienses se
pecialmente en los gentiles, conocen el decre- ter provisional y de sombra. Podremos pre-
tou, dícese de la condenación o castigo que adhirió a Pablo y abrazó la fe. Sobre la utili-
to de Dios y su fuerza vindicativa. Por su co- guntarnos (con O. Michel, Hebraerbrief 6
se exigía que sufriera Pablo, en Hech 25, 15 zación de su nombre como seudónimo del au-
1019 1020 1021 1022

tor de escritos de mística (hacia el año 500 15, 9; Flp 2, 26; 1 Tes 2, 8), pero cuando la bt(J'tá~ro distazo dudar, desconfiar* bt\jJáro dipsao tener sed*
p.e.) cf. RAC I1I, 1075-1121; LThK I1I, 420s. oración causal precede a la oración principal, En Mt 14,31, Jesús dice a Pedro que empe-
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
significa puesto que (Hech 13, 35; 20, 26). zaba a hundirse en las aguas: «¡Hombre de po- semánticos - 3. Campo referencial.
btÓ3tEQ dioper por eso precisamente, por ()LÓ'tL puede sustituir también al OLL causal: ca fe!, ¿por qué dudaste?; Mt 28, 17: cuando
lo cual* pues, porque (por ejemplo, en Lc 1, 13; Hech los discípulos vieron al Resucitado, «se postra- . Bib/.: J. Behm, OL'l'áw %-rA., en ThWNT n, 230s; G.
Bertram, OL'l'áw und Ve/Wandte in LXX, en Th WNT n,
Esta conjunción (C)L' O:7tEQ) indica una con- 18, 10; 22, 18; Rom 1, 19.21; 3, 20). BlaB- ron ante él (---> :7tQOOx.vvÉw), pero algunos du- 231s. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1053.
clusión, lo mismo que ()LÓ, en 1 Cor 8, 13; 10, Debrunner § 456, 1. daban». Ch. H. Giblin: CBQ 37 (1975) 68-75.
14; 14, 13 v.l. 1. ()L'ljJáw se encuentra casi siempre en los
()í,(J'topo;, 2 distamos de dos filos* mismos campos léxicos: a) en paralelo con
Ato'tQÉq>t);, o,,; Diotrepkes Diotrefes* En Heb 4, 12 dícese de la palabra de Dios :7tELVáw (tener hambre): Mt 5, 6; 25, 35.37.
bt03tE'tÍ);, 2 diopetes caído del cielo*
Nombre de un cristiano a quien se critica en que es más cortante «que cualquier espada de 42.44; Jn 6, 35; Rom 12, 20; 1 Cor 4, 11; Ap
En Hech 19, 35, lo mismo que en la litera-
tura griega, dícese de imágenes de dioses: el 3 Jn 9, entre otras cosas porque no quiere dos filos». En Ap 1, 16 Y 2, 12 dícese de al- 7, 16; b) en combinación con :7tO'tL~W (dar de
secretario municipal de Efeso habla de la es- aceptar la autoridad del «anciano» (v. 10). R. guien «semejante a hijo de hombre» (1, 13), de beber): Mt 25, 35.37.42; Rom 12, 20, ó con
tatua de Artemisia, y la llama ()LO:7tE'tÉ~. E. Schnackenburg: MThZ 4 (1953) 18-26; Id., cuya boca sale «una aguda espada de dos filos 3tLVW (beber): Jn 4, 14; 7, 37; c) en contraste
Haenchen, Apostelgeschichte' (KEK), 552 Cartas de san Juan, Barcelona 1980, 346- (QO[1<PULU ()LOLO[10~ osau)>>; cf. 19, 15 v.l. con el agua natural: Jn 4, 13.14.15; d) en la
con la nota 3. 349; A. J. Malherbe, en FS Dahl, 222-232. mención de una clase especial de agua: Ap 7,
bt(JXtAtOt, 3 dischilioi dos mil* 16; 21, 6; 22,17; cf. Jn 6,35; 7, 37.
En Mc 5, 13 dícese del tamaño de la piara En Mt 5, 6 los verbos 3taváw y ()L'ljJáw van
btóQaropa, a'to;, 'tó diorthoma mejora, bt3tAOií;, 3 diplous doble, dos veces más *
reforma* de cerdos que se ahogaron en el mar: w~ seguidos por «justicia» como objeto en acusa-
1 Tim 5, 17: los presbíteros que ejercen de- tivo. Sin ningún complemento ulterior el ver-
En Hech 24, 2 Tértulo alaba a Féliz por ()LOXLALOL, eran unos dos mil.
bidamente su autoridad, deben «ser conside- bo aparece en el clamor de Jesús al morir en
las reformas llevadas a cabo en favor del pue- rados dignos de doble honor». En Ap 18, 6 la cruz (Jn 19,28).
blo. (bis) la voz celestial dice: «¡Devolvedle el do- bt'ÜAt~ro diylizo colar, filtrar*
ble según sus obras; en la copa que ella ha En sentido propio dícese del vino (el vino 2. ()L'ljJáw significa estar sediento, tener
btóQaro(Jt;, Ero;, tí diorthosis el recto or- preparado, preparad el doble para ella!» El filtrado, por ejemplo, en Am 6, 6 LXX). En sed, y se emplea en sentido literal para signi-
den* comparativo se halla en Mt 23, 15: Hacéis de Mt 23, 24 dícese en aquel ay: «¡Que coláis el
ficar una necesidad del cuerpo, y en sentido
En Heb 9, 10 se habla de las rituales «orde- él «un hijo del infierno, dos veces peor (que mosquito (es decir, que coláis el vino a causa
figurado para designar algo de lo que se care-
nanzas carnales que se impusieron hasta el vosotros)>>. de un mosquito) y os tragáis el camello!»
ce (por ejemplo, la justicia).
tiempo del recto orden». ThWNT V, 451s.
btXá~ro dichazo desunir, desavenir* 3. En el catálogo de adversidades de 1 Cor
btoQú(J(Jro diorysso perforar la pared, bt3tAÓro diploo duplicar* En Mt 10, 35 (a diferencia de Lc 12, 53): 4, 11-13, Pablo utiliza el verbo ()L'ljJáw (v. 11)
abrir o entrar por la fuerza * Ap 18,6 con objeto en acusativo 'ta ()L:7tAa «Poner a un hombre contra (x.u'tá con geniti- en una serie de verbos o expresiones verbales
En el NT dícese únicamente del hecho de (el doble): devolver el doble. ---> ()L:7tAOiJ~. vo) su padre ... »; cf. Schulz, Q, 259. como «tener hambre, estar desnudo, ser mal-
entrar por la fuerza (en una casa): Mt 6, tratado, no tener cobijo», en el sentido literal
19.20; 24, 43 par. Lc 12,39.
bt; dis (adv.) dos veces*
btX0(J'ta(Jta, a;, tí dichostasia disen- de estar sediento, tener sed, para describir las
sión* privaciones físicas que la actividad misionera
Mc 14, 30.72: «antes de que el gallo cante Rom 16, 17: advertencia contra los que cre- lleva consigo, y en el mismo sentido se em-
Ató(Jxo"QOt, rov Dioskouroi (los) Diós-
curos* dos veces»; Lc 18, 12: «Yo ayuno dos veces an «disensiones y ocasiones de tropiezo». Gál plea el verbo en Rom 12,20 en la exhortación
por semana»; Jds 12, en sentido metafórico: 5, 20 en un catálogo de vicios: EQLt}ELm, concreta dirigida a los cristianos para que
Hech 28, 11: la nave alejandrina tenía por
insignia a los Dióscuros. Se refiere a Cástor y «árboles ... sin fruto, dos veces muertos, y de- ()LXoo'tuoLm, UiQÉ(JEL~, «rencillas, disensio- ayuden dando de comer y beber incluso al
Pólux como figuras del espolón de la nave (y sarraigados». En la expresión X.UL U:7tUS X.UL nes, divisiones». En 1 Cor 3, 3 vemos que p46 enemigo hambriento y sediento. En la escena
dioses protectores). F. J. Dolger, Dioskuroi: ()L~, más de una vez, Flp 4, 16; 1 Tes 2, 18. Koiné D G Y otros añaden X.UL ()LXoo'tuoLm a del juicio, en Mt 25,31-46, este acto caritati-
AuC 6 (1940-1950) 276-285; LThK I1I, 410. ~fjAO~ X.UL EQL~. ThWNT 1,511. vo (su objeto: el más insignificante) se con-
vierte precisamente en el criterio para deter-
bt(Jp"Qtá;, ábo;, tí dismyrias doble mi-
btó'tt dioti (conjunción) porque, puesto ríada, veinte mil * btxo'topÉro dichotomeo cortar en dos* minar el comportamiento hacia Jesús (vv. 35.
que, pues En Mt 24,51 par. Lc 12,46 dícese de la ac- 37.42.44).
Dos miríadas (= 20.000). Ap 9, 16: «el nú-
()LÓ'tL en las oraciones causales significa mero de los soldados de este ejército de caba- ción de castigar severísimamente (desmem- Jn 19, 28 interpreta el grito realista de sed
porque (por ejemplo, en Lc 2, 7; 21, 18; 1 Cor brar) a una persona en el juicio. que lanza el moribundo en la eventual alusión
llería era de veinte mil veces diez mil».
..
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al Sal 22, 16 como cumplimiento de la Escri- en todos sus caminos». En 4,8 se dice: «¡San- 1. El verbo aparece 45 veces en el NT. No perseguidos por luchar en favor de la justicia
tura, es decir, como obediencia a la voluntad tificad vuestros corazones, vosotros los inde- se encuentra en Marcos, pero sí se halla en (social y judicial). A este grupo de enunciados
de Dios; según .el salmo, el justo del AT tenía cisos!». El adjetivo, lo mismo que DL'IjJ'UXÉW y Mateo (6 veces), Lucas (3 veces en el Evan- acerca de Jesús, el Profeta y Mesías persegui-
ya que padecer persecución y privaciones DL'IjJ'Uxí.a se encuentra frecuentemente en 1 gelio, 9 veces en Hechos), Juan (3 veces), Pa- do, y de Israel, que persigue a los profetas,
físicas de toda índole; en la experiencia de Clern, 2 Clern y Herm. O. J. F. Seitz: JBL blo (Romanos 5 veces, 1 Cor 3 veces, 2 Cor 1 pertenecen también los pasajes de Hech 7, 52;
hallarse sediento se reconocía la particular 63 (1944) 131-140; 66 (1947) 211-219; Lc 11, 49; Mt 23, 34, y además la afirmación
vez, Gál 5 veces, Flp 3 veces, 1 Tes 1 vez), en
hondura de la aflicción y del agotamiento hu- ThWNT IX, 666. que se hace en Jn 5, 16 de que Jesús, por las
las Pastorales (3 veces), en Hebreos, 1 Pedro
mano. J. Beutler ve (NTS 25 [1978-1979], y Apocalipsis (1 vez en cada escrito). El sus- curaciones obradas en sábado, fue «persegui-
54-56) en las palabras de Jesús «¡Tengo sed!» tantivo DLWYf.l-Ó¡; se encuentra en Mateo (l do por los judíos». Mt 23,34 Y Lc 11,49, tex-
una cita del Sal 42 (41, 2s LXX). bUIlY..-,Ó;, O'll, Ó dii5gmos persecución
--> DLWXW. vez), Marcos (2 veces), Hechos (2 veces), Pa- tos -ambos- que proceden de la fuente Q,
En sentido figurado se emplea ('kljJáw en blo (3 veces: Rom, 2 Cor, 2 Tes) y en las Pas- equiparan expresamente a los discípulos de
Mt 5, 6 para expresar el anhelo insaciable, el torales (2 veces: 2 Tim). El término cristiano Jesús con los profetas. Los logia de Mt 10, 23
ansia profunda de justicia. En Jn 4, 13-15 se y Lc 21, 12, que representan desarrollos del
buí))('tl);, O'll, ó diOktés perseguidor* especial --> DLWX't1]¡; aparece únicamente en 1
produce intencionadamente una modificación Tim 1, 13. El plural, que predomina en estos material de la tradición antigua, pertenecen
En 1 Tim 1, 13, el autor de la carta dice de
del sentido del verbo. En primer lugar, se em- pasajes, expresa a manera de fórmula la per- también a este ciclo de ideas. Jn 15, 20 for-
sí mismo: «Yo que antes fui blasfemo, perse-
plea cH'ljJáw en sentido literal para expresar la secución de que son objeto los seguidores de mula el pensamiento fundamental que debe
guidor y malvado»; cf. Gál 1, 13s.23; Flp 3,
sed de Jesús, sentado junto al brocal del pozo, Jesús; así sucede principalmente en los evan- servir de norma a los discípulos: «El siervo
6; Hech 8, 3; 9, 4s.
y a continuación se expresa este mismo verbo gelios y en los escritos postpaulinos. Tenemos no es mayor que su señor. Si a mí me han per-
en sentido figurado (o metafórico) para refe- en todo ello una manera de hablar del cristia- seguido, también os perseguirán a vosotros».
rirse al agua prometida por Jesús. En unas buoxro dii5ki5 apresurarse, correr; correr en nismo primitivo. Aparte de eso, el verbo -aco- Ap 12, 13 expresa plásticamente esta idea
sentencias de estructura parecida, en Ap 21, 6 pos, andar detrás de algo, aspirar a algo, modándose al judaísmo antiguo y al helenis- mediante la imagen del dragón que persigue
y 22, 17, DL'ljJáw se emplea igualmente en pretender algo; perseguir* mo- se emplea en el sentido ético-religioso de al pueblo de Dios (a la mujer que ha dado a
sentido metafórico. El pasaje de Ap 7, 17 im- 6LWY¡..tÓ¡;, olí, Ó dii5gmos persecución tender a fines y bienes espirituales. luz) y a su hijo (el Mesías).
pide también interpretar el v. 16 en sentido Pertenece también al más antiguo material
simplemente realista. 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
semánticos - 3. Persecución en sentido religioso - 2. El sentido griego original del término de la tradición procedente de la fuente Q la
En lugar de la metáfora «agua» (Jn 4, 14; 4. Aspirar, tender a un bien espiritual - 5. Correr en toma como punto de partida el significado de exhortación que se hace en Mt 5, 44 (cf. Lc 6,
Ap 21, 6; 22, 17; cf. Ap 7, 16s), aparece Jesús pos de alguien. impulsar, empujar, poner en movimiento, que 27s) a orar por los perseguidores. Pablo reco-
mismo (Jn 6,35; 7, 37) como el que da, el que luego se desarrolla para convertirse en perse- gió este mandamiento: «¡Bendecid a los que
sacia al hombre sediento en su anhelo de sal- Bibl.: Bauer, Worterbuch, 398s; Beilner, en DTB,
818-821; Ch. Burchard, Der dreizehnte Zeuge, Gtittin- guir, expulsar, también en el sentido figurado os persiguen!» (Rom 12, 14) Y lo cumplió en
vación, en sus ansias de vida eterna. En estos gen 1970; R. Deville, Persecución, en VTB, 612-615; de ir tras una persona o cosa, tender hacia su propia persona (1 Cor 4, 12). La idea de
dos últimos pasajes hay alusiones a la tipolo- Ebel-Schippers-Coenen, Persecución, tribu/ación, en ella, andar celosamente detrás de algo, pre- que el discípulo de Jesús es perseguido como
gía del éxodo (el maná y la roca). Suponemos DTNT I1I, 351-356; D. R. A. Hare, The Theme ofthe tender con mucho celo alguna cosa. El NT
Jewish Persecution of Christians in the Gospe/ acc. to lo fue su Señor (2 Cor 4, 9), la desarrolló Pa-
que únicamente en 7, 37 se alude a la costum- emplea el verbo y el sustantivo, entroncando
Sto Matthew, Cambridge 1967; P. Hoffmann, Studien blo mediante la referencia a la muerte de Je-
bre de sacar agua en la fiesta de los Taberná- con el judaísmo helenístico, en el sentido de
zur The%gie der Logienquelle, Münster i. W. 1972, sús en la cruz (Gál 5, 11; 6, 12: «ser perse-
culos (R. Schnackenburg, El Evangelio según 178-179; G. Klein, Die Verfo/gung der Aposte/, Lk 11, la persecución religiosa que se sufre a causa guido a causa de la cruz de Cristo»; cf. 1 Cor
san Juan 11, 53ss, 213). 49, en FS Cullmann, 1972, 113-124; M. Künzi, Das de Jesús, y luego, por influencia de las ense- 1, 18-29). La segunda Carta a Timoteo, que
H.-J. van der Minde . Naherwartungs/ogion Mt la, 23, Tübingen 1970; ñanzas morales de la filosofía griega, princi-
H.-W. Kuhn, Altere Samm/ungen im Markusevange- aparece tardíamente, afirma con referencia a
lium, Tübingen 1971,99-146; G. Lohfink, Pau/us vor
palmente del estoicismo, los emplea también Pablo: «Todos los que quieren vivir piadosa-
Damaskus (SBS 4), Stuttgart 1965; F. MuBner, Verfo/- para expresar la tendencia a las actitudes y mente en Cristo Jesús, serán perseguidos» (3,
bÍ;tjJo;, O'll;, 'tó dipsos sed* gung 1, en LTHK X, 694s; W. Nauck, Freude im Lei- objetivos morales y religiosos.
En 2 Cor 11, 27 dícese en un catálogo de 12). Pablo ve que esta ley se encuentra ya pre-
den. Zur Prob/em einer urchristlichen Verfo/gungstra-
adversidades: «hambre y sed». ThWNT 11, dition: ZNW 46 (1955) 68-80; A. Oepke, OtWXúl, en figurada en el AT, en lo que sucedió con Isaac
3. Persecución en sentido religioso. e Ismael (Gál 4, 29).
230-232. ThWNT 11, 232s; E. Schweizer, Erniedrigung und
ErhOhung bei Jesus und seinen Nachfo/gern, Zürich a) El empleo más antiguo del verbo se en- Un grupo especial de sentencias sobre la
'1962,21-62; Ph. Seidensticker, Pau/us, der verfo/gte cuentra en la fuente de sentencias Q en la bie- persecución emplea el verbo para referirse a
bÍ;tlmxo;, 2 dipsychos persona de dos Aposte/ Jesu Christi (SBS 8), Stuttgart 1965; O. H.
Steck, lsrae/ und das gewa/tsame Geschick der Pro- naventuranza que ensalza como dichosos a Pablo, el perseguido que había sido antes per-
mentes, persona indecisa* los que son perseguidos a causa de Jesús (Mt seguidor de la Iglesia. Estas sentencias apare-
pheten, Neukirchen-Vluyn 1967; V. Stolle, Der Zeuge
En Sant 1, 8 &vT]Q Dí.'IjJ'UXO¡; es una perso- a/s Angek/agter, Gtittingen 1973. Cf. más bibliografía 5, 10.11.12). Aquí se compara a los discípulos cen tanto en las Cartas paulinas en las que el
na que vacila, «inconstante (&XU'tá01:U'tO¡;) en ThWNT X, 1053. de Jesús con los profetas del AT que fueron apóstol contempla retrospectivamente su pa-
1027 1028 1029 Myf,ta 1030

sado (1 Cor 15, 9; Gál 1, 13; Flp 3, 6), como 5. El sentido de seguir, correr en pos de al- Lc 2, 1 refiere que Augusto publicó un edic- pone a los cristianos gentiles la observancia,
también en los correspondientes pasajes de guien aparece únicamente en Lc 17,23, en la to ordenando que se llevara a cabo en todo el no de toda la ley mosaica, sino de los deno-
Hechos (9, 4s; 22, 4.7s; 26, 11.14s). exhortación a no ir en pos de falsos mesías Imperio un censo para confeccionar las listas minados «mandamientos del pacto con Noé».
traicionando así el seguimiento de Cristo. de los tributos. Este decreto se aplicó también Por consiguiente, no se trata aquí de doctrinas
b) El sustantivo se ajusta plenamente al en Judea y Galilea, siendo gobernador de Si- «dogmáticas» en el sentido posterior del tér-
marco referencial del verbo. En la interpreta- O. Knoch
ria Quirinio (--+ KUQlÍvLOe;), y obligó a los pa- mino, sino de normas éticas de conducta.
ción de la parábola del sembrador en Mc 4, 17 dres de Jesús a emprender el viaje de Nazaret
par. Mt 13,21, se habla de un grupo de perso-
bóyp.ta, a'to~, 'tó dogma opinión, decreto, a Belén. 4. Col 2, 14 habla con una imagen muy pe-
nas que hay en la Iglesia que caen en seguida,
mandamiento * culiar acerca del perdón de los pecados (2,
en cuanto hay «tribulación o persecución por Nada más se sabe de semejante edicto de Au- 13): Dios borró el documento de deuda (--+
causa de la palabra». En Mc 10, 30 se promete l. Uso helénico y judeohelenístico - 2. 6óy[!u como gusto para la recaudación de impuestos. Los em-
decreto (imperial) - 3. 6óy[!u como norma ético-reli- XElQóYQu<jlOV ), extendido por nosotros y di-
a la comunidad de los discípulos que ya desde padronamientos con fines de tributación eran ya
giosa - 4. El mandamiento que nos acusa. de lo más natural, desde hacía mucho tiempo, en rigido contra nosotros mismos, y lo clavó en
ahora recibirán gran recompensa, pero <~unta­ la cruz anulándolo de esta manera. No está
las provincias romanas. Sobre la problemática
mente con persecuciones». Hech 8, 1 señala Bibl.: G. Kittel, My[!u XTA., en ThWNT II, 233-
histórica de la imposición de tributos en Judea claro a qué se refiere 'tOLe; CÓY[lU<Jlv. Pero di-
«la gran persecución» que se desencadenó 235; J. Ranft-E. Fascher, Dogma I-II, en RAC I1I,
1257-1260; IV, 1-24. Cf. más bibliografía en ThWNT (incluida Galilea) en tiempo de Herodes el Gran- fícilmente se entenderán estas palabras como
contra la Iglesia después de la lapidación de X,1053. de, que reinaba en un país que no era provincia un dativo instrumental dependiente de e1;u-
Esteban. De las persecuciones que Pablo tuvo romana sino un Estado cliente que gozaba de re-
AEl'IjJae; (como si los CÓY[la'tu, es decir, las
que sufrir, principalmente por parte de los judí- 1. El sustantivo &ó,(!la se deriva del verbo lativa independencia, --+ uJtoYQacp'Íl.
proposiciones de la doctrina cristiana acerca
os, nos hablan Hech 13, 50; Rom 8, 35 (con &oxÉw: «lo que parece recto a alguien (o a algu-
na comunidad»>, lo que se considera bueno. El Según Hech 17, 7, los judíos de Tesalónica de la salvación, fueran como quien dice la es-
'frAL'ljne; y o'tEvoxwQLu), 2 Cor 12, 10 (con ponja con la que se borró el documento de
sustantivo tiene ya en Platón toda la gama de sig- acusan a Pablo y a sus colaboradores de ac-
aváyx1] y o'tEvoxwQLu) y 2 Tim 3, 11 (bis); de nificados que va desde opinión, intención hasta deuda), sino que habrá que entenderlas proba-
la persecución de los cristianos de Tesalónica tuar en contra de los CÓy[lu'tu del emperador,
norma, doctrina (filosófica), axioma didáctico blemente como dativo de relación referido a
se nos habla en 2 Tes 1,4 (con 'frAL'ljJLI;). (los testimonios se hallan en: Liddell-Scott, in- proclamando que «hay otro rey, Jesús». Los
CÓy[laTU afirman, por tanto, la pretensión del XElQóYQU<jlov: se trata del «documento de
cluido el Supplement, s. v.; Kittel, 233s). Cuando
se proclama la «opinión» de un gobierno, enton- emperador de ser el único soberano. deuda (extendido) en relación con (determi-
4. En Pablo y en los escritos influidos por nados) estatutos» (no, como se traduce a me-
ces &ó'(!W se convierte en decreto, edicto, orde-
Pablo que pertenecen al cristianismo helenís- nanza (por ejemplo, el senatus consultum en Po- Es difícil decir a qué edictos imperiales se alu- nudo, en relación con «sus» estatutos, es de-
tico, el verbo se usa en el sentido figurado de libio). En el lenguaje religioso: ltaTa &óYf,ta de de esta manera. La formulación de Lucas (ya cir, con los estatutos consignados en el
tender hacia actitudes y objetivos religiosos y 'freoií Uf,tE't(i'frE'tOV, según el decreto inmutable antes en el v. 6) ¿proyecta sobre el pasado las cir- documento de deuda). La expresión general
éticos. Como objetivos de esa aspiración y de Dios (Papiro mágico de París = la denomi- cunstancias de unos tiempos en que comenzaban cÓY[la'tu podría haberse escogido conscien-
tendencia se mencionan: 'to ayu'fróv, el bien nada Liturgia de Mithra, Preisendanz, Papyri IV, ya las persecuciones contra los cristianos, desen-
527). cadenadas por la autoridad central (bajo el reina- temente para asociar los mandamientos de la
(1 Tes 5, 15), ClXaLOaÚV1], la justicia (Rom 9, ley mosaica con los preceptos de la «filoso-
En el judaísmo helenístico encontramos el sig- do de Domiciano)? Es sorprendente cómo Lucas
30s), <jllA01;EVLu, la hospitalidad (Rom 12, nificado de decreto, edicto (de un rey, del empe- presenta a los judíos de Tesalónica afirmando en- fía» religiosa de los colosenses (E. Schweizer,
13),10 que fomenta la paz (ELQlÍV1]) y la edifi- rador, del senado romano) en la LXX y en Josefo; carecidamente su fidelidad de súbditos ante los La Carta a los colosenses, Salamanca 1987,
cación (otxoCO[llÍ) de la comunidad (Rom en Filón (más de 150 testimonios) predomina el magistrados. sub loco, refiriéndose al uso del verbo en el v.
14, 19), ayáJt1], el amor (1 Cor 14, 1), Cl- significado de doctrina, con los matices que van En Heb 11, 23 en el códice A y en unos cuantos 20). Los colosenses miran con angustia reli-
XULOaÚV1] y d,aÉ~Elu, la justicia y la piedad 'desde opinión, punto de vista a doctrina recta, manuscritos más, &LáTaYf,ta se cambió en &óYf,ta
verdadera. - Es importante que pueda hablarse de (probablemente por influencia de Lc 2, 1); se tra- giosa tales «estatutos» y se consideran perdi-
(1 Tim 6, 11), la justicia (2 Tim 2,22, como lo la ley mosaica o de sus diversos mandamientos ta del edicto de Faraón que mandó matar a los hi- dos antes Dios si no los guardan con todo ri-
opuesto a «las pasiones juveniles»), ELQlÍv1] y como de los &óYf,taTa 'freoií o los aYLa M'(- jos varones de los hebreos (Ex 1, 16.22). gor. El autor de la carta les asegura que tal
aylUa[lÓe;, la paz y la santificación (Heb 12, f,taTa, que deben observarse o cumplirse: 3 Mac esclavización ha quedado suprimida en Cristo.
14), la paz (1 Pe 3, 11, cita del Sal 33, 15 1, 3; Josefo, Ap I 42; Ant XV, 136; Filón, All 1, 3. El texto de Hech 16, 4 es muy ilustrati- Más claro es el pasaje de Ef 2, 15. El autor,
LXX). Como objetivos de su vida, Pablo men- 55; n, 55; III 194; Gig 52; etc. En todo ello se siguiendo probablemente a Col 2, 14, habla
asocia el punto de vista de que se trata de dispo- vo, porque parece que en él se prepara ya el
ciona en Flp 3, 12.14 la resurrección con Cristo, camino para la terminología eclesiástica pos- también de cÓY[lu'ta, pero se refiere clara-
siciones obligatorias de Dios, con la idea de que
el premio victorioso del llamamiento celes- la ley de Moisés contiene la verdadera «doctrina» terior, según la cual las doctrinas de obligato- mente a la ley de Moisés: Cristo «abolió en su
tial. En este marco referencial se ven palpa- filosófica (Aristóbulo, Filón, etc.). ria aceptación, acordadas en los sínodos, se carne» (es decir, seguramente, mediante la
blemente elementos de la parénesis y de la denominan «dogmas». En 16, 4 se trata del entrega de su vida) «la ley de los mandamien-
conducta personal de las comunidades cristia- 2. En el NT &óY[la designa en dos pasajes denominado «decreto apostólico» (15, 28s), tos, consistente en (múltiples) ordenanzas».
nas helenísticas. decretos imperiales (o reales). que -por la autoridad del Espíritu Santo- im- Con ello derribó el tabique de separación que
1031 Myf.tu-boxÉw 1032 1033 boxÉw 1034

había entre judíos y gentiles, y que se había (transitivo) de pensar, suponer, e (intransiti- sensibilidad estilística sino también su con- hay que traducirlo con el sentido forense ser
alzado mediante la ley mosaica. En la Iglesia vo) de parecer. Claro que, condicionada por ciencia de la historia y de la realidad. Y, así, hallado). Más expresivos son los pasajes de
de Jesucristo, compuesta de gentiles y judíos, el contexto, se deja sentir -especialmente en en Hech 12,9 se realza (paradójicamente) que 2 Cor 10,9, «para que no parezca que yo ... »,
los cristianos están vinculados entre sí por el Mateo y en Pablo- una adaptación del uso he- la liberación ha tenido lugar efectivamente y y Heb 12, 10, donde xu'tu 'to ()OXOVV, «co-
lazo de la unidad. Así que por los {)ÓYIlUl;U lenístico que aparece en la LXX y en la argu- que no se trata de un sueño; en Hech 27, 13 el mo mejor les parecía», se halla contrastado
(ahora abolidos) se entienden principalmente mentación rabínica. verbo se elige por razones estilísticas; E()o1;u quiásticamente con «para nuestro bien» y se
aquellos ritos mediante los cuales los judíos Elluu'té[> en 26, 9, yo estaba convencido, se refiere a la disciplina humana y divina, y va
fieles a la ley, aunque vivieran en la Diáspora, 2. Mientras que la comprensión griega del len- usa en lugar del clásico ()OXW 1l0L (BlaB-De- seguido en el v. 11 por una sentencia sapien-
se diferenciaban y se mantenían separados de guaje y de la realidad está muy vinculada, ya des- brunner § 283, 1, con nota 3). cial.
de sus principios (Parménides 28 B 8, 50s; Pla- El verbo ()oxÉw se usa en sentido transitivo
los demás seres humanos. tón) a la oposición ontológica entre la verdad y la en Juan para expresar el malentendido especí- Mientras que el participial 'tu ()oxovv'tu
N. Walter apariencia y hace uso de la antítesis entre, por un
ficamente joánico, la opinión equivocada (Jn (IlÉA.lJ) en 1 Cor 12, 22 designa sencillamente
lado, «aparecer» (que se es) o «pretender» (ética-
mente que se es), y, por otro lado, el verdadero 5,39.45; 11, 13.31; 13,29; 16,2 y también los miembros más o menos prestigiosos, co-
ser y conocer, vemos que una antítesis compara- 20, 15).
bOnUl'tí,~ro dogmatizo dar prescripcio- mo muestra el v. 23, vemos que oL ()OXOVV-
nes, imponer ordenanzas* ble en el AT es la que existe entre la voluntad 'te~ (eLvuL 'tL), las personas de prestigio, los
(salvífica) de Yahvé y la desobediencia, entre la La expresión paulina «si alguien pretende»
En el NT, el verbo -en voz pasiva- aparece (creyendo que lo que él pretende va a ser personas destacadas, en Gál 2, 2.6.9, es una
vida y la muerte. Y así, boxÉw expresa en la
únicamente en Col 2,20 dentro de la polémi- LXX, sin equivalente literal en el TM, una ten- aceptado públicamente) tiene un puesto fijo frase hecha, que se halla atestiguada también
ca contra los falsos maestros que se desarrolla dencia helenizante. En unos cuantos lugares es en la crítica teológico-polémica que Pablo ha- en Eurípides, Hek 294; Platón, Gorg 472a;
en los vv. 16-23. En ella, la voz pasiva de es- una interpretación (por ejemplo, en Gén 19, 14; ce de las tendencias pneumáticas entusiásticas Epicteto, Ench XXXIII, 12; Josefo, Ant XIX,
te verbo se usa en el sentido de hacer una con- Ex 25, 2; 35, 21s.26: «aquellos a quienes impul- y, en sentido más general, cuando Pablo habla 307, y también en bTaa 14b (Billerbeck I1I,
cesión: 'tL w~ ~wv'te~ Ev XÓOIlq> ()OYIlU- saba su corazón»; Jer ~4 [27], 5: «recto a mis 537). Esta manera de designar a los de Jerusa-
ojos»). Pero en la mayoría de los casos es una del sentimiento de jactarse y sentir ante Dios
'tL~eotte; «¿Por qué permitís que os impongan una confianza engañosa (1 Cor 3, 18: «si al- lén parece tener un acento que es para Pablo,
adición interpretativa, por ejemplo, para asemejar
ordenanzas, como si (todavía) vivierais bajo lo antitético de las sentencias sapienciales a la guien piensa que es sabio» [aquí ()oxÉw equi- que lucha por la unidad de la Iglesia en la li-
el dominio del mundo?» ThWNT 11,233-235; oposición existente entre la apariencia y la verdad vale casi a xQLvw en 2, 2]; 8, 2: «que sabe al- bertad y la fe, si no mordaz, sí al menos rela-
BlaB-Debrunner § 314, nota 2. (= sabiduría) (por ejemplo, en Job, frecuentemen- go»; 11, 16: «quiere ser porfiado»; 14, 37: tivo en cuanto a la verdad del evangelio. (Re-
te en los Proverbios, en Sab 3, 2). El verbo apare- «pretende ser profeta o espiritual»; Gál 6, 3: sentimiento contra los poderosos se escucha
ce también a menudo en los libros segundo y ter- «pretende ser algo, pero [en realidad] no es en la adición de ()oxovv'te~ aQXELv en Mc
boxÉro dokeo pensar, suponer, (en sentido cero de Macabeos, con el sentido de «pensar, 10,42).
suponer, parecerle a uno (bien»>. nada» [cf. el tópico filosófico correspondien-
intransitivo) parecer* te en Platón, Gorg 527b; Epicteto, Diss 11, 24,
1. Aparición y significado del término en el NT - 19] Y Flp 3, 4. Este uso se encuentra también 5. El lenguaje y la manera de pensar del ju-
3. Con excepción de Mt 3, 9, «que no se os
2. En el AT - 3. Significados transitivos - 4. Significa- en un participio en el que se formula una ex- daísmo helenístico se dejan sentir en la fór-
ocurra» , el verbo ()oxÉw, usado transitiva-
dos intransitivos - 5. La fórmula 1:[ OOL (Ú[!LV) (\oxEi:; presión de advertencia (1 Cor 10, 12; cf. tam- mula 'tL OOL ('Úlllv) ()oxel; (cf. Josefo, Ant
mente, significa de ordinario en los Sinópti-
cos pensar, suponer: en exhortaciones (Mt 6, bién Sant 1, 26). En 1 Cor 4, 9; 7, 40 ()OXW VII, 72; V, 120; IX, 190: 'tL ()oxe'l: 'té[> tteé[>; VI,
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s. v.; W. Foerster, Die
(\OXOiíV1:E<; in Gal 2: ZNW 36 (1938) 286-292; E. P. 7; 24, 44 par. Lc 12, 40), con sentido provo- significa a míme parece; 2 Cor 11, 16; 12, 19 227; VII, 216), que además de aparecer en Jn
Hamp, (\ÉXO[!at, (\oxÉw, (\L(\ÚOXW: Class. Ph. 63 cativo (Mt 26,53; Lc 12,51: ¿o es que pien- tienen matiz apologético: «no poder pensar I 11, 56 se encuentra únicamente en Mateo co-
(1968) 285-287; G. Kittel, (\oxÉw, en ThWNT n, 235- no imaginarse», mientras que en Heb 10, 29 y mo introducción a las parábolas (18, 12 ¡a di-
236; D. Müller, (\oxÉw, en DTNT I1I, 329s. Cf. más sas ... ?, a diferencia de Mt 10, 34: Il~ VOIlL-
olJ'te; Lc 13, 2.4, refiriéndose a la doctrina Sant 4, 5 se invita retóricamente a formularse ferencia de Lc 15, 3!; 21, 28), Y es utilizada
bibliografía en ThWNT X, 1053-1055.
un juicio. también -como una novedad- en preguntas
farisaica sobre la retribución), y con sentido
1. ()OxÉw aparece en el NT un total de 62 explicativo (Mc 6, 49: «ellos pensaron que que no sólo requieren la manifestación de una
veces, principalmente en los evangelios (Ma- era un fantasma», a diferencia de Mt 14, 26: 4. Con respecto al uso intransitivo de simple opinión sino la expresión de un juicio
teo 10 veces, Marcos 2, Lucas 10, Juan 8) y Myov'te~; de manera semejante en Lc 24, 37; ()oxÉw, hay que hacer distinción entre pare- vinculante (17, 25; 22,17; 22, 42; 26, 66; de
en Hechos (8 veces); en las cartas aparece Lc 8, 18 [()oxe'l:, a diferencia de Marcos/Ma- cer y ser considerado como. Juntamente con manera diferente aparece en Hech 25, 37). El
principalmente en 1 Corintios (9 veces) y en teo, fue introducido por Lucas para recalcar la la pregunta formulada en Lc 10, 36, que trata escritor Lucas se sirve del estilo de los decre-
Gálatas (5 veces). - Como verbo derivado del verdad de la apódosis]; 19, 11 [posiblemente de suscitar en el oyente un juicio y una acti- tos y decisiones de carácter oficioso en Hech
verbo primario ()ÉXOIlUL, «aceptar», ()oxÉw redaccional]). Es obvio que a Lucas le gusta tud, encontramos un ()oxel retórico y dis- 15, 22.25.28 y también en el prólogo de su
conserva en el NT, a diferencia de 10 que su- usar el verbo ()oxÉw en sentido transitivo, pa- tanciado, parecer ser, en Lc 22, 24; Hech 17, evangelio en Lc 1,3.
cede con ()ó1;u, su significado griego general ra documentar así objetivándola no sólo su 18; de manera semejante en Heb 4, 1 (si no G. Schunack
1035 1036 1037 1038

las 28 veces en que aparece; son examinados Con arreglo a la formación del verbo con la Ilál;uv. 1 Tes 2, 4 y 1 Cor 3, 13 son única-
bOXt",á~ro dokimazi5 examinar, aprobar,
los hombres, el pueblo, algunas personas, el terminación -ul;úJ, podríamos afirmar que 00- mente excepciones «a medias». En 1 Cor 3,
aceptar como acreditado*
corazón y los riñones, por ejemplo, Sal 16 XLllál;úJ se refiere al pensamiento y a la ac- 13, con arreglo a las imágenes tradicionales
6óXLfW<;, 2 dokimos acreditado, reconoci-
(17), 3; 25 (26), 2; 138 (139), 1.23 (H. J. ción con los que uno demuestra que es del AT, se empleará el fuego para probar la
do, auténtico*
Kraus, Los Salmos 1, Salamanca 1993, sub lo- OÓXLIlO<;; la OOXLlllÍ es el resultado de ese ac- obra de cada uno, porque el día la sacará a la
60XLlllÍ, fj<;, ~ prueba, verificación, fiabili-
co, piensa en procesos cultuales y de derecho to. El acto corresponde a una existencia que luz (confluyen las imágenes de la casa ardien-
dad*
sacro como la incubación y el juicio de Dios); consiste en su referente fundamental, en co- do, del juicio final y de la prueba del fuego).
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Empleo Jer 9,7; 11,20; 12,3; 17, 10; 20,12. Es im- nocimiento y comprensión. Se expresa como 1 Tes 2, 4 habla de Dios que examina los co-
en la LXX - 3. Significado - a) Lucas - b) Pablo - portante que la acción de examinar responde razones (en cita de Jer 11, 20); para Pablo (l
discernimiento crítico (en la acción de exami-
4. Lenguaje posterior a Pablo y al NT.
más bien a una visión y conocimiento de tipo nar) y en la acreditación práctica de la expe- Tes 2, 4a), esto significa que el evangelio le
Bibl.: L. Asciutto, Decisione e liberta in Cristo. 00- «intuitivo», y no se realiza tanto por una acti- riencia de conocer o de ser conocido en rela- fue confiado, y que él tiene que responder an-
xl!!á~ElV in alcuni passi di S. Paolo: RMT 3 (1971) vidad, ensayo o prueba. El ministerio de Jere- te Dios en la predicación del evangelio, de esa
ción consigo mismo y con otros. (Esto puede
229-245; Bultmann, Teología, 269; W. Grundmann, mías consiste principalmente en examinar «aprobación» de que fue objeto por parte de
OóXl!!OC; XTA., en ThWNT n, 258-264; G. Klein, Die
implicar la reflexión ética.) Lo peculiar de Pa-
Prüfung der Zeit (Lk 12,54-56): ZThK 61 (1964) 373- (Jer 6, 27). En las secciones sapienciales de la blo es que ello implica la comprensión críti- Dios (cf. 2 Cor 2, 17; Gál 1, 10). Por tanto:
390; G. Therrien, Le discernement dans les écrits pau- LXX, el verbo se usa especialmente para sig- co-práctica y la respuesta de la fe en el Ky- OOXLllál;úJ, en Pablo, se refiere indirectamen-
liniens (EtB), Paris 1973. Cf. para más bibliografía, nificar el valor del objeto que se examina (en rios, el conocimiento de Dios en Cristo, y que te a Dios, por cuanto se refiere directamente a
ThWNT X, 1055. cuanto a su conducta, por la paciencia de que la realización práctica, a la responsabilidad
este acto debe ser realizado de manera comu-
da muestras, lo mismo que se purifica el oro nicativa y refleja por el creyente mismo y por concreta, determinada por la situación y basa-
1. En el NT OOXLllál;úJ aparece principal-
en el fuego; este uso es frecuente en Prover- la Iglesia. da en el conocimiento -concedido en Cristo
mente en Pablo (15 de 22 testimonios). Se en-
bios, Sabiduría, Eclesiástico). Es interesante por el evangelio- de lo que Dios mismo quie-
cuentra también en Lc 12, 56; 14, 19; Ef 5,
TestAs 5, 4: «Todo esto lo he diferenciado a) En Lc 12, 56 se trata de la acción de re (¡en Cristo!), en relación con aquellos que
10; 1 Tim 3, 10; 1 Pe 1,7; 1 Jn 4, 1. Con
(eOoxLlluOU) en mi vida» (a saber, he dife- examinar objetivamente los signos del tiempo confían en la palabra de la cruz.
6óXLfw<; sucede algo parecido: además de y de adoptar ante ellos la correspondiente ac-
renciado la verdad de la mentira, lo justo de lo El conocimiento de la voluntad de Dios es
aparecer en 2 Tim 2, 15; Sant 1, 12, el adjeti- decisivo. Así se hace patente en Rom 1,28; 2,
injusto, etc.; cf. 5, 1). titud (sobre lo de probar las yuntas de bueyes
vo se encuentra únicamente en Pablo (5 ve- 18; 12,2: en la acusación que se formula en 1,
OÓXLIlO<;, usado en la literatura griega para que se han comprado, cf. 14, 19). Si uno se
ces). En el NT OoxLlllÍ aparece únicamente en entiende a sí mismo como persona que presta 28 mediante las expresiones correspondientes
designar lo que ha sido «probado (en la bata-
Pablo (5 veces); falta en la LXX y no hay tes- atención a (los signos de) la tierra y del cielo, (tomadas de la literatura sapiencial) «puesto
lla), lo que se halla acreditado, lo que es reco-
timonios de este sustantivo antes de Pablo. que ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios,
nocido o auténtico» (refiriéndose tanto a per- ¿por qué no habrá de estar atento, y con mu-
sonas como a cosas), aparece raras veces en la cha mayor razón, a este xmQó<;? Su carácter Dios los entregó a una mente desamparada (a
2. OOXLllál;úJ es un verbo denominativo de (escatológico) como decisión, ¿es un carácter la pérdida de una relación significativa con el
LXX y sirve casi siempre para designar que
OÓXLIlO<;, que se deriva de OoxÉúJ, 6Éxollm pretendido o una actitud dentro de la tensión existir)>>; en la cita de la pretensión judía en
un metal es genuino.
(<<aceptar»). El verbo se halla muy difundido que plasma ahora la historia post Christum Rom 2, 18, donde el conocimiento de la vo-
desde Herodoto con el significado de exami- (entre la fe y la incredulidad)? (Así piensa luntad de Dios (por la ley) se identifica con la
3. Los textos paulinos indican que bOXL-
nar, aprobar, aceptar como acreditado, y al- Klein, seguramente con razón, quien hace dis- capacidad para determinar lo que es impor-
llál;úJ, lo mismo que MXLIlO<; y OoxLlllÍ, se
gunas veces es el término técnico para desig- tinción entre la tradición acerca de Jesús de- tante; en las exhortaciones a «servir a Dios en
emplean en sentido técnico con una amplia
nar «examinado oficialmente» (los animales terminada escatológicamente y pre-lucana medio de la cotidianidad del mundo», en Rom
gama de significados, especialmente cuando
para los sacrificios, el que desempeña un ofi- [cf. Mt 16, 3b] y la tradición lucana. OOXLllá- 12,2, con la razón renovada para dar una res-
se trata de probar la autoridad del apóstol en
cio, un médico). l;úJ, con su sentido intrahistórico y ético, ¿se- puesta crítica a lo que constituye la voluntad
En la LXX el verbo traduce (casi siempre) a medio de la debilidad (del amor). Es decir, el de Dios. En su contenido concreto pero inde-
significado teológico de los términos no es in- rá redaccional?). Podría ser sinónimo de XQL-
baJy,an, «examinar, poner a prueba» (entendi- VE'tE 'to OLxmov, en el v. 57, en cuanto a la terminado, 'ta bLUcpéQov'tu (un término co-
do casi siempre en sentido religioso; es tal discutido sino que es objeto de controversia. rriente del lenguaje coloquial helenístico) en
Esto desaconseja la armonización bíblica de observación crítica de los hechos históricos
vez la metáfora de un término técnico «purifi- Flp 1, 10 indica, con respecto al contenido, lo
estos términos bajo conceptos centrales como (cf. Ú:rrOXQL'tUL!), el llegar a una decisión y
car [metales]»), a :¡araf, «fundir, refinar» (fre- que está implicado en la prueba y examen crí-
«juicio (examen) de Dios/acreditación por conservar la capacidad de juicio y la firmeza
cuentemente término sinónimo o paralelo de de la fe. tico de la Iglesia: una superabundancia del
baJy,an), al nifal de baJy,ar, «ser elegido», etc. - Dios». Por las implicaciones de la subjetivi- amor que determine tanto el pensamiento co-
Para la comprensión neotestamentaria (pauli- dad moderna en materia de teoría del conoci- b) A diferencia de lo que sucede en el AT, mo la acción. (En el macarismo de Rom 14,
na) del término, es muy interesante el hecho miento y de ética, no debemos proceder irre- donde Dios es casi siempre el sujeto, vemos 22, se trata de manera más general de la capa-
de que baJy,an, usado principalmente en textos flexivamente al manejar el concepto formal y que en Pablo los hombres son mencionados cidad para juzgar sobre lo que se ha determi-
poéticos, tenga como sujeto a Yahvé en 22 de neutro de «examinar/acreditar». explícitamente como el sujeto de bOXL- nado con la certeza de la fe; en 1 Cor 11, 28
1039 1040 1041 1042

se trata del uso correcto de los sacramentos en su amor y confía en esa autenticidad (2 Cor leugner, Stuttgart 1969; L. Ruppert, Der leidende Ge-
después de un examen crítico que cada uno h~ 8, 8; cf. 8, 22). Y, así, la comunidad, según 2 bOXt"lOV, O\), 'tó dokimion medio para rechte und seine Feinde, Würzburg 1973; A. Schulz,
probar, autenticidad*
de hacer de sí mismo.) Cor 2, 9, da a conocer su propia ()OXLf-t~, cuan- Nachfolgen und Nachahmen, München 1962, 289-
Puesto que el poder de Dios (nvEUf-tu, la vi- do es obediente al apóstol. Según Flp 2, 22, Sant 1, 3: 'to ()OXLf-tWV 'Úf-twv 'tii~ nLo'tEÚ)~, 293; E. Schweizer, Gottesgerechtigkeit und Lasterka-
«lo que pone a prueba vuestra fe», refiriéndo- taloge bei Paulus, en FS Kdsemann, 461-477; A. Vog-
da de Cristo) se manifiesta en la debilidad esto mismo se aplica a Timoteo. tle, Die Tugend- und Lasterkataloge im NT, Münster
()OXLf-t~ pertenece a la situación del sufri~ Rom 14, 18 formula de manera aforística se a las tentaciones (cf. v. 2); 1 Pe 1,7: 'to ()O-
i.W. 1936, Índice alfabético s. V.; S. Wibbing, Die Tu-
miento, a la experiencia de discordia. En una la nueva norma para ser agradable a Dios y XLf-tWV 'Úf-twv 'tfj~ nLo'tEÚ)~ como neutro sin- gend- und Lasterkataloge im NT, Berlin 1959,78-89;
adaptación cristiana de un tópico parenético aprobado ante los hombres: la norma del ser- gular del adjetivo ()OXLf-tW~, «la autenticidad H. W. Wolff, les 53 im Urchristentum, Berlin '1952,
judío (cf. TestJos 20, 1; Sant 1, 2-4: 1 Pe 1, vir a Cristo (cf. Rom 16, 10). En las palabras de vuestra fe» (v.l. ()ÓXLf-tOV), que supera in- 99-104.
6s), Rom 5, 4 saca la conclusión de que la tri- acerca de la colecta en 1 Cor 16, 3, se habla de cluso a la autenticidad del oro que es probado
por el fuego. ThWNT 11,259, 261s; BlaB-De- 1. De las 11 veces que el término se halla
bulación produce paciencia, y la paciencia, «personas apropiadas, elegidas por vosotros». documentado en el NT (además de las varian-
carácter probado, y el carácter probado, es- brunner § 263, nota 5; L. Goppelt, Der Erste
Petrusbrief(KEK), sub loco. tes textuales de Mc 12, 14; Ap 14, 5), MAO~
peranza (que crea certeza). Según 2 Cor 8, 2, 4. En los escritos posteriores a Pablo (y aparece una vez en cada uno de los escritos
de la prueba en la tribulación nace la alegría. posteriores al NT), ()oXLf-tá~ELV experimenta siguientes: Mateo (par. Marcos), Juan, He-
En 1 Cor 11, 19 se dice que las divisiones ha- cierta fijación en el sentido de que el examen bÓXt"O~, 2 dokimos acreditado, reconoci- chos, Romanos, 2 Corintios, 1 Tesalonicen-
cen ver quién ha sido aprobado. 2 Cor 10, 18 y la acreditación pueden delegarse -como do, auténtico ses; aparece 2 veces en Marcos, y 3 veces en
acentúa que el predicado ()ÓXLf-tO~ no corres- quien dice- ajustándose a criterios eclesiásti- ---+ ooxLf-tá~w. 1 Pedro. Además de las citas literales del AT,
ponde a quien se recomienda a sí mismo, sino cos y éticos: se hallan en transición 1 Tes 5, se observa claramente la dependencia que
a aquel a quien el Señor recomienda, y a él se 21 (<<examinadlo todo, retened lo bueno»); Ef
boxó~, olí, ÍI dokos tronco, viga * existe de la tradición del AT al caracterizarse
le aplica el carácter público y escatológico así 5, 10 (<<lo que agrada al Señor»); 1 Tim 3, 10
Mt 7,3.4.5 par. Lc 6, 41.42 (bis), en una hi- corrientemente como «engañoso» y falso al
como también discutido de ese predicado. (someter a prueba para ver si, según el espejo
pérbole en labios de Jesús: «la viga en el pro- hombre que se ha apartado de Dios -en con-
(Cada uno debe examinar [a conciencia] su del obispo en 6, 7, no existe ninguna objeción
pio ojo», por contraste con la «pajita» en el traste con la persona que teme a Dios, es de-
propia obra, y entonces -en comparación, no contra los diáconos); 1 Jn 4, 1 (<<probad [en la
ojo del hermano. La imagen está tomada, se- cir, con el «justo»-. Así lo vemos especial-
con otros, sino con su propia certeza de fe- fe] los espíritus para ver si son de Dios»); 2
guramente, de un proverbio (cf. Billerbeck 1, mente en la tradición que lleva la impronta
podrá gloriarse, Gál 6, 4.) Tim 2, 15 (del obispo); Sant 1, 12 (<<Biena-
446s) y acentúa la prohibición de juzgar al sapiencial (por ejemplo, SallO, 7; 36, 4; 52,
Evidentemente, en Corinto se pedía a Pa- venturado el hombre que resiste a la tenta- hermano. Schulz, Q, 148s.
ción, porque, habiendo sido aprobado, recibi- 4; 55, 12; Prov 12,5.20; 16,28; 26, 4; Sab 1,
blo que demostrara, lo mismo que otros pneu-
rá la corona de la vida»). - En Did 11, 11; 12, 5; 4,11; 14,25; Eclo 1,30; 19,26; cf. Jer 5,
máticos bien probados, que Cristo hablaba en
él (2 Cor 13, 3-7). ¿Cómo podía dar Pablo esa 1; 15, 1 se fija el sentido que hace referencia bÓÍvto~, 3 dolios falso, engañador, fraudu- 27; 9, 5; Sof 1, 9).
prueba (del Espíritu y del poder de Cristo) si al examen al que hay que someter a los profe- lento*
tas (itinerantes) y a los obispos; de manera En 2 Cor 11, 13 se llama EQyá'taL MAWL, 2. a) La intención de los adversarios de Je-
no es exigiendo a la comunidad que, con un
examen crítico de sí misma, diera buena cuen- parecida, 1 Clem 42, 4; 44, 2; 47, 4; Herm «obreros fraudulentos», y tj!E'U()OUnÓ(J'toAOL sús de apresarle y darle muerte experimenta
ta de su propia existencia en la fe? Pablo sabe (m) 11,7, 16; según IgnEsm, 8,2, es agrada- a los adversarios de Pablo; cf. también 1 una descalificación clarísima en la afirmación
muy bien que, de esta manera, él no va a satis- ble a Dios lo que el obispo aprueba. Clem 15,5; Herm (s) 9, 26, 7. de que eso pretende hacerse EV ()ÓAep (Mc 14,
facer precisamente la errada exigencia de que 1; Mt 26, 4: MAep). Además de la razón dada
G. Schunack
él efectúe una demostración legitimante de po- bOÍvtóro dolioo engañar, defraudar* (el temor al pueblo), el relato muestra que la
der pneumático. Pero está persuadido de que Rom 3, 13 (en cita del Sal 5, 10 LXX): 'tu¡;~
futura Pasión de Jesús es la de un justo con-
boxt"aata, a~, ÍI dokimasia prueba, denado, a pesar de ser inocente. Y el propósi-
su propio apostolado, que tiene esta apariencia yAÓJoom~ ulJ'twv· E6oAwUouv (imperfecto;
examen* to de sus adversarios se entiende como la ac-
de no estar legitimado, se halla bien probado cf. BlaB-Debrunner § 84, 3), «han engañado
Heb 3, 9 (cf. Sal 94, 9 LXX) en la expre- (siempre) con sus lenguas». ción malvada de personas impías.
por el hecho de que los corintios entienden su
sión: EndQuouv ... EV ()OXLf-tUOL~, «pusieron
propia existencia en la fe, es decir, demuestran b) Así como la conducta, hostil a la fe, de
a prueba», que se refiere al comportamiento
en sus vidas que Cristo se encuentra en ellos bóÍvo~, O\), Ó dolos engaño, astucia; false- Elimas el mago (Hech 13, 8) es caracterizada
de los antiguos con Dios durante la peregrina-
en virtud del evangelio predicado por el após- dad* como la de una persona nA~Q'tJ~ nuv'to~ ()Ó-
ción por el desierto; Koiné lat syP syh leen con
tol. Es dudoso que Pablo pudiera probar su AO'U (v. 10), así también vemos en Juan -por
()OXLf-t~ de otra manera, por ejemplo, median-
la LXX E6oXLf-tuOUV (f-tÉ). ThWNT 11,259. 1. Aparición del término y campo referencial en el
AT - 2. Cualificación del ser y del obrar humano - contraste- que Jesús caracteriza a Natanael,
te un proceso judicial. Asimismo, cuando él 3. Catálogos de vicios y tablas de deberes domésticos - uno de los primeros que fueron llamados al
reclama que la comunidad le examine y re- bOXt"ÍI, ií~, ÍI dokime prueba, verifica- 4. Defensa del ministerio apostólico. discipulado, como «un auténtico israelita» EV
frende, esto se hace cuando él (con sus propias ción, fiabilidad <V MAO~ O"X EO'tLV (1, 47), una caracteriza-
Bibl.: D. Georgi, Die Gegner des Paulus im 2 Kor
palabras) exige a la comunidad autenticidad ---+ ()oXLf-tá~ú) (3.b). Neukirchen-Vluyn 1964; O. Keel, Feinde und Gottes: ción que se entiende únicamente a partir de
1045 1046
1043 1044

pasajes del AT (cf. Sal 32, 2; Sof 3, 13) donde tento, ovx O'tL em~1]TW TO M/lu, sino que 10 breos, 20 en las Epístolas católicas (diez de
cristiano guarda bien sus labios del AUAfíOaL
se describe de esta manera a quien es verda- que busca únicamente es el fruto, la cosecha las cuales se encuentran en 1 Pedro), 17 en el
MAov (v. 10 = Sal 34, 14).
deramente «justo» (cf. Ap 14, 5 v.l. !). (-> xUQJtós). Apocalipsis. El término falta en Filemón y en
1-3 Juan.
4. Ya en la Carta primera a los tesalonicen-
3. a) En los catálogos neotestamentarios
de vicios (Vagtle, 1; Wibbing, 78), MAOs
ses defiende Pablo su ministerio misionero: bó!;a, 1)~, 1) doxa reputación, honor; es- 2. Los significados bíblicos de este térmi-
su predicación no se realiza BY MA<p (2, 3). plendor de poder, gloria
(sobre el uso del término cf. VagUe 13ss; Sobre todo en la Carta segunda a los corintios no son sorprendentes, en comparación con los
Wibbing, 87s) aparece únicamente en Mc 7, Pablo tiene que defenderse: él no se cuenta 1. Aparición del término en el NT - 2. Campo se- significados con que aparece en el griego ex-
22; Rom 1,29; 1 Pe 2, 1. Al caracterizar, en- mántico y significados - 3. oó1;a en el uso general del trabíblico. El significado de bó1;u más fre-
entre quienes falsifican la palabra de Dios cristianismo primitivo - a) oó1;a como reputación, ho-
tre otras cosas, con el término bÓAOs a las (bOAOiíVTES TOV Aóyov TOií 'freoií)>> (2 Cor 4, cuente en el griego extrabíblico, a saber, el de
nor, fama - b) oó1;a como esplendor del poder divino
personas que viven en la «impiedad» y la «in- 2). Eso es privilegio de los «falsos apóstoles», y celestial - c) oó1;a como gloria divina contemplada «opinión, punto de vista», falta en el NT. El
justicia» (Rom 1, 18ss), Pablo se ajusta a la que son eQyáTaL MALOL (11, 13), que predi- espiritualmente - 4. oó1;a en la teología paulina de la otro significado fundamental de reputación,
manera de hablar del AT (cf. Vagtle, 229- cruz - 5. oó1;a en la teología joánica de la revelación. valor, honor (Lc 14, 10; 1 Tes 2, 6.20; 1 Cor
can «a otro Jesús distinto» y «otro evangelio
232). En Mc 7, 22 MAOs aparece al principio distinto» (11, 4). Lo absurdo que juzga Pablo Bibl.: M.-L. Appold, The Oneness Motif in the 11, 15; 2 Cor 6, 8, etc.) queda notablemente
de la segunda serie de seis delitos que, según que él tenga que proceder a su propia defensa Fourth Gospel (WUNT n 1), Tübingen 1976; G. Ber- relegado ante el uso religioso del término, que
Jesús, constituyen la «maldad» que brota «del tram, lnjJów, en ThWNT VIII, 604-611; J. Blank, Kri- es desconocido fuera del griego bíblico: es-
ante los corintios, lo vemos por su «confe- sis - Untersuehungen zur johanneisehen Christologie
corazón» del hombre, es decir, las culpas de sión» irónica de que él los ganó a ellos «con plendor del poder divino, gloria divina» (Lc
und Esehatologie, Freiburg i. Br. 1964, especialmente
las que se es personalmente responsable. engaño» (12, 16), aunque todo ha sido única- 264-296; A. Dauer, Die Passionsgesehichte im Joh 2,9; Mt 16,27; Hech 7, 55 Y passim), con una
Frente al uso inespecífico del término, en 1 Pe (StANT 30), München 1972, especialmente 231-294; transición hacia un sentido general de «es-
mente para el bien de ellos (vv. 14s).
2, 1 encontramos la exhortación a deponer M. Didier, La gloire de Dieu: réalité méconnue: La plendor visible de luz» (1 Cor 15, 20s; Hech
«toda maldad, toda falsedad», una exhorta- L. Oberlinner Foi et le Temps 4 (1974) 579-602; F. W. Eltester, Ei-
kon im NT (BZNW 23), Berlin 1958, 130-166; G. Fi-
22, 11). Se discute si este sentido se había
ción que se halla al servicio de la parénesis scher, Die himmlisehen Wohnungen. Untersuehungen preparado ya en el uso común del lenguaje en
concreta de la comunidad; bÓAOs es una de zu loh 14, 2s (EHS XXIII 38), Bern-Frankfurt a. M. el mundo de aquel entonces, probablemente
bOAóm doloo falsificar, adulterar*
las formas de conducta que perturban las rela- 1975, 299-348; J. Terence Forestell, The Word of the en la manera de hablar de las cortes helenísti-
En 2 Cor 4, 2 dícese ¡.t1]bE bOAOiíV'tEs TOV Cross. Salvation as Revelation in the Fourth Gospel
ciones entre las personas y que se oponen a la cas. Este lenguaje parece haber influido en los
AÓyov Toií 'freoií, « ... ni adulterando la pala- (AnBibl 57), Roma 1974, sobre todo 65-74; Y. Ibuki,
convivencia (querida por Dios) dentro de la Die Wahrheit im lohannesevangelium (BBB 39), pasajes del NT en los que M1;u significa el
bra de Dios», en la defensa que Pablo hace de
comunidad, que es «sacerdocio santo» (v. 5), Bonn 1972, 188-201; E. Kiisemann, lesu tetzter Wille esplendor de poder de los reyes y los reinos
su apostolado; cf. también 2 Cor 12, 16; 1 Tes
«linaje escogido» (v. 9) y «pueblo de Dios» naeh lohannes 17, Tübingen '1971, 16-64; G. Kittel- (Mt 4,8; 6, 29; Ap 21, 24.26) o se usa en aso-
2, 3 (-> MAOs). Una expresión afín es abo- G. von Rad, OO%Éw %1:1.., en ThWNT n, 255-258; H.
(v. 10). ciación con motivos del trono (Mt 19, 28; 25,
AOv yáAu en 1 Pe 2, 2; cf. «adulterar el vino» Kittel, Die Herrtiehkeit Gottes (BZNW 16), GieBen
b) Al siervo de Dios, que sufre a pesar de en Luciano, Hermot 59. 1934; E. Larsson, Christus als Vorbitd (ASNU 23), 31.34; Mc 10,37; 1 Tes 2, 12) Y en el sentido
ser inocente (según Dtls), se le describe en 1 Uppsala 1962, sobre todo 275-293; C. Mohrmann, No- de majestad como nombre para designar a los
te sur dóxa, en Spraehgesehiehte und Wortbedeutung poderes angélicos (Jds 8; 2 Pe 2, 10).
Pe 2, 22 como «el que no cometió ninguna in- (FS A. Debrunner), Bern 1954,321-328; J. Riedl, Das
justicia ni se halló engaño en su boca» (ls 53, bópux., (no~, 'tó doma dádiva, don* Heilswerk lesu na eh lohannes (Freib. Theol. Stud.
9). La cita se halla en un himno tradicional a Mt 7, 11 par. Lc 11, 13: olbuTE bó¡.tura 93), Freiburg i. Br. 1973, especialmente 69-188; H. Esta notable remodelación del sentido del tér-
Cristo (1 Pe 2, 21-25), que se cita en el con- ayu'fru bLbóvaL 'tOLS 'tÉXVOLs ú¡.twv, en una Schlier, Doxa bei Paulus als heilgesehiehtlieher Be- mino se remonta a la elección de oósu como vo-
argumentación que procede por analogía a griff, en AnBibl 17/18, Rom 1963,45-50; R. Schna- cablo para traducir en la versión de los Setenta el
texto parenético de una «tabla de deberes do- ckenburg, Entwieklung und Stand der johanneisehen término hebreo kabOd. Toda la gama de significa-
mésticos»: los esclavos deben dar buena minori ad maius, y en la que se hace referen- Forsehung seit 1955, en M. de Jonge (ed.), L'Evangi- dos de kabód en el AT se trasvasó al equivalente
cuenta de sí mismos, siguiendo a Cristo en cia a la solicitud de los padres, que, aunque le de lean, Louvain 1977, 19-44; J. Schneider, Doxa, griego Msa. Y, así, kabOd significa el peso del
sus padecimientos «ejemplares» (2, 21). sean malos (JtOV1]QOL OVTES/úJtáQXOVTES)' Gütersloh 1932; Id., 1:lf.l.~, en ThWNT VIII, 170-182; prestigio y del honor que una persona posee, so-
«saben dar dádivas buenas a sus hijos». Y se G. Warmuth, hadar, en ThWAT n, 357-363; C. Wes- bre todo el rey (1 Re 3, 13), pero fundamental-
Con el Sal 34, 13-17, la Carta primera de termann, kbd en DTMAT 1,1089-1113.
Pedro exhorta (3, 10-12), para terminar la contrasta esta solicitud con la solicitud, mu- mente también todo hombre por el puesto que
sección (2, 11-3, 7), mediante una parénesis cho mayor, de Dios por aquellos que le invo- ocupa en la creación (Sal 8, 6) o dentro de la so-
1. bó1;u aparece 167 veces en el NT, co- ciedad de los hombres, donde el kabód se mani-
dirigida «a todos» (3, 8) a una vida vivida se- can llamándole Padre celestial; en Ef 4, 8 (cf. fiesta de manera escalonada como rango, digni-
rrespondiendo 57 de esos testimonios a las
gún «la experiencia de Cristo» (L. Goppelt, Sal 67, 19 LXX) dícese de los dones de Cris- dad y posición de poder. Pero es un término que,
cartas paulinas y deuteropaulinas (el término
Der Erste Petrusbrief [KEK], 226), a una vi- to resucitado a los hombres (es decir, de los sobre todo, hace referencia a la Divinidad como
aparece 19 veces en 1 Cor 15,40-44; 1 Cor 3, expresión de su manifestación en el dominio so-
da que rompa el círculo vicioso de la vengan- «ministerios» dados por Jesús a la Iglesia, v.
11); en Flp 4, 17 Pablo no trata de recibir do-
4--4, 6). Ulterior distribución: 28 veces en los berano que Dios tiene sobre la naturaleza y la his-
za por las injusticias sufridas, respondiendo
Sinópticos y en Hechos, 18 en Juan, 7 en He- toria: por un lado, en las luminosas manifestacio-
con «bendición» (v. 9); esto supone que el nativos de la comunidad para su propio sus-
1047 1048 1049 1050

nes de la Divinidad en las teofanías, pero más to- 11, 7). Pero como el hombre fue infiel a su experiencia del don divino de la salvación (Lc c) Según Rom 1, 23 (cf. v. 20), la gloria de
davía en la majestad, visible únicamente para el destino y perdió la participación en la M;a 17, 18; Rom 11, 36; Ef 3,21; 1 Tim 1, 17; 2 Dios, su poder eterno y su divinidad se perci-
ojo de la fe, de sus actos históricos de salvación y divina (Rom 3, 23), vemos que la M;a ad- Tim 4,18; Heb 13,21; 1 Pe 4,11; Jds 24s; Ap
de juicio. El reconocimiento y la confesión de es- ben intelectualmente a través de las obras de
te kabOd de Yahvé es el honor que su pueblo y to- quiere significación central en los enunciados 4, 11 Y passim). En sentido especial, el sí de Dios como creador. y esto exige que las cria-
da la creación debe tributarle. soteriológicos. En ellos bó;a aparece junto a la fe tributa a Dios el honor que le correspon- turas le rindan homenaje con gratitud. En vis-
bLXULOOUV1'] (Rom 3, 23-25), X.áQL~ (5, 2; E! de (2 Cor 1, 20; Rom 4, 20s). ta de los actos realizados por Dios en la histo-
La variedad de usos corresponde a las di- 1,6), ow't1']QLa (1 Pe 1,7-10; Ap 19, 1), tw1'] ria de los patriarcas y de Israel, al pueblo de
b) Las tradiciones del AT sobre las teofaní-
atwvLO~, 'tL[lTt, eLQTtV1'] (Rom 2, 7.10), etc., y Dios le corresponde la gloria (Rom 9, 5; cf.
versas clasificaciones del significado del tér- as tienen en el NT una continuidad no amplia,
se convierte en el concepto por excelencia de Lc 2, 32). A pesar de que la humanidad ada-
mino. bó;a se usa como sinónimo juntamen- pero sí importante (Hech 7, 2.30-32.35.38;
la esperanza de la salvación (Rom 5, 2; 8, 21; mítica permanece alejada culpablemente de
te con 'tL[lTt en el sentido de prestigio, honor Heb 9, 5; cf. Ex 25, 22; 1 Cor 10, 1-4: Kn 12,
Ef 1, 18; Col 1,27), con la importante incor- Dios, él se mantiene firme en su voluntad sal-
(por ejemplo, en Rom 2,7.10; 1 Tim 1, 17); 41). Tales tradiciones se ofrecen siempre co-
poración del verbo ~ bo;átw, «glorificar». vífica y lleva a cabo por medio del aconteci-
también juntamente con Enmvo~ (Flp 1, 11; 1 mo un testimonio de la nueva revelación que miento de Cristo el destino del hombre para la
Como semejante salvación es mediada por
Pe 1, 7). El concepto opuesto es a'tL[lLa (2 sobrepasa a la antigua (cf. especialmente 1 participación en la M;a de Dios. En la resu-
Cristo (2 Cor 4, 6, etc.), tenemos aquí el se-
Cor 6, 8). M;a en el sentido de esplendor del Cor 10,6.11). En el acontecimiento del éxo- rrección de Jesucristo de entre los muertos,
gundo punto de partida para los enunciados
poder divino va acompañada a veces por otros do, Dios se encontraba ya presente en Cristo Dios ha hecho «nacer de nuevo» a los creyen-
cristológicos de M;a.
conceptos que también expresan el poder: (l Cor 10,4), que ahora «plantó su tienda en- tes y los «ha llamado a su eterna gloria» (1 Pe
MVa[lL~ (Mt 24,30; Lc 21, 27), e;ouoLa (Lc tre nosotros»,' de tal manera que nosotros 1,3-9; 5, 10).
3. a) El prestigio y honor como bien al que
4,6; 2 Tes 1,9) Y xQ(ho~ (1 Pe 4, 11; Ap 1, «contemplamos su bó;a» (Jn 1, 14). La con- Y, así, la M;a destinada al hombre se con-
aspira el hombre (Lc 14, 10; 1 Cor 11, 15) se
6). Frecuentemente tales sentencias de bó;a templación del esplendor visible del poder di- vierte en puro don de gracia (Rom 3, 238; 9,
valora más bien de manera crítica: el que bus-
aparecen en himnos de alabanza (Lc 2, 14; 19, vino queda notablemente relegada en el NT, 23), que Dios ofrece por medio de Cristo, A él
ca el honor de los hombres, dejará de buscar
38; Ef 1, 3-14: Ap 4,11, Y passim), pero con con excepción de las textos que expresan la «le recibió Dios en la gloria» (1 Tim 3, 16; cf.
el honor que viene de Dios (l Tes 2, 6.19s; Jn
mayor frecuencia aún en la forma de la doxo- esperanza en la consumación, todavía futura, Sant 2, 1; 1 Pe 1,21; 2 pe 1, 17, Y passim),
5,41-44: 7, 18; 8, 50s; 10,43; 12,43; Flp 3, de la revelación de Dios que ha comenzado ya
logía, derivada de la tradición judía (Rom 11, 19; cf. Rom 2, 7.10). El apóstol acredita su li- «coronado de bó;a y honor». Con gloria su-
36; 16,27; Gál 1,5; Ef 3,21; Flp 4, 20; Heb (Mc 8, 38; 13, 26; Mt 16, 27; 24, 30; Lc 17, perior a la de Moisés o a la de los ángeles, él
bertad «en honor y deshonor» (2 Cor 6, 8). El 24; 2.1, 27; Ap 21, 11.23s). No obstante, oó;a
13,21; 1 Tim 1, 17; 2 Tim 4,18; 1 Pe 4,11; 2 proverbial esplendor y la magnificencia de lps es el Hijo, el Mediador preexistente de la cre-
Pe 3, 8; Ap 1,6). En la medida en que M;a qesi¡ma también ep. Lc 9, 31 (historia de la ación, el «resplandor de la gloria e imagen
reyes y de sus reinos pueden realizar una fun- transfiguración), en alglmas tradiciones de
enuncia la esencia de la Divinidad en su ma- ción positiva (Mt 6.29; Lc 12,27); en el acon- perfecta del ser de Dios», quien por medio de
Pasc\1a (Mc 16, 5; Mt 28, 3; Hech 9, 3) Y en él «comenzó a llevar a lo~ muchos hijos hacia
nifestación, puede ir acompañada por concep- tecimiento del final de los tiempos, toda la los relatos lUCaI101l de la infanc,;ia (Lc 2, 9), un la M;a» (Heb 2, 7.9; 3, 5; 1, 2s; 2, 10). El
tos como {}fLÓ't1']~ «Deidad», 'Únóo'taoLS «fir- bó;a de las naciones adornará a la ciudad de esplendor de 1u?:, visible y no obstante celes- «Ei'lpiritu de la gloria de Dios» descansa aho-
meza», [lfyaAoOUV1'] «majestad» (Rom 1, 20. Dios (Ap 21, 24.26). Sin embargo, se pone de tial. en parte contemplado visionariamente ra sobre los creyentes» (1 Pe 4, 14); ellos son
23; Heb 1, 3a.d) y los enunciados de M;a relieve la caducidad de todo el esplendor de por meqio de um~ gracia especial (Hech 9, 3; preliervados por el poder de Dios hasta la re-
pueden pasar a expresar las maneras de la pre- este cosmos (l Pe 1,24; cf. 1 Jn 2,15-17), Y cf. v. 7), y que en parte irrumpe desde lo alto velación de la gloria de Cristo y de los cre-
sencia divina en el acontecimiento de la reve- lo demoníacarnente seductor de su magnifi- y se hac,;e visible en el espacio (Lc 2, 9), Pablo yentes en el acontecimiento del fin de los
lación: pueden referirse a la esfera celestial y cellcia (Mt 4, 8; J.,c 4, 6). Bien entep.didos, los piensa ep. la gloria luminosa del ¡:merpo nuevo tkmpos (l Pe 1, 5; 5, 1; 4, 13). Ahora bien,
divina (Lc 2, 9; 1 Tim 3, 16, Y passim), prin- hUl11illantes sufrimientos del apóstol son pre- en 1 Cor 15, 43; cf. Plp 3, 20s. En este cOn- así como Cristo -según la voluntad de Pios-
cipalmente a los mensajeros celestiales envia- cisamente un honor para su comllnidad (Ef 3, texto Parece q\1e él atribuye en sentido figura- entró por el sufrimiento en la gloria, así se ha
dos por Dios, sobre todo en el acontecimiento 13), de la misq¡a manera que -inversamente- do a los cuerpos celestes un esplendor de determinado que suceda con los creyentes (l
del fin de los tiempos (Lc Q, 26; Mt 16, 27; su fiel cQlllunidad será para él, en los aconte- bp;a, escuchándose siempre en todo ello un Pe 1,6-12: 2, ?OS; 4, 13; ;;, 1.4.10; cf. Rom 8,
Ap 18, 1, Ypassim). Este es uno de los puntos cimientos del fin, ho,!or, fama y gozo (l Tes elemento de rango y posición de poder: «Una 17), Cuando la Iglesia, en su respuesta, con-
de partida de los enunciaqos cristo18gicos de 2, 19s). pinalmeIlte, a S(llo Pi Os se debe todo estrella se diferenciá de otra estrella en la fiesa la gloria d~ Dios, esta gloria consiste
M~a en el NT. Jesús viene en M;a cOIflO el honor, como confiesan el himno y la doxolo- &QSq>~. La M;a adquiere también en otras profundísimamente en la fideUdad de Dios
esperado Hijo del hombre (Mc 8, 38, Y pas- gfa. P~f eso, lapropiasituacigIl' es sielllpre flanes el sentido de «esplendor reflejado», -mediant~ el acontecimiento de Cristo- a sus
sim); él es el XUQLO~ 'tfí~ ~Ó;1']~ (1 Cor 2, 9; important~. Hay que renunciar a la impiedad análogo al que tiene eLxwv: el hombre es el criaturas perdidas (Lc 2, 14; 19, 38; Ef 1, 3-
Sant 2, 1), etc. (Rom 1,23-25), hay que someterse a la auto- esplendor reflejado y la imagen de Dios» (1 14; Heb 13, 20s y passim).
Reciben participación en la bó;a divina las ridad judicial de Dios (Jn 9, 24; Ap 14, 7; 16, Cor 11,7). Detrás de la luz visible del cielo se
obras del Creador (Rom 1, 21.24), principal- 9) y rechazar la blasfemia (Hech 12, 23), y, halla la esfera invisible e inaccesible de la luz 4. Pablo comparte el uso general de bó;a
mente el hombre como criatura suya (1 Cor sobre todo, hay que mostrar gratitud por la divina (l Tim 6, 16). en el cristianismo primitivo. El hace, además,
1051 M!;a 1052 1053 1054

que el trasfondo del lenguaje de la Setenta re- 7). Quien ha reconocido así la bó;a de Dios justicia, todo eso redunda en la gloria de Dios Hijo, el cual érase desde siempre «con Dios»
salte en citas (Rom 1, 23, cf. Sal 105, 20 en la faz de Cristo, ese tal ha recibido la «sa- (Rom 15,7; 2 Cor 4, 15; Flp 2, 11; 1,9-11). (Jn 17,5; cf. 1, 1). En la muerte, el Hijo re-
LXX; 1 Cor 11,7, cf. Gén 1,27). Así, la M;a biduría de Dios en el misterio», una sabiduría Los creyentes, con su cuerpo mortal, más aún gresa a la bó;a con el Padre (17, 5), pero es-
expresa también para Pablo fundamentalmen- que Dios ha destinado a nosotros los creyen- en su misma muerte, son capaces de acrecen- tando en la tierra no se apartó nunca de la
te la esencia de Dios, tal como ésta se mani- tes para hacernos partícipes de su bó;a (1 6ó;a del Padre, porque el Padre está siempre
tar la gloria de Dios y de su Cristo (1 Cor 6,
festa en su revelación, tal como es contempla- Cor 2, 7). Esta sabiduría nos revela de tal ma- «con él» (16, 32; cf. 5, 17). Incluso durante su
20; Flp 1,20). Ahora también el hombre pue-
da por la razón iluminada que ve el poder del nera «las profundidades de Dios», que somos revelación en el mundo, al Hijo le correspon-
de dedicar de veras su vida a buscar «la gloria
Dios creador (Rom 1,20.23), tal como es es- poseídos y dominados por el amor de Dios y dió siempre como propia la gloria, por ser el
y el honor y la inmortalidad» (Rom 2, 7), por-
perada por el ojo de la fe que cree en el poder de Cristo (2 Cor 5, 14s; 1 Cor 8, 3). Unigénito del Padre (1, 14). A él el Padre, en
que él vive -con su voluntad y sus logros- del
divino de juicio y de salvación en las mani- La salvación es para Pablo la partición en el el amor, le hace partícipe de su M;a (1, 18;
resplandor de poder de la cercanía y del amor
festaciones históricas, y que con fe es aguar- ser glorioso de Dios, tal como se manifiesta 3,35; 5, 20; 17,24).
de Dios (Rom 12, ls; Gál 2, 20; Flp 21, 3) Y
dada en su irradiación definitiva en el aconte- en su amor salvador en el acontecimiento de está llamado a hacerlo todo para honra de b) En los actos de poder de Jesús se mani-
cimiento del fin de los tiempos. Cristo. En consecuencia, la expectación cós-
Se observa una manera peculiar de hablar Dios. fiesta la naturaleza gloriosa del Padre (11,
mica sigue estando viva: nuestro cuerpo se En las cartas deuteropaulinas se desarrolla
de Pablo, cuando él reflexiona soteriológica- 4.40). Y, así, Jesús en su actuación y en sus
hará semejante al «cuerpo de bó;a» del Cris- más la remodelación teológica que Pablo hace
mente sobre las manifestaciones de la bó;a obras ha glorificado al Padre en la tierra (17,
to exaltado. Nuestra existencia se hará seme- del concepto, pero con una aproximación ma-
de Dios. El estado de perdición, que se produ- 4), Y al mismo tiempo revela también su pro-
jante a su «imagen»: Flp 3, 21; 1 Cor 15, yor a las tradiciones generales del cristianis- pia M;a, la del Hijo (2, 11). Ahora bien,
jo con la pérdida culpable de la M;a (Rom 3, 43s.49. Pero la trasformación decisiva en mo primitivo. Y, así, la idea de poder se acen- mientras que la fuente de semeia quiere acen-
23), lo concibe Pablo de manera universal: a 6ó;a acontece ahora, por la visión de la glo- túa más en la 6ó;a, con la mira puesta en los tuar la presencia divina en la actuación de Je-
todo lo creado lo arrastró el hombre consigo ria del amor de Dios en Cristo (2 Cor 3, 18; 4, acontecimientos del fin (2 Tes 1, 9; cf. Ap 15, sús, intensificando lo milagroso, vemos que
en su caída (Rom 8, 19-21). Pablo ve también 5). Pablo vive y experimenta, él mismo, esa 3), Y se acentúa más el poder de la nueva vida para el evangelista la mera experiencia de mi-
presente la bó;a de Dios en la Torá, pero co-
trasformación (2 Cor 4, 7-10.17). Su evange- en los creyentes (Col 1, 11; Ef 3, 16), Y tam- lagros, por ejemplo, el hecho de ver saciada el
mo M;a que juzga y mata, y que palidece y bién la majestad celestial de Dios (1 Tim 1,
lio la trasmite y produce el «resplandor del hambre por la multiplicación de los panes, si-
pasa (2 Cor 3, 7-10) al resplandecer la bó;a 11.17; cf. 6, 14-16). Ahora bien, predomina la
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de gue estando en el ámbito de la «carne» y «no
vivificadora de Cristo. Porque la instrucción idea de la salvación: se ensalza a Dios como
Jesucristo», un resplandor que es semejante al aprovecha nada» (6, 25b-27.63). Tan sólo el
divina está «debilitada por la carne» (Rom 8, el «Padre de la bó;a»; se proclama la «bó;a
de la luz primordial en la creación del mundo que con fe «ve los signos» (6, 25a) -el que en
3) en la creación caída. Los enunciados cris- de la gracia» (Ef 1, 6). Esta gracia fue conce-
(2 Cor 4, 3s.6). Y, así, el ministerio de Pablo el milagro del pan ve al Hijo, a quien el Padre
tológicos de bó;a comienzan con la presen- dida a los creyentes, llena de todos los dones
es «ministerio del Espíritu», que «se realiza da como regalo al mundo para que sea el «pan
cia activa de Dios en el acontecimiento de salvíficos (1, 3-10.17-23). Uno sabe que está
Cristo: Cristo ha resucitado «mediante la bó- en bó;a», más aún, que «abunda en bó;a» (2 de la vida» ; el que en el milagro de Lázaro ve
Cor 3, 8s). destinado a ensalzar esta bó;a de Dios (1,
;a del Padre» (Rom 6, 4; cf. Rom 1,4 sobre al Hijo como «la resurrección y la vida»; el
La creación entera participará en la gloria 12.14; 3, 21). Cuando la perspectiva se vuel-
este tema). Más aún, él fue crucificado ya co- que en la curación de los ciegos' ve al Hijo co-
de los hijos de Dios, cuando se produzca el ve hacia la bó;a como el objeto de la espe-
mo «Señor de la gloria» (1 Cor 2, 9). mo «la luz del mundo»' (6, 32-35; 11,25-27:
ranza (1, 18; cf. 2, 7; Col 1,27; 3,4; 2 Tes 2,
Se discute sobre el significado de este im- acontecimiento final, es decir, participará en 9, 3-5)-: ese tal es el único que contempla la
14; cf. 1, 10; 2 Tim 2, 10; Tit 2, 13), ello im-
portante pasaje (1 Cor 2, 8). La hipótesis de el señorío universal del amor del Creador, que revelación de la M;a del Padre y del Hijo.
plica una revelación de la 6ó;a con un conte-
un mito gnóstico sobre el descendimiento, se- lo libera todo para que se haga conforme a la En todo ello se ve una crítica del entusiasmo,
nido que está determinado por la gracia (Tit 2,
gún el cual los poderes no reconocieron al Se- verdad de su destino como criatura (Rom 8, 13; 2 Tes 2, 16). una crítica afín a la de Pablo, y que se efectúa
ñor de la gloria, no captaría el sentido del pa- 21). Puesto que la gloria escatológica de Dios desde la perspectiva de una teología de la
saje. Habrá que interpretarlo a partir de 2 Cor es, en lo más profundo, su poder de amor, la 5. En tres aspectos resalta en el Cuarto cruz.
4, 6: los poderes del trasfondo del mundo no fe puede ya desde ahora gloriarse de ella Evangelio el uso teológico específico de este
reconocieron la presencia de Dios oculta y (Rom 8, 30, eM;aaEv; cf. vv. 37-39) y pre- Claro que la función de la Pasión en el Cuarto
término. En los tres aspectos ocupan un lugar Evangelio es tema de discusión entre los especia-
manifiesta en el acontecimiento de Cristo; no sentar ya a Dios la confesión de su gloria: el destacado algunos temas de la teología joáni- listas. Contra la tesis de Kiisemann, según la cual
reconocieron «la gloria de Dios en la faz de hecho de que Cristo nos aceptó cuando noso- ca sobre la revelación. el evangelista introduce, viéndose más bien for-
Cristo» (2 Cor 4, 6), cuando Dios se dispuso a tros éramos pecadores; el hecho de que él es- zado a ello, la tradición de la Pasión, habrá que
tá exaltado sobre todo; el hecho de que el a) Frente a Pablo destaca la versión de la
revelar su amor redentor en la entrega de su conceder la máxima importancia al relato de la
apóstol, en su ministerio, engrandece la gra- idea de la 6ó;a según la teología de la pree- Pasión en el Evangelio de Juan. La gloria de Je-
Hijo (Rom 5, 8; 8, 32; cf. 3, 25s; 2 Cor 5, 19),
xistencia, desarrollada consecuentemente. Así sús como luz del mundo es decididamente la cri-
un acontecimiento en el que la fidelidad de cia de Cristo; el hecho de que los creyentes,
como la 6ó;a de Dios es anterior a toda exis- sis del cosmos, una crisis manifiesta que tiene su
Dios sobreabundó para gloria suya (Rom 3, en una vida de amor, producen el fruto de la
tencia creada, así lo es también la gloria del punto de partida en la cruz. En esa gloria se halla
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presente el amor creativo de Dios, que trasforma 8; Mc 2, 12). Juntamente con o en lugar de a) Ya en la muerte de Jesús, más aún, en el
bo1;á~ro doxaziJ honrar, alabar; glorificar
a las personas perdidas en hijos de la luz (12, ('¡o~á~w aparecen sinónimos tradicionales «ahora» de la entrega de sí mismo a la muer-
31s.36; cf. 1, 12s; 3, 3; 8, 34-36; 9, 39). El Hijo 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado y como aLvÉw (frecuente en Lc/Hech), EU- te, Jesús es glorificado (Jn 13, 31) y, por tan-
es «pan del mundo» y el «buen Pastor», porque uso en la literatura cristiana primitiva - a) /)o1;á~úl en
el sentido de honrar, alabar - b) /)o1;á~úl en el sentido AOyÉW (Lc 1, 64; 2, 28; Sant 3, 9 y passim), to, es «exaltado» (3, 14; 8, 28; 12, 32.34) en
hace entrega de su propia vida en favor del mun-
do y de los suyos (6, 51; 10, 11.15). de glorificar - 3. /)o1;á~úl en la soteriología de Juan. I1EyaAúvw (Lc 1,46; Hech 10,46), o también la gran «hora» que todo lo consuma, y que el
«tributar honor» u otras expresiones por el es- Padre ha determinado para él: «Ha llegado la
Bibl.: A. Dauer, Die Passionsgeschichte im Johan-
Puesto que Jesús tan sólo en la muerte es nesevangelium, München 1972, 236-294; G. Lohfink, tilo (Rom 4, 20; Jn 9, 24 y passim). hora para que el Hijo del hombre sea glorifi-
«exaltado» a su poder salvífico que salva al Die Himmelfahrt Jesu, München 1971; M. McNama- Este acción de honrar a Dios a la manera de cado» (12, 23; cf. 13, 1 y passim). Aquí se de-
mundo perdido, vemos que en su muerte se ra, The Ascension and Exaltation of Christ in the confesar su fe en él (una acción expresada ja sentir la tradición sinóptica, más antigua,
Fourth Gospel: Scripture 19 (1967) 65-73; R. Schna- también con el verbo 'tLl1áw: Mc 7, 6; Jn 5, que interpretaba la Pasión de Jesús como el
hace realidad su «glorificación» y la del Pa- ckenburg, El evangelio según san Juan n, Barcelona
dre (13, 31s; 17,4). 1980, 490-523 (excursus: Exaltación y glorificación 23; 8, 29) tiene una manifestación más pro- acontecimiento del «Hijo del hombre».
En este contexto habrá que explicar el de Jesús); W. Thüsing, Die Erh6hung und Verherrli- funda en una vida y muerte consagradas a b) Puesto que en la actividad terrena de Je-
enunciado programático acerca de la ('¡ó~a, chung Jesu im Johannesevangelium, Münster i. W. Dios (1 Cor 6, 20; Jn 21, 19). La acción de
'1972 (bibliografía). Cf. más bibliografía en M1;a. sús y en la entrega por amor que él hace de sí
que aparece en 1, 14b.c. El evangelista define honrar a Dios puede ir dirigida hacia su pala- mismo al mundo se hace acontecimiento el
la gloria del Lagos encarnado como «gracia bra (Hech 13,48; 2 Tes 3,1; también Rom 11, poder y el amor salvador-creador del Padre
y verdad», una expresión que recoge el par 1. Las 60 veces que el verbo ('¡o~á~w se 13), Y sobre todo hacia Cristo (Flp 1, 20;
halla atestiguado en el NT se distribuyen de la mismo, Juan ve una glorificación mutua del
de conceptos veterotestamentarios hesed we'e Hech 19, 17; esp. Jn 5,23).
siguiente manera: 22 de ellas en sólo el Evan- Padre por el Hijo (13, 31b; 17, lb.4) Y del Hi-
met, remontándose a Ex 33, 18-35~ 7, donde
gelio de Juan, luego 12 en Pablo (incluida 2 b) ('¡o~á~w en el sentido de glorificar se jo por el Padre (7, 39; 12, 16.23; 13, 31a; 17,
la naturaleza de la gloria de Yahvé se com-
Tesalonicenses), 9 en Lucas, 5 en Hechos, 4 usa raras veces, con excepción del Evangelio la.5); en última instancia, el Padre se glorifi-
pendia con este par de conceptos (Ex 34, 6):
en Mateo y 4 en 1 Pedro, 2 en Apocalipsis, 1 de Juan (---* 3). Aparece en Rom 8, 30 como ca a sí mismo, glorifica «su nombre» en el
la misericordia y la fidelidad predominan con
en Marcos y 1 en Hebreos. eslabón final de una cadena soteriológica; en acontecimiento de Jesús (12, 28), un suceso
mucho sobre el poder judicial de Dios. En
consonancia con eso, la revelación de la glo- 2 Cor 3, 10 como interpretación crítica de la que sigue irradiando después de Pascua (12,
ria de Jesús se consuma en su entrega de 2. ('¡o~á~w es un verbo que se deriva del doxa de Moisés según Ex 34, 29-35; y en 28; 13, 32). Y, así, la revelación de la gloria
amor, una entrega que llega hasta la muerte sustantivo ---* ('¡ó~a y adquiere de él su signi- Hech 3, 13 (cf. el v. 15) como interpretación de Dios en el signo de Lázaro es ya también
(Jn 13, 1.24s.31s; 19, 25-30). Esta M~a del ficado: a) «mostrar honor», en pasiva «reci- de la acción pascual de Dios en Jesús, una in- una glorificación del Hijo (11, 4, a pesar de 7,
amor es la que Jesús dio y sigue dando a los bir honor»; b) (por la repercusión especial del terpretación que se atiene a las palabras de Is 39; cf. 2, 11).
suyos (17, 20-23). uso de ('¡ó~a en la Setenta) «glorificar, hacer 52, 13. En este punto, el uso y desarrollo de e) La glorificación de Jesús y del Padre se
partícipe de la gloria divina, o recibir partici- ('¡o~(iI;w se aproximan a los que vemos en el hace manifiesta, más aún, se acrecienta allá
c) ('¡ó~a en el sentido de prestigio, honor, pación en ella». Evangelio de Juan. donde el poder divino y salvífico de Jesús, con
aparece en dos contextos: 1) Un contexto
cristológico-apologético: El Hijo, aunque re- a) ('¡o~á~w como honrar en las relaciones la cooperación del Espíritu (16, 14), produce
clama para sí completa autoridad divina, no de unas personas con otras se usa en sentido 3. La conexión con la tradición de la recep- fruto en los suyos y lo produce ya en la tierra.
busca nunca su propio honor, sino el de aquel crítico y en sentido positivo (Mt 6, 2; Lc 4, ción pascual de Jesús en la gloria divina (cf. 1 Precisamente por la muerte de Jesús se llega al
que le envió (7, 18; 8, 50.54). Sirviéndose de 15; 1 Cor 12, 26; cf. v. 24), recayendo princi- Tim 3, 16; Lc 24, 26; Hech 3, 16) aparece cla- «mucho fruto» (12, 23s); en las «obras mayo-
la idea antigua del mensajero, una idea muy palmente la crítica sobre el hecho de honrarse ramente en Jn 7,39; 12, 16; cf. 2,22: Jesús fue res» que con la fuerza de la oración se hacen
generalizada, se defiende la confesión de fe a sí mismo (Jn 8, 54; Heb 5, 5; Ap 18, 7). glorificado tan sólo en su resurrección. Esta «en el nombre de Jesús», y en la vida del amor
en la majestad divina del Revelador, en su El verbo ('¡o~á~w se usa preponderante- tradición veía a Jesús «exaltado» a la gloria de Dios, el Padre es glorificado en el Hijo (14,
gloria. 2) Un contexto soteriológico: así co- mente en el NT para referirse al honor que se divina, «a la diestra de Dios» = a la partipa- 12s; 15,7-13).
mo en Pablo el hecho de buscar la propia jus- tributa a Dios, y casi siempre en la expresión ción en el poder glorioso de Dios (Hech 2,33;
5,31; cf. 3, 13). Esta gloria se manifiesta en la d) La entrada de Jesús en la gloria divina
ticia, así en Juan el hecho de buscar el propio fija ('¡o~á~ELV 'tov 'frEÓV, que se deriva de la
presencia del Exaltado en las epifanías del po- «junto al Padre» (17, 1.5) se distingue todavía
honor se considera como una de las barreras doxología tradicional judía (tan sólo en el
der del Espíritu; o, para decirlo con otras pala- de su glorificación como el revelador de la
decisivas contra la fe salvadora (5, 44; 12, Evangelio de Lucas y en Hechos 11 veces; la
bras: en el poder salvífico de su nombre (Hech salvación; esa entrada es la restauración de la
43). Tan sólo el que permite que se revele la expresión aparece además en Mt 9, 8; Rom
ignominia de su pecado, tan sólo el que se de- 15, 6.9; 1 Pe 2, 12 y passim; en el Evangelio 2, 33; 3, 16). gloria de preexistencia por parte del amor ge-
ja purificar por quien muere prestando un ser- de Juan aparece únicamente en 21, 19). En to- El evangelista de esta tradición plasma de neroso del Padre; verla y participar en ella es
vicio, participará de Dios en Jesús (3, 19s; 4, do ello puede variar la manera de designar a Cuatro maneras su reinterpretación del con- la consumación de la salvación, prometida al
16-19.29; 8, 31-37: 13,8). Dios (Mt 9, 8; Mc 2, 12), Y con frecuencia se cepto de la M~a (---* M~a 5) con arreglo a su discípulo (17, 5.24; cf. 14, 2s).
H. Hegermann indica el motivo para glorificar a Dios (Mt 9, teología de la revelación: H. Hegermann
1059 1061 OOVAE'ÚW 1062
~oQxá~ - ()OVAE'ÚW 1060

esclavitud (10 veces); Oo'UA.eLU, esclavitud (5 Una comprensión enteramente distinta se ex-
AOQxá;, ábo;, tí Dorkas Dorcas (gace- (01)AÓro douloo esclavizar, someter a servi-
veces); OOÚA.fj, esclava (3 veces), y ocp{}UA.- presa en el AT y en el judaísmo: Dios es el Señor
la)* dumbre* absoluto. El hombre tiene conciencia de depen-
Hech 9, 36.39 como equivalente griego del OlJVOO1)AO~, 01), ó syndoulos consiervo, flOOO1)A.LU, servicio que se hace delante de der totalmente de él. Ser elegido por Dios, tener
arameo Tebftii' , nombre de una discípula de compañero de esclavitud* los demás para quedar bien; el adjetivo la posibilidad de servirle, no humilla a nadie. An-
OoiJA.O~, como esclavo o siervo (2 veces). tes al contrario, es un verdadero honor. En con-
Jafa, --+ TUPL{}á. ~oQxá~ aparece también
1. Amplitud del campo léxico, frecuencia de apari- secuencia, los términos con la raíz OOVA- son
como nombre, por ejemplo, en Josefo, Bell ción de los términos en el NT - 2. Construcciones sin- los equivalentes que se encuentran con la mayor
IV, 145. 2. Si en el uso del verbo OO'UA.fúro se indi-
táticas - 3. Significados - 4. El grupo de palabras en la frecuencia en la LXX para traducir la raíz he-
predicación de Jesús, en la tradición sinóptica y en ca la persona o cosa a la que se presta servi-
brea 'bd y sus denominativos (cf. W. Zimmerli:
Juan - 5. El grupo de palabras en las Cartas de Pablo y cio' esa persona o cosa va siempre en dativo ThWNT V, 672-673). El uso religioso se desarro-
So' ,
uOat;, Ero;, 11 dosis don, dádiva, acción en su tradición - 6. OOÜAO<; y OÚVÓOUAO<; en el Apo- (21 veces). Tan sólo en Rom 7,6; Gá14, 25; 1 lló a partir de las expresiones ceremoniales y cor-
de dar* calipsis. Tim 6, 2 se emplea el verbo en sentido abso- tesanas del cercano Oriente, según las cuales los
En Sant 1, 17: ndou MOL~ ayu{}~, «toda Bibl.: W. Brandt, Dienst und Dienen im NT, G6ttin- luto, y en Flp 2, 22 el verbo lleva acusativo altos funcionarios se consideran como OO'ÜAOL
dádiva buena», junto a ndv OWQfjf.,l,U 'tÉ- gen 1931; R. Gayer, Die Stellung der Sklaven in den con preposición. - En la mayoría de los casos ante su rey. En este término se expresa la distan-
A.fLOV, dícese de los dones de Dios; en Flp 4, pln Gemeinden und bei Paulus, Bern-Frankfurt a. M. en que aparece OoiJA.O~, la relación se expre- cia y dependencia en que ellos se sienten con res-
1976; H. Gülzow, Christentum und Sklaverei in den pecto al monarca. En el dualismo gnóstico, el
15 en la expresión ft~ Aóyov OÓOfW~ XUL sa: 27 veces con un pronombre personal en
grupo de palabras sirve para expresar la esclavi-
ersten drei Jahrhunderten, Bonn 1969; J. Jeremias, Je-
A.~f.,I,'ljJfro~, «según la cuenta del dar y reci- rusalén en tiempos de Jesús, Madrid 1977; E. Kamlah, genitivo que indica posesión; 27 veces con un zación a la materia y a los poderes del mundo.
bin>, que se deriva del lenguaje comercial y Die Parabel vom ungerechten Verwalter (Luk. 16, 1ss) genitivo de persona o de cosa (con excepción
que, en la imagen del ajuste de cuentas o de la im Rahmen der Knechtsgleichnisse, en FS Michel, de Rom 6, 16). Empleado en sentido absoluto, En el NT las palabras con la raíz &0"1.- sir-
276-284; G. Kehnscherper, Die Stellung der Bibel und el término (con o sin artículo) aparece 39 ve-
contabilidad mercantil, expresa las relaciones der alten christlichen. Kirche zur Sklaverei, Halle ven para designar las relaciones de dependen-
mutuas entre Pablo y los filipenses; cf. tam- ces. Además, se halla asociado 11 veces con cia y de servicio en los siguientes ámbitos:
1957; H.-G. Link-R. Tuente, Esclavo, en DTNT II
bién Eclo 42, 7; E. Lohse, Philipperbrief' 101-107; K. H. Rengstorff, ÓOÜAO<; 'liTA., en ThWNT un adjetivo; 14 veces con un pronombre de-
(KEK), sub loco. n, 264-268; G. Sass, Zur Bedeutung von ÓOÜAO<; bei mostrativo, y algunas veces con una preposi- a) En el ámbito de la condición de esclavo
Paulus: ZNW 40 (1941) 24-32; G. Schneider, Parusie- ción, un participio o con aA.A.o~ o 'LOLO~. - Si como una realidad social: OoiJA.O~ designa al
gleichnisse im Lukas-Evangelium, Stuttgart 1975; S. con los verbos OO1)Mro, xu'tuOo'UA.óro, OO'U- esclavo doméstico: Mt 8, 9 par. Lc; Mt 10,
Schulz, Hat Christus die Sklaven befreit?: Ev. Komm.
bó't11;, Oll, Ó dotes dador* 5 (1972) 13-17; E. Schweizer, Zum Sklavenproblem im A.uyroyÉro se indica la persona o cosa que ha 24.25; 13,24-30; 24, 45-51 par. Lc; 25, 14-30
2 Cor 9, 7: LA.UQOV YUQ M'tfjv ayune¿. ó NT: EvTh 32 (1972) 502-506; P. Stuhlmacher, Der sido esclavizada, esa persona o cosa va siem- a diferencia de Lc; Mc 12, 1-9 par. MtlLc; 13,
{}EÓ~, «Dios ama al dador alegre» (cf. Prov Brief an Philemon (EKK), Zürich 1975; J. Vogt, Skla- pre en acusativo (5 veces). Si el verbo se ha- 34-37; 14,47 par. MtlLc/Jn; Lc 7, 1-10 a di-
22, 8). H. Windisch, Der zweite Korinther- verei und HumanUlit. Studien zur antiken Sklaverei lla en voz pasiva, entonces va seguido por el ferencia de Mt; 12, 35-38.47; 14, 16-24 a di-
und ihrer Erforschung (Historia, Heft 8), Wiesbaden· ferencia de Mt; 15,22; 17,7-10; Jn 4,51; 13,
brief (KEK), sub loco. 21972; A. Weiser, Die Knechtgleichnisse der synoptis-
dativo de persona o cosa (5 veces). El uso en
chen Evangelien (StANT 29), München 1971; H.-D. sentido absoluto se encuentra únicamente en 16; 15, 20; 18, 18.26; Ef 6, 5; Col 3, 22; 4, 1;
Wendland, Sklaverei und Christentum, en RGG VI, 1 Cor 7, 15, y la construcción con preposición 1 Tim 6, 1; Tit 2,9; Flm 16; acentuándose la
bOllAayroyÉro doulagogeo someter a es- 101-104; W. L. Westermann, The Slave Systems of tan sólo en Gá14, 3. distinción que existe entre esclavo e hijo: Jn
clavitud Greek and Roman Antiquity, Philadelphia '1964. 8, 35; Gál 4, 1; entre esclavo y libre: 1 Cor 7,
--+ OO'UA.fÚro. 3. A diferencia de los sinónimos (por ejem- 20-24; 12, 13; Gál 3, 28; Ef 6, 8; Col 3, 11;
1. Las palabras con la raíz (01)11.- aparecen
plo, OLUXOVÉro), el grupo de palabras con la Ap 6, 15; 13, 16; 19, 18; entre esclavo y ami-
un total de 182 veces en el NT. La mayoría de
raíz Oo'UA.- «apunta sobre todo al servicio co- go: Jn 15, 15; designa al alto funcionario de
bOllAda, a;, tí douleia esclavitud -> esas veces corresponden a (01)A.fÚro, hacer
mo esclavo, por tanto, a lo que se considera un monarca: Mt 18, 23-25 (también oúv-
OO'UA.flJW. oficio de esclavo, servir como esclavo (25 ve-
como limitación o, al menos, como servicio y Oo'UA.O~); 22, 1-10 a diferencia de Lc; Lc 19,
ces) y OoiJA.O~, esclavo, criado, siervo (124
veces). Estas palabras están documentadas sumisión de una persona que está completa- 12-27 a diferencia de Mt.
bOllAEl'ro douleuo hacer oficio de esclavo, mente supeditada a un superior» (Tuente, en (01)AfÚro, como designación de relación,
con la mayor frecuencia en las Cartas pauli-
servir como esclavo DTNT 11, 104). significa ser esclavo, estar sometido: Jn 8, 33;
nas (47 veces) y en los Evangelios sinópticos
OO'UAuyWyÉW doulagogeo someter a escla- (juntamente con Hechos, 71 veces). Aparecen Hech 7, 7; Rom 9,12; 1 Tim 6,2. Como rela-
vitud* En el mundo griego y en el mundo helenístico, ción de conducta significa hacer oficio de es-
además (en orden de frecuencia) los verbos: el grupo de palabras, por el alto aprecio en que se
oo'UA.du, u~, ~ douleia esclavitud* Oo'UA.óro, esclavizar, someter a servidumbre clavo, servir como esclavo: Mt 6, 24 par. Lc
tenía la libertad personal, tiene casi siempre un 16, 13; Lc 15,29; Ef 6, 7. - (01)Aóro tiene en
OOlJA.fj, fj~, ~ doule esclava, criada* (8 veces); xu'tuOO1)A.óro, esclavizar, someter sentido humillante y de desprecio. Por esta razón,
OOijAO~, 3 doulos (adj.) como esclavo o a servidumbre, y bo'UA.uyroyÉro, someter a es- y porque Dios no era considerado como un amo Hech 7,6 el significado de esclavizar, y en 2
siervo* clavitud, esclavizar (1 Cor 9, 27); los sustan- a~soluto, el grupo de palabras no desempeña nin- Pe 2, 19 el de estar esclavizado. - ocp{}UA.f.,I,O-
OOijAo~, 01), ó doulos esclavo, criado, siervo tivos: oúvOO1)A.O~, consiervo, compañero de gun papel en el ámbito religioso. OOVA.LU significa servir para ser visto, un ser-
1063 bO'UAEÚW 1064 1066
1065 bOlJAEÚW

vicio que se hace delante de los hombres para personas Y otras: el hijo hacia su padre: Lc 15, sús emplea el verbo en una parábola: designa servir sin pretensiones en Lc 17, 7-10, la me-
quedar bien: Ef 6, 6; Col 3, 22. 29; el servicio mutuo en el amor: Gá14, 25. el servicio prestado por el hijo hacia su padre. táfora bOVAO<; expresa las relaciones del
bO'UAda aparece únicamente en sentido fi- bOVAO~ aparece 5 veces en las palabras de hombre con Dios: suponemos que esas pará-
b) En sentido figurado: bOVAO~ sirve para gurado y designa la esclavización por el peca-
expresar la relación de dependencia y de ser- Jesús: la imagen que vemos en Mt 10, 24s bolas las pronunció Jesús para aquellos que
do, la ley y la muerte, que perdura allá donde procede en lo fundamental de la fuente Q. Se habían experimentado la misericordia de
vicio en que los hombres se hallan con res-
la redención por Cristo no se ha hecho eficaz discute si Mateo la amplió o si Lucas la abre- Dios, pero que corrían peligro de ser inmise-
pecto a Dios, que es el Señor absoluto, y a
todavía o no se ha consumado aún: Rom 8, vió a causa del contexto. Esto último es lo ricordes con otras personas.
quien ellos pertenecen como propiedad suya:
Lc 2, 29; Hech 2,18; 4, 29; 16, 17; Tit 1, 1; 1 15.21; Gá14, 24; 5, 1; Heb 2, 15. más probable. La doble sentencia diría en la Mateo relacionó las parábolas con las cir-
Pe 2,16; Sant 1,1; Ap 7,3; 10,7; 11, 18; 15, Los verbos bO'UAÓW, xatabo'UMw, bo'U- fuente Q: Los discípulos y enviados de Jesús, cunstancias en que vivía su comunidad, de tal
3; 19, 2.5; 22, 3.6; con respecto a Jesucristo: Aaywyéw expresan positivamente la sumi- en el seguimiento radical de su Señor, sufrirán manera que el bOVAO<; y sus a'Óvbo'UAOL
Rom 1, 1; 1 Cor 7, 22b; Gál 1, 10; Ef 6, 6; Flp sión del hombre redimido a la justicia de Dios la misma suerte que corrieron los profetas y (o'ÓVbO'UA.Ol además de en Mt 18, 28.29.31.
1,1; Col 4, 12; 2 Tim 2,24; Sant 1,1; 2 Pe 1, (Rom 6,18.22); la buena disposición de Pablo que él mismo tuvo que sufrir. La imagen que 33, también en 24, 49) se refieren ahora a los
1; Jds 1; Ap 1, 1; 2, 20; (la relación con Cris- para servir a todos, en su actividad apostólica habla del castigo aplicado al esclavo que no miembros de la comunidad cristiana. Lucas
to se designa en Jn 15, 15a, no como una rela- (1 Cor 9, 19); el autodominio del cuerpo (1 actuó según lo que sabía (Lc 12,47.48), la to- aplicó la parábola del servir sin pretensiones
cion de servidumbre sino de amistad, y en Gál Cor 9, 27). En sentido negativo, esos verbos mó Lucas de la tradición peculiar y la añadió (que originalmente había formado parte de la
4, 7, como una relación filial). - El término, designan el hecho de estar sometido a los po- redaccionalmente a la parábola precedente polémica de Jesús contra la concepción fari-
en sentido amplio, significa que las personas deres elementales del mundo (GáI4, 3); la de- como una advertencia dirigida a los líderes de saica de la ley) a los miembros de su propia
deben relacionarse mutuamente con una acti- pendencia esclavizante del vino (Tit 2, 3); la la Iglesia. La importante palabra de Jesús comunidad, sobre todo a quienes tenían a su
tud fundamental de servicio: Mc 10, 44 par. opresión en las relaciones entre unas personas acerca de la grandeza del servir (Mc 10, 44 cargo algún servicio especial. - Las parábolas
Mt, o que como apóstoles deben estar al ser- y otras (Gál 2, 4; 2 Cor 11, 20, y, en contraste par. Mt) está remodelada en forma de parale- del guardián de la puerta en Mc 13,33-37, de
vicio de los cristianos: 2 Cor 4, 5. - A Jesu- con una relación personal de compañerismo lismo en la parénesis que se encuentra en los bovAOL que aguardan en Lc 12, 35-38, del
cristo mismo se le llama bOVAO~ en Flp 2, 7. en el matrimonio, la vinculación absoluta y estos dos evangelios. En todo ello, las expre- bOVAO<; fiel y del infiel en Mt 24, 45-51 par.
- bOVAO~ sirve finalmente para designar a los esclavizadora al cónyuge (1 Cor 7, 15). siones Ú!1WV bLÚXOVO<; - núvtwv bOVAO~ Lc y de las sumas de dinero confiadas en Mt
hombres que se encuentran bajo el señorío del El adjetivo bOUAO<; se emplea 2 veces en impIlcan una intensificación. 25, 14-30 par. Lc se hallan íntimamente rela-
pecado (Jn 8, 34; Rom 6, 16s.20) y de la co- Rom 6, 19 para expresar que las personas, an- En las parábolas de Jesús bOVAO<; aparece cionadas con la predicación de Jesús acerca
rrupción (2 Pe 2, 19) o de la justicia (Rom tes del bautismo, pusieron sus miembros y, 47 veces, y a'Óvbo'UAO<; 5 veces, pero este úl- del reino de Dios: todos aquellos a quienes va
6, 17). por tanto, sus actos al servicio de la impureza timo vocablo se encuentra únicamente en Ma- dirigida la predicación de Jesús, deben aguar-
a'Óvbo'UAO~ designa al colaborador o al teo. Jesús se sirvió así de una manera de ha- dar ese Reino vigilantes y dispuestos. Se tra-
y la iniquidad, pero que ahora -es decir, des-
compañero cristiano, teniendo en cuenta la pués del bautismo- deben ponerlos al servicio blar que era corriente en el judaísmo. Jesús ta, pues, de «parábolas de crisis», porque la
relación común de servicio y lealtad que am- emplea el término bOVAO<; en sentido propio forma de la inminente consumación del reino
de la justicia.
bos tienen con Cristo: Col 1, 7; 4, 7; Ap 6, 11. en Mt 13, 24-30; Lc 15, 11-32, donde los de Dios proclamado por Jesús tiene una fun-
Hasta el ángel de la revelación se llama a sí 4. De los vocablos con la raíz bO'UA-, ve- bOVAot aparecen únicamente como figuras ción crítica en virtud de las exigencias de Je-
mismo de esta manera en Ap 19, 10; 22, 9. - secundarias y objetivamente carecen de im- sús que instan a una decisión y por su carácter
mos que en los Sinópticos (juntamente con
bO'ÓA:rl expresa en todos los pasajes la idea de portancia. En la forma básica de la parábola ambivalente. Cuando estas parábolas, después
Hechos) aparecen únicamente: bO'UAE'ÓW (7
ser una esclava ante Dios, con la connotación del banquete de bodas en Mt 22, 1-10 par. Lc, de la resurrección de Cristo, se aplicaron a la
veces), bOVAO<; (64 veces), a'Óvbo'UAO<; (5 ve-
de humildad y bajeza que este término lleva- el bOVAO<; desempeña un papel más impor- parusía del Señor, en ellas el X'ÓQLO<; se refe-
ces), bO'ÓA'l1 (3 veces), bo'UMw (1 vez). La
ba consigo en el Oriente y en el AT: Lc 1, tante, pero sigue sin significar nada por sí ría a Cristo, los bOVAot a los cristianos, y el
mayoría de estos términos se encuentran en
38.48; Hech 2, 18. mismo. Tan sólo Mateo hizo de un solo bov- tiempo que se prolongaba se refería a la de-
los dichos y en las parábolas de Jesús:
bO'UAE'ÓW expresa la acción de servir que 1.0<; una pluralidad de bOVAot y los entendió mora de la parusía. En los evangelios las pa-
los hombres practican con respecto a los si- bO'UAE'ÓW se halla documentado en ellos 5 ve-
como profetas, misioneros cristianos y predi- rábolas se hallan principalmente al servicio
guientes poderes de dominio: a Dios como el ceS: en la imagen (procedente de la fuente Q)
cadores. Mientras que los bOVAot de la pará- de la parénesis (cf. Schneider, 15-42). Desde
Señor absoluto: Mt 6, 24 par. Lc; 1 Tes 1,9; a empleada por Jesús, y que leemos en Mt 6, 24 bola de los viñadores, en Mc 12, 1-9 par. el punto de vista de la crítica de las fuentes,
Jesucristo como el Señor: Hech 20, 19; Rom par. Lc: «Nadie puede servir a dos señores ... MVLc, son considerados por Marcos y Lucas podemos ver que Mt 24, 45-51 par. Lc proce-
12,11; 14, 18; 16, 18; Ef 6,7; Col 3, 24; en la No podéis servir a Dios y a Manmón», se ex- como los profetas en general, Mateo concreta de con seguridad de la fuente Q, y que Mt 22,
realidad del nuevo Espíritu: Rom 7, 6; a la ley presa -con una imagen tomada de las relacio- más los cosas, al mencionar una lapidación y 1-10 par. Lc; Lc 12,35-38; 17,7-10 proceden
de Dios: Rom 7,25; al evangelio: Flp 2, 22; a nes de aquel entonces entre los amos y los es- referirse de esta manera a la suerte corrida por probablemente de esa fuente, mientras que es
los ídolos: Gá14, 8s; al pecado: Rom 6, 6; 7, clavos- la totalidad con que el hombre debe Zacarías. - En la parábola del bOVAO<; despia- problemático que Mt 25, 14-30 par. Lc proce-
25; a las concupiscencias: Tit 3, 3; entre unas pertenecer a Dios y servirle. En Lc 15,22 Je- dado en Mt 18, 23-35, Y en la parábola del da de la fuente Q.
1069 ()OVAE'ÚW - ()OijAo~ 1070
()OVAE'ÚW 1068
1067
cristianos (Flm 16). Pablo mismo recomienda hombre se entiende como esclavitud. Se mez-
En el material narrativo de los Evangelios había llamado a sus discípulos, no 60UAOL, si- también a los esclavos cristianos que aprove- clan el motivo bíblico de la «humillación -
Sinóptic~s y de Hechos aparecen sólo aislada- no q:¡lAOL (15, 15), pero esto no supone ningu- chen la posibilidad de obtener la libertad (así exaltación» con los motivos gentílicos de
mente vocablos de la raíz 60UA-: 60UAOt:; de- na contradicción: la relación 60UAOt:;-XÚQtot:; probablemente en 1 Cor 7,21; cf. Stuhlmacher, «majestad de Dios - esclavitud del hombre
signa al siervo del sumo sacerdote en el rela- se halla situada en el contexto de la parénesis 45), o recomienda a Filemón que deje en liber- bajo los poderes del mundo», que son respec-
to de la Pasión en Mc 14,47 par. MtlLc/(Jn), relativa al seguimiento y discipulado, mien- tad a su esclavo (Flm 13s). Ahora bien, Pablo tivamente elementos judeocristianos y gentili-
al muchacho del centurión de Cafarnaún en el tras que la terminología del q:¡lAOt:; se halla en no apremia a que se haga así, porque a él le pa- cocristianos» (cf. J. Gnilka, Philipperbrief
relato de curación, refundido redaccional- el contexto de la libertad (cf. Jn 8) y la con- rece más importante que tanto las personas li- [HThK], 119s, 147).
mente, de Lc 7, 1-10 (par. Mt únicamente 8, fianza que han llegado a ser posibles por me- bres como los esclavos sepan que todos ellos
9), a Simeón, que en su oración se llama a sí dio del Hijo. Los cuatro restantes pasajes en tienen que dar cuenta a un Señor común (1 Cor 6. En los demás escritos del NT, el grupo
mismo «siervo» al estilo de los orantes del AT que aparece 60UAOt:; pertenecen al material 7, 22s). Esta convicción aparece también en la de palabras desempeña sólo un papel impor-
(Lc 2, 29). Tienen también una impronta vete- narrativo, al relato de la curación milagrosa parénesis post-paulina de las tablas de deberes tante en el Apocalipsis. Claro que en este es-
rotestamentaria los tres pasajes en que apare- de 4,51 y al relato de la Pasión en 18, 10.18. domésticos: se exhorta a los esclavos cristianos crito aparecen únicamente los vocablos
ce 60ÚA1'j en el NT, los cuales se encuentran 26. En ellos se hace referencia a esclavos que a prestar un servicio fiel y correcto, y se exhor- 60UAOt:; (14 veces) y aúv6ouAOt:; (3 veces).
todos ellos en la doble obra de Lucas. En pri- están al servicio de un funcionario y del su- ta a los amos a cuidar de sus esclavos y a no Con excepción de 6, 15; 13, 16; 19, 18, donde
mer lugar está el pasaje en que María se llama mo sacerdote. maltratarlos (Ef 6,5-9; Col 3, 22-4, 1; 1 Tim 6, 60UAOt:; aparece como concepto complemen-
a sí misma «sierva del Señor» (Lc 1, 38), en 1s; Tit 2, 9s; 1 Pe 2, 18-25). tario de €AEÚ{}EQOt:;, los términos tienen siem-
su respuesta al llamamiento de Dios. En esta 5. En los escritos paulinos aparecen todos pre sentido figurado y religioso. Por la fuerte
los vocablos de la raíz 60UA- mencionados en d) Pablo se llama a sí mismo y llama a sus
designación «se da testimonio de una supre- influencia de la manera de llamar a destaca-
el apartado 1. Se encuentran en los siguientes colaboradores Timoteo, Epafras y Tíquico
ma disponibilidad pasiva juntamente con una das figuras del AT (15, 3), principalmente a
siervos o consiervos de Cristo o de Dios (Rom
suprema prontitud activa» (H. Schürmann, contextos semánticos: los profetas (10, 7; 19,2), y también en gene-
1,1; Gál 1, 10; Flp 1, 1; Col 1,7; 4, 7.12; 2
Lukasevangelium [HThK], 58). Luego están a) Los cristianos, por el bautismo, han sido ral a los miembros del pueblo de Dios (19,
Tim 2, 24; Tit 1, 1). La auto denominación de
los pasajes de Lc 1, 48 Y Hech 2, 18. En su arrebatados a los poderes esclavizadores del 2.5; 22, 3), a quienes se designa como siervos
las personas piadosas del AT como 60UAOL
discurso, Estaban designa en Hech 7, 6 con el pecado, la ley, la muerte y el cosmos y han si- de Dios, vemos que a los que reciben la reve-
{}eou o de los cristianos como 60UAOL XQLa-
verbo 60UAÓW el oficio de esclavo que de- do liberados para que tengan la condición de lación (1,1; 22, 6) y a los miembros de las co-
tou no basta como explicación. Tal vez influ-
sempeñaba Israel en Egipto. hijos (Rom 6, 6-23: 7, 25; 8,15; Gá14, 1-5, 1; munidades cristianas a las que se dirige la pa-
yó el título de honor que en el AT se concedía
El Evangelio de Juan emplea únicamente Tit 3, 3). labra, se los llama siervos de Dios o de
a figuras especialmente escogidas y destaca-
60UAEÚW (1 vez) y 60UAOt:; (11 veces). En el Cristo. La marcada terminología de 60UAOt:; y
b) Pero la condición de hijos de que gozan das como Moisés, David y otros. Así que esta
litigio del templo, los judíos declaran en Jn 8, su conexión con la manera de designar a los
los cristianos no significa una libertad autó- denominación no sólo expresa en Pablo una
33 que ellos viven en la libertad de los hijos de profetas del AT nos permiten reconocer que
noma ni mucho menos una libertad desenfre- relación de servicio, sino que es también el
Abrahán y que no han servido nunca como es- las comunidades del Apocalipsis se hallan
nada (Tit 2, 3; 3, 3), sino un servicio prestado título de un oficio y una descripción honorífi-
clavos a nadie. Jesús les constesta con unas impregnadas y plasmadas intensamente por
a Dios (Rom 6,22; 7, 25; 1 Tes 1,9), a Cristo ca. A tenor de esta manera de entenderse a sí
palabras que son una advertencia profética: elementos proféticos (2, 20; 11, 18), y que la
(Rom 12, 11; 14, 18; 16, 18; Col 3, 24), a la mismo, Pablo designa como servicio de sier-
«El que peca es esclavo del poder del pecado» situación de persecución en que esas comuni-
justicia (Rom 6,17.18.19), al prójimo (GáI5, vos la misión evangelizadora que tienen él y
(8, 34). Y continúa luego con la metáfora: el dades se encuentran, se entiende como el des-
13) «en la nueva realidad del Espíritu» (Rom sus colaboradores (1 Cor 9, 19; 2 Cor 4, 5;
esclavo doméstico no permanece en la casa tino que ha correspondido siempre a los pro-
7,6). En vista de este fundamental cambio de Flp 2, 22).
para siempre, pero el hijo sí que permanece fetas (6, 11). - En 19, 10 y en 22, 9 el ángel de
señorío, todas las diferencias en cuanto a con-
para siempre (8, 35). Jesús, con estas palabras, e) En el himno pre-paulino de Flp 2, 6-11 la revelación se describe a sí mismo como
dición social y puesto dentro del mundo care-
se refiere a los interlocutores que no quieren se dice de Jesucristo que él abandonó la forma consiervo del vidente y hermano suyo.
cen relativamente de importancia (1 Cor 12,
dejar que los libere la fe en «el Hijo». - En la divina de existencia y asumió la de un escla- A. Weiser
13; Gál 3, 28; 4, 7; Col 3, 11).
interpretación parenética del lavatorio de los vo (2, 7). Esto no se refiere a la obediencia de
pies como acción ejemplar se encuentra aquel c) Acerca de los esclavos como clase social Jesús. De ella se habla más tarde. Tampoco el
logion sinóptico: «El esclavo no es mayor que se dice: su vida es tan valiosa a los ojos de Deuteroisaías constituye el trasfondo de todo bo'ÚI.:q, 1];, Í] doule esclava, criada
su señor» (13, 16). Sin el doble «amén» intro- Dios como la vida de las personas libres (1 esto, porque en él se denomina al siervo con ---> 60UAEÚW.
ductorio y sin añadir la sentencia relativa al Cor 7,21; Ef 6, 8; Col 3, 25). Esto significa el término JtULt:;, y en cambio en Filipenses a
derecho judío sobre los emisarios, Juan enca- una considerable revalorización de su digni- Cristo se le llama 60UAOt:; y, además, se inter- bovl.o;, 3 doulos (adjetivo) como esclavo
rece una vez más el enunciado como un «re- dad humana. Los esclavos cristianos partici- preta este término como aV{}QwJtot:; en rela- o siervo
cordatorio» que deja a su comunidad en el dis- pan en las actividades religiosas de las comu- ción con {}EÓt:;. Por tanto, la condición de ser ---> 60UAEÚW.
curso de despedida (15,20). Jesús, poco antes, nidades, incluso con sus amos, si éstos son
1071 1072 1073
1074

25ss) y ahora <<juega» con ellos (Sal 104, 26; cf. mujer), contra los que guardan el mandamien- Le cours des Monnaies en Palestine au temps de Jé-
boiíAO~, Otl, ó doulos esclavo, criado,
EiBfeldt; Kaiser). Partiendo de la alabanza de la to de Dios y confiesan a Jesús (12, 17). Para sus-Christ: RSR 15 (1925) 441-448; O. Roller, Mün-
siervo victoria «protológica» de Dios se desarrolla ya zen, Geld und Vermogensverhiiltnisse in den Evange-
causarles daño, hace (12, 18) que salga del
--+ 60UAEÚW. en la apocalíptica judía (a partir de Is 27, 1) la lien, Karlsruhe 1929; A. Spijkermann, Coins Men-
mar algo así como una imagen suya reflejada tioned in the NT: SBFLA 6 (1955-1956) 279-298; W.
esperanza de la victoria escatológica sobre esos
poderes del mal, a los que se experimenta como en el espejo, la «bestia» (--+ itT]QLOV), que Wirgin-S. Mandel, The History of Coins and Symbols
bOtlAÓro doulo6 esclavizar, someter a ser-
opresores. ahora, como representante terreno del dragón, in Ancient Israel, New York 1958.
vidumbre Una variante «historizada» del mito del dra- persigue a los creyentes y origina una aposta-
--+ 60UAEÚW.
1. En el NT se mencionan conjuntamente
gón se encuentra en las «leyendas de la infancia» sía general de Dios (13, 1-10), juntamente con sistemas monetarios judíos, griegos y roma-
extrabíblicas y bíblicas. Se anuncia el nacimien- la «segunda bestia», que seduce para que se nos. La dracma, una moneda griega de plata
bOlÍJ, ií~, ti doche comida, invitación* to de un futuro héroe y salvador; el soberano que
ha reinado hasta entonces, se siente amenazado e
adore idolátricamente a la primera bestia (13, (mencionada ya en la LXX en Gén 24, 22; Ex
El término aparece únicamente en Lucas, intenta por todos los medios matar al niño; pero 11-18; cf. 16, 13s). Detrás de ambas figuras se 39,2; Tob 5, 14 Ypassim), aparece únicamen-
en la frase 60X~v (IlEyáAT]V) :nOLfOllaL, «dar éste escapa milagrosamente y logrará realizar halla el dragón. De esta manera se representa te en Lc 15, 8a.b.9; tenía el valor de la centé-
un (gran) banquete» (Lc 5, 29; 14, 13). más tarde su trabajo (Ciro: Herodoto 1, 108-128: en un cuadro impresionante un rasgo funda- sima parte de una Ilva (mina, Lc 19, 13-25) y
Moisés: Ex 1-2 y principalmente Josefo, Ant 11, mental de toda la historia humana, la «lucha de la seismilava parte de un 'táAUV"tOV (talen-
b~áxrov, ov'to~, Ó drak6n dragón* 201-237; Jesús: Mt 2). Y, así, la escena mítica de entre la fe y la incredulidad», entre la adora-
Ap 12 con el niño-salvador «se refiere a» Jesús, to, Mt 18, 24-28). La dracma griega corres-
1. Aparición en el NT - 2. Trasfondo mitológico - pero sin que deban identificarse las demás figu- ción de Dios y la idolatrización de poderes pondía aproximadamente a una moneda ro-
3. El dragón en Apocalipsis 12 (y 20). ras con otras personas concretas (la mujer: Ma- creados o de fuerzas sociales. mana de plata (--+ 6T]váQLOV). Esta era la
ría; el dragón: un determinado emperador). Finalmente, en Ap 20, 1-10 se expresa una típica moneda de plata para pagar los tributos
Bibl.: Bauer, Worterbuch, 409, 1189s (bibliografía);
O. EiBner, Gott und das Meer in der Bibel (1953), en vez más la certeza de que «el dragón, la ser- (Mt 12, 19) y, lo mismo que el cuarto de sicIo
Id., Kleine Schriften IlI, Tübingen 1966, 256-264; W. 3. En Ap 12 el dragón aparece en un esce- piente antigua, el diablo y Satanás» (20, 2) ha israelita, era el jornal corriente por un día de
Foerster, OQáXOlV, en ThWNT n, 284-286; H. Gunkel, nario mítico (<<en el cielo», 12, 1) con 7 cabe- sido vencido por Cristo y no es capaz ya de trabajo (Mt20, 2). Esta última información
SchOpfung und Chaos in Urzeit und Endzeit, Gottin- separar del amor de Dios a los suyos. - De es-
gen 1895; R. Halver, Der Mythos im letzten Buch der zas y 10 cuernos, 7 coronas y una poderosa nos facilitará la conversión del valor de esas
Bibel (ThF 32), Hamburg 1964, especialmente 96-98; cola; es rojo, seguramente: «rojo encendido» ta manera, con la imagen del dragón el Apo- monedas a nuestros sistemas monetarios mo-
O. Kaiser, Die mythische Bedeutung des Meeres in (según Is 14, 29). Está al acecho esperando calipsis retrata al adversario de Dios, un ad- dernos.
Agypten, Ugarit und Israel (BZAW 78), Berlin '1962; versario que, a pesar de todo su poder y de su
A. Vogtle, Mythos und Boschaft in Apk 12, en FS que nazca el niño-salvador para devorarlo;
pero este niño es llevado a lo alto por Dios y crueldad tiránica y seductora, es finalmente 2. Junto a la dracma circulaba también el
Kuhn, 395-415. Cf. más bibliografía en ThWNT X,
1059. puesto así a salvo (12, 5). - La segunda esce- un adversario impotente, cuya «última hora» bíb~axp.tov, la didracma* o moneda de dos
na (12, 7-12) muestra a Miguel, el ángel pro- ha sonado ya con la venida de Cristo (Lc 10, dracmas, que en el NT se menciona única-
1. En el NT el término aparece únicamente 18; Ap 12, 12b). mente en Mt 17, 24 (dos veces en plural). En
en el Apocalipsis, principalmente en el capí- tector del pueblo de Dios, en lucha con el dra-
N. Walter la LXX esta moneda aparece con bastante fre-
tulo 12 (8 veces) y también -en conexión con gón (aquí se identifica al dragón con el
cuencia (Gén 20, 14.16; 23, 15; Lev 27, 3-7;
él- en 13,2.4.11; 16, 13; 20, 2. Designa siem- diablo/Satanás, el acusador de Israel ante el
pre una figura mítica, el dragón, que es iden- trono de Dios, y con la «serpiente primordial» b~á(J(Jo,,«t drassomai atrapar, prender* Neh 5, 15, Y passim), lo mismo que otros
1 Cor 3, 19: Ó 6Quo'GóIlEVO~ "tOv~ (Jocpov~ múltiplos de la dracma, por ejemplo, la tetra-
tificado por el vidente con la «serpiente anti- o «serpiente antigua», la seductora de la hu-
Ev 'tñ :nUVOUQYLC;X ulJ't(úv, «el que atrapa a dracma (Job 42, 11), que se identifica quizás
gua, el diablo y Satanás» (12, 9; 20, 2). manidad según Gén 3; la identificación de la
los sabios en su astucia» (cf. Job 5, 13: Ó xu- con el estater (--+ (J'tu'tt'¡Q, Mt 17, 27). Este, a
serpiente del paraíso con el diablo se hace ya
2. El mito de un terrible monstruo que se opo- 'tuAUIl~ávwv ... ). su vez, correspondía al sicIo israelita (--+ aQ-
en Sab 2, 24). El dragón es vencido y arroja- YÚQLOV) y, por tanto, era poco más o menos el
ne a los poderes de la luz o deidades de la vida, y do (cf. Lc 10, 18) -no todavía definitivamen-
que únicamente puede ser vencido a costa de es- salario de cuatro días de trabajo (--+ 1).
fuerzo, se halla difundido por todo el mundo an- te- al abismo (como lo será más tarde en 20, b~«l"ÍJ, ií~, ti drachme dracma*
tiguo (el dragón pítico, al que da muerte Apolo; 10), sino a la tierra (12, 9b.12b). De esta ma- 1., Aparición del término y detalles numismáticos _ 3. La parábola de la dracma perdida (Lc
Tifón, al que Zeus hace incapaz de luchar y lo nera Satanás queda -en principio- desposeído 2. OlOQUXIWV - 3. Sobre la exégesis de Lc 15, 8s - 4. 15, 8-9) habla de una de las diez dracmas, en
arroja al Tártaro [Hesíodo, Theog 820-880]; otros de su poder; pero todavía puede ejercer en la Sobre Mt 17, 24 (O[OQUX[!ov). paralelismo con una de las cien ovejas (15, 4-
mitos orientales, cf. en Gunkel). tierra su poder seductor y escIavizador. Aun- . Bibl.: J. Babelon, La numismatique antique, París 7). La solicitud del hombre, nacida del amor a
En el AT se escuchan tales concepciones, prin- que el dragón no es capaz de destruir a la 1944; H. Chantraine, Drachme, en Pauly, Lexikon n,
cipalmente en enunciados relativos a la teología ese solo animal, se compara con la solicitud
«mujer», a la totalidad del pueblo de Dios (--+ 1~5s.; K. Christ, Antike Numismatik. Einführung und de la mujer por encontrar una sola dracma. En
de la creación: Yahvé venció a Leviatán, Tannfn Blb/¡ographie, Darmstadt 1967; Haag, Diccionario,
(la LXX traduce generalmente este nombre por yuvt'¡) ni de impedir que el «hijo» de la mujer, 1292-1295 (bibliografía); E. Hohne-B. Kanael, Mün- el trasfondo, pero no indicada en el texto, se
bQáxwv) y a otros monstruos terrestres o mari- el Mesías, realice su labor, dirige su cólera zen und Gewichte, en BHH n, 1249-1256; F. Hultsch, halla probablemente la idea de una joya de
nos (Sal 74, 13s; Job 7, 12; 26, 12s; 40, 15ss. contra el «resto de su descendencia» (de la Drachme, en Pauly-Wissowa VI2, 1613-1633; F. Prat, monedas engarzadas como tocado para la ca-
1076 1077 AQoúGL!,)"a - (){¡va!1aL 1078
1075

mienza la siega) y aparece también 7 veces en DrusiJa nació el año 38 p.e., siendo la hija más os 9, en Santiago 6, en lJuan 2, en Judas 1 y
beza, una joya que era el bien más preciado joven del rey Agripa 1; su nombre lo recibió se-
Ap 14, 14.15.16.17.18 (bis).19, cuatro de en el Apocalipsis 10. Desde el punto de vista
de la mujer y un recurso para el caso de penu- guramente de la hermana (¿que acababa de mo-
ellas en la expresión oQÉnuvov 61;ú (vv. 14. puramente estadístico no hay gran diferencia
ria económica. Ese tocado, la mujer no se lo rir) de Gayo, y en todo caso es una expresión más
17.18 bis). EnAp 14, 14ss se trata de la «(afi- de la lealtad de los Herodes a la casa imperial. entre los diversos Sinópticos. Si comparamos
quitaba ni para dormir (Jeremias, Parábolas,
lada) hoz» del Hijo del hombre o de un ángel DrusiJa contaba seis años de edad a la muerte de los distintos pasajes en cuanto a sus fuentes,
166). Diez dracmas son una joya modesta; así
(v. 17), que efectúa la «recolección» (con una su padre, que (en el marco de sus planes dinásti- entonces obtendremos una imagen muy varia-o
que la mujer es sumamente pobre. Barriendo
imagen del juicio inspirada en JI 4, 13; cf. Mc cos) la había prometido ya en matrimonio, siendo da. Los tres Sinópticos emplean en común 3
a fondo su oscura vivienda, oye el tintinear de niña, al rey Antíoco IV de Comagene, Antíoco
4, 29), primero como una recolección de gra- veces únicamente el verbo oÚvu[.tm. Marcos
la moneda sobre el duro suelo rocoso, y se Epífanes (Ant XIX, 354). Como éste, oponiéndo-
no (vv. 15s) y luego como una vendimia (vv. lo emplea, él solo, en 23 ocasiones; juntamen-
alegra tanto de encontrarla que invita a sus se a los acuerdos anteriores, se negara a conver-
18s). BHH I1I, 1780s. te con Mateo, en 6 ocasiones, y en 1 ocasión
amigas y vecinas a participar de su alegría. El tirse al judaísmo cuando iba a celebrar su boda
con DrusiJa, ésta fue dada en matrimonio por su juntamente con Lucas. Mateo elimina 24 ve-
sentido de la parábola se manifiesta (según
hermano Agripa 11, en el año 53 p.C., al rey 'Aziz ces el verbo oÚvu[.tm del texto de Marcos; lo
15, 7.10) en la relación de la propietaria con b~ó,..,o~, ov, Ó dromos carrera, curso de la de la vecina Emesa, que estaba más dispuesto a utiliza él solo 4 veces, y 1 vez lo emplea jun-
aquel objeto perdido que (en términos absolu- vida* dejarse circuncidar. Pero pronto el procurador de tamente con Lucas en un texto de Marcos. El
tos) es de escaso valor, en el extraordinario En el NT este término se usa únicamente en Judea, Antonio Félix, consiguió apartarla del lado verbo aparece 6 veces en el material peculiar
gozo al volver a encontrarlo. el sentido figurado de curso de la vida en las de 'Aziz y casarse con ella, pero sin que conside- de Mateo. La fuente Q lo emplea 4 veces, y
expresiones nA'IlQów "tov oQó[.tov, «consu- rara necesario en absoluto convertirse al judaís-
mo. Los dos hijos de Agripa, y probablemente además el verbo aparece 3 veces únicamente
4. En la legendaria tradición de Mt 17, 24- mar la carrera de la vida» (Hech 13, 25), y
también DrusiJa, murieron en la erupción del Ve- en Mateo, y 6 veces únicamente en Lucas.
27 aparece la didracma como moneda para "tEAÉW "tov OQó[.tov, «terminar la carrera de
pagar el tributo del templo (cf. Ex 30,11-16: subio del año 79 de nuestra era (Josefo,' Ant XX, Lucas lo suprime 29 veces del texto de Mar-
la vida» (20, 24). Como metáfora se habla de 139-144).
Neh 10, 33s); este tributo del templo se paga cos e, insertándolo en el texto de Marcos, lo
«(la competición en) la carrera de la fe» (1
para dos personas (Jesús y Pedro) con un es- añade 3 veces por sí mismo, y 1 vez junta-
Clem 6, 2). En Hech 24, 24 Lucas menciona a Drusila, mente con Mateo. Además, lo ofrece 8 veces
tater (-> 2) hallado dentro de un pez. El relato
es más antiguo que el Evangelio de Mateo, no por sí misma, sino para caracterizar a Fé- en su material peculiar. De todo esto se dedu-
porque refleja un tiempo anterior a la separa- A~oÚ(JtAAa, 1)~ Drousilla Drusila* lix: éste no sólo es corrupto (24, 26), sino que ce que Marcos es principalmente el que pre-
ción entre el cristianismo y la comunidad ju- además vive con una mujer conseguida escan- fiere el uso del verbo OÚVU[.tUL Así se ve con
Bibl.: Bauer, W6rterbuch, s.v.; E. Haenchen, Die
día del templo y a la introducción de las mo- Apostelgeschichte, Gtittingen '1977, 631-635; S. Pe- dalosamente -como era bien notorio- por una especial claridad en Mc 3, 20-26.
nedas y tributos romanos. La afirmación fun- rowne, Herodier, R6mer und luden, Stuttgart 1958, aventura amorosa. Se comprende, pues, que
81, 120s; Schürer 1,555,557, 572s; A. Stein, Drusilla, Félix, al hablarle Pablo de la «justicia, la cas- 2. Como en el griego clásico (Eurípides,
damental de Jesús de que los hijos están exen- en Pauly-Wissowa V, 1741; R. D. Sullivan, The Dy-
tos del tributo (17, 26) va acompañada aquí tidad y el juicio futuro» -temas típicos de la Or 889; Tucídides IV, 105, 1; Jenofonte, An
nasty of ludaea in the First Century, en ANRW 1118,
por la instrucción: «¡Dáselo [= págales con Berlin 1977,296-354, sobre todo 329-331. predicación postapostólica (Haenchen, 632; IV, 5, 11) y en la LXX (Eclo 43, 30; 1 Mac 6,
esto el tributo] por ti y por mí!» (17, 27). La cf. HechJn 84; HechPe 2; HechPab 5)-, reac- 3; 4 Mac 14, 17b), vemos que en el NT
historia de la didracma, cualesquiera que sean Drusila (diminutivo femenino de «Drusus») cionara con atemorizado rechazo (v. 25), a pe- oÚvu[.tm puede emplearse también en sentido
sus fuentes, conserva dos principios básicos parece que fue un nombre de persona poco sar de sentir interés fundamental por estos te- absoluto (Mc 9, 22; Lc 12, 16; 1 Cor 3, 2; 2
que la comunidad de Mateo afirma que tienen usual (cf. F. Preisigke, Namenbuch, Amster- mas. Cor 13, 2). En la mayoría de los casos, el in-
su origen en Jesús y que se trasmitieron a tra- dam 1922, 93; Supplement 100) que aparece E. Plümacher finitivo que falta se puede deducir fácilmente
vés de Pedro: el principio de la completa y ra- tres veces en miembros de la familia imperial por el contexto: Mt 16, 3, OLUXQLVELV; Mc 6,
dicallibertad con respecto a la comunidad ju- julia-claudia: Livia, esposa de Augusto, Julia, 19, unox"teLvELV ; Mc 10, 39, nLVELV; Lc 9,
día del templo y la disposición fundamental hermana del emperador Gayo (Calígula) y la búva,..,at dynamai poder, ser capaz 40, ex~áAAELV; Lc 16, 26, OLU~ULVCLV; Lc 19,
que debe tenerse para llegar a una solución de hija de éste se llamaron, todas ellas, Julia con 1. Aparición del término en el NT - 2. Uso absoluto 3, toei:v; Hech 8, 31, yLVó)OXEW; Hech 27,39,
avenencia en todos los problemas que no el cognomen Drusila (Pauly-Wissowa XIII, - 3. Querer y hacer - 4. Evangelio de Juan. e1;wom; Rom 8, 7, úno"táooELv; 1 Cor 10,
afecten a lo esencial. Este relato recuerda los 900; X ,935ss). Bibl.: Cf. Oúvaru~. 13, úno<pÉQCLv.
pasajes de Hech 15, 28s y de Rom 14.
W. Pesch Aparte de la breve referencia que se hace 1. El verbo aparece 210 veces en el NT (in- 3. La diferencia existente entre querer y
en Hech 24, 24, únicamente Josefo nos habla so- cluidos Mt 16, 3; Rom 16, 25). En Mateo el poder (o ser capaz de algo) se expresa de di-
bre Drusila (Ant XVIII, 132; XIX, 354s; XX 139- verbo se encuentra 27 veces, en Marcos 33, en versas maneras en el NT. Herodías quería dar
b~É3tavov, ov,';Ó drepanon hoz, dalle* 144; Bell n, 220). Su mención en Tácito, Hist V, Lucas 26, en Juan 37, en Hechos 21, en Pablo muerte a Juan, pero no era capaz de hacerlo,
En el NT el término aparece únicamente en 9 podría deberse a que confundió el nombre con
otra esposa de Antonio Félix, «marido de tres 27 (de ellas 15 en 1 Corintios), en las Deu- porque Herodes tenía miedo de Juan (Mc 6,
Mc 4, 29: CUlOO"tÉAAEL "to oQÉnuvov (cf. 4,
reinas» (Suetonio, Caes V, 28). teropaulinas y en las Pastorales 11, en Hebre- 19). Aunque no se menciona el verbo «que-
13), «él mete la hoz» (como signo de que co-
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13 veces en las Deuteropaulinas y en las Pas- nos sinónimos y antónimos no se excluyen,


rer», sin embargo éste se contiene en Mc 2, 38 que tomar la iniciativa (6, 44.65). El que se
torales, 6 en Hebreos, 2 en 1 Pedro, 3 en 2 Pe- cuando se trata de la acción de Dios y de la
Y Lc 19, 3. Jesús, aun contra su voluntad, no llega a Jesús, está seguro. «Nadie es capaz de
dro, 12 en el Apocalipsis. Llama la atención del hombre.
podía permanecer oculto (Me 7, 24). En la re- arrebatarlos de la mano de mi Padre» (10, 29).
el que los tres Sinópticos tengan 6úVUflLC; en
gión de los muertos, nadie, aunque quiera, Claro que hay que permanecer en constante
común 3 veces únicamente, en los textos apo- 3. Una característica de Dios es su 6úvu-
puede trasladarse de un lugar a otro (Lc 10, comunión con Jesús: «separados de mí, no
calípticos de Mc 13, 25s y 14, 62. En la fuen- f,LLC;: Eurípides, Alc 219; Platón, Crat 404e;
26). Entre el querer y el poder no existe siem- podéis hacer nada» (15, 5).
te Q el término se encuentra una sola vez. Es 406a; Jos 4, 24; Dt 3, 24; Sal 76 (77), 15; 144
pre un abismo insalvable. Los marineros, si G. Friedrich
interesante el uso del término en Lucas. Lo (145), 12; Jer 16, 21; Jdt 9,8; 13,4. En el AT
fuera posible, querían hacer que la nave enca-
inserta 4 veces en el texto de Marcos y lo el poder de Dios y su nombre pueden utilizar-
llara (Hech 27, 39). Para poder algo, hay que
bÍlva,.u;, Ero;, it dynamis poder, fuerza ofrece, además, 4 veces en el material pecu- se como sinónimos: Sal 53 (54), 3; Jer 16, 21;
quererlo. Por eso, Jesús dice: «Podéis dar
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos liar. Si añadimos los 10 pasajes de Hechos en compárese Hech 4, 7; Ex 9, 16 con Rom 9,
vuestros bienes a los pobres, siempre que
semánticos - 3. La bÚVa!H~ de Dios - 4. Cristo y la que se halla documentado este término, en- 17. Entre los rabinos el «poder» es una cir-
queráis» (Mc 14, 7). Puesto que el querer es búVa!H~ - 5. La búVa!H~ de los mensajeros - 6. El ac- tonces vemos clarísimamente que se trata de cunlocución para referirse al nombre de Dios.
la causa del poder, el enfermo de lepra se di- to milagroso - 7. Palabra y poder - 8. Espíritu y poder un término preferido por Lucas. En ellos se encuentra repetidas veces la ex-
rige a Jesús diciéndole: «Si tú quieres, puedes - 9. Poderes espirituales.
presión: «de la boca del poder» (Billerbeck 1,
limpiarme» (Mc 1, 40). Puesto que el querer y Bibl.: O. Betz, en DTNT I1I, 390-393; P. Biard, La 1007). .
2. MVUf,LLC; tiene una amplia gama de sig-
el poder se hallan a menudo íntimamente rela- Puissance de Dieu: Travaux de l'lnstitut Catholique de
nificados. Así lo demuestra la variedad de pa- En Mc 14,62; Mt 26,64 6úVUflLC; sustituye
cionados, el sentido de querer se aproxima Paris 7 (1960); F. M. du Buit, La Puissance du Sei-
gneur: Evangile 44, 1 (1963) 7-26; 46, 3 (1965) 5-59; labras con las que el término se halla asocia- también al nombre propio de Dios; cf. EvPe v.
muchas veces al de poder. Pedro pregunta si a
1. Cambier, L'Evangile de Dieu selon l'Epftre aux Ro- do o con las que se emplea en enunciados 19: «¡Mi poder, oh Poder, tú me has abando-
Cornelio y a su casa se les puede negar el mains 1. L' Evangile de la Justice et de la Gráce (Stu- paralelos. En primer lugar, están las expresio- nado!» (Mc 15, 34; Sal 22, 2). En Lc 22, 69,
bautismo, una vez que han recibido al Espíri- dia Neotestamentica 3), Brügge 1967, 28-37; E. Fa-
nes sinónimas que significan poder: LaxúC;, por no haberse entendido 6úVUflLC; como pre-
tu (Hech 10,47). Cuando el vecino dice a su scher, Dynamis, en RAC IV, 415-458; W. Grundmann,
Der Begriff der Kraft in der neutestamentlichen Ge- xQáwC;, esouaLu y evéQYEtu; luego están los dicado para designar a Dios, se añadió wv
amigo: «No puedo levantarme para dártelo [el
dankenwelt (BWANT IV, 8), Stuttgart 1932; Id., vocablos para designar los milagros: a1']f,LeLov {l-eov, oscureciéndose así el sentido original.
pan]», ello significa: no quiero hacerlo (Lc búvallUL %'1:1..., en ThWNT 11, 286-318; K. Kertelge, y 'téQuC;; el término tiene, además, puntos de Desde la creación del mundo, el eterno poder
11, 7). Así aparece clarísimamente en la nega- Die Wunder Jesu im Markus. Eine redaktionsgeschicht-
contacto con 6ósu, aq)'fruQaLu, nvevflu, ao- de Dios y su Divinidad pueden conocerse
tiva del invitado: «No puedo acudir» (Lc 14, liche Untersuchung (StANT 23), München 1970, 120-
126, 203-210; H. Kosmala, Hebriier - Essener - cpLU, MyoC; y XáQLC;. Finalmente, se lo men- cuando se contempla y reflexiona acerca de
20). Naturalmente existe también la posibili-
Christen. Studien zur Vorgeschichte der christlichen ciona en conexión con aQX'IÍ, esouaLu, xu- las criaturas (Rom 1, 20; Sab 13, 5; Arist,
dad de que alguien sea capaz de hacer una co- Verkündigung (StPB 1), Leiden 1959, 220-224; Id., QLÓ't1']C; y ayyú. oc;. Como en la literatura 132; Filón, All 97). El poder de Dios y su Di-
sa, pero que no lo haga (1 Tes 2, 7). gilbilr, en DTAT 1, 919-937; J. L. McKencie, Signs griega, 6ÚVUf,LLC; puede tener las siguientes vinidad son expresiones sinónimas. La de-
and Power. The NT presentation of Mirae/es: Chicago
Studies 3 (1964) 5-18; R. Penna, La búvallt~ {tEOlí. acepciones: significado (1 Cor 14, 11; Platón, mostración esencial del poder de Dios tiene
4. El verbo 6úVUflaL tiene un significado
Riflessioni in margine alCor 1, 18-25: RivBib 15 Crat 394b; Herm [v] 3,4,3; Justino, Dial 125, lugar en la resurrección de Jesús (2 Cor 13,4)
especial en el Evangelio de Juan, en el que (1967) 281-294; B. Prete, La formula búvallt~ {tEOU 1) o también capacidad, habilidad, facultad: Y en la de los cristianos (1 Cor 6, 14). Hasta
falta el sustantivo. El evangelista lo usa en re- in Rom 1, 16 e sue motivazioni: RivBib 23 (1975) 299-
xu'tU MVUflLV (Mt 25, 15; 2 Cor 8, 3; Eclo qué punto la 6úVUflLC; de Dios es poder de re-
lación con los milagros de Jesús (Jn 3, 2). 328; K. Prümm, Das Dynamische als Grund·Aspekt
der Heilsordnung in der Sicht des Apostels Paulus: Gr 29, 20; Josefo, Ant I1I, 102); {JJtEQ MVUflLV surrección, lo muestra la respuesta dada por
Cuando se discute sobre la curación del ciego
42 (1961) 643-700; Id., Diakonia Pneumatos. Der (2 Cor 1, 8; Eclo 8, 13); nUQu MVUflLV (2 Jesús a la pregunta acerca de la resurrección:
de nacimiento, el tema principal es el siguien- 2.Kor als Zugang zur apostolischen Botschaft. Ausle- Cor 8, 3; Josefo, Ant XIV, 378). los saduceos no conocen ni la Escritura ni el
te: «¿Cómo un hombre pecador es capaz de gung und Theologie 11/2, Freiburg i. Br. 1962, 243- Una peculiaridad de los enunciados del NT poder de Dios (Mc 12,24 par. Mt 22,29). El
hacer tales señales?» (9, 16); «Si éste no fue- 327; V. K. Robbins, Dynameis and semeia in Mark:
Biblical Research 18 (1973) 5-20; L. A. Rood, Le es que, en ellos, 6úVUflLC; se puede usar casi poder creador y escatológico de Dios es ca-
ra de Dios, no podría hacer nada» (9, 33; cf.
Christ comme búvallt~ {tEOU: RechBib 5 (1960) 94- sinónimamente con los términos indicados, y paz, por medio del evangelio, de salvar al
10, 21). El poder de Jesús nace de su comu- 107; H. Schlier, Miichte und Gewalten im NT (Quaes- al mismo tiempo puede emplearse en sentido hombre de su destrucción (Rom 1, 16; 1 Cor
nión con Dios (5, 19; 5, 30; 12, 49). Refirién- tiones Disputatae 3), Freiburg i. Br. '1963; O. Schmitz, contrario a ellos, hasta tal punto que se crea 1, 18; 2, 4s). Sobre la íntima conexión que
dose a los hombres, Jesús señala la impoten- Der Begriff búvallt~ {tEOU bei Paulus. Ein Beitrag
zum Wesen urchristl. Begriffsbildung, en FS fA. Deifi· una relación de tensión asombrosamente pa- hay entre MVUflLC; y a{j)'t1']QLu cf. Sal 20 (21),
cia de ellos para acercarse por sí mismos a
mann, Tübingen 1927, 139-167. Cf. más bibliografía radójica. La palabra y el poder, lo mismo que 2; 139 (140), 8. El don de gracia de ser servi-
Dios. La razón: No son capaces de creer (5, en ThWNT X, 1059-1061. la sabiduría y el poder, pueden ser opuestos y, dor del evangelio se concede por la eficacia
44); «Vosotros no sois capaces de oír mi pala-
no obstante, pueden corresponderse entre sí. del poder de Dios, porque nadie es capaz de
bra» (8, 43); «el mundo no es capaz de recibir 1. 6úVUflLC; aparece 119 veces en el NT: 12
La debilidad y el poder son incompatibles. realizar tal cosa por sí mismo (Ef 3, 7). El po-
el Espíritu de la verdad» (14, 17). Para que las veces en Mateo, 10 en Marcos, 15 en Lucas,
Per?,. ~n Pablo, la debilidad ofrece la mejor der de Dios protege a los cristianos en las ten-
cosas sean de otra manera, se precisa una re- 10 en Hechos, 36 en Pablo, de las cuales 15
pOSibIlidad de desarrollar el poder. Los térmi- taciones de la vida, a fin de que obtengan la
generación total (3, 3.5); Dios mismo tiene corresponden a 1 Corintios y 10 a 2 Corintios,
1083 1084 1085 1086

salvación (1 Pe 1,5). En 1 Cor 1, 18 Pablo ha- cogido por Pablo dijera originalmente!::v 01JVÚ- después de la curación del paralítico, la gente milagros de Jesús no se los llama nunca or¡-
bla de la MVa!lL~ itwií 'tOL~ o<p~O!lÉVOL~, r-t EL 1tve'Úr-tuto c:; (E. Linnemann: EvTh 31 [1971] se queda mirando asombrada a los discípulos, !lELOV (Mc 8, 11a; cf. Mc 4, 35-5, 43 y 13,
pero no 'tOL~ &1tOAA.1J!lÉVOL~. En Rom 9, 17 se 274). como si éstos hubieran realizado el milagro
En la redacción actual del texto, habría que en- 22). De Esteban se dice que: 1tt..1ÍQr¡~ XáQt'tO~
piensa en el poder divino de castigar. Por el lbL<;!. b1Jvá!lEt, y el sanedrín pregunta EV 1tOL<;!. xal b1Jvá!lEW~ E1tOLEL 'tÉQa'ta xal or¡!lELa
tender !::v 01Jvúr-tEL en sentido instrumental e in-
paralelismo con 9,22, se hace referencia no al terpretar xu'tCt 1tveur-tu úYtwo'ÚV'll~ como una b1Jvá!lEt ~ EV 1tOLcQ OVÓ!la'tt habían obrado !lEYát..a (Hech 6, 8); y algo parecido se dice
poder de Dios que obra la salvación de Israel, aclaración: Jesús es Hijo de Dios por el poder de el milagro, Pedro señala al Cristo resucitado de Felipe (8, 13) y de Pablo (2 Cor 12, 12).
sino a la omnipotencia de Dios que produce el Dios, a saber, de conformidad con la resurrección como la fuente del poder (Hech 4,7-10; cf. 3, Cuando, en 1 Cor 12, 10, a las curaciones de
endurecimiento del Faraón, en lo cual Dios de los muertos, en el poder del Espíritu (U. Wil- 12-15). Tampoco Pablo se atreve a hacer nada enfermos se añaden también EVEQY1Í!la'ta
demuestra su cólera. ckens, La Carta a los romanos 1, 87s). 1tVEUr-tU, por sí mismo (Rom 15, 19). Todo se funda en b1Jvá!lEWV, entonces b'Úva!lL~ se refiere a las
como expresión de la praesentia dei, puede tener la acción de Dios, que se manifiesta podero-
el significado de poder. Pero en ninguna parte, ni expulsiones de demonios, porque la posesión
4. El NT no sólo habla de la Mva!lL~ siquiera en Rom 8, 11, el Espíritu resucitó a Cris-
samente en el apóstol (Col 1,29). diabólica no se consideraba una enfermedad.
itwií, sino también de la del Kyrios Jesucris- to, sino que fue Dios el que lo hizo. !::~ avuo'tú- El poder de Cristo se desarrolla plenamente b'Úva!lL~ puede significar también el poder
to: 2 Pe 1, 16; 1 Cor 5, 4; cf. 2 Cor 12, 9; 2 oewc:; vexQwv sería entonces superfluo. Proba- -tal es la paradoja de la existencia cristiana- mágico (Hech 8, 10). Algunos relatos de mila-
Tes 1,7; 2 Pe 1,3. Ya en el AT el Esperado se blemente Pablo insertó las palabras !::V 01Jvúr-tEL en la debilidad de la forma terrena. La debili- gros del NT tienen notables puntos de contac-
halla equipado con el Poder (Is 11, 2; Miq 5, en la fórmula recibida por tradición (otro es el dad no es ni un impedimento ni una condición to con la magia: Mc 5, 30 par. Lc 8, 46; cf. Lc
5; Sal 110 (109), 2. parecer de Bultmann, Teología, 94; Hahn, Ho- previa para la acción de Dios. Allá donde hay 6, 19; Mc 3, 10; 6, 56; Hech 19, 10-12: 5, 15s.
heitstitel, 252) y de esta manera trasformó la cris- debilidad por parte del hombre, puede mos-
Lucas emplea el término para hacer resaltar El NT los refiere sin adoptar una postura crí-
tología, de apariencia adopcianista, del judeocris-
la peculiaridad de Jesús. La concepción de Je- tianismo. Como Hijo de Dios en poder, Cristo es trarse plenamente el poder de Dios (2 Cor 12, tica. Por otro lado, el NT se distancia a su vez
sús en el seno de María y el nacimiento de Je- el Kyrios. 9). En la confrontación con adversarios que de los puntos de vista mágicos. Los milagros
sús se atribuyen así a la obra del Espíritu y al reclaman un cristianismo vigoroso, Pablo de Jesús son realizados por Dios mismo (Lc
poder del Altísimo (Lc 1, 35). Después de la Como Kyrios, Jesús está sentado a la dere- acentúa que Dios ha depositado el preciado 5, 17) para acreditarlo (Hech 2, 22). Puesto
tentación, Jesús -en el poder del Espíritu- re- cha de Dios, de tal manera que todos los po- tesoro del evangelio en el vaso del débil após- que Dios es siempre el que actúa, y no es un
gresa a Galilea (Lc 4, 14). Anticipándose a los deres y autoridades le están sometidos (Ef 1, tol, para que el poder del evangelio proceda, poder inherente al cuerpo, y que fluye auto-
relatos que siguen, se expresa de esta manera 20s; 1 Pe 3, 22). En la parusía, Cristo hará su no de hombres, sino de Dios (2 Cor 4, 7). Por máticamente, el que desencadena el milagro,
que de Jesús, lleno del poder del Espíritu, di- aparición en gran poder y gloria (Mc 13, 26 la comunión que tiene con el Cristo crucifica- por eso mismo no se alaba al taumaturgo Je-
manan efectos maravillosos en palabras y par.), acompañado por los ángeles de su poder do en debilidad, pero resucitado por el poder sús, sino a Dios (Lc 19,34). Los milagros de
prodigios. Con total asombro se exclama: (2 Tes 1, 7). Así como en Rom 9, 17 la M- de Dios, Pablo anuncia a los corintios, a pesar Jesús, sobrepasando el suceso concreto, seña-
¡Con autoridad y poder, él da órdenes a los va!lL~ de Dios produce el endurecimiento del de su propia debilidad, pero por el poder de lan hacia el acontecimiento de salvación, de
espíritus inmundos! (Lc 4, 36). Con b1Jvá- Faraón, así también en 1 Cor 5, 4 el poder del Dios, la vida que todavía es futura, pero que tal manera que lo que se proponen es inducir
!lEOL xal 'tÉQaoL xal Or¡!lEiOL~ Dios lo acredi- Kyrios sirve para la protección de la comuni- se encuentra ya presente (2 Cor 13,4). a la gente al arrepentimiento (Mt 11, 20-23
tó (Hech 2, 22). Jesús fue crucificado por de- dad, entregando a merced de Satanás a quien par. Lc 10, 13). Son la lucha contra los pode-
bilidad, pero vive por el poder de Dios (2 Cor practica el incesto, con 10 cual su oáQS queda 6. b'Úva!lt~ pertenece a la terminología de res demoníacos (Mc 3, 27), la irrupción del
13, 4). Pablo llama al Crucificado itwií destruida, pero su 1tvEií!la se salva para el día los milagros. Por ellos se entienden no sólo reino de Dios en este mundo (Lc 11, 20; cf.
Mva!lL~ (1 Cor 1, 24). del Señor. los poderes de obrar milagros (Mc 5, 30 par. Heb 6, 5).
Lc 8, 46; Mc 6, 14 par. Mt 14, 2; 1 Cor 12,
Se discute a qué hay que referir !::V 01JVÚ!lEL en 5. Así como Jesús fue equipado por Dios 10.28s) que dimanan de una persona, sino 7. Pablo asocia frecuentemente entre sí
Rom 1,4. Es imposible conectarlo con {tcou: Hi- con poder, así también él da a sus discípulos también los actos milagrosos que acontecen Mva!lL~ y Aóyo~. Lo efectúa una vez de tal
jo del Dios poderoso (F. Prat, La Théologie de S. b'Úva!lLV xal ES01JOLaV sobre todos los de- (YLVW{tat) (Mc 6, 2; Mt 10, 20.23; Lc 10, 13 manera, que confronta a ambos. No confron-
Paul 1, Paris 1961, 512). Relacionarlo con
ÓQLO{tÉVto~ es gramaticalmente posible, pero
monios y para curar enfermedades (Lc 9, 1; par.; Hech 8, 13) o que se realizan (1tOtELV) tándolos, sino complementándolos mutua-
hay que rechazarlo por razones objetivas (cf. los cf. 4, 36). El les promete ES {hjJo1J~ b'Úva!lLV (Mc 6, 5 par.; 9, 39; Mt 7,22; Hech 4, 7; 19, mente, Pablo habla de la palabra y del poder
comentarios de J. T. Beck, A. Schlatter, K. Barth; para que puedan ser sus testigos (Lc 24, 49). 11). Realizan milagros Jesús (Mc 6, 2 par.; Mt en 1 Tes 1,5. Puesto que la palabra de la pro-
Prümm, Das Dynamische, 644 y 648; Hahn, Ho- Este tema se repite en Hech 1, 8: para la pro- 11,20-23 par. y passim), Esteban (Hech 6,8), clamación del evangelio no son palabrerías
heitstitel, 255): Jesús fue instituido como Hijo clamación del evangelio hay que estar equipa- Felipe (Hech 8, 13), Pablo (Hech 19, 11; 2 humanas, sino la palabra de Dios, resulta que
por un acto poderoso, a saber, por medio de la re- do con el poder del Espíritu. b1Jvá!lEt !lEyát..TI Cor 12, 12). Pero también otras personas ha- la palabra de la proclamación es una b'Úva-
surrección. Entonces !::~ avuo'túoEW~ VEXQWV cen milagros en el nombre de Jesús (Mt 7,22;
testifican los apóstoles al Resucitado (Hech 4, !lL~. Así como los muertos son resucitados, así
sería superfluo. Es también difícil la relación con
XU1:U J'tVEU!lU ÚYLWO'ÚV'Il~. Es verdad que O'Ú- 33). Por Mva!lL~ no se entiende aquí el poder Mc 9, 33). Aun el Anticristo realiza milagros también los que se hallaban perdidos pueden
vur-ttc:; 1tve'Úr-tu'toc:; úyt01J aparece en el NT, pero de obrar milagros. Claro que la b'Úva!lt~ in-o (2 Tes 2, 9). Marcos hace distinción entre or¡- ser salvados (Rom 1, 16; 1 Cor 1, 18). Puesto
es muy improbable que el material tradicional re- cluye también los actos milagrosos. Cuando, !lELov y b'Úva!lt~. En los Sinópticos, a los que en 2 Cor 6, 7 la palabra y la b'Úva!lL~ se
1087 1088 1089 {)uvm:Éw - {)uVU1;Ó~ 1090

hallan en cierto paralelismo mutuo, Pablo precipitadas a la tierra (Dan 8, 10 LXX). A paz de algo (seguido de un infinitivo comple- poderoso (o lo que resulta posible a alguien)
quiere decirnos entonces que su mensaje es partir de ahí hay que entender el pasaje de Mc tivo): Rom 14,4; 2 Cor 9, 8. se expresa por medio de una construcción de
confirmado por medio de CnJvaIH~. Se refiere 13,25. Los poderes cósmicos son también po- infinitivo (Hech 2,24; 11, 17; Rom 11, 32; 2
con ello no al poder que crea la salvación, si- deres angélicos. En el Sal 102 (103), 21 se in- buvató~, 3 dynatos fuerte, poderoso, ca- Tim 1, 12; Heb 11, 19; Tit 1, 9; Sant 3,2, Y
no al que realiza actos milagrosos. vita a na.om al ()uváfAoEl~ au'tOu a la alaban- paz, posible* passim), por medio de Ev con dativo (Lc 24,
za de Dios. Esos ejércitos celestiales son en el 19; Hech 7,22; 18,24) o de ngó~ con acusa-
1. Aparición y significados del término - 2. Campo
8. Con más frecuencia aún que la palabra y Sal 148, 2 los ángeles (cf. VidAd 28; Biller- tivo (2 Cor 10, 4). El adjetivo sustantivado
referencial- 3. ()uVU1;Ó~ como término teológico, cris-
el poder, se asocian entre sí el Espíritu y el beck I1I, 581ss). A causa de la resurrección y tológico y apostólico en el NT. 'to ()uva'tóv (el poder) se encuentra única-
poder (Is 11,2; 1 Cor 2, 4; 1 Tes 1,5). En los la exaltación de Jesús, las ()uváfAoEl~ perdie- mente en Rom 9,22 (en un enunciado acerca
Bibl.: R. M. Grant, Mirae/es and Natural Law in
enunciados paralelos, ambos términos actúan ron su poder (1 Pe 3, 22; cf. Ef 1, 18ss). Los Graeco-Roman und Early Christian Thought, Amster- de Dios).
como sinónimos (cf. Lc 1, 17.35; Hech 6, 5-8; poderes no son capaces de causar ningún da- dam 1952, 127-134; W. Grundmann, Mvu[!aL, ()U- Como términos opuestos a ()uva'tóv halla-
10, 38). Allá donde está el Espíritu, se halla ño al cristiano, porque el amor de Dios en Je- vu'tÓ~ XTA., en ThWNT U, 236-318; K. Prümm, Dia-
mos dentro de un mismo contexto: aOil'EVELV
actuando Dios, y por eso acontece algo. En sucristo es más fuerte que los poderes que konia Pneumatos U/2, Rom 1962,243-340; W. C. van
Unnik, «Al/es ist dir m6g/ich» (Mk /4, 36), en FS (2 Cor 12, 10; 13, 9), oagxlxó~ (2 Cor 10,4;
Rom 15, 19 se hace distinción entre la CnJva- trastornan la unión con Dios (Rom 8, 38s). En Stiihlin, 27-36. cf. 1 Cor 1, 26), Múva'tO~ (Mc 10, 27 par.,
fAol~ nVE'ÚfAoa'tO~ (cf. Josefo, Ant VIII, 408; la parusía esos poderes serán desposeídos pú- donde se pone de relieve la oposición entre el
Herm [m] 11, 2, 5) Y la ()'ÚvafAol~ OlJfAodwv xal, blicamente de su fuerza (1 Cor 15,24). 1. El adjetivo ()uva'tó~ aparece 32 veces
hombre y Dios; Rom 15, 1, donde se estable-
'tEg<hwv, y de manera parecida se hace dis- en el NT, 12 de ellas en los (Evangelios) Si-
G. Friedrich ce un contraste entre los fuertes en la fe y los
tinción entre nVEufAoa y CnJvafAol~ en Gál 3, 5. nópticos y lOen Pablo. Tiene los significados
débiles en la fe).
Los actos de poder son efectos del Espíritu (1 de fuerte, poderoso, capaz. El neutro ()UVU-
Cor 12, lOs). El NT no sólo habla de la CnJ- 'tóv (eo'tLV) expresa que algo es posible (cf.,
buvaptóm dynamoiJ fortalecer* 3. En los Sinópticos, ()uva'tó~ aparece casi
vafAol~ nVE'ÚfAoa'tO~ (Rom 5, 13.19; cf. Lc 4, por ejemplo, la fórmula «restrictiva» el ()UVU-
En el NT este verbo se emplea únicamente siempre (una excepción: Lc 14,31) en enun-
14), sino también del nVEufAoa 'tfí~ ()uváfAoEW~ 'tóv en Mc 13, 22; 14, 35; Mt 24, 24; 26, 39;
en la voz pasiva en Col 1, 11: ev náon ()U- ciados teológicos o cristológicos.
(2 Tim 1, 7). Así como la CnJvafAol~ 'tOu áyLOU Hech 20, 16; Rom 12, 8; Gá14, 15). En algu-
váfAoEl ()UvafAoo'ÚfAoEvOl, <ifortalecidos con todo En el Magnificat, de Lucas (Lc 1, 49), se
nVEúfAoa'tO~ en Hech 1, 8 confiere poder para nos pasajes ()uva'tó~ tiene un sentido espe-
poden>; Heb 11,34: E6uvaWlrfrlJouv (v.l. EvE hace referencia a Dios con el predicado ó
vencer el miedo, así también vemos que en 2 cial: en Hech 25,5 el plural Ol ()Uva'tOL (<<em-
()UVufAowil'lJOav P Koiné pI) ano aoil'Evda~, ()uva'tó~ (el Poderoso), un predicado conoci-
Tim 1,7 el nVEufAoa 'tfí~ ()uváfAoEW~ expulsa el pleado como término técnico de la política»
«allá donde eran débiles, fueron fortaleci- do ya por la LXX (por ejemplo, Sal 44, 6;
temor y hace a una persona preparada y dis- [E. Haenchen, Apostelgeschichte 7 (KEK),
dos»; cf. también Ef 6, 10 v.l. 119,4; Sof 3, 17). Dios manifiesta concreta-
puesta para aceptar sobre sí sufrimientos por 636, nota 7]) designa a quienes tienen «auto-
mente su «poder» en las «grandes cosas» que
la causa del evangelio (1 Tim 1, 8). Por medio ridad» (cf. Josefo, Bell 11, 242s), y en Rom
hizo en María (<<Grandes cosas ha hecho en
del Espíritu de Dios, los creyentes son fortale- buvá(Jtll~, ou, Ó dynastes (personaje) so- 15, 1, a los que son «fuertes en la fe». En
Hech 18, 24, ()uva'tó~ se refiere concreta- mí el Poderoso»). De manera semejante, Mar-
cidos con el poder de Dios en el hombre inte- berano, poderoso*
mente a quien está versado o es experto (en cos 10,27 (par. Mt 19,26/ Lc 18,27) enlaza
rior (Ef 3, 16). Dícese de Dios en 1 Tim 6, 15: Ó fAoaxáglO~
las Escrituras). con una convicción del AT (cf., por ejemplo,
xul, fAoÓVo~ ()uváo'tlJ~, juntamente con Ó ~a­ Gén 18, 14; Job 10, 13; Zac 8, 6 LXX) al
9. Según Mc 13, 25 par., las estrellas cae-
OlAEU~ 'twv ~aOlAEuóv'tWV xal, XÚglO~ 'twv enunciar que todo (nána) es posible para
rán del cielo y al ()uváfAoEl~ 'tWV ougavwv 2. Los sujetos (lógicos) de ()uvu'tó~ son
XUglEUÓV'tWV; dícese de soberanos terrenos normalmente personas, por ejemplo, Dios Dios. Los discípulos se sienten impresionados
serán sacudidas. Rom 8, 38 hace mención de
en Lc 1, 52: xail'dAEv ()uváo'tU~ ano il'gó- (Rom 11, 23; Heb 11, 19); Jesús (Lc 24, 19; 2 por aquella imagen en la que Jesús afirma pa-
()UVafAoEl~, 1 Cor 15, 24 habla de e~ouoLav
vwv, «derribó de sus tronos a los poderosos» Tim 1, 12); Moisés (Hech 7, 22); Apolo radójicamente: «Le es más fácil a un camello
xal, CnJvafAolv, Ef 1, 21 de agxlÍ, e~ouoLa,
(cf. Job 12, 19); dícese del poderoso funcio- (Hech 18, 24); el episkopos (Tit 1, 9); el pasar por el ojo de una aguja, que a un rico
CnJVUfAol~ y XUglÓ'tlJ~. En la LXX «Yahvé Se-
nario de la corte de Candace en Hechos 8, «hombre perfecto» (Sant 3, 2), etc. Una ex- entrar en el reino de Dios» (Mc 10, 25). Y se
baot» se convierte en XÚglO~ 'twv ()uváfAoEWV
27. cepción se encuentra en 2 Cor 10,4 (donde el preguntan unos otros: «Entonces, ¿quién po-
en 2 Re 6, 2.18; cf. Sal 102 (103), 21. Según
el Sal 32 (33), 6 el cielo y na.oa T¡ CnJvafAol~ adjetivo se refiere como sujeto a una cosa drá salvarse?» (v. 26). En su respuesta, Jesús
fueron creados por Dios. Israel se aparta de buvatÉm dynateiJ ser fuerte, ser podero- ('ta onAa). En la expresión ()uva'tóv (eo- pone de relieve que eso «es imposible para los
Dios y se vuelve hacia el culto pagano de los so* 'tlV), la persona para la que algo es posible, se hombres», pero no para Dios, porque «para
astros en 2 Sam 17,16; 21, 3.5; 23, 4s. En el El verbo aparece únicamente en Pablo, y indica con (nagá) y dativo (por ejemplo, Mc Dios todo es posible» (v. 27). En Mc 9, 23 se
juicio de Dios se marchitan na.om al ()U- está referido siempre a Dios o a Cristo: 2 Cor 10, 27 par.: náv'tU ()uva'ta nuga 'tQ> il'EQ>; afirma que el hombre, por su parte, puede ha-
váfAoEl~ 'twv ougavwv (Is 34, 4 v.l.). Las ()U- 13,3: ()Uva'tEL Ev 'ÚfAoLV, «(Cristo) es poderoso cf. Mc 9, 23; 14, 36; Hech 20, 16). Aquello cerse partícipe -en la fe- de la omnipotencia
váfAoEl~ 'tOU ougavou y las estrellas serán en vosotros»; en el sentido de poder, ser ca- para lo que uno es capaz o en lo que uno es de Dios. Jesús dice al padre que pide la cura-
1092 1093 6úo 1094
1091 61Jv m:ó¡; - Oúvú}

búo dyo dos no basta por sí sola. Tiene que haber, por lo
ción de su hijo: «Todo es posible para el que poder «()'ÚVUf.tl~) se perfecciona en la (huma- menos, dos testigos (Dt 19, 15; Mt 18, 16; 26,
cree». Probablemente quiso decir Jesús: Dios na) debilidad (a<J1'}¡3VEla) (2 Cor 12, 9); con- 1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos - 60; Jn 8,17; 2 Cor 13, 1; 1 Tim 5,19; Heb 10,
ayuda únicamente a quien deposita en Jesús súltese, a propósito, el término clave -+ ao- 3. Uso teológico.
28). Y, aSÍ, Mateo concede gran importancia a
una confianza absoluta en su poder de obrar th:vr']~). Y, aSÍ, al comienzo de su carta Bibl.: J. Blinzler, Der Prozefi Jesu, Regensburg que se cure, por lo menos, a dos hombres, pa-
milagros, y manifiesta esa confianza en su destinada a defenderse contra los adversarios '1969, 145-148; J. Jeremias, Paarweise Sendung im ra que éstos puedan atestiguar el milagro (Mt
oración. Así como para Jesús (y para su fe) to- de Corinto (2 Cor 10-13), Pablo señala que NT, en Id., Abba, Gottingen 1966, 132-139; W. Pesch,
Matthiius der Seelsorger (SBS 2), Stuttgart 1966 (so- 8, 28; 9, 27; 20, 30). Cuando Jesús u otras au-
do es posible, así lo es también para quien se las armas con las que él pelea no son de Índo- toridades tienen que trasmitir encargos, enví-
bre Mt 18); H. Weinrich, Sprache in Texten, Stuttgart
dirige :;t él con fe, más aún, para quien com- le carnal, sino poderosas para Dios (10, 4). 1976,199-218. an a dos mensajeros por razones de credibili-
parte con Jesús la fe en la omnipotencia de Por tanto, él puede terminar la parte esencial dad (Mc 11, 1 par. y passim). Los textos van
Dios. Esta fe la expresa Jesús mismo en su de esta carta, el llamado «discurso de insensa- 1. ()'Úo aparece en el NT un total de 132 ve- más allá del significado de dar testimonio,
oración en GetsemanÍ. Según Mc 14, 35, Je- tos» (11, 1-12, 10), en la que él consciente- ces, de ellas 40 en Mateo, 18 en Marcos, 28 cuando nos hacen ver que los dos testigos re-
sús ora pidiendo que, si es posible, pase de él mente quiere «gloriarse sólo de su debilidad» en Lucas, 13 en Juan, 13 en Hechos, 12 en las presentan una forma específica de comuni-
aquella hora. La oración, reproducida literal- (11,30; 12,5), con aquella confesión que sue- Cartas y 8 en el Apocalipsis. Aparece, por dad. Dos constituyen la célula básica de una
mente en 14, 36, comienza, pues, confesando na a paradoja: «porque, cuando soy débil, en- tanto, principalmente en los escritos narrati- comunidad, que no puede crearse por uno so-
la omnipotencia de Dios: «Abba, Padre, para tonces soy fuerte» (12, 10). En 13,9 nos hace vos (Sinópticos, Hechos, Juan, Apocalipsis), lo, pero que la duplicación del uno es sufi-
ti todo es posible». Es decir, «Jesús alaba ... la ver claramente que su «debilidad» (que en re- y entre ellos se encuentra sobre todo en los ciente para formar. Y, aSÍ, Jesús envía a sus
alidad es el «lugar de revelación» de la Sinópticos (86 veces). Esta distribución indi- discípulos de dos en dos, para que puedan dar
voluntad todopoderosa de Dios, la cual, según
()'ÚVUf.tl~ divina) representa también un servi- ca que búo tiene mayor importancia para la testimonio fidedigno de su mensaje y para
su fe, es la voluntad del 'Padre amoroso'» (R.
cio a la comunidad: «En efecto, nos alegra- formación de relatos que para la comunica- que, al mismo tiempo, en la dualidad, repre-
Pesch, Markusevangelium 11, [HThK] 391).
mos, cuando somos débiles, pero vosotros ción epistolar. senten a la nueva comunidad que se forma en
En Lucas (24, 19) se aplica a Cristo el adje-
tivo C~)'lJVUTÓ~. Los discípulos de Emaús dan sois fuertes». Lo de «ser fuertes» significa comunión con él (Mc 6, 7; Lc 10, 1).
2. búo conserva, todas las veces que se ha-
de él el siguiente testimonio: «Era un profeta aquÍ concretamente, como vemos por el con-
lla documentado, su valor numérico. Ahora
texto, el ser fuertes en el bien (cf. TO XUAOV La vocación de parejas de hermanos para ser
poderoso en obra y en palabra delante de Dios bien, este vocablo es interesante para los rela-
J"tOlfíTE, v. 7). discípulos de Jesús (Mt 4, 18-22) sigue primera-
y de todo el pueblo». La mesianidad de Jesús tos, porque ocupa un lugar elemental en el có- mente el procedimiento de la duplicación numéri-
En los demás escritos del NT aparece tam- digo numérico. Los opuestos de dos son
se ve aquÍ claramente en la «línea del poder ca (de una sola familia se escoge a más de uno);
bién el aspecto teológico, cristológico y apos- «uno» y «tres». «Uno» es singular, y todos los
profético» (Grundmann, 301) (una línea exis- luego se convierte en una prueba de primera ma-
tente ya en la imagen del Mesías según el AT tólico de bUVUTÓ~. Por ejemplo, en Heb 11, demás números son plurales. El dual, que en no (dos miembros de una familia representan la
y el judaísmo, y que se refleja casi literalmen- 19 se confiesa el poder de Dios, que se mani- la Koiné aparece sólo de manera residual, ex- misión de Jesús en la sociedad), y finalmente lle-
te en la afirmación formulada sobre Moisés fiesta en la resurrección de los muertos. En 2 presa clarÍsimamente la función mediadora de ga a ser el acto fundacional de una nueva célula
Tim 1, 12 se dice que Cristo es poderoso para dos entre la unidad y la pluralidad. ASÍ, pues, básica (las parejas de hermanos se convierten en
en Hech 7, 22). Claro que, para Lucas mismo, pescadores de hombres. La petición de los hijos
«el Cristo es más que un profeta dotado de guardar hasta aquel día el depósito confiado se observa un movimiento recíproco del 1 al
(la J"tuQuttr']xr¡). En Tit 1, 9 (en un catálogo de Zebedeo invierte negativamente este orden de
poder. El Cristo es completamente singular y 2, y del 2 al 1, y en consonancia con ello del la importancia de la pareja (Mc 10, 35 v.l.; cf. Mt
único en su existencia. Su existencia está de- de obligaciones) se hace referencia al «poder» 2 al 3, y del 3 al 2. 20,21). Otras células básicas se mencionan en Mt
terminada de manera especial por el poder de del episkopos (que sucede al apóstol); él tiene El movimiento del «uno» al dos tiene como 18, 19.20; 26, 37; Lc 9, 30, Y passim.
Dios» (ibid.). que ser capaz de «exhortar con la sana doctri- objetivo una duplicación. El «uno» singular
na y de reprender a los que la contradicen». El ha de conservarse, pero al mismo tiempo debe El movimiento de 2 a 1 se efectúa unas ve-
Pablo habla también del poder de Dios,
«poder» episcopal se entiende, pues, esencial- estar abierto a un incremento. Existe, pues, la ces como división, y otras como fusión. La
cuando este poder se demuestra, por ejemplo,
mente como un poder de magisterio y disci- duplicación puramente numérica, que parte de división reduce la duplicación a simplicidad:
en el cumplimiento de las promesas hechas a
plina. la unidad fundamental indivisa, pero que Mc 6, 9 par. y passim. Allá donde la duplica-
Abrahán (Rom 4,21) o en relación con el des-
muestra al mismo tiempo la posibilidad de en- ción conduce a una oposición dualista, se pro-
tino final del pueblo elegido (cf. Rom 11, 23: J. Zmijeswski
riquecimiento aditivo: multiplicar dos peces duce la separación entre la parte buena y la
«También ellos, si no continúan en su incre-
(6, 38.41 par.), dar dos leptas (Mc 12,42 par.) mala (Mc 9, 43ss par. y passim). La fusión se
dulidad, serán injertados [en el olivo], porque
búvro, búro dyno, dyo ponerse (el sol)* (y passim). La duplicación por medio de la efectúa en el matrimonio (Mc 10, 8 par.; 1
poderoso es Dios para volverlos a injertar»).
Se usa en sentido intransitivo para referirse escisión violenta se produce al desgarrarse el Cor 6, 16; Ef 5,31), por el hecho de hacerse
En Pablo encontramos también el adjetivo
velo del templo (Mc 15, 38 par.). creyentes en Cristo (Ef 2, 15) Y por el hecho
buvaTó~ en enunciados acerca de su propio a la puesta del sol: Mc 1,32: OTE Ebu Ó ~ALO~
La duplicación adquiere importancia inter- de servir a Cristo (Flp 1,23).
apostolado. En opinión suya, tanto a la vida (EbuOEV B D 28 pc) par. Lc 4, 40: ()úvov"tO~
subjetiva en la prueba testimonial. La declara- El movimiento de 2 a 3 es primeramente de
de Jesús (cf. 2 Cor 13,4) como a su propia vi- M"tOv lÍAlOU «()úvuv"tO~ U al, ()úoav"tO~ D):
ción de un varón, capacitado para testimoniar, puro valor numérico (Jn 2, 6) y se convierte
da se aplica aquel principio de que el (divino) cf. BlaB-Debrunner § 75, nota 2; 101, nota 19.
1095 1096 1097 Oúw - 6ciJ6ex,a 1098

luego negativamente en expresión de división orto hasta el ocaso del sol», es decir, «desde b'Úro dyo ponerse (el sol) ante la ley (pero cf. también el denominado se-
(Lc 12, 52) Y positivamente en expresión de el oriente hasta el occidente». ---+ 6úvw. gundo relato de Setme Chamoi's, en AAB
la apertura y del incremento de la fuerza testi- 1918/7, 68; Josefo, Ant V, 348; Pseud.-Ign-
monial (Mt 18, 16 cf. supra) y de la célula bá- Magn 3, 2, 4). En Mc 5, 42 la indicación de la
sica (Mt 18, 20). b'ÚO')eOAO~, 2 dyskolos difícil, dificultoso* blÓbExa dodeka doce edad de la hija de Jairo pretende decimos, se-
Mc 10, 24: nill~ 6ú<JxoAóv f<JtLV, «qué di- 1. OWOExa como indicación numérica - 2. El pue- guramente, que se trata todavía de una niña,
3. El resultado teológico no podemos más fícil es» (entrar en el reino de Dios). blo de las Doce Tribus - 3. El número 12 en la nueva pero que se encuentra ya en el umbral de la
que indicarlo. Jesús prefiere el número de dos Jerusalén - 4.a) «Los Doce» - b) El origen del círculo edad adulta; Lucas (8, 42), que traslada de sitio
como el número de la vocación y de la mi- de los Doce - c) El encargo dado al círculo de los Do-
ce - d) El desarrollo en la Iglesia primitiva - 5. Testi- la información, la entiende (erróneamente) co-
sión, a fin de de lograr, por un lado, que la vo- blJO'XÓAro~ dyskolos (adv.), difícilmente,
monios dependientes. mo un número aproximado de años.
cación y la misión se derive de cada indivi- dificultosamente* ()W()EXa, en Mc 5, 25 par., podría haberse
duo, y para evitar, por otro lado, la indivi- El adverbio, al igual que el adjetivo corres- Bibl.: E. Best, Mark's Use of the Twe/ve: ZNW 69
(1978) 11-35; Braun, Qumran 1, 43 ss; 11, 327s; O. usado de esta manera; una relación de estas
dualización de esos procesos. Según esto, el pondiente, aparece tan sólo en sentencias dos últimas referencias con una determinada
Cullmann, Der zwolfte Apostel, en Id., Vortriige und
seguimiento y discipulado de Jesús tiene lu- acerca de la entrada en el reino de Dios, del Aufsiitze 1925-1962, Tübingen-Zürich 1966,214-222; fase de la tradición no es improbable. En
gar allá donde hay, por lo menos, dos que se que difícilmente participarán los que poseen S. Freyne, The Twelve: Disciples and Apostles, Lon- Hech 19,7 el <D<Jd precedente (común en He-
reúnen en el nombre de Jesús (Mt 18, 20), bienes: Mc 10, 23 (nill~ ()1J<JxóAw~ ... d<JE- don 1968; H. Gollinger, Das «grofie Zeichen» von
chos) indica que ()W()EXa debe entenderse
formulan oraciones en común, escogen en co- Apokalypse 12 (SBM 2), Würzburg-Stuttgart 1971, so-
AEú<Jovtm) par. Mt 19, 23 «()1J<JXÓAW~ d<JE- bre todo 77-89; F. Hahn, Das Verstiindnis der Mission como una cifra aproximada; no puede deter-
mún tareas y las llevan a cabo. Por otro lado, AEú<JEtm) / Lc 18, 24 (nill~ ()1J<JXÓAW~ ... d<J- im Neuen Testament (WMANT 13), Neukirchen- minarse si detrás de todo ello hay una remi-
la dualidad, por ser el plural más reducido, Vluyn 1963; M. Hengel, Die Ursprünge der christli-
nOQEúOVtm). niscencia histórica (es poco probable que ha-
preserva a la vocación, la misión y la comu- chen Mission: NTS (1971-1972) 15-38; H. Kasting, ya alguna relación con el número de los doce
nión con Jesús de esquematizarse y estandari- Die Anfiinge der urchristlichen Mission (BEvTh 55),
München 1969; G. Klein, Die zwolf Apostel (FRLANT
discípulos de Jesús).
zarse como un movimiento de masas. La co-
munión con Jesús vive de las acciones
t1
blJO'!-'i¡, fí~, dysme ocaso (del sol), occi- 77), Gottingen 1961; R. P. Meye, Jesus and the Twel-
dente* ve (tesis en Basilea), Grand Rapids 1968; K. H. 2. El número de doce adquiere su significa-
comunitarias entre dos, que están abiertas al Rengstorf, ociJoExa, en ThWNT 11, 321-328; B. Ri-
Mt 8, 11 par. Lc 13, 29; Mt 24, 27; Ap 21, ción decisiva por el uso bíblico de este núme-
aislamiento (uno) y al incremento (3). gaux, Die «Zwolf» in Geschichte und Kerigma, en Ris-
13 en la construcción ano ()1J<J[.tillv o 1!w~ ro, ya que la existencia del pueblo de Israel se
tow-Matthiae, 468-486; M. Rissi, Die Zukunft der
D. Dormeyer ()1J<J[.tillv (Mt 24, 27), a diferencia de ano remonta genealógicamente a los doce hijos de
Welt, Basel s. f. (1967), sobre todo 74-95; J. Roloff,
describir los extremos geográficos más opues- Apostolat - Verkündigung - Kirche, Gütersloh 1965, Jacob, y de ahí se deriva la correspondiente
blJO'~á(J'tmn:o~, 2 dysbastaktos difícil de tos. sobre todo 138-168; G. Schmahl, Die Zwolf im Mk división del pueblo en doce tribus (cf. Hech
(TThSt 30), Trier 1974; K. Stock, Boten aus dem Mit- 26, 7). El trasfondo de todo esto no hay por
llevar* Ihm-Sein (AnBibl 70), Rom 1975; W. Trilling, Zur
Mt 23, 4; Lc 11,46 en la construcción <poQ- Enstehung des Zwolferkreises, en FS Schürmann, 201- qué estudiarlo aquí. En el NT esta realidad ha
·da ... ()1J<Jpú01:axta, «cargas difíciles de lle- blJO'vÓ1)'tO~, 2 dysnoetos difícil de enten- 222; J. Wagenmann, Die Stellung des Aposte/s Paulus sido alterada por la historia, por cuanto nueve
var» (omitido en Mt 23, 4 Sin pc it sy Ir). der* neben den Zwolf(BZNW 3), GieBen 1926. Cf. más bi- tribus han desaparecido con la caída del reino
2 Pe 3, 16 refiriéndose a las Cartas de Pa- bliografía en ThWNT X 1061s. septentrional y la tribu de Leví ha desapareci-
blJO'EV'tÉQlOV, OlJ, 'tó dysenterion diarrea, blo, fV al~ ()1J<JVó11tú tLva, «en las que hay ()W()EXa aparece 75 veces en el NT, con do parcialmente (TestJos 19, ls; 4 Esd 13,40;
disentería* algunas cosas difíciles de entender». sorprendente frecuencia en los Evangelios (46 ApBar [gr] 78, 1). Según las esperanzas apo-
calípticas judías, estas tribus retomarán cuan-
Hech 28, 8: n1JQEtOL~ xal ()1J<JEVtEQLep veces) y en el Apocalipsis (23 veces); en He-
chos el término se halla documentado 4 ve- do llegue el tiempo de la salvación (Biller-
<J1JVEXÓ[.tEVOV, «aquejado de fiebre y disente-
blJO'qJ1)!-,Éro dysphemeo calumniar, insultar* ces, y se encuentra 1 vez en la Carta primera beck IV, 902-909; cf. Jer, 30s).
ría» (v.l. también en femenino singular o en
1 Cor 4, 13: ()1J<J<P11[.tOÚ[.tEVOL naQaxa- a los corintios y otra vez en Santiago. Los doce hijos de Jacob, mencionados en el
masculino o femenino plural).
Aoii[.tEV, «si somos insultados, respondemos esquema histórico de Hech 7, 8, son llamados
con bondad», juntamente con AOL()OQOÚ[.tEVOL 1. ()W()EXa, en la imagen empleada por Je- natQLúQxm, «patriarcas». Quizás la corona
blJO'EQ!-,i¡VElJ'tO~, 2 dysermeneutos difícil y ()LWXÓ[.tEVOL. de doce estrellas que hay sobre la cabeza de la
sús en Jn 11,9, quiere indicar que su obra, du-
de explicar rante su vida terrena, está limitada por el tiem- reina del cielo (Ap 12, 1), simboliza a las do-
---+ EQ[.t11VEÚW . po. Los doce días de Hech 24, 11 se calculan ce tribus del pueblo de Dios (cf. TestNef 5,4;
blJO'qJ1)!-,í.a, a~, t1 dysphemia calumnia, bien sea a partir de 21, 27 Y 24, 1, o bien sea Gén 37, 9). Si es correcta esta interpretación
b'ÚO't~, Ero~, t1 dysis ocaso (del sol), occi- insulto * contando los días de la estancia de Pablo en incierta, entonces aquí estaría ya implicada la
dente 2 Cor 6, 8: ()UX ()1J<J<P11[.tLa~ xal EU<P11[.tLa~, Jerusalén. La indicación de la edad de Jesús trasferencia de la idea del pueblo de las doce
Unicamente en el final breve de Marcos: «en calumnia y en buena fama», juntamente en Lc 2, 42 pretende, desde luego, ser precisa: tribus al pueblo salvífico de la comunidad
ano avatOA:fí~ xal aXQL ()Ú<JEW~, «desde el con ()UX M~11~ xal atL[.tLa~. Jesús no es todavía plenamente responsable cristiana (pero cf. A. Vogtle, en FS Kuhn,
1101 1102
1100
1099

ciona como una unidad propia. Por eso, de 1 la tradición sobre la vocación (Me 3, 13-19)
395-415). La idea está atestiguada directa- [HNT], sub loco), lo cierto es que el Apoca- Cor 15 no puede deducirse ningún argumento como a la tradición sobre la misión (Mc 6, 7-
mente en el praescriptum de Sant 1, 1, donde lipsis la ha recogido por el número de doce, decisivo en contra de la existencia pre-pas- 13). Creemos que también la fuente Q cono-
se menciona como destinatarios a «las doce que ya antes había determinado el acceso a la cual de ese grupo: la fórmula se refiere al gru- ció DcóDEXU en relación con semejante tradi-
tribus que están en la dispersión», es decir, a ciudad de Dios y su cimentación. po, y no primordialmente al número de sus ción (cf. H. Schürmann, Lukasevangelium I
los cristianos dispersos por todo el mundo, al La tradición mítico-apocalíptica se recono- miembros. Precisamente la tradición que nos [HThK], 318s). A esta fuente podría pertene-
verdadero Israel (cf. Gál 6, 16; Herm [s] 9, ce más claramente detrás de Ap 22, 2. El fon- habla de que hubo que completar el círculo de cer también el fragmento de tradición de Mt
17, 1). Esta identificación está implicada tam- do de todo lo constituye Ez 47,12, aclarado los Doce, en Hech 1, (15.)21-26, nos muestra 19,28 par. Lc 22, 28-30. Por consiguiente, en
bién en aquellos que son sellados en Ap 7, 4- por la idea del árbol de la vida (Gén 2, ~). Por la preeminencia de la institución sobre el nú- su núcleo, es una tradición que, lo mismo que
8, los 144.000, con 12.000 de cada una de las la indicación que se ofrece en Ezeqmel (cf. mero, pero haciéndonos ver al mismo tiempo la de la vocación y la de la misión, se remon-
doce tribus de Israel. Claro que el número do- también los pasajes rabínicos en Billerbeck la necesidad de completar ese número. Esta ta a Jesús y -al igual que ellas- tiene la mira-
ce se menciona aquí explícitamente tan sólo 111, 856) de que los árboles plantados junto al última tradición que acabamos de mencionar da puesta en «los Doce», aunque tal cosa no
en la referencia a los 12.000, pero se deriva río del templo darán fruto todos los meses, es fiable, pero no se se repite con posteriori-
una idea recogida en Ap 22, 2c, DcóDEXU se se deduzca directamente de la versión ofreci-
evidentemente del número de las doce tribus. dad (con ocasión de Hech 12,2). da por Lucas (pero sí de su contexto).
El número incontable de los que están sella- calcula aquí como «doce veces». El significa-
do especial de Dcó6EXU y la falta de indica- b) Las cuatro listas de «los Doce» que apa- c) Como signo escatológico-profético, am-
dos, de los que son miembros de la Iglesia de
ción de un punto de referencia (<<anualmen- recen en el NT (Mc 3, 16-19; Mt 10, 2-4: Lc bas tradiciones (la de «los Doce» y la de la
Cristo (cf. 14, 1), es mil veces el número do-
te») sugieren que el «cálculo» procede del 6, 14-16: Hech 1, 13 [aquí, como es natural, misión-vocación) forman un conjunto. El nú-
ce multiplicado por sí mismo. eran sólo once] permiten sacar conclusiones
autor mismo del Apocalipsis y tiene la finali- mero de Doce está determinado por el pueblo
3. Desde esta perspectiva, es evidente que dad de introducir expresamente en el texto el más bien en favor que en contra del origen de las Doce Tribus (así aparece también pro-
el número doce ha adquirido también una es- número de doce. pre-pascual del círculo de «los Doce». Cierta bablemente en 1QS 8, 1, cf. Braun), «los Do-
pecial significación para la nueva Jerusalén inseguridad ya en cuanto a los nombres que ce» representan prolépticamente al renovado
en Ap 21, hasta tal punto que el número ha 4. a) DCÓDEXU tiene su significado más im- integran el círculo (posición incierta de An- pueblo de Dios, cuyos miembros se miden por
llegado en cierto modo a independizarse. En portante en el NT en relación con U? grupo f~­ drés, Tomás, Simón Cananeo [Juan/Santiago]; ese patrón. Ellos -enviados por Jesús- procla-
primer lugar, en alusión a Ez 48, 30-35, se jo de discípulos: un grupo que, segun la tradi- el cambio entre Tadeo [Lebeo] y Judas el hijo man de palabra y de obra la inminente llegada
mencionan las doce puertas (v. 12), en las ción evangélica, fue creado por Jesús mismo de Santiago; cf., a propósito, Cullmann), y del tiempo de la salvación. Preparan el país
que están inscritos los nombres de las doce y que parece que en la tradición más antigua más todavía la total insignificancia de la ma- para el tiempo de la salvación por medio de
tribus de los hijos de Israel, y sobre las que fue denominado sencillamente con el nombre yoría de los nombres y la casi completa insig- su conducta y exhortan al pueblo al arrepenti-
vigilan doce ángeles (cf. Is 62, 6). Según Ap de oL DcóDEXU. De todas maneras, en la tradi- nificancia de «los Doce» en general después
miento. Por tanto, son al mismo tiempo im-
21, 21, esas doce puertas son doce perlas (cf. ción citada por Pablo en 1 Cor 15, 5, en He- de la Pascua apuntan hacia el origen pre-pas- portantes testigos del carácter y del contenido
-en relación también con los vv. 19s- Is 54, chos (6, 2), en Marcos (lo mismo que en Lu- cual de este círculo. Es verdad que 1 Cor 15,
de la actividad de Jesús.
11s; bBB 75a [Billerbeck I1I, 851]). El único cas) y en Juan se encuentra exclusivamente el 5 asegura la importancia constitutiva de los
pueblo de Dios entra por las puertas en ellu- absoluto oí. DcóDEXU, y únicamente Mateo nos «Doce» para la formación post-pascual de la d) En la comunidad pospascual perdieron
gar de la salvación. La muralla qu~ r?dea a habla una vez de anóatoAoL (lO, 2; cf. Ap comunidad, pero tan sólo Hech 6, 2 nos per- pronto la significación que tenían como insti-
la ciudad se asienta sobre doce Cimientos, 21, 14) y con cierta frecuencia añade ¡.,t.ut}'Y]: mite verlos una vez más, algunos (?) años tución, y perdieron también seguramente a al-
que llevan los nombres de los doce apóstoles tUL (lO, 1; 11, 1; 20, 17 v.l.; 26, 20 v.l.) a OL más tarde, en su función. Ahora bien, parece gunos de sus miembros. Marcos no compren-
del Cordero (Ap 21, 14). La imagen corres- 6cóDEXU. 1 Cor 15, 5, como parte integrante que Pablo, en su historia cristiana, no los vio de ya cuál es su función específica, los iden-
ponde a Ef 2, 20 (cf. también Heb 11, 10; 4 de una formulación tradicional ya para Pablo, ya en el ejercicio de su función (cf. Gál 1, tifica con los apóstoles (Mc 6, 30) y no cono-
Esd 10, 27); está imbuida de la idea de los nos muestra no sólo la antigüedad, sino tam- 18). Finalmente, el hecho de que el traidor ce ya ninguna diferencia esencial entre ellos y
doce apóstoles como testigos fundamentales bién la difusión «ecuménica» de esta denomi- perteneciera al círculo de «los Doce» habla en los ¡.,t.ut}'Y]tuL (Best, 32-35). Esta línea conti-
de Cristo (--+ 4). También la comunidad esca- nación, la cual, por tanto, tuvo que ser enten- favor del origen pre-pascual de este círculo. núa -de manera diferenciada- en los demás
tológica de la salvación sigue estando ci- dida por amplios sectores. Ambas cosas se Esta pertenencia se acentúa intensamente al evangelios; Mateo los identifica más con los
mentada en el testimonio de los apóstoles de deducen de Hech 6, 2, porque en este pasaje caracterizársele como d~ (Ex) tÓ:>v 6cóDEXU ¡.,t.ut}'Y]tuL, Lucas lo hace completamente con
Cristo Jesús. 6cóDEXU podría derivarse de un fragmento es- (Mc 14, 10 par.; [14,20]; 14,43 par.; Jn 6, 71; los anóatoAOL (cf. infra). Juan los conserva
La longitud, la anchura y la altura de la Je- crito de la tradición (H. Conzelmann, Apostel- cf. 12, 4). (Esta expresión se aplica a Tomás únicamente junto con su propia tradición. Es
rusalén santa miden por igual el número de geschichte2 [HNT] 49; M. Hengel: ZThK 72 en Jn 20, 24.) Lo mismo que esta expresión, muy significativo que la mención expresa de
doce multiplicado por mil (Ap 21, 16; cf. la [1975] 155s). Así que, para la tradición anti- DcóDEXU juntamente con su tradición existía «los Doce», en los evangelios, vaya declinan-
medida de la muralla en el v. 17: 144 = 12 x gua, oL DcóDEXU es evidentemente el n?In:bre ya con anterioridad a Marcos (así piensan ya do (aparece sólo en Mt 11, 1; Lc 8, 1; 9, 12
12). Aunque haya detrás de todo ello una tra- fijo de una institución, que está constitmda,
Rigaux, 472-475; Best). Esto se aplica tanto a DcóDEXU sobrepasando a Marcos; Mt 11, 1
dición mítica (cf. E. Lohmeyer, Offenbarung 2
sí, por determinados varones, pero que fun-
1103 1104 1105 1106

par. Lc 8, 1 pertenece quizás a la tradición de Mt 24, 17 / Lc 17, 31; xl]Q'Úaooo btl, 'tOOV 000- un equivalente hebreo, traduce el término he- (o) bi6ooflL: Mt 10,8 (bis); Ap 21, 6; 22, 17.
la fuente Q sobre la misión, cf. Schürmann, flá'toov, «proclamar desde las azoteas» (a sa- breo lJinnlim (graciosamente, inútilmente, in- En 2 Cor 11,7: oOOQEáv Evayyú"i~oflm: «Os
Lukasevangelium 1, 447s; sobre Lc 9, 12 cf. ber, lo que se os ha susurrado al oído): Mt 10, fundadamente). oOOQEá se encuentra en Dan prediqué gratuitamente el evangelio de Dios».
Mc 6, 43 par. Lc 9, 17). Una comprensión 27 par. Lc 12, 3; ava~aivoo e,tt 'tO Ooofla, 2, 48 para traducir el término arameo matenli ' Rom 3, 24: OLxmoúflEvOL booQEáv, «justifi-
«historizante», orientada por el número, se in- «subir a la azotea»: Lc 5, 19; Hech 10, 9. (regalo); en 11, 39 traduce el término hebreo cados sin méritos / graciosamente (por su gra-
dica en la referencia a «los Once» (--> evOE- BHH 1, 311; Haag, Diccionario, 1905-1906. melJ!r (recompensa). Dan 2, 6 y 5, 17 (ambos cia)>>. 2 Tes 3, 8: «No comimos el pan de na-
xa). Pronto la tradición no supo ya qué hacer en Teodoción) emplean el sustantivo para tra- die sin una contraprestación, sino trabajando
con la institución de Ol OwOExa. ducir el término arameo nebizb{¡ (don, regalo). día y noche con fatiga y dificultades, a fin de
Ahora bien, como la tradición conservó el bOOQEá, éi~, 'Í) dorea don, regalo* no ser una carga para ninguno de vosotros»;
conocimiento acerca de esa institución, la lle- oWQEáv dorean (acusativo usado como ad- 2. En el NT -lo mismo que en otros escri- todo esto se dice aquí para poner a PabÍo co-
nó de nuevo contenido, a saber, con la idea verbio) gratuitamente, como regalo, in- tos del cristianismo primitivo (por ejemplo, mo modelo (cf. vv. 9-12).
del apostolado. Con ello se conserva también merecidamente, inútilmente* IgnEsm 7, 1; Bem 1,2; 9, 9; MartPol20, 22)- El significado de inmerecidamente aparece
completamente en el ámbito funcional una oOOQEá se emplea para designar el regalo o el en Jn 15,25: «Me aborrecieron sin causa» (cf.
1. Aparición y contenido semántico de los términos don de Dios, y se usa siempre en singular (por
continuidad (cf. también Roloff, 166-168). En Sal 34, 19; 68, 5 LXX); en Jesús «tiene» que
en el NT - 2. ()úlQEá - 3. ()úlQEáv. el contrario, el plural se encuentra siempre en
Lucas esta concepción, que es determinativa cumplirse la palabra de la Escritura. - booQEUV
Bibl.: E. Benveniste, Le vocabulaire des institutions 1 Clem 19, 2; 23, 2; 32, 1; 35,4). Se usa ex- a:n:01'tvi!oxoo significa en Gál 2, 21b «morir
del período posterior, aparece en forma más
indo-européennes 1, Paris 1969, 65-79; F. Büchsel, plícitamente como «don de Dios» (OooQEU en vano»: «Porque si la justicia viene por me-
desarrollada; pero no se originó con él (cf. su- ()wQov lt'tA.., en ThWNT 11, 169s; Freedman-Lund- 'tov 1'tEOV) en Jn 4, 10; Hech 8, 20). En otros dio de la ley, entonces Cristo murió en vano».
pra; [Mc 6, (7.)30; Mt 10,2; Ap 21, 14]). bom-Fabry, i)iinan, en ThWAT I1I, 23-40; Moulton- pasajes resalta clarísimamente por el contexto
MilIigan, en la voz ()úlQÉa (ltü.); H. J. Stoebe, ~nn
que se trata de un don que procede de Dios: G. Schneider
5. Dependen quizás del número de «los ser compasivo, en DTMAT 1, 815-829; A. Stuiber,
Geschenk, en RAC X, 685-703; H. VorHinder, ()wQov Hech 11, 17; Rom 5, 15.17 (juntamente con
Doce» los testimonios de OwOExa que se en-
KtA., en DTNT n, 47-49. XáQL~ en cada uno de los ejemplos); 2 Cor 9,
cuentran en Mc 6, 43 par. (con arreglo a Mc 8, bOOQEáv dorean (acusativo usado como ad-
15; Heb 6, 4. Es singularísima de Hechos la
19) y en Mt 26, 53. En ambos casos lo de do- 1. El sustantivo oOOQEá aparece 11 veces verbio) gratuitamente, como regalo, in-
expresión OooQEU 'tOV áyiou JtvEúfla'tO~ (2,
ce carece de significación especial, aunque en el NT, mientras que la forma de acusativo merecidamente, inútilmente.
38; 10, 45); se trata aquí de un genitivo epexe-
sugiere una correspondencia con el número --> oOOQEá (3).
booQEáv (empleada como adverbio) aparece 9 gético: el don de gracia que consiste en el Es-
de «los Doce». veces. booQEá se halla documentado princi- píritu Santo. En Ef 3, 7 encontramos la expre-
T. Holtz
palmente en Hechos (4 veces), mientras que sión: «(servidor del evangelio) según el don bOOQfop.tat doreomai dar, otorgar
en Romanos aparece 2 veces, en Efesios 2 ve- de la gracia (= el don gracioso) de Dios (xm:u --> cWQ1J/lU (2).
boobfxato~, 3 dodekatos duodécimo* ces, y en el evangelio de Juan, 2 Corintios y 't~v OooQEUV 'tov XáQL'tO~ 'tOV 1'tEQv)>>. Se
Ap 21, 20: el duodécimo sillar en que se Hebreos 1 vez en cada uno de estos escritos. emplea una fórmula parecida en Ef 4, 7, don- booQl]p.ta, ato~, tó dorema don, dádiva*
asienta la muralla de la Jerusalén celestial es booQEáv aparece en Apocalipsis 2 veces, en de se dice que a cada cristiano se le ha conce- cWQÉO/laL doreomai dar, otorgar*
--> aflé{tua'tO~. Mateo 2 veces (ambas en Mt 10, 8), y en el dido la gracia «conforme a la medida del don
evangelio de Juan, Romanos, 2 Corintios, Gá- de Cristo (xa'tu 't0 flÉ'tQoV 'tfí~ OOOQEéi~ 'tOV l. Aparición de los términos - 2. ()úlQÉO[laL -
3. ()wQl][la.
latas y 2 Tesalonicenses, 1 vez en cada uno de XQw'tOv)>>; aquí, por tanto, Cristo es el sujeto
boobEXáqJ\JAOV, O", tó dodekaphylon el estos escritos. de la acción de dar graciosamente. El campo Bibl.: Cf. ()úlQEá.
pueblo de las doce tribus* oOOQEá es el don, el regalo (concedido gra- referencial de oOOQEá, en el NT, se concentra
Hech 26, 7: 'to oOOOExácpUAOV T]flOOV: Pa- ciosamente). En contraste con --> booQov, pa- en el don (o los dones) que ha(n) sido ya con- 1. En el NT el sustantivo bWQl]fla, don,
blo, en presencia de Agripa 11 hace suya la es- rece que booQEá «tiene más marcado carácter cedido(s) por Dios, a saber, en Cristo (Jn 4, dádiva, aparece únicamente en Rom 5, 16 Y
peranza de Israel de que se han de cumplir las jurídico» (Büchsel, 169), porque -fuera de la 10), el Espíritu (Hech 2, 38; 8, 20; 10,45; 11, Sant 1, 17, Y en ambas ocasiones en singular.
promesas hechas a los padres. Biblia- designa actos formales de donación 17), la <<justicia» (Rom 5, 15.17). Heb 6, 4(s) También el verbo aparece raras veces: se en-
(regalos honoríficos, legados, usufructos, do- menciona junto al «don celestial», que los cuentra únicamente en Mc 15,45 y en 2 Pe 1,
bro"Ul, ato;, tó doma azotea, tejado* tes; cf. Liddell-Scott, s. v.; Moulton-Milligan). cristianos recibieron, la participación en el Es- 3.4. CWQl]fla es originalmente «un término
El término aparece en el NT en expresiones El adverbio tiene dos sentidos: el de graciosa- píritu Santo, la p¡:tlabra de Dios y el gustar del estilo elevado» (Büchsel, 169). En la LXX
que, por lo demás, son usuales y que presupo- mente, inmerecidamente, y también el de va- «los poderes del futuro eón». Por el don reci- apararece tan sólo en Eclo 34 (31), 18 para re-
nen que el tejado plano de las casas orientales namente, inútilmente. Los contenidos semán- bido hay que dar gracias a Dios (2 Cor 9, 15). ferirse a las «ofrendas (sacrificiales) de los in-
sirve de azotea para hacer la vida al aire libre: ticos de estos términos en el NT corresponden justos» (6ooQTÍfla'ta avófloov), que no agradan
Ó e,ú 'tov OWfla'tO~, «el que esté en la azo- extensamente a los del griego de la LXX, don- 3. 600QEáv significa en primer lugar gra- a Dios. En el NT el término se refiere siempre
tea», no debe bajar a la casa: Mc 13, 15 par. de oOOQEáv en 20 de las 24 veces en que tiene ciosamente o gratuitamente: con Aafl~ávoo y a los dones otorgados por Dios a los hombres.
1107 1108 1109 OWQOV 1110

El verbo en voz media significa dar, otorgar. bWQ'Y]¡..ta, literalmente: Y el don no es como veces). Los demás lugares donde aparece el no tienen como fondo las declaraciones acer-
Mientras que la voz activa se halla atestiguada aquello por medio del uno que pecó». término son: Mc 7, 11; Lc 21, 2.4; Ef 2, 8 y ca del sacrificio ofrecido de una vez para
todavía en Píndaro, vemos que en la época Ap 11, 10. Así que el vocablo falta en Juan y siempre por Cristo, el «sumo sacerdote de los
posclásica el verbo se usa únicamente en voz R. Bultmann (ZNW 50 [1959] 152) completa en las cartas paulinas. Con excepción de Mc bienes futuros» (9, 11-10, 18). En Heb 11,4
media. Así ocurre también en la LXX (donde así el sentido: «y no ocurre lo mismo con el don 7, 11 par. Mt 15, 5, no existen paralelos de bWQa se refiere al sacrificio de Abe!.
el verbo aparece 8 veces), en Filón y en el NT. como lo que ocurre con el uno que pecó». E. bWQov en los Sinópticos. El plural bWQa
Brandenburger (Adam und Christus, reimpresión aparece en Mt 2, 11; Lc 21, 1.4; Ap 11, 10 y 3. bWQov es uno de los términos preferi-
El verbo en la Carta segunda de Pedro expre- 1962, 224) parafrasea el texto de la siguiente ma-
sa la acción de Dios que concede dones a los nera: «y no: como (el efecto vino) por medio del en todos los pasajes de Hebreos en que se ha- dos por Mateo. Tan sólo en 2, 11 se halla en
hombres (este mismo sentido lo encontramos uno que pecó, (así también vino) el dOll». E. Ka- lla documentado este término. plural y se refiere entonces a los regalos que
en Platón, Tim 46e); únicamente en Mc 15,45 semann (An die Romer [HNT]) traduce: «Con lo los Magos presentaron al rey recién nacido,
el sujeto de la acción de dar no es Dios. dado graciosamente no sucedió como con lo 2. bWQov, derivado de Mbw¡..tL, significa al rendirle homenaje (oro, incienso, mirra).
(obrado) por el uno que fue pecadof». Por el v. don, dádiva. A diferencia de ---+ bWQEá y de ---+ Con excepción de 15,5 (par. Marcos), las ve-
2. bWQÉo/lm aparece en Mc 15, 45 en 16b queda claro el sentido: El don no tuvo las re- ces en que aparece bWQov no tienen parale-
bWQ'Y]¡..ta, vemos que bWQov designa única-
percusiones que tuvo el pecado, sino que «sus
sentido profano: Pilato «concedió a José el efectos sobrepasaron grandemente a los del peca- mente en Ef 2, 8 el don de Dios; en todos los los en los demás Sinópticos. Mt 5, 23.24a.c y
cuerpo (de Jesús)>>. De esta manera se carac- do» (H. Schlier, Romerbrief [HThK], 170). El v. demás casos significa los dones que unas per- 23, 18 (bis) pertenecen al material peculiar
teriza como favor inmerecido la concesión 16a, lo mismo que el v. 15, contrapone los dos su- sonas se hacen a otras (Mt 2, 11; Ap 11, 10, en de Mateo.
generosa del cuerpo del Crucificado (cf., a cesos, la trasgresión de Adán y el don que es da- ambos casos en plural) o (con mayor frecuen- Mt 8, 4 (a diferencia de Mc 1,40) introdujo
propósito, el v. 43: toA/l1Íaa~ ... TIt1Íaato); do en Jesucristo, y acentúa desde el comienzo cia) la ofrenda que se hace a Dios (Mt 5, el explicativo tO bWQov para aclarar la orden
este rasgo falta en los demás evangelios. mismo lo incomparable que es este último don 23.24 bis; 8,4; 15,5; 23, 18.19 bis; Mc 7,11; dada por Jesús: «j ... muéstrate al sacerdote y
(ibid.). La secuencia de las correspondientes pa-
El comienzo de la Carta segunda de Pedro Heb 5, 1; 8, 3.4; 9, 9; 11,4). Tan sólo en Lc presenta la ofrenda que ordenó Moisés ... !». La
labras clave (por «parte de Cristo») va desde tO
recuerda a los lectores los grandes dones que xáQLa¡.w (v. 15a), pasando por ~ OWQE<l EV Xá- 21, 1.4 (a diferencia de Mc 12,41.44) el tér- palabra de Jesús en 5, 23s (cf., a propósito, J.
han recibido al ser llamados por Dios, y las QL'tL XQLatoii (v. 15c) hasta 'to oWQT]¡..ta (v. 16a). mino (en plural) se refiere a las ofrendas de Jeremias en id., Abba, Gottingen 1966, 103-
promesas todavía mayores que esos dones lle- dinero que se hacen al templo. 175) emplea bWQov para referirse a un «sacri-
van consigo: Dios «nos ha concedido gracio- Sant 1, 17a ofrece (quizás como una cita) la En la LXX bWQov traduce casi siempre (65 ficio privado»; concretamente, con la expre-
samente todo lo concerniente a la vida y a la afirmación: «Toda buena dádiva (---+ bÓ<JL~) Y veces) el término hebreo qorbiin, «ofrenda, sión JtQoaIPÉQELv tO bWQov se piensa «ante
piedad» (1, 3). Al comienzo del versículo hay todo don perfecto viene de lo alto (---+ avw{}Ev donativo (efectuado al santuario), oblación». todo en un sacrificio de animal»; «lo mismo
un w~ causal construido con genitivo absoluto; 2.a»>. Teniendo en cuenta el contexto, el v. De la misma manera se traduce ---+ xOQ~av en ocurre en el único lugar en que este término
mxvta es el objeto de bEbwQ'Y]/lÉv'Y]~. El si- 17a asienta que <<la tentación, las concupis- Mc 7, 11; por el contrario, Mt 15, 5 evita el aparece también en los evangelios, Mt 8, 4,
guiente versículo (v. 4) menciona a aquellos cencias y el pecado», que en último término uso del término hebreo. La única vez que en donde con to bWQov se sintetiza el sacrificio
que, al ser llamados por Dios, con su vocación, producen la muerte, no proceden «de lo alto» que bWQov se refiere a un don procedente de por el pecado, el sacrificio por la culpa y el
han recibido graciosamente (bEbwQ'Y]tm) (F. MuBner, Jakobusbrief [HThK], 90). Para- Dios, en Ef 2, 8, se acentúa la idea paulina de holocausto que debe ser ofrecido por los le-
«preciosas y grandísimas promesas», por las lelos que vienen a expresar objetivamente lo la salvación por gracia «por medio de la fe, no prosos (Lev 4, lOss) (ibid., 102). En las pala-
cuales los cristianos «serán hechos partícipes mismo que se enuncia en el v. 17a, los encon- por las obras» (vv. 8s). Y se hace insertando la bras dirigidas contra los escribas y fariseos,
de la naturaleza divina». Para conocer el con- tramos, por ejemplo, en Filón (Sacr 63; Migr expresión parentética {}wv tO bWQov. Ap 11, bWQov aparece tres veces en la sección 23,
tenido de las promesas (la parusía, la entrada 73); cf. también Billerbeck I1I, 752. 10 caracteriza la alegría de los «habitantes de 16-22 (ay pronunciado sobre los «guías cie-
en la «eterna basileia», la consumación del la tierra» por la muerte de los dos testigos, ce- gos»: en la expresión «el que jura por la ofren-
G. Schneider
mundo), hay que consultar 1, 11.16; 3, 7.13. lebrándola como un acontecimiento festivo en da (ev t0 bWQ<p) (v. 18), y luego en la pre-
el que se envían regalos unos a otros. Con gunta de Jesús: «¿Qué es más importante, la
3. bWQ'Y]/la se halla en Rom 5, 16 en un bfflºOV, OlJ, tó doran don, dádiva, ofren- ello, el autor del Apocalipsis (Stuiber, 690) ofrenda o el altar que santifica la ofrenda?» (v.
contexto en el que está atestiguado también el da* critica al mismo tiempo l<i práctica de hacerse 19). Las diversas distinciones casuísticas, que
término ---+ bWQEá (vv. 15 y 17). El uso de 1. Aparición del término en el NT - 2. Campo regalos, que existía en el entorno pagano (cf. Jesús echa en cara a sus adversarios ilustrando
bWQ'Y]¡'w está relacionado íntimamente con el referencial y contenidos semánticos - 3. bWQov en también Mc 6, 22s: Herodes Antipas). En los en ejemplos las prácticas seguidas por ellos
Mateo. pasajes de Hebreos, bWQa es casi siempre el (vv. 16 y 18), no pueden documentarse exacta-
uso de otros sustantivos terminados en -/la,
dentro de 5, 12-21 (JtaQáJttw/la, 6 veces; Bibl.: Cf. búlQfá. objeto de la acción verbal de ---+ JtQoaIPÉQw y mente en las tradiciones rabínicas, pero sí par-
xáQLa¡..ta, XatáxQL¡..ta y bLxaLw¡..ta, 2 veces se halla junto a {}vaLm. El sumo sacerdote te de la pregunta formulada por Jesús (Zeb 9,
cada uno; o¡..toLw¡..ta y xQL¡..ta, 1 vez cada uno). 1. El sustantivo bWQov aparece en 19 pa- tiene que «presentar ofrendas y sacrificios por 1: «El altar santifica lo que está destinado pa-
El v. 16a está formulado en forma muy conci- sajes del NT. Se encuentra con mayor fre- los pecados» (5, 1; cf. 8, 3.4; 9, 9). Estos ra él»); cf. Billerbeck 1, 931s.
sa: xat 01JX w~ bL' Évo~ á¡..taQt1Íaavto~ tO cuencia en Mateo (9 veces) y en Hebreos (5 enunciados acerca del sumo sacerdote huma- G. Schneider
1111 1112 1113 ÉaumiJ 1114

identidad con las personas que actúan o ha-


E talJ'toií, 3 heautou (de) sí mismo, (de) sí
misma; su; el uno al otro blan: 'tOU Mv'tO~ Éau'tov Ú:rtEQ 'twv á¡.taQ-
'tlWV «quien se dio a sí mismo por nuestros pe-
1. Posición, fonnas y aparición en el NT - 2. Empleo
en el NT - 3. Sustitución por el pronombre personal.
cado~» (Gál 1,4; cf. 2, 20); e:rtdQa<Ja~ 'tOu~
AÉyov'ta~ Éau'tOu~ a:rto<J'tóAOU~, «sometes a
Ea ea ¡ah!, ¡ay!* vo, por ejemplo, Jn 21, 22: Mv ... ttÉAú), si Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner § prueba a los que se llaman a sí mismos após-
Exclamación involuntaria del espíritu de- (realmente) quiero». Raras veces ~n~ont.ra­ 64,1; 283; Radermacher, Grammatik, 72s, llO, Ills.
toles» (Ap 2, 2; cf. 2, 9.20); cf. Mt 18, 4; 19,
moníaco en un poseso: Ea, 'tí, 'lÍftLV xaL <JOL, mos también eúv con presente de mdIcatIvo 1. El pronombre personal tiene fonnas re- 12; 23, 12; Mc 6,36; Jn 19, 17 Y passim.
«¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros que ver conti- en el sentido de d, por ejemplo, 1 Tes 3, 8; 1 flexivas especiales, cuando se refiere al suje-
go ... ?» (Lc 4, 34; Mc 1, 24 v.l.). Jn 5, 15 (cf. BlaB-Debrunner § 373, 2.3). to de la oración. En estas formas no tiene no- c) La unión con preposiciones sirve para
minativo ni desempeña en la oración la destacar inequívocamente la relación con el
3. Ocasionalmente podemos encontrar reflexivo: por ejemplo, ó aq¡' Éau'tOu Aa-
iáv ean si también eúv con subjuntivo en el caso de una
función de sujeto. En la oración, el pronom-
AWV, «el que habla por sí mismo» (Jn 7: 18);
La conjunción eúv aparece 351 veces en el bre reflexivo ocupa de ordinario la posición
condición irreal (una condición que se conci- EL~ Éau'tov OE eAttwv, «entonces volVIendo
NT, principalmente en Mateo (64 veces), Juan de atributo (por ejemplo, 'ta Éau'tOu x't~­
be como falsa o no real; por ejemplo, 1 Cor 4, en sí» (Lc 15, 17); ÚJ~ e~' Éau'twv, «como
(63), 1 Corintios (48), Marcos (36) y Lucas 15; 13, 2) o de una condición potencial (una ¡.taTa o 'ta x't~¡.t~'ta 't~ Éau'tOu). ~~~o, con
el tiempo, se fue Impomendo la posIciOn pre- por propia fuerza» (2 Cor 3, 5); ÚJ~ OE ev
(31). Falta en Filipenses, Tito, Filemón, 2 Pe- condición que se concibe como posible; por
dicativa (por ejemplo, 'ta x't~¡.ta'ta ÉaU'twv ÉaU'to) Oll']:rtÓQfl ó I1É'tQo~, «mientras Pedro
dro, 2 Juan y Judas. ejemplo, Hech 9, 2).
:rtaQa~hoóa<JLv). El pronombre reflexivo Éau-
estaba todavía perplejo en sí mismo» (Hech
1. Mv, ordinariamente con presente de sub- 'tOu etc. aparece 321 veces en el NT, de las 10, 17); esta unión con preposiciones se da a
4. En conexión con otras partículas: eav menudo en verbos de decir o señala procesos
juntivo y, más frecuentemente, c~n aoristo ~e que 86 corresponden al corpus paulinum», y
¡.t~significa a menos que, a no ser que: Mt 6, que se realizan en la conciencia: 'lÍ :rtí,<J'tl~ ...
subjuntivo, se emplea en las oraCiOnes condI- 78 a la obra de Lucas. Las formas contractas
15; Mc 3, 27; Mc 4, 22 excepto (cf. ~~aB-D~­ VfXQÚ e<J'tlv xatt' Éau't~v, «la fe, por sí so-
cionales para designar lo que se espera que aú'tOu, aú'twv, que son corrientes en el grie-
brunner § 376 nota 2; 480 nota 10); EaV Xal, la, ... está muerta» (Sant 2, 17).
suceda en determinadas circunstancias desde =>, so. , I go clásico, aparecen raras veces en el NT.
aun si, incluso cuando: Gá16, 1;, fav uf Xal,
cierta perspectiva en el presente: «si, como es \ 'r
Fueron sustituidas en la Koiné por formas
pero si: 1 Cor 7, 11; 2 Tim 2,5; EaV OUV, por d) En lugar del pronombre posesivo au-
de esperar... » (cf. BlaB-Debrunner § 371, 4: más claras: « ... el pueblo, por amor a la clari-
tanto, si: Mt 5, 23; Mv 'tf ... Mv 'tf, sea que ... 'tOu/au'tfí~, puede usarse el reflexivo para re-
373, 1). El presente de subjuntivo en ~a próta~ dad se decidió en favor de Éau'tOu, allá don-
sea que: Rom 14, 8 (cuatro veces); xaL Mv---+ forzar el genitivo que indica posesión: por
sis o subordinada condicional se refIere caSI de ~arecía que era preciso emplear el reflexi-
siempre a supuestos que se dan habit~almen­
xav. ejemplo, en 1 Cor 7" 2; E~a<J'tO~, 'ti],~ Éau~?u
vo» (Radermacher, 73). yuvaLxa eXÉ'tú), Xal fxa<J'tl'] 'tOV lO~OV av-
te, por ejemplo, Mt 6,23; Jn 8, 16; 1 TH~ 1, ~;
5. eúv se halla frecuentemente detrás de oQa ... , « ... cada hombre tenga s.u propza esp~­
el aoristo de subjuntivo se refiere de ordmano 2_ a) El reflexivo se usa para aclarar la
expresiones relativas, seguramente para ~u­ sa, y cada mujer su propio mando ... »; cf. G~l
a supuestos que se dan en condiciones si~gu­ relación con la primera o la segunda persona.
brayar el «carácter condicional» del enunc.I~­ 6,4; Rom 16, 18. En Filipenses (2, 4.21), 'ta
lares o que tienen carácter especial, por eJem- Se trata de «referir al sujeto el complemento
do (BlaB-Debrunner § 107 nota 3; cf. tambIen Éau'twv, «el propio bien, el propio interés»,
plo, Mt 5, 13; 8, 2; Jn 3, 3; 1 Cor 4, 19. El directo del verbo» (BlaB-Debrunner § 283, 1):
§ 31, 1), por ejemplo, Mt 5, 19; 21, 24; Jn 15, tiene precisamente carácter idiomático. Ahora
presente y el aoristo de subjuntivo se emplean EL OE Éau'tOu~ OlfXQí,VO¡.tfV oux av eXQL-
7; Gál 5, 10. En esta función puede reempla- bien, las variantes textuales (por ejemplo, Lc
sucesivamente en este sentido en 1 Cor 14, vÓ¡.tftta, «Si nos juzgáramos a nosotros mis-
zar al av (iterativo), por ejemplo, Mt 20, 26; 14,26; Sant 1,26) muestran que en este cam-
23; 2 Tim 2, 5. La apódosis u oración princi- mos correctamente, no seríamos juzgados» (1
Mc 8, 35.38; 14,9. En consonancia con ello, po no se pueden trazar reglas claras.
pal va en indicativo; en el caso de que se Cor 11, 31); Lva ... ayoQú<Jú)<JlV Éau'tOL~
pueden variar las lecturas ofrecidas por los
enuncie una posibilidad (si = «en el supuesto ~Qw¡.ta'ta, «para que ... se compren algo de e) El pronombre reflexivo sustituye tam-
manuscritos.
de que ... »), se emplea a menudo el futuro de comer» (Mt 14, 15); cf. Rom 8, 23; Flp 2, 12; bién al pronombre recíproco aAA~AÚ)v, aAA~­
H. Balz
indicativo, por ejemplo, Mt 4,9; 9, 21; Lc 10, Mt 3, 9; Jn 12, 8 Ypassim. En el plural, la for- AOl~, aAA~Aou~, etc., por razones estilísticas
6; Hech 13, 41; Rom 7, 3a; y en el caso ~e ma de la tercera persona Éau'twv etc. se usa (cf. Lc 23, 12); ELQl']VfÚf'tf ev ÉaU'toL~, «vi-
que se enuncie algo que sucede co~ regul~n­ iáv1tEQ eanper si, con sólo, con tal que* sin restricción alguna para las demás perso- vid en paz los unos con los otros» (1 Tes 5;
dad, se emplea el presente o el aonsto de m- En el NT la conjunción eúv:rtfQ aparece
nas. En el singular, eso ocurre raras veces (cf. 13); cf. Col 3, 13.16; Ef 4, 32; Mc 9, 50; Ol
dicativo, por ejemplo, Mc 3, 24; Jn 3, 2; Rom únicamente en Hebreos (3, 6 v.l.; 3, 14; 6, 3)
Jn 18, 34; Mt 23, 37 Y las correspondientes OE... AÉyOV'tf~ :rtQo~ ÉaU'tou~, «entonces ... se
7, 3b; 1 Cor 15, 36. Y se refiere (lo mismo que ---+ fL:rtfQ en Pablo) variantes textuales). dijeron unos a otros» (Mc 10, 26).
a una condición que se añade de manera fun-
2. En casos aislados, encontramos eúv con damental a lo que se ha enunciado en el con- b) El reflexivo de la tercera persona de sin- f) En casos aislados se refuerza al reflexivo
subjuntivo en el sentido de ---+ EL con indicati- texto; cf. BlaB-Debrunner § 454, 2. gular y de plural se usa para mantener clara la por medio de au'tó~: por ejemplo, 2 Cor 10,
1116 1117 1118
1115

de la actividad destructora de Satanás en la está concebido excluyendo de él a los Doce ninguna ayuda que nos fuera útil para avanzar
12: aAAa alJ'toL EV ÉauLOL~ ÉauLOij~ f!E- en la interpretación.
'tQOijV'tE~, «en vez de eso, nos medimos por presente época (Mc 16, 14 W [logion de (Lc 10, 1).
Freer]). Se usa en este mismo sentido, con un M. VOlkel
nosotros mismos»; cf. 2 Cor 1, 9. 2. Sobre el envío de los setenta (y dos)
complemento en infinitivo que debe sobreen- mensajeros, hay sugerencias en el AT (sobre
3. El reflexivo se sustituyó con el correr tenderse, para hablar de la influencia del Es- i~bo"1]xov'táxt~ hebdomekontakis se-
los textos judíos cf. Rengstorf), principalmen-
del tiempo por el pronombre personal senci- píritu (Hech 16, 7) Y también de la de los dis- tenta veces*
te las referencias a los setenta (LXX: setenta
llo. Otros elementos de la oración se fueron cípulos (19, 30) sobre la actividad viajera de Mt 18, 22: EW~ É~6of!1']xov'táxL~ É:7t'tá,
y dos) pueblos gentiles (Gén 10) y a los
interponiendo cada vez más entre la palabra Pablo. (Cf. :7tQo<JEáw con una negación en «hasta setenta veces siete» (É~6of!1']xov'táxL~
sententa ancianos de Israel (Ex 24, 1; Núm
de referencia y el reflexivo. Por eso, los escri- Hech 27, 7: no permitir). 11, 16). Podrían aducirse también, entre otros É:7t'táXL~ D*, «setenta veces siete veces»); cf.
tos del NT, en la medida de lo posible, evitan ejemplos, los setenta miembros de la familia Gén 4, 24; TestEen 7, 4. En contraste con la
referir el reflexivo a un sujeto que no esté en 2. El segundo significado aparece en el
de Jacob (Ex 1, 5; según los LXX Y Hech 7, venganza desenfrenada de Lamec (Gén 4, 24),
la misma oración que el pronombre. Las vaci- consejo dado por Gamaliel de que se deje ir a
14: setenta y cinco), los setenta hijos de Yeru- el perdón debe ser ilimitado.
laciones de la tradición textual (cf. , por ejem- los apóstoles (Hech 5, 38 v.l.), y aparece tam- baal (Jue 9, 2), el destierro que duró setenta
plo, Mt 25, 1ss) indican esta tendencia. bién en la tolerancia con Jezabel (Ap 2, 20 años (Jer 25, 11 Y passim) y los setenta (se-
U. Schoenborn v.l.), en ambas ocasiones sin infinitivo y en E~bo"o~ hebdomos séptimo
tenta y un) miembros del sanedrín (San 1,6).
sustitución de ---+ acpL1']f!L. El verbo se usa en ---+ É:rt'tá.
Sin embargo, estas referencias no nos ense-
M.ro eai5 dejar, permitir; dejar ir, dejar tran- sentido absoluto en Lc 22, 51, donde quiere ñan realmente nada, porque lo único que ha-
decir: ¡Dejad!, ¡basta ya! "E~Eº Eber Eber*
quilo * cen es documentar el número setenta (y dos)
eáw aparece 11 veces en el NT, encontrán- como número sagrado habitual. Una analogía Hijo de Salá en la genealogía de Jesús en
3. El verbo aparece también como tecni- intencionada de los setenta (y dos) mensaje- Lc 3, 35 (cf. Gén 10, 24s; Josefa, Ant 1, 147).
dose principalmente en Hechos (8 veces). cismo del lenguaje de la navegación en Hech
Además, eáw se halla documentado como v.l. ros de Jesús con los setenta ancianos de Israel
27, 40, para referirse a las anclas que los ma- sobrecargaría considerablemente la mención
en Mc 16, 14 W (ellogion de Freer) y en otros rineros «dejaron en el mar». Ea en la respues- i~ºatXÓ~, 3 hebraikos hebreo
lugares. única de los setenta (y dos); fracasa también,
ta de los demonios a Jesús en Lc 4,34 (cf. Mc Lc 23, 38 Sin* D Koiné E> pllatt syP: YQáf!-
si tenemos en cuenta la acentuación que Lu-
1. El primer significado, dejar o permitir, 1, 24 v.l.) puede entenderse como imperativo f!a<Hv ... É~Qa'íxoL~ Gunto a ÉAA1']VLXOL~ y
cas hace del apostolado de los Doce. ¡A los
de Mw con el sentido de ¡déjanos (en paz)! QWf!a'íxoL~), refiriéndose a la inscripción que
seguido de infinitivo, se refiere a la indulgen- setenta (y dos) no se les asigna ni siquiera el
cia de Dios, que permitió que los gentiles de (cf.la Vg, sub loco); de manera parecida se en- título de f!a{t1']'t~~! Tampoco la referencia a se puso en la cruz; cf. Jn 19, 20.
otros tiempos siguieran sus propias costum- tiende también la expresión en 1 Clem 39,5. los setenta (y dos) pueblos gentiles nos dice
bres (Hech 14, 16); se refiere también a las gran cosa. La misión entre los gentiles está re- ·E~ºaio~, o'U, Ó Hebraios hebreo (genti-
instrucciones militares para la escolta que de- M. E. Glasswell servada para el círculo de los Doce (Lc 24, licio)
bía acompañar a Pablo a Cesarea (Hech 23, 47) Y es iniciada consecuentemente por Pedro Bibl.: G. von Rad-K. G. Kuhn-W. Gutbrot, 'IoQmíl.
32). En un contexto náutico, el verbo se em- i~bo"ípeov'ta hebdomekonta setenta (Hech 10; 11, 1-18). Además, según el marco X1:I.., en ThWNT III (1938), 356-394.
plea para referirse a lo que hicieron los mari- Bibl.: A. Dreizehnter, Die rhetorisehe Zahl. Que- de Lucas, la tarea de los setenta (y dos) con-
neros (27, 32, ---+ Ex:7tLmw). siste en preparar la llegada misma de Jesús 1. «Hebreo», en los tiempos del NT, designa
llenkristisehe Untersuehungen anhand der Zahlen 70
En Hech 28, 4 se usa el verbo eáw con una und 700 (Zetemata 73), München 1978; H. Lignée, La dentro de Israel (Lc 10, 1). casi siempre al pueblo judío de los tiempos anti-
mission des soixante-douze. Le. 10,1-12.17-20: ASeign guos (por ejemplo, Filón, VitMos 1, 243; Josefa
negación, para referirse a la «Justicia» (6bt1']), Si tenemos en cuenta la tensión que existe Ant n, 201s y passim). La LXX habla de los he-
que, en opinión de los circunstantes, se volvió 45 (1974) 64-74; B. M. Metzger, Seventy or Seventy- entre este enunciado que sirve de marco y el
two Disciples?: NTS 5 (1958-1959) 299-306; K. H. breos, cuando quiere distinguir al pueblo judío de
contra Pablo por sus supuestas malas accio- Rengstorf, Émá X-rA., en ThWNT n, 623-631; A.
contenido de las palabras de Jesús, un conte- otros pueblos (Gén 39, 14; 43, 32 Ypassim). Sin
nes, enviándole una serpiente para acabar con Schímmel, en RGG VI, 1861-1863. nido que presupone la misión independiente embargo, hebreo (especialmente desde el punto
su vida. Pero se trata de un pensamiento grie- de los mensajeros y que, por lo demás, mues- de vista de alguien que no es palestinense) puede
go, sin el menor apoyo en el contexto. El ver- 1. El número sagrado 70 tiene significado tra intenso interés por las palabras de Jesús, designar también al judío oriundo de Palestina o
bo eáw con una negación significa impedir, y únicamente en la misión de los setenta (v.l. entonces es probable la hipótesis de que Lu- que se halla particularmente ligado con Palestina.
dícese de la solicitud de Dios que no permite setenta y dos), tomada de la fuente Q (Lc 10, cas, por consideración con las palabras de Je- En la elección del término se escucha quizás una
1.7). Desde el punto de vista de la crítica tex- tendencia arcaizante en los tiempos del NT: fren-
que los suyos sean tentados por encima de sus sús y para hacer constar la actividad de Jesús te al nombre de 'IouoaLo<; que tenía una connota-
fuerzas (1 Cor 10, 13); dícese también de Je- tual, no se puede determinar con seguridad el (lO, 9) en favor de la totalidad de Israel (10, ción peyorativa (principalmente en labios de los
sús que redujo al silencio a los demonios (Lc número. Carecen también de fundamento to- 1), no renunció a la versión de la misión ofre- gentiles), se sintió que 'E~QaLo<; era un nombre
4,41), Y dícese asimismo del padre de familia das las especulaciones sobre la identidad de cida por la fuente Q. Insertó él mismo el nú- honroso y procedente de los antiguos tiempos, e
que vigila la casa, en la parábola del ladrón los enviados (cf. Eusebio, HistEccl 1, 12). mero setenta (y dos) como número sagrado intencionadamente se empleó este nombre. Y, así,
que llega de noche (Mt 24, 43), e igualmente, En todo caso, el grupo de los setenta (y dos) sumamente habitual, sin poder ofrecernos el nombre se encuentra preferentemente en los es-
1120 1121 1122
1119

critos -con pretensiones literarias- de la propa- (Hengel, Zwischen Jesus und Paulus, 169). Es la Torre Antonia (Hech 21, 40; 22, 2): unas pa- 2. En el NT Eyyt~O) se emplea únicamente
ganda judía helenística (por ejemplo, Sib, 4 Mac, de suponer que, en tiempos de Jesús, los judí- labras que sólo es concebible que se pronun- en sentido intransitivo; en la LXX y en el
Jdt, Ezequiel el poeta, en Filón, Josefo; los testi- os cultos de Palestina, es decir, posiblemente ciaran en la lengua aramea hablada entonces; griego profano encontramos también el senti-
monios se hallan en: ThWNT III 368ss.375s; D. también los «hebreos» de Hech 6, 1, conocían dícese también de la voz que Pablo oyó hablar do transitivo de «acercar» (Preisker, 329s).
Georgi, Die Gegner des Paulus im 2. Korinther- el griego (cf. J. N. Sevenster, Do you know en lengua hebrea ante las puertas de Damasco Eyyt~O) lleva dativo de cosa o de persona, pe-
brief[WMANT 11], Neukirchen-Vluyn 1964, 51- Greek? [NovTS 19], Leiden 1968). (Hech 26, 14; cf. también 9, 4; 22, 7: ~ao"ÚA.).
60; M. Hengel, Zwischen Jesus und Paulus: ro puede usarse también en sentido absoluto o
ZThK 72 [1975] 151-206, esp. 169s), pero tam- ThWNT I1I, 391; BHH 11, 668s; DTNT 11 ir acompañado de preposiciones. Eyyt~O) tiene
En Flp 3, 5 Pablo se denomina a sí mismo 365s.
bién en autores paganos (por ejemplo, Plutarco, significado espacial o temporal, un significa-
Quaest Conv IV, 6). Sabemos que en Roma y en «hebreo de hebreos», y en 2 Cor 11,22 él se
do que subsiste en todos los demás aspectos
Corinto existían sinagogas de los «hebreos» (las mide con sus adversarios: «¿Son hebreos? ¡Yo
de su uso.
inscripciones correspondientes están atestiguadas también! ¿Son israelitas? ¡Yo también! ¿Son eE~Q(l¡:(J'tÍ. Hebrai"sti (adv.) en hebreo, en
en: DeiBmann, Licht, 12s nota 8; cf. Hengel, Zwis- Las indicaciones de lugares adquieren por
descendientes de Abrahán? ¡Yo también!». La lengua hebrea*
chen Jesus und Paulus, 178s). Suponemos que autodenominación de hebreo no significa ne- medio del verbo Eyyt~O) una significación
En el NT este adverbio aparece únicamente
esas sinagogas acogían a los judíos procedentes cesariamente que el apóstol pretenda ser histórica adicional: Jerusalén es la ciudad en
en el evangelio de Juan (5, 2; 19, 13.17.20;
de Palestina. Pero éstos debieron de abandonar la que se adoptará la decisión en favor o en
pronto su lengua materna aramea. No obstante, oriundo de Palestina (sin embargo, cf. la noti- 20, 16) Y en el Apocalipsis (9, 11; 16, 16). En
cia que nos da Jerónimo, De viro ill. 5; Co- contra de Jesús (Mc 11, 1 par.). Jericó, Betfa-
como recuerdo de su procedencia, se conservó se- Jn 5, 2; 19, 13.17; Ap 9,11; 16, 16 se trata de
mentario a Filemón, 23, en el sentido de que nombres griegos cuyo significado se explica gé y el Monte de los Olivos son etapas en el
guramente el nombre de hebreos.
Pablo era oriundo de Guiscala en Galilea). Fi- por su origen arameo (Juan) o hebreo (Apoca- camino (Lc 18, 35; 19, 29.37.41). Junto a la
2. En el NT 'E~Qa¡;o~ (que aparece 4 ve- lón, por ejemplo, dice de Agar que «era egip- lipsis), probablemente para proporcionar -por puerta de la ciudad se decide si Jesús va a re-
ces) es una denominación mucho menos fre- cia de nacimiento, pero que por su manera vo- un lado- detalles históricos (Juan) y para in- sucitar de nuevo a la vida a un joven que ha-
cuente que la más usual de 'Io"\Joa¡;o~ (195 luntaria de ser (:rtQoatQeaL~) era hebrea» (Abr tensificar -por el otro lado- la extrañeza de lo bía muerto y si lo va a devolver a su madre y
veces). En Hech 6, 1 se habla de la «murmura- 251). Si tenemos en cuenta el uso del término expuesto (Apocalipsis). Jn 19, 20 se refiere a a la ciudad (Lc 7, 12). El hogar paterno se
ción de los helenistas (--+ 'EA.A.llVL(Jt~~) con- hebreo (que sonaba a arcaico) en la propagan- la inscripción que se puso en la cruz (cf. Lc convierte para el hijo pródigo en el lugar en
tra los hebreos». Las viudas de los «helenis- da judía helenística, es probable que Pablo 23, 38 v.l.); en 20, 16 el adverbio se refiere a que se decide acogerlo de nuevo en la casa
tas» eran mal atendidas en la distribución quisiera recalcar aquí principalmente que él la palabra que María Magdalena exclamó pa- (Lc 15,25). Después de la resurrección en Je-
diaria de alimentos. Por «hebreos» se entien- era «judío de pura raza» (H. Lietzmann, An ra dirigirse en hebreo a Jesús resucitado: rusalén, la actividad de Jesús continúa en
de aquí a la parte de la comunidad primitiva die Korinther 1-11 [HNT], 150), que había per- Qa~~o"\JvL ThWNT I1I, 391a; BHH 11, 668s; Emaús (Lc 24, 28), Damasco y Jope (Hech 9,
de Jerusalén que hablaba arameo y que, como manecido fiel a las costumbres y tradiciones DTNT 11, 365s. 3; 22, 6; 10,9).
se ve también por Hech 6, formaban una or- de sus antepasados (cf. Gál 1, 14) Y que, por Las indicaciones de tiempo anuncian mo-
ganización distinta de la de los «helenistas», tanto, merecía el título honorífico de hebreo mentos decisivos: el instante de la cosecha
que hablaban griego. tanto como podían merecerlo sus adversarios. iyyí,~ro eggiz6 acercarse (Mt 21, 34), la hora decisiva (Mt 26, 45), el
Probablemente, el hebreo, como lengua del instante decisivo (Lc 21, 8), el día decisivo
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
pueblo, había quedado absorbida casi total- El superscriptum tardío de Hebreos (:rtQo~ semánticos - 3. U so teológico. (Rom 13, 12; Heb 10, 25).
mente por el arameo en aquellos tiempos. tñ eE~Qato"\J~) no dice nada sobre los posibles En consonancia con ello, los acercamientos
'E~QatoL oLaA.Éxtql (Hech 21, 40; 22, 2; 26, destinatarios de la carta. No se puede deducir Bibl.: K. Uining, Die Saulustradition in der Apg entre personas originan sucesos de importan-
14) o 'E~Qa'(Jtt (Jn 5, 2 Y passim) significa (NTA 9), Münster i. w., 1973, 22; L. Marin, Semiotik
de ahí necesariamente que la carta fuera diri- cia vital: el traidor entrega a Jesús para que
«en lengua aramea» (cf. Th. Zahn, Einleitung der Passionsgeschichte. Die Zeichensprache der Orts-
gida a palestinenses (cf. supra, a propósito de angaben und Personennamen (BEvTh 70), München sufra la Pasión (Mc 14, 42 par.). Los publica-
in das NT 1, Leipzig 1906, 18s; Billerbeck 11, Pablo). No es ni siquiera seguro que los desti- 1976, 19-24; H. Preiskert, EyyÚr;, %'1:1.., en ThWNT 11, nos y pecadores pueden escuchar a Jesús (Lc
442-453; Hengel, Zwischen Jesus und Paulus, natarios fueran judeocristianos. 329-332; R. Schnackenburg, Reino y reinado de Dios, 15, 1). Jesús puede hablar con el ciego (18,
169s). Filón (Conf 129) distingue entre la len- Madrid 1967, esp. 145-161.
40) Y con los discípulos decepcionados (24,
gua hebrea (<<tal como la hablan los hebreos») J. Wanke
1. De las 42 veces que aparece el verbo en 15). El tribuno romano salva a Pablo (Hech
y «la lengua que nosotros hablamos», y desig-
el NT, la mayoría de ellas corresponden a los 21, 33), mientras que los adversarios judíos
na ocasionalmente como hebreas algunas pa-
eE~Q(lt~, tbo~, Í) Hebrai"s (lengua) he- escritos lucanos (Lucas 18 veces; Hechos 6 traman su asesinato (23, 15). Los romanos
labras arameas (por ejemplo, Abr 28; algo pa-
brea* veces); en Marcos el verbo aparece 3 veces y destruyen Jerusalén (Lc 21, 20).
recido hace Josefo, Ant ID, 252). «Posiblemente,
En el NT aparece únicamente en la expre- en Mateo 7; Eyyt~O) falta en Juan; las 8 veces Finalmente, hay temas explícitamente teo-
el hebreo de la Misná, intensamente influido
por el arameo, se hablaba todavía en las alde- sión 'E~Qat~ OLáA.EXtO~, «lengua hebrea»: dí- restantes en que aparece el verbo se distribu- lógicos que pueden acercarse: el reino de
as de la región montañosa de Judea, además cese de las palabras pronunciadas por Pablo de yen de la manera siguiente: Pablo 2 veces, Dios (Mc 1, 15 par.; Mt 3, 2; 10, 7; Lc 10,
de emplearse como lengua erudita y del culto» pie en las escaleras que había entre el templo y Hebreos 2, Santiago 3, y 1 Pedro 1 vez. 9.11), la redención (Lc 21, 28), el tiempo de
1123 eyyLl;w - eyyúr; 1124 1125 eyyúr; - eyeLQw 1126

la promesa (Hech 7, 17), Dios (Sant 4, 8), la t'Y'Y~áq>ro eggrapho escribir, inscribir, gra- lugar, de un momento, de una persona o de «reino de Dios»; esta complementación es ob-
segunda venida del Señor (Sant 5, 8), el final bar* una abstracción teológica. En conexión con via también para Mc 13, 29, pero es posible
de todas las cosas (1 Pe 4, 7), o una persona Le 10, 20: La ovó¡'WLa ú¡.t&v eyyÉYQultLm yívo¡.tm, el adverbio adquiere incluso el sig- igualmente elegir otro concepto tomado del
puede acercarse a esas entidades: a la muerte (Textus Receptus eYQá<pr¡) ev LOL~ OUQUVOL~, nificado intransitivo del correspondiente ver- código apocalíptico como «instante, juicio».
(Flp 2, 30), a Dios (Heb 7, 19; Sant 4, 8). «vuestros nombres están escritos en los cie- bo (Jn 6, 19). Ahora bien, en otros ejemplos,
los» (es decir, en los libros celestiales de la el adverbio no indica movimiento (como lo 3. El trasfondo veterotestamentario del
3. La excepcional importancia que eyyí1;w vida; cf. Herm [v] 1,3,2; --> f3Lf3ALov 3). En indica el verbo), sino una situación. Admite significado escatológico del adverbio Eyyú~ y
confiere a sujetos y objetos, se extiende teoló- sentido figurado: 2 Cor 3, 2.3: enLaLOA:I) ... grados de intensidad (Rom 13, 11) y puede del verbo eyyí1;w se halla en el Deuteroisaías
gicamente no sólo a las entidades expresamen- eyyeYQu¡.t¡.tÉvr¡, refiriéndose a la comunidad usarse en sentido metafórico (Rom 10, 8). Las (ls 50, 8; 51, 5; 56, 6), pero se encuentra tam-
te teológicas (el reino de Dios, Dios, etc.), sino de Corinto, que representa la «carta de reco- indicaciones de lugar no siempre tienen im- bién en otros profetas (Ez 7, 7 y passim). Es-
también al encuentro entre personas, a los lu- mendación» de Pablo, «escrita en nuestro co- portancia histórica (a diferencia de lo que su- ta escatología profética es una de las raíces
gares y especialmente a los momentos. El ins- razón» (v. 2) o «escrita no con tinta, sino con cede con el verbo), sino que pueden usarse del código apocalíptico del NT; la otra raíz es
tante, la hora y el día, usados en sentido abso- el Espíritu del Dios vivo» (v. 3). Aquí eYYQá- simplemente en el sentido local original: bau- la apocalíptica contemporánea. Por medio del
luto, son elementos importantes del código <pw debe entenderse seguramente como una tizar en Enón, cerca de Salim (Jn 3, 23). Y lo Jesús terreno se realiza una des-apocaliptiza-
apocalíptico. De este código forman parte tam- forma intensiva de YQá<pw. Al recoger la ima- mismo sucede en Hech 9, 38; 27, 8. Por el ción. Con ello, lo mismo que en la profecía
bién conceptos teológicos explícitos (cf. gen de la carta de recomendación, y al recha- contrario, sigue siendo bastante importante la del AT, la acción escatológica de Dios vuelve
supra). Ciertamente, la importancia de los en- zar las habituales cartas de recomendación, referencia a Jerusalén. Lucas indica la progre- a dejar sentir sus efectos en el momento pre-
cuentros con Jesús y de los lugares y tiempos Pablo quiere que la comunidad entienda cla- sión (Lc 19, 11; Hech 1, 12), que él ha marca- sente. Ahora bien, el momento de esa acción
que se hallan íntimamente relacionados con él, ramente que ella es la «carta de recomenda- do más claramente con el verbo. no se efectúa en Jesús mediante un proceso de
enlazan ya los futuros acontecimientos de la ción» de Cristo mismo en el tiempo del <<llue- En Juan, la cercanía de Jesús hace que al- dimensiones universales o cósmicas, sino me-
apocalíptica con la presencia de Jesús. Me- vo pacto». R. Bultmann, Der zweite Brief an gunos lugares sean sitio de decisión (en con- diante la acción -inmanente en la historia- de
diante la aparición de Jesús en público comien- die Korinther (KEK), sub loco. tra de lo que opina Preisker, 331): el hecho de una sola persona: Jesús. Este comienzo del
za ya el reino de Dios. Por encargo de Jesús, que Jesús se aproxime caminando sobre las esjaton será completado luego por Dios de
los discípulos pueden anunciar también que se aguas, pone a los que se hallan en la barca an- manera definitiva (Mc 13, 29 par.; Ap 1, 3;
i'Y'Y\Jo~, 2 eggyos fiador, garante*
acerca el esjaton. Esta cercanía se expresa a te la decisión de optar por el miedo o por la fe 22, 10). La Carta a los efesios emprende una
En Heb 7, 22 se usa sustantivadamente de
través de señales con la curación de enfermos y (6, 19); el lugar de la multiplicación de los ampliación eclesiológica. Jesús, con su muer-
Jesús para decir de él que es «el fiador de un
la resurrección de muertos, el acercamiento de panes, abandonado ya por Jesús, incita a bus- te, hace posible que los gentiles que se halla-
mejor pacto» (XQdLLOVO~ bLU'fr~Xr¡~ ... ey-
pecadores y publicanos, el arrepentimiento y la carle (6, 23); la resurrección de Lázaro suce- ban lejos de Dios, lleguen a estar cerca de
yuo~ 'Ir¡aoi}~).
conversión. Los lugares que rodean a Jerusalén de en Betania, cerca de Jerusalén, donde Jesús Dios, cosa que antes sucedía únicamente con
hacen que sea ya una realidad presente lo de ha de resucitar (11, 18); desde Betania Jesús los judíos. En el cuerpo de Cristo, unos y
t'Y'YÚ~ eggys (adv.) cerca* se retira a la cercanía del desierto, a fin de es- otros se convierten en un nuevo hombre y
que el mundo, en el futuro escatológico, se va
a centrar en torno a Jerusalén. Según Lucas, el 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos tar cerca de Dios (11, 54). La cruz de Jesús se consiguen en común la cercanía de la paz de
camino de Jesús termina en Jerusalén, para semánticos - 3. Uso teológico. alza cerca de la ciudad, la cual se decide de Cristo (2, 13.17). El comienzo del esjaton se
continuar luego adelante, después de la catás- Bibl.: J. Gnilka, Der Epheserbriej, Freiburg i. Br. manera definitiva en contra de él (19, 20); el experimenta en la figura de la Iglesia. He-
trofe de la cruz; en el caso de Pablo, hacia Da- 1971 (sobre 2,13.17); R. Pesch, Naherwartungen. Tra- cercano sepulcro, que queda en las afueras de breos añade que, en un movimiento inverso,
dition und Redaktion in Mk 13, Düsseldorf 1968,175- la ciudad, se convierte en el lugar del nuevo el antiguo pacto está próximo a su fin (6, 8;
masco. La fiesta de la Pascua, por medio de la 181; H. Preisker, eyyúr; X'tA.., en ThWNT n, 329-332.
muerte de Jesús en la cruz, se convierte en el comienzo (19, 42). 8, 13).
nuevo éxodo que sale del énfasis excesivo que 1. El adverbio, 10 mismo que el verbo --> El tiempo, lo mismo que sucede en el verbo D. Dormeyer
el judaísmo antiguo ponía en la ley, el culto y eyyí1;w, aparece principalmente en los Evan- --> eyyí1;w, lleva en sí el significado de una
la nación. Lo que no se consiguió mediante las gelios y en Hechos (22 veces); en las Cartas decisión (Mc 13, 28 par.; Mt 26, 18; Ap 1, 3; t'YEÍ~ro egeiro despertar, levantar; (en sen-
prescripciones de pureza levítico-sacerdotal, aparece únicamente 7 veces y en el Apocalip- 22, 10; Jn 2, 13; 6,4; 7, 2; 11, 55). La cerca- tido intransitivo) levantarse, alzarse*
extendidas por los fariseos a todas las personas sis 2 veces. Es curioso que en los evangelios nía entre personas se señala únicamente en Ef
piadosas, lo consigue la comunión con el Re- no predomine ya Lucas -como sucede con el 2, 13.17. Por el contrario, la cercanía de mag- 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado
sucitado: el acercarse a Dios, que en el AT lo verbo- sino Juan (11 veces); en él falta por nitudes teológicas se halla más intensamente general - 3. eYcLQw como término técnico para desig-
completo el verbo. representada (Lc 21, ~1; Rom 13,11; Flp 4,5; nar la resurrección / el hacer volver a la vida a per-
lograban los sacerdotes por medio del ministe- sonas concretas - 4. Para designar la resurrección o
rio del culto (Lev 10, 3). Heb 6, 8; 8, 13). No está del todo claro Mc vuelta a la vida al fin de los tiempos - 5. Para designar
2. Lo mismo que el verbo --> eyyí1;w, el 13,29 par. Mt 24,33. Vemos que Lc 21, 31 ha la resurrección o vuelta a la vida de Cristo - 6. i!YEQ-
D. Dormeyer adverbio eyyú~ caracteriza la cercanía de un insertado en el lugar paralelo la expresión Olr;.
1127 1128 1129 1130

Bibl.: --> aVá(J1;aOL~, y además: N. Baumert, Tti- lar, excitar, levantar o (intransitivo) de des- 14.20.21; 8, 26 [par. Lc 8, 24 bLeyEQ{}EL~]; Mt levantar a un enfermo, después de tomarle de la
glich sterben und auferstehen. Der Literalsinn von 2 pertarse, moverse, levantarse, alzarse (Lid- 25,7). mano. En Sant 5, 15, heLQw se halla en paralelo
Kor4, 15-5, 10 (StANT 34), München 1973; E. Bran- dell-Scott, s. v.; Oepke), aparece casi siempre con omoEL (-+ om~w) y es una expresión plástica
En todo ello, eYELQw (intransitivo) no muestra
denburger, Die Auferstehung der Glaubenden als histo- de «curar» o para designar el efecto de la cura-
en el NT como sinónimo de aví,o'tl]¡.tL (en la diferencia alguna entre despertarse y levantarse.
risches und theologisches Problem: WuD 9 (1967) 16-
LXX es a menudo el equivalente del hebreo En Rom 13, 11 Y Ef 5, 14 eYELQw (en sentido in- ción (Wilkinson, 333 y 335), pero difícilmente
33; Bultmann, Teología, s. v. en el índice analítico, cf.
transitivo), despertarse, levantarse, es una metá- significará «'levantar' espiritualmente» a alguien
resurrección; Id., ~!ú01totÉ!ú, en ThWNT 11, 876s; L. qum). Pero en algunos casos se observa un
Cerfaux, Christus in den pln Theologie, Düsseldorf fora para significar el final de una manera de vi- (como pretende MuBner sub loco).
empleo diferente de los verbos eydQw y vir correspondiente a la noche y a la muerte (-+ Con relativa frecuencia el imperativo intransi-
1964; H. Conzelmann, Der erste Brief an die Korinther
(KEK), Gottingen 1969; M. E. Dahl, The Resurrection aví,o'tl]¡.tL. Así, por ejemplo, eYELQw aparece aváo'tam~ 4). Aunque en Lc 11, 8; 13, 25; Mc tivo I!YELQE se emplea para exhortar a los enfer-
of the Body. A Study of 1 Corinthians 15 (SBT 36), 144 veces en el NT (aví,o'tl]¡.tL 108 veces), y 14, 42 par. Mt 26, 46 el contexto habla del final mos a que se levanten, y con ello se les trasmite
London 1962; E. Haenchen, Der Weg Jesu. Eine Erklti- de ellas únicamente 59 veces (aví,o'tl]¡.tL 73 del sueño, sin embargo en estos pasajes eYELQw la curación o se les hace ver que ésta se va a pro-
rung des Mk und der kanonischen Parallelen, Berlin veces) en el sentido general --+ 2. El sentido (en sentido intransitivo) significa sencillamente ducir en un futuro inmediato: Mc 2, 9.11; 3, 3;
'1968; Hahn, Hoheitstitel, s.v. en el índice analítico; O. levantarse. En Mt 17,7; Lc 13,25; Jn 11, 29; 13, 10, 49; Lc 5, 23.24; 6, 8; Mt 9, 5; Jn 5, 8; Hech 3,
Hofius, Eine altjüd. Parallele zu Rom IV 17b: NTS 18 especial de resucitar a personas muertas lo 6 (v.l.); cf. Mt 9, 6. En consonancia con ello, el
4; Hech 9, 8, eYELQw significa la acción de levan-
(1971-1972) 93s; H. Jankum, Die passive Bedeutung tiene eydQw 13 veces (en cambio, aví,o'tl]¡.tL pasivo ~yÉQ{}l] en Mc 2, 12 Y Mt 8, 15 hay que
tarse en personas que estaban echadas o sentadas.
medialer Formen untersucht an der Sprache Homers, lo tiene 34 veces; este sentido es raro en la li- entenderlo en sentido medio: él se levantó (cf. Mt
Muy frecuentemente eYELQw (lo mismo que aVLo-
Gottingen 1969; W. Kramer, Christos Kyrios Gottes- teratura profana [Oepke, 333]) --+ 3; la resu- 9,7).
sohn. Untersuchungen zu Gebrauch und Bedeutung
'tl]!u) significa alzarse, presentarse: Lc 7, 16; Mt
der christologischen Bezeichnungen nach Paulus und rrección escatológica se expresa 20 veces por 11, 11; Lc 11,31 par. Mt 12,42; Mc 13,8 par. Mt
der vorpaulinischen Gemeinden (AThANT 44), Zürich medio de eydQw (11 veces por medio de 24,7 I Lc 21, 10; Mc 13,22 par. Mt 24, 11.24; Jn 3. En la descripción de la resurrección de
1963; J. Kremer, Auferstanden - auferweckt: BZ 23 aví,o'tl]¡.tL) --+ 4; con sorprendente frecuencia 7, 52. En Mt 9, 19 eyEQ{}EL~ (lo mismo que la muchacha muerta, en Mc 5, 41 par. Lc 8,
(1979) 97s; J. Lambrecht, De oudste christologie: ve- aVLo'tl]!U) marca únicamente el cambio de la si-
eYELQw es el término para designar la resu- 54, el imperativo eYELQE (después de tomar de
rrijzenis ofverhoging?: Bijdragen 36 (1975) 118-144; tuación. El vago sentido de «¡arriba!» lo tienen
F. MuBner, Der Jakobusbrief (HThK), Freiburg i. Br. rrección de Cristo (52 veces; en cambio, también los imperativos eYELQw{}E en Jn 14, 31 Y la mano a la muchacha) no se distingue de su
1975; Id., Zur stilistischen und semantischen Struktur aví,o'tl]¡.tL 24 veces) --+ 5. En el NT, el sustan- I!YELQE enAp 11, 1. En Jn 14, 31 al verbo eYELQw empleo en la curación de enfermos (--+ 2). Co-
der Formell Kor 15,3-5, en FS Schürmann, 405-416; tivo eYEQoL¡;:; aparece únicamente en Mt 27, difícilmente le corresponderá un sentido figurado mo traducción de xou¡.t (qum), eydQw (en
L. Oberlinner, Die Verkündigung der Auferweckung Je- 53 --+ 6 (en cambio, aváo'tuoL¡;:; 42 veces). más amplio (análogo al que tiene en 2, 19-22; así sentido intransitivo) significa primeramente
su in geoffizeten und leeren Grab: ZNW 73 (1982) 159- piensa Zimmermann, 289; en contra de esta opi-
182; A. Oepke, l!yfQOL~, en ThWNT 11,336; A. Prévot, Así que, mientras que el verbo eYEí,Qw se ha- levántate (Mt 9, 25 menciona tan sólo la ac-
lla atestiguado frecuentemente en el sentido nión, Schnackenburg, sub loco). El aoristo pasi- ción de Jesús de tomar de la mano a la mu-
L'aoriste grec en -{h¡v, Paris 1935; M. Rese, Die Aus-
vo, en el uso de eYELQw en sentido general, debe
sagen über Jesu Tod und Auferstehung in der Apostel- cristológico específico, vemos que el sustanti- entenderse siempre como un aoristo medio (en el chacha y la consecuencia de esta acción: ~yÉQ­
geschichte - tiltestes Kerygma oder lukanische Theolo- vo eYEQaL¡;:; aparece una sola vez con este sen- 'frl], ella se levantó). Desde luego, se sugiere
gumena?: NTS 30 (1984) 335-353; M. Riebl, Aufer- helenismo, el aoristo pasivo sustituye con frecuen-
stehung Jesu in der Stunde seines Todes? Zur Botschaft tido (inversamente, aváo'tuaL¡;:; tiene a menudo cia al aoristo medio; BlaB-Debrunner § 78; Pré- aquí también el significado de ¡despierta! (cf.
von Mt 27, 51b-53 (SBB 8), Stuttgart 1978; A. Rodrí- un significado especial, que es más frecuente vot, 200-208). Me 5, 39: «[la niña] está dormida»); esto se
guez Carmona, Origen de las fórmulas neotestamenta- que el significado general). Es peculiar del uso transitivo de eYELQw el sig- aplica con seguridad a Lc 8, 55 (cf. «su espí-
rias de la resurrección con anistánai y egeírein: EstEcl nificado, que en el NT se halla atestiguado única- ritu retornó»). En Lc 7, 14, eyÉQ'frl]'tL (el ao-
55 (1980) 27-58; R. Schnackenburg, Zur Aussage: «Je- El significado de los verbos compuestos co- mente en Flp 1, 17, de «suscitar (proporcionar)
sus ist von den Toten auferstanden»: BZ 13 (1969) 1- rresponde al del verbo simple, sin que a la prepo- risto es una expresión griega más correcta)
sufrimientos a mis cadenas», es decir, contristar a
17; Id., El evangelio según san Juan I-IIl, Barcelona sición le corresponda siempre una importancia Pablo en medio de su cautiverio o incluso privar significa tanto ¡levántate! como ¡despierta!;
1980; H. Schwantes, SchOpfung der Endzeit. Ein Bei- especial: bU::YELQw aparece 7 veces en el NT, y lo a su cautiverio (-+ Mof.to~) del carácter de una porque se dice a continuación: «él se incorpo-
trag zum Versttindnis der Auferweckung bei Pis, Stutt- hace únicamente con el significado general de gozosa comunión con los padecimientos de Cris- ró y comenzó a hablar» (cf. Hech 9, 41 Y 2 Re
gart 1963; E. Schweizer, Erniedrigung und ErhOhung to (-+ m. L'\IJL~). Tiene afinidad con este sentido y
eYELQw -+ 2; e~EyELQW (en la LXX 85 veces) se 4,31.35; cf. también Filóstrato, Vit Ap IV, 45:
bei Jesus und seinen Nachfolgern (AThANT 28), Zü-
rich '1962; R. J. Sider, The Pauline Conception of the encuentra en Rom 9, 17 en el sentido general es sinónimo de avL01:l]f.tL el significado de «susci- a<p'Ún;vLoE). En ellogion de Mt 11, 5 par. Lc
Resurrection Body in 1 Corinthians XV 35-54: NTS 21 (también en Mc 6, 45 D) Y en 1 Cor 6, 14 en el. tar descendencia» (Lc 3, 8 par. Mt 3, 9) y hacer
7, 22, el pasivo eydQov'taL debe entenderse
(1974-1975) 428-443; K. Wengst, Christologische sentido específico (como también en la LXX en surgir, enviar a un salvador o rey (Lc 1, 69 [cf.
Dan 12, 2 -+ 4); ouveyELQw se halla únicamente Jue 2, 16; 3, 9.15] y Hech 13,22.23 [v.l. ~ya­ en sentido medio: (los muertos) se levantan,
Formeln und Lieder des Urchristentums (StNT 7), Gü-
tersloh 1972; J. Wilkinson, Healing in the Epistle of en Ef 2, 6 en el sentido de «resucitar con»: resu- yEV]). Conforme al uso muy frecuente en la se despiertan (otra es la opinión de Fascher,
James: SJTh 24 (1971) 326-345; K. Usami, «How are citar con Cristo en el sentido de participar en la LXX, eYELQw significa (en sentido transitivo) en 196, a causa del EUUyyEA.i~ov'taL que viene a
the dead raised?» (1 Cor 15, 35-58): Bib 57 (1976) 468- resurrección de Cristo. Jn 2, 19.20 levantar, edificar (refiriéndose al tem- continuación, sin tener en cuenta los verbos
493; H. Zimmermann, Struktur und Aussageabsicht plo destruido; sobre el significado más profundo activos que preceden). Esto se aplica también
der johanneischen Abschiedsreden (Jo 13-17): BiLe 8 2. El significado fundamental propio de -+ 5). En Mt 12, 11 eYELQw tiene el significado de
(1967) 279-290. Cf. más bibliografía en ThWNT X, eYELQw aparece cuando se quiere dar a entender a las opiniones acerca de Juan el Bautista en
levantar, ayudar a salir (a la oveja que había caí-
979-985. que (en sentido transitivo) se despierta a alguien do en el hoyo); en Hech 10, 26, tiene el sentido Mc 6, 14: eY'IÍYEQ'taL ex VEXQWV, (de entre
del sueño (Mc 4,38 par. Mt 8, 25; Hech 12,7), o de levantar al centurión, que se había postrado a [los] muertos) ha resucitado (de manera pare-
1. El verbo eydQw, con el significado que (en sentido intransitivo) una persona se des- los pies de Pedro en actitud de proskynesis. En cida en los textos par. Mt 14, 2/ Lc 9, 7) Y en
fundamental (transitivo) de despertar, estimu- pierta, se levanta (Mc 4, 27; Mt 1, 24; 2, 13. Mc 1, 31; 9, 27 Y Hech 10, 26 eYeLQw significa Mc 6, 16: ~yÉQ'frl], se levantó. En grado ma-
1131 eYELQúl 1132 1133 eYELQúl 1134

yor que la opinión popular expresada en Lc 9, los muertos»; R. Pesch, Markus [HThK], a significa principalmente la participación en la parusía: «los muertos resucitarán como inco-
8.19, los textos de Marcos, por el uso de propósito de 12,26, sugiere que en Mc 12,26 vida del Cristo resucitado. Sin esta esperanza, rruptibles, y nosotros seremos trasformados»
EyElQW y por la adición «de entre [los] muer- hay un pasivo divino). Que los muertos resu- serían incomprensibles la práctica de los co- (v. 52). La resurrección y la trasformación se
tos», tienen afinidad con los enunciados acer- citan por el poder de Dios se dice en el con- rintios de bautizar «por los muertos» (---+ producen con miras a una vida más allá de la
ca de la resurrección de Jesús (---+ 5; sobre la texto (esp. el v. 24: «el poder de Dios»). ~amL~w) (v. 29), la actividad apostólica (vv. muerte (vv. 53-58: cf. 1 Tes 4, 17; sobre la
problemática ---+ aváo"t(WL~ 3). En todas estas Con arreglo a las concepciones judías acer- 30-32) y una vida sustentada por los princi- forma de argumentación y la problemática en
afirmaciones acerca de resurrecciones de ca de la liberación del piadoso del antiguo pios de la fe y por el conocimiento de Dios. el marco de la historia de las religiones, cf.
muertos (como también en 2 Re 4,31), la pa- pacto (---+ ayLO~) de su prisión en el Sheol, al La cuestión fundamental: «¿Cómo se le- Dahl; Sider; Usami).
siva de EyElQW debe entenderse siempre co- que se asocia frecuentemente con el sepulcro vantan los muertos?» (según otra traducción:
mo voz media (lo mismo que en ---+ 2, Y en (cf. P. Hoffmann, Die Toten in Christus, Müns- «¿Pueden los muertos resucitar?», cf. Sider, Que la resurrección de los muertos se
consonancia con avLo"t'l']¡.tL) y se emplea como ter i. W. '1969, 62-64 y 184), Mt 27,52 enla- 429) y su expresión concreta: «¿Con qué efectúa por el poder creador de Dios, es algo
término técnico, en el cual queda relegada ca- za con la idea de que las prisiones de esos se- cuerpo vienen?» (1 Cor 15, 35) muestran que que se expresa inconfundiblemente mediante
si totalmente la significación fundamental del pulcros se abrieron (cf. Ez 37, 13): «y los la resurrección, por un lado, supone la pose- el empleo (transitivo) de EyEÍ.QW. La pregun-
verbo. Por eso, en nuestra lengua se ha im- sepulcros se abrieron, y los cuerpos de mu- sión de un «cuerpo» (---+ ow¡.ta), pero que, por ta «¿Por qué se considera increíble entre vo-
puesto la traducción de «resucitar» (en ale- chos santos que habían dormido se levanta- otro lado, la resurrección parece incompatible sotros que Dios resucite a los muertos?» alu-
mán: «auferstehen»), por encima de todas las ron». Como prueba de la resurrección, el v. 53 con un «cuerpo» de «carne y sangre» (v. 50). de a la fe del judaísmo -arraigada en el AT-
demás (cf. Fascher, 208-225). dice que esos santos salieron de los sepulcros Como conclusión (v. 42a) que se deduce de la de que Dios es el Señor sobre la vida y la
También en Mt 10, 8 EyEÍ.QW (transitivo) (después de la resurrección de Jesús ---+ 6), vi- comparación con un grano de semilla (vv. 36- muerte (cf. Dt 32, 39; 1 Sam 2, 6; 2 Re 4, 7;
es término técnico: ¡despertad (muertos), vi- nieron a la Ciudad Santa y se aparecieron a 38) y de las referencias a las diversas clases Sab 16, 13; Tob 3, 4); recuerda sorprendente-
vificadlos! (el contexto no permite debilitar muchos. Difícilmente se tratará de una anti- de «carne» (---+ oáQ;), «cuerpo» (---+ ow¡.ta) y mente la predicación que se hace de Dios:
esta ampliación que hace Mateo del encargo quísima tradición que refleje el estado de áni- «gloria» (---+ 6ó;a), Pablo enuncia en dicción «Yahvé, que vivifica a los muertos» (segunda
dado a los discípulos ni atribuir a EyElQW un mo de los primeros días (en contra de lo que retórica cuatro antítesis (15, 42b-44a). A lo de bendición de las Dieciocho Oraciones), la
significado puramente figurado y espiritual piensa Jeremias, Teología 1, 357s), sino que «se siembra» (imagen de la muerte y de la se- cual se cita y se completa en Rom 4, 17: «El
[como hace Haenchen, 228]). En Jn 12, 1.9 nos hallamos más bien ante una visualización pultura) contrapone él lo de «se resucita en que vivifica a los muertos y llama a 10 que
EyElQW se refiere con un lenguaje formulísti- midrásica (cf. Ez 37, 13) de la importancia de incorruptibilidad ... en gloria ... en poder... co- no es para que sea» (cf. E. Klisemann, An die
co a la resurrección de Lázaro, ocurrida tiem- la muerte y la resurrección de Jesús para la mo cuerpo espiritual». Esto sugiere que Romer [HNT] y H. Schlier, Romerbrief
po atrás: «a quien él había resucitado de entre autoridad divina del Resucitado (Riebl, 80- EYElQE"taL, que corresponde aquí a los pasivos [HThK], sub loco; Schwantes; Hofius). Por
los muertos» (de manera parecida en Jn 12, 82) Y para la resurrección universal (cf. 1 Cor O:n:EÍ.QE"taL y ~<pO:n:OLEL"taL (v. 36, cf. v. 22), tanto, el verbo EyEÍ.QW es aquí sinónimo de ---+
17; cf. 11,43.44). La forma en que se hacen 15,20; Col 1, 18). hay que entenderlo en sentido pasivo (<<es le- ~<pO:n:OLÉW (I:tyh) , vivificar. Pablo hace refe-
estas observaciones y la adición «de entre Cuando Pablo utiliza el verbo EyEÍ.QW en vantado»; Moulton, Grammar 1, 163), aunque rencia de nuevo a la confesión judía en 2 Cor
[los] muertos» (---+ 5) recuerdan el mensaje todo el capítulo 15 de la Carta primera a los no puede excluirse un sentido de voz media 1, 9, interpretando el peligro de muerte en
pascual de la Iglesia primitiva (para el enjui- Corintios para referirse no sólo a la resurrec- (cf. la yuxtaposición de «morir» y «ser vivifi- que él se encuentra como una puesta a prueba
ciamiento crítico de todos los enunciados ción de Cristo sino también a la de los muer- cado» (vv. 22 y 36); a este sentido de voz me- de su esperanza en «Dios, que resucita a los
acerca de resurrecciones de muertos cf. ---+ tos, entonces nos muestra lo íntimamente li- dia hay que darle incluso la preferencia, en muertos».
aváo"ta<JL~ 3). gada que estaba para él la resurrección de los vista del empleo que en otras partes se hace Claro que la fe judía tiene un nuevo aspec-
muertos con el mensaje pascual. En los vv. de los términos. Que el comienzo de la nueva to desde la resurrección de Jesús: «Dios resu-
4. La resurrección escatológica se expresa 15.16.29.32 la oración condicional «si los forma de existencia no se produce por el pro- citó al Señor, y nos resucitará también a no-
en el NT, como se expresaba ya en la LXX (Is muertos no resucitan» hace referencia siem- pio poder de cada uno, .es algo que se expresa sotros mediante su poder» (1 Cor 6, 14; cf.
26, 19; también Dan 12,2 LXX y A), no sólo pre a lo que afirman los adversarios (---+ por el contexto (v. 38, 6t6w(JLv), especial- infra; el compuesto E;EYEQEL se trasmite en
por avLo"t'l']¡.tL sino también por EyElQw. En el aváo"taoL~ 4). Pablo les replica diciendo que, mente por lo del ow¡.ta :n:vE'U¡.tanxóv (---+ algunos manuscritos más recientes con la for-
diálogo con los saduceos aparecen únicamen- por lo menos, Cristo ha resucitado (---+ 5) Y :n:vEi:í¡.ta). A continuación (argumentando con- ma El;1íYELQEV, con lo cual la resurrección se
te los términos aváo"taoL~ o avto"t'l']¡.tL (---+ que en ello se fundamenta la esperanza cris- tra una interpretación de Gén 2, 7) Pablo lla- relaciona con el bautismo. Cf. Conzelmann,
aváo"ta(JL~ 3), excepto en Mc 12, 26 par. Lc tiana (v. 14). Al decir esto, Pablo no tiene en ma a Cristo «espíritu vivificante» (v. 45) y le sub loco). La conexión entre la resurrección
20, 37; en estos últimos textos el pasivo cuenta la suerte de los que, según los vv. 51s, atribuye con ello la función creadora que co- de los muertos y la resurrección de Cristo (---+
EyElQOV"taL debe entenderse como voz media, con ocasión de la parusía, serán trasformados rresponde a Yahvé, ---+ ~<pO:n:OLÉW (---+ 5; cf. 4) la expresa también Pablo en 2 Cor 4, 14,
con arreglo al uso que en otros textos se hace sin resurrección (Brandenburger, 20). Por Schwantes, 56-61). Según los vv. 51-54 la texto según el cual la resurrección futura ten-
de estas expresiones (---+ 2 Y 3): que resucitan consiguiente, lo de resucitar no se limita aquí nueva forma de existencia la recibirán todos drá lugar «con Jesús», es decir, la comunión
(cf. par. Mt «en cuanto a la resurrección de al hecho de ser liberado del sepulcro, sino que incluso los que vivan cuando se produzca l~ de vida con Jesús, existente ya desde el bau-
1135 1136 1137 1138

tismo, se consuma en la participación en la pondientes equivalentes hebreos y las anti- no de la nueva vida (él se levantó [en sentido Resucitado (~ óQúw; cf. MuEner, Struktur,
resurrección de JesÚs (cf. Sider, 72ss; Bau- guas traducciones (cf. Molitor) exigen que la figurado]) . 412-415). En los relatos sobre el sepulcro,
mert, 89s se inclina a interpretar eYeLQw en voz pasiva se entienda en el sentido de voz plasmados apologéticamente, se proclama el
Si el aoristo f¡YÉQ1'tl] exige que concibamos
este pasaje como expresión de la liberación media: se levantó / se despertó. Lo mismo ha- mensaje pascual como revelación de Dios, y
la «resurrección» de Jesús como un aconteci-
cotidiana de las tribulaciones). brá que decir de los participios eYEQ1'teL<; en 2 se hace referencia además al sepulcro vacío
Cor 5, 15; Rom 6, 9; 7, 4; 8, 34; Jn 21, 14, y miento ocurrido una sola vez, vemos que la
como signo confirmador.
Según Heb 11, 19, Abrahán sacrificó a Isaac, de las formas pasivas que se emplean en los forma de perfecto ey~yEQ'tm, él ha resucita-
su heredero, porque contaba con que «Dios es anuncios de la Pasión (Lc 9, 22; Mt 16, 21 do (1 Cm 15,4; dependientes de esta expre- Según Rom 4, 25, Cristo «resucitó para
poderoso para resucitarle de entre los muer- par. Lc 9, 22; Mt 17,9.23; 20,19; 26, 32 par. sión son 1 Cor 15, 12.13.14.16.17.20; cf. 2 nuestra justificación», es decir, para liberar-
tos». No podemos demostrar hasta qué punto Mc 14,28; Mt 27, 63). Claro que tampoco se Tim 2, 8 y Mc 16, 14), acentúa el efecto per- nos de nuestra condición de yectos en la
esta explicación de la fe judía en el poder de puede excluir que esas formas tengan un ma- manente que la resurrección tiene para el Cru- muerte y para hacernos partícipes de la nueva
Dios se deriva de una tradición judía concreta tiz pasivo -la lengua griega distinguía de ma- cificado: él vive (~ l;úw, cf. BlaE-Debrunner vida (Rom 6, 14) como «nueva creación» (2
(poco contribuyen a ello los testimonios adu- nera distinta de como lo hacemos nosotros en- § 342). Esto mismo se presupone, cuando se Cor 5, 17) (~4; ~ avú<J'tU<JL<; 4). Por eso, la
cidos en los comentarios). Hay que contar tre la voz activa y la voz pasiva (Jankum, caracteriza a la vida cristiana como una vida resurrección de Jesús, según 1 Cor 15, 15, es
también plenamente con una interpretación 39)-, pero ese matiz pasivo queda, por lo me- que pertenece a Cristo (2 Cor 5, 15; cf. Rom tan esencial para la predicación apostólica y
cristiana. La expresión «de entre los muertos» nos, pospuesto en comparación con el sentido 7,4; 14,7-9) y que se orienta hacia su parusía la fe cristiana: «Pero si Cristo no resucitó, en-
señala la influencia de la predicación pascual de voz media y no permite la hipótesis, muy (l Tes 1, 10). El Cristo resucitado no está so- tonces nuestra predicación es vana, y vana es
de la Iglesia primitiva (~ 5). difundida, de un pasivo divino (Fascher, 197; metido ya a la ley de la muerte (Rom 6, 9); también vuestra fe» (l Cor 15, 14).
Un innegable desarrollo cristiano de la fe Hahn, 204; Schnackenburg, Zur Aussage, 9; por eso, las cosas que se dicen en 1 Cor 15,
judía en la resurrección lo tenemos en Jn 5, Schlier, Auferstehung, 17; con vacilaciones Kre- 35ss tienen aplicación al nuevo «cuerpo» de No está claro por qué Mateo y Pablo prefieren
21: «Porque así como el Padre levanta y mer, Zeugnis, 43s; Friedrich, 157; en cambio, Cristo (~ 4). En la conexión de «resucitado» las formas ~yÉQ{}T) y otras parecidas, a la forma
vivifica a los muertos, así también el Hijo vi- lo enjuicia correctamente Jeremias, Teología, con un enunciado de exaltación, se expresa su aVÉ<J'tr¡. (Ambas expresiones eran conocidas en
vifica a los que él quiere». Aquí eYeLQw se ex- 25 nota 18). Según esto, las formas de eYeLQw nueva función (Rom 8,34): «Cristo [Jesús] es el judaísmo helenístico [la LXX].) Tal vez la cau-
plica por medio de ~ l;cpO:nOLÉW; la «resu- el que murió, sí, más aún, el que resucitó y el sa fue la influencia de las formas activas de
que deben interpretarse en sentido medio, no
rrección» no se realiza, como en los textos que está sentado a la derecha de Dios, el que EYELQW (cf. Oepke, 334).
designan (o, por lo menos, no lo hacen en pri-
apocalípticos judíos, como preludio para el mer lugar) la acción que el Crucificado expe- también intercede por nosotros» (sobre la pro-
juicio, sino para comunicar la vida (~ l;w~). blemática relativa a la historia de las tradicio- Por medio de eYeLQw (en sentido transitivo)
rimentó en la Pascua, sino la manifestación de
Además, no se habla únicamente del poder de nes cf. infra, a propósito de Rom 10, 9). se declara que la resurrección es un acto de
la nueva vida del Crucificado que llegó a ser
Dios, sino también de lo que el Padre hace; y posible gracias a esa acción (~ avú<J'tu<JL<; 4). Dios (lo mismo que la resurrección al fin de
eso mismo hace también el Hijo (cf. Jn 5, Como indica el adverbio ov'tw<;, el mensaje los tiempos [~ 4]), como vemos en la frase
19s; sobre la función vivificadora de Cristo, El contexto (por ejemplo, «murió» y «fue pascual estuvo expuesto a dudas desde el pri- que se repite de manera casi estereotipada:
cf. 1 Cor 15, 45). Como indican las formas de sepultado», 1 Cor 15, 3) y la frecuente ausen- mer momento: «el Señor ha resucitado real- «Dios le resucitó» (Rom 10, 9; 1 Cor 6, 14;
presente y el contexto, resucitar se usa aquí, cia de una determinación más precisa de mente» (Lc 23, 34). Para demostrar su credi- 15, 15; Hech 5, 30; 10,40; 13, 30), así como
además, en sentido figurado para referirse a la eYeLQw indican que el verbo se emplea en un bilidad, se hacía referencia al testimonio de también en la oración de relativo: «a quien él
liberación del poder del pecado, una vez que sentido técnico, conocido ya por los lectores las Sagradas Escrituras: «conforme a las Es- resucitó» (1 Tes 1, 10; Hech 3, 15; 4, 10; 13,
se ha abrazado la fe (~ avú<J'tu<JL<; 4; cf. (~ 3.4). La adición formulística «de entre crituras» (1 Cor 15, 4) (~ YQu<:P~, cf. Bult- 37; cf. 1 Cor 15, 15) Y en las construcciones
Bultmann, l;cpo:nmÉw, 877; Schnackenburg, [los] muertos», que a menudo se asocia con mann, Teología, 130; Kremer, Zeugnis, 52-54; de participio (que suenan casi lo mismo) con
sub loco). f¡yÉQ1'tl] o con las formas activas de eYeLQw y allí también sobre los intentos de referir «con- eYeLQu<; y otras expresiones parecidas (Gál 1,
que suponemos que procede del mensaje pas- forme a las Escrituras» a lo de «al tercer día» 1; 2 Cor 4,14; Rom 4,24; 8, lla.b; Co12, 12;
5. Se habla 31 veces de la resurrección de cual de la Iglesia (cf. Hoffmann, Die Toten, citando a Os 6, 2, Y no a f¡yÉQ1'tl]; cf. Leh- Ef 1, 20; 1 Pe 1,21). En estos pasajes, en que
Jesús empleando una forma pasiva de eyeLQw. 182s), aclara lo siguiente: Jesús no se encuen- mann, 221-230). Las predicciones que hace a menudo se usa sin ninguna precisión más,
En antiguas expresiones formulísticas o en tra ya entre los muertos, es decir, no se en- Jesús de su Pasión y Resurrección sirven para eYeLQw es el término técnico para designar la
breves referencias a la predicación pascual de cuentra ya en el Sheol (cf. Rom 10, 7) ni en el este mismo fin apologético, al menos en la salvación -obrada por Dios- de la muerte: esa
la Iglesia primitiva, se emplea el aoristo f¡yÉQ- sepulcro (cf. Mc 16, 6 par.). Con certeza, versión en que las encontramos actualmente; salvación que se aguardaba para el fin de los
1'tl] (Lc 24, 34; Rom 4,25; 6, 4; Mc 16, 6 par.; f¡yÉQ1'tl] y otras fórmulas semejantes expresan cf., a propósito, Kremer, Osterevangelien, 22). tiempos (~ 4). La frecuente adición «de entre
Mt 27, 64; Jn 2, 22). Las demás formas ver- no sólo el final de la condición de la muerte, Para acreditar el mensaje pascual se hace re- los muertos» (1 Tes 1, 10; Gál 1, 1; Rom 8,
bales que aparecen en el NT (~ 2.3.4), el si- sino más todavía lo que sigue a la muerte en ferencia, especialmente en Lc 24, 34 Y 1 Cor 11; 10,9; Hech 3,15; 4,10; 13,30; Co12, 12;
nónimo aVÉ<J'tl] así como también los corres- contra de toda expectación y lo que es un sig- 15, 4ss, a los testigos a quienes se apareció el Ef 1, 20) acentúa esto mismo. La expresión
1139 1140 1141 1142

añadida a EYELQW únicamente en Hech 10,40, en textos formularios antiguos indica que esta
interpretación teológica se produjo ya muy derse más que nada como sinónimo de avá- profanación del mismo por los gentiles. Co-
«al tercer día», así como también en 1 Cor 15,
poco tiempo después de Pascua. o'tUat<; y como referido a la resurrección de mo la Fiesta de los Tabernáculos, era una fies-
4 Y en las predicciones de la Pasión, no pre- Jesús, que no fue proclamada sino después del ta que duraba ocho días y se observaba en
tenden ser una indicación exacta del momen- sabbat. Puesto que eYEQat<; no está atestigua- conmemoración de las dedicaciones del tem-
El paralelismo entre la confesión «Kyrios
to en que ocurrió la resurrección. El acto de do en ningún otro lugar del NT (pero sí en los plo en tiempo de Salomón y en el de Zoroba-
es Jesús» y la proposición de fe «Dios le re-
Dios, sustraído a la percepción de las obser- escritos cristianos primitivos, cf. PGL s. v.) y bel (las cuales tuvieron lugar, ambas, en la
sucitó de entre los muertos» (Rom 10, 9) se-
vaciones humanas, no se dio a conocer a los aquí se encuentra en tensión con el contexto Fiesta de los Tabernáculos: 1 Re 8, 2; Esd 3, 4;
ñala la estrecha relación existente entre la re-
hombres sino en sus efectos (convirtiéndose (éste presupone la resurrección de los piado- cf. también 2 Crón 7,5; Esd 6, 16) Y de la úl-
surrección y la proclamación de Jesús como
entonces, para ellos, en un «suceso»; Schlier, sos en el momento de la muerte de Jesús), es tima Fiesta de los Tabernáculos celebrada fue-
Kyrios (-> aváo'tuat<;, cf. Rom 1,4; Flp 2,
Auferstehung, 16; -> 6). El uso constante del obvia la sospecha de que se trata de una inser- ra del templo durante la persecución (2 Mac 1,
9). La conexión del título de X'ÚQLO<; con la re-
aoristo muestra que aquí se piensa en una so- ción tardía (Oepke, 336; Riebl, 54s). En efec- 9.18; 10,6-8). Josefo (Ant XII, 325) la llama
surrección puede considerarse, por decirlo
la y única acción de Dios. (Esto no excluye la to, esta expresión se ajusta muy bien al tiempo «Fiesta de las Luces» (<Punu, interpretada por
así, como otra interpretación temprana del
posibilidad de que la reflexión teológica ulte- en que la resurrección de Jesús (no simple- Josefo como alusión a la «luz de la libertad»),
acontecimiento de Pascua (sobre la problemá-
rior tenga que interpretar esa acción divina mente el hecho de que ésta fuera conocida) se probablemente porque volvió a encenderse el
tica correspondiente, en el marco de la histo-
creadora como una acción que perdura y que asoció con el tercer día (cf. Mc 16, 9). fuego sagrado del templo (cf. 2 Mac 1, 18ss).
ria de las tradiciones, cf. Bultmann, Teología,
mantiene en el nuevo ser.) 89 y 127s; Schweizer, 87-108; Kramer, 61- Estaba prescrito que delante de cada casa lu-
J. Kremer
La frecuente referencia a la resurrección de 76; Hahn, 112-132; Wengst, 27-48; Vogtle- ciera una luz durante ocho días, bSab 21b. En
Jesús en forma de una construcción de parti- Pesch, 15-24; Lambrecht, 133-141): como el consonancia con ello, se sigue encendiendo
Resucitado que es, Jesús es el Kyrios, es par- EytQ(JI~, tro~, it egersis la acción de des- hoy día el candelabro de ocho brazos llamado
cipio (por ejemplo, Ó EYELQU<; 'tov X'ÚQLOV, 2 pertar, de levantarse
Cor 4, 14) sirve para confirmar la fe en el po- tícipe del poder de Dios (cf. Rom 8, 34), y a lfanukkti y se celebra la festividad como una
él se le atribuye una función como Salvador: -> eYElQw 6. popular fiesta de las luces.
der de Dios sobre la muerte (así lo vemos, por
ejemplo, en Rom 8, 11; Col 2, 12) o para de- una función que, según la fe del AT y del ju- Según Jn 10, 22 Jesús, que desde la Fiesta
finir de manera más precisa la fe en Dios daísmo, corresponde únicamente a Yahvé (cf. iyxá1tuo~, 2 egkathetos persona encar- de los Tabernáculos se encontraba en Jerusa-
(Rom 4,24; 1 Pe 1,21; Hech 5,30: «Dios de Hech 2, 21). Según 1 Tes 1, 10, forma parte gada de espiar* lén (cf. 7, 10), hallándose durante la Fiesta de
nuestros padres»). Con razón podemos ver en de la existencia cristiana, además del «servir a Lc 20, 20 (sustantivado): altÉo'tEtAUV Ey- la Dedicación en el «pórtico de Salomón»
ello una «variación cristológica» de la predi- Dios», el «aguardar a su Hijo, a quien él resu- xu'frÉ'to'U<;, «enviaron como espías». (10, 23), fue requerido por los judíos para que
cación que el judaísmo hacía de Dios: «Yahvé citó de entre los muertos, y quien nos salva se confesara claramente -¡por primera vez en
que vivifica a los muertos» (-> 4; cf. Schwan- del juicio de ira venidero». Esta salvación que el evangelio de Juan ante los judíos!- como el
corresponde a Dios, se realiza también -se- iyxatvu~, trov, tá egkainia Fiesta de la Mesías (v. 24). BHH 111, 1951 (bibl.); Haag,
tes, 72: Ó EydQu<; '!rjoo'Óv como un nuevo
gún Pablo- por el hecho de que el Resucitado, Dedicación del templo* Diccionario, 1910s (bibl.).
nombre de Dios). Esto indica que la fe en
como -> ow't'IÍQ, es partícipe del poder vivifi- En el NT el término aparece únicamente en H. Balz
Dios como el Señor sobre la vida y la muerte,
cante de Dios (1 Cor 15,45; -> 4) y puede dar !n 10, 22:, EyÉVE'tO 'tÓ'tE 'tu EyXULVLU EV 'tOL<;
enraizada en el AT y en el judaísmo, condujo
participación en su propia gloria (cf. Flp 3, IEQoooA'U[A.OL<;, «en esos días se celebraba en
a la Iglesia primitiva a interpretar la resurrec-
Jerusalén la Fiesta de la Dedicación». La fies- iyxalVt~ro egkainizo renovar, consagrar*
ción de Jesús, atestiguada por los apóstoles en 21). El reconocimiento del poder de salvar y Heb 9, 18: ~ ltQw't'Yj (6LU'fr'IÍX'Yj) ... EYXE-
vivificar (un poder propio de Dios) condujo a ta de los EyXULvLU (propiamente «renova-
virtud de su encuentro pascual con el Crucifi- xuívLa'tm, «el primer pacto no se consagró
Juan a atribuir la resurrección de Jesús a él ción»; en hebreo J:¡anukkti, «fiesta de la consa-
cado, como la resurrección obrada por Dios. sin derramamiento de sangre» (cf. Ex 24, 8);
Por tanto, la formulación «Dios resucitó a Je- mismo (la significación más profunda de graci?n», cf. Núm 7, 11 LXX; 3 Esd 7, 7 Eyxm-
VLO[A.O<;, Dt 3, 2 LXX EyXULVLU) se celebraba Heb 10, 20: ~v EVEXULVWEV ~[A.LV Móv, refi-
sús» y otras formulaciones por el estilo son EYELQW en el logion del templo en Jn 2, 19- riéndose al nuevo camino para entrar en el
secundarias -desde el punto de vista de la his- 22) y a emplear EYELQW en este mismo senti- desde el tiempo de los Macabeos en recuerdo
de la purificación y nueva dedicación del tem- santuario de Dios, abierto por la muerte sacri-
toria de las tradiciones- en comparación con do, al recordarse la resurrección de Lázaro ficial de Jesús.
la expresión él resucitó (cf. Cerfaux, 57; otra (12, 1.9.17; -> aváou'tuat<; 5). p~o por Judas Macabeo el día 25 de kisleu (no-
cosa piensa Kramer, 28s). Una ulterior refle- Viembre/diciembre) del año 164 a.c., tres años
xión condujo a atribuir la resurrección no 6. EYEºCJtS* puede significar tanto la ac- ~espués de la profanación del templo por An- iyxaxÉro egkakeo cansarse, desanimarse*
simplemente al poder de Dios (cf. Ef 1, 20), ción de despertar como la de levantarse (o re- tlO':O IV (cf. 1 Mac 4, 42-59, Ó EyxmVLa[A.o<; En el NT el verbo se usa siempre acompa-
sino a su ltVE'Ólw (Rom 8, 11; cf. Rom 6, 4 sucitar) (cf. Oepke, eYEQat<;, 336). Con arre- 'tO'U 'fr'UOLUO't'YjQío'U, v. 59; 2 Mac 1,7-9.18; 2, ñado de una negación, en las exhortaciones y
[-> Oó1;u]; Ef 1, 19s [-> EVÉQYEtU, -> LOX'Ú<;]). glo al difundido uso intransitivo de EydQw, 16; 10, 1-8; Josefa, Ant XII, 316-326). Según peticiones (Gál 6, 9; Ef 3, 13; 2 Tes 3, 13; cf.
El empleo de EydQw (en sentido transitivo) vemos que eYEQoL<; en Mt 27, 53 debe enten- 2 Mac 10, 5 el día de la Dedicación del tem- Lc 18, 1), refiriéndose a la actitud adoptada
plo coincidía exactamente con el día de la por Pablo mismo (2 Cor 4, 1.16).
1143 eyxuAéoo - eYXQá.ELU 1144 1145 1146

Bibl.: W. Grundmann, EyxQáTELU XTA., en ThWNT Clem 30, 3; 35, 2; 62, 2; 64; Bern 2, 2; Herm
EyxaAÉOl egkaleo censurar, acusar judi- fy xAl1f.ta , a'to;, 'tó egklema acusación* n, 338-340; F. MuBner, Der GalaterbrieJ, Freiburg i. [m] 8, lss) (cf. Schlier, 262).
cialmente, inculpar* Hech 23, 29: asLOv {}uvá'tO'U ~ &wftillv ... Br. 1974, 384-395, esp. 389; H. Schlier, Der Brief an
Se usa en sentido absoluto en Hech 19,38; Ey'JoGA"lftU, «una acusación que pudiera acarre- die Galater, GOttingen '1965, 247-264, esp. 262; A.
ar la pena de muerte o la de prisión»; 25, 16: Vógtle, Die Tugend- und Lasterkataloge im NT (NTA 4. Por lo que respecta a la densidad de
en voz pasiva acompañado de neQL, «ser acu-
XVI/4-5), Münster i. W. 1936, s. v. en el índice analíti- contenido de eY'JoGQut- en el ámbito del NT,
sado de algo» (Hech 23, 29; 26, 2.7), con anoAoyLu ... neQ!. tOU ey'JoGAlÍftutO;, «defen- co; Id., Tugendkataloge, en LThK X, 399-401.
simple genitivo seguido de neQL (19, 40); en hay que hacer distinción entre tres caracterís-
sa ... contra la acusación».
voz activa con &tá (23, 28); con xu'tá y geni- 1. Al campo léxico de eY'JoGQátetu (que se ticas diferentes de los enunciados:
tivo de persona (Rom 8, 33: «¿Quién acusará EyxOf.tpÓof.tm egkomboomai revestirse, deriva de la raíz 'JoGQUt-, y que expresa poder y a) En 1 Cor 9, 25 Pablo piensa en la auto-
a los elegidos de Dios?». (en sentido figurado) apropiarse firme- dominio) le corresponde gran importancia en disciplina funcional que se halla al servicio de
mente de algo* la ética filosófica del período griego clásico y un bien mayor. Emplea la imagen de la victo-
Eyxa'taAd1tOl egkataleipo dejar, abando- 1 Pe 5, 5: návtf::; &f aAAlÍAOL; t~V tunet- del período helenístico. El término y sus deri- ria atlética para referirse de hecho a la evan-
nar, dejar detrás de sí* vOCjlQoaúv1lv eY'JoGoftpwaua{}e, «revestíos de vados adquieren especial importancia en los gelización (cf. 1 Cor 9, 12.14.16.18.23) apos-
En el sentido de dejar con el matiz de aban- humildad en vuestro trato mutuo». escritos de Filón. También los esenios se sir- tólica (cf. 1 Cor 9, ls).
donar en Mc 15, 34 par. Mt 27, 46 en el cla- ven de él con predilección. eY'JoGQátetu se em-
plea de ordinario para referirse a todos los b) La idea griega y helenística de la virtud
mor lanzado por Jesús en la cruz, a tenor del EyX01tÍ], tí;, tí egkope obstáculo, impedi- apetitos del hombre, especialmente a los de se escucha en Hech 24, 25 (neQ!. &t'JoGatO-
Sal 21, 1 LXX; 2 Cor 4,9; 2 Tim 4, 10; Heb mento*
13, 5 (cf. Jos 1, 5 LXX); cf. también 1 Clem comer y beber, tener relaciones sexuales y ha- aúv1l; 'JoGu!. eyxQuteíu;) y en los catálogos de
1 Cor 9, 12: LVU ftlÍ ttvu ey'JoGon~v &OOfteV
33, 1; dejar detrás de sí, dejar que subsista en blar. eY'JoGQutlÍ; califica, por tanto, a la perso- virtudes de Gál 5, 23: ayá:n:1l, XUQá, fLQlÍV1l,
t0 fVUyyeALq>, «para que no pongamos obs-
Rom 9, 29; en el sentido de dejar solo, des- na que es libre, autónoma e independiente y ftUXQO{}'UftLU, XQ1latót1l;, ayu{}ooaúv1l, :n:La-
táculo alguno al evangelio». ThWNT I1I, 855-
amparar en Hech 2, 27 (ov'JoG eY'JoGu.UAeÍ'ljlet; que no se deja tentar ni se aparta de su cami- n;, nQuih1l;, eY'JoGQátetu; Tit 1, 8 (espejo
857.
't~v '\jJ'UxlÍv fto'U et; {i&1lv, cf. Sal 15, 10 no por cualesquiera seducciones. de obispos): CjltMseVOV, CjltAúyu{}ov, aWCjlQo-
LXX).31; dejar de (t~V btLa'Uvuyú)y~v Éu'U- vu, &L'JoGatOV, oatov, EY'JoGQUtfj; 2 Pe 1, 5-7:
tillv, [dejar de] congregarse») en Heb 10,25.
EyXÓ1t'tOl egkopto obstaculizar, impedir, 2. Si tenemos en cuenta la elevada frecuen- aQe'tlÍV ... yvillmv ... EyxQátetuv ... ú:n:OftO-
retener* cia del uso de eY'JoGQátetu en el pensamiento vlÍv ... fvaÉpfLuv ... CjltAU&eACjlLUV ... ayá:n:1lv
Pablo se vio impedido y no pudo realizar griego, nos sorprenderá el escaso uso que se (cf. Bern 2, 2; Herm [m] 8, lss).
Eyxa'tOlxÉm egkatoikeo vivir entre* determinados planes de viaje (Rom 15, 22; 1 hace de este término en la Biblia. En la LXX el
uv-
En 2 Pe 2, 8: &L'JoGatO; ey'JoGutOL'JoGOOV ev Tes 2, 18); a los gálatas se les impidió obede- vocablo aparece únicamente en unos cuantos c) Desde luego, los autores del NT no permi-
'toL;, dícese de Lot, «quien como justo vivía cer a la verdad (Gál 5, 7; en todos los casos pasajes de la literatura sapiencial de inspira- ten que su concepto de la eY'JoGQátetu se limite
en medio de ellos (entre los habitantes de So- con infinitivo); 1 Pe 3, 7: et; tO ft~ ey'JoGón- ción helenística (cf. Eclo 18, 30; 4 Mac 5, 34: a la idea helenística de la virtud (cf. Schlier,
doma y Gomorra)>>. tw{}at (e'JoG'JoGóntw{}at Textus Receptus) ta; abstinencia de los excesos sexuales y de otros 262; Vogtle, Tugendkataloge, 400; de otra
nQOaf'UXa; Úf,LOOV, «para que no estorbéis vos- excesos; Sab 8, 21: don de Dios). En los evan- manera piensa Grundmann, 340). Lucas habla
Eyxal.lxcioJtal egkauchaomai gloriarse, otros mismos vuestras oraciones»; en Hech 24, gelios del NT el término falta en absoluto. en primer lugar de «la fe en Cristo Jesús» y,
sentirse orgulloso* 4: LVU &e ft~ E:JtL nAeLÓV ae eY'JoGó:Jttú), el ver- sólo después, de «la justicia y la EyxQátetu»
bo Ey'JoGóntú) debe traducirse por retener, im-
2 Tes 1,4: wa'te uv'tOv; ~ftU; ev ÚftLV ey- 3. Por lo demás, en el NT el grupo de pa- (Hech 24, 24s). Pablo describe especialmente
'JoGu'Uxua{}at ('JoGu'Uxua{}at Textus Receptus), portunar: para no retenerte más, cf. el adver- labras con la raíz eY'JoGQut- aparece únicamen- la eY'JoGQá'tfLU (1 Cor 7, 9) como «un carisma
«de tal manera que nosotros mismos nos glo- bio a'Uvtóftú);, «brevemente», en el v. 4b; las recibido de Dios» (7, 7). En Gá15, 22s califi-
te 7 veces: el sustantivo, en Hech 24,25; Gál
referencias a la expresión Ey'JoGonov nOLÉú), ca él a la EY'JoGQátfLU como «fruto del Espíri-
riamos de vosotros ... ». 5,23; 2 Pe 1,6 (bis); el verbo, en 1 Cor 7,9;
«fatigar», Job 19, 2; Is 43, 23 (Bauer, War- tu». También el autor de la Carta segunda de
9,25; el adjetivo, en Tit 1, 8. Los testimonios
terbuch, s.v.; ThWNT I1I, 855 nota 1) no se Pedro hace que su exhortación a la práctica de
EyxEV't~í,~m egkentrizo injertar (ramas)* de Gálatas, Tito y 2 Pedro se hallan en el con-
ajustan al estilo retórico del texto. ThWNT
En el NT el término aparece únicamente en texto de catálogos de virtudes y designan pre- la virtud, el conocimiento, la EY'XQátetu, etc.
I1I, 855-857.
Rom 11, 17.19.23 (bis).24 (bis) en la imagen cisamente lo contrario de la --+ aaÉAyetU vaya precedida por la afirmación de que los
paulina del olivo silvestre (los cristianos gen- mencionada en los catálogos de vicios (cf. destinatarios han sido agraciados por Dios (l,
tiles) que es injertado en el olivo noble (Isra- Eyx~ci'tna, tí
a;, egkrateia dominio de sí Gál 5, 19). En todos estos ejemplos, EY'JoGQUt- 1-7). El imperativo que exhorta a practicar la
el; con et; en el v. 24a, o con dativo en mismo, templanza* se refiere en primer lugar a la continencia se- continencia y el dominio propio se funda en
el v. 24b; eVf'JoGeVtQLa{}"l; Ev uVto'i:;, fuiste eY'JoGQute'ÚOf,LaL egkrateuomai dominarse, xual, pero además los vocablos comprenden la promesa de la salvación concedida gratuita-
injertado entre ellas» en el v. 17). --+ aYQtÉ- contenerse* también positivamente, en sentido amplio, el mente en Jesucristo y én su Espíritu (cf. 1
AatO;. eyxQuti¡;, egkrates dueño de sí mismo* dominio de sí mismo y la disciplina (cf. 1 Clem 30, 3; 35, 2; 64).
1147 1148 1149 eyÓ:> 1150

5. El hecho de que los autores bíblicos Bibl.: R. Bultmann, Rom 7 und die Anthropologie es de importancia decisiva describir la idea da. La verdadera vid, la vida, el agua viva que
sean tan parcos en el uso de los vocablos de la des Paulus (1932), en Id., Exegetica, Tübingen 1967, subyacente en cada caso acerca de la revela- Jesús da, pueden ser confundidas con la vida
198-209; E. Kiisemann, Jesu letzter Wille nach Joh 17,
raíz eyxQu"t-, se basa en la convicción de esos Tübingen '1971, 1-64; W. G. Kümmel, Rom 7 und die ción, una idea que puede ser enteramente di- terrena, con el agua que mana del pozo (por
autores de que el estilo cristiano de vida no es Bekehrung des Paulus (Leipzig 1929), en Id., Rom 7 ferente, a pesar de que las revelaciones del Yo ejemplo, In 4, 10-16). Entonces se entiende
cuestión de ética autónoma, sino que debe en- und das Bild des Menschen im NT, München 1974, 1- suenen casi lo mismo. La clasificación que equivocadamente la revelación, porque se la
tenderse únicamente como una actitud de res- 160; U. Luz, Die Erfüllung deS Gesetzes bei Mt: ZThK hace Bultmann de las fórmulas de eyw d[!L es entiende en términos inherentes al mundo. La
73 (1978) 398-435; Id., Das Geschichtsverstiindnis
puesta al don previo de la salvación concedida des Paulus (BEvTh 49), München 1968, 158-168; G. problemática, porque reúne en una sola cate- verdadera vid es «verdadera», porque trae la
gratuitamente por Dios. Así que, evidentemen- Richter, Die Fleischwerdung des Logos im Joh: NovT goría diferentes concepciones acerca de la re- vida y no la muerte. El contraste implícito con
te, la eyxQ<Í"tELU les parecía a ellos que tenía 13 (1971) 81-126; 14 (1972) 257-276; L. Schottroff, velación (fórmula de presentación, fórmula la verdadera vid no es una supuesta vid, sino
únicamente un valor limitado como instru- Der Glaubende und die feindliche Welt (WMANT 37), de calificación, fórmula de identificación, la que trae la muerte. Juan, en esas imágenes
Neukirchen-Vluyn 1970,228-296; E. Schweizer, Ego
mento adecuado para dar expresión verbal a eimi (FRLANT 56), Giittingen '1965; E. Stauffer, Eyw,
fórmula de reconocimiento; sobre la fórmula y metáforas, no expresa críticas contra mitos
esta realidad. en ThWNT 11, 341-360; G. Strecker, Die Antithesen de reconocimiento en el evangelio de Juan cf. de fuera del cristianismo (por ejemplo, contra
H. Goldstein der Bergpredigt: ZNW 69 (1978) 36-72. Cf. más bi- infra). un mito del árbol de la vida, como piensa
bliografía en ThWNT X, 1064s. En el NT, el «Yo» en las palabras de revela- Bultmann, Johannesevangelium, sobre 15, 1)
ción se encuentra principalmente en el evan- o sobre sueños acerca de la vida soñados por
iyx~an:'Úo ..uu egkrateuomai dominarse, 1. En el NT el nominativo del pronombre
personal se usa casi siempre, lo mismo que en gelio de Juan, en el Apocalipsis y en los rela- los hombres. Bultmann argumenta, a partir de
contenerse
el griego clásico, para expresar un contraste o tos de epifanía. El Yo en las palabras esas ideas, que las palabras del «Yo soy», en
--+ eyxQ<Í"tELU.
para realzar algo. Encontramos, además, he- neotestamentarias de revelación es casi siem- el evangelio de Juan, deben entenderse como
braísmos en el uso de eyw (por ejemplo, Mc pre un Yo cristológico. En el NT encontramos «fórmula de reconocimiento», por medio de
iyx~a'tÍJ~, 2 egkrates dueño de sí mismo 12, 26; cf., a propósito, BlaB-Debrunner § raras veces una autorrevelación de Dios, cf. la cual Jesús se revela a sí mismo «como el
--+ eyxQ<Í"tELU. principalmente Ap 21, 6. Esperado y el Anhelado» ... «en contraste
277). En el NT el pronombre personal, em-
pleado en distintos casos, aparece 1.802 ve- En el evangelio de Juan, Jesús se revela en constantemente con la supuesta y falsa revela-
iyx~ívro egkrino equiparar, contar entre* ces, de las que 347 corresponden al nomina- sus palabras para decir lo que él es (eyw d[!L, ción» (ibid., 167s nota 2). Ahora bien, la vida
2 Cor lO, 12: eyxQ'LvaL ... ÉUu"tOv~ nmv tivo. La frecuencia del uso del pronombre es por ejemplo, 6, 35; 11, 25), de dónde viene tal como existe de hecho, la sed que se siente
"tiDv ÉUu"tOv~ <JuvL<nuvóv"twv, «(no nos atre- muy superior a la normal en el evangelio de (por ejemplo, 8, 42; 7, 29), lo que él da (por en esa vida, el agua que mana del pozo, el pan
vemos) a contarnos entre algunos que se reco- Juan (494 veces; en comparación: Mateo, ejemplo, 4, 14; 17, 14),10 que él habla y tes- que puede comerse, son para el evangelio de
miendan a sí mismos» (el verbo se emplea en 221 veces; Marcos, 107). Vamos a reunir tifica (por ejemplo, 6, 63; 5, 36), Y para decir Juan el plano de la confrontación crítica: todo
paralelo con <JuyxQ'LVaL, «comparar»). ahora textos en los que el «Yo» tenga espe- que él juzga al XÓ<J[!o<; (por ejemplo, 8, 16; 7, eso puede ser confundido con la verdad. Los
cial significación teológica. 7; 16, 30). El contenido de su revelación es, milagros de Jesús pueden ser confundidos con
por un lado, su relación con el Padre y, por el acciones intramundanas de multiplicar los pa-
iyx~'Ú3t'tro egkrypto ocultar, mezclar* otro lado, el don salvífico destinado a los nes. Todo el evangelio de Juan está lleno de
2. En casi todas las religiones hay ejem-
En Mc 13,33 par. Lc 13,21 dícese de la le- hombres, los cuales, ante la revelación, se de- relatos en los que hay malentendidos en que
plos en los que el que se revela se presenta a
vadura que una mujer mezcló (evéxQu'\jJtv) ciden por la salvación o por la perdición. El se confunde el pan con el pan (capítulo 6), el
sí mismo en el discurso revelador con unas
con tres medidas de harina. don salvífica, que se hace eficaz en la revela- agua con el agua (4, 10-16), el ver con el ver
palabras en las que aparece el «Yo», por
ejemplo, en Gén 17, 1: «Yo soy el Dios todo- ción, se expresa en el evangelio de Juan por (capítulo 9), la fe con la fe (20, 24-29). Para
fyX"O~, 2 egkyos encinta* poderoso», o, en un ámbito religioso comple- medio de numerosos conceptos soteriológicos el evangelio de Juan, la verdadera salvación
En Lc 2, 5 dícese de María 01)<J'[] eyxvq¡, tamente diferente, la presentación que hacen y de imágenes muy gráficas: el Revelador es está más allá de la realidad. La fe ayuda a ver
«que estaba encinta». de sí mismos los profetas sirios: «Yo soy «la verdadera vid» (15, 1.5), «el pan de la vi- hasta el fondo la realidad y a mantenerla ale-
Dios» o «hijo de Dios» o «espíritu divino» da» (6, 35; cf. 6,41.48.51), «la luz del mun- jada de uno mismo.
(Orígenes, Cels VII, 8 y 9). La revelación del do» (8, 12; cf. 12, 46), «la puerta» (10, 9.7),
iYX~íro egchrio untar* «el buen pastor» (10, 11, 14), «la resurrección La problemática histórico-religiosa y la proble-
Yo está tan difundida, que no se pueden sacar
Ap 3, 18: XOAAOVQLOV eYXQ'L<JaL "tOv~ o!p- y la vida» (11, 25), «el camino, la verdad y la mática literaria del evangelio de Juan se hallan
t}UA[!OV<; <JOU, «colirio para untar tus ojos». conclusiones históricas o teológicas de los
paralelos que existen en general en la historia vida» (14, 6). estrechamente relacionadas la una con la otra. La
En el fondo, todos estos conceptos e imáge- estructura gnóstica de las palabras de revelación
de las religiones sobre palabras de revelación del evangelio de Juan es relativamente indiscuti-
iyro ego yo del Yo (una extensa recopilación de materia- nes expresan lo mismo: que en las palabras da. Lo que se discute es el alcance y la índole de
1. Generalidades - 2. El «Yo» en los discursos de les puede verse en Schweizer; cf. también del Revelador se revela el Hijo, y que en esa la cristianización de concepciones gnósticas.
revelación - 3. «Pero yo os digo» en las antítesis del R. Bultmann, Johannesevangelium lO [KEK], revelación se decide la salvación y la perdi- Bultmann piensa que palabras gnósticas pre-joá-
Sermón de la Montaña - 4. El «Yo» en Rom 7. 168s). Para comprender la revelación del Yo ción del hombre. Aquel que cree, tiene la vi- nicas fueron interpretadas cristianamente por el
1151 eyÓJ 1152 1153 eyÓJ 1154

evangelio de Juan: la gloria del Revelador (origi- parte del Estado, que reclama para sí dignidad En ella es donde se realiza el «cumplimiento» de tro que enseña cuál es la voluntad de Dios;
nalmente gnóstico) solamente puede contemplar- divina. El vidente ve ya en la revelación la la ley (S, 17). Para Mateo, la vida de Jesús es aquí Jesús interpreta la Torá. La legitimidad
se, según Juan, a través de la aáQ~ de Jesús, so- próxima victoria de Dios y de Cristo y el cumplimiento de la profecía del AT (por ejemplo,
lamente en la paradoja, en el escándalo de la de su interpretación se basa en la importancia
mundo nuevo. 1, 22), la acción de Jesús (y de los discípulos) es
encarnación. Para Kasemann (cf. especialmente del mandamiento del amor. Podernos utilizar
cumplimiento de la voluntad de Dios (por ejem-
pp. 6ls), la encarnación, de la que se habla en Jn plo, 7, 21), es decir, de la Torá, y también las en- Mt 22, 36-40 corno clave hermenéutica para
1, 14, no es una humillación, y por tanto la com- 3. Se discute si la formulación de las antí- señanzas de Jesús (por ejemplo, 7, 29) son inter- interpretar Mt 5, 21-48.
prensió~ del ~evelador se acerca a la de la gnosis tesis en Mt 5,21-48 se remonta al Jesús histó- pretación, es decir, cumplimiento de la Torá. Su
(<<docetismo mgenuo»). Richter hace distinción rico o si tiene corno autor al evangelista. interpretación de la Torá es interpretación legíti- 4. Como resultado de la historia reciente de
entre un texto joánico básico y una elaboración ma frente a la interpretación farisaica de la Torá, las investigaciones (cf. especialmente Kümmel y
antidocetista post-joánica, a la que hay que atri- Si las antítesis se remontan a Jesús, entonces basada en la casuística, y que debe rechazarse Bultmann), en la interpretación de Rom 7 pode-
buir, por ejemplo, 1, 14-18. hay un problema, difícil de resolver, que consiste (aunque no fundamentalmente) (por ejemplo, 12, mos partir de algunos deslindes negativos. El
en determinar hasta qué punto Jesús se entiende a «yo» no se entiende en sentido biográfico indivi-
7). La práctica de Jesús (y de sus discípulos) es,
En los relatos de epifanía (por ejemplo, las sí mismo frente a la Torá de Moisés. (Por ejem- dual (Pablo antes de su conversión), pero tampo-
en contraste con la práctica de los fariseos, la jus-
visiones de vocación) del NT, lo mismo que plo, «las palabras eyili OE Myw reclaman una au- co como el «yo» de los judíos, tal como ellos se
ticia mejor (5,20). La mejor calidad de la justicia
toridad que rivaliza y se enfrenta con la autoridad
en otras religiones, la revelación del eyw tie- de Moisés», así se expresa Kasemann, Versuche 1,
y de la interpretación de la ley efectuada por Je- entienden con respecto al VÓfW¡:;. La autocom-
prensión de un judío o de Pablo en su pasado se
ne un lugar fijo. El ser divino, al revelarse, se sús se relaciona íntimamente con la importancia
206. Es diferente la opinión de Braun, Spiitjü- expresa más bien en Flp 3, 6. La ocasión para tal
que tiene en la Torá el mandamiento del amor.
presenta a sí mismo ante quien recibe la reve- disch-hiiretischer und frühchristlicher Radikalis- interpretación no correcta la proporciona espe-
mus 11, Tübingen 1957, 9s: «Siempre que el eyili Precisamente Jesús es «Señor del sábado» (12, 8)
lación (por ejemplo, «Yo soy Jesús», Hech 9, Y se halla por encima de la Torá, porque interpre- cialmente Rom 7, 7-12.
5; cf. 22, 8; 26, 15) Y da un encargo a quien OE My~ ú¡.tlv es literariamente primario, enton- Además, el conflicto del que se habla en Rom
ces no mtroduce un mayor rigor en la Torá». Es ta la Torá por medio del mandamiento del amor
recibe la revelación (por ejemplo, «Tú has de (como mandamiento que es de la Torá). 7, 14-25, no es un conflicto ético del «yo». En la
decir, Jesús radicaliza la Torá, pero no en una diferencia existente entre {h',AHV y JtQáaaELv, no
ser testigo suyo ante todos los hombres» proclamación fundamental, sino de una manera Esto es precisamente lo que sucede en las antí-
tesis. La prohibición de matar se interpreta como se trata -al menos, no se trata primordialmente-
Hech 22, 15) o le trasmite un mensaje (po; no fundamental, en un «caso por caso»). La pri- de la acción ética, porque el resultado del JtQáa-
mera, segunda y cuarta antítesis, que son material precepto que exige la reconciliación. La prohibi-
ejemplo, Lc 1, 19; Mc 6,50 par.). El hecho de ción del adulterio encierra también, para Mateo, aELV es la muerte y el objetivo del 1'tÉAELV es la vi-
que surjan también falsos profetas y mesías peculiar de Mateo, son atribuidas al Jesús históri- da. JtQáaaELv es equivalente a xa'tEQyá1;w1'tm,
co por los propugnadores de la autenticidad. En la prohibición de la mirada dirigida con malos de-
con la pretensión reveladora basada en el eyw lo que respecta a la tercera, quinta y sexta antíte- seos, y esto último lo considera Mateo como un «obrar» (cf. especialmente 7, 17). Tampoco el
conflicto debe entenderse en términos psicológi-
dllt, es en Mc 13,6 una señal de la confusión sis, está claro por el paralelo de Lucas que la for- quebrantamiento de la ayáJtT). El mandamiento
de extender un certificado de divorcio debe se- cos, porque la experiencia subjetiva del conflicto
que ha de existir al fin de los tiempos. ma antitética se añadió sólo de manera secundaria sigue estando en primer plano. En enunciados de-
guir observándose ahora igual que antes, pero
Eleyw del revelador tiene importancia cen- (para más información sobre el debate acerca de
la autenticidad cf. Strecker). con la consecuencia de que el divorcio y el se- cisivos Pablo abandonará precisamente el plano
tral en el Apocalipsis. En una epifanía de vo- gundo matrimonio deben practicarse sólo con de la subjetividad: «Así que ya no soy yo el que lo
En el contexto literario de Mateo las antítesis hace, sino el pecado que vive en mí» (7, 17.20).
cación (Ap 1, 9-20), el Cristo exaltado hace s~ pueden interpretar clarísimamente, indepen- limitaciones, en determinados casos. La prohibi-
ción de los perjurios significa, según la interpre- La designación del conflicto como «transubjetivo»
un encargo a Juan y le revela: «Yo soy el Pri- dientemente de la actitud que se adopte en la (Bultmann, 201s y 208s; cf., a propósito, especial-
mero y el Ultimo y el que vive» (Ap 1, 17s). cuestión sobre la autenticidad y de la manera en tación de Jesús, que en el lenguaje cotidiano no
mente, E. Kasemann, An die Romer 3 [HNT], 195)
En las cartas dirigidas a las siete iglesias, la que se conciba el proceso de formación de la tra- hay que emplear fórmulas de juramento. Aquí el
es una designación adecuada al carácter del peca-
dición que condujo finalmente a la forma actual mandamiento del amor a Dios es el principio que
revelación de Cristo se expresa primeramente do como poder. Tampoco el conflicto debe enten-
del texto. Mateo opina que la Torá ha de obser- guía la interpretación de la Torá. La limitación de
en tercera persona ('táce A.Éyet, por ejemplo derse con arreglo a las ideas de una antropología
varse enteramente; que ningún mandamiento de- la venganza de sangre en la ley del talión (<<ojo
en 3, 14), pero luego habla Cristo en directo dualista. La intención de Pablo no es describir
be abolirse (Mt S, 17-19). Esto no significa para por ojo ... ») hay que ampliarla más todavía: no
una doble determinación -por un lado, por obra
(por ejemplo en 3, 21). El Cristo celestial que él que, en caso de conflicto, cuando un manda- hay que devolver el golpe; hay que renunciar por del cuerpo y su mundo corporal y, por el otro la-
se revela a sí mismo en el Apocalipsis es co- miento d.e la Torá se encuentra en pugna con otro completo a la venganza. La verdadera interpreta- do, por obra del hombre auténtico, que se halla
mandamiento, no se pueda quebrantar incluso un ~ión del mandamiento del amor exige que se ame
rno Dios (2, 8; 22, 13; cf. 21, 6; 1, 8). La so- como extraño ante el mundo y su cuerpo-. Preci-
mandamiento de la Torá. El mandamiento del mcluso a los enemigos. Puesto que Mateo aquí, samente expresiones como eaw av1'tQwJto¡:; (v.
lemne revelación de Dios y de Cristo tiene amor debe prevalecer, por ejemplo, sobre el man- en la sexta antítesis, parte del mandamiento del
importancia central. Dios se revela en ella co- 22), aUQxLvó¡:; (v. 14) o lo que se dice en el v. 23
damiento del sábado (Mt 12, 1-8). amor al prójimo, suponemos que en el manda- dan ocasión para esta interpretación. Pablo ve el
rno el Soberano de toda la historia, y Cristo Las antítesis del Sermón de la Montaña, en el miento del amor a los enemigos él piensa concre- conflicto en términos más radicales. El aUQxLvó¡:;
corno el Juez que ha de venir pronto (22, 12s; c?~texto de Mateo, no significan ninguna abroga- tamente en hechos como los que se exponen en es el hombre entero. «Yo» y aáQ~ son idénticos
cf. 1, 7 Y passim). De esta revelación brota la c~on ?e la ley. El m~ndamiento de Jesús no deja Mt 25,31-46, es decir, en obras de amor que de- (v. 18). Junto a la existencia como marioneta del
amenaza contra aquellos que aman la mentira sm vigor el mandamiento de Moisés citado ante- ben ~ealizarse incluso con los enemigos de la co- pecado, no hay ninguna otra verdadera identidad a
riormente; de lo contrario, ¡Jesús efectuaría el mumdad, con los perseguidores. la que uno pudiera retirarse, como sucede en los
y adoran a la bestia, y también el consuelo pa- AÚHV, contra el cual Mateo se expresa tan clara-
ra los cristianos afligidos: Dios es el Sobera- conceptos dualístico-gnósticos de la revelación.
mente, en. M~ 5, 17-19! Por tanto, entre la tesis y 'Eyili 6f. A.Éyw ÚllLV significa, por tanto: Por el contrario, el radicalismo del concepto del
no incluso en el tiempo de persecución por la antItesls tiene que haber una relación positiva. aquí Jesús es el Maestro de la Torá, el Maes- pecado en Pablo se entiende incluso mejor, cuan-
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san en sentido positivo o en sentido crítico xui. Ó 'tEA,WVl]<;, «considéralo como al gentil y
do lo contemplamos como opuesto críticamente a Ebmpt~ro edaphizi5 dejar a ras del suelo, una intención; cf. Bauer, Worterbuch, S.V. La al publicano» (¡en contraste con los miembros
la gnosis. destruir totalmente* traducción de este término por «culto divino
En la interpretación de Rom 7, junto a tales de la comunidad!); 3 Jn 7: aJto 'tWV fftvLXWV
deslindes negativos que son importantes para la Dícese en Lc 19,44 de la destrucción de Je- arbitrario» inserta un componente crítico que (fftvwv Textus Receptus), «de manos de los
comprensión, hay que tener en cuenta también rusalén por sus enemigos: fCluqJLOVOlV 010 no corresponde a los dos sustantivos paralelos gentiles».
que Pablo era una persona en una situación hi.stó- xui. 'ta 'téxvu 00'0 fv OOl, «y te destruirán to- (fftEf...oftQl']OXlU y 'tuJtELvoepQooúvl']). Se ha-
rica concreta, y que sus cartas eran comprendidas talmente, y a tus hijos dentro de ti». ce referencia, por tanto, a actos de culto reli-
por personas concretas; por eso, habrá que refle- gioso adoptados voluntariamente, que en ge- i-3VlXro~ ethniki5s (adv.) como gentil o pa-
xionar sobre la conexión que existe entre Rom 7, neral son tenidos por cosa sabia y prudente,
7-25 Y las experiencias de personas que vivían en lfbmpo;, o\)~, tó edaphos suelo* gano*
Hech 22, 7: fJtwá 'tE d<; 't0 fClUepO<;, «y pero que en realidad carecen de valor y no ha- Gál 2, 14: eL.. fftVLXW<; xui. ouXi. '10'0-
el Imperium Romanum (cf. especialmente Luz,
cen más que proporcionar satisfacción a una 6u'ixw<; ~ft<;, «si... vives como gentil y no co-
Geschichtsverstiindnis, 162 nota 101). caí al suelo».
actitud carnal, porque los creyentes han muer- mo judío».
to con Cristo a tales ordenanzas mundanas; cf.
El «yo» de Rom 7, 7-25 es el «yo» del ÉbQaio~, 3 (2) hedraios flrme, constante* E. Schweizer, La Carta a los colosenses, sub
hombre irredento, del esclavo del pecado. 1 Cor 7, 37: fv 'tft XUQCllQ. ... E6QaLo<;, <<fir- loco, nota 437. ThWNT I1I, 159. lf-3vo~, o\)~, 'tó ethnos pueblo, nación; en
Tiene ansias de vida y produce la muerte. El me ... en el corazón»; 15, 58: E6QULOL ylVW- H. Balz plural, los pueblos, las naciones; los gen-
pecado se sirve del anhelo de salvación, lo ftE, «estad firmes», junto a a.¡.tE'tUXlVl']'tOL,
mismo que se sirve de la ley. La intención de tiles
«inconmovibles»; Col 1, 23: EL yE fJtL¡.tévE'tE
la leyes la vida, pero el poder del pecado per- 'tft JtlO'tEL 'tEftE¡.tEf...LO)¡.tévOL xui. EClQULOL xui. Ei}ÉJ"ro etheli5 querer l. Aparición del término en el NT - 2. I!frvoC; =pue-
vierte de hecho la ley. Rom 7,7-13 habla del ¡.tiJ ¡.tE'tUXLVOÚ¡.tEVOL... , «si en verdad perma- ---+ ftéf...O). blo (en general) - 3. TU I!{}vll = los gentiles (a diferen-
instrumento especial del pecado, que es la To- cia de los judíos) - a) Presupuestos que se dan en esta-·-
necéis en la fe firmemente establecidos y cons- manera de hablar - b) Logia de Jesús - c) Pablo - d) los
rá, mientras que Rom 7, 14-25 amplía el mis- tantes, sin moveros ... ». ThWNT 11, 360-362; E-3t~ro ethizi5 acostumbrar* Sinópticos - 4. TU I!frvll = los paganos (a diferencia de
mo tema para referirse no sólo a la existencia X, 1065 (bibl.). los cristianos).
Lc 2, 27, participio de perfecto de la voz
del judío que tiene la Torá, sino también -en
pasiva, empleado como sustantivo: xu'ta 't0 Bibl.: G. Bertram-K. L. Schmidt, E1'tvoC; ,)!.TA., en
términos más generales- a la situación del ThWNT II, 362-370; P. Christian, Jesus und seine ge-
hombre como condenado en un sentido glo- MQ(úro .... a, a'to~, 'tó hedraii5ma funda- dftLO¡.tévov 'tOV vó¡.to'o, «según lo acostum-
ringsten Brüder (EThS 12), Leipzig 1975 (bibl.); R.
mento* brado en la ley».
bal. El radicalismo de la esclavización con Dabelstein, Die Beurteilung der 'ReMen' bei Paulus
respecto al pecado se hace patente ante la li- 1 Tim 3, 15 (en sentido figurado) E6QUlo)- (Beitrage zur biblischen Exegese und Theologie 14),
¡.tu 'tij<; a.f...l']ftdu<;, «fundamento de la ver- Frankfurt a. M. 1981; J.-C. Fredouille, ReMen, en RAC
bertad que Cristo significa para nosotros, lo E-3váQXl);, O\), Ó ethnarches etnarca, so- XIII, 1113-1149; J. Friedrich, Gott im Bruder? (CThM
mismo que en la gnosis el encarcelamiento dad». berano* 7), Stuttgart 1977; H.-W. Gensichen, Reidentum, en
del «yo» se hace visible en presencia de la re- En 2 Cor 11, 32: Ó fftváQXl']<; 'AQé'tu 'tov TRE XIV, 590-601; F. Hahn, Das Verstiindnis der Mis-
velación. Adán está encarcelado en la prisión 'E~EXta~, O\) Hezekias Ezequías* ~uOLf...éO)<;, dícese del etnarca (literalmente sion im NT(WMANT 13), Neukirchen-Vluyn 1963; M.
del cuerpo; escucha el llamamiento para que Nombre de un rey de Judá (2 Re 18, 1), «gobernador del pueblo») nombrado por el Hengel, Die Ursprünge der christl. Mission: NTS 18
(1971-1972) 15-38; Id., Zwischen Jesus und Pis: ZThK
despierte del sueño. «y él lloró y derramó mencionado en Mt 1, 9.10 como hijo de Acaz rey nabateo Aretas para gobernar la región de 72 (1975) 151-206; J. Lange, Das Erscheinen des Auf-
amargas lágrimas» y pregunta: «¿De dónde y padre de Manasés. Damasco; debe traducirse preferentemente erstandenen im Ev. nach Matthiius (FzB 11), Würzburg
me viene esta esperanza, mientras me hallo por gobernador. ---+ 'AQÉ'tu<;. BHH l, 446; E. 1973,295-301,377-379; U. Wi1ckens, Gottes geringste
encadenado en prisión?» (M. Krause-P. Labib A. Knauf, Zum Ethnarchen des Aretas 2 Kor Brüder - zu Mt 25, 31-46, en FS Kümmel, 363-383. Cf.
i-3Elvo-3Ql)(JXta, a~, ÍJ ethelothreskia más bibliografía en ThWNT X, 1065s.
[eds.], Die drei Versionen des Apokryphon des culto elegido por uno mismo, culto adi- 11,32: ZNW 74 (1983) 145-147; Haag, Dic-
Johannes im koptischen Museum zu Alt-Kai- cionario, 637. 1. En el NT el término aparece 162 veces;
cional*
ro, Wiesbaden 1962, 197 [Codo 11, p. 31]). El En el NT el sustantivo aparece sólo en Col de ellas sólo 32 veces en singular (13 veces
«yo» de Rom 7, 7ss (que también posee ras- 2, 23, en un contexto en el que se rechazan las E-3VlXÓ~, 3 ethnikos gentil, pagano* en sentido general, 18 veces refiriéndose a un
gos de Adán, especialmente en 7, 7 -12) clama ordenanzas mundanas (O'tOLXELU 'tOV xóo- pueblo determinado, 1 vez refiriéndose al mun-
En el NT se emplea tan sólo sustantivada-
deseando la libertad, y este clamor no sólo es ¡.to'o, V. 20; cf. vv. 21s), de las que se dice: mente: Mt 5, 47: oL fftVLXOl ('tEf...WVaL Textus do cristiano). De las 130 veces que el término
escuchado por los liberados. Pablo interpreta, f...óyov ¡.tEv fXOV'ta OOeplU<; fV fftEf...OftQl']O- Receptus), los gentiles (en oposición a los ju- se halla documentado en plural, 35 emplean
al mismo tiempo, para Jos esclavizados las ')tlQ. ')tui. 'tUJtHVOepQOOúvn xui. aepELOlQ. díos, pero situados al mismo tiempo junto a eftvl'] sin artículo; pero aun en la mayoría de
experiencias de impotencia que ellos tienen y (J(ó¡.tu'to<;, «aunque tienen fama de sabiduría los judíos), cf. 6, 7; en 18, 17 dícese de quie- esos casos el término se refiere a gentiles (---+
la situación en que se encuentran, y les mues- por practicar un culto divino elegido por uno nes no quieren escuchar las exhortaciones de 3), lo cual supone una diferencia cualificativa
tra una esperanza. mismo y por la humildad y la disciplina del la comunidad: fO'tO) OOL ChOJtEQ o fftVLXO<; entre (o) -, f...uó<; y ('ta) fftVl'].
L. Schottroff cuerpo ... ». Los compuestos de fftéf...o- expre-
1159 e'frvo<; 1160 1161 e'frvo<; 1162

2. En sentido neutral (pueblo, sin especial 373-415, esp. 41Oss). En tiempos del NT se en- ción al reino de Dios, proclamado por Jesús, TU e'frvY). Así que Abrahán, para Pablo, no es ya
valoración teológica del concepto) E{}VO~ cuentra ya bastante consolidada la distinción ter- entonces Dios hará que «otros» -es decir, los el padre del pueblo judío, sino de todos los cre-
aparece principalmente en singular, por ejem- minológica según la cual 'am designa al «pue- gentiles- se sienten a la mesa juntamente con yentes, procedan de los judíos o de los gentiles
blo» de Dios y góyim designa siempre a los Abrahán, Isaac y Jacob (Mt 8, l1s par.; cf. ya (Rom 4,9-18). Para esta convicción Pablo se ba-
plo, cuando Pablo -en los discursos de He-
«pueblos» o personas de fuera de Israel, es decir, sa en Gén 17,5. La parte principal de la Carta a
chos- se designa a sí mismo como miembro a los «gentiles». Más tarde, el lenguaje rabínico la amenaza de Juan el Bautista, Mt 3, 9 par.).
los romanos (capítulos 1-11) está dedicada a de-
«de su pueblo» (Hech 24, 17; 26, 4; 28, 19), o emplea incluso el singular góy (propiamente mostrar que, para Dios que justifica a los impíos,
El hecho de que Jesús se haya dirigido directa-
cuando otros hablan del pueblo judío como un «pueblo») para referirse a un individuo que no es mente a algunos gentiles aislados, se presenta ex- no existe diferencia alguna entre judíos y genti-
E{}vo~ entre otros (Lc 7, 5; 23, 2; Hech 10, judío. Por lo general, el empleo de este término presamente en la tradición sinóptica como una les. De ahí nace para Pablo, entre otros, el grave
22; 24, 2.10). Aquí hay que mencionar tam- lleva consigo una valoración: a los «pueblos» se excepción (Mc 7, 25-30 par.; Mt 8, 5-13 par.). Pe- problema de enjuiciar la ley mosaica (Rom 7 y
bién las 5 veces que este término aparece en los considera como los que viven alejados de ro desde esta apertura ocasional de Jesús a los passim; -+ VÓ'lO<;), que él no duda en absoluto
Dios y que son incluso hostiles a Dios. Y, en todo gentiles no hay más que un pequeño paso hasta que procede de Dios.
el evangelio de Juan (11, 48.50.51.52; 18,35)
caso, se los mira como a los que no han sido ele- aquella actitud básica de Jesús por la cual él pro-
e igualmente también en Mc 13, 8 par. gidos por Dios. Según las ideas rigurosas de los Pero, a pesar de las promesas especiales he-
mete el reino de Dios a los «pobres» (-+ :rr;TWXÓ<;)
Es importante que Lucas, en enunciados fariseos, el contacto con ellos produce impureza y a los «publicanos y pecadores», es decir, a chas a Israel y atestiguadas en la ley, Pablo se
fundamentales, considere a todos los pueblos (cf. todavía la protesta de los enviados de Santia- aquellas personas que en el aspecto religioso eran atiene firmemente a la tesis formulada ya en
de la tierra como igualmente creados por go a Antioquía, Gál 2, 12). consideradas por los fariseos como iguales que Gál 3, 28: en Cristo no hay ya diferencia entre
Dios. Así lo hace, por ejemplo, en el discurso los gentiles; esto se aplica también a los samari- judío y «griego» (aquí = «gentil»); cf. Rom
del Areópago (Hech 17, 26) -que se halla La aceptación espontánea de esta manera tanos, a quienes Jesús no considera como exclui-
11, 30-32, donde se recoge la idea de Rom 3,
dentro de la tradición judía helenística- y en judía de expresarse aparece algunas veces en dos del reino de Dios (Lc 10,30-37; 17, 12-19).
19s.23 y se saca la conclusión de todo el estu-
pasajes como Hech 10, 35 Y 2, 5. De la misma la tradición sinóptica: Mt 6, 32 par. Lc 12, 30 dio comenzado en Rom 1, 18. Con esto Pablo,
manera que «todos los pueblos» proceden de (cf. e{}WltOL en Mt 5, 47 y 6, 7) y probable- 3. c) En Pablo, 'tu e{}v'l1 son clarísima-
partiendo del evangelio de Cristo (no de un
uno solo (en 17, 26 :rr;a.v 'to E{}VO~ no debe mente también en Mc 10,42 par. mente <<los gentiles» en el sentido de la termi-
enfoque más bien cosmopolita, como el de al-
entenderse como si «la humanidad fuera un nología judía: «No conocen a Dios» (1 Tes 4,
gunos judíos helenistas al estilo de Filón),
solo pueblo»), así también la predicación de La LXX traduce 'am principalmente por Aaó<;, 5); el que pertenece (o pertenecía) a ellos es
trasformó la división -basada teológicamen-
Cristo debe dirigirse a todos los pueblos (esta y góy por e'frvo<;; en algunas ocasiones, la dife- (o era) «pecador» (Gál 2, 15; cf. 1 Cor 5, 1;
renciación terminológica entre Aaó<; (aplicado al te- entre judíos y gentiles, y que él mismo ha-
misma idea se encuentra expresada ya ejem- 12, 2). Pero Dios no es sólo el Dios de los ju-
pueblo elegido) y e{}vY) (aplicado a los «genti- bía aprendido por tradición, en una idea de
plarmente en el sermón de Pentecostés; com- díos, sino también de los gentiles (Rom 3,
les») se lleva a cabo más consecuentemente que coexistencia e incluso de compañerismo. Por
párese Hech 2, 14 con 2, 5), y los habitantes 29), y Pablo tiene plena conciencia de haber
en el texto hebreo. Esta elección de los términos de pronto, la tesis inicial de Romanos (1, 16)
de todos los pueblos deben acercarse por se acerca a la mente de los griegos en el uso de su sido llamado por Dios para proclamar el asocia a judíos y a «griegos» (= «gentiles»)
igual a Dios (10, 34 como foco del capítulo lengua, por cuanto existía la tendencia, posible- evangelio de Cristo precisamente a los genti- en un sentido aditivo (cf. 9, 24, etc.; 1 Cor 1,
10). - Pero en otros pasajes Lucas emplea mente ya desde Aristóteles, a emplear la expre- les (Gál1, 16; 2, 2; Rom 1,5; 15, 16-18, etc.). 23s). Esta idea -fundamentada en la cruz de
también la terminología, de impronta judía, sión e'frvY) (o e{}vo<;) para designar a <<los otros» Este encargo lo atribuye él directamente a la
pueblos, a diferencia de los "EAAY)VE<; (cf. Lid- Cristo- de una «humanidad universal» tuvo
que hace distinción entre judíos y gentiles. revelación que Dios le hizo de que Jesús, a que aparecer a los genuinos judíos como el
dell-Scott, s.v.), adquiriendo entonces la expre-
El Apocalipsis sitúa varias veces el término quien él había perseguido hasta entonces, es abandono blasfemo de la elección divina de
sión un tono ligeramente peyorativo y aproxi-
E{}VO~ en una misma serie con A.UÓ~, <pUA.~ y mándose al significado de ~áQ~aQoL. En la el Señor (Gál 1, 15s). Israel. Esto ocasionó a Pablo constantes im-
yA.waau, sobre todo en enunciados hímnicos LXX, como es natural, el juicio se formula desde Con esto Pablo entró en aquella dirección del pedimentos en su trabajo y le proporcionó
(5,9; 7, 9; 14,6, etc.); así, por ejemplo, se di- el punto de vista de los judíos. Y, así, para el ju- cristianismo primitivo que había adoptado la de- constantes persecuciones por parte de los ju-
ce que todos los pueblos sin distinción que- dío (de aquel entonces), tanto los "EAAY)VE<; como cisión más trascendental de los primeros tiempos: díos (1 Tes 2, 16; cf. Hech 17, 5ss; 18, 12ss;
dan bajo el juicio y la gracia del único Dios. los ~áQ~aQoL quedaban incluidos en el concepto la de llamar también a los «gentiles» a la comu-
genérico de nI e'frvY) (Rom 1, 14 i después de 1, 20,3; 21, 19-22.27s, etc.).
Por tanto, en pasajes del Apocalipsis donde la nión del seguimiento de Cristo, sin exigirles que
13!); en otros pasajes, Pablo utiliza casi como si- pasaran a través del camino del judaísmo (acep- Las cartas de la escuela paulina se adhieren
expresión 'tu E'frv'l1 aparece sola, no habrá que nónimos los términos TU e'frvY) y "EAAY)VE<;. a la presentación de la figura de Pablo como
tando la circuncisión, etc.). A causa de este prin-
traducirla por «los gentiles» (una excepción, cipio revolucionario, Pablo había perseguido du- el «apóstol de los gentiles» (Col 1, 27; Ef 3,
tal vez, 11,2); evidentemente, para el Apoca- 3. b) En los logia de Jesús el término ('tu) ramente a las comunidades cristianas de Siria. Y 1-10; 1 Tim 2,7; 2 Tim 4,17; la adición de
lipsis carece ya de importancia la división de E'frv'l1 no ha adquirido todavía el nuevo acen- ahora adopta él mismo esa posición y profundiza Rom 16, 26). Sobre todo la Carta a los efesios
la humanidad entre judíos y gentiles. constantemente en ella, reflexionando sobre la (2, 11-18) hace hincapié en la solidaridad que
to. No obstante, Jesús, en una seria adverten-
idea básica de que Dios justifica -sin las obras de
cia dirigida a su propio pueblo, pone como la ley- a los pecadores e incluso a los «enemi- tienen -en pie de igualdad- dentro de la Igle-
3. a) El uso de e{}vo<; o (tu) e'frvY) en el NT
ejemplo a algunos gentiles o a ciudades o gos». En Gál 3, 8 estudia exegéticamente la pro- sia de Jesucristo los que antiguamente habían
se halla determinado primordialmente por el uso
judío de esta expresión, un uso que se abre ya ca- pueblos paganos (Mt 8, 10 par.; Mt 11,20-24 mesa hecha a Abrahán (Gén 18, 18) de que él sería sido judíos y gentiles (a todos los cuales se di-
mino en el AT (cf. A. R. Hulst, en DTMAT 11, par.; 12, 41 par.); si Israel rechaza la invita- una bendición para «todos los gentiles» (JtáVTU rige aquí la palabra: v. 11).
1163 1164 1165 1166

3. d) En los evangelios sinópticos, todos blado ya, en 25, 1-30, del juicio del mundo ley judía) en la LXX, en Filón y en Josefo, y 9 el término se emplea para referirse a la tra-
los cuales dan por supuesto que el evangelio cristiano). Comienza así un nuevo uso «ecle- la expresión ná't(HOV i,!{}O\; (<<costumbre an- dición sacerdotal seguida por Zacarías, y en
está abierto a los gentiles, se reflexiona de di- siástico» del término, que se refiere ahora a cestral») -relacionada con este sentido- se 2, 42 para referirse a la presencia de Jesús y
ferente manera sobre la problemática. Marcos los «gentiles» ::: <<paganos» para diferenciar- encuentra, por ejemplo, en 4 Mac 18,5 Y con de sus padres en la fiesta de la Pascua. Sin
presupone como evidente que «el evangelio los de los cristianos. bastante frecuencia en Filón, por ejemplo, embargo, el último ejemplo quizás no impli-
ha de ser predicado a todos los pueblos (gen- SpecLeg 11, 149. que tanto una obligación impuesta por la ley,
tiles)>> antes de que llegue el fin del mundo 4. Esta nueva terminología «eclesial» se sino que sugiera más bien un paralelo con 4,
(13, 10). Parece que tiene cierto peso la cons- prepara también en Pablo, cuando él, en 1 Cor 2. De las veces en que el término se halla 16 (xu'ta 'to dw{}ó\;; cf. lo que hace Pablo en
tatación de que la pena de muerte decidida 1, 23s, establece un contraste entre los judíos documentado en el NT, el primer significado Hech 17,2) Y se refiera a que Jesús está en-
contra Jesús por las autoridades judías, fue y gentiles (l, 23; sobre la variante textual aparece quizás clarísimamente en Heb 10,25, raizado en las tradiciones religiosas de Israel,
ejecutada por «los gentiles» (lO, 33 par.). «griegos» cf. GNTCom, 545; de manera seme- donde se habla de la práctica «habitual» de al- especialmente en 10 que concierne a su naci-
Por el contrario, Mateo acentúa ya desde el jante en 1, 22.24: judíos y griegos) y «noso- gunos de faltar al culto cristiano (enw'Uvu- miento y educación, exactamente igual que
principio de la actividad pública de Jesús el tros», los «llamados» de entre los judíos y los ywy~), aunque no se mencione la razón de Lc 1, 9 -en cuanto al nacimiento de Jesús-
hecho de que él fija su morada en la «Galilea griegos; es parecido el contraste que se esta- esa ausencia, y ésta no consista necesaria- menciona el trasfondo veterotestamentario
de los gentiles» (4, 15 después de 4, 12s), a blece (en otro contexto) en 1 Cor 5, 1; 12,2, mente en una negligencia habitual, sino que del mismo en la persona de Juan, su precur-
fin de llevar la luz al «pueblo» (AUÓ\;) que es- Y passim. pueda implicar un alejamiento intencionado sor. En Hechos el término se usa para referir-
taba sumido en tinieblas y sombras de muerte Principalmente la Carta primera de Pedro que se haya convertido en la clara tendencia se a las falsas acusaciones lanzadas contra Es-
(4, 15s, cita de Is 8, 23s). No obstante, Mateo acentúa el contraste entre los cristianos y los de algún grupo determinado que siga otros teban (6, 14) Y contra Pablo (21, 21; 28, 17;
subraya que la misión de Jesús mismo y la no cristianos, cuando recoge las palabras de hábitos que no sean los cristianos. El notable cf. 24, 14) en el sentido de que enseñaban a
misión de los emisarios enviados por el Jesús Yahvé a Israel en Ex 19,6 acerca de la elec- énfasis en la práctica personal de Jesús de los judíos a abandonar la ley mosaica. Como
terreno va dirigida únicamente a Israel, no a ción y llama a los cristianos «sacerdocio real» acudir al Monte de los Olivos (Lc 22, 39) nos una rectificación de tal acusación, se presenta
los gentiles ni a los samaritanos (10, 5s). Pero y <<pueblo santo» (B{}VO\; aywv; 2, 9), Y lue- permite deducir que tal cosa se había conver- a Pablo en Hechos como a una persona que
caracteriza así una época ya pasada. Israel de- go, refiriéndose en tono peyorativo a los no tido en una marcada norma de conducta per- permanece fiel a la fe de sus antepasados y
ja escapar su salvación al rechazar y dar cristianos, habla de los gentiles ('ta i,!{}vY]; 2, sonal, por la cual Jesús acudía a un lugar de- que lo único que hace es liberar a los gentiles
muerte a Jesús (23, 37s; 27, 25, etc.). De esta 12; 4, 3; cf. también Ef 4, 17). También el au- terminado y a una hora determinada para hacer de semejante obligación (Hech 15, 1s). De la
manera queda libre el camino para que el Re- tor de 3 Juan establece con la mayor naturali- oración -como vemos claramente por el con- misma manera, Pablo reclama para sí la apli-
sucitado envíe sus discípulos a «todos los dad tal línea de demarcación (3 Jn 7: e{}vL- texto- y no para hallar un sitio donde pasar la cación de la justicia romana (Hech 25, 16).
pueblos (gentiles)>> para convertirlos en discí- xwv, v.l. e{}vwv Koiné y otros). noche. En el término hay, pues, una dimen- Para Lucas, el cristianismo no sólo era la
pulos suyos (28, 19). La conexión indicada N. Walter sión religiosa. Por el contrario, en Hech 25, continuación de la revelación hecha a Israel
hace improbable que Mateo, al hablar de 16 encontramos únicamente el sentido jurídi- sino también la extensión de la misma a los
náv'tu 'ta B{}Vl1, haya querido incluir también co de que los romanos «no hacen tal cosa». El gentiles, y por cierto dentro de su propio or-
a los judíos (como si se tratara de un i,!{}VO\;
EltO;, ou;, TÓ ethos usanza, práctica habi-
tual; costumbre, prescripción cultual, ley* pasaje de Jn 19, 40, en el que se habla de las denamiento jurídico y sin requisitos previos
entre otros). costumbres que tenían los judíos al sepultar a que cumplir. Por eso, el i,!{}O\; judío se afirma
Esto mismo habrá que aplicarlo también a l. Aparición del término en el NT y empleo del los difuntos, linda ya con el segundo signifi-
mismo en el judaísmo helenístico - 2. Significado ge-
vigorosamente para los judíos y, al mismo
Mt 25, 31-46. Aquí, en unas palabras de Je- cado, que se refiere a leyes cultuales judías. tiempo, se modifica para los gentiles, los cua-
neral - 3. Empleo en Lucas/Hechos.
sús, que comienzan sólo como un discurso en les -como se sabe muy bien en el mundo ro-
imágenes (25, 32s), Mateo describe el juicio Bibl.: H. H. EBer, Ley, en DTNT n, 417-429, esp. 3. En el NT los escritos de Lucas tienden a
417s; H. Preisker, ¡H}o~, en ThWNT n, 370-371; c.
mano- tienen también sus propias tradiciones
del Hijo del hombre sobre «todos los i,!{}V1J». identificar B{}O\; específicamente con la ley éticas y jurídicas.
Spicq, Ef}O';;, df}t<JflÉvO~. Etude de lexicographie néo-
Según la manera de hablar de Mateo y con testamentaire, en FS Barthélemy, 485-495; Id., Notes, mosaica (por ejemplo, Hech 6, 14; 15, 1). La M. E. Glasswell
arreglo al contexto y al contenido de la sec- SuppI194-201. expresión «costumbres ancestrales» ('toL\; i,!{}f,-
ción, habrá que entender por ello aquellas OL 'tOL\; nu'tQtPOL\;) se encuentra también en
personas (¡de fuera de Israel!) a quienes no ha 1. En el NT B{}O\; aparece con la mayor dei si
frecuencia en Lucas (10 veces, de las cuales 7 Hech 28, 17. En 21, 21 el término se halla
llegado el mensaje de Cristo o que lo han re- asociado con la «circuncisión»; su relación 1. Uso como conjunción condicional- 2. Uso como
chazado (así piensan Lange y Friedrich; pero se encuentran en Hechos) y una vez en el conjunción interrogativa - 3. Combinaciones con otras
evangelio de Juan y otra en Hebreos. Aunque Con el judaísmo se acentúa claramente en 26, partículas.
son muchos los que lo interpretan como referi-
el primer significado se encuentra en el grie- 3, Y lo extraña que tal costumbre resultaba pa-
do a toda la humanidad: cf. Christian y Wilc- Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner, ín-
go clásico y en la LXX (por ejemplo, 1 Mac ra los romanos lo vemos en 16, 21. En el dice, S.V.; Ch. Burchard, EL nach einem Ausdruck des
kens); también entre esos gentiles hay 6t-
10, 89), el término se emplea con el segundo evangelio de Lucas aparece ya la relación ín- Wissens oder Nichtwissens Joh 9, 25, Act 19, 2, 1 Cor
XaLOL, a quienes el juicio final les abre el
significado (para referirse principalmente a la tima de este término con la ley judía. En Le 1, 1, 16; 7, 16: ZNW 52 (1961) 73-82; Id., Fuflnoten zum
camino para la salvación (antes se había ha-
1167 1168 1169 1170

nt!. Griech.: ZNW 61 (1970) 157-171; E. W. Burton, hallan fallecido irán a reunirse con Jesús en su ten dos posibilidades: 1) la expresión LL yaQ dbov eidon ver, percibir
Syntax of the Moods and Tenses in New Testament parusía (--+ 3taQouaLa). En el v. 14a (d :rtLa- otba¡;; d tiene sentido negativo. Pablo da una
Greek, Cambridge '1959 (varias reimpresiones), índi- Aoristo segundo de --+ oQúw.
ce en la voz correspondiente; J. Jeremias, La tarea mi- LE"ÚoIlEV), Pablo no se refiere a una condición respuesta de resignación a la pregunta acerca
que haya todavía que cumplir, sino a una rea- de si es posible salvar al cónyuge no cristiano
sional en los matrimonios mixtos según Pablo (1 Cor
dbo~, o,,~, 'tó eidos apariencia (exterior),
7, 16), en Id., Abba y el mensaje central del nuevo tes- lidad efectiva: del sentido salvífico de la (H. Conzelmann, Der erste Brief an die Ko-
tamento, Salamanca 41993, 171-176; C. F. D. Moule, aspecto, forma*
muerte y la resurrección de Jesús, expresado rinther [KEK], sub loco refiriéndose al con-
An 1diom Book of NT Greek, Cambridge '1959 (varias 1. El significado pasivo general - 2. El significado
reimpresiones), 151.154.158; Robertson, Grammar, en el Credo, se sigue en el v. 14b -por un ne- texto). 2) d debe entenderse en el sentido de
(pasivo) «clase, especie» - 3. La problemática de 2
1004-1027; C. A. Wahl, Clavis Novi Testamenti Philo- xo causal- la seguridad de la salvación. d Il~. Pablo exhorta a mantener el matrimo- Cor 5,7.
logica, Leipzig 31843, S.v.; Id., Clavis Librorum Vete- e) d puede usarse en los juramentos y pro- nio mixto, porque en él el cónyuge cristiano
ris Testamenti Apocryphorum Philologica. 1ndicem tiene que desempeñar una tarea misionera con Bibl.: G. Braumann, en DTNT 11, 202s; J. Dupont,
verborum in libris pseudoepigraphis usurpatorum testas para negar con énfasis alguna cosa (¡de Gnosis, Louvain-Paris 21960, 109-111; N. Hugedé, La
adiecit J. B. Bauer, Graz 1972, s.v.; Zerwick, Graeci- ninguna manera!: Mc 8, 12; Heb 3, 11; 4, respecto al otro cónyuge (Jeremias). En este métaphore du miroir dans les Epftres de saint Paul
tas,400-405. 3.5). Esta construcción es un hebraísmo y co- caso, el «no» que antes hemos puesto entre aux Corinthiens, Neuchíitel-Paris 1957, s.v. en el índi-
rresponde al 'im condicional en hebreo. La fór- paréntesis, habría que incluirlo en la traduc- ce analítico; G. Kittel, doo~ X"tA., en ThWNT 11,371-
d aparece 507 veces en el NT y se cuenta, 373; Liddell-Scott, s.v.; D. Mannsperger, Physis bei
mula de maldición (<<¡Dios haga conmigo tal ción. Esta sugerencia puede apoyarse en el
por tanto, entre los vocablos que aparecen con Platon, Berlin 1969, 175-191; C. Ritter, Eloo~, LOÉa
cosa o tal otra!»), en la oración principal, se hecho de que expresiones como LL¡;; OtbEV d u und verwandte Wi.irter in den Schriften Platons, en Id.,
mayor frecuencia. La mayoría de los testimo-
omite en los ejemplos del NT citados ante- otras por el estilo suelen tener en griego un Neue Untersuchungen über Platon, München 1910,
nios se encuentran en Pablo (181), mientras
riormente y en otros ejemplos (1 Sam 3, 17; sentido predominantemente afirmativo (Bur- 228-326; H. Windisch, Der zweite Korintherbrief
que la partícula falta en Judas y en 3 Juan. (KEK), GOttingen 1924, 167.
Cant 2, 7 Y passim). chard: ZNW 61 [1970] 171). - En Jn 9, 25;
1. El d condicional (si --+ Eáv) se halla: f) En el NT, después de --+ {}-aullútw pode- Hech 19, 2; 1 Cor 1, 16; 7, 16 d debe tradu- 1. En el NT el sustantivo etbo¡;; aparece
a) En la condicional real, con indicativo en mos encontrar un d allá donde cabría esperar cirse en el sentido de OLl (Burchard: ZNW 52 sólo 5 veces. Tres de ellas, en el sentido pasi-
todos los tiempos. Ocasionalmente (con espe- un --+on. Esto sucede cuando una condición [1961]; --+ 1.f). vo de lo que se ve o se ofrece a la mirada, es
cial frecuencia en Pablo) falta el verbo corres- aparece como ya cumplida: cf. 1 Jn 3, 13: A veces es discutible si d debe entenderse decir, de la apariencia, de la forma, del as-
pondiente y debe suplirse por el contexto (cf. «No os asombréis si (= de que) el mundo os en sentido interrogativo o en sentido condi- pecto (Liddell-Scott: «That which is seen:
Rom 8, 10.17; 11,6 Y passim). odia»; cf. también Mc 15, 44a, donde el senti- cional: Hech 13, 15 (cf. Burchard: ZNW 61 form, shape»), aparecen en los tres pasajes si-
b) d se halla en la prótasis (u oración su- do condicional aparece todavía claro. [1970] 166). guientes: Lc 3, 22 (a diferencia de Mc 1, 10);
bordinada) de la condicional irreal, con indi- 9, 29 (a diferencia de Mc 9, 2); Jn 5, 37. En
3. Sobre la cuestión acerca de los diversos los dos primeros pasajes citados de Lucas, el
cativo en los tiempos que llevan aumento; en 2. Uso como conjunción interrogativa:
significados de d en combinación con otras empleo de etbo¡;; se atribuye al evangelista.
la apódosis (u oración principal) el verbo lle- a) d puede introducir una interrogativa di-
partículas, cf. Bauer s. v. VI 1-7. En 3, 22 el Espíritu Santo desciende sobre
va av (pero véase un caso en Lc 19,42, don- recta (cf. en nuestra lengua: «¿y si tal vez vie-
de falta la apódosis). Ahora bien, como en el ne?») como en Lc 13, 23: «Alguien le dijo: G. Lüdemann Jesús «en forma corporal (awllaLlx6;l e'LbEL)
NT esta regla no se observa rigurosamente (Jn Señor, ¿son pocos los que se salvan?» (X"ÚQlE, como una paloma». En 9, 29 Lucas evita la
15, 24; Rom 7, 7b; Gál 4, 15, Y passim), re- d OALyOL OL a<ptóIlEvOl); cf. Lc 22, 49.(67); expresión marquina IlELEIlOQ<PW{}-T] fll3tQoa-
sulta que la oración real que se refiere al pa- Hech 1, 6. d, r.ttlV ei men verdaderamente, ciertamente* {}-EV aVLrov en el relato de la Transfiguración y
sado no se distingue ya siempre, por su forma, Heb 6, 14: d Il~V (~ Il~v Textus Recep- refiere: «Mientras él oraba, la apariencia (LO
b) En la interrogativa indirecta introducida tus) ... EVAoy~aw aE (cita de Gén 22, 17
de la oración irreal (1 Cor 15, 32; Heb 7, 11). dbo¡;;, D y Orígenes leen ~ LMa) de su rostro
con d se conservan de ordinario el modo, la LXX) en un juramento hecho por Dios: «Ver- se transfiguró (ELEQOV) ... », lo cual, según el v.
c) En el NT, al d le sigue raras veces el op- negación y el tiempo de la interrogativa direc- daderamente, yo te bendeciré ... »; cf. BlaB- 32, se refiere a la ból;a de Jesús. En Jn 5, 37
tativo para expresar la posibilidad (condicio- ta (BlaB-Debrunner § 368). Debrunner § 441, 1. Jesús dice: «y el Padre que me envió, él ha da-
nal potencial): Hech 20, 16; 24, 19; 1 Pe 3, c) Se discute el significado de d con ex- do testimonio de mí. Pero no habéis oído su
14.17 (BlaB-Debrunner § 385). presiones de saber o de no saber, y este signi-
etye eige si realmente voz, ni habéis visto suforma ... ». Esto debe in-
d) No raras veces el el empleado en la con- ficado es especialmente importante desde el terpretarse seguramente en el sentido de 14, 8s:
--+ d yE, --+ yÉ.
dicional real se acerca a lo que podríamos lla- punto de vista teológico para la comprensión no hay acceso inmediato a Dios Padre.
mar un sentido causal (cf. en nuestra lengua: si de 1 Cor 7, 16. Aquí, en relación con la cues-
realmente = puesto que): cf. Mt 6, 30 Y los tión de los matrimonios mixtos entre cristia- dbÉ«, «~, --\ eidea apariencia, aspecto* 2. Hay también significado pasivo en 1 Tes
ejemplos aducidos por BlaB-Debrunner § 372, nos y no cristianos, se dice: «¿Qué sabes tú, !"1t 28, 33: T]V bE dMa av"tO"u w¡;; uaLQa- 5, 22, aunque aquí dbo¡;; debe traducirse por
1; cf. , además, 1 Tes 4,14, donde Pablo, de la oh mujer, si (no) salvarás a tu marido? ¿Qué 3tT], «su aspecto era como el de un relámpa- clase: «¡Manteneos alejados de toda clase de
realidad salvífica de la muerte y la resurrec- sabes tú, oh hombre, si (no) salvarás a tu mu- go». Sobre la ortografía, cf. BlaB-Debrunner mal!» La Vulgata, en los 5 pasajes del NT, tra-
jer?». Desde el punto de vista lingüístico exis- § 23 nota 3. duce dbo¡;; por species. Sobre el significado de
ción de Jesús, deduce que los cristianos que
1171 1172 1173 E'LOWAov 1174

clase cf. Liddell-Scott, s. v. III; Bauer, Worter- En la medida en que se mantenga la interpreta- 1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos- según Platón, las distintas cosas, por su esca-
ción «escatológica» de Elooe;, podremos adherir- 3. Campo referencial - 4. El grupo de palabras en
buch, s. v. 2; además, Moulton-Milligan, s. V., Pablo.
so contenido óntico, no son más que simples
quienes hacen referencia a la expresión Jtuv- nos a la interpretación de C. K. Barret, 2 Corin- EL60JAU en comparación con las ideas. Puesto
thians (BNTC), sub loco. Nosotros no confiamos Bibl.: F. Büchsel, dbwAOV liTA., en ThWNT 11,
'toe; EL60ue;, «of every kind», que aparece con que, según la fe del AT, las divinidades paga-
«en la apariencia de las cosas». «Nosotros vivi- 373-378; H. Conzelmann, 1Kor (KEK), Gottingen
frecuencia en los papiros. Josefo, Ant X, 37 mos creyendo en el Cristo ausente e invisible, no 1969, 164-178,200-212; J. W. Drane, Paul, Libertine nas son impotentes o carecen incluso de toda
tiene Jtav E160e; JtOVl]QlUe;. contemplando formas visibles». La máxima de 2 or Legalist?, London 1975; G. D. Fee, Etbw!..ó1'hn:u realidad, vemos que en la LXX pudo utilizar-
Cor 5, 7 «expresa un contraste con la piedad mís- Once Again: An Interpretation of ICor. 8-/0: Bib 61 se perfectamente el término EL6OJAOV, que se-
tico-extática» (Windisch). Según H. Jonas, Gno- (1980) 172-197; G. Fohrer-B. Reicke-K. Stendahl, en
3. Se discute si hay también sentido pasivo gún la tradición lingüística griega indicaba la
BHH 1, 602-605; W. G. Kümmel, Die iilteste Form des
en 2 Cor 5, 7, como afirman Windisch, Kittel sis und spiitantiker Geist II/l, Gottingen 1954, inexistencia, para traducir los términos hebre-
Aposteldekrets, en Id., Heilsgeschehen und Geschichte,
(372) y Dupont (109 nota 2). Bauer, Worter- 48, este texto es «una afirmación fundamental os que se refieren a las imágenes de los dioses
Marburg 1965,278-288; W. Mundle, en DTNT 11,338-
cristiana de carácter antignóstico, en la cual el 340; H. D. PreuB, en DTAT 1, 302-305; W. Schmithals,
buch, s. v. 3 y Lietzmann-Kümmel, An Die Ko- e ídolos paganos y a los dioses (paganos),
JtEQlJtU'tELV, en una faceta de la oposición, es tan Die Gnosis in Korinth (FRLANT 66), Gottingen
rinther 1/11' (HNT), 120s Y 203, abogan por la esencial como la JtLa'tle;: en el 'ElOOe;', es decir, tanto más que para el AT ambos conceptos
'1969,212-217; S. Schwertner, en DTMAT 1,262-264;
traducción activa: «visión». R. Bultmann, Der en la yvwme; definitiva, no hay ya JtEQlJta'tELV, es H. Frhr. von Soden, Sakrament und Ethik bei Paulus coinciden (cf., por ejemplo, Sal 113, 12 LXX:
zweite Brief an die Korinther (KEK), sub loco decir, no hay ya temporalidad». Sin embargo, la en Das Paulusbild in der neueren deutschen Forschun~ los ELOOJAU [en hebreo 'a.)'abfm] plateados y
aboga (¿equivocadamente?) por ambas inter- identidad entre dooe; y yvwmc; (como piensa (WdF 24), Darmstadt 1964, 338-379; G. TheiBen, Los dorados de los gentiles son obra de hombres;
pretaciones. Passow 1, 783 Y Liddell-Scott no también W. Schmithals, Die Gnosis in Korinth, fuertes y los débiles en Corinto. Análisis sociológico de 1 Crón 16, 26 LXX, donde se establece el
Gottingen 31969, 256) no es tampoco admisible, una disputa, en Id., Estudios de sociología del cristia-
conocen un sentido activo de cl60e;. nismo primitivo, Salamanca 1985, 235-255; J. WeiB, contraste entre los E'L6OJAU [en hebreo 'elflfm]
Pablo en 2 Cor 5, 7 habla en forma de máxi- como se indicó anteriormente. No obstante, es po-
sible que Pablo, en su polémica, no dispusiera de IKor (KEK), Gottingen '1925, 210-213. Cf. más biblio- de los gentiles y Dios que hizo el cielo).
ma sobre la vida de los cristianos durante este libertad para elegir su terminología (cf. Schmit- grafía en ThWNT X, 1066.
tiempo (v. 6: «alejados del Señor en tierra ex- hals, Die Gnosis in Korinth) Es muy significativo que la LXX no haya tra-
traña, ... en el cuerpo»); «Porque caminamos l. d6OJAov y los compuestos d6OJAó{}u- ducido nunca los términos hebreos para designar
6lU Jtla'tEOJe; y no 6lU d60ue;». 6lá con geni- G. Schneider wv (de d6OJAov y ---> MOJ), d6OJAoAá'tQl]e; las imágenes de los dioses mediante el vocablo
tivo se emplea aquí en sentido modal (para re- y d6OJAOAU'tQlU (de d6OJAov y ---> AU'tQELU) griego clásico y usual, que era 't0 aYUAftU (in-
son expresiones típicas de Pablo y principal- versamente, EtOWAov es desconocido en el griego
ferirse a la manera o a las circunstancias con- dbroAEiov, OU, TÓ eid6leion templo ido- clásico con la acepción de <<imagen de una divini-
comitantes en que «se camina»; cf. ThWNT mente de la Carta primera a los Corintios. Y,
látrico* dad»). Según la prohibición de las imágenes en el
H, 65, 13-28). Se habla positivamente del ca- así, de las 11 veces que aparece d6OJAov, 7 se
1 Cor 8, 10: EV d60JAELcp 'X,a'tU'X,ELftEVOV, Decálogo (Ex 20, 4; Dt 5, 8), a Yahvé, y precisa-
minar «en la fe», pero esto no quiere decir que encuentran en Pablo (4 en 1 Corintios); de las
«sentado a la mesa en el templo idolátrico»; mente a él, no debe representársele tampoco co-
se entienda también en sentido activo lo opues- 9 veces que aparece d6OJAÓ{}UWV, 5 se en- mo EtOWAov (en hebreo pesel). <<Israel sabía que
---> EL6OJAOV 2 y 4.b.
to, lo que se niega (<<en la visión»). La frase es cuentran en Pablo (todas ellas en 1 Corintios); Yahvé jamás está tan al alcance del hombre como
interpretada acertadamente por Kittel refirién- de las 7 veces que aparece d6OJAOAá'tQl]e;, 4 lo estaba la divinidad en las formas cultuales del
dola a la esfera «en la que dependemos de la dbroAó-3UTov, OU, TÓ eid6lothyton carne se encuentran en Pablo (todas ellas en 1 Co- entorno, donde la imagen del dios recibía servi-
sacrificada a ídolos rintios), y de las 4 veces que aparece d6OJAO- cios ... » (W. Zimmerli, Manual de teología del
fe y en la que no hay 'forma visible'» (372).
---> d6OJAov (4.b). AU'tQlU, 2 se encuentran en Pablo (una en 1 Co- Antiguo Testamento, Madrid 1980, 136).
Claro está que no se trata, en todo ello, de la
«forma que han de adquirir los cristianos», co- rintios). Asimismo el hapax legomenon LEQÓ-
{}uwv (---> LEQÓe; y {}úOJ), que en cierto modo También en el NT E'L6OJAOV significa dos
mo sospecha el autor citado (refiriéndose a 1 dbroAOAáTQ1)~, OU, Ó eid6lolatres idólatra
es sinónimo de d6OJAÓ{}UWV, aparece en 1 veces imagen idolátrica (Hech 7, 41: el bece-
Jn 3, 2: «Aún no se ha manifestado lo que ha- ---> E'L6OJAOV (3).
Cor 10, 28. Por lo demás, EL6OJAOV aparece 2 rro de oro, ¡pero en Ex 32 no se emplea EL6OJ-
bremos de ser»). Kümmel (An Die Korinther
veces en Hechos y una vez en 1 Juan y otra AOV!; Ap 9, 20); por lo demás se habla siem-
I/H, 203) observa acertadamente: «Pero enton- dbroAoAaTQta, a~, 1t eidololatria idolatría vez en Apocalipsis; d6OJAOAá'tQl]e; aparece pre de ídolos (Hech 15,20; Rom 2,22; 1 Cor
ces los sujetos de la acción de creer y de la ac- ---> d6OJAov (3). u~a vez en Efesios y 2 veces en Apocalipsis; 8,4.7; 10, 19; 12,2; 2 Cor 6, 16; 1 Tes 1,9; 1
ción de ver no son los mismos, y falta por
completo una conexión». Por el contrario, se El6OJAOAU'tQLU aparece una vez en Colosen- Jn 5, 21). El neologismo judío d6OJAó{}UWV
conserva la identidad de los sujetos, cuando dbroAOV, OU, TÓ eidolon ídolo, imagen de ses y otra vez en 1 Pedro. (¡un término polémico!) para referirse al con-
E160e; se entiende como la manifestación con- una divinidad, divinidad (pagana), ídolo* cepto pagano de LEQÓ{}UWV (que en el NT
cedida por Dios de la realidad escatológica (en d6OJAÓ{}U't'OV, OlJ, 'tó eid6lothyton carne 2. dOOJAov se deriva de t6E1v, «ver» (---> aparece únicamente en 1 Cor 10, 28) significa
sentido global; o de Cristo, cf. vv. 6.8) que ha sacrificada a ídolos* óQáOJ; ---> cl60e;, «forma»); significa primera- carne procedente de los sacrificios ofrecidos
de ser vista por nosotros, o como la visión (re- d6OJAOAá'tQl]C;, OlJ, Ó eid6lolatres idólatra* mente forma, imagen, pero ya en Homero a los ídolos (Hech 15, 19; 21, 25; 1 Cor 8,
cíproca), «cara a cara», que Dios va a hacer- dOOAOAa'tQlU, uC;, 1Í eid6lolatria idolatría* aparece con el significado de imagen de som- l.4.7.1O; 10, 19; Ap 2, 14.20). El d6OJAO-
nos posible (1 Cor 13, 12; cf. Núm 12, 8 LXX; LEQÓ{}lJ'tov, OlJ, 'tó hierothyton carne de bras e imagen engañosa (las «almas» en la re- Aá'tQl]e; es el idólatra, el adorador de ídolos
cf. también Rom 8, 24s). animales sacrificados* gión de los muertos son d6OJAu; ---> 'lj!uxrí); (1 Cor 5, lOs; 6, 9; 10, 7; Ef 5, 5; Ap 21, 8;
1175 e'()WAOV 1176 1177 e'()WAOV 1178

22, 15); la eL()WAOAU1;QLU es la idolatría, el Pablo en 1 Cor 8, 4 recurre a la tesis propug- hecho antes en Gálatas, donde él no tuvo mi- mer lícitamente la carne sacrificada a los ído-
culto de los ídolos (l Cor 10, 14; Gál 5, 20; nada por los corintios de tendencias gnósticas ramientos con la conciencia débil de los gála- los. Para la mayoría de los miembros de la co-
Col 3, 5 [en este caso, para caracterizar a la como argumento contra los «débiles» (~ ao- tas (Drane, 67ss). munidad de Corinto (sobre la estructura so-
codicia ~ JtACOVE;LU]; 1 Pe 4,3); ambos tér- {tEV1Í~ 4): «Un ídolo (E'()WAOV) no tiene exis- Ahora bien, esta exigencia de que se tenga ciológica cf. 1 Cor 1, 26ss), la carne no era
minos se encuentran únicamente en el NT y tencia real en el mundo» (y, en consecuencia, miramientos con los débiles no debe interpre- seguramente un alimento cotidiano (TheiBen,
en los escritos dependientes de él. ¡no existe tampoco carne sacrificada a los tarse, con Mundle (119), en el sentido de que .239ss). Los cristianos con bajo nivel social
ídolos!). Ellos basan esta tesis en la «proposi- Pablo no apruebe en el fondo que se coma de comían carne, a lo sumo, con motivo de las
3. El()WAOV y sus derivados aparecen ción fundamental de la confesión de fe» esa carne. Allá donde no sean necesarios tales distribuciones públicas de carne en determi-
constantemente junto con «fornicación» (~ (Conzelmann, sub loco) de que no hay más miramientos, ¡el fuerte podrá comer sin repa- nadas ocasiones (los textos y la bibliografía
JtoQvdu), «fornicar» (JtoQvEiJom) o «forni- que un solo Dios (~ d~). Pero Pablo no en- ros carne sacrificada a los ídolos! pueden verse en TheiBen, 240s). Conzelmann
cador» (JtóQvo~), a menudo en contextos tiende esto como una afirmación ontológica, Claro que cuando Pablo, en 1 Cor 10, 19s, (207s) niega además que toda la carne que se
parenéticos (algunas veces en catálogos de como si no existieran seres sobrenaturales con ocasión de una advertencia contra la ido- vendía en el mercado procediera de las vícti-
vicios; cf. S. Wibbing, Die Tugend- und Las- junto al único Dios. En lugar de eso, en el v. 5 latría (v. 14), comenta que, para aquellos que mas de los sacrificios. Por justa que sea la ob-
terkataloge im NT, Berlin 1959, 77ss): El()W- (de manera parecida en Gál 4, 3.8s), Pablo sacrifican (~ {t'Úw), la carne sacrificada a los jeción en algunos aspectos (porque, si no hu-
AOV, en Hech 15, 20; Ap 9, 20s; eL()w/..ó{tlJ-
cuenta -como lo hacían todos en la antigüe- ídolos o el ídolo «es algo» (TL EOTLV = «tiene biera «demanda» de esa carne, no tendría
dad- con la existencia (eLOLV!) de los «deno- poder»!), entonces no se refiere ya a la cues- sentido lo que se dice en 1 Cor 10, 25.27), pa-
'tOV, en Hech 15,29 Y 21, 25: el denominado
minados dioses» en el cielo y en la tierra, y tión de si es lícito o no comer o comprar esa rece que lo ordinario era que en el mercado se
Decreto de los apóstoles (~ 4.b); Ap 2,
desde luego con muchos dioses y con muchos carne, sino que piensa en la situación especial ofertara carne procedente de animales sacrifi-
14.20; eL()WAoAáTQl'J~ en 1 Cor 5, 11; 6, 9; Ef
señores. «Puede que sean existentes en el sen- de quien recibe una invitación a participar en cados según los ritos paganos. (En Pompeya,
5, 5; Ap 21, 8; 22, 15; eL()WAOAa't"QLU en 1
tido de que se hallan presentes en el mundo y un banquete de culto pagano. En este caso, él donde se han conservado todas las instalacio-
Cor 10, 14 con referencia al v. 8; Gál 5, 19s;
poseen cierto poder -y Pablo mismo está con- pronuncia un rotundo ¡no!, porque se trata de nes, la carnicería queda significativamente
Col 3, 5. Sorprende que eL()WAOAáTQl'J~ o
vencido de que existen. Pero no son dioses» la invitación a participar en una comunión de cerca de la capilla del divino César; cf. el es-
eL()WAOAUTQLU no figuren nunca en. primer
(Conzelmann, 170; de manera parecida von So- mesa celebrada específicamente en nombre quema en Lietzmann, 52; por lo que respecta a
lugar en el catálogo de vicios. Pero en Rom 1, de una deidad pagana (se ofrecen ejemplos
den, 340). En el v. 6, Pablo pasa de lo ontoló- Corinto, donde se ha encontrado una inscrip-
18ss, donde estos términos no aparecen pero en: H. Lietzmann, Der erste Brief an die Ko-
gico a lo existencial: «Pero para nosotros» no ción en la que se lee «macellum», cf. H. J.
sí la realidad significada por ellos, vemos que existe más que un solo Dios; para la existen- rinther [HNT], 49ss). Semejante communica- Cadbury: JBL 53 [1934] 134ss). Al menos la
-según Pablo- todos los demás vicios tienen cia de los creyentes él es el único poder deter- tio in sacris significa exponerse al poder .de carne de vacuno procedía casi exclusivamente
su fundamento en trocar a Dios por los ído- minante. Por tanto: ¡«Para nosotros» no exis- los demonios - aun prescindiendo de que la de los sacrificios asociados con banquetes pú-
los. ten los El()WAU! participación se considerará como reconoci- blicos (H. W. GroB: Pauly, Lexikon I1I, 263).
miento de que puede tributarse culto a los Por eso, es muy significativo que Pablo no di-
4. a) En 1 Tes 1, 9 Pablo utiliza el concep- Para quien tiene fe en que los demonios no dioses paganos. ga que, cuando lo exija la consideración con el
to de El()WAOV en una expresión tomada de la pueden hacerle nada, la consecuencia sería hermano «débil», los corintios deban comprar
predicación misionera de los judíos, a la que burlarse de ellos, siempre que se ofrezca la Puesto que aquí se piensa en una situación dis- en el mercado carne que no proceda de anima-
él da una interpretación cristiana en el v. 10. ocasión, comiendo carne sacrificada a los ído- tinta de la contemplada en 1 Cor 8, 1-13; 10,23-
33, no hay necesidad alguna de atribuir -con les sacrificados según los ritos paganos.
Claro que aquí no aparece la sorna a la que se los (WeiB, 212: «llegando hasta una osadía WeiB, Schmithals y otros- 1 Cor 10, 1-22 a una
recurre tan frecuentemente en el AT al enta- consciente»). Ahora bien, para Pablo, lo que carta paulina anterior que la que corresponde a 8, Surge espontáneamente la cuestión de si los
blar polémica contra los dioses (cf., a propó- se discute no es una cuestión dogmática sino 1-13; 10,23-33 (en contra de WeiB habla convin- «fuertes» no habrá que buscarlos en buena parte
sito, PreuB, 306ss). (Por el contrario, en Gál la conducta que debe seguirse dentro de la co- centemente von Soden, principalmente 358ss). entre las filas de los ricos que había en la comu-
4, 8s, donde no se trata de la conversión a munidad concreta: a causa de la conciencia Ahora bien, hay que conceder que la hipótesis de nidad: personas que, por su condición social, se
la partición de la carta es plausible; además, Ev inclinaban más fácilmente a una postura más li-
Dios, sino de la acusación de reincidencia en débil (~ olJvd6l'JOL~) de los que comen la EI,()WAeL<P, «en el templo de un ídolo», en 8, 10, beral (de manera parecida piensa TheiBen). ¿Se
el paganismo, el tono es despectivo: ahora carne sacrificada considerándola como tal, el ofrece cierta dificultad, si es que 10, 20-22 hay hallará 1 Cor 11, 20ss en relación íntima con
bien, a las divinidades paganas, aquí no se las «fuerte» (este término no aparece en un con- que leerlo en la misma carta. Sobre las hipótesis ello? Por lo menos, nos imaginamos perfecta-
llama E'()WAU, sino «débiles y pobres elemen- texto análogo sino en Rom 15, 1 ~ 6lJVUTÓ~) acerca de la partición de la Carta primera a los mente cómo el rico, en presencia del pobre y dé-
Corintios cf. también W. Schenk: ZNW 60 (1969) bil (que posiblemente es judeocristiano y se sien-
tos [del mundo]», ~ OTOLXELOV.) no debe hacer que su propia libertad sea oca- 219-243: W. Schmithals: ZNW 64 (1973) 263-
sión de tropiezo para el débil (l Cor 8, 7ss; te obligado a la observancia de la Torá) come su
268; Kümmel, Einleitung, 238-241. carne que no sólo no ha sido sacrificada según el
4. b) En una cuestión que atañe a la con- 10, 28s;cf. también Rom 14s). Pablo adopta ritual judío (Dt 12, 16), sino que además procede
ducta de los cristianos, a saber, si les está per- su decisión, dejándose mover aquí por razo- No debemos sobreestimar la importancia de de animales ofrecidos en sacrificio a un ídolo pa-
mitido comer carne sacrificada a los ídolos, nes pastorales en máyor grado que lo había la cuestión sobre si los cristianos pueden co- gano (Ex 34, 16).
1179 ELOWAOV - dx,wv 1180 1181 1182

La autorización condicionada para comer carne que están sentados en 24 tronos y cuya tarea cence of the OT at Romans i. 23: NTS 2 (1955-1956) pectro de sus contenidos semánticos y sobre
de animales sacrificados a los ídolos, en la Carta 285-288; J. Jervell, lmago Dei. Gen 1, 26s im Spdtju- la amplitud de su campo referencial. Además
consiste en adorar a Dios. El número procede dentum in der Gnosis und in den paulinischen Briefen
primera a los corintios (confirmada por Gál 2, 6: po'siblemente de multiplicar por 2 el número de la imagen física en sentido propio (la efi-
(FRLANT 76), Góttingen 1960; 1. D. Karividopou1os,
oVOÉv!) demuestra que el denominado Decreto de las tribus de Israel. Quizás desempeña «Eixwv 8EOU» xaL «XUl:' ELxóva 8EOU» 1taQU "t0) gie en una moneda: Mc 12, 16 par.; la estatua
de los apóstoles (cf. , a propósito, principalmente 'An:. Il mí A<¡J. Ai XQW"tOAoytXaL ~áaELI; "ti'j<; Ilau- a la que se rinde culto: Apocalipsis; probable-
Kümmel; H. Conzelmann, Apostelgeschichte' también un papel 1 Crón 24, 5ss; 25, lss (la
Adou av{tQW1tOAoy[a<;, Thesaloniki 1964; K. Kerén- mente también Rom 1,23), existe un dilatado
[HNT], 92s), que entre otras cosas prohíbe comer división de los sacerdotes y los levitas en 24
yi, 'AyaAfla, ELXWV, ELc'íWAOV: Demitizzazione e ima-
esa carne (Hech 15, 29), no debe considerarse ni clases). Según TestAd 4, 19 los poderes angé- gine. Scritti di E. Castelli (Archivio di Filosofia 1962 empleo metafórico que se extiende desde la
mucho menos como la decisión de un sínodo de licos ofrecen adoración y sacrificios durante IIII), Padova 1962, 161-171; G. Kittel, ELXWV, en afirmación de que el hombre es imagen de
la misión entre los gentiles (el denominado «Con- las (24) horas del día y de la noche. La astro- ThWNT n, 380-386, 391-396; H. Kleinknecht, ELXWV, Dios (1 Cor 11, 7) hasta el enunciado de que
cilio Apostólico»). Mundle armoniza inadmisi- logía babilónica conoce 24 divinidades estela- en ThWNT n, 386s; J. Kürzinger, LU[l[lÓQcpou<; ti'j<; los creyentes «reproducell» la imagen de Cris-
blemente 1 Cor 10, 32 con Hech 15, 21 para dar ELXóvo<; toU ULOU mhou (Rom 8, 29): BZ 2 (1958)
res, a las que se designa como 6LXUO"tUL "tGlv 294-299; E. Larsson, Christus als Vorbild. Eine Unter- to (Rom 8, 29).
margen a que el decreto fuera decidido por el sí-
OAWV (Diodoro Sículo 11, 31,4; sobre lo que suchung zu den paulinischen Tauf- und Eikontexten En el empleo metafórico de ELXWV en
nodo (119: «Esta prohibición adoptada en el con-
cilio apostólico ... presupone que en él judíos y sigue cf. G. Bomkamm, en ThWNT VI, 668s). (ASNU 23), Uppsala-Kopenhagen 1962; A. R. Lea- Pablo pueden distinguirse tres sectores de
Hay que hacer referencia, además, a los 24 ney, «Conformed to the lmage of His Son» (Rom imágenes (Schmidt, 164; McCasland, 85-88;
cristianos llegaron a un acuerdo de principio».
VIII. 29): NTS 10 (1963-1964) 470-479; E. Lohse,
¡Así que Pablo habría llegado a un «acuerdo de yazatas que constituyen la corte de dioses de Eltester, 130-166; Schwanz, 17), que se deslin-
lmago Dei bei Paulus, en Libertas Christianorum (FS.
principio» [!] con los judíos!). Además, el decre- Ahura Mazda, y finalmente hay que señalar F. Delekat) (BEvTh 26), München 1957, 122-135; B. dan entre sí de la siguiente manera, según se-
to difícilmente habría sido aceptado más tarde que 24 es considerado por los pitagóricos co- L. Mack, Logos und Sophia (StUNT 10), Góttingen an los correspondientes portadores de la rela-
por Pablo (Rom 14, 20ss!; otra cosa piensa A. mo el número del cosmos. Probablemente el 1973,166-171; S. V. McCasland, «The lmage ofGod» ción prototipo - reproducción: a) el hombre
Strobel: NTS 20 [1973-1974] 177-190). according to Paul: JBL 69 (1950) 85-100; K. Prümm,
número 24 simboliza en el Apocalipsis una como imagen de Dios, b) Cristo como ima-
Reflexiones theologicae et historicae ad usum pauli-
H. Hübner totalidad. num termini «eikon»: VD 40 (1962) 233-257; K. L. gen de Dios, c) los creyentes en su relación
H. Weder Schmidt, Homo imago Dei im Alten und Neuen Testa- con la imagen de Cristo. Este estado de cosas,
men!: Eranos-Jahrbuch 15 (1947) 149-195; P. Schwanz, habida cuenta sobre todo de la sorprendente
dxñ eike (adv.) por nada, en vano, inútil- lmago Dei als christologisch-anthropologisches Pro-
independencia que existe entre estos sectores
mente * ftXOl eika ceder, doblegarse* blem in der Geschichte der Alten Kirche von Paulus
Gál 2, 5: oI~ oME nQo~ wQuv eLSUflEV "tft bis C1A1 (Arbeiten zur Kirchengeschichte und Reli- de imágenes, debiera ser para nosotros una
En Rom 13, 4, acompañado de una nega-
ú:n:o"tuyft, «ni por un momento nos doblega- gionswissenschaft 2), Halle 1970; E Sen, Se recupera advertencia para que evitemos por igual los
ción: «no en vano, no inútilmente»; Gál 4, 11; la verdadera lectura de un texto muy citado: Cultura
mos a ellos». intentos de armonización y los de derivar de
1 Cor 15, 2: en vano; Gál 3, 4 (bis): por nada, Bíblica 24 (1967) 165-168; C. Spicq, Notes, Suppl
una sola fuente todos los significados.
inútilmente; Col 2, 18; Mt 5, 22 Textus Re- 202-210; A. Struker, Die Gottesebenbildlichkeit des
ceptus: sin razón. Menschen in der christlichen Literatur der ersten 2
dXÓlV, ÓVo;, Í) eikan imagen, semejanza, Jahrhunderten, Münster 1913; H. Willms, Eikon. Eine 3. En Mc 12, 16 par. Mt 22,20/ Lc 20, 24,
arquetipo * begriffsgeschichtliche Untersuchung zur Platonismus, ELXWV designa la efigie del César en una mo-
Münster 1935. neda (cf. Artemidoro, Onicocr IV, 31), efigie
ElXO(Jt eikosi veinte*
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
1. eLXOOl sin otras combinaciones aparece semánticos y campo referencial - 3. Empleo literal - 1. El término ELXWV aparece 23 veces en que -como elemento pictográfico- juntamen-
únicamente en Hech 27, 28 (veinte brazas, 4. Empleo metafórico - 5. <<Imagen de Dios» como el NT y se cuenta, por tanto, entre los voca- te con la correspondiente inscripción designa
atributo antropológico - 6. Cristo como <<imagen de la identidad del soberano que ha hecho acuñar
tecnicismo naval; 1 braza = 1, 85 m aproxi- Dios» - 7. Los creyentes y la imagen de Cristo.
blos que aparecen con mediana frecuencia en
madamente). el NT. En los Sinópticos se encuentra una sola la moneda.
Bibl.: P. Althaus, Das Bild Goltes bei Paulus: ThBl vez en triple versión paralela (Mc 12, 16 par. En el Apocalipsis, ELXWV, en los 10 pasajes
2. También aparece en combinaciones: 20 (1941) 81-92; A. Altmann, Homo lmago Dei in Je- Mt 22, 20/ Lc 20, 24), mientras que Pablo y en que aparece este término, es clarísimamen-
wish and Christian Theology: JR 48 (1968) 235-259; te una imagen de culto, fabricada como <<ima-
ELXOOl XLALá6wv (Lc 14, 31: 20.000); eLXOOl J. L. Aurrecoechea, Los títulos cristológicos de Colo-
Colosenses muestran una frecuencia mayor:
nÉv"tE (Jn 6, 19: 25 estadios = 5 km aproxi- en Romanos aparece 2 veces, en 1 Corintios gen de la bestia» (13, 14) y ante la cual se exi-
senses 1, 15-16, su origen y significado: Estudios Tri-
nitarios 8 (1974) 307-328; J. M. Bover, lmaginis notio 3, en 2 Corintios 2, en Colosenses 2; Hebreos ge proskynesis (13, 15; 14,9.11; 16,2), una
madamente); Éxu"tov E'(XOOL (Hech 1, 15: 120);
apud B. Paulum: Bib 4 (1923) 174-179; D. M. Cres- adoración que efectúan los que han apostata-
ELXOOl "tQd~ XLALá6E~ (1 Cor 10, 8: en un día tiene una sola referencia (10, 1). Apocalipsis,
san, 1mago dei. A Study in Philo and St. Paul, tesis St.
con sus 10 referencias, muestra la mayor fre- do (19, 20) pero que es rechazada por los que
cayeron 23.000, alusión a Núm 25, lss; 5, Patrick's College, Maynooth (Irland) 1959; P.-E.
cuencia absoluta y también la mayor frecuen- permanecen firmes (15, 2; 20, 4).
lss, pero allí se habla de 24.000, cf. Núm 25, Dion-D. Fraikin, Ressemblance et image de Dieu, en
9, cf. la v.l. en 69 y 81 etc.). DBS X, 365-414; E-W. Eltester, Eikon im NT (BZNW cia relativa en el empleo de este término.
23), Berlin 1958; O. Flender, en DTNT 11, 340s; H. Los más antiguos testimonios del término d-
En el Apocalipsis aparece con frecuencia x,wv se refieren ya a estatuas (Herodoto n, 130 y
Hegermann, Die Vorstel/ungen vom Schopfungsmittler 2. El número relativamente escaso de ve-
ELXOOL "tÉOOUQE~: 4, 4 (bis).lO; 5, 8.14 v.l.; im hel/enistischen Judentum und Urchristentum (TU 143), Ytal siguió siendo en todo momento el sen-
11, 16; 19,4. En todos estos pasajes se habla 82), Ber1in 1961; M. D. Hooker, Adam in Romans 1: ces que se halla documentado este término no tido predominante del término. Es verdad que el
de los 24 «presbíteros» (-> nQwl3ú"tEQO~), NTS 6 (1959-1960) 297-306; N. Hyldahl, A Reminis- debe llamarnos a engaño sobre el extenso es- empleo del término para designar específicamen-
eLXWV 1186
1183 eLXWV 1184 1185

te estatuas de dioses no puede demostrarse docu- ma intensiva: «carácter inferior, como de mujer. Por el orden sucesivo en que, según (--> VÓ1Jf-tu), vemos que la argumentación
mentalmente sino más tarde (Platón, Leg 931 a; sombra» (Barrett) o «sombra de la imagen del Gén 2, 4ss, se produce la creación del hombre paulina está anclada en la caracterización de
cf. Kerényi, 169ss), pero este empleo se impuso hombre perecedero» (Kasemann); la interpre- y la de la mujer, y por la definición que en es- Cristo como «imagen de Dios» dentro de la
rápidamente (cf. Preisigke, W6rterbuch, s. v.). En te pasaje se hace de la mujer como ayuda idó- perspectiva de la revelación.
la LXX eLXWV se convierte casi en el término téc- tación más probable consiste en entender
nico para designar a las esculturas que son adora- dxwv como genitivo epexegético: «imágenes nea para el hombre, Pablo deduce que la mu-
La asociación del concepto de eLXWV con la
das (Dan 3,1.2.3.5.7.10.12.14.15.18 Ypassim) en que representaban ... » (H. W. Schmidt, Romer- jer está subordinada al hombre. idea de la revelación tiene su analogía en Filón,
actos de culto, y de esta manera se enlaza con el briej' [ThHK], 36), quizás también una preci- La suposición indirecta de que la mujer no para quien el Logos, como El,xwv de Dios, represen-
campo referencial existente en el Apocalipsis sión hecha conscientemente mediante el em- fue hecha a imagen de Dios está en corres- ta «la hipostatizada conocibilidad de Dios» (H. Jo-
(JtOLÉW, JtÍJt'tw, JtQo<JxvvÉw x'tA.), de modo que pleo del término eLXWV, que había llegado a pondencia, en 1 Cor 11, 3, con la falta de in- nas, Gnosis und spiitantiker Geist UII [FRLANT
podemos pensar que, seguramente, el autor del mediatez de la mujer en su relación con Cris- 63], Gottingen 1954, 75), por cuanto Dios ~e ~e­
Apocalipsis tomó su material directamente de convertirse en término técnico por conducto
de la LXX: «imágenes -en forma de ídolos- to. Ambas cosas son el fundamento de la vela a sí mismo en el Logos como en su ELXWV
Dan 3. A pesar de las objeciones de E. Lohmeyer (Conf 96s). Ahora bien, a diferencia de Filón, pa-
(Offenbarung' [HNT], 116), no puede dudarse de que representaban ... ». mayor vulnerabilidad de la mujer ante loS ata-
ques de los demonios: una deficiencia a la que ra quien la revelación de Dios en el eLXWV es tan
que las descripciones que hay en el Apocalipsis sólo un pobre expediente (Conf 148; AH IlI, 100),
hacen referencia a actos que se celebraban en el 4. Es notable la contraposición que se ha- el varón no está expuesto por ser eLXWV de
culto imperial. Pablo afirma la plena representación de Dios en
ce en Heb 10, 1 entre OXLÚ y ELXWV, porque Dios y por estar ordenado directamente a su su «imagen», la cual describe precisamente el
de ordinario ambos términos se emplean co- «cabeza» (--> XE<pUA~), que es Cristo. Esta modo divino de ser bajo el aspecto de la conoci-
En Rom 1, 23 Pablo cita el Sal 105, 20 mo sinónimos, o bien ELXWV es el término ge- deficiencia se compensa únicamente con el bilidad y en relación con el creyente.
LXX, sustituyendo no obstante la referencia nérico que incluye en sí a OXLÚ (por ejemplo, hecho de que la mujer lleve un velo apotro-
al becerro de oro por la referencia al hombre Platón, Resp 50ge). Para conservar también paico. Lo que se expone en 1 Cor 11, 2-16 b) En Col 1, 15 lo que destaca en primer
y a una serie de tres clases de animales. ó¡.wLw- en Heb 10, 1 esa sinonimia, Sen (168) prefiere constituye un típico midrás, de tal manera que plano no es la función reveladora (aunque
f-tu procede de la cita y no necesita, por tanto, la variante textual del p" y sustituye ovx uv- la prueba de Escritura en el v. 7 «no pretende
ni puede decimos nada que vaya más allá de
también se halla presente en este pasaje) sino
la significación cosmológica de Cristo, por-
explicación, pero sí la exige seguramente la 't~v por xuL Sin embargo, hay que tener en
combinación pleonástica de óf-toLwf-tu con el cuenta que la oposición entre OXLÚ y EtXWV la situación concreta del momento» (Schwanz, que él no es sólo «la imagen del Dios invisi-
término ELXWV, que suele ser un término sinó- corresponde a la antítesis entre OXLÚ y owf-tU 19). ble» sino también «el primogénito de toda la
nimo. La hipótesis de que Pablo quería recor- en Col 2, 17; al igual que este último par de creación». Por tanto, la cuestión acerca del
b) Col 3, 10 se refiere también a Gén 1, 26
dar de esta manera que el hombre -según Gén conceptos, pretende distinguir seguramente significado de dxwv en el himno de Colosen-
con la expresión «según la imagen de su
1, 26s- está hecho a imagen y semejanza de entre la apariencia exterior y la esencia mis- ses habrá que planteársela como una cuestión
Creador», pero no emplea la idea de la seme-
Dios (Jervell, 325ss), falla por el hecho de ma de algo. Esta interpretación se ve apoyada janza del hombre con Dios como categoría acerca de la relación entre Cristo y el cosmos
que la serie de clases de animales depende de por el cambio que experimentó el significado antropológica, sino que, sirviéndose de la ter- (Eltester, 137). La designación de Cristo co-
ELXWV como sustantivo rector (E. Kasemann, de dxwv en el griego helenístico, donde el minología de la acción creadora de DioS a los mo «primogénito de toda la creación» se re-
An die Romer3 [HNT], 41). La serie de clases concepto se fue desligando cada vez más de la comienzos, describe la renovación constante fiere al rango de Cristo como mediador de la
de animales no remite, como tampoco remite limitación de expresar la idea de «fiel trasun- del «hombre nuevo», una renovación enca- creación en contraste con las criaturas, como
el sustantivo &v{}QwJto~, a Gén 1 (en contra to» y pasó a expresar toda la gama de matices minada al conocimiento moral del «hombre queda expresado definidamente por las frases
de Hyldahl, 287; Hooker, 300), sino que co- que van desde «copia» (Plotino, Enn IV, 7), nuevo». con preposición que aparecen en el v. 16. Es-
rresponde a la habitual polémica judía contra pasando por «característica esencial» y «ma- te complejo de ideas, como el concepto de la
los paganos. La combinación Ev Óf-tOLWf-tUn nifestación visible», hasta llegar a «modelo» 6. a) En 2 Cor 4, 3s la referencia a Cristo revelación en 2 Cor 4, 4, no pueden derivarse
eLXÓVO~ puede resolverse como diferencia- y «prototipo» (Luciano, VitAuct 18). como «imagen de Dios» tiene como función directamente de los enunciados del AT acerca
ción que se hace entre la «forma» (dxwv) y rechazar los ataques corintios contra el carác- de que el hombre fue creado a imagen y se-
la «reproducción» (óf-toLwf-tu) (H. Lietzmann, 5. a) 1 Cor 11, 7 recoge la idea de Gén 1, ter «velado» de la predicación paulina. Ahora mejanza de Dios. No, sino que ambas afirma-
Romerbriej' [HNT], 32; H. Schlier, Romer- 26s, pero lo curioso es que Pablo aquí limita bien, para Pablo, ese carácter «velado» del ciones acerca de Cristo como «imagen de
brief [HThK], 58) o como la diferenciación el atributo de ELXWV al hombre y, con ello, se evangelio es indicador de lo perdidos que se Dios» se entienden tan sólo sobre el trasfondo
entre la «reproducción» y el «prototipo», que lo niega indirectamente a la mujer. Esto lo hallan los oyentes, porque su receptibilidad de la doctrina judía acerca de la Sophia como
es «el original de esa reproducción, es decir, consigue Pablo entendiendo Gén 1, 26 a par" para la gloria de Cristo ha fallado a causa de mediadora de la creación y del mito gnóstico
la cosa misma reproducida» (Kitte1, 393). Es tir de Gén 2, 4ss (McCasland, 86; Jerwell, que sus sentidos han quedado cegados por el del Urmensch (el hombre primordial).
posible también la explicación ofrecida por C. 110ss), donde 'iidiim no es nombre genérico «dios de este mundo». Como Pablo se refiere
K. Barrett (Romans [BMTC], sub loco) y Ka- para designar al ser humano, sino que como a la deficiente capacidad de percepción de sus Como mediadora de la creación, la Sabiduría
semann (sub loco) en el sentido de que esa Adán -o nombre propio del varón- se contra- destinatarios y la fundamenta en una deficien- participa en la creación y la conservación del
cia de su órgano para la percepción cognitiva mundo (Sab 7, 21.27) Y es entendida como fiel
combinación debe entenderse como una for- pone a Eva, que es el nombre propio de la
1187 d'X,wv 1188 1189 1190

imagen de la bondad de Dios (Sab 7, 26). Filón de sus representantes. La catacresis, que aso- ELXWV no significa aquí «reproducción», sino concedida por Dios» (2 Cor 1, 12) Y por pro-
~~ama a la Sabiduría uQxT¡v xai. ELxóva xai. cia con ELXWV el verbo CPOQÉOl, correspon- clamar la palabra de Dios «10 mejor que sabe
que es una circunlocución para referirse a la
oQaow {}eov (AH 1, 43). Sobre el trasfondo de y a conciencia» (2, 17). Ahora bien, con
esta doctrina judía acerca de la Sabiduría se com- diente a la idea de llevar un vestido, se re- cosa misma que es reproducida, es decir, a la
monta a la mezcla gnóstica de las ideas del esencia del Señor. Pablo piensa que los cre- ELALXQLV- expresa él también la finalidad que
prenden todos los enunciados de la primera estro-
fa del himno de Colosenses, exceptuada la afir- «vestido» y de la «imagen» (por ejemplo, en yentes son hechos conformes a la esencia de persigue con respecto a la conducta de sus
m~ción del v. 18a de que Cristo es xEcpaAT¡ 'tov el Himno a la perla en los HechTom 108ss). su Señor, porque ellos también se convierten destinatarios: Flp 1, 10; 1 Cor 5, 8 (incluyén-
oOlfta'tO~ (Eltester, 140), para la cual hay que re- Pablo utiliza, pues, un esquema gnóstico, pe- en la gloria (---+ 6ó~a) que ellos «con rostro se a sí mismo); cf. 2 Pe 3, 1.
currir a la idea, ampliamente difundida, del Ur- ro lo modifica de manera característica me- descubierto contemplan en el espejo». Esta
mensch (el hombre primordial), que en el judaís- b) En 2 Cor 2, 17 ElALXQ LVELa se esclarece
diante el uso del futuro cpoQÉaOftEV, con el trasformación -representada como gradual o
mo helenístico se relacionó ya estrechamente con teológicamente mediante una triple determi-
la especulación acerca de la Sophia. Por tanto, el que da una dimensión escatológica al esque- continua- se concibe como un proceso ano nación: ex {}wu (el autor), xa"tÉvav"tL {}wu
puente entre los dos mythologoumena se tendió ma (atemporal por su propia naturaleza) de la 6ó~l]~ EL~ 6ó~av, pero no como una mutatio
(el juez) y fv XQLa"tQ:> (el medio).
precisamente mediante el empleo del concepto de relación arquetipo-imagen. magica, «sino como el divino poder que va
ELXWV (Kiisemann, Versuche 1, 40). Porque no só- haciéndose eficaz en la vida histórica de los c) 1 Cor 5,6-8 ilumina este último aspecto.
lo la Sabiduría es dxwv {}eov, sino que también b) Rom 8, 29 define la finalidad de la elec-
creyentes» (R. Bultmann, Der zweite Brief an La levadura, según las ideas judías tradiciona-
el Urmensch (hombre primordial) porta la dxwv ción eterna de los creyentes por Dios. Y la de-
die Korinther [KEK], 98). les, es imagen de la impureza. Pablo la inter-
del Padre (CorpHerm 1, 12) y está creado a ima- fine en el sentido de que éstos están destina-
H. Kuhli preta, además, como símbolo de lo ya supera-
gen de Dios (Filón, AH 1, 31ss). dos a «ser hechos conforme a la imagen de su
Hijo». Limitar este acontecimiento a la parti- do (de lo «antiguo»). Por eso, la masa no
cipación en la resurrección corporal sería tan fermentada -es decir, el pan ázimo de la Pas-
7. a) En 1 Cor 15, 45-49, en el marco de fiAtXQí.vfta, a~, ÍJ elikrineia pureza, in- cua- es el símbolo de una vida nueva, pura
equivocado como entender el proceso en un
su argumentación en favor de la resurrección tegridad* (cf. v. 7: ex-xm'}áQa"tE) y verdadera. La base
sentido puramente presente. «El aconteci-
de los muertos, Pablo recurre a lo antitípico dALXQLV'IÍ~, 2 eilikrines límpido, puro* de esta vida es el sacrificio de Cristo, que fue
miento debe entenderse como algo que co-
entre el «primer» hombre y el «último» hom- inmolado como nuestro Cordero pascual.
mienza en el presente, pero que pertenece Bibl.: F. Büchsel, Eif.lXºlV~~ XÚ., en ThWNT n,
bre, y fundamenta en esta antítesis la oposi-
decisivamente al futuro» (Schwanz, 52). Sor- 396 H. Goldstein
ción existente entre el aWfta 'lj!'lJXLXÓV y el prende la asociación de la idea de ELXWV con
aWfta nVE'lJftatLXÓv (v. 44), a la que corres- el concepto de ---+ nQOl"tó'tOxO~ (cf. Col 1, 1. El adjetivo es un compuesto de ELAl]
ponde la contraposición entre lo «terreno» y 15.18), que indica raíces parecidas a las de la (poético: luz del sol, calor del sol; cf. ~ALO~) dAtXQtVÍJ~, 2 eilikrines puro, incontami-
lo «celestial» (v. 47). Este midrás sobre Gén predicación de Cristo como imagen de Dios y XQLVOl (examinar); por eso significa: exami- nado
2, 7 se halla dentro de la tradición de las es- en el himno de Colosenses. Ahora bien, en nado a la luz del sol (observado a la luz del ---+ ELALxQLVELa.
peculaciones sobre el Urmensch (hombre pri- Rom 8, 29 este enunciado no tiene una orien- día), absolutamente limpio, puro, honrado,
mordial), concretamente en su oposición anti- tación cosmológica sino soteriológica, y sirve íntegro. De ahí que, junto a la ortografía usual
tética entre dos hombres, uno de ellos terreno para describir el acontecimiento salvífica en ELALxQLVELa, se encuentre también la forma ft,.,í. eimi ser
y psíquico, y el otro, celestial y pneumático (E. los creyentes como la realidad de que éstos genuina, que es la aspirada, dALxQLVELa o 1. Aparición y usos del verbo en el NT - 2. Como
Brandenburger, Adam und Christus [WMANT sean hechos conformes a la ELXWV de Cristo dALXQLV'IÍ~. verbo copulativo - 3. Como predicado verbal - 4. En
7], Neuk:irchen-Vluyn 1962, 62ss). Esta antí- (en contra de Kürzinger). En contraste con 2 combinación con preposiciones - 5. Con genitivo o da-
tivo.
tesis aparece también en Filón, donde vemos Cor 4,4 Y Col 1, 15, ELXWV en Rom 8, 29 no 2. Estos términos aparecen raras veces en
que el hombre celestial, en contraste con el significa «reproducción» sino «arquetipo»: se la Biblia y en el NT. El sustantivo se encuen- Bibl.: J. Barr, Bibelexegese und moderne Semantik,
hombre terreno, está creado a imagen de Dios trata de la relación de Cristo con los creyen- (Oxford 1961) München 1965,64-77; T. Bomann, Das
tra en 1 Cor 5,8; 2 Cor 1, 12; 2, 17. El adjeti-
hebriiische Denken im Vergleich mit dem griechi-
(All 1, 31s). Como el hombre ideal que es, de- tes, y no de la relación de Cristo con Dios. En vo aparece en Sab 7,25; Flp 1, 10; 2 Pe 3,1; wv,
schen, Gottingen 61977, 27-39; F. Büchsel, d[,ll, ó
be distinguirse del hombre terreno (Op 134). todo caso, está descaminada la extrapolación cf. 2 Clem 2, 5; 32, 1; 2 Clem 9,8. en ThWNT n, 396-398; B1aB-Debrunner § 98, 127s,
Para exponernos lo antitípico que hay entre de que Cristo sea la imagen de Dios y de que 189s; C. H. Kahn, The Greek Verb «to be» and the
los dos «hombres», Pablo toma como punto los creyentes sean hechos conformes a la ima- 3. Con respecto al significado: a) Una de Concept of Being: Foundations of Language 2 (1966)
gen de Cristo para deducir de ahí la realidad 245-265; H. Kraft, Die Offenbarung des Johannes
de partida el carácter de esos hombres como las características del vocablo consiste en que (HNT), Tübingen 1974, 31; C. H. Ratschow, Werden
representantes (v. 48; Rom 5, 12ss) de los de que los cristianos sean imagen de Dios. Pablo (lo mismo que el autor de 2 Pedro) lo und Wirken (BZAW 70), Berlin 1941; B. Reicke, en
hombres vinculados cOn ellos, porque el hom- c) El enunciado de 2 Cor 3, 18 se encuen- emplea -sin excepción- a propósito de su BHH I1I, 1759s; H. Zimmermann, Das absolute «Ich
bre terreno (Adán) y el hombre celestial apostolado. En primer lugar, se sirve de este bin» als biblisches Offenbarungsforrnel, tesis Bonn
tra en estrecha relación con el de Rom 8, 29.
(Cristo) son relacionados respectivamente 1951.
Pablo afirma que los creyentes son «trasfor- término para expresar su sincero orgullo
con los miembros de sus correspondientes mados en la misma imagen» (a saber, en la (xaúXl]aL~, 2 Cor 1, 12) por haber actuado 1. ELftL aparece en más de 30 formas gra-
grupos, ya que éstos «portan» en sí la ELXWV imagen del Señor). Como en Rom 8, 29, con los corintios «en la santidad e integridad maticales distintas en unos 2450 lugares del
1191 1192 1194
1193

NT, Y se halla distribuido por todos los escri- cual hay que suponer seguramente una in- Lc 15, 26; 'ttVU 'l'tÉAEL 'tuiJ'tu ELVaL, «qué 3. a) eL¡tL puede ser predicado verbal
tos del NT. La mayoría de los testimonios se fluencia hebrea o aramea. La forma perifrás- quiere decir esto» (Hech 17, 20); como en la (casi siempre en imperfecto de indicativo) y
encuentran en Juan (unos 440), Lucas (unos tica no supone en la mayoría de los casos interpretación de las parábolas (-+ 2.a), se entonces en contextos narrativos, significa
360), Mateo (unos 290) y Hechos (unos 280). ninguna modificación del sentido, pero sí in- acentúa el verdadero significado de algo pre- ser, existir, vivir, estar, por ejemplo, 0-0 ~v 't0
d¡tt aparece con relativa frecuencia en 1 Juan tensifica algunas veces lo que se expresa en viamente existente o ya enunciado, pero no :7tat6LOV, «donde estaba el niño» (Mt 2, 9);
(unas 100 veces), y en cambio se encuentra los enunciados. se efectúa una identificación; algo parecido XUL ~v exd, «y permaneció allí» (Mt 2, 15;
relativamente pocas veces en 1 Pedro (3 ve- d¡tt puede emplearse también como predi- ocurre con la fórmula de dispensación 'tOiJ'tó cf. Mc 5, 21); en la introducción a relatos y
ces), 2 Pedro (13 veces), 2 Tesalonicenses (7 cado verbal y entonces tiene casi siempre el
eo'tLv 't0 ooo¡tá (uT¡tá) ¡tou, en Mc 14,
parábolas: av'l'tQw:7tor;, ~v, «érase (una vez)
veces) y Filemón (3 veces). Entre las distintas sentido de estar presente, existir, vivir, perma- un hombre» (Mt 21, 33; Lc 16, 1, y passim;
22.(24) par.; cf. 1 Cor 11, 24.25. Con el pan
formas de d¡tL, las más frecuentes son eo·tlv o necer o, en forma impersonal, hay, sucede, es cf. también Mt 22, 25; 23, 30); también con el
y el cáliz están presentes, cual verdadero
Eonv (unas 900 veces), eLOLV (157 veces). (-+ 3). significado de suceder: OXLO¡tU ~v, «se pro-
sentido de los mismos, el cuerpo de Cristo y
d¡tt (140 veces), ~v (unas 315 veces); en fu- En combinación'con preposiciones, d¡tt sir- dujo una división» (Jn 9, 16); 6d yaQ XUL
el nuevo pacto. La traducción más acertada
turo es bastante frecuente sobre todo la forma ve para designar el origen, la pertenencia, la ULQÉOELr;, EV 'Ú¡tLV ELVat, «es necesario que en-
sigue siendo «esto es ... » en el sentido de
E01:at (118 veces), y en participio de presente, orientación o, en general, el lugar de cosas y tre vosotros haya disensiones» (1 Cor 11, 19;
sobre todo la forma wv (44 veces). Una estre- personas (-+ 4). «ahí está presente». cf. además Mt 24, 37); XUL EO'tat (seguido de
cha conexión entre el estilo de un documento Con genitivo o dativo EL¡tt puede expresar d) El d¡tL perifrástico sirve para la fun- futuro): «y sucederá que ... » (Hech 2, 17.21;
del NT y su uso de d¡tt puede observarse en una relación de posesión o pertenencia (cf. ción gramaticalmente necesaria de conectar el 3, 23). Cuando se indica una hora o tiempo:
las afirmaciones lapidarias de la Carta prime- BlaB-Debrunner § 189s) (-+ 5). participio de perfecto con el futuro (por ejem- ~v ... roQu €x'tr¡ (Lc 23, 44); ~v :7tUQUOXEU~
ra de Juan (con sorprendente predominio de plo, en Mt 16, 19; 18, 18). Se usa también en (Mc 15, 42); ~v éOQ't~ 'tOOV 'Iou6utwv (Jn 5,
eO¡tÉv), y también en los «enunciados de re- 2. a) Como verbo copulativo, d¡tL pone otras situaciones sin modificación apreciable 1); ~v 6/:. oáppu'tOv (Jn 9, }4); estar presen-
velación» del evangelio de Juan (-+ eyw 2), en relación mutua el sujeto y el predicado no- de significado con respecto a las formas no te, haber allí: 01J:7tW yaQ i]v :7tVEiJ¡tU (Jn 7,
en donde además el infinitivo (que sólo apa- minal, por ejemplo, d ULOr;, EL 'tOiJ 'l'twiJ (Mt perifrásticas. Además de esto, se usa para re- 39); :7táALV :7tOA.A.oiJ OXAOU ov'tOr;" «habiendo
rece 3 veces) queda relegado en favor de la 4, 3); xut yaQ rUALAULOr;, EL (Mc 14, 70); ELr;, calcar de manera especial un enunciado o el allí de nuevo mucha gente» (Mc 8, 1); cf.
tercera persona del presente de indicativo eonv ó ayu'l'tór;, (Mt 19, 17); establece una aspecto nominal del verbo, propio del partici- también ¡t~ ov'tor;, vó¡tou, «cuando no hay
(116 veces, frecuentísimamente con o'u reci- identificación entre el sujeto y el predicado, ó pio (por ejemplo, en Mt 19, 22; Mc 5, 14; 6, aún ley» (Rom 5, 13); seguido de infinitivo:
tativo), mientras que precisamente Lucas y AÚXVOr;, 'toiJ ow¡tu'tór;, eonv ó Oq¡'l'tUA¡tÓr;, 52; Lc 23, 53; Jn 6, 50; Hech 22, 20; 25, 10; 1 oux EO'tLV, «no es posible» (1 Cor 11,20).
Pablo (sobre todo en Romanos) emplean con oou (Lc 11,34); cf. 1 Cor 9,2; especialmen- Cor 7, 29; 15, 19; Gál 1, 22.23). Sirve tam- b) Lo real, lo que ha sido llamado por
frecuencia el infinitivo y el participio de pre- te en la interpretación de una parábola, por bién para acentuar la duración o la repetición Dios a la existencia, se llama 'ta OV'tU, por
sente. ejemplo, ó 6e aYQór;, eO'tLv ó xóo¡tor;, (Mt 13, habitual de una acción o de un estado (por contraste con lo que no existe, 'ta ¡t~ ov'tu
En la mayoría de los pasajes, d¡tt se emplea 38; cf. 13, 37.29 bis), y en la fórmula de intro-
ejemplo, en Mc 1, 22 par. Mt 7, 29; Mc 15, (Rom 4, 17; en cuanto a la creación del mun-
como cópula (o verbo copulativo) entre el su- ducción de una parábola, por ejemplo, Ó¡tOLU
43; Mt 10, 22; Lc 14, 1; 19, 47; Hech 1, do a partir de la nada, cf. 2 Mac 7, 28; Herm
jeto y el predicado (-+ 2). En tales casos, el su- EO'tLV ~ PUOLAdu 'tOOV oUQuvoov ... , «el reino
13.17; 2, 42; 3,10; Ef 4,18; tiene un peso es- [v] 1, 1, 6; en sentido figurado, se dice que la
jeto puede mencionarse explícitamente o ha- de los cielos es semejante a ... » (Mt 13,
pecial ~v en Jn 1, 28: «donde Juan estaba y conversión es una nueva creación, JyA 8, 15).
llarse implícito en el verbo copulativo; asimis- 33.44). El predicado nominal hay que dedu-
bautizaba ... »). V éanse también las expresio- En 1 Cor 1,28 'ta ¡t~ OV'tU es una imagen pa-
mo, el predicado nominal puede mencionarse cirlo a veces del contexto (1 Jn 3, 1).
nes impersonales :7tQÉ:7tOV eo'tLv (1 Cor 11, ra designar a los «indignos» que han sido ele-
explícitamente o habrá que deducirlo del con- b) Con frecuencia encontramos en los gidos, por contraste con 'ta OV'tU, es decir,
13) Y 6Éov eo'tLv (Hech 19,36).
texto; finalmente, el verbo copulativo puede evangelios la fórmula -+ EyW d¡tL sin deter- aquellos que pudieran ufanarse de sí mismos,
suprimirse en proverbios y sentencias, en ex- minación explícita del predicado, el cual de- e) d¡tt aparece en combinación con ad- pero que de esta manera no responden a lo
presiones impersonales o en exclamaciones y be deducirse por el contexto: 'l'tUQOELLE, verbios, por ejemplo, eyyur;, d¡tL, estar cerca que Dios espera de ellos.
también en preguntas (cf. BlaB-Debrunner § EyW d¡tL (Mc 6, 50 par. Mt 14, 27; Mc 14, (Mt 24, 33; Mc 13, 28); ¡tuxQav d¡tL, estar
127s). De esta manera surge la oración de pre- lejos (Mc 12,34); :7tóQQw d¡tL, estar lejos (Lc c) Con arreglo a la designación que Dios
62; Jn 4,26; 8, 28; 18,5; cf. también Mt 26,
dicado nominal, frecuente en hebreo, pero que 14, 32); EV'tOr;, d¡tL, estar en medio (Lc 17, hace de sí mismo, 'Eyw d¡tt ó WV o 'O wv
22.25).
no es rara tampoco en griego. 21); oihwr;, d¡tL, serasí(Mt 1,18; Rom 4, 18; (Ex 3, 14 LXX), vemos que ó WV es el nom-
En conexión con el participio de presente c) La fórmula 'toiJ't' EO'tLV (y otras por el 1 Pe 2, 15); EO'tW OOL roO:7tEQ 'tEAWVr¡r;" «sea bre con que los judíos helenistas designan
o de perfecto, d¡tt se usa en formas perifrásti- estilo) tiene una función explicativa, esto es, para ti como un recaudador de impuestos» más corrientemente a Dios (Filón, Abr 12; Jo-
cas que sustituyen a las correspondientes for- esto significa, a saber, y se emplea a menu- (Mt 18, 17); 'to ELVat LOU 'l'tEip (neutro plural sefo Ant VIII, 350). En consonancia con ello,
mas verbales (principalmente en Lucas/He- do para traducir expresiones arameas, por en función de adverbio), «ser igual a Dios» en ~l Apocalipsis encontramos tres veces ó
chos, cf. BlaB-Debrunner § 352s), en todo lo ejemplo, en Mt 27, 46; Mc 7, 11.34; 9, 10; (Flp 2, 6). WV como nombre para designar a Dios, según
1195 EL¡'Ú- eL:n:ov 1196 1197 eL:n:ov 1198

la «fórmula de los tres tiempos», una fórmula Bibl.: Bauer, Worterbuch, s. v.; Moulton, Grammar c) dJtov se usa en construcciones elípticas,
12, 15; EX LOU 6La~óAo'IJ EOLLV, <<pertenece III, 64, 237; Robertson, Grammar, s. v. en el índice
que resultaba familiar para la tradición griega al diablo», 1 Jn 3, 8). - d[.tl, EV, «vivir en un analítico; Schmidt, Synonymik 1, s. v. en el índice ana- en las que hay que suplir un aULó deduciéndo-
desde Homero y era también familiar para la lugar» o «estar en un lugar determinado» (Mt lítico; G. Strecker, Der Weg der Gerechtigkeit (FR- lo del contexto: Lc 22, 67; Jn 9, 27; 16, 4, Y
tradición judía (Büchsel, 397; Kraft): ó wv 18,20; Mc 2,1; Rom 8,34; en sentido figura- LANT 82), Góttingen '1971, en el índice analítico s. v. otras por el estilo. Aquí hay que incluir también
xal, ó ~v xal, ó ~QXÓ[.tfVOe; (Ap 1, 4 [en una do, ~[.tfV EV Lft oaQxL, Rom 7,5; EV ole; d[.tL,
dJtEiv. la construcción ov dnae;, «¡sí!»: Mt 26,25.64
bendición].8 [como autopredicación de Dios, «en mi situación», Flp 4, 11). - d[.tL Enl, LO (cf. Bauer, s.v. 1); hay paralelos en los escritos
en conexión con EyW d[.tL]; cf. Ap 4, 8 [en el 1. dnov (unas 925 veces en el NT) se em- rabínicos y helenísticos (cf. Wettstein NT 1,
aULÓ, «estar juntos en el mismo lugar» (Hech
clamor de una oración]). Y encontramos tam- plea como aoristo segundo de AÉyro. Se em- 518a; Billerbeck 1, 990s); cf. la expresión pare-
1, 15; 1 Cor 7,5).
bién este nombre dos veces en la fórmula ó plea también, como aoristo primero, dna; so-
bre las demás formas verbales cf. Bauer, s. v.
cida ov A.ÉyfLe;: Mc 15,2 par.; Jn 18, 37.
wv xal, ó ~v (Ap 11, 17; 16,5 [también en el 5. d[.tL con genitivo expresa la relación de
clamor de una oración y en la alabanza de posesión o pertenencia (por ejemplo, LLVOe; Concretamente, dnov se usa en el NT con los
3. La persona (o personas) a quien (o a
Dios). La fórmula trimembre nos hace ver EOLaL yúvl], Mc 12,23; cf. Mt 19, 14; Rom 8, siguientes significados y construcciones:
quienes) se dice algo, es (son) identificada(s):
que ó ~v es violentado lingüísticamente para 9; Eyro [.tÉv d[.tL IlaúAo'IJ, 1 Cor 1, 12; návLa a) con el dativo: dnov LL LLVL (LWL), Mt 28, 7;
que haga las veces de participio; es también ú[.twv Eonv, 3, 21; cf. 6, 19; con referencia al 2. Con objeto en acusativo: a) con acusa- Lc 4,23; 7, 40, y passim, b) con una preposi-
intencional el uso indeclinado de la fórmula origen: TI LOU 'frwu xal, [.ti¡ ES ~[.twv, 2 Cor 4, tivo de cosa: (Li¡V) uA~{}fLav, Mc 5, 33 (2 ción: nQóe;, Lc 1, 13.18.28.34; 4, 23; 5, 4; 12,
que depende de la preposición unó, en Ap 1, 7; a la edad, Hech 4, 22). - d[.tL con dativo Cor 12, 6); cf. Jn 4, 18; Myov, Mt 26, 44; Jn 16, Y con mucha frecuencia en la doble obra
4. Lo que interesa al vidente es la alabanza puede expresar igualmente una relación de 2, 22; 7, 36; 18, 9.32. Esta expresión debe de Lucas. En los casos mencionados, las pala-
del nombre de Dios que «viene» desde su ser posesión, por ejemplo en Jn 18, 39, pero tiene entenderse negativamente en el sentido de bras se dirigen directamente a las personas re-
eterno, de quien no se puede predicar ni que además el significado de suceder a, Mt 16, «blasfemar», cuando va asociada con las feridas; otra cosa sucede en Mc 12, 12; Lc 18,
él llegó a ser (ó yeyovwe;, como en las fórmu- 22; cf. 18, 8; 1 Cor 9, 16. preposiciones --+ de; (Lc 12, 10) Y -> xaLá 9; 20, 19, donde hay que traducir «(decir) re-
las griegas) ni que es sencillamente un «deve- H. Balz (Mt 12, 32). La expresión me; Enoe; dnELv firiéndose a». Con excepción de Mc 12,7.12
nir» atemporal (ó EOÓ[.tfVOe;). Es comparable (<<para emplear la palabra justa»), muy di- Y Rom 8, 31, la construcción de dnov con
el Eyro d[.tL de Cristo en Jn 8, 58: «Antes de fundida en el griego clásico, aparece una vez nQóe; se encuentra únicamente en la doble
ElVfXfV heineken a causa de
que Abrahán naciera, yo soy». en el NT: Heb 7, 9 (cf. Wettstein, NT 11, obra de Lucas.
--+ eVfxa.
Según Heb 11, 6, lo que importa es la fe en 409). La pregunta LL EQOU[.tfV (<<¿qué dire-
«que Dios es» [o: en que hay Dios] (on mos?») es una fórmula de transición utiliza- 4. Si dnov se utiliza sin objeto, entonces:
EO'tw) y en que él deja que le encuentren; cf., tlj'tfQ eiper si ciertamente, si es verdad que* da por Pablo en Romanos (3, 5; 6,1; 7, 7; 8, a) el verbo aparece acompañado de adverbios
a propósito de la fórmula, 1 Cor 8, 5: dnfQ La conjunción fLnfQ, con excepción de 2 31; 9, 14.30). u otros determinantes: con Ó[.tOLroe;, Mt 26,
dol,v AfyÓ[.tfVOL {}fOL..., pero con la elipsis de Tes 1, 6, se encuentra únicamente en Pablo Las citas del AT se introducen a menudo 35; moaúLroe;, Mt 21, 30; xa'frwe;, Mt 28,6;
d[.tL en los vv. 4 y 6, donde se trata del único (Rom 3,30; 8, 9.17; 1 Cor 8, 5; 15, 15; 2 Cor con la construcción pasiva: LO Ql]'fri:v (úno Lc 24, 24; Jn 1,23; 7, 38; Ev naQa~oAaLe; /
Dios. La omnipotencia de Dios es el tema de 5, 3 v.l.) y en 1 Pe 2, 3 v.l. Lo mismo que -> X'IJQLO'IJ) 6La LOU nQO<p~LO'IJ Af-yOVLOe;, u 6L<1 naQa~oAfje;, Mt 22, 1, «hablar en pará-
la eulogia de Rom 9, 5: Ó WV Enl, návLrov EávnfQ introduce una oración condicional otras por el estilo. Así lo vemos en las intro-
bolas I decir una parábola»; AÓY\fl, Mt 8, 8
{}fÓe;, «Dios que tiene poder sobre todo». que presenta una razón nueva pero decisiva ducciones a las «citas de reflexión» efectua-
par. Lc 7, 7, «decir una palabra» (para obrar
para la apódosis. Tiene, pues, un matiz adicio- das por el redactor de Mateo (Mt 1, 22; 2,
la curación) - AÓY\fl es dativo instrumental.
4. Encontramos principalmente las si- nal de conjunción causal (cf. BlaB-Debrunner 15.17.23; 4,14; 8,17; 12, 17; 13,35; 21, 4 y
b) dnov se emplea en las cartas para introdu-
guientes combinaciones de d[.tL con preposi- § 454, 2 con la nota 2): puesto que, Rom 3, 30 27, 9 (cf. Strecker, 49-85). Las antítesis del
cir retóricamente una objeción que a uno se le
ción: d[.tl de;, «llegar a ser algo» (por ejem- (v.l. EndnfQ, «dado que, ciertamente»); 8, Sermón de la Montaña se introducen median-
viene a la mente: EQEL LLe;, u otras expresiones
plo, de; oáQxa [.tLav, Mt 19, 5 [v. 6 dOLV ... 9.17; 2 Tes 1,6; xaL yaQ fLnfQ, «pues aun- te la expresión EQQÉ'frl] (LOLe; uQxaLme;, Mt 5,
por el estilo: Rom 9, 19; 11, 19; 1 Cor 15,35;
oáQS [.tLa!]); 1 Cor 6, 16; de; Ol][.tELÓV dmv, que, incluso si», 1 Cor 8, 5; fLnfQ aQa, «si es 21.27.31.33.38.43); cf. también la expresión
Sant 2, 18. c) dnov se usa para introducir un
«sirven como señal», 14, 22; E[.tOI, 6i: de; verdad que» (cf. aQa en griego clásico: «co- LO dQl][.tÉvov (6La LOU nQO<p~LO'IJ), Lc 2,
discurso en el que a menudo se determina más
EAáXWLÓV EOLLV, «no me importa lo más mí- mo dicen»), 15, 15. 24; Hech 13,40; Rom 4, 18 (Hech 2, 16).
precisamente el sentido del verbo mediante el
nimo», 4, 3; en lugar de un predicado en no-
b) dnov aparece con acusativo de persona empleo de un participio; véanse los siguientes
minativo, de; LO €v dmv, «llegan a ser uno», tLj'tOV eipon hablar, mandar, llamar (<<hablar de alguien»), por ejemplo, en Jn 1, pasajes en los que dnov va acompañado de
1 Jn 5, 8; cf. 2 Cor 6, 18; Heb 1, 5 [cf. BlaB-
l. Como aoristo segundo de AÉyw - 2. Con objeto 15 Y (en pasiva) Mt 3, 3. Esta construcción participios de diversos verbos: Mt 2, 8; 3, 7;
Debrunner § 145, 1]). - d[.tl, EX como expre-
en acusativo - 3. Con personas - 4. Sin objeto de la aparece también con los adverbios xaAWe; 8,19; 9,12; 12,24; 15, 10; 17,7; Mc 6, 24; 8,
sión de pertenencia o de origen (por ejemplo, acción verbal - 5. «Mandar» - 6. «Pensar» - 7. «Lla- (xaxwe;): «hablar bien (mal) de alguien»: Lc 7; cf. principalmente la expresión unoxQL-
EX LOU novl]Qou EOLLV, procede del maligno, mar» - 8. «Predecir» - 9. Ninguna diferencia de signi-
Mt 5,37; cf. 26, 73; Jn 17, 16; 18,25; 1 Cor ficado con respecto a AÉyW. 6,26; Hech 23,5 (citando Ex 22,27). 'frete; dnfv. Aparece con especial frecuencia
1199 dnov - EtQ1ÍVY] 1200 1201 1202

en Mateo (en contra de la fuente de Marcos o siologie, en G. Picht y otros (eds.), Studien zur Frie- portadores de la salvación, tienen que crear ya
d~l]VEÚro eireneuo conservar la paz, vivir densforschung IX, Stuttgart-München 1972, 96-173;
la fuente Q: Mt 3, 15; 4, 4; 11,4.25; 12,48, Y desde ahora una comunidad de paz. También
en paz* A. Viigtle, Was ist Frieden? Orientierungshilfen aus
passim), pero aparece también en Marcos (a Mc 9, 50: eLQl]veúe'te fv aAA1ÍAot~, « .. .1os dem NT, Freiburg i. Br. 1983; K. Wengst, Pax Roma- los esenios (CD 6, 21s; 1QM 3, 5; TestDan 5,
diferencia de Mateo y de Lucas: Mc 6, 37; 10, unos con los otros»; de manera semejante en na, Anspruch und Wirklichkeit, München 1986; C. 2) y los fariseos (cf. Billerbeck 1, 215-218)
51; 14,48) Y en Lucas (en contra de la fuente Westermann, Alttestamentliche Elemente in Lk 2, 1- conocen un mandamiento de la paz, orientado
1 Tes 5, 13: eLQl]Veúe'te fv Éau'tOL~, « .. .1os 20, en FS Kuhn, 317-327. Cf. más bibliografía en
de Marcos: Lc 5, 22.31; 6, 3, Y passim). En unos con los otros»; Rom 12, 18: «A ser posi- ThWNT X, 1069s. hacia la paz final. La expresión de este man-
contraste con esto, Juan prefiere coordinar los ble en cuanto de vosotros dependa, conser- damiento, «perseguir la paz», tomada del AT
dos verbos: CtJtEXQL1'}l] xaL e'&tev, Jn 1,48; 2, vad la paz con todos los hombres» (eL 1. eLQ1ÍVl] aparece en total 92 veces. Con (Sal 34, 15; Abot 1, 12; bSan 6b; cf. Rom 14,
19; 3, 10, Y passim; cf. en los Sinópticos un buva'tóv, 'to ES U[!&v, [!C'tu :rtáv'twv av- excepción de la Carta primera de Juan, el tér- 19; 1 Pe 3, 11; Heb 12, 14), requiere más que
solo testimonio de esta construcción: Lc 17, {}Qw:rtwv eLQl]veúoV'te~) (cf. TestBen 5, 1); mino aparece en todos los escritos del NT, pe- una simple concordia y exige que en el propio
20. d) dnov va seguido de on: Mt 28,7.13; usado en sentido absoluto, 2 Cor 13, 11; --+ ámbito social se realice la paz esperada. - La
ro con la mayor frecuencia en los evangelios
Mc 16, 7; Jn 6,36; 7, 42, Y passim. elQ1Ívl]. bienaventuranza dirigida a los que procuran la
(25 veces), hallándose documentado 4 veces
paz en Mt 5, 9, con la mención que se hace de
en Mateo, 1 en Marcos, 14 en Lucas (7 en He-
5. Algunas veces dnov encierra el sentido los hijos de Dios y de la recompensa en el rei-
de una orden o mandato. Entonces va acom- Et~t1Vl], l]~, tí eirene paz* chos), 6 en Juan. El término se encuentra tam-
no futuro (Sal 37, 11; 1QS 4, 7s; 1QH 13, 17;
1. Aparición del término en el NT - 2. El mensaje
bién en Pablo (26 veces), sobre todo en Ro-
pañado casi siempre de infinitivo: Mc 5, 43 15, 16), procede de ese mismo ambiente.
de paz de Jesús en la tradición pre-sinóptica. - 3. L.a manos (10 veces); por lo demás, donde aparece
(<<él ordenó [dnev] que [a la niña] le dieran En los logia de Mt 10, 12s / Lc 10, 5s Y Mt
comprensión de los evangelistas - 4. Forma y contem- más frecuentemente es en Efesios (8 veces).
de comer»); Mc 8, 7; Lc 12, 13; 19, 15, Y pas- do de los enunciados paulinos - 5. Desarrollos en las 10, 34 { Lc 12, 51, de la instrucción sobre la
sim. O lleva también Lva y subjuntivo: Mt 4, cartas deuteropaulinas - 6. Las concepciones en los misión, en el material más reciente de Q, se
demás escritos. 2. En la tradición pre-marquina, represen- sitúa a la última generación de Israel ante una
3 par.; 20, 21.
tada en Mc 5, 34, escuchamos en labios de Je- elección definitiva. No hay que entrar en nin-
Bibl.: H. Baarlink, Friede im Himmel. Die lukani-
6. La expresión elJtOV EV alJ1:cp / EV 'tñ xaQ- sús la fórmula de despedida, familiar ya por el guna ciudad y en ninguna casa sin hacer la
sche Redaktion von Lk 19, 38 und ihre Deutung: ZNW
?Hq. au'tOiJ (quizás hay que incluir aquí tam- 76 (1985) 170-186; G. Baumbach, Das Verstandn.is AT y el judaísmo: «¡Vete en paz!» (cf. Lc 8, promesa de la salvación en forma de un salu-
von EL im NT, en Theologische Versuche V (Berhn 48; Jue 18,6; 1 Sam 1, 17; 20, 42; 29, 7; Jdt do de paz o de la salutación angélica (Dan 10,
bién el pasaje de Mc 12, 17, --+ 3.b), «pen- 1975) 33-44; E. Brandenburger, Frieden im NT, Gü-
san>: Mt 9, 3; Lc 7, 39; 12, 34; 16, 3; 18,4. 8, 35). En conexión con los actos taumatúrgi- 19; Tob 12, 17). El que la acepte, será un «hi-
tersloh 1973; Id., Perspektiven des Friedens im NT:
Rom 10, 6 es un hebraísmo y corresponde a BiKi 37 (1982) 50-60; G. Delling, Die Bezeichnung cos de Jesús, que hacen presente el reinado de jo de la paz»; el que la rechace, permanecerá
'amar belibó: Dt 8, 17; SallO, 6; 13, 1; «Gott des Friedens» und ahnliche Wendungen in den Dios, la bendición significa la promesa -for- excluido para siempre de la salvación. En la
Paulusbriefen, en FS Kümmel, 76-84; E. Dinkler, en mulada con plena autoridad- de la salvación sentencia del ~A{}OV (a propósito de hitfl
Est 6,6. RAC VIII, 434-505; W. Eisenbeis, Die Wurzel slm im
escatológica. Corresponde a la palabra del §alóm cf. Billerbeck 1, 585s), con el motivo
AT, Berlin 1969; J. Gnilka, «Christus unser Friede» -
ein Friedens-Er16serlied in Eph 2, 14-17, en FS Schlier, «anciano de días» en Hen [et] 71, 15: «El pro- de la división entre los miembros de una mis-
7. el:rtov con doble acusativo significa lla-
190-197; G. Haufe, Eirene im NT: Comm. Viatorum clama la paz sobre ti en nombre del mundo ma familia (Mc 13, 12; Miq 7,6; Hen [et] 100,
mar [= denominar]: Jn 10,35; 15, 15. 27 (1984) 7-17; H. Hegermann, Die Bedeutung des es- futuro; porque de allí brota la paz desde la crea- 1-2; Jub 23, 19s), Jesús no llama a los discípu-
chatologischen Friedens ... , en W. Danielsmeyer (ed.), los a empuñar la espada (cf. Mt 26, 52), sino
8. En pasajes como Mt 28, 6; Mc 14, 16; Der Friedensdienst der Christen, Gütersloh 1970, 17- ción del mundo». En contra de los preceptos
39; O. Hofius, Katapausis, Tübingen 1970; J. J. Kilga- levíticos sobre la pureza, Jesús da por buena que vaticina cruel persecución y la desintegra-
Lc 23, 13; Jn 14,28; 16,4, d:rtov tiene el sig- ción de la paz doméstica y de la tranquilidad y
llen, «Peace» in the Gospel of Luke and Acts of the la fe de la mujer menospreciada socialmente y
nificado de predecir. Apostles: Studia Missionalia 38 (1989) 55-79; G. el orden en el propio pueblo.
Klein Der Friede Gottes und der Friede der Welt: la acoge de nuevo en la comunidad.
9. No se observa ninguna diferencia de ZThK 83 (1986) 325-355; S. Meurer, Das Recht im La observación críptica vinculada a la sen- 3. Mateo entendió los macarismos en el
significado entre Myw y e'&tov. En el NT am- Dienst der Versdhnung und des Friedens, Zürich tencia acerca de la sal en Mc 9, 50, en la ins-
1972; H. H. Schmid, Schiílom. Frieden im Alten
sentido de una instrucción sapiencial (cf. Sal
bos verbos no sólo aparecen como lecturas trucción dada a los discípulos, conduce a la ex- 34 y 37). ¡Feliz de aquel que concierta la paz
Orient und im AT, Stuttgart 1971; H. H. Schmid y
variantes el uno con respecto al otro, sino que otros, Frieden (U-IV), en TRE XI, 605-618; Spicq, hortación a conservar la paz unos con otros antes de que llegue el fin! El que no se ha re-
además se usan promiscuamente dentro de la Notes, SuppI215-230; J. J. Stamm-H. Bietenhard, Der (eLQl]VeÚCLV, Rom 12, 18; 2 Cor 13, 11; 1 Tes conciliado con su hermano ni ha perdonado
Weltfriede im Lichte der Bibel, Zürich 1959; O. H. 5, 13). En la tradición sinóptica, la sentencia
misma frase: Mt 10, 27; 26, 25; Jn 15, 15. Steck, Friedensvorstellungen im alten Jerusalem, ZÜ-
sus culpas, saldrá mal parado en el juicio final
Además, en el NT no se encuentra nunca una rich 1972; G. Strecker, Die biblische Friedenbot- acerca de la sal tiene diversas formas (Mc 9, (Mt 5, 23ss; 6, 12ss; 18, 21ss). Hay que cargar
diferencia de significado entre EAeyov, que es schaft: KuD 30 (1984) 131-146; P. Stuhlmacher, Der 49; Mt 5, 13; Lc 14,34; cf. Col 4, 6). Su lugar sobre sí el suave yugo del Rey Mesías y
la forma imperfectiva de Myw, y dnov (cf. Begriff des Friedens im NT und seine Konsequenzen, original en la instrucción de los discípulos y aprender de la misericordia de Cristo (Mt 11,
en G. Picht-H. E. TOdt (eds.), Studien zur Friedens- la valoración positiva de la sal señalan el po-
BlaB-Debrunner § 329). forschung IV, Stuttgart-München 1970, 2~-69; H. Th-
28ss; 9, 13; 12, 7). Quien no ejercita la benig-
G. Lüdemann yen, Zur Problematik einer neutestamentltchen Ekkle- der eficaz del mensaje. Los discípulos, como nidad del Príncipe de la paz (Zac 9, 9 en Mt
1203 1204 1205
1206

21, 1ss), no tendrá parte en su basileia futura Dios, en Lc 2, 14, ensalza la epifanía del Altí- cepto óntico de la paz de las ideas del shalom taso En los praescripta o «saludos iniciales»
(Mt 13,41; 16, 19). simo en aquel niño que está en la gruta, y la propias de la apocalíptica, e impide la hipóte- de Rom 1,7; 1 Cor 1, 3; 2 Cor 1, 2; Gál 1,3;
Mc 5, 34, con la promesa de paz, acentúa la proclama como la demostración clemente del sis de una anticipación de la paz escatológica. Flp 1, 2; 1 Tes 1, 1 Y Flm 3, Pablo modifica
fe en el milagroso poder de salvar que posee beneplácito divino (cf. 1QH 4, 32s; 11,9). Si- mediante el uso de XáQL~ una fórmula judía
el Hijo oculto de Dios, y muestra cómo en la meón ha visto en el niño la manifestación di- 4. En conexión con su doctrina acerca de de bendición, «misericordia y paz», que se
fe y en su experiencia de la salvación se des- vina, y está ya dispuesto a morir, según Lc 2, la salvación, Pablo menciona la paz en Rom conserva en ApBar (syr) 78, 2 y que se escu-
vela el misterio mesiánico de Jesús. 29, como expresa con una fórmula de quien 5, 1 en paralelo con la idea de la reconcilia- cha como un eco en Gál 6, 16. Excepto en 1
Las despedidas en Lc 7,50; 8,48 (cf. 17, va a partir de esta vida (Tob 3, 6; Billerbeck ción en 5, lOs (cf., a propósito, 2 Cor 5, 18- Tes 1, 1, Pablo se ajusta al uso litúrgico, co-
19); Hech 16, 36 (cf. 15, 33) pertenecen más 11, 138s). Lo que los ángeles cantan, lo pro- 21). Pablo va más allá de la fórmula de fe de nectando esta fórmula con «Dios nuestro Pa-
que nada al estilo bíblico de Lucas. En Lc 24, clama también el clamor de júbilo de los dis- Rom 4, 25 Yrecoge el texto de la justificación dre y el Señor Jesucristo». Con esta bendición
36 se ha efectuado una interpolación secunda- cípulos con ocasión de la entrada triunfal de de Rom 3, 21ss y avanza en su pensamiento Pablo promete a los destinatarios el don salví-
ria, tomada de Jn 20, 19.26. Encontramos el Jesús en Jerusalén con toda notoriedad (Lc orientándose hacia la consumación de la paz, fico del Kyrios, tal como él lo describe más
uso técnico del término «paz» en Lc 14, 32 Y 19,38). Lucas va más allá de los rasgos daví- descrita en Rom 8. Por la fe en la reconcilia- concretamente en el proemio de 1 Cor 1, 4-9
Hech 12,20, donde la expresión «pedir la paz» dicos y declara que aquel que entra es el ción en la cruz, el hombre no se encuentra ya, y lo desarrolla en la segunda parte de Gál1, 4:
(fQO)'tdv/uhcL(J~m cLQtíVl']V), con TestJud 9, Dios-Rey. Por medio de él se difundirá desde como los judíos y los gentiles, bajo la cólera la XáQL~ la explica recogiendo una fórmula de
7, significa la prudente sumisión al poderoso. Jerusalén sobre los gentiles la verdadera paz del juicio sino bajo el poder clemente de la ofrenda y haciendo ver que la «gracia» es la
En la imagen de Lc 11,21 se dice que hay que del reino de Dios, en contraste con la paz de justicia de Dios. Yendo en contra del quebran- razón que fundamenta la salvación; la cLQtíVl']
estar suficientemente pertrechado para custo- Augusto. La lamentación -añadida- sobre Je- tamiento del pacto y de la obediencia a la ley la presenta él como un proceso de liberación,
diar los propios bienes. En el exordio de las rusalén hace ver claramente (Lc 19,42) que la (Rom 3, 17), Dios ha hecho que en la muerte que consiste en hacer salir del presente eón
palabras de Tértulo, en Hech 24, 2, se escucha ciudad no ha reconocido el momento de la vi- expiatoria y en la resurrección de Cristo se malvado.
claramente la idea de la paz imperial. sitación clemente de Dios O, 68.78; 7, 16; impongan los derechos de Cristo. En esa resu- En los deseos finales expresados en sus car-
En la doble obra de Lucas, el concepto ve- Hech 15, 14) Y tendrá que pagar con el asedio rrección ha quedado eliminada la antigua ene- tas, Pablo repite las declaraciones doxológi-
tero testamentario y judío de sa 10m se asocia, y la destrucción el rechazo del Rey salvador mistad del hombre, su culpa y su ignominia cas de paz expuestas en los praescripta ini-
por un lado, con la idea de (JO)'tl']QLU en la que se le había enviado (Lc 13, 34s; 21, en presencia de Dios. ciales. En 1 Tes 5, 23; Flp 4, 9; Rom 15, 33;
concepción helenística de epifanía y, por otro 6.20ss; 23, 27ss). En 2, 34 y en las instruccio- La nueva relación de paz con Dios lleva a la 16, 20 (cf. Heb 13, 20), Pablo utiliza la fór-
lado, con la ideología de la pax imperial; nes dadas a los discípulos en 10, 5s y 12, 51, comunidad hacia su pleno desarrollo. La paz mula «el Dios de paz», que marca también su
véanse, a propósito, las inscripciones de Priene Lucas menciona ya la contradicción y la esci- obra la santificación para el día de la parusía impronta en Rom 15, 13; 1 Cor 14, 33; 2 Cor
y Halicarnaso (ThWNT VIII, 1012); Virgilio, sión de Israel. También Moisés, como se dice O Tes 5, 23). La justicia y el gozo del reino 13, 11; 2 Tes 3, 16. Esta fórmula se deriva
Ecl4; Aen VI, 791-807; Horacio, Carm IV, 5, en el discurso de Esteban en Hech 7, 26, se de Dios, liberados de las prescripciones de la quizás de la expresión yhwh sa 10m que apare-
17 -40. En consonancia con esto hay que en- esforzó en vano por una reconciliación pacífi- ley, se consideran como el resultado (Rom 8, ce en Jue 6, 24 y que se encuentra también en
tender las leyendas lucanas del nacimiento. ca entre sus compatriotas. Pero, a pesar de to- 6) y el fruto del Espíritu Santo (Gál 5, 22; TestDan 5,2.
Es verdad que aparecen los motivos de la do el rechazo y la persecución, el Kyrios uni- Rom 2, 10; 14, 17). La estructura de paz, da- Así que Pablo rodea sus cartas con el lazo
ideología del Oriente antiguo sobre el rey, que versal, según Hech 10, 36, crea en el tiempo da por el Espíritu Santo, plasma la vida en la del «vínculo de la paz» y acentúa el poder de
fluyen abundantemente en la literatura profé- de la Iglesia un lugar de paz, en el cual la comunidad. Las exhortaciones de Pablo se cohesión del orden de la paz divina. En Rom
tica y apocalíptica (Is 52, 7; Nah 2, 1; SalSl Iglesia se puede edificar (9, 31) y difundir encaminan en esta dirección: hay que perse- 16, 20 utiliza la imagen apocalíptica de la lu-
17,35; TestLev 18,4.12, etc.), pero Lucas li- (15, 33). guir la paz (Rom 14, 19), mantener la paz cha con el dragón (TestLev 18, 12; Ap 12,
mita estrictamente la prueba histórico-salvífi- Detrás de las palabras de despedida en Jn unos con otros O Tes 5, 13; 2 Cor 13, 11; 7.12; 20, 1ss), procedente de la antigua ideo-
ca del Rey Mesías davídico al tiempo pasado 14,27 y 16,33 se halla la autoridad del Reve- Rom 12, 18) Y hacer que la paz vele sobre el logía sobre el monarca, y presenta a la comu-
de Jesús. Y, así, en Lc 1, 79, mediante una lador enviado a sus escogidos que se encuen- ~orazón y la mente (Flp 4, 7). Bajo la intensa nidad participando en la victoria cósmica fi-
combinación de Is 9, 2; 42, 7; Sal 107, 10, tran en el cosmos hostil a Dios. A ellos les de- mfluencia de la paz se ordenan las relaciones nal sobre Satanás. En 1 Tes 5, 3, Pablo -frente
muestra él el camino de la paz iniciado por ja su paz supraterrena1, que consiste en la éticas O Cor 5), jurídicas (1 Cor 6, 1ss) y a una consigna de paz orientada en contra de
Juan el Bautista y que conduce al tiempo de la unidad del Hijo con el Padre. El repetido sa- conyugales (1 Cor 7, 12ss). Según 1 Cor 14, la expectación del fin cercano- presenta la
salvación conseguida por la llegada del Rey ludo del Resucitado en Jn 20, 19.21.26 de- 33, la paz rige y preside las reuniones para la imagen de la súbita aparición de los dolores
de paz, a través de la predicación del arrepen- muestra que los discípulos, en medio de la an- celebración del culto divino, y hace posible de parto (cf. Ez 13, 10; Is 66, 8).
timiento, la conversión y el perdón. gustia que padece el mundo, siguen estando -según 1 Cor 16, ll-la comunicación pacífi-
Lucas, que es un helenista, piensa en con- unidos dentro de la indestructible seguridad ca con el apóstol y sus colaboradores. 5. Dos importantes pasajes postpaulinos
ceptos históricos, no apocalípticos. Por eso, la de esa relación intradivina. La estructura dua- La «paz» es un concepto que aparece con son Col 1, 20 Y Ef 2, 14, que delatan el len-
alabanza del coro angélico ante el trono de lista del pensamiento de Juan separa el con- mucha frecuencia en las fórmulas de las car- guaje de la liturgia bautismal o pertenecen al
1207 1208 1209 1210

cántico de alabanza de Col 1, 15-20. El moti- a los de Pablo, el nuevo sentido aparece en la 1, 11; Prov 11,30). Esta misma preocupación d~ eis con acusativo: a, hacia, hasta
vo del triunfo del Revelador sobre los poderes bendición final de 2 Tes 3, 16: el «Kyrios de por la armonía plasma las exhortaciones de 1
del cosmos -un motivo que procede de la la paz» es el universal Bienhechor y Dispen- Pe 3, 11 (que cita al Sal 34) y de 2 Pe 3, 14, re- 1. Significado fundamental y aparición en el NT -
gnosis- describe ahora la victoria del Hijo de sador de la salvación, a quien los cristianos firiéndose este último pasaje a la parusía. 2. Significado espacial - 3. Significado temporal -
Acompaña también a los tradicionales deseos 4. Refiriéndose a personas y cosas - 5. Detalles gra-
Dios, sentado en su trono y triunfante después deben agradecer la paz y toda felicidad, como
de paz en 1 Pe 1,2; 5, 14; 2 Pe 1,2; 2 Jn 3; 3 maticales.
de su resurrección. Por eso, los bautizados no los súbditos del imperio se las agradecen al
se encuentran ya bajo el dominio de esos po- emperador. En 2 Tim 2,22 encontramos la ex- Jn 15; Jds 2 y Ap 1,4. Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner §
deres cósmicos. El documento donde quedaba presión «perseguir la paz» (--+ 2) en una serie El segundo sello, abierto por el Cordero en 205-207; Kühner, Grammatik lI/1, 468-471; Liddell-
Ap 6, 4, hace salir al jinete que monta el ca- Scott, s. v.; Mayser, Grammatik lI/2, 404-419; Moul-
constancia de sus pecados fue clavado en la de virtudes que obligan al dirigente de la co-
ton, Grammar III, 249-257, 266s; A. Oepke, d¡;, en
cruz y fue borrado por la sangre del Hijo (Col munidad a preocuparse -dando ejemplo- de ballo rojo, con el encargo de quitar la paz de ThWNT n, 418-432; P. F. Regard, Contribution a l'étude
2, 13s). Ahora ellos pertenecen al mundo su- la conducta piadosa de los creyentes. la tierra. Tan sólo después de la destrucción des prépositions dans la langue du NT, Paris 1919,
perior, un mundo en paz bajo la soberanía del de la Pax Romana y de la sangrieta subyuga- 136-227; R. M. Serra, ¿cL<; '" EV en algunos textos de
Hijo (Col 1, 13.20ss). 6. En Hebreos el sentido salvífica de la ción del Imperium anticristiano, el apocalípti- los LXX?: Claretianum 18 (1979) 291-311. Cf. más bi-
La proclamación que se hace en Ef 2, 14 paz resalta únicamente en 7, 2. En vez del bliografía en ThWNT X, 1070.
co Rey-Mesías erigirá su reino supraterrenal
(cf. Is 9, 6; Miq 5, 4s) recoge estas ideas, pe- concepto de paz se encuentra la idea del repo- de paz.
ro las aplica a los que antes habían sido judí- so (Heb 3s). Vemos que ya Heb 5, 6 conecta 1. Originalmente EL~ designa las mismas di-
V. Hasler mensiones espaciales que --+ EV, pero con di-
os y gentiles, y que ahora están llamados a tipológicamente el nombre de Melquisedec
formar parte de la Iglesia uni versal. El tabi- con el sacerdocio eterno y regio del Cristo rección hacia una meta, no como indicación
que de separación entre judíos y gentiles, con- exaltado. Lo mismo que sucede en Filón y en de lugar sin dirección alguna. Su empleo en el
ElQ'IVtXÓ~, 3 eirenikos pacífico, apacible, NT corresponde ampliamente al uso clásico,
sistente en los preceptos de la Torá, fue des- los rabinos, se recoge el Sal 110, 4 Y motivos
portador de paz* del cual se pueden deducir también, por lo ge-
truido por la muerte en la cruz (cf. Rom 7,4; como los que aparecen en el TestLev 8, 14;
10,4). Desde entonces las promesas, las espe- Heb 12, 11: xUQn:ov ELQ'I1VlXOV ... un:o- neral, las expresiones que son específicas del
18, 6ss. Con el tema sacerdotal se asocia el
ranzas e incluso el Dios del pueblo de la btC,W<JlV C,lXUW<JÚV'I1~, «(la disciplina) ... les NT (la influencia del hebreo es escasa).
antiguo tema del rey de paz, que proporciona
alianza pertenecen también a los gentiles (cf. da el fruto apacible de la justicia» (propia- La significación fundamental de d~ así co-
a su pueblo salvación y paz, después de haber
Is 57, 19). Los judeocristianos y los cristianos mente: el fruto de la justicia, que -después mo también sus múltiples posibilidades de em-
sojuzgado al enemigo. Y, así, el Hijo exaltado
gentiles han sido integrados juntos en el cuer- de Dios aniquiló (Heb 2, 14s) en la cruz a la de soportado el sufrimiento- trae consigo la pleo en sentido ampliado y figurado explican
po de Cristo, que se extiende sobre todo el muerte, el enemigo ancestral, y liberó a los paz; a veces se traduce también en sentido la frecuentísima aparición de esta preposición
cosmos. Con los dos conceptos -tabique de hombres de la servidumbre que los sujetaba a figurado: «el fruto saludable»); en Sant 3, 17 en el NT (unas 1750 veces): ocupa el segundo
separación y cuerpo- se asocian las concep- ella. Heb 11, 31; 12, 11.14 son parenéticos: se habla de la avw{}Ev <Joeptu ... ELQ'I1VlX~, lugar en frecuencia, después de Ev. Se encuen-
ciones míticas acerca del firmamento que ha- de la sabiduría de lo alto, que es pacifica. tra en todos los escritos, sin que se observe que
Rajab, al proporcionar refugio seguro a los
ce de separación entre un mundo superior y tenga peculiar importancia en ninguno.
espías, es modelo de la hospitalidad exigida
un mundo inferior, y sobre una figura de an-
en 13,2. Lo de que en el sufrimiento maduró
thropos que viene del cielo y llena el cosmos ElQ'IVO:TtOtÉOO eirenopoie6 hacer o esta- 2. En sentido espacial: a) Se emplea para
inferior y acoge en su cuerpo a la humanidad «el fruto pacífico de la justicia» (cf. infra) no
blecer la paz* indicar la meta, especialmente con verbos de
se refiere a una paz interna del corazón, sino a
creyente. Los cristianos, puestos bajo el seña"
un nivel más alto de santificación. Forma par- Col 1, 20: ELQ'I1von:m~<Ju~ c,ul wv UL[!U- movimiento: a la casa, a la ciudad, a la sina-
río del Cristo Pantokrator, tienen ahora que 'to~ 'tov <J'tU1JQov uv'tov, «estableciendo la goga, a la viña (para entrar en ellas); se em-
guardar el nuevo orden de paz. Este orden los te de ella la disposición universal para la paz.
La doxología de Heb 13, 20s, con el estilo de paz por medio de su muerte en la cruz». plea también con nombres de ciudades y de
rige (Col 3, 15) Ylos envuelve y une como un países: a Jerusalén, a España. Son caracterís-
vínculo que abarca al universo en paz (Ef 4, despedida litúrgica, asocia al «Dios de paz»
con el Pastor regio y acentúa nuevamente el ticas del mundo conceptual del NT las dimen-
3). Bien armados para la lucha, tienen que di- dQ'IVO:TtOtÓ~, 2 eirenopoios dícese del pa-
eterno ministerio de paz del Rey-Sacerdote. siones espaciales ampliadas: d~ 'tov oUQu-
fundir en el mundo el evangelio del reinado cificador, de quien trae o establece la paz*
Sant 2, 16 exige que se ayude activamente vóv, dícese de la ascensión de Cristo al cielo,
de la paz (Ef 6, 15; cf. Is 52, 7; Nah 2, 1; Rom Mt 5, 9: [!UXáQWl OL dQ'I1VOn:OlOL, «dicho-
al miembro indigente de la comunidad y se en Mc 16, 19 Y passim (de los ángeles en Lc
10, 15; Hech 10, 36).
Pues bien, las fórmulas epistolares de Col opone a la fórmula vacía de los piadosos de-
sos los que traen la paz»; algunas veces se tra- 2, 15); d~ 'tov XÓ<J[!OV, dícese sobre todo en
duce también como adjetivo sustantivado: Juan dentro de un contexto soteriológico: Jn
1,2; Ef 1, 2; 6, 23 reflejan esta comprensión seos. Ahora bien, las buenas obras prosperan
únicamente en una comunidad en la que reine «los pacificadores»; R. Schnackenburg, Die 3, 19, la luz vino al mundo (cf. 1, 9; 12, 46;
helenística de la paz, y no ya el sentido pauli-
na del shalom escatológico. Prescindiendo de una paz venida de lo alto. Y, así, Sant 3, 17s Seligpreisung der Friedensstifter (Mt 5, 9) im 16, 28; 18, 37; 1 Tim 1, 15); Jn 10, 36, Dios
los saludos iniciales en 2 Tes 1,2; 1 Tim 1, 2; (con fórmulas tomadas de la sabiduría dualis- mattiiischen Kontext: BZ 26 (1982) 161-178; envió su Hijo al mundo (cf. 3, 17; 17, 18; 1 Jn
2 Tim 1,2; Tit 1,4, que se hallan asimilados ta) habla acerca del fruto de la justicia (cf. Flp Spicq, Notes, Suppl 229s. 4,9).
1214
1211 1212 1213

a) Con personas, en sentido amistoso y en cado; eL~ óLxaLOoúvllv, la justicia, como


b) Indicaciones generales de una meta: eL~ la muerte (Lc 22, 33) (concretamente: ser
'tu oQll, «a las montañas», Mc 13, 14 (en sin- arrojado al fuego, a la Gehenna, Mc 9, 43.45. sentido hostil: áflaQ'tavw e'L~ 'tLva, «pecar consecuencia de la obediencia (en sentido
gular en 3, 13); eL~ aYQóv, «al campo», 16, 47 Ypassim). Hay también uso metafórico en contra alguien»; JtOLÉW e'L~ 'tLva, «hacer algo temporal: conduce a; así también en Rom 5,
12; eL~ 'tu~ ÓÓ01J~, «a los caminos», Lc 14, Rom 11, 32: encerrar en la desobediencia; 2 a alguien»; ~AaoCPllflÉw Et~ 'tL, «blasfemar 16.18.21; 6, 12; 2 Cor 7,9). En muchos ca-
23; eL~ óóóv, «para el camino», Mc 6, 8 (cf. Cor 10, 5: reducir a cautiverio para obedien- contra algo». Principalmente en Pablo, d~ UA- sos, sobre todo cuando se trata de un infiniti-
10, 17; Mt 10, 5); eL~ 'to flÉOOV, «en medio», cia. Con frecuencia el sentido local palidece: A~AO'U~, «mutuamente», para expresar las re- vo sustantivado, es posible entender la cons-
Mc 3, 3; 14,60 Ypassim. Mt 6, 13 par., conducir a tentación (cf. Mc laciones fraternas que deben existir en las co- trucción en sentido final o en sentido
14, 38 par.); Rom 2, 4, llevar al arrepenti- munidades; también et~ 'Úfla~ (~fla~), «en consecutivo: Habéis muerto a la ley, de suer-
c) Aproximación a una meta: Mt 17, 27, miento; Ap 2, 22, poner en tribulación (cf. Mt vosotros (nosotros)>>, para referirse al amor o te que ahora pertenecéis a otro, o para perte-
«al mar» (a la orilla del mar, no para meterse 24, 9); 1 Tim 3, 6, incurrir en juicio (cf. Lc a la gracia, que Dios ha demostrado (en) los necer ahora a otro (Rom 7,4; en cambio, el v.
en él); Jn 4, 5, «a las cercanías de una ciu- 24,20). hombres (de manera parecida, JtEQLOOEÚW 5 debe entenderse en sentido consecutivo).
dad» (pero en los vv. 8 y 28, «a la ciudad», La preposición se usa en expresiones de e'L~ 'tLva, «conceder con abundancia a al-
entrando en ella»; 20, 1.3, «al sepulcro» (pero sentido adverbial: eL~ XEVÓV, «en vacío» = guien»). Inversamente, et~ av'tóv, «en orden 5. Algunos detalles gramaticales (hebraís-
en el v. 6 entró en el sepulcro); de ahí el senti- «inútilmente» (correr, Gál 2, 2; Flp 2, 16; es- a él», muestra a Dios como el fin supremo
do de eyyl~w eL~, «aproximarse a un lugar». mos):
forzarse, 1 Tes 3, 5); eL~ 'tU aflE'tQa, «desme- (Rom 11, 36; 1 Cor 8,6; Col 1, 16.20). De la
suradamente», 2 Cor 10, 13.15. misma manera, JtW'tEÚW et~, «creer en» (Dios a) eL~ en lugar de ev (punto de reposo [lu-
d) Para indicar la dirección en verbos de
o Cristo: en los Sinópticos hay escasos testi- gar donde] como final de un movimiento): Mt
ver: «alzar los ojos al cielo», Mc 6, 41; «mi-
3. En sentido temporal a) para expresar la monios; en Juan, más de 30), alternando el 2, 23: asentarse en Nazaret (cf. 4, 13; Mc 13,
rándole a él», Hech 3, 4, Ypassim.
duración en el tiempo: Lc 12, 19, durante mu- modo de expresión verbal y el de expresión 3). De manera parecida en Mc 1,9: ser bauti-
e) Con personas y (menos frecuentemente) chos años; 13, 9, en el futuro. Es frecuente so- nominal. zado en el Jordán (propiamente, ser bautizado
con cosas: Lc 10,36, «caer en manos de sal- bre todo en las fórmulas para designar la eter- Del lenguaje helenístico de la contabilidad por inmersión en el Jordán; cf. Jn 9, 7, Jeno-
teadores», Mc 4, 7, «caer entre espinos»; Mt nidad: et~ 'tav at&va, para siempre, por toda (Mayser, 414ss) está tomada la expresión d~ fonte, Cyrop 1, 3, 5). La mayoría de los ejem-
15, 24, «ser enviado a las ovejas». Se dice es- la eternidad, Mc 3, 29; 1 Cor 8, 13 Y passim; 'to ovofla, «en el nombre», en la fórmula plos se encuentran en Lucas: Lc 4, 23: yEVÓ-
tereotipadamente de la entrada de Satanás en de manera parecida en Lc 1, 50. eL~ 'to ÓLllVE- bautismal (Mt 28, 19 Y passim). flEva eL~ 't~v KacpaQvaoúfl, «las cosas acon-
una persona: eLOfíA1'h,v eL~, Lc 22, 3; Jn 13, xÉ~, para siempre, únicamente en Hebreos (7, tecidas en Cafarnaún»; Hech 19, 22: eJtÉXw
27. Para caracterizar el centro de la vida de la b) Con conceptos abstractos tiene sentido eL~ 't~v 'Aolav, «quedarse en Asia»; asimis-
3 Y passim).
mente: eL~ 't~v xaQólav, «en el corazón», Jn final: para (o con el fin de), por: Et~ flaQ'tú- mo en Lc 11,7; Hech 7, 12; 8,40; 21, 13; pe-
13,2 (cf. Gá14, 6; Ap 17, 17). b) Para expresar el momento: Hech 13,42, QLOV, <<para testimonio» (sobre todo en los si- ro también en Jn 1, 18: et~ 'tav XÓAJtOV, «en
al siguiente sábado; Lc 1, 20, a su tiempo; 2 nópticos); para memoria, Mc 14,9 par.; para el seno». Hay influencia hebrea en la cita de
f) Para designar a los destinatarios en ver- Tim 1, 12, et~ exeLvllV 't~v ~flÉQav, hasta demostración, Rom 3, 25; para la gloria de Hech 2, 27.31.
bos de decir, mezclándose a menudo la idea aquel día (también con sentido final: para Dios, 15, 7; para el perdón de los pecados,
de espacio y la de persona: Mc 5, 14, «lo con- aquel día), casi siempre en contextos escato- Hech 2, 38. Con sentido de fórmula, et~ b) et~ con acusativo en lugar de un predi-
taron en la ciudad y en el campo»; Hech 23, ; lógicos. uJt(úJt-)av'tllO'LV, «al encuentro» = (salir) al
cado nominal. Se trata casi siempre de he-
11, «dar testimonio en Jerusalén», «en Ro- encuentro. En combinaciones pronominales braísmos en citas: Mc 10, 8 par.; Mt 21, 42;
ma»; Mc 14,9, «proclamar el evangelio en to- c) Con sentido temporal/final (una meta en Lc 3, 5; Hech 13,47; 2 Cor 6, 18 = Heb 1,5;
el tiempo): Mt 6, 34, por el día de mañana; 1 fijas: d~ 'tl, «¿para qué?»; et~ 'tou'to, et~
do el mundo» (ante todos los pueblos, 13, 10; 8, 10. Por lo demás, casi únicamente con el
Tim 6, 19, para el futuro. d~ 'tÉAO~ indica una alJ'tó, «para ello, por este motivo». Con infi-
cf. Lc 24, 27; Rom 16,26). De manera seme-
nitivo sustantivado: para azotar, Mt 20, 19 verbo yLvOflaL, «llegar a ser»: Lc 13, 19: et~
jante eL~ 'Úfla~, «a vosotros», 1 Tes 2, 9, Y meta temporal y final (modal): hasta el fin, MvóQov, dícese del grano de mostaza que se
Mc 13, 13 Y passim, pero en 1 Tes 2, 16 tiene Ypassim; para fortalecer, Rom 1, 11; para re-
passim. convierte en árbol; también en Hech 5, 36; Ap
el sentido de definitivamente; Jn 13, 1 hasta el conciliación, Heb 2, 17.
8, 11; 16, 19; 1 Jn 5,8 (cf. ya Teognis 162).
g) En uso metafórico, sobre todo cuando fin o (y) hasta la consumación; Hech 25, 21,
se trata de los escenarios escatológicos del hasta la o para la decisión. De manera pareci- c) Con sentido consecutivo (no clásico): c) Raras veces en lugar de genitivo o da-
NT, que son el cielo y el infierno: entrar «en da, 'tllQÉW et~, poner bajo custodia: hasta el se ha producido el efecto pretendido. Mt 3, tivo (de interés): 1 Pe 1, 11: 'tU eL~ XQLo'tav
la vida» (eL~ 't~v ~w~v, Mt 18, 8s y passim), juicio y para el juicio, 2 Pe 2, 4; 3, 7; Jds 6. 11: ~aJt'tl~w eL~ flE'tavoLav, «bautizar para Jta{}~fla'ta, «los sufrimientos que Cristo tuvo
«en la gloria» (eL~ 't~v óó1;av, Lc 24, 26 Y arrepentimiento». El arrepentimiento es la que padecer»; Lc 9, 13: alimentos «para todo
passim) (concretamente: «en el reino de 4. Para designar la persona o la cosa, con finalidad, pero también la consecuencia del el pueblo» (et~ Jtana 'tav Aaóv).
Dios, Mc 9, 47 Y passim); ir a la destrucción miras a la cual o para la cual sucede algo (una bautismo. En Rom 6, 16 se designa et~ {}a-
W. Elliger
(Ap 17,8.11), al castigo eterno (Mt 25, 46), a manera de acentuar el propósito o fin). va'tov, la muerte, como consecuencia del pe-
1215 1216 1218
1217

prevé que esta dualidad se trasforme en unidad


El;, ,.ta, EV heis, mia hen uno fluencia de las categorías fundamentales de monoteísmo, elabora y realza la unidad de
mediante la unión sexual. Según esto, en la
pensamiento: unidad - pluralidad. El cristia- Dios y Cristo (Jn 10, 30; 17, 11.21.22.23).
1. Aparición en el NT - 2. Sobre el significado de unión hay un elemento soteriológico (Mc 10,
d<; - 3. En el lenguaje formulístico del NT - 4. En la
nismo primitivo comparte plenamente la pre- c) La cristología arrastra de nuevo tras de
ferencia, común en todo el mundo antiguo, 1-12 par., con cita y exégesis de Gén 1,27; 2,
ética y la exhortación. sí a la soteriología (1 Cor 8, 6). Y, así, la re-
por la unidad y la valoración negativa que se 24). Por esta razón está prohibido el divorcio
Bibl.: Bauer, W6rterbuch, s.v.; H. D. Betz (ed.), dención misma se concibe de diversas formas como reincidencia en la dualidad (Mc 10, 9).
Plutarch 's Theological Writings and Early Christian
hace de la pluralidad en sus diversas manifes- como restauración de la unidad. En la teolo-
taciones. Pablo utiliza la misma doctrina contra la prác-
Literature, Leiden 1975, 359; Indice, s. V.; Id., Gala- gía paulina, el redimido es incorporado ,~l tica de los corintios de tener relaciones sexua-
tians, Philadelphia 1979, 171-173; Bultmann, Teolo-
cuerpo de Cristo, que es «un solo cuerpo» (EV les con prostitutas: la flia aáQ~ con la prosti-
gía, 113-119; BlaB-Debrunner § 247; S. S. Cohon, The 3. Esta manera teológica de pensar se re-
Unity of God: A Study in Hellenistic and Rabbinic aWfla), es decir, es incorporado a la Iglesia tuta es incompatible con la participación en un
Theology: HUCA 26 (1955) 425-479; H. Conzelmann,
fleja principalmente en el lenguaje formulísti- (Rom 12, 4s; 1 Cor 6, 16s; 10, 17; 12, 12.13. solo cuerpo y en «un solo Espíritu» del Re-
Der erste Brief an die Korinther (KEK), Gottingen co del NT. 14; Gál 3, 16.28). Las deuteropaulinas desa- dentor Cristo (1 Cor 6, 16s). Positivamente, la
1969, 168-172; A. Feuillet, Le Christ sagesse de Dieu
d'apres les épftres pauliniennes, Paris 1966, 71ss; Ch.
a) El cristianismo primitivo acepta cons- rrollan esta doctrina acerca de la Iglesia, efec- doctrina de la flia aáQ~ se aduce en Ef 5,31-
H. Giblin, Three Monotheistic Texts in Paul: CBQ 37 cientemente del judaísmo (Dt 6, 4; cf. DTAT tuando nuevas ampliaciones de la fórmula 33 para fundamentar la monogamia (cf. tam-
(1975) 527-547; W. K. C. Guthrie, The Sophists, Cam- 1, 207-215; Billerbeck 11, 28-30) la fórmula (Col 3, 14s; Ef 2, 14-22: 4, 3-6). Al cuerpo, bién 1 Tim 3, 2; 5, 9; Tit 1,6). En general, las
bridge 1971,247-249; M. Hengel, Judentum und He- monoteísta: d¡; Ó ttEÓ¡;, «Dios es uno». Esta que es «un solo cuerpo», le corresponde el fórmulas de la unidad pueden usarse parenéti-
llenismus, Tübingen 1969, 476ss; W. Holsten y otros, fórmula se halla también muy difundida en Espíritu, que es «un solo Espíritu» (Ef 4, 3s; camente de las más diversas maneras: para la
Monotheismus und Polytheismus, en RGG Y, 1109-
1116; E. Hornung, Der Eine und die Vielen. Agypti- los escritos helenísticos (cf. bibliografía). Se- cf. 2, 18; 1 Cor 6, 17; 12,9.11; Flp 1,27). reducción de la Torá al mandamiento del amor
sche Gottesvorstellungen, Darmstadt 1971; R. A. Hors- gún Mc 12,29.32 Jesús aprobó expresamente Principalmente fórmulas como «un solo Se- (Gál 5, 14; cf. 6, 2), en la prohibición de juz-
ley, The Background ofthe Confessional Formula in 1 la fórmula judía del monoteísmo (de otra ma- ñor, una sola fe, un solo bautismo» y, ya en 1 gar al prójimo (Sant 4, 12) y en la prohibición
Kor 8,6: ZNW 69 (1978) 130-135; Th. Klauser, Akkla- nera, los paralelos Mt 22, 37; Lc 10, 26). La Cor 10, 17, «un solo pan, un solo cuerpo» de que los discípulos se asignen a sí mismos
marion, en RAC 1, 216-233; N. Lohfink-J. Bergmann,
fórmula se cita también en el judeocristianis- muestran la función de tales fórmulas: sirven títulos de dignidad (Mt 23, 8-10).
'ce/Jiid, en DTAT 1, 207-215; R. Macuch, Zur Vorge-
schichte der Bekenntnisformel la ¡¡¡iha illa llahu: mo (Sant 2, 19; PsClem Ep. Petri 2, 1; Ps- para la restauración o la conservación de la H. D. Betz
ZDMG (1978) 20-38; Nilsson, Geschichte n, 569ss; Clem Hom 13, 15). La fórmula se halla reco- unidad eclesial en la lucha contra la herejía y
E. Peterson, EIL eEOL, Gottingen 1926; Id., Der nocida igualmente en los evangelistas (Mc 2, la división de la Iglesia. En Pablo aparece ya
Monotheismus als politisches Problem, en Theologi- EtOÚYro eisagi5 hacer entrar, llevar, traer*
7; 10, 18 par.; 12,29.32; Mt 23,9: Jn 8, 41)y esta tendencia en la Carta a los gálatas: un
sche Traktate, München 1951,46-147; PGL s.v. EI<;, El verbo aparece 11 veces en el NT, de las
'frEÓ<;; Preisigke, W6rterbuch IY/4 (1971) s.V.; E. en Pablo (Rom 3, 30; 1 Cor 8, 4.6; Gál 3, 20; solo Dios (3, 20), un solo Cristo (3, 16), un que 3 corresponden al evangelio de Lucas y 6
Stauffer, EI<;, en ThWNT n, 432-440; Id., 'frEÓ<;, ibid. cf. también 1 Tes 1, 9; 1 Cor 12, 2; Gál 4, 8) solo apóstol (1, 1; cf. 1 Tim 2, 5-7), un solo
I1I, 95-109; K. Wengst, Christologische Formeln und a Hechos: hacer entrar (Lc 14,21; 22, 54; Jn
y en las cartas deuteropaulinas (Ef 4, 6; 1 Tim evangelio (1, 6s), una sola Iglesia (3, 26-28;
Lieder des Urchristentums, Gütersloh 1972, 136ss. Cf. 18, 16; Hech 9, 8, juntamente con XELQa-
2, 5). El desarrollo característicamente cris- 5,6; 6, 15), un solo fruto del Espíritu (5, 22s).
más bibliografía en ThWNT X, 1071. yWyOUV'tE¡;, «llevar de la mano»; 21, 28.29.
tiano puede verse luego en la ampliación de La idea de la unidad es determinante para to- 37; 22, 24; Heb 1, 6; traer (Lc 2, 27: 'to naL-
1. d¡; aparece un total de 337 veces en el las fórmulas y en la integración de la cristolo- do el proceder de Pablo en su actividad mi- 6iov 'Il'jaouv); Hech 7,45.
NT, pero sin que se encuentre con peculiar gía y la soteriología. sionera y de política eclesial, de la misma ma-
frecuencia en ningún escrito del NT. b) Las fórmulas ampliadas muestran en pri- nera que también la redención consumada
mer lugar la integración de la cristología: jun- puede equipararse con la unidad de todas las EtoaxoÍlro eisakoui5 oír a, obedecer, escu-
2. Al numeral d¡; le corresponde relativa- to a «un solo Dios» se sitúa «un solo Kyrios cosas en Dios (1 Cor 15, 20ss). Tendencias char*
mente gran importancia en el NT y en los es- Jesús» (1 Cor 8.6 con v.l.; 1 Tim 2, 5; Mt 23, teológicas parecidas se observan en el evan- Cuando se refiere a que las oraciones son
critos cristianos posteriores. Hay que mencio- 8-10). La fórmula del monoteísmo se varía gelio de Juan (10, 16; 11,50-52; 17,21, etc.; escuchadas, el verbo se usa siempre en pasi-
nar sobre todo dos razones que lo explican: con el fin de afirmar, junto a la unicidad de cf. 1 Jn 5, 8). va: Mt 6, 7; Lc 1, 13 (cf. Dan 10, 12 LXX);
a) El fenómeno gramatical que se produce Dios, el lugar único y singular de Cristo (Sant Hech 10, 31; Heb 5, 7: Elaaxouattd¡; ano
4. En relación íntima con la idea de la re- 'tfj¡; EUAa~da¡;, «él fue escuchado (y libera-
en el griego de la Koiné, por el cual se amplía 4, 12; Mt 23,8-10). Como fundamento de esa dención, vemos que la ética y la parenesis lle- do) de su angustia»; oír a, obedecer: 1 Cor
el uso del numeral d¡;, que cada vez más va posición de dignidad de Cristo, puede hacerse van también la impronta de la idea de la uni- 14,21 (cf. Is 28, 12 LXX).
haciendo las veces, por ejemplo, del indefini- referencia al singularísimo sacrificio de Cris- dad (por ejemplo, Rom 15, 6; Flp 1, 27; 2, 2).
do 'tL¡; (<<alguno»). Hay que mencionar además to (2 Cor 5, 14; Jn 11, 50; 1 Tim 2, 5s; Heb 2, En cuanto a la ética de la sexualidad, sigue te-
la influencia del uso semítico (cf. BlaB-De- 11; 10, 12.14; cf. Mc 12,6). Puede aducirse, Etobixo,.at eisdechomai recibir, acoger,
niendo validez la antigua doctrina de la crea-
brunner § 247; Bauer, Worterbuch, s.v. 3.4). además, la tipología Adán-Cristo (Rom 5, 12- aceptar*
ción que habla de flí,a aáQ~ (<<una sola car-
b) Es teológicamente importante para la re- 19; 1 Tim 2,5; cf. Hech 17,26.31). El evan- ne»). La doctrina de la creación del hombre 2 Cor 6, 17: xayw EL(J6É~OflaL ÚflU¡; (cita
ligión, la filosofía y la política antiguas la in- gelio de Juan, con ayuda de la fórmula del como «varón» y «mujer» (aQaEv xaL ttfjAU) de Ez 20, 34 LXX), «yo entonces os recibiré».
1219 1220 1221 dOÉQXO!J,UL - doooo~ 1222

daElptl eiseimi entrar* vención de Satanás, que se halla también bajo ELoÉQXO/lUl. Parece que Hech 14,22 presupo- poso es la fe (= obediencia, cf. 3, 18s; 4,
Hech 3, 3; 21, 26: EL~ 't0 LE(:)ÓV; Heb 9, 6: el señorío de Cristo. ne que la muerte individual es el instante de la 6.11). Sobrepasando la manera de hablar del
EL~ 't~v nQónYjv oXYjv~v; con nQó~, Hech 21, Es notable que en el NT falte la idea de la entrada en la basileia. Es difícil de entender AT (acerca del sumo sacerdote que entra en el
18: EL6nfL ó rrUUA.O~ ouv ~/lLV nQo~ 'Iáx(¡)- entrada de Dios (del Espíritu) en el hombre Mt 23, 13 (cf. Lc 11,52 !): el poder de las lla- lugar santísimo, cf. 9, 12), 6, 19s; 9, 12 ó 24
~ov, «Pablo entró con nosotros a ver a San- (con excepción únicamente de Ap 11, 11, pe- ves, que tienen los fariseos, ¿será la recta in- hablan de Cristo que ha entrado en el lugar
tiago». ro en este caso en una cita referida a la resu- terpretación de la Torá y, por tanto, ellos, co? santísimo o en el cielo. El es la razón de nues-
rrección; además, la frase está construida con su exclusivismo, no dejan entrar a los «lal- tra esperanza, que nos «ancla» (6, 19) en el
ev); por el contrario, cf. , por ejemplo, Sab 1, cos» en la basileia (presente)? ¿O será ya la lugar santísimo, adonde ha entrado Cristo
daiQxoptUI eiserchomai ir a, entrar, pe- 4; Josefo, Ant IV, 121. Esto es, evidentemen- interpretación de la ley, como tal, el obstácu- «abriendo el camino» (6, 20). Es único en el
netrar NT el uso en Heb 10, 5 de la expresión ELO-
te, el reflejo lingüístico de que Dios no llega lo decisivo? (Esto es lo que probablemente
1. Empleo local - 2. Entrar en el reino de Dios; ide- al hombre como para posesionarse de él. piensa Mateo). ÉQX€O'fraL EL~ 'tov XÓO/lOV para referirse a la
as afines - 3. Pablo - 4. Hebreos - 5. Varios. encarnación del Cristo preexistente (sobre la
De entrar en la l;(¡)~ (entendida escatológi-
2. Es teológicamente interesante la expre- idea cf. Jn 1, 9; 3, 19, etc., pero en estos casos
Bibl.: J. Schneider, EloÉQXO¡.tal, en ThWNT JI, 673- camente) habla Mc 9, 43-47 (cf. Mt 18, 8s; a
676. sión que habla de «entrar en el reino de no se emplea nunca ELoÉQXO/laL).
diferencia de Lucas). Mateo, en una adición,
Dios», expresión que tiene su lugar de origen interpreta lo que dice Marcos de «heredar» la
1. a) ELoÉQXO/laL con indicación de lugar 5. En Lc 24, 26 el camino del sufrimiento
en la predicación de Jesús y en su compren- vida eterna (Mt 19, 16 a diferencia de Mc 10,
aparece principalmente en los evangelios y en recorrido por Jesús es su camino para entrar
sión de la ---> ~uOLA.du. Según Mc 10, 15 (cf. 17), y habla de «entrar en la vida», que tiene
Hechos. El uso en sentido local es raro en Q, en la gloria celestial (análogamente lo es
Lc 18, 17 a diferencia de Mateo), la entrada una condición: la de guardar los mandamien-
pero frecuente en Lucas/Hechos. ELoÉQXO/laL en la basileia está asociada con el acceso a Je- también el camino del discípulo en Hech 14,
puede usarse también en sentido absoluto (por tos (Mt 19, 17). Debe entenderse en sentido 22), un camino que se consuma con la resu-
sús. En el espacio abierto por Jesús entra el puramente escatológico lo de «entrar en el
ejemplo, Lc 11,37). rrección. Sant 5, 4 recuerda la manera de ha-
hombre y con ello adquiere ya desde ahora gozo de tu Señor» (Mt 25, 21.23 a diferencia blar del AT, cf. Sal 87, 3 LXX. Según Ap 3,
b) Combinaciones de ELoÉQXO/laL con EL~ participación en la futura basileia. La condi- de Lucas [Q]) (cf. especialmente Mt 25, 30). 20, Cristo (cf. 3, 14; 1, 4-6) está a la puerta;
'tov olxov 'tOU {h:ou, etc. (Mc 2, 26; cf. 1,21; ción para la entrada se precisa en el sentido de
De manera parecida el Apocalipsis (21, 27; el que la abra tendrá comunión (de mesa) con
3, 1; 11, 11.15; Lc 1,9; 4,16) recuerdan ma- que no hay condición: recibir la basileia co-
22, 14) habla de entrar en la Jerusalén celes- él (es una imagen del convite de gozo al fin
neras de hablar del AT (por ejemplo, Sal 5, 8 mo un niño significa que uno deja que ésta se
tial (cf. Mt 27, 53: en la ciudad santa). de los tiempos, cf. 3, 21). La entrada de Cris-
LXX). Mateo no emplea nunca el término de le conceda graciosamente. La relación íntima
to en el hombre tiene como condición el celo
manera espontánea, y además lo suprime en entre el acceso a Jesús y la entrada en la basi-
3. Pablo usa el verbo ELoÉQXO/laL para re- y el arrepentimiento (3, 19), Y como conse-
12,9 par. Mc 3, 1, mientras que Lucas lo tie- leia aparece todavía más claramente en Mc cuencia, la victoria (3, 21). Cf. la entrada de
ferirse a la entrada de extraños en la asamblea
ne incluso en casos en que no sigue a Marcos. 10, 23-25 (el discipulado, cf. 10, 22).
de la comunidad (1 Cor 14, 23s; cf. Sant 2,3: Jesús en el hombre en Mt 8, 8 par. (Q); Lc 7,
Parece que Lucas adopta una postura crítica 36; 11, 37; 19, 7; en estos casos fLOÉQXO/laL
c) ELoÉQXO/laL en conbinación con perso- EL~ O'lJvuy(¡)y~v). Es importante Rom 5, 12:
ante esa manera de hablar. La recoge única- tiene, seguramente, un significado más que
nas aparece especialmente cuando el sujeto es «por medio de un hombre entró el pecado en
mente en 18,25.17, donde la toma de Marcos, local. Por otro lado, según Jn 10, 9, Jesús
(son) un (unos) espíritu(s) maligno(s) y ad- el mundo». Se trata de la acción de apoderar-
pero en Lc 11,52 [ ... EL~ 't~v YVWOLV] modifi- mismo es la puerta por la que el creyente en-
quiere el sentido de entrar en posesión de una se (---> 1.c), de la acción por la que el poder del
ca la sentencia de Q que aparece en Mt 23, tra en su salvación (cf. lo que se dice sobre
persona: Mc 9, 25; Mt 12, 45 par. Lc 11, 26 pecado penetró en el mundo. El anacoluto de
13. Mateo emplea a menudo ELoÉQXO/laL EL~ entrar por la puerta estrecha en Mt 7, 13 par.
(Q). En Mc 5, 12s par. Lc 8, 32 (a diferencia 5, 12ss muestra que Pablo no puede hablar de
(con ~uOLA.du 'tWV oUQuvwv). El acento re- Lc 13, 24 [Q]).
de Mateo), los espíritus entran en un rebaño la penetración de la gracia, porque ésta no lle-
cae ahora sobre las condiciones: Mt 18, 3 (cf. H. Weder
de cerdos. ga al mundo para apoderarse de él. ELoÉQXo-
Mc 10, 15) menciona la conversión (claro que
De manera parecida se dice de Judas que /laL se usa en sentido absoluto en Rom 11,25
en un nivel pre-mateico o'tQucpfí't€ podría ser
Satanás entró en posesión de él: Lc 22, 3; Jn para referirse a los gentiles, y significa para daXUAioptUI eiskaleomai invitar a entrar*
la traducción de una expresión aramea que
13, 27. Ambos evangelios muestran que, con Pablo que las naciones del mundo llegan a la Hech 10, 23: ELOXUA.€Oá/l€vo~ oiív uu-
expresara «de nuevo»). Aparecen condiciones
la traición, entra en escena el poder mismo de salvación (referencia a la misión; escatología 'tOu~el;ÉvLO€V, «los invitó a entrar y los hos-
claras en Mt 5,20 (redaccional); 7, 21 (redac-
las tinieblas (Lc 22, 53). Lc 22, 3 (redaccio- dialéctica) . pedó».
cional). Tiene afinidad con Mt 18, 3; Mc 10,
nal) se refiere a 4, 13 (<<hasta el momento 15 el pasaje de Jn 3, 5: el «nacer del agua y
oportuno», también redaccional). Lc 22, 4 re- del Espíritu» (es decir, el bautismo) concede 4. ELoÉQXO/laL EL~ 't~v xu'tánU'lJOLV apa- EtaO()O;, O", Í) eisodos entrada, acogida,
laciona la intervención de Satanás con la eje- la entrada en la basileia. Esta palabra pre-joá- rece exclusivamente en la Carta a los hebreos acceso*
cución de la traición. Por el contrario, en Jn nica se interpreta joánicamente en 3, 3 con lo (3, 11.18s; 4, 1.3.5.6.lOs; cf. Sal 94, 11 En Pablo en la expresión: e'Loo6o~ ... nQo~
13, 26 el Revelador da la señal para la inter- de «nacer de lo alto», donde t6€LV sustituye a LXX). La condición para la entrada en el re- Ú/la~, «la acogida ... por parte de vosotros'» (1
1223 1224 1225 1226

Tes 1, 9; 2, 1); dícese de la entrada en el san- Elo'tQÉxm eistrechi5 adentro* veces); 1 Pe 2, 13.14; un ELTE solo aparece La preposición EX aparece 915 veces en el
tuario (eLl;; T~V ELOoDov Tffiv áyí,wv, Heb 10, Hech 12, 14: eLoDQa¡.toiloa, «ella (la cria- únicamente en 1 Cor 14,27 (cf. el Dé que pro- NT, de las cuales 336 corresponden a los es-
19); en la construcción JtQo JtQooómolJ Tfíl;; da Rode) volvió corriendo». porciona la continuidad, en el v. 29). critos joánicos (el evangelio de Juan, las tres
eLoóDolJ aVToil, «antes de su venida (de Je- Cartas de Juan y el Apocalipsis). Concreta-
sús)>>, dícese de la predicación de arrepenti- EloqJÉQm eispheri5 llevar, traer, meter* EhEV eiten entonces, luego mente, esta preposición se usa de la siguiente
miento realizada por Juan como preparación En Lc 5, 18.19 dícese del paralítico al que ~ELTa. manera en el NT:
del camino para la llegada de Jesús (Hech 13, tenían que llevar adentro de la casa; 12, 11:
24); ~ ELOODOI;; eLl;; T~V al,óWLov ~aoLAdav, oTav dO<pÉQw<JLV ú¡.tal;; EJti Tal;; olJvayw- " -Q. 2. Con significado local: se asocia a me-
Etmua ei6tha (perfecto con significado de
«la entrada en el reino eterno» (2 Pe 1, 11). yál;;, «cuando os arrastren (con violencia) a nudo con v'erbos de movimiento (~aí,vw,
presente) acostumbrar*
las sinagogas»; 1 Tim 6, 7: «nada hemos traí- €Qxo¡.tm, ííxw, <pE'ÚyW, XWQí,~w), llamada
Pluscuamperfecto en Mt 27, 15: eLw{}EL ó
do al mundo»; Heb 13, 11: «la sangre es lle- (xaAÉw) o liberación (oó)~w, Q'Úo¡.tm). En
~yE¡.tWV, «el gobernador solía ... »; Mc 10, 1:
Elmtl)bám eispedai5 entrar de un salto, vada al lugar santo por el sumo sacerdote contra de nuestra sensibilidad lingüística mo-
mI;; eLw{}EL, «como solía hacer»; Lc 4, 16:
derna, la preposición ~x puede responder
entrar corriendo* como ofrenda por el pecado»; en sentido fi-
gurado: «¡no nos metas en tentación!» (Mt 6,
XaTa TO dw{}ol;; av
Ti\.>, «según su costum- también a la pregunta «¿dónde?», de tal ma-
Hech 16, 29: al,T~oal;; DE <pffiTa dOE- bre»; cf. Hech 17,2.
13 par. Lc 11, 4); sEví.!;ovTa ... eLO<PÉQELI;; eLl;; nera que EX DESLffiv (Mc 10,37.40 par. y pas-
Jt~DWEV, «pidió luz y entró corriendo (en la
Tal;; aXOal;; ~¡.tffiv, «traes a nuestros oídos co- sim ~ DESLÓI;;) indica el lugar en donde. Hay
prisión)>>; 14, 14 v.l. Ch. Burchard, Fu.fJnoten
sas extrañas» (Hech 17,20). EX (El; ) ek (ex) con genitivo de, desde, por que diferenciar de esto aquellos ejemplos en
zum neutestamentlichen Griechisch 11: ZNW
causa de, por medio de los que ~x se usa, por atracción, con el mismo
69 (1978) 143-157, esp. 155.
Eha, dnv eita, eiten (adv.) luego, des- sentido que EV: en Col 4, 16 los destinatarios
pués, además* 1. Significado fundamental y aparición en el NT - de Colosenses deben leer la carta que se en-
Aparece 15 veces en el NT: en sentido 2. EX con significado local - 3. EX con significado cuentra en Laodicea, enviada allí por el autor
Elm'tOQEÚO,UU eisporeuomai ir a, entrar, temporal - 4. h en sentido figurado - 5. Otros usos. de Colosenses, y que debe series enviada a
temporal, para enlazar: luego, después: Mc 4,
aparecer* 17; 8, 25; Lc 8, 12; Jn 13, 5; 19, 27; 20, 27; ellos desde Laodicea, lo mismo que la Carta a
Bibl.: Cf. la bibliografía mencionada en relación
El verbo aparece 18 veces en el NT, de las Sant 1, 15; en enumeraciones: JtQffiTOV ... Eha con otras preposiciones; cf. además, las referencias en colosenses debe ser enviada a Laodicea; cf.
que 8 corresponden a Marcos, 5 a Lucas, 4 a (... Eha), «en primer lugar... luego (... luego): ThWNT n, 64.418s; V, 724; VI, 53.720; Bauer, Wiir- algo parecido en Mt 24,17; Lc 11, 13.
Hechos y 1 a Mateo. En construcción con eLl;;: Mc 4, 28 (bis); 1 Tim 2, 13; 3, 10; cf. 1 Cor terbuch, s. V.; BlaB-Debrunner, s. v.; Johannessohn,
Mc 1, 21: «entrar en Cafarnaún»; 6, 56: «en- Prapositionen, 284-293; Mayser, Grammatik 11/2, 3. EX con significado temporal (desde)
15,5; €JtELTa ... ELTa, «luego ... además», 15, 7; 382-390; Morgenthaler, Statistik, 14s, 160; C. F. D.
trar en las aldeas, ciudades o caseríos»; 11,2: «entonces ... finalmente», 15, 24; Eha en Heb Moule, An ldiom Book of NT Greek, Cambridge 21959
aparece en expresiones como ~x VEÓTr¡TOI;;
«en la aldea»; Lc 22, 10: «en la casa»; cf. 12, 9 introduce un pensamiento nuevo: ade- (reimpresión), 71-74; Moulton-Milligan, s.V.; Rader- (Mc 10,20 par.; Hech 26, 4); ~S aQXfíl;; (Jn 6,
Hech 3, 2; 9, 28 (eLOJtOQElJÓ¡.tEvol;; xai EXJtO- más, a parte de eso. La forma EhEV aparece macher, Grammatik, 125s., 139; Robertson, Grammar, 64; 16, 4) Y passim. A veces es bastante difí-
QElJÓ¡.tEVOI;;); en sentido figurado en Mt 15, únicamente en Mc 4,28 (dos veces como v.l.). 596-600; N. Turner, Grammaticallnsights into the NT, cil distinguir entre entre el EX temporal y el
Edinburgh 1965, 6, 29, 58, 107s; C. A. Wahl, Clavis causal (~4.a); cf. EX TO'ÚTOlJ en Jn 6, 66 (es-
17: «entrar en la boca» (par. Mc 7,19; cf. 7, Novi Testamenti Philologica, Leipzig '1843, S.V.; Id.,
15.18); dícese de la entrada en el reino de d'tE eite si ... o, sea que ... o bien sea que ... Clavis Librorum Veteris Testamenti Apocryphorum Phi-
ta expresión tiene en Jn 19, 12 un sentido cla-
Dios (v.l. eLOEAE'ÚoovTm) en Lc 18, 24. Con Aparece 65 veces en el NT, de ellas 27 ve- lologica. lndicen verborum in libris pseudoepigraphis rísimamente causal) o la antigua fórmula cris-
xaTá: Hech 8, 3: XaTa TOVI;; OLXOlJl;;, «de ca- ces en 1 Corintios y 14 veces en 2 Corintios, usurpatorum adiecit J. B. Bauer, Graz 1972, s.V. tológica (adopcionista) de Rom 1, 3s, que
sa en casa»; la indicación del lugar se expre- pero no se encuentra en los evangelios ni en habla de la filiación divina de Jesús desde / a
sa mediante una subordinada: oJtOlJ ~v TO Hechos. Como conjunción disyuntiva, ELTE... 1. h (~S ante una vocal) es una preposi- consecuencia de la resurrección de entre los
ELTE separa entre sí enunciados, al mismo ción que rige genitivo. Tiene un significado muertos (~S aVa<JTáOEWI;; vExQffiv).
JtmMov, «donde estaba la niña» (Mc 5, 40);
con JtQÓI;;, «los que llegaban a él» (Hech 28, tiempo que los enlaza (= sive ... sive; cf. BlaB- fundamental espacial y designa o bien la sali-
Debrunner § 446, 3), por ejemplo, en 1 Cor da del interior de un objeto o lugar, o bien en 4. El significado figurado de ~x brota de
30); con atracción del pronombre relativo:
12, 13 (cuatro veces); 2 Cor 1, 6 (dos veces); general la salida desde un punto. Lo mismo su significado fundamental local. Se ha for-
xw¡.tr¡v, EV ñ eLOJtOQElJÓ¡.tEVOL EÚQ~OETE, «a mado en diversas direcciones (las cuales, cla-
la aldea, donde al entrar encontraréis ... ». Se 5,9 (dos veces); Flp 1,27 (dos veces). Pablo que en la lengua clásica, vemos que también
en el NT se asocia con ~x mucho que no es ro está, coinciden frecuentemente):
usa en sentido absoluto, con el significado usa frecuentemente ELTE... ELTE como conjun-
de aparecer (los deseos; Mc 14, 19); díce- ción que introduce condiciones hipotéticas espacial, es decir, un sentido temporal y di- a) Sentido causal: véanse los ejemplos ofre-
(cf. BlaB-Debrunner § 454, 3), principalmen- versos aspectos de un sentido figurado. ~x cidos en ~ 3 Y también Ap 16, 10. Además, al-
se de los que entran (en una casa; Lc 8, 16;
te en enumeraciones -con o sin verbo-, por coin~ide a menudo en cuanto al significado gunos verbos (en la voz pasiva) introducen con
11,33).
ejemplo, Rom 12, 6-8; 1 Cor 3, 22 (ocho ve- con aJto, que está documentada 645 veces en EX la razón de la acción verbal (a6LxÉw, YE-
H. Balz ces); 10,31 (tres veces); cf. Col 1, 16 (cuatro el NT y no ha llegado a ser desplazada por EX. ¡.tí,~w, AlJJtÉW, JtAr¡QÓW, JtA.OlJTÉW, ¡.tE{}ÚW,
1227 1228 1229 EX - ÉXá,O'tO'tE 1230

nUQóúl, ~1']f!lÓúl). En todos estos casos el sig- na de que se trate: una manera de ser que se Cor 11, 12. Asimismo, Ex aparece en toda clase 12,3; 14, 5; 15,2; 1 Cor 3, 5.10; 7, 2.17.
nificado de EX coincide con el de bLá y únó. marca constantemente en sus palabras y en de construcciones adverbiales: Bauer s. v. 6.c. 20.24; 16, 2; 2 Cor 9, 7; Gál 6, 4.5; Flp 2, 4;
Tiene también matiz causal, juntamente con sus acciones. Por tanto, la preposición EX (y 1 Tes 4, 4). También en las amonestaciones (l
sentido instrumental, la expresión EX nLO- anó) sirve a Juan, sobre el trasfondo de su G. Lüdemann Cor 1, 12; 11,21; 1 Tes 2, 11) se dirige la pa-
'tEúle; (--> nLO'tLe;), que se encuentra en los es- propio dualismo cósmico, para calificar a las labra a cada uno personalmente. Cada uno ha
critos paulinos (cf. BlaB-Debrunner § 195, diversas figuras mediante la indicación de sus recibido de Dios un don de gracia (1 Cor 7, 7;
respectivos orígenes. Los pasajes menciona- fX(uJ'to~, 3 hekastos cada uno, cada cf. Rom 12, 3; 1 Cor 3,5; 7, 20; 12,7.11; 15,
le), porque la fe en Pablo es el medio por el
que se logra la justificación. Puesto que, en dos en --> d guardan estrecha relación con es- 1. Aparición en el NT - 2. Significado fundamental 38). Es necesario que cada uno «esté plena-
te matiz de significado. - 3. Contenido semántico especial. mente convencido en su propia opinión»
Pablo, EX nLo'tEúle; expresa formulariamente
el sentimiento existencial del cristiano en el d) De procendencia: EX designa (sin dife- Bibl.: Bauer, W6rterbuch, S.V.; BlaB-Debrunner § (Rom 14,5); que «cada uno de nosotros ... sir-
mundo, EX incluye también en este contexto rencia de significado con respecto a anó) la 64,6; 305, 164, 1; 275; L. Lazzeroni, "Exaow<;, Ipo- va al prójimo» (15, 2); que cada uno mire
tesi sull'etimologia del greco Exaow<;: ASNSP 25 «cómo edifica encima» (1 Cor 3, 10); porque
un aspecto modal (--> b). procedencia (física) de una persona; cf. EX (1956) 136-141.
Na~aQÉ{t (Jn 1,46); EX yÉVOUC; 'IoQa~A (Flp «la obra de cada uno» se ha de revelar (3, 13);
b) Sentido modal: aquí EX nLo'tEúle; debe
3, 5, y passim). Aquí hay que mencionar tam- 1. El pronombre aparece en el NT unas 80 Dios «retribuirá a cada uno según sus obras»
traducirse: «por fe». La alternancia de las pre-
bién las expresiones sustantivadas como OL ES veces. Se emplea como adjetivo (Lc 6, 44; Jn (Rom 2, 6), una vez que «cada uno de nos-
posiciones en Rom 1, 18 (cf. 2 Cor 2, 16; Sal
'IoQa~A (Rom 9, 6); OL EX ('t'fíC;) nEQL'tOf1'fíC; 19, 23; Heb 3, 13; Ap 22, 2), pero en la in- otros» haya dado «cuenta de sí mismo a
83, 8 LXX) EX nLo'tEúlC; de; nLo'tLv tiene una
función retórica, exactamente igual que la tie- (Rom 4, 12; Gál 2, 12; Hech 11, 12; [Tit 1, mensa mayoría de los casos se utiliza como Dios» (14, 12). Pablo se dirige a todos en sus
ne la alternancia de EX nLo'tEúlC; - bUl nLO- 10]); OL Ex VÓf10U (Rom 4, 14.[16]); OL EX adjetivo sustantivado. En calidad de tal apare- comunidades, y mediante exuo'tOe; individua-
'tEúle; en Rom 3, 30 (cf. también la alternancia nLo'tEúlC; (Gál 3, 7.9; [Rom 4, 16]). En los ce seguido frecuentemente de un genitivo par- liza sus palabras y se dirige a cada uno en par-
de EX y bLá en Rom 3, 22.25; 4, 13.16; 10, 17; ejemplos mencionados últimamente la perte- titivo (Lc 13, 15; Hech 2, 3.38 y passim; Rom ticular.
Gál 2, 16; 3, 24.26, y passim). En ambos ca- nencia se expresa mediante la indicación de la 14, 12 y passim; 1 Cor 1, 12; 1 Tes 2, 11 y Este uso del término es tan corriente en los
sos hay que acentuar lo de «por fe». Por el procedencia. Ahora bien, esto sucede también passim). Algunos escritos (cf. Lc 4,40; 16,5; Sinópticos (Mc 13,34; Mt"l6, 27; 18,35; 25,
contrario, no hay que recomendar una «teolo- principalmente, cuando la construcción con Hech 2,3.6; 17,27; 20, 31; 21, 19.26; Ef 4, 15; Lc 2, 3; 6, 44; 13, 15; cf. Hech 2, 38; 3,
gía de las preposiciones» (de otra manera EX sustituye al genitivo partitivo (--> e; cf. 7.16; 5, 33) prefieren la forma reforzada dc; 26; 11,29; 17,27) como en Juan (16, 32; cf.
piensa Turner, 107s). Cuando el apóstol, al di- Bauer, s.v. 4). Exao'tOe;, cada uno (además: Mt 26, 22; 1 7,53) y en los demás escritos en los que apa-
lucidar el problema de la justificación, decla- e) El genitivo partitivo ha quedado nota- Cor 12, 18; Col 4, 6; 1 Tes 2, 11; 2 Tes 1,3; rece también el pronombre (Ef 4,7.16.25; 5,
ra: «La ley no es EX nLo'tEúle;» (Gál 3, 12) o: blemente relegado en el NT, siendo sustituido Ap 21, 21). Aisladamente se encuentran vul- 33; 6, 8; Col 4, 6; Heb 6, 11; cf. 3,13: xa1't'
«En efecto, los que son por las obras de la ley en muchos casos por una construcción con EX garismos como ava dc; Exao'tOe; = cada uno Éxáo't1']v ~f1ÉQuv, cada día; 8, 11; 11, 21;
[= los de las obras de la ley] (ES €QYúlV (anó). Esta construcción se observa con es- (Ap 21,21); xu{t' 8V EXUO'tOV = uno por uno Sant 1, 14; 1 Pe 1, 17; 4, 10; Ap 2, 23 Y pas-
VÓf1ou) están bajo maldición» (Gál 3, 10; cf. pecial frecuencia en los escritos joánicos, = detalladamente (Hech 21, 19). sim).
2, 16), entonces Pablo, al usar de esta manera donde el genitivo partitivo llega a hacer inclu-
la preposición, se acerca al uso de EX en los so las veces de sujeto (Jn 7,40; 16, 17; Ap 11, 2. Exao'toc; se refiere a las diversas partes 3. El término EXUO'tOe;, que tanto se usa en
escritos joánicos, los cuales se sirven de esta 9 - pero cf. también Hech 19, 33) y de objeto de una totalidad. Este significado lo vemos todo el NT, podría tener un significado espe-
preposición para expresar el origen. (2 Jn 4 - pero cf. también Mt 23, 34; Lc 11, por la comparación con naC;. Delante de un cial en el marco de la idea paulina del -->
El sentido modal, además de aparecer en 49). La construcción con EX (anó) para susti- sustantivo sin artículo (cf. Mt 3, 10: nav o&f1u (cf. 1 Cor 12, 18). Partiendo de su sig-
los escritos paulinos, se encuentra también en tuir al genitivo partitivo es inusitada en el bÉvbQov) nae; significa «cada», pudiéndose nificado básico, este término era particular-
Mt 12, 37 (¡en relación con la temática de la griego clásico, pero es usual en las lenguas tratar de «uno cualquiera» del conjunto (BlaB- mente adecuado para que Pablo expresara con
justificación!); Lc 19, 22; Ap 20, 12, Y debe semíticas (min en hebreo y arameo), en el Debrunner § 275, 3). En cambio, Exao'tOC; él la idea de la vocación y la responsabilidad
traducirse en estos pasajes por de acuerdo griego de la LXX (Johannessohn, 287) y en la concreta más, realza de entre la generalidad, del individuo, de cada individuo, con respec-
con. En su lugar puede aparecer el dativo de Koiné (cf. Radermacher en Robertson, Gram- expresa la particularidad (por medio de la lla- to a la totalidad, a la Iglesia.
modo (BlaB-Debrunner § 198) o una cons- mar, 1379 a propósito de la Koiné). mada o la oferta) de cada cosa en concreto y
trucción con bLá o xa'tá. da de esta manera un matiz más directo y per- F. G. U ntergaBmair
c) De origen: Juan indica el origen con las 5. Otros usos: en el NT la construcción sonal a los enunciados.
expresiones ELvm EX y también, para referirse con EX sustituye al genitivo subjetivo en Jn 3, Esta preocupación directa y particular por
al creyente, con la expresión YEYEvv'fí0{tm Ex 25; 2 Cor 8, 7; al genitivo de precio en Mt 20, cada uno, como significado fundamental, apa- ÉXáU'tO'tE hecastote (adv.) en todo mo-
(--> YEvváúl) o, para referirse al Revelador, 2; Hech 1, 18. Además, se designa con EX la rece en el uso de EXUO'tOe; en los escritos mento, sienipre*
€QXEo{tm EX. De esta manera, formula un materia de que está hecha una cosa: Mt 27, paulinos. Pablo se dirige a cada uno de sus 2 Pe 1, 15: ÉXáO'tO'tE EXELV Úf1aC;, «que en
enunciado sobre la manera de ser de la perso- 29; Jn 19, 2; 1 Cor 15, 47; quizás también 1 destinatarios, cuando da instrucciones (Rom todo tiempo podáis ... ».
1231 1232 1233 1234

bmtóv hekaton cien, ciento* Llaman la atención: 144.000 (Ap 7, 4; 14, 1. El centurión del ejército romano se hallaba sempeña sus funciones dentro de la cohorte.
1.3) Y 144 codos (Ap 21,17). La primera ci- al frente de la curia (centuria), una unidad de cien Al frente de unidades más pequeñas, el centu-
1. Como simple numeral, ÉXa1;OV aparece hombres (la sexagésima parte de una legión). Se
fra significa el pueblo de Dios del fin de l~s rión realiza -por ejemplo- acciones de casti-
únicamente en Jn 19,39 (<<de unas cien libras hacía distinción entre las diversas categorías y las
tiempos. El número está compuesto de la Si- diferentes atribuciones de los centuriones. Su go (Hech 22, 25s) o se encarga de la se~uri­
de peso») y en Lc 16, 6s (cuantías de deudas).
guiente manera: 12 (símbolo de plenitud, cf. rango militar parece que gozó de popularidad. dad y vigilancia de personas (la custodia de
En la mayoría de los casos, el término tiene
la referencia a las doce tribus de Israel) mul- Con el centurión se hallaba asociada la idea de un Pablo en Jerusalén y en Cesarea: Hech 23,
significado simbólico.
tiplicado por 12.000 (que simboliza la deter- militar bien capacitado y adiestrado, comparable 17.23; 24, 23; en el viaje a Roma: 27, 1.6.
Simboliza una cantidad muy grande en Mc al mando militar que hoy conocemos con el nom-
minación por el decreto divino). Significa 11.31.43, Y en la misma Roma: 28, 16).
4, 8.20 par. Mt 13, 8.23, porque indica en es- bre de suboficial (Schneider, 2).
tos casos el porcentaje más alto del rendi- además una ingente magnitud (XLALú6e~) y
una unidad perfecta (síntesis de los elemen- 2. El NT conoce tres términos distintos F. G. UntergaBmair
miento. El mismo aspecto aparece también en
la forma Éxu'tOV'tU:1tAUOLWV (cien veces en el tos mencionados en 144.000): El número para designar al centurión. Marcos utiliza ex-
sentido de «abundantísimamente», en Mc 10, 144 es expresión de grandeza y perfección clusivamente el latinismo ó xev'tuQLwV (15,
(número redondo y completo); --+ 6Ól6exu 2. i~paívO) ekbaino salir de, proceder de*
30 par. Mt 19,29 v.l.; Lc 8, 8 par. Mc 4,8). 39.44-45). En Mateo encontramos la traduc-
Heb 11, 15: a.cp' ~~ E1;Épr¡ouv (v.l. E1;iiA-
En Mt 18, 12 par. Lc 15, 4 (Q) lo que des- ción más frecuente al griego ático: ó Éxa'tóv-
H. Weder 'frov), de la patria «de la que habían salido».
taca en primer plano es la idea de totalidad. 'tuQXo~ (8, 5.8; 27, 54; pero cf. también Hech
Si de la totalidad del rebaño se pierde una so- 22,25; 28, 16 Koiné); la doble obra de Lucas
la oveja, el pastor deja a las 99 en el desierto prefiere la traducción griega helenística ó i~páAAo) ekballo arrojar, expulsar
i~atovtaftÍf;, 2 hekatontaetes de cien Éxu'tOv'túQXr¡~ (Lc 7, 2.6; 23,47; Hech 10,
(o en la montaña) para buscar a esa sola ove- años* 1. Aparición en el NT - 2. Contenido semánti~o y
ja. Ahora bien, las relaciones numéricas sim- 1.22; 21, 32; 22, 26; 23, 17.23; 24, 23; 27, campo referencial- 3. Sinópticos: expulsar demomos -
Rom 14, 19: Éxu'tov'tue't~~ :1tOU Ú:1túQ- 1.6.11.31.43; pero cf. también Mt 8, 13). Las
bolizan al mismo tiempo (aunque de manera 4. Mateo: arrojar a las tinieblas.
XWV, «aunque era de unos cien años de edad» variantes se explican por la semejanza entre
subordinada) la insignificancia de esa sola (dícese de Abrahán). Bibl.: H. Bietenhard, ExBáAAW, en DTNT I1, 17; O.
oveja. Así que en Éxu'tóv se escucha también Éxa'tóv'tuQXo~ y Éxu'tOv'túQXr¡~. Bocher, Diimonenfurcht und Diimonenabwehr. Ein
la idea de un gran número. La idea de totali- Beitrag zur Vorgeschichte der christlichen Taufe
dad destaca en Mc 6, 40 (tanto Mateo como 3. Bajo el término Éxu'tóv'taQXo~, que (BWANT 90), Stuttgart 1970; Id., Christus Exorcista.
i~atovtmtAa(JíO)v, 2 hekatontaplasion parece ser el más antiguo (Mt 8, 5.8 a dife- Diimonismus und Taufe im NT (BWANT 96), Stuttgart
Lucas difieren). Finalmente, en el ámbito 1972; F. Hauck, BáAAW XLA., en ThWNT 1, 524-527;
multiplicado por cien, céntuplo* rencia de Lc 7, 2.6), la fuente Q ha conserva-
militar, Éxu'tóv designa también una totali- O. Hofius, Erwiihlung und Bewahrung. Zur Auslegung
El neutro plural se usa en sentido adverbial do el recuerdo de la inmensa fe del «centurión von loh 6, 37: Theol. Beitrage 8 (1977) 24-29; K.
dad, es decir, una «unidad» del ejército, --+ Éxu-
en Mt 19, 29 par. Mc 10, 30: Éxu'tOV'tU:1tAU- de Cafamaún». La versión lucana acentúa las Thraede, Exorzismus, en RAC VII, 44-117.
'tOv'túQXYJ~.
OLOVU AUflPÚVW, «recibir cien veces más»; Lc buenas acciones de este gentil y la populari-
En contraste con flUQLO~ (Mt 18,24), la in- 1. EXPÚA.A.W, un compue¡;to de --+ PÚAAW,
8,8: E:1tOLr¡oev xUQ:1tOV ÉxU'tOVW:1tAUOLOVU, dad de que gozaba entre la comunidad judía
dicación de Éxa'tov 6r¡VÚQLU (18, 28) sugiere aparece en el NT un total de 81 veces. La ma-
«produjo cien veces más fruto» --+ Éxu'tóv 1. (7,5).
un número relativamente pequeño, pero sin yoría de los testimonios se encuentran en los
perder de vista la idea de totalidad: ambos da- Se observan rasgos paralelos en la caracte- evangelios sinópticos (66 veces, de ellas 28
tos numéricos hacen referencia al endeuda- rización de Comelio en Hechos (compárese en Mateo, 18 en Marcos, 20 en Lucas). Juan
miento del hombre (ante Dios o ante otros i~atovtáQXl); (i~atóvtaQXo;), O\), Hech 10, lb.2.22 con Lc 7, 3-5). Probable- emplea el término 6 veces, y los Hechos, 5
hombres). Incomprensiblemente el perdón de Ó hekatontarches (hekatontarchos) cen- mente, ambos «centuriones» desempeñaban veces. En las cartas paulinas el término falta
una deuda enorme no va seguido por el per- turión, capitán (de ejército)* cargos en la administración, lo cual explica por completo, con excepción de la cita del AT
dón de una deuda pequeña. Por lo que respec- l. El centurión - 2. Términos usados en el NT - sus contactos con el entorno judío. que se halla en Gál 4, 30; el término aparece
ta a la idea de totalidad: el perdón de la deuda 3. Significados. En los relatos de la Pasión y en los demás también en Sant 2, 25; 3 Jn 10 y Ap 11,2.
no puede reducirse a determinadas cantida- pasajes de Hechos, el centurión tiene otras ta-
Bibl.: A. v. Domaszewski, Die Rangordnung der ro-
des, ni siquiera entre los hombres. Debe ser reas distintas. Al mando de un centurión estaba 2. El contenido semántico de EXPÚA.A.W lo
mischen Heeres (Beihefte der Bonner Jahrbücher 14,
total (cf. Mt 18,22). 1908), segunda edición preparada por B. Dobson, el pelotón de soldados que ejercían la vigilan- traduce de la manera más completa nuestro
Koln 1967; S. H. Hooke, lesus and the Centurion: cia durante la ejecución de la pena capital (Mc verbo arrojar (fuera) (la indicación de lugar
2. Combinaciones: La indicación que se Matthew VIII. 5-10: ET (69) 1957 79s; J. Ramsey Mi- 15,39 par.: centurio supplicio praepositus). La se hace mediante las preposiciones EX, e1;w,
hace en Hech 1, 15 (ciento veinte personas) chaels, The Centurion 's Confession and the Spear confesión de fe del centurión al pie de la cruz,
Thrust: CBQ 29 (1967) 102-109; C. Schneider, Der a.:1tÓ o d~). Como ocurre en griego en general
tiene seguramente significado metafórico. El Hauptmann am Kreuz: ZNW 33 (1934) 1-17; U. Weg-
la narran los Sinópticos con fines cristológicos. (cf. Liddell-Scott, s. v.; Bauer, Worterbuch,
simbolismo en Jn 21, 11 (ciento cincuenta y ner, Der Hauptmann von Kafarnaum (WUNT IIII4), Según Hech 21, 32, el centurión está bajo las s. v.), EXPÚA.A.W tiene también en el NT nume-
tres peces) es enigmático. Tübingen 1985,60-69. órdenes del tribuno militar (XLALUQXO~) y de- rosos matices de significado. El sujeto es
1235 1236 1237 1238

siempre una persona o grupo de personas. Co- la expulsión de la Iglesia, cf. 3 Jn 10). Como 29, hay demonios que sólo pueden expulsarse ExpAa<n:ávro ekblastano germinar, brotar
mo objeto de la acción verbal aparecen cosas tecnicismo de la LXX para designar la acción mediante la oración. Mc 4,5 A cp pc (en vez de ESUVU"tl~AAo): La
(a), personas o grupos de personas (b) y, fi- de echar fuera a la esposa, Ex~áAAo) aparece Más importante que la práctica correcta es semilla «brotó en seguida».
nalmente, espíritus malignos (--+ 3). en Gá1 4, 30 en una cita (Gén 21, 10). Por el la autoridad con la que se practican los exor-
a) Con una cosa como objeto, bt~áAAo) contrario, el verbo tiene sentido positivo en Jn cismos (la cual se expresa casi siempre con EXPOAÍ), tí;, ÍJ ekbole acción de descargar
tiene únicamente en Mc 9, 47 un tono claro de 10, 4 (conducir fuera). En Mt 9, 38 par. Lc EV). El origen del poder de Jesús se discute o echar parte del cargamento*
acción violenta (arrancar el ojo). En la mayo- 10, 2, Ex~áAAo) adquiere por el contexto el extensamente en el diálogo sobre Beelzebul Hech 27, 18: EX~OAi]V E:7tOLOUV"tO, «echa-
ría de los casos, fx~áAAo) se emplea en el matiz de enviar (trabajadores a la viña). Un (Mc 3, 22-30 par. Mt 12, 24-32; Lc 11, 15- ron por la borda la carga» (para salvar de la
sentido menos fuerte de expulsar (Mc 15, 17; caso especial es Mc 1, 12: el Espíritu impulsa 23): Jesús no expulsa los demonios con el po- tempestad a la nave).
Hech 27, 38), eliminar (del ojo una pajita o a Jesús a ir al desierto, es decir, Jesús se halla der de Beelzebul, el príncipe de los demonios,
una viga, Mt 7,4-5 par. Lc 6, 42) o sacar (dos plenamente bajo el poderoso impulso del Es- como sus enemigos le reprochan, sino con el Exya"í,~ro ekgamizo casar
denarios, Lc 10, 35; en sentido figurado: sa- píritu. poder de Dios (Lc 11, 20: «en el dedo de Tan sólo como v.l. del Textus Receptus: Mt
car del tesoro cosas buenas, malas, cosas vie- Dios»; Mt 12, 28: «en el Espíritu de Dios»). 22,30; 24, 38; Lc 17,27; 1 Cor 7,38 (bis),
jas y nuevas, Mt 12, 35; 13, 52). En Ap 11,2 3. Ex~áAAo) tiene principalmente una di- Son, por tanto, señales de que ha llegado el siempre en lugar de yUl1L~O).
bt~áAAo) aparece con el sentido de omitir, mensión teológica en los evangelios sinópti- reino de Dios. Los seguidores de Jesús (Mc 7,
pasar por alto, un sentido que se halla atesti- cos como tecnicismo para designar la expul- 22; 16, 17) y otras personas (Mc 9, 38 par. Lc Exya"í,O"xro ekgamisko casar
guado también fuera del NT (cf. Bauer, W6r- sión de demonios (el objeto es casi siempre 9, 49) realizan exorcismos «en el nombre de En voz pasiva como v.l. del Textus Recep-
terbuch, s. v.). Es curioso el uso que se hace de Cml1ÓVLOv!cml1ÓVLu), a los que se hace salir Jesús». Aquí se refleja seguramente una prác- tus, Le 20,34.35, en lugar de yUl1LOXo) (v. 34)
Ex~áAAo) en Mt 12,20, que es una traducción de los posesos mediante el exorcismo (el ver- tica de la Iglesia primitiva. o de yU!lL~o) (v. 35).
libre de Is 42, 3: sacar la justicia a victoria bo aparece con este sentido 34 veces, es decir,
(LXX: ESOL<JEL). Algunos autores recientes más de la mitad de los testimonios que se en- 4. Ex~áAAo) tiene también peso teológico EXyOVO;, 2 ekgonos descendiente, nieto*
(H. Schürmann, Lukas I [HhK], 333; J. Ernst, cuentran en los Sinópticos). Detrás de ello se en la fórmula de Mateo: «arrojar a las tinie- 1 Tim 5, 4: "tÉxvu ~ EXyovU, «hijos o nie-
El Evangelio según san Lucas, Barcelona halla la idea de que el demonio habita en la blas exteriores; allí será el llanto y el rechinar tos».
1968, 193) sospechan que detrás de Lc 6, 22 persona posesa, y es expulsado de allí por el de dientes» (Mt 8, 12; 22, 13; 25, 30, y con
(literalmente: «proscribir vuestro nombre exorcista. El sujeto de la acción de expulsar algunas variaciones en Lc 13, 28). Se trata Exbmtaváro ekdapanao gastar, agotar*
como maldito») se esconde el tecnicismo ju- es frecuentísimamente Jesús. El echar fuera aquí de la realización del juicio escatológico, 2 Cor 12, 15, en voz pasiva: llcLo"tu cu-
rídico de expulsar a alguien de la sinagoga demonios forma parte de la actividad de Je- de la exclusión del reino de Dios (explícita- :7tUV~oO) XUL EX<')U:7tUVl]1t~OO!laL, «yo muy
judía. sús, lo mismo que el predicar y el sanar mente en Mt 8, 11). Las tinieblas son imagen gustosamente gastaré lo mío y aun yo mismo
(véanse los sumarios en Mt 8, 16; Mc 1,34.39 para designar el lugar donde se padece la le- me gastaré».
b) Con más frecuencia el objeto de la ac-
y ellogion de Lc 13, 32). La misma misión y janía de Dios y el castigo. Jn 12, 31 debe en-
ción verbal de Ex~áAAo), en el NT, es una Exbixo"m ekdechomai esperar, aguardar*
la misma autoridad se la concede él también a tenderse también como referencia al juicio.
persona o grupo de personas. En la mayoría am:xMxo!laL apekdechomai esperar,
de los casos se trata de expulsar, arrojar fue- sus discípulos (Mt 10, 1.8; Mc 3, 15; ¡pero no
F. Annen aguardar (anhelosamente)*
ra en forma más o menos violenta (echar del en Lucas!). Según Mc 16, 17 las expulsiones
de demonios se cuentan entre los signos que 1. Aparición en el NT. - 2. Contenidos semánticos -
templo: Mc 11, 15 par. Mt 21, 12; Lc 19,45; 3. fXIlÉX,0ftaL - 4. aJtExOÉx,0ftaL.
Jn 2, 15; de la ciudad: Lc 4, 29; Hech 7, 58; han de acompañar a los que han creído (cf.
de la viña: Mc 12, 8 par. Mt 21, 39; Lc 20, también Mt 17, 19-20). Ahora bien, los evan- EXpa(Jt;, Ero;, ÍJ ekbasis salida, final * Bibl.: W. Grundmann, OÉX,0ftaL X"tA., en ThWNT n,
1 Cor 10, 13: "ti]v EX~U<JLV "tOU &úvuo1tm 49-59, esp. 55s; E. Hoffmann, Esperanza, en DTNT n,
12.15; de la comarca: Hech 13, 50). Además, gelios sinópticos presuponen que hay también 129-135, especialmente 134-135; J. Swetnam, On Ro·
Ex~áAAo) tiene el sentido, más atenuado, de otros exorcistas, además de Jesús y sus segui- Ú:7tEVEYXELV, «la salida [o vía de escape] (de mans 8, 23 and the 'Expectation of Sonship': Bib 48
despedir, despachar (Mc 1,43; 5, 40 par. Mt dores (judíos en Mt 12, 27 par. Lc 11, 19; l~ tentación), para que seáis capaces de resis- (1967) 102-108.
9, 25; Hech 9, 40; 16, 37; Sant 2, 25). En al- cualquiera en Mc 9, 38 par. Lc 9,49). tlf2a»; Heb 13, 7: "ti]v EX~U(JLV "tfj~ avuo"tQo-
1. Los compuestos EX<')ÉXOl1aL y a:7tEX-
gunos pasajes el verbo significa ruptura y dis- Mientras que en el entorno del NT compli- CPl]~, «el final de la conducta de su vida»
difícilmente en el sentido de «fruto rendi~
<')ÉX0!laL (--+ bÉX0!laL) aparecen en el NT 6 y
continuidad de la asociación (expulsar: Jn 6, cados rituales, fórmulas y manipulaciones pa-
8 veces respectivamente, sobre todo en las
37; seguramente también en Jn 9, 34.35, aun- ra el conjuro ocupan un lugar importante (cf., miento», sino con la mirada puesta e~ la fir-
cartas (sólo a:7tEx<')ÉX0!lm aparece ya 6 veces
que Ex~áAAo) no se halla atestiguado como a propósito, Bocher; Thraede), esas prácticas ~e~a en medio del sufrimiento de la que los
en el corpus paulino).
expresión que designe la excomunión formal apenas desempeñan ningún papel en el NT. dlflgentes de la comunidad dieron muestras
de la sinagoga; cf. R. Schnackenburg, El Jesús, según Mt 8, 16, expulsa los demonios hasta su muerte, cf. también A. Strobel, He- 2. En el NT, EXbÉX0!laL aparece única-
Evangelio según san Juan 11, 317; en cuanto a por medio de su palabra (Myep). Según Mc 9, briier (NTD), sub loco. mente con el significado, menos frecuente, de
1239 1240 1241 1242

aguardar o esperar a, pero no con el sentido 4. a) aJtExbÉX0f-taL se usa en Heb 9, 28 se hace patente la naturaleza escatológica de mJLOV yEWQyOL¡;, «la arrendó (la viña) a unos
más corriente de «aceptar» o «recibir». Ahora para referirse a la Iglesia que está esperando tales conceptos para el apóstol Pablo. viñadores»; Mt 21, 41: ExbwOE'taL, él arren-
bien, el verbo intensivo aJtEX()ÉX0f-taL, que se a Cristo y que aguarda la redención futura, dará.
b) 1 Pe 3, 20, donde el sujeto de aJtEx-
encuentra raras veces en la literatura clásica y prometida ya por él. Aquí, en la teología de
bÉxof-taL (v.l. EXbÉX0f-taL) es la paciencia de
que falta en la LXX y en Josefo, es caracterís- Hebreos, predominá el marco de las ideas
Dios (---> f-tUXQO{tUf-tLU), podría mostrar que el
tico de la teología paulina, en la que aparece apocalípticas, en el cual el empleo de am,x- término perdió -después de Pablo- su conte- Exbtl)yÉo,-,at ekdiegeomai contar o rela-
con el significado de aguardar con perseve- bÉXOf-taL en este pasaje puede estar influido nido escatológico bien definido, pero conser- tar detalladamente*
rencia, mientras que su significado clásico por el uso paulino. En expresiones inspiradas vó no obstante un significado escatológico. El Hech 13, 41: Eáv 'tL¡; ExbL'I1yfí'taL Úf-tLV (ci-
usual de «sacar una conclusión (de ordinario en el mundo de ideas del Día de la Reconci- uso absoluto del verbo (aguardar el tiempo) ta de Hab 1, 5 LXX), «si alguno os la relata
equivocada)>> no aparece en el NT. liación, se establece aquí un paralelo entre la no es corriente en el NT. Aquí se contempla a detalladamente»; 15, 3: ExbL'I1yoÚf-tEVOL 't'Y]V
espera de la Iglesia y la espera de los asisten- Dios como quien aplaza su acción de juzgar, a Emo'tQocp~v 'tOOV E{tVOOV, «relatando detalla-
3. EX()ÉXOf-taL tiene el significado sencillo tes al culto divino que aguardan que el sumo fin de dar tiempo a la gente para el arrepenti- damente la conversión de los gentiles».
de aguardar a en Hech 17, 6; 1 Cor 11, 33; sacerdote regrese del lugar santísimo. miento. El pensamiento, desde luego, no se
16, 11 Y Jn 5, 3 (v.l. en lugar de aJtExbÉxo- Ahora bien, Pablo es quien usa más resuel- aplica aquí a la situación presente de la mis-
f-taL). El verbo forma parte de la escatología tamente aJtExbÉX0f-taL para referirse a la si- ma manera que el arca se pone en relación ExbtxÉro ekdikei5 vengar, hacer justicia
de Heb 11, 10, donde se describe la expecta- tuación de la espera escatológica. Rom 8, con el bautismo cristiano (v. 21), pero en Rom ---> ExbLX'I1OL¡;.
ción de Abrahán acerca del futuro, dentro de 19.23 tiene esencialmente el mismo objeto 2, 4 Y 2 Pe 3, 9 tiene una referencia a la situ.a-
la enumeración de ejemplos de fe en el AT, y que Heb 9, 28, a saber, la futura manifesta- ción presente de la Iglesia. Es interesante la
se relaciona con la concepción apocalíptica de ción plena de nuestra ---> ULO{tEOLU (adopción observación de que en 1 Pe 3, 22 -a diferen- Exbixl)CJt;, Ero;, 'ÍJ ekdikesis castigo, re-
la ciudad celestial. En la parábola del labrador como hijos) en la última y completa libera- cia de los mencionados pasajes de Pablo y tribución, venganza*
que aguarda la cosecha, en Sant 5, 7, el verbo ción de la actual existencia de esclavos y de Hebreos- se contempla la sujeción de los po- ExDLXÉW ekdikei5 vengar, hacer justicia*
se usa para referirse a la espera escatológica los sufrimientos. Esta liberación tendrá lugar deres como cosa ya alcanzada. Pero, por lo EXDUW~, 2 ekdikos persona que venga, ven-
-un motivo escatológico tradicional- y se em- en la resurrección. El contexto describe la ac- demás, la escatología realizada no es nota ca- gador, retribuidor*
plea en relación con el consejo de que se ten- tual situación en medio del sufrimiento. Aho- racterística de la carta; no lo es especialmen-
ga paciencia ante la aparente demora de la ve- ra bien, en Rom 8, 25 el contexto incluye te, si tenemos en cuenta 4, 7ss. Bibl.: S. Légasse, Vengeance humaine et vengeance
en Romains 12, 14-21, en La vie de la Parole. Fs P.
nida del Señor. En Heb 10, 13, el contexto es -siendo el objeto el mismo- la certeza de la M. E. Glasswell Grelot, París 1987, 281-291; G. Schrenk, EXOLXÉW
también escatológico, y la expresión aguar- esperanza cristiana. El Espíritu, con sus gemi- XTA., en ThWNT n, 440-444.
dar hasta que (EW¡;) va seguida de una refe- dos de anhelo, viene en ayuda de los que Exbl)AO;, 2 ekdelos enteramente manifies-
rencia al Sal 110, 1, que completa la cita del aguardan. Con una referencia análoga a la 1. hbLX'I1OL¡; aparece 9 veces en el NT (Lc
to, completamente notorio*
v. 12. En 1 Cor 15,25 se alude también al Sal creación entera, esto se contempla dentro de 2 Tim 3, 9: Exb'l1A.O¡; EO'taL JtéiOLV, «(su in- 18,7.8; 21, 22; Hech 7, 24; Rom 12, 19; 2 Cor
110, 1 en un contexto que se refiere igual- una perspetiva universal. sensatez) será plenamente manifiesta a to- 7, 11; 2 Tes 1, 8; Heb 10,30; 1 Pe 2, 14).
mente al tiempo entre la exaltación de Jesús y El aspecto positivo de la espera, asociado dos». EX()LXÉW aparece 6 veces (Lc 18,3.5; Rom 12,
el fin, y en el que -a diferencia de Hebreos- con la actual posesión de los bienes del Espí- 19; 2 Cor 10, 6; Ap 6, 10; 19, 2). EX()LXO~ apa-
se formulan enunciados acerca de los enemi- ritu, aparece también claramente en 1 Cor 1, rece 2 veces (Rom 13,4; 1 Tes 4, 6).
Exbl),-,Éro ekdemei5 irse fuera del país, mo-
gos (EX{t(lOL). En Hebreos, la idea -sorpren- 7, así como también aparece que la espera ter- rar en tierra extraña*
dente al principio- de que Cristo tiene que minará con la segunda venida de Cristo, que En el NT se usa únicamente en sentido figu- 2. Mientras que en la parábola del juez y
aguardar, se prepara ya en 2, 8, Y por cierto, concluirá todas las cosas. Esto resalta también rado. En 2 Cor 5,6 se dice: Exb'l1f-tOVf-tEV aJto de la viuda (Lc 18, 3.5) EX()LXÉW se traduce
lo mismo que en 1 Cor 15, 27, con una refe- en Flp 3, 20, donde -en conexión con el v. 'tov XUQLOU, «vivimos lejos del Señor» (en perfectamente por hacer justicia a alguien (en
rencia al Sal 8, 5-7. La sujeción de todas las 21- se ofrece una combinación de todos los op~sición a Exb'l1f-toVV'tE¡; EV 't0 OWf-ta'tL); 5, el sentido de: defender sus derechos legales),
cosas bajo Cristo no se ha consumado toda- aspectos de los pasajes paulinos ya menciona- 8: Exb'l1f-tfíOaL EX 'tOV OWf-tu'tO¡;, «estar au- dícese en 18, 7.8 :l1:oLÉW 't~v EX()LX'I10LV, que
vía, aunque ha comenzado ya. El tiempo des- dos; cf. también Heb 10, 13. Con ayuda de sentes del cuerpo» (en oposición a Evb'l1f-tfíOaL significa probablemente «dar su merecido»,
pués de la exaltación de Cristo es tiempo de aJtExbÉX0f-taL, Gá15, 5 había mostrado ya an- JtQO¡; 'tOV XÚQLOV); 5, 9, en sentido absoluto: «hacer caer el peso de la justicia».
espera y también de cumplimiento. La cita del teriormente la misma comprensión de la rela- EL'tE Evb'l1f-toVV'tE¡; ElLE Exb'l1f-toVV'tE¡;, «ya sea
salmo proporciona el trasfondo cristológico ción existente entre la actual aceptación de la en casa o en el extranjero». 3. El grupo de palabras puede designar
y la explicación de la situación de conflicto salvación (---> bÉXOf-taL) y el cumplimiento fu- también un componente de la conducta cris-
en que la Iglesia se encuentra en su propio turo. Y no sólo se hace referencia al Espíritu y Exbibo,-,ut ekdidomai alquilar, arrendar* tiana. Y, así, EX()LX'I10L~ en 2 Cor 7, 11 se tra-
tiempo de espera. (Cf. O. Michel, Hebriier" a la esperanza, sino que éstos se ponen en re- En el NT se usa únicamente en voz media: ducirá probablemente de manera muy acerta-
[KEK], 341). lación íntima con la fe y la justicia. Con ello Mc 12, 1 par. Mt 21, 33 / Lc 20, 9: EsÉbE'tO da por determinación (o acción) de castigar a
1243 1244 1245 1246

los culpables; y en 2 Cor 10, 6, por «recrimi- bien en contra de tal traducción (otros, desde 1. Mientras que el doble compuesto UJtEX- completo», «robarle a uno todas sus pertenen-
nar toda desobediencia». luego, proponen: castigo, retribución). Pareci- b'Úo¡.tm aparece sólo dos veces (Col 2, 15; 3, cias», en la parábola del buen samaritano en
das reflexiones podrían hacerse a propósito de 9), vemos que EXO'ÚW, otro de los compuestos Lc 10,29-37, que pertenece al material pecu-
4. En 1 Pe 2, 14 se describe la tarea del la traducción de Ap 6, 10; 19,2. de o'Úw (<<sumergirse») que encontramos en liar de Lucas (10, 30; cf. Bern 10, 4!).
gobernador enviado por el rey: El,~ Exoixl]OLV
el NT, aparece 4 veces en voz activa (en los
xaxoJtOLffiv, EJtmvov M uya'froJtOLffiv. La H. Goldstein 4. UJtExO'Úo¡.tm tiene sus propios matices
evangelios sinópticos) y 2 veces en voz media
contraposición que se hace entre los que de significado en Col 2, 15; 3, 9; cf. , a propó-
(en Pablo), casi siempre en relación inmedia-
«obran el bien», que deben ser alabados, y los
ta con el verbo opuesto --+ EV()ÚW. El signifi- sito, en 2, 11 el hapax legomenon UJtÉXOUOL~,
«malhechores» no deja lugar a dudas de que Exbtxo~, 2 ekdikos el que ejercita la ven- el cual con la imagen del «despojarse del cuer-
ganza, la retribución cado fundamental se modifica según sea la
estos últimos deben ser castigados. Pero en po de la carne» se refiere a la «circuncisión de
--+ EXOLXl]OL~.
correspondiente línea de la argumentación o
Rom 13,4, de acuerdo con la tradición, se con- Cristo como plenitud escatológica» (Schwei-
de la narración.
sidera al poder del Estado como un poder que zer, 124). La voz media de uJtExMo¡.tm, usa-
está al servicio de Dios para ejecutar el juicio Exbuóxro ekdii5ki5 perseguir violentamente* da en lugar de la voz activa (BlaB-Debrunner §
2. La voz media de EXO'ÚW en 2 Cor 5, 4
divino sobre quien obra el mal: EXOLXO~ Et~ En 1 Tes 2, 15 dícese de los judíos: 'tffiv xal, 316, 1), se refiere -en 2, 15- en sentido figura-
hace referencia en sentido figurado al hecho
oQY~v. Recientemente los especialistas que- 'tffiv X'ÚQLOV uJtox'tfLváv'twv ... xal, ~¡.ta~ EX- do e incluso mitológico a la acción de «desar-
de despojarse -en la muerte- de la «envoltura
rrían ver en el EVOLXO~, no ya al retribuidor o oLw~áV'twv, «que mataron también al Se- mar» a las principados y potestades. En cuanto
del cuerpo» (Bauer, Worterbuch, 474). Se si-
al vengador, sino al abogado que media como ñor... y nos han perseguido violentamente»; a la exhortación que se hace en 3, 9 de despo-
gue discutiendo si el mismo verbo (con el
«defensor» entre el gobernador del rey y la en Lc 11, 48 v.l. en lugar de --+ Ouúxw. jarse del hombre viejo (también --+ UJtO'tL'frl]¡.tL,
mismo significado) debe leerse también en el
comunidad política de que se trate (cf. A. cf. E. Lohse, Kolosser [KEK], sub loco), hay
v. 3, en contra de los testimonios externos, de
Strobel: ZNW 47 [1956] 67-93. esp. 89s). En que remitir no sólo a Filón, AH 1, 55; Mut 233;
Exboto~, 2 ekdotos entregado* mayor peso, que abogan en favor de EvOU-
este caso, habría que traducir oQY~ por «tri-
Oá¡.tEVOL (véanse, además de las conclusiones Som 1,43 y passsim (ahora bien, la idea se ex-
bunal terreno». Hech 2, 23: ('Il]ooiív) wiíwv 'tñ WQLO¡.t~­
deducidas por Lang, 187 y passim desde la presa siempre con EXO'ÚW, nunca con UJtEX-
vn ~oUA.ñ xal, JtQOYVWOfL wií 'frwií EX-
5. Aunque el discurso de Esteban, con sus perspectiva de la historia de las investigacio- b'Úo¡.tm), sino también a Hipólito, Phil 1, 2
oowv, «a este (Jesús), quefoe entregado según
palabras que recuerdan la manera de hablar nes, lo que dice Bultmann, 137ss con biblio- 4, 5), donde se habla del dios de los brahma-
el determinado designio y previo conocimien-
del AT, sugiere que JtOLÉW EXOLXl]OLV, en grafía en 263s). Parece que, en la difícil sec- nes indios que se despoja del cuerpo (UJtEX-
to de Dios».
Hech 7, 24, se traduzca por vengar (cf. Gén 4, ción de 2 Cor 5, lss, Pablo se hace eco de la OUOáll-EVOV be 't0 offill-U).
24 LXX), sin embargo en el NT está prohibida terminología antropológica y de las concep- M. Lattke
a los hombres la «venganza» (Rom 12, 19s). ExboXÍ), ií~, ÍJ ekdoche espera, expecta- ciones escatológicas de sus adversarios (gnós-
Dios mismo se encarga de la venganza (Rom ción* ticos).
12, 19b; Heb 10,30; cf. Dt 32, 35), porque su En los escritos bíblicos y del cristianismo EXEi ekei (adv.) allí, en ese lugar; allá, a
primitivo aparece únicamente en Heb 10, 27: 3. En la escena del escarnio (quizás secun-
voluntad es que haya paz entre los hombres aquel lugar
cpo~EQa DÉ 'tL~ EXooxiJ XQiOEW~, «sino una daria) de las historias de la Pasión en el NT
(Rom 12, 18). Además, la exigencia de Dios En el NT este adverbio aparece 95 veces, es-
terrible espera del juicio». (Mc 5, 16-20 par. Mt 27,27-31; Jn 19, 1-5 se
de que la venganza quede reservada exclusi- pecialmente en Mateo (28 veces), Juan (22),
vamente para él, es también expresión de la aparta de ellas, y no sólo en sentido termino-
lógico), EXOÚW aparece en el sentido literal Lucas (16), Marcos (ll) y Hechos (6). Tiene
santidad divina (cf. Heb 10, 19). casi siempre el significado de allí, en aquellu-
Exb'Úro ekdyi5 desnudar, despojar* de la palabra -como sucede casi siempre en la
6. Finalmente, el grupo de palabras posee um:xMoll-m apekdyomai despojar(se) de LXX-: Mc 15, 20 par. Mt 27, 31 con doble gar, por ejemplo, en Mt 2, 13; 13, 42; Mc ll,
una dimensión escatológica (de escatología de algo, desarmar* acusativo (cf. BlaB-Debrunner § 155, 5) y Mt 5; Jn 6, 22 y passim; A.ÉyEL WL~ EXEL, «dijo a
futuro). Lc 21, 22 habla -con expresiones de 27, 28 simplemente con acusativo de persona, los que estaban allí» (Mt 26,71); con frecuen-
l. Aparición de ExCiúm y cmExCiúo[!ctl en el NT -
Dt 32, 35 LXX- acerca del juicio final. Aun- 2. La voz media de ExCiúm en 2 Cor 5, 3s - 3. Exb'Úm pero donde debe tenerse en cuenta la variante cia después de relativos como OÚ, oJtou ...
que en 1 Tes 4, 6 la mejor traducción de en sentido propio - 4. El doble compuesto cmEx- evMoav'tE~, testimoniada por B Sin,orr D pc EXEL, «donde ... allí» (Mt 18, 20; 24, 28; Lc 9,
EVOLXO~ X'ÚQLO~ es «el Señor lo vengará todo» Ciúo[!ut. it, la cual juntamente con JtEQLÉ'frl]XaV tiene 4; Rom 9, 26; Sant 3, 16); asociado directa-
o «lo sancionará todo» o «lo retribuirá todo», Bibl.: R. Bultmann, Der zweite Brief an die Korin- perfecto sentido aun sin la inserción de mente con oJtou, formando pleonasmo: donde
ello depende de lo que se entienda por ven- ther, editado por E. Dinkler, Gottingen 1976 (sobre L¡.tá'tLOV JtOQcpUQoiív (D pc it). Sugiera o no (Ap 12, 6a.14); también con el significado de
ganza (cf., desde luego, como argumento en 5, 3s); F. G. Lang, 2 Korinther 5, 1-10 in der neue- el verbo exoúw en estos pasajes, en virtud del allá, a'ese lugar: ecpo~~'frl] ExEL UJtEA.'frELV,
favor de «venganza» la relación de este texto ren Forschung, Tübingen 1973; A. Oepke, b'Úm X1:A., contexto, algún género de violencia, lo cierto «tuvo miedo de ir allá»: Mt 2,22; Jn ll, 8; 18,
en ThWNT n, 318-321; E. Schweizer, La Carta a los
con Heb 10, 19.30, 1 Tes 4, 7: EV aYLao¡.t<'p). colosenses, Salamanca 1987; H. Weigelt, Vestir, en es que el verbo (nuevamente con acusativo de 3; Rom 15, 24; ¡.tE'tá~a Ev'frEV ExEL, «¡muéve-
Claro que el colorido apocalíptico habla más DTNT IV, 347-353. persona") significa precisamente «despojar por te de aquí y vete alláb> (Mt 17, 20).
1247 1248 1249 1250

he€i3lov ekeithen (adv.) de allí, de aquel EXELVO~ (Jn 10, 1; cf. 21, 7; Rom 14, 15); en Ex3aJl~Éro ekthambe6 asustar, asombrar* ExxaxÉro ekkake6 cansarse, desanimarse
lugar (lugar de donde) combinación con au'tó~ (Mc 14,21; 1 Jn 2, En el NT aparece únicamente en Mc y sólo Como variante textual del Textus Receptus
Aparece 27 veces en el NT, especialmente 6); refiriéndose a algo que se ha dicho inme- en voz pasiva: 9, 15: «se quedaron asombra- en Gá16, 9; 2 Tes 3, 13, en ambos casos en lu-
en Mateo (12 veces); se corresponde con diatamente antes (Jn 5, 37; 12,48); para acen-
dos»; 14, 33: iíQ~a'tO Ex{)-a¡.t~eLa{)-m xal, gar de -* EyxaxÉw.
Ev{h,v, «de aquí... de allá» (Lc 16,26; v.l. oL tuar algo que se ha dicho antes: EXELVOV
aCil]¡.tovELV, «comenzó a sentir pavor y an-
EXeL{)-EV). Aa~wv, «¡cógelo!» (Mt 17,27; cf. Jn 14,21;
gustia» (quizás: «temblor y angustia»); 16, exx€l'tÉro ekkente6 traspasar*
2 Cor 10, 18). Refiriéndose a Jesús como a
5.6: E~E{)-a¡.t~tí{)-l]aav ... ¡.t~ Ex{)-a¡.t~ELa{)-E, Jn 19, 37: av E~ExÉv'tl]aav, «al que traspa-
Exdvo;, 3 ekeinos aquel una persona bien conocida, con cierto tono de
«ellas se asustaron ... ¡no os asustéis!» saron>~; Ap 1, 7: OhLVE~ au'tov E~EXÉV­
El pronombre demostrativo EXeLVO~ apare- rechazo (In 7, 11; 9, 12); en forma positiva (1
'tl]aav.
ce 243 veces en el NT (y, por tanto, es mucho Jn 2, 6; 3, 3). Se discute el sentido de Jn 19,
menos frecuente que o'Ú'to~, que aparece 35: xal, á ÉWQaxw~ ¡.tE¡.taQ't'ÚQl]XEV ... xal, Ex3aJl~o;, 2 ekthambos asustado, lleno
EXeLVO~ oICiEv, donde EXELVO~ no se refiere
exxAáro ekkla6 cortar, desgajar*
1388 veces). Se encuentra con la mayor fre- de asombro* En el NT aparece únicamente en la forma
seguramente al Kyrios (así lo afirman fre-
cuencia en los evangelios, principalmente en Hech 3, 11: avvÉCiQa¡.tEv :néi~ á Aao~ ... E~ExAúa{)-l]aav. Dícese de las ramas que fue-
Juan (70 veces) y en Mateo (56 veces). cuentemente los exegetas desde Erasmo, pero
Ex{)-a¡.t~OL, «todo el pueblo acudió corrien- ron desgajadas del olivo noble (Rom 11,
la relación gramatical sería sumamente extra-
do ... , llenos de asombro». 17.19.20).
1. En conexión con un sustantivo, EXeLVO~ ña), sino al testigo mismo, cuya credibilidad
se refiere a personas o cosas bastante aleja- es acentuada especialmente por el redactor
del evangelio de Juan (cf. también 18, 15; 21, EX{}(J.UluíJ;,Ol ekthaumazo maravillarse, admi- exxAdro ekklei6 excluir, alejar*
das, o bien menciona personas o cosas de las En sentido propio en Gá14, 17: EXXAeLam
que ya se había hablado antes en el contexto 7.23); sobre la discusión acerca de este tema, rarse mucho*
cf. BlaB-Debrunner § 291, nota 8; R. Bult- v¡.téi~ 'frÉAOVO"LV, «quieren
excluiros (de la co-
del enunciado: en sentido temporal es fre- Mc 12, 17: xal, E~E{)-a'Ú¡.ta~ov E:n' au't(Q,
mann, Das Evangelium des Johanndo (KEK), munidad de la salvación)>>; en sentido figura-
cuente en la expresión ~ ~¡.tÉQa EXELVl] (o en «y se maravillaban mucho de él», cf. Eclo
sub loco; R. Schnackenburg, El Evangelio se- do en Rom 3, 27: E~EXAELa{)-l], «(la jactancia)
plural), «aquel día», refiriéndose al pasado 27,23.
gún san Juan I1I, sub loco. queda excluida», es decir, ha llegado a ser
(Mt 3,1; 12, 1; 14, 1; 22,46); xa'ta 'tov xm-
H. Balz imposible.
QOv EXeLVOV, «en aquel tiempo) (Hech 19,
23); refiriéndose al futuro (Mt 10, 19; Mc 13, Ex3€to;, 2 ekthetos abandonado*
17; Ap 11, 13), especialmente al «último día» Ex€io€ ekeise (adv.) allá, a ese lugar (lugar Hech 7, 19: :nOLeLV 'ta ~QÉcpl] EX{)-E'ta, «de- exxAl)Ola, a;, tl ekklesia asamblea del
(Lc 6, 23; 10, 12; 2 Tim 1, 12.18); cf. también jar abandonados a sus hijos». pueblo, (asamblea de la) comunidad, Igle-
adonde)*
á aLwv EXeLVO~, «el futuro eón» (Lc 20, 35). sia
Hech 21,3: allá; 22, 5: 'tOv~ EXeLaE oV'ta~,
Dícese de cosas, por ejemplo, ~ oLxLa hELvl], «a los que allá estaban» (con el significado de Exxa3al~ro ekkathair6 limpiar, purificar* 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
«aquella casa», es decir, la casa que acaba de semánticos - 3. Campo referencial - 4. E%%AfJo(a co-
-> EXEL). 1 Cor 5, 7: Exxa{)-áQU'tE 't~v :naAmaV ~'Ú­ mo término cristiano - a) Pablo - b) Hechos - c) Deu-
mencionarse (Mt 7, 25.27), Y también de per-
¡.tl]v, «¡purificad la levadura vieja!». Aquí, co- teropaulinas - d) Mateo - e) Hebreos - f) Los restantes
sonas (Lc 14, 24); se encuentra precediendo
EX~l)tÉro ekzete6 buscar, indagar, requerir* mo en griego clásico, aquello de lo que hay escritos del NT.
a una manera específica de designar a una
Con objeto en acusativo en Heb 12, 17: que purificarse va en acusativo. Así que la fra-
persona: á ¡.ta{)-l]'t~~ EXELVO~ av ~yá:na á Bibl.: C. K. Barrett, Paul's Address to the Ephesian
EX~l]'ttíaa~ au'ttív (¡.tE'távOLav), «aunque lo se quiere decir, poco más o menos: «¡Echad Elders, en FS Dahl, 107-121; K. Berger, Kirche (1-11),
'Il]aov~, «aquel discípulo a quien Jesús ama-
buscó (el arrepentimiento)>>; refiriéndose a fuera la levadura vieja!». En sentido figurado, en TRE XVIII, 198-218; Id., Volksversammlung und
ba» (Jn 21, 7) (consúltese, en general, BlaB-
Dios, en Hech 15, 17: 'tov X'ÚQLOV; en Rom 3, el verbo aparece en 2 Tim 2, 21: Eav oúv 'tL~ Gemeinde GoUes: ZThK 73 (1976) 167-207; W. Bie-
Debrunner § 291).
11: oux Ea'tLv EX~l]'t&V 'tov {)-EÓV (cita del hxa{)-áQU Éav'tov a:no 'tO'Ú'twv, «por tanto,
der, Ekklesia und Polis im NT und in der alten Kirche,
Sal 13, 2 LXX), «no hay quien busque a Zürich 1941; C. G. Brandis, 'E%%AfJo[a, en Pauly-
2. En el NT EXELVl]~ (sobreentendiéndose si uno se limpia de estas cosas», donde vemos Wissowa V (1905) 2163-2199; L. Cerfaux, La Théolo-
áCiov) aparece como genitivo de lugar en Lc Dios»; en Heb 11, 6: 'tOL~ EX~l]'tOVO"LV au'tóv; otra vez que aquello de lo que hay que lim- gie de I'Eglise suivant Saint Paul, Paris '1948; M.-A.
19,4 con el significado de en aquel lugar, allí en pasiva con a:nó en Lc 11,50.51: «exigir a»; Chevallier, L'unité plurielle de I'Eglise d'apres le NT:
piarse va en acusativo, como en griego clá-
(cf. BlaB-Debrunner § 186, 1). con :nEQL, «indagar acerca de» en 1 Pe 1, 10 sico. RHPhR 66 (1986) 3-20; N. A. Dahl, Das Volk GoUes
(junto a E~EQavváw). (1941), reimpresión Darmstadt 1963; G. Delling,
Merkmale der Kirche nach dem NT: NTS 13 (1966-
3. EXeLVO~ aparece frecuentemente en sen- 1967) 297-316; J. Ernst, Von der Ortsgemeinde zur
tido absoluto: o'Ú'to~ ... EXELVO~ (en el NT EX~Í)trIOt;, €ro;, tl ekzetesis elucubra- exxalro ekkai6 encender, (en voz pasiva) Groj3kirche - dargestellt an den Kirchenmodellen des
aparece únicamente en Lc 18, 14; Sant 4, 15); ción, especulación* abrasarse* Philipper- und Epheserbriefes, en J. Hainz (ed.), Kir-
en combinación con pronombres personales: 1 Tim 1, 4: EX~l]'ttíaEL~ (v.l. ~l]'ttíaEL~) Rom 1, 27: oL <'iQaEvE~ ... E~Exa'Ú{)-l]aav, che im Werden, München 1976, 109-142; H. Fran-
kemolle, Jahwebund und Kirche Christi, Münster
V¡.tLV ... EXELVOL~ (Mt 13, 11; cf. 2 Cor 8, 9); JtaQÉxovaLv ¡.téiAAOV, «que originan más bien «los hombres ... se abrasaron (deseándose li- 1974; G. Friedrich, Die Einheit der Kirche nach dem
EXELVOV ... ~¡.teL~ (Jn 9, 28; 1 Jn 4, 17); á ... especulaciones» . bidinosamente unos a otros)>>. NT, en The NT Age. FS B. Reicke 1, Macon GA 1984,
1251 1252 1253 EX XAr¡ ala 1254

181-200; J. Gnilka, Das Kirchenbild im Matthiius- ejemplos). Hebreos ofrece 2 ejemplos. En ca. Ni la ecclesia universalis es una agrupa- gente de Dios». Semejante adopción directa del
evangelium, en FS Dupont, 127-143; Id., Der Epheser- cuanto a las Cartas católicas, el término apa- ción meramente secundaria de las diversas AT es improbable por varias razones: 1) qiihiil
btief (HThK), Freiburg i Br. 1971, 99-111; J. Hainz, iglesias particulares autónomas, ni la comuni- no sólo se traduce en la LXX por ExxAr¡ala sino
Ekklesia, Regensburg 1972, esp. 229-255; P. Hoff- rece únicamente en 3 Juan (3 veces) y en San- también por a1Jvayooyi¡; por cierto, este último
mann, Der Petrus-Primat im Mt, en FS Schnacken- tiago (1 vez). De las 20 veces que aparece en dad local es una unidad organizativa subordi-
término se halla más claramente perfilado y po-
burg, 172-190; K. Kertelge, Die Wirklichkeit der Apocalipsis, 19 se encuentran en expresiones nada dentro de la Iglesia universal. Lejos de see mayor densidad teológica para designar a la
Kirche im NT, en W. Kern y otros (eds.), Handbuch formulísticas empleadas en las cartas dirigi- eso, la una y la otra -la asamblea local de los comunidad de la salvación. - 2) La LXX tra-
der Fundamentaltheologie IlI, Freiburg 1986,97-121; cristianos y la comunión supralocal de los duce qehal yhwh por ExxAr¡ala (a1Jvayooyi¡)
W. Klaiber, Rechtfertigung und Gemeinde. Eine Un-
das a las siete iglesias (Ap 1-3).
creyentes- son expresiones igualmente legíti- X1JQlo'U, mientras que el NT prefiere hablar de
tersuchung zum paulinischen Kirchenverstiindnis
(FRLANT 127), Giittingen 1982; W. G. Kümmel, 2. El sustantivo ExxAll0í.a se deriva eti- mas de la ExxAlloí.a creada por Dios. ExxAr¡ala LOV {}EOV. - 3) Falta en el NT una
Kirchenbegriff und Geschichtsbewuj3tsein in der Ur- mológicamente de EX y del verbo xaAÉm y Como en nuestra lengua no hay ningún tér- prueba de Escritura que tome como punto de par-
gemeinde und bei Jesus, Zürich-Uppsala 1943; G. tida el concepto de ExxAr¡ala (con excepción
significa literalmente «(la colectividad de) los mino que exprese por igual el aspecto univer- quizás de Hech 7,38, --+ 4.b), cosa que resultaría
Künzel, Studien zum Gemeindeverstiindnis des Mat-
thiiusevangeliums (CThM AfIO), Stuttgart 1978; O. llamados». Pero este significado original no sal y el aspecto particular y local (ni siquiera extraña, si se tratara de un concepto tan impor-
Linton, Ekklesia 1, en RAC IV (1959), 906-921; G. desempeña ya ningún papel en los escritos. lo expresa en alemán el término Versammlung tante tomado del AT.
Lohfink, La Iglesia que Jesús quería, Bilbao 1986; H. Quedó enteramente desplazado por las carac- [«asamblea», «congregación»] propuesto por Por otra parte, hay que pensar que existen tam-
Liive, Bekenntnis, Apostelamt und Kirche im Kolos- terizaciones terminológicas que el concepto Schmidt, 505; es un término muy impreciso), bién objeciones contra la tesis de Schrage, según
serbrief, en FS Bornkamm, 299-314; H. Merklein, Die la cual el concepto de ExxAr¡ala no llegó a adop-
Ekklesia Gottes. Der Kirchenbegriff bei Paulus und in experimentó durante una larga historia. En la lo mejor será traducir ExxAlloí.a por comuni-
tarse como denominación propia sino dentro del
Jerusalem: BZ 23 (1979) 48-70; O. Michel, Das Zeug- época griega clásica y en la del helenismo, dad todas las veces que este término se refie-
círculo de los judeocristianos helenistas reunidos
nis des NT von der Gemeinde, Giittingen 1941; P. S. fxxAlloí.a es la expresión técnica para desig- ra a una ExxAlloí.a local concreta o en que se en torno de Esteban (Hech 6), y luego fue desa-
Minear, Images of the Church in the NT, Philadelphia nar a la asamblea nacional integrada por los hable de la ExxAlloí.a local en sentido genéri-
'1975; H. P. Müller, qiihiil Asamblea, en DTMAT 1I, rrollado ulteriormente por Pablo, por cierto como
768-781; A. Oepke, Leib Christi oder Volk Gottes bei varones libres con derecho a voto (CIG I co. En cambio, la traducción Iglesia será la una antítesis polémica contra el concepto de
Paulus?: ThLZ 79 (1954) 363-368; K. Pantle-Schie- 739). Este sentido político del término apare- adecuada en todos aquellos casos en que, ha- a1Jvayooyi¡, tarado por el nomismo judío. Esta te-
ber, Anmerkungen zur Auseinandersetzung von EX- ce también en Hech 19,39: «la asamblea na- ciéndose abstracción de las situaciones loca- sis falla, entre otras cosas, por el hecho de que
XAllO[U und Judentum im Matthiiusevangelium: ZNW cional legítima» de los habitantes de Efeso. les concretas, se hable de la ExxAlloí.a en un ninguna de las veces en que este concepto apare-
80 (1989) 145-162; J. Roloff, Pfeiler und Fundament
Ahora bien, en sentido amplio, la palabra pue- sentido universal y trascendente o cuando se ce en Pablo, se escucha tono alguno de fondo en
der Wahrheit. Erwiigungen zum Kirchenverstiindnis que se haga crítica de la ley. Y falla también por
der Pastoralbriefe, en Glaube und Eschatologie. FS de emplearse. también para designar toda formulen esenciales enunciados teológicos el hecho de que el concepto, en Mt 16, 18, se in-
W. G. Kümmel, Tübingen 1985,229-247; Id., Gemein- asamblea pública. Así, por ejemplo, en Hech acerca de la ExxAlloí.a. serta incluso sin cesuras en el marco de la com-
de (1), en EKL' 1I, 46-48; Id., Kirche (lI/l), en EKL' 19, 32 designa una «tumultuosa asamblea», prensión judeocristiana de la ley, existente en la
1I, 1053-1057; H. Schlier, Die Kirche nach dem Brief
an die Epheser, en Schlier 1, 159-186; K. L. Schmidt,
que por instigación de los plateros de Efeso se 3. En una serie de pasajes que reflejan el comunidad de Mateo (--+ 4.d). A esto se añade
EXxA.llO[U, en ThWNT IlI, 502-539; R. Schnacken- había reunido en el teatro de aquella ciudad lenguaje más antiguo del cristianismo primiti- que Pablo, en 1 Tes 2, 14, llega a incluir a las co-
burg, Die Kirche im NT, Freiburg i . Br. 1961, sobre (cf. también 19,40). vo, aparece la expresión ExxAlloí.a wv {}wv, munidades judías antiguas en el concepto de la EX-
todo 52-106; G. Schiillgen, Was wissen wir über die En la inmensa mayoría de los pasajes del «comunidad de Dios» (1 Cor 1,2; 10,32; 11, xAr¡ala LOV {}wv.
Sozialstruktur der paulinischen Gemeinden?: NTS 34
NT, ExxAlloí.a se emplea como término cristia- 22; 15,9; 2 Cor 1, 1; Gál 1, 13; - en plural: 1
(1988) 71-82; W. Schrage, Ekklesia und Synagoge: Así que hay que partir de que el término EX-
ZThK 60 (1963) 178-202; E. Schweizer, Gemeinde no característico y debe traducirse por comuni- Cor 11, 16.22; 1 Tes 2, 14; 2 Tes 1,4). En es-
und Gemeindeordnung im NT, Zürich 1959; Id., Mt dad o asamblea de la comunidad o Iglesia. Só- tos casos el genitivo «de Dios» no es una adi- xAlloí.a wv {}wv (qehal 'el) fue ante todo la
und seine Gemeinde, Stuttgart 1974; K. Stendah1, Kir- lo con limitaciones podemos determinar qué ción que defina más precisamente el término denominación que se aplicó a sí misma la co-
che im Urchristentum, en RGG III, 1297-1304; P. testimonios concretos se refieren a cada uno precedente de comunidad, sino que es parte munidad primitiva de Jerusalén, formada des-
Stuhlmacher, Gerechtigkeit Gottes bei Paulus, Giittin- pués de Pascua. Este término resultaba muy
gen 1965,210-217; A. Viigtle, Messiasbekenntnis und de estos aspectos. Pues hay que tener en cuen- integrante de una formula terminológica fija.
PetrusverheijJung, en Id., Das Evangelium und die ta que la distinción que suele hacerse en nues- Esta expresión podría haber surgido como tra- . adecuado, porque correspondía exactamente a
Evangelien, Düsseldorf 1971, 137-170. Cf. más bi- tra lengua entre comunidad = comunidad lo- ducción del término q'hal 'el, atestiguado en la comprensión escatológica que esta comuni-
bliografía en ThWNT X, 1127-1131. calo conjunto de los cristianos que habitan en el judaísmo apocalíptico (1 QM 4, 10; 1QS' 1, dad tenía de sí misma. Tenía conciencia de ser
1. Las 114 veces que aparece el término en un determinado lugar, e Iglesia = conjunto de 25 [em]; cf. Stendahl, 1299; Stuhlmacher, el grupo reclutado y escogido por Dios, que
el NT se distribuyen muy desigualmente. En- la totalidad del pueblo de Dios o conjunto 21Os), que designaba en él el contingente es- estaba destinado por él a ser el centro y el
tre los Sinópticos, únicamente Mateo ofrece universal de los cristianos, es una distinción catológico de Dios. punto de cristalización del Israel escatológico
tres ejemplos (16, 18; 18, 17 [bis]). El térmi- que es ajena al NT, lo cual se halla íntima- llamado ahora por Dios. Los judeocristianos
Esta idea revisa la concepción tradicional (L.
no falta por completo en el evangelio de Juan. mente relacionado -a su vez- con el hecho de Rost, en ThWNT I1I, 532 nota 90) según la cual en torno a Esteban, los cristianos gentiles de
Se emplea con la mayor frecuencia en Pablo que el cristianismo primitivo no concebía pri- el término cristiano ExxAr¡ala está tomado de los Antioquía (Hech 11,26; 13, 1) Y también Pa-
(46 ejemplos; 22 de ellos en 1 Corintios), las mariamente la ExxAlloí.a como una entidad LXX, donde se introdujo para traducir el término blo podían hacer suya sin dificultad esta de-
Deuteropaulinas (16 ejemplos) y Hechos (23 organizada sino como una dimensión teológi- veterotestamentario qiihiil, «asamblea, contin- nominación, a pesar de su comprensión de la
1255 1256 1257 1258

ley, que difería de la que tenían los jerosoli- 4. a) En los enunciados de Pablo acerca cal (reunida para el culto). La comunidad está
primitiva de Jerusalén (en contra de lo que piensa
mitanos. Más aún, la conciencia común que de su actividad como perseguidor, encontra- Hainz, 232-236). Por el contrario, lo que sí tiene
allá donde la gente se congrega «en la asam-
tenían los judeocristianos y los cristianos gen- mos probablemente la expresión más antigua importancia decisiva es, ante todo, la concepción
blea (EV EXXA.'I']ot~)>> (1 Cor 11, 18). Esta ma-
tiles de ser la comunidad escatológica de Dios desde el punto de vista de la historia de las misionera de Pablo: el pueblo escatológico de nera de hablar tiene sólo contactos aparentes
Dios surgió, en opinión suya, no ya por el hecho
demostró ser en último término el vínculo tradiciones: «Yo he perseguido desmedida- de que personas de todas las naciones se congre-con la manera política de hablar del helenis-
unificador, sin el cual difícilmente se enten- mente a la comunidad de Dios y he tratado de garan en Jerusalén y en tomo a Jerusalén, como mo profano (~ 2). Porque, según Pablo, la EX-
dería el reconocimiento y aceptación funda- erradicarla» (Gál1, 13). «Yo perseguí con celo lugar de la salvación, sino por el hecho de que el
'X.A.'I']ota no se constituye por el acto de con-
mental de que fue objeto -en el Concilio a la comunidad de Dios» (Flp 3, 6). «Porque Resucitado le había hecho a él su apóstol y le ha-
gregarse, para volver a disolverse después de
Apostólico- el cristianismo gentílico, libre de yo soy el más insignificante de los apóstoles, bía encargado que, por el poder del evangelio terminada la reunión. No, sino que la EXXA.'I']-
la ley, por parte del judeocristianismo, fiel a que se le había confiado, obrara «la obediencia
que no soy digno de ser llamado apóstol, pues ota conserva esta denominación aun al mar-
de la fe a gloria de su nombre entre todas las na-
la ley (Gál 2, 6-10). perseguí a la comunidad de Dios» (1 Cor 15, ciones» (Rom 1, 5) y que, en todo el mundo, gen de la asamblea concreta. Y, así, se dice en
El término simple ExxA:rlota, siempre que 9). Pablo recoge aquí la expresión «comuni- de entre todos los lugares, congregara a la comu-1 Cor 14,23: «Por tanto, si toda la comunidad
aparezca como un concepto eclesiológico, de- dad de Dios» con que la comunidad primitiva nidad de la salvación. La íntima relación que se congrega ... ». La asamblea para la celebra-
be entenderse como forma abreviada del tér- de Jerusalén se designaba a sí misma, en la existe entre la idea de «apóstol» y la de «comu- ción del culto divino es el centro y, al mismo
mino original ExxA:rlota tOV ltwv, es decir, cual expresión, lo mismo que en la designa- nidad» se expresa claramente por la coordina- tiempo, la piedra de toque de la vida de la co-
ción que hay entre ambos conceptos en una serie
hay que pensar siempre en la precisión que ción «los santos» (2 Cor 9,1.12), se manifesta- munidad. Aquí lo decisivo es que ella sea re-
de praescripta de sus cartas (1 Cor 1, 1s; 2 Cor
experimenta este término por medio del geni- ba la manera en que esa comunidad se entendía almente la comunidad de Dios. Y, así, el com-
1,1; Gáll, 1s). La comunidad de que se trate el:1
tivo de autor: «de Dios». (Por eso, G vg han a sí misma como comunidad escatológica de la cada caso, no sólo debe su existencia concreta aportamiento, nada fraterno, de los ricos con
reflejado exactamente este sentido al añadir salvación. El hecho de que Pablo no hable la actuación del apóstol, sino que además, por los pobres en las comidas comunitarias que
«de Dios» en 1 Cor 14,4 y Flp 3, 6.) aquí, ni mucho menos, en términos generales esa actuación, permanece vinculada con el acon- se celebraban en Corinto, es nada menos que
En algunas ocasiones, Pablo menciona tam- tecimiento de salvación que se impone en el un «menosprecio de la comunidad de Dios»
acerca de la Iglesia universal, sino que piense mundo entero gracias al evangelio. Esa comuni-
bién a Cristo en conexión con la ExxA:rlota. Y, en un área geográfica delimitada, lo vemos (1 Cor 11, 22). Aquí se menosprecia en pri-
dad, a pesar de su limitación local, es -por su re-
así, en Rom 16, 16 dice: «Os saludan todas con probabilidad por Gál 1, 22s y lo hallamos alización concreta de la obediencia de la fe- lamer lugar el poder de la Cena del Señor que
las comunidades de Cristo». Sin embargo, confirmado por el contexto de 1 Cor 15, 9: comunidad de Dios en el pleno sentido de la pa- une en comunión, y se menosprecia al mis-
aquí no se pretende ni mucho menos sustituir Pablo se contrapone aquí a Pedro y a los de- labra. Pero lo es, no como entidad aislada, sino mo tiempo aquello precisamente que hace que
a Dios, como autor e iniciador de la comuni- más apóstoles de Jerusalén, porque se consi- porque en ella adquiere forma visible la acción los reunidos lleguen a ser la comunidad de
de Dios encaminada universalmente a la crea-
dad, por Cristo. Lo vemos clarísimamente en dera a sí mismo como el último que recibió la Dios.
ción de la comunidad.
1 Tes 2, 14: «Pues vosotros ... vinisteis a ser vocación de apóstol. Que él, como antiguo Las instrucciones que se dan en 1 Cor 14
imitadores de las comunidades de Dios en Je- perseguidor, «no merezca ser llamado após- Esta comprensión de la Iglesia encuentra su están dirigidas a la asamblea de la comunidad
sucristo que están en Judea» (<<en Jesucristo» tol», es una afirmación que sólo es conclu- expresión programática en 1 Cor 1, 1s. Pablo reunida para la celebración del culto. Frente a
se refiere a las «comunidades de Dios», y no yente a partir de esta antítesis: mientras que se dirige a los cristianos de Corinto como a la inclinación hacia un individualismo pneu-
a «imitadores»). La acción de Dios que funda Pedro y los demás apóstoles constituyeron «la comunidad de Dios, que está en Corinto» mático en Corinto, Pablo acentúa el sentido
la Iglesia, tiene a Cristo como mediador. La por medio de su testimonio la comunidad de (cf. 2 Cor 1, 1), es decir, como a la comunidad de comunión que tiene el acontecimiento del
comunidad de Tesalónica debe su existencia, Jerusalén, ¡él -Pablo- trató de destruir preci- en cuya existencia se manifiestan al mismo culto. Mientras que el que habla en lenguas se
al igual que las comunidades de Judea, a Je- samente a esa comunidad! tiempo los rasgos esenciales de la Iglesia de «edifica» únicamente a sí mismo, el profeta
sucristo que actúa en la palabra del evangelio. La aplicación del nombre de ExxA:r¡ota toV Dios que surge en todo el mundo. Por tanto, edifica a «la comunidad (congregada)>>, por-
Lo mismo se dice en una expresión abreviada ltwv a grupos locales de discípulos de Jesús es capaz de representar a esa Iglesia en su que es entendido por ella (1 Cor 14, 4s). Por
en Gál 1, 22: «las comunidades de Judea en que estaban fuera de Jerusalén, es algo que universalidad. La «perspectiva ecuménica» principio, la glosolalia debiera permitirse úni-
Cristo». «En Cristo», aquí, no es una expre- con seguridad se produjo ya antes de Pablo que sigue a continuación (atribuida a menudo, camente «en la asamblea», cuando se ha pre-
sión que sustituya al adjetivo «cristiano», que (~ 3). sin razón suficiente, a un redactor posterior) visto su traducción a un lenguaje comprensi-
todavía no existía (como pretende F. MuBner, abarca «a todos los que en cada lugar invocan ble para todos los presentes (14, 23.27s). El
Galaterbrief[HThK], 98 nota 110); tal carac- Ahora bien, Pablo desarrolla deliberadamente el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que es supremo principio es: todo debe hacerse para
terización sería absurda, porque Pablo no co- esta manera de hablar. Cuando habla de la EX- el Señor de ellos y el nuestro» (1 Cor 1,2), es edificación de la comunidad (15, 5.26), es de-
'X.A:llota, piensa de ordinario primordialmente en
noce otra ExxA:r¡ota que la cristiana. Lejos de
la asamblea concreta de los bautizados en un lu- ~ecir, abarca a la Iglesia universal, tal como cir, todo debe estar al servicio de la acción del
eso, se piensa -otra vez- en el origen de la co- gar determinado. Difícilmente se podrá ver en surge por medio de la actividad del apóstol. Espíritu, una acción que pretende hacer que la
munidad de Dios que tuvo lugar en el aconte- ello una polémica consciente contra la idea cen- Para la comprensión paulina de la comuni- comunidad sea el espacio vital concreto do-
cimiento de Cristo. tralista de la Iglesia mantenida por la comunidad dad, desempeña un gran papel la asamblea 10- minado por Jesucristo. Aquí se indica un as-
1259 1260 1261 Ex%A:r¡oLa 1262

pecto importante de la comprensión paulina bla aquí de la estructura fundamental de los sa en un acto concreto de misión por parte de evitar el malentendido de que aquí se hablara de
de la Iglesia, un aspecto que Pablo desarrolla, ministerios eclesiales, tal como aparece en to- la asamblea de la comunidad antioquena. Se- la sangre de Dios (y no de la sangre de Jesucris-
desde luego no a partir del término €/t/tf.:rloLa, dos los lugares en el pasado y el presente con gún 15,4 (<<Cuando llegaron a Jerusalén, fue- to). Es improbable que lo de Lolou se entienda en
sino a partir de la imagen del cuerpo de Cris- diversas variaciones individuales en cuanto a ron recibidos por la comunidad, los apóstoles sentido sustantivado «<que él adquirió por medio
y los ancianos»), la asamblea plenaria de la de la sangre de su propio [Hijo]»), porque Lucas
to (1 Cor 12,4-27: Rom 12, 4ss). la importancia concedida a cada uno de ellos no ofrece ningún otro testimonio de tal manera de
En principio, toda asamblea local de cristia- (y, así, los profetas y los maestros difícilmen- comunidad constituye en Jerusalén un gremio
hablar. Hay que contar más bien con la posibili-
nos en cuyo centro se halla el culto divino, es te tendrían significación actual para la comu- especial, al que se contraponen los apóstoles dad de que la expresión aparentemente patripa-
considerada por Pablo como comunidad. Y, nidad de Corinto). Con esto se aproxima Pa- y los ancianos como gremio encargado de di- siana surgiera por el hecho de que Lucas hubiese
así, él menciona varias veces comunidades blo a un enunciado fundamental acerca de la rigir la Iglesia. El decreto apostólico acordado insertado aquí una fórmula tradicional, cuyo sen-
domésticas: la del matrimonio Aquila y Pris- esencia de «la Iglesia». En ella, dondequiera por ellos (cf. 15, 23) es adoptado por la asam- tido cristológico quedara fuera de toda duda tanto
ca, primero en Corinto (1 Cor 16, 19), luego blea plenaria de la comunidad. Tal podría ser para él como para sus lectores (H. Conzelmann,
que se halle su lugar histórico, hay ministe-
Apostelgeschichte2 [HNT], 129; Barret,1l4). Ha-
en Roma (?) (Rom 16, 3s), y también la de Fi- rios y un derecho sagrado establecido por el sentido de la fórmula, un poco imprecisa,
bla también en favor de ello el hecho de que éste
lemón (Flm 2). Dios. Porque en todo ello se realiza la estruc- que se recoge en 15, 22: «Entonces los após- sea el único lugar de Hechos en que se menciona
Los enunciados eclesiológicos que van más tura interna de la Iglesia como «cuerpo de toles y los ancianos, juntamente con toda la la muerte expiatoria y vicaria de Jesús. En cuanto
allá del plano de la asamblea local, escasean Cristo» (12, 28). comunidad, decidieron ... ». a su sentido, el enunciado tiene puntos de contac-
-indudablemente- en Pablo, pero no faltan ni Lucas se representa siempre las diversas to con Col 1, 18.24. En ambos pasajes la eclesio-
mucho menos. Por eso, la circunstancia de 4. b) En Hechos €/t/tAl']OLa designa tam- comunidades locales como constituidas y or- logía se fundamenta en la cristología. La Iglesia
bién predominantemente a la comunidad local es el ámbito histórico de la salvación, creado por
que la comunidad individual represente a la ganizadas por un ordenamiento que se deriva
concreta, sea en Jerusalén (5, 11; 8, 1.3; 11, la muerte de Jesús. Así que detrás de Hech 20, 28
comunidad divina de salvación que está sur- de Pablo. Esta idea se halla detrás de la ob- podría estar una eclesiología deuteropaulina.
giendo en todo el mundo por la acción de 22; 12, 1.5; 14, 27; 15, 4.22; 18, 22), sea en servación que aparece en Hech 14,23: Pablo No es posible explicar claramente el sentido de
Dios, hace -según Pablo- que determinadas Antioquía (11, 26; 13, 1; 15,3.41), sea en lu- y Bernabé «designaron ancianos para ellos Hech 7, 38. En una tipología Moisés-Cristo se
normas y formas éticas de conducta tengan gares dentro del territorio de la misión pauli- en cada comunidad». La expresión presupo- describe la función de Moisés como mediador en
aplicación por igual en todas las comunidades na (16, 5 [Derbe y Listra]; 20,17 [Efeso]). En ne en todo caso el uso del término en núme- la entrega de la ley: «Este es el que se presentó
particulares. Pablo enseña «en cada comuni- algunos de estos pasajes se transparenta el ro plural. ante la asamblea en el desierto como mediador
uso más antiguo de esta expresión: tí €/t/tAl']- entre el ángel que hablaba con él en el Monte Si-
dad» los mismos «caminos cristianos», es de- Ahora bien, hay un uso del término en nú-
naí, y nuestros padres ... ». Es posible que aquí se
cir, imparte las mismas instrucciones morales OLa, sin indicación de lugar, designa a la co- mero singular en 9, 31. €/t/tA:rloLa designa recoja únicamente el uso que la LXX hace del tér-
elementales (1 Cor 4, 17). El espera que los munidad primitiva de Jerusalén (claro que, en aquí a la totalidad de los cristianos en un de- mino E%%A.l]ala = «asamblea del pueblo» (Dt 4,
corintios se atengan a la regla vigente en las ellos, Lucas renuncia a precisar más la expre- terminado territorio geográfico y, por tanto, 10; 9, 10; 18, 16). Pero no puede excluirse que la
«comunidades de Dios», según la cual las sión mediante el uso del genitivo wü {1IooB). debe traducirse por Iglesia: «Entonces la Igle- tipología haya que hacerla extensiva aquí a la
mujeres deben acudir con velo a los actos de Así en 18, 22: (Pablo) «subió (a Jerusalén) y sia por toda Judea, Galilea y Samaría gozaba Iglesia, en el sentido de que Cristo -como legis-
culto divino (1 Cor 11, 16), Y de que los co- saludó a la comunidad» (también en 12, 1.5). de paz, siendo edificada y caminando en el te- lador para la Iglesia- sobrepasa definitivamente
Varias veces €/t/tAl']Ola sirve para designar a la función que Moisés tenía para la comunidad
rintios, «como en todas las comunidades de mor del Señor... ». (La variante textual con el salvífica del AT.
los santos», no deben permitir que las mujeres la asamblea de la comunidad local. Así suce- t~rmino en plural, ofrecida por el texto impe-
hablen en público en la asamblea de la comu- de en la descripción -que procede, según cree- nal bizantino y por la mayoría de los manus- 4. c) También en los escritos deuteropau-
nidad (1 Cor 14, 33s). En 1 Cor 10, 32 Pablo mos, de una antigua tradición local jerosoli- critos más recientes, es sin duda alguna se- linos aparece €/t/tAl']OLa como término para
exige que se adopte una conducta que no sea mitana- del juicio divino contra Ananías y cundaria).
designar a la comunidad particular. Así lo ve-
motivo de tropiezo para los judíos, para los Safira: «y cayó gran temor sobre toda la
~n puesto especial lo ocupa 20, 28: «Tened mos en Col 4, 15.16 (la comunidad total de
griegos y para «la comunidad de Dios». Por el asamblea y sobre todos los que lo oyeron» (5, CUIdado de vosotros y de toda la grey, en la cual Laodicea o la comunidad doméstica de Ninfa
contexto se deduce que aquí no se piensa sólo 11). La comunidad aparece aquí como una en- el Espíritu Santo os ha puesto como supervisores en aquel lugar; 1 Tim 5, 16: «la comunidad»
en la comunidad local, sino en el tercer grupo tidad constituida por derecho sacro y que de- fin de pastorear a la Iglesia de Dios , que él
Con el", en sentido genérico). Sin embargo, es carac-
ad
que según la historia de la salvación reúne a fiende su pureza escatológica mediante la , ~UlnO por medio de su (propia) sangre». Es el terística de estos escritos una serie de enun-
los hombres, en el pueblo escatológico de práctica de ese derecho. Pablo y Bernabé, al dUlllCoenun Cla
. do teo l'OglCO
. que hace Lucas acerca
ciados fundamentales acerca de la esencia de
regresar de su viaje misionero, convocan en e la es~ncia de la Iglesia. Su dificultad objetiva
Dios, en la Iglesia. De gran importancia es so- la Iglesia. Y, por cierto, en Colosenses y en
se ~efleJa en la insegura trasmisión textual: una
bre todo 12, 28: «Yen la com.unidad Dios ha Antioquía una asamblea de la comunidad, pa- Efesios se hallan tan íntimamente asociadas
sene de importantes testimonios textuales (entre
designado a algunos, en primer lugar, como ra dar cuenta a la comunidad que los había otros, p" A C* D) leen «Iglesia del Señor» - aquí la cristología y la eclesiología, que todo
apóstoles; en segundo lugar, como profetas; enviado (14, 27). Posiblemente en 15, 3 «<Así Pfdría tratarse del intento secundario de poner en enunciado sobre la Iglesia se convierte en un
en tercer lugar, como maestros ... ». Pablo ha- fueron delegados por la comunidad») se pien- c aro a qué se refiere la oración de relativo, y de enunciado sobre Cristo. La base de ello, en la
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- 1265 1266

perspectiva de la historia de las tradiciones, en Ef 1, 22 y, al mismo tiempo, se diferen- a la Iglesia y se entregó por ella». Su solici- mismo ha de erigir (cf. Mc 14,58 par. Mt 26,
la constituye la concepción paulina de la cian. Dios «'sometió bajo sus pies todas las tud amorosa por la Iglesia se realiza en la re- 21;Ap21,14).
Iglesia como cuerpo de Cristo (1 Cor 12, 27; cosas' y le constituyó Cabeza suprema de la novación que él le hace experimentar por me- Según el estado actual de las investigacio-
Rom 12, 5), una concepción que se amplía Iglesia, que es su Cuerpo, la Plenitud del que dio del bautismo (5, 25s). El discutido v. 32 nes, puede considerarse descartado que se
ahora hasta lo ontológico y lo histórico-salví- lo llena todo en todo». Es verdad que Cristo (<<Este misterio es grande, y lo interpreto en trate aquí de una palabra del Jesús pre-pas-
fico. es también Cabeza y Señor del cosmos (Col orden a Cristo y a la Iglesia») podría ser un cual que ofrezca la perspectiva de la funda-
Por cierto que la relación entre Cristo y la 2, 10), pero solamente la Iglesia es su Cuerpo; comentario hermenéutico para justificar la ción de una comunidad especial (así piensa
Iglesia se define de dos maneras. En primer la Iglesia está impregnada de manera especial exégesis de Gén 2, 24, en la que se aplica es- todavía Schmidt, 529s). Mt 16, 17-19 de-
lugar, se identifica directamente a Cristo con de la plenitud de Cristo. En consecuencia, ella te texto a Cristo y a la Iglesia. Lo de «miste- muestra ser un pasaje no uniforme, ni mucho
el cuerpo, es decir, con la Iglesia: «Pablo» sola tiene la capacidad y la misión para hacer rio» se refiere «al verdadero sentido oculto menos, desde el punto de vista de la historia
completa en su propio cuerpo lo que falta a que el mundo retorne al señorío de Cristo y, de la cita» (H. Conzelmann, Epheserbrief de las tradiciones, y que fue insertado redac-
las tribulaciones de Cristo «en favor de su con ello, a la obediencia al Creador del mun- [NTD], sub loco). cionalmente por Mateo en la escena de Cesa-
cuerpo, es decir, de la Iglesia» (Col 1, 24). do. La Iglesia realiza esta misión mediante su El enunciado de 1 Tim 3, 15 acerca de la rea de Filipo, tal como la ofrece Mc 8, 27-
Con ello se afirma seguramente que la Iglesia proclamación. Y así «la multiforme sabiduría esencia de la Iglesia tiene una visión mucho 30. Otros intentos por situar Mt 16, 18 en
se fundamenta en el acto salvífico de Cristo de Dios» se manifiesta «por medio de la Igle- más estática de la Iglesia. Cuando a ésta se la otro lugar de la historia pre-pascual de Jesús
en la cruz, y que la forma de vida de la Iglesia sia» «a los Principados y a las Potestades en llama «casa de Dios» y «columna y funda- (como hizo O. Cullmann, en ThWNT VI,
-representada normativamente por el após- los cielos» (Ef 3, 10). mento de la verdad», detrás de todo ello se 105) o por asociar el logion con la primera
tol- está marcada por los padecimientos de De manera peculiarísima, la parenesis sobre encuentra la imagen (desde el punto de vista aparición del Resucitado a Pedro (como hizo
Jesucristo. En segundo lugar, Cristo es consi- las relaciones conyugales entre el hombre y la de la historia de las tradiciones, derivada qui- Vagtle, 170), no fueron finalmente convin-
derado como la cabeza de la Iglesia: «y él es mujer, que forman parte del esquema tradicio- zás de 1 Cor 3, 16; 2 Cor 6, 16) de una casa centes. En efecto, hay indicios lingüísticos
antes de todo, y todo tiene en él su consisten- nal de la tabla de deberes domésticos (Col 3, sólida y que ofrece protección, en la que uno que remiten claramente ellogion a la segun-
cia, y él es la cabeza del cuerpo, es decir, de la 18ss), se convierte en Ef 5, 22-33 en la oca- puede moverse, y a la que hay que proteger de da generación. Y así 1) el enunciado acerca
Iglesia» (Col 1, 17s). Hoy día se puede consi- sión para instruir acerca de las relaciones sacudidas y destrucciones. La imagen de la de la EXXA'l']CJLU como edificio sagrado es un
derar casi como probado que la frase «es de- entre Cristo y la Iglesia. Evidentemente, las casa pasa ahora con fluidez a la imagen del enunciado acerca de la esencia de la Iglesia
cir, de la Iglesia» forma parte de aquellas glo- exposiciones eclesiológicas no son simples hogar: la Iglesia es familia Dei. Puede trazarse que, tanto por su estructura como por su con-
sas con las que el autor de Colosenses ejemplos al servicio de la parenesis conyugal, así una analogía entre la función del padre de tenido de imágenes (cf. Ef 2,20: los apósto-
reinterpretó eclesiológicamente el himno de sino que constituyen la verdadera finalidad de familia y la del ministro encargado de la co- les y profetas como fundamento del edificio
1, 15-20, que originalmente trataba del seño- la sección. Es indudable que los dos aspectos munidad: «Porque el que no sabe gobernar su de la Iglesia; Ap 21, 14; 1 Tim 3, 15), co-
-Cristo como Cabeza y como Cuerpo de la rresponde a los enunciados que sobre la na-
río de Cristo sobre el cosmos (E. Schweizer, propia casa ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia
Iglesia- se hallan íntimamente relacionados de Dios?» (l Tim 3, 5). turaleza de la Iglesia se hacen en las cartas
La Carta a los colosenses, 55ss). El autor pre-
entre sí. Para ilustrar el primer aspecto, se re- deuteropaulinas (--+ 4.c). 2) La designación
tende expresar, al igual que el autor de Efe-
4. d) Las palabras acerca de la roca en Ma- de la Iglesia como EXXA'l']CJLU de Jesús difí-
sios, que el señorío universal de Cristo no se curre a la subordinación de la mujer bajo el
teo 16, 18 ofrecen numerosos problemas. Se cilmente corresponde a la manera más anti-
realiza ahora visiblemente sino en la Iglesia, marido, una idea que resultaba obvia dentro
gua de expresarse (sobre Rom 16, 16; Gál 1,
precisamente porque la Iglesia -en la fe- se del orden social existente en el mundo anti- trata formalmente de la explicación de un
22, --+ 4.a), pero encaja muy bien en la con-
orienta hacia él como hacia su «Cabeza». guo: «el marido es cabeza de la mujer, como nombre, a base de un juego de palabras (de-
cepción que Mateo tiene de la comunidad: la
Por tanto, la Iglesia no sólo se fundamenta Cristo es Cabeza de la Iglesia» (Ef 5,23). Así ficientemente reproducido en griego) que se
Iglesia es Iglesia de Jesús, porque está inte-
en Cristo, sino que al mismo tiempo tiene a como la mujer obedece al marido, así también hace con el sobrenombre arameo de Simón
grada por discípulos de Jesús, y está consti-
Cristo como quien está frente ella y como el la Iglesia está obligada a obedecer constante- Kefá' (transcrito al griego por K'l']cpa~ y tra~
tuida y se mantiene unida por la autoridad de
objetivo de su crecimiento. La Iglesia es un mente a Cristo, que es su Cabeza (Ef 5, 24). ducido por rré1:Qo~): «y yo te digo: Tú eres
Jesús y por sus enseñanzas (Mt 28, 18-20).
ámbito real de salvación, inaugurado por la El segundo aspecto se dilucida partiendo de Pe.tros (Kefá '), y sobre esta roca (kefa '; en La especial significación de Pedro como
muerte de Cristo, y que impregna el cosmos. Gén 2, 24 (Ef 5, 30): los esposos, por la vo- gnego, :n:é1:Qu) edificaré mi Iglesia». La ex- fundamento de la Iglesia podría consistir, se-
Pero no es un ámbito estático, sino que crece luntad del Creador, llegan a ser «una sola car- P~icación del nombre revela el significado de gún Mateo, en que él era considerado el ga-
en desarrollo histórico hacia la norma que se ne». En consecuencia, el marido que cuida de SImón para la Iglesia: así como la roca sa- rante y el intérprete de las enseñanzas de Je-
le ha fijado en Cristo, que es su Cabeza (Ef 2, su mujer solícitamente y con amor, está cui- grada constituye el fundamento del templo sús que eran fundamentales para la Iglesia.
20; 3, 12ss; 4, 15). dando de su propio cuerpo (Ef 5, 28). De la de Jerusalén, así también Pedro es el funda- - A diferencia de Mt 16, 18, vemos que
El señorío de Cristo sobre el mundo y el se- misma manera obra Cristo con su propio mento del edificio santo de la Iglesia. La EXXA'l']CJLU en Mt 18, 17 designa la asamblea
ñorío sobre el cosmos se contemplan juntos Cuerpo, que es la Iglesia (Ef 5, 29). El «amé Iglesia es el templo escatológico, que Jesús de la comunidad local.
1267 exxAfjoLu - eXAUAÉW 1268
- 1269 1270

4. e) Hebreos 2, 12 recoge una cita del núv'tf~ E'~ÉxALvav (cita del Sal 13, 3 LXX), EXAáp.trtoo eklampi5 brillar, resplandecer* la revelación (cf. Dt 14, 2), así también la
Sal 21, 23 LXX Y la interpreta cristológica- «todos se han desviado (del camino). Mt 13, 43: oL 6lXaLOL EXA,Ú[l'IjJOUOLV w~ Iglesia -integrada por judíos y gentiles- se
mente: «En medio de la comunidad yo te ~A,W~ «los justos resplandecerán como el sentía elegida en virtud de su experiencia de
alabaré». Por exxATjoLu se entiende aquí, sol»; cf. Dan 12, 3 Teod; MartPol 15, 1; se Cristo (Mc 13, 20; 4 EXA,fX'tÓ~). Pablo des-
evidentemente, a la comunidad celestial, en EXXOAUp.tpáoo ekkolymbai5 escapar a nado* cribe en 1 Cor 1,26-31 el acto soberano de la
piensa en la trasfiguración de los justos con
medio de la cual Cristo proclama la alabanza Hech 27, 42: [lr'¡ 'tL~ ExXOA,U[l~r'¡oa~ 6La- elección divina de la Iglesia, a la luz de las
ocasión de la parusía.
de Dios. Por consiguiente, la comunidad ce- CP'ÚYTI, «para que ninguno de ellos se fugara personas que integran la comunidad: Dios
lestial es centralmente una asamblea reunida escapando a nado». «escogió lo necio del mundo ... » para avergon-
para el culto divino. A diferencia de ello, ExAaV'3ávop.taL eklanthanomai olvidar* zar a los sabios y a lo que es fuerte (vv. 26-29;
Heb 12, 23 habla de la comunidad terrena, EXXOp.tt~OO ekkomizi5 sacar fuera (a ente- Con genitivo en Heb 12, 5: EXA,ÉA,Tjm'tf 'tií~ cf. Mt 11, 25s par.; Bar 2, 22s; Eclo 10, 14).
aunque lo hace de una manera que señala rrar)* naQaXA,r'¡ofw~, «habéis olvidado el con- Esta elección se realizó «en Cristo Jesús»,
claramente su relación inmediata con la Lc 7, 12: 1,60v E~fXO[lL1;,f'tO 'tdtvTjxw~, suelo». que es la «sabiduría», la «justicia», la «santi-
asamblea celestial congregada para el culto dad» y la «redención» dadas por Dios (v. 30;
«sacaban fuera a un muerto».
divino. La comunidad celestial es «la ciudad cf. Hen [gr] 51, 3). Santiago 2, 5 realza la elec-
del Dios vivo», «la Jerusalén celestial», ExAÉ')'Op.taL eklegomai elegir, escoger* ción de los pobres, en el contexto de una crí-
«una asamblea festiva». En contraste con EXX01t1], fí;, ÍJ ekkope obstáculo, impedi- tica contra la preferencia que suele sentirse
1. Aparición en el NT. - 2. Contenido semántico y
ella, a una distancia marcada por la separa- mento campo referencial - 3. btAÉYOfWL en los diversos au- por los ricos.
ción existente entre lo terrenal y lo celestial, 1 Cor 9, 12 Sin D* L (en vez de 4 EYXO- tores del NT. En los escritos de Lucas, importantes enun-
se encuentra la «comunidad de los primogé- nr'¡): EXXOnl]V 6L6W[lL 'tLVl, «poner obstáculo ciados teológicos se asocian con EXA.ÉYO[laL.
Bibl.: R. Bultmann, Das Evangelium des Johannes,
nitos que están inscritos en el cielo». Claro a algo». Giittingen 10 1968, índice s. v.; H. Conzelmann, Der Al hablarse de la elección de los padres (Hech
que esta comunidad se halla todavía en la erste Brief an die Korinther, Giittingen 1969, 66s; G. 13, 17), se reconoce el significado de Israel
tierra, pero es más que una simple imagen Gnilka, Der Epheserbrief, Freiburg i. Br. 1971, 69ss; en la historia de la salvación. Ahora bien,
EXXÓ:7t'tOO ekkopti5 cortar, quitar* O. Hofius, Erwdhlt vor Grundlegung der Welt (Eph 1, Jesucristo es el «Hijo elegido» de Dios, en
perecedera de la comunidad celestial, porque
4): ZNW 62 (1971) 123-128; R. Schnackenburg, El
sus miembros, por el hecho de pertenecer a Dícese de la acción de cortar un árbol (que Evangelio según san Juan n, Barcelona 1980, 329- quien se cumplen las promesas del AT acerca
Cristo, tienen su meta y su destino en aque- no da buen fruto) en Mt 3, 10 par. Lc 3, 9; Mt 336; G. Schrenk-G. Quell, EXAÉYOftat, en ThWNT IV, del Hijo mesiánico de Dios (Sal 2, 7), del
lla comunidad celestial. 7, 19; Lc 13,7.9; de cortar y arrancar una 147-181; H. SeebaB-F. Dexinger-J. Eckert, Erwdh- Siervo sufriente elegido por Dios (Is 42, 1) Y
mano o un pie, en Mt 5, 30; 18, 8; en la ima- lung, en TRE X, 182-197. Cf. más bibliografía en del Profeta semejante a Moisés (Dt 18, 15)
Th WNT X, 1160s.
4. f) Los testimonios que aparecen en los gen que habla de cortar ramas del olivo sil- (Lc 9, 35 a diferencia de MclMt; cf. 23, 35 a
demás escritos del NT son de importancia re- vestre, refiriéndose a los cristianos gentiles, 1. En el NT el verbo ExA.ÉY0[laL aparece diferencia de Me/Mt ó EXA,fX'tÓ~). Entre sus
lativamente escasa. Sant 5, 14 habla en senti- en Rom 11, 22.24 (en voz pasiva); en sentido 11 veces en la doble obra de Lucas y 5 veces discípulos Jesús escogió a los Doce (Lc 16,
do genérico de los «ancianos de la comuni- figurado en 2 Cor 11, 12: lva Exxó'IjJW 'tl]v en el evangelio de Juan. Aparece además en 1 13), los cuales son los apóstoles elegidos por
dad». 3 Jn 6.9.10 nos revela la imagen de una acpoQ[lr'¡v, «para que yo corte [es decir, evite] Cor 1,27 (bis).28; Ef 1, 4; Sant 2, 5, y como él «por medio del Espíritu Santo» (Hech 1, 2;
comunidad local concreta con estructuras ju- la ocasión». complemento p1eonástico de EXA,fX'tÓ~ en Mc cf. v. 24), los testigos primarios para el tiem-
rídicas e institucionales relativamente muy 13,20. po de la Iglesia. En la iniciación que Pedro
marcadas. Por «expulsar de la comunidad» (v. hace de la misión entre los gentiles, se mues-
10) podría entenderse un acto jurídico oficial. EXXQfp.távVUp.tL ekkremannymi (en activa) 2. Con el sentido general de escoger algo tra igualmente la «elección» (E~fA,É~a'tO) re-
A comunidades locales concretas se refieren colgar (algo); (en voz media) estar pen- (para sí), ExA,ÉYO[laL aparece únicamente en alizada por Dios (Hech 15, 7).
las 20 veces que el término aparece en el diente o en suspenso (de algo o de al- Lc 10, 42 Y 14, 7; en los demás casos, EX- El evangelio de Juan acentúa también la
Apocalipsis. guien)* Myo[laL significa la elección por Dios de los elección de los Doce o de los discípulos efec-
En el NT se usa únicamente en voz media padres (Hech 13, 17), de Jesús como el Hijo tuada por Jesús (6, 70; 13, 18; 15, 16.19). Sin
J. Roloff
en Lc 19,48: Ó A,ao~ YUQ ana~ E~fxQÉ[la'to de Dios (Lc 9, 35) y de los creyentes (1 Cor 1, embargo, esta elección no excluye la traición
aiJ'tou axo'Úwv, «porque todo el pueblo esta- 27 y passim) , la elección de los discípulos por de Judas, prevista por Jesús (6, 70s) y que es-
EXXAtVOO ekklini5 apartarse de, desviarse* ba en suspenso oyéndole». Jesús (Jn 6, 70 Ypassim) , y la designación por taba en consonancia con el decreto de Dios
Con anó en el sentido de apartarse de: l~ Iglesia de personas para que ejerzan servi- (13, 18). De la elección para la amistad con
Rom 16, 17: ExxALvne an'
ai,,;wv, «¡apar- CIOS y ministerios (Hech 6, 5; 15, 22.25). Jesús nace la obligación de producir fruto (15,
taos de ellos!»; 1 Pe 3, 11: EXXALVÚ'tW 6E EXAaAÉoo eklalei5 contar, divulgar* 16). Puesto que los elegidos no son del mun-
ano xaxou (cf. Sal 33, 15 LXX), «¡apártese Hech 23, 22: [lTj6fVl EXA,aA,fíoaL, «no digas .3. Así como en Israel la experiencia de la do, cae sobre ellos la enemistad del mundo
del ma!!»; en sentido absoluto en Rom 3, 12: a nadie». hIstoria de la salvación fundamentaba la fe en (15, 19; 4 XÓO[lO~).
1271 EXAÉyO!!at - EXAEX'tÓC:; 1272 1273 1274

Lo peculiar de la fe cristiana en la elección Schürmann, 79-95; H. SeebaB-F. Dexinger-J. Eckert, pesar de estar prometida la ayuda divina, los es necesario pasar antes de que llegue el Hijo
aparece en el himno de alabanza de Efesios 1, Erwahlung, en TRE X, 182-197. Cf. más bibliografía en elegidos seguirán estando en peligro. Nueva- del hombre.
ThWNT X, 1160s.
3-14; este himno, a diferencia de la concien- mente, en conexión inmediata con la tradic- Jesús mismo es descrito repetidas veces por
cia de la elección existente en la apocalíptica ción apocalíptica acerca de la venida del Hijo Lucas como el Hijo «elegido» (9, 35) o el
1. En el NT b!.AEX'tÓ~ se usa únicamente
judía, relaciona con el acontecimiento de la del hombre (Dan 7) y de la reunión de los ele- Mesías «elegido» de Dios (23, 35) (~ EXAÉ-
en sentido religioso. El adjetivo se usa para gidos por el Hijo del hombre (Hen [et] 62, 6),
redención en Cristo la idea de que los creyen- yo¡.tm).
designar concretamente la elección de Jesu- pero sin expresar la idea del juicio (en contra
tes fueron escogidos «antes de la fundación
cristo (Lc 23, 35; 1 Pe 2, 4.6), de los ángeles de Hen [et] 62, 2; AsMo 10, 10), la apocalíp-
del mundo» (v. 4; cf. 1QH 13, 10; CD 2, 7). Y 3. Aunque Pablo acentúa el carácter gra-
(1 Tim 5, 21) y de los creyentes en Cristo (15 tica cristiana alcanza su punto culminante en
la relaciona mediante la adición «en Cristo» y cioso de la vocación a la fe (cf. Gál 1, 6; 4, 9;
veces). En los pasajes citados, EXAE%'tÓ~ apa- la consoladora promesa de la parusía del Hijo Rom 1, 6) y puede hablar también de la pre-
mediante todo lo que se dice en el contexto. rece casi exclusivamente en el contexto de
La elección tendrá que reflejarse en una vida del hombre, el cual, por medio de los ángeles, destinación (Rom 8, 29s; 1 Cor 2, 7), sin em-
enunciados apocalípticos o escatológicos (Mc congregará «de los cuatro vientos» a los ele- bargo únicamente en Rom 8, 33 llama «elegi-
«santa» que se ajuste a la realidad de la elec- 13, 20.22.27 etc.) y tiene en la mayoría de los
ción (v. 4b). gidos (vv. 24-27; cf. Zac 2, 10 LXX; Hen [gr] dos de Dios» a los creyentes en Cristo, y lo
casos una orientación cristológica (Rom 8, 57; 1 Tes 4, 13-18). hace en el contexto de la situación escatológi-
J. Eckert 33; Col 3, 12; 1 Pe 2, 4-10, etc.). Al mismo Mateo alude a la prueba a que serán some- ca de juicio allí mencionada. Los elegidos no
campo semántico que EXAEX'tÓ~ pertenecen tidos los creyentes, en la parábola sobre la in- deben temer ni acusación ni condenación,
especialmente los conceptos ~ xaAÉw (Mt vitación al banquete de bodas (22, 1-14 a di- más aún, en último término no deben tener
ixl..EÍ,nro ekleipo cesar, terminarse, extin- 22, 14; Rom 8, 30; cf. 11, 29; 1 Pe 2, 9; Ap ferencia de Lc 14, 15-24), con la advertencia nada, porque el amor de Dios se ha hecho ma-
guirse* 17,14) Y ~ :n:QOOQL~W (Rom 8, 29s; cf. Ef 1, escatológica de que no hay que presentarse nifiesto en Jesucristo, y éste es su intercesor a
Lc 16, 9: <hav EXAl:n:TI, «cuando él ('Man- 5.11). ante el rey sin llevar vestido de bodas (vv. 11- la derecha de Dios (8, 31-39). La situación de
món') se termine»; 22, 32: lva ¡.t~ EAl:rtTI ~ :n:la-
13), y añade las siguientes palabras finales: prueba en que se hallan los creyentes, no apa-
'tL~ aou, «para que no se extinga tu fe»; 23, 2. En el evangelio más antiguo, el término
«Porque muchos son los llamados, pero pocos rece en el horizonte de este cántico de alaban-
45: 'tou ~AlOU hAL:n:ÓV'tO~, «cuando el sol se EXAE%'tÓ~ aparece únicamente en el discurso
los escogidos» (v. 14). Se rechaza así un ma- za entonado a la historia de la salvación expe-
oscureció»; Heb 1, 12: 'ta lh'l'] aou ovx EXAEl- escatológico de Mc 13 (vv. 20.22.27 par. Mt
lentendido predestinacionista de la fe en la rimentada en Jesucristo. - El fundamento
1jJouaLv (cita del Sal 101, 28 LXX), «tus años 24, 22.24.31; en Lucas faltan estos textos).
elección, al igual que se rechaza un malenten- cristológico de la fe paulina en la elección de-
no tendrán fin». Cualquiera que sea el juicio que la historia de
dido particularista y sectario de la misma. Los be verse también en la expresión formularia
las tradiciones se forme de esta apocalíptica
elegidos son aquellos que han hecho caso de «el elegido en el Señor», mediante la cual se
surgida extensamente en la comunidad cris-
la invitación al reino de Dios, trasmitida por aprecia y encomia la fe de un tal Rufo (Rom
iXI..EX'tÓ;, 3 eklektos escogido, elegido* tiana, lo que está bien claro es que la denomi-
Jesucristo, y han realizado su vocación me- 16, 13).
nación de EXAEX'tÓ~, aplicada a los discípulos
1. Aparición del término y significado en el NT - de Jesús, que no aparece en otras partes en pa- diante una vida de fe (cf. Ap 17, 14). La nueva situación escatológica de quienes
2. bÚ.EX'tÓ~ en los Sinópticos - 3. EXAEX'tÓ~ en Pablo labras del Señor (sobre Lc 18, 7 cf. infra), En Lucas EXAEX'tÓ~ aparece como designa- han muerto y resucitado con Cristo (Col 3, 1-4;
yen la tradición deuteropaulina - 4. EXAEX'tÓ~ en 1 Pe-
aparece aquí únicamente en el contexto de ción escatológica de los creyentes en la apli- cf. Rom 6, 1-11), y que por realizar la nueva
dro - 5. EXAEX'tÓ~ en los demás escritos del NT - cación de la parábola del juez y la viuda (18, vida se hallan libres de la cólera de Dios (Col
6. ExAoy~. enunciados apocalípticos. Las palabras de con-
suelo que figuran dentro de la descripción de 1-8): «¿Y no hará Dios justicia a favor de sus 3, 6), se presupone en la exhortación que lee-
Bibl.: H. Balz-w'Schrage, Die Katholischen Briefe, la gran tribulación (vv. 14-20) y que hablan elegidos, que claman a él día y noche?» (v. mos en Col 3, 12: «¡Como (w~) escogidos de
Giittingen 1973, 64; H. Braun, Spiitjüdisch-hareti- de que se acortarán los días «por amor de los 7a). Es muy discutido el enjuiciamiento de los Dios, como santos y amados, vestíos de tierna
scher und frühchristlicher Radikalismus 11, Tübingen elegidos» (v. 20), elaboran en forma positiva, vv. 6-8 desde el punto de vista de la historia compasión ... !». No se exhorta aquí a vivir una
21969, 40s; L. Coenen, EXAÉYOftUL, en DTNT 11, 65- de las tradiciones (cf. Schneider; Zimmer- nueva vida «como los elegidos de Dios en el
70; J. H. Elliott, The Elect and the Holy, Leiden 1966; y para fortalecimiento de los creyentes, la
J. G. de Fraine, Berufung und Auserwahlung, Salzburg idea apocalíptica de acortar un período de mann). La promesa de que Dios hará pronto cielo» (así piensa Lohmeyer, Der Brief andie
1966; L. Goppelt, Der erste Petrusbrief, Giittingen tiempo (cf. ApAbr 29, 13; Bar [gr] 20, 1; 4 justicia, es decir, de que pronto tendrá lugar la Kolosser [KEK], sub loco), sino como el pue-
1978, en el índice analítico, s.v. Erwahlung; E. Lohme- Esd 4, 26; Hen [gr] 80, 2). La advertencia que intervención histórico-salvífica de Dios en fa- blo elegido, santo y amado de Dios (cf. Ef 1,
yer, Die Briefe an die Philipper (KEK), Giittingen Vor de sus elegidos (vv. 7a-8a) podría corres-
sigue a continuación y que pone en guardia 4; 1 Pe 2, 9).
1964; B. Mayer, Unter Gottes Heilratschluj3, Würzburg
1974; p. von der Osten-Sacken, Rom 8 als Beispiel contra los falsos mesías y profetas que obran ponder a la intención original de la parábola. Las Pastorales no revelan una acentuación
paulinischen Soteriologie, Gottingen 1975; G. Richter, «señales y prodigios, a fin de desviar -si fue- Pero es característico de la manera en que Lu- especial de la idea de la elección. En 1 Timo-
Deutsches Worterbuch zum NT, Regensburg 1961,69- ra posible- aun a los elegidos» (v. 22), pone cas hace frente a la demora de la parusía (cf. teo se habla únicamente de los «ángeles elegi-
72; G. Schneider, Parusiegleichnisse im Lukas-Evan- v. 7b) el hecho de que, en el v. 8, la mirada se dos», quienes juntamente con Dios y con
gelium, Stuttgart 1975, 71-78; G. Schrenk, EXAoy~
de relieve un aspecto de la tribulación apoca- o

X'tA.., en ThWNT IV, 181-197; H. Zimmermann, Das líptica del fin de los tiempos que no se halla aparte de la promesa de salvación hecha a los Cristo constituyen el tribunal celestial (5, 21;
. Gleichnis vom Richter und der Witwe (Lk 18, 1-8), en FS atestiguado directamente, y nos indica que, a elegidos y se desvíe hacia la prueba por la que cf. Mc 8, 38), ante el cual el ministro de la
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tiene una perspectiva universal y está referida Pablo ve la elección (11, 7), que hace patente
Iglesia tiene que dar cuenta de sus obras. del pueblo de Dios del NT (vv. 9s). A la co-
la fidelidad de Dios a Israel.· Pero también el
EXAEX'tÓ~ aparece en 2 Tim 2, 10, dentro del munidad cristiana se le aplican los títulos re- a la historia. Al comienzo mismo de esta car-
horizonte de la expectación escatológica, al ta, al comprobar la fe de los tesalonicenses, endurecimiento de parte de Israel tenía su
lativos a la elección, que originalmente habí-
que antes habían sido paganos, Pablo recuer- sentido en la historia de la salvación: «A cau-
hablarse del sentido del sufrimiento ejemplar an quedado reservados para Israel. Y, así, se
del apóstol: «Por tanto, todo lo soporto por dice en 2, 9s: «Pero vosotros sois 'linaje esco- da con agradecimiento la elección de que han sa de su trasgresión, llegó la salvación a los
amor a los elegidos, para que también ellos gido' (Is 43, 20 LXX), 'sacerdocio regio, na- sido objeto «los hermanos amados por Dios» gentiles, para causarles celos» (11, 11). La
obtengan la salvación que es en Cristo Jesús, ción santa' (Ex 19, 6 LXX), un pueblo que ha (1,4), una elección que se ha manifestado en elección de Israel no quedó suprimida, porque
y con ella la gloria eterna». Es incierto si aquí llegado a ser propiedad suya, a fin de que la predicación apostólica acompañada por la el cristianismo gentílico está enraizado en el
se hace alusión a la concepción apocalíptica acción del Espíritu (v. 5, cf. Gál 2, 8; 3, 2-5; 1 olivo que es Israel (11,17-24) Y llegará el día
anunciéis las hazañas de Aquel que os llamó
Cor 2, 4, etc.) y en la alegre aceptación de la en que «todo Israel» sea salvo (11, 26). Así
de una cantidad determinada de sufrimiento de las tinieblas a su luz admirable (cf. Is 43,
palabra de Dios por parte de los tesalonicen- que, de momento, puede decirse de Israel:
(cf. Ap 6, 11; Col 1, 24). Lo cierto es que 21); pues vosotros, que en otro tiempo erais
«En lo que respecta al evangelio, son enemi-
los vv. 11-13 realzan las condiciones para no-pueblo, habéis llegado a ser ahora pueblo ses (vv. 6-10; vv. 2s).
la obtención de la salvación escatológica. de Dios; no habíais recibido misericordia, pe- gos por causa de vosotros; pero en lo que res-
- hAEX'tÓ~ aparece también en el praescrip- ro ahora habéis alcanzado misericordia (cf. Al dilucidar el problema de la elección de pecta a la elección, son amados por causa de
tum de la Carta a Tito (1, 1) como una mane- Os 1, 9s; 2, 23; Rom 9, 25s)>>. Israel, en vista de la incredulidad de~ pueblo los padres. Porque los dones y el llamamiento
ra formularia de designar a los cristianos. escogido hacia Cristo, Pablo realza VIgorosa- de Dios son irrevocables» (11, 28s).
5. La «señora elegida», a la que se men- mente la soberanía de Dios, pero también su El libro de Hechos -en la visión de Ana-
4. La Carta primera de Pedro quiere forta- ciona como destinataria de la Carta segunda fidelidad a la elección (Rom 9-11). Pablo res- nías- designa a Pablo como «instrumento de
lecer en la fe a los cristianos que viven en un de Juan, debe interpretarse como una comuni- ponde a la sospecha de que las promesas de la elección (OXEUO~ EXAOyfj~)>>, destinado a
ambiente parcialmente hostil. Por eso, en esta dad cristiana o como la comunidad cristiana Dios han quedado sin cumplirse, haciendo ver confesar el nombre del Señor «en presencia
carta surge la idea de la elección como en nin- (v. 1; cf. Tit 1, 1; 1 Clem 1, 1). «Los hijos de que no todos los de Israel son israelitas, y no de los gentiles, los reyes y los hijos de Israel»
guna otra parte del NT. Al comienzo mismo tu hermana elegida», de parte de los cuales el todos los descendientes de Abrahán son sus (9, 15).
de la carta, se aborda la situación especial de autor de la carta envía saludos al final (v. 13), hijos (9, 6s). La Escritura proporciona la prue- La Carta segunda de Pedro que, por ser el
los creyentes, que viven en el campo de ten- son entonces los creyentes de la comunidad ba. Así como Isaac, y no Ismael, fue el por- escrito más reciente del NT, puede describir
sión entre dos mundos, y se les habla como a en la que el autor se encuentra (cf. 1 Pe 5,13). tador de la promesa (vv. 7-9; cf. Gén 21), así la salvación en el lenguaje de la metafísica
«extranjeros elegidos que viven en la diáspo- La fe en la elección, una idea que es recogi- también la preferencia de que fue objeto Ja- helenística, afirmando que dicha salvación es
ra» (1, 1). La condición de extranjero es el re- da con muchas reservas por la comunidad cob sobre el primogénito Esaú demuestra aún una participación en la «naturaleza divina»
verso de la idea de elección. Esta se funda en cristiana, y que sólo aparece en contextos es- más lo libre que es Dios al proceder a su elec- (1,4), acentúa -por un lado- el esfuerzo mo-
la predeterminación de Dios Padre, consiste catológicos y referida enteramente a Cristo, ción (vv. 10-13: cf. Gén 25, 23; Mal 1, 2s). ral de los que tienen que «consolidar» su «vo-
«en la santificación del Espíritu» y tiene co- aparece una vez más en Ap 17, 14, cuando se «El decreto de la elección divina» (~ XUT' cación y elección» (1, 10), pero conserva -por
mo fin la realización obediente de la salva- dice de los seguidores del Cordero que ha EXAoy~v :rtQÓt}WL~ wu t}wu, v. 11) determi- otro lado-la perspectiva escatológica en rela-
ción obrada por la muerte de Cristo (v. 2). vencido, es decir, del Rey de reyes: «y los nó ya antes del nacimiento de los hijos de Isa- ción con el concepto de EXAOy~, cuando con-
Hasta qué punto los enunciados acerca de la que están con él son los llamados y escogidos ac, e independientemente de sus «obras», cuál sidera la prueba de los elegidos como la con-
elección se hallan anclados cristológicamente, y fieles». Nuevamente se ve aquí que, según habría de ser su respectiva función en la his- dición preliminar para la entrada en el reino
y están al servicio de la parenesis, lo vemos la manera de pensar del NT, el llamamiento toria de la salvación. El texto no refleja cuál eterno de Cristo (vv. 10b.1l).
por 1 Pe 2, 4-10. La exhortación a acercarse a no lleva consigo automáticamente la elección. fue su salvación personal. La libertad de Dios J. Eckert
Cristo, que es «la piedra viva, rechazada por Y se ve también que la fidelidad a la fe es ele- para tener misericordia y para endurecer (--+
los hombres, pero escogida y preciosa delan- mento esencial del acontecimiento de la elec- OXAlJQ'ÚVW) se hace palpable también en la
te de Dios» (v. 4), y a dejarse edificar «como ción (cf. Mt 22, 14). vocación de la nueva comunidad salvífica in- EXAOYÍJ, ií~, ÍJ ekloge elección, selec-
piedras vivas para una casa espiritual» (cf. tegrada por judíos y gentiles (9, 14-29). A pe- ción
Hen [et] 53, 6), «para un sacerdocio santo» (v. 6. En siete pasajes del NT, la idea de la sar de la culpable incredulidad de Israel (9, 30 -+ EXAEX'tÓ~ 6.
5), se corrobora con pruebas de la Escritura elección se expresa mediante el sustantivo - 10, 21), Dios no ha rechazado a su pueblo
acerca de Jesús, la «piedra escogida que fue EX).,OyÍ), elección *, que no se halla atestigua- «conocido de antes», es decir, a su pueblo ele-
puesta en Sión» (Is 28, 18), que para los cre- do en la LXX. Este sustantivo aparece cinco gido (11, 2). Como ocurrió ya en tiempo de EXAÚO,.UU eklyomai cansarse, desfallecer,
yentes es piedra de salvación, y para los in- veces en Pablo, una vez en Hechos y otra vez Elías (1 Re 19, 10.14.18), «hay también en el desanimarse*
presente un resto en virtud de la elección de En Mc 8, 3 (EXAU'l't~OOVTaL Ev Tñ óbtp)
crédulos, piedra de tropiezo (vv. 6-8; Sal 118, en 2 Pedro.
la gracia» (AEL¡.t¡.tU XUT' EXAoy~v XáQLTo~, par. Mt 15, 32 (¡.t~:rtOTE EXAUt}&OLV) dícese
22; Is 8, 14s); y se apoya igualmente en una En la Carta primera a los tesalonicences se
Rom 11, 5). En los judíos que creen en Cristo, del desfallecer (de hambre) en el camino; Gál
descripción (orientada también bíblicamente) hace patente que la fe cristiana en la elección
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6, 9: ltEQÍ,OO!!EV !!~ EXAUÓ!!EVOL, «cosechare- iX3tEtQá~ro ekpeirazo poner a prueba, 1, 11 (no es una cita directa), donde se recoge se haya negado a aceptar el evangelio. En
mos, si no nos cansamos (antes)>>; Heb 12,3: tentar una oración independiente, que es explicada Rom 9-11 se explica por qué no sucede tal co-
EXAUÓ!!EVOL, desmayando (junto a xá!!voo, ---> nELQá~oo. en la oración siguiente, a fin de interpretar el sa. - En 1 Cor 13, 8 v.l. (Koiné D G Y otros)
«cansarse»); 12, 5: !!l]M ExAVOU, «no te de- v. 10. La flor es la hermosura de la hierba, una ExnÍ,n'too tiene el sentido de cesar.
sanimes»; Mt 9, 36 v.l. hermosura que pasa como pasa el hombre ri-
iX:7tÉp.t:7tro ekpempo enviar* M. E. Glasswell
co. El lenguaje de la Escritura apunta a un fin
ixp.uiaaro ekmasso secar, enjugar* En voz pasiva en Hech 13, 4: ExnE!!<pltÉv- moral. En 1 Pe 1,24 el término designa el ca-
En la construcción 'tUL~ ltQL~tV ... Ex!!áoooo 'tE~ 'Úno 'tOv úyÍ,ou nVEÚ!!u'tO~, «siendo en- rácter perecedero de lo terrenal, en contraste iX:7tAÉro ekpleo zarpar, hacerse a la vela*
(... 'tOiJ~ nó&u~), «enjugar (los pies) con sus viados por el Espíritu Santo»; en voz activa con la palabra de Dios, que permanece. Hech
en 17, 10. Con EL~ en Hech 15, 39; 18, 18: «con rum-
cabellos», Lc 7,38.44; Jn 11,2.3; Ex!!áoOELV 12, 7 describe la liberación sobrenatural de bo a ... »; con anó en 20, 6: «en (o desde)
't0 AEV'tÍ,rp, «secar (los pies de los discípulos) Pedro, que ve cómo se sueltan sus cadenas;
con la toalla» (Jn 13, 5). Filipos».
cf. Mc 13,25 (vol. en lugar de ---> nLJt'too). En
iX:7tEQta(J('i>; ekperissos (adv.) insistente-
Hech 27, 32, el término tiene probablemente
mente, una y otra vez*
iXp.tux't1]Qt~ro ekmykterizo burlarse (de), un sentido distinto (---> b). iX:7tA1]QÓro ekpleroo cumplir*
Mc 14, 31: Ó OE fXJtEQtaOó)~ fAáAEL,
hacer mofa* En el NT el verbo aparece únicamente en
«pero él aseguraba con insistencia». b) En Hech 27, 17.26.29 ExnLJt'too signifi-
Lc 16, 14: E~E!!UX't~QL~OV uv'tóv, «se bur- sentido figurado en Hech 13, 33: Ó ltEO~
laban de él»; sin expresar el objeto de la ac- ca encallar, y en el v. 32, dejar que se pierda.
El primer peligro consistía en encallar en los ExnEnA~QooxEV 'tOL~ 'tÉXVOL~ uv'trov ~!!LV,
ción verbal, en Lc 23, 35: E~E!!UX't~QL~OV ... iX:7tE'távvup.tt ekpetannymi extender* «Dios ha cumplido (la promesa) en nosotros,
AÉyoV'tE~, «hacían mofa ... diciendo». bancos de la Gran Sirte (v. 17), pero más tar-
Rom 10, 21: E~EnÉ'tuou 'tu~ XELQá~ !!OU de Pablo profetizó que encallarían en una is- sus hijos»; cf. también Herm (v) 3, 7, 6.
(cita de Is 65, 2 LXX), «He extendido mis ma-
la (v. 26), donde -por el peligro de ir a dar
iXVEÚro ekneuo desaparecer, alejarse sin nos».
contra los escollos (v. 29)- los marineros
ser visto*
querían escapar en un bote salvavidas, que los
iX:7tAtlQroat;, Ero;, ti ekplerosis cumpli-
En Jn 5, 13 se usa en sentido absoluto: miento, terminación*
'Il]oov~ E~ÉVEUOEV, «Jesús desapareció de en- iX:7t1]báro ekpedao lanzarse, dirigirse pre- soldados dejaron que se perdiera (v. 32). Esta
Hech 21, 26; 't~v ExnA~QoooLV 'trov ~!!E­
tre la muchedumbre». cipitadamente* traducción del v. 32 hace que se entienda me-
Qrov 'tOV ÚyVLO!!OV, «la terminación de los
Hech 14, 14: E~En~&l]Ouv EL~ 'tov AUÓV, jor el sentido de ---> Moo.
días de la santificación»; Lucas quiere decir-
iXVtlcpro eknepM despertar, despejar la «irrumpieron en medio de la multitud»; 10, c) En 2 Pe 3, 17 Y en Gá15, 4 el verbo per- nos, seguramente, que se habían cumplido
cabeza* 25 D.
der tiene en cada uno de estos dos pasajes un los días que duraba el voto del nazireato, --->
1 Cor 15, 34: EXV'YI'WU'tE &LXUÍ,oo~, «¡Des- sentido diferente. En el primero, el verbo sig- úyvó~ 3.
pertaos de la modorra, como es justo!». nifica caer del estado en que uno se encontra-
iX:7tt:7t'tro ekpipto caer; impulsar; perder,
perder validez* ba antes, por dejarse seducir por los falsos
ÉXOÚatO;, 3 hekousios voluntario* maestros. En el segundo pasaje se trata de que iX:7tAtlaaop.tUt ekplessomai quedar asom-
Bibl.: W. Bauder, Caída, en DTNT 1, 202-207, esp.
Flm 14: xu'tu ÉXOÚOLQV, «por libre volun- 205s; E. Haenchen, Die Apostelgeschichte (KEK),
la gracia se malogra, por desechársela en fa- brado, quedar atónito (de temor o de ad-
tad» (opuesto a: xu'tu aváyxl]v). Góttingen 71977, 674-676; W. Michaelis, nLrttw %tA., vor de las obras de la ley, por las que uno pre- miración), maravillarse*
en ThWNT VI, 161-174, esp. 168s. tende ser justificado (cf. Rom 6, 19; 11, 5s; En el NT (como en los LXX) el verbo se usa
Éxouatro; hekousios (adv.) deliberada- Gál 2, 21; ---> XáQL~). La situación que de esta únicamente en pasiva, y se refiere de ordinario
1. La mitad de los 10 testimonios de EXnLn-
mente, de buena gana* manera se malogra, se describe en Rom 5, 2 a la reacción de los circunstantes, que se sien-
'tOO que aparecen en el NT, se encuentran en
Heb 10, 26: ÉXouoÍ,oo~ YUQ Ú!!uQ'tuvóv'toov como un estado determinado por la gracia de ten asombrados o atónitos ante las palabras o
Hechos (donde el verbo aparece 3 veces como
~!!rov, «porque si pecamos deliberadamente»; Dios, pero no necesariamente como un ámbi- los actos de Jesús (excepciones en Lc 2, 48;
tecnicismo de la navegación). La otra mitad
1 Pe 5, 2: !!~ avuyxao'tro~, aAAa ÉXouoÍ,oo~, to del que pudiéramos caer. Es comparable Hech 13, 12, pero aun en estos casos el verbo
«no a la fuerza, sino de buen grado». de los testimonios se encuentra en las cartas
con la fe. Ap 2, 5 (v.l. en lugar de ---> nÍ,:¡t'too) significa «maravillarse»: ExnAl]OOÓ!!EVO~ En!,
(con un testimonio cada vez en Romanos, Gá-
se refiere al abandono de la antigua fidelidad. 'tñ &L&uxñ 'tOV xUQÍ,ou, «maravillado de la
latas, Santiago, 1 Pedro, 2 Pedro). El término
EX:7tUAUt ekpalai hace mucho tiempo, des- tiene una amplia gama de significados en el d) En Rom 9, 6 ExnÍ,Jt'too tiene el sentido doctrina del Señor»). En Mateo el verbo apa-
de hace mucho tiempo* (no atestiguado en la LXX) de perder validez rece siempre en asociación con las enseñan-
NT, lo mismo que sucede en la LXX.
2 Pe 2, 3; 3, 5: O'tL oVQuvo!' ~ouv €xnu- o fallar, y se refiere a la idea de Pablo de que zas de Jesús: E~EnA.~Ooov'tO ... En!, 'tñ ~JL&uxñ
AaL, «que los cielos existían desde hacía mu- 2. a) De la LXX procede el significado de la totalidad de las promesas hechas por Dios a uv'tOv 7, 28 par. Mc 1, 22 / Lc 4, 32; E&Í,&uo-
cho tiempo». caer en 1 Pe 1,24 (cita de Is 40, 6s) y en Sant XEV uV'tOiJ~ ... WO'tE ExnA.~ooE(JltaL uv'toiJ~
Israel no han fallado porque parte del pueblo
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ThWNT III, 3-7; Id., {}aü[la 'K'tt..., en ibid., 27-42; H. Cher 69, 116; Plant 147; Ebr 15; Spec Leg III, 99;
xut MyELV, Mt 13, 54 par. Mc 6, 2; axoúauv- nOQEúEtaL, «el Espíritu ... que procede del Dorrie, Ekstasis, en Pauly, Lexikon 11, 226; G. van der VitCont 40, vemos que la sección Her 249-265
tE~ bE oL flm't'l']tut ESEnt.:!Íaaovto alpóbQu, Padre» (Jn 15, 26); sin indicación de direc- Leeuw, Fenomenología de la religión, México 1964; (sobre Gén 15, 12) merece especial atención por
Mt 19, 25 par. Mc 10, 26 nEQLaaw~ ESEnA!Ía- ción: watE ... tá tE nVEúflutu tU nOV'I']Qu A. Müller, Ekstase 1, en HWP 11, 434; A. Oepke, fX- los cuatro tipos que en ella se describen (cada
ExnoQEúEa1taL, «de tal manera que ... los ma- a'taaL~, E1;la't1][lL, en ThWNT 11,447-457; Id., ova(l, uno con sus correspondientes ejemplos). Mien-
aOvto, «se quedaron muy atónitos»; cf. ade-
en ThWNT V, 220-238; F. Pfister, Ekstase, en RAe IV, tras que el primero de los cuatro podría clasifi-
más Mt 22, 33; Mc 11, 18 (en ambos casos los espíritus se iban (Hech 19, 12; cf. Mt 17, 944-987; E. Rohde, Psyche IIII, Darmstadt 1961
21 C Koiné D pllat.). carse entre los enunciados desfavorables, el se-
con: Ent tft bLbuXft uutoil); ... Ent tft flEyU- (=21988); A. Schimmel, Ekstase, en RGG 11, 410-412;
G. TheiBen, Urchristliche Wundergeschichten, Güters- gundo es importante para el NT (--> 2): EXO"tU<Jt~
AELót'l']tL toil 1teoil, «estaban admirados de la como oCPO()Q<l xa"tánA.1]SL~ (intensa consterna-
majestad de Dios», Lc 9, 43; en sentido abso- loh 1974.
ción, por ejemplo, por la vivencia de algo extra-
luto: vnEQnEQwaw~ ESEnA!ÍaaOVto, «se que- EX3tOQVEúm ekporneuo vivir muy inmo-
1. En el NT (y no sólo en él) el sustantivo ordinario; cf. a propósito IlEQL ihjJou~ 1, 4; 38,
daron sumamente atónitos», Mc 7, 37. ralmente* 5). En lo que respecta al Exo"ta<Jt~ visionario en
eX<Jtu<JL~ (Mc 5, 42; 16, 8; Lc 5, 26; Hech 3,
Jds 7: ExnoQvEúaUaaL, dícese de Sodoma, Hechos, habrá que tener en cuenta los otros dos
10; 10, 10; 11,5; 22, 17) aparece con menos
de Gomorra y de las ciudades de alrededor, significados; ~QE!Úa ()LavoLa~/voii (quietud de
frecuencia que el verbo -+ ESLat'l']flL, Eswtávw.
EX3tvÉm ekpneo expirar, morir* «que se entregaron a una gran inmoralidad». la mente) y EV{}EO~ xa"toxwx~ "tE xaL J.LavLa
Además el verbo se encuentra solamente en (posesión y entusiasmo divinamente inspirados),
Dícese de la muerte de Jesús: ESÉnVE1)aEV, las partes narrativas del NT (Sinópticos, He- que distinguen al sabio y justo, y en los cuales el
«expiró (literalmente: «espiró su vida»), Mc chos); la única excepción, 2 Cor 5, 13, es in- Pneuma divino sustituye al voii~ humano.
EX3tTÚm ekptyo escupir*
15, 37 par. Lc 23, 46; Mc 15, 39. teresante, porque el contraste que hay en este
En Gá14, 14 se usa en el sentido figurado de
rechazar con asco o con desprecio: tov nEL- pasaje entre ExatfívaL y aWlpQoveLV (estar en 2. En Me 5,42 el verbo y el sustantivo se
Quaflov VflWV Ev tft aUQxL floU oux ESOU- sus cabales) realza el sentido del primero, combinan como figura etymologica (B1aB-De-
EX3tOQEÚOJlat ekporeuomai irse, salir,
1tEv!ÍaUtE oubE ESEntúaUtE, «a la tentación aunque en forma negativa. El poco aprecio brunner § 153 Y 198), en armonía con el len-
llegar a*
que había para vosotros en mi carne, no res- que se hace de exatu<JL~ es más típico de Fi- guaje de la LXX (Gén 27,33; Ez 26,26; 27,
En el NT el verbo aparece 33 veces, espe-
pondisteis ni con desprecio ni con asco» (ouM lón que del NT. Pero conviene subrayar que 35; 32, 10). La adición de flEyáAU (cf. Dan
cialmente en Marcos (11 veces) y en el Apo-
ESEntúaUtE falta en el p46!). exatuaL~ no aparece en el NT en reflexiones 10, 7 Teod) al dativo refuerza aún más la ex-
calipsis (8 veces). En el sentido propio de sa-
de carácter teológico-ético. Del término «éx- presión. El completo estar fuera de sí (la in-
lir (de un lugar) se emplea con frecuencia en
los. evangelios: con anó (Mt 20, 29; Mc 10, tasis», en el pleno sentido en que este término tensa consternación) describe el «efecto de la
46); con ExeL1tEV (Mc 6, 11); con esw (11, 19); EXQt~Óm ekrizoo arrancar de raíz, desa- se entiende en la historia de las religiones (cf., fascinación por la epifanía acaecida en el mi-
con Ex (13, l);cf. EX toil 1tQóvou Exno- rraigar* además de Pfister y Schimmel, el índice ana- lagro» (R. Pesch, Markusevangelium [HThK],
QEÚOflaL, «salir; brotar del trono» (Ap 4, 5; 22, Dícese de la cizaña juntamente con el trigo lítico de van der Leeuw, s. v. éxtasis; Rohde 11, sub loco). Asimismo, la exatuaL~ como as-
1); con indicación de la meta por medio de en Mt 13, 29; nuau lputdu ... EXQLl;w1'tJÍaEtaL, s. v. exatu<JL~), apenas hay sino vestigios lige- pecto del elemento de admiración (TheiBen,
nQó~ (Mc 1,5 par. Mt 3, 5); por medio de et~
«toda planta será arrancada (por Dios)>> (15, ros e inciertos, que deben considerarse más 78-81), asociado con la nota característica de
(Mc 10, 17; Jn 5, 29); etanoQEuóflEVO~ xut 13); EXQLl;ó:J1t'!']tL, «¡arráncate de raíz!», dícese bien como concesiones de carácter apologéti- la aclamación, hay que definirla como la reac-
ExnoQEuóflEVO~ et~ 'IEQouauA!Ífl, «entrando
en Lc 17, 6 refiriéndose a la higuera; ClÉVClQU ... co y edificante a los lectores helenistas. Por ción que se experimenta ante la curación y el
y saliendo de Jerusalén (Hech 9, 28); en sentido axuQnu Clt~ ano1tuvóvtu ExQLl;w1tÉvtu, eso, a pesar de la experiencia entusiástica del
perdón de los pecados en Lc 5, 26 (cf. el ver-
absoluto en Lc 3, 7; Ev táXEL ExnoQEúw1taL, «árboles ... sin fruto, dos veces muertos y desa- Espíritu, en el NT no conviene en ningún ca-
bo en Me 2, 12). Hech 3, 10, donde exatu<JL~
«en breve él mismo partiría (para allá)>> (Hech rraigados» (Jds 12) como imagen para referir- S? traducir sencillamente eXatUaL~ por «éxta-
está asociado con -+ 1táfl~o~ (asombro),
25,4). se a los impíos que se han infiltrado en la co- SIS»; la evidente traducción inadecuada del
muestra que sigue dejándose sentir la influen-
En sentido metafórico y figurado se usa con munidad (cf. también el v. 5, to ClEútEQOV). término conduce, sobre todo en nuestros idio-
cia de los tópicos de las historias de curacio-
frecuencia en las construcciones: ExnoQEúEa- mas modernos, a sobrecargadas asociaciones
de ideas. nes que leemos en los sinópticos.
1taL EX toil atóflUtO~, «salir de la boca» (Mt eX<J1;u<JL~ adquiere un colorido algo distin-
EX(JTafJt~, Em~, Í) ekstasis el hecho de es-
15, 11.18; Lc 4,22; Ef 4, 29; Ap 1, 16; 9, to, a saber, el de temor, en conexión con -+
tar fuera de sí; «arrobamiento»* ~ingüísticamente, es bastante probable que en
17.18 [en plural]; 11, 5; 19, 15; 19, 21 v.l.); la mtroducción del término influyó en parte la tQóflO~ (temblor, asociado por lo demás con
bLU atóflUtO~ 1teoil (Mt 4,4); en general: EX 1. Testimonios en el NT y definiciones en la histo-
pex. Pero hay que tener en cuenta principalmen- -+ lpó~o~) en el -tan discutido- final de Mar-
ria de las religiones - 2. fX01;aaL~ (desde la perspecti-
tOV av1tQómou (Mc 7, 15.20); eaw1tEv ... EX
va de la historia de las formas) como elemento de ad- tite a, F"l'
Ion, no tanto por su propia actitud ante los cos (Me 16,8). No se sabe con seguridad qué
tfí~ XUQbLU~ (Mc 7, 21); eaw1tEv (Mc 7, 23); miración en los relatos de milagros del cristianismo den?,menos, cuanto por los matices de significado es lo que motiva la reacción de las mujeres
con et~ (Mc 7, 19); ESEnoQEúEto ~Xo~ nEQt primitivo - 3. fX01;aaL~ como «arrobamiento» visio- . e !'XO"t(WL~ que eran corrientes en su tiempo y
(¿la vista del sepulcro vacío?, ¿la manifesta-
uutoil et~ návtu tónov, «su fama se divul- nario. Á~~ IqUedan reflejados en sus obras. Además de
I, 19.31 (sobre Gén 2, 21) Yde las valoracio- ción del ángel?). No se sabe tampoco si en su
gaba por todos los lugares» (Lc 4, 37; cf. Ap Bibl.: H. R. Balz-G. Wanke, cpo~É{J) X"tA.., en ,nes sumamente negativas que se encuentran en estupor se reflejan experiencias históricas o
16, 14); tO nVEvflu ... nUQu toil nutQo~ EX- ThWNT IX, 186-216; G. Bertram, {}á[l~o~ 'K'tt..., en
1287 1288 1289 1290

únicamente motivos literarios de carácter un gesto de hostilidad (fn' fIlÉ, «contra mí», fxd1't1)J1t ektitkemi explicar, exponer* Jn 4, 6 puede relacionarse con ese momen-
apocalíptico. Lc 22, 53). En Hech 26, 1, Pablo -a pesar de En el NT el verbo aparece únicamente en to del día, porque el hecho de que Jesús tuvie-
hallarse cautivo- adopta la actitud del orador Hechos: con el significado de explicar en 11, ra sed, y no la llegada de la mujer, tiene senti-
3. Con gran reserva y teniendo en cuenta antiguo: fX'teLVU~ 'ttlv XELQu anEAoyeL'tO, 4 (fSE'tL{}E'tO); 18,26 (fsÉ{}EV'tO); 28, 23 (fS- do precisamente a aquella hora (cf. la palabra
los matices conceptuales indicados (-+ 1), po- «extendió la mano y se defendió», cf. Apule- E'tL{}E'tO), siempre con dativo; con el signifi- de juicio en el v. 10).
demos hablar de «arrobamiento» visionario yo, Met 11, 21; Hech 27, 30, con un tecnicis- cado de ser expuesto o abandonado en 7, 21: Hech 10, 9 hace referencia a la oración al
(Bauer, Worterbuch, 485; «trance»: Liddell- mo de la navegación: ayxúQu~ /lEAAóv'toov fX'tE{}ÉV'tO~ M. uln:oií, «(Moisés) después de mediodía, con arreglo al Sal 55, 17s (cf. Dan
Scott, 520), al referimos a las experiencias de fX'teLvELV, «como si quisieran echar las an- ser abandonado (cuando era un bebé de tres 6, 10; Did 8, 3), lo cual, desde luego, no tenía
Pedro y de Pablo en Hech 10, 10 (dependien- clas», es decir, apartando un poco de la nave su fundamento en la ley judía.
meses)>>.
do de él: 11, 5) Y 22, 17. ex01:UCJL~ está vin- el bote salvavidas con el pretexto de echar las Lc 1,26.36 -al referirse al sexto mes- pone
culado tan esquemáticamente con la oración y anclas (cf. E. Haenchen, Apostelgeschichte' en relación el nacimiento de Jesús con el de
la visión, que se da poca importancia a la des- [KEK], sub loco). fx'ttVcl.aaffi ektinassiJ sacudir* Juan, su precursor.
cripción del proceso como tal. Juntamente H. Balz Mc 6, 11 (fX'tLVá~u'tE 'tov xoiív, «¡sacudid
con el sueño (-+ ovuQ), vemos que eX01;UCJL~ el polvo!») par. Mt 10, 14 (f%'tLVá~U'tE 'tov 3. En el Apocalipsis se emplea la palabra
no es un fin en sí mismo, sino un medio apo- XOVLOQ'tOV 'tWV no6wv 'Ú/lwv, «¡sacudid el para referirse a) al sexto sello (-+ ()'(PQUyL~)
calíptico de presentar revelaciones. EX'tEAÉffi ekteleo terminar, acabar* polvo de vuestros pies [= que se ha quedado que es abierto por el Cordero (6,12); b) al sex-
M. Lattke En sentido absoluto se emplea el verbo en adherido a vuestros pies]!»); cf. Hech 13,51. to ángel (a'Y'YEAo~) que toca la trompeta (-+
Lc 14,29.30 para referirse a una persona que fx'tLvusá/lEVO~ 'ta L/lá'tLU, «él sacudió sus aáAmy~) (9, 13s); c) al sexto ángel que vierte
echó los cimientos para construir una torre, vestidos» (Hech 18, 6). su copa (cpLáATj) (16, 12); d) a la piedra pre-
Exa'tQÉq>ffi ekstrepho pervertir, confundir*
pero luego «no pudo terminarla» (/ltl taxúov- ciosa (aáQ6LOv) que constituye el sexto de los
Tit 3, 11: f~Éa'tQU:7t'tm Ó 'tOLo'Ího~, «el tal
'tO~ fx'tEAÉam, v. 29; oux LaxuaEv Ex'tEAÉO'm, doce pilares (-+ {}E/lÉALO~) sobre los que se
(a saber, un hereje, v. 10) es perverso». EX'tO;, 3 hektos sexto*
v.30). asienta la Jerusalén celestial (21, 20). En los
1. En el NT EX'tO~ aparece 14 veces, con tres primeros pasajes, se trata del sexto objeto
Exa<p~ffi eksozo salvar la mayor frecuencia en los evangelios (en Ma- entre siete (el número perfecto); en el último
Hech 27,39 B* C 88 COp",bO arm: f%awam Ex'tÉvnu, u;, ÍJ ekteneia perseverancia, teo 2 veces, en Marcos 1, en Lucas 3, en Juan pasaje, se trata del sexto objeto entre doce (el
en vez de f~wam (-+ f~OO{}ÉOO). ahínco * 2). El vocablo aparece, además, 1 vez en He- número que simboliza al nuevo Israel).
Hech 26, 7: fV EX'tEVELc,:t, «con perseveran- chos y 5 veces en el Apocalipsis.
M. E. Glasswell
cia, perseverantemente»; 12,5 D.
Ex'tUQcl.aaffi ektarasso agitar, alborotar* 2. Se emplea 7 veces para designar la hora
Hech 16,20: fx'tuQáaaouCJLv ~/lwv 'ttlV nó- sexta del día: el mediodía. En la parábola de fX'tÓ; ektos (adv.) fuera*
ALV, «alborotan nuestra ciudad». los trabajadores en la viña, se contratan traba- Como preposición impropia que rige geniti-
EX'tEVÍ);, 2 ektenes perseverante, constante*
1 Pe 4, 8: 'ttlv ... ayánTjv Ex'tEvi] exov'tE~, jatlores a intervalos regulares entre la primera vo: fuera de, aparte de: Hech 26, 22 (EX'tO~ ...
EX'tEí,vffi ekteino extender* «¡cultivad el amor constante!»; Hech 12, 5 v.l. y la última hora del horario de trabajo, y tam- dlv, «nada más que»); 1 Cor 15, 27 (cf. BlaB-
El verbo aparece 16 veces en el NT, seis de bién al mediodía (Mt 20, 5). Pero todos los Debrunner § 216 nota 7); fuera de: fX'tO~ 'tOií
ellas en Mateo. Es especialmente frecuente en trabajadores, al final de la jornada laboral, re- aW/lu'tO<;, 1 Cor 6, 18; 2 Cor 12, 2; 13, 3 v.l.
la construcción f%'tELVELV 'ttlV XdQu (13 ve- fX'tEVro; ektenos (adv.) constantemente, ciben exactamente el mismo jornal. (cf. BlaB-Debrunner § 184 nota 2). En sentido
ces), «extender su mano» (Mt 8,3; 12, 13 [bis]. fervientemente* Según Mt 27, 45; Mc 15,33; Lc 23, 44, a la adverbial: 'to EX'tO~ uu'toií (complétese:
49; 14,31; 26, 51; Mc 1,41; 3, 5 [bis]; Lc 5, Hech 12, 5: nQoaEuXtl bE ~v EX'tEVW~ (v.l. hora sexta cayó oscuridad sobre la tierra; se- IlÉQO~), «lo de fuera de él», en Mt 23, 26.
13; 6, 10; Hech 4,30; 26, 1; también en plu- EX'tEvlÍ~) YLVO/lÉVTj, «se oraba con fervor»; 1 gún Marcos, esto sucedió precisamente a la Tres veces en la construcción EX'tO~ el IllÍ, a
ral: Lc 22, 53; Jn 21, 18). Se expresa con ello Pe 1, 22: aAAlÍAou~ ayunlÍau'tE Ex'tEVW~, mitad del tiempo que pasó Jesús colgado de la no ser que / a menos que, con indicativo en 1
la idea de coger de la mano a alguien (para «¡amaos unos a otros entrañablemente!»; en cruz. Según Jn 19, 14, Pilato hizo al mediodía Cor 15, 2; con subjuntivo en 14, 5; sin verbo
curar a un enfermo), de curar la mano exten- Lc 22, 44 encontramos el adverbio en grado un último intento por salvar a Jesús. Por tan- en 1 Tim 5, 19: EX'tO~ el Iltl EnL, «a no ser a
dida o de curar a toda la persona. El gesto de comparativo: Ex'tEvÉa'tEQov nQoaTjÚXE'tO, to, Jesús murió por la tarde, en la hora en que base de» (cf. BlaB-Debrunner § 376 nota 4).
extender las manos (¡en plural!) puede ser el «oraba todavía con más fervor, más ardiente- se estaban sacrificando los corderos pascua-
gesto de un desvalido (o'tuv 6E yTjQáO'n~, fX- mente». M. Evang, 'Ex XUQ6LU~ aAAlÍAo'U<; les, y quizás fue considerado él mismo como EX'tQÉ:7tOJ1<U ektrepomai apartarse, des-
'tELVEL~ 'ta~ XdQá~ aou, «cuando seas viejo, ayunlÍau'tE EX'tEVW~. «Zum Verstandnis der cordero pascual y también como el verdadero viarse, dislocarse*
extenderás tus manos - y otro te ceñirá y te con- Aufforderung und ihrer Begründung in 1 Petr pan ázimo, que probablemente se comía a En el NT este verbo aparece sólo en voz pa-
ducirá ... », Jn 21, 18), pero también puede ser 1, 22s: ZNW 80 (1989) 111-123. aquella misma hora. siva con sentido de voz media: E~E'tQánTjauv
1291 1292 1293 1294

iXqJÉQro ekpheri5 llevar fuera, sacar fuera, 74, 101; B. Kedar-Kopfstein, dam, en ThWAT n, 248-
eL~ ¡.tm;aLOAoyiav, «se han desviado hacia «parto prematuro» (Bauer, Worterbuch, s. v.;
266; R. Pesch, Das Markusevangelium n (HThK),
vana palabrería I se han metido en vanas dis- Munck, 184ss). producir* Freiburg i. Br. 1977,358-360.
En 1 Cor 15, 8 queda descartada la traduc- Literalmente: sacar, acompañado de acusa-
cusiones» (1 Tim 1,6); V;E'tQám¡aav oJtiaw
ción «parto prematuro» (Güttgemans, 90 con tivo como objeto de la acción verbal (Lc 15, 1. Junto a la forma EXXÉW, usual desde
'tov aa'tava., «se han desviado para seguir a
la nota 196, etc.), por hallarse en contradic- 22; Hech 5, 6.9.10.15); E~~VEyXEV mhov Homero, que en el NT aparece 16 veces, tan-
Satanás» (5, 15); EX'tQEJtÓ¡.tEVO~ 'ta~ PEP~­
E~W 'tfj~ xw¡.t1']~, «10 llevó fuera de la aldea» to en voz activa como en voz pasiva (Mt 9,
AO'U~ xEvo<pwvia~, «evitando la vana pala- ción con lo dicho anteriormente en el sentido
de que Jesús se apareció a Pablo «como al úl- (Mc 8, 23); on oME E~EVEyxdv 'tL 6'Uvá- 17; Jn 2,15; Hech 2,17.18.33; Rom 3,15; Tit
brería de los impíos» (6, 20). Heb 12, 13: Lva
¡.tElta, «así que tampoco podemos sacar nada 3,6; Ap 16, 1.2.3.4.6.8.10.12.17), encontra-
¡.ti¡ 't0 XWA.OV Ex'tQaJtñ, Laltñ 6E ¡.ta.A.A.OV, timo de todos». La otra traducción -aborto o
(del mundo)>> (1 Tim 6, 7); en sentido figura- mos 11 veces en voz pasiva la forma helenís-
debe entenderse quizás como tecnicismo mé- mortinato- acentúa la insignificancia de la
do dícese de la vegetación que la tierra produ- tica EXXÚVVW (Mt 23, 35; 26, 28; Mc 14, 24;
. dico: «para que el pie cojo no vuelV(1 a dislo- persona así designada. Como indica la razón
ce (Ex<pÉQo'Uaa; Heb 6, 8). Lc 5, 37; 11, 50; 22, 20; Hech 1, 18; 10, 45;
carse, sino que pueda curarse»; lingüística- dada en el v. 9, Pablo usa esta metáfora para
22,20; Rom 5,5; Jds 11).
mente y según el contexto, es posible también referirse a sí mismo como perseguidor que
traducir: «para que no se aparte del camino» fue de la comunidad de Jesús, en los tiempos iXqJEÚyro ekpheugi5 escapar, huir*
En sentido absoluto, escapar (Hech 16,27); 2. EXXÉwlEXXÚVVW aparecen en su signifi-
(por ejemplo, Jenofonte, An IV, 5, 15; cf. que precedieron a su conversión. El recuerdo
en sentido absoluto y figurado, escapar (del cado fundamental, cuando se dice que el vino
Bauer, Worterbuch, s. v.; O. Michel, Hebraer de todo ello -introducido por el juicio «el más
juicio de Dios): 1 Tes 5, 3 (ov ¡.ti¡ Ex<p'Uyoomv); (Mt 9, 17 par. Lc 5, 37), el dinero de los cam-
[KEK], sub loco). insignificante de los apóstoles», que explica
Heb 2, 3 (Jtoo~ ~¡.td~ EX<pE'U~ó¡.tElta); 12, 15 bistas (Jn 2, 15) Y el contenido (la cólera de
la metáfora del v. 8- permite a Pablo interpre-
(EL '{uQ bu,\:vm oux El;É<p'\l'{ov); con acusativo Dios) de una copa (Ap 16, 1.2.3.4.8.10.12.17)
tar su propia vocación como un acto radical
como objeto de la acción verbal: escapar de, se derrama o se desparrama. Es conocida ya
be'tQÉqJro ektrephO alimentar, criar (hijos)* de la gracia de Dios, corroborado por el éxito
huir de: Lc 21, 36 (EX<p'UyELV 'tav'ta Jtáv'ta 'ta por el AT (cf. 2 Sam 20, 10) aquella frase:
Ef 5, 29: EX'tQÉ<PEL xaL ltáAJtEL, «lo alimen- de su labor misionera (v. 10; cf. Blank,
¡.tÉA.A.ov'ta); Rom 2, 3 (on ail EX<pEÚ~n 't0 <<todas sus entrañas (de Judas) se desparra-
ta y lo cuida»; 6, 4: EX'tQÉ<PE'tE alJ'tá, «¡criad- 192ss). Pablo, al poner así fuera de toda duda
xQi¡.ta 'tOV ltEOV); 2 Cor 11, 33 (E~É<p'Uyov maron» (Hech 1, 18). Jds 11 asocia con EX-
los!» la realidad de la aparición de Jesús experi-
'tu~ xdQa~ av'tOv); con EX: Hech 19, 16. XÉWIEXXÚVVW la idea de que alguien se lance
mentada por él y que fue el fundamento de su
o se entregue a algo de una cosa o de una per-
vocación, defiende la legitimidad de su apos-
iXqJo~Éro ekphobei5 asustar, atemorizar* sona: «Por afán de lucro se han lanzado a la
EX'tQOp.tO;, 2 ektromos tembloroso tolado tardío juntamente con la del apostolado
2 Cor 10, 9: w~ av Ex<popdv ú¡.ta.~ 6LU aberración de Balaán»
Heb 12,21 Sin D* en vez de EV'tQO¡.tO~. de las autoridades mencionadas anteriormente
(vv. 3ss). 'toov EJtLa'toAoov, «como si quisiera asustaros
con mis cartas». 3. EXXÉwlEXXÚVVW se usan en sentido for-
Por tanto, el artículo que precede a EX- mulístico en asociación con el objeto at¡.ta,
EX'tQrop.ta, a'to;, 'tó ektri5ma aborto* tQw¡.ta no exige que supongamos que Pablo «sangre», la cual se considera como «el porta-
Bibl.: J. Blank, Paulus und Jesus, München 1968, recogió un insulto que le lanzaban sus adver- EXqJO~O;, 2 ekphobos asustado, aterrado*
dor de la vida diferenciada personalmente»,
185-197; Th. Boman, Die Jesusüberlieferung im Lich- sarios (de acuerdo con Munck, 182, quien da Mc 9, 6: EX<pOPOL yaQ EyÉVOV'tO, «pues es-
como «el elemento vital que hay en el indivi-
te der neueren Volkskunde, Giittingen 1967, 236-240; una razón diferente; en contra de Boman, tab,a~ aterrados»; Heb 12, 21: EX<pOPÓ~ eL¡.tL
E. Güttgemans, Der leidende Apostel und sein Herr, duo» (Kedar-Kopfstein, 255). La expresión
Güttgemans y otros). Sino que «el artículo da xm EV'tQO¡.tO~ (cf. Dt 9, 19), «Estoy lleno de
Giittingen 1966, 88-93; J. Munck, Paulus tanquam temor y temblor». at¡.ta EXXELV/EXXÚVVELV significa «destruir una
abortivus, 1 Coro 15:8, en NT Essays. Studies in Me- a la metáfora una relación con lo precedente vida», «cometer un asesinato», «matar», como
mory of T. W. Manson, Manchester 1959, 180-193; P. y designa, por tanto, a Pablo como el EX'tQW- vemos ya en el AT (por ejemplo, Gén 9, 6; Ez
von der Osten-Sacken, Die Apologie des paulinischen iXqJúro ekphyi5 producir (hojas), brotar*
!la en comparación con los que fueron men- 18, 10 Y passim) y también como expresión
Apostolats in 1 Kor 15,1-11: ZNW 64 (1973) 245-262
cionados antes» (Ph. Bachmann, Der erste Mc 13, 28 par. Mt 24, 34: o'tav ... Ó xAú- corriente en el NT. Rom 3, 15 se lamenta, con
(250-257). Para la bibliografía hasta el año 1939, cf.
Bauer, W6rterbuch, s. v.. Cf. más bibliografía en Brief des Paulus an die Korinther [KNT], 437). 60~ ... ex<pún 'ta <púA.A.a, «cuando su rama ... palabras de Is 59, 7 (cf. Sal 13,3 LXX), de la
ThWNT X, 1072. Podemos, pues parafrasear así la traducción:
echa las hojas».
conducta asesina de los hombres. La fuente
En el NT, Ex'tQw¡.ta (el verbo correspon- «(a mí), que soy -por decirlo así- el aborto Q, en el marco de sus ayes contra los fariseos,
E)('V' ~ I

diente: Ex'tL'tQwaxw, «abortar») aparece sólo (entre todos los apóstoles)>> (cf. más extensa- II.Ero, EXXUVVro ekchei5, ekchynni5 de- recuerda los numerosos asesinatos, comen-
mente la paráfrasis en Osten-Sacken, 252s). rramar, verter* zando por el asesinato de Abel (Gén 4, 8-10)
en 1 Cor 15, 8. En los LXX aparece tres veces
(Núm 12, 12; Job 3, 16; Ec16, 3) con el signi- Tiene un sentido parecido el uso de 3 1. Apa~ición en el NT - 2. Significado fundamental - hasta el último asesinato de profetas mencio-
axúpaAov en Flp 3, 8. IgnRom 9, 2 alude a 1 . ExpreSIOnes de especial significado. nado en la Escritura (2 Crón 24, 20-22), Y
ficado, atestiguado también en otras partes,
de aborto o mortinato; fuera de la Biblia, el Cor 15, 8. Ex, B!bl.: Bauer, W6rterbuch, s.v.; J. Behm, EXXÉoo, lanza la amenaza de que la «sangre inocente»
término aparece también con el significado de P. van der Osten-Sacken X1Jvvoo, en ThWNT n, 465s; BlaB-Debrunner § 73, (Mt 23, 35), «derramada» (Mt 23, 5 par. Lc
1295 hXéw - E/..ulu 1296 1297 E/..ulu - E/..ULOV 1298

11, 50), será vengada en la generación presen- E)tXroQÉro ekchOreo huir, retirarse* 16), En él, según Romanos, han sido injerta- Griechenlands: Lingua Posnaniensis 7 (1959) 54-76;
te. Según Ap 16,6, también los hombres «han dos los cristianos gentiles como ramas silves- E. Kutsch, Salbung als Rechtsakt im Al und im Alfen
Lc 21, 21: EXXOJQEb:OJoav, ¡huyan! Orient (BZAW 87), Berlin 1963; H. Schlier, ft..ULOV,
derramado la sangre de los santos y de los tres (cf. una imagen parecida en bYeb 63a en en ThWNT JI, 468-470.
profetas». Este «derramamiento» de sangre Billerbeck I1I, 292). El hecho de que Pablo,
suscita a su vez, como juicio y castigo, según
E)tljrúXro ekpsycho expirar, morir* en todo esto, no se haya expresado como ex- Entre los numerosos contextos en que
Hech 5, 5.10; 12,23, en todos los casos perto en la materia (no son las ramas de un fAaLOV se menciona en los escritos antiguos
Ap 16, 1.2.3.4.8.10.12.17, el «derramamien-
E~étl),lJ1;EV, él (ella) murió. olivo silvestre las que se injertan en un olivo (cf. O. Bocher, Damonenfurcht und Damo-
to» de la cólera de Dios.
La expresión atila EXXELV/EXXÚVVELV ad- noble, sino todo lo contrario) no depende tan- nenabwehr [BWANT 90], Stuttgart 1970,
quiere significación teológica al combinarse É)trov, 3 hekon voluntariamente, por propia to, seguramente, del desconocimiento paulino 216s, y Forbes, 2ss), son cuatro únicamente
con la preposición vnéQ en las palabras de la voluntad de la materia, cuanto de su deseo de aplicar y los que aparecen en el NT.
Cena del Señor: Mc 14,24 par. Mt 26,28/ Lc Rom 8, 20: OVX Exoiíoa, aAAa 6La 'tov adaptar la metáfora al tema que él está expo-
22, 20 proclaman unánimemente (la omisión vn01;á1;av'ta, «no de su propia voluntad, si- niendo. El contexto es también importante pa- 1. El aceite como remedio curativo: Mc 6,
en D es secundaria) que «la sangre (de Jesús) no por causa de aquel que la sometió»; 1 Cor ra encuadrar la situación en que se escribió la 13. La sorprendente noticia, que se da en Mc
se derrama por muchos» (<<por vosotros» en 9, 17: el yaQ EXWV wií'to nQáooOJ, «pues si Carta a los Romanos; cf. H.-J. van der Minde, 6, 7, según la cual los discípulos curaban a los
Lc 22, 20 es redaccional). En alusión a Ex 24, hago esto voluntariamente». Schrift und Tradition bei Paulus, München enfermos ungiéndolos con aceite, y que pre-
1976,194-197. supone que los judíos empleaban el aceite co-
8 (<<sangre del pacto») y «recogiendo de ma-
Sant 3, 12 emplea la imagen de la higuera mo remedio curativo (juntamente con el vino
nera soberana y libre» (Pesch, 359) las pala- EA,ata, a;, Í) elaia olivo, fruto del olivo:
que produce aceitunas y de la vid que produ- y el vinagre; as] aparece también en Lc 10,
bras de ls 53, 12 (anticipación objetiva!), se aceituna *
EAaLWV, &VO¡;;, Ó elaion olivar, el Monte de ce higos, para fundamentar su afirmación for- 34; cf. Josefo, Ant XVII, 172; Bell 1,657; Bil-
interpreta la muerte de Jesús asociándola con
los Olivos* mulada en el v. 10 acerca del abuso de la len- lerbeck 1, 426ss; 11, lIs), se refiere probable-
la «sangre expiatoria del pacto» y con «la en-
gua; cf. Mt 7, 16. En la doctrina estoica, la mente -al hablarse de la unción de los enfer-
trega vicaria de la propia vida: una entrega Bibl.: G. Dalman, Jerusalem und sein Geliinde, Gü-
tersloh 1930, 21-56; H. Frehen, en BL, 1258-1262;
higuera y la vid desempeñan una función pa- mos- a algo más que a la simple aplicación de
que surte un efecto expiatorio universal»
Haag, Diccionario 16, 1299-1300, 1360-1361; V. recida (lo expone de manera detallada M. Di- un remedio curativo ordinario, porque las ex-
(Pesch, 359). Hamp-H. Haag, en LThK VII, 1138s; K. H. Rengs- belius, Jakobusbriej5 [KEK], 246s). pulsiones de demonios, que se mencionan
Juntamente con EnL + acusativo, ExXéOJ/ torff, Das Olbaum-Gleichnis in Rom ll, 16ss. Versuch
EXXÚVVOJ expresan metafóricamente el de- einer weiterführenden Deutung, en FS Daube, 127- En Ap 11, 4, a los dos testigos proféticos se también en el parallelismus membrorum se
rramamiento de «dones o poderes divinos» 164; E. Segelberg-G. Sauer, en BHH n, 1337-1340. atribuyen a la autoridad conferida por Jesús.
los llama EAa1:aL, olivos. El autor no entendió
(Behm, 466). Según 11 3, 1s LXX, Dios -al 1. De los 15 testimonios que hay de EAaLa probablemente esta expresión como una sim- Seguramente, el hablar -como hace W.
fin de los tiempos- «derramará» como lluvia en el NT, nueve aparecen en la expresión 1:0 ple referencia a Zac 4, 3, sino que al mencio- Grundmann, Markus 6 (HThK), 125- de un
su Espíritu (cf. 11 2, 23s; Is 32, 15) «sobre to- oQOC; 1:WV EAaLWV (Mc 11, 1; 13, 3; 14, 26; nar los olivos se refirió sin duda positivamen- sentido sacramental, sería ir demasiado lejos.
dos los hombres». Hech 2, 16 ve en el mila- Mt 21, 1; 24, 3; 26, 30; Lc 19,37; 22, 39; Jn te a la unción de que habían sido objeto esos En Sant 5, 14(s), está bien claro que el efec-
gro de Pentecostés el cumplimiento de esta 8, 1), que se refiere al Monte de los Olivos, de dos profetas, y por tanto al carisma que habí- to curativo se atribuye más intensamente a la
profecía de salvación anunciada en el AT, y unos 800 metros de altitud, que se alza al Nor- an recibido (cf. H. Kraft, Offenbarung [HNT], oración que a la unción misma. Pero tampoco
acentúa en el v. 33 que Jesús «ha derramado» te, Nordeste y Este de Jerusalén, y «que para 157). Mientras que los intérpretes han identi- aquí se puede entender el aceite como un re-
este Espíritu, «como vosotros veis y oís». Es- la Jerusalén antigua tenía importancia econó- ficado frecuentemente a los dos testigos con medio curativo natural, porque la unción se
te derramamiento del Espíritu se actualiza, mica, sobre todo por su producción olivarera» Moisés y Elías, Kraft piensa que tal identifi- efectúa invocando el nombre de Jesús. Claro
para el espectador cristiano primitivo, tanto (G. Dalman, Orte und Wege Jesu, Gütersloh cación es imposible. que no se puede hablar de una «instrucción»
en la repetición que se produce en la forma 31924,278). Según el testimonio de los evan- dada por el autor de la Carta de Santiago (así
gelios, Jesús se dirigía con frecuencia a ese l. Broer
de la glosolalia de Pentecostés (Hech 10, 45) piensa F. MuBner, Jakobusbrief [HThK],
como también en el bautismo, en el que Dios monte. Lc 19,29 Y 21, 37 entienden el absolu-
220); sino que la práctica de ungir a los enfer-
to 'EAaLWV como el nombre del monte al que ,,~
«derramó abundantemente sobre nosotros» el el'vatov, Oll, t:ó elaion aceite de oliva mos bajo la invocación del nombre de Jesús,
nos referimos. EAaLWV se halla atestiguado ine-
Espíritu santo «por medio de Jesucristo, aceite, grasa líquida* ' la presupone el autor como una práctica ya
quívocamente tan sólo en Hech 1, 12; por el
nuestro Salvador» (Tit 3, 6). Rom 5, 5 se re- existente.
contrario, en Lc 19, 29 Y 21, 37, 'EAaLWV (en 1. El aceite como remedio curativo - 2. Como ele-
fiere al misterio de estos derramamientos del vez de EAaLWV) es la variante textual que debe :ento p.ara ungir - 3. Como mercadería - 4. Como
Espíritu: «El amor de Dios ha sido derrama- preferirse). ombuslIble para lámparas. 2. El aceite como elemento para ungir: Lc
do en nuestros corazones» (cf. Sal 44, 3
LXX; Eclo 18, 11). 2. Rom 11,17.24 recoge probablemente la
irtt l.: R. J .. Forbes, Studies in Ancient Technology
1965'. CosmetlCs and .!,erfume~ in Antiquity, Leiden
7,46. La unción de Jesús, omitida por el anfi-
trión que le había invitado, no debe conside-
F. G. UntergaBmair imagen de Israel como un olivo (cf. Jer 11, , O. Haas, Das 01 und dIe ersten Indoeuropiier rarse como vulneración de los deberes de cor-
1299 EAaLOV - EACt'ÚVúl 1300 1301 1302

tesía, porque los argumentos que se aducen H,auíw, rovo;, ó elaii5n olivar gares desiertos» (Lc 8, 29); 1:a :n:AOLU ... ú:n:o a los maestros de la comunidad para que no
para defender esta tesis difícilmente podrán --* EAULU. a:vÉ[!úlV OXAllQ&v EAU'UVÓ[!eVU, «las naves ... sigan el camino de abolir la Torá sino de in-
considerarse como pruebas suficientes para son impulsadas por fuentes vientos» (Sant 3, terpretar los enunciados de la Torá, es decir,
formular tal afirmación. Así que debemos se- 4); Ó[!LXAaL ú:n:o AULAU:n:ot; EAU'UVÓ[!eVaL, sus mandamientos (cf. Mt 5, 2lss). Los prin-
guir más bien a los autores que interpretan la 'Ei.ap.tÍtl);, OU, Ó Elamites (el) elamita* «brumas empujadas por una tormenta» (2 Pe cipios de la Torá de Jesús (el amor a los ene-
unción de Jesús por la mujer como un servicio Gentilicio de los habitantes de Elimaida, 2, 17). migos, la preocupación por los pobres) se en-
de amor que va más allá de las exigencias co- una región situada al Este del curso inferior carecen implícitamente, cuando en el juicio
rrientes de la cortesía. del Tigris. La forma «bíblica» del nombre universal, a la hora de decidir quién pertenece
El uso en Heb 1,9 del pasaje del Sal 45, 7s, (como en Is 21, 2 LXX) aparece en Hech 2, 9 €i.aCfJºta, a;, tí elaphria ligereza*
al reino de los cielos, se considere decisivo 10
al comienzo de una lista de pueblos o países 2 Cor 1, 17: [!~1:L aQu 1:ft EAmpQL\t EXQlloá-
que es difícil de interpretar, debe explicarse que haya hecho cada uno con el menor de los
(vv. 9-11): «Partos, medos y elamitas»; cf. H. flllv; «¿acaso procedí con ligereza?»
probablemente -según el testimonio de Heb hermanos de Jesús (concretamente: con el
1, 13- como un texto que hace referencia al Conzelmann, Apostelgeschichte2 (HNT) 3ls). hermano que sufre; Brandt, 26) (Mt 25, 40.
acto de exaltación como proclamación de la €i.aCfJºÓ;, 3 elaphros ligero, fácil de lle- 45). Así que tanto Mt 5 como Mt 25 afirman
condición de Hijo. Con esta cita se proporcio- €láaarov, 2/ FAÓ:t1:WV, 2 elassi5n / elatti5n var* que la conducta seguida con el más insignifi-
na la «prueba» de filiación divina de Jesús, más joven, menor* Mt 11, 30: <POQ1:LOV EAU<PQÓV, «una carga cante es lo que ha de decidir el puesto que ca-
que es afirmada en el exordio en 1, 1-4 (cf. E. Con el significado de inferior en Jn 2, 10 ligera»; 2 Cor 4, 17: 1:0 yaQ :n:uQu'Utbm da uno ocupe en el reino de Dios o si ha de te-
GraBer, en EKK V, 3, 71). El aceite se deno- (opuesto a xuAót;); Heb 7, 7: 1:0 EAU1:tOV EAU<PQOV tfjt; 'frAL-IjJeWt; ~[!&v, «porque nues- ner parte o no en dicho reino.
mina aquí «óleo de alegría», porque hace re- (opuesto a XQeíttov); más joven (::: menor en tra tribulación de ahora, que es ligera». b) Como ocurría ya con los ejemplos cita-
ferencia a la ocasión alegre en que se unge a edad): Rom 9, 12 (opuesto a [!dl;wv); 1 Tim dos del evangelio de Mateo, vemos que la es-
una persona como rey, ocasión que el salmo 5,9: [!i¡ EAm:toV h&v Ésrpwv1:u yeyOV'ULU, €i.áXl.a'to;, 3 elachistos el menor, el más tructura de los testimonios que ofrece el evan-
recuerda con motivo de la boda del monarca. «si no es menor de sesenta años». insignificante* gelio de Lucas están determinados por la
Ahora bien, la unción con aceite es también, deducción a minore ad maius. La experiencia
en general, expresión de alegría (cf. Am 6, 6; Bibl.: Bauer, Worterbuch, s. v.; B1aB-Debrunner §
€lat'tovÉro elattonei5 estar falto, tener es- 60,2; 61, 2; W. Brandl, Die geringsten Brüder: JThSB de que a los hombres les resulta imposible
Sal 23,5; Prov 27, 9; Ecl 9,8), como vemos 8 (1937) 1-28; Dalman, Worte, 92-94; F. Dibelius, una pequeñez tal como la de ampliar en un
casez*
por el hecho de que se omita dicha unción Zwei Worte Jesu: ZNW 11 (1910) 188-192. solo codo la duración de su vida, es una expe-
2 Cor 8, 15: 1:0 OALyOV ovx ~Aunóvlloev
cuando se está de duelo o se ayuna. (cita de Ex 16, 18), «el que recogió poco no riencia que debe moverlos en general a no an-
l. En el NT EAáxwtot; aparece 14 veces
tuvo escasez». gustiarse por su vida (Lc 12, 26). La regla de
en 11 contextos diferentes. Se deriva de EAU- sabiduría, añadida en Lc 16, 10, de que el que
3. El aceite como mercadería o como par-
te de los bienes de una persona: la cantidad de X'lÍt; y se emplea como superlativo de [!LXQÓt;. es fiel o infiel en lo relativamente más insig-
€Aa't'tóro elattoi5 hacer inferior; en voz pa- Su sentido -al hallarse gastado evidentemente nificante, lo será también en las cosas gran-
aceite que una persona debe, en Lc 16, 6, re-
siva: disminuir* por el uso- se refuerza mediante la forma de des, encuentra en Lc 19, 11-27 una aplicación
fleja las circunstancias existentes en Palesti-
Heb 2, 7, con :n:uQá: «Le has hecho por bre- comparativo EAUXW'tÓ'teQOt; (Ef 3, 8). de carácter narrativo (v. 17).
na, porque este país -según las indicaciones
del AT y de Josefo- es una región rica en pro- ve tiempo inferior a los ángeles» (cita del Sal c) En Mt 2, 6 se corrige el tenor literal de
8,6 LXX), refiriéndose a Jesús en el v. 9; en 2. Pueden distinguirse cuatro usos diferen-
ducción oleícola. En Ap 18, 13 se menciona tes de EAáxwtot;: la cita bíblica de Miq 5, l. En vez de hablarse
también el aceite en el catálogo de las merca- voz pasiva en Jn 3, 30: E[!E 6E EAunoíJo'fraL, de Belén como de la «más pequeña» entre los
«y que yo disminuya». a) En Mt 5, 19 se amenaza con asignar el príncipes de Judá, se habla -con una modifi-
derías ofrecidas por los mercaderes de Babi-
puesto más insignificante en el reino de los cación cualitativa- de «la más insignifican-
lonia. Se discute el sentido de Ap 6, 6 (cf.
cielos (cf. el material rabínico en Dalman, 93) te». Y se niega que Belén lo sea, porque de
Schlier); muy probablemente se refiere a la €lá't'trov,2 elatti5n más joven, menor a quien haya declarado inválido uno de los
predicción de una crisis parcial (de manera --* EAáoowv. ella procede el Mesías (OVCU[!Wt; EAUXL01:11).
~andamientos más pequeños (es decir, más De manera parecida, Pablo en 1 Cor 15, 9 se
más específica interpreta este pasaje H. Kraft,
Insignificantes) de la Torá (en contra de Dibe- designa a sí mismo -interpretando la metáfo-
Offenbarung [HNT], 117, etc.).
€Aaúvro elauni5 empujar, remar, avanzar lius, 188-189: «uno de estos mandamientos ra del «aborto»- como el más insignificante
hacia* más breves» ::: el Decálogo). La totalidad del de los apóstoles, por su anterior actividad co-
4. El aceite como combustible para lámpa-
En sentido absoluto e intransitivo: avanzar cu~plimiento de la Torá y de los Profetas por mo perseguidor de la Iglesia. Y lo hace así pa-
ras (o antorchas; --* Au[!:n:át; aparece en Mt
(Mc 6, 48: EV 't0 EAU'lÍveLV); en sentido tran- lesus (Mt 5, 17) incluye aun el mandamiento ra que resalte más claramente, sobre este tras-
25, 3.4.8. El empleo del aceite con este fin se
sitivo: viajar, remar (Jn 6, 19); en voz pasiva: más pequeño, lo mismo que incluye toda iota fondo, la subsiguiente obra de la gracia de
halla atestiguado en todo el mundo antiguo.
~AU'ÚVe'tO ú:n:o 'toíJ CaL[!OVLO'U elt; 'tat; EQ'lÍ- y toda tilde (Mt 5, 18s). Estas palabras, dirigi- Dios, que sobrepasa esa antigua condición su-
1. Broer [!O'llt;, «era empujado por el demonio a los lu- das contra entusiastas antinomistas, instruyen ya. La finalidad retórica de esta argumenta-
1303 1304 1305 1306

ción aparece con más claridad todavía en Ef por el significado de reprensión. Th WNT 11, 2. El empleo de eMyxw muestra casi toda la conciencia moral del autor de esas accio-
3,8, donde el autor se designa a sí mismo co- 573s; DTNT 1,385-387. -+ EMyxw 1.4. la gama de significados antes indicada. En va- nes). 16, 8ss describe la acción del Paráclito
mo el más insignificante de todos los santos rios lugares se observa la influencia de la litera- con arreglo a la manera en que actúan un abo-
(no sólo de los apóstoles). En todos estos pa- tura sapiencial del AT, en la cual el verbo -jun- gado y un acusador en un proceso judicial.
sajes, lo que se hace es negar o trasformar el
EAEYst;, Ero;, ÍJ elegxis corrección*
2 Pe 2, 16: «fue reprendido por su trasgre- tamente con :rtaL()f"'W- designa la reprensión Después de la muerte de Jesús, el Paráclito de-
juicio de insignificancia, por razón de lo nue- paterna o divina, encaminada a conseguir la muestra (ante la conciencia de los creyentes)
sión». ThWNT 11, 473s; DTNT 1,385-387. -+
vo que ha sucedido después. mejora de la conducta (cf. Eclo 18, 13; Prov 9, que Jesús tiene razón frente al mundo. Y lo ha-
eMyxw 1.4.
d) El juicio que la comunidad se forme del 7s; 3, lIs, citados en Heb 12, 5 y Ap 3, 19; cf. ce descubriendo lo que es la esencia del peca-
apóstol significa bien poca cosa para Pablo (1 además: 1 Tim 5, 20; 2 Tim 4, 2; Tit 1, 13; 2, do, lo que es la justicia y lo que es el juicio.
Cor 4, 3), porque la instancia que juzga legíti- EAEYXO;, OlJ, Ó elegchos prueba, crítica, 15; Jds 15). El aspecto intelectual de la refuta- Mediante esta acción de descubrir, el Parácli-
mamente es el Kyrios que ha de venir (4, 4). reprensión ción aparece en Tit 1,9; cf. ()LUXU1:fMyxo¡.taL to convence al mismo tiempo al mundo de sus
-+ eMyxw 1.4. errores y pecados (cf. Porsch, 279ss).
Asimismo, basándose en la expectación de la en Hech 18,28. (Sobre el uso filosófico en la li-
participación futura de los santos en el juicio teratura griega, cf. Büchsel, 472s). Por otra par-
que se ha de pronunciar sobre el cosmos, el EAÉyXro, elegch6 censurar, reprender, cas- te, la actividad del Paráclito en Jn 16, 8ss (cf. 4. Los tres sustantivos no se diferencian
apóstol califica de XQL1:l]QLU EAáXL01:U, sim- tigar, refutar, descubrir, convencer (a al- Os 5, 9; Jer 2, 19) para convencer de culpa o en cuanto a su significado (compárese en 2
ples bagatelas (Bauer), las acciones judiciales guien de su falta o error)* error recuerda la actividad de los profetas al Tim 3, 16 EAfy¡.tÓ¡; con la v.l. €AfYXO¡;). €AEy-
emprendidas por los corintios (6, 3). En am- EA.fy¡.tÓ~, oil, ó elegmos reprensión, con- proclamar el juicio divino. SL¡; significa en 2 Pe 2, 16 la reprensión divi-
bos casos, lo mayor que ha de venir conduce vencer (a alguien de su falta o error), re- na. eAfy¡.tó~ en 2 Tim 3, 16 puede entenderse
a definir como insignificantes las cuestiones 3. a) Además de usarse en Lc 3, 19 (Hero- en el sentido de convicción, refutación, des-
futación*
des es censurado por el Bautista), el verbo se cubrimiento (de la verdad), para lo cual es
presentes. €A.Ey1.;L~, EÚ)~, ~ elegxis reprensión, censu-
usa únicamente en Mt 18, «la enseñanza sobre provechosa la Escritura inspirada por el Espí-
e) Finalmente, el poder de lo pequeño para ra*
la conducta práctica que deben observar los ritu de Dios.
dirigir un conjunto mayor, del que lo pequeño €A.EYxo~, o'U, Ó elegchos prueba, demostra-
hijos de la basileia» (v. 15; cf. Frankenmolle, La interpretación de €AfYXO¡; en la «defini-
mismo forma parte, se visualiza gráficamente ción*
226s). Según un procedimiento en tres etapas, ción de la fe» en Heb 11, 1 oscila entre una
en Sant 3, 4: así como el timón, que es una 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni- se reglamenta en este pasaje la manera de pro-
parte mínima o pequeñísima de la nave, la go- do semántico - 3. El verbo en los escritos del NT - comprensión puramente subjetiva (no dudar)
ceder en la corrección fraterna (cf. Lc 17,3).
bierna a toda ella, a pesar de los embates del a) Sinópticos - b) Cartas - c) Juan - 4. Los sustantivos. y una comprensión objetiva (prueba); cf.
Es afín en el fondo, pero diferente en su inten-
viento o de las olas, así también el que refre- GraBer, 46ss. Puesto que al autor lo que aquí
Bibl.: Bauer, Warterbuch, S.v.; F. Büchsel, ft..ÉyXW, ción, la práctica seguida en Qumrán (lQS 5,
na su propia lengua es capaz de dominar todo en ThWNT n, 470-474; G. Dautzenberg, Der Glaube le interesa es el mantenimiento de la fidelidad
26 - 6, 1; CD 9, 2-4). El fundamento de ambas
su cuerpo (3, 2). im Hebr: BZ 17 (1973) 161-177; Id., Urchristliche perseverante en un tiempo de prueba, y es
Prophetie (BWANT 104), Stuttgart 1975, 246-252 (so-
prácticas en el AT lo constituye Lev 19, 17 (cf.
probable que 11, 1 trate de fundamentar la ac-
bre 1 Cor 14); H. Diirrie, Zu Hebr 11, 1: ZNW 46 Gnilka, Kirche, 54ss).
P. von der Osten-Sacken titud de fe descrita en 10, 38s (de la que luego
(1956) 196-202; T. Engeberg-Pedersen, Eph 5, 12-13: b) Pablo emplea el verbo eMyxw única-
ft..ÉYXELV and Conversion in the NT: ZNW 80 (1989) se ofrecen ejemplos presentando modelos de
89-110; H. Frankemiille, Jahwebund und Kirche Chris- mente en 1 Cor 14,24, donde -juntamente con fe en el AT), €AfYXO¡; (y 'Ú:rtÓ01:UOL~) deberá
'EAEá~aQ Eleazar Eleazar* ti (NTA NF 106), Münster i. W. 1974, 180ss, 226-247; a.VUXQLVW- caracteriza la actividad de los considerarse como lo opuesto a la actitud de
Nombre de persona en Mt 1, 15 (bis). J. Gnilka, Der Epheserbrief (HThK), Freiburg i. Br. profetas de descubrir las culpas y convencer
1971; Id., Die Kirche des Matthtius und die Gemeinde retroceso y embotamiento. La firmeza y la es-
de ellas a la gente (cf. 1 Cor 4, 5c; Dautzen- tabilidad se encuentran únicamente en el
von Qumran: BZ 7 (1963) 43-63; E. GraBer, Der
Glaube im Hebr (MThSt 2), Marburg 1965; H,.-G. berg, Prophetie, 48s). - Ef 5, 11 exhorta a los
EAEáro elea6 tener compasión, ejercitar la mundo invisible, que es el objeto de la espe-
Link, ft..ÉyXW en DTNT 1, 385-387; O. Michel, Der cristianos a poner de manifiesto «las obras es-
misericordia ranza, y que constituye la única realidad para
Brief an die Hebriier (KEK), Giittingen 71975, 372- tériles de las tinieblas», de manera que se vea
-+ EAW¡;. 379; W. Pesch, Matthtius der Seelsorger (SBS 2), la fe. En este contexto, el autor puede «defi-
con claridad cuál es su verdadero carácter (te-
Stuttgart 1966, 36ss; F. Porsch, Pneuma und Wort nir» la fe como «el fundamento de la realidad
(FTS 16), Frankfurt a. M. 1974,279-289; R. Schnacken- nebroso) (cf. v. 13). Sant 2,9 atribuye también
a la ley una función de convencer del pecado. de lo que uno espera» y como «la prueba de
EAEyJtÓ;, OlJ, Ó elegmos reprensión, casti- burg, El Evangelio según san Juan nI, Barcelona
las cosas que uno no puede ver» (con arreglo
go* 1980,160-171; W. Trilling, Das wahre Israel (StANT
10), München 31964, 113-123. c) En Jn 8, 46 se hace referencia a la de- a la traducción alemana de U. Wi1ckens). Por
El término tiene distintos significados en ~ostración objetiva, mientras que 3, 20 men- tanto, en esta definición -que desde luego no
la LXX: convencer de su culpa (a un peca- 1. Mientras que en el NT los tres sustanti- CIOna la consecuencia que entraña el negarse a es completa- se asocia el pensamiento de la
dor), censura, reprensión, disciplina, castigo. vos no aparecen más que una sola vez cada creer: el hecho de permanecer en las tinieblas filosofía griega y la actitud de la fe bíblica.
En 2 Tim 3, 16, el término se halla entre ¿'H- uno, el verbo aparece 17 veces, principalmen- o el endurecimiento impiden que la maldad de
()UOXUALU y E:rtUVÓQ{)-WOL¡;, lo cual aboga te en la literatura epistolar (tardía) (11 veces). las acciones «se manifieste claramente» (ante F. Porsch
1307 EAEELVÓC; - EAE'I']f!OaÚV'I'] 1308 1309 1310

ceptus, por influencia del AT, lee EAEl]1l0aUvl] 24, etc.), es considerada como condición para tora de Cristo, 2, 10-18), se designa primera-
H,EElVÓ;, 3 eleeinos digno de lástima,
en vez de 6LXaLOauvr¡. la salvación (ls 58,6-12) Y es equiparada con mente -en esta palabra de exhortación (13,
desdichado*
el sacrificio (Tob 4, 11; Ec10 32, 5). Por con- 22)- a Jesús como Sumo Sacerdote (cf. 3, 1;
1 Cor 15, 19: entonces somos «los más dig-
El griego clásico no conoce el vocablo. Los traste con bSan 92a, se afirma en bSab 151b: 4, 14 - 5, 10; 6, 20; 7, 1-10.18). En 2, 17 se
nos de lástima de todos los (demás) hombres». griegos y los romanos no acuñaron ningún térmi- «A aquel que tiene misericordia con sus se- da una interpretación de lo que precede: el
Ap 3, 17 en la carta dirigida a Laodicea: «no no para la acción de «socorrer a los pobres», aun- mejantes se se le muestra también misericor- sentido de la acción salvífica de Cristo y su
sabes que eres un desventurado ('UAUí,:n;WQOC;) que de hecho se daban limosnas. Pero el darlas no
y digno de lástima». se consideraba una acción meritoria. En la litera- dia desde el cielo». conexión con la anterior historia de la salva-
tura profana el término se halla atestiguado por En el discurso contra los fariseos y los es- ción esboza el sacerdocio de Jesús como un
vez primera en Diógenes Laercio V, 17. En Calí- cribas (Lc 11, 37-54), plasmado redaccional- acto de misericordia (EAE~IlWV) hacia los
iJ,EÉro eleei5 tener compasión, ejercitar la maco, Hymn IV, 152 aparece por vez primera mente por Lucas, se afirma que lo que a Dios hombres y como un acto de fidelidad (ma-
misericordia EAE'I']f!OaÚV'I'] con el sentido de «compasióll». La le importa no son las purificaciones rituales .ÓC;) en cumplimiento del ministerio encarga-
---> EAWC;. restricción del significado de EAEOC;/EAE'I']f!OaÚV'I'] (vv. 38-41), sino que lo que Dios exige del
:; compasión para significar ahora la «misericor- do por el Padre. El ministerio de Jesús pre-
dia con los pobres», la acción de «socorrer a los hombre, según el v. 41 (tomado de la fuente tende especialmente suprimir los efectos
H,E1],.oa'ÚV1], 1];, tí
eleemosyne compa- pobres», la «limosna», se produce por primera vez Q), es el corazón puro que da limosna. Lc 12, mortales del pecado.
sión, beneficencia, limosna* en la LXX: Prov 21, 26; Dan 4,27; cf. Sib II 79- 33 (tomado de la fuente Q) desarrolla el ante- F. Staudinger
82. La LXX emplea generalmente EAE'I']f!Oa'ÍJV'I'] rior v. 21 (<<rico ante Dios»). La imagen, a di-
1. Aparición del término en el NT y contenido se- para traducir el término hebreo ~ediiqfi (justicia),
mántico - 2. Campo referencial y predicación del tér-
ferencia de la que se halla en Mt 6, 19ss, se
principalmente cuando el AT habla de la clemen- fAEÍJ,.roV, 2 eleemi5n misericordioso, com-
mino - 3. EAe~[!Wv. cia de Dios hacia su pueblo o hacia los piadosos refiere a una relación cuidadosa y responsable
(ls 1,27; 59, 16; 28, 17; Sal 32, 5; 23, 5; 102,6, con el dinero (capital en el cielo) y, en cone- pasivo
Bibl.: V. Balogh, «Selig die Barmherzigen». Die xión con el v. 34, tiene presente la muerte del ---> EAEl]1l0aUVl] 3.
christliche Barmherzigkeit bei Mt im allgemeinen und
etc.). El término EAE'I']f!OaÚV'I'] no aparece ni en Jo-
in der 5.Seligpreisung im besonderes im Lichte des AT, sefo ni en Filón. individuo (Pesch, 374).
Rom 1959; H. D. Betz, Die Makarismen der Bergpre- En la naciente Iglesia se realiza de manera
digt (Mt 5,3-12): ZThK 75 (1978) 3-19; Billerbeck IV, El nuevo testamento asume la reducida im- ejemplar lo que Jesús exige: al paralítico que 'EAElaá~E't Eleisabet Isabel, Elisabet
536-558; H. Bolkenstein-W. Schwer, Almosen, en portancia del amor a los pobres como virtud y Forma alternativa del nombre de persona
mendiga junto a la «Puerta Hermosa» no se le
RAC 1, 301-307; A. van den Born-Haag, Dicciona- de la limosna a los pobres como acción. En dan sólo limosnas (Hech 3, 2.3.10), sino que 'EALaú~E', empleada en li edición de West-
--->
rio, 1108; R. Bultmann, EAE~[!WV, EAel][!Oo'ÚvT), en
ThWNT 11, 482s; Dalman, Worte, 169-171; A. Des- EAl]1l0aUVl]V :n;OLElV «dar limosna» (Mt 6, por medio de Pedro, y «en el nombre de Jesu- cott-Hort (1881).
camps, en DBS IV, 1443s; G. Eichholz, Auslegung der 2.3; Hech 9,36; 10,2; 24, 17; cf. Tob 1,3; 16, cristo» (v. 6), se le trasmite la salvación pas-
Bergpredigt, Neukirchen-Vluyn 1965, 45s, 107-109; 4.7s; Ec10 7, 10) y en EAEl]1l0aUvl]v 6LMvaL cual. El dar limosna, juntamente con la prácti-
H. H. EBer, en DTNT I1I, 99-103; J. Gamberoni, Al-
(Lc 11,41; 12,33) resuena aún el significado EAEO;, O'll;, 'tó eleoscompasión, miseri-
mosen, en BThW 1,34-39; V. Hamp-A. Vogtle, Almo- ca de la oración, se cuenta entre los especiales
sen (1-11), en LThK 1, 359s; R. Heiligenthal, Werke der primitivo más amplio. El plural de EAl]lloau- cordia*
ejercicios de piedad de la discípula Tabita de
Barmherzigkeit odel Almosen? Zur Bedeutung von vl] sólo aparece en el NT en Hech (9, 36; 10, €AEÚÜ> eleai5 tener compasión, compade-
EAEl][!OO'ÚVT): NovT 25 (1983) 289-301; J. Jeremias, Jope (Hech 9, 36) y de Cornelio de Cesarea cerse*
2.4.31; 24, 17. Did 1,6; 15,4 y 2Clem 16,4
Jerusalén en tiempos de Jesús, Madrid 1977, 129-138; (10,2.4.31). Dios se acuerda de ellos. Pablo se
M. Mees, Die Hohepriestertheologie des Hebr im Ver- utilizan EAl]1l0aUVl] en conexión con el NT. EAEÉW eleei5 tener compasión, ayudar com-
defiende ante Félix refiriéndose a su colecta en
gleich mit 1 Clem: BZ 22 (1978) 115-124; E. Neu- pasi vamente, compadecerse*
hausler, Anspruch und Antwort Gottes, Düsseldorf 2. EAEl]1l0auVl], en todos los testimonios favor de Jerusalén (24, 17).
l. Aparición de los términos en el NT - 2. Conte-
1962, 141-185; W. Pesch, Zur Exegese von Mt 6, 19- del NT, no designa o apenas designa un senti- nidos semánticos - 3. Campos referenciales - a) La mi-
21 und Lk 12,33-34: Bib 41 (1960) 356-378; H. Peuc-
miento de compasión, sino la acción de bene- 3. H.E1UUIlV misericordioso, compasivo* sericordia de un ser humano hacia otro ser humano -
ker, Almosen, en BHH 1, 61s; Schnackenburg, Mensa- aparece en el NT únicamente en Mt 5, 7 Y Heb
ficencia. Después del principio que sirve de b) La misericordia de Jesús en los relatos de mila-
je I 87-89, 104-107: G. Schneider, Botschaft der
Bergpredigt, Leipzig 1973, 45s, 93-96; Schulz, Q, 94- introducción (Mt 6, 1), Jesús pasa a hablar en 2,17. En la quinta bienaventuranza (sin parale- gros - c) La misericordia de Dios en Lc l - d) El Cor-
114, 142-145; G. Strecker, Ziele und Ergebnisse einer lo en Lucas; pero cf. Lc 6, 36) se habla del dis- pus paulinum - e) Hebreos - f) La Carta primera de
Mt 6, 2-4 acerca del dar limosna: una acción Pedro y la de Judas.
neutestamentlichen Ethik: NTS 25 (1978-1979) 1-15; cípulo que obra con rectitud. A los misericor-
H.-D. Wendland, Ethik des NT, Gottingen 1970, 16- que caracteriza la verdadera piedad del discí-
diosos se les concede misericordia divina Bibl.: Cf. EAET)[!OO'ÚVl], además: Bauer, Worter-
22; H.-T. Wrege, Die Überlieferungsgeschichte der pulo. Lo decisivo es la pureza de la intención, buch, S.v.; G. Bornkamm-G. Barth-H. J. Held, Über-
Bergpredigt, Tübingen 1968, 25, 94-97; H. Zimmer- que se manifiesta en la espontaneidad del ac- inmerecida (cf. 2 Clem 4, 3; Did 3, 8; Polic 6, lieferung und Auslegung im Mt (WMANT 1), Neukir-
mann, Die Hohepriester-Christologie des Hebr, Pa- to de beneficencia, no en una escenificación 1). Mt 9, 13 y 12, 7 recogen la idea de Os 6, 6; chen-Vluyn 61970,155-287; R. Bultmann, EAEO<; X'tA.,
dernborn 1964. la parábola de Mt 18,23-25 dilucida el tema de en ThWNT 11, 474-482; Id., Teología, 335-342; H.
efectista (cf. 25, 37-39). El dar limosna se
la misericordia. Frankemolle, In Gleichnissen Gott eifahren, Stuttgart
1. De las 13 veces que el término se en- consideraba como un acto meritorio en el AT 1977,103-107; Frisk, Wortábuch 1, 489s; Ch. Müller,
cuentra en el NT, 3 corresponden a Mateo, 2 a Y en la teología del judaísmo; la limosna obra En la frase final y de transición de Heb 2, Gottes Gerechtigkeit und Gottes Volk. Eine Untersu-
Lucas y 8 a Hechos. En Mt 6, 1 el Textus Re- el perdón de los pecados (Prov 11, 4; Dan 4, 17s (en la sección sobre la solidaridad reden- chung zu Rom 9-11 (FRLANT 86), Gottingen 1964;
1311 1312 1313 1314

Pape, Worterbuch 1, 795; Ch. Plag, Israels Wege zum timiento (EBer, DTNT I1I, 99s). Los LXX, los 3. a) EAEO¡; / EAEÉW designan, en conso- sirve de motivos tradicionales. De manera pa-
Heil. Eine Untersuchung zu Rom 9-11, Stuttgart 1969; textos de Qumrán (KQT: dos columnas de
Th. Schlatter, Barmherzigkeit, barmherzig, en CBL5, nancia con el sentido original de lJesed (bon- recida a como lo hace Sant 3, 17, vemos que
126s; H. Schlier, Grundzüge einer paulinischen Theo- testimonios de lJesed) y el NT presuponen dad) en el AT, el comportamiento que Dios también Rom 12, 8 exhorta a los lectores, aun-
logie, Freiburg i. Br. 1978, esp. 48-54.77-97.158-173; principalmente el uso religioso hebreo de los exige que una persona observe con otra. Con que lo hace en un sentido más general de lo
R. Schnackenburg, Mitmenschlichkeit im Horizont des
NT, en FS Schlier, 70-72; W. Thüsing, Die Botschaft
términos; cf., a propósito, Zobel, 59-71; Bult- Os 6, 6, Jesús -en Mt 9,9-13 con ocasión de o
que es la «bondad»: EAEOOV EV LAUQÓ't1']'tL;
des NT - Hemmnis oder Triebkraft del' gesellschaftli- mann, 475-479. Hay que partir de que, en la vocación de Leví y en el conflicto acerca cf. Did 5, 2; Bern 20, 2. Los mencionados tex-
chen Entwicklung?: GuL 43 (1970) 136-148; W. Vo- consonancia con el AT, los vocablos EAEO¡;/ del sábado (12, 1-8)- no hace más que inter- tos hablan de la compasión y la misericordia
gels, Le Magnificat, Marie et Israel: EeT 6 (1975) EAEELV penetraron del ámbito profano en el pretar la voluntad de Dios: «Misericordia prácticas, que entran en acción cuando se en-
279-296; H.-J. Zobel, Haesaed, en ThWNT I1I, 48-71.
Cf. más bibliografía en ThWNT X, 1072s.
lenguaje religioso de la Biblia. quiero, y no sacrificio» (9, 13; 12, 7). En el cuentran con una calamidad terrena. Los ver-
El verbo EAEELV (EAEéiv), en el sentido de discurso contra los fariseos en Mt 23, 23 sículos -de trasmisión incierta- de Jds 22s ha-
1. El sustantivo EAEO¡; aparece en 27 pasa- tener compasión, compadecerse, ayudar com- (EAEO¡; no se halla en el lugar paralelo de Lc blan más bien, como lo hace Justino, Apol 25,
jes del NT (hay que excluir Tit 1, 4, porque la pasivamente, apiadarse, aparece en los sinóp- 11,42) Jesús enuncia con mayor precisión la 3; 57, 1, de la preocupación por la salvación
variante textual XÚQL¡;, EAEO¡; [xuL] dQ~v1'] se ticos en los relatos sobre hechos en los que se obligación de pagar el diezmo (cf. Núm 18, eterna de los demás (K. H. Schelkle, Judas-
halla atestiguada únicamente por A C2 K mi- pone de relieve la irrupción de la misericordia 12; Dt 14, 23): hay que obrar justamente en brief [HThK], 170-172).
núsculos y padres). Con arreglo al griego pro- divina en los infortunios humanos: Mc 5, 19; las relaciones con otras personas, ejercitar la
b) En los relatos sinópticos de milagros, el
o
fano, el Textus Receptus lee EAEO¡; en Mt 9, especialmente en el imperativo EM1']oov: Mc misericordia con los demás y practicar la fe. imperativo EAÉ1']OOV se halla en labios de los
13; 12,7; 23, 23; Tit 3,5 Y Heb 4, 16 (cf. Dio- 10,47.48 par. Mt 20,30.31/ Lc 18,38.39; Mt La narración ejemplar de Lc 10, 25-37 carac- que se acercan a Jesús pidiéndole salvación e
doro Sículo XII, 18, 4; Josefo, Bell 1, 560; 9, 27 (duplicado mateico de Mc 10, 47); Mt teriza la conducta misericordiosa del samari- invocando su mesianidad. La petición tiene
Ant IV, 239); GNT lee siempre 'to EAEO¡; en 15,22 (a diferencia de Mc 7, 25); Mt 17, 15 (a tano (lO, 37) como demostración concreta de especialmente en Mateo la forma de un cla-
los pasajes antes mencionados. Marcos, Juan diferencia de Mc 9, 17). El verbo se emplea amor. mor de oración. En Mc 10, 47s par. Lc 18, 38,
y Hechos no conocen el término EAEO¡;. En la en voz pasiva en Mt 5, 7; Rom 11,30.31; 2 En el material de discursos de Mateo, el el ciego (Mt 20, 30s [redaccional] dos ciegos;
concordancia de Hatch-Redpath, los testimo- Cor 4, 1; 1 Tim 1, 13.16; 1 Pe 2,10 (bis). El verbo EAEÉW aparece en 5, 7; 18, 33 para ex- Jesús sale de Jericó), a la vera del camino que
nios de EAEO¡; en la LXX ocupan más de cua- participio de perfecto pasivo (~AE1']ftÉVO¡;) se presar la misericordia que una persona debe conduce a Jericó, clama de la siguiente mane-
tro columnas, en muchos casos como traduc- encuentra en 1 Cor 7, 25 Y 1 Pe 2, 10; señala sentir hacia otra, y aparece también en la sú- ra: «¡Hijo de David, Jesús (en el v. 48 no se
ción de lJesed (por ejemplo, Sal 6, 4). plica que el rico -condenado- dirige al pa- repite), ten misericordia de mí!». El Hijo de
la duración de la misericordia hallada: el mi-
El verbo EAEÚW aparece 3 veces: Rom 9, 16 triarca Abrahán, que vive en la comunión con David le devuelve misericordiosamente la luz
nisterio de Pablo (1 Cor 7,25) se funda en la
(cf. Prov 21, 26; 4 Mac 9, 3; 1 Clem 13, 2; Po- Dios (Lc 16, 24). En la parábola del deudor de los ojos y le convierte así en testigo de la
misericordia del Kyrios; por eso, en la cues-
lic 2, 3; Bern 20, 2) Y Jds 22.23. Jds 22 lee (en que no tuvo misericordia (Mt 18, 23-35), Y Pasión en Jerusalén (cf. el acento que pone
tión del celibato, Pablo da un consejo; la
vez de EAEéi'tE) una v.l. EMYXE'tE (A C* 33 y que dilucida el problema suscitado acerca del Lucas). En Mt 9,27 (cf. la estructura del ciclo
comunidad a la que se dirige 1 Pe 2, 10 es y perdón (18, 21s), el v.33 enuncia la conclu-
otros minúsculos); 1505 tiene la forma más sigue siendo «pueblo de Dios», pero única- de milagros en Mt 8, 1 - 9,34), los dos ciegos
común del verbo: EAEEL'tE ()LUXQLVOftÉVep. En sión apremiante (E()EL) que se deduce de haber piden también a Jesús, el Hijo de David, que
mente por la misericordia divina (cf. 1,6.9). experimentado con anterioridad la misericor-
Jds 23 EAEéi'tE no aparece en el Textus Recep- tenga misericordia. En Mt 15,22 (a diferencia
En la tradición sinóptica, el sustantivo dia (de Dios): «¿No debías tú también haber
tus; los minúsculos 436, 629 Y 1241 leen de Mc 7, 25), la mujer cananea clama así a Je-
EAEO¡; se limita a los discursos (himnos), con tenido misericordia (EAEfjom) de tu compa-
EAEEL'tE; en vez de EAEéi'tE, los minúsculos 88, sús: «¡Ten misericordia de mí, oh Señor, tú
excepción de Lc 1, 58 (material narrativo). ñero, como yo tuve misericordia de ti (~M1']­
104, 945 Y otros testimonios tienen EMYXE'tE. que eres el Hijo de David!». El esperado des-
Con el significado de «practicar la misericor- ou)?». La propia felicidad consiste en la
Hatch-Redpath enumera 10 pasajes con EAEéiv, cendiente de David demuestra ser el Kyrios,
dia, hacer el bien», EAEO¡; se usa en Lc 1, 72; aceptación con que se acoja a los demás
cuatro de ellos en Eclesiastés. al acceder a la fe de la mujer pagana y expul-
10,37; Sant 2, 13 en asociación con :7tOLELV, y (FrankemOlle 107). También en el judaísmo, sar al demonio que se había apoderado de su
Del verbo EAEÉW hay 29 testimonios en el
NT; Juan y Hechos no lo conocen. La concor- en 2 Tim 1, 16, en asociación con ()L()Óvm. la exigencia de misericordia estaba motivada hija. El padre del muchacho epiléptico (Mt
dancia de Hatch-Redpath dedica unas dos co- Las introducciones epistolares de 1 Tim 1, 2; po~ el recuerdo de la misericordia de Dios 17, 15 a diferencia de Mc 9, 17/ Lc 9, 38) su-
lumnas al verbo en cuestión, muchas veces 2 Tim 1, 2; 2 Jn 3 imploran y desean para los (bSab 151b; TestZab 5, 3). plica ardientemente: «¡Señor, ten misericor-
como traducción del qal de J:¡anan en la LXX. lectores EAEO¡; juntamente con XÚQL¡;. En Mt Sant 2, 13 Y 3, 17 (catálogo de virtudes) en- dia de mi hijo!». El «Señor» -según Mateo-
23, 23 Y Sant 2, 13 EAEO¡; se halla en asocia- c.arecen a la indolente comunidad que la mise- demuestra el poder de su palabra ante su co-
2. El sustantivo y el verbo, conocidos des- ción con xQlm¡;. ncordia (bondad) conservará su validez en el munidad. Los leprosos de Samaría claman a
de Homero, significan el sentimiento que se EAEO¡; y EAEE1V encuentran en Pablo y en la juicio final. El conocimiento de la misericor- gritos pidiendo la misericordia del «Maestro»
experimenta ante el infortunio que aflige a literatura epistolar del NT un uso abundante- dia de Dios en Cristo fundamenta lo nuevo que es Jesús (Lc 17, 13), a fin de ser admiti-
otra persona, y la acción que brota de ese sen- mente diferenciado. que hay en la argumentación cristiana, que se dos de nuevo en la comunidad de culto y en el
1315 1316 1317 1318

vecindario. El geraseno que había estado po- universal de Dios (que incluye a judíos y gen- dad a Epafrodito, en atenc~ó~ a Pablo ,(Flp 2, ciosamente un nuevo nacimiento a una espe-
seído por demonios es enviado por Jesús, se- tiles) para que todos reciban la manifestación 27). El Y sus hermanos cnst~~nos estan co~- ranza viva por medio de la resurrección de Je-
gún Mc 5, 19, como mensajero de la miseri- de las riquezas de su gloria. En 11,25-32 Pa- encidos de que han de trasmItIr a otros la ml- sucristo de entre los muertos (cf. Ef 2, 4; 1
cordia de Dios para que proclame entre sus blo ofrece su solución al difícil problema ;ericordia de Dios que ellos mismos han ex- Cor 15, 19). Vemos que, con una referencia a
familiares y luego en la Decápolis los hechos (<<misterio», 11, 25) de cómo se explica que, a perimentado (2 ~or 4, 1; cf. R~~ 12: 1: Os 2, 25, la Carta primera de Pedro (2, 10)
de Jesús. pesar de la Escritura, los pactos y la revela- otX'tLQ¡,tOOV), medIante un celoso mImsten~ y asegura a los gentiles convertidos (<<no-pue-
ción de los planes divinos de salvación, la con alegría (Rom 12, 8). No en las propIas blo») que ellos, desde su conversión y su bau-
c) Lc 1 recoge el concepto veterotestamen- obras, sino en la misericordia de Dios se fun-
gran mayoría del pueblo judío haya rechazado tismo, han encontrado misericordia y son
tario lJ,esed en su sentido original como fideli- da la salvación de los que han sido desperta-
el mensaje de la fe en Jesucristo (9,1-11,36). ahora «pueblo de Dios». Su nueva manera de
dad de Dios clemente y creador. Y lo recoge dos a la fe y renovados por el Espíritu (Ef 2,
Lo que Pablo expone como una realidad en ser es, a un mismo tiempo, vocación y misión.
principalmente en los himnos, que abundan 4). Dios salva a los hombres, y lo hace preci-
11, 28s (enemigos de Dios, fidelidad de Dios En el comienzo de la carta, Jds 2 desea a los
en citas del AT: Lc 1, 50 (cf. Sal 102, 17); 1, samente por su misericordia (Tit 3, 5, en un
a la elección, carácter irrevocable del llama- destinatarios misericordia, paz y amor en ple-
54 (cf. Sal 97, 3); 1, 72 (cf. Sal 105, 8; 106,
miento y de la gracia) y en el v. 25 (endureci- paréntesis). . . . . nitud. El v. 21 exhorta con las palabras co-
45); 1,78 (cf. Is 60, 1s). La gente se regocija, Los praescripta crIstIamzados de 1 Tlm 1,
miento parcial, vocación del número comple- rrientes a la comunidad expuesta a los peli-
según 1, 58 (hebraísmo), por la misericordia 2; 2 Tim 1, 2; 2 Jn 3; Jds 2 (cf. IgnFil inscr.;
to de los gentiles), lo fundamenta Pablo a su gros de de la herejía: «¡Conservaos en el amor
(gracia) mostrada por Dios a Isabel. Esa mise- MartPol inscr.) imploran sobre los destinata-
manera (wanEQ - YÚQ, v. 30; oihwc:; - lva, v. de Dios, esperando ansiosamente la miseri-
ricordia es señal de la omnipotencia creadora rios esta misericordia de Dios y de Jesucristo,
31; YÚQ - lva, v.32): «Porque así como voso- cordia de nuestro Señor Jesucristo para vida
de Dios. El motivo dominante de Lucas se es- juntamente con la XÚQLC:; y la ELQ~V'l']. 2 Tim
tros en otro tiempo fuisteis desobedientes a eterna!». De ahí nace la misericordia crítica
cucha en el evangelio de la infancia: la mise- 1, 16 implora para la comunidad de la casa de
Dios, pero ahora habéis encontrado miseri- que los miembros de la comunidad deben te-
ricordia (lJ,esed) clemente de Dios, prometida Onesíforo la misericordia del Señor resucita-
cordia (~AEi)'frrl1;E) por razón de la desobe- ner unos con otros (vv. 22s).
en el AT, experimentada en la historia de la do como un don salvífico presente. Y en 2
salvación de Israel, alcanza su plenitud en la diencia de ellos (v. 30), así también éstos han F. Staudinger
sido desobedientes a la misericordia (EAÉEL) Tim 1, 18 se implora esa misma misericordia
clemente entrega que Dios hizo de sí mismo
mostrada a vosotros, para que también ellos como un don salvífico definitivo y futuro. La
ante los insignificantes y los pobres en la en-
alcancen ahora misericordia (EAE'I']frooaLV, v. anámnesis de Pablo en 1 Tim 1, 12-17 ve que EJ"Eu-3EQta, a;, Í] eleutheria libertad
carnación de su Hijo.
31). Porque Dios ha encerrado a todos en de- en el apóstol y en su conversión ha actuado la ---+ EAE'ÚfrEQOC:;.
d) Pablo interpreta el EAEOC:; / EAEI':'LV de sobediencia para mostrar misericordia a to- paciencia de Cristo; por eso, aun siendo él
Dios en Rom 9; 11; 15 como la acción histó- dos (EAE~aTI, v. 32)>>. Pablo conoce y recono- perseguidor, encontró misericordia (vv. 13 y
rico-salvífica y escatológica de Dios en Jesu- ce que la misericordia salvífica de Dios es el 16). EÁEÚ-3EQO;,3 eleutheros libre, persona li-
cristo. En 9,14-18 Pablo refuta la objeción de único medio posible por el que todos puedan bre*
e) Heb 4, 16 desarrolla lo que se había
que Dios sea injusto. Para ello utiliza Ex 33, ser hechos partícipes de la salvación (Kuss, EAEu'frEQóm eleutheroo liberar*
anunciado ya en 2, 17. La cristología del Su-
19 (Rom 9, 15) Y Ex 9, 16 (Rom 9, 17), aco- Carta a los romanos, 143). Esto se realiza EAEu'frEQla, ac:;, ~ eleutheria libertad*
mo Sacerdote en la Carta a los hebreos (5, 1-
modando muy libremente el texto del Exodo única y exclusivamente en Cristo Jesús (3, &nEA.E'Ú'frq~OC:;, ou, Ó apeleutheros liberto*
10; 8, 1-9,28) se orienta tipológicamente por
al curso de sus propias ideas. Lo interpreta 21-31; Gál 2, 16, etc.), ahora en favor de los la idea veterotestamentaria del sumo sacerdo- 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni-
como una declaración directa de Yahvé y saca gentiles (Rom 9, 23; 11,30; 15,9), luego tam- te y de su función en el Día de la Expiación dos semánticos - 3. Pablo - 4. Mateo - 5. Juan -
la siguiente conclusión: el Dios misericordio- bién en favor de los judíos (11, 31). La mise- 6. Santiago -7. 1-2 Pedro.
(Lev 16). El Sumo Sacerdote Cristo, que es
so (9, 16) reclama para sí el derecho a tener ricordia libre y gratuita de Dios no está en totalmente solidario con los hombres, pero Bibl.: H. R. Balz, Heilsvertrauen und Welterfah-
misericordia. «Dios hace que la oposición del contradicción con su fidelidad al pacto. Los rungo Strukturen der paulinischen Eschatologie nach
que por su condición de Hijo de Dios es esen-
faraón ... contribuya a la realización de sus gentiles pueden alabar a Dios por la miseri- Rom 8, 18-39, München 1971; H.-W. Bartsch y otros,
cialmente superior, garantiza su comprensión
planes. El faraón es instrumento de la glorifi- cordia que él les ha mostrado en Cristo (Rom Freiheit (1-IV), en TRE XI, 497-5ll; S. S. Bartchy,
misericordiosa e ilimitada de la situación hu- MiiAAOV XQfjam. First Century Slavery and the Inter-
cación de Dios» (F. W. Maier, citado por O. 15,9). mana (Heb 2, 17; 4, 15). A la comunidad, que pretation of ICor. 7, 21, Missoula 1973; G. Born-
Kuss, Carta a los romanos, Barcelona 1976, Al final de la Carta a los gálatas (GáI6, 16), ha llegado a ser débil, Cristo le concede la kamm, La libertad cristiana (Meditación sobre Gá15,
128). El punto de partida del curso de los pen- Pablo desea a todos los que son «nueva cria- 13-15), en Estudios sobre el nuevo testamento, Sala-
confianza para llegar al trono de la gracia a
samientos paulinos es el hecho de que Dios tura» «la paz y la misericordia». Claro que es- manca 1983, 81-86; G. Bornkamm-G. Barth-H. J.
fin de encontrar misericordia (4, 16). Held, Überlieferung und Auslegung im Matthdusevan-
no se encuentra a disposición absolutamente ta bendición se aplica únicamente a los cris-
de nadie. En 9, 23, en una imagen profética f) Se han mencionado ya la Carta primera gelium, Neukirchen-Vluyn 41965, passim (sobre Mt
tianos que hacen de su nuevo ser el principio 17, 24ss); W. Brandt, Freiheit im NT, München 1932;
(la imagen del alfarero), Pablo contrapone los fundamental de su vida y de su conducta (cf. de Pedro y la Carta de Judas. Con una alaban- F. F. Bruce, «Called to Freedom». A Study in Gala-
«vasos de misericordia» a los «vasos de ira» Bern 15, 2; Herm (v1 3,9, 8; 1 Clem 22, 8). za de la misericordia de Dios comienza 1 Pe tians, en The NT Age. FS B. Reicke l, Macan GA 1984,
(9, 22), con el fin de explicar el llamamiento La misericordia de Dios cura de su enferme- 1, 3. A los cristianos se les ha concedido gra- 61-71; R. Bultmann, Gnade und Freiheit, en Bult-
l319 l320 1321 l322

mann, Glauben n, 149-161; Id., Die Bedeutung des das vollkommene Gesetz der Freiheit, en Schlier 1, 193- significados: la libertad de la poUs, la libertad Dios (Rom 8, 21; cf. Gá14, 30s; ---+ 'tÉ%vov,---+
Gedankens der Freiheit für die abendldndische Kul- 265; Id., Zur Freiheit gerufen. Das paulinisches Frei-
tur, en ibidem n, 274-293; Id., Der Gedanke der heitsverstdndnis, en Schlier III, 216-233; O. Schmitz,
de Grecia (¡las guerras médicas!), finalmente vtó~). La libertad es el don del futuro (Rom 8,
Freiheit nach antikem und christlichem Verstdndnis, Der Freiheitsgedanke bei Epiktet und das Freiheits- la libertad como concepto y problema de la fi- 18ss), pero -en el Espíritu- es al mismo tiem-
en ibidem IV, 42-51; Bultmann, Teología, 391-415; J. zeugnis des Paulus, Gütersloh 1923; R. Schnacken- losofía (la libertad interna del individuo, la li- po don anticipado en el presente. La libertad
Cambier, La liberté chrétienne se Ion Saint Paul, en burg, Christliche Freiheit nach Paulus, en Schnacken- bertad del cínico frente a los convencionalis- ha sido concedida ya al cristiano; por eso, el
StEv n (TU 87), Berlin 1964, 315-353; K. DeiBner, burg 11, 33-49; H. Schürmann, Die Freiheitsbotschaft
Autoritdt und Freiheit im dltesten Christentum, Greifs- des Paulus - Mitte des Evangeliums?, en Orientierun-
mos, la libertad del sabio estoico que llega a yristiano puede decir: «mi libertad» (1 Cor
wald 1931; G. Delling, 'tÉAO~ %'tA., en ThWNT VIII, gen am NT. Exegetische Aufsdtze III, Düsseldorf 1978, disponer libremente de sí mismo por someter- 10,29), «nuestra libertad» (Gál 2, 4), «¿acaso
50-88; M. Dibelius, Der Brief des Jakobus (KEK), 13-49 (bibl.); G. Strecker, Der Weg der Gerechtigkeit. se al lagos del cosmos, etc.). Detalles más no soy libre?» (1 Cor 9, 1). Como don escato-
Gottingen 51964, 148ss, 183; C. H. Dodd, Das Gesetz Untersuchung zur Theologie des Matthdus, Giittingen precisos y extensos sobre todo ello pueden lógico de la salvación, la libertad es universal
der Freiheit. Glaube und Gehorsam nach dem Zeugnis 31971, 200s y passim (sobre Mt 17, 24ss); P. Stuhl- verse en: Niederwimmer, 1ss; Nestle, passim. e insuperable (€AE'Ú-frEQO~ ... wv €x náv'twv,
des NT, München 1960; E. Esking, Fri och Frigjord, macher, Der Brief an Phi/emon, Zürich-Neukirchen-
Stockholm 1956; H. Frankemolle, Jahwebund und Vluyn 1975; W. Trilling, Das wahre Israel. Studien El término aparece varias veces en el NT 1 Cor 9, 19; cf. 3, 21ss; 6, 12; 10, 23) - pero
Kirche Christi, Münster i. W. 1974, 174ss; G. Frie- zur Theologie des Matthdus-Evangeliums, München con su tradicional sentido jurídico y social (el precisamente por eso se presta a malentendi-
drich, Freiheit und Liebe in ersten Korintherbrief: 31964: S. Vollenweider, Freiheit als neue SchOpfung. hombre libre en contraste con el esclavo): 1
ThZ 26 (1970) 81-98; E. Fuchs, en RGG 11, 1101-
dos y corre peligros (cf. infra).
Eine Untersuchung zur Eleutheria bei Paulus und in Cor 7,21; 12, 13; Gá13, 28; 4, 22 (nmbLO%lj
1104; B. Gerhardsson, Eleutheria (<<jreedom») in the seiner Umwelt (FRLANT 147), Giittingen 1989. Cf. ¿Cómo se concreta la libertad? Se concreta
Bible, en Scripture: Meaning and Method. FS A. T. más bibliografía en ThWNT X, 1073-1076. - €AEv-frÉQa); Ef 6,8; Col 3, 11; Ap 6,15; 13, primeramente como libertad que libera del
Hanson, Hull 1987, 3-23; E. GraBer, Freiheit und 16; 19, 18. - En 1 Cor 7, 22 se juega con los pecado, es decir, del pecado como poder que
apostolisches Wirken bei Paulus: EvTh 15 (1955) 333- 1. De las 23 veces que €AE'Ú-frEQO~ aparece significados: el esclavo que fue llamado a ser
342; E. G. Gulin, Die Freiheit in der Verkündigung des
conduce a la existencia humana hasta la alie-
en el NT, 14 se encuentran en Pablo, 2 en los de Cristo, es un liberto de Cristo (en sentido nación moral de sí misma (---+ U[wQ'tLa). Cris-
Paulus: ZSTh 18 (1941) 458-481; B. Haring, Paulini-
sche Freiheitslehre, Gesetzethik und Situationsethik, en «discípulos» de Pablo (Efesios, Colosenses); escatológico). A su vez, el hombre libre (en to, a quien el creyente pertenece ahora, ha
Studiorum Paulinorum Congressus Internationalis el término aparece 1 vez en Mateo, 2 veces en sentido jurídico y social) se convierte, por su efectuado la liberación del poder del pecado.
Catholicus 1961 I (AnBib 17-18), Roma 1963, 165- Juan, 1 vez en 1 Pedro, 3 veces en Apocalip- vocación a la condición de cristiano, en el es-
173; R. Hummel, Die Auseinandersetzung zwischen
La libertad se concede al cristiano mediante
sis. - €AEV-frEQÓW se encuentra en 7 pasajes, 5 clavo de Cristo (en sentido escatológico). la muerte bautismal, en la que el hombre vie-
Kirche und Judentum im Mt, München 21966, l03ss
(sobre Mt 17, 24ss); W. Joest, Paulus und das Luthe- de ellos en Pablo (2 veces en Juan). €AEV- jo, el cuerpo de pecado, fue muerto y despo-
rische Simul lustus et peccator: KuD 1 (1955) 269- -frEQLa aparece en 11 pasajes, 7 de ellos en Pa- Singular en Rom 7, 3; 1 Cor 7, 39: la esposa,
según el derecho judío, queda libre -por la muer- seído de su poder (cf. Rom 6, 6.11). Esto sig-
320; H. Jonas, Augustin und das paulinisches Frei- blo (se encuentra 2 veces en Santiago, y 1 vez nifica que el cristiano no busca ya su identidad
heitsproblem, Gottingen 21965; F. S. Jones, "Freiheit» te del marido- de su sujeción a él y adquiere el
en cada una de las dos cartas de Pedro). - derecho de contraer nuevas nupcias. Ahora bien, en la auto afirmación de la libertad finita, sino
in den Briefen des Apostels Paulus. Eine historische,
<'lJtEAE'Ú-frEQO~ aparece únicamente en 1 Cor este principio jurídico lo utiliza Pablo en Rom 7,
exegetische und religionsgeschichtliche Studie (GTA que la encuentra en la entrega al amor incon-
34), Gottingen 1987; E. Kasemann, Der Ruf der 7, 22. - El grupo de palabras, considerado en lss como imagen de la «libertad de la sujeción a dicional de Dios. Y la consecuencia de esto es
Freiheit, Tübingen 51972; R. N. Longenecker, Paul, general, aparece con especial frecuencia en la ley» (--+ 3).
Apostle of Liberty, New York 1964; J. A. Martí, La que el creyente está liberado no sólo de la ti-
las principales cartas paulinas: en ellas se
libertad de los escritos del NT: Est. Franciscanos 80 El uso predominante que se hace de estos ranía del poder del pecado (cf. Rom 6, 12ss;
plantea varias veces el problema acerca de la
(1980) 427-433; Ch. Maurer, Grund und Grenze apos- términos en el NT, da al grupo de palabras un 8, 2), sino también del hecho de verse secre-
tolischer Freiheit. Exegetisch-theologische Studie zu libertad cristiana. Sin embargo, los testimo-
nios del grupo de palabras en el NT permiten sentido escatológico: se piensa en la insupe- tamente yecto y alienado de sí mismo, como
I.Kor. 9, en Antwort. FS K. Barth, Zürich 1956, 630-
641; M. Müller, Freiheit. Über Autonomie und Gnade reconocer tan sólo una parte de aquella histo- rable libertad que Cristo concede graciosa- sucede en toda piedad que se funda en las
von Paulus bis Clemens von Alexandrien: ZNW 25 ria de la liberación que tuvo ya su origen en la mente al creyente, al ciudadano del mundo obras.
(1926) 177-236; F. MuBner, Der Jakobusbrief(HThK), escatológico. Porque, según la concepción paulina, la ley
Freiburg i. Br. 31975, 107ss, 126; Id., Theologie der actividad del Jesús terreno, y principalmente
en la experiencia de Pascua y en la experien- no era capaz de suprimir la autoalienación hu-
Freiheit na eh Paulus, Freiburg i. Br. 1976; W. Nauck,
Lex insculpta (hwq hrwt) in der Sektenschrift: ZNW cia del Espíritu. 3. Esto aparece clarísimamente en Pablo. mana; fracasó en ese intento por la ---+ oáQS
46 (1955) 138-140; D. Nestle, Eleutheria 1: Die Grie- La libertad es el don de Cristo (Gál 5, 1); el (cf. Rom 8,3). El pecado abusó de la ley, con
chen, Tübingen 1967; Id., en RAC VIII, 269; K. Nie- 2. €AE'Ú-frEQO~ designa originalmente a cristiano la posee €V XQLa'tq> 'Iljoov (Gál 2, el resultado de que la ley -en contra de su in-
derwimmer, Der Begriff der Freiheit im NT, Berlin aquel que, gozando de todos los derechos, 4). «Donde está el Espíritu del Señor, allí rei- tención- no condujo a la vida, sino únicamen-
1966; F. Notscher, «Gesetz der Freiheit» im NT und in
der Monchsgemeinde am Toten Meer: Bib 34 (1953) pertenece como miembro y conciudadano al na la libertad» (2 Cor 3, 17). «La ley del Es- te a la manifestación de la propia alienación
193-194; S. A. Panimolle, La liberta cristiana, Roma grupo de que se trate (en contraste con el ex- píritu de vida» ha liberado al cristiano (Rom (cf. Rom 3, 20b; 5, 20a; 7, 7ss.13ss; ---+ u[A.aQ-
1988; F. Pastor Ramos, La libertad en la Carta a los tranjero, con el que no es ciudadano, con la 8, 2). A esta libertad inaugurada por Cristo 'tLa, ---+ -fráva'tO~). La ley revela que el hom-
gálatas. Estudio exegético-teológico, Madrid 1977; población sometida, con el esclavo). El grupo han sido llamados los cristianos (Gál 5, 13). bre, cuando se halla extra Christum, está alie-
M. Pohlenz, Griechische Freiheit. Wesen und Werden
eines Lebensideal, Heidelberg 1955; A. Sand, Gesetz
de palabras se desarrolló a través de una larga Como creyentes y bautizados, los cristianos nado en sus acciones y se halla en contra de sí
und Freiheit: ThGl 61 (1971) 1-14; H. Schlier, y complicada historia, en cuyo trascurso se pertenecen al grupo de las personas libres, a mismo. Pero una vez que Cristo nos ha libera-
EAfÚ{tfQO~ %'tA., en ThWNT n, 484-500; Id., Über van añadiendo al significado original nuevos los ciudadanos del mundo futuro; son hijos de do del poder del pecado, entonces nos libera
1324 1325 1326
1323

mostrarse precisamente en la renuncia a que- cia parcial a instrucciones parciales, sino que
también de la piedad que consiste en obras A propósito de 1 Cor 7, 21 --> bOUAEÚW 5, -->
XQáo¡taL. Sobre 1 Cor lO, 29 --> auvElb'f]OL~. rer imponerla directamente. (No se sabe con el «corazón» esté acorde con la voluntad de
(Rom 7, 5s). La verdadera justicia no se bus- seguridad la interpretación que el evangelista Dios. Como tal, esta ley no se halla en oposi-
ca ya por el camino de la «ley de las obras» quiere dar a la perícopa). ción a la libertad, sino que crea libertad, es
(Rom 3, 27), sino que se acepta en la fe como La libertad, por ser libertad escatológica, es
un bien salvífico universal. Incluye no só~o la decir, hace libre al hombre para que practique
justicia concedida graciosamente. Los cre-
liberación de la caída moral en sí mismo, sino 5. El empleo joánico del grupo de palabras el amor (cf. el vó[to.\; ~UaLA.LXÓ\; en 2, 8).
yentes -y sólo ellos- son las personas libres (que aparece únicamente en 8, 32-36) se in-
(Gál4, 21-31, especialmente los vv. 23 y 26). también la liberación de todos los poderes, in-
cluido el de la muerte. (Claro que estas ideas serta en la oposición -característica de Juan- 7. Por el contrario, 1 Pe 2, 16 (cf. Gál 5,
Claro que la liberación que hace libres de la se trasmiten sólo ocasionalmente a través de entre la realidad divina (-+ UA.~{}ELU 4. b) Y el 13; Rom 6, 18.22) nos recuerda de nuevo ide-
piedad consistente en obras no significa que el nuestro grupo de palabras). Rom 8, 2 procla- engaño «de este mundo». El Revelador pro- as paulinas. - 2 Pe 2, 19 combate a los falsos
hombre quede suelto para practicar una huera ar- ma la liberación -ya acontecida- del pecado y mete a quienes permanecen en su palabra el maestros, que se atribuyen a sí mismos de
bitrariedad. Es verdad que, para Pablo, los man- de la muerte. La liberación definitiva y toda- conocimiento de la verdad, que hace libres (v. manera especial la posesión de la libertad. Po-
damientos de la tradición veterotestamentaria y 32). Los judíos -como representantes del dría tratarse ya de antinomistas específica-
judía (la circuncisión, los mandamientos relativos vía pendiente (es decir, la revelación de la
gloria oculta de los hijos), la proclama Rom «mundo»- entienden erróneamente la palabra mente «gnósticos», a los que el autor (reco-
a las comidas, etc.) han sido abrogados; pero, en
cambio, se mantiene la sujeción a los manda- 8, 19.21. Pablo revela en esta sección (8, de la revelación; por ser descendientes de giendo la antigua paradoja) desenmascara
mientos morales de la Torá, por cuanto en ellos se 19ss) que en la liberación de los hijos se in- Abrahán, pretenden ser ya libres (v. 33). Pero precisamente como esclavos de la corrupción.
escucha siempre lo que Dios exige al hombre, cluirá también la liberación de la creación (-+ el Revelador hace patente el carácter engaño-
una exigencia que, desde luego, queda radicaliza- K. Niederwimmer
X-tL~w), que ahora está sometida aún a la ca- so de su supuesta libertad: no son hijos libres,
da por el mandamiento del amor y queda protegi- sino esclavos, a saber, del pecado (v. 34). Tan
da así contra todo «legalismo». El que ama de ve- ducidad y al absurdo. El día en que se revele
ras hace en libertad lo que la ley exige, cumple la la gloria de los elegidos, traerá consigo al sólo El, que es el Hijo por excelencia, es ca- EAflJ{}fQóro eleutheroiJ liberar
ley como ella quiere ser cumplida realmente mismo tiempo la redención y la liberación de paz de convertir a los siervos en hijos libres. -+ EA.EÚ{}EQo.\;.
(Rom 13, 8-10; Gál5, 14). 'Ev JtvEú¡tcnL el hom- Tan sólo El, tan sólo su palabra, hace verda-
toda la creación.
bre cumple, desde el centro de su persona, es de- deramente libres (v. 36).
cir, libremente, la voluntad de Dios. La ley no es-
tá contra quien produce el fruto del Espíritu (Gál 4. En la tradición sinóptica, el grupo de EAflJtJt;, fro;. tí eleusis venida, llegada*
5, 22s). Y, así, Pablo puede hablar de la <<ley del palabras aparece únicamente en Mt 17, 26. La 6. Es difícil de entender Sant 1, 25 (vó[to.\; Hech 7, 52: <<la llegada del Justo, refirién-
Espíritu» (Rom 8, 2), de la «ley de la fe» (Rom 3, perícopa de 17, 24ss (en el núcleo es pre-ma- 'tÉA.ELO\; ó 'tfí\; EA.EU{}EQtU\;) y 2, 12 (vó[to.\; dose precisamente a la (primera) venida de
27), de la <<ley de Cristo» (Gál 6, 2; cf. 1 Cor 9, teica, pero fue reelaborada por el evangelista) EA.EU{}EQtU\;). Ambas expresiones surgen de Cristo; así también entienden el término Polic
21), es decir -como quizás podemos parafrase- repente, como fórmulas ya acuñadas con ante-
responde a la pregunta de si los seguidores ju- 6, 3 Y 1 Clem 17, 1. El término se emplea pa-
ar-, de la ley sin legalismos. rioridad.
deocristianos de Jesús están obligados a pagar ra referirse a la (segunda) parusía en las va-
En consonancia con esto, la libertad adqui- el tributo al templo judío (M<'JQuX¡to.v). Lit Las fórmulas delatan quizás el conocimiento riantes D de Lc 21, 7; 23, 42 (así también en
rida hay que protegerla tanto contra el peligro pregunta demuestra que la tradición tuvo un d~ motivos estoicos o de filosofía popular «<el sa- HechTom 28). ThWNT 11, 673; G. D. Kilpa-
de reincidir en ellegalismo (GáI2, 4; 5, 1) co- origen muy antiguo y judeocristiano (¿antes ~1O que se somete a la ley del universo, es rey y trick: JThS 46 (1944-1945) 136-145.
mo contra el peligro del antinomismo (Gál 5, del año 70, en Siria?). La respuesta argumen- h~re»); pero tales motivos se trasmiten aquí y se
13). Pablo afirma refiriéndose a este último: ta basándose en el estado escatológico de sal- ~emterpretan, como es lógico, a través de cauces

los que han sido liberados del pecado se han vación en que se hallan los «hijos». Los hijos, Judíos o judeocristianos. EAfqJ áv'ttv o;, 3 elephantinos de marfil*
convertido en esclavos de la justicia (Rom 6, por principio, están exentos. Así como los re- Ap 18, 12: «objeto de maifil» en la enume-
18; lo opuesto se enuncia en el juego de pala- yes terrenos no exigen el pago de aranceles y En todo caso, se piensa en la ley divina co- ración de las riquezas de Babilonia. BRL
bras del v. 20) o en esclavos de Dios (Rom 6, tributos a sus hijos (a sus hijos físicos o a sus ~? .norma para la conducta (1, 25) o para el 67-72.
22). La verdadera libertad se demuestra preci- propios conciudadanos) sino únicamente a los JUICIO futuro (2, 12), pero en la ley divina (no,
samente en la capacidad para servir al próji- extraños, así también el Rey del cielo no exi- c~aro está, en el Myo.\; 'tfí\; CPÚOEW\; del estoi-
mo (1 Cor 1, 19; Gál 5, 13) y, si las circuns- ge a sus hijos, los cristianos, el pago de tribu- CIS~O) tal como es conocida y vivida -por EAÍ]AlJ{}a elelytha haber llegado.
tancias lo exigen, en la disposición para tos. Pero, a fin de evitar todo escándalo inne- ~edIO de Jesús- en la comunidad cristiana. Perfecto de -+ EQxo.[tm.
renunciar al ejercicio de la libertad, por consi- cesario, habrá que seguir pagando el tributo al e dice de ella (1, 25) que es ley «perfecta»,
deración con el prójimo (-+ El<'JWA.o.V 4.b, -+ templo. Para el grupo que aquí habla, el culto por contraste con otras leyes; o (quizás mejor)
yLvrooxw 3.f). del templo y el tributo del templo se han con- por ~er ley «completa, total» (cf., a propósito, 'EAtaxí,..., Eliakim Eliaquín*
vertido ya en adiaphoron (= cosa indiferente). ~elhng, 75), ya que exige la entrega indivisa Nombre de persona en Mt 1, 13 (bis); Lc 3,
Véanse también las correcciones paulinas a las el hombre. Lo que quiere no es una obedien- 30. Cf. 2 Re 18, 18; 23, 34.
Por eso, la libertad escatológica puede de-
afirmaciones corrientes en 1 Cor 6, 12; lO, 23. -
EALy!!U - ÉAL<J<JW 1328 1329 ÉAL<J<JW - "EAAl]v 1330
1327

salvación (la edad avanzada como en el caso llarás ([a la tierra y] a los cielos)>>, cf. Sal dental de Asia Menor (Jonia), juntamente con las
EJ"L'Y""«, «'tO;, 'tÓ heligma rollo de Abrahán y Sara en Gén 17, 17; la esterili- 101,27 LXX v.l.; Ap 6, 14: el cielo desapare- islas del Mar Egeo. Según 1 Mac 1, 1 'EAAá~ se
Jn 19, 39 B Sin* W: «un rollo con mirra y ció «como un libro que se enrolla», cf. Is 34, identifica con el imperio de Alejandro. En 1 Mac
dad como en el caso de Rebeca en Gén 25, 21 1, 10 (y passim) se designa a los Seléucidas como
áloe», lectura errónea en vez de «una mezcla o de Sara en Gén 11, 30; en cuanto al tiempo 4 (ÉALY~OfLaL). soberanos de los «helenos». Por el contrario, pa-
(fÜYflu) de ... ». escatológico, cf. Is 54, 1). Isabel/Elisabet rece que 1 Mac 8, 9 entiende 'EAAá~ en sentido
concibió y se mantuvo oculta durante cinco más estricto, cuando el autor se refiere a la suerte
meses (1, 24). De esta manera se crea la con- EAXO;, ov;, 'tó helkos llaga* corrida por la Liga Aquea (en el año 146 a.c.,
'EALÉ~Eº Eliezer Eliezer* En Lc 16,21 dícese de las llagas de Lázaro. cuando Corinto fue destruida).
Nombre de persona en Lc 3, 29; cf. Gén 15, dición previa para que el embarazo sirva de
«señal» a María (1, 36). En el v. 36 se desig- Ap 16, 2: «Entonces se produjo una llaga re-
2; Ex 18,4 LXX. pugnante y maligna en los hombres ... »; 16, En el NT 'EAAá¡; aparece únicamente en
na a IsabelJElisabet como parienta de María.
Puesto que OVYYfVL¡; debe entenderse en el 11: «... blasfemaron contra el Dios del cielo ... Hech 20, 2. Aquí el nombre de Grecia se usa
sentido de que las dos mujeres pertenecían a por causa de sus llagas»; cf. la plaga de Egip- como expresión popular que sustituye al nom-
'EAwúb Elioud Eliúd*
Nombre de persona en Mt 1, 14.15. la misma tribu (Leví), resulta que en Lc 1,36 to (Ex 9, lOs; cf. también Dt 28,35). bre oficial de la provincia de Acaya (cf. ~
tendremos el pasaje, completamente aislado 'Axutu) (algo parecido hace Pausanias VII,
en el NT y en el cristianismo primitivo, que 16), que es el que se usa en los demás lugares
'EAUJá~E't Elisabet Isabel, Elisabet* habla de que Jesús procedía de la tribu de Le- ÉAXÓo) helko6 causar llagas* del NT (donde aparece 10 veces). Acaya com-
ví (no como en los demás casos, en los que se En Lc 16, 20 hallamos el participio de per- prendía la parte central y la parte meridional
1. 'E"wá~fL es la forma helenizada de habla de la tribu de Judá). En tiempos del fecto pasivo cLAxwflÉVO¡;: Lázaro estaba cu- de Grecia. En el año 146 fue sometida defini-
'elfSeba' (Ex 6, 23) Y puede significar etimo- cristianismo primitivo, esta idea se encuentra bierto de llagas. ~ EAXO¡;. tivamente por los romanos y puesta al princi-
lógicamente «Dios ha jurado» (Sii ba' 1) o también únicamente en la reelaboración cris- pio bajo el mando del gobernador de Macedo-
bien «Dios es plenitud, perfección» (Sii ba' 11, tiana de los TestXII (cf. TestJos 19; TestSim nia. Pero en el año 27 a.C. se convirtió en
cf. KBL3 s. v.); LXX: 'EALGá~f (A *) o 'EAL- 7). Cuando María visitó a IsabelJElisabet (Lc EAXO) helk6 traer, sacar, arrastrar* provincia (senatorial) independiente con resi-
Oá~fL (Al F). Sobre la L final cf. en 2 Re 11, 1, 40), el niño de ésta dio saltos en el seno En el NT, el verbo aparece únicamente en dencia de un pro cónsul en Corinto (~ rUA-
2 el nombre análogo yehOseba', que en 2 Crón materno (1, 41). Así que el testimonio de Juan sentido transitivo. En sentido propio: Jn 18, ALWV).
11, 2 adquiere ya la forma hebrea yehOsabat. 10 (Simón sacó la espada); 21, 6.11 (dícese J. Wanke
en favor de Jesús se traslada aquí ya al seno
materno. Isabel/Elisabet, llena del Espíritu de la acción de sacar la red de pescar); Hech
2. En el NT, el nombre aparece únicamente 16, 19 (arrastraron a Pablo y a Silas para lle-
santo, está en condiciones de interpretar la se-
en Lc 1 y se refIere en todos los lugares a la varlos ante los arcontes); 21, 30 (llevaron a
misma persona: a la mujer de Zacarías. Fuera
ñal (1, 42-45). Finalmente 1, 57 menciQna el "EAA1)V, 1)VO;, Ó Hellen griego
nacimiento del Bautista y ofrece de esta ma- Pablo arrastrándolo fuera del templo); Sant
de la Biblia no se habla de ella. En caso de 2, 6 (los ricos os arrastran a los tribunales). 'EAA1']VL¡;, LOO~, ~ Hellenis mujer griega*
nera el cumplimiento de la promesa hecha por
que el nombre se haya escogido por razones En sentido figurado: Jn 6, 44: « ... si el Padre Bibl.: C. H. Dodd, The Bible and the Greeks, Lon-
teológicas, podría sospecharse (en virtud de el ángel. don 1935; J. Jüthner, Hellenen und Barbaren, Leipzig
H. Weder no le trae»; 12, 32: «Si soy levantado de la
su etimología: «Dios ha jurado») que existe 1923; M. Hengel, ludentum und Hellenismus (WUNT
tierra, atraeré a todos hacia mí». ThWNT 11,
10), Tübingen 11973; Id., luden, Griechen und Barba-
una relación con Lc 1, 73, lo cual-desde lue- 500s; R. Schnackenburg, El Evangelio según ren. Aspekte der Hellenisierung des ludentums in
go- es poco probable. Más obvia sería una re- 'EAUmtO;, ov Elisaios Eliseo* san Juan 11, 55s.485-487. vorchristlichen Zeit (SBS 76), Stuttgart 1976; C.
lación con la mujer de Aarón (Ex 6, 23), que Lc 4, 27 menciona al profeta israelita Eli- Schneider, Kulturgeschichte des Hellenismus (2 vols.),
se llamaba también de esta manera, y que München 1967-1969 (bibl.); P. Wendland, Die hel-
seo y recuerda la curación del sirio Naamán
además estaba emparentada con Miryam (= (2 Re 5, 1-14). 'EALomÉ es la forma en que el "EAAá;, ábo;, t1 Hellas Grecia*
lenistisch-r6mische Kultur in ihren Beziehungen zum
ludentum und Christentum (HNT 1/2), Tübingen
María), la hermana de Aarón (cf. sobre todo nombre aparece en los LXX. Josefo (Ant ~ibl.: Liddell-Scott, s. v.; G. Schneider, Kulturge- 2.31912; U. von Wilamowitz-Moellendorff, Der Glau-
Lc 1,36). VIII, 352-354; IX 28) y Arist (47s.50.184) schlchte des Hellenismus (2 vols.), München 1967, be der Hellenen, 2 vols (1926-1932), Berlin 21955; U.
Como IsabelJElisabet desciende de círculos 1969, principalmente 1, 158-977 (el ámbito de la cul- Wilckens, Hellenen und Barbaren: NJKA 17 (1906)
ofrecen la forma 'EALOOuTo¡;. H. SeebaB, Eli- 457-471; H. Windisch, "EA/:rjV %-.:1..., en ThWNT 11
sacerdotales (Lc 1,5), se acentúa la noble al- tura helenística. Reinos, países, ciudades) (bibl.).
sa, en TRE IX, 506-509. (1935) 501-514. Cf. más bibliografía en ThWNT X,
curnia del Bautista. A pesar de la esterilidad 1'EAAá~, que en Homero (11 2, 684) es todavía 1076.
de Isabel/Elisabet Y de la edad avanzada de ~ nombre de una región de la Ftiótida, en el Sur
ambos (1, 7), Zacarías recibe la promesa de ÉAtaaO) heliss6 enrollar* e Tesalia, se va convirtiendo paulatinamente 1. El nombre de «helenos» une desde aproxi-
que va a tener un hijo varón (1, 13). La doble En el NT el término aparece 2 veces y se ddesde el. SIglo
' VI, en el nombre que designa a to-' madamente el año 700 a.C. a las tribus y ciuda-
razón de la esterilidad sirve para subrayar el emplea como imagen para referirse al fin del ra GrecIa, de la que forman parte también Tesa- des-estados griegas que tenían una lengua, una
mundo. Heb 1, 12: «Como un manto los enro- la, el Epiro, el Peloponeso y la costa Sudocci- cultura y una religIón común. En la época hele-
prodigio obrado por Dios en este tiempo de
1331 1332 1333 1334

nística se observa la tendencia a designar también llamados «temerosos de Dios» (cf. Hech 17, El adjetivo aparece además en Lc 23, 38 v.l. bución diaria de alimentos. En 9, 29 se dice
como «helenos» a los no griegos con lengua y 4), es decir, de gentiles que simpatizan con el en una inserción secundaria acerca de las tres que Pablo, en Jerusalén, «hablaba y disputaba
cultura griega (textos en Windisch, 502 nota 6). judaísmo, pero sin convertirse a él (cf., a pro- lenguas en que se había escrito el letrero fija- con los helenistas, pero ellos intentaban ma-
La LXX emplea "EA.Al]v para traducir el hebreo pósito, K. G. Kuhn, en ThWNT VI, 730-745).
yiiwiin o yewiinfm «<jonio», cf. Zac 9, 13; Dan 8,
do en lo alto de la cruz de Jesús (cf. Jn 19, tarle».
21; 10,20; 11,2). En 1 Mac 1, 10 Y passim se de- También Jn 7,35 «<¿Será acaso que quiere ir- 20). Lucas, en Hech 9, 29, entiende probable-
nomina «helenos» a los Seléucidas. Los griegos y se a la Diáspora entre los griegos y enseñarles mente por «helenistas» a los judíos de Jerusa-
los «bárbaros» seguían estando separados social a los griegos?»), se refiere al mundo gentil de lén que hablaban (únicamente) griego y que
y políticamente (cf. Hengel, luden, 77-93). Los lengua griega. La construcción de genitivo 'Ell1)ví,;, í,bo;, Í) Hellenis mujer griega, se diferenciaban de los judíos que hablaban
griegos, como clase superior dominante, evitaban «Diáspora de los helenos» indica el área geo- mujer gentil arameo como lengua materna. Según 6, 9 (cf.
en lo posible mezclarse con los despreciados gráfica (A. Schlatter, Der Evangelist Johan- ---> "EA.A1]v.
«bárbaros» (entre los que se contaban también 24, 12) estaban organizados en distintas sina-
los judíos, desde el punto de vista griego). Algu- nes, Stuttgart 1948, 198). No se piensa, por gogas según su país de origen. Así que los
nos pueblos «bárbaros» trataban de conseguir tanto, en los judíos de la Diáspora. El evange- «helenistas» que murmuran en Hech 6, 1 son
un aprecio cultural superior, afirmando que te- lista hace que los desconcertados judíos, sin 'Ell1)VUJ't"Í);, ou, Ó Hellenistes helenista*
los cristianos de la comunidad primitiva de
nían un origen común con los griegos (cf. 1 Mac sospecharlo, expresen lo que ha de ser más Bibl.: E. C. Blackman, The Hellenists of Acts VI, 1: Jerusalén que proceden de esos CÍrculos ju-
7,21; cf., a propósito, Hengel, luden, 81 y 161s). tarde la realidad: el evangelio se proclama a ET 48 (1936-37) 524s; H. J. Cadbury, The Hellenists,
díos. El neologismo 'EAA1]Vla"tr'¡~ podría deri-
Sobre el encuentro, lleno de tensiones e impor- en Beginnings Y, 59-74; O. Cullmann, Der johanneis-
los gentiles. che Kreis, Tübingen 1975, esp. 41-60; E. GraBer, Ac- varse de ÉA.A.1]vL~Elv: «hablar en griego». Tan
tante para el evangelio, entre el cristianismo y la
cultura helenística en la Palestina precristiana, cf. Pablo, como «apóstol de los gentiles» (cf. ta-Forschung seit 1960 (tercera parte): ThR 42 (1977) sólo más tarde el verbo adquirió un matiz pe-
Hengel. Gál 1, 16), «se debe por igual a griegos y a 1-68; F. Hahn, Das Verstandnis der Mission im NT yorativo: «adoptar un estilo de vida griego (=
bárbaros» (Rom 1, 14), pero, al referirse a los (WMANT 13), Neukirchen-Yluyn 21965; M. Hengel,
pagano»> (cf. Hengel, Jesus, 166s):
Die Ursprünge der christlichen Mission: NTS 18
2. En el NT, el significado fundamental de judíos y a los griegos, mantiene la preceden- (1971-1972) 15-38; Id., Zwischen lesus und Paulus.
"EAA1]V es griego. En algunos pasajes se es- cia del pueblo elegido en la historia de la sal- Die «Hellenistem>, die «Siebem> und Stephanus, en Se ha creído frecuentemente que era demasia-
cucha el significado de «gentil» (así aparece vación (cf. Rom 1, 16; 2, 9, pero en Col 3, 11 ZThK 72 (1975) 151-206; H. Kasting, Die Anfange do simplista la interpretación basada en las dife-
ya, sin ambigüedad alguna, en la época pos- no se mantiene tal precedencia). Pablo atribu- der urchristlichen Mission (BEvTh 55), München rencias lingüísticas (aunque propugnada ya por
ye a los griegos <<la búsqueda de la sabiduría»
1969, esp. 100-105; E. Larsson, Die Hellenisten und Crisóstomo, Hom 21 sobre Hech 9, 29 [PG 60,
terior al NT, cf. Jüthner, 146), especialmente die Urgemeinde: NTS 33 (1987) 205-225; C. F. D. 164]). Se sospechó, pues, que los «helenistas»
cuando <<judíos y helenos», como dos agrupa- (1 Cor 1,22; cf. Rom 1, 14) Y el conocimien- Moule, Once more, who are the Hellenists?: ET 70 eran cristianos gentiles (así piensa, por ejemplo,
ciones relevantes desde el punto de vista de la to de Dios (cf. Rom 1, 21). Sin embargo, co- (1958-1959) 100-102; G. Schneider, Stephanus, die Cadbury), prosélitos helenistas (así, por ejemplo,
historia de la salvación, designan a la totali- mo «pueblo de la sabiduría caída» (Windisch, Hellenisten und Samaria, en J. Kremer (ed.), Les Actes Blackman) o judíos palestinenses de procedencia
des Apotres (BEThL 48), Gembloux 1979, 215-240;
dad de los hombres (Hech 19, 10; 20, 21; 511) se hallan, lo mismo que los judíos, bajo heterodoxa (por ejemplo, esenios o samaritanos),
M. Simon, Sto Stephen and the Hellenist in the Primi-
Rom 1, 16; 2, 9s; 3, 9; 10, 12; 1 Cor 1, 24 y el juicio de Dios (cf. Rom 3, 9). En Cristo, las tive Church, London-New York 1958; N. Walter, Apos-
que se hallaban abiertos a influencias sincretistas
antiguas características de los judíos y de los telgeschichte 6, 1 und die Anfange der Urgemeinde in (así piensa Cullmann, quien cree ver una relación
passim). El «heleno» es (principalmente para
lerusalem: NTS 29 (1983) 370-393; H. Windisch, con el «círculo joánico»; Simon, 13 cree que te-
Lucas y Pablo) el representante más impor- griegos han quedado suprimidas en el nuevo nían tendencias «paganizan tes»). Sobre la histo- ,
"Et..t..l]v x"tt..., en ThWNT II (1935) 501-504, esp.
tante del mundo gentil (compárese Rom 3, 9 genus que es la Iglesia (cf. 1 Cor 12, 13; Gál 5088. Cf. más bibliografía en ThWNT X, 1076. ria de la interpretación, cf. Hengel, lesus, 160-
con 3, 29; y 9, 24 con 10, 12). Sin embargo, 3, 28). Por eso, Pablo puede escribir a los co- 169; GraBer, 17-23.
se puede hacer distinción también entre grie- rintios: «No seáis ocasión de tropiezo ni para 1. El término 'EA.A.1]Vl(J"tr'¡~, que no se ha-
gos y «bárbaros» (cf. Rom 1, 14; Col 3, 11). los judíos ni para los griegos ni para la co- lla atestiguado en el griego profano de la épo- 2. En Jerusalén vivían antiguos judíos de
Lucas presenta a Pablo dirigiendo la pala- munidad de Dios» (1 Cor 10, 32). Aquí se ca, no aparece en el NT sino en Hech 6, 1; 9, la Diáspora, que por motivos religiosos habí-
bra a <<judíos y griegos», refiriéndose así a la abre camino la división tripartita, que más tar- 29. En Hech 11,20 debe preferirse la variante an regresado a la ciudad «santa» (cf. la ins-
totalidad de los habitantes de las ciudades he- de será corriente, entre griegos (= paganos), textual "EAA1]VU~ (p74 A D Sine) a la lectura cripción griega de Teodoto de Ofel: cn 11 n.o
lenísticas (también de Siria y de Asia Menor) judíos y cristianos (cf. Harnack, Mission 1, 'EAA1]VLO"tá~ (B Db E Koiné), porque sólo así 1404; cf., a propósito, Hengel, Jesus, 184s).
(cf. Hech 11, 19.20 v.l. [---> 'EAA1]VLO"tr'¡~]; 14, 262ss). se logra el contraste intencionado con los Estos judíos conservaban su .lengua materna
1; 18,4; 19, 17). En Mc 7, 26, a la mujer que 'Io'U()uLOL (que también hablaban griego) del griega. Los partidarios de Jesús procedentes
J. Wanke
pide ayuda se la llama griega. La adición «si- v.19. La v.l. se explica por la asimilación de sus filas se unieron formando algo así co-
rofenicia de nacimiento» afirma su origen pa- ~osterior del significado de 'EA.A.1]vla"tr'¡~ a ---> mo una sinagoga (que celebraba el culto divi-
gano (cf. Hech 17, 12). Según Jn 12, 20, 'Ell1)Vtxó;, 3 Hellenikos griego* EAA1]V (= gentil) (textos en: Hengel, Jesus, no en su propia lengua griega). El Grupo de
«unos griegos que se encontraban entre los En Ap 9, 11 se habla del «ángel del abismo», 165). Según Hech 6, 1 los helenistas murmura- los Siete (Hech 6, 1-6), con Esteban al frente,
peregrinos que habían acudido para adorar en que EV "tñ EA.A.1]VlX.ñ (complétese: YAwaan), ron contra los «hebreos» (---> 'E~QULO~), por- podría considerarse tal vez como el gremio
la fiesta», quieren ver a Jesús. Se trata de los en griego, se llama 'AJtOAA.VWV (destructor). que sus viudas eran desatendidas en la distri- dirigente de esos cristianos helenistas. La
1335 1336 1337 1338

acusación contra Esteban (cf. Hech 6, l1.13s) «el pecado no se imputa», cuando no hay ley; Proelpizein (Ep 1, 12), en De la Torah au Messie. FS La frecuencia de la aparición no refleja en
H. Cazelles, Paris 1981,475-481; F. Kerstiens, Espe- absoluto la importancia del término en los co-
permite reconocer que los «helenistas», por cf., a propósito, G. Friedrich: ThLZ 77 (1952) ranza, en SM H, 792-803; B. Klappert, Die Eschato-
su actitud crítica ante la Torá de Moisés y an- 523-528; H. Schlier, Romerbrief (HThK), sub logie des Hebr (TEH 156), München 1969; O. Kuss, rrespondientes escritos. El compuesto aJtEA-
te el templo, entraron en conflicto con sus an- loco, donde se hace referencia como trasfon- Carta a los romanos, Barcelona 1976, 116-119; A. Lin- JtL~Ú) (Lc 6, 35) Y JtQoEAJtL~(j),.(Ef 1, 12) son
tiguos hermanos en la fe. Sospechamos que do a la idea judía de «contabilizar» los méri- demann, Die Aufhebung der Zeit. Geschichtsverstiind- hapax legomena. El grupo de palabras falta
nis und Eschatologie im Eph (StNT 12), Gütersloh por completo en Marcos, 2 Timoteo, Santia-
en su predicación entroncaban con tendencias tos y las trasgresiones «asentándolos en libros 1975; J. L. Morales, La esperanza como objeto y vir-
de la predicación de Jesús y las trasmitían en- de contabilidad celestiales». Flm 18: si Onési- tud en las dos cartas más antiguas de san Pablo (/.2
go, 2 Pedro, Judas y Apocalipsis.
tusiásticamente. mo ha perjudicado en algo a Filemón, éste de- Tesalonicenses), en La esperanza en la Biblia. XXX
Por eso, la persecución atestiguada en Hech be cargárselo a Pablo en su cuenta (EAA.óyU). Semana Bíblica Española, Madrid 1972, 131-167; 2. El contenido semántico de los cuatro
G. Nebe 'Hoffnung' bei Paulus, Góttingen 1983; E. términos se comprende suficientemente, si los
8, 1.4; 11, 19 iba dirigida principalmente con- ThWNT 11, 514s. Nauhliusler, Hoffnung, en LThK V, 416-418; M. Nico-
tra esos «helenistas» cristianos, no contra los lau, La esperanza en la Carta de los hebreos, en La
traducimos por esperanza, objeto de la espe-
«hebreos» de Jerusalén (que perseveraban esperanza en la Biblia, XXX Semana Bíblica Españo- ranza, o por esperar. Las preposiciones aJtó
la, Madrid 1972, 187-202; J. Piper, Hope as the Moti- y JtQó, que hacen de prefijos, pretenden de-
más en la observancia de la ley y en la asis- 'EA"Ux.bá~ Elmadam Elmadán* vation of Lave: / Peter 3:9-12: NTS 26 (1979-1980)
tenciá a los actos de culto del templo). Elos- terminar más concretamente cuál es la espe-
Nombre de persona en Lc 3, 28. 212-231; K. H. Rengstorff, fAJtl~ X-rA., en ThWNT H,
curo círculo de los «helenistas» es el «eslabón ranza.
520-525; H. Schlier, Über die Hoffnung, en Schlier n,
más importante, desde el punto de vista de la 135-145; Id., Nun aber bleiben diese Drei, Einsiedeln EAJtL~ y EA:n:L~m, juntamente con los com-
'influencia histórica', entre la predicación de 1971; G. Segalla, Gli Orizonti del/a Speranza in S. Pa- puestos, que sólo aparecen -cada uno de
iAní~ro e/pizo esperar ola: Studia Patavia'21 (1974) 5-27; Spicq, Notes, ellos- en un lugar, aJtEAJtLSú) (Lc 6, 35) Y
Jesús y la época pre-cristiana de Pablo» (J. -+ EAJtL~. Suppl 259-272; F. 1. Steinmetz, Protologische Heils-
Blank, Paulus und Jesus [StANT 18], Mün- JtQOEAJtt~ú) (Ef 1, 12), deben definirse princi-
Zuversicht. Die Strukturen des soteriologischen und
chen 1968, 247). De él brotaron los primeros christologischen Denkens im Kol und Eph (FTS 2), palmente como el acto o la actitud de la espe-
impulsos para la misión entre los samaritanos Frankfurt a. M. 1969; A. Vogtle, Das Neue Testament ranza. En Efesios, Colosenses, Hebreos y 1
(cf. Hech 8, 5ss) y entre los gentiles (cf. Hech
iAn,;, ,bo;, 'Í1 elpis esperanza, objeto de und die Zukunft des Kosmos, Düsseldorf 1970; H. Pedro, EA:n:L~ se emplea varias veces en el sen-
la esperanza* Weder, Hoffnung (H), en TRE XV, 484-491; K. M.
11, 19s). Además, a ese CÍrculo debe atribuir- tido de objeto de la esperanza (en Pablo, este
Woschitz, Elpis - Hoffnung. Geschichte, Philosophie,
aJtEAJtt~ú) apelpizo aguardar* sentido aparece únicamente en Gál 5, 5; posi-
se en parte considerable la versión al griego Exegese, Theologie eines Schlüsselbegriffs, Wien-
EA.Jtt~ú) elpizo esperar* Freiburg i. Br. 1979; H. Zimmermann, Das Bekenntnis blemente también en Rom 8, 24b). Sujeto de
de la tradición aramea acerca de Jesús.
JtQOEAJtt~ú) proelpizo esperar anticipada- der Hoffnung, (BBB 47), KOln 1977. Cf. más biblio- la esperanza son principalmente la comunidad
J. Wanke mente * grafía en ThWNT X, 1076-1078.
cristiana o los cristianos en particular y Pablo
1. Aparición del grupo de palabras en el NT - 2. en su actividad misionera. Los que esperan
1. El sustantivo EAJtL~ no aparece en los
'EAAl1VUJ't' Hellenisti (adverbio) en len- Contenido semántico y campo referencial - 3. Uso en son además: Cristo (Hech 2, 26), el pueblo de
los distintos escritos del NT. evangelios. Fuera de las Cartas paulinas, don-
gua griega* las doce tribus (Hech 26, 7), los judíos (Jn 5,
de aparece con mayor frecuencia es en Hechos
El adverbio, en los dos pasajes del NT en Bibl.: H. R. Balz, Heilsvertrauen und Welterfah- 45; Hech 24, 15), los gentiles (Mt 12, 21;
(8 veces). Vienen después Hebreos (5 veces);
que aparece, se refiere a la lengua griega. En rungo Strukturen der paulinischen Eschatologie nach Rom 15, 12), Abrahán (Rom 4, 18), los disCÍ-
Efesios, Colosenses, Tito, 1 Pedro (3 veces en
Rom 8, 18-39 (BEvTh 59), München 1971; G. Born- pulos de Emaús (Lc 24, 21), «las santas muje-
Jn 19,20 dícese de la inscripción puesta en la kamm, Die Hoffnung im Kol, en Bornkamm, Aufsdtze cada una de las cartas); 2 Tesalonicenses, 1 Ti-
cruz de Jesús ('thAO~), que «estaba escrita en moteo y 1 Juan (1 vez en cada una). En las res» (l Pe 3, 5), toda la creación (Rom 8, 20).
IV, 206-213; R. Bultmann, Die christliche Hoffnung
hebreo, latín y griego». En Hech 21,37, el tri- und das Problem der Entmythologisierung, en Bult- cartas paulinas (donde aparece 25 veces) se Mientras que la esperanza de todos éstos se
buno pregunta asombrado a Pablo: «¿Sabes mann, Glauben III, 81-90; Id., fAJtl~ )('1:1.,., en ThWNT halla Romanos en primer lugar (13 veces). dirige hacia objetos relevantes para la salva-
n, 515-520.525-531; Bultmann, Teología, 378s; F. de ción, vemos que los fines de los oyentes del
(ytvwa'XEL~) griego?». la Calle Flores, La esperanza de la creación según el
Vienen luego 1 Tesalonicenses (4); 1 Y 2 Co-
rintios (3 veces en cada una); Gálatas, Filipen- «discurso del llano» (Lc 6, 34s), de los due-
apóstol Pablo (Rom 8, 18-22), en La esperanza en la
Biblia. XXX Semana Bíblica Española, Madrid 1972, ses (1 vez en cada una). ños de la muchacha esclava (Hech 16, 19), de
iAAoyiro (iAAoyáro) ellogeo (ellogao) 169-186; Conzelmann, Theologie, 207-214; H. Con- El verbo EAJtt~ú) aparece esporádicamente los que iban en la nave (Hech 27, 20), de He-
cargar en cuenta, tomar en cuenta* zelmann, Hoffnung, en RGG III, 415-418; W. J. Dal- en los evangelios y en Hechos: Mateo (1 vez); rodes (Lc 23, 8), de Félix (Hech 24,26) Y del
ton, «So that your Faith may also be your Rape in que ara y trilla (1 Cor 9, 10) son de naturale-
El verbo es contracción de Ev A.óycp ("tltt'l1- God» (1 Peter 1, 21), en Reconciliation and Hope. FS Lucas (3); Juan (1); Hechos (2). Donde apare-
[.tL), «poner en cuenta», y es un tecnicismo del L. L. Morris, Grand Rapids 1974, 272-274; E. Gau- ce con mayor frecuencia es en Pablo (15 ve- za muy diversa. La esperanza se encamina ha-
lenguaje mercantil. La forma en -ám surgió gler, Der Epheserbrief (Auslegung neutestamentlicher ces), limitándose a Romanos (4); 1 Corintios cia la devolución de lo prestado (Lc 6, 34s),
Schriften 6), Zürich 1966, 65-71; E. GraBer, Der Glau- (3); 2 Corintios (5); Filipenses (2); Flm (1). hacia la ganancia de dinero (Hech 16, 19; 24,
en la Koiné por la fusión de los tipos de con- be im Hebr (Marburger Theologische Studien 2), Mar-
jugación en -ElV y en -aY (BlaB-Debrunner § Aparece, además, en 1 Timoteo (4); Hebreos 26), hacia la salvación del peligro de naufra-
burg 1965; A. Jankowski, L'espérance messianique
90). Rom 5, 13: á[.tUQ"tLU oV'X EA.A.OyEl"tat, d'/sra!!l se Ion la pensée pauliniemie, en partant de (1); 1 Pedro (2); 2 Juan (1); 3 Juan (1). gar (Hech 27, 20), hacia una señal de Jesús
1339 EA.:Tt¡~ 1340 1341 1342

(Lc 23, 8) Y hacia la obtención de cosecha está henchida de contenido en múltiples ma- quizás en contra de la seguridad que los pneu-
bería conducir a sus adversarios hasta Jesús,
después de arar y trillar (1 Cor 9, 10). Hay neras. Su objeto es la parusía de Jesucristo el máticos tenían en sí mismos y por la concien-
el Resucitado, para que le reconozcan como
Señor (1, 3.10), Cristo como la garantía del cia que posee de las tribulaciones del tiempo
que mencionar aquí también la esperanza de el Mesías (26, 6-8). Pablo declara a los diri-
futuro de los cristianos (1 Cor 15, 19), la pre- actual (8, 23ss). Sin embargo, no por tener la
un pronto encuentro (1 Tim 3, 14; 2 Jn 12; 3 gentes de los judíos en Roma que él está en-
servación o la salvación del juicio de la cóle- mirada dirigida hacia el futuro, pierde por eso
Jn 14). En dos pasajes se dice que los gentiles carcelado «a causa de la esperanza de Israel»
ra escatológica (1 Tes 5, 9; Rom 5, 9s), la de vista la salvación presente: «Porque en es-
están excluidos de la esperanza de salvación (28, 20). El autor de Hechos hace resaltar en
condición de hijos, «la redención de nuestro peranza ('tñ YUQ EAltLOL) hemos sido salva-
(Ef 2, 12; 1 Tes 4, 13). En un solo pasaje (l casi todos los pasajes que esa esperanza no es
cuerpo» (Rom 8, 23). Los cristianos aguardan dos» (8, 24a).
Cor 13, 7) se menciona una abstracción (el específicamente cristiana, sino que pertenece
también la <<justicia» (---> oLxawo'Úv'f] 3) co- Lo que se dice de los cristianos, a saber,
amor) como sujeto de la acción de esperar. por igual a parte de Israel (23, 8) o a todo Is-
mo el objeto de la esperanza (Gál 5, 5); una que viven en esperanza, se aplica también a la
En la gran mayoría de los pasajes la espe- rael (24, 15; 26, 7; 28, 20).
afirmación sorprendente, porque la justicia creación. Si fue sometida a lo perecedero, lo
ranza se relaciona con la salvación. Incluso en aparece en otros pasajes paulinos como un fue «en orden a la esperanza». La creación
ese contexto, la esperanza se contempla desde Según Pablo, Abrahán da ejemplo de ver- aguarda «la revelación de los hijos de Dios»
don salvífica del presente (cf. Rom 5, 1.9; 8,
diversas perspectivas. Hay enunciados que dadera esperanza. Esta se fundamenta en la (8, 19), pero aguarda también su propia libe-
30; Gá12, 16-21). Habrá que entenderla como
definen lo que la esperanza es por su esencia promesa divina y deja, por tanto, muy detrás ración «de la servidumbre de lo perecedero a
justicia definitiva y consumada o sencilla-
(Rom 8, 24s; cf. Heb 11, 1). Los contenidos de sí toda incertidumbre, atreviéndose a espe- la libertad de la gloria de los hijos de Dios»
mente como salvación final. La salvación es-
de la esperanza escatológica se exponen con rar contra toda esperanza (Rom 4, 18). La es- (8,21). Claro que la interpretación que se re-
perada consiste en la comunión de vida con
mucha amplitud y en gran variedad. Se habla peranza, por su misma naturaleza, se asocia
Cristo (1 Tes 5, 10). fiere al futuro de toda la creación es una in-
también incesantemente del fundamento de la con el no ver. «Pero la esperanza que ve (o:
En esta condición de la existencia cristiana, terpretación rechazada de diversas maneras.
esperanza de salvación, de sus notas caracte- «que es vista») no es esperanza» (Rom 8, 24;
el cristiano puede gloriarse incluso a causa de Lo que se dice de que la creación gime, servi-
rísticas más destacadas, de las reacciones que PAEltO¡.tÉV'f] puede interpretarse en sentido
las tribulaciones que le afectan, porque, en las ría únicamente para cerciorar a los elegidos
suscita en los que tienen esperanza, y de có- activo o en sentido pasivo). Por eso, el vivir
personas que están determinadas por la espe- de que han comenzado los dolores escatológi-
mo debe uno esforzarse en conseguirla. En las en esperanza exige aguardar pacientemente
ranza, las tribulaciones producen paciencia, y cos de parto y de que se ha aproximado ya su
(Rom 8, 25; 1 Tes 1,3) lo que no pertenece al
cartas paulinas la esperanza determina, ade- ésta produce a su vez carácter probado, del consumación (entendida en sentido exclusi-
mundo visible. Según 1 Tes 1,3; 5, 8, la espe-
más, la relación del apóstol con la comunidad. cual brota nueva esperanza (Rom 5, 3s). Así vo). En Rom 5, 12 Cristo es «objeto de espe-
ranza juntamente con la fe y el amor es carac-
como uno se gloría en virtud de la esperanza, ranza para toda la creación» (Kasemann, An
terística del ser de cristianos, y se enumera
3. Los Hechos emplean de manera teológi- así también uno debe gozarse en ella (12, 12). die Romer, 370; en sentido más restrictivo O.
como parte de la armadura cristiana. Cuando
camente importante los términos EAltL~ y Más aún, Pablo pide a Dios, que es un «Dios Michel, Romerbrief4 [KEK], 360: esperanza
Pablo, en 1 Cor 13, 13, afirma que la tríada
EAltL~{¡). Y, por cierto, lo hacen únicamente en de la esperanza», que llene a la comunidad de de los gentiles; en sentido presente hace su in-
fe-esperanza-amor permanecen, no quiere de-
discursos con matiz apologético. La esperan- todo gozo y de toda paz en la fe (15, 13). Pa- terpretación H. Schlier, Romerbrief [HThK],
cir que la esperanza siga existiendo también
za se dirige hacia la resurrección de los muer- blo quiere que la promesa de Dios produzca la 425: «Cristo ha colmado la esperanza de to-
en la consumación escatológica. Tal cosa difí-
tos y la promesa hecha a Israel en relación plenitud de gozo y de paz por medio de la fe, dos los hombres»).
cilmente sería posible para la fe y la esperan-
con el Mesías. David habla ya en el Sal 15 y que ese gozo y paz produzcan a su vez Además de la orientación específicamente
za. No, sino que lo que se dice, se aplica al
LXX de que la carne reposa «en virtud de la abundancia de gracia por el poder del Espíri- soteriológica de los términos de la esperanza,
presente: la tríada determina la existencia
esperanza», y atestigua de esta manera que tu Santo (de otra manera piensa E. Kasemann, Pablo usa EAltL~ y EAltL~{¡) de muy diversas
cristiana en el presente.
Jesús no puede ser retenido por la muerte La esperanza es propia del justificado. El 1n ~ie Romer l [HNT], 371, según el cual maneras. Principalmente la esperanza de Pa-
(Hech 2, 26). La afirmación de Pablo de que que se halla en la gracia, posee la esperanza EAltL~ en 15, 12 no permite olvidar «el objeti- blo se centra en las comunidades. La esperan-
él comparece ante el tribunal a causa de la es- vo cósmico de la redención». A los creyentes za es la actitud determinante de Pablo, cuando
de la gloria de Dios (Rom 5, 1s; cf. también 2
peranza en la resurrección de los muertos ori- se les ha dado el ejemplo de Cristo y el con- se trata de ser aceptado como apóstol por la
Tes 2, 16), que no defrauda porque se basa en
gina una división entre fariseos y saduceos suelo de la Escritura para que mantengan la comunidad de Corinto y de salir airoso ante
el amor que Dios nos ha mostrado ya (Rom 5,
(23, 6s). En las palabras de defensa que Pablo esperanza en el tiempo de la tentación (Rom ella. El espera que los corintios van a enten-
5), en la justificación y la reconciliación efec-
pronuncia ante Félix, afirma que la esperanza 1~, 4; de otra manera piensa Kasemann, An derle plenamente (2 Cor 1, 13); que él esté
tuadas por Dios por medio de Cristo (Rom 5,
en la resurrección de los justos y de los injus- dIe Romer, 367, según el cual la esperanza manifiesto ante los ojos de ellos como mani-
9s). Finalmente, la esperanza está sustentada
tos es motivo importante para su vida irrepro- «señala anticipadamente hacia lo que se dice fiesto se halla ante Dios (5, 11); que ellos re-
por la predestinación divina de los creyentes a
chable (24, 15s). La esperanza en la promesa en los vv. 7-13, a saber, hacia la unión escato- conozcan que él no ha sido descalificado (13,
la salvación, y adquiere con ello la máxima
hecha a los padres, la expectación mesiánica, lógi~a de la Iglesia integrada por judíos y 6). Pablo espera ser engrandecido aún más
seguridad posible (1 Tes 5, 9). El que no se
es la razón de que Pablo comparezca ante el gentIles»). Por otro lado, Pablo acentúa que ante ellos y poder predicar el evangelio más
cuenta entre ellos, no tiene esperanza (4, 13).
tribunal. A su vez, la fe en la resurrección de- se ha de producir aún la parusía. Y lo hace allá de Corinto (10, 15s). Pero espera también
Tal esperanza en la salvación venidera (5, 9)
1343 1344 1345 1346

que los corintios entiendan los padecimientos espacial de pensar» (E. Lohse, Die Briefe an eterna prometida por Dios (Tit 1, 2). Algunas orden de Melquisedec, así también la comuni-
de ellos como padecimientos de Cristo y que die Kolosser und an Philemon [KEK], 48). veces la esperanza se dirige hacia Dios mis- dad alcanzará esa misma meta (6, 20). En 10,
de esta manera experimenten consuelo, como También Efesios, cuando habla extensa- mo. Y, así, el esfuerzo y la lucha de los cris- 23, la esperanza se define expresamente por
lo experimentó él mismo (1, 7). Su esperanza mente de la esperanza, la entiende como el tianos se basa en la esperanza en el Dios vivo, medio de la institución de Jesús como Sumo
se siente sorprendida por la buena disposición objeto que se espera (Ef 1, 18). Cuando se de- cuya voluntad de salvar es universal y se apli- Sacerdote. La confesión de fe en Jesús, el Su-
de las comunidades de Macedonia (8, 5). La signa a la esperanza como EA.:lti~ 'tfí~ x.A.~­ ca especialmente a los que creen (1 Tim 4, mo Sacerdote, es «al mismo tiempo la confe-
comunidad de Tesalónica será su esperanza, OEo)~ (1, 18; 4, 4), quiere ello decir que la es- 10). Se reconoce precisamente a una auténtica sión de fe en nuestra esperanza» (Zimmer-
juntamente con otras comunidades, cuando se peranza se halla unida de manera sumamente viuda por el hecho de que, en su situación, de- mann, 208). Esta confesión «se denomina
produzca el retorno de Cristo (1 Tes 2, 19). íntima con la aceptación del evangelio y con posita su confianza en Dios (1 Tim 5, 5). Y, fi- precisamente 'confesión de fe en la esperan-
La esperanza en Dios llena al apóstol en re- el ingreso en la comunidad. Tan sólo en el nalmente, Timoteo debe advertir a los ricos za' , porque la confesión de fe en Jesús, el Su-
lación con su ministerio apostólico. El espera ámbito de la comunidad es posible la esperan- que no pongan su esperanza en las inseguras mo Sacerdote, incluye en sí la promesa garan-
que Dios, que le salvó de la muerte, le siga za. Esta esperanza se precisa más concreta- riquezas; en vez de eso, deben dirigir su espe- tizada por Dios de recorrer juntamente con
sálvando en adelante (2 Cor 1, 10); él espera, mente de dos maneras. Por su contenido, es ranza hacia Dios, el cual nos da abundante- Jesús el camino seguido por su sumo sacerdo-
finalmente, que su ministerio del Espíritu (3, «la riqueza de la gloria de su herencia entre mente todas las cosas para que las disfrute- cio» (Zimmermann, 216).
8) Y de la justicia (3, 9) ha de producir doxa los santos» (1, 18): la doxa consumada en la mos (1 Tim 6, 17).
En la Carta primera de Pedro la esperanza
en abundancia (3, lIs). Según Flp 1, 20, el comunión con los ángeles, una gloria que to-
Hebreos da mucho realce a la EA.:ltL~. La se halla también en el centro de la existencia
apóstol espera que él no ha de verse avergon- davía se espera (¿ o «se refiere aquí la Carta a condición para que la comunidad pueda ser la cristiana. Cuando se dice que los cristianos
zado en nada. Tal cosa queda excluida por el los efesios a la pertenencia a la comunidad casa de Cristo (o de Dios) es que se mantenga deben estar siempre dispuestos M dar res-
hecho de que Cristo, con toda notoriedad, es cristiana concreta»? Entonces, la comunidad
firme en la confianza y en la gloria de la es- puesta a todo el que os pida razón de la espe-
glorificado también ahora en la suerte que co- «está absolutamente segura de la consuma-
peranza (Heb 3, 6). Si se compara a la espe- ranza que lleváis en vosotros» o «que hay en-
rra el cuerpo de Pablo, bien sea por su vida o ción, y por eso puede hablar palabras de tanta
ranza con el antiguo orden de la ley, entonces tre vosotros» (l Pe 3, 15), entonces vemos
bien sea por su muerte. confianza», J. Ernst, Epheserbrief [RNT],
se ve que la leyes débil e inútil, mientras que que la EA.:ltL~ es el factor decisivo del ser de
La esperanza se extiende, finalmente, a la 288s). Esta esperanza tiene su razón de ser en
el nuevo orden proporciona la esperanza me- los cristianos. También las «santas mujeres»
realización de los planes de viaje (1 Cor 16,7; la extraordinaria grandeza del poder de Dios,
jor, porque concede acceso a Dios (7, 18s). (3, 5) son caracterizadas concretamente como
Flp 2, 19.23; Flm 22), de tal manera que el que se muestra a los creyentes (1, 19), lo mis-
Por este motivo, además del servicio vigoroso «las que esperan en Dios».
hacer planes no significa tan sólo una activi- mo que se ha mostrado en Cristo (1, 20-23).
y activo en favor de los demás, debemos estar En la eulogia del capítulo primero se hace
dad humana, sino que es algo que se realiza Para el autor de Efesios, esta situación de ser
solícitos para completar la esperanza hasta el una extensa descripción del objeto de la espe-
también «en la conciencia de su unión viva llamados a esta esperanza única de su voca-
fin (6, 11). Esto puede significar que hay que ranza que aguarda a los cristianos (1, 3-9).
con Jesús el Señor» (J. Gnilka, Philipperbrief ción es un motivo apropiado para exhortar a
mantenerse aferrado a la plena convicción de Ellos han nacido de nuevo a una esperanza vi-
[HThK], 157). la conservación de la unidad en la comunidad
la esperanza hasta el fin (A. Strobel, Hebriier- va, que está garantizada y que no engaña, por-
(4,4).
En contraste con las cartas paulinas auténti- brief [NTD], 140), o bien que hay que esfor- que se funda en la resurrección de Jesucristo
cas, Colosenses habla únicamente de la spes Según las Pastorales, Cristo Jesús es el zarse hasta conseguir la plenitud de lo que es de entre los muertos (v. 3). Se concreta más,
quae speratur, del objeto de la esperanza. Se contenido de la esperanza de los cristianos (1 objeto y meta final de la esperanza (O. Kuss, diciendo que esa esperanza es una herencia
guarda en el cielo, aparece como contenido del Tim 1, 1). La esperanza de los cristianos se Carta a los hebreos, Barcelona 1977, 120). imperecedera, incontaminada e inmarchita-
evangelio y determina a la comunidad para la orienta hacia la parusía de Cristo; ellos aguar- En virtud de la promesa de Dios y del jura- ble, que está reservada en el cielo (v. 4). Dios
fe y para el amor activo (Col 1, 4s). La condi- dan «la manifestación de la gloria del gran mento que la confirma -dos cosas que son in- mismo protege con su poder a los cristianos
ción para la salvación es que la comunidad no Dios y Salvador nuestro Jesucristo» (Tit 2, mutables-los cristianos tienen firme confian- -aunque lo hace por medio de la fe- para la
se deje apartar de la esperanza del evangelio 13; cf. 2 Tim 4, 8). Su conducta actual está za para aferrarse a la esperanza que se ha salvación (otra definición de la esperanza),
(1, 23). En concreto, la Carta a los colosenses determinada también por este hecho. Para el puesto delante de ellos (Heb 6, 18). Como an- que está preparada y que se revelará en los úl-
entiende al Cristo predicado como la esperanza futuro esperan la herencia de la vida eterna, cla del alma, ancla firme y segura, la esperan- timos tiempos (v. 5). Ante tal esperanza, los
de la gloria (1, 27), como aquel que, según 3, porque, justificados por gracia en virtud del za les confiere estabilidad. Cuando se dice cristianos prorrumpirán algún día en júbilo
1-4, está sentado en lo alto a la derecha de baño de la regeneración y de la renovación que el ancla penetra hasta dentro del velo (6, escatológico, aunque todavía se hallen afligi-
Dios. En su revelación, los que creen en él se por el Espíritu, que Dios ha derramado abun- 19), esto quiere decir que llega hasta la mora- dos por algunas tentaciones (v. 6). Si confie-
manifestarán también en gloria juntamente con dantemente por medio de Jesucristo, son «he- da misma de Dios, y que se ha asido firme- san en la fe que Dios resucitó a Cristo de en-
él. «El concepto de EA.:ltL~ se ha trasladado así rederos según la esperanza de la vida eterna» mente al mundo de la eternidad. Así como Je- tre los muertos y lo glorificó, entonces esa fe
de una comprensión temporal y escatológica a (Tit 3, 5-7). La actividad misma del apóstol sús nos precedió ya y entró en ese lugar, en se convierte en la esperanza de que a ellos se
una concepción determinada por una manera está determinada por esta esperanza de la vida calidad de Precursor y de Sacerdote según el les ha de conceder también lo mismo (1, 21).
1347 1348 1349 EAWL - E¡W1J1:0íJ 1350

Pero se los exhorta al mismo tiempo para que bre AI,AVlla~, que casi coincide con Elimas, 2. En la cuestión acerca de cuál es la for- EJ.tUll'toií, íí~ emautou de mí mismo*
se ciñan los lomos (de sus mentes) y sean so- se halla atestiguado en Diodoro Sículo XX ma original de esta oración en forma de ex-
clamación, las opiniones son divergentes (cf. 1. Aparición y frecuencia en el NT - 2. E~lam;oü
brios a fin de aguardar con toda esperanza la 17, 1; 18,3 como nombre de un rey libio. como complemento directo con verbos - 3. Con pre-
salvación que se describe en 1, 13 como «gra- Gnilka, 295s). La respuesta dependerá de lo posiciones - 4. E~U1n:OÜ como genitivo posesivo con
cia» que ha de serles dada en la revelación de independiente que sea Mc 15, 35s (confusión sustantivos - 5. Como pronombre que se refiere al su-
Jesucristo. EI...OOt eli5i ¡Dios mío!* con el nombre de Elías). Frente a Mc 15, 34, jeto de la oración principal.
I...EJ.tU lema ¿por qué?* la variante de Mateo acentúa la confusión con
Bibl.: BlaB-Debrunner § 64, 1; 283; 284, 2; Küh-
En la Carta primera de Juan 3, 3 la espe- O'u~UX{tUVt sabachthani me has abando- el nombre de Elías, por la forma l]AL, que es ner, Grammatik 1/1 § 168; Mayser, Grammatik 11/1,
ranza se dirige hacia Jesús, que ha de venir de nado* más parecida al nombre de Elías. La versión 65-72 (§ 15).
nuevo. Así como él se ha de manifestar como de Mateo y la variante textual de D pueden
el Resucitado, así también los cristianos han 1. Aparición de los términos y variantes de los mis- 1. El pronombre reflexivo de primera per-
mos - 2. Forma original y cuestión de la autenticidad - entenderse como aclaración o como adapta-
de participar de su gloria. El fundamento de ción al TM. Por eso, la cuestión no consiste sona Gunto a la forma de genitivo se estudian
3. Significación teológica.
todo ello se ha puesto ya en su condición de tanto en saber si Mateo o Marcos o ambos -en también aquí las formas de dativo y de acusa-
hijos de Dios. Bibl.: J. Blinzler, Der ProzejJ Jesu, Regensburg el testimonio de D- son más originales, sino tivo) aparece en el NT un total de 37 veces,
Los dos compuestos um,AJtt~ffi y JtQo- 41969; Th. Boman, Das letzte Wort Jesu: StTh 17 sorprendentemente de manera casi exclusiva
(1963) 103-119; H, Gese, Psalm 22 und das NT: ZThK
si la versión de Marcos, que probablemente es
EAJtt~ffi introducen variaciones ligeras en el la primaria en la tradición textual de que dis- en el evangelio de Juan (16 veces) y en Pablo
65 (1968) 1-22; J. Gnilka, "Mein Gott, mein Gott, wa-
significado del verbo simple. La renuncia a es- rum has du mich verlassen» (Mk 15, 34 par.): BZ 3 ponemos, no sólo representa la traducción (14 veces en las cartas indiscutidas); aparece
perar la devolución de lo que se ha prestado (1959) 294-297; A. Guillaume, Mt 27, 46 in the Light aramea del clamor de Jesús en la cruz, sino si también en LucaslHechos (6 veces) y en Mt
(UJtEAJtt~ffi, Lc 6, 35) contiene en sí la prome- ofthe Dead See Scrolls: PEQ 83 (1951) 78-81; R. H. es además la auténtica. Puesto que se trata de 8, 9 (par. Lc 7, 8). Dado el uso frecuente de
sa escatológica de ser hijos de Dios. La defini- Gundry, The Use of the OT in Sto Matthew's Gospel
una palabra de la Escritura, es concebible que los pronombres en el griego helenístico, es
(NovTS 18), Leiden 1967,63-66; Jeremias, Teología,
ción del sentido de JtQOEAJtt~ffi (Ef 1, 12) de- 17; R. Pesch, Das Markusevangelium n (HThK), Frei- Jesús pronunciara la versión hebrea. En este notable el poco uso que se hace del pronom-
penderá de que el «nosotros» se entienda burg i. Br, 1977, 494-496; M. Rehm, Eli, Eli, lamma caso, se explica mejor que los circunstantes bre reflexivo en el NT. El pronombre reflexi-
como referido a los judeocristianos a los° sabatchani: BZ 2 (1958) 275-278; H. Schützeichel,
Der Todesschrei Jesu. Bemerkungen zu einer Theolo-
confundan el nombre de Dios con el nombre vo se emplea casi exclusivamente como obje-
cristianos en general. En el primer caso, en el del profeta (Pesch, 495 piensa en una «distor- to que sigue inmediatamente al verbo (--+ 2), Y
gie des Kreuzes: TThZ 83 (1974) 1-16; D. P. Senior,
prefijo JtQo- se halla implícita la idea de «an- sión malintencionada»). Ahora bien, la ver- en todos los demás casos -exceptuadas las
The Passion Narrative according to Matthew. A Re-
tes de los gentiles» o incluso «antes ya de la dactional Study (BEThL 39), Louvain 1975,295-297. sión aramea es, por lo menos, pre-marquina. frases preposicionales (--+ 3)- su uso se aban-
manifestación de Cristo» (cf. Bauer, Wiirter- No es posible afirmar con seguridad suprema dona casi por completo.
buch, 1398); en el segundo caso, «el JtQo- se 1. EAffiL, EAffiL, AElla oa~ax{}avL (<<¡Dios cuál es la forma original ni decidir sobre la
refiere al presente en relación con la consuma- mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandona- autenticidad de las palabras. 2. Ella'U'tOv sigue inmediatamente al ver-
ción escatológica» (Bultmann, EAJtt~, 531). do?») se halla en Mc 15,34 como una excla- bo: Jn 8, 54; 14,21; 17, 19; Hech 20, 24; 26,
B. Mayer mación lanzada por Jesús inmediatamente an- 3. La exclamación de Jesús puede enten- 2.9; Rom 11,4; 2 Cor 2,1; 11,7; Ella'U'tOv se
tes de su muerte. Es la traducción aramea derse como respuesta a la blasfemia escucha- halla en otro lugar delante del verbo: Lc 7, 7;
(transcrita) del hemistiquio del Sal 22, 2a. El da precedentemente. Parece confirmar lo que 1 Cor 4,3.4; 9, 19; 2 Cor 11,9; Gá12, 18; Flp
'EI...Ú"U1~, U Elymas Elimas* paralelo de Mt 27, 46, dependiente de Mc 15, piensan los escarnecedores que se hallan cer- 3,13.
Nombre del mago judío de Chipre que se 34, ofrece la forma mixta hebraico-aramea: ca de la cruz: el Dios de Jesús le ha abando-
menciona en Hech 13, 8, Yque según 13,6 se HAL, l]AL, AElla (j'a~ax{}avL. El testimonio tex- nado. No podemos negar que esas palabras 3. Tan sólo en el cuarto evangelio encon-
llamaba también Barjesús. El libro de Hechos tual D muestra en Mc 15,34 par. Mt 27, 46 la expresan una profunda carga de abandono hu- tramos las frases preposicionales uJt' Ella'U-
(13, 8b) da la impresión de que ambos nom- variante HAL, l]AL, Aalla ~acp{}avL, que se mano y de padecimientos. Pero en el hecho de 'tOi}, por mí mismo: Jn 5,30; 7,17.28; 8, 28.
bres significan lo mismo (Bauer, Wiirterbuch, conforma al texto hebreo (sobre esta correc- que, en su abandono, Jesús «recurra a Aquel 42; 10, 18 (por mí mismo, voluntariamente);
s.v.). Pero no debe excluirse que Lucas en- ción erudita cf. Dalman, Worte, 42s). Los dos de quien se siente abandonado» (Schützeichel, 14, 10, y E~ Ella'U'tov, de mí mismo: 12, 49.
tienda Ó Ilayo~ como la interpretación del sinópticos hacen que la cita del salmo vaya 8), revela a Dios como el interlocutor del En estas expresiones el Jesús joánico habla de
nombre de Elimas (E. Haenchen, Apostelge- seguida inmediatamente por la traducción hombre, siempre dispuesto a escucharle. Por sí mismo, sobre todo en enunciados negativos
schichte7 [KEK], 383s). Esta última opinión griega, cuyas variantes difieren ligeramente de eso, como eco de ese «¡Dios mío!», pronun- (5, 30; 7, 28; 8, 28.42; 12, 49; 14, 10); cf. J.
encuentra un posible apoyo en la explicación la versión de la LXX. Fuera del canon bíblico ciado en la hora más oscura, brota luego en Blank, Krisis, Freiburg 1964, 112-114. «Lo
de L. Yaure: JBL 79 (1960) 297-314 de que es digna de tenerse en cuenta la variante lj perfecta consonancia la confesión del centu- de OV% uJt' Ella'U'tOv designa ... el ser y la
rión: «¡Verdaderamente este hombre era el
Elimas se deriva del arameo J:tlm', «intérprete Mvallt~ 1l0'U, lj (')'úvallt~ (1l0'U), %a'tÉAEL'l!a~ esencia de Jesús en el sentido más amplio ...
Hijo de Dios!» (Mc 15,39). Por medio de Jesús y en Jesús es Dios quien
de sueños, mago». Sobre la forma del nombre IlE, «¡Fuerza mía, fuerza mía, tú me has aban-
en D ('EtoLlla~) cf. GNTCom 402s. El nom- donado!» (EvPe 19). F. G. UntergaBmair actúa» (ibid. 113).
1352 1353 1354
1351

(como en 1 Clem 19, 3). Tan sólo en Mt 6,26 329s, 344s, 348, 492-495; W. Rothfuchs, Die Erfül-
Otras frases preposicionales son: d~ f[1U1J- cf. Schulz, Q, 158, quien cree que Mt 10, 28 lungsZllate des Matthiiusevangelium (BWANT 88)
(<<¡mirad las aves del cielo!») podría hablarse
'tóv, 1 Cor 4,6 (en lugar de d~ f[1É, a m{), l'tE- es la lectura original (<< ... destruir el alma y el Stuttgart 1969, especialmente 33s, 57-60. '
de sentido figurado. En Mt 6,26 Y Hech 1, 11
Ql, f[1U1J'tOV, acerca de mí, Jn 5, 31; 8, 14.18; cuerpo en el infierno»).
(sobre la cr!tica textual de estos pasajes cf.
Hech 24, 10 ('ta l'tEQI, f[1U1J'tOV), l'tQo~ f[1U1J- 1. 'E[l[laV01J~A, en Is 7, 14 LXX es la trans-
GNTCom), Efl~Ml'tw se construye con d~; en cripción de las palabras hebreas 'i'rnmiiníi 'el
'tóv, hacia mí, Jn 12, 32; 14, 3; Flm 13 (con- E",~á~'tro embapto meter, mojar, sumergir* Mt 19, 26 Y Hech 22, 11 el verbo aparece en «Dios (es/sea) con nosotros». Se trata ante tod~
migo), Úl't' f[1U1J'tÓV, bajo mi mando, Mt 8, 9 En Mc 14,20 par. Mt 26, 23 (par. Jn 13,26 sentido absoluto. Marcos muestra una relativa de una exclamación de confianza (cf. Sal 46,
par. Lc 7,8, Úl'tfQ E[1U1J'tOV (en lugar de l'tEQI, p" Koiné A D W etc.) dícese de la acción de predilección por el verbo: 8, 25; 10, 21.27; 8:12), que posiblemente formaba parte de la litur-
E[1U1J 'tOV ; BlaB-Debrunner § 231, 1), 2 Cor 14, 67. En Mt 6, 26 aparece el verbo ffl~M­ ~Ia del templo de Jerusalén (H. Wildberger, Jesa-
meter (la mano, así Mateo) en el plato ('tQ'Ú-
12,5. ~ALOV). Mc 14,20 tiene la forma de voz me- l'tW a diferencia de Lc 19,26 par. Mc 10,27. Ja I [BK], 293 Y 332s; cf., por lo demás, H. D.
Otros testimonios del verbo: Lc 20, 17 a dife- PreuB, en DTAT I 484-498; D. Vetter, Jahwes Mit-
dia Ó Efl~Ul't'tÓflEVO~ flE't' EflOV, «el que con- Sein - ein Ausdruck des Segens, Stuttgart 1971).
4. E[1U1J'tOi'í aparece como genitivo posesi- rencia de Mc; 22, 61 a diferencia de MC' Jn 1
migo moja (para sí)>>; quiere decirse: el que El profeta Isaí~s cita esa exclamación en 8, 10; Y
vo con un sustantivo en 1 Cor 10, 33: [1i] 36.42; Hech 1, 11 (A C Koiné D); 22, 1'1. '
moja lo que tiene en la mano. En el marco del e~ una d~t~rmmada situación histórica (la guerra
tljT<ÚV 't0 EflU1J'tOV O'Úfl<POQov, «no buscan-
anuncio que Jesús hace de la traición, Mc 14, SIro-efraimita ¿734/733?) la emplea como «nom-
do mi propio beneficio», a diferencia de 'to
20c introduce una variación en la alusión al br~ con un significado» en un mensaje dirigido a
'tWV l'tOAAWV (<<el [beneficio] de muchos»); E"'~Qt",áo",at (E"'~Qt",Óo",at) embri- Aja.z (7, ~4): Dentro de poco una mujer joven (¿la
Sal 40, 10 (hecha en el anterior v. 18) «al te- maomai (embrimoomai) estar furioso, in-
BlaB-Debrunner § 283, 4. mUjer misma de.1 rey?; así piensa Wildberger,
ner en cuenta la situación de la cena pascual, crepar, reñir* 2?Os, donde se dIscuten también otras identifica-
5. En 1 Cor 7, 7 Pablo desea que todas las cuando se come el primer plato, momento en El verbo se halla atestiguado en el sentido CIOnes) dará a luz un hijo y le llamará «Dios-con-
personas fueran w~ xul, EflU1J'tóv, como yo que los que participan mojan en la fuente las de estar furioso o, en general, como manifes- nosotro~»: una señal del juicio sobre Ajaz, falto
(soy), a saber, como personas que viven céli- hierbas verdes que se han servido ante ellos» tación de disgusto; Bauer, Worterbuch, s. v. de confianza, y al mismo tiempo una señal de la
bes (ayu¡,to~, v. 8). Aparece aquí el reflexivo, (R. Pesch, Markus [HThk], 350); cf. Biller- Sobre las dos formas en que aparece el verbo permanente fidelidad de Dios a la «casa de Da-
beck IV, 63-67. cf. BlaB-Debrunner § 90. Con dativo de per- vid» (Wi~d~erger, 288-300; opina, en parte, de
porque se hace referencia al sujeto de la ora-
manera dIstmta PreuB, 498-501). - No se sabe si
ción principal (el sujeto de itÉAW). EflU1J'tÓV sona significa reñir: Mt 9 30' Mc 1 43' 14 5 ~s 7, ,14 fue entendido en sentido mesiánico por el
se halla en acusativo al ser atraído por l'táv- E",~a'tEúro embateuo entrar* En Jn 11, 38: f¡,t~QlflÓJfl~VO~ EV É~1J't~, dis~ judaIsmo (Billerbeck 1, 75; Braun, Qumran 1, 8).
'tU~ (H. Conzelmann, Der erste Brief an die
Korinther [KEK], sub loco).
a
Col 2, 18: ÉÓQUXEV Efl~U'tE'ÚWV debe tra- gustarse profundamente, irritarse; en el mis-
ducirse por lo que él vio al entrar; E. Schwei- mo sentido (de una excitación «interior» de 2. Mateo (1, 23) insertó en 1, 23 la «cita
G. Schneider zer, La Carta a los colosenses, Salamanca Jesús) en 11, 33: fVE~Qlfl~OU'tO 't0 l'tVE'ÚflU- de cumplimiento» (Rothfuchs), tomada de Is
1987, 139s. Aquí no se piensa seguramente 'tl; cf. J. Beutler: NTS 25 (1978-1979) 40-44. 7, 14, en el relato que se le había trasmitido
en una iniciación mistérica (cf. Bauer, Wor- C. 1. K. Story,. The Mental Attitude of Jesus at a~erca de la generación divina del Hijo de
E",~aí.vro embaino subir (a)* Bethany: John 11, 33.38: NTS 37 (1991) 51-
terbuch, s. v. 4; Th WNT 11, 531-533), sino DIOS (1, 18-21.24-25; --+ l'tuQ{}Évo~). De esta
El verbo aparece únicamente en los evange- más bien en una experiencia visionaria, en la 66.
manera, Mateo no pretende convencer a los
lios (en Mateo 5 veces, en Marcos 5, en Lucas
que los colosenses experimentaron la entra- judíos de que el que ha nacido es el Mesías
3, en Juan 3). Dícese de la acción de subir a E",Éro eme o vomitar*
da en el santuario celestial. Th WNT X, 1078 (tal cosa difícilmente habría podido probarla
bordo de una nave (l'tAOLOV): Mc 4, 1; 5, 18; Ap 3, 16, en sentido figurado: «Te vomitaré
(bibliografía). S. Eitrem, EMBATEYQ. No- el pasaje de Isaías, --+ 1), sino que lo que pre-
6,45; 8, 10.13; Mt 8, 23; 9, 1; 13,2; 14,22; de mI. b oca». Cf. TestAs 7, 2 (despreciado co-
te sur Col. 2, 18: STh 2 (1948, aparecido en tende es hacer que su comunidad vea clara-
15,39; Lc 5, 3; 8, 22.37; Jn 6,17; 21, 3; o de mo el agua mala).
1949-1950),90-94. mente que la historia de Jesús está anclada en
barcas (l'tAOLáQlU): Jn 6, 24. El verbo Efl-
el plan de Dios para la salvación, y que fue
~utvw aparece también en las variantes tex-
E",,,,aí.vo,,,at emmainomai enfurecerse* anunciada anticipadamente por los profetas
tuales especiales: Mt 14, 32 (C Koiné etc., E",~t~á~ro embibazo hacer subir a bordo*
17En Hech 26, 11 (como en J osefo, Ant XVII, del AT; con esto, el AT -como libro «cristia-
l'tAOLOV); Jn 5, 4 (A C 3 K etc., dícese de la ac- Hech 27, 6: EVE~t~UOEV 'lÍfla~, él (el centu- no»- interpreta la historia de Jesús.
ción de meterse en el agua); 6, 22 (Sin* K e rión) nos hizo subir a bordo, literalmente: 4 con dativo) Pablo habla de su pasado co-
etc., l'tAOLáQLOV); Hech 21, 6 (B E pc, «nos hizo subir (a la nave)>> (aoristo primero). mo perseguidor: «locamente enfurecido con-
tra ellos». , En vez de «ella (la madre del niño) le llama-
l'tAOLOV). ra ... » (Is 7, 14 TM; la LXX traduce: «le llama-
rás .. ;»), Mateo escribe: <<le llamarán (= se le lla-
E",~AÉ~ro emblepo mirar, dirigir la mirada* 'E "''''avo''....' AEmmanouel Enmanuel* mara) ... ». No es una manera encubierta de decir
E",~áAAro emballo arrojar* El verbo aparece 12 veces en el NT, todas que Dios es quien impone el nombre (como pien-
Bibl.,' L . Lange, Das E
ne' rsehemen
' des Auferstande- san ~Igunos exegetas). Parece, más bien, que Ma-
Lc 12, 5: «aquel que tiene poder para arro- ellas en los evangelios y en Hechos, y todas
n 1m Ev. naeh Mt (FzB 11), Würzburg 1973, esp. teo tiene en cuenta la circunstancia de que el Hi-
jar al infierno» (f¡,t~UAdv d~ 'ti]v yÉEVVUV); ellas en sentido literal, no en sentido figurado
1355 'E¡,t¡,tavoui¡A - 'E¡,t¡,taou~ 1356 1357 1358

jo no recibe en absoluto el nombre de Enmanuel, Julio Africano, que tenía amistad con Oríge- le había sido trasmitida, con su capítulo de 1. El pronombre posesivo de primera persona
sino que -de acuerdo con las instrucciones del nes, la ciudad recibió hacia el año 223 p.C. el Pascua, que se concentra en Jerusalén. Esta del singular se cuenta, juntamente con aó~, 'Í]¡,tÉ-
ángel (1, 21)- es llamado Jesús. nombre de Nicópolis (los testimonios en ciudad tiene significado teológico para Lucas 'tEQO~, Ú¡,tÉ'tEQO~, acpÉ'tEQo~, entre los elementos
Kopp, 446 nota 120). En tiempo de los ára- como el lugar donde se completa el camino de más antiguos de la lengua griega. Hasta el co-
Enmanuel sigue siendo un «nombre con sig- bes, el lugar se llamó 'Amwas. Los dominicos mienzo de la época helenística sirve -juntamente
Jesús y donde se inicia la misión cristiana. El con los posesivos mencionados- «para la expre-
nificado», como nos lo da a conocer expresa- de la Eco1e Biblique de Jerusalén excavaron motivo de la partida o del regreso de los «dis-
mente la traducción del v. 23c: «entenderán» sión pronominal ordinaria de la relación de pose-
en 'Amwas, durante los años 1924 a 1930, una cípulos de Emaús» subordina una antigua his- sión» (Schwyzer, 200). Pero, con el trascurso del
(es decir, la comunidad cristiana entenderá) a basílica de tres naves que se alzaba sobre los toria pascual a la intención del evangelista, tiempo, junto a los pronombres propiamente po-
Jesús como el «Salvador» (v. 21b), como cimientos de una villa de la época romana tar- que quiere vincular con Jerusalén el kerygma sesivos, se va empleando cada vez más el geniti-
Aquel en quien Dios se ha mostrado como el día (cf. L.-H. Vincent-F.-M. Abel, Emmaüs, de Pascua (cf. Lc 24, 34; cf. Wanke, 116-122). vo de los pronombres personales (¡,tou, oo'\),
«Dios-con-nosotros». Esto lo recordará el lec- sa basilique et son histoire, Paris 1932). Los etc.). Encontramos, además, circunlocuciones con
tor al final del libro (Mt 28, 20b): entonces el J. Wanke JtQoai¡xúlv, ÚJtÚQ')(úlV y otros. Luego en la Koi-
hallazgos arqueológicos confirman única- né, y con ello también en el NT, fue ésta la mane-
Hijo resucitado dice, a su vez, a la comunidad: mente la temprana existencia de una comuni- ra corriente de expresar la relación de posesión
«Yo estoy con vosotros ... ». De esta manera, la dad cristiana en Nicópolis. E""ÉVro emmeno quedarse (en), perseve- -como lo había sido ya en los LXX-, pero sin
confesión de fe «él es el Dios-con-nosotros» y Por su mayor cercanía a Jerusalén, el lugar rar (en)* que por ello quedaran desplazados por completo
la promesa «Yo estoy con vosotros ... » son al- denominado el-Qubeibeh (a 11 km al Oeste de Pablo se quedó dos años Ev L<Hq> ¡lLo'frW- los adjetivos posesivos.
go así como un abrir y cerrar paréntesis (una Jerusalén, a unos 60 estadios) fue considerado ¡la'tL (Hech 28, 30). Las demás veces que apa-
inclusio; Lange) que encierra la totalidad de desde fines de la edad media como el Emaús rece el verbo, debe traducirse por permanecer, 2. A diferencia de los demás pronombres
la historia y de la actividad de Jesús según de Lc 24, 13 (cf. Kopp, 449s). También un lu- perseverar: Hech 14,22: E¡l¡lÉVELV 'ttí reto'tEL; posesivos, E¡lÓ~ aparece todavía con relativa
Mateo. gar que se menciona con el nombre de 'A¡l- Gál 3, 10: E¡l¡lÉVELV reumv LOL~ yEYQa¡l¡lÉ- frecuencia en el NT; claro que de las 76 veces
N. Walter ¡laou~ en Josefo, Bell VII, 217 (poco más o VOL~ (cf. Dt 27,26 LXX; acerca de la modifi- que el posesivo aparece en el NT, 41 de ellas
menos en el emplazamiento de la aldea llama- cación del texto bíblico por Pablo, cf. Bauer, corresponden a Juan, y 9 a la Carta primera a
da QalOniyeh, a unos 6 km al Oeste de Jeru- W6rterbuch, s. v.); Heb 8, 9: E¡l¡lÉVELV EV 'ttí los Corintios.
'EJtJto.oií; Emmaous Emaús* salén) se identifica algunas veces con Emaús bLa'frY¡%u ¡lo'\). ThWNT IV, 581.
(así Billerbeck). Pero en la tradición no hay 3. Con arreglo a su uso en la Koiné (cf.
Bibl.: Abel, Géographie II, ('1967), 314-316; H. D.
Betz, Ursprung und Wesen christlichen Glaubens
apoyo en favor de este lugar. eE""roQ Hemmor Jamor [Hamor]* Bauer, Mayser, Preisigke), E¡lÓ~ se emplea en
nach der Emmauslegende (Lk 24, 13-32): ZThK 66 Nombre de persona en Hech 7, 16. Jamor, el NT como adjetivo y como sustantivo. En
(1969) 7-21; Billerbeck Il, 269-271; J. Dupont, Les 2. La distancia señalada en Lc 24, 13 entre según TestLev 5, 4; 6, 3, es el antepasado de cuanto a su uso como adjetivo, hay que dis-
pélerins d'Emmaüs, en Miscelanea Biblica B. Ubach, Emaús y Jerusalén contribuye no poco a la tinguir entre el empleo atributivo y el predica-
Montserrat 1953, 349-374; H. Haag, en LThK I1I,
los vlOL 'E¡l¡lwQ. Los hijos de Jamor habita-
848ss; Kopp, Stiitten, 445-450; L. Pirot, en DBS II
confusión. La mayoría de los manuscritos le- ban en la región de Siquén. A ellos les compró tivo. E¡lÓ~, usado atributivamente, desempeña
(1934) 1049-1063; J. Wanke, Die Emmauserziihlung en «60 estadios»; tan sólo unos cuantos (entre Abrahán un lugar para un sepulcro (Gén 33, a veces la función de genitivo objetivo (Lc
(EThSt 31), Leipzig 1973 (bibl.). ellos Sin) añaden éxa'tóv (cien) y leen «160 19; 34, 2; Jos 24, 32). 22, 19; 1 Cor 11, 24s: d~ 'tl]v E¡ll]V avá¡lv'I']-
estadios». Posiblemente la adición se hizo por OLV, «en memoria de mí»), pero con muchísi-
1. 'E¡l¡laou~, que se menciona en Lc 24, influencia de la tradición local de Emaús = ma más frecuencia desempeña la función de
13 Y que se designa allí como una aldea Nicópolis. Es menos probable, por otro lado, E"Ó;, 3 emos mío, mi
genitivo posesivo, por ejemplo, en Jn 12, 26:
(%W¡ll1), se identifica según la tradición ecle- que una cifra original de 160 se redujera a 60 1. Sobre la historia lingüística - 2. Aparición del Ó bLáxovo~ Ó E¡lÓ~; 1 Cor 9, 3: ~ E¡ll] areo-
siástica antigua (atestiguada por vez primera sin el apoyo de una tradición concreta. La ten- término en el NT - 3. Uso del mismo - 4. E[tÓ<; en
Juan . Aoyta (en ambos lugares, como ocurre tam-
en Eusebio, Onomasticon, ed. E. Kloster- .sión entre la variante mejor «60 estadios» y la bién con frecuencia, E¡lÓ~ sustituye a un ¡lo,\)
mann, p. 90) con el Emaús conocido por 1 tradición que relaciona este lugar con la ciu- Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner § poco acentuado) así como también en Gál 6,
Mac 3,40; 4, 3. dad, más alejada, de Nicópolis, debe resolver- 285; G. D. Kilpatrick, The Possessive Pronouns in the
NT: 1ThS 42 (1941) 184-186; Liddell-Scott, s.v.; May-
11; Flm 19 y en otros finales de cartas: 'ttí
El lugar se hallaba situado a unos 28 km (de se mediante la historia de las tradiciones. Lu- E¡ltí ?(ELQt, «con mi propia mano»; aquí se
ser, Grammatik 1I12, 64-74; Moulton, Grammar III,
160 a 170 estadios) al Noroeste de Jerusalén, cas no está muy bien informado sobre el 189-192; Moulton-Milligan, 206s: Preisigke, Worter- acentúa el posesivo. El uso predicativo de
al borde del declive de la serranía judea que emplazamiento del lugar de Emaús (cf. H. buch I, 474; IV, 777; F. Rostalski, Sprachliches zu den E¡lÓ~ aparece en Mt 20, 23 par. Mc 10, 40:
va descendiendo hacia la llanura costera. En Conzelmann, El centro del tiempo, Madrid ap'0kryphen Apostelgeschichten I: Programm Myslo-
oux eO'tLV E¡lÓV (LOULO) bouvm, «no es cosa
tiempo del NT, Emaús era el arrabal de la se- 1974, 137s). El evangelista conecta una tradi- wlfz, 1909-1910,5-10; Schwyzer, Grammatik II, 200-
205; G. B. Winer-P. W. Schmiedel, Grammatik des mía dar (esto)>>, y (en combinación con un
de administrativa de una toparquía judía (cf. ción de aparición (Jesús se aparece como un sustantivo que es predicado nominal) en Jn
neutestamentlichen Sprachidioms, Giittingen '1894-
Josefo, BelllIl, 55). A instancias del prefecto desconocido y es reconocido en la cena), que 1903, 207-209. 13, 35: O'tL E¡lOL ¡lattl1'tat EO'tE. Sustantivada-
1359 1360 1361
1362

Jesu, Regensburg '1969; R. Delbrueck, Antiquarisches


mente encontramos e¡.,tó~ en -co e¡.,tóv o -ca Lucas emplea también e¡.,tJtal~w con este les de Jesucristo el anuncio de los hombres
zu den Verspottungen Jesu: ZNW 41 (1942) 124-145;
e¡.,tá, lo que es mío (Mt 20, 15; 25, 27; Lc D. L. Miller, EMITAIZEIN: Playing the Mock Game sentido amplio, cuando relata el escarnio de burlones que aparecerán al fin de los tiempos.
15,31; Jn 16, 14s); 01: e¡.,tol, los míos, expre- (Luke 22:63-64): JBL 90 (1971) 309-313; G. Schnei- que Jesús fue objeto al comparecer en juicio ThWNTV,635.
sión frecuente en los papiros, pero que en el der, Verleugnung, Verspottung un Verhor Jesu nach ante los judíos (22, 63-65) Y ante Herodes
Lukas 22,54-71, München 1969, esp. 96-104. (23, 11). El espléndido manto (cf. 15, 22; so-
NT aparece únicamente en Ap 13, 14 v.l.
EJt3tEQt3tU'tÉro emperipatea andar en me-
bre el tema de las «vestiduras» cf. especial-
1. En el NT, el verbo e¡.,tJtal~w aparece dio de*
4. No tiene explicación la frecuencia nada mente Delbrueck) pretendía ser una burla de
únicamente en los Sinópticos (13 veces). Se 2 Cor 6, 16 en cita (ligeramente modifica-
usual de e¡.,tó~ en Juan. Si en otras ocasiones los supuestos «delirios de Jesús de ser rey»:
construye con dativo (Mc 15, 20a par. Mt 27, «con ese manto de burla Herodes quiso dar a da) de Lev 26, 12 LXX: «Habitaré y camina-
el empleo de adjetivos posesivos indica qui-
31a; Mt 27,29; Mc 10,34; Lc 14,29; 22, 63; ré en medio de ellos».
zás «cierto nivel literario y alguna maestría entender que Jesús era un personaje más ridí-
estilística» (Mayser, 67), tal cosa difícilmente 23, 36), en sentido absoluto (Mc 15, 31 par. culo que peligroso» (Blinzler, 290).
podrá afirmarse del autor de Juan. El extraño Mt 27, 41; Mt 20, 19; Lc 23, 11) y en voz pa- En la perícopa sobre los ultrajes y blasfe- EJt3ttJt3tA1)Jtt (EJt3tt3tAáro) empimplemi
fenómeno difícilmente podrá interpretarse co- siva (Mt 2, 16; Lc 18, 32). Prescindiendo de mias de que fue objeto el Crucificado (Mc 15, (empiplaa) llenar, saciar, disfrutar*
mo indicio de que Juan era oriundo de Asia Mt 2, 16 (ser burlado por), el verbo se usa 31 par. Mt 27,41 / Lc 23, 36), Marcos y Ma- En Lc 1, 53 dícese de Dios que sacia a los
Menor, por haber conservado en el uso relati- siempre con el sentido fundamental de escar- teo emplean el verbo e¡.,tJtal~w para describir hambrientos; en 6, 25, en el «¡ay!» lanzado
vamente frecuente de e¡.,tó~ una peculiaridad necer (como sucede frecuentemente en la la conducta escarnecedora y de burla adopta- sobre los que ahora están saciados y satisfe-
del dialecto hablado en el Ponto y en Capado- LXX), lo cual no excluye otros matices adi- da por los principales sacerdotes y los escri- chos; Jn 6, 12: «cuando se hubieron sacia-
cia (A. Thumb: ThLZ 28 [1903] 421). Y la ra- cionales. En Lc 14, 29 la gente se reía del bas. Lucas sustituye ese verbo por otro térmi- do»; en Hech 14, 17 (con la forma alternativa
zón es que esa peculiaridad no desempeña constructor que había actuado sin pensar bien no empleado por la LXX (fx.¡.,t'lJX.-Cl]Ql~W), e¡.,tJtLJtA,áw) dícese de Dios, que «llena vues-
ningún papel en otros escritos de la época las cosas. En todos los demás pasajes se que él toma de resonancias de un salmo (21, tros corazones de alimento y gozo»; Rom 15,
procedentes de Asia Menor (Apocalipsis, He- muestra a Jesús como objeto de las burlas. 8 LXX) que se escuchan en Lc 23,35. El ver- 24: «después de haber disfrutado un poco de
chos de Pablo) (Moulton, Einleitung, 59s; bo ex.¡.,t'lJx.-Cl]Ql~W parece que expresa más la vosotros» (cf., a propósito, Rom 1, 11s). Cf.
Rostalski). 2. En la «tercera» predicción de la Pasión «actitud interna de los escarnecedores» (G. ThWNT VI, 127-131.
E. Plümacher (Mc 10, 34 par. Mt 20, 19/ Lc 18, 32), Mar- Bertram, en ThWNT IV, 806). El verbo e¡.,t-
cos emplea el verbo e¡.,tJtal~w para referirse a Jtal~w, según Lc 23, 36, describe la conduc-
un solo acto dentro del marco del escarnio del ta de los «soldados» que se divierten con Je- EJt3ttJt3tQ1)Jtt (EJt3tt3tQáro) empimpremz
sús jugando a burlarse de él. El «juego de (empipraa) incendiar, quemar*
EJt3tUtyJtOVÍ), ií~, tí empaigmone burla* que es objeto Jesús (a ese acto pertenece tam-
r~ndir un homenaje de burla a un rey», prac- Mt 22,7: el rey «mandó incendiar la ciudad
El hapax legomenon aparece únicamente en bién el verbo «escupir»). Lucas refuerza esta
impresión. Según ambos evangelistas, Jesús ticado por los soldados (cf. Miller), ilustrará de ellos». En Hech 28, 6 Sin* pc (en vez de Jtl¡.,t-
2 Pe 3, 3: En los últimos días vendrán burlo-
predice actos concretos del escarnio que ha de quizás el trasfondo original de los escarnios JtQl]¡.,tL) se halla la voz pasiva, seguramente
nes (e¡.,tJtaLx.-cm) con (su) burla (ev e¡.,tJtmy-
sufrir (de palabra y de obra). En cambio Ma- que se hacían de los delincuentes por parte de con el sentido de tener fiebre.
¡.,tovñ)>>. ThWNT V, 635. los que estaban a su alrededor. Jesús tiene en
teo con el verbo e¡.,tJtal~w abarca todos los
común con esos delincuentes el estar expues-
«escarnios» de que será objeto Jesús, a los EJt3tt3t'tro empipta caer en, caer en manos
~o, . sin defensa alguna, a las afrentas que le
EJt3tu.tYJtÓ~, olí, Ó empaigmos burla, es- que han de seguir la flagelación y la crucifi- de (verse envuelto en)*
lllfleren sin freno alguno sus guardianes. Es
carnio* xión. Mt 12, 11 Y Lc 6, 39: «caer en un hoyo»; cf.
un motivo que se va desarrollando en la re-
Se usa junto a ¡.,tá(J-CLyE~ para describir una En el relato mismo de la Pasión, Mc 15, 20a Lc 14, 5 V.l. El sentido figurado de caer en
~exión cada vez más profunda de los evange-
experiencia de los mártires, en Heb 11, 36: par. Mt 27, 31a emplea el verbo e¡.,tJtal~w pa- manos de (verse envuelto en) aparece en Lc
hos acerca de la Pasión de Jesús, considerada
«Otros experimentaron burlas y azotes». Cf. ra realzar principalmente las «burlas» con que 10, 36: «caer en manos de ladrones»; 1 Tim 3,
a la luz del «justo» (y mártir judío) del AT.
ThWNTV,635. los soldados se divirtieron ultrajando a Jesús, 6: «caer en la misma condenación que el dia-
y que consistían en ponede grotescas insig- E G. UntergaBmair blo»; 3, 7: «para que no caiga en descrédito y
nias de realeza, saludándole como a rey de en los lazos del diablo; 6, 9: «caen en tenta-
EJt3tUt~ro empaiza burlarse, hacer escar- burla, golpeándole y escupiéndole, y final- EJt3tube't1)~, O\), Ó empaiktes burlón* ción y lazo»; Heb 10,31: «Es terrible caer en
nio* mente postrándose de rodillas ante él para Según 2 Pe 3, 3 se anuncia que en los «últi- las manos del Dios vivo».
1. Aparición del término en el NT - 2. Jesús como rendirle escarnecedor homenaje. Todos esos :~ días» vendrán hombres burlones (cf. Is 3,
objeto de burla. actos concretos se reducen al común denomi- XX). Según el v. 4, esas personas se en- EJt3tAÉXro empleka enredarse, implicarse*
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s. V.; G. Bertram, fflJtut- nador «escarnio» mediante el uso del verbo cuentran ya presentes y se burlan de la demo- En el NT, el verbo aparece únicamente en
~U),en ThWNT Y, 629-632; J. Blinzler, Der ProzejJ e¡.,tJtaU;w. ra de la parusía. Jds 18 atribuye a los apósto- voz pasiva y en sentido figurado. En 2 Tim 2,
1365 1366
1364
1363
gar) ante los hombres, le corresponde la con- cercanía y presencia de Dios en la tensa _
fesión o negación delante de Dios. Es impor- " d I ' (1 Tes 1, 3; 2, 19;ex3,
4 dícese del hecho de verse implicado en ne- EJtnQooil'Ev emprosthen delante de, ade- pectaclOn e a. parusIa
gocios. En 2 Pe 2, 20 dícese del «verse enre- lante, al frente de, con anterioridad, anti- tante la tensa contraposición entre el ámbito 13), pero tambIen en orden a las circunstan-
dado en las contaminaciones del mundo». guamente humano y el foro divino, entre los efectos po- cias y acontecimientos presentes (por ejem-
sitivos y los negativos, con acentuación de la plo, en Gá12, 14). Los testimonios tardíos del
1. Origen y gramática - 2. En e~ grie.go profan.o: en
los papiros y en los LXX - 3. TesUmomos y slgmÍlca- visibilidad: ante el rostro (cf. Lc 12, 9: EVW- NT se hallan representados únicamente en Ap
EJtnAoxt], ii~, tl emploke peinado* dos en el NT. mov como sinónimo). Mt 11, 26 par. Lc 10, 4,6 (adverbio) y en 19, 10 ó 22, 8 en sentido
1 Pe 3, 3: E[A.1tA,oxfí~ 'tQLXWV, el peinado de 21 acentúa, como otro logion de la fuente Q, local y demonstrativo. De los diferentes usos
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; Liddell-Scott, s.v.;
Mayser, Grammatik II/2, 539. la tensa perspectiva dinámica: el que una cosa de E[A.1tQOO{}eV cristalizan significados loca-
los cabellos.
sea agradable ante el Padre celestial, tiene les y temporales con un elemento demonstra-
1. €[A.1tQOO{}eV se compone de las preposi- consecuencias en la tierra. La idea local y de- tivo y atestiguador (los sinópticos), con un
EJtnvÉro empneo respirar* ciones Ev y 1tQÓ~ (1tQó), reforzadas por la monstrativa aparece también en Mc 2, 12 Y 9, acento parenético que señala hacia detrás
Hech 9, 1: Pablo respiraba amenazas Y partícula de dirección -{}eV. Así que, por su 2, de nuevo con el carácter de cosa presente (Juan) y con un elemento escatológico y lleno
muerte contra los discípulos del Señor. Lo pri- origen, contiene un elemento local y un ele- (<<a la vista de»), como «prueba» de la reali- de tensión (Pablo).
mero se explica en 26, 11; lo segundo, en 26, mento temporal, completados por la indica- dad de lo acontecido. La función palpable de A. Kretzer
7
10; E. Haenchen, Apostelgeschichte (KEK), ción de una relación de precedencia (no en el testimonio se encuentra en la figura del Bau-
308. ThWNT VI, 450s; P. W. van der Horst: NT). Su significado depende del contexto en tista en Mt 11, 10 par. Lc 7, 27 (a diferencia
que aparezca el vocablo (por ejemplo, 'pued.e de Marcos, y procedente seguramente de la EJtn'tvro emptyo escupir*
NovT 12 (1970) 257-269.
tener un sentido estático-local o un sentIdo dI- fuente Q), en donde €[A.1tQOO{}eV puede tener En el NT el verbo aparece únicamente en
námico-temporal) Y depende también de la no sólo un sentido local (delante de) sino los Sinópticos (en Marcos y en pasajes depen-
EJtnoQEvoJtat emporeuomai hacer nego- función gramatical (por ejemplo como pre~o­ también temporal (con anterioridad a). dientes de Marcos) y, por cierto, a propósito
sición impropia que rige genitivo, como adJe- El uso de €[A.1tQOO{}eV en el material pecu- de los malos tratos recibidos por Jesús en la
cios, comprar*
El sentido intransitivo de hacer negocios tivo o como adverbio). liar de Mateo acentúa el carácter público de la Pasión: en la predicción de los sufrimientos
aparece en Sant 4, 13. El sentido transitivo en palabra (por ejemplo, en sentido positivo en en Mc 10, 34 par. Lc 18, 32; en la historia
2. El griego profano (por ejemplo, Herodoto, Mt 5, 16.24; en un contexto polémico en 6, misma de la Pasión en Mc 14,65 par. Mt 26,
2 Pe 2, 3: «Ellos (los falsos maestros) os com- Platón Jenofonte) emplea Ef11tQOO{}eV varias ve-
1s; 23, 13; en un contexto forense y escatoló- 67 (en el sanedrín) así como también en Mc
prarán (por codicia, por medio de palabras)>>. ces en' sentido adjetival y adverbial como indi~a­
ción de lugar (delante de, al frente de), como lll- gico en 25,32 [el juicio]; 26, 70; 27,11.29 [el 15, 19 par. Mt 27, 30 (malos tratos por parte
dicación de tiempo (anterioridad, desde antiguo) proceso D. A pesar de la variedad de los enun- de los soldados romanos). En Marcos el verbo
EJtnoQta, a~, tlemporia comercio, nego- y como designación de precedencia (más, más ciados, el acento recae siempre sobre la face- se construye siempre con dativo. Mt 27, 30
elevado que). Hay que mencionar especialmente ta visible y perceptible de la correspondiente tiene ct~ av'tóv; Mt 26, 27, ct~ 'to 1tQÓO(¡)1tOV
cio*
los papiros de la época helenística, en los que se descripción. La tradición lucana ofrece pecu- av'tOu. En Lc 18,32 el verbo se halla en voz
Mt 22, 5: de los invitados al banquete, el
lee Ef11tQOO{}eV tanto en textos poéticos c?mo en liarmente en dos pasajes el uso adverbial de
uno se fue a sus campos, «el otro a sus nego- pasiva.
textos de prosa, a menudo en lugar de n:Qo como
€[A.1tQOO{}eV: en Lc 19,4 (echó a correr hacia
cios». adverbio absoluto de tiempo junto a JtQO'tEQOV, y
además como atributo en expresiones fijas. El adelante) y en 19, 28 (continuó adelante, es
uso preposicional es raro. - La LXX no añade na- decir, prosiguió su camino). Hech 10,4 Y 18, EJtq>avt]~, 2 emphanes visible, manifiesto
E~ÓQtOV, Oll, 'tó emporion mercado* da nuevo a esto. 17, como indicaciones de dirección y de lu- ---+ E[A.cpavL~(¡) 1.3.
Jn 2, 16: «¡No convirtais la casa de mi Pa- gar, se añaden al uso que Lucas hace habitual-
dre en un mercado! (otxo~ E[A.1tOQLOU)>>. El 3. Los textos del NT muestran €[A.1tQOO{}EV mente de este vocablo.
genitivo es epexegético.
en diversos significados y contextos. Numéri- En Juan se ve el aspecto temporal del voca- iJtq>avt~ro emphanizo mostrar, notificar,
camente, Mateo con 18 testimonios predomi- blo; €[A.1tQOO{}eV se usa frecuentemente como revelar*
na ligeramente; vienen luego Lucas con 1.0 antítesis de 01tLO(¡) (<<después de»; por ejem- E[A.cpavlÍ~, 2 emphanes visible, manifiesto*
EJtnoQo~, Oll, Ó emporos comerci~nte* testimonios y Juan con 5. En las cartas paulI- plo, en Jn 1, 15.27 [v.1.].30). El significado
1. Aparición y significado de los términos - 2. El
En general se piensa en el comercIante al nas indiscutidas, E[A.1tQOO{}eV aparece 7 veces; demonstrativo y visible desempeña un papel verbo en el NT - 3. f[!cpav'Í]t:;.
por mayor (por contraposición al «tendero» = pero el vocablo falta en las cartas deuteropau- con respecto al seguimiento de los discípulos
Bibl.: R. Bultmann-D. Lührmann, fWjJav¡~úl, en
xá1tr¡A,o~): Mt 13,45 (pleonásticamente: av- Hnas y en las Pastorales. (lO, 4) Y en relación con las señales obradas
ThWNT IX, 7s; E. Haenchen, Die Apostelgeschichte
{}Q(¡)1tO~ €[A.1toQo~); Ap 18,3.11.15.23. A pro- Probablemente uno de los testimonios más por Jesús (12, 37), aquí con una nota crítica. (KEK), Gottingen '1977, 613-643; O. Michel, Der
pósito de los «comerciantes de la tierra» en el antiguos del vocablo (usado en sentido local) Pablo usa E[A.1tQOO{}eV en sentido local y en Brief an die Hebraer (KEK), Gottingen 61966, 324s;
Apocalipsis, cf. Ez 27; H. Kraft, Offenbarung se halla en la fuente de sentencias: Mt 10, 32 sentido temporal para describir la inmediata A. Sand, Die biblische Aussagen über die Offenba-
par. Lc 12, 8: al hecho de confesar (o de ne-
(HNT), 227s, 233 Y 239.
1368 1369 E[!cpuoáúl - EV 1370
1367

rung, en HDG lila (Freiburg i. Br. 1971), 1-26 (bi- c) Según Mt 27,53, los difuntos que han sa- Ef.lCf.>U(JeÍro emphysai5 soplar sobre* 17,28: EV ulJ'tq>1;wftcv, «en él vivimos», pe-
bliografía). lido de los sepulcros se manifiestan a los ha- Jesús «sopló (EvcqJ'ÚO'Y]ocv) sobre ellos (so- ro también <<por medio de él vivimos»: senti-
bitantes de Jerusalén. Por medio de este enun- bre los discípulos en la tarde de Pascua) y les do local/causal).
l. En el NT el verbo aparece 10 veces, y el ciado, la muerte de Jesús se interpreta dijo: ¡Recibid el Espíritu santo!» (Jn 20, 22).
adjetivo 2 veces. Es digno de tenerse en cuen- soteriológicamente a partir de la resurrección Sobre el motivo cf. Gén 2, 7 (EVccp'ÚO'Y]ocv); 2. En sentido espacial: a) para designar el
de Jesús (compárese el paralelismo de los Sab 15, 11 (EftCPUOÍ]ouV'ta JtvcuftU 1;W'tLXÓV); lugar en el que algo se encuentra (raras veces
ta que Hechos emplee el verbo 5 veces y el ad-
acontecimientos cósmicos en 27, 51 Y 28, 2). Filón,Op 135 (Evc<p'ÚO'Y]ocv ... Jtvcuftu {}cLOV). en vez del ct~ que sería de esperar: Jn 5, 4; Ap
jetivo 1 vez. El empleo que se hace de los tér-
Mientras que Heb 11, 14 emplea el verbo -re- El contexto (Jn 20,23) muestra que el don de 11, 11): en casa, en la ciudad, en el desierto;
minos en los demás escritos del NT (el verbo:
firiéndose a los creyentes del AT- en el senti- junto a la fuente, «a la derecha» (EV bcSL(i);
en Mateo 1 vez; en Juan 2 veces; en Hebreos 2 perdonar los pecados se interpreta como una
do de declarar (pero con la connotación de en el monte, en el mercado. Especialmente Ev
veces; el adjetivo: en Romanos 1 vez) no per- nueva creación pascual. ThWNT 11,533.
confesar), la pasiva del verbo en Heb 9, 24 ('tOL~) OUQUVOL~ (también en singular), «en el
mite sacar conclusiones sobre conexiones en expresa el hecho de que Cristo no ha entrado cielo», principalmente en Mateo para indicar
materia de historia de las tradiciones. En grie- -como hacía el sumo sacerdote del antiguo Ef.lCf.>UtO(;, 2 emphytos implantado* el lugar en que reside Dios (10, 32s; 12,50 Y
go el verbo tiene el sentido de demostrar, y pacto- en el lugar santísimo, sino que se ma- Sant 1,21: «¡Acoged ... la palabra implanta- passim; Mc 11, 26) o donde residen los ánge-
luego principalmente el de maniJ.estar, anun- nifiesta directamente ante el rostro de Dios y da (en vosotros) que puede salvar vuestras al- les (Mt 22, 30), Y también como el lugar del
ciar. La LXX emplea el adjetivo y el verbo en lo hace precisamente «por nosotros». mas!». El adjetivo, en Bem 1, 2; 9, 9, se re- gozo (Lc 15, 7), de la paz (19, 38), de la re-
el mismo sentido, pero conocen también el fiere a «la gracia del don del Espíritu» o «al compensa (Mt 5, 12 par.), del reino divino
significado religioso de hacerse visible, mani- 3. Eft<pUVÍ]~ se usa en Hech 10, 40 en el don de su enseñanza», que los destinatarios (Flp 3, 20); pero en Mc 13,25 Y Hech 2, 19 en
festarse, refiriéndose a la Divinidad (cf. Sab 1, sentido de visible, a fin de concluir el keryg- han recibido. Se trata de tópicos de la parene- el cielo se usa como expresión polar: «en el
2; también Ex 33, 18 v.l.: Moisés pide a Dios: ma cristiano primitivo: Dios resucitó a Jesús sis bautismal; cf. F. MuBner, Jakobusbrief cielo y en la tierra» (Col 1, 16.20; Ef 1, 10). -
¡Muéstrate a mí!). También Filón emplea el al tercer día «y le concedió (I!bwxcv) que él (HThK), sub loco. EV se usa también para indicar el lugar en que
verbo para expresar que Dios se manifiesta: se hiciera visible (Eft<pUVfj ycvÉo{}m): el Re- se encuentran los pasajes bíblicos citados:
AH I1I, 27 Y 1Ol. sucitado queda atestiguado así ante los testi- Hech 13, 40: en los (libros de los) profetas;
gos cristianos (cf. Hech 1, 3s.22). En Rom 10, EV en (con dativo) en Lc 24, 44: en la ley de Moisés; Rom 11,2: en
20 Pablo cita a Is 65, 1 LXX; el sentido del 1. Aparición de la partícula en el NT y sus conteni- la historia de Elías.
2. a) El verbo tiene el sentido original de adjetivo en Pablo es el mismo que en el pasa- dos semánticos - 2. En sentido espacial- 3. En sentido
notificar en Hech 23, 15.22; 24, 1; 25, 2.15. je citado: Dios se manifiesta (literalmente, temporal - 4. En sentido instrumental - 5. En sentido b) En cosas en las que uno se encuentra o
Los judíos han tramado una conspiración con- «se hace manifiesto») a quienes no le buscan, modal - 6. En lugar del dativo o locativo - 7. Cons- con las que uno viene (EV comitativo): en ves-
tra Pablo y le han acusado ante las autorida- trucciones hebreas (arameas).
a quienes no preguntan por él (parallelismus tidos blandos (= «vestido con ropas finas»),
des romanas (23, 12). En estos lugares el membrorum). Dios se ocultó a Israel, pero se Bibl.: Bauer, Warterbuch, S.v.; BlaB-Debrunner § Mt 11, 8 (cf. Ap 3, 5); en vestidura de ovejas
verbo significa «comunicar oficialmente» reveló a los gentiles. 195,218-220; Kühner, Grammatik lUl, 462-466; Lid- (= «disfrazados de ovejas»), Mt 7, 15; venir
A. Sand dell-Scott, s. v.; Mayser, Grammatik lI/2, 392-398; con vara (=«venir vara en mano»), 1 Cor 4,
(Bauer, Worterbuch, s. v. 2), es decir, poner Moulton, Grammar III, 249-253.260-265; A. Oepke,
una denuncia. EV, en ThWNT lI, 534-539; P. F. Regard, Contribution 21 (cf. Heb 9, 25). La preposición se aplica a
a l'étude des prépositions dans la langue du NT, Paris conceptos abstractos: venir en (con) su reino,
b) El sentido teológico de revelar aparece Ef.lCf.>OPO(;, 2 emphobos asustado, lleno de 1919, 227-236. Cf. más bibliografía en ThWNT X, la plenitud de bendición, el evangelio (Mt 16,
miedo* 1078s.
en Jn 14,21: El que ama a Jesús, será amado 28; Rom 15, 29; 2 Cor 10, 14).
a su vez por Jesús, quien se manifestará a él En el NT, el término aparece únicamente en
la frase I!ft<Po~o~ yivoftm, y con excepción 1. Con unos 2700 testimonios, EV es con c) Con personas entre las cuales (1), a las
(Eftcpuviow), es decir, se revelará a él. En la mucho la preposición más frecuentemente cuales (2) o en las cuales (3) algo sucede. 1) Mt
de Ap 11, 13 se encuentra tan sólo en la obra
pregunta inmediata de Judas, insertada redac- de Lucas: en Lc 24, 5.37 se dice lo asustados usada en el NT. Aparece en todos los escritos 2, 6, entre los príncipes; Gál 1, 16, entre los
cionalmente por el evangelista Juan (v. 22), que quedaron las mujeres o los discípulos a la del NT, sin que se observe una densidad espe- gentiles; 1 Cor 2, 6, en el círculo de los perfec-
vuelve a emplearse otra vez el verbo: ¿Por vista de los ángeles o del Resucitado; en Hech cial en ninguno de ellos. Las posibilidades de tos; así también Lc 14, 31, con diez mil hom-
qué Jesús se manifiesta únicamente a los dis- lO, 4 se dice que Comelio se asustó al apare- aplicación de esta preposición, que en el grie- bres. 2) Hacer algo a alguien, Mt 17, 12; Mc
cípulos y no al mundo? Eftcpuvil~cLV corres- cérsele un ángel; en 24, 25 se dice que Félix go clásico sobrepasaban ya notablemente el 14, 6; ocurrir en alguien, 1 Cor 9, 15. 3) En
ponde en ambos lugares a cpuvcQouv, que es se sintió atemorizado al oír predicar a Pablo. sentido local, se han ampliado mucho más procesos mentales: decirse a sí mismo, pen-
el término usado en otras partes por Juan (9 En Hech 22,9, D E P W y otros testimonios aún en el NT, en parte porque se calcan cons- sar, conocer, estar perplejo para sus aden-
veces en el evangelio y otras 9 veces en la de la tradición textual añaden (detrás de: t~ucciones hebreas con be. De ahí que no tros (Mt 3, 9 par.; Mc 2, 8; 5, 30; Hech 10,
Carta primera de Juan): el Resucitado se da a «vieron la luz»): «y quedaron aterrorizados». SIempre se puedan deslindar claramente los 17); gemir dentro de sí, Rom 8, 23; Ev 'tUL~
conocer y se revela a los creyentes. Esta variante textual bien puede ser la original. distintos significados (por ejemplo, en Hech xUQbim~, «en el corazón», Mc 2, 6.8 par.; Ev
1371 f:V 1372
1373 1374

'tUL~aUVEL('l'r'jaEaLV, «en la conciencia», 2 Cor b) Duración de tiempo (plazo) durante el


5. En sentido modal para designar un esta- frecuentemente en la LXX, pero en el NT se
5, 11. cual o dentro del cual algo sucede: en tres
do o la manera: en éxtasis, Hech 11, 5; en tor- encuentra únicamente en Lucas: en Lc 1, 8 dí-
días, Mt 27, 40; en los días (= en tiempo) de
d) En la terminología religiosa, EV se usa: mentos, Lc 16,23; en medio de mucha oposi- cese de Zacarías que ejercía su ministerio sa-
Herodes, 2,1; durante la insurrección, Mc 15,
1) en relación con una persona que está llena ción, 1 Tes 2, 2; en corrupción, 1 Cor 15,42. cerdotal «delante de Dios»; en Hech 8, 21, en
7; en breve, Lc 18, 8; Rom 16, 20; h 'tw
de algo: el pecado habita en el hombre (Rom Ésfj~, <<poco después», Lc 7, 11; EV 't0 IlEo- Con frecuencia en expresiones adverbiales: la crítica que Pedro hace de Simón Mago, cu-
7, 17.20); Y también el Espíritu de Dios (8, 'tUS'Ú, «entretanto», Jn 4, 31. También con in- EV ouvállEL, «con poder», Mc 9, 1 Y passim; yo corazón «no es recto delante de Dios». En
9.11; 1 Cor 3,16; cf. 1 Tim 4,14; 2 Tim 1, 6); finitivo sustantivado (especialmente en Lu- ev OLxuwa'ÚVn, «con justicia», Hech 17,31; Hech 7, 10 p74 Sin al, se emplea este adverbio
la vida, el gozo, la fe, la palabra (de Cristo) cas): remando, Mc 6, 48; al sembrar, Mt 13, EV XUQQ., «con gozo», Rom 15, 32; h xQuJt- (en vez de EVUV'tLOV) para decir que Dios ha-
se hallan en el hombre (Jn 6, 53; 15, 11; 2 4; EV 't0 dvm, «mientras estaban allí» (raras 't0, «en secreto» - EV JtuQQ'l']aL<;X, «pública- bía concedido a José «gracia y sabiduría de-
Tim 1, 5; Jn 5, 38 Y passim). A su vez, todos veces con infinitivo de aoristo para indicar mente», Jn 7, 4; EV 'táXEL, «pronto», Lc 18,8; lante del Faraón».
los tesoros de la sabiduría se hallan en Cristo una acción puntual: al cubrirles la nube, 9, Rom 16, 20. - Con un infinitivo sustantivado,
(Col 2,3; cf. 1, 19), el misterio y la vida es- 34; al sonar la voz, 9, 36). mientras: EV 't0 't~v XELQU EX'tELVELV aE,
tán ocultos en Dios (Ef 3, 9; Col 3, 3). 2) pa- «mientras extiendes tu mano», Hech 4,30 (cf. EVUVttOV enantion (con genitivo) delante
ra expresar la íntima unión entre Dios y el 4. En sentido instrumental a) para desig- 8, 6; Heb 8, 13). de, a los ojos de*
hombre. El frecuente enunciado de que Dios nar el medio. Este uso de la preposición no es El neutro de EVUV'tLO~ es una preposición
desconocido en el griego clásico, pero llega a 6. Parece que algunas veces una frase con
actúa en una persona (l Cor 12,6; Flp 1,6; 2, impropia que se construye con genitivo. Si
hacerse corriente en la LXX por influencia EV hace las veces de un simple dativo: Hech
13; Col 1,29; cf. Mc 6, 14 par. y Ef 2,2) en- exceptuamos Mc 2, 12 C Koiné A D etc. (<<a
del be hebreo. El sentido originalmente espa- 4, 12, ningún otro nombre ha sido dado «a los
cuentra su máxima expresión en la fórmula la vista de todos»), la preposición aparece
cial se capta aún en ~UJt'tL~ELV h üoun, hombres» (EV aV{}Qó)JtOL~); Rom 1, 19, se hi-
paulina: XQLa'to~ EV 'ÚIlLV, «Cristo en voso- únicamente en: Lc 1, 6: «ambos eran justos
«bautizar (en) con agua», Mt 3, 11; Jn 1, 33 zo manifiesto «a ellos» (h UU'tOL~) (cf. 2 Cor
tros», Rom 8, 10; 2 Cor 13, 5 (cf. Gál 2, 20; delante de Dios»; 20, 26: «delante del pue-
(cf. Ap 7,14); EV JtuQL, quemar «en (con) fue- 4, 3); Lc 2, 14, paz «a los hombres» (h
4, 19). La reciprocidad de esta relación ca- blo»; 24, 19: «poderoso en obras y palabras
go», Ap 16, 8 (cf. Homero, Il 7, 429). Ade- aV{}QwJtoL~, en paralelo con {}E0). Sin em-
racteriza a la fórmula joánica de comunión: delante de Dios y de todo el pueblo»; Hech 7,
más, EV IlUXULQTI, «con (por medio de) la es- bargo, en la mayoría de los casos, la frase se
«el Padre está en mí y yo en el Padre», Jn 10, 10: «delante del Faraón»; 8, 32: «como un
pada», Mt 26, 52 y passim (Hech 12, 2 sin puede entender también en sentido local. So-
38; de manera parecida en 14, lOs, etc. (con cordero ante su esquilador» (cita de Is 53, 7
EV); EV ('t0) uLllun, «con la sangre» (de Cris- bre 1 Cor 14, 11, «a mis ojos un bárbaro» (ev
IlÉVELV, «permanecer», en 6, 56; 15, 4-7: 1 Jn
to), Rom 5,9; Heb 9, 22; Ap 1,5 y passim; EV Ellol ~áQ~uQo~), cf. Sófocles, Ant 925. LXX). Sobre el empleo adverbial (en cone-
4, 13.15 Y passim; incluyendo en esta rela-
'tñ JtQoaEuxñ, «en oración», Mt 21, 22; xión con el artículo) --+ 'tOUVUV'tLOV.
ción a los discípulos, Jn 14, 20; 17, 21. 7. Son construcciones hebreas (arameas)
oLoáaxELv h JtUQU~OAUL~, «enseñar en pa-
23.26). Pablo acentúa más intensamente to- algunas expresiones como ollv'Úvm, ÓlloAO-
rábolas» (Mc 4, 2).
davía el ser «en Cristo» o «en el Señor» (EV yELv EV, <<jurar por alguien», «confesar su fe Evuv'tio~, 3 enantíos contrario, opuesto*
XQLa't0 o h XUQL<P, unas 20 veces en la Car- b) También una persona puede hacer de en alguien». En Mc 6, 48 par. Mt 14,24 dícese del vien-
ta a los Romanos y otras tantas en la Carta «instrumento»: expulsar demonios <<por me- W. Elliger to, que era contrario; en Hech 27, 4, de los
primera a los Corintios; además en Flp 1, 1. dio del príncipe» (EV 't0 aQxovn) de los de-
vientos. En el sentido de opuesto, hostil, el
14; 4, 7; 2 Cor 5,17 y passim; con frecuencia monios, Mc 3, 22 par.; juzgar al mundo h
avoQL, <<por medio de un hombre», Hech 17, EVU'YXUAt~O,.uU enagkalizomai tomar en adjetivo aparece en 1 Tes 2, 15 (<<hostiles a to-
en asociación con verbos (confiar, hablar, dos los hombres»); Hech 28, 17 (<<no hice na-
obrar), sustantivos (vida, gracia, libertad) y 31 (cf. 1 Cor 6, 2); áyLá~w{}m EV, «ser san- brazos *
tificado por medio de», 1 Cor 7, 14. En Mc 9, 36; 10, 16 dícese de Jesús que da hostil al pueblo»); Hech 26, 9: EVUV'tLU
adjetivos (prudente, perfecto, amado). Por
abrazó a un niño o a los niños (JtmOLov Jtm- JtQáaaro (como Josefo, Ant XIX, 305); Mc
tanto, h XQLa't0 no significa el morar mís- c) Algunas veces el sentido instrumental se
ticamente en Cristo, sino que sirve, lo mismo O~. ' 15, 39 ES EVUV'tLU~ (con genitivo), enfrente
aproxima al sentido causal: EV 'tñ JtOAUAO- de alguien; con artículo en Tit 2, 8: Ó Esh-
que la fórmula afín EV rda'tEL, «en la fe», pa- YLQ;, <<por su palabrería», Mt 6, 7; EV 't0 AóY<P
UV'tLU~, el adversario.
ra caracterizar un ámbito del propio ser que a 'tou't<p, «a causa de esta palabra», Hech 7, EváAtO~, 2 enalios que vive en el mar, ma-
menudo se halla en oposición al ámbito mun- 29; EV 'tñ ~roñ uu'tOu, <<por medio de su vi- rino*
dano (EV aUQxL, «en la carne») (Flp 3, 3; 1, da», Rom 5, 10; h 'tO'Ú't<p, «por eso», Jn 16, Sant 3, 7: EváALU, animales marinos (en Evá~XOp.1ut enarchomaí comenzar*
21s; Rom 8, 8s; 1 Tim 3, 16; Flm 16), 30. Por esta razón es también frecuente en una enumeración). En el NT, el verbo compuesto aparece úni-
verbos que expresan sentimientos: XULQELV, camente en Pablo, y siempre en participio de
3. En sentido temporal: a) el momento en «gozarse de»; EUOOXELV, «complacerse en» EVUVtt enanti (adv.) en presencia de, de- aoristo: Gál 3, 3 (en sentido absoluto): «ha-
que: en aquella hora, Mt 8, 13; en sábado, Jn (especialmente usado en la LXX); xuu- lante de* béis comenzado en el Espíritu»; Flp 1,6 (con
7,23; en el día del juicio, Mt 11, 22 (cf. Jn 6, xCia{}m, «gloriarse de una cosa»; axuvOu- Este adverbio se usa como preposición im- acusativo): «el que comenzó en vosotros la
44); a la señal de la trompeta, 1 Cor 15, 52. Aí,~Ea{}m, «encontrar tropiezo en».
propia y se construye con genitivo. Aparece obra buena».
1375 1376 1377 1378

Eva'to~, 3 enatos noveno* la prueba de vuestro amor». Heb 6, 10: «el ellos van a ser objeto, y la salvación que se ha- ÉvbÉxa'to~, 3 hendekatos undécimo*
Dícese de la hora nona (= las 3 de la tarde), amor que [~~, en vez de fív, por hallarse atraí- lla presente en esa comunidad. (Ev6aYfla se En Mt 20, 6.9 se habla de la hora undécima
cuando Jesús habló antes de morir (Mc 15, do el relativo] habéis mostrado hacia su nom- usa de manera análoga en 2 Tes 1, 5). (= las cinco de la tarde); en Ap 21, 20 (en la
33.34 par. Mt 27, 45.46/ Lc 23, 44). La hora bre». enumeración de los pilares sobre los que se
H. Paulsen
nona se consideraba como tiempo de oración asienta la nueva Jerusalén) se dice: «el undé-
(Hech 3, 1; 10, 3.30; cf., a propósito, Biller- cimo un jacinto».
EvbEtªt~, Ero~, ÍJ endeixis prueba, demos- EvbExa hendeka once*
beck 11, 696-702). Mt 20, 5 menciona la hora
tración*
sexta y la hora nona como los momentos en Bibl.: J. Plevnik, «The Eleven and Those with
que el dueño de la finca sale a contratar traba- Them» According to Luke: CBQ 40 (1978) 205-211. EvbÉxoJ1at endechomai (aceptar)*
Bibl.: E. Kasemann, Para comprender Rom 3, 24- En Lc 13, 33 se emplea el verbo en sentido
jadores. En Ap 21, 20 (en la enumeración de Cf. más bibliografía en --> 6ffi6Exa.
26, en Id., Ensayos exegéticas, Salamanca 1978, 15-
los doce pilares sobre los que se asienta la 20; W. G. Kümmel, rráQEOLC:; und Ev6EL~LC:;. Ein impersonal: ovx EV6ÉXELat, no es posible
Beitrag zum Verstdndnis del paulinischen Rechtferti-
Ev6Exa aparece 5 ó 6 veces en el NT: Mt (seguido de acusativo con infinitivo).
nueva Jerusalén) se dice: «el noveno es un to- 28, 16; Lc 24, 9.33; Hech 1,26; 2, 14 así co-
gungslehre, en Id., Heilgeschehen und Heilgeschichte
pacio». (MThSt 3), Marburg 1965, 260-270; P. Stuhlmacher, mo también Mc 16, 14. En Hech 2, 14 se
Zur neueren Exegese van Rom 3, 24-26, en FS Küm- piensa en el completado círculo de los Doce Evbl1J1Éro endemei5 habitar, morar*
EVyº<Íq>ro engraph6 inscribir, grabar mel, 315-333; D. Zeller, Sühne und Langmut. Zur Tra-
(después de la sustitución de Judas por Ma- En el NT, el verbo aparece únicamente en
ditionsgeschichte van Rom 3, 24-26: ThPh 43 (1968) sentido figurado en 2 Cor 5, 6: «Mientras ha-
Forma alternativa de ---> EYYQÚ<Pro. 51-80. tías) sin contar a Pedro, y en los demás pasa-
jes se piensa en el círculo de los Doce sin bitamos en el cuerpo (owfla), estamos lejos
1. Las 4 veces que Ev6a1;L~ aparece en el contar a Judas. En Mt 28, 16 y Hech 1,26 el del Señor (---> Ex6r¡flÉro)>>. Por otro lado, en 5,
EvbEi¡~, 2 endees pobre, necesitado* 8 se habla también del anhelo de «emigrar
NT, se encuentran en el «Corpus paulinum». numeral aparece como adjetivo (en Mateo co-
Hech 4, 34a en un sumario: «no había entre (Ex6r¡flfioat) del cuerpo para ir a habitar jun-
ellos ningún necesitado (Ev6E~~ Tt~)>>; cf. vv. mo adjetivo referido a fla{}r¡LaL; en Hechos,
2. Ev6aI;L~, como se ve por la conexión to al Señor». En 5, 9: «sea que moremos en el
32.34b.35. como referido a unóoLOAOL; esto se halla en
con ---> Ev6ELXVUflat y con ---> Ev6ELYfla, sig- cuerpo o que estemos fuera de él (Ex6r¡flOUV-
consonancia con la correspondiente compren-
nifica señal (clara), prueba, demostración. LE~)>>. ThWNT 11, 62s; P. Hoffmann, Die To-
sión de los ---> 6ó>6Exa [4.d]). En los demás
EvbEtYJ1a, a'to~, 'tó endeigma prueba se- En Rom 3, 25s Pablo acentúa, sirviéndose ten in Christus (NTA NF 2), Münster i. W.
casos, el numeral aparece sustantivado.
ñal* de material de la tradición (al que pertenecía 21969, 253-285; Lietzmann-Kümmel, An die
La aparición y el significado del vocablo
2 Tes 1,5: la firmeza en las persecuciones y ya quizás Ev6aI;L~), el carácter de poder de la (especialmente en Hech 2, 14) excluye el que Korinther 1/11', sub loco; cf. más bibliografía
en las aflicciones «es señal del justo juicio de justicia de Dios revelada. La doble utilización «los Once» sea «una expresión tan fija y anti- ibid., 223; DTNT I1I, 437s.
Dios de que sois considerados dignos del rei- enfática de Ev6a1;L~ en los vv. 25s subraya la gua como la de los 'Doce'» (así piensa E.
no de Dios, por el cual en verdad estáis su- manifestación de la justicia de Dios tanto por Lohmeyer, Matthiius· [KEK, volumen espe-
lo que respecta al perdón de los pecados pasa-
Evbtb'Ú(Jxro endidyski5 vestir, vestirse*
friendo». cial] 414 nota 2); lejos de eso, el número «se Con doble acusativo en Mc 15, 17: «Le vis-
dos como en 10 que concierne al tiempo pre- ca1cuia» siempre a partir del número de los tieron con un manto de púrpura». La voz me-
sente. En 2 Cor 8, 24, Pablo pide a la comuni- Doce. Del uso absoluto de éste se desarrolló
Evbdxv'UJ1at endeiknymai mostrar, pro- dia, vestirse, en Lc 16, 19: «se vestía de púr-
dad de Corinto -en una frase apocopada- que una manera análoga de hablar de Ev6Exa. Sin
bar, demostrar* pura y de finísimo lino»; además en Lc 8, 27
muestre agape hacia Tito y hacia los dos de- embargo, los Once no fueron elevados nunca
En el NT el verbo aparece únicamente en Koiné D El pI: «no llevaba puesta ropa al-
legados (no mencionados por su nombre) y a la categoría de una institución, sino que con
voz media. Las 11 veces se encuentran en las guna».
que de esta manera den prueba (Ev6al;Lv él se hacía referencia precisamente a un nú-
cartas. Con objeto en acusativo: Rom 2, 15: Ev6dxvuo{}at) de la razón que tiene Pablo mero determinado. Ese número no se obtuvo
ellos demuestran que la obra de la ley [= los para gloriarse de la conducta de los corintios. por adición sino por sustracción a partir del Evbtxo~, 2 endikos justo, legal *
actos exigidos por la ley] están escritos (doble Tal prueba se dará además, según el pensa- número, claramente definido, de los Doce. Rom 3, 8: dlv LO XQLfla Ev6LXÓV EOLLV,
acusativo: EQYOV ... YQamóv); 9, 17: mi po- miento paulino, en presencia de todas las co- Así que oí. Ev6Exa se comprende únicamente «cuya condenación es justa»; Heb 2, 2: <<justa
der; v. 22: la cólera (de Dios); Ef 2, 7: la ri- munidades. De esta manera la conducta apa- a partir de oí. 6Ó>6Exa. Por este motivo, la va- retribución».
queza de su gracia; 1 Tim 1, 16: toda su pa- rece en el horizonte de la eclesiología paulina. riante textual del texto «occidental», que en 1
ciencia; 2 Tim 4, 14: Alejandro «me mostró/ Flp 1, 28 indica que la unanimidad de la co- Cor 15, 5 sustituye 6ó>6Exa por Ev6Exa, no Evboª<Í~oJ1at endoxazomai ser glorifica-
hizo mucho daño»; Tit 2, 10: toda buena fide- munidad se convierte para sus adversarios (y, modifica el grupo al que se hace referencia; do*
lidad; 3, 2: afabilidad hacia todas las perso- como indica el paralelismo incompleto, sólo es una corrección que indica el número (co- 2 Tes 1, 10: «cuando él venga para ser glo-
nas; Heb 6, 11: el mismo celo. 2 Cor 8, 24: para los adversarios de la comunidad) en prue- rrecto) en lugar de la institución (¡que se pre- rificado»; 1, 12: «a fin de que el nombre de
Li]V oiív Ev6al;LV Lfi~ uyúnr¡~ ÚflWV ... d~ ba clara (fíLL~ atraído a Ev6ELI;L~) y les hace sUpone como ya conocida!). nuestro Señor Jesús sea glorificado en voso-
aVLoiJ~ Ev6ELXVÚflEVOL, «mostrándoles, pues, ver inequívocamente la destrucción de que T. Holtz tros». ThWNT 11, 257s.
1381 EV()1)VUftÓW - EV()'ÚW
1379 EV()OSO(; - EV()1)VUftÓW 1380 1382

de lo que se dice en Hech 9, 22. Una referen- palmente en los escritos paulina s y deutero-
ivbo;o~, 2 endoxos famoso, espléndido, Flp 4, 13, un fragmento marcado estilística-
cia a la recuperación de la salud física es me- paulinos (cf., además, el texto escatológica-
glorioso* mente y en forma de diatriba, que está presi-
nos probable, a pesar de Hech 9, 19 (y de Heb mente importante de Lc 24, 49: EV()'Úav ti¡v
En 1 Cor 4, 10 en oposición a a:tl¡,to~: «vos- dido por la idea de la autarkeia del apóstol (4,
11-34). En Ef 6, 10 el verbo introduce en for- ()VVU¡,tlV). Pueden diferenciarse aquí tres ma-
otros sois personas honradas/distinguidas, 11), viene a parar como punto culminante en
ma encarecida la parenesis final, pero -a dife- tices; EV()'ÚW se asocia con a) el bautismo y la
pero nosotros somos personas despreciadas». el enunciado acerca de la fuerza del apóstol
rencia de 2 Tim 2, 1- la exhortación se dirige cristología, b) la parenesis, c) la escatología.
De la vestidura espléndida, Lc 7, 25. Dícese en todas las cosas, una fuerza que tiene su
a toda la comunidad, Ef 6, 10 está en conso- Pero se conserva la conexión interna entre to-
de la Iglesia, a la que Cristo presenta ante él fundamento en la ()":'VU¡.tl~ de Cristo. Apare-
nancia con 3, 16 Y con Col 1, 11 (-+ ()'U- dos ellos, por cuanto se pretende acentuar
en forma gloriosa (ev()o~ov), Ef 5, 27. tU cen claros puntos de contacto con ideas estoi-
vu¡,tów); sorprende la acumulación de térmi- principalmente la novedad de la realidad co-
ev()o~u son las acciones gloriosas (cf. Ex 34,
cas (cf. Marco Aurelío Antonino, In semet ip-
nos que expresan fortaleza (xQáto~ - EV()'UVU- municada por medio de Cristo.
10; Job 5, 9; 9, 10; 34, 24) de Jesús, por las sum 1, 16, 11). Pero el elemento decisivo sigue
¡.tova{}m - tax":'~)·
cuales el pueblo se goza, Lc 13, 17. ThWNT siendo la comprensión paulina del apostola-
H. Paulsen Pablo (y las cartas deuteropaulinas) se refiere
1I,257s. do: Cristo, como la ()":'VU¡.tl~ de Dios, da for- en su empleo de EV()'ÚW a tópicos y motivos tra-
taleza y poder al apóstol y se halla presente al dicionales; está clara principalmente la conexión
mismo tiempo en la predicación del apóstol. Evbúvro endyno introducirse, penetrar* con el bautismo y la parenesis bautismal. En
ivb\Jlla, a'to~, 'tó endyma ropa, vestido* Tal correlación entre el apóstol y su Señor Forma alternativa de -+ EV()":'W. 2Tim 3,6: cambio, la explicación de EvMw, desde el punto
Es el término preferido por Mateo para ha- se reafirma luego en las Pastorales. 1 Tim 1, de vista de la historia de la religiones, se ha mos-
«introducirse en las casas».
blar del vestido en general (aparece 7 veces 12 parte de la vocación al apostolado (cf. 1, trado difícil hasta ahora. Esto se debe principal-
en su evangelio); por lo demás, el vocablo mente a la amplia difusión del motivo del vestido
12ss) y describe a Cristo como aquel que da
aparece únicamente en Lc 12, 23 (par. Mt 6, y de la vestidura exterior. Pero no deben desaten-
fuerza y poder. Esta enunciado no sólo acen- ivb\J(JI,~, fro~,ÍJ endysis acción de vestir- derse los puntos de contacto no sólo con la tradi-
25). En sentido propio: Mt 3, 4 (un vestido de túa el carácter grandioso y subyugador de la se o ponerse algo* ción sapiencial y apocalíptica del judaísmo poste-
pelo de camello); 6, 25 (el cuerpo es «más conversión de Pablo, sino también -al mismo En 1 Pe 3, 3 en la exhortación dirigida a las rior al AT (cf. Brandenburger), con las ideas de
que el vestido»); 6, 28 (de la preocupación tiempo- los dones que ha recibido por obra mujeres: «Vuestro adorno no sea externo ... Filón (Wilckens, 688, 20ss), sino también con las
nfQL EvM¡,tuto~); 22,11.12 (ev()'U¡,tu yéq.lO'U, del Señor. 2 Tim 4, 17 muestra un contexto ponerse vestidos lujosos (EvMafw~ L¡.tUtLwv formas de pensamiento de los misterios (cf. M.
vestido de boda); 28, 3 a diferencia de Marcos Dibelius, Die Isisweihe bei Apuleius und verwand-
parecido: la descripción del abandono en que xóa¡.to~)>> .
(del vestido del ángel que se apareció junto al te Initiations-Riten, en Dibelius, Botschaft 11, 30-
se vio el apóstol (4, 16; cf. Flp 4, 13) tiene su
79) Y con textos gnósticos o de tendencia gnóstica
sepulcro y que era «blanco como la nieve» punto más intenso en el acentuado contraste (w. Schmithals, Die Gnosis in Korinth, Gottingen
[cf. 17,2 D lat]). En sentido figurado, en 7, con la ayuda y el fortalecimiento que el após- Evbúro (Evbúvro) endyo (endyno) vestir* 31969,246-261,377-382). Quedan puntos oscuros
15, dícese de los lobos que vienen disfrazados tol recibió del Señor. Por eso, en 2 Tim 2, 1 se (véanse las observaciones críticas de P. von der
1. Aparición del término y contenido semántico -
con vestidos de ovejas (EV Ev()'ÚftUOlV nQo- exhorta consecuentemente a Timoteo a que 2. Campo referencial- 3. E1tEvOlÍ0flaL. Osten-Sacken, Romer 8 als Beispiel paulinischer
~átwv). llegue a ser fuerte (¡el verbo está en voz pasi- Soteriologie, Gottingen 1975, 104-124); habrá
Bibl.: M. Bouttier, Complexio Oppositorum: sur les que preguntarse si la explicación basada en la his-
va!) en la gracia de Jesucristo. Ev()'UVU¡.tov Formules de 1 Coro XII.I3; Gal. 1Il.26-8; Col. 1Il, 10, toria de las religiones no debiera tomar más in-
marca un momento clave de la argumenta- 1I: NTS 23 (1976-1977) 1-19; E. Brandenburger,
Evb\JvallÓro endynamoo fortalecer* Fleisch und Geist (WMANT 29), Neukirchen-Vluyn
tensamente como punto de partida de sus refle-
ción: así como Timoteo debe trasmitir lo que xiones el uso diferenciado que se hace de EV()'ÚW
1968, sobre todo 175-177; H. Kaiser, Die Bedeutung
Bibl.: E. Fascher, Dynamis, en RAC IV, 415-458; recibió de Pablo, así también su EV()'Uvu¡,tova- des leiblichen Dasein.~ in der paulinischen Eschatolo- en el NT.
W. Grundmann, olÍval.taL "TA., en ThWNT n, 286- frm corresponde a la conversión del apóstol.
318, esp. 288, 22ss, 313, 40ss. gie I, tesis mecanografiada Heidelberg 1974,58-61; A.
A diferencia de EV()'UVU¡.tów, vemos que EV- Oepke, O1Íw "TA., en ThWNT n, 318-321; U. Wil- a) Gál 3, 27 prueba que EvMw, para Pablo,
1. De las 7 veces que aparece EV()'UVU¡,tów ()'Uvu¡.tovafrm se emplea también en otros ckens, OTOt..f¡, en ThWNT VII, 687-692.
pertenece al contexto del bautismo y significa
en el NT, 6 se encuentran en el «Corpus pau- contextos: Rom 4, 20 tiene una formulación 1. EvMw, con el significado de vestir, poner, vestirse del Kyrios. Esto implica, según 3,
linum»; entre los padres apostólicos, usa el antitética en la cual -+ Enuyyú,Lu sigue sien- aparece 28 veces en el NT. Tan sólo en 2 Tim 3, 28s, la incorporación al aw¡,tu XQlatoií y la
término principalmente Herm (cf. también Ign do formal y materialmente el tema principal: 6 se encuentra la forma alternativa -+ EV()":'VW. presencia de la nueva creación. Rom 13, 14
Esm 4, 2). EX()'UVU¡,tów, lo mismo que el ver- la duda y la fortaleza, la fe y la incredulidad exhorta entonces parenéticamente a que se-
bo afín -+ ()'Uvu¡,tów, tiene el sentido de for- se hallan contrapuestas entre sÍ. En todo ello 2. Además del empleo literal del término mejante incorporación sea la tarea constante
talecer, confortar; en la voz pasiva EV()1)VU- la fe no se entiende como la causa del fortale- (como sucede en Mt 6,25; 22, 11; 27, 28.31; de los cristianos (estableciendo una contrapo-
¡,tovafrm significa fortalecerse, llegar a ser cimiento, sino como una definición más pre- Mc 1,6'; 6, 9; 15,20; Lc 8, 27; 12,22; 15,22; sición entre el indicativo y el imperativo).
fuerte. cisa de ese fortalecimiento. Tal conexión en- Bech 12,21; Ap 1, 13; 15,6; 19, 14; cf. -+ Cuando Col 3, 10 / Ef 4,24 hablan de vestir-
tre nLatl~ y Ev()'Uvu¡,tovafrm es expuesta ev()'U¡,tu), EV()'ÚW aparece en sentido figurado se del «hombre nuevo», se conserva también
2. Ev()'UVU¡,tów se usa principalmente en sobre todo por Hermas (por ejemplo, Herm [v] en textos teológicamente importantes, princi- entonces la conexión con el bautismo. Tal
relación con la teología del apostolado. En 3, 12), pero podría constituir también el fondo
11'
1383 EVOúW - EVEXU 1384
1385 EVEXU - EVEQY¿W 1386

vestirse se efectúa según la -+ dxwv del Cre- EvbÓJ"'1CJt~, Ero~, i¡ end6mesis estructura Aristóteles) y es la que predomina en el NT:
ador, es decir, según Cristo mismo. Ahora EQyÉOftUL, mostrarse eficaz (que aparece 9
interior, material (de construcción)* Mt 5, 10.11; 10, 18.39; 16,25; 19,29; Mc 8, veces).
bien, a pesar de la estrecha asociación, no En Ap 21, 18 dícese de la nueva Jerusalén: ~ 35; 10,7.29 (bis); 13,9; Lc 9, 24; 18,29; 21,
existe identidad entre Cristo y ese hombre evC;wft'llOl<; "tOU "tetX01J<; uiJ"tfí<;, LuaJtL<;, «el 12; Hech 28, 20; Rom 8, 36; 14,20; 2 Cor 7,
nuevo; se mantiene la diferencia (cf. Col 3, material (de construcción) de sus muros (es 2. Mientras que Mc 6, 14 par. Mt 14,2 ha-
12 (ter). La forma ELVEXEV (BlaB-Debrunner §
10). Nuevamente predomina el interés pare- de) jaspe». bla todavía -en el marco de las concepciones
30,3) se halla también atestiguada (Lc 4, 18;
nético. Como se deduce de 2 Cor 4, 16, se tra- demonológicas- de que en Jesús seguían ac-
2 Cor 3, 10). Claro que el decidir en qué pasa-
ta de la realización del hombre nuevo (del tuando las eVVáftCL<; del Bautista ejecutado,
jes aparece cada una de estas tres formas es
hombre hecho a imagen de Cristo) creado en fVÉbQa, a~, i¡ enedra emboscada, golpe algo que está sujeto a cierta incertidumbre por
vemos que evEQyÉW adquiere un marcado
el bautismo. de mano* sentido teológico principalmente en los escri-
las divergencias que existen en la tradición
En Hech 23, 16; 25, 3 dícese de un planea- tos paulinos y deuteropaulinos. Esto sucede
b) Por tanto, evc;úw se usa lógicamente en textual (sobre todo en Mt 19, 5.29; Lc 4, 18
do golpe de mano contra Pablo (cf. 23, 21). también en Flp 2, 13, cuando eVEQYÉw se re-
enunciados que son específicamente parenéti- [Is 61, 1]; 18,29; Hech 19,32; 28, 20; Rom 8,
fiere a acciones humanas (pero cf. la cone-
coso Así sucede en la exhortación a ponerse la 36; 2 Cor 3, 10; 7, 12 [ter]).
xión con el enunciado precedente, cf. infra), y
armadura espiritual (l Tes 5, 8; Ef 6, 11.14, EVEXEV w'IÍwv, por eso (Mt 10, 7 par. Mt
EVEbQEÚro enedreu6 acechar, tramar* en Ef 2, 2, cuando el verbo en participio, que
donde se utiliza una imagen tradicional), y lo 19, 5); EVExa w'IÍ"twv (Hech 26, 21); con el
Le 11, 54: los escribas y fariseos «le ace- determina al JtVEUftU que va en aposición, se
vemos también en Rom 13, 12 Y Col 3, 12). pronombre relativo: OÚ ELVEXEV (Lc 4, 18);
chaban (alnóv)>>; Hech 23, 21: cuarenta refiere a la actividad del «príncipe del poder
Nuevamente se trata de la realización de lo EVEXEV wu q¡UVEQW{}fí.VUL, «a fin de que se
hombres «le acechan (av"tóv, a Pablo)>> pa- del aire».
que sucedió ya en el bautismo, lo cual se in- manifestara» (2 Cor 7, 12); "tLVO<; EVEXU;,
terpreta según la dialéctica entre el indicativo ra matarlo. ¿por qué? (Hech 19, 32). BlaB-Debrunner §
216, 1. 1 Cor 12, 4-6 es especialmente importante
y el imperativo. para una prominente afirmación teológica: en
e) eveúw adquiere de este modo un marca- EVEbQov, OU, 'tó enedron emboscada, gol- una serie triádica que se mueve hacia un clí-
do carácter escatológico, como se ve por 1 Cor pe de mano EVEVÍ)xoV'ta enenekonta noventa* max, vemos que XUQLaftu"tu - eLUxOVLat - ev-
15, 53s. Se escucha aún la imagen del vestido: En Hech 23, 16 v.l. en vez del clásico -+ evÉ- Mt 18, 12.13 par. Lc 15,4.7. En los cuatro EQYlÍftU"tu se ponen en correlación con
sobre la antigua vestidura se reviste uno de la c;Qu. lugares aparece eVEvlÍxov"tu evvÉu, noventa JtVEUftU - X'lÍQLO<; - {}EÓ<;. Esta unidad apare-
nueva vestidura, la muerte es «devorada» por y nueve, referido a 99 ovejas o a 99 justos. ce estilizada retóricamente de manera espe-
la vida. Como lo prueba el motivo de la tras- cial, en todo lo cual se acentúa adicionalmen-
formación (15, 52), la identidad del creyente fVEtI.Éro eneile6 envolver* EVEÓ~, 3 eneas atónito, mudo* te Ó {}EÓ<;, como tercer miembro, por la
en semejante existencia escatológica sigue Mc 15,46: José de Arimatea envolvió en la Hech 9, 7: «los hombres ... se detuvieron ató- predicación divina (seguramente tradicional)
siendo fundamental. Pablo lo explica en 2 Cor sábana el cadáver de Jesús antes de depositar- nitos». que se hace mediante evEQYWV (v. 6). Este
5, 1-5, utilizando el material tradicional (-+ 3). lo en el sepulcro. predicado habla de la omnipotencia (obsérve-
se "tu Jtáv"tu): eVEQyÉw designa a Dios como
3. E3tEVbúo,uu vestirse (o ponerse algo fVÉQYEta, a~, i¡ energeia eficacia, poder al que actúa en todas las cosas. Que la relación
encima) * . El revestirse futuro con el awftu EVEt,.t eneimi estar dentro* actuante
entre EVEQyÉW y Dios no debe concebirse de-
JtVEVftU"tLXÓV (1 Cor 15, 44) se describe en 2 Lc 11,41: "tu evóv"tu, lo de dentro (Tucídi- -+ eVEQYÉw 3.
masiado estrictamente, lo vemos por 12, 11,
Cor 5, 2 como eJtEvc;úaua{}UL. El uso del des IV, 57, 3; PapTebt 11,414,20; Josefo, Bell
donde EVEQyÉW se halla en relación con JtVEU-
verbo compuesto no es casual. Indica que en VI, 183): «¡Dad limosna de vuestro interior!». EVEQYÉro energe6 obrar* ftu. Esta conexión con JtVEUftU se deriva, por
el bautismo tuvo ya lugar un evc;'lÍaua{}at (5,
~. Aparición y significado - 2. Campo referencial - un lado, del papel dominante que adquiere
4). Por tanto, Pablo no ve la muerte como un
3. EVÉQYELU - 4. EVÉQYl]flU - 5. EVEQY~C;. JtVEUftU a partir de 12, 7ss y, por el otro lado,
estado de desnudez (deseable; así en los para- Evnea (EVEXEV, EtvfXEV) heneka (heneken,
heineken) (con genitivo) a causa de, por Bibl.: G. Bertram, EQYov XTA., en ThWNT n, 631-
del hecho de que en el JtVEUftU se manifiesta
lelos que se dan en la historia de las religiones)
(cf. exb'IÍaua{}UL, 5, 4). Sino que es, como el motivo de* 653, sobre todo 649ss; K. W. Clark, The Gentile Bias no sólo el Señor, sino también Dios mismo.
and Other Essays, Leiden 1980, 183-191; E. Fascher,
entrar en la OLXOC;0ftlÍ celestial, un emoyc;'IÍ- EvEXU es una preposición impropia que rige Energeia, en RAC Y, 4-51; E. Grlil3er, Hebr 1 (EKK),
aua{}at que no suprime el comienzo que tuvo genitivo. Además de la forma ática EvEXU (Mt En una manera no diferente de la que ve-
Neukirchen-Yluyn 1990,230-232.
lugar ya en el bautismo (5, 5). 19,5; Lc 6, 22; Hech 19,32; 26, 21), se hizo mos en 1 Cor 12,6, se enuncia en otras partes
más corriente la forma EVEXEV a partir del si- 1. evEQyÉW aparece 12 veces en el NT, que Dios es el sujeto de esta actividad que lo
H. Paulsen glo III a.C. (por ejemplo, en la LXX y en Con el significado de obrar, poner por obra. abarca todo: en Gá12, 8 (bis) como Aquel que
Hay que distinguir de él el intransitivo EV- actúa en los apóstoles (recurriéndose quizás a
1389
1387 1388
1390

un texto auténtico de la reunión tenida en Je- a sí todas las cosas. En Ef 1, 19; 3, 7; 4, 16; iVÉ~Y1),..a, a'to~, 'tó, energema poder
(activo), actuación del poder Ev3v,..Éo,..at enthymeomai reflexionar
rusalén), en 3, 5 como Aquel que produce en Col 1, 29; 2, 12, el uso de EVÉQ"{ELU puede considerar* ,
la comunidad ()'lJváf,l,EL¡;, en Flp 2, 13 (bis) co- considerarse uniforme: es característica tanto -+ EvEQyÉW 4.
Mt 1, 20; 9,4; Hech 10, 19 v.l. (en vez de
mo Aquel que obra propiamente el querer y el la asociación con xutá (excepción: Col 2, ()LEv'fr'lJf,l,ÉOf,l,m). ThWNT 111, 172.
hacer humanos, y en Ef 1, 11 en asociación tí- 12) como también la proximidad a las demás
pica con los enunciados de ta :návtu. Ef 1, expresiones de fortaleza y poder (¡ sobre todo iVE~ytí~, 2 energes eficaz
en Ef 1, 19!), lo cual apenas permite una cla- -+ EVEQyÉW 5.
20 es especialmente característico: el EVEQ-
ydv de Dios es interpretado cristológicamen- ra diferenciación entre ellas. Además del uso
iv-a:'Ú"'1)(Jt~, Ero~, tí enthymesis pensa-
mIento, reflexión*
te; esta interpretación se relaciona con la re- referido a Dios (Col 1, 29) y de la utilización
En el NT EV'fr1Íf,l,TJOL¡; designa siempre la
surrección de Cristo, con el hecho de someter en el contexto de las ideas sobre el oWf,l,u iVEVloyÉro eneulogeo bendecir*
condición de lo impíamente maligno y necio.
a él los poderes, y con el de constituirle como XQWtOU (Ef 4, 16), el término se usa espe- Hech 3, 25: «en tu descendencia serán ben-
Mt 9, 4 y 12, 25: Jesús conoce «los pensa-
Cabeza de la Iglesia (1, 22). cialmente para referirse al poder de resucitar decidas ... » (Gén 22, 18 LXX); Gál 3, 8: «En
mientos de ellos»; Hech 17, 29: EV'fr1Íf,l,TJOL¡;
de entre los muertos (Ef 1, 19; Col 2, 12; Y se- ti serán bendecidas todas las naciones» (Gén
av'frQw:no'lJ, el pensamiento, la reflexi6n de
El intransitivo EVEQyÉof,l,m se halla menos guramente también Ef 3,7). En 2 Tes 2, 9.11 12, 3; 22, 18 LXX). La palabra clave EVE'lJ-
una persona, la consideraci6n humana; en
fijado que EVEQyÉW. Es muy significativo que (-+ también 2), el término acentúa el poder A,0yTJ'fr'JÍoovtm, que aparece en las dos citas
Heb 4, 12 dícese de la palabra de Dios que es
el verbo intransitivo no se refiera directamen- demoníaco de Satanás y de la :nA,ávTJ origina- efectuadas por el NT, se halla en los dos pasa-
«juez de los pensamientos y de las intencio-
te a Dios. El sujeto de la acción verbal puede da por él. jes del AT citados. Por eso, en Hech 3, 25, la
nes (EvVOLWV) del corazón». ThWNT 111,
variar. Por un lado, EVEQyÉOf,l,m se asocia con variante textual EVA,0YTJ'frlÍoovtm (B A *) de- 172s.
los poderes hostiles a Dios que esclavizan al 4. EVÉQ"{,,~a poder (activo)* no aparece be preferirse por ser la lectura más difícil; cf.
hombre y actúan en él: así se afirma en Rom en el NT sino en 1 Cor 12, 6.10. En ambos T. Holtz, Untersuchungen über die alttesta-
7, 5 de las pasiones de la áf,l,UQtLU; en 2 Cor versículos, el significado del término se acer- mentlichen Zitate bei Lukas, Berlin 1968,71-
76; ThWNT 11, 762s. EVt eni hay*
4, 12, del poder de la muerte, y en 2 Tes 2, 7, ca al de XUQtOf,l,Utu; en 12, 6 el sentido es ca-
del misterio de la avof,l,Lu. Por otro lado, en EVL aparece en lugar de EVWtLV (BlaB-De-
si el mismo, mientras que en 12, 10 el térmi- brunner § 98). En el NT, siempre acompañado
una faceta positiva, el sujeto del verbo puede no acentúa más intensamente la relación con de la negación: ovx EVL, no hay (1 Cor 6, 5;
ser el Myo¡; 'frwu (1 Tes 2, 13; cf. 1 Cor 16, las ()'lJváf,l,EL¡; (cf. de manera especial 2 Cor ivÉx ro enecho tener rencor contra; en voz
pasiva, estar sujeto a* Gá13, 28 (ter); Col 3, 11; Sant 1, 17.
9; Heb 4, 12), la :nuQáxA:rIOL¡; (2 Cor 1, 6; so- 12, 12).
bre la crítica textual cf. R. Bultmann, Der Mc 6, 19: Herodías guardaba rencor a Juan
zweite Brief an die Korinther [KEK], 29s), la el Bautista. Lc 11, 53: ()ELVW¡; EVÉXELV, ser
:nLOtL¡; que actúa en el amor (Gál 5, 6), la EV- 5. EVfQ"{tlS eficaz, activo* sirve en 1 Cor muy hostil, dícese de los adversarios de Jesús. iVtav'tó~, olí, Ó eniautos año*
ÉQYELU como poder de Dios (Col 1,29), Y fi- 16, 9 para esclarecer la situación misionera. Gá15, 1: «¡y no os sometáis de nuevo al yugo Bibl.: Bauer, Worterbuch, S.V.; Liddell-Scott, S.V.;

nalmente -en los escritos no paulinos- la ora- Cuando aparece en la imagen de la puerta de la esclavitud!» (presente de imperativo de Pape, Worterbuch, s. v.
ción (Sant 5, 16). abierta (cf. 2 Cor 2, 12), EVEQYlÍ¡; se orienta la voz pasiva: EVÉXW'frE). ThWNT 11, 828.
principalmente a la cosa representada por la 1. En el griego clásico EVLU'lJtÓ¡; se usa
imagen y rompe, por tanto, el marco de la generalmente para referirse a cualquier perío-
3. EVÉQ"{Eta* en el sentido de eficacia, misma: hay que acentuar la posibilidad de una do cíclico fijo de tiempo (según Platón, el tér-
poder actuante, aparece 8 veces en el NT (cf.
iv3ábE enthade (adv.) aquí, hacia aquí* mino se deriva de EV ÉU'lJt@, a diferencia de
proclamación abierta y clara (cf. 1 Tes 2, 13). En el NT, aparece únicamente en LucaslHe-
Fascher sobre el uso diferente, más concep- Flm 6 recuerda esencialmente a Gál 5, 6 (-+ EtO¡;, «año», que se refiere a una unidad de
c.hos (6 veces) y en Juan (2 veces). En el sen- tiempo más breve. En el griego de la Koiné
tuoso, de EVÉQ"{ELU en la literatura helenísti- 2): la comunidad de la fe demuestra ser eficaz tido de hacia aquí en Jn 4, 15.16; Hech 25, usado en el NT, esta distinción se había perdi-
ca); este término queda sorprendentemente por su conocimiento de todo lo que es bueno 17; en el sentido de aquí en Lc 24, 41; Hech do en buena parte.
relegado a segundo plano en comparación con (para la interpretación del sentido cf. también 1~ 18; 1~28; 17,6;25,24.
el campo léxico de ()1ÍVUf,l,L¡;, con el que tiene P. Stuhlmacher, Philemon [EKK], 33s). Final-
estrechos contactos. Es significativo que el mente, en Heb 4, 12 EVEQYl͡; se emplea junto 2. Por lo general, EVLU'lJtӡ; se usa en el
término aparezca tan sólo en el sector de los con el predicado -igualmente tradicional- NT como un término neutro para referirse al
textos paulinos y deuteropaulinos. Flp 3, 21,
Ev3EV enthen (adv.) de aquí, de este lugar* tiempo. Jn 11, 49(.51); 18, 13 hace referencia
l;wv para expresar sentenciosamente la im-
recogiendo un fragmento tradicional (3, 20s), Mt 17, 20: Diréis a este monte: «¡Despláza- a un período fijo de un año: «Caifás, sumo sa-
portancia del Myo¡; tOU 'frEQu. . te de aquí hasta allá (EXEL)!»; Lc 16,26: «los
ofrece una formulación cristológica: Cristo, cerdote de aquel año». - Un período definido
qUe quieran pasar de aquí a vosotros». (¿quizás más largo?) de tiempo para indicar la
como el OWtlÍQ, adquiere el poder de someter H. Paulsen
1391 EVLU'U'tÓ~ - EVLO't'l]flL 1392 1393 EVLO't'l]flL - Evvoflo~
1394

residencia en una ciudad, se expresa por me- mente el poder de la oración, se hace referen- también en 2 Tim 3, 1: «en los últimos días
cia al milagro de Elías relatado en 1 Re 17, 1; en contraposición a UVÓwúe:;, lo mismo que en
dio de EvLUV'tÓe:; (en acusativo) en Hech 11, vendrán tiempos malos». ThWNT II, 540; A.
18, 1. Por la palabra del profeta se produce 1 Cor 9, 21. Los pocos testimonios que halla-
26; 18, 11; Sant 4, 13. En Hechos se hace re- M. G. Stephenson: StEv IV (1968) 442-451.
una señal de castigo: no llueve durante tres mos en la LXX (Eclesiástico, prólogo; 14,36
ferencia con este término a un período de ac- [adv.]; Prov 31, 25 [adv.]) se refieren a la con-
tividad misionera; en Santiago se piensa en un años (cf. también Lc 4, 25; Ap 11, 6). El pe-
iVlO'XÚro enischyo (en sentido intransiti- ducta que se ajusta a la ley de Dios. Fuera de
período indefinidamente largo de tiempo (en ríodo de tres años y medio no está docu-
vo) recobrar fuerzas; (en sentido transiti- los escritos bíblicos, EVVOf!Oe:; significa en ge-
contraposición al siguiente día). mentado en el AT, sino que tiene su origen se-
vo) fortalecer* n~ral «reglamentado por la ley» y, por tanto,
guramente en las tradiciones del judaísmo
Lc 22, 43: un ángel del cielo «que le con- «Justo, acorde con el orden jurídico», por
3. En Hebreos se emplean indicaciones de temprano. Desde Dan 7,25 (Ap 11,2; 12, 14),
fortaba»; Hech 9, 19: «tomó alimentos y co- ~jemplo, en Platón, Leg 921c; Resp 424e.
tiempo para referirse a actividades rituales del los períodos de tres años y medio se conside-
bró fuerzas». EVVOf!Oe:; con genitivo (como en 1 Cor 9, 21)
culto. Heb 10, 1.3 habla del sacrificio anual ran como tiempo de persecución y de calami-
aparece también, por ejemplo, en Sófocles,
de animales dispuesto por la ley del antiguo dades. Ant 369.
pacto. Se acentúa lo insuficientes que eran ta- De manera parecida en Ap 9, 15: al sexto to- ivx- ~ eyx-.
les sacrificios. Más aún, en vista del nuevo que de la trompeta, se desatan los cuatro ánge-
2. En Hech 19, 39 la expresión EV'tñ EV-
sacrificio de Jesús, el sacrificio anual de ani- les atados junto al Eufrates (se hace referencia VÓf!<P EXXAl]OL~ (cf. SIG II 672,37) se ;efie-
males no tiene ya ningún sentido, porque no probablemente al reino de los partos), que ivvÉa ennea nueve* re a la propuesta hecha por el secretario mu-
conduce a la perfección, sino que lleva -a lo «habían sido preparados para la hora y el día y Lc 17, 17: «Pero ¿dónde están los nueve?». nicipal de la ciudad de Efeso en el sentido de
sumo- al recuerdo anual de los pecados, lleno el mes y el año», es decir, para el gran día de En los demás lugares: Mt 18, 12.13 par. Lc que el litigio entre Demetrio y Pablo se trata-
de resignación. Heb 9, 7.25 hace referencia a la ira (Ap 6, 17); aquí se enlaza con tradicio- 15, 4.7 siempre -+ EvEV~XOV'tU EVVÉU, no- ra «de manera acorde con las leyes (no en
la ordenanza del antiguo pacto de que única- nes apocalípticas acerca del «día de Yahvé» venta y nueve. forma tumultuaria) en la asamblea de la ciu-
mente el sumo sacerdote podía entrar, una so- (cf. 112, 1-11; 3, 1-4; 4, 15-17; Am 5, 18-20). dad», porque no tenía por objeto las usuales
la vez al año, en el lugar santísimo (Ex 30, 10; demandas por daños, con arreglo a las leyes
Lev 16, 2-28: Aarón); también esta práctica 5. En Gál 4, 10 Pablo advierte a la comu- iVVEÚro enneuo hacer una señal (con la ca-
civiles (v. 38). Lo contrario de todo ello es el
quedó superada en Jesús, quien logró una re- beza), preguntar por
nidad contra una recaída en la esclavización a «alboroto» (ovo'tQoq:>~, V. 38) promovido es-
dención definitiva en su manifestación única Lc 1,62: «Entonces preguntaron por señas
los vanos «poderes del mundo». Se refiere en a su padre ... ». . pontáneamente por Demetrio. Según informa
-al fin de los tiempos- por medio de su sacri- concreto a una «piedad del calendario». De- Crisóstomo (Hom. 42, 2), la asamblea ordina-
ficio «perfecto». nuncia, por un lado, un culto astrológico su- ria de la ciudad se celebraba tres veces al mes.

4. EvLUV'tÓe:; tiene importancia histórico-


persticioso que resultaba atractivo para los EVVOla, tí
a~, ennoia pensamiento, senti-
cristianos gentiles, y, por otro lado, denuncia miento, intención* 3. En 1 Cor 9, 19-23 Pablo expone apolo-
salvífica en Lc 4, 19. Jesús lee en la sinagoga también una observancia judía legalista de los Heb 4, 12: la palabra de Dios es «juez de los géticamente la libertad de su apostolado deter-
de Nazaret el pasaje de Is 61, ls y se aplica a tiempos. De esta manera sitúa al judaísmo al pensamientos y de las intenciones (EVVOLWV) minado por la cruz. Para los judíos él se hizo
sí mismo el pasaje bíblico leído: «Hoy se ha mismo nivel que el paganismo. Al apóstol lo del corazón»; 1 Pe 4, 1: «también vosotros de- «como uno que está bajo la ley» (me:; 'Ím:o vó-
cumplido esta Escritura en vuestros oídos» (v. que le interesa supremamente es la pureza de béis armaros con los mismos sentimientos» f!ov, V. 20), y para los que están sin ley, él se
21). Ha comenzado el año de gracia «acepta- la piedad cristiana. (como Cristo en sus padecimientos). ThWNT hizo «como alguien sin ley» (me:; avof!oe:;, V. 21)
ble» (ClEX'tÓe:;) para Yahvé, el «año jubilar» de IV, 966-968. f!lJ wv avvof!oe:; {}wu UA/..' EVVOf!Oe:; XQLO-
R. Kratz
la liberación (Lev 25, 10 LXX), el tiempo del 'toil, «aunque no estoy desligado de la ley de
establecimiento del reino de Dios, es decir, Dios, sino que me hallo bajo la ley de Cris-
según los períodos que Lucas establece en la EVVO .... O~, 2 ennomos legal (previsto por la to». Los genitivos {}EOil y XQLowil están de-
historia de la salvación (el tiempo del antiguo iVtO''tl)'U enistemi ser inminente; en preté- ley), sometido a la ley* terminados por el VÓf!oe:; que se contiene en
pacto -el centro del tiempo- el tiempo de la rito: estar presente* ambos adjetivos (cf. BlaB-Debrunner § 182,
Bibl.: C. H. Dodd, ENNOMOL XPIITOY, en FS
Iglesia), el tiempo libre de Satanás, el tiempo 2 Tes 2, 2: «el día del Señor está aquí (EV- ~e Zwaan, 96-110; G. Friedrich, Das Gesetz des Glau- nota 4). Por consiguiente, la fe en Cristo libe-
de Jesús. Es significativo que la cita, en Lu- ÉO'tl]XEV)>>. Heb 9, 9: Ó XaLQoe:; Ó EVEO'tl]XWe:;, ens Rom 3, 27, en Id., Auf das Wort kommt es ano Ge- ra al apóstol de «hallarse bajo la ley (judía)>>,
cas, se interrumpa antes del anuncio de la el tiempo presente; Gál 1, 4: Ó ULWV Ó Ev- ~~~melte Aufsatze, Gottingen 1978, 107-122 esp.
s; W. Gutbrot, EVVOfloC;, en ThWNT IV, 1080. pero no lo desliga por ello, ni mucho menos,
venganza de Dios (Is 61, 2b): el Mesías Jesús EO'tWe:;, el tiempo presente del mundo. Por con- de las exigencias de la ley de Dios. Lejos de
es el que trae la salvación, no el mensajero traposición a lo futuro (f!ÉA.AOV'tU) se halla 1. En el NT, el adjetivo aparece únicamen- eso, esas exigencias llegan a él de manera de-
que anuncia el juicio. EVEO'tW'tU, lo presente, en Rom 8, 38 Y 1 Cor te en Hech 19, 39 Y 1 Cor 9,21; encontramos finitiva como exigencias de Cristo. Por eso,
EvLumóe:; en Sant 5, 17 tiene carácter de 3,22. En el sentido de inminente en 1 Cor 7, además el adverbio EvVÓwúe:; como V.l. en Pablo es judío para los judíos, y puede hacer-
historia de la perdición: para asentar firme- 26: «la inminente aflicción», y probablemente Rom 2, 12 en lugar de EV VÓf!<P, y por cierto se gentil para los gentiles, de tal manera que
1395 EVVO¡1O~ - EVOLXÉúl 1396
1397 EVOLXÉúl - EVOXA.éúl

ni los gentiles tengan que ser puestos bajo la bra de Cristo (Col 3, 16), Dios (2 Cor 6, 16) o
ello. Asimismo, la fe que habita en una per-
ley ni los judíos deban ser desligados violen- la fe (2 Tim 1,5). Y el hombre mismo o la co-
sona, debe desarrollarse incesantemente (2
1-6.~2-16~, la .cual, a pesar de su unidad,
tamente de la ley. En ello se confirma la liber- munidad (2 Cor 6, 16; Col 3, 16) se convier- conhe.ne ~IversIdad de ministerios (4, 7-11):
Tim 1, 5s) y determinar la vida del creyente.
tad de Pablo para obedecer únicamente al en- ten en el objeto de la acción verbal, en el es- «En ~Ingun pasaje de~ NT se aCumulan tanto
cargo de Cristo. Por tanto, VÓ¡We; «se usa en pacio en que se habita. Para que pueda conservar la tradición paulina las formulas de la umdad como al . "
sentido impropio en EVVO¡We;» (H. Conzel- contra los falsos maestros, Dios concede fuer- di, ' prInCIpIO
e . a parte parenetIca de nuestra Carta» J.
mann, Der erste Brief an die Korinther [KEK], 2. En Rom 7, 17 Pablo recoge la idea anti- za a Timoteo -ministro de la Iglesia- por Gmlka, Epheserbrief [HThK], 145). (
sub loco). Pablo nos ofrece con estos términos gua y muy difundida, según la cual poderes medio de su Espíritu, que le fue comunicado , <~Esforzaos por conservar la unidad del Es-
un juego de palabras, es decir, una formula- extraños escogen al hombre como morada y en la ordenación por medio de la imposición pmtu por medio del vínculo de la paz» (4
ción paralela al término avo¡We;, usado con pretenden dominarle. El cuerpo del hombre se de las manos, y que ahora habita en él (2 Tim 3). El,.v. 3 .concluye una extensa sentenc'la'
más frecuencia (cf. Friedrich, 114: «formula- convierte en la «casa» o «templo» de demo- 1, 14). parenetIca Introducida por JtaQaxaAW (vv.
ción ingeniosa»; cf. también VÓ¡,We; rcLotEúle;, nios (--+ ClaL¡tÓVLOV, --+ OLXÉW, --+ XatoLxÉw; 2 Cor 6, 16, con una cita combinada de Ez 1-3), y constituye su punto culminante. El
Rom 3, 27; VÓ¡We; tOU JtvEú¡tatOe;, 8, 2; cf. Mt 12,45 par.; Billerbeck I1I, 239; Michel, 37, 27 Y Lev 26, 12, quiere demostrar que la Espí~itu Santo es quien obra esa unidad (toU
vó¡toe; tOU XQLOtOU, Gál 6, 2). No se contra- 128). Por ejemplo, según TestNef 8, 6, el de- comunidad es el templo en el que Dios habita JtvE~~atoe; e~ genitivo que desempeña la
pone una «ley de Cristo» a la ley judía, sino monio habita en el pecador «como en su pro- (e,n la LXX se emplea el verbo xataoxT/- funclOn de sUJeto; pero sería posible otra
que la fórmula nos hace ver claramente que pio receptáculo». Lo decisivo en todo ello es vow) y anda. Aquí se recoge la idea del AT traducción: unidad «espiritual»). La unidad
aquel que está ligado al encargo de Cristo, sea que ese poder posee constantemente al hom- según la cual Dios puede habitar en el templo existe ya, pero debe conservarse; puede
judío o gentil, no vive bajo la ley ni tampoco bre, lo domina y lo tiene bajo su poder. Y, así, terreno. Y esta idea se aplica a la comunidad p~rderse. El vínculo de la paz, es decir, el
está desligado de la ley, sino que se ajusta el pecado, según Rom 7, 17, no sólo controla que es templo de Dios (cf. 1 Cor 3, 16s). ' vI~culo que consiste en la paz, produce la
verdaderamente a las exigencias de la ley de las acciones del hombre (de esta manera pien- umda~. En los vv. 4-6, hay siete expresiones
Dios (en contra de Dodd). sa C. K. Barrett, Romans [BNTC], sub loco), R. Dabelstein con ELe; que describen en qué consiste la
H. Balz sino que además actúa en lugar de la persona unidad.
(7, 18) Y en contra de su voluntad expresa (8, «Hasta que todos lleguemos a la unidad de
20). El pecado obliga a la persona a hacer lo EVOQxí~ro enorkizo conjurar, encargar so- la fe.y al conocimiento del Hijo de Dios ... »
EVV"X« ennycha (adv.) de noche* lemnemente* (4, 13). Esta parte del versículo es introducida
que ella no quiere, y la impulsa a la perdición.
El acusativo plural neutro del adjetivo EV- Tan sólo el Espíritu de Dios es capaz de redi- 1 Tes 5, 27: «Os encargo solemnemente por por ¡tÉX,QL, que expresa no sólo el aspecto
vux,oe;, -OV, «nocturno», se emplea como ad- mir totalmente de esos poderes que producen el Señor (tOV XÚQLOV) ... » seguido de infiniti- temporal sino también la meta u objetivo.
verbio con el significado de durante la noche: vo completivo. ThWNT V, 465. Juntamente con las otras dos frases que en el
la muerte (Rom 7, 2ss). Cuando el Espíritu de
Mc 1, 35: JtQWL Evvux,a ALav, «muy de ma- Dios pone su morada en una persona (8, 11), v. 13 enuncian la finalidad -¿se hallarán las
drugada, antes del amanecer». entonces la posee totalmente y reorienta toda tres en el mismo plano?- señala cuál es la me-
su vida. Al mismo tiempo, el Espíritu esta- tvó'tl)~, l)'to~, tí heno tes unidad* ta final hacia la que los diversos ministerios
blece una íntima relación con Cristo (8, 9ss), Bibl.: K. M. Fischer, Tendenz und Absicht des Ephe-
deben conducir. La unidad se describe aquí
EVOlXÉro enoikeo habitar en/entre* y es el garante de la resurrección (8, 11). La serbriefes, Giittingen 1973, 40-78; S. Hanson, The como un ideal al que debe aspirarse. Consiste
Bibl.: O. Michel, ol'Xoe:; 'X-rA., en ThWNT V, 122- idea de que Dios mora en una persona apare- Umty of the Church in the NT, Uppsala 1946, 148- en la fe y en el conocimiento del Hijo de
161. 155; Kase!flann, Versuche 1, 284-287, 288-292; E. Dios, o nace de ellos. Por medio de esta cua-
ce por primera vez en Filón. El designa, por Stauffer, de:;, en ThWNT n, 432-440, esp, 438; A,
ejemplo, al alma como «casa de Dios» (Som Vanhoye, L'épitre aux Ephésiens et l'épitre aux Hé-
lificación se ve claramente que el autor pien-
1. EVOLXÉW designa en la LXX la habita- sa nuevamente en algo que los creyentes ya
1, 149). breux: Bib 59 (1978) 198-230, sobre todo 207-208,
ción o asentamiento de las personas en la tie- poseen. Pero deben ahondar en ello; pueden
rra, en el campo, en las montañas o en las ciu- Cuando Col 3, 16, en paralelo con la exhor-
tación «la paz de Cristo reine en vosotros co- En el NT ÉVÓtT/e; aparece tan sólo 2 veces: crecer en ello y acrecentarlo por medio de su
dades, y al mismo tiempo la posesión de esos Ef 4, 3.13; la v.l. en Col 3, 14 es totalmente propio esfuerzo.
lugares. Y, así, el participio OL EVOLXoUvtEe; razones» (v. 15), pide encarecidamente: ó AÓ-
secundaria. ÉVÓtT/e; es una palabra clave muy
es el término acuñado para designar a los «ha- yoe; toiJ XQLOtoiJ EVOLXdtw EV Ú¡tLV JtAOU- J. Lambrecht
usada por Ignacio de Antioquía (por ejemplo,
bitantes» o «moradores». Nunca se menciona oLwe;, ello quiere decir que la comunidad debe
IgnEf 4, 2; 5, 1; 14, 1; IgnFil 2, 2; 3, 2; 5, 2;
a Dios como sujeto de ese verbo. En cambio, dar al mensaje cristiano el espacio que le co- 8, 1; 9, 1).
es completamente distinta la manera de hablar rresponde y debe dejarse influir por él, de tal EVOXAÉro enochleo atormentar, molestar*
del NT. Aquí el hombre no es nunca sujeto, manera que la palabra de Cristo pueda desple- En la sección parenética Ef 4, 1-16, Évó- Lc 6, 18: «Los que eran atormentados por
pero sí lo es el pecado (Rom 7, 17), el Espíri- gar su eficacia y su poder y obre en la comu- t~e;, juntamente con las expresiones de;, OL espíritus inmundos (oL EVOX,AOÚ¡tEVOL aJtó ... )>>.
tu de Dios (Rom 8, 11; 2 Tim 1, 14), la pala- nidad una conducta que sea acorde con todo JtavtEe; y ow¡ta, acentúa la necesaria unidad En Heb 12, 15 el verbo se emplea en sentido
(probablemente amenazada) de la Iglesia (4, absoluto: causar dificultades.

il
1399 EVOXO<; 1400 1401 1402

EVOXO~, 2 enochos culpable, sujeto a* 1). La ejecución queda reservada para Pilato, naclOn. Esta concepción concuerda con la bién -más vigorosamente- como un mandato.
porque es evidente que a los judíos se les predicación de Jesús, que es primariamente Pero muy pronto hay un desplazamiento en el
Bibl.: H. Hanse, EvÉXW, EVOXO<;, en ThWNT n, había privado de la ejecución de sentencias ca- mensaje de salvación. Pero, eso sí, no deja de sentido, y éste se aplica ya a la trasmisión de
828; R. Pesch, Das Markusevangelium 1 (HThK), pitales. - Cuando el relato se traslada del «mun- tenerse en cuenta el juicio; queda intacta la li- instrucciones y mandamientos divinos. Así
Freiburg i. Br.,1976-1977, 209-221; n, 439-441; E. do narrativo» de Marcos al «mundo descrito» bertad humana, que puede decidirse en contra sucede también en la LXX (cf. tan sólo Gén 2,
Schweizer, Das Evangelium nach Matthiius (NTD),
Giíttingen 1973, 68-72; F. Thiele, EVOXO<;, en DTNT 1, por Mateo, vemos que la versión de Mateo del ofrecimiento que Dios hace de su gracia. 16). En el AT se hace referencia con este mis-
387. adquiere más intensa estilización que la ver- mo término a los mandamientos dados por re-
sión de Marcos, la cual informa sobre más de- 6. Sant 2, 10 corresponde en su contenido yes (Gén 12,20; Faraón; 2 Sam 18,5: David)
1. evoxo~, por derivarse etimológicamen- talles, que se basan seguramente en datos his- a lo que se dice en Mt 5, 17-19. - En 1 Cor 11, y por Moisés. Un empleo parecido se señala
te de EVÉXO/laL, tiene el significado básico de tóricos. 27 la terminología forense se eleva al plano en el NT.
estar aferrado a algo, y -en sentido figurado- de los conceptos teológicos simbólicos (véan-
de estar sometido, expuesto a algo, caído en 4. evoxo~ seguido por el dativo aparece se también los vv. 28ss). 2. En dos pasajes EV"tÉAAO/laL designa un
algo; casi siempre se emplea como término únicamente en Mt 5, 21 s para indicar el tribu- R. Kratz mandamiento puramente profano: Mc 13,34;
forense: culpable, reo. El vocablo se constru- nal que debe juzgar. En la antítesis (5, 21a Heb 11,22.
ye con genitivo y dativo, indicando el geniti- [b?].22a), seguramente auténtica, Jesús -fren-
vo la culpa o el delito (Mc 14, 64 par. Mt 26, te a la ética jurídica del AT- presenta la ética 3. Primeramente, en las citas que el NT
66), el objeto contra el que uno ha delinquido radicalizada de un amor ilimitado al prójimo. hace de los LXX vemos cómo EV"tÉnO/laL se
(Sant 2, 10; 1 Cor 11, 27), o el castigo (Mc 3, El juicio de Dios se convierte en la instancia usa para referirse a un mandamiento divino:
29); el dativo indica cuál es el tribunal que ha suprema que decide sobre toda falta de amor. EvtaAf.la, ato~, 'tó entalma mandarniento* Mt 4, 6 par. Lc 4, 10 en el marco de la histo-
de juzgar (Mt 5, 22). Por las adiciones redaccionales del v. 22b.c EV'táA/lu"tu CtV'frQó:m;wv (Is 29, 13), man- ria de las tentaciones (Q); Heb 9, 20 con cita
(que seguramente pretenden caricaturizar una damientos de hombres, Mc 7, 7 par. Mt 15,9; de Ex 24,8 (cf. también Mc 14,24 par.), pero
2. El único pasaje del NT en el que Col 2, 22. en este caso la LXX emplea el verbo 6LÉ~E"tO.
doctrina farisaica y casuística sobre la ley),
evoxo~ no aparece en sentido forense ni en
ItQLaL~ en el v. 22a puede designar únicamen- A los mandamientos de Dios se refiere Mt 15,
sentido figurado, es Hebreos 2, 15. Claro que
te el tribunal local de justicia, con lo cual se 4 v.l. (Sin* C Koiné L W 0106); aquí la obli-
también en este caso evoxo~, por el contexto, Ev'taq.>tá~O) entaphiazo sepultar, preparar
logra una progresiva intensificación de los ni- gatoriedad moral del quinto mandamiento,
tiene una denotación negativa (<<sujeto a es- para la sepultura *
veles en los que se juzga (tribunal local - sa- que los fariseos eluden mediante el voto del
clavitud»); la servidumbre brota del temor a Mt 26, 12: :rtQo~ "to EvWcpLáOaL /lE, a fin de
la muerte. Pero Jesús ha quebrantado el poder nedrín - infierno de fuego). El clímax, segura- corbán, se contrasta con las tradiciones de los
mente incongruente, en la mención de los prepararme para la sepultura; Jn 19,40: «co- antiguos (:rtuQá6ooL~). Cual mera observan-
de la muerte, cuyo señor es el diablo. Y lo ha mo es costumbre sepultar entre los judíos».
hecho haciéndose semejante a los hombres y delitos y de las instancias judiciales se com- cia de la ley, puede apelarse a Dios en contra
pasando por los padecimientos y la muerte. prende quizás mejor, si lo de «loco» se en- de la voluntad de Dios (por ejemplo, en los
Por la muerte sacrificial de Jesús, que es el tiende como una denominación despectiva del preceptos relativos a la pureza; cf. también
impío (cf. Sal 14, 1; 94, 8 y passim). Entonces EVtaq.>t(l(Jf.ló~, olí, Ó entaphiasmos la se-
Sumo Sacerdote, quedó definitivamente ven- Mc 2,27; 7,1-23). - En Hech 13, 47 la misión
se estaría dando a entender: el que vulnera las pultura, entierro*
cido el poder de Satanás, y la humanidad que- entre los gentiles se justifica mediante el en-
relaciones humanas, se hace reo del juicio hu- Mc 14, 8: «con anticipación ha ungido mi
do redimida. cargo divino dado en Is 49,6.
cuerpo para la sepultura»; Jn 12, 7: «para el
mano; el que trastorna las relaciones con
Dios, se hace reo del juicio divino. día de mi sepultura». 4. Como en la tradición judía, vemos que
3. evoxo~ se usa frecuentísimamente en
sentido forense. En Me 16,64 par. Mt 26,66,
en el proceso ante el sumo sacerdote, se acu- 5. Precisamente sobre el trasfondo de Mc
14, 64 adquieren todo su perfil las palabras de
. ,~ ~
IW'tEII.II.0f.lat entellomai encargar, ordenar,
en el NT los estatutos e instrucciones de la To-
rá, prescritos por Moisés, pueden dejar de
considerarse como mandamientos: Mc 10, 3
sa a Jesús de blasfemia contra Dios (se ajusta mandar, dar órdenes *
a esta acusación el gesto de desgarrar las ves- Jesús en Me 3, 29, que seguramente son au- par. Mt 19, 7 (certificado de divorcio: Dt 24,
tiduras). A la blasfemia le corresponde la pe- ténticas. Todos los delitos (contra los hom- Bibl.: Bauer, W6rterbuch, 513s; H. H. EBer, EV- 1); Jn 8, 5 (lapidación de una mujer adúltera:
bres) e incluso las blasfemias (contra Dios) se "tOAi¡, en DTNT III, 28-37; G. Schrenk, EV"tÉA.A.OflaL
na de muerte, según Lev 24, 10-16; Núm 15, Dt 22, 23s).
lt"t~., en ThWNT n, 541-543. Cf. más bibliografía en
30s. Por tanto, los miembros del Consejo, am- perdonan; únicamente la blasfemia contra el --> EV"tOAi¡.
parándose en la ley, pueden juzgar y condenar Espíritu Santo no se perdona. Esto significa: 5. En la tradición de Jesús, EV"tÉAAO/laL se
a Jesús como reo de la pena capital. La deci- el que rechaza la gracia de Dios (que se con- 1. EV"tÉAAO/laL se usa de ordinario, tanto emplea únicamente en el contexto de las pala-
sión del sanedrín debe entenderse en el senti- creta en la disposición para perdonar, ofrecida en el griego clásico como en el griego tardío, bras de revelación de Jesús acerca de sí mismo.
do· de una convicción de culpa, no en el de incondicionalmente por Jesús) en la acción de en el sentido puramente profano de un encar- El mandamiento del amor, que aparece ya
una sentencia que deba ser ejecutada (cf. 15, su Espíritu, se hace culpable de eterna conde- go, una disposición o, puede entenderse tam- inicialmente en el material de sentencias de
1403 1404 1405 1406

Menschen im NT, München 1974 IX-160, especial- passim~. Pero se:ía un error el deducir de ahí que
los Sinópticos, se desarrolla plenamente en EvniHh,v enteuthen (adv.) de aquí* mente 55s; S. Lyonnet, «Tu ne convoiteras pas» (Rom el Judalsmo se VlO «ante una inmensa multitud de
Juan, donde se considera a este mandamiento Como adverbio de lugar: Lc 4,9; 13,31; Jn VII 7), en FS Cullmann (1962), 157-165; Id., L'histoire preceptos» que dificultaban con su peso abruma-
como la suma de los mandamientos; nada 2,16; 7, 3; 14,31; 18,36. EvTE'Ü{tEV xaL EV-
du salut selon le chapftre 7 de /'épftre aux Romains: dor la captación del carácter uniforme de la vo-
puede ponerse ya en juego en contra del amor Bib 43 (1962) ll7-151; A. Nissen, Gott und der
TE'Ü{tEV (Jn 19, 18) o EVTE'Ü{tEV xaL EXEL{tEV lunta~ divina (así Schrenk, 543, 47s; Sand, 42).
Niichste im antiken Judentum (WUNT 15), Tübingen
(Mt 15, 4, ---> 3). Claro que «amor» en Juan La ~md.ad de la voluntad divina viene dada por la
(Hech 22, 2), a ambos lados. Para indicar la 1974; S. Pancara, The Law in the Fourth Gospel
está cualificado no sólo cristológica y trinita- (NovTS 42), Leiden 1975,431-451; B. Renaud, La loi tora (NISSe?, 33,0-416), por lo cual era ya imposi-
razón o el origen, Sant 4, 1: <<por esto, por ble para el J~d~lS~O -y no llegó a serlo sólo para
riamente sino también soteriológicamente. El et les lois dans les Livres des Macabées: RB 68 (1961)
vuestras pasiones ... ». 39-67; A. Sand, Das Gesetz und die Propheten (BU Mateo- el dlstmgUlr «entre la ley (Vóf.lo~ como la
amor entre el Padre y el Hijo produce vida
ll), München 1974,33-36 (sobre Mateo); G. Schrenk, suma de los VÓ[.tOL) y los distintos mandamientos
eterna en la entrega que el Padre hace del Hi-
EV't€U~t~, €O)~, ÍJ enteuxis intercesión, ora- EVtÉAAO~taL, EVtoA~, en ThWNT n, 541-543; Spicq, de la Torá (EVTOAUl»> (en contra de Frankemolle
jo y en la entrega que el Hijo hace de sí mis- Notes I, 250-252; G. Strecker, 1-3 Joh (KEK), Gottin- 296. Lo poco que el VÓ[.to~ se entendió en el ju~
ción*
mo en favor de los discípulos y, con ello, en gen 1989, 105s, 200-203. Cf. más bibliografía en daísmo como la suma de VÓf.lOL, lo vemos ya por
1 Tim 2, 1, en la exhortación a hacer ()EY¡- ThWNT X, 1079.
favor de la comunidad de salvación. En el la manera de hablar de la LXX: con excepción de
amor del Hijo al Padre, no hay contradicción OEL<;, JtQooEvXá<;, EVTE1Í SEL<; EuxaQwTLa<; Neh 9, 13, se habla únicamente en «ambiente
«por todos los hombres»; 4, 5: Todo lo creado gentil» acerca de los VÓf.lOL de la Torá: Jdt 11, 12;
entre el cumplimiento del mandato del Padre 1. EVTOAY¡ aparece 67 veces en el NT, 42 de
(xa{tw<; EVETElAU1;Ó fWL Ó JtaTY¡Q) y la obe- es bueno y nada se debe rechazar, «porque es Est 1, 15.19; 3, 8.13; 8, 11.13; 1 Mac 10,37. So-
ellas en singular y 25 en plural. Hay tes-
diencia y libertad del Hijo (Jn 14, 31). Así co- santificado mediante la palabra de Dios y la ora- bre la manera especial de hablar del libro segun-
timonios del término en casi todos los escritos do de Macabeos cf. Renaud).
mo el Hijo guarda los mandamientos del Pa- ción (al recibirse los bienes, vv. 3s)>>. ThWNT
del NT. Son excepciones: 2 Corintios, Gálatas,
dre y permanece en su amor, así también los VIII,244s.
Filipenses, 1-2 Tesalonicenses, 2 Timoteo, Fi- 4-. Por lo que respecta a los sinópticos, iv-
discípulos permanecerán en el amor del Hijo, lemón, Santiago, 1 Pedro, 3 Juan y Judas.
EV'tt •.tO~, 2 entimos honrado, estimado, pre- TOAY¡ se usa sin dificultad alguna en Lucas pa-
si cumplen los mandamientos del Hijo (15,
cioso* ra designar tanto a los mandamientos huma-
9ss; en los vv. 14 Y 17 aparece cada vez: EV- 2. EvTOAY¡ significa mandato, mandamien-
Lc 14, 8: EVTLf1ÓTEQÓ<; oov, más distingui- nos (Lc 15, 29; cf. Hech 17, 15) como a los
TÉAAOf1aL 'Úf1LV). El amor del Hijo que llega
do que tú; Flp 2, 29: EVTLf10V EXill, tener en to, encargo. Aunque EvTOAY¡, en el NT, signi- mandamientos de la Torá, cuya validez y obli-
hasta la entrega de su propia vida es la norma
alta estima. En el sentido de precioso, valio- fica en la mayoría de los casos un manda- gatoriedad no se cuestionan en ningún lugar
para el amor de los discípulos entre sí:
so: Lc 7, 2 (el criado para el centurión); 1 Pe miento dado por Dios o por Cristo, el término (Lc 1,6; 18,20; 23, 56). Marcos y Mateo em-
«¡Amaos unos a otros!» (15, 17). Después de
2,4.6, dícese de una piedra (el término se usa puede emplearse también para designar una plean el término EVTOAY¡ para referirse exclu-
que el Hijo se haya marchado, el Espíritu
juntamente con EXAEXTÓ<;; cf., a propósito, L. orden o mandato humano (Lc 15, 29; Jn 11, sivamente a los mandamientos de la Torá. Es-
Santo -como Parác1ito- les hará recordar las
Goppelt, Der erste Petrusbrief [KEK], 141- 57; Hech 17,15; Col 4, 10; Tit 1,14). tos mandamientos son palabra de Dios (Mc 7,
instrucciones del Hijo y se preocupará de su
144). 13; Mt 15, 4) y, como tales, señalan el camino
cumplimiento.
3. La comprensión neotestamentaria de EVTO- hacia la vida eterna (Mc 10, 17-19; Mt 19,
Vemos de manera parecida en los escritos de
A~ se halla relacionada con el uso judío helenísti- 16s). A pesar de esta concordancia fundamen-
Lucas que Jesús, antes de su ascensión a los Ev'tOAÍ), ií~, ÍJ entole mandato, mandamien- co del término, que está determinado por los
cielos (Lc 24, 44-53; Hech 1, 1-8), exhorta a to, encargo* tal, Marcos y Mateo se diferencian no poco en
LXX. Según este empleo del término, EVTOA~ cuanto a su respectiva comprensión de la EV-
sus discípulos a cumplir la ley y les promete el 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos puede designar también un decreto humano (1 Re
Espíritu por medio del cual él les da instruc- 2,43; 2 Re 18, 36; 1 Mac 2, 31; TestLev 14,4; TOAY¡.
semánticos - 3. La comprensión judía (helenística) de
ciones (Hech 1,2) Y quien lleva a cabo la mi- EVtoA~ - 4. EVtoA~ en los Sinópticos - 5. EVtoA~ en TestJud 13,7; Josefo, Bell 1,209,261 Ypassim).
sión de ellos. - En Mt 28, 20, por lo de guar- los escritos paulinos - 6. EVtoA~ en los escritos joáni- C.l~ro que en la mayoría de los casos EVtoA~ sig- Es nota característica de esa diferencia la
dar todo lo que Jesús ha mandado se entiende cos - 7. EVtoA~ en los escritos apostólicos tardíos. lllf!ca la divina mi.rwa, «mandato, mandamiento, manera en que ambos evangelistas exponen la
el compendio de lo que constituye la procla- instrucción», que se da a conocer en la Torá (Gén pregunta acerca de cuál es el mandamiento su-
Bibl.: K. Berger, Die Gesetzesauslegung Jesu
26, 5; Ex 15, 26; Lev 22, 31; TestLev 14, 6s; premo (Mc 12, 28-34: Mt 22, 34-40). Según
mación y las acciones de Jesús (cf., por ejem- (WMANT 40), Neukirchen-Vluyn 1972; G. Born-
kamm, Sünde, Gesetz und Tod (Rom 7), en Bornkamm TestJud 16, 3s; Filón, All 1, 93; SpecLeg 1, 300;
plo, Mt 5-7; 8-9 con los versículos marco 4, Mc 12,31, las EVTOAUL del amor a Dios y del
Auf~iitze I, 51-69; Ch. Burchard, Das doppelte Liebes-
J?sefo, Ant 1, 43.47; V, 76.94; VI, 60.101 Y pas-
23 Y 9, 35). También aquí lo de guardar los s¡m); porque la Torá (--+ Vóf.lo~) se presenta al amor al prójimo son las mayores que hay en la
gebot, en FS Jeremias (1970), 39-62; H. FrankemoIle,
mandamientos aparece en conexión con el don Jahwebund und Kirche Christi, Münster i. W. 1974, hombre como EVTOA~ (cf. Prov 6, 23 LXX; Dt ley, y no pueden ser aventajadas ya por ningu-
del Espíritu, la misión y las consecuencias es- 95-98.296-302 (sobre Mateo); H. Hübner, Das Gesetz 17, 19 LXX; 2 Re 21, 8; TestDan 5, 1. - Esta in- na otra. Una apreciación de esta índole -que
catológicas. - En Mt 17, 9 EvTÉAAOf1aL tiene bei Paulus (FRLANT ll9), Gottingen 1978,63-69; R. terpretación de la Torá como mi.rwa aparece ya en se encuentra también en el judaísmo de la
un uso independiente y sirve de introducción Hummel, Die Auseinandersetzung zwischen Kirche ~t 6, 1.25; 7, 11; 8, 1; 11,8.22 Ypassim). Ahora Diáspora (Burchard, 55-57: Berger, 137-140)-
und Judentum im Mt, München '1966; E. Kasemann, ble~, la EVTOA~ de la mi.rwa se pormenoriza en
al mandamiento de guardar silencio, dentro La fórmula neotestamentaria de una parenesis de or- no entiende ya la Torá como una unidad en la
las EVTOAUL, en los diversos mandamientos (cf. la
del marco de la idea del secreto mesiánico. denación, en Id., Ensayos exegéticos, Salamanca 1978, traducción de kol-hammiswa por Jtaom UL EV- que todos los elementos tienen el mismo valor,
123-l31; W. G. Kümme1, Romer 7 und die Bekehrung TOAUL en Dt 8, 1; 11, 8.22; 15,5; 26, 13 LXX Y sino que presupone una diferencia de rango
R. Kratz des Paulus (1929), en Id., Romer 7 und das Bild des
1407 1408 1409 1410

entre los mandamientos, una diferencia que cepción de la Torá en el paraíso y de la seduc- halla relacionada íntimamente con la venida Goltes?»: BZ 6 (1962) 107-111; B. Noack, Das Got-
permite luego formular críticas contra los ción de Adán ("-+ E~an:a'táú)), y designa, por del Hijo de Dios a este mundo (1 Jn 2, 3s; 3, tesreieh naeh Lukas (SyBU 10), Uppsala 1948; N. Pe-
mandamientos (del culto; Mc 12, 32s). otro lado, la prohibición de la concupiscencia rrin, Was lehrte lesus wirklieh?, Gottingen 1972,64-77;
22-24; 4, 21; 5, 2s; 2 Jn 4-6). Tanto en el A. Rüstow, ENTO~ YMQN E~TlN. Zur Deutung
En cambio, para Mateo -como para el juda- como el mandamiento fundamental de la To- evangelio de Juan como en 1-2 Juan las EV'tO- von Lukas 17, 20-21: ZNW 51 (1960) 197-224; R.
ísmo rabínico (Nissen, 337-342)- semejante rá, entonces Pablo está ateniéndose a la tradi- AaL quedan sin definirse, mientras que la Schnackenburg, Der esehatologisehe Absehnitt Lk 17,
diferenciación es imposible: el primero y el ción judía (Lyonnet, L'histoire, 135-145). hOA~ se define varias veces: según Jn 10, 18,
20-37, en FS Rigaux, 213-234; A. Strobel, Die Passa-
segundo mandamiento son de igual valor (Mt Claro que esta conexión con la tradición hace Erwartung als urchristliehes Problem in Lk 17, 20s:
ésta consiste para el Hijo en el encargo que le ZNW 49 (1958) 157-196; Id., A. Merx über Le 17,
22, 38s ¡así aparece únicamente en Mateo !). improbable que Pablo se refiera aquí a la con- autoriza para entregar su propia vida y reco- 20s: ZNW 51 (1960) 133s; J. Zmijewski, Die Esehato-
De ambos depende toda la ley, porque la ley cupiscencia como lo que se contiene en cual- brarla de nuevo; según 12,49; 14, 31, lo que logiereden des Lukas-Evangelium (BBB 40), Bonn
tiene como finalidad el amor (---+ aVOf-tLa 4; ---+ quier pecado (así Schlier, Romerbrief[HThK], 1972,361-397.
el Hijo dice y hace corresponde a la EV'tOA~
VÓf-tO~). Por eso, según Mt 5, 19, es imposible 223; de manera parecida Kasemann, An die del Padre, que es vida eterna (12, 50). Para los
suprimir ni siquiera uno «de los más peque- Romer [HNT], 186; Bornkamm, 55 etc.). No, discípulos la Ev'tOA~ del Hijo consiste en el En el NT, EV'tÓ~ aparece únicamente como
ños de esos mandamientos», ni debe enseñar- sino que la EV'tOA~ evoca más bien la volun- mandamiento: «Amaos unos a otros como yo preposición impropia y tiene el significado (es-
se a hacerlo así. tad de poseer, una voluntad que no puede ser os he amado» (13, 34; 15, 12; cf. 1 Jn 4,21; 2 pacial) de dentro de, en el ámbito de (cf. Lu-
Mt 5, 19 no queda claro por la inserción del satisfecha. Jn 6). Según 1 Jn 3, 23, la EV'tOA~ de Dios ciano, DialMort 14, 5; Josefa, Bell I1I, 175; Ign
pronombre demostrativo 'to'Ú'tú)v: ¿se refiere Pablo va más allá de la tradición judía, abarca dos cosas: la fe en su Hijo Jesucristo y Ef 5,2; IgnTrl 7, 2; Polic 3, 3).
a las tonaL %aL %EQa'i:aL del v. 18? ¿O se re- cuando él no sólo ve que el mandamiento (da- el amor de unos con otros.
fiere a determinados mandamientos, que eran do a Adán) es utilizado por el pecado como la 1. En Mt 23, 26 Jesús, en una metáfora
discutidos en el seno de la comunidad? ¿O te- ocasión para toda concupiscencia (7,8.11), si- 7. En los escritos apostólicos tardíos, el (dirigida a los fariseos) habla del interior de
nemos aquí un semitismo, porque el pronom- no que además interpreta el mandamiento, en uso de EV'tOA~ varía: en Heb 7,5.16.18; 9,19, la copa ('to EV'tO~ 'tOV n:O't'Y]QLOU) y se refiere
bre demostrativo puede tener también sentido el que la Torá de Dios encuentra al hombre EV'tOA~ se refiere a los mandamientos de la de esta manera al contenido (cf. 1 Mac 4, 48:
general en el lenguaje rabínico? ¿O el v. 19 tie- (---+ 3), como el medio por el cual el pecado Torá; en 1 Tim 6, 14, significa el «encargo mi- 'tu Ev'tO~ 'tOV OL%OU; Is 16, 11: 'tu EV'tÓ~ en
ne ya en cuenta las antítesis o mandamientos demuestra ser pecado y se manifiesta pecami- nisterial» recibido por el dirigente (cristiano) sentido absoluto: el interior). Limpiar lo inte-
del Decálogo que siguen a continuación? Es noso en extremo (7, 13). Es decir, Pablo está de la comunidad (Kasemann, 129s); en 2 Pe rior es más importante que purificar lo exte-
imposible dar una respuesta nítida. A pesar de de acuerdo con el judaísmo en que el manda- 2,21; 3, 2, las enseñanzas cristianas sobre la rior ('to E%'tÓ~). La metáfora se refiere (según
todo, está claro el sentido de Mt 5, 19: «la io- miento fue dado para la vida, y de que, por moral o sobre la fe, a las que hay que atener- el contexto) a la eliminación de «la rapiña y la
ta y la tilde, por un lado, y los mandamientos tanto, la leyes santa, y el mandamiento, san- se, mientras que EV'tOA~ en Tit 1, 14 se refie- ambición» (v. 25).
más pequeños, por el otro lado, son expresión to, justo y bueno (7, 10.12). Sin embargo, el re finalmente a instrucciones humanas.
-en el contexto actual- de que la Torá tiene mandamiento para Pablo -a diferencia de lo 2. En Lc 17, 21b dice Jesús (¡a los fari-
entera vigencia, sin supresión alguna» (Hum- que piensa el judaísmo- no posee ningún sen- M. Limbeck seos!): «¡Porque he aquí que el reino de Dios
mel,67). tido para la salvación, porque el mandamien- está EV'tO~ 'Úf-twv!». Aquí EV'tÓ~ no debe inter-
to, según la comprensión paulina, sirvió desde pretarse ni en sentido espiritualista e indivi-
5. Conexiones con la comprensión judía el principio como «base de operaciones del EVtÓ3tIO~, 3 entopios dellugar* dualista (<<en vuestro interior») ni en sentido
(helenística) de la EV'tOA~ se observan tam- pecado» (Hübner, 64), y así produjo en el Hech 21, 12: usado sustantivadamente en colectivo, como referido a los presentes (a los
bién en los escritos paulinos: Ev'tOA~ designa hombre la muerte. plural, OL EV'tÓn:WL, los del lugar, a diferencia fariseos) (<<en medio de vosotros»). Más bien,
en ellos -con excepción de 1 Cor 14, 37 de los que acompañaban a Pablo (~f-tE'i:~). como demostró Rüstow, 214-217 (citando a
(mandamiento del Señor) y de Col 4, 10 (ins- 6. A diferencia de los demás escritos del Jenofonte, An 1, 10,3; Cyrop 1, 4, 23; PapOxy
trucciones humanas)- (los) mandamientos de NT, Ev'tOA~ no designa nunca en los escritos 2342, 1, 7s, etc.), EV'tÓ~ debe entenderse en el
la Torá: Rom 7,8-13; 13, 19; 1 Cor 7,19; Ef joánicos a los mandamientos de la Torá mo- EVtó~ entos (adv. de lugar) dentro, en el inte-
rior, entre* sentido de dentro del ámbito de influencia,
2, 15; 6, 2. Y cuando en Rom 13, 9 se habla de saica. Lejos de eso, EV'tOA~ se aplica al encar- dentro del ámbito de autoridad, dentro del
que el precepto «amarás a tu prójimo como a go dado por el Padre al Hijo (10, 18; 12, Bibl.: Mayser, Grammatik 1I/2, 530 (§ 134, 6). Bi- ámbito de eficacia. Está en consonancia con
ti mismo» es la síntesis de todos los manda- 49.50; 15, 10) y al mandamiento dado por Je- bliografía especial sobre Lc 17, 20s: Dalman, Worte,
116-120; R. Geiger, Die Lukanisehen Endzeitreden ello la interpretación más antigua de Lc 17,
mientos posibles de la ley, esta afirmación sús a sus discípulos (13, 34; 14, 15.21; 15, (EHS 23/16), Bern-Frankfurt a. M. 1973, 29-53; H. 21b en Tertuliano, Marc IV, 35 (de manera pa-
apunta en el mismo sentido que el judaísmo 10.12). También en las Cartas primera y se- Hartl, Die Aktualitiit des Gottesreiehes na eh Lk 17 recida piensan Atanasia, Contra Gentes 30;
(helenístico) . gunda de Juan EV'tOA~ se refiere a los manda- 20s, en Biblisehe Randbemerkungen (Sehüler-FS R:
Vita Ant. 20; Cirilo de Alejandría, Expl. in
Sehnaekenburg), Würzburg 1974, 25-30; W. G. Küm-
Incluso en Rom 7,7-13, donde Pablo habla, mientos que tienen vigencia para los cristia- ~el, Verheij3ung und Eifüllung (AThANT 6), Zürich Luc., en PG 72, 840s). Jesús responde a la pre-
por un lado, de Adán y de la Torá y de la re- nos, unos mandamientos cuya peculiaridad se 1956, 26-29; F. MuBner, «Wann kommt das Reieh gunta de los fariseos acerca de cuándo llegará
1411 1412 1413 EV"tuYXávw - EVWmOV 1414

el reino de Dios (v. 20a). La parte negativa de EVt""IXávO) entygchani5 encontrarse (con otros testimonios, cf. Bauer, Worterbuch, s. v. loco; --+ nUQúxA.1]'tO~). En este oficio, Cristo
su respuesta (vv. 20b.21a) hace ver que la pre- alguien), dirigirse (a alguien), intervenir 1), ante quien se pueden presentar quejas con- no tiene que alegar -como en textos judíos-
gunta está mal planteada. La parte positiva, (en favor o en contra de alguien)* tra otros y también se puede interceder en los méritos de los creyentes (cf. Billerbeck 11,
que es la final (v. 21b), quiere que la actitud favor de otros, con la perspectiva de ser escu- 560-562), sino que les presta ayuda como
Bibl.: H. Balz, Heilsvertrauen und Welterfahrung chado inmediatamente (cf. también Bauern-
(pasivamente expectante) de los que pregun- (BEvTh 59), München 1971,69-92 (bibl.; O. Bauern- quien ha estado desde siempre a su lado inter-
tan se convierta en esfuerzo personal activo feind, EV1:uyxúvw, en ThWNT VIII, 243s; P. von der
feind, 243). Por eso es importante el uso de cediendo por ellos.
(Schnackenburg, 218). Como 17, 20s fue ela- Osten-Sacken, Rom 8 als Beispiel paulinischer Sote- este verbo, en sentido teológico más estricto, H. Balz
borado por Lucas (el v. 20a procede de él), riologie (FRLANT 112), GOttingen 1975,20-43,271- en Rom 8 y Heb 7.
surge la cuestión de si el v. 21b procede tam- 277; H. Paulsen, Überlieferung und Auslegung in Rom
8 (WMANT 43), Neukirchen-Vluyn 1975, 141-147, 2. En Rom 8, 27 el Espíritu aparece como EVt"Aí(J(JO) entylissi5 envolver, doblar*
bién de él. En todo caso, podríamos mencionar 168-172.
en Lucas otros ejemplos en los que el evange- intercesor ante Dios (¡únicamente aquí en el En Mt 27, 59 par. Lc 23, 53 dícese que el
lista trata de invertir de manera semejante la 1. EV't'IJYXúvw aparece 5 veces en el NT. NT!) en favor de los santos; el Espíritu inter- cuerpo de Jesús fue envuelto en una sábana.
dirección que lleva la pregunta o en la que se Dos de ellas en Hech 25, 24 (nEQL 0-0 anuv cede por ellos «con gemidos tan profundos Jn 20, 7: el sudario se halla doblado y coloca-
't0 nA.t){to~ ... EV~'t'IJXÓV [.tOL, «acerca de quien que no pueden expresarse en palabras» (v. do aparte.
mueven las expectativas (l3, 23s; 18, 8a.b).
[es decir, de Pablo] todo el pueblo ha recurri- 26). Sobre el trasfondo de las ideas judías
G. Schneider do a mí»; cf. Dan 6, 12 LXX; Josefo, Ant XII, acerca de los intercesores y mediadores
celestiales (cf. Balz, 87-91) y de la tradición EVt,,:n:ÓO) entypoi5 grabar*
18) Y en Rom 11, 2: ó:J~ EV't'IJYXÚVEL 't0 {tE0
judeo-cristiana primitiva acerca de la acción 2 Cor 3, 7: «grabado con letras en piedra».
xu'ta 'tOU 'I(JQu~A., dícese de Elías, que «in-
Evt~i3tO) entrepi5 avergonzar; (en voz me- voca a Dios en contra de Israel» (cf. 1 Mac 8, del Espíritu, Pablo formula su interpretación
dia) avergonzarse, respetar* 32; 10,61-64; 11,25). escatológica de la conciencia del Pneuma,
que se hallaba especialmente difundida en las Ev,,~~í~O) enybrizi5 insultar, ultrajar*
1 Cor 4, 14: «no escribo esto para avergon- En los otros 3 ejemplos del NT, el verbo se Heb 10,29: «el que ha ultrajado al Espíritu
zaros»; en voz pasiva, ser avergonzado (2 Tes usa en un contexto teológico específico, siem- comunidades helenísticas: en los gritos (glo-
solálicos) de los «pneumáticos» durante el de gracia». ThWNT VIII, 306.
3, 14; Tit 2, 8). La voz media con acusativo: pre con ún~Q. En Rom 8, 27 se emplea para
culto divino, no se escucha el grito terreno de
respetar a alguien: Mc 12, 6 par. Mt 21, 37 / referirse a la intercesión «del Espíritu mis-
liberación de los ya redimidos, sino el gemido
Lc 20, 13; Lc 18,2.4; Heb 12, 9 (uiJ'toú~ de- mo» (v. 26) «en favor de los santos con arreglo Ev"3tvtá~o,,at enypniazomai tener sue-
de los creyentes que todavía están ligados a
be suplirse por el contexto). a la voluntad de Dios» (O'tL xu'ta {tEOV EV- ños o visiones, soñar*
este mundo y que aguardan la libertad futura:
't'IJY-XÚVEL únEQ áyLwv) (cf. únEQEv't'IJYXÚVEL, Hech 2, 17: «Vuestros ancianos tendrán vi-
un grito que el Espíritu suscita en ellos y del
«él intercede vicariamente» [v. 26], no atesti- siones en sueños (Ev'IJnvLoL~)>> (cf. JI 3, 1
que, al mismo tiempo, se hace intercesor ante
ivt~iqJO) entrephi5 alimentar, criar* guado antes de Pablo). El verbo se emplea LXX). En Jds 8 dícese de los falsos profetas,
Dios. La experiencia de la salvación es al
1 Tim 4, 6 (voz media): «que se nutre con también para referirse a la intercesión del Cris- que «en sus sueños mancillan la carne».
mismo tiempo un vivo anhelo de la salvación
las palabras de la fe». to exaltado «en favor nuestro» (únEQ ~[.twv, definitiva y, tan sólo en calidad de tal, es ver-
ThWNT VIII, 553.
Rom 8, 34) Y «en favor de ellos» (únEQ uv- dadera experiencia de la salvación (Balz, 91s;
'twv), es decir, por los que se llegan ante Dios E. Kasemann, An die Romer3 [HNT], sub loco). EVÚ3tVtOV, O", tó enypnion sueño, ensue-
EVt~O"O~, 2 entramos tembloroso* en virtud del ministerio sacerdotal de Cristo En Rom 8, 34, la afirmación 8~ XUL EV- ño*
En Hech 7, 32 Y 16, 29 ev'tQo"to~ yEVÓ- (Heb 7, 25; para más detalles cf. Balz, 75s). 't'IJYXÚVEL únEQ ~[.twv está tomada de la tradi-' Hech 2, 17: EV'lJnvLoL~ --+ fV'lJnVLú~o[.tm,
[.tEVO~. En Heb 12,21 aparece ev'tQo[.to~ jun- Fuera del NT se encuentran también los ción pre-paulina (von der Osten-Sacken; «tener visiones en sueños»; la frase está cons-
to a excpo~o~ (como en 1 Mac 13,2). significados especiales de «leer» (= «tomar Paulsen; Balz, 119s). Cristo es el intercesor truida con acusativo (EvúnvLu) en JI 3, 1
un libro en las manos», en 2 Mac 2, 25; 6, 12; que interviene ante el tribunal celestial en fa- LXX. ThWNT VIII, 553.
15, 39) Y «pedir» (= «acercarse [a Dios] con Vor de los creyentes. En Heb 7, 25 Cristo ha-
ivt~03tÍJ, t¡~, Í) entrape vergüenza* peticiones», con dativo en Sab 8, 21; 16, 28, ce este oficio de intercesor, porque es el Sumo
1 Cor 6, 5 Y 15, 34: Os digo esto «para con nQó~ en Herm [s] 2, 8, con nEQL, «hacer Sacerdote para siempre (vv. 21 y 24). Por tan- Evm:n:wv eni5pion (en presencia de) de-
vuestra vergüenza». intercesión», en Polic 4, 3). EV't'IJyXúvw es, to, la tradición cristiana primitiva asoció el lante*
pues, un vocablo que se emplea en muchísi- motivo de la exaltación de Cristo (según Sal Bibl.: Bauer, Worterbuch, s. v. (bibl.); BlaB-Debrun-
mos aspectos. A su mundo de ideas corres- 110, 1) con el de su actuación intercesora o ner § 214, 5.6; Johannessohn, Prtipositionen, 194-197,
ivt~"qJáO) entryphai5 deleitarse, gozar* ponde principalmente la imagen del tribunal sacerdotal en favor de los creyentes, porque 359-361.
2 Pe 2, 13: Ev'tQ'lJCPWV'tE~ Ev 'taT~ &.nú'tm~, de un gobernante (véanse los ejemplos en los era el que había sido exaltado a la derecha de 1. EvwnLOv (compuesto de EV + la raíz on-,
«deleitándose en sus artes seductoras». libros primero y segundo de Macabeos; para Dios (cf. O. Michel, Hebraerbrief' [KEK], sub «ver/ojo») es el acusativo neutro singular del ad-
1417 Evwmov - 'EvwX 1418
1415 Evwmov 1416

contra» (Lc 15, 18.21), «10 que es considera- sión de la lista genealógica en once series de
jetivo Evwmo~ (<<el que está a la vista / ante el del X'ÚQLO¡;; como heraldo y precursor suyo do bueno delante de» (Rom 12, 17). Así que siete (aunque tal vez sea decisiva para la
rostro de, el que está en presencia de, etc.») que (Lc 1,17.76); los ángeles se hallan en lapre- Evwmov puede ser también una circunlocu- fuente lucana) no es ya significativa, como se
se ha convertido en adverbio. En el helenismo se sencia de Dios (Lc 1, 19; Ap 8,2). En el Apo- ción que haga las veces de un simple dativo ve ya claramente por el hecho mismo de que
construye con genitivo y se emplea como prepo- calipsis, el término se usa muy frecuente- (Lc 24, 11; Hech 6, 5 y passím). Lucas rompa en varios lugares ese principio
sición impropia. En la LXX (aparece unas 540
veces) corresponde a diversas expresiones prepo- mente para referirse a algo que sucede de ordenación.
sicionales hebreas con el sentido general de «de- delante del trono de Dios (1, 4; 4, 5s; 7, H. Kramer Heb 11, 5 recoge explícitamente la idea de
lante de» (cf. Johannessohn), la más frecuente de 9.11.15 Y passim) o delante del Cordero (en- que Henoc fue arrebatado de la tierra (cf. la
las cuales es lifne. Pero alterna sin razón aparen- tronizado; 5, 8; 7, 9). alusión a Gén 5, 24), una idea que desempe-
te (por ejemplo, en Núm 17, 19.22.25) con Evav- 'Evro; Eni5s Enós*
tL / xatÉvaVtL para traducir a lifne, y en Ex 34, b) Parece que en Evwmov se siente toda- Nombre de persona en Lc 3, 38. Enós era ña también un gran papel en la tradición ex-
23s (Dt 16, 16/31,11) en un término técnico pa- vía la raíz o:n:-, cuando «delante de» puede hijo de Set (Gén 4, 26). trabíblica (por ejemplo, Eclo 44, 16; 49, 16;
ra designar la peregrinación, con EvaVtLOV para entenderse como ante los ojos = en presencia Hen [et] 70, 1-4; Sab 4, lOs; cf. Filón, Mut
traducir et-pene (referencia hecha por H.-P. Stiih- de: hacer o decir algo delante de un grupo de 34; Abr 17). Henoc es, después de Abel, el
li, Bethel). Dado que EvW:n:LOV es una variane tex-
tual en los manuscritos del NT (por ejemplo, en
personas (Lc 5, 25; 8,47; Jn 20,30; Hech 19, fVro'tÍ.~O"UU eni5tizomai prestar atención* segundo en la nube de testigos de la fe (Heb
Lc 1,6 en vez de EvaVtLOV; en Hech 8~ 21 en vez 9.19; 1 Tim 5,20 Y passim) o de seres celes- Hech 2, 14: EvúnLoaofrE La Q~I-LaLá I-L0'lJ 11, 4; cf. 12, 1). Su arrebatamiento es señal
de EVaVtL; en Hech 10, 4 en lugar de Efl:n:Qoo- tes (Ap 14,3.10); «comer ante los ojos de» sig- (Job 32, 11 LXX), «¡prestad atención a mis de que Henoc era agradable a Dios (como en
{}EV); o se usa EVW:n:WV en Lc 5, 25 en lugar del nifica tener comunión de mesa con alguien (siguientes) palabras!». EvúnL~oI-Lm es un ver- Gén 5, 21-24). Sin embargo, a diferencia de
par. Mc 2, 12 Efl:n:QOO{}EV / EVaVtLOV, y en Lc 12, (Lc 13,26; 24, 43, también Hech 27, 35); en bo que se emplea frecuentemente en la LXX, la tradición veterotestamentaria y judía, que
8s (a diferencia de Mt 10, 32s) EvW:n:WV sustituye sentido figurado, especialmente Evwmov cuando se pide atención, y aparece sobre todo
a Efl:n:QOO{}EV en el segundo versículo, habrá que entiende ese arrebatamiento como señal de la
preguntarse hasta qué punto el elemento o:n:- se toU frwu, «delante de los ojos de Dios», sig- en labios de los profetas (por ejemplo, Os 5, justicia de Henoc (por ejemplo, Eclo 49,
sigue viendo en Evwmov (el paralelismo con tOL~ nifica: dando cuenta de ello ante Dios, como 1; JI 1, 2; Is 1, 2; 28, 23; Jer 8, 6; 13, 15). 14ss; Jub 10, 17; Hen [et] 1, 2), de su peni-
ocp{}aAfloL~ en Heb 4, 13 puede evaluarse in en el juramento en el que se considera a Dios ThWNTV, 558. tencia (__ I-LEtávOLa; Eclo 44,16 LXX; Filón,
utramque partem). como garante y juez (Gál 1, 20; 1 Tim 5, 21; Abr 17; en cuanto a la penitencia, cf. Lühr-
6, 13; 2 Tim 2, 14; 4, 1), en el mantenimien- mann, 106) o de su conocimiento de Dios
En todo caso, la clasificación del uso de to de la fe (Rom 14,22), en el hecho de reco- 'Evrox Heni5ch Henoc [Enoc]* (Eclo 44, 16 en el original hebreo), aquí ese
evw:n:wv en el NT, incluida la fórmula vetero- mendarse a sí mismo (2 Cor 4, 2), en el de no arrebatamiento se atribuye sólo a su fe (Heb
Bibl.: K. Berger, Henoch, en RAC XIV, 474-545;
testamentaria Evwmov tou {}wu o x'lJQLo'lJ, jactarse (1 Cor 1, 29). Mediante Evwmov D. Lührmann, Henoch und die Metanoia: ZNW (1975) 11, 6!). Puesto que sólo se puede agradar a
«en presencia de Dios o del Señof», es una tou frwu, «a los ojos [es decir, según el jui- 103-116; H. Odeberg, 'EvwX, en ThWNT II, 553-557;
Dios en virtud de la fe, dícese de Henoc: :n:Lo-
cuestión en la que interviene mucho la subje- cio] de Dios», se limita el horizonte de signi- C. D. Osburn, The Christological Use of 1 Enoch 1.9 in
tividad. Es curiosa la distribución del voca- lude 14, /5: NTS 23 (1976-1977) 334-341. Cf. más LEL ... flEtEtÉfr'l'] (v. 5).
ficado de algunos conceptos (especialmente bibliografía en ThWNT X, 1079. Jds 14 designa explícitamente a Henoc co-
blo, que aparece 94 veces en el NT: se en- adjetivos y sustantivos) (por ejemplo, Lc 1,
cuentra 35 veces en los escritos de Lucas, y mo el séptimo después de Adán. Con esto se
15; 16, 15b; Hech 4,19; 1 Tim 2, 3; 5, 4; Heb De las cuatro personas que llevan este nom-
otras tantas en el Apocalipsis; en Pablo apare- expresa (con arreglo a los enunciados de la
13,21; 1 Pe 3, 4; 1 Jn 3, 22; lo mismo suce- bre en el AT, tan sólo Henoc, hijo de Yáred,
ce 9 veces, en las Pastorales 8, en los escritos tradición, cf. Hen [et] 60, 8; 93, 3; Jub 7, 39;
de con el compuesto xan::vw:n:wv en Ef 1, (Gén 5, 18), llegó a ser importante en los es-
joánicos 3, en Hebreos 2, en Santiago y en 1 Billerbeck 11, 787) la dignidad y fiabilidad de
4). En el Apocalipsis, EvW:n:WV toU fr'l']QLo'lJ critos judíos y judea-helenísticos. Henoc es el
Pedro 1 vez en cada uno de ellos. No se en- nombre genérico de todo un complejo de ide- su profecía. Los vv. 14b.l5 citan (aunque no
:n:OLdv t~, «hacer algo en presencia de la bes- literalmente) Hen [et] 1, 9. Por tanto, Henoc
cuentra, por ejemplo, en Marcos ni en Mateo. as (cf., a propósito, Odeberg), que se mencio-
tia» debe entenderse como «hacer algo por
- El compuesto Xa.1:Evwmov «<delante de») nan de pasada en Gén 5, 21-24 Y a las que se aparece aquí como conocedor de misterios
encargo de la bestia» (13,12.14; 19,20).
aparece 3 veces (todas ellas coincidiendo, alude igualmente en el NT. apocalípticos (también esta idea es ya tradi-
quizás por casualidad, con aW0I-L0¡;;, «irrepro- c) En algunos pasajes parece que Evwmov En Lc 3, 37, Henoc aparece como el sépti- cional, cf. Hen [et] 1,2; Jub 4, 19). La Carta
chable» ) y en todas ellas quiere decir «en pre- tiene tan sólo la función de enlazar con el pro- mo en la primera serie de la lista genealógica segunda de Pedro, que depende de la Carta de
sencia de Dios». ceso expresado por el verbo, de tal manera de Jesus, la cual comienza con Dios y luego Judas, suprime esta cita y, por tanto, no cuen-
que en cada caso habrá que elegir la traduc- va descendiendo segun el orden tradicional a ta ya el libro de Henoc entre los escritos dig-
2. a) En aproximadamente el 30% de las ción adecuada, por ejemplo, «ser recordado Partir de Adán. Sin embargo, será difícil inter- nos de ser citados (por ser extracanónico des-
veces, Evwmov significa -en sentido pura- en presencia de» (Hech 10, 31; Ap 16, 19b) o pretar teológicamente la posición que Henoc de Yamnia).
mente local- delante de (Lc 5, 18; Ap 3, 8; «no ser olvidado en presencia de» (Lc 12, 6), OCupa en esa serie, porque para Lucas la divi- H. Weder
12, 4 Y passim): Juan precede o va delante «encontrar gracia ante» (Hech 7, 46), «pecar
1419 1420
1421
1422

'1: ---+ 10%.


El:> ' de XaLQÓ¡;: como período limitado de tiempo esta manera la bendición prometida a Abra-
(por ejemplo, en 1 Cor 7,29) Y como momen- hán se hace finalmente realidad para los pue- Ésaxó(JtOl,3 hexakosioi seiscientos*
to decisivo (por ejemplo, en Rom 13, 11). No blos del mundo (3, 14a). En Ap 13, 18 dícese del número de la bes-
ES hex seis* hay que desaprovechar el tiempo que todavía tia: «Porque es el número de un hombre, y su
Mc 9, 2 par. Mt 17, 1: «seis días después». R. Dabelstein
Dios nos da hasta el fin del mundo, ni hay que número es seiscientos sesenta y seis». ---+ Es.
Le 4, 25 (seis meses); 13, 14 (seis días [jorna- Ap 14, 20: Del lagar salió sangre ... en un ra-
dejar pasar sin aprovecharlas las ocasiones
das de trabajo)); Jn 2, 6 (seis tinajas de pie- dio de mil seiscientos estadios (o"tu6Lwv XL-
dra); 12, 1 (seis días antes de la pascua): Hech
que se ofrecen. Mientras que las palabras de Esáyro exago sacar o llevar fuera*
Col 4, 5 están determinadas por una motiva- De un país: Hech 7,36.40; 13, 17; Heb 8, 9; ALWV ÉSUXOOLWV).
11, 12 (seis hermanos); 18, 11 (seis meses);
ción y finalidad misionera de ganar a los que de la prisión: Hech 5, 19; 12, 17; 16, 37.39;
Sant 5, 17 (seis meses); Ap 4, 8 (seis alas).
todavía están fuera, vemos que el tenor -mu- conducir a las ovejas fuera del redil: Jn 10, 3. isaJ..EÍ<pro exaleipM borrar, quitar, secar*
Otros numerales que incluyen Es: Jn 2,20 (46
cho más general- de Ef 5, 16, al que proba- Con indicación de la dirección: Mc 15, 20 Hech 3, 19: «para que vuestros pecados se-
años); Hech 27,37 (en la nave había 276 per-
blemente sirvió de modelo Col 4, 5, se basa (con LVU); Lc 24, 50 (Betania); Hech 21, 38 an borrados» (cf. Sal 108, 14 LXX; 3 Mac 2,
sonas); Ap 13, 18 (el número 666; cf., a pro- (el desierto, Sf. Ex 16, 3).
en que el fin de los tiempos es peligroso y sa- 19; Hen [gr] 10, 20). Col 2, 14: «El canceló el
pósito, H. Kraft, Offenbarung [HNT)).
tánico (cf. 6, 12s.16). pliego de acusaciones que contenía cargos
Pablo utiliza el aoristo del verbo esuyo- contra nosotros». En Ap 3, 5 se habla de bo-
ESayyÉJ..J..ro exaggello anunciar, procla- Qá~w en Gá13, 13 Y 4, 5 para designar la ac- EsalQÉro exaireo sacar, arrancar* rrar el nombre del libro de la vida; 7, 17 Y 21,
mar* ción redentora universal de Cristo: por medio En Mt 5, 29; 18,9 dícese del ojo: «¡arrán- 4: Dios «enjugará toda lágrima de los ojos de
El verbo compuesto aparece en la LXX; en de su muerte vicaria, Cristo nos redimió de la cate lo!». Otros testimonios del verbo en voz ellos».
Filón, Plant 128; en TestJos 5, 2.3 Y passim. ley (4, 5) y de la maldición de muerte que és- media, sacar de algo, liberar: Hech 7, 10.34;
En el NT se encuentra en: 1 Pe 2, 9 (<<a fin de ta lleva consigo (3, 13), una maldición que 12, 11; 23, 27; Gáll, 4; segregar de algo / se-
leccionar, salvar: Hech 26, 17. M. Buscemi, iSáJ..J..o,..,m exallomai saltar*
que anunciéis 'ta¡; aQE'tá¡;») y en el final bre- pesa sobre la humanidad esclavizada bajo la Hech 3, 8: el paralítico de nacimiento se
ve de Marcos (Jtáv'ta "ta JtUQ1lYyEA[1ÉVU); ley. Así que ~[1a¡;, en 3, 13 Y 4,5, comprende exaireomai, verbo di liberazione: SBFLA 29
(1979) 293-314; Spicq, Notes, Suppl. 276- puso en pie de un salto.
cf. ThWNT 1,68. tanto a los judeocristianos como a los cristia-
279.
nos gentiles, porque la ley tiene -según Pa-
blo- vigencia universal. Además, él equipara isavá(Jta(Jl~, Ero~, ÍJ exanastasis resu-
EsayoQá~ro exagorazo redimir, rescatar, rrección
la servidumbre bajo la ley (4, 5) con la servi-
aprovechar lo mejor posible* EsaíQro exairo alejar, apartar* aváo"tu<JL¡;.
---+
dumbre bajo los poderes del mundo (4, 3.8ss).
Bibl.: E~ayoQál;(J), en ThWNT 1, 126-128; DeiB- 1 Cor 5, 13: «¡Arrojad de entre vosotros al
Pablo, con esta manera de hablar, alude a la cualrado!»; 5, 2 Koiné al: «para que fuera ex-
mann, Licht, 271-277; W. E1ert, Redemptio ah hosti-
bus: ThLZ 72 (1947) 265-270; S. Lyonnet, L'emploi
redención de esclavos, pero no a la manumi- pulsado de entre vosotros». isavatÉJ..J..ro exanatello nacer, brotar*
paulinien de E~ayoQál;fLV au sens de «redimere» est sión sacra de los griegos. Para Pablo el hecho En Mc 4, 5 par. Mt 13, 5 dícese de lo pron-
il attesté dans la littérature grecque?: Bib 42 (1961) decisivo es que Cristo, no un hombre, aparece to que brotó la semilla.
85-89; E. Pax, Der Loskauf Zur Geschichte eines neu-
testamentlichen Begriffes: Antonianum 37 (1962) 239-
como comprador, y que se rompen todas las ESaltÉo,..,al exaiteomai reclamar*
278. ef. más bibliografía en ThWNT X, 956. obligaciones y compromisos que existían con Lc 22, 31: «Satanás os ha reclamado para
el antiguo amo. Además, el liberto no tiene zarandearos ... »; cf. TestBen 3, 3. ThWNT I
isaví,(Jt1)!.u exanistemi levantar, suscitar,
levantarse
esuyoQá~w se emplea dos veces en Gála- que hacer ninguna aportación propia al precio 194. '
---+ aváo"tu<JL¡;.
tas para afirmar que Cristo nos redimió de la del rescate. Aparte de que no puede hacerlo,
maldición de la ley (3, 13; 4, 5). Y se usa tam- porque la muerte vicaria de Cristo es al mis-
bién dos veces para exhortarnos a aprovechar mo tiempo el precio del rescate y el procedi- Esaí,<pV1)~ exaiphnes (adv.) inesperada- '1: '
EI:>a:n:ataro exapatao engañar, descarriar*
lo mejor posible el tiempo (Ef 5, 16 Y Col 4, miento para la redención (cf. especialmente mente, de repente* En Rom 7, 11 «el pecado» es sujeto; el pe-
5). Procede de la tradición sapiencial el uso Pax, 274ss; la tesis de DeiBmann, Licht, 271ss Mc 13,36: «no sea que (el señor de la casa) cado «me» engañó (quizás: me sedujo; cf. 2
de este verbo en imperativo en Ef 5, 16 Y Col se basa en este punto en la manumisión sacra venga de repente y os halle dormidos». En re- Cor 11, 3) 6L<x "tfj¡; eVLOAfj¡;. Dícese del enga-
4, 5: eSuyoQá~E"tE "tov XaLQóv. A diferencia de los griegos, y puede considerarse, por tan- lación con apariciones celestiales, Lc 2, 13; ño de Eva por la serpiente, en 2 Cor 11, 3 (la
de Dan 2, 8 LXX, no se nos quiere decir aquí to, refutada). A quién se paga el precio, no Hech 9,3; 22, 6. En Lc 9, 39 (a diferencia de sedujo; cf. Herodoto 11, 114); 1 Tim 2, 14. En
hay que «ganar tiempo para uno mismo», sino lo dice Pablo. Esta redención por Cristo tiene Marcos), «y de repente da gritos». Rom 16, 18 Pablo advierte contra aquellos
que hay que rescatar el tiempo en el sentido validez universal, y posee como finalidad que, con palabras bonitas, «engañan los cora-
de aprovechar al máximo todas las posibilida- la adopción del hombre por Dios (4, 5) Y zones de los ingenuos». 1 Cor 3, 18: ÉU'U"tov
des existentes, y por cierto en el doble sentido con ello el don del Espíritu (3, 14b; 4, 6). De
ESaxoJ..ouaÉro exakoloutheo seguir esuJtu"táw, engañarse a s( mismo. 2 Tes 2, 3:
---+ axoAO'U'frÉw 5.
«Que nadie os engañe». ThWNT 1, 383s.
1423 esámvu - esurroOtÉAAúl 1424 1425 esurrOOtD,).. úl - eSEydQúl 1426

i1;á:7uva exapina (adv.) de pronto* 2. En algunos lugares de Hechos Esa:n:oo- sección 4, 1-7: los cristianos no son ya escla- sa el sentido salvífico que tuvo el envío. No es
Mc 9,8: «de pronto ... no vieron ya a nadie». TÉAAúl significa hacer ir a otro lugar: según vos, sino hijos y herederos por el envío del seguro que este esquema empleara también
Hech 7, 12, Jacob envía a sus hijos a Egipto; Hijo. Según todas las apariencias, Pablo repi- originalmente un determinado verbo, junto a
i1;a:7toQÉor.tat exaporeomai caer en total según 9,30, los hermanos de Jerusalén hacen tió en Gá14, 6 el verbo Esa:n:oOTÉAAúl, por in- la asociación estereotipada «el Padre - su Hi-
perplejidad, desesperar* que Pablo vaya a Tarso, y según 11, 22, enví- fluencia de 4, 4, para referirse al Espíritu (en jo». En caso de que así fuera, habrá que pensar
Con genitivo que indica el objeto de la per- an a Bernabé a Antioquía; según 17, 14, los Rom 8, 15 Y Gál 3, 14 se halla la expresión en Esa:n:oOtÉAAúl, a:n:oOtÉAAúl o :n:É[l:n:úl (o
plejidad o de la desesperación: 2 Cor 1, 8 discípulos de Berea hacen que Pablo vaya «de «recibir el Espíritu», Aa[lj3ávúl). Sin embar- bien 6t6ro[lL). Sospechamos que ya en la fase
(tOV ~fív, desesperar de «salir con vida»). Se viaje hacia la costa del mar». En 7, 12 y 11, go, llama la atención el hecho de que también pre-paulina y con seguridad en Pablo (yen
usa en sentido absoluto en 4, 8: ovx ESaJtO- 22 los enviados tienen una tarea; según 9, 30 Lc 24, 49 (v.l.) emplee el mismo verbo para Juan), esta fórmula del envío estuvo asociada
OÚ[lfVOL, no desesperados. y 17, 14, Pablo, a quien «se ha hecho partir», referirse al envío del Espíritu. El curso del con una cristología de preexistencia: el Hijo
escapa del peligro. pensamiento de Gál 4, 6 es el siguiente: «De celestial y preexistente de Dios se hace hom-
Dos veces es Cristo el sujeto de ESa:n:oo- que (un 8TL probablemente declarativo, no bre; Gá 4, 4 acentúa además: se hace un judío.
E1;a:7tOMÉI.I.W exaposte1l8 enviar, hacer ir* 'tÉAAúl. En su éxtasis en el templo, Pablo se causal: «porque») sois hijos (en presente)>>, Las dos oraciones finales yuxtapuestas y de
1. Aparición del término en el NT - 2. «Hacer ir» - entera (Hech 22, 21) de que Jesús quiere «en- de eso tenemos la prueba: «Dios ha enviado igual valor, de 4, 5, expresan la soteriología
3. «Despedir» - 4. Gál 4, 4.6. viarle lejos, a los gentiles» (la v.l. de D tiene (aoristo) el Espíritu de su Hijo a nuestros co- de Pablo. En ella es seguramente en la que se
Bibl.: J. Blank, Paulus und Jesus, München 1968, el verbo en presente), y el Resucitado anuncia razones, el cual clama (en presente): ¡Abba! insiste, dentro de este contexto.
258-279; 1. Hermann, Kyrios und Pneuma, München (Lc 24, 49) que envía (ESU:n:OO'tÉAAúl según ¡Padre!» (-> aj3j3á 3). Las dos formas de pre-
J. Lambrecht
1961,94-97; W. Kramer, Christos Kyrios Gottessohn, NTG 25 ; p75 Sin* C Koiné A D leen a:n:oo'tÉA- sente indican una situación permanente y una
Zürich 1963, 108-112; D. Müller, Apóstol, en DTNT 1, Aúl) sobre los discípulos la promesa de su Pa- posibilidad para los cristianos. El aoristo se-
139-146; K. H. Rengstorf, ESUnOG1;ÉAAúl, en ThWNT 1,
405s; E. Schweizer, uió,;, en ThWNT VIII, 376-378, dre (= el Espíritu prometido). ñala lo que sucedió una vez (en el bautismo). i1;aQ3tá~w exarpazo arrebatar
385-386; Id., Zur Herkunft der Praexistenzvorstellung En otros lugares es Dios el sujeto de ES- Uno se pregunta si el envío del Espíritu se -> áQ:n:ásro 4.
bei Paulus, en Id., Neotestamentica, Zürich-Stuttgart U:n:OO'tÉAAúl: en Hech 12, 11 Pedro dice que considera consecuencia o fundamento de la
1963,105-109; Id. Aufnahme und Korrektur jüdischer él sabe que Dios ha enviado a su ángel para li- condición de hijos. Como en Gál 4, 6, vemos
Sophíatheologíe ím NT, en Id., Neotestamentica, 110-
brarle; en 13, 26 el verbo se halla en pasiva, E1;aQ'tí,~w exartizo acabar, completar equi-
121; Id., Zum religionsgeschichtlichen Hintergrund que Rom 8, 15 tiene también las expresiones
par*
der "Sendungsformel» Gal 4, 4s, Rom 8, 3s, Joh 3, con lo cual el sujeto lógico es Dios: «y la pa- XQá~úl y aj3j3a ó :n:aT~Q; cf. además ULO-
16s, lJoh 4, 9, en Id., Beitrage zur Theologie des NT, labra (= el kerygma, la nueva de la salvación ofrwLa en Rom 8, 15 Y Gál 4, 5, ULOL (ofrfOV) Hech 21, 5: ESa(lTLOm 'ta~ ~[lÉQa~, «com-
Zürich 1970,83-95. manifestada en Jesús) es enviada a nosotros». en Rom 8, 14 y Gál 4, 6, XA1]QOVÓ[lO~ en pletar los días»; 2 Tim 3, 17: «equipado para
Rom 8, 17 y Gá14, 7; compárese también 60u- toda obra buena». Spick, Notes 1, 253-255.
1. De las 12 veces que el verbo aparece en
el NT, 10 se encuentran en las obras de Lucas 3. También en Lc 1, 53 es Dios quien en- Aúa en Rom 8, 15 con 60VAO~ en Gál 4,6.
(3 en el evangelio y 7 en Hechos). ESaJtOO- vía; el sentido de Esa:n:oOtÉAAro es aquí des- Estos paralelos no sólo indican que tenemos i1;a(J'tQá:7t'tw exastrapto fulgurar*
TÉAAúl es, pues, uno de los términos preferi- pedir: Dios «ha despedido a los ricos con las aquí un pensamiento típicamente paulino, sino En Lc 9, 29 en sentido figurado para refe-
dos por Lucas, aunque él, por lo demás, em- manos vacías». Como en 1, 53, Lucas -en la también que Pablo recoge probabiemente una rirse a los vestidos de Jesús que fulguraban
plea también con cierta predilección los tér- parábola de los viñadores malvados (20, 10. fórmula tradicional; cf. la exclamación «Ab- con blancura durante la Transfiguración (a di-
minos -> a:n:ooTÉAAúl y -> a:n:óo'toAO~. Los 11)- construye también el verbo Esa:n:oo'tÉA- ba» y la asociación entre la condición de hijos ferencia de Mc 9, 3, donde se usa el verbo
otros dos pasajes del NT en que aparece el Aúl con doble acusativo, y en los dos casos el y la posesión del Espíritu (cf. Sab 9, 10-17, OTLAj3ro, «resplandecer»); cf. Le 24, 4 a dife-
verbo son Gál 4, 4.6. Hay que añadir Lc 24, segundo acusativo está formado por XfVÓ~. «donde surge también el verbo Esa:n:001:ÉAAúl rencia de Marcos.
49 v.l. y una aparición del término en el final En 20, 10 (<<pero los viñadores le golpearon y que no es empleado por Pablo en ningún otro
«breve» de Marcos. Como OtÉAAúl tiene un le despacharon con las manos vacías»), Lucas lugar», Schweizer, Beitriige, 92).
significado distinto y la preposición a:n:ó en recoge el texto de Mc 12, 3, donde se lee, no Según 4,4 «Dios envió a su Hijo» (aoristo). i1;alldi; exautes inmediatamente, en se-
obstante, a:n:ÉoTfLAfV XfVÓV; Lc 20, 11 repite Aquí el aoristo hace referencia al hecho -pa- guida*
a:n:001:ÉAAúl no modifica mucho el sentido, es
posible que la preposición EX (= de, fuera de), con ligeras variantes el versículo anterior. sado y ocurrido de una vez para siempre- de Derivado de ES aVTfí~ tfí~ wQa~ (cf. Filón,
en Lc 1,53; 20; 10.11; Hech 9,30; 11,22; 17, la encarnación. Una comparación de Gál 4, 4- Mut 142). Mc 6, 25; Hech 10, 33; 11, 11; 21,
14; 22, 21, Y quizás también en Gá14, 4.6, re- 4. Gál 4, 4.6 puede compararse con Hech 5: Rom 8, 3-4: Jn 3, 16-17 Y 1 Jn 4, 9 permite 32; 23, 30; Flp 2, 23.
fuerce de algún modo al prefijo arró. Por lo 12, 11. Así como Dios envió un ángel (desde sacar la conclusión de que tuvo que existir un
el cielo), así también envía desde sí mismo a esquema fijo y pre-paulino de proclamación. , l: '
demás, parece que el verbo Esa:n:oo'tÉAAúl E~EyEtQW exegeiro levantar, resucitar, lle-
(como suele suceder en la Koiné) apenas se su Hijo y al Espíritu de su Hijo. Pero los dos Este esquema contenía primeramente la frase var al poder*
diferencia de a:n:ooTÉAAúl en cuanto a su sig- pasajes de Gálatas son más importantes por la sobre el envío, en la cual es Dios quien envía 1 Cor 6, 14: «Dios ... también nos resucita-
nificado. densidad de su contenido. Forman parte de la a su Hijo, y luego la oración final, que expre- rá a nosotros». Rom 9,17, citando a Ex 9,16:
1429 1430
1428
1427
del mundo» = morir) (Bauer, Worterbuch, su aceptación por los suyos (16, 30, cf. v. 27 y
«Precisamente con este propósito te he lleva- 3 (1947) 471-473; J. Schneider, E~ÉQXo¡.tm, en Th s. v.). 17, 8), en el marco de la cristología joánica
WNT n, 676-678. Cf. más bibliografía en ThWNT X,
do a ti (el Faraón) al poder»; sobre el origen Si el verbo aparece en un texto sin genitivo acerca del envío del Hijo (cf. 8,42; 17, 8,
653s.
del pasaje citado, en el que no aparece E~­ partitivo y sin la correspondiente preposición, complénimo a:n:oo'tÉA.A.w). Aquí no hay deter-
qdQw, cf. H. Schlier, Romerbrief (HThK) a 1. De las 214 veces que aparece el verbo entonces la preposición del verbo compuesto minación de sentido final, mientras que el re-
propósito de 9,17. ThWNT II, 336s. en el NT (sin contar Mc 16,20; Jn 8, 9), más tiene carácter semitizante. Con ello el punto greso recíproco a Dios da una nueva determi-
de las tres cuartas partes corresponden a los de origen no se acentúa de tal manera que fi- nación semántica al enunciado acerca de sí
evangelistas (Marcos 38 veces, Mateo 43, Lu- gure en primer plano, y entonces E~ÉQXOftaL mismo (13, 3; 16,28).
E;n"u exeimi salir, irse* cas 44 y Hechos 29, Juan 28) y a 1-3 Juan (4 significa hacer acto de presencia (Kohler: 1
Hech 13,42; 17, 15. En el sentido de partir veces); el verbo aparece además en Apocalip- Sam 17, 4; Zac 5, 5 Y passim): dícese de los 3. En Marcos el verbo compuesto se usa
de viaje, 20, 7. Con fJtL, en 27, 43: «les man- sis (14 veces), Hebreos (5 veces) y Santiago enemigos en Mc 3, 6.21 (idea que se aclara frecuentemente y aparece siempre (con ex-
dó que ... llegaran a tierra». aquí por medio de un infinitivo con sentido fi- cepción de 7, 29s) en aoristo, que es el tiem-
(1 vez). . .
Como verbo de automovimiento que slgm- nal); 8, 11 (Schmidt contra G. Woh1enberg, po típico de los relatos. Se emplea unas 20
fica cambio de lugar desde un punto de parti- Markus [KNT], sub loco: «salieron de su es- veces en introducciones y transiciones a las
e;fAÉyxro exelegchO convencer (a alguien
de su falta o error), castigar da, E~ÉQXOftaL tiene casi siempre como sujeto condite»); dícese de los falsos maestros en 1 perícopas y sirve de esta manera para conec-
a un ser vivo, pero se usa también en relación Jn 4, 1; 2 Jn 7; de Satanás, Ap 20, 7; de los tar localmente acciones, principalmente 13
Jds 15 Textus Receptus (en vez de EAÉyX W ):
con cosas asociadas con el sujeto principal ángeles del juicio, Mt 13, 49; el verbo apare- veces en la forma preparatoria del participio
«El Señor ha venido para entablar juicio con-
(sangre, Jn 19, 34; Ap 14,20; relámpago, Mt ce 9 veces en el Apocalipsis para referirse a conjunto. Es también típica de Marcos la re-
tra todos y para dejarlos convictos / castigar-
24,27; pensamientos, Mt 15, 18s; blasfemia y apariciones visionarias: de caballos, 6, 2 (con petición pleonástica de la preposición del
los a todos por sus obras». participio final y lva). Cuatro veces (en todos verbo compuesto para indicar el punto de ori-
alabanza, Sant 3, 10; un clamor, Ap 16, 17;
19,5). Se usa casi siempre, como es natural, los casos, después de un imperativo preceden- gen (10 veces, también a:n:ó pero únicamente
e;ÉAxro exelki5 arrastrar* en contextos narrativos (así también en 2 Cor te en forma simple) para referirse a ángeles, en 11, 12, EXEL{tEV en 6, 1.10; 9, 30, e~w en
Sant 1, 14: «arrastrado y seducido por su 2,13; 8,17; Flp 4,15). Es hipónimo del ver- 14, 15.17s; 15, 6; a langostas, 9, 13; a una es- 14, 68), mientras que la indicación comple-
propia concupiscencia» (E~EA.XÓftEVOS; xaL 610- bo simple, complénimo de dOÉQxoftaL (los pada, 19,21. mentaria de dirección aparece únicamente 7
Si el verbo tiene un complemento final que veces (dS;, 1,28; 8,27; 11, 11; 14,26.28; :n:a-
A.Ea~ÓftEVOS;). dos aparecen combinados en Jn 10,9; Hech 1,
21, tener trato con) y de :n:QooÉQxoftaL; es si- describe una tarea, entonces un relato del Qá, 2, 13; E:n:L en relación con personas y con
nónimo de a:n:ÉQxoftaL y EX:n:OQEÚOftaL. mensajero que describe su misión aparece co- sentido hostil en 14, 48). El sujeto más fre-
e;ÉQa"w., atoe;, tÓ exerama vómito* mo variante de las sentencias finales de ~A.­ cuente es Jesús (1, 35.38; 2, 13; 5, 2; 6, 1.34;
En 2 Pe 2, 22 en el proverbio que habla del 2. Los aproximadamente 750 testimonios {tov (Dan 9, 23). En estos casos E~ÉQXOftaL 7,31, Y [¡concluyendo con!] 8,27); además,
perro que vuelve de nuevo a su propio vómito del verbo en la LXX son, en su mayor parte, significa presentarse como mensajero (Büh- en plural, para referirse a Jesús juntamente
(cf. Prov 26, 11). traducciones del qal de y~' (que, según Jen- ner): Mc 1,38 (y, por tanto, supuesto también con sus seguidores (1, 29; 6, 54; 9, 30; 11,
ni, aparece 785 veces). Así pues, no se acen- fundamentalmente en el v. 35); luego Mc 4, 3 11; 14,26).
túa tanto el hecho de salir de un lugar (así Mt es una forma alegorizante de relato del men- En contraste con esto, el uso que se hace
e;fQauváro exeraunai5 indagar* sajero acerca de sí mismo. Tal relato se halla del verbo en la fuente Q es gramatical y fun-
E~EQauváw es forma helenística del verbo 5,26 par., dejar salir; Hech 16, 19, la espe-
también presente, cuando una acción procla- cionalmente más estructurado, pero permane-
E~EQEuváw (BlaB-Debrunner § 30,4). 1 Pe 1, ranza perdida; 1 Jn 2, 19, salidos de la co-
madora subsiguiente se concibe directa o in- ce dentro del marco del significado principal
10: los profetas «inquirieron e indagaron munidad) cuanto el hacer su aparición en un
directamente como acción principal: Jesús, (13 veces: Lc 7, 24-26 par.; 9, 5 par.; 11, 24
acerca de (:rtEQl) esta ow'tllQLa». ThWNT II, lugar (Hech 28, 3, el hecho de que saliera
Mc 2, 13; sus mensajeros, 6, 12; las personas [bis] par.; 12,59 par.; 14,23 par.; además 11,
una víbora). Cinco testimonios del verbo son
653s. curadas, Mc 1, 45; 2, 12 (¡como concreción 14; 14, 18; 17,27 y Mt 24, 26s).
citas del AT: Mt 2,6 (proceder; cf. Heb 7, 5, de 1, 28!); Mt 9, 31s (como explicación de 9, Es característico de Mateo el mayor uso del
descender de Abrahán); Hech 7, 3s.7 (emi- 28), profetas itinerantes, 3 Jn 7 (con v:n:ÉQ de participio conjunto (19 veces, de las cuales 3
e;ÉQxo!-1at exerchomai salir gración de Abrahán; cf. Heb 11,8 bis); Rom sentido final). Este género se halla presente se hallan en presente: 8,28; 9, 32; 27, 32). El
1. Aparición del término en el NT - 2. Sedimento 10, 14 (difundirse una noticia; cf. 1 Tes 1, 8: además en el sintagma joánico, que aparece 6 EX pleonástico se limita a 5 veces, y en vez de
semítico - 3. La tradición acerca de Jesús - 4. Los de- 1 Cor 14, 36; Mc 1, 28 par.; Jn 21, 23; aSl veces, de primera persona de aoristo + prepo- él se usa redaccionalmente a:n:ó según Q 12,
monios. como también Lc 2, 1, aparece un decreto); si~ión partitiva + genitivo que se refiere a 43 en 15,22; 17, 18; 21, 4. La indicación de
Bibl.: J. A. Bühner, Zu Form, Tradition und Bedeu- 2 Cor 6, 14 (separarse; cf. Ap 18,4 ó 3, 12, DlQS como contenido del relato del mensajero la dirección se efectúa según el marco antes
tung der ~"f}ov-Sprüche, en Das lnstitutum Judaicu~ alejarse de). Heb 3, 16 recuerda el éxodo de acerca de sí mismo (8, 42 en paralelo con la mencionado. Jesús es sujeto únicamente 5 ve-
der UniversiHit Tübingen 1971-1972,45-68; E. Jenm, Egipto. Tiene también trasfondo semítico la
n', en DTMAT l, 1039-1047; L. K6hler-K. L. forma simple, cf. 3,2; 13,3; 16, 27s; 17,8) Y ces, y por cierto a partir de 13, 1 (14, 14; 15,
Schmidt-A. Debrunner, Hebr. jasa' und Mk 8, 11: ThZ
expresión idiomátic.a de 1 Cor 5, 10, «salir
1431 1432 1433 1434

21; 21, 17; 24, 1; tan sólo en 26, 30 junta- i!;E(J'ttV exestin está permitido, es lícito, es 2. En los evangelios se emplea con fre- del propietario en Mt 20, 15 (<<¿No me es líci-
mente con los suyos). cuencia e~eatLV para referirse a los preceptos to ... ?»). Una fórmula retórica es e~ov €LJteLV
posible*
Lucas emplea únicamente 12 veces el partici- E~ÓV exon (participio) está permitido, es de la ley judía: (con una negación) dícese de fle"tu JtaQQT]aLu~, «Os puedo decir con fran-
pio conjunto (de ellas en presente en Lc 9, 6; los trabajos que están prohibidos en sábado queza ... », en Hech 2, 29. Con la «cortesía»
posible*
21,37 Y diez veces en Hechos). En lugar de la ("tL mHovaLV "tO¡;~ aá~~aatv 8 oux e~ea­ del prisionero pregunta Pablo al tribuno:
preposición pleonástica (que aparece única- 1. Aparición de los vocablos en el NT y uso general
de los mismos - 2. Conexiones semánticas en el NT - "tLV;), Mc 2, 24 par. Mt 12, 2/ Lc 6, 3; dícese «¿Puedo decirte una cosa?», 21, 37.
mente en Hech 7, 4; 17,33; 22,18), es caracte-
rística la asociación del verbo con cotó (en Lc
3. 1 Cor 6, 12; 10,23. de la prohibición de llevar una camilla, Jn 5, En 2 Cor 12, 4, a oux e~ov uv'frQómQ)
Bibl.: H. Conzelmann, Der erste Brief an die Ko- 10. La pregunta de Mc 3, 4 (par. Mt 12, 10. AUA:fíam se refiere a las «palabras inefables»
14 veces, en Hech 3 veces). La indicación de la rinther (KEK), Gottingen 1969, 131s; J. Dupont, Gno- [12] / Lc 6, 9; cf. 14, 3) e~wtLv "tO¡;~ aá~­ que Pablo escuchó en su éxtasis y «que nin-
dirección por medio de preposiciones permane- sis Louvain 1949, 291-308; E. Fascher, Der erste ~aaLv uya'frov JtoLijam ~ xaxoJtOLijam ... ; gún hombre está en condiciones de expresar».
ce en el marco habitual (en Lc 8 veces, en Hech Brtef des Paulus an die Korinther 1 (ThHK), Berlin
se halla también formulada jurídicamente: La traducción «no le es lícito expresar» (cf.
5 veces). Jesús es el sujeto únicamente 8 veces, 1975, 174s; W. Foerster, ESwuv, en ThWNT 11,557-
559; E. Güttgemanns, Der leidende Apostel und sein ¿Está permitido? Pero, en conexión con la si- R. Bultmann, Der zweite Brief an die Korin-
pero en Lc 5,8 Y 13,31 es de nuevo el interpe- Herr (FRLANT 90), Gottingen 1966, 226-228; E. tuación descrita, esas palabras se convierten ther [KEK], sub loco) entiende el enunciado a
lado en un imperativo. Lohse Jesu Worte über den Sabbat, en FS Jeremias, en una pregunta fundamental y, a la vez, de- partir de las fórmulas que imponían el secreto
El participio conjunto se halla totalmente 1960, '79-89; W. Schmithals, Die Gnosis in Korinth
(FRLANT 66), GOttingen '1969, 217-221. senmascaradora, a la que los interpelados no acerca de lo experimentado en los misterios.
ausente de los textos narrativos de Juan. Es
pueden reaccionar más que con el silencio: si Sin embargo, Pablo acentúa que un av'frQw-
sorprendente la frecuencia del verbo en los 1. El verbo impersonal e~eatLv aparece 28 vuestras leyes relativas al sábado permiten la Jto~, que (todavía) pertenece a lo terreno,
relatos de la semana de pascua (trece veces veces en el NT (Mateo 8 veces, Marcos 6, Lu-
desde 12, 13 hasta 21, 3 en comparación con destrucción de la vida (bien sea impidiendo la puede ser hecho partícipe en éxtasis del fenó-
cas 5, Juan 2, Hechos 3, 1 Corintios 4). El curación de un enfermo o bien sea [lo que es meno celestial, pero no es capaz de hablar -él
siete veces desde 1,43 hasta 11,44). En estos participio neutro E~ÓV aparece 3 veces (Hech
veinte pasajes es característico el uso del ver- más probable] espiando a Jesús con miras a su mismo- el «lenguaje celestial» (c[ también
2, 19 Y 2 Cor 12, 4 sin cópula, cf. BlaB-De- destrucción) y prohíben la salvación de la vi- K. G. Kuhn, en ThWNT 11,558 nota 1). Está
bo en sentido absoluto (nueve veces: 11, 31. brunner § 127, 2; 424 nota 1: «quizás se trata
44; 13, 30s; 18, 1.4.16; 20, 3; 21, 3). da (por medio de la curación), entonces toda en consonancia con ello el hecho de que Pa-
de aposiciones nominativas a la frase»; Mt concesión hecha al sábado está en contradic- blo, por lo que respecta a su persona, se dis-
4. En Marcos el segundo conjunto conside- 12, 4: oux E~OV ~v). Ambas formas van se- ción con el verdadero propósito del sábado. tancie dos veces de la experiencia extática
rable del uso del verbo (9 veces) se encuentra guidas normalmente de infinitivo (excepcio- Por tanto, el sentido de la pregunta es: «¿Es como «vivencia» (vv. 2s) y haga recaer plena-
en las cuatro expulsiones de demonios (1, 25s; nes: Mc 2, 24; Lc 6, 2; 1 Cor 6, 12; 10, 23) Y lícito en sábado ... ?». mente el acento sobre la participación conce-
5,8.13; 7, 29s; 9, 25s.29), donde se hallan los Son fundamentalmente sinónimas. En 14 de A la prohibición cultual de comer de los pa- dida por Dios en el mundo celestial (c[ tam-
tres imperativos marquinos que exigen impe- un total de 31 pasajes encontramos un e~ea­ nes de la proposición se refiere Mc 2, 26 par. bién Filón, Her 259 y 266; JyA 14, 3; Hen [et]
tLV/E~ÓV negado para expresar una prohibi-
riosamente a los demonios que salgan. Mt 12,4/ Lc 6, 4 (cf. Lev 24, 9; 1 Sam 21, 7); 71, 11, donde Henoc, sólo después de su tras-
Mateo, a pesar de la adición procedente de ción o para afirmar que algo es imposible (2 a la prohibición del matrimonio entre parien- formación, puede unirse a la alabanza celes-
la fuente Q (12, 43s), redujo drásticamente a Cor 12,4). tes (en relación, además, con el adulterio) se tial de Dios).
cuatro pasajes (tan sólo 8, 32 Y 17, 18 están hace referencia en Mc 6, 18 par. Mt 14,4 (cf.
ESEOtLV aparece también fuera del NT para de-
tomados de Marcos) los lugares que se refie: signar lo que está permitido o prohibido con arre- Lev 18, 16; Dt 25, 5s); el derecho al divorcio 3. Pablo utiliza cuatro veces la expresión
ren a demonios. glo al derecho o a la voluntad divina, por ejem- se aborda en Mc 10,2 par. Mt 19, 3 (cf. Dt 24, Jtáv"tu (flOL) e~ea"tLv en 1 Cor 6, 12a.b; 10,
En contraste con ello, los demonios son fre- plo, dícese del matrimonio en Esquilo, Prom 648; 1); a la prohibición de introducir «dinero im- 23 (dos veces sin floL). Pero en todos los ca-
cuentísimamente el sujeto del verbo en Lucas Jenofonte, An VII 1, 21; de una prohibición cul- puro» en el templo se hace referencia en Mt sos la limita mediante una frase adicional
(Lc 12 veces: 4, 35 bis.36.41; 8, 2.29.33. tual, en Herodoto 1, 183. El estoicismo habla de 27,6 (cf. Dt 23, 18).
la -> EsouoLu del hombre sobre sí mismo (Dió- (que recuerda las enseñanzas estoicas): UAA'
35.38; 11, 14.24 bis y Hech 8, 7; 16, 18). Es La pregunta capciosa de los fariseos y de ou Jtáv"ta aUflcpÉQCL, en 6, 12a; 10, 23a; me-
genes Laercio VII, 121; Epicteto, Ench XIV, 2);
típico encontrar en Lucas el complénimo pero no aparece en él una formulación compara- los herodianos sobre el tributo romano de ca- diante UAA' oux eyw E~ouataa'frtíaoflaL lmó
'freQaJte'Úw uJtó (Lc 8, 2), lo cual indica que ble a la de 1 Cor 6, 12; 10, 23 (Dupont, 305). Los pitación (Mc 12, 14 par. Mt 22, 17 / Lc 20, tLVO~, en 6, 12b, y mediante un' ou Jtáv"tu
Lucas consideraba todas las enfermedadas co- LXX utilizan en los escritos tardíos la negación 22) pretende dilucidar lo que es lícito ante oLxo6ofleL, en 10, 23b. Puesto que Pablo no
mo de origen demoníaco: de Jesús dimana de Ese01:LV/ESÓV para expresar prohibiciones ge- Dios, pero lo que quiere en realidad es poner describe jamás en ninguna otra parte la liber-
constantemente (imperfecto en 6, 19 como nerales (2 Esd 4, 14; Est 4,2; 1 Mac 14,44) Yso-
a Jesús en conflicto con las leyes romanas. A tad de los cristianos sirviéndose de la fórmu-
duplicado de 8, 46) la fuerza victoriosa de cu- bre todo para designar lo que está prohibido por
la ley judía (3 Mac 1, 11; 4 Mac 5, 18; cf. Josefo, las leyes romanas se hace referencia en Jn 18, la definida jurídicamente Jtáv"tu (flOL) e~ea­
ración que expulsa a los poderes de la des- Ant XX, 268). Es comparable el uso rabínico de 31; Hech 16,21; 22, 25; compárese, además, tLV, que podría entenderse quizás sobre el
trucción. re sut para expresar lo que está permitido o prohi- el oux E~ÓV ea"tLv (de «derecho eclesiástico») trasfondo de la conciencia superior (E~OU­
w. Schenk bido. en IgnEsm 8, 2. Se habla del derecho general aLa) del estoico o, más bien, de la conciencia
1435 1436 1437 1438

de autoridad que poseía el gnóstico (Schmit- E;E'tá~ro exetazo investigar, averiguar con de Emaús refieren a la comunidad de Jerusa- Exegetische Erwiigungen zum Verstiindnis des Begriffs
hals; Güttgemanns), 10 más probable es que todo cuidado* lén «lo que habían experimentado en el cami- xa{}Esfj~im lukanischen Prolog: NTS 20 (1973-1974)
Pablo cite un eslogan corintio o, por lo me- 289-299, sobre todo 295.
El imperativo E~E'táOUeE en Mt 2, 8 con no y cómo él (Jesús) se les había dado a co-
nos, un dicho que hubieran hecho suyo los co- JtEQL: «¡Indagad bien acerca del niño!»; 10, nocer al partir el pan». En todos los casos el En el NT, É~fj¡;; (lo mismo que su adverbio
rintios. El dicho, indudablemente, no procede 11: «¡Indagad /enteraos quién es digno en ese autor mismo había narrado previamente lo derivado _ X.Ut}E~fj¡;;) aparece únicamente en
de Pablo mismo (en contra de H. Lietzmann y lugar!»; Jn 21, 12: «Ninguno de los discípulos que los mencionados hablantes refirieron, la doble obra de Lucas (5 veces). Fuera del
G. Kümmel, Der erste und der zweite Brief se atrevía a preguntarle (a Jesús)>>. conforme a los datos facilitados por él. Con NT, É~fj¡;; se halla atestiguado desde Homero
an die Korinther 4 [HNT], sub loco). Más esto (cf. el empleo de - DLT]yÉO¡..LaL en Lc 8, (sobre los testimonios no literarios cf. Moul-
bien, el mensaje paulino de la libertad se ha- 39; 9, 10; Hech 9, 27; 12, 7) Lucas hace ver ton-Milligan, s. v.) y se encuentra también en
bía ido desarrollando hasta constituir, por in- E;1)yÉO,UU exegeomai contar, relatar, in- cómo quiere él que se entienda su propio «in- el judaísmo helenístico (LXX, Filón, Josefo,
fluencia de la conciencia gnóstico-dualista, la forrnar* forme» (DLÍ]yT]OL¡;;, Lc 1, 1) Y dónde hay que TestXII). El NT conoce solamente el adverbio
moral -confiada en sí misma- de los pneu- 1. Aparición del término en el NT - 2. Lucas/He- buscar los orígenes de lo que él relata. en su sentido temporal, y casi siempre en los
máticos (cf. W. Schrage: ZNW 67 [1976] chos - 3. Jn 1, 18. versículos (redaccionales) que sirven de intro-
214-234, esp. 217-220). Para los pneumáticos, Bibl.: C. K. Barrett, The Gospel acc. to St John, 3. Jn 1, 18b acentúa (¿polémicamente?) la ducción a una sección (Lc 7, 11; 9, 37; Hech
todas las cosas terrenas son adiaphora, in- London '1978, 170; F. Büchsel, ESTJyÉO[taL, en función de revelar que corresponde exlusiva- 21, 1). Excepto en Lc 7, 11 (EV e0 É~fj¡;;), se
diferentes, y no afectan para nada a su verda- ThWNT 11, 910; R. Schnackenburg, El Evangelio se- mente (cf. v. l8a) al Logos divino, a quien se usa el simple dativo (eñ É~fj¡;; (~¡..LÉQc;:t) (cf.
gún san Juan 1, Barcelona 1980,293; Spicq, Notes 1, BlaB-Debrunner § 200, 1). En la mayoría de
dera vida. 256-258. llama «(el) único Dios» o (según El Koiné it
La primera limitación (6, 12a /10, 23a) no vg) «el Hijo único». El «Dnico» trajo (E~T]­ los casos hay que completar por el sentido el
tiene claros acentos teológicos, sino que se 1. Con excepción de Jn 1, 18, vemos que en yÍ]OULO) a la tierra de una vez para siempre sustantivo correspondiente (lo mismo que en
explicaría dentro del marco de la ética cíni- el NT E~T]yÉO¡..LaL aparece 5 veces y únicamen- (en aoristo) la revelación adquirida por expe- Arist 262; Josefo, Bell 11, 430; PapOxy 1063,
co-estoica (cf. Conzelmann). Probablemente te en la doble obra de Lucas (compárese el riencia inmediata de Dios. El Dios invisible 6) como en Lc 7, 11: EV e0 É~fj¡;; (XQóvCP), a
no se había convertido aún en parte integran- verbo casi sinónimo - DLT]yÉO¡..LaL): Lc 24,35; se reveló entonces, por medio de Jesucristo, continuación, inmediatamente después, o en
Hech 10, 8; 15, 12.14; 21, 19 (aparece además Hech 21, 1; 25, 17; 27, 18 (también en Lc 7,
te del dicho de los corintios. Pablo recurre en su «gloria», «gracia y verdad» (vv. 14.17),
en Herm [v] 4, 2, 5; 1 Clem 49, 2; EvPe 11, 11 Sin* C D W; cf. Schürmann, 569 nota 113):
sencillamente a una idea, muy difundida, - ¡..LOVOyEVÍ]¡;; 5.
45). El verbo significa exponer (describien- eñ É~fj¡;; (~¡..LÉQc;:t), al día siguiente. La frase
acerca del peligro del libertinismo que per- G. Schneider
completa se halla en Lc 9, 37 (eñ É~fj¡;; ~¡..LÉQc;:t,
vierte la libertad. Y presenta sus propias ide- do), relatar, informar. En Jn 1, 18 encontra-
como aparece también en SIG 1170, 24; Jose-
as, más exactas, para recordárselas a los co- mos el significado de revelar (misterios divi-
É;Í)XOV'tu hexekonta sesenta* fo, Ant IV, 302) e indica que la frase debe
rintios (cf. también 7,35; 2 Cor 8, 10; 12, 1). nos) (cf. Platón, Resp IV, 427c; V, 469a; cf.
En Mc 4, 8.20 par. Mt 13, 8.23 dícese del completarse así en otras partes (es decir, É~fj¡;;
La segunda limitación indica en cada caso la también Eclo 43, 31: EX.DLT]yÉO¡..LaL); Bauer,
rendimiento de la cosecha que fue del sesenta no aparece sustantivado; en contra de lo que
conexión con el tema que se estudia: el juego Worterbuch, s. v. cree que E~T]yÉO¡..LaL es «un piensan BlaB-Debrunner § 266, lb).
por uno. En 1 Tim 5, 9 en el requisito de que
de palabras e~WeLV / E~O'U<JLUOt}Í]oO¡..LaL en tecnicismo para designar la actividad de los Los dos pasajes de É~fj¡;; en Lucas hablan de
la viuda «no tenga menos de sesenta años».
6, 12b hace ver ya que la JWQvdu es un pe- sacerdotes y adivinos que dan información y la sucesión temporal del itinerario de Jesús
En el NT encontramos también números de
ligro amenazador, véanse luego los vv. 15- revelan secretos divinos, incluso por lo que (hacia Naín; desde el monte de la Transfigu-
los que forma parte la cifra sesenta: Ap 11, 3 Y
20. La expresión oux. OLX.ODO¡..LEL en 10, 23b, respecta a los mismos dioses», y ofrece testi- ración); los tres pasajes que hay en Hechos
12, 6 (durante 1260 días); 13, 18 (el número
explicada más concretamente en el v. 24, se- monios en favor de su afirmación (cf. también de la bestia: 666). Lc 24, 13: «a una aldea que hablan del itinerario de Pablo (relato en pri-
ñala igualmente al contexto, a saber, al respe- R. Bultmann, Das Evangelium des Johannes dista de Jerusalén unos sesenta estadios [p7S A mera persona del singular en 21, 1 Y en pri-
to que se debe tener por la «conciencia moral [KEK], 56s; Barrett). B D y otros] (unos 11 km)>> (sobre la variante mera persona del plural en 27, 18; informe
ajena» y por el encargo recibido de procurar textual ÉX.UeOV É~Í]x.oV'tu, «ciento sesenta» dado por Festo a Agripa 11 en 25, 17). É~fj¡;;
la salvación de todos (véanse los vv. 29 Y 2. En Lucas/Hechos son sujeto del verbo (unos 30 km) en Sin K* El II y otros, que se tiene una función semejante a la del adverbio
32s). A fin de conservar en la traducción lo (por orden de aparición en los textos): los dis- ajusta al emplazamiento efectivo de - 'E¡..L- lucano - X.Ut}E~fj¡;;.
inadecuado de la cita para expresar las ideas cípulos de Emaús, Comelio, Bemabé y Pablo, ¡..Luoií¡;; [EmaúslNicópolisJ, cf. J. Wanke, Die G. Schneider
de Pablo acerca de la libertad, lo mejor será Simón y también Pablo. El tema del relato en Emmauserziihlung, Leipzig 1973,37-39).
acentuar el aspecto jurídico de e~EOeLV: «To- Hechos es siempre una acción de Dios que se
do (me) está permitido / está a (mi) libre dis- ha experimentado, y que en opinión del narra- E;1)XÉro execheo transitivo: resonar; en voz
posición» (cf. Fascher; Conzelmann; Schmit- dor confirma que la evangelización de los É;iís hexes (adv.) a continuación, inmediata- pasiva, ser hecho que resuene, resonar*
gentiles es voluntad (revelada) por Dios y en- mente después (en una secuencia)* 1 Tes 1,8: «Por vosotros ha resonado la pa-
hals, 219).
cargo suyo. En Lc 24, 35, los dos discípulos Bibl.: H. Schürmann, Das Lukasevangelium 1 labra del Señor no sólo en Macedonia y Aca-
H. Balz (HThK), Freiburg i. Br. 1969, 399, 569; M. VOIkel, ya... ».
1439 1440 1441 1442

[;t;, fro;, ÍI hexis ejercicio, práctica* También en Hechos el verbo €~LO't'l']ftL se 3, 20-21 son versículos compuestos por el cribir este acontecimiento, el éxodo o «salida»
En Heb 5, 14 dícese de los órganos de los halla asociado con un acontecimiento mila- mismo Marcos (probablemente a base de tex- de Egipto, fI;O()O~ se convirtió precisamente
sentidos, «que están ejercitados por la prácti- groso obrado por Dios: 2, 7.12 (el milagro de tos de la fuente Q, cf. Lc 11, 14; Mt 9,32-34; en término técnico en la versión de los LXX
ca ()L<l 'tf]V E~LV)>>. las lenguas en Pentecostés); 9, 21 (la predica- 12, 22-23). Marcos, después de la interrup- (cf. el título que el libro del Exodo lleva en la
ción de Pablo); 10, 45 (el don del Espíritu a ción de 3, 22-30, prosigue con la perícopa LXX; cf. Michaelis 108; Jenni 1045). b) En
los gentiles), y 12, 16 (la liberación de Pedro acerca de los «verdaderos parientes» (3, 31- Lc 9,31 y 2 Pe 1, 15, aparece el término fl;O-
'!:'
f,=,tCJ'tl)p-u existémi dejar atónito; intransiti- de la prisión). Según 8, 13 Simón Mago se 35). ()O~ con el significado de salida de la vida (=
vo: quedarse atónito, estar fuera de sí* queda asombrado al ver los milagros obrados muerte). Este significado se encuentra por vez
No son convincentes los numerosos intentos,
l. Uso intransitivo con sentido atenuado - 2. Uso por Felipe. antiguos y modernos, para no tener que aceptar primera en los escritos judíos helenísticos (cf.
transitivo - 3. 2 Cor 5, 13 Y Mc 3, 2l. que los parientes (¡María!) hubieran dicho algo Josefo, Ant IV, 189; Sab 3, 2; 7, 6; Filón, Virt
2. Es sorprendente que, inmediatamente tan desconcertante acerca de Jesús: oL JtuQ' uu- 77; TestNef 1, 1) Y aparece también en Arria-
Bibl.: G. Hartmann, Mk 3, 20s: BZ 11 (1913) 249-
antes de Hech 8, 13, se use dos veces en sen- 'tou (v. 21a) serían los discípulos; ¡i)"eyov (v. no (Epicteto, Diss IV, 4, 38) Y en escritores
279; J. Lambrecht, The Relatives of Jesus in Mark:
NovT 16 (1974) 241-258, sobre todo 244-246; W. tido transitivo el mismo verbo E~LO't'l']ftL: Si- 21b) sería un verbo expresado impersonalmente cristianos (Justino, Dial 105, 5, cf. 105, 3:
Mundle, Éxtasis, en DTNT n, 154s; A. Oepke, El;- món Mago hacía ya mucho tiempo que deja- (<<se» [= el pueblo] decía); el sujeto de EAf)'OV se- f~O()O~ 'tOu ~LOU; Ireneo, Haer I1I, 1 = Euse-
lOTIUH, en ThWNT n, 456-457; H.-H. Schroeder, El- ba atónita a la gente con sus actos de magia ría el pueblo (cf. v. 20, OX,,-o;); E~É01;1'] significa-
tern und Kindern in der Verkündigung Jesu, H-Bergs- ría aquí sencillamente que (¡Jesús!) estaba asom- bio, HistEccl V 1, 36. 2, 3. 8,3; Canon 13 del
(8, 9.11). En Lc 24, 22 los discípulos dicen:
. tedt 1972, 110-124; J. E. Steinmüller, Jesus and the OL brado. concilio de Nicea [Conciliorum Oecumenico-
naQ' alrwv (Mk. 3, 20-21): CBQ 4 (1942) 355-359; «Algunas de nuestras mujeres nos han sobre-
J. Lambrecht rum Decreta, Freíburg '1962, 11]; PapLondon
H. Wansbrough, Mark 3, 21 - Was Jesus Out of His saltado». En estos tres pasajes el verbo €~­ 77 [siglo VI p.C.]; cf. Clemente de Alejandría,
Mind?: NTS 18 (1971-1972) 233-235; D. Wenham, LO't'l']ftL significa causar confusión en alguien,
The Meaning of Mark lIl.2I: NTS 21 (1974-1975) Strom 3, 9). Posteriormente el término se en-
dejarle atónito, dejarle fuera de sí (en sentido f;tCJXÚro exischyo ser capaz*
295-300; A. Wimmer, Apostolos quosdam exiisse, ut cuentra también con el significado de «destino
Jesum domum ducerent (Marcus 3, 20 sq): VD 31
atenuado). Ef 3, 18: «de manera que seáis capaces de futuro» (Herm [v] 3,4,3).
(1953) 131-143. comprender... » . R. Peppermüller
3. Quedan otros dos pasajes en el NT en los
El verbo E~LO't'l']ftL (incluidas sus formas al- que hay que admitir que el verbo tiene un sen-
ternativas €~w'távco y €~w'táco) aparece 17 tido más fuerte. En 2 Cor 5, 13 escribe Pablo: E;obo;, O", ÍI exodos salida*
veces en el NT. Podemos diferenciar tres sig- «Porque si entramos en éxtasis (E~ÉO't'l']ftEV), f;ol.dtºfÚro exolethreuo erradicar, exter-
Bibl.: Bauer, W6rterbuch, s.v.; E. Jenni, y~' en
nificados. entonces es para Dios; pero si estamos en TMAT 1,1039-1047; Liddell-Scott, s.v.; W. Michaelis, minar*
nuestros cabales (ococpQOVOUftEV), ¡entonces elOO{)o<; 'K'tf.•. , en ThWNT V, 108-111; Moulton-Milli- Hech 3, 23 en cita de Lev 23, 29 LXX: el
es para vosotros!» Pablo alude aquí probable- gan, s.v.; PGL, s.v.; Preisigke, W6rterbuch mit Suple- que no escuche a un profeta como Moisés se-
1. El significado que aparece con más fre-
ment I, s. v. rá erradicado del pueblo». ThWNT V, 171;
cuencia es el del uso intransitivo con sentido mente a sus experiencias «extáticas» extraor-
atenuado: un estado psíquico en el que se es- dinarias (---> bW'taoL~ 1); cf. 2 Cor 12, 1-6. 1. El sustantivo fI;O()O~ aparece en textos C. M. Martini: Bib 50 (1969) 1-14.
tá desconcertado o en el que se queda uno Con el aoristo, a diferencia del presente que literarios a partir de Sófocles y Herodoto.
atónito de asombro o temor. Marcos emplea sigue a continuación, se refiere a que el esta- Aparece también en documentos en papiro y
tres veces el verbo en este sentido; Lucas, do de éxtasis era en él un estado pasajero y no es frecuente en la LXX (Preisigke menciona f;op,tOl.oyiro exomologeo confesar, ala-
ocho veces (2 veces en Lc, 6 veces en Hech). habitual, y con la contraposición «para Dios - más de 80 pasajes de papiros; hay más de 70 bar*
También Mateo escribe en 12,23: «Entonces para vosotros» adopta en cierto modo una testimonios en la LXX). El sentido funda- 1. Aparición y contenidos semánticos del término -
toda la multitud se quedó asombrada». Como postura crítica y polémica contra el valor mental es a) (verbal): la acción de partir, b) 2. La confesión de los pecados - 3. La alabanza.
él, en el texto paralelo 9, 33 (lo mismo que apostólico de esos dones extraordinarios. (espacial): el lugar del cual o a través del cual Bibl.: G. Bornkamm, Lobpreis, Bekenntnis und Op-
Lucas en 11, 14), emplea itauftál;,co (que exis- En Mc 3, 21 se dice que los parientes de Je- se parte. El término opuesto es ---> d<1obo~, fer, en Bornkamm, Aufsatze III, 122-139; D. Fürst, en
tía ya probablemente en la fuente Q), sospe- sús salieron para hacerse cargo de él, «porque «entrada». Sobre los numerosos significados DTNT 1, 292-295; O. Hofius, Der Christushymnus
chamos que E~L<J'tav'tO en Mt 12, 23 se escri- decían: Estáfuera de sí» (es decir, ha perdido especiales correspondientes al ámbito mer- Phi! 2, 6-11, Tübingen 1976, 18-55; R. J. Ledogar,
bió por influencia de Mc 3, 21, aunque con un el juicio; €I;É<1't'l'] es «un aoristo atemporal», Verbs of Praise in the LXX Translation of the Hebrew
cantil, jurídico y militar, cf. Michaelis, 108. Canon: Bib 48 (1967) 29-56; O. Miche1, Óf!Ol..oyÉw
sentido diferente. Lo mismo que en Mt 12, V. Taylor, Mark, London 1963, sub loco).
X'tl..., en ThWNT V, 199-220 (bibl.); C. Westermann,
23, los presentes (los discípulos, el pueblo) se Mientras que en 2 Cor 2, 13 la expresión tenía 2. En el NT hay sólo tres testimonios del ydh, en DTMAT 1, 931-942.
sienten atónitos en Mc 2, 12; 6, 51 Y 5, 42 par. connotación positiva, vemos que aquí tiene término fI;O()O~: a) el más antiguo se halla en
Lc 8, 56 después de contemplar un milagro de sentido negativo. Por lo demás, parece que Heb 11, 22. Este pasaje hace referencia a Gén 1. El verbo EI;OftOAOyÉCO aparece 10 veces
Jesús. En Lc 2, 47 el asombro es consecuen- Marcos asocia la convicción de los parientes 50, 24, donde se cuenta que José, antes de su en el NT. La voz activa, que es también muy
cia de la actuación maravillosa del Jesús ado- con la opinión de los escribas, según los cua- muerte, predijo que Dios conduciría a los hi- rara fuera del griego del NT, aparece tan sólo
lescente en el templo. les Jesús está poseído (v. 22). Parece que Mc jos de Israel al país de la promesa. Para des- una vez: se emplea en Lc 22, 6 en sentido pro-
1I

1445 ESO/lOAOyÉW - EsouaLu 1446


1443 ESOftOAOyÉW 1444

pecados, que todo hombre tendrá que hacer t;OQxí,~ro exorkizo conjurar, poner (a al-
fano y tiene allí el significado -bastante fre- el uso del verbo en el sentido de «alabar». Claro ante el tribunal de Dios (Michel 215, 25ss;
que el significado original de «reconocer/confe- guien) bajo juramento* ,
cuente en el verbo simple -> O[lOAoyÉW- de Hofius, 50 nota 113; piensa de manera distin- Mt 26, 63 (a diferencia de Marcos): ESOQ-
prometer, dar seguridades o asentir, estar de san> se escucha también en la medida en que
ESOftOAOyÉw, lo mismo que su equivalente he- ta, por ejemplo, E. Kasemann, Romerbrief XL~Ú) GE xa'ta wv 1'tEQV, «Te conjuro por (el)
acuerdo. Los otros 9 pasajes, todos ellos en [HNT], sub loco). Dios (vivo»>. ThWNT V, 465s.
breo, expresa que en la alabanza se efectúa el re-
voz media, tienen un significado teológico. conocimiento y testimonio público del poder
Este se halla relacionado con el uso religioso salvador de Dios (cf. Ledogar, 40s). Con depen- 3. La decisión de Dios de revelarse a sí t;OQXlO'tÍJ;, olí, Ó exorkistes exo~cist~*
que se hace del término en la LXX (donde el dencia de la LXX, EsO/lOAOyÉW, «alaban>, se en-
mismo y de revelar su salvación -en la obra En Hech 19, 13 dícese de los exorCistas JU-
vocablo aparece unas 110 veces), el cual reci- cuentra también en los SalSI (lO, 6; 15, 2; 16, 5)
e igualmente en el TestJob 40, 2, Y aparece tam- de Jesús- precisamente a los pobres y a los díos itinerantes (cf., a propósito, la descrip-
bió a su vez su impronta específica del verbo
bién con algunas modificaciones en Filón (cf. Le- insignificantes, es objeto de la acción de gra- ción del exorcismo en su entorno en Josefo
hebreo yadli.
gAll 1, 80.82; 11, 95s; III, 26). cias de Mt 11, 25s. La fórmula de introduc- Ant VIII, 2-49). ThWNT V, 465s.
La raíz ydh abarca en el TM -así como tam- ción ESO[lOAOyOV[lUL GOL, O't'l, «Te alabo
bién, más tarde, en los textos de Qumrán y en los En consonancia con el uso que se hace del tér- porque» corresponde a la expresión ' 8deka kf
escritos rabínicos- los dos matices de significa- mino en los LXX, vemos que ESO[lOAOyÉO[laL de los salmos del AT (86, 12s; 118,21; 138, E;OQVOOro exorysso excavar, arrancar (los
do: «alabar a Dios» (que es el que aparece de or- ojos)*
dinario en el hifil de hOda) y «confesar pecados significa también en el NT y en los demás es- ls y passim; cf. Eclo 51, la; SalSl 16,5) Y de
critos cristianos primitivos: a) confesar peca- En Mc 2, 4 dícese de la acción de «abrir un
ante de Dios» (así el hitpael de hitwadda). Lo los cánticos de alabanza de Qurnrán (lQH 2,
sorprendente de este doble significado se explica dos ('t'a¡; á[laQúa¡;: Mc 1, 5 par. Mt 3, 6; boquete» en el tejado (de barro) para descol-
20.31; 3,19.37 Y passim).
por el hecho de que ambos actos, la alabanza de Sant 5, 16; Herm [v] 1, 1,3 Y passim; cf. Did gar por él la camilla en que yacía el paralítico.
El himno pre-paulino a Cristo, en Flp 2, 6-
Dios y la confesión de los pecados, se relacionan 4, 14; 14, 1), hacer confesión de pecados (en En Gál 4, 15 dícese de los gálatas que, por su
11, habla en los vv. lOs -recogiendo el jura-
con una precedente demostración de poder de sentido absoluto: Hech 19, 18; Rom 14, 11; 1 parte, se habrían arrancado los ojos por Pa-
Yahvé -para salvar o para juzgar-o Ambos son la mento de Dios en Is 45, 23b LXX (A Sincorr Q)-
Clem 52, 1; 2 Clem 8, 3); b) alabar (Mt 11, blo, si hubiera sido necesario.
respuesta con la que los hombres reconocen pú- del homenaje universal, que comprende pros-
blicamente a Yahvé como Dios y le tributan la 25 par. Lc 10,21; Rom 15,9 [cita del Sal 17, kynesis y aclamación, y que en la consuma-
gloria debida (cf. Bornkamm; Westermann; von 50 LXX]; 1 Clem 61,3; Herm [m] 10,3,2) o ción final se tributará a Cristo, el cual fue cru- t;ollbEVÉro exoudeneo tratar con despre-
Rad, Teología 1, 437ss). confesar en medio de alabanzas (así Fil 2, 11, cificado y ha sido exaltado como Señor del cio*
La LXX traduce hitwadda, «confesar peca- donde con el aspecto de la alabanza se halla mundo: todas las criaturas en el cielo, en la En Mc 9, 12 dícese del Hijo del hombre
dos», por ESOftOAOyÉOftaL únicamente en Dan 9, claramente asociado el de la confesión [cf. 2 «que tendrá que padecer mucho y será des-
4.20. En consonancia con el TM, el verbo se ha- tierra y en las regiones inferiores «confesarán
lla asociado en el v. 20 con el objeto en acusativo Mac 7,37]). con alabanzas: 'Señor es Jesucristo'» (v. 11) preciado».
'tU¡;; áftuQ'tLu¡;;. Pero, en cambio, en el v. 4 se em- y de esta manera se unirán al clamor de ado-
plea en sentido absoluto (= «hacer confesión de 2. Mediante confesión pública de los peca- ración con que la comunidad confiesa ya aho- t;Olll'tEVÉro (-óro) exoutheneo (-00) me-
pecados»). El mismo uso del término lo encontra- dos, los judíos penitentes declaran su arrepen- ra a Jesús como el -> X'ÚQLO¡; (Rom 10, 9; 1 nospreciar, despreciar, rechazar con des-
mos varias veces en los escritos judíos helenísti- timiento al ser bautizados por Juan (Mc 1, 5 Cor 12, 3). El trasfondo de este enunciado lo
cos ('tU¡;; áftuQ'tLu¡;;: JyA 54, 11 [Batiffol]; 55, 5 precio*
par.; cf. lQS 1, 24ss; CD 20, 28ss), y los cris- constituye la expectación, atestiguada abun- Lc 18, 9; 23, 11; Hech 4, 11; Rom 14, 3.
[Batiffol, = 12, 4 Philonenko]; Josefo, Ant VIII, tianos recién convertidos declaran ante la co-
129; en sentido absoluto: Josefo, Bell V, 415; Ap- dantemente en el AT y en el judaísmo antiguo, 10; 1 Cor 1, 28; 6, 4; 16, 11; 2 Cor 10,10; Gál
Mo 25, 3 [en voz activa]). Se halla aún relativa- munidad que se han apartado de las prácticas de un homenaje escatológico universal rendi- 4, 14; 1 Tes 5, 20; Mc 9, 12 v.l.
mente próximo al significado profano de «reco- supersticiosas (Hech 19, 18). En Sant 5, 16 se do a Yahvé, el Rey del mundo (cf. Hofius,
nocer/confesar algo abiertamente» (Sus 14 exhorta a la comunidad cristiana a la confe- 41ss). - La interpretación, muy difundida, que
[AdDan 13, 14]; Josefo, Bell 1, 625; Plutarco, sión de los pecados. Si ésta se exige única- ve en 2, lOs una descripción de la sujeción de E;olloí,a, a;, i¡ exousia libertad; capaci-
Num 16, 3; Anton 59, 5; Luciano, Hermot 75). mente en el caso de enfermedad de que se ha- dad, poder; autoridad
Ahora bien, en contraste con el uso del término los poderes hostiles a Dios y de la aclamación
bla en 5, 14s, o si se piensa -como en Did 4, efectuada por los mismos -como un acto que 1. Aparición y significados del ~érmin,o en el N! -
en el griego profano, vemos que ESOftOAOYÉOftaL
adquirió en la LXX un significado enteramente 14; 14, 1- en que todos se confiesen los peca- debe entenderse en sentido estrictamente jurí- 2. a) La Eso'Uola de Dios - b) La ESo'UoLa de Jesus -
dos unos a otros en la asamblea de la comuni- c) La Eso'Uola de la comunidad - d) Pode~es suprate-
nuevo al ser escogido el término para traducir dico- es una opinión difícil de sostener (cf. rrenos - e) Autoridad de mando - f) DOmllllO - 3. Rom
principalmente el verbo hebreo hoda, «alabar», y dad, es cosa que no puede decidirse con segu- Hofius, 18ss). 13 - 4. 1 Cor 11, 10.
al aparecer entonces junto a términos como -> ridad.
'l/JÚAAW, «cantar alabanzas» y -> ULVÉW, «alabar» En el contexto de Rom 14, 10b-12, Pablo in-
o. Hofius Bibl.: P. Amiet, Exousia im NT: IKZ 61 (1971) 233-
(así, por ejemplo, en Sal 17, 50; 34, 18; 56, 10; 242· Betz-Blindinger-Coenen, Poder, en DTNT III,
terpreta la cita bíblica de Is 45, 23b LXX (A Q
99, 4). En analogía con la construcción hebrea 385~399 (bibl.); W. Foerster, ESW'UV ¡{'tA., en T~WNT
hOda le, el objeto correspondiente (Dios o el nom- Sincorr) como una referencia al juicio final. Se- E;ÓV exon posible, permitido II, 557-572 (bibl.); W. Grundmann, Der Begriff der
bre de Dios) se halla en dativo. Michel, 204, 17s gún esto, Pablo designa con ESO[lOAoyÉO[laL Participio de -> eSw't'lv. Kraft in der neutestamentlichen Gedankenwelt (BWANT
designa acertadamente como «hebraísmo léxico» en el v. 11 b la confesión escatológica de los
1447 EsO'uoLa 1448
1449 EsouoLa 1450

4, 8), Stuttgart 1932; J. Lange, Das Erscheinen des tad, derecho; 2. capacidad, poder; 3. autori-
Auferstandenen im Evangelium nach Matthiius (FzB dad, potestad. Estos significados tienen lin- ge, 32). Los adversarios de Jesús le preguntan Johannes 1o [KEK], 36 nota 1). Tampoco la
11), Würzburg 1973; K. Prümm, Diakonia Pneumatos.
Der 2. Korintherbrief als Zugang zur apostolischen
des fluidas, porque derecho y potestad pueden qué derecho (autoridad) tiene él para perdonar autoridad de Jesús se caracteriza normalmen-
Botschaft 11, Roma 1962, capítulo 8, excursus III y IV; confluir el uno en el otro, y la potestad presu- pecados, cosa que en el judaísmo estaba re- te como algo que le haya sido trasferido (por
H. Schlier, Miichte und Gewalten im NT (Quaestiones pone el poder / la capacidad (cf., por ejemplo, servada para Dios (Mt 9, 6 par.), y qué dere- Dios); pero cf., desde luego, Mt 28, 18 Y Jn
Disputatae 3), Freiburg i. Br. 31983. Cf. más bibliogra- Hech 8, 19 Y numerosos testimonios en el cho tiene él para purificar el templo (Mt 21, 5,27.
fía en ThWNT X, 1080s.
Sobre Rom 13: M. Borg, A New Contextfor Romans
Apocalipsis), y porque la potestad contiene en 23s par.; 21, 27 par.). Jesús hace partícipes a
c) El derecho y el poder de los discípulos
X[Jl: NTS 19 (1972-1973) 205-218; U. Duchrow, sí misma la capacidad. ESo'UoLa se relaciona sus discípulos de su poder para expulsar de-
Christenheit und Weltverantwortung. Traditionsge- en concreto con las siguientes entidades: Dios, aparecen en contextos muy diversos: así, en la
monios (Mc 3, 15; 6, 7 par.).
schichtliche und systematische Struktur der Zweirei- imagen del poder (capacidad) milagroso de
Jesús / el Hijo del hombre, los discípulos / la El Jesús joánico tiene el poder y la libertad
chelehre, Stuttgart 1970; Friedrich-Pi.ihlmann-Stuhl-
comunidad, los hombres, Satanás; pero se usa pisar serpientes y escorpiones y de prevalecer
macher, Zur historischen Situation und lntention von para dar su vida y para recobrarla (Jn 10, 18),
también en sentido abstracto para referirse a sobre el poder del enemigo (Lc 10, 19),se des-
Rom 13, 1-7: ZThK 73 (1976) 131-166 (bibl.); E. Ka- pero experimenta también en su propio cuer-
semann, An die Romer (HNT), Tübingen 1973 (bibl.); poderes terrenos y supraterrenos. taca gráficamente «la sujeción a que han sido
po el poder estatal (Jn 19, lOs), aunque no sin sometidos los poderes astutos y peligrosos del
F. Neugebauer, Zur Auslegung von Rom 13, 1-7: KuD
8 (1962) 151-172; A. Strobel, Zum Verstiindnis von mencionar que ese poder ha sido conferido maligno» (G. Baumbach, Das Verstiindnis des
Rm 13: ZNW 47 (1956) 67-93.
2. a) El poder de Dios, que adopta la deci- por Dios, lo cual -por lo demás-, según Lc 4,
sión escatológica sobre el hombre, está por Basen, Berlin 1963, 181). Vuelve a ser entera-
Sobre 1 Cor 11, JO: G. Dautzenberg, Urchristliche 6, se aplica incluso al diablo. A Jesús, como el
Prophetie, Stuttgart 1975, 265-269; A. Feuillet, La encima de cualquier otro poder (Lc 12,5). No mente distinta la perspectiva que se obtiene
Resucitado que es, se la ha concedido final- en Jn 1, 12, donde los creyentes «reciben del
signe de puissance sur la tete de la femme: NRTh 95 hay apelación a una norma superior en contra
(1973) 945-954; J. A. Fitzmyer, A feature oI Qumran mente el más extenso poder en el cielo y en la Lagos la real capacitación para ser hijos de
Angelology and the Angels of 1 Cor Xl, JO: NTS 4 de las decisiones jurídicas adoptadas por tierra (Mt 28, 18; cf. también Ap 12, 10), lo
Dios, de tal manera que el derecho de Dios y Dios» (R. Schnackenburg, El evangelio según
(1957-1958) 48-58; M. D. Hooker, Authority on Her cual quiere decir que «se le ha confiado el es-
Head: NTS 10 (1963-1964) 410-416; A. Jaubert, Le su libertad creadora se comparan con el poder San Juan 1, 279). En Hech 8, 19 se menciona
Voile des femmes (1 Cor XI.2-16): NTS 18 (1971-
chaton, en el cual la salvación y el juicio del la autoridad/capacidad de los discípulos para
del alfarero, que es capaz de formar con el ba- mundo se deciden en Jesús» (Lange, 166s).
1972) 419-430. conferir el Espíritu, mientras que en 9, 14; 26,
rro lo que él quiera (Rom 9, 21). Esta perfec- Una peculiaridad del lenguaje de Lucas
1. ESO'UOLa aparece tanto en el griego pro- ción del poder divino no sólo se afirma con 10.12 se piensa en los plenos poderes conce-
consiste en mencionar juntas, varias veces, ES- didos a Pablo por los principales sacerdotes
fano como en la LXX, aunque en ésta con una argumentos, sino que además se confiesa do-
o'UoLa y Mva(..u~ (4, 36; 9, 1; cf. también 10, para arrestar a los apóstatas judíos.
frecuencia notablemente menor que el térmi- xológicamente (Jds 25).
9). Con ello difícilmente habrá sido la inten- El derecho apostólico a vivir del evangelio
no afín ()'ÍJva(.w; (unos 50 testimonios frente a Ahora bien, Dios hace que su Hijo participe
ción de Lucas poner el poder de Jesús (y de y a llevar consigo a la esposa en los viajes de
unos 400 de Mva(..u~; para el deslinde entre de su autoridad y, así, le ha concedido el po-
los discípulos) en especial relación con el misión, se menciona en 1 Cor 9,4-6.12.18; 2
ambos términos cf. infra). En la LXX ESO'U- der para juzgar (Jn 5, 27; tal podría ser tam-
:n:vEií¡..¡.a (así piensa H. Schürmann, Lukas I Tes 3, 9. Es una autoridad (plena) concedida
OLa traduce en la mayoría de los casos el tér- bién el sentido de Jn 17, 2, cf. R. Schnacken-
[HThK], 246 nota 177; 500), porque ambos por el Señor a los apóstoles para la edifica-
mino hebreo memsalá. Es verdad que ESO'U- burg, El Evangelio según san Juan I1I, 214s),
términos «son empleados por Lucas de mane- ción de la Iglesia (2 Cor 10, 8; 12, 10). Aun- .
OLa puede significar en la LXX «la ilimitada y a la comunidad le ha dado en Jesús la auto-
ra prácticamente sinónima» (cf. H. Conzel- que Pablo señala expresamente en este último
soberanía de Dios». Pero este significado hay ridad para perdonar pecados (Mt 9,8). Contra
mann, El centro del tiempo, Madrid 1974, pasaje que él, en caso necesario, va a aplicar
que deducirlo del contexto, porque no es in- la expectación demasiado tensa de la parusía,
254ss). Que la diferencia entre ESo'UoLa y el medidas severas, y se presupone aquí, por
herente, ni mucho menos, al término mismo Lucas señala que la autoridad de Dios es .la
(Foerster, 561). tema D'Uva- no debe acentuarse con demasia- tanto, el derecho a aplicarlas, sin embargo
única que determina el tiempo de la parusía
ESo'UoLa aparece 102 veces en el NT, con la da intensidad, lo vemos también por Lc 12,5 Prümm exagera cuando acentúa «que este tes-
(Hech 1, 7).
mayor frecuencia en el Apocalipsis (21 veces) y Rom 9, 21s. timonio es suficiente en sí mismo para de-
yen el evangelio de Lucas (16 veces). El tér- b) La vida de Jesús está determinada de Eso'UoLa se aplica al Jesús terreno para re- mostrar que el ministerio de jurisdicción en la
mino abarca un amplio campo de significa- muchas maneras por la ESo'UoLa. Sus ense- alzar su superioridad sobre los demonios y Iglesia, al nivel más alto de los derechos que
dos, que se extiende desde el concepto de ñanzas se diferencian de las de los escribas sobre los escribas, y su participación en el ejerce, prescindiendo del primado, es una ins-
(pleno) poder hasta la designación de los por el poder que de ellas dimana, cosa que poder de Dios. Se aplica al Resucitado para titución ordenada por Dios» (139).
«funcionarios del reino espiritual» (Bauer, Marcos afirma, pero que Mateo prueba con realzar su extensa posición de poder. Pero no La libertad cristiana, que encuentra sus lí-
Worterbuch, s. v. 4c~) y con unos matices que ayuda del Sermón de la Montaña (Mt 7, 29 podemos afirmar que, desde un principio, y mites en la consideración que hay que tener
no siempre pueden expresarse y traducirse par.; Mc 1,27), porque la ESo'UoLa de Jesús se sobre el trasfondo del uso que se hace de es- con los semejantes (1 Cor 8, 9), y la libertad
exactamente; sobre todo es fluida la transi- demuestra para Mateo, entre otras cosas, en te término en los LXX, sea inherente a la de la voluntad (1 Cor 7, 37) se designan, am-
ción entre los tres primeros significados indi- que «Jesús reconoce y da plena vigencia a la Eso'UoLa, empleada en relación con Jesús, el bas, con el nombre de ESo'UoLa. En los men-
cados por Bauer (Worterbuch, s. v.): 1. liber- voluntad de Dios depositada en la Torá» (Lan- carácter del poder divino (como piensa Foers- cionados pasajes, el contexto acentúa que la
ter, 566; cf. Bultmann, Das Evangelium des ESo'UoLa fue conferida a los discípulos, y que
1453 fsoVOLa - fsov(JLá~úJ 1454
1451 fsoVOLa 1452

4. Hasta ahora no se ha encontrado segura- o'U<JLá~ú) 2 veces) y significa «tener ESO'U-


éstos, por consiguiente, no la poseen por su esta opinión y 10 han hecho con razones de mente una solución satisfactoria al difícil pa- OLa», con todos los significados posibles que
propio derecho, sino que la han recibido de peso (véanse principalmente las diferencias saje de 1 Cor 11, 10 y a la pregunta de por qué -+ ESo'UoLa abarca, especialmente: tener la
los derechos de Dios y de Jesús, y deben apli- de lenguaje entre Pablo y las deuteropaulinas, se emplea en él el término ESo'UoLa. capacidad, el derecho, el permiso (para ac-
carla en consecuencia con ello. y cf. la referencia que Strobel hace a que sólo tuar).
uno de los pasajes aducidos como prueba es La dificultad consiste, en primer lugar, en que
d) El uso que el NT hace de Eso'UoLa para el argumento de 11, 4-9, que se resume en el v. En 1 Cor 7, 4 es digna de tenerse en cuenta
paulina en el pleno sentido de la palabra). Por 10, no es concluyente (d. H. Conzelmann, Der la construcción de la sentencia en forma de
aplicarla a poderes supraterrenos es novedad, tanto, habrá que partir de que en Rom 13, 1-7 erste Brief an die Korinther [KEK], 222). Y, en quiasmo, con las negaciones precediendo a
es decir, no se halla atestiguado ni en la LXX se hace mención únicamente a poderes terre- segundo lugar, en que en el resumen mismo los verbos. La autoridad para disponer de su
ni en el helenismo (pero cf., desde luego, 2 nos. Pero ¿a qué poderes se refiere el texto? -¿precisamente por no ser concluyente lo que se
Mac 3, 24 y, a propósito, Foerster, 562, 2ss). ha dicho con anterioridad? Cf. el v. 16- vuelve a propio cuerpo, que propiamente le correspon-
En contra de la opinión muy difundida, y de al ser humano, se niega a los cónyuges
En esta manera de hablar, no siempre se sabe que en parte se acepta incluso sin discusión introducirse un nuevo elemento de prueba: por
con toda claridad, y por tanto se discute entre causa de los ángeles (d., a propósito, Fitzmyer, (aparece dos veces: oux ESO'UOLá~fL) -j 1 Cor
alguna, no se habla sencilla y llanamente del 49s). Aunque la idea de que hay ángeles presen- 7 parte enteramente de la igualdad de dere-
los comentaristas, si las ESO'UOLaL que se Estado, sino más bien del Estado en sus di- tes en el culto está atestiguada en Qumrán (1 QSa chos entre el hombre y la mujer!-. Con ello
mencionan principalmente en las cartas pauli- versas manifestaciones o en las diversas fun- 2,3-11), difícilmente se podrán aceptar los argu-
nas (a menudo juntamente con las aQxaL) son podría expresarse también el aspecto de la
ciones que se ejercen, como se ve claramente mentos en favor de la tesis de que se trataría, en consideración mutua, enunciado en el v. 5. El
poderes de naturaleza supraterrena (Ef 1, 21; por los plurales ESO'UOLaL y aQxov'tf¡;. Cuan- todo caso, de ángeles buenos sumisos a Dios. So-
6, 12; 1 Cor 15, 24; Col 1, 16; 2, 15; 1 Pe 3, bre el argumento que se basa en la existencia del hecho de que aquí no se manifiesten las reser-
do Eso'UoLa aparece en singular en Rom 13, vas del apóstol con respecto al matrimonio,
22; cf. también Ef 2, 2) y si deben considerar- artículo en ayyÉAOVr;, d. Braun, Qumran 1, 194.
1b, no es porque se hable del Estado, sino La afirmación de Hooker de que en ninguna par- está relacionado con la clara mención de las
se como hostiles a Dios en todos los casos, o porque -según Pablo- todas las funciones del te del NT hay ángeles malos, y de que éstos no mismas en el contexto -cf. 7, 7ss y posible-
si en algunos pasajes (por ejemplo, Ef 3, 10 y ejercicio del poder se derivan únicamente de encajarían en el contexto del culto cristiano, sería mente 7, 1, si es que en estas palabras no hay
Col 2, 10) se habla también de poderes (angé- Dios. La caracterización concreta de esos po- en su primera parte un error (cf. Braun, Qumran una cita de los adversarios de Pablo en Corin-
licos) buenos enviados por Dios (cf. Schlier, deres como ÚJtfQÉXO'UOaL difícilmente se po- 1) y, en su segunda parte, dejaría de ver que la re-
to (así piensa, por ejemplo, H. Conzelmann,
14 nota 13; Foerster, 569s). Esta cuestión es, ferencia a los ángeles, en toda interpretación, va
dría referir a ellos como meros regentes (así más allá del contexto. Der erste Brief an die Korinther [KEK], 139
seguramente, de importancia secundaria, por- G. Delling, en ThWNT VIII, 525), sino más nota 10)- Y con la circunstancia de que en 7,
que el acento del enunciado recae sobre ellu- bien al carácter superior de quienes ejercen 3ss no sólo se piensa en las personas ya casa-
gar que ocupa el Exaltado por encima de to- Puesto que está atestiguado el efecto apo-
tal función (cf. Strobel, 79). tropaico, o -al menos- el efecto mágic? y das en el momento actual, sino también en las
dos los poderes (cf. Neugebauer, 169s). que van a casarse (para el estudio de este te-
En los debates de los últimos años se ha discu- protector de tener cubierta la cabeza (bSab
e) La autoridad de mando de un gobernan- tido principalmente hasta qué punto Rom 13, 1-7 156b, cf. Billerbeck 11, 403s), merece quizás ma consúltese Schrage, 229 nota 68). (Sobre
te se designa con el nombre de Eso'UoLa en es un texto específicamente cristiano, y hasta qué que demos la preferencia a la comprensión la peculiaridad del hecho, considerado desde
Mt 8, 9 par.; Lc 19, 17; 20, 20; Ap 17, 12. punto ese texto se encontraba ya plasmado pre- que permanece dentro del sentido literal de el punto de vista de la historia de las religio-
viamente en la tradición judía. Principalmente Eso'UoLa y que entiende este término como nes, de que la mujer tenga a su disposición el
f) En Lc 4, 6 y 23, 7 Eso'UoLa significa los Neugebauer y, siguiéndole a él, Duchrow se· han cuerpo del hombre, cf. Schrage, 231 nota 68.)
dominios (de Herodes). En Col 1, 13 (cf. tam- opuesto a la opinión, frecuentemente expuesta «tener sobre la cabeza poder/fuerza»: una in-
terpretación simbólica del velo. En este pasaje no puede decidirse si Pablo ar-
bién Hech 26, 18) este significado se aplica a (los testimonios en Kasemann, 339), de que la gumenta aquí contra la continencia sexual por
Satanás. En Ef 2, 2 la expresión 'tav aQxov'ta idea de la sumisión incondicional a los poderes es 1. Broer
un lugar común judío (helenístico) muy difundi- principio (como piensa Schrage, 217) o con-
'tfj¡; Eso'UoLa¡; 'tOu aÉQo¡; se refiere «al sobe- tra la proclamación de opiniones libertinas
do, aunque los citados autores confiesan «que el
rano en el ámbito de poder del aire» (así lo
concepto -como tal- del poder dado por Dios, E!;oU(Juí~ro exousiazo tener poder (para acerca de las relaciones sexuales (como pien-
entiende J. Gni1ka, Der Brief an die Epheser aparte de su aplicación concreta a los gobernantes algo, o: sobre alguien)* sa Maurer, 160). Lo cierto, en todo caso, es
[HThK], sub loco). o a los gobernados, podría haberlo hallado Pablo que el apóstol rechaza el eslogan de los corin-
Bibl.: W. Foerster, Esw'nv x'tA., en ThWNT n, 557-
previamente en el judaísmo helenístico» (Duch- 572; E. Kahler, Die Frau in den paulinischen Briefen, tios (7, 1) -pensado unilateralmente desde el
3. O. Cullmann sugirió que las ESO'UOLaL row, 155; cf. Neugebauer, 158). - Esta idea de que Zürich 1960 (bibL); Ch. Maurer, Ehe und Unzucht nach punto de vista del varón- y lo hace de manera
ÚJtfQÉXO'UOaL tienen un doble significado en la base para la parenesis, pero no la parenesis 1 Korinther 6, 12-7, 7: WuD 6 (1959) 159-160; W. que casi parece moderna.
Rom 13, 1: aquí no sólo se piensa en el Esta- misma, se encontraba ya presente en la tradición Schrage, Zur Frontstellung der paulinischen Ehebewer-
judía (cf., en todo caso, Eclo 4, 27 TM) habrá de tung in 1 Kor 7, 1-7: ZNW 67 (1976) 214-234 (bibL).
do sino también en «invisibles poderes angé- Más bibliografía en -Jo Esouola. Con el eslogan libertino «Todo me está per-
ser tenida en cuenta, incluso para el debate acer-
licos y autoridades» (Der Staat im NT, Tübin- ca de la primera 'cuestión, para cuya respuesta se mitido», citado por Pablo en 1 Cor 6, 12, Y
gen '1961,48), Y se entiende que el Estado es recurre en la mayoría de los casos al contexto Este verbo, derivado de ESo'UoLa, aparece que se hallaba influido también por ideas
el órgano ejecutivo de esos poderes invisi- (cf. finalmente Friedrich-P6hlmann-Stuhlmacher, sólo 4 veces en el NT (el compuesto xm;fS- gnósticas, según vemos en 1 Cor 7, 1 (cf. E.
bles. Strobel y Neugebauer se han opuesto a 148ss).
1455 1456 1457
1458

Güttgemanns, Der leidende Apostel und sein E!;"3tVO~, 2 exypnos despertado, despierto* hemos visto en --> 2.a), después de verbos de tido de afuera, en Ap 11, 2b: «¡échalo afuera!
Herr, Gotingen 1966, 226ss [bibl.]), otros cír- Hech 16, 27: ES'UJtvo~ yEVÓ¡'¡'EVO~, «cuando movimiento, y entonces el punto de partida se (con el significado de: ¡déjalo aparte!)>>.
culos corintios (distintos de los citados en 7, él (el carcelero) se despertó». indica por medio del genitivo-ablativo; en to-
1) justifican la fornicación y la participación dos los pasajes es posible la traducción afue-
en los banquetes cultuales paganos (cf. 6, 13). ra de: Mc 5, 10; 8, 23; 11, 19; 12, 8/ Mt 21, t!;roiliro exotheo echar fuera, expulsar*
Pablo recoge (verbalmente) ese eslogan, pero E!;ro exo (adv., preposición impropia) afue- 39 /Lc 20,15; Mt 10,14 v.l.; 21,17; Lc 4,29; En Hech 7, 45 dícese de los pueblos «a los
lo pulveriza inmediatamente con las limita- ra, fuera - fuera de* Hech 4,15; 7, 58; 14, 19; 16, 13; 21, 5.30. que Dios expulsó de delante de nuestros pa-
ciones que señala a continuación. La libertad 1. Distribución y uso en el NT - 2. En respuesta a la dres» (es decir, al hacer ellos acto de presen-
que todo lo permite, corre peligro de dejarse pregunta «¿adónde?» - a) Como adverbio - b) Como 3. a) ESW se usa como adverbio en respues- cia). En 27, 39, como término técnico de la
dominar por «algo». Entonces se pierde la li- preposición impropia - 3. En respuesta a la pregunta navegación: lanzar la nave hacia la playa,
«¿dónde?» - a) Como adverbio - b) Como preposición ta a la pregunta «¿dónde?», con el sentido de
bertad y se convierte en esclavitud. Por eso, la impropia - 4. Uso atributivo - 5. Sustantivado (OL fuera, allá fuera (es sinónimo de --> ESw{}Ev) hacerla encallar.
libertad tiene que regirse por «lo que convie- ESW). en Mc 1,45; 3, 31s / Mt 12, 46s / Lc 8, 20;
ne» (a'U¡.¡,cpÉQov) o por «lo que edifica» (ohw-
c>o¡'¡'Elv) (cf. 10,23). Aunque el eslogan de los Bibl.: Bauer, Worterbuch, s. v; J. Behm, EXW, en Mc 11,4; Mt 26, 69; Lc 1, 10; 13,25; Jn 18, t!;ro'tEQO~, 3 exoteros de afuera, situado
ThWNT n, 572s; BlaB-Debrunner § 103, 184, 266; 16; 20, 11; Hech 5, 23 v.l.; Ap 22, 15. afuera*
corintios acerca de la libertad, considerado Liddell-Scott, s. v.; Mayser, Grammatik n, 531s; Prei-
formalmente, se ajusta no sólo a las ideas cí- b) Como preposición impropia que rige ge- Adjetivo que expresa una intensificación
sigke, Worterbuch mit Supplement, s. v.; Schwyzer,
nicas y estoicas sino también a las gnósticas, Grammatik n, § 463, 538s. Cf. más bibliografía en nitivo, ESw (sinónimo de --> Esw{}Ev) aparece del sentido del adverbio ESw (BlaB-Debrun-
sin embargo la coexistencia de círculos liber- ThWNT X, 1081. ner § 62, 3). Tiene sentido superlativo en: 't0
en Lc 13, 33: <1uera de Jerusalén», y en Heb
tinos y ascéticos en la comunidad de Corinto axó'tO~ 't0 es<Í:J'tEQOV, «las tinieblas de lo
1. !!!;w como adverbio y como preposición im- 13,11.12.13; Ap 14,20 v.l.
señala la intensísima influencia que la gnosis propia es un vocablo que se halla atestiguado en más afuera» (Mt 8, 12; 22, 13; 25, 30).
había ejercido en esa comunidad (así lo afirma- la literatura griega desde Homero, y en los docu- 4. ESw aparece en posición atributiva en
mos con Schrage 217ss, en contra de Schmit- mentos en papiro desde el siglo III a.e. La LXX EOlxa eoika ser como, ser semejante a*
lo emplea en las dos funciones. En el NT aparece Hech 26, 11: «hasta en las ciudades extranje-
hals, Die Gnosis in Korinth, Gottingen 31969, ras (= no judías)>>, yen 2 Cor 4, 16: «nuestro Perfecto segundo con sentido de presente
63 veces (aparece, además, como v.l. en Lc 8, 54;
366s). (de dxw), seguido de dativo: Sant 1,6 (seme-
24, 50; Hech 5, 23b; Ap 11, 2; 14, 20). !!!;w usa- hombre exterior», es decir, el hombre como
Finalmente, en Lc 22, 25 -un pasaje cuya do atributivamente se encuentra en los evangelios jante a la ola del mar); 1,23 (a un hombre).
ser terreno y perecedero, en contraste con el
asignación a una tradición peculiar, y a pesar yen Hechos únicamente en Hech 26, 11, en sen- hombre interior, que es renovado (sobre el
de lo que se opina generalmente, necesita ser tido sustantivado (--> 5) únicamente en Mc 4, 11.
Por el contrario, !!!;w, como adverbio de lugar o uso atributivo cf. ÁgU IV, 114: ev 'tOL~ ESw iOQ'tá~ro heortazo celebrar una fiesta*
revisada, teniendo en cuenta por de pronto lo
como preposición, fuera de los evangelios y de 'tÓJtOl~, y también Polibio V 63, 8). Dícese de la fiesta de la pascua como ima-
que se dice en el v. 24- el participio OL eso'U-
alál;ov'tE~ (como sucede varias veces en Ecle-
Hechos, se emplea únicamente en Hebreos, 1 gen de la vida del cristiano en 1 Cor 5, 8:
Juan y Apocalipsis. 5. OL ESw (sinónimo de OL ESW{}EV, 1 Tim «¡celebremos lafiesta!» (cf. Filón, Sacr 111).
siastés LXX) debe entenderse sustantivada-
mente y traducirse por los que ejercen el po- 3, 7), literalmente: «los que se encuentran
2. a) ESw como adverbio, en respuesta a la juera», significa en Mc 4, 11 la masa de gen-
der.
pregunta «¿adónde?», aparece ordinariamente iOQ'tt], i1~, 'ÍJ heorte fiesta*
1. Broer te que no pertenece al número de los discípu-
después de los verbos ~áf..f..HV, «arrojar», los; en 1 Cor 5, 12s; Col 4, 5; 1 Tes 4, 12, los Bibl.: Bauer, Worterbuch, S.v.; BlaB-Debrunner §
ayHv «conducir», EQXEa{}m, «venir» y sus 200; Liddell-Scott, s.v.; PGL, s.v.; Preisigke, Worter-
no cristianos; desde el punto de vista de los buch mit Supplement, s. v.
t!;Oxít, i1~, 'ÍJ exoche preferencia, excelen- compuestos (Mc 14, 68; Mt 5, 13 / Lc 14, 35; destinatarios, probablemente los paganos.
cia* Mt 13,48; 26, 75 / Lc 22, 62; Lc 8, 54 v.l.; Lc 1. eOQ'tlÍ es un término atestiguado en la li-
xu't' esoXtlv, por excelencia (Estrabón 1,2, 13, 28; 24, 50 v.l.; Jn 6, 37; 9, 34s; 11, 43 R. PeppermüHer teratura griega desde Homero, y en los docu-
10; Filón, AH 1, 106; SIG 810, 16 [55 p.C.]). [aquí en la frase elíptica C>EUQO ESw hay que mentos en papiro desde el siglo III a.C. Apa-
Hech 25, 23: aVC>QE~ OL xu't' eSOXT]v 'tfi~ Jtó- suplir un «ven»]; 12,31; 15,6; 18,29; 19, rece frecuentemente en la LXX con el sig-
f..EW~, «los hombres más notables de la ciu-
E!;roilEV exothen (adv. de lugar) de afuera,
4.5.13; Hech 9, 40; 16,30; 1 Jn 4, 18; Ap 3, fuera* nificado de fiesta, día festivo. En el NT eOQ'tlÍ
dad». 12; 11, 2). En todos estos pasajes ESw puede
3 Mt ~3: 27.28; Mc 7, 18; 2 Cor 7, 15; 1 Pe 3, aparece 25 veces (y, además, en Lc 23, 17;
traducirse por afuera. En Hech 5, 34 la ex- Hech 18,21 como v.l.).
(adJetIvo). Como adverbio sustantivado y
presión ESw JtOlfiam significa «conducir
t;\l3tví,~ro exypnizodespertar* c~n artículo: OL Esw{}Ev, los de fuera, en 1
afuera». 2. a) En todos los pasajes de los sinópticos
Jn 11, 11 en sentido metafórico: «Voy a Tlm 3, 7 (--> ESw); 't0 E{}W{}Ev, lo exterior en
(Mc 14,2 par. Mt 26,5; Mc 15,6 par. Mt 27,
despertarle (a Lázaro)>> (cf. Job 14, 12 LXX, b) Con genitivo ESw responde a la pregun- ~t 23, 25 par. Lc 11, 39.40. Seguido de g~ni­ 15; Lc 2, 41s; 22,1; 23,17 v.l.) así comO tam-
donde se habla del «despertar» de un muerto). ta «¿adónde?» (de manera parecida a como bvo en Mc 7, 15; Ap 11, 2a; 14, 20. En el sen-
bién en Jn 2,23; 4, 45; 6, 4; 11,56; 12, 12.20;
1459 ÉOQ'tT] - brayyEA.La 1460 1462
1461

13, 1.29 ÉOQ'tT] designa la fiesta de la pascua E3tuyyd"í,u, u;, la epaggelia promesa ausencia del grupo de palabras en el Apoca- 4, 28; Rom 9, 8;Heb 11, 9 Y passim. Halla-
(con la determinación ulterior: ÉOQ't~ 'toi) btayyÉAAo¡.tm epaggellomai prometer, ha- lipsis. mos construcciones con preposición en Gál 3,
:7t áo Xa en Lc 2, 41; Jn 13, 1; ~ ÉOQ't~ 'twv cer profesión de 18b (Cl' f.:7tayyeALa<;); 4, 23 (ClU 'tij<;
a~'Ú¡.twv ~ AEYO¡.tÉVl] :7táoxa en Lc 22, 1; cf. btáYYEAf-la, a'to<;, 'tó epaggelma promesa* 2. Los tres términos deben traducirse casi f.:7tayyEALa<;; es secundaria la variante textual
ya Ex 23, 15; 34, 18.25; Ez 45,21 LXX). En sin excepción por promesa o por prometer. En que por asimilación aparece en 3, 18: Cl'
1. Aparición del grupo de palabras en el NT -
Hech 18,21 v.l. Pablo dice que él celebrará la 2. Contenidos semánticos - 3. Campo referencial - 4. el griego profano, fJtayyEALa y f.:7tayyÉA.A.w f.:7taYYEALa<;); 3, 18a (f.S f.JtaYYEALa<;); Ef 6,2
próxima fiesta en Jerusalén; habrá que enten- Pablo - 5. Hebreos - 6. Otros escritos - 7. Elto.yyEA[lU. son sinónimos de los demás vocablos forma- (f.V fJtaYYEA.l<;t), además xa't' f.JtayyEALav en
der también aquí ÉOQ'tT] en el sentido de la dos con el tema aYYEA-, y significan anuncio Gá13, 29 Y Hech 13,23 (cf. también 1 Tim 1,
Bibl.: K. Berger, Abraham in den paulinisehen
fiesta de la pascua. Hauptbriefen: MThZ 17 (1966) 47-89; R. Bultmann, y anunciar (cf. Liddell-Scott, s.v.). Cuando la 1 Sin).
b) Por el contrario, en Jn 7, 2.8.10s.14.37 Ursprung und Sinn der Typologie als hermeneutiseher LXX emplea el grupo de palabras, lo hacen
Methode, en Id., Exegetiea, Tübingen 1967,369-380;
b) Los destinatarios de las promesas son
se entiende clarísimamente por ÉOQ'tT] la Fies- para traducir con ellas diversos vocablos he-
J. Eckert, Die urehristliehe Verkündigung im Streit personas, casi siempre determinadas personas
ta de los tabernáculos (oXl]vo:7tl]yLa; cf. Dt breos. Conserva más que nada el sentido ines-
zwisehen Paulus und seinen Gegnern na eh dem Gal elegidas por Dios, en primer lugar Abrahán
31, 10 LXX; Zac 14, 16.18.19 LXX; 3 Esd 5, (BU 6), München 1971,79-86; L. Goppelt, Typos. Die pecífico de los términos, lo mismo que el
(Gál 3, 18; Rom 4, 13; Heb 6, 12 -7, 6; Hech
51; 1 Mac 10,34). typologisehe Deutung des AT im Neuen, Darmstadt griego profano. Tan sólo en el judaísmo se va
1969, 163-182 (además el complemento Apokaliptik
7, 17), luego Isaac y Jacob (Heb 11, 9), los
formando el sentido de promesa de salvación,
c) En Jn 5, 1 no podemos determinar con- und Typologie bei Paulus, 259-299): E. GraSer, Der padres (Rom 15, 8; Hech 26, 6s), Sara (Heb
un sentido que luego es determinante para la
cretamente qué quiere decirse con ÉOQ't~ 'tWV Glaube im Hebraer, Marburg 1965; S. H. Hooke, Pro- 11, 11), los profetas (Heb 11, 32s, en asocia-
mise and Fulfilment, Edinburgh 1963; H. Hübner, Das manera de hablar del NT (cf. 2 Mac 2, 17;
'Io1JcaLwv (por esta razón hay adiciones en ción con los «héroes» del AT), finalmente los
Gesetz bei Paulus. Ein Beitrag zum Werden del' pauli- SalSl 12, 8; TestJos 20, 1). Y, así, el ApBar
numerosos manuscritos: el artículo ~ hace re- nisehen Theologie (FRLANT 119), Gottingen 1977,
israelitas (Rom 9, 4). Según Ef 2, 12, los gen-
[gr] en 57, 2 habla de la «promesa de la vida
ferencia seguramente a la fiesta de los judíos, 16-21,44-53; G. Klein, Rom 4 und die Idee del' Heils- tiles estaban excluidos de la promesa. Los
futura»; en 59, 2, de la «promesa de la recom-
es decir, a la fiesta de la Pascua; y lo mismo gesehiehte: EvTh 23 (1963) 424-447; S. Loersch, Ver- destinatarios mencionados -en el contexto de
heijJung, en LThK X, 706; O. Michel, Del' Brief an die pensa». Pero estas promesas están vinculadas
se diga de la adición de A: 'tWV a~'Ú¡.twv. En al cumplimiento de la ley. El grupo de pala-
la idea de la promesa- son typoi y señalan ha-
Hebraer (KEK), Gottingen '1966, 192s (excursus); C.
cambio, el códice minúsculo 131 completa: ~ Rose, Verheissung und Erfüllung. Zum Verstandnis der bras adquiere significado cristológico especí-
cia los cristianos, quienes como creyentes son
OXl]vo:7tl]yLa) . EltUyyEA.lU im Hebraerbrief: BZ 33 (1989) 60-80, los verdaderos receptores y portadores de la
fico en relación con el origen y desarrollo de
178-191; F. J. Schierse, VerheijJung und Heilsvollen- promesa: Gál 3, 22; 2 Cor 7, 1; Hech 2, 39.
d) En Col 2, 16, fV ¡.tÉQEl ÉOQ'tij<;, «en dung, München 1955; J. Schniewind-G. Friedrich, la idea del evangelio en Pablo: el ElJayyÉA-
Pero, con ello, a la idea de la promesa se aña-
cuanto a una fiesta», ÉOQ'tT] se usa en el senti- EltUyyÉAAW X"tf..., en ThWNT n, 573-583; S. K. Wil- ALaV, como promesa de salvación, asocia en sí
liams, Promise in Galatians. A Reading of Paul's Rea-
de el pensamiento del cumplimiento: las pro-
do general de fiesta (la yuxtaposición de los conceptos teológicos de la palabra de la
ding of Seripture: JBL 107 (1988) 709-720. Cf. más mesas que se hicieron en el AT se interpretan
ÉOQ'tT], vfO¡.tl]vLa y oá~pa'ta se encuentra ya promesa y del bien prometido.
bibliografía en ThWNT X, 1081. como cumplidas (definitiva o provisional-
en 1 Crón 23, 31; Os 2, 11 LXX). Habrá que
mente) en el NT. Según Gál 3, 16, Cristo mis-
traducir entonces: «Por tanto, nadie os juzgue 3. a) El que da la f.:7tayyEALa es siempre
1. Los tres términos aparecen principal- mo es el receptor de la promesa. El es la ver-
con respecto a comida y bebida o en cuanto a Dios (la única excepción es Hech 23, 21: los
mente en la literatura epistolar del NT. En to- dadera «descendencia», es decir, la voz de la
día de fiesta o novilunio o sábado». judíos que quieren matar a Pablo en el camino
tal, f.:7tayyEALa aparece 52 veces, f.:7tayyÉA- Escritura habla aquí haciendo referencia «al
e) Con preposiciones: fV 'tñ ÉOQ'tñ (Mc hacia el Sanedrín, aguardan el asentimiento
Ao¡.tm 15 veces, y f.:7táyyEA¡.ta 2 veces (tan único» (f.cp' Évó<;); cf. F. MuEner, Der Brief
14,2 par. Mt 26,5; Jn 2, 23; 4, 45; 7,11; 12, del tribuno). De Dios parte la promesa; él es
sólo en la Carta segunda de Pedro). Mientras an die Galather (HThK), 236-240.
20, el simple dativo únicamente en Lc 2, 41) el garante de la promesa. Por tratarse de una
que los sinópticos presentan raras veces el
responde a la pregunta «¿cuándo?», haciendo fórmula ya firmemente acuñada y por la im- c) El contenido de la promesa es la salva-
grupo de palabras (Marcos ofrece 1 vez el ción mesiánica, la cual se expresa con diver-
una indicación de tiempo «en sábado» (cf. posibilidad de suscitar equívocos, se omite a
verbo; Lucas, 1 vez el verbo [en Hechos] y 9 veces el genitivo de {}EÓ<;. Por otra parte, el sas imágenes tomadas del AT, principalmente
BlaE-Debrunner § 200). - xa'tu ÉOQ'tT]V (Mc veces el sustantivo f.:7tayyEALa [8 de ellas en
15, 6 par. Mt 27, 15; Lc 23, 17 v.l.) es una re- genitivo subsiste, cuando se quiere realzar es- en la Carta a los hebreos (11, 9, la tierra; 4, 1,
Hechos]), el grupo de palabras es empleado pre- pecialmente la persona de quien procede la el reposo; 6, 14s, la descendencia; 9, 15, la
ferencia general: «en cada fiesta» (cf. BlaE- ferentemente por Pablo (22 veces); pero tam-
Debrunner § 224, 3). - :7tQo 'tij<; ÉOQ'tij<; (Jn promesa (cf. Rom 4,20; 2 Cor 1,20) o cuan- herencia eterna). A pesar de su estrecha vin-
bién Hebreos atestigua f.:7tayyEALa y f.:7tay- do el bien prometido es de particular impor- culación con el AT, Hebreos refiere también
13, 1), «antes de la fiesta». - eL<; 't~v ÉOQ'tT]V yÉAAo¡.tm con mucha frecuencia (en total, 18
(Jn 4, 45; 7, 8.10; 11,56; 12, 12) indica direc- tancia para el hombre: Heb 9, 15; 1 Tim 4, 8; las promesas de Dios a la salvación mesiáni-
veces). Es sorprendente la escasa aparición de 2 Pe 3, 4 Ypassim. Inversamente, para realzar ca, tal como ha amanecido en Jesucristo.
ción: «a la fiesta», en respuesta a la pregunta los términos en la tradición sinóptica (en Ma-
«¿adónde?»; por el contrario, en Jn 13,29, es- ~l bien prometido, se añade el genitivo de
teo el grupo de palabras falta por completo) y e:7tayyeALa a fin de hacer una determinación 4. a) En Gál 3, 13-18 Pablo aprovecha la
ta expresión significa: «para lafiesta». en los escritos joánicos (aparece tan sólo 2 más exacta (<<como una especie de genitivo de oportunidad para exponer que en Cristo la
R. Peppermüller veces en 1 Juan). Es notable también la total cualidad»: Bauer, W6rterbuch, s. v. 2.a): Gál bendición de Abrahán ha llegado a los creyen-
1463 btayyeAla 1464 1465 EJtayyeAla 1466

tes, y que la ley no es capaz de anular la pro- tud de las obras de la ley (de manera distinta promesa (cf. Heb 3, 11, donde se cita de nue- tura dela comunidad. Porque también aquí es
mesa que lleva en sí misma la herencia. En el piensa la tradición rabínica, cf. Billerbeck I1I, vo el texto, pero sin hacer referencia al tema Dios el garante de la promesa: Tit 1, 2.
contexto de lo que es el tema central para Pa- 204-206), sino en virtud de la justicia que es de la «promesa»). Lo decisivo es lo que afir- Mientras que en 2 Pe 2, 19 el verbo tiene el
blo: «la ley y la fe» (3, 1-5, 12), él proclama porla fe: 4, 13.17. En contra de todas las apa- ma el enunciado: la seguridad junto a Dios es sentido general de prometer (los falsos maes-
un «programa» soteriológico: «Cristo nos re- riencias (vv. 20s), Abrahán creyó y se convir- algo que todavía está por realizarse. De esa tros prometen libertad, pero en realidad sedu-
dimió de la maldición de la ley... » (3, 13), y tió de esta manera -como receptor de la pro- EJtUyyEALu trata el autor. Como EUUyyÉAtOV cen,para el desenfreno), vem,os que EJtUy-
de esta manera la promesa hecha original- mesa (Gén 15,7 Y 18, 18)- en el padre (v. 17) es un ténnino que falta por completo en He- yeAtu aparece en 3, 1-13 en su pleno sentido
mente, se realiza ahora en el Pneuma y se re- de todos los que creen en Aquel que fue en- breos, vemos que EJtUyyEALu adquiere el sig- teológico. Los burlones preguntan: «¿Dónde
cibe en la fe (v. 14; la variante textual Ei/AO- tregado y fue resucitado por nuestra justifica- nificado de «evangelio», el cual se describe está la promesa de su venida?» (3, 4). No se
yLu en vez de bWYYEALu, en el v. 14b, es una ción (v. 25). JtUV'tL 'tI{> oJtÉQ¡.tU'tt (v. 16) se re- más concretamente en 4, 2 como Aóyor; 'tfír; ha cumplido el anuncio de la pronta parusía.
asimilación posterior al v. 14a, cf. H. Schlier, fiere aquí a todos «los que aspiran a alcanzar axofír;. Dios, como el EJtuyYEtAU¡.tEVOr; (6, La EJtUyyEALu está desligada aquí de la co-
La Carta a los gálatas, Salamanca 1975, 164, la promesa no en virtud de la sola ley (v. 14) 13; 10, 23; 11, 11) se revela a sí mismo en la rriente de tradición del AT. La comunidad,
nota 67). Esta idea fundamental se desarrolla sino en virtud de la fe de Abrahán» (V. Wil- palabra de la promesa, por la cual la comuni-
desde Cristo, ha desarrollado una nueva com-
más en los vv. 16 (plural), 17.18 (dos veces), ckens, Carta a los romanos 1, Salamanca dad es orientada hacia el futuro. Las promesas
prensión de la promesa. Ahora ésta se halla
21 (plural), 22 mediante el tema de la prome- 1989,332 [cita corregida por el traductor]). del AT se han cumplido en Cristo, pero no to-
plenamente asociada con el anuncio que la
sa hecha a Abrahán, y se concluye en 3, 29. c) En un enunciado más sumario, Pablo re- davía en los creyentes. Mientras que se dice
Iglesia primitiva hace de la parusía, con la de-
Por medio de un ejemplo Pablo expone clara- coge de nuevo en Rom 9 (cf. vv. 4.8.9) el te- de las personas del antiguo pacto: «Todos
mora de la parusía y con los que se burlan de
mente este enunciado soteriológico (<<hablo a ma de la promesa. Pablo ve el «misterio de Is- ellos murieron en la fe, sin alcanzar las pro-
mesas ... » (11, 13), la fe de los cristianos es ella (cf. K. H. Schelkle, Der erste und der
la manera humana»: v. 15): un testamento le- rael» (H. Schlier, Romerbrief [HThK], 228) zweite Petrusbrief [HThK], 224s y 227). La
en el hecho de que también los israelitas o los «expectación confiada de lo que se espera»
gal no puede invalidarse. Las promesas tie- comunidad responde a los que se burlan:
padres tienen las promesas (v. 4 en plural), (cf. GraBer, 126-136). Lo que Abrahán, Isaac
nen, pues, carácter de btU1(}~Xr¡ (v. 15, cf. «El Señor no tarda en cumplir su promesa»
pero en que tan sólo parte de ellos se hallan y Jacob recibieron como promesa (11, 8.9),
Berger, 54). Las promesas hechas a Abrahán (3, 9). Dios cumple su palabra; no retira su
realmente en posesión de esas promesas de quedó últimamente sin cumplirse. Y lo mismo
(cf. Gén 12, 2s.7; 13, 15s; 15, 4-6: 17, 1-8) promesa.
salvación. De nuevo se hace referencia al hay que decir de los demás testigos innumera-
constituyen, todas juntas, la bendición que
ejemplo de Abrahán para demostrar que no bles de la historia del AT (11, 11.38): tampo-
Abrahán recibió. Lo decisivo aquí para Pablo 7. En el griego profano, el término -relati-
todos los israelitas pertenecen también real- co a ellos les fue dado ver el cumplimiento (v.
no es la definición del contenido de la prome- vamente raro- EJtuyyeA¡.tu significa promesa,
mente al Israel «espiritual». No es la descen- 39). Porque tenían que llegar primero los cre-
sa, sino el hecho de que la promesa fue dada confesión (cf. Liddell-Scott, s. v.). La LXX no
dencia natural, sino el hecho de «ser llamado» yentes del nuevo pacto: 11, 39s. Es verdad
a «la simiente» (¡en singular!) (v. 16). Y esta conocen este término. En el NT aparece úni-
(v. 7b), el hecho de ser «considerado como q?e ~ los testigos del AT «no se les niega en
simiente es Cristo; en él se cumple la prome- camente en 2 Pe 1,4 y 3, 13. En ambos luga-
descendiente» (v. 8b) lo que da acceso a la nmgun caso un reconocimiento con alaban-
sa. No altera nada el hecho de que entre me- zas» (H. Strathmann, Der Brief an die He- res el sustantivo tiene el mismo significado
dias llegara la ley. La ley y la promesa se ex- promesa y constituye al verdadero Israel. Gén
18, 10.14 es el presupuesto histórico del Aó- briier [NTD], 146), pero por consideración que EJtuyyeALu. Contra los falsos maestros y
cluyen mutuamente (v. 18); porque la pro- con los que creen en Cristo se demoró el cum- los burlones (3, 4) se realza la grandeza de las
mesa consiste en la demostración de gracia
yor; 'tfír; EJtuyyEALur; (v. 9), un presupuesto
por el cual no queda limitada, ni mucho me- plimiento. promesas (1, 4). El contenido de la promesa
(xuQL~o!wt, v. 18). es el nuevo cielo (en plural) y la nueva tierra
nos, la libertad de la voluntad de Dios en el
b) Mientras que Gál 3, 18 trata del tema sentido de una promesa sin restricciones he- 6. Es notable en las Pastorales la asocia- (3, 13). Siguiendo a Is 65, 17 LXX y 66, 22
«fe-promesa», vemos que en Rom 4 se estudia cha sólo para los judíos. c~ón entre EJtuyyeALu y ~ú)~. La conducta LXX, con la imagen del nuevo cielo y de la
el problema del «camino de la salvación para piadosa es lo único que es útil, porque tiene la nueva tierra se precisa cuál es la meta de la
judíos y cristianos» (Berger, 48). De nuevo 5. Heb 4, 1 habla de la promesa de entrar promesa: por medio de una nueva creación
p~omesa de la vida actual y de la futura (l
recoge Pablo (Rom 4, 13-25) la idea de la en el reposo de Dios. Pero -y ésta es una mo- Dios se manifestará como el Justo. El autor d~
Tim 4, 8). De manera parecida se presenta
promesa hecha a Abrahán. Pero ahora Abra- dificación de la idea de la promesa- el cum- la Carta segunda de Pedro se mueve aquí a te-
«Pablo» a sí mismo en el praescriptum de la
hán, como receptor de la promesa, es el typos plimiento está todavía por venir. Puesto que la nor de las expectaciones del judaísmo para el
Carta segunda a Timoteo: El es «apóstol de
de todos los creyentes, tanto judíos como gen- promesa no se ha realizado aún definitiva- futuro (cf. Ap 21, 1), pero sin desviarse hacia
Jesucristo por la voluntad de Dios según la enunciados de fabula o de mitología. Es deci-
tiles (cf. vv. 17a.18). En un «midrás exegéti- mente, la comunidad debe preocuparse ,de que
co» (O. Michel, Romerbrief [KEK], 114) Pa- nadie se quede atrás (<<parezca haberse queda- promesa de vida en Cristo Jesús» (l, 1). Aun- siva su convicción: el presente es el tiempo de
blo interpreta el «principio doctrinal», enun- do atrás»). El autor se refiere al juicio hecho rque. la promesa, en cuanto a su contenido ' se
imita de manera más general a la «vida eter-
la prueba. «Con una conducta santa y piadosa
ciado en 3, 21s, de que el hombre es justifica- por Dios en Sal 94, 11 LXX (<<¡Como juré en el hombre debe prepararse para el fin, a fin de
do por la fe sin las obras de la ley (cf. Rom 1, mi ira, no entrarán en mi reposo!», cf. Dt 12, na», si~ embargo esa promesa sigue siendo poder participar en la nueva creación en la
16.17). Abrahán recibió la promesa, no en vir- 9). Claro que la palabra del salmo no habla de determmante para la vida actual y la vida fu- que reinará plena justicia (v. 11)>> (G. Schnei-
1467 EJtaYYEALa - EJtmVO~ 1468 1469 EJtmvo~ - EJtaLQw 1470

der, Neuschopfung oder Wiederkehr?, Düssel- 1. El verbo enaLvÉw aparece 6 veces en el banza de los que obran bien y el castigo de los 663 (índice de nombres); Moulton-Milligan, s. v.; Prei-
que obran mal son uno de los deberes funda- sigke, Worterbuch, s. v.
dorf 1961, 72s). NT, 5 de ellas en Pablo. Mientras que el ver-
A. Sand bo simple --+ aLvÉw se aplica exclusivamente, mentales de la autoridad (cf. van Unnik), 1. Los 19 pasajes del NT en que aparece el
en el NT, a la alabanza dirigida a Dios, vemos constituyen el trasfondo de los enunciados verbo se encuentran principalmente en la do-
que el verbo compuesto tiene únicamente sig- que se formulan en Rom 13, 3(s) y en 1 Pe 2, ble obra de Lucas (en Lc 6 veces, en Hechos
i3tayyÉAAO,"UU epaggellomai anunciar 14. Claro que en ambos pasajes enáLvo<; se
(acerca de sí), prometer, hacer profesión de nificado religioso en la cita de Rom 15, 11 5 veces). El verbo aparece 4 veces en Jn. Los
--+ enayyEALa. (cita del Sal 116, 11 LXX). En los demás pa- usa seguramente como una fórmula: significa demás testimonios se encuentran en Mt 17, 8;
sajes del NT, el verbo compuesto se usa -co- «el reconocimiento civil y, con él, la protec- 2 Cor 10, 5; 11,20 Y 1 Tim 2, 8. Las más co-
mo es corriente en griego- para hacer elogio ción jurídica que deben esperar todos los que rrientes son las formas en voz activa seguidas
E:n:áYYEAfla, a'to~, 'tó epaggelma anun- de personas y de su conducta (--+ 2.a). Según obran rectamente» (L. Goppelt, Der erst Petrus- de acusativo (16 veces) que, por lo general,
cio, promesa Lc 16, 8a, Jesús -en la parábola de 16, 1-7- brief[KEK], 185). designa órganos (sensoriales) humanos o par-
--+ enayyEALa 1. 7 . En el catálogo de virtudes -inspirado en la tes del cuerpo. Una excepción la constituye
elogia la manera decidida e inteligente de
obrar del administrador tramposo (cf., para filosofía moral helenística- de Flp 4, 8, enaL- Hech 27, 40: izar la vela de proa (E. Haen-
E:n:áyro epago echar o traer sobre* más detalles, Jeremias, Parábolas, 57ss, 220ss; vo<; designa el objeto de la alabanza. Se pien- chen, Apostelgeschichte7 [KEK], 665 Y 677) o
Hech 5,28: «echar sobre nosotros la sangre sa en los valores y formas de conducta que, extenderla (al viento) (H. Conzelmann, Apos-
G. Schneider, Das Evangelium nach Lukas
de ese hombre»; 2 Pe 2, 1: «acarrear destruc- según el juicio moral general, merecen apro- telgeschichte 2 [HNT], 154s).
ción»; 2, 5: «traer el diluvio». [ÓTK] , 330ss [bibl.]; H. Weder, Die Gleich-
nisse Jesu als Metaphern, Gottingen 1978, bación y reconocimiento.
262ss). En Pablo, si exceptuamos la cita de b) En tres pasajes se habla de la alabanza 2. a) La expresión «alzar los ojos» se halla
, 'r asociada varias veces con un verbo que signi-
E:n:a"(royt~Oflat epagonizomai luchar Rom 15, 11, enaLvÉw se encuentra únicamen- tributada por Dios a seres humanos. En todos
--+ aywv 1.5. te en las instrucciones que se dan en la Carta los casos se tiene en perspectiva el juicio fi- fica ver: alzar los ojos (y ver, comprobar), Mt
primera a los corintios (11, 2.17.22 [bis)). nal: en él el verdadero judío (Rom 2,29 [cf. 2, 17,8; Lc 16,23; Jn 4,35; 6, 5 (cf. W. Micha-
Aunque el verbo debe traducirse por alabar 7.10)), los predicadores del evangelio (1 Cor elis, ThWNT V, 377, 22s). En otros pasajes,
E:n:a-a-QOt~ro epathroizo seguir reuniendo*
en los vv. 2 y 22, sin embargo en el v. 17 se 4, 5) o los cristianos que dan prueba de su fe el verbo se construye con EL<; para indicar a
Lc 11,29, participio pasivo: «como la gen-
sugiere el significado de aprobar/sancionar en medio del sufrimiento (1 Pe 1, 7) consi- quién se mira o a quién van dirigidos los
te siguiera congregándose».
(cf. Sófocles, El 591; Aristófanes, Lys 70; Jo- guen el reconocimiento por medio de la sen- enunciados que se formulan a continuación:
sefo, Ant XIV, 293 Y 341; Bauer, Worterbuch, tencia salvadora pronunciada por Dios. Jesús dirige la mirada a sus discípulos, a
'E:n:atVE'tO~, Ol.l Epainetos Epéneto* s. v.). En los vv. 17 y 22 la expresión ovx quienes está hablando en el discurso del llano
Nombre de persona en la lista de saludos de c) Según la eulogia de la introducción de la
enaLvw es una lítotes: «yo no puedo aprobar» (entendiéndose por ellos no sólo a los apósto-
Rom 16,5. A Epéneto le llama Pablo &naQX~ Carta a los efesios (1, 3-14), la acción salvífi-
= «he de desaprobar tajantemente» (v. 17); les sino también a la multitud que escuchaba,
'tij<; 'AaLa<;, «primicias de Asia» (para Cristo). ca de Dios en Cristo acontece «para la ala-
«no puedo alabar(os)>> = «tengo que censura- banza de su gloria» (vv. 12 y 14) o «para la cf. vv. 13.17), en Lc 6, 20. En la oración Jesús
Es, por tanto, «el primer convertido del oeste ros con todo rigor» (v. 22). dirige sus ojos al cielo, Jn 17, 1; cf. 11, 41.
de Asia Menor, que tenía como centro a Efe- alabanza de la gloria de su gracia» (v. 6). En
esta definición del destino, podrían hallarse Por humildad y vergüenza, el publicano, al
so», E. Kiisemann, An die Romer (HNT), sub orar, no se atreve a levantar su mirada al cie-
2. De las 11 veces que el sustantivo enaL- asociados dos aspectos (cf. Rom 15, 7b): Dios
loco; cf. también 1 Cor 16, 15. lo, Lc 18, 13 (cf. Bauer).
vo<; se halla atestiguado en el NT, 9 corres- se glorifica a sí mismo en su acción salvífica
ponden a las cartas paulinas (entre ellas hay 3 (cf., a propósito, H. Schlier, La Carta a los b) La expresión «alzar la voz» se encuen-
E:n:atvÉro epaineo alabar testimonios en Efesios) y 2 corresponden a la efesios, Salamanca 1991, sub loco), y esto en- tra en los escritos de Lucas antes de referirse
--+ enaLvo<;. Carta primera de Pedro. cuentra a su vez un eco en la alabanza adora- una exclamación o una interpelación, y sig-
dora con que la comunidad glorifica a Dios y
a) En 2 Cor 8, 18 Pablo habla de la ala- nifica gritar, hablar en voz alta. Una mujer
E:n:atVO~, Ol.l, Ó epainos alabanza, elogio, glorifica su gracia salvadora. El que la obra
banza que uno de sus colaboradores recibe en grita para hacerse oír «entre la muchedum-
reconocimiento* redentora merezca la glorificación y la ala-
las comunidades cristianas por su entrega a la banza de Dios, es una idea que se expresa bre» (así H. J. Vogels, NT graece et latine,
enmvÉw epaineo alabar, elogiar, aprobar* Freiburg 41955, y sucesivas ediciones); otros,
difusión del evangelio (cf. Eclo 31, 11 [texto también en la doxología final de Flp 1, 11.
Bibl.: A. Fridrichsen, Der wahre lude und se in Lob. hebreo]; 39, 10; 44, 8.15). por ejemplo, Ernst, Lukasevangelium [RNT],
Rom 2, 28s: Symbolae Arctoae 1 (1922) 39-49; H. O. Hofius 377, con GNT, NTG, etc.): «una mujer de en-
Preisker, EJtmvo~, en ThWNT n, 583s; A. Strobel,
La práctica de las autoridades romanas de
Zum Verstiindnis van Rm 13: ZNW 47 (1956) 67-93, elogiar mediante documento público o por tre la multitud» grita, Lc 11, 27. Pedro habla
sobre todo 79ss; W. C. van Unnik, Lab und Strafe medio de inscripciones a los ciudadanos be- E3tatQro epairo levantar, alzar* en voz alta (después del milagro de Pentecos-
durch die Obrigkeit. Hellenistisches zu Rom 13, 3-4, neméritos (cf. Strobel), y la máxima de la éti- tés, cf. vv. 12s) para atraer la atención de los
en FS Kümmel, 334-343. Cf. más bibliografía en --> , B!bl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; J. Jeremias, ULQW,
ULVÉW; cf. además ThWNT X, 1081. ca política del helenismo según la cua11a ala- EJtUlQW, en ThWNT 1, 185s; Kühner, Grammatik 11/2, presentes, Hech 2, 14. Las exclamaciones en
e:rtaLQúl - e:rtava:rtaÚoftaL 1472 1473 EJravÉQXO!WL - e:rtaQxEÍa 1474
1471

voz alta lanzadas por la multitud atestiguan E:n:al'tÉw epaiteo mendigar* E:n:avÉ{)XWtal epanerchomai regresar* se) sobre una montaña, 5, 14; sobre (el altar),
el asombro y admiración de la gente, 14, 11, Lc 16,3: «me da vergüenza mendigar»; 18, En Le 10,35 (<<a mi regreso») y 19, 15 (<<a su 23, 18.20; pisar sobre serpientes y escorpio-
o su airada indignación, 22, 22 (cf. 21, 36). 35: «un ciego estaba sentado junto al camino regreso»), en ambos casos en la construcción nes, Lc 10, 19. b) sobre, encima de: la estrella
y mendigaba (e:rtuL'trov)>>. ev'tip (y acusativo con infinitivo) con senti- estaba sobre (el lugar) donde se hallaba el ni-
c) La manifestación del Hijo del hombre
do temporal. ño, Mt 2, 9; Jesús se inclinó sobre la suegra
sobre una nube es para los cristianos la señal
E:n:axoAou3Éw epakoloutheo seguir, ir enferma de Simón (otros, por ejemplo, W.
para que «levanten sus cabezas» y contem-.
detrás Grundmann, Lukas [ThHK], 124s: se inclinó
plen con confianza que se acerca la redención
---+ axoAov'1tÉW 5.
€:n:aví,o'tl)p.tl epanistemi levantarse, al- sobre su cabeza), Lc 4, 39; la (tablilla con la)
(así piensa W. Grundmann, Lukasevangelium
zarse* inscripción sobre la cabeza (estaba colocada
[ThHK], 385); otros (por ejemplo, J. Zmi-
Mc 13, 12 par. Mt 10, 21: «los hijos se al- por encima de la cabeza) del Crucificado, Mt
jewski, Die Eschatologiereden des Lukase- E:n:axoÍJw epakouo escuchar, atender* zarán contra sus padres» (cf. Miq 7, 6 LXX). 27, 37; el abismo se cerró y se selló sobre el
vangelium, Bonn 1972,232): para que mues- 2 Cor 6, 2: «te escuché» (Is 49, 8 LXX).
tren orgullo y alegría, Lc 21, 28. dragón derribado, Ap 20, 2s.
ThWNT 1, 223. J. Barr, The Meaning of e:rtu-
d) El «levantar las manos» es un gesto de xoúw and its Cognates in the LXX: JThS 31 f:n:aVÓ{)-3wOl;, EW;, it epanorthOsis res- 3. Como preposición con sentido figurado:
oración, 1 Tim 2, 8. A la solemne bendición (1980) 67-72; Spicq, Notes, SuppI236-238. tauración, corrección*
tener primacía sobre, tener autoridad sobre
final que Jesús imparte con sus manos levan- En 2 Tim 3, 16 dícese de la Escritura: «útil...
ciudades, Lc 19, 17.19; el que viene de lo al-
tadas, ya su recepción en los cielos, los discí- E:n:ax{)oáop.tal epakroaomai escuchar* para corregir, para instruir en la justicia».
to (del cielo) está por encima y es superior a
pulos contestan con proskynesis, Lc 24, 50- Hech 16, 25: «los prisioneros les escucha- ThWNT V, 452; Spicq, Notes 1, 259s.
todos (los hombres, incluso a Juan el Bautis-
52. Son innegables los ecos de bendiciones ban (ulJt'rov: a Pablo y Silas)>>. ta), Jn 3, 31a(c).
del AT (Lev 9, 22-24: Eclo 50, 20s) (Grund-
f:n:ávw epano (adv.) sobre, encima de
mann, Lukasevangelium, 453s). E:n:áv epan (conjunción temporal) cuando, 4. Como adverbio, es un vulgarismo que
Bibl.: Abel, Grammaire § 44ss; W. F. Arndt-F. W.
e) La traición cometida por Judas contra tan pronto como* Gingrich, A Greek-English Lexicon ofthe NT, Chicago sustituye a JtAELWV y no influye en el caso
Jesús se parece a la perfidia de un hombre que Pide subjuntivo. Mt 2, 8: «en cuanto le en- 1957, s.v.; Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner, gramatical (BlaB-Debrunner § 185 nota 7):
«levanta su calcañar» contra quien come con contréis»; Lc 11, 22: «tan pronto como le ha Indice s.v.; Liddell-Scott, s.v.; Mayser, Grammatik V3, por encima de un número, más de: vender
vencido»; 11,34: «en cuanto (el ojo) está ma- 279; II11, 375; 2, 601; Moulton, Grammar r, 99; n, por más de 300 denarios, Mc 14, 5; Cristo
él, para pisotearIe (cita libre del Sal 40, 10 522 (Indice); Moulton-Milligan, s.v.; Preisigke, Wor-
LXX: dícese del enfermo postrado en cama, lo». se apareció a más de 500 hermanos, 1 Cor
terbuch, s. v.; Radermacher, Grammatik, 144.
cf. 40, 4.9; cf. R. Schnackenburg, El evange- 15,6.
lio según San Juan I1I, 52s), Jn 13, 18. f:n:ávayxE; epanagkes (adv.) por fuerza, ne- 1. En el NT el vocablo se halla atestiguado U. Borse
cesariamente* 19 (+ 1) veces (Marcos 1 vez, Mateo 8 [+ 21,
3. a) El uso de la voz pasiva en el relato de Hech 15, 28: 'tu e:rtávuyxE~, las cosas ne- 7 v.l.], Lucas 5, Juan 2, 1 Corintios 1, Apoca-
la ascensión de Jesús nos permite reconocer cesarias, refiriéndose a las obligaciones im- lipsis 2). e:rtávw es un adverbio compuesto f:n:á{)a'to;, 2 eparatos maldito*
que actuó una fuerza sobrenatural: él fue ele- puestas por el «decreto apostólico» (v. 29). que se usa en la mayoría de los casos (16 ve- Jn 7, 49: «Pero esta multitud ignorante de
vado (por el poder de Dios), Hech 1, 9; cf. Lc ces) como preposición impropia (con geniti- la ley, está maldita». Billerbeck 11, 494-519;
24, 51 (---+ avu<pÉQw), Hech 1, 2.11 (---+ €:n:aváyw epanago salir (al mar), volver* va). Los límites son a menudo muy difusos ThWNT 1,452; R. Schnackenburg, El Evan-
Dícese de la acción de salir (a alta mar) en (BlaB-Debrunner § 203, nota 4), por ejemplo gelio según san Juan 11, sub loco.
avuAaf.t~ávw ).
una barca, Lc 5, 3.4. Del regreso de Jesús a la andar sobre (es decir, sobre los sepulcros),
b) Pablo utiliza el verbo ImuLQw en voz ciudad, Mt 21, 18. Lc 11, 44 (adverbio, cf. BlaB-Debrunner §
pasiva y en sentido figurado en la confronta- E:n:a{)XÉw eparkeo ayudar, socorrer*
215, nota 3; otra cosa sucede en Lc 10, 19, 1 Tim 5, 10 (a los afligidos); 5, 16a.b (a las
ción con sus adversarios, que se alzan (com-
bativamente) contra el conocimiento de Dios
E:n:aVap.tlp.tVnOXW epanamimnesko hacer ---+ 2.a).
viudas).
recordar (algo) de nuevo
(2 Cor 10, 5) o se enaltecen frente a los corin-
---+ aVáf.tvTIaL~. 2. Como preposición con sentido local: a)
tios (11, 20).
U. Borse
sobre: sentarse, estar sentado sobre la(s) ca- f:n:a{)XEÍa, a;, it eparcheia eparquía, pro-
f:n:ava:n:aÍJop.tal epanapauomai reposar, balgadura(s), Mt 21, 7 (¿o sobre los mantos vincia*
basarse (en)* que habían puesto sobre las cabalgaduras?, cf. Hech 23, 34: a Pablo le preguntan de qué
€:n:alxÍJvo,UU epaischynomai avergon- Lc 10, 6: «sobre él reposará vuestra paz». E. Klostermann, Matthiiusevangelium [HNT], provincia es, y el gobernador se entera de que
zarse Rom 2, 17: «apoyarselbasarse en la ley (vó- 165); Ap 6,8, sobre (el trono de Dios), Mt 23, es de Cilicia; 25, 1: «Después que Festo llegó
---+ al,axúvof.taL 4. f.tep)>> ThWNT 1,353. 22; sobre (una piedra), 28, 2; estar (encontrar- a la provincia ... ».
1475 1476 1477 End - E3t!m:a 1478

c) Para indicar una posible razón: porque E3tEtbÍ)3tEQ epeideper (conjunción) ya que,
E3tci~nCEtO;, 2 eparcheios perteneciente a E3tEYEíQro epegeiro incitar* de lo contrario (BlaB-Debrunner § 358, nota
una eparquía En Hech 13, 50 dícese de «los judíos» que puesto que*
2; 456 nota 7): Rom 11, 6a(b v.l.); 11,22; Heb Lc 1 1 en sentido causal: «Puesto que mu-
Hech 25, 1 p74 Sin* A: Tfj bWQXeLq> (com- (en Antioquía de Pisidia) incitaron a los habi-
plétese: XWQ<;t), en vez de Tfj enaQXeL<;t, «en la tantes de la ciudad y provocaron una persecu-
9,26. chos h~n emprendido la tarea ... » (cf. Tucídi-
provincia»; cf. Haenchen, Apostelgeschichte' d) Reforzada con aQa para indicar una des VI 18 3' Dionisio de Halicarnaso 11, 72;
ción contra Pablo y Bernabé; en 14, 2 dícese
(KEK), sub loco. igualmente de los judíos que (en Iconio) «ex-
causa absurda: porque entonces tendríais que Josefo: Beil i,17; cf., a propósito, BlaB-De-
salir del mundo (1 Cor 5, 10); porque de lo brunner § 456, 3).
citaron y enfurecieron los ánimos de los gen-
contrario vuestros hijos serían impuros, pero
E3ta'llAt;, Ero;, ÍI epaulis morada, finca* tiles contra los hermanos». ahora son santos (7, 14).
Hech 1, 20 en una cita (adaptada) del Sal E3tEibov epeidon mirar a
68, 26 LXX: «Que su morada quede desier- E3tEÍ epei porque, puesto que; de otra ma- 3. Empleo en frases interrogativas: Aoristo segundo de --+ ecpoQáw.
ta», refiriéndose a la suerte de Judas (vv. l8s). nera* a) En antítesis, siempre en tiempo futuro,
Bibl.: Abel, Grammaire, 381 (índice); Bauer, Wor- de lo contrario, pero entonces (otros, por E3tEt,.u epeimi llegarse, acercarse, seguir*
E3taÚQLOV epaurion (adv.) mañana, al día terbuch, S.V.; BlaB-Debrunner§ 455s; Kühner, Gram- ejemplo, Bauer, entienden la frase en sentido En el NT (únicamente en Hechos) se en-
matik II/2, 663 (índice); Liddell-Scott, s. V.; Mayser, causal: porque de lo contrario, --+ 2.c): 1 Cor cuentra sólo el perfecto, y siempre en género
siguiente*
Grammatik lI/l, 273; 2, 601 (índice); 3, 237 (índice); femenino: Tfj eJtLoúau (~!tÉQ<;t), al día si-
En el NT encontramos siempre: Tfj enaú- 14, 6: Pero entonces el laico (si oráis sólo en
Moulton-Milligan, s. V.; Radermacher, Grammatik, 236
QLOV (complétese: ~!tÉQ<;t), al día siguiente (índice). el espíritu) ¿cómo recitará el amén?; 15, 29: guiente (Hech 7,26; 16, 11; 20, 15; 21, 18);
(Mt 27, 62; Mc 11, 12; Jn 1, 29.35.43; 6, 22; Pero entonces ¿qué hacen (los que niegan la Tñ eJttoúau vvxú, a la noche siguiente (23,
12, 12; Hech 10,9.23.24; 14,20; 20,7; 21, 8; 1. La conjunción eneL se halla atestiguada resurrección, cf. 29b), cuando se bautizan 11).
22, 30; 23, 32; 25, 6.23). en el NT en 26 lugares, que se distribuyen en- por los muertos?; de manera análoga se argu-
tre los evangelios (en Marcos aparece 1 vez, menta en Rom 3, 6: Pero entonces (es decir, E3tEÍ3tEQ epeiper (conjunción) ya que,
en Mateo 3, en Lucas 1 yen Juan 2), las cartas si nuestra injusticia hace resaltar la justicia
'E3taCfJQii.;, ii. Epaphras Epafras* puesto que
de Pablo (en Romanos 3 veces, en 1 Corintios de Dios, v. 5a; esta idea se explica luego en Rom 3, 30 Koiné D* G pm: em:LnfQ eL<; ó
Nombre (quizás una forma abreviada de 5, en 2 Corintios 2) y Hebreos (9 veces). Hay el v. 7 [y de manera parecida en 1 Cor 15, 'frfÓ<;, <<puesto que Dios es uno solo».
'EnacpQó¡¡mo<;) de un cristiano de Colosas que añadir, como variantes textuales: Lc 7, 1; 29]) ¿cómo juzgaría Dios al mundo? Ahora
(Col 4, 12), que según 1,7 fue seguramente el Rom 11, 6. La conjunción se emplea frecuen- bien, en la mayoría de los casos, a la falsa
fundador de la comunidad que había en aquella tísimamente en sentido causal, también para conclusión se replica ya con un !t~ yÉVOLW: E3tEtOayroyÍ), ij;, ÍI epeisagoge introduc-
ciudad. En Flm 23 envía saludos como compa- expresar una opinión opuesta (de otra manera, ¡nada de eso! (es decir, ¡ni hablar de que ha- ción*
ñero de Pablo en la cautividad. E. Lohse, Der 3 veces en Pablo), y con sentido temporal úni- ya injusticia en Dios!). Pues, de lo contrario, Heb 7, 19: «Se introduce una esperanza me-
Brief an die Kolosser (KEK), a propósito de 1, camente en la variante textual preferida por ¿cómo podría Dios juzgar al mundo? jon>.
7 Y 4, 12 s. W. D. Thomas, Epaphras: ET 95 el Textus Receptus end 6É, después que (en
(1983-1984) 217s. b) De la razón posible, en una pregunta in-
lugar de enEL6~) en Lc 7, 1 (cf. Bauer; BlaB- troducida por una negación, Heb 10, 2: Pues E3tEtoÉQXop.tat epeiserchomai caer sobre,
Debrunner § 455, 1). (cf. BlaB-Debrunner § 360 nota 7) de lo con- sobrevenir, penetrar*
E3taCfJQí~ro epaphrizo echar espuma* trario, ¿no habrían dejado de ofrecerse sacri- Lc 21, 35: el último día caerá sobre todos
En Jds 13 dícese, en sentido figurado, de 2. Empleo en frases enunciativas: ficios? los habitantes de la tierra. En el sentido de
quienes son como olas que «arrojan cual es- a) En sentido puramente causal: porque, una invasión repentina y violenta, en 1 Mac
U. Borse 16, 16; Josefo, Ant XI, 265.
puma su propia desvergüenza». puesto que, seguida de tiempo presente (Mt
27,6; Lc 1,34; 1 Cor 14, 12; 2 Cor 11, 18; 13,
'E3taCfJQóbtto;, O'll Epaphroditos Epafro- 3; Heb 4, 6 [--+ b]; 5, 2; 9,17), con tiempo im- E3tEtbÍ) epeide (conjunción) después que, E3tEtta epeita (adv.) después, luego, en-
dito* perfecto, <<puesto que era el día de la prepara- porqué, puesto que* tonces*
Nombre de un colaborador de Pablo. Flp 2, ción» (Mc 15,42; Jn 19,31; también Mt 21, En sentido temporal, después que: Lc 7, 1.
25: «mi hermano y compañero de trabajos y 46; Jn 13,29; Heb 6, 13), con aoristo (Mt 18, En todos los demás lugares del NT la conjun- 1. El adverbio EnfLTa aparece 16 veces en
fatigas, a quien vosotros enviasteis para soco- 32; Heb 11, 11), con perfecto (Heb 2, 14 [--+ ción tiene sentido causal, porque, puesto que: el NT, de las que 10 se encuentran en Pablo (1
rrerme en mis necesidades» (a esto mismo se b]; 5, 11). Lc 11,6; Hech 13,46; 14, 12; 15,24; 1 Cor 1, Corintios 6 veces, Gálatas 3, 1 Tesalonicenses
hace referencia en 4, 18). Pablo quiere enviar- b) Con oiív como conclusión que se dedu- 22; 14, 16; Flp 2, 26; también Mt 21, 46 C 1). El adverbio aparece además como v.l., por
le de regreso a Fi1ipos (2, 25-30). 1. Gnilka, ce de citas del AT: puesto que, por tanto (Heb Koiné W etc.; enEL6~ yáQ, en efecto, puesto ejemplo, en 1 Cor 15, 5.7 (en ambos casos en
Philipperbrief (HThK), 161-164. que: 1 Cor 1, 21; 15, 21. lugar de cIta; cf. también en 12, 28 Textus
2, 14; 4,6).
1480 1481 btÉQXOI.HlL - btEQ<Íl'tr¡IW 1482
1479

El significado de venir sobre alguien (fJ'tL de él 5 veces y lo elaboró 3 veces redaccio-


Receptus EIta en lugar de eJ'tEL"ta). El adver- «primeramente - después» en 15, 46; 1 Tes 4,
con acusativo, Lc 1,35; 21, 35 v.l.; Hech 1, 8; nalmente apoyándose en Marcos; Lucas (17
bio en cuestión aparece de manera congruen- (16).17; Heb 7, 27. Se trata de una secuencia
8,24; 13,40) aparece frecuentemente en sen- veces en el evangelio y también en Hech 5,
te en secuencias y enumeraciones. Además de temática con J'tQw"tOv - eJ'tEL"ta M xaL, «pri-
meramente, y luego también» en Heb 7, 2; cf. tido negativo (Lc 11,22: «cuando alguno más 27; 23, 34) lo tomó 7 veces de Marcos y en Lc
la función de indicar una secuencia temática 8, 9 cambió el verbo simple de Marcos por el
indica a menudo una secuencia temporal. ' Sant 3, 17. fuerte que él viene sobre él y le vence») en
acontecimientos que acarrean destrucción, es- verbo compuesto.
H. Balz
2. Una simple sucesión aparece en 16, 7 pecialmente la condenación en el juicio futu-
(eAeyEv "t<9 J'tQónq>, v. 5); eJ'tEL"ta É"tÉQq>, «lue- ro: Lc 21, 26 (en sentido absoluto, "ta fJ'tEQXÓ- 2. El verbo designa en metalenguaje una
go al siguiente»; en el esbozo «autobiográfi- btÉXftVa epekeina (adv.) más allá* !-tEya, cf. LXX; Herm [s] 9, 5, 5); Lc 21, 35 acción verbal de una sola frase, en la que se
co» de Gál 1, 13ss, Pablo va engranando con Hech 7, 43 en una cita de Am 5, 27 (donde v.l.; Hech 8, 24; 13, 40; Sant 5, 1. pide al interpelado que dé información, co-
ayuda de eJ'tEL"ta, luego, a continuación, las di- se dice: fJ'tÉxELVa ~a!-taaxo'Ü): «Os deporta- En Ef 2, 7 (<<a fin de mostrar en los eones munique una decisión o dé una confirmación
versas etapas de su vida: v. 18: eJ'tEL"ta !-tE"ta ré más allá de Babilonia». La modificación venideros las superabundantes riquezas de acerca de una situación, sobre cuya realidad
e"tl] "tQLa; v. 21: eJ'tEL"ta (es decir, después de se supone que el interpelado tiene competen-
del texto de Amós se hizo con el fin de indi- su gracia»), la expresión «los eones venide-
pasar 15 días en Jerusalén); 2, 1: eJ'tEL"ta ¡;ha cia. Así, en Marcos el verbo introduce 21
car que la predicción se había cumplido (en el ros» no tiene probablemente sentido amena-
6Exa"twa<ÍQwv f"tWV. De manera semejante veces una pregunta directa (y 2 veces una
destierro babilónico); cf. T. Holtz, Untersu- zador, sino que debe entenderse en sentido
en Jn 11, 7: eJ'tEL"ta !-tE"ta "tO'Ü"tO (un pleonas- pregunta indirecta), que en el relato desem-
chungen über diealttestamentlichen Zitate temporal y neutro (J. Gnilka, Der Epheser-
mo, cf. BlaB-Debrunner § 484 nota 4; conti- boca en una respuesta: la función narrativa
beí Lukas, Berlin 1968, 18. brief [HThK], 121); cf., en cambio, «el eón
nuación del "tÓ"tE del v.6), «entonces final- del diálogo personal es para él un recurso es-
mente» (= después de la estancia de dos días); venidero» en Herm [v] 4,3,5, Y también en 3,
9,5 (el juicio venidero); 4,1,1 Y [s] 7, 4 (la tilístico importante para integrar explicacio-
Sant 4, 14 en el juego de palabras OALYOV i:rtfX'tftVop.tat epekteinomai tender con tribulación venidera). nes evaluativas en contextos narrativos. De
cpmvo!-tÉvl], eJ'tEL"ta xaL acpavL~o!-tÉVl], «apa- . todas las fuerzas * Dos pasajes de Lucas, relacionados proba- ahí reciben su función especial los dos infor-
rece por un poco de tiempo y luego se desva- Flp 3, 13: « ... tiendo con todas las fuerzas blemente el uno con el otro, hablan (dirigién- mes sobre la acción de no preguntar (9, 32;
nece». hacia lo que está delante de mí», es decir, ha- dose personalmente a los destinatarios de la 12,34).
En las enumeraciones eJ'tEL"ta se usa para
cia la meta que tengo a la vista. promesa) de que el «Espíritu Santo» vendrá En Mateo el verbo tiene siempre la conno-
enlazar elementos que se suceden en una serie
temporal o temática. Y, así, en 1 Cor 12, 28, sobre María (Lc 1, 35) o sobre los «apósto- tación de hostilidad, del preguntar inquirien-
después de J'tQw"tOv, 6E'Ú"tEQOV, "tQL"tOV apa- les» (Hech 1, 8) (fJ'tL aÉ o fcp' ú!-tae;); -> f:JtLa- do judicialmente: el primer pasaje, en 12, 10,
i:rtfV()'Úop.tat ependyomai vestirse o po-
rece dos veces eJ'tEL"ta para designar el cuarto XL<Í~W 4. ofrece innegablemente este aspecto; es algo
nerse además
y el quinto (o último) miembro: luego - des- G. Schneider que debe escucharse también en 16, 1 (en
--+ fV6'úW.
pués. En 1 Cor 15, 6 eJ'tEL"ta, luego, va enu- contra de Bauer, Worterbuch, s. v.; Greeven,
merando la serie (trasmitida por la tradición) 684: no «pedir» sino «requerir») y que se con-
de los testigos de las apariciones (cf. &cpofrl] i:rtfV()'Ú'tt'I~, O\), Ó ependytes vestido (ex- i:rtf~ro'táro eperotao preguntar* serva también en 17, 10 para acentuar que los
Kl]cp~, cI-ra "tOLe; 6cb6Exa, v. 5); lo mismo terior)* discípulos no hacen más que referir la opinión
Bibl.: H. Greeven, fJtEQúnúw, en ThWNT n, 684s.
ocurre en el v. 7, luego, indicándose con EIta Jn 21, 7: Pedro «se puso el vestido (exte- de los adversarios. También el verbo simple
Cf más bibliografía en ThWNT X, 1086s.
el final de la serie trasmitida por la tradición rior)>>, que se había quitado para el trabajo. tiene en Mateo este significado.
(v. 7b); después, Pablo se añade a sí mismo, 1. El verbo compuesto (aparece 56 veces W. Schenk
con las palabras eaxa"tOv bÉ, como el colofón en el NT) es más frecuente que el verbo sim-
de la serie temporal y temática de los testigos i:rtÉ~xop.tat eperchomai venir a, venir so-
ple -> fQW"t<ÍW, como sucede ya en la LXX
de las apariciones del Resucitado (v. 8). En bre alguien*
(donde el compuesto aparece unas 85 veces y i:rtf~ÓJ't1]p.ta, a'to~, 'tó eperotema pro-
general, la secuencia que aparece en los vv. 5- Bibl.: J. Schneider, fJtÉQXOIWL, en ThWNT n, 678. el simple unas 70 veces, pero vacilando con mesa*
8 es una sucesión temporal (cf. especialmente bastante frecuencia entre ambos la tradición
el v. 8), pero en la enumeración de los distin- El compuesto de eQX0!-tm es uno de los tér- Bibl.: S. Aalen, Oversettelsen av ordet fJtEQón'l]/1aL
t~xtual). Con excepción de Rom 10, 20 (una i dapstedet 1Pet 3, 21: TTK (1972) 161-175; H. Gree-
tos miembros de la serie podría recaer el minos favoritos de Lucas. Aparte del evange-
CIta y el único pasaje en que se hace referen- ven, E¡tEQón'l]/1U, en ThWNT n, 685s; R. E. Nixon,
acento sobre diversos testigos y grupos de lio de Lucas (donde aparece 3 veces) y de He- The Meaning of 'Baptism' in 1 Petr 3, 21: StEv 4
cia a Dios); 1 Cor 14, 35 (seguramente una
testigos, y no sobre la sucesión temporal. chos (4 veces), el verbo se encuentra úni- (1968) 437-441; G. C. Richards, 1 Peter 3, 21: JThS
glosa post-paulina) y también Jn 9, 23; 18, 7, 31 (1930) 195; 32 (1931) 77; Spicq, Notes 1, 261s.
camente en Ef 2, 7 Y Sant 5, 1 (también en Lc
el uso del verbo se limita a los sinópticos, pe-
3. eJ'tEL"ta tiene clarísimo sentido temporal 21, 35 v.l.). El significado neutro de venir a
ro no procede nunca de la fuente Q. Es fre- El hapax legomenon del NT en 1 Pe 3, 21,
en las enuméraciones aJ'taQXlÍ - EJ'tÉL"ta - el- aparece en Hech 14, 19: algunos judíos vie-
cuente en Marcos (25 veces); Mateo lo tomó como no puede tener allí el significado clási-
"ta en 1 Cor 15, 23.(24); J'tQw"tOv - EJ'tEL"ta, nen de Antioquía y de Iconio.
1483 1484 1485 1486

co de pregunta (Herm [m] 11, 2), al presupo- observar, Lc 14, 7; Hech 3, 5; 1 Tim 4, 16. siciones que pueden regir tres casos, €Jtt es la 'túQ(J)V, «en virtud (de la declaración) de dos
nerse que pú:n:'tW[La significa el bautismo, se Hech 19,22: Pablo «se quedó en Asia duran- que más veces va acompañada de los tres ca- o tres testigos»; de acuerdo con: Mc 12, 14 Y
interpreta casi siempre como «petición a Dios te algún tiempo». sos. Y en ella es donde más borrosa se va ha- passim, e:n:' UAT]1'tdu<;, de acuerdo con la ver-
de una buena conciencia» (Bauer, Warter- ciendo la diferencia entre los casos. Como dad, verdaderamente, en verdad.
buch, s. v.; Greeven; consúltense los comenta- preverbio, e:rtL- ocupa el segundo lugar de fre-
rios de H. Windisch-H. Preisker, E. Schwei- btl)~Eá~OJ epereaz6 amenazar, maltratar, cuencia (después de ouv-) en el NT. El signi- 3. Con dativo:
zer, F. W. Beare, K. H. Schelkle, W. Schrage, calumniar* ficado fundamental de e:n:L es sobre (Kühner,
Lc 6, 28: «¡orad por los que os maltratan! a) En sentido local: en, cerca de, a (en res-
J. B. Bauer, sub loco). Como este significado 495; Schwyzer, 465); otros significados son
(par. Mt 5, 44 Koiné D W e y otros). 1 Pe 3, puesta a la pregunta ¿dónde?): Mt 14, 8, en
no está atestiguado, sino que se deduce del en, cerca, a, hacia; durante; a causa de (Frisk,
16 (como en Lc 6, 28 el participio en plural OL una fuente; Hech 3, 11, en el pórtico; Ef 1, 10,
contexto en contra del uso del término como Warterbuch 1, 535).
e:n:T]Qeú~ov'te<;): «los que hablan mal de vues-
"tu e:n:!, 'toL<; oUQuvoL<;, «las que están en el
verbo compuesto, habrá que pensar más bien En lenguas modernas como el alemán se cielo»; Mt 24, 33, a las puertas; a, hacia (en
en el voto (<<pledge to God», Liddell-Scott, tro buen comportamiento en Cristo». observa un aumento de las frases preposicio- respuesta a la pregunta ¿adónde?): Hech 11,
s. v.; Richards; B. Reicke, The Disobedient nales y de los verbos compuestos de preposi- 19, en dirección a (a propósito de) Esteban.
Spirits and Christian Baptism in the NT, Co- ción. Esto facilita la traducción del NT a esas
penhagen 1946, 181s; G. R. Beasley-Murray, E:n:í epi con genitivo:en, en tiempo de, so- b) En sentido temporal: durante, en, en
lenguas.
Baptism in the NT, London 21963, 260s; Kuss bre; con dativo: en, durante, sobre; con tiempo de: Ef 4, 26, «durante vuestro enojo»;
1, 144 nota 95, 147; J. B. Soucek: GPM acusativo: a, hacia, mientras, sobre. Jn 4, 27, ev "tOÚ"tffi, «mientras tanto»; 2 Cor
2. Con genitivo:
[1961-1962] 237s). 1. Aparición en el NT - 2. Con genitivo - al En sen- 1,4, «en todas nuestras tribulaciones»; Heb 9,
tido local - bl En sentido temporal - el En sentido fi- a) En sentido local: en, cerca de, a (en res- 26, «al fin de los tiempos».
El término se halla atestiguado a partir del si- gurado - 3. Con dativo - al En sentido local - bl En puesta a la pregunta ¿dónde?): Mt 6,19, en la
glo 11 como tecnicismo para referirse a una sentido temporal - el En sentido figurado - 4. Con
c) En sentido figurado (de la soberanía o
«cuestión de tratado» (Moulton-Milligan, 23ls; tierra; Hech 5, 23, a las puertas; en, a, hacia
acusativo - al En sentido local - bl En sentido tempo- supervisión) sobre: Mt 24, 47, e:n:!, :n:UOLV 'tOL<;
Preisigke, Worterbuch 1, 527s). De manera pare- (en respuesta a la pregunta ¿adónde?): Mc 4,
ral - el En sentido figurado - dl En expresiones fijas. v:n:ÚQXOUOLV uu'tOi! xu'tUO't'lÍoeL uu"tóv, <<le
cida habrá que entender un latinismo que se en- 26, en la tierra; Jn 6, 21, en la barca; Lc 22,
pondrá a cargo de todos sus bienes»; (creer)
cuentra en una carta de Roma de fines del siglo Bibl.: Bauer, Warterbuch, S.v.; BlaB-Debrunner § 40, al lugar; delante de (refiriéndose a perso-
11: la stipulatio «<promesa» como obligación es- 233-235; Johannessohn, Prapositionen, 305-324; Küh- en: Lc 24, 25; (esperar, confiar) en: Rom 15,
nas): Hech 25, 9, delante de mí como juez en
tablecida por una pregunta oficial) es una antigua ner, Grammatik lI/l, 495-505; Mayser, Grammatik 12; Lc 11,22; (gozarse, asombrarse, irritarse)
funciones (A. Schalit: ASTI 6 [1968] 106-
costumbre jurídica romana que forma parte del lIl2, 462-482; Radermaeher, Grammatik, 137-146; P. de: Mt 18, 13; Lc 4, 22; Ap 12, 17; (hacer)
derecho sobre obligaciones, según lo indica ya el F. Regard, Contribution a l'Etude des Prépositions 113).
con: Hech 5, 35; (escribir) sobre: Jn 12, 16;
título de la obra Stipulatio Aquiliana (siglo 1 dans la langue du NT, Paris 1919,417-466; Sehwyzer,
b) En sentido temporal: en tiempo de, du- (dar testimonio) de; Heb 11, 4; (dar gracias)
a.C.). Pero el significado estricto de «tratado» no Grammatik lI, 465-473.
rante, en: Mt 1, 11, en tiempo del destierro por: 1 Cor 1, 4; además: Lc 3, 20, a todas
habrá que entenderlo demasiado rigurosamente,
porque la práctica jurídica extensa de la stipulatio l. En la Koiné las frases preposicionales babilónico; Mc 2, 26, en tiempo del sumo sa- ellas añadió; 2 Cor 7, 13; (en sentido hostil)
no comenzó a degenerar en simple tratado sino en van apareciendo cada vez con más frecuencia cerdote Abiatar; Hech 11, 28, en tiempo de contra: Lc 12, 53, el padre contra el hijo; a
el siglo 1 (F. Schulz, Geschichte der romischen en sustitución de los simples casos; los verbos Claudio; Rom 1, 10, durante mis oraciones / base de: vivir de pan; Hech 3, 16, a base de la
Rechtswissenschaft, Weimar 1961, 372). compuestos aumentan en relación con las for- en mis oraciones; Jds 18, en los últimos tiem- fe; Hech 2, 26, en virtud de la esperanza; Heb
Puesto que, según el contexto de la Carta pri- pos; 1 Pe 1, 20, al fin de los tiempos.
mas simples. Las preposiciones amplían y 10, 28, por razón de: por el testimonio de dos
mera de Pedro, ~á:n:"tLOflU se refiere, como en Mc
10, 38s, al sufrimiento en medio de la persecución desplazan sus significados. Se va haciendo c) En sentido figurado: (de la soberanía o o tres testigos; e<p' 0 (= e:n:!, 'tOú"t(J) O'tL), por-
(Nixon), habrá que preferir la interpretación de borrosa la combinación de las preposiciones supervisión) sobre; (hablar) sobre; (actuar) que: Rom 5, 12; (finalidad, objetivo, resulta-
que este sufrimiento en medio de la persecución con determinados casos. Va predominando en: Rom 9,5, Ó rov e:n:!, :n:úv"t(J)v 1'teó<;, «Dios, do) a: Gál 5, 13, la libertad fuisteis llamados;
es una obligación y una promesa hecha ante Dios, cada vez más la combinación de las preposi- que está sobre todo»; Ap 20, 6, f:rd 'tOú"t(J)v Ef 2, 10, creados para hacer obras buenas;
que brota de la voluntad de obediencia a Dios (ge-
nitivo subjetivo o también genitivo objetivo). ciones con el caso acusativo. oux EXeL e~ouoLuV, «no tiene poder sobre és- (modo y manera) a: 2 Cor 9, 6, a manos lle-
En el NT e:n:L aparece 891 veces y se distri- tos»; Mt 24, 45, av xu'tÉo"tT]oeV Ó XÚQLO<; nas, abundantemente; Mt 18, 5 Y passim, e:n:!,
W. Schenk buye de manera bastante homogénea entre to- e:n:!, 'tij<; oLxe"tdu<; uu'tOi!, «a quien el amo 't0 OVÓ[.tU"tL [.tOU, «en mi nombre (utilizando,
dos los escritos del NT (aunque es menos fre- puso al frente de su servidumbre»; Gál 3, 16, invocando mi nombre)>>; e:n:!, "t0 OVÓ[.tU'tL
btÉxOJ epech6 asir firmemente; en senti- cuente en Juan). Ocupa el cuarto lugar de ou MyeL e:n:!, :n:onwv, un' E<p' Évó<;, «no se 'tLVO<;, acoger, bautizar, enseñar, hacer un mi-
do intransitivo: prestar atención, perma- frecuencia (después de Ev, eL<; y ex) entre las habla de muchos, sino de uno solo»; Jn 6, 2, lagro, venir, predicar, hablar «en nombre de
necer* preposiciones del NT. e:n:L rige con la máxima a
'tu oT][.teLu e:n:oLEL e:n:!, 'twv uo1'tevoúv't(J)v, alguiell»; Le 1,59, exúAouv UU'tO e:n:!, 'tW OVÓ-
Flp 2, 16: «mantener con firmeza la palabra frecuencia acusativo, y con la mínima, dativo «las señales que hacía en los enfermos»; en [.tU'tL 'toi! :n:u'tQO<; uU'tOi!, «le llamaban' según
de vida». En el sentido de fijar la atención / (Morgenthaler, Statistik, 160). Entre las prepo- virtud de: 1 Tim 5, 19, e:n:!, búo ~ 'tQLWV [lUQ- el nombre de su padre».
1487 1488 1489
1490

4. Con acusativo: tra, hacia: 1 Cor 7, 36, no portarse bien con no en el arado», Lc 9, 62. «Poner un remien- Bauer, Worterbuch, s. v. Pero el contexto no
a) En sentido local: a, a la proximidad de, su hija doncella; Mc 10, 11, comete adulterio do (E:rtL~A'I1[-ta)>>, Mt 9, 16 par. Lc 5, 36; exige este significado.
sobre, contra (en respuesta a la pregunta contra ella; 2 Cor 10, 2, E:rtL tLVa~, «contra «echar encima sus mantos», Mc 11,7; <<poner
¿adónde?): Hech 7, 11, sobre todo Egipto; ciertas personas»; (razón, motivo) sobre, por, a alguien un lazo cuello», 1 Cor 7,35. En sen-
Mt 13, 5, sobre suelo pedregoso; Mt 17, 6, a causa de: Hech 4,21, todos alabaron a Dios tido intransitivo dícese de las olas, que se E:rtt~t~á~ro epibibazo hacer subir (a al-
sobre su rostro; Lc 24, 1, al sepulcro; Jn 19, por lo que había sucedido; Mc 15, 24, sobre arrojan sobre una barca, rompen contra una guien), poner sobre*
33, a la cercanía de Jesús, (llegarse) a Jesús; su ropa echaron suertes; (finalidad, objetivo, barca, Mc 4, 37. to Em~áAAov [-tÉQo~ tfj~ Lc 10, 34, «le puso sobre su propia cabal-
Lc 15, 4, ir a buscar a la (oveja) perdida; Lc resultado) a, para: Mt 3, 7, E:rtt to ~á:rttW­ ovoLa~ significa «la parte de la fortuna que gadura»; 19, 35; Hech 23, 24.
14, 31, EQXO[-tÉVep E:rt' avtóv, «que viene [-ta, «al bautismo»; Lc 23, 48, E:rtt t~V {tEW- corresponde (a alguien)>>, Lc 15, 12; este sen-
QLav ta'ÚtE'I1v, <<para presenciar este espectá-
contra él; en, sobre, junto a, en (en respues- tido es también frecuente en los papiros, cf. E:7tt~l.i:7tro epiblepo mirar a, atender bien*
ta a la pregunta ¿dónde?): Jn 12, 15, monta- culo»; Heb 12, 10, E:rtt tO o'\J[-tcpÉQov, «para Mayser, Grammatik I1/1, 84. Lc 1,48 (cita de 1 Sam 1, 11), «te has pre-
do en un pollino de asna; Ap 7, 15, E:rt' nuestro bien»; Lc 4, 43, E:rtt toiíto, «para es- E:rtL~aAwv eXAmEv, en Mc 14,72, significa ocupado de la humilde condición de tu sier-
avto'Ú~, «sobre ellos»; Sant 5, 14, que oren to»; Mt 26, 50, Ecp' O, «¿a qué has venido?». probablemente: «comenzó a llorar», cf. la v.l. va»; de manera parecida, con una persona co-
por él; Lc 17, 35 Y passim, E:rtitO avtó, «en d) En expresiones fijas: Hech 28, 6, E:rtt :rto- ~Q1;ato xAaLELv (D E> 565 it Vg syr y otros); mo objeto directo, en Lc 9, 38; con matiz
el mismo lugar / juntas»; 2 Tes 1, 10, ECP' M, «un buen rato»; Hech 20, 9, E:rtt :rtAdov, 3 Esd 9, 20; Diógenes Laercio VI, 27; BlaB- irónico y negativo en Sant 2, 3: «atendéis
ú[-ta~, «hacia (destinado a) vosotros; Ap 3, «durante bastante tiempo»; Hech 24, 4, E:rtt Debrunner § 308, nota 2; se han propuesto bien ... ».
20, a la puerta. :rtAELOV, «por más tiempo»; 2 Tim 3, 9, E:rtt también las traducciones: «cubrió su cabeza»
b) En sentido temporal: en (en respuesta a :rtAELOV, «cada vez más / en mayor grado»; y «pensó en las palabras de Jesús» (cf. Diodo-
la pregunta ¿cuándo?): Lc 10, 35, E:rtt t~V Hech 4, 17, [-t~ E:rtt :rtAdov, «no ... más»; Hech ro Sículo XX 43, 6; Marco Aurelio Antonino E:7tt~I.11p.ta, a'to~, 'tó epiblema remiendo*
10, 16, E:rtt tQL~, «tres veces»; Mt 25, 40, Ecp' X 30, Em~áAAwv tO'Útep [a saber, tOV voiív], Mc 2, 21 par. Mt 9, 16/ Lc 5, 36 (bis).
aVQLOv, «al día siguiente»; Hech 3, 1, E:rtt
t~v wQav tfj~ :rtQOOE'\JXfj~, «a la hora de la ooov, «en la medida en que»; Rom 11, 13 ECP' «pensando en esto»); pero estas sugerencias
ooov, «por cuanto». hacen necesario completar la frase con alguna , R '
oración»; mientras, durante, por (en respues- E:7tt!:,oaro epiboao llamar (a gritos), gritar
ta a la pregunta ¿ durante cuánto tiempo ?): palabra sobreentendida (por ejemplo, to Hech 25, 24 C Koiné E pI Em~OOOVtE~ en
W. Kühler L[-tátLOV) o duplican el enunciado del v. 72b
Hech 13,31, durante varios días; Lc 4, 25, lugar de ~OOOVtE~.
durante tres años; Lc 18,4, E:rtt XQóvov, «du- (xat aVE[-tV~O{t'l1). G. M. Lee: Bib 53 (1972)
rante algún tiempo»; Rom 7, 1 Y passim, Ecp' 411s.
E:7n~atvro epibaino subir, montar, embar- E:7tt~O\)I.ÍJ, ií~, .. epiboule conjura, trama*
OOOV XQóvov así como también en Mt 9,15 Y car, entrar* H. Balz
passim, ECP' OOOV, «mientras». En el NT el término aparece únicamente en
En el NT aparece únicamente en Mateo y Hechos, refiriéndose siempre a las conjuras
c) En sentido figurado: (de la soberanía o en Hechos: Em~E~'I1XW~ E:rtt OVOV, «montado E:7tt~aQiro epibareo ser una carga, opri- de los judíos contra Pablo: Hech 9, 24; 20,
supervisión) sobre: Le 1, 33, él reinará sobre en un asno», Mt 21, 5 (cita de Zac 9, 9; cf. 1 mir* 3.19; 23, 30.
la casa de Jacob; Lc 12, 14, ¿Quién me ha Sam 25, 20). Dícese de la acción de embarcar ,1 Tes 2, 9; 2 Tes 3, 8 en la expresión :rtQo~
puesto por juez sobre vosotros?; Mt 25, 21, en una nave, Hech 21,2; 27, 2; 21, 6 Textus to [-ti] Em~aQfjoaL tLVa ú[-toov, «para no ser
fuiste fiel al cargo de lo poco; sobre: Flp 2, Receptus. Con una indicación de lugar, signi- ~ravoso a ninguno de vosotros». Lva [-t~ E:7tt"{ap.t~QEúro epigambreuo casarse con
27, M:rt'l1v E:rtt M:rt'l1v, «tristeza sobre triste- fica entrar, dirigirse a: EL~ t~v 'AoLav, 20, E:rtL~aQoo, en 2 Cor 2, 5, explica la expresión la viuda del hermano*
za»; (de fuerzas, efectos) a, en, sobre: Lc 3, 18; EL~ 'IEQooóA'\J[-ta, 21, 4; tfi E:rtaQxd¡;t, «a precedente a:rto [-tÉQo'\J~, la cual restringe a su Con arreglo a la ley del levirato, Mt 22, 24
2, la palabra de Dios vino sobre Juan; Mt 10, la provincia», 25, 1. vez a la expresión siguiente :rtávta~ ú[-ta~. La (cf. Dt 25,5 Aquila; Gén 38, 8 v.l.), a diferen-
13, vuestra paz vendrá sobre ella; 2 Cor 12, ofensa inferida al apóstol no afectó personal- cia de Mc 12, 19/ Lc 20, 28: «... su hermano
9, para que el poder de Cristo habite en mí; ~ente a Pablo, sino «en (gran) parte» (es de- (mayor) se casará con su mujer» (en contra
(acción de volverse) hacia: Lc 1, 17, los co- E:7tt~ál.l.ro epiballo poner sobre, arrojarse CIr, en su mayoría, cf. v. 6) a toda la comuni-
de Lev 18, 16; 20, 21). BHH I1I, 1746s.
razones de los padres se vuelven hacia los hi- sobre algo, corresponder* dad. ~or tanto, el paréntesis Lva fl~ Em~aQoo
jos; (creer) en: Hech 9, 42; (confiar, esperar) Aparece 18 veces en el NT. El verbo se en- acentua la función restrictiva de a:rto [-tÉQo'\J~:
en: Mt 27,43; 1 Pe 1, J3; (lamentarse, llorar) cuentra frecuentísimamente en la construc-
E:7tt"{EW;, 2 epigeios terreno, terrenal
«para no dar(le) (demasiada) importancia»,
sobre, por causa de: Ap 1, 7; Lc 23, 28; (es- ción «echar mano a alguien», con E:rtL, Mt 26, 1. Aparición y significados del término - 2. Jn 3,
o; «para no cargar (aún más cosas) sobre 12 - 3. Pablo - 4. Sant 3, 15.
cribir) sobre, acerca de: Mc 9, 13, como está 50 par. Mc 14,46 Textus Receptus; Lc 20,19; (el)>>. A menudo se supone que Em~aQÉw tie-
escrito acerca de él; (hacer) en: Hech 4, 22, 21,12; Jn 7,30; 7, 44; Hech 5,18; 21, 27, con ne también un sentido que no aparece atesti- Bibl.: Bauer, W6rterbuch, S.V.; R. Jewett, Paul's
el hombre en quien se había hecho el mila- dativo, Mc 14, 46; Hech 4, 3, seguido del in- guado en ninguna otra parte: «apilar un gran Anthrol?o!ogical Terms, Leiden 1971, 201-304; H.
gro; (declaraciones o acciones hostiles) con- finitivo xaxooom, Hech 12, 1. «Poner la ma- Sasse, EJtLyELO<;, en ThWNT 1, 679s. Cf. más biblio-
peso de palabras / hablar demasiado»; cf. grafía en ThWNT X, 1023.
1493 bnyLVwoxúJ - bdyvúJaLC; 1494
1492
1491 bdyELOC; - EJtLyLVWOXúJ

precisa, completa; b) reconocer (en el sentido teórico de Dios, sino el reconocimiento y


1. El adjetivo aparece en la literatura grie- c) El himno de Flp 2, 5-11 termina c?n el de identificar); c) reconocer (en el sentido de aceptación obediente de la voluntad de Dios
ga y helenística, pero no se encuentra en la homenaje rendido por los poderes celestIales, aceptar). Además, los significados coinciden (cf. 1, 19.21). Sin especial significado teoló-
LXX. En el NT (donde se halla atestiguado 7 terrenales Y de las profundidades (v. 10) y con en buena parte con los del verbo simple --+ gico se emplea EltLyLvwaxO) en 1 Cor 16, 18
veces) tiene diversos matices: espacial (terre- su aclamación: KÚQLO~ 'hloov~ XQL<JTÓ~; las yLvwaxO) (1). (reconocer, en el sentido de no ser un extraño
no), discriminador conceptualmente (para di- tres dimensiones cósmicas se unen en el reco- para alguien) y en 1 Cor 14, 37; 2 Cor 1, 13s
ferenciar los sucesos que se producen en la nocimiento escatológico de la soberanía. 2. a) Por lo general, E1nyLvwaxO) se em- (saber, entender; cf. 2 Cor 6,9). En 1 Cor 13,
tierra), para describir a las personas y a los d) Flp 3, 19 tiene sonido polémico y se di- plea en Mateo y Marcos sin interés teológico. 12 el pleno conocimiento de Dios es el objeto
poderes de la tierra, y -en conexión con otros rige agudamente contra los visionarios que Encontramos los siguientes significados: co- de la promesa escatológica; en 2 Cor 13, 5 el
adjetivos- para definir y calificar. En el fondo glorifican el «vientre» y ~a «ver~üenza:>, es nocer (Mt 7, 16.20; 14,35; 17, 12; Mc 6, 54), conocer se refiere a Jesucristo. - Col 1, 6 ha-
de todo se encuentra la distinción: «terreno- decir, desprecian lo celestIal por Ir detras de darse cuenta (Mc 2, 8; 5, 30; 6, 33) Y recono- bla del conocimiento de la gracia de Dios EV
celestial» . lo terrenal. En este caso se pierde la salvación cer (en el sentido de aceptar; Mt 17, 12). El aA:rl-frd(l. La asociación de --+ E1tLyVo)<JL~
celestial y futura. empleo de E1nyLVwaxO) tiene significación (2.b) Y --+ aA:Ií{tELa adquiere un peso todavía
2. El adjetivo aparece de manera indepen- teológica en Mt 11, 27 (el paralelo de Lc 10, mayor en las Pastorales; ser cristiano signifi-
diente en Jn 3, 12(-13): los procesos que se 4. Según San 3, 15 hay, sí, una sabiduría 22 tiene el verbo simple): la relación del Hijo ca conservar la E:n:tyvO)aL~ af...lJ-frda~.
desarrollan en la tierra, como el bautismo y el que viene de lo alto, pero su contrapunto es con el Padre y la relación del Padre con el Hi-
don del Espíritu, podían declararse a Nicode- una sabiduría que es terrenal, psíquica y de- jo es la razón y el contenido de la revelación. W. Hackenberg
mo, pero los que se desarrollan «en el cielo» moníaca; se manifiesta en la pasión y en la Conocer significa aquí primordialmente (co-
permanecen ocultos y sin desvelar. Tan sólo el sed de contiendas. A la falsa sabiduría le falta mo en la tradición del AT y en la tradición ju-
Hijo del hombre tiene acceso a ellos, porque día) no un proceso intelectual, sino la acepta- Ení.yvO)(n~, Ero~, Í] epign6sis conoci-
el vigor para superar su origen terreno.
él es el único que tiene derecho a ascender, lo ción del amor del Padre, de un amor que elige miento*
En la gnosis tardía (por ejemplo, EvVer p.
mismo que ha descendido. (Sobre la distin- 22.30s.40s) se refuerza la idea de las sustan- (la elección, el conocimiento de Dios y la re- 1. Aparición en el NT y contenido semántico - 2.
ción «terreno-celestial», cf. Sab 9, 16; 4 Esd velación son conceptos que se hallan también a) E1tlyv(j)OL~ en los escritos paulinos - b) E1tlyv(j)m~
cias, a la hora de definir lo que es «celestial»
en los escritos deutero-paulinos - c) E1tlyv(j)OL~ en
4,8.21; IgnTra15, 2). Hallamos aquí un enun- y lo que es «terrenal». frecuentemente asociados en Qumrán, cf. Hebreos y en 2 Pedro.
ciado de revelación con colorido sapiencial, O. Michel 1QS 4, 22 Ypassim).
que acentúa los derechos del Hijo del hombre. Bibl.: R. Bultmann, YLv<ÍlOX(j) %'1:A.., en ThWNT 1,
b) En los escritos de Lucas EltLyLvwaxO) se 688-719; M. Dibelius, 'E1tlyv(j)m~ aA.!]{tEla~, en Neu-
El enunciado va intensificándose.
emplea también casi exclusivamente en el testamentliche Studienfür G. Henrici (UNT 4), Leip-
Entyí.vo,"uu epiginomai sobrevenir, en- sentido general del término. Así, por ejemplo, zig 1914 (= Dibelius Botschaft n, 1-13); E. D.
3. Pablo diferencia a) en 1 Cor 15, 40s Schmitz, Conocimiento, experiencia, en DTNT 1,297-
trar* se usa con el significado de conocer (Lc 24,
(bis) entre cuerpos celestes y cuerpos terres- Hech 28, 13: «cuando comenzó a soplar un 310; K. Sullivan, Epignosis in the Epistles of Sto Paul,
tres, y -en consonancia con ello- distingue 16.31; Hech 3, 10; 4, 13; 27, 39), darse cuen- en Studiorum Paulinorum Congressus Internationalis
viento del sur». En Hech 27, 27 A pc V g díce- ta (Lc 1, 22; 5, 22; Hech 19, 34), enterarse Catholicus n (AnBibl 18), Roma 1963,405-416.
entre el resplandor de los cuerpos celestes y el
se que sobrevino la noche. (Lc 7, 37; 23, 7; Hech 9, 30; 12, 14; 22,
de los cuerpos terrestres. En la comparación y
la analogía, lo que a Pablo le interesa es dejar 24.29; 23, 28; 24, 8.11; 28, 1), entender, saber 1. El sustantivo E:n:tyVo)<JL~ aparece 20 ve-
bien a las claras lo de «cuerpo» y «resplan- (Hech 25, 10) Y conocer de manera precisa, ces en el NT (yv&<JL~ aparece 29 veces); am-
EntytVÓ)(Jxro epigin6sk6 conocer, darse
don>. Se atiene a una antigua tradición apoca- completa (Lc 1, 4). En el relato de Emaús, bos vocablos faltan por completo (¿de manera
cuenta* EltLyLvwaxO) no sólo significa reconocer (o
líptica acerca del cuerpo «transfigurado» en intencionada?) en los escritos joánicos. E:n:t-
1. Aparición del término en el NT y contenido se- caer en la cuenta, superficialmente, de quién yVo)<JL~ se encuentra con frecuencia en los es-
el mundo celestial e intenta ahora asegurar la mántico - 2. a) Mateo y Marcos - b) En los escntos de
posibilidad -e incluso la necesidad- de esta se trataba) sino también ver al Resucitado o critos paulinos y deutero-paulinos (15 veces),
Lucas - c) En el resto del NT.
manera de pensar en el debate helenístico. experimentar su presencia (Lc 24, 16.31). pero no aparece en los evangelios ni en He-
Bibl.: R. Bultmann, YLVÚ)(J')Wl X'tA.., en ThWNT 1, chos. - El término E:n:tyVo)<JL~ significa pro-
b) Más gráfico aún es el intento que hace 688-719; E. D. Schmitz, Conocimiento, experiencia, c) El verbo E1nyLvwaxO) aparece 10 veces
en Pablo (es especialmente frecuente en 1-2 piamente conocimiento (cf. Bauer, Worter-
en 2 Cor 5, 1ss por hablar de la «tienda» te- en DTNT 1,297-310.
Corintios); aparte de ello, el término se en- buch, 576; cf. también --+ yLVwaxO) 3.c).
rrenal, de esta «morada», en contraste con el
1. El verbo EltLyLvwaxO) aparece 44 veces cuentra únicamente en Col 1, 6; 1 Tim 4, 3 Y 2. a) En las cartas paulinas auténticas
«edificio hecho por Dios»: el adjetivo terre-
en el NT (yLvwaxO) 221 veces); es especial- 2 Pe 2, 21. La expresión paulina en Rom 1, E:n:tyVo)<JL~aparece 5 veces (Rom 1, 28; 3,
nal se halla aquí en contraste con «lo que no
mente frecuente en Lc (7 veces) y en Hechos 32: ~hxato),w TOV -frEOV E1nyvóvTE~ en Rom 20; 10,2; Flp 1,9; Flm 6). Allá donde se em-
ha sido construido por mano de hombres»,
con lo que es «eterno». Aquí se transparenta (13 veces), pero falta por completo en 1.os ~~­ 1, 32, lo mismo que la frase de Rom 1, 28 (--+ plea f:n:LyvO)aL~, ello se hace enteramente en
una antigua tradición apocalíptica, interpreta- critos joánicos. - El verbo compuesto slgmft- E:n:tyvO)aL~ 2.a), no significa un conocimiento el sentido del AT, es decir, el conocimiento
ca en sentido estricto: a) conocer de manera
da por Pablo.
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c) En 2 Pe 2, 20 se recoge probablemente to la siguiente inscripción»; con fv en Hech Lc 24, 42; en voz pasiva en Lc 4, 17; el Resu-
se entiende como reconocimiento y acepta-
ción (de la voluntad) de Dios, un hecho que con EJtLyvWaLe; un eslogan de los adversarios 17, 23: «un altar en el que figuraba la inscrip- citado entregó el pan a los dos discípulos de
se hace realidad en la conducta de quien po- (gnósticos) contra quienes el autor escribe. Lo ción»; Ap 21, 12, «nombres grabados». En Emaús, Lc 24, 30. Entregar una carta, Hech
see el conocimiento. La comprensión inte- mismo que en Heb 10, 26, EJtLyvwaLe; se usa sentido figurado con EJtL, siempre en citas del 15, 30. Con el objeto de la acción verbal so-
lectual y el reconocimiento existencial se ha- en sentido casi técnico en 2 Pe 1, 2.3 para re- AT: Heb 8, 10 (Ex 19,6); 10, 16 (cf. Jer 38,33 breentendido: 'to JtA.OLOV, Hech 27, 15: «aban-
llan íntimamente relacionados. Y, así, en ferirse a la vocación a la fe cristiana; pero ese LXX), para referirse a Dios que ha de grabar donamos (la nave a merced del viento) y nos
Rom 1, 28 no se trata primordialmente del conocimiento debe acreditarse también me- sus leyes en los corazones / en las mentes. dejamos llevar (a la deriva)>>.
conocimiento teórico de Dios (por parte de diante una conducta recta (2 Pe 1, 8; 2, 20s;
los gentiles), sino de la confirmación o del cf. Rom 1,28).
E3tt()dxv",u epideiknymi mostrar, pre- Enl()IOQ-3óro epidiorthoi5 acabar de orga-
rechazo del recto conocimiento de la volun- W. Hackenberg
sentar, probar* nizar*
tad de Dios (Jtotciv 'ta [ll] xuil'rpwv'tu). La Mt 16, 1: mostrar (una señal del cielo); 22, Tit 1, 5 con 'ta A.eLJtov'tU como objeto de la
misma realidad la encontramos expresada en f:7tt"{QacpÍ), iis, tl epigraphe inscripción* 19 (par. Lc 20, 24 Textus Receptus): ¡Mos- acción verbal: «para que acabes de organizar
la intercesión de Filemón: en la EmyvwafL Sobre la inscripción que aparecía en el de- tradme!; Mt 24, 1; Lc 24, 40 Textus Receptus, lo que falta».
Jtuv'toe; ayuil'ou (v. 6) se acredita la fe ('to nario romano de plata (-+ 6'Y\váQLOV) que Je- mostrar; Lc 17, 14: presentarse, mostrarse (a
ayuil'óv significa la voluntad de Dios). De sús hizo que le mostraran para responder a la los sacerdotes). En Hech 9, 39 la voz media Enl()úro epidyi5 ponerse (el sol) (sobre)*
manera semejante, EJtLyvwaLe; aparece en pregunta acerca del impuesto de capitación (y tiene el significado de mostrar, hacer ver. En Ef 4, 26: «No se ponga el sol sobre vuestro
una intercesión en Flp 1, 9. sobre el término dxwv), cf. Mc 12, 16 par. sentido figurado en Hech 18, 28: probar (por enojo» ([ll] Em6uÉ'tw EJtL...).
b) La conexión entre el recto conocimien- Mt 22, 20/ Lc 20, 24. La leyenda en el anver- las Escrituras); en Heb 6, 17, mostrar, hacer
to de Dios y la confirmación del mismo por so del denario de plata que se usaba frecuen- ver -+ 6eLXVU[lL.
medio de la recta conducta aparece también tísimamente en tiempo de la aparición de Je- Enldxna, as, tl epieikeia clemencia, be-
claramente en Col 1, 9s: la EJtLyvWaLe; se sús en público, y que llevaba grabada la efigie nignidad
orienta igualmente hacia el il'ÉA:tl[lU il'fOU. de Tiberio, decía así en latín: Ti(berius) Cae- Enl()ÉX0!lal epidechomai acoger con hos- -+ EmfLxlÍe;·
El hecho de «producir fruto y de crecer» se sar Vivi Aug(usti) F(ilius) Augustus; en el re- pitalidad, aceptar*
lleva a cabo EV 'tñ EmyvwafL 'tou il'fOU (1, verso estaba grabada la efigie de Livia, madre 3 Jn 10: acoger en los hogares. En el v. 9 en
10; cf. Ef 1, 17; Flp 1, 9). De la orientación del emperador, con la siguiente inscripción: sentido figurado: «Diotrefes no nos acepta (= EnU::lxÍ)S,2 epieikes benigno, bondadoso*
ética se trata también en Col 3, 10. Esta aso- Pontif(ex) Maxim(us); cf. BHH I1I, 1983s; no reconoce nuestra autoridad)>>. emELxELu, ue;, ~ epieikeia benignidad*
ciación entre el conocimiento de la voluntad 2242; E. Stauffer, Christus und die Caesaren,
Bibl.: F. d' Agostino, Il tema dell'epieikeia nella sa-
divina y la exigencia de atenerse a ese cono- Hamburg 51960, 134-138; W. Schrage, Die cra Scrittura: RTM 5 (1973) 385-406; K. Duchatelez,
cimiento por medio de una recta conducta se Christen und der Staat im NT, Gütersloh Enl()1)!lÉro epidemei5 vivir en calidad de L' «epieikeia» dans l'Antiquité grecque, pai"enne et
halla determinada por presupuestos vete ro- 1971, 33s. En Mc 15,26 par. Lc 23, 38 se ha- extranj ero * chrétienne: Cornrnunio 12 (1979) 203-231; A. von
testamentarios y judíos. En Col 2, 2 (en la bla de la inscripción que se puso sobre la cruz Dícese de los judíos de Roma que se halla- Harnack, «Sanftmut, Huid und Demut» in der alten
confrontación con la herejía colosense) se de Jesús, el llamado titulus, una tablilla reves- ban en Jerusalén, Hech 2, 10; de los extranje- Kirche, en Festgabe für J. Kaftan, Tübingen 1920,
ros que residían en Atenas, Hech 17, 21; cf. 113-129; R. Leivestad, «The Meekness and Gentleness
habla de la EJtLyvwaLe; wu [lUa't'Y\QLou 'tou tida de una capa de escayola blanca sobre la of Christ» Il Coro X.l: NTS 12 (1965-1966) 156-164;
il'fOU, XQL<JWU (cf. Col 1, 26s), un conoci- que se escribía con letras negras, y en la que 18,7 D. A. di Marino, L'epieikeia cristiana: Divus Thornas 3.
miento que, como en 1,9, es el conocimien- se declaraba (según la costumbre romana) la Ser. 29 (1952) 396-424; H. Preisker, E:rtLEbtELU %'tA.,
to de la voluntad divina. En Ef 4, 13, el Hijo causa por la que se había condenado a Jesús: en ThWNT n, 585-587; C. Spicq, Bénignité, Mansué-
de Dios es el contenido del conocimiento. Ó ~UaLA.EiJe; 'toov 'Iou6uLwv (Marcos; Lucas
Enl()latáCJCJo!lal epidiatassomai añadir tude, Douceur, Clémence: RB 54 (1947) 321-339.
En las Pastorales, la expresión EJtLyvWaLe; una cláusula a un contrato o a un testa-
añade ouwe;; Jn 19, 19 habla, además, de un 1. En el NT el adjetivo aparece 5 veces, to-
'tije; aA:rlil'eLUe; (cf. Dibelius) se emplea casi co- mento*
'tL'tAOe; escrito en tres lenguas, v. 20; cf. Lc das ellas en la literatura epistolar; el sustanti-
mo un tecnicismo para describir la conversión 23, 38 v.l.). BHH 11, 1005; Haag, Dicciona- En Gál 3, 15 dícese de un testamento debi-
vo aparece 2 veces (Hech 24, 4; 2 Cor 10, 1).
a la fe cristiana (1 Tim 2, 4; 2 Tim 2, 25; 3, damente otorgado: nadie podrá modificarlo
rio,407.
7; Tit 1, 1; cf. también Heb 10, 26; 2 Pe 1, 3 H. Balz introduciendo una cláusula.
2. Se observan dos contenidos semánticos
[-+ c]; 2 Clem 3, 1); sobre la conexión termi-
que se encuentran ya en la LXX.
nológica entre -+ EmyLvwaxw y -+ at.:tíi}fLu
Enl"{Qácpro epigraphi5 escribir en, poner Enl()í()ropu epididi5mi dar, entregar* a) La expresión designa en la LXX la benigni-
cf. Col 1, 6). aA.lÍil'fLu designa aquí la «recta
una inscripción, grabar* Dar una piedra, Mt 7, 9 (par. Lc 11, l1a dad y clemencia de Dios (1 Sam 12, 22; Sal 85, 5;
doctrina»; y EJtLyvWaLe; tiene un «acento clara-
mente teórico, cuasi-dogmático» (Schmitz, En sentido propio en Mc 15, 26: ~v ~ -+ v.l.); una serpiente, Mt 7, 10 par. Lc 11, llb; Sab 12, 18; Bar 2, 27; Dan 3, 42; 4, 27; 8, 12; 2
EmYQucpl] ... EmyEYQU[l[lÉv'Y], «se había pues- un escorpión, Lc 11, 12; un trozo de pescado, Mac 2, 22; 10, 4), de un rey (Est 3, 13; 8, 12; 2
253).
1499 1500 1501 1502

Mac 11,27; 3 Mac 3, 15; 7, 6) Y de un profeta (2 diga de la «sabiduría de lo alto» (Sant 3, 17), sentido éticamente neutro- al ser humano en
Re 6, 3). Lo común de todos estos pasajes es que E~u3"ptta, a~, ÍJ epithymia deseo, codicia
en cuyo contexto emEL'K1Í~ no «se describe», su tendencia del momento hacia algo exterior
se trata de la «benignidad del soberano» (Har- btdruf-LÉOJ epithymeo desear vivamente, co-
ni mucho menos, «como virtud de soberanos» a él (por ejemplo, Gén 31, 30; Dt 14, 26), ve-
nack). diciar
(Preisker, 586). mos que en la mayoría de los testimonios que
e:rtL{}'Uf-LYI't1Í~, oií, Ó epithymetes persona
H. Giesen aparecen en el NT (de 11 a 16), el verbo sig-
En el NT el grupo de palabras se emplea só- que desea o codicia*
lo 2 veces con este sentido (con Leivestad, nifica también -en este sentido ambivalente-
1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos - codiciar, tender hacia, tratar de tener algo,
158). En Hech 24, 4 el acusador judío se diri- E3tlftXta, a~, ÍJ epieikia clemencia, be- 3. Campo referencial y sinónimos - 4. a) fJn{}ullla en
ge al gobernador Félix mencionando su be- Pablo y en Santiago: la secuencia deseo - pecado - hacer algo o ser alguien. En el NT el verbo se
nignidad
nignidad, a fin de ganárselo para la acusa- muerte - b) 1 Jn 2, 15-17: Em{}ullla y XÓOIlO<;. usa únicamente 5 veces para expresar que se
Forma alternativa de emEL'KELu.
ción. 1 Pe 2, 18 pide a los esclavos que se desea algo (prohibido), citando entonces
Bibl.: G. Bornkamm, Sünde, Gesetz und Tod, en
sometan no sólo a los amos buenos y bonda- Bornkamm, Aufsiitze 1, 51-69; F. Büchsel, {}UIlÓ<; X1:A., Rom 7,7; 13,9 el mandamiento del Decálogo
dosos sino también a los «perversos». E3tl~t)'tiro epizeteo buscar, desear, pedir* en ThWNT 111, 167-173; M. Dibelius-H. Greeven, Der que aparece en Ex 20, 17 / Dt 5, 21, Y alu-
Aparece 13 veces en el NT, reforzando al- Brief des Jak (KEK), Giittingen '1964, 120-125; E. diendo 1 Cor 10, 6 a Núm 11,4.34, mientras
b) Sab 2, 19 entiende la bUELXELU en el senti- Gerstenberger, 'wh, en DTMAT 1, 133-137; Id., ifmd, que Mt 5, 28, aunque radicaliza el manda-
do de la firmeza humilde y paciente del justo, que gunas veces al verbo simple -+ ~'l']'tÉOJ; buscar en DTMAT 1, 804-807; H. Hübner, Das Gesetz bei
(con solicitud) a alguien, Lc 4, 42; Hech 12, Paulus (FRLANT 119), Gottingen 1978, 62-71; E. Ka- miento del Decálogo que aparece en Ex 20,
se pone de parte de los pobres (2, 10), es objeto
de las burlas de los impíos (1, 16), siendo llama- 19; andar buscando (la futura salvación), Heb semann, An die Romer (HNT), Tübingen 31974, 183- 13 / Dt 5, 17 (en todos los casos se hace refe-
do por ellos hijo de Dios (2, 13.16.18), Y que es- 11, 14; 13, 14; buscar con afán alguna cosa, 190; S. Lyonnet, «Tu ne convoiteras pas» (Rom 7, 7), rencia a la LXX), encuentra una ayuda para
tá dispuesto a soportar la injusticia y los malos en FS Cullmann, 1962, 157-165; Id., Quae.rtiones ad su formulación en Ex 20, 17 I Dt 5, 21. En la
Mt 6,32 par. Lc 12,30; Rom 11, 7; Flp 4,17 Rom 7, 7-13: VD 40 (1962) 163-183; G. Mayer,
tratos con la confianza puesta en Dios. (bis); desear/anhelar, Hech 13, 7 (con infini- LXX, cuando em{}uf-LÉm se usa en este senti-
'iíwiíh, en DTAT 1,145-147; J. B. Metz, Begierde (Be-
tivo); em~'l']'tÉOJ o'l'][tElOV, «exigir una señal», gierlichkeit), en LThK 11, 108-112; W. Metzger, Die do negativo, suele traducir la forma qal de
En 2 Cor 10, 1 Pablo se defiende contra la neóterikai epithymíai in 2 Tim 2, 22: ThZ 33 (1977) ~amad. El hecho de que en Rom 7, 7; 13,9 se
Mt 12, 39 (par. Lc 11, 29 v.l.); 16,4 (par. Mc
acusación de ser «débil» ('tUJtELVÓ~), apelan- 129-136; F. MuBner, Der Jak (HThK), Freiburg i. Br. cite (sin objeto de la acción verbal en acusati-
8, 12 v.l.). '1967, 84-97; H. Schlier, Der Romerbrief (HThK),
do a la JtQuih'l']~ 'KUL emd'KEta wií XQw- vo) la prohibición de codiciar la mujer del
Freiburg i. Br. 1977,220-227; H. SchonweiB, fJn{}u-
wií. El v. 10 recoge de nuevo el término 'tu- Illa, en DTNT 11,21-23; G. Wallis, hiimad, en ThWAT prójimo o la propiedad ajena, y de esta mane-
JtELVÓ~, usándolo juntamente con &O{}EV1Í~. E3tl{}avá'ttO~, 2 epithanatios consagrado 11,1020-1032; P. Wilpert, Begierde, en RAC 11, 62-78. ra se radicalice dicha prohibición, es algo que
El apóstol puede hacer de este término una a la muerte, sentenciado a muerte* Cf. más bibliografía en ThWNT X, 1111. existía ya en la tradición judía, como demues-
virtud, porque sabe que el poder de Dios se Dícese en 1 Cor 4, 9 en una descripción que 1. El verbo eJtL'lt'Uf-LÉOJ aparece 7 veces en tra 2 Mac 2, 6: [ti] em{}u[tELv dQ'l']'KEV ~f-La~ Ó
manifiesta en la debilidad humana. Sus adver- se hace de los apóstoles: w~ em{}uvu,;[o'U~. VÓf-LO~.
los sinópticos y en Hechos (de ellas 5 en Lc
sarios no comprenden que Pablo pueda glo- Este desarrollo se ve claramente en el uso
y 1 en Hech), 4 veces en Pablo y 1 vez en ca-
riarse precisamente de la debilidad (11, 30; que el NT hace del sustantivo em{}Uf-LLu. Si-
da uno de los escritos siguientes: 1 Timoteo,
12, 9; 13, 3). En su debilidad es él discípulo E3tí.{}E(Jl~, Ero~, ÍJ epithesis imposición (de guiendo la tendencia del pensamiento judío
Hebreos, Santiago, 1 Pedro y Apocalipsis. El
del Señor. Esta comprensión es confirmada las manos)* (cf. también VidAd 19: «Porque la em{}Uf-LLU
sustantivo eJtL{}'Uf-LLU aparece más concentra-
por el término JtQuiJ't'l']~, que define más con- En el NT este término aparece siempre en es el comienzo ['KE<pUA.1Í] de todo pecado»;
damente: 34 veces en la literatura epistolar y
cretamente la emd'KELu. Por tanto, la em- una expresión acuñada: eJtL{}E<JL~ 'tiliv XEL- sobre la doctrina rabínica del mal impulso,
1 vez solamente en cada uno de los escritos
d'KELU de Cristo no es su majestad real (en Qiliv, imposición de las manos: Hech 8, 18; 1 ye~er hara' , cf. Moore, Judaism 1, 479-483 Y
siguientes: Marcos, Lucas, Juan y Apocalip- Levy 11, 258s), em{}Uf-LLU se usa casi exclusi-
contra de Preisker, Harnack). Los demás tex- Tim 4, 14; 2 Tim 1,6; Heb 6, 2. BHH 11,632- sis. A Pablo le corresponden 10 testimonios
tos se integran en este concepto: segun Flp 4, 636 (bibl.); Haag, Diccionario, 897s (bibl.); vamente en el NT -a diferencia de lo que ocu-
(de ellos 5 en Romanos), y a las cartas deute- rre en la LXX- en sentido negativo: el (mal)
5 los cristianos deben manifestar su bondad Spicq, Notes 1, 268s. ropaulinas les corresponden 9 testimonios.
('to emEL'KÉ~) a todos los hombres, esa bon-
deseo, que principalmente para Pablo y para
Santiago (-+ 4.a) es un tecnicismo teológico
dad que vive del gozo que tienen en el Señor, 2. em{}u[tÉm y em{}Uf-LLU se derivan de -+
E3tt{}"ptiro epithymeo desear vivamente, importante.
que está cerca de ellos. El episkopos, según 1 {}u[tó~, que primeramente significa «espíritu,
codiciar Por su proximidad teológica con -+ OÚQS
Tim 3, 3, no sólo debe ser emEL'K1Í~ en su valor, ira, sentido» (Frisk, W6rterbuch 1, (<<carne»), y puesto que OÚQS no es un con-
-> em{}Uf-LLu.
puesto de autoridad sino también en su vida 693), Y luego también «pasión, deseo apasio- cepto antropológico, sino que (como concep-
privada, como lo muestran las demás virtudes nado», siendo el principal elemento constitu- to estrictamente teológico) designa en cada
en las que se integra la eJtLd'KELU. En Tit 3, 2 E3tt{}"ptt)'tÍ)~, olí, Ó epithymetes persona tivo de su significado el anhelo y el ansia que individuo el lugar del poder transubjetivo del
este significado está tan claro, que es admiti- que desea o codicia hay en {}u[tó~. Lo mismo que en la LXX, pecado (-+ á[tuQ'tÍu), btt{}U[tLU no debe in-
do incluso por Preisker (587). Lo mismo se -> em{}Uf-LLu. donde em{}uf-LÉm designa casi siempre -en un ducirnos a interpretar primariamente este con-
1503 1504 1505 1506

cepto como el apetito sexual. Claro está que 4. a) Tanto en Rom 7, 7ss como en Sant 1, poder cósmico, es decir, un pecado que deter- grada precisamente en una teología soterioló-
la bn{h¡[-tLa puede manifestarse también en el 13ss E:7tL'l'tu[-tLa se emplea dentro del contexto mina a toda la humanidad. La falta de nitidez gica, en contra de lo que sucede en Pablo.
abuso de las posibilidades sexuales del ser del relato de la tentación de Gén 3. En ambos de la argumentación paulina en 7, 7ss se ve en
b) En 1 Jn 2, 15-17 la E:7tL'l'tu[-tLa, desglosa-
humano. pasajes se encuentra la siguiente secuencia el hecho de que el v. 7a describe primaria-
da en la concupiscencia de la carne, la concu-
W. D. Davies, Paul and Rabbinic Judaism, E:7tL'l'tU[-tLU - á[-taQ"tLa - 'l'távu"tOs (<<deseo - mente una relación noética entre la ley y el
piscencia de los ojos y la ostentación en la vi-
London 1962, 23ss, entiende erróneamente la re- pecado - muerte»), y en Rom 5, 12 hallamos pecado, mientras que en el v. 7b la relación
da, es expresión de aquella existencia que
lación entre la doctrina rabínica del yefier ha ra ' únicamente la secuencia á[-taQ"tLa - 'l'táva- noética se convierte en una relación óntica: al
recibe «del mundo» (xóa[-tos) su nota distin-
y Rom 7, porque el citado autor interpreta Rom 7 "tOs. En Sant 1, 13ss aparecen el deseo, el pe- experimentarse el hombre a sí mismo como
en sentido autobiográfico. tiva y que, por tanto, es contraria a Dios.
cado y la muerte, y en Rom 5, 12 el pecado y quien desea, entonces surge la concupiscencia
A veces el verbo E:7tdtu[-tÉw adquiere el carác- (Hübner, 63s).
ter de algo verdaderamente apremiante, por ejem- la muerte, como poderes cuasi-personifica- Probablemente R. Bultmann (Die Johannes-
plo, en Lc 22, 15: EmitUfA,L~ Em:itÚfA,l]oU, con dos. En Rom 7, 7ss encontramos esto mismo, El que desea -según Rom 7- está alienado briefe [KEK), 39) va demasiado lejos, cuando
gran ansia he deseado (cf. Gén 31, 30). al menos por lo que respecta al pecado. A pe- de sí mismo. Cree que, en su concupiscencia, comprende el genitivo «de la carne» (que deter-
sar de estas correspondencias entre Pablo y está orientado hacia la vida, pero lo que desea mina a la E:7tLitufA,LU) como un poder hostil a Dios.
bn'l'tU[-tE"t~S, en 1 Cor 10, 6, significa la Santiago, las diferencias son considerables. en realidad es la muerte. En efecto, él no sabe Los tres genitivos del v. 16 serían más bien, como
sugiere igualmente el v. 17, la caracterización de
persona que desea o codicia algo de manera Los correspondientes argumentos indican ta- lo que hace, Rom 7, 15. En el movimiento de
lo «terreno y caduco» (R. Schnackenburg, Cartas
contraria a lo que Dios manda, es decir, de- les diferencias. la argumentación, esto se aplica principal- de san Juan, 162-169). «No sabemos cuáles son
signa al hombre de mala E:7tL'l'tu[-tLa. En Rom 7, 7-12 el pecado se describe como mente al hombre que tiene deseos nomísticos. las raíces últimas de esta EmitUfA,LU» (Schnacken-
un poder astuto y pérfido que se sirve de la y ello significa que el hombre bajo la ley no burg, Cartas de san Juan, 162).
3. Tanto el verbo como el sustantivo se ha- ley como base de operaciones (&cpoQ[-t~) para es capaz de comprender en su pleno sen~ido H. Hübner
llan a menudo en el contexto de conceptos hacer que el hombre peque. Claro que Pablo lo terrible que es el pecado y la concupis-
afines o sinónimos, por ejemplo, en 1 Tim 3, presenta esta sección con tan intensa densidad cencia.
1, con oQÉYOfA,aL (<<tender a»); en Ap 9, 6, teológica, que es muy difícil desenmarañar Para Sant 1, 13-18 la personificación de la E3tu«dH~ro epikathizi5 sentarse, montar
con ~T]"tÉw (<<tender a»); en Tit 3, 3; Sant 4, las ideas, profundamente entreveradas, que en E:7tL'l'tu[-tLa (v. 14) y la apelación a Gén 3 en*
1s con ~6ov~ (<<placer [malo]», «lascivia»); parte se dan por supuestas y ya no se expre- (MuEner, 89: una «interpretación psicológica Mt 21, 7, con EJtávw: «él montó erlcima
en Gál 5, 24 con Jtá'l'tT][-ta (<<pasión»); en 1 san. La experiencia concreta del pecado, se- de la historia de la caída en el pecado») se ha- (del asna y del pollino)>>.
Tes 4, 5 con EV Jtá'l'tEL E:7tL'l'tU[-tLUs, «en apa- gún el v. 7a, se efectúa cuando el mandamien- llan al servicio de la intención práctica de lo
sionado deseo». to dice «No codiciarás», y el hombre se re- que se dice en los vv. 16-18 (Dibelius, 124):
E:7tL'l'tUfA,ÉW se construye con objeto de per- conoce a sí mismo como quien tiene malos hay que rechazar la opinión errónea de que el E3tlX<Ü"Éro epikalei5 llamar, invocar*
sona en acusativo (Mt 5, 28, la mujer como deseos. Sin embargo, falta toda especulación hombre es tentado por Dios. La tentación se l. Aparición en el NT - 2. Campo semántico -
objeto del deseo sexual), con objeto de cosa acerca de por qué el hombre es fundamental- efectúa por la propia concupiscencia, v. 14. 3. E1tL%uMw [1:0 OVOflU] + objeto.
en genitivo (por ejemplo, Hech 20, 33), con mente una persona que desea, en el mal senti- De dónde procede ésta, es algo que no se in-
infinitivo (por ejemplo, Mt 13, 17; Lc 15, 16, do de la palabra. Bib/..· R. Baumann, Mitte und Norm des Christli-
dica, como tampoco se dice en Rom 5, 12 de
chen (NTA 5), Münster i. W. 1968; W. Bousset, Kyrios
21s). Entre los ejemplos de atributo en geniti- Por el contexto de Rom 7, 7-12 Y por todo dónde procede el pecado. La secuencia cono- Christos, Gottingen 61967, 84-86, 101-104, 224-228;
vo que determina a E:7tL'l'tu[-tLa, hay que men- el complejo de enunciados de la Carta a los cida ya desde Pablo: E:7tL'l'tu[-tLa - á[-taQ"tLu - Bultmann, Teología 176-178; L. Coenen, Llamada, en
cionar principalmente E:7tL'l'tu[-tLa oaQxós (la Romanos, vemos que E:7tL'l'tu[-tLa puede expre- 'l'táva"tOs se describe genealógicamente en el DTNT 111, 3-15; O. Cullmann, Alle, die den Namen
«concupiscencia cama!»): Gál 5, 16; Ef 2, 3; sar dos cosas: en el v. 8 Jta.aav E:7tL'l'tu[-tLav v. 15. La E:7tL'l'tu[-tLa aparece «como una espe- unseres Herrn lesus Christils anrufen, en Id., Vortriige
und Aufsiitze 1925-1962, Tübingen 1966,605-622; J.
2 Pe 2, 18 (cf., a propósito, K. H. Schelkle, significa la E:7tL'l'tu[-tLa entendida tanto en sen- cie de ramera» (MuEner, 88) que con sus
Dupont, Nom de lésus, en DBS VI, 514-541, sobre to-
Der erste und zweite Petrusbrief[HThK], 216 tido antinomístico (alusión a Gén 3 en los vv. prostituciones concibe el pecado. De nuevo do 520-525; K. Galling, Die Ausrufung des Namens
nota 1); 1 Jn 2, 16 (cf. también 1 Pe 2, 11 "toov 8ss) como en sentido nomístico (Rom 10, 3) tampoco se nos dice de quién la ramera lo als Rechtsakt in Israel: ThLZ 81 (1956) 65-70; Gop-
aaQxLxoov E:7tL'l'tU[-tOOV; Rom 13, 14 Y 2 Pe 2, (Bornkarnm, 55; Schlier, 223: «Este desear de concibe. El pecado, a su vez, concibe luego la pelt, Theologie, 407s; Hahn, Hoheitstitei, 118s; W.
10 [a propósito, cf. nuevamente Jds 7] E:7tL- toda índole [se halla] ... contenido en la in-jus- muerte. Sin embargo, en Santiago es todo más Heitmül1er, 1m Namen lesu (FRLANT 1, 2), Gottin-
gen 1903; A. Kerrigan, The "Sensus Plenior» of loel
'l'tu[-tLa en el campo léxico de aáQs). ticia y en la justicia propia»). Que el hombre inocuo que en Pablo; en efecto, el tentado no IlI, 1-5 in Act., Il, 14-36, en J. Coppens et alii (eds.),
E:7tL'l'tu[-tLa aparece en catálogos de vicios en no tiene la libertad de estar sin concupiscen- tiene más que rech,azar a la tentadora. No se Sacra Pagina 11 (BEThL 12-13), Paris 1959,295-313;
Col 3, 5; Tit 3, 3; 1 Pe 4, 3; dentro del con- cia' lo vemos c1arÍsimamente sobre todo por habla ya de la E:7tL'l'tu[-tLa en conexión con la W. Kramer, Christos Kyrios Gottessohn (AThANT
texto inmediato o del contexto amplio de ca- la conexión de Rom 7, 7ss con 5, 12: todo dialéctica paulina de la fatalidad ineludible y 44), Zürich 1963; P.-E. Langevin, "Ceux qui invoquent
hombre, con anterioridad a Cristo y al margen de la acción de la que uno es responsable le nom du Seigneur» (l Cor 1,2): ScEc 19 (1967) 373-
tálogos de vicios hallamos este término en 407; ScEs 20 (1968) 113-126; 21 (1969) 71-122; Lid-
Rom 1,24; Gá15, 16; 1 Tim 6, 9; 2 Tim 3, 6; de Cristo, es movido por el pecado para tener (Rom 5, 12). La doctrina de Santiago acerca dell-Scott, s.v.; K. L. Schmidt, E1tL%Ut..ÉW, en ThWNT
1 Pe 4, 2. un deseo pecaminoso, porque el pecado es un del deseo, el pecado y la muerte no está inte- 111, 498-501; Ph. Vielhauer, Ein Weg zur Christolo-
1508 1509 1510
1507 E:7n'XuAÉw

verbo «invocar» se ha suprimido para dar más 1. Juan utiliza EJtL'XEL[.laL en sentido propio
gie?: EvTh 25 (1965) 24-72, sobre todo 43-45; U. 3. a) En la construcción con un objeto de
Wikkert, Einheit und Eintracht der Kirche im Pras- realce a la invocación directa hecha por Es- únicamente en dos pasajes: en 11, 38 hablan-
persona, casi siempre ampliado semíticamen-
kript des 1Kor: ZNW 50 (1959) 73-82.
te (em'XuAÉw tO OVO ¡.tu [tou] 'X"lJQLO"lJ), ve- teban. do de la piedra del sepulcro, y en 21, 9 refi-
2 Tim 2, 22 (em'XaMw tOV 'XVQLOV) y 1 Pe riéndose al «pescado» que estaba asándose
1. El frecuente uso del verbo simple -+ 'XuAÉw
mos que em'XuMw, en voz media, significa
1, 17 (em'XaMw JtatÉQu) ofrecen expresio-
en el NT (148 veces) contrasta con la menor fre- en sentido teológico el acto de confesión de fe sobre las brasas. Del empleo del verbo en 11,
nes más genuinamente griegas que vienen a
cuencia de EJtL'XuAÉw (30 veces). Lucas muestra que se hace mediante la aclamación de la co- 38 se deduce claramente que la estructura de
significar lo mismo; 1 Pe 1, 17, siguiendo a
especial predilección por E:7u'XuAÉw (Lc 22, 3 munidad, aclamación que se refiere siempre la tumba de Lázaro era diferente de la del se-
v.l.; veinte veces en Hechos). Pablo utiliza Rom 8, 15; Gál 4, 6 (-+ a~~u 3), explica el
al «nombre», es decir, al Señor (-+ 'XVQLO~) pulcro de Jesús, en el que una gran piedra, al
EJtL'XUAÉW 5 veces (3 veces en Romanos, una vez nuevo don de poder invocar -en la fe- a Dios
proclamado como tal. rodarse, cerraba el acceso a la cámara funera-
en 1 Corintios y otra en 2 Corintios); y el verbo llamándole Padre.
Por el contexto, Rom 10, 13 (Jta~ ... 8~ av ria. El sepulcro de Lázaro era una fosa exca-
se encuentra una vez en cada uno de los escritos
siguientes: Mateo, 2 Timoteo, Hebreos, Santiago eJtL'XuM<Jl]taL to OVO ¡.tu 'X"lJQLO"lJ <JW~<JEtaL b) El mismo sentido de em'XuMw aparece, vada en la tierra y tapada horizontalmente por
y 1 Pedro. [JI 3, 5 LXX]) debe entenderse como la invo- aunque en una construcción diferente, en Heb una gran losa. A este tipo corresponden los se-
El significado fundamental de llamar se expre- cación de Jesús como el Kyrios (cf. v. 9a), en 11,16 (Dios no se avergüenza de «dejarse con- pulcros de los que se habla en Lc 11, 44 Y el
sa principalmente mediante las formas pasivas quien se funda la salvación de la humanidad. fesar [= invocar] como su Dios»); el infinitivo sepulcro de Lázaro, tal como se enseña hoy
del verbo (-+ 2.a), en las que E:7u'XUA.Éw en su em'XuMw debe entenderse aquí, lo mismo que em'XuAEL<Jtl'aL debe entenderse en sentido pa- día (Kopp, SUitten, 334s). La tradición icono-
predicación y uso se iguala al verbo simple (cf. en Rom 10, 12b (UUtÓV se refiere a 'XVQLO~ en sivo. En Sant 2, 7 el participio de aoristo de la
EJtL'XUAÉW y 'XUA.Éw en Hech 1, 23). En la voz gráfica se basa en la traducción latina monu-
el v. 12a), como un clamor de confesión de fe. voz pasiva (tO 'XUAOV ovo¡.ta to em'XAl]tl'ev
media, EJtL'XUAÉW significa llamar para sí, invo- mentum.
Aquí hay que tener en cuenta el trasfondo se- Erp' Ú[.la~) se usa para expresar la idea de la
car (-+ 2.b). En combinación con "to ovo¡.tu o con Jn 21, 9 se caracteriza por una animada des-
objeto de persona en acusativo, E:7u'XUA.Éw (prin- mántico del AT, según el cual con la mención trasferencia de propiedad que se efectúa por la
cripción. La escena se inserta prematuramen-
cipalmente en voz media) significa invocar con- del nombre (-+ OVO ¡.tu) se establece una rela- invocación del nombre de Jesús en el bautismo
te en la historia de la captura de peces. Cuan-
fesando (-+ 3). ción de posesión (también en el sentido de un (cf. 1 Cor 1, 2) (-+ ~UJttLtW). Lo enraizada
que se halla esta manera de pensar en el AT, lo do los discípulos bajan de la barca, ven pri-
título jurídico que se hace valer). meramente (¡se usa el presente!) que sobre la
2. a) Con el participio de pasiva de bu- Asimismo, en la cita que Pedro hace en su vemos por Hech 15, 17 (= Am 9, 12 LXX; cf.
Dt 28, 10; Is 43, 7; Jer 14, 9, etc.). tierra hay brasas encendidas. La v.l. 'XaLO-
'XuMw en posición atributiva se expresa en discurso de Hech 2, 21 (JI 3, 5 LXX), ocupa
Mt 10, 3 v.l.; Hech 4, 36; 12, 25 (en aoristo: [.lÉvl]v (encendidas) se entiende seguramente
el primer plano el aspecto de confesión de fe W. KirschHiger como una corrección: la leña ardiendo (cf. 18,
eJtL'XAl]tl'd~) o en Lc 22, 3 v.l.; Hech 10, 18; en el Kyrios: el texto, que en Joel tenía origi-
11, 13; 12, 12; 15,22 v.l. (en presente: em'Xu- 18) no podía divisarse, seguramente, desde la
nalmente sentido escatológico, es traído al E3ttxáAlJJlJla, a'to;, 'tó epikalymma co-
AOV¡.tEVO~) la complementación de un nombre
barca. Sobre las brasas ven que se está asando
presente salvífico de la proclamación henchi- bertura, pretexto*
propio por medio de un sobrenombre. El mis- «pescado» (O'ljJáQLOV: propiamente «comida
da por el Espíritu (véanse los vv. 16.22-24). 1 Pe 2, 16, en sentido figurado: «no utili-
mo significado tienen las formas pasivas de cocinada», en este caso -seguramente- «pes-
em'XuMw to OVO[.lu tou 'X"lJQLO"lJ es ya en 1 céis la libertad como pretexto para el mal».
indicativo de em'XuMw en aoristo (Hech 1, cado», cf. el término griego moderno 'ljJáQL,
Cor 1, 2 la circunlocución (pre-paulina) para
23: enE'XA~tl'l]) o en presente (Hech 10, 5.32: «pescado»), y finalmente Vyn el pan.
referirse a todos los que (en virtud del bautis-
em'XuAELtaL). En Mt 10, 25 em'XuAÉw (en mo, cf. v. 13), en la asamblea congregada,
E3ttxaAll3t'tOl epikalypt6 velar, cubrir*
aoristo de indicativo de la voz activa, con sen- En Rom 4,7 (en cita del Sal 31, 1 LXX) el 2. En Lc I Hech EJtL'XELf.laL se usa metafóri-
confiesan a Cristo como el Señor (H. Con-
tido transitivo) se relaciona con la asignación verbo (en voz pasiva) se usa en sentido figu- camente con el sentido de acosar, refiriéndo-
zelmann, Der erste Brief an die Korinther
de un nombre propio. rado, con aL á[.lUQtLaL como sujeto. se al embate de la tempestad (Hech 27, 20) y
[KEK], sub loco: «los cristianos»). Esta invo-
al gentío que se apiñaba en torno a Jesús (Lc
b) La invocación de Dios como testigo de- cación es aquí una afirmación que constituye
E3ttxa'táQa'to;, 2 epikataratos maldito* 5, 1; 23, 23). Por tanto, EJtL'XEL[.laL tiene siem-
be entenderse como expresión jurídica en 2 la base de la unidad (la expresión se encuen-
tra también en Herm [s] 9, 14,3; una vez apa- Gál 3, 10 (en cita de Dt 27, 36).13 (cf. Dt pre en Lucas la idea de algo amenazador. Se-
Cor 1, 23 (bu'XuAÉw se encuentra ya atesti-
rece una frase de tenor parecido en Josefo, ~1, ,23) en la expresión: Em'XatáQuto~ Jta~ gún Lc 5, 1 el gentío busca en Jesús una cura-
guado con este sentido en el griego clásico:
o~/o ... ; -+ 'XutaQáo[.laL. ción milagrosa (cf. 6, 19), mientras que en 23,
cf. Herodoto 11, 39; I1I, 8; Antifonte 1, 30; Pla- Bell V, 438: em'XaMw to OVO ¡.tu tou tl'wu
[conjurar]). En Rom 10, 14 este matiz de em- 23 Jesús es rechazado por el pueblo (AUÓ~!).
tón, Leg 11, 664c). Como traducción del técni-
'XaMw como aclamación (litúrgica) se aclara En:íxEtJlat epikeimai estar encima* Puesto que 5, 1 es claramente una creación de
cismo appellatio o provocatio, em'XuMw se
aún más mediante la referencia a -+ JtWtEVW. 1. En sentido propio - 2. En sentido figurado - Lucas, habrá que entender el versículo como
emplea en voz media en los textos que hablan
En Hech 9, 14.21 em'XuMw tO ovo¡.ta se re- 3. Como expresión teológica. contrapunto a 23, 23, de la misma manera
sobre el proceso de Pablo (Hech 25, 11.12.
21.25; 26, 32; 28, 19). (Con este mismo senti- laciona con un pronombre que se refiere a Bibl.: F. Büchsel, Eltbtfl[tat en ThWNT III 655' exactamente que la confesión de Pedro en 5, 8
do aparece ya en Demóstenes, Or XVIII, Cristo. Esta referencia es, por lo menos, obvia Cr~mer-Kiigel, 591; Moulton~Milligan, 240; 'Wett~ corresponde a la escena de la negación en 22,
en Hech 22, 16; Y en Hech 7,59 el objeto del
stem, NTI, 684, 814; n, 136. 54-62.
127).
1511 1512
1513 1514

3. En Pablo EJtLXELf.taL tiene sentido teoló- E3ttXºtVro epikrino decidir, dictar senten-
gico. El apóstol emplea el verbo en 1 Cor 9, cia*
E3ttAEÍXro epileichO lamer* E3tt".ÉVro epimeno permanecer, perseverar
16 para caracterizar su ministerio apostólico, En Lc 23, 24 (a diferencia de Mc 15, 14) dí- Lc 16, 21 con 'tu EAX1') (<<las llagas») como en algo*
que él siente que es una necesidad (-* objeto de la acción verbal. El verbo aparece 16 veces en el NT (inclui-
cese de la sentencia dictada por Pilato.
aváyx1') 3) que Dios le impone, y a la que él do Jn 8, 7, el único lugar de los evangelios en
no puede sustraerse. «La aváyx1') está sobre
E3ttAa".~ÚVO".at epilambanomai coger, E3ttAt)a"'OVt), t¡~, it epilesmone olvido* que se encuentra); de ellas 6 veces en Hechos,
mí», dícese de la fatalidad que cae sobre uno Sant 1, 25: aXQou't~~ EJtLA1')Of.tOVfj~, «el en indicaciones sobre viajes. En la mitad de
asir* los testimonios, EJtLf.tÉVoo significa en sentido
(Homero, 11 6, 458). El paralelo más cercano oyente que (en seguida) olvida».
El verbo aparece 19 veces en el NT, cinco propio permanecer (en un determinado lugar),
son las voces de los profetas del AT, que con-
de ellas en Lc y siete en Hech; se construye
sideran su labor profética como un destino indicándose casi siempre la duración de la es-
con genitivo o acusativo de persona o de co- E3ttAOt3tO~, 2 epiloipos restante* tancia: Hech 10,48; 21, 4.10; 28,12.14; 1 Cor
ineludible (Am 3, 8; Jer 1,6; 20, 9).
sa: asir a alguien (por ejemplo, para ayudarle 1 Pe 4, 2: 'tov EJtLAOLJtOV ... XQóvov, «el
Heb 9, 10 dice que las prescripciones del 16, 7.8; Gál 1, 18; en sentido general, signifi-
o curarle), Mt 14, 31; Mc 8, 23 ('tfj~ XELQo~ tiempo que (todavía) queda»; sustantivado,
AT (chxaLwf.tu'tu oUQXó~) están impuestas ca en Flp 1, 24 «el permanecer en la carne ('tñ
'tOií 't'UcpAoií); Lc 9, 47; 14,4; Hech 9,27; 17, 'tu EJtLAOLJtU, «el resto», Lc 24, 43 Koiné, etc.
sólo por un período determinado. La expre- OUQXL = en esta vida, cf. v. 22).
19; 23, 19; Heb 8, 9 (con Dios como sujeto);
sión delata una interpretación cristiana de la En los demás pasajes el verbo tiene sentido
asir / agarrar a alguien (con intención hostil, E3ttAlJat~, fro~, itepilysis análisis, inter-
ley, a la que se considera como una carga (cf. figurado: persistir en algo (con dativo) / se-
Hech 16, 19; 18, 17; 21, 30; en el sentido de pretación*
Did 6, 2s). guir haciendo algo (con participio): Jn 8, 7,
prender, Hech 21,33; echar mano de alguien, 2 Pe 1, 20: L()LU EJtLA'UOL~, «interpretación
G. Bouwman «insist(an en sus preguntas»; Hech 12, 16,
Lc 23, 26. En sentido figurado: «sorprender a caprichosa». «Pedro seguía llamando»; Rom 6, 1, perma-
alguien en una palabra» (literalmente: «co-
gerle en alguna palabra»), 20, 20 (Myo'U).26 necer en el (ámbito del) pecado; 11,22, en la
bnxÉJ...Aro epikello encallar* rntA'Úro epilyo disolver, interpretar, ac1arar* bondad de Dios; 11, 23, no persistir en la in-
Hech 27, 41 con 't~v vuiív como objeto de (QlJf.tu'tO~); conseguir algo en el sentido de
apropiárselo, 1 Tim 6, 12 ('tfj~ ULooVLO'U En Mc 4, 34 dícese de la interpretación de credulidad; Col 1, 23, permanecer en la fe; 1
la acción verbal. Es un tecnicismo náutico.
~oofj~); 6, 19 ('tfj~ oV'too~ ~oofj~); preocuparse las parábolas (cf. Herm [s] 5, 3, 1s y passim); Tim 4, 16, EJtLf.tEVE UU'tOL~, <<persevera en es-
de, Heb 2, 16 (bis). en Hech 19, 39 dícese de la decisión que se tas cosas» (a saber, en tener cuidado de ti y de
'E3ttxo'Úºno~, OlJ, Ó Epikoureios epicú- adopte en la asamblea ordinaria del pueblo. la doctrina, v. 16a).
reo*
E3ttAav1'túVO".at epilanthanomai olvidar,
En el NT aparece únicamente en Hech 17, E3tt".aºtlJºÉro epimartyreo testificar*
desatender* E3ttVf'Úro epineuo acceder*
19 ('tLVE~ ... 'tWV 'EJtLxo'UQdoov XUL L'tO'LXWV 1 Pe 5, 12: EJtLf.tUQ't'UQwv junto a JtuQuxu-
En el sentido propio de olvidar en Mc 8, 14 Ap 18,20: oux EJtÉVE'UOEV, Pablo no acce-
cpLAOOÓcpooV ... ) como nombre de una escuela AWV.
par. Mt 16, 5; Sant 1, 24; en el sentido de no dió.
filosófica que se remontaba a Epicuro (341-
preocuparse de algo / desatender algo, en Flp
270 a.C.) (cf. también Josefo, Ant X, 277).
3, 13 (objeto de la acción verbal: 'tu ... OJtL- E3tt".ÉAna, a~, it epimeleia solicitud, cui-
Junto' a los estoicos, el autor de Hechos con-
0(0); con negación en el sentido de preocu- dado* E3ttVOta, a~, it epinoia ocurrencia, plan*
sidera a los epicúreos como la tendencia filo- Hech 8, 22: ~ EJtLVOLU 'tfj~ XUQ()LU~ oo'u,
parse de algo, Heb 13, 2 ('tfj~ cpLAO~EVLU~); Hech 27, 3: EJtLf.tEAdu~ 't'UXeLV, «participar
sófica más conocida. En el contexto no se ha- dícese en sentido negativo del plan (malvado)
ce referencia alguna a su doctrina. Parece que 13, 16 ('tfj~ M e\JJtOLtu~ XUL XOLVooVLU~); en en la solicitud / dejarse atender». Spicq, No-
relación con la constante fidelidad de Dios, tes 1, 270-276. de Simón Mago.
Lucas los entendió como representantes del
materialismo y del ateísmo. BHH 1, 421; E. Lc 12, 6; Heb 6, 10.
Haenchen, Apostelgeschichte' (KEK), sub E3tt".fAÉo".at epimeleomai cuidar, preo- E3ttoºXÉro epiorkeo jurar en falso, que-
loco. E3ttlÉyro epilegollamar (además), escoger* cuparse brantar un juramento*
Dícese en Jn 5, 2, en voz pasiva, en relación Con genitivo de persona, Lc 10, 34.35 En Mt 5, 33 oux EJtLoQxlJoEL~significa
con el nombre «hebreo» del estanque de Be- «:"de él»; con el objeto EXXA1')OLU~ {tWií, 1 muy probablemente: «no jurarás en falso / no
E3tI,XOlJºta, a~, it epikouria ayuda* tesda (Betzata); en Hech 15, 40, en voz me- TIm 3, 5. Spicq, Notes 1, 69-71, 270-276. cometerás perjurio, según el significado más
Hech 26, 22: EJtLXO'UQLU~ ... 'tfj~ aJto 'tOií dia: «Pablo escogió para sí aSilas». difundido de EJtLOQXÉoo (cf. Liddell-Scott,
{tWií, «ayuda de Dios».
E3tt".fAro~ epimelos (adv.) cuidadosamente s. v.). Con arreglo a lo que dice Crisipo Estoi-
diligentemente* ' co 11,63 (von Amim, Fragmenta), que distin-
E3ttAft3tro epileipo abandonar, faltar*
. Según Lc 15, 8 la mujer busca con diligen- gue, por ejemplo, entre EJtLOQXÉoo y 'tjJE'U-
'E3ttxo'ÚºtO~, OlJ, Ó Epikourios epicúreo Heb 11,32: EJtLAEhjJEL f.te... ó XQóvo~, «me
c¡~ hasta encontrar los centimitos perdidos. ()oQxÉoo, sería posible también la traducción:
-* 'EJtLXOÚQELO~. faltaría el tiempo».
SpICq, Notes 1, 270-276. «no quebrantarás un juramento»; cf. también
1515 ErtLOQXÉW - E:7tLOÚOLOS; 1516 1517
1518

Did 2, 3. Mt 5, 33 se formuló probablemente glos, y según una correspondiente interpreta- na», creyendo que se piensa quizás en el día Hech 19, 17; Ap 11, 11 (cf. Jos 2, 9; Jdt 2,28
siguiendo a Lev 19, 12 (quizás también a Ex ción de la traducción que aparece en el EvHeb de hoy que ya está amaneciendo: según esto, Ypassim; Job 4, 13 Ypassim). Dícese también
20, 7); en la tradición judía se censuraba se- (máJ:¡ar = «para mañana», según Jerónimo, In se habría escogido E:rtLOÚOLOS; para no emple- de sucesos que caen (inesperadamente) sobre
veramente tanto el perjurio como el juramen- Mt. 6, 11 [PL 26, 44D, aQ1:OS; E:rtLOÚOLOS; pue- ar dos veces el mismo término: «¡danos hoy una persona: Rom 15, 3 (Sal 68, 10 LXX
to vano, y cuando era premeditado se castiga- de significar: el «pan del futuro», el «pan del el pan para hoy!». oprobios); Hech 10, 10 v.l. (un arrobamiento;
ba con pena de azotes, cf. Billerbeck 1, 321- tiempo de la salvación», el «pan de la vida». cf. Gén 15, 12 LXX; Dan 10, 7 Teod.); 13, 11
e) E:rtLOÚOLOS; se entiende también como
327; ThWNT V, 178-180. En todo ello, E:rtLOÚOLOS; puede derivarse de v.l. (oscuridad y tinieblas).
una forma especial, como un adjetivo deriva-
h~vm o de ELvm, aunque deba preferirse esta Es característico de Hechos el enunciado de
do del participio de EnELIlL, «llegar»; la peti-
segunda etimología. No tiene por qué asociar- que el Espíritu Santo desciende sobre (grupos
E:7ttOQXO;, 2 epiorkos perjuro* ción ruega entonces que el pan ya existente no
se con ello una espiritualización y un aisla- de) personas (cf. Ez 11, 5): Hech 8, 16: «(el
1 Tim 1, 10, en un catálogo de vicios, junto siga distribuyéndose mal por culpa de los
miento de la cena eucarística que la distancie Espíritu Santo) no había descendido aún so-
a 'l'EvoLm. hombres, sino que llegue a todos (Orchard).
de la cena cotidiana, en la medida en que ad- bre ninguno de ellos (sobre los samaritanos);
mitamos que para los discípulos toda comida ellos sólo habían sido bautizados»; 10, 44, «el
3. Mateo emplea O~IlEQOV Y lo usa con el
E:7twií(Ja, 1);, t\ epiousa que se acerca con Jesús era anticipación del banquete de la Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían
verbo en imperativo de aoristo. Según eso, la
Participio de ---> E:7tELIlL. consumación: danos ya hoy el pan de vida, en la palabra (la familia de Cornelio)>>; 11, 15,
petición se refiere a la necesidad actual «de
medio de nuestra vida profana (Jeremias). este día». Lucas añade xa{}' 'tÍIlÉQav y formu- «cayó sobre ellos, tal como lo hizo al princi-
E:7tlo'Úmo;, 2 epiousios necesario (para la b) A Orígenes se remonta la propuesta de la la petición en presente, mostrando un inte- pio (en Pentecostés) sobre nosotros»; véanse
existencia), lo que pertenece al día* entender E:rtLOÚOLOS; en el sentido de E:7tL Li¡V rés catequético más intenso: el discípulo debe las variantes en 8, 39; 19, 6. - Sobre la distin-
ovolav, es decir, «el pan necesario para la dirigirse a Dios «cada día». ción lucana entre el bautismo de agua y el
1. El problema - 2. Interpretaciones - 3. Compara-
ción entre los sinópticos. existencia». Recordemos, a este propósito, bautismo del Espíritu, cf. S. Brown: AThR 59
Ch. Müller
Prov 30, 8 Y sobre todo la experiencia del ma- (1977) 135-151.
Bibl.: Bauer, Worterbuch, 588; H. Bourgoin, 'EltL-
oúmos; expliqué par la notion de préfixe vide: Bib 60 ná que tuvo el pueblo de Dios en el AT. Esta
E:rU:7tt:7t'tOO epipipti5 caer sobre* H. Schneider
(1979) 91-96; J. Carmignac, Recherches sur le «Notre interpretación (sin su derivación etimológica
Pere», Paris 1969, 121-143,214-220 (bibl.); W. Foers- apenas sostenible) adquiere mayor peso, si 1. En el NT el verbo aparece 11 veces, 8 de
ter, EltLOÚmOS;, en ThWNT 11, 587-595; P. Grelot, La
quatrieme demande du «Pater» et son arriere-plan sé- entendemos E:rtLOÚOLOS; Uuntamente con 01"1- las cuales se encuentran en la obra de Lucas E:7tl:7tJ.1](J(JOO epiplessi5 reprender, regañar*
mitique: NTS 25 (1978-1979) 299-314; A. J. Hultgren, IlEQov o xa{}' 'tÍIlÉQav) como el intento de y 1 vez en cada uno de los escritos siguientes~ 1 Tim 5, 1 (con negación) con dativo: :7tQEO-
The Bread Petition of the Lord's Prayer: AThR Suppl. verter el hebraísmo de Ex 16, 4 (debar-yóm Marcos (3, 10), Romanos (15, 3) Y Apocalip- ~1JLÉQ<P). Lo contrario: naQaxaA.Éw.
II (1990) 41-54; Jeremias, Teología, 234-236; B. Or- beyómó, «la ración diaria de cada día»; Star- sis (11, 11). Además, hay que tener en cuenta
chard, The Meaning of the Ton Epiousion (Mt 6, las variantes textuales: Jn 13, 25 p66 Sin* Koi-
cky). La traducción «(la cantidad de) pan que
11 =Lk 11, 3): Biblical Theology Bulletin 3 (1973)
274-282; J. Starcky, La quatrieme demande du Pater: necesitamos» puede deducirse también de la né D E> (en lugar de aVanl:7tLw); Hech 8, 39 E:7tl:7tóltna, t\
a;, epipotheia vivo deseo,
HThR 64 (1971) 401-409; A. Viigtle, Der «eschatolo- lógica de toda la oración del padrenuestro: A; 10, 10 Koiné E lat sy; 13, 11 p74 C Koiné anhelo
gische» Bezug der Wir-Bitten des Vaterunser, en FS después que las tres primeras peticiones han E; 19,6 D; 23, 7 B*. Forma alternativa de ---> E:rtL:7to{}la.
Kümmel, 344-362; E. M. Yamauchi, The «Daily Bre-
ad» Motif in Antiquity: The Westminster Theological suplicado la revelación escatológica de la obra
divina de salvación, Jesús -con las peticiones 2. En el sentido propio de caer sobre, arro- , -"-'
Journal28 (1965-1966) 145-156. Cf. más bibliografía E:7tl:7tO'uEOO epipothei5 tener vivo deseo, an-
en ThWNT X, 1081s. en primera persona de plural- dirige su mira- jarse sobre, precipitarse sobre (principalmen-
te con intención hostil; cf. Moulton-Milligan, helar*
da hacia la situación de los discípulos; la peti-
s.v.) aparece con simple dativo en: Mc 3, 10 El verbo aparece 9 veces en el NT, pero no
1. La traducción de EJ-tLOÚOLOS; crea especia- ción del pan los libera de la preocupación por
(dícese de los enfermos que se precipitan so- en los evangelios ni en Hechos. Se emplea te-
les problemas, porque el término aparece úni- el día de mañana (para que se concentren en
bre Jesús para ser curados); Hech 20, 10 (de niendo por objeto de la acción verbal a comu-
camente en el padrenuestro (Mt 6, 11; Lc 11, lo que ahora es realmente lo único necesario)
Pablo que, en Tróade, se tiende sobre el joven nidades y miembros de comunidades (con
3), porque los testimonios que se hallan en la (Vogtle). q~e había fallecido). En todos los demás pa- acusativo): 2 Cor 9, 14; Flp 1, 8; 2, 26; con
lengua griega son dudosos, y porque la deriva- saJes, aparece con Enl y acusativo (Hech 8, 16 1,6ELV, Rom 1, 11; 1 Tes 3, 6; 2 Tim 1,4; con
c) Es parecida la hipótesis que supone que
ción de esta palabra es incierta. Las versiones con dativo), por ejemplo, en la expresión EnEv6'Úoao{}m, 2 Cor 5, 2; con yát..a como
el término se deriva de E:rtLÉvm, «llegar»: «¡da-
antiguas y las interpretaciones dadas por los «echarse sobre el cuello de alguien» (para be- objeto de la acción verbal, 1 Pe 2, 2.
nos en este día el pan que (le) corresponde!».
padres de la Iglesia difieren ya unas de otras. sarle): Lc 15,20; Hech 20, 37 (cf. Gén 45, 14; Es difícil el pasaje de Sant 4, 5, donde LO
d) Algunos relacionan aQLoS; E:rtLOÚOLO~ 46, 29; Tob 7, 6 Sin; 11, 9.13). nVEvlla es seguramente el sujeto (no un {}EÓS;
2. a) Con arreglo a la comprensión escato- con la expresión 'tÍ E:rtLolíoa 'tÍIlÉQa (de E:7tEL- En sentido figurado dícese del temor que deba sobreentenderse) y E:rtL:7tO{}ÉW se usa
lógica que predominó durante los primeros si- IlL) y traducen «el pan para (el día de) maña- (<pó~OS;) que cae sobre alguien: Lc 1, 12; en sentido absoluto: protestar (contra la envi-
1520 1521 1522
1519

de presente) significa prestar atención [no sea d) El significado especial de visitar con
dia, la rivalidad, cf. 3, 13 - 4,4; 4, 6-12, don- E3tt(!(!t3ttro epirripti5 arrojar, echar que ... ]. clemencia (teniendo como sujeto a Dios) lo
de la «gracia mayor» [v. 6a] ocupa el lugar de Forma alternativa de -+ eJtLQlJt'tw. tiene el verbo únicamente en el evangelio de
la envidia); otra traducción posible: «él (Dios) 3. a) En Mt 25, 36.43, en los logia sobre el Lucas, y por cierto 2 veces en el Benedictus
anhela celosamente el espíritu ... »; cf. Bauer, juicio universal, se habla de visitar a los en- de Zacarías (1, 68.78): en la introducción del
E3t tCJ'IflOe;, 2 episemos excelente, distin-
Worterbuch, s. v.; M. Dibelius, Jakobusbrief' fermos y a los cautivos, en el sentido de preo- cántico de alabanza se habla de que Dios visi-
guido, tristemente famoso*
(KEK), sub loco; W. Schrage, Jakobusbrief Rom 16, 7: distinguido entre los apóstoles cuparse por ellos. Según el discurso de Este- tó con clemencia a su pueblo, en el pasado de
(NTD), sub loco; Spicq, Notes 1, 277-279. ban, Moisés decidió visitar a los miembros de la historia salvífica, a fin de darle redención
(ev "tOL~ aJtO<J'tóAOL~); en sentido negativo en
Mt 27, 16 dícese del prisionero tristemente su pueblo para preocuparse por ellos (Hech 7, (v. 68, además en el v. 69 en relación con el
E3t t3tÓa'lCJte;, Eroe;, ÍJ epipothesis vivo de- célebre (Jesús) Barrabás. 23). Asimismo, Pablo y Bernabé decidieron reinado de David). El final (v. 78) promete
seo, anhelo* visitar las comunidades fundadas durante el esa visita clemente para la aurora del tiempo
2 Cor 7, 7 (con genitivo Ú!1wv); 7,11 (debe «primer viaje misionero», para saber cómo del cumplimiento. El comentario del final a
E3ttCJtttCJ fl Óe;, OV, Ó episitismos provisio- les iba, es decir, para preocuparse por ellas coro, con motivo de la resurrección del joven
sobreentenderse: de mí [Pablo]).
nes, víveres* (Hech 15, 36). La frase que se lee en Heb 2, de Naín, parece que entiende este hecho como
Lc 9, 12: LVU ... eiíQWCJLV eJtLCJL'tLO!1 óV , «pa- 6b, que es cita del Sal 8, 5 LXX: «y el hijo del el cumplimiento de lo que se había predicho
E3t t3tÓa'ltoe;,2 epipothetos añorado* ra ... conseguir alimentos». hombre para que te preocupes por él», debe en el Benedictus de Zacarías: «Dios ha visita-
Flp 4, 1: U6EAcpoL.. ayuJtl]1:ot xut eJtLJtó-
interpretarse o bien como referido a una per- do con clemencia a su pueblo (para bien,
{}rp:OL, en la introducción de la parte final -pa- v.l.)>> (7, 16). La adición que se hace en algu-
E3ttCJXÉ3tt Ofl at episkeptomai mirar por, sona cualquiera, o bien cristológicamente en
renética- de la carta; cf. también Rom 15,23; el sentido de una cristología del Hijo del nos manuscritos pretende dejar en· claro que
1 Clem 65, 1. visitar* se trata de una visitación clemente de Dios,
hombre (cf. O. Michel, Der Brief an die
eJtLoxoJtÉw mirar por, prestar atención a*
Hebriier 7 [KEK], 138). Según Sant 1,27, una no para castigo.
E3tt3tOaí.a, ae;, ÍJ epipothia deseo, anhe- 1. Aparición de los verbos en el NT - 2. Diferentes de las notas características de un culto divino J. Rohde
contenidos semánticos - 3. Campo referencial. puro y sin mancha es preocuparse por las viu-
10*
Rom 15, 23: eJtLJto'friu ... "tOu eA'frdv JtQo~ Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; H. W. Beyer, EJtLO- das y los huérfanos en sus aflicciones. Tal es,
ú!1a~, dícese del vivo deseo que Pablo tiene al mismo tiempo, la expresión concreta de la E3ttCJXE"<Í~Oflat episkeuazomai hacer pre-
ltÉJtTOllaL ltTA., en ThWNT 11,599-602; H. Fürst, Die
desde hace años de viajar a España pasando gottliche Heimsuchung, Roma 1965; J. Gnilka, Der exigencia formulada en los vv. 22-25 en el parativos*
Hymnus des Zacharias: BZ 6 (1962) 215-238; W. C. sentido de que hay que ser hacedores y no só- En el NT yen la literatura crist,iana primiti-
por Roma. Robinson, Der Weg des Herrn, Hamburg 1964,50-59;
lo oidores de la palabra. va, el verbo aparece únicamente en voz me-
Ph. Vielhauer, Das Benedictus des Zacharias, en Id., dia, en Hech 21, 15: eJtLoxE'Uuoá!1EVOL, nos
E3tt3tO(!E'Ú Oflat epiporeuomai ir o venir a* Aufsiitze zum NT, München 1965,28-46. Cf. más bi- b) En Hech 6, 3; 15, 14, el verbo se usa en preparamos (para la marcha).
Lc 8, 4: 'twv ... eJtLJtoQE'UO!1ÉVWv JtQo~ bliografía en ThWNT X, 1082s.
el sentido de escoger: los apóstoles exhortan
uu'tóv, dícese de las personas que acudían de a los miembros de la comunidad a que esco-
todas las ciudades para ver a Jesús. 1. eJtLoxÉJt"tO!1m aparece 11 veces en el E3ttCJX'IVóro episkenoi5 aposentarse, poner
jan siete varones idóneos que se hagan cargo
NT. Más de la mitad de ellas se encuentran en su morada*
de la distribución diaria de alimentos entre las
la doble obra de Lucas (Ev de Lc 3 veces, viudas de habla griega. El hermano del Señor, 2 Cor 12, 9: «para que el poder de Cristo mo-
E3tt(!<Í3ttro epirapti5 coser en* Hech 4 veces); el verbo aparece además 2 ve- re en mí (eJt' e!1É)>>.
Mc 2, 21: eJti~AT]!1U ... eJtLQáJt'tw eJtt Jtu- en su discurso pronunciado en el Concilio
ces en Mateo, 1 en Hebreos y 1 en Santiago; Apostólico, alude al relato de Pedro, según el
Amóv, poner un remiendo ... en un vestido eJtLoxoJtÉw se encuentra en Heb 12, 15 Y en 1
viejo (Textus Receptus eJtLQQáJt'tw). F. Hahn: cual Dios ha escogido un pueblo entre los E3ttCJXt<Í~ro episkiazi5 dar sombra, cubrir
Pe 5, 2. gentiles a fin de ganarlo para su nombre. de sombra*
EvTh 31 (1971) 357-375.
2. Los testimonios de estos verbos en el c) En Heb 12, 15 Y 1 Pe 5, 2 se habla de 1. Significado y aparición en el NT - 2. La sombra
prestar atención o «mirar no sea que»: «Mi- de Pedro en Hech 5, 15 - 3. Mc 9, 7 par. - 4. Lc 1, 35.
E3tt(!t3ttro epiripti5 arrojar, echar sobre* NT, que tienen ya una prehistoria en la LXX,
En sentido literal: arrojar, Lc 19, 35 (eJtL- tienen cuatro significados distintos. En el más rad no sea que alguno se quede alejado de la Bibl.: W. Bieder, Der Petrusschatten, Apg 5, 15:
Qm'tw 'ta L!1á'tLU bd 'tov JtWAOV); en sentido frecuente de ellos eJtLoxÉJt"tO!1m significa vi- gracia de Dios», y «Pastoread el rebaño de ThZ 16 (1960) 407-409; M. Dibelius, Jungfrauensohn
figurado, 1 Pe 5, 7, echar las preocupaciones sitar, con la connotación de preocuparse por Dios entre vosotros, prestando atención a que und Krippenkind, en Dibelius, Botschaft 1, 1-78, sobre
las cosas no se hagan forzadamente, sino de todo 18-22; P. W. van der Horst, Peter's Shadow. The
sobre Dios (eJt' uu'tóv). alguien (6 veces). El verbo significa además Religio-Historical Background of Acts \U5: NTS 23
buscar, escoger (2 veces), y finalmente visitar manera voluntaria con arreglo a la voluntad (1976-1977) 204-212; Ch. Mugler, Dictionnaire histo-
con clemencia (3 veces en el material peculiar de Dios». Los dos pasajes están dirigidos a rique de la terminologie optique des Grecs, París 1964,
E3tt(!(!<Í3ttro epirrapti5 coser en los líderes de la comunidad. 162s; J. M. Nützel, Die Verkliirungsérziihlung im Mk
Forma alternativa de -+ eJtLQáJt'tw. de Lucas); eJtLoxoJtÉw (tan sólo en participio
1524 1525 E:rtLaXLá~ú} - E:rtLaxoJ"t~ 1526
1523

de los «pañuelos Y otras prendas que habían mana» (Dibelius, 19) o como eufemismo del acto lien, en Schlier 1, 129-147; R. Schnackenburg, Episko-
(FzB 6), Würzburg 1973, 141-144,246-249; L. Sabou- de la procreación, sin embargo la falta de verda- pos und Hirtenamt, en Episkopus (FS M. Faulhaber),
. The Biblical Cloud: BTB 4 (1974) 290-311; H. tocado su cuerpo». La fuerza sanadora de !a
~~hürmann, Das Lukasevangeli,um 1, Freiburg 1969, sombra de Pedro sirve para concretar, s:gun deros paralelos en el entorno (en contra de Horst Regensburg 1949,66-88; E. Schweizer, Gemeinde und
52-56, 560s; S. Schulz, E1tLOXLU~!J), en ThWNT VII, 211s, quien se apoya en B. George, Zu den alt- Gemeindeordnung im NT, Zürich 21962; K. Stalder,
12 el poder taumatúrgico de los «aposto-
401-403. e1 v. , , d 1 13 agyptischen Vorstellungen vom Schatten als Seele, Episkopos: IKZ 61 (1971) 200-232. Cf. más bibliogra-
les»' claro que el v. 15, despues e os vv. s, Bonn 1970, 112s, para hallar un testimonio en fía en Th WNT X, 1082s.
deb~ entenderse como la acción del pueblo el antiguo Egipto), y principalmente el contexto
1. El verbo compuesto EJ"twxultw se deri- creyente, que llegaba incluso a sacar los en- teológico del judaísmo helenístico (la acción crea- 1. De los cuatro lugares en que aparece el
va de -+ OXLÚ (sombra) y significa dar som- fermos a la calle «para que, al pasar Pedro, al dora del Espíritu de Dios) y el de la obra de Lu- término, dos de ellos se encuentran en la do-
bra, cubrir de sombra*. En el NT el té~ino menos (xliv) su sombra cayera sobre alguno cas (cristología y soteriología universal) demues-
tran que tal interpretación es desacertada. Por la ble obra de Lucas (Lc 19, 44; Hech 1, 20).
aparece 5 veces: en la historia de la transfIgu-
de ellos». acción (supremamente misteriosa) del Espíritu de Los otros dos pasajes son 1 Tim 3, 1; 1 Pe 2,
ración (Mc 9, 7 par. Mt 17, 5 / Lc 9, 34), en el
Dios, el hijo de María -según el v. 35b- es el 12; además 5, 6 v.l.
relato de la anunciación a María (Lc 1, 35 [y, 3. En Mc 9, 7 par. es la «nube» la que «Hijo de Dios» por su origen y por su esencia (cf.
dependiente de él, Justino, Apol 1, 33, 6]) y en cubre de sombra. Cuando Mateo/Lucas men- Schürmann, 52s). 2. a) Los dos pasajes de Lc 19,44 y 1 Pe
el relato del efecto curador que se esperaba de cionan en acusativo (avt01J~) el objet~ d~ la G. Schneider 2, 12 enlazan con los significados que el ver-
que la sombra de Pedro cayera sobre los en- acción verbal (primeramente los tres dlSClpU- bo tiene en Lc 1,68.78; 7, 16: visitación cle-
fermos (Hech 5,15). Con excepción. de Mt 17, los), habrá que pensar quizás en que los pre- mente. El primer pasaje se halla dentro de la
5 par. Lc 9, 34 (acusativo a diferencIa de Mar- sentes quedaron totalmente envueltos. en la E3tUJX03tÉro episkopeo mirar por, prestar lamentación de Jesús por Jerusalén, con oca-
cos), el objeto cubierto por la sombr.a (~n los sombra (cf. Lc 9, 34b). Detrás del motl;o se atención a
cinco casos se trata de personas) se mdlca en sión de su entrada triunfal en la ciudad, y es
halla Ex 40, 34s LXX (VECjlÉATJ - EJ"twxLatw - -+ EJ"tLOXÉJ"tto!1aL. material peculiar de Lucas. La entrada triun-
dativo. El sujeto en Mc 9, 7 (par.) es la «nu~e:> oXTJv{¡ - Moisés). La nube es signo de la pre-
(-+ VECjlÉATJ); en Lc 1, 35, el «poder del AltISI-
fal de Jesús, supriinido el tono político que al-
sencia de Dios, quien habla desde ella (co.mo gunas veces pudiera tener la idea del reinado
mo»; en Hech 5, 15, «la sombra» de Pedro.
en Ex 24, 15s; Jub 1, 2s; cf. Sabounn). E3tt(JX03t1],i¡;, 1) episkope visitación, mi-
de David (cf. 19, 38), es interpretada por Lu-
E:rtLOXLÚtw designa seguramente en este con- nisterio, ministerio de supervisión*
En el griego profano.' .EJ"tLOXLá~~ no ~iene, por cas como una visita que trae salvación y que
lo general, sentido pOSItIVO. Pero SI lo tIene en la texto <<la acción de la nube al posarse aco- quiere proporcionar paz a la ciudad (J"tQo~
Bibl.: A. Adam, Die Enstehung des Bischofsamtes:
LXX (Ex 40, 35 [donde traduce el verbo hebreo giendo y ocultando» (R. Pesch, Markusevan- WuD 5 (1957) 104-113; Id., Bischof l. Kirchenge- dQ{¡vTJv; v. 42). Como la ciudad no acepta al
skn, «posarse»; dícese de la «nube» sobre el ta- gelium [HThK], 76; cf. Is 4, 5s). schichtlich, en RGG 1,1300-1303; H. W. Bartsch, Die Rey que hace su entrada en ella para traerle la
bernáculo también en Núm 9, 18.22 TM (LXX Anfiinge urchristlichen Rechtsbildungen, Hamburg
(JxLá~ú)), de la «glor!a» de ,oios en Ex. 24, 16
salvación, y como no reconoce su venida co-
4. Lc 1, 34s es en buena parte una creación 1965; Bauer, Worterbuch, 591s; W. Bauer, Rechtgliiu-
TM]; Prov 18, 11; cf. E:rtL(JxLa~ú} como.clrcunlo- mo visitación de gracia, la consecuencia será
del evangelista (G. Schneider: BZ 15 [1971] bigkeit und Ketzerei im ii/testen Christentum, Tübin-
cución para expresar l~ p~otecci~n de DlOS en Sal gen 21964; H. W. Beyer, btLOXOJtÍ], ¡mloxoJto~, en la destrucción por la guerra.
90, 4; 139, 8). En Filon EJ"tLOxLa~ú}, en el ~arco 255-259). Los dos enunciados paralelo,s de la ThWNT n, 602-619; N. Brox, Cartas Pastorales, Bar- En 1 Pe 2, 12, la expresión «día de la visi-
del dualismo mente-sentidos, es «una espeCIe de anunciación: «El Espíritu Santo vendra sobre celona 1974,347-353; H. von Campenhausen, Kirchli- tación» está tomada de Is 10, 3 LXX Y se em-
palabra clave» (Schulz, 402). En Ex 40, 34s l.a ti (-+ EJ"tÉQXO!1aL) y el poder (Mva!1L~) d~l ches Amt und Vollmacht in den ersten drei Jahrhun- plea en el contexto de una exhortación a man-
nube es «el medio en el que se desarrolla la ~Ctl­ Altísimo te cubrirá con su sombra (v. 35a) dI- derten, Tübingen 21963; M. Dibelius-H. Conzelmann,
vidad y la toma de posesión por parte de Dl?S» tener una conducta irreprochable entre los
fícilmente estarán inspirados en el relato de la Die Pastoralien, Tübingen '1955, 44-47; J. Ernst, Amt
(Schulz)' deben entenderse también en se~tIdo und Autoritiit im NT: ThGI 58 (1968) 170-183; G. Fit-
paganos. Se habla de la obligación que in-
correspo'ndientemente positivo los enunCiados transfiguración (-+ 3), sino más bien en la es- cumbe a los cristianos en las circunstancias
zer, Die Entwicklung des Vorsteheramtes im NT, en
que con E:rtL(JXLá~ú} se formulan en el NT. cena del bautismo (Mc 1, lOs par. Lc 3, 22) y Pro Oriente, lnnsbruck-Wien-München 1975,91-109; concretas de la vida. Sus buenas obras deben
en la comprensión del Espíritu S~nto com~ l~ G. Friedrich, Geist und Verfassung und kirchliches ser el testimonio decisivo de una conducta
2. Si el autor de Hechos, al hablar de los Mva!1L~ divina que «viene sobre» todos (EJ"tL Recht im ersten und zweiten Jahrhundert, en RE XX, recta que conduzca a los paganos a la revisión
efectos curativos de la sombra de Pedro, reco- con acusativo; Hech 1,8); cf. Sal 139, 8, don- 508-546; E. Kasemann, Amt und Gemeinde im NT, en
de su juicio sobre los cristianos, a fin de que
gió una tradición (como piensa E. Haenchen, de se dirige la palabra a Dios ll~mándole Id., Versuche 1, 109-134; H. Karpp, BischoJ, en RAC
no vean ya en ellos unos delincuentes, sino
Il, 394-407; K. Kertelge, Gemeinde und Amt im NT,
Apostelgeschichte7 [KEK], 240): es cosa que Mva!1L~ tfí~ owtTJQla~ !10'U' Y se dIce que es München 1972 (Leipzig 1975); J. McKenzie, Estruc- que ensalcen a Dios en el día de la visitación.
no se puede decidir con segu;ldad, pe~? lo quien cubre con su sombr~ la cab~za del turas ministeriales en el nuevo testamento: Concilium Por ello se entiende aquí un día de la acción
que sí podemos afirmar es que el ~~etendlO al- orante protegiéndole en medlO del pehgro. 12 (1972) 239-245; H.-J. Michel, Die Abschiedsrede clemente de Dios que pueda conducir a la
go más que describir la expectaclOn del pue- des Paulus an die Kirche Apg 20, 17-38, München
conversión, no el día del juicio escatológico.
blo (con Haenchen, 238); porque aquí el autor Por obvia que pueda parecer, te~iendo en cuen- 1973; W. Nauck, Probleme frühchristliches Amts-
ta la pregunta precedente de la Vlrg.e,n (-+ ~aQ­ verstiindnisses: ZNW 48 (1957) 200-220; J. Rohde, E:JtLOXOJ"t{¡ aparece, además, como V.l. (quizás
recoge quizás el motivo de Mc 6, 56 «<por lo por influencia de 1 Pe 2, 12) en 1 Pe 5, 6:
menos la orla del manto» de Jesús), y en Hech {}Évo~) María (v. 34), la interpretaclOn ~e, E:rtLO- Urchristliche und frühkatholische Amter, Berlin 1976;
xLá~ELV como «réplica de la procreaclOn hu- H. Schlier, Die Ordnung der Kirche nach den Pastora- «Humillaos bajo la poderosa mano de Dios,
19, 12 se habla en forma parecida de Pablo y
1528 1529 1530
1527 btLo'Xo:n:~ - E:n:[O'XO:n:O~

para que él os exalte en el momento de .la vi- 1. El término aparece 5 veces en el NT. teros de la comunidad que dirigen la iglesia dad. Este es el único pasaje de las cartas au-
sitación de gracia», momento en el cual la Mientras que en 1 Pe 2, 25 se refiere a Cristo, local de Efeso, se les habla llamándolos epís- ténticas de Pablo en el que a personas que
humillación se convertirá en exaltación. en los demás pasajes se habla de hombres que copos. Claro que esta manera de hablar no re- ejercían funciones en las comunidades se las
ejercen una función o un ministerio en la co- fleja la organización de las comunidades de la designa con términos asociados luego con mi-
b) En los otros dos pasajes se entiende por munidad cristiana (Hech 20, 28; Flp 1, 1; 1 misión paulina, sino que presupone los minis- nisterios. Sin embargo, los EJtLOXOJtOL y los
E:7tLOXOJttl un ministerio. En la perícopa sobre terios que existían en las comunidades cristia- diáconos de la Carta a Filipenses no pueden
Tim 3, 2; Tit 1, 7).
la elección ulterior de Matías para completar nas cuando se compuso el libro de Hechos a identificarse con los que se mencionan en las
de nuevo el número de los apóstoles, Pedro 2. En griego EJtLOXOJtO~ puede designar fines del siglo l. Pastorales. Puesto que en el griego profano se
menciona en su discurso de elección (Hech 1, muy diversos oficios (Beyer, 607-610). Con De manera semejante las pastorales no re- designa también como epíscopos a los funcio-
20) un pasaje del Sal 108, 8 LXX que .forma mucha frecuencia se trata de actividades pro- flejan la organización de las comunidades narios encargados de asuntos financieros, se
parte de la lamentación personal de un indivi- fanas (Karpp, 395ss). Este concepto implica cristianas durante los últimos años de la vida propugna alguna vez que otra la tesis (entre
duo y en el que se declaran lo falsas que han sólo una idea religiosa, cuando se encierra en de Pablo, sino igualmente en la época de la otros, por Fitzer y Harnack) de que el pasaje
sido las acusaciones lanzadas contra él. Los él el significado de «protector, vigilante y pa- composición de esos escritos deuteropaulinos en cuestión habla de personas encargadas en
enemigos proclaman, entre otras cosas, que su trono». Aunque a menudo sea difícil definir a fines del siglo 1. En ambos pasajes de las Filipos de recoger la colecta destinada a Pa-
propósito es que otra persona se haga cargo con precisión cuál es el ministerio que se de- Pastorales EJtLOXOJtO~ se menciona en singu- blo, y a quienes el apóstol cautivo les da por
del oficio desempeñado por el perseguido. En signa con el término EJtLOXOJtO~, encontra- lar (1 Tim 3,2; Tit 1, 7). Parece que en Tit 1, ello las gracias. Pero de la colecta no se habla
el contexto del discurso de Pedro, E:7tLOXOJttl mos casi siempre la idea de que se trataba 7 Y en Hech 20, 28 se equipara a los presbíte- sino al final de la carta, y entonces Pablo ex-
significa el ministerio de apóstol, que Judas de un ministerio de supervisión o, al menos, ros con los epíscopos, porque en Tit 1,5 se di- presa su agradecimiento a toda la comunidad
perdió al suicidarse, y que ahora debe pasar a de carácter administrativo (1. Gnilka, Der Phi- ce que «Pablo» confió a Tito la tarea de esta- (4,10-19).
otra persona y ha de entenderse como un ser- lipperbrief [HThK], 38). La cuestión del ori- blecer presbíteros en las ciudades de Creta. J. Rohde
vicio (Hech 1, 17.25). gen del EJtLOXOJtO~ en el NT, a saber, si se de- Después, en el siguiente catálogo de requisi-
En 1 Tim 3, 1 E:7tLOXOJttl tiene el sentido de riva de las asociaciones judías, de los tos, que procede de la tradición, se habla de
ministerio de supervisión o presidencia. El supervisores del templo en el judaísmo, de los las cualidades que debe reunir un EJtLOXOJtO~ E3tl(J3tcio,.uu epispaomai rehacer el pre-
término se halla en el versículo que introduce presidentes de las sinagogas, o de la secta de (y lo mismo sucede en el catálogo de las cua- pucio*
el catálogo de condiciones que debe reunir el Qurnrán, es una cuestión que ha recibido dife- lidades para el ministerio que se enumeran en Según 1 Cor 7, 18, el que ha sido llamado
que presida la comunidad cristiana. Es im- rentes respuestas por parte de los investigado- 1 Tim 3, 2ss). En ambos casos el uso del sin- como circunciso, no debe rehacer el prepucio
probable que las pastorales, con el uso de este res (cf. Adam, Dibelius-Conzelmann, Nauck, gular no permite deducir que aquí se presu- (fl~ E:7tLoJtúo{ho). El tecnicismo médico apa-
concepto, presupongan ya la existencia del Karpp). ponga ya la existencia de un solo obispo co- rece sólo aquí con este sentido: el de quitar la
episcopado monárquico. Pero de este pasaje En dos pasajes del NT EJtLOXOJtO~ aparece mo dirigente monárquico al frente de cada marca de la circuncisión estirando para ello
nace indudablemente la impresión de que a estrechamente asociado con la imagen del una de las comunidades. El singular debe en- la piel. Cf. 1 Mac 1, 15: EJtoLl]oaV Éau'tOL~
pastor. Cristo, según 1 Pe 2, 25, es el pastor y tenderse, más bien, en sentido genérico (así aXQO~U<J1;La~; Josefo, Ant XII, 241: t~v t&v
este ministerio no se llega -como quien dice-
supervisor de las almas. Este pasaje se halla piensa, entre otros, Brox, 348 en contra de atboLWv JtEQLtofl~V EJtExÚAU'ljJav; AsMo 8,
automáticamente por ser miembro veterano
al final de la parenesis dirigida a los esclavos, von Campenhausen, 117s). Mientras que en 1 3; Billerbeck IV, 33s.
de la comunidad y por haberse acreditado co-
en la cual se ha presentado antes a Cristo Clem se presupone igualmente la identidad
mo tal, sino que es un oficio al que se puede
-aludiéndose a Is 53- como modelo de perso- entre los presbíteros y los epíscopos, vemos
aspirar específicamente. E3tl(J3tEtQOO epispeiri5 sembrar además*
na que sufrió sin replicar. Claro que los vv. que el obispo monárquico como dirigente úni-
J. Rohde co de la comunidad aparece por vez primera Mt 13, 25: EJtÉOJtELQEV ~L~úvLa aya flÉ-
24-25 no tienen ya a la vista la situación pe-
culiar de los esclavos, sino que los enuncia- en Ignacio. Pero no es seguro si Ignacio des- oov toil oLtOU, «sembró también cizaña en-
E3tt(JX03tO~, O\), Ó episkopos obispo (su- dos acerca de la redención en el himno que cribe una situación ya existente, o propone tre el trigo».
pervisor)* comienza en el v. 22 se refieren a todos los más bien requisitos ideales que no correspon-
cristianos y dejan en segundo plano la exhor- den aún a la realidad (Bauer, Rechtgltiubig-
Bibl.: -+ EJlLoxomí. Cf. además: E. Lohse, Episko· E3tt(J'tU",(U epistamai comprender, saber,
tación dirigida a los esclavos. keit, 65ss y passim).
pos in den Past, en Kirche und Bibel. FS für E. Schick, conocer*
Paderborn 1979, 225-231; Id, Die Entstehung des Bi- En Hech 20, 28, a los presbíteros de la co- El pasaje más antiguo del NT en el que apa-
schofsamtes in der frühen Christenheit: ZNW 71 munidad de Efeso se los llama los superviso- ~ece el título de epíscopo es Flp 1, 1. Aquí l. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos -
(1980) 58-73; G. SchoIlgen, Monepiskopat und mo- Junto a los epíscopos (en plural) se mencionan 3. EJtlo'tuf-IaL como término retórico.
res que tienen que pastorear a la grey de Dios,
narchischer Episkopat. Eine Bemerkung zur Termino- es decir, a la comunidad (cf. Schnackenburg). los diáconos, y a ellos se dirige Pablo en el
Bibl.: A. W. Argyle, The Greek of Luke and Acts:
logie: ZNW 77 (1986) 146-151; B. E. Thiering, Me-
Aquí se equipara evidentemente a los epísco- P~~logo de la carta, al mismo tiempo que se NTS 20 (1973-1974) 441-445 (442); G. Klein, Der
baqqer und Episkopos in the Light of the Temple
pos con los presbíteros, es decir, a los presbí- dmge a los demás miembros de la comuni- Synkretismus als theologisches Problem in der iiltes-
Scroll: JBL 100 (1981) 59-74.
1531 1532 1533 1534

ten christlichen Apologetik, en Id., Rekonstruktion und fundamental de la existencia humana: aun el milagros. Con una sola excepción (17, 13), suelve, si suponemos que Lucas ha querido
Interpretation, München 1969,262-301 (277s); Moul- día de mañana se sustrae a nuestros conoci- los discípulos se dirigen a Jesús aplicándole expresar en este pasaje que el grupo de lepro-
ton-Milligan, 245; Robertson, Grammar, 314; B. Snell, este tratamiento de «¡maestro!». Comparando
mientos. sos, al implorar la ayuda de Jesús, se somete
Wie die Griechen lernten, was die geistliche Tiitigkeit
ist: JHS 93 (1973) 172-184 (183). entre sí los sinópticos, vemos que títulos equi- eo ipso a su autoridad. Por tanto, la mejor ma-
3. En los discursos de Hechos btlO"tU[laL valentes son los vocativos QU~~L, X'ÚQLE y nera de traducir E:7tw"tá"tYf~ sigue siendo maes-
l. bdm:u[laL aparece con mayor frecuen- se usa principalmente con fines retóricos. La cLcáoxUAE (cf., por ejemplo, Mc 4, 38 par.; tro.
cia en Hechos (donde se encuentran 9 de los fórmula «Sabéis ... » (E:7tlO"tUO{tE) permite al 9, 5 par. 38 par.); estos dos últimos los usa W.Grimm
14 testimonios que aparecen en el NT): 10, orador mencionar de nuevo lo que ya se cono- también Lucas, mientras que él evita la trans-
28; 15, 7; 18, 25; 19, 15.25; 20, 18; 22, 19; ce (Hech 10,28; 15, 7; 19,25; cf. 22, 19; 26, cripción -corriente en los demás evangelis-
26). La finalidad es puramente literaria; por tas- Qu~~L EnlO"'tÉJ.,J.,ro epistello informar por carta,
24, 10; 26, 26. En cambio, el término falta por
ejemplo, la alusión a 10, lss en 15, 7 no pue- dar instrucciones*
completo en Lc (Argyle). Esto se explica en
de ser entendida por los oyentes de Pedro, pe- 2. No se conoce ningún término hebreo o ara- En Hech 15, 20; 21, 25, en relación con el
parte por el uso retórico de este término (~
ro sí por los lectores del libro. En los discursos meo concreto que sirva de base a E:7tLa"tátr¡~, ni denominado Decreto Apostólico: dar instruc-
3), para el que no hay lugar en el evangelio. el uso del término en el griego profano nos obli-
de despedida, E:7tlO"tU[laL introduce la [lvdu ciones / imponer; Heb 13, 22: «pues os he es-
Mientras que Lucas, en armonía con la mane- ga a una determinada traducción. btLatátr¡~ sig-
(la memoria de la vida del orador), que debe crito brevemente».
ra de expresarse de los demás escritos cristia- nifica, en griego profano, alguien que está al car-
nos, emplea el verbo yLvWOXW, cuando el inducir a la imitación. Corresponde también al go de rebaños, el domador de elefantes, el
objeto de la acción verbal es el contenido de ámbito de la retórica el pasaje de 1 Tim 6, 4, capataz egipcio que dirige el trabajo de unos sier- EnlO"'tÍ)p.trov, 2 epistemon bien informado,
la proclamación evangélica, él usa siempre donde se denuncian las vanas disputas por vos (Ex 1, 11; 5, 14 LXX), el directivo de una
asociación atlética, el prefecto de un templo, un entendido*
bdo"tu[laL en sentido profano. Así aparece cuestiones de palabras.
G. Bouwman maestro de música, el gobernador de una ciudad, Sant 3, 13, junto a oorpó~.
con claridad en Hech 19, 15: «A Jesús lo co- etc. (Oepke, 619).
nozco (yLVWOXW) y sé (bdo"tu[laL) de Pa-
blo». En el único lugar donde Marcos emplea Ení,O"'t(UJt~, Ero~, tl epistasis presión, tu- La etimología de la palabra (E:7tw"tá"tYf~ =
EnlO"'t1]ºí,~ro episterizo fortalecer*
el verbo (en Mc 14, 68 se usa el sinónimo multo, motín* Aparece tan sólo en Hechos: 14, 22 ("ta~
el que en una cosa está por encima de otro) y
olcu), Lucas lo ha suprimido (Lc 22, 57; cf., En la literatura cristiana primitiva, el térmi- 1jJlJXá~);15, 32 (se sobreentiende el objeto de
el análisis con textual nos orientan de igual
por lo demás, Mt 26, 70), evidentemente por- no aparece únicamente en Hech 24, 12 Y en 2 la acción verbal: LOV~ &.CEArpO'Ú~); 15, 41
modo hacia un matiz semántico: mientras que
que le pareció inapropiado el uso de este ver- Cor 11,28 (en ambos casos v.l. ~ E:7tLO'ÚO"tU- ("ta~ EXXAYfOlU~); 18, 23 (:7távLa~ LOV~ [lu-
Lucas emplea X'ÚQLE para designar la majes-
bo, teniendo por objeto de la acción verbal a OL~. En Hech 24, 12: E:7tlO"tUOLV ... 0XAOlJ, tu- {tYf"tá~).
multo/motín del pueblo» (cf. 2 Mac 6, 3); en 2 tad mesiánica (por ejemplo, 2, 11; 5, 12; 7, 6;
Jesús. El verbo bdo"tu[laL aparece también
Cor 11, 28 E:7tlOLaOl~ [lOL (sobre el dativo cf. 9, 61) Y CtCáOXUAE para caracterizar la auto-
una vez en cada uno de los escritos siguien-
tes: 1 Timoteo, Hebreos, Santiago, Judas. BlaB-Debrunner § 202, 2) ~ xu'lt' ~[lÉQuv, ridad de Jesús para enseñar (por ejemplo, 10, EnlO"'toJ.,Í), 'ij~, tl epistole carta*
debe traducirse preferentemente por la «pre- 25; 18, 18; 20, 21.28.39), parece que E:7tLO-
1. Sobre la terminología - 2. Acerca del género de
sión cotidiana sobre mí», especialmente te- "táLYf~ se emplea para referirse a Jesús en su las cartas del NT - 3. EmaTO)-.~ en los enunciados del
2. btLo"tu[laL se refiere a un saber práctico
niendo en cuenta lo que se dice en los vv. 28b. posición de autoridad dentro de un determina- NT.
más bien que a un conocimiento teórico,
29. Los demás significados posibles de E:7tlO- do grupo: el de los discípulos de Jesús. Está
mientras que en el verbo olcu (conocer, «ha- Bibl.: O. J. Bahr, The Subscriptions in the Pauline
"tUOL~, «atención, impedimento/resistencia», en consonancia con ello el hecho de que E:7tLO- Letters: JBL 87 (1968) 27-41; K. Berger, Apostelbrief
ber visto») predomina el aspecto teórico
son difícilmente compatibles con el dativo "tá"tYf~ lo encontremos casi exclusivamente en und apostolische Rede. Zum Formular frühchristli-
(Snell; Zorell, Lexicon, s.v.). Sin embargo, en
[lOL, por un lado, y con el tono positivo del labios de los discípulos. Concuerdan con esto cher Briefe: ZNW 65 (1974) 190-231; H.-D. Betz, The
Jds 10 los dos verbos son sinónimos: los im- Literary Composition and Function of Paul's Letter
píos «ultrajan lo que ignoran (oLcu), pero en enunciado del v. 28b, por el otro lado. los ejemplos que hallamos en el griego profa-
to the Galatians: NTS 21 (1974-1975) 353-379; H.
las cosas que entienden (btLo"tu[laL) por ins- no. E:7tLo"tá"tYf~ designa, por tanto, la autori- Boers, The Form Critical Study of Paul's Letters. 1
tinto, como los animales irracionales, en ésas dad de Jesús para instruir y su especial res- Thessalonians as a Case Study: NTS 22 (1975-1976)
Enl(J'tá't1]~, ou, Ó epistates maestro (título)* ponsabilidad (¡cf. especialmente Lc 8, 24!) 140-158; N. Brox, Falsche Verfasserangaben. Zur
se pierden». Como conocimiento que se ob- Erkldrung der frühchristlichen Pseudoepigraphie
tiene por experiencia, bdo"tu[laL se contrapo- Bibl.: O. Glombitza, Die Titel I'lLOáa")(a)-.o~ und con respecto al grupo de discípulos reunido (SBS 79), Stuttgart 1975; O. J. Cuming, Service-En-
EmaTáTr¡~für Jesus bei Lukas: ZNW 49 (1958) 275- por él. Tan sólo Lc 17, 13 parece que se cierra dings in the Epistles: NTS 22 (1975-1976) 110-113;
ne a la fe: Heb 11, 8 interpreta como un acto 278; A. Oepke, EJtlaTáTr¡~, en ThWNT n, 619s.
de fe la marcha de Abrahán de su patria con a esta interpretación, por cuanto vemos en es- W. O. Doty, The Classification of Epistolary Literatu-
te pasaje que un grupo independiente de Jesús re: CBQ 31 (1969) 183-199; E. Fascher, Briefliteratur,
rumbo hacia lo desconocido. Filón deduce la 1. E:7tta"tá"tYf~ aparece exclusivamente co- urchristliche, formgeschichtlich, en ROO 1, 1412-
misma conclusión del uso del futuro cd~w en mo vocativo y sólo en Lc (5, 5; 8, 24.45; 9, acude a él llamándole E:7tLo"tá"tYf~ y pidiendo 1415 (bibl.); O. Finkenrath-L. Coenen, en DTNT n,
Gén 12, 1. Sant 4, 14 evoca la inseguridad 33.49; 17, 13), principalmente en relatos de su ayuda. Sin embargo, la contradicción se re- 443-446; J. A. Fischer, Pauline Literary Forms and
1535 1536
1537 EmCJ"1:oA~ 1538

Thought Pullems: CBQ 39 (1977) 209-223; J. M. El género literario «carta» se halla documenta-
Gibbs, Canon Cumin¡; 's 'Serl'ice Endin¡;s in the Epis- En general, tan sólo siete cartas paulinas se su- finición de la forma de las cartas temáticas del
do con relativa abundancia, aunque de diversa
tles' - A Rejoinder: NTS 24 (1977-1978) 545-557; U. pone hoy día que son auténticas (Romanos, 1-2 NT, según características del género, no se puede
manera en la colección de escritos del NT. En-
Corintios, Gálatas, Filipenses, l Tesalonicenses, realizar actualmente con suficiente objetividad.
B. Müller, Prophetie und Predigt im NT (StNT 10), contra~os en él no sólo 21 cartas independientes
Güters10h 1975,47-107; H. Probst, Paulus und del' (dos de ellas son anónimas: Hebreos y l Juan; y Filemón). Científicamente no se sabe si las otras
Brief Die Rhetorik des anliken Briefes uls Form del' en l Cor 5,9 [cf. Col 4, 16] se hace referencia a catorce cartas de la colección del NT deben con- 3. Pablo reclama una validez especial para
puulinischen Koril1lherkorresponden; (WUNT II145), cartas que posiblemente se perdieron), sino que siderarse o no como seudónimas. Lo que apenas
sus cartas. Según 1 Tes 5, 27, él exige con sor-
Tübingen 1991; K. H. Rengstorff, EJTWTÉA/..W. EJTlO- hallamos además textos de cartas en el cuerpo del parece discutible es que, dentro de esa colección
"WAlí, en ThWNT Vll, 593-595; E. R. Richards, 711e de textos, hay escritos seudónimos. La atribución prendente solemnidad que esa carta sea leída a
libro de Hechos (15, 23-29; 23, 26-30).
Secretan; in the Lellers of Puul (WUNT II142), Tübin- Las siete «misivas» de Ap 2, 1 - 3, 22 guardan seudonímica es un importante indicio histórico y todos los hermanos (a causa de la situación mi-
gen 199"1; B. Rigaux, PUl/lus und seine Brief"e. Der cierta analogía con las cartas. En ellas «faltan teológico del aprecio en que se tuvo a las cartas sionera; coexistencia de una comunidad gentíli-
Stand del' Forschung, München 1964; J. Schneider, en todos los elementos del formulario epistola!"», y paulinas auténticas, reconocidas indiscutiblemen- ca-cristiana y de una comunidad judeo-cristia-
RAC n, 564-585 (bibl.), sobre todo 574-576; F. Schni- representan, por tanto, «una forma distinta de te en los primeros tiempos de la Iglesia cristiana, na; ¿se habría producido una división?). En l
der-W. Stenger, Stl/dien zum neutestull1entlichen BrieF comunicar mensajes» (H. Kraft, O.ffenbarung y de su eficacia histórica. Por medio de la imita-
jármulur (NTTS 11), Leiden 1987; A. Suhl, Paulus und Cor 1, 2 Y en 2 Cor 1, l se presupone que las
[HNT], 52). Si tenemos en cuenta Ap 1, 1; 22, 21, ción seudonímica (claro que hay que contar tam-
seine Briele. Ein Beitrag zur paufinischen Chrono-
bién con la labor de secretarios; cf. Efesios; 1-2 cartas son trasmitidas por la comunidad desti-
podemos hablar de cierta estilización de la carta.
logie (StNT 11), Gütersloh 1975; 1. Taatz, Frühjüdis- nataria a otras comunidades. Col 4, 16 (una car-
che Brief"e. Die puulinischen Briele im Rahmen der offi-
Las cartas del NT varían característicamente en Timoteo; 1 Pedro) se reconoce y acepta el carác-
cuanto a las peculiaridades protocolarias (prae- ter vinculante de los escritos reconocidos, y se si- ta deuteropaulina) muestra que las cartas del
zie!len refigi¡jsen Brief"e des Frühjudentl/l11s (Novum
Testamentum et Orbis Antiquus 16), Fribourg (Suiza)- scriptum y proemium) y escatocolarias de las car- túa a los escritos seudónimos bajo la autoridad apóstol (o las cartas escritas en su nombre) son
Gottingen 1991; K. Thraede, Grundzüge griechisch- tas de aquellos tiempos. Tanto por este motivo «apostólica». Entre otras cosas, la expectación intercambiadas entre distintas iglesias.
riill1ischer Briejíopik (Zet. 48), München 1970; J. L. como por su contenido -en cierto modo- extenso, menos intensa de la parusía o el avance de los La Carta segunda a los tesalonicenses, que
White. Introductor.\" Formulue in the Body olthe Pal/- las cartas del NT se distinguen de todas las de- tiempos del cristianismo conduce precisamente a
más. Pablo marcó, según parece, la pauta decisi- se supone también que es deuteropaulina, nos
fine Leffer: JBL 90 (1971) 91-97. la redacción de escritos temáticos. Aparece el
va para el desarrollo del formulario epistolar de problema de la tradición y de la organización de ofrece (2, 2) una lista paralela de «(revelación
las cartas del NT. El contenido, en parte, extenso la Iglesia. Aunque no puede demostrarse una co- del) Espíritu, palabra (viva de proclamación)
l. Em01;oA~ es «lo trasmitido por medio del
de la dirección de la carta y de los saludos inicia- nexión terminológica directa entre Em01;oA~ y y carta (como si fuera) de nosotros» cual tres
mensajero, que por regla general es la carta» les del proemio (en el que suele hacerse referen- cmo01;ÉAAELV, sin embargo se observa una cone- tipos cualificados de proclamación (¡cf. pro-
(Rengstorf, 593). El verbo correspondiente cia al contenido de la carta, cf. Rom 1,1-7; 1 Cor xión objetiva entre ambos términos. Se reclama fetas y maestros!). Según 2, 15 se recibe para-
EmatÉAAw significa «trasmitir verbalmente o 1, 1; Gál 1, 1-5) Y las eucaristías y eulogías, que para las correspondientes cartas cristianas la au-
son elemento convencional del género, pero que dosis por medio de la palabra o por «carta
(de ordinario) por escrito un mensaje o una toridad de los «apóstoles» y el ejercicio del mi-
están plasmadas individualmente en cada caso y nisterio «apostólico». Esto es también un elemen- nuestra» (probablemente una referencia a la
instrucción» (ibid.). Los textos de Hech 15,20;
tienen colorido típicamente cristiano (y que faltan to decisivo en toda la colección (eventualmente Carta primera a los tesalonicenses). La pala-
21,25; Heb 13,22 «hacen resaltar claramente
muy significativamente -ipor razón de su conte- también en la elaboración redaccional de escritos, bra del autor de la carta debe ser vinculante
el carácter autoritativo y, en cierto modo, ofi- nido!- en Gál 1,6-9, o están relacionadas con la como ocurre, por ejemplo en 2 Corintios y en Fi- para la iglesia, según 2 Tes 3, 14; si alguien
cial que tenían las cartas en el cristianismo pri- situación en 1 Cor 1, 4-9; Flp 1, 3-11), se han lipenses). no le presta obediencia, la Iglesia debe rom-
mitivo» (Rengstorf, 594). También el verbo convertido por su contenido, lo mismo que los sa- En el NT no hay verdaderas cartas privadas. Y
ludos y bendiciones finales, en textos de la pro- per la comunión con esa persona. Con una ob-
CHaatÉA.A.O~taL significa dar una orden categó- en modo alguno hay cartas que sean contestacio-
clamación específicamente cristiana. El lenguaje servación final en 3, 17 se presenta la carta
rica. Marcos reserva seguramente este verbo nes a otras cartas. En las cartas atribuidas a Pablo
litúrgico fue seguramente un ejemplo análogo, encontramos varios ca-autores (¿principio de la como acreditada de puño y letra por Pablo y
para ponerlo en labios de Jesús (Mc 5, 43; 7, que contribuyó a la plasmación de la forma (cf. colegialidad?). Se han señalado analogías entre confirmada, por tanto, una vez más en su va-
36 bis; 8,15; 9, 9) (cf. Rengstorf, 591s; cf. ade- Rom 16, 25-27; Ef 3, 20s; Jds 25). las cartas del NT y la profecía clásica del AT lidez (¡pero subsiste el problema de la seudo-
más Mt 16, 20; Hech 15,24; Heb 12,20). Las cartas son, en parte, escritos ocasionales (compárese Rom lO, 15 con Is 52, 7; Rom 1, 1
(lo son todas las cartas auténticas de Pablo). Es- nimia!).
con Is 61, ls), y se ha señalado también que las 2 Pe 3, 1 entiende también esta carta como
2. Si tenemos en cuenta la sorprendente im- tán dirigidas en cada caso a una comunidad deter- cartas de Pablo son supremamente, para el autor,
minada y deben leerse en público (cierta limita- cartas de Cristo (Rengstorf, 594). Algunas cartas reafirmación de la enseñanza impartida por
portancia teológica e histórica de las cartas del
ción la hallamos en la Carta a Filemón, dirigida a del NT presuponen que se han suscitado cuestio- los santos profetas y apóstoles acerca del
NT, no podremos limitarnos a aquellos pasajes una comunidad doméstica). Las demás cartas del nes (1 Tes 4,13; 5,1; 1 Cor 7,1.25; 8, 1 Y pas- mandamiento del Señor y Salvador. Este es-
(--> 3) del NT en los que se habla expresamen- NT son más bien escritos doctrinales (DeiBmann, sim) o se enfrentan con predicadores que han sur- crito conoce una colección de cartas paulinas
te de carta. Sigue en vigencia aquella afirma- Licht,118 distingue de manera excesivamente ra- gido recientemente en las comunidades (Gálatas;
dical entre carta y epístola). Los límites entre am- (K. H. Schelkle, Der erste und der zweite Brief
ción: «Todavía no se ha escrito una monogra- 2 Corintios). La Carta a los romanos proclama el
bos grupos son difusos. La importancia destacada des Petrus' [HThK], 236s) y expresa el juicio
fía sobre la carta en el cristianismo primitivo» evangelio a una comunidad desconocida hasta
de las cartas del NT que se conservan, procede de que las cosas que Pablo «os escribió según
(Rengstorf, 594 nota 2). Las cartas del NT son entonces para Pablo. Al menos las cartas más ex-
también del hecho de que, en los primeros tiem- tensas fueron dictadas (cf. Rom 16,22; véanse, a la sabiduría que le fue dada» (sobre esta am-
-cada una en particular y todas ellas en con- pos (¿a causa de la expectación inminente de la propósito, los saludos finales escritos de puño y pliación de la idea de la inspiración cf. Schel-
junto- un tema teológico de importancia pri- parusía?), apenas se escribieron escritos progra- letra del autor; cf. 1 Cor 16,21; Gál 6, 11; Flm kle, 236) fueron torcidas por algunos con de-
mordial. máticos. 19; cf., además, Col 4, 18; 2 Tes 3, 17 !). Una de- sastrosas consecuencias (3, 16)
1539 EmO'toA~ - bno'tQÉ<pw 1540 1541 bno'tQÉ<pw 1542

Pablo entendió sus cartas como instruccio- El efecto jurídico de las cartas aparece tam- Apocalipsis. Otros testimonios: Jn 21, 20; 1 al Señor, su Dios. Con ello preparará el es-
nes vinculantes (cf. 1 Cor 5, 9: «no os mez- bién en Hech 9,2; 22, 5, donde se indica que Pe 2, 25; 2 Pe 2,22. Hay que tener en cuenta, chaton. De manera análoga, la cita de Is 6, 9s,
cléis con los lujuriosos»). Las cartas sirven Pablo recibió cartas de Jerusalén (del sumo además, las variantes textuales de Mt 9, 22; un lugar clásico del NT, se aplica a Israel, te-
para establecer en la comunidad el orden de- sacerdote y del sanedrín) que le daban pode- Lc 2, 20; Jn 12, 40; 2 Pe 2, 21. btta'tQo<Ptí, niendo en cuenta siempre la incredulidad ju-
bido (2 Cor 7, 8); la tristeza originada por la res para llevar a cabo su actividad de persecu- conversión, no aparece en el NT sino en Hech día. En los sinópticos la cita apoya la respues-
carta debe mover al arrepentimiento (cf. 7, 9). ción (sobre la problemática histórica cf. E. 15,3. ta dada a la pregunta: ¿Por qué habla Jesús en
El poder de las cartas de Pablo (10, 9), que Haenchen, Apostelgeschichte 7 [KEK], 308s El sentido transitivo del verbo, hacer vol- parábolas? En Mc 4, 12, la última frase (fttí-
fue reconocido incluso por sus adversarios nota 4). La carta -bien estilizada- que apare- ver, se encuentra únicamente en Lc 1, 16.17 Y notE emotQÉ'\jJwOLV ... ), muy lejos de negar
(difícilmente será una afirmación irónica), lo ce en Hech 15,23-29, se considera como una Sant 5, 19.20. En todos los demás casos el la posibilidad de la conversión, debe enten-
entiende el apóstol mismo como un medio a comunicación vinculante que da la correspon- verbo se usa en sentido intransitivo: volverse, derse más bien en el sentido de: «tal vez se
través del cual actúa su autoridad apostólica, diente reglamentación <<jurídica» (las maneras regresar (por ejemplo, Mt 12,44; Mc 5, 30; 8, conviertan». Esta expresión se encuentra tam-
la cual se hace sentir o por su presencia física de comportarse para asegurar la comunión de 33; 13, 16; Lc 2, 39; 8, 55; Jn 21, 20; Hech bién en Mateo (13, 15), quien, por acentuar la
o por sus cartas (10, lOs). Pablo estaba dis- mesa entre los judeocristianos y los cristianos 15, 36; 16, 18; Ap 1, 12, cf. Bauer, Worter- responsabilidad de Israel (cf. OtL en el v. 13),
puesto a escribir cartas de recomendación gentiles). Unos cristianos debidamente acre- huch, s.v. Iba), principalmente en el sentido ve aquí únicamente la consecuencia del endu-
(que, evidentemente, tenían un peso conside- ditados se encargan de llevar esa carta (Hech «moral» de: arrepentirse, convertirse (en voz recimiento israelítico. De igual manera, Hech
rable; cf. Flm; Rom 16, 1s; 1 Cor 16, 3 sobre 15, 30). La carta, mencionada y transcrita en activa y voz media). El sustantivo tiene tam- 28, 27 acentúa con esta frase el proceso por el
las cartas que acompañarían a los designados Hech 23, 25-30.33, carece de importancia bién este significado en Hech 15, 3. emo- cual Israel ha de quedar en adelante excluido
para llevar la colecta a Jerusalén; véanse las teológica, pero es testimonio del talento lite- tQÉ<pw en sentido «moral» designa principal- de la salvación, en favor de los gentiles (cf. v.
rario del autor de Hechos. mente el acto de la «conversión» religiosa. 28). Más dura es aún la fórmula en Jn 12, 40
observaciones que se hacen en las cartas diri-
gidas a comunidades, por ejemplo: 1 Cor 4, W. Beilner Con ello el verbo tiene un sentido parecido al (otQÉcpw; Textus Receptus: emotQÉcpw); se
17; 16, lOs; Flp 2,19-23; 2 Cor 8, 22-24:; cf. que encontramos en la LXX. Pero el uso del halla en un contexto (12, 39-40), que presenta
Col 4, 7-9; Ef 6, 21s). Parece que cartas de es- verbo con esta acepción es limitado, porque a Dios como autor directo en aquel endureci-
i:n:uJ'to,.tÍ,~OO epistomizi5 tapar la boca, ha- en el NT el vocabulario de la conversión se miento, dejando a un lado, claro está, el ante-
ta clase fueron falsificadas, o que se hizo de
cer callar* halla representado a menudo por la pareja de rior rechazo voluntario de la revelación.
ellas un uso indebido (2 Cor 3, 1).
Tit 1, 11: o{)~ (a saber, a los falsos maes- términos ftE'tavoÉw y -> ftEtávma, aunque En Hechos, la predicación de los apóstoles
Pablo emplea también en sentido figurado
tros) 6Ei: btLotOftL~ELV. Spicq, Notes 1, 280s. en la obra de Lucas bttatQÉ<pw predomina invita a la conversión y abre el camino para
el concepto de carta. Ante Dios y ante los
hombres que indagan la legitimación del sobre ftEtavoÉw (14 veces; claro que ftEtá- ella, primeramente (de manera parcial) entre
apóstol, la comunidad de Corinto, que fue VOLa aparece 11 veces en el material de Lu- los judíos (3, 19.26; 9, 35), Y luego (de modo
i:n:uJ'tQÉCflOO epistrephi5 hacer volver; in-
fundada (y atendida) por Pablo, es una carta cas). especial) entre los gentiles (11, 21; 14, 15; 15,
transitivo: volverse, convertirse
3.19; 26, 18-20). La yuxtaposición de ftEta-
de recomendación (2 Cor 3, 2). De 3, 2s (ob- e:n:Lo'tQocptí, fí~, ~ epistrophe conversión*
sérvese la mezcla de imágenes) se deduce 2. A propósito, hay dos veces en que se usa voéw y emotQÉcpw (3, 19; 26, 18-20)expre-
1. Aparición y significados - 2. Contextos funda- sa dos cosas: aquel que ha modificado su ac-
seguramente que Pablo consideró a los cre- mentales del uso de estos términos.
el verbo btLotQÉcpw con un significado espe-
yentes (el «corazón» de ellos) como una posi- ciaL 2 Pe 2, 22 (cf. Prov 26, 11) condena a los titud ante los antiguos contenidos de la fe,
bilidad abierta para que el Espíritu de Dios se Bibl.: P. Aubin, Le probleme de la «conversion». falsos maestros libertinos, que se han aparta- tiene todavía que volverse / convertirse (en un
Paris 1963; W. Barday, Turning to God, 1963, 10-21; do de la ética cristiana tradicional ('Ú:n:ootQÉ- nuevo impulso de la fe: 11, 21) hacia Dios
expresara por medio de su presencia en ellos. G. Bertram, E1tWTQÉCPW, e1tWTQocpl¡, en ThWNT VII,
Con ello los cristianos se han convertido en 722-729; H. Conzelmann, El centro del tiempo, Ma- '\jJm, v. 21) y han regresado (emO'tQÉ'\jJa~) a que realiza en Jesucristo la salvación. Esta
«carta de Cristo» (v. 3) en favor del apóstol, drid 1974, 146-148; R. Michiels, La conception luca- su conducta vergonzosa. Un reproche análogo realidad la expresa Pablo concretamente en 1
nienne de la conversion: EThL 41 (1965) 42-78. fue formulado ya por Pablo en Gá14, 9, aun- Tes 1, 9 (cf. Hech 14, 15) en uno de los dos
por quien ellos llegaron a la fe. Eso pueden
conocerlo y leerlo todas las personas (v. 2). 1. El verbo emotQécpw aparece 36 veces que refiriéndose en este caso a los cristianos pasajes que emplean emotQécpw para referir-
De esta manera Cristo expresa su eficacia y su en el NT. Es un término preferido por Lucas gentiles que, por influencia de predicadores se a la conversión al cristianismo. El segundo
confirmación en favor del apóstol (v. 3). Tam- (aparece 7 veces en Lc y 11 veces en Hech), judaizantes, habían tratado de regresar de pasaje se encuentra en 2 Cor 3, 16, en un «mi-
bién esta carta es vinculante (fijémonos en la pero se encuentra también con relativa fre- nuevo a la aceptación del señorío débil y aca- drás» cristiano de Ex 34, 33-35: el velo con
comparación: «en tablas de piedra» -¡una alu- cuencia en los otros dos evangelios sinópticos bado de la observancia de la ley judía. que Moisés cubría su rostro para ocultar el
sión a lo que aconteció en el Sinaí!; obsérve- (en Marcos 4 veces, en Mateo 4 veces). El Por otro lado, el anuncio del ángel, en Lc 1, resplandor de la luz divina, representa la ob-
se igualmente el contraste entre «corazón de verbo se halla atestiguado 3 veces en Pablo 16, da al verbo (usado transitivamente) un cecación de Israel que es incapaz de percibir
piedra - corazón de carne», cf. Ez 11, 19; 36, (2 Cor 3, 16; Gál 4, 9; 1 Tes 1, 9). Y se en- sentido positivo: el Bautista hará que «mu- en sus santas Escrituras tO tÉAO~ toií xataQ-
26; Jer 31,33; Prov 7,3). cuentra 2 veces en Santiago y otras 2 veces en chos de los israelitas vuelvan / se conviertan YO'UftÉvo'U (v. 13); tan sólo la conversión (eav
1544 1545 1546
1543 EJUO'tQÉ<pW - EJ'tL'táoow

ellas 4 veces en Pablo y 3 veces en las Pas- b) Las instrucciones concretas, trasmitidas
e:1tLo'tQÉ'lj!n) al Kyrios Cristo (cf. Os 14, 2s; JI E3ttOuvtQÉXro episyntrechi5 agolparse, torales. con seguridad y vinculantes, del maestro me-
2, 13 Ypassim) eliminará el obstáculo (v. 16). juntarse rápidamente* siánico Jesús (1 Cor 7, 6; 7, 25). Estas ins-
La orientación cristológica se ve con mayor En Mc 9, 25 con O)(,AO~ como sujeto. 2. e:1tLtáoow aparece en el NT en tres con- trucciones se distinguen claramente de la yvcb-
claridad aún en 1 Pe 2, 25. Aquí el autor em- textos lingüísticos y designa: !-ll] (<<opinión, consejo») del apóstol, obrada
plea un motivo clásico (cf. Ez 34, 5; Zac 10, a) En sentido profano: la orden terminante ciertamente por el Espíritu y basada en argu-
E:7tto'Úotaot;, Ero;, ÍJ episystasis aglome-
2; Is 56, lOs; Sal 119, 176; Mt 18, 12s par.) dada por un superior en virtud de su autoridad mentos seguros, pero no absolutamente vin-
ración, alboroto
para expresar la vuelta y conversión de los (Mc 6, 27: el rey Herodes Antipas; Hech 23, culante.
En el NT el término aparece únicamente en
gentiles, de las «ovejas perdidas», al pastor 2: el sumo sacerdote Ananías) o una disposi-
Hech 24, 2 Koiné pm; 2 Cor 11, 28 H 1 Koiné ción práctica que se adopta (Mc 6, 39: Jesús, c) El empleo de la autoridad apostólica en
Cristo.
pm, en lugar de ---+ e:7tLOtaOL~. al dar de comer a los 5000, dispone cómo te- la proclamación del verdadero mensaje de la
La parenesis de Sant 5, 19 recoge el tema y
nían que sentarse; Lc 14,22: el señor de la ca- salvación (Tit 2, 15; 2 Cor 8, 8; cf. el verbo en
exhorta a los miembros de la comunidad a
sa decide a quiénes hay que invitar); Flm 8). e:1tLtaY1Í en Tit 2, 15a tiene un senti-
convertir / hacer volver (btLOLQÉqJro en senti- E:7ttoq>aAi);, 2 episphales inseguro, peli-
do más intenso que la simple «fuerza de la pa-
do activo) al extraviado; el que «hace que un groso* b) En contraste con la exhortación que se
labra pastoral» (en contra de Delling, 37).
pecador se convierta de su camino extravia- Aparece en Hech 27, 9 refiriéndose a lo pe- hace «en el amor» y sin imposiciones, la au-
Propuesta de traducción: «Esto [es decir, el
do, salvará su alma de la muerte ... » (5, 20). ligroso que era el viaje por mar (en otoño). toridad apostólica para dar órdenes autoritati-
kerygma central; compárese el. v. 14 con Mc
En Sant 5, 19s se trata de hacer que el herma- vamente a un creyente como a un subordina-
10, 45], háblalo, exhórtalo y enséñalo apli-
no extraviado regrese a una conducta cristiana do (Flm 8; cf. ---+ 6latáoow en Pablo);
E:7ttOX'Úro epischyi5 hacerse fuerte, insistir cando plenamente tu autoridad apostólica».
auténtica. Algo parecido se expresa en las pa- c) En sentido mesiánico: Jesús, con plena
enérgicamente* La competencia apostólica para instruir se
labras referidas a Pedro: xaL O'Ú :7tOtE e:1tLo- autoridad y obligando compulsivamente da
Lc 23, 5: e:7tLo)(,voV AÉyOVtE~, «insistían aborda ya como algo verdaderamente funda-
tQÉ'lj!a~ (Lc 22, 32): se invita a Pedro a que, órdenes a los demonios (Mc 1, 27 par. Lc 4,
aún más enérgicamente» (como intensifica- mental en 2 Cor 8, 8; pero aquí se ve clara-
después de su fallo momentáneo (la nega- 36; Mc 9, 25; Lc 8, 31) o a las fuerzas de la
ción de lo que se dice en el v. 2). mente que Pablo no puede recurrir a ella en
ción), saque de su propia experiencia pascual naturaleza concebidas como poderes demo- todas las situaciones, sino que a menudo lo
la fuerza que él debe comunicar a sus herma- níacos (Lc 8, 25; cf. Sal 106,29 LXX y, sobre único que puede hacer valer es su propia yvcb-
nos. Lc 17, 4 presupone quizás que la recon- E:7ttoroQE'Úro episi5reui5 amontonar, acu- el tema, Sal 65, 8; 89, 10). Esta orden no deja !-ll] (v. 10).
ciliación con el hermano es fruto de un «re- mular* ningún margen de acción a los demonios (Mc
torno» interior a Cristo, que es quien obra la W. Grimm
2 Tim 4, 3 teniendo a 6l¡¡JaoxáAOV~ como 1,27; Lc 8, 25); la palabra pronunciada se ha-
unidad eclesial. objeto de la acción verbal. ce realidad inmediatamente y con total exacti-
S. Légasse tud, lo mismo que la palabra de la creación E3tttEAÉro epitelei5 realizar, llevar a cabo,
(compárese Mc 9, 25s; Lc 8, 31ss con Gén 1, cumplir*
E:7tttayi), tí;, ÍJ epitage disposición, ins- 3.9). Un verbo sinónimo es ---+ e:7tltl!-láw (<<re-
buotQoq>i), tí;, ÍJ epistrophe conversión trucción prender, hablar en tono imperioso», en hebreo 1. Aparición en el NT y significado general- 2. En al-
---+ E:1tLOtQÉcpw. ---+ e:1tLtáooro 3.
gunos pasajes - 3. En Gál3, 3; 2 Cor 7, 1; 1 Pe 5, 9.
g 'r), con un sentido que aparece claramente
en Mc 1,25.27; 9, 25; Lc 8, 24.25. Bibl.: G. Delling, TÉAO~ ltTA., en ThWNT VIII, 50-
E3ttouváyro episynagi5 juntar, reunir* 88.
Dícese en Mt 23, 37a del repetido intento E:7tttáooro epitassi5 ordenar, mandar (com- 3. El sustantivo e:1tLtaY1Í tiene en el NT los
de reunir a los «hijos de Jerusalén», una reu- pulsivamente)* siguientes significados: 1. En el NT e:1tLtEAÉro se psa un total de 10
nión que se compara con la acción de la galli- e:1tLtayT¡, fí~, ~ disposición, instrucción* veces: 7 en Pablo, 2 en Hebreos, y 1 en 1 Pe
a) La disposición concreta de Dios, adop-
na que junta a sus polluelos (Mt 23, 27b); dí- 1. Aparición en el NT - 2. E:7tLTÚOOú) - 3. E:7may~. tada para un momento determinado, con arre- 5,9. e:1tLtEAÉro, que al principio fue una forma
cese del llamamiento que reúne de los cuatro glo a su voluntad y a su plan salvífico (Rom intensiva de ---+ tEAÉro, llegó a usarse frecuen-
vientos a los elegidos (Mc 13,27 par. Mt 24, Bibl.: O. Betz, Jesu heiliger Krieg: NovT 2 (1958) 16,26; 1 Tim 1, 1; Tit 1, 3; cf. Sab 18, 15; 19, temente en la época helenística, sin diferen-
116-137; G. Delling, EJtLTay~, en ThWNT VIII, 37; H.
31; en voz pasiva dícese de un gran gentío Kee, The Terminology of Mark's Exorcism Stories:
6). La plena revelación de la salvación decidi- ciarse de tEAÉro en cuanto a su significado.
que se congrega (Mc 1, 33; Lc 12, 1); de las NTS 14 (1967-1968) 232-246. ~a desde el principio, acontece «ahora», xat' Ambos vocablos contienen el elemento se-
aves de rapiña (Lc 17, 37). E:1tLtaY1Ív, por medio de la vocación del após- mántico de «terminación, final, meta» (---+ tÉ-
1. e:1tLtáooro aparece 10 veces en el NT, t~l (1 Tim 1, 1; cf. Col 1, 1; Ef 1, 1), por me- AO~). Y, según el correspondiente aspecto del

E3ttOUvayroyi), tí;, ÍJ episynagi5ge reu- de ellas 4 veces en Marcos y otras tantas en diO de la predicación apostólica (Tit 1, 3), por sistema verbal griego y con arreglo al contex-
nión, junta, congregación Lucas. Aparece 1 vez en Hechos y otra en Fi- medio de las Escrituras de los profetas (Rom to, pueden designar la dirección en que se en-
16,26). camina la acción, o bien la meta o fin que ha
---+ ovvayroY1Í· lemón. e:1tLtaY1Í aparece 7 veces en el NT, de
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de alcanzarse concretamente o que se ha al- pecto verbal del presente: se trata de la con- ne el sentido propio de imponer, poner sobre aparece 6 veces, en Marcos 9, y en Lucas 12.
canzado. ducta actual de los gálatas (con respecto a Pa- algo, casi siempre en las expresiones fijas A esto hay que añadir las variantes textuales
blo). Es verdad que aquí es posible entender E:ltLTLitljflL Ta~ XELQa~ / T~V XELQu con dativo, de Mt 16,20; Mc 10, 14.
2. No presentan dificultades los siguientes el verbo en voz pasiva (Bauer, Worterbuch, acusativo o E:ltL (Mt 9, 18; 19, 13.15; Mc 5,
pasajes de Pablo: Rom 15, 28, donde el con- s. v., traducción alternativa: «¿queréis que se 23; 6, 5; 7, 32; 8, 23.25; 16, 18; Lc 4, 40; 13, 2. E:ltLTLfláw se halla íntimamente relacio-
texto hace resaltar que la acción se ha realiza- os haga terminar en la carne?»). Pero es más 13; Hech 6,6; 8,17.19; 9,12.17; 13,3; 19,6; nado con el mensaje de Jesús y con la reac-
do, ha quedado terminada o se ha cumplido; probable la voz media: poco más o menos, 28, 8; 1 Tim 5, 22). El objeto directo puede ción ante ese mensaje (a). A veces designa la
en 2 Cor 8, 6.lIa, don'de el contraste con «¿ estáis dispuestos a llevarlo así a cabo?, o ser también LfláTLU (Mt 21, 7), epoQTLu (Mt reprensión fraterna (b). En una ocasión el tér-
:ltQoEváQxoflm (que aparece dos veces en es- «¿queréis realizarlo de esta manera?». 23, 4), oTéepuvov «<poner una corona de es- mino se reserva para Dios mismo, en la lucha
te contexto y no se encuentra en ningún otro El pasaje de 2 Cor 7, 1 presenta dificulta- pinas», (Mt 27,29; Jn 19,2; E:ltéitljxUV E:ltá- contra los herejes (c).
lugar del NT) hace resaltar la ejecución, la des, porque Pablo podría exigir a los cristia- vw Tfí~ XEepUAfí~ UVLOU, <<poner sobre su ca-
a) Cuando Jesús, por medio de su palabra,
terminación (si no ya la consecución de la nos que realizaran, ejecutaran o incluso que beza», Mt 27, 37), :ltQÓ~ULOV (Lc 15, 5),
quebranta el poder del espíritu inmundo (Mc 1,
meta como tal); y en 2 Cor 8, lIb, donde la originaran la santidad. Pero, en primer lugar, OTUUQÓV (Lc 23, 26), :ltljAOV E:ltéitljxév floU
25 par. Lc 4, 35), que es el representante de los
disposición para querer hacer algo (~ :ltQoitu- no está claro cuál es el significado exacto que E:It!, LOiJ~ 6epituAflO'Ú~, <<poner barro en mis
poderes del mal (¡plural en Mc 1, 24.27!), co-
flLa LOU itéAELV) se compara con TO E:ltLTEM- hay que dar al término, nada frecuente, áyLW- ojos», Jn 9, 15), ~uyóv (Hech 15, 10), ~áQo~
mienza a imponerse el reinado de Dios (cf. 1,
om (en sentido absoluto), la ejecución, la ter- o'Úvlj (--+ ayLO~ 2). Aquí, desde luego, se ha- (15, 28, en voz pasiva), o epQuyávwv 'tL :ltAfí-
14s y especialmente Mt 12, 28 par.). La pala-
minación. En estos cuatro testimonios se em- lla relacionado con la purificación y el temor ito~ (28, 3).
bra imperiosa de Jesús vence al poder (demo-
plea el aoristo de E:ltLTEMw (E:ltETéAwa). de Dios. Y, en segundo lugar, no debe desa- En sentido figurado: E:ltéitljXEV OVOflU,
níaco) del viento y de las olas (Mc 4,39 par.) y
tenderse el aspecto lineal e inacabado del sis- <<poner por nombre» (Mc 3, 16.17); n:Aljya~
libera al muchacho del espíritu inmundo que lo
Además, estos cuatro pasajes se hallan relacio- tema de presente (cf. Lutero 1545: forifaren E:ltLitévTE~, «golpear) (Lc 10, 30; Hech 16,
poseía (Mc 9, 25 par. Mt 17,18 /Lc 9, 42). Se-
nados con la colecta de dinero en favor de la co- mit der Heiligung [«continuar con la salva- 23); en sentido absoluto Mv TL~ E:ltLitfí En:'
gún Lc 4, 39, Jesús con su palabra vence a la
munidad de Jerusalén. Ahora bien, en el griego ción» D. Se trata, en todo caso, de un esfuerzo. uVTá, «si alguien añade (algo)>> (Ap 22, 18a;
profano, E:ltL"tEA.ÉW tiene también el sentido de fiebre (concebida también como un poder de-
Los paralelos aducidos por Bauer, Worter- cf. Dt 4, 2); E:ltLitr'¡OEL Ó itEO~ E:It' UVTOV Ta~
«efectuar un pago con arreglo a una obligación»; moníaco) que aquejaba a la suegra de Pedro.
pero este sentido no se halla atestiguado con cer- buch (s.v. 2), Arist 133 y 166, parece que :ltAljyá~, «Dios le infligirá / impondrá sobre
teza en el NT (aunque sí lo está, seguramente, en permiten la traducción «actuar de manera él las plagas» (Ap 22, 18b, como consecuen- Jesús, al obrar así, demuestra que está entera-
lo que respecta a 'tEAÉW). El significado de «pa- santa». cia de lo que se ha dicho en el v. 18a). mente al lado de Dios, el único a quien corres-
gar» no viene al caso en los tres primeros pasajes El sentido del pasaje de 1 Pe 5, 9 es incier- En voz media atacar, tocar (Hech 18, 10); ponde, según el AT (Sal 18, 6 = 2 Sam 22, 16; Sal
mencionados; es posible que se escuche en el to por la falta de paralelos. No sabemos si los proveer/suministrar (28, 10). 104, 7 Ypassim) y según los escritos de Qurnrán
fondo del cuarto pasaje. sufrimientos «se realizan en la fraternidad» o (lQapGén 20,28; lQM 14, 9-11 Ypassim), ven-
son impuestos a ella (Bauer, Worterbuch, s. v. cer a los poderes hostiles a Dios. Es importante
No ofrece tampoco ninguna dificultad Flp 4); para el argumento de la carta, la distinción que las artes y prácticas mágicas que conocemos
f3tttt,,Uiro epitimao vencer con una pala- por relatos helenísticos sobre exorcismos, sean
1, 6, donde -eso sí- aun conservándose el carece de importancia. bra de poder, reprender completamente extrañas al NT.
sentido de realizar, ejecutar, se desplaza más
R. Mahoney
bien el acento hacia el significado de termi- Bibl.: G. A. Barton, The Use of f:¡wtlftiiv in Mark
nar (el futuro de indicativo no se limita a ex- Según Mc 3, lIs, Jesús conmina con amena-
8, 30 and 3, 12: JBL 41 (1922) 233-236; O. Bocher,
zas a los demonios para que no den a conocer
presar un solo aspecto de la acción). f3tt't'Í]bEW;, 3 requerido, necesario* Christus Exorcista (BWANT 96), Stuttgart-Berlin
Por el contrario, con arreglo al aspecto line- 1972; A. Caquot, gdar, en ThWAT n, 51-56; H. C. que él es el Hijo de Dios. De manera parecida,
Sustantivado en Sant 2, 16: Ta E:ltLTr'¡6ELU
al del sistema de presente, el acento recae en Kee, The Terminology of Mark's Exorcism Stories: Jesús advierte seriamente a sus discípulos que
LOU OWflULO~. NTS 14 (1967-1968) 232-246; G. Liedke, g'r Repren-
el proceso mismo de la ejecución en los dos no hablen a nadie sobre él (Mc 8, 30 par. Mt
der, en DTMAT 1,609-612; R. Pesch, «Eine Lehre aus 16, 20 v.l. / Lc 9, 21), probablemente porque su
pasajes de Hebreos (8, 5; 9, 6), donde el pri- Macht», en J. B. Bauer (ed.), Evangelienforschung,
mer contexto -construcción del tabernáculo- f3tt'tí:311'U epititemi (en voz activa) poner Graz-Wien 1968, 241-276; H. Preisker, EJtL'tLftáúl
mesianidad podía entenderse erróneamente en
sugiere el significado de construir, casi senci- sobre, imponer, infligir; (en voz media): %1:1..., en ThWNT n, 620-623; L. Schenke, Die Wunder- sentido político. Pedro, por su parte, increpa a
llamente de hacer, y el segundo contexto, que atacar, entregar* e,:ziihlungen des Mk (SBB), Stuttgart 1974. Cf. más Jesús (Mc 8, 32), cuando éste habla de que él
El verbo aparece 39 veces en el NT, princi- bIbliografía en ThWNT X, 1083. es el Hijo del hombre que había de sufrir (v.
es litúrgico, sugiere más bien el de desempe-
palmente en los Evangelios sinópticos (Mateo 31). La palabras con que Jesús reprende a Pe-
ñar, ejecutar.
7 testimonios, Marcos 8, Lucas 5) y en He- 1. Fuera de los evangelios sinópticos (don- dro hacen que esta escena se asemeje algo a los
3. En Gál 3, 3, a pesar del contraste con chos (14 testimonios), pero no aparece en Pa- de aparece 27 veces), E:ltLTLfláw se encuentra relatos de exorcismos: «Satanás» es vencido en
EvaQl;áflEvOL (cf. Flp 1, 6), predomina el as- blo. En la mayoría de los pasajes el verbo tie- únicamente en 2 Tim 4,2 Y Jds 9. En Mateo Pedro, y Pedro vuelve a comportarse de nuevo
e:n:L'tQé:n:w - emcpáVELU 1554
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como discípulo (cf. 8, 34-38). Cuando los dis- bun.... ia, a~, 1) epitimia castigo* En el libro de Hechos son principalmente tración de los bienes reales (e:n:ieQO:TtO~ apa-
cípulos reprenden a quienes quieren hacer que En 2 Cor 2, 6 como reprensión efectuada las autoridades romanas las que se portan bien rece como préstamo griego en la literatura ra-
los niños se acerquen a Jesús (Mc 10, 13 par.), por la mayoría de la comunidad (no es un tér- con Pablo Y le permiten pronunciar unas pala- bínica; cf. Billerbeck 11, 164); en Gál 4, 2
tal cosa difícilmente será una simple prepara- mino del griego clásico, pero cf. Sab 3, 10; bras en su defensa (Hech 21, 39.40; 26, 1), vi- aparece con el sentido de tutor (de un herede-
ción literaria de las palabras de Jesús que vie- papiros). sitar a sus amigos (27, 3) y habitar en su pro- ro que todavía es menor de edad) juntamente
nen a continuación. Los discípulos no tratan pia vivienda alquilada (28, 16). En 26, 1 se con OLXOVÓf,LOL. El sentido de «gobernador»
tanto de proteger a Jesús como de protegerse a emplea en voz pasiva la fórmula de cortesía: falta en el NT (cf., no obstante, Lc 3, 1 D).
sí mismos contra las molestias originadas por i'1:ttQÉ'1:ro epitrepo permitir* «Se te permite». En el famoso versículo mu-
los niños. Y es que no han comprendido que el lier taceat (1 Cor 14, 34; cf. 1 Tim 2, 12), la
1. Aparición en el NT - 2. Campo referencial- 3. El i'1:tt'Ui'Xávro epitygchano ser hecho partí-
reino de Dios pertenece a los «que son como tópico: «si el Señor (Dios) lo permite». pasiva impersonal bUeQÉJtEem hace referen-
cipe, conseguir*
ellos» (vv. 15s). cia a una disposición adoptada por la comuni-
Bibl.: Moulton-Milligan, s. v. Con genitivo eii~ e:n:ayyEAia~ (Heb 6, 15;
«Muchos» de entre el pueblo, difícilmente dad y, por tanto, al origen post-paulino de es- cf. 11,33); con acusativo (Rom 11,7 bis); con
los discípulos (como piensa R. Pesch, Markus- te pasaje (ef. H. Conzelmann, Der erste Brief objeto que se sobreentiende por lo que se ha
1. El uso de bUeQÉJtw se distribuye de ma- an die Korinther [KEK], 290 nota 54.
evangelium [HThK], 172), tratan de imponer dicho en la frase anterior (Sant 4, 2).
nera bastante uniforme en el NT: Mateo 2 tes-
silencio a un ciego (Mc 10, 48 par. Mt 20, 31 /
timonios, Marcos 2, Lucas 4, Ev de Juan 1, 3. La denominada condicio Iacobaea, «si
Lc 18,39), no precisamente porque el título de
Hechos 5, 1 Corintios 2, 1 Timoteo 1, He- el Señor lo permite» (cf. Sant 4, 15: eav ó i'1:ut;aiv<;o epiphaino manifestarse
Hijo de David pudiera «interpretarse errónea-
breos 1. Lucas ha duplicado el uso sinóptico XÚQLO~ {}EA~On) es una frase retórica muy di- --> E:7tLcpavELu 2.
mente en sentido nacional y político» (Pesch,
en las sentencias sobre el discipulado (Mt 8, fundida para mostrar la modestia del hablan-
Markusevangelium), sino porque a las gentes
21; Lc 9, 59.61) y en la historia de la cura- te. Se encuentra en conexión con e:7tLeQÉ:TtW
que habían seguido a Jesús desde Jericó (v. i'1:ufJávEta, a~, 1) epiphaneia manifesta-
ción del poseso de Gerasa (Mc 5, 13; Lc 8, 32 en 1 Cor 16, 7; Heb 6, 3; cf. Hech 18, 21; 1
46), les parecía que los gritos del ciego eran ción*
bis). Esto se explica seguramente porque el Cor 4,19. Para los testimonios no bíblicos, cf.
una molestia. Las ásperas reprensiones de
verbo expresa una relación de superioridad Bauer, Worterbuch, s.v.; G. Schrenk, ThWNT 1. Aparición y significado del término en el NT - 2.
aquellas personas trataban de cerrar al ciego el emcpalvúl - 3. emcpav~<;.
(--> 2), y por este motivo se emplea también I1I, 46 nota 32; F. Hauck, Jakobusbrief
camino hacia el seguimiento de Jesús (v. 50).
en Hechos. [KNT], a propósito de 4, 15. Bibl.: F. Baumgartel, Das Offenbarungszeugnis des
b) La condición previa para la reprensión G. Bouwman AT: ZThK 64 (1967) 393-422; R. Bultmann-D. Lühr-
fraterna (Lc 17, 3b) es el pecado. Su finalidad 2. Los sujetos de e:7tLeQÉJtELV son de ordi- mann, cpalvúl XLA., en ThWNT IX, 1-11; A. Coppo,
es conseguir la conversión a Dios y el perdón nario personas que desempeñan un cargo de Luci epifaniche nella terminologia dell'A e del NT: EL
por parte del hermano. En 2 Tim 4, 2, la re- 73 (1959) 310-334; V. Hasler, Epiphanie und Christo-
autoridad. Pilato concede que el cuerpo de Je- i'1:ttQO'1:EVro epitropeuo desempeñar el logie in den Pastoralien: ThZ 33 (1977) 193-209; E.
prensión es tarea del epíscopo. Según Lc 23, sús sea desclavado de la cruz y pueda recibir cargo de procurador Jenni, «Kommen» im theologischen Sprachgebrauch
40, uno de los dos ladrones crucificados junto sepultura (Jn 19, 38). En la cuestión del di- En Lc 3, 1 D e:7tLeQO:TtEÚOVW~ (en vez de des AT, en Wort-Gebot-Glaube (FS für W. Eichrodt),
a Jesús reprende al otro ladrón para impedirle vorcio, la disposición de la ley mosaica de Zürich 1970,251-261; J. Jeremias, Theophanie. Die
~yc¡.toVEÚOVW~) dícese del cargo desempe-
Geschichte einer alttestamentlichen Gattung, Neukir-
que siga blasfemando contra Jesús (v. 39), que, en caso de divorcio, se extienda y entre- ñado por Pilato. chen-Vluyn '1977; J. Koenig, Aux origines des théo-
evidentemente con la intención de moverle a gue a la mujer un certificado de divorcio, se phanies iahvistes, en RHR 169 (1966) 1-36; H. J.
creer en el Cristo (cf. vv. 41-43). interpreta como una concesión: Moisés lo Kraus, Die ausgebliebene Endtheophanie. Eine Studie
permitió (Mc 10,4 par. Mt 19, 8). Los demo- i'1:ttQO'1:Í), t¡~,1) epitrope mandato, auto- zu les 56-66: ZAW 78 (1966) 317-322; J. L. Kuntz,
c) La circunstancia de que los falsos maes- The Self·Revelation of God, Philadelphia 1967; D.
tros blasfemen incluso contra los poderes an- nios piden a Jesús que les permita entrar en la ridad* Lührmann, Das Offenbarungsverstandnis bei Paulus
piara de cerdos (Mc 5, 13; Lc 8, 12 a diferen- En Hech 26, 12 junto a e;o\JoLa (<<autori- und in paulínischen Gemeinden, N~ukirchen-Vluyn
gélicos (M;m, Jds 8) es ocasión para que el
cia de Marcos). El permiso dado por Jesús co- dad»), en relación seguramente con el manda- 1965: Id., Epiphaneia. Zur Bedeutungsgeschichte ei-
autor de la carta recuerde la disputa del arcán- nes griechisches Wortes, en FS Kuhn, 185-199; Ch.
rresponde probablemente a la petición origi- to recibido (de los principales sacerdotes).
gel. Miguel con Satanás acerca del cuerpo de Mohrmann, Epiphaneia, Nijmegen 1953; E. Pax, EIII-
nal (que se lee en Mc 5, 10) de que Jesús no <l>ANEIA. Ein religionsgeschichtlicher Beitrag zur
Moisés (v. 9). Miguel no se atrevió siquiera a
los expulse de la región. El estilo narrativo, Biblischen Theologie, München 1955; Id., Epifanía,
proferir un juicio contra Satanás que implica- i'1:itQO'1:0~, O'U, Ó epitropos administra- en DTB 322-326; R. Pfister, Epiphanie, en Pauly-Wis-
originalmente esquemático, que es corriente
ra una maldición (--> e:7tLcpÉQw), sino que dejó dor, supervisor, tutor* sowa, Suppl. IV (1924), 277-323; R. Reindl, Das An-
en los relatos de expulsiones de demonios (cf.
en manos de Dios la victoria (<<¡Repréndate el En Mt 20, 8 dícese del administrador de gesicht Gottes im Sprachgebrauch des AT, Leipzig
Mc 1,23-27), se adorna aquí con detalles no- 1970, 112ss; E. Schnutenhaus, Das Kommen und Er-
Señor!», cita de Zac 3, 2 LXX). Dios vencerá una viña; en Lc 8, 3 se menciona a la mujer de
velísticos. La solicitud de un permiso es ele- scheinen Gottes im AT: ZAW 76 (1964) 1-21; Spicq,
también a los falsos maestros (cf. vv. 10-15). un administrador de Herodes llamado Cusa, Notes 1, 284-287; D. Wachsmuth, Epiphanie, en Pauly,
mento fijo en los relatos judíos y helenísticos
H. Giesen de milagros. que seguramente tenía a su cargo la adminis- Lexikon V, 1598-1601.
1555 1556 1557 1558

tado Dios en el mundo, y que los creyentes son f:7tlqJuúaxro epiphauskiJ manifestarse, bri- mann, Das Evangelium des Matthiius [ThHK],
1. El sustantivo EmcpávELa se emplea 6 ve-
llamados -antes de la manifestación del Juez del llar (como un astro)* sub loco; E. Schweizer, Das Evangelium nach
ces en el NT y aparece exclusivamente en los universo- a decidirse, confesar su fe y actuar co- Ef 5, 14: EmcpaúoEL OOL Ó XQLO'tÓ¡;, «bri- Matthiius [NTD], sub loco; cf. especialmente
escritos tardíos del NT: en las Pastorales y en mo respuesta.
llará sobre ti Cristo», como parte de una cita E. Lohmeyer, Das Evangelium des Matthiius 4
la carta pseudoepigráfica, igualmente tardía,
que no se halla atestiguada en ninguna otra [KEK], 404 nota 1), o (según el modo roma-
de 2 Tesalonicenses (que procede de la escue- 2. El verbo E3tUpatvro, manifestarse*, apa-
parte, y que procede quizás de un himno cris- no de calcular el día) a la madrugada del pri-
la paulina). Tit 2, 13: «Aguardando la espe- rece 4 veces en el NT. En Hech 27, 20 signi-
tiano primitivo; cf. M. Dibelius, Der Epheser- mer día de la semana (cf. Mc 16, 1; Lc 24, 1;
ranza bienaventurada y la manifestación (ad- fica, en el relato del naufragio de Pablo, que
briep (HNT), sub loco. Jn 20, 1; cf. también Billerbeck 1, 1051-
ventum) del gran Dios y Salvador nuestro el sol y las estrellas no podían verse a causa 1053). La primera hipótesis es la más proba-
Cristo Jesús»; 1 Tim 6, 14: «Irreprochable has- de la tempestad. Aquí se usa sencillamente ble; Mt 28, lss describe un suceso acaecido
ta la manifestación de nuestro Señor Jesucris- como tecnicismo de la meteorología. f:7tlqJÉQro epipheriJ traer, llevar, imponer* en la noche después del sábado, cf. también
to»; 2 Tim 1, 10: «La gracia ha sido revelada En el cántico de alabanza de Zacarías, en Rom 3, 5: Ó EmcpÉQwv 't~v oQYlÍv, dícese el v. 13.
ahora por la manifestación de nuestro Salva- Lc 1, 79, se ensalza (con una cita de Is 9, 1; de Dios, «que fulmina el juicio de ira»; Jds 9:
dor Cristo Jesús, quien aniquiló la muerte»; 4, 42, 7) la manifestación iluminadora de Yahvé XQLOtV Em::VEYXELV ~Aaocp1]f-LLa¡;, <<fulminar
1: «Testifico ante Dios su manifestación y su para los que están sumidos en tinieblas y f3nXElQÉro epicheireiJ proponerse, inten-
un juicio de maldicióll», es decir, un juicio
reino»; 4, 8: «A todos los que aman su mani- sombras de muerte. El nacimiento de Jesu- tar*
consistente en maldecir al diablo (~Aaocp1]­
festación»; 2 Tes 2, 8: el Señor destruirá al cristo, el Hijo de David, se da a conocer como Lc 1, 1: «después que muchos se han pro-
f-LLa¡;, si tenemos en cuenta la severa crítica
Anticristo «en la manifestación de su segunda el resplandor de la presencia de Dios en el puesto» (posiblemente, el verbo tiene también
venida» (Emcpavd<;l 'tfj¡; :7ta(01)OLa¡; avwu que se hace en el v. 8, no debe entenderse co-
mundo. un tono de crítica en sentido literario: «han
debe entenderse pleofóricamente como hen- mo genitivo objetivo [«un juicio contra la
En Tit 2, 11; 3, 4 el verbo se emplea en sen- intentado»; cf. G. Klein, en FS Bultmann
díadis). maldición pronunciada por el diablo» D. Por
tido específicamente cristológico (-+ 1): «Por- 1964, 193-216, especialmente 195s); intentar,
En estos seis pasajes se designa con el con- lo demás, el verbo aparece también en Hech
que se ha manifestado a todos los hombres la Hech 9, 29; 19, 13.
cepto la esperada segunda manifestación del 19,12 v.l.; 25,18 v.l.; Flp 1, 17 v.l.
gracia del Dios Salvador»; «Pero cuando se
Cristo resucitado y exaltado, al fin de los tiem- manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador
pos, en el último día. Pero se designa tam- y su amor hacia los hombres». En ambos ca- f:7tlXÉro epicheiJ derramar sobre, verter so-
f:7tlqJroVÉro epiphiJneiJ gritar, llamar a gri-
bién, al mismo tiempo, el reinado de Dios, sos se contempla la encarnación y el testimo- bre*
tos*
que ha comenzado ya y se ha manifestado en nio de la vida de Jesús de Nazaret en sus con- Lc 10, 34: «derramó aceite sobre sus heri-
Lc 23, 21: ellos le replicaban gritando (des-
la muerte y en el triunfo sobre la muerte del secuencias soteriológicas universales para das».
pués que Pilato volviera a hablarles, :7tQoo-
Kyrios Cristo. todos los hombres. Ecpmv1]OEv, v. 20); Hech 12, 22, «la gente
Aunque el término expresa ya en el griego pro- prorrumpió en aclamaciones»; 21, 34: «unos f:7tlXOQl]yÉro epichoregeiJ conceder, ofre-
fano, por un lado, la manifestación de una divini- 3. El adjetivo i:7tupavt1S, resplandecien- gritaban una cosa y otros otra»; 22, 24: «por cer, apoyar*
dad salvadora y la experiencia de su acción salví- te*, se emplea en Hech 2, 20, en el marco de qué gritaban tanto contra él». EmxoQ'Y]yLa, a~, ~ epichoregia apoyo*
fica, y, por otro lado, el acto de presencia del la prueba de Escritura presentada en el discur-
monarca divinizado en los actos de culto divino so de Pedro en Pentecostés, y es una cita de JI 1. Aparición y significados - 2. Pablo - 3. Colosen-
que en el mundo helenístico-romano se tributa- ses y Efesios - 4.2 Pe 1,5.11.
3, 4: «Antes de que llegue el día del Señor, f:7tlqJooaxro epipMskiJ brillar, amanecer*
ban al Estado, sin embargo para entender el len-
grande y glorioso». En el contexto de la refe- Lc 23, 54: xaL oá~~a'tov E:7tÉcpWOXEV, se Bibl.: Bauer, W6rterbuch, s. vocibus.
guaje del NT hay que tener en cuenta principal-
mente el motivo de las teofanías del AT que rencia a la parusía, el adjetivo significa aquí: refiere, basándose en el contexto, al comien-
hablan de la venida de Yahvé al mundo. La pri- impresionante, terrible, revelador, demostra- zo del sábado en la tarde del día de la prepa- 1. El sustantivo, que aparece 2 veces en el
mitiva Iglesia vio realizada personalmente en la tivo, manifiesto. En el día de la segunda veni- ración. Se discute cómo hay que entender Mt NT, está formado a semejanza del verbo, el
encarnación de Jesucristo y en su segunda venida da del soberano universal Cristo, se hará 28, 1: otjJE CE oa~~á'twv, 'tñ EmcpwoxOúOl! cual aparece 5 veces. El verbo, con el prefi-
-en la parusía escatológica- la prometida «venida transparente ante todas las criaturas el poder d¡; f-LLav oa~~á'twv. Puesto que otjJÉ puede jo E:7tt, constituye una forma intensiva del
de Dios». Por eso, «epifanía» puede ser un térmi- significar «tarde» (usado como adverbio; cf. verbo simple XOQ1]yÉw, que solamente apa-
no parcialmente sinónimo de «parusía», como ve- de vida que tiene el Cristo resucitado y exal-
mos por 2 Tes 2, 8. Es verdad que la LXX tradujo tado como Señor del mundo. BlaB-Debrunner § 164, 4) o «después de» rece 2 veces en el NT. En la época helenísti-
muy raras veces con este término las manifes!a- P.-G. Müller (usado como preposición impropia), lo de ca se desvaneció el sentido ático de XOQ1]-
ciones de Dios en el AT (2 Sam 7,23). Tan solo otjJE CE oa~~á'twv puede referirse (según el yÉw, «sufragar los gastos de un coro», para
en el Libro 2 de Macabeos aparece el término con modo judío de calcular el día) al comienzo dar paso al sentido figurado, corriente ya
alguna frecuencia (2,21; 3, 24; 5, 4, Y passim). El del primer día de la semana en la tarde del sá- desde muy pronto, que fue el de «aportar di-
concepto neo testamentario de e:7tUpáVELU expresa
f3UqJuvÍ);, 2 epiphanes resplandeciente
-+ EmcpávELa 3. bado (así piensan, por ejemplo, W. Grund- nero para algo», y luego el de «entregar,
que en el acontecimiento de Cristo se ha manifes-

1559 1560 1561 1562

conceder algo; suministrar alguna cosa» (cf. 4. Es oscuro el sentido exacto de f:n:LXO- «cuando las contemplen (las buenas obras)>>; gue aguardando la revelación escatológica del
Liddell-Scott, s.v.). Q'I']Y1Í aatE en 2 Pe 1,5 Y de la figura siguien- 3, 2, en relación con la conducta pura (de las mundo celestial y la nueva creación del cielo
te que se desarrolla en los vv. 5-7 (BlaB-De- mujeres). y de la tierra.
2. Los pasajes indiscutiblemente paulinos brunner § 493). Parece que en 1, 8s no se
no ofrecen ninguna dificultad: en 2 Cor 9, 10 2. a) En la seria advertencia profética con
presupone ninguna relación especial entre las btó3t't1]~, OlJ, Ó epoptes el que ha visto, el
el verbo aparece junto a XOQ'I']yÉw, significan- virtudes antes enumeradas. Así que el signifi- que finaliza una parábola de Jesús, Mt 18, 35
testigo ocular*
do ambos: ofrecer, poner a disposición o cado de añadir para EJtLXoQ'I']Y1ÍaatE en el v. habla del «Padre que está en el cielo» (ov-
En 2 Pe 1, 16, se usa en sentido figurado,
-sencillamente- dar; lo mismo ocurre en Gál 5 sería suficiente y adecuado. El futuro pasivo QáVLO~, v.l. f:7to1JQávLO~). El adjetivo apare-
inspirándose seguramente en el lenguaje de
3, 5 (téngase en cuenta en este caso el aspec- en 1, 11 (EJtLXoQ'I']y'l']1't1ÍaEtaL), suscitado más ce también en un contexto litúrgico en 1 Clem
los misterios (cf., por ejemplo, Plutarco, Ale
to durativo y lineal del presente). En Flp 1, 19 inconsciente que conscientemente por 1, 5, 61, 2 (invocación: Ma:7tota f:7to1JQávLE). En
22, 4; cf. Bauer, Worterbuch, s. v.; Liddell-
EJtLxoQ'I']yta significa apoyo o, simplemente, significa sencillamente: se (os) concederá (la la afirmación confesional y litúrgica de Ef 1,
Scott, s. v.): f:7tÓ:7ttaL ... tfí~ ... !1EyaAELÓt'l']tO~,
ayuda. entrada en la basileia eterna). 20; 2, 6 se dice que Jesucristo, después de su
«testigos iniciados de la gloria (de Dios)>>.
exaltación, se encuentra en el cielo (plural
R. Mahoney sustantivado: fV to¡;~ f:7t01JQavtOL~). De índo-
3. Más difícil es el participio de presente de
E3tO~, OlJ~, 'tó epos palabra* le celestial son, según Flp 2, 10; Ef 3, 10; 6,
la voz pasiva en Col 2, 19: procediendo de la
Heb 7, 9, en la frase corriente: w~ E:7tO~ 12, los principados y potestades, que en parte
cabeza (= Cristo), crece todo el cuerpo (a&!1a) i'ltxoQ1]yta, a~, i¡ epichoregia apoyo d:7tdv, «por decirlo así». no se mencionan como mensajeros, sino co-
f:n:LXOQ'I']yoÚ!1EVOV xaL a1J!1~L~a~ów:vov (que --+ EJtLxoQ'I']yÉw.
mo fuerzas contrarias en la lucha entre la luz
se mantiene unido) por coyunturas y ligamen-
y las tinieblas. También el cielo está dividido
tos. Por un lado, a causa de las conocidas fun- E3tolJQávtO~, 2 epouranios celestial
ciones de las coyunturas y los ligamentos, y a
E'ltXQtro epichrii5 untar con, extender so- en diversos niveles y ámbitos; los mensajeros
1. Aparición y significado del término - 2. Signifi- de Dios se hallan en lucha con los de Satanás;
causa del paralelismo (nota característica de bre*
cados especiales en el NT - a) De Dios, de Cristo y de
Jn 9, 6: EJtÉXQL<JEV tOV :7t'l']A.OV f:7tL toU~ los poderes - b) Uso apocalíptico - c) En el sentido de cf. el adjetivo afín --+ :7tVE1J!1atLXó~ en Ef
Colosenses; cf. Kümmel, Einleitung, 299), EJtL-
6<p1'taA.!1oú~ (f:7tÉ1't'l']XEV B); 9,11: f:7tÉXQL<JEV procedente del cielo - d) De la salvación celestial. 6,12.
XOQ'I']yoú!1EVOV podría entenderse en el senti-
tou~ 6<p1'taA!10ú~. b) Es apocalíptico lo que se sustrae a los
do de apoyado, con un significado estructural Bibl.: Bauer, Worterbuch, S.v.; H. Bietenhard, Die
y estático. Por otro lado, la metáfora del cre- himmlische Welt im Urchristentum und Spatjudentum, ojos humanos, pero ha sido descrito por ante-
Tübingen 1951; L. Brun, Jesus als Zeuge von irdi- riores textos de la Escritura: Jn 3, 12 (Sab 9,
cimiento y la idea de apoyar suministrando, i'lotxobop.tiro epoikodomei5 edificar en- schen und himmlischen Dingen. Joh 3, 12-13: SO 8
asociada con el término, sugieren el significa- (1929) 57-77; R. Bultmann, Das Evangelium des Jo- 16; 4 Esd 4, 1-21; Hipólito, Ref V [sermón
cima, construir*
do de abastecido, por ejemplo, con alimentos hannes (KEK), Gottingen 10 1968, 105-107; B. Gartner, contra los naasenos]). Aquí habrá que men-
--+ ol.x06o!11Í.
The Temple and the Community in Qumran and the cionar principalmente: Heb 8, 5; 9, 23; 11, 16.
(cf. E. Schweizer, La Carta a los colosenses
NT, Cambridge 1965, 88-99; P. Katz, Philo's Bible, Vemos asimismo que 2 Tim 4, 18 hace refe-
[EKK], sub loco). Ef 4, 16, que depende de Cambridge 1950, 141-146; F. Torm, Der Pluralis
Col 2, 19, es aún más difícil: el cuerpo produ- E'loxiAAro epokelli5 encallar, hacer enca- oUQavo[: ZNW 33 (1934) 48-50; H. Traub, oUQavóc; rencia solemnemente al «reino celestial», y
ce su crecimiento a partir de la cabeza (= llar xÜ., en ThWNT V, 509-535.538-542. Heb 12, 22 a la «Jerusalén celestial».
Cristo), manteniéndose unido «por toda co- Hech 27, 41 Koiné pI (en lugar de f:7tLXÉA.- c) Hay otro nivel distinto allá donde el ad-
1. Este adjetivo aparece desde los tiempos
yuntura tfí~ EJtLxoQ'I']yta~». Aquí es incierta AW). de Homero y se encuentra también en Platón, jetivo adquiere el sentido de lo que procede
no sólo la índole del apoyo (no se sabe si es Filón (All I1I, 168), Josefo (Ant 1, 69), 3 Mac del cielo y califica entonces ese origen (= f~
un apoyo estructural o de abastecimiento de 6,28; 7, 6, Y aparece con diversos matices en oVQavoií). Aquí habrá que mencionar princi-
E'lovop.tá~ro eponomazi5 llamar, denomi-
alimentos) sino también la índole del genitivo el NT (19 testimonios) en sustitución de un palmente la correspondencia paulina entre el
nar*
(no se sabe si es genitivo apositivo [epexegé- enlace hebreo por medio de preposición. Se primer hombre y el último hombre en 1 Cor
Rom 2, 17 (en voz pasiva): «si tú te haces
tico], objetivo o de otra índole). Parece que piensa en general que el cielo y la tierra están 15, 45-49 (guarda afinidad también con esto
llamar judío».
los autores de Colosenses y de Efesios acep- separados entre sí en el espacio, pero que, a el adjetivo :7tVE1J!1atLxÓ~, en el v. 44). Las re-
taron cierta oscuridad y confusión en sus imá- pesar de su separación exterior, hay diversas laciones con el helenismo no deben oscurecer
genes para realzar con más claridad -contra E'lmt'te'Úro epopteui5 contemplar, tener an- formas de pensamiento (la analogía, la corre- el hecho de que existe anteriormente una base
las falsas doctrinas- la importancia absoluta te los ojos, observar* lación, la correspondencia) que pueden esta- hebrea: por un lado, la formación del hombre
de Cristo, la cabeza, para su cuerpo, que es la En 1 Pe 2, 12 el participio absoluto f:7tO:7t- blecer una vinculación entre los dos ámbitos. a partir de barro del suelo (Gén 2, 7); por otro
Iglesia (cf. H. Conzelmann, Die Briefe an die tEÚOVtE~ exige que se complete el sentido so- La irrupción del reino del cielo en la historia lado, la manifestación del Hijo del hombre y
Epheser und die Kolosser [NTD 8 14 ], 109- breentendiendo EQya, mientras que fX t&v proporciona nuevos conocimientos del ámbi- de los santos del Altísimo (Dan 7, 13-14: 7,
111,192-195). xaA&v EQyWV debe referirse a 6o~áaw<JLv: to celestial; sin embargo, toda apocalíptica si- 18; Flp 3, 21). Con la pascua comienza el pro-
1563 bto'UQávLO~ - Émá 1564 1565 Émá - EQu'Uváw 1566

ceso de trasformación; el Hijo del hombre in- E. Schweizer, Die sieben Geister in der Apokalipsis, siete ángeles, 8, 2.6; 11, 15; 15, 1.6.7; 16, 1; veces). Lc 17,4 (bis) acentúa que a un herma-
cluye en sí la trasformación de los santos. Pa- en Id., Neotestamentica, Zürich 1963, 190-202; A. 21, 9; siete trompetas, 8, 2.6; siete truenos, no que peque contra ti siete veces al día, y
Strobel, en BHH III, 1785 (bibl.); H. Zimmermann,
blo piensa en términos corporativos (no místi- 10, 3.4; siete plagas, 15.1.6; siete copas llenas «vuelva a ti -arrepentido- siete veces», hay
Die Wahl der Sieben (Apg 6, J-6), en FS für Kardinal
cos): como era el terreno, así son también los Frings, Kaln 1960, 364-378. Cf. más bibliografía en de ira, 15,7; 16, 1; 21, 9), y también como que perdonarle siempre, es decir, sin ninguna
terrenos, y como el celestial, así son también ThWNT X, 1084. expresión del extenso poder de los poderes limitación.
los celestiales (OL €no'UQávLOL, v. 48). Lo ce- impíos (siete cabezas del dragón, 12, 3; siete
lestial es, pues, una cualidad que corresponde 1. Ém;á aparece 88 veces en el NT, princi- cuernos de la bestia, 13, 1, cf. 17, 3.7.9.11). bnfX.Xt(JxLALOt, 3 heptakischilioi siete
a la trasformación. El curso del pensamiento palmente en el Apocalipsis (56 veces), mien- El libro sellado con siete sellos, 5, 1.5; 8, 1, mil*
es fundamentalmente futurista (v. 49) pero, en tras que, fuera de los Evangelios sinópticos contiene en sí la totalidad de los misterios del Rom 11, 4: xu'tÉALnov ... Én'tuxLOXLALO'U~
consonancia con la concepción hebrea del es- (24 veces), aparece únicamente en Heb 11, fin de los tiempos. Algunas indicaciones se &v6Qu~ (cf. 1 Re 19, 18) como tipo del «res-
pacio y el tiempo, puede abarcar el futuro y el 30. €p60¡.to~ se halla atestiguado 9 veces, cin- basan en textos o hechos reales; así, por ejem- to» (v. 5).
presente (T. Boman, Hebrew Thought Com- co de las cuales corresponden al Apocalipsis. plo, en 17, 9 podría aludirse a las siete colinas
pared with Greek, 1960, 147s). Los celestia- de Roma, los siete truenos de 10, 3s podrían É3t'tfX.3tAfX.(JÜOV, 2 heptaplasion siete veces
les (v. 48) corresponden en hebreo a los «san- 2. La significación del número siete -una referirse a la séptuple <:pwv~ {h:ov del Sal 28, más
tos» y «elegidos» (Dan 7,21.25; Hen [et] 48, significación universal en el oriente y espe- 3-9 LXX, Y en los siete candeleros podría Lc 18, 30 D it syhm g en vez de nOAA.UnA.U-
4; 1QM 12, 1-5). La apocalíptica paulina se cialmente en el AT- como expresión de la ple- pensarse en la Menorá del templo de Jeru- (JLWV.
basa en determinados fundamentos hebreos. nitud y de la armonía, y su frecuente empleo salén. Las siete comunidades de Asia (1, 4.
para designar un conjunto no demasiado pe- 11.20) representan la totalidad de los cristia-
d) Aunque el mundo celestial es por exce- "EQfX.(J'to~, O'll Erastos Erasto*
queño ni demasiado grande, se deja sentir nos, a todos los cuales se dirige la palabra (cf.
lencia el ámbito en que vive Dios, el ámbito 1. Nombre (griego) de un cristiano en Co-
también en el NT (cf. Rengstorf, 623-626). Én- Canon Muratori, cf. Hennecke-Schneemel-
al que -según la concepción apocalíptica- rinto, a quien se designa como ó OLXOVÓ¡.tO~
'tá aparece en el NT en diversos contextos: cher 1, 20). Claro que el intento de Lohmeyer
puede ser trasladado el creyente, sin embargo 'tfí~ nÓAEw~, «el tesorero de la ciudad», y que
la herencia del piadoso que allí se conserva a) En la mayoría de los pasajes, Émá es (Offenbarung [HNT], 182ss) por demostrar envía saludos a la comunidad romana (Rom
debe ser considerada como presente, porque un número redondo sin significado más pro- que el número siete es el principio que presi- 16,23). G. TheiBen, Estratificación social en
se sabe con certeza que se vive en la realidad fundo, que trasmite la idea de «poco» (7 pa- de la composición del Apocalipsis, apenas ha la comunidad de Corinto, en Estudios de so-
de Dios (H. W. Kuhn, Enderwartung und ge- nes, Mt 15, 34; cf. 16, 10; Mc 8, 5.20) o de encontrado aceptación. ciología del cristianismo primitivo, Salaman-
genwiirtiges Heil, Gottingen 1966, 183s). Es «mucho» (7 canastas llenas, Mt 15, 37; cf. Mc e) Según Hech 6, 3, los «Doce» (--+ 6oo6E- ca 1985, 189-234, esp. 195ss, se inclina a in-
significativo en Ef 1, 3: Dios nos ha bendeci- 8, 8). xu) hacen que se elija a siete varones para el dentificar a Erasto con un «edil Erasto»
do con toda clase de bendición espiritual que «servicio de las mesas», los cuales -según 21, (creemos que nombrado posteriormente para
b) Én'ta ~¡.tÉQm designa «una semana», este cargo), que se menciona en una inscrip-
se conserva en el cielo (€v 'tOL~ €no'UQuvLOL~) Hech 20,6; 21,4.8.27; 28, 14; Heb 11,30 (cf. 8- constituyeron el grupo fijo de los «Siete»
en Cristo. Probablemente la recepción de esta ción hallada en 1929.
Jos 6, 3s); se habla del «séptimo día» en Heb junto al de los «Doce». Podría haber servido
bendición debe relacionarse con el bautismo. 4, 4 (bis). de modelo la presidencia de las comunidades 2. En Hech 19,22; 2 Tim 4,20, una perso-
También la expresión «copartícipes de una judías, constituida por siete varones (Rengs- na llamada Erasto aparece como colaborador
vocación celestial» (Heb 3, 1) debe asociarse c) Én'tá sirve para acentuar un gran núme- torf, 630; E. Haenchen, Apostelgeschichte 7 de Pablo en sus viajes misioneros. Como en
con el acto del bautismo: el llamamiento pro- ro, y también para indicar frecuencia o poder: [KEK], sub loco). ambos pasajes, Corinto o Acaya, desempeña
cede del cielo, tiene en sí la índole de lo ce- Éma €'tEQU nVEú¡.tum, Mt 12,45 par. Lc 11, H. Balz un papel, podría tratarse de la misma persona
lestial y conduce a la vida que está determina- 26; cf. Éma 6m¡.tóvLu (de María Magdale- a que se hace referencia en Rom 16,23. BHH
da por las instrucciones apostólicas. na), Mt 16, 9; Lc 8, 2; Éma 'ULoL, Hech 19, 1, 422; Haag, Diccionario, 568.
14; Éma a6EA<:poL (que se hallan bajo el pre- É3t'táxtc; heptakis (adv.) siete veces*
O. Michel cepto del matrimonio por levirato), Mt 22, En el NT el adverbio aparece únicamente
25.26; Mc 12, 20.22.23; Lc 29, 31.33 (cf. Dt en la sentencia, procedente de la fuente Q, EQfX.'llváro eraunao inquirir, investigar*
bt'tá hepta siete 25, 5ss). acerca del perdón y designa un número relati- Forma tardía del clásico €QE'Uváw, cf.
vamente grande. Según Mt 18, 21.22 no basta BlaB-Debrunner § 30,4. En Jn 5, 39 dícese de
€Boo!w<;, 3 hebdomos séptimo d) En el Apocalipsis Én'tá desempeña un perdonar «hasta siete veces» (EW~ Én'táxL~), los judíos que investigan apasionadamente las
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v. (bibl.); D. R. Davis, papel importante como expresión de la totali- es decir, un número limitado de veces, sino Escrituras (en busca de la vida); de manera
The Relationship between the Seals, Trumpets and dad y de la plenitud de Dios y de su acción al que -con una fantástica intensificación- se parecida en 7, 52 (usado absolutamente) en el
Bowls in the Book of Revelation: JETS 16 (1973) 149-
158; G. Reichelt, Das Buch mit den sieben Siegeln in fin de los tiempos (siete candeleros, 1, dice que hay que perdonar «hasta setenta ve- sentido de la investigación de las Escrituras
der Apokalipsis des Johannes, tesis Gattingen 1975; 12.13.20; 2, 1; siete estrellas, 1, 16.20; 2,1.3; ces siete», es decir, sin limitación alguna (--+ (por parte de los judíos); el verbo se predica
K. H. Rengstorf, Émá X-rA., en ThWNT n, 623-631; el Cordero con siete cuernos y siete ojos, 5, 6; ÉP6o¡.t'Y\xonáxL<;, D*: «siete veces setenta de Dios en Rom 8,37: Ó €Qu'Uv&v 'ta~ xUQ-
1567 1569 1570
1568

6~a~, cf. Pr~v 20" 27, Y en Ap 2, 23: Ó EQav- Dios. La finalidad de la acción de Dios es que las series que designan la derivación y el ori- la actividad misionera desarrollada por esas
vwv v~CPQov~ XaL xaQ6í,a~, en el sentido de los hombres crean en el Revelador que ha si- gen (Herodoto VII, 102; TestJos 10, 1; Rom personas. El hecho sorprendente de que Pablo
que DIOS examina críticamente; en 1 Cor 2, do enviado; así es como hacen las obras de 4, 15; Sant 1, 3). use el término EQyá't't]~ en un sentido exclusi-
10 se dice que el Espíritu JtáV'ta EQavv(i, «lo Dios (Jn 6, 28s). La expresión EQya EQyá- vamente negativo, no tiene continuidad en las
escudriña todo»; en 1 Pe 1, 11 se dice que los ~wtl-aL es ya muy frecuente en los LXX (Ex 3. El significado y el uso de EQyaaí,a en el Pastorales. Se exhorta a Timoteo a que, a di-
profetas (del AT) inquirían. ThWNT 11, 653s. 31,5; Núm 8, 15 Ypassim) y también se halla NT no se diferencia de los que hallamos en el ferencia de los falsos maestros, llegue a ser un
atestiguada varias veces en el NT (Mt 26, 10 griego profano. En una polémica contra los EQyá't't]~ aVEJtaí,axvv'tO~ (2 Tim 2, 15; cf.
E~r(á~o,.l(U ergazomai trabajar, obrar, eje- par.; Jn 3, 21; 9,4; Hech 13,41 en cita de Hab paganos, el desenfreno sexual se designa co- TestBen 11, 1~).
cutar 1,5; 1 Cor 16, 10). mo «obra de todo género de impureza» (EQya-
R. Heilígenthal
EQyaaLa, a~, ~ ergasia ocupación, activi- En Pablo, EQyá~oftaL puede adquirir el aí,a axatl-aQaí,a~ Jtáa't]~; Ef 4, 19). EQyaaí,a
dad profesional, ganancia* sentido de realizar obras y se convierte así en no sólo designa la ganancia que se obtiene
EQyá't't]~, ov, Ó ergates trabajador el tópico dentro del campo de referencias de con la venta del producto de un trabajo (Hech EQ')'«UJí,a, a;, i) ergasia ocupación, activi-
la justificación por las obras o del juicio se- 16, 16.19; 19,24), sino también -en general- dad profesional, ganancia
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Signifi-
c~dos y campos referenciales - 3. EQyaala - 4. EQ- gún las obras. Vemos que en la frase ES EQ- la actividad profesional que una persona des- ---+ EQyá~oftaL 3.
yatT]<;. ywv (Rom 4, 2), el contraste entre EQya~ó­ arrolla (19, 25). La expresión 6L6WftL EQ-
ftEVO~ / ft~ EQya~ÓftEvo~ desarrolla la opo- yaaí,av, esforzarse en (Lc 12,59), no se halla
Bibl.: G. Bertram, EQYOV, en ThWNT n, 631-649; atestiguada en ninguna otra parte (sobre EQ')'á'tt);, Ol.l, Ó ergates trabajador
sición existente entre la fe y las obras (Rom 4,
H. Ch. Hahn, Obra, trabajo, en DTNT III, 188-193; C. ---+ EQyá~oftaL 4.
Lindhagen, EPrAZEL0AI Ape 18:17; Hes 48: 5). En Rom 3 las obras se hallan tan íntima- EQyaaí,a, esfuerzo, cf. Josefo, Ant I1I, 35).
18.19. Die Wurzd LAI1 im NT und AT. Zwei Beitriige mente asociadas con la ley como la fe lo está
zur Lexlkographle der grieehisehen Bibel (UUA 1950- con Jesucristo. Rom 2, 10 se refiere a la situa- 4. En el griego profano, EQyá't't]~ designa EQ')'OV, Ol.l, 'tó ergon obra, tarea
1955), Uppsala 1950. Cf. más bibliografía en ThWNT en general a una persona que hace algo (Eurí-
X,1084s. ción en el juicio escatológico (cf. Mt 7, 23: OL
1. Aparición en el NT - 2. Significado del término
EQya~ÓftEVoL 't~v avoftí,av; 2 Jn 8); 't0) EQ- pides, El 75), Y luego en especial a quien -co-
y campos referenciales - 3. La «obra» en Juan - 4. 'El
l. EQyá~oftaL aparece en el NT un total de ya~oftÉvq> 'to ayatl-óv implica la idea de las mo trabajador en un ramo de actividades- re- juicio según las buenas y las malas obras - 5. «La fe y
41 veces, y 17 de ellas en el «Corpus paulí- buenas obras, que en el juicio final constitu- aliza un trabajo a sueldo (trabajador agrícola; las obras» en Pablo y en Santiago.
num». EQyaaí,a aparece 5 veces en LucaslHe- yen el criterio para recibir los beneficios esca- Filón, Agr 5; Josefo, Bell IV, 557); finalmen-
te, designa también al esclavo (Josefo, Ant Bibl.: K. Berger, Der Streit des guten und des bOsen
c~os y 1 vez en Efesios. La aparición de EQ- tológicos de la salvación. Engds um die Seele: JSJ 4 (1973) 1-18; G. Bertram,
ya't't]~ se limita principalmente a Mateo y a La misma manera de hablar de EQyá~wtl-aL XII, 194). Mientras que EQyá't't]~ en Mt 10, EQYOV, en ThWNT n, 631-649; G. Bornkamm, Gesetz
Lucas (seis y cuatro veces respectivamente ('to) ayatl-óv se encuentra también en el ApBar 10 par. Lc 10, 7 es en general el trabajador, und Natur (Rom 2, 14-16), en Bornkamm, Aufsiitze n,
(gr): la expresión 8aa EQyá~ov'taL ayatl-á se que es digno de recibir su sustento o su sala- 93-108; Ch. Burchard, Zu Jak 2, 14-26: ZNW 71
entre un total de 16 veces). (1980) 27-45; K. P. Donfried, Justifieation and Last
refiere a la acción de pesar las obras buenas rio, vemos que en Mt 9, 37s par. Lc 10, 2 se
Judgment in Paul: ZNW 67 (1976) 90-110; G. Eich-
de los justos (concebidas como hipostatiza- aplica esta denominación al trabajador agrí- holz, Glaube und Werke bei Paulus und Jakobus (TEH
2. Desde los tiempos de Homero, EQyá-
das) en el juicio final (11, 9). La idea de pro- cola y en Mt 20, 1s.8 al trabajador que faena 88), München 1961; C. W. Fishburne, ICor III 10-15
~0ftaL significa trabajar, estar activo (en sen- and the Testament of Abraham: NTS 17 (1970-1971)
ceder a pesar las obras buenas y las obras ma- en la viña. En un sennón de juicio contra los
tido intransitivo), y crear, obrar, realizar (en 109-115; F. Flückiger, Die Werke des Gesetzes bei den
las en el juicio sobre los muertos procede de ricos que cometen injusticias sociales (así F.
sentido transitivo). El significado general de Heiden (naeh Rom 2, 14.1.1): ThZ 8 (1952) 17-42; H.
E~iP.to e influyó incluso en el ámbito judío y MuBner, Jakobusbrief3 [HThK], 193), la acu- Ch. Hahn, Obra, trabajo, en DTNT III, 188-193; R.
trabajar es también frecuente en el NT: Le
CrIstIano (cf. TestAbr [A] 12). sación contra los hacendados se concreta en el Heiligenthal, Werke als Zeiehen (WUNT lI/9), Tübin-
13, 14; Jn 9, 4b; Hech 18,3; 1 Cor 9,6; 2 Tes
En Sant 1, 20 EQyá~oftaL designa el hacer hecho de que retienen el salario que deben pa- gen 1983; H. Hübner, Was heiJ3t bei Paulus «Werke
3, 10.12. Pablo trabaja día y noche para ga- gar a los trabajadores (Sant 5, 4). des Gesetzes», en Glaube und Esehatologie. FS W G.
la justicia de Dios, que consiste en cumplir Kümmel, Tübingen 1985, 123-133; J. A. Kleist, «Er-
narse el sustento (1 Tes 2, 9; 2 Tes 3, 8; cf. 1
los preceptos divinos (cf. K. Berger: ZNW 68 En sentido figurado, a los apóstoles y maes- gom> in the Gospels: CBQ 6 (1944) 61-68; O. Kuss,
Cor 4, 12, donde habla de lo agotador de su tros se los llama trabajadores. Con duro acen-
[1977] 266-275; en contra de M. Dibelius, Die Heiden und die Werke des Gesetzes: MThZ 5
trabajo), y exhorta a la comunidad a EQyá- to polémico, Pablo designa a los falsos maes- (1954) 77-98; E. Lohmeyer, Gesetzeswerke, en Id.,
Der Brief des Jakobus' [KEK], 141s, quien
~wtl-aL 'ta¡;~ XEQaí,v como parte de la conduc- tros y falsos apóstoles como EQyá'taL 6ÓALOL Probleme paulinisehen Theologie, Darmstadt 1954,
traduce el verbo por «producir» [la justicia de 33-74; E. Lohse, Glaube und Werke - zur Theologie
ta cristiana (1 Tes 4, 11). En Mt 25, 16 se ha- Dios]; cf. 2 Sam 8, 15; SalSl 9, 5 Y passim). (2 Cor 11, 13). xaxoL EQyá'taL (Flp 3, 2) no des Jakobus: ZNW 48 (1957) 1-22; L. Mattern, Das
bla de poner «el dinero a trabajar». En Juan Si EQyá~oftaL en Sant 1, 20 puede traducirse se refiere a la justicia basada en las obras, Verstiindnis des Geriehtes bei Paulus (AThANT 47),
EQyá~oftaL adquiere un significado específi- sencillamente por hacer, vemos no obstante propugnada por los adversarios de Pablo (en Zürich-Stuttgart 1966, 141-192; E. Peterson, EPrON
camente teológico: expresa la pretensión de que ese verbo en 2 Cor 7, 10 adquiere el mis- Contra de R. Bultmann, Der Stil der paulini- in der Bedeutung «Bau» bei Paulus: Bib 22 (1941)
Jesús de ser igual a Dios (Jn 5,17; cf. 9,4), 439-441; J. Ried1, Das Heilswerk Jesu naeh Johannes,
mo significado que xa'tEQyá~oftaL, «produ- schen Predigt und die kynisch-stoische Dia- Freiburg i. Br. 1973; J. Schmidt-W. Pesch, Werke, en
porque actúa como Revelador lo mismo que cir», y se convierte así en ténnino técnico en tribe, Gottingen 1910, 105), sino que alude a LThK X, 1049-1052; E. Synofzik, Die Geriehts- und
1571 1572 1573 1574

Vergelstungsaussagen bei Paulus, Gottingen 1977; W. (Mt 11, 2; Hech 13,41; Ap 15,3; a propósito 'tu EQya (Rom 2,6; 2 Cor 11,15; 1 Pe 1,17; tou JtvE'Ú!1ato~ en Gál 5, 19.22; cf. Rom 13,
C. van Unnik, The Teaching of God Works in 1 Peter: de Juan -+ 3, especialmente por lo que se re- Ap 2, 23 Y passim) hace referencia al juicio 2; 1 Cor 9, 1; 15, 58; 2 Cor 9, 8). En las Pas-
NTS 1 (1954-1955) 92-110; R. Walker, Allein aus
Werken. Zur Auslegung von Jak 2, 14-26: ZThK 61 fiere a los milagros); lo que es obra del hom- según las obras. Excepto en el Apocalipsis, torales la orientación escatológica queda más
(1965) 155-192; R. B. Ward, The Works of Abraham. bre y designa la totalidad de sus acciones. En este tópico es nota característica del género en segundo plano. Las buenas obras, como tó-
James 2, 14-26: HThR 61 (1968) 283-290; U. Wil- este último sentido el colectivo 'to EQYov pue- de la parenesis. Así lo vemos en Jn 3, 19-21, pico importantísimo de la ética de la comuni-
ckens, La Carta a los romanos 1, Salamanca 1989, de sustituir al plural EQya (Gál 6, 4; Heb 6, donde está formulado en escatología de pre- dad, son parte de una parenesis referida a la
166-174,179-183; Id., Was heiJ3t bei Paulus: «Aus
Werken des Gesetzes wird kein Mensch gerecht?», en 10; Ap 22, 12). En construcciones con geniti- sente, y sirve de conclusión al sermón de Je- situación en que se encuentra la comunidad
Id., Rechtfertigung als Freiheit. Paulusstudien, Neu- vo, EQYOV puede expresar el modo de relación sús. Este tópico sirve tanto de introducción (l (l Tim 2, 10; 2 Tim 2, 21 Ypassim).
kirchen-Vluyn 1974,77-109. Cf. más bibliografía en con un poder o con un grupo (Rom 13, 12; Pe 1, 17), como de conclusión a una parenesis
ThWNT X, 1084s. Gá15, 19; Ef 5, 11; 1 Jn 3, 8; cf. Ap 2, 6; tam- concreta (l Tim 4, 24s). También puede perfi- 5. Las frases el; EQyrov VÓ!10U y xroQt~ EQ-
bién Rom 2,15; 3, 20; Gá12, 16; 3, 2.5.10). xa- larse la libertad divina precisamente sobre el yrov VÓ!10U (Rom 3, 20 Y passim) le sirven a
1. Los 169 testimonios de EQYov en el NT 'tu 'tu EQya es un criterio para la evaluación trasfondo del rechazo del juicio según las Pablo para estudiar el relevo del viejo camino
se distribuyen de manera bastante homogé- en un juicio (-+ 4). obras: en Rom 9, lIs y 2 Tim 1, 9 se realiza la de la salvación por las obras de la ley y su
nea entre los diversos escritos, aunque sor- La obra del hombre puede describirse como libertad divina precisamente en el hecho de sustitución por el nuevo camino de la salva-
prende la aparición relativamente escasa de aya{}óv, xaA.óv (Mt 5, 16; Hech 9,36; Rom que el hombre no contaba con cualesquiera ción en Jesucristo. La expresión el; EQyrov VÓ-
este término en los sinópticos (10 veces). Las 2, 7 Y passim; principalmente en las Pastora- obras anteriores. Rom 2, 6-11 habla del juicio !10u puede abreviarse, por un lado, en la frase
construcciones de genitivo con Dios, Cristo o les), o bien como JtOVl']Qóv, VEXQÓV, axaQ- según las obras en el marco de un sermón es- el; EQyrov (Rom 4, 2; cf. 9, 32) y, por otro la-
el Señor aparecen tan sólo 9 veces, mientras Jtou (Col 1,21; Heb 6, 1; 9, 14; Ef 5, 11). catológico sobre el arrepentimiento (cf. Or- do, en la frase Ex VÓ!10U (Rom 4, 16; cf. 4,
que las «buenas obras», con un total de 30 Man 7ss; TestZab 9, 6ss; Sab 11, 23; Jub 5, 13). En este contexto EQya designa el modo
testimonios, se encuentran ya 15 veces tan 3. El evangelio de Juan conoce tanto la l7ss); la intención del enunciado es referirse de relación con la ley, y a partir de aquí esta
sólo en las Pastorales. La relación entre obra de Jesús (4, 34; 17,4) como las obras de a la igualdad entre los judíos y los gentiles an- expresión se usa en contraste con la fe en Je-
EQYOV y VÓ!10~ es típica de Pablo (3 veces en Jesús (5, 20.36; 9, 3s; 10, 25.32.37s; 14, 10- te el juicio, y no pretende desacreditar la obra sucristo (EQYOV VÓ!10U en Rom 2, 15 designa
Romanos; 6 en Gálatas); la asociación entre 12), subrayando entonces el singular la uni- humana. En 1 Cor 3, 13ss se hace referencia análogamente el modo en que los cristianos
EQYOV y A.óyo~ se halla atestiguada un total dad de la obra. La obra de Jesús da testimonio al examen al que han de someterse las obras gentiles adoptan el camino de la ley. El singu-
de 7 veces. de que Jesús es el Cristo (Jn 5, 36; 10, 25; cf. cristianas en la situación del juicio final (so- lar se explica por el carácter fundamental del
7,7). Como cosa dada por Dios, la obra de Je- bre el significado de EQyOV en el sentido de enunciado).
2. EQYOV significa tanto en el NT como en sús designa la totalidad de la acción revelado- «edificio» cf. Peterson). La hipostatización de Pablo toma de la teología judía alejandrina
el griego profano (Aristófanes, Av 862; Jeno- ra llevada a cabo por Jesús (así R. Bultmann, la obra se pone aquí al servicio de la separa- acerca de la creación la antítesis entre la gra-
fonte, Mem II,lO, 6; Epicteto, Diss 1, 16, 21) Das Evangelium des Johannes lO [KEK], 199s ción entre persona y obra, en el sentido de que cia y las obras (Filón, All I1I, 77-79; cf. 2 Tim
trabajo, tarea. Así lo vemos en la frase EQYOV y passim). La realización por el Revelador de Pablo no amenaza a sus adversarios con la 1,9; Tit 3,5) Y asigna la obra y la gracia a di-
toU XUQLOU (1 Cor 15, 58; 16, 10; Flp 2, 30), la obra encargada por Dios (Jn 4, 34; 5, 36; destrucción personal en el juicio (1 Cor 3, ferentes «tiempos» (Rom 3, 20.21.24). Es in-
en la que el genitivo designa a quien encarga 17,4; cf. 9, 4) tiene su continuidad en la acti- 15). La interdependencia entre la conducta novadora la separación entre la «fe y las
la tarea. La construcción con preposición d~ vidad de los !1d~ova EQya de los discípulos, actual y el juicio futuro según las obras halla obras» (cf. la manera paralela de hablar de
EQYov se refiere, en Hech 13, 2; 14, 26; 15, Jn 14, 12 (después de la muerte del carismáti- especial expresión en la anticipación personal «la fe y las obras» en 4 Esd 7, 34s; ApBar
38, a la tarea misionera (cf. Flp 1,22; 1 Tes 5, co, su labor se multiplica e intensifica en sus de la acción del juicio divino (en el examen [sir] 51,7; 1 Mac 2, 51s y passim) en lo que
13; 2 Tim 4, 5). La coordinación entre el discípulos, cf. TestJob 47ss; Hech 2, 22.43). que cada uno debe hacer de su propia obra; respecta a la justificación. Puesto que la acep-
EQYOV y el A.óyo~ (Jenofonte, Hieron 7, 2; Gál 6, 4). tación humana del nuevo camino de la salva-
Los EQya 'tou XQWtoU tienen también la
Epicteto, Diss 1, 29, 56; IV 1, 140; Eclo 3, 8; función de ser una prueba de legitimidad, en Las obras adquieren considerable importan- ción se designa con los términos JtLO'tl~ y
cf. 35, 22; 4 Mac 5, 38; Josefo, Ant XVII, 220) cia en la parenesis paulina: la pertenencia del XQw'tó~ con arreglo a una fórmula cristiana
Mt 11,2-6.
entraña la unidad del comportamiento humano hombre al viejo eón o al nuevo eón se recono- primitiva, y la gracia y las obras constituyen
(2 Cor 10,11; Col 3, 17; 1 Jn 3,18 Ypassim), 4. El campo semántico «juicio según las ce por sus obras (Rom 13, 12; Gál 5, 19ss, una antítesis tradicional (4 Esd 8, 32.36), Pa-
y en la fórmula ()uvm;o~ ev EQYep xat A.óyep obras» lo tiene en común el NT con los escri- donde las diversas obras se van enumerando blo puede establecer un contraste entre la fór-
(Le 24, 19; Hech 7, 22) se indica en qué es po- tos extracanónicos (Eclo 16, 12ss; 4 Esd 7, detalladamente en un catálogo de vicios. So- mula ex JtLO'tEro~ XQWtoU (Rom 3, 26) Y la
deroso el profeta. 34ss; Hen [et] 63, 8s y passim). Junto a la hi- bre el tópico de la posibilidad de reconocer frase recientemente formulada el; EQyrov
Frecuentemente se designa con EQYOV lo postización de las obras (l Tim 5, 24s; Ap 14, por las obras cf. Ap 2, 19; 3, 1.8.15). JtEQlJta- VÓ!10U, en todo lo cual el interés no se cifra
que se ha producido o ha de producirse me- 13) Y la imagen del «tesoro de buenas obras» 'tELV ev JtVE'Ú!1a'tl se concreta en la acción de en la oposición (en sí misma) entre la fe y las
(l Tim 6, 18; cf. Mt 6, 20; Lc 12,33), vemos prod~cir el fruto del Espíritu (obsérvese el pa- obras, sino en el relevo y sustitución del anti-
diante la acción: lo que es obra de Dios (Heb
1, 10; 4, 3.4 Y passim); en relación con Jesús que sobre todo la frase con preposición xa'tu ralehsmo entre EQya 'tií~ oaQxó~ Y xaQJto~ guo camino de la salvación por el nuevo.
1575 1576 1577 1578

Rom 3, 20-26 se halla prefigurado en Gá12, EQEuváoo ereunao inquirir, investigar Desierto de Judea (Mc 3, 1; cf. Jn 11,54), es que traducir de manera distinta, si EV se halla
11-21. Las ideas de la Carta a los gálatas, for- Forma alternativa de -> EQu'Uváw. decir, al «declive oriental, pedregoso y árido, aquí en lugar de el.~ [BlaB-Debrunner § 218
muladas a base de una confrontación situacio- de la serranía judea hacia el Mar Muerto y ha- nota 3]; el imperfecto es entonces descriptivo
nal con los judeocristianos, se integran en la cia el curso inferior del Jordán» (Bauer) y a la [ibid. § 327], y el participio menciona la ac-
Carta a los romanos en un esquema de suce- EQ1]Jtta, a~, tí eremia desierto, región des- denominada «Arabá» (= estepa, desierto) de ción subsiguiente o la finalidad [ibid. § 339,
sión temporal (el tiempo de la ley como tiem- habitada la fosa tectónica del Jordán (Mc 1, 4 par.; cf. 2; 418, 4]). El desierto, por un lado, comuni-
po de la paciencia divina, al que sucede el -> eQlJf.w~. Funk, 214), o bien al Desierto arábigo, es de- ca la cercanía de Dios y conduce, por otro la-
tiempo de la revelación del nuevo camino de cir, a los territorios de la Península del Sinaí do, a la confrontación con Satanás. Sobre la
la salvación). (Hech 7, 30). difícil derivación del motivo de los 40 días a
EQ1]JtO~, 2 eremos desierto, yer~o
La argumentación de Sant 2, 14-26 recoge EQlJflLU designa la región deshabitada (Mc partir del AT cf. Kittel, 655; cf. además Balz,
€QlJIÚU, uS;, ~ eremia desierto, reglón desha-
de la tradición acerca de Abrahán la yuxtapo- 8,4 par. Mt 15,33, y además peligrosa (2 Cor ThWNT VIII, 138.
sición 1tLO"w;/6L%atÓW y explica la relación bitada*
11, 26) e incluso inhóspita y hostil (Heb 11, En el desierto se congregaban también mo-
entre la fe y las obras como cosas que necesa- 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Significa- 38). vimientos mesiánicos como, por ejemplo,
riamente se pertenecen mutuamente (Sant 2, dos - 3. Campo referencial especialmente del desierto.
eQlJ""o~, usado como adjetivo, se refiere a aquellos grupos de zelotas de los que habla
26). Se presupone una comprensión de la fe Bib!.: Bauer, Worterbuch,s.v.; O. Bocher, Desierto, un camino desierto (Hech 8, 26), o a una vi- Josefo, Bell 11, 259 Y 261 (cf. VI, 351; VII,
que se relaciona primariamente con el solo en DTNT n, 27-30; H. Conzelmann, El centro del vienda que está abandonada (Hech 1, 20) o 438) y Hech 21, 38 (cf. Mt 24, 26).
conocimiento y reconocimiento del único tiempo, Madrid 1974, 37-41; V. Fritz, Israel in der desolada (Mt 23, 38). En nueve casos, en La expectación de la salvación mesiánica
Dios (en el judaísmo misionero helenístico: Wüste, Marburg 1970; R. W. Funk, The Wilderness:
unión siempre con 'tÓ1tO~ (-OL), significa un que se aguardaba del desierto (cf. también Ap
JBL 78 (1959) 205-214; G. Kittel, EQlllW~ X'tl..., en
Filón, Op 170-172; Virt 216; cf. Sant 2, 19). ThWNT n, 654-657; U. W. Mauser, Christ in the Wil- lugar solitario, apartado, tranquilo (por ejem- 12, 6.14) enlaza con promesas proféticas (Is
El pr~blema de definir la relación entre la derness, London 1963; C. C. McCown, The Scene of plo, Mc 6, 31.32.35 par.). 40,3; Jer 31, 2; Ez 34, 25; Os 2, 16; cf. Bi-
confesión de fe y la ética se resuelve aquí me- John's Ministry and its Relation to the Purpose and llerbeck 1, 96s). Pero en el trasfondo se halla
diante la acentuación de la pertenencia mutua Outcome of Rís Mission: JBL 59 (1940) 113-131; W. 3. Al comienzo de los evangelios o de su
Schmauch, Orte der Offenbarung und der Offenba- la experiencia histórica de la peregrinación
que existe entre la fe y las obras (en el judaís- corpus, se halla siempre Juan el Bautista, pre- por el desierto. En el desierto, Israel-acaudi-
rungsort im NT, Gottingen 1956, 27-47; S. Talmon,
mo la fe y las obras se pertenecen mutuamen- Wilderness, en IDBSuppl 946-949. Cf. más bibliogra- dicador de penitencia. El lugar donde le llega llado por Moisés- experimentó la cercanía y
te; cf. supra). A Santiago lo que le interesa es fía en ThWNT X, 1085s. la palabra de Dios (Lc 3, 2) y donde él desa- la fidelidad de Dios (Hech 13, 18). De ahí que
evitar que haya discrepancia entre la palabra rrolla su actividad (Mc 1, 4 par. Mt 3, 1; Mt en el NT el Moisés de los tiempos del desier-
y la acción; la fe demuestra únicamente por 1. De los 48 pasajes del NT en que aparece 11,7 par. Lc 7, 24), es «el desierto», y «den- to aparezca como tipo de Jesús (Hech 3, 22s;
medio de las obras que no es una fe muerta EQlJflOS;, 41 se encuentran en los evangelios y tro de este contexto, el desierto no es tanto 7,36-38; Heb 3, 1-6), Y la Iglesia, como pue-
(Sant 2, 17.26). en Hechos. EQlJfloS; aparece sólo 4 veces en una magnitud geográfica como una magnitud
blo de Dios en el desierto (Heb 3, 7-11.15-19;
plural (como adjetivo en Mc 1,45; como sus- simbólica: significa 'profeta'» (Conzelmann,
R. Heiligenthal cf. 1 Cor 10, 1-13).
tantivo en Lc 1, 80; 5, 16 [a diferencia de Mc 40, nota 7). Juan es «la voz de uno que clama
Como lugar donde actúa la gracia y la cle-
1,45]; 8,29). EQlJflLU se encuentra sólo 4 ve- / en el desierto / preparad el camino del Se-
mencia de Dios, el desierto es la morada de
EQE{tt~OO erethizo exasperar, estimular* ces en el NT. ñor» (Mc 1,3 par.; Jn 1,23 = Is 40,3 LXX).
ascetas y profetas (cf. Lc 1, 15.80; 7, 25 par.).
2 Cor 9, 2: «vuestro celo ha estimulado»; Pero éstos encuentran allí también peligros.
En contra del TM y a diferencia de lQS 8, 14,
Col 3, 21, dirigiéndose a los padres: «¡no exas- 2. Con excepción de Gál 4, 27 (<<la solita- «en el desierto» se entiende siempre como cir- En efecto, aun prescindiendo de lo inhóspito
peréis a vuestros hijos!». ria» = la mujer estéril), el adjetivo (que toda- cunstancia atribuida al que clama, y por cierto que es (Heb 11, 38), el desierto es el lugar
vía en ático tiene tres terminaciones [Arriano, con referencia a la LXX y a los tratados rabínicos donde habitan los demonios (Lc 8, 29; cf. Mt
An III 3, 3; Bauer; cf. BlaB-Debrunner § 59, (cf. Billerbeck 1, 96s; 11, 154); sin embargo, el
EQElboo ere ido apoyar con fuerza, desha- texto de los LXX deja en suspenso la cuestión, tal 12, 43 par.).
2], por la elisión de yfí o de XWQu, aparece
cerse* Como se indicó anteriormente. W. Radl
siempre como sustantivado (BlaB-Debrunner
Hech 27, 41 (en sentido intransitivo): «la
§ 241, 1). EQlJflOS; significa entonces un lugar En el desierto comienza el camino de Jesús.
proa se deshacía». solitario y yermo. Como descripción de un es- Después de su bautismo, Jesús, por la acción EQ1],..,ÓOO eremoo as01ar, destruir, desnu-
tado, designa la región árida y (por tanto) in- del Espíritu, es «impulsado» allí (Mc 1, 12) o dar*
EQEúyoJtm ereugomai declarar, hablar cla- habitada, el desierto (Mt 24, 26), o la estepa «conducido hacia arriba» (Mt 4, 1; Bauer, En Mt 12, 25 par. Lc 11, 17 dícese de un
ramente* de mezquina vegetación, que sólo es aprove- 105: «desde la depresión del Jordán hasta la reino que es asolado por un conflicto interno
Mt 13, 35: €QE'ÚSOflat %E%Q'UflflÉVU, «de- chable para pastos, el «erial» (Lc 15, 4; Bauer). meseta») o «llevado al desierto / durante 40 (una guerra civil); en Ap 17, 16 se habla en
clararé cosas ocultas» (cf. Sal 78, 2). Como concepto geográfico se refiere o bien al días / tentado por el diablo» (Lc 4, 1s. Hay sentido metafórico de que se desnudará (~QlJ-
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f.tWf.tÉVr¡V :nOL~OOU(JLV) a la ramera (refirién- gloria» se contrastan con la «humildad». Los EQt;, tbo;, tí eris disputa, pelea, rivali- rá capaz de obrar sino por motivos ruines y su
cristianos que obran de aquella manera, bus- dad* acción resultará destructiva (1 Tim 6, 4). El
dose a Roma); algo parecido se dice en 18, que preside la comunidad debe guardarse
17: la riqueza (de Roma) «ha sido destruida can el propio beneficio, no el de los demás Bibl.: Spicq, Notes l, 290s; A. Vogtle, Die Tugend- muy bien de disputas y altercados sobre la
en una hora»; 18, 18 (~ :nóAL~). (v. 4). und Lasterkataloge im NT, Münster i. W. 1936, índice
s.v.; S. Wibbing, Die Tugend- und Lasterkataloge im ley, que por lo demás no sirven para nada (Tit
Rom 2, 8 caracteriza a las personas que es-
NT, Berlin 1959, 81-108, sobre todo 96s. 3, 9). Después de amonestarle dos veces, de-
tán determinadas por el egoísmo, y dice de
berá expulsar de la comunidad al sectario.
EQÍ)p.tOJ(Jt;, EOJ;, tí eremosis desolación, ellas concretamente que no obedecen a la ver- l. En el NT EQL~ aparece únicamente en
destrucción* dad y, en cambio, son complacientes con la Pablo (7 veces) y en las Pastorales (2 veces). H. Giesen
En Mc 13, 14 par. Mt 24, 15 en la expresión injusticia, pero incurrirán en juicio, porque La forma de plural es EQL()e~ en 1 Cor 1, 11, Y
apocalíptica ~OÉAuyf.ta Lfí~ EQr¡f.tCÍloew~, «abo- con su terquedad y su corazón no arrepentido EQeL~ en Tit 3, 9; el acusativo singular es EQLV EQtq>toV, OU, 'tó eriphion cabrito, chivo*
minación de la desolación» (acerca de los de- acumulan, ellas mismas, la ira para el día del en Flp 1, 15 (y también en Tit 3, 9 v.l.); cf. Diminutivo de ---+ EQL<PO~. En Mt 25, 33
talles ---+ ~()ÉAuyf.ta 3); el lugar paralelo de Lc juicio (v. 5). Por el contrario, a quien perseve- BlaB-Debrunner § 47, 3. EQL<pLa (<<a la izquierda») por contraste con
21, 20 difiere en el tenor literal y habla de la ra en hacer el bien y aspira así a la gloria, al :nQó~aLa (<<a la derecha»); cf. en el v. 32
desolación de Jerusalén. Cf. la bibliografía en honor y a lo imperecedero, Dios le concederá 2. EQL~ significa siempre la discordia que EQL<PO~ con el mismo significado.
ThWNT X, 1086. gratuitamente vida eterna (v. 7), porque -a di- pone en peligro la unión de la comunidad.
ferencia de los egoístas- esa persona hace lo a) Pablo se" entera por los de Cloe de que EQtq>O;, OU, Ó eriphos cabrito*
EQt~OJ erizo disputar, reñir* que es bueno (v. 10). El contexto da a EQL'freLa hay discordias (1 Cor 1, 11) en la comunidad, En Mt 25, 32 en contraste con :nQó~aLa; en
En Mt 12, 19 dícese del :naL~: oux EQLOEL un matiz escatológico. es decir, de que hay facciones que se deben a el v. 33 se identifica en cuanto a su significa-
oME xQauyaoeL (cf. Is 42, 2), «no disputará En Sant 3, 14.16 se menciona EQL'frda jun- que cada uno pretende seguir a un determina- do con ---+ EQL<PLOV; Lc 15, 29.
ni gritará». Spicq, Notes 1, 288. tamente con l;fíAO~. Quien tiene en su cora- do apóstol, maestro o incluso a Cristo (v. 12).
zón amargos celos y egoísmo (difícilmente En 1 Cor 3,3, donde EQL~ va acompañado por
espíritu partidista, como piensa F. MuBner, l;fíAO~, el término significa igualmente que
a
'EQp.td;, Hermas Hermas*
EQt'3da, a;, tí eritheia interés personal, Jakobusbrief[HThK], 169 y 171; parecida es hay disensiones en la comunidad (v. 4). Según
Nombre de un cristiano (romano), a quien
se envían saludos en Rom 16, 14. - El autor
egoísmo* la opinión de M. Dibelius, Der Brief des Ja- Flp 1, 15, no sólo hay algunos que proclaman
del «Pastor» (hacia el año 150 p.c.), cf. Herm
Bibl.: F. Büchsel, EQL-&Ela, en ThWNT n, 657-659; kobus [KEK], a propósito de 3, 14), no debe a Cristo por buena voluntad (eU()OXLa), sino
(v) 1, 1, 4 Y passim, era hermano -según el
Spicq, Notes l, 288-291. gloriarse y (xaL consecutivo; cf. BlaB-De- que los hay también que lo hacen «por envi-
Canon Muratori- del obispo romano Pío y no
brunner § 442, 2b a propósito de Sant 4, 17) dia y rivalidad». El contexto (vv. 16-18) su-
tiene nada que ver con el Hermas del NT.
1. El sustantivo EQL'frda aparece 7 veces en mentir así contra la verdad. Desorden y toda giere que también en este caso se halla en pe-
BHH 11, 694s.
el NT, pero sólo en la literatura epistolar; cin- acción mala son las consecuencias de los ce- ligro la unidad y la paz de la comunidad.
co de esas veces en Pablo. EQL'frda se encuen- los y del egoísmo (v. 16). Semejante actitud b) EQL~ aparece de manera fija en los catá-
tra 5 veces en singular, y 2 veces en plural (2 es característica de la falsa sabiduría, que es logos paulinos de vicios. Gál 5, 20 menciona
ÉQp.t1)vda, a;, tí
hermeneia traducción,
interpretación
Cor 12, 20; Gál 5, 20). terrenal, sensual, demoníaca (v. 15). También la EQL~ entre las «obras de la carne». Rom 1,
---+ ÉQf.tr¡ve'Úw (4).
aquí el término tiene claros matices escatoló- 29 la considera como uno de los actos de in-
2. Es oscuro el origen de esta rara palabra, gicos. justicia que eran característicos del tiempo
que antes del NT se halla atestiguada única- que precedió a la fe en Cristo. Esa manera de ÉQp.t1)VE'ÍlOJ hermeneuo interpretar, traducir*
mente en Aristóteles, PoI V, 3, 1302b, a; b) Cuando Gá15, 20 Y 2 Cor 12,20 usan el obrar tiene en la comunidad efectos claramen- (heQf.t1']VeuL1Í~, o'Ü, ó diermeneutes intér-
1303a, 14 con el sentido del afán egoísta de plural de EQL'frda, entonces piensan segura- te destructivos. En Rom 13, 13 y 2 Cor 12,20 prete, traductor*
granjearse el favor de un grupo. Probable- mente en los efectos de una conducta egoísta. EQL~ se halla en duplicación retórica junto a ()LeQf.t1']vEllW diermeneuo traducir, interpre-
mente se deriva de EQL'fre'Úw, «trabajar como Entre ellos se pueden contar también las in- l;fíAO~ (cf. ya 1 Cor 3, 3). En ambos casos se tar, explicar*
asalariado», no de EQL~. trigas. trata de rivalidades y celos que ponen en peli- ÉQf.t1']vda, a~, ~ hermeneia interpretación,
gro la armonía de la comunidad. traducción*
a) En Flp 1, 17 se establece un contraste en- H. Giesen
. c) En las Pastorales, los catálogos de vicios f.tE1tEQflllVEllW methermeneuo traducir*
tre los proclamadores que proceden por inte-
rés propio y aquellos otros cuya motivación SIrven para combatir a los herejes. La envidia 1. Significado fundamental - 2. «Traducir» (al grie-
EQtoV, OU, 'tó erion lana* y el espíritu de discordia se nutren de las fal- go) - 3. <<Interpretar (las Escrituras) - 4. <<Interpreta-
es el amor (v. 16). EQL'frda puede significar ción» de la glosolalia - 5. líVOfQf!lÍVfU'tO<; (Heb 5, 11).
Heb 9, 19: EQLOV XOXXLVOU, «lana escarla- sas doctrinas. El que no posee las palabras de
aquí únicamente una conducta determinada
ta»; Ap 1, 14: EQLOV Aeuxóv junto a w~ XLCÍlV, Jesús ni las enseñanzas de la Iglesia, pero pre- Bibl.: J. Behm, ÉQf!l1VfúúJ lnA.., en ThWNT n, 659-
por el egoísmo. Lo mismo habrá que decir de
«lana blanca, como nieve» (cf. Dan 7, 9). tende hallarse en posesión de la verdad, no se- 662; H. Weder, Die Cabe der «hermeneia» (J. Kor 12
Flp 2, 3, donde el interés propio y la «vana-
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1583 1584

Por tanto, no siempre que se da una traducción, jetivamente igual emplea Lucas bLavoLyELV
und 14), en: Wirkungen hermeneutischer Theologie. geschichte' [KEK], 383s; Bauer, Worterbuch, existe con ello una determinada intención; se re-
FS für G. Ebeling, Zürich 1983, 99-112. Cf. más bi- 502s); en el V. 32: significa «abrir» y hacer patente lo
bliografía en ThWNT X, 1086. flej a sencillamente la realidad de que la tradición
cristiana primitiva, que procede de un ámbito de que hasta entonces había estado oculto. El
c) Un sobrenombre (significativo) como el Resucitado mismo abre ante las mentes de los
1. El significado fundamental del tema lengua semítica, ha de ser traducida en su totali-
del discípulo Simón: Cefas/Petros = «roca» dad, mientras se desarrolla la evangelización de discípulos una comprensión enteramente nue-
ÉQfJ,'I']VElJ- es: dar expresión a una cosa (inter- (Jn 1,42, pero cuyo significado no se expresa los gentiles, a la lengua más comúnmente usada va del AT: las Escrituras desde Moisés hasta
pretar, explicar, hacer inteligible), expresar aquí sino tan sólo en Mt 16, 18, -+ rrÉ'tQo~); en la antigüedad tardía. «todos los profetas» hacen referencia a él,
los propios pensamientos -y también los aje-
d) El nombre simbólico Enmanuel, aplica- f) Esto aparece con especial claridad en la principalmente a su pasión y exaltación (v.
nos-o De este último matiz semántico se deri-
do al Mesías, que se traduce por la frase transmisión bilingüe de algunas expresiones 26). La actividad de Jesús, sobre todo su
va el significado, importante en la historia de
«Dios (está) con nosotros» (Mt 1,23, -+ 'E¡.t- arameas. Así, por ejemplo, en Mc 5, 411a voz muerte (la crucifixión como muerte maldita,
las religiones, pero que no se emplea en el Dt 21,23), no armoniza con lo que los judíos
NT: «expresar las ideas de Dios (o de un dios) fJ,aVOlJÍjA). El nombre de Melquisedec se tra- con que Jesús se dirige a la niña que había
duce también en Heb 7, 2 para la formulación muerto, es en arameo TaAL{}a XOlJ¡.t y en grie- esperaban del Mesías (vv. 19-21). Pero ahora
= hablar inspirado, más aún, en éxtasis» (así la reinterpretación cristológica del AT abre la
en Platón y especialmente en Filón; los testi- de un enunciado teológico: «rey de justicia», go: «¡Niña, oo. levántate!» (de manera pareci-
y al mismo tiempo se dice que su título de posibilidad de reconocer, no obstante, a Jesús
monios en Behm, 660s); y también el signifi- da, en Mc 7, 34, leemos Ecpcpa{}a, «¡ábre-
como el Mesías enviado por Dios, y de pro-
cado corriente de traducir, interpretar (de una «rey de Salén» quiere decir «rey de paz». De te!»). Si se pregunta el porqué, habrá que
clamarlo asÍ. Se acepta en amplios sectores
lengua a otra), sea verbalmente, es decir, de esta manera la Carta a los hebreos introduce pensar quizás en que se creía que la fórmula
que precisamente en esta sección Lucas ex-
palabra, o por escrito, basándose en un texto la interpretación de Melquisedec como proto- original poseía de por sí un efecto mágico
presa una idea teológica central (cf., entre
que se tiene ante sí. tipo, más aún, como una especie de antici- (Bultmann, Geschichte, 238). Lucas y Mateo
otros, J. Wanke, Die Emmauserzahlung, Leip-
Entre el verbo simple y el compuesto con pación de Jesús, que es quien habría de traer suprimen respectivamente las palabras arame-
zig 1973,85-95 y 118-120).
bL- y fJ,E{}- apenas existe diferencia de signifi- la salvación escatológica. as (Lc 8, 54) Y la exclamación misma de Jesús
cado; por eso, la tradición textual vacila va- (Mt 9, 25). - Por el contrario, en el fondo de
4. Finalmente, con bLEQfJ,'I']vEvm, (bL-) ÉQ-
Semejante traducción de nombres bíblicos para Mc 15, 34 hay un elemento historizante,
rias veces entre el verbo simple y el compues-
formular una interpretación teológica es corriente fJ,'I']VElJ'tÍj~ y ÉQ¡.t'l']vda encontramos en 1 Cor
to (Lc 24, 27; Jn 1, 38). En fJ,E{}EQfJ,'I']vEvm el cuando se refieren en arameo las últimas pa- 12 y 14 el grupo de palabras relacionado con
en el judaísmo helenístico. Después que el AT
prefijo acentúa el matiz de trasmisión (de una labras de Jesús en la cruz (la articulación de el hablar en lenguas. Pablo exige que, en las
mismo leyó ya en algunos nombres un determina-
lengua a otra); por eso, en el NT el compues- do sentido, parece que en el judaísmo alejandrino aquel «gran clamor» de 15,37, expresado con asambleas de la comunidad de Corinto, se ha-
to se limita enteramente a expresar la idea de existió algo así como un diccionario etimológico palabras del Sal 22, 2 [cf. E. Schweizer, Das ble solamente en lenguas cuando haya un
traducir. y alegórico de nombres, en el cual se interpreta- Evangelium nach Markus (NTD), sub loco]) y ÉQ¡.t'l']VElJ'tÍj~ que interprete, es decir, que ex-
ban al griego los nombres hebreos de los patriar- se ofrece luego su traducción para que el lec- prese en una lengua comprensible para todos
cas y de otros personajes (bajo la influencia del tor las comprenda.
2. ÉQ¡.t'l']VEVm (y también bLEQ¡.t'l']vEVm y los miembros de la comunidad lo que se ha
interés estoico por la etimología). Parece que Fi-
principalmente ¡.tE{}EQfJ,'I']VEvm) cuando se da lón -que personalmente no sabía hebreo- utilizó dicho en glosolalia. Parece que Pablo entien-
En ninguna parte se observa en los autores del
la traducción, para el lector de habla griega, listas de esta índole. Las traducciones de nombres NT .conciencia de las posibles dificultades que ·de lo de hablar en lenguas (en lo que él tiene
de palabras extranjeras, principalmente he- desempeñan un papel importante en su interpreta- pudl~ra entrañar la traducción, aunque en muchos también alguna experiencia) como una espe-
breas o arameas. La frase corriente de intro- ción alegórica de figuras del AT. Las dos traduc- pasajes del AT podría haber dificultades para su cie de hablar en un idioma extranjero que en
ducción es en la mayoría de los casos o o ciones que aparecen en Heb 7, 2 son también co- mterpretación. Compárese en cambio al nieto cierto modo puede ser traducido palabra por
wi:h' eo'tLV ¡.tE{}EQ¡.t'l']VElJÓ¡.tEVOV; claro que nocidas por él (AH I1I, 79). La traducción del -traductor- de Jesús Sirac, que expresa claramen- palabra; a ello parecen referirse sus conside-
nombre de Melquisedec es corriente, asimismo, te la conciencia de las dificultades que entraña su raciones sobre «las numerosas clases de len-
la frase puede también reducirse a un simple en Josefo (Ant 1, 180; Bell VI, 438). labor de traducción (prólogo a la traducción del
o o 'toth' eo'tlv. En concreto se trata de: Eclesiástico, líneas 15-26), mientras que Filón,
guas que hay en el mundo» (14, lOs; O. Betz,
e) Se traducen también algunos nombres por otro lado, acepta plenamente el texto griego ThWNT IX, 289). De todos modos, la inter-
a) Expresiones terminológicas como rabí = pretación -al igual que la glosolalia misma-
topográficos: rOAyo{}á = «lugar de la Calave- de l~ Bibl~a, tal como ha llegado hasta él, y lo
«maestro» (Jn 1, 38) o Mesías/Cristo = «ungi- ra» (Mc 15, 22; sin interpretación en el NT ~onsldera mcluso como inspirado y, por tanto, de es un don especial del Espíritu (12, 10), a sa-
do» (Jn 1,41; cf. 4,25); mismo, pero con repercusiones posteriores en 19~al valor indudablemente que el texto original ber, la capacidad para entender lo que mueve
(VItMos n, 37-40). al glosolalo y para expresarlo en una lengua
b) Nombres de personas como Bernabé = la iconografía y la meditación de la Pasión: la
«hijo de la consolación» (Hech 4, 36) Y Tabi- cruz de Jesús se alza en el lugar donde está normal. El que habla en lenguas puede ser in-
enterrada la calavera de Adán: la muerte de 3. En L~ 24, 27 (cf. también Hech 16, 6 D) térprete, él mismo, de su propia glosolalia
ta = «gacela» (Hech 9, 36); parece que en bLEQ¡.t'l']VElJELV (o el verbo simple en Lc 24 27
Cristo proporciona redención a la humanidad (14, 5c.13; también 14, 27 puede entenderse
Hech 13, 8 Lucas quiere traducir el nombre D)., SIgnifica
. '
interpretar, explicar, dar expre-
adamítica); también ~LAmá¡.t = «enviado» (Jn quizás de esta misma manera), pero no está
de Elimas por ó ¡.táyo~, «hechicero» (sobre el a lo que está oculto. Con un sentido ob-
9, 7; sin una significación clara).
SlOn capacitado sin más para hacerlo; sino que de-
problema filológico cf. E. Haenchen, Apostel-
1587 1588
1589 1590

be orar por conseguirlo (14, 13). Puesto que que ha disminuido; han lleg~do a ser -~omo otras cosas, en los textos de oraciones anti-
1, 23; además, junto a {}rlQLU en Hech 11, 6;
ese don no lo posee cualquiera, ni mucho me- se lamenta el autor- VW{}QOL «<lerdos, mdo-
en una serie de clases de animales que pueden guas, en los papiros mágicos y en los himnos:
nos (12, 30), habrá que cerciorarse primero de lentes») para entender. con la fórmula estereotipada EQXOU o EA{}é
ser domesticados por los hombres, Sant 3, 7.
que hay en la comunidad un intérprete, antes (¡tOL), eLOeA{}e u otras por el estilo, el hombre
Aquí se escucha algo así como una pro~lemáti­ BHH 11, 1005.
de que los que hablen en lenguas (que deben implora la epifanía de la divinidad (cf. Schnei-
ca «hermenéutica»: el problema de mediar entre
ser tres, como máximo) comiencen a hablar la realidad del evangelio y los oyentes del mismo, der, 663 con numerosos testimonios).
(14, 27s); --+ yAwoou 6. que -por sus propias. condi~iones previas- no sin- fQUaQÓ;, 3 erythros rojo*
tonizan con esa realidad. Sm embargo de ese he- En Hech 7, 36; Heb 11,29 dícese del «Mar 2. En la LXX aparece en la mayoría de los ca-
La razón para tales limitaciones la expresa Pa- cho no se deduce una tarea para el mensajero que Rojo» (cf. Ex 14, 9ss). sos como equivalente de bw' (y, raras veces e in-
blo claramente: el glosolalo sin intérprete podrá, hace de mediador, sino una crítica contra los lec- cluso esporádicamente, de otros 34 términos he-
sí, alabar mucho a Dios, pero hablará únicamente tores porque cabría esperar de ellos más capaci- breos), principalmente en sentido propio y local:
para sí mismo y para Dios (14, 2.4a.28b), mien- dad para comprender las cosas esp!rituales. ~l EQXO,"U:U erchomai venir, ir los animales vienen a beber, Gén 30, 38; Abrahán
tras que la comunidad no experimentará «~difica­ mismo tiempo se sugiere que el conflicto no se SI- 1. Significado - 2. Uso en la LXX - 3. Empleo ge- va a Canaán, Gén 12, 5; José va donde sus her-
ción», fortalecimiento, estímulo (14, 4s, OLXOOO- túa exclusivamente en el plano de la capacidad neral en el NT - 4. Empleo especial en el NT - a) La manos, Gén 37, 19. En sentido figurado, puede
fl~). Evidentemente había razones más que sufi- noética de comprensión, sino (también) en el pla- tradición sinóptica - b) Los escritos joánicos. decirse que hay tiempos o generaciones que vie-
cientes para refrenar la proliferación de la gloso- no existencial (cf. la yuxtaposición de «compren- nen y se van (2 Crón 21, 19; Sal 70, 18; Ecll, 4,
lalia en las reuniones de la comunidad de Corin- sión» y «conducta recta [perfecta]» en 1QS 5, 23s Bibl.: E. Arens, The HA00N-Sayings in the Sy- y passim); que la desgracia, el sufrimiento y la
to; los que no poseían ese don se sentían como [Michel, Der Brief an die Hebrder, 234]). noptic Tradition (OBO 10), Fribourg (Suiza)-Genf muerte llegan sobre el hombre (por ejemplo, Sal
cristianos de segunda clase y que sobraban en la 1976; J. Becker, Johannes der Tiiufer und Jesus von 43, 18; 54, 16). El salmista se lamenta de que el
N. Walter Nazareth (BStN 63), Neukirchen-Vluyn 1972,66-104; temor y el terror han caído sobre él (Sal 54, 6:
comunidad.
Es importante que Pablo no entienda por ÉQ- J. A. Bühner, Der Gesandte und sein Weg im 4. Ev. cpópoc:; xuL 'tQÓflOC:; ~A{}EV EJt' EflÉ); pide que su
flr¡vEia y OLEQflr¡VEÚELV -como Platón y Filón- el (WUNT 2), Tübingen 1977, 138-154; Bultmann, Ge- ardiente súplica llegue ante Dios (Sal 101, 2); que
acto de expresar misterios divinos en virtud de ÉQJU1Vta, a;, tl hermenia traducción, in- schichte, 164-168; Erg.-Heft 62; O. Camponovo, Un- la misericordia de Dios venga sobre él; que Dios
una revelación especial (¡ni siquiera lo entiende terpretación tersuchung ZU den «Ich bin gekommen»-Worten bei mismo se apresure a auxiliarle (Sal 118, 41; 79,
así en 14, 2!), sino que entiende por ello el don de Synoptikern, tesis Fribourg (Suiza) 1975; E. Fascher, 3). Según 1 Sam 9, 16, el.,grito de Israel pidiendo
Forma alternativa de ÉQ¡tr¡vda. Jesus der Lehrer, en Id., Sokrates und Christus, Leip-
hacer que sea comprensible una manera humana auxilio llegó hasta Dios (f¡A{}E po~ alJ'twv JtQoc:;
de hablar que de momento resulta incomprensible zig 1959, 134-174, sobre todo 139-156; A. Harnack, flÉ), lo mismo que el clamor contra Sodoma y
«/ch bin gekommen». Die ausdrücklichen Selbstzeug-
para los oyentes. Puesto que Pablo considera ~l 'EQ ....ií;, ou Hermes Hermes* nisse Jesu über den Zweck seiner Sendung und seines
Gomorra (Gén 18, 21).
glosolalo como sujeto responsable de su propiO En los enunciados escatológicos del AT, EQXO-
1. Nombre de un dios griego (buen acom- Kommens: ZThK 22 (1912) 1-30; E. Kiisemann, El
acto de hablar, no estará indicado -seguramente- problema del Jesús histórico, en Id., Estudios exegéti-
flaL o el sinónimo ~x(Ú se hallan firmemente en-
hablar de un <<lenguaje angélico». pañante, ayudador de caminantes y mercade- cos, Salamanca 1978, 159-189; Id., Los comienzos de raizados como términos técnicos. La fe aguarda
res, y también de ladrones, mediador entre los la teología cristiana, en ibid., 191-216; W. G. Küm- el juicio y la salvación: Dios viene a juzgar a la
dioses y los hombres). En Listra, la multitud mel, Verheissung und Erfüllung. Untersuchungen zur tierra (Sal 95, 13; 97, 9); su día (o los días del Se-
5. bllCJEQp.tÍlvEll'tOC;* (sólo en Heb 5, 11) sig-
eschatologischen Verkündigung Jesu (AThANT 6), ñor) llegará(n) y será(n) terrible(s) (JI 3, 4; Zac
nifica difícil de interpretar o difícil de expo- se dirige a Bernabé llamándole Zeus, y a Pa- 14, 1; Mal 3, 22; Os 9, 7). Pero Dios viene tam-
Zürich '1956, 19-29, 98-114; H. Patsch, Abendmahl
ner, difícil de hacer comprender. Este últi- blo llamándole Hermes, «porque era el porta- und historischer Jesus (CThM A/l), Stuttgart 1972, bién a redimir a su pueblo; llega con poder: ... flE-
mo significado es el que viene al caso en Heb voz», Hech 14, 12. 108-115, 170-180; N. Perrin, Was lehrte Jesus wir- L<l toxúoc:; EQXE'taL (Is 40, lOs; cf. también Is 35,
5, 11 (O. Michel, Der Brief an die Hebriier 7 2. Nombre de un cristiano (romano), a klich?, (Leipzig 1967) Góttingen 1972, 52-81; J. 4; 59, 20; Sal 49, 2; Zac 14, 5ss y especialmente
[KEK], 234). Una gravísima advertencia en Schneider, EQXOltat l!.TA., en ThWNT n, 662-682; Id., Is 60, lss). Entonces las naciones vendrán a Sión
quien se envían saludos en Rom 16,4. ~l!.úl, en ThWNT n, 929s; Schulz, Q, 258-260; G. (Is 60, 5s; Jer 16, 19; Ag 2, 7); Yahvé mismo ven-
tono de acusación, que culmina en la princi- Theissen, Sociología del movimiento de Jesús, Santan- drá y las congregará: EQXOflaL ouvayayELv
pal afirmación -que suscitó las protestas de der 1979. Cf. más bibliografía en ThWNT X, 1086. Jtávta 'ta E{}yr¡ ... (Is 66, 18).
Lutero- de que aquellos que una vez sometie- 'EQ .... oyÉv1);, ou; Hermogenes Hermó- La esperanza de la salvación se expresa tam-
ron por entero su vida al evangelio y después genes* 1. El verbo EQXO¡tat, atestiguado desde bién en la expectación del Mesías; el Mesías es
se apartaron de él, no tienen ya posibilidad de Nombre de un cristiano de Asia, que junta- Homero, significa venir e ir. Se emplea en re- -por excelencia- el que viene: «el que viene en el
un segundo arrepentimiento, la introduce el mente con otros se apartó de «Pablo», 2 Tim lación con personas, el tiempo, cosas y su- nombre del SeñOr» (Sal 117,26); «mira, tu Rey
viene a ti» - toou ó pamAEúc:; 001) EQXEtaL om
autor con las siguientes palabras: «Acerca de 1, 15. cesos que se producen, y su significado se (Zac 9,9). En el pasaje central de Dan 7, 13 se di-
esto tendríamos mucho que decir(os), y (esas p~ecisa muchas veces por medio de preposi- ce también que el Hijo del hombre viene sobre las
muchas cosas) sería difícil hacerlas compren- CIOnes como aJtó, d¡;, JtQÓ¡; y otras. El em- nubes del cielo (fíQXEtO o EQXÓflEVOC:; ~v).
den>. Y lo sería porque la capacidad receptiva ÉQ,,;nóv, OU, 'tÓ herpeton reptil* pleo (impropio y cultual) del término, impor-
de los oyentes o de los lectores no ha aumen- Como denominación de animales impuros tante en los escritos bíblicos, y que sirve 3. El uso del verbo en el NT corresponde
tado desde que se hicieron cristianos (¡propia- (cf. Lev 11, 10ss.20.23; esp. vv. 29ss) junto a Como circunlocución para expresar la venida (en general) al del griego profano y al de la
mente debieran ser ya maestros!, v. 12), sino 'tE'tQáJtoou y JtE'tELvá en Hech 10, 12; Rom de Dios (o de un dios) tiene su analogía, entre LXX. En la inmensa mayoría de los testimo-
1591 1592 1593 1594

nios (y, además, en unos 760 testimonios de 1'l-COV). De él se habla en frases de futuro y de otros verbos (52ss). La voz media de venir es caracterización de la «obra de Jesús», que re-
los diversos verbos compuestos), el verbo sig- apropiada, en correspondencia con la dialéctica sulta singularísima en el entorno histórico-re-
presente. Jesús anuncia la inminencia del rei- del presente y del futuro, para expresar la «mutua
nifica venir o ir en sentido propio y local: las no de Dios; él cuenta -en la fe- con su pronta ligioso y que no puede deducirse de la teolo-
relación» entre el hacer y el dejar hacer, entre la gía pos-pascual (Patsch, 170ss). Por tanto, las
personas vienen para ser bautizadas en el Jor- llegada y ora: «¡ Venga tu reino / tu reinado!» actividad y la pasividad en la llegada del reino de
dán; los enfermos vienen a Jesús en busca de (Mt 6, 10 par. Lc 11, 2). A los discípulos va frases de ~",{tov, como lo hace de otra manera
Dios.
ayuda (Mt 2, 1s; 3, 7; 8, 2 y passim); los pe- dirigida la promesa de que no gustarán la Mc 2, 27; 7, 15 o también el «Amén, pero yo
regrinos que han acudido a la fiesta recorren muerte hasta que vean venir con poder el rei- En una serie de «sentencias egóticas» (o os digo» de las antítesis, que revelan la con-
todo un día de camino (~",{tov ~!tÉQa~ no de Dios (Mc 9, 1; cf. también Mc 13, 28- sentencias del «Yo»; Bultmann, 161ss), Jesús ciencia de Jesús acerca de su misión, nos ha-
ó6óv); Jesús va a Cafarnaún, viene a la casa 30; Mt 10, 23; a propósito, Kümmel, 13ss). habla en síntesis acerca de la finalidad de su cen ver la comprensión que Jesús tiene de sí
de Pedro o a su ciudad (Lc 2, 44; Mt 4, 13; 8, En esta frase se escucha una apremiante ex- venida: Lc 12,49: «Yo he venido (~",{tov) pa- mismo: El ha venido como Salvador de los
14; 9, 1 Ypassim). En cuanto al uso del verbo pectación de la cercanía, tal como Jesús la ra echar fuego sobre la tierra»; cf. Mt 5, 17; pecadores, como «rescate por los que son
en sentido figurado, el NT enlaza también con comparte con Juan el Bautista y la comunidad 10, 34; Mc 2, 17 par. Mt 9, 13 / Lc 5, 32. muchos».
el uso corriente. de Qurnrán. Tal esperanza (condicionada por Compárese también Mc 1,38 par. Lc 4, 43; la
La pregunta del Bautista: «¿Eres tú el que ha
el tiempo) no se cumplió; como promesa to- frase de Marcos El~ 'tov'tO YUQ ES'ÍÍ",{tOV es de venir (av eL Ó EQXÓ[tEVO~) o tenemos que es-
Se derraman (vienen) torrentes de agua; Sata- davía pendiente entró en el tesoro de fe de la recogida por Lucas con el siguiente tenor: E:7tL perar a otro?», recibe una respuesta positiva, ha-
nás viene (Mt 7,25.27; Mc 4, 15); llegarán días, comunidad cristiana. 'tou'tO a:7tE(J'tá",'I']v (otras sentencias de a:7tEO- ciéndose referencia a las promesas proféticas que
ocasiones para el escándalo y la apostasía (cf. Mt El mensaje de Jesús no queda desacreditado 'tá",'I']v las ofrecen Mt 10, 40; 15, 24; Lc 10, se cumplen en la actividad de Jesús (cf. Is 29,
9, 15; Lc 17,22; 21, 6; 23, 29; Mt 17, 1; 18,7); por ello, porque su inconfundible característi- 18s; 35, 5s; 61, 1); Jesús es el que viene en cum-
llega la hora, la ira, el juicio (cf. Mc 14, 41; Jn 4, 16; Mc 9, 37; ---+ a:7toa'tÉ"''''w). Intimamente
ca no consiste en las afirmaciones futurísticas asociadas con las palabras de ~",{tov se hallan plimiento de las promesas; la comunidad le con-
21.23; Ef 5, 6; Col 3, 6; Ap 3, 10; cf. también 1 fiesa como el que ha venido; la conciencia que
Tes 1, 10; Ap 18, 10); el día del Señor llega (co- sino en las afirmaciones presentes acerca del algunos logia que (trasladados de la primera a Jesús tiene de sí mismo da expresión a<J!lí, análo-
mo ladrón), 1 Tes 5, 2; 2 Pe 3, 10; cf. Hech 2, 20; reino de Dios. Jesús -a diferencia de su época la tercera persona del singular) caracterizan la gamente a como lo hacen las frases de 'l']A.1'l-ov, al
Ap 3, 3; 16, 15. Pablo marca los puntos cruciales y para irritación de muchos de sus contempo- misión de Jesús mediante el uso del titular ó macarismo (auténtico con toda seguridad): «y di-
en la historia de la salvación utilizando para ello ráneos- afirma la presencia del reino de Dios, 'ULO~ 'tOU av1'l-Q<Í:m:o'U: Mc 10,45 par. Mt 20, choso el que no encuentre en mí motivo de tro-
el verbo EQxo[tm: la ley ha llegado; hasta que ya desde ahora, en lo que él dice y hace. En 28; Lc 19, 10 (cf. las v.l. de Mt 18, 11 y Lc 9, piezo», Lc 7, 18-23 par. Mt 11, 2-6.
llegó la fe, estábamos sometidos a ella; estaba en ello aparece con señalada claridad la com-
vigor hasta que llegó la simiente a la que había 56a); 7, 33s par. Mt 11, 18s.
sido dada la promesa; con Cristo ha llegado la prensión que él tiene de sí mismo y la con- La investigación crítica considera en buena De la venida de los hombres a Jesús se ha-
plenitud del tiempo (Rom 7,9; Gál 3, 19.23ss; 4, ciencia de su propia misión. Como testimo- medida como formaciones de la comunidad bla en diferentes maneras, pero siempre me-
4). Se habla del eón que viene: ó al,wv ó nios de ello hay que mencionar Lc 11,20 par. las frases que comienzan con yo he venido / yo diante el empleo de EQxo!tm. Se puede decir
EQXÓ[tEVO~ = ó [tÉAt..WV, Mc 10, 30; Lc 18, 30; Mt 12,28 juntamente con Lc 10, 18; Mc 3, 27 no he venido. Y lo hace así, «porque con esta en términos generales, y de manera no especí-
cf. Ef 2, 7. Lucas habla una vez del sábado si- par.; Mt 11, 12; Lc 16, 16 Y especialmente Lc terminología (tales frases) parecen contemplar fica, que la multitud, los fariseos y escribas y
guiente (literalmente: del sábado que viene, 17, 20s (cf., a propósito, Kümmel, 96ss; Ka-
Hech 13,44). retrospectivamente como un conjunto la mani- otros vienen a Jesús (por ejemplo, en Mc 2,
semann, 185s; Perrin, 64ss). festación histórica de Jesús» (Bultmann, 167); 13; 3, 8; 7, 1, Y passim); pero tal venida tiene
Merecen especial mención algunas expresiones
fraseológicas (atestiguadas también fuera del Con los enunciados futuristas acerca de la «a través de la voz de un profeta, es la voz del una dimensión distinta, cuando la gente expe-
NT): Mc 5, 26: cL~ 1:0 XELQov EA.1'l-ELv, «ir (cada (pronta) llegada del reino de Dios se afirma Señor elevado a la gloria la que ellas nos ha- rimenta la fuerza sanadora de Jesús (cf. Mc 5,
vez) peOf», refiriéndose en este caso a la mujer que Dios no es todavía «todo en todo»; en las cen escuchar» (Kasemann, 206). Semejante 33; Mt 8, 2; 9, 18; 15,25), o cuando se cono-
que padecía hemorragias; Lc 15, 17: cL~ Éau1:ov afirmaciones en presente se acentúa que el apreciación (global) difícilmente estará en lo ce cuál es la significación de Jesús: los magos
EA.1'l-ELv, «volver en sí» (= recapacitar); Hech 19, reino de Dios está presente ya desde ahora: se cierto; es indudable que no todas las frases de
27: cL~ a:7tEA.Ey[tOV EA.1'l-ELV, «caer en descrédito»; del Oriente han venido para adorar al Rey de
en 2 Cor 12, 1 Pablo -en su correspondencia-
ha roto la frontera entre el presente y el futu- ~",{tov son auténticas en su versión actual; la los judíos, que acaba de nacer (Mt 2, 2). Tam-
ro; Jesús proclama que su tiempo es parte in- tradición cristiana primitiva, como hizo en ge-
marca la transición a otro punto con las palabras bién los discípulos han venido a Jesús; han re-
EA.1'l-ELv E'L~ n, «pasar a hablar de algo». tegrada del tiempo de la salvación; que es «el neral, las trasformó y las plasmó también en nunciado a su patria, a su familia y a sus bie-
comienzo plenamente válido del futuro total» este caso (entre otras cosas, recogiendo la cris- nes y -haciéndose «caminantes» lo mismo
4. a) En el centro de la proclamación de (Becker, 82). Su escatología ha de describirse tología del Hijo del hombre) y formó varian- que Jesús (cf. TheiBen, 14ss)- se han decidido
Jesús y de la predicación del cristianismo pri- objetivamente como «escatología que se está tes, pero con toda seguridad dispuso para ello
realizando» . a seguirle; cf. Mc 1, 18.20; 8, 34 par. (EQXEO-
mitivo se hallan aquellos enunciados que ha- de palabras de Jesús como «material de parti- {tm O:7tLaW !t0'U es aquí sinónimo de axo",o'U-
blan de la venida del reino de Dios, de que ha da»: así sucede, sin la menor sospecha, con Lc
Perrin ha señalado que Jesús, a diferencia de la {tÉw); 10, 28s; Lc 6,47.
llegado Jesús y de que las personas vienen a 7, 33s par. (sin el título del Hijo del hombre).
terminología judía y de la terminología cristiana b) En el evangelio y en las Cartas de Juan,
Jesús. El contenido central del mensaje de Je- primitiva, «usa habitualmente el verbo 'venir' pa- y lo mismo se diga de Lc 12,49; 12, 51 par.;
sús es el reino de Dio¡; (---+ ~am",Eia 'tOV ra referirse al reino de Dios» y evita el empleo de Mc 2, 17 Y (en su núcleo) con Mc 10,45, una EQxo!tm se ha convertido señaladamente en
"
1595 1596 1597 EQúnúúl - E01'Húl 1598

portador de enunciados cristológicos. En Jn 5, 1. En la LXX el verbo, lo mismo que su post-pascual de Jesús como el Paráclito (16, pué s de pascua, tal intercesión de Jesús no es
43; 7, 28; 8, 14.42; 9, 39; 10, 10; 12,47; 13, compuesto ---+ EJtfQW'tÚW tiene aún el signifi- 13), no es ya necesario preguntar a Jesús. Así considerada ya necesaria (16, 26). También
3; 16, 28; 18, 37 el Cristo joánico habla de cado de preguntar, mientras que la idea de lo confirman anticipadamente los discípulos en 1 Jn 5, 16 el verbo se usa para designar la
que él ha venido de Dios; por ser el Enviado «pedir» se expresa por medio de ULtÉw. La en 16, 30 (Bream): todos (no sólo los discípu- oración de súplica de la comunidad.
de Dios, él es el Mesías; él no viene en su presencia de ambos significados en un solo los) están liberados de la compulsión de la
W. Schenk
propio nombre, sino en el nombre del Padre; verbo del NT se explica como resultado del duda que hace que se interrogue a Jesús a ma-
su venida significa vida y luz para el mundo uso profano helenístico (DeiBmann, Licht, nera de oráculo por medio de falsos profetas
que, sin él, se halla en tinieblas y está muerto; 134 y 147s) y por influencia del sentido am- (cf. Herm [m] 11, 2-5: R. E. Brown, El evan-
él ha venido a salvar al cosmos; lo hace dan- biguo del verbo hebreo s' 1 (<<preguntar, pe- gelio según Juan, sub loco). E(Jihl~, iíto~, ÍJ esthes ropa, vestido*
do testimonio de la verdad. Con eQxoflm se dir») y del verbo latino, también ambiguo, ro- En Lc 23, 11 dícese del espléndido vestido
hace referencia también a la segunda venida gare. De los 63 testimonios que hay de este 3. El significado de pedir es el preferido blanco que Herodes (Antipas) puso a Jesús
del Cristo joánico (14, 3; 21, 22s); sobre el verbo en el NT, 27 (sin Jn 8, 7) corresponden por Lucas (9 veces en el evangelio y 6 veces (cf. ThWNT IV, 18), seguramente para burlar-
tiempo que media entre su primera y su se- a preguntar, mientras que la expresión se em- en Hechos) y por Juan (12 veces en el evan- se de él ridiculizándolo como «rey mesiáni-
gunda venida se extiende como un puente la plea 36 veces con el sentido de pedir. gelio y también en 1 Jn 5, 16; 2 Jn 5), mien- co» (cf. también W. Grundmann, Lukasevan-
venida (15, 26; 16, 7) Y la presencia (14, 16. tras que el único pasaje marquino 7, 26 se gelium [ThHK], sub loco; G. Schneider, Das
26; cf. 1 Jn 2, 1) del Paráclito. En contradic- 2. El significado de preguntar se limita a halla también recogido por Mt 15, 23 pero Evangelium nach Lukas [OTK], sub loco); cf.
ción con la cristología docética se halla aque- los evangelios, pero quizás no proceda nunca desplazado de lugar. En Flp 4,3; 1 Tes 4, 1; 5, también Hech 12, 21: E01't~¡; ~aOLA.LX~, díce-
lla confesión de fe de que «Jesucristo vino en de la fuente Q. Marcos lo ofrece 2 veces (en 12; 2 Tes 2, 1, las exhortaciones epistolares se se del «ornato regio» de Herodes Agripa 1; en
carne» ( ... h OUQXl EA.l]A.'U1'tÓ}¡;: 1 Jn 4, 2; 2 4, 10 para una pregunta directa, y en 8, 5, pa- introducen de manera explícitamente perfor- Sant 2, 2.3 se habla de E01'ti]¡; A.UflJtQÚ, de la
Jn 7). ra una pregunta indirecta), junto con el térmi- mativa (primera persona del presente de indi- «ropa lujosa» del rico, en contraste con los
no más frecuente ---+ EJt€QW't'úw. Mateo redu- cativo: «con estas palabras», cf. también Lc «andrajos» (e(J1't~¡; Q'UJtuQú) del pobre (v.
Merece especial atención la referencia específi- jo 3 veces este verbo compuesto, que él había 14, 18&; 16,27; 2 Jn 5) (en paralelo con el si- 2b); en Lc 24, 4 (E01't~¡; aO't'Qúmo'Uou, «ves-
camente joánica a la llegada de la hora. Esta refe- hallado en la fuente de Marcos (16, 13; 19, nónimo ---+ JtuQuxuMw en Flp 4, 2; 1 Tes 4, tidura resplandeciente») y en Hech 1, 10 (h
rencia se hace, por un lado, para aludir al tiempo 17; 21, 24), Y le dio la misma connotación 1; Lc 7, 3s; 8, 37 a diferencia de Mc 5, 17, E01't~O€(JL A.f'UXUi:¡;, «en vestiduras blancas»),
de la salvación que se inicia en Jesús (Jn 4,21.23; mientras que éste fue recogido en 8, 31 Y sus- se indica por medio de esta expresión que
hostil que tiene el verbo compuesto. En Lucas
5,25: oo. EQXE'taL lóQa xai. vuv EO'tLV), y también, tituido luego en 8, 38 por otro sinónimo ---+ Mo-
por otro lado, para aludir al tiempo de la pasión y (6 testimonios en el evangelio y 1 en Hech 1, aquellos dos varones procedían del cielo; so-
6) es cuatro veces reducción del compuesto flm); en Jn 16,26 Y 1 Jn 5, 16 el sinónimo es bre la terminación de dativo -~OWLV (Hech 1,
muerte de Jesús, que en la teología joánica se con-
---+ ULtÉúl. 10; Lc 24, 4 C Koiné 8) en vez de -ijOLV, cf.
sidera como la hora de su glorificación: 7, 30 Y 8, de Mc (9, 45; 20, 3; 22, 68; 23, 3), Y en 19,31
20 afirman que su hora (de Jesús) no ha llegado aparece -para dar mayor precisión- como hi- Con este significado, el término se usa co- BlaB-Debrunner § 47,4.
todavía, mientras que Jesús en 12, 23; 17, 1 Y 13, pónimo del marquino suprénimo. Unicamente mo una cincunlocución para requerir amisto-
1 dice o sabe que «ha llegado la hora en que el Hi- en el Ev de Jn es término de uso frecuente samente que se haga algo, casi siempre con
jo del hombre ha de ser glorificado». (aparece 15 veces). El empleo corresponde al un lenguaje indirecto. En Lucas esto se hace E(JiHro, ~(J-t)ro es/hio,
es/ho comer*
del verbo compuesto. Se marcan especiales normalmente por medio del infinitivo (Lc 5, (Aoristo segundo: ecpuyov ephagon)
T. Schramm
acentos en dos pasajes: 3; 8, 37; Hech 3,3; 10,48; 16,39; 18,20; 23,
1. Aparición en el NT - 2. Peculiaridad gramatical-
En Lc 14, 32 se usa redaccionalmente la 18; cf. también Jn 4, 40; 1 Tes 5, 12; 2 Tes 2, 3. Contenidos semánticos - 4. Campo referencial.
E~ro ero diré versión que da la LXX de la corriente fórmu- 1) o de OJtúl¡; (Lc 7, 3; 11, 37; Hech 23, 20),
en Juan casi siempre con lVU (4, 47; 17, 15. Bibl.: J. Behm, f(JtHw, en ThWNT n, 686-693; G.
Futuro de ---+ Myw, ---+ dJtov (cf. BlaB-De- la hebrea de saludo: «preguntar por la salud Braumann, en DTNT JI, 257-259; G. Gerleman, 'kl
brunner § 101, 48). de alguien» (G. Gerlemann, DTMAT 11, 1059). 20; 19,31.38; 2 Jn 5; cf. también Mc 7, 26; Comer, en DTMAT 1,222-227; M. Ottosson, 'iikal, en
Por tanto, el verbo simple con mero acusativo Lc 7,36; 16,27; 1 Tes 4, 1). Se halla también, DTAT 1, 249-256; R. Smend, Essen und Trinken - ein
no tiene aquí el sentido de «pedir» (en contra aunque más raras veces, en discurso directo Stück Weltlichkeit des AT, en Beitrage zur Altesta-
E~rotáro erotao preguntar, pedir de Bauer, Worterbuch, s. v.; Greeven), sino un imperativo inmediato (Mt 15, 23; Lc 14, mentlichen Theologie. FS für W. Zimmerli, Gottingen
1977,446-459. Cf. más bibliografía en ThWNT X,
que el sintagma total expresa pragmáticamen- 18s; Flp 4,3; Jn 4,31; o la petición cortés en 1087.
1. Aparición en el NT y ámbitos de aplicación - Jn 12, 21).
2. El significado preguntar - 3. El significado pedir. te el acto de «sumisión» (E. Klostermann, Lu-
kasevangelium 2 [HNT], sub loco): el saludo En Juan el verbo se usa para la oración de 1. El verbo E01'tLúl aparece 158 veces en el
Bibl.: H. N. Bream, «No Need to Be Asked Ques- como tal representa un acto ritualizado de ate- Jesús: el Jesús terreno habla anticipadamente NT, y se concentra en los siguientes escritos
tions»: A Study of John 16:30, en FS R. T. Stamm, de su oración en favor de aquellos que le per- (indicándose el número de testimonios): Ma-
Leipzig 1969, 49-74; H. Greeven, fQu)'táw, en
nuación de la agresión.
Jn 16, 23 es un pasaje importante cristoló- tenecen (14, 16), Y luego la oración misma teo (24), Marcos (27), Lucas (33), Juan (15),
ThWNT n, 682-684. Cf. más bibliografía en ThWNT
gicamente. Durante el tiempo de la presencia queda grabada (17, 9 [bis].15.20). Pero, des- Hechos (7); Romanos (13, todos ellos en el
X,1086s.
1599 Eo{HOJ 1600 1601 Eo{Hm 1602

capítulo 14), 1 Corintios (27, principalmente nes puntuales o instantáneas (BlaB-Debrunner jetos concretos, la mejor manera de traducir el
en los capítulos 8-11) y Apocalipsis (6). El § 318). A partir del aoristo se construye tam- En el NT, el aoristo I!rpayov, como expre-
imperfecto 1ío{}wv en Lc 17, 27.28 es: se co- sión de una acción puntual o instantánea, apa-
verbo aparece también en 2 Tes 3, 8.10.12; bién el futuro (BlaB-Debrunner § 74, 2). Sin mía. El verbo aparece junto con otros verbos
Heb 10, 27; 13, 10; Sant 5, 3. rece con mayor frecuencia que EO{}LOJ. En las
embargo, en el NT los dos verbos (defectivos) que pertenecen al ámbito «mundano» y que sentencias de apertura y conclusión de Mt 6,
a) Eo{HOJ se usa a menudo en paralelo con se usan algunas veces como equivalentes (cf. expresan la despreocupación en que vivía por 25 par. Lc 12, 22 Y Mt 6, 31 par. Lc 12, 29
JtLVOJ: Mt 6, 25.31; 11, 18.19; 24, 49; 26, 26; Rom 14,2). La forma l!o{}OJ sirve a veces pa- aquel entonces el linaje de los hombres. (Q), Jesús critica la preocupación angustiada
Mc 2, 16; Lc 5,30.33; 7, 33.34; 10,7; 12, 19. ra la formación del participio (l!o{}OJv en va- El verbo aparece también en los relatos si- por el alimento.
29.45; 13, 26; 17, 8.27.28; 22, 30; Jn 6, 53; riantes textuales de Mc 1, 6; Lc 7, 33.34; 10, nópticos de la Ultima Cena, en la referencia Para defenderse contra las acusaciones de
Hech 9, 9; 23,12.21; 1 Cor 9, 4; 10,7.31; 11, 7), Y se halla también detrás de I!O{}1']'tE en Lc que se hace al traidor, «el que come conmigo» los fariseos, Jesús aduce el ejemplo de David,
22.26.27.28.29; 15, 32; Rom 14, 21; cf., a 22, 30 (cf. Núm 15, 19; cf., a propósito, BlaB- (Mc 14, 18), Y sirve de introducción al acon- quien con sus seguidores entró en el templo y
propósito, 446-459. Algunas veces Eo{HOJ se Debrunner § 101 nota 23). tecimiento mismo de la Ultima Cena (partici- comió de los panes de la proposición (Marcos
usa con la pasiva de XOQ'tál;OJ (saciarse): Mc pial en 14, 22 par. Mt 26, 26) Y como pers- 2, 26 par.). A menudo, la actividad de procla-
6,42 par.; 8, 8; Mt 15, 37; Jn 6, 26. 3. EO{}(W designa la actividad básica huma- pectiva escatológica del «comer y beber a mi mar no deja a Jesús y a sus discípulos ni si-
na de tomar alimentos y significa comer, ali- mesa en mi Reino», en relación con el ban- quiera tiempo para comer (3,20; 6, 31). Por el
b) Frecuentes objetos de la acción verbal mentarse. Además de estos significados sen- quete eucarístico (Lc 22, 30). En Mc 7, 28 contrario, la preocupación por los oyentes,
son aQ'tO~ (Mc 3, 20; 7, 5; Mt 15,2; Lc 7, 33; cillos, el verbo -con arreglo a su aspecto de par. Mt 15, 27 se predica EO{}LOJ de los perri- que llevan ya mucho tiempo escuchándole,
14, 1.15; Jn 6, 23; 1 Cor 11, 26s; 2 Tes 3, 8. comensalidad- puede traducirse por celebrar tos, que metafóricamente representan a los conduce a Jesús a preguntar qué es lo que
12) Y su plural (Mc 2, 26 par.; 6, 44; 7, 2; en- una comida, sentarse a la mesa con. En las pueblos gentiles, que desean participar igual- esas personas van a comer (6,36; 8, 1). En los
lazado con la preposición EX, Jn 6, 26.50.51; acusaciones de los fariseos, el verbo adquiere mente en la salvación mesiánica; en Lc 15, milagros de la multiplicación de los panes, Je-
1 Cor 11, 28). Otros objetos son 'to Jtáoxa una connotación negativa, como la de ir de 16, el verbo se predica de los cerdos, en la pa- sús -al dar pan y pescado- se muestra como
(Mc 14, 12 par.; 14, 14 par.; Lc 22,15.16; Jn comilona. En Juan hay que tener en cuenta el rábola del hijo pródigo. el dador de la vida (6,37 par.; 6,42 par.; 6,44
18,28), oáQS (Jn 6, 52s) y su plural (Sant 5, sentido metafórico. El significado de pastar, [rpayóv'tE~] par. Mt 14, 21 [Ea{}Lov'tE~]; Mc
3; Ap 17, 16; 19, 18). Aparecen, además, co- devorar, consumir aparece cuando se trata de En el «Corpus paulinum» el verbo Ea{}LOJ 8, 1.2 par. Mt 15, 32; Mc 8, 8 par. Mt 15, 37;
mo objeto de la acción verbal: xaQJtó~ (Mc animales y de los elementos destructivos co- aparece en relación con la pregunta de si es lí- cf. Jn 6, 5.23). Jesús se muestra también co-
11, 14; 1 Cor 9, 7), xQÉa~ (1 Cor 8, 13; Rom mo la herrumbre y el fuego (-+ 1.c). cito comer la carne sacrificada a los ídolos (1 mo dador en la curación de la hija del presi-
14,21) Y 'to [,távva (Jn 6, 31.49). Cor 8, 7.10; 10, 18.25.27.28.31). El verbo se dente de la sinagoga (Mc 5, 35-43). Después
Eo{HOJ se asocia con las preposiciones Ex, 4. En los evangelios, Ea{}LELV se predica de usa también en la argumentación acerca de si de la curación de la enferma y como señal de
JtaQá y [,tE'tá. [,tE'tá designa el aspecto de co- Juan el Bautista para referirse a la sencillez de el proclamador del evangelio y dispensador su regreso a la vida humana normal, Jesús or-
mensalidad, por ejemplo, refiriéndose a los su alimentación (Mc 1,6). Su vida ascética es de bienes espirituales puede exigir como con-
dena que den de comer a la niña (v. 43). rpa-
discípulos (comer «con mis discípulos», Mc contrastada con la manera de vivir de Jesús traprestación dones materiales; sin embargo,
yELV 'to Jtáaxa (Mc 14, 12 par.; 14, 14 par.;
(Mt 11, 8 par. Lc 7, 33s), criticándose el he- Pablo renunció a ellos (l Cor 9, 13; cf. 9, 4;
14, 14; Lc 22, 11), al traidor (<<uno que está Lc 22, 15.16; Jn 18, 28) se refiere primaria-
cho de que Jesús se siente a la mesa con «pu- Lc 10, 5-8; 2 Tes 3, 8). Aparte de eso, Ea{}LOJ
comiendo conmigo», Mc 14, 18), a la invita- mente al hecho de comer el cordero (cf. 2 Esd
blicanos y pecadores» (en Mc 2, 16; Mt 9, 11; aparece también en la disputa acerca de la
ción hecha por un fariseo (<<le pedía que co- 6,20.21).
Lc 5, 30 incluye a los discípulos en la acusa- práctica seguida en la celebración eucarística
miera con él», Lc 7, 36). (1 Cor 11, 26.27.28.29). - Al igual que la co-
Además de las veces en que lo usa en co-
ción; cf. Lc 15,2). Por su parte, a los discípu- mún con Marcos, vemos que Mateo emplea
c) En el NT los sujetos de E<J1'HELV (rpa- los de Jesús se los compara con los discípulos munidad corintia, vemos que la comunidad de
Roma se ve metida también en una controver- también I!rpayov en otros pasajes. En la cues-
YELV) son principalmente personas; tan sólo del Bautista, que ayunan (Lc 5,33; vemos que tión acerca de la pureza y la impureza, Mateo
algunas veces se predica Eo{HELV de animales sia acerca del comer. Claro que la disputa se
Mc 2, 18 Y Mt 9, 14 formulan como par de -al ofrecer una descripción más precisa de las
(Mc 7, 28 par. Mt 15, 27; Lc 15, 16; Ap 17, refiere en este caso a la alternativa «comer
conceptos opuestos: ayunar - no ayunar), y prescripciones judías sobre la pureza (Mt 15,
16; 19, 18). El verbo puede hallarse también carne - comer comida vegetariana» (Rom 14,
los fariseos y

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