EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

CAPÍTULO 1
Zacarías e Ísabel, una pareja de esposos de avanzada edad y
una virgen llamada María aparecen en este primer capítulo
del evangelio de San Lucas. Algo esplendido esta por suceder
y mientras tanto, tres personas sin el reconocimiento super-
lativo ante los ojos de la sociedad son implicadas en el miste-
rioso plan divino. Para sus contemporaneos, no tienen los
suficientes meritos para ser acreedores de tan importante
mision.

Por un lado, unos esposos cuya esposa es esteril y esto es una

tragedia, pues la bendicion son los hijos y no tenerlos es una
deshonra. Se suma el hecho que son de avanzada edad lo que
hace menos probable la fecundidad. Aparece en escena una
doncella llamada María, sin linaje reconocido. Solamente por
estar desposada con Jose, se hace evidente su presencia y re-
conocimiento. De otro modo es una doncella mas de la epoca.

En los tres casos anteriores, es la manera como el ser hu-

mano califica a las personas y las determina segun su condi-
cion y lugar en la sociedad. Se podría decir que son invisibles.
Existen en tanto significan una fuente de tributo para el im-
perio y desarrollan un a labor en el contexto mas inmediato.
Pero no es así ante los ojos de Dios, quien disena perfecta-
mente el plan, confundiendo a los entendidos y alegrando el
corazon de los que experimentan el camino de la vida ilumi-
nada por la fe.

De esta manera, lo que vale y da sentido a todo es la mirada

amorosa de Dios. No la mirada mezquina e indiferente de la
gente. Se esta y se camina bajo la mirada de Dios cuando se
permiten los momentos de interioridad donde los juicios, las
calumnias, los resentimientos, las desesperanzas se disipan.
Y la bondad, la paz, el gozo, la seguridad en sí mismo y de-
mas riquezas, florecen para embellecer cada día de vida co-
mo a Zacarías, Ísabel y María. Por eso meditamos, para dar-
nos un momento de interioridad.
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CAPÍTULO 2
Un grupo de pastores, Simeon y Ana son los testigos de un
silencioso acontecimiento y por tanto vuelven a ser protago-
nistas, personas que son invisibles para la sociedad. El plan
de Dios comienza a desenvolverse en un contexto impensado
para las elites de la epoca. La primicia de la presencia del Hi-
jo de Dios llega no por medio de los importantes canales de
comunicacion de la epoca, no por la voz de los altos dignata-
rios civiles o religiosos.

En la sencillez de un pesebre, bajo la mirada de unos pasto-

res y a los ojos de unos adultos mayores como Simeon y Ana
se revela el Salvador. No hay cunas de oro ni calles honor,
todo va sucediendo en el intermedio de la vida cotidiana. El
acontecimiento es imperceptible a los ojos de los buscadores
de la noticia de ultima hora, la que hace gritar a los voceado-
res la novedad del momento.

Tambien María, con su silencio y acogida en su corazon de lo

que ve y escucha, se une a lo que es sumamente digno de
contemplar y que de momento no es posible dimensionar,
solamente dejarse abrazar por la grandeza de lo que esta su-
cediendo.

Dios sigue revelandose a traves de su amado Hijo en cada se-

gundo, el acontecimiento de su presencia no ha quedado su-
peditado a un instante del pasado. Quienes lo conocieron y
caminaron con el, despues de su muerte dan testimonio de su
resurreccion. Y no lo sabremos porque lo veamos en las ta-
pas de las primeras paginas de los diarios o porque sea la
tendencia en las redes sociales. La sabremos porque habre-
mos sabido darnos un momento de silencio y quietud para
reconocerlo en la simplicidad de la vida cotidiana, como a
aquellos pastores que en el silencio de la noche fueron sor-
prendidos con la buena noticia y aquellos adultos mayores,
Simeon y Ana, cuya espera fue respondida al contemplar con
sus ojos al Hijo de Dios.
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CAPÍTULO 3
Nos encontramos con Juan el Bautista quien prepara el ca-
mino para la acogida de Jesus. Su mensaje se centra en el lla-
mado a la conversion, en el cambio de mentalidad como cam-
po propicio para acoger la semilla de la palabra de Jesus. Se
destaca en el Bautista la conciencia de sí mismo que le hace
indicar a quien bautizara con Espíritu Santo y fuego. De ma-
nera que no se interpone entre la mision y lo que humana-
mente pudiera significar aprovechar la ocasion para ganar
algo a su favor. Se entiende que el mensaje de su predicacion
es contundente en tanto es encarcelado por quien no acepta
la verdad de su vida escandalosa denunciado por Juan.

En medio del desarrollo de su ministerio que describe este

capítulo, podemos enfocar la atencion en la conciencia de sí
mimo que le hace decir “Yo bautizo solamente con agua”. Es
la expresion de quien se disfruta la vida realizado lo que le ha
correspondido y no queda atrapado en la ambicion de alcan-
zar o pretender presentarse en lo que no es. En este punto,
cuanto sufre la humanidad, cuando atrapada en las ilusiones
vive su realidad sin la compresion de sí misma y vive en bus-
queda de cuando responde mas a su ideal cimentado en la
presuncion que en la aceptacion de su ser. Entonces, se hace
imprescindible bajar el ritmo de la carrera que persigue ilu-
siones. Asentarse y aceptarse en su realidad, siempre diversa
y colmada de riquezas pero ignoradas por dar lugar a lo que
lleva el impulso de la ambicion.

De esta manera, meditar es entrar en el camino de la concien-

cia de sí mismo, en la que se descubre la fuente que alimenta
la vida, Dios en el amor de su Hijo y el Espíritu Santo como
fuerza renovadora. Seguir el camino con perseverancia es
atacar las barreras de la presuncion que suelen interponerse.
Es tambien tener la actitud de apertura para que Dios uno y
Trino tenga siempre su morada en nuestro corazon.
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CAPÍTULO 4
Este capítulo abre con el relato de las tentaciones que enfren-
ta Jesus en el desierto. Conducido por el Espíritu Santo, se
enfrenta a las seducciones temporales de la vida que en me-
dio de las carencias pueden presentarse como la unica posi-
bilidad de salvacion. Sin embargo, Jesus no es seducido por
las propuestas materialistas del tentador. Con la Palabra de
Dios en sus labios enfrenta a la insinuacion del tentador para
quedar atrapado en una expresion efímera de bienestar.

Luego de la prueba, siguen diversas acciones y ensenanzas

de Jesus, tan consistentes que deja estupefactos a quienes se
encuentran con el y lo escuchan. Sus palabras y acciones tie-
nen la fuerza de quien ha sabido trascender las apariencias
de bienestar, y tener como fuente de inspiracion la Palabra
de Dios que direcciona el corazon en el momento de la tenta-
cion y confirma la voluntad de Dios en su vida.

Este mismo camino de direccion en medio de la prueba y

eleccion para anunciar al mundo el tiempo de gracia del Se-
nor, por la Palabra, es la herencia para nosotros que peregri-
namos confesando nuestra fe en Jesucristo.

De manera que al meditar, experimentamos en parte la situa-

cion del desierto en cuanto que somos desafiados a soltar las
apetencias y obsesiones de la vida que se nos han presentado
en primer momento y que las hemos asumido como respues-
tas a nuestra busqueda de bienestar. Nos vaciamos de pre-
tensiones, pero tambien nos disponemos para ser colmados
de la fuerza de la Palabra y resistir las tentaciones; luego, di-
reccionar nuestras acciones para que sean expresiones de
vida y salvacion en el nombre de Jesus. De otro modo, nues-
tro existir se configura con el ser de Jesus y el Padre continua
su obra salvadora a traves demuestra acciones y palabras
bajo la direccion del Espíritu Santo.