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15 DE MAYO DE 2019
Soltando fibras de Cumare1
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Palma de cuyas fibras, diferentes pueblos elaboran productos artesanales como mochilas, hamacas, collares,
entre otros.
través de la exclusión y la victimización. Siendo la suma de categorías de vulnerabilidad el
requisito más valorado por las dinámicas coloniales, en las relaciones de intermediación con
la perspectiva eurocéntrica y las subjetividades propias. (Quijano, 2011).
Gran parte del conflicto, vivido en Colombia, obedece a una amplia disputa por el
dominio territorial y del mercado. Sustentada, sobre el sufrimiento de las mujeres y en
especial y por doble vulneración, por las mujeres de los pueblos indígenas, que han sido
víctimas de un despojo constante y sanguinario de sus subjetividades. Que encuentra su
génesis, en medio del pluralismo histórico de los pueblos, que obedece a rasgos específicos
de sometimiento y devastación material y cultural, enfrentados aun hoy en “El Nuevo
Mundo”. (Segatto, 2011)
Este texto pretende soltar las fibras que mantienen la trenza del poder colonial,
patriarcal y capital, a través del camino, donde se responden preguntas como ¿Cuáles son los
principales factores que afectan a las organizaciones comunitarias? ¿Influyen la desigualdad,
la racializacion de las clases, el conflicto armado y su reducto categorizador en las victimas,
el narcotráfico y las apuestas neoliberales, en el desarrollo de expresiones colectivas de los
pueblos? ¿Acaso las diversas afectaciones que el estado colonial/moderno ha marcado en la
Organización comunitaria, cambia la idea de desarrollo y por ende los modos y usos de la
tierra? ¿Influye el estado patriarcal, en las formas de organización de las mujeres?
Realizando un acercamiento a partir de los análisis derivados de las experiencias compartidas
con la Asociación de Mujeres Indígenas víctimas del conflicto armado del pueblo Tukano
Oriental2 de Guaviare, ASOMUINGUA.
El grado de acceso universal a los medios y/o sistemas productivos y a los servicios
humanos básicos (salud, educación, vivienda, abastecimiento de agua potable, alcantarillado,
energía, seguridad pública y transporte e, incluso en el mundo contemporáneo, el acceso a
los medios de información y comunicación) es el factor que determina qué tan desigual es
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Pueblo Del Amazonas colombiano, se localizan principalmente en el río Vaupés, en los límites con los
departamentos de Guainía y Vichada y en los ríos Papurí y Paca, en la frontera con la vecina República del
Brasil.
una nación respecto de su producto interno bruto (PIB) per cápita. Además de los porcentajes
de tenencia de tierra y la concentración de la riqueza.
Las dos principales economías del globo, según las cifras descritas por el Foro
Económico Mundial en un informe generado en el año 2015 (Foro Económico Mundial,
2017) son Estados Unidos y China. Sin embargo, este dato no es sino optimista por sí solo
para dichos países, puesto que otros indicadores podrían dar mayores luces sobre cómo, a
pesar de ser las mayores potencias económicas, la desigualdad es una realidad que llama en
demasía la atención. En el caso de Estados Unidos, el índice Gini3 para 2016 fue de 41,5
(Banco Mundial, 2018) y, de acuerdo con el Boletín de la Reserva Federal, el 1% de la
población más poderosa controló el 38,6% de la riqueza en 2016 (Egan, 2017), además de
referenciar la crisis financiera que se vivió en 2008 en la que se describen unas pérdidas
cercanas a 20 trillones de dólares y el despojo de sus viviendas a millones de ciudadanos
provocados por lo que se denominó la “burbuja hipotecaria” (Ferguson, 2010).
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Índice de Gini: El índice de Gini es una unidad de medida económica que permite calcular la desigualdad de
ingresos per cápita de un territorio, comúnmente de un país (Econopedia, 2018).
En los comienzos del siglo anterior tuvieron cabida los movimientos sociales y obreros que,
inspirados e influenciados por la luchas anarquista y bolchevique, abrieron el camino a los
procesos de sindicalización, mejoras en las condiciones laborales e inclusión de diversas
poblaciones a los sistemas de producción, además de generar las luchas campesinas contra el
latifundio; algunos de ejemplos de los movimientos del siglo XX en América son: La
revolución mexicana de 1910, liderada principalmente por Emiliano Zapata y Francisco
Villa, la cual tenía como foco la redistribución de la tierra; la revolución boliviana de 1952
de origen minero que permitió posteriormente la confluencia de diversos sectores sociales
para instaurar un estado revolucionario, del cual se lograron transformaciones como la
reforma agraria, el voto igualitario y la estatización de los principales medios industriales; la
revolución cubana en 1959, inicialmente de bases campesinas y liderado por los hermanos
Castro Ruz, Ernesto Guevara de la Serna y Camilo Cienfuegos, derrota militarmente al
ejército dictatorial de Fulgencio Batista, permitiendo así la llegada del socialismo al
continente.
En Venezuela, una de las banderas que promovió la Revolución Bolivariana fue la educación
y ésto se vio reflejado en la creación de cuarenta y dos universidades públicas y un índice de
matrículas que asciende a los dos millones de estudiantes, además de haber sido declarado
en 2005 por la Unesco como “Territorio libre de analfabetismo” en acto público (TeleSur,
2017); incluso, el balance educativo para Venezuela en 2009 fue mucho más favorable que
el de Brasil y Argentina, según se plantea en un análisis publicado por la Revista
Iberoamericana de Educación (Chiroleo, 2009).
Por su parte, la histórica de Colombia, enmarcada -al igual que toda América- en los procesos
de conquista, colonia, gestas independentistas, conformación republicana y los siglos
subsiguientes de desarrollo de ésta. La desigualdad se ha reflejado cada vez que un individuo
o grupo lejano al parámetro establecido, busca ejercer el mismo derecho de aquellos otros
más cercanos a dicho “patrón”; es decir, cuando un individuo o grupo excluido por su credo,
etnia, género y/o capacidad adquisitiva, revela su deseo de tener la oportunidad de vivir en
las mismas condiciones en las que vive la clase dominante.
A estos procesos, de por sí complejos, se suman otros elementos no menos importantes para
el “desarrollo” como nación: un conflicto armado de más de 50 años con diversos actores
(terratenientes, guerrillas con diferentes corrientes ideológicas, fuerzas militares excesivas,
paramilitarismo, narcotráfico), una corrupción que actualmente desaparece alrededor de 50
billones anuales de erario, tratados de libre comercio totalmente desiguales para la economía
nacional, concentración de la riqueza del 82% (Neira, 2018), magnates nacionales como
Sarmiento Angulo, Santodomingo (hijos) y Gilinski que superan en hasta tres veces a Donald
Trump en fortuna (Revista Semana, 2017), una concentración de la tierra del 1% de las fincas
de mayor tamaño que poseen el 81% de la tierra y el 19 % restante se reparte entre el 99%
de las fincas menos favorecidas (Paz Cardona, 2018), una tasa de analfabetismo del 5,8% de
la población (Cardona, 2017), la insuficiencia en el número de universidades públicas, que
llegan a veintiún en total, mientras que la cifra de privadas la duplica.
En promedio, cada tres días se registra una muerte de un líder social, según la Defensoría del
Pueblo (Revista Semana, 2018) y el índice de pobreza extrema para 2016 llegó al 8,5, además
de la crisis del sector salud. Lo que genera una situación nada sorprendente en Colombia: un
índice Gini del 0,53 en desigualdad, por poco encabezando el ranquin de los países más
inequitativos del mundo y el segundo de América Latina, superado por Honduras (Serrano,
2018), lo anterior, pese a que es el segundo país más rico en biodiversidad.
Bajo este precepto de “normalización”, Los gobiernos han violentado sistemáticamente los
territorios de las mujeres considerándolos antagonistas para la legitimación del poder
(capital). Los sujetos y sus “territorios” son co-producidos por cada época y por el discurso
de cada forma de gobierno. Evidenciando como frente a un escenario tan desigual, el sistema
patriarcal y capital se soporta el poder colonial sobre los cuerpos de las mujeres.
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Naturalización de la violencia: Podríamos definirla como el acostumbramiento, trivialización y hasta la
justificación de cualquier forma de violencia hacia un(os) ser(es) comúnmente en desventaja respecto de otro(s).
En el año 2010, el recién posesionado presidente Juan Manuel Santos Calderón presentó en
su Plan Nacional de Desarrollo, instituido por medio de la Ley 1450 de 2011, la “Política
pública nacional de equidad de género para las Mujeres” y el “Plan integral para
garantizar a las mujeres una vida libre de violencias”, construidos en conjunto con
organizaciones de base; además, se crea la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de
la Mujer (ACPEM), lo que se constituye como un avance (al menos en el papel) en una
sociedad tradicionalmente patriarcal. [Cabe mencionar que el voto femenino fue reconocido
hasta 1954 en el Acto Administrativo no. 3 (Asamblea Nacional Constituyente, 1954), apenas
implementado hasta el plebiscito de 1957]. Al mismo tiempo de la implementación de la
política pública, se enviaba un mensaje distinto en la mesa de negociación con las FARC 5,
puesto que en la comisión negociadora no hubo representatividad de la mujer, mismo caso
de los gabinetes de sus dos periodos presidenciales y de otros altos cargos en los que se
presentó la misma falencia.
1. El mercado laboral es acaparado por los hombres con un 58% contra un 42% de las
mujeres. Aunque se ve un crecimiento representativo frente a los años anteriores,
debido al aparente compromiso del sector industrial en materia de inclusión, se deben
tomar medidas para superar el margen de 16 puntos porcentuales, que es aún amplio.
Otro aspecto para resaltar es que a la nación le ha llevado 20 años reducir a la mitad
la brecha salarial entre hombres y mujeres, puesto que en 1998 era del 14,7% y en
2018 del 7,05 (El Tiempo, 2018).
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FARC-EP: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo. Guerrilla de origen
campesino e ideología marxista-leninista (1964-2016). Hoy, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común,
partido político de izquierda, debido a los diálogos de paz de la Habana.
medio de talleres, espacios de cultura y muestras artísticas. Sin embargo, uno de los
problemas se presenta en el poco rigor que se dan a los procesos, puesto que se
realizan por medio de alianzas público-privadas (APP) o tercerización, que
evidencian -por experiencia propia- el entorpecimiento burocrático de acción directa
con la comunidad ya que, por un lado, no se contrata a personal capacitado para la
labor pedagógica y, por el otro, el seguimiento por parte del ICBF se torna en un
procedimiento de escritorio: netamente documental y sin existencia de control
riguroso al trabajo con las comunidades intervenidas. Así, es entendible que se
presenten cifras como que el 23% de los nacidos entre 2008 y 2015 como fruto de
embarazos no deseados de madres entre 10 a 19 años; cifra que, afortunadamente,
presenta un decrecimiento de 1,9% anual (Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar, 2015).
3. En 2012, el sistema judicial del colombiano ocupó el sexto lugar como la justicia más
lenta en el mundo y la tercera de Latinoamérica, un proceso puede tardar en promedio
1.346 días, la probabilidad de condena por un delito es del 20%, por un homicidio es
de 3% y el índice de impunidad en casos de violencia sexual es de 98% (El
Espectador, 2012). En 2017, se pudo evidenciar un leve mejoramiento en los índices
de impunidad, que fueron del 92%, lo que sigue siendo terriblemente preocupante, ya
que nos enfrentamos a una profunda crisis del sistema judicial, teniendo presente -
por ejemplo- el “Cartel de la Toga”, entre otros escándalos de corrupción. Con ello,
es apenas entendible que la justicia colombiana tenga una imagen desfavorable del
80%, además de que todos los candidatos presidenciales de 2018 tuviesen entre sus
propuestas una reforma a la misma, algunas acertadas y otras totalmente
descabelladas.
En conjunto, estos aspectos dejaron un sabor agridulce al saliente gobierno con una
calificación de 6,2 sobre 10, respecto de las políticas de Estado en materia de equidad de
género por parte de las organizaciones sociales y de mujeres (Cabrera, 2018).
El resultado de los Diálogos de Paz de la Habana, entre el Gobierno Santos y las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo – FARC EP, fue el denominado
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Esquemas de Acompañamiento Comunitario: Estrategia de la Unidad para las Víctimas que consiste en la
construcción de obras de menor escala, las cuales permiten generar tejido social en las comunidades
intervenidas.
“Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y
Duradera”. Con el propósito de finalizar el conflicto armado interno de más vieja data en el
continente. Gobierno y FARC fijaron de manera concertada los que serían los cimientos para
el desmonte del organismo insurgente y la reincorporación de sus integrantes a la vida social.
De modo que, en aras de garantizar los objetivos ideológicos perseguidos por las FARC y el
derecho a la paz que asiste al pueblo colombiano, la agenda negociada por las partes se enfocó
en los siguientes puntos: Reforma Rural Integral; Participación Política; Fin del Conflicto;
Solución al Problema de las Drogas Ilícitas; Acuerdo sobre las Víctimas del Conflicto;
Implementación, Verificación y Refrendación.
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Gobierno de Colombia – Todos por un nuevo país. “Orientaciones para la incorporación estratégica de la
política pública de víctimas y restitución de tierras en los planes territoriales de desarrollo 2016 – 2019”
Recuperado de:
https://www.unidadvictimas.gov.co/sites/default/files/documentosbiblioteca/cartillapddl290116.pdf
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Fenómeno jurídico-constitucional, en el que se identifican los siguientes factores: “(i) la vulneración masiva
y generalizada de varios derechos constitucionales que afecta a un número significativo de personas; (ii) la
prolongada omisión de las autoridades en el cumplimiento de sus obligaciones para garantizar los derechos;
(ii)(Sic) la adopción de prácticas inconstitucionales, como la incorporación de la acción de tutela como parte
magnitud del desplazamiento forzado como consecuencia del conflicto armado interno”. El
alto tribunal identificó entonces cinco factores prácticos que dan cuenta del estado de cosas
inconstitucional, a saber:
del procedimiento para garantizar el derecho conculcado; (iii) la no expedición de medidas legislativas,
administrativas o presupuestales necesarias para evitar la vulneración de los derechos. (iv) la existencia de
un problema social cuya solución compromete la intervención de varias entidades, requiere la adopción de
un conjunto complejo y coordinado de acciones y exige un nivel de recursos que demanda un esfuerzo
presupuestal adicional importante; (v) si todas las personas afectadas por el mismo problema acudieran a la
acción de tutela para obtener la protección de sus derechos, se produciría una mayor congestión judicial”.
La implementación de lo acordado, desde lo pragmático, se desarrolla en un contexto de
transición; transición de la guerra a la paz. Las dinámicas de la transición traen consigo una
serie de retos que van desde lo económico hasta lo emocional. Desde la designación de un
presupuesto que sostenga lo acordado, hasta la transformación del pueblo colombiano que ha
sufrido de la violencia través de la sanación.
Las afectaciones que se generan a partir de las acciones contempladas desde ese estado
neófito, podrían desplegar dos tipos de victimización, las primeras a) de carácter directo,
generadas del cara a cara de los pueblos con los actores armados, que repercuten en la
persona, pueblo y/o territorio; y otras b) de carácter categórico que son las ocasionadas a
partir de la intervención estatal dada en función de la “reparación integral” siempre y cuando
cumpla con las características de la categoría víctimas.
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Este apartado está fundamentado en entrevistas y conversaciones con representantes de las mesas de víctimas
en diferentes departamentos y municipios del país, especialmente en Guaviare, Meta, Casanare y Cesar. Así
mismo, incluye el testimonio de 6 funcionarios del área jurídica y social de las Unidades de Atención y
Orientación UAO.
En términos de la victimización hacia los pueblos indígenas y su carga psico-social, el
discurso político ha manipulado estrategias a favor del no reconocimiento de la diversidad.
En el 2011 el establecimiento de la ley de víctimas, homogeniza la reparación e incluye un
discurso multicultural basado en el enfoque diferencial, estableciendo dentro de los pueblos,
una nueva categoría que parece “asumirse como identidad” La Victma, y entra a ser parte de
una gran masa que bajo la sombrilla de las diferencias funcionales construye una identidad
política subsidiaria y en condiciones “diferenciales” que la mantienen dentro de una gran
mirada estereotipada (Segato, 2007).
Sobre este panorama, cave la pregunta ¿Cómo un estado que en la práctica nunca ha
reconocido la existencia de ciudadanías no blancas puede garantizar su protección?
Cuando los territorios con mayor influencia de grupos armados (oficiales o al margen de la
ley) y el narcotráfico han sido y siguen siendo en gran parte el espacio de los pueblos
indígenas, esto como consecuencia directa de la estructura centralista que los cataloga dentro
de la periferia, destinándolos a sufrir cíclicamente, la revictimización10. Tras imponer
creencias, que ciegan la posibilidad de seguir el camino de los derechos, permeando las
formas de liderazgo y organización comunitaria en un escenario tan complejo y de tal
desgaste en las relaciones de género y mutuales, que la hibridación resultante del “entre-
mundos” desdibuja la posibilidad de pensarse un territorio plural11. Estas afectaciones,
convocan escenarios en los que el “blanco” interviene a favor del indígena, tratando de que
este se adapte a las normas sociales, culturales, económicas, políticas y demás que lo
mantengan en la relación eurocéntrica de la etnicidad. Negando la posibilidad de que florezca
10
Según el Informe anual sobre violación de derechos humanos a los pueblos indígenas. (2014) Consejería
de Derechos de los Pueblos Indígenas, Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Paz
Organización Nacional Indígenas de Colombia - ONIC, Entre enero y septiembre del 2014 se presentaron
3.193 casos de violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario,
DIH, que afectaron a los pueblos indígenas del país. En el cual se enfatiza sobre el control de las tierras por
grupos armados como las FARC, el ELN y el paramilitarismo.
11
En Colombia, a partir de la Ley 089 de 1890 Por la cual se determina la manera como deben ser gobernados
los salvajes que vayan reduciéndose a la vida civilizada, se otorga a las misiones la responsabilidad de reducir
a la vida civil a los “salvajes” para que los pueblos pudiesen tener cabildos en los que un gobernador, elegido
por la comunidad pudiese ejercer liderazgo sobre el pueblo. Y es tan solo hace 27 años cuando la Asamblea
Nacional Constituyente declaró la existencia de comunidades indígenas y abogó por el respeto de sus tradiciones
y cosmovisiones. Sin embargo, la práctica redunda en permanentes estigmatizaciones y exclusiones de toda
índole para con los pueblos indígenas, debido a la falta de aplicabilidad de la constitución.
en la diferencia ese pluralismo histórico. Reduciendo y cristalizando todas las formas
posibles de relación a la visión blanquecina de la colonización (Segato, 2011).
El mismo informe refiere que existen pruebas de abusos cometidos por agentes del estado:
“doscientos ochenta y un (281) víctimas, de ellas, 77% son mujeres, 52% entre los 18
y 30 años y 42% menores de edad. Por ocupación e identidad étnica, 25% eran
estudiantes, 23% amas de casas y 10 % indígenas. Dados los problemas de subregistro
y el temor en la mayoría víctimas que se abstuvieron de denunciar, se cree que el
número de personas afectadas podría ser mayor.”
El gobierno colombiano en consonancia con las aparentes aperturas del obsoleto modelo
colonial/moderno, ha venido generando una serie de acciones afirmativas fundamentadas en
principios multiculturalistas, en procura de reconocer la Justicia Especial Indígena (JEI), en
gran medida debido a la presión de los movimiento sociales e indígenas que desde distintos
espacios reclaman superar el binarismo propio de la colonia, inmerso en la concepción de la
justicia occidental. En este sentido la se encuentran contradicciones se presentan al tratar de
articular la JEI y la Justicia Ordinaria (JO) en la atención a mujeres víctimas de violencia
sexual y de género, en las comunidades indígenas.
Sin embargo, se puede decir que pese a que estas expresiones existieron, nunca tuvieron una
reivindicación propia de organización o colectivo. Se inspiraron por el instinto de clase
dejando de lado la conciencia generada de la asociatividad; posteriormente si existirían las
primeras organizaciones de sectores populares luego de configurada la república a partir de
lo que se conoce como las sociedades de artesanos de 1838 en regiones como Cauca, Nariño,
Bogotá aparecieron organizaciones de artesanos afectadas por las políticas de tendencia libre
cambista.
Las organizaciones de artesanos protestaban por las políticas implementadas por el gobierno,
sin embargo pese a que funcionaron en oposición a éste, su carácter estaba constituido a partir
de una tendencia ideológica antilibrecambista12 que se posesionó en algunos sectores
políticos. Estas tendencias marcaron para algunas regiones del país una importancia política
relevante, permitiendo enfrentar de manera colectiva la represión de los grandes
terratenientes por ejemplo en el Cauca y el Valle.
POLO, Sandra. Los artesanos bogotanos y el antilibrecambismo 1832 – 1836. Revista Historia y sociedad
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Las expresiones industriales en el campo crearon el trabajo asalariado, este nuevo tipo de
trabajadores tenían las peores condiciones, por debajo de los campesinos y los artesanos.
Estas circunstancias tomaron expresiones organizativas traducidas en huelgas precisamente
en el ferrocarril del pacífico se hizo la primera huelga 1878, posteriormente la del canal de
panamá 1884, trabajadores llevados de la región costera para hacer el canal en unas
condiciones inhumanas. Por su parte, en Bogotá los trabajadores del tranvía realizaron su
primera huelga en 1895.
Las expresiones embrionarias de la lucha sindical fueron las primeras huelgas en los sectores
del transporte tanto fluvial como ferroviario, dando como resultado entonces el surgimiento
de una serie de asociaciones de trabajadores para ganar reivindicaciones colectivas. Sin
embargo, estas organizaciones eran una minoría debido a que los trabajadores aun
representaban una población escasa.
La Unión Obrera de Colombia nace en 1913 en Bogotá, aprueban una constitución para
seguir paliando a través de un periódico obrero, organizado en los sindicatos sobre todo
Europeos migrantes por la guerra, la formalización de la organización de trabajadores para
exigir la rebaja en la jornada del trabajo que en promedio era de 16 a 18 horas.
En este contexto del inicio de siglo XX las condiciones económicas del país estaban
supeditadas a una sociedad mayoritariamente agraria, el sistema político centrado en un
bipartidismo del partido Conservador y el Liberal; las tendencias que ya existían en el
movimiento obrero se propagaron a los campesinos que crearon las ligas y asociaciones
campesinas, así como grandes manifestaciones y protestas de los artesanos quienes
inspirados en las huelgas clásicas de los obreros industriales aprendieron a organizarse. Un
evento clave en la historia de las organizaciones fue la masacre de las Bananeras 20.000
trabajadores luchando por ser reconocidos por la United Fruit Company. Otro evento
importante fue en Segovia (Antioquia) en donde estalló una gran huelga popular que no solo
agrupo a los trabajadores de las minas de la compañía Inglesa, sino que convocó dentro sus
dinámicas a toda la población del municipio que se volvió un icono de las luchas obreras por
los alcances que tuvieron.
Sin embargo, el panorama nacional empieza a cambiar Luego de la crisis económica mundial
de 1929, ya que el desarrollo de una nueva modalidad de capitalismo, diferente al modelo
clásico; la inversión por oleadas del capital extanjero, la estructuración del llamado capital
monopolista de Estado y la formación de un Estado y una clase dominante aliada a nivel
político y económico con las potencias extranjeras. Deja en claro la utilización del Estado
como medio para la acumulación a través de la violencia, que le permitió al gobierno hacer
acuerdos entre la buerguesia los terratenientes y las clases políticas (Briceño, 15995)
Marco tributario
Dentro de esta legislación, se ha tenido en cuenta, para las grandes empresas que el apoyo a
entidades sin ánimo lucro resultara ser algo con lo cual fundamentar el principio de
responsabilidad social, creando sus propias fundaciones empresariales. De este modo,
además de utilizar parte del dinero de los ingresos de grandes empresas y recibir beneficios
tributarios establecidos y legalmente amparados para estos propósitos, se evidencia que estas
entidades sin ánimo de lucro auspiciadas por grandes empresas se encontraban prácticamente
preparadas para los cambios nacionales en que se incluyeron las ESAL a partir del 2016 (Ley
1819 de dic. De 2016). Dada la complejidad de los estados financieros de estas empresas,
que muchas veces deben tener consolidación de los mismos (algunas en el extranjero
incluso). Es de entender que administrativa y contablemente sean meticulosas en términos de
protocolos y exigencias (registros contables, aprobaciones en juntas directivas, registros de
actas entro otros).
Por lo que el golpe fuerte, por no decir “golpe bajo” en materia de legalización y manejo de
herramientas informáticas exigidas fue para las Entidades Sin Ánimo de Lucro, pequeñas,
como asociaciones y fundaciones, creadas para y por miembros de comunidades vulnerables,
como; indígenas, victimas, campesinos, mujeres entre otros. Constituye una problemática
compleja y una carga para los liderazgos comunitarios que no han recibido instrucción
oportuna para dar cumplimiento a los requisitos. Es de anotar que no se anticipó del cambio
a dichas entidades, negándoles la posibilidad de intentar cumplir a cabalidad con los
requerimientos exigidos, para la permanencia en el RTE13.
Las nuevas entidades que se están formando con el mismo tipo de población asumen el reto
de la calificación en el RTE, que pasa desde el registro con el ente de control municipal o
departamental, hasta la misma creación de un sitio web, teniendo en cuenta que muchas veces
ni se tiene acceso a un computador, internet y menos a entender el mecanismo digital de la
DIAN (Entidad y medio donde se debe realizar el registro de forma obligatoria para mantener
el estatus de RTE o ser calificado como uno desde la ley 1819 de 2016) tampoco se cuenta
con el musculo financiero para contratar un profesional que pueda prestar este tipo de
capacitación o servicios.
La tendencia entonces, más que un esquema de supervisión y control pareciera ser acabar
con las pequeñas entidades sin ánimo de lucro; pues éstas no se encuentran preparadas para
el impacto legal exigido, a diferencia de las grandes “fundaciones empresariales” creadas por
empresas para enfocar su responsabilidad social empresarial, que se han venido preparando
sistemáticamente para todo este nuevo enfoque legal y que además cuentan con los recursos
humano y económicos para el desarrollo y cumplimiento a cabalidad de todos los nuevos
marcos normativos como ESAL y su permanencia en el RTE.
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RTE ( Régimen Tributario Especial)
de la coca. Situaciones que han generado en la población dinámicas particulares de
comportamiento que se configuran en el marco de la acción colectiva.
Teniendo en cuenta que las dinámicas sociales del departamento se encuentran mediadas por
los procesos de colonización, dados en el transcurso migratorio característico de la región,
debido a las expansiones provenientes desde el altiplano Cundiboyacense y el Sumapaz hacia
el pie de monte Metense, continuando hacia los años de 1950 y 1970 sobre el área transicional
de Granada y Medellin del Ariari, extendiéndose luego sobre los ríos Güejar, Ariari y
Guayabero, hasta alcanzar la confluencia entre los ríos Ariari y Guayabero que conforman el
rio Guaviare, es importante resaltar que el proceso de formación obedece a una colonización
fluvial campesina que generó impactos hasta la conformación del departamento como tal
(Acosta, 1992). Del mismo modo, se da un establecimiento progresivo de los indígenas
Guayaberos, y Tukano Oriental, traídos por los procesos colonizadores y la contratación
como jornaleros (González, 1990).
La primera salida económica y social se centraba en los procesos llevados a cabo por los
“colonos”, en torno a la producción de productos agrícolas, sin embargo las malas
condiciones y la falta de vías para el tránsito, la escasa demanda interna y las grandes
distancias entre los lugares de producción y los centros comerciales, hacen que se empiecen
a desarrollar cultivos de auto-sostenimiento o pan coger.
Para la década de los 60, el gobierno previendo las dificultades económicas en las zonas
urbanas, empieza un proyecto de colonización dado en el municipio del Retorno donde el
estado financiaba el transporte a la región, la garantía de créditos para actividades productivas
y la titulación de los predios. Esto ocasiono un desorden migratorio y problemas frecuentes
por falta de procesos regulatorios. Dando como resultado una deserción de la población hasta
que en 1970, el INCORA14 interviene creando los canales básicos para la estabilización del
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Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA), encargado de promover el acceso y ordenamiento,
cultural, ambiental y social de la propiedad rural, propiciando el desarrollo productivo sostenible de la
economía campesina, indígena y negra, mediante la redistribución democrática de la propiedad, la
proceso de colonización dinamizando los procesos de control y selección de los migrantes al
territorio, del mismo modo se le autorizo el registro de predios ubicados en cercanías al
municipio de Calamar que pertenecían a la reserva de la Amazonía (Acosta, 1992).A finales
de la década, empieza el cultivo de marihuana traído principalmente por colonizadores de la
costa Atlántica, haciendo rentable la venta del producto y su cultivo. La caída del precio de
la marihuana debido a la sobreoferta del producto y la cultivación Estadounidense hace que
se genere dentro del departamento una oleada de violencia por la caída de la economía. Sin
embargo el producto regional es reemplazado rápidamente por la ganadería extensiva que
también era financiada por entidades gubernamentales ocasionando la tala de grandes
extensiones de bosques y selva (Molano, 1999).
Para inicios de los 80, el cultivo de coca así como el proceso primario de la extracción
de la pasta empieza a crecer debido a le rentabilidad y la ganancia que dejaba ocasionando el
crecimiento de colonizadores que talaron tierras atraídos por el cultivo y su ganancia. Así de
forma rápida, la producción de la coca se constituye como la principal y casi única fuente de
ingreso debido inicialmente al aumento de los costos de vida en el departamento, obligando
a aquellos cultivadores de otros productos, a incluirla dentro de sus plantaciones por que los
costos de producción para el pago de jornaleros no podían cubrir los ingresos. Así se eliminan
los cultivos de productos como arroz, plátano, yuca y maíz, dejándose solo como opciones
de cultivo de autoconsumo que el propietario pudiera plantar sin necesidad de contratación.
Así mismo, las FARC teniendo en cuenta la crisis que se había situado en el
departamento en tiempos pasados, elimina las mafias y los monopolios del cultivo, haciendo
que se regulara la oferta y producción del producto, demandando que por cada unidad
económica se sembrase una hectárea de coca, por cada tres hectáreas de cultivo de
subsistencia en productos como maíz, plátano y yuca, adicionalmente impidió la autojusticia
y exigió un impuesto del 8% o 10% de las ganancias del producto (Acosta, 1992).
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Autodefensas Unidas de Colombia
militar de El Retorno, produciendo una caída del precio de la coca y la pérdida del mayor
sustento económico de la región. (El territorio aun en la actualidad presenta índices de
violencia, desplazamiento y producción de coca).
Una vez caída la coca, el territorio se vio envuelto en un déficit económico haciendo
que el Estado iniciara programas enfocados a la restitución de derechos, pero mayormente
desde la creación de unidades productivas tanto en el sector agropecuario como en otros
sectores, todo con la intención de dar a la población oportunidades, reducidas a la capacidad
de brindar servicios. Pero aunque es claro que la intervención del estado ha proporcionado a
la población en alguna medida un confort económico, aparecen de la mano otro tipo de
preocupaciones relacionadas con la corrupción política en el manejo de los recursos a las
víctimas, la dependencia de la población al estado, la pérdida del sentido de autogestión y la
creación forzada de procesos comunitarios que carecen de un soporte motivacional real. De
este modo el análisis tanto a nivel asociativo como organizativo de las organizaciones
comunitarias de base del departamento del Guaviare, converge en una acción necesaria para
identificar los factores que afectan directamente en desarrollo de expresiones del pueblo y
para el pueblo. Por eso ahora es importante volver la vista sobre lo particular, sobre la
periferia perdida en la “otra Colombia” en esa cara bipolar que se esconde tras las comunas,
las lomas, las cuestas, asentamientos humanos, resultado de las guerras, el olvido y la
ascensión de una clase dominante, sobre el etnicidio que en medio de las calles sin pavimento,
la falta de servicios públicos, las plagas insaciables, los cuerpos famélicos y las sonrisas sin
rostro, ahí en medio de lo que Galeano llamó los nadies, se encuentra el saber ancestral que
lejos de ser estático integra los aprendizajes de esa oportunidad de relación con “el
occidental”, aun cuando de los occidentales solo se haya recibido, esclavitud, despojo,
exclusión, discriminación y colonización de las subjetividades.
Aquí en este punto, en la mitad de la hoja para jalar y que salga sutilmente la fibra de
cumare. Exactamente aquí, después que se han quitado las espinas, cuando en medio de las
sonrisas y las miradas que gozan de una luz incalculable, se despoja la esencia de la palma
convertida luego en unidad. Es donde se revelan quizás las experiencias más complejas de
vida, los dolores más audaces y las perdidas más latentes. Es este el espacio donde se gestan
los posibles análisis, resultado de la integración mestiza de elementos adquiridos en la
relación con el momento histórico que se vive.
De la Maloka17 a la Cocina18
La mayor parte del sustento investigativo que se tiene de los pueblos originarios, proviene de
un carácter eurocéntrico que marca la construcción del significante, a partir de una condición
relacional oprimido – opresor, que bajo la bandera de la civilización, logra establecer un
principio colonizador, limitando la autonomía de los pueblos y destinándolos a la periferia
del estado/nación. (Quijano, 1992). Es de entender, que siendo incluidas políticas de
asistencia social, con el peso de la cooperación internacional y el intervencionismo estatal
que acarrea el discurso de los derechos humanos19, terminen desencadenandose dificultades
derivadas de la inflación a jerarquías. Esto, en parte como consecuencia de la trasgresión de
la condición de género de los pueblos, de dual a binaria donde se asume la posición de las
mujeres como sujetos históricos, a quienes se les ha cercenado la palabra, enfrentando una
doble violencia (Segato, 2011).
En 2016, en el marco del programa Nuevos Territorios de Paz que desarrolló el consorcio
DEISPAZ en el departamento del Guaviare, a través del resultado 3. Organizaciones de Base.
Se empezó una estrategia de fortalecimiento para organizaciones comunitarias.
17
Lugar de reunión de algunos pueblos indígenas de la amazonia colombiana, donde se tomaban las
decisiones políticas del grupo.
18
Este encabezado obedece a una experiencia en el desarrollo de un proyecto productivo ejecutado por la Cruz
Roja en 2018, con ASOMUINGUA que menguó la base social de la organización de 25 a 7 integrantes. Así
mismo, desdibujó una iniciativa de la organización en la consolidación de un restaurante-maloka, que les
permitiera recuperar a partir de la comida tradicional de sus pueblos espacios de interacción y generar procesos
que equipararan su organización a las de las autoridades tradicionales del departamento. Y desarrollo con el
recurso una iniciativa productiva de restaurante étnico, que pretende servir comida tradicional a turistas. Este
proyecto hoy representa una gran carga para las asociadas puesto que una vez retirados los apoyos de la Cruz
Roja, ellas sin las bases necesarias deben responder a requisitos de tipo tributario, contable, sanitario y
organizativo. Adicionalmente que corresponde a un trabajo precarizado y desgastante ya que los ingresos solo
soportan salarios por debajo del mínimo y sin seguridad social para 2 integrantes de la organización. Ejemplo
firme del daño que se genera en las bases organizadas.
19
Aquí voy a mencionar un caso personal que enfrenté al tratar de coordinar encuentros con un resguardo
indígena del pueblo JIW (departamento del Guaviare, Colombia), que presentaba problemáticas debido a que
se construyó una base militar que le quitaba parte del territorio asignado como resguardo. Al intentar concertar
una cita con el capitán, para poder trabajar con un programa de salud para niños, niñas y adolescentes, nos
encontraos que tenía agenda hasta dentro de 3 meses ya que en promedio habían en 2015, 16 organizaciones
diferentes realizando intervención al tiempo, y sin un proceso de articulación.
A partir de estos análisis iniciales que demostraron con un grupo de 47 organizaciones de
todo el departamento, el estado crítico de la organización de base en términos
administrativos, Asociativos y de gestión. Se empezó a promover una iniciativa que
procuraba un contacto más cercano con las realidades organizativas desde la perspectiva de
las mismas asociaciones, haciendo énfasis en el fortalecimiento inicial de los lazos sociales
internos y externos, sobre los complejos requisitos administrativos de la formalización.
Parte de esta estrategia, se ha venido compartiendo con una Asociación de Mujeres Indígenas
víctimas del conflicto del Guaviare: ASOMUINGUA. Esta organización, fundada en el 2015
por 25 mujeres de diferentes etnias en su mayoría de la familia Lingüística Tukano Oriental,
funda su iniciativa “…casi por una imposición de la unidad de victimas que dijeron que para
la reparación de las casas y la vivienda si no estaban asociadas no podían recibir nada”20.
Sin embargo, nunca contemplaron que las particularidades de cada una como sujeto histórico
fuese un componente valioso y frágil a la hora de plantear una organización comunitaria.
20
Mujer Indigena Karijona de 46 años. Representante Legal de ASOMUINGUA. San José del Guaviare.
Colombia. Febrero de 2016.
asociación permanece como un universo subjetivo ajeno, autoritario y discriminativo. Que
concentra el poder y la responsabilidad en formas representativas.
“uno aquí no encuentra donde comerse una muñica ni una buena torta de casabe, igual
como uno no tiene tierra, hacer cualquier cosita le sale más caro que comprar en la
tienda pastas u otras cosas de comida de colonos”22.
21
Entrevista a Mujer Indígena Cubea de 40 años. De la Asociación del Mujeres Indígenas del Guaviare
ASOMUINGUA. Febrero de 2016.
22
Entrevista a mujer Indígena Desana de 37 años De la Asociación del Mujeres Indígenas del Guaviare
ASOMUINGUA. Septiembre de 2018.
Sobre carga de los liderazgos: La constante preparación y sobrecarga de
responsabilidades en los liderazgos de las organizaciones comunitarias, derivada de la poca
participación de las bases sociales y las notables exigencias una vez formalizadas en los
órganos de control. Así como un modelo jerarquizado y excluyente donde se prioriza casi
vanidosamente el liderazgo, hace que se deslegitimen los procesos de las directivas creando
una desesperanza por parte de las bases de la organización frente al manejo y las gestión de
recursos. También se puede evidenciar como después de compartir liderazgos organizativos,
las representantes terminan sus ciclos de coordinación con rupturas en las relaciones de
amistad, filialidad e incluso de trabajo previo al organizativo. Esto proporciona desconfianza
dentro de los mismos procesos y desvirtúa las iniciativas propias para la solución de
problemáticas.
Ejecución de proyectos productivos: este es quizás uno de los factores que afecta
de forma más radical el desempeño de las organizaciones de base, puesto que el manejo de
recursos provenientes de proyectos y sobre todo con los parámetros y las exigencias con que
las convocatorias suelen promover la ejecución, corresponde a una de las mayores
dificultades que enfrentan las pequeñas organizaciones enfocadas a la mejora de las
condiciones de vida de las poblaciones vulnerables. Puesto que no cuentan con las
herramientas necesarias para enfrentar solas los requerimientos. Lo cual hace que en primera
medida dependan de terceros para la elaboración y conceptualización de las propuestas.
Como las bases sociales se agrupan en función de la cooptación de recursos, pretenden que
los escasos ingresos que pueda generar la organización se materialicen en la mejora inmediata
y subsidiaria de las condiciones de vulneración en la que se encuentran derivado de las
dinámicas sociales complejas de desigualdad, violencia y conflicto. Así mismo, la garantía
de la ejecución parte de una perspectiva que busca el agrado de la institución. Siendo que en
muchas ocasiones ni los proyectos ni las formas en cómo se ejecutan, están de acuerdo con
las dinámicas propias de los territorios, los contextos y las necesidades más próximas de los
pueblos. Sumado a este panorama, vale la pena agregar que también, la previa sobre
estimulación y exigencia de los liderazgos, puede ocasionar principios de corrupción
deteriorando profundamente la organización.
Con todo lo anterior es importante pensarse en la organización de base como una estructura
dinámica directamente afectada por las condiciones socio-históricas, relacionadas con la
colonización, la violencia socio-política, los cultivos ilícitos, la erradicación de los cultivos
ilícitos y la migración. Así como por políticas propias del modelo neoliberal del estado
sustentado en la colonial/modernidad.
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