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Propiedad Intelectual

Los derechos intelectuales comprenden principalmente a la propiedad intelectual y los


conocimientos tradicionales. Su regulación constituye una herramienta para la adecuada gestión
de los conocimientos, con el objetivo de promover el desarrollo científico, tecnológico, artístico y
cultural, así como para incentivar la innovación. Su adquisición, ejercicio y su ponderación,
asegurarán el efectivo goce de los derechos fundamentales y contribuirán a una adecuada difusión
de los conocimientos en beneficio de los titulares y la sociedad.

La Propiedad Intelectual otorga al autor, creador e inventor el derecho de ser reconocido como
titular de su creación o invento y, por consiguiente, ser beneficiario del mismo.

En Ecuador, el Servicio Nacional de Derechos Intelectuales (SENADI) es el organismo encargado de


proteger, fomentar, divulgar y conducir el buen uso de la Propiedad Intelectual desde el enfoque
de tres áreas distintas: la Propiedad Industrial, Derecho de Autor y las Obtenciones Vegetales.

Propiedad Industrial: se refiere a la protección que tiene toda persona natural o jurídica sobre sus
invenciones, diseños industriales, circuitos integrados, marcas, signos distintivos, lemas
comerciales y otros elementos relacionados con el mercado, la industria y el comercio.

Derecho de Autor: se encarga de proteger los derechos de los creadores sobre las obras literarias
o artísticas, esto incluye: libros, textos de investigación, software, folletos, discursos, conferencias,
composiciones musicales, coreografías, obras de teatro, obras audiovisuales, esculturas, dibujos,
grabados, litografías, historietas, comics, planos, maquetas, mapas, fotografías, videojuegos, entre
otros.

Los términos propiedad intelectual y derechos de autor pueden, en ocasiones, presentarse


confusos. Ambos conceptos están relacionados, pero no son sinónimos.

¿Qué es la propiedad intelectual?

Si buscamos «propiedad intelectual» en el Diccionario panhispánico del español jurídico, de la Real


Academia Española, se define como: «Conjunto de derechos que corresponden a los autores y a
otros titulares (artistas, productores, editores, organismos de radiodifusión, etc.) respecto de las
obras y prestaciones fruto de su creación». Todas las creaciones de la mente humana que sean
originales (no copiadas) son propiedad intelectual del autor y la legislación actual las protege.

¿Qué es el derecho de autor?

El creador, solo por el hecho de plasmar una obra original, tiene la potestad de decidir qué usos o
de qué manera puede explotarse esta, sin más limitaciones que las que especifique la ley.

Hay que determinar que el derecho de autor no protege la idea, sino la forma en que esta se
expresa, es decir, si en una clase un profesor le pide a cada alumno que haga una felicitación
original a su madre, cada uno de los dibujos, poemas o figuras de plastilina que realicen estarán
protegidos porque, aunque la idea es la misma para todos, cada uno ha realizado una
interpretación original de la misma y la creación ha sido suya.
Los derechos económicos o patrimoniales, que engloban los de explotación y simple reproducción,
otorgan al autor la facultad de decidir sobre el uso de su obra, salvo algunas excepciones
determinadas en la Ley. Estos derechos de explotación, entre los que se encuentran la
reproducción, distribución, comunicación pública y transformación, pueden cederse a terceros.

Entonces… ¿Cuál es la diferencia?

La legislación sobre Propiedad Intelectual protege los derechos de autor, los derechos conexos y la
propiedad industrial. Podríamos decir que los derechos de autor se reconocen dentro de la
propiedad intelectual igual que las patentes o diseños industriales.

Derechos de Autor en Ecuador

La protección de la propiedad intelectual otorga al autor, creador o inventor, el derecho de ser


reconocidos como titulares de la obra o creación, y, por lo tanto, son los únicos que pueden
explotar o permitir la explotación de su obra o creación.

De igual forma, el titular de dichos derechos está facultado para ejercer todas las acciones que se
requieran para impedir que terceros exploten su obra o creación sin su autorización.

Dentro de estas acciones, en la legislación ecuatoriana están contempladas las siguientes:

• Medidas cautelares o provisionales: Mediante la realización de una inspección, se pueden


señalar y resguardar las pruebas relacionadas con la infracción, para evitar que la mercancía
reproducida sin autorización, ingrese en circuitos comerciales, ya que los delitos contra la
propiedad intelectual son pesquisables de oficio.

• Recursos Civiles: Buscan compensar al titular de los derechos de autor por los perjuicios
económicos producidos por la infracción, a través de un resarcimiento económico por daños y
perjuicios. La competencia la tienen los Tribunales de lo Contencioso Administrativo y el trámite a
seguirse es el verbal sumario.

• Sanciones Penales: A través de imposición de multas sustanciales e inclusive, según los ADPIC
(Acuerdo sobre los aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el
Comercio), penas de prisión acordes con el nivel de sanción que se aplicaría a crímenes similares
en el ámbito penal, como por ejemplo la estafa, la falsificación, etc., así como lo estipula el Art.
324 de la Ley de Propiedad Intelectual del Ecuador.

• Medidas de Frontera: Son normas multilaterales que obligan a los países a controlar de forma
estricta la observancia de los derechos de propiedad intelectual. Un ejemplo de ellas, es verificar
en los puntos de frontera, si las mercancías que ingresan al territorio de un País Miembro, no
infringen derechos de propiedad intelectual de terceros legítimos

A pesar de que las acciones pueden ejercerse en la vía contencioso-administrativa, de la misma


manera se pueden iniciar en la vía judicial, ante el juez de lo civil de la jurisdicción y conforme al
Código de Procedimiento Civil.
Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva

La Vigilancia Tecnológica es un proceso organizado, selectivo y permanente, de captar información


del exterior y de la propia organización sobre ciencia y tecnología, seleccionarla, analizarla,
difundirla y comunicarla, para convertirla en conocimiento para tomar decisiones con menor
riesgo y poder anticiparse a los cambios.

La Inteligencia Competitiva es un conjunto de acciones coordinadas de búsqueda, tratamiento


(filtrado, clasificación, análisis), distribución, comprensión, explotación y protección de la
información obtenida de modo legal, útil para las y los actores económicos de una organización
para el desarrollo de sus estrategias individuales y colectivas.

La Inteligencia Competitiva realimenta continuamente a la Planificación Estratégica. Su objetivo es


detectar señales de cambio, analizar tendencias, reacciones, estrategias de la competencia,
nuevas amenazas, oportunidades, etc., de modo que el escenario competitivo esté siempre
actualizado.

La Inteligencia Competitiva engloba y supera el concepto de Vigilancia Tecnológica, añadiéndole la


dimensión estratégica o de negocio, por lo que en general en la práctica se habla de Sistemas de
VT-IC.

Para que la implantación de un sistema de VT-IC tenga éxito, hay que acometer dos tipos de
acciones:

- Coordinación de un equipo de personas.


- Sistematización y automatización en la recopilación y tratamiento de la información.

Etapas clave del ciclo de vigilancia tecnológica e inteligencia

Existe un consenso generalizado sobre las etapas que ha de seguir el proceso de vigilancia e
inteligencia tecnológica, denominado ciclo de vigilancia e inteligencia. En esencia, este ciclo
pretende dar respuesta a unas cuestiones fundamentales:

¿Cuál es el objetivo a conocer?

¿Qué debemos vigilar para ello?

¿Quién puede proporcionarnos esos datos?

¿Cómo podemos capturar, tratar y organizar esa información para extraer su valor?

¿Qué herramientas necesitamos para ello?

¿A quién y cómo comunicar los resultados obtenidos?

¿Cómo medir qué este esfuerzo reporta beneficios a la organización?

Para dar respuesta a estas preguntas existen múltiples propuestas metodológicas, que nos
ayudan a implementar un proceso de trabajo focalizado, cíclico, sistematizado y colaborativo en
la organización.

Las etapas principales de este ciclo de vigilancia tecnológica e inteligencia son:


Etapa 1: Diagnóstico y priorización

Reto: identificar, precisar y detallar el tema a vigilar.

Para ello, debemos determinar las tecnologías a vigilar, las necesidades de información y los
Factores Críticos de Vigilancia (FCV) o Key Intelligence Topics (KIT) que nos ayudarán a diseñar
una estrategia eficaz para cada caso. Estos constituyen técnicas estratégicas para la formulación
de prioridades y pueden ser:

KIT sobre decisiones estratégicas: referidos a cuestiones estratégicas para las organizaciones,
sobre todo relativas a la planificación estratégica y su implementación (ej. política de I+D+i,
planes de negocio, decisiones de inversión, internacionalización, etc.).

KIT sobre señales tempranas: capaces de identificar potenciales amenazas y oportunidades


futuras para la organización (ej. tendencias, nuevas tecnologías, cambios legislativos, nichos de
mercado, etc.)

KIT sobre actores clave: relativos al seguimiento de actores clave en el mercado (ej.
competidores, clientes, proveedores, socios, reguladores, tomadores de decisiones públicas, etc.)

Etapa 2: Búsqueda y captura de información

Reto: diseñar e implementar la estrategia de recopilación de información.

Para ello, se definen los objetivos de la búsqueda de información y se elabora la estrategia para
precisar las necesidades, localizar la información y capturarla de una manera organizada. Esto
implica tareas como: identificación de palabras clave, validación de expertos, selección de
fuentes de información relevantes, formulación de ecuación de búsqueda y elaboración del
corpus o registros realizados.

Esta etapa requiere combinar conocimientos en monitorización de información, capacidad de


análisis crítico y habilidades técnicas para el manejo eficiente de herramientas informáticas, así
como aprender y desarrollar competencias digitales de apoyo para gestionar la infoxicación o
sobreinformación que emerge con Internet.

Entre los recursos útiles disponibles en la red, OBSERVA ofrece información relevante sobre
ciencia, tecnología e innovación en su sector y organiza sus resultados atendiendo a fuentes de
información estratégicas para la vigilancia tecnológica, como son:

Ofertas y demandas tecnológicas

Patentes y resultados de investigación

Ferias y congresos

Normativa y legislación

Convocatorias y ayudas de financiación

Proyectos innovadores y buenas prácticas

Recursos abiertos de aprendizaje, entre otros.


Etapa 3: Análisis de información

Reto: procesar y analizar la información encontrada para filtrar lo relevante.

Para ello, se combinan criterios de validación de la información, técnicas analíticas de


información y herramientas informáticas especializadas que ayuden al equipo a seleccionar la
información relevante según los objetivos de búsqueda.

En esta fase, resultan de ayuda herramientas como: mapas tecnológicos, software de patentes,
gestores bibliográficos, visualización de información o software integrales de vigilancia
tecnológica. Por ello, la comunidad virtual de aprendizaje en vigilancia tecnológica, podrá
conocer en detalle qué tipo de herramientas especializadas existen para realizar vigilancia e
inteligencia estratégica y cómo utilizarlas con este módulo de aprendizaje.

Etapa 4: Valorización de información relevante

Reto: elaborar productos con los resultados obtenidos.

Para ello, resulta fundamental analizar detenidamente la información de valor obtenida para la
toma de decisiones y elaborar con sus resultados productos de vigilancia e inteligencia
tecnológica efectivos.

Además, son muchas las organizaciones que cada vez más publican este tipo de informes
especializados en abiertos. En información sectorial podrá conocer aquellos especializados en su
sector, como:

Boletines tecnológicos.

Informes de vigilancia tecnológica.

Informes de prospectiva.

Estudios de mercado.

Estudios de patentes.

Informes especializados, etc.

Etapa 5: Difusión y comunicación

Reto: diseminar los resultados del proceso a las personas con responsabilidades de decisión en la
organización.

Para ello, se ha de diseñar una estrategia de comunicación interna eficaz y distribuida en toda la
organización, que cubra las necesidades de información del personal y utilice los medios de
comunicación más generalizados en su funcionamiento, abarcando tanto los informales como los
formales.

Además, cada vez es más importante ser capaz de involucrar a todo el capital humano de la
organización en el proceso de vigilancia e inteligencia para que sus resultados sean realmente
aprovechados en la toma de decisiones organizacional.
Etapa 6: Toma de decisiones y acciones

Reto: apoyar el proceso de toma de decisiones en la organización.

Para ello, a partir de la difusión de los productos de vigilancia e inteligencia, se debe promover la
reflexión interna y colectiva sobre a las implicaciones tecnológicas, productivas y competitivas de
los resultados obtenidos. Se trata de interpretar los resultados y proponer posibilidades de
actuación para servir de apoyo al proceso de toma de decisiones continuo en la organización.

Esta última fase, evidencia como la inteligencia estratégica es la razón de ser para emprender
eficazmente estos esfuerzos en las organizaciones, potenciando la innovación en sus estrategias
de negocio.

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